Caracteristicas de los Lideres Culticos o Sectarios
Caracteristicas de los Lideres Culticos o Sectarios y las Tecnicas que Utilizan Para Lograr Atraer, Controlar y Someter a Cada Individuo y a las Multitudes
http://victimasectas.com/LiderSectario.html
©Enid Miranda, Ph. D.
2007
¿Como Reconocer a un Lider Sectario?
Escapan al escrutinio público.
Afirman tener la verdad absoluta que sólo ellos conocen.
Inventan su propia historia, la cual sólo puede ser verificada por su palabra y por fe ciega hacia su persona.
Llegan a creer sus propias mentiras.
Pretenden haber sido iluminados por la divinidad o por algo absoluto que no admite discusión, duda o prueba, excepto su palabra.
Actúan por órdenes de una entidad superior que sólo él conoce. Él sólo trasmite las órdenes.
Respetan y admiran al poderoso, pero desprecian y humillan al débil o humilde.
Sus relaciones se fundamentan en el paradigma sumisión/dominación, no en la solidaridad y el respeto hacia el otro.
No permiten la desobediencia o transgresión.
Todos ellos presentan rasgos psicopatológicos más o menos acusados; rasgos que cabalgan hacia el delirio paranoide [Rodríguez, Pepe, Esclavos de un mesías, p.30]
Su personalidad es inhibitoria y su carácter es de tipo autoritario.
Tienen tendencias impulsivas sadomasoquistas que utilizan imponiendo a sus seguidores pruebas cada vez más duras, alegando que, a través de ellas, obtendrán la salvación, la perfección, la ascensión mística o purificación.
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Características de Personalidad del Líder Sectario y Su Poder Persuasivo
Las características de los cultos son el reflejo de la personalidad de sus líderes. Por lo tanto, mientras más carismático o atractivo sea el líder, mayor poder ejercerá sobre la masa y mayor será el grado de dependencia psicológica y peligrosidad del grupo.
Hay que señalar que el sentido que le damos al término carisma no tiene nada que ver con el sentido bíblico que hace referencia a los dones del espíritu que Dios le concede a los hombres.
En el contexto del fenómeno cúltico, el sentido del término ‘carisma’ es el de Max Weber (1963): “cualidad excepcional en un individuo quien, aparentando poseer poderes sobrenaturales, providenciales o extraordinarios, tiene éxito en congregar discípulos a su alrededor.
Su facilidad de palabra, su labia, junto con una arreglada imagen física a tono con la ideología del grupo, es la base de la manipulación que ejercen sobre sus seguidores. La forma de vestir, su cabello, su forma de hablar y de caminar, los manerismos con los que subraya su predicación… todo en ellos está debidamente estudiado y explotado para atraer a los desprevenidos.”
Psicópatas
Al carisma del líder hay que adornarlo con las características de un tipo de personalidad que los profesionales de la salud mental han definido como psicópata; entendiendo por esto un trastorno de personalidad.
La mayoría de los psicópatas parecen, a primera vista, muy normales, interesantes e incluso encantadores y humildes. Pero en realidad son violentos y no soportan que se les lleve la contraria en nada. Al menor asomo de contrariedad, manifiestan una rabia aterradora, una desconfianza global y una incapacidad aplastante para soportar o afrontar las más mínimas frustraciones. El psicópata tiene que conseguir lo que desea, sin importar a qué precio (Magid & McKelvey, 1982). Por eso, huyen con frecuencia, se esconden tras la máscara de la dulzura y la humildad, a veces del sufrimiento.
Autoritarios
Son autoritarios al extremo que ellos mismos se constituyen en la ley. La pueden violar porque están por encima de ella, de hecho, ellos son sus creadores.
Mentirosos
Son mentirosos compulsivos, adictos de la mentira, mienten siempre, aún cuando no lo necesitan. No les importa mentir y lo hacen con la mayor frialdad del mundo. Incluso cuando es obvio que mienten, insisten tranquilamente en la mentira y la sostienen ante cualquier tribunal.
Divinos, megalómanos (delirio de grandeza) y egocéntricos
El endiosamiento o divinización es otra característica común a todos los líderes sectarios. Por eso, parte de la fabricación de la mentira que sustenta el engaño se basa en autoproclamarse divino.
Tienen delirios de grandeza. Creen que son semidioses, mesías, ángeles, enviados o un escogido. Por eso es frecuente que acompañen sus nombres con epítetos como ‘Reencarnación de Juan el Bautista’, de ‘Jesucristo’ o del mismo Dios, ‘El Mesías’, ‘El Profeta’, ‘El Vidente’, etc.
Juran y perjuran que todo les pertenece por derecho propio, desde la Verdad hasta las personas, a quienes consideran objetos personales para su consumo.
Dinámicas Internas En Los Cultos Peligrosos
y las
Técnicas que utiliza el líder sectario para lograr atraer, controlar y someter a cada individuo y a las multitudes.
Durante la etapa del proselitismo, como una estrategia dirigida a incrementar la cantidad de adeptos, el líder sectario señala e identifica algún grave problema social que hay que solucionar y a la vez va induciendo en sus seguidores la idea de que él es el único que tiene la solución. El problema identificado por el líder se convierte en el elemento aglutinador que atrae a futuros adeptos. Y es que el sujeto humano es, por excelencia, un buscador de soluciones. Somos animales racionales y, como tales, intentamos dar respuestas a los grandes y eternos problemas del universo, del mundo, de la vida y de la muerte. El líder lo sabe y lo utiliza a su favor como instrumento de manipulación y coerción psicológica. La identificación de un problema nombrado por el líder sectario es la motivación necesaria para activar en la persona esa necesidad de búsqueda que nos caracteriza como humanos. En las sectas siempre se le ofrece al público espectador, a la clientela, la maravilla de su organización como una milagrosa y la única solución a todos sus problemas. Ese es el fundamento de las prácticas proselitistas que utilizan los líderes.
En el momento en que la persona le compra el producto, se vuelve parte de la secta y se convierte en adepto seguidor del líder. Comienza entonces el acoso por parte del líder. Se le exige al adepto contribuir económicamente y realizar tareas cada vez más difíciles y absurdas de realizar. Estas tareas son previamente diseñadas a base de observar y estudiar en el adepto sus características particulares de personalidad, sus fortalezas y debilidades, así como sus maneras de pensarlas, sentirlas y sufrirlas. Conociendo estas particularidades, el líder puede diseñar un sistema de estrategias para mantener motivado y cautivo al adepto.
El líder sectario organiza un sistema de trabajo continuo en el que las tareas, los trabajos y las responsabilidades asignadas a cada cual van aumentando en calidad y cantidad. El adepto, por su parte, recibe la gratificación con la concesión de un rango, título sectario o reconocimiento por parte del líder y del grupo. Pero en realidad todo dependerá de la importancia que su contribución tenga para el líder y de la lealtad personal que el sujeto muestre hacia él. Ambas cosas, la contribución y la lealtad al líder, justifican la discriminación dentro del grupo.
Dentro de la secta imperan diferentes niveles de autoridad, privilegios y confianza. En los estratos más cercanos al líder, se sitúa siempre un grupo reducido de privilegiados y escogidos que tienen, a su vez, otros grupos a su cargo. Así se va elaborando una cadena de mando de líderes a cargo de otros líderes de menor rango.
Los líderes de menor rango, suelen ser más numerosos, pero su poder y privilegios es más reducido que sus superiores. Ésta es la típica forma piramidal de mando, tan común en todas las sectas, a la base de la cual se encuentra el resto de los adeptos, que tan sólo acatan y obedecen las órdenes de todos los superiores y no tienen permiso para pensar o decidir por sí mismos.
A los adeptos situados en la base de la pirámide también se les estimula el deseo de alcanzar niveles más altos dentro de la organización. Por eso suelen sentirse ansiosos y oprimidos. El sentido de incomodidad que les crea su visión dentro del organigrama les motiva trabajar cada vez más fuerte para subir en la escala de mando, pode y privilegios. Las expectativas que se generan en la mente del adepto mantienen motivado al adepto.
El sistema piramidal contiene otro elemento que favorece al líder. Su propio diseño permite generar motivación interna en los adeptos sin necesidad de estímulos externos. La estructura de control piramidal dentro de un grupo es tan sólida, fuerte y eficaz, que puede garantizar el funcionamiento de toda una empresa. La fe de los adeptos en la doctrina que imparte el líder, quien siempre ocupa la cúspide de la pirámide, es el motor central que mantiene funcionando enérgicamente a toda la estructura. Sin embargo, la doctrina siempre es la excusa que justifica el funcionamiento de la empresa.
Pero, más allá de la fe del adepto y de la doctrina diseñada por el líder, las dinámicas internas de todas las sectas se alimentan del engaño, de la manipulación, de la dependencia y de la explotación. Las sectas explotan en las personas su propia estima, su tiempo, sus habilidades, su fe y su sentido de lealtad. Pero sobre todo, explotan, con fines manipulativos, lo que la persona reconoce como un problema o defecto de personalidad propio que le desagrada y avergüenza y, por tanto desea erradicar de su autoimagen.
El líder está continuamente socavando la autoestima del adepto, ya que, en la medida en que se sienta inferior, en esa misma medida, el líder se presentará como un ser superior. Recuérdese que esta creencia de superioridad es típica de los líderes sectarios, quienes padecen de “Trastorno Narcisista de la Personalidad” (DSM-IV sección 301.81). Es la idea de que soy superior a ti porque tú eres nadie. Soy mejor que tú y por eso tu deber es obedecerme y mi derecho es reclamarte,
La destrucción sistemática de la autoestima del adepto, por un lado, y el adoctrinamiento, por otro lado, se aderezan con una buena dosis de técnicas de persuasión coercitiva. Así se va logrando en los adeptos lo que los profesionales de la salud mental llaman Trastorno Disociativo Atípico, tan necesario para mantenerles atrapados mentalmente y para que se conviertan en ciegos fanáticos, obreros sin sueldo y sujetos errantes que lo dejarán todo, familia, hijos y pertenencias, en nombre de la secta.