El libro naranja (Osho tercera parte final)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 03/01/2005 7:43

ORACIÓN

No hay nadie que oiga tus oraciones. Tu oración es simplemente un monólogo: le estás rezando al cielo abierto.
Nadie va a premiarte por tus oraciones, recuérdalo… si realmente sabes qué es la oración, la oración misma es su propia recompensa.
No hay nadie más que te premie; el premio no está allí en el futuro, ni tampoco en la vida posterior.
Pero el orar en si es un fenómeno tan hermoso que ¿a quién le importa el futuro y a quién le puede interesar una recompensa? La idea de un premio es codiciosa.
La oración en sí es una celebración tal, trae alegría y éxtasis tan grandes, que uno reza por el amor a la oración… uno no reza por miedo, uno no reza por codicia… uno reza porque lo disfruta. A uno ni siquiera le importa si hay o no un Dios.
Si te gusta bailar, no preguntas si hay Dios o no. Si disfrutas el baile, simplemente bailas: no te interesa si alguien está o no viendo el baile desde el cielo. Si las estrellas y el sol y la luna van a premiarte por el baile, a ti no te importa. El baile, en sí mismo, es un premio suficiente.
Si te gusta cantar, cantas; si alguien escucha o no, eso no es lo importante. Lo mismo ocurre con la oración.
Es un baile, es una canción, es música, es amor.
Tú la disfrutas y ahí se acaba… La oración es el medio y la oración es el fin.
El fin y el medio no están separados, sólo entonces sabes lo que la oración es.
Cuando yo hablo de oración, me refiero a una apertura hacia Dios.
No es que tengas que decir algo, no es que tengas que pedir algo, sino sólo producir una apertura, de manera que si El quiere darte algo, tú te halles receptivo.
Una espera profunda, pero sin deseo, eso es lo que necesitas… Una sensación expectante de urgencia, como si algo fuera a suceder en cualquier momento.
Estás excitado por la posibilidad de lo desconocido, pero no tienes ningún deseo. No dices que esto debe suceder o que aquello no debe suceder… Si pides, la oración se corrompe.
Cuando no pides, cuando simplemente permaneces en silencio, pero abierto, listo para ir a cualquier sitio, listo hasta para morir, cuando estás simplemente en receptividad, en un ánimo pasivo y de bienvenida: es entonces cuando ocurre la oración.
La oración no es algo que uno puede hacer, no tiene nada que ver con el hacer. No es una acción o una actividad: es un estado de la mente.
Si quieres hablar, habla, pero recuerda: lo que digas no va a afectar a la existencia. Te afectará a ti, y puede que eso sea bueno, pero la oración no va a cambiar el parecer de Dios. Puede que te cambie a ti; pero si no te está cambiando, entonces es un truco. Puedes seguir rezando durante años, pero si esto no te cambia, abandónalo, tíralo, es basura, no la cargues más.
La oración no va a cambiar a Dios. Tú siempre piensas que si rezas, Dios cambiará su parecer, y te será más favorable. EL se inclinará un poco hacia tu lado.
No hay nadie que te esté escuchando. Este amplio cielo no puede escuchar… este vasto cielo puede estar contigo si tú estás con él… no hay otra manera de orar.
Yo también sugiero orar; pero la oración debe ser sólo un fenómeno de energía: no un fenómeno entre un devoto y Dios, sino que un fenómeno de energía.
Dios es una estratagema para enseñarte a orar. Cuando hayas aprendido a orar, olvídate totalmente de Dios. La oración en sí es suficiente, más que suficiente.

LA MEDITACIÓN DE LA ORACIÓN

E
s mejor hacer esta oración de noche, en un cuarto oscuro, yendo a dormir inmediatamente después; o bien, puede ser hecha en la mañana, pero a continuación deberás descansar durante quince minutos.
Este descanso es necesario: de otra manera, te sentirás como borracho, aletargado.
Esta fusión con la energía es oración. Te cambia, y cuando tú cambias, la existencia entera cambia.
Levanta ambas manos hacia el cielo, las palmas mirando hacia arriba, cabeza arriba, sintiendo que la existencia fluye en ti.
Cuando la energía fluya por tus brazos hacia abajo, sentirás un suave estremecimiento: sé como una hoja que tiembla en la brisa. Permítelo, ayúdalo. Entonces permite a tu cuerpo entero vibrar con la energía, y deja que suceda lo que sea.
Sientes otra vez una corriente con la tierra… tierra y cielo, arriba y abajo, yin y yang, masculino y femenino… flotas, te mezclas, te abandonas completamente… tú no eres.
Te vuelves uno… te fusionas.
Después de dos o tres minutos, o cuando quiera que te sientas completamente lleno, inclínate hacia la tierra y besa la tierra.
Simplemente te transformas en un vehículo para permitir que la energía divina se una con la de la tierra.
Estas dos etapas deben ser repetidas seis veces más, de manera que cada uno de los chackras pueda desbloquearse. Puede hacerse más veces, pero si haces menos te sentirás intranquilo e incapaz de dormir.
Ve a dormir en ese mismo estado de oración.
Quédate dormido y la energía estará allí.
Estarás fluyendo con ella al quedarte dormido. Esto te ayudará en gran medida, porque entonces la energía te rodeará la noche entera y continuarás trabajando.
Por la mañana te vas a sentir más fresco de lo que te hayas sentido nunca antes, más vital de lo que te hayas sentido nunca antes.
Un nuevo brío, una nueva vida comenzará a penetrarte, y todo el día te sentirás lleno de una nueva energía… una nueva vibración… una nueva canción en tu corazón y un nuevo baile en tus pasos.

LATIHAN

P
árate en una postura relajada y espera que Dios, que el Todo, trabaje en ti. Entonces haz lo que sea que quieras hacer, en un ánimo profundamente lleno de oración: “Me entrego a tu voluntad”. Y sólo relájate.
Es tal como cuando la gente hace escritura automática.
Mantienen la pluma en sus manos y esperan. De pronto, alguna energía posee la mano y la mano comienza a moverse.
Están sorprendidos: ¡su propia mano se está moviendo y ellos no la están moviendo!
Espera en esa misma actitud, y después de tres o cuatro minutos, verás de pronto que algunos espasmos llegan al cuerpo y que la energía desciende en ti. No te asustes, porque esto es muy escalofriante. Tú no lo estás haciendo. De hecho, eres sólo un testigo; está sucediendo.
Muévete con esto. El cuerpo comenzará a adoptar muchas posturas: moviéndose… bailando… meciéndose… temblando… sacudiéndose; muchas cosas sucederán.
Sigue permitiendo; no sólo permitiendo, sino cooperando. Entonces, llegarás exactamente a lo que nosotros llamamos Sahaj Yoga.
El Latihan no es nada nuevo. La palabra es nueva. El Subud no es nada nuevo. Es sólo una nueva versión del Sahaj Yoga: Yoga espontáneo.
Le dejas todo a lo divino, porque la mente es engañosa. Pronto verás la diferencia, porque serás sólo un observador. Te sorprenderás porque tu cuerpo se estará moviendo y tú no lo estarás moviendo en absoluto.
Después de algunos días de relajarte en esto, aun cuando quieras detenerlo, de pronto no te será posible hacerlo; verás que estás poseído.
Así que uno tiene que rezar al principio y decir: ¡Por veinte minutos, toma posesión de mi ser y haz cualquier cosa que quieras hacer: que se haga tu voluntad, que venga tu reino!
Deja que esa actitud esté allí, y solo relájate. Dios comenzará a bailar en ti, y adoptará muchas posturas.
Las necesidades del cuerpo serán satisfechas, pero no sólo eso: algo más alto que el cuerpo… más grande que el cuerpo… algunas necesidades profundas de la conciencia, serán satisfechas.

MEDITACIÓN GOURISHANKAR

E
sta técnica consiste en cuatro etapas de 15 minutos cada una.
Las primeras dos etapas preparan al meditador para el Latihan espontáneo de la tercera etapa.
Osho ha dicho que si la respiración es hecha en forma correcta en la primera etapa, el dióxido de carbono formado en el torrente sanguíneo te hará sentir tan elevado como el Gourishankar (Monte Everest).

Primera etapa: 15 minutos.

Siéntate con los ojos cerrados, inhala profundamente a través de la nariz, llenado los pulmones.
Retén la respiración lo más posible y luego exhala suavemente a través de la boca; entonces mantén los pulmones vacíos lo más posible.
Continúa este ciclo de respiración a través de la primera etapa.

Segunda etapa: 15 minutos.

Vuelve a la respiración normal y con una mirada relajada, mira una vela o una luz parpadeante azul.
Mantén tu cuerpo quieto.

Tercera etapa: 15 minutos.

Con los ojos cerrados, ponte de pie y deja que tu cuerpo esté suelto y receptivo. Sentirás que las energías sutiles mueven tu cuerpo más allá de tu control normal. Permite que este Latihan suceda.
No hagas tú el movimiento; deja que el movimiento suceda, suave y elegantemente.

Cuarta etapa: 15 minutos.

Tiéndete con los ojos cerrados, silencioso y quieto.

Las primeras tres etapas deben ser acompañadas por un continuo y rítmico golpe, preferiblemente en combinación con una música de fondo que produzca calma.
El ritmo debe ser siete veces más rápido que el latido normal del corazón y, si es posible, la luz parpadeante debería ser un estraboscopio sincronizado.

MEDITACIÓN DEVAVANI

D
evavani es la Voz Divina que se mueve y habla a través del meditador, quien se convierte en una vasija vacía, en un canal. Esta meditación es un Latihan de la lengua.
Relaja la mente consciente tan profundamente que, de ser la última cosa que hagas en la noche, puedes estar seguro de que tu sueño será profundo.
Hay cuatro etapas de quince minutos cada una.
Mantén tus ojos cerrados durante la meditación.

Primera etapa: 15 minutos.

Siéntate en silencio, preferiblemente oyendo música suave.

Segunda etapa: 15 minutos.

Comienza a hacer sonidos sin sentido, por ejemplo: “la… la… la…”, y continúa hasta que surjan sonidos desconocidos similares a palabras. Estos sonidos deberán provenir de la poco conocida parte del cerebro usada cuando eras niño, antes de que las palabras fueran aprendidas. Permite una entonación suave de conversación: no llores o grites, rías o chilles.

Tercera etapa: 15 minutos.

Ponte de pie y continúa hablando, permitiendo que tu cuerpo entero se mueva suavemente y en armonía con los sonidos. Si tu cuerpo está relajado, las energías sutiles crearán un Latihan fuera de tu control.

Cuarta etapa: 15 minutos.

Recuéstate y quédate quieto y en silencio.

Lo único que hay que recordar es que esos sonidos o palabras no deben ser de ningún idioma que conozcas. Si sabes inglés, alemán o italiano, entonces no deben ser italianas, alemanas o inglesas. ¡Cualquier otro idioma que no conozcas está permitido: tibetano, chino, japonés! Pero si sabes japonés, entonces no está permitido: ¡entonces el italiano es maravilloso! Habla cualquier lengua que no conozcas. Estarás en dificultades por algunos segundos sólo durante el primer día, porque: ¿cómo hablar una lengua que no conoces? Puede hablarla, y una vez que comiences, ocurrirá todo tipo de sonidos y palabras sin sentido, sólo con apagar la parte consciente y permitir que el inconsciente hable.
Cuando el inconsciente habla, el inconsciente no conoce idioma alguno.
Es un método muy, muy viejo. Viene del Viejo Testamento. En esos días lo llamaban glosalalia. Algunas iglesias en América aún lo usan. Lo llaman “hablando en lenguas”. Y es un método maravilloso, uno de los más profundos y penetrantes en el inconsciente.
No lo hagas febrilmente, deja que sea una energía profunda… profundamente reconfortante…nutriente, un sonsonete. Disfruta, mécete; si sientes el impulso de bailar, baila. Pero todo tiene que ser muy elegante: eso debes recordarlo. No tiene que ser catártico.

AMOR

L
a meditación es bajar al corazón; y cuando bajas al corazón, surge el amor.
El amor siempre sigue a la meditación, y viceversa también es cierto.
Si te conviertes en un amante, la meditación vendrá. Van juntos.
Son un solo tipo de energía, no son dos.
O bien meditas y te convertirás en un gran amante: vas a tener un gran fluido de amor a tu alrededor, te inundarás de amor.
O comienzas por convertirte en un amante, y luego encontrarás esa cualidad de conciencia llamada meditación en donde los pensamientos desaparecen… en donde el pensar ya no nubla tu ser… en donde la bruma del sueño que te rodea ya no está allí…

La mañana ha llegado, estás despierto, te has convertido en un Buda.

Para la gente que nunca ha amado,
la meditación resulta ser algo muy,
muy difícil.

LOS AMORES ILUSORIOS DESAPARECERÁN

C
uando te movilizas en un peregrinaje interno, las energías se vuelven hacia adentro, las mismas energías que se estaban moviendo hacia fuera.
La dificultad se presenta porque no estás realmente interesado en estar relacionado… estás más interesado en ser tú mismo, y todas las relaciones aparecen como una dependencia, una esclavitud. Pero esta es una fase pasajera: no la transformes en una actitud permanente.
Tarde o temprano, cuando estés nuevamente asentado en tu interior, estarás desbordándote de energía y querrás relacionarte otra vez.
De manera que la primera vez que la mente se vuelve meditativa, el amor aparece como una atadura.
En cierta forma es verdad, porque la mente que no es meditativa no puede estar realmente en amor.
Ese amor es falso, ilusorio; más un engreimiento que amor. Pero no tienes nada con qué compararlo a menos que ocurra lo real; así, cuando la meditación comienza, el amor ilusorio se disipa; desparece poco a poco. Lo primero, no te descorazones. Y lo segundo: no lo transformes en una actitud permanente. Estas son dos posibilidades.
Si te descorazonas porque tu vida amorosa está desapareciendo y te aferras a ella, eso se convertirá en una barrera en tu viaje interno. ¡Acéptalo!
Ahora la energía está buscando un nuevo camino… y por algunos días no estará disponible para el movimiento externo, para actividades.
Si alguien es un creador y medita, toda creatividad desaparecerá por un tiempo. Si eres un pintor, de pronto dejarás de estar interesado en ello. Puedes continuar, pero poco a poco no tendrás energía ni entusiasmo. Si eres un poeta, la poesía se detendrá. Si eres un hombre que ha estado enamorado, esa energía simplemente desaparecerá. Si tratas de forzarte a ti mismo para entrar en una relación, para ser el que eras antes, esa imposición será muy, muy peligrosa.
Entonces estás haciendo una cosa contradictoria: por un lado estás tratando de ir hacia adentro y, por otro lado, tratando de ir hacia fuera.
Es como si estuvieras guiando un auto: presionando el acelerador y, al mismo tiempo, presionando el freno. Puede ser un desastre, porque estás haciendo dos cosas opuestas al mismo tiempo.
La meditación está solamente en contra del amor falso. Lo falso desaparecerá, y esa es una condición básica para que lo real aparezca. Lo falso debe irse, lo falso debe dejarte completamente; sólo entonces estarás disponible para lo real.
La segunda cosa, que también es un peligro muy grande, es que lo puedes convertir en un estilo de vida. Esto le ha sucedido a mucha gente.
Ellos están en los monasterios: monjes viejos, personas religiosas ortodoxas que han hecho un estilo de vida del no estar involucrado en una relación amorosa…
Ellos creen que el amor está en contra de la meditación, y que la meditación está en contra del amor, y eso no es cierto. La meditación está en contra del amor falso, pero está totalmente a favor del amor verdadero.
Una vez que estás asentado, cuando no puedes ir más adentro, has alcanzado el núcleo de tu ser, el fondo de la roca: entonces estás centrado.
De pronto la energía está disponible, pero ahora no hay ninguna parte a donde ir.
El viaje externo se detuvo cuando comenzaste a meditar, y ahora el viaje interno también se ha completado. Estás asentado, has llegado a casa lleno de energía, como un gran depósito. Ahora, ¿qué harás? Esta energía comenzará a desbordarse.
Es un tipo totalmente diferente de movimiento. Su cualidad es diferente, porque no tiene motivación. Antes te estabas moviendo hacia los otros con una motivación; ahora no habrá ninguna. Te vas a acercar a los demás simplemente porque tienes demasiado para compartir.
Antes te estabas moviendo como un mendigo; ahora te moverás como un emperador. No es que estás buscando la felicidad en los demás: eso ya lo tienes. Ahora la felicidad es demasiada. La nube está tan llena que quisiera derramarse en lluvia. La flor está tan llena que quisiera cabalgar los vientos en forma de fragancia, e ir a los mismos rincones del mundo. Es un compartir. Ha surgido un nuevo tipo de relación. Llamarle una relación no es correcto, porque ya no es una relación, es un estado del ser.
No es que ames sino que eres amor.

Un comentario

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301
    Enviado: 03/01/2005 7:45

    IRRADIA AMOR

    Practica el amor. Sentado solo en tu cuarto, sé amoroso. Irradia amor. Llena el cuarto entero con tu energía amorosa.
    Siéntete vibrando con una nueva frecuencia, siente que te meces como si estuvieras en el océano del amor. Crea vibraciones de energía amorosa a tu alrededor.
    Y comenzarás a sentir de inmediato que algo está sucediendo, algo está cambiando en tu aura, algo está cambiando en torno a tu cuerpo; una tibieza está surgiendo alrededor de tu cuerpo… una tibieza similar a un profundo orgasmo. Estás volviéndote más vivo. Algo similar al sueño está despareciendo. Algo similar a la conciencia está surgiendo.
    Mécete en ese océano. Baila, canta, y deja que el cuarto entero se llene de amor.
    Al principio, esto se siente muy extraño. Cuando por primera vez llenas tu cuarto con energía amorosa, tu propia energía, que sigue cayendo y repercutiendo en ti y te hace tan feliz… uno comienza a sentir: “¿Me estoy auto-sugestionado? ¿Estoy alucinando? ¿Qué está sucediendo?”, porque siempre pensaste que el amor venía de los demás. Para amarte, era necesaria una madre, un padre, un hermano, un marido, una esposa, un hijo… pero alguien.
    El amor que depende de alguien es un amor pobre.
    El amor que es creado dentro de ti, el amor que creas de tu propio ser, es energía real.
    Entonces, muévete con ese océano a tu alrededor y sentirás que todos los que se acerquen a ti se hallarán de pronto bajo el influjo de un diferente tipo de energía.
    La gente te mirará con ojos más abiertos. Pasarás cerca de ellos y sentirán que pasa la brisa de una energía desconocida: se sentirán más frescos.
    Toma la mano de alguien y todo su cuerpo comenzará a vibrar. Con sólo acercarte a alguien, esa persona comenzará a sentirse contenta, sin razón alguna. Puedes observar esto.
    Entonces estarás en camino a estar listo para compartir. Entonces busca un amante, entonces encuentra una receptividad adecuada para ti.

    OSHO ENTREGÓ ESTA MEDITACIÓN
    A PAREJAS QUE SE SIENTEN ESTANCADAS
    EN SU RELACIÓN, CUYAS ENERGÍAS
    NECESITAN SER LIBERADAS Y DERRETIDAS

    E
    n la noche, siéntanse uno frente al otro y tómense las manos formando una cruz.
    Durante diez minutos miren a los ojos del otro, y si el cuerpo comienza a moverse y a mecerse, permítanselo.
    Pueden pestañear, pero continúen mirando los ojos del otro.
    Si el cuerpo comienza a mecerse, se mecerá, permítanselo.
    No suelten las manos del otro, suceda lo que suceda.
    No deben olvidar eso.
    Después de diez minutos, cierren los ojos y permitan el mecerse durante diez minutos más.
    Entonces párense y, tomados de las manos, continúen meciéndose juntos por diez minutos.
    Esto mezclará profundamente sus energías.
    Es necesario un poco más de derretimiento… de fundirse el uno en el otro.

    ENTRÉGATE AL AMOR

    E
    n una relación amorosa, deberías ser poseído, no deberías tratar de poseer.
    En una relación amorosa, deberás entregarte, y no deberías quedarte observando quién domina a quién.
    Así que deja de pensar. Y cuando sea que te encuentres pensando, atrápate y dale una buena sacudida a la cabeza, una buena sacudida, de manera que todo quede al revés en su interior.
    Haz de esto un hábito constante, y dentro de algunas semanas verás que la sacudida ayuda. De pronto te pones más alerta.
    En los monasterios Zen, el Maestro se pasea con un bastón, y cuando ve a un discípulo dormitando, pensando y con la cara llena de sueños, inmediatamente le dará duro en la cabeza. El golpe le sacudirá toda la espina dorsal; y en un fragmento de segundo, el pensamiento se detiene y surge de pronto el estado de alerta.
    Yo no puedo seguirte con mi bastón. Tú date una sacudida, una buena sacudida, y auque la gente crea que estás un poco loco, no te preocupes.
    Existe sólo una locura, y esa es la de la mente.
    El exceso de pensamientos es la única locura.
    Todo lo demás es hermoso.
    La mente es la enfermedad.

    DEJA QUE EL AMOR VENGA POR SI SOLO

    A
    ntes de hacer el amor, siéntense juntos en silencio durante quince minutos, tomándose las manos de modo que formen una cruz.
    Siéntense en la oscuridad o con una luz muy atenuada y siéntanse el uno al otro.
    Entren en sintonía. La manera de hacer esto es respirar juntos.
    Cuando tú exhalas, ella exhala; cuando tú inhalas, ella inhala.
    Dentro de dos o tres minutos podrán sintonizar.
    Respiren como si fuesen un organismo, no dos cuerpos sino uno.
    Y miren en los ojos del otro; no con una mirada agresiva, sino de una forma muy suave.
    Dense tiempo para disfrutar el uno del otro. Jueguen con el cuerpo del otro.
    No comiencen a hacer el amor a menos que el momento surja por sí solo.
    No es que tú hagas el amor, sino que de pronto te encuentras a ti mismo haciendo el amor. Espera ese momento. Si no llega, no hay necesidad de forzarlo.
    Ve a dormir; no hay necesidad de hacer el amor.
    Espera por ese momento por uno, dos, tres días. Ya vendrá un día. Y cuando ese momento llegue, el amor irá muy profundo, y no creará la locura que está produciendo ahora.
    Será un sentimiento muy, muy silencioso y oceánico.
    Pero espera por ese momento; no lo fuerces.
    El amor es algo que debe ser hecho como meditación. Es algo que tiene que ser alimentado, probado muy lentamente, de modo que llene profundamente tu ser y se transforme en una experiencia de tal posesión que tú ya no estás allí.
    No es que estás haciendo el amor, tú eres amor.
    El amor se convierte en una energía más grande a tu alrededor. Los trasciende a ambos… ambos se pierden en él. Pero para eso tendrán que esperar.
    Espera el momento y pronto tendrás el arte de esto.
    Deja que la energía se acumule, deja que suceda por sí solo.
    Poco a poco, te darás cuenta en el instante en que surge este momento.
    Comenzarás a percibir sus síntomas previos, y no habrá dificultad.
    El amor es como Dios: no lo puedes manipular.
    Sucede cuando sucede. Si no está sucediendo, no hay nada de que preocuparse.

    NO INTENTES ENGAÑARTE A TI MISMO

    E
    l ser testigo es la fuente básica.
    Pero será difícil convertirse en un testigo durante el acto sexual si no estás intentando convertirte en un testigo en otros actos de tu vida. De manera que inténtalo el día completo; de lo contrario estarás engañándote a ti mismo.
    Si no puedes convertirte en un testigo mientas caminas por el sendero, no trates de engañarte, no puedes convertirte en un testigo mientas haces el amor.
    Sólo el caminar por el sendero, un proceso tan simple, y no puedes convertirte en un testigo… te vuelves inconsciente en eso… ¿cómo puedes convertirte en un testigo mientras haces el amor?
    El proceso es tan profundo… caerás en la inconsciencia.
    Caes en la inconsciencia mientras caminas por el sendero.
    Inténtalo: aun por algunos segundos, no serás capaz de recordar. Inténtalo; caminando por el sendero, prueba: yo recuerdo, estoy caminando, estoy caminando, estoy caminando. Después de unos segundos te habrás olvidado; otra cosa ha brotado en tu mente. Te has ido por otro camino, te has olvidado completamente. Y de pronto recuerdas: me he olvidado. Así que si un acto tan simple como caminar no puede hacerse conscientemente, será difícil transformar el hacer el amor en una meditación consciente.
    Prueba entonces con cosas pequeñas, con actividades simples.
    Inténtalo cuando comes. Inténtalo mientras caminas.
    Mientras hablas, mientras escuchas, inténtalo.
    Prueba desde todos los lados.
    Conviértelo en un constante martilleo interno: déjale saber a todo tu cuerpo y mente que estás esforzándote por estar alerta.
    Sólo entonces sucederá algún día el ser un testigo en el amor… y cuando ocurra… el extraño te ha ocurrido… el primer vislumbre de lo divino ha descendido sobre ti.

    ACERCA DE OSHO

    L
    a mayoría de nosotros vivimos nuestras vidas en el mundo del tiempo, en las memorias del pasado y la anticipación del futuro.
    Sólo en raros momentos tocamos la dimensión sin tiempo del presente: en momentos de súbita belleza o de repentino peligro, en el encuentro con un amante o con la sorpresa de lo inesperado. Muy pocas personas salen del mundo del tiempo y de la mente, de sus ambiciones y competitividad, y comienzan a vivir en el mundo atemporal. Y de aquellos que lo hacen, solo unos pocos han intentado compartir su experiencia.
    Lao Tsé, Gautama Buda, Bodhidharma… o, más recientemente, Gurdjieff, Ramana, Maharashi, Krishnamurti… ellos son considerados por sus contemporáneos como excéntricos o locos; después de su muerte son llamados “filósofos”.
    Con el tiempo se tornan leyendas, no seres humanos de carne y hueso sino, tal vez, representaciones mitológicas de nuestro deseo colectivo de crecer más allá de la pequeñez, la trivialidad y el sinsentido de nuestras vidas cotidianas.
    Osho es alguien que ha descubierto la puerta para vivir su vida en la dimensión atemporal del presente. El se ha llamado a sí mismo un “verdadero existencialista”, y ha dedicado su vida a la provocación para que otros busquen la misma puerta, para que salgan del mundo del pasado y el futuro y descubran para sí mismos, el mundo de la eternidad.
    Desde su temprana infancia, fue un espíritu rebelde e independiente, insistiendo en experimentar la verdad más que en adquirir conocimientos y creencias dados por otros. Luego de su iluminación, a los veintiún años, Osho completó sus estudios académicos y pasó varios años enseñando filosofía en la Universidad de Jabalpur. Viajó a través de toda India dando charlas, desafiando a los líderes religiosos ortodoxos en debates públicos, cuestionó todas las creencias tradicionales y se encontró con gente de todo tipo.
    Leyó extensivamente, todo aquello que ampliaría su comprensión de los sistemas de creencias y de la psicología del hombre contemporáneo.
    A fines de la década del ’60, Osho ya había comenzado a desarrollar sus originales técnicas de meditación dinámica.
    El hombre moderno, dice, está tan cargado con las tradiciones anticuadas del pasado y las ansiedades de la vida moderna, que debe atravesar un profundo proceso de limpieza antes de que pueda tener la esperanza de descubrir el estado relajado y sin pensamiento de la meditación.
    A principios de los ’70, los occidentales comenzaron a escuchar acerca de Osho. Para 1974, se había establecido una comuna alrededor suyo en Poona, India, y el goteo de visitantes de Occidente pronto se transformó en una inundación.
    A lo largo de su trabajo, Osho habló de virtualmente todos los aspectos del desarrollo de la conciencia humana. Ha destilado la esencia de lo que es significativo para la búsqueda espiritual del hombre contemporáneo, basado no en un entendimiento intelectual sino en su propia experiencia existencial.
    No pertenece a ninguna tradición: “soy el comienzo de una conciencia religiosa completamente nueva. Por favor, no me vinculen con el pasado; ni siquiera vale la pena recordarlo!”
    Sus discursos a sus discípulos y buscadores de todo el mundo han sido publicados en más de seiscientos volúmenes, y traducidos a treinta idiomas.
    Osho dice: “Mi mensaje no es una doctrina ni una filosofía. Mi mensaje es una cierta alquimia, una ciencia de transformación, así que solamente aquellos que están deseando morir a lo que son y nacer nuevamente a algo tan nuevo que no pueden ni siquiera imaginar ahora… sólo aquellas pocas personas valientes estarán listas para escuchar, porque escuchar será peligroso.
    ¡Escuchando, has dado el primer paso hacia el renacimiento! Así que no es una filosofía con la cual puedas hacerle un ropaje del cual jactarte. No es una doctrina en la que puedas encontrar consuelo para preguntas amenazantes. No, mi mensaje no es una comunicación verbal. Es mucho más riesgoso. Es nada menos que una muerte y un renacimiento”.
    Osho nació en Kuchwada, Madya, Pradesh, India el 11 de Diciembre de 1931. Dejó su cuerpo el 19 de Enero de 1990. Unos meses antes de esto anunció:
    “¡Rondaré tras ustedes hasta sus tumbas! Los veré por lejos que escapen. Ya estoy rondando por el mundo entero y aún estoy vivo. Cuando haya muerto, este mundo ya no podrá impedirme nada; no habrá ley, ni parlamento, ni país que pueda poner barreras para mí; entonces andaré por todos lados, haciéndole cosquillas a las personas para que despierten”.

    GLOSARIO

    Chakras: Centros energéticos y espirituales del cuerpo con funciones específicas.
    Mantra: Sonidos, sílabas o palabras sagradas, cuya repetición constante produce efectos específicos. Son usados como formas de meditación, concentración y oración.
    Nirvana: Extinción de todo tipo de limitaciones. Liberación de las pasiones, deseos, apegos humanos y de la personalidad. El nirvana es un estado de perfecta beatitud al que puede llegarse estando en la Tierra. No es un lugar ni tampoco un paraíso. Designa “la extinción de la ilusión”, “el conseguir la verdad”, la “iluminación”, el estado de espíritu donde el apego, la pena y el deseo desaparecen.
    Pranayama: Control e la energía vital que actúa en la respiración.
    Sannyasin: En India, asceta, el que renuncia a la vida mundana. En este contexto se designa así a los discípulos de Osho, quien señala como cualidades del neo-sannyasin: aquel que está abierto a la experiencia, que nunca decide antes de haber experimentado y que trabaja dentro de sí para encontrar su propia síntesis entre la materia y el espíritu.
    El ideal que Osho propone puede unificarse bajo el nombre de “Zorba el Buda”; aquel que tiene los pies en la tierra y puede danzar, y su inteligencia disponible para el encuentro con los misterios.
    Turiya: “El cuarto estado”, estado en que la conciencia de ser permanece más allá del estar despierto, soñando o dormido.

    OSHO COMUNA INTERNACIONAL
    17, Koregaon Park
    Poona 411001 (India)
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