Ven y sigueme (Osho)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 19/03/2005 10:03
Yor

VEN
SÍGUEME

VOLUMEN 1

CHARLAS
ACERCA DE JESUS

Osho

TRADUCIDO DEL INGLES POR
GUSTAVO VECINO
y
SWAMISURYAM
Ashram Editora

ÍNDICE

CAPÍTULO 1 JUAN 1 4
CAPÍTULO 2 DIOSES EN EL EXILIO 22
CAPÍTULO 3 TERCER DISCURSO 38
CAPÍTULO 4 REFLEJANDO A CRISTO 56
CAPÍTULO 5 QUINTO DISCURSO 74
CAPÍTULO 6 EL LUJO DE DIOS 91
CAPÍTULO 7 MATEO 9 108
CAPÍTULO 8 DIOS: LA SINTESIS SUPREMA 127
CAPÍTULO 9 LUCAS 9 144
CAPÍTULO 10 ACERCANDOSE A LA CUALIDAD CRISTICA 163

CAPÍTULO 1

JUAN 1
1 Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.
3 Todas las cosas fueron hechas por El; y sin El no se ha hecho cosa alguna de cuantas han sido hechas.
4 En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
5 Y la luz en las tinieblas brilla, y las tinieblas no la han acogido.
6 Apareció un hombre enviado por Dios: su nombre era Juan.
7 Este vino como testigo, para dar testimonio de la Luz, a fin de que por medio de él todos creyesen.
8 No era él la Luz, sino quien había de dar testimonio de esa Luz.
11 Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron.
12 Mas a cuantos le recibieron, aún a aquellos que creen en su nombre, les dio el poder de transformarse en hijos de Dios.
14 Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros y contemplamos su gloria, gloria como hijo único del Padre lleno de gracia y de verdad.
16 Y de su plenitud nosotros todos recibimos, y gracia por gracia.
17 Pues la ley fue dictada por Moisés; pero la gracia y la verdad vinieron a través de Jesús el Cristo.

Y LA PALABRA SE HIZO CARNE
Hablaré acerca de Cristo, pero no acerca del Cristianismo. El cristianismo no tiene nada que ver con Cristo. En realidad, el cristianismo es anti Cristo, tal como el Budismo es anti Buda y el Jainismo, anti Mahavir. Cristo tiene en sí algo que no puede ser organizado: su verdadera naturaleza es la rebelión, y la rebelión no puede ser organizada. Apenas la organizas, la matas. Entonces queda sólo el cadáver. Puedes venerarlo, pero eso. no te puede transformar. Puedes llevar la carga durante siglos y siglos, pero sólo será un peso, no te liberará. Por eso, quisiera dejar algo totalmente claro desde el principio: estoy enteramente de parte de Cristo, pero ni siquiera una pequeña parte de mí está de parte del cristianismo. Si quieres a Cristo, tienes que trascender el cristianismo. Si te aferras demasiado al cristianismo, no te será posible entender a Cristo. Cristo está más allá de todas las iglesias. Cristo es el principio mismo de la religión. En Cristo se cumplen todas las aspiraciones de la humanidad. El es una síntesis excepcional. Normalmente, un ser humano vive en agonía, angustia, ansiedad, dolor y sufrimiento. Si miras a Krishna, verás que él se ha ido al otro polo: vive en éxtasis. No hay agonía; la angustia ha desaparecido. Puedes amarle, puedes bailar con él un rato, pero faltará el puente. Tú estás con angustia, él está en éxtasis ¿dónde está el puente?
Alguien como Buda se ha ido aún más lejos. Ni está angustiado, ni está en éxtasis. Se halla absolutamente tranquilo y en calma. Está tan lejos que puedes mirarle, pero no puedes creer en su existencia. Parece un mito quizás la cristalización de los deseos de la humanidad. ¿Cómo puede un hombre así caminar sobre la tierra, trascendiendo en esa forma toda angustia, todo éxtasis? El se encuentra demasiado lejos.
Jesús es la culminación de toda aspiración. Está angustiado, como tú, tal como nace cada hombre angustiado sobre la cruz. Se halla en el éxtasis que Krishna logra a veces: celebra; es una canción, es una danza. Y también es trascendencia. Hay momentos, cuando llegas a estar más y más cerca de él, en que verás que su ser más interno no es ni la cruz ni la celebración, sino la trascendencia.
Esa es la belleza de Cristo: allí existe un puente. Te puedes acercar a él poco a poco, y te puede guiar hacia lo desconocido y tan lentamente que ni siquiera te darás cuenta cuando cruces el límite, cuando entres en lo desconocido desde lo conocido, cuando el mundo desaparezca y Dios aparezca. Puedes confiar en él, porque se parece tanto a ti, y al mismo tiempo es tan distinto. Puedes creer en él, porque él es parte de tu angustia; puedes entender su lenguaje.
Por eso Jesús se convirtió en un hito importante en la historia de la consciencia. No es tan sólo una coincidencia el hecho de que el nacimiento de Jesús se haya convertido en la fecha más importante de la historia. Tiene que ser así. Antes de Cristo, un mundo; después de Cristo, ha existido un mundo totalmente diferente – una demarcación en la consciencia del hombre. Hay tantos calendarios, tantas formas; pero el calendario que se basa en Cristo es el más importante. Con él, algo ha cambiado en el hombre; con él, algo ha penetrado en la consciencia del hombre. Buda es hermoso, magnífico, pero no de este mundo; Krishna es adorable pero aún así, falta el puente. Cristo es el puente.
De ahí que haya elegido hablar sobre Cristo. Pero recuerda siempre, no estoy hablando del cristianismo. La Iglesia es siempre anti Cristo. Una vez que tratas de organizar a una rebelión, ésta tiene que hundirse. No puedes organizar a una tormenta -¿cómo vas a organizar a una rebelión? . Una rebelión está viva y es verdadera sólo cuando es un caos.
Con Jesús, un caos penetró en la consciencia de la humanidad. Ahora, la organización no debe hacerse en el exterior, en la sociedad; el orden debe ser llevado al núcleo más interno de tu ser. Cristo ha traído un caos. Ahora, partiendo de ese caos, debes renacer totalmente: un orden que proviene del ser más interno. No una nueva Iglesia, sino un hombre nuevo; no una nueva sociedad, sino una nueva consciencia humana. Ese es el mensaje.
Y estas palabras del evangelio de San Juan debes haberlas oído tantas veces, has debido leerlas tantas veces. Se han convertido en algo casi inútil, sin sentido, insignificante, trivial. Han sido repetidas tantas veces que ahora no repica ninguna campana en tu interior cuando las oyes. Pero estas palabras son tremendamente poderosas. Puede que hayas perdido su significado; pero sí llegas a estar un poco alerta, consciente, puedes recuperar el significado de estas palabras. Será necesario un esfuerzo para recuperar el significado … similar al que es necesario para reclamarle un terreno al océano.
El cristianismo ha cubierto estas hermosas palabras Con tantas interpretaciones que la frescura original se ha perdido -a través de las bocas de los sacerdotes, que simplemente repiten como loros sin saber lo que están diciendo: sin saber, sin dudar, sin temblar ante la santidad de estas palabras. Simplemente, repiten palabras como robots mecánicos. Sus ademanes son falsos, porque todo ha sido entrenado.
Una vez fui invitado a una universidad teológica cristiana. Me sorprendí cuando me mostraron el establecimiento. Es una de las universidades teológicas más grandes de la India: cada año preparan entre doscientos y trescientos sacerdotes y misioneros cristianos un entrenamiento de cinco años. Y todo debe ser enseñado: incluso cómo pararse en el púlpito, cómo hablar, dónde dar más énfasis, cómo mover las manos todo debe ser enseñado. Y entonces todo se vuelve falso: entonces, la persona sólo está haciendo ademanes vacíos.
Estas palabras son como el fuego, pero a través de siglos de repetición, de repetición de loro, se ha acumulado mucho polvo alrededor del fuego. Mi esfuerzo consistirá en descubrirlas de nuevo. Deben estar muy alertas, porque estaremos pisando un terreno bien conocido de una manera muy desconocida, pisando un territorio muy conocido con una actitud muy diferente y totalmente nueva. El territorio será viejo. Me esforzaré por darte una nueva consciencia para verlo. Me gustaría prestarte mis ojos para que pudieras ver las cosas viejas con una nueva luz. Y cuando tienes nuevos ojos, todo se vuelve nuevo. Escucha:
Al principio existía la Palabra,
y la Palabra estaba con Dios,
y la Palabra era Dios.
Los Upanishads se pueden sentir pobres, los Vedas pueden sentir envidia: Al principio existía la Palabra.
¿Qué quiere decir el evangelio cuando dice al principio? Los cristianos lo han estado interpretando como sí al principio significara que hubo un principio. Han estado usando e interpretando estas palabras, “al principio”, como si mostraran algo acerca del principio del tiempo. Pero … sin tiempo, ¿cómo puede haber un principio? Para empezar, en primer lugar será necesario el tiempo. Si el tiempo no existía, entonces ¿qué quieres decir con al principio?
Al principio forma parte del tiempo y no puede preceder al tiempo; por lo tanto, al principio no quiere decir que hubo un día en que Dios creó al mundo. Esa es una soberana estupidez. Al principio e s sólo una forma de hablar. Al principio no se refiere al principio en absoluto, porque nunca ha habido un principio y no puede haber un final, Dios es eterno, Su creatividad es eterna, siempre ha sido así y siempre lo será.
Debido a estas palabras –“al principio” , ha habido mucha controversia durante siglos. Hasta ha habido sacerdotes y obispos necios que han tratado de fijar la fecha exacta: cuatro mil cuatro años antes de Cristo, en un lunes determinado, el mundo comenzó. ¿Y qué estaba haciendo Dios antes de eso? La eternidad lo debió preceder cuatro mil años no es nada. ¿Qué estaba haciendo El antes de eso? ¿Nada en absoluto? Entonces, ¿por qué de pronto, en cierta fecha, El inició la Creación?
Ha sido un problema, pero el problema surge debido a una interpretación equivocada. No, “al principio” es sólo una forma de hablar. Uno tiene que comenzar en alguna parte, el evangelio debe comenzar en alguna parte. La vida es eternidad, la vida nunca comienza en ninguna parte, pero cada historia tiene que empezar y cada escritura tiene que tener un comienzo. Deben escoger arbitrariamente una palabra, y no podrían haber escogido mejor: al principio. Al principio significa que simplemente no sabemos.
Pero desde el principio mismo, si es que hubo un principio, Dios ha sido creativo. Permítanme tratar de decirlo de un modo diferente: Dios es creatividad. Hasta puedes dejar de lado la palabra Dios. De hecho, el evangelio mismo no quiere usar la palabra “Dios”. Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.
Al principio existía la Palabra. ¿De qué palabra estás hablando, qué es esta palabra? Quien ha conocido la verdad sabe muy bien que la palabra Dios es vana: no hay nombre ni definición todas las palabras son pequeñas, no pueden contener lo absoluto. La Palabra es simplemente una manera de indicar lo que no tiene nombre, lo desconocido. Al principio existía la Palabra.
Los judíos, que precedieron a Jesús, de quienes Jesús fue la culminación misma … Naturalmente, ellos negaron a Jesús; ésa es otra historia. A veces ocurre que alguien que está entre nosotros alcanza la culminación de toda la raza, pero esa realización es tan vasta y tan grande y tú estás tan bajo, que no puedes creerlo; tienes que negarlo.
Cristo se elevó muy alto. Los judíos habían estado esperando a este hombre durante siglos ¡qué ironía! , habían esperado durante siglos que este hombre apareciera, todas sus esperanzas estaban volcadas a este hombre, que transformaría sus vidas y traería el reino de Dios sobre la tierra … entonces, este hombre surgió; y ellos, que habían estado esperándolo, no pudieron creer, no pudieron confiar. ¿Qué sucedió?
Se aficionaron demasiado a la espera misma. “Bueno, si éste fuese el hombre, ¿qué haríamos?”. La espera tendría que finalizar, habría que ponerle fin. Y habían esperado tanto de hecho, la espera se había convertido en su única actividad, en toda su actividad religiosa: esperar la llegada del hijo de Dios. Y de pronto llega este hombre y dice: “Aquí estoy”.
Pero ahora, ellos preferían aferrarse a su espera que mirar a este hombre porque el mirarle sería el fin; ya no habría nada que esperar. El futuro desaparece,. la esperanza desaparece, el deseo desaparece. Este hombre matará toda esperanza, todo deseo, todo futuro ¡es demasiado! La vieja mente se ha vuelto adicta a su propia espera, la vieja mente se ha vuelto adicta a su propio sufrimiento, frustración ahora es demasiado.
Así sucede: si has estado enfermo durante mucho tiempo, poco a poco empiezas a acumular cierta inversión en la enfermedad. Entonces, comienzas a temer si llegas a estar sano de nuevo, el miedo surge, porque tendrás que volver a la oficina otra vez, a la vida cotidiana. Durante estos años has estado descansando: no has tenido ansiedades, pudiste descansar. Ahora vuelve la responsabilidad. No sólo eso durante estos años en que has estado enfermo, todo el mundo ha sido compasivo contigo, casi todo el mundo ha tratado de quererte. Has llegado a ser el centro de tu familia, de tus amigos, de tus conocidos; todo el mundo ha sido amable. Moverse de nuevo en el mundo cruel y áspero; la mente retrocede, no parece valer la pena.
Si una raza ha estado esperando demasiado tiempo y los judíos siempre han estado esperando. Todavía están esperando y e! hombre ha surgido y se ha ido. Pero han invertido demasiado en la espera, su espera se ha convertido en su oración, sus sinagogas no son más que salas de espera hasta que llegue el Mesías. ¡Y él estuvo aquí!
Y les digo, si él viene de nuevo aunque no creo que vuelva a cometer el mismo error si viniera de nuevo, los judíos aún no le aceptarían; pues entonces, ¿qué pasaría con su espera? Han vivido demasiado en ella; su encarcelamiento se ha convertido en su casa, y ya la han decorado. Y ahora, moverse en el riguroso cielo abierto … donde a veces el sol quema demasiado, otras veces llueve, y otras hace frío o hace calor … es peligroso. Ahora están resguardados.
Al principio existía la Palabra …
Los judíos han enfatizado insistentemente que el nombre de Dios no debería ser pronunciado, porque es algo para guardar muy profundamente dentro del corazón. Pronunciarlo es hacerlo profano; decirlo es hacerlo formar parte del lenguaje y del mundo corrientes. Decirlo una y otra vez es hacer que pierda su significado e importancia.
Si amas a alguien y todo el día le estás diciendo: “Te amo, te amo” muchas veces, y gozas diciéndolo, al principio puede que la otra persona se sienta feliz, pero tarde o temprano va a ser demasiado. “Te amo, te amo” estás convirtiendo una hermosa palabra en algo inútil. No la uses demasiado. Entonces es importante, entonces lleva un significado. De hecho, puede que los que están realmente enamorados no la usen en absoluto. Si el amor no es obvio, no se puede verbalizar no hay necesidad de decirlo. Y si es obvio, ¿para qué decirlo? Debería haber unas pocas palabras claves que utilices muy poco, muy de vez en cuando. Deberían ser guardadas para ocasiones especiales, cuando tocas una cima.
Los judíos siempre han insistido en que el nombre de Dios no debería ser utilizado. Era la costumbre antiguamente, antes de Cristo, que sólo al Sumo Sacerdote del . templo de Salomón le fuera permitido usarlo y sólo una vez al año. A nadie más le era permitido eso. Por lo tanto, la Palabra es el código, el código para el nombre de Dios. Algo debe utilizarse para indicarlo, y éste es un hermoso código: la Palabra. No utilizan ninguna palabra, simplemente dicen: la Palabra. Lo mismo se ha hecho también en la India. Si preguntas a los Sikhs, los seguidores de Nanak, ellos dirán: Nam, el Nombre. No dicen ningún nombre; simplemente dicen, el Nombre. Quiere decir lo mismo que la Palabra.
Sólo al Sumo Sacerdote le era permitido, y el Sumo Sacerdote tenía que purificarse a sí mismo. Durante todo el año se purificaría a sí mismo, y ayunaría y oraría y se prepararía. Y entonces, un día del año, toda la comunidad se reuniría. Aún entonces, el Sumo Sacerdote no pronunciaría la palabra ante la multitud: se retiraría a la más recóndita capilla del templo y las puertas se cerrarían. En profundo silencio, donde nadie pudiera oír la multitud estaría esperando afuera y no era posible que oyeran él pronunciaría el nombre con absoluta santidad, profundo amor, intimidad. Estaba pronunciando el nombre en representación de toda la comunidad.
Era bienaventurado el día en que el nombre era pronunciado. Y luego, durante todo el año, el nombre no debía llevarse a los labios. Tienes que llevarlo dentro del corazón; debe convertirse en una semilla. Si sacas la semilla de la tierra una y otra vez, nunca brotará. Ponla muy profunda. Ponle agua, protégela, pero mantenla sumergida en la oscuridad para que germine, muera y renazca.
El nombre de Dios tiene que ser guardado en lo profundo del corazón. Ni siquiera tú deberías oírlo: debería estar tan profundo dentro de tu ser, en tus profundidades subliminales, que ni siquiera alcanzara a tu propia mente. Es eso lo que significa el que el Sumo Sacerdote se retire a la capilla más recóndita. Nadie oye, las puertas están cerradas, y él pronuncia el nombre una vez. El significado es éste : ve a la más recóndita capilla del centro de tu corazón, purifícate a ti mismo y, de vez en cuando, cuando sientas la fragancia de tu ser cuando estés en el clímax de tu energía, cuando estés realmente vivo y ni un ápice de tristeza persista a tu alrededor, eres feliz, tremendamente feliz, extáticamente feliz y tranquilo y silencioso, te encuentras en un estado en que puedes agradecer, en que te puedes sentir agradecido … entonces, ve a la capilla más recóndita. Tu mente será dejada fuera ésa es la multitud. Entras más profundamente en el corazón, y ahí proclamas tan silenciosamente que ni siquiera tu mente pueda oír. Allí debe ser llevada la Palabra.
Al principio existía la Palabra,
Y la Palabra estaba con Dios
Y la Palabra era Dios.
No hay diferencia entre Dios y Su nombre. El no tiene nombre; El, en sí mismo, es Su nombre. Su ser es Su nombre; Su existencia es Su nombre. Nace un niño. ¿Cuál es su nombre? ninguno. Pero él es. Ese “ser” es su nombre. Entonces, con propósitos utilitarios, le damos un nombre y poco a poco olvidará su “ser” y se identificará con el nombre. Si alguien insulta a ese nombre, se pondrá furioso; si alguien lo elogia, se pondrá contento. ¡Y el nombre nunca le perteneció!
Dios es el niño, siempre el niño, siempre la inocencia del mundo. El no tiene nombre, Ese es el, significado de este dicho : y la Palabra estaba con Dios. Ser, existencia, vida : y la Palabra estaba con Dios. Su nombre es Su ser. No repitas Su nombre, movilízate dentro de Su ser ésa es la única forma de llegar a El. En realidad, olvídate de El. Movilízate dentro de tu propio “ser” y llegarás a El.
Todas las cosas fueron hechas por El;
y sin El no se ha hecho cosa alguna
de cuantas han sido hechas.
Dios es creatividad. Decir que Dios es el Creador ya es falsificarle, pero decir: “Dios es creatividad”, no será comprensible. La gente pensaría: “¿Por qué usar ‘Dios’? con ‘creatividad’ bastaría”. Decimos: “Dios es el Creador”, pero debido a esta expresión surgen muchos desatinos. Y entonces, ¿cuándo creó El al mundo? Y entonces, ¿por qué no lo creó antes? ¿Por qué no pudo crearlo antes, por qué lo creó en el momento en que lo creó? ¿Por qué lo creó así como es? ¿Por qué no lo puede mejorar?

4 comentarios

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301
    Enviado: 19/03/2005 10:05

    Tanta miseria, tanto sufrimiento en el mundo, y El es el Creador. El se convierte entonces en el acusado. Entonces, nos sentimos furiosos: sí El es el Creador, entonces El es el responsable de todo. ¿Por qué no lo puede cambiar? Surgen entonces todo tipo de problemas, y los teólogos se dedican a contestar estas preguntas.
    Para empezar, si miras el asunto directamente, no será necesario planteárselas siquiera. Dios no es el creador, él es creatividad. La creatividad es Su ser. Siempre ha estado creando; no puede tomar vacaciones de Su creatividad. ¡Eso no es posible; no puedes tomar vacaciones de tu naturaleza más interna no. Todo lo que puedes dejar no es tu naturaleza; lo que no puedes dejar lo es.
    La naturaleza de Dios es la creatividad. Siempre ha estado creando. Y no hay otra manera: el mundo sólo puede existir tal como existe ahora. Es la única manera. Lo que sea que pienses, condenes o aprecies no tiene importancia. Es como acercarse a una rosa y preguntarle: “¿Por qué tienes esa cantidad de pétalos? Podrías tener unos pocos más. ¿Qué es lo que anda mal?”. Pero si tuviera más, surgiría nuevamente la misma pregunta.
    Sea como sea el mundo, la gente siempre creará preguntas. Por lo tanto, aquellos que saben, dejan la mente de lado y aceptan el mundo. Y sólo hay dos caminos: aceptar la mente y estar contra el mundo o aceptar el mundo y arrojar la mente. Esta es la única manera en que son las cosas y como pueden ser, y no hay nadie a quien te puedas quejar, ni nadie que pueda escuchar tus quejas y mejorar algo. Dios es creatividad, no un Creador.
    Todas las cosas fueron hechas por El ¡en realidad, todas las cosas son hechas de El, no por El! Y sin El no se ha hecho cosa alguna de cuantas han sido hechas.. Y no solamente en el pasado; aún ahora, siempre que algo es creado El es el creador, tu eres sólo el instrumento.
    Pintas un cuadro o escribes una canción, ¿Qué crees: que eres el creador? En el momento de profunda creatividad desapareces, Dios entra nuevamente en escena. Por lo tanto, no es una cuestión del pasado. Dondequiera y cuando quiera que la creatividad se presenta, es siempre a través de El. Pregunta a todos los grandes poetas. Dirán que siempre que los grandes poemas descienden sobre ellos, eran, a lo más, receptores pasivos. Sucedió; ellos no fueron los creadores.
    La idea de que puedes crear es simplemente tu ilusión. Toda la creatividad Le pertenece. Aún a través de ti, todo lo que es creado, El lo crea. Comprender esto es un gran esclarecimiento. Al entender esto, el ego desaparece; comprender esto es permitirle a El tomar total posesión de ti. Te conviertes en un instrumento; y de pequeñas cosas, grandes cosas llegan a ser posibles. Entonces El se mueve a través de ti. Si tú danzas, El danza. A lo más, eres el terreno donde El danza. Cuando cantas, El canta. A lo más, tú eres la flauta, la flauta vacía que se vuelve un canal para ello. A lo más, tu puedes permitir es siempre El quien está haciendo las cosas.
    A esto me refiero cuando digo “flota”, cuando digo “fluye con el río”. Permite que Su creatividad fluya a través de ti. No impongas ningún patrón sobre EI; no impongas tu voluntad. Si puedes permitirte a ti mismo estar totalmente poseído, no hay sufrimiento, y dejas de ser un ser humano. El Jesús que hay dentro de ti se ha convertido en Cristo en el instante mismo en que permites la posesión total. Desaparece entonces el Jesús y aparece el Cristo.
    Cristo es el principio; Jesús es el hijo del carpintero José. Jesús desapareció en un momento determinado y Cristo entró. “Cristo” significa simplemente que ahora el hombre dejó de ser hombre, y está ahora poseído por Dios. Al igual que cuando alguien se vuelve loco y dices: “Este hombre ha enloquecido”, puedes decir, “Este hombre está ‘endiosado’ “. El hombre dejó ya de estar allí.
    En El estaba la vida;
    y la vida era la luz de los hombres
    Dios es la única existencia, el único ser: la única vida que hay, la única danza que existe; el único movimiento, la única energía que hay. En el océano y en las olas; en el mundo ilusorio y en la verdad, en los sueños y en el soñador, la única energía que hay es Dios. Todo es El; El es todo.
    En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y cuando sea que llegas a entender esto esto: que El es la única vida tu vida se ilumina. Y entonces, estás lleno de luz. Dios es vida! Si comprendes esto, toda tu vida se llenará de luz. Su vida se convierte en una luz en tu entendimiento. Cuando Su vida se refleja en tu interior, se convierte en luz.
    Y la luz en las tinieblas brilla;
    y las tinieblas no la han acogido.
    Y la luz brilla a tu alrededor. La vida te rodea por todas partes en los pájaros, en los árboles, en el río. La vida te rodea por todas partes, no existe nada más estás viviendo en el océano de la vida. Fuera y dentro, adentro y afuera, solamente la vida burbujea. Una gran corriente de vida, y eres como un pez dentro de ella.
    Y la luz en las tinieblas brilla;
    y las tinieblas no la han acogido.
    Tú no la acoges. Aún estás identificado con la oscuridad, tus ojos están aún cerrados. Estás ciego. Esto es algo hermoso que comprender:
    Apareció un hombre enviado por Dios …
    Debía ser así. Estas son parábolas, pero yo digo que debía ser así, porque ¿cómo puede un hombre que ha vivido en la oscuridad ser capaz de llegar a la luz por sí mismo, solo? Necesitará a un Maestro.
    Sí estás profundamente dormido, ¿cómo vas a despertarte a ti mismo? parece imposible. Se requiere a alguien que ya esté despierto para sacarte de tu sueño, para darte una sacudida, de modo que la aguja de tu inconsciencia se salga fuera del surco y tome una nueva ruta. Por un instante, abres los ojos y miras.
    Apareció un hombre enviado por Dios;
    su nombre era Juan.
    A menos que Dios mismo vaya a hacerlo, parece casi imposible que logres darte cuenta de qué es qué. Por lo tanto, todas las religiones del mundo … los Hindúes los llaman avatares; dicen, “El hombre, por sí sólo, es tan indefenso que Dios tiene que descender”. Avatar significa, el descenso de Dios, El mismo tiene que venir a despertarte.
    Esto simplemente muestra cuán profundamente dormido estás, nada más no es que tengas que creer fanáticamente que Dios desciende. Sólo muestra que estás tan profundamente dormido que, a menos que Dios descienda, no pareces tener posibilidades, Y si a veces despiertas, eso sólo demuestra que Dios ha descendido a despertarte.
    Apareció un hombre enviado por Dios;
    su nombre era Juan.
    Este vino como testigo, para dar testimonio de la Luz,
    a fin de que por medio de él todos creyesen.

    Estoy aquí. Si puedes verme, llegarás a confiar en cosas que no habías sido capaz de darte cuenta por ti mismo. A través de mi, puedes tener un vislumbre de lo que todavía no ha sido visto.
    Y Dios es lo que no ha sido visto. Se necesita a alguien que pueda ser un testigo, que pueda dar testimonio, que pueda decir: “Sí, yo Le conozco”, que pueda resonar en tus profundidades, que te pueda dar el sabor, a través de su contacto, de que “Sí, Dios existe”. Dios nunca puede ser sólo una creencia, porque una creencia será impotente. Su naturaleza será intelectual, mental, pero no te transformará. Puedes acarrear la creencia durante toda tu vida: será parte de tu chatarra, no te transformará.
    La confianza, la fe, son diferentes. La creencia es intelectual; la confianza es existencial Pero, ¿cómo puedes llegar a confiar si no te acercas a un hombre que pueda dar testimonio, que pueda decir desde las profundidades de su ser:”Sí, Dios es”? Si te permites ser vulnerable a él, y su ser conmociona algo dentro de ti, entonces nace la confianza.
    Este vino como testigo Juan se transformó en un testigo … para dar testimonio de la Luz … El ha conocido la Luz, él viene de la Luz. Recuerda, quien conoce la Luz también sabe que viene de la Luz, porque no hay otra manera de estar aquí.
    Puede que no lo sepas, pero tú también vienes de la Luz. Esa es la verdadera fuente la semilla y la fuente de toda vida. Puede que no te des cuenta, puede que lo hayas olvidado, puede que hayas olvidado totalmente de dónde viniste la fuente está tan lejos que no la recuerdas en absoluto pero quien sea que dentro de ti tome consciencia de la Luz, inmediatamente se dará cuenta de que “Yo vengo de El”. En realidad, de inmediato se dará cuenta de que “Yo soy El. Mí padre y yo somos uno”.
    Como arriba es abajo. Proclamará, al igual que los profetas de los Upanishads han proclamado: “Aham Brahmasmi … Yo soy eso”. 0 dirá, como Mansoor: “Ana Zahak … Yo soy la verdad”. O, como Jesús: “Yo y mi Padre somos uno”. Jesús dice: “Si confías en mí, has confiado en Aquél que me ha enviado; si me amas, has amado al que no conoces”.
    Este vino como testigo, para dar testimonio de la Luz, a fin de que por medio de él todos creyesen. Juan es una puerta, una ventana: a través suyo, puedes tener un vislumbre de las lejanas cimas del Himalaya.
    No era él la Luz, sino quien
    había de dar testimonio de esa Luz.
    Esto tiene que ser entendido, ésta es una de las cosas realmente significativas. Siempre que llega un hombre como Jesús, es precedido por alguien que prepara el terreno. Tiene que ser así, porque se necesita un terreno ya preparado. La vida es una profunda continuidad; todo está conectado, todo es una unidad. Juan vino a preparar el terreno porque habían muchas malezas. La hierba estaba creciendo, mil y un tipos de árboles repletaban la tierra. Tenían que ser cortados quitar las malezas, cambiar la tierra. Sólo entonces podría venir el jardinero a sembrar las nuevas semillas.
    Siempre hay alguien que precede a un hombre como Jesús. Así dice el evangelio: No era él la Luz, sino quien había de dar testimonio de esa Luz él vino a preparar el terreno.

    Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron.
    Ha venido a ayudar; ha venido a satisfacer las aspiraciones de siglos. Ha venido a lo que era suyo y los suyos no le recibieron.. Esto es algo muy irónico, pero siempre ha sucedido así. Jesús nació judío y éstos no le aceptarán. Buda nació Hindú, y éstos no le aceptarán. Siempre ha sido así. ¿Por qué? Porque siempre que nacen hombres como Jesús o Buda, suponen tal rebelión que todo lo establecido se estremece.
    El hombre corriente vive en el pasado y para el hombre corriente el pasado es más importante, porque ya está establecido, es sólido. Tiene muchos intereses en el pasado, mucha inversión en el pasado. Por ejemplo, si de repente me acerco a ti y te digo que la manera en que has orado es incorrecta, y has estado orando de esa manera durante cincuenta años entonces es mucho lo que está en juego. El creerme supondrá poner en duda cincuenta años de tu propia vida; el creerme equivale a aceptar que has sido un bobo durante cincuenta años. ¡Es demasiado! Lucharás, te defenderás.
    Y cuando es cuestión de raza … durante miles de años, una raza completa ha estado haciendo ciertas cosas; y entonces, llega un Jesús y pone las cosas patas arriba. Todo es nuevamente un caos. Disuelve todo lo que está establecido, arranca todo lo que se creía importante, crea confusión. Tiene que hacerlo así, porque te trae la cosa verdadera. Pero durante siglos has creído que la verdad era otra. ¿Qué elegir: Jesús o tu propio y prolongado pasado? ¿Qué elegir: Jesús o la tradición?
    ¿Sabes de dónde viene la palabra “tradición”?

    Viene de la misma raíz que la palabra “comercio”. También viene de la misma raíz que la palabra “traidor”. La tradición es un comercio, es un negocio y la tradición es también una traición.
    La tradición cree en ciertas cosas que no son verdad la tradición traiciona a la verdad ; por lo tanto, cuando la verdad aparece, hay conflicto. Lo puedes ver aquí. He nacido Jaina, pero ellos no me aceptarán. Aquí puedes encontrar Cristianos, Judíos, Mahometanos, Hindúes, Budistas, pero muy pocos Jainas. A ellos les es imposible aceptarme. Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron.
    Los Jainas están demasiado en mi contra. Los Hindúes también lo están, aunque en menor grado. Pero los Cristianos no, los judíos en absoluto. Cuanto más te alejas, menor es el antagonismo. Nací Jaína; los Jainas son una pequeña comunidad, rodeada de Hindúes por todas partes. Los Jainas son casi Hindúes: por lo tanto, los Jainas serán muy antagónicos, los Hindúes un poco menos y los Mahometanos, Cristianos y judíos no tanto.
    Cuanto más te alejes, menor será el antagonismo. De ahí que puedas entender por qué aquí hay tanta gente de tantos países diferentes, y, sin embargo, no hay muchos indios. Con los indios hay un problema: su tradición está en peligro. Si creen en mi, su tradición … tendrán que perderla.
    Por eso, cerca de mí verás más gente joven que gente mayor: porque la gente joven no tiene mucha inversión en el pasado. De hecho, un joven se halla en busca del futuro, y un viejo, en busca del pasado. Un joven tiene un futuro; el viejo sólo tiene el pasado. El futuro significa muerte: toda su vida es pasado. Por tanto, cuando un hombre de setenta viene a mí resulta muy difícil cambiarle, porque setenta años se me oponen. Cuando viene un muchachito de siete, un pequeño Siddhartha, no hay nada contra lo cual luchar. Puede entregarse en forma total, no hay nada no tiene pasado, sólo futuro. Puede aventurarse, puede arriesgarse; no tiene nada que perder. Pero un viejo tiene mucho que perder. Por eso, si viene un erudito uno que sabe demasiado sin saber tendrá que luchar mucho, producirá todo tipo de discusiones, se defenderá. Tiene mucho que perder. Pero cuando llega un hombre inocente que dice: “No sé mucho”, es fácil, porque está dispuesto a dejarse ir.
    Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron.
    Mas a cuantos le recibieron,
    aún a aquéllos que creen en su nombre,
    les dio el poder de transformarse en hijos de Dios.
    Y la Palabra se hizo carne…
    Muy poca gente se acercó a él. Juan vivió cerca del río Jordán, en la intemperie, fuera de ciudades y pueblos. Los que realmente quisieran transformarse le buscarían y llegarían hasta él. Muy pocos fueron, pero aquellos que lo hicieron aún a aquellos que creen en su nombre, les dio el poder de transformarse en hijos de Dios. Aquellos que pudieron confiar fueron transformados. Y él preparó el terreno: éstos serían los primeros que estarían preparados para la aparición de Jesús.
    Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros
    y contemplamos su gloria,
    gloria como hijo único del Padre
    lleno de gracia y de verdad.
    Y la Palabra se hizo carne una de las frases más hermosas del evangelio y habitó entre nosotros. Con Jesús, es como si la Palabra se hubiese convertido en carne: Dios se ha convertido en hombre. El secreto se ha abierto; lo oculto ha sido revelado; el misterio se ha convertido en una verdad abierta. Todas las puertas del templo están abiertas.
    Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros… Juan produjo la atmósfera, porque la Palabra sólo puede llegar a ser carne cuando el que escucha está listo.
    Si estás listo, te podré decir lo que llevo dentro de mi corazón. Si no estás listo, será imposible pronunciarlo; será absolutamente inútil. De hecho, no puede ser expresado hasta que estés listo. Cuando tu corazón esté dispuesto, esa misma disposición hará aparecer la verdad que llevo dentro de mi corazón. Entonces, el corazón puede hablar al corazón, lo profundo puede responder a lo profundo.
    Juan reunió a un grupo, un pequeño grupo de gente escogida que fueran capaces de confiar, que fueran capaces de ver con los ojos de la confianza. Sólo en esa situación es posible la aparición de Jesús. Recuerda esto: si el que escucha está dispuesto, sólo entonces puede ser pronunciada la verdad.
    Durante muchos años estuve viajando por este país, durante todo el año, sólo para encontrar gente que fuera capaz de transformarse a sí misma, de modo que lo que llevo dentro de mí pudiera convertirse en carne, pudiera ser pronunciado. Ahora, la gente me pregunta por qué no voy ya a ninguna parte. Ese trabajo ya está hecho. Ahora, aquellos que estén dispuestos vendrán a mí. En este momento, ésa es la única forma.
    Por eso, no quiero que vengan aquí masas y multitudes: porque si vienen, no me será posible pronunciar aquello que está dentro de mí … y me gustaría compartirlo antes de partir. Sólo si estás listo, y únicamente si lo estás, podrá algo del más allá descender sobre ti.
    Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros
    y contemplamos su gloria,
    gloria como hijo único del Padre
    Y esto es, realmente, algo que tiene que ser entendido, porque los cristianos lo han estado mal interpretando continuamente. Ellos siguen diciendo que Cristo es el único hijo engendrado por Dios. Sí, por un lado es verdad, pero no es verdad en el sentido en que los cristianos lo dicen.
    Buda también es el único hijo de Dios, y Krishna también es el único hijo de Dios. Recuerda, lo enfatizo: el único hijo engendrado por Dios. Yo también soy el único hijo de Dios., y tú también eres el único hijo de Dios. Entonces , ¿por qué decir “el único hijo engendrado”? Si todos son Sus hijos, ¿por qué decirlo?
    Tiene un significado, un sentido; tiene que decirse. Es similar a esto: te enamoras de una mujer y dices: “Eres la única mujer, la única mujer hermosa en el mundo”. No es que esto sea verdad; pero aún así, es la verdad de un instante de amor. No es un hecho corriente: es una verdad. Cuando le dices a una mujer: “Eres la única mujer hermosa que ha existido o existirá en el mundo”, eso no quiere decir que conoces a todas las mujeres que han existido en el mundo antes, o que sabes que todas las mujeres que existirán después no van a ser más bellas que ésta. ¿Cómo puedes saberlo, cómo puedes comparar? Este no es un hecho lógico; es una comprensión poética.
    En ese momento de amor, las estadísticas quedan a un lado. Algún lógico puede alegar: “¡Espera! ¿Conoces a todas las mujeres que existen en el mundo en este momento? ¿Has mirado, buscado, y has concluido que ésta es la mujer más bella del mundo? ¿Qué estás diciendo? Estás usando un lenguaje comparativo”.
    Pero tú dirás: “No me preocupan las otras mujeres, y esto no es comparativo. No estoy comparando; simplemente, afirmo una verdad acerca de mis sentimientos. No es una realidad del mundo exterior; es una verdad de mí sentimiento interno. Esto es lo que siento: que ésta es la mujer más hermosa del mundo. No estoy diciendo nada acerca de esta mujer; estoy diciendo algo acerca de mi corazón. No conozco a todas las mujeres; no es necesario”. No es una comparación. Es un sentimiento. Estás tan poseído por el sentimiento que no decir esto estará mal.
    Cuando amas a Jesús, él es el único hijo de Dios. Por lo tanto, esta frase es correcta: dice, … gloria como hijo único del Padre. “Como” como si fuera el único hijo de Dios. Para aquellos que se enamoran de Jesús para ellos, él es el único hijo de Dios. No dicen nada acerca de Buda o en contra de Buda. No están comparando.
    A eso me refiero cuando digo que Buda también es el único hijo de Dios, y que tú también lo eres. Todos en este mundo son únicos. Una vez que alcanzas tu realización interior, eres el único hijo de Dios como si toda la existencia existiera para ti, y nada más que para ti. Los árboles florecen para ti y los pájaros .cantan para ti y los ríos fluyen para ti y las nubes se juntan para ti.
    Cuando alcanzas tu realización, te transformas en el centro de la existencia. O, si te llenas de amor hacia un Buda, un Jesús o cualquiera, estas afirmaciones de amor no deberían ser tomadas como la exposición de un hecho. Son realizaciones poéticas. No puedes discutirlas; no son en absoluto discutibles. Son afirmaciones del corazón.
    Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros … lleno de gracia y de verdad. Cuando la verdad existe, hay gracia. y cuando hay gracia, hay verdad.
    Trata de entender esto. Sólo puedes poseer la gracia si eres verdadero. Si tienes alguna mentira dentro de ti, esa mentira perturbará tu gracia, esa mentira será venenosa para tu belleza, porque esa mentira tiene que estar oculta, reprimida. A nadie se le permitirá conocerla. No puedes estar abierto; estarás cerrado por la mentira. Si engañas, no puedes ser libre y fluido. Estarás estancado con tu engaño. Por lo tanto, no digo que las mentiras sean malas porque hagan daño a los demás no. Son malas porque perderás tu propia gracia. Los engaños no son malos porque engañes a los demás; son malos porque perturbarán tu flujo, y no estarás fluyendo. Te empezarás a helar. Estarás estancado, muerto, en muchos puntos. Tendrás bloqueos en tu ser.
    Mira a un niño. Cada niño tiene gracia. Y después, ¿dónde desaparece la gracia? Si cada niño trae gracia al mundo, ¿en dónde desaparece? Poco a poco ésta se desvanece, y entonces todos se vuelven feos y sin gracia.
    Muy rara vez encontramos a alguien que sea capaz de ser tan agraciado como lo era cuando niño. ¿Qué sucede? ¿Por qué un niño es agraciado?
    ¿Has visto a algún niño del que puedas decir que es feo? No, eso no existe. Un niño feo, imposible. Todos los niños son bellos, incondicionalmente hermosos. Están fluyendo, y son verdaderos. Cuando quieren llorar, lloran; cuando quieren reír, ríen. Cuando están furiosos, están furiosos; cuando están amorosos, están amorosos. Son verdaderos en cada momento, nunca engañan.
    Pero pronto aprenden la política. Pronto aprenderán que: “A mamá le gusta que yo sonría. Si sonrío es más fácil persuadirla, es más fácil manipularla”. ¡Un niñito se está convirtiendo en un político! El espera. Puede estar furioso por dentro, pero cuando la madre se acerca sonríe, porque ésa es la única manera de conseguir el helado. Ahora la sonrisa es falsa, y una sonrisa falsa es fea, porque el ser total no está implicado en ella; es algo pintado desde afuera. Y luego, más y más cosas serán pintadas, más y más personalidades se juntarán, y la esencia se perderá. Así te vuelves feo. La verdad y la gracia van siempre unidas. La verdad es gracia, y la gracia es verdad.
    El evangelio capta el punto exacto del ser de Jesús: verdad y gracia. El era verdad, era profundamente verdadero hasta el núcleo mismo suprema, absolutamente verdadero. Así es como se metió en problemas. Vivir con una sociedad que es absolutamente falsa, vivir en ella con absoluta veracidad, significa meterse en problemas.
    Y la gracia. El no era ni un político ni un sacerdote. Simplemente, amaba la vida y la vivía. No estaba aquí para predicar nada, no tenía ningún dogma que inculcar, no tenía ideas que forzar sobre la gente. En realidad, vivió una vida llena de gracia, pureza y fluidez, y fue contagioso. Con quien fuera que se contactara el que llegara a tener contacto con él se quedaría hipnotizado, magnetizado. Este hombre era un niño, un niño inocente. La gente se sentía atraída. La gente dejó sus casas, sus trabajos; simplemente, comenzaron a seguirle.
    El no era un predicador, no estaba entregándole ninguna revolución política al mundo, no estaba proclamando ninguna reforma para el mundo. Simplemente, estaba entregándote una manera fluida de vivir. Y ése era el problema porque los Judíos son una de las razas más reprimidas del mundo. Muy reprimidos, moralistas, puritanos. Ese se convirtió en el punto problemático. Ellos se guían por principios. Se guían por la ley, y la ley debe ser respetada.
    Naturalmente, tienen mucho éxito en el mundo. Si respetas la ley, tendrás mucho éxito. Si te guías por el amor, estás destinado al fracaso. Es una desgracia, es desafortunado, pero es así: la ley triunfa, el amor fracasa en el mundo. En lo que a Dios respecta, el amor triunfa, la ley fracasa; pero, ¿a quién le importa Dios?
    Los judíos son muy respetuosos de la ley, muy buenos ciudadanos, y dondequiera que vayan siempre tienen éxito, porque siempre van con la ley. Se rigen por la aritmética. Por ese motivo, obtienen la mayoría de los Premios Nóbel. Nadie puede competir con ellos. Tienen mucho talento: tienen éxito en los negocios, en la política; hagan lo que hagan, siempre hacen lo adecuado. Pero son puritanos muy formalistas, profundamente cautivos de la mente. Una profunda resaca prosigue en la mente.
    Y Jesús empezó a hablar acerca de la ley. El evangelio dice:
    Y de su plenitud nosotros todos recibimos,
    y gracia por gracia.
    Pues la ley fue dada por Moisés;
    pero la gracia y la verdad
    vinieron a través de Jesús, el Cristo.

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301
    Enviado: 19/03/2005 10:08

    Si dejas de estar indeciso, dejas a un lado todas las voces paternales, toda la educación a que te obligaron a someterte. Puede que repentinamente comiences a ver el helado como una cosa corriente. A veces uno puede disfrutarlo, pero no es un alimento. No tiene valor nutritivo puede ser hasta perjudicial. Pero entonces entiendes. Si es perjudicial, comprendes y no lo comes. Y siempre puedes comerlo de vez en cuando, a veces, hasta las cosas perjudiciales no lo son tanto. De vez en cuando puedes disfrutarlo, pero no existe la obsesión de comer grandes cantidades, Esa obsesión forma parte de la represión.
    Arroja las vacilaciones. La gente viene a mí y me asegura que quieren amar, pero dudan; quieren meditar pero dudan; les gustaría bailar, pero dudan. Si esta indecisión está ahí y sigues alimentándola, toda tu vida será un desperdicio. Ya es hora: ¡arrójala! Y no es necesario hacer nada más; sólo toma consciencia de que ésta es solamente la forma en que te criaron, nada más.
    Con consciencia, puedes deshacerte de ella; no forma parte de tu ser. Está solamente en tu mente, es sólo una idea que ha sido forzada sobre ti. Se ha convertido en un viejo hábito y un hábito muy peligroso, porque si no puedes disfrutar, ¿para qué está la vida? Y esta gente que no puede disfrutar nada: amor, vida, comida, una bella escena, un crepúsculo, una mañana, hermosa ropa, un buen baño pequeñas cosas, cosas corrientes … si no puedes disfrutar estas cosas, y hay gente que no puede disfrutar nada: comienzan a interesarse en Dios. Son la gente más difícil; nunca pueden alcanzar a Dios. Dios disfruta con estos árboles; de otra manera, ¿por qué sigue creándolos? El no está harto en absoluto, en absoluto. Durante milenios, El ha estado trabajando en árboles, flores y aves, y sigue escuchando, sigue reemplazando: nuevos seres, nuevas tierras, nuevos planetas. ¡El está, realmente, lleno de color! Mira la vida, obsérvala, y verás el corazón de Dios tal como es.
    La gente muy rígida, incapaz de disfrutar nada, incapaz de relajarse, incapaz siquiera de disfrutar un buen sueño, son aquellos que se interesan en Dios. Y se interesan por razones equivocadas. Piensan que tienen que buscar a Dios porque la vida es inútil y vana. Recuérdalo: su Dios está en contra de la vida.
    Gurdjieff solía decir: “He buscado en todas las religiones, en todas las iglesias, mezquitas y templos, y he concluido que el Dios de la gente religiosa está en contra de la vida”. ¿Y cómo va a estar Dios en contra de la vida? Si El está en su contra, no hay motivo por el cual la vida deba existir, o por el cual se permita que ésta exista. Por lo tanto, si tu Dios está en contra de la vida, significa que tú, para tus adentros, estás en contra del Dios verdadero. Estás siguiendo a un Godot, no a Dios.
    ‘Dios es la plenitud misma, Dios es la fragancia misma de la vida, Dios es la unidad orgánica total de la vida. Dios no es algo que exista como una roca muerta, Dios no es estático. Dios es un fenómeno dinámico. Dios no existe, sucede. Cuando estás listo, sucede. No pienses que Dios existe en alguna parte y que tú encontrarás una manera de llegar a El. No, no hay ningún sitio, y no hay ningún Dios que te esté esperando en alguna parte.
    Dios es algo que te sucede cuando estás listo. Cuando estás listo, cuando la tristeza ha desaparecido y puedes bailar, cuando la pesadez ha desaparecido y puedes cantar, cuando la pesada carga del condicionamiento ya no está en tu corazón y puedes fluir Dios sucede. Dios no es una cosa que exista; El es algo que sucede. Es una unidad dinámica y orgánica.
    Y cuando Dios sucede, todo sucede: los árboles, las estrellas, los ríos. Y en mi opinión, la capacidad de disfrutar es la puerta. Nunca se ha sabido de gente seria que le haya alcanzado. La seriedad es la barrera la actitud equivocada. Todo lo que te pone serio es irreligioso. No vayas a una iglesia en donde te vuelvas serio.
    Sucedió una vez que una mujer adquirió una lora, pero para cuando llegó a casa estaba muy confundida, preocupada. Había pagado un buen precio por la lora; ésta era muy bella. Todo estaba bien, solamente una cosa era de cuidado de vez en cuando la lora decía en voz muy alta: “Soy una hembra perversa”. ¡Esto era algo que había que tener en cuenta!
    La mujer vivía sola, y era una mujer muy religiosa de otro modo, ¿por qué vivir sola? Era una mujer muy seria, y esta lora iba a decir eso una y otra vez y hasta los que pasaran por la calle le oirían y la lora decía: “Soy una hembra muy, muy perversa”.
    Ella fue a ver al vicario, pues éste era su única fuente de sabiduría, conocimiento e información. Le dijo: “Esto anda muy mal, estoy confundida y no sé qué hacer. La lora es preciosa y todo está bien, excepto esto”.
    El vicario respondió, “No te preocupes. Yo tengo dos loros muy religiosos. ¡Mira!” uno de ellos estaba en su jaula tocando una campana y el otro estaba rezando en su jaula. Gente muy religiosa “Trae tu lora. La buena compañía siempre ayuda. Deja tu lora aquí por unos cuantos días con esta gente tan religiosa, y más tarde podrás llevártela”.
    A la mujer le gustó la idea. Estuvo de acuerdo; trajo la lora y el vicario la presentó a los suyos. Pero antes de que pudiera decir nada, la lora dijo: “Soy una hembra muy, muy perversa”.
    El vicario también se halló perplejo ¿qué hacer? En ese momento, el loro que estaba rezando dejó de rezar y le dijo al otro loro: ” ¡Idiota! Deja de tocar la campana, nuestras oraciones se han cumplido”. ¡Estaban rezando por una hembra! ¡ Deja de tocar la campana; han respondido a nuestra oración!”.
    De hecho, siempre que veas a alguien rezando puedes sospechar que algo ha ido mal. Estará rezando por una mujer, rogando por dinero, rogando por algo, rogando por la felicidad. Una persona realmente feliz no reza. La felicidad es su oración, y no puede haber una oración más alta o mayor que el ser feliz.
    Una persona feliz no sabe nada acerca de Dios, no sabe nada acerca de la oración. Su felicidad es su Dios, su felicidad es su oración está realizado. Sé feliz y serás religioso; la felicidad es la meta.
    Soy un hedonista; y, tal como yo lo veo, todos aquellos que han conocido siempre han sido hedonistas, digan lo que digan. Un Buda, un Jesús, un Krishna todos hedonistas. Dios es lo supremo en hedonismo Es la más alta cima de la felicidad.
    Arroja todos los condicionamientos que llevas contigo. Y no trates de culpar a tus padres, porque eso no servirá. Tú eres víctima de sus condicionamientos, pero ¿qué podían hacer ellos? Ellos fueron víctimas del condicionamiento de sus padres; por lo tanto, es una larga sucesión. Nadie es responsable, así que no te sientas furioso con tus padres por haberte destruido. No pudieron evitarlo. Si comprendes, sentirás compasión por ellos. Ellos fueron destruidos por sus padres, y sus padres fueron destruidos por otros y siempre ha sucedido así. Es una sucesión, una cadena.
    Simplemente, sal de ello. No tiene sentido condenar a nadie, ni tiene sentido estar furioso un joven furioso, esto y aquello. No tiene sentido. Es otra tontería. Estás triste, y luego te pones furioso. Es tan malo como la tristeza. Observa todo el conjunto y sal de ello, Simplemente, deslízate fuera sin hacer ningún ruido. Eso es lo que yo llamo rebelión.
    El revolucionario se pone furioso. Dice que hay que modificar la educación, dice que hay que modificar la sociedad, dice que el mundo necesita a un nuevo tipo de padres. Sólo entonces todo el mundo será feliz. Pero, ¿quién hará estos cambios? Los que los llevarán a cabo se encuentran en el mismo lío así que, ¿quién ayudará? “Hay que crear una nueva educación” pero ¿quién la creará? Primero hay que enseñar a los profesores. Y los revolucionarios no están menos involucrados que los reaccionarios en este disparate; así que ¿quién traerá la revolución? La esperanza es vana.
    Sólo hay una esperanza: puedes traer la luz a tu ser. Y eso está a tu alcance ahora mismo, no es nada del otro mundo. ¿Has visto alguna vez a una serpiente deslizarse fuera de su vieja piel? es igual. Simplemente te escurres fuera: perdona y olvida. No te enfurezcas contra tus padres; ellos también fueron víctimas. Siente compasión por ellos.
    No te resientas contra la sociedad, no podía haber sido de otra manera. Pero hay algo que sí es posible: puedes deslizarte fuera ahora mismo. Empieza a ser feliz desde este mismo instante. Todo está a tu alcance, sólo es necesario un profundo cambio de actitud: que desde ahora consideres a la felicidad como lo bueno y al sufrimiento como el pecado.

    ¿Podré llevarme todo lo que siento aquí contigo cuando me vaya o todo lo que ha pasado será sólo un recuerdo?
    Si al irte no te dejas a ti mismo aquí, si te llevas tu “yo” contigo, todo lo que ha pasado se volverá un recuerdo. Todo lo que ha pasado quedará atrás. Si quieres llevarte eso contigo, no puedes llevarte a ti mismo. La elección es tuya: o te dejas a ti mismo aquí y entonces, te llevarás en tu interior todo lo que ha sucedido o te llevas a ti mismo de vuelta a casa y entonces, todo lo sucedido será dejado aquí . La elección es tuya.
    Si puedes abandonar el ego, todo lo que está pasando será real. Pero si no puedes abandonarlo, todo se convertirá en un recuerdo y te producirá más conflicto, porque el recuerdo llegará a ser obsesionante. Has tenido un vislumbre y lo has perdido. Serás más desgraciado que nunca. Sabes que existe, pero le has perdido la pista. Sabes que está en alguna parte, ya no puedes decir que no existe; ese argumento no servirá. Ya no puedes convertirte fácilmente en un ateo y afirmar que no hay Dios, que la meditación no existe y que no hay un centro interior en los seres humanos no puedes decir eso. Lo has probado. Ahora ese sabor te rodeará, te perseguirá, te llamará.
    La elección es tuya. Conmigo, puedes arrojar tu “yo”, y la visión que ha sucedido se volverá parte de tu realidad. Estará integrada en tu unidad orgánica, estará cristalizada. Pero no puedes tener ambas cosas: sólo puedes tener una, así que antes de irte, por favor asegúrate de que dejas tu “yo” conmigo. Asegúrate de que tu entrega es real y total, asegúrate de estar realmente entregado entonces, estés donde estés, estarás cerca de mí.
    Es debido a tu entrega que estás cerca de mí; eso no depende del espacio físico. Entregado, estás cerca de mí aunque estés en otro planeta. No entregado, estás lejos aunque estés sentado a mi lado.

    Ayer mencionaste que la ley es anti amor, pero que sin ella el amor no puede existir y crecer. Por favor, explica de qué manera es la ley, necesaria para que crezca el amor.

    Para que un crecimiento ocurra, es necesario lo opuesto, porque lo opuesto produce tensión. Sin lo opuesto, las cosas se adormecen hasta morir. Esta es una de las cosas más fundamentales en la vida.
    El amor no puede existir sin la ley; la ley es lo opuesto. La ley es lo no espontáneo, lo mecánico; el amor es lo espontáneo, lo no mecánico. El amor es inmotivado; la ley se rige por la causa y el efecto. El amor es individual; la ley es social. ¿Puedes existir sin la sociedad? Sin una sociedad no puedes nacer. Necesitas una madre, un padre, necesitas una familia en la cual crecer, necesitas una sociedad en la cual desarrollarte. No puedes existir sin una sociedad.
    Pero recuerda, si te limitas a formar parte de la sociedad, te has movido nuevamente hacia la no existencia. Sin la sociedad no puedes existir, y tampoco puedes existir sólo en calidad de miembro de la sociedad. Jesús dice: “No sólo de pan vive el hombre”. ¿Piensas acaso que quiere decir que puedes vivir sin pan? No sólo de pan vive el hombre es verdad, absolutamente cierto pero, ¿acaso puede vivir sin pan? No, eso tampoco es posible. El hombre necesita pan. Es necesario, pero no suficiente. Simplemente, te otorga una base pero no te hace dar un salto, un vuelo. Es un trampolín. No te quedes estancado en eso.
    Jesús dice: “El Sabbath es creado para el hombre, no el hombre para el Sabbath”. La ley es necesaria porque la sociedad es necesaria. La ley es el pan. Pero si sólo hay ley si existes como un miembro de la sociedad, un miembro de la sociedad respetuoso de la ley, y no existe nada en ti que se halle más allá de la ley entonces existes en vano; entonces existes “sólo para el pan”. Entonces, comes bien, duermes bien, y no pasa nada más.
    Está bien comer bien, pero no es suficiente es necesario algo de lo desconocido. Es necesario que algo de lo invisible entre en ti; es necesario el encanto de lo desconocido. Sin ello, serás un silogismo de lógica, pero no serás una poesía. Sin esto, puede que estés totalmente en lo correcto, pero sólo “totalmente en lo correcto” sin romance, sin poesía, sin danza.
    El amor es lo misterioso, la ley es lo no misterioso. La ley te ayuda a estar en el mundo; el amor te da el motivo para estar. La ley te da la forma de estar, y el amor te da el motivo para estar. La ley te da el cimiento; el amor se convierte en el hogar, la casa.
    Y recuerda una cosa: que el cimiento puede existir sin la casa, pero la casa no puede existir sin una base. Lo más bajo puede existir sin lo más alto, pero lo más alto no puede existir sin lo más bajo. Un hombre puede existir sólo con el pan no tendrá nada que valga la pena, no tendrá ninguna razón de existir pero puede existir, puede limitarse a vegetar. Pero ni siquiera un gran amante puede vivir sin pan: ni siquiera Jesús o Buda pueden vivir sin el pan. Ellos han encontrado la casa celestial del amor, pero no pueden existir sin el pan.
    Lo más bajo es, de alguna manera, independiente de lo más alto. Lo más alto es, de algún modo, dependiente y de lo más bajo. Pero, es así. Y parece simple, es fácil. Construyes un templo … lo que en la India llamamos el kalash, el casquete dorado del templo, no puede existir sin la totalidad del templo. Si quitas el templo, el kalash el casquete dorado caerá al suelo. No puede existir sin el templo. Naturalmente, el templo puede existir sin el casquete; no hay problema en ello.
    Tan sólo piénsalo: un hombre tiene hambre ¿puede bailar. La danza es imposible. El hombre está hambriento, ni siquiera puede pensar. No puede imaginarse siquiera lo que significa la danza. Puede que lo haya sabido en el pasado, pero ni siquiera le será posible creer que lo ha sabido. Parece imposible, parece casi inexistencial. La danza no puede surgir en un cuerpo hambriento ¿como puede ser posible que una danza descienda? Pero piensa en otro hombre, bien alimentado y sin danza alguna en él. Puedes imaginártelo, no hay problema él puede vegetar.
    Lo más alto no es una necesidad, es una libertad. Si lo deseas, creces en ello; si no lo deseas, no hay nadie que te fuerce a crecer en ello. Lo más bajo es una necesidad, no es tu elección. Debe ser satisfecho.
    La ley es anti amor. Si te riges demasiado por la ley, no te será posible amar a nadie porque la cualidad misma del amor es la espontaneidad. Aparece de la nada, puede desaparecer en la nada. No tiene razón ni causa aquí. Ocurre como un milagro, es mágico. ¿Por qué y cómo ocurre? nadie lo sabe. No puede ser manipulado: es anti ley, es anti gravitación, es anti ciencia, es anti lógíca. Está en contra de toda lógica y en contra de toda ley.
    El amor no puede ser probado en ningún laboratorio, y el amor no puede ser probado por ninguna lógica. Si tratas de probarlo por lógica, llegarás a la conclusión de que no existe eso que llaman amor, que el amor es imposible. No puede existir ¡pero existe! Hasta los grandes científicos se enamoran. No pueden probarlo en sus laboratorios, no pueden argumentar a su favor, pero también se enamoran. Hasta un Einstein se enamora.
    El amor llena de humildad a todo el mundo. Incluso a Einstein tan orgulloso de su lógica, sus argumentos, su ciencia de repente, un día, se enamora de una mujer corriente: Frau Einstein. Repentinamente, toda su ciencia desapareció, y comenzó a creer en lo imposible. Hasta sus últimos años solía encogerse de hombros: “Sucede, pero si me preguntas como científico, no lo puedo comprobar o avalar. Pero si me preguntas como hombre sí, sucede”.
    En sus últimos días dijo: “Si el amor existe, también Dios debe existir. Si un imposible es posible, ¿por qué no el otro?. Murió siendo un hombre profundamente humilde y religioso.
    Alguien le preguntó: “Sí nacieras de nuevo, ¿Qué te gustaría ser?.
    El contestó: no seria un científico nuevamente. Más bien, sería un plomero”.
    ¿Qué está diciendo? Está diciendo que ha visto la falsedad de toda lógica y que se ha dado cuenta de la inutilidad de todo argumento científico. Lo que está diciendo es que ha visto una y otra vez que causa y efecto pueden ser el cimiento, pero no son los pináculos. El verdadero templo, el verdadero misterio de la vida, aparece a través del amor, la oración, la felicidad todos imposibles. Si piensas en ellos, no te es posible creer; pero si les permites que sucedan, surgirán gran confianza y gracia en ti.
    Moisés es la ley. La sociedad no puede existir sin Moisés él es imprescindible. La sociedad no puede darse el lujo de prescindir de él; la sociedad sería un caos sin Moisés. El es totalmente necesario, es el cimiento mismo. Pero Jesús es amor. Moisés es necesario; necesario, pero no suficiente. Si sólo Moisés fuese el que dirige al mundo, el mundo no valdría la pena.
    Jesús. Una brisa que proviene de lo desconocido nadie sabe de dónde viene, nadie sabe dónde va. Una penetración de la eternidad en el mundo del tiempo la entrada de lo misterioso en lo conocido.
    Jesús no puede venir sin Moisés, recuérdalo. Moisés será necesario. El es el pan; Jesús es el vino. Puedes vivir de pan, pero el pan no tiene nada romántico. El vino ése es el romance, la poesía, la danza, la celebración, el goce, el éxtasis.
    Sí, Moisés puede existir sin Jesús … Jesús no puede existir sin Moisés. Por eso, Jesús dice una y otra vez: “He venido a completar, no a destruir”. Moisés era sólo el cimiento. Jesús levantó el templo de Dios sobre ese cimiento.
    Moisés es el ciudadano totalmente correcto, el buen hombre. Jesús no es tan bueno. A veces, uno no sabe si es bueno o malo; él produce confusión. Anda con borrachos, se queda con una prostituta. No, nunca no puedes imaginarte a Moisés haciendo eso. Moisés es un hombre totalmente recto; pero ahí es donde algo le falta: la belleza, la libertad. Siempre se mueve en la senda adecuada, es como la línea del ferrocarril. Jesús es como un río. Cambia a veces a la izquierda, otras a la derecha, y a veces cambia totalmente de dirección.
    Moisés es absolutamente creíble; Jesús no lo es. Y ocurre a veces que uno no sabe si este hombre tiene razón o está equivocado. Ese fue el problema para los judíos. Ellos habían vivido con el pan de Moisés habían seguido a Moisés y sus Diez Mandamientos y de pronto llega este hombre y dice: “Soy la culminación de todo lo que me ha precedido” y “No he venido a destruir, sino a completar”. Pero, ¿qué tipo de culminación es ésta? El no se parece a Moisés en absoluto.
    No condena el mal. Dice, ¡No juzguéis!”. Moisés es un gran juez, y Jesús dice, “No juzguéis, de modo de no poder ser juzgados”. Moisés dice: “No hagáis el mal”, y Jesús dice, “No resistáis al mal produce mucha confusión. Debe haber creado un gran caos. Dondequiera que fue debe de haber traído confusión y conflicto a las mentes de la gente, debe haber creado ansiedad. Por eso es por lo que tomaron venganza y le mataron; es absolutamente lógico.
    Buda no fue asesinado en la India, Mahavir tampoco lo fue algunas veces les arrojaron piedras o cosas así, pero no fueron asesinados, crucificados. Nunca produjeron tanta confusión en la mente como Jesús. Había en ellos algo de Moisés, Y Jesús no tiene nada de Moisés. Mahavir tiene mucho de Moisés. Tiene algo de la ley y algo del amor, ambas cosas.
    Jesús es puro amor. Por eso fue crucificado. Tenía que ser crucificado un amor tan puro no puede ser tolerado, una gracia tan pura es totalmente insoportable; su sola presencia es intolerable, porque duele. La sola presencia de Jesús te sume en la confusión, y la única manera de protegerte y defenderte es matando a este hombre, destruyéndole.
    Al destruir a Jesús, la gente trató de vivir sólo con Moisés y con la ley, y olvidarse del amor. El día que Jesús fue crucificado no fue otra cosa que una indicación de que a la mente corriente le gustaría vivir sin amor. El amor fue crucificado, no Jesús. El es un mero símbolo.
    Existen muchas complicaciones. Los judíos nunca han logrado entender por qué este hombre, Jesús, influyó tanto al mundo entero y no logró influir en absoluto a los Judíos. Los Judíos son grandes eruditos, sus rabinos son grandes sabihondos; han intentado probar que Jesús no dijo ni una sola palabra nueva, que todo lo que dijo está en las escrituras judías. De ser así, ¿Por qué este hombre se ha convertido en el eje mismo de la humanidad? ¿Qué sucedió? parece increíble.
    En parte tienen razón: Jesús no ha dicho una sola palabra que no pueda ser encontrada en los dichos de los viejos rabinos. No, no ha dicho ni una sola palabra nueva. Pero no es por eso que él es único; es único por la forma en que las ha dicho no por las palabras, sino la forma en que las ha afirmado. En el Viejo Testamento, te cruzas una y otra vez con la expresión: “El Señor ha dicho … … Pero eso no es característico de Jesús. Cuando él dice esto, dice: “Yo os digo … ” no “El Señor … ..”. El es el Señor. El Viejo Testamento dice: “El Señor dice esto”; Jesús dice, “Yo os digo”. Los viejos rabinos tartamudean, Jesús habla; la gloria de los viejos rabinos es prestada, la de Jesús es suya propia. Los viejos rabinos hablan desde la autoridad y Jesús con autoridad y ésa es una gran diferencia.
    Se cuenta que una vez los enemigos de Jesús enviaron a un hombre a prenderle y llevarle al templo. El estaba enseñando cerca del templo, y una multitud se había reunido. El hombre fue a prenderle, a tomarle prisionero, pero había mucha gente y tuvo que abrirse paso en medio de la multitud para llegar hasta él llevó tiempo. Mientras se habría paso, tuvo que oír lo que este hombre estaba diciendo. De pronto se detuvo, y olvidó por qué había venido. Y entonces le resultó imposible apresar a este hombre. Regresó.
    Los enemigos preguntaron: “¿Por qué has vuelto? ¿Por qué no le has apresado?”.
    El contestó, “Iba a hacerlo, pero sus palabras se quedaron en mis oídos. ¡Y les digo que nadie ha hablado nunca como lo hace este hombre! Me subyugaron la calidad, la autoridad, el poder con que habla. Estaba hipnotizado; me resultó imposible apresarle”.
    Jesús es amor. El amor tiene autoridad propia, no es algo prestado. Los viejos rabinos y la gente del Viejo Testamento son como la luna la luz es prestada. Jesús es el sol; él tiene su propia luz. El amor tiene su propia autoridad; la ley nunca tiene su propia autoridad. La autoridad es de Moisés, Manu, Marx; la autoridad es de las escrituras, la tradición, la convención. La autoridad siempre proviene de lo viejo, nunca es fresca y nueva.
    El amor es anti ley. Pero si tienes amor, también puedes estar dentro de la ley; no hay problema en ello. Pero entonces eres más que la ley; tienes algo amor dentro de ti.
    Vives en la sociedad, tienes que seguir ciertas reglas. Estas son sólo “Mantenerse al lado izquierdo” o “Mantenerse al lado derecho” nada de lo supremo en ellas, sólo reglas para controlar el tráfico; de otra manera, será casi imposible moverse. Está bien en lo que a ese ámbito respecta, pero no pienses que obtienes algo si te mantienes siempre al lado izquierdo. Naturalmente que es bueno para el fin que tiene, pero no es gran cosa ¿qué has conseguido? El tráfico andará bien, eso es todo pero, ¿qué has obtenido?
    Toda moralidad, toda ley, es buena para el fin para el cual está creada, pero no va lo bastante lejos. El amor es necesario. El amor es una forma de locura: lógico, irracional.
    Ser un testigo, consciencia, meditación … repentinamente parecen ideas adultas estériles y distantes, en comparación con el fluido salvaje e infantil de adoración que me llena mientras te escucho hablar de Jesús, Mi yo adulto dice: “Cuidado; no cedas a sentimentalismos adormecidos y empalagosos esto es sólo la mente, condicionamiento infantil cristiano” Pero el impulsivo y ardiente niño de siete años siente ganas de sacarle la lengua al severo buscador espiritual de veintiocho. ¿ Cuál es mi verdadero yo?
    Ninguno de los dos sino el que observa a ambos, el que ha formulado la pregunta. No eres ni alguien que tiene siete años ni alguien que tiene setenta. La vejez te es ajena, la edad no te pertenece. Eres eterno ni el niño, ni el joven, ni el viejo.
    Repliégate siempre hacia el testigo, entra más y más profundo en el testimonio. Nunca permitas que se establezca ninguna otra identificación: la del niño o la del adulto no. Todas las identificaciones son cautiverios.
    La libertad total no está en la identificación; la libertad total se halla en no identificarse con absolutamente nada. Algún día, cuando todas las identificaciones se rompan y caigan como se caen las ropas y te halles absolutamente desnudo en tu libertad, entonces sabrás quién eres.
    Ustedes son dioses en el exilio. Solamente siendo un testigo recordarás quién eres. Entonces, desaparece todo el sufrimiento, desaparece toda la pobreza. Tú eres el mismísimo reino de Dios.
    ¿Por qué das sannyas a tantos tipos estrafalarios?

    Esto es de Anand Bodhisattva. De otra manera, Bodhisattva, ¿cómo podrías tú ser un sannyasin (*).
    Me encantan los tipos estrafalarios. Son buena gente. Todo el mundo es aceptado; no pongo condiciones, porque no me fijo en tu aspecto. No me interesa tu apariencia. Los miro a ustedes, y ustedes son dioses en el exilio quizás a veces con ropas sucias, otras veces con la cara sin lavar; pero, aún así, un dios.
    A veces pareces un tipo estrafalario, pero no lo eres. Dado que puedo ver en la profundidad de tu realidad, te acepto totalmente. Cualquier cosa que pretendas ser, no me puedes engañar. Sólo estás fingiendo. Puede que tú te engañes con tu propia simulación; yo no me engaño. Miro en forma directa e inmediata; miro dentro de ti. Y siempre encuentro lo fresco, lo eterno, lo bello: verdad y gracia divinidad. Son soberanos …
    (*) Sannyasin: discípulo de Bhagwan Shree Raineesh (N. del F.)

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301
    Enviado: 19/03/2005 10:12

    CAPÍTULO 3

    TERCER DISCURSO
    Y HE AQUI QUE LOS CIELOS SE ABRIERON
    MATEO 3
    1 En aquellos días se presentó Juan el Bautista, predicando en el desierto de Judea,
    2 y diciendo: Arrepentíos, pues está cerca el reino de los cielos.
    11 Yo os bautizo con agua para moveros al arrepentimiento; mas el que viene tras de mí es más grande que yo, y no soy digno de llevar sus sandalias: él os bautizará con Espíritu Santo y con fuego.
    13 Y en aquellos días llegó Jesús de Galilea al Jordán, en busca de Juan para ser por él bautizado.
    14 Mas Juan se resistió a ello, diciendo: Yo debo ser por ti bautizado, ¿y tú vienes a mí?
    15 A lo cual respondió Jesús, diciendo: Déjame hacer ahora, pues es así como conviene que nosotros cumplamos toda justicia. Entonces, Juan condescendió con él.
    16 Apenas bautizado, Jesús salió del agua: y he aquí que se le abrieron los cielos, y vio bajar al Espíritu de Dios a manera de paloma y posarse sobre él.
    17 Y he aquí que se oyó una voz venida de los cielos que decía: Este es mi Hijo bienamado, en quien mucho me complazco.

    Y HE AQUI QUE LOS CIELOS SE ABRIERON
    He oído una historia sucedió en los días de caballeros y castillos. Un joven inglés viajaba en busca de fortuna, vagabundeando por las tierras. Cansado, se detuvo cerca de un castillo, a descansar bajo un árbol. El duque del castillo pasaba por allí. Se detuvo y preguntó al joven por qué estaba allí, que qué era lo que estaba buscando. El joven respondió, “Soy arquitecto y estoy buscando trabajo”.
    El duque estaba muy complacido, porque necesitaba un arquitecto. Le dijo: “Ven conmigo. Serás mi arquitecto, y cualesquiera sean tus necesidades, serán colmadas en mi castillo y de mis tierras. Puedes vivir como un hombre realmente rico. Pero debes ser fiel y recordar una cosa: si te vas, tendrás que marcharte con las manos vacías, tal como viniste”.
    El joven estuvo de acuerdo. Pasaron semanas y después meses; trabajó lealmente, y el duque estaba muy complacido con él. Todas sus necesidades fueron colmadas, le cuidaban realmente vivía como un hombre rico en el castillo.
    Pero poco a poco comenzó a sentirse intranquilo. Al principio no tuvo claro cuál era la causa de ello porque, en realidad, no había motivo de intranquilidad. Todas sus necesidades estaban satisfechas. Era como si le rodeara una nube, una pesadez, el sentimiento de que algo faltaba. Sin embargo, al no saber exactamente qué es lo que era, se sentía confuso.
    68
    Y entonces un día, repentinamente lo vio todo, como en un destello comprendió la causa. Fue a ver al duque y le dijo que se marchaba.
    El duque no podía creerlo. Le dijo: “¿Por qué te marchas? Si hay alguna dificultad, simplemente me lo dices y será resuelta. Estoy muy satisfecho con tu trabajo, y me gustaría que estuvieras aquí toda tu vida”.
    El joven respondió, ‘No, me marcho. Por favor, permíteme hacerlo”.
    El duque preguntó, “Pero, ¿por qué?”.
    El joven contestó: Porque aquí nada me pertenece. He venido con las manos vacías; y tendré que irme con las manos vacías. Esto es un sueño; nada de aquí me pertenece”.
    Este es el momento en que una persona comienza a ser religiosa. Si algo de este mundo te pertenece, significa que aún no estás preparado para ser religioso. Llegas con las manos vacías y te vas con las manos vacías. Una vez que te das cuenta de esto, todo se aclara como en un destello de luz. Este mundo no puede ser tu hogar a lo más, el alojamiento de una noche. “Por la mañana nos vamos”.
    Una vez que tienes la sensación de que sólo estás aquí de momento aquí no puedes poseer nada, no puedes tener nada todo se convierte en un sueño, lo que los Hindúes llaman maya. Se vuelve ilusorio. Esa es la definición de maya: algo que parece ser tuyo y no lo es; algo que parece ser real y no lo es; algo que parece ser eterno y sólo es momentáneo algo que está hecho del mismo material del que están hechos los sueños.
    A menos que uno comprenda esto, sigue haciendo cosas a las que, eventualmente, no se les verá sentido alguno. El día que llega la muerte, se demuestra que tu vida entera no tiene sentido. Al enfrentarte a la muerte, verás que tus manos están vacías ¡y trabajaste duro! Viviste tanta angustia y ansiedad por cosas que no se pueden poseer.
    No está en la naturaleza de las cosas que éstas puedan ser poseídas. La posesión es imposible, porque solamente estás aquí por unos pocos instantes. Las cosas estaban aquí antes que tú aparecieras; las cosas estarán aquí después que te vayas. Tú vas y vienes, y el mundo permanece.
    Sé un invitado, y no comiences a sentir y a creer que eres el dueño aquí. Y entonces, tu vida cambia de inmediato; tu vida toma un nuevo cariz, un nuevo color, una nueva dimensión. Esa dimensión es la religión.
    Una vez que entiendes esto, necesitas iniciación iniciación para el otro mundo. Está allí, a la vuelta de la esquina. Una vez que comprendes que este mundo es sólo un sueño, el otro mundo se pone A tu alcance.
    Este era todo el mensaje de Juan el Bautista:
    Arrepentíos, pues está cerca el reino de los cielos.
    Esto ha sido tremendamente, terriblemente malinterpretado por los Cristianos. El mensaje fue malinterpretado desde un principio. La gente pensó que el mundo se iba a acabar y que Juan el Bautista estaba pronosticando, estaba prediciendo, el fin del mundo.
    Pues está cerca el reino de los cielos. La gente creyó que el mundo estaba llegando a su fin eso fue lo que creyeron entender , así que esperaron. Juan el Bautista murió, y aún no aparecía ninguna señal del advenimiento del reino. Este reino continuó, y aquél reino nunca llegó. Y entonces, Jesús apareció hablando nuevamente de lo mismo: Arrepentíos, pues está cerca el reino de los cielos. Y entonces esperaron …después, él fue crucificado … y el reino nunca llegó.
    Y desde entonces, los Cristianos han esperado durante veinte siglos.
    Ahora han surgido muchas dudas en la mente. En el púlpito, el sacerdote sigue repitiendo estas palabras, pero ya no tienen significado. El mismo sabe que no tienen significado. Sigue diciendo: “Arrepentíos, pues está cerca el reino de los cielos”, pero él sabe que en veinte siglos no ha sucedido, y que el mundo sigue estando aquí.
    Pero éste no era en absoluto el significado. El mundo no va a terminar; tú vas a terminar. Cuando Juan el Bautista dijo: “Arrepentíos, pues está cerca el reino de los cielos”, nunca quiso decir que este mundo fuese a llegar a su fin. Simplemente, quiso decir que tú vas a desaparecer, y que debes tomar contacto con el otro mundo antes de morir. Arrepiéntete de todo lo que has hecho para poseer este mundo, arrepiéntete de la manera en que has vivido este sueño como si fuera la realidad , arrepiéntete de todo lo que has estado haciendo y pensando, porque todo eso no tiene fundamento.
    A menos que te arrepientas, no podrás ver que el reino de Dios está a la vuelta de la esquina. Tus ojos seguirán llenos de este mundo; no te será posible ver el otro. Antes de que te sea posible ver el otro, tus ojos deben ser lavados totalmente de este mundo el mundo de las cosas; el mundo de la materia; el mundo de la codicia, de la posesión; el mundo de la avaricia y la ira; el mundo de los celos y la envidia; el mundo del odio; el mundo del ego. Tus ojos deben ser limpiados, lavados totalmente antes de que puedas ver el reino de Dios. De hecho, en el momento en que tus ojos alcanzan la claridad, este mundo desaparece tal como en la mañana, cuando te despiertas, el mundo de los sueños desaparece y otro mundo abre sus puertas. El reino de Dios es una realidad y éste mundo es sólo un producto de tu mente.
    Juan el Bautista y más tarde, Cristo estaban diciendo que tú vas a terminar, pero es difícil que la mente comprenda eso. La mente puede concebir y creer que todo lo demás va a terminarse, pero no que ella vaya a desaparecer. La mente sigue preservándose a sí misma, defendiéndose a sí misma.
    Alguien muere. Ves el cuerpo muerto, pero nunca se te ocurre que tú vas a morir. Sientes compasión por la familia del muerto. Dices: “Pobre hombre. Pudo haber vivido un poco más. No era tan viejo. Su familia dependía tanto de él ¿qué pasará ahora ?”.
    La esposa está llorando y lamentándose, los niños están desesperados. ¿Qué pasará? Piensas acerca del muerto, piensas en la familia del muerto, piensas en el futuro de los niños huérfanos, piensas en la esposa viuda, pero nunca piensas que esta muerte es también tu muerte. Siempre te escondes, siempre te defiendes. Para sus adentros, nadie cree que vaya a morir. Siempre son los demás los que se mueren.
    La mente interpreta de tales maneras que yerra totalmente el punto. El mundo va a continuar; siempre ha estado ahí y lo seguirá estando. Sólo tú ya no estarás; la muerte te llevará consigo. Así como entraste con las manos vacías tendrás que marcharte. Sólo si esa comprensión penetra en tu ser será posible el arrepentimiento. El arrepentimiento no es otra cosa que obtener esta claridad de visión.
    Esta palabra, “arrepentimiento”, es muy, muy significativa. No hay otra palabra que sea más importante en la terminología de Jesús, porque el arrepentimiento abrirá la puerta de lo divino. ¿Qué es este arrepentimiento?
    Por lo tanto, todo lo que has creído que el arrepentimiento es, es absolutamente falso. Trata de entender. Cuando te arrepientes, no te arrepientes verdaderamente. Cuando te arrepientes estás, en realidad, tratando de reparar la imagen. No es arrepentimiento; es una reparación de la imagen que tenías de ti mismo, que se ha roto.
    Te enfureciste y luego te arrepientes. Lo sientes; te has comportado mal con alguien. Te arrepientes y pides perdón. ¿Este es el arrepentimiento a que se refieren Jesús y Juan el Bautista? Si es así, no es gran cosa, porque te has arrepentido muchas veces y no has cambiado. ¿Cuántas veces te has arrepentido? ¿Cuántas veces te has sentido furioso, codicioso, violento, agresivo, y te has arrepentido de ello? Pero tu arrepentimiento no te ha transformado, no te ha acercado al reino de Dios. No ha abierto nuevas puertas, nuevas dimensiones, sigues siendo el mismo. Tu arrepentimiento y el de Jesús no son iguales. En realidad, son casi diametralmente opuestos.
    Por ejemplo: estuviste iracundo y dijiste muchas cosas. Mas tarde, cuando la ira se ha ido la locura se ha ido, te enfrías y miras hacia atrás. Ahora hay un problema. El problema consiste en que siempre has pensado que eras muy pacífico, un hombre amante de la paz; nunca creíste que podías enfurecerte. Ahora la imagen se ha roto. Tu ego se tambalea; ahora sabes que todo lo que has creído hasta ahora era erróneo. Estuviste furioso, estuviste muy enfadado, e hiciste y dijiste cosas que van en contra de tu ego. Has destrozado tu propia auto imagen. Ahora tienes que repararla.
    La única manera de repararla es arrepintiéndote. Vas y te arrepientes, dices cosas bonitas. Dices: “Todo ocurrió en contra de mí voluntad. Nunca quise que, esto ocurriera. Estaba enfadado; no estaba en mis cabales. La ira se posesionó tanto de mí que estaba casi inconsciente; por lo tanto, perdóname por todo lo que he dicho, no hablaba en serio. No quise decir lo que dije”.
    ¿Qué estás haciendo arrepentirte? Simplemente estás reparando. El otro se relaja; cuando alguien pide ser perdonado, debe ser perdonado. Si no puede perdonarle, no es un buen hombre. Estaba furioso contigo, estaba planeando tomar venganza, pero ahora has llegado a pedir perdón. Si no te perdona, no le será posible perdonarse a sí mismo. Y entonces su propia imagen se romperá.
    Y ésa es la trampa que le tiendes. Ahora, si él no te perdona, tú serás el bueno y él será el malo. Todo el asunto se ha volcado hacia él., Esto es un truco, un truco muy astuto. Si él no te perdona, es un mal hombre. Ahora estás tranquilo, tu imagen ha sido reparada; toda la culpa recae sobre él. Se sentirá culpable si no puede perdonarte; un hombre bueno tiene que perdonar. Si perdona, está bien; si no perdona también eso es bueno para ti. Ahora la decisión es suya.
    Esto no es arrepentimiento. Cuando Juan el Bautista y Jesús dicen: “¡Arrepiéntete!”, se refieren a algo total y absolutamente diferente. ¿A qué se refieren? Quieren decir: trata de ver, trata de comprender lo que has estado haciendo. Observa una y otra vez, examina las raíces mismas de tu existencia, de tu ser, de tu comportamiento y mira lo que has estado haciendo, qué es lo que has estado siendo. No es que tengas que arrepentirte de ningún acto en particular; se trata de tu forma total de ser. Ni ira, ni avaricia, ni odio no. Ni enemistad nada. No se refiere a ningún acto determinado: se refiere a tu ser mismo , la forma, el estilo de tu existencia. No guarda relación con ningún acto aislado.
    Cuando te arrepientes, te arrepientes de cierto acto. Tu arrepentimiento siempre se refiere a actos determinados. El arrepentimiento que menciona Jesús no se refiere a actos determinados, se refiero a tu ser. La manera en que has sido ha sido absolutamente equivocada. Puede que no hayas sentido ira aún así has estado equivocado. Puede que no te hayas llenado de odio aún así has estado equivocado. Puede que no hayas poseído muchas riquezas aún así has estado equivocado. No se trata de lo que has hecho; se trata de cómo has sido. Has estado dormido, has estado inconsciente. No has vivido con luz interior; has vivido en la oscuridad. Cuando dicen: “¡Arrepentíos!”, quieren decir, arrepiéntete de toda la forma en que has vivido hasta ahora, de tu forma de ser. No es cuestión de pedirle perdón a alguien no, en absoluto. Es sólo un retorno. La palabra “arrepentirse” significó, originalmente, “retornar”. En Arameo el idioma que utilizaban Jesús y Juan “arrepentirse” significa ”retorna, retorna a tu fuente; regresa a tu ser original”.
    Lo que dicen los Maestros zen: busca tu rostro original”, significa arrepiéntete. Abandona todas tus máscaras. Esto no es un asunto entre tú y los demás, es un asunto entre tú y tu Dios. Arrepiéntete significa, abandona todas las máscaras y párate frente a Dios con tu rostro original tal corno El te creó. Permite que ese sea tu único rostro: la forma en que El quería que fueses. Deja que ése sea tu único ser. Retorna a la fuente original, regresa al centro más profundo de tu ser. El arrepentimiento es un retorno; es uno de los más grandes giros espirituales.
    A esto se refiere Jesús cuando habla de “conversión”. Un Hindú puede convertirse en Mahometano, un Mahometano puede convertirse en Cristiano, un Cristiano puede convertirse al Hinduismo eso no es conversión. Esto es un nuevo cambio de máscaras. Cuando un cristiano se vuelve religioso, lo llega ser Un hindú o lo llega a ser un Mahometano, entonces sí hay conversión. Conversión no es cambiar de una religión a otra, porque no hay dos religiones en el mundo. No pueden haber dos. La religión es una.
    La religiosidad es una cualidad; no guarda relación alguna con sectas, doctrinas y dogmas, iglesias, templos y mezquitas. Si estás en una mezquita y te vuelves religioso, dejarás de ser un Mahometano, simplemente, te transformarás en un ser puro que no tiene un adjetivo adjudicado. Si estás rezando en un templo, el templo desaparece; dejas de ser un Hindú, te has vuelto religioso. Esta es la conversión.
    Estaba leyendo la vida de un obispo muy famoso. Fue a la iglesia de Santa María en Cambridge para pronunciar un sermón a una universidad. El había sido estudiante allí cuando joven, treinta, cuarenta años antes.
    Estaba lleno de reminiscencias, recuerdos de su juventud. Miró a su alrededor ¿podía reconocer a alguien que estuviese allí cuando él era un estudiante?
    Reconoció a un viejo sacristán. Después del sermón se le acercó y le dijo: “¿Me reconoces? Fui estudiante aquí hace cuarenta años. Todos los demás se han ido, sólo he podido reconocer tu cara. Gracias a Dios, tienes buena salud. Le has servido bien”
    El sacristán dijo: “Sí, doy gracias a Dios. Le agradezco mucho, porque después de escuchar … ¡y he escuchado todos y cada uno de los sermones que han sido pronunciados en esta iglesia durante cincuenta años! … gracias a Dios, que después de escuchar toda clase de disparates durante cincuenta años, todavía soy Cristiano”.
    Es difícil ser Cristiano si escuchas todos los disparates que se han predicado en nombre del Cristianismo. Es difícil ser Hindú si conoces todas las tonterías que se han escrito en nombre del Hinduismo. Es difícil ser Mahometano si sabes lo que significa ser un Mahometano. Como no lo sabes, te resulta fácil. Sigues siendo un Hindú porque no sabes lo que eso significa; no sabes el odio que hay implicado en ello, no conoces la política que el Hinduismo implica.
    Es fácil ser Cristiano si no sabes lo que el Cristianismo ha hecho en el pasado. Ha sido asesino; el Cristianismo ha matado más gente que el comunismo. Pero es fácil, si no lo sabes. Cuanto más sabes, más difícil será ser un Cristiano, un Mahometano, un Hindú. Y en realidad, entenderás que éstas son las formas de no ser religioso, que éstas son las formas que te impiden ser religioso, que éstos son los obstáculos. Te hacen creer que eres religioso, te dan una moneda falsa; es una falsificación. Ser religioso no es ser Mahometano, no es ser Cristiano, no es ser Hindú; ser religioso es sólo ser religioso, no es necesario nada más. Eso es conversión.
    Sí te arrepientes, la conversión ocurre. La conversión es el producto secundario del arrepentimiento. No debes arrepentirte de tus actos, porque eso no es verdadero arrepentimiento. Debes arrepentirte de todo tu ser. Sólo entonces es posible la transformación.
    Ahora, escucha estas palabras del evangelio:
    En aquellos días se presentó Juan el Bautista,
    predicando en el desierto de Judea.
    El nombre de Juan se ha convertido en Juan el Bautista. En toda la historia de la humanidad, ningún otro nombre ha llegado a estar tan conectado con el bautismo. Inició a cientos de buscadores, y su forma de iniciación era algo único. Los iniciaba en el Río Jordán. Primero meditaban con él por unos pocos días, pocos meses, o a veces, durante algunos años. Cuando estaban listos, les llevaba al río. Se paraban en el río y él derramaba agua sobre sus cabezas y algo transpiraba, algo sucedía en su ser más recóndito, y ya no eran los mismos que eran antes. Era un rito secreto, una ceremonia secreta. Algo era transferido del Maestro al discípulo. El agua era utilizada como instrumento.
    Han habido dos tipos de iniciación en el mundo. En una forma de iniciación se ha utilizado siempre el agua, y en la otra forma de iniciación se ha utilizado el fuego.
    En la India, el fuego ha sido utilizado durante siglos como medio de iniciación. Zaratustra empleaba el fuego como medio de iniciación.
    Juan el Bautista usó agua. Ambos se pueden usar, y ambos deben ser comprendidos. El agua y el fuego tienen cualidades diferentes; y sin embargo, están profundamente conectados. Son opuestos, pero complementarios. Si pones un recipiente con agua sobre el fuego, el agua desaparece, se evapora. Si arrojas agua sobre el fuego, el fuego desaparece.
    Son opuestos, pero en una profunda unidad. El agua fluye hacia abajo, el fuego fluye hacia arriba. En forma natural, el agua nunca irá hacia arriba; y en forma natural, el fuego nunca se dirigirá hacia abajo. Se mueven en diferentes dimensiones, en diferentes direcciones. Si algo debe descender sobre ti, el agua debe ser utilizada como instrumento, como vehículo. Si algo en ti debe ascender, el fuego será el instrumento, el vehículo.
    Juan el Bautista derramaba agua, y con el agua que caía … después de una larga preparación y meditación, todo tu ser se concentraba en el agua que caía y su frescura, que te refrescaría también por dentro. Y por medio del agua, el magnetismo de este hombre, Juan el Bautista, fluirá dentro de ti. El agua es un vehículo muy, muy vulnerable. Si un hombre que tiene poderes curativos en sus manos tan sólo toca el agua, el agua se convierte en una medicina curativa. Y el agua está profundamente relacionada con tu cuerpo; el ochenta por ciento o más de tu cuerpo no es otra cosa que agua.
    ¿Y has observado lo que la respiración produce en ti? La respiración trae fuego, es oxidación. Tu cuerpo es agua, tu respiración es fuego; existes con estas dos cosas. Cuando la respiración se detiene, el fuego desaparece: el cuerpo pierde calor y muere. Si el cuerpo pierde su agua, se pondrá demasiado caliente, enfebrecido y pronto morirás. Es necesaria una permanente y profunda comunión entre agua y fuego, un profundo equilibrio.
    Ingieres alimento a través de la comida, el fuego del sol llega a tu cuerpo. Respiras a través de la respiración, el oxígeno llega a tu cuerpo. Bebes agua; el cuerpo reemplaza continuamente su agua. Existes entre el fuego y el agua.
    Juan el Bautista usó el agua para traer algo desde lo alto a tu interior. Esa es una forma de iniciación. Hay una forma más elevada; llevar algo de tu interior hacia lo alto. Esa es la iniciación por fuego.
    En aquellos días se presentó Juan el Bautista,
    predicando en el desierto de Judea,
    y diciendo:
    Arrepentíos, pues está cerca el reino de los cielos.
    En todo momento está cerca el reino de los cielos. El reino de los cielos está cerca en este mismo instante; por lo tanto, es absolutamente urgente arrepentirse. Ese era el significado. ¡No pierdas ni un instante! porque si lo pierdes, nunca podrá ser recobrado, recuperado. Todo tiempo pasado está perdido. Pudo haber sido una profunda celebración de Dios. La desperdiciaste por nada, por sueños. Arrepentíos, pues está cerca el reino de los cielos.
    Yo os bautizo con agua para moveros al arrepentimiento,
    mas el que viene tras de mí es más grande que yo,
    y no soy digno de llevar sus sandalias :
    él os bautizará con Espíritu Santo y con fuego.

    Juan el Bautista preparó a la gente para que Dios pudiera descender en ellos. Después, Jesús preparó a la gente para que Dios pudiera ascender en ellos. Estas dos son las posibilidades: o asciendes hacia Dios o Dios desciende a ti. El descenso es más fácil, porque simplemente esperas receptivo, como un útero.
    Debes haberlo observado : Lao Tze nunca menciona el fuego, siempre habla del agua. Su método de iniciación era como el de Juan el Bautista. Por eso habla acerca de la mente femenina; uno tiene que volverse femenino para recibir. Tal como el agua desciende desde las nubes, así desciende Dios.
    “Jesús dice Juan el Bautista ” les bautizará con fuego. Les guiará a Dios; les ayudará a ir hacia arriba”. Es difícil vas de subida. Antes de poder ascender , debes primero aprender cómo ir hacia abajo. Antes de que uno esté listo para ser bautizado por fuego, tiene que estar dispuesto al bautismo por agua y haberlo llevado a cabo. Si no puedes ir hacia abajo, no podrás ir hacia arriba. Ir hacia abajo es muy fácil esperar y recibir es fácil pero si incluso eso te resulta difícil, ¿para qué hablar de ascender? Va a ser muy difícil.
    Por lo tanto, permite primero que Dios descienda a ti. En el momento en que Dios descienda en ti te volverás muy poderoso, porque ya no serás el mismo. Entonces, ir hacia arriba se vuelve muy fácil; puedes volar, puedes convertirte en fuego.
    Juan el Bautista preparó a la gente, preparó el terreno para que descendiera la semilla. Mira cuando tiras una semilla sobre la tierra, ésta desciende al interior de la tierra. Una vez que se rompe, comienza a subir hacia arriba. El primer acto es bautismo por agua; pones la semilla en la tierra, en donde desciende profundamente y descansa. La semilla no tiene nada que hacer; sólo tiene que descansar y todo sucede. Entonces una energía ascendente : la semilla empieza a moverse, brota, se convierte en un gran árbol, se dirige hacia el cielo.
    El árbol necesita agua todos los días, de modo que las raíces puedan hundirse más y más profundamente dentro de la tierra; y el árbol necesita sol, el fuego, de modo que las ramas puedan subir más y más. En los espesos bosques de África, los árboles crecen muy alto, porque los bosques son tan densos que si los árboles no crecen a gran altura, no alcanzan el fuego. Tienen que subir más y más, de modo de poder abrir su ser al sol y recibir el fuego. Si sólo le das agua al árbol, éste morirá; si sólo le das fuego, también morirá. El árbol no puede existir sólo con agua y no puede existir sólo con fuego, en un desierto. Requiere de una estrecha combinación.
    Por lo tanto, al principio es necesario un bautismo de agua; ésa es la primera iniciación. Después, es necesario un bautismo de fuego; ésa es la segunda iniciación. Y entre ambos, cuando se obtiene el equilibrio, está la trascendencia. Cuando el equilibrio está totalmente logrado, y ninguno de los dos es demasiado grande o demasiado pequeño justo en la debida proporción de pronto surge la trascendencia. En el equilibrio está la trascendencia.
    Yo os bautizo con agua para moveros al arrepentimiento;
    mas el que viene tras de mí es más grande que yo,
    y no soy digno de llevar sus sandalias:
    él os bautizará con Espíritu Santo y con fuego.

    El Espíritu Santo es sólo un símbolo del equilibrio. En el Cristianismo, el concepto de la tríada corresponde a la Trinidad. Dios, el padre; Cristo, el hijo pero éstos son dos polos, padre e hijo. Algo tiene que equilibrar a los dos: el Espíritu Santo. Ni es hijo ni es padre, sólo puro espíritu entre los dos el equilibrio. Entre el fuego y el agua, ocurre el Espíritu Santo.
    Estos son términos simbólicos; el Espíritu Santo no es un ser que se halle en algún sitio. El Espíritu Santo es la música, la armonía, entre los dos. El Espíritu Santo es el río entre dos orillas, Si lo buscas, no le encontrarás. El Espíritu Santo aparece cuando una dualidad desaparece en tu interior. La dualidad amor/ odio se extingue en tu interior un equilibrio repentino. No puedes decir si es amor, no puedes decir si es odio no es ninguno de los dos. Es algo totalmente desconocido, nunca lo has conocido antes … el Espíritu Santo ha sucedido.

    Y en aquellos días llegó Jesús de Galilea al Jordán
    en busca de Juan,
    para ser por él bautizado.
    Este debió ser uno de los momentos más excepcionales en la historia de la consciencia humana el Maestro iba a ser iniciado por el discípulo.

    Mas Juan se resistió a ello, diciendo:
    Yo debo ser por ti bautizado,
    ¿y tú vienesa mí?

    Unas pocas cosas antes de que podamos entender esto.
    Hasta el momento, Jesús había vivido una vida muy corriente. El era sólo el hijo de José el carpintero ayudaba a su padre en el taller, hacía las cosas corrientes que fuera necesario hacer. Nadie sabía nada de él, ni siquiera su familia se daba cuenta de lo que él era. Un velo le cubría, una nube que debía ser disipada.
    Estaba esperando el momento adecuado. Cuando el trabajo de Juan estuvo listo, cuando el terreno estuvo preparado, pudo acercarse a él. Entonces rompería el velo, y la nube desaparecería. Necesitaba entablar una relación con Juan, porque ésta era la única manera de conectarse con los discípulos de Juan; de otra manera., no habría vínculo.
    De inmediato, Juan se dio cuenta de la situación: “Este es el hombre que he estado esperando, éste es el hombre para quien he estado trabajando. El ha llegado”.
    Juan se resistió a ello, diciendo:
    Yo debo ser por ti bautizado,
    ¿y tú vienes a mí?
    “¿Y tú has venido a ser bautizado por mi” parece absurdo. Jesús está en un plano más elevado, el plano del fuego; Juan está en un plano inferior, el plano del agua. Juan aún no es un alma totalmente realizada. Ha obtenido su primer satori de otra manera, no hubiera sido capaz de trabajar para Jesús ; ha tenido su primer vislumbre de otra manera, no le hubiera sido posible reconocer a Jesús pero no ha obtenido la iluminación total, aún no es un Cristo.

    Yo debo ser por ti bautizado, ¿ y tú vienes a mí? No, se resistió; no me pidas esto.

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301
    Enviado: 19/03/2005 10:14

    A lo cual respondió Jesús, diciendo
    Déjame hacer ahora,
    pues es así como conviene
    que nosotros cumplamos toda justicia
    Entonces, Juan condescendió con él.
    Jesús dijo : “Deja que sea así, porque está escrito en las escrituras que sea de esta forma”. Jesús vivió como judío y murió como judío nunca fue un cristiano y se esforzó mucho por integrarse al medio judío. Lo intentó de varias maneras :
    En las viejas escrituras estaba escrito que el Mesías que viniera sería bautizado por un hombre llamado Juan, quien estaría bautizando a la gente cerca de] Río Jordán. Esta profecía había sido sostenida durante mucho tiempo. Jesús dijo : “Deja que sea así tal como está escrito en las escrituras”. Se esforzó mucho por volverse parte de la tradición, de modo que la revolución interior que intentaban impulsar no se perdiera en el desierto de la política.
    Sin embargo, a pesar de eso sucedió así; aún así se perdió en el desierto de la política, porque impulsar esa revolución interior casi equivale a pedirle lo imposible a la mente humana. La mente humana se aferra a lo viejo. Por eso es por lo que Jesús está diciendo : “Deja que sea así. Por favor bautízame, y así no pareceré un extraño y un intruso; así llegaré a formar parte de la tradición, y desde adentro podré trabajar hacía afuera, desde adentro podré crear una gran revolución. Me gustaría trabajar desde adentro”.
    Pero no es así como se iban a dar las cosas. Jesús lo intentó, pero fue imposible; Buda lo intentó, y fue imposible. Buda siguió siendo un Hindú toda su vida sólo quería crear una revolución en la mente Hindú, desde adentro pero apenas comenzó a decir cosas, la mente tradicional se puso alerta.
    He oído una historia. Había una iglesia muy vieja muy antigua, muy bella, venerada por la tradición, pero casi en ruinas. Existía el peligro de que se desmoronara en cualquier instante. Los fieles habían dejado de entrar, en cualquier momento podía caerse. Ni siquiera los fiduciarios de la iglesia se reunían en ella: se reunían en algún otro sitio para decidir las cosas de la iglesia.
    Pero no querían destruirla. Consultaron a grandes arquitectos, pero todos sugirieron que el edificio era demasiado peligroso, que estaba más allá de toda reparación. Tenía que ser destruida, y debía construirse una nueva iglesia. Estaban muy reacios no querían que se destruyera; era muy antigua, tenía una larga tradición, había llegado a ser parte de su ser; destruir la iglesia parecía una auto destrucción a regañadientes propusieron un encuentro de los fiduciarios, y llegaron a tres resoluciones. Son hermosas.
    La primera resolución que la iglesia, la vieja iglesia, debía ser destruida, y que debía construirse una nueva iglesia fue aprobada unánimemente. La segunda resolución que continuarían orando en la vieja iglesia hasta que la nueva fuera construida fue aprobada unánimemente. Y la tercera resolución que la nueva iglesia debía ser construida exactamente en el mismo punto donde estuvo la vieja … ¡y con las piedras de la vieja iglesia! fue aprobada unánimemente.
    así es como funciona la mente tradicional. Se aferra y se aferra aunque resulte contradictorio, se sigue aferrando. Rehuye ver la contradicción. Trata de no ver a la muerte, que ya ha hecho su aparición, evita ver que el cuerpo ya no está vivo es un cadáver: apesta, se está deteriorando.
    Jesús trató de relacionarse con la vieja mente. Le dice a Juan: “Bautízame. Deja que sea así. Déjame hacer ahora, pues es así como conviene que nosotros cumplamos toda justicia” Entonces, Juan condescendió con él.
    Juan entendió su punto de vista; de otra manera, Jesús hubiera sido un extraño desde el principio y las cosas hubiesen sido casi imposibles.
    Aún así, todo fue un imposible pero nadie puede decir que Jesús no lo intentó; nadie puede decir que Buda no lo intentó. Hicieron todo lo que pudieron para convertirse en una continuación de lo antiguo, de lo viejo, de lo tradicional. No deseaban una revolución en contra de la tradición, sino en ella. Pero eso nunca sucedió; la vieja mente es, realmente, muy, muy obstinada, testaruda.
    Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua.
    Y he aquí que se le abrieron los cielos,
    y vio bajar al Espíritu de Dios a manera de paloma
    y posarse sobre él.

    La iniciación por agua, el bautismo por agua. Jesús vio descender a Dios: Y he aquí que se le abrieron los cielos, y vio bajar al Espíritu de Dios a manera de paloma y posarse sobre él.
    Y he aquí que se oyó una voz venida de los cielos
    que decía:
    Este es mi Hijo bienamado
    en quien mucho me complazco.
    Jesús salió del río apenas fue bautizado por Juan, y esta visión sucedió en la orilla. La visión no fue un sueño, porque Juan también fue testigo de ella y no sólo Juan: unos pocos discípulos que estaban presentes en la orilla también lo fueron. Fue una realidad objetiva; todo el mundo vio descender a algo similar a una paloma muy tranquila, pura … un pájaro blanco celestial descendiendo y posándose sobre Jesús, como si el cielo se abriera. Es así como ocurre: cuando te abres al cielo, el ciclo se abre a ti. Y en realidad, el cielo ha estado siempre abierto para ti; sólo que tú no estabas abierto.
    Hasta ahora, Jesús había vivido una vida encerrada. Fue bueno, lo necesitaba; de otra manera, habría estado en peligro desde el principio. Los Cristianos no tienen registros acerca de la juventud de Jesús, de lo que sucedió en su juventud. Debió de vivir en absoluto anonimato. Nadie sabía de él era sólo un joven corriente, como cualquier otro. Su ministerio duró sólo tres años : cuando Juan le bautizó tenía treinta años, y cuando fue crucificado tenía treinta y tres. La mente antigua, vieja, tradicional, no pudo tolerarle por más de tres años : en el plazo de tres años fue crucificado. Esa es la razón por la que vivió en absoluto anonimato, no revelando su identidad un hombre corriente entre otros mortales corrientes.

    Pero cuando fue bautizado, reveló de inmediato quién era, por primera vez. Juan fue testigo de ello, y unos pocos discípulos en la orilla también lo fueron.
    La cualidad de los seres de Juan y de Jesús eran muy diferentes. Juan era un profeta fiero, y Jesús era un mensajero de la paz. Poco después, Juan fue arrestado y encerrado en la cárcel, y Jesús comenzó a predicar. A Juan le llegaban noticias; no podía creerlas, porque Jesús estaba diciendo cosas que él nunca creyó que dijera. Poco a poco las diferencias llegaron a ser tan grandes que hasta Juan que había iniciado a Jesús y que había visto con sus propios ojos al cielo abrirse y a la paloma descender hasta él llegó a sospechar.
    En los últimos días de su vida, antes de ser decapitado, envió una nota a Jesús, una pequeña nota en que preguntaba ¿Eres realmente el que estábamos esperando`?. Llegó a sospechar, porque este hombre estaba diciendo otra cosa, algo totalmente diferente. “Sé humilde”, decía este hombre. “Bienaventurados son los humildes, porque ellos heredarán la tierra”. Juan no era un hombre humilde; era, en realidad, muy orgulloso un hombre muy fuerte, que creía poder revolucionar al mundo entero, que estaba casi loco con su fortaleza y Jesús estaba diciendo, “Benditos sean los pobres …” Juan debió pensar, “¿ Que tonterías esta hablando este hombre?
    Jesús decía, “Si alguien te abofetea en una mejilla, dale la otra mejilla” algo totalmente distinto del pensamiento de Juan. Jesús decía, “Si alguien te roba el abrigo, dale también la camisa”. ¿ Cómo va este hombre a producir la revolución? Estas no son enseñanzas revolucionarias.
    Estas son las únicas enseñanzas revolucionarias. Pero Juan no pudo entenderlas; tenía sus propias ideas sobre la revolución. Podía haber entendido a Lenin, podía haber entendido a Trotsky, podía haber entendido a Marx; pero no pudo entender a Jesús, su propio discípulo. El problema se originaba en un tipo de revolución totalmente diferente. Una revolución es social; la traen la violencia, la agresión; es, de alguna manera, forzada. Otra revolución es la del corazón; no la produce la fuerza ni siquiera la disciplina es necesaria. Surge a través de la espontaneidad, a través del entendimiento.
    Jesús estaba trayendo al mundo una clase de revolución totalmente nueva. Nadie había hablado antes de esa revolución. Por eso es por lo que digo que Jesús representa un momento crucial en la historia de la consciencia humana aún más que Buda. Había habido muchos otros como Buda, que decían las mismas frases; él no era nuevo. Puede que haya sido el final de una larga procesión de Budas, pero no fue el primero.
    Jesús trajo algo totalmente nuevo a la tierra; él inició una nueva línea, una nueva búsqueda, una nueva indagación. Juan no pudo entender. Lao Tse, si hubiera estado allí, habría comprendido pero no Juan. Juan era un tipo de hombre totalmente diferente. En sus últimos días estuvo muy preocupado quizás algo había andado mal : “¿ Me ha traicionado este discípulo o qué ?”. Envió una nota : ” ¿Eres el que estábamos esperando ?”. Cuando tienes una idea determinada acerca de algo, eso se transforma en una barrera para comprender . ¿ Para qué hablar de los demás? ni siquiera Juan pudo entender cabalmente a Jesús.
    He oído una historia : había un mercader muy rico que solía viajar alrededor del mundo recolectando seda, especies y perfume. En estos tres rubros era uno de los mercaderes más completos : sabía dónde comprarlos a bajo precio en qué mercados del mundo y dónde venderlos y obtener buenos beneficios. Había tenido buenas ganancias. Ese era su único interés; descubrir más y más acerca de perfumes y especies.
    Un día, pasando por una ciudad, alguien le dijo que allí vivía un hombre muy sabio : “Cualquiera sea tu pregunta, él siempre es de “ayuda”.El mercader pensó : “Quizás sabe algo de seda, especies y perfume. Quizás me pueda ayudar a encontrar algún mercado en donde obtenga precios aún más bajos”.
    Fue a ver al sabio. Antes de que preguntara siquiera, el sabio dijo : “Sí, ya sé. Ve al Norte, a los Himalayas”, y le indicó una cima particular a donde debía ir. “Ve a la cima y siéntate allí durante tres días. En esos tres días verás algo que nunca has visto antes. Entonces regresa”.
    El hombre se precipitó. Tenía el caballo más rápido del país: corrió a las montañas y encontró la cima. Durante tres días estuvo allí sentado, ayunando, orando, mirando a su alrededor y soñando con seda, especies y perfume. Esperaba que alguna puerta desconocida se abriera y llegar así a adueñarse de toda la seda del mundo, de todas las especies, de todos los perfumes, En esos tres días le sería entregada la llave. Esperó y esperó; fantaseó, soñó. Ni siquiera pudo ver el hermoso valle que tenía a su alrededor, o el hermoso y tranquilo río que corría, sin ruido alguno, por las inmediaciones. No podía oír cantar a los pájaros por la mañana, no podía ver el hermoso crepúsculo. No podía ver nada, porque estaba en espera de algo, tenso y lleno de sueños.
    Pasaron tres días y nada ocurrió. Estaba muy irritado y furioso. Corrió a ver al sabio y le dijo: “No pasó nada. No pude ver nada que no hubiera visto antes. ¿Qué anduvo mal?
    El sabio rió y dijo: “Tu concepto de la riqueza”. Después dijo, “No vayas al valle de nuevo, nunca lo encontrarás; pero había diamantes a todo lo largo de la orilla del río. No eran piedras, eran diamantes. Pero no los viste”.
    Entonces el hombre recordó, a través de su propio sueño: había visto algo vago, tenue, nebuloso pero había visto algo. Sí, por la mañana, con los rayos del sol, muchas veces había vislumbrado muchas piedras resplandecientes. Pero él tenía su propio concepto acerca de la riqueza.
    Incluso Juan tenía su propio concepto de revolución, de lo que la religión es. Llegó a sospechar. Pero él fue un testigo el día en que Jesús fue bautizado. Había visto al cielo abrirse.
    Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua.
    Y he aquí que se le abrieron los cielos,
    y vio bajar al Espíritu de Dios a manera de paloma
    y posarse sobre él.
    La paloma es uno de los símbolos más antiguos del silencio, de la paz, de la pureza, de la armonía. ¿Has visto alguna vez el descenso de una paloma? Observa a una paloma descendiendo … en el descenso mismo sentirás que un silencio rodea a la paloma. Por eso es por lo que se ha convertido en un símbolo.
    Jesús es paz, silencio. No es guerra, no es revolución en el sentido ordinario de la palabra , no es violencia. Es el hombre más humilde y más puro que jamás haya vivido sobre la tierra.
    El bautismo por agua siempre trae el descenso del espíritu más puro. Siempre está a tu alrededor, en el momento en que estás listo, desciende a ti. Está lloviendo todo el tiempo, es sólo que tu recipiente está al revés. No puedes acogerlo, porque tu recipiente está al revés. Una vez que tu recipiente está derecho, eres llenado de inmediato. En profunda iniciación, el Maestro trata de poner tu recipiente en la posición correcta.
    La ciencia de la iniciación está completamente perdida en Occidente. También está casi perdida en el Oriente. En el Occidente está perdida porque allí nunca existió en su totalidad. A Occidente sólo llegaron fragmentos del Oriente. En el Oriente se ha extraviado porque se ha transformado en algo casi muerto; todo el mundo sabe de ella … y nadie sabe de ella. Se ha convertido en algo comercial; puedes ir y ser iniciado por cualquiera.
    La iniciación no es tan simple. Sólo puedes ser iniciado por alguien que haya obtenido al menos el primer satori, el primer samadhi.
    Existen tres satoris. El primer satori implica un vislumbre desde muy lejos; has visto los Himalayas a la distancia, brillando al sol. Ese es el primer satori. El segundo satori ocurre cuando has alcanzado la cima. Has llegado. Y el tercer satori ocurre cuando la cima y tú han llegado a ser uno solo. Ese es el último, el supremo, el samadhi.
    El que te inicie debe al menos haber alcanzado el primero. Si no ha obtenido el primero, la iniciación es falsa. Esto es en lo que al Maestro respecta; tiene que haber obtenido al menos el primer satori.
    Y es mucho lo que del discípulo se requiere; a menos que esté preparado a través de meditación y purificación profundas, a través de catarsis y limpieza profundas , a pesar de la presencia del Maestro, no le permitirás poner tu recipiente en la posición correcta. Te resistirás, no te entregarás, no estarás en actitud de dejarte ir. El discípulo debe sentir profunda confianza; sólo entonces puede el Maestro hacer algo en el ser interior del discípulo. Es un gran vuelco, una conversión; así que es mucho lo que del discípulo se requiere. Sólo entonces es posible la iniciación.
    Hace poco estaba leyendo una historia acerca de un buscador que fue a ver a Bayazid, un gran Maestro. El buscador le dijo, “Por favor, permíteme ser parte de tu familia,’.
    Bayazid respondió, “Pero debes cumplir con algunos requisitos. Si realmente deseas ser un discípulo, son. muchas las tareas que tendrás que hacer”.
    El buscador preguntó, “¿Cuáles son estas tareas ?
    El Maestro le dijo: “Primero se acerca el invierno. Tendrás que ir al bosque y recolectar y partir leña para el invierno. Después, empezarás a trabajar en la cocina. Y después de eso, te mostraré qué hay que hacer”.
    El buscador dijo, “Pero yo estoy en busca de la verdad. ¿De qué me va a servir trabajar en el bosque y cortar leña? ¿Qué relación existe entre partir leña y alcanzar la verdad? ¿Y trabajar en la cocina? ¿Qué quieres decir? Soy un buscador “.
    El Maestro le respondió: Entonces ve a buscar en algún otro sitio, porque aquí me tendrás que escuchar. Aunque la demanda parezca absurda, tendrás que cumplirla. Así es como llegarás a estar preparado para dejarte ir. Sé que cortar leña no tiene nada que ver con la verdad, pero estar dispuesto a cortarla porque el Maestro lo ha pedido tiene algo que ver algo con la Verdad. Sé que trabajar en la cocina no guarda relación alguna con la verdad; tanta gente esta trabajando, cada ama de casa lo está haciendo si ésa fuera la manera de alcanzar la verdad, todo el mundo la habría alcanzado. No tiene nada que ver con la verdad, pero cuando te digo que lo hagas, tienes que hacerlo con profundo amor y confianza. Eso te preparará, eso tiene algo que ver con la verdad. Pero no puedo revelártela ahora mismo; tendrás que esperar.
    De mala gana, el buscador dijo, “De acuerdo, pero también quisiera saber, ¿Cuáles son los deberes del Maestro?”.
    El Maestro respondió, “El deber del Maestro es sentarse y ordenar”.
    El discípulo respondió, “Entonces, por favor ayúdame a ser un Maestro, entréname para llegar a ser un Maestro. Estoy listo”.
    El ego siempre busca su propio realce, El ego es la barrera; es debido al ego que tu recipiente está al revés. La lluvia sigue cayendo, y tú sigues estando vacío.

    En lo que atañe al discípulo, la iniciación significa permitir que el Maestro haga lo que sea incondicionalmente. Y, por parte del Maestro, sólo puede llevarla a cabo si ha obtenido al menos el primer satori. De otra manera, puedes ser Iniciado por mil y un Maestros y no obtendrás nada Cuando estas dos cosas se cumplen, cuando estos dos requisitos se satisfacen, sucede una comunión entre el Maestro y el discípulo.
    Esa comunión sucedió aquél día. Jesús fue abierto, como dicen en el Subud. Jesús fue abierto por Juan el Bautista, y el Espíritu de Dios descendió sobre él como una paloma:
    Y he aquí que se oyó una voz venida de los cielos
    que decía:
    este es mi hijo bienamado,
    en quien mucho me complazco.
    Esto ocurre siempre. Siempre es escuchado aquél que se abre al cielo. En lo profundo del corazón re suena: este es mi hijo bienamado, en quien mucho me complazco.
    Esto ha sido mal interpretado por el Cristianismo. Creen que Jesús es el único hijo de Dios disparatado. Toda la existencia proviene de Dios, toda la existencia está relacionada con Dios, como el hijo con el padre.
    Hay que comprender unas pocas cosas. Hubiese sido mejor que hubiésemos concebido a Dios como madre, porque el hijo tiene lazos más estrechos con la madre. Vive en el útero, es parte de la madre sangre, huesos, carne y todo el resto. Poro es muy significativo el concebir a Dios como Padre. No es infundado.
    El padre es indirecto, la madre es directa. Sabes quién es tu madre; sólo crees saber quién es tu padre. La madre sabe con certeza que tú eres su hijo, pero el padre lo cree. El padre es indirecto, la madre es muy directa. Y Dios no es tan directo, Dios es muy indirecto. El te engendró. Eso significa que estás ligado a El, pero la relación es de confianza; una creencia, una profunda fe. Sólo llegarás a conocer a tu padre cuando confíes.
    La maternidad es más un hecho científico, empírico; la paternidad es un hecho más poético que empírico. La madre está muy cercana demasiado, en realidad; el padre está muy lejos, en alguna parte del cielo, allá arriba. Sentir algo por la madre es instintivo; sentir algo por el padre … uno tiene que aprenderlo. La madre ya está allí. Dios debe ser descubierto.
    Por lo tanto, el símbolo del padre es también muy significativo, lleva significados ocultos. Y cuando quiera que a alguien le ocurre que el corazón se le abre y la paloma desciende, esto es lo que se oye: Este es mi hijo bienamado, en quien mucho me complazco.
    ¿Por qué está Dios tan complacido? Volviste a casa. Erraste el camino, hiciste toda clase de cosas ajenas a tu ser. Te has arrepentido, has vuelto a casa.
    Toda la existencia está complacida. Toda la existencia se complace cuando sea que alguien se convierte en un Cristo o un Buda; toda la existencia lo celebra, pues aunque sea sólo una persona la que se convierte en un Buda o un Cristo, toda la existencia se vuelve, de algún modo, más consciente y alerta.
    Ciertamente, el mundo era diferente antes de Jesús que después de Jesús. Los árboles estaban más alertas después de Jesús, y las rocas estaban más vivas después de Jesús, debido a que su consciencia, la realización de su consciencia, se extendió por toda la existencia. Tiene que ser así. Las flores florecerán más. Puede que no estén conscientes, pero la calidad de lo total ha cambiado. Si sólo una gota de consciencia alcanza a Dios, la totalidad del océano ya no puede ser el mismo. Esa sola gota ha elevado el ser de la totalidad; la cualidad es diferente.
    No puedes imaginarte a ti mismo si no hubiera habido un Buda, un Cristo o un Krishna. Quita tan sólo doce nombres de la historia y toda la historia desaparecerá. La humanidad ya no estará allí. Y la existencia que conoces a tu alrededor no estará ahí. Estarás mucho más adormecido e inconsciente, te habrás alejado aún más del camino. Serías mucho más violento, agresivo; la luz tenue de amor que late en tu corazón no estará ahí, la gracia que a veces aparece en tus ojos no estará ahí. Tus ojos se parecerían más a los de los animales feroces, violentos.
    Pero cuando ha ocurrido un Jesús, sus ojos se vuelven parte de tus ojos una parte minúscula, pero una parte. A veces sucede que esa parte se extiende a la totalidad de tus ojos, y miras a la existencia de una manera totalmente diferente. El mundo permanece igual, pero tus ojos cambian; y con tus ojos, la totalidad cambia.
    Una parte muy pequeña de tu corazón se ha convertido en Buda con Buda, en Cristo con Cristo, en Krishna con Krishna. Sé que es una parte muy pequeña; pero con ella, la posibilidad de crecer existe. Busca en lo profundo de ti a la parte que ha sido contribuida por Cristo o por Buda. Protégela, ayúdala a crecer, sacrifica todo lo que tienes para que crezca, y te encontrarás en el camino adecuado. Permite que esa parte gane, permite que esa parte salga victoriosa, permite que el Galileo triunfe dentro de ti e inmediatamente cuando quiera que esa parte resulte victoriosa tú también oirás: Y he aquí que se oyó una voz venida de los cielos que decía: éste es mi Hijo bienamado, en quien mucho me complazco.,