FALLAS DE LA BIBLIA 16

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 16
Abril de 1984

COMENTARIO

ENSEÑANZAS IGNORADAS (Parte 1 de 3)

Por siglos, los creyentes han estado sermoneando a la gente sobre la importancia de adherirse a las enseñanzas bíblicas en asuntos de ética, modales y moral. Citan a gusto a Jesús y a Pablo, salpicando aquí y allá con máximas del Antiguo Testamento. El problema con su enfoque está no sólo en la forma tan notoria como no practican lo que predican, sino en una tendencia igualmente pronunciada a ignorar lo que predica la Biblia misma. Los creyentes practican algo que sólo puede describirse como “moralidad selectiva”. Exponen lo que les gusta e ignoran lo que no, aunque lo uno no tiene menos validez que lo otro. Lo digerible y aceptable se supone ser aplicable a todos, mientras que lo repugnante, inconveniente y contradictorio se aplica sólo al público de hace 2.000 años. Gozan citando, por ejemplo, los diez mandamientos, el sermón de la montaña y algunas de las enseñanzas de Pablo, pero no tienen la intención de obedecer otras máximas igualmente válidas. Los siguientes ejemplos muestran la selectividad de la moral apologética.

En primer lugar, un verdadero seguidor de Jesús debe ser extremadamente pobre, tan pobre como un ratón de iglesia. La Biblia lo deja bien claro:

a) “… cualquiera de vosotros que no renuncia a todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo.” (Lucas 14:33)
b) “Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.” (Mateo 19:21)
c) “Vended lo que poseéis, y dad limosna…” (Lucas 12:33)
d) “Empero de lo que os resta, dad limosna; y he aquí todo os será limpio.” (Lucas 11:41)
e) “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen (…) Mas haceos tesoros en el cielo (…) Porque donde estuviere vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón.” (Mateo 6:19-21)
f) “¡Cuán dificilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!” (Marcos 10:23)
g) “De cierto os digo, que un rico difícilmente entrará en el reino de los cielos. Mas os digo, que más liviano trabajo es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.” (Mateo 19:23-24)
h) Cierto aristócrata le había dicho a Jesús que había obedecido todas las leyes desde la juventud. Pero Jesús le contestó: “Aun te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y da á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.” (Lucas 18:22, Marcos 10:21)
i) Y Pablo dijo: “Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y téngolo por estiércol, para ganar a Cristo.” (Filipenses 3:8)

¡Imaginen a Billy Graham, Oral Roberts, Jerry Falwell, Jimmy Swaggart, Rex Humbard, Robert Schuller, Herbert W. Armstrong y miles más de ricos líderes religiosos obedeciendo semejantes pronunciamientos! Es mucho más facil y menos doloroso deshacerse de las frases directas con racionalizaciones que renunciar a las riquezas por mandato bíblico. Pablo dijo: “Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, seamos contentos con esto” (1 Timoteo 6:8). La exuberante riqueza personal de estos hombre y muchos otros testimonia cómo evaden enseñanzas como Lucas 3:11: “El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo”. Uno se preguntaría cuántas ropas tienen estos hombres en sus armarios. Jesús dijo: “Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehúses” (Mateo 5:42). Sería un ejercicio inútil pedirle a cualquiera de los predicadores mencionados o a cualquier denominación cristiana una porción sustancial de sus riquezas. ¿Cuántos creyentes intentan acatar el precepto bíblico que dice: “Y al que te hiriere en la mejilla, dale también la otra; y al que te quitare la capa, ni aun el sayo le defiendas. Y a cualquiera que te pidiere, da; y al que tomare lo que es tuyo, no vuelvas a pedir” (Lucas 6:29-30)? Evaden Mateo 5:40, que dice: “Y al que quisiere ponerte a pleito y tomarte tu ropa, déjale también la capa”. A los apologetas no les molesta citar el verso previo (Mateo 5:39) sobre ofrecer la otra mejilla porque tiene que ver con actitudes y no es nada concreto; no implica ninguna privación física. Ofrecer una mejilla es mucho menos doloroso y tangible que ofrecer dólares. Lo primero es más nebuloso y sujeto a interpretaciones. Jesús envió a sus doce discípulos y les dijo: “No aprestéis oro, ni plata, ni cobre en vuestras bolsas; ni alforja para el camino, ni dos ropas de vestir, ni zapatos, ni bordón; porque el obrero digno es de su alimento” (Mateo 10:9-10). Si éste era el proceder moralmente correcto para los discípulos cristianos de hace dos mil años, entonces debería tener relevancia para sus discípulos actuales. Pero la parafernalia que rodea a los predicadores famosos en sus viajes periódicos resalta una incoherencia evidente.

Los primeros grupos cristianos hasta practicaban una forma de propiedad comunal. “Y todos los que creían estaban juntos; y tenían todas las cosas comunes; y vendían las posesiones, y las haciendas, y repartíanlas a todos, como cada uno había menester” (Hechos 2:44-45, 4:34-37). Aun así, a excepción de algunas comunidades aisladas, los creyentes actuales predican lo opuesto.

En resumen, no basta con evitar la acumulación de riquezas; uno debe buscar activamente renunciar a toda propiedad que pueda llegar a sus manos. (Ver también: Hechos 20:35, Romanos 12:13, Colosenses 3:2, Mateo 6:24.) En lo que concierne a las riquezas y propiedades, los monjes, los ascetas y algunas facciones de los Amish están más cerca de las enseñanzas bíblicas que cualquiera de los clérigos conocidos en la actualidad. Durante un diálogo con un ministro hace varios años, noté que su automóvil Lincoln Continental estacionado cerca de allí estaba en completo desacuerdo con las doctrinas bíblicas. Después de ofrecer las racionalizaciones apologéticas usuales (llevo una vida sencilla y la Biblia no me exige regalar lo que poseo), cuestionó mis intenciones y se fue. Ninguna de sus excusas tenía peso.

Segundo, un verdadero seguidor de Jesús no puede divorciarse (Mateo 19:6, Marcos 10:9: “Así que, no son ya más dos, sino una carne: por tanto, lo que Dios juntó, no lo aparte el hombre”) ni casarse con una persona divorciada (Mateo 5:32, 19:9, Lucas 16:18: “el que se casa con la repudiada del marido, adultera”). Sin embargo, existe una excepción: si el cónyuge comete adulterio, se permite el divorcio: “Mas yo os digo, que el que repudiare a su mujer, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere” (Mateo 5:32). La Biblia también dice que quien obtenga un divorcio y se vuelva a casar es adúltero: “… Cualquiera que repudiare a su mujer, y se casare con otra, comete adulterio contra ella” (Marcos 10:11), lo cual también se aplica a las mujeres (Marcos 10:12). En resumen, de acuerdo con las enseñanzas cristianas:

1) Uno nunca puede divorciarse, excepto de un cónyuge adúltero.
2) Uno nunca puede casarse con una persona divorciada.
3) Quien se divorcia y vuelve a casarse comete adulterio.

Uno apenas puede preguntarse cuántos cristianos han ignorado estas normas.

Tercero, los intentos actuales de llevar la oración a las escuelas va en directa contravía de las enseñanzas bíblicas. En uno de sus comentarios sobre la manera en que uno debe orar, Jesús dijo que la oración debe ser un asunto privado, desprovisto de exhibiciones públicas: “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en las sinagogas, y en los cantones de las calles en pie, para ser vistos de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su pago. Mas tú, cuando ores, éntrate en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora a tu Padre que está en secreto…” (Mateo 6:5-6). Los creyentes ignoran esto a diario y no tienen intención de corregir su proceder.

Es interesante anotar que la máxima de Pablo según la cual los hombres deben orar con la cabeza descubierta suele seguirse porque quitarse el sombrero no tiene nada de problemático. Es fácil de seguir. “Todo varón que ora ó profetiza cubierta la cabeza, afrenta su cabeza.” (1 Corintios 11:4) Del otro lado, el mandato paulino de que las mujeres se cubran la cabeza durante la oración es bastante incómodo y por eso se ha racionalizado o se ignora, aunque no tiene menos vigor que cualquier otra ley moral del Nuevo Testamento: “Mas toda mujer que ora o profetiza no cubierta su cabeza, afrenta su cabeza. (…) Porque si la mujer no se cubre, trasquílese también: y si es deshonesto a la mujer trasquilarse o raerse, cúbrase. (…)  Juzgad vosotros mismos: ¿es honesto orar la mujer a Dios no cubierta?” (1 Corintios 11:5-13 RSV)

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

Del Centro Ateo Americano de Austin, Texas

[A finales de enero de 1984, en Fallas de la Biblia supimos del Centro Ateo Americano que celebraría una convención en Lexington, Kentucky, a mediados de abril. Les enviamos una carta diciéndoles que no sólo nos gustaría asistir, sino instalar un puesto para anunciar y distribuir esta publicación. La siguiente respuesta de Madalyn Murray O’Hair nos llegó el 15 de febrero.]

Dennis McKinsey:
Gracias por su solicitud. Ateos Americanos siente que es reaccionario hacer la batalla en el terreno de las personas religiosas. La Biblia debe ser arrojada a la basura. La continua lucha que libra usted con fragmentos de ella le da legitimidad a lo que usted combate. Uno NO discute con sus pesadillas. El ejercicio es (…) inútil. La convención en Kentucky no tiene el menor interés en esto. Por tanto, no le autorizaremos para “instalar una cabina” para anunciar y distribuir copias de su publicación, que arrastra a los ateos de vuelta a la Biblia, y sin ninguna buena razón. Si quiere instalar una cabina, en cualquier parte, tendrá que pagarla. No se le permitirá usar las instalaciones por las que nosotros hemos pagado. No distribuiremos su literatura ni le daremos lugar en nuestras exhibiciones. En esta posición que hemos adoptado con respecto a Fallas de la Biblia no hay ninguna animadversión, personal o de ningún tipo. Existen tácticas que uno usa en batalla y esta táctica nosotros no la usamos. Restan su impulso positivo al ateísmo y a los programas que estamos tratando de usar para darles a los ateos una voz propia en la cultura, con su visión del mundo, libre de referencias religiosas. Hemos instituido un extenso programa educativo para alejar a los ateos cuan rápido sea posible de lo que usted propone, el retorno a la Biblia. (…)

Respuesta del Editor

Madalyn Murray O’Hair:
Apreciamos su pronta respuesta a nuestra solicitud, pero nos decepciona y sorprende el tenor de ésta. Fallas de la Biblia proporciona una réplica razonada y bien documentada a los alegatos de infalibilidad bíblica y de ningún modo puede acusársele de que “arrastra a los ateos de vuelta a la Biblia”. Esta publicación ha sido acusada de muchas cosas, pero nadie ha sugerido semejante cosa. Usted dice que la Biblia “debe arrojarse a la basura”. Por desgracia, primero debe mostrárseles a las personas por qué deben arrojarla. No basta limitarse a decirlo. Fallas de la Biblia refuta la supuesta “validez” del texto bíblico punto por punto y cubre prácticamente cada concepto significativo en ella. Su idea de que la “continua lucha (…) con fragmentos de ella le da legitimidad a lo que (…) combate” ignora el hecho de que estamos batallando con abundante material. Lea los números anteriores, así como los venideros, y hallará que quedan pocos fragmentos dignos de mérito. ¿Por qué millones de personas se van a hacer ateas, si ya sienten que tienen la verdad? Antes de que alguien adopte una filosofía nueva, debe mostrársele la falsedad de la que profesa actualmente. Usted envía el mensaje de “o nosotros o la Biblia”, cuando los creyentes nunca han oído por qué sus creencias actuales están erradas.
He estado antes en reuniones de ateos y, según he visto, muchos de los asistentes no son verdaderos ateos en el sentido completo de la palabra. No son tan radicales como creen ser y no han abandonado la Biblia o la religión tanto como piensan. Sus conversaciones revelan un sutil adoctrinamiento de años previos y su actitud hacia la predicación bíblica representa un amplio espectro. He aprendido de la experiencia a cuidarme de cualquier carta que me llegue y empiece con: “Solía ser un cristiano creyente, pero ahora rechazo los absurdos de la Biblia”. Muchos no se dan cuenta de cuánta influencia ejerce el libro sobre ellos, pero apoyan el ateísmo por una amplia variedad de razones personales. Fallas de la Biblia pretende llegar a los indecisos, a quienes sienten que el punto de vista antirreligioso tiene puntos valiosos, pero que la Biblia, a pesar de sus defectos, todavía merece algo de credibilidad.
Nuestras publicaciones no son antitéticas, sino complementarias. Fallas de la Biblia ofrece una explicación detallada de por qué las creencias de los defensores de la Biblia son erróneas, y la de usted, como otras desde misma perspectiva, ofrece una alternativa racional. Es como construir una estructura en un terreno. Antes de que pueda levantarse el edificio, hay que demoler el viejo. No se puede construir hasta que algo destruya lo que ocupa el espacio deseado. Fallas de la Biblia busca una relación mutuamente agradable con todas las publicaciones y organizaciones racionales. Por ejemplo, hemos publicado anuncios de la Sociedad de Agnósticos Evangélicos y Publicaciones Crusade por varios meses, porque han tenido la amabilidad de anunciarnos a nosotros.
Simplemente ignorar la Biblia o actuar como si no existiera raya en lo absurdo. El libro y sus seguidores ejercen una influencia enormemente negativa en la sociedad. Muchos de los gobiernos y administraciones del mundo actual no me gustan, pero todavía tengo que soportar sus absurdos. ¿Cómo van a combatir las personas contra un libro del que conocen poco y que creen que deben evitar a toda costa, cuando su perniciosa influencia está por todas partes? Yo no temo en absoluto al libro, y no tengo problemas en enfrentar a sus defensores cuando sea posible. De hecho, yo busco el diálogo y el debate. Mientras los secuaces de Falwell tengan pocos motivos para dudar que Dios y su palabra están de su lado, las fieras batallas sobre la oración en las escuelas, la enseñanza de la evolución, la legalización del aborto, los impuestos a los bienes eclesiásticos, etcétera, seguirán sin resolverse. La Biblia es la base desde donde se lanzan todos los ataques fundamentalistas en materia social.
Al igual que en la Segunda Guerra Mundial, bombardear el cuartel general del enemigo, su fuente de fuerza y sostenimiento, es más efectivo que concentrarse en sus tropas en el campo. Una cabina de Fallas de la Biblia en la convención de Kentucky nos ayudaría a ambos.

De E. L. F. en Long Beach, California (Parte 1)

… No quiero dar a entender [al suscribirme] que estoy de acuerdo con todo lo que aparece en su publicación. Al contrario, encuentro varias cosas en el número que recibí con las que no concuerdo. (…) Creo que usted presta un servicio único; siendo único, debería ser lo más perfecot posible. Si hubiera 20 ó 30 publicaciones de este tipo, mejorar una de ellas no sería igual de importante. (…) En el número de diciembre de 1983 usted dice que a la persona que le escribió acerca de los cristianos devotos “se le olvidó incluir a Mussolini, Franco, Hitler, Al Capone, George Lincoln Rockwell, los líderes del Ku Klux Klan y otras grandes mentes en su lista”. Su comentario es, como mínimo, ridículo y ofensivo. Hitler no era cristiano bajo ningún esfuerzo de la imaginación (mucho menos un cristiano “devoto”). (…) Si Mussolini fue cristiano, logró mantenerlo en secreto. (…) Era un completo ignorante sobre la religión (…), desdeñaba la influencia humanizante de la cristiandad, era un mujeriego con aventuras extramaritales (…) No sé mucho acerca de George Lincoln Rockwell, pero es difícil creer que hubiera ignorado la actitud anticristiana de Hitler (…) Al Capone era un criminal, ocupación difícilmente compatible con la devoción cristiana. En cuanto a los líderes del Ku Klux Klan, son personajes clandestinos, así que no logro ver cómo supone usted que el cristianismo tiene alguna influencia significativa en sus vidas (…) Así que el único que queda en su lista de quien se puede demostrar que fue cristiano en una forma significativa es Franco (…) pero no era ningún monstruo. Fueran cuales hayan sido sus faltas, merece crédito por resistir la invitación de Hitler a unirse a Alemania en la Segunda Guerra Mundial (…) No debe olvidarse que Franco eligió a un Primer Ministro (Suárez) y dejó instrucciones para que, junto con su sucesor (el rey Juan Carlos) condujeran a España de vuelta a la democracia tras la muerte de Franco (…)

Respuesta del Editor (Parte 1)

¿Está seguro de que la opinión “ridícula” es la mía? Veamos qué dijo al respecto Hitler, cuyo cristianismo usted niega:

“Mi sentimiento como cristiano me dirige a mi Señor y Salvador como guerrero. Me dirige al hombre que, estando solo con apenas unos cuantos seguidores, vio a estos judíos como lo que eran y, llamándome a combatirlos, fue no sólo el mayor sufrido sino el mayor guerrero, para ayudarme. Con amor ilimitado, como cristiano y como hombre, leo los pasajes que narran cómo el Señor finalmente reunió Sus fuerzas y empleó el látigo para echar a los usureros, las víboras y los charlatanes del templo. Hoy, dos mil años más tarde, reconozco con profunda emoción la tremenda lucha de Cristo por su mundo en contra del veneno judío. Reconocí esto de manera más profunda por el hecho de que Él hubiera tenido que derramar su sangre en la cruz por su lucha. Como cristiano, mi deber no es dejarme engañar, sino ser un campeón de lo verdadero y correcto (…) Como cristiano le debo algo a mi pueblo (…) Soy de verdad un diablo, no un cristiano, si no siento compasión ni hago la guerra, como hizo nuestro Señor hace dos mil años, contra aquéllos que saquean y explotan a este pobre pueblo [alemán] (…) Hace dos mil años un hombre también fue denunciado por esta raza que hoy denuncia y blasfema por todas partes (…) Ese hombre fue arrastrado a un juicio y dijeron entonces: ¡Está agitando al pueblo! Así que también él estaba “agitando”. ¿Y contra quién? Contra “Dios”, gritaban ellos. Sí, ciertamente estaba agitando contra el “dios” de los judíos, porque ese “dios” es el dinero.” (Munich, April 12, 1922; Voelkische Beobachter, April 22, 1922)

“El gobierno nacional preservará y defenderá aquellos principios básicos sobre los cuales se construyó nuestra nación. Consideran a la cristiandad como la base de nuestra moral nacional y a la familia como la base de la vida nacional.” (Discurso en Feb. 1 1933)

“Sé que aquí y allí se ha levantado la objeción: Sí, pero usted ha abandonado el cristianismo. No, no es que lo haya abandonado, es que nuestros predecesores lo abandonaron (…) El nacionalsocialismo no se opone a la Iglesia ni es antirreligioso, sino que, al contrario, se apoya en el terreno del verdadero cristianismo. Y no tenemos más deseo que ser leales a esa posición (…) Éstos no son principios anticristianos, son cristianos.” (Discurso en Koblenz, Ago. 26, 1934)

A menudo se le preguntaba Hitler por qué usava la swástika y su respuesta era:

“Y cuando me dicen, como hacen muchos: ¿Cómo puede portar usted su símbolo pagano en medio de su lucha, cuando ella sólo debe ser guiada por la cruz cristiana?, a esto yo digo: Este símbolo no está dirigido contra la cruz cristiana. Al contrario, es la manifestación política de lo que es, o debe ser, la intención de la cruz cristiana (…) Desde el comienzo mismo, uno debe preservar esta cruz de cualquier contacto político hasta que la estructura de estos partidos vuelva a ser digna de asociarse con este símbolo…” (Munich, Oct. 25, 1930, Voelkische Beobachter, Oct. 28, 1930)

Según usted, Mussolini mantuvo ocultas sus creencias cristianas, era un ignorante sobre la religión y desdeñaba el cristianismo. Pero en Ouchy le dijo a la prensa:

“Mi espíritu es profundamente religioso. La religión es una fuerza formidable que debe respetarse y defenderse. Estoy, por tanto, contra la democracia anticlerical y atea, que representa un juguete viejo e inútil. Yo sostengo que el catolicismo es un gran poder espiritual…” (Mussolini As Revealed in his Political Speeches, by Quaranta, p.XII)

Es más: ¿de qué manera el ser un mujeriego le impedía ser cristiano? No son los actos, sino las creencias, lo que hace a un cristiano.

En cuanto al Ku Klux Klan, sus libros exaltan a la Biblia y a Jesús sin cesar. La clandestinidad no les impide ser cristianos más de lo que se lo impediría a los cardenales sólo porque eligen al papa en secreto.

Usted admite que Franco era cristiano, pero niega que haya sido un monstruo. Tal vez desee decirles eso a los miles de prisioneros de guerra que murieron ante sus pelotones de fusilamiento y los miles de opositores políticos y prisioneros que se opusieron a su dictadura por casi 40 años. La democracia regresó a España a pesar de Franco, no gracias a él. Los más conservadores del mundo en materia religiosa son siempre los más conservadores en materia política. Y sería difícil encontrar gente más derechista y más conservadora que Hitler, Mussolini, Franco y el Ku Klux Klan.

De cualquier manera, Fallas de la Biblia no es una publicación política, y el comportamiento atroz no le impide a uno ser cristiano. Si el mal comportamiento fuera impedimento para ser cristiano, entonces nadie calificaría. Según Pablo, todos somos irremediablemente corruptos: “Y yo sé que en mí (…) no mora el bien” (Romanos 7:18).

(Esta carta continuará en el próximo número.)

De D. F. S. en Sandstone, Minnesota

(…) Fallas de la Biblia es una de las publicaciones más interesantes e informativas que he leído. Lo felicito por su excelente investigación y redacción. Estoy bastante satisfecho con la pequeña inversión que he hecho en su revista. Cuanto pueda faltarle en “colorido” lo compensa con creces en contenido sólido (…)
Hace unos días me metí en una discusión con algunos creyentes de la variedad de los “nacidos de nuevo”, que yo llamo fans de Cristo. Su publicación me fue muy útil. Por desgracia, los hechos parecen no hacerles efecto, ni siquiera los de la Biblia. La historia del cristianismo, en la que soy bien versado, tampoco la creyeron. Se pasaron el tiempo repicando el mismo argumento, que era más o menos así: La Biblia no contiene contradicciones, todo el material secular está equivocado porque sus autores no entienden la Biblia. Uno debe creer en Jesús, y entonces el Espíritu Santo entrará en uno y le revelará todo (…) Dijeron que un día el Espíritu Santo entraría en mí y entonces entendería y aceptaría todo. ¿Cómo refuta uno semejantes absurdos? Argumentar a partir de la Biblia no sirve. No creo que usted pretenda convertir a los creyentes sinceros, pero estando en mi posición necesito llegar con mejores argumentos (…)

Respuesta del Editor

Usted ha hecho una pregunta importante: ¿Cómo llegarles a los fundamentalistas, apologetas y académicos? Yo también lo he vivido repetidas veces. Tras muchos encuentros, he decidido no dirigir mis energías solamente a los fundamentalistas y evangélicos, sino a quienes quieran escuchar. Usted debe impulsar sus ideas a través de los medios y cualquier otro mecanismo viable. La gente no irá a usted: usted debe ir a ellos. Entonces los apologetas emergerán del público a defender la Biblia. Ésa es una manera de obtener diálogo y exponer la Biblia. Descubrí esto cuando hablaba en la radio. Cuando los creyentes descubren que la gente está oyendo las debilidades de la Biblia, ya no tienen la opción de permanecer callados o retirarse. Algunos se sentirán obligados a responder.
En resumen, uno debe primero aprender los defectos de la Biblia y luego hablar con quienes quieran escuchar. Combine esto con grupos de personas que piensen como usted e intente dar un espacio abierto a sus ideas. Busque una plataforma, consiga un público, preséntese ante grupos heterogéneos y tendrá la oportunidad de debatir, exponer y convertir. Trate de usar la presión grupal en vez de trabajar solo. No es fácil obtener, por ejemplo, media hora en radio, cuando su anfitrión simpatiza con la oposición. La presión grupal y la organización son la respuesta. Los críticos deben exigir un espacio y hablar cuando se les niega una voz. Urge un programa decidido, bien documentado y agresivo. Basarse en el humor antirreligioso, salpicando descripciones de actos absurdos y creencias de devotos religiosos, y concluir con una conferencia bien redactada sobre la importancia de la tolerancia y la separación entre iglesia y estado no es suficiente.

De un lector en Novato, California

Adjunto copias de dos cartas mías que fueron publicadas recientemente en nuestro periódico local. Espero que merezcan su aprobación, pues se basan en su trabajo (…) Acabo de llamar a la estación radial KGO en San Francisco, que tiene un entrevistador, el Reverendo Tom Hunter, pagado por la emisora para hablar de religión (…) Iba a mencionarle cómo la Biblia apoya el trabajo forzaco, pero me cortaron antes de tener oportunidad. Sería grandioso si la KGO concediera igual tiempo a alguien con su conocimiento para que contrarrestara lo que el Reverendo Hunter tiene para decir (…)

Respuesta del Editor

Lo felicito. Intentó buscar en la Biblia misma y desafiar a un apologeta en su terreno. No le dejó el camino libre a la oposición. Mi presencia no se necesita realmente. Usted está en la escena y puede hacer mucho por sí mismo. Recolecte datos, domine sus argumentos, lea esta revista y a Joseph Wheless, John Remsburg, Thomas Paine, Robert Ingersoll y la Biblia y exija un tiempo igual para intervenir. Si se siente incómodo en este papel, entonces encuentre a alguien que lo apoye, o invente una alternativa. Debemos enfrentar a los creyentes cuando evangelizan, y no se les debe permitir refugiarse en el santuario privilegiado de la impunidad. Con las cosas como van, la Biblia carece de oponentes en casi todo el país. Muchas personas ni siquiera saben que existe otro lado del asunto. Le sorprendería el número de personas que defienden la Biblia ocn vehemencia pero carecen de conocimientos sobre su contenido, y esto incluye a algunos ministros. “Los clérigos saben que yo sé que ellos saben que no saben.” (Ingersoll’s Works, Vol. 2 p. 348). Hace falta mucho tiempo y esfuerzo, porque hay mucho en riesgo. Los creyentes han estado trabajando sin descanso por décadas.

FALLAS DE LA BIBLIA 15

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 15
Marzo de 1984

COMENTARIO

LA TRINIDAD

La creencia trinitaria de que Dios es una unidad que subsiste en tres personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y que los tres son un dios, iguales en poder y gloria, representa uno de los conceptos más increíbles pero más cruciales de todo el cristianismo. A través de la historia, muchos observadores han señalado su irracionalidad:

“Uno puede decir con sus labios: ‘Creo que Dios es uno, y también tres’, pero nadie puede creerlo, porque las palabras no tienen sentido.” (Qué es la Religión, por León Tolstoi)

“Cuando nos hayamos deshecho de la jerga incomprensible de la aritmética trinitaria, según la cual tres son uno y uno es tres…” (Jefferson’s Works, Vol. 7, p. 210, por H.A. Washington).

“Es demasiado tarde como para que los hombres sinceros finjan creer en el misticismo platónico de que tres son uno y uno es tres, pero que uno no es tres y que los tres no son uno…” (Jefferson’s Works, Vol. 6, p. 192, por H.A. Washington).

Al debatir con creyentes, a menudo les he preguntado: “Cuando Jesús dijo en la cruz: ‘Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen’ (Lucas 23:34), ¿a quién le hablaba?”. A esto suelen responder: “A Dios”. Y yo respondo: “Pero pensé que él era Dios”. A lo que suelen responder: “No, es el hijo de Dios”. Y digo yo: “En otras palabras, tenemos dos dioses”. “No”, contestan ellos, “sólo un Dios, pero tres personas.” “Hagamos una pausa y pensemos, amigo mío”, les digo, “tenemos a un ser, una fuente de inteligencia, Dios, hablándole a otro ser, otra fuente de inteligencia, que también es Dios, y aun así vamos a creer que sólo hay un Dios.” Este sencillo diálogo resalta bastante bien la incongruencia del problema. Está claro que la lógica y la razón no tienen nada que ver con la comprensión de la trinidad. Hay poca razón involucrada y, de hecho, muchos apologetas lo admiten, pues cualquier otro enfoque rayaría en la ingenuidad. Muchos ni siquiera intentan defenderla racionalmente. Se limitan a decir que, aunque se opone a la sensatez, sigue siendo cierta. La frase común es que “es un misterio”.

Las creencias de los apologetas que violan las reglas de la lógica y el sentido común se definen con frecuencia como misterios, cosas inabarcables por la mente humana. La fe, que H.L. Mencken definió como “la creencia ilogica en que puede ocurrir lo improbable”, es obligatoria. Como admitió francamente un apologeta: “La Trinidad, es decir, tres personas en una, es un misterio revelado por la Biblia, pero que la mente humana no puede entender (…) es una de esas cosas que deben aceptarse por fe, incluso si no puede razonarse. La Trinidad no puede explicarse, pero debe creerse.” (508 Answers to Bible Questions, p. 168 by M. R. DeHaan). Thomas Jefferson resumió muy bien la situación al decir:

“Ningún hecho histórico está mejor establecido que el de que la doctrina de un Dios, puro y no compuesto, fue la de los primeros años de la cristiandad (…) El abracadabra fantasmal de un Dios como otro Cerbero, con un cuerpo y tres cabezas, nació y creció en la sangre de miles y miles de mártires (…) En realidad, la paradoja de Atanasio, de que uno es tres y tres son uno, es tan incomprensible para la mente humana que ningún hombre sincero puede decir que se ha formado una idea de ella, ¿y cómo puede creer algo de lo que no tiene idea? Quien cree que lo hace sólo se engaña. Demuestra, además, que el hombre, una vez renuncia a su razón, queda sin protección contra los absurdos más monstruosos (…) Con tales personas, la credulidad, que llaman fe, le quita el timón a la mano de la razón, y la mente naufraga.” (Jefferson’s Works, Vol. 7, p. 269-70, por H.A. Washington).

Indudablemente, muchos apologetas concordaron con Ingersoll cuando dijo: “Para salvarse es necesario creer esto. Es una bendición que no tengamos que entenderlo.” (Ingersoll’s Works, Vol.1, p. 496) O en palabras de Thomas Paine: “¿Dónde está la evidencia de que la persona llamada Jesucristo es el hijo engendrado por Dios? El caso no admite evidencia de nuestros sentidos ni de nuestras facultades mentales, ni ha otorgado Dios facultad alguna al hombre por la que semejante cosa pueda ser comprensible.” (The Life and Works of Thomas Paine, Vol. 9, p. 294).

La oposición a la Trinidad no sólo proviene de afuera de la Biblia, sino también de ella misma. No se necesita basarse sólo en los críticos. La Biblia está llena de afirmaciones en el sentido de que Dios es una unidad, es uno solo y no hay nadie como él. Las siguientes son algunas que podrían mencionarse: “…Jehová él es Dios; no hay más fuera de él” (Deuteronomio 4:35); “…por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti” (2 Samuel 7:22); “…porque yo soy Dios, y no hay más Dios, y nada hay a mí semejante” (Isaías 46:9). Al parecer, Jesús y el Espíritu Santo sí son como él, pues también son Dios. (Ver también: Deuteronomio 4:39, 6:4, Marcos 12:29, Isaías 45:5-6, 1 Crónicas 17:20, 1 Samuel 2:2, 1 Reyes 8:60). A pesar de estos versos y muchos otros, los apologetas siguen basándose en cuatro versos principales para justificar su creencia en la Trinidad: 1 Pedro 1:2, el falsificado 1 Juan 5:7 (“… Porque tres son los que dan testimonio en el cielo…”), 2 Corintios 13:14, y Mateo 28:19 (“bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”). Si estos cuatro versos justifican creer en la trinidad, entonces contradicen a muchos otros que no. Si no la justifican, entonces no le queda mucho fundamento, y el asunto pierde relevancia. A propósito: en la Biblia no aparece la palabra “trinidad”.

Además de numerosas afirmaciones de la unidad e indivisibilidad de Dios, la Biblia da, además, información adicional contraria a la trinidad. Primero, Génesis 6:3 dice que Dios nunca se hará carne. Los judíos interpretan así este verso: “Mi espíritu nunca habitará en el hombre, pues él también es carne”. Pero si Jesús era simultáneamente hombre y dios, entonces la divinidad habría habitado en la carne. Segundo, 2 Crónicas 6:18 y 1 Reyes 8:27 dicen que Dios (es decir, Jesús) nunca habitará la tierra. Tercero, aunque otros le llamaron Dios, Jesús nunca dijo directamente que lo fuera. Según una rama cristiana que ha sido etiquetada de culto, Satanás también fue llamado Dios (2 Corintios 4:4). Cuarto, si el Espíritu Santo es una persona, como sostienen los trinitarios, ¿cómo pudo haber llenado a 120 personas simultáneamente en Hechos 2? Quinto, ¿cómo podría el Hijo, que es Dios eterno, tener la misma edad del Padre, que es Dios eterno? Por definición, un hijo debe ser más joven que el padre, de modo que no pueden ser iguales. Sexto, ¿cómo podría Jesús ser Dios, es decir, eterno, cuando varios versos muestran que él fue creado en un punto particular del tiempo (Apocalipsis 3:14, Proverbios 8:22-23, Colosenses 1:15)? Y para terminar, si Jesús y el Espíritu Santo son Dios, si la trinidad es cierta, entonces la relación de Jesús con María es bien paradójica:

1) Si él era el hijo de María, ella era su madre.
2) Si ella concibió por el Espíritu Santo, siendo uno solo el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, ella era su mujer.
3) Como Dios es el padre de toda la humanidad, y Dios y Cristo son uno, ella era su hija.
4) Siendo ella hija de Dios, y siendo Jesús hijo de Dios, ella era su hermana.

Ingersoll tal vez resumió el enigma trinitario mejor que nadie cuando dijo:

“Cristo, según la fe, es la segunda persona de la Trinidad, siendo el Padre la primera y el Espíritu Santo la tercera. Cada una de estas personas es Dios. Cristo es su propio padre y su propio hijo. El Espíritu Santo no es ni padre ni hijo, sino ambos. El hijo fue engendrado por el padre, pero existió antes de ser engendrado, siendo el mismo antes y después. Cristo es tan viejo como su padre, y el padre es tan joven como su hijo. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, pero era igual al Padre y al Hijo antes de proceder de ellos, lo que equivale a decir, antes de haber existido, pero él tiene la misma edad que los otros dos. Así, se declara que el Padre es Dios, y el Hijo y el Espíritu Santo son Dios, y que estos tres Dioses hacen un Dios. Según la tabla de multiplicar celestial, uno por uno es igual a tres, y tres por uno es igual a uno, y según la resta celestial, al quitarle dos a tres quedan tres. La suma es igualmente peculiar: si le sumamos dos a uno obtenemos uno. Cada uno igual a sí mismo y a los otros dos. No ha habido ni podrá haber nada más completamente idiota y absurdo que el dogma de la Trinidad.” (Ingersoll’s Works, Vol. 4, p. 266-67).

A la luz de todo esto, ¿por qué, entonces, se aferran tan tercamente los creyentes a una creencia tan irracional que puede destruir su credibilidad intelectual? ¿Por qué insisten en que Jesús es completamente hombre en todo el sentido de la palabra y completamente dios en todo el sentido de la palabra? ¿Por qué? Porque la otra alternativa es peor. Están atrapados entre una pared y un precipicio. A menos que Jesús sea simultáneamente hombre y dios, quedarán sin solución los siguientes problemas: Para empezar, la Biblia dice repetidamente que sólo Dios puede ser el salvador de la humanidad: “Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.” (Isaías 43:11). (Ver también: Oseas 13:4, Salmo 3:8, 37:39, Isaías 43:3). Obviamente, Jesús debe ser Dios si va a salvar a la humanidad, pues ningún simple mortal puede cumplir ese papel. Si Jesús no es dios y hombre simultáneamente, entonces no es más divino que Mahoma o cualquier personaje religioso. Su muerte no pudo ser la piedra angular para la salvación de todos.

Más importante aún es que la trinidad da el único escape disponible para el número tan tremendamente grande de frases contradictorias dichas por el mismo Jesús con respecto a su naturaleza y capacidades. La trinidad es la gran “puerta de escape” del cristianismo. En varias ocasiones Jesús se igualó con Dios, aunque nunca dijo directamente que lo fuera:

a) “Yo y el Padre una cosa somos.” (Juan 10:30)
b) “… El que me ha visto, ha visto al Padre…” (Juan 14:9)
c) “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.” (Juan 1:1)

(Ver también: Juan 10:38, 17:11, 21-23, Colosenses 2:9)

Pero un número aún mayor de frases muestra con claridad que Jesús no se igualó a Dios, caso en el cual no podía ser el salvador de la humanidad:

a) “¿Por qué me llamas bueno? Ninguno es bueno sino uno, a saber, Dios.” (Mateo 19:17)
b) “…el Padre mayor es que yo.” (Juan 14:28)
c) “Mi doctrina no es mía, sino de aquél que me envió.” (Juan 7:16)
d) “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46)
e) “El cual está a la diestra de Dios, habiendo subido al cielo…” (1 Pedro 3:22)

(Ver también: Marcos 13:32, 1 Corintios 11:3, Juan 5:19, 20:17, Mateo 26:39 y muchos otros).

Los defensores de la Biblia usan el mecanismo de escape con liberalidad alegando que las primeras frases fueron dichas por Jesús el dios y las últimas por Jesús el hombre. Así pueden reconciliarse los comentarios incoherentes de Jesús según dicte la conveniencia. Sin la trinidad, Jesús parecería un joven desesperadamente confundido, más loco que salvador. La trinidad también ofrece el único escape para embrollos como el comentario de Ingersoll sobre la aritmética celestial y la confusa relación de María con Jesús.

Sin embargo, incluso si la trinidad existiera, e incluso si resolviera satisfactoriamente este montón de dilemas, varios problemas quedan por fuera de su alcance. Primero, sigue vigente la pregunta de quién o qué murió en la cruz. ¿Fue Jesús el hombre o Jesús el dios? Si murió Jesús el hombre, entonces no se salvó a nadie, pues la muerte de un hombre no podía redimir a nadie. Si, por el contrario, murió Jesús el dios, entonces tenemos un imposible. Dios no puede morir. Muchos versos señalan que él es inmortal. Así que permanece la pregunta: ¿Quién murió en la cruz? ¿Quién o qué se sacrificó? Como afirmó correctamente un grupo cristiano: “Si Jesús era Dios, entonces durante la muerte de Jesús Dios estuvo sepultado”. Pero tenía que ser Dios quien muriera, pues sólo Dios puede salvar a la humanidad. Segundo, “La ortodoxia siempre ha sostenido que Jesucristo era completamente Dios y perfectamente hombre, y que estas dos naturalezas estaban unidas en una persona…” (Answering Christianity’s Most Puzzling Questions, Vol. 2, p. 14, por Richard Sisson). Pero, ¿cómo podía ser perfecto Jesús el hombre, si todos los hombres han pecado y desmerecen de la gloria de Dios (Romanos 3:23)? Si Jesús no pecó, como dicen varios versos (1 Pedro 2:22, 1 Juan 3:3, 5, 7, 2 Corintios 5:21, Hebreos 4:15, 7:26),entonces no fue humano, pues todos han pecado, de modo que solamente era Dios. Y si era Dios, ¿cómo pudo haber dicho: “El Padre es mayor que yo”? Del otro lado: si estos versos del Jesús “perfecto” sólo se refieren a Jesús el dios, mientras que Jesús el hombre sí pecó, entonces él necesitaba la salvación tanto como cualquier otra persona. ¿Quién murió en la cruz para salvarlo a él? Y finalmente: castigar a un inocente en una cruz para expiar los actos de la humanidad no tiene más sentido que hacer sufrir a toda la humanidad por los actos de Adán. Un ejemplo sencillo: Si yo robara un banco y mi padre se ofreciera voluntariamente a pagar mi sentencia, no existiría justicia, incluso si él estuviera totalmente dispuesto. Castigar a los inocentes por los pecados de los culpables o aceptar el castigo de los inocentes como expiación por la conducta de los culpables no tiene nada que ver con la justicia, sin importar quién esté dispuesto. Ni siquiera es venganza, pues los culpables quedan intactos. Es sed de sangre por el mero gusto de la sangre. Es como si alguien matara a mi esposa durante la noche y yo fuera inmediatamente a matar al primer transeúnte. “El absurdo de la doctrina conocida como ‘La caída del hombre’ dio origen al otro absurdo conocido como ‘La redención’. Así que ahora se insiste en que, tal como se nos acusa justamente del pecado de alguien más, del mismo modo se nos recompensa justamente por las virtudes de otro.” (Ingersoll’s Works, Vol. 2, p. 370)

RESEÑA

A menudo, los apologetas usan versos distintos de los ya expuestos para alegar apoyo bíblico de la trinidad. Sin embargo, son mucho más débiles, debido a la imprecisión de su tema. Por ejemplo, los autores McDowell y Steward usan las palabras de Dios en Génesis 1:26 (Hagamos al hombre a nuestra imagen) y Génesis 3:22 (He aquí el hombre es como uno de Nos) para probar la trinidad. En la página 71 de Answers to Tough Questions dicen: “Aquí se alude a la naturaleza plural de Dios, pues Él no pudo haber estado hablándoles a los ángeles en estos casos, dado que los ángeles no pueden ayudarle a Dios a crear. La Biblia enseña que Jesucristo, y no los ángeles, creó todas las cosas (Juan 1:30, Colosenses 1:15)”. Pero otros apologetas rechazan este argumento. Por ejemplo, en la Enciclopedia de Dificultades Bíblicas, Gleason Archer afirma: “¿Quién, entonces, constituye el “nosotros” de Génesis 3:22? Es concebible que las tres personas de la Trinidad estén involucradas aquí, pero lo más probable es que el “nosotros” se refiera a los ángeles que rodeaban a Dios en el cielo (…) Hay algunos pasajes del Antiguo Testamento que se refieren a los ángeles como ‘bene elohim’ (hijos de Dios), como Job 1:6, 2:1, 38:7…” La Biblia narra numerosas veces cómo los ángeles ayudaban a Dios y cumplían funciones para él. Dios pudo haber “creado” mientras los ángeles le asistían. Las palabras son demasiado vagas y nebulosas en las frases “nuestra imagen” y “uno de nosotros” como para dar confirmación definitiva de la Trinidad. A quién se refiera el “nosotros” es puramente especulativo. La Biblia no da una respuesta definitiva.

Cerrado el tema de la trinidad, la reseña de libros de este número concluirá con un análisis de algunas racionalizaciones interesantes con respecto a los dilemas éticos en la Biblia. En la clásica obra apologética Alleged Discrepancies of the Bible, John Haley empleó constantemente su táctica favorita, agregar al texto para resolver problemas, en clara violación de Apocalipsis 22:18 (“Si alguno añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro”) Usó libremente la táctica de la que se suele acusarr a quienes exponen los defectos de la Biblia, como se muestra en su manera de resolver varias contradicciones:

1) Mateo 7:1 dice: “No juzguéis, para que no seáis juzgados”, mientras que Juan 7:24 dice: “No juzguéis según lo que parece, mas juzgad justo juicio”. ¿Debemos o no debemos juzgar? Haley intentó reconciliar esta contradicción diciendo: “El texto de Mateo prohíbe el juicio cruel y áspero, pero no impide emitir decisiones judiciales ni la expresión de nuestras opiniones de manera apropiada (Ibid. p. 284)”. Pero nada demuestra que sólo el juicio “áspero” esté prohibido. Haley ha hecho una distinción que el texto no apoya en absoluto.

2) Proverbios 22:15 dice: “La necedad está ligada en el corazón del muchacho; mas la vara de la corrección la hará alejar de él”, mientras que Proverbios 27:22 dice: “Aunque majes al necio en un mortero entre granos de trigo a pisón majados, no se quitará de él su necedad”. ¿Debemos o no debemos castigar a palos al niño necio? Haley racionalizó este dilema diciendo: “Estos pasajes se refieren a personas totalmente diferentes. La ‘necedad’, en el primer texto, es la rebeldía incipiente que pertenece, en mayor o menor grado, a los niños, y puede corregirse con la disciplina apropiada. El ‘necio’ del segundo texto es el necio adulto, cuya estupidez es irremediable (Ibid. p. 278)”. Por supuesto, nada justifica atribuir el segundo texto solamente a los adultos.

3) Éxodo 20:17 dice: “No codiciarás (…) cosa alguna de tu prójimo”, mientras que 1 Corintios 12:31 dice: “…procurad los mejores dones…” Entonces, ¿debemos o no debemos ambicionar? Haley “explica” este dilema diciendo: “En el segundo texto, ambicionar implica un vehemente anhelo por las cosas que están legítimamente a nuestro alcance; en el primero, denota un deseo ilícito por las cosas que pertenecen a otro (Ibid. p. 249)”. En realidad, ninguno de los dos versos dice nada sobre cosas “legítimamente” a nuestro alcance. Éxodo 20 dice no codiciarás y punto. No admite excepciones. Ni siquiera menciona un “deseo ilícito”. Haley añade al texto, violando Apocalipsis 22:18 creando arbitrariamente una distinción por completo injustificada. Desde su perspectiva, estaría muy bien, y sería más fácil de defender, si la Biblia incluyera tal distinción, pero, qué lástima, no está por ningún lado.

La costumbre que tiene la Biblia de hablar en términos absolutos es, sin duda, una de sus mayores debilidades. Al no reconocer excepciones, la Biblia mina seriamente su credibilidad. Blanco y negro describen muchas menos situaciones que una gama de grises.

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De K. E. N. en Sacramento, California (Parte 3)

[En el número de septiembre 1983 dijimos que, según Levítico 11:13, 19 y Deuteronomio 14:11, 18 el murciélago es un ave. En el número de octubre, el lector K. E. N. dijo que le parecía que “ave” era un término genérico en Levítico y se refería a cualquier variedad de criaturas voladoras. Nuestra respuesta fue que Levítico 11 enumeraba a 20 aves, lo que dejaba fuera de toda que la intención de la lista era hablar de aves. La carta continúa.] … Usted insiste en que, como la ornitología moderna no clasifica al murciélago como ave, la clasificación de Levítico 11 es un craso error (…) Hasta donde puedo ver, usted basa sus conclusiones en dos premisas. (1) En el lenguaje común actual, un ave es un vertebrado de sangre caliente con un cuerpo cubierto de plumas y las extremidades anteriores convertidas completamente en alas. (2) En los pasajes del Levítico, todos los demás ejemplos de aves lo eran en el sentido actual. Por tanto, concluye usted, el murciélago tampoco es un ave en el sentido bíblico y el texto yerra. Sus dos premisas son insostenibles. En el primer caso, los autores y traductores de la versión del Rey James no tenían los conceptos de la zoología moderna y las clasificaciones filogenéticas, así que no podemos esperar que hayan usado las clasificaciones actuales. La lógica más simple le dirá que un subconjunto no define al conjunto, ni siquiera siendo un subconjunto mayoritario. El hecho de que la mayoría de las “aves” enumeradas en Levítico 11 sean aves en el sentido ornitológico moderno no significa que todas deban serlo. Por ejemplo, supongamos que usted elabora una lista de arácnidos, y la lista cae en manos de alguien que no está familiarizado con el término. Esta persona examina la lista y ve que incluye 10 especies de arañas y una especie de escorpión. ¿Esta persona puede suponer correctamente que usted se equivocó, solamente porque la mayoría de las especies de la lista tejen redes y una no? No. (…) La verdad es que yo sencillamente no sé qué querían decir los autores y traductores del Pentateuco con la palabra “ave”. Cualquier versado en semántica le dirá que, en casos de incertidumbre semántica, el crítico honesto le dará al texto el beneficio de la duda. En efecto, el texto es inocente hasta que se pruebe lo contrario.

Respuesta del Editor (Parte 3)

Todo lo que ha hecho, K. E. N., es repetir la trillada defensa apologética de que la Biblia no tenía la intención de ser un libro de ciencia. Más le valdría haber evitado el tema. Ha hecho varios errores dignos de señalar: Primero, es irrelevante que el texto siga o no las reglas de la zoología moderna. El hecho es que la Biblia usó la palabra “ave” y enumeró a 20 animales como miembros de ese grupo. ¿Qué tiene que ver el último, el murciélago, con los otros 19? La Biblia debe de haber tenido algún significado para el término “ave”, o no lo habría usado. Y, sin importar el significado que se usara, el murciélago no podía incluirse a menos que se incluyera a otras criaturas que tampoco fueran aves y se excluyera a muchas que sí lo son. Si la Biblia definiera “ave” como criatura capaz de volar, entonces habría tenido que incluir a millones de insectos y dejar fuera al avestruz y al kiwi, lo cual sería científicamente inexacto. Si la Biblia definiera “ave” como criatura bípeda, entonces muchos primates tendrían que incluirse, lo que de nuevo es inexacto. El asunto es que, sin importar cómo defina “ave” la Biblia, el murciélago no puede enumerarse con los otros 19 animales de Levítico 11. Los primeros 19 solamente tienen características que los distinguen de los demás animales si se omite al murciélago. La Biblia debe de haber tenido alguna definición para la palabra “ave”, y ninguna definición puede tener valor científico si los veinte animales de Levítico 11 aparecen juntos. Segundo, su analogía con respecto a los arácnidos es inexacta por varias razones: (1) Tenemos en las manos una lista de aves y no de arácnidos, y estamos familiarizados con el término “ave”. (2) Los arácnidos se definen como criaturas invertebradas, no como criaturas tejedoras de redes, lo que permite correctamente incluir a los escorpiones. Las aves se definen como vertebrados de sangre caliente con plumas y sin glándulas mamarias; por tanto, no puede incluirse a los murciélagos. En respuesta a su pregunta: Si la definición de arácnido fuera tejedor de redes, su argumento tendría peso. Pero no lo es. Usted admite que “la mayoría” (es decir, 19) de las aves enumeradas en Levítico 19 lo son en el sentido ornitológico moderno. ¿Por qué tratar de racionalizar al número 20?  (3) Su “lógica simple” con respecto a los subconjuntos es inexacta por cuanto no se usó a un subconjunto para definir un conjunto. Se usó un conjunto, el de las aves, al cual todos los subconjuntos tenían que ajustarse. Aunque no esté directamente en la Biblia, para el conjunto debe de haber algún tipo de definición. Y, como se ve, no hay definición utilizable que tengo sentido si uno incluye a los murciélagos. Levítico 11 no es un ejemplo de mala ciencia, sino de ausencia total de ciencia. Con pelo, orejas, colmillos y su hábito de colgarse de cabeza, el murciélago no tiene ni siquiera la apariencia superficial de un ave.

(Parte 4)

¿Por qué insisto tan firmemente en esto? Porque, como ya dije, estoy de su lado. No creo que la Biblia sea una guía histórica, científica ni moral. Quiero difundir esta idea y me gustaría convencer a otros, en particular a los fundamentalistas, quienes han sido los autores de un daño intelectual y social insufrible. Y creo que una de las mejores maneras de hacerlo, como señala usted en el número 8 de Fallas de la Biblia, es hacer públicos los múltiples errores, crueldades y contradicciones de la Biblia. Pero recuerde con quiénes estamos tratando. El fundamentalista típico pisa con pies de plomo. Las disputas banales sobre el significado de las palabras no van a impresionarlos. ¿Por qué perder el tiempo? Fallas de la Biblia sería más efectiva si evitara temas tan nimios, que los fundamentalistas y apologetas verán como mera gimnasia semántica y descartarán. Las páginas de Fallas de la Biblia deberían dedicarse a las contradicciones más graves entre la doctrina y los hechos que los fundamentalistas no pueden hacer a un lado. Y, como sabrá usted, de éstas hay bastantes.

Respuesta del Editor (Parte 4)

El problema, K. E. N., está en su frase “disputas banales”. Primero que todo, ¿qué es una disputa banal? La disputa banal de un hombre es el problema mayúsculo de otro. Segundo, cualquier agencia de investigación que se respete recolecta, almacena y utiliza todos los fragmentos disponibles de evidencia. Observe a los abogados en los tribunales, los policías en un caso, o un químico forense en un laboratorio, y verá lo que significa de verdad buscar minucias. No se puede ignorar nada: todo es importante. ¡Imagine a los albañiles dejando olvidados algunos bloques de una pared porque parecían insignificantes para la estructura! Si quiere derribar un árbol, debe cortar y cortar y cortar. Un solo golpe poderoso no basta. Tercero, ¿quién separará lo banal de lo sustancioso? Yo no. Prefiero presentar lo datos y que otros decidan. Y para terminar, la palabra “infalible” denota perfección. El libro perfecto de Dios no puede tener imperfecciones. ¿Cómo puede un ser perfecto crear un texto imperfecto? Millones de personas no parecen entender toda la importancia de este hecho. Si no es perfecto, no es de Dios. Y si no es de Dios, entonces es de los hombres. Y si es de los hombres, fácilmente pudieron haberlo escrito personas semejantes a nuestros líderes actuales.

(Parte 5)

Una de las primeras reglas de la psicología del debate es cortejar al oponente, ser tan razonable como se pueda. Deles el beneficio de la duda a cada paso, conceda todo punto cuestionable en cada tema cuestionable, no se pierda en nimiedades ni pelee por los significados de las palabras. A pesar de esto, ante cada concesión muéstreles su equivocación. Si Fallas de la Biblia usara este enfoque, el efecto sería devastador.

Respuesta del Editor (Parte 5)

¿Habla en serio, K. E. N.? Seguir su sugerencia causaría devastaciones del lado equivocado. Los apologetas han consumido muchísimo tiempo, dinero y esfuerzo diseñando respuestas “posibles” a cada argumento de esta publicación. Uno no concede nada gratuitamente. Uno obliga a que la oposición pruebe su alegato. Puedo ver que usted nunca ha estado en negociaciones laborales, diálogos de desarme ni debates de resoluciones de la ONU. Las partes suelen pelear por horas acerca de una sola palabra. Recuerde el debate sobre la forma de la mesa en las charlas de la paz de Vietnam celebradas en París. Si va a conceder todo punto cuestionable, podría muy bien concederlo todo.

FALLAS DE LA BIBLIA 14

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 14
Febrero de 1984

COMENTARIO

El número de este mes marca el inicio de una política de dedicar un número entero aproximadamente cada año para contestar las cartas y comentarios que envían los lectores.

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De R. E. H. en Hubbard, Ohio

Aprendí de quien tal vez fue el mayor académico del Nuevo Testamento que ha existido en las últimas décadas, el profesor M. S. Enslin. Recuerdo un comentario que hizo en su curso de “Comienzos del Cristianismo”: “No hay suficientes datos sobre Jesús de Nazaret para escribir un obituario decente”. Sin duda, Pablo es el fundador del cristianismo. Pero él también dijo: “Cuanto más entiende uno la Biblia, tanto más se la ama”. Yo creo que ambas afirmaciones son ciertas. El conocimiento es la llave de la libertad. Me parece que Sócrates estaría de acuerdo.

Respuesta del Editor

Aunque no conozco al profesor Enslin, concuerdo con su primer comentario. Pero le diría que un conocimiento extenso de la Biblia no me ha hecho amarla. De hecho, ha ocurrido precisamente lo contrario y, sin duda, muchos más han sentido lo mismo. Tal vez algún día la gente deje de decir semejantes exageraciones.

De K. E. N. en Sacramento, California (Parte 1)

Había querido comentar sobre los últimos números de Fallas de la Bibia y su respuesta a mi carta anterior (Número 10). Con las ocupaciones de la vida, no había tenido el tiempo hasta ahora. Leí con interés los extractos de la larga carta de S. B. J. [en los números 10 y 11] en defensa de la infalibilidad de la Biblia. No sé qué pensar de S. B. J. Dice cosas inteligentes y comete errores monstruosos. Me sorprendió en particular que alegara que cualquier desacuerdo con la posición bíblica sobre la esclavitud representa una “opinión” que no tiene peso sobre la validez de la Biblia. ¿Quisiera S. B. J. explicarnos esto? Me parece que, si la exactitud de la Biblia significa algo, significa que sus afirmaciones doctrinales y morales son tan válidas como sus declaraciones fácticas. Y está claro que la Biblia apoya de forma explícita e implícita la institución de la esclavitud; S. B. J. no hizo esfuerzo alguno de negarlo. Así que pregunto: ¿qué piensa S. B. J. de la esclavitud? Si está en desacuerdo, admite que la Biblia se equivoca. Si evade el tema, diciendo que la esclavitud era moral en tiempos bíblicos pero inmoral ahora, quiere decir que las enseñanzas morales de la Biblia no son absolutas y que lo correcto y lo incorrecto pueden cambiar con el tiempo. Esto es puro relativismo moral, una doctrina que ha repugnado a los cristianos por siglos. Finalmente, si resulta que S. B. J. apoya la esclavitud, que se atreva a decirlo e intente justificarse a la luz de la historia.

Respuesta del Editor (Parte 1)

S. B. J. no ha respondido a mis comentarios; tal vez quiera responderle a usted.

(Parte 2)

[Luego de hablar sobre el grado de responsabilidad del gobierno local en la muerte de Jesús, tema del número 12.] Tengo más comentarios del mismo tenor sobre la carta de S. B. J., pero los dejaré pasar. Básicamente, me sentí de acuerdo con los dos. Ustedes fueron honestos, pero tendían a molestarse y trataban de ganar puntos redefiniendo los términos.

(Esta carta continuará en el próximo número.)

De W. T. F. en Spanaway, Washington

No soy ningún cristiano y, de hecho, disfruto su publicación. Pero no concibo cómo lograr que un cristiano la lea. Su respuesta a la carta de S. B. J. se basa en premisas en esencia falsas. Si uno discute en su totalidad el tema de la libertad en la Biblia, se expone a abrir una caja de Pandora. Como no me asusta, prosigo. En defensa de S. B. J. (y para su obvia sorpresa), 2 Corintios 3:17 [“Donde hay el Espíritu del Señor, allí hay libertad”] no contradice las referencias a los esclavos y el sometimiento de la mujer SI UNO CONSIDERA TODO EL CONTEXTO DE LAS ENSEÑANZAS JUDAICAS. Para mí está suficientemente demostrado que el Antiguo Testamento es una mezcolanza de recopilaciones y préstamos modificados por una tribu nómada y sin raíces a partir de los mitos, fábulas y enseñanzas más interesantes de varios pueblos y naciones. El código de Hammurabi se convierte en los diez mandamientos, la Epopeya de Gilgamesh se convierte en el Diluvio y compañía, y así hasta el cansancio. Uno no puede entender la Sagrada Biblia sin haber leído también el Talmud. Según los rabinos, la Torá (los primeros cinco libros de la Biblia) es agua, pero el Talmud es vino. El Talmud afirma claramente que el gentil, goyim es una bestia, no un humano, y que la mujer no existe por fuera de su esposo. Tanto la mujer judía como el gentil existen sólo para servir al hombre judío. Según el Talmud, no es delito ni pecado matar, robar, traicionar o hacer daño a un gentil (somos sólo bestias). Un judío no puede esclavizar a otro judío, por eso sólo los gentiles eran esclavos. (…) Si uno considera el judaísmo en su totalidad y ve que la Biblia se deriva del Talmud, entonces no hay contradicción, sólo la falta de una definición apropiada. Cristo dijo que no había venido para romper la ley (la tradición), sino para cumplirla. Él no rechazó el Talmud, sino que actuó según sus preceptos cuando reprendió a la mujer samaritana. Uno debe tomar todo en su contexto.

Respuesta del Editor (Parte 1)

Usted ha dicho: “2 Corintios 3:17 no contradice las referencias a los esclavos…”, pero demuestra lo contrario. Recuerde que no estamos debatiendo el Talmud, que es poco más que una recopilación de escritos y comentarios judíos acerca del Pentateuco. El Talmud no tiene el peso que tienen las escrituras, no se le atribuye origen divino y no puede usarse para redefinir la Biblia. No importa qué es agua y qué es vino. Lo que cuenta es qué está inspirado por Dios. Y aunque estuviera inspirado, sólo ha probado que el Talmud también apoya la esclavitud y el machismo. No sólo muchos versos bíblicos, sino también el Talmud contradice 2 Corintios 3:17. Usted no apoya realmente la posición de S. B. J.; sólo ha ampliado el contexto y ofrecido evidencia adicional que corrobora el comentario que se hizo en ese número. Ciertamente, el espíritu de Dios en el Talmud, si es que el Talmud representa el espíritu de Dios, no es de libertad. Segundo, ¿podría decirme dónde reprendió Jesús a una samaritana? ¿No prueba lo opuesto el cuarto capítulo de Juan? Y, finalmente, veo que se refiere a la Biblia como “Sagrada”. ¿Creo detectar inclinaciones cristianas?

(Parte 2)

Las autoridades que mataron a Jesús fueron las del Sanedrín (los Setenta), que gobernaban a los judíos. Pilatos reconoció su autoridad y accedió a ella temiendo una rebelión.

Respuesta del Editor (Parte 2)

Espero que tome a bien mis comentarios, pero, por favor, cite capítulo y verso. ¿Dónde dice que (a) el Sanedrín mató a Jesús, (b) el Sanedrín gobernaba a los judíos y (c) Pilatos reconoció su autoridad? El Sanedrín recibe mucha atención en los libros. Pero, ¿por qué? En la Biblia nunca aparece la palabra Sanedrín. La palabra setenta sólo aparece tres veces en el Nuevo Testamento y nunca tiene nada que ver con gobernantes. Una vez se refiere al número de veces que hay que perdonar a los demás y las otras dos narran una misión para unos discípulos. Tal vez el Sanedrín haya sido el responsable, pero la Biblia dice nada al respecto.

De M. J. en Ferndale, Washington (Parte 1)

Quisiera hacer unos comentarios sobre el Número 11 y el Diluvio. Usted citó Génesis 8:4 y luego dijo: “¿Cómo pudo haber descansado el arca sobre varias montañas a la vez?”. Yo no tengo ningún problema con ese verso, pues varios elementos de nuestro idioma moderno se usan del mismo modo. Si usted interpreta literalmente nuestras frases actuales, palabra por palabra, tendría dificultades para tener una vida normal. Cuando niños, interpretábamos literalmente las frases y órdenes de nuestros hermanos para evadirlos, o convertir las oraciones comunes en absurdos. Por favor, dejémosles ese método a los comediantes.

Respuesta del Editor (Parte 1)

Génesis 8:4 dice “montañas” en plural, no “montaña” en singular. Los traductores deberían haber quitado la S si el significado era una sola montaña. Usted habla como si esa S no existiera. Los apologetas repiten que uno debe leer la Biblia como un periódico y eso estoy haciendo. Presumo que el libro dice lo que quiere decir y quiere decir lo que dice. Si va a cambiar un plural al singular porque suena absurdo, ¿va a negar los milagros de la Biblia porque también son absurdos? Por ejemplo, la Biblia dice que un mujer se convirtió en una estatua de sal. ¿Eso es más o menos creíble que tener un arca sobre varias montañas a la vez? Si va a reescribir un incidente porque no tiene sentido, debería hacer lo mismo con muchos otros. Y, por supuesto, si reescribe los milagros de la Biblia de tal manera que parezcan naturales, destrozará el libro. La resurrección desaparecerá, Jesús ya no será Dios y hombre, Pedro y Pablo no habrán revivido a nadie, Dios no habrá tallado en piedra los diez mandamientos y Jesús no habrá tenido poderes milagrosos. En esencia, si va a ponerse a reescribir el texto porque los versos no tienen sentido, ya no sabe dónde va a acabar y qué le va a quedar cuando termine.

(Parte 2)

También quiero responder a otro comentario suyo: “Matar animales de los que sólo quedan dos después del Diluvio parece absurdo.” Fíjese que sólo se sacrifiaron “criaturas limpias”, y en Génesis 7:2 Dios le dio instrucciones a Noé para que tomara siete de cada animal limpio y dos de cada animal impuro. (…) Además, quisiera señalar que en un año mcuchos animales podrían haberse estado reproduciendo dentro del arca durante el diluvio.

Respuesta del Editor (Parte 2)

Recibí su carta el 8 de noviembre, M. J. El Comentario del número de diciembre respondió la primera parte: la Biblia no es clara sobre el número de animales que entraron al arca y en esa época no existía ley que distinguiera a los animales limpios de los impuros. Su segundo argumento choca con Génesis 8:17, donde Dios le dijo a Noé que sacara a los animales del arca para que pudieran multiplicarse sobre la tierra. ¿Por qué habría dicho eso si ya lo estaban haciendo en el arca?

(Parte 3)

Tengo otros puntos que señalar de números pasados, pero estoy tan ocupado (…). Creo que veo una perspectiva que usted no, pues en mi niñez temprana fui un cristiano devoto y sincero, pero ahora soy un devoto agnóstico. Parece que usted nunca fue cristiano (¿me equivoco?) y eso lo pone en ligera desventaja. No obstante, ¡siga con la buena labor! ¡Necesitamos más de usted! He subrayado muchos de sus comentarios; ¡me matan de risa! Sólo quisiera que mis parientes y amigos cristianos me dejaran mostrárselos. De verdad creí que usando su medio, la Biblia, habría una línea abierta de comunicación, ¡pero me equivoqué! ¡Casi me sacaron por las orejas! Cuando advirtieron el giro de mis intenciones, ¡se negaron a leer las demás escrituras que había abierto y me dijeron que cerrara el libro! Temo que muchos cristianos (la mayoría) son así, ¡y es una batalla difícil de ganar! ¿Usted es el único que trabaja en esta revista? ¿Cuál es su circulación a la fecha? Tengo más que decir, pero debo detenerme ya, pues ambos tenemos un tiempo limitado. De nuevo elogio sus esfuerzos y espero que sus logros puedan enlazarse con los de otros en áreas relacionadas hasta hacer una señal poderosa que aleje el curso de la humanidad de las tenebrosas profecías cristianas.

Respuesta del Editor (Parte 3)

Usted es una persona concienzuda, M. J. Permítame responder a sus comentarios uno a la vez. Tiene razón: nunca fui cristiano y nunca acepté a Jesús como salvador, pero ésa es claramente una ventaja. Me evité todo el sutil adoctrinamiento que un observador externo descubre con facilidad. Sobre sus expectativas acerca de usar la Biblia como medio común, a menudo he tenido la misma experiencia. Varias veces me han echado de sesiones de estudio bíblico. Los creyentes no sólo quieren cerrar el libro, sino a mí. Pero no se preocupe: ganaremos esta lucha. Sólo tomará tiempo. Mi esposa maneja las labores más mundanas de Fallas de la Biblia, como mantener el archivo. Hasta ahora hay veintenas de suscriptores.

CARTAS AL EDITOR

De S. S. en Vienna, Virginia

[En el número 7 de Fallas de la Biblia, S. S. dijo que había sacrificios humanos en Levítico, Jueces y 2 Samuel. En el número 13, un lector le pidió que citara las referencias. La siguiente es la respuesta de S. S.] En Jueces 11:29-40 Jefté se ve forzado a quemar a su hija como sacrificio a Dios, “conforme al voto que había hecho”. Véanse también el Manual Bíblico, p. 109-110, de G.W. Foote y W.P. Ball y la Guía Bíblica de Isaac Asimov, Vol. I, pp. 246-247. El historiador judío Josefo también reporta que la niña fue quemada en holocausto, no sometida a virginidad perpetua como han tratado de sostener algunos fundamentalistas modernos. En 2 Samuel 21:1-9, David envió a siete hombre inocentes a morir (…) para apaciguar a Dios y finalizar una hambruna de tres años. En Levítico 27:28-29 Dios autoriza el sacrificio humano: “Cualquier hombre consagrado no será redimido: indefectible ha de ser muerto”. En Génesis 22:2, 9-10 Dios le ordena a Abraham sacrificar a Isaac. Otros versos que se refieren a la práctica del sacrificio humano incluyen Jeremías 7:30-31, Ezequiel 20:25-26 y Miqueas 6:7. Todos ellos parecen oponerse al mandato de Éxodo 20:13, “No matarás”, pero, ¿cómo puede ser así, si la Biblia es infalible?

De T. S. C. en Brockport, New York

Tengo un comentario que hacer sobre uno de los puntos que toca el Número 11. Me refiero al punto (c), que critica a Génesis 6:17. Allí pregunta usted cómo pudo el diluvio destruir a los animales acuáticos. El hecho es que, si hubiera ocurrido tal diluvio, uno con suficiente agua para cubrir hasta las mayores montañas, la cantidad de agua necesaria habría diluido sobremanera la salinidad marina. Los animales marinos están en equilibrio isotónico con su ambiente salado. Por tanto, una concentración de sal muy reducida en su ambiente haría que murieran por ósmosis. Lo que significa, por supuesto, que, si la historia de Noé y el arca fue cierta, la tarea de Noé habría sido todavía más imposible, pues en ese caso habría tenido que subir al arca a los animales marinos (que son muy numerosos y diversos y requieren condiciones variadísimas de presiones y profundidades ligeras a tremendas) junto con los terrestres. Siga con la buena labor.

De S. K. en Tucson, Arizona

Soy ateo y me gustaría comentar sobre una afirmación de su Número 8. En el artículo “Al tratar con los apologetas”, el tercer enfoque que se enumeró era la mención de los aspectos desagradables y perversos de la Biblia, y usted dijo que la respuesta lógica del apologeta sería: “Así es la vida, amigo mío. La Biblia habla sobre el mundo real”. Francamente, creo que ésa sería una respuesta lógica si todas las cosas podridas en la Biblia las cometieran sus “villanos”, como los babilonios, los idólatras, etcétera. Pero lo que me parece deplorable en la Biblia no es que mencione y trate el tema del mal, ¡sino que sean sus héroes y modelos quienes lo cometan! No fue uno de los pervertidos de Sodoma quien tuvo sexo con sus hijas, sino Lot, quien acababa de huir de Sodoma porque era el santo y recto contrario de lo que ocurría allí. No fue un lider militar babilonio quien les dijo a sus soldados que mataran a todos salvo las doncellas para quedárselas, sino el personaje más exaltado del Antiguo Testamento, Moisés. Éstos sólo son ejemplos. (…) Si la Biblia apenas “tratara” estos temas y los “llamara” cosas malas, sería una cosa. Pero tener a los “tipos buenos” de la Biblia haciéndolas, a menudo sin ser castigados ni llamados “malos” por ello, es bien distinto.

Respuesta del Editor

El comentario del Número 13 apoya su posición. Por eso los creyentes prefieren concentrarse en los personajes del Nuevo Testamento.

De V. G. en McCalla, Alabama

Hace casi siete años fui ordenado diácono en una iglesia bautista de mi localidad luego de atravesar los pasos previos. Me vi involucrado en airados debates sobre la infalibilidad de la Biblia. Luego de enfrentar el hecho de que no estaba realmente seguro de los méritos de la Biblia, empecé a estudiar el tema por mí mismo. En una tarde encontré una docena de “pasajes problemáticos” que entonces me preocuparon. Desde mi ordenación, he reestructurado mi forma de pensar y he llegado a conclusiones que no son populares en esta zona creyente del país. Gracias por sus esfuerzos e investigación. Se les aprecia y necesita mucho.

De F. A. W. en Eufala, Oklahoma

Puedo decir que fui criado como niño misionero en el norte de la India antes de la independencia. Nunca he podido convertir el cristianismo en algo personal, aunque he vivido la membresía de rutina en la iglesia. Todo el apoyo que he necesitado lo he recibido de la música sacra, en la que siempre he participado activamente como cantante y director. Por muchos años en las iglesias importantes de San Diego pude cantar sin confrontaciones, pero en 1980 el mudarme a esta área fundamentalista me ha acercado a creencias con las que no puedo estar de acuerdo. Ahora estoy examinando las cosas mucho más activamente que en toda mi vida.

De F. S. en San Raphael, California

Aprecio haber recibido su número de muestra y también su esfuerzo por añadir algo de pensamiento crítico a un campo acrítico. Puede ser una contradicción llevar la racionalidad al estudio bíblico, pero probar apenas eso hará útil su labor. Cuando usted muestra el apoyo que la Biblia da a la esclavitud y el machismo, ayuda a quienes ya tienen algo de sentido crítico a avanzar en su conocimiento, pero cuando trata de usar la Biblia para contradecir a la Biblia, me parece que pisa un terreno más incierto.

Respuesta del Editor

Su carta es admirable, aunque debo tratar algunos puntos. Primero, creo que puede llevarse racionalidad al estudio de cualquier tema, incluyendo la Biblia. Nada impide estudiar de manera razonable la mitología, el folclor, el misticismo, la superstición y los cuentos de hadas. No es necesario que el tema discutido sea uno sensato para que el análisis sea racional. Segundo, usted duda que la Biblia pueda usarse en contra de sí misma. Muy al contrario: ¿qué fuente usaría usted para probar los errores de la Biblia? ¿Presentaría un conjunto de datos científicos? ¿Descartaría los milagros como absurdos pueriles? ¿Desdeñaría el libro entero como poco más que un cuento de hadas, digno de mentes inmaduras? El problema sería que la mayoría de creyentes van a responder: “No me importa qué evidencia, pruebas o lógica esgrima usted: si contradice las enseñanzas bíblicas, está errado”. Lo mejor para tratar con semejante mentalidad es mostrarles que no sólo la evidencia externa sino la interna desacredita a la Biblia. Cuando una parte de la Biblia dice que otra partes es falsa, ése es un problema que perturba al más fiero defensor. Es una cosa que la ciencia desmienta a la Biblia, pero es otra muy distinta que la misma Biblia también lo haga.

De J. G. en Cloverdale, New York

Siga golpeando. Tengo una pregunta: En el Número 13, usted dijo que Moisés blasfemó al decir que él era mayor que Jesús. ¿Cómo pudo haberlo dicho, si Jesús vivió cientos de años después de Moisés?

Respuesta del Editor

Buena pregunta, J. G. Es de las que nos gustan: relevante, significativa, sólida y aplicable directamente a la validez de la Biblia. Como sabrá usted, los apologetas sostienen que Moisés escribió los primeros cinco libros del Antiguo Testamento. La siguiente afirmación está cerca del final del quinto libro, en Deuteronomio 34:10: “Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara”.

FALLAS DE LA BIBLIA 13

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 13
Enero de 1984

COMENTARIO

LOS PATRIARCAS

Millones de personas en todo el mundo, en especial los niños, adoptan ciertas figuras como modelos para imitar. Esto no sólo sucede en los deportes, la política y la actuación, sino también en la religión y el terreno ideológico. Y en ninguna parte de la religión son más numerosos los modelos para imitar que en la Biblia. Del Génesis al Apocalipsis abundan individuos notable. Pero, ¿de verdad merecen nuestro respeto y admiración? ¿Fue su comportamiento uno que querríamos enseñar a nuestros niños los domingos por la mañana? La mejor manera de contestar esa pregunta es describir las actividades de cada uno de ellos. Primero tenemos aquéllos cuyas maquinaciones tuvieron un ámbito más bien limitado:

ABSALÓN: ordenó matar (2 Samuel 13:28-29), tuvo sexo en público (2 Samuel 16:22).
ABIMELEC: mató a los habitantes de una ciudad (Jueces 9:45), asesinó gratuitamente (Jueces 9:5).
AMNÓN: violó a su hermana Tamar (2 Samuel 13:11-14).
AOD: asesinó al rey Eglón (Jueces 3:21-22).
ELÍAS: cometió asesinato (1 Reyes 18:40).
ELISEO: mintió (2 Reyes 6:19, 8:10), maldijo de muerte a 42 muchachos por burlarse de su calvicie (2 Reyes 2:23-24).
GEDEÓN: mató (Jueces 8:16-17), asesinó a prisioneros (Jueces 8:21), fue polígamo (Jueces 8:30).
ISSAC: mintió (Génesis 26:6-7), intentó sacrificar a su esposa para salvarse (Génesis 26:9).
JACOB: le robó a Esaú sus derechos de nacimiento (Génesis 25:31-33), estafó a su padre y a su suegro (Génesis 27:19, 30:40-43), le mintió a Raquel (Génesis 29:12).
JEFTÉ: masacró pueblos (Jueces 11:33), mató a su propia hija (Jueces 11:39).
JEHÚ: mató (2 Reyes 9:24, 27, 10:11, 17), ordenó matar (2 Reyes 10:6-7, 14, 25), mintió (2 Reyes 10:18-19).
JEREMÍAS: mintió (Jeremías 38:24-27).
JOAB: mató (2 Samuel 3:27, 18:14, 20:10).
JOIADA: ordenó un asesinato (2 Reyes 11:15-16).
JONATÁN: mató (1 Samuel 14:13-14), mintió (1 Samuel 20:28).
JOSÉ: engañó a sus hermanos (Génesis 42:7), cometió nepotismo (Génesis 47:11).
JOSUÉ: cometió masacres sin descanso (Josué 6:21, 8:25-28, 10:1, 20, 26-28, 30, 32-33, 35, 37, 39-41, 11:17-18, 21, 12:7), asesinó a prisioneros (Josué 8:29), lisió caballos (Josué 11:9).
LABÁN: engañó (Génesis 29:15, 20-25).
LOT: ofreció sus hijas vírgenes a una turba (Génesis 19:8).
SAMUEL: asesinó (1 Samuel 15:33).
SANSÓN: mató (Jueces 14:19, 15:8, 15), tuvo sexo con una prostituta (Jueces 16:1), le mintió a Dalila (Jueces 16:10, 13).

A continuación, los personajes que no sólo son bien conocidos, sino que perpetraron un surtido más vasto de acciones nefastas:

ABRAHAM: le dijo a su esposa que mintiera (Génesis 12:13), embarazó a Agar, su sirvienta (Génesis 16:4), la mandó con su hijo a vivir en el desierto (Génesis 21:14), mintió (Gen. 20:2) y se casó con su media hermana (Génesis 20:11-12).
SAÚL: ordenó apostar (1 Samuel 14:42), mató (1 Samuel 15:7-8, 20, 22:18-21), se desnudó y mostró una conducta inestable (1 Samuel 19:24), admitió haber mentido y cometido torpezas (1 Samuel 26:21), entregó la esposa de David a otro hombre (1 Samuel 25:44), desobedeció a Dios consultando a una pitonisa y faltando a la fe (1 Crónicas 10:13-14).

SALOMÓN: ordenó asesinatos (1 Reyes 2:25, 2:34, 46), trató de matar a Jeroboam (1 Reyes 11:40), hizo esclavos (1 Reyes 9:21), desobedeció los mandatos de Dios (1 Reyes 11:11), hizo maldades (1 Reyes 11:6), le mintió a su madre (1 Reyes 2:20-21, 2:24).

Para terminar, dos individuos de gran fama, o gran infamia: Moisés y David. Los dos ocupan lugares especiales entre los líderes del Antiguo Testamento.

Según 2 Crónicas 30:16, Moisés era un hombre de Dios. Sin embargo:

– Mató a un egipcio (Éxodo 2:12).
– Ordenó un ataque armado (Números 31:3, 6).
– Ordenó asesinar prisioneros (Números 31:17).
– Ordenó retener a jóvenes prisioneras por varias razones (Números 31:18).
– Dirigió matanzas de mujeres y niños (Deuteronomio 2:34, 3:3, 6).
– Ordenó matar (Deuteronomio 13:15, 20:13).
– Blasfemó al escribir que era un profeta mayor que Jesús (Deuteronomio 34:10).
– Tuvo un hijo ilegítimo (Éxodo 2:21-22).
– Y Dios le prohibió entrar a Canaán por no tener fe (Números 20:12), rebelarse (Números 27:12-14), desobedecer (Deuteronomio 32:51-52) y hablar duramente (Salmo 106:32-33.

Y, por último, David. A pesar de todo lo anterior, ninguna persona de la Biblia tiene un historial más vergonzoso y escandaloso. Aunque se le elogió muchas veces como el hombre que nunca hacía el mal (1 Samuel 25:28), seguía a Dios enteramente (1 Reyes 11:6), era como un ángel de Dios (2 Samuel 19:27), obedecía sus mandamientos (1 Reyes 3:14) y tenía un corazón perfecto ante Dios (1 Reyes 15:3), David exhibió un comportamiento excepcionalmente corrupto:

– Mató (1 Samuel 17:50-51, 18:7, 27, 19:8, 23:5, 30:17, 2 Samuel 8:5, 13).
– Ordenó asesinatos (2 Samuel 1:15, 4:5-12).
– Ordenó matar prisioneros (2 Samuel 12:29-31, 1 Crónicas 20:3, 2 Samuel 8:1-2).
– Cometió matanzas sin provocación (1 Samuel 27:8-11, 2 Samuel 5:20, 25).
– Entregó a la muerte a siete hijos de Saúl (2 Samuel 21:1-6, 9).
– Exigió la muerte de Joab (1 Reyes 2:5-6).
– Orquestó la muerte de Hurías para tomar a su esposa (2 Samuel 11:14-17).
– Disgustó a Dios (2 Samuel 11:26-27).
– Embarazó a la esposa de otro hombre (2 Samuel 11:2-5).
– No se le permitió construir el templo de Dios por haber sido un hombre de guerra (1 Crónicas 22:7-8).
– Mintió (1 Samuel 21:1-2, 8-10).
– Le dijo a Jonatán que mintiera (1 Samuel 20:5-6).
– Admitió haber pecado al hacer un censo (2 Samuel 24:10, 17, 1 Crónicas 21:8, 17).
– Chantajeó (1 Samuel 25:2-8).
– Profetizó falsamente (1 Samuel 27:1).
– Envió espías (2 Samuel 15:36).
– Lisió caballos (2 Samuel 8:4).
– Encerró a diez concubinas sin razón aparente (2 Samuel 20:3).
– Fue bígamo (2 Samuel 3:2-3) y polígamo (2 Samuel 5:13).
– Rechazó la palabra de Dios (2 Samuel 12:9-11).
– Admitió haber pecado al causar la muerte de Hurías y tomar a su esposa (2 Samuel 12:13-14).
– Se expuso indecentemente (2 Samuel 6:20).

Y a pesar de todo esto se espera que creamos que éste fue un hombre que obró conforme al corazón de Dios (Hechos 13:22). Quien busque en la Biblia bondad, decencia, y modelos de moral lo hace bajo su propio riesgo.

INTERVENCIÓN RADIAL

El domingo 20 de julio de 1983, el editor de Fallas de la Biblia apareció en la estación de radio WING en Dayton, Ohio, por dos horas y media. El formato de llamadas ofrecía un excelente foro para revelar y debatir las falacias bíblicas ante una amplia audiencia. Aunque no tengo espacio para presentar todo lo que se debatió, un punto predominó: la interpretación cristiana de la Biblia tiene grandes dificultades filosóficas. Para mostrarle a un apologeta su error, sólo se necesita hacer preguntas como:

a) Si Dios es justo, ¿por qué se castiga a la humanidad por lo que hizo un hombre hace miles de años?
b) Si Dios es perfecto y todo lo que hace es perfecto, Adán debió de haber sido perfecto. ¿Cómo, entonces, pudo Adán, un hombre perfecto, pecar? Es irrelevante que hubiera tenido libertad o no. Es imposible que haya cometido un pecado. Los seres perfectos no pueden pecar.
c) Si uno debe recibir a Jesús para “salvarse”, ¿qué pasa con los millones de personas que han vivido y muerto sin tener ningún contacto con Jesús, la Biblia o el cristianismo? ¿Cómo puede ser Dios justo, si esas personas son condenadas simplemente por el lugar donde nacieron? No se les dio oportunidad de obtener la “salvación”. Millones de personas no han recibido misioneros. De hecho, millones murieron antes siquiera de que naciera Jesús.

Éstas son sólo algunas de las preguntas que generan diálogos intensos pero productivos. Por mucho que traten, los creyentes no pueden solucionar estos problemas.

RESEÑA

Fallas de la Biblia recibió un folleto titulado “La Ciencia, la Biblia y Dios”, de un hombre llamado M. B., en Ohio. El autor sostiene que la Biblia no sólo es un libro científico, sino que “se adelanta mucho a su tiempo”. Los versos que utiliza para probarlo son débiles. Por ejemplo, Job 38:33: “¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos?”. El autor concluye de aquí: “Dios le preguntó a Job si conocía las numerosas leyes de la naturaleza. Piénsenlo: hace más de tres mil años, la Palabra inspirada le decía al hombre que el universo operaba sobre leyes naturales. Y hoy la ciencia sigue investigando ‘las ordenanzas de los cielos’, o las leyes naturales”. Uno sólo puede preguntarse por cuál método llega el autor a esta conclusión. El Antiguo Testamento está lleno de ordenanzas de los cielos o de Dios, y nada podría llevar a creer que esto es sinónimo de ley de la naturaleza. La mayoría son leyes de índole moral, social, religiosa y ceremonial, y de poco peso científico.
Para apoyar su argumento, el autor citó varios versos bíblicos y los hechos “científicos” que demuestran. El Salmo 19:6 dice, refiriéndose al sol: “Del un cabo de los cielos es su salida, y su giro hasta la extremidad de ellos”, lo que supuestamente refleja el hecho de que el sol tiene que recorrer un curso con circunferencia de 338.000 años luz. En primer lugar, el cielo no tiene extremos de donde salga o adonde llegue el sol. Segundo, el autor, siguiendo la tradición de Pablo, omitió muy convenientemente el resto del verso, que dice: “Y no hay nada que se esconda de su calor”. Es difícil ver cómo podría alcanzar el calor del sol a cada objeto de un universo infinito.
Job 26:7 dice: “Extiende el alquilón sobre vacío, cuelga la tierra sobre nada”. Si esto es científicamente exacto y prueba que la Tierra flota libremente en el espacio, entonces, ¿cómo podría la Tierra tener también bases, como dice el Salmo 104:5 (“El fundó la tierra sobre sus bases; no será jamás movida”)?
Eclesiastés 1:6 dice que los vientos fluyen en un patrón circular, lo cual es científicamente correcto, aunque no es particularmente profundo. ¿Por qué no citó el autor el verso siguiente, que dice: “Los ríos todos van a la mar…”? Quizás porque cientos de ríos del mundo desembocan en lagos y otros cuerpos interiores de agua. Es importante anotar que el autor también se basa en otros versos tan oscuros que permiten la interpretación que dicte la conveniencia. Por ejemplo, según él, Job 38:14 dice que la Tierra rota sobre su eje, Job 38:31 enseña la ley de la atracción entre cuerpos celestes, y Job 28:25 dice que el aire tiene peso. Estas partes de las escrituras son sencillamente demasiado ambiguas como para saber qué querían decir.

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De D. R. M. en Wilberforce, Ohio

En respuesta a una carta en la que, según usted, la Biblia afirma ser perfecta: ¿Puede documentar su alegato? Nos ayudaría si primero definiera la “perfección” y luego mostrara qué apoya su argumento. También discrepo de la afirmación de que “dos versiones diametralmente opuestas y mutuamente excluyentes del mismo evento no pueden ser simultáneamente exactas” (Número 2 de Fallas de la Biblia). Si el evento es una bola que sige las leyes de la gravedad y una persona en la azotea de un edificio de diez pisos dice: “Solté la bola”, y otra persona en el suelo dice: “La bola me golpeará”, uno diría que tenemos dos versiones diametralmente opuestas, mutuamente excluyentes y simultáneamente exactas del mismo evento. “Solté” es opuesto a “Me golpeará”, pues el uno es pasado y el otro es futuro. Son mutuamente excluyentes. ¡Intente soltar y ser golpeado al mismo tiempo! Las dos son descripciones exactas del suceso.
Para terminar, especulo que usted le hace las preguntas equivocadas a la Biblia. Las Escrituras son un sistema de registro para un pueblo a lo largo de varios períodos. Para las personas que se encuentran inmersas en esa tradición de significados, las Escrituras siguen siendo una fuente de inspiración y verdad. Inspiración en términos de lo que es significativo en la vida. Verdad en términos de las preguntas definitivas sobre la vida. Si reducimos la verdad hasta que es sólo afirmaciones verificables defendidas por el positivismo lógico, entonces la Declaración de Independencia miente cuando dice que “todos los hombres son creados iguales” y el esposo le miente a su esposa cuando le dice que la ama.

Respuesta del Editor

Hay que contestar tres de sus comentarios. Para empezar, su primera pregunta se la está haciendo al lado equivocado. No soy yo, sino los apologetas de la Biblia, quienes le atribuyen perfección. Utilizan 2 Pedro 1:21, 2 Timoteo 3:16 y otros versos para demostrarlo. Su desacuerdo es con ellos, no conmigo. Yo me limito a mostrar evidencia de que la Biblia no es perfecta como alegan ellos, quienes definen “perfección” como carecer de errores, estar sin tacha alguna. Su segundo comentario muestra una lógica pobre. Luego de relatar dos observaciones acerca de la caída de una bola, usted comenta: “uno diría…”. Para empezar, no son ni diametralmente opuestas ni mutuamente excluyentes. La persona en la azotea del edificio no está haciendo dos afirmaciones simultáneas y opuestas. Lo que diga la persona en el suelo es irrelevante, pues su perspectiva es otra. Él se refiere a lo que ocurrirá, mientras que quien suelta al bola dice lo que ha ocurrido. De ninguna manera son comentarios mutuamente excluyentes. Los dos son correctos porque el paso del tiempo cambió las condiciones y están involucradas dos perspectivas diferentes. Estas afirmaciones son complementarias, no opuestas. Tercero, no le hago a la Biblia más pregunta que ésta: ¿cuál es su base para decirse infalible? Puede ser fuente de inspiración para muchos, pero de ningún modo es la fuente de la verdad para todos. Según usted, la Biblia es “verdad en términos de las preguntas definitiva sobre la vida”. Si la Biblia realmente es una fuente de verdad, ¿cómo explica, entonces, el tremendo número de problemas que contiene? Generalizar no prueba nada. La Declaración de Independencia sería inexacta si dijera que todos los hombres son físicamente iguales. Pero todos sabemos que lo que quiso decir fue igualdad ante la ley.

CARTAS AL EDITOR

De F. M. en Novato, California

En el número 7, la carta de S. S. menciona sacrificios humanos en Levítico, Jueces y 2 Samuel. Hasta ahora, en una lectura fugaz de los primeros dos libros, no he podido encontrar esas referencias. ¿Podría proporcionarme capítulo y verso?

Respuesta del Editor

Puede haber referencias a sacrificios humanos en Jueces y 2 Samuel, pero yo sólo las he encontrado en Éxodo, Levítico y Ezequiel. Tal vez S. S. nos quiera ayudar. Fallas de la Biblia no se compromete con la exactitud de la información en las cartas que recibe.

De en B. A. Y. en Cincinnati, Ohio

Me parece muy educativa su publicación, pero tengo una queja. Como el título es Fallas de la Biblia, me parece que los temas que se debaten en sus textos o en las cartas sólo deberían referirse a la Biblia. Por supuesto, pueden admitirse al debate temas relacionados, y cuando esto pase creo que usted tiene la responsabilidad editorial de identificar qué material no pertenece a la Biblia. La razón de todo esto es la carta de S. S. en Vienna, Virginia. En el segundo párrafo, S. S. habla del Nuevo Testamento como “compendio de contradicciones tanto históricas como lógicas (…) lleno de paganismo y antiguas supersticiones. La pascua es una celebración de la antigua diosa de la primavera, Istar. La Navidad cae en el solsticio de invierno, que es cuando se solían celebrar los festivales de Saturno.” Posiblemente, usted y S. S. sepan que las palabras pascua y navidad no figuran en el Nuevo Testamento, como tampoco la fecha del nacimiento de Jesús. Como el contexto de la carta sugiere que éstos son problemas bíblicos, usted debió haber señalado esta falsa información.

Respuesta del Editor

Entiendo su argumento. El material de Fallas de la Biblia debería limitarse a lo que contiene ese libro. Pero muchas cartas tratan sobre temas extrabíblicos. Parecen interesar sobremanera a mucha gente y no quiero excluir información de esta naturaleza si hay un fuerte interés. Yo estoy de acuerdo con usted. La pascua, la navidad, el sudario de Turín, el solsticio de invierno, los festivales de Saturno y otros temas ajenos a la Biblia no pertenecen a esta publicación. A menudo recibo cartas extensas sobre la historia del cristianismo primitivo, la formación del canon bíblico, la masonería, las maquinaciones políticas de los papas, etcétera. Aunque todo ello es informativo e interesante, no es realmente relevante a la “infalibilidad” de la Biblia. Sin embargo, discrepamos en un par de puntos. No creo tener la responsabilidad de identificar conceptos ajenos a la Biblia ni me siento obligado a decirles a los demás que esos temas no aparecen en ella, a menos que sirva para exponer con más claridad las inexactitudes bíblicas. Si la información sobre los temas extrabíblicos es inexacta, entonces no estoy en mejor posición que los lectores. No puedo conocer sobre todos los temas, y yo, como usted, leo con ojo crítico todas las cartas que me llegan. Si para alguien una carta es inexacta, trataré de publicar refutaciones razonadas. Como sabemos los dos, los periódicos no pueden comprometerse con la exactitud de lo que digan las cartas al editor.

De R. R. en Murphy, North Carolina

Es obvio que su corazón está en el lugar correcto, pero si el Número 8 [esclavitud y machismo] fue un ejemplo de su enfoque, entonces temo que, intelectualmente, le ladra al árbol equivocado. Si desea demostrar las fallas de la Biblia, es inútil limitarse a señalar que sus doctrinas y costumbres sociales son moralmente repugnantes para los estadounidenses modernos de vistas amplias. “Repugnante” no significa “errado”. Al contrario: cuanto más represivas, neuróticas y contrarias a la humanidad sean estas doctrinas, más atractivas les parecerán a los miembros de la Mayoría Moral, cuya motivación básica es el odio de la libertad humana y un ardiente deseo de condenar, castigar y controlar a quienes no sean exactamente como ellos.

Respuesta del Editor

Estamos de acuerdo. Lo “repugnante” no demuestra lo “errado”. Por eso Fallas de la Biblia no se concentra en los apartes sexuales, inmorales o sanguinarios de la Biblia, como hacen muchas críticas que apelan más al corazón que a la cabeza. Tras años de experiencia, los apologetas han logrado desarrollar una amplia gama de respuestas para quienes apelan a la repugnancia. Es inútil valerse principalmente de este método y por eso Fallas de la Biblia se ocupa de una variedad más amplia de problemas. Usted ha hecho una astuta observación que merece una respuesta profunda. El Número 8 trató sobre la esclavitud y el machismo, no por los aspectos deplorables de la opresión, sino porque la Biblia los apoya en clara violación de versos como 2 Corintios 3:17. El tenor general de la discusión se basó en la lógica, la razón y la evidencia, no en la emoción o la moral. Tal vez desee leer números como el 1, 2, 3, 6 y 7, pues no apelan a la moral o la emoción. Es difícil formarse una opinión exacta tras haber leído un solo número.

De A. I. C. en San Francisco, California (Parte 1)

¿Puedo comentar sobre los números que he recibido? En la primera página del Número 6 usted escribe: “podría sacársele un óvulo a una mujer virgen, unirlo con un espermatozoide en un tubo de ensayo y reinsertarlo al útero sin que haya contacto físico”. Ésta es una técnica muy reciente y no podría haberse considerado en tiempos bíblicos.

Respuesta del Editor (Parte 1)

Aprecio su enfoque científico, pero no ha captado mi argumento. La cuestión es: ¿embarazar a una mujer virgen es un milagro? ¿Es un evento contrario a la ley natural, es decir, algo sobrenatural y digno de admiración? La ciencia ha mostrado que no. Y si hoy no es milagro, en ese tiempo tampoco. Las mujeres pueden tener hijos sin haber tenido jamás contacto con un hombre. Es milagro que una vara se convierta en serpiente o que una mujer se convierta en sal porque esas cosas nunca pueden pasar. Pero si una mujer puede embarazarse ahora, sin ningún contacto, en ese tiempo también pudo haber ocurrido. El mecanismo es un asunto secundario. El hecho es que pudo haber pasado. Era algo posible.

(Parte 2)

[Luego de describir los detalles de la gestación y reproducción.] En el Número 7 usted escribe: “Si ellos realmente creen [que las cuatro narraciones de la resurrección concuerdan], los reto a escribir una historia coherente que incorpore las narraciones de los cuatro evangelios”. Ya se ha hecho. Es un libro extenso que se llama “El Evangelio Nazareno”, de Robert Groves y Joshua Podro. (…) No es una loca teoría, sino una obra académica. Revíselo y consiga un ejemplar si es posible. El reto que usted lanzó en esa frase se cumplió antes de que lo dijera. Aparte de esto, no tengo críticas que hacer sobre los cinco números que he visto. (…) Debo decir que usted ha hecho un LOGRO. Puede sentirse muy orgulloso de Fallas de la Biblia…

Respuesta del Editor (Parte 2)

Los defensores de la Biblia suelen aconsejarme libros para leer, y nunca he encontrado ninguno que merezca la recomendación. Le agradezco los elogios y veo que trata de ayudarme, pero ningún libro puede reconciliar los relatos de los evangelios. Las cronologías, los anuncios sobre el canto del gallo, y la hora a la que llegaron las mujeres a la tumba son apenas algunos de los problemas que ninguna racionalización y justificación puede resolver. Bien dijo Thomas Paine: “…creo imposible encontrar en historia registrada alguna tantos y tan claros absurdos, contradicciones y falsedades, como los que se encuentran en [los evangelios]. Son más numerosos y chocantes de lo que había esperado encontrar cuando empecé a examinarlos” (The Age of Reason by Thomas Paine, p. 67). Si me envía algún texto específico que reconcilie las contradicciones que Fallas de la Biblia ha señalado en los evangelios, con el mayor gusto lo comentaré en números futuros. Los creyentes nunca dejan de asegurarles a sus críticos que todos los problemas están resueltos y que es inútil seguir atacando la infalibilidad de la Biblia. Es una estrategia común y sólo engaña a quienes no están lo bastante versados en las escrituras. Quien no conozca el libro no puede conocer sus debilidades.

De M. J. G. en Ottawa, Canadá

Gracias por el número de muestra. Disfruté leerlo, aunque no sacudió mi fe en las Escrituras. Usted parece ser muy razonable, a diferencia de algunos agnósticos y ateos a quienes he leído. Por tanto, me interesaría suscribirme. (…) Creo que uno no debe tener miedo de la verdad, incluso si no es lo que uno preferiría. Espero que usted sienta igual. Todos tenemos mucho que aprender y entender.

Respuesta del Editor

¡Ojalá todos los creyentes tuvieran la mente tan abierta como usted! Todo lo que pide Fallas de la Biblia es poderse expresar abiertamente. No podríamos estar más de acuerdo. Todos nos equivocamos y tenemos mucho que aprender. Yo no soy excepción. Pero la mejor forma de proceder es con un diálogo franco que abarque todos los puntos de vista. Predicarles a los convertidos (sólo hay que ver las reuniones religiosas, fundamentalistas o ateas) puede consolar, pero no soluciona nada. Uno no convence a la gente de la noche a la mañana. Hace falta un proceso largo, lento y metódico de reeducación. La gente acepta la Biblia como la palabra de Dios después de meses y años de aprendizaje; para revertir el proceso se necesita un tiempo similar.

FALLAS DE LA BIBLIA 12

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 12
Diciembre de 1983

COMENTARIO

EL DILUVIO (parte 2 de 2)

El Comentario del número anterior se centró en los problemas que debe resolver quien diga que ocurrió un Diluvio Universal. Falta analizar todavía las contradicciones en el Génesis acerca de lo que supuestamente pasó. Los siguientes son ejemplos excelentes:

a) Génesis 6:19 dice: “Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca…” (Ver también Génesis 7:8-9, 14-15). Pero Génesis 7:2 dice: “De todo animal limpio te tomarás de siete en siete, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, dos, macho y su hembra”. ¿Los animales limpios debían entrar en grupos de dos o de siete?
b) Génesis 6:20 dice: “De las aves según su especie (…) dos de cada especie…” Pero Génesis 7:3 dice: “También de las aves de los cielos de siete en siete, macho y hembra…”
c) Génesis 7:2 dice: “De todo animal limpio te tomarás de siete en siete, macho y su hembra…” Pero no se definieron los animales limpios e impuros hasta el capítulo undécimo del Levítico. La ley de Moisés apareció unos 600 años después del Diluvio. No había judios, israelitas ni animales limpios o impuros en la época de Noé.
d) Génesis 7:7 dice: “Y vino Noé, y sus hijos, y su mujer, y las mujeres de sus hijos con él al arca, por las aguas del diluvio.” Más tarde, Génesis 7:13 dice: “En este mismo día entró Noé, y Sem, y Cam y Japhet, hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos con él en el arca.” En otras palabras, Génesis 7:13-17 recapitula Génesis 7:7-12. Parecería que entraron dos veces para el “despegue”.
e) Génesis 6:17 dice: “Y yo, he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá.” Pero Génesis 7:21-22 dice: “Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganados, y de bestias, y de todo reptil que anda arrastrando sobre la tierra, y todo hombre. Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, de todo lo que había en la tierra, murió.” ¿Murieron todos los seres vivos, o sólo los animales terrestres?
f) Génesis 8:3 dice: “Y tornáronse las aguas de sobre la tierra, yendo y volviendo: y decrecieron las aguas al cabo de ciento cincuenta días.” Pero dos versos más tarde el texto dice: “Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo.” Según el tercer verso, las aguas ya habían desaparecido a los 150 días = 5 meses.
g) Génesis 8:9 dice: “… porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra…”, pero el verso 8:3 ya había dicho: “Y tornáronse las aguas de sobre la tierra, yendo y volviendo: y decrecieron las aguas al cabo de ciento cincuenta días.” Según el tercer verso ya habían desaparecido las aguas. (Si la palabra “decrecieron” significa sólo que el agua estaba disminuyendo, ¿por qué el texto diría que “decrecieron las aguas al cabo de ciento cincuenta días”? En realidad, esta interpretación significaría que las aguas habían desaparecido en el momento en que empezaron a disminuir, antes y no después de los ciento cincuenta días.)
h) Génesis 8:5 dice: “Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo: en el décimo, al primero del mes, se descubrieron las cimas de los montes.” Pero el verso 4 acababa de decir: “Y reposó el arca en el mes séptimo, a diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat.” ¿Por qué no se verían las cimas de los montes hasta el décimo mes, si el arca ya se había detenido en los montes de Ararat en el séptimo?
i) Génesis 8:13 dice: “Y sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, al primero del mes, las aguas se enjugaron de sobre la tierra (…) y he aquí que la faz de la tierra estaba enjuta.” Pero vemos en el verso siguiente: “Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra. ” ¿La tierra se secó el 1 de enero o el 27 de febrero? Si fue el 1 de enero, entonces todos permanecieron en el arca 58 días más de lo necesario.
j) El Señor le prometió a Noé en Génesis 8:21: “Todavía serán todos los tiempos de la tierra; la sementera y la siega, y el frío y calor, verano e invierno, y día y noche, no cesarán.” Tres versos posteriores contradicen esta promesa: “Y comenzaron a venir los siete años del hambre (…) y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan” (Génesis 41:54), “Y el hambre estaba por toda la extensión del país…” (Génesis 41:56), “Que ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra…” (Génesis 45:6)
k) Génesis 9:3 dice: “Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento.” Pero Deuteronomio 14:7-19 enumera varios animales que no deben comerse. O Dios cambió de opinión (en contra de Malaquías 3:6) instituyendo un nuevo código moral, o estos versos se contradicen.
l) En Génesis 9:6 Dios le dijo a Noé: “El que derramare sangre del hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.” Pero Dios rompió su propia regla al liberar a Caín y darle protección luego de haber matado a Abel, como dice Génesis 4:15: “Y respondióle Jehová: Cierto que cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo hiriese cualquiera que le hallara.”
m) Génesis 6:7-9 dice: “Y dijo Jehová: Raeré los hombres que he criado de sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo: porque me arrepiento de haberlos hecho. Empero Noé halló gracia en los ojos de Jehová. Éstas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, perfecto fue en sus generaciones; con Dios caminó Noé.” Noé era la única persona perfecta, pero a otros también se les perdonó la vida. Si siete pecadores recibieron trato especial, por qué no miles más?
n) Para terminar, Dios dijo algo definitivamente incoherente en Génesis 8:21: “No tornaré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud: ni volveré más a destruir todo viviente, como he hecho.” Dios dijo que ya no maldeciría la tierra por causa del hombre. Su motivo no es que el hombre sea o vaya a ser bueno, sino que el hombre tiene maldad en el corazón desde su juventud. Dios había destruido la humanidad por su maldad. Y ahora, por la misma razón (su maldad), promete no volver a destruirla.

REVIEWS

En Answers to Tough Questions (p.92) McDowell y Steward se refieren al problema del número de animales que entraron en el arca:
“A primera vista, los relatos parecen contradecirse. Primero (Génesis 6:19-20) se le ordena a Noé llevar dos de cada especie al arca, luego (Génesis 7:2-3) siete de algunos animales y aves, y más tarde (Génesis 7:8-9) las Escrituras dicen que los animales entraron por parejas. Sin embargo, Génesis 7:8-9 no habla del número de animales que entraron, sino de la manera como lo hicieron. Siete de cada animal limpio (tres parejas, con uno adicional para sacrificio) entraron al arca de dos en dos, y los otros animales también entraron de dos en dos.”
Esta explicación presenta varias dificultades. Primero, Génesis 7:8-9 dice claramente el número de animales que entraron en el arca. Entraron en parejas. No habla de la manera en que entraron y ni siquiera menciona el número siete ni los animales destinados a sacrificio. Segundo, Génesis 7:2-3 dice: “De todo animal limpio te tomarás de siete en siete, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, dos, macho y su hembra.” Fueron siete parejas de cada animal limpio, no siete ejemplares. Sin importar si el número fue siete ejemplares o siete parejas, Génesis 7:2-3 sigue en contradicción con Génesis 6:19-20, que dice: “Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca (…) dos de cada especie entrarán contigo….” Entraron por parejas, sin distinción entre limpios e impuros. Todo significa todo.

En la Enciclopedia de Dificultades Bíblicas, (p. 81) Gleason Archer intentó reconciliar Génesis 6:19 con Génesis 7:2:
“Algunos han sugerido que estos distintos números, dos y siete, involucran algún tipo de contradicción e indican tradiciones en conflicto combinadas posteriormente por algún redactor que no se hubiera percatado de la discrepancia. Parece extraño que nunca se haya comentado sobre esto, pues la razón para tener siete ejemplares de las especies limpias es perfectamente evidente: se usarían para el sacrificio después de que hubiera terminado el Diluvio (como en efecto ocurrió, de acuerdo con Génesis 8:20) (…) Obviamente, si no hubiera habido más de dos de cada especie limpia, se habrían extinguido por su sacrificio en el altar.”
La falacia de esta explicación está en que evita la precisión textual. Génesis 6:19 dice: “Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca…” La palabra “todo” es un absoluto que no admite excepción. Si algunos animales entraron de siete en siete, entonces algunos no entraron en parejas. Hubo una excepción que violó Génesis Gen. 6:19.

En el mismo libro, Archer intentó contestar otra pregunta del Génesis. En la página 77 nos remite a la siguiente cuestión:
“Génesis 5:4 nos dice que durante la larga vida de Adán (930 años; hasta 800 después del nacimiento de Set) él tuvo otros hijos e hijas (…) en cuanto a Caín, Set y los demás hijos de Adán que se casaron, debieron de haberlo hecho con sus hermanas.”
El problema es que Archer comenzó a hablar de Génesis 5:4 para introducir el tema de las hijas, pero Caín obtuvo su esposa antes, en Génesis 4:17, cuando sólo él y Abel habían sido mencionados. No hay nada en Génesis que muestre que Caín se casó con una hermana o que siquiera tenía una en el momento de casarse.

Uno de los versos más controvertidos de la Biblia es Éxodo 20:13: No matarás. En Answers to Questions About the Bible, Robert Mounce intentó responder la pregunta: “¿El mandamiento ‘No matarás’ significa que los cristianos no deben ir a la guerra?”. Su respuesta fue:
“El sexto mandamiento debe entenderse como una prohibición del asesinato y no como una condenación absoluta de cualquier circunstancia en que se tome una vida. Esto se ve en el hecho de que Dios no sólo autorizó la pena de muerte (Génesis 6:9) (…) sino que también envió a su pueblo a la guerra (1 Samuel 15:3) (…) Las Escrituras reconocen que la resistencia armada es un ingrediente permisible en la infeliz historia humana.”
Pero el verso no habla de asesinato. Dice: No matarás. Matar es un término más amplio, que incluye el asesinato. El hecho de que el dios bíblico haya matado y ordenado muertes sólo resalta la incoherencia de que Dios le ordene al hombre no hacer algo que él mismo comete. Las dificultades sociales que han surgido alrededor de este verso, en especial durante las guerras, han hecho que apologetas como Mounce cambien el verbo “matar” por “asesinar” en muchas traducciones de la Biblia. Aunque las versiones King James, Revised Standard y Catholic New American Bible usan el verbo “matar”, los traductores de la New American Standard, la Traducción del Nuevo Mundo, la New International y el texto masorético decidieron usar “asesinar”, un término más conveniente. Sería bien difícil que funcionaran el ejército y nuestro sistema policial y penal si sus miembros realmente creyeran en el mandato de No matarás.

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De S. B. J. en Albany, New York (Parte 1)
(…) Sospecho que el abismo que separa nuestras perspectivas sobre la Biblia es demasiado vasto para permitir cualquier diálogo razonable. Por ejemplo, en el número de octubre de 1983 usted se opone a varios de los argumentos que presenté con respecto a sus comentarios iniciales sobre los “engaños” de Pablo. Parece que nada de lo que dije lo tocó. Del mismo modo, ninguna de sus respuestas me mueve. Sabiendo la probable futilidad de mi esfuerzo, responderé brevemente a sus argumentos. (…) Un hecho simple es que muchas de las mentes más brillantes de la historia humana fueron cristianos o creyentes declarados: Copérnico, Kepler, Galileo, Hershel, Newton, Plank, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Santo Tomás de Aquino, Lutero, Calvino, Schweitzer; todos ellos y muchos más caen en esta categoría. Es un mito infundado el de que la creencia en la Biblia o en un creador del universo sea sólo para los ignorantes o los irracionales. Pero es un mito que, gracias a los esfuerzos de gente como usted, no morirá.

Respuesta del Editor (Parte 1)

Aprecio su carta, pero no estoy de acuerdo con varios puntos. Primero, se le olvidó incluir a Mussolini, Franco, Hitler, Al Capone, George Lincoln Rockwell, los líderes del Ku Klux Klan y otras grandes mentes en su lista de devotos cristianos. Segundo, se le olvidó mencionar las muchas mentes brillantes que fueron eliminadas porque se negaron a inclinarse ante las creencias bíblicas de los demás. Tercero, ¿cuándo ha tomado esta publicación una posición con respecto a la existencia de Dios? ¿Cuándo nos hemos referido a los creyentes en Dios como ignorantes? Las discusiones teológicas abstractas dejémoslas mejor para los teólogos y filósofos. Cuarto, miles de personas han visto la evidencia y han aceptado las conclusiones que usted ataca. El “esfuerzo” de gente como yo no fue la razón principal.

(Parte 2)

En cuanto a 1 Corintios 2:8 y la cuestión de quién fue responsable por la muerte de Jesús, usted señala Juan 19:16 como prueba de que Pilato ni siquiera delegó autoridad para hacer la crucifixión. En realidad, este verso demuestra exactamente lo contrario. Revela que Pilato sí delegó autoridad para la muerte de Jesús. Mateo 27:26, Marcos 15:15 y Lucas 23:24-25 lo corroboran. El texto de Lucas es especialmente claro: “Entonces Pilato juzgó que se hiciese lo que ellos pedían. Y les soltó a aquél que había sido echado en la cárcel por sedición y una muerte, al cual habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.” Es más: está claro que no fue la turba desordenada la que clavó a Jesús a la cruz, sino los soldados romanos que actuaban bajo la autoridad de Pilato. (Ver Mateo 27, Marcos 15, etcétera) Finalmente, fueron los gobernantes de los judíos (el Sanhedrín, compuesto por los altos sacerdotes y los ancianos del pueblo) quienes presionaron a Pilato para sentenciar a muerte a Jesús: “Y venida la mañana, entraron en consejo todos los príncipes de los sacerdotes, y los ancianos del pueblo, contra Jesús, para entregarle a muerte. Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato presidente.” (Mateo 27:1-2) Es simple y perfectamente claro que los gobernantes de la época, tanto judíos como romanos, fueron los responsables de la muerte de Jesús.

Respuesta del Editor (Parte 2)

S. B. J., usted ha tratado tres cuestiones: ¿Pilato autorizó? ¿Mataron a Jesús los soldados o la multitud? ¿Jesús fue muerto por gobernantes?
Sobre la primera: dice usted que cité mal Juan 19:16 porque muestra que “Pilato sí delegó autoridad para la muerte de Jesús” Pero Juan 19:16, Mateo 27:26 y Marcos 15:15 no dicen que Pilato hiciera eso. Simplemente dicen que entregó a Jesús para que fuera crucificado. No sabemos si Pilato delegó su autoridad. Eso sólo puede suponerse. Recuerde que Pilato acababa de lavarse las manos del asunto y dijo: “… he aquí, preguntando yo delante de vosotros, no he hallado culpa alguna en este hombre de aquéllas de que le acusáis”. Según usted, S. B. J., Pilato pronunció una sentencia de muerte luego de haber declarado inocente al hombre. Si Pilato delegó su autoridad para hacer la crucifixión, entonces no se lavó las manos del asunto. Citó Mateo 27:26, pero ignoró los dos versos anteriores, que muestran que para Pilato Jesús era inocente. Citó Marcos 15:15, pero ignoró el verso 14, que muestra que Pilato no estaba convencido de que Jesús hubiera hecho algo malo. Citó Lucas 23:24-25, que dice “Pilato juzgó”. Si Pilato sentenció a muerte a Jesús, entonces actuó en contra de su propia voluntad y opinión. Se limitó a ceder a las exigencias de la multitud. En consecuencia, es engañoso darle a la gente la impresión de que Jesús fue perseguido por el gobierno y que los príncipes de este mundo lo cruficicaron, como dice Pablo en 1 Corintios 2:8.
Su segundo punto, S. B. J., es que a Jesús lo clavaron a la cruz los soldados romanos y no la multitud. Pero eso no es de lo que hablé en el número de agosto de 1983. Mis palabras fueron: “Lo mataron una turba y varios soldados”. Todos ellos participaron en la ejecución. Resulta poco importante quién martilló los clavos. Pudieron haberlo hecho soldados. Pero todos en la multitud eran cómplices. Marcos 15:11-15, Mateo 27:20-26 y Lucas 23:13-25 muestran que los altos sacerdotes, los gobernantes, el pueblo y algunos soldados contribuyeron a la ejecución.
Su tercer punto depende de la palabra “gobernantes”. ¿Qué significa esa palabra normalmente? La mayoría de la gente piensa en un rey, reina, gobernador, faraón, jefe de provincia, o un personaje de posición comparable, cuando oye la palabra “gobernante”. Y ése es precisamente el sentido que se le da en casi todo el Antiguo Testamento y en versos del Nuevo Testamento como Marcos 13:9 y Lucas 21:12, donde Jesús dice: “… siendo llevados a los reyes y a los gobernadores por causa de mi nombre”. Aquí los gobernantes son comparables a los reyes. Pero investigando más se descubre que hay otros versos a los que Pablo podría referirse si quisiera escapar al dilema. Lucas 23:13, 24:20 y Hechos 4:5 igualan a los gobernantes con oficiales menores, como altos sacerdotes, ancianos y escribas. Si se usa esta interpretación, entonces Jesús sí fue muerto por los “gobernantes” de su época. Pero Pablo vuelve a engañar a sus lectores. Los oficiales del gobierno, como reyes, príncipes y gobernantes no fueron los verdaderos responsables. Los creyentes han exagerado a menudo el grado al que se les ha oprimido. Según usted, “fueron los gobernantes de los judíos (el Sanhedrín, compuesto por los altos sacerdotes y los ancianos del pueblo) quienes presionaron a Pilato…” La palabra “Sanhedrín” nunca aparece en la Biblia. ¿Cómo sabe que fue responsable? Es más: dice usted que los gobernantes de los judíos se componían de “altos sacerdotes y los ancianos del pueblo”. Pero Lucas 23:13 y Hechos 4:5 muestran que los “gobernantes” eran algo distinto de los altos sacerdotes y los ancianos. Pueden ser equivalentes, pero no idénticos como afirma usted.

(Parte 3)

[Luego de seguir predicando.] Me pregunto una cosa: si está tan convencido de que la Biblia es en esencia un libro sobrevalorado, lleno de contradicciones, verdades a medias y mentiras, ¿por qué le gasta tanta energía? Si yo sintiera lo mismo acerca del libro, no le desperdiciaría mi tiempo. La historia está llena de personas que se han dedicado a él, y nuestra época no es diferente. Usted no va a cambiar la historia de forma significativa, así que, ¿para qué molestarse? ¿Cree que las “falsedades” de la Biblia (o al menos el que la gente las crea) son un obstáculo para el progreso? ¿Que el mundo estaría mucho mejor si se deshiciera de una vez del libro?

Respuesta del Editor (Parte 3)

Usted pregunta por qué dedico tanto tiempo a leer material que me parece errado. ¿Por qué los académicos estadounidenses dedican tanto tiempo a leer literatura soviética y viceversa? ¿Será porque creen que esos escritos son la verdad y contienen las respuestas a los problemas de la humanidad? No: es porque uno debe entender para poder confrontar eficazmente. Usted dice, falsamente, que no desperdiciaría su tiempo. Si es así, ¿por qué me escribe esta carta? La historia ha tenido también muchas personas dedicadas a la opresión y la tiranía. Seguramente no dirá usted que eso hace que esté bien. Según usted, no voy a cambiar la historia en ninguna forma significativa, lo cual puede ser cierto. Pero no hacer nada es dejar a los creyentes sin oposición. ¿Que si creo que la Biblia es un obstáculo para el progreso? Es difícil ver cómo un libro tan defectuoso como la Biblia podría promover el avance de la humanidad.

(Parte 4)

Tristemente, soy consciente de que usted irá a su tumba firmemente comprometido con su cruzada antibíblica. Sin embargo, estoy seguro de que en medio de sus esfuerzos se enfrentará a muchos cristianos que tratarán de convencerle de lo absurdo de su proceder (como seguramente habrá ocurrido ya) (…)

Respuesta del Editor (Parte 4)

Por desgracia, S. B. J., probablemente usted vaya a su tumba creyendo que la Biblia es la palabra de Dios. Si yo estuviera haciendo una cruzada, ¿cree que les daría un espacio a oponentes como usted? ¿Cuántos cruzados les permiten a sus oponentes semejante oportunidad de hablar en sus publicaciones?

De E. E. B. en Amarillo, Texas

He disfrutado cada número de Fallas de la Biblia y me interesó especialmente el número de agosto de 1983, en el que se ocupa del apóstol Pablo. Me parece poco justo responsabilizarlo por las palabras que el autor de Hechos le atribuye. Cuando se escribió ese “libro”, Pablo ya llevaba bastante tiempo muerto. Ahora, con respecto a quién cree Pablo que crucificó a Jesús: las epístolas de Pablo no muestran en ninguna forma que él haya oído hablar sobre la vida de Jesús, la estrella de Belén, los reyes magos, la matanza de niños inocentes, la huida a Egipto, o cualquier otro evento de los evangelios. Parece que el Jesús de los evangelios fue creado para combatir la creencia de que el salvador era un personaje fantasma. La iglesia en sus inicios se aseguró de que toda escritura contraria a su doctrina fuera destruida. Pablo nunca oyó hablar de Mateo, Marcos, Lucas y Juan (y éstos pudieron no haberse conocido entre sí) ni de las cosas que narran ellos. Siga con su buena labor, pero, por favor, sea cuidadoso cuando iguala lo que dicen los evangelios y Hechos con lo que sabemos que escribió Pablo.

Respuesta del Editor

Aprecio sus elogios y observaciones. Sin embrago, tengo un par de problemas con su carta. Usted dice: “Me parece poco justo…”. No veo dónde estoy siendo injusto. O Pablo dijo o no dijo lo que se le atribuye en el libro de Hechos. Si lo dijo, entonces no hay problema. Si no lo dijo, entonces el autor de Hechos nos ha engañado. Él está siendo injusto, no yo. Yo no tengo idea de lo que Pablo dijo y sólo puedo citar lo que el autor de Hechos le hace decir. Si usted puede probar que el autor de Hechos lo citó mal, entonces tiene derecho a responsabilizarlo. Segundo, no entiendo por qué le parece que el autor de Hechos no pudo haber citado a Pablo con exactitud sólo porque ya llevaba años muerto.

De G. M. en Asheboro, North Carolina

Su énfasis en los errores de la Biblia es interesante y convincente. Pero déjeme preguntarle: ¿Con qué piensa reemplazar las creencias cristianas de tantas personas? Los diez mandamientos y la regla de oro parecen un credo noble. A pesar de eso, los abusos parecen algo inevitable. Aunque son significativas las fallas que hay en la Biblia, ¿por qué tirar el bebé junto con el agua de la bañera? Puede ser difícil determinar un reemplazo que por algún lado sea mejor. No tenemos suficiente tiempo para experimentar con todas las posibilidades: uno tiene que escoger y avanzar, con los ojos bien abiertos. Parece haber errores, pero, ¿adónde vamos a partir de ese punto?

Respuesta del Editor

Su profunda pregunta merece una respuesta similar. Usted da a entender que la Biblia es la fuente de donde brota la moralidad. Pero no conozco evidencia que muestre que los seguidores de ese libro sean más éticos, más decentes y más preocupados por el bienestar de los demás que quienes no creen. Tampoco conozco información que pruebe que quienes asisten a escuelas con inclinación bíblica se vuelvan personas más honestas que las que no. Mi experiencia me ha mostrado lo contrario. Segundo, ¿qué posición resulta de una enseñanza moral: hacer lo correcto porque está bien hacerlo, o hacer lo correcto porque se espera un pago o recompensa algún día? Tercero, si va a enseñar moral usando la Biblia, va a tener que suavizar o ignorar una porción gigantesca del libro. (Ver el próximo número, con información sobre los patriarcas, o el Comentario de abril de 1983.) Cuarto, no sólo ocurre que muchos héroes y figuras de la Biblia son modelos discutibles, sino que muchas enseñanzas bíblicas son ajenas a la tradición de los Diez Mandamientos y la Regla de Oro. El apoyo que la Biblia da a la esclavitud y su oposición a la resistencia ante los gobiernos opresivos son ejemplos notables. Quinto, muchos libros contienen enseñanzas morales. ¿Por qué adoptar la Biblia en vez del Corán, por ejemplo? Sexto, ¿de verdad necesita que un libro le diga la diferencia entre el bien y el mal, que le diga que es horrible mentir, robar y engañar? Al contrario de lo que enseñan los apologetas, la Biblia no mantiene a raya a los inmorales. No se necesita ningún libro que reemplace la Biblia. Y para terminar, usted pregunta si tengo con qué reemplazar las creencias cristianas. ¿Está diciendo que es mejor creer en algo equivocado que no tener posición alguna? ¿Es mejor creer que Jesús es Dios y el camino a la salvación que no creerlo? Como le dije recientemente a un oyente en un programa radial: A usted no le importa realmente si la Biblia es cierta o no. Mientras se vea bien, se sienta bien y parezca tener sentido, nada más importará. Recuerde: muchísimas sustancias químicas pueden proporcionarle una euforia similar.

FALLAS DE LA BIBLIA 11

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 11
Noviembre de 1983

COMENTARIO

EL DILUVIO (parte 1 de 2)

Un tema que siempre ha sido de gran interés para los estudiantes de la Biblia es el Diluvio, un supuesto evento que habría sido más catastrófico que cualquier otro desastre natural de la historia. Fallas de la Biblia no discutirá los datos científicos que usan sus defensores para apoyar sus creencias. En lugar de eso usará dos tipos de información para demostrar que el relato del Diluvio carece de credibilidad. El Comentario del próximo número discutirá el gran número de contradicciones entre versos con respecto a lo que ocurrió, mientras que por ahora nos concentraremos en el gran número de dificultades, imposibilidades y preguntas sin respuesta que acompañan la narración bíblica. Quien crea en el Diluvio debe dar respuestas racionales a las siguientes preguntas:

a) Génesis 6:16 dice: “Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba…”. ¿Cómo pudieron respirar tantas criaturas con sólo una pequeña abertura que estuvo cerrada por al menos 190 días (150 días más 40 adicionales, según Génesis 8:3-6)?
b) Génesis 6:15 dice: “Y de esta manera la harás: de trescientos codos [135 metros] la longitud del arca, de cincuenta codos [22,5 metros] su anchura, y de treinta codos [13,5 metros] su altura”. ¿Cómo pudieron sobrevivir dos de cada especie animal por aproximadamente 10 meses en un barco que medía 41.000 metros cúbicos? La comida sola absorbería un tremendo espacio.
c) Génesis 6:17 dice: “Y yo, he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá”. Génesis 7:4 lo refuerza: “… y raeré toda sustancia que hice de sobre la faz de la tierra”. Pero, ¿cómo podría una inundación destruir a los animales marinos como las ballenas, marsopas, serpientes acuáticas, delfines, anfibios y todos los animales que son totalmente submarinos?
d) Génesis 7:8-9 dice: “De los animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que anda arrastrando sobre la tierra, de dos en dos entraron a Noé en el arca: macho y hembra, como mandó Dios a Noé”. Los problemas relacionados con este relato de las criaturas entrando al arca son particularmente interesantes. ¿Cómo llegaron al arca los animales que están restringidos a ciertas partes de la Tierra? Los pingüinos, canguros, osos polares, koalas y muchos otros habrían tenido que cruzar vastos océanos. Uno apenas puede tratar de adivinar cómo los animales de otros continentes lograron cruzar los mares. ¿Cómo pudieron varios de estos animales soportar los cambios climáticos? Muchas de las criaturas polares no habrían podido resistir el calor del Medio Oriente. ¿Cómo se impidió que los animales mataran a sus presas naturales? ¡Los animales lentos de otros continentes -caracoles, babosas, tortugas, etcétera- debieron de haber comenzado su viaje antes de la creación de la Tierra! ¿Cómo pudieron sólo 8 personas dar alimento y agua al zoológico más grande del mundo durante varios meses? ¿Cómo se mantenía limpia el arca, con una sola ventana y una sola puerta? ¿Cómo sabían los animales adónde ir cuando llegó el momento de entrar en el arca? Luego de ser liberados, ¿cómo regresaron a sus regiones respectivas? La vegetación que alimenta a muchos animales crece sólo en ciertas partes del mundo. ¿Cómo fue transportada al arca para su almacenamiento? ¿Debemos creer que entraron en el arca dos de cada especie (dos perros, dos gatos, dos elefantes, etcétera)? Si es así, ¿debemos creer también, por ejemplo, que la tremenda variedad actual de perros en el mundo, desde el gran danés hasta el chihuahua, desciende de dos ejemplares? Esto indicaría un tremendo cambio evolutivo en sólo unos pocos milenios. Sin embargo, los creyentes son quienes se oponen a la teoría de la evolución. ¿Y cómo sabían los animales cuándo buscar el arca? El texto da a entender que simplemente entraron por su propia voluntad.
e) Génesis 7:15 dice: “Y vinieron a Noé al arca, de dos en dos de toda carne en que había espíritu de vida”. ¿Cómo entraron en el arca las criaturas acuáticas, como ballenas, marsopas, serpientes acuáticas, delfines, etcétera? Más aún: dados los millones de especies de animales que existen en el mundo, ¿cómo pudo obtenerse una pareja de cada una? Contando apenas los insectos hay más de 500.000 especies distintas.
f) Génesis 8:4 dice: “Y reposó el arca en el mes séptimo, a dicisiete días del mes, sobre los montes de Ararat”. ¿Cómo pudo haber descansado el arca sobre varias montañas a la vez?
g) Génesis 8:8 dice: “Envió también de sí a la paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra”. ¿Por qué Noé envió a un pájaro para averiguar lo que era claramente evidente?
h) Génesis 8:11 dice: “Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde: y he aquí que traía una hoja de olivo tomada en su pico…”. Es difícil creer que una paloma hubiera encontrado una hoja de olivo que recoger en un mundo que había estado sumergido por casi un año.
i) Génesis 8:20 dice: “Y edificó Noé un altar a Jehová y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar”. Matar animales de los que sólo quedan dos después del Diluvio parece absurdo.
j) Génesis 7:13 dice: “En este mismo día entró Noé, y Sem, y Cam y Jafet, hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos con él en el arca”. Si la raza humana volvió a empezar a partir de Noé y sus hijos, ¿se supone que creamos que las amplias variaciones entre los habitantes de la Tierra se desarrollaron en el breve tiempo que ha pasado desde el Diluvio? ¿Debemos suponer que los rubios suecos, los pardos hindúes y los negros aborígenes provienen de los mismos ancestros?
k) Génesis 7:4 dice: “Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré toda sustancia que hice de sobre la faz de la tierra”. Pero, ¿qué habían hecho las bestias y los bichos para provocar la ira de Dios? Ellas no habían pecado, no habían comido el fruto prohibido ni habían tratado de alcanzar el árbol de la vida.
l) Génesis 8:5 y 8:13 dicen que el agua cubrió la Tierra hasta las montañas. Si es así, ¿adónde se fue toda el agua?
m) Por último, deben contestarse las preguntas que nos presenta Génesis 8:19. El verso dice: “Todos los animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca”. ¿Cómo se preservó a los animales después de salir del arca? No había más vegetación que la que había estado sumergida por un año. ¿Cómo se atendió a los herbívoros hasta que la tierra volvió a estar cubierta de plantas? No había animales para que los carnívoros devoraran, excepto los que habían estado en el arca. ¿De dónde salió su comida?
En el próximo número se les pedirá a los apologetas que expliquen un número similar de contradicciones entre los versos mismos.

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De S. B. J. en Albany, New York (Parte 8)

Usted afirma que la frase de Pablo en 1 Corintios 15:5 sólo puede interpretarse en el sentido de que había 13 apóstoles o que Pedro no era un apóstol. En realidad, la explicación de este verso es ridículamente simple: primero el Señor se apareció a Pedro solo (ver Lucas 24:34) y luego al grupo entero de apóstoles, incluyendo a Pedro.

Respuesta del Editor (Parte 8)

En 1 Corintios 15:5 Pablo dijo: “Y que apareció á Cefas, y después a los doce”.  Según usted, Pedro estaba entre los doce y para probarlo cita Lucas 24:34. Debería leerlo otra vez: “Y levantándose en la misma hora, tornáronse a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón.” Este verso implica que Pedro no se encontraba en la habitación, pues era el tema de conversación. Mäs importante aún: la inexactitud de los “doce” que menciona Pablo en 1 Corintios 15:5 se ve en que Lucas 24:33 dice que había once y no doce apóstoles presentes para cuando Jesús se les apareció en el verso 36. Si hubieran estado doce apóstoles en esa ocasión, como dijo Pablo, Judas habría tenido que volver a la vida. Él murió antes de que Jesús se les apareciera a los apóstoles, y su reemplazo, Matías, no fue elegido apóstol sino después de la ascensión.

(Parte 9)

Para terminar, usted dice que en 1 Corintios 10:8 Pablo contradice a Números 25:9. En realidad no es así. Pablo dice que en un día murieron 23.000; Números 25:9 dice que “… murieron de aquella mortandad veinticuatro mil”. No afirma que los 24.000 hayan muerto todos en un día, como en la cita de Pablo. Por tanto, técnicamente no hay contradicción. Pero más allá de esto, incluso si Pablo hubiera usado el número 23.000 para referirse a un evento del Antiguo Testamento que especificaba 24.000, en realidad no habría error. Pablo simplemente estaba probando un argumento; el que recordara o no con perfecta exactitud el número de gente que murió no es realmente importante.

Respuesta del Editor (Parte 9)

A este problema usted le ha dado la respuesta común, pero no ha visto que Números 25:5-9 se refiere a los eventos de un mismo día. La narración es rápida, breve y consecutiva. Moisés dio la orden de matar a los ofensores. Inmediatamente después, un israelita llevó a una madianita a su tienda y Finees lo mató por ello. Inmediatamente después la plaga terminó, pero habiendo matado a 24.000. Los versos muestran que la plaga se limitó a un día: “Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: Matad cada uno a aquellos de los suyos que se han allegado a Baal-peor. Y he aquí un varón (…) trajo una Madianita a sus hermanos, a ojos de Moisés y de toda la congregación (…) Y lo vio Finees (…) y tomó una lanza en su mano, (…) y alanceólos a ambos, (…) y cesó la mortandad de los hijos de Israel. Y murieron de aquella mortandad veinte y cuatro mil.”
Su argumento final es poco menos que sorprendente por estar diametralmente opuesto a la premisa misma en que se basa la infalibilidad de la Biblia. En efecto, dice usted que si la cifra de Pablo es incorrecta, qué importa. Uno podría decir, entonces: si Jesús no es Dios, qué importa; si no existe salvación, qué importa; si Jesús no es el Mesías, qué importa; si Adán y Eva no pecaron, qué importa. Todos estos conceptos, incluyendo el número de muertos por la plaga, vienen del mismo libro. Y si puede equivocarse con respecto a una creencia, puede ser falso en todas ellas. ¿Cómo sabe qué es cierto si admite que ciertas partes son falsas? Tiene que darse cuenta de que si es el libro de Dios no puede tener una pizca de imperfección. Un ser perfecto no puede producir un libro con el menor error siquiera. John Wesley, fundador del metodismo, lo dijo bien: “Si hay error alguno en la Biblia, podría haber mil. Si hay falsedad alguna en ese libro, no provino del Dios de la verdad”. (Diario personal, julio 24 de 1776). Se convierte en otro libro más del estante.

(Parte 10)

Así, señor McKinsey, en la sección de su publicación que de verdad discute específicamente las “fallas” de la Biblia su puntaje es de 0 a 8. Tal vez no concuerde con mi posición sobre estos temas. Realmente no lo esperaría. Pero espero que al menos en parte reconozca que sé de qué estoy hablando aquí, que he investigado estos temas con más profundidad que usted, y que sus argumentos me parecen para nada convincentes. Ahora llego al propósito de mi argumento. La sección de su publicación que precede a “Pablo, el Discípulo Engañoso” es “Al Tratar con los Apologetas”. Cierra con la notable frase: “¿Qué hace uno con la gente que no quiere entrar en ninguna discusión crítica de la Biblia, que tiene la mente cerrada? Cuando Jesús toma el control, muchos parecen entrar en otra realidad, que no es tanto la dimensión desconocida como una de ignorancia absoluta.” Sólo he sido cristiano por unos cinco años, pero he leído la Biblia entera al menos tres veces y he pasado horas incontables estudiándola y leyendo otros libros acerca de ella. Asistí al seminario por un año después de haber salido de la universidad doce años atrás (…). Cuanto más profundamente me involucraba en el cristianismo, más claro se me hacía que, tal como dice usted, los cristianos sí vivimos en un mundo que en muchas maneras es radicalmente diferente del de los no cristianos. El problema con su percepción es que los no cristianos son quienes viven en la ignorancia y la oscuridad. [Luego de citar Juan 3:19-21…] Gente como usted, señor McKinsey, me confunde. ¿Sabe que los supuestos “errores” que ha señalado no son errores en absoluto (como he demostrado)? (En otras palabras, ¿lo que está haciendo es simplemente tratar de alejar a la gente de la Biblia por los medios que sean necesarios?) ¿O realmente cree que lo que ha narrado son errores?…

Respuesta del Editor (Parte 10)

Ha presentado varios argumentos, S. B. J. Tratemos uno a la vez. En primer lugar, esta publicación trabaja con las fallas de la Biblia, no con su infalibilidad. Que ésta siquiera exista está por debatirse. Segundo, usted me da un puntaje de 0 a 8, lo que me recuerda al funcionario electoral que le dijo a su principal opositor político: “No se trata de quén tiene los votos, amigo mío, se trata de quién los cuenta”. Tercero, usted dice saber de qué está hablando y haber investigado estos asuntos con más profundidad que yo. Sugiero que los lectores decidan eso. Cuarto, sería difícil convencer a alguien de algo si insiste en saltar a conclusiones prematuras y presumir de su erudición. Ha ignorado el consejo del libro que con tanta convicción defiende. Proverbios 27:2 dice: “Alábete el extraño, y no tu boca”. Sugiero que escuche a sus oponentes antes de sacar conclusiones. Quinto, no logro ver qué relación hay entre sus títulos académicos y la “validez” de la Biblia. Las instituciones de educación superir tienen cientos de creyentes con títulos innumerables. Muchos han dedicado no cinco sino cincuenta años a las escrituras, pero dudo que ellos basen la veracidad de sus afirmaciones en los años que han dedicado. Sexto, tengo una objeción al comentario de que uso “los medios que sean necesarios”. Está dudando de la integridad de alguien a quien apenas conoce. Yo no lo he cuestionado a usted y le pido igual trato. Limitémonos al asunto que nos ocupa y que los lectores den el veredicto. Séptimo, yo no necesito “alejar a la gente de la Biblia”. Muchos toman esa decisión por sí mismos una vez que tienen la información y han oído los argumentos. En este punto de su carta, S. B. J., procede a describir errores en mi método y exige mi arrepentimiento. Ha dejado de demostrar para ponerse a predicar. Yo sólo quisiera que usted tuviera otros temas para debatir con Fallas de la Biblia en vez de escribir cuatro páginas finales llenas de juicios apresurados y una actitud condescendiente a partir un solo número de esta publicación. Aceptamos las críticas, pero es poco sabio dictar sentencia antes de haber visto las pruebas. Recuerde su frase: “ridículamente simple”.

CARTAS AL EDITOR

De J. L. C. en Madison, Wisconsin

Dear Dennis,
Recibí con mucho aprecio el ejemplar de Fallas de la Biblia. Me pregunto si dentro del ámbito que abarca usted se encuentra un tema como el poder antibalas de la Biblia. He leído mucha información sobre la Primera Guerra Mundial y he encontrado repetidas menciones de que la Biblia en el bolsillo de un soldado le salvó la vida al detener una bala o fragmento de granada. No he consultado sobre la Segunda Guerra Mundial, así que no sé si este útil efecto ha sido el mismo que en la Primera, o siquiera si en la Segunda llevaban Biblias. Pero seguramente es un tema de gran interés (…)

Respuesta del Editor

Las Biblias a prueba de balas no hacen parte del ámbito normal de esta publicación, pero ocasionalmente he atinado algunos tiros que penetran el libro y le dan en el centro. Ya en serio, yo no creería mucho en esas historias. Son similares a los cuentos de brujas, visiones de Dios y duelos con el Diablo. Una Biblia pudo haber detenido una bala, pero, ¿por qué tendría eso significado alguno? ¿Se oye hablar sobre los otros libros que han hecho lo mismo? ¿Se oye hablar sobre el caso en que una bala atravesó una Biblia y mató a alguien? ¿Sobre el caso en que la bala pasó al lado de la Biblia en el bolsillo y el hombre murió? ¿Sobre el hombre que muró en una trinchera por estar leyendo la Biblia en vez de estar alerta? ¿Y sobre los heridos que murieron por estar buscando alivio en versos bíblicos y no en atención médica adecuada? Durante la Segunda Guerra Mundial se llevaban biblias en el bolsillo, y sin duda ocurrieron casos parecidos. (…)

De J. R. S. en Ambler, Pennsylvania

He llegado a la conclusión de que muchos predicadores cristianos, cuando no la mayoría, estructuran sus sermones alrededor de opiniones específicas a las que llegan en una semana particular. Entonces buscan en sus biblias algo que apoye esas opiniones y dé material convincente para sus sermones. Sé que usted podría producir “sermones” espléndidos a partir de cualquier biblia. ¿Le parece incluir en su publicación una columna dedicada a algún tema de controversia actual (como los padres que se oponen a que sus hijos reciban tratamiento médico) e incluir referencias bíblicas que defiendan o se opongan a quienes usan las escrituras como base de sus acciones? Sé que usted ya está bastante ocupado, así que no podemos esperar muchos detalles, pero serían valiosas algunas frases siquiera. Un neutralizador eficaz para quienes citan la Biblia es uno capaz de mostrar una contra-cita, en especial si está igualmente fuera de contexto. No se me ocurre nadie tan calificado como usted para ofrecer ese tipo de educación en el nombre de la objetividad. Pongo a su consideración temas para varios meses: aborto, eutanasia, sistemas de apoyo vital (o su desconexión), fecundación in vitro, ingeniería genética, sermones políticos, oraciones en las escuelas públicas, unión libre, hallazgos de la “ciencia” creacionista. Tal vez, si le parece poco profesional o inapropiado para su publicación, decida no explorar esa posibilidad. Entenderé si ése es el caso. Por cierto, aplasté a una testigo de Jehová en la puerta de mi casa con varios de los argumentos que usted expone. Estaba tan ansiosa de irse que no quiso esperar la contribución para sus revistas y se fue.

Respuesta del Editor

Su sugerencia merece ser tenida en cuenta. Yo he evitado ese enfoque por los riesgos que usted menciona. Sacar versos de contexto y buscar palabras en las escrituras que apoyen una opinión o filosofía en particular ha sido la especialidad de la mayoría de los apologetas de la historia. Es un destino que he buscado evadir. Sin embargo, algunos versos parecen tener una relación tal con los sucesos actuales que no estaría fuera de lugar ofrecer una opinión ocasional. En números futuros podría aparecer una sección titulada “La Influencia de la Biblia” o algo así, que discutiría temas como el siguiente:
Actualmente [noviembre de 1983] los medios nacionales informan de un ministro fundamentalista que no quiere permitir que su hija reciba tratamiento médico para su cáncer debido a su interpretación de la Biblia. Sería difícil imaginar un ejemplo más claro de los efectos dañinos que pueden producirse al seguir las enseñanzas bíblicas. La vida de una niña está bajo amenaza por las creencias de su padre. Muchos cristianos con un enfoque más liberal y flexible sobre la interpretación bíblica verían a este padre como terco, dogmático, infantil y errado. Desde su perspectiva, él está leyendo y aplicando la Biblia incorrectamente. Pero sólo hace falta leer Santiago 5:13-15 para encontrar apoyo a sus actos. [En el número de septiembre de 1983 mencionamos este peligro (“Y la oración de fe sanará al enfermo”).]  Es interesante ver cómo CNN informó de que éste era precisamente el verso usado por este hombre para justificar su posición. Su creencia está en total armonía con la enseñanza bíblica, y en total oposición a que su hija siga con vida. Dependiendo de las capacidades del personal médico, muy bien podría morir una niña porque alguien se ha aferrado a la Biblia. ¡Imaginen! A nosotros nos podría haber tocado un padre así. Mi corazón está con la niña, aunque temo lo peor.

FALLAS DE LA BIBLIA 10

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 10
Octubre de 1983

COMENTARIO

PROFECÍAS

Los creyentes confían mucho en la supuesta exactitud de las profecías bíblicas para justificar su posición, y por esta razón varios números de Fallas de la Biblia se dedicarán a este tema. Para continuar el debate comenzado en el número de marzo de 1983, señalemos más profecías como las siguientes:
En Jonás 3:4, Jonás anunció: “¡De aquí a cuarenta días Nínive será destruida!”. Pero Jonás 3:10 muestra que la profecía se materializó de manera totalmente opuesta a la predicha: “Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino: y arrepintióse del mal que había dicho les había de hacer, y no lo hizo”. No sirve decir que se arrepintieron de sus maldades y que por eso Dios tenía justificación para cambiar de opinión, es decir, que las condiciones bajo las cuales Jonás había hecho su profecía habían cambiado. Si hubiera sido un verdadero profeta, habría visto venir este cambio. Más importante aún: la profecía no era condicional. Decía llanamente que Nínive sería destruida en 40 días, lo cual no ocurrió.
Isaías 52:1 dice: “…vístete tu ropa de hermosura, oh Jerusalén, ciudad santa: porque nunca más acontecerá que venga a ti incircunciso ni inmundo”. Pero nunca han dejado de pasar incircuncisos por Jerusalén.
En Juan 14:12, Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago también él las hará; y mayores que éstas hará; porque yo voy al Padre”. Pero, ¿qué creyente ha ejecutado un milagro mayor que los de Jesús?
En Juan 14:13-14, Jesús dijo: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”. En realidad, millones de personas han hecho millones de peticiones en nombre de Jesús y no han recibido satisfacción. Esta promesa o profecía ha fallado completamente.
En 2 Crónicas 1:12, Dios le dijo a Salomón: “Sabiduría y ciencia te es dada; y también te daré riquezas, hacienda, y gloria, cual nunca hubo en los reyes que han sido antes de ti, ni después de ti habrá tal”. Esta profecía también ha fallado. Hubo varios reyes en su época, y miles después, que habrían podido tirar a la basura las riquezas de Palestina sin sentirlo. Muchos han excedido la riqueza de Salomón, y ésta es pequeña para los estándares actuales.
En 1 Tesalonicenses 4:16-17 Pablo dijo: “Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero: Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. Pablo compartía la ilusión, enseñada por Jesús, de que sería llevado físicamente al cielo junto con otros santos de su tiempo, quienes, así, nunca probarían la muerte. El uso del pronombre “nosotros” lo deja claro. Es difícil negar que Pablo estaba seguro de que el fin del mundo llegaría durante su generación.
1 Samuel 27:1 dice: “Y dijo David en su corazón: Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl…”. En su corazón o no, esto que dijo David estaba totalmente errado. No murió a manos de Saúl, sino de vejez, de acuerdo con 1 Reyes 2:10: “Y David durmió con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David”. Saúl murió antes que David, así que no pudo haber sido el responsable.
Génesis 15:16 predijo: “Y en la cuarta generación volverán acá [los descendientes de Abraham]…”. Dios le dijo a Abraham que sus descendientes regresarían en la cuarta generación. Pero, excluyendo a Abraham, esto ocurrió realmente durante la sexta generación. Éstas fueron:
1) Abraham,
2) Issac,
3) Leví (Éxodo 1:2),
4) Coat (Éxodo 6:16),
5) Amram (Éxodo 6:18),
6) Moisés (Éxodo 6:20).
Jeremías 34:4-5 predijo que Sedequías tendría una muerte tranquila: “oye palabra de Jehová, Sedequías rey de Judá: Así ha dicho Jehová de ti: No morirás a cuchillo; en paz morirás…” Pero Jeremías 52:10-11 muestra que su muerte no tuvo nada de pacífica: “Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías delante de sus ojos, y también degolló a todos los príncipes de Judá en Ribla. A Sedequías empero sacó los ojos, y le aprisionó con grillos, e hízolo el rey de Babilonia llevar a Babilonia; y púsolo en la casa de la cárcel hasta el día en que murió”.
Juan 7:52 says: “Respondieron y dijéronle: ¿Eres tú también Galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se levantó profeta”. La inexactitud de esta profecía está en el hecho de que varios de los profetas judíos más distinguidos (Jonás, Nahúm, Oseas, Elías) fueron galileos.
La última profecía que se comentará en este número se halla en Génesis 49:13, que predijo: “Zabulón en puertos de mar habitará, y será para puerto de navíos; y su término hasta Sidón”. Dos aspectos de esta profecía fallaron claramente. Las fronteras de Zabulón nunca se extendieron hasta el mar, y nunca incluyeron a Sidón. En la Encyclopedia of Biblical Difficulties, Gleason Archer trató de remediar este problema en la página 104:
“Génesis 49:1 predice la ubicación de [la tribu de Zabulón] cerca de la costa, permitiendo el paso de las mercancías de los barcos que descargaban en los muelles del Mediterráneo para su transporte al Mar de Galilea y su relevo a Damasco y más allá. Aunque Zabulón no alcanzaba ninguna de las dos costas, el Valle de Jezreel permitía un excelente corredor para el envío de mercancías importadas hasta los mercados más importantes de tierra firme. Su frontera norte apuntaba en dirección a las grandes ciudades comerciales de Fenicia, de las cuales Sidón era entonces el emporio principal.”
En efecto, Archer admite que Zabulón no tenía costas y que nunca incluyó a Sidón. El vínculo que ofrece el Valle de Jezreel es irrelevante. El hecho sigue siendo que Zabulón nunca tocó el mar. El hecho de que la frontera norte de Zabulón “apuntaba” en dirección a Sidón tampoco importa. La profecía dice claramente que la frontera de Zabulón estaría en Sidón, en el mar.

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De S. B. J. en Albany, New York (parte 1)

Apreciado señor McKinsey: (…) Permítame dejar sentada mi posición claramente desde el principio: soy cristiano. Obtuve su material porque siempre me interesa ver qué tienen que decir los críticos de la Biblia. Lo que he descubierto es que, invariablemente, los argumentos utilizados por los críticos confirman y fortalecen mi fe cristiana, porque con facilidad se prueba que esos argumentos son erróneos. Con su publicación no fue diferente. Mi propósito al escribirle no es ganar la ventaja en un debate intelectual. Explicaré mi propósito luego. Pero primero debo referirme a sus argumentos. Para empezar, me sorprendió bastante descubrir que gran parte de su literatura se dedicaba al tema de la esclavitud y las mujeres. Estos temas no tienen nada que ver con la validez de la Biblia en su sentido estricto. Uno puede no estar de acuerdo con la enseñanza bíblica sobre estos temas, pero esa discrepancia es simplemente una opinión y no tiene relación alguna con la validez de la Biblia.

Respuesta del Editor (parte 1)

Apreciado S. B. J.: Lo felicito por su extensa carta y la relevancia de su presentación. Sus comentarios no se apartaron del tema -la Biblia- y por esta razón serán discutidos también en números futuros de Fallas de la Biblia. Luego de leer las 12 páginas de su carta manuscrita, sobresale una conclusión bastante obvia. Usted tiene un fuerte impulso de saltar hacia conclusiones luego de un análisis más bien rutinario de los hechos, una tendencia, sin duda, originada de su ansia por hallar una causa. Sermoneó en abundancia, alternando entre demostraciones y prédicas a medida que avanzaba. Su propensión a las conclusiones inmediatas se hace notar rápidamente (…). Ha dicho que gran parte de mi literatura se refería al tema de la esclavitud y las mujeres. Muy al contrario, estos temas fueron tratados sólo en el número de agosto de 1983 y son sólo una fracción de lo que he publicado. Ha hecho una amplia generalización basada en el análisis de un solo número. Tal vez usted quiera leer más números para tener una idea mucho mejor de lo que Fallas de la Biblia es. En segundo lugar, usted afirmó que el tema de la esclavitud y las mujeres no tenía nada que ver con la validez de la Biblia. Parece que no logró ver el quid del asunto. 2 Corintios 3:17 dice: “Donde hay el Espíritu del Señor, allí hay libertad”. (Ver también Isaías 58:6, Éxodo 22:21, 1 Corintios 7:23, Gálatas 3:28, 5:11-13). Hay más versos que conectan el espíritu de Dios con la libertad. Pero la Biblia muestra que el espíritu de Dios es uno que engendra y promueve la esclavitud y la sumisión sexual en numerosos casos. De acuerdo con la Biblia, el espíritu de Dios es a menudo uno de eslavitud y opresión, diametralmente opuesto a la libertad. “Simplemente una opinión” es una descripción inexacta de la situación.

(Parte 2)

Su sección sobre “Pablo, el Discípulo Engañoso” es más de lo que esperaba encontrar en su publicación. En esta sección usted cita 8 “errores” o citas mal hechas por Pablo, en las que transcribe 12 referencias bíblicas específicas. En los 8 casos se equivoca. Permítame mostrarle: (1) Cita 1 Corintios 2:8 de esta manera: “La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria”. Y luego alega que esa afirmación es falsa, pues Jesús no fue crucificado por ningún príncipe, sino por una turba y unos soldados. La traducción que usó fue la versión King James. El problema que no reconoce usted es que la palabra griega que se traduce como “príncipe” en la King James proviene de [un término griego] que significa “gobernante, oficial, autoridad”, etcétera. Las traducciones bíblicas modernas y confiables, como la New American Standard y la Revised Standard, traducen esa misma palabra como “gobernantes”. Un hecho simplísimo de la crucifixión de Jesús es que resultó del juicio de autoridades judías y romanas. Por ejemplo, Mateo 27:1 dice: “Y venida la mañana, entraron en consejo todos los príncipes de los sacerdotes, y los ancianos del pueblo, contra Jesús, para entregarle a muerte”. En Juan 19:16, hablando acerca de Pilatos, Juan escribe: “Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Y tomaron a Jesús, y le llevaron”. En otras palabras: la turba y los soldados ejecutaron la crucifixión, pero la autoridad para hacerlo provino de sus gobernantes.

Respuesta del Editor (Parte 2)

De acuerdo con la Concordancia de Strong, es correcto traducir tanto “príncipe” como “gobernante”. Significa la autoridad máxima. Sin importar que se use “gobernante” o “príncipe”, el problema permanece. Dígame el nombre del gobenante romano que inició la crucifixión. Los ancianos o los líderes locales del pueblo no eran los gobernantes. La región entera estaba bajo el dominio romano, y sólo los romanos gobernaban. ¿Qué verso bíblico justifica la igualación de los ancianos del pueblo con sus gobernantes? El gobernante era Pilatos, y no quiso involucrarse en el asunto. Sólo le entregó a Jesús a la multitud cuando su clamor se volvió estridente. Pilatos quería liberar a Jesús, como muestra Juan 19:12: “Desde entonces procuraba Pilato soltarle…” y hasta se lavó las manos: “Y viendo Pilato que nada adelantaba, antes se hacía más alboroto, tomando agua se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo…” (Mateo 27:24). Pilatos entregó a Jesús en Juan 19:16, pero no aprobó sus actos posteriores, ni hay ningún verso donde él les haya concedido autoridad para actuar. Incluso si Pilatos hubiera promovido la crucifixión, la frase de Pablo sigue siendo inexacta, pues él habla de los “gobernantes”, no el “gobernante”, que mataron a Jesús. Así que vuelvo a preguntar: ¿qué gobernantes mataron a Jesús?

(Parte 3)

Usted cita Colosenses 1:23 de esta manera: “… la esperanza del evangelio que habéis oído; el cual es predicado a toda criatura que está debajo del cielo; del cual yo Pablo soy hecho ministro”. Y luego dice, condescendientemente: “Por favor, Pablo. Nunca se ha anunciado…”, etcétera. Su traducción es igual a la de la Revised Standard Version. La New American Standard Bible traduce el verso griego de manera ligeramente distinta: “…que se ha proclamado en toda la creación bajo el cielo…” De nuevo: uno tiene que volver al idioma original (griego) para obtener allí el verdadero significado. El texto griego que dice: “proclamado en toda la creación” es una traducción exacta. Como tal, es un término difícil de entender con precisión, pero de ninguna manera es erróneo. Tal vez sea poético, tal vez literal.

Respuesta del Editor (Parte 3)

Las versiones King James, Revised Standard, New International y Modern Language concuerdan en decir: “predicado a toda criatura”. Su versión New American Standard parece ser muy conveniente para escapar del dilema. Pero, incluso si su versión es correcta, sólo ha saltado de un problema para meterse en otro. Si va a seguir consultando el texto griego, S. B. J., más le valdría primero asegurarse de qué va a obtener con ello. ¿Cuándo se ha proclamado el evangelio “en toda la creación”? Incluso hoy muchas partes del mundo no tienen predicadores del evangelio, mucho menos en tiempos de Pablo. El evangelio fue introducido de manera relativamente reciente al hemisferio occidental, y es prácticamente inexistente en China. Usted dice que “proclamado en toda la creación” es “difícil de entender con precisión, pero de ninguna manera es erróneo”. Si uno no lo entiende, ¿cómo sabe que no es erróneo? Por cierto, en la Parte 2 usted había dicho que la Revised Standard Version era una traducción bíblica moderna y confiable.

(Parte 4)

[Luego de decir que uno debe darse cuenta de que la Biblia suele usar poesía y metáforas que no deben tomarse literalmente, S. B. J. prosigue.] Luego usted cita Hechos 20:35 y afirma victoriosamente que “Jesús no dijo eso en ninguna parte del Nuevo Testamento”. ¿Dónde dice la Biblia que las únicas palabras que dijo Jesús son las registradas en el Nuevo Testamento? Decir que aquí Pablo se equivoca porque esas palabras de Jesús no están en el Nuevo Testamento es una grandísima ironía: usted se empeña en probar la falta de validez de la Biblia, ¡y luego alega que sólo las frases de Jesús halladas en esta fuente sin validez son las que Pablo puede usar! En su desesperado intento por probar los errores de la Biblia, ha abandonado realmente la lógica.

Respuesta del Editor (Parte 4)

No tengo objeción a ese comentario mientras usted esté de acuerdo en lo siguiente. Primero, a todos los que oyen este verso se les debe decir que Jesús no dijo eso en ninguna parte de la Biblia. Este verso suele ser engañoso. Segundo, Pablo no pudo haber oído esa frase por sí mismo, pues él escribía cuando Jesús ya no estaba presente. En el mejor de los casos, Pablo está citando de oídas. Tercero, no hay evidencia alguna de que Jesús haya dicho eso. Todo lo que tenemos es la palabra de Pablo. ¿Dónde dije que “sólo las frases de Jesús halladas en esta fuente sin validez son las que Pablo puede usar”? Pablo puede citar a Jesús cuando lo desee. Mientras ni él ni sus seguidores traten de darle a la gente la impresión de que las escrituras apoyan una supuesta cita como la de Hechos 20:35, no hay problema. “Desesperado intento” es un comentario valorativo. Dejemos que los observadores determinen quién tiene una posición cada vez más desesperada a medida que progresa el análisis.

(Parte 5)

Usted alega una contradicción entre Romanos 12:14 y Hechos 23:3, diciendo que la epístola revela que Pablo está ignorando su propio consejo. En Hechos, Pablo no está maldiciendo a Ananías; simplemente está presentando los hechos. Ananías está condenando injustamente a Pablo, y si no se corrige, Dios lo corregirá en algún momento.

Respuesta del Editor (Parte 5)

¿Qué dijo Pablo, S. B. J.? “Bendecid a los que os persiguen: bendecid y no maldigáis”. No dijo que era permisible cuando la denuncia estaba justificada. Dijo no maldigáis y punto. Pablo llamó a un hombre “pared blanqueada” y usted quisiera hacernos creer que esto no es maldecir, sino simplemente presentar los hechos. No estará queriendo decir que el hombre era realmente una pared blanqueada. Fue usted quien habló de abandonar la lógica.

(Parte 6)

Usted alega otra contradicción entre 1 Tesalonicenses 2:3 y 2 Corintios 12:16, pero no logra ver que en el segundo caso Pablo está hablando sarcásticamente. Aunque le parezca asombroso, ésta es también una suprema obra literaria y utliza poesía y muchos tonos literarios sutiles (sarcasmo, ira, humor, ironía).

Respuesta del Editor (Parte 6)

No hay razón alguna para suponer que Pablo habla sarcásticamente en 2 Corintios 12:16, aparte de sacarlo a uno del dilema. Usted aprecia mucho la versión New American Standard, S. B. J. Lea 2 Corintios 12:16, que dice: “… como soy astuto, os he tomado por engaño”. La frase es cierta o falsa. Si es cierta, Pablo se ha condenado a sí mismo y contradice lo dicho en 1 Tesalonicenses 2:3. Si es falsa, entonces mintió y sigue estando condenado. El poema no es la poesía y los tonos literarios sutiles. Es que una astuta figura religiosa cambia de conducta según le conviene.

(Parte 7)

En 1 Corintios 6:12 y 10:23 Pablo no se ve a sí mismo como su propia ley. Está tratando de explicar que nuestras decisiones sobre qué hacer en varias situaciones deben basarse siempre en lo que es mejor para las otras personas involucradas. Para alguien que no es cristiano (como usted), esto requeriría una extensa explicación, e incluso podría rechazarla o no entenderla. En consecuencia, no me molestaré en ofrecer esa explicación aquí.

Respuesta del Editor (Parte 7)

¿Cómo puede decir que “Pablo no se ve a sí mismo como su propia ley”? En 1 Corintios 6:12 dice dos veces: “Todas las cosas me son lícitas”. Si eso no significa que él es su propia ley, ¿entonces qué? No hay nada en ese verso o en la información que lo rodea que nos lleve a la conclusión de que Pablo quiere decir que las decisiones “deben basarse siempre en lo que es mejor para las otras personas involucradas”. Ni siquiera se menciona, explícita o implícitamente, el bienestar de los demás. Usted necesita leer más e interpretar menos. ¿No fue usted quien usó también la frase “desesperado intento por probar”? Tiene razón en decir que puedo rechazar su interpretación. No hay nada en este verso o su contexto que justifique su racionalización.

(Esta carta continuará en el próximo número.)

De K. E. H. en Sacramento, California (Parte 1)

Gracias por otro inspirador número de Fallas de la Biblia (…) Tuvo unos buenos argumentos en el Comentario de septiembre de 1983, pero varias de sus otras afirmaciones fueron más bien débiles. Me refiero al ítem a) del primer párrafo. En la traducción King James, creo que “ave” era un término más genérico que ahora; una expresión que se refería a casi cualquier variedad de criatura voladora. Y en los pasajes originales citados del Pentateuco sospecho que la palabra hebrea utilizada tenía la misma aplicación general.

Respuesta del Editor (Parte 1)

Apreciado K. E. H.: Siempre recibo bien la crítica constructiva, aunque a veces sea inexacta. El ítem a) del primer párrafo del número de septiembre de 1983 dijo correctamente que la Biblia considera el murciélago como un ave. La evidencia es clara. Levítico 11:13 dice: “Y de las aves, éstas tendréis en abominación”. El texto a continuación enumera diecinueve animales, todos los cuales son claramente aves, así que no hay duda de que aquí se refieren sólo a las aves. El problema surge del hecho de que el vigésimo, y sólo el vigésimo en la lista, no es un ave. El murciélago es un mamífero. Usted dijo “creo” y “sospecho”, pero nada en el texto lo justifica. ¿Hay evidencia confiable que justifique su sospecha, o sólo parece que ésta podría ser una explicación razonable? ¿Sabe de alguna traducción que tenga un texto significativamente diferente? Tenemos que guiarnos por lo que el texto dice, no por lo que nos parece razonable suponer que podría haber querido decir.

(Parte 2)

En cuando al ítem i), los apologetas fundamentalistas han insistido -y la Biblia dice muy claramente en Génesis 2:5-6- que el fenómeno de la lluvia no ocurrió antes del Diluvio. Por lo tanto, no había arco iris. Me sorprende que no supiera esto ya.

Respuesta del Editor (Parte 2)

En cuanto al ítem i), permítaseme repetir lo que dije: “El arco iris empezó a existir después de la lluvia y la luz del sol”. Génesis 9:13 lo corrobora: “Mi arco pondré en las nubes, el cual será por señal de convenio entre mí y la tierra”. Esta frase se pronunció después del Diluvio y la inundación. Está claro que la lluvia y la luz del sol existieron antes del primer arco iris. Génesis 2:5-6 no es relevante en realidad. Todo lo que dice es que todavía no había llovido. Nunca dije que había llovido antes del Diluvio. En el momento en que se escribió Génesis 2:5-6, pudo haber sido cierto. Pero eso no influye sobre lo que estamos debatiendo. La frase de Génesis 9:13 fue dicha después del Diluvio, después de que había llovido por 40 días, después de haber tenido lluvia y luz del sol.

(Parte 3)

Finalmente, en respuesta al primer ítem sobre Jesús en el párrafo 5 de su Comentario, puedo imaginar con facilidad a un apologeta que sugiera que un “espíritu mudo y sordo” es un espíritu que causa mudez y sordera, del mismo modo en que un virus de influenza causa la gripe.

Respuesta del Editor (Parte 3)

Con todo respeto, K. E. H., pienso que el texto mismo muestra que su interpretación es incorrecta. No creo que haya mucha duda de que Marcos 9:25-26 muestra que Jesús llama mudo y sordo al espíritu. No está causando mudez y sordera: está mudo y sordo.

(Parte 4)

A B. L. C. de Green Bay le beneficiaría leer algunos libros más acerca del Sudario de Turín. Existe, de hecho, abundante evidencia de que el sudario es una falsificación. El lino está en una condición demasiado buena para tener la edad que se le atribuye, está tejido en un complejo estilo de tres fibras cruzadas con agujeta que no se usaba en el siglo primero, la “sangre seca” tiene una sospechosa semejanza con pintura y es roja cuando debería ser parda, las partículas de polen impregnadas en la tela son ajenas a la Palestina del siglo primero a pesar de lo que se diga popularmente, y las pruebas químicas de las manchas no han revelado signos de hemoglobina sino una cantidad considerable de óxido de hierro, un ingrediente común de los pigmentos color tierra. Hay más datos, pero muchos han sido desacreditados o distorsionados por algunos de los científicos que han examinado el sudario. Le recomiendo a B. L. C. el excelente número de primavera de 1982 del Skeptical Inquirer, y el libro Inquest on the Shroud of Turin, por Joe Nichell, un excelente análisis de este pantanoso tema.

FALLAS DE LA BIBLIA 9

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 9
Septiembre de 1983

COMENTARIO

“CIENCIA” BÍBLICA

Por cientos de años, críticos y defensores han debatido la cuestión de si la Biblia tiene validez científica. Los creyentes han sostenido que el libro no sólo concuerda con la ciencia, sino que contiene varias afirmaciones adelantadas a su tiempo. Supuestamente, la Biblia tiene gran sabiduría científica y sólo ahora estamos empezando a descubrirlo. Los críticos como yo creemos que el peor enemigo de la Biblia es ella misma. Desde nuestra perspectiva, contiene afirmaciones más que suficientes para derribar cualquier calificativo de precisión científica. De hecho, muchas de ellas pertenecen claramente al terreno de la mitología y el folclor, mientras que otras son sencillamente falsas. Algunas son tan vagas que es difícil saber qué quieren decir, de modo que los creyentes, naturalmente, escogen la interpretación más científica. Quienes creen que la Biblia es científicamente exacta y más sabia que su época deben leer, digerir y recordar las siguientes afirmaciones que contiene:

a) El murciélago es un ave (Levítico 11:19, Deuteronomio 14:11, 18)
b) Hay aves con cuatro patas (Levítico 11:20-21)
c) Algunos insectos saltones tienen cuatro patas (Levítico 11:22-23)
d) Las liebres rumian (Levítico 11:6)
e) Los conejos rumian (Levítico 11:5)
f) Los camellos no tienen las pezuñas divididas (Levítico 11:4)
g) La Tierra fue formada por y en agua (2 Pedro 3:5)
h) La Tierra descansa sobre columnas (1 Samuel 2:8)
i) La Tierra no se mueve (1 Crónicas 16:30)
j) El arco iris empezó a existir después de la lluvia y la luz del sol (Génesis 9:13)
k) La semilla de mostaza es la más pequeña de todas las semillas y se convierte en la planta más grande (Mateo 13:31-32)
l) La Tierra tiene cuatro extremos (Job 37:3)
m) La Tierra tiene cuatro esquinas (Isaías 11:12, Apocalipsis 7:1)
n) Algunos cuadrúpedos vuelan (Levítico 11:21)
ñ) Los idiomas del mundo no evolucionaron, sino que aparecieron de repente (Génesis 11:6-9)
o) Un feto entiende cuando le hablan (Lucas 1:44)

Algunas frases son tan ambiguas que a menudo los apologetas pueden evadir esos dilemas usando racionalizaciones creativas. Como dijo Ingersoll: “Si el escritor santo usa términos generales, un teólogo ingenioso puede hacer armonizar una afirmación aparentemente ridícula con los hechos más sólidos.” (Ingersoll’s Works, Vol. 5, p. 37) Por ejemplo, Génesis 1:7-8 dice: “E hizo Dios la expansión, y apartó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión (…) Y llamó Dios a la expansión Cielos…” Notando la imposibilidad científica inherente a este relato, algunos apologetas tratan de representar la expansión como nada más que la atmósfera que separa las nubes húmedas de arriba de los océanos de abajo. Algunas afirmaciones bíblicas no sólo están erradas, sino que han sido fatales para sus seguidores. Por ejemplo, Marcos 16:17-18 dice: “Y estas señales seguirán á los que creyeren: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; quitarán serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les dañará…” No hay muchos cristianos dispuestos a beber venenos o manipular serpientes de cascabel para probar la exactitud de la Biblia, aunque algunos lo han intentado. Muchos han muerto porque confiaron en la recomendación bíblica de orar (Santiago 5:13-15: “Y la oración de fe salvará al enfermo”), queriendo evitar el error de Asa (2 Crónicas 16:12) de consultar a los médicos.
El aspecto anticientífico de las enseñanzas bíblicas también se manifiesta en que se habla de muchas criaturas mitológicas como si fueran reales. La manera como se describen y el contexto en que esto ocurre muestran que los escritores bíblicos pensaban que estos seres existían. Algunos de los ejemplos más claros son los basiliscos (Jeremías 8:17, Isaías 11:8, 59:5), unicornios (Deuteronomio 33:17, Salmo 22:21, 29:6, Job 39:9-10), sátiros (Isaías 34:14, 13:21), serpientes de fuego (Números 21:6) y serpientes voladoras (Isaías 14:29). Para terminar, hay que ver los centenares de milagros que hay en la Biblia. Tal vez ellos más que cualquier otra cosa prueban que la Biblia carece de validez científica. Por definición, los milagros tienen causas sobrenaturales y, por definición, la ciencia no trabaja con lo sobrenatural. Para evitar una discusión extensa sobre la existencia de los milagros, sólo diré que casi todos los científicos respetados niegan su existencia y atribuyen a todos los eventos una causa natural y material. Los creyentes nunca pueden mostrar un evento sobrenatural cuando se les pide uno. Invariablemente, los desafíos quedan sin respuesta. Cualquier libro que diga que una mujer se convirtió en sal (Génesis 19:26), que el sol regresó 10 grados en el reloj (2 Reyes 20:11) y que del mar salieron codornices (Números 11:31) va a tener serias dificultades para demostrar su precisión científica ante cualquier mente razonablemente científica. Uno recuerda el chiste sobre el niño de ocho años a quien su madre preguntó por lo que había aprendido en la escuela dominical:
“Pues bien”, dijo él, “el profesor nos contó sobre cuando Dios envió a Moisés tras las líneas enemigas para rescatar a los israelitas de los egipcios. Cuando llegaron al Mar Rojo, Moisés ordenó que los ingenieros construyeran un puente flotante. Luego de que cruzaron, todos se dieron la vuelta y vieron a los tanques egipcios aproximándose. Moisés llamó por radio al centro de operaciones para que enviaran bombarderos a volar el puente y salvar a los israelitas.”
“Bobby,” exclamó su madre, “¿de verdad así les contó la historia el profesor?”
“No exactamente, mamá, pero si te la dijera como él nunca la creerías.”
Casi todos los niños han oído sobre el Mar Rojo partido en dos, la ballena que se tragó a Jonás, la vara que se convirtió en serpiente, y la caminata de Jesús sobre el agua. De hecho, muchos comienzan su análisis crítico de la Biblia dudando de la autenticidad de estas historias. La lógica, la razón y el escepticismo van con una mentalidad científica, no con una de creencias y fe ciega.
En los últimos años, el conflicto entre la ciencia y la Biblia se ha vuelto especialmente pronunciado con respecto a la lucha entre el evolucionismo y el creacionismo. La batalla se ha venido luchando en varias formas: escuelas, bibliotecas, tribunales. Fallas de la Biblia no se involucrará porque el asunto no sólo es externo a la Biblia, sino también demasiado técnico para interesar a la mayoría. Pocos científicos y aún menos personas comunes entienden realmente los detalles de todas las ciencias involucradas en una discusión verdaderamente completa sobre la evolución. La paleontología, geología, biología, astronomía, arqueología, química y antropología son algunas de las disciplinas que uno debe comprender si desea proceder sabiamente. Sin embargo, es interesante cómo ha evolucionado la lucha entre la ciencia y la Biblia. Originalmente, los hallazgos científicos eran denunciados como mentiras blasfemas. Pero, a medida que la ciencia se ha expandido y la evidencia se ha acumulado, muchos apologetas han adoptado una posición más realista. Una y otra vez han reescrito la Biblia, cambiando frases literales a formas figurativas, o diciendo: “Lo que la Biblia quiso decir realmente fue…”. Por ejemplo, sostienen que los siete días de la creación no eran días reales, sino épocas; cuando la Biblia describe milagros no quiere dar a entender que existieron, sino que narra eventos en los que un trucos u otro mecanismo engañó a gente ingenua. Con su sabiduría característica, Ingersoll observó este lento cambio evolutivo: “La iglesia disputó cada paso, negó cada hecho, recurrió a cada estrategia que la astucia podía sugerir o el ingenio ejecutar, pero el conflicto no podía sostenerse. En cuanto concierne a la geología, la Biblia corría peligro de ser desterrada. Golpeada en campo abierto, la iglesia empezó a mentir, a evadir, y a dar nuevos significados a las palabras inspiradas. Finalmente, habiendo sido incapaces las falsedades de hacer armonizar las suposiciones de los bárbaros con los descubrimientos de los genios, los clérigos sugirieron que la Biblia no se había escrito para enseñar astronomía ni geología, y que no era un libro científico…” (Ingersoll’s Works, Vol. 11, p.220) “En los hechos concretos, la Biblia ha dejado de considerarse como un estándar. La ciencia ha logrado romper las cadenas de la teología. Hace pocos años, la ciencia buscaba demostrar que no era incompatible con la Biblia. Ahora las posiciones están invertidas: la religión está tratando de demostrar que la Biblia no es incompatible con la ciencia. El estándar ha cambiado.” (Ibid. Vol. 2, p. 242). “En otras palabras, el estándar ha cambiado: lo antiguo se mide según lo moderno; cuando una afirmación literal de la Biblia no concuerda con los descubrimientos modernos, no se cambian los descubrimientos, sino que se dan nuevos significados al relato antiguo. Ahora no tratamos de reconciliar la ciencia con la Biblia, sino la Biblia con la ciencia.” (Ibid. Vol. 8, p. 151). Sólo los fundamentalistas rígidos siguen tratando de borrar la escritura de la pared. En el quinto capítulo de Daniel, Belsasar no trató de borrar la escritura desagradable de la pared. Escuchó y obró en consecuencia. Uno pensaría que los creyentes aprenderían de esta experiencia. En resumen, la Biblia no es infalible en asuntos científicos. Muchas de sus frases reflejan la era en que se escribieron; los argumentos en contra son todos débiles.

JESÚS, EL FALSO MESÍAS

Como se ha dicho en números anteriores de Fallas de la Biblia, Jesús a menudo hizo aseveraciones y cometió actos que anulan cualquier posibilidad de que se proclamara Mesías. Vale la pena anotar más ejemplos como los siguientes. Marcos 9:25-26 dice: “…[Jesús] reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. Entonces el espíritu clamando y desgarrándole mucho, salió…”. La frase de Jesús es falsa, pues, si el espíritu era sordo, ¿cómo pudo haber oído a Jesús y salir? Si era mudo, ¿cómo pudo haber gritado? En Marcos 10:19 Jesús dijo: “Sabes los mandamientos: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre”. Jesús necesita volver a leer los Diez Mandamientos. No hay mandamiento en el Antiguo Testamento que ordene no defraudar. La única afirmación relevante al caso está en Levítico 19:13, que dice: “No oprimirás á tu prójimo, ni le robarás”. Ésta es una ley del Antiguo Testamento, pero no está enumerada entre los Diez Mandamientos. En Marcos 8:35, Jesús dijo: “…el que perdiere su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará”. ¿Cómo pudo haber dicho esto Jesús, cuando durante su vida no existía el evangelio? El evangelio no apareció sino después de su muerte.

RESEÑA

En algunas de sus obras apologéticas, Josh McDowell y Don Stewart dan respuestas comunes a quienes cuestionan las credenciales científicas de la Biblia: “La Biblia no es un texto científico. Su propósito no es explicar en términos técnicos los datos técnicos del mundo, sino explicar el propósito de Dios y su relación con el hombre, tratar con lo espiritual. No es de ningún modo un libro técnico para científicos. Las descripciones que la Biblia da sobre la naturaleza no son ni científicas ni anticientíficas, sino que están escritas con palabras que no son técnicas y a menudo son generales, de manera que hasta el lector común pueda seguir la idea. Esto no significa para nada que sus afirmaciones sean incorrectas”. (Answers to Tough Questions, p. 104) El problema con esta explicación es que es irrelevante. No importa si la Biblia es o no un texto científico o si su intención es o no ser una obra técnica. El hecho es que las afirmaciones científicas contenidas en ella son ciertas o son falsas. Son correctas o no lo son. Eso es todo lo que importa. Y cualquier libro que afirme que el murciélago es un ave y que algunas aves tienen cuatro patas está errado. No hay verdad alguna en la afirmación de que “Las descripciones que la Biblia da sobre la naturaleza no son ni científicas ni anticientíficas”. Definitivamente están en la esfera científica, y son falsas.
McDowell y Stewart prosiguen: “Las Escrituras no lanzan ideas fantasiosas sobre la ciencia y el mundo natural (…) Fue Tolomeo quien sugirió que la Tierra era plana. Nosotros reímos cuando leemos tales afirmaciones, pero en la Biblia no hay ideas absurdas como ésta” (Ibid. P. 105). Estos comentarios ni siquiera merecen respuesta. La Biblia está llena de milagros y comentarios científicos errados, como se muestra en el Comentario de este número.
En The Bible is a Scientific Book, el apologeta Gordon Lindsey no sólo defendió la Biblia, sino que aseveró: “La Biblia predijo los grandes inventos de nuestro día” (p. 8). Él sostiene que muchas afirmaciones bíblicas son sólo profecías de desarrollos científicos de los siglos XIX y XX. Por ejemplo, Lindsey sostiene que Isaías 31:5 predice que Jerusalén sería protegida por aviones, como ocurrió en 1917 y durante la guerra árabe-israelí de 1967. Isaías 31:5 dice: “Como las aves que vuelan, así amparará Jehová de los ejércitos a Jerusalén, amparando, librando, pasando, y salvando”. Pero varias partes del verso muestran que el “avión” del que se habla es Dios. La parte “como las aves que vuelan” se aplica a Dios mismo. Él pasará sobre Jerusalén para defenderla. No hay justificación para suponer una referencia a aviones. La frase “amparará Jehová” da a entender lo mismo. Dios es quien vuela y protege.
En la página 16, Lindsey dice: “Pedro, al citar Joel 2:30, parece referirse a la guerra atómica: ‘Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor de humo’ (Hechos 2:19). No requiere imaginación el ver que ésta es una excelente alusión a la guerra nuclear”. Al contrario, requiere mucha imaginación relacionar este verso con la guerra nuclear, pues cualquier guerra tiene sangre, fuego y humo. Lindsey sostiene que en Job 38:35 se predice la llegada de la radio: “¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Y ellos te dirán: Henos aquí?” Pero la radio no envía relámpagos o electricidad por el aire. Envía ondas de radio, y ellas no son electricidad ni relámpagos. Lindsey cita el Salmo 90:10 como evidencia de que la Biblia predijo una expectativa de vida de 70 años. El verso dice: “Los días de nuestra edad son setenta años; que si en los más robustos son ochenta años, con todo su fortaleza es molestia y trabajo; porque es cortado presto, y volamos”. Lindsey concluye: “Hace unos 3.500 años, Moisés (…) dijo que la vida de un hombre sería de 70 años (…) Es asombroso que Moisés, viviendo en una época en que la expectativa de vida había estado declinando con rapidez, hiciera esta afirmación. Ahora consulte usted su almanaque mundial, y verá que actualmente, luego de agotar todos los medios de la ciencia médica moderna, la longevidad es de 70,2 años. La ciencia, por mucho que trate, es incapaz de romper la barrera (…) Dios ha cortado la expectativa de vida humana a 70 años, y allí ha permanecido por 3.500 años. Otra prueba de la veracidad de las Sagradas Escrituras” (Ibid. p. 27-28). Quien esté buscando evidencia de por qué la Biblia y sus defensores deben mantenerse apartados de las aulas de ciencia sólo necesita observar este razonamiento. Es irremediablemente incorrecto. En primer lugar, en la mayoría de los países del mundo la expectativa de vida está bastante debajo de los 70 años. En India y Bangladesh, por ejemplo, la gente se considera vieja a los 50. Sólo los países más avanzados tienen expectativas de vida cercanas a los 70 años. Lindsey debería darse cuenta de que la mayoría de la gente no vive tanto como sus paisanos de Texas. Segundo, la expectativa de vida del estadounidense promedio no ha descendido hasta los 70,2 años desde 1965, así que cualquier afirmación en el sentido de que la ciencia ha alcanzado una barrera infranqueable es falsa. Tercero, la expectativa de vida humana no ha permanecido en los 70 años durante 3.500 años. Muy al contrario: las continuas mejoras en la medicina y la nutrición han generado un alargamiento constante de la expectativa de vida, y sólo recientemente ha llegado a 70 años en promedio. Un razonamiento tendencioso como el que muestra Lindsey sólo puede llevar a conclusiones erróneas.
En Biblical Difficulties, W. Arndt sostiene que la Biblia no habla de una Tierra plana en el Salmo 136:6 e Isaías 11:12, o que reposa sobre columnas en 1 Samuel 2:8. Luego de alegar que son sólo figuras retóricas del lenguaje poético, Arndt dice: “Si no pueden presentarse mejores argumentos que éstos contra la visión bíblica del mundo, la Biblia no tiene mucho que temer al respecto” (Ibid. p. 165). Para empezar, 1 Samuel 2:8 sí dice que la Tierra descansa sobre cuatro columnas, e Isaías 11:12 sí dice que la Tierra tiene cuatro esquinas. Es difícil ver cómo algo podría tener esquinas sin tener lados planos. Pero, si Arndt insiste en darles una interpretación figurada a estas frases imprecisas, que así sea. No son lo suficientemente definitivas como para que una de las partes tenga un argumento concluyente. Pero, ¿qué hay de los comentrarios que son definitivos? El libro de Levítico, por ejemplo, tal vez tenga más comentarios científicamente incorrectos que cualquier otro libro de la Biblia, pero Lindsey lo ignora por completo y Arndt apenas lo toca al pasar. En respuesta a Levítico 11:6, que dice que las liebres rumian, Arndt dice: “Es cierto que los naturalistas modernos afirman que [la liebre] no rumia en absoluto (…) pero sí mueve a veces la mandíbula en una forma que se ve como si rumiara (…) El comentario de que rumia debe tomarse fenoménica y no científicamente (…) Moisés habla de los animales según su apariencia, no con la precisión de un estudioso de anatomía comparada…” (Ibid. p. 119-120). El hecho es que el comentario es falso. Levítico 11:6 dice que las liebres rumian. Y en realidad no lo hacen. Hasta ahí va el asunto. Las racionalizaciones no van a venir al rescate.

CARTAS AL EDITOR

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De J. S. en Dayton, Ohio

[La edición de junio de 1983] me asombró. Nunca antes había visto nada parecido. Por supuesto, sabía que muchas personas habían escrito ensayos donde atacaban la creencia en la veracidad literal de las escrituras, incluso en libros, pero no imaginaba que había una publicación dedicada a proporcionar un foro que discutiera la validez de la Biblia. Tampoco había conocido u oído hablar de un escéptico (con pocas excepciones) que demostrara un conocimiento tan completo de ese libro. (…) Por años he esperado encontrar a alguien que entendiera mi posición religiosa. Casi todas las personas que conozco, sean creyentes, agnósticos o ateos, parecen compartir en su mayoría una característica común: el dogmatismo. Por supuesto, con los apologetas bíblicos esto es obvio. La mayoría de los agnósticos y ateos tienen el mismo problema, a pesar de que dicen rechazar los dogmas. Sin embargo, su agnosticismo es, en su mayor parte, una rebelión contra el adoctrinamiento religioso de sus padres, no el resultado de un pensamiento crítico. Creyentes e incrédulos por igual toman una posición y construyen argumentos para apoyar su posición. El pensador crítico debe seguir la ruta que indican los argumentos; el pensador dogmático ya sabe adónde quiere llegar, aunque tenga que atravesar la gimnasia verbal e intelectual más elaborada para alcanzarlo. Como señala Bertrand Russell en History of Western Philosophy: “Encontrar argumentos para una conclusión dada de antemano no es hacer filosofía, sino una súplica.”
La actitud que Russell critica no se muestra más claramente que en la orgía de quema y censura de libros que barre el país y se ha convertido en pasatiempo estadounidense. La tremenda amenaza de la derecha religiosa suele recibir buena publicidad; casi todos los días hay un artículo en el periódico sobre un colegio en Oklahoma que arroja treinta y dos copias de Slaughterhouse Five a la caldera, o un avivamiento que se jacta de tener una hoguera alimentada con los escritos de los ministros de Satanás (Voltaire, Russell, Satre, etc.). Lo que rara vez se reporta son las infracciones de la izquierda, como la vez cuando la Iglesia Unitaria quema ceremonialmente en el altar partes de la Biblia, el Corán y otras obras descritas como sexistas o racistas, quema que produce un efecto moralizante sobre la congregación (véase “Cuando la Gente Agradable Quema Libros” en el número de febrero de 1983 de The Progressive) Ésta es la verdadera lección que estas personas les enseñan a sus congregaciones (de derecha o izquierda): la forma de tratar con las ideas que no te gustan es quemarlas.
Me complace que Fallas de la Biblia dé una alternativa cuerda para esta locura: un debate racional abierto. Sólo desearía que algunos de sus suscriptores más apasionados fueran un poco menos emocionales y dogmáticos, y un poco más como usted. Me refiero específicamente a I refer specifically to the person from Richmond, Indiana (ver número de junio de 1983) que llama “libro horrible” a la Biblia (una referencia algo sorprendente en vista de su ocasional defensa de la importancia del amor mutuo) y reconoce no haberla leído, a la vez que sostiene su falsedad. En realidad, le alegra haber encontrado argumentos racionales para una posición que tomó hace tiempo sin usar la razón: “Dejaré que usted haga todo el trabajo y yo tendré los debates con mis amigos cristianos. Éste es exactamente el combustible que necesitaba”. Y un paisano mío escribe: “Puedo ir a una librería cristiana y comprar todos los folletos que me interese quemar…” (ver número de junio de 1983). Supongo que todo lo que usted puede hacer es ser un buen ejemplo y evitar la agresividad. Pienso que la gran mayoría de sus lectores lo respeta mucho, y tendrán más interés en la verdad que en ganar una discusión. Hasta ahora parece haber hecho un buen trabajo al respecto.

Respuesta del Editor

Apreciado J. S.: Demuestra usted una altísima sabiduría para su edad. Aunque muchos de sus comentarios se salen de la Biblia misma, lo que sobrepasa el campo de acción normal de esta publicación, me gustaría responder a algunos de sus puntos más sobresalientes. Primero, su desdén por la quema de libros está bien fundado. La respuesta que Fallas de la Biblia tiene para esa actividad es no sólo no quemar los escritos de la oposición, sino imprimirlos. Segundo, su descripción de Fallas de la Biblia como un foro de debate racional abierto es exacta. Es un foro para las dos partes, no un podio o púlpito para una sola. Tercero, Fallas de la Biblia no siempre concuerda con las opiniones expresadas en las cartas al editor. Se imprimen porque son pensamientos interesantes, no santas escrituras. Por último, aunque Fallas de la Biblia evita la agresividad y los insultos, no faltan para nada en las cartas que recibimos. Cuando se publican, Fallas de la Biblia no se une al lenguaje que utilizan. Hace falta decir mucho acerca de la Biblia como para dedicarnos a algo distinto del análisis objetivo y desapasionado. Sin embargo, si algunos lectores desean expresarse más gráficamente, están en su derecho.

De B. L. C. en Green Bay, Wisconsin

Dennis: Después de leer cuidadosamente el número de junio, puedo decir que su trabajo me parece fascinante e inspirador. Me gustaría saber si su publicación se extiende hasta incluir el debate sobre la autenticidad del Sudario de Turín. A partir de lo que he leído, el Sudario parece dar pruebas claras de que (a) Jesucristo sí existió, (b) fue crucificado en la manera que describe el Antiguo Testamento, y (c) en especial, la única forma en que pudo haberse proyectado la imagen a la tela parece haber sido una radiación instantánea que brotó del cuerpo. Al parecer, muchos científicos que examinaron el Sudario en 1978 se niegan a admitirlo porque no lo pueden repetir en un laboratorio y porque el método científico excluye la posibilidad de un ser sobrenatural. [Esta carta concluye diciendo que la evidencia científica apoya la resurrección de Jesús y citando Verdict on the Shroud, en el que dos científicos afirman que “la probablidad de que el hombre del sudario no sea Jesucristo es una en 82.944.000”.]

Respuesta del Editor

Apreciado B. L. C.: Luego de un completo y profundo análisis científico sobre el asunto, dos ardientes defensores de la Biblia concluyeron: “La evidencia hasta ahora no da ningún apoyo a la autenticidad del Sudario como las ropas funerarias de Cristo” (Answers to Tough Questions, por McDowell and Stewart, p. 169). A mí también me parece difícil creer que puedan hallarse rastros que conecten esta tela a una persona específica de hace 2.000 años. No puedo evitar sentir que la probabilidad es una en 82.944.000 de que sea la mortaja de Jesucristo. En cualquier caso, el tema es externo a la Biblia y al terreno de esta publicación. No tratamos temas extrabíblicos en profundidad a menos que sea inevitable. No puede hacerse un estudio eficaz de la Biblia basándose en asuntos de esta naturaleza. Uno debe quedarse adentro. Las discusiones extrabíblicas suelen volverse más entretenidas que informativas o convincentes.

FALLAS DE LA BIBLIA 8

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 8
Agosto de 1983

COMENTARIO

LA ESCLAVITUD

The Indianapolis Star, uno de los periódicos más conservadores de los Estados Unidos, siempre ha impreso una cita de 2 Corintios 3:17 (“Donde hay el Espíritu del Señor, allí hay libertad”) en la portada de cada uno de sus ejemplares. Pero, si la Biblia fuera, como dicen los apologetas, la Palabra de Dios, sería difícil encontrar un comentario más alejado de los hechos. Todos los versos que siguen muestran que el dios bíblico autorizó y, de hecho, instituyó la esclavitud, la ausencia de libertad: “Entonces tomarás una lesna, y horadarás su oreja junto a la puerta, y será tu siervo para siempre: así también harás a tu criada”. (Deuteronomio 15:17) (Para minimizar el apoyo bíblico a la esclavitud, algunas traducciones dicen “sirviente” en vez de “esclavo” en éste y otros versos; algunos traductores usan términos más suaves. Cualquier autoridad versada sabe que aquí se está hablando de esclavos, y varias versiones, como la Traducción del Nuevo Mundo y la Living Bible, son lo bastante honestas como para admitirlo.)
Pero continuemos: “Así tu siervo como tu sierva que tuvieres, serán de las gentes que están en vuestro alrededor: de ellos compraréis siervos y siervas. También compraréis de los hijos de los forasteros que viven entre vosotros, y de los que del linaje de ellos son nacidos en vuestra tierra, que están con vosotros; los cuales tendréis por posesión: Y los poseeréis por juro de heredad para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria; para siempre os serviréis de ellos; empero en vuestros hermanos los hijos de Israel, no os enseñorearéis cada uno sobre su hermano con dureza.” (Levítico 25:44-46) “Y si alguno hiriere a su siervo o a su sierva con palo, y muriere bajo de su mano, será castigado: Mas si durare por un día o dos, no será castigado, porque su dinero es.”  (Éxodo 21:20-21) “Y venderé vuestros hijos y vuestras hijas en la mano de los hijos de Judá, y ellos los venderán a los Sabeos, nación apartada; porque Jehová ha hablado.” (Joel 3:8) (Ver también: Éxodo 21:2-6, Deuteronomio 15:12, 28:68, Jeremías 27:8, 12.)
Los apologetas han tratado de matizar la situación alegando que estos versos provenían del Dios del Antiguo Testamento y sus leyes, mientras que el Dios del Nuevo Testamento se supone lleno de amor, libertad y compasión. Si es así, alguien se olvidó de informarles a Pedro y Pablo. Éste dijo: “Siervos, obedeced a vuestros amos según la carne con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; No sirviendo al ojo, como los que agradan a los hombres; sino como siervos de Cristo, haciendo de ánimo la voluntad de Dios; Sirviendo con buena voluntad, como al Señor, y no a los hombres.” (Efesios 6:5-7) “Todos los que están debajo del yugo de servidumbre, tengan a sus señores por dignos de toda honra, por que no sea blasfemado el nombre del Señor y la doctrina.”  (1 Timoteo 6:1) “Siervos, obedeced en todo a vuestros amos carnales, no sirviendo al ojo, como los que agradan a los hombres, sino con sencillez de corazón, temiendo a Dios.” (Colosenses 3:22) “Exhorta a los siervos a que sean sujetos a sus señores, que agraden en todo, no respondones…” (Tito 2:9).” Pablo no sólo autoriza la esclavitud, sino que iguala el servir al amo con el servir a Dios. Servir fielmente al uno es servir fielmente al otro. Pedro coincide con Pablo: “Siervos, sed sujetos con todo temor a vuestros amos; no solamente a los buenos y humanos, sino también a los rigurosos (…) Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas.” (1 Pedro 2:18,21) De acuerdo con la Biblia, es claro que el espíritu del Señor tiene poco que ver con la libertad. Si fueran inseparables, Dios no estaría defendiendo a los dueños de esclavos. Los líderes confederados de la guerra civil estadounidense tenían bastante razón al sostener que la Biblia apoyaba la esclavitud: “… Que el caballero busque en Revelación aprender el decreto de Dios; que busque en la Biblia (…) he dicho que en la Biblia la esclavitud se permite, se autoriza, se regula y se reconoce desde Génesis hasta Revelación (…) la esclavitud existía en las épocas más antiguas, y entre el pueblo escogido de Dios; y en Revelación se nos dice que existirá hasta que llegue el fin de los días. Uno la hallará en el Antiguo y Nuevo Testamento, en las profecías, en los salmos, en las epístolas de Pablo; la hallará reconocida, autorizada en todas partes.” (Jefferson Davis by Rowland, Vol. I, p. 316-17) El conocido reverendo Alexander Campbell sostuvo: “no hay ni un verso en la Biblia que prohíba la esclavitud, pero sí muchos que la reglamentan. Concluimos, por tanto, que no es inmoral”. Sin embargo, el apoyo bíblico no justifica nada. La esclavitud no era más correcta en el año 2000 A.C. que en 2000 D.C. La moralidad no ha cambiado tanto, a pesar de las diferencias de cultura y época.

LAS MUJERES

Cualquier discusión sobre la esclavitud y la Biblia estaría incompleta si se omitiera el papel que la Biblia les señala a las mujeres. En el Antiguo y Nuevo Testamento se les asigna a las mujeres una posición no muy diferente de la que tiene la servidumbre doméstica. Su estatus es degradante, debilitante, y totalmente incompatible con el respeto y confianza en uno mismo. A excepción de María, Eva, Rut, Sara, Raquel y algunas figuras menores, pocas mujeres de la Biblia tienen papeles significativos, y menos aún son dignas de imitación. A Eva, por ejemplo, se le culpa por crear el pecado original. La Biblia dice: “Porque Adán fue formado el primero, después Eva; Y Adam no fue engañado, sino la mujer, siendo seducida, vino a ser envuelta en transgresión.” (1 Timoteo 2:13-14) ¿Sorprende acaso que los grupos feministas se opongan a este relato? Con su acostumbrada astucia, Ingersoll anotó una vez: “… casi todas las religiones han explicado la perversión de este mundo con el crimen de una mujer. ¡Vaya galantería! Y si es cierto, yo prefiero vivir con la mujer que amo en un mundo lleno de problemas, en vez de vivir en el cielo rodeado de sólo hombres.” (Ingersoll’s Works, Vol. I, p.358) Uno de los dilemas más tristes y desconcertantes que uno pueda experimentar en la sociedad moderna es el enfrentarse con mujeres que creen y defienden con firmeza un libro que tan claramente les asigna un estatus degradante de servidumbre. ¿Cómo se acerca uno a quienes están defendiendo una filosofía tan completamente opuesta a sus propios intereses? En términos comunes, la Biblia es sexista y está llena de supremacía masculina, como muestran muy bien los siguientes versos: “… y a tu marido será tu deseo, y él se enseñoreará de ti.” (Génesis 3:16) “Mas quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón; y el varón es la cabeza de la mujer…” (1 Corintios 11:3) “Porque tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.” (1 Corintios 11:9) “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor. Porque el marido es cabeza de la mujer (…) Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.” (Efesios 5:22-24) Quien desee más pruebas, que lea: Deuteronomio 21:10-14, 24:1-4, Jueces 5:30, Ester 1:20-22, Romanos 7:2, Colosenses 3:18, Tito 2:4-5, 1 Pedro 3:1, Levítico 12:2, 5, Génesis 3:20.
Si éstos no son suficientes, hay más. La evidencia es abrumadora. Los apologetas tratan de suavizar todo este asunto, pero los hechos son tercos. No sólo Pablo: toda la Biblia es culpable. No sorprende que la feminista Elizabeth Cady Stanton haya dicho una vez: “La Biblia y la Iglesia han sido las mayores piedras de tropiezo en el camino de la emancipación de las mujeres.” (Free Thought Magazine, Vol. 14, 1896) “No conozco otro libro que enseñe de forma tan completa la sujeción y degradación de las mujeres.” (Eight Years and More, Elizabeth C. Stanton, p. 395) Insuperable, Ingersoll de nuevo mostró su sabiduría al decir: “… [La Biblia] no es amiga de la mujer. Ésta hallará que los escritores de ese libro, en su mayor parte, hablan de la mujer como una pobre bestia de carga, una sierva, una obrera, una especie de mal necesario: como simple propiedad.” (Ingersoll’s Works, Vol. 12, p.43) “Mientras la mujer vea la Biblia como su declaración de derechos, será esclava del hombre. Entre sus páginas no hay más que humillación y vergüenza para ella. Se la considera como propiedad del hombre (…) ella está tan debajo del hombre como él lo está debajo de Cristo.” (Ingersoll’s Works, Vol. I, p. 396).” Tal vez George Foote hizo el comentario más agudo de todos: “La mujer puede enorgullecerse de no haber contribuido jamás una sola línea a la Biblia.”
Para terminar, debe anotarse que la Biblia autoriza el sometimiento de las mujeres mucho más que el de los negros. De hecho, aunque muchos versos aceptan la esclavitud, ninguno prescribe de forma clara el dominio blanco sobre los negros.

AL TRATAR CON LOS APOLOGETAS

Aunque esta publicación rara vez se sale de la Biblia para hacer observaciones, es hora de una excepción ocasional. Por años he notado las diferentes filosofías empleadas por quienes buscan tratar con los defensores de la Biblia. En general, pueden agruparse en nueve categorías amplias, con ciertos traslapos. Vale la pena mencionarlas:
El primer enfoque involucra ridiculizar a los creyentes con burlas y preguntas como: “Ciertamente no cree usted que a Jonás se lo tragó una ballena, que un burro habló, o que una vara se convirtió en serpiente. ¡Cuán infantil!”.
Un segundo enfoque involucra tratar de alterar sus creencias despreciando la Biblia y compadeciendo profundamente a sus defensores. El problema con esta táctica es que los creyentes responden igual.
El “corazón sangrante” es la esencia del tercer enfoque, o al menos es la etiqueta que le aplican los defensores de la Biblia. Con esta táctica se hacen comentarios como: “¿Cómo puede usted apoyar, defender y promover un libro que tiene tanta sangre, muerte e inmoralidad?”. A esto la respuesta más obvia y común es: “Así es la vida, amigo mío. La Biblia habla sobre el mundo real”.
Un cuarto enfoque tampoco es especialmente efectivo. Los críticos de la Biblia dicen, por ejemplo: “¿Cómo puede usted apoyar la pena de muerte, cuando la Biblia ordena: ‘No matarás’?”. O: “¿Cómo puede defender la guerra, cuando la Biblia dice: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’?”. La Biblia es especialmente apta para esta clase de críticas. Todos han oído la conocida frase de que con la Biblia puede probarse cualquier cosa. “… la Biblia no decide nada, porque decide en todas las direcciones, y en la dirección en que uno escoja.” (The Age of Reason, Thomas Paine, p. 196) “A menudo se ha dicho que con la Biblia puede probarse cualquier cosa.” (The Age of Reason, Paine, p. 89) Fácilmente uno puede hallar versos que apoyan la pena de muerte y la guerra. El asunto es que es difícil dispararle a la Biblia desde la distancia y esperar dar en el blanco. Cuanto más incoherente es un libro, más capaz es de resistir esta táctica, y para ello ningún libro está mejor calificado que la Biblia. Es realmente única en esto.
La precisión científica es la esencia de la quinta táctica. Los críticos de la Biblia tratan de acumular tantos datos para refutar narraciones como la creación y el diluvio que sus oponentes quedan abrumados. Sin duda alguna, esa información existe, pero los apologetas también tienen sus “científicos”. La Creation Research Society de California, por ejemplo, se enorgullece de tener 100 miembros con diplomas científicos. Más importante aún: cualquier táctica que dependa de evidencia extrabíblica para refutar la Biblia está condenada a fracasar. Un aspecto fundamental de la mentalidad creyente es que no importa qué información les pueda dar uno ni qué pueda mostrar esa información: si contradice al libro, es falso y punto.
El centro del sexto enfoque para enfrentar a los defensores de la Biblia es ofrecerles una alternativa. El humanismo, ateísmo, agnosticismo, escepticismo, etcétera, proporcionan un enfoque muchísimo más racional sobre la Biblia. Pero, ¿por qué aceptarían los creyentes otra visión sobre las escrituras, cuando están convencidos de que ya poseen la verdad? ¿Por qué alguien abandonaría el plan A para tomar el plan B, cuando nunca se le ha mostrado que el plan A está mal?
Un séptimo enfoque implica una filosofía de “vive y deja vivir”, algo así como: “Si no los puedo cambiar, entonces sólo ignoraré sus absurdos”. La falla fatal de este enfoque es que ellos no van a responder igual. Los creyentes, como los del grupo “Mayoría Moral”, dedican constantemente grandes cantidades de tiempo, dinero, esfuerzo y personal para inyectar su filosofía en las escuelas, las leyes, los tribunales, las agencias sociales, etcétera. Puede que uno quiera dejarlos en paz, pero quienes han tenido relación con los asuntos actuales entre Iglesia y Estado saben que sus ataques son interminables. Uno lucha y protege, o pierde y sucumbe. Sin importar lo que hagamos, no nos van a dejar en paz. Su impulso evangélico es incesante. Ingersoll dijo muy bien: “Las iglesias están convirtiéndose en organizaciones políticas (…) Probablemente no pasará mucho tiempo antes de que las iglesias estén divididas sobre los asuntos políticos tan agudamente como lo están sobre las cuestiones teológicas; y cuando llegue ese día, si no hay suficientes liberales para retener el balance de poder, este gobierno será destruido. La libertad del hombre no está segura en las manos de ninguna iglesia. Cuando la Biblia y la espada son compañeras, el hombre es un esclavo.” (Ingersoll’s Works, Vol. 2, p. ) Ingersoll ha probado ser un profeta, pues ese día ya ha llegado.
Un octavo enfoque, aceptado por quienes reconocen la debilidad del séptimo, está en hacer interminables batallas legales en las cortes por medio de decisiones constitucionales y presión popular. Sin duda, si uno no puede cambiar la opinión del adversario o debilitar su determinación, ésta es una alternativa viable.
Una estrategia final es intentar resolver las dificultades de la sexta. Si los defensores de la Biblia no van a aceptar una alternativa hasta que primero descubran que aquélla no es inspirada, es lógico que primero se les deban mostrar sus debilidades. Fallas de la Biblia se creó para llenar esta necesidad, para revelar la verdad cruda sobre los defectos de la Biblia. Rara vez busca evidencias extrabíblicas, no apela a las emociones del corazón, no tira piedras desde la distancia, no propone una alternativa, no se burla de la Biblia ni de sus creyentes, no ignora a los defensores de la Biblia ni actúa como si no fueran una fuerza significativa en la sociedad, no desdeña a sus adversarios con lástima ni rencor y, como no cuenta con recursos, no va a los tribunales. En lugar de todo eso, Fallas de la Biblia se queda en el libro, hace comparaciones y saca conclusiones. Busca conocer la Biblia y trabajar con los apologetas en su propio terreno. Opera sobre el principio de que dentro del libro existen datos más que suficientes para minar sus bases. Sin embargo, el problema irresoluble de este enfoque, o de cualquier estrategia que utilice la razón, es qué hacer con quienes dicen: “Mi decisión ya está tomada; no me confunda mostrándome los hechos”. ¿Qué hace uno con la gente que no quiere entrar en ninguna discusión crítica de la Biblia, que tiene la mente cerrada? Cuando Jesús toma el control, muchos parecen entrar en otra realidad, que no es tanto la dimensión desconocida como una de ignorancia absoluta.

PABLO, EL DISCÍPULO ENGAÑOSO

Ninguna discusión sobre actividades engañosas de los personajes bíblicos estaría completa sin un análisis extenso de Pablo. Si Pablo escribió realmente las Epístolas, entonces nadie, aparte de Jesús, ha tenido una mayor influencia en el desarrollo del cristianismo. Pero su tendencia a operar según conveniencias era insuperable. A menudo mintió, hizo citas erróneas y probó ser indigno de confianza. Los siguientes ejemplos son sólo una fracción de los que hay disponibles. En 1 Corintios 2:8, Pablo dijo: “La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria”. ¿Qué príncipes crucificaron a Jesús? Lo mataron una turba y varios soldados. En Colosenses 1:23, Pablo dijo: “… la esperanza del evangelio que habéis oído; el cual es predicado a toda criatura que está debajo del cielo; del cual yo Pablo soy hecho ministro”. Por favor, Pablo. Nunca se ha anunciado el evangelio a todas las personas del mundo. De hecho, millones han nacido y muerto sin haber tenido nada que ver con la Biblia. Una de las mayores citas erradas de Pablo se encuentra en Hechos 20:35, donde dice: “… es necesario sobrellevar a los enfermos, y tener presente las palabras del Señor Jesús, el cual dijo: Más bienaventurada cosa es dar que recibir”. Jesús no dijo eso en ninguna parte del Nuevo Testamento. La oratoria de Pablo parece haberlo abandonado.
Como Jesús, Pablo solía ignorar sus propias recomendaciones. Por ejemplo, en Romanos 12:14 dijo: “Bendecid a los que os persiguen: bendecid y no maldigáis”. Pero en Hechos 23:3 atacó a alguien diciéndole: “Dios ha de herirte, pared blanqueada”. En 1 Tesalonicences 2:3, Pablo dijo: “Porque nuestra exhortación no fue de error, ni de inmundicia, ni por engaño”. Pero en 2 Corintios 12:16 dijo: “… como soy astuto, os he tomado por engaño”. En 1 Corintios 6:12 y 10:23 Pablo dijo: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen”. Pablo, el supuestamente moral, se ve a sí mismo como su propia ley. Otro problema se encuentra en 1 Corintios 15:5, donde Paul dijo: “… [Y Jesús] apareció a Cefas, y después a los doce”. De ser cierto, significaría que había 13 apóstoles, a menos que Cefas (Pedro) no lo hubiera sido. En 1 Corintios 10:8 Pablo se refirió a una plaga descrita en el libro de Números: “… y cayeron en un día veintitrés mil”. Pero Números 25:9 dice claramente que el número fue 24.000: “Y murieron de aquella mortandad veinticuatro mil”. En el futuro diremos más sobre los defectos de Pablo.

RESEÑA

En The Bible Has the Answer, el apologeta Henry Morris de la Creation Research Society de San Diego, California, trató de justificar el papel que la Biblia les asigna a las mujeres. Sin desperdiciar palabras, fue al grano y encaró el asunto desde el principio: “Algunos llegan al extremo de acusar a la Biblia de perpetuar el sometimiento de las mujeres por sus enseñanzas arcaicas. Esta desafortunada acusación es irónica, pues sólo la Biblia ofrece la verdadera libertad para las mujeres o los hombres. Mientras que las culturas paganas contemporáneas del Israel del Antiguo Testamento trataban a las mujeres como la forma más baja de bienes muebles, la Biblia exalta a las mujeres que hallaron su realización de varias maneras. Por ejemplo, la vida de Ana se centra en su familia (1 Samuel 1-2); Miriam fue una excelente profetisa (Éxodo 15:20); Débora alcanzó la grandeza como jueza, líder militar y poetisa (Jueces 5); Ester guió exitosamente a su pueblo a través de intrigas y conspiraciones políticas (Ester 4-7); y Noemí y Rut vendieron bienes raíces (Rut 4:3-9). Las mujeres ayudaron en la defensa de Tebes: una mujer anónima cambió el curso de la batalla contra el malvado agresor Abimelec (Jueces 9:50-55).” (The Bible has the Answer, Henry Morris, p. 239-240).
La debilidad de la posición de Morris está en que las personas seleccionadas no sólo tienen roles menores en el esquema bíblico de cosas, sino que se han representado de manera inexacta. Las descripciones bíblicas relacionadas con ellas no las exaltan; meramente describen sus acciones. Ana era una sierva. No fue exaltada: simplemente quiso quedar embarazada. Miriam no profetizó nada; sólo tocó la pandereta y cantó. Débora fue jueza, pero en ningún lado dice que haya sido algo fuera de lo ordinario. Tampoco fue líder militar; se limitó a darle un consejo a uno que sí lo era. El papel de Ester se parece más al de una protagonista de telenovela que al de la líder de su pueblo. Noemí no sólo vendió bienes raíces, ¡sino también a Rut! (Aquí Morris escogió un ejemplo excepcionalmente pobre.) Y la mujer anónima simplemente mató al general que atacaba; no cambió el curso de la batalla, como Sansón con su quijada.
La desesperación en los ejemplos de Morris sólo señala la patética representación que la Biblia hace de las mujeres. Dos de las mujeres bíblicas más famosas, Eva y María, no reciben ningún papel protagónico. A Eva se le concede la distinción de haber introducido al pecado en el mundo, difícilmente un modelo a seguir, mientras que María fue poco más que el mecanismo para la llegada de Jesús. Como mostró el Comentario de este número, no hay base alguna para la afirmación de Morris de que “sólo la Biblia ofrece la verdadera libertad para las mujeres”. En realidad, la evidencia prueba claramente lo opuesto. ¿Puede mostrar un solo verso bíblico que exalte la feminidad por sí misma, es decir, sin hacer que el mérito dependa de ejecutar una acción servil?
Morris prosigue: “Es más: no hay distinciones de sexo con respecto a la salvación por fe en Cristo o la posición de uno delante de Dios.” (Ibid. p. 240) Aunque la Biblia no parece hacer distinciones entre hombres y mujeres en cuanto a quién se “salva”, es claro que sí distingue las posiciones de cada sexo delante de Dios. Morris intenta aminorar la fuerza del mandato de Pablo al citar 1 Corintios 11:3 y decir: “Dentro del hogar cristiano, el hombre es cabeza de la mujer”. (Ibid. p. 240) Pero 1 Corintios 11:3 no dice nada sobre un hogar, cristiano o de cualquier tipo. La superioridad masculina no se restringe al hogar; los hombres son superiores, según muestra el verso mismo: “Mas quiero que sepáis, que Cristo es la cabeza de todo varón; y el varón es la cabeza de la mujer; y Dios la cabeza de Cristo”.
Morris prosigue diciendo: “Pero el esposo viola la enseñanza bíblica si trata a su esposa como inferior” (Ibid. p.240) y dice que esto se encuentra en 1 Corintios 11:11-12. En realidad, estos versos sólo dicen que el hombre nace de la mujer; en ninguna parte se le dice que no la trate como inferior. La apologética de Morris continúa de forma reveladora: “La esposa no tiene una posición menos importante ni menos exaltada que la del esposo, pero su posición no es la de cabeza del hogar. En las Escrituras, la sujeción no llega la connotación de inferioridad.” (Ibid. p. 240) ¿Cómo la sujeción podría no significar inferioridad? Para probar su argumento, Morris cita Efesios 5:22-25, ¡que prueba precisamente lo contrario! Las esposas deben someterse a sus esposos: “el marido es cabeza de la mujer”, lo que claramente la pone en una posición inferior. A continuación, Morris mueve su apologética hacia otra defensa con: “Como en el hogar, también es en la iglesia local las mujeres tienen un papel identificable.” (Ibid. p. 240) Ese papel no representa gran cosa, según nos dice 1 Corintios 14:34: “Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar”. Morris atribuye su marginación a la maldad de Eva: “La prohibición de que las mujeres tomen el liderazgo de la iglesia parece venir como resultado judicial de la complicidad de Eva en el primer pecado en Edén”. (Ibid. p. 241) En otras palabras, se les niegan posiciones de liderazgo a las mujeres hoy por causa de lo que Eva hizo hace años. Se castigan inocentes por los actos remotos de un antepasado.
Cambiando otra vez de tema, Morris afirma: “Algunos hasta han llamado a Pablo un sexista anticuado, y han dado a entender que sus enseñanzas sobre el papel de las mujeres reflejan su propia inseguridad y desinformación sexuales. Obviamente, quienes hacen tales acusaciones tienen una pésima opinión de las Escrituras.” (Ibid. p. 241) Sin importar lo que los críticos puedan opinar de las escrituras, ¿dónde se equivoca su análisis? A menos que Morris tenga evidencia que se oponga, no debe rechazar la cuestión. Podría ser cierta.
Morris concluye su defensa con un comentario que no merece tomarse en serio: “La Biblia no les prohíbe a las mujeres gozar de iguales oportunidades legales, sociales o económicas, ni tampoco les exige a las mujeres cristianas someterse a todos los hombres.” (Ibid. p. 242) A esto sólo se puede contestar: No sea absurdo; por supuesto que lo hace. “… las mujeres deben sentirse perfectamente libres de tomar posiciones de autoridad sobre los hombres en contextos profesionales, empresariales o sociales.” (Ibid.) Antes de decir esto, Morris debería haber leído 1 Timoteo 2:12, que dice: “Porque no permito a la mujer enseñar, ni tomar autoridad sobre el hombre, sino estar en silencio”. Casi todos los puntos de la defensa de Morris se oponen directamente a las enseñanzas bíblicas.

FALLAS DE LA BIBLIA 7

FALLAS DE LA BIBLIA
por Dennis McKinsey

Número 7
Julio de 1983

COMENTARIO

EL PECADO ORIGINAL

En el quinto capítulo de Romanos, Pablo creó un concepto, el pecado original, que es crucial para el cristianismo. Según él, la humanidad está bajo una maldición por causa del error de Adán en el jardín de Edén. “… así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó a todos los hombres, pues que todos pecaron (Romanos  5:12).” “Porque así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados (1 Corintios 15:22).” (Ver también Romanos 5:17-19). Sin embargo, a pesar de las afirmaciones de Pablo, es difícil ver cómo las condenas pronunciadas sobre Adán, Eva y la serpiente en el capítulo tercero de Génesis (Génesis  3:14-19) hubieran condenado a toda la humanidad a un castigo eterno. El relato no apoya la interpretación de Pablo. Génesis 3:14, por ejemplo, dice: “Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida”. Claramente, esto no pone ninguna maldición sobre Adán y no afecta materialmente a la serpiente. ¿Cómo se movía antes la serpiente, si no era arrastrándose? Es difícil imaginar una serpiente de pie o una que coma polvo. Incluso si hubiera tenido patas, la alteración es ajena al asunto. Lo que importa es la maldición que cae sobre Adán.
Génesis 3:15 dice: “Y enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” Estas maldiciones suenan graves, pero tienen poco peso por varias razones. En primer lugar, la serpiente, es decir, el diablo, no tuvo descendientes. Según el cristianismo, la batalla entre el bien y el mal es entre el diablo y todos los demás. Nada se dice sobre los hijos del diablo. Segundo, si “la mujer” es Eva, su simiente podría ser cualquier persona que haya vivido. ¿Por cuál razonamiento dice Pablo que este verso se refiere a un individuo específico, Jesús, que vivió siglos después en otro lugar del mundo? Si “su simiente” no se refiere a una persona, se refiere a todos los descendientes de Eva, así que, ¿a quién se refiere? Tercero, el asunto se enturbia más aún por el uso del término “su semilla” o “su simiente” en varias versiones bíblicas, y la semilla o simiente tiene siempre un significado plural en el Antiguo Testamento. Nunca se utiliza para referirse a una sola persona, como Jesús. Y, por último, esta descendencia no pudo haber sido Jesús, como sostiene Pablo, pues Jesús nunca le aplastó la cabeza a Satanás. Si lo hubiera hecho, ¿cómo podría haber todavía pecadores, y cómo podría la serpiente seguir haciendo daño? Romanos 16:20 (“Y el Dios de paz quebrantará presto a Satanás debajo de vuestros pies”) y 1 Tesalonicenses 2:18 (“Por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo a la verdad, una vez y otra; mas Satanás nos estorbó”) muestran que, incluso después de la muerte de Jesús, Satanás seguía viviendo y ejerciendo control sobre la gente. Lo mejor que pueden hacer los cristianos con este problema es decir que Jesús destruirá a Satanás cuando regrese. Sin embargo, suponer su regreso es pura especulación basada en esperanzas y promesas.
Génesis 3:16 dice: “A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera tus dolores y tus preñeces; con dolor parirás los hijos; y a tu marido será tu deseo, y él se enseñoreará de ti.” Incluso si este verso fuera cierto, no marcaría el inicio del pecado original. Solamente explica por qué las mujeres sienten dolor durante el parto y han sido dominadas por los hombres. “A tu marido será tu deseo” no suena como maldición ni como castigo.
Génesis 3:17 dice: “Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo, No comerás de él; maldita será la tierra por ti; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida” Este verso no hace más que condenar al hombre a trabajar para vivir y maldecir el suelo donde trabaja.
Génesis 3:18 dice: “Espinos y cardos te producirá, y comerás hierba del campo.” De acuerdo con Génesis 1:29 (“Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda hierba que da simiente, que está sobre la faz de toda la tierra; y todo árbol en que hay fruto de árbol que da simiente, seros ha para comer”), las plantas del campo ya estaban destinadas a la alimentación del hombre. Es difícil ver esto como maldición alguna.
Génesis 3:19 dice: “En el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra… “. Comer pan en el sudor de su rostro o trabajar para producir comida explica en parte por qué el hombre fue creado en primer lugar. Génesis 2:5 (“…ni había hombre para que labrase la tierra”) y Génesis 2:15 (“Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y le puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase”) muestran que el hombre fue puesto en el jardín de Edén para trabajar: una bendición de trabajo saludable en lugar de una existencia sedentaria. Aparte de tener que trabajar para vivir, esto no es ninguna maldición sobre Adán ni sobre la humanidad.
En resumen, gran parte de la “maldición” cae sobre la tierra indefensa que Yavé acababa de crear. No hay una sola palabra que haga referencia al pecado, la muerte o la condenación eterna. Ninguna cláusula de la “maldición” es maldición alguna. Dios le dijo a Adán que por lo que había hecho la tierra estaba maldita, tendría que trabajar para comer, recibiría espinos y cardos, y que tendría que comer las plantas del campo. ¿Dónde está la maldición del pecado original?
Desde la primera maldición en Génesis 3 hasta el final de Malaquías, en medio de todas las invasiones que amenazaban con exterminar al pueblo escogido, no hay en todo el Antiguo Testamento ni la referencia más remota a la historia de la serpiente, la maldición de Adán, la caída de la humanidad, o la necesidad de redención del pecado original y las llamas del infierno. El infierno y sus llamas están totalmente ausentes del panorama hebreo. Todas las furias divinas son terrores temporales y acaban con la muerte del acusado. Jesús ni una sola vez mencionó a Adán o la supuesta maldición y caída. Nunca dio a entender que su misión era deshacer lo que Adán había hecho. Ninguno de los evangelistas dijo nada sobre Adán, la maldición, o la redención.

LAS PROFECÍAS MESIÁNICAS

Los apologetas cristianos  sostienen que sólo un hombre en la historia, Jesús, cumplió las profecías del Antiguo Testamento con respecto al Mesías. Desde su perspectiva, sólo él satisface todos los requisitos que se deben cumplir para ser el anunciado salvador de la humanidad. Pero, ¿los hechos confirman esta afirmación? ¿Puede Jesús decir ciertamente que él es el Mesías descrito en el Antiguo Testamento? Esta pregunta puede contestarse analizando las profecías que parecen dar el mayor apoyo a esta afirmación. Entre las que suelen mencionarse, ninguna es más relevante para el asunto que las de Isaías 7, Miqueas 5 e Isaías 53. Si éstas no resisten un análisis crítico, si no pueden aplicarse a Jesús, ninguna profecía puede. Dado que cada una de ellas es específica, detallada y algo extensa, se tratarán en éste y posteriores números de Fallas de la Biblia.

Miqueas 5
El quinto capítulo de Miqueas, una de las secciones que más se citan de todo el Antiguo Testamento, es un buen lugar para comenzar el análisis de las profecías mesiánicas. Aunque se anuncia como fuente de verdades y predicciones, es difícil ver cómo se aplica a Jesús. Miqueas 5:2, por ejemplo, dice: “Mas tú, Belén Efrata, pequeña para ser en los millares de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel.” Los apologetas sonríen de gusto ante el hecho de que el nacimiento de Jesús en Belén parezca haber sido predicho siglos antes de ocurrir. Pero, si hubieran leído más, habrían visto que Belén era el nombre de un hombre cuyo padre se llamaba Efrata. 1 Crónicas 4:4 dice: “Estos fueron los hijos de Hur, primogénito de Efrata, padre de Belén.” 1 Crónicas 2:50 también muestra que Belén era un descendiente de Efrata. Y, dado que ni Belén ni Efrata aparecen en las genealogías de Mateo 1 o Lucas 3, no pudieron ser antepasados de Jesús, y Jesús no pudo ser el Señor anunciado. Belén es el nombre de un hombre y el nombre de una ciudad. Otro problema con Miqueas 5:2 está en que en Belén han nacido miles de niños, pero eso no le da a ninguno de ellos el derecho de llamarse Mesías. Tercero, Jesús nunca gobernó Israel. Muy al contrario, él fue sometido y llevado a la muerte. Miqueas 5:2 continúa: “… y sus salidas son desde el principio, desde los días del siglo.” Algunas versiones traducen “desde la eternidad”, pero ésa no es una traducción correcta. La palabra hebrea significa desde el principio, igual que en Amós 9:11, Isaías 63:9, Malaquías 3:4 y Deuteronomio 32:7. Ningún escritor judío del Antiguo Testamento dijo que el Mesías fuera divino o que su origen fuera la eternidad. La traducción literal del hebreo es “desde los días de épocas antiguas”. No sólo el texto hebreo masorético, sino varias versiones cristianas dicen “desde los días pasados”.  Aunque estas ediciones hayan traducido correctamente este verso hebreo, han caído en un dilema. ¿Cómo podría “desde los días pasados” referirse a Jesús, si él es supuestamente Dios, y Dios existe desde antes de los días pasados? Dios es eterno, sin comienzo. Miqueas 5:4 dice: “y asentarán; porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra”. Este verso muestra que el Mesías traerá paz y seguridad al mundo, como dice Isaías 2:4. Pero, si este verso se refiere a Jesús, ¿por qué no trajo la paz? Más importante aún es que Jesús dijo que que no había venido a traer paz, sino una espada (Mateo 10:34). Pero el verso verdaderamente crucial es Miqueas 5:6, que dice: “… y nos librará del Asirio, cuando viniere contra nuestra tierra…”. Si algún verso prueba que el quinto capítulo de Miqueas no tiene nada que ver con Jesús, éste es. En primer lugar, Nínive, la capital de Asiria, fue destruida, y con ella el poder asirio, 606 años antes de que naciera Jesús. Segundo, Jesús nunca fue un líder militar. Tercero, quienes conquistaron la tierra de Judá en tiempos de Jesús no fueron los asirios, sino los romanos. Jesús se opuso a los romanos, no a los asirios. Finalmente, Jesús no expulsó a nadie, en especial a los romanos. Al contrario, ellos firmaron su ejecución. En números futuros de Fallas de la Biblia se hablara más sobre las profecías “irrebatibles” acerca de Jesús. Los apologetas suelen acusar a sus opositores de sacar los versos de su contexto, pero eso es precisamente lo que han hecho con Miqueas 5.

INFALIBILIDAD DE LA BIBLIA

En la página 23 de Reasons Skeptics Should Consider Christianity, McDowell y Stewart dan una lista de 8 razones comunes que se esgrimen para creer en la infalibilidad de la Biblia:
“La evidencia de que las palabras de la Biblia nos han sido dadas por Dios puede resumirse como sigue: (1) es lo que afirma el texto clásico 2 Timoteo 3:16; (2) Pablo testifica enfáticamente haber hablado en palabras (…) que el Espíritu le enseñó (1 Corintios 2:13); (3) es evidente en la repetición de la fórmula “Está escrito” ; (4) Jesús dijo que lo escrito en todo el Antiguo Testamento se refería a Él (Lucas 24:27, 44, Juan 5:39, Hebreos 10:7); (5) el Nuevo Testamento iguala una y otra vez la Palabra de Dios con las Escrituras (Mateo 21:42, Romanos 15:4); (6) Jesús indicó que no podría dejarse de cumplir ni la más mínima letra del texto hebreo (Mateo 5:18); (7) el Nuevo Testamento se refiere al registro escrito como palabra de Dios (Romanos 3:2, Hebreos 5:12); (8) y, ocasionalmente, a los escritores se les decía que no omitieran ni una palabra (Jeremías 26:2); Juan incluso pronunció un anatema contra quienes añadieran o retiraran parte alguna del libro.”
Aquí la falacia está en que las 8 razones dadas repiten el mismo argumento con distintas palabras: la Biblia está inspirada porque ella lo dice, lo que, por supuesto, no es prueba de nada. Muchos escritos de la historia han afirmado poseer perfección divina, pero ningún observador prudente lo aceptaría por esa sola razón. McDowell y Stewart lo admiten en la página 1 de Tough Questions Skeptics Ask: “… la Biblia dice ser un registro de las palabras y actos de Dios, de modo que la Biblia se describe a sí misma como la Palabra de Dios. El solo hecho de que la Biblia diga ser la Palabra de Dios no prueba que lo sea, pues hay otros libros que hacen afirmaciones similares”.

LA RESURRECCIÓN

En Tough Questions Skeptics Ask, McDowell y Stewart trataron de contestar la cuestión de cómo explicar las contradicciones en el relato de la resurrección. Su respuesta es casi tan increíble como la resurreción misma:
“Una objeción común a la (…) resurrección es que las cuatro narraciones de los evangelios contienen contradicciones insalvables. Si los cuatro relatos se pusieran en columnas paralelas, se haría evidente un conjunto de diferencias aparentes. Sin embargo, estas diferencias aparentes terminan confirmando la veracidad de estos testimonios, en vez de refutarlos. Si los cuatro evangelios dieran exactamente la misma historia, en el mismo exacto orden, con los mismos exactos detalles, sería inmediatamente razón para sospechar.”
Al contrario: lo sabio es que uno sospeche cuando los relatos no coinciden. Con sospechas o sin ellas, si se trata de evitar las contradicciones, los evangelios deben relatar la misma historia. De qué manera las contradicciones, ocultas bajo el eufemismo de “diferencias”, logran confirmar la veracidad y la concordancia es algo difícil de conjeturar. McDowell y Stewart continúan:
“Está bastante claro que todos los Evangelios pintan sus retratos de Jesús de manera diferente. Es lo esperable. Si cuatro testigos (o periodistas) presenciaran una serie de eventos, nunca los escribirían de la misma manera, detalle por detalle. Si lo hicieran, habría una colisión obvia.”
Invariablemente, cada vez que he aparecido en radio, algún oyente llama y da el argumento de “los testigos del accidente de tránsito”, que no es ninguna prueba. No se resuelve nada diciendo que la gente siempre da información contradictoria sobre los accidentes de tránsito. Cuando hay contradicciones, alguien no está diciendo la verdad, y eso es todo lo que importa. Cuando el testigo A dice que había 4 personas en el carro que iba hacia el norte y el testigo B dice que eran 2 personas, cuando el testigo A dice que el accidente ocurrió a las 2 en punto y el testigo B dice 3 en punto, algo anda mal. Ni siquiera importa que haya colisiones. Todo lo que importa es si las historias concuerdan o no. La defensa de McDowell y Stewart prosigue:
“Si las diferencias tuvieran que ver con los puntos principales de la historia, habría justificación para dudar, pero cuando todos los testigos concuerdan en los puntos notables, las diferencias insignificantes, en vez de restar, añaden validez.”
Ninguna diferencia, grande o pequeña, puede añadirle validez a una historia. Más importante aún es que los relatos difieren en casi todos los puntos principales. No concuerdan sobre quiénes visitaron la tumba, cuándo llegaron, quién estaba allí, cómo estaba la tumba, etcétera. Y McDowell y Stewart afirman: “También debe observarse que ninguno de estos detalles contradice necesariamente a los demás, sino que de alguna forma probable se correlacionan para suministrar una imagen general completa”. Si ellos realmente creen esto, los reto a escribir una historia coherente que incorpore las narraciones de los cuatro evangelios. Los detalles son por completo incompatibles y sólo confunden la imagen general. Ellos prosiguen:
“Una de las aparentes contradicciones que perturban a la gente se refiere a la hora a la que las mujeres llegaron a la tumba, hecho que Juan y Marcos narran de manera distinta. El relato de Marcos muestra que las mujeres llegaron a la tumba al amanecer, mientras que Juan dice que María la Magdalena llegó a la tumba cuando estaba oscuro. Esta dificultad se resuelve si recordamos que las mujeres tenían que caminar una distancia considerable para llegar a la tumba, pues estaban alojadas en Jerusalén o Betania. Estaba oscuro cuando salieron de su lugar de alojamiento, pero cuando llegaron a la tumba el sol ya empezaba a salir. De modo que Marcos habla de su llegada, mientras que Juan se refiere a su partida.”
Parece que a McDowell y Stewart se les dificulta leer en su propio idioma. Por su bien, voy a citar las palabras exactas de Marcos y Juan: “Y muy de mañana, el primer día de la semana, vienen al sepulcro, ya salido el sol” (Marcos 16:2). “Y el primer día de la semana, María Magdalena vino de mañana, siendo aún obscuro, al sepulcro…” (Juan 20:1). Es claro que ambos relatos se refieren a la hora de su llegada, y el momento de su partida no tiene importancia en absoluto.

DIÁLOGO Y DEBATE

[cartas que Biblical Errancy recibió durante la época de su distribución original en inglés]

De J. S. en Santa Barbara, California

Apreciado Dennis: Al leer su publicación Fallas de la Biblia [número 2, febrero de 1983], encontré varios errores evidentes en su razonamiento. Por ejemplo, en su explicación de los apologetas, usted dice que “el argumento del testigo del accidente de tránsito es irrelevante, pues dos versiones diametralmente opuestas y mutuamente excluyentes del mismo evento no pueden ser simultáneamente exactas. Una de las dos es falsa”. [Eso es todo lo que este lector dijo sobre este asunto.]

Respuesta del Editor

Sí, J. S., dije eso. ¿Y dónde está mi error? Se le olvidó decir dónde se supone que me equivoqué. Sostengo esa frase y siempre lo haré.

CARTAS AL EDITOR

De N. S. en Richmond, Indiana

Apreciado Dennis: (…) Soy agnóstico, ateo, o lo que quiera usted llamarme, pero he tenido problemas para responder a algunos de los argumentos de mis amigos cristianos. Siempre he sabido que se equivocan, y en realidad compadezco a quienes no cuestionan lo que leen en la Biblia. Eso fue lo primero que me hizo reaccionar. Nunca abrí una biblia hasta hace 4 ó 5 años, y cuanto más leía más me espantaba de sus hipocresías e inmundicias. Les agradezco a mis padres, que no eran religiosos, el que no lo hubieran sido. Así pude ver a través de toda esta basura (y así debo llamarla), pues no recibí un adoctrinamiento de por vida. Por cierto, no soy ningún niño; tengo 55 años. Como usted dice, millones de personas sólo reciben un lado de la historia, y qué historia tan lamentable es. Gracias por algo tan necesario.

Respuesta del Editor

Veo que usted concuerda con Thomas Paine, N. S. “Basura”, “suciedad” e “hipocresía” me recuerdan algunos de sus comentarios: “¡Y es esta basura la que la Iglesia le impone al mundo como PALABRA DE DIOS; es esta colección de mentiras y contradicciones la que se llama SAGRADA BIBLIA! ¡Ésta es la basura que llaman RELIGIÓN REVELADA!”. (The Life and Works of Thomas Paine, Vol. 9, p.201.) “… pero si confías en el libro que se llama las Escrituras, confías en el podrido epítome de la fantasía y la falsedad”. (The Life and Works of Thomas Paine, Vol. 9, p. 248)

De S. S. en Vienna, Virginia

Por mucho tiempo he estado enterado de las atrocidades de Dios en la Biblia. Si la gente tan sólo se tomara el trabajo de LEER el maldito libro y dejarlo hablar por sí mismo, no habría más dudas de que la llamada “Palabra de Dios” está entre las colecciones de escritos más profanas y repugnantes que han existido. Me refiero a los sacrificios humanos en Levítico, Jueces y 2 Samuel, la aprobación de la esclavitud en Éxodo y Levítido, la venta de hijas, el asesinato de brujas, la muerte por herejía y por violar el sábado, todas ellas en Éxodo. Y para todos los machistas fanáticos de la Biblia, muerte por no ser casta al momento de casarse: UN CASTIGO IMPUESTO SOLAMENTE A LAS MUJERES (Deuteronomio 22:20-21).
Y en lo que concierne al Nuevo Testamento, es un compendio de contradicciones tanto históricas como lógicas (lean a S. G. F. Brandon, Joel Carmichael, o G.A. Wells), lleno de paganismo y antiguas supersticiones. La pascua es una celebración de la antigua diosa de la primavera, Istar. La Navidad cae en el solsticio de invierno, que es cuando se solían celebrar los festivales de Saturno.
Y podría seguir, como podría hacer cualquier crítico aficionado. El asunto es que, cuanto más lee uno cuidadosamente, más absurda y ridícula se vuelve la Biblia. Quien crea que es la palabra de algún dios no se puede llamar un ser racional. Parafraseando a Clarence Darrow, ¿qué futuro le espera a la humanidad si existe tal desdén por la racionalidad?
(…) Por favor, continúe la excelente labor que está haciendo. Este país necesita más personas de pensamiento libre y mente independiente como usted. No sorprende que la Biblia nos advierta de que “El simple cree a toda palabra” (Proverbios 14:15). De hecho, sólo una mente simple puede tragarse fábulas y mitos tan gastados como los que se encuentran en la no tan sagrada Biblia.

Respuesta del Editor

Veo que usted también concuerda con Paine, quien dijo:
“En general, la gente ignora cuántas maldades hay en la supuesta palabra de Dios. Criados en hábitos supersticiosos, dan por sentado que la Biblia es cierta y buena, y no se permiten dudarlo, y llevan las ideas que se forman sobre la benevolencia del Todopoderoso al libro que se les ha enseñado a creer que fue escrito por su autoridad.  ¡Por Dios! Es otra cosa completamente; es un libro de mentiras, maldad y blasfemia, pues ninguna blasfemia puede ser mayor que atribuir la perversión del hombre a los mandatos del Todopoderoso.” (The Age of Reason, Paine, p. 103)

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