MILAREPA La vida de Milarepa. Parte I. Por: Brooke Webb

MILAREPA

La vida de Milarepa. Parte I. Por: Brooke Webb

De todas las historias escritas ninguna se acerca mas a la ficción que la verdadera historia de Milarepa. Esta trae consigo el poder de las condiciones arquetípicas humanas a través del mito, amor, odio, celos, magia trascendencia e iluminación. Nacido con el nombre de “Buenas Noticias” en una familia de campo Milarepa encarnó el poder transformador de Vidas del Camino del Diamante. Utilizando su enfoque para trascender una vida llevada por hábitos inconscientes, Milarepa en ocasiones se lanzó hacia su meta, la iluminación.

Cuando se leen las austeridades por las que paso uno queda sorprendido de que un nivel de disciplina y de autonegación como el suyo pueda ser practicado por tanto tiempo y en continuas condiciones extremas.        El bisabuelo del abuelo de Milarepa fue un poderoso Yogui Nyigma. Su abuelo paterno desperdició los bienes familiares en juegos de dados. Afortunadamente el y su padre lograron amasar una buena fortuna a través de los negocios y la familia adquirió una granja fértil con tres grandes casas en el valle de Kya Ngatsa en Gungthang, Tíbet.

Inspirados por su éxito, relativamente distantes, un tío y una tía paternos se mudaron cerca de la próspera y feliz familia. Fue aquí en el año de 1052, cuando Mila “Buenas Noticias” nació. A la edad de 7 años su gentil padre contrajo una enfermedad de la que claramente se observaba que no iba a recuperarse. Antes de que el padre muriera delegó la propiedad a su hijo una vez que se hiciera mayor. Hasta entonces encomendó el cuidado de su esposa, hijo y joven hija así como de toda su propiedad a su tío y su tía. Este par demostró ser bastante severo con los herederos de estas propiedades privándolos de toda comodidad que no fuera necesaria para la subsistencia mínima.

La madre y sus hijos se volvieron los sirvientes dependientes de los repentinamente prósperos e ingratos familiares. Después de ocho años de humillación, trabajo duro y pobreza, el día de la redención finalmente llegó. Para el quinceavo cumpleaños de Mila su madre organizó una gran fiesta a la que invitó a su tío y su tía, así como a otros familiares y amigos, para llevar a cabo el tan esperado momento de su liberación.

La granja sería legalmente suya de nuevo. Sin embargo el tío y la tía desafiantemente negaron la existencia de deseo alguno de devolver las propiedades del padre de Mila a su hijo. Ellos declararon que ellos mismos habían sido los herederos correctos y legales de los bienes del padre. Fue sólo, según ellos, la bondad de sus corazones lo que aseguró la supervivencia de la desgraciada madre, hijo e hija.

Tíbet en aquel entonces no contaba con recursos judiciales, así que había pocas maneras de resolver el conflicto, excepto por la violencia. El sentido común negaba sus afirmaciones, pero a pesar de eso el tío y la tía mantuvieron el desafío. “Si ustedes son muchos hágannos la guerra, si son pocos, hagan brujería”. Un profundo odio se estableció en el corazón de la madre de Mila. Ella sabiamente envió a su hijo a aprender a leer y escribir con un Lama Nyigma.

Un día, Buenas Noticias llegó de sus lecciones ligeramente borracho y riéndose sin cuidado. Ver a su hijo feliz fue más de lo que esta amargada mujer pudo soportar frente a su cara. Llena de rabia mandó a su hijo a aprender magia negra y matar a sus despreciables familiares. Si fallaba en esto la enloquecida mujer prometió suicidarse enfrente de él. Motivado por el profundo amor por su madre Mila se prometió no volver sin haber adquirido las habilidades y el poder de la magia negra.

Después de un año de estudios con un nuevo maestro, Mila rehusó la petición de su maestro de graduarse con honores, como hicieron sus compañeros. En vez de esto el joven le suplicó a su maestro con lágrimas en los ojos que le enseñará las artes para destruir a sus enemigos. Mila fue enviado a otro maestro, y allí en una montaña, fue enviado a un estricto retiro de dos semanas para trabajar con encantamientos mágicos para invocar a las poderosas entidades del lado oscuro.

De vuelta en Kya Ngatsa, una fiesta de bodas se llevaba a cabo para hijo primogénito del tío. La casa estaba abarrotada de invitados de la familia que disfrutaban de la fiesta. De pronto todo el edificio se derrumbó en un montón de escombros, cubriendo a todos sus habitantes. Misteriosamente algo le causó pánico a los animales que habitaban bajo la casa y en su intento por escapar golpearon y derrumbaron las bases que sostenían la casa. De las treinta personas presentes sólo el tío y la tía se salvaron de la muerte.

La madre de Mila se las arregló, en contra de toda posibilidad, para alardear del cruel evento. Con términos precisos y no carente de orgullo hizo conocer que fue su propio hijo el responsable de la tragedia. Rápidamente un grupo se disponía a asesinar a la peligrosa y vengativa mujer. Sin embargo, previniendo esta situación, ella había enviado una carta a su hijo para que produjera castigos en forma de tormentas. El diluvio resultante virtualmente destruyó la cosecha madura de los granjeros, así como sus posibilidades de sobrevivir en el crudo invierno sin morir de inanición.

Mientras tanto la astuta mujer envió otra carta a su hijo pidiéndole que enviara la muerte a todo el que tomara alguna represalia contra ella. Seguidamente diseminó la carta enviada a su hijo y la amenaza de muerte, así que nadie pretendía desafiar a las deidades que custodiaban a la endemoniada mujer y su vida fue aislada. Como era sabido que toda esa destrucción fue provocada por Mila, fue forzado a mantenerse alejado de su casa. De hecho el joven nunca volvió a ver viva a su madre. Luego de utilizar la magia para la destrucción de los enemigos de la familia la mente de Mila se llenó de intenso remordimiento. El se enfrentó día y noche con el resultado negativo de sus acciones dañinas que inevitablemente estaban llenas de constante culpabilidad.

Su propio maestro, que poseía un fuerte entendimiento de las leyes kármicas, también llegó a la conclusión que uno de los dos tenía que hacer algo para revertir el caos provocado. Luego de la muerte de su rico patrón, el viejo hechicero decidió que el o su estudiante debían ahora aprender las puras y benevolentes enseñanzas del Buda, las cuales ofrecen beneficios definitivos a los seres. De esta manera esperaban que tanto el maestro como su discípulo se liberaran de renacer en los reinos bajos, lugar al cual seguramente llegarían muy pronto. Siendo Mila el más joven fue el elegido para emprender la tarea. Fue enviado a Tsangronsg para estudiar con un nuevo Lama llamado Rongton Lhaga.

Luego de dar las ofrendas obsequiadas por su primer maestro. Mila fue iniciado y empoderado en la práctica de la meditación interna (insight). Sin embargo y a pesar de su fuerte motivación, él empleó su tiempo durmiendo más que tratando de alcanzar algún tipo de nirvana. A través de su propia meditación el Lama Rongton Lhaga fue capaz de observar que el Lama con el cual Mila tenía una conexión kármica especial era un maestro de Lhotrak llamado Marpa, el traductor.

Mila fue enviado a buscar a este lama, el hijo espiritual de un renombrado guru indio, Naropa. Incapaz de contener su excitación ante la expectativa de encontrar a su lama raíz, Mila emprendió el camino inmediatamente. Mientras tanto, en Lotrak, en un sueño, Marpa recibía de Naropa un Dorje lapizlázuli ligeramente empañado y un cuenco dorado de néctar. Las instrucciones vinieron de Naropa, “Limpia el polvo del diamante con el agua de este cuenco, luego colócalo en el tope de la Bandera de la Victoria. Esto agradará a los Budas del pasado y todos los seres sintientes serán felices, llenando así tus aspiraciones y las de todos los demás”.

Marpa limpió el diamante y lo colocó sobre la Bandera de la Victoria. El brillo del diamante iluminó el universo entero. Inmediatamente las seis clases de seres fueron liberados del dolor y fueron llenados de felicidad. Dagmema, la esposa de Marpa, fue donde su marido a contarle un sueño similar, que era aún más impresionante en contenido. Dos mujeres cargaban una estupa de cristal que tenía unas pequeñas impurezas en su superficie. Naropa guiaba a Marpa para bendecir la estupa y colocarla en la cima de una montaña.

Cuando esto fue realizado la luz de la estupa brilló en todas las direcciones con un resplandor como el del sol y la luna. Al mismo tiempo la estupa se replicaba a sí misma en innumerables cimas de montañas. Sin revelarle a su esposa conocimiento alguno sobre el significado del sueño Marpa se dispuso a arar las tierras, cosa que no haría sin suficiente cerveza en el remolque. Muy pronto apareció Buenas Noticias, el aspirante. Luego de examinarlo detalladamente Marpa, sin revelar su identidad, le dio al invitado una jarra de cerveza y lo puso a arar las tierras.

Al tiempo Mila fue invitado por el hijo más joven de Marpa a entrar en la casa. Se quedó muy sorprendido al darse cuenta que el extraño y poderoso hombre que se consiguió la primera vez no era otro sino el Lama mismo, e hizo postraciones frente a él, como era la costumbre. Luego de explicar como había destruido la vida de muchos de sus inocentes parientes, Mila le pidió al Lama sus enseñanzas.

Marpa le ofreció al joven refugio y le dio a elegir entre comida y vestido o las enseñanzas. Mila eligió las enseñanzas y se comprometió a arreglárselas por sí mismo con el resto de las cosas. Su primer acercamiento al humor predominante del Lama vino cuando Mila intentó colocar su libro de magia al lado de los libros sagrados de Marpa. “Llévate ese mugriento libro de aquí, puede contaminar mis objetos sagrados y mi santuario”. El joven novato se dedicó a mendigar a través de valle para pagar su habitación y mantenimiento.

Cuando volvió con el Lama llevaba carne, cerveza, sacos de cebada y una enorme olla de cocina. Marpa mostró lágrimas de emoción y llevó la olla a su cuarto sagrado, y lo lleno con mantequilla derretida. Sin embargo se negaba a darle instrucciones espirituales a Mila, en vez de esto le pidió que enviará tormentas eléctricas a dos comunidades que habían estado robando a sus estudiantes. Mila entonces se apresuró a realizar los conjuros para producir las tormentas, y luego fue solicitado para enviar mas truenos y centellas sobre otros poblados. Luego de eso Marpa siempre se refería a su nuevo estudiante como el “Gran Mago”.

Ahora Mila estaba seguro que recibiría las enseñanzas sobre la iluminación y se las pidió directamente a su lama. Marpa le replicó en un tono irritado: “Ja!, ¿es para recompensar tus múltiples crímenes por lo que yo fui a India a riesgo de mi vida? Dices que deseas esas enseñanzas que son el aliento vivo de las Dakinis y por las cuales, sin escatimar riquezas, ofrecí oro sin medida. Espero que sólo estés bromeando!, Cualquiera podría matarte por esto! Ahora restaura las tierras en Yadrok y sana a los afectados.

Pero nunca vuelvas si no puedes hacer esto.” Buenas Noticias lloró por aquel áspero trato. El lama regresó al siguiente día disculpándose por su rudeza e instó a Mila a construir una inmensa torre para su hijo, Tarma Dode, quien viviría allí. Mila emprendió la tarea con furia y sobre las áridas montañas cerca de la casa de Marpa, una enorme torre redondeada comenzó a tomar forma. Su lama después de varios meses de trabajo le pidió que la estructura debía ser desmantelada completamente y las piedras regresadas al sitio donde habían sido tomadas. Entonces Marpa, usando primero la excusa de borrachera y luego de confusión, le ordenó construir una torre semicircular y luego una triangular.

Esas torres fueron construidas hasta la mitad y entonces el lama cambiaba de opinión. Hasta ahora el lama era bastante desagradable e incluso abusivo con su estudiante, repetidamente lo instaba a irse si no estaba satisfecho. Los años habían pasado y todo lo que Mila tenía para demostrar su devoción era una espalda llena de ampollas. Ahora recibía ordenes de construir una cuarta y aún más grande torre. Para este trabajo Mila le imploró a la esposa del lama para persuadirlo de que las instrucciones esta vez no fueran revertidas.

Luego de que tres de los estudiantes del lama colocaron una inmensa roca en posición Mila comenzó a construir el edificio alrededor de la gigantesca piedra. Y tan seguro como el día sigue a la noche el lama predeciblemente mandó a desmantelar el edificio. La razón era que la piedra angular había sido colocada con ayuda de otros, y las estrictas órdenes de Marpa eran que el Gran Mago debía trabajar solo. En varias ocasiones, largos retiros y empoderamientos tántricos budistas eran dados a los estudiantes de Marpa. Mila, esperando ser iniciado, iba a recibir las bendiciones del lama. Cada vez era rechazado, pateado y lanzado al suelo, hasta que brotaban lágrimas de desesperación por el abuso que indiscriminadamente caía sobre él. Además de las historias de las torres estaba la petición de construir un salón sagrado y un camino cubierto.

Estos fueron construidos hasta que la espalda de Mila se infectó totalmente y tenía llagas y ampollas, debido a la enfermedad fue, forzosamente, llevado a reposo. Marpa sin embargo, presionaba a Mila a retornar al trabajo rápidamente, recordándole los intensos esfuerzos a los que fue sometido Naropa por su propio maestro: Tilopa. La compasiva esposa del lama elaboró un plan para que Mila abandonara el lugar, esperando que esto suavizara a Marpa.

Un día le comentó a su esposo que Mila estaba recogiendo todas sus cosas para marcharse, pero que ella lo había persuadido para quedarse. La respuesta del lama fue buscar a Mila y bofetearlo con toda su fuerza. En ese momento parecía evidente que la agresión hacia su miserable aspirante nunca cesaría. En otra ocasión se llevaría a cabo la iniciación de Korlo Demchog. Una vez más Dagmena llevó a Mila al círculo de iniciados, en esa oportunidad le dio una inmensa turquesa para que la llevara como ofrenda al lama.

Fue tal la ira del lama en esa ocasión que luego de lanzar a Mila al suelo, sus propios estudiantes tuvieron que retener físicamente a su maestro para detener la ola de estruendosas patadas que caían sobre el cuerpo de su estudiante. Al día siguiente el lama fue a donde Mila y le propuso una pregunta: “¿No estas insatisfecho por mi negación a enseñarte?” “tengo confianza en el lama” respondió Mila incapaz de contener las lágrimas que caían como un torrente de sus ojos. “¿Que buscas obtener de mí con esas lágrimas? ¡Lárgate!” gritó el lama. Su miseria era mayor de la que su corazón podía soportar, Mila tomó su libro de magia y sin decir adiós abandonó el hogar de su maestro. Él tomó un trabajo en un valle vecino y constantemente leía acerca de las historias de los grandes maestros budistas. Esas historias lo inspiraban e incrementaban su oposición a tomar una vida ordinaria.

Y decidió definitivamente volver con Marpa, quien al darse cuenta de la desaparición de su discípulo derramó lágrimas de dolor, implorándole fuertemente a las Dakinis que su hijo predestinado regresara. Sin embargo, seguía inflexiblemente rehusándose a dar enseñanzas a Mila hasta que los tres pisos restantes de la torre fueran construidos. Sobrecargado por los maltratos del áspero temperamento del lama y su propensión a la violencia, Mila decidió irse de una vez por todas. Dagmena decidió enviar a Mila en secreto a un estudiante de Marpa llamado Ngokpa.

La gentil mujer, después de emborrachar a su marido con su cerveza favorita, realizó una carta firmada y envió un mala de rubí que había pertenecido a Naropa como ofrendas de Marpa. Era conocido también que Lama Ngokpa tenía unos pocos enemigos y que también deseaba los servicios del gran mago para asegurarse que algunos de ellos recibieran algunas lluvias tibetanas de granizo. Luego de completar la petición del lama, Mila fue enviado a observar los resultados de su trabajo, había dejado a los habitantes del valle en la desgracia. Rebaños enteros de yacían muertos en los campos, así como incontables otras criaturas.

Mila tomó algunos de ellos -pájaros y ratones- y regresó adonde el lama desesperado por su habilidad de no hacer otra cosa más que daño. El lama le aseguró a Mila que ninguna de esas criaturas que habían muerto caerían en los reinos bajos otra vez. Como prueba de esto volvió a la vida a todas las aves y ratones que Mila había traído consigo. Esa demostración ciertamente sirvió para fortalecer la ambición del Gran Mago de tratar de hacerse un Yogui. Mila de nuevo recibió métodos junto con instrucciones y fue enviado a un retiro de meditación. Una vez más, y para la sorpresa del Lama Ngokpa, absolutamente nada ocurría en el camino de la experiencia interna en la mente de Mila. Mientras tanto, Marpa se las había arreglado para terminar la torre y enviar una carta a Ngokpa para asistir a la celebración de cumpleaños de su hijo. Adicionalmente le envió una petición de que “cierto malhechor” fuera devuelto a él. Nada podía persuadir a Mila de volver con el terrible y violento lama. Sin embargo, la esposa de Marpa envió una nota en una carta “ahora el te enseñará”.

Con una mezcla de esperanza y coraje Mila partió hacia Lhotrak. Marpa comenzó la ceremonia, “Abundante excelencia de este precioso linaje, sin mancha debido a la imperfección o deficiencia. Puedan todos ser bendecidos por esa excelencia. La excelencia abunda en el rápido camino  de la transmisión secreta, sin error o decepción. Puedan todos ser bendecidos por esa excelencia.” Antes que los rituales avanzaran muy lejos, Lama Marpa reparó en los hechos sucedidos en el pasado reciente. Su bastón estaba sospechosamente colocado a su lado. Él determinó que Lama Ngokpa no sería castigado y le pidió devolver las joyas de Naropa.

Cuando la atención de Marpa se enfocó en su esposa principal, ella se escapó con su marido de modo de no hacerse el objetivo directo de la ira del lama. En cuanto a Mila, su paranoia encumbró en ese momento y pensando que el solo podía crear dolor y problemas en el mundo decidió suicidarse lanzándose de la torre que el mismo había construido. Fueron sólo las gentiles palabras de Lama Ngokpa que lo previnieron de hacer algo como eso. En ese momento Dagmena fue enviada por el lama a informarle a Mila que era el invitado de honor. Mila se acerco temblorosamente a la ceremonia. Lejos de expresar su disgusto personal todos creían que el lama conservaría a Mila, Marpa ahora reveló la verdadera profundidad de su amor por él, proporcionándole todo elogio posible y asegurándole un completo éxito en su práctica.

El lama continuó, “Mi hijo a finalizado las nueve grandes penalidades, ahora su completa iluminación sin futuros renacimientos puede ahora llevarse a cabo”. Debido a la debilidad de Dagmema, esto no tuvo lugar, y quedará un débil vestigio de mancha con él. Ahora te recibo y te daré mis enseñanzas. Que son tan apreciadas para mí como mi propio corazón. Te dejaré meditar y ser feliz. Marpa le dio a su estudiante refugio budista, el voto del bodisatva y los votos de una persona laica. Le fue dado el nombre de “Mila Vajra, Bandera de la Victoria”, como fue revelado por Naropa en el sueño. Marpa le dio el empoderamiento de Chakrasamvara a Mila y a todos los presentes.

Durante la iniciación Marpa apuntó al cielo. Arriba en el espacio sobre el lugar de reunión, apareció el vívido mandala de la deidad rodeada por budas y dakinis así como de numerosos símbolos auspiciosos. Ambos, el lama y las deidades del mandala le confirieron a Mila el nombre de iniciación, “Pal Zhepa Dorje” (Glorioso Diamante Sonriente). Marpa profetizó que de la tenacidad bajo condiciones extremas de Mila el podía desarrollar estudiantes y maestros con fuertes cualidades de buda y que a través de él sus enseñanzas serán como la luna creciente. Luego de recibir instrucciones detalladas, Mila fue enviado en solitario a una cueva situada en una colinas vecinas para meditar. Aquí, colocó lamparas de mantequilla sobre su cabeza y no se movería hasta que se consumieran por completo.

Sin dejar que su lugar de meditación se enfriara Mila meditó de esta forma día y noche por once meses. Luego de esto Marpa y su esposa lo invitaron a un gran festín, en el que le pidieron explicar sus destellos (insights) a través de la meditación. Mila respondió de la siguiente forma, “entiendo que en este cuerpo yace la escogencia vital entre una enorme ganancia y pérdida, relativa a la felicidad eterna o miseria en el límite entre lo maligno y lo bueno. Entiendo que la fuente de toda felicidad es el lama y por lo tanto el primer paso es completar todas sus instrucciones y mantener un vínculo irrompible con él. Además una afortunada existencia humana es algo difícil de adquirir. Elevando la mente con gran intensidad sobre la impermanencia y la muerte, las consecuencias de las acciones y el dolor del samsara uno desarrolla el anhelo de liberarse. Habiéndose esforzado en descubrir el no egoísmo de la personalidad, uno examina el yo por medio de la lógica, las enseñanzas y analogías, y no encontrando el yo, uno comprende su no-existencia. Cuando la mente se calma en tal razonamiento, los pensamientos discriminativos cesan y la mente alcanza un estado no conceptual. Si uno permanece en ese estado uno a alcanzado la tranquilidad de la mente.

Ese estado de tranquilidad es mantenido por medio de una continua atención y consciencia, sin permitirle estancarse en la pasividad. Intensificado por la fuerza de la consciencia, uno experimenta la consciencia pura sin diferenciación, desnuda, vívida. Esa consciencia pura puede ser considerada como un destello de claridad (insight) básico.” Mila resumió su comprensión: “Primero un estado mental vívido de tranquilidad a energía sostenedora junto con un intelecto analítico son requerimientos indispensables para alcanzar destellos perfectos. Son como los primeros pasos de una escalera. Segundo, todas las meditaciones, con o sin formas, deben comenzar de un profundo amor y compasión. Lo que sea que hagamos debe surgir de una actitud amorosa de beneficiar a otros. Tercero, a través de la perfecta visión, todo el análisis discriminativo se disuelve en un estado no conceptual.

Finalmente, con una clara consciencia del vacío, sinceramente dedicamos el resultado para el beneficio de todos los seres. Yo he entendido que ese es el mejor camino de todos.” Marpa respondió: “Hijo mío, tenía grandes esperanzas, y mis esperanzas se han realizado.” El lama se llenó de gozo. Para Mila era tiempo de ingresar de nuevo a su cueva y posarse en su solitario cojín una vez más. Luego de un largo, largo período de tiempo invertido en profunda meditación, Mila fue visitado por un buda femenino cuyo cuerpo era azul como el cielo y que vestía los ornamentos de huesos de una yoguini.

Ella dijo a Mila, “Hijo mío, ya tienes las enseñanzas del gran sello (Mahamudra), y las instrucciones en las seis doctrinas. Estas te orientan hacia la iluminación suprema a través de la meditación continua. Pero no tienes las enseñanza especiales que se refieren a la transferencia de la consciencia de los cuerpos muertos, que llevan a la budeidad en un momento de meditación. Pídelas, dijo ella y luego desapareció. El yogui, Mila, una vez mas cruzó las paredes de su cueva para consultar a Marpa. Este fue un signo para Marpa que le indicaba que debía partir inmediatamente a India a buscar a Naropa. Cuando Marpa finalmente, después de muchos, muchos meses de búsqueda encontró a su maestro Naropa en Pullahari en el norte de India, le preguntó por las enseñanzas en cuestión. Naropa le preguntó cómo había sido llamada su atención por esa enseñanza. Marpa explicó la historia de su estudiante que fue visitado por la Dakini de la sabiduría.

Naropa exclamó, “que maravilla”, en las oscuras tierras del Tíbet ese discípulo es como el sol naciendo sobre la nieve.” Entonces se postró tres veces hacia el Tíbet en honor al poder supremo de Mila en su meditación. Aún hoy en día los árboles y montañas cercanas a Pullahari se inclinan hacia el Tíbet. Luego del regreso de Marpa al Tíbet con el subsecuente fallecimiento de su hijo y heredero, Tarma Dode, Lama Marpa reunió a sus principales cuatro discípulos, Y les pidió que recordaran sus sueños en una noche especial de modo de esclarecer una predicción acerca del futuro de su linaje. Aún cuando todos los sueños eran positivos, sólo el de Mila era profético. Mila Vajra contó su sueño: “Una montaña majestuosa se eleva hacia el norte con el sol y la luna sobre ella. La luz de esa montaña llena todo el espacio y su base cubre totalmente la tierra. Los ríos descienden desde el pico en las cuatro direcciones cardinales apagando la sed de los seres. Las aguas fluían hacia el mar y millares de flores chispeaban en todas partes. Alrededor de la montaña había cuatro grandes pilares surgiendo de las cuatro direcciones. Uno sostenía en el tope un león, otro un tigre, el tercero una garuda gigante y sobre el cuarto pilar se alzaba un cóndor con sus alas extendidas las cuales abrigaban un pichón.

El nido de ese cóndor estaba colocado en un risco pedregoso. El cielo alrededor del pilar estaba lleno de aves pequeñas. Cada una de esas aves tenían la mirada fija en el espacio abierto.” La esposa principal del Lama preparó un festín ritual y lama Marpa se expresó de manera poética con un canto explicando el significado del sueño. “Señor Buda de las tres épocas, Maestro Naropa, me postro a tus pies.

Todos los discípulos de este lugar, escuchen los increíbles presagios del futuro Conocidos a través del sueño Que yo, su viejo padre, voy a contarles. La tierra del norte es el Tíbet Donde las enseñanzas del Buda serán diseminadas Esa montaña nevada es el viejo traductor Marpa y las enseñanzas Kagyu. El tope de la nieve que tocaba el cielo Es un destello inigualable El sol y la luna girando alrededor del pico son la meditación radiante de  sabiduría y compasión.

La luz llenando el espacio Es la compasión disipando la oscuridad  de la ignorancia. Su base cubriendo la tierra entera es la acción penetrante de las enseñanzas cuando se van revelando Los cuatro ríos siguiendo las cuatro direcciones Son los cuatro aspectos de la iniciación y la instrucción Esos ríos apagando la sed de los seres Es el desarrollo y la liberación de  los buscadores. Todas esas agua fluyendo hacia el mar Es la reunión de la consciencia madre  y la consciencia hija Todas las variadas flores chispeantes Son el gozo del fruto sin mancha.” Marpa explicó como las diferentes criaturas representaban sus cuatro estudiantes principales, Milarepa, Ngokton Chodor, Tshorton Oangne y Meton de Tsangrong.

Sus poderosas cualidades propagarían sus enseñanzas y cada uno de ellos alcanzaría el estado último de liberación e iluminación. El gran lama finalmente expresó el significado del sueño en lo referente a Mila, que en este momento se había convertido en Milarepa. Un “repa” es aquel que alcanza la maestría de la practica yogui del tummo o calor interior, que le permite a un yogui permanecer tibio aún en los glaciares más helados. “El gran pilar levantándose al norte es Milarepa de Gungthang, El cóndor que se levantaba sobre el pilar significa que Mila es como un cóndor, sus alas abiertas son la realización de las instrucciones secretas su nido en la punta significa que su vida será más dura que la roca.

El pichón nacido del cóndor Significa que no tendrá rival Las pequeñas aves llenando el espacio significan la propagación de las enseñanzas Kagyu Sus miradas vueltas hacia las alturas es una despedida del mundo del nacimiento y la muerte Su vuelo hacia la inmensidad del espacio es la llegada hacia el mundo de la liberación El sueño del norte no es maligno Es favorable, Oh discípulos establecidos en este lugar”, Marpa se levantó “El trabajo del anciano ha terminado. Para ustedes, discípulos, su hora ha llegado. Si las palabras de este anciano son proféticas, La perfecta enseñanza, transmitida, Se propagará a lo largo y ancho en el futuro.

Marpa instruyó a sus estudiantes intensamente en todo aspecto de la meditación, específicamente instando a Milarepa a perfeccionar su practica de tummo para prepararse para una vida de meditación en las montañas cubiertas de nieve. Marpa dio a sus estudiantes su más preciosa posesión que mantenía las bendiciones de sus propios maestros.

De esos tesoros le dio a Milarepa las prendas de Naropa y el sombrero de Maitripa. Lo eligió como su sucesor y sostenedor del linaje, Milarepa se mantuvo cerca de él por unos pocos años más para recibir las iniciaciones e instrucciones especiales antes de embarcarse a las montañas a practicar austeridades. Milarepa se estableció en una cueva cercana a meditar en aislamiento total y era alimentado y cuidado amorosamente por Marpa y su esposa de igual forma que un año sigue al siguiente. Un amanecer interior sin igual surgió en la mente de Milarepa en la medida que todos los conceptos del ego se disolvían en la sabiduría del espacio definitivo.

La vida de Milarepa. Parte II.

Por: Brooke Webb

De todas las historias escritas, ninguna se acerca tanto a sonar como ficción que la verdadera historia de Milarepa, que trae consigo las poderosas condiciones humanas arquetípicas empleadas en el mito, amor, odio, magia, celos, trascendencia e iluminación.    Esta es la segunda mitad de la historia de Milarepa. El siguiente párrafo provee una breve sinopsis de la primera parte de la extraordinaria vida de este gran yogui que fue presentada en el número anterior.

Fue para vengarse de las estafas de sus parientes que Milarepa aprendió magia negra y llevó a la muerte a los enemigos de su madre. Luego actuando con intenso remordimiento se decidió buscar un maestro completamente iluminado para revertir las consecuencias kármicas de los daños ocasionados. Bajo la dura tutela de su Lama, Milarepa se fortaleció a través de la humillación y la dificultad constante. Finalmente luego de recibir las bendiciones de Marpa para practicar el Dharma budista, Milarepa aplicó su tenacidad inquebrantable hacia la meditación para lograr la iluminación.

Fue durante un largo período de meditación que Milarepa tuvo un sueño en el cual vio que su amada madre había muerto. El sueño provocó un casi irresistible deseo de ver su tierra natal de nuevo. Atravesando las paredes de la cueva de su retiro Mila fue a ver inmediatamente a Marpa. El Lama, habiendo despertado de su sueño se sorprendió de ver que su estudiante había roto su estricto retiro. Viendo el estado emocional de Mila y el deseo de ver a su familia, le permitió a su hijo pródigo abandonar las montañas del Sur de Lhotrak.

Sin embargo, predijo que ellos, Lama y estudiante, no se reunirían de nuevo en esa vida. Justo en el momento en el que despertó, el sol alumbraba la frente del Lama y su esposa traía comida, Marpa vaticinó que Milarepa haría que las enseñanzas del Buda brillaran como el sol al tiempo que sería alimentado por comida espiritual. Marpa procedió a dar a su estudiante una transmisión iluminada dada originalmente por las dakinis y la cual fue ordenada por Naropa que se transmitiera sólo a Milarepa de entre todos los discípulos del Lama. El Lama prometió que no había guardado una sola enseñanza y alentó a Mila y a las futuras generaciones a no repetir el severo estilo de trato hacia sus estudiantes, el cual fue utilizado hacia Milarepa. Con ese consejo Marpa le cantó a su estudiante: Contemplando la vida de los maestros, Uno observa que aún el deseo por más instrucción es una distracción. Mantén la esencia de las enseñanzas a salvo en tu corazón. Muchas explicaciones sin la esencia son como árboles sin fruto. Aunque todas son conocimiento, no hay una verdad definitiva. Conocerlas todas no es el conocimiento de la verdad definitiva.

Mucha dilucidación no trae beneficio espiritual. Aquello que beneficia el corazón es nuestro tesoro sagrado. Si deseas ser rico concéntrate en esto. El Dharma es el medio hábil para sobreponerse al sufrimiento. Si deseas estar seguro concéntrate en esto. La mente cabalgando sobre la mente es un caballo incansable. Tu propio cuerpo es un santuario y una mansión celestial.

La meditación sin distracción y la acción es la mejor de todas las medicinas. A ti que tienes el impulso hacia la iluminación Te he dado las instrucciones sin esconder nada. Yo, mi instrucción y tu, los tres están colocados en tu mano hijo mío. Puedan prosperar y traer ramas y frutos. Sin que decaigan, se disuelvan o se deterioren. El Lama Marpa finalizó su canción y colocando sus manos en la cabeza de Milarepa dijo: “Hijo, tu partida rompe mi corazón. La impermanencia es la marca de todas las cosas compuestas. No podemos hacer nada al respecto.” Milarepa se quedó unos días mas con Marpa quien continuó dándole intensas instrucciones.

Mostró sobre ellos en el espacio, en formas de luz, muchos de los yidams y otros símbolos auspiciosos. Esas maravillas aparecieron directamente de la maestría completamente iluminada de todos los fenómenos. Marpa realizó esos milagros específicamente para marcar la ocasión de la partida de Milarepa y para transmitirle profundas bendiciones. El Lama le preguntó a Mila, “Hijo, has visto y ¿confías en esas transformaciones?”. “Estoy tan conmovido que no puedo más que confiar. Pienso que debería tratar de ser capaz de hacer cosas similares con la meditación”, respondió Mila con la voz quebrada.

“Bien, si es así, hijo, puedes irte ahora. Ya que he identificado todas las cosas como ilusión, practica acordemente. Toma refugio en las montañas, las nieves o los bosques.” Marpa dio los nombres de todas las montañas sagradas donde Mila debía levantar la bandera de la meditación. “Si meditas servirás a tu lama, mostrarás gratitud a tu padre y madre y realizarás las metas de los seres sintientes.” Con ese consejo Marpa estalló en lágrimas, prometiendo encontrarse con su hijo espiritual en la tierra de las dakinis.

Previniendo un obstáculo para la practica de Milarepa en el futuro, Marpa le dio un pliego sellado, para ser abierto sólo en caso de que grandes problemas surjan. Aquella noche, los dos, lama y estudiante durmieron muy cerca el uno del otro. En la mañana Dagmema entró al cuarto llorando de tristeza ante la inminente partida de Milarepa. El Lama le dijo: “Dagmema, ¿por qué lloras?. ¿Porque Mila ha obtenido las instrucciones de la tradición oral de su lama y porque va a meditar en las montañas? ¿Hay alguna razón para las lágrimas? La verdadera causa para las lágrimas es el pensamiento que todos los seres sintientes que son potenciales Budas aún no están conscientes de esto y mueren en la miseria, y lo que es especialmente una causa para las lágrimas es el pensamiento de que una vez que han alcanzado la condición humana, siguen muriendo sin el Dharma. Y si lloras por esto debes llorar incesantemente.” Esa mañana, acompañado por su adorado lama y esposa por una parte del camino, Milarepa partió hacia Kya Ngatsa y su tierra natal. A su llegada allí, las cosas eran como en su sueño. Su casa había caído en ruinas y la maleza había crecido. Y en el centro de la destrucción yacían los restos del esqueleto de su madre.

Debido al temor de las deidades guardianas de Mila, nadie se había atrevido a realizar una cremación en el lugar. En ese momento de conmoción, Mila estalló en una espontánea canción vajra para liberar su dolor: Aquí en la demoníaca prisión de mi tierra natal Encontré un maestro de la ilusión efímera Cuando había una madre, no había un hijo Ahora que he venido, mi anciana madre ha muerto Nuestro encuentro fue una ilusión Yo, el hijo, practicaré el verdadero Dharma. Voy a meditar en la roca blanca del diente de caballo. Cuando había una casa, no había un maestro. Ahora que el maestro ha llegado, esta en ruinas. Nuestro encuentro fue una ilusión. Yo, el hijo, practicaré el verdadero Dharma.

Voy a meditar en la roca blanca del diente de caballo. La casa, las tierras y campos son un mundo sin verdadero beneficio. Deja a los ignorantes tomarlos Como un ermitaño iré a buscar la liberación. Con ayuda de su antiguo tutor de niño, Mila convirtió los huesos de su madre en figuras budistas y las colocó en una estupa. Estallando en lágrimas Mila pensó en su pérdida: “otros no han conocido tal desgracia. Para aquellos que no piensan en el sufrimiento de la muerte y los reinos bajos, los placeres sensoriales de la vida pueden ser suficientes. Para mi todas las cosas de la vida me llevan a meditar con un completo desinterés por la comida, la ropa o el reconocimiento.” Milarepa, tomando algunas provisiones donadas, fijó su residencia en una cueva en la montaña detrás de su casa. Aquí se embarcó en su carrera como un yogui de montaña solitario con varios meses de intensa meditación.

Eventualmente sus provisiones se terminaron y sintió que estaba incapacitado para mantenerse mucho tiempo. De modo de continuar su meditación decidió mendigar comida a los hombres del pueblo. Y ¿quién estaba allí? La causa de todos los pesares de su familia, su tía. Reconociendo al ingrato sobrino, la tía se ensañó contra su desnutrido pariente con piedras, palos y una lluvia de golpes, casi muerto Mila le rogó misericordia. La tía de alguna manera se conmovió con la petición de su sobrino. Detuvo el ataque y le ofreció algunas provisiones. Inconscientemente Mila se lanzó hacia la tienda de su tía. A pesar de su apariencia de cadáver, fue inmediatamente reconocido por su pariente que también había combatido furiosamente a su familia. Una vez más, a pesar de correr con todas las fuerzas que los músculos de sus piernas le permitían una lluvia de flechas y piedras lo alcanzaron en su espalda. Muchos pobladores se unieron al tío en el ataque a su viejo enemigo. Para salvar su vida, Mila invocó fuertemente a sus deidades guardianas bebedoras de sangre para volverse en contra de sus atacantes. Tal fue el temor provocado por su invocación que aún los más fieros entre los lanzadores de rocas se acercaron a brindarle ofrendas a Mila.

La excepción fue su propio tío. Milarepa también acudió a Zessay, la chica con la cual estaba comprometido en su juventud. Se vio obligado a explicarle que ningún matrimonio tendría lugar. “Yo he abandonado todo y a todos. No esperes de mí que sea un hombre en el sentido ordinario,” dijo. Zessay no podía entender ese tipo de practica espiritual que parecía opuesta a la de los religiosos que ella conocía. Ella le dijo: “nunca he visto a un devoto religioso como tu. Luces aún peor que un mendigo. ¿Que clase de Mahayana es ese que tu estas siguiendo?”. Mila replicó: “aquellos que piensan solo en las metas mundanas se contentan con estudiar algunos libros religiosos. Se regocijan de sus propios éxitos y de las fallas de otros. En nombre de la religión amasan tanta riqueza y fama como pueden.

Toman nombres sagrados y se visten de hábitos amarillos. Yo me he alejado de ellos y siempre lo haré.” Luego de escuchar sobre la intención de Mila de lograr la iluminación a través de las austeridades, Zessay se negó a recibir las propiedades de Mila como un regalo. Sin embargo, luego de su partida su suspicaz tía apareció, la mujer había recibido comentarios que su sobrino ya no necesitaba las tierras ni la casa. Ella vino con una proposición. Ella cultivaría el potencialmente lucrativo campo y a cambio le daría a su sobrino provisiones. Lo cual Mila aceptó gratamente.

Milarepa fue capaz de meditar por dos meses más antes de ser visitado nuevamente por su tía. La conspiradora mujer ahora traía una generosa provisión de comida junto con la petición de que Mila hiciera sus prácticas meditativas en alguna otra parte y que dejara de envenenar el buen nombre del valle con sus espíritus guardianes. Mila aceptó irse, y le pidió a su tía que tomara no sólo el campo sino también la casa, habiendo hecho esto cantó: Todo lo que uno acumula Se vuelve propiedad de nuestros enemigos El precio que mi tía pagó por mi campo es su avaricia Poseer alguna parte de esto me causaría  un renacimiento entre los espíritus hambrientos Las palabras de mi tía son palabras de ira.

Si yo hablara el mismo lenguaje  nos destruiríamos el uno al otro. Tía, toma mi casa y campo. Tómalos y que puedas ser feliz. Es a través de la compasión que nos sobreponemos a los demonios. La calumnia es lanzada al viento, y yo me vuelvo hacia metas más altas O gracioso lama, inmutable en esencia, Bendice a este mendigante, para que pueda completar su vida  en la soledad de las montañas. Milarepa partió la siguiente mañana y se fue a la cueva de la roca blanca del diente de caballo. Reforzando su voto de la meditación incesante, hizo la promesa de no descender a un lugar habitado. Cantó: No descenderé por ropa aunque muera de frío No me involucraré en placeres y distracciones ordinarias, aunque muera de tristeza. No descenderé a buscar medicina  aunque muera enfermo. Trabajaré para convertirme en un Buda.

Es mejor morir que vivir como un ser humano que rompe sus votos  por no esforzarse hacia la autorealización. Oh, océano de las deidades guardianas,  destruyan mi vida instantáneamente con cualquier violación. Invocando a su lama, Milarepa enfrentó a todas las fuerzas distractoras y se enfocó únicamente en la práctica de la meditación. Su cuerpo se debilitaba por la falta de comida nutritiva, Mila invocó a su lama con gran intensidad. En un sueño le aparecieron practicantes femeninas y le mostraron los métodos para unir el cuerpo, habla y mente a través de posturas yóguicas hasta que el gozoso calor del tummo surgiera. Seguidamente, un éxtasis y calor interno comenzó a ascender en su cuerpo. Transcurrió un año entero en meditación virtualmente sin distracciones. Entonces surgió la necesidad de refrescarse a sí mismo abandonando su solitaria residencia.

Mila entonces recalcó su voto y se llenó de coraje a sí mismo con una canción: Noble Milarepa, pueda esta canción ser  un recordatorio y tu ayuda. Tu has cortado con la multitud  y su charla placentera. No permitas pensamientos divagantes, deja la mente estar tranquila. Si los permites, sucumbirás a los  pensamientos insanos. No te distraigas, no te distraigas Esta atento. Si estás distraído, tu devoción  será arrastrada por el viento. No abandones, no abandones, quédate donde estás. Si abandonas tus pies tropezarán contra una piedra. No busques placer, sino contrólate a ti mismo Buscar placer no tiene ningún propósito No duermas, no duermas, medita. Si duermes, los cinco venenos de la corrupción te sobrecogerán. Habiendo fortalecido esa resolución, Milarepa meditó noche y día por tres años más. Cada año consumía un saco de cebada y nada más.

Cuando todo esto se le acabó, Mila encontró que se podía mantener a base de una sopa elaborada de ortigas, que crecían justo en la entrada de su cueva. Desnudo y sin ningún otro tipo de comida, su pelo se volvió gris, su cuerpo era como un esqueleto y la piel se le torno verdosa. Paso otro año. Un día un grupo de cazadores se colocaron alrededor de la cueva y, viendo a Milarepa, pensaron que habían visto a un fantasma. Pidiéndole comida abusaron física y verbalmente del debilitado yogui, levantándolo y lanzándolo al suelo una y otra vez. De entre ellos uno persuadió a los demás de detener esa estupidez. Luego de manera desconocida para Mila, todos excepto el que había intercedido, experimentaron tener sus ojos fuera del cuerpo mientras el líder era asesinado. Otro año de meditación solitaria transcurrió antes de que otro grupo de cazadores se acercaran a la cueva. Una vez más los visitantes huyeron espantados luego de ver la fantasmagórica condición de Milarepa.

Uno de los que huyó, siendo de naturaleza más gentil, le dejó una buena porción de sus provisiones y su practica se fortaleció. Su gozo y claridad se incrementaron como nunca antes. Milarepa comió la carne con prudencia para ahorrar provisiones y eventualmente la carne se volvió comida para las larvas. Mila optó por pensar que ellos habían obtenido su pago y volvió a su dieta de ortigas. Así que transcurrió otro año, y una vez más llegaron cazadores demandando comida. Ese hombre, del pueblo de Mila, de alguna manera lo reconoció por los agujeros en sus dientes.

Mila les preparó un resplandeciente festín de ortiga. Tan desagradable era aquella comida que no pudieron con más de un bocado y se dieron cuenta que se habían encontrado posiblemente con el hombre más miserable y pobre de la tierra. Contrario a su opinión, Milarepa les explicó, “renunciando al mundo y meditando en estas montañas solitarias, estoy tratando de alcanzar la meta en la eternidad. He sacrificado la comida, vestido y el status destruyendo por lo tanto a los enemigos, la pasión y los prejuicios en esta vida.

Ningún hombre ordinario es más valeroso o con más altas aspiraciones que yo. Aunque ustedes han nacido en un país en el cual las enseñanzas del Buda se han diseminado, no tienen la inquietud de escuchar el Dharma. No hay conducta más peligrosa que la de acumular fallas poco a poco y mano a mano, esto llena la profundidad y duración del infierno.” Milarepa les cantó la canción de las cinco felicidades: Estoy feliz con el duro cojín debajo de mí, Estoy feliz con la cobija de algodón que me cubre Estoy feliz con la cuerda de meditación que me mantiene derecho Estoy feliz con este cuerpo fantasmagórico, Ni hambriento, ni saciado.

Estoy feliz con mi mente que ha ganado destellos de sabiduría de la realidad. No soy infeliz, soy feliz. Ahora el sol se oculta. Vuelvan a sus casas. Ya que la vida es muy corta y la muerte ataca sin avisar. Yo que me esfuerzo hacia la Budeidad No tengo tiempo para palabras inútiles Así que déjenme con mi contemplación. Los cazadores partieron. Luego ese hombre, habiéndose aprendido la canción de Mila de memoria, cantó esas palabras durante un festival en Kya Ngatsa, la propia hermana de Milarepa, Peta, ahora una mendigadora errante, escuchó la canción. Comenzó a llorar, “cualquiera que cante esa canción es un Buda.” El hombre se rió mientras le decía que el autor de esos versos era su propio hermano, ahora a punto de morir de hambre.

Pidiendo una jarra de cerveza, Peta se apresuró a buscar a su hermano a quien no había visto en años. Sin embargo habiéndolo encontrado era incapaz de reconocerlo. Sus ojos se habían hundido en su forma esquelética su cabello gris caía en largas y salvajes cascadas alrededor de él, y su piel se había vuelto verde. Fue sólo su voz la que la hizo recordar. Pensando que la desgracia era la responsable del estado de su hermano, ella también concluyó que era la criatura más miserable sobre la tierra.

Mila respondió explicándole que los tres reinos inferiores eran infinitamente más terribles que su propia miseria. Luego de beber la cerveza y comer la comida que traía la hermana, se hizo casi imposible meditar debido a que la sensación de hambre se había incrementado hasta el punto de volverse totalmente envolvente. Viendo esto como el peor de los obstáculos, Milarepa rompió el sello del pergamino de Marpa, este contenía las instrucciones sobre las practicas yóguicas y especialmente el consejo de tomar comida nutritiva.

Siguiendo esto el entendimiento de Mila se incrementó como nunca antes. Ganó profundos destellos de sabiduría en la interdependencia de todas las cosas relacionadas con el samsara y el nirvana. El Samsara existe solo como un punto de vista distorsionado mientras que el nirvana es la perfecta consciencia sin distracciones. La fuente de ambos estados los observó como una consciencia luminosa y vacía en sí misma. Mila entendió que la base de todos los métodos Vajrayana es la transformación de las experiencias sensoriales en logros espirituales.

Redoblando sus esfuerzos, Milarepa meditó en sus yidams y poderes milagrosos comenzaron a manifestarse. Experimentó la capacidad de levitar y cambiar su cuerpo a voluntad. En la noche a través de sueños Mila podía transformarse en diferentes cuerpos espirituales y materiales, visitando los reinos de los Budas para recibir enseñanzas y dar enseñanzas el mismo. Su cuerpo podía ser de llamas flameantes o de chorros de agua. Era capaz hasta de volar a través del espacio y los granjeros en el valle se sorprendían con el espectáculo inspirador de ver a un hombre volando sobre sus cabezas a plena luz del día. Seguidamente, Mila determinó que era el momento de mudarse a otra área antes de que sus recientes travesuras crearan mucha perturbación. Levantando su vasija de cocinar con su estado debilitado se le resbaló y cayó al suelo en piezas rotas. El endurecido residuo de las ortigas se mantenía intacto exactamente en la forma de la vasija.

Mila cantó: En el mismo momento en el que tenía una vasija no tenía una vasija. Ese ejemplo demuestra completamente la ley de  la impermanencia de las cosas. En particular, demuestra la condición humana.

Si es así, yo, el ermitaño Mila, me dedicaré a meditar sin distracciones. La preciosa vasija contiene mi riqueza. Se hace mi maestro en cada momento que se rompe. Esa lección sobre la impermanencia inherente  de las cosas es una gran maravilla. Una vez más aparecieron cazadores y una vez más alimentaron al yogui ermitaño. Luego Milarepa partió hacia una cueva en Kyiphuk donde meditó por unos meses y su experiencia interna se profundizó aún más. Aquí su hermana Peta eventualmente lo bajó de la montaña para intentar que su excéntrico hermano se vistiera y se alimentara adecuadamente. Le llevó ropas con las que insistió que se cubriera. Cuando partió a mendigar provisiones, Mila confeccionó una envoltura para sus dedos y órganos sexuales. Su hermana se ruborizó ante la falta de vergüenza de su hermano. Mila explicó, “soy un realizador que busca el bien esencial de su preciosa vida humana. Sabiendo lo que es la vergüenza me he mantenido fiel a mis votos y preceptos, hermana, tu sólo te ruborizas ante mi desnudez.

” Peta ahora se volvió más y más abierta a la sabiduría de su hermano y recibió de él consejos y prácticas de meditación. Milarepa continuó meditando día y noche. El tío de Mila había muerto y su tía había caído en un estado de terrible remordimiento por su avara y egoísta forma de ser. Comenzó a buscar en todas partes alguna instrucción de cómo conseguir a su sobrino Milarepa, el asceta legendario del Tíbet, eventualmente encontró el tronco que unía la cueva de Mila con un precipicio. Peta reconoció inmediatamente a su tía y removió el tronco pidiéndole a su hermano que despachara al pesado visitante. Luego, en respuesta a las desconsoladas súplicas de su tía por una audiencia Mila dijo: “En principio, he abandonado todo apego a los parientes, y especialmente a mi tía y tío. Primero nos llevaron a la miseria.

Aún luego cuando comencé el camino religioso y fui donde ustedes mendigando, brutalmente me castigaron. Esa es la razón por la que no tengo nada que ver contigo.” La tía confesó su ira y su manera deshonesta y pidió durante horas el perdón de su sobrino, amenazando suicidarse si se negaba.

Eventualmente, en contra del juicio de su hermana, Mila recibió a su tía dándole extensas enseñanzas, y se volvió una realizadora del Dharma que alcanzó la liberación a través de la meditación. Milarepa continuó meditando año tras año en las cuevas especificadas por su lama. Había momentos en los que el invierno era muy frío y la nieve se hacía muy gruesa y nadie podía creer que había un yogui desnudo meditando en tales cuevas, muchos aseguraban que seguramente Milarepa había muerto.

El ermitaño se hizo legendario y empezó a tener valiosos estudiantes, tanto hombres como mujeres, de todas partes del Tíbet. Sus enseñanzas se transmitieron a través de las “dohas”, canciones espontáneas que originaban un despertar puntual en los que escuchaban. El líder entre sus estudiantes era Rechungpa, el más querido y cercano discípulo de Milarepa. Sin embargo estaba el monje Gampopa que eventualmente tomó el trabajo como su sucesor, sostenedor de la transmisión iluminada del linaje de transmisión oral.

Encontrándose un día con algunos de sus discípulos, algunos confesaron sus dudas sobre su propia habilidad para mantenerse en el curso, y estaban seguros que Milarepa, que había realizado tan impresionante poder, era un Buda encarnado, o al menos el renacimiento de un boddhisattva del más alto nivel. El maestro respondió a estos malentendidos: “nunca he escuchado que tipo de encarnación soy. Puede que sea una reencarnación de los tres reinos inferiores, pero si ustedes me ven como un Buda recibirán su bendición.” El maestro continuó: “Todo aquel que de todo corazón confíe en el karma y tema el sufrimiento de los reinos bajos, surgirá en él una gran aspiración por la iluminación. Lo llevará a volverse devoto de un Lama, de la meditación y poseer una profunda sabiduría. Es posible para cualquier hombre perseverar de la manera que yo lo he hecho. Considerar a un hombre con tal perseverancia como un Buda es un sigo de no confiar en el camino corto.

Reflejado en el karma, la miseria del ciclo de las existencias, el valor de un renacimiento humano y la incertidumbre de la hora de la muerte.” Explicó que era el temor a esas cosas, lo que lo había llevado a las montañas. Un día en la región de Drin, Milarepa fue invitado a presidir una boda. Un lama altamente influyente llamado Geshe Tsakpuhwa estaba también presente. El ambicioso geshe hizo una postración hacia el reverenciado ermitaño Milarepa, esperando que se le retornara en gentilezas por parte de sus muchos benefactores.

Tales frivolidades no eran el estilo del maestro. Decidido a desenmascarar al presumido impostor, el celoso geshe pidió a Mila interpretar algunos textos de lógica budista. Mila contestó: “por supuesto que conoces el significado conceptual del texto. El significado espiritual se encuentra al abandonar las reacciones mundanas y el ego personal, a través de la destrucción de falsas percepciones de la realidad y meditando. Aparte de eso, argumentar sobre las palabras es totalmente inútil si uno no practica el Dharma.

Nunca he estudiado lógica y si alguna vez lo hice lo he olvidado ahora.” El maestro rompió en un canto: Habiendo meditado en mi Lama, He olvidado a aquellos que son poderosos e influyentes. Habiendo meditado en las instrucciones de la tradición secreta, he olvidado los libros de dialéctica. Habiendo asimilado la enseñanza en el flujo de mi consciencia. Olvidé involucrarme en polémicas doctrinales. Habiendo vivido en la humildad en cuerpo y mente, he olvidado el desdén y la arrogancia de los grandes Habiéndome involucrado más en lo espiritual que en las letras, olvidé como jugar con las palabras. Como tu eres un maestro, explica la disertación tu mismo. El Geshe, gritando y poniéndose rojo, replicó: “Si yo lo hiciera, tu discurso no iría muy lejos.” Los ayudantes del Geshe, avergonzados por su ruda actitud, se las arreglaron para silenciar al ambicioso lama. El humillado hombre planeando venganza le prometió a su concubina una costosa turquesa por llevar un yogur envenenado a la cueva de Milarepa.

Mila envió a la mujer de vuelta, pidiéndole que volviera luego con la bebida. Luego de recibir la turquesa, la mujer fue enviada por el Geshe de vuelta a la cueva del maestro para llevarle la endemoniada ofrenda. “Así que”, dijo Milarepa luego de recibir el generoso regalo, “te han dado la turquesa por la acción que estás llevando a cabo.” Temblando de temor, la mujer calló al piso y lloró de remordimiento, pidiéndole al maestro que le devolviera la mortal comida. Mila le explicó a la mujer que podía beber la pócima para satisfacer al Geshe y para asegurarse de que ella obtuviera la turquesa. Prometiendo purificar el karma negativo de la mujer, Milarepa tomó el brebaje. El maestro, ahora mejor con los años, llamó a sus estudiantes a lo ancho y largo para reunirlos alrededor de él. Siguiendo una gran fiesta ritual dio continuas enseñanzas a los seguidores laicos, monásticos y yoguis sobre el karma y la naturaleza última de la realidad.

Una cubierta de arcoiris se manifestó en el cielo y muchos practicantes fueron capaces de ver incontables apariciones milagrosas, dentro del espacio mismo. Cayeron flores de diferentes colores y una música y fragancia celestial llenaron la atmósfera. Muchos también vieron el cielo llenarse de dioses que venían a escuchar el discurso del maestro. Si deseas sinceramente evitar el sufrimiento, evita cualquier acción dañina hacia otros seres. Practiquen incesantemente por la purificación, Disuelvan la ignorancia y acumulen mérito. Si lo haces no sólo verás Las amorosas deidades del Dharma que vienen a escuchar, sino que las percibirás dentro de ti mismo El dharmakaya, el más sagrado y alto de todas las deidades.

Si lo ves también verás  la completa verdad del samsara y el nirvana Y te liberarás del karma. Milarepa explicó a la asamblea, que no tenía mucho tiempo y que no los vería mucho tiempo más. Los exhortó a seguir sus enseñanzas y a no desperdiciar el tiempo. El maestro como de costumbre, cantó una canción para suavizar el shock y el dolor en el corazón de sus amados estudiantes: Podamos reunirnos de nuevo en la tierra pura del Buda. Aquellos que me vieron y escucharon, aquellos que recuerden mi historia, aquellos que sólo lo han escuchado junto con mi nombre, Puedan aquellos que emulan mi vida y meditan, aquellos que leen y veneran, aquellos que siguen mi ejemplo en sus vidas, Puedan encontrarme en la tierra pura del Buda. Puedan aquellos que escuchen mi historia, Recibir inconmensurables bendiciones. Puedan todos aquellos que sólo escuchen mi historia alcanzar la liberación Puedan aquellos que meditan en esto alcanzar sus metas. Sus estudiantes le imploraron al maestro extender su vida por medios yoguis.

Él explicó, “Ha llegado mi hora, mi cuerpo terrestre esta siendo transformado en una forma más sutil, disolviéndose en una forma de vacío totalmente despierta. Ordinariamente los hombres experimentan las consecuencias de su karma a través de ciclos de vejez, enfermedad y muerte. Nada puede detener esto. Ni el poder de los reyes, ni las realizaciones de los héroes, ni la belleza de la mujer, ni las riquezas, la naturaleza del samsara es tal que la riqueza que hemos acumulado se dispersa, las casas construidas se destruyen, las uniones se rompen y todo lo que ha nacido debe morir. El mejor remedio es realizar la naturaleza última de las cosas bajo la dirección de un lama realizado. Milarepa pronto comenzó a mostrar los signos de una horrible enfermedad y fue visitado por muchos curanderos, entre los cuales estaba nada más que el orgulloso y repelente geshe.

Probando al maestro hasta el límite, el Geshe tentó a Mila a utilizar sus poderes de yogui para transformar la enfermedad en sí mismo. El hombre estaba completamente convencido de que Milarepa era un impostor posando como yogui salvaje de montaña. Luego de una larga sesión de insistencias por el engreído geshe, Mila aceptó transferir la enfermedad hacia una puerta la cual inmediatamente se destruyó en miles de piezas. Temiendo un truco, el denso escéptico le insistió a Mila una y otra vez que le traspasara a él mismo la enfermedad. Finalmente Mila accedió y le transfirió al sonriente geshe sólo la mitad de su dolor. Repentinamente la sonrisa del orgulloso hombre se transformó en contorsiones de dolor y cayó al piso agonizante. Paralizado y en shock el Geshe estaba a punto de morir cuando el maestro retornó la enfermedad de vuelta a sí mismo.

El hombre se lanzó a los pies del maestro, al mismo tiempo que le ofrecía todas sus propiedades y riquezas y arrepintiéndose por su horrible crimen en contra del gran yogui. Mila rehusó los regalos pero aceptó la disculpa, prometiendo invocar la compasión de su lama para aplacar las consecuencias kármicas de los infiernos que esperaban por las tontas acciones del hombre. El arrepentido Geshe renunció al mundo y se hizo devoto del maestro. Milarepa fue a Chuwar para manifestar la aparición de su muerte. Estudiantes de todas partes simultáneamente experimentaron encontrarse con el maestro y recibir sus bendiciones y consejos. Esto ocurrió en diferentes lugares a través de la región pero exactamente al mismo tiempo.

Sobre el área surgieron signos maravillosos, aparecieron nubes como cinco estupas coloreadas y el incienso y la música permearon la atmósfera en todas partes. Muchos vieron una gran reunión de dakinis congregándose en el espacio sobre Chuwar para darle la bienvenida al maestro. Fue aquí donde el viejo ermitaño e indomable yogui murió en meditación. Luego de su muerte el cuerpo de Milarepa cambió en seis días en una forma radiante y celestial de un niño de ocho años. Sucedió que grupos de sus estudiantes tanto de Chuwar como de Nyanang, muy alejados unos de otros, cada uno tenía un cuerpo para cremar y en ambos lugares surgieron los mismos signos maravillosos. En Chuwar no fue sino hasta que llegó su amado estudiante, Rechungpa, que la pira de cremación comenzó a arder, a pesar de todos los intentos previos por encenderla. Justo antes de la conflagración el maestro fue visto una vez mas apareciendo totalmente vivo y luciendo resplandeciente con gran elegancia. Cantó una última canción a Rechung y la asamblea reunida: Escucha Rechung, querido de mi corazón, En el océano de los tres niveles samsáricos. El cuerpo ilusorio es el gran delincuente, Tratando de llevar a cabo las metas materiales Con poco tiempo para renunciar a los esfuerzos mundanos O Rechung, renuncia a las empresas ordinarias.

En la ciudad del cuerpo ilusorio, La mente ilusoria es el gran delincuente Esclavizada por la sangre y la carne del cuerpo, Con poco tiempo para realizar la realidad ulterior O Rechung, discierne la verdadera naturaleza de la mente En el borde entre la mente y la materia, La consciencia interna es el gran delincuente Expandiéndose dentro del reino de las percepciones condicionadas Con poco tiempo para realizar la naturaleza no creada de la realidad. O Rechung, captura la fortaleza de la vacuidad no nacida. Lama, Yidam y Dakinis, Las tres unidas en uno, invóquenlas! Visión perfecta, contemplación y practica, Las tres unidas en uno, realícenlas! Esta vida, la próxima y la intermedia Las tres unidas en uno, unifíquenlas! Habiendo hablado de esa forma el maestro se disolvió en la vacuidad que todo lo permea. La pira funeraria se transformó una mansión celestial y la llama tomó la forma de un botón de flor de loto de ocho pétalos. Los restos mismos del cuerpo fueron vistos como formas

NAROPA Y TILOPA Parte I. La Búsqueda de Tilopa

NAROPA Y TILOPA

Parte I. La Búsqueda de Tilopa

Por: Khenpo Chodrak

  Naropa fue un erudito del siglo X. Existen diferentes opiniones en cuanto al lugar de su nacimiento, algunos biógrafos dicen que nació en Bangladesh, pero de acuerdo a Marpa, uno de sus principales discípulos, nació en Lahore, India. Su familia fue muy poderosa y rica, en esa época era común que la gente que trabajaba para esas familias, se refirieran al amo como rey, por tal motivo algunos biógrafos sostienen que Naropa fue un príncipe. 

La Infancia y el Matrimonio de Naropa  En la primera parte de su vida, el joven Naropa estudiaba de acuerdo a la tradición Brahmín, pero probablemente su padre era Budista, ya que Naropa recibió un entrenamiento Budista en el hogar. Un día Naropa pidió permiso para tomar la ordenación de monje y su padre la Rechazó.

Buscando el permiso de su padre, Naropa dijo: “Si no puedo convertirme en monje, quiero casarme con una muchacha que venga de una familia Brahmín, que sea Hindú, amorosa y compasiva. Debe ser rubia y su nombre: Sangmo.” Además, agregó que debía tener 16 años de edad.

Su padre pensó que nunca podría encontrar a una muchacha como la descrita y consultó con un amigo. El amigo le dijo que no se preocupara, que la India era un país grande y que debería ser posible encontrar a la muchacha en alguna parte.

El amigo comenzó la búsqueda en todas partes y un día vio un grupo de muchachas que recogían flores. En esos tiempos, recoger flores significaba que se estaba preparando una ofrenda a los dioses o deidades, lo cual indicaba que eran Hindúes.

Comenzó a llover y todas las muchachas se levantaron. Tenían que cruzar un río y para hacerlo levantaban sus faldas, una de ellas no lo hizo y simplemente caminó a través del agua, por este hecho, el amigo se dio cuenta de que ella era diferente a las otras. En el otro lado del río estaba un mendigo sentado en el camino y la muchacha le dio un poco de comida, también vio que era rubia. Fue y le preguntó de cual familia venía y ella dijo que venía de una familia Brahmín, que su nombre era Sangmo y que tenía 16 años.

El amigo, muy feliz, regresó para dar la buena noticia. El padre de Naropa, lleno de gozo, le dijo a Naropa que la muchacha había sido encontrada y que la invitarían a venir. Una delegación fue enviada a los padres de la muchacha para pedir su mano como esposa de Naropa. La delegación llevó cien elefantes cargando toda clase de regalos: plata, oro, cualquier cosa preciosa. En esta forma ella se casó con Naropa.

Naropa fue jefe de familia hasta los 25 años, hasta que él y su esposa estuvieron de acuerdo en que ambos debían ordenarse. Entonces, Naropa se fue a la Universidad de Nalanda.

La Universidad de Nalanda En Nalanda, Naropa estudió filosofía Budista (Sutra y Tantra), convirtiéndose en un gran erudito. En esos tiempos existía la tradición de que eruditos de otras religiones (ej: la religión Hindú) retaban a los eruditos Budistas a debatir, quien ganara el debate se convertía en el maestro del perdedor y de sus estudiantes. En consecuencia, era esencial que los debatientes conocieran los tópicos muy bien. En toda la India era de ésta manera y si un erudito no estaba calificado, significaba un gran riesgo.

Por esta razón, se seleccionaban los cuatro mejores eruditos de la Universidad de Nalanda para los debates. Cada uno era responsable de una de las cuatro puertas de la universidad ubicadas en las cuatro direcciones. Naropa fue un gran erudito de la puerta norte que ganó muchos debates, enseñó, adquirió discípulos y llegó a convencerse él mismo de su gran erudicción.

Un día cuando estaba sentado leyendo sus textos, una sombra cayó de repente del libro. Naropa volvió el rostro y encontró una mujer extremadamente vieja y fea, que le preguntó: “¿Qué estás estudiando? ¿Qué estás leyendo?”. Él respondió: “Estoy estudiando el Guhya-Samaja Tantra,”. Ella dijo: “¿Me puedes leer las palabras?”. Naropa contesto: “Si”, y empezó a recitar el texto.

Al oír el texto, la mujer se puso tan feliz que saltó alrededor y comenzó a bailar. Naropa pensó: “Esta mujer se puso muy feliz cuando le dije que podía leer, también debería decirle que yo entiendo.” Y él dijo: “También, entiendo el significado”.

En este momento, la mujer se puso muy triste y comenzó a llorar. Naropa dijo: “Estabas muy feliz de que pudiera leer, pero ahora estás muy triste porque dije que entendía el significado, ¿por qué?” Ella contestó: “Estoy triste porque un gran erudito como tu está mintiendo, esto es muy triste. Hoy en día, en todo el mundo, no existe alguien, excepto mi hermano, que entienda el significado de las palabras.” Naropa le pregunto quien era su hermano y donde vivía. Ella contestó: “Mi hermano es Tilo Sherab Sangpo, es incierto donde vive, pero si quieres conocerlo, yo te ayudaré.”  Al oír el nombre de Tilopa, Naropa sintió una gran devoción que jamás había experimentado. El único pensamiento que tenía en su mente era encontrar a Tilopa, quería ir inmediatamente y verlo.

Tilopa

Después de este suceso, regresó a la universidad y pidió permiso para irse a conocer a Tilopa. Todos los eruditos de la Universidad de Nalanda le suplicaron que no se fuera y por tres meses no pudo marcharse. En sus sueños aparecieron muchos signos que le decían que debería irse y finalmente, dijo que lo sentía pero que se iría sin importar quien le pidiera que se quedara, aceptó terminar las enseñanzas que había comenzado, pero no iniciaría ninguna nueva.  La Búsqueda de Tilopa y las 12 Penalidades Menores Naropa dejó la Universidad de Nalanda para ir en busca de Tilopa. Recibió una profecía que le indicaba que debería meditar en Chakrasamvara y que al completar esta meditación obtendría indicaciones del lugar donde encontraría a Tilopa.

Fue a un cementerio en el sur de la India donde meditó por seis meses en Chakrasamvara. Finalmente, recibió una profecía por parte de unas dakinis en la que le decían que para conocer a Tilopa debía ir al este. Soportando muchas penalidades viajó al este, pero no encontró a Tilopa. Cuando estaba a punto de renunciar porque todo era muy difícil y ya no tenía más fuerzas, escuchó una voz que le decía que la pereza y la flojera son trabajo de los demonios. Solamente si abandonaba la flojera, conocería a Tilopa y lograría la iluminación.

Desde este momento en adelante, todos los eventos y todo lo dicho en relación con la vida de Naropa son enseñanzas acerca del camino hacia la iluminación. Estas enseñanzas describen exactamente lo que Tilopa enseñó a Naropa y lo que es necesario para que cualquiera alcance la iluminación. El primer paso es dejar la flojera, porque de otra forma uno no tendrá chance de alcanzar la iluminación; no hay iluminación en combinación con la flojera. Naropa abandonó la flojera y fue muy diligente, continuó su camino y oraba a Tilopa día y noche.

1.    No mucho tiempo después de esto, Naropa llegó a un camino muy estrecho con una roca y un río a cada lado. Tendida en el camino, encontró a una mujer enferma que tenía la lepra tan avanzada que sus pies y sus manos estaban a punto de desaparecer, por todas partes tenía heridas infectadas con sangre y pus. Ella estaba bloqueando el camino y al ver a Naropa dijo: “Lo lamento pero no puedo quitarme, tendrás que moverme, caminar sobre mí o tomar otro camino.” No había nada que él pudiera hacer, por lo que tapo su nariz, miró hacia otra parte porque le disgustaba verla y la saltó. Inmediatamente, ella desapareció y una voz que provenía del cielo dijo: “Si uno practica el camino Mahayana, uno debe tener amor y compasión. Si no se tiene amor y compasión, no se practica el camino Mahayana, no será posible obtener resultados de ese camino y uno nunca podrá encontrar a su maestro.

Todos los seres con conciencia son como nuestros propios padres y por esto para practicar el Mahayana uno no puede excluir a ningún ser con conciencia por simple y pequeño que sea.” Naropa, luego de esto, continuó desarrollando su Boddichitta y trató de incrementar su amor y compasión.

2.    Naropa siguió hacia el este, llegó a un río donde se encontró con un furioso perro con heridas llenas de gusanos, era agresivo y ladraba a Naropa con rabia. Naropa trató de enviar al perro lejos pero no se movió. A lo último saltó al perro porque quería continuar buscando a Tilopa. Inmediatamente una voz le dijo: “Si uno no entiende que todos los seres del mundo, de los seis reinos de existencia, han sido nuestros padres en este o en otro momento, entonces uno nunca podrá conocer a un buen maestro, ni siquiera a uno malo.” Todos estos eventos eran enseñanzas de Tilopa.

3.    La siguiente persona que encontró Naropa estaba llevando una carga muy pesada. Naropa le preguntó si conocía a Tilopa y su paradero. El hombre le informó que tenía que ir al otro lado de la montaña donde encontraría a alguien que podría responder esa pregunta. Esa persona estaría cortando y aplastando las cabezas de sus padres contra unas rocas. Naropa fue adonde le habían indicado y encontró al hombre ocupado aplastando las cabezas y le preguntó acerca de Tilopa. El hombre dijo que conocía donde estaba Tilopa, pero que sólo podría darle la información si Naropa aplastaba algunas cabezas. Naropa pensó: “Soy un monje, un pandit y provengo de una casta muy alta, ¿cómo podría aplastar la cabeza de alguien?” Al pensar esto, todo desapareció y de nuevo escuchó una voz proveniente del cielo que le decía que para obtener cualquier clase de realización tenía que abandonar el aferramiento a su ego y a su orgullo. Sin el entendimiento de que aquello no era real en sí mismo, de que no hay un individuo real, nunca podría lograr ninguna realización. En este punto Naropa comprendió que todo el tiempo, cuando se había encontrado a alguien, había una lección que aprender, y se prometió a sí mismo que desde ese instante en adelante trataría de aprenderla. 

4.      Naropa continuó su camino y se topó con dos personas que habían capturado a una tercera a la que habían atado y cortado su estomago, sus intestinos se estaban derramando y él estaba gritando. Naropa fue hacia ellos y les preguntó si conocían a Tilopa. Uno de los hombres le dijo que sí lo conocían, pero que para darle la información primero tenía que cortar los intestinos del hombre capturado. Naropa no pudo aguantar el dolor de la persona y rechazó cortar los intestinos. Las personas se desvanecieron y una voz le dijo que toda la raíz del Samsara es el apego, los conceptos arraigados y el asirse a la noción de un yo real, lo cual debería dejar ir. Tilopa estaba confrontando a Naropa con algunas situaciones muy extremas para darle enseñanzas muy directas. Abandonar pequeños apegos y pequeñas emociones perturbadoras no es tan difícil, pero en situaciones muy extremas uno debe ser capaz de mantener la mente clara sin caer en ninguna clase de reacciones, y esto es muy difícil.

5.  Naropa llegó a un lugar donde vio una escena muy terrible de una persona derramando agua caliente dentro del estomago abierto de otra persona, la sangre fluía y la víctima estaba gritando. Naropa preguntó si sabían donde estaba Tilopa y para obtener la respuesta primero tenía que derramar más agua en el estomago y nuevamente no lo pudo hacer. Al desvanecerse las personas, le fue dicho por la voz que venía del cielo que las enseñanzas de los lamas son como el fluir del agua y que ellas debían ser usadas para purificar las impurezas de la propia mente, y que esto no puede ser logrado purificando alguna cosa en el exterior. En ese momento la impureza que él tenía que purificar en su mente era el aferramiento al concepto de él mismo como monje.

6.  Naropa prosiguió y llegó a un hermoso pueblo donde un rey, que sabía sobre Tilopa, le pidió que se quedara en el palacio por un tiempo antes de darle alguna respuesta. Naropa aceptó y estuvo allí por un largo tiempo, haciendo oraciones por el bienestar de la familia y viviendo en condiciones muy confortables. Un día, el rey le pidió que se casara con su hija. Como monje, Naropa rechazó. El rey insistió y finalmente se sintió muy trastornado por los rechazos y golpeó a Naropa, éste sintió mucha rabia y odio y empezó a realizar la recitación de Chakrasamvara para hacer magia negra en contra del rey. Justo cuando comenzó la recitación todo el pueblo desapareció y sólo quedó la arena. La enseñanza de esto fue que uno debe abandonar el deseo y la ira, de otra forma no será posible encontrar a un maestro y sin un maestro, la liberación no es posible.

Naropa había demostrado su deseo al quedarse en el pueblo por tanto tiempo, y su ira al sentir rabia cuando fue golpeado. Una vez más él no había entendido que aquello no era real y le fue enseñado que debería entender la naturaleza irreal, como sueño, de todo. Cualquier cosa que uno experimenta es creada por nuestras propias emociones de deseo e ira, éstas crean el mundo que nosotros experimentamos, el cual no tiene una esencia verdadera ni real, desde un tiempo sin comienzo nunca ha existido.

7.  A partir de entonces, Naropa estuvo convencido de que era Tilopa a quien había conocido todo el tiempo. Orando a Tilopa, continuó viajando al este hasta que finalmente llegó a un gran bosque donde había una estampida de venados perseguida por perros ladrando y un cazador. Naropa le pregunto al cazador sí conocía a Tilopa y dónde podría encontrarlo. El hombre respondió: “sí lo conozco, pero primero tu tienes que matar uno de estos antílopes.” Naropa todavía tenía algunas dudas en su mente porque era un monje y se suponía que no debía matar a ningún ser vivo. En ese momento los antílopes y los perros desaparecieron y el cazador le dijo que tenía que dominar el aferramiento a su sí mismo. Tal como una flecha mata a un venado, su entendimiento debía ponerle fin al aferramiento a la idea de un yo, debía liberarse a sí mismo de cualquier duda; mientras tuviera alguna duda, no le sería posible conocer a su maestro.  8. Naropa llegó a un lago donde conoció a una pareja de viejos y les preguntó sobre Tilopa y donde podría encontrarlo.

Ellos dijeron que lo conocían pero que primero lo invitarían a comer en casa. La esposa estaba preparando la comida, poniendo ranas y peces vivos en agua hirviendo y le ofrecieron esta sopa a Naropa, viendo a los animales ser hervidos, tuvo dudas de si un monje podría comer eso. Además, como monje, él no debía comer en la noche. Entonces el esposo le dijo a su señora: ” Este hombre está siguiendo la pequeña escuela del Buddhismo, el Theravada, por lo que no le está permitido comer en la noche.” Tomó las ranas y los peces y los tiró al aire donde se disolvieron en arcoiris. El viejo le dijo a Naropa que mientras tuviera el más mínimo concepto del pequeño camino en su mente, no encontraría a su Lama. Antes de desaparecer, le dijo que encontraría a alguien matando a sus propios padres al día siguiente, esta vez él estaba preparado y determinado a hacer cualquier cosa que se le pidiera para así encontrar a Tilopa.

9. Al día siguiente encontró a una persona matando a su padre con un tridente y cavando un agujero en la tierra para enterrar a su madre viva. Los padres gritaban a Naropa: “Por favor, ayúdanos. Nosotros hemos sido bondadosos con nuestros hijos y ahora él quiere matarnos. Por favor, ¡ayúdanos!” Nuevamente, Naropa preguntó por Tilopa. El hombre sabía sobre él pero quería que Naropa lo ayudara a enterrar a su madre primero. Los gritos y las plegarias de los padres fueron demasiado para Naropa; él todavía tenía algunas pequeñas dudas en su mente. Inmediatamente los padres desaparecieron y el hombre le enseñó que tenía que disolver cualquier clase de concepto dual y cualquier clase de aferramiento a objeto y sujeto. Este hombre le dijo a Naropa que al siguiente día debería ir mendigando limosnas.

10.  Naropa pensó que esto significaba que encontraría a un monje mendigante que podría ayudarlo a encontrar a Tilopa. Por lo tanto fue a un monasterio y cuando llegó encontró a unos pocos monjes. Uno de ellos viviendo en el monasterio conocía a Naropa de antes y los otros habían oído sobre él porque fue un famoso erudito de Nalanda, por lo cual lo invitaron a entrar. Otra vez, preguntó si habían escuchado sobre Tilopa y donde podría encontrarlo. Ellos nunca habían escuchado sobre este gran maestro, pero sabían sobre un pobre pordiosero llamado Tilopa. Naropa estaba seguro que conocería a su maestro. Con algunos monjes del monasterio, fue a un lugar donde un hombre estaba sentado en la tierra, algunas veces tomaba una rana, la tiraba en el fuego y se la comía. Como Naropa estaba convencido que este era Tilopa, su maestro, y comenzó a postrarse enfrente de él y le pregunto si podía ser su discípulo. El hombre acepto, tomo un puñado de piojos de su cuerpo, se lo dio a Naropa, le dijo que tenía que abandonar todo concepto y después le pidió que echara los piojos al fuego. Los monjes del monasterio estaban viéndolo y por eso Naropa dudaba. El pordiosero entonces le dijo que si el no quemaba los 51 eventos mentales que aparecen en la mente funcionando en su nivel ordinario, el no podría encontrar al lama correcto.

11.  Naropa continuó su jornada y al día siguiente llegó a un lugar muy extraño con mucha gente que no parecían personas ordinarias ni normales. Una persona hablaba sin lengua; otra era sorda pero podía oír sonidos; un hombre ciego que estaba observando; alguien caminando sin piernas y algunos cadáveres estaban bailando. Había toda clase de apariciones sobrenaturales que ligeramente lo habían distraído. De pronto, comprendió que estaba distraído y que debería concentrase en encontrar a Tilopa. En el momento que comprendió esto, todo desapareció y le fue dicho que la manera como estaba buscando a su lama no era correcta. “El lama que tu quieres encontrar es un ser realizado, para encontrarlo tienes que concentrar tu mente en él. En cualquier momento que lo hagas, él estará allí. Ahora, estabas viendo éstas extrañas apariciones y te distrajiste.” “Estos extraños seres que estabas viendo simbolizan que no existe un objeto o sujeto real. El hombre ciego observando simboliza que si quieres entender la naturaleza de la mente, el Mahamudra, debes comprender que no hay alguien mirando algo, debes ir más allá de la idea de alguien mirando algo. La persona hablando sin lengua y el sordo escuchando sonidos simbolizaban la realización que nunca puede ser expresada con palabras.

El hombre caminando sin piernas simbolizaba que la naturaleza de la mente está más allá del ir y venir, que no viene de ninguna parte y tampoco va a ninguna parte. Los cadáveres bailando simbolizaban que debes liberarte a ti mismo de la idea de un objeto percibido y de una mente que percibe.”  Naropa comprendió que esto había sido una creación de su lama y que él no había entendido realmente que estaba sucediendo, se sintió triste y lamentando no poder entender esto, decidió que desde es momento en adelante tenía que quedarse en ese lugar y meditar. Así lo hizo, pero como no había conocido todavía a su maestro, perdió todo valor, pensó que no podría conocer a Tilopa en esta vida y planeado suicidarse, decidió hacer muy fuertes deseos de poder conocerlo en su siguiente vida. Tomó un cuchillo y lo puso en su garganta, pero en ese momento, un hombre azulado con ojos rojos apareció enfrente de él.

Comprendiendo quien era y lleno de devoción se abrió a Tilopa y le preguntó porque no había aparecido antes y por qué no le había sido posible verlo. Tilopa dijo a Naropa que desde el primer momento cuando comenzó a buscarlo siempre había estado con él. Cualquier persona que había encontrado en el camino era el mismo Tilopa. Solamente los oscurecimientos de la mente de Naropa le habían impedido ver a su maestro. Ahora, libre de oscurecimientos, era capaz de ver a Tilopa.

La vida de Naropa. Parte II.

Momentos de Naropa junto a Tilopa

Por: Khenpo Chodrak

En la primera parte se narró como Naropa soportó las doce penalidades menores para encontrar a Tilopa. Aquí, Khenpo Chodrak continúa la explicación de las doce penalidades mayores que Naropa tuvo que aguantar antes de alcanzar la completa iluminación. Tilopa le dio a Naropa la transmisión completa de los cuatro linajes y Naropa comenzó a practicar las enseñanzas. Las siguientes doce penalidades que tuvo que soportar sucedieron en el tiempo en que estuvo junto a Tilopa, quien estuvo guiándolo y ayudándolo a dominar todos los obstáculos que iría encontrando mientras practicaba.

Como fue explicado en la primera parte del artículo, a través de estás 24 penalidades, Naropa fue conducido a través del camino de la conexión. En relación con la práctica Vajrayana, esto corresponde a recibir los cuatro empoderamientos: el empoderamiento del cuerpo como vasija, el empoderamiento del habla secreta, el empoderamiento de la sabiduría consciente y el empoderamiento de la palabra. Cada empoderamiento fue dado a Naropa a través de diferentes signos y símbolos, indicando su respectivo significado.

El primer empoderamiento otorgado a través de once diferentes signos. Finalmente, habiendo conocido a Tilopa, Naropa ofreció un mandala y le pidió que le diera el empoderamiento. Desde ese entonces cada vez que Naropa ofrecía un mandala, Tilopa le mostraba un signo. En total le mostró once diferentes signos los cuales significaban que le había transmitido el empoderamiento del cuerpo como vasija.

1.    La primera vez que Naropa ofreció un mandala, Tilopa le pidió que tomara un metro de tela de algodón y que derramara un poco de aceite de sésamo sobre la misma. Cada uno sostuvo una de las puntas y pusieron la tela sobre el fuego. Tilopa le preguntó a Naropa que entendió. Naropa respondió que había entendido que el fuego es como las instrucciones del lama y el algodón como los conceptos de la mente; la quema del algodón muestra que los conceptos deben ser abandonados; las cenizas de la tela del algodón, las cuales son todavía parte del algodón mismo, muestran que las cosas aparecen pero que al mismo tiempo no existen. Igualmente, en términos del proceso de generación de la meditación en un Yidam, uno debería entender la unión de la apariencia y el vacío del Yidam.

2.    Tilopa sostuvo un cristal en sus manos y se lo mostró a Naropa y le preguntó que entendió. Naropa explicó que la mente del discípulo debe ser completamente pura, que no debería ser roto el compromiso en la relación entre discípulo y maestro. El discípulo debería también estar libre de cualquier clase de malicia.

3.    Entonces, Tilopa sostuvo una cuerda llena de nudos y le pidió a Naropa que los desatara. Así lo hizo y se la regresó. Tilopa la tiro a un lado y le preguntó a Naropa qué había entendido.

Naropa respondió: “Todos los seres están atados por los ocho dharmas malignos y nosotros necesitamos desatarlos.” (Los ocho dharmas malignos son: elogio/critica; fama/desgracia; ganancia/pérdida; felicidad/miseria) “Una vez hayamos hecho esto, nosotros debemos mantenernos natural y descansar la mente en sí misma, sin ser artificial. Tenemos que abandonar todas nuestras expectativas, esperanzas y miedos.”  “Siempre esperamos ser elogiados y tenemos miedo de ser criticados.” “Estamos buscando la fama y tenemos miedo de la desgracia.” “Queremos ganar algo y tenemos miedo de perderlo.” “Estamos esforzándonos por la felicidad y tenemos miedo de la miseria.”

4.    Tilopa tomo una joya preciosa y se la puso en su cabeza, luego la puso enfrente de él y enfoco su mente sobre la joya por un largo tiempo sin moverse. Después, le preguntó a Naropa que entendió. Naropa dijo que entendió que eso significaba que el lama es como una joya que cumple todos los deseos, porque a través de él es posible desarrollar todos los siddhis ordinarios y extraordinarios y cualquier otro logro. Poner la joya en su cabeza significaba que uno nunca debería estar separado del lama; uno debería pensar siempre que él está allí.

Observar la joya por un largo tiempo sin moverse significaba que nuestra devoción y fe en el lama debería ser incambiable y que esto es necesario hasta que uno alcanza la completa iluminación.

5.    Naropa ofreció otro mandala y suplicó por el empoderamiento. Tilopa llenó una tasa de arcilla con agua y dándosela a Naropa le pidió que tomara su contenido. Tilopa nuevamente preguntó que había entendido. Naropa dijo que eso significaba que la mente del estudiante está influenciada por todos los sentimientos perturbadores y por lo tanto las instrucciones del lama son para calmar la mente perturbada; la mente necesita ser lavada usando las instrucciones.

6.    Cuando Naropa pidió el empoderamiento del cuerpo como vasija, Tilopa tomo agua de un recipiente y la puso en muchos recipientes más pequeños. Luego, colocó el agua nuevamente en el recipiente grande y preguntó a Naropa que entendió. Naropa contestó que para el ojo ordinario hay variedad de apariencias, pero que la esencia vacía de cualquier apariencia es la misma, sólo hay una esencia.

7.    En otro instante Tilopa le mostró el mudra (gesto con la mano) del triángulo, el cual representa la fuente de todos los dharmas y entonces preguntó a Naropa que entendió. Naropa dijo que entendió que esto significaba que todo fenómeno, interno y externo, no implica características definidas; la segunda cualidad es que la naturaleza del fenómeno es vacía; y tercero, que no debería haber esperanza, miedo o aspiraciones.

8.    Entonces Tilopa mostró el mudra del anillo y preguntó a Naropa qué entendió. Naropa dijo que esto significaba que todo está incluido en el Dharmakaya y que nada es diferente de este verdadero cuerpo.

9.    Tilopa apuntó con sus dedos su corazón y entonces dejo caer su cabeza. Le preguntó a Naropa que entendió. Naropa dijo que entendió que esto significaba que la cualidad del Dharmakaya no es diferente de la naturaleza de nuestra propia mente.

10.  Entonces Tilopa trajo una serpiente hizo un nudo con su cuerpo y la puso sobre la tierra. La serpiente desató el nudo por sí misma. Tilopa preguntó a Naropa qué entendió. Naropa respondió que esto significaba que aunque nuestra mente es el Dharmakaya, el verdadero cuerpo, está atado por la ilusión de que la mente que percibe y el objeto percibido son diferentes. Con la mente desatándose a sí misma, es posible ser liberado de los conceptos impuros. De hecho, este es el único camino de hacerlo, no puede ser hecho desde afuera, debe ser hecho por la mente misma.

11.  Tilopa pretendió que no era capaz de hablar. Naropa interpretó que esto significaba que una vez que la mente se desata a sí misma de esos nudos de la visión dualista, muchas experiencias vienen, sin embargo, estas experiencias y realizaciones son algo que no se puede expresar con palabras.

Después de haber mostrado estos once signos, Tilopa tomó una rama con frutas, la sostuvo arriba y se la mostró a Naropa preguntándole que había entendido. Naropa dijo que esto significaba que cuando se experimenta el fruto de la meditación, no se debería mantener para sí mismo. Este fruto es algo que debería ser posible para todos los seres, debería ser compartido con los otros así como los frutos de un árbol pueden ser comidos por todos.

Todos estos diferentes signos y símbolos fueron dados en un período de muchos años. Cada vez que Naropa pedía el empoderamiento, Tilopa daba alguna clase de signo y para cada uno de los once signos que le mostraron a Naropa, Tilopa nunca confirmó o rechazó la respuesta. Nunca dijo a Naropa si había entendido de la manera correcta o no, tan solo dejo que fuera de la manera que fue. Más tarde, cuando Tilopa estaba sentado, comenzó a sonreír y reír, entonces le dijo a Naropa: “¿Sabes? esto es exactamente como la profecía de las dakinis, entendiste todo de la manera correcta.

Hacia cualquier cosa que te mostré, tuviste el correcto entendimiento.” Entonces le dijo: “deberías entender que todas las apariencias no son diferentes de tu propia mente. Aún, cuando cualquier yidam o aspecto del Buda en que medites aparece, la esencia de ese yidam o aspecto del Buda no es diferente de tu propia mente.” De esta forma, Tilopa le dio a Naropa el primero de los empoderamientos, el cual es el empoderamiento del cuerpo como vasija. El significado de este empoderamiento es entender que las apariencias y el vacío son inseparables. El segundo y el tercer empoderamiento, la palabra secreta y la sabiduría consciente, fueron dados cada uno también a través de once signos diferentes.

Tilopa le dio a Naropa el segundo empoderamiento, el empoderamiento de la palabra secreta, el cual se refiere a que el sonido y el vacío son inseparables. Él le explicó a Naropa que todos los sonidos y todos los mantras son en esencia vacíos. Le dio el permiso de practicar los métodos que trabajan con las energías en los canales internos y le dijo que hiciera esa práctica.

Luego, le dio el tercer empoderamiento, el empoderamiento de la sabiduría consciente, lo introdujo en el significado de la más alta sabiduría original, que significa el entendimiento que la claridad y el vacío son inseparables.

Estos 22 signos son explicados en detalle en la extensa versión de la biografía de Naropa. El cuarto empoderamiento otorgado por el significado de doce penalidades mayores  Naropa meditó en el significado de los empoderamientos y después de un año vino a Tilopa de nuevo y le dijo: “Ahora he logrado el significado de los tres empoderamientos, los cuales son llamados los empoderamientos que maduran la mente inmadura o imperfecta.”

1.  Naropa entonces pidió el cuarto empoderamiento que libera la mente, la introducción al Mahamudra. Tilopa miró a Naropa de una manera especial y se fue, Naropa lo siguió. Fueron a un templo que tenía muchas historias y Tilopa subía por el templo seguido a la derecha por Naropa. Al llegar al tope, Tilopa sólo se sentó a descansar recostado de una pared y dijo: “Bueno, si yo tuviera un estudiante realmente devoto, él saltaría desde aquí.”  Inmediatamente, Naropa saltó.

Cuando aterrizó, todos sus huesos se habían roto y estaba tendido en dolor, realmente sufriendo. Entonces pensó, “No alcanzaré la iluminación en esta vida.” y empezó a hacer oraciones para poder conocer a Tilopa en la siguiente vida. Mientras estaba orando, Tilopa apareció a su lado y preguntó: “¿Qué te pasa?” Naropa contesto: “Salté, porque mi lama me dijo que lo hiciera y ahora estoy tendido aquí con mucho dolor y con todos mis huesos rotos. Es terrible, siento como si estuviera medio muerto.”

Tilopa entonces le dijo: “Tu cuerpo es, de hecho, el resultado de tus acciones y tus emociones perturbadoras. Esto es lo que crea tu cuerpo físico. De cierta manera, no es muy importante si lo tienes o no, sin embargo conozco algunos métodos que aprendí de las dakinis.” Tilopa pasó su mano sobre la piel de Naropa y lo curó completamente y después de eso le dio todas las enseñanzas del Tantra Demchog. Luego, Tilopa le dijo a Naropa: “Lo que deberías meditar ahora es el liberarte del aferramiento de la mente.

” Naropa contestó: “Yo sé que lo que necesito es liberarme de este aferramiento, pero estoy atado por mi ignorancia. Siempre caigo en la creencia de que las cosas existen o no existen. Realmente no puedo ir más allá de eso. ¿Qué debería hacer? Conozco la meta pero no el camino.” Tilopa dijo: ” Tienes que entender que la idea de que las cosas existen es falsa, y que la idea de que las cosas no existen también es falsa. Cualquier cosa que aparece es ilusoria. En lo que deberías enfocar tu mente es en el entendimiento de esta ilusión y este entendimiento es la continuidad de tu mente.”

Naropa meditó en esto por una año y durante ese tiempo Tilopa se comportaba algunas veces como un niño y otras como una persona loca, haciendo toda clase de cosas misteriosas durante ese año. Nunca había certeza de lo que haría. Tilopa mostró este comportamiento para enfatizar que todo es ilusión e irreal, cualquier cosa que pasa, si uno esta sano o insano.

2.    Después de un año, Tilopa vino a donde Naropa y dijo: “¿Por qué no me pides más instrucciones?” Inmediatamente, Naropa empezó a ofrecer un mandala y pidió instrucciones. Nuevamente, Tilopa se alejó y Naropa lo siguió. Llegaron a un gran campo abierto y solo, en medio de este campo había un gran incendio. Tilopa fue hacia el fuego y dijo: “Si tuviera un estudiante que fuera realmente devoto, saltaría dentro del fuego.” Naropa de inmediato se lanzó dentro del fuego y fue quemado, lo cual le causó un sufrimiento terrible. Tilopa vino hacia él y le preguntó: “¿Qué te sucede ahora?” Naropa contestó: “Bueno, mi cuerpo ha sido quemado y mi mente está sufriendo.

” Tilopa replicó, “Bueno, quemar el aferramiento al ego es muy bueno y yo tengo la práctica y las instrucciones sobre la ecuanimidad de los elementos.” Entonces tocó la piel de Naropa, lo curó completamente y el fuego desapareció. Después de esto, Tilopa instruyó a Naropa de manera que realizara que todo tiene un solo sabor, que no hay diferencia respecto al placer o la miseria, a la salud o a la enfermedad. Tilopa enseño seis clases de ecuanimidades, en el sentido, de que la esencia de todo fenómeno es la misma.

Así, Naropa se quedó con Tilopa en el bosque, quien se comportaba de distintas maneras. Algunas veces se comportaba como un animal, algunas como un gran yogui, algunas como una persona loca. Durante este tiempo Naropa estuvo haciendo su práctica, algunas veces iba a una villa cercana a mendigar por comida, y la traía de vuelta a Tilopa, de esta forma Naropa también estaba sirviendo a Tilopa. Ellos vivieron de esta forma por algún tiempo.

3.    Un día cuando Naropa fue a mendigar comida, había una gran fiesta en el pueblo. Él tomó muy buena comida, que llevó a Tilopa. Éste estaba disfrutando realmente la comida y dijo: “Oh, esto es delicioso, esto es muy bueno.” Estaba hablando mucho y disfrutando la comida. Naropa pensó,: “He estado mucho tiempo con Tilopa y esta vez parece realmente disfrutar lo que le traje; me ha estado hablando; parece estar muy feliz. Quizás debería ir y obtener más comida para él.” Le preguntó a Tilopa, quien le dijo: “Uno puede ir a mendigar por comida solamente una vez al día. Esta es la tradición aquí.

Si tu vas, probablemente obtendrás algunos problemas. Pero puedes ir, ¿por qué no? Toma esta agua, si tienes algún problema debes esparcirla. Si ellos están detrás de ti todavía, toma esta espada de madera y haz círculos en el aire, entonces estarás bien. ¡Ve y trae la comida!” Naropa llegó al pueblo y como no podía mendigar de nuevo, tenía que robar la comida. Cuando trataba de salir, la gente vio que estaba robando y fueron tras él.

Entones Naropa tiró el agua que le había dado Tilopa y apareció un lago entero entre él y la gente que lo cazaba. Después uso la espada, pero al usarla, quedó rodeado por una cerca de hierro, por lo que fue muy fácil para la gente atraparlo. Primero le prendieron fuego y como pudo escapar corrieron detrás de él y logrando atraparlo nuevamente, lo golpearon sin misericordia. Finalmente, regresó con Tilopa completamente destrozado y herido, casi medio muerto.

Tilopa dijo: “No es problema, yo tengo las instrucciones sobre las diferentes clases de compromisos.” Lo curó primero y entonces le dio las instrucciones llamadas El espejo mental de los compromisos.

4.    Naropa se quedó con Tilopa y continuó su práctica. Un día, Tilopa de pronto se alejó de él, caminó a un lugar donde había un charco muy profundo lleno de sanguijuelas. Naropa lo siguió y cuando llegó a la charca, Tilopa estaba sentado en la orilla meditando. Naropa fue hacia él y ofreció un mandala, se postró y pidió instrucciones. Tilopa dijo: “Si tuviera un buen estudiante, él haría un puente de manera que yo pudiera cruzar la charca.” Naropa, inmediatamente, hizo de él mismo un puente para que Tilopa pudiera pasar. Mientras Tilopa cruzaba, pisaba fuerte sobre la espalda de Naropa y luego saltó sobre ella hasta que Naropa cayó dentro del agua. Fue una experiencia terrible, el agua estaba fría como el hielo y casi se ahogó, fue cubierto por las sanguijuelas, las cuales le succionaban su sangre. Tilopa le preguntó: “¿Qué sucede ahora? ¿Duele? ¿Qué está mal?” Naropa replico: “Si, es muy doloroso.

Las sanguijuelas me están comiendo y hay mucho, mucho frío. Es tremendo.” Tilopa dijo: “No es problema, te puedo dar instrucciones que te ayudaran a calentarte y a no sentir ningún dolor. Yo tengo las instrucciones del Calor Interno, basado en el vacío.” Tilopa sanó a Naropa y le dio la completa transmisión de la práctica del Tummo.

5.    Otro año paso mientras Naropa practicaba las enseñanzas del Tummo. Tilopa estuvo, como usualmente, actuando de manera extraña. Luego, Naropa ofreció un mandala y pidió más instrucciones. Tilopa le dijo que tomara diez piezas de Bambú, pusiera mantequilla derretida sobre ellas, las calentara para hacerlas muy duras y luego las afilara. Cuando Naropa terminó, Tilopa tomó las varas afiladas y las clavo todas en Naropa, agujereando su cuerpo y lo dejó. Naropa estaba sufriendo terriblemente.

Tilopa, después de un tiempo, regresó y preguntó: “¿Qué te sucede?” Naropa respondió, “Estoy agujereado por este Bambú y es extremadamente doloroso. Creo que voy a morir.” Tilopa entonces lo tocó con sus manos y las heridas y el dolor desaparecieron. Tilopa entonces transmitió a Naropa las enseñanzas sobre el Cuerpo Ilusorio. Naropa practicó estas enseñanza por un año y durante el mismo Tilopa se comportó como era usual.

6.    El siguiente año, Tilopa vino a Naropa, mirándolo le preguntó: “¿No me vas a pedir más instrucciones?” Naropa rápidamente se levantó, comenzó a postrarse frente a Tilopa y pidió instrucciones. Inmediatamente Tilopa se alejó, Naropa lo siguió y llegaron a un gran llano con arena. No lejos de ellos había un hombre caminando en la arena. Tilopa dijo,: “Bueno, si tuviera un buen discípulo, él iría inmediatamente a atrapar a ese hombre, de otra manera ese hombre me va a hacer daño.” Naropa fue a atrapar al hombre, pero no podía, corrió y corrió, pero nunca pudo alcanzar al hombre. Finalmente, Naropa cayó completamente exhausto al piso. Tilopa vino hacia él y le preguntó: “¿Qué sucede?” Naropa le dijo que había tratado de atrapar al hombre pero que no pudo alcanzarlo, era como un fantasma o espejismo. Entonces Tilopa le dijo: “Bueno, así es como es en el samsara. Todo el mundo esta corriendo tras cosas ilusorias y siempre están tratando de agarrar algo que no está realmente allí, éste es el problema del samsara. Ahora te daré las instrucciones del Yoga del Sueño, que todo es como un sueño.” Tilopa transmitió las instrucciones del Yoga del Sueño.

7.    Naropa meditó por un año en el Yoga del Sueño, durante este tiempo Tilopa estuvo en meditación, no comía, no hablaba. Al transcurrir un año, Tilopa se alejó y Naropa fue tras él, ofreció mandalas y pidió más instrucciones, pero Tilopa todavía no hablaba. Ellos continuaron y encontraron una procesión nupcial del hijo de un ministro. Tilopa vio eso y le dijo a Naropa: “Bueno, si yo tuviera un buen discípulo, él iría a empujar al novio de su caballo, jalaría por el cabello a su mujer y trataría de obtenerla.”

Naropa no tenía dudas e hizo lo que Tilopa había dicho. Por supuesto, la gente saltó sobre él y lo golpeó. Tilopa vino a Naropa cuando ya estaba medio muerto, lo tocó y nuevamente lo curó de todas las heridas. Esta vez le transmitió las enseñanzas de la Clara Luz.

El siguiente año, ellos estuvieron juntos y Naropa práctico el Yoga de la Clara luz. Tilopa se comportó de formas graciosas, algunas veces como niño, otras como loco.

8.    Llego el tiempo cuando Naropa pidió nuevamente instrucciones. Esta vez, Tilopa sólo le dijo que cualquiera que quisiera más instrucciones tenía que seguirlo, entonces se alejó y Naropa fue tras él. Ellos estuvieron caminando por largo rato, y esta vez encontraron una procesión con un rey y una reina. Tilopa dijo: “Si tuviera un buen discípulo, iría a empujar al rey de su caballo.” Naropa lo hizo y está vez estuvo muy cerca de morir. Tilopa vino, lo curó y dijo: “La razón por la que todavía hay dolor es porque no has disuelto el aferramiento al ego, todavía tienes algunos hábitos de aferramiento al Yo. Ahora, te daré las instrucciones del Phowa y durante el siguiente año Naropa practicó el Phowa.

9.    Después de ese tiempo, Tilopa partió y a Naropa, que quería más instrucciones, le fue dicho que tenía que seguirlo, cuando llegaron a un gran plano, encontraron un príncipe con unos pocos sirvientes, quienes habían salido para divertirse. Tilopa dijo a Naropa: “Bueno, esta vez no hay muchas personas, deberías ir, pegarle al príncipe, tomar sus ornamentos y traérmelos y en caso de que haya cualquier problema, llámame.” Naropa golpeó al príncipe, tomó sus ornamentos y corrió de vuelta, pero los sirvientes del príncipe llamaron por ayuda y muchos soldados, que estaban muy cerca, comenzaron a correr detrás de Naropa. Naropa gritó: “Tilopa, ayúdame, ¡protéjeme!” y llegó a donde Tilopa justo cuando los soldados vinieron.

Tilopa preguntó a los soldados: “¿Qué hizo?” Ellos replicaron: “Golpeó al príncipe y robó sus ornamentos.” Tilopa respondió: “Eso es muy malo; nosotros deberíamos golpearle.” Juntos golpearon a Naropa y estuvo muy cerca de morir. Entonces Tilopa preguntó que había sucedido, Naropa dijo: “Bueno, fui golpeado y aunque dijiste que me ayudarías, no lo hiciste. Creo que esta vez voy a morir.” Tilopa lo tocó, curándolo y entonces le dio el Phowa Donjug, una clase de Phowa donde se trasmite la conciencia en otro ser que esta a punto de morir. Naropa meditó por un año en esta práctica especial y entonces nuevamente pidió más instrucciones.

10.  Tilopa le dijo a Naropa que tomara como esposa a una linda muchacha que también era practicante del Dharma, siguiendo su consejo Naropa se casó. Al principio ellos se gustaban pero después de algún tiempo, surgieron algunos problemas y tenían muchas discusiones. Naropa estaba muy aburrido de esta situación. Durante este tiempo, Tilopa vino a visitarlos y le preguntó a Naropa que andaba mal, Naropa explicó que él y su esposa estaban teniendo tiempos muy difíciles.

Tilopa replicó: “Estos problemas están causados por tus aferramientos duales. Tienes que abandonar los aferramientos y las pasiones duales y entonces confiar en una consorte Tántrica.” Tilopa le transmitió a Naropa las instrucciones de la práctica del Mudra del Karma.

Después, Tilopa le dijo a Naropa que él había roto sus votos monásticos porque había tenido interacción sexual con su esposa, en consecuencia, tenía que castigarse. Naropa, por ende, tomó una piedra y golpeó su pene muchas veces hasta que se desmayó. Entonces Tilopa lo tocó, lo curó completamente y le pidió a Naropa que le diera a su esposa como una ofrenda, Naropa lo hizo, y la esposa estuvo algún tiempo junto con Tilopa. Sin embargo, ella todavía estaba enamorada de Naropa y Tilopa se puso muy molesto y golpeó a ambos. No obstante, Naropa no perdió su confianza en Tilopa y como resultado, Tilopa le dio las instrucciones sobre la Sabiduría Iluminadora del Mahamudra.

11.  Tilopa se alejó y Naropa lo siguió. Después de un largo tiempo cuando Naropa estaba realmente cansado, Tilopa se sentó, Naropa ofreció un mandala, pero había mucho sucio. No había agua, por lo cual no era posible limpiar el terreno. Entonces, Tilopa dijo: “Usa tu sangre para eso”. Naropa se cortó y con su propia sangre roció el terreno para que el sucio desapareciera. De esta forma él ofreció el mandala y Tilopa le dio las instrucciones del Bardo.

12.  Naropa practicó estas enseñanzas por un año. Un día, ellos iban juntos al río y Naropa pidió a Tilopa más instrucciones. Había llegado la instrucción final. Tilopa tomó su zapato y golpeó a Naropa en la cabeza. Entonces dijo que no había nada más que enseñar: “La realización final está en tu propia mente.” En ese momento, los últimos velos de la mente de Naropa se disolvieron. Todo lo que Tilopa había realizado de la naturaleza, Naropa también lo realizó, había logrado el Mahamudra. Naropa había pasado doce años junto a Tilopa, recibiendo y practicando sus enseñanzas.

Durante ese tiempo, él aguantó estas doce penalidades mayores, las cuales eran métodos para ayudarlo a conquistar los obstáculos para que no recayera en el samsara. De hecho, fue gracias a que la habilidad de Naropa de seguir a Tilopa sin ninguna duda, que pudo utilizar su vida para lograr la completa realización. Este es el ejemplo del camino Vajrayana. Si el lama en un maestro calificado y su discípulo es calificado, las condiciones están dadas para que mediante los métodos Vajrayana se logre la iluminación en el transcurso de una vida.

Naropa estuvo los tres años siguientes con Tilopa. Éste le instruyó sobre la conducta de un yogui, mientras entrenaba su realización en toda clase de diferentes situaciones. Después de eso, Naropa estuvo en Pulahari por 21 años, el tiempo en que enseño a sus discípulos. Cuando tenía 85 años, murió y fue a la tierra pura de las dakinis.

Hay muchas descripciones de la muerte de Naropa. Algunos dicen que su cuerpo se quedó y otros que se disolvió. Discípulos muy cercanos a él dicen: “Antes de morir, se manifestó así mismo en la forma de Hevajra (uno de los Yidams más importantes en el Tantra Buddhista). En esta forma, confirió el empoderamiento de Hevajra a todos sus discípulos. Después de eso, todo el Mandala de Hevajra se disolvió en él y su forma de Hevajra se disolvió en la letra tibetana “AH” y finalmente el AH se disolvió. Entonces se había ido.

Las ‘Seis Doctrinas de Naropa’ son llamadas así, porque Naropa fue quien esparció esta enseñanza. De echo, ellas no deberían ser llamadas ni Las Doctrinas de Naropa ni de Tilopa sino las Doctrinas de Buddha, ya que pertenecen al completo estado del Tantrayana, que envuelve técnicas de visualización.

Las enseñanzas de Tantra del Buddha son muy extensas, pero las condiciones para los seres en nuestro tiempo están siendo peores. La gente está cada vez más ocupada.

Por lo tanto la esencia de las enseñanzas del Tantra es muy importante. Naropa fue capaz de tomar la esencia de estas enseñanzas y trasmitirla a otros seres.

TILOPA

TILOPA

Tilopa, sin duda el mas grande de todos los Siddhis de India, nació en Bengala el 988 AD. Como muchos otros grandes Siddhis, nació en una familia de Brahmines. Así fue destinado a ser el purohit (sacerdote) personal del Rey de Visnunagara, en la región meridional de Bengala Occidental, India. Fue visitado también por un ser espiritual , una dakini, en la forma de una mujer vieja horrorosa. Ella hizo claro para el que aquellos que el creía que eran sus padres, solo eran padres de este mundo material, y que sus padres verdaderos eran la sabiduría primordial y el vacío universal, declarando: “tu padre es Cakrasamvara y tu madre es Vajravarahi.”

Con o sin la ayuda de la dakini, que apareció en momentos importantes en su vida para dirigir su progreso, él vio el vacío de su papel que evidentemente no lo dirigiría sobre el sendero del Despertar. Como muchos otros maestros, dejó su vida y la vieja casta para vivir entre los pobres. Una noche dejó su hogar y se unió a la casta de pescadores de Bengala, la casta más pobre en esa región. Escogió para vivir a una joven prostituta llamada Dharima, que sorprendentemente compartió también sus aspiraciones espirituales. La leyenda, para aumentar quizás innecesariamente la eminencia espiritual de Tilopa lo ha convertido en un trabajador bajo Dharima, bajando así su importante papel en la vida de Tilopa. Para ganarse la vida, Tilopa golpeó sésamo, produciendo aceite de sésamo. Su nombre es la raíz de la palabra de Bengali “Til,” que significa “sésamo.”
Trabajó de día en la trituración de semillas de sésamo, y por la noche meditaba en compañía de Dharima. Eventualmente con la diligencia y perseverancia de ellos, ambos alcanzaron el despertar, recibiendo la verdad del Estado Primordial.

Su fama se extendió rápidamente y la gente de la región se reunía para oír sus poemas y canciones. Un gatha famoso, el de Ganga Mahamudra Upadesa Ganga Ma, dicho para ser recitado en las orillas del río sagrado de Ganges.

Juntos, Tilopa y Dharima cantaron este Vajra Gita ahora famoso:

El aceite, que es la esencia del sésamo, conocido aún por el ignorante de estar en la semilla,
no puede ser extraído a menos que el camino sea aprendido.
Igualmente, el Gnosis Innato (jnana de sahaja), aunque siempre se presenta en los corazones de seres,
no es comprendido a menos que la manera sea explicada por un Gurú sabio.

Golpeando el sésamo, quitando las cáscaras, es posible extraer el aceite esencial.
Igualmente, cuando uno se ocupa de la Instrucción de un Gurú,
la verdad de Absoluto: (tathata) es revelada.

Este es el simbolismo del sésamo.
¡Indivisible y uno es la Verdadera Naturaleza de todo lo que existe!
¡O! ¡Tan vasto, así como profundo, el significado es ahora perfectamente claro!
¡Cuán maravilloso!

El mensaje positivo es claro para todos los que siguiendo el sendero apropiado, con la ayuda de un maestro pueden conocer la esencia de su naturaleza verdadera.

Tilopa, al ordenarse en el Templo Tantrico de Somapuri en Bengala, promete convertirse en un erudito y un monje ejemplar, conocido como Prajñabhadra. Por lo tanto, como un yogui y maestro practicante, combinó y unió juntas sus dos líneas de la instrucción recibida por la inspiración sobrenatural – el secreto del Dakini, de VAJRAYOGUINI, y la directa sabiduría de MAHA VAJRADHARA.

Líneas importantes de instrucción oral fueron pasadas a él por grandes Siddhis: Nagarjuna, Savari, Caryapa, Lavapa, Subhagini, Saryapa, Sukhasiddhi, y Indrabhuti.

Del Sri Nagarjuna Tilopa recibió el Tantra de Guhyasamaja, “clara luz” que significa realmente “clara como iluminada” e incluye yogas de sueño y entre vidas (bardo) y las enseñanzas de “el cuerpo ilusorio”
De Savari Tilopa recibió el Mahamudra completo (Gran Sello) las instrucciones sin ritual, forma o sofisticación
De Caryapa recibió las instrucciones orales según el método del Tantra de Mahamaya en el Yoga del “Sueño”.
De Lavapa recibió la iniciación en el Tantra de Cakrasamvara e instrucciones orales adicionales en la “Luz clara”.
De la mujer santa Subhagini, y de su compañero Gurú Vijaya recibió la práctica completa de yoga de Kundalini del sistema Hevajra dakini tantra.
De Argya Saryapa Tilopa recibió el Tummo, o corazón interior, las enseñanzas en la purificación del chakra y cuerpo sutil, que significa literalmente “madre enojada”.
De Sukhasiddhi una mujer maestro, Tilopa recibió la práctica (phowa) del traslado del conocimiento
De Indrabhuti
  Tilopa recibió las enseñanzas en la penetración de la sabiduría (prajna) suprema como equilibrar las energías .

Sri Tilopa y Dharima JUNTOS combinaron estas instrucción de una nueva forma esencial llamada la verdad del corazón de los Tres Caminos del budismo

La instrucción más directa de sri Tilopa, su “instrucción medular” (upadesa) fue transmitida a Mahapandita Nadapada “Naropa”

Estas cuatro transmisiones: Tumo, de Cuerpo Ilusorio, clara Luz y Gran Sello, contienen la esencia de los tres niveles (yana) del Budismo. Cada uno contiene los otros y por lo tanto cada uno contiene el todo. En total son llamados mahamudra Completo.

Como una práctica separada y sencilla, de tu mo, el calor sutil, es simplemente una técnica para producir el calor y clara luz sería apenas una manera de ver más claramente, el cuerpo ilusorio apenas una manera de visualización. Tumo y clara Luz son prácticas difíciles y profundas, ricamente sostenidas por prácticas de penetración de mahamudra, por los mantras, y por las imágenes mentales. El gran Sello que es el conocimiento íntimo del Estado Primordial de la Mente junto con los otro tres, que son técnicas hábiles, forman la esencia de Mahamudra que sabemos hoy.

Tilopa fue guiado por su dakini para ir a los valles impasibles de Orgyen, que los viajeros evitaban. Allí el dakini le dijo que él recibiría las transmisiones extraordinarias. La leyenda nos dice que luchó en su camino a través de terremotos, alucinaciones, ataques del ejército de demonio y otros fenómenos. Esta lucha personal con los demonios internos de su mente (aprecia más bien Milarepa) lo guió para entender lo que se llama las enseñanzas del corazón de las dakinis. Estas incluyen las nueve enseñanzas secretas de dakini y las cuatro enseñanzas de la gema que cumple todos los deseos.

Entonces siguió su Despertar por la fusión directa con la mente de sambhogakaya de Sakyamuni. Tilopa experimentó esta quíntuple transmisión de penetración, indistinguible de la Iluminacion de todos los Budas, como “el Buda Que Tiene el Vajra (yana)” (Vajradhara Buda).

Tilopa: El Canto del Mahamudra

Mahamudra trasciende las palabras y símbolos,
pero para ti, Naropa, he decir esto:
“El vacío no necesita apoyo;
Mahamudra descansa en la nada.
Sin hacer ningún esfuerzo;
permaneciendo relajado y natural
puede uno romper el yugo
y obtener de esta manera la Liberación.

Si ves el vacío cuando contemplas el espacio;
si con la mente observas la mente,
destruyes las distinciones
y alcanzas el estado de Buda.

Las nubes que vagan por el cielo no tienen raíces,
ni hogar,
ni tampoco los diversos pensamientos que flotan en la mente.
Una vez contemplas la propia mente,
cesa la discriminación.

En el espacio se forman figuras y colores,
pero ni el negro ni el blanco tiñen el espacio.
Todo emerge de la propia mente;
la mente no es manchada ni por virtudes ni por vicios.

La oscuridad de siglos no puede ocultar el brillante sol,
ni tampoco los largos kalpas del samsara
pueden ocultar la esplendorosa luz de la mente.
Aunque se utilizan palabras para explicar el Vacío,
el Vacío como tal no puede ser nunca expresado.

Aunque decimos: `La mente es tan brillante como la luz´,
ésta trasciende palabras y símbolos.
Aunque la mente es en esencia vacío,
contiene y abarca todas las cosas.

No hagas nada con el cuerpo; sólo relájalo..
Cierra la boca firmemente y guarda silencio.
Vacía tu mente y céntrate en el vacío.
Como un bambú hueco relaja tu cuerpo.
Sin dar ni tomar, pon tu mente a descansar.
Mahamudra es como una mente que a nada se apega.
Practicando así, a su tiempo alcanzarás el estado de Buda.

Ni la práctica de mantras ni el paramita,
ni la instrucción en sutras y preceptos,
ni las enseñanzas de escuelas y escrituras,
proporcionan la realización de la Verdad innata.
Si la mente llena de deseo busca una meta,
solamente logra ocultar la Luz.

Aquél que observa los preceptos tántricos
y sin embargo hace discriminaciones,
traiciona el espíritu del samaya.
Cesa toda actividad,

abandona todo deseo,
deja que los pensamientos surjan y desaparezcan
como las olas del océano.
Aquél que nunca contradice el no-morar-en-nada,
ni el principio de la no-distinción,
cumple los preceptos tántricos.
Aquél que abandona sus deseos
y no se aferra ni a esto ni a aquello,
percibe el verdadero significado que expresan las escrituras.

En Mahamudra todos los pecados son incinerados;
en Mahamudra uno es liberado en la prisión del mundo.
Ésta es la suprema antorcha del Dharma.
Los que no creen en ella, son tontos que para siempre se revuelcan en el sufrimiento y la miseria.

Para luchar por la liberación
uno debe depender de un Gurú.
Cuando tu mente reciba sus bendiciones,
la emancipación estará a tu alcance.

De este modo, todas las cosas de este mundo
resultan insignificantes;
no son más que semillas de dolor.
Las pequeñas enseñanzas te llevan a actuar;
uno debe seguir sólo las grandes enseñanzas.

Trascender la dualidad es la visión del rey.
Conquistar las distracciones es la práctica de los reyes.
El camino de la no-práctica es el camino de todos los Budas.
Aquél que recorre ese camino alcanza el estado del Buda.

Este mundo es transitorio,
como los fantasmas y los sueños, sin substancia alguna.
Renuncia a él y abandona a tus parientes,
corta los cordones de la lujuria y del odio
y medita en los bosques y montañas.

Si dejas de luchar y permaneces relajado y natural,
pronto obtendrás el Mahamudra
y alcanzarás lo inalcanzable.

Corta la raíz de un árbol y sus hojas se secarán;
corta la raíz de tu mente y el samsara se desvanecerá.
La luz de una lámpara dispersa instantáneamente
la oscuridad de largos kalpas;
la intensa luz de la Mente quemará, como un rayo,
el velo de la ignorancia.

Quien se aferra a la mente
no ve la verdad de lo que está más allá de la mente.
Quien se esfuerza en practicar el dharma
no encuentra la verdad que está más allá de la práctica.
Para conocer lo que está más allá de ambas, mente y práctica,
uno debe cortar de raíz la mente
y observarlo todo en total desnudez.
De esta forma, uno deja de lado toda distinción
y permanece tranquilo.

Uno no debe dar ni tomar, sino permanecer natural,
porque Mahamudra está más allá
de toda aceptación o rechazo.
Puesto que alaya es no-nacido,
nadie puede obstruirlo, ni mancillarlo.
Al permanecer en el reino de lo no-nacido
toda apariencia se disolverá en el Dharmata,
y la voluntad y el orgullo se desvanecerán en la nada.

La comprensión suprema
trasciende “esto” y “eso”.
La acción suprema maneja todas las situaciones, sin apego.
La realización suprema
es tomar consciencia de lo inmanente, sin esperanza.

Al principio, el yogui siente que su mente
se precipita como una cascada;
a mitad de su curso fluye lenta y plácida,
como el Ganges;
al final es como un grandioso y vasto océano
donde las luces del hijo y de la madre se funden en una sola.

GAMPOPA Parte I.Por: Paul Waibl

GAMPOPA

Parte I.Por: Paul Waibl

Gampopa fue el principal discípulo de Milarepa y el maestro del primer Karmapa, Düsum Kyempa. En la época del Buda histórico Shakyamuni, la encarnación de Gampopa era llamada Chandrapada y vivía como el hijo de un hombre rico en Rayagaha. Fue un gran Bodisatva que se hizo discípulo del Buda.  En el lugar de la montaña del buitre, donde el Buda dio muchas enseñanzas Mahayana, Chandrapada pidió las enseñanzas hoy conocidas como el Sutra Samadiraja.

En ese Sutra el Buda comenta su conexión con Chandrapada en vidas anteriores.  Hace muchas kalpas (1), en la época que declinaron las enseñanzas del Buda Ratnapadmacandra, había un Bodisatva llamado Supuspacandra. Él dio enseñanzas a muchos otros Bodisatvas cerca del palacio del Rey Suradatta, quien ejecutó a Supuscapandra. Luego cambió de forma de pensar sobre las enseñanzas y se arrepintió profundamente de lo que había hecho. El Buda explica en el Sutra Samadiraja que él mismo había sido el rey y Chandrapada había sido el Bodisatva Supuscapandra.  Luego que había enseñado el sutra, el Buda preguntó quien podría difundir esta enseñanza en el futuro. Chandrapada prometió que lo haría. El Buda entonces predijo que él nacería en Tíbet como un médico Bodisatva. En el Sutra del Loto la profecía del buda dice: “Ananda, en el futuro, luego de mi paranirvana (2) habrá en el norte un monje llamado “Doctor”. Aparecerá como un gran Bodisatva por haber servido a cientos de miles de Budas en vidas previas y por sus infinitos cuidados hacia el primer Buda. El enseñará el Mahayana completo”  De acuerdo con esa profecía, Gampopa nació en 1079 en Nyal, al sur del Tíbet, en la familia de un médico que también era un yogui.

Desde su niñez recibió enseñanzas de su padre, así que a la edad de quince años ya tenía la maestría de muchos tantras de la vieja tradición y había estudiado las ocho ramas de la medicina. A la edad de veintidós años se casó y tuvo dos hijos. Ambos murieron en una epidemia donde su esposa también enfermó. Ninguna medicina o ritual ayudaba, y aunque estaba irremediablemente enferma y la muerte era inevitable, ella no podía morir. Gampopa le preguntó si había cosas a las que estuviera apegada. La casa o la tierra podría dárselas a los monjes o sus joyas podría dárselas a los pobres. Pero su esposa le dijo que no podía soportar dejarlo para que el se casara con otra mujer. Gampopa le prometió que nunca volvería a casarse y que en vez de eso dedicaría toda su vida al Darma. Luego de hacer este voto en presencia de su tío, su esposa murió pacíficamente.  Luego de la muerte de su esposa Gampopa dividió sus posesiones en tres partes: una para las ofrendas y oraciones para su esposa, la segunda como una ofrenda para acumular mérito y la tercera para su práctica del Darma. Construyó una estupa y formó muchas “tsa tsas” (3) de las cenizas de su esposa. Luego concentrándose en la práctica del Darma, tomó los votos de monje y le fue dado el nombre de Sönam Rinchen o “precioso y lleno de mérito”.

Durante el día estudiaba apasionadamente y durante la noche meditaba concentradamente principalmente en las enseñanzas y transmisiones Kadampa. Gampopa podía vivir fácilmente en samadhi sin comida por hasta seis días, con todas sus emociones perturbadoras disueltas y su cuerpo lleno de gozo.

Una vez un yogui verde vestido de harapos apareció ante Gampopa en una visión, posando su mano sobre la cabeza de Gampopa, entonces se llenó un dedo de saliva y lo lanzó hacia su cara. Gampopa inmediatamente sintió que sus meditaciones profundizaban en una experiencia más clara de la realidad. Los monjes a los cuales les describió su experiencia dijeron, “tu eres un monje instituido completamente y has mantenido los votos perfectamente. Si alguien como tu tiene esas visiones, es un signo de grandes obstáculos porque los sueños descomunales vienen del demonio Beghur. Es preferible que vayas con tu maestro y pídele una práctica especial, entonces pídele a muchos monjes que te bendigan con el ritual de las cientos de ofrendas de torma (4)”. Gampopa hizo lo que se le dijo, pero seguía teniendo visiones del gran yogui.

Al mismo tiempo en una cueva, Milarepa estaba dando a sus hijos del corazón. El mayor de sus discípulos preguntó quien enseñaría y mantendría su linaje luego de su muerte. Milarepa dijo que un buen discípulo vendría, y les prometió que a la mañana siguiente les diría de donde. Al día siguiente Milarepa se despertó más temprano que de costumbre, reunió a sus discípulos y benefactores, y les dijo: “el que recibirá y sostendrá mis enseñanzas vendrá pronto. Es un monje completamente instituido que tiene el título de “médico”. Él mantendrá mis enseñanzas y la esparcirá ampliamente. Anoche soñé que llegaba con una jarra de cristal completamente vacía y yo la llené con el néctar de mi vasija de plata. Este viejo padre ahora tiene un hijo que beneficiará a incontables seres y derramará la luz de las enseñanzas del Buda al igual que el sol naciente ilumina la tierra. Estoy lleno de alegría y felicidad.”  Al poco tiempo, mientras Gampopa circulaba por una estupa, escuchó la conversación de tres mendigos que discutían la manera más fácil de conseguir comida. El más anciano entre ellos les dijo a los otros dos que la mejor forma era ser como Milarepa, el rey de los yoguis, que nutría su cuerpo con la comida de la meditación, mantenía su cuerpo caliente con el tummo, el yoga del calor interno, y practicaba el Mahamudra día y noche.  Cuando Gampopa escuchó el nombre de Milarepa, sabía que era el yogui que se le apareció en sus visiones y en ese instante sintió gran confianza. Sus sentimientos eran tan sobrecogedores que se desmayó. Al recuperar su consciencia, se postró muchas veces hacia la dirección del yogui e hizo muchas oraciones con gran devoción.

Gampopa estaba completamente inspirado y alcanzó un estado en meditación que no había experimentado. Su único pensamiento era conseguir a Milarepa. Al día siguiente invitó a los tres mendigos a un festín y les pidió que le dijeran lo que sabían de Milarepa. El mayor de ellos le prometió a Gampopa mostrarle el camino hacia el yogui.  Esa noche Gampopa hizo ofrendas y oraciones a las tres joyas (Buda, Darma, Sanga), y luego soñó que soplaba una gran trompeta que resonaba en cada lugar de la tierra. Entonces tocó un tambor en el cielo y su sonido solemne y placentero alcanzó a innumerables personas y animales. Una mujer joven llegó a sus sueños y le dijo: “estas tocando el tambor y no solo bendices a las personas sino también a los animales”. Le dio una calavera llena de leche y añadió: “porque tu bendices aún a los animales, por favor bebe esta leche. Pronto vendrán no solo los animales sino también todos los seres de los seis reinos. Ahora voy al Oeste”, entonces desapareció.  Luego Gampopa comentó “los seres humanos que escucharon el sonido del tambor son mis discípulos de menor capacidad que deben practica el Darma paso a paso.

Los animales que escucharon el tambor son mis discípulos yoguis que practican meditación en cuevas. Esa visión también revela mi necesidad de ir en busca de mi guru, Milarepa, y confiar únicamente en sus instrucciones en el camino hábil del Mahamudra.”  Gampopa, acompañado del viejo mendigo, partió a buscar a Milarepa, su deseo de alcanzarlo era tan inmenso, que nunca descansaba. Luego de un tiempo el viejo mendigo lo dejó, Gampopa seguía por su propia cuenta y cuando se extraviaba el viejo mendigo aparecía de nuevo y lo guiaba. Mucho después Gampopa se dio cuenta que los tres mendigos eran emanaciones de Milarepa. Continuando su viaje supo que Milarepa se quedaba en Churwar en Drin. Luego de caminar por millas, llegó al centro de una gran planicie y, completamente exhausto, se desmayó. Cuando finalmente volvió en sí, todo su cuerpo palpitaba de dolor. Estaba sediento pero no pudo moverse por dos días. Durante esos días rezó con fuerte devoción hacia Milarepa. Un monje vino y le ofreció agua y comida. Gampopa estaba completamente renovado y emprendió de nuevo su viaje.

Mientras tanto Milarepa enseñaba el Darma en el Pico de la Fortuna Gozosa. De cuando en cuando se detenía y permanecía silencioso, entonces de pronto se reía profundamente. Uno de sus discípulos le preguntó porque, y, como podía leer los diferentes estados mentales de sus estudiantes, Milarepa respondió que su hijo, el monje de Ü, había llegado a Dingri y se había desmayado. “En su agonía me pedía ayuda con gran sinceridad y devoción y en mi samadhi le envié bendiciones. Me sentía lleno de gozo y reí fuertemente”.  El discípulo continuó: “¿cuando llegará?” a lo cual Milarepa respondió que llegaría en uno o dos días. El estudiante entonces preguntó si tendrían el buen karma de encontrarse con él. “Si”, respondió Milarepa, “y quien quiera que tenga el privilegio de acomodar su sitio una vez que llegue será capaz de alcanzar un gran progreso en su práctica de meditación. Quien quiera que tenga la bendición de verlo por primera vez será llevado a las tierras puras.”  Cuando Gampopa llegó a la aldea, le pidió ayuda a una mujer para encontrar a Milarepa. Ella le preguntó de donde venía, lo invitó a entrar, le dio té y comida. Ella era discípula de Milarepa y le dijo a Gampopa: “el maestro sabía que vendrías.

Sabía de tu malestar en Dingri y te bendijo en samadhi. Yo recibí su autorización para ser la primera en darte la bienvenida.”  Gampopa comprendió que era la bendición de Milarepa la que lo había salvado. Concluyó que debía ser muy especial y se volvió un poco orgulloso de sí mismo. Por lo tanto Milarepa se negó a ver a Gampopa durante un tiempo. Cuando se encontraron por primera vez, Gampopa le ofreció a Milarepa dieciséis onzas de oro como una ofrenda de Mandala así como un fino té. Entonces se presentó, contó sobre su viaje y le pidió a Milarepa contar la historia de su vida. Milarepa miró hacia el espacio, entonces con sus ojos aún fijos, tomó un poco de oro del Mandala y lo arrojó al cielo, y dijo: “ofrezco esto a mi maestro Marpa”, de pronto una luz y música celestial llenó el aire. Milarepa tomó un cráneo humano lleno de vino tomó la mitad y le dio el resto a Gampopa. Gampopa, siendo un monje completamente instituido, quien se suponía que debía abstenerse completamente del alcohol, vaciló. Milarepa le dijo: “no pienses mucho, sencillamente bébelo”. Gampopa se lo bebió completamente, lo cual le confirmó a Milarepa que Gampopa recibiría todas las transmisiones sin excepción.  Milarepa entonces preguntó su nombre. “Me llaman Sonam Rinchen”. Milarepa repitió el nombre varias veces, entonces explicó “estas aquí porque has acumulado un mérito inconmensurable (Sonam), y eres realmente muy valioso (Rinchen) para todos los seres sintientes.” Para darle la bienvenida, cantó la historia de su vida, entonces le preguntó a Gampopa sobre las enseñanzas y empoderamientos que había recibido y sus experiencias. Le dijo a Gampopa que esas primeras iniciaciones y empoderamientos eran excelentes y muy profundos pero hizo hincapié en la importancia de una correcta relación kármica para recibir las bendiciones e instrucciones raíces del linaje Kagyu.

Lo inició en la práctica de Semilla de Diamante (Dorje Phagmo) y le dio instrucciones esenciales.  Gampopa comenzó a tener experiencias meditativas positivas, pero comparando las enseñanzas de Milarepa con las que había recibido de otros maestros comenzó a tener dudas. Y le preguntó a Milarepa para clarificar algunos puntos con respecto a la correcta visión, meditación y conducta. En una canción Vajra Milarepa resumió todas las enseñanzas y todas las dudas de Gampopa desaparecieron, y con gran entusiasmo y diligencia regresó a su práctica de meditación. Meditando desnudo en una cueva, espontáneamente comenzó a experimentar el calor y gozo internos. Luego de meditar por siete días en la cueva vio Budas de las cinco familias de las cinco direcciones. Milarepa comentó, “esa experiencia es como si un hombre presionara sus ojos y viera dos lunas enfrente de sí. Lo que has experimentado es sencillamente porque has controlado tus vientos internos de energía. Eso no es ni bueno, ni malo.”  Aunque recibió esos comentarios desilusionadores, Gampopa continuó practicando la meditación completamente inspirado.

Milarepa explicó los diferentes estados de desarrollo de los diferentes canales de energía, los vientos energéticos y las esencias que había conducido a Gampopa a tales experiencias. Gampopa fue entonces capaz de discriminar el significado de su experiencia e hizo profundos progresos en su práctica.  Una vez Gampopa vio un eclipse solar y lunar al mismo tiempo cuando el sol y la luna estaban totalmente oscurecidos por el demonio Rahu. Milarepa explicó que eso fue causado por los vientos de energía en los canales izquierdo y derecho que entran en el canal central. Poco después Gampopa tuvo una visión del mandala completo de Hevajra Rojo.

Cuando pidió explicaciones, Milarepa respondió que la esencia roja había ascendido y se había estabilizado a nivel del corazón. Sugirió que Gampopa debería mantenerse en meditación de manera espontánea y relajada. Una noche Gampopa vio su cuerpo como un esqueleto sin carne, enlazado por muchos canales energéticos. Milarepa recomendó que practicara de manera más suave, porque los vientos de energía se habían vuelto endurecido por su práctica extenuante.  Una noche Gampopa estaba meditando en su yidam (5), haciendo Guru Yoga, y rezándole a Milarepa. Justo antes del ocaso, hizo una meditación enfocándose en el viento sostenedor de la vida. Cayó dormido por un instante, y en un sueño vívido aparecieron veinticuatro signos poco comunes. Vestía un sombrero puntiagudo con decorados de seda multicolor y una pluma de buitre en la punta.

Sus zapatos eran verde-azulados, y su camisa era de seda blanca con puntos rojos, adornados con perlas e hilos de oro. Tenía un cinturón y un manto especial, y en su mano derecha una fuerte vara de madera de sándalo decorada con piedras preciosas. En su mano izquierda tenía una copa de calavera llena de néctar dorado. Se dijo a sí mismo, “esta debe ser mi copa de beber”. Tenía un bolso multicolor lleno de arroz, de lo cual dijo: “que esta sea mi comida del Darma”, y se la cargó al hombro. Soñó con un una piel de antílope negro con la cabeza y las cuatro pesuñas intactas y dijo: “este será mi asiento de meditación”. A su lado derecho observó una bella pradera dorada llena de flores de oro donde pastaban muchas ovejas y vacas a las que observaba como un pastor.

A su lado derecho vio una pradera cubierta con grama turquesa y azul, flores de muchas variedades y colores donde habían mujeres postrándose ante sí. En el centro sobre un loto entre las flores doradas, se sentó en postura de meditación. En frente del Bodisatva había una gran fuente y detrás de sí una luz brillaba junto con llamas abrazadoras de fuego. Desde su corazón irradiaba una luz solar y lunar.  Gampopa le contó a Milarepa sobre su sueño con una canción vajra, a la cual Milarepa respondió con una canción vajra explicándoles los detalles a su discípulo:  El sombrero significa que la visión de Gampopa está más allá de arriba y abajo y que mostrará la esencia de las enseñanzas. Los bellos colores de la tela es un signo que será capaz de explicar todas las diferentes escuelas sin mezclarlas. La pluma de buitre en la punta simboliza que ganará la realización del Mahamudra, la más alta visión, y verá la esencia clara no nacida.  Los zapatos significan que irá desde el pequeño vehículo hasta el gran vehículo y la decoración y el color verde muestra que obtendrá los cuatro cuerpos de Buda.

La camisa de seda es un signo de que esta libre de fallas, sus puntos rojos simbolizan el amor y la compasión hacia todos los seres sintientes.

Gampopa ha encontrado un maestro perfecto, simbolizado por su bastón, y las piedras preciosas son sus méritos. Mantener el bastón con la mano derecha, mientras camina gozosamente, muestra que alcanzará la tierra pura.

El cráneo es un signo de que Gampopa demostrará la vacuidad y el néctar dorado es la experiencia de gran gozo. Sostener el cráneo con la mano izquierda significa que todas sus experiencias internas nunca lo abandonarán.

El bolso multicolor indica que traerá todas las diferentes formas en el camino y cargar el bolso indica que seguirá el camino Mahayana con sabiduría y compasión. El arroz denota larga vida y buena salud, nutrida por el alimento de la meditación.

La piel de antílope significa atención, su cabeza y pesuñas intactas – la perfección de la bodichita y la realización de las cuatro cualidades inconmensurables. Pensar en esto como el sitio de meditación significa que Gampopa ganará la realización de la unión de la sabiduría y la compasión.  Las flores doradas en su lado derecho muestra el incremento del mérito mientras que las ovejas y vacas son un signo de que el refugio en el Darma llenará los deseos de todos los seres sintientes.

El pensamiento de estar vigilando representa que Gampopa siempre estará lleno de compasión hacia aquellos que están necesitados y sufriendo.  La pradera verde predice que realizará la unidad de la sabiduría y el gozo, mientras que las flores multicolores representan las diferentes experiencias que gradualmente ocurrirán internamente.

Las mujeres postrándose demuestran que alcanzará la maestría de la morada de las dakinis en sus canales de energía.  Las flores doradas en el centro son un signo de que Gampopa atraerá muchos monjes con su perfecta observación y disciplina y fuerte samadhi.  El Bodisatva del loto le indica a Gampopa que no permanecerá en el nirvana sino que se manifestará lleno de compasión, en muchas formas para trabajar por el beneficio de todos los seres sintientes.  La fuente es el Darma fluyendo por siempre.  La luz radiante significa que purificará el Tíbet con sus acciones positivas y utilizará el fuego del tummo para derretir el hielo de la mente divagante. El sol y la luna en su corazón significa que permanecerá en un estado de clara luz mas allá del ir y venir.

Luego de que Milarepa apuntó cada detalle del sueño de Gampopa, hizo una profecía de que todos los signos sean completamente realizados. Gampopa podía entender completamente la naturaleza de la mente y de esa experiencia podía tener una confianza suprema en Milarepa, viéndolo como un Buda. Entonces le dio varias enseñanzas sobre los estados del bardo y como pueden ser transformados con métodos tales como el yoga del sueño o del cuerpo ilusorio.

(1): Kalpa: un vasto período de tiempo (2): Parinirvana: la muerte del Buda, entrada del Buda en el nirvana final (3): Tsa Tsa: impresión de arcilla hecha con un metal que contiene la figura hueca de la deidad o símbolo sagrado (4): Torma: ofrenda hecha de pasta, decorada con mantequilla (5): Yidam: deidad de meditación que es la encarnación de un aspecto particular de la iluminación. 

El doctor de Dhagpo.

La vida de Gampopa. Parte II.

Por: Paul Waibl

Milarepa pidió a su más cercanos discípulos, Gampopa, Rechungpa y Shiva Aui que prestaran mucha atención a sus sueños. A la mañana siguiente Shiva Aui reportó, “ tuve un buen sueño en el cual el sol irradiaba desde el este y se fundía en mi corazón”. Rechungpa dijo, “ en mi sueño fui a tres grandes valles y grité muy fuerte “. Gampopa, con lágrimas en los ojos dijo, “ tuve un sueño muy malo”. Milarepa le aconsejó no sacar conclusio- nes y describir su sueño. Gampopa dijo, “ en mi sueño asesinaba a mucha gente de distintas razas y detenía su respiración. ¡ Oh, debo ser una muy mala persona con un horrible karma !  Milarepa tomó la mano de Gampopa y le dijo, “ hijo mío, tú lograrás lo que tanto has deseado. Muchos seres sintientes pondrán su confianza en tí para liberarse del mundo condicionado. Sus deseos se cumplirán.¡ Ahora éste viejo padre ha hecho su parte para servir al Dharma ! Shiva Aui podrá entrar en la tierra pura pero no podrá ayudar a todos los seres. Rechungpa renacerá tres veces en tres valles diferentes como un gran maestro Budista porque se rehusó tres veces a seguir las instrucciones de su maestro”.

Gampopa, lleno de devoción, practicó diligentemente durante un mes más y vio los siete Budas de la Medicina. Para entonces solo necesitaba inhalar y exhalar una vez al día. Una tarde mientras meditaba sin respirar, tuvo una visión de las tierras puras de los Budas del Sambogakaya y sus infinitas maravillas. Al amanecer del día siguiente, nuevamente mientras no respiraba, vio al Buda Shakyamuni rodeado de los 1000 Budas de este kalpa. Fue a relatar sus experiencias a Milarepa, quién ya sabía de sus visiones. Milarepa explicó a Gampopa que ahora había visto el Nirmanakaya y el Sabogakaya y que pronto cuando viera el Dharmakaya sería tiempo para que dejara a su maestro y meditara solo en el Tibet Central.

Para comprobar que su discípulo había dominado todos los obstáculos con los vientos de energía, Milarepa testeó a Gampopa pidiéndole que revolviera un montón de cenizas, enviando los vientos internos a través de la punta de los dedos. Cuando Gampopa tuvo éxito, Milarepa dijo que aún no había dominado completamente los vientos energéticos pero que obtendría los siddhis ordinarios y supremos.

Luego Milarepa dio una descripción muy detallada del lugar donde Gampopa debería continuar su práctica de meditación. Le dijo, “ ve al este, a un lugar llamado Gampo Dar. Allí encontrarás una enorme montaña que parece un rey sentado en su trono. Dispuesto en forma de mandala dorado, está rodeada por siete montañas. La del centro tiene la forma de joya preciosa y las otras seis parecen como seis ministros postrándose ante el rey. En el hombro de la montaña grande encontrarás tus estudiantes”.

Luego Milarepa cantó una canción y dio a Gampopa su nombre “ Mundialmente renombrado Monje Sustentor del Vajra”. Le dio empoderamientos especiales, más enseñanzas, bendiciones y algunos regalos de despedida. También acompañó a Gampopa un corto trecho hasta que llegaron a un puente de piedra. Allí le dio sus últimas ins- trucciones y finalmente puso sus pies en la coronilla de la cabeza de Gampopa diciendo “ con esto, te doy todas las iniciaciones. ¡ Ahora sé feliz! ¡ Ve lleno de gozo!. Existe una última profunda enseñanza pero es demasiado preciosa como para darla así como así. ¡ Ahora te puedes ir!” De esta manera envió a Gampopa al Tibet Central.

Cuando Gampopa hubo cruzado el puente y ya prácticamente no podía escucharlo su Gurú gritó “ ¿ Quién sino tú merece recibir la más preciosa, la quintaesencia instrucción, aunque sea de demasiado valor para ser dada? Ven aquí y te la daré”. Lleno de gozo Gampopa preguntó si debería ofrecer un mandala. Milarepa respondió que no era necesario pero pidió a Gampopa que apreciara profundamente la enseñanza y nunca la desperdiciara. Se volvió y levantó sus túnicas revelando sus nalgas, cubiertas de un duro callo como los cascos de un animal. “ No existe más profunda enseñanza que ésta. Ahora puedes imaginarte los momentos duros por los que he atravesado. He acumulado mérito y obtenido logros debido a la práctica persistente. La más esencial y profunda enseñanza en el Budismo es esta : ¡ Practica! ¡ Practica diligentemente!.

Con esta fuerte impresión en su mente Gampopa se dirigió hacia el este, dejando a su maestro. De vuelta en Chubar, Milarepa reunió a sus discípulos y les dijo, “ Este monje médico beneficiará a incontables seres sintientes. En mis sueños anoche, un buitre volaba desde aquí hasta Ü y se posaba sobre una gema alrededor de la cual se reunían incontables gansos. Estos finalmente se dispersaban en muchas direcciones reuniendo cada uno 500 gansos que los servían. Todas las planicies y valles del Tíbet se volvían blancos de tantos gansos.

Este sueño muestra que si bien yo soy un yogui, muchos de los seguidores de mi linaje serán monjes. Estoy feliz más allá de las palabras. Ahora he completado un servicio al Dharma.

Gampopa, mientras tanto, se dirigió al monasterio Sewalung, pero lo encontró desfavorable para su práctica de Mahamudra.

Decidió hacer un retiro de 3 años hasta que obtuviera la completa realización de la naturaleza de la mente. En su retiro, reconoció que Milarepa era un Buda completamente realizado, mientras que antes lo veía solamente como un Mahasiddha. Siguiendo las instrucciones de Milarepa, meditó en diferentes lugares. En Sup, tuvo un sueño especial, en el que cortaba la cabeza de su hijo, tiraba el cuerpo del niño rodando por la montaña y gritaba, “¡ He roto mi línea familiar! Este fue su último sueño. Su sueño se transformó en luz clara.

Luego meditó durante 7 años en Rolkar donde la gente empezó a reunirse a su alrededor. Distribuía todas las ofrendas que recibía al vecindario. Más adelante practicó la meditación en la montaña. , Ode Kungyal. Un anciano con turbante en la cabeza que vestía joyas preciosas apareció ante él y le prometió que cubriría sus necesidades si se quedaba en la montaña. El anciano agregó que si decidiera no quedarse, su hijo proveería para él en Daglha Gampo. Luego el hombre se disolvió en luz de arcoiris y desapareció. Habían pasado doce años desde que Gampopa había dejado a Milarepa y recordó que debía volver. Decidió ir a Chbar. En el camino, en Yarlung, un comerciante informó a Gampopa que su maestro había muerto y le dio sus túnicas de algodón y sus cosas. Gampopa lloró muchas lágrimas y se desmayó. La gente a su alrededor masajeó sus manos y pies y le echaron agua en la cara para revivirlo. Gampopa se levantó, esparció una onza de oro en dirección a Drin, y luego cantó una canción rezando y suplicando a su maestro. Terminó con las palabras  Practicaré Hasta que nos volvamos uno en el Dharmakaya.

No interrumpas tu río de bendiciones.

No me dejes partir del gancho de hierro de tu bondad.

A través de la virtud de estas alabanzas,  Pueda conocer al mismo Jetsum Cuando nos conozcamos, por favor asegúrame tu bendición.

De vuelta a casa, dakinis manifestaron una casa y deliciosa comida como una ofrenda, y al final de la comida, la casa y todo lo demás desapareció. Gampopa meditó en varios diferentes lugares, y luego fue de Ode Kungyal a Daghla Gampo. Tuvo un presentimiento de obstáculos por venir, y para vencerlos tomó un empoderamiento en Tara Blanca y una práctica para extender la vida de su maestro Kadampa, Geshe Nyukrumpa.

Su plan era hacer un retiro extendido en Daghla Gampo, pero tuvo la visión de una mujer cubierta en cenizas que llevaba tres plumas de pavo real quien dijo, “Es más importante que ayudes a que las enseñanzas florezcan ahora que entrar en retiro”. Por lo tanto, Gampopa aceptó muchos más discípulos y construyó un monasterio, el primer monasterio Kagyu en el Tíbet. Estudiantes de todo el país se reunieron allí y se esparció su reputación por ser un inusual, gran maestro.

A diferencia de sus predecesores, dio las enseñanzas del Mahamudra tanto a los estudiantes que habían recibido empoderamientos como a los que no. La más alta práctica se hacía de este modo fácilmente accesible aún para aquellos que no tenían conexión con el Anuttarayoga Tantra, o quienes no podían usarlo debidamente. Su especial método, llamado Sutra Tantra como Gampopa explicó a su discípulo Phagmo Drugpa, está basado en el Uttaratantrashastra (tib. Gju Lama) un texto que puede ser rastreado hasta Maitreya. Se dice que Gampopa podía despertar un entendimiento del Mahamudra inclusive en los tontos y muchas personas experimentaban profunda meditación con solo mirarlo.

La capacidad de Gampopa era muy inusual. Podía manifestarse en diferentes lugares al mismo tiempo. Gampopa era visto haciendo ofrendas en Lhasa, dando enseñanzas a discípulos en el monasterio, instruyendo monjes en retiro. Al mismo tiempo su sirviente aseveraba que Gampopa había estado meditando solo. Sus discípulos también diferían en su opinión en cuanto a las apariciones de Gampopa , a veces viendo fuego, agua o nada. A veces parecía ser una radiante stupa dorada, o la forma de mil brazos de Ojos Amorosos. (Tib. Chenrezig)  Más adelante, cuando su sobrino y discípulo Gomtsul dijo, “Boddhisattvas del primer nivel tienen la capacidad de concentrar todo el universo en un diminuto grano, sin reducir el universo o agrandar el grano”, Gampopa explicó esto como la naturaleza de todos los fenómenos. Como ejemplo, describió la enorme luna cuando se ve en un pequeño charco. Luego, en su pequeño cuarto, se convirtió en un Buda grande como una montaña . Gomtsul entonces dijo a Gampopa de su habilidad de controlar los vientos energéticos interiores, agregando que podía ver los diferentes colores de los elementos de la respiración, inhalando y exhalando por cada poro de su piel y a través de sus dedos. En vez de responder, Gampopa colgó su túnica en un rayo de sol.

Otro discípulo pidió a Gampopa que bendijera una thanka que representaba a los cinco Dhyani Budas. Gampopa le dijo que prendiera incienso y ofreciera un mandala. Luego se transformó en el Buda Shakyamuni enviando luz por su ushnisha (2) a la thanka. Flores y música de campanas y Damaris (3) llenaron el aire y todos los signos auspiciosos aparecieron en el cielo. Gampopa comentó, “Esta es una corta bendición”. Durante un eclipse solar, mil monjes vieron a Gampopa arrojando agua de un recipiente mientras volaba por cielo.

Una vez, su discípulo Gargom Karpo, pidió a Gampopa la transmisión de los trece yidams. Mientras recitaba el mantra, luz roja irradió de la boca de Gampopa y se disolvió en Gargom. Lleno de confianza y devoción, Gargon se postró hacia su maestro. Al mismo tiempo Gampopa se manifestó como la forma de cuatro caras y doce brazos del más alto gozo, Korlo Demchok.

Los estudiosos criticaban a Gampopa por enseñar a sus discípulos más meditación que enseñanzas del Dharma. Uno de estos estudiosos, Geshe Gyalwa Chungtsan Chen, tuvo un sueño que la montaña de Daghla Gampo estaba llena de cuevas. En cada una había una espléndida stupa, maravillosamente pintada. Alguna de las stupas estaban casi terminadas; otras estaban en diferentes niveles de perfección, irradiando luz. Centenares de personas se postraban ante ellas , como refugio para todos los seres sintientes en samsara. A la mañana siguiente fue a Gampopa y le preguntó sobre su sueño, pero antes de que pudiera comenzar, Gampopa dijo, “ Todos los que confían solo en el intelecto, me critican y no les agrado , pero mis novicios son como las stupas en tu sueño. Son un refugio para todos los seres sintientes en los seis reinos”.

En otra oportunidad su discípulo Rukom le preguntó, “ Cuando alcanzas el nivel de un solo gusto, ¿ el cuerpo, la apariencia y la mente se transforman en uno solo?” Gampopa contestó atravesando su mano a través de una columna. Mientras estaba en la montaña Dregu, el rey Lhagom pidió a Gampopa que consagrara un templo. Gampopa tiró una flor al aire y se esta se disolvió en el altar. Luego colocó un florero en el aire y una vez más colgó sus túnicas en un rayo de sol mientras que todos los que estaban parados junto a él lo vieron en la forma de Chenrezig Khasapani.

Muchos de los 50.000 estudiantes de Gampopa alcanzaron estados de alta realización. Los más importantes entre ellos fueron el primer Karmapa, Dusum Khyenpa , quién recibió todas sus enseñanzas , Phagmo Drupa, Baram Dharma Wangchuk, y su sobrino Gomtsul. Ellos y sus discípulos fueron los fundadores de los cuatro mayores y ocho menores linajes Kagyu.

Cuando Gampopa murió a los 77 años de edad, la gente vio muchos signos milagrosos. Arcoiris, parasoles, banderas de victoria, y cobertores aparecieron en el cielo. La gente escuchó música y olió delicioso incienso. Cuando el fuego crematorio fue encendido, la tierra se sacudió y fuego y luces en cinco colores aparecieron con el sonido de música de ofrendas. En las cenizas de Gampopa se encontraron, entre otras reliquias, su corazón y su lengua simbolizando su amor y sus enseñanzas.

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1 Ü – Provincia del Tíbet ·  2 Ushnisha – Pelo que no se encuentra en la cabeza de Buda ·  3 Damaru – Tambor ritual  Traducido y enviado por María Inés García – Uruguay  El doctor de Dhagpo.