Avelino Jiménez, psiquiatra: “No puede haber una sociedad sin drogas”

Avelino Jiménez, psiquiatra: “No puede haber una sociedad sin drogas”
Entrevista de Mauricio Becerra R., publicada en diario El Ciudadano, Diciembre 2008

Avelino Jiménez, psiquiatra que entre 1995 y 2003 fue coordinador del Subprograma de Adicciones en el Servicio de Salud Metropolitano Occidente, y autor del libro ‘Cómo consumir drogas sin ser adicto’, en conversación con El Ciudadano comparte otra mirada para entender el fenómeno de las drogas. No por nada un estudio del Conace hecho el 2003, señala que el 98,9% de la población declara no tener problemas con el consumo de drogas.

Para Jiménez la prohibición de las drogas es una actitud grosera con lo que la naturaleza nos entrega, la mayor parte de los usuarios e sustancias prohibidas no tienen problemas con su consumo y los medios de comunicación han distorsionado el tema.

¿Su experiencia personal y terapéutica qué dice de los motivos por los cuales las personas usan drogas?

– El mayor consumo de drogas es por diversión, por la embriaguez o relación que cada droga produce y que favorece acercamiento social, bienestar o evita algún tipo de sufrimiento. Otros motivos son la búsqueda existencial, religiosa, el camino espiritual, todas las religiones giran en torno a una droga, o muchas de ellas; por ejemplo Jesús en la última cena con sus amigos tomó vino y lo presenta como su sangre de ahí se repite el rito en cada ¿Qué significa? Vino es la sangre como dice la Biblia, compromiso, pasión, vida no por el color sino por el espíritu, y como en muchas religiones en la nuestra las drogas embriagantes son los canales de comunicación con la divinidad.

– Sin embargo desde hace unas décadas por razones de política se empezó a vulgarizar el término droga y a aplicarse a las sustancias  ilegales que son capaces de producir adicción. Esto lleva a que se crea que entonces los medicamentos y las drogas legales no son igualmente drogas, que no producen problemas. Es una especie de lavado de imagen, que tiene sentido pero desde el punto de vista de la relación que hay entre drogas y adicción es incorrecto, arbitrario y confuso.  Aquí ya tenemos la primera afección en el discurso de la salud pública desde agentes no sanitarios o desde nomenclaturas ajenas a la tradición sanitaria.

Además que dejan fuera el alcohol y el tabaco.

– Sí. El alcohol y el tabaco son los que producen mayor cantidad de muertes por año en Chile, cerca de 15000 cada uno, y en el mundo, pero se habla de ellos en un doble estándar que induce a creer que no son drogas. Y como la palabra droga se ha cargado con significados negativos, el decir “alcohol y drogas” o “tabaco y drogas” manipula la comprensión simple llana y útil de la realidad. Las personas cuando consultan dicen no he consumido nunca drogas, casi con orgullo, y luego resulta que tienen tabaquismo y alcoholismo. O en los consultorios algunas personas que llevan más de 20 años tomando benzodiazepinas, tranquilizantes como diazepam, clonazepam, alprazolam, hablan con desprecio de los “drogadictos”, o antes era mas frecuente que hablaran de los “marihuaneros”, especialmente mujeres que buscan más las drogas tranquilizadoras: Justamente ellas que llevan 20 años sin pasar un día lucidas. Pero como se las prescribe el médico y está avalada por el Estado, no ven cuanto se parecen ellas o ellos a quines están descalificando. Claro puede que necesiten esas drogas y los otros adictos también. Cada vez veo con cierta curiosidad que situaciones como estas de los pacientes que usan por años remedios potencialmente adictivos prescritos por los médicos, se parecen a los adictos a heroína que están en programas de metadona en Europa, el estado mantiene a algunos adictos a las benzodiazepinas en nuestro país y los salva del tráfico y su criminalización, cada droga con su diferencia en lo que corresponde por su puesto, pero si no se les prescribe he visto a quienes ponen el hospital patas para arriba y pueden agredir físicamente a los médicos incluso.

¿Entonces cuál sería un primer orden del asunto para iniciar una comprensión más sensata del fenómeno?

– Es mejor decir simplemente drogas y no alcohol y drogas y ahí están todas, y luego hacer el diagnóstico de consumo normal, perjudicial o patológico. Entonces va a ser fácil tener claro que desde la medicina la legalidad de la droga no determina si produce o no adicción y si un consumidor es adicto o no basándose en si la droga que se consume es legal.

En su libro ‘Como consumir drogas sin ser adicto’ menciona que la mayor parte de las personas han consumido drogas sin desarrollar algún grado de dependencia. Pero esto se omite en las políticas públicas sobre drogas. ¿Cuáles son las consecuencias en la salud pública que trae ignorar la diferencia entre consumidores sin problemas y patológicos?

– La mayoría de las personas las consume y sólo algunas son capaces de producir adicción, y quienes las consumen generalmente no son adictos. Con esta visión obviamente sobre el 90% de la gente consume alguna droga como medicina, diversión, espiritualidad,  religión o búsqueda existencial, como psiconautas (aventureros de la mente), pero un pequeño porcentaje, menor del 5 %, son adictos. Consumir drogas es lo normal; enfermarse por eso es lo anormal. No puede haber una sociedad sin drogas, las drogas y antes que ellas aparecieran  la medicina tradicional, nos han permitido el desarrollo como especie, la salud y la expectativa de vida humana que hemos alcanzado.

– Sin estas distinciones no podemos comprender al ser humano y la importancia que tienen las drogas en su vida. Las políticas de salud pública asociadas a esa confusión nos llevan con la vista vendada a buscar  la solución de uno de los problemas connaturales a  lo que somos: el consumo perjudicial y las adicciones. Quizás esa sea una de las causas de que las políticas basadas en la represión y el prohibicionismo, como se les ha llamado, no consiguen sus propósitos.

¿Cómo ve la actual disposición de los funcionarios públicos de salud respecto a enfoques no represivos o de reducción del daño en el tema de drogas?

– En la clínica, cuando se trata a pacientes adictos a drogas legales como el alcohol, tabaco o medicamentos, siempre ha habido algo de reducción del daño, aunque encuentro mas completo decir Prevención de Riegos y Reducción de Daños. Sé que muchos funcionarios públicos de salud se alinean con las políticas dominantes sin que sientan que armonice con sus experiencias ni con sus propias historias de vida. Se ven atrapados en un doble estándar que en cada caso tiene su grado de disociación. Claro que ahora, con la revista Cáñamo, algunos libros publicados, declaraciones de la  Fundación Paréntesis, el senador Avila y muchos otros, entra en la conversación nacional una página de la vida cotidiana, con la opinión que estuvo negada de tanta gente, que habla sobre consumo y enseña sobre drogas legales e ilegales culta y atractivamente, y si alguien no participa de ese marco más amplio de puntos de vista tampoco puede esperar que su opinión sea escuchada. Incluso, el propio Conace tiene contenidos nuevos que derivan de la estrategia de reducción del daño, aunque no lo reconocen abiertamente. El problema mayor es que Chile se haya jugado por una política dura, porque ahora le es más difícil reconocer cosas que en cierto modo dramatizó como inaceptables.

¿Es posible hacer prevención y educación de consumo de drogas más allá de la abstinencia?

– Creo que es posible. Hay varios aspectos interesantes que serían trascendentes en la formación de la gente y que les sería útil para relacionarse con las drogas, y prevenir el consumo patológico de aquellas potencialmente adictivas, y otros problemas del uso de drogas que no son adictivas, incluyendo a los productos naturales. Lo que se debería pretender es un conocimiento real de la tradición humana y animal en el uso de sustancias que  producen beneficios y que por tanto se acompañan  o tienen como consecuencia alguna emoción agradable, que es lo que la vida biológica identifica con lo bueno, y por lo tanto tiende a repetirla, para así conservar y mejorar el estado vivo.

– La prevención no se puede basar en la abstinencia del consumo y en el uso exclusivo de las drogas legales, por  mucho que la mejor manera de evitar el consumo perjudicial  o patológico sea la abstinencia. La comunidad no quiere ni puede tener un comportamiento de esa índole. Por lo tanto es más adecuado el consumo de cualquier drogas con el debido cuidado personalizado de sus riesgos, el consumo de drogas legales únicamente y la abstinencia del consumo de drogas, en ese orden de prioridad. Cada uno verá  un principio preventivo de acuerdo a su conveniencia.

– Por otro lado, si el dialogo social sobre los temas importantes de la convivencia no es amplio y enriquecedor perdemos todos una oportunidad de desarrollo y de educación, de estilo de vida más ambicioso. Si la vida real enseña más que las aulas, por último si se enseña en las aulas es para la vida real, de manera que en muchos sentidos decir cualquier cosa por arrear a la gente con buena o mala intención no puede ser inocuo para la salud pública.

¿Qué nos podría decir sobre el desarrollo de adicciones?

– Somos seres preadictivos o proadictivos, pienso. Creo que por el modelo instintivo, que funcionamos por el principio del placer y esto lleva al hábito. Sea que nos demos cuenta o no lo principal de la vida  no está entregado a la volunta  personal, demos como ejemplo: comer, reproducirse, luchar, arrancar y quizás cuantos impulsos heredados mas que podríamos distinguir. Todas estas tendencias que se nos imponen si o sí desde lo biológico, la naturaleza, del cosmos mismo al fin y al cabo porque nuestra naturaleza en la Tierra es una manifestación del universo. Así nos mantenemos en la condición de ser vivo, fuera de ello o enfermamos o morimos. En el fondo estas tendencias o instintos que nos envuelven completamente nos relacionan con el mundo de acuerdo a lo que necesitamos, y el organismo, nosotros mismos por tanto lo reconocemos como sentimientos agradables, y eso es el principio del placer. Es obvio para cualquiera, en lo que le pasa a la gente en la vida real de todos lo días y por siempre: el placer de comer, de enamorarse, de dormir, de ir al baño, de suprimir el sufrimiento del frío, del hambre, de una enfermedad, del dolor. Entonces para la persona, o para el sujeto biológico, es inteligente repetir lo que siente que le hace bien, acostumbrarse a eso que ya demostró ser bueno para su vida, lo absurdo, trágico, y suicida sería alejarse de lo que  ha sido “reconocido” por el organismo como beneficioso.

– Es por esto que el hábito es tan importante, pero hay una pana, casi una pana lógica y natural en este mecanismo del hábito y es la dependencia, de cualquier tipo, y cuando se trata de dependencias a sustancias se les llama adicción a drogas. ¿Acaso alguien podría negar que este hábito patológico está presente en los millonarios, y en todos aquellos que son presos de una pasión dominante de ganar o poseer dinero, o poder, o personas en las dependencias amorosas?

– Mientras mejor salud mental y estabilidad mental menos riesgo de consumo perjudicial o patológico. Por ello es que a mayor nivel socio económico o de oportunidades en el orden social, hay menor posibilidades de consumo perjudicial o patológico (los niveles socio económicos altos consumen probablemente en mayor cantidad pero mejores drogas y de un modo adecuado evitando las complicaciones) y, un orden social con oportunidades para la satisfacción de las necesidades de la existencia disminuye el riego de adquirir una adicción. Y en cuanto a la droga mientras mas dura o adictiva sea y mayor oferta mayor probabilidad de complicaciones en el consumo.

¿Cuáles son las drogas más adictivas usadas en Chile?

– La Pasta base y el tabaco, después vendrían el alcohol y las benzodiazepinas o los tranquilizantes.

¿Qué rol juegan los medios de comunicación?

– Es determinante su influencia. Juegan un papel aspectos como la inducción publicitaria y los perfiles de las drogas; por ejemplo el wisky es elegante, el ron es alegre y la pasta base es delictual, para dar un ejemplo simplificado, y los medios están todo el día perfeccionando esos modelos. Cuando se habla de las drogas como siempre se asocia con tráfico, truculencia, balaceras o detenciones. Pacientes adictos me han contado que esos programas donde muestra y hablan de las drogas como reality, les despiertan fuerte ansiedad de consumo y perjudica su tratamiento ¿Qué les parece? Creo que las autoridades ni los canales saben que hay muchos televidentes en esa lucha por el raiting que están siendo perjudicados en su consumo anormal de drogas, quizás las autoridades y los canales  están buscando el efecto contrario, espero que tomen nota.

¿Ve alguna contradicción en estos regímenes de representación?

– En Chile hay una política de control de estupefacientes y psicotrópicos dura y somos productores de buenos vinos y piscos, y durante las décadas pasadas hemos fortalecido la exportación, llevando la droga que más morbilidad y mortalidad produce a otros pueblos del mundo y principalmente a los jóvenes; y todavía no ponemos en las botellas una advertencia algo así como: el alcohol puede provocar graves daños para la salud y eventualmente llevar a la muerte. Uno de nuestros ídolos futbolísticos fue figura para la venta de drogas en un spot  de vino con el slogan “la calidad va por dentro”, y después usando la misma ascendencia sobre la población, especialmente sobre los jóvenes, fue figura de la campaña antidrogas del Conace, exactamente al otro lado. Esa son contradicciones que se tienen en la visión de las drogas y en la transparencia de las acciones

Además que los mismos medios nos invitan a la utopía de una sociedad libre de drogas.

– Sí, podría haber la posibilidad de una vida sin drogas en una sociedad perfecta, entonces la oferta de placer, satisfacción o bienestar que ellas ofrecen estaría cubierta auténticamente por otras posibilidades, pero en ese camino de perfección nos hubiéramos desecho de tanto lastre y sufrimiento que también sería innecesarias las religiones, las ideologías, quizás los ritos. Por eso que es utópico.

– La gente necesita desarrollo, pero no para que deje de consumir drogas. A una población se le debe proveer de las condiciones para su educación, esparcimiento, trabajo, pero no como parte de un programa para alejarlos de la drogas, si no como parte de las necesidades naturales de sus miembros. ¿Recién van a pensar en la canchita de baby cuando enfrentan el consumo patológico de drogas. Esa población no se beneficia del deporte por sí mismo?

¿Qué problema de salud pública ves tu en el hecho de que para las autoridades todo consumo de drogas sea visto como adicción, o su posibilidad, olvidando que la mayor parte de los usuarios de sustancias prohibidas no tienen gran problema con su consumo?

– Es un acto automutilativo en lo psicológico, corporal y social porque desconoce y ataca  aspecto de lo humano al calificar de patológico o criminalizando una dimensión normal.  Ese tipo de contenidos preventivos son vistos con suspicacia porque se parte con una afirmación que no coincide con lo que la mayoría observa por si mismo. Pueden ser creídos por quienes no tienen ningún conocimiento sobre drogas ni van a estar probablemente en mayor riesgo, pero van a provocar resistencia y rechazo en quienes tienen experiencia y sobre todo en los usuarios con consumo perjudicial y en adictos que saben sobre la droga de la que están enamorados, puede que no sepan sobre la adicción, pero sobre la droga saben  más que el profesional a veces, o que los políticos que determinan las leyes que las rigen, y son esos consumidores con problemas quienes más que nadie deben ser los destinatarios de esas políticas. Creo que las afirmaciones preventivas que igualan el consumir drogas a ser adicto, son efectivas en una franja de la población, y seguramente a consecuencia de ello hay muchas personas con la que se cumple el objetivo de salud. Incluso el condicionamiento con contenidos antidrogas  de los niños a temprana edad, ya que no es educación propiamente tal, tiene efecto preventivo por que hay quienes nunca se van a exponer a sus efectos positivos o negativos.

– Es perjudicial para el uso del presupuesto en salud, seguridad, justicia, para las atenciones en cada uno de estos ámbitos que son recargados con demandas producidas por los programas que no van a ninguna parte porque muchas son personas sanas. Es el caso de los peritajes a usuarios de drogas enviados por los juzgados por que los encontraron con drogas ilícitas y debía diagnosticarse si tenía o no un consumo anormal, la mayoría de ellos  por marihuana y por tanto con bajo porcentaje de problemas en el consumo. Si las autoridades dicen que el consumo es igual que la adicción, o no hacen la diferencia a veces o muchas veces, es porque algunos puede que lo ignoren lo que es lamentable, si no vergonzoso, pero creo que lo hacen cuando están tratando de ejercer una forma de control social. Quieren sacar a la gente a pasear pero con el collar puesto.

¿Cómo evaluarías los resultados hasta ahora obtenidos por el enfoque centrado en lo represivo que ha dirigido las políticas de drogas en Chile?

– Como aceptable pero insatisfactorio. No es una política chilena, es un alineamiento mundial. En las estimaciones de las políticas de drogas no me acuerdo de algún trabajo o estudio que elogie los resultados, todas las variables que pretendían reducir están en permanente crecimiento u oscilación, me refiero como siempre a lo que pasa en general internacionalmente.

– Países como Holanda que tienen políticas diferentes les ha ido bien en varias cosas en los más de treinta años que la tienen, pero no es una política abierta de verdad tampoco, solo tiene el camino medio abierto a la cannabis y sus derivados.

– En el caso particular de Chile con el Conace a la cabeza, han  crecido y se han desarrollado, tanto en inversión como en rehabilitación, en diversificación de programas para distintos grupos con problemas, lo que es un gran mérito y un enorme trabajo sostenido en el tiempo. En la atención de los afectados no hay tanta diferencia en la intervención. Pero en la comprensión de las dinámicas sociales que relacionan a las personas con las drogas, creo que no han evolucionado y son como un espejo en el que por más que el país se mire no logra reconocerse.

¿Qué elementos señalarías como capitales a la hora de plantear otra política de drogas en el país?

– La persona tiene derecho sobre su cuerpo y no se le puede entregar al estado supremacía sobre la vida privada. Por lo tanto no debe penalizarse el consumo de ninguna droga. La ley de drogas produce violencia social, un factor que de alguna manera enardece la salud mental poblacional. Por su puesto para equilibrar tiene que legislarse firmemente para enfrentar la molestia derivada de los malos consumidores; el derecho a consumir drogas no autoriza en nada a perturbar a terceros no interesados, ni atenuar delitos o eximir de sanciones generales que se le aplica a todos.

¿Y respecto a la información de los organismos públicos sobre drogas?

– Esta debe ser sin censura ni distorsiones ideológicas. Cuando se leen los informes del boletín de narcóticos, o del centro de monitoreo europeo para la droga y la drogadicción, o la oficina de las naciones unidas contra las drogas y la criminalidad, se observa que los organismo de alto nivel tienen una actitud abierta en comparación al oscurantismo y  la censura en el medio nacional, estamos siendo en los hechos mas papistas que el papa. Lo último atenta evidentemente contra la madurez del país y por ende la acertividad con que puede enfrentar situaciones. Por otro lado me preocupa y siento pena en cierta medida cuando se pretenden implementar programas contra las drogas en niños, me parece en cierta medida un abuso que implanten un chip en la mente limpia y en crecimiento de quienes no están en condiciones de oponerse, provocando en ellos un adiestramiento social con contenidos que pertenecen a un sector de la sociedad y con un tema de adultos. Respetémoslos, no  convirtamos a los niños comparsas de las controversias existenciales que les tocara enfrentar a su momento; cuidemos de ir corriendo a ver quien se gana las mentes infantiles a su favor frente a cada controversia existencial que enfrentamos.

¿Qué le parece la distinción entre drogas duras y blandas?

– Tiene que haber una distinción. No es de sentido común que la marihuana sea prohibida porque tiene poco riego social y sanitario. Holanda el único país en donde durante décadas han practicado el consumo de marihuana en su política de drogas, seriamente monitoreado lo avala, ¿que otro país puede tener un respaldo similar? Lo que no significa que se pueda traficar libremente. Porque los comerciantes que tienen la motivación de la ganancia son un peligro para la relación equilibrada de las personas con las drogas, y son un estímulo a la criminalización de las actividades, las dinámicas y los productos comprometidos, y de eso no se salva quines giran alrededor de la marihuana, porque es un principio que tiende a cumplirse en todos los casos.

– También sería interesante considerar el funcionamiento de laboratorios que analicen las muestras de las drogas ilegales  como un servicio quien quiera saber que va a consumir cuando las compra. Esta sería una típica intervención de prevención del riesgo y reducción de daño. No necesariamente tienen que ser gastos del estado, pueden ser laboratorios particulares, o de ambos, y con un sistema de monitoreo centralizado de los resultados que mida y siga la calidad  de las drogas que están ofreciéndose en el mercado de drogas ilícitas. Un usuario con el informe de lo que ha comprado podría abandonar a los traficantes que ofrecen drogas malas, lo que en los hechos traería un impacto económico y sanitario en el mercado negro de las drogas insospechado. Además sería una excelente guía para ir previniendo a la población de acuerdo a los cambios de calidad y a las mezclas que vayan surgiendo.

¿No sería mejor empezar por cambiar los conceptos y llamar a algunas sustancias enteógenos, por ejemplo, noción que conlleva otra dimensión mucho más rica?

– Sí, me gustaría que en un política más sofisticada, pudiera accederse a drogas como LSD, éxtasis, hongos mágicos, mezcalina y todo ese grupo de drogas enteógenas, que tienen poco efecto adictivo. Lo principal del término enteógeno es que llevan a experiencias de revelación del mundo (hacen visible o generan a Dios), lo que corresponde a los éxtasis religiosos de los místicos; experiencias de integración profunda con el mundo y de conciliación personal. No todos se interesan en ellas, pero hay una necesidad en el ser humano de la aventura de la mente y del espíritu de gran belleza y moralidad que no puede si no enriquecerlo, y el que se sienta llamado a ello, es un derecho muy delicado procurárselo; del mismo modo que debe haber acceso expedito a las drogas para investigaciones sobre la mente y el comportamiento.

– Estas mismas drogas podría usarse para el bien morir. La humanidad, todas las personas tienen la sombra de la muerte rondando, es una realidad, el temor a como le va a tocar morir a cada uno, con cuanto dolor, cuanto tiempo de agonía, en que condiciones. La vida podría ser inmensamente más tranquila y hermosa si no tuviera esa incertidumbre terrible al final. La mayoría desea ingenuamente tener una muerte rápida y sin sufrimiento, sin ser carga para nadie. Cuanto cambiaría nuestra alma, la salud mental de la gente, si fuera diferente, y puede ser ya ahora mismo diferente. De manera que el poder químico actual nos aportara drogas con las que nos despidiéramos sin dolor y con un sentimiento profundo de seguridad y amor lo que sería la justa dignidad para el que muere y de gran nobleza para los que se quedan ¿si repreguntas que haría con la persona a quién más quiero en el mundo en esa encrucijada de la muerte? Evitaría que caiga en el precipicio del dolor, la desintegración física, el terror y el sufrimiento extremo, no podemos impedir la muerte pero si enfrentarla juntos con el o ella para que se valla volando gloriosamente, es como acompañarla hasta la puerta, un abrazo y nos despedimos con agradecimiento; ¡eso es escala humana! Si fuéramos capaces de tomar decisiones como estas probablemente seríamos capaces de vivir también mucho mejor y las drogas serían menos recurridas como medios de bienestar y habrían menos adicciones. Y sabes que en alguna importante medida las drogas nos hacen ese impagable favor de alivianarnos el sufrimiento y dolor en la muerte ya desde hace mucho, y son las mismas que denigramos banal y estúpidamente, por ejemplo los derivados del opio como la morfina, de donde mismo  se origina la heroína. Debemos una disculpa por esta actitud grosera con lo que la naturaleza nos entrega.

 

* Esta entrevista forma parte del reportaje sobre como consumir drogas sin ser adicto, publicado en la edición de diciembre de 2008 de El Ciudadano (www.elciudadano.cl) .

Las Leyes cuestionables

Por Alejandro Celis H., Psicólogo Transpersonal y director del Instituto de Expansión de la Conciencia Humana

(Publicado en Revista UnoMismo Nro. 230 – Febrero 2009)

Se dice que el gran Lao Tsé se estaba alejando de la civilización, “cansado de la necedad de los hombres”, cuando fue  detenido en la frontera por un discípulo, quien le puso como condición para dejarle ir, que dejara un legado escrito, lo que dio origen al invaluable Tao te Ching.

En Grecia, la sociedad contemporánea de Sócrates no pudo tolerar que hablara libremente su verdad, pues “corrompía a la juventud”, por lo cual terminó bebiendo la cicuta.

Salvo escasísimas excepciones, que por cierto no son visibles en el mundo actual, los individuos suelen ser más sabios que la sociedad que les rodea. EEUU e Inglaterra invadieron Irak impunemente, quebrantando decisiones de la ONU; muy pocos chistaron y todo siguió como si nada. Ministros y Presidentes de este país siguieron tomándose fotos sonrientes con Bush o Condoleeza, como si fuesen ciudadanos ejemplares y no criminales internacionales; Blair tiene ahora un importante puesto en la ONU y por sus conferencias cobra precios altísimos…

Durante la Dictadura, los opositores intentaron por todos los medios derrocar a un gobierno que institucionalizó el terror y la tortura en el país, pero en ese contexto los opositores fueron catalogados de “terroristas” y de “vulgares delincuentes”; y hasta nuestros días persiste la discusión respecto a la legalidad o ilegalidad de sus actos. En nuestros días, los iraquíes que se siguen oponiendo al invasor yanqui –porque eso es lo que es- aún son tratados como “insurgentes” y “terroristas” por prácticamente todos los medios. Lo mismo ocurre en nuestro país con los pueblos originarios que demandan sus tierras, robadas por los invasores blancos con violencia y subterfugios.

Situaciones anormales, gobiernos dictatoriales, legisladores ineptos, corruptos o simplemente estúpidos o ignorantes, siguen dando motivo de discusión respecto a la ley. Obviamente, la ley es la ley, y quien la viola se arriesga a las peores consecuencias. Pero, como hemos visto, a veces la ley es abusiva dependiendo de quien la aplique; y en otras, se aplica la ley al débil pero no al poderoso, quien parece tener libertad para hacer lo que le venga en gana.

Los pueblos originarios de este continente no iban a misa antes de la llegada de quienes los exterminaron, el “descubridor” español; su forma de conectarse con la espiritualidad fue utilizando, entre otras cosas, las plantas que crecían en su entorno. Sus chamanes descubrieron los poderes sanadores y transformadores de muchas de ellas, las que siguen siendo utilizadas hasta el día de hoy para una variedad de dolencias; y en países como Perú, incluso para sanar la adicción al alcoholismo o a la cocaína. El indígena altiplánico masca hojas de coca para acostumbrarse a la altura, tal como debe hacerlo el visitante occidental con el mismo fin; poca relación tienen estas hojas con el destructivo clorhidrato de cocaína, invento recreacional del Occidente y no de los indígenas.

Más allá de las plantas estrictamente medicinales –muy generosamente abundantes en Chile- existen en el continente americano plantas mediante las cuales los pueblos originarios se conectaban con su espiritualidad, y por tanto las han considerado sagradas por siglos: el peyote en México, diversos tipos de hongos distribuídos por toda América, la ayahuasca y una diversidad de otras en la selva del Amazonas, el San Pedro en el desierto atacameño, el chamico o datura en varios países, el canelo en Chile y muchas, muchas otras. La verdad es que lo que los occidentales llamamos, en nuestra ignorancia, “drogas alucinógenas” (sin distinguirlas en nada de los monstruos químicos que nuestra sociedad ha creado) son tan numerosas que prácticamente habría que cubrir de cemento la Madre Naturaleza para eliminarlas.

Diversos antropólogos y psicoterapeutas se interesaron muy tempranamente en estos ceremoniales indígenas, existiendo registros de este interés desde el siglo 19. En la primera mitad del siglo 20, literatos y psicoterapeutas ahora famosos –como Havelock Ellis, Aldous Huxley, Stanislav Grof y Claudio Naranjo- experimentaron y estudiaron en profundidad sus efectos. Todos valoraron entusiastamente su enorme potencial terapéutico y transformador, constituyendo una muestra más del creciente interés que los occidentales sensibles han tenido desde tiempo atrás por las culturas precolombinas.

En nuestro país, sin embargo, actualmente se encuentran penados el cultivo y “tráfico” (regalando o proporcionando a otros a cambio de algo) de la planta del cáñamo (cannabis), del San Pedro, del ácido lisérgico y del hongo que contiene psilocibina, todos con efectos relativamente similares. La ley prohibe estas sustancias, tratando a los infractores del mismo modo como trata a delincuentes comunes que matan, roban, violan, asesinan o trafican con sustancias –como la cocaína, heroína o pasta base- que destruyen el cerebro de niños y adolescentes. Es realmente vergonzoso que los legisladores que dictan leyes de este tipo tengan este nivel de ignorancia y prejuicio respecto a lo que deciden; a mí me producen desaliento y vergüenza ajena, la verdad, porque si bien considero que estas sustancias deben ser tratadas con respeto y sobre todo con un nivel adecuado de información respecto a sus efectos y a las precauciones que deben tenerse, no producen adicción ni perjuicio alguno si se cumplen esas condiciones.

A fines de Noviembre 2008 hubo arrestos, con gran publicidad y entusiasmo por parte de la prensa amarilla, de dos personas que dirigían rituales con el cacto San Pedro. Los medios hicieron su fiesta y supongo que los sectores más recalcitrantemente conservadores del país también, versión moderna del populacho que mandaba los cristianos a los leones. Se anunció triunfalmente que “se habían arrancado los cactos”… pobrecitos. ¿Pensarán arrancar también todos los del desierto de Atacama, así como los yanquis han deseado erradicar la planta de la coca? Repito: es una desgracia que todos nos hallemos sometidos a leyes y a legisladores tan ignorantes.

Se mencionó en la prensa que estas personas son terapeutas transpersonales. Es cierto que se adscriben a esta corriente, a la que yo también adhiero; mi posición al respecto es ambivalente, pues si bien la ley –por estúpida que sea- es la ley y lo razonable es respetarla, en los orígenes de esta corriente, en que estas sustancias eran enteramente legales, se verificó su enorme potencial terapéutico. Y es debido al Imperio, que propulsó su prohibición –tal como prohibió el alcohol en algun época y en general ha tenido un comportamiento tan caprichoso como el de un niño de cuatro años- que el resto del mundo (siguiendo el juego de “Simón dice…”) se encuentra en esta absurda situación. ¿Cuándo dejaremos de ser colonia gringa y pensaremos, estudiaremos y obtendremos nuestras propias conclusiones en forma independiente? ¿O el próximo paso es que nos pongan una base militar –como en tantos otros países- en un futuro próximo?

“La conciencia es el camino y también la meta”

http://www.ricardojimenezo.cl/blog/index.php/category/plantas/la_conciencia/
Ricardo Jiménez, detenido por usar San Pedro en sanaciones.

Por Tatiana Vega P. (Entrevista publicada en revista UnoMismo nro. 229 – Enero 2009)

Una situación judicial puntual nos conmina a una profunda reflexión sobre el derecho a elegir libre, consciente y responsablemente la forma en que queremos sanar y cultivar nuestro cuerpo, mente, alma y espíritu. Del miedo a la libertad y del arte de amar nos habla esta entrevista.

El sábado 29 de diciembre del año recién pasado no fue un día cualquiera en la vida de Ricardo Jiménez y su pareja, Loreto Frederick, en su bucólica parcela del Cajón de Maipo.

“Iniciábamos recién la caminata hacia la montaña un grupo de 7 personas, mi pareja y yo, para realizar un ritual de ingesta de San Pedro, cuando, en cuestión de segundos nos vimos rodeados de personal de la Policía de Investigaciones que aparecía por todos lados… Eran 10 ó 12 policías… A la distancia, un par de camarógrafos grababan el operativo…

“Uno de los policías me apartó del grupo y me informó que había una orden de detención en contra mía y de Loreto y de allanamiento de mi casa por micronarcotráfico de mescalina.

“Me devolví hacia el grupo y saqué de mi mochila las botellas que contenían la cocción de San Pedro, las levanté y se las mostré a los policías diciendo: ‘¡Aquí está lo que buscan, no tenemos nada que ocultar; por favor, tranquilícense’, lo que bajó enormemente el grado de tensión y nerviosismo de todos. Nos devolvimos caminando hacia mi casa.

“Cuando llegamos, se sumaron 2 ó 3 vehículos de Investigaciones que traían equipos, los que fueron siendo distribuidos en diferentes actividades. Unos sacaron sus computadores e impresoras y comenzaron a tomar declaraciones a los participantes. Otros vaciaban gotas del líquido de las botellas con San Pedro en un equipo para medir la presencia de mescalina. Otros fueron revisando minuciosamente todas las habitaciones de la casa mientras otro grupo lo hacía en la parte de afuera y los alrededores.

“Entre nosotros y los policías se fue desarrollando un contacto cada vez más humano y las preguntas que inicialmente emitían en tono acusatorio se fueron formulando en un tono más respetuoso…”

Ingeniero civil de la U. Católica de Chile, con postítulo de Facilitador de Desarrollo Personal e Interpersonal en la Universidad del Mar, Ricardo Jiménez fue socio fundador de la Sociedad Chilena de Desarrollo Personal y miembro del Equipo Técnico de la institución en los programas de Formación y Perfeccionamiento desde el año 1993; se especializó en Terapia Gestáltica y Grupos de Encuentro con Patricio Varas S., y tiene una larga trayectoria experiencial, investigativa y de formación en el campo de la psicología transpersonal, con participación en diversos talleres, cursos, seminarios y congresos tanto nacionales como extranjeros. En la actualidad, además de ejercer su profesión de ingeniero, se desempeña como terapeuta individual y grupal, bajo el enfoque de la psicología humanista-transpersonal.

Expansión de conciencia

Al cierre de esta edición, tuvimos la oportunidad de profundizar en el tema de su detención con el sanador Ricardo Jiménez, hoy en libertad condicional con arraigo nacional.

¿Crees que puede denominarse “droga” al cactus San Pedro? ¿Que puede caber en la misma clasificación que la pasta base, por ejemplo? ¿Por qué no? ¿Qué es para ti, el San Pedro (en cuanto a experiencia)?

La mescalina es, efectivamente, una droga que puede ser extraída del cactus San Pedro o de otra especie llamada Peyote. Por lo que entiendo, ello involucra un procedimiento de laboratorio, que altera la estructura molecular y donde intervienen otros agentes químicos… Creo que el proceso se llama sintetización. Jamás la he probado y desconozco sus efectos.

Otra cosa es una cocción natural y orgánica del cactus, donde las sustancias conservan su estado natural y la dilución del principio psicoactivo es muy alta. Todas las investigaciones indican que su consumo bajo esta modalidad no produce daño cerebral ni adicción; características asociadas a una droga dañina. Más aún, hay estudios y experiencias de aplicación de estas técnicas de sanación en rehabilitación de drogadictos y alcohólicos.

En lo fundamental, para mí, el San Pedro es uno de los tantos vehículos a través de los cuales es posible lograr estados expandidos de conciencia, es decir, estados en que las facultades perceptivas y cognitivas se potencian, sin perder las facultades habituales. Creo que no hay mayor diferencia entre el estado de conciencia que se logra a través del San Pedro y el que se obtiene mediante un trabajo de meditación profunda o técnicas de respiración. Son formas distintas, que requieren metodologías diferentes, pero que finalmente desembocan, en lo esencial, en un estado de conciencia superior al habitual.

La ventaja adicional que proveen las plantas de poder cuando se utilizan en un contexto de sanación es que permiten mantener dicho estado por un período bastante largo (en torno a las 5 hrs) y sin necesidad de estar realizando una práctica especial. En ese tiempo y en ese estado es posible una intervención terapéutica muy profunda y eficaz.

San Pedro es una planta sagrada que abre las puertas de la conciencia superior, lo que metafóricamente en otras tradiciones se simboliza como el portador de las llaves que permiten acceder al cielo.

¿Podrías explicar cómo usas la planta con tus pacientes? ¿Con qué fines?

En el contexto de un trabajo psicoespiritual, los propósitos o intenciones de cada participante son personales y muy variados… y van desde motivaciones psicológicas hasta espirituales, desde resolver un “rollo” hasta tener una vivencia mística.

Mi experiencia en psicoterapia transpersonal -y en eso incluyo cualquier metodología que promueva estados de conciencia expandida- es que la configuración del propósito tiene mucha relevancia, ya que finalmente determinará la dirección y el sentido de la experiencia interna/subjetiva de cada participante. Toda la primera parte de nuestro ritual antes de la ingesta (aproximadamente 2 hrs) está destinada a que cada persona profundice en sus motivaciones e intenciones.

Al momento de hacer la ingesta, cada persona vuelve a focalizar su propósito… Lo que viene después es una entrega para que la conciencia superior de cada participante conduzca el proceso. Durante la experiencia hay intervención terapéutica – individual y colectiva – en las etapas que hemos ido detectando claves, con el fin de supervisar, asistir, apoyar y acompañar a la persona cuando es necesario. Adicionalmente, hay intervenciones individuales ante solicitud del participante o por iniciativa de los terapeutas.

Una de las claves es que se produzca integración y equilibrio entre la percepción-cognición de las realidades externa/objetiva e interna/subjetiva. Este equilibrio garantiza que la totalidad de la experiencia sea bien asimilada por la persona y que, posteriormente, el aprendizaje sea aplicable en su vida cotidiana.

El verdadero poder

Cuando se habla de “plantas de poder”, ¿a qué poder se refiere el término?

Obviamente, al poder de la conciencia. La conciencia expandida abre facultades que no están siempre a nuestra disposición… Cuando esas facultades se orientan a la sanación, su efecto es poderoso.

Hay muchísimos experimentos y de muy diversa índole que pueden ejemplificar estas facultades potenciadas en conciencia expandida, que reitero, no están circunscritos a la ingesta de plantas. Por dar algunos:

– El ritual de la caminata sobre el fuego muestra de manera categórica que el efecto del calor sobre el cuerpo puede ser de índole muy distinta según el estado de conciencia en que estemos. Esto es muy significativo, porque estamos hablando de afectar leyes físicas.

– Las facultades intuitivas y de percepción del “mundo sutil” pueden adquirir una gran potencia y es muy habitual que alguien pueda “adivinar” lo que está pensando o sintiendo otra persona.

– La tolerancia al dolor puede llegar a grados muy altos cuando estamos en estos estados… Hay muchos rituales de raíces indígenas que utilizan este método como una forma de expandir la conciencia. El autoflagelo en la tradición católica y los fakires en la yóguica son manifestaciones de lo mismo.

Se podrían citar muchísimos otros ejemploes, pero para decirlo en una frase: la conciencia es el camino y también la meta.

¿Dirías que tu trabajo es de índole espiritual? ¿Por qué?
Para los que trabajamos en psicoterapia desde la perspectiva transpersonal no hay separación entre lo psicológico y lo espiritual… Los procesos de sanación se abordan desde una compresión unitiva del cuerpo, la mente y el alma.

Esto no tiene nada que ver con la promoción de determinas creencias o dogmas; esa es la parte exotérica de la espiritualidad, materia de las instituciones religiosas o iglesias.

En la perspectiva transpersonal, tomamos las herramientas y métodos que proveen las tradiciones espirituales en su aspecto esotérico, es decir, prácticas que facilitan que cada persona se encuentre con la verdad psicológica y espiritual que emana en forma libre y consciente de su propia interioridad, que por cierto es muy diversa y siempre respetable.

Cuando tomamos una herramienta de alguna tradición, por respeto y gratitud intentamos conservar el mensaje esencial que ha inspirado a dicha tradición. Cuando vamos a la fuente budista, el énfasis estará en desarrollar nuestra conciencia superior para ponerla al servicio de la compasión. En el caso de nuestros rituales, que se inspiran en las tradiciones indígenas, el foco es ‘honrar la sagrada naturaleza como fuente de sabiduría y sanación’… o sea, la naturaleza como manifestación y portal de acceso a la divinidad.

El derecho a elegir

¿Cómo interpretas el hecho de protagonizar este proceso en el contexto histórico chileno actual?

Por una parte, creemos que este juicio sentará jurisprudencia sobre 3 aspectos legales: El uso de las terapias alternativas y complementarias como parte de los tratamientos médicos reconocidos que aportan a la salud; la posibilidad de que profesionales que no tienen título universitario en alguna de las carreras de la salud puedan oficiar como terapeutas en determinadas técnicas, y, tercero, el uso de las plantas de poder con fines psicoespirituales como método terapéutico válido.

Los dos primeros puntos están prácticamente formalizados en nuestra sociedad, ya que hay diversas situaciones que los avalan, como el hecho que en hospitales públicos se esté realizando este tipo de terapias y existan carreras universitarias que imparten esos conocimientos.

¿Qué es lo que está en juego, en realidad, en el trasfondo de esta polémica?

Desde una perspectiva más amplia y profunda, me parece que a nivel cultural el debate versa sobre si nuestra sociedad tiene la madurez suficiente para elegir libre, consciente y responsablemente la forma en que queremos sanar y cultivar nuestro cuerpo, mente, alma y espíritu; en el entendido, claro está, que estas formas no afecten o restrinjan las libertades de otros.

Estimo en alrededor de un centenar las personas que durante estos poco más de dos años han participado de nuestros rituales. Nunca hemos tenido un accidente que sobrepase un porrazo durante la caminata por el cerro, y todos han testimoniado una experiencia positiva y benéfica para sus vidas. Jamás hemos tenido un reclamo y, hasta el momento, no tenemos conocimiento de denuncia alguna. Entonces: ¿qué origina este tremendo operativo policial y periodístico?, ¿Qué hace que una sociedad que institucionaliza la libertad como principio fundamental reaccione tan radicalmente ante un hecho de tan pequeña escala y con propósitos de sanación?

La respuesta última que llega a mi conciencia cuando me planteo esto coincide con el título del clásico de Erick Fromm: “El Miedo a la Libertad“. Para los que trabajamos en el campo del desarrollo de la conciencia, el miedo es tema frecuente y también raíz de la mayor parte de nuestras limitaciones psicológicas. No podía ser de otra manera, porque como decía el viejo Perls, es obvio que una sociedad neurótica promueve la presencia de la neurosis en los individuos y que individuos neuróticos tenderán a crear estructuras igualmente insanas.

Las raíces del miedo son siempre emocionales. Sabemos que se gesta en las etapas tempranas del desarrollo y que opera desde el inconsciente por el resto de la vida mientras no salga al descubierto. Es en el seno de la familia donde se aprende a temer… son las interacciones familiares insanas las que siembran esta pérdida de confianza en el otro y motivan las actitudes que coartan la libertad propia y ajena.

Si nuestra meta es la libertad, nuestro obstáculo es el miedo, tanto a nivel individual como social. Efectivamente, si reconocemos nuestros temores, lograremos ver que tras la violencia, ya provenga de personas o instituciones, hay niños heridos y asustados; y ello puede conducirnos hacia la verdadera puerta de salida a este círculo vicioso – de agresión y miedo – en que nos encontramos atrapados como humanidad. Curiosamente, esa puerta finalmente corresponde también al título del otro clásico de Fromm: “El Arte de Amar”.

Entonces, con una mirada aún más amplia y generosa, podremos simbolizar en este proceso la oportunidad de retribuir a la sociedad que nos ha cobijado, lo que por años hemos estado aprendiendo en las modernas catacumbas del mundo alternativo… nuestro pequeño y humilde aporte a esta transición desde una cultura del miedo hacia una cultura del amor. Donde los seres humanos podríamos relacionarnos entre nosotros con la misma naturalidad y confianza con que nos paseamos por un jardín – rico en variedad de especies, colores, aromas y formas-, para reconocer que en esa diversidad radica, precisamente, la riqueza y belleza de la humanidad.

Para ello solo debemos entregarnos a las transformaciones – internas y externas, individuales y colectivas – que la vida nos va indicando… entendiendo que ellas son sólo parte de un orden universal que nos trasciende.

La experiencia del Dr. Claudio Naranjo

La experiencia del Dr. Claudio Naranjo
En Junio de1994 y en el contexto del Congreso de Psicología Clínica, el psiquiatra chileno Dr. Claudio Naranjo C. dictó  una conferencia titulada “Acerca de las fuentes de mis aportes a la psicología”, donde relata además de otras vivencias, sus experiencias personales explorando con sustancias psicotrópicas. A continuación un extracto de su charla, en los párrafos y preguntas relacionados con “alucinógenos”.

Charla

Y la segunda influencia fue mi primera experiencia psicodélica importante -lo digo así porque yo había sido conejillo de Indias aquí en la Clínica Psiquiátrica: en una ocasión fui inyectado con ácido lisérgico (LSD) -una dosis no demasiado grande, 75 microgramos-, y puesto en una cámara oscura que se había construído para experimentos en deprivación sensorial con perros (risas). Pero en fin, era una aproximación a una situación de mínimos estímulos y había tenido una experiencia de interés filosófico. Por ejemplo, había muchas espirales, todo era espiral, y estas espirales me parecían fascinantes, y tuve muchos pensamientos sobre las espirales. O, si estaba alerta, si estaba mirando mi pensamiento, no ocurría nada, no había nada de que pudiera hablar. Pero si no me ponía a mirar, pasaban muchas cosas, pero después no recordaba nada. Eso me dio mucho que pensar… cosas un poco intrascendentes, desde el punto de vista de lo que puede ser la experiencia con uno de estos alucinógenos fuertes.

Entonces, eso me había motivado: era algo interesante, pero no había sido una experiencia transformadora. Y aquí me encuentro con un gran terapeuta, especialista en el manejo del ácido lisérgico: Leo Zeff, que se había venido de la clínica de Menninger. Un Junguiano de la clínica de Menninger -claro que ése es esencialmente un lugar de Freudianos- y un hombre que no publicaba ni le interesaba publicar, un hombre de gran corazón, y era un verdadero maestro en el manejo de este recurso terapéutico. Eran las postrimerías de mi tiempo allá en la Universidad de California: estaba allá, como digo, en un estudio sobre valores, haciendo análisis factorial de los valores y de las preferencias estéticas -cosas muy de la psicología clásica-. Me encuentro con este hombre -me impresiona-, un hombre que tenía además la formación de rabino, un hombre muy religioso; y era una coyuntura de mi vida en que tenía que tomar una decisión en relación con mi vida amorosa. Pienso, “Esto va a ser muy importante”, le pido una sesión, y esa sesión fue una experiencia muy profunda que me dejó conectado con otro nivel de mí mismo: fue un efecto sanador muy extraordinario.

Esa única inmersión en mí mismo tuvo su paraíso y su infierno. Es algo que a la salida me dejó con una nueva confianza en mí mismo, con una sensación que yo expresaba diciendo que “había puesto el pie en el camino”: y es que no sabía más, pero sabía que a cada paso sabría lo suficiente para poner el pie en el siguiente paso. Es como una confianza de caminar un paso a la vez, confianza en mis propios recursos; y desde ese momento, desde la salida, desde el día siguiente de esa única experiencia, supe que yo podía servir para la psicoterapia “y antes sabía y había probado que no servía: es decir, de vez en cuando me salía por casualidad”, como he explicado. Entonces, supe intuitivamente que ahora, este estado interior de más contacto conmigo mismo y con mi intuición, era algo que me permitía dar algo.

Y eso se combinó con la aventura siguiente en mi vida: ya había organizado una expedición al Putumayo -un río que es un afluente del Amazonas, que corre entre Colombia y Ecuador-, porque me había interesado en el yagé, que es una planta alucinógena de los indios. Este es un interés que ya venía siguiendo a través del libro de un explorador, Cunningham, que había escrito un libro que se llamaba Yo también fui cazador de cabezas. Fue alguien que fue adoptado por una tribu de cazadores de cabezas, se casó con varias de las mujeres de la tribu -porque son polígamos- y atravesó la iniciación de los guerreros: y allí le dieron este brebaje extraño y tuvo una experiencia…esencialmente, de heroísmo. En la ceremonia de iniciación de los guerreros se usan los azotes; y, al ser azotado, él desplegó una actitud de desafío ante el dolor, que a mí me llamó la atención -porque yo he sido muy sensible al dolor físico y psíquico-. Era un sentimiento de invulnerabilidad en que le decía al personaje disfrazado, alado, al demonio -pero claro, encarnado por un iniciador- que lo azotaba, “¡ Dame más !¡ Dame más !”, como queriendo probar su ir más allá del cuerpo.

Y yo, como cobarde constitucional, porque fui siempre un conejo de nacimiento -es una cosa biológica eso de ser conejo- (risas) ¡ Probado! Más adrenalina, más reacción de huída-. Pensé, “Qué buena sería una droga que a uno lo haga más heroico”, aunque fuera como para aprender qué es eso. Y me propuse llegar hasta a arriesgarme entre los cazadores de cabezas para conseguir ese remedio contra la cobardía (risas). Y con Humberto Maturana tuvimos un proyecto de ir a cazar un insectívoro raro por ahí en la selva, como pretexto para conseguir una beca que nos permitiera llegar donde estos cazadores de cabezas (risas). Total, no resultó eso, pero muchos años después, cuando estaba en el Museo Botánico de Harvard, veo un rótulo que dice, Exposición especial: Botánica Económica -no sabía que existiese ese ramo- pero veo distintas plantas con sus productos. Allí está el opio con sus cuarenta alcaloides en distintos frasquitos, está la planta de la coca con su alcaloide, muchas de las plantas medicinales -el curare, la digitalis-.

Y entre tantas plantas, veo una liana retorcida y un pequeño apartado que dice “La naturaleza botánica de los narcóticos malpigiáceos de Sudamérica” y en él, una fotografía de indios azotándose, con lo cual supe que la planta que yo buscaba ya estaba identificada botánicamente. Me propuse hablar con el curador del Museo Botánico, y resultó que él mismo era el autor de ese apartado: había estado doce años haciendo trabajos de campo en Colombia y otros países Sudamericanos. Ya tenía aclarado mucho: me puso en contacto con los indios que le ayudaban a recolectar plantas…así que a la vuelta de mi beca a Estados Unidos, me fui a conocer a estos indios y conseguir algo de yagé. El yagé es algo que se usaba en la formación de chamanes. Cuando yo hablaba con los chamanes en castellano -porque algunos de los indios ya estaban bastante españolizados, no se necesitaba siquiera intérprete- hablaban de estudiar medicina: “Se usa el yagé para estudiar medicina”. “¿ Y cómo se estudia medicina ?”. “Bueno: hay que aprender a entender los propios sueños”.

El yagé tiene mucho que ver con el desarrollo de la intuición: se puede decir que es un alucinógeno, en un sentido muy amplio de la palabra, pero no produce alucinaciones. Lo que pasa es que, a ojos cerrados, se facilita mucho ese tipo de fantasía que se maneja, justamente, en la fantasía dirigida: una fantasía en que uno está plenamente consciente, sin trastornos de la identidad ni diferencia en la actitud emocional ni cambio de juicio: es un mundo simbólico muy exaltado, pero muy espontáneo. Y a través de ese mundo simbólico se pueden aprender cosas: se puede contemplar este mundo e incluso entender cosas de uno mismo y de la realidad. Los indios dicen que ésa es su manera de aprender sobre las plantas, sobre la naturaleza, sobre los animales. Lo usan en la cacería, para desarrollar capacidades parapsicológicas. Así que me entusiasmó bastante el mundo del yagé, y cuando regresé a Chile planteé una investigación que usaba, en forma comparada, el yagé y la mezcalina, que era otro alucinógeno conocido. Venía, sin embargo, de mi apertura interior a una capacidad terapéutica, y me había encontrado con personas en estados de consciencia más libres, más fluidos, de una gran potencialidad terapéutica: estados en que es como si se disolviera el ego transitoriamente, y se pudiera recomponer un poquito diferente. Empecé entonces a hacerme psicoterapeuta, por primera vez de veras. Empecé a nadar en este territorio nuevo.

En el curso de los años, esta investigación sobre el yagé me llevó a la psicofarmacología durante un tiempo, cuando publiqué un libro llamado The Healing Journey (El Viaje Sanador). Allí hablo como lo solía hacer hasta hace poco: para hacer más aceptables mis ideas: “Ya todos sabemos tal cosa”. Así que presenté una serie de fármacos como si ya estuvieran en circulación; pero en realidad, me tocó descubrir muchas cosas nuevas. En esa época sólo habían tomado yagé los indios: era cuestión de curanderos que recién estaba entrando en contacto con las poblaciones blancas. Ocasionalmente, los blancos venían a curarse con ellos; pero esto no había sido traído al mundo clínico. Aquí, en Santiago, en casa de una amiga chilena, Nieves Yankovic, estaba hablando de mi hallazgo de las posibilidades terapéuticas del yagé y contando cómo produce imágenes arquetípicas características de tigres y de serpientes. Estaba presente en esa ocasión el ex cónsul británico en el Congo. Me dijo, “Ah, lo que usted cuenta es muy parecido a lo que en el Congo se conoce mucho: que los hechiceros se transforman en leones. Incluso he escuchado la historia de alguien que le disparó a un león, pero después se encontró con que el hechicero había sido muerto de un balazo. La gente piensa, en el Africa, que los hechiceros verdaderamente se transforman en leones”.

Entonces pensé, “¿ No será que ésta es una historia que parte de la vivencia subjetiva de la transformación del chamán en animal ? Porque así me parece que fuera el caso en Colombia, en Venezuela, en Brasil, en lugares donde se consume el yagé: las personas dicen transformarse en jaguares. Ahora, cuando yo tomé, no me transformé en jaguar: vi un tigre dibujado por Draco Maturana, un amigo con un gran talento para dibujar. Hacía unos dibujos muy simpáticos, un poco a la Rousseau -pero un poco más sofisticados, en realidad-. Me había regalado un tigre de mucho colorido: cuando fui mi propio conejillo de Indias para probar el extracto de la planta, lo que vi era un tigre de caricatura. Estaba muy lejos mi instintividad de ser tan sana como para poder sentirme tigre: veía al tigre de lejos. Los indios recorren todo un proceso; y también, cuando iban blancos a curarse de cosas tan diversas como el asma o la estitiquez -porque vienen por enfermedades psicosomáticas, sobre todo- muchas veces, los indios -que conocen a los blancos y cuán lejos están de su mundo instintivo- los amarran a un árbol, porque si no salen corriendo cuando se encuentran con los tigres y las serpientes.

En todo caso, cuando yo le cuento esto a este Cónsul, él me cuenta la historia de los africanos y, naturalmente, me interesé por ver qué sustancia pudiera ser; y después de poco leer, me doy cuenta de que hay un producto en la planta que se llama iboga que se supone que produce un estimulante similar al café y que los indios usan para sus bailes. Yo pensé, “Creo que ese estimulante es un poquito más que el café: tal vez los blancos piensan eso, pero lo que ellos están sintiendo con eso debe ser un poco más”. Así que me informé en la literatura y vi que había estudios sobre la ibogaína -este alcaloide- solamente en la vagina de la rata y en el intestino del conejo. Así que fui mi conejillo de Indias una vez más para ver si en la corteza cerebral del hombre intacto producía la ibogaína algún efecto subjetivo, además de los efectos que se sabía que tenía en el músculo liso. Entonces, tomé ibogaína y ahí fue mi acto creativo de tirarme al abismo, creyendo en mi intuición que estaba frente a algo ya conocido por los indios por centenares de años.

Tuve una experiencia en que todo el mundo giraba en órbitas perfectas: la armonía de las esferas, todo era una gran danza, todo era un Gran Homenaje a lo Divino; y en esta danza, en esta Gran Celebración que era el Universo, había un punto negro al centro -que era yo- que no se movía (risas); y yo estaba allí como queriendo saber algo, pero sin meterme. Y es como si se me hubiera dado la libertad de tocar el interruptor e incorporarme a esa danza. Tenía las palabras mágicas en la boca -”Hágase tu voluntad”-, y con esa entrega a la voluntad cósmica yo lo estaría pasando mejor, pero había la posibilidad de que la voluntad divina fuera que yo no fuera nada, que fuera polvo: y no me atreví (risas). Y tuve como tres minutos de libertad para tener la mano en este interruptor, y después fue un bad trip (mal viaje): fue una película tipo Walt Disney, con conejitos, con cosas intrascendentes. Pero le tomé mucho respeto a la ibogaína, y cuando se me invitó a la Primera Conferencia Mundial sobre Alucinógenos, organizada por la Universidad de California, -una gran conferencia interdisciplinaria, en que había una antropóloga, un profesor de religión comparada -Houston Smith-, el poeta Allen Ginsberg, Tim Leary -que después produjo tanto escándalo- y Alpert y otros; en fin, los pioneros del ácido lisérgico en ese momento. Se me invitó a eso y yo no presenté nada sobre el ácido lisérgico, sino que mi descubrimiento en ese momento fue la ibogaína, planteando que era -así como del ácido lisérgico se decía que era un facilitador del aquí y ahora-, yo dije que la ibogaína era un facilitador del allí y entonces: una gran posibilidad de redigerir escenas de la infancia.

Había descubierto dos alucinógenos -también la armalina, pues aunque los indios conocieran el yagé, me tocó descubrir que este alcaloide en particular funcionaba en distintas combinaciones-. Se me ocurría que el sistema nervioso estaba lleno de caminos distintos; y que este estado interno de flexibilidad, de posibilidad, de mayor maleabilidad, podía ser facilitado en distintas direcciones. En Estados Unidos se había hecho tabú el asunto de los alucinógenos, porque hubo todo un fenómeno social de abuso que fue el resultado de la reacción a este clima prohibicionista que ha habido allí ya desde el intento de prohibir el alcohol. Se produjo una criminalización creciente de todo este ámbito, así que yo me encontré con una posibilidad muy especial aquí en Chile, con las manos libres, auspiciado por la Universidad de Chile para trabajar en una serie de productos que Schulgein -un químico de gran talento para la síntesis con quien me topé en Estados Unidos, y que ahora se está haciendo muy famoso- estaba sintetizando en el laboratorio.

Así que hubo un período en que me dediqué a esto, que fue otro estímulo para mi exploración de formas de psicoterapia e integración de las cosas que iba recibiendo en California. Así que fue, por una parte, investigación psicofarmacológica: ver qué fármaco produce tal cosa en los seres humanos en una situación experimental; pero, por otra parte, era investigación terapéutica -cómo puede manejarse el estado mental que produce esto, que produce aquello-. El más importante de los fármacos que encontré en esa época fue el MDA, que fue el precursor de uno que ahora circula con el nombre de éxtasis, que es la misma cosa pero con una pequeña modificación química que lo hace menos tóxico. Creo que tiene un gran, gran potencial terapéutico; y en Suiza y en otras partes se está investigando, se está reabriendo la investigación en Estados Unidos después de una época en que el establishment norteamericano se cerró rotundamente, confundiendo una cosa con otra, confundiendo los alucinógenos mayores con estos fármacos derivados de la anfetamina, que son en realidad muy inofensivos y de un potencial terapéutico que es una vergüenza menospreciar.

Preguntas

Ps. Alejandro Celis: Tú decías algo respecto a que las distintas sustancias psicodélicas habían sido metidas en el mismo saco con otras cosas -como las drogas “pesadas”, obviamente más peligrosas-. (Sí.) Y que eso se está revirtiendo…

Dr. Claudio Naranjo: En Estados Unidos, en este momento, el Servicio de Salud afortunadamente está cambiando de política: digo “política” subrayando la palabra, porque Bush y Reagan verdaderamente hicieron suya una posición que recordaba un poco la del antisemitismo alemán. Es una posición de decir “los jóvenes tienen la culpa de todos los males, y la contracultura y las drogas hacen que la gente deje de adherir a la Vieja Buena Moral”. Es como ese rearme moral norteamericano, el Moral Majority, que es una minoría -por suerte-; ese movimiento tan conservador anti-droga parece haber sido una manipulación política, de distraer, así como las grandes tiranías distraen con el fútbol para que la gente no piense demasiado en lo que está pasando, también se distrae con “el gran problema de las drogas”. Y se muestran helicópteros llenando de gases los campos de cocaína en Bolivia: a cada rato, los programas de TV americanos muestran que el verdadero enemigo está allá.

Y ahora se está dando vuelta eso, gracias sobre todo a que el jubilado Albert Hoffman -descubridor accidental del ácido lisérgico- desde su jubilación está tomando una posición más activa con los terapeutas de Suiza. Suiza hizo excepción a esa recomendación de la OMS de drogas prohibidas; dijeron, “No, nosotros queremos investigar un poco más. Aquí hay metilendioxianfetamina que parece que hace bien a la psicoterapia, está aquí la ibogaína, que hay que conocerla más, y hay esto y lo otro”. Y entonces hay una serie de drogas en estudio; y Estados Unidos está empezando, también; sólo que la burocracia que hay que atravesar para llegar a poder tener un estudio aprobado es tan desagradable que yo, personalmente, no lo haría.

Ps. Luz María Alliende: ¿ Estás optimista con esta Humanidad ? ¿ Hacia dónde crees que va?

Dr. Claudio Naranjo: Siento que, así como citaba que en matemáticas un criterio de buena demostración es la elegancia -aunque no podemos saber el futuro-, sería elegante pensar que esta gran construcción que es la evolución de la Vida no va a terminar en nada. Toda esta evolución de la Humanidad es una evolución, por una parte, y una regresión por otra. Es una evolución acoplada a la evolución de un parásito, que es la neurosis colectiva. Paralelamente ha habido una evolución de la cultura y de la enfermedad. Entonces, yo diría que el árbol de la Vida es, socialmente, un árbol que no ha llegado a dar fruto, a florecer como Humanidad. Somos un árbol retorcido que ha podido sobrevivir su propia miseria: ese clima permanente de injusticia, de empobrecimiento del terreno, de esto y lo otro. No suena como un bonito plan del Arquitecto Divino que esto termine en una explosión, así que tiendo a pensar, mesiánicamente, que a medida que va muriendo la cultura milenaria patriarcal -el espíritu de la civilización, tal como la hemos conocido- está naciendo otra cosa que no va a ser un aborto.

No podemos saberlo, pero hay que actuar como mejor se puede. Y actuar como mejor se puede es una cosa compleja: sería tema para toda una conferencia. No es actuar como si supiéramos lo que tenemos que hacer, tampoco. Hay una muy buena frase de Max Neef: él decía, “Derivar en estado de alerta; unir con lo que está pasando creativamente, sin que nuestros planes y nuestros conocimientos supuestamente interfieran en forma excesiva con lo que nos va presentando el momento -con creatividad y con benevolencia-”. Lo que más falta, yo diría, es la transformación individual, porque ya se sabe que lo político no basta; las transformaciones sociales han sido, hasta ahora, todos abortos. Los políticos nunca han podido dar lo que han prometido: el sistema no permite que se pueda hacer un cambio desde fuera. Aunque los marxistas decían, “Necesitamos a un Hombre Nuevo para un Mundo Nuevo”, se descuidó eso en la práctica. El espíritu militante activista es un espíritu muy poco psicológico.

Así que yo creo que una sociedad sana sólo puede ser constituída de individuos sanos, y que el mayor acto político del momento es el acto de auspiciar, de fomentar el cambio individual. Una especie de alfabetización en el sentido de saber qué hay que hacer, para entender lo que pasa y para entenderse a sí mismos, como punto de partida.

Ps. Ana María Puga: Escuchándote en relación al uso y a la prohibición del uso de los alucinógenos, quiero preguntar tu opinión en torno al legítimo y legal uso de otros fármacos que se usan de una manera extendida para producir experiencias tranquilizadoras, que de alguna forma están, sí, legitimadas…

Dr. Claudio Naranjo: ¡ Claro ! Todo lo que disminuya la consciencia es permitido, todo lo que aumente la atención es prohibido, eso es claro. El alcohol está permitido; todos los fármacos que producen una lobotomía funcional que disminuya los problemas disminuyendo el campo de consciencia están permitidos. Ha habido movimientos de querer contrarrestar eso: toda la Antipsiquiatría fue un movimiento en ese sentido. Para poder no acudir a los fármacos depresores o los antipsicóticos, hay que dar mucho más cuidado, mucha más consciencia, mucha más atención. Toma mucho más trabajo, así que hay un problema económico involucrado, muy delicado: no querría meterme en eso. Pero ciertamente que la legislación está muy inclinada a un lado de la balanza, y yo creo que con consecuencias graves.

Se piensa que la prohibición de los alucinógenos se transforme simplemente en un asunto de Salud Pública, para impedir que haya complicaciones, para neutralizar, en cierto modo, los riesgos de la adicción. Y claro que hay riesgos de adicción: hay abuso, personalidades adictivas, hay el uso de las drogas como escape, hay todo eso; pero también creo que puede ser que el Cielo nos manda ciertos fármacos como se los ha dado a los chamanes, a las culturas primitivas; nos los da para que hagamos algo con ellos. Y tal vez el valor que tienen en catalizar, en permitir el desarrollo humano, el desarrollo de lo terapéutico, de lo espiritual, como un factor iniciatorio impersonal, sea justamente lo que necesitamos para poder reemplazar los otros fármacos. Esa atención que no sabemos darle a los psicóticos, tal vez sabríamos dársela si hubiéramos tenido más acceso a estos otros recursos prohibidos.

En general, la actitud que tienen las culturas primitivas frente a la psicosis es un poco como en la Edad Media: el loco es santo, es alguien que tiene contacto con algo muy respetable. Se lo manda a la selva: que se retire, que viva su locura hasta que salga de ella, porque se piensa que la psicosis es una cosa que tiene su recorrido y que se sale de ella -si no se la interfiere como nosotros, que le tenemos tanto miedo-. Gran parte del fenómeno psicótico está hecho del miedo a la psicosis: es un estar atragantado entre dos mundos, no ser capaz de afrontar el abismo o las verdades últimas de la existencia, estar allí cogido en un mundo que no es nada, en un limbo entre vivencias profundas y la insuficiencia de lo cotidiano.

Así que hay una promesa en que la legislación vaya cambiando; y yo aprovecharía este momento para decir que, si las autoridades chilenas toman la iniciativa de plantearle a la Organización Mundial de la Salud una iniciativa semejante a la de Suiza, harían un gran favor a este país. Esta es una cosa absolutamente de circunstancia política de presión del Gobierno americano -con su actitud “liga Antialcohólica”, actitud prohibicionista, sobreprotectora, controladora: toda la medicina americana es excesivamente sobreprotectora, por motivaciones económicas secundarias, no por verdadero cuidado-. Eso está en el espíritu con el cual eso pasó a la ONU y luego al mundo: algo completamente arbitrario. Así que se beneficiaría enormemente Chile si se tomara la autonomía a nivel de Gobierno para usar estos recursos e investigarlos y explorarlos más. Además, fueron lanzados al mundo por un chileno: me tocó descubrir como veinticinco psicodélicos. Están publicados en Nature, en Science, en revistas famosas; pero están en un lenguaje tan químico y tan poco cotidiano que nadie se ha fijado todavía; pero están allí los experimentos animales, los estudios de toxicología, así que se puede dar el paso siguiente.

Una participante: Yo quería preguntarle si el trabajo de meditación, el trabajo con hipnosis, no podría reemplazar el trabajo con este tipo de alucinógenos.

Dr. Claudio Naranjo: A veces sí…a veces, un poco de dinamita hace lo que no puede hacer la pala. Depende de la persona. Conozco a Hanscarl Leuner, psiquiatra de una Universidad europea que se ha dedicado a trabajar en las neurosis de guerra, neurosis post-traumáticas, gente que ha estado en campos de concentración, gente que ha estado en las trincheras, y quedado muy dañada. Hay gente que no ha logrado salir con nada…y salen con ácido lisérgico, porque se derrumban las estructuras, ¡ incluso la neurosis ! Eso se quiere hacer con electroshock, con shock insulínico; pero se lo hace tanto mejor y con tanto menos daño con esta experiencia, que dura unas pocas horas y que tiene tanto beneficio: la persona contacta su espontaneidad profunda y sale con una nueva inspiración.

Espiritualidad Indígena y Plantas Maestras

http://www.ricardojimenezo.cl/blog/index.php/category/plantas/espiritualidad-indigena/
Por Ricardo Jiménez O. (Publicado en Revista UnoMismo Nro.230 – Febrero 2009) 

Una aproximación a la espiritualidad indígena que establezca puentes hacia el positivismo puede ayudar a abrir caminos de entendimiento y promover un diálogo fecundo hacia el común horizonte de una comprensión más amplia de la realidad.

He estado buscando puentes de encuentro entre quienes valoramos el trabajo terapéutico con apoyo de las llamadas plantas de poder y quienes discrepan de esta alternativa por considerarla peligrosa o atentatoria contra la salud física o psíquica.

Un punto de partida fácilmente observable es que la línea divisoria entre ambos bandos se establece entre quienes hemos tenido la experiencia directa y quienes no. Entre estos últimos se incluyen algunos que se han aventurado a la exploración de forma inadecuada y han terminado en lo que vulgarmente se denomina “mal viaje”, atribuyendo el “fracaso” a la sustancia y no al contexto, la forma y el propósito con que se ingiere.

Siguiendo el pensamiento de Ken Wilber, esto tiene su origen en que el desarrollo de la psicología moderna –humanista y transpersonal– en Occidente ha utilizado en forma privilegiada la experimentación directa como vía de conocimiento, apoyándose para ello en la fenomenología. Su razón es muy clara y evidente: el foco de atención de la psicología es el mundo interno y subjetivo, al cual sólo podemos acceder sumergiéndonos en él y experimentándolo. Por este motivo, también, la alianza entre la psicología transpersonal y las tradiciones espirituales se produce a través de la veta esotérica de estas últimas, que provee los métodos y prácticas para experimentar las realidades espirituales.

En nuestra cultura occidental, el concepto de ciencia está fuertemente cargado hacia el positivismo, que busca su fundamentación en las realidades externas y objetivas. El diálogo entre ambas aproximaciones se hace insostenible, porque los métodos de validación de cada una de ellas son totalmente distintos: uno se sustenta en la vivencia subjetiva consensuada, y el otro, en mediciones empíricas y objetivas. Cada uno de los bandos descalifica al otro.

El camino del entendimiento requiere un acto de generosidad que trascienda la legítima defensa de las opciones personales y descubra la necesidad del “oponente” para invitarlo a participar de una nueva perspectiva más amplia que permita el encuentro. Un punto de partida es asumir que quienes estamos muy identificados con la exploración de la conciencia por la vía experiencial hemos descuidado el desarrollo de la ciencia psicológica y espiritual en sus aspectos objetivos y, con ello, contribuimos a ensanchar la grieta cultural que nos separa e impide un diálogo fecundo.

Quisiera, entonces, hacer una presentación al tema del desarrollo de la conciencia y la espiritualidad indígena, incorporando elementos objetivos simples, que pudieran contribuir a un debate constructivo.

¿Alucinaciones o realidades?

Un ejemplo muy simple, restringido a la facultad de percepción del mundo físico, pero muy ilustrativo: Supongamos que  estamos en una sala y los invito a mirar una pared de color azul que está al fondo. Si les pregunto qué color ven, la respuesta será unánime: azul.

En seguida, toman una copita de San Pedro y, al cabo de una hora o más, les reitero la pregunta. Les aseguro que la respuesta ya no sería la misma: la mayoría seguiría viendo el azul como predominante, pero junto a él verían otros matices y brillos enriqueciendo la experiencia perceptiva.

¿Qué pasó…? El juicio que habitualmente surge es: ¡Están alucinando!, especialmente de alguien que no ha bebido la pócima y observa a este grupo de “locos” describir una simple pared azul como un cuadro rico en tonalidades y brillos.

Pero hay dos elementos objetivos que hacen dudar de esta calificación de la experiencia: primero, entre los locos habría una sorprendente coincidencia en la descripción de la pared y, segundo, si en ese momento entra a la sala Picasso, lo más probable es que esté completamente de acuerdo con la descripción que hacen los locos.

Entonces, ¿cómo nos explicamos que diferentes alucinadores puedan coincidir en sus supuestos delirios? Y más aún, ¿por qué alguien que no ha bebido la pócima alucinógena puede compartir esa misma realidad?

La respuesta que se ha ido tejiendo en Occidente, tras muchos años de investigación y experimentación, puede sintetizarse en dos puntos: Primero, la conciencia humana no es rígida ni predeterminada, sino que se puede desarrollar y expandir utilizando métodos diseñados para ello. El punto de encuentro de las tradiciones espirituales es justamente ése: todas proveen herramientas prácticas –ya sea meditación, oración, posturas corporales, pautas respiratorias, ingesta de plantas u otras – para acrecentar la conciencia. Hay mediciones que permiten correlacionar los estados de conciencia con modificaciones cerebrales, tales como la aparición de nuevas pautas de conexión neuronal a medida que se accede a niveles superiores de la conciencia.

Y segundo, el estado de conciencia influye en las facultades perceptivas y cognitivas del individuo en relación directa: a mayor nivel de conciencia, mayores capacidades. He aquí también una posible explicación a la conclusión a la que han llegado en forma unánime los investigadores en neurociencia: los seres humanos sólo utilizamos una parte ínfima del potencial cerebral… y, bajo esta mirada, agregaríamos: ya que el resto sólo se activa en estados de conciencia superior.

En base a estos dos elementos podemos entrar a responder las interrogantes que quedaron planteadas del ejemplo anterior: la ingesta de la planta indujo una expansión de conciencia en los participantes, lo que habilitó facultades que no están disponibles en estados de conciencia ordinarios. No se trata de alucinaciones, sino de percepciones completamente reales, pero que requieren de una agudeza visual muy fina, tanto como la que obtuvo Picasso tras muchos años de ejercer su oficio de pintor.

El poder de la conciencia

A diferencia de la veta exotérica, cuya atención se focaliza en aspectos doctrinales que son patrimonio institucional de las iglesias, el desarrollo de técnicas para acrecentar la conciencia ha sido, históricamente, dominio de las tradiciones espirituales en su vertiente esotérica o mística, las que por milenios han cultivado muy celosamente las artes esotéricas, orientadas y aplicadas fundamentalmente a la sanación y al crecimiento espiritual.

Sin embargo, las facultades que se abren en niveles superiores de conciencia no están restringidas al área psicológica y/o espiritual. No son pocos los científicos modernos que han encontrado inspiración para sus teorías en ceremoniales amazónicos, validándolas posteriormente en sus laboratorios.

Existe un ritual chamánico llamado “caminata sobre el fuego”, presente en diferentes tradiciones indígenas, que consiste en transitar a pies descalzos por una superficie de cinco o más metros de largo, cubierta por brasas ardientes. En el mundo y la historia, sumamos millares las personas que hemos experimentado la alteración de una ley física accediendo a un estado de conciencia superior. Este ritual demuestra en forma categórica que el efecto del calor sobre el cuerpo se torna inocuo cuando la conciencia así lo determina. 

¿No será ésta una buena pista para responder a las muchas interrogantes que aún permanecen  abiertas ante la  magnificencia de algunas obras realizadas por culturas antiguas? Porque aún no es posible explicar cómo las culturas  inca, maya y egipcia lograron construir sus grandiosos templos o sus monumentales pirámides, respectivamente. Lo que sí sabemos es que la fuente de energía requerida para modelar y movilizar esos enormes macizos rocosos es incomprensible e inaccesible para los actuales paradigmas tecnológicos. Esos pueblos tenían formas para expandir su conciencia y con ello, la posibilidad de trascender paradigmas y acceder a recursos que están más allá de la mente puramente racional que hoy gobierna nuestra ciencia.

En los ámbitos sutiles

Cuando nos adentramos en los mundos de la mente, el alma y el espíritu, la posibilidad de hacer traslaciones hacia lo objetivo se hace muchísimo más difícil y compleja, debido a que dichos ámbitos son realidades más sutiles, y las posibilidades de medición empírica se restringen considerablemente. Así, por ejemplo, nadie pondría en duda la relevancia del amor en la salud psicológica y la realización espiritual, pero al mismo tiempo, resulta ridícula la sola idea de medir el amor y mucho más el disponer de un instrumento para ello. Sin embargo, hay algunos indicadores que pudieran aproximarse, como serían las alteraciones bioquímicas benéficas que se producen en el organismo cuando experimentamos el amor (mayor cantidad de endorfinas, por ejemplo).

Para confrontar más radicalmente este punto, ayudaría cuestionarse sobre el testimonio dejado por seres cuya conciencia se ha elevado por niveles superiores al común de los mortales. Tomemos, por ejemplo, a San Francisco de Asís y su conocida capacidad de comunicación con animales, a quienes atribuía una relación de hermandad. Si calificamos su conducta desde el entendimiento que provee la psiquiatría clásica, tendríamos que diagnosticar una psicosis (estado de quiebre con la realidad). Pero, para cualquier persona que haya experimentado un estado de conciencia expandido, aún muy por debajo de las alturas del santo, es evidente que la realidad que él describe no constituye un delirio sino una hermosa facultad adquirida por un místico incuestionable.

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Entre los extremos

El hecho que el desarrollo de las técnicas para acrecentar la conciencia históricamente se haya producido bajo el amparo de las tradiciones espirituales obedece a un orden superior, ya que éstas proveen los marcos valóricos y éticos que dan mayor garantía para encauzar evolutivamente los enormes poderes que se habilitan en los estados de conciencia expandidos. Sólo seres humanos sanos –de cuerpo, mente, alma y espíritu –pueden usar y administrar poderes ilimitados con sabiduría y bondad.

Cuando estos poderes han sido utilizados motivados por ambiciones, se cae en la profanación de lo sagrado. Cuando se alteran los procedimientos y los propósitos con que se usan las artes esotéricas, los resultados son siempre involutivos. El poder al servicio de las pasiones es finalmente destructivo. La red del narcotráfico es el peor ejemplo de ello.

En el otro extremo y como reacción a lo anterior, surge la actitud sacrílega, que desconoce lo sacro de una práctica esotérica y la condena o prohíbe. ¿Como se sentiría un practicante católico si alguien censurara el ritual de la misa por promover el alcoholismo? Suena absurdo, pero es lo que sentimos quienes practicamos un ceremonial indígena con fines de sanación y las sustancias utilizadas son calificadas de droga que amenaza la salud.

Entre ambos extremos, debemos encontrar formas y actitudes que permitan encauzar evolutivamente las prácticas de desarrollo espiritual, que día a día se hacen accesibles a mayor cantidad de personas. A nadie se le ocurriría proscribir la teoría de la relatividad, aún cuando sus primeras aplicaciones dieron origen a las peores matanzas de la humanidad. El desafío es orientar el uso de la energía nuclear hacia fines constructivos.

La encrucijada

Todas las tradiciones espirituales indígenas o chamánicas han encontrado su fuente de inspiración honrando la naturaleza como manifestación de lo sagrado. A través de una relación íntima y muy profunda con lo natural se cultivan las dimensiones trascendentes. Es por ello que en dichas culturas encontramos manifestaciones sorprendentes y aún inexplicables de su arquitectura, agricultura y medicina. A través de sus prácticas espirituales, han develado muchos misterios del mundo físico y biológico que aún son inaccesibles para nuestra ciencia.

No quisiera caer en una idealización ingenua de las culturas más primitivas, ya que no desconozco que sus doctrinas estuvieron impregnadas del pensamiento mágico y mítico, lo que se plasmó en expresiones tan aberrantes como el sacrificio humano y finalmente hizo inviable su continuidad histórica. Lo que quiero rescatar es el valiosísimo legado de conocimiento de la biosfera que dichas culturas poseen y que alcanzaron mediante sus prácticas esotéricas, donde las plantas maestras juegan un rol fundamental. Esto equivale a valorar el importante aporte del misticismo cristiano, diferenciándolo de las atrocidades cometidas por la iglesia católica durante la Inquisición.

El punto se vuelve especialmente crucial si recordamos que la llamada “crisis global” en la que se encuentra la humanidad converge justamente en una amenaza para los ecosistemas y hace insostenible el desarrollo con las actuales tecnologías y métodos de producción. La supervivencia del planeta requiere de un salto sustantivo hacia tecnologías basadas en nuevos paradigmas, que muchas culturas indígenas conocieron y aplicaron.

Todo ese conocimiento será inaccesible mientras se mire con desprecio la espiritualidad indígena, porque la arrogancia y sensación de superioridad jamás nos permitirán llegar a aquellos hombres sabios, que normalmente moran en modestas construcciones rodeadas de un entorno virginal. La humildad es la puerta de acceso a los poderes de la conciencia…y ése ha sido un rasgo distintivo de todos los grandes maestros que han pisado la Tierra.

Salud y Conciencia: el uso adecuado de las Plantas de Poder.

http://www.ricardojimenezo.cl/blog/index.php/2009/01/05/salud-y-expansin-de-conciencia-el-uso-adecuado-de-las-plantas-de-poder/

Psicóloga Gabriela Torres P. – Enero 2009

Gran parte del sentido de pérdida del bienestar, de pérdida de la salud[1] brota a partir de la incapacidad del sujeto de hacerse cargo de su vida de una manera que le deje satisfecho.

La aparición de síntomas como angustia, desánimo, pánico, trastornos del sueño, entre tantos otros, son cada día más frecuentes, y la respuesta más habitual que brota desde la oferta de salud pública y privada consiste en disminuir el síntoma a través de bloquear o inhibir la capacidad del sujeto de sentir aquello que siente.

Esta aproximación si bien efectivamente, en la mayoría de los casos, logra disminuir la angustia experimentada por el sujeto, no lo capacita, no le entrega herramientas para poder permanecer, así, abierto, sintiendo su vida. Con incomodidad, claro está, pero también siendo llamado de este modo a crecer, a hacerse mejor cargo de su vida. No le conduce a aprovechar el síntoma como oportunidad de actualización de su potencial vital para acceder a estados de mayor satisfacción y totalidad.

Una respuesta útil en estos casos, consiste en ofrecer al sujeto experiencias que le permitan ampliar su conciencia, tomar la perspectiva suficiente como para poder integrar aquello que siente de un modo más operativo, con más esperanza.

Lograr la incorporación al plano conciente de aquello que desde el funcionamiento subjetivo neurótico no es capaz de darse cuenta. Ampliar la mirada, permearse de más de si mismo, de más del entorno, de más de aquello que pertenece al plano de lo trascendente. Esto ordena, alivia y ofrece una demanda también, es un camino de desarrollo humano.

La expansión de la conciencia de un sujeto le permite distinguir, por ejemplo, aquellos elementos que son de su propia competencia modificar de aquellos que no. Permite reconocer con mayor precisión las potencialidades y los defectos personales, permite reconocer con mejor precisión cuales son sus responsabilidades reales, el papel que le toca jugar.

En definitiva se desarrolla la capacidad de establecer un contacto más objetivo con la realidad.

La expansión de su estado de conciencia le ofrece la posibilidad de tener lecturas enriquecidas de su situación que le permitirán emitir respuestas que ordenen su vida de un modo tal que le deje más satisfecho, y así experimentar un aumento de su bienestar, una recuperación de su salud, incluso en presencia de enfermedad, alcanzar respuestas más maduras frente a una enfermedad, participando activamente en la búsqueda del equilibrio.

Existen diversos modos o estrategias de enriquecer y expandir la conciencia de un ser humano, prácticas como la meditación, por ejemplo, van dotando al sujeto de de la capacidad de trascender su natural tendencia a funcionar desde la lectura subjetiva del momento, hacia un estado donde aquella subjetividad es un elemento más a considerar al momento de emitir una respuesta. En este caso se trata de un entrenamiento, de un ejercicio práctico y disciplinado, que se va sumando, que habilita al sujeto poco a poco a sostener un funcionamiento de mayor conciencia.

Las Plantas de Poder

El uso de “platas de poder” o sustancias enteógenas[2], elementos que están presentes en nuestra cultura desde la antigüedad, desde la aproximación chamánica pre-colombina hacia la salud y que se mantienen vigentes hasta nuestros días, es otra vía, desde donde es posible alcanzar experiencias concretas de la expansión del estado de conciencia.

El uso de este tipo de sustancias, en el contexto adecuado y en personas que reúnen ciertos atributos de funcionamiento, (que ya han alcanzado una cierta madurez y que se encuentran experimentando alguna crisis vital, necesitando aumentar su panorámica, interesados en su desarrollo y crecimiento humano), resulta de gran utilidad, ofrece la posibilidad de ampliar su estado de conciencia de manera tal que resulta ser una experiencia trascendente en sus vidas, difícil de olvidar, y que entrega elementos suficientes para resolver, para reorientar, para realizar ajustes vitales y aumentar el propio sentido de bienestar.

Por ejemplo, una experiencia de este tipo puede permitir al sujeto salirse de las lecturas habituales de su situación; aquellas lecturas, que le hacen experimentar por ejemplo, que se encuentra en un callejón sin salida o, que al menos, las alternativas o caminos que alcanza a ver no le dejan satisfecho; le permite contemplar, acceder a otros elementos, de otra naturaleza, que también se encuentran presentes en su situación.

En muchos casos, se abre la posibilidad de incluirse a si mismo como parte de lo observado, vale decir, dejar de mirar que “es aquello que me rodea, las circunstancias o las demás personas, como eje de mis dificultades, y comenzar a reconocer aquello que yo mismo hago para mantener la situación de ese modo que me genera insatisfacción y sufrimiento”; y se abre, por tanto, la posibilidad de la transformación de la propia actitud, de la propia respuesta frente a la vida.

En otros casos u ocasiones, la apertura de conciencia permite colocar en su justo lugar, en un lugar más preciso, acotado, la dificultad que enfrento. Cuando, por ejemplo, la magnitud de la importancia otorgada frente a la dificultad está sobredimensionada, donde en realidad más bien la presencia de esa dificultad, vista de ese modo, se transforma en el distractor que me impide mirar aquellas otras situaciones donde mi presencia si se requiere. Sacar el velo y asumir y dar respuesta a eso que sí urge, ordena de mejor manera mi situación, me deja más satisfecha y me permite estar más y mejor disponible a atender aquello que me tenía entrampada.

Se produce también, en la mayoría de las veces, un grado de apertura y contacto con aquello más sutil de la naturaleza, de la vida; momentos de tranquilidad y plenitud ciertamente experimentados, que nutren la vida del sujeto, y le permiten re-encantarse, retomar fuerzas para seguir avanzando, con la certeza que existe un plano donde todo está bien, permitiendo asumir con más tranquilidad aquello que complica en este plano más terrenal y pasajero.

Resumiendo, finalizando

En definitiva, el uso terapéutico de estas herramientas tradicionales como son las plantas de poder o sustancias enteógenas, son una respuesta que permite al sujeto que se encuentra experimentando insatisfacción, o pérdida del sentido de bienestar vital, alcanzar un estado de conciencia ampliada, que ordena y enriquece la experiencia del sujeto, permitiéndole encontrar nuevas salidas o respuestas ante su particular situación, avanzando hacia estados de mayor satisfacción y experiencia de bienestar. Por tanto, es posible afirmar, que el uso adecuado de estas sustancias, son un aporte a la promoción de la salud humana.

Obviamente es un tema delicado, el uso indiscriminado y fuera de contexto de estas plantas puede causar daño o no ofrecer en ningún caso los beneficios antes descritos. Sin embargo, quienes hemos asumido el rol de servicio en salud humana, tenemos la obligación y el derecho de hacernos cargo de la búsqueda de respuestas que satisfagan esta demanda asumida.

El propio entrenamiento, la propia vida puesta al servicio del cultivo de un funcionamiento ampliado en conciencia, podrá dotarnos de las competencias necesarias para el empleo de herramientas de esta naturaleza de manera responsable.

En nuestra sociedad chilena falta mucho por regular, por reconocer en estas materias, existe en nuestros países vecinos un avance mayor. Sería un error no abrirse a otorgarle el lugar que le corresponde al uso terapéutico de las plantas de poder y simplemente restringir y negar su uso y utilidad práctica en salud humana.

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[1] Salud: experiencia de Bienestar Físico, mental y social de un sujeto, según definición de la OMS.

[2] Enteógeno: sustancia vegetal o preparado de sustancias vegetales, que, cuando se ingiere, provoca un estado no ordinario de conciencia, una apertura hacia la experiencia de lo divino. Muchas veces asociada a la presencia de visiones o experiencias de apertura a dimensiones de totalidad superior a las habituales, que desde otras perspectivas menos integradas pueden ser leídas como alucinaciones, pero que sin embargo no lo son, en tanto se trataría de una experiencia de apertura, y no de una visión que no cuenta con asidero real.

SHAMANISMO Y ESTADOS ALTERADOS DE CONCIENCIA

SHAMANISMO Y ESTADOS ALTERADOS DE CONCIENCIA
DR. OSCAR HUTTERER ARIZA.
ACADEMIA MEXICANA DE MEDICINA TRADICIONAL
Dispongámonos a penetrar a ese mundo negado de forma progresiva y contundente en los últimos siglos, mediante una actitud positiva hacia el “pensamiento irracional” que comprende la intuición, el desarrollo de cualidades sutiles y la conexión con otras leyes que rigen otras dimensiones o mundos, y en los que “curar – mediante plantas sagradas – constituye una transferencia de energía vibratoria al cuerpo” generando el sentimiento sublime de lo divino en el viraje del mundo “pensamiento – sensación” al mundo “intuición – sentimiento”.
De ésta forma el “shamán” es un mago que penetra al mundo de los espíritus o energías cósmicas, utilizando o no sustancias enteógenas . Por ser nuestro abordaje el hombre y sus niveles de conciencia, consideremos que está integrado por tres elementos: cuerpo, alma y espíritu, donde el “ESPÍRITU” o chispa divina representa una emanación de la fuerza creadora, faro luminoso del que alcanzamos a tener fugaces atisbos. (2)
El shamán penetra al mundo de las energías cósmicas, para alcanzar fugaces atisbos de sabiduría que iluminen su camino y poder guiar a su comunidad.
Como un enlace entre los dos extremos está el “ALMA”, que comunica mediante ondas cuánticas la influencia del espíritu sobre el cuerpo, almacenando y catalogando las experiencias de la vida; así, el alma contiene tres atributos de manifestación: pensamiento, sentimiento y voluntad que son los que gobiernan las funciones cerebrales. De donde la MENTE se constituye en la función pensante del alma.
el “shamán” es un mago que penetra al mundo de los espíritus o energías cósmicas
De ésta manera todas las cosas tienen por padre al pensamiento, fuente de la vida dinámica e infinita y por madre a la materia, llena de vida y movimiento. Si consideramos al pensamiento como a una facultad del alma y a ésta como a una emanación del espíritu, podríamos decir que la cualidad distintiva del espíritu es el PENSAMIENTO, y por otra parte, la cualidad característica de la materia sería la FORMA, que implica extensión en el espacio y por tanto también limitación dentro de ciertas fronteras, a diferencia del pensamiento que se encuentra presente en su totalidad en todo lugar, intacto en todos y cada uno de los puntos del espacio simultáneamente.
De ahí que TIEMPO sea el lapso utilizado por un cuerpo para trasladarse de un punto determinado en el espacio, a otro; y por lo tanto lo que no puede cambiar de lugar pero que se encuentra en todas partes, no puede tener la dimensión tiempo.

Nada de lo formulado en el plano del pensamiento puede hallarse lejos de nosotros ni en el tiempo ni en el espacio y la imagen del objetivo pensado “toma existencia en un presente universal y eternamente cuántico”, donde lo relativo y lo absoluto, lo concreto y lo abstracto, lo objetivo y lo subjetivo “no son antagónicos” ni incompatibles, son complementarios uno del otro y la única realidad es la combinación de ambos.
Nada de lo formulado en el plano del pensamiento puede hallarse lejos de nosotros ni en el tiempo ni en el espacio y la imagen del objetivo pensado “toma existencia en un presente universal y eternamente cuántico”
Dando progresión lógica a mis pensamientos, consideremos que la CONCIENCIA, existe fuera de nuestros cuerpos, independientemente, pero individual, alcanzada antes de la materialización del cuerpo, libre y “atemporal “; la conciencia no emerge sino que se conecta por medio el cerebro, así el sistema nervioso actúa como antena que construye la realidad, como flujo direccional de la interacción energética entre la experiencia y la estructura del espacio. Se constituye como ondas cuánticas de información que se mueven del espíritu a la materia y vuelven al espíritu, su patrón vibratorio determina la posibilidad de que tengan lugar acontecimientos físicos, así todo lo que existe en el mundo tiene un sentido; y son nuestros cerebros los que establecen contacto con ella y nos dan la sensación de poseerla internamente.
Toda la energía que el shamán concentra en un momento de curación física o psíquica, es tomada del cosmos inanimado y transformada por el shamán, para equilibrar sus fuerzas con la de los seres vivientes.
Nuestra conciencia no acaba en los límites del cuerpo, sino que es posible extenderla hasta los confines del universo y al comienzo y final del tiempo. Podemos aprender a cambiar nuestra conciencia, porque su campo sigue un patrón conformado en nuestra vida cotidiana por la conciencia ordinaria despierta que sólo nos permite darnos cuenta de una pequeña parte de la misma, debido a que, a causa de nuestras imágenes restrictivas, tenemos un acceso limitado a la magia de nuestros propios cuerpos.
Nuestra conciencia no acaba en los límites del cuerpo, sino que es posible extenderla hasta los confines del universo y al comienzo y final del tiempo.

Por lo tanto, la conciencia es un campo que no se mantiene siempre en nuestros cuerpos; en consecuencia, estamos conectados con toda la vida, lo que significa que tenemos la capacidad de sentir como lo hacen los animales de nuestro entorno, incluso sentir más allá de los muros del espacio y del tiempo. Si podemos ser conscientes de nuestros cuerpos de luz, es decir, la luminosidad existente dentro de nuestros cuerpos, tal vez no seremos capaces de cambiar de forma, pero seguramente podremos cambiar de mentes. La clave está en nuestras conciencias.
En todo está lo absoluto y su percepción solamente depende del nivel de conciencia del que ve. Lo que realmente percibimos es nuestra propia actividad neuronal observada por el ser. De ésta forma, aún en la percepción más “concreta” está involucrado el absoluto. Puesto que todo el universo está formado por vibraciones que se entremezclan sin una clara separación entre ellas, sus partículas aún separadas por años luz se siguen interactuando. De ésta forma, las ondas cuánticas son invisibles, son vitales, son parte de un sistema físico mítico, y sin ellas no existe modo de comprender el universo y la vida. Por ello sólo a través de la física cuántica encontraremos la conexión al comportamiento y sabiduría shamánica.
Tal vez no seremos capaces de cambiar de forma, pero seguramente podremos cambiar de mente.
La clave está en nuestras conciencias De ésta manera, todas las cosas, en especial nuestros cuerpos, persisten una vez aparecen en la evocación del patrón repetitivo de auto observación, es decir, mientras sigan viéndose como son. Este patrón existe a través del pasado, presente y futuro y está controlado por interacciones de luz en el seno del cuerpo, de ahí que todo el organismo esté absorbiendo y emitiendo continuamente luz. Esta danza de luz, onda partícula, es algo realmente mágica, ondas que de repente se transforman en partículas y vuelven a ser ondas dan realmente forma física al cuerpo.

Los shamanes como depositarios de la sabiduría ancestral, son los continuadores del cordón de la vida humana que inicia en el pasado, cruza por el presente y lleva al futuro su mensaje de continuidad.
Las fuerzas que realmente nos mantienen unidos a nuestro cuerpo son ondas de luz electromagnéticas, que de repente se transforman en partículas de energía que incomprensiblemente en la actualidad, nos permite alcanzar el control sobre la materia violando sus constantes físicas fundamentales.
De ésta manera, los shamanes, aunque pocos de ellos comprenden los principios de la física cuántica, creen en una semejante subestructura vibratoria del universo y viven en concordancia a sus efectos, penetrando con facilidad al seno de un mundo espiritual diferente al nuestro.
Los shamanes, son capaces de observar el mundo en términos de mitos y visiones que en un principio parecen contrarias a las leyes físicas, su nivel mítico de la realidad se encuentra en las percepciones del pasado y el futuro de la cultura, construyendo visiones míticas como arquetipos. Según la interpretación transaccional de la física cuántica (3) las ondas de probabilidad cuántica invisibles se originan en el presente, en el pasado y en el futuro, interfiriendo las unas con las otras; y, esta interferencia crea entonces la materia y la energía tal y como la percibimos, alterada y modificada por miles de años.

Los shamanes observan al mundo, en términos de mitos y visiones que parecen contrarias a las leyes físicas, pero encuentran en nuestro pasado histórico, las visiones míticas que construyen los arquetipos del mundo presente y futuro.
Así mismo, todos soñamos y nuestros sueños están llenos de imágenes arquetípicas, como el volar, el convivir con seres desconocidos y en muchas ocasiones fallecidos, etcétera, pero para vivenciarlo conscientemente se requiere un estado alterado de conciencia provocado por nuestras propias endorfinas cerebrales o al través de sustancias psicotrópicas contenidas en las plantas sagradas, tales como la mariguana, ayahuasca, hongos psilocibes, e incluso el tabaco, registradas a través de nuestros milenios tanto de prehistoria como de historia cultural del conocimiento y la sabiduría ancestral.
De ésta forma, los shamanes perciben la realidad en un estado de conciencia alterada donde manipulan la materia y la energía, actúan como observadores emergiendo de un sistema de probabilidad a uno real. Uno de nuestros más dignos ejemplos sería Pachita, curandera mexicana, que constituye uno de los mayores retos para el entendimiento científico, de una experiencia real de esta naturaleza.
Los shamanes trabajan en el seno de la estructura de creencias de los enfermos o desadaptados vibracionales, es decir, del que sufre y se agobia en un estado desequilibrado, con el fin de alterar y empujar fuera sus fijaciones, utilizando sabiamente el viejo proverbio de “ver para creer”, porque el ser común sólo ve lo que cree.
Para el shamán, el sanar el cuerpo o el alma de sus pacientes debe reflejarse en la realidad, pues de lo contrario nadie creería en ellos.
Cuando observamos una telaraña detectamos que está formada por hilos vibrantes tal y como un holograma está conformado por ondas de luz que son vibraciones de energía, es decir, ambos conforman un orden implicado (4), normalmente invisible pero existente, conteniendo todos los fenómenos posibles que puedan ser experimentados.
Cuando se produce una experiencia, el orden varía y se denomina orden manifiesto, puesto que lo que es manifiesto es lo que se observa. De ésta manera, los shamanes eligen lo que es físicamente significativo y ven todos los acontecimientos como universalmente comunicados, escogen la realidad que perciben como verdad.
Los shamanes saben lo que físicamente es significativo, por ello escogen la realidad que perciben en su estado alterado de conciencia como verdad, aunque ella los lleve a la interpretación de mundos múltiples.
De todos es reconocido el hecho de que existen otros mundos presentes que afectan nuestra contemporaneidad; por lo tanto, el mundo que normalmente experimentamos es realmente una realidad múltiple, un compuesto de muchas realidades, algunas probables y otras virtuales como nuestros recuerdos y que según una interpretación de la física cuántica denomina la “interpretación de los mundos múltiples”(4).
Estas extrañas realidades – por no ser comunes – se toman en cuenta con el fin de explicar de un modo adecuado los procesos atómicos y moleculares más simples, considerando que todo estado adulto implica la aceptación de la división intrapsíquica y la coexistencia de varios niveles de conciencia.
De ahí la certeza de que los shamanes penetran en mundos paralelos donde son conscientes de un número de distintas e improbables realidades imbricadas en tiempo y espacio, que incluyen experiencias fuera del cuerpo, cambio de forma, transformación en animales y viajes a través del tiempo.
Los shamanes se ven a sí mismos como parte del gran universo madre y capaces de sintonizarse con lugares intermedios del planeta para mejorar sus poderes mágicos y de sanación, comunicándose con la tierra misma mediante la utilización de sus plantas sagradas y viviendo en las cercanías de lugares mágicos, circunstancias por las que los shamanes se realizan con esa gran sensación de poder que los identifica.
En ellos existe la idea de que cada ser humano es físicamente varón y hembra, y que un desequilibrio en la energía sexual tiene como resultado la enfermedad; de donde la energía sexual tiene mucho que ver con la interacción de la luz con la materia, como ondas cuánticas que se despliegan a lo largo del espacio e incluso más allá de las barreras del tiempo, por tanto la onda cuántica es una acción femenina y la partícula una acción masculina.
El verdadero shamán no presume de serlo, ni ofrece sus servicios en un mercado pueblerino de la salud; los verdaderos shamanes los recomiendan sus propios pacientes, a quienes les consta la efectividad de sus tratamientos.

Penetrar al mundo shamánico constituye toda una vida de preparación en el ser capacitado y designado, por ello, aunque un poco confuso, a pesar de intentos de ejemplificación común, he pretendido, en éste sucinto ensayo, advertir al lector ante quienes ofrecen cursos en 7 lecciones para ser shamán o aprender técnicas de shamanismo, e incluso, duden de quien adopta posturas endiosadas de shamán totalmente fuera de la modestia y del poder ambiental del verdadero shamán, y que han proliferado como “moda” entre grupos sociales incultos e inadaptados, que desean evadir su propia realidad y expandir sus fronteras cognoscitivas en la degradante dependencia de sustancias que conllevan a la drogadicción.
BIBLIOGRAFÍA
1.- La Antropología. Editorial Noguer. EMA Enciclopedia del mundo actual.- Barcelona. España. 1977. pp. 72,73.
2.- Guzmán Emilio. Limosnero o millonario. Editorial Orión. México. 1989. pp. 7-28.
3.- Cramer, Jhon G., an over view of the transactional interpretation of Quantum Mechanics. Review of Modern Physis. Vol. 58, n 3. Julio 1986.
4.- Bohm, David. Wholeness and the Implicate Order. Boston Routledge & Kegan Pasul. 1980. 5.- Cramer, Jhon G. Alternate Universes II. Analog. Noviembre 1984.
6.- Grinberg-Zylverbaum, Jacobo. Curaciones Shamánicas. Pachita el milagro de México. Biblioteca Fundamental Año cero. España. Julio 1994. pp. 196-211.

Lo sagrado y lo profano

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 01/09/2005 1:19

Lo Sagrado y lo Profano
Entrevista a Sacha Domenech

Psicólogo (Universidad del Salvador). Psicoterapeuta. Operador psicoterapéutico en tóxicodependencia y abandono (proyecto “Uomo”, Italia). Becario del Concitec (Trujillo, Perú) y de Ashoka (1977). Director del Centro Hospital de la Vida para pacientes HIV. Director de la comunidad terapéutica Ayllu Tinkuy (Comunidad Encuentro) dedicada a la rehabilitación y apoyo terapéutico de adictos, enfermos y portadores del Sida. Formado como chamán por indígenas en Perú. Actualmente continúa su formación con chamanes en la Amazonia peruana. En la Fundación Desde América dirige el Área de salud e integra como consultor el equipo de investigación sobre Etnomedicina

Básicamente, cuales son las plantas con las que trabajas?

Trabajo con tabaco, Ayahuasca y Uachuma, un derivado del San Pedro, también con plantas de dieta, que no son muy conocidas; shanango, chini shanango, shishito, también plantas purgativas para desintoxicación como ayahuarpanga, que es un nombre quechua que significa hoja de sangre, se extrae la savia que es de color rojo, se extrae un jugo de la hoja , una cucharadita y produce una purga muy fuerte a través de vómitos, hay que tomar mucho agua, doce litros aproximadamente con la ingesta.

En todo lo que es el campo de la etnomedicina en torno al chamanismo el concepto de purga es fundamental, todas las plantas, las plantas maestras, son de purga también, son básicamente purga y después plantas maestras, el concepto de purga, dieta, limpieza, es fundamental dentro del chamanismo

Podemos hacer una diferencia entre el uso sagrado y también profano con respecto a las plantas?

En mi trabajo personal trato de ajustarme a lo que he aprendido con los curanderos, con los indígenas, me ajusto a ese esquema, a ese encuadre porque creo que es de ahí desde donde se debe trabajar, y el tema de la purga es fundamental, la dieta es fundamental, porque antes de tomar plantas hay toda una purga, una dieta que se debe hacer, antes y después, y también el proceso de aislamiento que es un proceso en el que hay que estar aislados, a veces una semana, a veces diez días, a veces un mes, no ingiriendo ningún alimento que tenga ni azúcar ni sal, y poco alimento, casi en ayuno, y ahí es donde la mano del curandero va tomando las plantas, purgativas, y ese es el esquema tradicional por excelencia, de curación: concepto de dieta, de ayuno y de purga, después el proceso de aislamiento que a veces está en lo que es la dieta en sí, aislarse del mundo cotidiano, del mundo profano y meterse en lo que sería el mundo interno, en esto las plantas son catalizadoras que permiten hacerlo.

En esto también entra el tema de si las plantas son alucinógenas o no, yo no las veo como alucinógenas, para mi son plantas psicoactivas, para mi no son alucinógenas porque clínicamente la alucinación es percepción sin objeto. Son plantas visionarias, porque la visión es la percepción de la mitología de la planta, que la puede ver tanto un americano que vive en Wall Street como un indígena de la amazonia.

Esa coincidencia en la visión de la mitología de la planta tiene que ver con la genética de la planta?

Si, con la estructura energética y molecular de la planta, porque de alguna manera hay imágenes arquetípicas guardadas en las moléculas de esa planta, cada planta tiene su mitología, sus seres, sus deidades, sus animales, sus visiones, sus cantos, hay un canto para cada planta, son cantos curativos llamados icaros .

Lo que hace es estar en presencia de una energía, que se revela y es la energía de la planta, y que tiene una tradición mitológica de miles de años, y eso se revela a través del campo visionario, y este campo es aprendizaje también.

El aprendizaje viene a través de la visión, uno puede visionar cosas que tienen que ver con la vida pasada, presente o futura de uno. Por eso los botánicos cuando estudiaron la ayahuasca definieron una sustancia llamada telepatina, pero en si no es un problema de sustancia tampoco, porque cuando uno toma la infusión esta tomando cerca de trescientas sustancias, en una forma metabólica, en una forma propia de la infusión, es la energía y la preparación de la infusión: como se la prepara, como se hace el rito de la preparación, como se hace el rito de la ingesta de las plantas, quien es el que dirige las tomas, como se hace el trabajo, eso puede activar o desactivar la visión.

No es una cuestión de sustancia porque en una toma de veinte personas todos pueden tomar la misma poción la misma cantidad, la misma planta y sin embargo hay gente a la que le pasa algo, otra a la que le pasa mucho y otra a la que no le pasa nada, por ejemplo si a una persona le pasa algo que esta fuera del esquema de trabajo, a esa persona se la sopla con tabaco y se le va el efecto, entonces, que pasa ahí?, como es que un efecto químico se neutraliza con una soplada de tabaco, es una cuestión exactamente sutil, es que está trabajando el espíritu de la planta, y esta es la diferencia con lo profano.

Las corrientes experimentalistas, o new age que consumen o que se acercan a este tipo de medicina, desde un lugar experimentalista, no tienen en cuenta el espíritu de la planta, lo espiritual de la planta.

Estas plantas tienen un espíritu vivo que está trabajando en la curación desde hace miles de años, que propició la medicina a muchos pueblos durante mucho tiempo. Esto es lo que hace la diferencia entre lo sagrado y lo profano, tener en cuenta la acción del espíritu.

Entrevista: Hugo Basile

Cancion a Maria Sabina

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 03/11/2004 

MARIA SABINA
Texto: Camilo José Cela

Traducción al ingles: Luz Castaños and Theodore S. Beardsley, Jr.

PARTE I
Pregonero

En la serranía de Oaxaca

Crece el hongo de fray Bernardino

Los indios le dicen nanacatlh

Y con él se emborrachan y cantan

Los herejes los sabios los brujos

Las leonadas galas del teyhninti

La sangre del dulce sacrificio

La sangre del ave de la selva

la sangre del Ometepec niño

Enfermo de amor y vanidad

La sangre de los guerreros muertos

En brazos de las sucias doncellas

Al cabo de cuatro siglos largos

Nació el ángel María Sabina

Que come teunanacatlh amargo

Y bebe ron y anís y agua clara

La condenaron a muerte en la horca Y de nada valieron el llanto de Valentina Pavlovna Wasson Y el fantasma de Antonin Artaud

Pidiendo caridad al demonio

Clemencia a los ángeles ruinosos

Mil llamas al Popocatepetl

el fin del mundo a los verdes dioses

Se apiade de María Sabina

Y del corazón de sus verdugos

Sin nombre para poder decir

Desnudos alacranes hambrientos

Calvos de tiña mansa y de tiña

Brava y de astronomía ¡legal

Amén y sobre las cien cabezas

Del cordero brille el relámpago

Coro

El pueblo quiere ahorcar a María Sabina El pueblo quiere ver cómo el verdugo que vino de la cuidad ahorca a María Sabina El pueblo quiere tirarle de los pies a María Sabina ahorcada El pueblo quiere besar la falda de María Sabina

María Sabina

Soy una mujer que llora

Soy una mujer que escupe

Soy una mujer que ya no da leche

Soy una mujer que habla

Soy una mujer que grita

Soy una mujer que da la vida

Soy una mujer que ya no pare

Soy una mujer que flota sobre las aguas

Soy una mujer que vuela por los aires

Soy una mujer del aire

Soy una mujer que bebe el humo

Soy una mujer de luz

Soy una mujer pura

Soy una mujer de trapo

Soy una mujer que come flores

Soy una mujer capaz de pasar hambres

Soy una mujer que pasa hambres

Soy una mujer que pasa muchas hambres . ~

Soy una mujer sin lengua

Soy una mujer de palo

Soy una mujer con ojos que ni miran ni brillan

Soy una mujer que ve en la tiniebla

Soy una mujer que palpa la gota de rocío posada sobre la yerba

Soy una mujer hecha de polvo y vino aguado

Soy una mujer que sueña mientras la atropella el hombre

Soy una mujer que siempre vuelve a ser atropellada Soy una mujer que no tiene fuerza para levantar una aguja

Soy una mujer condenada a muerte

Soy una mujer de inclinaciones sencillas

Soy una mujer que cría víboras y gorriones en el escote

Soy una mujer que cría salamandras y helechos en el sobaco

Soy una mujer que cría musgo en el pecho y en el vientre

Soy una mujer a la que nadie besó jamás con entusiasmo

Soy una mujer que esconde pistolas y rifles en las arrugas de la nuca

Soy una mujer que no tiene dientes

Soy una mujer con dos filas de dientes

Soy una mujer con tres filas de dientes

Soy tina mujer a la que nacen dientes en el 

paladar

Soy una mujer que come tierra

Soy una mujer que se cura las Hagas con tierra

Soy una mujer que no salta con alegría por encima de los tejados

Soy una mujer sin pezones

Soy una mujer con seis tetas como las perras

Soy una mujer a la que enterraron viva

Soy una mujer que gozó al ser enterrada viva

Soy una mujer que bebe el semen del padre en la flor de la mandrágora

Soy una mujer que fuma yerbas aromáticas en una pipa hecha de vértebras de mártir desangrado

Soy una mujer casi ciega

Soy una mujer casi sorda

Soy una mujer casi muda y paralítica

Soy una mujer que ronda los urinarios y los desmontes

Soy una mujer a la que canta el vientre

Soy una mujer que ignora el pecado

Soy una mujer que se desnuda y se viste con libertad

Soy una mujer que ríe sin motivo

Soy una mujer fiel

Soy una mujer respetuosa

Soy una mujer indecente

Soy una mujer que cría ranas y culebras de agua en el lavabo

Soy una mujer envuelta en un sudario de colores

Soy una mujer con las uñas quebradizas

Soy una mujer que se está quedando sin uñas

Soy una mujer que ya ni recuerda cuando perdió las uñas

Soy una mujer que no sabe solfeo

Soy una mujer que alimenta pulgas por caridad

Soy una mujer de aliento fétido

Soy una mujer gorda y poco sana

Soy una mujer a la que cosieron el sexo y el ano

Soy una mujer a la que nadie mira de frente

Soy una mujer que se cobija donde puede por ejemplo bajo los puentes o en la cama de los leprosos

Soy una mujer que ama el fuego

Soy una mujer que lleva el fuego de un lado para otro

Soy una mujer incapaz de escupir fuego

PARTE II
Coro

Las viejecitas impedidas quieren ahorcar a María Sabina

Las viejecitas impedidas quieren ver el gesto que pone el verdugo mientras abraza por el aire a María Sabina

Las viejecitas impedidas no podrán colgarse de los pies de María Sabina

Las viejecitas impedidas quieren oler el último sudor de María Sabina
María Sabina

Oye luna

Oye mujer cruz del sur

Oye mujer estrella de los navegantes

Oye cirio del muerto

Oye coneja recién parida

Oye el sol y las nubes

Oye mujer herida de muerte

Oye mujer sin alma

Oye mujer sin cuerpo

Oye mujer sin amor

Oye mujer

Oye caracol de la fuente

Oye mosca del verano

Oye lucero de la Mañana

Oye gorgojo de los ataúdes

Oye Andrómaca

Oye agua de la Lluvia

Oye día luminoso

Oye negra boca del perro

Oye viuda salaz y reconfortada

Oye viuda salaz y Hermosa

Oye María Estuardo

Oye hospiciano de los latigazos

Oye Juana de Arco

Oye San Andrés en la cruz

Oye hospiciano de los latigazos

Oye Mesalina

Oye hospiciano de los latigazos

Oye flor de la marijuana

Oye ojo pisado por las bestias mansas

Oye sacristán que roba el aceite

Oye descolorida ánima del purgatorio

Oye lechuza solitaria

Oye Nicanor

Declaro que soy una muerta que canta

Declaro que conozco la ciencia de levantar columnas con lágrimas y saliva

Declaro que sé preparar elixires de vida y pócimas de muerte

Declaro que si pido clemencia es para escarnecer vuestro corazón

Declaro que no creo en vuestra justicia ni en vuestra injusticia

Declaro que soy culpable ante la ley que os rige

Declaro que desprecio vuestra ley

Declaro que escupo vuestra ley

Declaro que siento compasión por vosotros y por vuestra ley

Coro

¡AY! ¡AY! ¡AY! ¡AY! ¡AY!

¡Prepara la sentencia alguacil!

¡Prepara la fosa verdugo!

¡Prepara la piedra niño!

No prepares la fosa sepulturero deja que a María Sabina la devoren los pájaros y la seque el viento

¡AY! ¡AY! ¡AY! ¡AY! ¡AY!

María Sabina

Oye reloj del almacén

Oye rata del sumidero

Oye mocita que hoy no quieres mirarme a los 

ojos

Oye zángano

Oye ramera mimosa que te dejas chupar la sangre por el zángano

Oye virgen que te miras al espejo con saña

Oye tú también verdugo de suaves maneras

Oye jugador de dados

Oye bebedor de cerveza

Oye violador de cadáveres, confidente de cadáveres, compadre de los cadáveres

Oye tañedor de ocarina que pecas con las cabras solteras

Oye mariposa clavada con un alfiler

Oye miserable atesorador de botellas vacías

Oye Martín pescador que vuelas sobre la mar embravecida

Oye aurora boreal

Oye arco iris de sólo cinco colores

Me río de vuestra impaciencia

Me do porque sé que os voy a defraudar con mi pirueta

Me lío de que no sepáis aprovechar mejor las ocasiones

PARTE III

Coro

Pedimos que el verdugo ahorque a María Sabina

Pedimos que se reparta su carne para cocerla

en nuestros pucheros

Pedimos que la guardia ahuyente al cuervo y al gusano

Pedimos un poco de sangre reconfortadora

Maria Sabina

El corazón de Cristo

El corazón de la Madre de Cristo

soy conocida en el cielo

Dios me conoce

Soy una mujer limpia

El pájaro me limpia

El libro me limpia 

El agua me limpia

El aire me limpia

La flor me limpia

Soy conocida en el cielo,

Dios me conoce

El corazón de Cristo

El corazón de la Madre de Cristo

Coro

AY! AY! AY! AY! AY!

Lee ya la sentencia alguacil!

Disponte a columpiarte en el aire

verdugo!

Lávate bien la boca con agua de rosas

niño!

No prepares la fosa sepulturero y ahuyenta los

Pájaros y los gusanos que la carne de María

Sabina es de los hombres

AY! AY! AY! AY! AY!

María Sabina

Sabéis que amo el fuego

Sabéis que llevo el fuego de un lado para otro

Sabéis que escupo fuego si quiero hacerlo

Sabéis que soy una mujer que se lava la cara con la sangre de los mozos

Sabéis que soy una mujer que se lava la cara con la sangre de los muertos

Coro

Si, Si, sabemos

María Sabina

Sabéis que soy una mujer que se da baños de asiento con la sangre del león

Coro

Sí, Si, sabemos

María Sabina

Sabéis que soy una mujer que se convierte en humo

Sabéis que soy una mujer que tiene el corazón de aire

Sabéis que soy una mujer que vuela como el vilano

Sabéis que soy una mujer que flota igual que el corcho

Sabéis que soy una mujer que aún puede parir

Sabéis que soy una mujer a la que vais a quitar la vida

Sabéis que soy una mujer no más Viciosa que las otras mujeres

Sabéis que soy una mujer entera y que no llora

Sabéis que soy una mujer que os escupe a la cara

Sabéis que soy una mujer que mea con ruidoso entusiasmo

Sabéis que soy una mujer que alimenta ancianos con su leche

Sabéis que soy una mujer que canta y toca la campana

Sabéis que soy una mujer que canta y toca el violín

Sabéis que soy una mujer que vomita de asco sobre vuestras cabezas

Coro

Disparad cohetes para que su estruendo no permita oír las palabras de María Sabina

Pegad a vuestros hijos para que su llanto no permita oír las palabras de María Sabina

Convocad la tempestad para que su quejido no permita oír las palabras de María Sabina

María Sabina

El corazón de Nuestro Señor Jesucristo

El corazón de su Santísima Madre

Me conocen los santos del cielo y los ángeles

Dios me conoce

Soy una mujer sin sangre

El pájaro me roba la sangre

El libro abierto me roba la sangre

El agua me roba la sangre

El aire me roba la sangre

La flor me roba la sangre

Me conocen los santos de] cielo y los ángeles

Dios me conoce

El corazón de la Santísima Madre de Cristo

El corazón de Nuestro Señor Jesucristo ‘

Coro

¡AY! AY! ¡AY! ¡AY! ¡AY!

¡Atended a la lectura de la sentencia por el alguacil!

¡No perdáis detalle del esmerado oficio del verdugo !

¡Levantad a los niños sobre vuestras cabezas para que recuerden este instante durante toda la vida!

¡Emborrachad al sepulturero y rompedle en mil pedazos el azadón!

María Sabina

El corazón de Cristo

El corazón de la Madre de Cristo

Soy conocida en el cielo

Dios me conoce

Soy una mujer limpia

El pájaro me limpia

El libro me limpia

El agua me limpia

El aire me limpia

La flor me limpia

Soy conocida en el cielo

Dios me conoce

El corazón de Cristo

El corazón de la Madre de Cristo

Coro

¡Desatad al verdugo! ¡Dad al verdugo un vaso de aguardiente! ¡Guardad un respetuoso silencio cuando el verdugo cierre los ojos! ¡Viva el verdugo!

Alguacil

Ahí la tenéis verdugo

Matadla ya

Nadie os ha de pedir cuentas de vuestra acción

Verdugo

Perdonadme María Sabina

Es sólo un momento

Una, dos, tres

Coro

María Sabina … María Sabina … María Sabina..

La Curación Shamánica de la Depresión

En el ejemplo de dos mujeres jóvenes en el Ecuador

Dr. Heinz Valentin Hampejs – 06/12/2004

En mayo del 2004 un amigo de la ciudad de Pirmasens de Alemania me comunicaba que yo podría dirigirme a la llamada (“Red de competencias de Alemania para depresiones”), que representa una iniciativa amparada por la Unión Europea (UE), para sensibilizar a nivel del Internet al público y a las personas afectadas de enfermedades depresivas. Pues, yo había emprendido una iniciativa personal al comienzo del mes para divulgar entre amigos y conocidos de Europa la información sobre la curabilidad shamánica de la denominada “Depresión endógena”. Naturalmente estaba muy agradecido por haber recibido esta indicación, porque con ello podía dirigirme ahora a una plataforma de intercambio de información ya preexistente, de cuya existencia no había sabido antes.

Ya se sabe que la depresión, denominada ”endógena” por la medicina formal, es una enfermedad del alma, del ánimo, caracterizada de semejantes estados de agotamiento psicoenergético, angustias y desesperación que las personas afectadas prefieren con alarmante frecuencia el suicidio a cambio de su martirio existencial. La depresión es la enfermedad con la mayor incidencia de suicidios a nivel mundial (!), y en vista de la curabilidad shamánica relativamente fácil de la depresión era un deseo genuino de poner en circulación esta información, ya que en mis rituales shamánicos los pacientes depresivos se curan definitivamente en máximo tres semanas.

1. A decir verdad, mi esposa y yo participamos en este ritual nocturno con el San Pedro*, realizado en los alrededores de Quito / Ecuador, solamente como shamanes invitados. Hilario Chiriap, un joven shamán del pueblo de los Shuaras, quien conducía este ritual, me honraba al invitarme espontáneamente a dirigir la ceremonia en unión con él.

La ingestión de la medicina del San Pedro nos sumergía en el estado del “Éxtasis Shamánico de la Conciencia”. Habíamos pasado algunas horas en esta noche con oraciones, cánticos mántricos y shamánicos de curación e invocación, cuando una joven participante de nombre Paola, de aproximadamente 23 años, comenzaba a llorar deplorablemente y a llamar a su madre con todo su cuerpo sacudido por continuos sollozos conmovedores: “¡Mama, Mama, Mama…!”. Este estado de la mujer, realmente digno de lástima, se intensificaba por momentos de tal manera, que todos los demás comenzábamos a preocuparnos seriamente, particularmente cuando esta situación había ya continuado acerca de tres horas; y ni las intervenciones de Hilario ni de los demás participantes, en su mayoría también familiarizados con la Medicina Shamánica, lograron proporcionarle una ayuda real y efectiva a la paciente en este pasaje tan dramático de su desgarrador estado anímico. De repente yo “sabía”, “veía”, lo que había acontecido en la vida pasada de esta muchacha, y sin pensarlo mucho, procedí a preguntarle: “¿Sabes, en el fondo, porque estás llamando tan desesperadamente a tu madre?”. Ella no respondió. ”¡Porque te quiso abortar!”

Después me pasaba al otro lado, donde estaba ella, y mientras que le hablaba tranquilamente que tendría que aprender ahora a perdonar a su madre, le daba tres sopladas de humo bendito con mi Pipa de Medicina sobre sus manos unidas en oración, sobre su coronilla, su espalda y su pecho. “Tú, en estos momentos, estas conviviendo con tu madre, la que hoy es tu mejor amiga, en la misma casa y no puedes conocer las circunstancias desesperadas, en las que ella se había encontrado, cuando estaba encinta contigo. ¿A quien de nosotros no tendría que ser perdonado algo?”… Después de cinco minutos Paola estaba tranquila y centrada. En la mañana se separaba algo del grupo, se sentaba con el cuerpo doblado hacia delante y los brazos cruzados sobre sus pantorrillas por encima de una peña alta en la cercanía y estaba obviamente sumergido en una profunda meditación.

2. Este Ritual de San Pedro fue llevado a cabo en nuestro propio lugar de rituales en Tumbaco, cerca de Quito, y se encontraba bajo mi dirección personal. Mónica, una mujer de aproximadamente cuarenta años, estaba sentada a mi derecha, además estaban presentes acerca de ocho hombres y mujeres jóvenes. Habiendo transcurrido ya algunas horas, sentía que debía ayudarla, porque estaba muy nauseabunda; y me parecía que estas nauseas no iban a disminuir a pesar de que ella había vomitado ya varias veces. Me llamaba también la atención que estaba sentada con las piernas atraídas a su vientre en posición encorvada como un embrión.

Cuando le soplaba un extracto alcohólico de una mezcla de hierbas aromáticas sobre sus manos dobladas a modo de rezo, irrumpió inmediatamente en semejantes sollozos, gimoteos y llantos que me sentía movido a sentarme junto a ella para poder tranquilizarla con mi abrazo. Transcurrido así más o menos media hora, se sosegaba finalmente y balbuceaba, todavía sollozando, que a su madre, cuando estaba en cinta con ella, le había muerto otro párvulo.

Mónica sabía naturalmente de la muerte trágica de su hermanito, porque se lo habían relatado, pero solo a través de esta experiencia ritual pudo recordarse también la memoria celular y reticular de su cuerpo de la tristeza abismal, a la que era sometida en el vientre de su madre a lo largo de algunos meses durante el embarazo y la que le fue todavía instilada aún después de su nacimiento con la leche materna. A pesar de todas las ayudas psiquiátricas, Mónica había sufrido de depresiones graves durante muchos años, sin poder imaginarse cuales eran las causas de su depresión. Sin embargo, en este caso se precisó de una sola ceremonia shamánica para curarla.

*******

Con estos dos ejemplos casuísticos no quiero insinuar de ninguna manera que la intención maternal de abortar el feto o la muerte de un niño durante el embarazo, pues – circunstancias perinatales de esta particular naturaleza, representarían las únicas causas imaginables para la manifestación de una depresión en la vida posterior de dicho feto.

Si no podría entenderse que estas dos mujeres fueron liberadas definitivamente de sus depresiones con estas experiencias rituales, es porque simplemente no se quiere entender. Pero para hombres que piensan debería ser de fácil comprensión que semejante CURACIÓN definitiva no puede producirse ni con píldoras antidepresivas ni shocks eléctricos, clásicamente aplicados en las clínicas siquiátricas (y mucho menos con la implantación futurista de algún tipo de chips (!)), porque en el mejor (?) de los casos éstas medidas serían solo sintomáticas, utilizadas exclusivamente a encubrir y camuflar los síntomas de la depresión – muy parecido al alivio de un dolor con remedios analgésicos, los que definitivamente no pueden eliminar su causa.

Dije “en el mejor (?) de los casos”, porque consta como un hecho incontestable que las autoridades médicas de los EEUU (el FDA – Food & Drug Administration)) pusieron los antidepresivos en el banquillo de acusados: Se reconoció que están relacionados a un mayor riesgo de suicidio entre los jóvenes, y los expertos hacen fuertes advertencias a médicos y pacientes. Estos estudios mostraron que un joven que ingiere los antidepresivos investigados (“Prozac” y “Zoloft” entre otros) tiene dos veces más riesgo de tener pensamientos suicidas que otro a quien se le administra placebos.

Pero estos tan nefastos efectos “colaterales” aparte, la medicación de remedios antidepresivos traslada los mecanismos patógenos del fondo de la depresión todavía más por debajo de la alfombra, es decir hacia el subconsciente, lo que no permite siquiera a los pacientes llegar a entender su enfermedad y descubrir sus posibles causas, para luego poder aprender de cómo superarlas. Para esto son indispensables las “Plantas Sagradas de Poder” del Shamanismo Indio-Americano, porque, opuestas a la estrategia encubridora del tratamiento alopático de la medicina formal, facilitan la liberación psicocatalítica** del material patógeno contenido en las estructuras de nuestro subconsciente. Claro que estas medicinas shamánicas pueden ser empleadas solo baja la dirección experta de un shamán experimentado.

En vista de los 80 millones de abortos anuales tasadas a nivel mundial es más que probable que algunas personas entre Uds. están sufriendo por una razón parecida de depresiones, porque a la depresión le sirve de base una seria deficiencia de vitalidad, la que puede acarrear estados crueles de agotamiento psicoenergético. En la casuística presentada arriba se hace visible, cómo puede formarse “endógenamente” una deficiencia semejante de vitalidad. Para entender esto, no se necesita todavía de alguna formación universitaria con la medicina formal sino solo un sano sentido común. Supongo que su madre, por razones comprensibles, le ha ocultado eventualmente una crisis semejante de conciencia, la que podía haber existido durante su embarazo, o que hoy en día ni siquiera podría comunicársela. Para poder liberar el esquema energético sutil (la memoria celular y reticular) del cuerpo de semejantes energías negativas, destructivas y cargarlo (“vitaminizarlo”) con fuerzas vitales naturales, se necesita, sin embargo, de instrumentos mucho más profundos y eficientes que aquellos, de los que dispone la psicoterapia convencional, a saber: el empleo shamánicamente administrado de las llamadas “Plantas Sagradas de Poder” del Shamanismo Indio-Americano.

Su notoria incriminación como “drogas” por la OMS (Organización Mundial de Salud) no es solamente anticuada, porque siempre ha sido insostenible a la luz de la sabiduría ancestral del Shamanismo, sino es completamente absurda y verdaderamente grotesca, porque – entre otras cosas – ¡las “Plantas Sagradas de Poder” también son sumamente aptas para curar la misma drogadicción, siendo ésta igualmente incurable para la medicina formal!

¿Porque, a decir verdad, deberían ser prohibidas las medicinas psicocatalíticas o shamánicas, las que no producen ninguna dependencia y son caracterizadas por una potencia curativa inasequible para la medicina formal, si son utilizadas expertamente por un shamán experimentado; cuando semejantes venenos, gravemente adictivos, como el opio o la morfina pueden ser usados legalmente en nuestras clínicas? ¿Acaso, solamente porque los doctores no saben manejar las medicinas shamánicas? En el interés por la salud de toda la humanidad, la investigación remozada de los efectos curativos de estas medicinas psicocatalíticas – ¡pero ahora seria bajo un pilotaje competente, pues shamánico! – ha llegado a ser una exigencia incondicional de nuestro tiempo, que no debería ser más aplazada de aquí en adelante.

Venezuela, Mérida, 20 de Octubre de 2004.

*SAN PEDRO – denominación botánica: Trichocereus Pacchanoi, un cacto de los Andes, cuyo agente medicinal es el alcaloide Mezcalina.

**PSICOCATALÍTICO – término que se refiere a la acción catalítica de las medicinas shamánicas sobre la conciencia y el subconsciente, porque debido a ella el material depositado en nuestro subconsciente se hace asequible a la percepción lúcida de la conciencia.

Nota: (Dr. med. Heinz Valentin Hampejs
Médico Especialista en Neurología y Psiquiatría
Médico en Medicina General
Investigador y experto en Medicina Shamánica Indio-Americana
Autor de la monografía encargada por el Ministerio de Salud Pública del Ecuador:
“El Éxtasis Shamánico de la Conciencia – Principio Medular de la Medicina Shamánica”.
E-MAIL: valentin_shamanism@gmx.net)

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