palabras sabias Gandhi

Mahatma Gandhi

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Palabras sabias

*- No conocemos todas las leyes de Dios, ni cómo actúan. El conocimiento de
los más grandes científicos y de los más elevados espiritualistas es como un
grano de polvo. Para mi, Dios no es un ser personal, como mi padre terreno.
Es infinitamente más: Él me dirige en el más ínfimo pormenor de mi vida.
Creo literalmente, que ninguna hoja se mueve sin Su Voluntad. Cada bocanada
de aire que respiro depende de su consentimiento.*

*- La verdad es cual árbol frondoso que , cuanto más cultivado más frutos
produce. Cuanto más profunda sea la búsqueda en la mina de la verdad, más
rico será el descubrimiento de las gemas allí enterradas, en forma de
puertas hacia una siempre variedad de servicios.*

*- Un investigador de la Verdad, un seguidor de la ley del Amor, nada puede
guardar para el mañana. Dios nunca provee para el futuro; no crea más que lo
estrictamente necesario para el día. No obstante si confiamos en su
providencia, podemos estar seguros de que Él nos dará el pan de cada día,
proveyéndonos de todo cuanto precisamos.*

*- La no violencia es la mayor fuerza a disposición de la humanidad. Es más
poderosa que la más potente arma de destrucción imaginada por el ingenio
humano. La destrucción no es ley de los hombres. Tanto más libre es el
Hombre cuanto mayor sea su disposición de morir – si es necesario- por las
manos de su hermano, sin jamás matarlo. Todo asesinato, cualquier ofensa, no
importa la causa es un crimen contra la humanidad.*

*- Hagáis lo que hagáis, sed sinceros con vosotros y con el mundo. No
escondáis vuestros pensamientos: si es vergonzoso revelarlos, más vergonzoso
aún es pensarlos.*

*- La oración es la llave de la mañana y el cerrojo de la noche.*

*- La verdad no necesita más publicidad que ella misma.*

*- Donde está el amor allí también está Dios. *

El candidato de los perros relato siux

El candidato de los perros

(Relato sioux)

Estaban una vez los perros tratando de elegir un presidente. Así que uno subió al estrado en la gran convención de perros y dijo:

“Propongo al bull dog para presidente. Es fuerte. Puede pelear”.

“Pero no corre bien” replicó otro perro. “¿De qué sirve un peleador si no puede correr? No atraparía a nadie”.

Entonces otro perro se puso de pie:

“Propongo al galgo, porque corre muy bien”.

Pero los demás gritaron:

“¡Noo! Sí, puede correr, pero no sabe pelear. Cuando atrape a alguien, ¿qué va a pasar? Le van a partir el hocico. Eso es. Para lo único que deveras sirve es para echarse a correr”.

Un pequeño y feo callejero se puso a dar de saltos y dijo:

“Propongo para presidente a ese perro de allá que le huele tan bien abajo de la cola”.

Inmediatamente saltó otro callejero igualmente feo y proclamó:

“Apoyo esa candidatura”.

Todos los perros se pusieron, al instante, a olisquear bajo las colas de los demás. Se alzó un coro de voces:

“¡Fúchila! A ése no le huele bien bajo la cola”.

“Tampoco a éste”.

“Este otro no tiene madera presidencial”.

“No, tampoco sirve”.

“Y éste no puede ser el elegido del pueblo”.

“¡Guácala! Éste no es mi candidato”.

La próxima vez que salgas a caminar por ahí, fíjate en cómo los perros olisquean bajo las colas de todos los demás. Buscan un buen candidato, pero siguen sin encontrarlo.

Relato brulé sioux dicho por Lame Deer en la reservación india de Rosebud, Dakota del Sur, y grabado por Richard Erdoes en 1969: “Nosotros no pensamos mucho en las elecciones del hombre blanco. No importa quién gane, los indios siempre perdemos”, expresó entonces. Esta versión procede del ya clásico volumen Mitos y leyendas de los indios norteamericanos, selección y edición de Richard Erdoes y Alfonso Ortiz, Pantheon Books, Nueva York, 1984.

Los brulé sioux (o sichangu), una de las siete tribus lakota al oeste del río Misuri reunidas en el Oceti Shakowin o Concilio de los Siete Fuegos de los teton wan (como se autonombra el pueblo lakota), conservan la búsqueda de visiones, la danza del sol, las ofrendas de la carne, el ritual del peyote y otras tradiciones poderosas.

(Traducción del inglés: Hermann Bellinghausen)

Sueños de mujer

Sueños de Mujer, Poesía Mapuche

Sueños de Mujer

Sueño que vengo naciendo

Desnuda de entre la nada,

Cobija sólo tengo

La neblina en la mañana.

Tenue me cubre, me inunda,

Y un rayo de sol se posa entre mi ropa soñada,

Y de mi cuello me pende

Un trozo de luna y plata.

Al mediodía me sueño con largo vestido blanco

Hecho de nube de octubre

¡ay, Dios! Y no he de mancharlo.

Y floto entre el infinito, Por no querer ensuciarlo.

Por la tarde ¡Dios bendito!

Sueño entre una llamarada

De nube de fuego y viento, De placer y tibieza.

¡Ay no me quiten la tarde,

ni mediodía ni noche,

si en madrugada despierto recordando algún dolor,

querré yo seguir soñando,

porque soñar es mejor.

* Faumelisa Febe Manquepillán Calfuleo es poeta de las palabras y del alma, desde niña se interesa por la cultura mapuche. Én esta sección destacamos su poema “Sueños de Mujer”, del libro homónimo “Zomo Pewma” en mapudungun.

Poemas nahuas

Lengua Náhuatl

La lengua náhuatl –conocida como mexica o mexicano– ocupa el primer lugar con respecto a las demás lenguas indígenas del país debido a su número de hablantes: existen alrededor de 2 millones 563 mil personas* distribuidas en los estados de San Luis Potosí, México, Puebla, Hidalgo, Tlaxcala, Morelos, Veracruz, Guerrero, Oaxaca, el Distrito Federal y se han localizado pequeños grupos de hablantes en otros estados de la República. La lengua náhuatl se encuentra dentro del grupo Yutóazteca, y por sus características se divide en cuatro grupos: Este, Oeste, Norte y Central.

La literatura náhuatl se puede rastrear desde la época prehispánica con la poesía de Nezahualcóyotl. En la actualidad ha encontrado gran auge a través de la creación de una amplia gama de relatos que expresan realidades distintas, un simbolismo y una estética particular con una gran variedad de temas: la tierra, el amor, la madre naturaleza y la vida. Mitos, fábulas, cuentos, leyendas, y su poesía, giran en torno de un principio fundamental: la dualidad, con la que explican la diversidad existente en el cosmos, su orden y su movimiento.

* Según mapa “La Diversidad Cultural de México” sep, conaculta, octubre, 1998.

Ese hombre que todo lo puede
y que todo lo sabe,
nunca llegará;
porque vive en nosotros
se encuentra en nosotros,
camina con nosotros,
empieza a querer despertar,
aún duerme.

Ni tlakatl tlen nochi ueli
uan nochi kimati
axkemaj asikii
Pampa tonaya itskok
tonaya nemi;
penaya tla chia,
nojia kochtok

Natalio Hernández

Una hermosa mata de maíz

Ahora tu rostro anda junto a mí.
Ese bonito rostro.
Ese rostro tierno como una milpita cuando brota,
tu rostro es una milpita tierna,
tierna, tierna, tierna.
Porque cuando brota
quisieras estarla viendo
y acariciándola
y así yo quisiera
acariciar tu rostro,
ese rostro tierno,
porque es bonito como esa milpita
cuando está enterneciéndose y casi brotando.
Tú eres una milpita tierna
y bonita.

Miltzintli’ cualtzin

Aman mixco’ notech nemi’,
un mixco’ cualtzin,
un mixco’ celic quen ce miltzintli cuac ixua’,
mixco ce miltzintli’ celic.
Celic, celic, celic.
Pampa’ cuac ixua’
ticnequizquia’ tiquiztoz,
uan ticnenectoz
uan ihcon nicnequizquia’
nicnenectoz mixco’,
um mixco’ celic
pampa cualtzin quen un miltzintli’
cua celiztoc uan quemech ixuatoc
ce timiltzintli celic
uan cualtzin.

Alfredo Ramírez

Lengua Zapoteca

Dentro del estado de Oaxaca es la lengua indígena más utilizada, ya que cuenta con 785,000 hablantes *. Ocupa el tercer lugar dentro del país, sólo superada por el náhuatl y el maya. Los hablantes de la lengua zapoteca, autodenominados gente que proviene de las nubes, se ubican en cuatro distintas áreas geográficas y culturales: el Istmo de Tehuantepec, el Valle, la Sierra Norte o Juárez y el sur de la Sierra Madre Oriental de Oaxaca.

La lengua zapoteca –con más de siete variaciones dialectales en la entidad– reúne una vasta gama de relatos que expresan realidades sociales y culturales, así como un simbolismo y una creación estética particular, en donde abundan los temas míticos expresados tanto en fábulas como en ejemplos morales. Temas recurrentes en la literatura zapoteca son los astros y los elementos naturales.

*Según mapa “La Diversidad Cultural de México” sep, conaculta, octubre, 1998.

Los ríos no regresan,
las lágrimas tampoco.
Los ríos se van consumiendo
en el camino,
en la espesura, en los riegos,
en los sembradíos
y el mar abierto,
o simplemente los seca el tiempo.

Binhakbiá chét guyedll Ibi’chlloki,
ka’ yeo bill yabin nhák ke
Bál’ake, yeo’nhan ka’ yózen
Zéj llnhiten, chét biyabillen
Lo’ yix’kuan
Chét bi yechen tnhez, lo’nhis’tao
yalhanhe…
Yel’yachnhan muslhas llíw ga’tezé.

Mario Molina Cruz

Dios Creador

Amo y señor
que lo creaste todo:
las cosas sencillas y grandes.
El sol con sus rayos eternos,
la luna de sombras infinitas,
las estrellas, el cielo.
Hiciste los mares y los ríos,
las lagunas y los charcos.
Las montañas y las flores,
el venado y los peces,
los pájaros y la espuma,
el viento, el día, la luz,
las sombras, el alma.
El hombre débil y el tigre hábil,
el conejo astuto y el coyote necio.
Creaste la bondad y la maldad,
el triunfo y la derrota,
la alegría y la muerte,
la vida y el odio juntos.
Te amamos, Dios zapoteca:
el primero de las primeras edades.

Bidóo Bizáa

Bixhóoze dúu née rigóola
líi bizáa lúu guiráa níi:
cáa xhíixha zíizi née naróoba.
Gubíidxa née stúuxu quiráati,
béeu née cáahui quiráati,
béele guíi guibáa.
Bíinu cáa níisa dóo née guíigu,
níisa layúu dáagu née níisa píi.
Cáa dáani née guiée,
bidxíiña née bennda,
máani ripáapa née búupu,
bíi, dxíi, biáani,
bandáa, láadxi dóo.
Binni láaze née béedxe guéenda,
léempa néexhe náa née guéeu níidi.
Bizáa lúu guennda nacháahui née guennda xhíihui,
ráa dxíiba lúu náa née ráa bidíiñe,
guennda nayéeche née guennda gúuti,
guennda nabáani née guennda nanaláadxi náaca xcuáa.
Jnáadxi dúu líi Bidóo Záa:
náaca níiru cáa xníiru íiza.

Macario Matus Domínguez

Oda al Groove

Oda al Groove
Es el segundo día consecutivo que una lancha bautizada PLUM Something* está estacionada plácidamente enfrente del cubil. Y es el segundo día que yo estaciono mi alfombra plácidamente enfrente de la lancha. No hay lagos a la redonda, ni por equivocación. En mi pueblo rascuacho hace calor de temascal de purificación.

El groove es cuando ves una lancha en medio del temascal y piensas: “Ojalá pudiera conseguirme un Snorkel y unas aletas y sentarme justo enrente de la lancha, del otro lado de la acera, y ver qué hace la gente”.
El groove es cuando todo en tu vida es un caos y osas pronunciar los mágicos “OTS” (Ignaz) o “Ke diablos” (Crash) que instantáneamente desaparecen cualquier sensación de malestar.
El groove es cuando un celular con el tema de Fraggle Rock suena a mdia meditación en clase de yoga del Swami.
El groove es mover las pois a un progre obscuro y sensual. Y dejar que el bajo vibre en tu esqueleto mientras ves las estrellas.
El groove es cuando un ñor quiere que te sientas KK aplastada y tú le ves cara de Zeus.
El groove es la media nariz que se le cayó a Napo.Es la opinión espontánea de Mahat.
El groove es la binaural que el científico no descubrió pero que tú encontraste.
El groove es la carne asada de Valdo. Son los chinos de Wolverito. El regalo espontáneo de Naniz. La risa de Mariana. El brinco de Indra. El Ki del cuervo. El chiste negro del pato.
El groove es… el groove en sí.

la mama de los alacranes

Cuentos
La mamá de los alacranes

Muchos, muchísimos años han pasado, desde que los alacranes eran grandes y altos, parecidos a los toros que ya pueden trabajar en el campo. Su nombre era Meu’, porque mugía así: “meu’, meu’, meu’” … En ese entonces comían tierra y pasto.

De pronto ocurrió un temblor de tierra muy fuerte y sopló un gran viento que duraron siete días, derribaron al suelo a las aves en pleno vuelo; arrancaron desde la raíz árboles frondosos y pequeñas plantas. Las montañas se desgajaron y se descompuso el mundo.

Todo lo que había sobre la tierra fue aplastado por las piedras. El Meu’ vivía en la montaña, ésta era su casa, y allí fue aplastado; durante el temblor y el ventarrón le cayeron pesadas rocas.

Cuando la tierra recobró la calma, apareció el sol y alumbró su hermosura, el cielo se limpió. Los animales que salvaron la vida en las cuevas, poblaron nuevamente la tierra.

¿Y el Meu’? Pues con mucho cuidado juntó y pegó pedacitos de su cuerpo, con saliva que le había escurrido al suelo. Escogió los menos aplastados pero aún así: ¡qué pequeño y chato quedó su cuerpo!

A partir de entonces fue llamado Meu’ xu bi; porque Meu’ fue aplastado durante el xu temblor y bi, viento.

Ahora estos alacranes, desde pequeños, comen a la madre por miedo que ésta sea aplastada nuevamente en el próximo temblor y el fuerte viento que harán desaparecer nuestra tierra.

Y al darse cuenta de que alguien se mueve junto a ellos, los tiernos alacranes huyen y se esconden donde pueden; y de ser necesario, le clavan una espina; por tanto pavor que le tienen a los temblores y al viento.

Francisco de la Cruz Jiménez

Extraído de: Jñaa meuxubi ne xtiidxa’ mani’. La mamá de los alacranes y otras fábulas zapotecas / Francisco de la Cruz Jiménez
Oaxaca, México, Fondo Editorial, IEEPO, 2001.
XII, 28 p: Il; 30.5 cm. – (Colección Voces del Fondo: Serie “La luna en el pozo”).
ISBN: 970-18-7146-5
Literatura zapoteca

Jñaa meuxubi

Xtale, xtalepe’iza ma gudi’di’ dixi ca Meuxubi gucaca’ naro’ba ne nasaoo; rului’pe’ ti yuze runi dxiiña’ ra ñaa nga guca’ ca Meuxubi dxi qué. Meu nga biree láme , ti sicari’ ribidxiaame: “meu’, meu’, meu’…” Ca Meu’ la? , yu ne gui’xhi’ nga gudócame dxi qué. Bizacalú ti dxi, guca ti xu ne buaba ti bi yooxho’; bindaani’ bia’ gadxe gubidxa; bisabantaacani guira’ ca mani’ ripapa; biaaxha xcú guira ‘ xixe’ yaga naro’ba’ne nabiuxe. Bilate ca dani, binitulú guidxilayú, guira´ xixe’ ni nuu ndaani’ guidxilayú bixiá.

Meu’, cue’ dani nga guca’ lidxime. Ra guca’ xu que ne biaba bi que la? , biaba xtale guie dani luguiame, guche xqui’ me’.
Xhuncu Meu’, bigaachime xa’ na’ guie ne yu ni biaba que.

Dxi biaana dxí xu ne bi que, biree ti gubidxa ne bizaani’ sicarú guidxilayú, laaca bixale’ guiaba’, ni ti ndaa za bihuini dxi qué. Guira’ ca mani’ gunda bilá, biree guxooñeca’ ndaani’ luca’. Ngue runi gunda gule xtale mani’.

Meu’ la? Ti nada huiini’si ladi biaana, ti guchexqui’me’, biyubime ladime ne biquiidime laa ne nisa xhini xtime, ni biana layú. Nabé nataaba’pe’ ne nabiuxe biaana ladi Meu’ que. Yanaña? Ca Meuxubi huiini’ roca’ dxa Meu’ ni guxana laaca’, ti ra guiaba xti xu ne bi yooxho, ni gunitilú guidxilayúdi’, casi dxi qué la?, qui gache’ xqui’ jñaaca’me. Xhuncu guira’ca Meuxubi, yana ma rucachi luca’ ra ganda ne; ra gu’yaca’ caniibi tusa cue’ca’ la? Rutaabica laa ti guichi nabé naná, ti nabé xtale dxiibí nga napaca’ pa guizaaca’ xti xu ro’ ne guiaba xti bi yooxho’.

Francisco de la Cruz Jiménez

Extraído de: Jñaa meuxubi ne xtiidxa’ mani’. La mamá de los alacranes y otras fábulas zapotecas / Francisco de la Cruz Jiménez
Oaxaca, México, Fondo Editorial, IEEPO, 2001.
XII, 28 p: Il; 30.5 cm. – (Colección Voces del Fondo: Serie “La luna en el pozo”).
ISBN: 970-18-7146-5
Literatura zapoteca

La serpiente que se comio una flor roja

Cuentos
La serpiente que comió una flor roja

Se arrastraba la serpiente de un lugar a otro, hasta que descubrió un precioso jardín. Le encantaron mucho las flores que vio, pero en especial una flor roja que apenas abría sus tiernos pétalos.

Al verla con mayor cuidado, le gustó más, estaba tan perfumada que hasta olía como a barro mojado con la llovizna. Comió la rojísima flor, imaginando que saboreaba una fruta dulce.
¡Pobre serpiente! No se dio cuenta, en el momento, de que también tragó algunas hojas con todo y espinas. Éstas se le clavaron en la garganta.

Tuvo fuertes mareos y enloqueció.
Muy veloz se arrastró, se fue del lugar. Cruzó el monte, pasó por cerros, hasta topar con el mar.

Al día siguiente, sólo un pedazo de la serpiente flotaba sobre al mar; en esta parte de ella creció un pequeño árbol de espinas. Desde entonces se le cambió su nombre y fue bautizado como pez.

Francisco de la Cruz Jiménez

Extraído de: Jñaa meuxubi ne xtiidxa’ mani’. La mamá de los alacranes y otras fábulas zapotecas / Francisco de la Cruz Jiménez
Oaxaca, México, Fondo Editorial, IEEPO, 2001.
XII, 28 p: Il; 30.5 cm. – (Colección Voces del Fondo: Serie “La luna en el pozo”).
ISBN: 970-18-7146-5
Literatura zapoteca

Cuentos
Beenda’ gudo ti guie’ xiña’

Ziree chuuchi ti beenda’, yendá ra nuu xtale yaga guie’. Biuula’ dxi’me xtale guie’ ni bi’yame’. Xisi la? Ti guie’ xiña’, ni jma sicarú, cayele gasi, nga biuula’dxime stalepe’. Bidxagayaame ra bi’ya’ chaahui’me guie’ naxiña’ rini que, canda’ nazi sica yu cue’la’ birubagasi tuudxi nisa guie.

Gunaaze ti guela cahui laame ne binitime xquenda biaani’me.
¡Pobre serpiente! No se dio cuenta, en el momento, de que también tragó algunas hojas con todo y espinas. Éstas se le clavaron en la garganta.

Biree guxooñe’beenda’ que ze’, gudi’di’ lade gui’xhi’, gunaaze neza lu dani ne yenda ra nisado’.

Xti dxi, ti nada huiini’si beenda’ bihuini, caxubalahua’ lu nisado’. Ndaani’ ladime gundani ti yaga huiini’ naze guichí ladi, ne de dxi qué biree láme benda nisado’.

Francisco de la Cruz Jiménez

Extraído de: Jñaa meuxubi ne xtiidxa’ mani’. La mamá de los alacranes y otras fábulas zapotecas / Francisco de la Cruz Jiménez
Oaxaca, México, Fondo Editorial, IEEPO, 2001.
XII, 28 p: Il; 30.5 cm. – (Colección Voces del Fondo: Serie “La luna en el pozo”).
ISBN: 970-18-7146-5
Literatura zapoteca

la doncella que deseo vivir tantos años

Cuentos
La doncella que deseó vivir tantos años

Era una doncella hermosa, de cabellera larga y negra, como la niña de los ojos. De brazos y piernas macizas. Parecía que su cuerpo había sido hecho con el fruto del mamey.
Cada vez que cumplía años, se preocupaba tanto, porque envejecía más.
-¿Y ahora, qué haré? Cada día que pasa, me vuelvo vieja, se arruga mi cara. ¿Qué debo hacer para que el tiempo se detenga? – decía a solas.
Muy angustiada y triste era la vida de esta doncella. Había días en que dejaba de comer y otros de insomnio total.
El día en que cumplió veinte años, se paró frente al cielo, tapándose con un sol encendido. Desnuda se encontraba cuando se arrodillo en el suelo y prendió una vela de cebo; llorando reclamaba al horizonte.
-Sol, padre mío, si en verdad me quieres, deseo pedirte algo. Recibe esta vela de cebo y un poco de sal que guardo en la palma de mi mano. Te imploro que me dejes vivir muchos años en esta casa tierra –así decía la doncella, mientras tiraba al aire la sal, que le cayó encima.
Esto hacía cuando de pronto se oscureció el cielo. La doncella escuchó a un anciano hablar:
-Soy yo quien te habla… El sol envía conmigo su palabra…¿Por qué deseas vivir más años? ¿Acaso no comprendes que ya se tiene escrita la edad en que debe morir la gente
Buscó presurosa por dónde venía la voz de esa persona, sin descubrirla.
Pero no tuvo temor, también contestó:
-Sé que moriré un día.
-Ahora, respóndeme: ¿Cuántos años quieres vivir? -los ancianos de aquellos tiempos llegaron a vivir alrededor de cien años
-¿Quieres para ti ciento cincuenta años?-Interrogó el anciano.
– Tengo ansias por vivir trescientos años –dijo la doncella.
-¿Estás loca?¿Qué comerás?¿Si envejeces más años, dónde vivirás? Ya no caminarás bien. Ni siquiera de ropa podrás cambiarte, porque serás demasiado lenta.
-Todo esto que me dices ya lo pensé…¿Qué puedo hacer si quiero vivir muchos años?
-Si es éste tu deseo, se lo comunicaré al sol. Será él quien decida qué hacer.
Al poco rato se estremeció la tierra. Las doncella sufrió un desmayo y se desplomó al suelo…
Aún en estos días vemos a la tortuga caminar pequeños tramos, muy lenta. Pobrecita, carga su casa, en espera de que se cumplan trescientos años, para que por fin logre descansar en una tumba.

Francisco de la Cruz Jiménez

Extraído de: Jñaa meuxubi ne xtiidxa’ mani’. La mamá de los alacranes y otras fábulas zapotecas / Francisco de la Cruz Jiménez
Oaxaca, México, Fondo Editorial, IEEPO, 2001.
XII, 28 p: Il; 30.5 cm. – (Colección Voces del Fondo: Serie “La luna en el pozo”).
ISBN: 970-18-7146-5
Literatura zapoteca

Cuentos
Ba’ du’ dxaapa’ ni gucala’dxi’ gapa xtale iza

Ti ba’ du’ dxaapa’ dunabepe sicarú; ziuula’ ne nayaase’ lana guichaiquebe, zaqueca bezalúbe. Nadipa’ ti’xhi na’ ne ti’xhi ñee. Guidubi ladibe rului’pe’ bia’ neni guendaxunu. Dxi lanixpido’be’ la?, nabé ricá ¡quebe xtale xi gunibe ti nabepe’nga ma cayo’xho’be xtale.
– Yanaya’ xi gune’, guira’ dxi ridi’di’ cagola’ xtale, ma cacuuxhu’ lua’, xi ñanda ñune’ ti tidi’ chaahuidugá guenda nabaniri’ -rini’ stubibe.
Nabé nalugu’ ne nabana’ nga nabani gunaa huiini’ que. Nuu dxi ridi’di’ negasti’ qui ró ne nuu gueela’ ridxibi xpacanda’.
-Dxi bisaabe’ gande iza la?, dxipe’ lanixpido’be, bizuhuabe galaa bato’ guiba’, xa’na’ ti gubidxa cacágui. Xiee la ladibe bireebe, bizuxibibe layú ne bicaa guibe ti gui’ri’ za, bizulundabe cayuunabe ne cucaabe xtale ridxi xaiba’.
-gubidxa, bixhoze’ xtine’, pa dxandi’ nadxiilu’ naa la?, racala’ dxe guinaba lii xiixa. Gucuaa gui’ri’za ri’ ne tuudxi zidi nia’ xti chu naya’ri’ , xisi la? Canaba’ lii guindaa xtale iza guidxilayúdi’ -sicari’guni’ gunaa que, ne bukaa zidi que luguia’, laaca’ laani’ bilateni ladibe.
-Ndi’ cayunibe, málasi bicahui xaiba’. Binadiaga gunaa ri’ xtiidxa’ ti bini gola ni guni’:
-Naandi’ canie’ nia’ lii… Gubidxa biseendané naa xtiidxa’… Xiñee nga racala’dxilu’ cuezalu xtale iza ya’. Qui ganalú ma cá lu xqui’chibe panda iza nga guibani bini la? -guno’ diidxa’ que.
Biyubilú gunaaque paraa nga cani’ dxa miati’ que; qui ganda guidxelabe guiruti’, Xisi la? Qui nidxibibe; laaca bicabibe:
-Ma nana´ ziuu dxi gate’.
-Yana ya’, gudxi naa panda iza nga racala’dxilu’ cuezalú ya’. Ca binigola la? bibanica’bia´ti gayuaa iza. ¿Racal’ dxi’lu ti guayuua garonda’ la?
-Gunaba’ diidxa’ binigola que.
-Racaladxe’ guibane’ chona gayuaa iza -bicabi dxa ba’du’ dxaapa’ que.
-¿Gasti xipiaanilu’ la? Xi golo’ ya’. Pa igolalu’ má iza la’, paraa ndi’ nga gapalu’ xlindxilu’; ma qui zandadi’ salu’ neza. Ni xhabalú qui zandadi’ guchaalu’ qui zandadi’ guchaalu’, ti ma nanene nga zacalu’.
-Guira’ ni cani’lu’ ca la? Ma guni’ íqueni, xindi gune’ ya’, naa racala’dxe’ guibane’ xtale iza.
-Pa nganga nalu’ la’, chi tidxeni gubidxa. Laa nga guini’ xi guizaaca.
Qui nindaadi’ gasti’, guca ti xu. Ba´du’ dxaapa huiini’ la?, bidaagu’, biaba layú… Yanala? ridu’yanu’ bigu, chaahui’, chaahui’ dugá rizá. Xhuncu, ma nua’ xlidxi, cabeza guedandá dxi que, ti ganda che’ chi guizila’dxi’ ndaani’ba’.

Francisco de la Cruz Jiménez

Extraído de: Jñaa meuxubi ne xtiidxa’ mani’. La mamá de los alacranes y otras fábulas zapotecas / Francisco de la Cruz Jiménez
Oaxaca, México, Fondo Editorial, IEEPO, 2001.
XII, 28 p: Il; 30.5 cm. – (Colección Voces del Fondo: Serie “La luna en el pozo”).
ISBN: 970-18-7146-5
Literatura zapoteca

Toribio

Cuentos
Toribio

Esto ocurrió a una muchacha. Muy hermosa fue, en verdad. ¿Eh? No les mentiré. Por aquellos días era rubia, alta y se maquillaba demasiado.
La muchachita, era muy delicada. Frente a cualquier varón que deseara cortejarla, ella volteaba hacia otra parte, y arrugaba la nariz en señal de asco. Así se comportaba con sus pretendientes.
Aunque no faltó alguien quien, al parecer, sí lo hizo: logró ablandarle su alma. Claro, se trataba de Toribio. Un muchacho a quien apodaban Tou. Fue él quien la amó a plenitud y poca importancia daba a las tonterías de ella.
En el día previsto para la boda esta mujer ya no quiso, se encerró en su casa y nadie pudo sacarla de ahí.
Transcurrió el tiempo y la boda no se realizó.
Esta pena mató a Toribio poco a poco.
Mientras tanto, la muchacha aquella se negaba a salir de casa y perdió el apetito. Aún vestía la ropa blanca y los zapatos negros que fueron comprados para la boda.
En forma muy lenta adelgazó su cuerpo. Su nariz se le arrugó, igual que su piel. ¡Ja! ¿Sabes cuál fue su destino?
¿Alcanzas a mirar a la guajolota? Fíjate muy bien en ese animal … Su vestido blanco, de novia, ennegreció, y sus zapatillas se despintaron. ¡Se encogió a más no poder!
Aunque tiene maquillada su cara aún se encuentra arrugada su nariz.
Desde la muerte de Toribio, la guajolota sólo se dedica a llorarlo y lo busca por todas partes para casarse con él, tal vez para que vuelva a ser como antes, una bella mujer.
Escúchala con atención; te darás cuenta que solloza así: “Tou’, Tou’ , Tou’ …”
Cuando te acerques hacia donde esté, aplaude muchas veces y fuerte; verás que fácilmente te confundirá con Toribio, extenderá sus alas y bailará junto a ti, imaginando que tú eres Toribio y que está celebrando la fiesta de casamiento.
En varios pueblos de Oaxaca, es una costumbre bailar con una guajolota durante las fiestas de casamiento, para que ella olvide a Toribio, un muchacho que la amó tanto.

Francisco de la Cruz Jiménez

Extraído de: Jñaa meuxubi ne xtiidxa’ mani’. La mamá de los alacranes y otras fábulas zapotecas / Francisco de la Cruz Jiménez
Oaxaca, México, Fondo Editorial, IEEPO, 2001.
XII, 28 p: Il; 30.5 cm. – (Colección Voces del Fondo: Serie “La luna en el pozo”).
ISBN: 970-18-7146-5
Literatura zapoteca

Cuentos
Toribiu

Ndi’ bizacalú ti badu dxaapa’ , nabé sicarú nga gucabe dxi qué, xipara na?, qui zaguite’ día’ lii gasti. Ti mexa sicarú nga laabe dxi qué, nasoobe ne ridiee lúbee xtalape’.
Nabé nadá nga guca’ ba’du’ dxaapa’ que.
Nezalú tuuxa ba’du’ nguiiu tu gacala’dxi’ guidxiña laabe la?, rusi cuuxhu’ xii ne runi sica cabidxhi la’dxi’ xtale. Zaqué runibe tutiica.
Qui ñaadxa’ tuuxa’ ni rului’ gunda bicuudxi tuudxi huiini’ ladxido’be: Toribiu xa, ti ba’du’ gudxicabe laa Tou’. Laa nga gunaxii laabe xtale, bitiidi’guirá’ xquenda nahuatibe.
Dxi biaanaca’ guichanganaca’la? gunaa huiini’ que ma qui ninádi’, nisi bideguyoo ra lidxi, guiruti’ ñanda nibee laa de raqué.
Gudidi’ dxi qué ne qui ñaca guenda xheela’ que. Toribiu la?, xilase biiti laa chaahuidugá. Ba’du dxapa’ que ya’, laa la?, qui ná guiree ndaani’ yoo, ma qui ñodi gasti’. Nacuru’ lari quichi’, ne ca ñee guidiboco’ nayaase’, ni bixui’ ti gaca’ guenda xheela’ que.
Chaahui’ chaahui’ gunaaque biete ti, bicuuxhu’ lú ne ladi. ¡Ja! Nanalu’ xi bizaacabe la? Cayuuyalu’ tou’ ca la?.
Biiya’ chahui laame gu’yu’… Lari quichi’ que biyaase’ ne ca guidiboco’ que bitéca’, Bidopame bia’ gundati’. Bidopame bia’ gundati’. Die’ru’ lúme ne nacuuchu’ru’ nuu xii. De dxi guti’ Toribiu nisi ruuna tou’ que ne ra ticasi ruyubime Toribiu ti guichaganame laa, ne zacá ma gacachaahuime sica dxi qué, dxi gucame ti gunaa nabé sicarú.
Binadiaga chaahui’ laame gu’yu’, ruuname sicari’: “Tou’, Tou’, Tou’,…” Ra guidxiñalu’ laame la?, gudapan’a xtale gu’yu’, nagueenda zaxuil’ lúme Toribiu lii ne xquenda xheela’me nga cayaca.
Xtale guidxi huiini’ nuu Lula’, ma biaa bini guyaané tou’ri’, ra cayaca saa guenda xheela’, ti zacá mani’ri’ ganda gusiaanda’ Toribiu, ti ba’du’ gunaxhii laabe stale.

Francisco de la Cruz Jiménez

Extraído de: Jñaa meuxubi ne xtiidxa’ mani’. La mamá de los alacranes y otras fábulas zapotecas / Francisco de la Cruz Jiménez
Oaxaca, México, Fondo Editorial, IEEPO, 2001.
XII, 28 p: Il; 30.5 cm. – (Colección Voces del Fondo: Serie “La luna en el pozo”).
ISBN: 970-18-7146-5
Literatura zapoteca

El lider de los animales del monte

Cuentos
El lider de los animales del monte

Varios animales que viven en el monte discutían, querían decidir a quién escoger como el animal más malo para designarlo como su líder.
-Soy mas fuerte que todos; los animales y la gente me tiene miedo. –dijo el tigre.
-Yo vuelo más lejos y demasiado alto –manifestó el águila.
-Apártense de mi vista, porque si se me antoja me enredaré en el cuello de cualquiera de ustedes, le inyectaré el veneno que guardo en mi garganta y morirá –respondió la culebra.
Muchos animales pequeños preferían no hablar, sólo se mantenían atentos para ver a quién se elegiría como jefe del monte; entre ellos se encontraban lagartijas, alcaravanes, iguanas, armadillos, ardillas, jabalís…
-Yo quiero pedirles a ustedes que me conviertan en su jefe, porque soy el animal más temido por todos; la gente también me tiene pavor al verme cerca de ellos.
-Vete al diablo, zorrillo tonto; eres tan insignificante que cómo piensas ser el primero en encabezarnos por donde vayamos –dijo uno de los animales grandes.
Otros también quisieron impedir que continuara hablando el zorrillo. Aunque éste siguió con su discurso:
-Si quieren conocer qué tan terrible soy, aléjense de una vez, porque todos se echarán a correr en este preciso instante.
Entre ellos asomó la cara el humilde zorrillo. Todos los animales reían a carajadas al descubrirlo que se dirigía al centro de la reunión. Muchos animales se burlaban de él, creían que sólo mentía.
Sin embargo, todos corrieron cuando el zorrillo empezó a orinar hacia donde se encontraban; porque el orín es insoportablemente apestoso. Nadie quería ser mojado con su orín.
Tan pequeño es, pero el zorrillo resultó ser el más canijo de todos los animales que viven en nuestra tierra. Desde entonces, decidieron hacerlo el jefe de todos los animales del monte.

Francisco de la Cruz Jiménez

Extraído de: Jñaa meuxubi ne xtiidxa’ mani’. La mamá de los alacranes y otras fábulas zapotecas / Francisco de la Cruz Jiménez
Oaxaca, México, Fondo Editorial, IEEPO, 2001.
XII, 28 p: Il; 30.5 cm. – (Colección Voces del Fondo: Serie “La luna en el pozo”).
ISBN: 970-18-7146-5
Literatura zapoteca

Cuentos
Xaique ca mani’ gui’xhi’

Xtale mani’ gui’xhi’ nuu cadinde diidxa’, racala’ dxica’ guihuini tu má nga za gabiá ladeca’, ti laa nga gaca’ xaique xtica’.
-Naa má nadipa’, na beedxe’; guirá’ xixé mani’ ne bini ridxibi xhaata’ naa.
-Co’, naa nabé zitu ne nabé guia’ripapa’ -na ti bisiá.
-La guixale’ neza lua’, na beenda’, pa gacala’dxe´la? zarenda’ yani tutiica laatu’, zutaabe’ ti nisa nia’ndaani’yane’ ne zute’laa.
Xtale mani’ huiini’qui naca’ guini’ca’, cabezasica’ guihuini tu laa nga chi gaca xaique xti’ guidubi gui’xhi’ca.
Ladeca ‘ nuu uragu’, berelete’, guchachi’, ngupi, bizi, bihui gui’xhi’…
Neza nuuca’ gulee lú ti xhuncu be’te’ huiini’.
Cuxidxisá guirá’ ca mani’ ra bi’ya’ laame ne gudi’di’ me galahui’ ra cayui’came ca diidxa’ ri’,
-Na racala’dxe’ guinaba’ laatu gunitu naa xaique xtitu, ti naa nga mani’ ma ridxibitu; bini laaca’ qui racala’dxica’ gu’ya’ tide’ neza ra nuu.
-Guyé gabiá xa be’te’ guidxa, pabia’ti’ nga lii ne icá iquelu’ sanirulu’ ra tica chuudu la? Bicabi Ti mani’ ro’.
Laaca guyuu xhupa xhona tu racala’dxi’ gucueeza dxa be’te’, ti ma cadi guini’ru’. Be’te’ la? qui na’ guigani:
-Pa racala’dxitu gunibia’tu pabia’ nadxaba la? laguiduuba’na? Guiratu zuxooñetu nagasidu’.
Nuu xtale mani’ cuxidxisaca’, zacaxaca’ cusiguii be’te que xa.
Guirá’ xixeca bixooñeca’ ra bizulu dxa be’te’ que canesa dxacha neza ra nuuca’. Guiruti’ na gadxené nisa xquishi xtime; ti nabepe’ rinda’ yuudxu’ni. Zaanda’ nahuiini’ duutu’me xa, laame nga bihuini jma nadxaba’me lade guirá’ mani’ nuu cdaani’ guidxilayú’ xtinudi’. Ngue runi laame nacame xaique xti’ ca mani’ gui’xhi’.

Francisco de la Cruz Jiménez

Extraído de: Jñaa meuxubi ne xtiidxa’ mani’. La mamá de los alacranes y otras fábulas zapotecas / Francisco de la Cruz Jiménez
Oaxaca, México, Fondo Editoriall, IEEPO, 2001.
XII, 28 p: Il; 30.5 cm. – (Colección Voces del Fondo: Serie “La luna en el pozo”).
ISBN: 970-18-7146-5
Literatura zapoteca

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