La historia verdadera UNA TEORÍA ABSURDA
¿Existe el planeta Nibiru?
Estimado profesor Olguín: Quisiera hacerle una pregunta sobre una duda que tengo. Estoy oyendo hablar mucho de Sitchin y sus teorías sobre tablillas sumerias y su planeta Nibiru. En el material del Grupo Elron sólo he encontrado algo parecido en la parte A, “El décimo planeta”. ¿Qué credibilidad tiene el mencionado Zecharia Sitchin? Según dicen este planeta pasa supuestamente entre la órbita de Marte y Júpiter. Verdaderamente esa teoría me huele muy mal, y estoy viendo que mucha gente la sigue. Dicen que allí habita una raza que nos ha seguido desde siempre y que ha modificado genéticamente la raza humana, cosa que no creo que sea así del todo. La gente está esperando algo que “tiene que pasar”, dicen que la órbita del planeta tiene que volver a pasar por estas cercanías o no lo sé muy bien. Espero que usted sepa algo de esta teoría le ruego si puede aclararme su credibilidad. Un saludo y muchas gracias.
Javier P.
RESPUESTA
Apreciado Javier: No existe ningún planeta Nibiru, ya que si así fuera los astrónomos lo habrían detectado. Entre Marte y Júpiter solamente hay un cinturón de asteroides, cuya masa no alcanzaría a formar ni medio planeta.
Muchos “esotéricos” siguen desparramando teorías apocalípticas porque no se les ocurre otra cosa y, obviamente, porque tienen detrás a los espíritus del Error, que siempre están al acecho de aquellas personas que pueden ser fácilmente influenciadas.
Desde ya, entonces, que no avalo para nada esa teoría y la descarto por completo por ser poco menos que alucinada.
Seguidamente puntualizaré algunos disparates de Zecharia Sitchin, y digo disparates porque de otra manera no se pueden calificar.
“Todo comenzó cuando era estudiante, en el colegio, preguntándome el porque de la palabra “Nefilim”, que significa “aquellos que bajaron” (del cielo a la tierra) que fue traducido, en el capítulo 6 del Génesis , como gigantes. Me llevó 30 años de búsqueda encontrar la respuesta, ellos eran los Anunnaki sumerios, cuando la entendí y tamicé escribí El 12º planeta (el cual me llevó 5 años)”.
Los extraterrestres han venido a nuestro planeta desde tiempos inmemoriales y mientras algunos ayudaron a determinados pueblos de la Tierra a evolucionar, otros se aprovecharon de ellos y los usaron como cobayos para experimentar, pero siempre se trató de acontecimientos aislados, igual que las abducciones actuales.
En la Tierra sí existieron gigantes, pero no eran oriundos de nuestro planeta. En esto acierta este autor. Según nos informó el Thetán de Tar, actualmente encarnado en Orión IV, luego de la extinción de los dinosaurios hubo una raza humanoide que habitó aquí. Eran seres gigantescos venidos de otro sistema estelar.
En este aspecto ha habido mucha información errónea. Incluso en la Biblia se menciona a esos seres y también en otros escritos antiguos.
Se pensaba que esos seres gigantescos eran hijos de entidades espirituales y entidades terrestres, lo cual no es correcto.
La verdad es que vinieron en inmensos cruceros interestelares y estuvieron de visita en la Tierra. Como era un clima muy hostil, los expedicionarios no pudieron utilizarla como hábitat. No obstante, una de las naves se quedó, creando un clima artificial en esa región, donde esos seres pudieron estar.
Pero no sobrevivieron a las erupciones volcánicas y a los terremotos, que eran más numerosos que en la actualidad.
Descubrimientos posteriores de restos óseos revelaron que había seres que medían aproximadamente entre 3 y 4 metros de altura.
Por si deseas consultarlo con mayor amplitud, estos datos están en la segunda parte de El Cielo responde I.
Desde ya que no vinieron de ningún planeta de nuestro sistema solar y menos aún de un planeta llamado Nibiru.
“Para alguien no familiarizado con mis teorías el mensaje en que ellas se centran pueden resumirse en estas palabras: Existe un planeta más en nuestro sistema, no a años luz de nosotros, en el que existe vida inteligente: los llamados “Anunnaki, a los que los sumerios denominaron así porque significa “Aquellos del cielo que a la Tierra vinieron. Los Anunnaki vinieron a la Tierra de Nibiru, el 12º planeta”.
Además de no existir ningún planeta como el que sostiene Sitchin, su error es creer que los extraterrestres solamente provienen de un solo lugar, cuando en realidad hay infinitos planetas habitados en todas las galaxias, donde sus habitantes han logrado la tecnología necesaria como para construir naves espaciales y venir aquí.
Este autor ni siquiera se imagina que hace medio siglo que en el Área 51, de Estados Unidos, hay un asentamiento terrestre-extraterrestre, donde coexisten numerosas razas de alienígenas que provienen de distintos planetas de fuera del sistema solar y están en combinación con estratos muy profundos del gobierno norteamericano (el dato está en nuestro website “Área 5″1 y “Majestic 12”).
Tampoco se imagina que detrás del “Chupacabras”, nombre arbitrario porque no existe ningún animal así, existen innumerables razas extraterrestres que vienen aquí a experimentar con nuestro ganado.
Y menos aún que también muchas razas extraterrestres vienen aquí a abducirnos para experimentar con nosotros, caso, por ejemplo, de lo que popularmente se conoce como “Muertas de Juárez”.
Además, la raza extraterrestre Ha fue la que embaucó a Moisés, presentándose su jefe como Jehová (el dato está en el prólogo de El Cielo responde III).
“La Biblia consiste en muchos libros acompasando sucesos durante milenios. La comparación perfecta sería entre el Génesis en sus primeros capítulos y los textos Mesopotámicos: de cómo el cielo y la tierra llegaron a crearse, como se desarrolló la vida, como fue creado Adán y los sucesos desde el Edén a Noé, el héroe del diluvio. De hecho, el relato del diluvio aparece en una tabla mesopotámica miles de años antes que en el viejo testamento en su versión hebrea”.
Desde ya que la Creación es fruto exclusivo del Absoluto, pero los espíritus y las entidades angélicas fueron creados por los elohim, denominados comúnmente como “dioses menores”.
La creación de Adán y Eva, por lo tanto, no es más que un mito bíblico, y lo mismo la existencia del “Paraíso”, y en cuanto al famoso “Diluvio universal”, nunca existió ni tampoco el Arca de Noé, que despistados investigadores insisten en encontrar en el Monte Ararat.
Desde ya que sí hubo una gran inundación, pero nada que ver con un “diluvio universal”, sino con una pequeña parte del planeta.
“Cuando descifras el significado de algunos de los nombres de varios dioses de los Hititas, los Asirios, Cananeos, etc., en el antiguo mundo encontramos que aunque los nombres sean diferentes, significan exactamente lo mismo en todos y cada uno de sus lenguajes. Lo mismo que ocurría en los tiempo antiguos, de las mucho más recientes civilizaciones americanas. En mi libro Los reinos perdidos (no publicado en España), muestro las conexiones, las similitudes y determino las fechas del principio de las conexiones. Expongo, por ejemplo, que el dios supremo de América Central, Quetzalcoalt (cuyo nombre significa “la serpiente alada”), no es otro que el dios egipcio Thoth, y que la primera civilización en América Central, los Olmecas de apariencia Africana, comenzaron precisamente en el 3113 AC., cuando el mito cuenta que Thoth fue expulsado de Egipto”.
Este es otro de los disparates de Sitchin, porque “Quetzalcoalt” no era más que un jefe extraterrestre que se disfrazaba pintorescamente de modo de impresionar a los primitivos pobladores (el dato está en: “Astronauta de Palenque”).
Y en cuanto a Thot, llamado en Grecia Hermes Trismegisto, no era ningún dios ni tampoco extraterrestre, sino un espíritu, oriundo de Orión IV, que había encarnado en Egipto. Thot fue el que inventó los jeroglíficos egipcios.
Numerosas veces nos hemos comunicado telepáticamente con esta altísima entidad, que pidió que la llamáramos Tar, y los diálogos que hemos mantenido con este excelso espíritu están en todos los Contactos telepáticos (los primeros diálogos que hemos tenido con Tar están en El Cielo responde I).
” Nibiru no se acercará a la Tierra en el 2003, así que el día del “Juicio final” no será este año”.
Este alucinado autor sostiene que habrá un “Juicio final” y que estaría cerca, lo cual es un tremendo disparate -algo así no puede llamarse simplemente “error”-, porque no habrá tal cosa.
Lo que sí habrá, dentro de 25.000 millones de años, es un Big Crunch (y en esto Stephen Hawking está acertado), después del cual nos fundiremos con el Absoluto, porque somos parte de él.
Al llegar el Big Crunch todos los espíritus habrán llegado al 5º nivel espiritual, que es el más elevado al que pueden llegar, y en el que actualmente de encuentra la Jerarquía Planetaria, con el Maestro Jesús como Logos Solar.
“Los versos bíblicos que tratan sobre la creación de Adán son interpretaciones condensadas de los mucho más detallados textos sumerios y acadios, hallados inscriptos en tablillas de arcilla en los que el papel de los elohim en el Génesis es interpretado por los Anunnaki, ‘Aquellos que Del Cielo a la Tierra Vinieron’ “.
Sitchin confunde absurdamente a los elohim con los extraterrestres. Los extraterrestres son espíritus encarnados (niveles espirituales 2º al 5º), y en cambio los elohim son eloah del 8º nivel espiritual, denominados, como ya dije, “dioses menores”.
Los elohim son, precisamente, los que crearon a los espíritus, que luego, al encarnar en planetas distintos de la Tierra, llamamos “extraterrestres”.
Estos pocos ejemplos bastan para demostrar que las teorías de este autor han sido, por un lado, el fruto de su exacerbada imaginación, y por el otro, causadas por la influencia de los espíritus del Error, que siempre están al acecho para aprovecharse de aquellas mentes fáciles de manipular.
Y si algo falta para corroborar lo expuesto, basta señalar que el “Fin del mundo”, que Sitchin y los agoreros de turno vaticinan, no pasa de ser una fantasía que nunca se concreta, y cuando llega la fecha y nada sucede, entonces la posponen para otra fecha y así sucesivamente.
Ajenjo o Hercóbulus, que es lo mismo, es una estrella de neutrones, pequeña, que a pesar de que tiene mil veces menos diámetro es incluso más pesada que el propio Sol, y en cuanto a que su eje rotatorio siquiera roce con el planeta Tierra, las probabilidades son poco menos que nulas.
Si deseas tener más datos sobre esto, lee, en nuestro website “Hercóbulus o el Planeta rojo”.
Un abrazo cordial.
Jorge Olguín.