Heródoto

Heródoto

Heródoto y TucídidesHeródoto de Halicarnaso (en griego ???????? ?????????????) fue un historiador y geógrafo griego. Vivió entre el 484 y el 425 a. C.

Obra  
Historiografía
Artículo principal: Historiae
Se le considera el padre de la historiografía (la primera vez que se le cita de esta forma es por Cicerón en su De legibus) por su famosa obra ???????? (históriai), literalmente ‘investigaciones, exploraciones’ (de ?????, ‘saber, conocer’), escrita hacia el año 444 a. C. en Panhellen (colonia turia que ayudó a fundar). Historiae o Los nueve libros de historia [1] es considerada una fuente importantísima por los historiadores debido a su gran veracidad, por ser la primera descripción del mundo antiguo a gran escala y ser a su vez la primera en prosa griega. El primer párrafo anuncia:

???????? ????????????? ???????? ???????? ???, ?? ???? ?? ???????? ?? ???????? ?? ????? ??????? ???????, ???? ???? ?????? ?? ??? ???????, ?? ??? ?????? ?? ?? ?????????? ???????????, ????? ???????, ?? ?? ???? ??? ??’ ?? ?????? ?????????? ?????????.
Heródoto de Halicarnaso presenta aquí las resultas de su investigación para que el tiempo no abata el recuerdo de las acciones de los hombres y que las grandes empresas acometidas, ya sea por los griegos, ya por los bárbaros, no caigan en olvido; da también razón del conflicto que puso a estos dos pueblos en la lid.

El conjunto está dividido en nueve libros, al parecer la obra de un editor alejandrino del siglo III o el II a. C., y están dedicados a las nueve musas (Clío, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore, Erato, Polimnia, Urania y Calíope).

En ellos se narran con objetividad y precisión las Guerras Médicas entre Grecia y Persia a principios del s. V a. C., haciendo especial énfasis en aspectos curiosos de los pueblos y los hombres tanto de los griegos como de los bárbaros, al tiempo que describe la historia, etnografía y geografía de su tiempo.

Para sus obras históricas recurrió a fuentes orales y escritas. Cuando menciona las primeras, las más de las veces alude a sus informadores indeterminadamente (“según los persas…”, “a decir de los griegos…”; “unos dicen… otros, en cambio, sostienen…”). Del carácter parcial y poco fiable de sus fuentes era consciente el propio autor, que escribió:

«Si yo me veo en el deber de referir lo que se cuenta, no me veo obligado a creérmelo todo a rajatabla; y que esta afirmación se aplique a la totalidad de mi obra» (VII, 151, 3).
Entre las segundas pueden hacerse tres grandes grupos: los datos obtenidos de los poetas, que conocía bien; las inscripciones, listas oficiales y administrativas de los distintos estados y oráculos y, finalmente, las informaciones que provenían de los logógrafos y la literatura de su época.

Entre los poetas cita a:

Homero
Museo
Bacis
Olén
Aristeas
Arquíloco
Esopo
Solón
Alceo
Safo
Laso
Simónides
Frínico
Esquilo
Píndaro y
Anacreonte.
Pese a esta inspiración poética de Heródoto, que le venia acaso de su tío Paniasis y le hizo asumir la idea de un hombre impotente ante la divinidad que castiga sus faltas y su orgullo o hybris, se muestra algunas veces crítico con los datos transmitidos a través de estas fuentes.

En cuanto al segundo tipo de fuentes, realiza algunas interpretaciones ingenuas de textos escritos en lenguas que no conoce, como por ejemplo en el caso de los jeroglíficos. Lo mismo ocurre con las listas en otras lenguas, en que se encuentra a merced del testimonio no siempre fiable de los intérpretes o los personajes consultados al respecto. Por otra parte los oráculos, con frecuencia comentados post eventum, ofrecen problemas de datación importantes.

El tercer tipo de fuentes está representado por el milesio Hecateo, por otros logógrafos y, en general, por la literatura de su época, sobre todo los filósofos presocráticos, algunas de cuyas ideas son citadas en sus obras directa o indirectamente. Como Hecateo, se muestra crítico, racionalizador o escéptico con las tradiciones míticas. En general, se inclina por obras de la literatura jonia.

Su metodología histórica se vale ampliamente del cálculo de lo verosímil apelando al sentido común, fundamentalmente en el análisis de tradiciones legendarias o controvertidas. Además utiliza la interpretatio graeca, helenizando costumbres y culturas extrañas de pueblos que no conoce desde dentro, y marra al razonar usando falacias del tipo post hoc ergo propter hoc, concluyendo de evidencias inadecuadas o insuficientes relaciones causales: por ejemplo, de la escasez de leones comparados con otros animales infiere que las leonas paren un solo cachorro y una sola vez en su vida.

Es patente, además, su enorme ignorancia en cuanto a las más elementales nociones de táctica y estrategia militar. Este poco rigor analítico indica que estamos, sin duda, en los albores del género histórico, pese a lo cual nadie ha dudado en llamar con todo merecimiento a Heródoto “Padre de la Historia”. Su sucesor, Tucídides, sustituiría la facticidad por causalidad y el examen riguroso de las fuentes frente al mero acopio indiscriminado de todo tipo de tradiciones, así como el tratamiento anecdótico y cuasinovelesco del pasado por el análisis metódico del presente verificable.

Geografía  
Reconstrucción del mapa de la ecúmene de Heródoto, circa 450 a. C.Desde el punto de vista geográfico, Heródoto dejó constancia de una ecúmene que se extendía desde Sudán a la Europa central y desde la India, en su límite oriental, hasta la Iberia en el occidental. Durante el siglo VI a. C. el control que los cartagineses tenían de sus rutas comerciales por el Mar Mediterráneo occidental y el estrecho de Gibraltar le impidió conocer fielmente esta parte del mundo y las costas atlánticas de Europa de primera mano, por lo que muchas de sus observaciones proceden de otras fuentes.

Lengua y estilo  
Como la Historia es la primera obra griega en prosa que se ha conservado, no es de extrañar que las principales características de su estilo sean la simplicidad y el arcaísmo. Ya Aristóteles definía su manera de escribir como “estilo paratáctico” (????? ????????). Heródoto es muy concreto escribiendo y rehuye las abstracciones; se fija en los datos primarios elementalmente perceptibles. De ahí su lenguaje claro y sencillo que fue motivo de admiración en la Antigüedad. Sin embargo, su estilo supone un grado más alto de elaboración que el de Hecateo, porque frente a las estructuras acumulativas y coordinantes de este último en Heródoto no faltan los párrafos concéntricos que engloban la frase principal, sobre todo en los discursos que aparecen en los tres últimos libros que, si bien no perfilan la psicología subyacente de quien los pronuncia, sí por el contrario asumen la tensión histórica del momento y están elaborados de acuerdo con las normas retóricas de la época.

Por otra parte, el influjo de la epopeya y los géneros narrativos en el estilo es notable. El autor del tratado Sobre lo sublime le llama ????????????, ‘gran imitador de Homero’ (13, 3). Hay reminiscencias épicas en la fraseología, en la repetición casi literal de enunciados, en el empleo de patronímicos, en el uso de convenciones literarias y tópicos, en semejanzas conceptuales como la sustitución de la intensidad por la repetición, en el uso de estructuras como la composición anular inclusiva, aunque la más usada por él es la anafófica, etcétera.

En cuanto a la lengua, Heródoto compuso su obra en dialecto jónico reciente, que incluía algunos aticismos.

Escritos  
Los Nueve Libros de la Historia. El prólogo analiza las relaciones antiguas entre Asia menor y Grecia: Ío raptada por los fenicios; Europa y Medea por los griegos; Helena por los troyanos.
Clío: la victoria de Ciro II sobre el lidio Creso, la conquista de Asiria y del pueblo masageta.
Euterpe: la conquista de Egipto por Cambises II (hijo de Ciro).
Talía: el reinado de Darío.
Melpómene: el reinado de Darío.
Terpsícore: la Primera guerra médica (la revuelta de Jonia y digresiones sobre la historia de Esparta y Atenas).
Erato: la Primera guerra médica (la reacción de los griegos y la victoria de Maratón).
Polimnia: la Segunda guerra médica.
Urania: la Segunda guerra médica.
Calíope: la Segunda guerra médica.
Hechos líbicos (desaparecido)
Hechos asirios (desaparecido)

Bibliografía  
Obra propia
Heródoto (1987/1992). Historia. Obra completa. Madrid: Gredos. ISBN 978-84-249-1477-6.
Volumen I: Libros I-II. Trad. y notas de C. Schrader. Intr. de F. Rodríguez Adrados. Rev.: M. Jufresa Muñoz, 1992 [1.ª edición, 4.ª impresión]. ISBN 978-84-249-3482-8.
Volumen II: Libros III-IV. Trad. y notas de C. Schrader. Rev.: M.ª E. Martínez-Fresneda, 1987 [1.ª edición, 3.ª impresión]. ISBN 978-84-249-3525-2.
Volumen III: Libros V-VI. Trad. y notas de C. Schrader. Rev.: M.ª E. Martínez-Fresneda, 1988 [1.ª edición, 2.ª impresión]. ISBN 978-84-249-0086-1.
Volumen IV: Libro VII. Trad. y notas de C. Schrader. Rev.: B. Cabellos Álvarez, 1994. ISBN 978-84-249-0994-9.
Volumen V: Libros VIII-IX. Trad. y notas de C. Schrader. Rev.: B. Cabellos Álvarez, 1989 [1.ª edición, 2.ª impresión]. ISBN 978-84-249-1399-1.
— (1999). Historia. Colección Letras Universales. Madrid: Ediciones Cátedra. ISBN 978-84-376-1711-4.
— (1989/2004). Los nueve libros de la Historia. Obra completa. Trad. Bartolomé Pou. Intr. Víctor de Lama de la Cruz. 1.ª edición, 7.ª impresión. Madrid: Edaf. ISBN 978-84-7640-351-8.
— (1956). Los nueve libros de la Historia (Clásicos Jackson, tomo 22). Obra completa. Trad. y estudio preliminar María Rosa Lida de Malkiel. 2.ª serie, 3.ª edición. Buenos Aires: Jackson.

Sobre Heródoto  
Bowra, C. M. (2007). Introducción a la literatura griega. traducción a cargo de Luis Gil Fernández. Madrid: Gredos. ISBN 978-84-249-2877-3.
VV. AA. (1988). Historia de la literatura griega. Madrid: Cátedra. ISBN 84-376-0770-1.