medicina maya

LA MEDICINA MAYA

Ciertamente poco se sabe de la medicina de los mayas.
La destrucción por parte de conquistadores y religiosos de los códices y casi todo el material escrito y/o dibujado, se llevó consigo casi todo el saber médico del pueblo maya. A pesar de ello, y dejando claro que las extrapolaciones de conceptos médicos de otros pueblos precolombinos próximos al área maya o de los pueblos mayas actuales no son nunca válidos, intentaremos exponer un resumen de lo poco que se conoce sobre la MEDICINA MAYA.

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MEDICINA: MAGIA Y RELIGION

Los mayas y los pueblos de área maya veían la vida como una constante lucha entre el Bien y el Mal, entre dioses benévolos y malévolos. Esto creaba importantes conexiones interdependientes entre salud, enfermedad y religión. Para cada enfermedad había una deidad que la provocaba y otra que protegía a la persona enferma.
Realmente es muy difícil establecer un único y directo Dios de la Medicina.
Aunque el dios creador era Hunab Ku, ésta era una deidad remota que se inhibió de todo tras acabar su obra creadora. Más relevancia tiene su hijo, Itzamná, el dios sol, el señor del cielo, dios de la vida y por ello asociado a la fertilidad, que se interesaba más por las cosas terrenales que su padre, y se le suponía el inventor de la escritura jeroglífica y de los libros de augurios; era adorado como dios de la medicina durante el mes maya zip, septiembre. Entre los mayas lacandones se llamaba Chi Chac Chob o Ah Kan Chob.
Ixchel, su esposa, era considerada la diosa de la luna, del agua y de las inundaciones; quizá la que más se acerca al honor de llamarse Diosa de la Medicina, pues era su protectora así como de las parturientas, se le suponía inventora del arte de tejer. Entre los mayas lacandones se llamaba Akna.
Otra diosa a considerar era Ixtab, diosa de los ahorcados (suicidas), ya que los afligidos por el dolor y que consideraban incurable su mal, se suicidaban ahorcándose para que la diosa los llevara al cielo.
Otros dioses de la medicina eran Cit Bolon Tun y Ahau Chamahez. En el área yucateca aparece otro dios llamado Sacal Puc, dios de los yerbateros, los que curan con hierbas, personajes de gran importancia en la medicina maya.
Dioses menores en medicina eran los llamados Bacabs, cuatro hermanos que colocados en cada uno de los puntos cardinales sostenían el universo, y que se asociaban a fenómenos naturales como la lluvia y el viento que también podían traer enfermedades.

Dioses mayas

En la parte opuesta, la de los dioses malvados, destaca el llamado dios de la muerte Ah Puch (también llamado Cum Hau, Hum Hau, Ah Kisin), que representado en su forma corpórea como Yum Cimil (o Yum Kimil), acechaba dando vueltas alrededor de los enfermos.
En el Popol-Vuh, libro de crónicas de los mayas quichés, aparecen otros dioses demoníacos que vivían en Xibalbá (ver las entradas “Diccionario Maya” y “Un paseo por Xibalbá”), el mundo inferior regido por Hun Camé y Vucub Camé. Entre estos estaban Ahalcaná, que causaba la hidropesía y la ictericia, y Ahalpuh, el que producía el pus; Ahalmez y Ahaltocob, que herían a los hombres para que les sucediera el mal y murieran boca abajo, en la puerta de su casa o detrás de ella; Cuchumaquic y Xiquiripat que eran causa de las hemorragias; Chamiabac y Chamiaholom, que debilitaban a los hombres hasta que se quedaran en los huesos y murieran; Patán y Quicxic, que provocaban la muerte repentina y los vómitos de sangre.
Entre los mayas cakchiqueles existían otros dioses productores de enfermedades como Ahal puh, Ahal Tecob, Ahal Xic y Ahal Canyá.
Si ya nos parecen muchos los dioses que intervienen en la la salud y en la enfermedad, todavía son pocos. No podremos olvidar que los mayas deificaron el calendario, creando diversos dioses para cada día, mes y año, de donde podemos deducir que posiblemente también fueron adorados en su momento oportuno en ralación con cualquier mal, enfermedad o epidemia.

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SACERDOTES, CHAMANES,
CURANDEROS Y PARTERAS

Los chamanes mayas formaban parte de la clase sacerdotal; era una profesión hereditaria, por los que los hijos se educaban con el padre, chamán de máxima categoría o Ah men (“el que comprende”). Este mantenía una íntima relación con el Chilam Balam, depositorio de las tradiciones del pueblo y de los códices calendáricos, de esta forma aprendían las técnicas de curación y el manejo terapéutico de animales, plantas y minerales. Era al final un experto en las prácticas adivinatorias y en la relación astrológica de las enfermedades y epidemias. Llevaban en su bolsa de medicinas las hierbas medicinales, ídolos de los dioses y una piedras para echar suertes llamadas Am
que se asociaban al culto a Ixchel, con las que pronosticaban la evolución de las enfermedades.
Los chilanes eran en definitiva los adivinos que daban la respuesta divina al pueblo, los ahmen serían los intermediarios entre las fuerzas sobrenaturales y el hombre.
Dentro de la clase sacerdotal son de destacar, por las acciones terapéuticas comunitarias que veremos luego, el Ah kin, secerdote que preparaba los sacrificios, el nacom, el encargado de sacrificar a las víctimas, y los chaces que ayudaban en la ceremonia del sacrificio sujetando a la víctima por los brazos y las piernas.
Probablemente en el conocimiento de la anatomía humana entre los mayas ayudó sobremanera la práctica de los sacrificios humanos (que se supone aprendieron de sus vecinos los aztecas). Se tiene conocimiento más de 150 vocablos anatómicos utilizados por los mayas yucatecos; he aquí un breve muestrario:
– comel: cerebro
– ichpuzikal: estómago
– hognel: intestino
– kah: bilis
– nactam: pericardio
– pek: bazo
– puczikal: corazón
– tammel: hígado
– tem ix: vejiga
– yhin: placenta
– zacol: pulmones
– zayonal: útero

Sacerdote maya
También existían curanderos como los “yerbateros” con un importante conocimiento sobre las hierbas medicinales, o los kas bac, especializados en componer luxaciones y fracturas óseas.
Curandera maya Las mujeres también podían actuar como curanderas, aunque entre ellas destacaban las parteras, x alanzab, que predecían el momento del parto y colocaban una estatuilla de la diosa Ixchel debajo del lecho de las parturientas pues se suponían que la diosa “hacía a las criaturas”. Ayudaban durante el parto y practicaban habitualmente los masajes abdominales para facilitar el trance. Cuando nacía el niño se encargaban de lavarlo así como de aplastarles el cráneo mediante unas tablillas para deformárselo, lo que de adultos se consideraba un signo estético de elegancia así como el estrabismo, para lo cual le colocaban un hilo con una bolita colgada sobre la frente entre los ojos. Luego cogían al niño y lo llevaban ante el Chilam Balam, que se encargaba de predecir el destino del recién nacido, la profesión que debía seguir y le daba su nombre de niño.

LAS ENFERMEDADES 

En la medicina maya las enfermedades podían tener diversos orígenes.
Por una parte estaba la etiología divina, donde la enfermedad se producía como castigo por haber ofendido directamente a los dioses o a sus leyes, ya sea por la violación de diversos tabúes, por desobedecer a los padres, por cometer abusos sexuales con parientes cosanguíneos o por practicar la sodomía.
Era frecuente que los dioses, especialmente el dios de la muerte, adoptara diversas formas semihumanas para provocar el mal entre los hombres. Entre los zotziles tomaba la forma de ik´al, un hombre enano y negro que olía a cuervo y se alimentaba de carne humana, vivía en las cuevas de las montañas y acechaba a los hombres y mujeres fuera de los poblados o en caminos solitarios, anunciando siempre su presencia lanzándoles piedras o silbándoles. Otras veces se manifestaba como natikiljol, un indio con una larga cabellera que le llegaba hasta el suelo; como nalapatok, un demonio alto con dos caras y dos pares de pies, o como mukta-pishol, un ser diabólico cuyo nombre se traduce como “sombrero grande”. También podía tomar forma de mujer vieja, me´chamel, la madre de la enfermedad, o como una mujer joven y hermosa, shpakinté, que atrapaba a los hombres al volver del trabajo.
Hechicero maya En la etiología humana destacaba la producida por efecto de la magia negra, el ah pul yaah o mal de ojo, que era practicada por algún hechicero o chamán maligno al que se le había ofendido directamente o al que recurría otra persona para que lanzara la enfermedad contra su vecino.
La etiología natural incluía el frío y el calor, especialmente los alimentos fríos y calientes, como las causas más comunes de enfermedad. El viento también era una causa habitual, especialmente si éste adoptaba formas de animales. Las plantas también eran origen de enfermedades, no sólo las tóxicas, venenosas o urticantes, sino también aquellas que habían sido utilizadas por los hechiceros en sus ceremonias de curación a un enfermo y que posteriormente abandonaban en medio de un sendero y que podían ser pisadas accidentalmente.

Se conocen en la actualidad multitud de términos del vocabulario maya que definían diversos signos clínicos, síntomas y enfermedades:

    * balbuthil: indigestión
    * banbancimil (también takcimil y nohyaahil): epidemias
    * chacamil: fiebre
    * chaenich: afecciones dentales
    * chech (también taacan): leishmaniosis cutánea
    * chich: hemiplejia
    * chihil: dolor precordial
    * chuganal: ictericia
    * chuhual: acidez gástrica
    * citam: epilepsia
    * cob: sifílides
    * coc: disnea, asma
    * cooil: locura
    * coothan: delirio
    * cunnulba: malestar general
    * hubnak: diarrea
    * izcab: catarro bronquial
    * kabak: hemorroides
    * kamyaah: enfermedad contagiosa
    * kikhubnak: diarrea sanguinolenta
    * kuxpolil: dolor de cabeza
    * makem-chikim: sordera
    * moshki-lek: pérdida de visión
    * nelish: estrabismo
    * oxkokoltzeck: alucinaciones
    * ppool: vesículas
    * tabnakil: cólicos
    * tamacazil: frenesí
    * tamcaz (también canchapahal): convulsiones
    * thuhuzen: tos bronquial
    * tu-pem-sat: ceguera
    * tzeniolal: melancolía
    * ueez: sarna
    * uyul: parálisis facial
    * xaankik: hemorragias
    * xekik: vómito de sangre, hematemesis
    * yaah: bubas, chancros
    * yaxcel: escalofrío
    * yumulkahil (también zemil): enfermedad pulmonar crónica
    * zac hanay: mal de Pinto
    * zaccimil: desmayo
    * zakil: prúrito
    * zal: bubón
    * zen: tos laríngea
    * zot: hidropesía
    * zuucnakil: estreñimiento

Los tratamientos de las enfermedades pasaban, casi necesariamente, por la terapéutica religiosa. Tanto los señores principales como los artesanos y campesinos, tenían en sus casas una figurillas representando a los dioses a los que rezaban oraciones cuando estaban enfermos. Estas peticiones de salud también se realizaban en los templos dedicados a las divinidades (son clásicos los de Itzamná en Chichen Itzá, Mayapán o Mani; los de Ixchel en la Isla de las Mujeres y Cozumel; el de Ah Puch en Chichen Itzá…). A los dioses les ofrecían vasijas así como figurillas o miembros humanos de cerámica en calidad de exvotos para obtener o agradecer la curación de ciertos males.
El Ritual de los Bacabs (publicado por Roys, 1965), recoge casi 50 encantamientos médicos donde se ruega u ordena a estos dioses menores la curación del asma, la gota, las erupciones de la piel, las picaduras de insectos, las quemaduras, las inflamaciones dentales, la locura, e incluso de complejas enfermedades como son las pulsaciones en el vientre, los malos aires, los males del viajero o simplemente de la lujuria.
Especialmente por la relación que existía entre la medicina y la religión, cuando caían enfermos la primera acción terapéutica era la confesión de los pecados con el chamán que los atendía. En otras ocasiones, especialmente si la enfermedad era originada por castigo divino o por la transgresión de tabúes, mientras el chamán cantaba y decía sus ensalmos, ofrecían autosacrificios de purificación a los dioses, perforándose la lengua, las orejas o el pene, ya con cuchillos o pasando una cuerda con espinas a su través.
Automutilación de las orejas

Ofrenda de sangre de la lengua Además del autosacrificio, los mayas también practicaban la expiación comunal. En épocas de epidemias, por ejemplo, una persona anciana era sacada del pueblo y confesaba gritando sus pecados; posterioemente el chamán lo mataba golpeándolo en la cabeza y finalmente los vecinos cubrían su cadáver con piedras, quedando así limpios de cuerpo. En otras ocasiones sujetaban a la víctima a unas estacas mientras el pueblo bailaba a su alrededor; luego el sacerdote le clavaba una flecha en los genitales, recogía su sangre y la frotaba sobre el rostro del ídolo que representaba al dios; la ceremonia terminaba asaetándo a la víctima.
También era habitual el sacrificio de víctimas para aplacar a los dioses, muchas veces arrojándolos a los pozos o cenotes sagrados junto con diversos objetos valiosos a modo de exvotos.
Pero posiblemente lo más conocido son los sacrificios humanos que se realizaban en los templos de una forma muy similar a los practicados por los aztecas. Los chaces eran los encargados de coger a la víctima, pintada de azul y con un tocado puntiagudo especial, Sacrificio humano de los mayas por las manos y los pies al que colocaban en opistónonos forzado sobre el altar de los sacrificios. El nacom con un cuchillo abría el pecho de la víctima por el reborde costal izquierdo, introducía la mano y, a través del diafragma, extraía el corazón ptodavía palpitante que entregaba al chilam, el cual restregaba el corazón sangrante sobre el rostro del dios. Luego se despellejaba el cadáver excepto las manos y los pies que se reservaban para el chilam, y lo arrojaban por las escaleras desde lo alto del templo. Finalmente el cadáver era descuartizado y comido por los presentes.
No siempre los tratamientos eran tan drásticos ni incluían obligatoriamente la sangre.
Para las enfermedades que tenían un origen más natural utilizaban con frecuencia la “medicina de las similitudes”, la que busca la sanación con los parecidos. Así, por ejemplo, una erupción cutánea similar a una picadura de avispa se trataba con nidos de avispa aplastados, para las mordeduras de serpientes utilizaban cierto tipo de lianas serpenteantes, o para la ictericia unos frutos amarillos.
También practicaban la “succión” de la zona afectada por la enfermedad, práctica muy antigua y extendida por todo el continente americano, con el fin de extraerle el mal o el cuerpo extraño que se suponía causante de la misma.
Utilizaban en ocasiones la “hidroterapia” mediante baños de vapor, zampulche, con el fin de sudar y curar diversas enfermedades; eran pequeños recintos donde entraba el paciente y se vertía agua sobre piedras calientes para que se generara el vapor.
Plantas en el Códice Cortesiano Pero posiblemente una de las tradiciones más importantes en la terapéutica mayística era la de las “plantas medicinales”. Curiosamente para ello aplicaban un tratamiento numérico relacionado, cómo no, con los dioses: los hombres se trataban durante 13 días (en alusión a los 13 dioses del cielo) mientras que las mujeres tenían que mantener los tratamientos durante 9 días (correspondientes a los 9 dioses del inframundo).
Posiblemente muchas de las plantas utilizadas por los mayas actuales en terapéutica sean heredadas por tradición de los antiguos mayas; en este sentido sobreviven especialmente el xanay mucny (identificada como Euphorbia hirga) y el chacab (Bursera simaruba). El tabaco (Nicotiana tabacum) también fue muy utilizado durante los ritos y ceremonias mágicas (tanto los 4 bacabs como el dios Ah Puch, eran fumadores empedernidos), así como en terapéutica.
Como amuleto y para tratar diversas enfermedades utilizaban la corteza de tancazhe. Para las cataratas utilizaban el chicalote. Para enfermedades dérmicas el mangle rojo. Hojas de isiquequi para provocar una hemorragia nasal y hojas de xique para detenerla. El itzlint se usaba para favorecer la secreción láctea en las recién paridas. Para los malos aires se usaba como prevención la semilla de oxal, y para tratarlos el zipche. Para las llagas viejas una hierba llamada iaxpalialché. Partes de árboles denominados zon para la enfermedad de bubas. Una fruta delgada como un pepino, según la descripción de fray Diego de Landa, de obtenía de pequeños árboles espinosos y se usaba para las enfermedades de las mujeres.
Con el fin de eliminar las impurezas de los enfermos, usaban en ocasiones el balché, una bebida fermentada a base de miel y corteza de árbol balché (Lonchocarpus violaceus) que consideraban sagrada.
La corteza de las raíces de chacmum (Rauwolfia heterophyla Willad) se aplicaban contra los dientes para tratar la caries y las molestias dentales; con el mismo fin se usaba la raíz de muc-eeh o la corteza de tamay, aunque también utilizaron otros analgésicos dentales como las cenizas de iguana quemada viva, el hollín pulverizado envuelto en algodón en rama, el diente de una serpiente de cascabel puesto en vinagre o la hiel de ciertas ranas.
En la terapéutica con productos animales también estaba el uso de excrementos de iguana para las “nubes de los ojos” (posiblemente cataratas o queratitis), un ungüento amarillo que se obtenía tras el maceramiento de un gusano de color rojizo y que se utilizaba para las hinchazones y llagas, así como la enjundia de ciertas aves para las heridas y “pasmo de los miembros” por causa de heridas.

Terminaremos diciendo que los mayas creían en la sobrevivencia después de la muerte; lo que se moría era la parte del espíritu impulsiva e inconsciente, mientras que sobrevivía la parte racional y consciente que era inmortal. Esta última era la que tras la muerte del cuerpo iba al Mitnal, el nivel más bajo del inframundo, al Cielo, donde acompañaba al sol en su recorrido, o al Paraíso de la Ceiba, un lugar terrenal repleto de placeres naturales.
Debido a estas creencias los mayas cuidaban también la salud del espíritu, por lo que colocaban en las sepulturas vasijas con agua y alimentos, joyas, vestidos, cadáveres de perros para que acompañaran al fallecido y objetos sagrados para defender al espíritu de los males del Más Allá.

Urna funeraria maya

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Historia de una niña quechua

Mi nombre es Nayra Luna, tengo 10 años y he vivido siempre en Iquique pero fui por primera vez al pueblo (Mamiña) cuando tenía 17 días de nacida y desde muy chica supe que era indígena porque mi tata siempre me hablaba que era una cosa super buena porque uno se siente orgullosa de ser algo que te hace único en el mundo.

Hemos estado conversando con mi hermano Omar Atahualpa, que tiene 7 años, sobre como es ser niños quechuas y los dos decimos que nos sentimos especiales de tener nuestros antepasados en Mamiña.

Yo miro mis cerros con las terrazas que hicieron las manos de mis antepasados, veo las casas de piedra tan perfectas y aunque apenas sepa un poquito de mi historia y conozca sólo algunas palabras de mi lengua siento que Mamiña es el orgullo de mi vida, por eso les diría a otros niños que busquen su origen para saber que antepasados tienen, qué fueron, en qué trabajaron y aprender de ellos.

Vivir en el pueblo es muy distinto a la ciudad, en mi casa de allá no hay luz, ni televisión, pero nos entretenemos igual porque en el pueblo casi todos somos familiares y tengo muchos primos y tíos y ahí vive mi abuelita Pascuala Cautín que tiene 100 años, los ojos chinitos, la piel morena y usa una caña como bastón cuando sube y baja de los corrales donde tiene un montón de conejitos de todos colores.

Lo más bonito es el Carnaval, cuando toca la banda y subimos bailando tomados de la mano con todo el pueblo a un cerro bien alto y allá arriba comimos picante de conejo y luego bajamos con antorchas, llegamos a la cancha y nos tiramos challa (papelitos de colores) en la cabeza y todos se ríen felices.

Mi hermano dice que sería bueno que cuando se celebren fiestas patrias se hagan las fiestas de todos los pueblos de Chile porque aquí también hay historia y héroes, que no son guerreros pero que fueron capaces de cosas más grandes e importantes que ganar una batalla, como por ejemplo cultivar en terrazas en las laderas del cerro, hacer canales para el agua y sobre todo vivir en paz con la naturaleza y la comunidad.

Todo eso es muy lindo, pero hay que cuidarlo porque si no en un tiempo más nadie se va a acordar, por eso yo creo que todos los indígenas que vivimos en la ciudad no tenemos que olvidarnos de nuestra cultura, ni dejar de ir siempre a nuestras fiestas, de defender el agua y la tierra de las mineras, de escribir nuestras historias y cantar y tocar nuestra música para que así nunca se extingan.

Nota
Ser Indígena saluda el coraje y el ánimo de nuestra amiga Nayra que ha decidido sacar la voz y hablar por su pueblo. Niños como ella son el futuro de las naciones indígenas de nuestro continente.

30 Aniversario de la ocupación armada de Wounded Knee

30 Aniversario de la ocupación armada de Wounded Knee
La rebelión Lakota en EE.UU

Por Carlos Millahual / 12 de mayo de 2003 / Kolectivo Lientur

“Defenderé a mis hermanos y hermanas. Diré la verdad y por qué fuimos a Wounded Knee. Lucharé por mi pueblo. Viviré por ellos y si para detener las atrocidades que sufren los Lakota de la reserva Pine Ridge tengo que entregar mi vida, estoy listo para morir también”.

Pedro Bissonette, durante los juicios de los dirigentes acusados de Wounded Knee, 27 de junio de 1973. Tres meses más tarde, Bissonette sería asesinado por la policía en un cuartel de la misma reserva Pine Ridge. Hace 30 años, en la primavera de 1973, cientos de indígenas y seguidores del Movimiento Indio Americano (AIM) se reunieron en el pueblo de Wounded Knee en la reserva Pine Ridge del Estado de Dakota del Sur. Su objetivo: realizar una gran manifestación contra los atropellos de la policía y los agentes federales, y exigir al gobierno de los EE.UU el respeto de los antiguos tratados que reconocían a los pueblos indígenas de dicho estado su territorio y autonomía.

Al día siguiente de su llegada, los rodearon 500 efectivos fuertemente armados del FBI, del Buró de Asuntos Indígenas (BIA), mariscales federales, del Departamento de Justicia y la policía estatal y local. Los indígenas montaron sin embargo una férrea e inesperada resistencia armada al asedio policial. El cerco duró más de dos meses y la valentía y militancia de los luchadores de Wounded Knee resonaría por diversos países, generando un poderoso movimiento de simpatía y apoyo por la lucha de los pueblos indígenas oprimidos a nivel mundial.

Guerras y tratados violados

Los Lakota (también llamados Sioux) llevaban muchos años cazando en las praderas norteamericanas antes de la invasión de los europeo-americanos. Los Lakota y sus aliados los Arapaho y los Cheyenne, lucharon desde un comienzo contra los invasores de su territorio de manera valiente y decidida.

Comandados por el Gran Jefe Red Cloud, derrotaron a la Caballería norteamericana en 1868 en la guerra de Boseman Trail,
siendo obligado el gobierno de la época a firmar el histórico Tratado de Fort Laramie. Este establecía -entre otras cosas-  que
las tierras que rodeaban los Black Hills (los Cerros Negros, lugar sagrado de los Lakota) y que abarcaban por el este los
actuales estados de Montana y Wyoming, y por el oeste los de Dakota del Norte y del Sur, pertenecerían al Pueblo Lakota
para siempre y serían respetadas por el gobierno de la Unión.
Las autoridades, sin embargo, violarían en poco tiempo dicho tratado de guerra, especialmente cuando exploradores ingleses
descubrieron más tarde ricos yacimientos de oro en las profundidades de los Black Hills. Fue entonces cuando nuevamente la caballería norteamericana (al mando del célebre General George Custer) llegaría a tierras Lakota para proteger a los
aventureros, inmigrantes y buscadores de oro que inundaron la región y que en poco tiempo, además de ocupar aquellas
tierras sagradas, terminarían masacrando sistemáticamente las manadas de búfalos allí existentes y que constituían la base
de la vida cotidiana de dicho pueblo.
Ante la continuidad de los atropellos, en 1876 estalló nuevamente la guerra y, a pesar de la muerte del sanguinario General
Custer y gran parte de sus hombres en la histórica batalla de Little Big Horn, el ejército norteamericano logró a la larga derrotar a los lakota y asesinar a sus dos principales líderes: Crazy Horse (Caballo Loco) y Sitting Bull (Toro Sentado).
En el marco de esta guerra, un 29 de diciembre de 1890 y en un poblado de colonos llamado Wounded Knee, el ejército
norteamericano cometería una de las masacres más sanguinarias de toda su triste historia, asesinando sin piedad a más de
400 lakota, principalmente ancianos, mujeres y niños que huían de las zona de guerra en medio del frío invernal bajo las
órdenes del líder Lakota Big Foot.
Todos ellos, población civil no participante de las hostilidades y a quienes las autoridades militares yanquis habían prometido respetarles la vida, se dirigían hacia ot ras tierras en busca de refugio, mientras los guerreros lakota mantenían la resistencia contra las fuerzas norteamericanas al interior de los campos de batalla.

Tras la matanza de Wounded Knee (“Rodilla Herida”) aquel invierno de 1890, cuenta la leyenda lakota que la sangre derramada por sus ancestros se mantuvo congelada en la nieve por mucho tiempo. Ese mismo año, el ejército norteamericano terminaría por acorralar a los últimos rebeldes lakota en campos de concentración llamados “reservaciones”, los mismos que en Chile tomarían el nombre de “reducciones” para el caso del pueblo mapuche.

Cien años de maltrato

Durante los cien años siguientes, los sucesivos gobiernos de EE.UU trataron de que los descendientes de los guerreros lakota, así como los pertenecientes a otros pueblos indígenas, se dedicaran a la agricultura, abandonaran su idioma y cultura, se consideraran “ciudadanos estadounidenses” y se asimilaran finalmente a la sociedad norteamericana. Para ello, los niños desde temprana edad eran separa dos de sus padres y se les prohibía hablar su propio idioma, así como también participar de ceremonias religiosas tradicionales como la Danza del Sol. Misioneros cristianos cumplían la labor de convertirlos al “evangelio” y “consejos tribales” manejados políticamente eran los encargados de imponer la voluntad del gobierno al interior de las reservaciones.

Las consecuencias de cien años de ocupación y represión armada fueron sin duda devastadoras para los Lakota. Hacia el año 1973, el promedio de vida de sus miembros era de 46 años. El suicidio y el alcoholismo altísimos. En 1973 había 137 iglesias en la Reserva de Pine Ridge: más de una iglesia por cada 100 habitantes. En los años 60 el desempleo en la reserva alcanzaba el 54%, la mayoría de los trabajos eran del gobierno federal o tribal y más de un tercio de la población dependía de la ayuda pública o de pensiones asistencialistas otorgadas por el gobierno.

En los años 70, solo la mitad de la tierra de la r eserva pertenecía a los lakota y el gobierno federal preparaba secretamente una nueva campaña de usurpación debido a que los Black Hills y la Reserva de Pine Ridge contenía enormes depósitos de uranio, elemento que es crucial para la construcción de armas nucleares. Los autores del libro “Agents of Repression” y que denunciaron los planes del gobierno en dicha zona, señalaban: “En general, los planes de industrialización de los Black Hills son asombrosos. El proyecto cuenta con un gigantesco parque industrial de una veintena de plantas de más de 10.000 megavatios operadas con carbón, una docena de reactores nucleares, grandes tuberías de lechado de carbón que usarán millones de galones de agua, y por lo menos 14 grandes minas de uranio”.

Debido a la explotación de algunas de estas minas por parte del gobierno federal, toneladas de desperdicio radiactivo contaminaron el riachuelo Cottonwood y se filtraron a las aguas subterráneas de Pine Ridge, exponiendo a docenas de miles de lakota a la radiación del uranio. Esta situación, sumada a la constante represión policial que los afectaba como reservación por parte de agentes del gobierno, llevaría finalmente a los lakota a organizarse a través de una organización tradicional de corte autonomista y revolucionaria. Su nombre sería American Indian Movement (AIM) y su punto culminante la ocupación armada del Santuario de Wounded Knee en febrero de 1973.

Nace el Movimiento Indio Americano

La reorganización del pueblo Lakota se daría en medio del repunte de lucha contra la guerra de Vietnam, el fortalecimiento de los derechos civiles y la participación en política de poderosos movimientos sociales, tales como el movimiento de liberación negra surgido a fines de los 60′ y liderado por el Partido de los Panteras Negras de Malcom X.

En 1968 e inspirados en la estructura y funcionamiento de los Black Phanters, se formaría en EE.UU el Movimiento Indio Americano (AIM), compuesto en un comienzo mayoritariamente por indígenas de los ghettos urbanos, muchos de ellos ex convictos, y que más tarde echaría raíces al interior de las reservaciones organizando comités de seguridad o de autodefensa para enfrentar el maltrato racista de la policía y los tribunales. Y si bien en el AIM participaban mayoritariamente líderes lakota, su meta era unir a los diferentes pueblos indígenas de EE.UU en un solo gran movimiento emancipador.

Desde su fundación, AIM participaría de numerosas y publicitadas manifestaciones indígenas, tales como la ocupación de la Isla de Alcatraz en la Bahía de San Francisco (que duró 19 meses), la ocupación del monte Rushmore, el “Día de Luto” celebrado en Plymouth Rock el día de Acción de Gracias y en la histórica Caravana de Tratados Violados a Washington, D.C., que terminaría con la toma del edificio del Buró de Asuntos Indígenas (BIA) por alrededor de dos semanas.

La llegada del AIM a la Reserva de Pine Ridge, protagonista más tarde de la ocupación de Wounded Knee, no sería casual. En febrero de 1972 Raymond Yellow Thunder, un lakota de la reservación, sería brutalmente golpeado por dos hombres blancos de la localidad de Gordon, Nebraska, quienes no contento con su accionar lo trasladaron luego hasta un salón de baile de la Legión Americana donde una manada de blancos lo pateó hasta causarle la muerte. Su aporreado cadáver aparecería dos días más tarde y de los culpables nunca más de supo. Tales ataques de racistas blancos y efectivos de la policía eran pan de todos los días en la Reserva de Pine Ridge. AIM organizó entonces una caravana de 200 vehículos a Gordon y obligó a l as autoridades locales a presentar serios cargos contra los asesinos y a destituir al jefe de su cuerpo policial.

Severt Young Bear, miembro de la Reserva y que observó tales acontecimientos, relataría más tarde: “Cuando AIM vino y ayudó a la familia a investigar la muerte de Raymond Yellow Thunder, los más viejos que viven en las reservas, en la zonas rurales, alzaron la cabeza y empezaron a hablar con valentía como nunca antes lo habían hecho. Y hablaron contra el BIA, contra el gobierno tribal, el sistema de orden público en la reserva y los maltratos sufridos por rancheros no indígenas que vivían en la reserva. Ellos recibieron con alegría a los militantes del AIM, los trataban como a guerreros y se alegraban de verlos protegiendo sus tierras y sus familias. Todo esto llevaría más tarde al levantamiento de Wounded Knee”.

Al gobierno norteamericano, por cierto, le preocupaba de sobremanera la creciente influencia de AIM en la zona de Pine Ridge. Es así com o la primavera de 1972 el Buró de Asuntos Indígenas impuso la candidatura de Dick Wilson como jefe tribal de la reservación, pasando por sobre la voluntad de los ancianos y jefes tradicionales. Wilson era un reaccionario, patriota a morir y detestaba a los militantes del AIM. Por ello una de las primeras medidas tomadas bajo su mandato sería precisamente declarar una guerra en contra de ellos y sus simpatizantes. Fue así como él y su grupo de mercenarios pagados con fondos tribales, llamados los “GOONS” (Guardianes de la Nación Oglala), comenzaron a amenazar, maltratar, golpear y tirotear a cientos de personas en la reservación, asesinando a una decena de miembros del AIM y quemando las casas de varios de sus activistas.

Ante esta situación, la Organización de Derechos Civiles de los Siux Oglala (OSCRO), organismo de derechos humanos a la cabeza de los reclamos contra los atropellos de los GOONS, intentaría derrocar a Wilson conforme a los estatutos del cargo que este ostentaba. En respuesta, Wilson prohibió todas las reuniones y protestas públicas, y llamó a la policía del BIA y del FBI para protegerlo y vigilar todo los pasos del AIM y de OSCRO. Con estos antecedentes, en febrero de 1973, fecha de la ocupación de Wounded Knee, una gran confrontación en la reserva era más que inevitable.

El sitio de Wounded Knee

El 27 de febrero de 1973, una caravana de 200 vehículos repletos de indígenas lakota, miembros del AIM y simpatizantes viajaron de noche al Santuario de Wounded Knee. Un líder del AIM explicaría más tarde esta decisión: “Nuestra idea inicial era ir al Buró de Asuntos Indígenas de Pine Ridge y botar el gobierno tribal a la fuerza. Pronto nos dimos cuenta de que eso era imposible, porque lo tenían completamente rodeado de alguaciles federales y agentes del BIA, bolsas de arena, ametralladoras y fortificaciones por todo el pueblo. Para evitar una batalla campal, decidimos venir a Wounded Knee, porque tiene una importancia histórica para nuestro pueblo y porque está ubicado en el corazón de la reserva Pine Ridge. Viniendo aquí, ocupando este lugar, le queríamos decir a la Nación Siux que podía contar con nosotros, que lucharíamos con ellos y los protegeríamos con nuestras armas de ser necesario”.

Al llegar a Wounded Knee, los indígenas movilizados hicieron una declaración de sus demandas: En primer lugar solicitaban una audiencia con el gobierno federal para discutir la vigencia del tratado de Fort Laramie
de 1868. Y en segundo lugar, exigían una investigación judicial por múltiples asesinatos en contra del Buró de Asuntos Indígenas y el gobierno tribal de Pine Ridge dirigido por Dick Wilson.
El gobierno respondió con 500 policías, alguaciles federales y agentes del BIA y el FBI fuertemente
armados que rodearon Wounded Knee y pusieron barricadas por toda la carretera. Nadie podía entrar y
arrestaban a todos los que desde allí salían. Como describe el libro Agents of Repression: “En la primera
operación dentro de las fronteras nacionales desde la guerra de Secesión, el Pentágono invadió a Wounded Knee con 17 transportadores blindados, 130.000 balas de M-16, 41.000 balas de M-1, 24.000 bengalas, 12 lanzadores de granadas M-79, 600 cajas de gas lacrimógeno C-S, 100 rondas de explosivos M-40,
helicópteros, aviones Phantom y personal militar bajo la dirección del General de Ejército Alexander
Haig”.Los manifestantes, por su parte, excavaron también sus propias trincheras, pusieron barricadas e incluso formaron un escuadrón de seguridad dirigido por un lakota veterano de la guerra de Vietnam.
Establecieron además sistema de comunicación con radios de banda corta entres trincheras y su cuartel
general, y se armaron como pudieron con pistolas calibre 22, escopetas, varios rifles de caza, fusiles M-16 e inclusive u n AK-47 que el veterano a cargo de la defensa de la toma se había traído desde la selva de
Vietnam. De la misma forma y para eludir los retenes del gobierno, hacían traer a caballo o a pie raciones
de comida, medicinas y municiones desde el interior de la propia reservación.
Durante los primeros 70 días, los tiroteos con las fuerzas policiales y militares apostadas a escasos 2 kilómetros de la ocupación se hicieron habituales. Los organismo represivos dispararon miles de balas y lanzaron cientos de granadas de gases lacrimógenas para despejar las trincheras. El gobierno, por su parte, rechazaría cada una de las propuestas de solución al conflicto dadas a conocer públicamente por los dirigentes del AIM. La represión sin embargo arreció como en los peores tiempos del General Custer. Sin embargo, esta vez los lakota estaban preparados para resistir.

La Nación Oglala Independiente

El 10 de marzo, las autoridades retiraron sus barricadas con la esper anza de que los indígenas agobiados por el tiroteo incesante en contra de sus posiciones se entregaran. Por el contrario, los miembros del AIM vieron como una victoria la retirada parcial de las fuerzas policiales y aprovecharon la oportunidad para fortalecerse en sus posiciones de combate. Cientos de simpatizantes llegaron entonces a Wounded Knee, trayendo consigo valiosos cargamentos con alimentos y medicinas, pertrechos y también por supuesto algunas armas.

Al día siguiente, los jefes y líderes espirituales de la Nación Oglala y los líderes del AIM declararon el renacimiento de la Nación Oglala Independiente. Ciento ochenta y dos oglalas, 160 indígenas de otras naciones y siete blancos se declararon ciudadanos Oglala en una ceremonia cargada de simbolismo al ser efectuada al interior del Santuario recordatorio de la matanza del año 1890. Exigieron además una discusión del Tratado de Fort Laramie con representantes del gobierno federal y renegaron de su ciudadanía n orteamericana izando al revés la bandera norteamericana como símbolo de su libertad.

Una lakota recordó: “Por primera vez en años, el pueblo Lakota Oglala se podría organizar de acuerdo con los antiguos valores espirituales tradicionales. La vida de los indígenas es su espiritualidad. ¡Eramos libres!. Era la primera vez que teníamos libertad. Organizamos un hospital y una escuela para nuestros hijos, teníamos un comisariato colectivo y nuestra propia fuerza de seguridad para proteger nuestras fronteras. Hombres y mujeres se casaron, y nacieron niños en una tierra libre. Por 71 días el pueblo indígena mandó. Hombres y mujeres trabajaron lado a lado en la cocina, en los búnkers, en las patrullas, en el hospital, y en las escuelas y en las constantes negociaciones con el gobierno”.

La valerosa posición de Wounded Knee inspiró a mill ones en todo el mundo. Otras naciones indígenas cancelaron contratos con las compañías mineras. Simpatizantes de más de 60 naciones indígenas norteamericanas se colaron por las barricadas policiales para unirse a sus hermanos Lakota. Muchos arriesgaron la vida para transportar por avión alimentos al lugar sitiado. Cientos caminaron muchos kilómetros por los cerros para unirse a la lucha o llevar comida y medicinas. Médicos y enfermeros de todo el país fueron a ofrecer sus servicios. Muchos eran veteranos de Vietnam, con entrenamiento militar y vasta experiencia en combates. De todo el mundo llegaron telegramas de apoyo. Miles de personas participaron en manifestaciones de apoyo por todo Estados Unidos y todo el mundo, y este amplio apoyo le impidió al gobierno lanzar un ataque militar de envergadura contra el Santuario como eran sus planes desde un principio.

Las tácticas del gobierno

Ante la imposibilidad de sacarlos por la fuerza de las armas, el gobie rno norteamericano intentó sacarlos por la fuerza del hambre, poniendo más soldados y organizando constantes patrullas alrededor del Santuario a fin de impedir el reaprovisionamiento de los manifestantes. Desde el 11 de marzo muy pocos alimentos y medicinas lograron entrar a Wounded Knee. El 26 de marzo el gobierno cortó las líneas telefónicas y los últimos periodistas se fueron de Wounded Knee amenazados de represalias por parte de agentes del FBI. Esa noche el gobierno lanzaría un gran ataque en contra de la ocupación: ¡más de 20.000 balas en una sola noche!, que lograría derrotar a los manifestantes Lakota. Al día siguiente el gobierno anunciaría una docena de acusaciones en contra de todos los allí reunidos.

Paralelo a estas medidas, también se desataría una ola de represión a nivel nacional contra los simpatizantes de la
ocupación. Du rante las semanas siguientes, la policía allanaría organizaciones como la Cruzada por la Justicia, un grupo de
Chicanos de Denver, Colorado, balearía en confusos incidentes a numerosos indígenas y partidarios del AIM y procedería a
la detención de todo el grupo de apoyo que suministraba alimentos y medicinas a los ocupantes de Wounded Knee.
El 5 de abril de 1973 las negociaciones se rompieron otra vez ante la insistencia del gobierno de pedir la entrega de las
armas de los manifestantes. Clyde Bellecourt de AIM señalaría: “A nuestros compañeros no les gusta nada que lleguen
alguaciles armados a buscarlos y ellos no tengan armas con que defenderse. Ellos tienen muy presente lo que le pasó a Big Foot y su gente el año 1890 en este lugar y desconfían totalmente del gobierno en este momento”.
Ante la negativa de los indígenas, las fuerzas del gobierno comenzaron una gran balacera la noche del 17 de abril. Durante el tiroteo, un balazo le dio al Apache Frank Clear water en la cabeza y lo mató. El 26 de abril, otra bala policial terminaría con la vida de Buddy Lamont, un descendiente Oglala de la Reserva de Pine Ridge. Ante la agudización del conflicto y el inminente desencadenamiento de una nueva masacre en dicho lugar, el 4 de mayo la Casa Blanca acepta en una carta una reunión con los dirigentes de la ocupación para discutir el Tratado de Fort Laramie, a condición de que estos entregaran la totalidad de sus armas y abandonaran la ocupación de manera pacífica. Cuando decidieron hacerlo el 10 de mayo, más de 150 personas de distintos pueblos indígenas norteamericanos se fueron de Wounded Knee durante la noche, llevándose consigo sus armas a sus propias reservaciones.

Como es de suponer, tras finalizada la histórica ocupación el gobierno norteamericano no cumpliría una sola de las demandas planteadas por los Lakota. El día 31 de mayo, día pactado de las reuniones, cientos de indígenas y líderes del AIM esperaban a los representa ntes de la Casa Blanca en Pine Ridge, sin embargo, un auxiliar de Nixon les entregó una carta que declaraba: “Los días de hacer tratados con los indios terminaron en 1871, hace 102 años…”. Además, el gobierno no investigó al BIA como prometió. Tampoco sometió a un juicio criminal a Dick Wilson y su tropa de mercenarios. En cambio, el FBI acusó de conspiración y terrorismo a más de 700 personas en conexión con la ocupación lakota de Wounded Knee.

Durante los siguientes tres años 69 miembros y partidarios de AIM fueron asesinados en Pine Ridge. Hubo más de 300 ataques y balaceras. AIM hizo todo lo posible por defender al pueblo y hacer cumplir sus demandas. En medio de esa lucha, el gobierno acusó falsamente a Leonard Peltier, un dirigente de AIM, de matar a dos agentes del FBI en un incidente al interior de la reserva encarcelándolo de por vida, siendo hoy -junto a Mumia Abu-Jamal del Partido de los Panteras Negras- uno de los más reconocidos prisioneros políticos e xistentes en suelo norteamericano.
“Querían meternos a la cárcel, llevarnos ante sus tribunales, condenarnos a muchos años en sus penales. Querían infundirnos miedo. Pero no nos dejamos asustar por las amenazas del FBI. No nos preocupaban porque ya habíamos estado en sus penales desde mucho tiempo antes. Nos referíamos a sus reservaciones”, relataría Dennis Banks, uno de los líderes del Movimiento Indio Americano respecto de la situación de aquellos años.

Durante cien años, Wounded Knee fue un símbolo de las horribles masacres perpetradas por la caballería norteamericana en contra de los pueblos indígenas de EE.UU. Pero en 1973, Wounded Knee se volvió un símbolo de algo muy distinto. Un símbolo de resistencia y de territorio liberado. Transcurridos treinta años, esta histórica ocupación Lakota sigue siendo un poderoso símbolo de esperanza para la lucha de todos nuestros pueblos por su libertad y territorio.

Fuentes

• “Voices From Wounded Knee: The People Are Standing Up” (Voces de Wounded Knee: El pueblo se levanta), publicado por Akwesasne Notes.

• “In the Spirit of Crazy Horse” (En el espíritu de Crazy Horse), de Peter Mathiessen.

• “Agents of Repression: The FBI’s Secret Wars Against the Black Panther Party and the American Indian Movement” (Agentes de la represión: La guerra secreta del FBI contra el Partido Pantera Negra y el Movimiento Indígena Americano), de Ward Churchill y Jim Vander Wall.

La Reconquista espiritual de los pueblos indígenas

ENTRE EL GOZO Y LA OFRENDA

La Reconquista espiritual de los pueblos indígenas

(Publicado en Febrero 1997)

ÍNDICE

– Introducción

– La mexicanidad

– Pinceladas de una batalla florida

– El corazón de los mexicanos

– Un puente de Wiricuta entre Europa y Amerrikúa

– Apuntes sobre la fusión de Tradiciones

Introducción

Ansiosos por ubicarnos en una adecuada perspectiva frente a lo Nuevo que está llegando, se nos hace cada vez más urgente y necesario realizar un doble movimiento convergente desde las dos esquinas tradicionales que dan nacimiento a la Conchería: el Cristismo como retorno al espíritu vivo del maestro Jesús y su mensaje de un futuro que ya está aquí; y la Mexicanidad, como expresión directa y aún palpitante de las antiguas enseñanzas y experiencias que nos transmitieron los ancianos Tlatoanis de la sagrada tierra del Anáhuac.

Este es el doble camino que hoy se ofrece ante vuestro ojos, sabiendo que la fusión se realiza en el corazón no dual del Ser que Yo Soy, y que lleva por título general Concheros del Nuevo Milenio. Por un lado ‘El Canto de la Tierra y la Danza de las Estrellas’, sobre el nuevo Cristianismo, el Grial y los Antiguos Misterios… y por otro ‘Entre el gozo y la ofrenda’, sobre la Mexicayotl eterna, la unidad de Tradiciones y la Virgen de Guadalupe. La idea directriz es que estas publicaciones sigan evolucionando con vuestra ayuda, cada una por su lado, para ofrecernos una amplia gama de orientaciones y puntos de vista que nos permitan profundizar en nuestro trabajo cotidiano como danzantes y guerreros del espíritu, servidores y defensores de la Luz del Christos.

Ciertamente que las reflexiones personales y los resúmenes de ciertas obras que os iremos ofreciendo no sustituyen las lecturas directas de los libros en cuestión, cosa que os recomendamos especialmente (Velasco Piña, Marte Trejo, Arturo Meza, Grupos Mexicas, etc.). Así mismo debe quedar muy claro que este trabajo se refiere exclusivamente a los danzantes y compadres hispanekas, cuyo destino como pueblo (y por tanto como grupo espiritual) difiere sensiblemente del papel que está viviendo y vivirá nuestra amada Tenochtitlán y la generalidad de los pueblos de México. Por tanto, y sin que sea necesario establecer un ‘secretismo’, fuera de tiempo y ajeno a la transparencia de nuestros días, hay que comprender que estas reflexiones y puntos de vista no se adecúan ni critican en forma alguna la situación de la Tradición Conchera en su origen mexicano, sino que forman parte de nuestro derecho incontrovertible a la libre adecuación hispana (cumpliendo los principios tradicionales que nos han sido transmitidos de manera precisa y sistemática por nuestra jefa Nanita, y cuya enseñanza ha corroborado el jefe Ernesto en diferentes ocasiones).

De manera que se nos hace de nuevo imprescindible recordar el Círculo de más de doscientos guerreros hispanekas y una docena de concheros mexicanos que, dirigido por la Jefa Nanita, se formó en una de las últimas etapas del Camino de Santiago 92, (en ausencia del capitán Jesús León de Insignias Aztecas que se unió al círculo la noche del día 23 en la Plaza del Obradoiro, Santiago de Compostela), y que contaba entre sus filas a varios Capitanes o Palabras de la Tradición: Salvador Zarza, Toltekayotzin, la comadre Vicky, el compadre Chango, el compadre Hugo…, además del sargento Leo, Xabier Carasusan, que después sería capitán 2º de nuestra Mesa, etc.

Todos ellos, junto a nosotros, fueron testigos de la afirmación tajante de nuestra amada Nanita (ante mi personal requerimiento de que no aceptaría el cargo a no ser que se tuviera en cuenta el diferente futuro interno que esperaba a Hispania, respecto al que parecía propio de su propio país México) de que me otorgaba total libertad de acción en lo que se refiere a las decisiones propias del desarrollo de la Mesa Conchera Hispana, siguiendo mi buen criterio y sabiendo que siempre me atendría de la manera más adecuada a la enseñanza conchera que los jefes del Linaje invisible nos habían transmitido con gran precisión, pudiendo pedir consejo siempre que lo necesitara a mi hermano el capitán Jesús León.

Aún le insistí en que de mejor grado apoyaría con gusto otra elección que no fuera la mía, negándose a ello con lágrimas en los ojos, y afirmando que mi desconocimiento actual de la Tradición era sólo transitorio y sin importancia pues los Jefes invisibles así lo afirmaban sin género de dudas. Más tarde tuvo unas palabras a solas con un servidor en las que, de acuerdo con el mandato interno que me fue comunicado, acepté de una vez y para siempre el compromiso pendiente, asegurando la expansión y supervivencia del Linaje invisible en tierras hispanas y europeas. Linaje que a su vez llegó a un acuerdo de colaboración y ayuda energética y espiritual conmigo, y nuestra Mesa, y que hasta la fecha, y más aún desde la liberación de Nanita, ha cumplido satisfactoriamente a rajatabla sin género de dudas. Como todos sabéis, en la madrugada del 25 de Julio del 92 quedó fundada, en la Velación del Monte do Goio, la Mesa Conchera del Señor Santiago.

Sólo me queda pediros que a partir de este momento seleccionéis todos los trabajos que os parezcan adecuados para continuar con esta doble saga que comienza en el I Consejo Conchero 97, escribiendo los artículos y reflexiones que consideréis oportunas y poniéndoos en contacto con las Palabras regionales que coordinarán las siguientes publicaciones. Confío en que también podamos resumir los coloquios y comentarios de grupo que se vayan planteando a lo largo del Consejo y, más tarde, en los círculos de danza regionales. Que estas reflexiones sobre la antigua manera mexicana de concebir la vida nos ayuden a profundizar en nuestra propia singladura interna.

La mexicanidad. Mexhicayotl.

“Cada vez veo más a los danzantes como guardianes

encargados de velar por la Luz del Templo,

siempre reconocidos por su entrega, su disciplina,

y por la ciencia y la belleza que rodea siempre a todo cuanto realizan”

“Ánimas Conquistadoras de los Cuatro Vientos

sabe Dios donde andarán,

todos roguemos por ellas”

Con el permiso de Tonacatecuhtli, nuestro padre Sol.

Con el permiso de Tonacacihuatl, nuestra Madre Tierra.

Con el permiso de los Guías y de la Jefa Nanita.

Mexhikayotl es parte de un Conocimiento que practicaban los antiguos mexicanos y significa Universalidad. Así pues es también parte de una sabiduría, de una forma de vivir, de pensar y de sentir que con el paso de los años se plasmó en una Tradición que ha llegado hasta hoy intacta en su esencia, renovada en sus formas, siempre invitándonos y enseñándonos (entre otras cosas y sobre todo) a ser, a vivir y convivir en la Armonía del Uno que está en todo y todas las cosas.

Esta tradición ancestral del mundo nahuatl ha sabido conservar viva la llama del Fuego Sagrado y las antiguas costumbres que legaron los sabios para su mantenimiento y renovación (al igual que todos los grandes pueblos del norte y sur del continente americano desde el mundo atlante) gracias a la entrega, esfuerzo y sacrificio de muchos guerreros, hombres y mujeres de bien, auténticos mexicanos que ofrendaron sus vidas con conocimiento, en amor a los suyos, a su pueblo, a su tribu, al cielo, a la tierra, el sol, la luna y las estrellas.

Abarca tanto el conocimiento de lo que está ‘arriba y abajo’ como de lo que está ‘cerca y junto’ (Tloke-nahuake) y varios rangos de disciplinas y actividades que van desde la agricultura y el arte a la astronomía, la astrología, la medicina, la filosofía y todas las áreas de la vida en general. Todo ello en consonancia y tomando como modelo y gran maestra a la naturaleza, que con su ritmo y su palpitar gobierna y ordena la vida de acuerdo a sus propios ciclos, expresados a través de Tonantzin nuestra Madre Tierra, de la que somos hijos y herederos.

Una de las formas más antiguas y poderosas que todos los pueblos han practicado para revivir sus esencias y enseñar y transmitir su sabiduría, conocimientos, y la ‘correcta manera de vivir’ es la danza ritual, una de las disciplinas más completas, profundas y bellas de Mexhicayotl, una inseparable vertiente de la gran sabiduría antigua.

A su vez ha llegado hasta nosotros, adaptada en algunas de sus formas a la tradición cristiana, la Danza Conchera, cuyos ritos y costumbres han salvaguardado a través del tiempo lo esencial de la Gran Tradición Americana basada en el encuentro con la Armonía de todo y todas las cosas con el ‘cerca-junto’.

Cuando hablamos de la Danza y de la Mexhikayotl tratamos siempre de hacerlo con humildad y respeto, pues sólo así podemos proyectarnos y ubicarnos adecuadamente ante la tremenda fuerza y poder emanados del ceremonial mágico. También la ciencia y las profundas enseñanzas que subyacen a la práctica deben ir siempre acompañadas de una actitud de arte, belleza y armonía. Sólo así es posible completar las Cuatro Esquinas de la Gran Cruz en movimiento: Nahui Ollin, cuatro rumbos-puntos magnéticos, cuatro estadios de la conciencia que el danzante debe recorrer y atravesar: agua, fuego, aire y tierra. cada elemento un rumbo, un templo-santuario, un punto de ofrenda y peregrinación.

Para el camino unas pocas armas simples pero eficaces: la voluntad inflexible, el amor incondicional y un constante equilibrio interno para poder escuchar la voz de la sabiduría.

Antiguamente los ciclos social-productivo y mágico-religioso se hallaban imbricados, unidos, y la danza, como instrumento de sincronización y armonización con los ciclos naturales y vitales, siempre ha estado, está y probablemente estará presente en la vida de los hijos-hijas herederos de la madre Tierra.

Aunque hoy en día la espiral de los tiempos nos ha apartado en gran medida del ritmo y los ciclos marcados por el Tonalamatl (Gran Libro de los días y los destinos) que comprende un periodo de 260 días dividido en veinte grupos de trece días cada uno, su ciclo interno, subjetivo, espiritual, permanece vigente en nosotros porque en realidad es permanente y atemporal. Sin embargo el nuevo esfuerzo de sincronización está en marcha y así como el paso zenital de las Pléyades por el meridiano de Méxhico-Tenochtitlan cada cincuenta y dos años marca el término de un ciclo y el comienzo de otro, siempre sucederá que mientras un solo danzante sobreviva, la Fiesta del Fuego Nuevo prevalecerá como símbolo de renovación humana y espiritual.

Para cuando llegue el momento el danzante se prepara precisa, minuciosamente, sin dejar un sólo detalle al azar. Se atavía con todos los elementos ceremoniales que con el tiempo ha ido aprendiendo a identificar y comprender adecuadamente, desde los puntos en las articulaciones de su cuerpo hasta la manera de usar sus plumas (ihuitl), sus cascabeles (ayoyotes), su sonaja (ayakaztli)…

Cuando ejecuta su danza lo hace con totalidad, con el cuerpo y el espíritu, convirtiéndose en ‘Mitotoani’, canal, mensajero. Cada danza tiene un espíritu propio, como Tonatiuh (la danza del Sol), Ehekatl (la del Viento) o Tonantzin (de la Madre Tierra). Evocar e invocar al espíritu en la danza significa abrirnos al sonido, al movimiento, a las enseñanzas y la sabiduría de nuestros antepasados.

Pero solamente poco a poco, ‘con grande amor y con gran paciencia’ como dice uno de los cánticos concheros (alabanzas), tras innumerables esfuerzos y pruebas, la danza nos va revelando sus maravillas y secretos, sus significados, su mensaje.

Nanita siempre bailaba la Danza del Sol y, pese a sus casi 90 años, nos mostraba que lo esencial de la danza es su espíritu, que ella nos transmitía con la fuerza de un Sol que todo lo traspasa. Todavía hoy al bailar esta danza todos nos acordamos de ella, como si estuviera entre nosotros como siempre, en medio del círculo. Humilde, sencilla, firme, serena.

Una gran ceremonia de danza viene siempre precedida de una gran ceremonia de velación, en la que, a lo largo de una noche en vela, por medio de cánticos, ‘entre músicas y flores’ como dice otra de las alabanzas, se invoca el espíritu de las almas liberadas de los cuatro rumbos y de los antepasados sabios, para revivir la comunión espiritual que limpia, revivifica y renueva.

Las velaciones son una verdadera fiesta en la que la tribu, o gentes de diferentes grupos de la Danza, celebran esta antiquísima ‘costumbre’ de todos los pueblos indígenas. Se ofrendan luces y flores mediante determinadas formas rituales acompañándose con cantos y rezos. ‘Dar las Mañanitas’ significa saludar la Luz del Amanecer y revivir la victoria en la batalla de la Luz sobre la oscuridad.

El camino de la danza no es un camino para el beneficio personal, ni para volverse más fuertes o superiores. Es una ofrenda, un sacrificio, una manera de vivir que nace desde dentro del ser, un camino con corazón, lleno de rosas y de espinas, pleno de sabiduría y marcado por una gran disciplina.

Dentro de la Mexhikayotl el grado de Quetzalcoatl es el más alto rango, la más alta distinción que significa la síntesis de la Inteligencia, el Amor y la Voluntad: Huichilopoztli-Quetzalcoatl-Tezcatlipoca. En la correcta armonización de los tres niveles radica la clave de paso que abrirá las puertas del progreso. Vida-muerte, Luz-Oscuridad, constituyen las dos caras de la dualidad permanente que ha de encarar el guerrero danzante. El reconocimiento de la Luz y de las fuerzas de la victoria, frente a la experiencia de la sombra y del dolor, la Sabiduría de Quetzalcoatl como ser total que abarca la síntesis de los dos principios.

La inteligencia y la sabiduría de la danza se van revelando poco a poco, batalla tras batalla, pluma tras pluma, y sólo llega tras toda una vida de entrega, sacrificio y servicio. La paz mental, el claro discernimiento, la tranquilidad y la humildad ayudan al danzante a ser un digno aspirante para recorrer el camino del conocimiento. Un grado de equilibrio dentro y fuera de ella, en su vida personal y en la vida de la tribu es necesario.

Cultivar un sentido de autocontrol, de voluntad y de disciplina son también parte esencial del camino. El danzante vive entregado a una misión, es (entre otras cosas) un místico que aspira a recorrer la senda del Sol, a cuidar su fuego, recibir su Luz y sentir su calor. Es un depositario de la Tradición, y tal vez un día será su ‘guardián’: hombre-mujer, guerrero comprometido a dar lo mejor de sí mismo como ofrenda a esta herencia sagrada , a su tribu, a su pueblo.

Es necesario aspirar a superarse cada día, a vencer la pereza, la inercia. Para muchos éste es el paso más difícil de dar pues implica un total abandono de las motivaciones personales y en muchas ocasiones una gran dosis de esfuerzo y sacrificio.

Una firme aspiración, el intento inquebrantable y una cierta sobriedad, ayudan a mantener el cuerpo siempre listo para la batalla.

Finalmente, a medida que el danzante va recorriendo rutas y caminos, se encuentra con que todo su propósito está basado en un profundo amor a la Tierra y a todos los seres que la habitan. Si no siente este amor significa que todavía no está preparado para ser un danzante o que el camino es otro. Además las pruebas pueden llegar a ser terribles para los que se aventuran en este camino sin el debido respeto, sin la necesaria humildad, sin una adecuada disposición del corazón.

Fe, devoción y servicio desinteresado son las avenidas principales que conducen al ‘recto sendero’ para comprender la esencia de la Danza, que es ante todo una ofrenda a Dios y al espíritu de nuestros antepasados, las Ánimas Conquistadoras de los Cuatro Vientos, que alcanzaron la Luz, tal y como lo nosotros lo haremos algún día.

Como en todas las Tradiciones, la experiencia y la sabiduría de las antiguas costumbres queda en manos de los ancianos y ancianas de la tribu. Los ‘tatas’, guías mayores de la Tradición, constituyen un ejemplo vivo de las enseñanzas mediante su bondad, su dedicación y su entrega. Faustino Rodríguez (‘de los volcanes el guardián’ como reza la alabanza), Guadalupe Jiménez Sanabria: ‘Nanita’ (realizando su última danza en diciembre del añoo 93 a sus 89 años, poco antes de su partida en el Tepeyac), Ernesto Ortiz (con 96 todavía entre nosotros) son ejemplos de vidas plenas dedicadas a la fe, a la sencillez, al servicio. Toribio Jiménez, Esteban Puebla, Manuel Luna y tantos otros.

Mucha gente no entiende el hecho de que la Danza, siendo un legado con antiguas y profundas raíces prehispánicas, utilice las fórmulas cristianas en sus ceremonias y rituales. Ello es comprensible por el hecho de que generalmente se ignora el ‘proceso’ que tuvo lugar en México y en general en toda América, después de la ‘conquista’.

Ese proceso, que prácticamente borró del mapa a todo un pueblo, a toda una cultura, y que inevitablemente tuvo que ocurrir para completar un ciclo karmático, no impidió que, gracias a los guardianes de la Tradición, la esencia del antiguo conocimiento quedara a salvo, eso sí, a costa del sacrificio (que nunca alcanzaremos a imaginar) de los seres de luz que tuvieron que encender sus conciencias a un grado nunca antes conocido para salvaguardar en ‘secreto’ la llama sagrada del espíritu de los antepasados.

Gracias a ello, bajo el estandarte del Señor Santiago, Correo de los Cuatro Vientos, y el manto de la Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, se conservan las prácticas, la fe y las creencias de un pueblo y una raza, la mexhica, que hunde sus raíces en la noche de los tiempos.

La Mexhikayotl como Tradición Sagrada trasciende los símbolos concretos externos y reconoce la unidad esencial entre todos los reinos de la naturaleza, entre ellos el reino humano, por encima de costumbres, razas y continentes.

Ser un digno portador de la tradición, los símbolos y la palabra Mexhikayotl implica un compromiso profundo con uno mismo, con los demás, con la tierra, el cielo, y el Universo.

Se necesita comprender que no es un camino personal, sino de servicio, de entrega: ‘en el dar está el recibir’. El danzante es pleno y total en su ofrenda, en su ‘dar’. Pero ese dar tiene que ser continuo. Las enseñanzas de la jefa fueron místicas y guerreras a la vez, dulces, pero también duras y severas. La tradición ‘guerrera’ del ‘Justo Combate’ remarca los tres aspectos del ser en el Uno Ometeotl.

Cuando los danzantes dicen ‘Él es Dios’ (In Teotl) y se besan las manos, están mostrando que son guerreros consagrados a la vida impersonal y desde ese momento se expresan desde su centro, con fuerza, con dignidad, con humildad.

El correcto uso de la palabra es una de las facetas más importantes de las enseñanzas (si no la que más). La palabra es creación, es vida, y siempre en todo momento y lugar ha de ser justa, sincera, porque es sagrada. El danzante se expresa con claridad, usando siempre su cabeza, manifestando siempre su corazón.

Cuando nos ponemos los huaraches es para acariciar la Tierra, cuando nos ponemos la banda en la frente es para trabajar, para actuar y como símbolo de protección y respeto. Cuando nos ponemos las plumas es para volar.

Para todo ser humano una de las fases más transcendentales del vuelo místico es atravesar el Valle de la Muerte, el Mictlán, para llegar al Omeyoakan y renacer de nuevo, pero ya limpios, en libertad.

Micuixtli, la Muerte, siempre nos recuerda lo que somos, seres espirituales irradiando Luz, y cuando toca a nuestra puerta es hora de partir. Hoy a mi, mañana a ti. Para eso ‘levantamos la Cruz’: ayudamos a recoger la ‘sombra’ mediante un bello ceremonial encaminado a facilitar, tanto al alma del difunto como a sus familiares, un tránsito post-mortem en armonía, equilibrio y paz. Constituye un servicio bello, profundo, humano. Como en toda ceremonia, se ofrendan copal, flores, velas, se canta, se reza. Al final casi se convierte en fiesta.

Se lleva a cabo a los nueve días del fallecimiento y se trata de dejar el camino limpio y despejado en el ‘más allá’. Somos seres de Luz, sí, pero cuando encaramos la muerte ésta nos obliga a ‘soltar’, limpiar, a procesar miedos, apegos, cualquier cosa dentro del mundo material, emocional, mental. Sólo así es posible volar ligeros, desprendidos, caminar libres.

El sacrificio y la ofrenda de la raza roja han sido tales que los misterios relacionados con la muerte y el desapego forman parte casi de su vida cotidiana. Por eso cuando un mexhica se eleva en su danza, lleva en sus plumas el orgullo de un pueblo y al mismo tiempo la ligereza de quien no posee nada.

El mundo moderno con su materialismo oculta la muerte y ésta, enojada, se muestra impasible y certera, invitándonos a cruzar, a dar el salto, a elevar la vibración y abandonar todo lo denso. El miedo a volar es similar al que siente el pajarillo cuando le toca su hora antes de abandonar el nido. Para alcanzar ligereza y desplegar las alas del espíritu, para llegar a ser verdaderos danzantes tenemos que llevar lo menos posible encima.

Los cambios que están sobreviniendo van a exigirnos un fuerte proceso de alineamiento, limpieza emocional, aclarar la mente, purificaciones físicas.

De pronto se puede perder el interés por las rutinas diarias, el interés por nuestros trabajos mundanos o en la vida social. El mundo no ofrece soluciones gratis, hay que ponerse a trabajar y se tiene que hacer en grupo, en tribu, en beneficio de familias y comunidades. Para mantener vivos los vórtices de entrada a las energías grupales, de los meridianos y los puntos de poder, los danzantes y grupos afines deben recorrer las rutas sagradas en la forma que enseña la tradición: con limpieza, con respeto, ofrendándose con devoción, con alegría.

Vamos con fe a nuestros santuarios y a donde nos invitan, sin pedir nada a cambio. Vamos danzando, vamos cantando, vamos rezando, limpiando, transmutando, purificándonos y purificando nuestro entorno. A ‘paso de camino’ serpenteando con el sonido de los cascabeles y el de las caracolas saludando a los cuatro vientos. Con el ritmo del huehuetl y el corazón de la Tierra. No hay posibilidad de volverse atrás, las Tribus del Sol ya están en marcha, las del norte, las del sur, las del oriente y las del poniente.

Desde aquella memorable noche del 25 de Julio del 92 en el Monte del Gozo y la reunión posterior en la Catedral de Santiago, casi sin pausa hemos revoleado nuestros Estandartes, aireado nuestros penachos, sonado nuestras mandolinas, sonajas y ayoyotes por varias partes de Hispania, por los cuatro rumbos, por muchos lugares de México. hemos dado los primeros pasos. Creo que hasta ahora se han dado con respeto, con dignidad.

El mensaje que actualmente se irradia desde el Tepeyac, el Santuario Guadalupano, Virgo-Tierra, Viento del Norte-Tonantzin, es el que siempre ha sido desde que Ella se apareció en sus sagradas colinas: su deseo de que muchos grupos se unan para orar, meditar, sanar y trabajar juntos en métodos prácticos y espirituales para ayudar a anclar el Rayo Femenino para la Tierra y para la Humanidad.

En este nuevo tiempo en que vivimos, que reviste un significado especial para nuestros pueblos y comunidades, así como para todos en general, necesitamos tomar conciencia de nuestro pasado y de lo que significa el tiempo presente. Se ha dicho que el despertar del espíritu indígena se va a dar también en Occidente, en medio del mundo ‘civilizado’. Y eso será inevitable cuando los hombres y mujeres empecemos a ser conscientes del uso del destino y de nuestro libre albedrío para continuar la tarea que desde siempre llevaron nuestros abuelos y abuelas de pelo blanco, los que no vinieron a buscar con voracidad, y que con paso lento pero seguro llegaron al grado de Águilas y Jaguares.

¡In Tlanestia in Tonatiuh! ¡Que vuestro Sol sea brillante

Pinceladas de una batalla florida

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Si bien Venus-Quetzalcoatl es la Estrella de la Sabiduría (que anuncia el advenimiento del Sol de la Presencia: Christos), para conquistar sus caminos celestes hemos de realizar primero un largo peregrinaje sobre la Tierra. Antes de que la voz interna del Vidente despierte en nuestro interior, hemos de borrar todo el farragoso almacén de nuestra historia personal. Y este trabajo de limpieza equivale a la realización de la experiencia individual del Espejo Humeante de Tezcatlipoca, la disolución de toda memoria del pasado influyendo en cada uno de los pequeños actos de nuestra vida cotidiana. Una penetración en las profundidades oscuras de la personalidad oculta e inconsciente y una recuperación de las antiguas tradiciones de nuestro pueblo, destruídas por una espada de fuego disfrazada de cruz.

Es esta energía de la recapitulación la que nos hace esclavos o libres, nos da fuerza de voluntad o debilidad, nos empuja hacia grandes metas o tan sólo nos permite sobrevivir al borde de la inanición y dominados por los vicios incontrolados. Borrar el pasado y librarlo de toda carga emocional, social y biológica, para que el Ser luminoso -el ‘Otro de Luz’ o ‘Serpiente Emplumada’- alcance la libertad de ver y nos conduzca hacia la cumbre de la montaña de donde nunca más hemos de bajar.

Este espejo de la memoria vive con autonomía en nuestro interior y nos trae los recuerdos con los que nos asociamos a lo largo del tiempo, pero si un día logramos liberar y vaciar esta memoria de las percepciones de los sentidos, entonces Tezcatlipoca se convierte en una puerta hacia otras dimensiones y en un ‘Espejo del tiempo contrario’ que nos muestra las posibilidades intergalácticas del futuro.

Y no olvidemos a Xolotl, su hermano gemelo, verdadera esencia del astro Sol. Pues si Quetzalcoatl-tonal intenta realizar el Reino o Plan de Dios sobre la Tierra a través de sus múltiples pruebas y duras batallas que reflejan el sentido arquetípico de la ‘anunciadora’ Venus, es su Espíritu Xolotl (la fuerza del Nagual) el que puede alcanzar los huesos de los antepasados y convertirse en el verdadero Sol. Jesús por fuera y Cristo por dentro.

El Guerrero Alado o solar es también un Monje y un Sabio, hijo espiritual de Tezcatlipoca el señor de la noche, uno que ha transmutado todos sus venenos en medicina y miel, todas sus escamas en plumas. Alguien que ha elevado la energía de la Madre Universal hasta abrir su corazón al amor, y traspasar la frontera de la nuca para inundar de luz celeste la cabeza. Y el guerrero danza en el sueño como en la vigilia, el Sol brilla dentro de su Ser a la mañana y a la tarde, en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad. Ometeotl, la eterna dualidad creativa sobre la Tierra: el día y la noche, lo brillante y lo oscuro, el tonal y el nagual, la parte izquierda y derecha del cuerpo o del cerebro, Quetzalcoatl y Tezcatlipoca. Y nadie puede alcanzar la luz sin pasar serenamente por la oscuridad, nadie puede alcanzar el cielo sin atravesar consciente y amorosamente los desafíos y las profundas cuevas de la tierra.

2

¡Oh mi señor Tatewari,

manifiesta tu Presencia en este fuego sagrado,

ahora que he cumplido con mi obligación para contigo.

Sal al calor y hazme sentir tu caricia y tu palabra oculta.

Déjame ser de los elegidos

para cabalgar por las sendas de otros mundos,

allá en Wiricuta!’

La luz sólo puede alcanzarnos cuando la llamamos desde el corazón. Nunca puede llegar por casualidad, si es que algo así como el azar existiese en el mundo. Hay que pagar el precio de la búsqueda voluntaria y nadie quiere molestarse en ello, porque dejarse llevar por la oscuridad es lo más fácil (trabajo absurdo y destructivo, ansia de acumulación, distracciones abotargantes, familia ajena al amor y a la entrega, ruido y polución, negatividad mental y agresividad…). Cada vez la lucha entre luz y oscuridad es más universal. Y no se trata de un simplificador dualismo mental, sino de la última batalla antes de la desaparición del poder de la mente separativa sobre la nueva Tierra de Luz. Y el señor oscuro se introduce en la medicina científica, en lo que comemos, en la música apabullante, en la droga y los excesos sexuales, en el cine y la televisión cotidianas, en las guerras tecnológicas y tribales, en los fanatismos religiosos, en la industria polucionante, en la violencia del capital financiero, etc.

Estamos en medio de la gran batalla y los próximos ocho años sólo verán un recrudecimiento de la misma y no su desaparición. Entonces tendrás que elegir claramente uno de los dos bandos y poner toda tu vida en el combate activo y la transformación.

El fin del dualismo y de las polaridades viene acompañado por el incremento de las posturas duales y de los enfrentamientos entre extremos. La última separación será la que dividirá a la humanidad en dos partes bien diferenciadas: los que están al servicio de la Luz y los que están al servicio de la mente apegada a la materia y al personalismo. Y no podemos seguir con esos planteamientos seudomísticos del ¿tú todavía estás apegado a la dualidad? Mientras inspire y expulse, mientras haya día y noche, mientras distinga yo y tú, mientras pueda tener salud o enfermedad, etc., hay un componente dual que es imposible evitar, aunque lo esencial sería mantenerse consciente en cada instante (con sol y con luna, tomando o echando el aire, sano o enfermo…) y vivir la realidad tal y como es, como una oportunidad para evolucionar y aprender por medio del momento, sea aparentemente bueno o malo.

3

Hunab Ku, Kan Kin, o la Presencia Divina es el centro del universo, el eje del Sol central, la expresión de las energías del Padre.

Tonantzin, Coatlicue, la Guadalupana, son expresiones de la Madre Cósmica y Terrena, la mediadora de la Trinidad (‘Hija del Padre, Madre del Hijo y divina Esposa del Santo Espíritu’).

Quetzalcoatl es el Hijo de Amor-Sabiduría, el Viento (Ehecatl), con su movimiento sinuoso, que empluma a la serpiente y disemina por el mundo su mensaje de libertad, comunicándolo a todos los corazones para que escojan libremente su futuro entre la luz y la oscuridad.

El Tewantinsuyo o Tierra de los Cuatro Vientos, también llamada Amerrikúa o el Anáhuac eterno, nos ofrece una enseñanza milenaria radicalmente distinta a la de los científicos académicos que hoy tan estoicamente sufrimos. La evolución no es progresiva sino que avanza en círculos de espiral, retornando siempre a los mismos desafíos eternos, esperando el momento de que, como raza, encontremos mejores respuestas a las que se hallaron en ciclos anteriores. Así que todo vuelve una y otra vez al mismo lugar, y los mismos desafíos que destruyeron la vida en otros planetas de nuestro sistema solar hace millones de años vuelven de nuevo a presentarse ante nosotros (polución, energía atómica, violencia y destrucción, drogas degenerativas, manipulación genética, guerra química, explotación, hambre, supertecnología abusiva, depredación de los recursos naturales, superpoblación…). Es el Ourobouros, la serpiente que se muerde la cola, el Tonalpohualli azteca o el Tzolkin maya, el tiempo cíclico de Gurdjieff, un periodo de cincuenta y dos años (4×13) que parece reproducir (en múltiplos centenarios) los ciclos evolutivos de todo proceso (y posible progreso) humano.

Cada danzante crea, con sus pasos de danza, una tela de araña que atrapa a las dos hermanas: Conciencia y Energía, y así colabora con la Gran Tejedora que hila nuestras vidas sobre el Telar celeste. Invoca a los Cuatro Poderíos del Mundo para que tomen cuerpo en el Círculo sagrado y les pide permiso para comenzar su ofrenda. Así va reuniendo su lado derecho con el izquierdo, hasta disolver toda dualidad y manifestarse como la unidad del instante sin tiempo y por tanto sin mente. Es Ometeotl, el Uno que ha integrado el cambio continuo de sus dos lados complementarios y siempre interrelacionados. Delante y detrás, derecha e izquierda, arriba y abajo, el danzante une lo masculino y lo femenino, el cielo con la tierra, la acción con la relajación, el futuro con el pasado… manteniéndose siempre presente en el instante vivo del Corazón llameante del guerrero arcoiris.

Se trata de dispersar la energía femenina emergente por todos los lugares sagrados de nuestra tierra a través de la danza, para acabar con la discriminación del patriarcado ya decadente y conseguir una igualdad operativa y armoniosa entre hombres y mujeres, entre el cerebro derecho y el izquierdo, entre la mente y el corazón amoroso, entre la magia y la razón. El movimiento integra nuestro ser con el cosmos, retornando al tiempo en que fuimos unidad, danza sagrada de nuestros abuelos siguiendo el ritmo del amanecer, siguiendo el paso de Tonahtiu que asciende… Cada uno danzando como una llama ardiente que calcina sus propios problemas, como una avanzadilla de los que han ofrecido su vida para purificar al monstruo de mil cabezas llamado civilización, como una espiral que gira en círculos cada vez más amplios invocando los poderes del fuego y del agua, del viento y la tierra.

La Danza sagrada no se convoca en cualquier lugar (su objetivo esencial es el de ligarnos con el universo de la cruz: arriba, abajo y las cuatro direcciones horizontales), y en todo su desarrollo las esferas cósmicas giran alrededor del centro galáctico. Es un ritual de ofrecimiento en el que limpiamos nuestros cuerpos energéticos, expresamos los profundos sentimientos corporales del físico (en comunicación directa con el espíritu y la mente), y despertamos las zonas prohibidas del cerebro atrofiadas de modernidad y especialización. El huehuetl o el teponaztle, los ayoyotes y las sonajas, marcan su ritmo poderoso y sostenido, hasta crear como una cierta hipnosis de grupo, capaz de conducir a estados alterados de conciencia y de poner en marcha procesos de actualización del inconsciente que están fuera de la comprensión racional.

A un lado y a otro, dando vueltas en ambas direcciones. Dentro y fuera, arriba y abajo, izquierda y derecha, el círculo de danza se mueve al unísono y sin descanso. El 12:60 ha dejado el paso al 13:20, el tiempo mundano al ritmo lento y concienzudo de las ceremonias sagradas, la muerte al no-tiempo. No sólo es importante lo que se hace, las antiguas Formas de contacto con lo invisible (copal, cirios, flores, canto, danzas…), sino sobre todo cómo se hace, el estado interno del oficiante y aún del partícipe. El observador avezado parece encontrarse por primera vez cara a cara con un verdadero no-hacer, en el que priman la conciencia y energía del grupo sobre los pasos concretos de la dancita; el ‘prenderse’ del momento sin tiempo sobre las virguerías de los bailes guerreros; la disponibilidad, atención y la alegría compartida sobre la precisión de los procesos sacerdotales y ceremoniales, en los que paradójicamente los ancianos y Guías de la Tradición hacen especial hincapié. ‘El verdadero conchero acude a la Virgen para rezar humildemente, para dejar caer unas lágrimas al entrar en el templo y sentirse unido a todo, para entregar su corazón en las alabanzas, para recuperar la pureza de la infancia mientras se purifica rezando, para manifestar en grupo la armonía de la creación y la fraternidad de los Hijos de Dios’.

4

Toda enfermedad es fruto de una desarmonía en el libre flujo de las energías, que a su vez están bloqueadas por barreras emocionales del pasado que actúan desde el subconsciente alterando cualquier relación ordinaria con el entorno y las gentes que nos rodean. Primero se crean agujeros en el aura, verdaderas ‘vías de agua’ que despilfarran la energía vital allá por donde vamos, luchando contra el entorno natural con nuestras ‘leyes mentales’ y sin saber el nombre de nuestro dragón interno: miedos, vicios, depresiones, pobreza, descontrol emocional, excesos sexuales, drogas, trabajo absurdo, autocastigo, un falso orgullo personal, ansia de posesiones, tensiones musculares, fantasías e ideales descontrolados, etc. Más tarde las vísceras, los órganos y el sistema inmunológico resultan destruídos, creando las condiciones para el cáncer (eso somos, cánceres en la piel, en el agua y en la atmósfera de la Madre Tierra), el infarto (explosión incontrolada y volcánica de nuestras energías emocionales), el sida (desnudos y sin defensas ante el ataque del entorno como si fuera la respuesta de la Tierra a tanta destrucción), etc.

Y cuanto más metidos estamos en la espiral descendente más difícil es la cura y más alto el precio iniciático a pagar. Cuantas más veces hayamos matado químicamente las pequeñas alteraciones o avisos corporales que hasta el momento nos han llegado, más complicada será la manifestación de la salud, porque cada una de esas situaciones ha de recapitularse corporalmente para borrarla definitivamente de nuestro inventario, inscrito en el mental celular.

Los agujeros en el aura expanden energía roja por el mundo, que al unirse a otras fuentes del mismo tipo crean las discusiones y las luchas, hasta el punto que un 90% de las relaciones sociales son caminos para robar la energía al otro, para comportarnos como depredadores de la vitalidad ajena (a través de la imposición, del lamento o del interrogatorio) dejando a un lado la fuente inagotable de energía en la que todos podemos beber, y por medio de la cual regalamos energía a los que nos rodean sin caer en las trampas de la identificación egótica a las palabras, del apego a las emociones, o del rechazo de las sensaciones que son aparentemente desagradables.

Y es aquí donde juegan un papel esencial los Elementos-madre de cada persona, los lugares de poder en donde la integración con la naturaleza resulta casi inmediata, la justa respiración que despierta la fuerza de la Gran Diosa dormida en la base de nuestra columna, el silencio mental y la paz emocional, el trabajo de los cuatro elementos serpentinos, la vía de la recapitulación de los guerreros-jaguar y la de la ensoñación de los guerrreros-águila, las danzas y las caminatas de poder, la alimentación sana, las vigilias nocturnas en soledad, la meditación y la observación del cielo, el relajamiento dirigido, etc.

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El ascenso de Tonatiuh cada mañana, relata Marte Trejo en su magnífica obra sobre las tradiciones del México antiguo, es precedido por la serpiente de luz del amanecer -Xiuhcoatl-, antes de que el magnífico rostro de Huichilopoztli (primer brillo o sol del amanecer, el colibrí antes de transformarse en águila) ciegue por unos momentos nuestra visión con el resplandor y la belleza del día.

Ipalnemohuani es la inmensidad sin límite y sin tiempo que lo inunda todo, la fuerza primigenia de lo increado. Quizás lo más parecido a ese concepto del Dios impersonal sin nombre ni forma, antes de convertirse en Padre-Madre de la creación (Tloquenahuaque: ‘el cerca y el junto’). Es la energía dual que crea el Nahui Ollin, la cruz del movimiento de la mente universal y que, desde el centro del cielo, da nacimiento a las cuatro direcciones, unificadas en la conciencia crística del centro de las galaxias.

Nuestro Sol es hijo de Orión y nuestro origen se encierra en esta nebulosa de misterio (donde también nacieron las Pléyades), con su Can mayor y menor (Sirio y Procyon) y las cuatro estrellas que le rodean (Rigel, Bellatrix, Betelgeuse y Salph). En el 92, el 25 de Julio, día de nuestro Señor Santiago y del Despertar del Corazón de Hispania, comenzaba una nueva cultura galáctica. Habían nacido los Hijos de las Pléyades, porque nuestro nuevo Sol central de la galaxia, el que se manifestará a lo largo del próximo milenio, estará situado en la constelación de las Pléyades, hacia donde somos ahora conducidos por el llamado Cinturón de Fotones.

Las Pléyades han de limpiar el camino de Orión, y para ello los hijos e hijas de Acuario deben dar nuevo sentido a la vida de la humanidad y recuperar la antigua ruta del Espíritu. Han de ayudar a que desciendan los verdaderos Guardianes de la Tierra que son trece, y nos aguardan en los intersticios de las dimensiones del universo, dispuestos para encarnar su presencia en los lugares más activos y poderosos actualmente de la Tierra. Los primeros llegaron en el 87, el 88, el 90, el 92, el 93 y el 95, pero aún no se ha completado su descenso que tiene como límite el eclipse solar del año 99.

En cada Viento o dirección del mundo, que corresponde a los Cuatro Seres Alados (que el cristianismo denomina Arcángeles y el hinduismo Señores del Karma), se toca el caracol y el eco de los vientos responde y da su aprobación para acceder al lugar sagrado. Al final se invoca al Dios sin nombre ni forma, y después al Dios padre-madre, así como a los Símbolos venerados y a las Almas liberadas de los Cuatro Vientos, arrodillándonos en tierra para recitar las oraciones y invocaciones de petición de permiso que dan comienzo a la ceremonia.

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Hoy las mujeres recuperan sus poderes mágicos para participar activamente, en igualdad de condiciones con el hombre, en la nueva Civilización Andrógina que nacerá con dolor en los primeros años del Tercer Milenio. Ésa será la verdadera unidad de Ometeotl, y nunca el retorno peligroso y relativamente facilón al fanático matriarcado de las ideas rígidas, supersticiones y prejuicios de lejanos tiempos de oscuridad. Cualquier distinción entre seres humanos que lleven a una más o menos sofisticada discriminación, con la creación de grupos cerrados y círculos de ‘elegidos’, es una ofensa al espíritu humano y a su total libertad para escoger el camino de luz u oscuridad al que va a dedicar sus esfuerzos en los próximos diez mil años.

Luz significa entrega, disolución, borrado de memoria emocional, aceptar cualquier situación que se nos presente como una oportunidad de servicio, obediencia a la ley cósmica, amor incondicional y confianza en las presencias invisibles del cielo y de la tierra, y sobre todo en la profunda sabiduría del Plan Crístico. Oscuridad significa miedo, precaución, desconfianza, valorar el pasado, distinguir bien entre lo que me gusta y me disgusta, buscar la propia satisfacción por encima de todo, aferrarse a las cosas y a las gentes, valorar la mente personalista por encima del silencio impersonal, y las emociones de atracción-repulsión por encima del sentimiento desinteresado.

Por si fuera poco son las mujeres quienes deben unificar las dos polaridades de Ometeotl, equilibrando de nuevo las enseñanzas de los templos masculinos (Chichén Itzá, Kabah…) con la de los templos femeninos (Uxmal, Monte Albán…). Los sucesos astrológicos del año 94 con las progresivas conjunciones de Urano y Neptuno (por primera vez en la historia conocida), dieron paso a esta posibilidad que habíamos estado esperando durante tanto tiempo y que había sido preparada con antelación en Centroamérica a través de la apertura de las pirámides mayas (respetando en cada uno la esencia del trabajo que habrá de realizar en el próximo futuro), que ha sido realizada durante los últimos siete años. Marte Trejo sigue añadiendo que las pirámides femeninas brillaban con color violeta y las masculinas con color dorado, mientras que el aura de todas era de arcoiris, gama que representa el legado de nuestro futuro.

Por todas partes nacen las nuevas Semillas de Estrellas; en todos los rincones del mundo se implanta el nuevo código genético que llamamos GNA (acompañado de microórganos sutiles que muy pronto sustituirán a los órganos ‘físicos’ del cuerpo); en todos los pueblos existen avanzadillas de la conciencia que conectan y canalizan fuerzas estelares y angélicas capaces de iluminar la ruidosa barahúnda del momento presente; muchos son los corazones que se abren a la reciente Infusión Crística que comenzando en el año 87, está llegando a su punto álgido en el período 94-99. Y esto es independiente de los sexos, de las capas sociales, de las razas, de la cultura, de las ideas políticas, de la edad y del lugar de nacimiento. Lo esencial es que estas gentes se mueven en una frecuencia distinta, son conscientes de la necesidad del servicio y del trabajo en red, y saben que o nos salvamos juntos (las gentes de buena voluntad) o ninguno nos salvamos.

Manejan nuevos conceptos capaces de romper las limitaciones del pasado y no proyectan sus problemas en el exterior sino que confían en la fuente viva de la Presencia dentro de sus corazones.

7

Ni aún hoy, en que el Puente de Wiricuta se mantiene abierto entre los dos pueblos de Hispania y de México, podemos decir que los mexicanos son de manera pura indígenas o españoles, sino tan solo los portaestandartes de la raza verde (amarillo dorado del Sol y azul de la Tierra), la de los amantes de la ley divina que se expresa en la naturaleza humana y planetaria, y que está compuesta por hijos de todas las razas, naciones y religiones del mundo. Los indígenas y los españoles son el pasado, pero no sólo los indígenas de América, sino nuestros antepasados medievales, devotos del dios Pan y adoradores de las fuerzas del cielo y de la tierra. Por eso no podemos elegir ninguno de los dos bandos (el pasado o el futuro) ya que somos una nueva raza transmutada, aunque es fácil comprender que no podríamos avanzar evolutivamente sin integrar también en nosotros la sabiduría de nuestros abuelos indígenas y las realizaciones místicas y elevadas de la despectivamente llamada ‘brujería medieval’.

Por eso volvemos a los antiguos lugares de poder y manejamos una nueva concepción del tiempo, basada en la sabiduría antigua. Para nosotros las montañas y las cuevas, los dólmenes y los menhires, los centros de peregrinación ancestral y los nuevos focos devocionales. Para ellos las pirámides y los lugares sagrados de las misteriosas civilizaciones maya, olmeca, tolteca, azteca, teotihuacana o chichimeca. Todos tratamos retornar al conocimiento sagrado unificado que existió antes de que las luchas fratricidas separasen los dos polos de la creación, el masculino y el femenino, dando a uno de ellos poder y control sobre el otro, y rompiendo el equilibrio de fuerzas que mantiene a la luz de la creación en un continuo proceso creativo. Esta Tradición inmortal o Filosofía perenne fue un día considerada como el Centro de Armonía del Universo, ya que es la ley que rige la vida de la Confederación Galáctica en la que, dentro de muy pocos años, entraremos como miembros de pleno derecho, después de haber extirpado de nuestros campos la cizaña del poder y la violencia.

Cada centro ceremonial recibe un cierto tipo de energía, determinada por las fuerzas telúricas del lugar y por su capacidad para asimilar las poderosas radiaciones de uno u otro de los focos de emisión estelar que se vierten como una sutil lluvia luminosa e invisible sobre la superficie de la tierra. Hay que comprender que la ecosfera planetaria está encerrada en una costra muy densa e impenetrable a la luz, que podríamos llamar psicosfera, creada por la infinita producción de emociones negativas que se emiten cada día, como humo negro, de cada una de las cabezas y corazones de los habitantes de este atormentado planeta azul.

Sólo en los Lugares de poder natural y en los Centros ceremoniales activos, es posible abrir Puertas Dimensionales (con la participación unificada de gran número de personas despiertas) para que pueda llegar hasta nosotros la ayuda de los Hermanos invisibles y Seres Angélicos que tienen a su cargo la evolución de la Conciencia sobre la Tierra. Del lejano cosmos nos llegan las vibraciones (ondas y corpúsculos) que emiten las estrellas, los agujeros negros, el alma de las diferentes galaxias, etc., y en estados alterados de la conciencia se captan las cuerdas del universo, ‘las interlineas de alto poder y que permiten autogenerar grandes cantidades de energía bautizadas como fuerza galáctica o fuerza G’, que siempre han sido usadas de manera mágica por los chamanes de las diferentes épocas, como intermediarios entre el cielo y la tierra.

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De pie frente al amanecer, con los dos pies abiertos y descalzos, bien en contacto con la tierra, las manos abiertas hacia el cielo para recibir la energía, el vientre relajado, los ojos fijos en el Sol naciente y las rodillas flexionadas. Se inhala la energía recogiéndola del interior de la tierra y se asciende por las rodillas hasta el circuito central, que asciende paso a paso desde el perineo (puerta de la serpiente) y la zona sacra, lumbar, dorsal y cervical hasta ascender a la cabeza a través de la nuca (puerta del águila) y llegar a la coronilla (puerta del cielo). Sentir el calor en el cuerpo y al cerrar los ojos la nube azul va expandiéndose como una esfera alrededor de nuestro cuerpo. Al espirar dejar que las energías fluyan suavemente desde la frente, a través de la lengua, por la garganta, pecho, ombligo, bajo vientre y zona sexual, para recomenzar de nuevo.

Desde las llamadas ‘experiencias cumbre’ hasta los primeros pasos de un principiante en el aprendizaje de la meditación, están en función con el tipo de ondas cerebrales que somos capaces de producir en un momento dado de nuestra vida. Dicho de otro modo: el quantum de energía de que disponemos a nivel mental (silencio y unificación), emocional (ausencia de emociones negativas) y vital (energía respiratoria y sobre todo sexual), caracteriza todas las posibilidades de contacto con lo invisible (sueños, visiones, canalizaciones…), de buena suerte, de salud y protección ante las ‘casualidades’ de la vida, y de claridad y creatividad mental que somos capaces de asumir en lo cotidiano. Cualquiera sabe hoy que los ritmos alfa son necesarios para la creatividad y la expansión mental y deben desarrollarse por técnicas adecuadas de relajamiento, de concentración o de meditación, aunque muchas veces la audición de música clásica o la creación de un poema son suficiente excusa para desarrollarlos autónomamente. Por su parte los ritmos theta se asocian con el sueño profundo y con la actividad del tálamo en los primeros años de la vida (sensaciones de placer y dolor).

Existen tres maneras bien diferenciadas de reaccionar ante los estímulos externos:

1.- Ritmos alfa persistentes que no desaparecen al abrir los ojos ni al concentrarse: son adultos con imaginación auditiva y táctil mas que visual. Ante un problema estas personas no usan imágenes mentales.

2.- Las alfa llegan al cerrar los ojos y relajarse, y desaparecen al abrirlos o cuando se desarrolla un esfuerzo mental. Son personas que crean imágenes para resolver problemas, son adaptables y versátiles, combinan datos con rapidez.

3.- No tienen ritmos alfa significativos y piensan con imágenes visuales. Actúan de forma rápida y precisa ante un problema cuando la solución está al alcance de la imaginación visual, pero lo hacen peor cuando es una abstracción o imagen complicada, ya que se confunden y aturrullan.

Estas tres divisiones (un poco ‘cientifistas’ para el tema que estamos tratando) son importantes para comprender las diferencias básicas que separan a las gentes emotivas y psíquicas, de aquéllas que se manejan a través de la presencia en el instante.

No son pocos los llamados ‘guías’ (sobre todo los que trabajan a la americana) que inventan un método y lo hacen universal, considerándolo válido para todo tipo de personas y desarrollando un marketing de unificación que produce efectos negativos colaterales (frustración, sensación de impotencia, confusión…). Cuando a mucha gente que nos rodea les funciona algo y a nosotros no, es difícil no sentirse desplazado, e incluso presionado a mentir en los círculos de integración de las experiencias.

La sabiduría antigua (de la que aún quedan dignos representantes) hacía mucho hincapié en estas diferencias que venían cualificadas por las diferentes configuraciones de la energía en el vientre. Los videntes se centraban en distinguir con claridad de dónde surgían las hebras de energía que caracterizan para siempre nuestro contacto con el Misterio del Nagual, y de esa manera distinguían a los ensoñadores y recapituladores, así como las cuatro direcciones a las que cada uno de ellos podía pertenecer.

Así lo que para unos es un camino de crecimiento y sobriedad, para otros es un obstáculo que puede alterar toda su vida interna. Que alguien cuya conciencia no ha quedado atada al pasado a través de las emociones (por disponer de una diferente estructura energética), sea empujado a sumergirse día tras día en ellas, sólo conduce a un cortocircuito explosivo que generará mucha agresividad y pérdida del rumbo espiritual. Personalmente me siento integrado de manera estructural en el primer grupo de personas auditivas y táctiles, más que visuales, capaces de desarrollar estados de gran profundidad incluso en las ruidosas batallas de la vida cotidiana. La intuición no viene siempre con imágenes, sino que hay momentos en que se manifiesta como un ‘insigth’ instantáneo y completo. Mientras que otras gentes necesitan visiones para encauzar su vida, y las encuentran en estados de meditación o relajación. Unas terceras ven en todo momento imágenes, pero sin profundidad suficiente para convertir su visión en guía, ya que las manifestaciones subconscientes interfieren sin descanso en estas visiones que podríamos considerar mejor como simples pensamientos mentales.

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La Tradición ha desarrollado a lo largo de milenios, y en el corazón de sus más bravos guerreros y sacerdotisas, un sin fin de métodos probados para alcanzar otras dimensiones de la Conciencia. A lo largo de los siglos y las persecuciones, estos métodos han ido reduciéndose a unos pocos por la desaparición de los ancianos sabios que disponían del poder suficiente para transmitirlos. Hoy algunos caminos son sólo recuerdos en la mente colectiva, cenizas de otros tiempos de gloria en que los viejos atlantes de piedra recorrían por la noche los valles sagrados de México y Centroamérica.

De cualquier manera el aprendiz que se pone en línea con cualquiera de estos vastos senderos: sustancias sagradas, ensoñación, danzas, recapitulación, contacto con los invisibles de la Tierra, etc., se encontrará siempre con graves problemas al contactar con el camino elegido, pues cada uno de ellos conduce a una puerta dimensional en la que su nuevo poder acumulado (por la limpieza de la importancia personal, el ahorro sexual, la respiración consciente, los ayunos y retiros, los temascales, las caminatas, la danza de poder frente al fuego…) fortalecerá en primer lugar a su parte oscura, haciendo salir a la superficie, en versión actualizada, las peores pesadillas de infancia, los miedos escondidos, las obsesiones que alimentaste en la juventud, o tus sueños irrealizados. Entonces da comienzo la batalla contra tus fantasmas complacientes, que sólo desean darte placer y sensaciones de seguridad, o aterrorizantes. A pesar de esto el camino debe seguir para encontrar los secretos de la vida y del universo, sin paralizarse por los peligros que esta búsqueda lleva consigo e intentando desarrollar la mayor impecabilidad posible para estar seguros ante los sofisticados acechos de la mente subconsciente.

Y cada mañana se eleva la voz de la invocación al Sol naciente, con el fuego al oriente, la vida y las nuevas criaturas al poniente, la noche y el lugar de los muertos al norte, el manto de las estrellas al sur, y el corazón del cielo y las galaxias al centro.

Se observa el astro dorado en profunda meditación con los ojos abiertos, y luego comienza la danza lentificada, como una meditación en movimiento, una ofrenda al rey del cielo. Después, sentados de nuevo, escuchamos los sonidos del tambor llamando a los poderes del mundo y el canto espontáneo y mágico que surge de nuestro pecho-vientre. A nuestro lado se eleva el humo del copal sagrado que despierta el Espíritu unificándolo con toda la naturaleza que nos rodea y que eleva nuestra oración hasta Dios. Con los ojos cerrados absorbemos la esencia del copal y acariciamos el viento con las plumas de águila que sostenemos en la mano derecha. Invocamos los poderes de nuestro Viento, esencia del gran Quetzalcoatl en su función de Ehekatl, que como Mercurio es mensajero de los dioses, y como Hurakán es dador de vida. Fuego, tierra y aire, unidos al sentimiento íntimo que es agua y a la Conciencia que es luz transcendente, forman el cuadrado del mundo. Es como si hubiéramos tomado de las esencias del mundo (hongos San Pedro, híkuri, ayahuasca o semillas de ollolliuqui) y pudiéramos fundirnos con el alma de la tierra que se revela por medio de la carne de los dioses.

Y es entonces cuando siento mi naturaleza esencial, la cualidad que Dios ha dejado en mi energía para manifestar su destino espiritual en este mundo y en los otros: mujer remolino haciendo girar vertiginosamente el karma de los que le rodean; guerrero-águila dueño de su propio destino y visionario de grandes futuros; mujer élfica de los lugares sagrados; poeta y músico de los ritmos del tiempo, que expresa su alegría en cada aliento; mujer que convoca las nubes y que hace soñar; hijo del rayo que atrae las tormentas y maneja la energía en cualquier cuerpo… hombre o mujer guerrero-mariposa, Papaloztli, capaces de ver más allá de las apariencias en el mundo real del Espíritu.

Sin saber cómo, un día realizaremos el secreto del tiempo y podremos engancharnos a la eternidad. Entonces cada instante se vuelve pleno y sin huellas, dándonos la energía suficiente para vivir otro instante más. Pero no se trata de un presente sin raíces, ni de un futuro visionario y efervescente. La intuición, los sueños, las canalizaciones y las visiones completan la circunferencia, pero sólo cuando el círculo está presente, cuando el buen sentido, la amistad, la creatividad, el servicio, la paz interna y la alegría se manifiestan de manera concreta y nos impiden perdernos en fantasmagóricas utopías. Tengamos siempre presente la idea original de la creación humana, avivemos el fuego interno, despertemos la visión lúcida y global, y no dejemos pasar el tiempo sin retornar una y otra vez humildemente a la purificación de la mente, del cuerpo y de las emociones. Don Juan Mathus insiste: ‘lo más difícil en la vida es mantener el talante de un guerrero’, renovar el Intento original de asumir el cambio y acabar con las pendejadas matutinas. Pero la Tierra también cuenta, y la nueva conciencia planetaria está guiada por sus ciclos y espirales, así como por los aportes de energías sutiles que le alcanzan en estos especiales tiempos de purificación desde las más importantes estrellas del sistema galáctico al que pertenecemos.

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Cada ser humano dispone de una sabiduría supletoria que se pierde en la noche de los tiempos y que podríamos considerar como una especie de archivo colectivo racial. Para alcanzar esta sabiduría que está impresa en nuestros genes, se hace imprescindible elevar las energías desde la base de la serpiente hasta los cielos cerebrales del águila, trabajando intensamente por el despertar y el perfeccionamiento de nuestros sentidos sutiles. Para purificar el oído, escucha los sentidos internos, camina con los ojos tapados, descifra el canto del riachuelo y descansa en vigilia auditiva durante largas noches.

Para purificar la vista, observa las cosas con los ojos abiertos hasta dejar de verlas, concéntrate sin parpadear en una vela, centra tu atención en el centro de la frente percibiendo los colores sutiles, u observa el sol reflejado en el agua que fluye. Para purificar el gusto siente el sabor de cada una de las plantas que te rodean, concéntrate en la punta de la lengua, elimina los sabores dulces y salados, o descubre con los ojos cerrados un cierto sabor determinado que se confunde con otros que sean muy parecidos. Para purificar el olfato concentra tu atención en la punta de la nariz, medita en ‘anapana’ hasta que percibas olores de rosas y flores exóticas por todo, trabaja la respiración lentificando cada fase y reteniendo el aliento, o distingue a las gentes con los ojos cerrados sólo con la ayuda del olfato.

Por último, para purificar la sensación del tacto permítete masajes sensitivos, despierta la energía corporal en las relaciones amorosas muy prolongadas y llevadas al ralentí, camina desnudo por la naturaleza, y medita en ‘vipassana’ recorriendo los diferentes niveles del cuerpo (piel, músculos, huesos, órganos, energía…) hasta que sientas tu cuerpo como una esfera gigantesca hecha de energía pura.

Mantener etapas de silencio externo, meditar en el silencio interno, dormir sobriamente y alimentarse de manera equilibrada y limpia, realizar temascales de purificación, peregrinar y ascender a las grandes montañas, transmutar las emociones negativas y abandonar las murmuraciones y las fantasías, revitalizar la doble serpiente de nuestras energías para irradiar energía desde nuestros centros mayores, ser maestros del sueño para poder recibir mensajes y conocer a otros hermanos de la luz…

En el borde de sol comienza el camino

Un abismo de poder y conocimiento del futuro.

La boca que devora el nuevo ciclo,

y que te muestra los logros a realizar.

Una puerta viva entre las dimensiones

mientras tu mente calmada está en vigilia.

Viendo como si estuvieras allí, muy lejos,

adivinando las respuestas imposibles.

Un salto a otras realidades que es hijo del vacío,

y nieto de la energía disponible ante el abismo.

Un ojo abierto en el cielo tormentoso

que encuentra el profundo azul de la noche estrellada.

Es posible comunicar con Tatewari el fuego,

y oír cantar al Deva del gran bosque,

e incluso hablar con la lluvia y el ciervo

pero nada es como la danza de la luna y las estrellas.

Es el tiempo del sol negro, donde no llega la luz,

la oscuridad interna de nuestra memoria-espejo.

Pero en la cueva del alma la luz nos enseña

y la voz del ver nos muestra lo oculto.

Detrás se revela el tesoro fulgurante,

el diamante-rayo que destruye a los que se creyeron débiles.

y sólo por esa creencia renunciaron a su fuerza.

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Un Guerrero del Arco Iris,

un Hijo del Sol,

un integrante de los Seres de Trueno,

es a la vez un Danzante,

un Chamán,

un Invocador de la Presencia del Espíritu

y un Poeta.

Al final de círculo encontramos un nuevo comienzo en el que se trata de tender un puente entre cuatro Fuerzas: la primera constituída por los Maestros Ascendidos, la sucesión de Guías de los Linajes de la Luz que encarnaron sobre la Tierra, y los servidores del mensaje del Cristo vivo (en los planos visibles de la Tierra o invisibles, ya desencarnados); la segunda por las Jerarquías celestes (Arcángeles, Serafines, Señores del Karma, Espíritus del Sol…), los Ángeles Guardianes, los Hermanos de Luz de las Estrellas… como expresión del Padre; la tercera por los Devas de los Cuatro elementos y las cuatro direcciones, los espíritus Elementales que acompañan a los cuatro Reinos naturales y a las Cuatro Estaciones, los Guardianes de los Lugares de Poder y las manifestaciones sutiles de nuestra Madre Tierra; y la cuarta y última integrada por el corazón luminoso de los Hijos del Sol que a través de sus llamados, invocaciones e Intentos encauzan la Gracia del Padre hasta su manifestación en la Materia-Vida. Hay que señalar también que las dos primeras Fuerzas explicitadas (Maestros y Seres Angélicos) han fusionado sus senderos hasta el punto de que todo se manifiesta como un Trinidad: Maestros ascendidos-Humanos-Espíritus Elementales.

Experiencias con san pedro

EXPERIENCIA CON SAN PEDRO
Trichocereus pachanoi
por Erik
Relato de una experiencia con el cactus San Pedro, narrada al poco de acontecer la misma, con un cactus recolectado de la tierra misma en su hábitat natal.

Para narrarles esta experiencia que tuve con el San Pedro me gustaría remontarme a unos días antes de la toma de la poción.

Era un miércoles en vísperas de una luna llena. Ese día ya casi nos habíamos puesto de acuerdo con unos amigos para realizar una excursión a un lugar llamado los bosques de Zarate. También ese mismo día, en la mañana, estuve preparando una poción de maca. La maca, como ya les he comentado en alguna oportunidad, es el hipocólito de una planta que crece en las punas peruanas, es decir a unos 3,800 m.s.n.m. De acuerdo a estudios realizados por distintos investigadores y laboratorios, esta planta tiene propiedades vigorizantes, antistres, fertilizantes (en el hombre y animales) y es un potenciador de la libido. Además hay escritos de antiguos cronistas, de los inicios del virreinato del Perú, que indican que en algunas ocasiones el uso de la Maca estaba ligado al uso del San Pedro, el cual se realizaba durante el Pagapu, lo cual es una costumbre tradicional que viene desde la época pre-inca, y es una ofrenda a la Pachamama o madre tierra, la que, como todos sabemos, es la que nos prodiga la materia para existir y el alimento para vivir día a día. Hice hervir la Maca durante 2 horas, la dejé remojando todo un día y después la licué y con ello resultó un jugo de Maca, el cual guardé para el viaje que realizaría el día viernes.

El jueves me puse a preparar el San Pedro. Usé un cactus que había recolectado hace un mes, más o menos, con una longitud de 1.20 mt aproximadamente de Trichocereus Pachanoi. Ya hace varios días lo había pelado y le había extraído la superficie verde para ponerla a secar y luego pulverizarla. Me quedó San Pedro pulverizado y lo puse a hervir durante dos horas y media aproximadamente, en 3 litros de agua más el jugo de medio kilo de limones (el limón peruano tiene la característica de ser muy ácido). Después lo llevé todo a la licuadora y lo resultante lo guardé en un envase. La cocción la realicé en una olla de barro y me salió 1 litro y medio de poción.

El día viernes por la mañana acordé por teléfono encontrarme al medio día con dos amigos en un lugar llamado Chosica, que es el lugar de donde salen los microbuses que te llevan hasta un pueblo llamado San Bartolomé, el cual está ubicado en la sierra de Lima a una hora de Chosica. Llegamos al pueblo a eso de las dos de la tarde y de ahí se tiene que realizar una caminata por las montañas, la cual en total dura unas 6 horas a nuestro paso. La ascensión a la montaña la realizamos en dos partes. Avanzamos hasta las 6 de la tarde y decidimos acampar a mitad de camino y ahí nos repartimos una comida ligera. No sé por qué motivo precisamente yo me encontraba ese día con las vías nasales totalmente congestionadas; creo que fui víctima de un resfrío de orígenes psicosomáticos, ya que, por lo que sé, no me encontraba con los síntomas del virus de la gripe, y no creo que yo tuviera una alergia, porque aquella molestia me duró durante todo el viaje. Ese día no pude apreciar la belleza de la noche ni la majestuosidad de la luna llena. Permanecí en la carpa abrigado toda la noche.

Al día siguiente retomamos la ascensión hasta los bosques, me imagino que habremos llegado a eso de las once de la mañana. Ni bien llegamos, escogimos un lugar en donde armar la carpa y nos pusimos a descansar unos momentos para luego prepararnos una sopa ligera con verduras; comimos unos panes, conseguimos agua, dimos una caminata por el lugar, conseguimos algo de leña y luego nos dispusimos a descansar.

A eso de las 6 de la tarde nos servimos una parte del San Pedro en tres vasos distintos, primero hicimos un brindis con la Pachamama, luego otro entre nosotros y bebimos poco a poco la poción y luego nos pusimos a encender la fogata. Los primeros efectos empezaron a percibirse más o menos a una hora de la toma. En los momentos siguientes nos dio ganas de comer un poco de higos secos y unas pecanas que habíamos comprado en Chosica; estuvieron muy sabrosos y nos quedaron chicos; quedamos con la sensación de querer comer más de ellos. También tomamos un poco del jugo de Maca, al cual le habíamos agregado, el día anterior, algo de miel de abeja.

Habíamos llevado un pequeño radio cassette en donde escuchamos algunas cintas que también habíamos llevado. La música que nos acompañó sólo las dos primeras horas de la experiencia; algo de Pink Floyd, King Crimson, Jaivas y Wara.

Como las otras veces que he tomado San Pedro, inicialmente sentí una agradable sensación de calor interno, mucha soltura y acercamiento a mis amigos. Unas horas después, cuando ya habíamos logrado encender bien nuestra fogata, calentamos un poco más de la poción y tomamos una segunda dosis, la cual dio la sensación de intensificar rápidamente los efectos de la primera. Después de tomar el San Pedro un amigo y yo sentimos ligeras náuseas, pero luego desapareció dicha sensación.
Esta vez el Pedro actuó en mí de manera diferente a las anteriores veces que lo había experimentado; podría decir que sentí con más intensidad sus efectos psicodélicos. La experiencia duró unas 10 horas aproximadamente. Cuando ya estábamos bien chumados, nos olvidamos de nuestra fogata, nos abrigamos un poco más y nos tumbamos en el suelo a conversar y contemplar la belleza nocturna del bosque, y también nos pusimos a contemplar las siluetas que se proyectaban gracias a la luz plateada proyectada por la luna a través de las ramas de los árboles.

Nunca he probado mezcalina pura y no sé si algún día lo haré; pero personalmente considero que los efectos del San Pedro son muy particulares, al menos diferentes a los de los hongos psiloscíbicos y a los de la ayahuasca. Con el Pedro las ideas son muy claras, uno se olvida de las preocupaciones y se experimenta una sensación de regocijo interior extremo. Aunque, como todo enteógeno, creo que los efectos interiores que produce el San Pedro, van a variar de acuerdo a cada persona y al contexto en el que se toman y a la dosis ingerida.

Mirábamos cómo la luna se movía poco a poco a través del firmamento. Yo sentía que mis sentidos estaban sumamente amplificados, mi visión era sumamente clara y nítida y, en mi mente, las luces de las estrellas producían efectos de destellos y cuando cerraba mis ojos me sumergía en un mundo de maravillosas visones y figuras.

Recordábamos con alegría tiempos pasados y a los amigos que en ese momento no estaban con nosotros y también nos sentíamos algo afectados por la muerte de George Harrison. Las emociones internas eran muy fuertes y muy vivaces; pero me sentía bien conmigo mismo.

Estuvimos recostados casi toda la noche hasta momentos cercanos al amanecer, en que decidimos entrar a la carpa. Los efectos del Pedro continuaron hasta que me dormí acompañado por el cantar de las aves más madrugadoras.

Al día siguiente nos despertamos y en realidad la pasamos muy bien los tres: dimos una breve caminata, recogimos agua, preparamos la comida y nos pusimos a descansar hasta el atardecer en que decidimos emprender nuestro viaje de retorno a casa.

Aún ayer lunes me sentía muy sensible y aturdido por lo grotesco y caótico de la ciudad limeña y la mayoría de sus habitantes. En la tarde prendí un tronchito, y me puse a realizar un autoanalisis de mi actual situación y de lo que en breve tendré que enfrentar.

Creo que poco a poco el San Pedro está enseñando a mi mente a usar los efectos que él produce y la verdad es que estos me gustan mucho y me gustaría compartirlos con más personas a las que yo conozca, por ejemplo con ustedes.

Eso es más o menos lo que puedo contarles acerca de mi experiencia con esta planta maestra que durante mucho tiempo viene siendo usada, como medicina tradicional, por los pobladores de estas partes del mundo. Termino esta narración pidiendo, a todos los interesados en consumir esta planta, que cuando lo hagan, le tengan respeto y que la consuman en el momento en que realmente sientan que es el momento de hacerlo. Hasta pronto amig@s.

Erik

Cuentos nahuas: como se debe de cuidar un niño

Tomado del libro Hijos de la Primavera: vida y palabras de los indios de América; F.C.E., México 1994 pág. 84
Coordinador: Federico Navarrete Linares.
Adaptación: Elisa Ramírez.
Los nahuas que viven cerca dela costa del Golfo de México enseñan a sus hijos a recoger flores y regalarlas a los dioses. Con estas palabras les explican su deber :

    Que quien todo creó t e conceda fortaleza, permanencia y vida, que nada te entristezca. Crece, date a querer, el Creador no te envió a la tierra únicamente a caminar, no solamente a pasear. A quien creó todas las cosas has de ofrendar flores. Mañana y pasa do mañana, conforme crezcas, le darás una florecita. A crecer te han enviado a la tierra. Viniste a ofrendar flores aquí en la tierra, a los pequeños pies del Creador. Crece y date a querer, que nada te en tristezca, que nada t e aflija, eres un ofrendador de flores.

Como aparecio la gente en el mundo

Tomado del libro Hijos de la Primavera: vida y palabras de los indios de América; F.C.E., México 1994 pág.44
Coordinador: Federico Navarrete Linares.
Adaptación: Elisa Ramírez.
Ilustrador: Felipe Dávalos.
Todas las cosas que hay sobre la Tierra aparecieron cuando el Señor Tlalocan ordenó que todo brotara y reverdeciera. Las montañas se pintaron de verde con las yerbas tiernas y aparecieron todos los animale s.

    -¿Quién va a utilizar tanta riqueza? ¿Quién podrá terminarla? -se preguntaba el señor Tlalocan.

    Todo se quedaba igual, nada menguaba. El señor Tlalocan hizo entonces dos seres con más entendimiento, para mandar sobre lo que ya estaba; el hombre usaría el mundo y la mujer haría el nido y en todo le ayudaría. Eso decidió el Señor Tlalocan cuand o los puso sobre la Tierra.

    Los dejó allí y luego los espió. Solamente andaban como sombras, no se hablaban ni se acercaban uno al otro.

    -¿Qué haré? -se preguntaba.

    Les puso varias trampas para hacerlos hablar entre sí. Nada. Por fin dio con la solución: Juntó un puñado de piojos y los dividió en dos partes. Echó una en la cabeza del hombre, la otra en la de la mujer.

    ­¡Ahora sí! Entre las pocas cosas que no puede hacer una persona sola está despiojarse.

    El hombre y la mujer comenzaron a rascarse y rascarse. Se comenzaron a espulgar uno al otro. Y como eso toma tiempo, se pusieron a platicar de corazón.

    Así se unieron el hombre y la mujer y de el los nacimos todos los que estamos en esta tierra.

Como se debe cuidar a los ninos

Tomados del libro Hijos de la Primavera: vida y palabras de los indios de América ; F.C.E., México 1994 pág.14
Coordinador: Federico Navarrete Linares.
Adaptación: Elisa Ramírez.
Ilustrador: José Luis Acevedo.
Los nahuas que habitan cerca de la costa del Golfo de México tienen estas creencias sobre la forma de cuidar a sus hijos:

    Si un niño corta la primera fruta de una planta, o la fruta tierna, la planta ya no dará más fruta.

    Cuando hay que sacar de la casa a un niño que no ha sido bautizado, es necesario protegerlo mucho pues se le puede escapar el alma. Para eso hay que poner manojos de yerba en las veredas que salen al camino, para taparlas y que su alma no se regrese a otro lugar.

    Si un muchachito es mudo, hay que esperar que pase cerca una guacamaya y entonces meterle el rabo de la cuchara en la boca, para que.hable.

    Si a medianoche gritan las gallinas y los guajolotes que están en el corral, es porque ha pasado el Maligno.

Cuento maya

Tomado del libro Hijos de la Primavera:vida y palabras de los indios de América; F.C.E., México 1994 pág.43
Coordinador: Federico Navarrete Linares.
Adaptación: Elisa Ramírez.
Ilustrador: Susana Abundis.
    Cuando los dientes de los niños se caen, los huaves los siembran y los riegan, para que los dientes, que vengan y después crezcan bien.

    Las mamás esquimales meten los dientes de leche en un pedazo de carne y se los dan a comer a los niños, porque son parte de su mismo cuerpo.

    Los niños zapotecos salen fuera de la casa y echan los dientes sobre las tejas, para que los nuevos dientes les salgan parejitos como tejado.

    Los hopi salen de casa y esperan a que aparezca el Dios Sol; entonces le arrojan el diente caído y le piden otro. Hay que lanzarlo tan lejos como sea posible y pedir que el nuevo diente sea tan duro como las piedras donde cae.

    Los padres mexicas echaban el diente que se había caído en un agujero de ratón, porque decían que si no lo echaban en casa del ratón, no nacería el nuevo diente y el muchacho se quedaría chimuelo.

    Chimuelo: Desdentado.

    El Coyote va a la fiesta

    Tomado del libro Hijos de la Primavera: vida y palabras de los indios de América; F.C.E., México 1994 pág. 166
    Coordinador: Federico Navarrete Linares.
    Adaptación: Elisa Ramírez.
    Ilustrador: Rossana Bohórquez.
    ZAPOTECO El coyote fue a la fiesta de Chihuitán el cuarto viernes de Cuaresma. La plaza estaba llena de cosas qué comprar y todos los romeros del Istmo de Tehuantepec habían venido a traer mercancía y comprar dulces, juguetes y recuerdos del santuario. También el coyote fue a pasear y a traer cosas para sus hijos. Compró pan, plátanos oreados y dulce de coyolitos para regalar a sus crías. Los metió en su red y ya iba de regreso.

        En el camino, el conejo lo estaba espiando. Él no tenía dinero, no llevaba nada para sus conejitos, y pensó cómo quitarle su carga al coyote. Allí estaba maliciando cuando vio un zapato. Lo recogió y se adelantó rápido, fue a tirar el zapato por donde iba a pasar el coyote.

        Cuando lo vio, el coyote dijo:

        -Qué buen zapato, lástima que sea solo. Está nuevecito, pero le hace falta el par. Pobre del que lo perdió, de nada le sirvió comprarlos. Se alejó.

        El conejo recogió el zapato, tomó un atajo y cortando camino por el monte lo fue a aventar más adelante.

        Al ver el otro zapato, el coyote dijo:

        -Si me apuro a traer el de atrás, completo el par.

        Para ir más ligero, escondió su carga entre las matas y desandó sus pasos. ¡Eso era lo que quería el conejo!

        El coyote se regresó busca y busca. ¡Cuándo lo iba a encontrar, si era el mismo!

        Mientras el coyote buscaba, el conejo le robó su bulto y se lo llevó a sus hijos. Ya se saboreaban los coyolitos mientras el coyote seguía busque y busque:

        -Por aquí era, por aquí lo vi, seguro…

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