El libro naranja (Osho 2 parte)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 03/01/2005 7:34

COMIENZAN A HACER VIPASSANA

En Vipassana, puede suceder alguna vez que uno se sienta muy sensual, dado que estás tan silente y la energía no es disipada.
Comúnmente se disipa mucho la energía, y tú estás exhausto.
Cuando sólo te sientas, sin hacer nada, te conviertes en un estanque silente de energía. Y el estanque crece más y más y más. Casi llega a un punto en que se está desbordando… y entonces te sientes muy sensual.
Sientes una nueva sensibilidad… sensualidad… aun sexualidad… como si todos los sentidos se hubiesen refrescado… rejuvenecido… vitalizado; como si el polvo que tenías encima se hubiese caído y te hubieras dado un baño, y estuvieses siendo lavado por una ducha. Eso sucede.
De ahí que la gente, especialmente los monjes Budistas que han estado haciendo Vipassana durante siglos, no comen mucho. No lo necesitan.
Comen una vez, y es una comida muy escasa, muy frugal, a lo más lo puedes llamar un desayuno… y una ve al día. No duermen mucho, pero están llenos de energía. Y no son escapistas, trabajan duro. No es que no estén trabajando. Cortarán madera y trabajarán en el jardín, en el campo, en la finca; trabajarán todo el día.
Pero algo les ha sucedido, y ahora su energía no está siendo disipada.
Y la postura que asumen al sentarse conserva muchísimo la energía.
La posición de loto en la que los budistas se sientan es tal que todas las extremidades del cuerpo están unidas: pie sobre pie, mano sobre mano.
Estos son los puntos desde donde la energía se mueve y fluye hacia fuera.
Para que la energía fluya hacia fuera, se necesita algo puntiagudo. De allí que el órgano sexual masculino sea puntiagudo, porque debe despedir mucha energía. Es casi una válvula de seguridad.
Cuando tienes demasiada energía adentro y no puedes hacer nada, la liberas sexualmente.
En el acto sexual, una mujer nunca libera ninguna energía. Así, una mujer puede hacer el amor con muchas personas en una noche, pero no así un hombre. Una mujer puede inclusive conservar energía si sabe cómo hacerlo; incluso puede obtener energía de ese modo.
Tu cabeza no libera energía alguna hacia fuera. La naturaleza le ha dado una forma redonda. Así, el cerebro nunca pierde energía alguna, la conserva.
Porque eso es lo más importante: es el control central de tu cuerpo. Tiene que ser protegido, y el cráneo redondo lo protege.
La energía no puede escaparse de algo redondo. Es por eso que todos los planetas, Tierra y Sol y Luna y estrellas, son redondos. De otra manera, liberarían energía y morirían.
Cuando te sientas, te haces redondeado; las manos se tocan entre sí. Así, si una mano libera energía, esta entra en la otra mano. Los pies tocan los pies… y la forma en que te sientas se transforma casi en un círculo.
La energía se mueve dentro de ti. No va hacia fuera. Uno la conserva, uno se transforma poco a poco en un estanque.
Poco a poco, sentirás casi una saciedad en tu estómago. Puede que estés vacío, puede que no hayas comido, pero sentirás una cierta plenitud. Y entonces… la arremetida de la sensualidad.
Pero esto es una buena señal, una muy, muy buena señal. Así que disfrútala.

Tarde o temprano uno debe llegar a un
acuerdo con la propia sensación
melancólica de sentirse solo. Una vez
que la enfrentas, esta sensación
modifica su color, su cualidad, su sabor
se vuelve totalmente difícil. Se
transforma en soledad. Entonces deja de
ser aislamiento: es soledad. El
aislamiento conlleva sufrimiento;
la soledad contiene un espacio de dicha.

CONVIRTIENDOTE EN ASTRONAUTA
DEL ESPACIO INTERNO

M
uchas veces, en profunda meditación, de pronto sentirás como si la gravitación hubiera desaparecido. Como si nada te retuviera a la tierra; como si ahora te tocara a ti decidir si quieres volar o no… ahora depende de ti: si quieres, puedes simplemente volar hacia el cielo.
Todo el cielo es tuyo… pero cuando abres los ojos, de pronto el cuerpo está ahí, la tierra está ahí, la gravitación está ahí.
Cuando estabas meditando con los ojos cerrados, olvidaste el cuerpo, te moviste a una dimensión diferente: la dimensión de la Gracia.
Disfrútalo, permítelo, porque una vez que comiences a pensar que es una locura, lo detendrás y esa interrupción alterará tu meditación.
Disfrútala, como si volaras en un sueño.
Cierra los ojos. En la meditación, ve donde quieras, elévate más y más en el cielo. Y pronto muchas más cosas estarán a tu alcance. Y no te asustes: esta es la mayor aventura, más grande que ir a la Luna.
Convertirte en un astronauta del espacio interno es la aventura más grandiosa.

OSHO SUGIERE ESTA HERMOSA TÉCNICA
PARA AQUELLOS QUE SE VEN
PERTURBADOS POR SENSACIONES
DE INESTABILIDAD FÍSICA Y VUELO

Siéntate en tu cama por cinco o diez minutos, y visualiza con ojos cerrados…
Siente que tu cuerpo se está volviendo más, más, más y más grande. Hazlo tan grande como sea posible, tan grande que casi comience a tocar las paredes del cuarto.
Comenzarás a sentir que no puedes mover tus manos, es difícil… tu cabeza está tocando el cielo raso.
Primero, durante dos o tres días, limítate a sentir esto.
Entonces, comienza a expandirte fuera del cuarto.
Llena la casa completa, y sentirás que el cuarto está dentro de ti. Entonces, expándete fuera de la casa: llena todo el vecindario, y siente todo el vecindario en tu interior. Y entonces llena el cielo dentro de ti.
Haces esto durante diez, doce días. Poco a poco, lentamente, llena el cielo completo.
El día que hayas llenado todo el cielo,
Comienza el proceso inverso.
Durante dos días, hazte pequeño nuevamente. En el proceso inverso, siéntate y comienza a imaginar que te estás volviendo muy pequeño. Simplemente, ve en el otro sentido.
Tu cuerpo no es tan grande como parece: ahora tiene 35 centímetros de alto.
Eres como un pequeño juguete, y lo sentirás así.
Si puedes imaginarte la enormidad, puedes imaginar la pequeñez. Entonces… aún más pequeño, tan pequeño que podrás sostenerte en tu mano.
Entonces, más y más pequeño… y aún más pequeño.
Y dentro de doce días, llega al punto en que no te puedes encontrar a ti mismo. Te has vuelto tan atómicamente pequeño que es imposible descubrir dónde estás.
Vuélvete tan vasto como el espacio entero, y entonces hazte tan pequeño como un átomo invisible: doce días uno, y doce días el otro.
Te sentirás tan hermoso,
tan contento, tan centrado
que no puedes imaginártelo.

UNO

P
rimer paso: relájate en una silla, haz que todo el cuerpo esté confortable.
Segundo paso: cierra los ojos.
Tercer paso: relaja la respiración. Hazla tan natural como sea posible.
Con cada exhalación, di: ¡Uno! Al exhalar, di: ¡Uno! Inhala y no digas nada. De manera que con cada exhalación dices “Uno…uno…uno…”
No te limites a decir, sino que también siente que la existencia entera es una… que es una unidad… no repitas eso, sólo ten esa sensación, y el decir “Uno” será útil.
Haz esto todos los días durante veinte minutos. Hazlo de forma que nadie te interrumpa mientras estás haciendo esto.
Puedes abrir los ojos y mirar al reloj, pero no pongas la alarma.
Cualquier cosa que te dé un sobresalto será malo, de manera que no tengas el teléfono en el cuarto en que lo estás haciendo, y nadie debe golpear la puerta.
Durante estos veinte minutos debes estar absolutamente relajado. Si hay mucho ruido a tu alrededor, usa tapones para los oídos.
El decir “Uno” con cada exacción te pondrá tan calmado, quieto y centrado que no puedes imaginártelo. Haz esto durante el día, nunca de noche. De otra forma tu sueño se verá alterado, pues esto será tan relajante que no te sentirás soñoliento. Te sentirás fresco. La mejor hora es la mañana, o bien en la tarde; pero nunca de noche.

LA SONRISA INTERNA

C
uando quiera que estés sentado y no tengas nada que hacer, simplemente relaja tu mandíbula inferior y abre ligeramente la boca.
Comienza a respirar con la boca… pero no profundamente.
Sólo permite que el cuerpo respire, de modo que sea poco profundo y sea más y más superficial. Y cuando sientas que la respiración se ha vuelto muy superficial y la boca está abierta y tu mandíbula está relajada, tu cuerpo entero se sentirá muy relajado.
En ese momento, comienza a sentir una sonrisa, no en el rostro, sino sobre todo tu ser interno… y te será posible sentirla. No es una sonrisa que venga a tus labios… es una sonrisa existencial que se expande sólo en tu interior.
Inténtalo y sabrás qué es… porque no puede ser explicado. No hay necesidad de sonreír con los labios en el rostro, sino que es como si estuvieras sonriendo desde el vientre: el vientre está sonriendo… y es una sonrisa, no una risa; así que es muy, muy suave… delicada, frágil… como una pequeña rosa que se está abriendo en el vientre, y la fragancia se está expandiendo por todo el cuerpo.
Una vez que has conocido lo que es esta sonrisa, puedes permanecer alegre durante veinticuatro horas. Y en cualquier momento en que sientas que echas de menos esa felicidad, sólo cierra los ojos y encuentra nuevamente esa sonrisa, y estará allí.
Durante el día, puedes buscarla y encontrarla cuantas veces quieras. Está siempre allí.

OSHO

Con cada exhalación, di simplemente: “Osho” en tu interior; en voz no muy alta, sólo un susurro; hacia adentro, de manera que tú puedas oírlo.
Cuando el aire entre, limítate a esperar.
Cuando exhalas, tú llamas; y cuando el aire entre. Permíteme entrar.
No hagas nada, simplemente espera; así entonces, tú sólo trabajas cuando exhalas.
Cuando exhales, sal hacia el universo.
La exhalación es casi como dejar caer un cubo de agua dentro de un pozo… Y cuando el aliento entra, es como si sacaras un cubo de agua del pozo.
Esto es sólo durante veinte minutos.
Entonces, cuatro o cinco minutos para entrar en esto, y luego veinte minutos para permanecer en ello. Así que, como máximo, veinticinco minutos en total.
Puedes hacerlo en cualquier momento. Puedes hacerlo durante el día, durante la noche…

El libro naranja (Osho tercera parte final)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 03/01/2005 7:43

ORACIÓN

No hay nadie que oiga tus oraciones. Tu oración es simplemente un monólogo: le estás rezando al cielo abierto.
Nadie va a premiarte por tus oraciones, recuérdalo… si realmente sabes qué es la oración, la oración misma es su propia recompensa.
No hay nadie más que te premie; el premio no está allí en el futuro, ni tampoco en la vida posterior.
Pero el orar en si es un fenómeno tan hermoso que ¿a quién le importa el futuro y a quién le puede interesar una recompensa? La idea de un premio es codiciosa.
La oración en sí es una celebración tal, trae alegría y éxtasis tan grandes, que uno reza por el amor a la oración… uno no reza por miedo, uno no reza por codicia… uno reza porque lo disfruta. A uno ni siquiera le importa si hay o no un Dios.
Si te gusta bailar, no preguntas si hay Dios o no. Si disfrutas el baile, simplemente bailas: no te interesa si alguien está o no viendo el baile desde el cielo. Si las estrellas y el sol y la luna van a premiarte por el baile, a ti no te importa. El baile, en sí mismo, es un premio suficiente.
Si te gusta cantar, cantas; si alguien escucha o no, eso no es lo importante. Lo mismo ocurre con la oración.
Es un baile, es una canción, es música, es amor.
Tú la disfrutas y ahí se acaba… La oración es el medio y la oración es el fin.
El fin y el medio no están separados, sólo entonces sabes lo que la oración es.
Cuando yo hablo de oración, me refiero a una apertura hacia Dios.
No es que tengas que decir algo, no es que tengas que pedir algo, sino sólo producir una apertura, de manera que si El quiere darte algo, tú te halles receptivo.
Una espera profunda, pero sin deseo, eso es lo que necesitas… Una sensación expectante de urgencia, como si algo fuera a suceder en cualquier momento.
Estás excitado por la posibilidad de lo desconocido, pero no tienes ningún deseo. No dices que esto debe suceder o que aquello no debe suceder… Si pides, la oración se corrompe.
Cuando no pides, cuando simplemente permaneces en silencio, pero abierto, listo para ir a cualquier sitio, listo hasta para morir, cuando estás simplemente en receptividad, en un ánimo pasivo y de bienvenida: es entonces cuando ocurre la oración.
La oración no es algo que uno puede hacer, no tiene nada que ver con el hacer. No es una acción o una actividad: es un estado de la mente.
Si quieres hablar, habla, pero recuerda: lo que digas no va a afectar a la existencia. Te afectará a ti, y puede que eso sea bueno, pero la oración no va a cambiar el parecer de Dios. Puede que te cambie a ti; pero si no te está cambiando, entonces es un truco. Puedes seguir rezando durante años, pero si esto no te cambia, abandónalo, tíralo, es basura, no la cargues más.
La oración no va a cambiar a Dios. Tú siempre piensas que si rezas, Dios cambiará su parecer, y te será más favorable. EL se inclinará un poco hacia tu lado.
No hay nadie que te esté escuchando. Este amplio cielo no puede escuchar… este vasto cielo puede estar contigo si tú estás con él… no hay otra manera de orar.
Yo también sugiero orar; pero la oración debe ser sólo un fenómeno de energía: no un fenómeno entre un devoto y Dios, sino que un fenómeno de energía.
Dios es una estratagema para enseñarte a orar. Cuando hayas aprendido a orar, olvídate totalmente de Dios. La oración en sí es suficiente, más que suficiente.

LA MEDITACIÓN DE LA ORACIÓN

E
s mejor hacer esta oración de noche, en un cuarto oscuro, yendo a dormir inmediatamente después; o bien, puede ser hecha en la mañana, pero a continuación deberás descansar durante quince minutos.
Este descanso es necesario: de otra manera, te sentirás como borracho, aletargado.
Esta fusión con la energía es oración. Te cambia, y cuando tú cambias, la existencia entera cambia.
Levanta ambas manos hacia el cielo, las palmas mirando hacia arriba, cabeza arriba, sintiendo que la existencia fluye en ti.
Cuando la energía fluya por tus brazos hacia abajo, sentirás un suave estremecimiento: sé como una hoja que tiembla en la brisa. Permítelo, ayúdalo. Entonces permite a tu cuerpo entero vibrar con la energía, y deja que suceda lo que sea.
Sientes otra vez una corriente con la tierra… tierra y cielo, arriba y abajo, yin y yang, masculino y femenino… flotas, te mezclas, te abandonas completamente… tú no eres.
Te vuelves uno… te fusionas.
Después de dos o tres minutos, o cuando quiera que te sientas completamente lleno, inclínate hacia la tierra y besa la tierra.
Simplemente te transformas en un vehículo para permitir que la energía divina se una con la de la tierra.
Estas dos etapas deben ser repetidas seis veces más, de manera que cada uno de los chackras pueda desbloquearse. Puede hacerse más veces, pero si haces menos te sentirás intranquilo e incapaz de dormir.
Ve a dormir en ese mismo estado de oración.
Quédate dormido y la energía estará allí.
Estarás fluyendo con ella al quedarte dormido. Esto te ayudará en gran medida, porque entonces la energía te rodeará la noche entera y continuarás trabajando.
Por la mañana te vas a sentir más fresco de lo que te hayas sentido nunca antes, más vital de lo que te hayas sentido nunca antes.
Un nuevo brío, una nueva vida comenzará a penetrarte, y todo el día te sentirás lleno de una nueva energía… una nueva vibración… una nueva canción en tu corazón y un nuevo baile en tus pasos.

LATIHAN

P
árate en una postura relajada y espera que Dios, que el Todo, trabaje en ti. Entonces haz lo que sea que quieras hacer, en un ánimo profundamente lleno de oración: “Me entrego a tu voluntad”. Y sólo relájate.
Es tal como cuando la gente hace escritura automática.
Mantienen la pluma en sus manos y esperan. De pronto, alguna energía posee la mano y la mano comienza a moverse.
Están sorprendidos: ¡su propia mano se está moviendo y ellos no la están moviendo!
Espera en esa misma actitud, y después de tres o cuatro minutos, verás de pronto que algunos espasmos llegan al cuerpo y que la energía desciende en ti. No te asustes, porque esto es muy escalofriante. Tú no lo estás haciendo. De hecho, eres sólo un testigo; está sucediendo.
Muévete con esto. El cuerpo comenzará a adoptar muchas posturas: moviéndose… bailando… meciéndose… temblando… sacudiéndose; muchas cosas sucederán.
Sigue permitiendo; no sólo permitiendo, sino cooperando. Entonces, llegarás exactamente a lo que nosotros llamamos Sahaj Yoga.
El Latihan no es nada nuevo. La palabra es nueva. El Subud no es nada nuevo. Es sólo una nueva versión del Sahaj Yoga: Yoga espontáneo.
Le dejas todo a lo divino, porque la mente es engañosa. Pronto verás la diferencia, porque serás sólo un observador. Te sorprenderás porque tu cuerpo se estará moviendo y tú no lo estarás moviendo en absoluto.
Después de algunos días de relajarte en esto, aun cuando quieras detenerlo, de pronto no te será posible hacerlo; verás que estás poseído.
Así que uno tiene que rezar al principio y decir: ¡Por veinte minutos, toma posesión de mi ser y haz cualquier cosa que quieras hacer: que se haga tu voluntad, que venga tu reino!
Deja que esa actitud esté allí, y solo relájate. Dios comenzará a bailar en ti, y adoptará muchas posturas.
Las necesidades del cuerpo serán satisfechas, pero no sólo eso: algo más alto que el cuerpo… más grande que el cuerpo… algunas necesidades profundas de la conciencia, serán satisfechas.

MEDITACIÓN GOURISHANKAR

E
sta técnica consiste en cuatro etapas de 15 minutos cada una.
Las primeras dos etapas preparan al meditador para el Latihan espontáneo de la tercera etapa.
Osho ha dicho que si la respiración es hecha en forma correcta en la primera etapa, el dióxido de carbono formado en el torrente sanguíneo te hará sentir tan elevado como el Gourishankar (Monte Everest).

Primera etapa: 15 minutos.

Siéntate con los ojos cerrados, inhala profundamente a través de la nariz, llenado los pulmones.
Retén la respiración lo más posible y luego exhala suavemente a través de la boca; entonces mantén los pulmones vacíos lo más posible.
Continúa este ciclo de respiración a través de la primera etapa.

Segunda etapa: 15 minutos.

Vuelve a la respiración normal y con una mirada relajada, mira una vela o una luz parpadeante azul.
Mantén tu cuerpo quieto.

Tercera etapa: 15 minutos.

Con los ojos cerrados, ponte de pie y deja que tu cuerpo esté suelto y receptivo. Sentirás que las energías sutiles mueven tu cuerpo más allá de tu control normal. Permite que este Latihan suceda.
No hagas tú el movimiento; deja que el movimiento suceda, suave y elegantemente.

Cuarta etapa: 15 minutos.

Tiéndete con los ojos cerrados, silencioso y quieto.

Las primeras tres etapas deben ser acompañadas por un continuo y rítmico golpe, preferiblemente en combinación con una música de fondo que produzca calma.
El ritmo debe ser siete veces más rápido que el latido normal del corazón y, si es posible, la luz parpadeante debería ser un estraboscopio sincronizado.

MEDITACIÓN DEVAVANI

D
evavani es la Voz Divina que se mueve y habla a través del meditador, quien se convierte en una vasija vacía, en un canal. Esta meditación es un Latihan de la lengua.
Relaja la mente consciente tan profundamente que, de ser la última cosa que hagas en la noche, puedes estar seguro de que tu sueño será profundo.
Hay cuatro etapas de quince minutos cada una.
Mantén tus ojos cerrados durante la meditación.

Primera etapa: 15 minutos.

Siéntate en silencio, preferiblemente oyendo música suave.

Segunda etapa: 15 minutos.

Comienza a hacer sonidos sin sentido, por ejemplo: “la… la… la…”, y continúa hasta que surjan sonidos desconocidos similares a palabras. Estos sonidos deberán provenir de la poco conocida parte del cerebro usada cuando eras niño, antes de que las palabras fueran aprendidas. Permite una entonación suave de conversación: no llores o grites, rías o chilles.

Tercera etapa: 15 minutos.

Ponte de pie y continúa hablando, permitiendo que tu cuerpo entero se mueva suavemente y en armonía con los sonidos. Si tu cuerpo está relajado, las energías sutiles crearán un Latihan fuera de tu control.

Cuarta etapa: 15 minutos.

Recuéstate y quédate quieto y en silencio.

Lo único que hay que recordar es que esos sonidos o palabras no deben ser de ningún idioma que conozcas. Si sabes inglés, alemán o italiano, entonces no deben ser italianas, alemanas o inglesas. ¡Cualquier otro idioma que no conozcas está permitido: tibetano, chino, japonés! Pero si sabes japonés, entonces no está permitido: ¡entonces el italiano es maravilloso! Habla cualquier lengua que no conozcas. Estarás en dificultades por algunos segundos sólo durante el primer día, porque: ¿cómo hablar una lengua que no conoces? Puede hablarla, y una vez que comiences, ocurrirá todo tipo de sonidos y palabras sin sentido, sólo con apagar la parte consciente y permitir que el inconsciente hable.
Cuando el inconsciente habla, el inconsciente no conoce idioma alguno.
Es un método muy, muy viejo. Viene del Viejo Testamento. En esos días lo llamaban glosalalia. Algunas iglesias en América aún lo usan. Lo llaman “hablando en lenguas”. Y es un método maravilloso, uno de los más profundos y penetrantes en el inconsciente.
No lo hagas febrilmente, deja que sea una energía profunda… profundamente reconfortante…nutriente, un sonsonete. Disfruta, mécete; si sientes el impulso de bailar, baila. Pero todo tiene que ser muy elegante: eso debes recordarlo. No tiene que ser catártico.

AMOR

L
a meditación es bajar al corazón; y cuando bajas al corazón, surge el amor.
El amor siempre sigue a la meditación, y viceversa también es cierto.
Si te conviertes en un amante, la meditación vendrá. Van juntos.
Son un solo tipo de energía, no son dos.
O bien meditas y te convertirás en un gran amante: vas a tener un gran fluido de amor a tu alrededor, te inundarás de amor.
O comienzas por convertirte en un amante, y luego encontrarás esa cualidad de conciencia llamada meditación en donde los pensamientos desaparecen… en donde el pensar ya no nubla tu ser… en donde la bruma del sueño que te rodea ya no está allí…

La mañana ha llegado, estás despierto, te has convertido en un Buda.

Para la gente que nunca ha amado,
la meditación resulta ser algo muy,
muy difícil.

LOS AMORES ILUSORIOS DESAPARECERÁN

C
uando te movilizas en un peregrinaje interno, las energías se vuelven hacia adentro, las mismas energías que se estaban moviendo hacia fuera.
La dificultad se presenta porque no estás realmente interesado en estar relacionado… estás más interesado en ser tú mismo, y todas las relaciones aparecen como una dependencia, una esclavitud. Pero esta es una fase pasajera: no la transformes en una actitud permanente.
Tarde o temprano, cuando estés nuevamente asentado en tu interior, estarás desbordándote de energía y querrás relacionarte otra vez.
De manera que la primera vez que la mente se vuelve meditativa, el amor aparece como una atadura.
En cierta forma es verdad, porque la mente que no es meditativa no puede estar realmente en amor.
Ese amor es falso, ilusorio; más un engreimiento que amor. Pero no tienes nada con qué compararlo a menos que ocurra lo real; así, cuando la meditación comienza, el amor ilusorio se disipa; desparece poco a poco. Lo primero, no te descorazones. Y lo segundo: no lo transformes en una actitud permanente. Estas son dos posibilidades.
Si te descorazonas porque tu vida amorosa está desapareciendo y te aferras a ella, eso se convertirá en una barrera en tu viaje interno. ¡Acéptalo!
Ahora la energía está buscando un nuevo camino… y por algunos días no estará disponible para el movimiento externo, para actividades.
Si alguien es un creador y medita, toda creatividad desaparecerá por un tiempo. Si eres un pintor, de pronto dejarás de estar interesado en ello. Puedes continuar, pero poco a poco no tendrás energía ni entusiasmo. Si eres un poeta, la poesía se detendrá. Si eres un hombre que ha estado enamorado, esa energía simplemente desaparecerá. Si tratas de forzarte a ti mismo para entrar en una relación, para ser el que eras antes, esa imposición será muy, muy peligrosa.
Entonces estás haciendo una cosa contradictoria: por un lado estás tratando de ir hacia adentro y, por otro lado, tratando de ir hacia fuera.
Es como si estuvieras guiando un auto: presionando el acelerador y, al mismo tiempo, presionando el freno. Puede ser un desastre, porque estás haciendo dos cosas opuestas al mismo tiempo.
La meditación está solamente en contra del amor falso. Lo falso desaparecerá, y esa es una condición básica para que lo real aparezca. Lo falso debe irse, lo falso debe dejarte completamente; sólo entonces estarás disponible para lo real.
La segunda cosa, que también es un peligro muy grande, es que lo puedes convertir en un estilo de vida. Esto le ha sucedido a mucha gente.
Ellos están en los monasterios: monjes viejos, personas religiosas ortodoxas que han hecho un estilo de vida del no estar involucrado en una relación amorosa…
Ellos creen que el amor está en contra de la meditación, y que la meditación está en contra del amor, y eso no es cierto. La meditación está en contra del amor falso, pero está totalmente a favor del amor verdadero.
Una vez que estás asentado, cuando no puedes ir más adentro, has alcanzado el núcleo de tu ser, el fondo de la roca: entonces estás centrado.
De pronto la energía está disponible, pero ahora no hay ninguna parte a donde ir.
El viaje externo se detuvo cuando comenzaste a meditar, y ahora el viaje interno también se ha completado. Estás asentado, has llegado a casa lleno de energía, como un gran depósito. Ahora, ¿qué harás? Esta energía comenzará a desbordarse.
Es un tipo totalmente diferente de movimiento. Su cualidad es diferente, porque no tiene motivación. Antes te estabas moviendo hacia los otros con una motivación; ahora no habrá ninguna. Te vas a acercar a los demás simplemente porque tienes demasiado para compartir.
Antes te estabas moviendo como un mendigo; ahora te moverás como un emperador. No es que estás buscando la felicidad en los demás: eso ya lo tienes. Ahora la felicidad es demasiada. La nube está tan llena que quisiera derramarse en lluvia. La flor está tan llena que quisiera cabalgar los vientos en forma de fragancia, e ir a los mismos rincones del mundo. Es un compartir. Ha surgido un nuevo tipo de relación. Llamarle una relación no es correcto, porque ya no es una relación, es un estado del ser.
No es que ames sino que eres amor.

¿Es lo que hago? (Osho)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 27/02/2005 13:27

Osho nos cuenta qué es lo que que está haciendo :
1.-No estoy aquí para convencerte de nada. No estoy aquí para darte dogma alguno, ni un credo con el que vivir. Estoy aquí para arrebatarte todos los credos porque solamente entonces podrá la vida suceder en ti. No te voy a dar nada sobre lo que puedas vivir. Simplemente te estoy quitando todos los apoyos, todas las muletas.
2.- Todo mi esfuerzo se centra en empujarte hacia la muerte, en empujarte hacia el abismo de los desconocido, a empujarte hacia la experiencia cero. En la India lo llamamos Samadhi.

3.- No estoy aquí para interpretar el rol del sacerdote; no estoy aquí para interpretar el rol del profeta. De hecho el profeta no es más que el político disfrazado.

4.-A mi gente le digo: primero sé egoísta, completamente egoísta: florece. Logra el florecimiento y la fragancia y luego espárcelos. Entonces compártelos con esa gente desafortunada, que tiene el mismo potencial que tú, pero a quienes la vida no ha dado la oportunidad de ir hacia dentro, para saborear su propia divinidad

5.- Te enseño a ser natural. Y te enseño a aceptar tu naturalidad. Hay algo que sé con seguridad : cuando hayas florecido, compartirás. No hay forma de evitarlo. Cuando la flor se abre no hay modo para ella de retener su fragancia y mantenerla aprisionada. La fragancia escapa. Se extiende en todas las direcciones.

Así que, primero tienes que estar satisfecho, contento. Primero, sé. Después, desde tu ser surgirá una fragancia que se extenderá a muchos. Y no será un servicio, será pura alegría de compartir. Y no hay mayor felicidad que la de compartir tu felicidad.

6.-El hombre madura en el momento en que empieza a amar en vez de necesitar, en que empieza a desbordarse, a compartir, en que empieza a dar. El énfasis es totalmente diferente. Con el amor, el énfasis está en cómo dar, cómo dar más y cómo dar incondicionalmente. Esto es crecimiento, la madurez llegando a ti.

7.- Yo soy, yo soy. Haya discípulos o no, eso carece de importancia. No dependo de ti. Y todo mi esfuerzo aquí es conseguir que también tú no seas dependiente de mí. Estoy aquí para darte libertad. No quiero, de ninguna forma, anularte. Sólo quiero que seas tú mismo. Y el día en que esto suceda, cuando seas independiente de mí, serás capaz de amarme realmente. No antes.

8.- Yo te puedo enseñar meditación y desde ella surgirá una cualidad diferente de amor . Entonces no será tontear. Entonces será sabiduría, no tontería. Entonces no “caes enamorado” (*); te elevas en el amor. Entonces el amor es una cualidad tuya.

9.- Tengo que contar chistes porque estoy asustado; todos sois personas religiosas. Tenéis tendencia a ser serios. Tengo que haceros cosquillas para que algunas veces olvidéis vuestra “religiosidad”, olvidéis todas vuestras filosofías, vuestras teorías y sistemas y pongáis los pies en la tierra. Tengo que devolveros a la tierra una y otra vez; de otro modo tenderéis a ser serios, más y más serios. Y la seriedad es un tumor canceroso.

10.- No es por casualidad que los sacerdotes estén contra mí, que los políticos estén contra mí, que todo lo establecido esté en mi contra. No es por casualidad. Puedo entender su lógica. Estoy tratando de deshacer lo que ellos han ello. Estoy saboteando todo el modelo de esta sociedad de esclavos.

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11.- No te estoy enseñando filosofía. Estoy compartiendo mi Verdad contigo. No me preguntes por definiciones. Si tienes valor, entonces lánzate a la experiencia que se te presenta aquí : lánzate a la meditación, y entonces sabrás.
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12.- Solamente me preocupan los que están dispuestos a cambiar el curso de la conciencia humana. A los demás les ofenderé, les desconcertaré, les irritaré, les daré celos. Eso forma parte de mis métodos. Les estoy haciendo que se muestren tal como son. Si tienen algo de inteligencia, lo comprenderán.
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13.- La gente me pregunta porqué la sociedad está contra mí. La sociedad no está en mi contra: Yo soy anti-social. Pero eso no sirve de nada; yo he de seguir con lo mío. He de compartir lo que me ha sucedido y este mismo compartir es ir contra la sociedad.
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14.- Por lo que a mí concierne, nunca he planeado nada; simplemente he vivido, preguntándome qué es lo que pasará en el momento siguiente.
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15.-No soy una persona muy religiosa, no soy un santo, no tengo nada que ver con la espiritualidad. Todas esas categorias son irrelevantes para mí. No puedes clasificarme, no me puedes encasillar. pero se puede decir una cosa , que todo mi esfuerzo se centra en ayudarte a que liberes esa energía denominada amor-inteligencia. Si liberas el amor-inteligencia, estás curado.
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16.- No tengo trabajo. No hago nada : todos los deseos han desaparecido, todo hacer ha desaparecido. Sólo existo para ti. Si amas, me recibiras dándome una gran bienvenida y serás tremendamente beneficiado. Si odias, me perderás y la responsabilidad será tuya. Ahora depende de ti el elegir. Pero yo no hago nada.

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15.- Por favor, no trates de entenderme desde el intelecto. No soy un intelectual, de hecho soy anti-intelectual. No soy un filósofo, soy muy anti-filosófico. Trata de comprenderme. Escucha en silencio sin charla interior, sin el parloteo interno, sin evaluar. No te estoy diciendo que creas lo que te estoy diciendo. te estoy diciendo que no hay porqué apresusarse en aceptar o rechazar. primeo, al menos, escucha, ¿por qué tanta prisa? Cuando ves una rosa, ¿la acptas o la rechazas? Cuando ves una hermosa puesta de sol, ¿la aceptas o la rechazas? Simplemente la ves, y el mismo ver es un encuentro.

Si lo que estoy diciendo contiene algo de Verdad en esí, será comprendido por tu corazón. pero la mente ha de apartarse. Y entonces, no tendrás necesidad de cambiar tu vida para adecuarte a eso; cambiará por sí misma.

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16.- No estoy aquí para proporcionar respuestas. Estoy aquí para provocar en ti los interrogantes, los interrogantes supremos.

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17.- No estoy aquí para perpetuar el pasado, por eso estoy contra toda erudición. Estoy en favor del aprender, pero aprender quiere decir inocencia, aprender quiere decir apertura, aprender quiere decir receptividad. Aprender quiere decir un enfoque no egoístico hacia la realidad. Aprender sgnifica : “No sé y estoy dispuesto, dispuesto a saber.” La erudición significa : “Ya sé”. La erudición es el mayor engaño que la sociedad crea en las mentes de la gente.

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18.- No estoy haciendo un trabajo serio. No estoy en absoluto trabajando; este es mi gozo de compartir contigo. Lo que hagas con ello es tu problema, no el mío.

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19.- No estoy aquí para ayudarte con tus prejuicios, no estoy aquí para ayudarte con tus tradiciones, con tus condicionamientos. Mi trabajo consiste en demolerte por completo porque solamente cuando hayas sido completamente demolido, nacerá lo nuevo.

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20.- Estoy absolutamente a favor de toda mente escéptica. No creas en nada a menos que lo hayas experimentado. No creas en nada , sigue planteando interrogantes, te lleven el timepo que te lleven

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21.- La gente me ha preguntado, “¿Por qué está el mundo en tu contra?” El mundo no está en mí contra. Yo estoy en contra del mundo porque he elegido la Verdad. Y solamente expresaré aquello que haya sido absolutamente mi experiencia. No aceptaré compromiso alguno, sea cual sea la razón.

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22.- ¿Por qué me contradigo a mí mismo? Aquí no estoy enseñando filosofía. El filósofo ha de ser muy consistente, sin fallos, lógico, racional, sempre dispuesto a discutir y demostrar lo que dice. No soy un filósofo. No te voy a proporcionar ningún dogma consistente del que te puedas colgar. Todo mi esfuerzo se centra en darte una no-mente.

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23.- Soy deliberadamente inconsistente, contradictorio para que tú no puedas convertirme en un cuerpo de doctrina. por eso, si un día empiezas a acumular algo, al día siguiente te lo quito. No te permitiré que acumules nada. Antes o después tendrás que despertar al hecho de que es algo distinto lo que aquí está transpirando.No es que te esté dando un digma para que creas en él, una filosofía para ser vivida. No, para nada. Soy totalmente destructivo, te lo estoy quitando todo

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24.- No importa las tonterías que lleves en la cabeza cuando llegas aquí. Cortaré tu cabeza sin distinciones. Lo que contiene tu cabeza no importa. Lo que me preocupa es el cortar. Soy solamente un leñador.

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25.- No estoy aquí para sustentar tu creencia : he de arrebatarte todas las creencias. No estoy aquí para inspirarte, porque toda inspiración crea esclavitud. Si te inspiras en mí, te convertirás en mi esclavo, te volverás dependiente de mí. No te sirvo de inspiración; simplemente continuo destrozándote, machacándote.

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26.- Mi obra no es como la obra de un pintor. No es que pueda completar el cuadro; es una largo cuadro. Y estaré dando retoques al cuadro hasta mi último aliento. aún así, el cuadro quedará incompleto

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27.- Estoy aquí para seducirte a amar la Vida, para ayudarte a volverte un poco más poético, a ayudarte a morir para lo mundano y lo corriente de modo que lo extraordinario explote en tu vida.

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28.- No soy un profesor y éste no e sun lugar en el que el conocimiento sea importante. Soy solamente una presencia para inspirar en ti eso que tienes dormido, para permitir que te reconozcas a ti mismo.

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29.- No estoy aquí para ayudarte. Puede que tú estés aquí para que te ayuden, pero yo no. Sólo estoy disfrutando con lo mío. estoy haciendo lo mío.

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30.- No estoy aquí para imponerte ninguna religión. Estoy aquí para quirate todo peso, para quitarte toda religión, toda ideología, Solamente quedando un profundo silencio, una serenidad, una profundidad, una altura que alcanza las estrellas.

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31.- No te estoy enseñando un camino, por eso no puedes proclamar que mi camino e sel mejor camino. No es en absoluto un camino. No puedes decir que éste es el único camino porque estoy diciendo que no existe ningún camino. Simplemente estoy tratando de alertarte de eso que sí está aquí. está latiendo en tu corazón, es Dios latiendo en tu corazón. está latiendo en tu ser. cada fivra de tu cuerpo, de tu ser, está viva. Este estar vivo, es Dios.

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32.- No estoy interesado en convertir a nadie a mi ideología. No tengo ninguna. En segundo lugar, creo que el esfuerzo mismo por convertir a alguien es violencia, es interferir en su individualidad, en su singularidad, en su libertad.

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33.- No soy un mesías y no soy un misionero. No estoy aquí para establecer una iglesia o para dar una doctrina al mundo, una nueva religión. No. Mi esfuerzo es totalmente diferente : una nueva consciencia, no una nueva religión; una nueva consciencia, no una nueva doctrina. ¡Ya está bien de doctrinas y ya está bien de religiones! El hombre necesita una nueva consciencia. Y la única forma de aportar consciencia es seguir golpeando desde todos los lados de forma que , lenta, lentamente , trozos de tu mente acaben por desprenderse. La estatua de Buda está escondida en ti. Ahora mismo eres una roca. Si sigo golpeándote, arrancando pedazos de ti, poco a poco, el buda emergerá.

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Ven y sigueme (Osho)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 19/03/2005 10:03
Yor

VEN
SÍGUEME

VOLUMEN 1

CHARLAS
ACERCA DE JESUS

Osho

TRADUCIDO DEL INGLES POR
GUSTAVO VECINO
y
SWAMISURYAM
Ashram Editora

ÍNDICE

CAPÍTULO 1 JUAN 1 4
CAPÍTULO 2 DIOSES EN EL EXILIO 22
CAPÍTULO 3 TERCER DISCURSO 38
CAPÍTULO 4 REFLEJANDO A CRISTO 56
CAPÍTULO 5 QUINTO DISCURSO 74
CAPÍTULO 6 EL LUJO DE DIOS 91
CAPÍTULO 7 MATEO 9 108
CAPÍTULO 8 DIOS: LA SINTESIS SUPREMA 127
CAPÍTULO 9 LUCAS 9 144
CAPÍTULO 10 ACERCANDOSE A LA CUALIDAD CRISTICA 163

CAPÍTULO 1

JUAN 1
1 Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.
3 Todas las cosas fueron hechas por El; y sin El no se ha hecho cosa alguna de cuantas han sido hechas.
4 En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
5 Y la luz en las tinieblas brilla, y las tinieblas no la han acogido.
6 Apareció un hombre enviado por Dios: su nombre era Juan.
7 Este vino como testigo, para dar testimonio de la Luz, a fin de que por medio de él todos creyesen.
8 No era él la Luz, sino quien había de dar testimonio de esa Luz.
11 Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron.
12 Mas a cuantos le recibieron, aún a aquellos que creen en su nombre, les dio el poder de transformarse en hijos de Dios.
14 Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros y contemplamos su gloria, gloria como hijo único del Padre lleno de gracia y de verdad.
16 Y de su plenitud nosotros todos recibimos, y gracia por gracia.
17 Pues la ley fue dictada por Moisés; pero la gracia y la verdad vinieron a través de Jesús el Cristo.

Y LA PALABRA SE HIZO CARNE
Hablaré acerca de Cristo, pero no acerca del Cristianismo. El cristianismo no tiene nada que ver con Cristo. En realidad, el cristianismo es anti Cristo, tal como el Budismo es anti Buda y el Jainismo, anti Mahavir. Cristo tiene en sí algo que no puede ser organizado: su verdadera naturaleza es la rebelión, y la rebelión no puede ser organizada. Apenas la organizas, la matas. Entonces queda sólo el cadáver. Puedes venerarlo, pero eso. no te puede transformar. Puedes llevar la carga durante siglos y siglos, pero sólo será un peso, no te liberará. Por eso, quisiera dejar algo totalmente claro desde el principio: estoy enteramente de parte de Cristo, pero ni siquiera una pequeña parte de mí está de parte del cristianismo. Si quieres a Cristo, tienes que trascender el cristianismo. Si te aferras demasiado al cristianismo, no te será posible entender a Cristo. Cristo está más allá de todas las iglesias. Cristo es el principio mismo de la religión. En Cristo se cumplen todas las aspiraciones de la humanidad. El es una síntesis excepcional. Normalmente, un ser humano vive en agonía, angustia, ansiedad, dolor y sufrimiento. Si miras a Krishna, verás que él se ha ido al otro polo: vive en éxtasis. No hay agonía; la angustia ha desaparecido. Puedes amarle, puedes bailar con él un rato, pero faltará el puente. Tú estás con angustia, él está en éxtasis ¿dónde está el puente?
Alguien como Buda se ha ido aún más lejos. Ni está angustiado, ni está en éxtasis. Se halla absolutamente tranquilo y en calma. Está tan lejos que puedes mirarle, pero no puedes creer en su existencia. Parece un mito quizás la cristalización de los deseos de la humanidad. ¿Cómo puede un hombre así caminar sobre la tierra, trascendiendo en esa forma toda angustia, todo éxtasis? El se encuentra demasiado lejos.
Jesús es la culminación de toda aspiración. Está angustiado, como tú, tal como nace cada hombre angustiado sobre la cruz. Se halla en el éxtasis que Krishna logra a veces: celebra; es una canción, es una danza. Y también es trascendencia. Hay momentos, cuando llegas a estar más y más cerca de él, en que verás que su ser más interno no es ni la cruz ni la celebración, sino la trascendencia.
Esa es la belleza de Cristo: allí existe un puente. Te puedes acercar a él poco a poco, y te puede guiar hacia lo desconocido y tan lentamente que ni siquiera te darás cuenta cuando cruces el límite, cuando entres en lo desconocido desde lo conocido, cuando el mundo desaparezca y Dios aparezca. Puedes confiar en él, porque se parece tanto a ti, y al mismo tiempo es tan distinto. Puedes creer en él, porque él es parte de tu angustia; puedes entender su lenguaje.
Por eso Jesús se convirtió en un hito importante en la historia de la consciencia. No es tan sólo una coincidencia el hecho de que el nacimiento de Jesús se haya convertido en la fecha más importante de la historia. Tiene que ser así. Antes de Cristo, un mundo; después de Cristo, ha existido un mundo totalmente diferente – una demarcación en la consciencia del hombre. Hay tantos calendarios, tantas formas; pero el calendario que se basa en Cristo es el más importante. Con él, algo ha cambiado en el hombre; con él, algo ha penetrado en la consciencia del hombre. Buda es hermoso, magnífico, pero no de este mundo; Krishna es adorable pero aún así, falta el puente. Cristo es el puente.
De ahí que haya elegido hablar sobre Cristo. Pero recuerda siempre, no estoy hablando del cristianismo. La Iglesia es siempre anti Cristo. Una vez que tratas de organizar a una rebelión, ésta tiene que hundirse. No puedes organizar a una tormenta -¿cómo vas a organizar a una rebelión? . Una rebelión está viva y es verdadera sólo cuando es un caos.
Con Jesús, un caos penetró en la consciencia de la humanidad. Ahora, la organización no debe hacerse en el exterior, en la sociedad; el orden debe ser llevado al núcleo más interno de tu ser. Cristo ha traído un caos. Ahora, partiendo de ese caos, debes renacer totalmente: un orden que proviene del ser más interno. No una nueva Iglesia, sino un hombre nuevo; no una nueva sociedad, sino una nueva consciencia humana. Ese es el mensaje.
Y estas palabras del evangelio de San Juan debes haberlas oído tantas veces, has debido leerlas tantas veces. Se han convertido en algo casi inútil, sin sentido, insignificante, trivial. Han sido repetidas tantas veces que ahora no repica ninguna campana en tu interior cuando las oyes. Pero estas palabras son tremendamente poderosas. Puede que hayas perdido su significado; pero sí llegas a estar un poco alerta, consciente, puedes recuperar el significado de estas palabras. Será necesario un esfuerzo para recuperar el significado … similar al que es necesario para reclamarle un terreno al océano.
El cristianismo ha cubierto estas hermosas palabras Con tantas interpretaciones que la frescura original se ha perdido -a través de las bocas de los sacerdotes, que simplemente repiten como loros sin saber lo que están diciendo: sin saber, sin dudar, sin temblar ante la santidad de estas palabras. Simplemente, repiten palabras como robots mecánicos. Sus ademanes son falsos, porque todo ha sido entrenado.
Una vez fui invitado a una universidad teológica cristiana. Me sorprendí cuando me mostraron el establecimiento. Es una de las universidades teológicas más grandes de la India: cada año preparan entre doscientos y trescientos sacerdotes y misioneros cristianos un entrenamiento de cinco años. Y todo debe ser enseñado: incluso cómo pararse en el púlpito, cómo hablar, dónde dar más énfasis, cómo mover las manos todo debe ser enseñado. Y entonces todo se vuelve falso: entonces, la persona sólo está haciendo ademanes vacíos.
Estas palabras son como el fuego, pero a través de siglos de repetición, de repetición de loro, se ha acumulado mucho polvo alrededor del fuego. Mi esfuerzo consistirá en descubrirlas de nuevo. Deben estar muy alertas, porque estaremos pisando un terreno bien conocido de una manera muy desconocida, pisando un territorio muy conocido con una actitud muy diferente y totalmente nueva. El territorio será viejo. Me esforzaré por darte una nueva consciencia para verlo. Me gustaría prestarte mis ojos para que pudieras ver las cosas viejas con una nueva luz. Y cuando tienes nuevos ojos, todo se vuelve nuevo. Escucha:
Al principio existía la Palabra,
y la Palabra estaba con Dios,
y la Palabra era Dios.
Los Upanishads se pueden sentir pobres, los Vedas pueden sentir envidia: Al principio existía la Palabra.
¿Qué quiere decir el evangelio cuando dice al principio? Los cristianos lo han estado interpretando como sí al principio significara que hubo un principio. Han estado usando e interpretando estas palabras, “al principio”, como si mostraran algo acerca del principio del tiempo. Pero … sin tiempo, ¿cómo puede haber un principio? Para empezar, en primer lugar será necesario el tiempo. Si el tiempo no existía, entonces ¿qué quieres decir con al principio?
Al principio forma parte del tiempo y no puede preceder al tiempo; por lo tanto, al principio no quiere decir que hubo un día en que Dios creó al mundo. Esa es una soberana estupidez. Al principio e s sólo una forma de hablar. Al principio no se refiere al principio en absoluto, porque nunca ha habido un principio y no puede haber un final, Dios es eterno, Su creatividad es eterna, siempre ha sido así y siempre lo será.
Debido a estas palabras –“al principio” , ha habido mucha controversia durante siglos. Hasta ha habido sacerdotes y obispos necios que han tratado de fijar la fecha exacta: cuatro mil cuatro años antes de Cristo, en un lunes determinado, el mundo comenzó. ¿Y qué estaba haciendo Dios antes de eso? La eternidad lo debió preceder cuatro mil años no es nada. ¿Qué estaba haciendo El antes de eso? ¿Nada en absoluto? Entonces, ¿por qué de pronto, en cierta fecha, El inició la Creación?
Ha sido un problema, pero el problema surge debido a una interpretación equivocada. No, “al principio” es sólo una forma de hablar. Uno tiene que comenzar en alguna parte, el evangelio debe comenzar en alguna parte. La vida es eternidad, la vida nunca comienza en ninguna parte, pero cada historia tiene que empezar y cada escritura tiene que tener un comienzo. Deben escoger arbitrariamente una palabra, y no podrían haber escogido mejor: al principio. Al principio significa que simplemente no sabemos.
Pero desde el principio mismo, si es que hubo un principio, Dios ha sido creativo. Permítanme tratar de decirlo de un modo diferente: Dios es creatividad. Hasta puedes dejar de lado la palabra Dios. De hecho, el evangelio mismo no quiere usar la palabra “Dios”. Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.
Al principio existía la Palabra. ¿De qué palabra estás hablando, qué es esta palabra? Quien ha conocido la verdad sabe muy bien que la palabra Dios es vana: no hay nombre ni definición todas las palabras son pequeñas, no pueden contener lo absoluto. La Palabra es simplemente una manera de indicar lo que no tiene nombre, lo desconocido. Al principio existía la Palabra.
Los judíos, que precedieron a Jesús, de quienes Jesús fue la culminación misma … Naturalmente, ellos negaron a Jesús; ésa es otra historia. A veces ocurre que alguien que está entre nosotros alcanza la culminación de toda la raza, pero esa realización es tan vasta y tan grande y tú estás tan bajo, que no puedes creerlo; tienes que negarlo.
Cristo se elevó muy alto. Los judíos habían estado esperando a este hombre durante siglos ¡qué ironía! , habían esperado durante siglos que este hombre apareciera, todas sus esperanzas estaban volcadas a este hombre, que transformaría sus vidas y traería el reino de Dios sobre la tierra … entonces, este hombre surgió; y ellos, que habían estado esperándolo, no pudieron creer, no pudieron confiar. ¿Qué sucedió?
Se aficionaron demasiado a la espera misma. “Bueno, si éste fuese el hombre, ¿qué haríamos?”. La espera tendría que finalizar, habría que ponerle fin. Y habían esperado tanto de hecho, la espera se había convertido en su única actividad, en toda su actividad religiosa: esperar la llegada del hijo de Dios. Y de pronto llega este hombre y dice: “Aquí estoy”.
Pero ahora, ellos preferían aferrarse a su espera que mirar a este hombre porque el mirarle sería el fin; ya no habría nada que esperar. El futuro desaparece,. la esperanza desaparece, el deseo desaparece. Este hombre matará toda esperanza, todo deseo, todo futuro ¡es demasiado! La vieja mente se ha vuelto adicta a su propia espera, la vieja mente se ha vuelto adicta a su propio sufrimiento, frustración ahora es demasiado.
Así sucede: si has estado enfermo durante mucho tiempo, poco a poco empiezas a acumular cierta inversión en la enfermedad. Entonces, comienzas a temer si llegas a estar sano de nuevo, el miedo surge, porque tendrás que volver a la oficina otra vez, a la vida cotidiana. Durante estos años has estado descansando: no has tenido ansiedades, pudiste descansar. Ahora vuelve la responsabilidad. No sólo eso durante estos años en que has estado enfermo, todo el mundo ha sido compasivo contigo, casi todo el mundo ha tratado de quererte. Has llegado a ser el centro de tu familia, de tus amigos, de tus conocidos; todo el mundo ha sido amable. Moverse de nuevo en el mundo cruel y áspero; la mente retrocede, no parece valer la pena.
Si una raza ha estado esperando demasiado tiempo y los judíos siempre han estado esperando. Todavía están esperando y e! hombre ha surgido y se ha ido. Pero han invertido demasiado en la espera, su espera se ha convertido en su oración, sus sinagogas no son más que salas de espera hasta que llegue el Mesías. ¡Y él estuvo aquí!
Y les digo, si él viene de nuevo aunque no creo que vuelva a cometer el mismo error si viniera de nuevo, los judíos aún no le aceptarían; pues entonces, ¿qué pasaría con su espera? Han vivido demasiado en ella; su encarcelamiento se ha convertido en su casa, y ya la han decorado. Y ahora, moverse en el riguroso cielo abierto … donde a veces el sol quema demasiado, otras veces llueve, y otras hace frío o hace calor … es peligroso. Ahora están resguardados.
Al principio existía la Palabra …
Los judíos han enfatizado insistentemente que el nombre de Dios no debería ser pronunciado, porque es algo para guardar muy profundamente dentro del corazón. Pronunciarlo es hacerlo profano; decirlo es hacerlo formar parte del lenguaje y del mundo corrientes. Decirlo una y otra vez es hacer que pierda su significado e importancia.
Si amas a alguien y todo el día le estás diciendo: “Te amo, te amo” muchas veces, y gozas diciéndolo, al principio puede que la otra persona se sienta feliz, pero tarde o temprano va a ser demasiado. “Te amo, te amo” estás convirtiendo una hermosa palabra en algo inútil. No la uses demasiado. Entonces es importante, entonces lleva un significado. De hecho, puede que los que están realmente enamorados no la usen en absoluto. Si el amor no es obvio, no se puede verbalizar no hay necesidad de decirlo. Y si es obvio, ¿para qué decirlo? Debería haber unas pocas palabras claves que utilices muy poco, muy de vez en cuando. Deberían ser guardadas para ocasiones especiales, cuando tocas una cima.
Los judíos siempre han insistido en que el nombre de Dios no debería ser utilizado. Era la costumbre antiguamente, antes de Cristo, que sólo al Sumo Sacerdote del . templo de Salomón le fuera permitido usarlo y sólo una vez al año. A nadie más le era permitido eso. Por lo tanto, la Palabra es el código, el código para el nombre de Dios. Algo debe utilizarse para indicarlo, y éste es un hermoso código: la Palabra. No utilizan ninguna palabra, simplemente dicen: la Palabra. Lo mismo se ha hecho también en la India. Si preguntas a los Sikhs, los seguidores de Nanak, ellos dirán: Nam, el Nombre. No dicen ningún nombre; simplemente dicen, el Nombre. Quiere decir lo mismo que la Palabra.
Sólo al Sumo Sacerdote le era permitido, y el Sumo Sacerdote tenía que purificarse a sí mismo. Durante todo el año se purificaría a sí mismo, y ayunaría y oraría y se prepararía. Y entonces, un día del año, toda la comunidad se reuniría. Aún entonces, el Sumo Sacerdote no pronunciaría la palabra ante la multitud: se retiraría a la más recóndita capilla del templo y las puertas se cerrarían. En profundo silencio, donde nadie pudiera oír la multitud estaría esperando afuera y no era posible que oyeran él pronunciaría el nombre con absoluta santidad, profundo amor, intimidad. Estaba pronunciando el nombre en representación de toda la comunidad.
Era bienaventurado el día en que el nombre era pronunciado. Y luego, durante todo el año, el nombre no debía llevarse a los labios. Tienes que llevarlo dentro del corazón; debe convertirse en una semilla. Si sacas la semilla de la tierra una y otra vez, nunca brotará. Ponla muy profunda. Ponle agua, protégela, pero mantenla sumergida en la oscuridad para que germine, muera y renazca.
El nombre de Dios tiene que ser guardado en lo profundo del corazón. Ni siquiera tú deberías oírlo: debería estar tan profundo dentro de tu ser, en tus profundidades subliminales, que ni siquiera alcanzara a tu propia mente. Es eso lo que significa el que el Sumo Sacerdote se retire a la capilla más recóndita. Nadie oye, las puertas están cerradas, y él pronuncia el nombre una vez. El significado es éste : ve a la más recóndita capilla del centro de tu corazón, purifícate a ti mismo y, de vez en cuando, cuando sientas la fragancia de tu ser cuando estés en el clímax de tu energía, cuando estés realmente vivo y ni un ápice de tristeza persista a tu alrededor, eres feliz, tremendamente feliz, extáticamente feliz y tranquilo y silencioso, te encuentras en un estado en que puedes agradecer, en que te puedes sentir agradecido … entonces, ve a la capilla más recóndita. Tu mente será dejada fuera ésa es la multitud. Entras más profundamente en el corazón, y ahí proclamas tan silenciosamente que ni siquiera tu mente pueda oír. Allí debe ser llevada la Palabra.
Al principio existía la Palabra,
Y la Palabra estaba con Dios
Y la Palabra era Dios.
No hay diferencia entre Dios y Su nombre. El no tiene nombre; El, en sí mismo, es Su nombre. Su ser es Su nombre; Su existencia es Su nombre. Nace un niño. ¿Cuál es su nombre? ninguno. Pero él es. Ese “ser” es su nombre. Entonces, con propósitos utilitarios, le damos un nombre y poco a poco olvidará su “ser” y se identificará con el nombre. Si alguien insulta a ese nombre, se pondrá furioso; si alguien lo elogia, se pondrá contento. ¡Y el nombre nunca le perteneció!
Dios es el niño, siempre el niño, siempre la inocencia del mundo. El no tiene nombre, Ese es el, significado de este dicho : y la Palabra estaba con Dios. Ser, existencia, vida : y la Palabra estaba con Dios. Su nombre es Su ser. No repitas Su nombre, movilízate dentro de Su ser ésa es la única forma de llegar a El. En realidad, olvídate de El. Movilízate dentro de tu propio “ser” y llegarás a El.
Todas las cosas fueron hechas por El;
y sin El no se ha hecho cosa alguna
de cuantas han sido hechas.
Dios es creatividad. Decir que Dios es el Creador ya es falsificarle, pero decir: “Dios es creatividad”, no será comprensible. La gente pensaría: “¿Por qué usar ‘Dios’? con ‘creatividad’ bastaría”. Decimos: “Dios es el Creador”, pero debido a esta expresión surgen muchos desatinos. Y entonces, ¿cuándo creó El al mundo? Y entonces, ¿por qué no lo creó antes? ¿Por qué no pudo crearlo antes, por qué lo creó en el momento en que lo creó? ¿Por qué lo creó así como es? ¿Por qué no lo puede mejorar?

Ven y sigueme (parte dos) Osho

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 19/03/2005 10:19

CAPÍTULO 4

REFLEJANDO A CRISTO

Una sola sesión de tu Meditación Dinámica ha dejado en mi interior mayor éxtasis y sensación de ser que. los veinte años en que tuve que escuchar las historias del Nuevo Testamento y rezarle a un Dios todopoderoso y distante que siguió siendo un inexperienciable Godot para mi. ¿Es posible que las enseñanzas de Jesús puedan no ayudar a todos los buscadores … sí, y que incluso sean veneno para ellos, o para algunos de ellos?
Cristo y el Cristianismo nunca deberían ser confundidos. Cristo es totalmente diferente del Cristianismo; por lo tanto, cuando quieras entender a Cristo, acércate en forma directa e inmediata no vía Roma: así, nunca entenderás a Cristo. Cristo, Krishria o Buda no pueden ser organizados; son tan vastos que ninguna organización puede hacerles justicia. Sólo las pequeñas cosas pueden ser organizadas. La política se puede organizar, pero no la religión; el Nazismo se puede organizar, el Comunismo se puede organizar pero no Cristo, ni Krishna. Su inmensidad es tan amplia que apenas intentas forzarles dentro de un patrón, ya estarán muertos.
Es como si trataras de agarrar el cielo con tus pequeñas manos con los puños cerrados. Puedes tocar el cielo con la mano abierta, puede que el cielo esté al menos un poco en tus manos; pero con el puño cerrado, se te escapa.
Todo lo que has oído acerca de Jesús no se refiere a Jesús, el hombre real; se refiere al Jesús que los Cristianos han inventado y decorado para venderlo en el mercado. El Jesús Cristiano es una mercancía para ser vendida; Cristo es una revolución. A través de él, tendrás que ser transformado; es el bautismo por fuego. Puedes ser un Cristiano en forma conveniente … pero nunca podrás ser un auténtico Cristiano en forma conveniente. Si realmente estás siguiendo a Jesús, es seguro que habrá conflicto.
El terminó en la cruz; tú no puedes terminar sobre un trono. Pero si sigues al Cristianismo, no habrá problema. Es una manera muy conveniente de adecuar a Cristo a ti mismo, en lugar de adaptarte a Cristo. Si te adaptas tu a Cristo habrá una transformación; si adaptas a Cristo a ti mismo, no podrá haber ninguna. Entonces, el mismo Cristo se convierte en parte de la decoración de tu cárcel, en parte de tu mobiliario tu automóvil, tu casa; a lo más, una comodidad pero no estás relacionado a él. Por eso tienes la impresión de haber desperdiciado veinte años.
Lo mismo pasará conmigo. Tienes suerte de estar meditando conmigo. Una vez que me haya ido, la meditación va a ser organizada es imposible evitarlo; es la forma en que ocurren las cosas. Entonces la practicarás durante veinte años o doscientos años y no pasará nada. Lo que ocurre no es debido a la técnica; la técnica está muerta. Todo ocurre a través del amor que sientes por mí, que yo siento por ti. La técnica es sólo un pretexto. No es lo más importante; lo más importante es tu amor, tu confianza. En esa confianza, la técnica trabaja y funciona, adquiere vida, se enraíza en tu corazón.
Tarde o temprano, todo es organizado: oración. meditación, todo, Y entonces la gloria se pierde. Entonces puedes seguir practicándola puede que llegues a ser absolutamente perfecto, diestro; puede que también te dé algún tipo de consuelo pero la mutación habrá desaparecido. Seguirás siendo el mismo, una continuidad. No será un bautismo; no habrá muerte y resurrección.
Por eso insisto en que busquen a un Maestro vivo. Las escrituras están ahí: alguna vez esos ríos fluyeron., pero ahora están helados. Se han perdido en la tierra desierta de las iglesias, los templos y las organizaciones. La poesía ya no palpita en ellos; son dogmas y argumentos muertos, el amor ha desaparecido.
Recuerda esto siempre: si puedes encontrar a un Maestro vivo, olvídate de las escrituras. El Maestro vivo es la única escritura viva. Lee su corazón y permite que tu corazón sea leído por él. Ten una comunión ésa es la única manera.
Jesús trabajó de la misma manera en que tú sientes que yo estoy trabajando; pero entretanto, han pasado veinte siglos. Los primeros discípulos que se acercaron a él arriesgaron sus vidas; dejaron todo lo que tenían, se fueron con este hombre, se lo jugaron todo. Valió la pena. Este hombre era un tesoro del mundo desconocido. Nada era demasiado. Hicieron todo lo que se les pidió. Y tuvieron la oportunidad de caminar con un dios sobre la tierra, de estar en cercana afinidad con la divinidad.
Otros decían: “Este hombre está equivocado”; pero los que estaban cerca de él sabían que este hombre era el único que tenía razón y que si este hombre no la tenia, entonces no existía la verdad, entonces “lo correcto” no existía. Crucificaron a este hombre, pero aquellos que se hallaban cerca de él sabían que no le puedes crucificar. Este hombre ya había entrado en la inmortalidad, este hombre ya se había vuelto parte de sus almas inmortales. Puedes matar el cuerpo, pero no el espíritu.
Habían vivido, caminado y respirado en el ser de este hombre. Fueron transformados. No es cuestión de técnica. Rezaron con este hombre, pero lo realmente Importante no era la oración; lo realmente Importante era estar en la presencia de este hombre. Este hombre tenía una presencia.
¿Has observado? Muy poca gente tiene lo que llaman “presencia”. Rara vez te cruzas con una persona que tiene presencia algo indefinible en él, algo que repentinamente sientes pero no puedes indicar, algo que te llena pero es inefable, algo muy misterioso y desconocido. No puedes negarlo, no puedes probarlo. No es el cuerpo, porque cualquiera tiene un cuerpo; no es la mente, porque cualquiera tiene una mente. A veces puede haber allí un cuerpo muy bello, tremendamente hermoso, pero no sientes una presencia; otras veces está allí una mente genial, pero la presencia no está; y en ocasiones te cruzas con un mendigo y te sientes lleno, tocado, perturbado una presencia.
Aquellos que estaban en presencia de Jesús, aquellos que estaban en su satsang aquellos que vivieron cerca, aquellos que vivieron en su medio le respiraron. Si me permites decirlo, aquellos que le bebieron y que le comieron, aquellos que le permitieron entrar en su capilla más interna … Eso transformó, no la oración; la oración era sólo un pretexto para estar con él. Incluso sin oración hubiera ocurrido, pero sin la oración podrían no haber encontrado un pretexto para estar con él.
Estás aquí conmigo. Invento e invento meditaciones para ti. Son sólo excusas para que puedas estar aquí un poco más tiempo, un rato más, para que puedas rezagarte cerca de mí porque nadie sabe cuándo te tocará mi presencia. Nada puede decirse al respecto; esto no puede manipularse. Ocurre cuando ocurre; nada puede hacerse en forma directa. Sólo estar aquí. Incluso sin meditaciones, la cosa sucederá; pero si no hay meditaciones, no tendrás ningún pretexto para estar aquí.
Sigo y sigo hablándote. Incluso sin hablar puede suceder, sucederá; pero si no hablo, poco a poco te irás, porque no tendrás un pretexto. ¿Qué estás haciendo aquí? Tengo que darte algo que hacer para que puedas estar aquí. Tengo que comprometerte y ocuparte, de modo que no te sientas inquieto. La cosa va a suceder desde otra dimensión; pero esa dimensión permanece abierta cuando estás ocupado. Sin nada que hacer, te pones demasiado inquieto.
Todas las meditaciones, todas las oraciones y todos los métodos son juguetes inventados para entretener a los niños: pero eso es útil, muy importante. Sí estás ocupado, tu capilla más interna está abierta para mí. No estás inquieto estás meditando y entonces puedo realizar mi trabajo. No es correcto decir que hago mi trabajo entonces, empieza a suceder.
Tienes razón, puede que hayan sido infructuosos esos veinte años de enseñanza Cristiana, escuchando las historias del Nuevo Testamento pero no porque estas historias sean Infructuosas. Como historias, son magníficas. La poesía del Nuevo Testamento, la poesía de toda la Biblia, es algo que no es de este mundo. Hay grandes poetas Shakespeare, Milton y Dante pero nadie puede superar a la Biblia. La poesía es tremendamente simple, pero tiene una cualidad que no puede tener la poesía corriente. Infunde temor reverente y ésta es la cualidad de la religión.
Has observado a veces? Ves una hermosa flor. Puedes apreciarla, tiene una cualidad estética. La aprecias y sigues adelante. Puedes ver un hermoso rostro incluso el rostro de Cleopatra: las líneas, la proporción, el cuerpo marmóreo pero eso también es estético. Y otras veces, te cruzas con unas pocas cosas y unos pocos seres que inspiran no sólo una apreciación estética, sino temor reverente. ¿Qué es el temor reverente?
Enfrentado a un objeto o un ser determinados, el pensamiento se detiene. Tu mente no puede dar abasto. Puedes arreglártelas con una Cleopatra, puedes incluso arreglártelas con un Einstein por muy oscuro, abstracto y difícil que sea, puedes arreglártelas. Sólo puede que necesites un poco más de entrenamiento de la mente. Pero cuando te cruzas con un Jesús o un Buda, la mente se va de bruces, se empantana. Hay algo que es demasiado para ella, No puedes pensar en nada, estás como en un profundo shock y aún así el shock es extático. Eso es el temor reverente.
Hay temor reverente en la Biblia detiene tu mente por completo pero tendrás que alcanzar eso en forma directa El misionero, el sacerdote, el obispo, destruyen porque empiezan a interpretar. Ponen sus mentes en ello, y sus mentes son mediocres. Es como si miraras una cosa tremendamente bella con la mente de un hombre muy estúpido. O miras en un espejo roto, destrozado está mohoso y nada puede verse bien y miras el espejo y ves la luna. Distorsionada. Es así como ha estado pasando.
La Biblia es uno de los más grandes acontecimientos en el mundo muy pura, más pura que el Bhagavad Gita. Porque el Bhagavad Gita es muy refinado. La gente que lo creó era muy refinada y educada y, culturalmente, cuando una cosa es muy refinada, se vuelve etérea, irreal. La Biblia tiene raíces en la tierra.
Todos los profetas de la Biblia son gente de la tierra. Incluso Jesús es de la tierra; es hijo de un carpintero, no tiene educación, no sabe nada de estética, de poesía nada. Si habla poesía, es porque él es un poeta, sin conocerla en absoluto. Su poesía es cruda y salvaje. Jesús tiene algo del campesino: la sabiduría sin conocimientos. No es un hombre de conocimientos; ninguna universidad estaría dispuesta a otorgarle un título honorario, no. No encajaría en Oxford o Cambridge; se vería ridículo con sus togas y las capas de payaso. se vería ridículo; no encajaría. El pertenece a la tierra, al Pueblo, a la gente corriente y sencilla.
Precisamente la otra noche estaba leyendo una pequeña historia, una historia árabe, Un hombre murió. Tenía diecisiete Camellos y tres hijos, y dejó un testarnento. Cuando éste fue abierto y leído, decía que la mitad de los camellos deberían ir al primer hijo, un tercio al segundo y una novena parte al tercero.
Los hijos estaban perplejos ¿qué hacer Diecisiete camellos; una mitad para el primer hijo ¿hay que cortar un camello en dos? Y eso tampoco resolvería el problema, porque un tercio debe ir al segundo. Y tampoco eso resolvería gran cosa: una novena parte tiene que ir al tercero. Habría que matar a casi todos los camellos.
Naturalmente, acudieron al hombre más sabio de la ciudad: el Mulla el experto, el erudito, el matemático.
Este reflexionó mucho, se esforzó mucho, pero no pudo encontrar ninguna solución, porque las matemáticas son las matemáticas. Dijo: “Nunca he dividido camellos en mi vida, todo este asunto parece una estupidez. Pero tendrán que cortarlos. Si esa voluntad debe respetarse al pie de la letra, los camellos deberán ser cortados, tendrán que dividirlos”.
Los hijos no estaban dispuestos a cortar los camellos. Y entonces, ¿qué hacer? Pero alguien sugirió: “Es mejor que vayan a ver a alguien que sepa algo acerca de camellos, y no de matemáticas”. Así que fueron a ver al jeque de la ciudad, que era un viejo sin educación pero sabio a través de la experiencia. Le contaron su problema.
El viejo se rió y dijo: “No se preocupen. Es muy simple”. Les prestó uno de sus camellos ahora había dieciocho y entonces comenzó a dividir. Al primer hijo lo fueron entregados nueve camellos, y quedó conforme, muy satisfecho. Seis camellos un tercio le fueron dados al segundo, y también quedó totalmente satisfecho. Y dos camellos una novena parte le fueron dados al tercero; también quedó satisfecho. Quedó un camello. Ese era prestado. Recuperó su camello y dijo, “Pueden irse”.
La sabiduría es práctica; el conocimiento no lo es. El conocimiento es abstracto, la sabiduría es terrenal; el conocimiento es sólo palabras, la sabiduría es experiencia.
La Biblia es muy simple. Que su simplicidad no te engañe. Esta simplicidad contiene la sabiduría de siglos.
Es muy poética; nunca me he encontrado con nada más poético que la Biblia. Uno puede seguir y seguir saboreándola, uno puede seguir y seguir repitiendo las palabras de Jesús. Provienen del corazón y se dirigen al corazón. Pero no aceptes un mediador. Esos mediadores son mediocres, destruyen todo el asunto. He visto muchos comentarios acerca de la Biblia, pero nunca me he cruzado con un comentario inteligente. Todos destruyen. Nunca he visto un solo comentario de ningún teólogo que haya añadido algo a la Biblia; que haya, de alguna manera, destacado más su gloria. La empañan.
Y así es como ocurre siempre. Sólo un hombre de la calidad de Jesús puede revelar su verdad, sólo un hombre de la calidad de Jesús puede engrandecer su belleza. La gente que vive en los oscuros valles y la gente que vive en las asoleadas cimas del Himalaya no se entienden entre sí. Cuando el hombre de la cima habla y el hombre del valle interpreta, todo va mal. Sí, tienes razón puede que hayas desperdiciado esos veinte años. Pero cometerás un grave error si crees que Jesús no es para ti. Jesús es para todos; no es ése el problema. Pero acércate a la Biblia directamente; vuélvete más meditativo, vuélvete más devoto, y ve directamente. Y olvida todo lo que te han dicho acerca de la Biblia; la Biblia es suficiente.
Si quieres entender a los Upanishads puede que te resulte difícil entenderlos directamente, porque son muy refinados. Los que hablan en los Upanishads eran grandes filósofos; necesitan comentarios. Pero Jesús es llano, su verdad es llana. El es un aldeano muy corriente; ningún comentario es necesario. El es su propia luz.. Y si no puedes entender a Jesús, ¿a quién serás capaz de entender? Deshazte de todos los comentarios estúpidos. Anda directamente. Jesús es tan simple que puedes tener un contacto directo.
No estoy comentando a Jesús; simplemente, estoy respondiendo. No soy un comentarista. Ser un comentarista es hacer un trabajo muy feo. ¿Por qué debería comentar acerca de Jesús? es sencillo, es absolutamente simple. Al igual que dos más dos son cuatro él es así de simple. Tal como por la mañana sale el sol y todo el mundo sabe que la mañana está allí. Así es él de simple.
No estoy comentándole, estoy respondiendo. Leo sus palabras; algo hace eco en mí. Eso no es un comentario. Mi corazón palpita con él, algo similar hace eco en mí, y les cuento lo que es.
Por lo tanto, no tomes mis palabras como comentarios. No estoy tratando de explicarte a Jesús no hay necesidad. Simplemente, estoy haciendo un reflejo. Te estoy revelando mi corazón. Lo que a mí me sucede cuando estoy escuchando a Jesús; eso te estoy revelando.

Durante la charla, encuentro con frecuencia que una parte de mí está esperando tu mirada. Cuando finalmente me miras, algo en mi huye. La sensación es la de estar en un desierto, esperando durante siglos por un poco de agua, y cuando finalmente llueve. la boca
se cierra. ¿Por qué es esto?
Esto es de Krishna Radha. No es necesario pensar que esto encierra un gran secreto; es sólo la mujer dentro de ti. Ese es el estilo de la mujer. Espera algo, atrae algo, invita algo; y cuando ese algo llega, le da miedo y escapa. Es el estilo de todas las mujeres. Y a menos que lo entiendas y te deshagas de ello, sufrirás toda tu vida.
Primero atraes, y cuando la cosa que has invitado se te acerca, tienes miedo y escapas. El juego del escondite sigue. Esta ha sido mi observación: que la mente femenina pide algo, pero cuando esto llega, nunca está ahí para recibirlo. La mente femenina se convierte entonces en una espera larga y sin fin. En cada instante, la satisfacción fue posible; pero siempre que ésta se acerca, la mujer tiene miedo.
La mujer pide amor y también tiene miedo del amor, pues cuando éste llega, trae la muerte consigo. El amor tiene que traer la muerte, porque sólo entonces puedes renacer. No hay otra manera.
Leeré la pregunta de nuevo: Durante la charla, encuentro con frecuencia que una parte de mí está esperando tu mirada. Cuando finalmente me miras, algo en mí huye”.
Esperas mi mirada. Un profundo amor surge en ti, una espera. Pero cuando mi mirada llega, también trae la muerte. Entonces te asustas, huyes, porque estabas esperando amor y la mirada también trae muerte. También trae amor, pero el amor y la muerte son dos aspectos de la misma mirada. Si realmente te amo, también tengo que representar la muerte para ti. No hay otra manera; el amor no puede suceder de ninguna otra manera. Y cuando la mirada te penetra, algo se encoge, escapa; algo se aleja, se asusta. Entonces mi mirada se moviliza a otra parte. Y entonces, estás nuevamente tranquila, esperándome.
No hay otro secreto en ello: es sólo la mujer. Y cuando digo “la mujer” no debes mal interpretarme. Muchos hombres se conducen como una mujer.
En el amor, todo el mundo se conduce como una mujer. le gustaría saltar a lo desconocido, pero no quieres renunciar a lo conocido. Te quieres mover en dos botes al mismo tiempo, y éstos se están moviendo en diferentes dimensiones, diametralmente opuestas. Quieres ser tú mismo y al mismo tiempo te gustaría tener una nueva vida. Pides lo imposible. Quieres aferrarte a lo que sea que tienes y también te gustaría crecer y el mismo aferrarte te está impidiendo crecer. No es posible tener las dos cosas al mismo tiempo.
Cuando esperas mi mirada esperas tal como eres, pero cuando llego y llamo a tu puerta, he venido a destruirte tal como eres, porque sé que sólo entonces será liberado lo que en ti está escondido. Entonces te asustas.
A la gente le gusta la libertad, pero también tienen miedo. Cuando no tienen libertad piensan en ella, sueñan con ella, fantasean; pero cuando la libertad llega tienen miedo, porque la libertad trae consigo muchas más cosas de lo que imaginaron. La libertad trae inseguridad. La libertad trae aventura, pero también inseguridad. La libertad trae un ciclo más grande, te da alas, pero un cielo más grande también puede ser peligroso. La libertad es muy peligrosa. Vivir en libertad es vivir peligrosamente,
Vienes a mí, buscas la libertad, pero para tus adentros veo que también estás diciendo: “No nos hagas libres, por favor no nos empujes hacia la libertad. Déjanos aferrarnos a ti, déjanos depender de ti”. Y sigues pidiendo y rezando: “Danos libertad”. Con una mano pides, con la otra mano rechazas; una parte de ti dice sí, otra parte de ti sigue diciendo no.
¿Has observado tu mente? Dices si / no al mismo tiempo. Quizás dices uno de los dos con más fuerza y el otro con menos énfasis; quizás eres muy astuto y no escuchas a uno cuando dices el otro, pero obsérvalo con más detenimiento. Cuando dices sí, a su lado se pasea el no. Te encuentras entonces en constante conflicto.
Te gustaría que fuera a tu puerta; pero entonces, cierras la puerta porque llegaré tal como soy, no como tú esperas que yo venga. Llegaré como soy, y no como me ves en tus sueños.
Recuerda siempre encontrar pequeñas causas por las cosas que te suceden y pasan a tu alrededor. A veces empiezas a pedir profundas y grandes razones que no existen particularmente en Occidente, debido a los doscientos años de sicología y al entrenamiento en sicología y psiquiatría. El conocimiento de la sicología ha llegado a formar parte del conocimiento común: todo el mundo sabe de ello acerca de pequeñas cosas sin importancia, simples hechos. La gente sigue escarbando profundo, sigue sacando cosas que no están en absoluto conectadas.
Esta mañana, precisamente, estaba leyendo una anécdota. Un sicoanalista y un amigo estaban parados al lado de una ventana, mirando el cielo y discutiendo algo. El sicoanalista dijo: ” ¡Extraordinario! ¡Mira!”. Se estaba haciendo un trabajo. Un edificio iba a ser demolido y algunos obreros estaban trabajando con carretillas. Dijo: “Mira, doce personas están trabajando con carretillas once las empujan frente a ellos y uno está tirando de ella. Once empujando y uno tirando tiene que haber una explicación a esto. Ese hombre debe tener una profunda inhibición. O bien, algo pasó en su infancia con sus padres, algo que guarda relación con su niñez. Debe haber algún problema profundamente enraizado en el asunto. Debemos ira preguntar”. Así que bajaron.
Detuvieron al obrero que estaba tirando la carretilla detrás de él, y el sicoanalista preguntó: “Por favor, ayúdenos a descubrir algo que usted tiene profundamente enraizado en su interior. Once personas están empujando sus carretillas frente a ellos; sólo usted tira de ella. Esto debe tener alguna explicación. Algo tremendamente traumático debe haber sucedido en su niñez, una profunda represión, obsesión, compulsión algún complejo. Por favor, díganos algo acerca de ello. ¿Qué es lo. que siente?”. El trabajador les miró y dijo: “¡Caramba! Sólo odio la vista de esa cosa, eso es todo. Por eso la llevo detrás de mi`. ¡Sólo odia la vista de esa cosa!
Krishna Radha, no hay nada en ello, sólo eres una mujer. Trasciende eso. El hombre tiene que trascender su masculinidad y la mujer debe trascender su femineidad. Y cuando no seas ni hombre ni mujer, te será posible permitir que mi mirada alcance el centro más profundo de tu ser. Entonces te será posible abrir tus puertas. Entonces mi llamada no quedará sin respuesta.
Seguramente lo que sucede en el instante de la muerte por ahogamiento es la verdadera explicación del bautismo de Jesús a manos de Juan. ¿No fue acaso la destreza y fortaleza requeridas del Bautista para llevar a un hombre a ese punto, y la preparación anterior de que hablaste, empleadas de modo que un hombre fuera transformado por la experiencia más que aterrorizado por ella?
Sí, exactamente así. El bautismo sólo es posible cuando estás dispuesto a morir. Ese es el significado simbólico: que Juan el Bautista solía llevar a sus discípulos al río cuando estaban preparados para morir, cuando estaban dispuestos a dejarse ir, cuando estaban dispuestos a fluir con el río. Cuando la resistencia se había roto, cuando ya no estaban luchando, cuando toda la lucha para sobrevivir había desaparecido sólo entonces les llevaría al río. Ellos estaban dispuestos a que él les ahogara, a que él les asesinara.
Me gustaría contarles una historia acerca de un místico Sufi el Sheikh Farid. Un día, se dirigía hacia el río a tomar su baño matutino. Un buscador le siguió y le preguntó: “Por favor, espera un minuto. Pareces tan lleno de lo divino; pero yo ni siquiera siento un deseo por ello. Pareces tan loco, y observándote he sentido que debe haber algo en ello. Eres tan feliz y extático y yo soy tan desgraciado; pero aún así no aparece el deseo de buscar lo divino. Entonces, ¿qué hacer? ¿Cómo crear el deseo?”.
Farid miró al hombre y dijo: “Ven conmigo. Voy a tomar mi baño matutino. Báñate conmigo en el río y quizás la respuesta pueda ser dada mientras te bañas. De otra forma, veremos después del baño. Ven conmigo”.
El hombre se quedó un poco intrigado. Este Sheik Farid parecía un poco loco; ¿cómo iba a responderle mientras se bañaba? Pero nadie sabe cómo actúan los místicos, así que le siguió.
Ambos se metieron en el río, y cuando el hombre se estaba sumergiendo, Farid saltó sobre él y le hundió bajo la superficie del agua. El hombre empezó a inquietarse. ¿Qué clase de respuesta era ésta? Al principio pensó que Farid estaba bromeando, pero después la cosa se puso seria. ¡No lo iba a soltar! Se puso a luchar con él.
Farid era un hombre muy pesado y fuerte y el buscador era muy delgado como son los buscadores. Pero cuando tu vida está en peligro … Hasta ese hombre tan delgado arrojó a Farid a un lado, saltó sobre él y dijo: “¿Eres un asesino? ¿Qué estás haciendo? Soy un pobre hombre. Sólo he venido a preguntarte cómo puede surgir en el corazón el deseo de buscar lo divino, ¡y tú ibas a matarme!”.
Farid le dijo: “Espera. Primero unas preguntas. Cuando te empujaba hacia abajo y te estabas asfixiando, ¿cuántos pensamientos había en tu mente?”.
El hombre contestó, “¿Cuántos? Sólo uno cómo salir afuera a respirar”.
Farid preguntó, “¿Cuánto tiempo se prolongó ese pensamiento?”.
El hombre respondió, “Tampoco eso permaneció allí durante mucho tiempo, porque mi vida estaba en peligro. Puedes permitirte el pensar cuando no arriesgas nada. Mi vida estaba en peligro hasta ese pensamiento desapareció. Entonces, el salir fuera del agua no era un pensamiento: era todo mi ser”.
Farid le dijo: “Lo has comprendido. Esta es la respuesta. Si te sientes asfixiado en este mundo, presionado por todos lados, y si sientes que nada va a pasar en este mundo excepto la muerte entonces, el deseo de buscar la verdad, o Dios, o como quieras llamarlo, surgirá. Y eso tampoco durará mucho. Poco a poco ese deseo deja de ser un deseo, se convierte en tu ser. La sed misma se transforma en tu ser. Te he mostrado el camino”, dijo Farid. “Ahora puedes irte”.
Sólo trata de entender la situación total en el mundo. Si ya te está destruyendo, salta fuera de él. En realidad, no se trata de cómo buscar a Dios; de lo que se trata es de entender que donde crees que hay vida, no hay vida, sino sólo muerte.
Juan el Bautista o cualquiera que alguna vez haya bautizado a alguien, que alguna vez haya iniciado a alguien, que haya llevado a alguien al mundo de la verdad desde el mundo de los sueños tiene que prepararte para la muerte. Sí, ése es el significado. Por bautismo, él se refería a: “El río se ha llevado tu viejo yo; ya no eres el mismo. Ha surgido una nueva identidad, ahora tienes un nuevo núcleo. Funciones a través de él, y no funciona a través del pasado”.
Lo mismo se ha hecho mediante la iniciación por fuego. En la India, se ha usado tradicionalmente la iniciación por fuego, no por agua. Ha habido algunas tendencias laterales que han usado también el bautismo de agua, pero la principal corriente en la India ha usado el bautismo por fuego. Así, en la casa de cada Maestro lo que suelen llamar gurukul, la familia del Maestro- había un fuego constantemente encendido en el medio de la casa, un fuego constantemente encendido, veinticuatro horas al día. Todas las enseñanzas eran entregadas cerca del fuego. Poco a poco, el símbolo del fuego llegó a estar profundamente enraizado en los discípulos.
Hay una hermosa historia en los viejos Upanishads acerca del tiempo en que un discípulo, un discípulo muy famoso, Svetketu, estaba con su Maestro. El Maestro esperó durante doce años, y no le iniciaba en los misterios. El discípulo le servía y le servía, cuidando el fuego en la casa durante veinticuatro horas el fuego tenía que mantenerse vivo. Se dice que el mismo fuego llegó a estar muy preocupado por Svetketu. Durante doce años había estado sirviendo, cuidando el fuego, trayendo leña del bosque.
La historia es hermosa. Dice que el fuego llegó a preocuparse. Incluso el fuego empezó a sentir que el Maestro era demasiado duro, un poco injusto. El fuego sintió compasión por Svetketu.
El fuego habló a la esposa del Maestro cuando éste estaba fuera, y le dijo: “Esto ha ido demasiado lejos. Este Svetketu ha servido tan silenciosamente durante doce años. Ya se lo ha ganado; el secreto le debe ser revelado. Convence a tu marido”.
La esposa dijo: Pero no me hará caso. Si digo algo, hasta puede llegar a ser más duro. No es un hombre que pueda ser convencido. Hay que esperar. El sabe cómo trabajar y cómo no trabajar, qué es lo que hay que hacer y qué es lo que no hay que hacer, y yo no puedo decir nada”.
Se dice que el fuego llegó a preocuparse tanto que él mismo reveló el secreto a Svetketu. Y cuando el secreto fue revelado, el Maestro bailó. Este dijo: “Svetketu, estaba esperando. Porque cuando el fuego se revela a sí mismo, ¡eso es algo de peso! Estaba forzando al fuego a que revelara el secreto, porque la compasión surgiría, la existencia es compasiva. Podía haberte entregado el secreto cualquier día, pero no hubiese sido tan vital. Hubiera venido de mí. Pero ahora la existencia misma te ha abierto sus puertas. Ahora estás en comunión con el fuego mismo has sido iniciado por fuego”.
¿Qué secreto te puede dar el fuego? El secreto de la muerte. En la India hemos estado quemando los cuerpos muertos, de modo que el fuego llegue a estar relacionado con la muerte. Incluso aquellos que no son buscadores saben que el fuego es el símbolo de la muerte uno muere en él. Pero aquellos que saben y buscan en el camino también saben que uno resucita a través de él; uno muere y renace.
En ambos casos, ya sea mediante el agua o el fuego, la muerte es la cuestión. Uno tiene que morir para obtener la vida en abundancia, uno tiene que llevar su propia cruz. Nadie más te puede iniciar, sólo la muerte. La muerte es el Maestro. O bien, el Maestro es la muerte.
Si estás dispuesto a morir, nadie podrá impedir tu resurrección. Pero esta muerte no debería ser suicida. Mucha gente se suicida. Ellos no resucitan. Una muerte suicida no es una muerte a través de la comprensión; una muerte por suicidio es una muerte a través del malentendido. Mueres confundido, en agonía. Mueres obsesionado por el mundo, mueres ligado al mundo. Mueres como una queja.
Observa a la gente que piensa en suicidarse. No están en contra de la vida. De hecho, al contrario: están tan apegados a la vida que ésta no les puede satisfacer. Toman venganza, se quejan. Asesinan, se asesinan a sí mismos, sólo para albergar una queja contra toda la existencia que no fue una realización. Están descontentos, están diciendo, La vida no vale la pena”.
Pero, ¿por qué la vida no merece vivirse? Porque esperaban demasiado; por eso no valía la pena. Pidieron demasiado; nunca se lo ganaron. Pidieron demasiado y no les fue entregado. Están frustrados.
Uno que está dispuesto a morir sin frustración … viendo la verdad de la vida, viendo que, en verdad, la vida es sólo un sueño … que no puede llenar nada y que tampoco puede frustrar. Colmar, frustrar; ambas son partes de la ilusión de que la vida es real. Uno que ve que la vida es irreal, tal como un sueño, se despega. Surge una renuncia.
Los Upanishads tienen un dicho muy vital: “Ten tykten bhunjitha … aquéllos que se han entregado a todos los placeres de la vida siempre han renunciado”. Es muy revolucionaria; la implicancia es tremenda. Dice: aquellos que se han entregado a los placeres de la vida están destinados a renunciar, porque han visto la verdad que la vida es falsa. La han mirado y no han encontrado nada. No es que estén frustrados; porque si lo estás, eso sólo demuestra que aún esperas algo. La frustración demuestra la existencia de profundas expectativas.
Aquél que ha llegado a darse cuenta de que la vida sólo puede prometer pero nunca puede dar ¡es un sueño! ni se frustra ni se realiza en la vida. Entonces llega la renuncia. La renuncia no significa dejar la vida; la renuncia es ver la vida tal cual es. Entonces uno está dispuesto a morir, porque en la vida no hay nada.
Esa disposición a morir es el punto hacia el cual Juan el Bautista estaba llevando a sus discípulos”. Cuando estaban dispuestos, los llevaba al río Jordán y procedía al ritual, al último toque. El ego, la vieja personalidad, se iba junto con el agua que caía sobre tu cabeza y luego al río. La esencia pura había nacido bañado en una nueva sensación de ser, con un nuevo misterio en el estar vivo, con una nueva sensación de la existencia.

ven y sigueme (parte tres) Osho

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 19/03/2005 10:28

CAPÍTULO 6

EL LUJO DE DIOS

¿Para qué es necesario el secreto en las relaciones Maestro discípulo y en las relaciones humanas corrientes?
El ser tiene dos lados, el exterior y el interior. El exterior puede ser público, pero el interior no puede serlo. Si el interior se vuelve público, perderás tu alma, perderás tu rostro original. Entonces vivirás como si no tuvieras ser interior. La vida se volverá monótona, fútil. Esto le ocurre a la gente que lleva una vida pública: políticos, actores de cine. Se vuelven públicos, pierden su ser interior completamente, no saben quiénes son, excepto por lo que el público dice de ellos. Dependen de la opinión de los demás, no tienen un sentido de su propio ser.
Una de las actrices más famosas, Marilyn Monroe, se suicidó, y los sicoanalistas han estado cavilando acerca del motivo que tuvo para hacerlo. Fue una de las mujeres más bellas que nunca han existido, una de las que más éxito tuvo. Hasta el Presidente de Estados Unidos, Kennedy, estaba enamorado de ella, y tuvo otros miles de amantes. Uno no puede imaginar qué más se puede tener. Ella lo tenía todo.
Pero ella era pública, y lo sabía. Hasta en su cámara de amor, cuando el Presidente Kennedy estaba allí, ella solía llamarle Señor Presidente como si no estuviera haciendo el amor a un hombre, sino que a una institución.
Ella era una institución. Poco a poco se dio cuenta de que no tenía nada privado. Una vez alguien le preguntó ella recién había posado desnuda para un calendario, y alguien le preguntó: “¿Tenías algo puesto mientras posabas para el calendario?”.
Ella contestó: “Sí, tenía algo puesto. La radio”.
Expuesta, desnuda, sin un yo privado. Mí sensación es que se suicid6 porque éste era el único acto que podía hacer en privado. Todo era público, aquello fue lo único que pudo hacer por sí misma, sola; algo absolutamente intimo y secreto. Las figuras públicas siempre se sienten atraídas hacia el suicidio, porque sólo a través del suicidio pueden vislumbrar quiénes son.
Todo lo que es hermoso es interior, e interior significa privacidad. ¿Has observado cómo las mujeres hacen el amor? Siempre cierran los ojos. Ellas saben algo. Un hombre hace el amor con los ojos abiertos, es también un observador. No está completamente involucrado en el acto, no está totalmente en él. Actúa como un mirón, como si otra persona estuviera haciendo el amor y él estuviera observando, como si el acto amoroso estuviera ocurriendo en la TV o en una película. Pero una mujer es más sabia, porque está en una sintonía más delicada con lo interior. Ella siempre cierra los ojos. Entonces, el amor tiene una fragancia totalmente diferente.
Haz esto alguna vez: haz correr el agua del baño, y entonces enciende y apaga la luz. Cuando esté oscuro, oirás más claramente el sonido del agua al caer, el sonido será agudo. Cuando la luz esté encendida, el sonido no será tan agudo. ¿Qué es lo que sucede en la oscuridad?
En la oscuridad, todo lo demás desaparece, porque no puedes ver. Estás solo con el sonido. Por ese motivo, en todos los buenos restaurantes se evita la luz, se evita la luz intensa. Hay luz de velas. Cuando un restaurante está iluminado con velas, el sabor es más profundo, comes bien y saboreas más. La fragancia te rodea. Si la luz es muy brillante, el sabor se escapa. Los ojos hacen que todo se vuelva público.
En la primera frase de su Metafísica, Aristóteles afirma que la vista es el más alto sentido del hombre. No lo es. De hecho, la vista se ha convertido en algo demasiado dominante. Ha monopolizado todo el yo, y ha destruido a todos los otros sentidos. Su Maestro el Maestro de Aristóteles, Platón afirma que hay una jerarquía en los sentidos: la vista al principio, el tacto al final. Está absolutamente equivocado. No hay jerarquía. Todos los sentidos están al mismo nivel, y no debería haber ninguna jerarquía. Pero vives a través de los ojos: el ochenta por ciento de tu vida está orientada a los ojos. No debería ser así; hay que restablecer un equilibrio. También deberías tocar, porque el tacto tiene algo que los ojos no pueden dar. Pero inténtalo: intenta tocar a la mujer que amas o al hombre que amas con luz brillante, y después tócalo en la oscuridad. En la oscuridad, el cuerpo se revela; en la luz brillante, se esconde.
¿Has visto los cuadros de cuerpos femeninos de Renoir? Tienen algo milagroso en ellos. Muchos pintores han pintado el cuerpo femenino, pero no hay comparación con Renoir. ¿Cuál es la diferencia? Todos los demás pintores han pintado el cuerpo femenino tal como aparece a los ojos. Renoir lo ha pintado como lo sienten las manos; por lo tanto, el cuadro tiene calor, cercanía y vida.
Cuando tocas, algo muy cercano sucede. Cuando ves, algo está muy lejos. En la oscuridad, en secreto, en privado, se revela algo que no puede ser revelado abiertamente en el mercado. Otros están viendo y observando; algo en tu profundidad se encoge, no puede florecer. Es tal como si pusieras las semillas sobre la tierra, para que todo el mundo las mire. Nunca brotarán. Necesitan ser colocadas profundamente dentro del útero de la tierra, en profunda oscuridad, donde nadie pueda verlas. Ahí empiezan a brotar, y nace un gran árbol.
Tal como las semillas necesitan oscuridad y privacidad dentro de la tierra, todas las relaciones que son profundas e íntimas permanecen en el interior. Necesitan privacidad, necesitan un sitio donde sólo ellos dos existen. Entonces llega un momento en que incluso esos dos se disuelven, y sólo uno existe.
Dos amantes profundamente compenetrados el uno con el otro, se disuelven. Sólo uno existe. Respiran juntos, están juntos; existe una unión. Esto no sería posible si hubiera observadores. Nunca serían capaces de dejarse ir si otros estuvieran mirando. Los mismos ojos de los demás crearían la barrera. Por lo tanto, todo lo que es bello, todo lo que es profundo, sucede en la oscuridad.
En las relaciones humanas corrientes, la privacidad es necesaria. Y cuando preguntas acerca de la relación entre un Maestro y su discípulo, es necesaria aún más privacidad, porque es una transmisión de la más alta energía posible al hombre. Es la más alta cima de amor, donde un hombre se vierte a sí mismo en otro, y el. otro se transforma en un útero receptivo. Incluso una ligera alteración alguien mirando bastará para transformarse en obstáculo.
El secreto tiene su propia razón de existir. Recuerda eso, y recuerda siempre que te comportarás muy estúpidamente en la vida si llegas a ser completamente público. Será como si alguien volviera sus bolsillos al revés. Esa será tu forma como bolsillos vueltos al revés. No hay nada malo en ir hacia afuera; pero recuerda que ésa sólo es una parte de la vida. No debería llegar a convertirse en la totalidad.
No estoy hablando de moverse en la oscuridad para siempre. La luz tiene su propia belleza y su propia razón. Si la semilla permanece en la oscuridad para siempre, y nunca sale a recibir el sol de la mañana, morirá. Tiene que ir a la oscuridad para brotar, para reunir fuerzas, para vitalizarse, para renacer, y después tiene que salir y enfrentarse al mundo y a la luz, las tormentas y las lluvias. Tiene que aceptar el desafío del exterior.
Pero ese desafío sólo puede ser aceptado si estás profundamente enraizado en tu interior. No estoy diciendo que se vuelvan escapistas, no estoy diciendo que cierren los ojos, que se vuelquen hacia adentro y nunca salgan. Estoy simplemente diciendo: ve hacia adentro, para que puedas salir con energía, con amor, con compasión. Ve hacia adentro, para que cuando salgas no seas un mendigo, sino un rey; ve hacia adentro, de modo que cuando salgas tengas algo que compartir: las flores, las hojas.
Ve a tu interior, para que tu salida se vuelva más rica, y no se empobrezca. Y recuerda siempre que cuando te sientas exhausto, la fuente de energía está adentro. Cierra tus ojos y sumérgete en tu interior.
Establece relaciones externas; y establece también relaciones internas. Naturalmente que siempre habrán relaciones externas te mueves en el mundo, habrá relaciones de negocios pero eso no debería ser todo. Tienen que tener su parte, pero debe haber algo absolutamente secreto y privado, algo que puedas llamar tuyo.
Eso es lo que le faltó a Marilyn Monroe. Ella fue una figura pública exitosa; y, sin embargo, un total fracaso. Cuando estaba en la cumbre de su éxito y fama, se suicidó. El por qué se suicidó sigue siendo un enigma. Tenía todos los motivos para vivir; no puedes imaginar más fama, más éxito, más carisma, más belleza, más salud. Todo estaba ahí, nada podía ser mejorado, y aún así, algo faltaba. El interior, lo interno, estaba vacío. El suicidio es, entonces, el único camino.
Puede que no tengas el valor suficiente como para suicidarte como Marilyn Monroe. Puedes ser muy cobarde y suicidarte en forma muy lenta puedes demorarte setenta años en llevarlo a cabo. Pero aún así será un suicidio. A menos que tengas algo en tu interior que no dependa en nada de lo externo, que sea sólo tuyo un mundo, un espacio propio donde puedas cerrar los ojos y moverte, donde puedas olvidar que todo lo demás existe te estarás suicidando.
La vida surge de esa fuente interior y se extiende al cielo exterior. Tiene que haber un equilibrio –yo siempre estoy por el equilibrio. Así que no diré, como Mahatma Gandhi, que tu vida debería ser un libro abierto no. Algunos capítulos abiertos, de acuerdo. Y algunos capítulos completamente cerrados, en total misterio. Sí sólo eres un libro abierto, serás una prostituta, estarás de pie en la plaza del mercado, desnudo, sólo con la radio puesta. No, no es así como debe ser.
Si el libro entero está abierto, serás sólo el día sin la noche , sólo el verano sin el invierno . Entonces, ¿dónde descansarás y dónde te centrarás y adónde te refugiarás? ¿Dónde irás cuando el mundo sea demasiado para ti? ¿Dónde irás a orar y a meditar? No, mitad y mitad es perfecto. Deja la mitad de tu libro abierto abierto a todo el mundo, al alcance de todo el mundo y deja que la otra mitad de tu libro sea tan secreto que sólo a invitados especiales se les permita entrar.
Sólo rara vez se le permite a alguien entrar en tu templo. Así es como debería ser. Si la multitud está entrando y saliendo, el templo deja de ser un templo. Puede ser la sala de espera de un aeropuerto, pero no puede ser un templo. Sólo rara vez, muy rara vez, permites a alguien que entre en tu yo. Eso es el amor.
A veces me pregunto qué es lo que estoy haciendo aquí, sentado frente a ti. Y entonces, de repente eres demasiado para mí, demasiada luz y amor. Sin embargo, quiero dejarte. ¿Me puedes explicar esto?
Sí. Esta pregunta le sucederá a todos, un día u otro.
¿Qué estás haciendo aquí? La pregunta surge porque yo no enfatizo la acción; te estoy enseñando la no acci6n. La pregunta es relevante. Si estuviera enseñándote a hacer algo, la pregunta no surgiría, porque estarías ocupado. Si vas a ver a otra persona hay mil y un ashrams en el mundo, en donde te enseñarán a hacer algo. No te dejarán desocupado en absoluto, porque piensan que una mente desocupada es el taller del diablo.
Mi comprensión es total y diametralmente opuesta.

Cuando estás absolutamente vacío, Dios te llena. Cuando estás desocupado, sólo entonces eres. Tus actos ocurren sólo en la periferia. Todos los actos están en la periferia; buenos y malos, todos. Si eres un pecador, estás en la periferia; si eres un santo, también estás en la periferia. Para hacer el mal tienes que salirte de ti mismo; para hacer el bien también tienes que salirte de ti mismo.
La acción es externa, la no acción es interna. La no acción es tu yo privado, la acción es tu yo público. No les estoy enseñando a ser santos; de ser así, habría sido muy fácil: no hagas esto, no hagas aquello; modifica sólo la periferia, modifica tus actos.
Estoy intentando algo totalmente diferente, una mutación no un cambio de una parte de la periferia a otra parte de la periferia, sino una transmutación desde la periferia hacia el centro. El centro está vacío, absolutamente vacío. Ahí, tu eres. Hay ser, no hacer.
Esto necesariamente te pasará a veces: sentado ante mí, te preguntarás qué es lo que estás haciendo aquí. Nada; no estás haciendo nada aquí. Estás aprendiendo a sólo ser, no a hacer cómo no hacer nada: sin acción, sin movimiento … como si todo se detuviera, como si el tiempo se detuviera. Y en ese instante de no movimiento estás en sintonía con el presente, estás en sintonía con Dios.
Los actos se convierten en parte del pasado. Los actos pueden ocurrir en el futuro, pueden ocurrir en el pasado; pero Dios está siempre en el presente. Dios no tiene pasado ni futuro. Y Dios no ha hecho nada; cuando piensas que El ha creado el mundo, estás creando su imagen según tu propio criterio. No puedes quedarte sin hacer nada te vuelves demasiado inquieto, esto te hace sentir demasiado incómodo así que también has concebido a Dios como un creador.
No sólo como un creador: los Cristianos dicen que durante seis días El creó, y que al séptimo día descansó: unas vacaciones. La Biblia dice que Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza. La verdad parece ser exactamente la opuesta: el hombre ha creado a Dios a su imagen y semejanza. Dado que no puedes permanecer desocupado, piensas. ¿qué haría Dios si no estuviese creando al mundo? Y debido a que te cansas haciendo cosas, piensas que Dios también debe haberse cansado después de seis días así que al séptimo día, El descansó.
Esto es sólo antropomórfico. Estás concibiendo a Dios tal como te imaginas a ti mismo. No, Dios no ha creado el mundo; el mundo surge de su no actividad, el mundo surge de su no acción. El mundo es un florecimiento de Dios, tal como un árbol lo es.
¿Crees que un árbol está creando las flores esforzándose mucho, haciendo ejercicios, planeando, interrogando a los expertos? El árbol no está haciendo nada en lo absoluto. El árbol está ahí, absolutamente desocupado. En ese estado de desocupación, la flor florece por sí sola. Y recuerda, si algún día los árboles se vuelven locos tan locos como lo es el hombre y empiezan a tratar de producir las flores, las flores dejarán de brotar. No surgirán, porque siempre surgen sin esfuerzo.
Observa a una flor: ¿puedes ver algo de esfuerzo en ella? El ser mismo de una flor es tan carente de esfuerzo; simplemente se abre. Pero no podemos concebirlo. Los pájaros cantando por la mañana; ¿crees que van a aprender con Ravi Shankar? ¿Crees que están haciendo algo cuando en la mañana empiezan a cantar? No, nada de eso. Sale el sol, y la canción surge de su vaciedad. El milagro más grandioso en el mundo es que Dios ha creado sin hacer absolutamente nada. Es algo que sale de la nada.
He estado leyendo acerca de Wagner, un compositor y gran músico alemán. Alguien le preguntó a Wagner: “¿Puedes revelar el motivo por el cual creaste tan bella música y cómo lo hiciste?”.
Wagner contestó: “Porque era desgraciado”. Dijo: “Si hubiese sido feliz, no hubiera escrito ni siquiera una nota”. Y agregó: “La gente, desgraciada tiene que llenar su vida con imaginación, porque a su realidad le falta algo”. Y tiene razón, en muchos sentidos. Gente que nunca ha amado escribe poesía acerca del amor. Es un sustituto. Si el amor se ha presentado de verdad en la vida, ¿quién va a molestarse en escribir poesía acerca de él? Uno mismo sería el poema; no sería necesario escribirlo.
Wagner dijo: “Los poetas escriben acerca del amor porque el amor se les ha escapado”. Y después formuló una declaración tremendamente significativa. Dijo: “Y creo que Dios creó al mundo porque era desgraciado”. Una gran comprensión pero este descubrimiento viene al caso para el hombre, no para Dios.
Si me preguntas a mí, Dios creó al mundo en primer lugar, El no es un creador, sino creatividad; pero para usar la vieja expresión Dios creó al mundo, no porque El fuera infeliz, sino porque era tan feliz que su abundancia desbordó; El tenía demasiado.
El árbol no está floreciendo en el jardín porque sea desgraciado. La flor sale solamente cuando el árbol tiene demasiado que compartir y no sabe qué hacer con ello. La flor es un desborde. Cuando el árbol no está bien alimentado, sin suficiente agua, cuando no ha recibido la cuota correcta de luz del sol, de cuidados y amor, no florece, porque el florecimiento es un lujo. Sólo sucede cuando tienes demasiado, más de lo que necesitas. Cuando sea que tienes demasiado, ¿qué es lo que haces? Se transformará en un peso, será una carga; tienes que dejarla ir. El árbol brota y florece; su momento de lujo ha llegado.
El mundo es el lujo de Dios: un florecimiento. El tiene tanto; ¿qué hacer con ello? Lo comparte, lo tira, comienza a expandirse, comienza a crear.
Pero recuerda siempre: El no es un creador de la misma forma que el pintor que pinta. El pintor está separado de la pintura. Si el pintor muere, la pintura seguirá viviendo. Dios es un creador como un bailarín lo es: el baile y el que baila son uno solo. Si el bailarín se detiene, la danza se detiene.
No puedes separar el baile del bailarín, no puedes decirle al bailarín: “Dame tu danza para llevármela a casa. Estoy dispuesto a adquirirla”. La danza no puede ser adquirida. Es una de las cosas más espirituales del mundo, porque no puede ser comprada. No puedes irte con ella, no puedes transformarla en una mercancía. Cuando el bailarín está bailando, está allí; cuando el bailarín se ha detenido, desaparece como si nunca hubiera existido .
Dios es creatividad. No es que El creara algo en el pasado y después se detuviera y descansara. ¿Y qué ha estado haciendo desde entonces? No; El está creando continuamente. Dios no es un acontecimiento, es un proceso.
No es que El creara en una ocasión y después se detuviera. En ese caso, el mundo estaría muerto. Está creando continuamente, tal como los pájaros cantan y los árboles florecen y las nubes se mueven en el cielo. El está creando y no necesita tomarse ningún descanso, pues la creatividad no es un acto; no puedes cansarte. Surge de Su nada.
A esto nos referimos en el Oriente cuando decimos que Dios es vacío. Sólo la nada puede ser infinita; cualquier objeto será, necesariamente, finito. Só1o de la nada es posible una infinita expansión de vida, de existencia de ninguna otra cosa. Dios no es alguien; El es nadie, O, más correctamente, una nadiedad. Dios no es algo; El es nada, o, aún más correctamente, ninguna cosa, ningún objeto. El es un vacío creativo lo que Buda ha llamado sunya. El es un vacío creativo.
¿Qué es lo que les estoy enseñando? Les estoy enseñando lo mismo: llegar a ser vacíos creativos, no activos, que se deleiten sólo siendo. Por ese motivo, la pregunta aparecerá necesariamente en la mente de todo el mundo, tarde o temprano. Preguntas: “A veces me pregunto qué es lo que estoy haciendo aquí”. Tu duda es correcta: aquí no estás haciendo nada. Tu mente puede entregar respuestas, pero no les prestes atención. Escucha mi respuesta. Aquí no estás haciendo nada; no te estoy enseñando a hacer algo. Tu mente puede decir que estás aprendiendo a meditar: estás haciendo meditación, yoga, esto y aquello; o estás tratando de obtener la iluminación, el satori, el samadhi puras tonterías.
Esta es tu mente proporcionando respuestas, porque la mente es un ejecutor, la mente no puede permanecer inactiva. La mente crea una actividad tras otra. Obtener dinero; si has acabado con eso, entonces obtener meditación pero obtener. Obtener algo, hacer algo.
Te asustas cuando no estás haciendo nada, porque entonces te encuentras de improviso con el vacío creativo. Ese es el rostro de Dios. Estás en un caos, estás cayendo en un abismo infinito y no puedes ver el fondo. No hay un fondo.
Sentado ante mí, ¿qué es lo que estás haciendo? Sólo estar sentado. Eso es lo que zazen significa. En Zen, a la meditación la llaman “zazen”. Zazen significa sólo sentarse, sin, hacer nada. Si sólo puedes estar sentado cerca de mí, eso es suficiente, más que suficiente; nada más es necesario. Si sólo puedes estar sentado sin hacer nada ni siquiera fabricar pensamientos o sueños si sólo puedes estar sentado cerca de mí, eso lo hará todo.
“De repente eres demasiado para mí”, dices. Sí; si sólo te sientas, seré demasiado porque si sólo estás sentado, estaré repentinamente fluyendo dentro de ti. Si sólo estás sentado, inmediatamente tomarás consciencia de la luz y del; amor, y entonces dirás: “Quiero dejarte”, porque temes al amor y a la luz.
Te has convertido en un habitante de la oscuridad. Has vivido en la oscuridad durante tanto tiempo que tus ojos tienen miedo. No importa lo que digas que te gustaría vivir en la luz tus hábitos profundamente enraizados se encogen y dicen: “¿Dónde vas?”. Tienes una gran inversión en la oscuridad.
Todo tu conocimiento está relacionado con la oscuridad. En la luz, serás absolutamente ignorante. Toda tu sabiduría y experiencia surgen de la oscuridad; en la luz te encontrarás desnudo. Todo lo que sabes pertenece a la oscuridad; en la luz, estarás como un bebé inocente, como un niño pequeño, sin saber nada.
Han vivido en la esclavitud y ahora temen ser libres. Hablan acerca de la libertad y de moksha la libertad absoluta , pero si te observas a ti mismo, te darás cuenta de que siempre que la libertad se cruza en tu camino, huyes. Te asustas. Quizás hablas de la libertad sólo para engañarte a ti mismo; quizás es un sustituto, el sustituto del que habla Wagner.
Estás esclavizado; nunca has conocido la libertad. Hablas de la libertad, cantas canciones de libertad, y a través de esas canciones obtienes una engañosa satisfacción como si hubieras llegado a ser libre. Es como si hubiera libertad. Pero conmigo no va a ser como si, va a ser una realidad. La realidad te asusta.
Pides y pides amor, pero cuando éste llega, huyes, porque el amor es peligroso. Una de las cosas más peligrosas de la vida es el amor. La mente puede consolidarse con el matrimonio, pero no con el amor.
La mente siempre quiere ley, no amor. La mente siempre ama el orden, no el caos que el amor supone. La mente quiere permanecer segura, y el amor es la inseguridad más grande con la que puedas cruzarte. Siempre que el amor llega, te asustas hasta tus mismas raíces, te agitas y tiemblas, porque ese amor, si le permites entrar dentro de ti, destruirá tu mente. La mente dice: ” ¡Huye! Huye de inmediato!”. La mente está tratando de salvarse.
Has vivido en un contacto demasiado profundo con la mente, y te has apegado demasiado a ella. Crees que todo lo que dice la mente es correcto; confías en que todo lo que para la mente es seguridad, es seguridad para ti. Ahí está todo el malentendido. La muerte de la mente será vida para ti, y la vida de la mente no es otra cosa que la muerte para ti.
La identidad tiene que romperse. Tienes que llegar a darte cuenta de que no eres la mente. Sólo entonces puedes estar cerca de mí, sólo entonces desaparecerán los esfuerzos por marcharte y escapar. De lo contrario, puedes encontrar razones para marcharte, pero todas esas razones serán falsas. La verdadera razón será ésta: que no fuiste capaz de dejar entrar la luz, que no fuiste capaz de dejar que el amor entrara y destruyera tu mente, destruyera tu ego y te diera un renacer.
Tu enseñanza parece ser: ser absolutamente uno mismo. Esto me sobrepasa. ¿Cómo puede uno ser uno mismo si uno no es uno mismo?
Déjame formularte otra pregunta: ¿Cómo puedes no ser tú mismo? Puedes creerlo, pero no puedes ser otro que tú mismo. Puedes creer que eres otra persona, puedes imaginar que eres otro, pero todo el tiempo eres sólo tú mismo, nadie más.
Por lo tanto, el que creas o no que eres tú mismo no tiene importancia. Todo el tiempo sigues siendo tú mismo. Puedes seguir corriendo y cazando sombras, pero un día u otro tendrás que darte cuenta de que sólo has estado haciendo algo absurdo.
¿Cómo puedes ser otro que tú mismo? ¿Cómo? Me preguntas: “¿Cómo puede uno ser uno mismo?”
Yo te pregunto, ¿cómo puede uno ser otro que uno mismo? y en mi pregunta está la respuesta. Nadie ha sido nunca otro que el que es; nadie puede ser otra cosa que el que es. Ser uno mismo es la única manera de ser; nada se puede hacer al respecto.
Puedes creer … es tal como si durmieras en la noche en Poona y soñaras que estás en Filadelfia. Eso no supone ningún cambio en la realidad. Sigues estando en Poona aquí, en alguna parte de Mobo’s. Permaneces en Poona; Filadelfia sigue siendo un sueño. Por la mañana no despertarás en Filadelfia, recuérdalo. Despertarás en Mobo’s, en Poona. ¡Por triste que sea, pero así será! Nada se puede hacer al respecto; a lo más puedes soñar de nuevo con Filadelfia.
Ustedes son dioses. Esa es su realidad. Pueden creer … han creído muchas cosas. A veces creyeron que eran un árbol muchos árboles todavía creen eso. A veces creíste que eras un animal: un tigre, un león. Hay algunas personas que pertenecen al Club de Leones: León Bhabhutmal Sanghvi. No les basta ser hombres: ¡leones! A veces creíste que eras un león, y entonces fuiste un león: un sueño. A veces creíste que eras una roca, y fuiste una roca: un sueño. Has estado cambiando tus sueños.
Ahora, el momento ha llegado. ¡Despierta! Recuerda esto: no te estoy dando otro sueño. Ansías eso, te gustaría que te proporcionara otro sueno, pero no te voy a dar otro sueño. Por eso, estar conmigo es arduo y difícil: porque insisto en que despiertes. Ya es suficiente. Has soñado muchísimo; desde la eternidad has estado soñando. Sólo has estado cambiando los sueños. Cuando te cansas de un sueño, empiezas a cambiarlo; sueñas otro sueño. Me esfuerzo en sacudirte, en sobresaltarte…en despertarte.

No se trata de lograr algo nuevo. Ya es tu ser. Sólo abrir los ojos, sólo tirar los sueños a un lado, sólo tirar a un lado las nubes y la visión. Es cuestión de claridad y comprensión, eso es todo. Entre tu ser y el de Jesús, entre tu ser y el mío, entre tu ser y el de Buda, no hay diferencia ninguna. Eres exactamente igual. La diferencia, a lo sumo, consiste en que tú estás dormido y Jesús no lo está, eso es todo.
Por lo tanto, no me preguntes cómo ser uno mismo; no puedes ser de otra manera. Sólo pregúntame como estar despierto. ¡Eres tú mismo todo el tiempo! Sólo debes estar un poco más alerta, tan sólo trae una nueva cualidad de consciencia despierta sólo observa. No trates de ser nada, porque con eso tendrás otro sueño. Sólo observa: quien quiera que seas, donde quiera que estés, sólo observa, y sé … y permite que ocurra. Entonces sucede, sucede de improviso, puede suceder en cualquier momento. Los cielos pueden abrirse y el espíritu de Dios, a modo de paloma, puede entrar en ti.
En realidad, ésta es sólo una forma de decir algo que no puede decirse. También puede expresarse al revés. Déjame decirlo: que cuando Juan el Bautista inició, bautizó a Jesús Jesús se abrió y el espíritu de Dios, a modo de paloma, salió de él y voló hacia el cielo infinito. Esa es exactamente la misma verdad. Es sólo una manera de expresarlo desde dos extremos.
Son dioses, y nunca han sido otra cosa. Por eso, no me preocupo si quieren dormir un poco más. No importa; la elección es tuya. Puedes dormir un poco más, darte la vuelta y dormir un poco más; roncar un poco más no pasa nada malo. Pero no trates de mejorar, no trates de obtener nada. No trates de llegar a ser nada, porque ¡ya eres lo que puedes llegar a ser! El ser es tu única realización, llevas tu destino dentro de ti mismo. Relájate … y sé.

Ven y sigueme (parte cuatro) Osho

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 19/03/2005 10:38

CAPÍTULO 8

DIOS: LA SINTESIS SUPREMA

¿Cómo puede alguien establecer un puente entre la duda y la confianza si ha sido entrenado toda su vida para analizar, cuestionar y dudar?
La duda es hermosa en sí misma. El problema surge cuando te quedas estancado en ella. Entonces, la duda se convierte en muerte. El análisis es perfecto si te mantienes separado y apartado de él. El problema surge si te identificas con él. Entonces, el análisis se convierte en parálisis.
No te sientas desgraciado si sientes que has sido entrenado para analizar, cuestionar y dudar. Duda, analiza, cuestiona, pero permanece separado. Tú no eres la duda, Usala como una metodología, como un método.
Si el análisis es un método, entonces la síntesis también es un método. El análisis, en sí, es la mitad. A menos que se complemente con la síntesis, nunca será la totalidad. Y tú no eres ni análisis ni síntesis eres sólo una consciencia trascendental.
Preguntar es bueno; pero una pregunta es, obviamente, sólo la mitad: la respuesta será la otra mitad. La duda es buena, pero es sólo una parte; la confianza es la otra parte.
Permanece separado. Cuando digo “permanece separado”, quiero decir: permanece separado, no sólo de la duda, sino también de la confianza. Esta también es un método; uno tiene que usarla. No deberías permitir que ella te use es así que surge una tiranía.
Puede haber tiranía de la duda o de la confianza. La tiranía de la duda te dejará inválido; nunca te será posible dar un solo paso, porque la duda estará en todas partes. ¿Cómo puedes hacer algo mientras la duda esté ahí? Te dejará paralizado. Y si la confianza se transforma en una tiranía …
Y puede llegar a eso: para millones se ha transformado en una tiranía. Las iglesias, los templos, las mezquitas, están llenas de aquellos para los cuales la confianza se ha transformado en una tirana. Entonces no te da ojos: te ciega. Es así que la religión se convierte en una superstición.
Si la confianza no es un método y estás identificado con ella, la religión se convierte en superstición y la ciencia en tecnología. Entonces la pureza de la ciencia se pierde y la pureza de la religión también se pierde. Recuerda esto: la duda y la confianza son como dos alas. Usa ambas. Sin embargo, tú no eres ninguna de las dos.
Un hombre con discernimiento, un hombre sabio, usará la duda si su búsqueda guarda relación con la materia. Si su búsqueda guarda relación con lo exterior, con el otro, usará la duda como un método.. Si su búsqueda se dirige hacia lo interno, hacia sí mismo, entonces usará la confianza. La ciencia y la religión son dos alas.
En la India hemos cometido una tontería. Ahora el Occidente está cometiendo otra. En la India, hemos tratado de vivir sólo con la confianza: de ahí la pobreza, el hambre, la miseria. El país entero es como una herida, sufriendo continuamente. Y el sufrimiento se ha prolongado tanto que la gente hasta se ha acostumbrado a él, lo han aceptado tan profundamente que han llegado a no sentirlo. Están casi muertos; van a la deriva, no están vivos.
Esto ha sucedido debido a la tiranía de la confianza. ¿Cómo puede un pájaro volar sólo con un ala?
En Occidente, está ahora ocurriendo otra tiranía: la tiranía de la duda. Funciona perfectamente bien en lo que concierne a la investigación objetiva; piensas acerca de la materia, la duda es necesaria: es un método científico. Pero cuando empiezas a entrar hacia lo interno, simplemente no funciona; no encaja. Ahí, la confianza es necesaria.
El hombre perfecto es un hombre que mantiene profunda armonía entre la duda y la confianza. Un hombre perfecto te parecerá inconsistente, pero no es inconsistente. Es simplemente armonioso las contradicciones se disuelven en él. Usa todo.
Si tienes dudas, úsalas para la investigación científica. Y observa a los grandes científicos: cuando llega el momento en que alcanzan la edad de la comprensión y la sabiduría, cuando llega el momento en que el entusiasmo juvenil ya no existe y la sabiduría se instala, siempre tienen una profunda confianza. Eddington, Einstein, Lodge no estoy hablando de científicos mediocres, éstos no son científicos en absoluto pero todos los grandes pináculos de la ciencia son muy religiosos. Ellos confían porque han conocido la duda, han usado la duda, y han llegado a comprender que ésta tiene sus limitaciones.
Es tal como: mis ojos pueden ver y mis oídos pueden oír. Si trato de oír con mis ojos, va a resultar imposible, y si trato de ver por mis oídos, resultará imposible. El ojo tiene sus propias limitaciones, el oído tiene sus propias limitaciones. Son expertos, y todo experto tiene sus limitaciones.
El ojo puede ver y es bueno que sólo pueda ver, porque si el ojo pudiera hacer muchas cosas, no seria tan eficiente para ver. En el ojo, toda la energía se convierte en vista, y toda la energía del oído se vuelca en la audición.
La duda es un experto. Funciona si estás investigando respecto al mundo. Pero si empiezas a preguntarte acerca de Dios a través del mismo método estarás usando un método equivocado. El método es perfectamente adecuado para el mundo, para el mundo de la ley; pero no es adecuado para el mundo del amor. Para el mundo del amor, la confianza es necesaria.
No hay nada malo en la duda: no te preocupes por eso. Usala bien, úsala de manera correcta. Si la usas correctamente y bien, llegarás a comprender algo: llegarás a dudar de la duda misma. Verás: llegarás a dudar de la duda. Verás dónde funciona y dónde no funciona. Cuando alcanzas esa comprensión, se abre la puerta de la confianza.
Si estás entrenado para el análisis bien. Pero no te quedes preso de él, no permitas que esto se convierta en una esclavitud. Permanece libre para poder sintetizar también, porque si sigues y sigues analizando y nunca sintetizas, llegarás a lo más minúsculo, pero nunca alcanzarás lo absoluto.
Dios es la síntesis suprema; el átomo, el análisis supremo. La ciencia llega al átomo; sigue analizando, dividiendo, hasta que finalmente llega a la parte más minúscula, que ya no puede ser dividida. Y la religión llega a Dios: va añadiendo, sintetizando. Dios es la síntesis suprema; no se le puede añadir nada más. Es ya lo absoluto. Nada existe más allá. La ciencia es atómica; la religión es absoluta. Usa ambas.
Siempre estoy a favor de que uses todo lo que tienes. Incluso si tienes algún veneno, diré: “Guárdalo, no lo tires”. En alguna circunstancia puede servir de medicina depende de ti. Puedes suicidarte con el mismo veneno, y con el mismo veneno puedes ser salvado de la muerte. El veneno es el mismo; el uso adecuado produce la diferencia.
Todo depende del uso adecuado. Por lo tanto, cuando vayas al laboratorio, utiliza la duda; cuando vengas al templo, utiliza la confianza. Permanece flexible y libre, de modo que cuando vayas del laboratorio al templo, no te lleves el laboratorio contigo. Entonces, podrás entrar en el templo totalmente libre del laboratorio: puedes orar, danzar, cantar. Y cuando vuelvas al laboratorio, deja atrás el templo, porque bailar en el laboratorio será muy absurdo: puedes destruir cosas.
No será apropiado que lleves al templo la cara seria que usas en el laboratorio. Un templo es una celebración ; un laboratorio es una investigación. La investigación tiene que ser seria; la celebración es un juego. Te deleitas en ella, te conviertes nuevamente en un niño. Un templo es un sitio para convertirse en niño nuevamente, una y otra vez, de modo que nunca pierdas contacto con tu fuente original. En el laboratorio, eres un adulto; en el templo, eres un niño. Y Jesús dice: “El reino de Dios es para aquellos que son como niños”.
Recuerda siempre no negar nada de lo que Dios te ha dado ni siquiera la duda. Debe ser El quien te la ha dado, y debe haber una razón detrás, porque nada se da sin motivo. Debe haber un uso destinado para ella.
No deseches ninguna piedra, porque muchas veces ha sucedido que la piedra que fue desechada por los constructores llegó a ser, finalmente, la piedra angular del edificio.

La Biblia emplea la palabra “arrepentíos”. A veces, tú la traduces como retorno”, otras como “responde” y otras veces la dejas como “arrepiéntete”. ¿Cambias el significado según tu necesidad?
No estoy hablando de la Biblia, en absoluto. Estoy hablando acerca de mí. No estoy limitado por la Biblia; no soy esclavo de ninguna escritura. Soy totalmente libre, y me conduzco como un hombre libre.
Amo la Biblia, su poesía, pero no soy un Cristiano. Ni tampoco soy un Hindú, ni un Jain. Soy simplemente yo. Amo la poesía, pero la canto a mi manera. Yo y no la Biblia soy quien finalmente decide dónde debo enfatizar qué cosa.
Amo su espíritu, no su letra. Y la palabra que traduzco a veces como “arrepiéntete”, otras como “retorna”, y otras como “responde”, significa las tres cosas. Esa es la belleza que tienen las viejas lenguas. Sánscrito, Hebreo, Árabe: todas las viejas lenguas son poéticas. Cuando utilizas una lengua poética, ésta significará muchas cosas. Dice más de lo que las palabras contienen, y puede ser interpretada de muchas maneras. Tiene muchos niveles de significado.
A veces la palabra significa “arrepentirse”. Cuando estoy hablando acerca del pecado y uso la palabra “arrepentirse”, quiere decir “arrepentirse”. Cuando digo que Dios te está llamando, la palabra “arrepentirse” significa “responde”, significa “responsabilidad”. Dios ha preguntado tú respondes. Y cuando digo que el reino está a tu alcance, la palabra significa “retorna”.
Los tres significados están ahí. La palabra no tiene una dimensión: tiene tres dimensiones. Todas las viejas lenguas son tridimensionales. Las lenguas modernas son unidimensionales, porque nuestro énfasis no está en la poesía, sino en la prosa.
Nuestro énfasis no está en los significados múltiples, sino en la exactitud. La palabra debe ser exacta: debiera significar sólo una cosa, para que no haya confusión. Y eso es bueno. Si estás escribiendo respecto a la ciencia, el lenguaje tiene que ser exacto; de lo contrario, la confusión es posible.
Sucedió en la Segunda Guerra Mundial: el general americano escribió una carta al Emperador del Japón antes de Hiroshima y Nagasaki. La carta estaba en inglés; fue entonces traducida al japonés, que es más poético, más florido y una palabra quiere decir muchas cosas.
Cierta palabra fue traducida de cierta manera. También podía haberse traducido de otra manera; dependía del traductor. Ahora han estado investigando el asunto, y han llegado a la conclusión de que si hubiesen optado por traducirla mediante la otra alternativa posible, no habría habido Hiroshima ni Nagasaki.
El general americano quiso decir otra cosa; pero, tal como fue traducido, parecía un insulto. El Emperador del Japón simplemente se negó a responder; era demasiado insultante. Y así sucedieron Nagasaki e Hiroshima: la bomba atómica tuvo que ser arrojada.
Si el Emperador hubiera respondido la carta, Hiroshima y Nagasaki no habrían sido necesarias. Sólo una palabra traducida de manera diferente y cien mil personas murieron en unos minutos, en unos segundos. Muy costoso: sólo por una palabra. Las palabras pueden ser peligrosas.
En política, en ciencia, en economía, en historia, las palabras debieran ser lineales, unidimensionales. Pero si todo el lenguaje se vuelve unidimensional, la religión se resentirá mucho, la poesía se resentirá mucho, el romance se resentirá mucho. En poesía, la palabra debiera ser multidimensional, debiera significar muchas cosas, de modo que la poesía tenga profundidad y puedas seguir y seguir y seguir.
Esa es la belleza de los viejos libros. Puedes leer el Gita todos los días, puedes leer los evangelios todos los días, y cada vez puedes encontrarte con un significado nuevo y fresco. Puede que hayas leído el mismo párrafo mil veces, y nunca antes se te había ocurrido que éste podía ser el significado. Pero esta mañana ocurrió, estabas en un estado de ánimo diferente. Estabas contento, fluido: surgió un nuevo significado. En otra ocasión, no estás tan contento ni tan fluido, y el significado cambia. El sentido cambia dependiendo de ti, según tu estado de ánimo y clima.
Llevas un clima interno que varía constantemente, tal como el clima externo. ¿Lo has observado? A veces estás triste y miras a la luna y la luna parece triste, muy triste. Estás triste, y una fragancia te llega desde el jardín, y parece muy triste. Miras las flores: más que hacerte feliz, te ponen melancólico.
Y entonces, en otro momento, estás feliz, vivo, fluido, sonriente: la misma fragancia llega y te rodea, baila a tu alrededor y te hace tremendamente feliz. La misma flor… y cuando la ves abrirse, algo también se abre en ti. La misma luna, y no puedes creer cuánto silencio y cuánta belleza desciende sobre ti.
Hay una profunda participación: se transforman en compañeros en un profundo misterio. Pero depende de ti. La luna es la misma, la flor es la misma: depende de ti.
Las viejas lenguas son muy fluidas. En Sánscrito hay palabras… una palabra puede tener doce significados. Puedes jugar con ella., y te revelará muchas cosas. Cambiará junto contigo, siempre se ajustará a ti. Es por ese motivo que las grandes obras de la literatura clásica son eternas. Nunca se agotan.
Pero el periódico de hoy no tendrá valor mañana, porque su significado no tiene vitalidad. Simplemente, dice lo que dice; no hay nada más en él. Parecerás un tonto si lo lees mañana. Es prosa común; te da información, pero no tiene profundidad, es plana.
Dos mil años han pasado desde que habló Jesús, y sus palabras están tan vivas y frescas como nunca. Nunca van a envejecer. No envejecen, permanecen frescas y jóvenes. ¿Cuál es su secreto?
El secreto consiste en que significan tantas cosas que siempre puedes encontrar una nueva puerta en ellas. No es un departamento de un solo cuarto. Jesús dice: “La casa de mi Dios tiene muchas mansiones”. Hay muchas puertas, y siempre hay nuevos tesoros por ser revelados, por ser descubiertos. Nunca te encuentras de nuevo con el mismo paisaje. Tiene una cierta infinidad.
Por eso, siempre estoy cambiando. Sí, cambio el significado cuando quiero. Pero ésa es la forma en que el mismo Jesús lo ha hecho.
Es mucho lo que se ha perdido al traducir la Biblia del Hebreo al inglés. Al traducir el Gita a las lenguas modernas, es mucho lo que se ha perdido. Al traducir el Corán, toda la belleza se ha perdido, porque el Corán es poesía. Es algo que deberías cantar, es algo con lo cual deberías bailar. No es prosa. La prosa no es el estilo de la religión; la poesía lo es.
Recuerda esto siempre, y no te limites. Jesús es vasto, y la Biblia inglesa es muy pequeña. Puedo entender lo reacios que son algunos viejos autores respecto a que sus libros se traduzcan. Esto tiene una profunda significación.
Puedes traducir prosa; no hay problema. Puede que resulte difícil traducir a cualquier lengua un libro sobre la teoría de la relatividad, pero la dificultad no es la misma que existe con la Biblia, el Gita o el Corán. Puede ser traducido, nada se perderá; no tiene poesía.
Pero cuando traduces poesía, es mucho lo que se pierde, porque cada lengua tiene su propio ritmo, cada lengua tiene sus propias formas de expresión. Cada lengua tiene su propio compás y música; no puede ser traducida a otra lengua. Se perderá esa música, se perderá ese ritmo. Tendrás que reemplazarlas por otro ritmo y otra música.
Por lo tanto, es posible: la poesía corriente se puede traducir. Pero cuando la poesía es realmente extraordinaria, de otro mundo… cuanto más grande y profunda es, más difícil resulta casi imposible.
Yo trato a Jesús como a un poeta. Y lo es. Van Gogh ha dicho respecto a él que es el artista más grandioso que haya pisado la tierra. Y lo es. Habla con parábolas y con poesía, y quiere decir muchas más cosas de lo que sus palabras pueden expresar. Permíteme que te transmita la sensación de esa infinidad de significados.
La poesía no es tan clara no puede serlo. Es un misterio. Es muy temprano por la mañana; por todas partes ves una bruma fresca, acaba de nacer. Pero hay nubes, no puedes ver muy lejos. No hay necesidad; la poesía no es para lo lejano. Te da una percepción para mirar lo cercano, lo próximo y lo íntimo.
La ciencia investiga e investiga lo lejano; la poesía sigue revelando, de una nueva manera, lo íntimo, lo cercano, aquello que siempre has conocido, aquello que es familiar: el mismo sendero que has estado pisando toda tu vida. La poesía revela el mismo sendero pero con un nuevo matiz, un nuevo color, una nueva luz. Eres repentinamente transportado a un nuevo plano.
Trato a Jesús como a un poeta. Y esto ha sido muy malinterpretado. La gente le sigue tratando como a un científico. Están locos si le tratan como a un científico. Entonces parecerá absurdo; todo el asunto parecerá milagroso. Si en esas condiciones quieres creer en él, tienes que ser muy supersticioso. O tienes que deshacerte de él completamente: el bebé junto con el agua del baño.
El es tan absurdo. Puedes creer en él, pero tienes que creer muy ciegamente. Esa creencia no puede ser natural, espontánea. Tienes que forzarla. Tienes que creer por creer, y tienes que forzarte a ti mismo. O bien, tienes que alejarte completamente. Ambas actitudes son erróneas. Debieras amar a Jesús, no creer en él. No hay necesidad de pensar en pro o en contra de él.
¿Has observado? nunca piensas en pro o en contra de Shakespeare. ¿Por qué? Nunca piensas en pro o en contra de Kalidas. ¿Por qué? Nunca piensas en pro o en contra de Rabindranath. ¿Por qué? Porque sabes que son poetas. Disfrutas con ellos, no estás ni en pro ni en contra.
Pero con Jesús, Krishna, Buda, piensas en pro o en contra, porque crees que están polemizando. Déjame decirte esto: no están argumentando. No tienen tesis que probar, no tienen dogma. Son grandes poetas: más grandes que Rabindranath, más grandes que Shakespeare, más grandes que Kalidas, porque lo que les ha ocurrido a Rabindranath, Kalidas y Shakespeare es sólo un vislumbre. Lo que les ha pasado a Jesús, a Krishna, a Buda, es una comprensión.
Lo que para un poeta es un vislumbre, para un místico es una realidad. Ellos han visto. No sólo visto -han tocado. No sólo tocado han vivido. Es una experiencia vivida.
Siempre considéralos como grandes artistas. Un pintor simplemente pinta un cuadro; un poeta simplemente escribe un poema… un Jesús crea un ser humano. Un poeta cambia un lienzo: era llano, corriente, pero su toque lo hace precioso. Pero, ¿no puedes acaso ver que Jesús toca a gente muy corriente un pescador, Simón llamado Pedro él le toca, y por su mero contacto este hombre es transformado en un gran apóstol, un gran ser humano? Surge una cima, se abre una profundidad. Este hombre ya no es corriente. Era sólo un pescador que arrojaba su red al mar; y hubiera hecho esto toda su vida quizás por muchas vidas y nunca hubiera pensado, imaginado, soñado, lo que Jesús transformó en realidad.
En la India, tenemos un mito acerca de una piedra llamada paras. La piedra paras es alquímica. Tocas hierro con la paras y se convierte en oro. Jesús es un paras. Toca metal corriente, e inmediatamente el metal es transformado: se convierte en oro. Transforma seres humanos corrientes en deidades, y no ves el arte en ello. No es posible concebir arte más grande.
Para mí, los evangelios son poéticos. Si hablo de nuevo acerca del mismo evangelio, no diré lo mismo, recuerda. No sé en qué estado de ánimo, en qué clima, estaré entonces. No sé por qué puerta entraré entonces. Y la casa de mi Dios tiene muchas mansiones. No es finita.

Ayer, después del discurso, me acerqué al pequeño Siddhartha en la fuente. Habiendo leído lo que habías dicho acerca de él que es uno de los antiguos me incliné, le miré a los ojos y le dije: “Bhagawn me dijo quién eres ” El sonrió, me miró profundamente a los ojos, y dos veces me tiró agua sobre la cabeza. Entonces me golpeó suavemente en la cabeza y me dijo en voz baja: “Cállate”. Hubo un silencio. Fue algo muy hermoso.

Debió serlo. Te bautizó con el agua. Fue un bautismo. Y é! es muy inocente; más que Juan el Bautista. Su inocencia es muy espontánea.
Deberías inclinarte ante él con más frecuencia. Y deberías permitirle que te tirara agua y te golpeara más.
Y cuando él diga: “Cállate”, cállate y permanece en silencio.
Es un niño tremendamente hermoso.
Cuando reflexiono acerca de la persecución de Cristo hace dos mil años, siento que en el intertanto no ha cambiado mucho la actitud de la gente hacia un Mesías vivo que se encuentre entre ellos. La sospecha, el cinismo y la desconfianza parecen predominar, al igual que entonces. ¿Puede acaso ocurrir que algún día tú también seas perseguido por el sistema? Mirando al auditorio, me imagino que puedo señalar a Tomás el dubitativo, a Simón, Pedro, a María Magdalena, incluso a Judas y al resto de la pandilla. ¿Podría ser ésta una representación en vivo?

Vislumbres de una infancia dorada (libro) (6)

Sesión  40

Estoy de pie (es curioso porque se supone que estoy descansando), quiero decir, que en mi memoria, estoy de pie junto a Masto. Por supuesto, no hay ninguna otra persona con la que preferiría estar. Estar con cualquier otra persona después de haber estado con Masto sería pobre, limitado.
Ese hombre era verdaderamente rico en cada una de las células de su ser, y en cada filamento de su malla de relaciones que, poco a poco, fui conociendo. No pudo presentarme a todos, era imposible. Yo tenía prisa por hacer lo que llamo no-hacer. Él tenía prisa por hacer lo que llamaba su responsabilidad respecto a mí, como le había prometido a Pagal Baba. Ambos teníamos prisa, y a pesar de lo mucho que él quería no pude aprovecharme de todas sus relaciones. Pero también había otros motivos.
Él era un sannyasin tradicional, por lo menos en lo exterior, pero yo le conocía más profundamente. No era tradicional, aunque fingía serlo porque la gente quería esa ficción. Sólo ahora puedo entender todo lo que debió sufrir. Nunca he sufrido de ese modo porque me resisto a fingir.
No lo creeréis, pero hay miles de personas que esperaban algo de mí que sólo era producto de su imaginación. Yo no tenía nada que ver con eso. Los hindúes, entre millones de mis seguidores (hablo del tiempo antes de comenzar mi trabajo), creían que yo era Kalki. Kalki es el avatar hindú, el último.
Tengo que daros una pequeña explicación que os ayudará a entender muchas cosas. En India, los antiguos hindúes creían que sólo había diez reencarnaciones de Dios. Naturalmente -en aquellos tiempos la gente contaba con los dedos-, diez era el máximo. No podías ir más allá del diez; tenías que volver a empezar desde el uno. Por eso, los hindúes creían que cada ciclo de existencia tenía diez avatares. La palabra «avatar» literalmente quiere decir «el que desciende de lo divino». Diez, porque después del décimo se termina un círculo o ciclo. Comienza inmediatamente uno nuevo, pero vuelve a haber un primer avatar, y la historia continúa hasta el décimo.
Me podréis entender fácilmente si habéis visto contar a los humildes campesinos hindúes. Cuentan hasta diez con los dedos; después vuelven a empezar, uno, dos… En la antigüedad, el diez debía ser el máximo. Es curioso, pero sigue siéndolo en lo que se refiere a los idiomas. Más allá del diez no hay nada; el once es una repetición. El once es poner un uno detrás de un uno, casándolos, metiéndolos en líos, nada más. Después del diez, todos los números son sólo repeticiones.
¿Por qué son tan originales los números del uno al diez? Porque en todas partes el hombre ha contado con los dedos de la mano.
Tengo que mencionar de paso, antes de continuar (simplemente es una distracción antes de centramos): vuestros números en inglés para decir uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve y diez provienen del sánscrito.
Las matemáticas tienen una deuda con el sánscrito, porque sin estos números no habría habido un Albert Einstein, ni una bomba atómica; no existiría el Principia Matematica de Bertrand Russell y Whitehead. Estos números son los ladrillos primordiales.
Los cimientos no se colocaron en otro lugar sino en los valles de los Himalayas. Probablemente, se encontraron con una belleza inconmensurable e intentaron medida. Quizá hubiese alguna otra razón, pero una cosa es segura: la palabra sánscrita tri, en inglés se convierte en three (tres). Ha tenido que hacer el largo y polvoriento viaje de la palabra. La palabra en sánscrito sasth se convierte en el six (seis) inglés; la palabra sánscrita asth se convierte en eight (ocho); y así sucesivamente.
¿Qué estaba diciendo?
-Estabas diciendo que los hindúes creen que eres la décima reencarnación de Kalki. Muy bien. Estás mejorando.
Kalki es la décima y última reencarnación hindú de Dios. Después de él se acaba el mundo, y por supuesto, vuelve a comenzar, del mismo modo que derribas un castillo de naipes para luego volver a empezar. Puede que antes de empezar vuelvas a barajar las cartas para animarte un poco; por otra parte, ¿qué les importa a las cartas? Pero volverás a barajar te hace sentir bien.
Exactamente del mismo modo, Dios vuelve a barajar y empieza a pensar:
-Quizá ahora me salga un poco mejor.
Pero haga lo que haga, todas las veces surge un Richard Nixon, un Adolf Hider, un Morarji Desai…, quiero decir que Dios se está equivocando todo el rato.
Sí; de vez en cuando acierta, pero en ese caso el mérito debería ser del hombre, porque triunfa en un mundo donde todo fracasa. Sin duda, no se debe a Dios. El mundo es prueba suficiente del desprestigio absoluto de Dios.
Los hindúes han seguido usando el diez como lo absoluto desde los tiempos del Rigveda, de eso hace unos diez mil años. Pero los jainistas, que son mucho más matemáticos, lógicos y anteriores a los hindúes, nunca han creído en la santidad del diez. Tenían sus propias ideas. Por supuesto, también lo han deducido de alguna fuente. Si no lo puedes deducir de tus dedos, alguien lo debió de hacer de otro modo, de alguna otra fuente.
Nunca se ha estudiado claramente lo que hicieron los jainistas, y yo no lo puedo corroborar con ningún texto porque, probablemente, sea la primera vez que lo estoy mencionando. Añado «probablemente» por si acaso hay alguien que ya lo ha hecho antes que yo y no lo supiese. Pero conozco casi todas las escrituras que merece la pena conocer. He ignorado las demás. No obstante, es posible que haya ignorado a alguien del grupo a quien no se debía ignorar; por eso he usado la palabra «probablemente», de lo contrario, estoy seguro que nadie lo ha dicho antes. De modo que lo vamos a decir ahora.
Los jainistas creen en veinticuatro maestros a los que llaman tirthankaras. Tirthankara es una hermosa palabra; significa «el que hace un sitio para tu barco, desde el que puedes cruzar a la otra orilla». Este es el significado de tirth, y tirthtankara significa «el que crea un lugar desde el que muchísima gente puede cruzar a la otra orilla, la orilla del más allá». Ellos creen en el veinticuatro. Su universo también es un círculo aunque, naturalmente, más grande. Los hinduistas tienen un círculo pequeño de diez; los jainistas tienen un círculo más grande de veinticuatro. El radio es mayor.
Incluso los hinduistas, sin saber qué estaban haciendo, se quedaron impresionados por el número veinticuatro, porque los jainistas les podían decir: «¿Sólo tenéis diez? Nosotros tenemos veinticuatro.» Es igual que la psicología de los niños: «¿Cuánto mide tu padre? ¿Sólo un metro y medio? Mi padre mide casi dos metros. No hay nadie más alto que mi padre», y este «dios» no es más que una forma paterna.
Jesús tenía razón; solía llamarle Abba, que se puede traducir por «papá» pero no por «dios». Podéis entenderlo: abba es una palabra que indica amor y respeto, y papá no lo es.
Cuando dices «padre», te sucede instantáneamente algo serio, incluso a la persona que estás llamando padre, porque tiene que ser padre. Probablemente, los cristianos llaman padre a sus sacerdotes por eso; papá no sería adecuado, y abba le haría reír a los niños, nadie le tomaría en serio.
Los hindúes provienen de fuera de India. No son originarios del país; son extranjeros, sin pasaporte. Han ido entrando de Asia central desde hace siglos; de allí provienen todas las razas europeas: la francesa, la inglesa, la alemana, la rusa, la escandinava, la lituana.,. y así sucesivamente. Todas las «esas» vinieron de Mongolia, que actualmente es casi un desierto. Mongolia no le interesa a nadie. La gente ni siquiera sabe que es un país. Una parte pertenece a China, la mayor parte pertenece a Rusia, y están librando una guerra fría constante sobre dónde trazar la línea, porque Mongolia sólo es un desierto.
Pero toda esta gente, especialmente los arios, proviene de Mongolia. Vinieron a India porque, de repente, se empezó a convertir en un desierto, y su población estaba aumentando como la de los hindúes. Tenían que emigrar en todas las direcciones. Menos mal, así es como aparecieron todos estos países.
Pero India ya era un país muy refinado antes de que llegasen los arios. No era como Europa. Cuando los arios llegaron a Alemania y a Inglaterra no encontraron a nadie contra quien luchar; encontraron una hermosa tierra donde no había nada que temer. Pero en India fue una historia diferente. La gente que vivía en India antes de que entrasen los arios debían de ser muy civilizados. Quiero decir, de verdad, no sólo porque viviesen en ciudades
Se han hecho excavaciones en dos de las ciudades de esa época: Mohenjodaro en Pakistán, que antes era parte de India, y Harappa. Estas ciudades muestran cosas extrañas: tenían calles anchas, de veinte metros de ancho; edificios de tres pisos; baños; sí, habitaciones con cuarto de baño. En India todavía hay millones de personas que no saben que existe tal cosa. De hecho, si se lo contaras se echarían a reír, pensarían que estás un poco loco; ¿un cuarto de baño junto a tu dormitorio? ¿Estás loco?
El diseñador más vanguardista seguramente parecería un poco loco incluso para vosotros, porque el último diseño de Escandinavia es un cuarto de baño con un dormitorio en su interior. Todo el asunto toma una nueva perspectiva. Básicamente, se trata de un cuarto de baño, y el dormitorio está en una esquina, sin que haya una separación. El cuarto de baño es lo fundamental: tiene una pequeña piscina, y todo lo que necesites, hasta una cama…, pero el baño no es contiguo a la habitación, sino que la cama está dentro del cuarto de baño.
Probablemente éste sea el perfil de las cosas en e! futuro, ¡pero si se lo cuentas a los millones de personas que hay en India…! Yo era la única persona del pueblo -del pueblo de mi abuelo, donde viví tanto tiempo- con un cuarto de baño anexo a la habitación, y la gente hacía chistes sobre esto. Me solían preguntar:
-¿Realmente tienes un baño junto a tu habitación? -y lo decían en voz baja
– Yo les respondía:
-No tengo por qué ocultado; es verdad, ¿y qué?
-No nos lo podemos creer -decían-,
porque nadie ha oído hablar jamás de un baño junto a un dormitorio en estas tierras. Eso debe ser tu abuela. Esa mujer es peligrosa. Debe haber traído esa idea. Por supuesto, no es de los nuestros; ha venido desde un lugar remoto. Las historias que hemos oído de su lugar de nacimiento no se las contaríamos a un niño. No te lo deberíamos contar.
Yo les dije:
-No os preocupéis. Me lo podéis contar porque ella también lo hace.
-¡Mira, te hemos avisado! Ella es una mujer extraña de Khajuraho. En ese lugar no puede haber gente buena.
Quizá haya algo de mi Nani que ha dado origen en mí a lo que ellos llamaban «malo», y yo llamo «bueno».
El hinduismo no es, como ellos se atribuyen, la religión más antigua de la tierra. Es el jainismo, que es una pequeña minoría y muy cobarde. Pero ellos introdujeron la idea del veinticuatro. ¿Por qué veinticuatro? Me lo he preguntado. Lo discutí con Masto, con mi madre y con la que se decía mi suegra, de la que os hablaré más adelante. Nadie le llamaba suegra delante de mí, porque ambas eran peligrosas. Después de mi Nani, era sin duda la mujer más atrevida que he conocido. Por supuesto, no le puedo dar el primer puesto.
Era casi un chiste que le llamaran mi madre política, pero si analizas las palabras, madrepolítica… era casi una madre para mí, si no de sangre, sí por ley. No es que estuviese casado con su hija, pero la hija estaba enamorada de mí. Sobre esto os hablaré en otro círculo, porque es un círculo muy vicioso, y no quiero comenzar ahora.
¿Qué hora es?
-Las diez y media, Osho.
Magnífico. Sólo diez minutos para mí. Ha sido precioso.
(Osho empieza a reírse entre dientes. Intenta explicar de qué se está riendo… pero está muerto de risa.)

Sesión 41

De acuerdo. Ni siquiera he podido empezar a contaros lo que os quería contar. Probablemente, no tenía que ser, porque he intentado retornar el hilo muchas veces, pero ha sido en vano, y luego todo ha vuelto a su sitio. Pero ha sido una sesión muy fructífera, aunque no se dijese ni se oyese nada. Ha habido mucha risa aunque yo me sentía aprisionado.
Os preguntaréis por qué me estaba riendo. Menos mal que no tengo un espejo delante. Os tenéis que encargar de que haya uno para que este lugar pueda ser lo que pretende ser. Pero ha estado muy bien. Me he desahogado. No me había reído tanto desde hacía años. Algo dentro de mí ha decidido esperar hasta esta mañana, pero no he hecho ningún esfuerzo en ese sentido, al menos hoy, aunque quizá algún otro día lo haga.
A veces se superponen los círculos y lo van a seguir haciendo una y otra vez. Hago lo que puedo para mantener direcciones bien definidas pero los círculos intentan rodear todo lo que encuentran. Están locos o quién sabe, quizá son budas que intentan echar un vistazo al viejo mundo otra vez, para ver cómo marchan ahora las cosas. Pero ésa no es mi intención. No conseguía llegar a donde quería llegar y me empecé a reír, en lugar de ignorar vuestras risas y seguir.
Bueno, esto sólo es la introducción, pero esta mañana me he dado cuenta de una cosa; no es que no me hubiese dado cuenta antes, pero no me había dado cuenta de que lo tenía que contar. Ahora tengo que contado.
EI 21 de marzo de 1953 sucedió algo extraño. Sucedieron muchas cosas raras, pero sólo voy a hablar de una. Las demás saldrán cuando les toque. De hecho, todavía es un poco pronto para contado en mi historia, pero hoy por la mañana me acordé de esta cosa tan singular. Después de aquella noche perdí el sentido del tiempo. Por más que lo intente, no consigo -como hace casi todo el mundo- acordarme de la hora.
No sólo eso, sino que por la mañana, es decir, todas las mañanas, tengo que mirar por la ventana para ver si es por la tarde o por la noche, porque duermo un par de veces cada día y al despertarme por las tardes, lo primero que hago es mirar el reloj. De vez en cuando, el reloj me gasta una broma: deja de funcionar. Marca las seis, por lo que se debe haber detenido por la mañana. Por eso tengo dos relojes y un despertador, para comprobar si alguno de ellos me está gastando una broma.
Hay otro reloj que es más peligroso, mejor no mencionarlo. Se lo quiero regalar a alguien pero todavía no he encontrado a la persona apropiada para este reloj, porque en vez de un regalo será un auténtico castigo. Es electrónico, y siempre que se va la luz, aunque sólo sea un segundo, el reloj vuelve a marcar las doce y parpadea: 12… 12. . . 12. .. Simplemente para indicar que se ha ido la luz.
Hay veces que lo tiraría, pero me lo regaló alguien, y no tiro las cosas con facilidad. Es una falta de respeto. Por eso estoy esperando a que aparezca la persona indicada.
No tengo sólo uno, sino dos relojes de ese tipo, uno en cada habitación. Alguna vez me han decepcionado cuando me he acostado a dormir la siesta. Suelo hacerlo a las once y media en punto, o como mucho a las doce, pero raras veces. Miré a través de un agujerito entre las mantas en un par de ocasiones y el reloj marcaba las doce, de modo que pensé:
-Eso significa que me acabo de acostar. Y me volví a dormir.
Después de un par de horas volví a mirar:
-Las doce, qué extraño… hoy el tiempo parece haberse detenido del todo -pensé-. Me volveré a dormir porque ahora todo el mundo está durmiendo.
De modo que me volví a dormir.
Ahora le he dado instrucciones a Gudia para que me despierte después de las dos y cuarto, si no me he levantado.
-¿Por qué? -me preguntó.
-Porque si no me despierta nadie –le dije- seguiría durmiendo eternamente.
Todas las mañanas tengo que decidir si es por la mañana o por la noche, porque no lo sé, no tengo ese sentido. Lo perdí el día que os he contado.
Cuando te pregunté esta mañana: -¿Qué hora es?
Dijiste:
-Las diez y media.
-¡Dios mío! -pensé-. Esto es demasiado. Mi pobre secretaria debe estar esperando desde hace una hora y media, y yo todavía no he empezado mi historia.
De modo que dije, como para terminar:
-Dame diez minutos.
El verdadero motivo es que creía que era de noche.
Devaraj también lo sabe; ahora me puede entender perfectamente. Una mañana, cuando me acompañaba hacia el cuarto de baño, le pregunté:
-¿Mi secretaria está esperando?
Él me miró asombrado. Tuve que cerrar la puerta para que se recuperase. Si seguía de pie en la entrada, esperando… ya conocéis a Devaraj; nadie es tan amoroso conmigo. No era capaz de decirme que no era de noche. Según él, si yo estaba preguntando por mí secretaria debía haber alguna razón; y por supuesto, ella no estaba allí y no era su hora de venir; por tanto, ¿qué respuesta me tenía que dar?
No dijo nada. Simplemente se quedó en silencio. Yo me reí. La pregunta le puso en un apuro pero lo que os cuento es verdad, porque siempre he tenido problemas con el tiempo. Me las ingenio de alguna forma, usando extraños recursos. Fijaos en este recurso: ¿alguna vez habéis visto a un buda hablar así?
Estaba diciendo que el jainismo es la religión más antigua. Tened en cuenta que no la valoro sino que la desvaloro. Pero un hecho es un hecho; apreciar o depreciar, ésa es nuestra actitud. En Occidente se sabe muy poco del jainismo, y no sólo en Occidente, incluso en Oriente, a excepción de algunas partes de India. Esto se debe a que los monjes jainistas van desnudos. No pueden trasladarse a comunidades que no sean jainistas. Serían apedreados, asesinados, incluso en el siglo xx.
El gobierno británico, que permaneció en India hasta 1947, tenía una ley especial para los monjes jainistas; sus  discípulos tenían que solicitar un permiso antes de entrar en una ciudad. Sin el permiso no se les permitía entrar. Aunque lo tengan, no se les permite entrar en ciudades tan grandes como Bombay, Nueva Delhi o Calcuta. Sus discípulos tienen que rodearles de tal forma, que nadie pueda ver que ellos están desnudos.
Digo «ellos» porque los monjes jainistas no pueden viajar solos. Tienen que ir con un grupo de monjes, por lo menos cinco; ése es el límite mínimo. Ponen este límite para que se espíen unos a otros. Es una religión muy -como diríais vosotros- «sospechosa», naturalmente sospechosa, porque todos sus mandamientos son antinaturales.
Es invierno y estás tiritando, te gustaría sentarte al Iado del fuego, pero un monje jainista no se puede sentar junto al fuego porque el fuego es violencia. El fuego mata porque, para hacerlo, se necesitan árboles y matamos a los árboles. Probablemente, estarán de acuerdo los ecologistas. Y cuando estás haciendo un fuego se queman muchas criaturas pequeñas, vivas pero invisibles a simple vista. Algunas veces la madera tiene hormigas u otro tipo de insectos que viven dentro del tronco.
En pocas palabras, los monjes jainistas no se pueden acercar a un fuego. Por supuesto, no pueden usar mantas porque están hechas de lana; esto, de nuevo, es violencia. Siempre se podría encontrar alguna otra cosa, pero como no pueden poseer nada… La no-posesión es fundamental, y los jainistas son muy extremistas o Han llevado la lógica de la no-posesión hasta el extremo.
Los monjes jainistas son dignos de verse: puedes ver lo que la lógica le hace al hombre. Es feo porque está desnutrido: está en los huesos, es casi un cadáver; aunque su cuerpo es raquítico, la barriga es grande. Aunque sea extraño es comprensible. Ocurre siempre que hay escasez y la gente se muere de hambre. Seguramente, habréis visto fotos de niños con barrigas grandes, enormes; y sus extremidades, las manos y las piernas no son más que huesos cubiertos de piel, y esta piel tampoco es muy agradable… porque está casi muerta. Lo mismo le sucede al monje jainista.
¿Por qué? Yo lo entiendo porque los he visto a ambos. Inmediatamente me llamaron la atención la barriga de los niños hambrientos y la de los monjes jainistas. ¿Por qué? Porque los dos tienen el mismo tipo de barriga, y sus cuerpos también son parecidos. Los rostros también. Perdonad que lo diga, pero son rostros sin rostro; no expresan nada, no muestran nada. No son solamente páginas vacías, sino páginas que han estado largo tiempo esperando que se escribiera algo en ellas para hacerlas significativas…, pero se han ajado sin que llegase nadie.
Tienen tanta amargura contra el mundo que se han dado la vuelta -mejor dicho, se han enrollado, porque estoy usando como símbolo las páginas-; se han enrollado y se han cerrado a la posibilidades futuras. Hay que ayudar al niño hambriento; pero aún más al monje jainista, porque piensa que lo que está haciendo está bien.
Pero, inevitablemente, una religión antigua es muy estúpida. La estupidez es prueba de su antigüedad. El Rigveda 17 menciona al primer maestro jainista, Rishabhdeva. Se cree que fue el fundador de esta religión. Aunque no lo puedo asegurar porque no quiero culpar a nadie, particularmente a Rishabhdeva, al que no he conocido, ni creo que le conozca tampoco.
Si realmente fue el fundador de este estúpido culto, entonces soy la última persona que querría conocer. Pero ésta no es la cuestión; la cuestión es que los jainistas tienen un calendario diferente. No cuentan los días de acuerdo al sol sino a la luna, naturalmente, porque su año está dividido en veinticuatro partes, de modo que tienen veinticuatro tirthankaras. Su universo representa un círculo de un año que se rige por la luna, de la misma manera que otra gente se rige por el sol. Todo es arbitrario. De hecho, en este momento opino que todo este asunto es estúpido.
Si os fijáis en el calendario inglés y veis qué estupidez, me podréis entender. Es muy fácil reírse de los jainistas cuando no sabes nada sobre ellos. Deben ser idiotas. ¿Pero qué me decís del calendario inglés? ¿Cómo puede ser que un mes tenga treinta días, otro treinta y uno, otro veintinueve días y otro veintiocho? ¿Qué tontería es esta? Y el año tiene trescientos sesenta y cinco días, no porque se haya hecho con arreglo al sol, no es por culpa del sol.
Trescientos sesenta y cinco días es el tiempo que tarda la tierra en dar una vuelta completa alrededor del sol. Depende de ti cómo lo quieras dividir, ¿pero trescientos sesenta y cinco.. .? Trescientos sesenta y cinco siempre ha causado dificultades, porque no es exactamente trescientos sesenta y cinco; queda un resto que se convierte en un día cada cuatro años. Eso quiere decir que el año completo serían trescientos sesenta y cinco días más un cuarto de día. ¡Un año muy raro!
¿Qué se puede hacer? Hay que arreglárselas, de modo que se dividen los meses en diferente número de días, y cada cuatro años, febrero tiene un día más. ¡Qué calendario más extraño! No creo que los ordenadores admitan este tipo de disparates.
Del mismo modo que hay tontos que se rigen por el sol, los hay que se rigen por la luna. Son verdaderos lunáticos porque creen en el ciclo lunar. Entonces, por supuesto, su año se divide en doce partes y cada mes tiene dos divisiones. Estos tontos siempre son grandes filósofos; inventan extrañas hipótesis. En la tradición de los tontos jainistas la hipótesis era esta. Todas las tradiciones son absurdas, esta no es más que otra tradición de tontos.
Los jainistas creen que hay veinticuatro tirthankaras, y que cada ciclo vuelve a tener veinticuatro tirthankaras. Los hindúes se sintieron menospreciados. La gente empezó a preguntarles:
-¿Cómo es que sólo tenéis diez, no tenéis veinticuatro?
Naturalmente, los sacerdotes hinduistas comenzaron a hablar de los veinticuatro avatares. Tomaron prestada esta tontería. En primer lugar, es una tontería, y en segundo lugar es prestada. Es lo peor que le puede suceder a nadie. Y eso es lo que le ha sucedido a un gran país con millones de habitantes.
Fue una epidemia tan contagiosa que cuando Buda murió los budistas se sintieron muy engañados, o ¿cómo se diría?, desdeñados, menospreciados, humillados. ¿Por qué Buda no les había hablado del número veinticuatro? «Los jainistas lo tienen, los hinduistas lo tienen… y nosotros sólo tenemos un buda.» Así fue como crearon a los veinticuatro budas que precedieron a Gautama el Buda.
Ahora podéis ver hasta qué punto llega el disparate. Sí, puede seguir y seguir… Eso es lo que quiero decir, pero tengo que acabar la frase. Tened en cuenta que no quiere decir que esté poniendo punto y final a la necedad; ésta no tiene fin.
Si eres estúpido, serás tan infinitamente estúpido como sabio es Dios. Yo no sé nada de Dios ni de su sabiduría, pero sí conozco vuestra necedad. Estoy aquí para eso: para ayudarlos a liberarse de la estupidez que llevan encima. Primero lo usaran los jainistas, después lo tomaran prestado los hinduistas, más tarde también los budistas y finalmente el número veinticuatro se ha convertido en una absoluta necesidad.
Conocí a un hombre, Swami Satyabhakta. Me pregunto por qué la existencia tolera a este tipo de personas. Creía ser el vigésimo quinto tirthankara Mahavira fue el vigésimo cuarto. Por supuesto, los jainistas nunca se lo perdonaron a Satyabhakta y le expulsaron.
Yo le dije:
-Satyabhakta, si quieres ser un tirthankara, ¿por qué no eliges ser el primero? ¿Para qué hacer cola toda la vida haciendo todo lo posible por ser el vigésimo quinto, el último? Echa un vistazo detrás de ti: no hay nadie.
Hizo un gran esfuerzo y todos los días trabajaba duramente escribiendo cientos de libros; era muy erudito. Eso también demuestra que era tonto, pero no un tonto cualquiera, sino un tonto extraordinario.
-¿Por qué no inventas tu propia religión y tienes tu propia verdad? -le pregunté.
-Ése es el problema -dijo-, que no estoy seguro.
-Por lo menos no molestes a los demás -le dije-. Primero decídete. Espera, voy a llamar a tu esposa.
-¡No, no! -dijo.
– Espera, estoy avisando a tu esposa. No me detengas -le dije.
Pero no era necesario avisarla porque ya había llegado. En realidad, la había visto venir, por eso le dije:
-No me detengas.
Nadie la podía detener; ya estaba viniendo.
No uso la palabra «viniendo» como vosotros, los occidentales. Estaba viniendo de verdad, y venía con mucho ímpetu.
Me refiero a que realmente entró con mucho ímpetu y me preguntó:
-¿Por qué pierdes el tiempo con este bobo? Yo he malgastado toda mi vida y no sólo lo he perdido todo, sino que he perdido hasta mi religión. A mí también me van a expulsar, naturalmente, porque le han expulsado a él. Sólo se nace jainista después de haber pasado millones de vidas; y este bobo no sólo se ha caído él, sino que me ha degradado a mí. Menos mal que es impotente y no tenemos hijos; si no, los expulsarían también.
Yo era el único que me estaba riendo, y les dije:
-Reíros. Es fantástico. Tú eres impotente.
No lo digo yo, lo dice tu mujer. No sé qué conocimientos tiene de ginecología, pero si ella lo dice y tú lo oyes sin tan siquiera levantar los ojos es prueba suficiente de que ella es ginecólogo. Eres impotente, ¡estupendo! Ni siquiera puedes lograr que tu mujer sea tu discípula, iY estás intentando demostrar que eres el vigésimo quinto tirthankara! Esto es muy divertido, Satyabhakta.
Nunca me lo perdonó, simplemente porque me lo encontré en el momento preciso. Satyabhakta sigue siendo un enemigo, aunque me compadezco de él. Al menos, puede decir que tiene un enemigo. En cuanto a amigos se refiere, no tiene ni uno, y se lo debe a su mujer.
Morarji Desai se convirtió en mi enemigo de la misma forma. No tengo nada contra él, pero se sintió muy ofendido porque tuvo que esperar noventa minutos por culpa de un muchacho que no tenía importancia política alguna. Cuando vio que el primer ministro le abría la puerta del coche al muchacho… Todavía recuerdo la escena, ¿cómo podría describirlo? El hombre tenía algo baboso, escurridizo. No había forma de sujetarlo. Siempre se escurría, y cada vez que se escurría, se ensuciaba más. Había algo baboso y escurridizo en sus ojos, lo recuerdo. Le volví a ver más tarde, en otras tres ocasiones. En algún otro círculo lo abordaré.
Muy bien. Después de esta experiencia solamente un «no» sirve de algo, porque no hay nada como un no.
Muy bien.
Devageet, déjalo ya. Tengo otras cosas que hacer. Gudia ha abierto la puerta para recordármelo.

Vislumbres de una infancia dorada (libro) (5)

Sesión 32

Siempre he pensado que, desde el principio, algo fue bien conmigo. Por supuesto, no existe una expresión así en ningún idioma. Existe una expresión como «algo fue mal», pero no «algo fue bien», pero ¿qué puedo hacer? Me ha ido bien desde mi primer aliento hasta ahora por lo menos, y espero que no cambie. Debe ser que me he debido de acostumbrar a esta rutina.
He sido amado por mucha gente sin razón alguna. Las personas son respetadas por sus capacidades; yo he sido amado por ser yo mismo. No sólo ahora, por eso digo que desde el principio, algo estaba bien en el propio esquema de las cosas. De lo contrario, ¿cómo puede ir bien algo?
Desde el principio -todos los momentos que he vivido- me ha ido yendo cada vez mejor. Uno sólo puede maravillarse…
Quizá le pueda dar un nuevo significado a la palabra «dios»: cuando algo va bien sin ningún motivo, tú no lo has hecho, no te lo mereces, y sigue sucediendo; cuando todo va bien a pesar de ti.
Por supuesto, no soy una persona correcta, y a pesar de todo, las cosas me siguieron yendo bien. Incluso hoy, no me puedo creer que me ame tanta gente alrededor del mundo sin ninguna razón. No he alcanzado nada por lo que pueda exigir ningún respeto, ni dentro ni fuera. Soy una no-entidad, sólo un cero.
El día en que dejé mi trabajo en la universidad lo primero que hice fue quemar todos mis títulos y diplomas, y toda la tontería que había estado cargando conmigo, limpiamente apilada. Disfruté la quema tanto que toda mi familia se reunió alrededor, pensando que finalmente me había vuelto loco por completo. Siempre habían pensado que estaba medio loco. Viendo sus caras, comencé a reír incluso más alto.
-Ha sucedido -dijeron.
-Sí, por fin ha sucedido -les dije. -¿Qué quieres decir con «ha sucedido»? -me preguntaron.
-Toda mi vida he estado tratando de quemar estos títulos -les dije-, pero no pude porque eran necesarios. Ahora ya no lo son: puedo volver a ser tan salvaje como al nacer.
-Eres tonto, estás completamente loco -me dijeron-. Has quemado los títulos más valiosos. Has tirado la medalla de oro en el pozo; ahora quemas incluso el último remanente que mostraba que una vez fuiste el primero de toda la universidad.
-Ahora nadie puede hablarme de esas tonterías -dije.
Incluso hoy no tengo ningún talento. No soy un músico como Hariprasad; no soy como los muchos ganadores de los Premios Nobel. Soy un don nadie; a pesar de ello, miles de personas me han dado su amor sin pedir nada a cambio.
Precisamente el otro día Gudia me dijo que, mientras estaba en esta silla, Asheesh estaba arreglando mi otra silla. Ella nunca le había visto llorar. Él estaba llorando y ella le preguntó: -¿Qué te ocurre?
-No me pasa nada -dijo él-. Es que durante cinco días Osho no le ha dicho a nadie que su silla olía, y soy el responsable porque la construí. La debía de haber revisado. Debería de haber olido cada pieza. Ahora, ¿quién me perdonará?
Asheesh no es un carpintero corriente. Tiene un doctorado en Ingeniería; está tan cualificado como el que más. Y a la silla no le pasa nada; si a alguien le pasa algo, es a mí. Cuando me enteré que estaba llorando, recordé a las muchas personas que me han amado y que han llorado por mí, sin razón alguna… y tampoco soy una persona demasiado buena.
Si haces una división entre los tipos malos y los buenos, con toda seguridad voy a estar entre los malos. Seré el último en estar con Mahatma Ghandi, Mao Zedong, Karl Marx, la Madre Teresa, Martin Luther King, y la lista es interminable. En lo que se refiere a los tipos malos, estoy solo.
Por lo menos no puedo clasificar a nadie como malo: Adolf Hider, Mussolini, José Stalin o seguramente, se pensaban que lo que hacían estaba bien. Quizá no lo estaba, pero no era culpa suya. Eran retrasados, pero no malos. No puedo clasificar a nadie como malo.
Si tuviera que contabilizar a alguien, entonces recordaría a gente como Sócrates, Jesús, Mansoor, Sarmad, gente que fue crucificada, castigada. Pero no, ni siquiera a ellos los puedo contar. Ellos eran diferentes a su manera.
La gente ha tratado de castigarme, pero nunca lo ha conseguido. Al contrario, desde el maestro Kantar a Morarji Desai, todos se han ido por el desagüe, adonde, en realidad, pertenecían.
Pero es curioso, lo único que puedo decir es que, desde el principio, he caminado por un camino de rosas. Ellos dicen:
-No te lo creas…
Pero, ¿qué puedo hacer? He caminado y he conocido. He visto y he experimentado la dicha en cada momento de mi vida.
La primera persona que me llamó «El Bendito» fue la última persona que mencioné ayer. Por eso quiero seguir hablando de él esta tarde. Masta Baba…, le llamaré sólo Masto, porque así era como quería que le llamara. Siempre le llamé Masto, aunque a regañadientes, y le dije que lo recordara. Además, Pagal Baba me había dicho:
-Si quiere que le llames Masto, como yo lo hago, no le hagas sufrir. A partir del momento en que yo muera, tú ocuparás mi lugar para él.
Y ese mismo día murió Pagal Baba, y le tuve que llamar Masto. Yo no tenía más de doce años, y Masto tenía por lo menos treinta y cinco, o quizá más. Es complicado para un muchacho de doce años calcular exactamente, y treinta y cinco es la edad más engañosa; la persona podría tener treinta o cuarenta; todo depende de su genética.
Ahora bien, esto es un asunto complicado. He visto hombres que tienen todo el pelo todavía negro incluso a los sesenta. No es algo de lo que jactarse; todas las mujeres lo tienen. Esos hombres en realidad deberían ser mujeres, eso es todo. Por error algo fue bien. Es sólo una cuestión de química.
A las mujeres no les salen canas tan pronto como a los hombres, tienen una química diferente; bioquímica, para ser más exacto. Y raramente se quedan calvas. Sería muy hermoso encontrar a una mujer calva. Sólo me he encontrado en toda mi vida a una mujer que podría haber sido calva, y sólo llevaba camino de serio. Quizá ahora ya lo sea, porque han pasado diez años desde que la vi.
¿Por qué no se quedan calvas las mujeres? Nada en especial. Es sólo porque su cuerpo elimina las células muertas en forma de pelo. Una mujer no puede dejarse crecer la barba o el bigote; su pelo crece en un área limitada. Por supuesto, a ningún hombre le puede crecer el pelo tan largo como a una mujer porque su capacidad está dividida. Más aún, una mujer por naturaleza está hecha para vivir diez años más de media que un hombre.
Una cosa más: el hombre alcanza su clímax sexual a los treinta y cinco años. En realidad, sólo lo estoy diciendo para no herir los sentimientos de los pobres hombres. De hecho, alcanza su clímax sexual a los dieciocho años; a partir de ahí empieza a declinar. A los treinta y cinco se puede decir que es el principio del fin. Es entonces cuando un hombre se da cuenta que está acabado. Ése es el momento en el que el hombre se vuelve espiritual, entre los treinta y cinco y los cuarenta. A esa edad le impresionan todo tipo de bobadas. El verdadero motivo es que está perdiendo su potencia. Al perder su potencia, se empieza a interesar sobre la omnipotencia de Dios.
Vaya palabra han encontrado: ¡omnipotencia! El primero que acuñó la palabra omnipotencia debió de ser el hombre más impotente de! mundo. Empiezan a hacerse miembros de la Sociedad Teosófica, Testigos de Jehová, y lo que se te ocurra. Nombra lo que quieras y encontrarás un seguidor, pero siempre estará entre los treinta y cinco y los cuarenta años, porque ése es e! momento cuando requiere un apoyo para poder seguir, para darle una sensación de que todavía existe.
A esa edad la gente empieza a hacer todo tipo de cosas, como tocar la guitarra, el sitar, la flauta, y si es rico, jugar al golf. Si no son ricos, si sólo son pobres, empiezan a beber cerveza y a jugar a las cartas. Hay miles de personas en todo el mundo jugando constantemente a las cartas.
¿En qué clase de mundo vivimos? Y creen en sus cartas, el rey, la reina, y hasta en el comodín. De hecho, son los únicos reyes y reinas que hay en el mundo; excepto, por supuesto, la reina de Inglaterra, que no es ni una reina de verdad ni una reina de la baraja; ella es la peor. ¿Qué estaba diciendo?
-Estabas hablando sobre Masto… le llamabas siempre Masto. Masto, bien. Él era un rey; no un rey de la baraja, ni siquiera un rey de Inglaterra, sino un rey de verdad. Lo podías ver. No hacía falta nada para demostrarlo. Es extraño que fuese la primera persona en llamarme «El Bendito», Bhagwan.
Cuando me llamó así, le dije: -Masto, ¿te has vuelto tan loco como Pagal Baba, o más?
-Desde este momento, recuerda -dijo él-, no te llamaré otra cosa que lo que te acabo de llamar. Por favor – me dijo – déjame ser el primero, porque miles te llamarán “El Bendito”. Hay que dejarle al pobre Masto ser el primero. Déjame, por lo menos, tener el honor.
Nos abrazamos y lloramos juntos. Ese fue nuestro último encuentro; precisamente el día anterior yo había tenido la experiencia. El 22 de marzo de 1953 nos abrazamos sin saber que ése iba a ser nuestro último encuentro. Él quizá los sabía pero yo no era consciente. Me dijo esto con sus bellos ojos llenos de lágrimas.
    -El otro día le pregunté a Chetana: -Chetana, ¿qué aspecto tiene mi cara? -¿Cómo? -me dijo. -Lo pregunto porque no he comido nada más que fruta desde hace meses -le dije-, excepto algunos días en que me tomé la cocción de Devaraj. No sé en qué consiste; lo único que sé es que hace falta una inmensa fuerza de voluntad para comérsela. Tienes que masticarla durante media hora, pero es muy buena. Cuando me la termino estoy tan cansado, tan absolutamente cansado, que estoy casi dormido. Por eso te lo pregunto.
-Osho, me lo estás preguntando -me dijo ella-; ¿te puedo decir la verdad?
-Sólo la verdad -le respondí.
-Cuando te miro sólo te veo los ojos -me respondió-; por eso, por favor, no me preguntes. No sé que aspecto tenías antes, o que aspecto puedes tener ahora. Todo lo que conozco son tus ojos.
Qué lástima, no puedo mostrarte a Masto. Todo su cuerpo era hermoso. Uno no se podía creer que no hubiese venido del mundo de los dioses. En India hay muchas hermosas historias. Una de ellas, tomada del Rigveda, es la de Pururva y Uruvashi.
Uruvashi es una diosa que se ha hartado de los placeres del paraíso. Me gusta esta historia porque es muy cierta. Si tienes todos los placeres, ¿cuánto tiempo puedes soportados? Uno acaba aburriéndose. La historia debe haber sido escrita por alguien que sabía.
Uruvashi se aburre de todos los placeres, de los dioses y de sus líos amorosos. Finalmente, cuando ella está en las manos del dios principal, Indra, utiliza ese momento, como cualquier mujer utiliza esos momentos, para pedir un collar o un reloj o un anillo de diamantes o cualquier cosa que puedas imaginarte.
Ashu, ¿qué te estás imaginando? ¿Lo sabes? Sí, te ríes porque lo sé. Dímelo, sino lo voy a contar. ¿Lo cuento? No, no sería de caballeros. Y te estás riendo tan feliz; no me gustaría estropearlo.
Uruvashi le pide a Indra: Por favor, si estás tan contento conmigo, ¿me podrías hacer algún regalito? No mucho, un regalito. Indra dice: -Sea lo que sea, pídelo, y se te concederá. -Quiero ir a la tierra y amar a un hombre corriente -responde ella.
Indra estaba completamente borracho. Debes de hacerte a la idea de que los dioses indios no son como el Dios cristiano, ni siquiera como sus sacerdotes, mucho menos como el Dios cristiano. El cristianismo es una religión dictatorial. La religión hindú es más democrática, y también más humana.
Indra está completamente borracho y dice: -De acuerdo, pero con una condición: en cuanto le digas a un hombre que eres una diosa, tendrás que regresar inmediatamente al paraíso.
Uruvashi desciende a la tierra y se enamora de Pururva, que es un arquero y también poeta. Y ella es tan hermosa que naturalmente Pururva quiere casarse con ella.
-Por favor, no me hables de matrimonio -dice ella-. Ni lo menciones. No podré vivir contigo si no me prometes que no lo vas a volver a mencionar. Y Pururva, que era un poeta, evidentemente entiende la belleza de una mujer como Uruvashi. Nunca ha conocido nada comparable a ella; naturalmente, ella es una diosa en la tierra. Bajo la influencia de su intoxicante belleza, lo promete. Entonces Uruvashi dice:
-Una cosa más. Nunca debes de preguntarme quién soy; de lo contrario, lo olvidamos todo ahora mismo. Es preferible no comenzar.
-Te amo -respondió Pururva-. No quiero saber quién eres, no soy un detective.
Después de hacer estas dos promesas, Uruvashi yace con Pururva. Después de unos días… Los Vedas, en ese sentido, son muy humanos; ninguna otra escritura es tan humana. Todas las demás escrituras son muy altisonantes. En otras palabras, una mierda. Pero el Rígveda es humano, con todas las limitaciones humanas, la fragilidad, las debilidades e imperfecciones. Como cualquier otra luna de miel, algún día se termina, quizá un poco más deprisa en Occidente que en India…, a estos amantes les duró seis meses.
En América, basta un fin de semana para el principio y el final de una luna de miel, y cuando la luna de miel termina, comienza el matrimonio. ¡Jesús! Si decís que después de la muerte existe un infierno para los pecadores… ¡es después de la luna de miel! De hecho, es el matrimonio. En India dura seis meses; es una forma de acabar las cosas, a la velocidad de un carro de bueyes.
Una noche, Uruvashi se despertó porque Pururva la estaba mirando. Eso no es lo que suele hacer un marido, ¡mirar a su mujer! ¿Qué estaba haciendo mirándola mientras dormía? Si hubiera sido la mujer de otro, entonces hubiera sido normal, pero ¿a su propia mujer? Pero Uruvashi debía de ser, era sin remedio, una belleza divina, con algo del más allá. Pururva no se pudo contener.
-Por favor dime quién eres -le preguntó. -Pururva, has roto tu promesa -le dijo Uruvashi-. Te diré la verdad, pero dejaré de estar contigo -en el momento que le dijo que era una diosa aburrida del paraíso, que había venido a la tierra a tener una pequeña experiencia de la gente real, porque los dioses eran tan falsos, en ese mismo momento, se evaporó como un hermoso sueño. Pururva miró una y otra vez a la cama vacía; allí no había nadie.
Es una de esas hermosas historias que siempre me han gustado. Masto ha debido de ser un dios nacido en este mundo. Ésa es la única manera de expresar lo bello que era. Y no era solamente la belleza del cuerpo, que con certeza lo era. No estoy en contra del cuerpo, estoy totalmente a favor. Me gustaba su cuerpo. Solía acariciarle la cara, y él me decía:
-¿Por qué me acaricias la cara con los ojos cerrados?
-Eres tan bello -le dije-, que no quiero ver ninguna otra cosa que pueda distraerme; por eso cierro los ojos…, para poder soñarte tan bello como eres.
¿Estás anotando estas palabras?: «Para poder soñarte tan bello como eres. Quiero que seas mi sueño.» Pero no sólo tenía un cuerpo o un cabello hermoso, nunca he visto una cabellera tan bonita, especialmente en la cabeza de un hombre. Solía tocar y jugar con su cabello y nos reíamos.
-Esto es demasiado -me dijo una vez-. Baba estaba loco, y ahora me ha dejado un maestro que está más loco todavía. Me dijo que tú ocuparías su lugar, de modo que no te puedo impedir nada de lo que quieras hacer. Incluso si me cortas la cabeza, estaré dispuesto y deseándolo.
-No te asustes -le dije-, no te cortaré ni un pelo. En lo que concierne a tu cabeza, Baba ha hecho ya su trabajo. Sólo te queda el pelo -entonces ambos nos reímos. Esto sucedió muchas veces, de muchas maneras.
Pero era hermoso, física y también psicológicamente. Siempre que tenía alguna necesidad, sin preguntarlo, para no ofenderme, por la noche, me dejaba dinero en los bolsillos. Sabéis que no tengo bolsillos. ¿Conocéis la historia de cómo perdí los bolsillos? Fue Masto. Él solía poner dinero, oro, todo lo que pudiera conseguir, en mis bolsillos. Finalmente, abandoné la idea de tener bolsillos; tentaba a la gente. O te abren el bolso y te roban la cartera, o en muy pocas ocasiones, con un hombre como yo, se convierten en una persona como Masto.
Él esperaba hasta que me iba a dormir. A veces fingía estar dormido. Incluso tenía hasta que roncar para convencerse; entonces lo cogía in ftaganti, con las manos en mi bolsillo.
-¡Masto! -le dije-. ¿Es esto lo que hace un sabio? -y los dos nos echamos a reír. Finalmente, abandoné la idea de tener bolsillos. Soy la única persona del mundo que no necesita bolsillos. En cierto modo está bien, porque nadie puede abrírmelos. También está bien que no tenga que llevar ningún peso. Siempre hay alguien que lo puede hacer por mí. No los necesito. No he necesitado bolsillos desde hace años; siempre se ha ocupado alguien por mí.
Precisamente esta mañana Gudia me estaba sirviendo el té Y he dejado que un platillo se me escapara de las manos. No puedo decir que lo he dejado caer; eso sería demasiado, porque el platillo era muy caro. Estaba incrustado en oro. Y ella no me perdonaría si digo que tenía que caerse, que he dejado que se me escapara de la mano. Por eso, inevitablemente, se cayó. No podía volar; se tuvo que caer.
En ese momento entendí muchas cosas que siempre había entendido, pero en ese momento todas culminaron en mí. La caída…, el hombre no podía volar, ni Adán ni Eva…, naturalmente tuvieron que caer. No fueron las mañas de la serpiente; para ellos lo natural fue caer. Era natural, muy natural para Adán y Eva caer, porque no tenían manera de volar, ni Lufthansa, ni Pan Am, ni siquiera Air India. Y el pobre Adán era muy pobre. Pero de alguna manera estuvo bien que cayera; de otra manera estaría en la misma situación que Uruvashi.
Él habría disfrutado de todos los frutos del paraíso, sin ninguna alegría, por supuesto. Habría vivido con Eva sin amor. En el paraíso nadie ama demasiado. Puedo decirlo sin ningún temor a que me echen, porque no quiero entrar en el paraíso, ¡a quién le importa! El paraíso es el último lugar en el que me gustaría entrar; prefiero incluso el infierno. ¿Por qué? Sólo por la buena compañía. El paraíso es sencillamente horrible. En compañía de los santos…, ¡Dios mío! Esos dioses deben de ser imbéciles, o quizá carecen de inteligencia, son como robots; de lo contrario, si no, ¿cómo es que siguen dando vueltas en el carrusel? No quiero formar parte de eso.
Pero Masto tenía el aspecto de un dios descendido a la tierra. Lo amaba sin razón alguna, por supuesto, porque el amor no puede tener ninguna razón. Todavía lo amo. Todavía lo amo. No sé si está vivo o no, porque el 22 de marzo de 1953 desapareció. Me dijo que se iba a los Himalayas.
-He cumplido con mi responsabilidad respecto a la promesa que le hice a Pagal Baba -me dijo-. Ahora eres lo que antes eras en potencia. Ya no soy necesario.
-No, Masto -le dije-, te seguiré necesitando, por otras razones.
-No -dijo él-. Encontrarás maneras de conseguir todo aquello que necesites. Pero yo no puedo esperar.
Desde entonces, de vez en cuando solía escuchar, quizá de alguien que venía de los Himalayas, un sannyasin o un bikkhu, que Masto estaba en Kalimpong, o que estaba en Nainital, acá o allá, pero nunca regresó de los Himalayas. Le preguntaba a todo el mundo que iba a los Himalayas:
-Si te encuentras con este hombre… -pero era difícil, porque no se dejaba fotografiar. Una vez le convencí para que le sacaran una foto, pero el fotógrafo de mi pueblo ¡era un genio! Se llamaba Munnu Mian, un pobre hombre, pero tenía una cámara. Debía de ser el modelo más antiguo del mundo. Su cámara debería de haber sido conservada; ahora valdría millones de dólares. De todo un carrete salía con suerte una foto. Y esto tampoco era seguro. Cuando mirabas a la foto no te podías creer cómo se las había arreglado, porque no se parecía a ti. ¡Él era futurista! Realmente futurista. Hacía unas fotos que sólo le hubieran gustado a Picasso…, o no sé, incluso podrían no haberle gustado si Munnu Mian se la hubiera hecho al propio Picasso.
Como pude le convencí a Masto para que fuera a Munnu Mian. Munnu Mian se puso muy contento. Masto se sentó a regañadientes en el estudio del aldeano. No puedo llamarlo estudio; era sólo una silla roñosa sin brazos. La gente raramente venía a que le sacaran una foto, por eso no había un estudio propiamente dicho.
No es posible que sepáis cómo se hacía en los pueblos indios. No os lo podéis ni imaginar. Todavía es como antes. De fondo, había una pintura, una cortina ancha pintada con una escena de las calles de Bombay, grandes edificios, automóviles, autobuses. Y por supuesto luego se pensaba que la foto había sido tomada en Bombay. ¿Qué más puedes pedir a una rupia por tres fotos? Pero Masto se las arregló…, o, para ser más correcto, el idiota de Munnu Mian deshizo todo lo que yo había estado preparando. ¡Se olvidó poner una placa en la cámara!
Todavía estoy viendo la escena completa. Había preparado a Munnu Mian diciéndole:
-Sé muy preciso, correcto. He conseguido traer a este hombre con muchas dificultades, y si le sacas una foto será una gran publicidad para tu estudio.
Él estaba convencido y dijo:
-Lo intentaré. Enséñame dos palabras en inglés. He oído que en las ciudades más grandes, antes de disparar el obturador, dicen: «Por favor, listos…»
Por supuesto, me lo dijo en hindi, pero quería decido en inglés para impresionar al hombre respetable. Después quiso saber cómo decir: «Gracias», para decirlo al terminar. Cuando tuvo todo preparado, dijo: «Por favor, listos…», por supuesto en inglés. Ni siquiera Masto pudo creerse que Munnu Mian supiera algo de inglés. Entonces disparó su cámara con un disparo muy sonoro. Todavía puedo ver su cámara. Puedo decir con seguridad que darían un millón de dólares por ella debido a su antigüedad. Era enorme.
Entonces dijo: -Muchas gracias, señor -y nos marchamos. Salió corriendo detrás de nosotros y nos dijo con lágrimas en los ojos: -Perdonadme, por favor, volved. ¡Me olvidé de poner una placa en la cámara! Eso fue demasiado. Masto dijo: -¡Tú, idiota! Vete corriendo de aquí; si no, perderé los estribos, ¡y soy muy temperamental! Yo sabía que no era en absoluto temperamental, y le dije a Munnu Mian: -No te preocupes. Lo organizaré de nuevo -pero se escapó; de hecho, salió corriendo. Le dije-: Escucha, no corras… -pero no me escuchó.
Le convencí a Masto para que volviéramos pero cuando llegamos al estudio estaba cerrado. Munnu Mian estaba tan asustado que viendo que veníamos, cerró el estudio y salió corriendo. Por eso no tenemos ninguna foto de Masto.
Sólo hay tres fotos que siempre he querido tener para poder enseñároslas. Una era la de Masto, una rara belleza. La otra era la de un hombre del que hablaré más tarde y la de una mujer de la que también hablaré más tarde. Pero no tengo ni una foto de ninguna de esas tres personas.
Es una cosa extraña: los tres eran contrarios a que les sacaran una foto, totalmente contrarios, quizá porque una foto invariablemente distorsiona la belleza, porque la belleza es un fenómeno vivo y la foto es estática. Cuando sacamos la foto de una flor, ¿te piensas que la misma flor está ahí todavía? No, mientras tanto ha crecido. Ya no es la misma; a pesar de ello la foto siempre permanecerá igual. La foto nunca crece. Está muerta desde un principio. ¿Cómo lo llamáis? ¿Nacida muerta? ¿Es eso correcto?
-Sí, Osho.- De acuerdo, una foto nace muerta, muerta, muerta ya antes de respirar por primera vez; no respira.
La única persona a quien he amado y conocido como una de las más bellas, y que me dejó sacarle fotos, fue mi Nani. Ella me dejaba, pero con la condición de que el álbum quedara bajo su custodia.
-No hay ningún inconveniente -le dije-, pero ¿por qué? ¿No puedes confiar en mí?
-Puedo confiar en ti -me contestó-, pero no puedo confiar en los fotógrafos. No eres tú el que me puede hacer daño, pero quiero que las fotos estén bajo mi custodia. Cuando haya muerto serán para ti.
Me dejó sacarle tantas fotos como quise. Pero después de que murió, cuando abrí el armario donde solía guardar todas esas fotografías, había sólo un álbum vacío. No sabía escribir, por eso le había dicho a mi padre que escribiera en él:
-Por favor, perdóname -había firmado con la huella del pulgar de su mano derecha.
La gente con la que quería estar relacionado, por lo menos con su forma física, nunca me dejó que les sacara fotografías. Sólo una me lo permitió, pero parece que mi Nani sólo me lo permitió para no herirme…, y siempre destruyó las fotos.
El álbum estaba vacío. Miré minuciosamente, y nunca había sido usado. Busqué por toda la casa. No pude encontrar ni una sola foto. Me hubiera gustado enseñaros sus ojos, sólo sus ojos. Todo su cuerpo era hermoso, pero sus ojos…, se necesita un poeta para decir algo sobre ellos, o un pintor, y yo no soy ninguna de las dos cosas. Sólo puedo decir que reflejaban algo del más allá.
De acuerdo El otro día os hablé de la desaparición de Masto. Creo que todavía está vivo. En realidad, sé que lo está. En Oriente, éste ha sido uno de los modos más antiguos, desaparecer en los Himalayas antes de morir. Morir en esa hermosa región es más rico que vivir en cualquier otro lugar; incluso morir allí tiene algo de eterno. Quizá es la vibración de los santos recitando durante miles de años. Allí fueron compuestos los Vedas, allí se escribió el Gita, allí nació y murió Buda, Lao Tzu desapareció en los Himalayas en sus últimos días. Y Masto hizo casi lo mismo.
Nadie sabe todavía si Lao Tzu murió o no. ¿Cómo puede uno estar seguro? De ahí la leyenda de que él es inmortal. Nadie lo es. Todo aquel que nace inevitablemente tiene que morir. Lao Tzu debió de morir, pero la gente nunca llegó a saberlo. Uno debería de ser capaz de tener una muerte absolutamente privada, si lo desea.
Masto se ocupó de mí más eficientemente de lo que Pagal Baba podría haber hecho nunca. Primero, Baba era realmente un loco. Segundo, venía sólo de vez en cuando como un tornado a visitarme y después desaparecía. Esa no es una manera de ocuparse. Una vez hasta se lo dije:
-Baba, tú hablas mucho de cómo te estás ocupando de este niño, pero antes de que lo vuelvas a repetir, se me debe escuchar. Él se rió y dijo: -Lo entiendo, no necesitas decirlo, pero te dejaré en buenas manos. Yo no soy capaz de ocuparme de ti. ¿Puedes entender que tengo noventa años? Para mí es hora de dejar el cuerpo. Estoy alargándolo sólo para encontrar a la persona correcta para ti. Una vez que la haya encontrado, me puedo relajar en la muerte.
No me daba cuenta entonces de que estaba hablando totalmente en serio, pero es esto lo que hizo. Le pasó su carga a Masto y murió riéndose. Eso fue lo último que hizo.
Zaratustra podría haber reído cuando nació…, nadie ha sido testigo, pero debió de reír; toda su vida indica que fue así. Fue esa risa la que captó la atención de uno de los hombres más inteligentes de Occidente, Friedrich Nietzsche. Pero Pagal Baba realmente se rió mientras moría, antes de que pudiéramos preguntar por qué. No podríamos haber hecho la pregunta de todas las maneras. Él no era un filósofo, y no hubiera respondido aunque hubiera vivido. Pero, ¡qué manera de morir! Y recuerda, no fue sólo una sonrisa. Estoy hablando realmente de una carcajada.
Todos los que estaban allí se miraron unos a otros diciendo:
-¿Qué es lo que pasa? -hasta que empezó a reírse tan alto que todo el mundo pensó que hasta entonces había sido un loco apacible, pero que ahora se había ido hasta el extremo. Todos se marcharon. Naturalmente, nadie se ríe cuando nace, sólo por educación; y nadie se ríe cuando muere, de nuevo no es más que manierismo. Ambos son británicos.
Baba siempre estuvo en contra de los modales y de la gente que creía en los modales. Por eso me amaba, por eso amaba a Masto. Y cuando estaba buscando a un hombre que pudiera ocuparse de mí, naturalmente, no pudo encontrar a nadie mejor que a Masto.
Masto demostró ser más que lo que Baba podría haberse imaginado. Hizo tanto por mí que incluso sólo decirlo, duele. Es algo tan privado que no debería contarse, tan privado que uno no debería de mencionado ni siquiera cuando está solo.
Le estaba diciendo a Gudia:
-Dile a Devageet que no se deje nunca su libro en esta Arca de Noé, porque ayer por la noche el diablo estuvo mecanografiando sus notas. No os lo creeréis. De hecho, yo no me lo podía creer cuando escuché la historia por primera vez. Gudia dijo que no se veía luz por la ventana. Estaba asombrado y me dije a mí mismo: ¿Se han vuelto locos o qué? ¿Mecanografiando sin luz?
Gudia miró en la habitación y dijo:
-¡Esto es extraordinario! La máquina está haciendo un ruido exactamente como el de una máquina de escribir.
No sólo eso: de vez en cuando se detenía, como si el mecanógrafo estuviera mirando en el cuaderno, y entonces se ponía de nuevo a teclear. Gudia le preguntó a Asheesh: -¿Qué puede ser? -Nada importante -le dijo-, sólo el filtro del aire acondicionado que ha recogido demasiado polvo y que hace ese ruido -pero, ¿exactamente como el de una máquina de escribir…? De todas maneras, me ha gustado la historia, y por eso te estoy pidiendo que guardes el cuaderno de notas lejos del diablo. Él puede mecanografiar incluso sin máquina de escribir, sin luz.
El diablo es un perfeccionista. No puede ser de otra manera; es parte de su misma función. ¿Tecleando sin máquina de escribir en la oscuridad? Y sé que Devageet no se dejará su libro de notas en ningún lugar. Pero el diablo puede teclear incluso sin el cuaderno de notas. Él puede leer vuestras mentes. Por eso no metáis vuestras mentes; por lo menos cuando estéis trabajando con mis palabras. No metáis vuestras mentes; de lo contrario estáis abriendo la puerta al diablo.
Masto fue la mejor elección que podía haber hecho Baba. No puedo concebir en absoluto a alguien mejor. No sólo era un meditador…, que por supuesto lo era; de otro modo no hubiera sido posible una comunión entre los dos. Y meditación simplemente quiere decir no ser una mente, por lo menos mientras estás meditando.
Pero eso no era todo; él era muchas cosas más. Era un excelente cantante, aunque nunca cantó para el público. Ambos solíamos reímos de la expresión: «El público;» Está compuesto sólo de los niños más retrasados. Es un milagro cómo consiguen reunirse en un lugar a una hora convenida. No me lo puedo explicar. Masto decía que él tampoco podía explicárselo. Sencillamente, no tiene explicación.
Nunca cantó para un público, sino para un grupo pequeño de gente que lo amaba y que prometía nunca hablar sobre ello. Su voz era realmente «la voz de su maestro». Quizá no estaba cantando, sino sólo permitiendo a la existencia -ésa es la única palabra apropiada que puedo usar-, estaba permitiendo a la existencia fluir a través suyo. No lo estaba impidiendo; ése era su mérito.
Además tocaba el sitar con mucho talento; sin embargo, nunca le he visto tocar delante de público. A menudo cuando tocaba yo era el único presente, y me pedía que cerrara la puerta, diciendo:
-Por favor, cierra la puerta y no la abras bajo ningún concepto hasta que esté muerto -y sabía que si hubiera querido abrir la puerta tendría primero que matarlo, y después abrirla. Mantuve mi promesa. Pero su música era tal que… El mundo no llegó a conocerlo: el mundo se lo perdió.                                                                       
Me dijo:
-Estas cosas son tan íntimas que tocar delante de una multitud es prostitución. Ésa fue exactamente la palabra que usó: «prostitución». Era realmente un pensador, y muy lógico, no como yo. Con Pagal Baba sólo tuve una cosa en común: era la locura. Masto tenía muchas cosas en común con él. Pagal Baba estaba interesado en muchas cosas. Yo con seguridad no podía ser representativo de Pagal Baba, pero Masto lo era. Yo no puedo ser el representante de nadie, no importa quién.
Masto hizo tanto por mí en todos los aspectos que no puedo creerme cómo Baba había sabido que él era la persona correcta. Y yo era un niño con mucha necesidad de dirección, y además tampoco era un niño fácil. A no ser que estuviera convencido no me movía ni un centímetro. De hecho me echaba un poco para atrás sólo para estar más seguro.
Me estoy acordando de una pequeña anécdota. Solía usar esta anécdota como un chiste. Muchos de mis chistes están quizá pintados un poco aquí y allí para darles aspecto de chistes, pero casi todos están sacados de la vida real. Y la vida real es el mejor libro de chistes que nunca puede existir. ¿Cómo sé que este chiste está sacado de la vida real? Porque no puede ser de otra forma, no existe otra posibilidad. Recuerdo que solía contar este chiste y así es como lo recuerdo.
Un niño llega tarde a la escuela, muy tarde. Está lloviendo. El profesor le mira con esos ojos de piedra que sólo les son dados en especial a los profesores y a las esposas. Y si te casas con una mujer que es las dos cosas, entonces ¡que Dios te ayude! Sólo podemos rezar por ti. Entonces esa mujer tendrá cuatro ojos insensibles que mirarán en todas las direcciones. ¡Ten cuidado con las maestras de escuela! Nunca, nunca te cases con una maestra de escuela. Pase lo que pase, escapa antes de que te tropieces y caigas. Cáete en cualquier lado menos en una maestra de escuela; de otro modo tendrás una vida que será un infierno de verdad. Y si es inglesa, entonces, ¡todo se triplica!
El niño pequeño, ya muy asustado, completamente empapado de agua, llegó a la escuela como pudo. Pero una maestra de escuela es una maestra de escuela.
-¿Por qué llegas tarde? -le preguntó ella.
Él se había imaginado que había suficientes motivos. Estaba lloviendo tan fuerte…; estaba lloviendo a cántaros, y estaba completamente mojado, goteando. Y todavía ella le estaba preguntando:
-¿Por qué llegas tarde?
Él se lo inventó, igual que lo haría cualquier otro niño, diciendo:
-Señorita, está tan resbaladizo que cuando daba un paso para delante, patinaba dos para atrás.
La mujer le miró incluso con más severidad y le dijo:
-¿Cómo puede ser eso? Si das un paso para adelante y patinas dos para atrás, nunca podrías haber llegado a la escuela. Me estás engañando.
-Señorita -dijo el niño-, por favor, entiéndame: me giré hacia mi casa y comencé a correr alejándome de la escuela, así es como llegue hasta aquí.
Yo digo que no era un chiste. La maestra de escuela es real, el niño es real, la lluvia es real. La conclusión del maestro es real y la conclusión del niño no puede ser más real. He contado miles de chistes y muchos de ellos están sacados de la vida real. Los que no han sido sacados de la vida real también provienen de la vida real, pero de la subterránea, que también es real pero nunca sale a la superficie, no se le permite.
Masto tenía un verdadero talento en muchas dimensiones. Era músico, bailarín, cantante, y qué no, pero siempre muy tímido delante de «esos ojos». Solía llamar a la gente, «esos feos ojos». Solía decir:
-La gente no puede ver, sólo creen que ven. No estoy hecho para ellos.
Continuamente me recordaba que no debía de invitar ni un solo amigo, aunque no tenía ninguno, quiero decir ni un conocido.
Pero una vez que le pregunté:
-¿Se me puede permitir alguna vez traer a alguien?
Él contestó:
-Si sólo quieres darte el gusto de invitar a alguien íntimo, entonces puedes traer a tu Nani. Para ella no tienes ni que preguntarme. Por supuesto, si no quiere venir, yo no puedo hacer nada -y eso es lo que pasó.
Cuando se lo comenté a mi Nani, me dijo: -Dile a Masto que venga a mi casa y que toque aquí -y él era un hombre tan humilde que vino a tocar el sitar para la anciana, se sintió muy feliz de tocar para ella, y yo me puse muy contento de que él viniera y no se negara. Me había preocupado esa posibilidad.
Y mi abuela, mi Nani, la anciana, de repente se transformó como en una joven otra vez. Fui testigo de algo que sólo puede llamarse ¡transfiguración! Y cuanto más se iba armonizando con el sitar, se rejuvenecía cada vez más. Vi cómo se producía un milagro. Pero cuando Masto acabó de tocar el sitar, de repente volvió a ser de nuevo la anciana mujer.
-Esto no está bien -dije yo-, Nani. Por lo menos deja que el pobre Masto tenga un vislumbre de lo que su música puede hacer por una persona como tú.
-No está en mis manos -dijo ella-. Si sucede, sucede. Si no sucede, no se puede hacer nada al respecto. Sé que Masto lo entenderá.
-Lo entiendo -dijo Masto.
Pero lo que vi fue realmente increíble. Mis ojos parpadeaban una y otra vez sólo para ver si era sólo un sueño, o si estaba viéndola realmente regresar a su juventud. Incluso hoy, no puedo creer que fuera sólo mi imaginación. Quizá ese día…, pero hoy no tengo ninguna imaginación. Veo las cosas como realmente son.
Masto siguió siendo un desconocido para todo el mundo por la sencilla razón de que nunca quiso estar entre la multitud. Y en el momento en el que su obligación hacia mí, su promesa a Pagal Baba, fue cumplida, desapareció en los Himalayas.
Los Himalayas…, la palabra en sí misma significa «el hogar del hielo». Los científicos dicen que si todo el hielo de los Himalayas se deshiela un día, el mundo realmente se inundará. Todo el mundo -no se limitará a una sola parte-, todos los océanos, ascenderán doce metros. Le han puesto el nombre correcto, Himalayas. Him siginifica «hielo»; alaya significa «el hogar.»
Existen cientos de picos cubiertos de nieves perpetuas que nunca se han disuelto… y el silencio que los rodea, la atmósfera inalterada… No es sólo vieja; tiene un extraño calor, porque miles de personas de inmensa profundidad han ido a esas regiones con una meditación tremenda, con inmenso amor, plegaria y recitación.
Los Himalayas son todavía algo extraordinario en el mundo entero. Los Alpes son sólo niños comparados con los Himalayas. Suiza es hermoso, y más todavía porque dispone de todas las comodidades. Pero no puedo olvidar las silenciosas noches de los Himalayas: las estrellas en el cielo, y nadie más alrededor.
Quiero desaparecer allí, igual que lo hizo Masto. Puedo entenderle, y no me sorprendería si un día de repente yo desapareciera. Los Himalayas son mucho más grandes que India. Una parte de los Himalayas pertenece a India; la otra parte pertenece a Nepal, la otra a Birmania, la otra a Pakistán, miles de kilómetros de pureza, sólo pureza.
En el otro lado están Rusia, Tíbet, Mongolia, China; todas ellas tienen una parte de los Himalayas.
No será una sorpresa si un día desaparezco solo para tumbarme junto a una hermosa roca y dejar de estar en el cuerpo. Uno no puede encontrar mejor lugar para abandonar el cuerpo, pero podría no hacerlo, ya me conocéis. Permaneceré tan imprevisible como siempre, incluso en mi muerte. Quizá Masto quería irse antes, y sólo estaba cumpliendo la última tarea que le puso su gurú, Pagal Baba. Hizo tanto por mí, es difícil incluso hacer una lista. Me presentó a mucha gente de modo que siempre que necesitara dinero sólo tenía que decírselo y el dinero llegaba. Le pregunté a Masto:
-¿No me preguntarán para qué?
-No te preocupes de eso -dijo él-. Ya he respondido a todas sus preguntas. Pero son gente cobarde; pueden darte su dinero, pero no te pueden dar sus corazones, o sea que no se lo pidas.
-Nunca le pido a nadie el corazón -le dije-, sea él o sea ella; no se puede pedir. O te das cuenta de que ya ha desaparecido o no. Por eso, sólo le pediré dinero a esa gente, y eso sólo si es necesario.
Y efectivamente me presentó a mucha gente que siempre ha permanecido en el anonimato; pero siempre que he necesitado dinero, el dinero ha aparecido. Cuando estaba en Jabalpur, donde asistí a la universidad y estuve más de nueve años, el dinero iba llegando continuamente. La gente se preguntaba, porque mi sueldo no era demasiado. No se podían creer cómo podía utilizar un coche tan bonito, un bungaló tan hermoso, un gran jardín, acres de césped. Y el día que alguien preguntó cómo era posible que tuviera un coche tan hermoso…, ese día llegaron dos más. Había entonces tres coches y faltaba lugar para guardarlos.
El dinero siempre ha ido llegando. Masto lo había dejado todo arreglado. Aunque no tengo nada, ningún dinero en absoluto, pero de alguna manera ha ido funcionando espontáneamente.
Masto…, es difícil decirte adiós, por la sencilla razón de que no me creo que ya no estés. Tú todavía existes. Podría ser que no te viera otra vez; eso no tiene mucha importancia. Te he visto tanto, tu fragancia ha pasado a formar parte de mí. Pero en algún lugar de esta historia tengo que terminar de hablar de ti. Es duro, y duele…, perdóname por eso.

Vislumbres de una infancia dorada (libro) (4)

Sesión 23

Ahora, el trabajo que hago contigo..Te estaba contando sobre la relación que sucedió entre un niño de unos nueve años y un hombre mayor, de unos cincuenta. La diferencia de edad era grande, pero el amor puede trascender todas las barreras. Si puede suceder incluso entre un hombre y una mujer, ¿acaso hay alguna barrera mayor? Pero no lo es, y esta relación no puede ser descrita sólo como amor. Él podría haberme querido como a un hijo, o como a su nieto, pero no se trataba de esto.
Lo que sucedió fue amistad, y apúntalo: valoro más la amistad que el amor. No hay nada por encima de la amigabilidad. Sé que te has debido de dar cuenta que no uso la palabra «amistad». La he estado usando hasta ayer, pero ahora es el momento de hablaros de algo más elevado que la amistad, la amigabilidad.
La amistad también puede ser limitadora, a su manera, como el amor. Puede ser también celosa, posesiva, con miedo de que se pueda perder, y debido a ese miedo, hay mucha agonía y mucho esfuerzo. De hecho, la gente está luchando constantemente con aquellos que ama, es extraño, muy extraño…, increíblemente extraño.
La amigabilidad está por encima de todo lo que el hombre conoce y siente. Es como la fragancia del ser o, le podrías llamar, el florecimiento del ser. Algo transpira entre dos almas y de repente hay dos cuerpos, pero un solo ser; eso es lo que llamo florecer. La amigabilidad es la liberación de todo lo pequeño y mediocre, de todo aquello con lo que estamos familiarizados, en realidad, demasiado familiarizados.
Puedo entender por qué mi Nani derramó lágrimas por el hecho de que fuese amigo de Shambhu Babu. Ella estaba en lo cierto cuando me dijo: -No estoy preocupada por Shambhu Babu, es bastante viejo y pronto se lo llevará la muerte.
Es extraño, pero murió antes que mi abuela, exactamente diez años antes, y mi abuela era mayor que él.
Todavía estoy asombrado de la intuición de esa mujer. Ella había dicho: -No durará mucho; ¿qué será de ti después? Mis lágrimas son por ti. Tú tienes que vivir una vida larga. No encontrarás mucha gente de la cualidad de Shambhu Babu. Por favor, no te formes un criterio en base a su amistad; de otro modo, tendrás que vivir una vida muy solitaria.
-Nani -le dije-, incluso Shambhu Babu está por debajo de mi criterio, o sea que no necesitas preocuparte. Voy a vivir mi vida de acuerdo a mi visión, no importa dónde me lleve, quizá a ningún lugar. Pero una cosa es segura -le dije-, estoy totalmente de acuerdo contigo en que no tendré muchos amigos.
Y fue verdad. En mis días de colegial no tenía amigos. En mis días de bachillerato se creían que era un extraño. En la universidad, sí, la gente siempre me respetó, pero eso no es amistad, ni mucho menos amigabilidad. Es un extraño destino el haber sido respetado siempre desde mi juventud. Pero si mi Nani estuviera viva podría haber visto a mis amigos, mis sannyasins. Habría visto miles de personas con las que estoy en sincronicidad. Pero ella ha muerto; Shambhu Babu está muerto. El florecimiento ha llegado en un momento en el que todos los que estaban realmente relacionados conmigo ya no están.
Ella tenía razón al decir que viviría una vida solitaria, pero a la vez se equivocaba, porque como el resto del mundo, pensaba que solitud y soledad son sinónimos; no lo son. No sólo no son sinónimos, son polos opuestos.
Solitud es un estado negativo. Cuando no puedes estar contigo mismo y mendigas la compañía del otro, eso es solitud. No habrá ninguna diferencia si encuentras compañía o no; seguirás sintiéndote solitario. En todos los casos del mundo puedes comprobar lo que te estoy diciendo. No puedo decir en cada hogar, digo en cada casa. Raramente existe un hogar. Un hogar es donde la solitud se ha transformado en soledad, no en algo gregario.
    La gente piensa que cuando dos personas están juntas se acaba su solitud. No es tan fácil. Tenlo en cuenta, no es tan fácil; en realidad, se convierte en algo más difícil. Cuando dos personas solitarias se juntan, su solitud se multiplica; no sólo se dobla, recuérdalo, es una multiplicación, y muy fea. Es como un pulpo, una lucha continua con diferentes nombres, por diferentes razones. Pero si levantas todas estas tapaderas debajo no verás más que desnuda solitud. No es soledad. La soledad es el descubrimiento de uno mismo.
Muchas veces le dije a mi abuela que estar solo es el estado más hermoso que uno podría soñar. Ella se reía y decía:
-¡Cállate! Tonterías. Lo conozco. Vivo una vida solitaria. Tu Nana está muerto. Me engañó: murió sin avisarme de que se iba a morir. Murió sin decirme a dónde iba, y a qué. Me traicionó.
Estaba amargada con eso. Entonces me dijo: -Tú también te marchaste. Te fuiste a la universidad, y sólo me visitas una o dos veces al año. Me paso meses esperando a que regreses a casa dos días. Y ese par de días se acaban muy pronto. Tú no sabes lo que es solitud. Yo sí la conozco.
A pesar de que ella estaba llorando, me reí. Quería llorar con ella pero no pude. En vez de llorar, me reí. Ella dijo: ¡Fíjate! No me entiendes en absoluto. -Te entiendo -le dije-, por eso me río. Sigues insistiendo una y otra vez en que solitud y soledad son lo mismo, y yo digo, clara y absolutamente, que no lo son. Y tendrás que entender la soledad si quieres dejar de sentirte solitaria. No puedes librarte de ello si sólo sientes pena de ti misma, y no continúes enfadada con el abuelo…
Ésta fue la única vez que defendí a mi Nana en contra de mi abuela. -¿Qué podía hacer él? Él no te ha traicionado, aunque te puedas sentir traicionada. Ése es otro tema. La muerte y la vida no están en las manos de nadie. Al morir se sintió tan impotente como al nacer. .. y ¿te acuerdas de lo impotente que se sentía? Daba voces una y otra vez: «Para la rueda, Raja, ¿es que no puedes parar la rueda?» En ese constante pedimos que detuviésemos la rueda, ¿qué es lo que estaba pidiendo? Estaba pidiendo su libertad. Estaba diciendo: «No quiero volver a nacer en contra de mi voluntad, y no quiero morir en contra de mi voluntad.» Él quería ser. Quizá no era capaz de decirlo correctamente, pero así es como traduzco lo que dijo. Sólo quería ser, sin ninguna interferencia, sin estar obligado a nacer o a morir. Estaba en contra de esto. Sólo estaba pidiendo su libertad, y sabéis, la palabra india para lo esencial es moksha. Moksha significa «libertad completa». En ninguna otra lengua existe una palabra como moksha, no; sobre todo en inglés, porque el inglés está totalmente dominado por el cristianismo
Precisamente el otro día recibí un álbum de fotos de uno de nuestros centros alemanes. El álbum está confeccionado con todas las fotos de ese hermoso lugar y de la ceremonia de su inauguración. Incluso el sacerdote cristiano de la iglesia cercana participó en la ceremonia. Me gustó lo que dijo: -Éstas son bellas personas. Les he visto trabajar más duro de lo que nadie trabaja hoy en día, y con tanta alegría que da gusto verlos… pero están un poco locos.
Lo que dijo era correcto, pero cuando dijo «están un poco locos» no tenía razón. Sí, están un poco locos; mucho más de lo que él pueda imaginarse. Pero la razón por la que lo dijo era fea: el «porqué» no el «qué». Les llamaba locos porque creen que hay muchas vidas después de esta vida. Por eso les llama locos.
De hecho, si hay alguien que está loco, no es mi gente sino aquellos que piensan que mi gente está loca. Me reservo ese derecho para mí mismo. Les puedo llamar locos porque cuando lo digo, lo digo desde el amor y la comprensión. Para mí no es una palabra condenatoria; para mí es un elogio. Todos los poetas están locos, todos los pintores están locos, todos los músicos y bailarines están locos; de lo contrario, no habría poetas, músicos ni pintores, y si esto es así con los pintores, los músicos y los bailarines, entonces ¿qué se puede decir de los místicos? Deben de ser los más locos. Y mis sannyasins llevan camino de ser los más locos, porque no conozco otra manera de permanecer cuerdo en un mundo tan loco.
Mi abuela tenía razón cuando me decía que no iba a tener amigos, y también tenía razón al decir que Shambhu Babu no tendría amigos. Respecto a Shambhu Babu estuvo totalmente en lo cierto; sobre mí, sólo hasta el momento en que comencé a iniciar a gente a sannyas. Ella sólo vivió unos días más después de que iniciara el primer grupo de sannyasins en los Himalayas. Había escogido especialmente la parte más bonita de los Himalayas, Kulu Manali, «El valle de los dioses», como es llamado, y sin duda es el valle de los dioses. Es tan hermoso que uno no se lo puede creer, incluso cuando te encuentras en el mismo valle. Es increíblemente cierto. Escogí Kulu Manali para la primera iniciación de veintiún sannyasins.
Eso fue sólo unos días antes de que mi madre…, mi abuela muriera. Perdonadme otra vez, porque sigo llamándole «madre» una y otra vez, y luego me corrijo. ¿Qué puedo hacer? La he conocido como mi madre. Toda mi vida he tratado de corregirlo y no he sido capaz. Todavía sigo sin llamar a mi madre, «madre»; todavía le llamo bhabhi, no madre y bhabhi sólo significa «esposa del primogénito». Todos mis hermanos se ríen de mí. Me dicen:
-¿Por qué sigues llamando a tu madre bhabhi? Porque bhabhi significa esposa del hermano mayor. Con toda seguridad, tu padre no es tu hermano mayor.
¿Pero qué puedo hacer? Conocí a mi abuela como mi madre desde mis primeros años, y esos primeros años son los más importantes de la vida. Es lo que los científicos llaman «huella».
Cuando un pájaro sale del huevo y mira a su madre, esa primera mirada queda grabada en su memoria. Pero si el pájaro sale, y has quitado a su madre de en medio y la has reemplazado con algo diferente, se produce una huella diferente.
Es así, en realidad, como se empezó a usar la palabra «huella». Un científico estaba trabajando en lo que sucede cuando un pájaro rompe el cascarón. Apartó todo lo que había alrededor, pero se olvidó completamente de que él mismo estaba allí. El pájaro salió, miró alrededor y sólo pudo ver las botas del científico que estaba de pie mirando.
El pájaro se dirigió hacia las botas y muy amorosamente empezó a jugar con ellas. El científico se quedó maravillado pero más tarde tuvo un problema, porque el pájaro estaba continuamente llamando a su puerta, no por él, sino por sus botas. Tuvo que guardar las botas cerca de la casa del pájaro. Y sucedió lo más extraño que te puedas imaginar: cuando el pájaro maduró, lo primero que hizo fue hacerle el amor a las botas. No pudo enamorarse de un pájaro hembra, y había muchas disponibles, pero él tenía un cierto tipo de «huella» de cómo debía ser su objeto de amor. Sólo podía amar a un hermoso par de botas.
    Viví con mi abuela durante años y pensaba que era mi madre. Y no fue una pérdida. Me habría gustado que fuese mi madre. Si mi ser tuviese alguna posibilidad de nacer de nuevo, aunque sé que no hay ninguna, la escogería a ella para ser mi madre. Estoy simplemente enfatizando este punto. No existe ninguna posibilidad de que vuelva a nacer; la rueda se ha detenido hace mucho tiempo. Pero ella tenía razón cuando decía que no iba a tener amigos. No tuve amigos en el colegio ni en la escuela superior ni en el colegio universitario ni en la universidad. A pesar de que muchos se creyeron que eran mis amigos, eran solamente admiradores, como mucho conocidos, o como máximo seguidores, pero nunca amigos.
El día que comencé a iniciar, mi único miedo era: -¿Seré capaz de convertir algún día a mis seguidores en mis amigos?
La noche anterior no pude dormir. No hacía más que pensar: -¿Cómo voy a conseguirlo? Un seguidor no tiene que ser un amigo.
Esa noche, en Kulu Manali, en los Himalayas, me dije a mí mismo: -No seas tan serio. Puedes conseguir cualquier cosa, aunque no conozcas el ABC de la ciencia de dirigir. Me estoy acordando de un libro de Bern, “La revolución empresarial” Lo leí, no porque el título contuviera la palabra «revolución», sino porque contenía la palabra «empresarial». A pesar de que me gustaba el libro, estaba naturalmente decepcionado, porque no era lo que había estado buscando. Nunca fui capaz de dirigir nada. Por eso, esa noche me reí.
Un hombre, no diré su nombre porque me traicionó y es mejor no mencionar a alguien que me ha traicionado y todavía vive, estaba durmiendo en mi habitación. Se despertó con mi risa y le dije:
-No te preocupes. No puedo estar más loco de lo que ya estoy. Vete a dormir.
-Pero -dijo él-, sólo una pregunta; si no, no podré dormirme: ¿de qué te reías?
-Me estaba contando un chiste -le dije.
Se rió y se fue a dormir, sin preguntar siquiera cuál había sido el chiste.
En ese mismo momento supe qué tipo de buscador era. De hecho vi, como un rayo de luz, que ese hombre no iba a estar conmigo mucho más tiempo. Por eso no le inicié a sannyas, a pesar de que insistió. Todo el mundo se extrañó, porque a otros les estaba insistiendo que «dieran el salto», y, sin embargo, me resistía a toda la persuasión de este hombre. Él quería dar el salto y yo le decía: «Por favor, espera.»
    Al cabo de dos meses, a todo el mundo le quedó claro por qué no le había dado sannyas. A los dos meses se había ido. El que se fuera no fue un problema, pero se convirtió en mi enemigo. Ser mi enemigo es inconcebible para mí, sí, incluso para mí. No puedo entender cómo alguien puede ser mi enemigo. No le hecho daño a nadie en toda mi vida. No puedes encontrar una criatura más inofensiva. ¿Por qué querría alguien ser mi enemigo? Debe de tener algo que ver con la persona misma. Me debe estar usando como una pantalla.
    Me hubiera gustado iniciar a mi abuela, pero ella estaba en el pueblo de Gadarwara. Incluso intenté contactarla, pero Kulu Manali está a tres mil kilómetros de Gadarwara.
«Gadarwara» es un nombre curioso. Quería evitarlo, pero de todos modos tenía que llegar, de una forma u otra, de modo que es mejor terminar con ello. Quiere decir «la aldea del pastor»; es incluso más curioso, porque el lugar donde está enterrado Jesús en Cachemira se llama Pahalgam, que también quiere decir la aldea del pastor. En el caso de Pahalgam se puede entender, pero, ¿en el de mi aldea? Nunca he visto allí ninguna oveja, ni tampoco ningún pastor. Ni siquiera hay demasiados cristianos; de hecho, sólo hay uno. Te sorprenderás: es el sacerdote de una pequeña iglesia, y yo solía ser su único oyente. Una vez me preguntó: -Es extraño: tú no eres cristiano, entonces, ¿por qué vienes puntualmente, todos los domingo sin falta? Haya lluvia o tormenta -continuó-, tengo que venir porque creo que estarás esperando, y siempre estás aquí. ¿Por qué?
-No me conoces -le contesté-. Me gusta torturar a la gente, y disfruto mucho escuchando cómo te torturas durante una hora, cuando dices cosas que, en realidad, no piensas, y no dices cosas que, en realidad, piensas. Vendría aunque se estuviese quemando toda la aldea. Puedes contar conmigo: seguiría estando aquí a la hora.
Por eso, seguramente los cristianos no tienen nada que ver con este pueblo. Aquí sólo vivía un cristiano, y su iglesia tampoco se podía decir que fuese una iglesia; sólo era una casita. Por supuesto, encima habían colocado una cruz y debajo habían escrito: «Ésta es un iglesia cristiana.»Siempre me he preguntado por qué llamaban a ese pueblo la aldea de los pastores y cuando fui a la tumba de Jesús en Pahalgam, en Cachemira, la pregunta se hizo incluso más pertinente.
Casualmente, Pahalgam tiene casi la misma estructura que mi pueblo. Tal vez sea sólo una coincidencia. Cuando no puedes explicar algo dices:
-Quizá sólo sea una coincidencia. Pero yo no soy el tipo de persona que abandona algo tan fácilmente. En aquel momento, examiné el asunto tan profundamente como pude, pero ahora puedo examinado hasta donde quiera.
Gadarwara también fue visitado por Jesús, y a las afueras de la aldea está el lugar donde se quedó. Sus ruinas todavía son veneradas. Nadie recuerda el porqué. Hay una lápida conmemorativa en la que se dice que una vez un hombre llamado Isu visitó ese lugar y residió allí. Convirtió a la gente de aquella aldea y de los alrededores y después regresó a Pahalgam. El Instituto de Arqueología de la India ha colocado esa lápida por eso, no es muy antigua.
Tuve que trabajar mucho sólo para poder limpiar la piedra. Fue muy difícil porque nadie se había ocupado de ella. La piedra estaba dentro de un pequeño palacio. El palacio ya no era habitable, e incluso entrar era peligroso. Mi abuela solía intentar impedirme que entrara porque podía derrumbarse en cualquier momento. Tenía razón. Bastaba un poco de viento para que las paredes empezaran a moverse. La última vez que lo vi se había derrumbado. Eso sucedió cuando fui a Gadarwara al funeral de mi abuela. También fui a presentar mis respetos a ese lugar en donde una vez había vivido un hombre llamado Isu.
Isu, con certeza, no es otra cosa que otra versión del arameo Yeshu, que viene del hebreo Joshua. En hindi Jesús es llamado Isa, y amorosamente, Isu. Quizá uno de los hombres a quien más amo estuvo allí, en esa aldea. Sólo la idea de que Jesús también ha caminado a través de esas calles era muy estimulante era un éxtasis enorme. Esto sólo lo digo de paso. No puedo demostrar históricamente si es o no es así. Pero si me lo preguntas en secreto, te puedo susurrar al oído: -Sí, es verdad. Pero por favor no me preguntes más…

Sesión 24

Os estaba diciendo que la amistad es un valor superior al amor. Nadie lo ha dicho con anterioridad. Y también dije que la amigabilidad está incluso por encima de la amistad. Nadie lo había mencionado. Con mucho gusto lo explicaré.
El amor, por muy hermoso que sea, permanece apegado a la tierra. Es algo parecido a las raíces de un árbol. El amor trata de alzarse por encima de la tierra, y todo lo que esto implica -el cuerpo- pero fracasa una y otra vez. No es una sorpresa que la gente diga que alguien ha «caído enamorado». Esta frase existe en todas los idiomas, según tengo entendido.
He tratado de indagar en este asunto preguntando a mucha gente de diferentes países. He escrito a todas las embajadas preguntando si tienen una frase en su idioma que sea exactamente el equivalente a «caer enamorado». Todos respondieron: -Por supuesto, y cuando pregunté: -¿Tenéis una frase o algo similar a lo que yo llamo «ascender en amor»? -o bien se rieron, o sonrieron, o se pusieron a hablar de otra cosa. Si les había preguntado por carta, nunca me contestaron. Con seguridad, nadie contesta a un loco que pregunta:-¿Existe una expresión en su idioma para «ascender en amor»?
Ningún idioma tiene ese tipo de expresión, y no puede ser sólo una coincidencia. En un idioma vale, incluso en dos, pero no puede ser una coincidencia en tres mil idiomas. No es una casualidad que todos los idiomas hayan conspirado juntos para hacer una frase de tres mil modos distintos, significando siempre «caer enamorado». No, la razón es que el amor es básicamente de la tierra. Puede brincar un poco, o mejor, lo puedes llamar ftoting…
He escuchado que está de moda el ftoting, especialmente en América, y hasta tal punto, que precisamente la otra noche recibí un regalo de una señora a la que le gustan mucho mis libros. Me envió un chándal. ¡Qué gran idea! Me encantó. Le dije a Chetana: -Lávalo, y lo usaré. -¿Vas a hacer ftotting? -me preguntó.              -¡Mientras duermo! -le dije-. Lo usaré como pijama, y dicho sea de paso, probablemente debes saber que todos mis pijamas ya son ropa de ftoting. Me gustan, porque puedo hacer ftotting y ejercicio mientras duermo, o luchar como Mohamed Ali el grande, y hacer todo tipo de cosas; pero sólo en sueños, bajo la manta, completamente en privado.
Te estaba diciendo que el amor, de vez en cuando, salta y se siente como si estuviera libre de esta tierra; pero la tierra lo conoce mejor: pronto vuelve de golpe a su sentido común, si no es con los huesos rotos. El amor no puede volar. Es un pavo real, con hermosas plumas, pero no lo olvides, no pueden volar. Sí, un pavo sí puede hacer ftoting. . .
El amor es muy terrenal. La amistad es un poquito más elevada; tiene alas, no sólo plumas, sino que tiene alas como las de un loro. ¿Sabes cómo vuelan los loros? Van de un árbol a otro, o quizá de un jardín a otro, de un bosquecillo a otro, pero no vuelan hacia las estrellas. No son grandes voladores. La amigabilidad es el valor más elevado, porque la amigabilidad no está sujeta a la fuerza de la gravedad. Sólo es levitación, si me dejas que use esta palabra. No sé si los eruditos del inglés me permitirán usar el término «levitación»; sólo quiere decir «en contra de la gravedad». La gravitación tira hacia abajo, la levitación tira hacia arriba. Y, ¿a quién le importan los eruditos? Son muy graves, ya están en sus tumbas.
La amigabilidad es una gaviota. Sí, como Juan Sebastián, asciende por encima de las nubes. Esto es sólo para conectar con lo que os estaba diciendo…
Mi abuela lloró porque pensó que no tendría amigos. En cierto sentido tenía razón y en cierto sentido estaba equivocada. Tenía razón en lo que se refiere a mis días en la escuela, el colegio y la universidad; pero se equivocaba en lo que se refiere a mí, porque incluso en mis días de colegio, aunque no tuve amigos en el sentido ordinario, tuve amigos en un sentido extraordinario. Ya te he hablado de Shambhu Babu. Te he hablado de Nani. De hecho, esas dos personas me echaron a perder, y me echaron a perder de tal forma que ahora ya no tengo remedio. ¿Cuál fue su estrategia?
Mi Nani va primero, también en el tiempo; era muy atenta conmigo. Escuchaba todas mis tonterías, mis cotilleos, con una atención tan arrebatada, que incluso yo me creí que debía de estar diciendo la verdad.
El segundo fue Shambhu Babu. Él tambien me escuchaba sin parpadear. Nunca he visto a nadie escucharme sin mover los párpados; en realidad sólo conozco a otra persona, y ésa soy yo. No puedo ver una película por la sencilla razón que se me olvida parpadear. No puedo hacer dos cosas a la vez, especialmente si son tan divergentes como mirar una película y parpadear. Incluso ahora, me es imposible. No veo películas porque dos horas sin parpadear me producen dolor de cabeza y me cansan los ojos, se me cansan tanto que no pueden ni dormir. Sí, el cansancio puede ser tan grande que hasta dormir parece ser demasiado esfuerzo. Pero Shambhu Babu solía escucharme sin parpadear. De vez en cuando le decía: -Shambhu Babu, por favor, parpadea. Si no parpadeas dejaré de hablar. En seguida parpadeaba rápidamente dos o tres veces y decía:    -De acuerdo, ahora continúa y no me molestes.
Bertrand Russell escribió una vez que llegaría un momento en el que el psicoanálisis se convertiría en una gran profesión. ¿Por qué? Porque son las únicas personas que escuchan atentamente, y todo el mundo necesita a alguien que le escuche, al menos de vez en cuando. Pero pagar a un psicoanalista para que te escuche…, sólo piensa lo absurdo que es, ¡pagar a alguien para que te escuche! Por supuesto, realmente no te está escuchando, está fingiendo. Por eso fui la primera persona en India que pidió a la gente que pagase por escucharme. Es justo lo opuesto del psicoanálisis, y tiene sentido. Si quieres entenderme tendrás que pagar. Y en Occidente, la gente está pagando simplemente para que le escuchen.
Sigmund Freud, siendo un perfecto judío, creó uno de los inventos más grandes del mundo, el diván del psicoanálisis. Es realmente una gran invención. El pobre paciente se tumba en el diván, como yo aquí; pero el problema es que yo no soy el paciente.
El paciente está tomando apuntes: se llama doctor Devageet. Le llaman doctor, pero no es como Sigmund Freud. No está aquí ejerciendo de médico. Extrañamente -conmigo todo es diferente-, el médico está tumbado en el diván, y el paciente está sentado en el asiento del médico. Mi propio médico está sentado aquí, a mis pies. ¿Has visto alguna vez un médico sentado a los pies de su paciente?
Éste es un mundo totalmente diferente. Conmigo todo está cabeza arriba. No puedo decir cabeza abajo.
No soy el paciente, aunque soy muy paciente; y mis médicos no son médicos, a pesar de que están perfectamente cualificados como médicos. Son mis sannyasins, mis amigos. Os estoy hablando de esto, de lo que puede hacer la amigabilidad; un milagro. Es una alquimia. El paciente se convierte en médico, e! médico se convierte en paciente; esto es alquimia.
El amor no puede hacerla. El amor, aunque bueno, no es suficiente. Comer mucho, incluso de algo bueno, es malo para ti; te producirá diarrea, o espasmos en el estómago, o cualquier otra cosa. El amor puede hacer de todo, excepto ir más allá de sí mismo. Cada vez desciende más. Se hace quisquilloso, quejumbroso, peleón. Todo amor, llevado hasta su lógico final, acaba, sin remedio, en divorcio. Si no lo llevas con lógica, eso es otro asunto; entonces te quedas atascado. Ver a una persona atascada es muy desagradable; deberías hacer algo al respecto. Pero si intentas hacer algo por los que están atascados, ambos lucharán encarnizadamente en tu contra.
Recuerdo que sólo hace dos semanas vino un amigo de Antonio desde Inglaterra para tomar sannyas, y ya sabéis cómo son los caballeros ingleses, estaba atascado, como decís vosotros, hasta el cuello. No se veía nada de él, estaba completamente hundido en el barro. Sólo se le veían algunos pelos, unos pocos, porque era calvo como yo. Si hubiera sido completamente calvo habría sido mucho mejor; por lo menos nadie lo habría notado. Traté de rescatarle, pero ¿cómo puedes tirar de un hombre al que sólo le asoman unos pocos pelos fuera de! barro? Tengo mis propios métodos.
Le pedí a Antonio y a Uttama que le ayudaran.
-Se quiere separar de su mujer -me dijeron. También conocía a su mujer, porque ella había insistido que tenía que estar presente cuando él tomara sannyas. Quería ver cómo le hipnotizaba. Le permití que estuviera presente porque aquí no se practica la hipnosis. De hecho ella misma se interesó. También le invité, diciendo:
-¿Por qué no te haces sannyasin?
-Me lo pensaré -me dijo.
-Mi principio es «salta antes de pensar» -le dije yo-, pero no te puedo ayudar, así que piénsatelo. Si todavía estoy por aquí cuando te hayas decidido, estaré dispuesto a ayudarte.
Pero le dije a Antonio y a Uttama -ambos son sannyasins, y son de los pocos que realmente están muy cerca de mí- que ayudaran a su amigo. Les dije que hicieran todos los preparativos para que la esposa y el niño no se sintieran perplejos sin saber qué hacer, pero que espiritualmente su marido no debería sufrir más. Aunque tenga que dejarle todo a su mujer, que así sea. Yo sólo soy suficiente para él.
He visto al hombre, y he visto su belleza. Él tenía una cualidad muy simple, como un niño, la misma fragancia que te encuentras cuando llueve por vez primera y la tierra se alegra; la fragancia y la alegría. Estaba feliz de ser sannyasin.
Precisamente el otro día recibí un mensaje suyo diciéndome que está durmiendo todo el día, sólo por miedo a su esposa. No quiere despertar. En el momento que se despierta de nuevo toma píldoras para dormir. Le dije a Antonio que le dijera que dormir no le va a ayudar nada. Podría incluso matarle, pero no le va a ayudar a él, ni tampoco a su esposa. Tiene que enfrentar la verdad.
Muy poca gente encara el hecho de que lo que llaman amor sólo es biológico, y que el noventa y nueve por ciento del amor es biológico. La amistad es psicológica en un noventa y nueve por ciento; la amigabilidad es espiritual en un noventa y nueve por ciento. El uno por ciento que queda en el amor es para la amistad; el uno por ciento que queda en la amistad es para la amigabilidad. Y ese uno por ciento que queda en la amigabilidad es sólo para aquello que no tiene nombre. De hecho, los Upanishads lo han llamado exactamente: «Tattvamasi, eres eso.» Tat…, ¿cómo lo voy a llamar? No, no le voy a dar ningún nombre. Todos los nombres han traicionado al hombre. Todos los nombres, sin excepción, han demostrado ser enemigos del hombre, por eso no quiero darle un nombre.
Solamente lo señalo con el dedo. Y le dé un nombre o no se lo dé, no tiene nombre. Es anónimo. Todos los nombres son invenciones nuestras. ¿Cuándo vamos a entender una cosa tan sencilla? Una rosa es una rosa es una rosa; la llames como la llames, no hay ninguna diferencia porque incluso la palabra «rosa» no es su nombre. Simplemente está allí. Cuando dejas de usar el idioma entre tú y la existencia, de repente sucede la explosión…, ¡el éxtasis!
El amor te puede ayudar, por eso no estoy en contra del amor. Eso sería como estar en contra de usar una escalera. No, una escalera es útil, pero camina con cuidado, especialmente en una escalera vieja. Y recuerda: el amor es lo más viejo. Adán y Eva se cayeron de él; pero no había necesidad de caer, ninguna necesidad, en serio. Si hubiesen escogido, y de vez en cuando, uno también quiere caerse, entonces es tu elección. Pero caer libremente es una cosa, y caer como un castigo es completamente diferente.
Si fuera a escribir de nuevo la Biblia…, no haría una cosa tan estúpida, creedme. Estoy diciendo si fuera a escribirla, entonces haría caer a Adán y Eva, no como un castigo sino como una elección, una elección libre.
¿Qué hora es?
-Las ocho y cinco, Osho.
Qué bien, porque ni siquiera he empezado.
Empezar lleva mucho tiempo.
El amor está bien, sólo está bien, pero eso no es suficiente, no es suficiente para darte alas. Para eso se necesita la amistad, y el amor no lo permite. El llamado amor, quiero decir, le tiene mucho miedo a la amistad. Le tiene mucho miedo a la amistad porque cualquier cosa más elevada representa un peligro, y la amistad es más elevada.
Cuando puedes disfrutar por primera vez de la amistad de un hombre o de una mujer, entonces te das cuenta de que el amor es un engaño, una superchería. ¡Ay!, entonces te das cuenta del tiempo que has perdido. Pero la amistad sólo es un puente. Uno debería pasar por encima; uno no debería de empezar a vivir en él. Un puente no está hecho para vivir en él. Este puente te lleva a la amigabilidad.
La amigabilidad es pura fragancia. Si el amor es la raíz, y la amistad es la flor, entonces la amigabilidad es la fragancia, invisible a la vista. Ni siquiera puedes tocarla; no puedes sujetarla con la mano, especialmente si quieres guardártela en un puño. Sí, puedes tenerla en la mano abierta, pero no en la mano cerrada.
La amigabilidad es casi lo que los místicos, en el pasado, han llamado oración. No lo quiero llamar oración por la sencilla razón de que esta palabra está asociada con la gente equivocada. Es una palabra hermosa, pero el estar en mala compañía contamina; comienzas a pensar en tu compañía. En el momento que dices «oración», todo el mundo se pone en estado de alerta, se asusta, presta atención, como si un general llamara a sus soldados al orden, y todos de repente se hubieran convertido en estatuas.
¿Qué sucede cuando alguien menciona una palabra como «oración», «dios» o «cielo»? ¿Por qué te cierras? No te estoy censurando, simplemente te estoy diciendo, o mejor dicho estoy llamando tu atención, de cómo esas hermosas palabras han sido ensuciadas inmensamente por los llamados «santos». Ellos han realizado un trabajo tan poco sagrado, que no puedo perdonarlos.
Jesús dijo «Perdona a tus enemigos» -eso puedo hacerlo- pero no dice: «Perdona a tus sacerdotes.» Y aunque lo dijese, yo le diría: ¡Cállate! No puedo perdonar a tus sacerdotes. No puedo ni perdonarlos ni olvidarlos, porque si los olvido, entonces, ¿quién los va a demoler? y si les perdono, entonces, ¿quién va a deshacer lo que han hecho a la humanidad? ¡No, Jesús, no! A los enemigos los puedo entender. Sí, deben ser perdonados, no entienden lo que están haciendo. ¿Pero a los sacerdotes? Por favor, no me digas que no saben lo que están haciendo. Saben exactamente qué están haciendo. Eso es lo que no puedo perdonar ni olvidar. Tengo que combatirlo hasta mi último aliento.»
El amor te posee; es un paso, pero sólo es amor si te lleva hacia la amistad. Si no te lleva hacia la amistad, entonces es deseo, no amor. Si te lleva a la amistad, agradéceselo, pero no le permitas que traspase los límites de tu libertad. Sí, te ha ayudado; eso no significa que ahora además te tenga que limitar. No cargues con la barca a tus espaldas únicamente porque te ha llevado hasta la otra orilla.
¡No seas tonto! Quiero decir -perdóname, Devageet, esa palabra la tengo reservada para ti-, quiero decir, no seas idiota. Pero me sigo olvidando. Una y otra vez. Una y otra vez uso la palabra equivocada «tonto» para otros, cuando esa palabra es especial para Devageet. Particularmente en esta Arca de Noé. Es el nombre que le he puesto a esta sala.
El amor es bueno. Trasciéndelo, porque te puede llevar a algo mejor: la amistad. Y cuando dos amantes se hacen amigos, es un fenómeno inusual. Uno quiere llorar de alegría, o celebrar, o si uno es músico, tocar la guitarra, o si uno es un poeta, entonces escribir un haiku, un rubaiyat. Pero si uno no es ni músico ni poeta todavía puede bailar, pintar, sentarse en silencio y mirar al cielo. ¿Qué más se puede hacer? La existencia ya lo ha hecho.
Ashu, vuelve a mirar la hora…
-Las ocho y veinticinco, Osho.
Mira tu reloj.
-Las ocho y veintisiete, Osho.
¿Las ocho y veintisiete? Fíjate, soy un judío.
Aún ahorré algunos minutos. Me fío de tu reloj, pero hablaré unos minutos más.
Del amor a la amistad y de la amistad a la amigabilidad; se puede decir que en eso consiste toda mi religión. La amistad es de nuevo un «navío», un navío de relaciones, una cierta atadura. . ., muy sutil, más sutil que el amor, pero está allí; y además con todos los celos y enfermedades del amor. Han aparecido de una forma muy sutil. Pero la amigabilidad es estar libre del otro; por eso no se trata de una relación.
El amor es hacia el otro, como la amistad. La amigabilidad es únicamente una expansión de tu corazón hacia la existencia. De repente, en un momento determinado, podrías estar abriéndote a un hombre, a una mujer, a un árbol, a una estrella…, al principio no puedes abrirte a toda la existencia. Por supuesto, al final, tienes que abrir tu corazón a la totalidad, simultáneamente, sin dirigirlo a nadie en particular. Ése es el momento…, vamos a llamado el momento.
Olvidemos las palabras iluminación, budeidad, conciencia crística, llamémoslo simplemente:
                          EL MOMENTO.
Escríbelo en mayúsculas.
Ha estado muy bien. Sé que nos queda tiempo, pero ha sido tan hermoso, y con las cosas hermosas nunca hay que pedir más. Ese «más» es destructivo.

Sesión 25

De acuerdo. Estaba citando a Bertrand Russell; esta cita nos viene como anillo al dedo. Dice: «Más pronto o más tarde, todo el mundo necesitará del psicoanálisis, por la dificultad que hay para encontrar a alguien que te escuche, que te preste atención.»
La atención es una necesidad tal que en el peor de los casos, uno puede llegar a pagar por ello, y así al menos tener el placer de que alguien le escuche atentamente. El oyente podría haberse tapado los oídos con lana, pero ése es otro asunto. Ningún psicoanalista puede escuchar todas esas tonterías día tras día. Además, él mismo necesita que alguien le escuche.
Te sorprenderá saber que los psicoanalistas acuden unos a otros. Por supuesto, no se cobran entre ellos por cortesía profesional, pero surge una gran necesidad de deshacer, descargar, simplemente decir todo lo que les viene a la mente y no seguir acumulándolo, porque esos montones les torturan.
Cito a Bertrand Russell como un eslabón. Lo he llamado anillo sólo para poder continuar mi historia. El mismo Bertrand Russell, aunque vivió una larga vida, nunca llegó a saber qué era la vida. Pero a veces, las palabras de aquellos que no han conocido pueden ser usadas significativamente por aquellos que pueden ver. Ellos pueden colocar esas palabras en un contexto apropiado.
Podrías no haberte encontrado con esta cita porque aparece en un libro que no lee nadie. Ni siquiera te creerías que lo escribió Bertrand Russell. Es un libro de relatos cortos. Ha escrito cientos de libros, muchos muy conocidos, muy leídos y reconocidos, pero este libro se sale de lo común en el sentido de que es sólo una colección de historias cortas, y él era muy reacio a publicarlo. No era un autor de relatos cortos, y sus historias lo son, por supuesto de tercera clase, pero de vez en cuando en esas historias de tercera categoría uno se encuentra con una frase que sólo Bertrand Russell podría haber escrito. Esta cita es de ese libro.
Me gustan los cuentos, y todo esto empezó con mi Nani. A ella también le gustaban los cuentos. No es que saliera contarme cuentos; todo lo contrario, ella solía provocarme para que se los contara yo, todo tipo de historias y cotilleos. Me escuchaba tan atentamente que me convirtió en un narrador de cuentos. Sólo por ella encontraba algo interesante, porque se pasaba todo el día esperando para escuchar mi historia. Si no había podido encontrar nada, entonces me lo inventaba. Ella es responsable: todo el mérito o la culpa, como quieras llamarlo, le corresponde a ella. He inventado historias para contárselas para que no se sintiera contrariada, y te puedo asegurar que me convertí en un narrador de historias de éxito sólo debido a ella.
Comencé a ganar competiciones cuando sólo era un niño en la escuela primaria, y eso continuó así hasta el final, cuando dejé la universidad. Gané tantos premios, medallas, copas, escudos y qué se yo, que mi abuela se convirtió en una jovencita de nuevo. Siempre que traía a alguien para enseñarle mis premios y trofeos dejaba de ser una mujer mayor y se convertía en una joven otra vez. Su casa se convirtió casi en un museo porque le fui mandando mis premios. Hasta la escuela superior, por supuesto, vivía casi siempre en su casa. Solamente por cortesía solía visitar la casa de mis padres durante el día; pero la noche era para ella, porque era el momento de contar cuentos.
Todavía puedo verme junto a su cama, con ella escuchando muy atentamente lo que estaba diciendo. Ella absorbía cada palabra que yo pronunciaba como si fuera de un inmenso valor. Y se convertían en valiosas sólo porque ella las tomó en su interior con ese amor y respeto. Cuando llamaba a mi puerta sólo era un mendigo, pero cuando entraba en su casa ya no era la misma persona. En el momento que me llamaba, diciendo:
-¡Raja! Ahora cuéntame qué te ha pasado hoy; todo. Prométeme que no te vas a guardar nada en absoluto -el mendigo dejaba caer todo lo que le hacía parecer un mendigo; ahora era el rey. Cada día tenía que prometérselo, a pesar de que le contaba todo lo que había sucedido, ella insistía:
-Cuéntame algo más -o-: cuéntamelo otra vez.
Le dije muchas veces:
-Me vas a malcriar; ambos, tú y Shambhu Babu me estáis malcriando para siempre.
Y realmente hicieron bien su trabajo. Junté cientos de trofeos. No había ni una sola escuela superior en todo el estado en donde no hubiera hablado y ganado, excepto una. Sólo en una no había sido el ganador, y el motivo era simple. Todo el mundo estaba asombrado, incluso la chica que ganó, porque -me dijo- es imposible pensar que te pueda ganar.
Todo el hall -y debía de haber por lo menos dos mil estudiantes- se llenó con un gran murmullo, y todo el mundo estuvo diciendo que era injusto, incluso el director que estaba presidiendo la contienda. Perder esa copa se convirtió en algo muy significan te para mí; de hecho, si no la hubiera perdido, habría tenido un gran problema. De eso os hablaré cuando llegue el momento.
El director me llamó y me dijo:
-Lo siento, sin ninguna duda eres el ganador -y me dio su propio reloj diciendo-: esto es mucho más valioso que la copa que se le ha dado a esa joven.
Y realmente lo era. Era un reloj de oro. He recibido miles de relojes, pero nunca he recibido uno tan bonito; era realmente una obra maestra. Ese director estaba muy interesado en cosas raras, y su reloj era una pieza rara. Todavía lo estoy viendo.
He recibido muchos relojes, pero los he olvidado. Uno de eso relojes está comportándose de una manera extraña. Cuando lo necesito, se para. Todo el tiempo funciona perfectamente; sólo se para por la noche entre las tres y las cinco. ¿No es eso un comportamiento extraño? Porque es el único momento en el que a veces me despierto; es sólo una vieja costumbre. Lo he hecho durante tantos años que incluso si no me levanto tengo que dar una vuelta en la cama antes de volverme a dormir. Ése es el momento en el que tengo que mirar si realmente tengo que levantarme o puedo dormir un poco más, extrañamente, entonces es cuando se detiene el reloj.
Hoy se ha parado exactamente a las cuatro. Lo miré y me volví a dormir; las cuatro es demasiado pronto. Después de dormir durante por lo menos una hora, miré de nuevo el reloj: eran todavía las cuatro. Me dije a mí mismo:
-Genial, esta noche no se va a acabar nunca.
Me volví a dormir otra vez, sin pensar; ya me conocéis, no soy un pensador; sin pensar que se podría haber parado el reloj. Pensé:
-Esta noche parece ser la última. Puedo dormir para siempre. ¡Genial! ¡Fantástico! y me sentí tan bien porque nunca se iba a acabar, que otra vez me quedé dormido. Después de dos horas miré de nuevo el reloj, ¡y todavía eran las cuatro!
-¡Genial! -me dije-. No sólo la noche es larga, ¡sino que incluso el tiempo se ha parado!
El director me dio su reloj y me dijo: -Perdóname, porque sin duda eres el ganador, y debo decirte que el hombre que era el juez está enamorado de la joven que ganó el premio. Es tonto. Lo digo aunque sea uno de mis profesores y un colega. Ésta es la última gota. Lo voy a expulsar ahora mismo. Éste es el final de su trabajo en este colegio. Esto es demasiado. Yo estaba en la silla presidencial y se ha reído todo el auditorio. Parece que todo el mundo sabía que la joven ni siquiera era capaz de hablar, y creo que nadie excepto su amante, el profesor, ha podido entender lo que estaba diciendo. Pero tú sabes, el amor es ciego.
-Absolutamente correcto -le dije-, el amor es ciego. Pero ¿por qué has escogido a una persona ciega para ser el juez, especialmente cuando competía su amiga? Voy a exponer toda la situación.
Y la expuse en los periódicos, contándoles toda la historia, y creó realmente un gran problema para el pobre profesor, tanto que su historia de amor terminó. Perdió todo, su puesto, su reputación y la chica por cuyo amor había arriesgado todo, lo perdió todo. Todavía está vivo. Una vez, ya de viejo, me vino a ver y me confesó:
-Lo siento, realmente hice algo equivocado, pero nunca pensé que iba a pasar todo esto.
-Nadie sabe lo que una acción corriente va a traer al mundo -le dije-. Y no lo sientas por mí. Perdiste tu trabajo y a tu amada. ¿Qué es lo que perdí yo? Nada de nada, sólo un trofeo más, y tengo tantos que no me importa.
De hecho la casa de mi abuela se había convertido, poco a poco, en un museo para mis trofeos, copas y medallas. Pero ella estaba muy feliz, inmensamente feliz. Era una casa pequeña para estar repleta de toda esta basura, pero ella estaba feliz de que le siguiera mandando todos mis premios, desde el colegio y desde la universidad. Seguí mandándoselos sin parar, y cada año ganaba una docena de copas, bien por un debate en elocuencia o una competición contando cuentos.
Pero te diré una cosa: ambos, ella y Shambhu Babu me malcriaron por estar tan atentos. Me enseñaron, sin enseñarme, el arte de hablar. Cuando alguien te escucha tan atentamente, tú inmediatamente empiezas a decir algo que no habías planeado ni siquiera imaginado; simplemente fluye. Es como si la atención se volviera magnética y atrajera aquello que está oculto en ti.
Mi propia experiencia es que este mundo no se volverá un lugar hermoso para vivir a menos que todo el mundo aprenda a estar atento. En este momento nadie está atento. Incluso cuando la gente está mostrando que está escuchando; no está escuchando, está haciendo mil y una cosas. Son hipócritas, sólo aparentan…, pero no de la manera que un oyente atento debería hacerla, totalmente atento, únicamente atención y nada más, abierto. La atención es una cualidad femenina, y todo el mundo que conoce el arte de la atención, de estar atento, se vuelve de alguna manera muy femenino, muy frágil, suave; tan suave que lo podrías rascar sólo con tus uñas.
Mi Nani estaba todo el día esperando el momento en que regresaba a casa para contarle historias. Y te sorprenderá cómo, sin saberlo, me preparó para el trabajo que iba a hacer. Fue ella la primera que escuchó muchas de las historias que os he contado, Fue ella a quien le pude contar cualquier tontería sin ningún miedo.
La otra persona, Shambhu Babu, era totalmente diferente a mi Nani. Mi Nani era muy intuitiva, pero no intelectual. Shambhu Babu era también muy intuitivo, pero además era un intelectual. Era un intelectual de primera categoría. Me he encontrado con muchos intelectuales, algunos famosos y otros más famosos, pero ninguno de ellos se acercaba a Shambhu Babu. Él era realmente una gran síntesis, Assagioli hubiera amado a este hombre. Tenía intuición e intelecto, y no en pequeñas cantidades, sino a gran escala. Él también solía escucharme y esperaba todo el día a que terminara la escuela. Todos los días después del colegio era suyo.
En el momento que me dejaban salir de mi prisión, la escuela, iba primero a Shambhu Babu. Él tenía preparado té y algunos dulces que sabía me gustaban. Lo menciono, porque la gente rara vez piensa en el otro. Siempre hacía sus preparativos pensando en la otra persona. Nunca he visto a nadie preocuparse por los demás como lo hacía él. La mayoría de la gente, a pesar de que hacen preparativos para otros, en realidad, lo hacen de acuerdo a ellos mismos, forzando sus propios gustos sobre la otra persona.
Ése no era el estilo de Shambhu Babu. Su forma de pensar en el otro era una de las cosas que me gustaba y respetaba en él. Sólo compraba cosas después de preguntar a los tenderos qué solía comprar mi Nani. Me enteré de esto sólo después de que muriera. Entonces los tenderos y los fabricantes de dulces me dijeron:
-Shambhu Babu siempre solía hacer esta extraña pregunta: «¿Qué es lo que te compra esa anciana mujer, que vive sola junto al río?» Nunca supimos por qué lo preguntaba, pero ahora lo sabemos: estaba preguntando sobre tus gustos.
Me maravillaba que siempre tuviese listas las cosas que más me gustaban. Era un hombre de leyes; por eso, naturalmente, siempre encontró la manera. Iba corriendo desde la escuela hasta su casa, me tomaba el té Y los dulces que él había comprado; entonces, ya me estaba esperando. Incluso antes de que hubiera acabado, él ya estaba preparado para escuchar lo que tuviera que contarle. Me decía:
-Cuéntame lo que te guste. No me importa lo que digas, sino que seas tú el que lo diga.
Su énfasis era muy claro. Me dejaba totalmente libre sin, ni siquiera, marcar un tema sobre el que hablar, libre para decir todo lo que quisiera. Siempre añadía:
-Si quieres permanecer en silencio, puedes hacerla. Escucharé tu silencio, y de vez en cuando podría suceder que no dijera ni una sola palabra. No había nada que decir. Y cuando cerraba los ojos, él también cerraba los suyos, y nos sentábamos como los cuáqueros, en silencio. Sucedió muchas veces, día tras día, en los que bien hablaba o nos quedábamos en silencio. Una vez le dije:
-Shambhu Babu, parece un poco extraño que estés escuchando a un niño. Sería más apropiado que hablarás tú y que yo escuchara.
Él se rió y dijo:
-Es imposible. Yo a ti no te puedo decir nada, y no diré nunca nada, por la sencilla razón de que no sé. Y te estoy agradecido por hacerme consciente de mi ignorancia.
Esas dos personas me dieron tanta atención, que en mi primera infancia me hice consciente del hecho -sobre el que los psicólogos sólo han empezado a hablar ahora- que la atención es una tipo de comida, de alimento. Un niño puede estar perfectamente cuidado, pero si no se le presta ninguna atención puede ser que no sobreviva. Parece ser que la atención es uno de los ingredientes más importantes en nuestra alimentación.
He sido afortunado en ese aspecto. Mi Nani y Shambhu Babu comenzaron a hacer rodar la bola, ha estado rodando y ha ido reuniendo cada vez más volumen. Sin haber aprendido nunca a hablar, me convertí en un orador. Todavía no sé hablar y me han escuchado miles de personas, sin saber siquiera cómo empezar. ¿Puedes ver la parte divertida de esto? He debido hablar más que cualquier otro hombre en toda la historia, a pesar de que sólo tengo cincuenta y un años.
Empecé a hablar muy temprano; de todos modos, no era en absoluto lo que vosotros llamáis, en el mundo occidental, un orador. No era un orador de los que dicen «Señoras y señores» y toda esa tontería, cosas prestadas y no experimentadas. No era un orador en ese sentido, pero hablé con mi corazón inflamado, encendido. No hablaba como si fuese un arte sino como mi verdadera vida. Y desde los primeros días de escuela reconocieron, no sólo uno sino muchos, que mi charla parecía salir del corazón, que no estaba tratando de repetir algo que había preparado como un loro. Ahí mismo y en ese momento estaba haciendo algo espontáneo.
El nombre del director que me dio su reloj e hizo salir todo este problema a colación para vosotros era B. S. Audholia. Espero que todavía esté vivo. Por lo que yo sé, todavía lo está, y sé lo suficiente. No espero cuando no existen esperanzas; cuando espero algo, significa que es de ese modo.
-Lo siento -me dijo esa noche, y realmente lo sentía; expulsó al profesor de su puesto. B. S. Audholia también me dijo que siempre que necesitara cualquier cosa sólo tenía que decírselo, y si estaba de algún modo dentro de sus capacidades, él lo haría. Más adelante, siempre que necesité algo solamente le tenía que mandar una nota y él lo conseguía. Nunca me preguntó el porqué.
Una vez se lo pregunté yo mismo: ¿Por qué nunca me preguntas para qué lo necesito? -Te conozco -me dijo-: si lo has pedido, mi pregunta sería una tontería. Podrías dar muchas razones, incluso, aunque no lo necesitaras. Una, cosa más -me dijo-; si lo has pedido es casi imposible pensar que lo hayas pedido, a menos que realmente lo necesitaras. Te conozco, y conocerte es suficiente para darme todas las razones que necesito.
Le miré. No me esperaba que el director de un colegio tan famoso pudiera ser tan comprensivo. Él se rió y dijo:
-Sólo es una coincidencia que sea el director; de hecho, no debería serlo. Fue una equivocación por parte de los gobernantes.
No había pedido tanto, pero él había debido de leerlo en mi cara. A partir de ese día comencé a dejarme crecer la barba. Detrás de una barba no se puede leer tanto. Es peligroso cuando se pueden leer las cosas con tanta facilidad. Hace falta inventar algo para no ser igual que un periódico.
Seis meses más tarde, cuando nos vimos de nuevo, me dijo:
-¿Por qué te has dejado crecer la barba?
Él se rió y dijo:
-No puedes ocultarte, está en tus ojos. Si de verdad quieres ocultarte, ¿por qué no empiezas a llevar gafas de sol?
-No puedo llevar gafas de sol -le dije-, por la sencilla razón de que no puedo crear una barrera entre mis ojos y la existencia. Ése es el único puente donde nos encontramos, no hay otro.
Por eso, todo el mundo y en todas partes le tiene simpatía a un ciego. Es un hombre que no tiene un puente; ha perdido el contacto. Ahora, los investigadores dicen que el ochenta por ciento de nuestro contacto con la existencia es a través de los ojos. Quizá están en lo cierto, quizá es más de lo que piensan, pero un ochenta por ciento por lo menos. En última instancia, se podría probar que es mucho más, quizá el noventa por ciento o incluso el noventa y nueve. El ojo es el hombre.
El Buda no puede tener los mismos ojos que Adolf Hitler…, ¿o crees que si puede? Olvídate de los dos; no son contemporáneos. Jesús y Judas eran contemporáneos, y no sólo contemporáneos, sino maestro y discípulo. De todos modos, no puedo decir que tengan los mismos ojos, la misma cualidad. Judas debe de haber tenido unos ojos muy astutos, judíos de verdad. Jesús debe de haber tenido los ojos de un niño; a pesar de que físicamente ya no era un niño, pero psicológicamente lo era. Murió en la cruz como si estuviera en un útero, todavía en el vientre, tan nuevo como si la flor nunca se hubiese abierto sino permanecido como un capullo. Nunca conoció la fealdad que existe en todos lados. Jesús y Judas vivieron juntos, caminaron juntos, pero creo que Judas nunca miró a Jesús a los ojos; si no, las cosas habrían sido diferentes.
Si Judas hubiese reunido el coraje suficiente para mirar a Jesús a los ojos no habría habido crucifixión ni cruztianismo, quiero decir cristianismo. Ése es mi nombre para cristiandad. Judas era astuto.
Jesús era tan simple que le podrías llamar «el loco». Eso es lo que Fedor Dostoievski dijo en una de sus novelas más creativas, El idiota.
A pesar de que no fue escrita para o acerca de Jesús, Dostoevski estaba tan lleno del espíritu de Jesús que de alguna manera aparece. El personaje más importante de la novela, El idiota, no es otro que Jesús. No se le menciona, no puedes hallar ninguna referencia a él, ni ningún parecido, pero si lo lees, algo comenzará a resonar en tu corazón y estarás de acuerdo conmigo. Será un acuerdo no a través de la cabeza; será un acuerdo más profundo de lo que la imaginación puede calar, en el mismo latir de tu corazón, un acuerdo verdadero.

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