Síntomas de posible ataque psi

De:  Sacerdotizadelaluna1  (Mensaje original) Enviado: 09/09/2004 12:04

Peleas conyugales inexplicables, fracasos económicos reiterados, agotamiento físico y psíquico repentino… eso son sólo algunos síntomas que anuncian que una persona ha sido víctima de un «trabajo» o de un hechizo o ataque psíquico conciente y premeditado. 
Cuando una serie de hechos desgraciados irrumpen sin motivo en la vida de una persona, es frecuente que ésta sienta que ha perdido el timón y que una fuerza ingobernable decide por ella. 
Existen numerosas y eficaces técnicas para comprobar si hemos recibido agresiones psíquicas destinadas a quitarnos energía, causándonos la ruina financiera o desarmonizando nuestra pareja; y otras mediante las cuales es posible revertir el daño, neutralizarlo o protegernos. 
Es cierto que basta con un deseo silencioso para que una corriente de energía inicie una serie de causas y efectos que serán notorios a corto o largo plazo. 
Pero así como los hechizos pueden influir en nuestra vida hasta ponerla patas arriba, los contrahechizos brindan resultados similares con una eficacia proporcional. 
Aunque a veces resulta difícil creer, las situaciones adversas que no tienen una explicación lógica aparente, son producto de un trabajo de magia negra o de la captación de energía mental negativa. 

¿COMO OPERAR CONTRAHECHIZOS? 

El primer paso para operar contrahechizos es ser consciente de esa especie de ley mágica. No todas las personas reaccionan del mismo modo a las agresiones psíquicas y a otros maleficios.
A veces, los seres atacados por el mal son únicamente receptores y depuradores de la negatividad, debido a su estado de extrema pureza o delicada contextura energética, tal es el caso de los niños, los animales y las plantas. 
Pero en otras ocasiones, las personas que sufren a causa de un daño son receptoras y emisoras de este tipo de energía porque ya sea de modo consciente o no, han abierto la puerta de su mente a la negatividad y de ese modo han sido afectadas.
Este tipo de comportamiento es habitual en individuos adultos normales que frecuentemente desconfían de las actitudes de las personas, que albergan resentimientos y odios o emiten pensamientos negativos. 
Las personas con alteraciones o desviaciones mentales o con adicciones o vicios severos, también son receptores muy calificados de los «trabajos» de magia negra. Es decir, que existen seres con una disposición natural a absorber el mal, así como hay otros que tienden a rechazarlo. La diferencia fundamental entre unos y otros radica en la mente y el corazón de ambos.

ALGUNOS SINTOMAS 

Independientemente del motivo que los origine, estos son algunos de los síntomas que permiten diagnosticar con certeza que una persona ha sido víctima de un daño: 
– Peleas y discusiones constantes en el seno de la familia por motivos intrascendentes. 
– Rupturas amorosas inexplicables. 
– Padecimientos de salud para los que la medicina no encuentra ninguna explicación. 
– Dolores de cabeza, de oídos, molestias visuales, resfríos o estados gripales frecuentes. 
– También agotamiento extremo, falta de energía, desgano sin que medie el esfuerzo físico, emocional o intelectual que lo justifique. 
– Ausencia total del deseo sexual, dificultades económicas que no tienen razón aparente, tales como las que se pueden padecer a causa de estafas, quiebras y robos reiterados. 
– En síntesis, la persona que sufre de ataque de hechicería tiene la sensación de que todo le sale al revés, ya que cada emprendimiento se desvirtúa, trastoca o termina mal.
“Se debe estar consciente que la actitud mental lo es todo, es difícil ser victima de un ataque asi, pero si una cree que lo está es muy probable que asi sea, pues la mente “abre la puerta” a esas energías. 

La mejor manera de contrarrestarlo, es mantenernos alertas y protegidos en todo momento, con actitud mental positiva, oración y algún amuleto, mantener pensamientos sanos, pues lo que va vuelve de vuelta.
Quien realiza el trabajo de magia es quien mas sale dañado, pues al cortarse el hechizo todo el mal vuelve a esa persona por triplicado, generalmente todo se paga, y de la forma mas cara.

¿EXISTEN LOS “HECHIZOS” Y “MALEFICIOS”?

¿EXISTEN LOS “HECHIZOS” Y “MALEFICIOS”?

                                                                                                            por Gustavo Fernández

    Resulta tragicómico observar que colegas parapsicólogos de la más variopinta extracción, generalmente de posiciones encontradas en cuanto a su apreciación sobre aspectos si se quiere generales de estas disciplinas, parecen reaccionar comúnmente cuando, en cualquier conferencia o reunión de interesados, alguien del público hace la pregunta “maldita”: ¿Existe el “daño”?.

    Y al hablar de daño, uno no puede dejar de pensar en los innumerables sinónimos con que se le conoce: hechizo, maleficio, brujería, “payé”, “gualicho”, trabajo, atadura, mal… Todos términos populares que podríamos reducir en el de “ataque psíquico”, definible como la posibilidad de que, consciente (ya sea a través de un “ritual” o técnica específica) o inconscientemente y movilizando energías psíquicas, se ocasionen perturbaciones de cualquier índole (físicas, psíquicas, espirituales, emocionales, sociales, afectivas, económicas) a un individuo o grupo de individuos.

    Ciertamente, en la actualidad puede parecer poco “serio” hablar de “agresiones psíquicas”. Empero, un simple –y terrible– razonamiento nos llevará a advertir que la cuestión no es tan sencilla de refutar y que puede fundamentarse científicamente.

    Hoy en día, nadie niega en los ámbitos académicos vinculados a la Parapsicología la concreta existencia de dos específicos fenómenos paranormales: la telekinesia y la telepatía.

    De la primera, recordemos que se define como “el movimiento de objetos inanimados por acción de la mente”. La telekinesia tiene, además, dos aspectos particulares: uno conocido como psicokinesis (en los diccionarios figura como “acción de la psiquis sobre sistemas físicos en evolución” y, para que esto sea más entendible, citemos como ejemplos de psicokinesis: alterar la disposición con que cae un grupo de dados sobre una mesa, o aquella situación que cualquiera puede experimentar en casa, de tomar dos plantas iguales y dedicar diez minutos diarios de atención y afecto a una, pero ignorar a la otra, observándose al cabo de un par de semanas que la primera se desarrollará algo así como un sesenta por ciento más que la “abandonada”), y otro como hiloclastia (rotura paranormal de objetos: un foco de luz que estalla acompañando el estallido de ira –o su represión– de un adolescente). Estadística y experimentalmente, todos estos fenómenos son parte del “hábeas” académico respetado hoy en día.

    Ahora bien. Supongamos que una persona idónea en psicokinesis (voluntaria o involuntariamente, consciente o inconscientemente), así como provoca artificialmente una multiplicación en el crecimiento de una planta, puede provocar una multiplicación, anormal y descontrolada, en el tejido celular de un órgano específico, ¿no estaríamos en presencia de un carcinoma, una forma de cáncer, al que eufemísticamente podemos con toda corrección denominar como un “crecimiento anormal y descontrolado de células”?.

¿Y qué ocurriría si, contando con motivos para dirigir su odio, descargara esa energía “hiloclásticamente” sobre el cerebro de otra persona, provocando la rotura de una arteria?. ¿No moriría la misma por ese aneurisma?.

    Y en el campo del “daño” sembrado voluntariamente, la repetición de un ritual (sea éste ocultista o una maldición gitana, o una oración pseudorreligiosa, en fin, cualquier intención mental cuantitativa y cualitativamente fuerte y sostenida), ¿no podría llevar a que una pulsión negativa sea “sembrada” en el área mental de otro individuo, impulsándolo a acciones erróneas?. Pongamos un ejemplo: si yo pienso repetida e intensamente en que “X se pelee con Z”, la emoción transferida (“odio a Z”) puede, telepáticamente, “ensuciar” los verdaderos sentimientos y pensamientos de “X” quien, al encontrarse con “Z”, y al sentir odio dentro de sí contra éste puede peligrosamente interpretar que ese odio es real, propio, justificado, y en consecuencia llevarlo al conflicto.

    En resumen, si un individuo puede mover telekinéticamente un objeto, destruirlo o alterarlo en su naturaleza o comportamiento, también puede intervenir en el metabolismo de otro sujeto, alterándolo (perturbándolo así físicamente) o bien, por acción telepática, distorsionar su percepción de la realidad (endógena y exógena), desequilibrándolo en las demás áreas. Y convengamos en algo: reconocer la realidad de la telepatía, la telekinesis y sus variantes y empecinarse en no aplicar sus eventuales consecuencias sobre la vida humana como sustrato fenomenológico de los “hechizos”, responde más a personales prejuicios o anteojeras intelectuales que a una imposibilidad material.

    Esas técnicas agresivas dependen más de la intensidad con que son ejecutadas (por ser las emociones no solamente el factor primitivo de la psiquis más poderoso sino también movilizadores naturales de poderosas fuerzas energéticas) que de lo ritualístico o litúrgico en sí: un “brujo” que clave agujas en serie en una cadena de muñecos tendrá, seguramente, menos éxito que aquél que, tal vez haciéndolo por primera vez, concentra toda su atención para no incurrir en errores y con ello, no sólo sus emociones, sino también su potenciallidad parapsicológica. Siguiendo esta corriente de pensamiento, hasta la simple, dominante y cotidiana “envidia” es una forma velada de ataque psíquico.

    En consecuencia, todas las técnicas defensivas deberán acusar la misma correspondencia: no solamente repetir la técnica en sí (como enseñamos en nuestros cursos sobre “Autodefensa Psíquica”) sino poner en la misma toda la “fuerza interior” posible. Sintéticamente diremos que, siempre, la mejor defensa mental será lo que en Control Mental Oriental se denomina densificación del pensamiento. Y una buena dosis de sensatez: después de todo, no son brujas todas (o todos) los que dicen serlo.

Fundamentos cientificos del ocultismo

FUNDAMENTOS CIENTÍFICOS DEL OCULTISMO
(PRIMERA PARTE)

El material que brindamos a continuación es la primera entrega de un texto aún no dado a imprenta por Gustavo Fernández, pero que se encuentra en sus planes de edición para el bienio 2000/2001.

INTRODUCCIÓN

El trabajo que ustedes se aprestan a leer es la natural decantación de numerosos años de estudio e investigación pero, en especial, de reflexión. Pensamientos que nacieron no sólo de la libre asociación de conceptos extraídos de centenares de libros leídos sobre el tema, sino especialmente de la amalgama de los mismos con las experiencias y anécdotas por mí vividas, tanto en el ámbito de la enseñanza como en el de la investigación de campo. Y todo ello hilvanado a partir de la inflexible metodología intelectual que me he impuesto y que, cuanto menos en mí, se manifiesta en una revolucionaria concepción del Universo y la Realidad que así, escrita con mayúscula, trasciende la concepción que de la realidad cotidiana tenemos para transformarse en una lente multidimensional para comprender el Todo (el sentido esencial del Uni-verso) en que estamos insertos.

Como suelo decir frecuentemente, resulta hasta intelectualmente chocante para una mayoría de contemporáneos que a principios de este siglo veintiuno alguien, en vez de buscar la acreditación científica o académica para sus actividades en el campo de la investigación (especialmente si ésta roza peligrosamente el limbo de lo paranormal) acepte nominalmente volcarse hacia el 0cultismo. Precisamente, estas páginas constituyen, si cabe, un alegato de autojustificación lo que, ciertamente, no deja de ser un expreso reconocimiento de humana debilidad por parte del autor, puesto que si hay algo que se supone no debe interesar en lo más mínimo a un ocultista es lo que otros puedan pensar de él.

Pero, en fin. Este es el tenor de los tiempos, la incierta oportunidad de haber nacido a caballo de la transición entre la Era de Piscis a la de Acuario.

Por otra parte, es absolutamente cierto que esto de dejar tranquila nuestra conciencia a partir del momento en que gozamos del crédito universitario es apenas un modismo de la época: en efecto, en otros tiempos, muy distintos eran los referentes de credibilidad a que acudía el ser humano.

Así, por ejemplo, en el Medioevo los intelectuales temblaban ante la sola idea de no contar con el respaldo eclesiástico. En otros momentos históricos (en nuestro propio país, décadas atrás) lo importante era la opinión favorable que de lo que uno hacía tuvieran los políticos. O los militares.

En última instancia, decir que hoy en día lo “importante” es que los científicos respalden lo que hacemos sólo refleja la moda intelectual de la época: a veces me pregunto qué será importante, cuál será realmente la referencia válida intelectualmente hablando para nuestros descendientes de los próximos quinientos años. Y me respondo: algo muy parecido a ese entronque entre misticismo, lógica y estética que hoy denominamos Ocultismo, pues eso (y no otra cualquier burda definición de diccionario) es la filosofía que nos ocupa.

Comencemos por aclarar que existe una contradicción –otra más– implícita en el título de este libro: un verdadero ocultista sabe que es una perogrullada buscar fundamentos científicos en el Ocultismo porque, precisamente, es la Ciencia la que se fundamenta en éste. Y lo dicho, que puede sonar a herejía, es sin embargo una verdad histórica: el método científico como tal, en tanto es una metodología aplicada analíticamente al conocimiento de un tema determinado, y en cuanto parte de tres axiomas o premisas básicas, es una exigencia intelectual de los antiguos sabios ocultistas.

En efecto: esos axiomas fueron exigidos por los antiguos hierofantes para el conocimiento racional del Universo, a saber: (a) verificabilidad (que una afirmación pueda ser cotejada por cualquier observador objetivo); (b) repetibilidad (que aplicando un mismo método se obtengan idénticos resultados) y (c) uniformidad de criterios. Pues ciertamente, ¿qué es el Ocultismo, sino el conocimiento racional de las cosas más la percepción mística e iluminista o, si se quiere, intuitiva, más el orden y la armonía (estética) entre ellas?. El experimentador ocultista proponía un ensayo, una receta, una metodología, y afirmaba que si ésta se respetaba (en elementos, circunstancias, etc.) se obtenía invariablemente los mismos resultados: y esto es científico.

Lo científico (que en nuestra época equivale a decir lo respetable) no pasa por las herramientas de trabajo, por el uso de sofisticada tecnología (por lo que el diccionario entiende por “sofisticado”), por el título académico o por el guardapolvo blanco: lo científico, lo serio, lo metodológico estriba en la actitud intelectual. No interesa si nos valemos de contadores Geiger, electroencefalógrafos o, en su defecto, de velas, sahumerios o símbolos. Un tema no es “científico” por sí mismo sino por las exigencias metodológicas que satisface. La absurdidad campea también en las academias, cuando se flexibiliza en exceso la rigurosidad de una investigación, nos autocensuramos de evaluar una hipótesis alternativa o se priorizan las luchas internas o el “lobby” político institucional sólo en aras de asegurar la rápida publicación de unos resultados, acceder a una beca o sostener la respetabilidad adquirida.

Los ocultistas, en cambio, sostenían que además del trabajo de laboratorio es necesario el crecimiento interior, espiritual, del experimentador, porque sólo del resumen de ambas concepciones surge una visión holística del Universo. Así, el Ocultismo enseña que hay tres maneras de comprender la Realidad: racionalmente (la ciencia), esencialmente (la mística) y estéticamente (el arte). Cuando un maestro de obras gótico dirigía la construcción de una catedral, como en el caso de Notre Dame o Chartres, esto no sólo buscaba la perfección edilicia (técnica) para un fin (religioso) sino también debía expresar artísticamente su objetivo.

Pero la esquizofrenia social del sistema nos llevó a una compartimentización, a especializarnos en exceso; hoy se sabe cada vez más de cada vez menos, perdiendo de vista esa contemplación totalizadora que preconiza el Esoterismo. Palabra, después de todo, que proviene del griego “eisoteo” (“abrir una puerta”) indicando que la búsqueda de Dios está hacia adentro de cada uno de nosotros. De allí que la moderna ciencia deba sus créditos a los primeros preceptos intelectuales de las Ciencias Ocultas. No olviden ustedes que la Filosofía, madre epistemológica de todas las ciencias, esa Filosofía que hoy estudiamos en las universidades, parte de planteos elaborados por sabios muertos centenares o miles de años atrás.

Cada rama del Ocultismo antecede y engloba a las ciencias contemporáneas: la Astrología es más abarcativa que la Astronomía, no solamente por ser históricamente anterior, sino porque mientras ésta última estudia las relaciones físicas entre los cuerpos celestes, aquélla estudia esas relaciones físicas más el todo energético, el todo astral, que las involucra, además de las interacciones de esos distintos planos entre sí y su efecto macrocósmico sobre lo microcósmico, el hombre. La Alquimia se encuentra en igual relación con la moderna Química, pues mientras ésta investiga las relaciones físicas y químicas entre los elementos orgánicos o inorgánicos, la alquimia trabajaba en el mismo terreno además de su relación con las transmutaciones psíquicas y espirituales del operador. La moderna Matemática nace en la matemática pitagórica, pues mientras en la escuela, el colegio y la universidad se nos enseñan las relaciones entre esos entes abstractos llamados números y solamente ellas, Pitágoras estudiaba dichas relaciones así como las de las mismas con los planetas, colores, notas musicales, partes del cuerpo humano… porque en última instancia el Ocultismo busca el conocimiento de lo particular para aprender (¿o debería escribir “aprehender?”) la esencia de lo general, lo trascendente. En síntesis, el Todo.

Tengo además otra razón de peso para justificar a este trabajo: el brindar una óptica quizás polémica pero no menos realista a la actividad parapsicológica. En efecto, en todo el mundo es evidente el esfuerzo que hacen los parapsicólogos profesionales –especialmente aquellos de profunda inserción mediática– por rotular a sus actividades de “científicas”, poniendo el grito en el cielo cada vez que se les atribuye connotaciones esotéricas. Soy un convencido, como parapsicólogo, que nuestra disciplina no es más que el aggiornamiento contemporáneo de contenidos y herramientas típicamente ocultistas, ya sea este ocultismo de Oriente u Occidente. Y como creo que nada malo hay en eso, intento depurar de nuestras filas la suspicacia y vergüenza que la ignorancia puede generar alrededor de la filosofía esotérica y sus prácticas.

Pero como estamos dominados por el pensamiento tecnocrático, seguimos pensando que el valor de las cosas radica en la “razón científica” que sea, o no, encontrada. Por ese motivo es que escribí este libro.

para hacer que un enemigo se aleje

PARA HACER QUE UN ENEMIGO SE ALEJE

Cuando la Luna esté en una fase decreciente, escribir en un pergamino blanco el nombre completo de la persona que desea alejar de sí, junto con su fecha de nacimiento completa (si la conoce).
Hacer el pergamino blanco un rollo junto con una fotografía del enemigo (si la tiene a mano), colocar todo dentro de una botella de vinagre y, entonces, tirarla dentro de agua corriente (un río, un mar, etc.), al tiempo que visualiza a su enemigo que se aleja y nunca más le cause daño. Este es un hechizo ideal para utilizarse cuando todo lo demás parece haber fracasado.

PARA AYUDAR EN EL CAMBIO DE ENEMIGOS EN AMIGOS

Con la fotografía de su enemigo, pasarla a través del humo ascendente de incienso de jazmín, de naranja o de violetas. Mientras lo hace, recitar tres veces la siguiente incantación: “Enemigo, enemigo, vuélvete amigo, que toda maldad ahora llegue a su fin”.
(Si se carece de una fotografía del enemigo, se puede utilizar un pedazo cuadrado de pergamino azul en el que se escriba el nombre completo y la fecha de nacimiento, si se conocen).
Luego de recitar la incantación por tercera vez, tomar la fotografía o el pergamino azul y colocarlo dentro de una caja pequeña, junto con una piedra de berilio. Llenar la caja con verbena y cubrirla con una tapa y luego almacenarla en un lugar donde no se toque. Para obtener los mejores resultados, realizar este hechizo cuando la Luna esté llena.

PARA DETENER A UN ENEMIGO QUE HABLA MAL DE USTED

Escribir el nombre y la fecha de nacimiento completos de su enemigo chismoso en un pedazo de corteza fresca de olmo. Envolverlo en un trozo de tela negra y decir:
(Nombre del enemigo) quédate callado ahora, que tu lengua amarga se quiebre.
(Nombre del enemigo) quédate callado ahora, que no se hablen palabras dañinas.
¡Que así sea!
Enterrar el pedazo de corteza cubierto con la tela negra en el bosque o en un cementerio durante la noche, mientras una pálida luz de la Luna ilumine todo y visualice a su enemigo incapaz de hablar siempre que intente hacer correr rumores malignos acerca de usted.

PARA DEBILITAR A UN MAGO QUE ACTUA EN CONTRA SUYA

Durante la primera noche de Luna decreciente, asar la pata de un conejo feliz con la llama de una vela negra consagrada y entonces, colocar el amuleto encima de un pedazo de tela negra que esté totalmente nuevo. Rociar la tela con un poco de tierra de cementerio y pimienta de Guinea. Colocar entonces, boca bajo, una fotografía (o un dibujo) del hecicero que está utilizando poder negativo en su contra (también puede utilizar un pedazo de pergamino encima del que haya escrito, invertido y con tinta de sangre de dragón, el nombre verdadero del hechicero. Esta tinta puede obtenerse en la mayoría de las tiendas de objetos de ocultismo o pedirse por catálogo especializado). Envolver el amuleto con la tela negra, asegurándose de que se realice cada uno de los pliegues alejándose de usted (nunca tirando la parte doblada hacia sí mismo) y entonces, amarrarlo con seguridad con un pedazo de cuerda negra.
Perforar un hoyo en el lado este de un árbol que esté en la propiedad del hechicero (o tan cerca de su hogar como sea posible) y esconder el amuleto en ese hoyo. Cuando el Sol se oculte todos los días, el poder del hechicero sobre usted se debilitará cada vez más.

El mal de ojo

EL MAL DE OJO:

Un viejo hechizo para desviar los poderes del mal de ojo pide que se amarren en un mismo hilo a nueve escarabajos vivos y entonces, que se entierren en suelo consagrado a medianoche.
Un método más moderno (y menos burdo) para actuar en contra del mal de ojo es el siguiente: con el uso de un atame consagrado, el día de San Juan, la noche de Samhain o en cualquier noche, cortar un pequeño trozo de madera de fresno europeo de montaña (sorbus aucuparia), cuando la Luna esté en fase decreciente. Pintar en este pedazo de madera el antiguo símbolo egipcio del Ojo de Horus con tinta o pintura azul (desde principios remotos el color azul se ha utilizado como el color que desvía el mal de ojo). Luego de secarse la tinta o la pintura, llevar en el bolsillo, la bolsa de mano o en otra parte el trozo de madera como un amuleto protector.
Otro método mágico para protegerse en contra del mal de ojo incluye dormir con un pedazo de cuerda que tenga nueve nudos debajo de la almohada y el acto de girar sobre sí mismo en siete ocasiones en el sentido de avance de las agujas del reloj.
Este último método también funciona bien para romper con una racha de mala suerte, en especial si se realiza durante la fase decreciente de la Luna y se recita la siguiente incantación en ocasión de cada giro:

“Malos augurios y amargura del diablo,
disminuyan y luego cesen del todo
cuando la Luna oscura se desvanezca”

PARA MANTENER EL MAL ALEJADO DE SU HOGAR:

Preparar un té mágico por medio de la infusión de cualquiera de las siguientes hierbas y raíces, y, entonces, rociarlo en las esquinas y quicios de puerta de su hogar para purificar, combatir victoriosamente conjuros malvados e impedir la entrada al hogar de las fuerzas del mal: raíz de angélica (de la familia del perejil, género Angelica), floración de escobillas (plantas de los géneros Cytisus, Genista y Spartium), polvo de curry, cardo santo (géneros Onopordum, Cirsium y Cnicus), raíz de pokeweed (phytolacca americana, cuyas raíces y frutos son venenosos pero se pueden añadir a su agua de baño de tina o para limpiarse) y tormentilla (polentilla tormentilla, utilizada en el teñido amarillo de pieles).

RE: Cuentos y Poemas Indigenas II

Para la defensa de la casa

Lo que necesitamos para hacer una limpia de un espacio en el cual está contaminado por “larvas”, seres del bajo astral o energías negativas.

Un recipiente con agua (Importante que sea cristalina y pura).

Sal marina gruesa (Como una cuchara sopera, las cantidades son orientativas) .

Copal o cualquier incienso que nos guste (Personalmente recomendaría el Copal Blanco).

Una ramita de Romero (Optativo).

Un sahumador o incensario.

Carbón para el incienso (Carbón litúrgico o cualquier carbón vegetal).

En primer lugar nos aseamos o tomamos un baño y nos vestimos de blanco o en su defecto llevamos alguna prenda de este color. (No es obligatorio, pero se desaconseja el negro , en esos momentos).

Tomamos el recipiente con el agua y ponemos dentro la sal, en la cantidad que estimemos oportuno(Tampoco conviene cargarla con mucha sal porque cuando se seca el agua tiende a dejar manchas blancas en las salpicaduras) la diluimos.

Bendecimos el agua y la sal de la manera que nosotros lo entendamos, podemos hacer la señal de la Cruz sobre el agua o bien extender las manos con las palmas de las manos sobre el recipiente tratando de visualizar una Luz Blanca Brillante que llena el recipiente. Doy algunos ejemplos, de bendiciones;

“Que lo más puro y más elevado del Gran Espíritu descienda e impregne este fluido Sagrado. Así sea”

Otra;
“Yo te bendigo en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.”

Otra;
“Que la energía Cristica descienda sobre este Grial y esta agua se transmute en elemento sagrado. Está escrito”

Otra;
“Invoco a lo más puro y más elevado de la divinidad junto a los guardianes más elevados para que me asistan en esta limpia, agradezco vuestra participación”

Tomamos el recipiente con el agua bendecida y la ramita de Romero. Empezamos por la puerta del patio si lo hubiera, si es externo o en su defecto de la puerta de entrada a la casa.

Desde la entrada y en el sentido de las agujas (manillas) del reloj comenzamos el recorrido recitando durante todo el trayecto.

“Casa de Jerusalem que salga el mal y entre el bien”

Así en todos los rincones iremos mojando la ramita de Romero en el agua bendecida por nosotros y salpicando unas gotas de dicha agua, por todos los lugares, no olvidando ninguno e incluso debajo de la escalera si la hubiera.

Habrá dependencias que no podremos entrar por ser un almacén y no disponer del espacio físico para entrar, no importa se coloca uno en la puerta y salpicando con el agua bendita por cada una de las esquinas de la estancia , en sentido de las agujas del reloj y recitando lo arriba descrito, completamos el recorrido por todas las recamaras y huecos de la casa sin pasarnos ninguno e incluso en los armarios despensas etc.

Muy importante no pasar por alto nada para que los “entes” no tengan lugar donde ir.

El segundo paso se toma el sahumador (incensario) prendido el carbón y bien cargado del Copal y se sigue repitiendo toda la oración y empleamos el mismo recorrido que hicimos para la bendición con el agua.

Cuando acabamos si aún queda Copal este se deja hasta que se acabe y no quede nada encendido.

Con el agua bendecida por nosotros la podemos tener en un recipiente abierto hasta que esta se evapore, posteriormente limpiamos los instrumentos y damos las gracias a los asistentes, con una formula sencilla.

Podría ser <>

O cualquier otra que se os pueda ocurrir. Lo importante es la intención.

Que tengais un buen día

Halcón_Peregrino

Cuentos y Poemas Indigenas-43

1
OCULTISMO PRACTICO EN LA
VIDA COTIDIANA

Entre el gran número de cartas que llega a la Fraternidad de la Luz Interior , una buena parte de él contiene pedidos de ayuda y consejos respecto de los métodos de aplicación de las fuerzas ocultas a los problemas de la vida cotidiana.

Las obsesiones, encantamientos y ataques ocultos son relativamente escasos y cuando se los investiga resultan ser a menudo casos de insania; la mala suerte persistente, la salud quebrantada que resiste la terapéutica ordinaria y sobre la cual discurren los médicos o manifiestan en definitiva que no encuentran la causa de los males, se deben con exclusividad a tratamientos inadecuados para el logro de la evolución psíquica que se busca; también se mencionan influencias malignas del ambiente y del lugar. En suma, todo esto constituye el contenido que la mayoría de las cartas que se reciben.

Asimismo, se nos interroga con frecuencia sobre la interpretación de los sueños, visiones de símbolos y la manera de recuperar la memoria de reencarnaciones pasadas.

Conforme a la tradición oculta ortodoxa, la enseñanza de los Misterios debe estar reservada sólo para los que se hubieran entregado a ella con dedicación exclusiva y hubieran pasado durante largos años por determinadas disciplinas y pruebas. En otras palabras, en ocultismo es imprescindible estar iniciado. Pero con la difusión de los conocimientos ocultos que tiene lugar en nuestra época, se ha producido también un cambio en el espíritu del movimiento. Del mismo modo que se enseña a cada uno de los componentes de un coro que recree la totalidad de la partitura, así también se pide al peregrino que se capacite individualmente para aplicar los métodos a sus problemas cotidianos. El requerimiento es razonable.

Sea como fuere, no es fácil saber hasta qué punto una persona no iniciada puede comprender las teorías metafísicas y metapsíquicas, puesto que el individuo común tiende a tergiversar los hechos y con ello agudiza sus dificultades. Es preciso tener un punto de partida y una actitud especial para el manejo satisfactorio de las fuerzas ocultas en la vida individual; la persona que pretenda hacer uso de ellas debe estar libre de influencias emocionales y su actitud debe ser por entero imparcial y serena, pues en caso contrario pasará a una confusión mayor. Para el trabajo ocultista no es suficiente conocer tecnicismos; por el contrario, lo más importante es la actitud, la cual determinara la naturaleza de los resultados últimos. Sólo por la autodisciplina y la depuración del carácter puede lograrse esa actitud. Sin embargo, es posible explicar de manera bastante simple y práctica los requisitos necesarios para el aprendizaje íntegro de las doctrinas ocultistas y elucidar en justa medida los métodos de capacitación deseables, a cualquier persona equilibrada y de inteligencia media que aspire a aplicar estos conocimientos a los problemas de la vida cotidiana, aun cuando los más delicados deban dejarse al experto.

Por cierto que los métodos de gran ceremonial no son apropiados para el uso de todos, salvo que se trate de un iniciado con buena disciplina; pero hay ritos menores susceptibles de abordarse por quien logre una concentración estable. Además, la comprensión de los principios ocultistas, aplicados a los problemas de la vida diaria, es utilísima como método profiláctico, que capacita al afectado para superar y evitar toda clase de disgustos. Asimismo, nos muestra la manera de abordar mejor y dominar los problemas de la vida, enseñándonos que hay una maniobra estratégica para afrontar cada problema: el ataque de flanco que desvía, en vez del ataque frontal que es una simple fuerza ciega; de igual modo, hay fluios y reflujos en la vida del hombre en los que sabiendo cómo obrar en su oportunidad, actuarán a favor y no en contra. Todos éstos son conocimientos y aplicaciones prácticas del ocultismo en la vida cotidiana, cuyo dominio resulta beneficioso para el que se interesa en su estudio.

En todo lo que sea posible nos propondremos llevar estos conocimientos al estudioso, mas no como método rutinario, sino como aplicación de los principios ocultos en que están cimentados, de modo tal que aquellos que los pongan en práctica, puedan hacerlo sirviéndose de la inteligencia; el éxito dependerá de la capacidad de discernimiento que se tenga respecto de la naturaleza de los problemas a resolver. El diagnóstico debe preceder al tratamiento, de ahí que todo lo que se refiere a sutiles condiciones psíquicas, no es en absoluto un problema simple, porque en ese caso debe ser reconocido y tenido en cuenta el elemento subconsciente, y ello no es fácil cuando presionan con agudeza los mismos conflictos que requieren del que las padece un enfoque imparcial e impersonal. No obstante, deberemos hacer lo que podamos y a menudo tendremos éxito sólo en la medida que seamos más honestos con nosotros mismos que lo que somos cuando intentamos justificar nuestra posición ante los ojos de terceros. Asimismo, el éxito depende de nuestro poder de concentración que nos permite tener la mente fija en una idea; sin embargo, esto es un asunto de práctica y el uso regular de ciertos ejercicios, en general, desarrolla la capacidad requerida con bastante rapidez.

Al cumplirse las dos premisas: un recto juicio respecto de la naturaleza del problema y la necesaria habilidad para concentrarse, permiten lograr en gran parte lo que se persigue, aun por el que no esté adiestrado ni iniciado. Algunos problemas podrán ser resueltos en forma total y otros serán más llevaderos aunque temporariamente queden sin resolver.

No debe pensarse que enseñaremos cómo hacer sonar las trompetas de Jericó. Algunos conflictos, por supuesto, se aclararán en seguida cuando se trate la causa psíquica que en ellos subyace; otros requerirán un permanente y arduo trabajo hasta su solución y en algunos casos un diagnóstico erróneo hará abortar toda la obra.

El ocultista experimentado, que actúa sobre el terreno mismo, debe ser capaz de formular su diagnóstico y ver en perspectiva con un alto grado de exactitud; mas no estamos escribiendo para él, sino para aquellos que han comenzado a deletrear el alfabeto ocultista; y aunque es nuestro deber estar en amable disposición para aconsejar en todo cuanto dependa de nuestro saber y conocimiento, sólo por excepción nos resulta posible actuar sobre el terreno mismo. Por consiguiente, el lector deberá aprender sus lecciones con ayuda de su propia experiencia, siendo ésta una escuela dura, pero muy eficiente.

Principios Básicos
Existen algunos libros antiguos –y también otros modernos– que llevan el título genérico de El médico en casa o algo parecido. Allí se encuentran tabulados síntomas tales como: “Estómago: dolor en; sensación de lleno en”, etc., etc., y remiten a una página en la que se consigna el remedio, generalmente en dosis como para la resistencia física de marineros y herreros. Se trata de compilaciones incompletas y es probable que si se lo sigue al pie de la letra, aumente en forma considerable la mortalidad por operaciones demoradas y cánceres no reconocidos a tiempo. Trataremos de no cometer errores semejantes en esta obra; por ello es que pedimos al lector el esfuerzo y la atención suficientes para captar ciertos principios básicos, de modo que pueda llegar, en primer término, al diagnóstico para aplicar con inteligencia los métodos ocultos.

Por sobre todo, debemos comprender que el plano material, tal como lo vemos, es el resultado final de una larga cadena de procesos evolutivos que tuvieron lugar en planos sutiles, en el reino del espíritu, de la mente y del éter astral. En consecuencia, cada problema que encontramos en el piano físico tiene una especie de alma compuesta por los factores de cada uno de esos niveles de manifestación; es importante que lo comprendamos, puesto que cada problema es compuesto, por lo cual tenemos que determinar la proporción relativa de los diferentes factores que lo integran y discernir cuál es el nivel en el que la perturbación tiene su raíz o núcleo. Es inútil tratar el problema por medio del simple exorcismo astral, si su raíz se halla en algún factor espiritual oculto en lo profundo del alma.

No obstante, siempre debemos tener presente que cada plano posee sus propias leyes particulares, las que no pueden ser subyugadas por ningún poder, por grande que éste sea, sino sólo dirigidas y usadas. Mas, por ser cada plano animado y dirigido por el superior, la dirección hasta la que sus fuerzas y mecanismos pueden ser dirigidos, es mayor de lo que puede suponerse. Sin embargo, hay límites bien definidos para este poder, límites que deben ser aceptados. En este sentido es en el que fracasa tan a menudo la curación espiritual, porque casi nunca admite limitaciones a lo que llama “poder de Dios”, pero que con frecuencia sólo significa el deseo del paciente de verse libre de sus sufrimientos.

Luego, debemos comprender que hay muchas fuerzas y diversas formas de existencia que no descienden a planos tan inferiores como el físico; por ejemplo, pueden tener un aspecto espiritual y mental, o espiritual, mental y etérico astral, pero no forma física. Si sabemos cómo hacerlo, en muchos casos podremos extender esas fuerzas haciéndolas descender por los planos y darles expresión en lo físico. Empero, esto no significa que vamos a hacer milagros y materializaciones, porque en la mayoría de los casos el vehículo de la manifestación es la mente del operador y por tanto, la operación parece producirse de modo natural por una concurrencia de factores felices. En ciertos cases, es el poder sistematizado el que ordena esos “factores felices”, lo cual muestra que ciertas operaciones definidas están siendo ejecutadas. Hay que tener en cuenta que debe discriminarse respecto del uso de estos métodos según sean los casos; no deben ni pueden ser usados de manera rutinaria por todo el que no se sienta bien, ya sea de su mente, su cuerpo, su espíritu o simplemente porque se hallen contrariados sus deseos.
Los casos en que estas fuerzas sutiles sean los factores predominantes, son los más apropiados para las operaciones ocultas. Mas, estas fuerzas sutiles, aunque en apariencia materiales, desempeñan en todos los casos un papel y pueden ser utilizadas si no para curar, por lo menos, como paliativo. En un hombre lesionado por un accidente. por ejemplo o atacado por una aguda infección neumónica. pareciera que todo su problema radica exclusivamente en el piano físico; sin embargo está muy lejos de ser así, porque sobrevivir a la operación en el caso del accidente, y la resistencia a la infección en el caso del neumónico, ambos eventos conciernen a los planos sutiles de la naturaleza, y su dependencia está condicionada a su vitalidad y temperamento.

Debemos recordar también que para estimar con precisión la naturaleza de muchos tipos de problemas, en especial aquellos relacionados con la “mala suerte” constante como asimismo ciertas patologías de carácter psíquico, debemos tomar en consideración el karma o influencia de arrastre de encarnaciones previas. Existen ciertos métodos para valorizarlos que describiremos a su debido tiempo. Además, el karma individual, o destino, debe ser liquidado de acuerdo con la influencia del largo ciclo del karma racial, el cual lo modifica o refuerza; y también esto debe tenerse en cuenta.

En resumen, cada problema es cuádruple: espiritual, mental, etérico-astral y físico, Cada uno de estos planos tiene sus propias leyes que no pueden ser abrogadas, sino dirigidas. La causal de la mayor parte de los problemas se proyecta hacia atrás en el tiempo, vinculada con encarnaciones anteriores y tales problemas son modificados en su liquidación por las influencias del karma racial, que prevalecen. Debemos procurar superar nuestros problemas relacionando todos estos factores y no computando sólo uno de ellos, y sin pasar por alto que las proporciones en las que están presentes estos factores, varían en cada caso.
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Hay facultades en el alma humana que corresponden a los planos sutiles de existencia, los que ejercen una influencia sobre ellas siendo a su vez éstas influidas por aquellos; facultades y planos cuya existencia ignoran la mayor parte de las personas. Sin embargo, si observamos bien, no dejaremos de sorprendernos ante el hecho de que existen flujos y reflujos en la existencia del hombre que no podrían explicarse por la secuencia: material de causa y efecto. El ocultista estudia estos sutiles procesos, y el resultado de su observación lo capacita para establecer la presencia de ciertas leyes definidas con respecto a ellos y que sirven para ser aplicadas en forma inmediata para solucionar problemas en la vida cotidiana. Estos diferentes planos no se hallan ubicados uno sobre otro como el estrato de las rocas; son diferentes modos de existencia y pueden ocupar el mismo espacio simultáneamente, como el sonido, la luz y el calor, Los diferentes aspectos de la conciencia se forman con estos distintos modos de existencia, de la misma manera que el calcio, básico en la formación de nuestros huesos, proviene del reino mineral, y el agua de nuestros tejidos deriva de fuentes y ríos. El calcio de nuestros huesos no es en manera alguna diferente del que se halla en el tejido de las plantas o en las rocas. Se comporta de la misma manera y obedece a las mismas leyes dondequiera que esté; igual ocurre con el agua. Nuestro corazón es una bomba similar a cualquiera y el agua en nuestra sangre no se comporta de manera diferente que el agua caliente de las cañerías. Vale decir, que las mismas condiciones prevalecen en el plano de la conciencia. La chispa de Espíritu Divino que reside en lo más recóndito del corazón y que es el núcleo del alma humana, es parte a su vez del Reino de los Cielos. Nuestro poder mental con sus fuerzas y su don creador de imágenes, es parte del reino de la mente; en cuanto a nuestra naturaleza emocional instintiva, es parte de lo que los ocultistas llaman Reino Astral y, por último, nuestro cuerpo y sus sutiles aspectos etérico y físico denso, forman parte del reino de la tierra, aunque debemos recordar que la Tierra tiene un aspecto sutil electromagnético, como asimismo otro denso. Nuestro cuerpo, que recibe impresiones del plano físico por medio de los cinco sentidos, no puede percibir el pensamiento, la emoción y las cosas del espíritu, a no ser por los efectos que resultan de éstos sobre él. Hay sentidos sutiles, rudimentarios en la mayor parte de las personas, más altamente desarrollados en la minoría, que corresponden a !os tres niveles sutiles de existencia.

Casi todos conocemos por instinto el estado emocional de los seres con los cuales estamos en estrecho contacto; sabemos cuando están disgustados, deprimidos o asustados, aún cuando no muestren signos exteriores de su estado y hagan lo posible por ocultarlo. El caballo sabe cuándo el jinete siente miedo; el recién nacido diferencia a la nurse que lo controla con esmero y a la madre que lo amamanta y lo asiste, y se comporta según el caso.

Pretender explicar estos fenómenos por medio de la interpretación subconsciente de las sutilezas del gesto y de la expresión, es antojadizo y no responde a nuestro raciocinio, que por otra parte, resulta innecesario. Una hipótesis mucho más sencilla y comprensiva aclara que estas cosas se deben a la percepción directa de los estados emocionales por el factor que en nuestra conciencia se corresponde con ellos. Observad cómo la persona deprimida deprime a las demás, cómo irrita el furibundo y cómo la actitud del tímido pareciera evitar a que no se lo moleste. Ocurre que recibimos influencias insospechadas según el estado mental de los que nos rodean; por ello lo más importante en toda organización humana es una buena moral. El mal empleador por lo general no comprende esto y piensa que un empleado malhumorado y resentido por la paga que recibe, le puede rendir lo mismo que el conforme y jovial. En una casa de comercio, una persona sujeta a un sentimiento de descontento desmoralizará al resto de los empleados aunque no manifieste su estado de manera franca. Si observamos las casas de comercio veremos que la actitud mental de la persona que dirige se hace sentir en todos los empleados, no importa cuál sea su categoría, y aunque no tengan contacto directo con ella.

La persona carente de armonía interior inspira resistencia a su paso y torna su vida ardua y penosa. Una actitud amable y equilibrada es un sedante efectivo que al reducir las tensiones, fortalece su autoridad. ¿Habrá que deducir de lo que antecede que debemos ceder sin oponer resistencia a las influencias de cualquier medio en que nos hallemos? Sería ingenuo si así lo hiciéramos; y aun cuando el medio nos resulte favorable, no es de cautos depender de él, pues puede suceder que nos tornemos tan pusilánimes que sucumbamos ante la menor aspereza que nos plantee un cambio del mundo externo.

Si la atmósfera nos es adversa, necesitaremos una definida armadura mental que nos proteja de sus influencias. Algunos preceptores podrán decir que debemos trabajar para transformar ]as condiciones adversas apelando al poder del pensamiento. Se han escrito muchas novelas y obras teatrales, por ejemplo The Passing of the Third Floor Back, en apoyo de esta tesis, mas esta es una meta demasiado ambiciosa por ahora; procederemos con mayor sabiduría si nos contentamos, para comenzar, con el dominio del Reino Interno. En todo caso, no podremos ejercer mucha influencia en nuestro medio ambiente, hasta tanto éste no haya dejado de influirnos.

Entretanto, tenemos que reconocer el potente efecto que ejerce sobre nosotros una determinada atmósfera mental, y recordar que todas ellas son creaciones de la mente humana, a las cuales no tenemos por qué entregarnos inermes, sin oponer resistencia, sino más bien hacer algo para defendernos. Si nos hallamos en un ambiente de disgusto o descontento, podemos comenzar la defensa y erigir un centro de serenidad e inmutabilidad en nuestra vecindad más próxima. Esto lo haremos actuando de adentro hacia afuera en tanto que controlamos nuestras reacciones hacia ese medio inarmónico. Tan pronto como la atmósfera mental deja de afectarnos, nosotros empezamos a gravitar sobre ella.

La estabilizada atmósfera interior desborda y el círculo de armonía se ensancha como las ondas de un lago; pronto el más sensible de nuestros vecinos comienza a sentir la nueva influencia introducida en la atmósfera mental, reacciona a su vez, y la influencia se refuerza con este nuevo aporte.

Empero, si con el objeto de recobrar nuestra paz mental intentamos reaccionar para alterar condiciones ambientales externas que nos ocasionan infelicidad, habremos fracasado en el intento; porque por mucho que queramos formar al mundo de acuerdo con nuestros deseos íntimos, habrá siempre, como en el cuento de hadas, el rumor de una hoja que turbe el sueño de la princesa. Pero si conseguimos dominar el reino interior y somos capaces de independizarlo de influencias externas de modo tal que podamos decir como San Pablo: “Nada me concierne”, gravitaremos como factor importante en la atmósfera mental; al dejar de ser influidos nos transformaremos, por el contrario, en influencia.

Existe un antiguo relato de dos peregrinos que encontraban que el sendero era muy áspero para sus pies. Uno de ellos dijo: “matemos todas las vacas de la comarca y hagamos con sus cueros una alfombra que cubra todo el camino, así podremos andar cómodos”. Y su compañero le respondió: “Eso es imposible, porque el camino es mucho más largo que el cuero de todas las vacas juntas; mejor será que hagamos zapatos de la piel de un solo animal; será como llevar una alfombra blanda en nuestros pies durante todo el trayecto, donde quiera que vayamos”. La persona que pretenda alterar su medio ambiente antes de independizarse ella misma, será como el hombre del cuento que quería alfombrar todo el camino; pero quien haya logrado el control de sus propias reacciones y tenga dominio sobre su reino interior, será como el compañero que sugirió hacer zapatos para protegerse de las asperezas del camino.

Si queremos aprovechar lo que nos brinda la Sabiduría Antigua debemos comprender dos cosas: 1°) las condiciones mentales y emocionales tienen poder para
afectarnos sin acciones físicas evidentes; 2°) no debemos permitirnos reaccionar ante estas influencias de modo tal que nos hagan actuar como potros salvajes, sino más bien tenemos que obligarlas a tascar el freno y dominarlas. Percibir una influencia no significa reaccionar según ella. Existe una manera de contrarrestar cualquier influencia y esto es lo que nos puede enseñar el Conocimiento Oculto.

Nueva era “light” vs Nueva era revolucionaria-42

La obra de Defensa Psíquica por excelencia:

Fortune, Dion. :
Autodefensa Psíquica ,
Ed. Luis Cárcamo, Madrid, 1979.

Un libro bastante light comparado con el anterior, dejémoslo en el apartado de la ecología psíquica o defensa para la vida cotidiana:

Denning, Melita & Phillips, Osborne :
Guía práctica Llewellyn para la Autodefensa Psíquica y Bienestar,
Ed. Luis Cárcamo, Madrid, 1989.

Cómo convertirse en un Gurú moderno por Norman D. Livergood traducción por José Gonzá-41

Diversos tipos de entes
Muchas veces al ir a un determinado lugar las personas de cierta sensibilidad perciben y ven a los habitantes de otras dimensiones.
Generalmente en los sitios donde ha sucedido algún hecho traumático, un acto de violencia tal que ha dejado impregnado en el lugar una parte de la energía de la persona o personas a las cuales les sucedió el hecho.
Estos entes andan desorientados porque muchos de ellos no saben que han muerto y tratan de llamar nuestra atención por medio de fenómenos que nos resultan anómalos y lo que están demandando es ayuda para dejar de existir entre dos planos diversos.
Podemos ayudarlos a dejar este plano guiándoles hasta planos superiores.

Otro caso es los guardianes de determinados lugares o seres infra-humanos que están encadenados a un lugar por algún ritual, nuestro deber como personas de conocimiento es mostrarles el camino para que puedan evolucionar y salir de las sombras. Al principio reaccionan con miedo y esto puede dar lugar a que nos las hagan pasar “moradas” haciéndonos de todo y lanzándose contra nosotros en su desesperación, porque están sufriendo desde hace muchísimo tiempo y creen que nos acercamos con intención de dañarles, cuando descubren que nuestras intenciones son liberarles de trabajo que se les encomendó , luego una vez que se les ha mostrado el camino vuelven a darte las gracias o bien sientes que te acarician o te pasan la mano por la espalda como agradecimiento para luego partir y elevarse a un plano superior.

En otros casos los entes son producto de algún “trabajo” de alguien que nos quiere mal y ha lanzado algo en nuestra contra. Solo hay que tener serenidad y enfrentarse a ello y hacer el efecto boomerang para que regrese al lugar de donde partió y le reclame al que realizó el “trabajo” su precio a veces estos pagan con su vida a lo que ellos mismos han creado.
Cuando la sombra nos visita solo hay que voltearse , abrazarla y decirle que la amamos eso la destruirá pues la vibración es tan alta que esta no soportará su tensión y desaparecerá porque ella está construida con una vibración mucho más densa.

Patrañas seudomayas (Autor no localizado)

Pentagrama. (Fuente: Libro: Autodefensa Psiquica. Autora: Dion Fortune)

Al tratar con elementales o entidades no humanas el Pentagrama, o Pentalfa, es la mejor arma. Esta es una estrella de cinco puntas trazada de un modo particular. Con los dedos primero y segundo de la mano derecha en punta, y doblando los otros hacia la palma y tocando sus puntas con el pulgar, proceded a trazar el Pentagrama en el aire, manteniendo el codo rígido y oscilando el brazo en toda su extensión. Empezad con el brazo derecho cruzado a través del cuerpo, la mano aproximadamente al nivel de la cadera izquierda, con los dedos extendidos apuntando hacia abajo y hacia afuera. Voltead hacia arriba, como trazando una línea recta en el aire, hasta que los dedos apuntan directamente hacia arriba por encima de la cabeza a la longitud del brazo. Bajadlo rápidamente de nuevo, manteniendo el codo rígido, hasta que la mano ocupe la posición correspondiente sobre el lado derecho a aquella desde la que empezó en el izquierdo. Habéis trazado ahora una V gigantesca invertida. A continuación oscilad la mano cruzando el cuerpo, en inclinación ascensional, hasta que queda extendida al nivel del hombro izquierdo, apuntando hacia la izquierda. Hacedla cruzar el cuerpo horizontalmente hasta que está en la misma posición sobre la derecha, con los dedos apuntando hacia afuera del cuerpo. Osciladla ahora hacia abajo cruzando el cuerpo hasta que la mano haya vuelto al punto junto a la cadera izquierda desde el que comenzó. Este es un signo extremadamente potente. El valor de la Estrella de Cinco Puntas, el símbolo de la Humanidad, es ampliamente conocido entre los ocultistas, pero su potencia depende de la manera en que se traza. El método que he dado es el correcto para purificar.

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