Comentario a propósito de la detención del sanador Ricardo Jiménez.

Ceremonial de Enteógenos
jueves 4 de diciembre de 2008

Ingesta Ceremonial de Enteógenos con Fines de Sanación…
¿Farsa o Realidad?
Comentario a propósito de la detención de Ricardo Jiménez

Por Matías Méndez López
Escuela de Psicología, Universidad Diego Portales
Santiago de Chile

La detención del sanador Ricardo Jiménez y su socia es un hecho lamentable, pero existe un elemento que la convierte en una oportunidad sin precedentes: abre la posibilidad para plantear el debate acerca de la validez del uso terapéutico de las plantas de poder (más conocidas como “alucinógenas”) en nuestro país, una agenda que había permanecido restringida a un grupo extremadamente reducido de la población, y cuya lógica pivotea entre los polos del prejuicio y el fanatismo. Esta opción que se nos abre para dar cabida a una reflexión fundada en hechos y experiencias es una bendición que no podemos dejar pasar, pues aunque la resistencia de parte del sistema es potente, hay muchas personas cuyo espíritu no los abandona a la hora de defender la tradición y la sabiduría que sustenta el milenario arte de sanar por medio de las medicinas enteogénicas.
El término “enteógeno” es un concepto acuñado por el etnobotánico Carl Ruck para designar a aquellas especies vegetales que al ser consumidas en contextos ceremoniales permiten a los participantes acceder a estados no-ordinarios de conciencia. El historiador chileno Cristián Vergara Oliva (1996, pág. 39) comenta: “Antes que el especialista de Grecia, Carl A. P. Ruck, propusiera el término enteógenos para designar aquellas sustancias vegetales que, cuando se ingieren, provocan una experiencia divina, eran mal denominadas alucinógenas, psicodélicas, psicotomiméticas [que generan estados o experiencias similares a la psicosis], etcétera”.
Una “alucinación” es una experiencia sensorial que no encuentra asidero en la realidad. Es decir, consiste en ver, oír, sentir, oler o probar algo que no existe. Históricamente, desde la perspectiva psiquiátrica y psicológica tradicional de occidente, se ha considerado que los efectos que produce la ingesta de especies vegetales como el San Pedro (Trichocereus Pachanoii), los hongos mágicos o “niñitos de luz” (Psilocybe cubensis y otras variedades) o el Ayahuasca (Banisteriopsis caapi) sobre la experiencia sensorial de quien las consume son alucinógenos, y que las visiones que emergen en su campo perceptual no son más que fantasías creadas por las reacciones electroquímicas de un sistema nervioso alterado.
Actualmente existen numerosas investigaciones que, viniendo del campo de la psiquiatría y la psicología clínica, sostienen que dichos efectos “visionarios” tienen nada que ver con lo anterior. Reconocidos investigadores como Stanislav Grof, Roger Walsh y Richard Noll, entre otros, han dado cuenta en sus trabajos que las visiones producidas por la ingesta guiada de plantas de poder distan de ser meras alucinaciones, sugiriendo que su verdadera naturaleza y origen radica en elementos de la conciencia humana mucho más profundos y trascendentes que la “volada” que describen los miopes estudios del “main stream”. Son estos estudios los que avalan el uso del término “enteógeno” en remplazo de “alucinógeno”, y a continuación veremos el por qué de esta sugerencia.
Vergara (op. cit., pág 39) retoma la idea explicando que “en un sentido muy amplio de la palabra, cada una de estas sustancias es una droga, pero hay que evitar el error sistemático de confundirlas con aquellas drogas que inducen al deseo físico de su repetición o que embotan los sentidos como el alcohol o los sedantes. Oficialmente están clasificadas como alucinógenos, un término increíblemente inexacto, puesto que aquellas sustancias no producen sensaciones imaginarias”.
Volviendo atrás, veíamos que las sustancias enteógenas son aquellas que “provocan una experiencia divina” en quienes las ingieren ceremonialmente. Más o menos desde los años ’60 en adelante ha existido un amplio interés por el estudio riguroso de los fenómenos psicológicos asociados a las diversas prácticas espirituales que se desarrollan en todo el mundo a lo largo de la historia de la humanidad. Desde la psicología, el movimiento humanista-transpersonal ha sido el encargado de llevar la bandera de lucha de esta opción teórica, metodológica y epistemológica, impulsando interesantes estudios sobre el potencial curativo de las así llamadas “experencias cumbre” (siendo Abraham Maslow uno de los primeros investigadores en formular un marco teórico sobre el tema) o “experiencias místicas”. Dichos estudios han ido aumentando tanto en número como en calidad (tanto en términos de rigurosidad metodológica como de precisión teórica) durante las últimas décadas, decantando en un nutrido corpus de conocimiento científico que actualmente permite comprender, al menos en parte, aquél fenómeno que más arriba identificábamos como experiencias de encuentro con “lo divino”.
Stanislav Grof es quizás el investigador más reconocido y respetado en el ámbito del estudio científico de las experiencias transpersonales (más allá de la “persona”, más allá del ego) de conexión con las dimensiones trascendentes de la realidad. Médico psiquiatra, fue uno de los primeros profesionales en incursionar en el uso clínico del LSD, diferenciándose de otros médicos quienes, siendo contemporáneos a él, no supieron llevar adelante un programa serio y responsable del uso de dicha droga en contextos terapéuticos.
Grof ha desarrollado una larga trayectoria investigando los fenómenos de “expansión de la conciencia” que ocurren durante estados profundos de meditación, ejercicios de respiración (presentes en varios sistemas religiosos de oriente y occidente), técnicas corporales, entre otras “tecnologías de lo sagrado” (Grof, 2002). Por “tecnologías de lo sagrado” Grof se refiere a todas aquellas técnicas o prácticas que inducen estados mentales que van más allá del funcionamiento “normal” de nuestra conciencia vigil, y que han sido consideradas históricamente como elementos clave del desarrollo de prácticamente todas las grandes tradiciones espirituales de oriente y occidente. Son estos estados “transpersonales” los que son experimentados por quienes acceden a una “experiencia divina”.
La ingesta ceremonial de enteógenos es una “tecnología de lo sagrado” tan antigua como antigua es nuestra especie. En todo el mundo puede encontrarse evidencia del uso de plantas de poder como parte de rituales de sanación y sacramentales asociados a lo que comúnmente se conoce como “chamanismo”. América del Sur es una región particularmente dotada de poderosas plantas de poder, cuyo potencial curativo ha sido bien explotado por los pueblos originarios de la zona. Una increíble variedad de especies visionarias han sido empleadas como medicinas y oráculos por chamanes, curanderos y brujos, todos ellos instruidos en el delicado arte de sanar por medio de la modificación de la conciencia ordinaria.
El uso del San Pedro por parte de los pueblos andinos es un claro ejemplo de lo anterior. Los hombres de medicina o “taitas” que trabajan con este cactus visionario conocen muy de cerca sus efectos y los usos que se les pueden dar con fines de sanación y desarrollo personal; la inducción de un profundo estado de relajación cuasi-meditativo y la consiguiente agudización de los cinco sentidos que permite esta planta de poder es el trasfondo fenomenológico preciso para llevar adelante un proceso de autoexploración y sanación personal.
Recientemente llevé a cabo una investigación que intenta esclarecer de manera incipiente cómo es que opera la sanación enteogénica desde la óptica de la psicología y la psiquiatría de occidente (Méndez, 2008). Para dicha investigación recurrí a numerosos artículos y libros escritos por profesionales y reconocidos autores de las más diversas áreas del saber (psicología, psiquiatría, antropología, sociología, medicina, botánica, química, filosofía, teología, entre otras disciplinas) con el fin de alcanzar una mirada global (integral) sobre el tema, evitando caer en los reduccionismos que suelen ser la tónica de la mayoría de los estudios sobre el tema. A continuación deseo compartir algunas de las conclusiones a las que llegué tras concluir mi investigación, con el objetivo de animar el debate presentando como estímulo inicial una serie de planteamientos que vienen de una muy extensa reflexión e integración de conceptos y visiones de diversa procedencia, y de un acercamiento empírico al fenómeno de la sanación enteogénica.
En primer lugar, mi trabajo parte del supuesto de que las ceremonias de ingesta enteogénica cumplen una función específica dentro de las comunidades indígenas que tiene que ver con la sanación de los enfermos y el contacto con los espíritus o divinidades. Ambos componentes (medicina y sacramento) son inseparables por cuanto en dichas culturas el proceso salud/enfermedad no se encuentra separado del desarrollo espiritual de los individuos, así como tampoco lo está dimensión alguna de la existencia humana. El chamán o curandero es un personaje que condensa en su persona ambos roles (médico y sacerdote), pudiendo a través del contacto con lo trascendente transmutar la enfermedad en salud y bienestar.
Un segundo supuesto que se sigue del anterior es que dichas ceremonias cumplen efectivamente con su cometido, por cuanto la investigación etnográfica y etnopsiquiátrica devela que los enfermos son sanados tras participar en estos esotéricos rituales. Además, el hecho de que esta clase de práctica se sostenga en el tiempo y además sea transversal a cientos de grupos humanos en todo el mundo dice mucho de su efectividad, dado que una técnica que no funciona tiende a ser descartada o bien reemplazada por una práctica más eficiente.
En tercer lugar, es necesario diferenciar entre el consumo irresponsable e indiscriminado de plantas o sustancias alucinógenas y la ingesta ceremonial de plantas sagradas. La segunda práctica consiste en un consumo guiado por un experto (el chamán, curandero, hombre de medicina, etc.) que se realiza dentro de los límites de una experiencia de sanación, enmarcada a su vez en una cosmovisión particular que avala y justifica el uso visionario de los enteógenos; mientras que la primera consiste básicamente en un uso recreativo y sin un sentido más “elevado” de plantas y sustancias que en otros contextos son consideradas medicinas sagradas. Ahí es donde radica la diferencia entre “droga alucinógena” y “medicina enteogénica”… si bien estamos hablando de las mismas sustancias, el uso que se les da las transforma en los hechos en instrumentos culturales totalmente diferentes.
En relación a lo anterior, Roger Walsh y otros investigadores han descrito dos variables que determinan tanto el formato del consumo como la experiencia que se vive tras la ingesta de una sustancia enteogénica: “Set” y “Setting”. El “set” tiene que ver con la intención con que se lleva a cabo la ingesta, la cual puede versar sobre diversas temáticas: recreación, distracción, sanación, búsqueda de desarrollo espiritual, etc., mientras que el “setting” tiene que ver con el contexto en el cual se lleva a cabo el consumo. Este contexto puede ser una fiesta (donde las intenciones –set– normalmente tienen que ver con fines recreativos y de esparcimiento), una ceremonia de sanación (donde las intenciones apuntan en dirección a un trabajo consciente y profundo de introspección y sanación), etc. En una ceremonia de ingesta, la disposición contextual de los elementos ceremoniales (fuego, participantes, preparación de la medicina, etc.) condiciona una experiencia que, en términos tanto de la vivencia subjetiva del participante como de la vivencia colectiva del grupo que participa del ritual, resulta altamente significativa y sanadora, a diferencia de lo que ocurre en una fiesta, donde el set y el setting determinan que la experiencia no vaya más allá de una “volada” (que, en términos reales, puede llegar a ser extremadamente peligrosa).
Cuando la disposición de los elementos contextuales y la intención de los participantes se alinean en pos de un objetivo que tiene que ver con la sanación y el desarrollo personal, los procesos psicológicos que se ponen en marcha durante una ceremonia de ingesta son muy potentes. Los enteógenos son sustancias que amplifican todas las funciones psicológicas y organísmicas. Así pues, nuestros cinco sentidos se agudizan, así como también lo hace la función propioceptiva de nuestro sistema nervioso que tiene que ver con la percepción consciente de nuestros procesos internos. Nuestros sistemas perceptivos se ven sobrecargados de información real sobre nuestro estado en el mundo que emerge en forma de imágenes, sensaciones corporales y otras formas de sensorialidad. Y es en este gran torrente de información donde radica el potencial curativo de estos estados “expandidos” o “no-ordinarios” de conciencia.
De acuerdo a la psicología experiencial (con Carl Rogers y Eugene Gendlin a la cabeza), nuestro organismo reacciona constantemente a los estímulos del medio, de modo tal que dichas reacciones pueden ser percibidas por nuestra conciencia momento a momento. Cuando nosotros nos percatamos de estas reacciones, podemos acceder a una fuente valiosísima de información acerca de cómo debemos actuar frente a determinados eventos. Eso es lo que algunos llaman desde el sentido común la “intuición”. Desde la psicología humanista, esto se llama “valoración organísmica” (Rogers) o “experiencing” (Gendlin). Cuando atendemos a esta valoración que hace nuestro organismo momento a momento del entorno y sus condiciones, nos encontramos en un estado de conciencia que nos permite adaptarnos sabiamente a las cambiantes situaciones de nuestro medio, puesto que nuestro cuerpo posee de manera instintiva una suerte de “brújula” interna que nos permite orientarnos sin problemas en medio de las vicisitudes de la vida. El perro sabe instintivamente, organísmicamente (intuitivamente) qué alimento es nocivo y cuál nutritivo, aún antes de probarlo. Nosotros podemos acceder a ese entendimiento que es pre-conceptual y pre-racional.
Cuando no estamos en contacto con ese flujo de información organísmica emerge lo que se conoce como neurosis. La neurosis es el desajuste psicológico que nace de la pérdida de contacto con el referente sentido de nuestra experiencia de ser-en-el-mundo y comenzamos a vivir de acuerdo a pautas mentales aprendidas del tipo “los hombres no lloran”, “si lo dice la autoridad debe ser verdad”, “los adultos no se equivocan”, “debo ser perfecto, no puedo equivocarme”, “soy una mala persona”, etc. Perdemos la orientación que nos proveen las sensaciones organísmicas y extraviamos nuestra noción de ser individuos existentes más allá de la mente racional y las pautas que hemos introyectado por nuestro paso por la sociedad.
El fenómeno de amplificación de los enteógenos permite acceder con mayor facilidad a los mensajes que provienen de nuestro organismo, puesto que todas nuestras funciones psicológicas se encuentran en alerta y funcionando al doble de su capacidad “normal” en vigilia. Ocurre acá que gracias a la guía del chamán y la disposición con la que nos acercamos a la ingesta ceremonial de las plantas de poder, podemos acceder a un estado de conciencia donde somos capaces de “focalizar” nuestra atención sobre este contenido que yacía inconsciente en nuestra experiencia organísmica (en nuestra “sombra” diría Jung) para así develar sus significados e ir sanando poco a poco aquellos nudos neuróticos que nos causan dolor y sufrimiento.
De este modo, comprendemos que las plantas de poder pueden ser usadas como drogas, pero también pueden ser empleadas como un medio para obtener notables avances en el proceso de autoexploración que emprende quien se acerca a un psicólogo, un psiquiatra o un sanador “no-convencional”. Hoy son miles de personas las que se benefician de estas prácticas ceremoniales, pero siempre bajo un velo de clandestinidad en vista de que el uso de estas plantas de poder es ilegal en nuestro país y en muchos otros. “Neo-chamanes” como Ricardo Jiménez son perseguidos aquí y en muchas otras partes, producto de la ignorancia y la negativa de autoridades y altos mandos a abrirse a esta nueva información que proveen los estudios que actualmente están a la vanguardia de la investigación sobre la conciencia humana. Desde hace muchos años que existe información disponible en internet y en las universidades sobre la posibilidad de aprovechar los métodos ancestrales de sanación para el beneficio de nuestras comunidades occidentales urbanas. Son cientos de miles los sanadores que en todo el mundo sacan partido a la sabiduría que ha acumulado la humanidad durante siglos de historia ligada a la ingesta enteogénica, dando la posibilidad a tantos otros cientos de miles de sanarse y mejorar significativamente su calidad de vida.
Esto no tiene que ver con sectas, fanatismo, drogadicción ni mucho menos con microtráfico. No hay nada en este tipo de actividades que se asemeje a un engaño o una farsa. Es verdad que está lleno de farsantes y “chantas” que intentan vender experiencias a los crédulos, pero no por ello se catalogará a todos quienes trabajan con plantas de poder como delincuentes y estafadores. El verdadero peligro es la ignorancia de quienes no quieren ver. La verdadera amenaza radica en la resistencia que presenta el sistema ante estas otras formas de sanar, que se alejan de los grandes sistemas médicos oficiales de una sociedad demasiado ensimismada en sus propios procesos de alienación sistemática como para querer ver más allá.
No nos dejemos manipular por la información que presentan los medios de comunicación. Tampoco nos dejemos llevar por lo que nos cuentan los artífices del sistema. Y por favor tampoco se queden tranquilos con los que aquí he escrito. Es preciso informarse y desarrollar una mirada crítica para entender este tipo de cosas que escapan muchas veces a nuestro entendimiento. Nosotros somos los únicos que estamos capacitados para construir nuestras verdades, y no podemos permitir que nos digan qué pensar. Abramos el debate y seamos conscientes de que es posible ver este tipo de fenómenos desde varias perspectivas, y la que he presentado aquí es sólo una de ellas.
Lo importante es decir que esta visión cuenta con un respaldo serio y que no es una idea al aire o una arista de un irresponsable movimiento “hippie”. Estamos discutiendo al mismo nivel que quienes quieren echar abajo la medicina ancestral y no tememos enfrentarnos cara a cara con nuestros opositores, pues entendemos que su visión y la nuestra son sólo dos parcialidades de una realidad mucho mayor que no se agota en un paradigma limitado y miope. En lo personal, entiendo perfectamente la visión de quienes ven en estas prácticas un delito. Sólo pido que ellos también se abran a entender la nuestra.

http://psicologiaperenne.blogspot.com/

LA BOTÁNICA AMAZÓNICA Y EL CONTEXTO LOCAL

http://www.lablaa.org/blaavirtual/exhibiciones/historia-natural-politica/np-08.html

la experiencia de documentación del saber botánico de don Abel nos lleva a señalar alternativas de interacción, diálogo y confrontación con la ciencia de la botánica, la taxonomía y sistemática. La botánica como rama científica tiene una larga historia y en Colombia apareció muy temprano en el proceso de la conquista y la colonia española. La presencia del sabio Mutis y la Expedición Botánica dejaron profunda huella en el desarrollo del conocimiento de las plantas en el Nuevo Mundo y un legado de ilustración que aún hoy está presente.

La Expedición Botánica como concepto continúa jugando un papel fundamental en el conocimiento de la vegetación amazónica y de hecho se utilizó como eslogan para implementar acciones tendientes a conocer de mejor manera nuestra Amazonía. A principios de la década de los ochentas se puso en marcha la Segunda Expedición Botánica, acción gubernamental que también tuvo expresión en el medio río Caquetá a través de la entonces Corporación de Araracuara -COA-, que dio inicio a la consolidación del Herbario Amazónico.

Las acciones de la COA en el medio río Caquetá se dirigieron a recolectar especímenes botánicos y establecer un herbario regional en la sede de Araracuara. Para esto se realizaron excursiones botánicas en toda la zona de influencia. En este proceso se formó toda una generación de especialistas que aún continúan trabajando en el tema. El montaje del herbario “in situ”, como lo reclamaban los pobladores locales y muchos especialistas tuvo una serie de inconvenientes debido a la interacción con los conocedores y posibles interesados locales, con el mantenimiento y operación de la infraestructura. En el primer caso muchos indígenas no le veían sentido a “secar plantas y tenerlas guardadas, cuando están en el monte” y además la visita al herbario necesitaba de un cercano acompañamiento e instrucción por parte de los especialistas.

En el caso de la infraestructura, no resultaba nada fácil ni barato conservar las valiosas muestras botánicas con los requisitos técnicos necesarios en condiciones ambientales tan extremas, lo que implicaba instalaciones y equipos sofisticados que resultaban muy costosos. Además de esto, un factor inesperado como la incontrolable presencia de insectos, en especial cucarachas, llevó a que se tuviera que fumigar con alta intensidad sin tener los resultados de control esperados, lo que llevó a la decisión de trasladar el herbario a Bogotá, en donde se contaba con un espacio y equipo adecuado para asegurar la preservación de las valiosas muestras botánicas.

El trabajo botánico en la región despertó un proceso de acercamiento con los saberes locales a través de los reconocidos conocedores locales, con quienes se comenzaron trabajos dentro del marco de la etnobotánica y se recogieron de manera sistemática sistemas clasificatorios indígenas, las equivalencias entre la nominación científica e indígena y una buena compilación de usos de las plantas. De cierta manera allí se establecieron bases importantes para continuar el trabajo botánico local. A partir de la presencia de Tropenbos se consolidaron algunos aspectos de la botánica, esta vez dirigidos hacia la ecología vegetal y la compilación de información sobre ciertas familias botánicas de interés, como las palmas, las marantaceas, las anonaceas, las moraceas, los helechos y muchos otros, que contribuyeron a ampliar y consolidar las colecciones del Herbario Amazónico y con ello el conocimiento botánico de la Amazonía colombiana.

El establecimiento de parcelas para el estudio de la estructura, composición y dinámica del bosque amazónico también fue una estrategia metodológica desarrollada en la región del medio Caquetá. Las investigaciones allí adelantadas fueron las que abrieron los espacios de interacción con don Abel Rodríguez y permitieron avanzar en el real o más sustanciado diálogo de saberes, mediante el apoyo directo a los indígenas para documentar sus propias visiones, modelos y conocimientos, desde sus propios espacios y concepciones, hasta consolidar la experiencia de trabajo aquí señalada.

Chamanismo sudamericano y plantas sagradas

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 05/12/2005 16:09

Chamanismo sudamericano y plantas sagradas

Jorge S. Gallardo

En los tiempos actuales las grandes ciudades del mundo siguen creciendo a pasos agigantados mientras por otro lado se achican sus valores, comunicaciones con trato directo y personal para dar mas espacio al trato laboral, la comunicación telefónica, virtual y comercial.

Pero escarbando un poco en relaciones más primitivas, podemos pensar: ¿qué es lo que nos queda de aquellas antiguas costumbres? Y quizás nuestra respuesta se asemeje a actividades tales como soñar cuando dormimos, hacer el amor, comer y tratar de respondemos autopreguntas universales como de dónde venimos, quienes somos y hacia dónde vamos.

Pero es en estos tiempos y medios, donde por lo mismo se manifiesta una crisis medicinal en aspectos físicos, mentales y espirituales. Los médicos, psicólogos, psiquiatras y pseudo religiosos son quienes presiden esta crisis sin dar soluciones es estos tiempos en que su actividad no parece dar respuestas que resuelvan este problema. Así es tal la necesidad de la gente, que vemos cómo crece el consumo de libros y programas de televisión sobre autoayuda, religión, chamanismo etc. desde las pequeñas librerías barriales hasta en los centros comerciales más reconocidos en los países y en el mundo. Muchos de estos libros no sólo muestran a la gente otra dimensión de vida, sino también ese otro lado sobre el cual se puede manejar este otro plano ordinario en el que vivimos.

Al entrar en el tema chamanismo, especialmente el sudamericano, se tocarán temas tabúes para occidente como el uso de de plantas sagradas, tales como Peyote (Lophopora Williamsii), aunque ésta pertenece al territorio mexicano, Ayahuasca (Banisteriopsis Caapi), San Pedro (Trichocereus Pachanoi), Wilca (Piptadenia Macrocarpa) y Tabaco (Nicotiana Rustica). La falta de información sobre el uso medicinal y ritual de estas plantas en general, fascinará al lector y en muchos casos, éste querrá acceder a esos estados modificados de conciencia para satisfacer su curiosidad y buscar solución a sus problemas.

Claro que el trabajo con estas plantas entre otras no es cosa fácil, pues un uso adecuado, es decir, en su forma tradicional, requiere mucho trabajo consistente en preparaciones del cuerpo y la mente. Y quizás por esto es que mucha gente se siente defraudada al desear tanto. esta experiencia, cuando finalmente encuentran una experiencia psicodélica en la cual su vida continúa igual que antes, aunque con una alteración profunda en su pasado no muy diferente a lo ya experimentado en el uso profano de sustancias sagradas o no. No es cuestión de sentarse en una montaña, tomar la planta y esperar que aparezcan dioses conocidos por nuestra cultura o elaborados por nuestra mente a clarificarnos todo

Hoy día mucha gente se toma su tiempo de vacaciones, en el cual buscan una experiencia sagrada. Quien se acerque a lugares ya famosos como los andes o la amazonia, recibirá hasta con cierta demanda varios tours chamánicos ajustados a su medida, intereses y monto económico disponible, del cual la empresa turística se quedará con mayor porcentaje que el que recibirá el curandero (real o no) que acepte convidar la planta a cada participante en la ceremonia.

Son muchas las posibilidades de comerciar lo sagrado, lo vemos en las famosas religiones y en otras más pequeñas también. Esto ocurre con todas las cosas, y más aún en tiempos que lo sagrado, lo “primitivo” e iniciativo no ha tenido cabida en el mundo competente, ambicioso y acelerado de occidente.

Entonces esto, mas la deformación del uso sagrado de plantas relacionado al punto de vista occidental del tema droga, no solo subestima tales prácticas, sino que la torna más rentables con esa minoría que da todo lo que pueda, para hacer lo que autores como Carlos Castaneda han dicho a sus lectores, aunque sin pistas para continuar tal camino.

Esa es en cierto modo la situación actual del chamanismo sudamericano que se encuentra en medios mestizos y urbanos. Gran parte trabaja de esta manera, y otra parte más difícil de conocer, aún emplea su sabiduría de manera menos comercial y más tradicional.

Veamos dos ejemplos:

1) En la costa del pacífico ecuatoriano, como también en ciudades como Quito, se encuentra un sincretismo en el que confluyen discursos al mejor estilo de indígenas de películas norteamericanas con prácticas religiosas y chamánicas, donde se toma el San Pedro que es una planta andina, la cual crece en dicha región del Ecuador, entre otros países. Este grupo la usa sin los ritos de los nativos de esa área, sino que parecería una nueva creación del consumo ritualizado de una planta, para los nuevos jóvenes que nunca dieron todo de sí en la búsqueda del consumo de plantas que los convenza.

Luego de la ceremonia parecería que eso les gustó, y entre esos dogmas y ritos de indio de película parecen satisfacer su búsqueda enteógena – espiritual. Este grupo dice depender de la ya famosa Native American Church y que fue traída a Sudamérica por un mexicano.

Antes de la toma de la planta, realizan una práctica llamada temascal, la cual consiste en introducirse dentro de una carpa, en la cual con piedras al rojo vivo situadas en el medio de la misma, dentro de un hueco en la tierra que representa la garganta de la tierra. Sobre esas piedras se hecha agua, la cual creando un vapor que envuelve a todos los participantes hace llegar el ambiente a una temperatura tan alta que logra un estado modificado de conciencia muy interesante. Esa es una antigua práctica de los aborígenes norteamericanos.

Luego viene la toma de la planta, en otro ambiente preparado para esto en el cual se ubica una fogata en el medio. Para esto ya se habla del precio sugerido, sabiendo que la mayoría de la gente asiste mas que por el temascal por la toma de la planta.

El San Pedro, que una vez preparado es de consistencia sólida casi como la de la miel, siempre lo he visto tomado en dosis de medio a un vaso entero. Esta preparación (según ellos sin aditivos) en esta ceremonia se tomaba en una medida muy pequeña como se toma la ayahuasca. Su sabor de hecho era como el de la ayahuasca, pero su efecto un tanto suave era como el del San ~ Pedro y un tanto como el de la ayahuasca, pero según ellos era solo San Pedro; Personalmente percibí gato encerrado.

Luego de una ceremonia de unas catorce horas, recién se autoriza a irse a los participantes recordándoles a los que no pagaron que regresen a hacerlo en cuanto puedan.

En la cuenca amazónica también hay ciudades de intenso turismo, donde los turistas pueden acceder en su programa turístico a sesiones de la famosa y poderosa liana amazónica, ayahuasca.

Ejemplo: trekking y observación de flora y fauna exótica en parque nacional… Navegaremos por los afluentes del río Napo llegando a la comunidad tal de nativos Wittoto, en la misma se participará de una sesión de ayahuasca (opcional) El precio no incluye el ticket de entrada a la comunidad. Este es un tipo de texto que ofrece un programa muy común en lo que las agencias pueden ofrecer a sus clientes.

Claro que fuera de las ciudades y circuitos turísticos existen chamanes en las comunidades y cumplen un papel esencial en el medio social que habitan, donde la gente recurre a ellos para que les dé recomendaciones para tomar decisiones difíciles, al no encontrar respuestas a sus problemas, para obtener poder físico, mental y espiritual y para curar enfermedades que requieran el uso de plantas o no.

2) En la selva ecuatoriana conocí a un nativo Shuar (conocidos también como Jivaros aunque ellos repudian ese nombre porque pertenece a un chancho de la selva, y se lo pusieron los españoles despectivamente a esta guerrera etnia) que me llevó a conocer su casa y su familia.

Allí hablar de ayahuasca era tan común como hablar del estado del tiempo. De hecho, así de la nada me dijeron que en algún momento de mi estadía la tomaríamos juntos. Nada de esto implicaba pagos previos ni posteriores. ¿Cómo ellos iban a vender lo que le habían dejado sus padres, sus antepasados, su madre naturaleza? Lo sagrado no es comerciable para ellos, usar dinero para los gastos que implica es otro tema, aunque en este caso en la selva no hacía falta dinero ni para prepararla ni para tomarla. Sólo se requiere de conocimiento, tiempo y trabajo.

La mujer de este amigo Shuar estaba enferma, con mucho síntomas desagradables un tanto parecidos a la malaria, entre ellos pinchazos tipo agujas en la cabeza mientras sentía el olor de la malicua como llaman ellos al floripondio (Brugmansia Suaveolens), lo cual lo atribuía a un mal que le habían hecho. Pero ellos, grandes conocedores de la malaria, aseguraban que no era eso. La propia enferma afirma que los remedios que le habían ido a comprar al pueblo por orden de un médico no le habían servido, sino lo contrario, la hacían sentir bastante peor. Y comentaba que la ayahuasca no sólo la hacía sentir realmente mejor, sino que la curaba y hasta le mostraba qué era lo que la hacía sentirse mal. De hecho cuando la conocí decía estar mucho mejor que antes, y cuando me fui de la comunidad ya estaba dada de alta por su tío, quien era médico vegetalista. Término usado en la amazonia para designar a quienes conocen los remedios de ese pulmón del mundo. Todo este tipo de afirmaciones etc. y uso de la ayahuasca lo viven todos los Shuar en general, incluso niños preadolescentes guiados por sus padres o el encargado del tema.

Estas son partes de las realidades del chamanismo actual. Los que están mas actualizados y relacionados al mundo moderno, aprovechan el hambre de experiencias sagradas del que es víctima el hombre occidental y así encuentran una forma de lucro bastante efectiva. Claro que los mayores beneficiados económicamente son los intermediarios de las agencias de turismo. Esto cuando no se trata de pseudo chamanes que se ofrecen con volante en mano ellos mismos sin intermediarios, muchas veces a precios similares a los de las agencias turísticas como es el caso de una señora rubia que ronda las calles de la ciudad del Cuzco con fines de lucro.

La experiencia chamánica es una experiencia iniciática, en la cual es necesario morir simbólicamente para renacer. El chamán muere varias veces hasta formarse como tal, incluso varias veces teme quedarse en el mundo de los espíritus para siempre. Para atravesar esas etapas es imprescindible perder el miedo y tomarse valiente para afrontar cada una de las hazañas a las que se aventura.

Es quizás en parte por esto que los psiconautas de nuestro contexto cultural muchas veces no encuentran lo que creyeron que encontrarían en la experiencia chamánica. Nuestros psiconautas se inician en el uso de sustancias sagradas en una búsqueda hedonista en muchos casos, y como consecuencia, esta práctica deriva en la iniciación chamánica. Esta experiencia es la que asusta a muchos que jamás supusieron dedicar tanto esfuerzo para dar con esto, y que el comienzo sea por las tinieblas, de la misma manera en que Jesucristo descendió los infiernos para luego ascender a los cielos. A causa de esto entre otras cosas, la búsqueda de los integrantes de nuestra cultura queda interrumpida por el miedo. Especialmente con lo referente al uso de ayahuasca y hongos sagrados (Stropharia Cubensis, Psilocibe Sp. etc.)

Nuestra búsqueda no tiene nada de malo, pues ha existido siempre en toda la historia de la humanidad en el planeta entero. Nuestro problema es la falta de educación sobre el tema, por lo cual nuestra aproximación a los estados alterados de conciencia muchas veces resulta catastrófica derivando al abuso de drogas, tanto las legales como las ilegales, concluyendo en empeorar las formas de vida cuando estas sustancias siempre han cumplido la función de dar claridad a las vidas de quien las use, y en las de quien el chamán pretenda ayudar.

Otra experiencia de relacionarse al chamanismo, es muy diferente a la búsqueda de los propios chamanes. Ya resignado por llegar siempre a comerciantes, uno finaliza ya la búsqueda de lo que parece imposible. Pero la toma continua de plantas en la participación de actividades sagradas, hace que la propia planta nos valía enseñando sobre el conocimiento que se adquiere en el otro mundo, suponiendo que existe un mundo paralelo a este en el cual extraemos conocimientos para aplicarlos en este otro mundo material.

Es así como personas iguales a nosotros (occidentales) terminan conociendo bien esta disciplina y por lo mismo van formándose como maestros del uso sagrado de plantas. En casos así, esa resignación nos puede llevar a conocer a un occidental en el cual no depositamos ninguna especulación sobre temas chamánicos, y junto a esta persona tomar una y varias veces una planta de poder en lugares sagrados. Así poco a poco nos damos cuenta que se trata de un curandero, comprendiendo así (con lo poco que hay para razonar sobre esto) que el chamán que aparece en la vida de uno, aparece cuando uno menos se lo espera y cuando uno menos lo busca, para transformarnos en un ambiente tranquilo sin la agitación de las especulaciones y cantidad de inquietudes que a uno lo llevan en la búsqueda de esto.

Esa es la situación actual en la que el que busca parece que no encuentra lo que busca, por lo menos a corto plazo. Es posible que quien parta en búsqueda de esta gente hacia los sitios donde surgieron y aún se encuentran, encuentre algo que en parte cambie su vida, como también es posible que no encuentre mas que a la plaga de comerciantes que hay entre todos estos temas. También es posible que esa búsqueda pueda satisfacerse en la ciudad occidental en la que uno habita, donde hay personas que guardan en su interior el conocimiento que les fue concedido a lo largo de sus experiencias sagradas y ya están capacitados para compartir esto con los neófitos que se le acerquen.

Así son las cosas en este planeta de la relatividad, donde la especulación egoísta y la ambición no dan en el blanco sino que en el tiro errado se golpean fuertemente para asumir un compromiso desde las tinieblas opuestas al hedonismo.

El chamanismo sudamericano aún existe, desde la profundidad más impenetrable de las selvas hasta en los centros urbanos menos sospechados. Afrontando discriminación, incomprensión y otras injusticias que hoy maneja el mundo imperante.

Que continúe existiendo es realmente increíble, dando a entender que su papel es esencial para la salud humana, ya que viene desde el tiempo prehistórico como primera manifestación religiosa que halla expresado la humanidad hasta nuestros días.

——————–

1. Comentaba un nativo americano que el hombre blanco va a la iglesia a hablar sobre dios, mientras que el indígena va a su sitio de trabajo chamánico a hablar con dios.

2. Por otro lado un nativo y amigo Shuar llamado Manuel Chuintantich comentaba que: del bien se aprende lo bueno y lo malo, y del mal se aprende lo malo y el bien.

1. Quizás porque dios no es un ser específico, sino la totalidad del universo que se observa en la experiencia chamánica.

2: Y quizás el bien y el mal no existen, sino que quizás existe el equilibrio, sobre el cual no hay duda que occidente se encuentra lejos, muy lejos.

La hoja de coca

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 11/09/2005 14:04

“…en el Perú en todo él se usó y usa traer esta coca en la boca y desde la mañana hasta que se van a dormir la traen, sin echarla de ella.” La Crónica del Perú, Pedro Cieza de León.

En las altas montañas andinas, millones de personas diariamente elevan sus plegarias a la madre naturaleza utilizando un quintu de coca. Estas tres hojitas colocadas delante de la boca reciben el aliento, el corazón y el fervor indígena hacia nuestra madre tierra.

Gracias Pachamama por alimentarnos, gracias Pachamama por sostenernos, gracias Pachamama por nutrirnos. Como todo ser vivo Pachamama es alimentada con la ofrenda ritual. Pachamama es fertilizada, da frutos, se cansa y debemos alimentarla en el ciclo eterno y permanente de la vida y la regeneración.

Nuestra hoja de coca, color verde olivo, con un sabor a veces amargo y otras más dulce, acompaña la vida cotidiana y ritual del hombre y la mujer andinos. La cultura andina se nutre de las montañas, de la tierra madre, y su espiritualidad se expresa a través de la hoja de coca.

Cada lugar natural tiene un espíritu, cada lugar es un ser sagrado y la relación entre hombres, dioses y seres naturales es una continua interacción ceremonial y ritual que se expresa en las distintas épocas del año. Por ejemplo, previo a la época de lluvias, cuando apenas se percibe el aliento de la fuerza vital de la tierra, los agricultores sienten esta condición y para que se recupere la apoyan ritualmente con lo que se llama tinkar a la tierra. Se le prepara ofrendas de flores, hojas de coca, grasa de llamas, dulces que se queman o entierran en lugares determinados, y de este modo Pachamama recibe su comida y comienza a recuperar sus fuerzas. El canto andino para esta ocasión dice:
Kamaqchallayman igualaykuway
Restitúyeme mi fuerza
Kamaqchalleyman cabalaykuway
Complétame mi fuerza
Inciensollaykiwan chuyachaykiwan
Con tu incienso, con tu chuya (trago)
Qollque platopi qori platopi
En tu plato de plata, en tu plato de oro
Kamaqchallyman alcanzaykuptikiqa
Si me alcanza mi fuerza
Kikichallaysi cauchurichkasaq
Creceré y daré raíces, yo solo,
Mallkichachina wayllachahina
Como el arbolito, como la waylla,
Chiri wairapi chauchurichkasaq
En el viento frío estaré dando raíces

La invocación a Pachamama y a los espíritus de los cerros, en este período, propicia la recuperación de la fuerza vital perdida. Esta comunión incorpora a la reciprocidad como parte fundamental del orden cósmico andino. A través de los quintus de coca y las ofrendas, elementos indispensables míticos y místicos, se expresa la relación entre el hombre y los seres espirituales que lo rodean.

Los pueblos Quechua y Aymara con estos actos mantienen su cultura, practican su religión, conservan su identidad, aseguran su bienestar físico. Para ellos, millones de índigenas, las hojas de coca son sagradas y una parte integral de su diario vivir y de su forma de ver el mundo, estrechamente vinculado a su “sentir a la tierra” como un ser vivo igual a ellos.

El consumo de la hoja de coca o “chacchado” dentro de la cultura andina es una actitud ritual, social, colectiva y mística. Estudios médicos dicen que éste además sirve para regular la cantidad de glucosa en la sangre circulante de los sujetos sometidos a un estrés ocasionado por circunstancias ambientales como la altura sobre el nivel del mar o por los estados de tensión psíquica que caracterizan las condiciones de pobreza, malas condiciones sanitarias, educación que no contempla su cultura, malnutrición, marginación ciudadana a las que lamentablemente todavía están sujetas estas poblaciones.

Hay que diferenciar este consumo natural de la hoja de coca con la ingestión de la pasta básica de cocaína o clorhidrato de cocaína, que no son de uso de las poblaciones indígenas. La drogadicción debido a la producción y comercio de la planta procesada, no es una actividad realizada por el pueblo indígena. Sin embargo, la drogadicción ciertamente es un flagelo para la humanidad que es necesario combatir para evitar la degeneración que ocurre entre los seres humanos que la consumen.

El consumo tradicional de la hoja de coca dentro del mundo andino es pues un símbolo de identidad étnica y de integración cultural necesario de mantener dentro de estas poblaciones ya que les permite una forma propia de ver el mundo y de relacionarse con la naturaleza.

La cadena montañosa andina ubicada en el territorio peruano es un importante centro de biodiversidad del planeta y las prácticas culturales de sus poblaciones aborígenes podrían proveer un camino corto para la identificación de aquellas plantas de uso medicinal necesarias para restablecer la salud: “es obvio que un vasto reservorio de información aún virgen sobre las propiedades de las plantas queda por ser explorado y salvado. Esta información etnofarmacológica tiene no solamente interés académico sino también puede ser de uso práctico para el beneficio del género humano” (R.Shultes, 1986).

En la cosmovisión andina todas las formas vivas son interpenetrables entre sí. El humano es solo una de ellas. No existe un mundo de jerarquías, sino un sistema de relaciones entre iguales en diálogo permanente entre sí, pues todos a su vez y en el conjunto tienen un solo propósito final: criar la vida. Así como el humano recibe así también debe dar, debe devolver el bien que recibe y cuidar de la naturaleza. Cuidar a la Pachamama, que es la madre de todas las cosas que existen y también del humano mismo, es la obligación primera.

“…nuestros cultivos vienen desde nuestros antepasados, de los gentiles, por eso nunca desaparecerán. Estarán acompañándonos por siempre… y van salvar (alimentar) a cualquier nación extranjera…” Marcelino Tomaylla Vilca, agricultor.

Y como dice este agricultor nunca desaparecerán, porque es práctica del poblador andino regenerar la fuerza gastada en la naturaleza a través del ritual. La fuerza vital de la naturaleza es algo que el poblador andino siente con mucha exactitud. Son conocidos los rituales del ande de Agosto, se dice que “la tierra esta abierta” y recibe toda ofrenda de los hombres. En esta época es el fin e inicio de una nueva temporada del calendario agrícola. En una época en que la tierra esta cansada y hay que alimentarla antes de iniciar una nueva siembra.

La hoja de coca es la planta sagrada de nuestros antepasados Incas, en ella se apoya toda la cultura del ande para su relación con Pachamama y los Apus. Con ella, a través del ritual, se renueva la fuerza vital de la naturaleza año a año. Devolvámosle su dignidad en agradecimiento a todas sus bondades curativas. Levantemos el veto que tiene en la OMS.

Maria sabina y articulos relacionados

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 03/09/2005 1:53

“LOS BEATLES”, “ROLING STONES” Y LOS HONGOS ALUCINOGENOS

El siguiente articulo fue tomado del diario LA PRENSA del 9 de noviembre de 1999, escrito por Julio Villarreal Arreola.

Las tibias y elevadas montañas oaxaqueñas donde nació, le entregaron un tesoro síquico ( los hongos alucinógenos ) pero la publicidad desbordada convirtió a María Sabina en una especie de pila de agua bendita, de donde muchos tomaron el sagrado líquido, pero dejaron enorme cauda de amargura y dolor en el corazón de la noble mazateca.

Ella se quejaba de las promesas incumplidas de Margarita López Portillo, Gutierre Tibón, Alvaro Estrada, Gordo Wasson, Salvador Roquet, Salvador Salmerón Solano, Sósimo Ramos y otros que le robaron el alma y sus anhelos de mejoria económicosocial.

La Indígena Oaxaqueña a quien visitaron “Los Beatles”, “Rolling Stones”, “Bob” Dylan, Irma Serrano, Rosa Gloria Chagoyan y otros artistas, murió en medio de la miseria y creyendo que los esfuerzos de toda su vida fueron aprovechados por gente ajena para “enriquecerse”.

Tal vez no le faltaba razón: unos grabaron sus cantos sagrados, otros su pausada voz en dialecto mazateco, los más le pidieron hongos alucinógenos “para ayudar a estudiantes en las Universidades”; Margarita López Portillo – hermana de un Presidente de la República Mexicana – ordeno la filmación de una película “especial” sobre María Sabina, Mujer Espiritu; Alvaro Estrada habia cobrado las regalias del filme y escrito un libro para la editorial Siglo XXI… el psiquiatra Salvador Roquet habria cobrado fama a raiz de un libro sobre los experimentos con hongos; y muchos se fotografiaron a su lado, sin dejarle un centavo para comprar maíz o frijol para alimentarse.

Todo comenzó aproximadamente al iniciarse la decada de los 60’s, cuando comezó a correrse la voz de que “en las altas montañas de Oaxaca, frente al Nudo Mixteco, habia una curandera que podia facilitar viajes especiales al mundo de las alucinaciones”.

Obviamente, la señora no sabia cobrar por sus servicios, simplemente los consideraba “utiles” en el combate de diferentes enfermedades físicas.

Pero no resultaba sencillo llegar a sus dominios, siempre cubiertos por la neblina y donde cada año, el Sol se asomaba un par de meses en promedio; en los demás dias llovia o lloviznaba y la humedad formaba pequeñas pero espectaculares “cascadas” de agua potable.

El ferrocarril comenzó a tener gran cantidad de pasaje “hippie” – se decía que cultivaban la paz y el amor – que descendía en Teotitlan del Camino, donde existía una terminal ferroviaria amplia y acogedora.

MARÍA SABINA, SACERDOTISA DE LOS FAMOSOS “HONGOS MÁGICOS”

Allí descendían los jovenes a su arribo al “imperio” de María Sabina, sabia indígena que habi aprendido desde su infancia a dominar los secretos de los hongos alucinógenos.

Por cierto, muchos “hippies” pagaron con su vida el desden que demostraban por las orientaciones de María Sabina, ya que consideraban sencillo el seleccionar los hongos.

Entonces sobrevenia en algunos sitios una especie de locura para quien ingeria aquellas plantas talofitas sin controlar – mediante aplicación de fuego – su potencial alucinógeno y hubo caso de personas que se arrojaron desde la azotea de sus lugares de alojamiento.

Esos “suicidios” llevaban notas macabras a la zona oaxaqueña donde moraba María Sabina y, al mismo tiempo, atraian a más jóvenes deseosos de experimentar sensaciones diferentes.

Para llegar al “jacal” de María Sabina, había que subir la montaña en un camino difícil y resbaloso, en espiral.

La señora no residia precisamente en la ciudad , sino en las afueras, en un lugar que denominaba El Fortín.

Los visitantes se hospedaban, a veces, en la ciudad y la mayoria de las ocasiones, integraban colonias en la llanura, donde guardaban cuidadosamente la ropa escasa que llevaban y andaban desnudos, propalando su adicción a la vida tranquila, “amor y paz”.

Las mujeres hacian lo mismo y, por las noches, vistaban las “cabañas” de sus mejores amigos, para hacer el amor con una condición: que nadie se sintiera “dueño” de otra persona del sexo opuesto.

Extraño pero cierto: a pesar de la promiscuidad existente, y de que los turistas procedian de diferentes lugares del planeta, no habia escandalos que propiciaran la intervención de la policia.

Al contrario, el turismo “honguero” llevaba cierta prosperidad a los indígenas de Huautla de Jiménez queines podian vender alimentos a los “hippies”.

Obviamente, de vez en cuando, algun alucinado invadia desnudo la ciudad – hombre o mujer – y ni asi era agredido sino rechazado con firmeza para que “no anduviera enseñando sus credenciales”. Los “topiles” – policias municipales – jamas extorsionaban a los “adanes” o “evas” y, que se sepa, jamás hubo quejas de violación contra los guardianes de las ley.Se afirma que la “colonia hippie” más famosa fue la de “Puente de Fierro”, un lugar donde funcionó aquel paso durante años y luego fue abandonado por su nulo mantenimiento.

Se trataba de una sabana más o menos extensa, donde proliferaban, como “hongos”, las casuchas que los jóvenes levantaban con ramaje y pedazos de tela vieja, no tanto para protegerse del frio, si no para protejerse de las miradas indiscretas a la hora del “amor y de la paz”.

Desenas de casos se registraron en que multillonarios de todas partes del mundo, llegaron a Oaxaca para buscar a sus hijos.

En la mayoria de las ocaciones los acaudalados progenitores se fueron, sin lograr que su vastago retornara con ellos “a la civilización”.

Otras veces, era dramática la reconciliación de padres e hijos, quines habian buscado el consejo de María Sabina, para “encontrar una razón de vivir”.

Y se veian helicópteros y aviones ( fletados por los millonarios ) retirarse para siempre de Oaxaca, con los jóvenes arrepentidos a bordo. Pero nunca faltarón las naves que retornaban con padres dolidos por el rechazo de sus herederos.

Esos jóvenes si tenian dinero para pagar durante meses sus alimentos en la cierra mazateca; otros no llevaban más que su ropa ( que guardaban para el retorno a sus lugares de origen ), pero los demás les proporcionaban viveres y afecto sobre todo. El platillo favorito de los “hippies” eran las empanadas de “amarillo” o “verde” ( moles ), el mole negro y el sabroso arroz, además de las “tlayudas”, tortillas que, dicen, se mantienen blandas durante mucho tiempo, a diferencia de las de puro maíz, que se endurecen en menos de 24 horas.

Muchos de los “hippies” no solo encontraron paz y amor en la cierra oaxaqueña, si no que aprendieron a respetar la Naturaleza: rios imponentes y limpios, rocas enormes, desfiladeros impresionantes, valles fértiles…

Esa “prosperidad” en la región atrajo turistas, pero tambien denuncio a muchos envidiosos entre los indígenas locales, quienes creian que “Maria Sabina era multimillonaria” y no queria compartir sus riquezas con sus paisanos.

Poco a poco le fueron perdiendo el respeto a la curandera, cuando que años atrás le rogaban que curara a los parientes.

Los beneficiados con los hongos alucinógenos enviaban muchas cosas a Maria Sabina, pero, como en todo régimen burocrtatico que se respete, las mercancías “debian pasar por la aduana” y los envoltorios eran saqueados verdaderamente antes de avisar a Maria Sabina que podian recoger “algunas cositas” que le habian legado de México, Distrito Federal.

Unos resatauranteros se apropiaron de nombre de “María Sabina” para colocarlo en un hotel y engañaron a la curandera – haciendola “firmar” con su hela digital – diciéndole que la iban a enriquecer con las utilidades, ya que al turienmo iban a informarle que “la dueña del hotel era la sacerdotisa de los hongos alucinogennos”.

Unos cuantos billetes le fueron obsequiados en principio y nunca más le dieron parte de “las utilidades”, aunque probablemte sigan explotando la fama de María Sabina, en el hotel ubicado en Carretera Benito Juárez y Cale Carreteras y Escuelas, Teotitlán de Flores Magón, Oaxaca.

A consecuencia del engaño, Maria Sabina contrato los ervicios del defensor de Gregorio Cardenas Hernández, licenciado Salvador Salmerón Solano.

Pero las gestiones fracasaron por la lejania de los sitios donde debia litigar Salmerón Solano, quien, según el joven Juan Garcia Carrera – traductor de confianza de Maria Sabina – “el defensor solo es un parasito de la publicodad” quein le habria dicho que “donde quiera que fuera, debian mensionarse los apellidos Salmerón Solano ante los periodistas, por que se trataba de presionar por medio de la prensa en general”.

En otra ocación, la reportera Clementina Herreros, de LA PRENSA, y Wilbert Torre, del mismo diario, preguntaron a Salmerón Solano el porque abusaba de María Sabina, “solo por publicidad gratuita”. El abogado, según su acusador, Juan Garcia Carrera, queria que los periodistas mencionaran la denuncia que se promovia en Oaxaca, pero ninguno publicó dato al respecto.

Luego, Salmerpon Solano anunció que “preparaba otra denuncia formal, contra funcionarios de la Secretaria de Turismo y del gobierno de Oaxaca”. O sea, otra demanda cuando no solucionaba la primera, “mil veces vil, el desdichado licenciado que en buena gana habiamos localizado”, escribió Juan Garcia Carrera.

En junio de 1986, Garcia escribió un libro que se tituló: “La Otra Vida de María Sabina”, en el que se preguntaba como olvidar las largas charlas que se deshilaban – tras de cinco años de haber convivido con la sacerdotisa o curandera numero uno de la sierra mazateca, más conocida en el mundo con el nombre de Maria Sabina Magdalena García. Largos minutos en que se deshilaba toda una cadena de injusticias, explotación, manipulación, engaño, hasta caer en el sueño profundo de la resignación o seguir urgando en la aun fiel memoria, toda una infamia que se esconde en La Otra Vida que la sabiduría y la fama pueden acarrear, en una noble pero indefensa mujer que ya no era dueña ni de su propio mundo.

MARÍA SABINA

Relata el joven Juan García Carrera que María Sabina fue sietemesina, muy pequeñita y delgada, nacida en medio de una tempestad que no permitia a la gente salir a la calle, “allá por Río Santiago”.

Y que una mañana cuando María cuidaba chivos, “descubrió unos honguitos, a manera de flores duras”.

La niña decidió echarlos a la boca, “para salir de dudas”. Tenia como siete años cuando “ ya sabia lo que eran los hongos”.

Las labores fueron haciendose más pesadas, pero Maria Sabina “ se sentia bien, ya que tenia a su alcance los hongos alucinantes, los que le hacían ver las cosas con más calma”.

Ella comprendia que no por ser pobre se es infeliz, “porque después de tomar los honguitos recordaba muchas cosas que todavía no vivia, y que sin embargo ya sabia como eran”.

Su madre le enseño a recorrer los, ranchos cercanos ( con facilidad iban hacia el Estado de Veracruz, porque, para ir a la ciudad de Oaxaca, tenian que rodear muchísimo, a causa del área montañosa y falta de transporte y vías de comunicación) con la finalidad de vender algo, o comprarlo y volverlo a rematar.

Los hongos, bien manejados, eran capaces de “hacer ver el futuro”. El abuelo de María le dijo una vez: “Me voy, creo que es hora de descansar; quiero esperar la muerte en mi casa, es malo morir en hogar ajeno”. La madre de María Sabina le pregunto como sabia que el final estaba cerca. Los hongos se lo habian “dicho”. El viejo murió tres días después, en su jacal.

Serapio Martines fue el premier esposo de María Sabina. Ella tenia 14 años de edad. El se fue con otra mujer. El matrimonio duro cuatro años. Luego vivió muchos años con Marcial, aquien dejarpon un dia tendido en un puente cerca de la casa. ¿Qué otro fin podia tener un hombre borracho, provocativo y flojo? se preguntaba María Sabina.

En no pocas ocaciones María fue arriera, revendedora de mercancía o cortadora de café; tambien hacie trueques con pollos y frijoles, según su biógrafo preferido, Juan García Carrera.

Cuando rebasó los 50 años de edad, pretendió “curar” a un anciano y falló estrepitosamente. En nada le habian ayudado las “herramientas” de su ex esposo Marcial; plumas de guacamaya, huevos, cacao y yervas diferentes.

Seguia tomando hongos alucinogenos y veia con frecuencia a un caballo blanco, que no se dejaba atrapar. Durante una curación a su hermana Ana, tomó 30 pares de hongos y le “dijeron” que Dios le habia enviado un libro, en el que se intercalaban cantos con instrucciones para curar enfermedades físicas.

María Sabina pregunto en una ocación a su biógrafo, si era malo decir que habia tenido un amante. Fue hermano del viejo Cayetano García, vivia en el Plan de la Salida y tuvo relaciones con el, aunque nadie lo supo por que la visitaba en ocaciones, luego de la muerte del segundo esposo. No sabia por que, pero cayó en la tentación. Del viejo Aurelio García tuvo a un hijo, Lazaro.

Luego empezaron a llegar enfermos de diferentes partes y de todas las edades; los hijos de Marpia Sabina se convirtieron en arrieros y la señora se dedicaba a curar un dia a la semana.

En aquellos días – relatava María Sabina – habia hongos en grandes cantidades. Hasta canastas llenaba ella y sus hijos. Donde los comio por primera vez habia una laguna que, antes de 1980, desapareció. En cualquier parte brotaba agua y hongos. Hoy, decia, “ya no hay”. Se fueron extinguiendo. “Los hongos me enseñaron los nombres de los ríos y de las montañas. No se diga de los enfermos, que logre curar. Pero los visitantes llegaron a preguntar: ¿donde están?. Después que di hongos a Gordon Wasson, noté que su fuerza habia disminuido. Y antes nadie hablaba en voz alta de estas cosas, en la actualidad cualquiera tiene en su casa y ni los gringos suben con nuestra gente. Ya estan totalmente comercializados”.

Se quejaba María Sabina de que sus hijas no podian curar como ella, por que querian hacerlo por dinero.

– Yo curaba con mucha fe, llegue al reino de la muerte y solo me daba risa cuando veia comer a los muertos. No es mi momento, les deicia, solo vengo a visitarlos. Cuando muera, he dicho, quiero que me entierren debajo de mi casa, deseo dormir tranquila, sin ruidos. A nadie le voy a heredar mi sabiduría, nadie es digno de ello; no hay quien se haya sacrificado como yo lo hice. Mis hijas estan manchadas de cuerpo y de espiritu. Tienen arido. Cuando muera, me voy llevar a la tumba mis secretos. Gordon Wasson me prometió ayuda y no me la envoi. Aunque Margarita López Portillo me mintió, o fue su gente, no le guardo rencor. Recuerdo que juntas comimos y cenamos. Se compara con Wasson por que los dos se comprometieron y ninguno cumplió.

“Como ya te dije, después de que Wasson tomo los hongos, las cosas empezaron a ir mal.. Se murieron mis hijos, mi marido; me quemaron mis terrenos, mi tienda, mi casita. Desde 1957 en que grabo mis cantos, no duermo, aunque yo lo quisiera”.

Los del ILV la llevaron a la ciudad de México y “ en una como escuela les cantaba La Flor de Naranjo. Pedian que la repitiera para que se grabara bien”.

“Bob Dylan”, “Los Beatles”, los “Rolling Stones” y otros grandes rocanroleros se presentaron en Oaxaca, junto con decenas de periodistas. El moviemiento estudiantil mundial destaba en 1968. En el centro de la doctrina de “amor y paz” estuvo Huautla con sus hongos, “Derrumbes”, “San Isidro” y “Pajaritos” a los que habia que quemar para restarles potencia.

En alguna época fue necesaria la intervención del Ejercito y policia del estado de Oaxaca, para controlar a quienes llevaban drogas violencia y mariguana. Pero violencia entre turistas deseosos de “hacer un viaje” a lo desconocido.

La sacerdotisa era llamada para la televisión. Jacobo Sabludovsky, Raúl Velazco y otyros conductores la entrevistaron mediante traductores. La ayudo el Instituto Nacional Indigenista, el IMSS y el “presidente” de la Asociación Civil Albert Schweitzer, Salvador Roquet encabezó una denominada “Operación Mazateca” y designo al presidente municipal de huautla, Isauro Nava García, como “asesor especial” en aspectoe teológicos y se le concedería “merecido credito como coautor de todas las actividades que se realizaran”. (?)

María Sabina caso por tercera ocación, ahora con Perfecto Gómez, como de 80 años de edad, pero solo para que ella pudiera entrar en el cielo a la hora de su extinción. A los dos años se fue para siempre de la región el esposo de la curandera.

SE DICE QUE TUVO TRES MATRIMONIOS UN “AMIGO” Y VARIOS HIJOS

Cabe mencionar que un dia de mayo de 1962 María tomó hongos especiales y soñó que Erasto Pineda corria peligro. No habian transcurrido ocho dias cuando le avisaron que cuando tomaba un baño de regadera mataron violentamente a Erasto. Era 3 de junio.

En cuanto a los fraudes que siempre sufrió la señora, destaca el de octubre de 1983, cuando María fue a Monterrey, Nuevo León, a dar una conferencia sobre los hongos alucinogenos.

Al terminar la ceremonia, le fueron entregados 40,000 pesos en efectivo a dos acompañantes de la curandera… quein jamás recibió un solo peso como fruto de aquel trabajo.

Un periodico denominada “Oaxaca Gráfico” pareció a liarse a los restauranteros defraudadores que habian impuesto el nombre de María Sabina a un hotel y la sabia indígena trató de entrevistar depuse con Margarita López Portillo.

El joven Juan García Carrera relata en su libro que el 14 de junio de 1985, ingreso María Sabina al IMSS de Oaxaca, tan luego se enteró el jefe de prensa llamo de inmediato a periodostas de radio y televisión. Por las noches, la curandera lloraba por su situación, tenia dolores cardiacos. No podia respirar, se sentia sin fuerza. Estaba anemica. Los medicos le salvaron la vida.

El 22 de julio cumplio 96 años de existencia. En noviembre fue hospitalizada otra vez. El sacerdote Eugenio Cuevas, de la Iglesia de las Nieves, la bendijo. La confeso luego y María Sabina le dijo: “Llévame contigo, por favor, vamos a tu iglesia, ya no quiero estar aquí”. A las 3:45 horas del 22 de noviembre de 1985, varios gallos cantaron inesperadamente. Sesenta minutos antes habia muerto María Sabina en el hospital; “cuando muera un gallo cantarᔠhabia dicho

El biógrafo principal concluyo que las autoridades cooperaron económicamente y entregaron un féretro. El canal 6 de Televisión empezo a filmar dizque para la historia de Huautla. La muerte de Marpia Sabina era noticia internacional.

El sabado 23 de noviembre de 1985, muchos esperaban, con flores en la mano, el cuerpo de María. Después de rezar por el eterno descanso de la sacerdotisa, se descabezo a un gallo para que éste anunciara el viaje que emprenderia la “chamana” a la otra vida. Ruta que, según dijo muchas veces, ya conocia, por que los hongos se lo habian mostrado.

Siete semillas de calabaza; siente especies de botoncitos de madera de carbon; un vaso, una taza, un plato; agua y comida, para que la sed y el hambre no la hagobiaran en el camino fueron los unicos objetos que se colocaron aun lado, en el féretro. Nada más. Luego se tomo café de olla y se repartio aguardiente como es constumbre entre los mazatecos.

Las autoridades negaron la última voluntad de Maria Sabina; ser sepultada debajo de su casa. Fue inhumada en el Panteón Municipal. Previamente, los vecinos cargaron el ataud e hicieron siete paradas, la mayoria en las casas de las personas que explotaron en vida a la curandera.

Dicen los mazatecos que el alma que viaja a la otra vida, descansa hasta los cuarenta días. El novenarpia se realizo un sabado. Tambén se tomó atole agrio, cuyo maiz se prepara con tres días de anticipación. Sus conduimentos son el picante y los frijoles. Esta bebida, que es costumbre, se vuelve a tomar a los 20 y 40 dias. En esas fechas los paisanos llevan flores, veladoras y una limosna. De ahí se saca para cubrir los gastos. Además, se toma café caliente y pan; se juega tercillos, pares y otra cosa. Se toma aguardiente y se fuma cigarro.

María Sabina cumplió los 40 días de luto oficial el 31 de diciembre. Se fue junto con el año. Nació un 22 de julio y murió un 22 de noviembre. Fue sepultada el domingo 24 de ese mes. El mismo dia que Dios descansó. “Por mi parte, yo Juan Garcia Carrera, creo que en Huautla nada cambiará conla muerte de María Sabina. Ella, que tanto sufrió, quizás decida, desde su nueva morada, hacerse justicia y cobrarse el desprecio de los ingratos. La sacerdotista voló, emprendió el viaje sin retorno. Descanse en paz, María Sabina, la sabia de los hongos”.

Los guaranies y las plantas

De: Alias de MSNThe_dark_crow1_v301  (Mensaje original) Enviado: 28/06/2005 2:09

LOS GUARANÍES Y LAS PLANTAS

Las usaban para adormecer a los peces y pescarlos.
Sus conocimientos son tan extensos que la botánica está repleta de
sus términos.

por: Roque Vallejos (x)

Los guaraníes conocieron plantas de efectos narcóticos,
alucinógenos, euforizantes y entorpecientes.Ello se desprende de los
textos de bótanica guaraní, de estudios sobre la cultura de dicha
etnia así como de los ñe´ëngueriru o diccionario del idioma guaraní.

El profesor doctor Dionisio González Torres en su obra Cultura
Guaraní (1) dedica al tema un importante e ilustrativo capítulo. El
mismo se titula “Plantas psicotrópicas y entorpecientes usadas por
los Guaraní” y en él detalla una increíble variedad de plantas que
él denomina psicotrópicas, conservando la acepción que actualmente
tienen en medicina y farmacología, esto es, sustancias que “actúan
sobre la función, la conducta o la experiencia psíquica”. La rica y
vasta flora americana recoge en su seno todo tipo de substancias
psicoactivas.

La sola cultura guaraní conocía y conoce una cantidad tan
considerable de ellas sin que haya usado jamás dicho saber peligroso
en forma nociva para el normal desarrollo de su vida social,
familiar e incluso individual. Cercados por el hechizo de verdaderos
paraísos artificiales nunca han relajado la austeridad de sus
costumbres ni han depravado su moral con el uso indebido de tales
plantas, que para ellos se circunscriben al campo terapéutico-
medicinal o religioso-ritual. Ello prueba, a su vez, que es la
desintegración de los valores éticos de la sociedad, su cambio de
principios y la estrategia de su filosofía materialista los que
realmente permiten mutaciones aberrantes en la conducta de los
pueblos y de los hombres.

Las parcialidades aborígenes, los pueblos indios de nuestro país,
han sufrido cinco siglos de despojos, humillaciones, crueldades,
proscripciones, etc., sin que tantas degradaciones los hayan
llevado a la evasión artificial de sus penurias y pretericiones sin
fin.

Citaremos aquellas plantas más conocidas y de más extendido uso.
Parika o angico, angico verdadero más conocido por kurupa´y. Dice el
diccionario de A. Guasch y Diego Ortiz de dicha voz: kurupa:
anestésico, narcótico (para peces y personas)= kurupa´ymi. Kurupa´y
(yvyraju, jarupi, ka´ahovy): cebil, árbol de madera excelente y para
curtiembre (2). Antonio Ortiz Mayans al estudiar la palabra curupa-ï
dice: curupa-ï-curú, curupa-ï-mi, curupa-ï-morotï, curupa-ï-pitä,
curupa-irä (sic) (3). Anselmo Jover Peralta y T. Ozuna refieren
las propiedades psicotrópicas al curupá , s.arc. Un narcótico
preparado con zumo de cierta planta y que usaban los indios para
entrar en trance o para adormecer peces (4).

González Torres cita Piptadena peregrina o kurupa´y kuru o morosyvó-
pytä. Y luego agrega: Bertoni cita las propiedades narcóticas de
estas plantas y que nuestros indios usan la P.(piptadena) macrocarpa
y la P. Peregrina por estas propiedades (5).

Hay una transcripción textual de Bertoni que reza: “Lo que en
general es ignorado es la propiedad narcótica de estas especies que
los indios aprovechan para hacer sus kurupa, en todos los países
donde hay Piptademia. Esta propiedad puede ser aprovechada para
otra cosa que obtener visiones, pues es del orden de las del opio,
con cierta diferencia característica, que hace esperar una
utilización especial. Anque no sea de aplicación especial a la
medicina, el kurupa es otro recurso que el médico guaraní sabe
emplear en ciertos casos. El kurupa´y es un narcótico y no un
hechizo, como Montoya pretende.El uso del kurupa se liga a la
práctica del hipnotismo..” (6).

El syñandý o ceibo. González Torres: “Mulugú en el Brasil; chopo en
Argentina. Brithrina cristagalli L.; E. falcata; E. Mungulú; F.
Dominguessii Hassl (sic). Lagumonisas papilonáceas.El ceibo contiene
el alcaloide erithrina, de propiedades sedantes y narcóticas (7). A.
Ortiz Mayans dice: “Suiñandí: Bot. Ceibo o seibo. Se emplea en la
medicina indígena. Su cáscara es un gran calmante nervioso. Su flor
es símbolo nacional de la Argentina./ Folk…”(8) Hay otras plantas,
cardos, lianas, tallos de menor importancia al parecer si se tiene
en cuenta que los lexicógrafos no las registran: katái, ysió,
kaapeva, algunas producen alucinaciones auditivas y visuales, otras
sonambulismo, pérdida de la noción del tiempo y del espacio, etc.

Entorpecientes usados en la pesca
Los guaraníes usaban, entre sus modos de pesca, plantas
entorpecientes conocidas con el nombre de tinguí: tinguy, quedando
verbalizado el vocablo para indicar la acción: tinguisar. Al
referirse a ellas dice González Torres: “Son generalmente plantas
tóxicas que contienen rotenona; machacaban las cortezas, ramas,
hojas o frutos, y echaban en el agua retenida por el barraje. Al
cabo de cierto tiempo los peces, entorpecidos, eran recogidos con
las manos o con cedazos (9). Al mencionar la voz ysypo consignan
Guasch y Ortiz: “Bejuco, enredadera (liana), planta sarmentosa, que
sirve de cuerda. Hay varias especies medicinales de interés para el
botánico (10).

Ortiz Mayans en el termino isipó da una gran variedad botánica,
entre las cuales está el isipó-morotï, del que afirma que “es un
bejuco de color azulado; los indios misioneros le atribuían un poder
sobrenatural: de ahí su otro nombre: isipó-payé; y también el isipó-
timbó, que es venenoso y tiene propiedades tintóreas, es el añil
bravo” (11). Son inumerables las plantas que se podrían citar por
los efectos entorpecientes aludidos, mas nos conformaremos con
algunas: guajaná timbó o guatimbó, karaja bola kupikay, andá, kuri´y-
vaí, etc.

El conocimiento que los guraníes tenían de la botánica era tan
extenso y profundo que es una de las lenguas que más aportado
términos a la nomenclatura botánica. Afirma el profesor doctor Juan
J. Soler: ” La clasificación binaria (género y especie), que tanta
fama dio a Linneo, ya lo conocían los guaraníes” (12)

Notas:

(1) Cultura Guaraní , Dionisio González Torres. As.,1991.
(2) Diccionario Castellano-Guaraní y Guaraní-Castellano : A.
Guasch y D. Ortiz, p.614, Edic. C.E.P.A.G. As., 1986.
(3) Gran Diccionario Castellano-Guaraní/Guaraní-Castellano: A.
Ortiz Mayans, p. 431. Ediciones Unidas del Paraguay. As., 1990.
(4) Diccionario Guaraní-Español y Español-Guaraní: A. Jover
Peralta- T. Ozuna, p. 48. Editorial Tupá. Bs.As., 1952.
(5) Dionisio González Torres: opus cit.p. 225.
(6) Moisés Bertoni citado por González Torres en opus cit.,
225/226.
(7) Dionisio González Torres: opus cit., p.226.
(8) A. Ortiz Mayans: opus cit., p. 518.
(9) Dionisio González Torres: opus ct., p. 227.
(10) Guasch y Ortiz: opus cit., p. 792.
(11) A. Ortiz Mayans: opus cit., p. 442.
(12) Introducción al Derecho Paraguayo : Juan José Soler, p. 186.
Edit. La Colmena. As., 1959.

(x) Miembro de la Sociedad Científica del Paraguay. Presidente de la
Academia de Lengua (Paraguay.1999).
(xx) Del diario ÚLTIMA HORA, 5 de Agosto de 1995 (Asunción,
Paraguay).
(xxx) Más información sobre el idioma guaraní , haga click sobre lo
subrayado.

A la caza del peyote

A la caza del peyote

Los huicholes identifican al peyote con el venado y emprenden una auténtica cacería anual para obtener hikuri. Estas peregrinaciones culminan en Wirikuta, una región cercana a Real de Catorce en San Luis Potosí. En la geografía huichola Wirikuta es el centro del mundo, el lugar de los dioses antepasados, el sitio donde se origina la vida sagrada de la tribu. Hasta no hace mucho sus antepasados caminaban unos 300 kilómetros para llegar allí. Aunque actualmente buena parte del trayecto la hacen en vehículos, el viaje sigue siendo largo y pesado. En 1960 un grupo de antropólogos recibió autorización de los huicholes para acompañarlos en algunos de sus viajes. Gracias a ello sabemos que un experimentado mara’akame o chamán, que está en contacto con Tatewari (Nuestro Abuelo Fuego) es quien guía el viaje. Tatewari, conocido también como Hikuri, el dios peyote, es la deidad huichola de mayor antigüedad. Tatewari condujo la primera peregrinación del peyote a Wirikuta y los participantes siguen sus pasos a fin de “encontrar su vida”.

La preparación para emprender la cacería incluye la confesión y la purificación rituales. Al llegar ante las sagradas montañas de Wirikuta, los peregrinos reciben un baño ritual y realizan plegarias en favor de la fertilidad y la lluvia; posteriormente el chamán inicia una serie de prácticas ceremoniales, relata historias sobre la antigua tradición del peyote, invoca protección para lo que ha de venir y conduce a los participantes hasta los “umbrales cósmicos” donde sólo él puede ver las huellas del venado. Cuando localiza el peyote, lanza una flecha que va a dar al cacto. Entonces se lleva a cabo una ofrenda y todos buscan más peyote y llenan varias canastas para compartirlo con los que se quedaron en casa y para vendérselo a coras y tarahumaras que, aunque usan el peyote, no suelen ir en su búsqueda. Por la noche tiene lugar el rito a través del cual los cazadores del peyote entran en contacto con las Primeras Gentes. Se colocan cuatro flechas apuntando hacia los cuatro puntos cardinales y justo a la media noche se enciende una fogata. El chamán bendice tabaco tocándolo con plumas antes de distribuirlo entre los participantes. Después de fumar tabaco, cada uno ingieren entre 8 y 13 gajos de hikuri. Todos encienden velas y murmuran plegarias mientras el chamán se comunica con los elementos y maneja kupuri (fuerza de energía vital). Se inicia entonces “el peligroso tránsito hacia el otro mundo”. Este paso consta de dos etapas: “la primera es el puente hacia las nubes estruendosas y la segunda, la separación de las nubes. Esto no representa un lugar en la Tierra sino que pertenece a la “geografía de la mente”; para los participantes, pasar de una etapa a otra es un evento lleno de emoción… la cacería del peyote es un regreso a Wirikuta, al paraíso, al arquetípico principio y final de un pasado mitológico.” (2)

Un chamán huichol busca entrar en contacto con la divinidad a fin de obtener visiones del pasado que le permitan adquirir conocimiento para orientar su vida y ayudar a los demás. Su meta última es un clarísimo ejemplo de sabiduría: dejar de contactar a la divinidad a través del peyote, toda vez que aprenda a quedarse con él en su interior.

A sus más de ochenta años un renombrado chamán huichol, Don José Matsúwa, le confió a su aprendiz Prem Das: “El camino del mara’akame [chamán] nunca termina. Yo soy un viejo y sin embargo sigo siendo un nunutsi [bebé] frente al misterio del mundo.” Ramón Medina Silva, otro chamán huichol entrevistado por la antropóloga Barbara Myerhoff, dice: “Todos nuestros símbolos, el venado, el peyote, el maíz de cinco colores, todos los que has visto ahí en Wirikuta, cuando vamos a cazar el peyote, son bellos. Y son bellos porque son verdaderos.” (2)

Viaje a la Sierra Tarahumara

Entre los tarahumaras, la danza del peyote puede realizarse en cualquier época del año, por motivos de salud o prosperidad de la tribu. En ocasiones se incorpora a otras fiestas ya establecidas. La parte principal de la ceremonia consiste en una serie de bailes y rezos precedidos y seguidos por un día de ayuno. Se realiza en un área despejada donde se colocan leños de roble y pino orientados en dirección este-oeste para posteriormente encender una fogata. El guía es secundado por varias mujeres encargadas de moler el cacto fresco en metates. El guía se ubica al oeste del fuego, frente a él hay un pequeño hoyo en el que se coloca el peyote cubierto con una jícara que sirve como caja de resonancia de un raspador. El peyote está bajo la caja de resonancia “porque le gusta el sonido”. Las canciones que se entonan durante la ingestión alaban al peyote por la protección que brinda a la tribu.

Los rituales curativos son bastante distintos. El chamán tarahumara cura al amanecer. Después de haber ingerido peyote y bailado buena parte de la noche, termina la danza con tres golpes seco. Todos los asistentes que han estado haciendo lo mismo, se detienen. El chamán se yergue acompañado por un joven asistente y camina en círculo bendiciendo con agua la frente de todos los participantes. Entonces toca tres veces al enfermo con su bastón mientras golpea el suelo también tres veces. El polvo que se levanta es considerado un poderoso dador de vida y se recupera para uso medicinal. El rito culmina cuando el chamán envía al espíritu del peyote de vuelta a su lugar, para ello abre sus brazos al incipiente sol y golpea tres veces el suelo con sus pies: “Una vez que el espíritu del peyote ha concedido sus bendiciones, se convierte en una bola y vuela de regreso a su refugio.” (1)

Tras algún tiempo en contacto con su cultura y sus tradiciones, el poeta francés Antonin Artaud consiguió ser invitado sus ceremonias. Tiempo después consignaría sus experiencias en Viaje al país de los tarahumaras. Allí relata que antes de probar el peyote en medio de un ritual de sanación bastante elaborado, escuchó en boca de uno de sus anfitriones esta sencilla y magnífica recomendación: “El que verdaderamente ha bebido ciguri, HOMBRE y no FANTASMA indeterminado, sabe cómo están hechas las cosas y no puede ya perder la razón porque es Dios el que está en sus nervios y desde allí lo conduce. Pero beber ciguri es justamente no exceder la dosis porque ciguri es lo infinito, y el misterio de la acción terapéutica de los remedios está ligado a la proporción que nuestro organismo absorbe.” (1)

Fuentes de consulta:

1. Artaud, Antonin: México y Viaje al país de los tarahumaras, FCE, México, 1995.

2. Schultes, Richard E. y Hofmann, Albert: Plantas de los dioses. Orígenes del uso de los alucinógenos, FCE, México, 1993.

El cactus sagrado

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 21/02/2005 1:03

CACTUS SAGRADO.

Salió del mar, del mar pasó y detras del mar vinieron todos los dioses, pasaron como las flores, en figuras de flores vinieron detras del mar y llegaron a la placenta, de la que habían nacido. De la placenta nació la nube, y de la nube, el Ririkí, y del Ririkí nació el venado, que se convirtió en maíz, que se convirtió en nube y llovió sobre la milpa.
¿ Que ocurre en el Coamil, que ocurre en el seno de nuestra madre Tateí uranca?- se dijeron los dioses, ¡ es necesario saber lo que allí ocurre! Escondidos en el monte asistieron al divino parto, y vieron nacer la planta llamada Wiwatzirra, la cuna del venado, que será tambien su mortaja.

CANCION DEL PEYOTE.

maestroa amazonicos plantas de poder

Un hombre de ciencia del grupo étnico más numeroso de la selva amazónica peruana nos cuenta qué mensajes transmiten las plantas de poder para la sanación de la persona y del planeta. En esta entrevista, Mariano Wolfson dialoga con el chamán shiripiari Juan Gilberto Flores Salazar.

Alguna vez sucederá que las relaciones entre Occidente y el mundo indígena serán distintas. Ya no se tratará de acercarse a los aborígenes para satisfacer nuestra buena conciencia burguesa y cierto afán romántico que nuestra manera cotidiana de vivir se empeña en desmentir. Si los vientos colaboran, algún día seremos capaces de reconocer que tenemos mucho que aprender de su modo de participar de la vida. Paradojas de la historia, ha sido la periodista española Margarita Farrán, quien supo definirlo: ‘aunque sea difícil de explicar en términos lógicos, cuanto más conocemos de los pueblos indígenas, más fuerte se hace la sensación de que ellos tienen algo que nosotros hemos perdido’.
Mientras tanto, y como si hiciera falta algún otro testimonio de sus buenas relaciones, con el universo, estos hombres y mujeres ‘primitivos’ todavía tienen la amabilidad de visitarnos para transmitir su sabiduría, haciéndonos ver que no fue suficiente toda la muerte y destrucción que supimos sembrar entre ellos como para que el odio anidara en sus corazones. Uno de ellos, Juan Gilberto Flores Salazar, ‘hombre de la ciencia’ del grupo étnico asháninka, el más numeroso de la selva amazónica, estuvo en Buenos Aires durante el mes de junio invitado por la Fundación Desde América para dirigir una serie de talleres vivenciales sobre las plantas medicinales de su tierra.

Juan Gilberto tiene una experiencia de treinta y seis años en la práctica de la medicina tradicional, y en la actualidad dirige la Fundación de la Escuela de Plantas Medicinales Mayanyu Yacu, ubicada en el departamento de Huanuco, provincia de Puerto del Inca, distrito de Honoria de la Quebrada de Aguas Termales, Amazonia, Perú. Allí se realizan curaciones y se imparten enseñanzas acerca de las plantas y de la protección de la ecología. La comunidad donde vive este maestro esta formada por apenas treinta familias instaladas junto al Río Pachitea, en el distrito de Nuevo Honoria, en plena selva alta. De la jungla tropical a la jungla de cemento: sus respuestas breves y simples fueron calmando poco a poco mi desordenado torrente inquisidor, la mañana del viernes que nos encontramos.

Usted empezó a trabajar con plantas medicinales desde muy niño. ¿Es algo que eligió o siente que fue elegido para esta tarea?

Yo mismo la elegí; porque mi papá fue un shiripiari [hombre de la ciencia]. Veía lo que él hacía, la preparación de la ayahuasca, sus formas de tomar, entonces me nació la idea de ser yo también un shiripiari. Pero como mi papá murió, no tuve la oportunidad de tomar con él. Entonces decidí hacerlo con un maestro que se llama Eusébio Dávila: fui a verlo, conversamos y me aceptó la propuesta. Aunque yo tenía poca edad – apenas once años – me dijo: ‘ven, vamos a tomar’. Me puso a su lado y me dio la primera toma de ayahuasca. Esos fueron mis principios, en el año 1961. Seguí tomando con mi maestro durante tres años, y luego me independicé, empecé a practicar, a buscar otros amigos que quisieran tomar, siempre con la capacidad de dirigirlos. A partir de los quince años comencé a curar chiquitos, bebés con ‘sustos’, criaturas que tenían como un macharí, un mal aire que venía y no los dejaba tranquilos. Y más o menos a los dieciocho empecé a trabajar con personas adultas y con enfermedades mas graves. En esa época, yo era solamente un practicante de la medicina tradicional; con el tiempo los mismos pacientes me dieron el nombre de shiripiari: para llegar a tener este nombre se debe atravesar un largo proceso, porque primero tienen que ver el trabajo que realiza uno con las personas que vienen a consultar.

¿Cuándo dice medicina tradicional, a que se refiere?
Me refiero al trabajo que hacemos con varias clases de plantas de la selva

¿Las plantas se aplican a la enfermedad o a una persona en particular?
Bueno, hay plantas que se pueden utilizar con varias personas, y hay otras que se pueden aplicar a una persona en especial, según como esté su enfermedad. Por ejemplo: si la persona se siente algo mal, con dolores – nosotros lo llamamos reumatismo o artritis -, entonces se le convida sanango o bobinsana para contrarrestar las dolencias que tiene en los huesos; estas plantas apuntan directamente a donde están estas enfermedades que nosotros también denominamos ‘resfríos’, porque son fríos dentro de los huesos. Y si la persona tiene úlceras en el estómago o está cancerada, usamos la resina de copaiba, que se extrae del corazón del árbol [dentro tiene una vena muy grande que llega hasta la copa] y es muy purificada.

¿Cómo adquirió el conocimiento sobre las plantas? ¿Lo experimentó usted, le fue dado por su maestro, o es algo que conoce toda la comunidad?
Primero voy experimentando en mi propio cuerpo. Hago una dieta de por lo menos ocho días, pruebo la planta, que hace dentro de mí y cuales son sus efectos. Una vez transcurrida esta experiencia ya hay una base dentro de mí mismo como para hacer el tratamiento con la persona que está enferma. Entonces no tengo ningún riesgo de que el paciente se pueda sentir afectado por el remedio que le convido.

O sea que tiene que comprender que es lo que la planta tiene para dar, y lo prueba dentro de sí mismo… ¿Nunca tuvo algún inconveniente?
Hasta el momento no. Porque conozco el equilibrio, las dosis, como debo tomar, como se debe hacer.

Cuando usted habla de ‘dieta’ se refiere a un tiempo que se aísla, se queda a solas, y tiene la posibilidad de sentir que es lo que le pasa…
Sí, al hacer el remedio con la planta tengo que entrar a un lugar de silencio, estar solo durante ocho días y contar con una persona que me atienda. Si el que va a entrar a la ‘tienda’ es un paciente, debo atenderlo y cuidarlo o nombrar a otra persona que lo haga.

————————————————————————

Confluencia de saberes

Cuándo la persona viene a consultar ¿usted la interroga, quiere saber que sucede en su vida, o simplemente le pregunta que es lo que le duele y ya puede sugerirle un remedio?
Primero hacemos unas preguntas; según la enfermedad le pregunto si ha consultado algún doctor de farmacia o si ha pasado por alguna pantalla o examen. Si lo ha hecho estoy más seguro de donde esta la enfermedad. Esas son mis primeras preguntas. Luego el paciente entra al tratamiento.

O sea que usted valora la medicina occidental, le parece que tiene aspectos positivos…
Sí, lo que se está tratando en estos últimos años es de hacer la unión con la medicina farmacéutica, de los doctores, para que la enfermedad de la persona no tenga por donde escapar. La medicina de farmacia por un lado, y la tradicional por el otro. Para que la curación vaya por los dos lados.

¿Por qué les interesa unir estos saberes?
Porque hay enfermedades en las que nosotros los shiripiaris, no estamos tan precisos. Hay enfermedades para sacar, donde las operaciones pueden actuar más rápido. Para ayudar a ese corte nosotros también aplicamos el remedio, pero solo después de la operación. Esta es la forma en la que se esta trabajando.

Es decir, que ustedes aceptan que hay casos en los cuales conviene aplicar la ‘medicina de farmacia’, y otros en los que es más recomendable utilizar los remedios de la medicina tradicional…
Sí, es indispensable utilizar los dos campos. Yo mismo tengo varios hijos, a veces se enferman, y si veo o siento que no es para mi campo, los llevo al doctor. Y luego quedo a la expectativa. Entre los niños es muy duro aplicar la medicina tradicional, el tratamiento deben hacerlo los doctores con más delicadeza.

¿Por que le parece que se enferma una persona?
Bueno, en el caso de los niños, a veces por descuido de los padres. Y la persona adulta se enferma por el descuido de sí misma, porque no se protege. Y es que la enfermedad no viene siempre viene de una fuerza espiritual; a veces comienza con algo insignificante: en algunos miembros de las comunidades, por ejemplo, es común ver como a raíz de una ‘picada’ que no se ha curado adecuadamente se forma una ulcera… y cuando nos sentimos sanos, creemos que estamos seguros, pero en realidad no tenemos la certeza de estar tan protegidos; necesitamos que algo nos refuerce para que la enfermedad no ingrese al cuerpo. Para eso se hace la protección: la ayahuasca tiene la misión de proteger, aunque para esto también hay otras plantas.

———————————————————————-

Saber entregarse
¿Por qué llaman maestras a las plantas?
Las plantas son maestras, en primer término, porque nosotros los shiripiaris, estudiantes de las plantas, nos entregamos a ellas. La planta tiene un espíritu, una fuerza que viene y nos enseña: nos habla mediante los sueños, nos dice y nos muestra que remedio es bueno para una enfermedad. Por eso las llamamos maestras: ellas nos dirigen y nosotros acatamos lo que nos dicen. Los shiripiaris nos entregamos a la planta con la cual vamos a hacer la dieta, para que ella trabaje con nosotros y nosotros con ella

Es decir que entran en relación, se relacionan con la planta…
Sí, a eso llamamos entregarse a la planta

¿Usted se entrega para recibir una enseñanza?
Exactamente, para eso se hacen las dietas.

¿Y la planta enseña un camino para usted o para la persona que viene a consultar?
Si la tomo yo, va a venir a enseñarme como y que debo hacer con las personas que van a venir mas adelante. Y cuando la toma el paciente le hace la curación

¿Todas las plantas son maestras?
Todas son maestras porque todas tienen sus espíritus. No hay ninguna que no lo tenga, por más pequeña que sea.

Sin embargo la ayahuasca parece ser la madre de todas las plantas medicinales…
En general nosotros tenemos como director al tabaco, es el eje principal para dirigir a todas las plantas en la medicina tradicional. Y se dirige por medio de la ‘soplada’ [una técnica que consiste en echar el humo del tabaco sobre diferentes partes del cuerpo, especialmente la cabeza, para liberar a la persona de energías negativas]: toda planta preparada tiene que tener una ‘soplada’ o un icaro [una canción a la planta] para darle mas fuerza y para convidar al paciente. El tabaco funciona con la ayahuasca: las dos realizan las primeras funciones para empezar la curación de un paciente, son la base para seguir el camino de las plantas.

¿Qué destino le daba su maestro a la ayahuasca?
Mi maestro tomaba para hacer sus curaciones. Algunos de sus pacientes estaban ‘asustados’, otros con heridas, úlceras, dolores en el estómago… siempre me quedaba mirando lo que él hacía, sus trabajos, pensando que yo también algún día sería un shiripiari más en la vida. La costumbre es que la gente viene a consultar con el maestro para ver que enfermedad tiene y como puede hacer con el tratamiento.

¿Lo consideran un maestro al chamán?
Sí, pero el nombre original es shiripiari. Chamán es una denominación que viene de EEUU

¿Puede una persona tomar ayahuasca por su cuenta o es conveniente que lo haga siempre con un guía?
Para dar los primeros pasos tiene que hacerse con un guía. La persona no puede tomar sola porque hay fuerzas opuestas que pueden desvincularla y luego no sabe como conducirse. Toda persona tiene que tomar con un maestro, con un shiripiari que la pueda dirigir.

¿Cuál es el riesgo si la persona toma por su cuenta?
En principio, no sabe cuál es la dosis para tomar y además no conoce las energías que tienen las plantas, que fuerza se va a presentar. A veces ni yo conozco que fuerzas espirituales pueden venir el día en que voy a hacer el trabajo con la ayahuasca. Por eso es recomendable que la persona que va a tomar por primera vez lo haga con alguien que tenga conocimientos. Después de haber tenido muchas experiencias, si es fuerte, si está capacitado para tomar, puede hacerlo sola.

¿Y para el paciente es simplemente un medio mas para curarse o además es un camino de crecimiento?
La ayahuasca tiene la propiedad de dar primero fuerza al cuerpo, manteniendo la vida física y después ayudar al florecimiento, a la ampliación…

Mucha gente de las ciudades se acerca a las plantas para expandir su conciencia, para poder percibir cosas que habitualmente no puede ¿Qué le parece esta actitud?
Yo opino que – aunque hay de todo – en general a las personas de occidente hay una cosa que les falta dentro del cuerpo, una fuerza que se busca… Y lo que les falta está en el sistema espiritual que trae la planta. Al día siguiente de haber tomado su ayahuasca, las personas amanecen tranquilas. Entonces me parece que les falta comunicar con la tierra. Porque la ayahuasca esta preparada solamente con la planta y el agua – en realidad se utilizan dos plantas para prepararla, la ayahuasca propiamente dicha, que es una soga, una liana, y la chacruna, un árbol muy bonito que siempre mantiene las hojas verdes; ambas plantas se unen se cocinan y de allí sale el extracto de ayahuasca – y al tomarla la persona está comunicándose con la tierra y la planta. Y llega a tener una tranquilidad, a recibir una fuerza maestra.

¿En la comunidad toman todos?
Bueno, en la selva toda persona quiere tener su limpieza. A veces los que comen demasiado toman el remedio y este les dice que no conviene que haya tantas cosas ahí guardadas durante mucho tiempo, y entonces lo sacan todo… A los siete días la persona queda normal, tranquila, y siente que ha recuperado algo en su vida. Eso es lo que se busca.

¿La ceremonia habitualmente se hace en grupo?
Sí, en grupos de diez o quince. Yo los cuido día a día, veo como va el proceso, como se están sintiendo; hago una revisión general de los pacientes. Las personas toman distintas plantas de acuerdo con sus deseos o enfermedad.

¿Cómo se sintió al venir a una gran ciudad como Buenos Aires?
Tengo que agradecer a la República Argentina y también a la Fundación Desde América. Me siento muy tranquilo: con todas las personas que se han acercado a conversar me he sentido bien; la mayor parte de las personas se han sentido muy a gusto con la planta y me hicieron muchas consultas personales.

Estuvo haciendo talleres con la gente, mostrándole como trabaja con las plantas…
Sí, traje muestras de la ayahuasca, porque había que mostrar a la gente como es su tronco y la edad que tiene. El ejemplar que traje tiene cincuenta años; hay plantas que tienen cien años pero son muy raras, las que usamos habitualmente cuentan entre veinticinco y treinta, porque tienen más fuerza y son mas curativas que las tiernas. Decidí preparar un remedio bueno para traer a la Argentina, para que les caiga bien a las personas.

¿A ustedes les interesa que se empiece a conocer cómo trabajan?
Desde muy tierno tuve el deseo de llegar a ser un shiripiari y tener mis conocimientos. Y sé que estos conocimientos van a servir en el futuro, mas adelante; por ello mi deseo es que se difunda esta ciencia, que es muy desconocida entre las personas que están mas elevadas que los indígenas. Para eso he seguido un estudio, un proceso de trabajo: como shiripiari estoy trabajando con los EEUU, Rusia, estoy conectado con Francia y Asia. Esta tradición esta regándose por todo el universo. Hoy, las plantas medicinales y la clase indígena están dando un paso en todo el mundo, abriendo nuevos horizontes que van a servir para el futuro, para las demás personas, para los niños que vienen.

Remedios de la selva
Ayahuasca
[Banistereopsis Caapi] Planta maestra y purgativa. Utilizada para la curación de enfermedades emocionales y del espíritu. Es la madre de las plantas en la selva amazónica
Bobinsana
[Calliandra angustifolia] Crece a orillas de los ríos y arroyos de la selva. Sirve para depurar el organismo en general, y se utiliza como protector del cuerpo energético
Catahua
[Hura crepitans] Se la investiga actualmente para aplicar en pacientes HIV
Copaiba
[Copaitera reticulata] Su resina es poderosa para cicatrizar úlceras, heridas internas y externas. Estimula el sistema inmunológico y ayuda a detener los procesos oncológicos
Piri – piri Se utiliza la raíz. Es una planta que ayuda a abrir el campo de percepción y conocimiento. También utilizada como protectora
Sanango Empleada para enfermedades reumáticas, artritis, artrosis. Refuerza el nivel inmunológico del organismo
Shishinto
[Mascaria phsilóphila] Utilizada para curar lepra y enfermedades de transmisión sexual. Tiene la particularidad de producir hipertermias
Tabaco

[Nicotina tabacum] Es el ‘director’ de las plantas maestras. Sirve para enderezar el cuerpo energético cuando este es interferido. También se lo emplea para problemas emocionales y mentales.
Aplicado sobre las mordeduras de serpientes, neutraliza el veneno
Toé Planta maestra que enseña a trabajar en curación. Sus hojas son utilizadas para soñar y guiar los sueños. También es protectora
Wairurú Utilizada como protección

Fuente: Fundación Desde América

1 2