NAHUAS DE LA HUASTECA VERACRUZANA / MACEHUALE
NAHUAS DE LA HUASTECA VERACRUZANA / MACEHUALE
Del nombre
De acuerdo con Brinton, náhuatl significa “el que habla con autoridad o conocimiento”, que es superior, competente, astuto. El sentido real del término nahuatlaca (náhuatl y tlácatl) es “la gente superior, la gente que manda”.
Los actuales nahuas se llaman a sí mismos macehuale y traducen este término como campesino, que podría provenir de la antigua división clasista de la sociedad nahua entre pillis (la élite) y macehuales (el pueblo, los campesinos), pues se supone que la mayoría pertenece a la clase campesina.
La palabra náhuatl puede derivarse de la tradición tolteca y referirse a una nación dominante, organizada en cuatro grandes regiones geopolíticas. Los toltecas hablaban lengua náhuatl, la cual fue adoptada posteriormente por otros grupos. Durante la hegemonía mexica, el náhuatl fue la lengua oficial en Mesoamérica, por cuanto la aplicación a los aztecas del término nahuatlaca significaba la gente que manda. Actualmente no existen los nahuas, en tanto nación que manda, sino macehualmej: los campesinos.
Localización
El estado de Veracruz se localiza al oeste y sureste de la República Mexicana, entre los paralelos 17°7 y 22°28 de latitud norte y entre los meridianos 0°29 y 5°32′ de longitud oeste, en la denominada zona intertropical.
Los nahuas de Veracruz se localizan en 14 municipios de la región norte Huasteca; 20 de la región centro Orizaba-Córdoba y en cinco municipios de la región sur Istmo-Coatzacoalcos. Los municipios con mayor número de hablantes de náhuatl son: Chicontepec, Ixhuatlán de Madero, y Benito Juárez en la región huasteca, además de Tehuipango, Soledad Atzompa, Zongolica y Mecayapan.
Infraestructura
En esta zona existen planteles educativos de nivel básico y medio a cargo de la Secretaría de Educación Pública, en colaboración con el Instituto Nacional Indigenista y la Dirección General de Educación Indígena.
En las localidades indígenas las obras de infraestructura para la red de agua potable, alcantarillado y energía eléctrica han estado a cargo de la Secretaría de Asuntos Hidráulicos y Obras Públicas, Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología y Secretaría de Obras Públicas del estado; el Instituto Nacional Indigenista ha desempeñado el papel de gestor intersecretarial.
Antecedentes históricos
En este territorio, desde antes de la llegada de los nahuas aztecas, había tepehuas, otomíes, totonacos, huastecos y nahuas toltecas; en la época prehispánica fue conocido, según Byam Davis, como Xiuhcoac, es decir, “serpiente de turquesas”.
Conflictos políticos provocaron la invasión de nahuas toltecas antes del surgimiento de la Triple Alianza. Posteriormente, procesos de migración y colonización originaron la fundación de diferentes asentamientos. La provincia de Zicoac se mantuvo independiente del llamado imperio azteca, que varias veces intentó conquistarla: Moctezuma Llhuicamina, en 1440; Tizoc, en 1481-1486; Ahuizotl, en 1486-1502; y Moctezuma II, en 1502-1520.
Demografía
En 1990, los hablantes de lenguas indígenas a nivel nacional eran 5 282 347, de los cuales 1 197 328 hablaban nahua, cifra que representa el 22.67% de la población indígena a nivel nacional. En el estado de Veracruz se registraron 580 386 hablantes de lengua indígena, de los que 294 711 fueron nahuas, los cuales conforman el 50.77% de la población indígena de Veracruz.
La región de la Huasteca veracruzana está formada por 47 municipios; en 20 de ellos el náhuatl es la lengua principal, en 16 el totonaco, en ocho el huasteco, en dos el otomí y en uno el tepehua.
En los municipios de la Huasteca la población bilingüe es de 118 390 personas, de las cuales 20 259 son monolingües. Los municipios con mayor monolingüismo son Llamatlán, Benito Juárez y Zontecomatlán. De acuerdo con el número de hablantes, la lengua más importante es el nahua: 89.50%, con 128 751 personas de más de cinco años; le siguen el otomí, con una población de 7 668, el huasteco con 80 personas y el totonaco con tres hablantes registrados.
En Veracruz los municipios que concentran al mayor número de hablantes de náhuatl son Chicontepec, con 41 223, 23 634 en Zongolica; 21 251 en Ixhuatlán de Madero; 12 628 en Mecayapan; 11 645 en Benito Juárez; Tehuipango cuenta con 10 277 y Soledad Atzompa con 10 268.
Lengua
Los descubrimientos de la glotocronología asignan al yuto-azteca, tronco lingüístico al que pertenece el nahua, una antigüedad aproximada de 45 a 47 siglos. La lengua nahua se encuentra en un eje idiomático de sur a norte en el siguiente orden: nahua-pimanahopi-tubatulabal-mono.
Los cuatro dialectos del náhuatl actual son: nahua del oeste: municipio de Toluca (por el Nevado de Toluca), Michoacán, Guerrero y en Xoxocotla y Cuernavaca (Morelos); nahua central: valle de México, Huauchinango (Puebla), Tlaxcala, valle de Puebla y Amilpas, así como el extinto cazcán de Jalisco; nahua septentrional: en la Huasteca (parte de los estados de San Luis Potosí, Hidalgo, Veracruz); nahua del este: sierra de Puebla, centro de Veracruz, pipil de Tuxtepec (Oaxaca) y de Acula, Tuztla, pipil de Centroamérica.
Salud
Como para otros grupos indígenas, para los nahuas de Veracruz algunas enfermedades sólo pueden ser tratadas por especialistas, quienes realizan terapias tradicionales y utilizan plantas medicinales de la región, combinadas en algunos casos con medicina alópata. Algunas de estas enfermedades son la pérdida de la sombra, el susto, el daño, etcétera.
Asociada a la ceremonia de “darle de comer a los elotes”, se realiza el pepentle, que es una ceremonia de curación para evitar los males en las personas, los objetos de la casa y los animales domésticos. Mediante el pepentle, el huehuetlaka (especialista), junto con el maíz y los padrinos, ayudados por los santos católicos y dioses indígenas, capturan la enfermedad o el mal que pueda haber. Los padrinos sujetan al ahijado mientras que el huehuetlaka le hace una limpia con dos mazorcas y lo sahúma con copal.
Vivienda
Para la construcción de su vivienda, los nahuas piden la ayuda de familiares y parientes. Si no cuentan con este tipo de trabajo, llamado “mano vuelta”, contratan peones. La comida del mediodía es obligación del dueño de la casa. Las casas son de madera, otates, hojas de palma real, zacate y hoja de caña que se encuentran en la zona, y se compran tejas y láminas para los techos a vendedores foráneos.
Las casas son de forma rectangular, divididas en cuadros; algunas tienen un tapanco de tabla u otate para guardar enseres domésticos y parte de la cosecha. Alrededor de la casa se lenvanta una cerca de tiras de otate, recubiertas de bajareque (barro revuelto con zacate colorado) y se colocan ventanas pequeñas y puertas de madera.
Cuando la casa está terminada, se hace una ceremonia en sábado o domingo, o de martes a jueves, porque el viernes es día de brujos y el lunes es día de las ánimas. Los nuevos dueños consiguen un curandero y ponen ofrenda, que se compone de flores, ceras, velas, pan, huevos, dos gallinas y un gallo, aguardiente, tortillas, café, caldo blanco con pechuga y refrescos. El dueño busca a dos mujeres para que ayuden a la señora a hacer la comida y a dos señores para que ayuden al curandero.
El curandero realiza un ritual en el techo de la casa y dentro de la habitación, donde nueve cruces de madera “comerán” la ofrenda; después, el curandero invita a los presentes a “levantar” (comer) la ofrenda. El curandero hace una cruz de pétalos de cempoal y pone ofrenda en cada horcón. En cada esquina echa ajosmecatl y ajo. En el techo de la casa pone de ofrenda el tamal de gallo, prende una cera durante un rato, arroja aguardiente y reza; después destapa el tamal y lo ofrece. Al terminar los rezos, levanta el tamal y baja del techo.
Indumentaria
El traje tradicional femenino de gala, consta de quechquémitl, blusa y enagua. El quechquémitl y la enagua se tejen con hilaza blanca de telar de cintura y se bordan en las orillas con estambres en punto de gobelino, con figuras geométricas, zoomorfas, antropomorfas y vegetales. La boca del quechquémitl se remata con bordados de punto de ojal compuesto y los lienzos se unen con punto de randa en estambres de colores. La blusa es de bata ceñida en la parte alta del busto, hombros y espalda y hasta abajo de la cintura se despliegan faldones plisados a partir de la bata. Toda la blusa lleva amplios y coloridos bordados de punto de cruz.
El traje de uso diario consta de enaguas de colores brillantes, verde o azul, adornadas en la bastilla con dos o tres tiras de encaje blanco y/o listones de colores, blusa blanca de manta con bordados en punto de cruz, delantal sobre las enaguas y un lienzo rectangular de color negro amarrado sobre la cabeza y con un nudo en la nuca que deja una punta que cae sobre la espalda.
Las camisas de los hombres llevan bordados de diferentes figuras y colores, distintivos que los identifican con su comunidad.
Artesanías
Los nahuas del norte de Veracruz elaboran productos artesanales de alfarería, carpintería, cestería, textiles tejidos y bordados. Las mujeres elaboran textiles y cerámica. En telar de cintura hacen bordados en punto de cruz, tejen lienzos para mamali, que son un tipo de rebozo de hilaza blanca con bordados de chizo en uno de los extremos, sobre el lienzo terminado se bordan con punto de gobelino figuras geométricas y florales; además, tejen fajas o ceñidores de un solo color o en franjas.
Elaboran objetos de alfarería para uso doméstico y objetos de uso ritual: candeleros, copaleros y juguetes, utilizando arena de las riberas de los ríos, arcillas y rocas calcáreas. Las piezas de uso ritual las recubren con tierra blanca y roja. Dejan las piezas en la sombra para que se sequen a la temperatura ambiente, enseguida las cuecen al aire libre y después las cubren con madera de jonote, otate y ortiga. La mejor temporada para la alfarería es en vísperas de Todos Santos.
Territorio, ecología y reproducción social
La Huasteca veracruzana está inmersa en las provincias fisiográficas de la Llanura Costera del Golfo, que abarca desde el río Bravo hasta la zona de Nautla en Veracruz y la de la Sierra Madre Oriental. En la Llanura Costera del Golfo se encuentra la subprovincia de las “Llanuras y Lomerios”, que se extiende desde Tampico, Tamaulipas, hasta Misantía, a la que corresponden parte de los municipios de Chicontepec y Platón Sánchez. La subprovincia del “Corzo Huasteco” pertenece a la provincia de la Sierra Madre Oriental e incluye los municipios de Benito Juárez, Chalma, Chiconamel, Texcatepec, Tlachichilco, Zontecomatlán y parte de los municipios de Chicontepec, Ixhuatlán de Madero, Huayacocotla, Platón Sánchez, Tempoal y Temapache.
Los climas de estas subprovincias son cálidos-húmedos con lluvias todo el año y cálidos-subhúmedos con lluvias en verano. La precipitación pluvial media anual oscila entre los 1 200 y 1 500 mm. En esta región se registra una temperatura media anual que va de los 220C a los 270C.
Debido al rezago agrario en la demarcación de linderos y la insuficiencia de tierra fértil, la tenencia de la tierra es uno de sus principales problemas que crea conflictos entre poblaciones indígenas y mestizas. La propiedad social de ejidos y comunidades registrada es de 251 486 ha. De esta superficie, el 54.52% está destinada a labores agrícolas. Temapache tiene 47 225 ha, Ixhuatlán 27 038 y Chicontepec 20 814. Chicontepec es el municipio con mayor población indígena y tiene la menor superficie agrícola de propiedad social. Temapache tiene la mayor superficie y el menor número registrado de indígenas.
La siembra de maíz en la temporada de lluvias se llama xopaillli y en secas tonamilli. El día de la siembra, la familia realiza un ritual en el campo, reza y habla con el maíz, y coloca una rica ofrenda ante el altar. Un mes y medio después realizan la primera limpia de malezas. A los seis meses levantan la cosecha y la almacenan en la casa. La cosecha debe ser en temporada de luna llena para que el maíz no se pique. Rocían calidra entre las hileras (camas) para evitar que se lo coman los insectos.
La migración es una de las consecuencias de las precarias condiciones económicas en las que viven las comunidades indígenas. Recientemente se ha dado inmigración a la zona nahua del norte del estado en un área que abarca desde Tuxpan hasta Tempoal por la llanura costera y Huayacocotla, Benito Juárez, Ixhuatlán de Madero, Llamatlán y Chicontepec en la zona serrana, pues intermitentemente llegan campesinos de los estados de Hidalgo y Tamaulipas.
A partir de 1978 se inició un movimiento migratorio que culminó en 1981. Esta migración la originó la explotación de un yacimiento petrolero en el paleodelta de Chicontepec. Los migrantes fueron trabajadores de Pemex, de la Secretaría de Salud y del lnstituto Mexicano del Seguro Social, que, entre otros, dotaron a la zona de red de servicios de salud. Estos movimientos migratorios modificaron algunos hábitos de la población.
Los indígenas jóvenes tienen mayor movilidad. Las rutas migratorias se dirigen hacia la zona cafeticultora de Huauchinango, Puebla, y Jalapa, Veracruz, hacia las zonas ganaderas de Tuxpan y Poza Rica, Veracruz, y de Tampico, Tamaulipas, hacia la zona cañera de Ciudad Mante y Xicoténcatl, Tamaulipas, y más al norte hacia la frontera con Estados Unidos.
Organización social
La familia se compone de familia nuclear y extensa. Los compadres, padrinos y ahijados de bautizo, de pepentle (limpia), de casamiento, de cruz (ceremonia mortuoria) y de graduación (de primaria, secundaria y preparatoria) son los “parientes de compromiso”. Las relaciones de parentesco son esenciales en la organización de las actividades cotidianas que permiten la producción y reproducción.
Todas las localidades indígenas de la Huasteca son ejidos y la propiedad de la tierra es comunal. Estas poblaciones están divididas jurídicamente en municipios, con las subdivisiones internas correspondientes a rancherías, anexos, ejidos o comunidades. La división económica interna responde a las actividades sociales y a la división en oficios que complementan las actividades agrícolas.
La principal actividad económica es la agricultura, eje de su estructura y organización social. En el trabajo agrícola se recurre en algunos casos al apoyo comunal a “mano vuelta”, en donde los participantes adquieren un compromiso recíproco de colaboración. Esta forma de colaboración se extiende a las labores de beneficio social.
Las enseñanzas escolares, los partidos políticos y las creencias religiosas católica y protestante han influido en la organización social de las localidades indígenas.
Cosmogonía y religión
La cosmogonía de los nahuas del norte de Veracruz se expresa en diferentes momentos importantes de su existencia, mediante la celebración de diferentes rituales que marcan, por ejemplo, el inicio del trabajo agrícola, el estreno de una casa, los funerales, iniciaciones, matrimonio, etcétera.
Según los nahuas de esta región, el cielo está dividido en dos mitades: una es de Dios y otra del Malo. En el cielo Dios les reparte el trabajo, los muchachos siembran maíz, las señoras hacen la comida, cuidan a los angelitos y lavan la ropa; las viejitas cuidan los pollos, las flores y abrazan a los niños chiquitos. Los niños maman en las espinas de los árboles de ceiba que tienen forma de senos. Cuando se muere alguna persona le ponen maíz, agua y comida, porque cuando va pasando por el camino de Dios el difunto debe tirar maíz para distraer a los pájaros que lo quieren picotear.
En la otra mitad del cielo manda el Malo, y ahí llegan los difuntos que mataron o fueron asesinados, los que hacen brujerías y los que están en dos religiones. El Malo los recibe, avienta a la lumbre a las personas asesinadas y en el agua hirviendo a los asesinos y a los que hacen daño. Si los asesinados son muchachos trabajan en colocar el cercado donde viven, limpian el lugar, mantienen vivo el fuego y ponen el agua a hervir; cuidan a los animales del diablo, como lagartos y perros grandes, otros tocan el violín.
Los nahuas clasifican a los muertos por la forma en que fallecen. A los que mueren de vejez, las mujeres que mueren en el parto, los jóvenes y niños que mueren por enfermedad o brujería les hacen la misma ceremonia: bañan el cadáver, le ponen ropa nueva al cuerpo y lo acuestan frente al altar doméstico cubriéndolo con flores, le ponen ceras, veladoras y en un incensario queman copal. Las personas que van al velorio llevan flores, ceras, veladoras, maíz, frijol, chile, etcétera.
Dentro del ataúd colocan un plato, una taza, un canuto de carrizo lleno de agua de pozo y con unos xiles, monedas en una bolsita de tela y una virgen de Guadalupe para que Dios lo reciba bien en el cielo. Además, realizan una serie de rituales durante la velación y el funeral. Las mujeres preparan alimentos para los presentes, como enchiladas de ajonjolí o pollo.
Al terminar el novenario ofrecen una comida ritual. Después, la señora que lavó la ropa del difunto barre de nuevo juntando la basura con la ropa o la cobija y el petate del difunto y lo deja todo entre la maleza cerca de la casa para que se pudra. El rezandero y la lavandera cobran por sus servicios y les pagan con dinero.
Los nahuas veracruzanos consideran que el maíz está vivo igual que una persona y llora si lo maltratan. Cuando los elotes están tiernos no deben comerse con sal, porque no se da bien el mateado; también tienen la creencia de que el kukuchi (huitlacoche) sale porque defecan en la milpa.
Los nahuas realizan el tlamanes, una ceremonia para la invocación de lluvia que involucra a los miembros de una comunidad, a varias localidades o a toda una región. Cuando la temporada de secas amenaza con la pérdida de un sembrado bañan a San Antonio y le ponen ofrenda y velas; si esto no es suficiente, piden permiso a la autoridad local para realizar una ceremonia comunal, y solicitan a otro pueblo que les preste una virgen reconocida como milagrosa para ofrecerle una fiesta y ofrendas. Colocan a la virgen en una capilla adornada y acompañan los rezos con música de violín y ofrendas. La petición de lluvia dura 8 o 15 días, y todas las noches se presentan los campesinos ante la imagen para solicitar buena cosecha. Las ofrendas consisten en ceras, sal, maíz, frijol, nixtamal, refrescos, pan, café, piloncillo y dinero. Si hay alguna persona enferma, consigue un padrino de pepentle. Hacen mitote, bailan las viejitas, niños y señoritas. Al terminar el compromiso regresan la imagen a la localidad que la prestó y llevan las limosnas, velas y flores que sobraron. Después de esta ceremonia debe llover a los tres o cuatro días.
Fiestas
Entre sus principales festividades están las ceremonias agrícolas. La primera es la de la siembra e involucra a los dueños y a los sembradores, sean peones, o amigos y familiares que trabajan en “mano vuelta”.
La segunda ceremonia importante es “darle de comer a los elotes”. El dueño de la casa consigue velas de cera, pan, cerveza, aguardiente, jerez, licores, flores de cempasúchil, madera blanda para tallar flores, cohetes, copal, agua bendita, servilletas y manteles, maíz, pollos o guajolotes y todos los condimentos necesarios para la ofrenda que se colocarán frente al altar. Se invita al especialista, huehuetlaka, a músicos y un grupo de ayudantes hombres y mujeres. Al centro de la ofrenda se ponen las parejas de elotes: el maíz blanco es una niña y el amarillo es un niño, ambos se visten con adornos masculinos y femeninos y se amarran con un paliacate en parejas. En el piso, bajo el altar principal, se prenden velas de sebo.
Al terminar la ofrenda en la casa se trasladan a la milpa, donde hacen la ofrenda a la mitad del terreno. Colocan collares de cempasúchil en las matas del centro de la milpa y en cada una de las esquinas. Se ofrenda al suelo, rezan y esparcen agua bendita, después los invitados comen la ofrenda de la milpa y lo que sobra lo tiran entre las matas como ofrenda a la tierra. Regresan a la casa y llevan matas con elotes. Los músicos tocan el “mitote” y el dueño de la casa recibe del huehuetlaka la cosecha. Al finalizar la ceremonia se ofrece a los participantes comida, cerveza y aguardiente.
En la festividad de Todos Santos a los difuntos se les ponen varias ofrendas. La primera se les hace en san Miguel, el 29 de septiembre. La segunda es en san Lucas, el 18 de octubre. A los niños chiquitos se les ofrenda el 31 del mismo mes. El día de los difuntos grandes es el primero de noviembre y en el octavo día se les hace la ceremonia del chicontes. La última ofrenda es el 30 de noviembre en San Andrés.
Relaciones con otros pueblos
En el estado de Veracruz los nahuas forman parte de diferentes culturas regionales, porque están asentados en tres territorios, en los que configuran sociedades regionales específicas: al norte con los grupos huasteco, otomí, totonaco y tepehua; en el centro con los grupos zapoteco, mixteco, mazateco, popoloca de Veracruz, totonaca y chinanteco; y en el sur, con los grupos zapoteco y popoloca de Veracruz.
Los nahuas constituyen regiones lingüísticas interestatales: al norte, con los municipios fronterizos de San Luis Potosí e Hidalgo; en el centro del estado, con los del norte de Puebla; y al sur, con los municipios cercanos a la costa del Golfo de México. En los municipios de Ixhuatlán de Madero y Zontecomatlán interactúan nahuas, otomíes y tepehuas.
El comportamiento de los mestizos pobres difiere del de los ganaderos y terratenientes a causa de la diferencia de recursos económicos, pero ambos, en mayor o menor medida, han adoptado formas culturales indígenas.
VERSIÓN ORIGINAL: JESÚS VARGAS RAMÍREZ
SÍNTESIS: MA. CRISTINA SALDAÑA FERNÁNDEZ