Jiddu Krishnamurti

Jiddu Krishnamurti (Telugu:?????? ???????????) o J. Krishnamurti (11 de mayo, 1895–17 de febrero, 1986), fue un conocido escritor y orador en materia filosófica y espiritual. Sus principales temas incluían: el propósito de la meditación, relaciones humanas, la naturaleza de la mente, y como llevar a cabo un cambio positivo en la sociedad global.

Krishnamurti nació en la ciudad de Madanapalle, Andhra Pradesh, en la India colonial, y fue descubierto en 1909, cuando aún era un adolescente, por C.W. Leadbeater en las playas privadas del centro de la Sociedad Teosófica de Adyar en Madrás, India. Posteriormente fue adoptado y criado bajo la tutela de Annie Besant y C.W. Leadbeater dentro de la Sociedad Teosófica Mundial, quienes vieron en él a un posible Líder Espiritual. Subsecuentemente se rehusó a ser el mesías de un nuevo credo, hasta que en 1929 disolvió la orden creada para ese fin.[1] Alegaba no tener nacionalidad, ni pertenecer a ninguna religión, clase social, o pensamiento filosófico. Pasó el resto de su vida como conferencista y profesor viajando por el mundo y enseñando sobre la mente humana, tanto a grandes como a pequeños grupos. Fue autor de varios libros, entre ellos “Primera y Última Libertad”, “La Única Revolución” y “Las Notas de Krishnamurti”. A la edad de 90 años dio una conferencia en la ONU acerca de la paz y la consciencia, y recibió la Medalla de la Paz de la ONU en 1984. Su última conferencia fue dada en Madras, India, un mes antes de su muerte en 1986, en Ojai, California.

Sus partidarios, trabajando en caridad y amor, fundaron varias escuelas independientes en la India, Inglaterra y Estados Unidos; y tradujeron en varios idiomas muchos de sus discursos, publicándolos como libros filosóficos.

La biógrafa Mary Lutyens escribió un libro acerca de la juventud de Krishnamurti cuando vivía en la India, Inglaterra, y finalmente en Ojai, California titulada Krishnamurti: The Years of Awakening. Ella hacía parte de la Orden de la estrella organización fundada para Krishnamurti cuando este aún era muy joven, por ello lo conoció desde su adolescencia hasta su muerte. Este libro posee muchos detalles acerca de su vida durante ese periodo, algunos de ellos rara vez fueron tratados por él. Lutyens escribió tres volúmenes adicionales de la biografía: The Years of Fulfillment (1983), The Open Door (1988), y Krishnamurti and the Rajagopals (1996). Adicionalmente, ella publica y abrevia los tres primeros volúmenes en el libro The Life and Death of Krishnamurti (1991). Otras biografías de Krishnamurti son: Krishnamurti, A Biography (1986), por Pupul Jayakar y Star In the East: Krishnamurti, The Invention of a Messiah (2002), por Roland Vernon.

Nacimiento 
Jiddu Krishnamurti vino de una familia telugú de línea Brahmanica. Su padre, Jiddu Narianiah, graduado en la Universidad de Madrás y trabajador de la administración en el departamento de rédito Bretaña, consiguiendo al final de su carrera el puesto de colector de renta y magistrado del distrito. Sus padres eran primos segundos, llegaron a tener un total de 11 hijos, aunque solo seis sobrevivieron a la infancia. Eran totalmente vegetarianos, evitando inclusive alimentos como los huevos.

Nació en un pequeño pueblo situado a 250 kilómetros al norte de Madrás, India. Nació el 12 de mayo, a las 12.30 A.M. hora local. “Como octavo hijo, fue nombrado según la tradición ortodoxa hindú, en honor de Sri Krishna quien había sido un octavo hijo.”[2]

Juventud 

En 1903, su familia se muda a Cudappah y Krishna enferma de malaria, una enfermedad que le traería secuelas durante muchos años. En 1904, su hermana mayor muere, a la edad de 20 años. En sus memorias, el describe a su madre como “hasta cierto punto psíquica” y cómo ella veía y conversaba con su hija muerta. Krishna también manifiesta hablar con su hermana muerta en varias ocasiones. En diciembre de 1905, su madre, Jiddu Sanjeevamma, muere en Cudappah, cuando Krishnamurti tenía 10 años de edad. Krishna dice: “puedo decir que vi a mi madre después que ella muriera” (Lutyens, p 5)

“Narianiah, a pesar de ser un Brahamanico Ortodoxo, se hizo miembro de la Sociedad Teosófica desde 1881 (La teosofía abraza todas las religiones):” (Lutyens, p 7). Todo esto sucede mientras Helena Blavatsky fue la líder del movimiento en la India. Narianiah se retira a finales de 1907 y escribe a Annie Besant recomendándose como vigilante de 260 acres que la sociedad posee en el estado de Adyar. Él tenía cuatro hijos varones y Annie Besant pensó que podrían distraer sus labores. Continúa haciendo requerimientos hasta que fue aceptado como un asistente de la Secretaria de la Sección Esoterica. Su familia incluido el mismo, sus cuatro hijos y un sobrino se mudaron en enero 23, 1909.[3] meses después de esto último Krishnamurti fue descubierto por C.W. Leadbeater, quien creyó que era el vehículo esperado.-

Influencia de Leadbeater 
Este descubrimiento crea algunos problemas con Hubert van Hook (b 1896), hijo de Dr Weller van Hook, un cirujano de Chicago, y el Secretário General de la Sociedad Teosófica de los Estados Unidos. Hubert también fue elegido por Leadbeater y fue llevado a la India para entrenamiento especial. Cuando encontraron a Krishna, Hubert fue apartado. (Lutyens, p 12)

Leadbeater tenía reputación de estar demasiado a menudo, acompañado de adolescentes. Hecho que fue negado vehementemente por Annie Besant. El chisme terminó en escándalo en 1906 y Leadbeater debió dejar a la Sociedad Teosófica, posteriormente fue reincorporado por votación. (Lutyens, p 15)

Hubert y la Sra. Van Hook, su madre, también llegaron a Adyar y se instalaron ahí por algún tiempo.

Separación del Padre 
Krishna, o Krishnaji, como era conocido, y su hermano Nitya fueron educados por la Sociedad Teosófica. Posteriormente fueron llevados a Inglaterra para completar su educación. Su padre, impulsado por el afecto que sentía hacia él, disputó la custodia de su hijo. Como resultado de este pleito, fue separado del cargo en la sociedad. Krishna y su hermano siguieron viajando por el mundo.

El despertar filosófico
Lutyens indica que durante algún tiempo Krishnamurti creyó ser el maestro del mundo. La muerte de su hermano Nitya el 11 de Noviembre de 1925 a la edad de 27 años a causa de la tuberculosis, hace que deje de creer eso, puesto que había pedido que su hermano no muriera, desilusionándose por completo.

De The Song of Life (1931):

MI hermano ha muerto; fuimos como dos estrellas en un cielo desnudo… Él era como yo, quemado por un sol ardiente…

Referencias  [editar]? http://www.fkla.org/media/pdf/disolucion-orden-de-la-estrella-fkla.pdf
? Mary Lutyens, Krishnamurti: The Years of Awakening, p 1
? Lutyens, Awakening’ p 8

Bibliografía
Anexo:Bibliografía de Jiddu Krishnamurti
J.Krishnamurti (1993 [13ª edición 2004]). A los pies del maestro. traducción libre. Madrid: Editorial EDAF. ISBN 84-7640-667-3.
J.Krishnamurti (1992 [9ª edición 2003]). Sobre las relaciones. traducción Armando Clavier.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 84-7640-840-4.
J.Krishnamurti (2002 [5ª edición 2006]). Sobre la libertad. traducción Armando Clavier.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 84-7640-843-9.
J.Krishnamurti (1995). Sobre la ética y los medios de vida. traducción Armando Clavier.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 84-7640-899-4.
J.Krishnamurti (2002 [4ª edición 2006]). Sobre el conflicto. traducción Armando Clavier.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 84-7640-945-1.
J.Krishnamurti (2003 [8ª edición 2008]). Sobre el miedo. traducción Armando Clavier.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 84-7640-999-0.
J.Krishnamurti (2002 [4ª edición 2004]). Sobre la verdad. traducción Armando Clavier.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 84-414-0024-5.
J.Krishnamurti (2002 [5ª edición 2004]). Antologia básica. traducción Javier Gómez Rodríguez.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 84-414-0226-4.
J.Krishnamurti (2003 [3ª edición 2006]). Ser humano. traducción Mariano Vázquez revisada por la FKL.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 84-414-1258-8.
J.Krishnamurti. El libro de la vida. traducción Armando Clavier.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 8441401075.
J.Krishnamurti (2002 [4ª edición 2004]). Diálogos con Krishnamurti. traducción Javier Gómez Rodríguez.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 84-414-0304-X.
J.Krishnamurti (1998 [6ª edición 2006]). Reflexiones sobre el yo. traducción Javier Gómez Rodríguez.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 84-414-0399-6.
J.Krishnamurti (2000). Esa luz en uno mismo. traducción Javier Gómez Rodríguez.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 8441406971.
J.Krishnamurti (2004). Meditaciones. traducción Javier Gómez Rodríguez.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 84-414-1664-8.
J.Krishnamurti (2006). Usted es el mundo. traducción Armando Clavier.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 8441417786.
J.Krishnamurti (2006). La llama de la atención. traducción Armando Clavier.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 84-414-1770-9.
J.Krishnamurti (2006 [2ª edición 2008]). Vivir de instante en instante. traducción F.K.L..Madrid: Editorial EDAF. ISBN 84-414-1798-9.
J.Krishnamurti (2006). La madeja del pensamiento. traducción Armando Clavier.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 84-414-1799-7.
J.Krishnamurti (2007). La educación y el significado de la vida. traducción Elsa Gómez.Madrid: Editorial EDAF. ISBN 8441419391.
J.Krishnamurti (2007). Temor, placer y amor. traducción Ángel Herraiz.Madrid Editorial EDAF. ISBN 8441419407.
J.Krishnamurti (2007). La mente que no mide. traducción Armando Clavier.Madrid Editorial EDAF. ISBN 8441419414.

Vida y muerte Krishnamurti

No puedes ser asustado po lo desconocido porque no sabes que es ello al grado que no hay nada en lo desconocido para ser asustado. La muerte es una palabra, y es la palabra, la imagen, que crea miedo. ¿Puedes mirar a la muerte sin la imagen de la muerte? Mientras la imagen existe también existen pensamientos, y es del pensamiento de donde se crea siempre el miedo. Después uno racionaliza su miedo de la muerte y construye una resistencia contra lo inevitable o se inventa una creencia innumerable para proteger contra el miedo de la muerte. Por lo tanto hay un boquete entre uno mismo y la cosa de quien estas asustado. En este intervalo del tiempo-espacio debe haber el conflicto que es el miedo, la ansiedad y uno mismo y su autocompasion. El pensamiento, que crea el miedo de la muerte, dice: “vamos posponerlo, vamos evitarlo, lo vamos a guardar ausente y tan lejano como sea posible, no pensemos en él” – pero uno está pensando en él.
Cuando uno dice, ‘ no pensaré en él ‘, se ha pensado y en el como evitarlo. Le asusta la muerte porque la has pospuesto.
Hemos separado la vida de morir, y el intervalo entre la vida y morir es miedo. Ese intervalo, es a su vez, creado por el miedo. El vivir es nuestra tortura diaria, insulto diario, dolor y confusión, con la abertura ocasional de los mares encantados de la ventana como un excedente. Eso es lo que llamamos la vida, y estamos asustados de morir, que es un extremo de esta miseria. Nos aferraríamos algo en contra de lo que sabemos que es lo desconocido – sabemos sobre nuestra casa, nuestros muebles, nuestra familia, nuestro carácter, nuestro trabajo, nuestro conocimiento, nuestra fama, nuestra soledad, nuestros dioses que poca cosa se mueve todo ello a nuestro alrededor, el cual es incesantemente dentro de sí mismo con su propio patrón limitado de existencia.

Pensamos que el vivir está siempre en el presente y que el morir es algo que nos aguarda en un rato distante. Pero nunca hemos preguntado si esta batalla de la vida diaria está viviendo en todos. Deseamos saber la verdad sobre la reencarnación, deseamos la prueba de la supervivencia del alma, escuchamos la palabra de los clarividentes y las conclusiones de la investigación psicologica, pero nunca pedimos, nunca , cómo vivir – vivir con placer, con el encantamiento, con belleza cada día. Hemos aceptado la vida como está con toda su agonía y desesperación y que ponemos en ella, y pensamos en la muerte como algo que debe ser ser evitado cuidadosamente. Pero la muerte es extraordinaria como la vida que sabemos vivir. No puedes vivir sin morir. No puedes vivir si no mueres psicologicamente cada minuto. Esto no es una paradoja intelectual. Para vivir totalmente, enteramente, cada día como si fuera un dia nuevo, allí debes morir a todo lo de ayer, si no vives lo que haces es vivir mecánicamente, y una mente mecánica puede nunca saber cuáles es el amor o es qué libertad.

Asustan a la mayoría de nosotros el morir porque no sabemos lo que significa vivir. No sabemos vivir, por lo tanto no sabemos morir. Nos asustan en la viday nos asustarán tambien en la muerte. No asustan al hombre que no se asusta de la vida, y este ser totalmente inseguro para entiende que todo es interno, no hay psicologicamente seguridad. Cuando no hay seguridad hay un movimiento sin fin y entonces la vida y la muerte son igual. No se asusta el hombre que vive sin el conflicto, que vive con belleza y amor, y con la muerte porque al amor está al morir.

A los pies del maestro (Krisnamurti)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 15/10/2005 9:00

A LOS PIES DEL MAESTRO

Por ALCIONE
(J. Krishnamurti)
Bogotá, Colombia

PREFACIO

Por ser un hermano de más edad, se me ha concedido el privilegio de escribir algunas palabras como prefacio en este pequeño libro, el primero que ha escrito un hermano más joven de cuerpo, ciertamente, pero no de alma.
Las enseñanzas en él contenidas le fueron dadas por su Maestro al prepararlo para la Iniciación, y él las ha trascrito de memoria, lenta y laboriosamente, porque el año anterior sabía mucho menos inglés que ahora. La mayor parte de esta obra es una reproducción de las propias palabras del Maestro; y lo que no sea reproducción verbal, es el pensamiento del Maestro revestido de las palabras de Su discípulo.
El Maestro suplió dos frases omitidas. En otros dos casos fue agregada una palabra que faltaba. Aparte de esto, la obra es enteramente de Alcione; su primera dádiva al mundo. Que este libro pueda ayudar a otros, así como la enseñanza oral le ayudó al él. Con tal esperanza nos lo da. Pero las enseñanzas tan sólo pueden ser fructíferas si las VIVIMOS, como él las ha vivido desde que brotaron de los labios de su Maestro. Si el ejemplo es seguido a la par que el precepto, entonces la Gran Puerta que se abrió al escritor se abrirán para el lector y sus pies hollarán el sendero.

Annie Besant
(Diciembre. 1910)

Durante el tiempo del sueño, los que transitan verdaderamente el sendero de Superación interna, van estableciendo progresivamente el puente de relación entre las actuaciones de la conciencia vigílica e interna.
Alcione estaba siendo probado para saber exactamente si ya podía retrotraer a la conciencia vigílica, lo que había experimentado en la conciencia interna, durante el sueño. Para tal comprobación, el señor Leadbeater lo llevaba en cuerpo astral a la mansión del Adepto Koot Hu My y éste le daba las instrucciones o normas de conducta que todo Esoterista debe aplicar en su vida, las que Alcione debía trasladar al papel al despertar y así saber exactamente su desenvolvimiento interno y la capacidad que por evolución había adquirido para relacionar la endoconsciencia, con la conciencia vigílica u ordinaria.
Como lo dice la doctora Annie Besant, el Adepto tuvo luego simplemente que agregar dos frases y una palabra omitida que faltaban en la enseñanza, tal como él la había dado a Alcione en la conciencia interna.
En vista de la trascendencia e importancia que las enseñanzas dadas por el Adepto, tienen para la humanidad, se publicaron para bien del mundo, con el título “A los pies del Maestro”.
Muchas ediciones del precioso opúsculo se han hecho en casi todos los idiomas, y ahora se hace una edición, en Colombia dedicada a los Esoteristas, no importa la vía que transiten, como para la juventud anhelante de ennoblecimiento y superación.

LA ETICA ENSEÑADA EN ESTE MARAVILLOSO LIBRITO, DEBE SER VIVIDA Y PRACTICADA PARA BIEN DEL MUNDO Y DEL HOMBRE
A LOS QUE INVESTIGAN

De lo irreal condúceme a lo real.
De las tinieblas condúceme a la luz.
De la muerte condúceme a la inmortalidad.

PROEMIO

Estas no son palabras mías; son las palabras del Maestro que me enseñó. Sin Él, nada hubiera yo podido hacer. Mas con su ayuda he puesto los pies en el Sendero. Tú también deseas hollar el mismo Sendero y así, las palabras que Él pronunció para mí, te servirán para lograrlo si las obedeces. No basta decir que son bellas y verdaderas; aquel que quiera triunfa deberá hacer exactamente cuanto ellas prescriben. Un hambriento no se satisface mirando la comida y diciendo que está buena; preciso es que extienda la mano y coma. De igual modo, no basta que tú escuches la palabra del Maestro, debes poner en práctica cuanto El dice, atento a cada palabra, cumpliendo cada indicación. Si alguna indicación no fuere seguida, si pasare desapercibida una palabra, estarán perdidas para siempre, porque El no las repite.

CUATRO SON LOS REQUISITOS PARA ESTE SENDERO:

Discernimiento.
Ausencia de deseo.
Recta conducta.
Amor.

Trataré de explicarte cuanto el Maestro me ha dicho acerca de cada uno.

I

DISCERNIMIENTO

El primero de estos requisitos es el discernimiento; por lo cual entendemos, generalmente, la facultad de distinguir entre lo real y lo irreal, que conduce a los hombres a entrar en el Sendero.
Es esto y mucho más aún; y debe practicarse no sólo al comienzo del Sendero sino a cada paso que en él se diere; cada día, hasta el fin.
Entras tú al Sendero porque has aprendido que solamente en él pueden encontrase aquellas cosas que merecen ser alcanzadas.
Los hombres que no saben, trabajan por conquistar riquezas y poder, pero éstos duran a lo sumo una sola vida; y por tanto son irreales. Hay cosas más grandes que esas, cosas que son reales y perdurables; y una vez descubiertas, se extingue el deseo por las otras.
Solamente dos clases de seres existen en todo el mundo: los que conocen y los que no conocen; y este conocimiento es lo que importa.
La religión que un hombre profese, la raza a que pertenezca, no son cosas importantes; lo único que realmente importa es este conocimiento; el conocimiento del Plan de Dios para los hombres. Porque Dios tiene un plan, y este plan en la Evolución.
En cuanto el hombre ha comprendido este plan y lo conoce realmente, no puede menos que colaborar en él e identificarse con sus designios; tan gloriosos son como bellos.
Así pues, en virtud de este conocimiento, se hallará de parte de Dios erigiéndose en sustentador del bien y opositor del mal, trabajando por la Evolución y no por el interés propio.
Si está de parte de Dios, es uno de los nuestros y nada importa que se llame Hinduista, Budista, Cristiano o Mahometano; que sea Indio o Inglés, Ruso o Chino. Quienes están de Su parte, saben por qué están allí y qué deberán hacer, y están tratando de hacer.
Todos los demás ignoran aún lo que deben hacer y, por consiguiente, a menudo actúan neciamente y tratan de inventar procedimientos que cree pueden serle agradables, sin darse cuenta de que todos somos UNO y de que, por lo tanto, sólo aquellos que el UNO quiere, pueden en realidad ser placentero para cualquiera.
Van ellos en pos de lo irreal y no de lo real; hasta que hayan aprendido a distinguir entre lo dos, no podrán inclinarse hacia la parte de Dios. Por tanto, este discernimiento es el primer paso.
Más aún después de hecha la elección, debes recordar que de lo real y de lo ilusorio hay muchas variedades y que se debe discernir todavía entre lo real y lo erróneo; entre lo que tiene importancia y lo que no la tiene; entre lo útil y lo inútil; entre lo verdadero y lo falso; lo egoísta y lo desinteresado.
No debería ser difícil la elección entre lo recto y lo erróneo, puesto que aquellos que quieran seguir al Maestro, han decidido practicar el bien a toda costa.
Pero el cuerpo y el hombre son dos cosas diferentes y lo que el hombre quiere no es siempre lo que el cuerpo desea.
Cuando tu cuerpo deseare algo, detente y reflexiona si TU realmente lo deseas. Porque TÚ eres Dios y querrás solamente aquello que Dios quiere; pero es preciso que tú busques en la profundidad de tu ser, hasta encontrar al Dios en tu interior y escuchar Su voz que es TU voz.
No confundas tus cuerpos, ni el físico, ni el astral, ni el mental, con tu Yo. Cada uno de ellos pretenderá ser el yo, a fin de lograr lo que desea, pero tú debes conocerlos a ellos y reconocerte a ti mismo como su dueño.
Cuando hay trabajo que debe ser hecho, el cuerpo físico pide reposo, salir de paseo, alimento o bebida; y el hombre que no tiene el conocimiento se dirá: “Yo quiero hacer estas cosas y debo hacerlas”; pero el que sabe dice: “Este que desea NO SOY YO y es preciso que espere”.
A menudo cuando se presenta una oportunidad de ayudar a alguien, el cuerpo físico dice: ¡Cuanta molestia será para mí; mejor es que lo haga otro!”. Pero el hombre replica a su cuerpo: “Tú no me impedirás ejecutar una buena obra”
El cuerpo es un animal a tu servicio, el corcel sobre el que cabalgas. Por consiguiente, debes tratarlo bien y cuidarlo; no debes fatigarlo demasiado; hay que nutrirlo convenientemente, tan sólo con alimentos y bebidas puras, manteniéndolo siempre escrupulosamente limpio, libre de la menor mancha de suciedad.
Porque sin un cuerpo perfectamente limpio y sano no podrás llevar a cabo el arduo trabajo de preparación, ni podrás soportar el esfuerzo incesante que ello requiere. Pero tú debes ser siempre quien domine a tu cuerpo y no el cuerpo quien te domine.
El cuerpo Astral tiene SUS deseos por docenas; querrá que tú montes en cólera; que digas palabras ásperas, que sientas celos; que codicies el dinero; que envidies las ajenas posesiones; que te dejes abatir por desaliento.
Deseará todas esas cosas y muchas más, no porque quiera hacerte daño, sino porque gusta de las vibraciones violentas y le place cambiarlas continuamente. Pero TU no necesitas ninguna de estas cosas y por tanto debes discernir entre tus necesidades y las de tu cuerpo astral.
Tu cuerpo mental deseará considerarse orgullosamente separado de los otros; pensar mucho en sí y poco en el prójimo. Aún cuando lo hayas desligado de los intereses mundanos, tratará todavía de ser egoístamente calculador y de hacerte pensar en tu propio progreso en vez de pensar en la labor del Maestro y en ayudar a los demás.
Cuando medites, tratará de hacerte pensar en las mil diversas cosas que ÉL desea, y no en la cosa única que TU anhelas. No eres tú esa mente; si no que ella está a tu servicio, y por lo mismo también en esto necesitas el discernimiento.
Vigila, pues, incesantemente, porque de otro modo fracasarás.
El esoterismo no admite componendas entre lo bueno y lo malo. A cualquier costo deberás hacer aquello que sea correcto, y abstenerte de lo indebido, sin reparar en lo que piense o diga el ignorante.
Estudia profundamente las leyes de la naturaleza y cuando las hayas conocido adapta tu vida a ellas, empleando siempre la razón y el sentido común.
Debes distinguir entre lo importante y lo no importante. Firme como una roca cuando se trate de la rectitud o de la maldad, cede siempre en las cosas que no tengan importancia. Porque habrás de ser siempre afable y bondadoso, razonable y condescendiente; dejando a otros la misma plena libertad que a ti te es necesaria.
Procura seleccionar aquello que merezca hacerse y recuerda que no debes juzgar por la magnitud de la cosa. Una minucia que sea directamente útil para la labor del Maestro, es mucho más digna de hacerse que una cosa notoria que el mundo juzgaría buena y grande.
Debes distinguir no sólo lo útil de lo inútil, sino también lo más útil de aquello que sea menos útil.
Alimentar a los pobres es una obra buena, noble y útil; Pero alimentar las almas es más noble y más útil que nutrir los cuerpos.
Cualquier rico puede alimentar los cuerpos, pero sólo quienes poseen el conocimiento pueden alimentar las almas. Si posees el conocimiento, tu deber es ayudar a otros a obtenerlo.
Por muy sabio que ya seas, te queda mucho por aprender en este Sendero, a tal grado, que aquí también necesitas el discernimiento para elegir cuidadosamente lo que valga la pena de aprender.
Todo conocimiento es útil, y algún día alcanzarás todo el saber; pero mientras poseas sólo una parte, procura que esta parte sea la más útil.
Dios es Sabiduría a la par que Amor, y cuanto mayor sea tu sabiduría tanto mayor parte de Él podrás manifestar. Estudia, pues; pero ante todo, estudia aquello que más te capacite para ayudar a otros.
Persevera pacientemente en tus estudios, no con el fin de que los hombres te consideren sabio, y ni aún por la felicidad de ser sabio, sino por que tan sólo el hombre que sabe puede ayudar sabiamente.
Por grande que sea tu anhelo de prestar ayuda, si eres ignorante podrías hacer más mal que bien.
Deberás distinguir entre la verdad y la falsedad; deberás aprender a ser veraz en todo; en el pensamiento, en la palabra y en la acción.
En primer lugar en el pensamiento; y esto no es fácil, porque en el mundo hay muchos pensamientos falsos muchas necias supersticiones, y quien se hallare esclavizado por ellas no podrá progresar.
Por consiguiente, no debes abrigar una creencia simplemente porque mucha gente piense así; ni porque haya existido por siglos; ni porque esté escrita en cualquier libro que los hombres tengan por sagrado; deberás pensar por ti mismo y juzgar por ti mismo si la creencia es razonable.
Recuerda que aunque mil personas estén de acuerdo sobre un asunto, si nada saben acerca de tal asunto, su opinión carece de valor.
Quien deseare hollar el Sendero deberá aprender a pensar por si mismo, pues la superstición es uno de los mayores males del mundo, uno de los grilletes de los cuales deberás liberarte por completo.
Debe ser verdadero tu pensamiento respecto de los demás. No pienses de ellos lo que no te conste, ni supongas que ellos te tienen de continuo en su mente.
Si una persona hiciere alguna cosa que tú creas pueda causarte daño; o dijere algo que creas se refiere a ti; no pienses enseguida: “Este quiere ofenderme”. Muy probable es que ni siquiera haya pensado en ti, porque cada alma tiene sus propias dificultades, y sus pensamientos giran principalmente en torno de sí.
Si alguna persona te hablare coléricamente, no pienses: “Me odia, trata de perjudicarme”. Probable es que cualquier otra persona o cosa le haya puesto iracundo, y por haberte encontrado, descargue sobre ti su cólera. Él está actuando estultamente, porque la ira es tontería, mas no por eso te es lícito pensar erróneamente de él.
Cuando llegues a ser discípulo del Maestro, podrás siempre verificar la exactitud de tu pensamiento comparándolo con el suyo.
Porque el discípulo es uno con su Maestro, y basta con que eleve su pensamiento, hasta el pensamiento del Maestro, para percibir inmediatamente si concuerda con él. Si no está de acuerdo, su pensamiento no es correcto y lo cambiará instantáneamente, porque el pensamiento del Maestro es perfecto, pues Él lo sabe todo.
Aquellos que todavía no han sido aceptados por Él, no pueden hacerlo así por completo; pero mucho podrán ayudarse deteniéndose a menudo y proponiéndose la pregunta: “Acerca de ésto”, ¿qué pensará el Maestro? En esta circunstancia: ¿qué haría o qué diría el Maestro? Porque jamás deberás hacer, o pensar, aquello que no puedas imaginar que el Maestro haga, diga, o piense.
Debes igualmente ser verídico en la conversación, preciso y sin exageración.
Nunca atribuyas motivos a otro; sólo su Maestro conoce sus pensamientos y podrá suceder que aquel actué por razones que jamás hayan pasado por tu mente.
Si oyeres palabras de descrédito para alguien, no las repitas; podría no ser cierto y, aunque lo fuese, es más caritativo callar. Reflexiona bien antes de hablar para que no digas inexactitudes.
Sé sincero en la acción; nunca pretendas aparecer diferente de cómo realmente eres; porque toda simulación es un obstáculo para la luz pura de la verdad, que debería resplandecer a través de ti como la luz solar refulge a través de un límpido cristal.
Aprende a distinguir entre lo egoísta y lo desinteresado. Porque el egoísta y lo desinteresado. Porque el egoísmo tiene muchas formas, y cuando crees haberlo destruido por fin en una de ellas, surge en otra, tan fuerte como siempre.
Pero gradualmente estarás tan lleno del pensamiento de ayudar a los demás, que no tendrás ya lugar ni tiempo para pensar en ti mismo.
Tienes aún que usar el discernimiento en otra forma: aprende a descubrir el Dios en cada uno y en todas las cosas, por malos o malas que puedan aparecer superficialmente.
Puedes ayudar a tu hermano mediante aquello que tienes de común con él, que es la Vida Divina. Aprende el modo de despertar aquella vida en él; aprende a hacer un llamamiento a esa vida en él, y de esta suerte salvarás a tu hermano del mal.

el despertar de la conciencia-1916

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 29/08/2004 13:24
JIDDU KRISHNAMURTI

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El circo de la contienda humana
El despertar de la inteligencia.
Conversación con Alain Naudé.
© KRISHNAMURTI.COM.AR

Naudé: Sí. Una vez visto que el desorden – que es el dolor, el sufrimiento – significa desorden en esta conciencia indivisible, la pregunta siguiente es: ¿Qué ha de hacer uno al respecto?

K: Sí.

Naudé: Y como no existe una entidad que pueda hacer algo…

K: Espere, no salte a eso inmediatamente.

Naudé: Porque hemos visto que el desorden es la entidad.

K: ¿Comprendemos eso? No. ¿Comprendemos que el pensador es parte de esta conciencia y no una entidad separada exterior a esta conciencia? ¿Comprendemos que el observador, viendo el contenido, examinándolo, analizándolo, estudiándolo todo, es el contenido mismo? ¿Qué el observador es el contenido?

Naudé: Sí.

K: Formular una verdad es una cosa, pero comprenderla es otra.

Naudé: Eso es cierto. Pienso que no comprendemos totalmente el hecho de que no existe entidad separada de esta cosa que tratamos de cambiar.

K: Cuando hablamos de cambio ello parece sugerir que, dentro de la conciencia, existe una entidad separada capaz de producir una transformación.

Naudé: Pensamos que de algún modo podemos apartarnos de la confusión, mirarla y manipularla desde afuera. Siempre nos decimos: “Bueno, pese a todo, estoy aquí para hacer algo al respecto”. Y así escamoteamos más y más.

K: Creando más desorden, más confusión.

Naudé: Cambiamos de decorado y las cosas empeoran.

K: La conciencia del mundo es mi conciencia. En esa conciencia está contenida toda la conducta del hombre, la miseria humana, la crueldad, el daño; todas nuestras actividades están dentro de esa conciencia. Dentro de ella el hombre ha engendrado esta entidad que dice: “Yo estoy separado de mi conciencia”, el observador que dice: “Yo soy diferente de la cosa observada”. Y el pensador que dice: “Mis pensamientos son diferentes de mí”. En primer lugar, ¿es así?

Naudé: Todos creemos que las dos entidades son diferentes. Nos decimos “no debo estar irritado, no debo sufrir, debo mejorar, debo cambiarme a mí mismo”. Decimos esto tácita o concientemente todo el tiempo.

K: Porque pensamos que ambas entidades están separadas. Nosotros estamos intentando señalar que no lo están, que son una sola cosa, porque si no hay pensamiento no hay pensador.

Naudé: Eso es cierto.

K: Si no hay cosa observada, no hay observador.

Naudé: Hay cien observadores y cien pensadores en el curso del día.

K: Y yo pregunto, ¿es así? Observo a ese halcón de cola roja que va volando. Lo veo. Cuando observo ese pájaro, ¿estoy observando con la imagen que tengo de él, o simplemente observo? ¿Existe solo la pura observación? Si existe una imagen, lo cual significa palabras, recuerdos y todo lo demás, entonces hay un observador mirando pasar el pájaro. Si solo existe la observación, entonces no hay observador.

Naudé: ¿Quisiera usted explicar por qué hay un observador cuando miro al pájaro con una imagen?

K: Porque el observador es el pasado. El observador es el censor, el conocimiento acumulado, la experiencia, la memoria; ese es el observador; con eso él observa el mundo. El conocimiento que él acumuló es diferente del que acumuló otro observador.

Naudé: ¿Dice usted que la totalidad de esta conciencia – que constituye el problema – no es diferente del observador que la encara? Esto parecería llevarnos a un callejón sin salida, ya que la cosa que procuramos cambiar es la persona misma que procura cambiarla. La pregunta es, ¿entonces qué?

K: Justamente de eso se trata. Si el observador es lo observado, ¿cuál es la naturaleza del cambio en la conciencia? Es lo que intentamos descubrir. Comprendemos que debe haber una revolución radical en la conciencia. ¿Cómo ha de ocurrir esto? ¿Se hará por intermedio del observador? Cuando el observador está separado de aquello que observa, el cambio es entonces un mero truco de escamoteo con los diversos contenidos de la conciencia.

Naudé: Eso es verdad.

K: Ahora vayamos despacio. Uno se da cuenta de que el observador es lo observado, de que el pensador es el pensamiento; esto es un hecho. Detengámonos ahí por un instante.

Naudé: ¿Dice usted que el pensador es el conjunto de todos estos pensamientos que producen la confusión?

K: El pensador es el pensamiento, sea este uno solo o muchos.

Naudé: Pero hay una diferencia, porque el pensador piensa acerca de sí mismo como en una especie de entidad concreta y cristalizada. Aún en medio de esta discusión, el pensador se ve a sí mismo como la entidad concreta a la cual pertenecen todos estos pensamientos, toda esta confusión.

K: Esa entidad concreta, como usted dice, es el resultado del pensamiento.

Naudé: Esa entidad concreta es…

K: … Construida por el pensamiento.

Naudé: Construida por sus pensamientos.

K: Por el pensamiento, no “sus” pensamientos, por el pensamiento.

Naudé: Sí.

K: Y el pensamiento ve que debe haber un cambio. Esta entidad concreta, que es el resultado del pensamiento, espera cambiar el contenido.

Naudé: Que es ella misma.

K: Y así hay una batalla entre el observador y lo observado. La batalla consiste en tratar de controlar, cambiar, adaptar, reprimir, dar una nueva forma, todo eso: esa es la batalla que tiene lugar continuamente en nuestra vida. Pero cuando la mente comprende la verdad de que el observador, el experimentador, el pensador son el pensamiento, la experiencia, lo observado, ¿qué ocurre entonces, sabiendo uno que debe haber un cambio radical?

Naudé: Eso es un hecho.

K: ¿Y cuando el observador que desea cambiar se da cuenta de que él es parte de lo que ha de ser cambiado?

Naudé: Que él es, en realidad, un ladrón que pretende ser policía para atraparse a sí mismo.

K: Muy bien. ¿Entonces que ocurre?

Naudé: Usted ve, señor, que la gente no opina así; dice: “Ejercitando la voluntad he dejado de fumar, ejercitando la voluntad me levanté más temprano, bajé de peso y aprendí idiomas”; dice: “Yo soy el dueño de mi destino, yo puedo cambiar” Todos creen realmente esto. Cada cual cree que es capaz de ejercer la voluntad y actuar sobre su propia vida, sobre su conducta y sobre su pensar.

K: Lo cual quiere decir que uno ha de comprender el significado del esfuerzo, comprender qué es el esfuerzo y por qué existe en absoluto. ¿Es ese el modo de producir una transformación en la conciencia, por medio del esfuerzo, de la voluntad?

Naudé: Sí.

K: ¿Eso qué significa? Cambiar por medio del conflicto. Cuando opera la voluntad, ello es una forma de resistencia: vencer, reprimir, negar, escapar. Todo lo cual es voluntad en acción. Eso significa entonces que la vida es una constante batalla.

Naudé: ¿Quiere usted decir que todo se reduce a que un elemento en esta conciencia domina a otro?

K: Es obvio. Un fragmente domina a otro fragmento.

Naudé: Y por eso mismo el conflicto y el desorden continúan. Sí, esto es claro.

K: De modo que subsiste el hecho central: ha de haber una transformación radical de la conciencia y en la conciencia. Ahora bien, ¿cómo ha de producirse esto? Esa es la verdadera cuestión.

Naudé: Sí.

K: Lo hemos enfocado pensando que un fragmento es superior a los demás, a los otros fragmentos que están dentro del campo de la conciencia.

Naudé: Sí, así lo hemos pensado.

K: De modo que ese fragmento al que llamamos lo superior, la inteligencia, el intelecto, la razón, la lógica, etc., es el producto de los mucho otros fragmentos. Un fragmento ha asumido la autoridad sobre los otros. Pero sigue siendo un fragmento y, por lo tanto, hay una batalla entre él y los otros múltiples fragmentos. ¿Es posible entonces ver que esta fragmentación no resuelve nuestros problemas?

Naudé: Porque ella produce la división y el conflicto, lo cual era nuestro problema desde el principio.

K: Es decir, que cuando existe división entre hombre y mujer hay conflicto. Cuando existe división entre Alemania e Inglaterra o Rusia hay conflicto.

Naudé: Y todo eso es la división dentro de la conciencia misma. También el ejercicio de la voluntad sobre la conciencia es, asimismo, una división dentro de la conciencia.

K: Uno ha de estar libre, pues, de la idea de que por medio de la voluntad es posible cambiar el contenido. Es muy importante que eso se comprenda.

Naudé: Sí, que el ejercicio de la voluntad es meramente la tiranía de un fragmento sobre otro.

K: Eso es simple. Uno también se da cuenta de que estar libre del dominio de la voluntad, es estar libre de esta fragmentación.

Naudé: Pero las religiones del mundo han apelado siempre a la voluntad para llegar a algo o para hacer algo.

K: Sí. Pero nosotros estamos negando eso en su totalidad.

Naudé: Sí.

K: Entonces, ¿qué ha de hacer o no hacer la mente cuando ve que la voluntad no es el camino, que un fragmento imponiéndose a otro sigue siendo fragmentación y, en consecuencia, conflicto, y está por ello aún dentro del campo de la desdicha? ¿Qué ha de hacer una mente en esas condiciones?

Naudé: Sí, esta es realmente la pregunta.

K: Ahora bien, ¿hay algo que una mente así pueda hacer?

Naudé: Cuando usted dice eso, uno piensa: “Si nada hay por hacer, entonces el circo continúa”.

K: No, señor. ¡Mire! El circo continúa sólo cuando hay ejercicio de la voluntad.

Naudé: ¿Quiere usted significar que el circo acerca del cual hemos estado discutiendo y al cuál tratamos de cambiar es, de hecho, un producto de la voluntad?

K: Mi voluntad contra su voluntad, etc.

Naudé: Mi voluntad contra otra parte de mí mismo.

K: Y así sucesivamente.

Naudé: Mi deseo de fumar…

K: Exacto. Una mente que empieza diciendo: “Yo debo cambiar”, se da cuenta de que un fragmento afirmando que él debe cambiar, está en conflicto con otro fragmento, lo cual es parte de la conciencia. Se da cuenta de eso. Por lo tanto, también comprende que la voluntad, a la que el hombre se ha acostumbrado y que supone ser el único modo de producir un cambio…

Naudé: … No es el factor del cambio.

K: No es el factor del cambio. Por lo tanto, una mente así ha llegado a un nivel por completo diferente.

Naudé: Se ha desembarazado de muchos estorbos.

K: De una gran cantidad de desperdicios.

Naudé: Ha eliminado la división entre lo externo y lo interno, entre la conciencia y su contenido, entre la entidad conciente y la conciencia que le pertenece a ella y a los varios fragmentos. Y ha eliminado también la división entre los diferentes fragmentos dentro de esta conciencia.

K: ¿Qué ha ocurrido entonces? ¿Qué le ha ocurrido a la mente que ha visto todo esto? Y que lo ha visto no de un modo teórico, sino que realmente lo ha sentido y dice: “No más voluntad en mi vida”. Lo cual significa no más resistencia en mi vida.

Naudé: ¡Esto es extraordinario! Es como encontrarse un día con el cielo a sus pies. Un cambio como este es tan grande que resulta difícil predecir cual puede ser su alcance.

K: De eso se trata, ese es el punto. ¡Tal cambio ya ha ocurrido!

Naudé: Lo que usted dice es que no hay más dominio de la voluntad, no más esfuerzo, no más división entre lo interno y lo externo…

K: No más fragmentación dentro de la conciencia.

Naudé: No más fragmentación.

K: Es muy importante que se comprenda eso, señor.

Naudé: No más observador separado de lo que observa.

K: Lo cual quiere decir no más fragmentación en la conciencia. Y esto significa que la conciencia solo existe cuando hay conflicto entre fragmentos.

Naudé: No estoy seguro de haber comprendido eso. ¿La conciencia es sus fragmentos?

K: La conciencia es sus fragmentos y la conciencia es la batalla entre los fragmentos.

Naudé: ¿Quiere usted decir que los fragmentos existen solamente porque están en conflicto, en lucha? Cuando no luchan entre ellos, no son fragmentos, porque no actúan como partes. Cesa la acción de una parte sobre otra. Cuando usted dice fragmentación, eso es lo que quiere significar. Esa es la fragmentación.

K: Vea lo que ha ocurrido.

Naudé: Los fragmentos desaparecen cuando no actúan los unos contra los otros.

K: Naturalmente. Cuando Pakistán y la India…

Naudé: … No pelean más, no hay tal cosa como Pakistán y la India.

K: Naturalmente.

Naudé: ¿Dice usted que ese es el cambio?

K: Espere, todavía no lo sé. Vamos a investigarlo. Una mente humana ha comprendido que “yo” soy el mundo y que el mundo es lo que yo soy, que mi conciencia es la conciencia del mundo y que la conciencia del mundo soy yo mismo. Que el contenido de la conciencia con todas sus miserias, etc., es la conciencia misma, y que dentro de esa conciencia hay un millar de fragmentaciones. Que un fragmento de esos muchos fragmentos se convierte en la autoridad, el censor, el observador, el examinador, el pensador.

Naudé: El amo.

K: El amo. Y así él mantiene la fragmentación. ¡Vea la importancia de esto! En el momento que el asume la autoridad, él debe mantener la fragmentación.

Naudé: Sí, evidentemente, porque él es una parte de la conciencia actuando sobre el resto de la conciencia.

K: Por lo tanto él debe mantener el conflicto. Y el conflicto es la conciencia.

Naudé: Usted dijo que los fragmentos son la conciencia ¿y ahora dice usted que los fragmentos son en realidad el contenido?

K: Por supuesto.

Naudé: Los fragmentos son el conflicto. ¿No hay fragmento sin conflicto?

K: ¿Cuándo está activa la conciencia?

Naudé: Cuando está en conflicto.

K: Evidentemente. De otro modo hay libertad, libertad para observar. De manera que la revolución radical de la conciencia y en la conciencia tiene lugar cuando no existe conflicto en absoluto.

Malibú, California, 27 de Marzo de 1971.

la verdad y el sufrimiento

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 29/08/2004 13:26

JIDDU KRISHNAMURTI

EXTRACTOS 1

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Verdad y libertad
” La verdad es una tierra sin senderos. El hombre no puede acercarse a ella a través de ninguna organización, de ninguna secta, dogma, sacerdote o ritual, ni a través de algún conocimiento filosófico o técnica psicológica. Tiene que encontrarla a través del espejo de las relaciones, a través de los contenidos de su propia mente, de la observación y no a través del análisis intelectual o la disección introspectiva. El hombre ha construido en sí mismo imágenes como una valla de seguridad–religiosas, políticas, personales. Estas se manifiestan en forma de símbolos, ideas, creencias. La carga de estas imágenes domina el pensamiento del hombre, sus relaciones y su vida diaria. Estas imágenes son la causa de nuestros problemas ya que dividen a los hombres. Su percepción de la vida esta moldeada por conceptos ya establecidos en su mente. El contenido de su consciencia es su entera existencia. Este contenido es común en toda la humanidad. La individualidad es el nombre, la forma, la cultura superficial que él adquiere a través de la tradición y el ambiente. La unicidad del hombre no reside en lo superficial sino en la libertad absoluta del contenido de su consciencia, la cuál es común en todos los seres humanos. Así el no es un individuo.
“La libertad no es una reacción; no es una elección. Es la pretensión del hombre creer que por tener elección es libre. La libertad es pura observación sin dirección, sin miedo al castigo, sin recompensas. La libertad existe sin motivo; la libertad no está al final de la evolución del hombre sino que reside en el primer paso de su existencia. Al observar, uno comienza a descubrir la falta de libertad. La libertad se encuentra en una consciencia no escogida en nuestra existencia y actividad diaria. El pensamiento es tiempo.
“El pensamiento nace de la experiencia y el conocimiento, los cuales son inseparables del tiempo y el pasado. El tiempo es el enemigo psicológico del hombre. Nuestra acción se basa en el conocimiento y por tanto en el tiempo, así el hombre siempre es un esclavo del pasado. El pensamiento es siempre limitado, así que vivimos en constante conflicto y lucha. No hay evolución psicológica.
“Cuando el hombre se vuelva consciente del movimiento de sus propios pensamientos, verá la división entre el pensador y el pensamiento, el observador y lo observado, el experimentador y lo experimentado. Descubrirá que esa división es una ilusión. Sólo entonces hay pura observación en la que no existe sombra del pasado ni el tiempo. Este eterno “insight” trae consigo una profunda y radical mutación en la mente. “La negación total es la esencia de lo positivo. Cuando hay negación de todas esas cosas que el pensamiento ha ocasionado psicológicamente, solo entonces hay amor, que es compasióne e inteligencia.”
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Inteligencia y dignidad
“Pude que seáis capaces de leer las piezas de Bernard Shaw, de citar a Shakespeare, a Voltaire o algún nuevo filosofo. Pero si vosotras mismas no sois inteligentes, si no sois creadoras, ¿para qué sirve la educación? ¿No resulta importante, pues, que tanto los maestros como vosotros, estudiantes, averigüen, descubran, cómo se es inteligente?
Es obvio que la inteligencia os viene cuando no estáis atemorizados, cuando en vosotros no hay miedo. ¿Sabéis que es el miedo? El miedo surge cuando pensáis en lo que la gente pueda decir de vosotros, o en lo que puedan decir vuestros padres; cuando os critican, cuando se os castiga, cuando fracasáis en un examen, cuando no tenéis popularidad en vuestro medio. Gradualmente el miedo os invade, ¿verdad?

Es obvio, pues que el miedo es una de las barreras para la inteligencia, ¿no es cierto? ¿Y no es la esencia de la educación el libertar al estudiante –es decir, a vosotros y a mí– del miedo, y hacer que él se dé cuenta de las causas del miedo para que pueda vivir libre de temor? ¿No es acaso uno de los fines esenciales de la educación, desde la infancia hasta que os lanzáis al mundo, el de ayudarnos a ser libres para que podáis comprender el miedo y las causas del miedo?

Si uno tiene miedo carece de iniciativa. ¿Sabéis que es la iniciativa? ¿Resulta tan difícil describirlo? Tener iniciativa es hacer algo original de un modo espontaneo, natural, sin que a uno lo guíen, lo fuercen, lo controlen; hacer algo que amáis (…) Bien veis que si tenéis miedo, todo eso queda excluido, desaparece de vuestra vida. Si tenéis miedo, habréis por fuerza de seguir la tradición, a alguna persona, a algún “gurú” (guía espiritual). Cuando seguís la tradición, cuando seguís al marido o la esposa, vosotros –como individuos, como seres humanos– perdéis vuestra dignidad.”

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El miedo
“Vivir es encontrar por sí mismo lo que es verdad, y usted puede hacerlo sólo cuando hay libertad, cuando hay una continua revolución dentro de usted mismo… Sólo cuando usted está constantemente preguntando, constantemente observando aprendiendo es que se encuentra la verdad, Dios o el amor; y usted no puede preguntarse, observar, aprender; no puede estar profundamente atento, si tiene miedo. Así es que la función de la educación, ciertamente es erradicar interior y exteriormente ese miedo que destruye el pensamiento humano, la relación humana y el amor.”

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Verdad y sufrimiento
“En breve voy a explicar que la verdad puede ser entendida instantáneamente. No es cuestión de tiempo; no es cuestión de desarrollo ni de habito. La verdad sólo puede comprenderse directamente de inmediato, ahora, en el presente, no en el futuro; y ella puede ser comprendida, sentida, realizada, cuando existe la capacidad de escuchar directamente, de un modo abierto y con el corazón abierto.
Hay sufrimiento: político, social, religioso. Todo nuestro ser psicológico esta confuso, y todos los dirigentes, políticos, religiosos, nos han fallado. Todos los libros han perdido su significación. Podéis consultar el Bhagavad Gita o la Biblia, o el último tratado sobre política o psicología, y encontraréis que ellos han perdido ese sonido típico, esa cualidad de la verdad; se han vuelto meras palabras. Vosotros mismos, sois los repetidores de esas palabras, estáis confusos e inciertos, la simple repetición de palabras nada sugiere. Las palabras y los libros, por consiguiente, han perdido su valor. Es decir si citáis la Biblia, o a Marx, o el Bhagavad Gita, vuestra repetición se convierte en una mentira porque vosotros mismos estáis inciertos, confusos.

El conocimiento propio no puede realizarse mientras no haya meditación. Porque la meditación es un proceso de constante revelación de todo pensamiento y todo sentimiento; no es la fijación en determinada imagen o idea, sino una constante percepción, una constante comprensión, de todo pensamiento y sentimiento a medida que surge. (…) Mientras no haya conocimiento propio, la multiplicación y reproducción de nuestros problemas continuará. Por eso es que el individuo tiene enorme significación. Porque él es el único transformador; sólo él puede revolucionar su vida de relación, y por consiguiente causar una revolución en el mundo, en el mundo de su relación.” 

krisnamurti

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 01/05/2005 12:27
De: MINERO16 (Mensaje original) Enviado: 23/02/2004 19:50
“usted ve a alguien a que usted considera feliz o como siendo observado, y él hace ciertas cosas; usted, deseando esa felicidad, lo imita. ¿Esta imitación se llama disciplina, no es? Imitamos para recibir lo que tienen otros; copiamos para ser felices, a que usted piensa que él es.
¿La felicidad se encuentra con disciplina? ¿Practicando cierta regla, practicando cierta disciplina, un modo de la conducta, es usted free?… es siempre usted libremente formando su mente de una manera particular que usted llame disciplina? Usted no está obviamente. Usted es simplemente una máquina repetidora, oponiéndose según cierta conclusión, según cierto modo de la conducta. La libertad no puede venir con disciplina. La libertad puede venir solamente en estar con inteligencia; y se despierta esa inteligencia, o usted tiene esa inteligencia, el momento que usted ve que cualquier forma de obligación niega la libertad, interno o exterior.”

“nuestra dificultad es que la mayoría de nosotros han leído tanto, la mayoría de nosotros ha seguido superficial tan muchas disciplinas – levantándose cada mañana en cierta hora, sentándose en cierta postura, intentando llevar a cabo nuestras mentes de cierta manera – usted sabe, practica, practica, disciplina, porque le han dicho que si usted hace estas cosas por un número de años usted tendrá dios en el extremo de él. Puedo ponerla crudo, pero ésa es la base de nuestro pensamiento. ¿El dios no viene seguramente tan fácilmente como todo el eso? El dios no es una cosa comercial mera: Hago esto y usted me da eso.

La mayoría de nosotros son así que condicionado por influencias externas, por las doctrinas religiosas, creencia, y por nuestros el propios demanda interna para llegar algo, ganar algo, que es muy difícil que pensemos en este problema de nuevo sin el pensamiento en términos de la disciplina. Primero debemos ver muy claramente las implicaciones de la disciplina, cómo enangosta la mente, los límites la mente, obligamos la mente a una acción particular, con nuestro deseo, con influencia y todo el resto de él; una mente condicionada, no obstante ‘ virtuoso eso que condiciona, no puede posiblemente estar libre y por lo tanto no puede entender realidad. No importa el dios, la realidad o qué usted – el nombre – puede venir en ser solamente cuando allí es libertad, y no hay libertad donde hay obligación, positivo o negativo, con miedo.

No hay libertad si usted está buscando un extremo, porque le atan a tal efecto.”

“… con práctica, con hábito, con la cultivación de un patrón, la mente alcanza solamente lo que tiene en la visión. Por lo tanto no está libre… Para estar enterado de ese proceso entero – porqué usted se está disciplinando constantemente a la opinión pública; a ciertos santos; el negocio entero de conformarse con la opinión, si de un santo o de un vecino, es todo el igual – a estar enterado de esta conformidad entera con práctica, con maneras sutiles de someterse, de negar, afirmando, el suprimir, sublimando, toda la conformidad de implicación a un patrón: éste es ya el principio de la libertad… ”

“usted puede obligar a un niño que haga algo, puesto le en una esquina, y él puede ser reservado; pero interno él seething probablemente, mirando fuera de la ventana, haciendo algo conseguir lejos. Eso es lo que todavía estamos haciendo.”

“… cuanto más usted disciplina la mente, entrena a la mente, el mayor sus limitaciones.”

Libertad Total

la “disciplina es la cultivación de la resistencia, y donde hay resistencia allí no es comprensión.”

JIDDU KRISHNAMURTI(LA SOLEDAD INTERIOR)

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 31/01/2005 23:29
…… Si se me permite repetir lo que dije el otro día, estas charlas tienen muy poca significación si no experimentamos no sólo directamente sino también de forma inmediata lo que se está diciendo; no sirve de nada reflexionar, o recordar y luego poner en práctica lo que se ha dicho,porque la experiencia directa de lo que es la verdad tendrá su propio efecto sin que la mente haya de buscar intervención alguna sobre ella.Ésta es la razón por que es muy importante escuchar no sólo lo que se está diciendo, sino todo en la vida.

Cuando escuchamos a otra persona decir algo, cuando leemos, cuando oímos el canto de los pájaros o el sonido del mar agitado, es importante escuchar atentamente, porque en el mismo acto de escuchar existe una vivencia directa que no se encuentra contaminada por ninguno de nuestros prejuicios o nuestro particular condicionamiento. Tengo la impresión de que la mayoría de nosotros encuentra extremadamente arduo escuchar, porque hemos leído muchas cosas, y entonces justificamos o comparamos lo que hemos leído con lo que estamos escuchando, o intentamos recordar lo que se está diciendo para luego reflexionar sobre ello. Entonces la mente está intranquila y, por lo tanto, no escucha con atención.

Interlocutor: Usted ha dicho que las nacionalidades, las creencias, los dogmas, son separativos. ¿Es también la familia una fuerza separativa?

KRISHNAMURTI: Mientras exista alguna forma de identificación con la familia, con un grupo nacional, con un dogma, con unas creencias, obviamente será también separativa. Si yo me identifico con la India, con su pasado, con su religión, con sus dogmas, con su nacionalidad, yo, obviamente, estoy construyendo un muro a mi alrededor a través de la identificación con lo que yo pienso que es más importante que yo mismo.

Claramente, la cuestión no es si la familia o el grupo son separativos, sino si la mente se identifica a sí misma con algo y, en consecuencia, crea división. ¿Por qué me identifico a mí mismo con la India? Porque, si no me identifico con la India, con América, con Oriente o con Occidente, o con lo que sea, estoy perdido, me siento solo, abandonado. Este temor a quedarse solo, aislado, me obliga a identificarme con mi familia, con mi propiedad, con una casa, con una creencia. Eso es lo que está causando separación, no la familia. Si yo no me identifico con nada, ¿qué es lo que soy? No soy nadie. Pero si digo que soy un hindú con sabiduría oriental y toda esa insensatez (ya ustedes saben todo lo que hay detrás de ello), entonces sí que soy alguien. El identificarme con América o con Rusia me da prestigio, hace que me sienta importante, le proporciona un significado a mi vida; porque yo no quiero ser nadie, no quiero pasar desapercibido. Puede que yo tenga un nombre, pero ese nombre debe proporcionarme una categoría; rechazo ser realmente nadie, no tener una identificación con el mí, con algo que yo considero más grande: Dios, la verdad, el país, la familia o la ideología.
Es este proceso de identificación el que es separativo, destructivo. Por favor, escuchen esto. Este es su problema porque el mundo está siendo dividido actualmente en dos identificaciones dogmáticas que no están sino incrementando la fuerza separativa. Somos seres humanos, no hindúes, o americanos, o rusos. ¿Mas es posible vivir sin identificarnos, ser nadie en este mundo en el que todos luchan por ser alguien? Desde luego, es posible. Nuestros intentos por ser alguien nos están llevando a la miseria, a las guerras, todo lo cual lleva implicado la persecución del poder; y, cuando buscamos el poder individualmente, como grupo o como nación, estamos conduciéndonos hacia nuestra propia destrucción; esto es un hecho.

¿Podemos, tanto yo como ustedes, permanecer en soledad internamente, sin ir en busca de poder, sin identificarnos con nada -lo cual significa, realmente, carecer de temor? Encontrarán la respuesta por ustedes mismos si profundizan en la cuestión.

Interlocutor: Usted ha dicho que las nacionalidades, las creencias, los dogmas, son separativos. ¿Es también la familia una fuerza separativa?

KRISHNAMURTI: Mientras exista alguna forma de identificación con la familia, con un grupo nacional, con un dogma, con unas creencias, obviamente será también separativa. Si yo me identifico con la India, con su pasado, con su religión, con sus dogmas, con su nacionalidad, yo, obviamente, estoy construyendo un muro a mi alrededor a través de la identificación con lo que yo pienso que es más importante que yo mismo.

Claramente, la cuestión no es si la familia o el grupo son separativos, sino si la mente se identifica a sí misma con algo y, en consecuencia, crea división. ¿Por qué me identifico a mí mismo con la India? Porque, si no me identifico con la India, con América, con Oriente o con Occidente, o con lo que sea, estoy perdido, me siento solo, abandonado. Este temor a quedarse solo, aislado, me obliga a identificarme con mi familia, con mi propiedad, con una casa, con una creencia. Eso es lo que está causando separación, no la familia. Si yo no me identifico con nada, ¿qué es lo que soy? No soy nadie. Pero si digo que soy un hindú con sabiduría oriental y toda esa insensatez (ya ustedes saben todo lo que hay detrás de ello), entonces sí que soy alguien. El identificarme con América o con Rusia me da prestigio, hace que me sienta importante, le proporciona un significado a mi vida; porque yo no quiero ser nadie, no quiero pasar desapercibido. Puede que yo tenga un nombre, pero ese nombre debe proporcionarme una categoría; rechazo ser realmente nadie, no tener una identificación con el mí, con algo que yo considero más grande: Dios, la verdad, el país, la familia o la ideología.

Es este proceso de identificación el que es separativo, destructivo. Por favor, escuchen esto. Este es su problema porque el mundo está siendo dividido actualmente en dos identificaciones dogmáticas que no están sino incrementando la fuerza separativa. Somos seres humanos, no hindúes, o americanos, o rusos. ¿Mas es posible vivir sin identificarnos, ser nadie en este mundo en el que todos luchan por ser alguien? Desde luego, es posible. Nuestros intentos por ser alguien nos están llevando a la miseria, a las guerras, todo lo cual lleva implicado la persecución del poder; y, cuando buscamos el poder individualmente, como grupo o como nación, estamos conduciéndonos hacia nuestra propia destrucción; esto es un hecho.

¿Podemos, tanto yo como ustedes, permanecer en soledad internamente, sin ir en busca de poder, sin identificarnos con nada -lo cual significa, realmente, carecer de temor? Encontrarán la respuesta por ustedes mismos si profundizan en la cuestión.

Interlocutor: ¿Niega usted el valor y la integridad de los santos de todas las épocas, incluyendo a Cristo y a Buda?

KRISHNAMURTI: Eso plantea una cuestión muy interesante: ¿Por qué quiere usted santos?, ¿Por qué quiere héroes?, ¿Por qué quiere ejemplos? ¿Y quién es un santo? Porque una Iglesia canonice a alguien, ¿es ese alguien un santo? ¿Y cuál es su medida de un santo? Su medida estará acorde con sus deseos, esperanzas y condicionamientos; pero, como usted ve, la mente quiere a alguien a quien aferrarse, algo que esté más allá de sí misma. Usted quiere líderes, santos, ejemplos a seguir, a imitar, porque por sí mismo es pobre, deficiente; por ello, usted dice: “Si pudiese seguir a alguien, me enriquecería”. Usted nunca se verá enriquecido; usted se convertirá en el más pobre porque es solo cuando la mente, cuando la totalidad del ser, se encuentra vacía, sin buscar, que la creatividad de la realidad aparece.

Ustedes no tienen que creer en lo que yo estoy diciendo: sus santos, sus líderes les han conducido hacia ninguna parte. Ustedes solo tienen guerras, miseria, disputas, un continuo batallar interna y externamente. Pero si pueden ver lo que ustedes son -que son pobres internamente, que están atrapados en luchas y miserias-, verlo sin tratar de cambiar lo que son por otra cosa -lo cual solo sería una modificación; si pudiesen permanecer con lo que es sin guardar ningún deseo de transformarlo, entonces habría una transformación. Pero, mientras la mente esté tratando de imitar, de ajustarse, de medirse con sus ideas preconcebidas de lo que es o de lo que no es un santo, entonces todo ello no será más que una persecución de su particular realización, lo cual es vanidad.

Interlocutor: Si pudiésemos experimentar la inmortalidad, ¿existiría el miedo a la muerte?

KRISHNAMURTI: ¿Es posible para la mente, para usted, tener la experiencia de algo que no es mortal, que no es creado por la mente, que no pertenece al tiempo? Obviamente, si pudiésemos tener la experiencia de ello, no existiría el miedo a la muerte. Pero, ¿es eso posible? ¿Es posible para una mente que es temerosa, que funciona dentro de los dominios del tiempo, es posible para una mente así experimentar aquello que está fuera del tiempo? Quizá, si uno llevase a cabo algunos trucos, podría experimentar algo, pero eso aún estaría dentro de los dominios del tiempo.

Por lo tanto, abandonemos por el momento la cuestión de qué es lo inmortal, porque desconocemos lo que es; pero sí que conocemos el miedo a la muerte, a la vejez y a deterioro; estamos muy familiarizados con ello. En consecuencia, examinémoslo, profundicemos en ello; y no preguntemos si podemos estar libres del temor si experimentamos la inmortalidad; una pregunta así tiene muy poca razón de ser.

Tenemos miedo a la muerte, lo cual significa que estamos temerosos de llegar a un final. Tememos ver que todo lo que hemos adquirido -las experiencias que hemos acumulado, el conocimiento, las relaciones, los afectos, las virtudes que hemos cultivado- llegue a acabarse. Uno puede albergar la esperanza o la creencia de que habrá una resurrección en el futuro, pero sigue habiendo temor, porque el futuro es incierto. Aunque sus religiones, sus sacerdotes, sus esperanzas, han dicho que existe algún tipo u otro de continuidad, aún subsiste la incertidumbre. Uno no quiere morir; este es un hecho. En consecuencia, ¿existe en ello la comprensión del temor relacionado con la muerte?

¿Es posible morir mientras se vive? Por favor, escuchen: si yo no estoy acumulando, si no estoy viviendo en el futuro, en el mañana; si estoy satisfecho con el desbordante júbilo del momento, entonces, no existe una continuidad. Continuidad implica tiempo: yo fui, yo soy, yo seré. Siempre y cuando yo esté seguro de que seré, no tendré miedo; pero el seré es algo muy incierto; y entonces busco la inmortalidad, una confirmación de que voy a continuar.

¿Existe transformación en la continuidad? ¿Puede algo que continúa en el tiempo estar en un estado de completa revolución? ¿Puede haber renovación en algo que continúa? ¿Y no es importante morir internamente cada día, no teóricamente, sino realmente no acumular, no dejar que ninguna experiencia eche raíces, no pensar en el mañana psicológicamente?

Mientras pensemos en términos de tiempo, existirá el miedo a la muerte. He aprendido, pero no he llegado a la culminación, y antes de morirme debo encontrarla; o, si no la encuentro antes de morir, al menos espero encontrarla en mi próxima vida, etcétera. Todo nuestro pensar se basa en el tiempo: nuestro pensamiento es lo conocido, es el resultado de lo conocido, y lo conocido es el proceso del tiempo; y es con esa mente que tratamos de descubrir lo que es inmortal, lo que más allá del tiempo, lo cual no es sino una búsqueda en vano, carente de sentido, excepto para los filósofos, teóricos y especuladores. Si yo quiero hallar la verdad, no mañana, sino realmente, directamente, ¿acaso no debo yo -con el mí, el yo que siempre está acumulando, compitiendo y dándose a sí mismo continuidad por medio de la memoria- dejar de continuar? ¿Es posible morir mientras se vive –que no es perder la memoria de forma artificial, lo cual es amnesia, sino dejar realmente de acumular por medio de la memoria y, en consecuencia, cesar de darle continuidad al mí? Viviendo en este mundo, que pertenece al tiempo ¿es posible para la mente generar, sin ningún tipo de compulsión, un estado en que quien tiene experiencias y la experiencia misma carezcan de razón de ser? Mientras haya alguien que tenga experiencias, que sea el observador, el pensador, debe existir el miedo a acabarse y, en consecuencia, a la muerte. Mientras siga buscando otras experiencias, mientras siga fortaleciendo mi propia continuidad a través de mi familia, de mi propiedad, de mi nación, de mis ideas, de cualquier forma de identificación, debe existir el miedo a que todo se acabe.

Y, por tal razón, si fuese posible para la mente comprender todo esto, ser plenamente consciente de ello y no únicamente decir: “Sí, es muy simple”; si la mente pudiese ser consciente de la totalidad del proceso de la conciencia, si pudiese ver completamente lo que significa la continuidad y el tiempo, y la futilidad del buscar a través del tiempo para encontrar lo que está más allá de él; si tomase consciencia de todo ello, entonces, quizá hubiese muerte, que, de hecho, es la creatividad total que está más allá del tiempo.

JIDDU KRISHNAMURTI (Verdad y libertad)

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 31/01/2005 23:23
Verdad y libertad
” La verdad es una tierra sin senderos. El hombre no puede acercarse a ella a través de ninguna organización, de ninguna secta, dogma, sacerdote o ritual, ni a través de algún conocimiento filosófico o técnica psicológica. Tiene que encontrarla a través del espejo de las relaciones, a través de los contenidos de su propia mente, de la observación y no a través del análisis intelectual o la disección introspectiva. El hombre ha construido en sí mismo imágenes como una valla de seguridad–religiosas, políticas, personales. Estas se manifiestan en forma de símbolos, ideas, creencias. La carga de estas imágenes domina el pensamiento del hombre, sus relaciones y su vida diaria. Estas imágenes son la causa de nuestros problemas ya que dividen a los hombres. Su percepción de la vida esta moldeada por conceptos ya establecidos en su mente. El contenido de su consciencia es su entera existencia. Este contenido es común en toda la humanidad. La individualidad es el nombre, la forma, la cultura superficial que él adquiere a través de la tradición y el ambiente. La unicidad del hombre no reside en lo superficial sino en la libertad absoluta del contenido de su consciencia, la cuál es común en todos los seres humanos. Así el no es un individuo.
“La libertad no es una reacción; no es una elección. Es la pretensión del hombre creer que por tener elección es libre. La libertad es pura observación sin dirección, sin miedo al castigo, sin recompensas. La libertad existe sin motivo; la libertad no está al final de la evolución del hombre sino que reside en el primer paso de su existencia. Al observar, uno comienza a descubrir la falta de libertad. La libertad se encuentra en una consciencia no escogida en nuestra existencia y actividad diaria. El pensamiento es tiempo.
“El pensamiento nace de la experiencia y el conocimiento, los cuales son inseparables del tiempo y el pasado. El tiempo es el enemigo psicológico del hombre. Nuestra acción se basa en el conocimiento y por tanto en el tiempo, así el hombre siempre es un esclavo del pasado. El pensamiento es siempre limitado, así que vivimos en constante conflicto y lucha. No hay evolución psicológica.
“Cuando el hombre se vuelva consciente del movimiento de sus propios pensamientos, verá la división entre el pensador y el pensamiento, el observador y lo observado, el experimentador y lo experimentado. Descubrirá que esa división es una ilusión. Sólo entonces hay pura observación en la que no existe sombra del pasado ni el tiempo. Este eterno “insight” trae consigo una profunda y radical mutación en la mente. “La negación total es la esencia de lo positivo. Cuando hay negación de todas esas cosas que el pensamiento ha ocasionado psicológicamente, solo entonces hay amor, que es compasióne e inteligencia.”
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Inteligencia y dignidad
“Pude que seáis capaces de leer las piezas de Bernard Shaw, de citar a Shakespeare, a Voltaire o algún nuevo filosofo. Pero si vosotras mismas no sois inteligentes, si no sois creadoras, ¿para qué sirve la educación? ¿No resulta importante, pues, que tanto los maestros como vosotros, estudiantes, averigüen, descubran, cómo se es inteligente?
Es obvio que la inteligencia os viene cuando no estáis atemorizados, cuando en vosotros no hay miedo. ¿Sabéis que es el miedo? El miedo surge cuando pensáis en lo que la gente pueda decir de vosotros, o en lo que puedan decir vuestros padres; cuando os critican, cuando se os castiga, cuando fracasáis en un examen, cuando no tenéis popularidad en vuestro medio. Gradualmente el miedo os invade, ¿verdad?

Es obvio, pues que el miedo es una de las barreras para la inteligencia, ¿no es cierto? ¿Y no es la esencia de la educación el libertar al estudiante –es decir, a vosotros y a mí– del miedo, y hacer que él se dé cuenta de las causas del miedo para que pueda vivir libre de temor? ¿No es acaso uno de los fines esenciales de la educación, desde la infancia hasta que os lanzáis al mundo, el de ayudarnos a ser libres para que podáis comprender el miedo y las causas del miedo?

Si uno tiene miedo carece de iniciativa. ¿Sabéis que es la iniciativa? ¿Resulta tan difícil describirlo? Tener iniciativa es hacer algo original de un modo espontaneo, natural, sin que a uno lo guíen, lo fuercen, lo controlen; hacer algo que amáis (…) Bien veis que si tenéis miedo, todo eso queda excluido, desaparece de vuestra vida. Si tenéis miedo, habréis por fuerza de seguir la tradición, a alguna persona, a algún “gurú” (guía espiritual). Cuando seguís la tradición, cuando seguís al marido o la esposa, vosotros –como individuos, como seres humanos– perdéis vuestra dignidad.”

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El miedo
“Vivir es encontrar por sí mismo lo que es verdad, y usted puede hacerlo sólo cuando hay libertad, cuando hay una continua revolución dentro de usted mismo… Sólo cuando usted está constantemente preguntando, constantemente observando aprendiendo es que se encuentra la verdad, Dios o el amor; y usted no puede preguntarse, observar, aprender; no puede estar profundamente atento, si tiene miedo. Así es que la función de la educación, ciertamente es erradicar interior y exteriormente ese miedo que destruye el pensamiento humano, la relación humana y el amor.”

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Verdad y sufrimiento
“En breve voy a explicar que la verdad puede ser entendida instantáneamente. No es cuestión de tiempo; no es cuestión de desarrollo ni de habito. La verdad sólo puede comprenderse directamente de inmediato, ahora, en el presente, no en el futuro; y ella puede ser comprendida, sentida, realizada, cuando existe la capacidad de escuchar directamente, de un modo abierto y con el corazón abierto.
Hay sufrimiento: político, social, religioso. Todo nuestro ser psicológico esta confuso, y todos los dirigentes, políticos, religiosos, nos han fallado. Todos los libros han perdido su significación. Podéis consultar el Bhagavad Gita o la Biblia, o el último tratado sobre política o psicología, y encontraréis que ellos han perdido ese sonido típico, esa cualidad de la verdad; se han vuelto meras palabras. Vosotros mismos, sois los repetidores de esas palabras, estáis confusos e inciertos, la simple repetición de palabras nada sugiere. Las palabras y los libros, por consiguiente, han perdido su valor. Es decir si citáis la Biblia, o a Marx, o el Bhagavad Gita, vuestra repetición se convierte en una mentira porque vosotros mismos estáis inciertos, confusos.

El conocimiento propio no puede realizarse mientras no haya meditación. Porque la meditación es un proceso de constante revelación de todo pensamiento y todo sentimiento; no es la fijación en determinada imagen o idea, sino una constante percepción, una constante comprensión, de todo pensamiento y sentimiento a medida que surge. (…) Mientras no haya conocimiento propio, la multiplicación y reproducción de nuestros problemas continuará. Por eso es que el individuo tiene enorme significación. Porque él es el único transformador; sólo él puede revolucionar su vida de relación, y por consiguiente causar una revolución en el mundo, en el mundo de su relación.”

LA VERDAD ES UNA TIERRA SIN CAMINOS (Krishnamurti)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 31/01/2005 23:42

Disolución de la Orden de la Estrella
La Orden de la Estrella en el Este se fundó en 1911 para proclamar la venida del Maestro Mundial. Krishnamurti fue hecho jefe de la orden. El 2 de agosto de 1929, el día de la apertura del Campamento anual de la Estrella en Ommen, Holanda, Krishnamurti disolvió la Orden ante 3000 miembros. Debajo está el texto de la charla que él dio en esa ocasión. Lo que él dijo entonces es igualmente válido hoy.

Vamos a discutir esta mañana la disolución de la Orden de la Estrella. Se alegrarán muchas personas, y otros estarán bastante tristes. No es una cuestión para regocijarse ni para entristecer, porque es inevitable, como voy a explicar.

Ustedes recordarán la historia de cómo el diablo y un amigo suyo estaban caminando calle abajo, cuando vieron delante de ellos un hombre inclinarse y recoger algo de la tierra, mirarlo, y guardarlo en su bolsillo. Dijo el amigo al diablo: “¿Qué recogió ese hombre?”. “Él recogió un pedazo de Verdad”, dijo el diablo. “Ése es un mal negocio para usted, entonces”, dijo su amigo. “Oh, para nada,” contestó el diablo, “yo voy a permitirle organizarlo.”

Yo mantengo que la Verdad es una tierra sin caminos, y ustedes no pueden acercársele en absoluto por ningún camino, por ninguna religión, por ninguna secta. Ése es mi punto de vista, y adhiero a él absolutamente e incondicionalmente. La Verdad, siendo ilimitada, incondicionada, inaccesible por cualquier camino en absoluto, no puede organizarse; ni se debe formar una organización para conducir o para forzar a la gente a lo largo de cualquier camino determinado. Si ustedes entienden primero esto, entonces verán cómo es imposible ordenar una creencia. Una creencia es puramente una cuestión individual, y usted no puede y no debe organizarla. Si usted lo hace, se transforma en muerta, cristalizada; se convierte en un credo, una secta, una religión, para ser impuesta a otras. Esto es lo que todos a lo largo del mundo estamos intentando hacer. La verdad se limita y se hace un juguete para aquéllos que son débiles, para aquéllos que sólo están disgustados momentáneamente. La verdad no se puede limitar, más bien el individuo debe hacer el esfuerzo de ascender a ella. Usted no puede traer la cima de la montaña al valle. Si usted quiere alcanzar la cima de la montaña, debe pasar a través del valle, subir por sus laderas , sin miedo a los precipicios peligrosos. Usted debe subir hacia la verdad, no puede “ser traída abajo” o ser ordenada para usted. El interés en ideas es sostenido principalmente por organizaciones, pero las organizaciones despiertan solamente interés desde afuera. El interés, que no nació por amor a la Verdad en sí misma, sino que fue despertado por una organización, no tiene ningún valor. La organización se convierte en un armazón en el cual sus miembros pueden encajar convenientemente. Ellos ya no se esfuerzan por alcanzar la Verdad o la cima de la montaña, sino que tallan para ellos mismos un nicho conveniente donde guardarse, o permiten que la organización los guarde, y consideran que la organización los llevará por eso a la Verdad.

Esa es la primer razón, desde mi punto de vista, de por qué debe disolverse la Orden de la Estrella. A pesar de esto, ustedes formarán otras Órdenes probablemente, continuarán perteneciendo a otras organizaciones que buscan la Verdad. Yo no quiero pertenecer a ninguna organización de tipo espiritual, por favor entienda esto. Yo haría uso de una organización que me llevara a Londres, por ejemplo; éste es un tipo diferente de organización, meramente mecánico, como el poste o el telégrafo. Utilizaría un automóvil de motor o un buque de vapor para viajar, éstos son sólo mecanismos físicos que no tienen nada que ver con espiritualidad. De nuevo, yo mantengo que ninguna organización puede llevar al hombre a la espiritualidad.

Si una organización es creada para este propósito, se vuelve una muleta, una debilidad, una esclavitud, y deja inválido al individuo, y le impide crecer, establecer su singularidad, miente en el descubrimiento por sí mismo de lo absoluto, de la verdad incondicionada. Esta es otra razón por la que he decidido, siendo la cabeza de la Orden, disolverla. Nadie me ha persuadido a esta decisión.

Éste no es ningún hecho extraordinario, porque yo no quiero seguidores, y quiero explicar esto. En el momento en que usted sigue a alguien, usted deja de seguir a la Verdad. Yo no estoy interesado si usted presta atención a lo que digo o no. Quiero hacer algo en el mundo y voy a hacerlo con concentración firme. Me estoy refiriendo solamente a una cosa esencial: liberar al hombre. Yo deseo librarlo de todas las jaulas, de todos los miedos; y no fundar religiones, nuevas sectas, ni establecer nuevas teorías ni nuevas filosofías. Entonces usted me preguntará naturalmente por qué viajo por el mundo y hablo continuamente. Le diré por qué razón hago esto: no porque desee a un partidario, no porque desee un grupo de discípulos especiales. (¡Cómo aman los hombres ser diferente de sus compañeros, sin embargo cuán ridículas, absurdas y triviales pueden ser sus distinciones! Yo no quiero animar esa absurdidad.) No tengo ningún discípulo, ningún apóstol, ni en la tierra ni en el reino de la espiritualidad.

Ni el señuelo de dinero, ni el deseo de vivir una vida cómoda me atrae. ¡Si yo quisiera llevar una vida cómoda no vendría a un Campamento o viviría en un país húmedo! Estoy hablando francamente porque quiero dejar esto claro de una vez por todas. No quiero discusiones infantiles año tras año.

Un reportero que me entrevistó consideró un acto magnífico disolver una organización en que había miles y miles de miembros. Para él era un gran acto porque, dijo: “¿Qué hará usted después, cómo vivirá usted? No tendrá ningún partidario, las personas ya no lo escucharán.” Si hay sólo cinco personas que escucharán, que vivirán, que vuelvan sus caras hacia la eternidad, será suficiente. ¿De qué sirve tener miles que no entienden, que estén totalmente llenos de prejuicios, que no quieren lo nuevo, pero traducirían más bien lo nuevo para satisfacer sus propios egos estériles, estancados? Si yo hablo fuertemente, por favor no me entiendan mal, no es por falta de compasión. ¿Si usted va a un cirujano por una operación, no es bondadoso de su parte operar aun cuando él le cause dolor? Así pues, de modo semejante, si hablo rectamente, no es por carecer de verdadero amor.

Como he dicho, tengo solamente un propósito: hacer al hombre libre, para impulsarlo hacia la libertad, ayudarle a romper todas las limitaciones, porque solo ello le dará felicidad eterna, lo dará la realización incondicional de sí mismo.

Porque soy libre, no condicionado, entero -no una parte, no relativo, sino la Verdad entera que es eterna- deseo a aquéllos que buscan entenderme, para ser libres; no seguirme, no hacer de mí una jaula que se volverá una religión, una secta. Más bien deben ser libres de todo miedo, del miedo a la religión, del miedo a la salvación, del miedo a la espiritualidad, del miedo al amor, del miedo a la muerte, del miedo a la vida misma. Como un artista que pinta un cuadro porque siente deleite en esa pintura, porque es su autoexpresión, su gloria, su bienestar, así es que yo hago esto y no porque deseo cualquier cosa de cualquier persona.

Ustedes están acostumbrados a la autoridad, o a la atmósfera de autoridad que piensan los llevará a la espiritualidad. Ustedes piensan y esperan que otro pueda, por su extraordinario poder -un milagro- transportarlos a este reino de libertad eterna que es la Felicidad. Su perspectiva entera de vida está basada en esa autoridad.

Ustedes me han escuchado durante tres años, sin ninguna transformación, excepto en unos pocos. Ahora analicen lo que estoy diciendo, sean críticos, para que puedan entender completamente, fundamentalmente. Cuando usted busca una autoridad para llevarlo a la espiritualidad, usted está automáticamente obligado a construir una organización alrededor de esa autoridad. Por la misma creación de esa organización que, usted piensa, ayudará a esta autoridad a llevarlo a la espiritualidad, usted se aprisiona en una jaula.

Si hablo francamente, por favor recuerden que lo hago no por aspereza, no por crueldad, ni por falta de entusiasmo en mi propósito, sino porque quiero que entiendan lo que estoy diciendo. Ésa es la razón de por que ustedes están aquí, y sería una pérdida de tiempo si yo no explicara claramente, decididamente, mi punto de vista.

Durante dieciocho años se han estado preparando para este evento, para la Venida del Maestro del mundo. ¡Durante dieciocho años ustedes han organizado, han buscado a alguien que les daría un nuevo deleite a sus corazones y mentes, que transformaría su vida entera, que les daría una nueva comprensión; a alguien que les educaría a un nuevo plano de la vida, que les daría un nuevo estímulo, que los haría libre; y ahora miren lo que está pasando! Consideren, razonen por ustedes mismo, y descubran de qué manera la creencia no los ha hecho diferentes, con la diferencia superficial de llevar una insignia que es trivial, absurda. ¿De qué manera ha barrido esta creencia todas las cosas no esenciales de la vida? Ésa es la única manera de juzgar: ¿de qué manera está usted más libre, más pleno, más peligroso para cada sociedad que esté basa da en lo falso y lo no esencial? ¿De qué manera los miembros de esta organización de la Estrella se vuelven diferentes?

Como he dicho, ustedes se ha estadon preparando durante dieciocho años para mí. A mí no me interesa si creen que yo soy el maestro del mundo o no. Eso es de importancia muy pequeña. Puesto que ustedes pertenecen a la organización del Orden de la Estrella, ustedes han dado su simpatía, su energía, reconociendo que Krishnamurti es el maestro, parcialmente o totalmente: totalmente para aquéllos que realmente están buscando, sólo parcialmente para aquéllos que están satisfecho con sus propias medio-verdades.

Ustedes se han estado preparando durante dieciocho años, y miren cuántas dificultades hay en su manera de comprensión, cuántas complicaciones, cuántas cosas triviales. Sus prejuicios, sus miedos, sus autoridades, sus iglesias nuevas y viejas; todo ésto, yo mantengo, es una barrera para entender. No puedo explicarme más claramente. Yo no quiero que usted esté de acuerdo conmigo, no quiero que me siga, yo quiero que usted entienda lo que estoy diciendo.

Esta comprensión es necesaria porque su creencia no lo ha transformado, sólo lo ha complicado, y porque usted no está dispuesto a hacer frente a las cosas tal cual son. Usted quiere tener su propio dios, nuevos dioses en lugar de las religiones viejas, nuevas formas en lugar de las viejas, nuevo en lugar de lo viejo, todo igualmente sin valor, todas las barreras, todas las limitaciones, todas las muletas. En lugar de las distinciones espirituales viejas usted tiene nuevas distinciones espirituales, en lugar de los cultos viejos usted tiene nuevos cultos. Ustedes están dependiendo para su espiritualidad de alguien más, para su felicidad de algún otro, para su esclarecimiento de algún otro; y aunque ustedes han estado preparandose para mí durante dieciocho años, cuando digo que todas estas cosas son innecesarias, cuando digo que deben poner todo lejos y mirar dentro de ustedes mismos para el esclarecimiento, para la gloria, para la purificación, y para la incorruptibilidad del uno mismo, ninguno de ustedes está deseoso de hacerlo. Puede haber unos, pero muy, muy pocos.

¿Entornces por qué tener una organización?

¿Por qué tener personas falsas, hipócritas, que me siguen como la encarnación de la Verdad? Por favor recuerden que no estoy diciendo algo áspero o duro, pero nosotros hemos alcanzado una situación cuando ustedes deben enfrentar las cosas tal cual son. Dije el año pasado que no me comprometería. Muy pocos me escucharon entonces. Este año la he hecho absolutamente claro. Yo no sé cuántos miles de miembros a lo largo del mundo se han estado preparando para mí durante dieciocho años, pero ellos no están dispuestos ahora a escuchar, incondicional, enteramente, a lo que digo.

¿Entornces por qué tener una organización?

Cuando dije antes, que mi propósito es hacer a los hombres incondicionalmente libres, porque mantengo que la única espiritualidad es la incorruptibilidad del sí mismo, que es eterno, que es la armonía entre la razón y amor. Esto es el absoluto, la Verdad no condicionada que es la Vida misma. Quiero por consiguiente hacer al hombre libre, dichoso como el pájaro en el cielo claro, aliviado, independiente, extasiado en esa libertad. Y yo, para quien usted se ha estado preparando durante dieciocho años, ahora digo que usted debe estar libre de todas estas cosas, libre de sus complicaciones, sus enredos. Para esto usted no necesita tener una organización basada en una creencia espiritual. ¿Por qué tener una organización para cinco o diez personas en el mundo que entienden, que están esforzándose, que han apartado todas las cosas triviales? Y para las personas débiles, no puede haber ninguna organización para ayudarlos a encontrar la Verdad, porque la Verdad está en todos; no está lejana, no está cercana; está eternamente allí.

Las organizaciones no pueden hacerlos libres. Ningún hombre puede hacerlos libres; ni lo puede la adoración ordenada, ni la immolación de ustedes mismos para una causa; ni formándose una organización, ni lanzándose en trabajos, puede hacerlos libres. Usted usa una máquina de escribir para escribir cartas, pero usted no la pone en un altar y le rinde culto. Pero eso es lo que usted está haciendo cuando las organizaciones se convierten en su principal preocupación. “¿Cuántos miembros hay allí?” Ésa es la primer pregunta que me hacen todos los reporteros. “¿Cuántos seguidores tiene? Por su número nosotros juzgaremos si lo que usted dice es verdad o falso.” Yo no sé cuántos hay. No me preocupo por eso. Como he dicho, si hay un solo hombre que fue libre, incluso eso es bastante.

Una vez más, usted tiene la idea que solamente cierta gente tiene la llave del reino de la felicidad. Nadie la tiene. Nadie tiene la autoridad para tener esa llave. Esa llave es su propio ser, y en el desarrollo y la purificación y en la incorruptibilidad de ese ser solo está el Reino de la Eternidad.

Entonces ustedes verán cuan absurda es la estructura que han construido, buscando ayuda externa, dependiendo de otros para su consuelo, para su felicidad, para su fuerza. Éstos sólo pueden encontrarse dentro de ustedes mismos.

¿Entornces por qué tener una organización?

Usted está acostumbrado a escuchar cómo ha adelantado, cual es su estado espiritual. ¡Qué infantil! ¿Quién sino usted mismo puede decirle si usted es hermoso o feo por dentro? ¿Quién sino usted mismo puede decirle si usted es incorruptible? Usted no es serio en estas cosas.

¿Entornces por qué tener una organización?

Pero aquéllos que realmente desean entender, que están buscando encontrar aquello que es eterno, sin comienzo y sin un final, caminarán con una intensidad mayor, serán un peligro para todo lo que es no esencial, para lo irreal, para las sombras. Y ellos se concentrarán, ellos se volverán la llama, porque ellos entienden. Tal es el cuerpo que debemos crear, y ése es mi propósito. Debido a esa comprensión real habrá verdadera amistad. Debido a esa verdadera amistad -que ustedes no parecen conocer- habrá allí cooperación real por parte de cada uno. Y esto no debido a la autoridad, no debido a la salvación, no debido a la inmolación para una causa, sino porque usted entiende, y por lo tanto es capaz de vivir en lo eterno. Ésta es una cosa mayor que todo el placer, que todo el sacrificio.

Éstas son tan algunas de las razones por las que, después de la consideración cuidadosa por dos años, he tomado esta decisión. No es un impulso momentáneo. Ninguna persona me ha persuadido a ella. Me no persuaden en tales cosas. Por dos años he estado pensando en esto, lentamente, cuidadosamente, pacientemente, y ahora he decidido disolver la orden. Ustedes pueden formar otras organizaciones y esperar a algún otro. Por eso yo no me preocupo, ni en crear nuevas jaulas, ni nuevas decoraciones para esas jaulas. Mi única preocupación es hacer a los hombres absolutamente, incondicionalmente libres

Disolucion de la orden de la estrella

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 27/02/2005 12:57

Disolución de la Orden de la Estrella
La Orden de la Estrella en el Este se fundó en 1911 para proclamar la venida del Maestro Mundial. Krishnamurti fue hecho jefe de la orden. El 2 de agosto de 1929, el día de la apertura del Campamento anual de la Estrella en Ommen, Holanda, Krishnamurti disolvió la Orden ante 3000 miembros. Debajo está el texto de la charla que él dio en esa ocasión. Lo que él dijo entonces es igualmente válido hoy.

Vamos a discutir esta mañana la disolución de la Orden de la Estrella. Se alegrarán muchas personas, y otros estarán bastante tristes. No es una cuestión para regocijarse ni para entristecer, porque es inevitable, como voy a explicar.

Ustedes recordarán la historia de cómo el diablo y un amigo suyo estaban caminando calle abajo, cuando vieron delante de ellos un hombre inclinarse y recoger algo de la tierra, mirarlo, y guardarlo en su bolsillo. Dijo el amigo al diablo: “¿Qué recogió ese hombre?”. “Él recogió un pedazo de Verdad”, dijo el diablo. “Ése es un mal negocio para usted, entonces”, dijo su amigo. “Oh, para nada,” contestó el diablo, “yo voy a permitirle organizarlo.”

Yo mantengo que la Verdad es una tierra sin caminos, y ustedes no pueden acercársele en absoluto por ningún camino, por ninguna religión, por ninguna secta. Ése es mi punto de vista, y adhiero a él absolutamente e incondicionalmente. La Verdad, siendo ilimitada, incondicionada, inaccesible por cualquier camino en absoluto, no puede organizarse; ni se debe formar una organización para conducir o para forzar a la gente a lo largo de cualquier camino determinado. Si ustedes entienden primero esto, entonces verán cómo es imposible ordenar una creencia. Una creencia es puramente una cuestión individual, y usted no puede y no debe organizarla. Si usted lo hace, se transforma en muerta, cristalizada; se convierte en un credo, una secta, una religión, para ser impuesta a otras. Esto es lo que todos a lo largo del mundo estamos intentando hacer. La verdad se limita y se hace un juguete para aquéllos que son débiles, para aquéllos que sólo están disgustados momentáneamente. La verdad no se puede limitar, más bien el individuo debe hacer el esfuerzo de ascender a ella. Usted no puede traer la cima de la montaña al valle. Si usted quiere alcanzar la cima de la montaña, debe pasar a través del valle, subir por sus laderas , sin miedo a los precipicios peligrosos. Usted debe subir hacia la verdad, no puede “ser traída abajo” o ser ordenada para usted. El interés en ideas es sostenido principalmente por organizaciones, pero las organizaciones despiertan solamente interés desde afuera. El interés, que no nació por amor a la Verdad en sí misma, sino que fue despertado por una organización, no tiene ningún valor. La organización se convierte en un armazón en el cual sus miembros pueden encajar convenientemente. Ellos ya no se esfuerzan por alcanzar la Verdad o la cima de la montaña, sino que tallan para ellos mismos un nicho conveniente donde guardarse, o permiten que la organización los guarde, y consideran que la organización los llevará por eso a la Verdad.

Esa es la primer razón, desde mi punto de vista, de por qué debe disolverse la Orden de la Estrella. A pesar de esto, ustedes formarán otras Órdenes probablemente, continuarán perteneciendo a otras organizaciones que buscan la Verdad. Yo no quiero pertenecer a ninguna organización de tipo espiritual, por favor entienda esto. Yo haría uso de una organización que me llevara a Londres, por ejemplo; éste es un tipo diferente de organización, meramente mecánico, como el poste o el telégrafo. Utilizaría un automóvil de motor o un buque de vapor para viajar, éstos son sólo mecanismos físicos que no tienen nada que ver con espiritualidad. De nuevo, yo mantengo que ninguna organización puede llevar al hombre a la espiritualidad.

Si una organización es creada para este propósito, se vuelve una muleta, una debilidad, una esclavitud, y deja inválido al individuo, y le impide crecer, establecer su singularidad, miente en el descubrimiento por sí mismo de lo absoluto, de la verdad incondicionada. Esta es otra razón por la que he decidido, siendo la cabeza de la Orden, disolverla. Nadie me ha persuadido a esta decisión.

Éste no es ningún hecho extraordinario, porque yo no quiero seguidores, y quiero explicar esto. En el momento en que usted sigue a alguien, usted deja de seguir a la Verdad. Yo no estoy interesado si usted presta atención a lo que digo o no. Quiero hacer algo en el mundo y voy a hacerlo con concentración firme. Me estoy refiriendo solamente a una cosa esencial: liberar al hombre. Yo deseo librarlo de todas las jaulas, de todos los miedos; y no fundar religiones, nuevas sectas, ni establecer nuevas teorías ni nuevas filosofías. Entonces usted me preguntará naturalmente por qué viajo por el mundo y hablo continuamente. Le diré por qué razón hago esto: no porque desee a un partidario, no porque desee un grupo de discípulos especiales. (¡Cómo aman los hombres ser diferente de sus compañeros, sin embargo cuán ridículas, absurdas y triviales pueden ser sus distinciones! Yo no quiero animar esa absurdidad.) No tengo ningún discípulo, ningún apóstol, ni en la tierra ni en el reino de la espiritualidad.

Ni el señuelo de dinero, ni el deseo de vivir una vida cómoda me atrae. ¡Si yo quisiera llevar una vida cómoda no vendría a un Campamento o viviría en un país húmedo! Estoy hablando francamente porque quiero dejar esto claro de una vez por todas. No quiero discusiones infantiles año tras año.

Un reportero que me entrevistó consideró un acto magnífico disolver una organización en que había miles y miles de miembros. Para él era un gran acto porque, dijo: “¿Qué hará usted después, cómo vivirá usted? No tendrá ningún partidario, las personas ya no lo escucharán.” Si hay sólo cinco personas que escucharán, que vivirán, que vuelvan sus caras hacia la eternidad, será suficiente. ¿De qué sirve tener miles que no entienden, que estén totalmente llenos de prejuicios, que no quieren lo nuevo, pero traducirían más bien lo nuevo para satisfacer sus propios egos estériles, estancados? Si yo hablo fuertemente, por favor no me entiendan mal, no es por falta de compasión. ¿Si usted va a un cirujano por una operación, no es bondadoso de su parte operar aun cuando él le cause dolor? Así pues, de modo semejante, si hablo rectamente, no es por carecer de verdadero amor.

Como he dicho, tengo solamente un propósito: hacer al hombre libre, para impulsarlo hacia la libertad, ayudarle a romper todas las limitaciones, porque solo ello le dará felicidad eterna, lo dará la realización incondicional de sí mismo.

Porque soy libre, no condicionado, entero -no una parte, no relativo, sino la Verdad entera que es eterna- deseo a aquéllos que buscan entenderme, para ser libres; no seguirme, no hacer de mí una jaula que se volverá una religión, una secta. Más bien deben ser libres de todo miedo, del miedo a la religión, del miedo a la salvación, del miedo a la espiritualidad, del miedo al amor, del miedo a la muerte, del miedo a la vida misma. Como un artista que pinta un cuadro porque siente deleite en esa pintura, porque es su autoexpresión, su gloria, su bienestar, así es que yo hago esto y no porque deseo cualquier cosa de cualquier persona.

Ustedes están acostumbrados a la autoridad, o a la atmósfera de autoridad que piensan los llevará a la espiritualidad. Ustedes piensan y esperan que otro pueda, por su extraordinario poder -un milagro- transportarlos a este reino de libertad eterna que es la Felicidad. Su perspectiva entera de vida está basada en esa autoridad.

Ustedes me han escuchado durante tres años, sin ninguna transformación, excepto en unos pocos. Ahora analicen lo que estoy diciendo, sean críticos, para que puedan entender completamente, fundamentalmente. Cuando usted busca una autoridad para llevarlo a la espiritualidad, usted está automáticamente obligado a construir una organización alrededor de esa autoridad. Por la misma creación de esa organización que, usted piensa, ayudará a esta autoridad a llevarlo a la espiritualidad, usted se aprisiona en una jaula.

Si hablo francamente, por favor recuerden que lo hago no por aspereza, no por crueldad, ni por falta de entusiasmo en mi propósito, sino porque quiero que entiendan lo que estoy diciendo. Ésa es la razón de por que ustedes están aquí, y sería una pérdida de tiempo si yo no explicara claramente, decididamente, mi punto de vista.

Durante dieciocho años se han estado preparando para este evento, para la Venida del Maestro del mundo. ¡Durante dieciocho años ustedes han organizado, han buscado a alguien que les daría un nuevo deleite a sus corazones y mentes, que transformaría su vida entera, que les daría una nueva comprensión; a alguien que les educaría a un nuevo plano de la vida, que les daría un nuevo estímulo, que los haría libre; y ahora miren lo que está pasando! Consideren, razonen por ustedes mismo, y descubran de qué manera la creencia no los ha hecho diferentes, con la diferencia superficial de llevar una insignia que es trivial, absurda. ¿De qué manera ha barrido esta creencia todas las cosas no esenciales de la vida? Ésa es la única manera de juzgar: ¿de qué manera está usted más libre, más pleno, más peligroso para cada sociedad que esté basa da en lo falso y lo no esencial? ¿De qué manera los miembros de esta organización de la Estrella se vuelven diferentes?

Como he dicho, ustedes se ha estadon preparando durante dieciocho años para mí. A mí no me interesa si creen que yo soy el maestro del mundo o no. Eso es de importancia muy pequeña. Puesto que ustedes pertenecen a la organización del Orden de la Estrella, ustedes han dado su simpatía, su energía, reconociendo que Krishnamurti es el maestro, parcialmente o totalmente: totalmente para aquéllos que realmente están buscando, sólo parcialmente para aquéllos que están satisfecho con sus propias medio-verdades.

Ustedes se han estado preparando durante dieciocho años, y miren cuántas dificultades hay en su manera de comprensión, cuántas complicaciones, cuántas cosas triviales. Sus prejuicios, sus miedos, sus autoridades, sus iglesias nuevas y viejas; todo ésto, yo mantengo, es una barrera para entender. No puedo explicarme más claramente. Yo no quiero que usted esté de acuerdo conmigo, no quiero que me siga, yo quiero que usted entienda lo que estoy diciendo.

Esta comprensión es necesaria porque su creencia no lo ha transformado, sólo lo ha complicado, y porque usted no está dispuesto a hacer frente a las cosas tal cual son. Usted quiere tener su propio dios, nuevos dioses en lugar de las religiones viejas, nuevas formas en lugar de las viejas, nuevo en lugar de lo viejo, todo igualmente sin valor, todas las barreras, todas las limitaciones, todas las muletas. En lugar de las distinciones espirituales viejas usted tiene nuevas distinciones espirituales, en lugar de los cultos viejos usted tiene nuevos cultos. Ustedes están dependiendo para su espiritualidad de alguien más, para su felicidad de algún otro, para su esclarecimiento de algún otro; y aunque ustedes han estado preparandose para mí durante dieciocho años, cuando digo que todas estas cosas son innecesarias, cuando digo que deben poner todo lejos y mirar dentro de ustedes mismos para el esclarecimiento, para la gloria, para la purificación, y para la incorruptibilidad del uno mismo, ninguno de ustedes está deseoso de hacerlo. Puede haber unos, pero muy, muy pocos.

¿Entornces por qué tener una organización?

¿Por qué tener personas falsas, hipócritas, que me siguen como la encarnación de la Verdad? Por favor recuerden que no estoy diciendo algo áspero o duro, pero nosotros hemos alcanzado una situación cuando ustedes deben enfrentar las cosas tal cual son. Dije el año pasado que no me comprometería. Muy pocos me escucharon entonces. Este año la he hecho absolutamente claro. Yo no sé cuántos miles de miembros a lo largo del mundo se han estado preparando para mí durante dieciocho años, pero ellos no están dispuestos ahora a escuchar, incondicional, enteramente, a lo que digo.

¿Entornces por qué tener una organización?

Cuando dije antes, que mi propósito es hacer a los hombres incondicionalmente libres, porque mantengo que la única espiritualidad es la incorruptibilidad del sí mismo, que es eterno, que es la armonía entre la razón y amor. Esto es el absoluto, la Verdad no condicionada que es la Vida misma. Quiero por consiguiente hacer al hombre libre, dichoso como el pájaro en el cielo claro, aliviado, independiente, extasiado en esa libertad. Y yo, para quien usted se ha estado preparando durante dieciocho años, ahora digo que usted debe estar libre de todas estas cosas, libre de sus complicaciones, sus enredos. Para esto usted no necesita tener una organización basada en una creencia espiritual. ¿Por qué tener una organización para cinco o diez personas en el mundo que entienden, que están esforzándose, que han apartado todas las cosas triviales? Y para las personas débiles, no puede haber ninguna organización para ayudarlos a encontrar la Verdad, porque la Verdad está en todos; no está lejana, no está cercana; está eternamente allí.

Las organizaciones no pueden hacerlos libres. Ningún hombre puede hacerlos libres; ni lo puede la adoración ordenada, ni la immolación de ustedes mismos para una causa; ni formándose una organización, ni lanzándose en trabajos, puede hacerlos libres. Usted usa una máquina de escribir para escribir cartas, pero usted no la pone en un altar y le rinde culto. Pero eso es lo que usted está haciendo cuando las organizaciones se convierten en su principal preocupación. “¿Cuántos miembros hay allí?” Ésa es la primer pregunta que me hacen todos los reporteros. “¿Cuántos seguidores tiene? Por su número nosotros juzgaremos si lo que usted dice es verdad o falso.” Yo no sé cuántos hay. No me preocupo por eso. Como he dicho, si hay un solo hombre que fue libre, incluso eso es bastante.

Una vez más, usted tiene la idea que solamente cierta gente tiene la llave del reino de la felicidad. Nadie la tiene. Nadie tiene la autoridad para tener esa llave. Esa llave es su propio ser, y en el desarrollo y la purificación y en la incorruptibilidad de ese ser solo está el Reino de la Eternidad.

Entonces ustedes verán cuan absurda es la estructura que han construido, buscando ayuda externa, dependiendo de otros para su consuelo, para su felicidad, para su fuerza. Éstos sólo pueden encontrarse dentro de ustedes mismos.

¿Entornces por qué tener una organización?

Usted está acostumbrado a escuchar cómo ha adelantado, cual es su estado espiritual. ¡Qué infantil! ¿Quién sino usted mismo puede decirle si usted es hermoso o feo por dentro? ¿Quién sino usted mismo puede decirle si usted es incorruptible? Usted no es serio en estas cosas.

¿Entornces por qué tener una organización?

Pero aquéllos que realmente desean entender, que están buscando encontrar aquello que es eterno, sin comienzo y sin un final, caminarán con una intensidad mayor, serán un peligro para todo lo que es no esencial, para lo irreal, para las sombras. Y ellos se concentrarán, ellos se volverán la llama, porque ellos entienden. Tal es el cuerpo que debemos crear, y ése es mi propósito. Debido a esa comprensión real habrá verdadera amistad. Debido a esa verdadera amistad -que ustedes no parecen conocer- habrá allí cooperación real por parte de cada uno. Y esto no debido a la autoridad, no debido a la salvación, no debido a la inmolación para una causa, sino porque usted entiende, y por lo tanto es capaz de vivir en lo eterno. Ésta es una cosa mayor que todo el placer, que todo el sacrificio.

Éstas son tan algunas de las razones por las que, después de la consideración cuidadosa por dos años, he tomado esta decisión. No es un impulso momentáneo. Ninguna persona me ha persuadido a ella. Me no persuaden en tales cosas. Por dos años he estado pensando en esto, lentamente, cuidadosamente, pacientemente, y ahora he decidido disolver la orden. Ustedes pueden formar otras organizaciones y esperar a algún otro. Por eso yo no me preocupo, ni en crear nuevas jaulas, ni nuevas decoraciones para esas jaulas. Mi única preocupación es hacer a los hombres absolutamente, incondicionalmente libres

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