Buscando activamente la verdad
Prólogo
He pasado la última mitad de mi vida persiguiendo activamente la verdad.
En las páginas que siguen he dibujado un mapa general de lo que he ido aprendiendo, con las mínimas palabras posibles. Entre las cubiertas de este libro no encontrarás pruebas, sino más bien ideas y principios que te dan comprensión y perspectiva de las pruebas que existen dentro de ti y a tu alrededor. Cuando más investigues estas ideas por ti mismo, más inteligentemente podrás evaluar la exactitud de mi mapa.
Si la ignorancia es una bendición, ¿por qué buscar la verdad? Porque la libertad permanente es mucho más valiosa que el confort temporal. La verdad te libera de la manipulación, los errores y la desilusión que inevitablemente trae consigo la ignorancia. Quieres saber y ninguna cantidad de gratificación externa puede satisfacer ese vacío interno ansioso de ser llenado con significado, propósito y comprensión.
Hubo un tiempo en que la sociedad padecía la ignorancia de la superstición, hoy en día padece la ignorancia del escepticismo. Cuando las personas se ven confrontadas a un punto de vista desafiante, muchos ven tan solo que se aparta de su propia visión, descartando así verdades superiores fuera de su reconocimiento tan rápidamente como lo harían con aquellos engaños obvios según su umbral de credibilidad.
El conocimiento superior es por tanto un conocimiento marginal porque aquellos que lo persiguen han sido exiliados hasta la periferia de la sociedad. Estos buscadores marginales de la verdad siguen sus corazones y abren sus mentes, porque han dado prioridad a la liberación de sus almas antes que a las convenciones sociales.
Trata este libro como una hipótesis de trabajo, una conjetura instruida que ha de ser puesta a prueba por tus propias experiencias, investigación y perspicacia.
Quédate con lo que tiene sentido para ti y deja el resto para otra ocasión.
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La Base
Empezamos con lo más simple y obvio.
Ves a través de tus ojos, oyes a través de tus oídos, sientes a través de tu cuerpo, y piensas a través de tu cerebro. Pero tú no eres ni tus ojos, ni oídos, ni cuerpo ni cerebro, son sólo instrumentos a través de los que experimentas el mundo. Así pues, ¿qué eres? Recuerda que cualquier cosa que pueda serte arrebatada no puede ser tú. Como tu vestimenta o tu cabello; sin ellos estarías desnudo o calvo, pero continuarías siendo tú.
Ahora despréndete de tu cuerpo y de tu cerebro. ¿Qué queda? ¿Sabías que hay personas que han regresado tras haber estado muertos durante unos minutos, recordando todo lo que había sucedido mientras estaban fuera?
Sí, en ocasiones recuerdan haber flotado por encima de sus cuerpos sin vida, viendo y escuchando a los doctores y enfermeras cómo trabajaban con ellos. A veces han flotado lejos, explorando lo que había alrededor, antes de ser devueltos a la vida Incluso sin sus cuerpos y cerebros, había algo todavía vivo, consciente y que experimentaba. Esto demuestra que no eran sus cuerpos, como tampoco lo eres tú.
Piensa en tu cuerpo como en un personaje de un videojuego. Para interaccionar con el juego del mundo necesitas interpretar un personaje del juego. Pero no eres el personaje, tan sólo lo controlas desde fuera del juego. Lo mismo ocurre con tu cuerpo. Para interactuar con el mundo físico necesitas un cuerpo físico. A través del cuerpo, tu mente, que existe fuera del mundo puede jugar el juego llamado vida. Un juego en primera persona en el que miras a través de los ojos de un personaje, y haces que parezca como si estuvieras dentro de su cabeza.
Pero en realidad, estás sentado frente a tu ordenador. De igual manera, aunque te sientas a ti mismo dentro de tu cabeza física, en realidad estás localizado más allá, en otra dimensión. Cuando muere tu cuerpo es igual que si murieras dentro del juego. No le ocurre nada a tu yo real ya que, recuerda, no eres tu cuerpo. Tu yo real, que es esencialmente tu mente o espíritu, merodeará un ratito por allí, quizá deje el juego por ahora, quizá empiece el juego como un personaje nuevo. Pero en esta vida sólo tienes un turno, por lo que es importante seguir vivo durante tanto tiempo como sea necesario, y mantener tu salud y energía en un buen nivel en tanto te estés divirtiendo con el juego.
Tu yo real nació en este cuerpo, en este mundo, y ha olvidado que es tan solo un personaje.
No recuerda de dónde vino, a dónde va, por qué está jugando y cuál es el objetivo del juego. Todo ha quedado envuelto en las experiencias diarias de la vida. Ahora estás aprendiendo lo que realmente eres: un espíritu que no puede ser dañado o matado incluso aunque el cuerpo sufra daño o muera.
Y como en un juego, algunas de las cosas que suceden siguen un guión, es decir estaban destinadas a suceder desde el principio.
Cuerpos Etérico y Astral
A diferencia del cuerpo, tu mente no es en absoluto física. No puedes tocar o pesar tu mente. Para que esta mente no-física trabaje a través de un cuerpo físico, se necesitan un par de capas intermedias interconectadas. Estas capas se conocen como el cuerpo etérico y el cuerpo astral. Adoptan la forma de tu cuerpo y son lo suficientemente físicas como para influir en el cuerpo a la vez que son influenciadas por la mente. Normalmente no puedes ver el cuerpo etérico ni el astral, pero con una forma especial de visión o un instrumental específico se puede detectarlos.
El cuerpo etérico parece una copia brillante y fantasmal de tu cuerpo físico. Es un modelo de energía que guía el crecimiento y comportamiento de tus células biológicas de forma organizada, manteniéndote vivo y saludable. Piensa en el cuerpo etérico como si fuera el campo de un imán atrayendo un montón de raspaduras de metal, marcándoles un modelo ordenado.
Hace lo mismo con las células de tu cuerpo físico. Sin el etérico, tu cuerpo físico finalmente se desmoronaría. La gente que pierde sus miembros en un accidente, a menudo sigue sintiendo que hay algo allí aunque el miembro físico ya no exista. Sienten la parte etérica que sigue intacta. Normalmente el etérico se interpenetra con el cuerpo físico, pero durante el sueño puede expandirse y quedar suspendido sobre él durante un rato. La energía de que está hecho el cuerpo etérico es energía de fuerza vital.
La fruta y verdura frescas tienen montones de ella porque están vivas, y todo el mundo sabe que lo crudo es más saludable que lo cocinado, aunque no todo el mundo sepa que es porque al cocinarlo se elimina la energía de fuerza vital de la comida.
Menos físico todavía que el etérico, pero también más vibrante y sofisticado, es el cuerpo astral. Le hace al cuerpo etérico lo que el etérico le hace al físico. Básicamente influye en la forma y comportamiento del etérico. La diferencia con el cuerpo astral es que en lugar de tratar con energía de fuerza vital, el astral trata con energía emocional y creativa. En lugar de accionar las células corporales, acciona los sentimientos. Los tipos de sentimientos que habitualmente tienes determinan la forma y color de tu cuerpo astral. Pero dado lo cercano a la mente que se halla el cuerpo astral, la forma en que aparece es a menudo más simbólica que otra cosa. Por ejemplo, una persona enfadada o malvada tendrá un cuerpo astral que parece todo retorcido y espantoso, incluso aunque el cuerpo físico parezca normal.
Resumiendo, la mente influye al astral, el astral influye al etérico, y el etérico influye al cuerpo físico.
De esta manera la mente puede controlar el cuerpo. Es decir, si siempre tienes pensamientos negativos, éstos afectarán tu cuerpo astral y lo llenarán de emociones negativas, que a su vez influirán al cuerpo etérico, oscureciéndolo y debilitándolo, lo que con el tiempo causará enfermedad en el cuerpo físico. Por eso, para estar sano es importante no quedarse enganchado todo el tiempo en el estrés, los inútiles pensamientos negativos y los malos sentimientos. Habréis observado que la gente protestona y quejica son los que siempre se ponen enfermos.
También los niños caen enfermos más fácilmente que los adultos. Ello es en parte porque su sistema inmunitario físico todavía no tiene práctica en luchar contra la enfermedad, y en parte porque su cuerpo etérico es más suave y frágil.
Si comes más comida viva, como frutas y vegetales, te enfocas en las cosas felices de la vida que te llenan de gratitud y cesas de agobiarte por lo que no puedes cambiar, reducirás en gran medida la frecuencia con que caes enfermo, independientemente de cuál sea tu edad.
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Conciencia
La naturaleza de los sueños
Pasamos una tercera parte de nuestros días durmiendo. Durante un tercio de nuestras vidas estamos durmiendo. Muchas personas ignoran lo que ocurre mientras duermen, y se preocupan sólo de despertarse sintiéndose renovados. Pero para alguien que tenga sesenta años, significa que veinte años de su vida permanecen ignorados.
Se puede sacar partido de este tiempo desperdiciado prestando atención a tus sueños, que son importantes por varias razones.
El cuerpo físico necesita dormir para recomponerse tranquilamente, crecer y recargarse a sí mismo. Sin sueño el cuerpo se queda sin los químicos necesarios para mantenerse activo. A través de los sueños, el cerebro selecciona y archiva aquellos pensamientos e imágenes captados durante el día antes de colocarlos apropiadamente en la memoria, como la desfragmentación del disco duro de un ordenador para que trabaje mejor.
También los cuerpos astral y etérico reponen su energía durante el sueño. Cuando el cuerpo etérico está bajo de energía, puede ser que te sientas débil y que tengas problemas en prestar atención. Cuando el cuerpo astral se halla bajo de energía, puede ser que te sientas hecho un asco, que te distraigas fácilmente, incapaz de hacer nada creativo. Para recargarse, tanto el cuerpo etérico como el astral pueden expandirse durante el sueño, e incluso desplazarse fuera del cuerpo físico para empaparse de energía, de forma parecida a como las plantas despliegan sus hojas para captar el sol.
En cuanto a la mente, el sueño hace algo asombroso. A través de los sueños, la mente sintoniza importantes mensajes que de otra manera no pueden introducirse mientras la persona está despierta. Hay tres maneras principales en las que los sueños son útiles para la mente.
Primero, en el nivel más básico, los sueños pueden comunicarte problemas relativos a lo que has estado haciendo, pensando o sintiendo recientemente. Como cuando has estado haciendo algo perjudicial sin saberlo, o permitiéndote sentirte enfadado y deprimido durante demasiado tiempo, o cuando has estado pensando sobre iniciar un nuevo proyecto que va a ser sólo una pérdida de tiempo. Mensajes como éstos pueden serte mostrados en sueños.
Segundo, los sueños pueden hablarte del futuro. Experiencias importantes en las que puedes verte involucrado dentro de un par de días o semanas pueden aparecer primero en tus sueños. ¿Qué tipo de experiencias? Bueno, positivas, como logros o sorpresas inesperadas, o negativas que podrían estresarte, entristecerte o enfadarte. Si aprendes acerca del futuro a través de tus sueños, puedes realmente estar preparado para manejar malos rollos, e incluso en ocasiones impedir que ocurran desde el principio. De esta manera los sueños pueden trabajar como un radar para mostrarte lo que está por venir.
Y tercero, los sueños pueden ser videojuegos emocionales si aprendes como llevar a cabo, dentro de ellos, lo que estás soñando. Son los llamados sueños lúcidos, donde “lúcido” significa consciente o alerta. En un sueño lúcido sabes que estás soñando y por tanto puedes hacer cualquier cosa que quieras. Puedes volar alrededor y explorar el panorama del sueño, atravesar paredes o levitar y cambiar la forma de los objetos, hablar con extraños personajes del sueño o escuchar música del sueño… Cualquier cosa, todo ello creado por alguna parte de tu propia mente. Los sueños lúcidos también te pueden permitir hablar con parientes fallecidos o con seres de otras dimensiones que se deslizarán en tu sueño si los llamas.
El primer paso para utilizar tus sueños es recordarlos. Para hacerlo, asegúrate de que duermes lo suficiente. Cuando te despiertes, no te lances a pensar en lo que harás ese día. En lugar de eso trata de recordar tan solo lo que soñaste. Lo más útil es tener un bolígrafo y una libreta de notas cerca de tu cama, y cada vez que te despiertes anotar todo lo que recuerdes. No sólo te ayudará más tarde a acordarte de los sueños, sino que también le dice a tu mente que recordarlos es importante.
Automáticamente, en los próximos días o semanas encontrarás que tus sueños son más fáciles de recordar.
El segundo paso es interpretar su significado. Esto es delicado porque los sueños son principalmente simbólicos. Significa que el mensaje que contiene está envuelto en un enigma de imágenes, palabras y temas que no han de ser tomados literalmente. Por ejemplo, soñar que te áfaca un oso no significa que en realidad vayas a ser atacado por un oso, pero podría significar que vas a tenerte unas palabras con una persona desagradable. O soñar que estás atrapado por un tornado puede significar que te verás envuelto en una tensa experiencia emocional muy pronto.
Al escribir tus sueños puedes compararlos con lo que realmente ocurre en tu vida, o con cualquier cosa importante que te ocurra en los próximos días, y con el tiempo aprenderás a interpretarlos más certeramente. Para iniciarte puedes utilizar un diccionario de sueños que te aporte sugerencias sobre lo que un símbolo suele a menudo significar.
Debes también saber que hay seres astrales negativos, es decir formas de vida sin cuerpo físico, que se alimentan de tu energía emocional de miedo o enfado, y que en ocasiones te rondan cuando duermes para entrar a la fuerza en tus sueños, convirtiéndolos en pesadillas. Principalmente suelen escoger a los niños porque los jóvenes tienen cuerpos etericos más débiles y son más fáciles de asustar. Se pueden identificar estos sueños por lo muy enfadado o asustado que te hacen sentir, y por lo disparatados que son.
Si tienes pesadillas a menudo, antes de irte a dormir trata de recordar algo feliz, luego visualiza que tu habitación y tu cuerpo están iluminados con una brillante luz dorada, luego reza, o desea que te protejan mientras tú duermes tranquilamente.
Esto ayuda a mantener lejos a las criaturas negativas astrales. O, si aprendes a soñar lúcidamente, puede ser que te enfrentes a un monstruo durante una pesadilla, di le entonces que no tienes miedo y pregúntale qué quiere, lo que transformará al monstruo en algo impotente.
Aprender a soñar lúcidamente requiere práctica. Hay diferentes técnicas, y una de popular es tomar algo que ocasionalmente veas o hagas en tus sueños y que también veas o hagas mientras estás despierto, como un tipo de animal, un color, una persona, un lugar, o una acción. Entonces, siempre que veas o hagas esto mientras estés despierto, mira a tu alrededor y pregúntate si estás soñando. Haz una prueba como hacer sonar un interruptor de luz, recordando lo que hiciste durante la última hora, mirando al reloj o algunas palabras impresas, o contando tus dedos. Si estás soñando, entonces habrá algo raro en todo esto.
Si sigues haciendo esto durante por lo menos una semana, entonces se convertirá en una costumbre que tú harás con toda naturalidad incluso en sueños, y esto te ayudará a darte cuenta de si estás soñando. Otro método consiste en observar las tenues formas de luz tras las pestañas cuando uno se va a dormir. Mientras se está relajado pero mentalmente despierto, se convertirán en imágenes vividas y luego en un sueño lúcido.
Los sueños también pueden enseñarte lecciones sobre tí mismo y el mundo. Suelen desarrollarse como documentales vividos que aportan aspectos concretos y significativos acerca de la imagen mayor de “todo esto”.
Generalmente, los sueños te muestran la “cara” de cosas que de otra manera tú podrías no esperar. Al fijar los problemas que existen indicados por un sueño, o preparándote para manejar los que surjan, puedes hacer que tu vida se deslice más suavemente. En lugar de dar tumbos a ciegas, tienes pistas de lo que está pasando tras el escenario. Pero tendrás que separar los sueños significativos de los sin sentido, provenientes de cuando tu cerebro clasifica trozos de memoria, o de una criatura astral que trata de alimentarse.
Sólo recordando los sueños, y haciendo lo mejor que puedas para explicártelos, aprenderás con el tiempo a filtrar las tonterías.
Encarnación y reencarnación
Si tu mente puede existir sin el cuerpo, entonces ¿dónde estaba la mente antes de que nacieras? ¿Y qué le ocurre a la mente tras la muerte del cuerpo?
Mira, la vida es como un sueño en el que nacer es como quedarse dormido y morir es como despertar de nuevo. En el intervalo, tu mente piensa, siente y vive a través de un personaje temporal, tal como la harías en un sueño.
Haber nacido es similar a como un actor interpreta un papel temporal para una película. El mismo actor interpreta diferentes papeles en diferentes películas, de la misma manera que la mente ha nacido en diferentes cuerpos durante diferentes vidas.
Cuando una persona muere, su espíritu finalmente regresa a la dimensión de la que vino. Allí el espíritu sopesa la vida acabada de vivir, y tras marcar algunos objetivos de lo que toca hacer la próxima vez, encuentra el cuerpo correcto y el tiempo correcto para nacer de nuevo.
Esto es denominado reencarnación. Es como ir a una tienda de juegos, dar una vuelta, encontrar la máquina que te gusta, jugar un rato, y cuando acaba el juego mirar a tu alrededor para jugar un juego diferente.
Pero incluso mientras estás jugando, estás también fuera del juego, es sólo una parte de tu mente la que por el momento está absorta en controlar el personaje del juego.
De igual manera, aunque estemos en esta dimensión física, hay una gran parte de nosotros mismos por ahí arriba, en una dimensión más elevada que sumerge sólo una pequeña parte de nosotros mismos en nuestro cuerpo. Esta pequeña parte es con lo que pensamos y sentimos justo ahora. Llamemos a la parte grande el yo superior y a la parte pequeña, el yo inferior. El yo superior es quien tú eres cuando estás plenamente despierto fuera de este sueño llamado vida. El yo inferior es quien eres dentro del sueño.
Sería por tanto más correcto decir que la reencarnación es simplemente el yo superior que extiende partes de sí mismo en diferentes cuerpos, en diferentes tiempos, a través del nacer, y recuperando esas partes a través del morir. Somos como marionetas de dedo, la marioneta es quien somos nosotros para los demás en esta vida, el dedo que mueve la marioneta es nuestro yo inferior, y la mano es nuestro yo superior.
¿Por qué la gente elige nacer en este mundo?
Existen tantas respuestas como personas. Algunos están aquí para hacer algo, para experimentar algo, para aprender cosas que no podrían hacer fuera de este mundo. Es la misma razón por la que la gente juega juegos o mira películas, obtienen la experimentación de cosas que no podrían de otra manera.
Estar vivo en la Tierra, en un cuerpo físico, puede resultar difícil. La vida es como una carrera de obstáculos, un programa de pesas, o un recorrido rápido por un tema penoso.
Además de la diversión y de la alegría de estar vivo, también hay el enfado, el miedo y el sufrimiento. Pero todo el paquete negativo es lo que hace al juego estimulante y único. La vida es como trabajar esculpiendo los músculos del alma, y los retos que enfrentamos en la vida son las pesas que moldean nuestros músculos espirituales, si tenemos la fortaleza para manejarlos.
Otra razón por la que alguien pudiera venir aquí es para ayudar a otros a despertar. Piensa en un estudiante universitario que regresa a la escuela para ayudar a otros estudiantes en el aprendizaje de cosas que él ya domina. El problema es que nacer borra la memoria de dónde vienes y de quién eres realmente, y es como si el universitario entrara en la escuela habiendo olvidado que ya se graduó. Los temas pueden parecer le extrañamente familiares y fáciles para él, y de esta manera todavía puede ayudar a los demás.
Pero si se dejara absorber por las evasiones que suelen encontrarse en una escuela, podría olvidar incluso lo que aprendió en la universidad, y quizá incluso cafear.
Es el riesgo que estas almas ayudantes enfrentan cuando se encarnan en la Tierra. Podrían distraerse tanto con la vida que nunca descubrieran el gran conocimiento que hay en su interior, fracasando en aquello que vinieron a hacer, que es utilizar ese conocimiento para ayudar a los demás.
Quizá tú eres un alma ayudante. Si disfrutas imaginando cosas, reflexionando en los misterios del universo, y te sientes feliz cuando otras personas encuentran maneras de mejorar sus vidas y a sí mismos, lo más probable es que seas un alma ayudante. Por ello es muy importante que le dediques algo de tiempo a pensar, leer, aprendiendo acerca de las grandes verdades para familiarizarte tú mismo con quién eres realmente y con lo que realmente sabes.
En el fondo, ya sabes estas verdades, pero las has olvidado. Es difícil recordar porque comparado con tu yo superior, el yo inferior está increíblemente dormido y distraído, por lo que recuperar lo que muy en el fondo ya sabes es parecido a aprenderlo por primera vez. La diferencia es que si alguna verdad está ya en tu interior, aprenderla de nuevo se hace más rápido y con un apasionante sentido de reconocimiento.
Sentirás algo especial cuando acabes comprendiendo lo que ya sabías en tu interior más profundo. Lleva el sello de la verdad. En lugar de un “… bueno, vale..”como cuando aprendes algo mundano, será un …”¡Uau! ¡Esto tiene realmente sentido! ¡Sorprendente! , o un …¡Oh! ¡Ahora lo comprendo!. Así es como reconoces la verdad, no sólo tendrá sentido sino que sentirás que es correcta.
Cuando tanto la cabeza como el corazón están de acuerdo con una idea, presta atención.
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Despertando
Mi objetivo es darte una perspectiva general de lo que he aprendido en relación a la verdad, y proporcionarte algunos indicadores de cómo puedes descubrir lo mismo o algo mejor por ti mismo. Con esta finalidad déjame compartir contigo las tres técnicas más poderosas para que puedas acelerar.
Son: recolectar, contemplar y meditar.
Recolección
Recolectar significa leer, observar y escuchar las fuentes de información relacionadas con los temas tratados en este libro y en otros sitios. También significa recopilar hechos de tus propias experiencias, y de lo que te has dado cuenta sobre el mundo. Por eso, leer libros, páginas Web, revistas que traten este material, seguir cursos o programas de radio, mirar películas y documentales, mantener discusiones con otras almas ayudantes interesadas en la verdad. Estás recopilando ideas de las cuáles extraer lo que podría ser verdad.
Contemplación
Contemplando es cuando ocurre lo mágico. La comida no sirve para nada a menos que la digieras, y lo mismo ocurre con las ideas que no se contemplan. Contemplar significa reflexionar, colocar juntas las piezas del rompecabezas, hacerse preguntas y darse posibles respuestas, revolver las ideas en tu mente y ver qué encaja, sentarse y pensar.
Es viajar por tu mente como en un safari, a la caza de nuevas intuiciones. La forma más fácil de hacerlo es con un boli y una libreta de notas. Empieza tomando apuntes de qué pasa por tu mente, los puntos principales de lo que has recopilado, algún tema o problema sobre el que todavía estés preguntándote. Luego lanza algunas ideas, piensa en las posibilidades y trabaja las cosas.
Haciéndolo así descubrirás ideas clave que explotarán en tu cabeza. Cuando aparecen primero tienen la forma de bolas de pensamiento, que son como enmarañados ovillos de ideas que puedes sentir pero que quizá no sepas cómo expresar en palabras de forma correcta. Dibuja estas bolas de pensamiento en forma de frases e imágenes antes de que se te olviden, luego te será más fácil convertirlas en explicaciones claramente escritas.
Lo que realmente ocurre cuando contemplas es que estás abriéndote a ti mismo a mensajes desde los niveles más profundos de tu mente, algunas veces incluso con el
propio yo superior. Tu labor es desenredar estas bolas de pensamiento en explicaciones comprensibles, y conseguir que tengan sentido y se sientan correctas.
Meditación
Meditar es aquietar y centrar la mente para estar consciente de ti mismo en el momento actual. Normalmente podrías tener pensamientos que van y vienen sin orden ni concierto, conversaciones, recuerdos y canciones desfilando por tu cabeza durante todo el día, como en algún circo loco montado entre tus orejas. Eso no es bueno porque tu mente no obtiene nunca una pausa de ese caos. Es como tratar de conducir con gente que va saltando en sus asientos y pegando gritos, vas distraído y no estás por la faena.
Meditación es cuando te tomas unos pocos minutos para aquietar tu mente. Hecho a diario sirve para ganar en conciencia, mejorar tu energía y tranquilidad, ampliar tu habilidad para concentrarte, y te convierte en un pensador más claro.
He aquí cómo meditar: encuentra un lugar tranquilo, siéntate con la espalda recta, cierra tus ojos, y enfoca tu atención en una sola cosa. Si tu mente vagabundea, tráela de regreso a esa única cosa. Móntenlo por espacio de cinco a treinta minutos.
He aquí algunas sugerencias, desde las más sencillas a las más difíciles, desde las menos potentes hasta las más efectivas:
cuenta tus respiraciones de uno hasta cinco, y repite
repite en silencio la palabra “amor” cada vez que respires
observa los pensamientos que atraviesan tu cabeza como si fueran los de otra persona
empezando por los dedos de tus pies, presta atención a cómo se siente cada pequeña zona de tu cuerpo, hasta llegar a la parte superior de tu cabeza, y repite
siente mentalmente la presencia del espacio que te rodea, luego de tu casa, de tu vecindario, de tu planeta, del espacio exterior; siéntete rodeado por el universo entero
mantén tu mente centrada en el “aquí” y “ahora”
coloca tu mente en un estado de concentración como si estuvieras a punto de solucionar un inesperado problema matemático, pero tan solo permanece en esta estado de tranquila disponibilidad
piensa en cosas sin utilizar ninguna palabra
obsérvate a ti mismo observándote a ti mismo
sabe que eres eterno e ilimitado, y llénate de poder divino, humilde gratitud, servicio sin egoísmo, compasión, y alegría exuberante.
A largo plazo, la meditación también puede activar tus poderes psíquicos, pero eso ocurre únicamente cuando menos lo esperas, y si estás preparado para utilizarlos de forma responsable.
Por encima de todo, la meditación ayuda a crear y a reforzar la conexión entre el yo superior e inferior.
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Un juego llamado vida
La vida también es como un juego de rol de ordenador que tú (como yo superior) ayudas a diseñar y que luego experimentas. El argumento general del juego se decide de antemano, pero cómo se desarrolle en realidad depende de cuan bien tú juegues y de las elecciones que hagas.
¿Cuál es el objetivo del juego?
Experimentar y comprenderte mejor a ti mismo, a los demás y a la realidad. Cualquier cosa por la que pases en la vida, que te afecte para lo bueno o para lo malo, está allí para cumplir este propósito.
Esas experiencias están ahí para ayudarte a convertirte en más listo y sabio. Contienen lecciones de aprendizaje, y están arregladas para ti por el diseñador del juego; el yo superior que lo diseñó, y que todavía puede efectuar cambios en el juego mientras lo juegas.
Para darte una mejor idea de a qué tipo de lecciones me refiero, he aquí algunas ideas: aprendes de lo que realmente eres capaz de hacer sobreponiéndote a tus miedos; aprendes la sabiduría de manejar situaciones complejas con el mejor resultado para cada uno de quiénes están involucrados; aprendes cómo se sienten los demás cuando les hieres a través de elecciones egoístas; aprendes a distinguir lo bueno y verdadero de lo oscuro y falso; aprendes cómo seguir las partes oscuras de ti mismo que te traen dolor y desgracia, pero que siguiendo lo que es bueno en ti te aporta paz y felicidad; aprendes lo que realmente tiene significado y valor, y qué son ilusiones que no hacen feliz a tu alma; aprendes sobre lo que significa realmente el amor; y aprendes cómo trabajar la realidad y cómo hay tantas limitaciones de las que puedes liberarte si las comprendes y les pegas una patada en el culo.
Tú, el yo inferior, no decides qué lecciones necesitas, pero tú decides el ritmo y tipo de experiencia que necesitas para aprender una lección en particular. Por ejemplo, si tienes una mente abierta, y te gusta aprender, la experiencia puede ser fácil y excitante porque es todo lo que necesitas para alcanzar el objetivo. Pero si eres obstinado, y te quedas pegado a tus pensamientos, la experiencia puede ser más dura para que la lección pueda penetrarte.
Si una experiencia no llega a poder transmitirte su mensaje, se repetirá bajo circunstancias similares aunque diferentes, a fin de que tengas otra oportunidad. Pero cuanto más la ignores, más dolorosa será la próxima experiencia que se repita. Así pues, la clave para tener una vida más fácil y excitante es prestar atención a lo que tus experiencias tienen que enseñarte, y luego utilizar lo que aprendes para hacer mejores elecciones en el futuro.
Estas lecciones sencillamente te hacen comprender lo que viste antes, cambiando por eso tu enfoque de la vida para mejorar. Pero si el mismo mal episodio continúa repitiéndose entonces hay algo que no estás captando, o si lo hiciste, algo que no estás poniendo en práctica.
No siempre es fácil imaginar qué debe ser, pero pregunta a tu yo superior y quizá la respuesta te llegará a los pocos días como una realización, o pregunta a alguien que sea más sabio que tú y te haga algunas sugerencias.
Libre albedrío y destino
En relación al libre albedrío y al destino, ambos son reales y existen a la vez. El libre albedrío es tu habilidad para escoger y actuar en tus elecciones. El destino es el proyecto que determina el curso de tu vida. Algunas personas se preguntan cómo puede existir libre albedrío si el destino determina que tus elecciones están ya decididas de antemano.
La respuesta es que el destino decide sólo qué debes aprender y por qué, no cómo lo aprenderás ni cuándo. Esto último depende de tu actitud y de cuan obstinado o perceptivo seas en estas lecciones. El destino de una bellota es convertirse en un roble, pero cómo este árbol lo llegue a ser no está todavía decidido. Tu destino es llegar a ser todo lo que ya eres realmente, pero cómo lo consigas depende de ti.
Cuando vivimos según nuestro destino, es decir cuando usamos a la vez nuestras mentes y corazones para hacer elecciones más inteligentes y aprender antes y de forma más clara de nuestras experiencias, las cosas fluyen suave y felizmente. Pero las personas tienden a ser tozudas y no demasiado perspicaces, por lo que difícilmente llegan a realizar todo lo que vinieron a hacer y a aprender aquí, dado que su vida finaliza antes que tengan la oportunidad de corregir sus errores.
Esa es una de las razones por las que encarnan: para finalizar lo que empezaron. Si tan sólo tuvieran la oportunidad de considerar las ideas que ahora estás leyendo, podrían haberse ahorrado algo de sufrimiento al no tener que repetir tantas lecciones.
Los únicos verdaderos errores en la vida son aquellos que van directamente en contra de tu destino, como cuando ambiciosamente vas tras algo que en el fondo de tu ser sabes que es un error hacer. Pero incluso siguiendo tu destino, tendrás tantas elecciones disponibles sobre cómo llegar ahí.
El destino es el punto donde debes llegar, el verdadero error es escoger como punto de llegada uno de incorrecto; el libre albedrío significa escoger el punto de llegada correcto, pero conservar la libertad de dar los rodeos que quieras por varias carreteras.
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Mente sobre materia
Efectos externos de los pensamientos y sentimientos
Puede parecer increíble, pero diariamente tus pensamientos y sentimientos conforman lo que te ocurre. El mundo que experimentas refleja lo que sucede dentro de tu cabeza y corazón.
La gente que anda siempre quejándose atrae más cosas sobre las que poder quejarse. Quiénes andan siempre estresados atraen situaciones estresantes. Los que andan siempre enfadados atraen experiencias de enfado.
Si empiezas tu día con una mala actitud, acabarás teniendo un mal día. Pero si lo empiezas con una buena actitud, lo más probable es que tengas un buen día . La gente que tiene un estado mental positivo, quizá porque ven la parte positiva de los demás, aprecian la belleza que les rodea, tienen esperanza en el futuro e intentan hacer lo mejor en cada situación, atraerán mas experiencias para sentirse bien con todo.
Puedes preguntarte por qué los pensamientos y sentimientos que están dentro de ti influyen en lo que ocurre fuera de ti. La respuesta corta, es que la realidad es un gran sueño que todos compartimos, un sueño creado por todas nuestras mentes juntas. En tus sueños nocturnos, es tu mente la que crea todo lo que experimentas, y lo que afecta a tu mente afecta a tu sueño. De manera parecida, los pensamientos y sentimientos que tienes mientras estás despierto influyen la parte de realidad que tu mente está continuamente creando.
El mundo gira a tu alrededor, pero gira también alrededor de cualquier otro ser vivo. Piensa en ti mismo como en una radio, y en tus pensamientos y sentimientos como en el mecanismo sintonizador. La frecuencia es cuan rápido algo está vibrando, y la energía procedente de una torre emisora de radio está vibrando a un cierto rango. Cada estación de radio emite según su propia frecuencia. Cuando giras el dial, la radio es sensible a diferentes frecuencias, y por eso sintoniza diferentes estaciones. Tu mente, y tus cuerpos elenco y astral te sintonizan con diferentes “estaciones” de experiencia.
Cuando te revuelcas en pensamientos y sentimientos negativos, eres sensible a las bajas frecuencias, y sintonizas con una estación que está “emitiendo” este tipo de experiencia. Pero cuando cambias tu frecuencia con algo más positivo y consciente, la estación cambia a experiencias que son también más positivas.
Cuando estás consciente de alguna posibilidad, diriges por encima de ella el foco de tu conocimiento.
Esto la selecciona, la congela en su camino y la coloca en tus manos para que trates con ella. Observa que el problema se presenta cuando menos lo esperas, y que cuando aprendes a esperarlo para una próxima vez, no vuelve a ocurrir. Esto demuestra que anticiparse a las posibilidades negativas impide que se manifiesten, y que permanecer inconsciente de ellas permite que sucedan fácilmente.
Lo mismo ocurre con las posibilidades positivas, quizás estás seguro que sacaste un as en una prueba y en realidad encuentras que apenas la superaste por los pelos; o quizás ganaste un premio en un concurso sólo cuando habías olvidado todo sobre ello o nunca pensaste que podrías ganar. Anticiparte a algo disminuye sus oportunidades de manifestación. Así pues, aprende a ser consciente de los posibles problemas a fin de que puedas congelarlos, y evita anticiparte a las cosas positivas.
Por delante de ti en el tiempo hay un abanico cambiante de futuros probables. Todo son experiencias todavía posibles de ocurrir. Los futuros más probables no están grabados en piedra porque tus pensamientos, sentimientos y elecciones afectan continuamente su probabilidad; cualquier cambio que hagas ahora puede cambiar cuál de estos futuros es más probable que sea el siguiente.
Mientras los futuros permanezcan así de abiertos, puedes utilizar tus pensamientos y sentimientos para darles forma. Pero tan pronto como un futuro se convierte en absolutamente cierto, debes tratar con él a través de la preparación y de la acción. Así pues existen dos maneras de manejar las experiencias: modelándolas antes de que sean seguras, y tratando con ellas directamente una vez que son inevitables.
Por ejemplo, quizás planeas una salida en bicicleta mientras estás de mal humor y hayas olvidado completamente la posibilidad de que pinches una rueda… la emoción negativa no sólo atrae el futuro probable en el que tengas un pinchazo, sino que tu falta de estar alerta tampoco lo congela para que no suceda. Inflar tus neumáticos es muy apropiado. Pero si cambias tu actitud a una de más positiva, y a la vez llevas contigo una caja de parches y una bomba de aire, de antemano se cortan las posibilidades de tener un pinchazo.
En este caso, el futuro queda abierto, y a través de tus pensamientos y sentimientos desvías un probable futuro negativo a uno de positivo.
Considera ahora qué ocurre cuando el neumático de tu bicicleta tiene ya un pequeño pinchazo antes siquiera de que te subas en ella. Lo cierto es que para cuando decidas regresar se habrá deshinchado. Ni toda la previsión ni la actitud de superación previa que puedas tener evitarán que el aire salga. El futuro de tener que usar la caja de parches y la bomba de aire queda fijado, y en tanto te los lleves contigo, tendrás que tratar con un futuro cierto a través de la prevención y de la acción. Por otro lado, mantener una actitud positiva podría no evitar un cierto futuro como éste, pero puede atraer ayuda inesperada. Quizá olvidaste coger la caja de parches, pero puesto que atraes experiencias positivas alguien acertará a estar por allí cerca y te ayudará.
Es posible que por estar alerta del peligro te vuelvas tan obsesivamente miedoso con ello que tu actitud negativa realmente lo desencadene. Hay dos soluciones a este problema. La primera es no pensar adrede en los peligros: ojos que no ven, corazón que no siente, la ignorancia es una bendición, y cosas de este estilo.
Y sí, esto evita atraer el peligro, sin embargo no lo bloquea, así que tarde o temprano aparecerá y tu falta de conciencia y preparación te dejará herido. La segunda solución es parar de estar asustado, deprimido, obsesionado o paranoico acerca de lo que sabes o sospechas. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero es algo hacia lo que apuntar. Si puedes estar alerta sobre el peligro, saber cómo manejarlo y no lo temes de forma incontrolada, tienes toda la protección que necesitas sin atraer hacia ti la negatividad.
La conciencia, los pensamientos y la anticipación no sólo seleccionan o filtran futuros probables sino que te ayudan a tratar con ellos si acabaran ocurriendo. Así pues de nuevo, se consciente de los posibles problemas y sabe cómo contrarrestarlos sin perder tu actitud positiva. Estar consciente es como una espada, mostrarla al atacante puede asustarle y hacer que ganes la lucha sin tener que pelear; pero si de todas maneras ocurriera el ataque, entonces la espada te ayuda a sobrevivir.
La conciencia es la mayor protección que puedes tener; busca siempre expandir tu comprensión y realización. Los dos riesgos a evitar son permitir algo negativo porque lo ignores, y atraerlo porque estés consciente pero emocionalmente obsesionado con ello.
Tener la intención y pedir
He aquí un nuevo truco para atraer lo que tu corazón desea. Primero ponte de buen humor pensando en recuerdos felices, en personas o condiciones por las que te sientes agradecido, en algo hermoso que te rodea, o reflexiona en que eres un espíritu eterno jugando este apasionante juego llamado vida.
Luego, una vez que estás radiante, imagina intensamente en tu mente lo que te gustaría tener o experimentar, y decreta,
“Yo sinceramente tengo la intención de que esto o algo mejor se manifieste, para el mayor bien de todos”.
Por último, siéntete confiado y agradecido de que tu petición ha sido escuchada, y arrójala de tu mente. Tan pronto como las condiciones lo permitan, recibirás inesperadamente aquello que pediste. Puede tardar algunos días o semanas el que tus futuros probables cambien alrededor lo suficiente como para permitir que esto se manifieste.
Esto funciona porque la energía que incrementas a través de sentimientos positivos atrae el futuro particular que seleccionaste a través del pensamiento vivido. Y entonces empieza a moverse hacia ti. Colocándolo luego fuera de tu mente permites que siga moviéndose sin congelarse en un lugar, tal como podría suceder si continuaras impacientemente esperando o dudando de cuándo y cómo podría manifestarse. No te preocupes sobre cómo puede suceder, sabe sólo que puede suceder de una u otra manera.
Pero atención, porque cuanto más ridícula, egoísta, controladora o perjudicial sea tu petición, menos probabilidades tienes de que llegue a manifestarse. O si se manifiesta, podría traerte más sufrimiento y pena de lo que imaginas. Así pues evita pretender que un millón de dólares caigan del cielo, que cierta persona se enamore de ti contra sus actuales deseos, o que le pase algo malo a gente que te cae mal.
Lo que puedes proyectar es que nunca te quedes sin dinero, que encuentres a alguien que sea perfectamente compatible contigo y te ame, que una persona que te desagrada no vuelva a molestarte. Hay una importante diferencia entre éstos, principalmente porque la manera correcta es querer algo que respete el libre albedrío de la gente.
Pretende algo desde el corazón y nunca te equivocarás.
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Retroalimentación de la Realidad
Sincronicidades, señales y números
Las sincronicidades son coincidencias tan extrañas y significativas que no puedes evitar pensar “\uau, qué extrafío\” cuando sucede. Lejos de ser una casualidad, las sincronicidades están fabricadas para que tú repares en ellas.
Te comunican un mensaje de forma parecida a como lo hacen los símbolos de un sueño. Después de todo, la realidad despierta es tan sólo un gran sueño colectivo del cuál tan sólo una pequeña porción te pertenece, y esta porción es de donde proceden tus sincronicidades. Pueden ser enviadas por tu yo superior o por cualquier otro ser fuera de nuestra realidad física. En ocasiones incluso tus propios pensamientos o sentimientos las desencadenan.
Lo que significan las sincronicidades (“sincros”) depende de cuando y cómo ocurren. Pueden rodear momentos de tu vida en los que ganes nuevas y más profundas ideas. O pueden tender a presentarse horas o días antes de que se presente una situación personal emocionalmente tensa. Lo que ambos tienen en común es que son respuestas a cambios tuyos profundos y repentinos. Cuando te iluminas con una nueva realización, cambias para siempre, al igual que cuando aprendes lecciones de una experiencia doloroso o estresante.
Este rápido cambio en tu alma crea una onda de choque que sacude la realidad que te envuelve tanto en el futuro como en el pasado, y de igual manera que sacudir un manzano hace que caigan las manzanas, sacudir la realidad causa que caigan sincronicidades en el lugar. Estas son “sincros de retroalimentación” las clases de sincros más habituales, las que te dan retroalimentación de lo que estás haciendo o de lo que se avecina.
Otras sincronicidades hacen más que darte una señal, realmente te proporcionan interesantes oportunidades y sugerencias. Lo que las hace sincronísticas es que ocurren en un ritmo raro, quizás a través de diferentes fuentes a la vez. Por ejemplo, puede ser que por la mañana pienses que necesitarías un trabajo de verano, y ese mismo día te llame inesperadamente un amigo y te mencione un buen lugar en el que necesitan personal. O podrías entrar en una página Web sobre un cierto tema del que nunca habías oído hablar antes, y luego escuchar una conversación sobre el mismo al día siguiente. Esta “sincro de oportunidad” hace que te pares y te preguntes si hay algo superior que te está dando un codazo.
La mayoría de sincronicidades son enviadas por fuerzas positivas para ayudarte.
Tienden a ser sutiles y elegantes, lo suficientemente fuertes como para que repares en ellas y te intereses. En lugar de empujarte a que hagas una elección determinada, responden simplemente a lo que ya habías elegido o necesitabas; vienen en el momento oportuno, muchas para aliviarte, y tu intuición y tu lógica están de acuerdo en que la oportunidad parece buena.
Pero no todas las sincronicidades son positivas; algunas son creadas artificialmente por fuerzas negativas para meterte en algo peligroso. Las “sincros artificiales” son extrañas en exceso y presionan para que hagas algo en contra de tu parecer.
La señal de aviso es cuando piensas,
“No estoy seguro sobre esto, pero todo el asunto parece tan raro que me pregunto qué querrá decir…”
No, si tu intuición y tu lógica sugieren que algo no va, no piques el cebo independientemente de cuan claro parezca que está arreglada la oportunidad. En caso de duda, espera.
Luego están las “sincros negativas”, que en lugar de intentar persuadirte simplemente de que hagas algo, pulsan tus botones y atornillan las cosas. Hay accidentes, trastornos, lesiones, malentendidos y otros problemas que ocurren contra toda probabilidad, y por tal razón parece que estén organizados.
Las sincros negativas no siempre pueden atribuirse a fuerzas negativas porque hay otros factores como una actitud negativa, el karma, y haber aterrizado en una vía errónea de vida que también pueden atraerlas. Manejándolas con gracia y aprendiendo cómo evitarlas la próxima vez, se puede cortar la frecuencia con que ocurren.
Resumiendo, las sincronicidades son coincidencias llenas de significado o sucesos improbables que surgen con un propósito. Según su clase, te pueden dar una retroalimentación sobre algún cambio que estás llevando a cabo, ya sea que cambies para mejor o para peor; pueden llamar tu atención sobre alguna oportunidad que sería útil aprovechar; pueden manipularte hacia una mala elección o atacar tu equilibrio mental y emocional.
Con ellas estás viendo la naturaleza hiperdimensional de la realidad en acción, tanto de la manera en que la realidad responde a tu conciencia como de la tracción de guerra entre las fuerzas positivas y negativas. Cuanto más observes este lado oculto de la realidad en acción, mejor comprenderás porqué algunas cosas ocurren como lo hacen.
Por encima de todo, puedes tomar decisiones estando mejor informado.
Karma
Lo que das te viene devuelto. Lo que tomas te es arrebatado. Esta es la ley del karma. El karma es un tipo de deuda o crédito espiritual que acumulamos y que atrae experiencias de retorno, que compensan las elecciones realizadas en el pasado.
Si hiciste elecciones para ayudar a otros que estaban necesitados, te traerá karma positivo y quizás en el futuro serás a tu vez ayudado. Si elegiste herir a los que eran inocentes te aporta karma negativo, y tarde o temprano puedes experimentar ese dolor tú mismo.
La ley del karma es fácil de malinterpretar o de aplicar mal, y algunas personas la rechazan porque la perciben erróneamente. Por ejemplo, el objetivo del karma negativo es ayudarte a comprender lo que ignorabas cuando hiciste tu elección negativa. La experiencia está allí simplemente para ayudarte a aprender o recordar esta lección de la forma más profunda posible.
Aquellos que malinterpretan el karma podrían concluir que si te enfrentas con una experiencia doloroso (como la de que abusen de ti) deberías dejar que te ocurriera ya que lo mereces porque anteriormente causaste el mismo dolor a otro. Por el contrario, incluso si la situación es un tipo de restitución de karma negativo, dado que es la lección lo que cuenta, una vez que has comprendido que el abuso es incorrecto (el núcleo de la lección) puedes y debes salir en defensa de ti mismo y acabar con la experiencia abusiva.
El karma empieza y acaba con la elección.
En caso de karma negativo, empieza con la elección de profanarse a sí mismo o a otro, y finaliza con la elección de deshacer y evitar futuros males, con la comprensión del problema que los causó. Si no hay elección no hay karma. Por eso si alguien es obligado contra su voluntad a perjudicar a otro, acumula poco o sólo el karma relativo al pesar que pueda tener por haberse metido en aquella situación.
Un ejemplo son los soldados en la guerra, si matan a un soldado enemigo en una situación de vida o muerte, han asesinado un ser humano y esto parece erróneo, pero esto causa menos karma que si regresan a casa y matan a su vecino que no significaba ninguna amenaza. E incluso, si ellos ingresaron voluntariamente en el ejército, esto trae un poco de karma que debería enseñarles la próxima vez (quizás en otra vida) a tomar decisiones más sabias. Otro ejemplo sería los que ejecutan a muerte en las prisiones, si son los que ajustician a los convictos, a veces hombres inocentes, falsamente acusados, pero la elección de ejecutarlos ha sido del sistema judicial y no suya en particular, ellos no obtienen más que el karma negativo que procede de su elección por el tipo de trabajo.
El karma acumulado en una vida puede transportarse hasta una siguiente vida. Algunas de las experiencias dolorosos que sobrellevamos pueden originarse en elecciones realizadas en una vida anterior. Esto irrita a las personas que piensan que no está bien que nos afecten elecciones que ni siquiera recordamos, y que es como ir a la cárcel por crímenes que uno no sabe.
Por otro lado, es cierto que olvidar nuestras vidas anteriores puede producirnos que nos entestemos en repetir el mismo error. Y por otro lado, las lecciones de experiencias kármicas negativas son suficientemente genéricas e independientes que no precisan que recuerdes concretamente qué es lo que originalmente las puso en movimiento.
Aprendiéndola de forma genérica asegura que es tu alma la que aprende y no tan solo el aspecto mecánico de tu cerebro. Cuando el cerebro recuerda consecuencias dolorosos de acciones pasadas, evita acciones similares para evitar consecuencias similares, pero este tipo de aprendizaje no procede de dentro del alma porque incluso los animales menos evolucionados aprenden de esta forma.
Cuando estos animales son manipulados para olvidar sus errores, los repiten mecánica e incansablemente. Y además el alma puede hacerlo mucho mejor porque en lugar de apoyarse únicamente en la memoria y en el instinto programado, puede comprender directa e inmediatamente la profunda naturaleza del problema y actuar al momento.
Así pues, no recordar lo que te trajo tu karma negativo no debería desesperarte porque lo único que necesitas es comprenderlo.
Conocer la ley del karma es importante por varias razones. Primero, te empuja a ser más cuidadoso con tus elecciones, palabras y acciones porque tienen consecuencias que finalmente volverán a ti. Cómo afectes al mundo ahora determina cómo el mundo te afectará a ti después.
Segundo, te hace buscar el significado más profundo que está tras tus inevitables condiciones de vida, permitiéndote comprender mejor y aceptar aquello que no puedes cambiar.
Y tercero, puedes poner punto final a experiencias dolorosos, por lo demás evitables, encontrando y aplicando las lecciones perdidas que han estrado atrayéndolas.
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Cosmología
Creación y evolución
¿Cómo llegan a existir la vida y la realidad?
Dudo que nadie pueda contestar a esto de forma total y exacta. Pero si podemos tomar en cuenta todos los hechos y observaciones, y acabar con algo que los explique lógica y consistentemente, tendremos una bonita teoría para empezar.
La ciencia tiene algunas respuestas, pero se limita a sí misma únicamente en las cosas físicas, dejando fuera todo lo que tenga que ver con la mente y el alma. Mejores teorías como la que sigue deberían tener en cuenta tanto los hechos físicos como espirituales.
Si la realidad física es la creación de algo que está más allá de ella, entonces este algo debe estar más allá de lo físico, debe ser mente o conciencia.
Observa cómo no son nuestros sueños los que crean nuestras mentes, sino más bien nuestras mentes las que crean el sueño. En los sueños a veces puedes rastrear la secuencia de acontecimientos hasta que alcanzas el punto en el que empezaron, que es cuando caíste dormido. La ciencia puede rastrear el universo hasta el Big Bang, pero no puede ir más allá porque más allá de ese punto la materia, la energía, el espacio y el tiempo tal como los conocemos, no existían porque todavía no se habían creado.
Lo que existía antes y todavía sigue existiendo más allá de la realidad física, es una mente tan infinita que mantiene en sí misma el poder de crear cualquier cosa que jamás pueda ser creada, y el potencial de experimentar hasta el último pedacito de esta creación.
Podemos llamar a esta mente Dios o Creador. Tras caer dormido tu mente se vuelve sobre sí misma y proyecta hacia delante al soñador, el paisaje del sueño y los múltiples personajes del sueño que parecen tener una mente propia a pesar de ser proyecciones de la misma mente. Soñar es la manera como una mente simple puede experimentarse a sí misma como a seres separados. Y al principio el Creador era solo una mente, infinita pero sola.
Nuestra realidad fue soñada en su existencia por el Creador de manera que pudiera explorar su único e infinito yo a través de un número infinito de mentes finitas. Una de estas mentes finitas llegaste a ser tú tras un largo proceso de desarrollo, y tu mente continuará creciendo hacia el infinito, hasta que te fusiones con la mente infinita del Creador.
Entonces tu viaje a través de la realidad habrá finalizado, pero hubiera sido sólo un sendero entre el número infinito de diferentes senderos que el Creador podría haber llevado a experimentar por sí mismo. El universo físico proporciona espacio y materia para que mentes separadas puedan tener cuerpos en los que experimentar por sí mismos el mundo y uno al otro.
Pero hay más que un universo… de hecho hay un número infinito de ellos, uno por cada posible ordenamiento de la materia, en cada momento del tiempo. Lo que vemos como un universo cambiante en el tiempo es en realidad una secuencia de universos estacionarios, cada uno de ellos ligeramente diferente que el anterior, parecido a como una película proyectada en una pantalla parece moverse, pero de hecho es una secuencia de imágenes quietas mostradas en rápida sucesión.
No sólo hay un universo para cada momento de tiempo, sino también uno por cada posibilidad imaginable. Si en el próximo momento sucede algo pero podría igualmente haber ocurrido de un millón de otras maneras, existe un millón y uno diferentes universos por cada único momento. Ahora considera a todos los momentos tendiendo un puente entre el principio y el final del tiempo, y podrás tener una idea de cuántos universos hay. Y todos ellos fueron pensados en la existencia por el Creador durante el nacimiento de la realidad.
En otras palabras, todo aquello que ha, podría, o existirá físicamente, existe ya. Estos universos forman una matriz de posibilidades completa incambiable pero infinitamente compleja. Podemos llamar a esto “la matriz de la realidad fractal” porque los fractales son patrones que permanecen detallados sin importar cuan profundamente penetres en ellos, por eso son infinitamente complejos, mientras que una matriz es una disposición ordenada de elementos o medios en los que algo puede crecer.
Sin una conciencia que interpretara su papel, la matriz de realidad fractal permanecería como una colección inactiva de posibilidades, un simple pensamiento del Creador. Lo que insufla movimiento en todo ello es la conciencia determinando continuamente qué universo experimentar a continuación, y es este proceso el que crea el tiempo.