Ven y sigueme (parte dos) Osho

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 19/03/2005 10:19

CAPÍTULO 4

REFLEJANDO A CRISTO

Una sola sesión de tu Meditación Dinámica ha dejado en mi interior mayor éxtasis y sensación de ser que. los veinte años en que tuve que escuchar las historias del Nuevo Testamento y rezarle a un Dios todopoderoso y distante que siguió siendo un inexperienciable Godot para mi. ¿Es posible que las enseñanzas de Jesús puedan no ayudar a todos los buscadores … sí, y que incluso sean veneno para ellos, o para algunos de ellos?
Cristo y el Cristianismo nunca deberían ser confundidos. Cristo es totalmente diferente del Cristianismo; por lo tanto, cuando quieras entender a Cristo, acércate en forma directa e inmediata no vía Roma: así, nunca entenderás a Cristo. Cristo, Krishria o Buda no pueden ser organizados; son tan vastos que ninguna organización puede hacerles justicia. Sólo las pequeñas cosas pueden ser organizadas. La política se puede organizar, pero no la religión; el Nazismo se puede organizar, el Comunismo se puede organizar pero no Cristo, ni Krishna. Su inmensidad es tan amplia que apenas intentas forzarles dentro de un patrón, ya estarán muertos.
Es como si trataras de agarrar el cielo con tus pequeñas manos con los puños cerrados. Puedes tocar el cielo con la mano abierta, puede que el cielo esté al menos un poco en tus manos; pero con el puño cerrado, se te escapa.
Todo lo que has oído acerca de Jesús no se refiere a Jesús, el hombre real; se refiere al Jesús que los Cristianos han inventado y decorado para venderlo en el mercado. El Jesús Cristiano es una mercancía para ser vendida; Cristo es una revolución. A través de él, tendrás que ser transformado; es el bautismo por fuego. Puedes ser un Cristiano en forma conveniente … pero nunca podrás ser un auténtico Cristiano en forma conveniente. Si realmente estás siguiendo a Jesús, es seguro que habrá conflicto.
El terminó en la cruz; tú no puedes terminar sobre un trono. Pero si sigues al Cristianismo, no habrá problema. Es una manera muy conveniente de adecuar a Cristo a ti mismo, en lugar de adaptarte a Cristo. Si te adaptas tu a Cristo habrá una transformación; si adaptas a Cristo a ti mismo, no podrá haber ninguna. Entonces, el mismo Cristo se convierte en parte de la decoración de tu cárcel, en parte de tu mobiliario tu automóvil, tu casa; a lo más, una comodidad pero no estás relacionado a él. Por eso tienes la impresión de haber desperdiciado veinte años.
Lo mismo pasará conmigo. Tienes suerte de estar meditando conmigo. Una vez que me haya ido, la meditación va a ser organizada es imposible evitarlo; es la forma en que ocurren las cosas. Entonces la practicarás durante veinte años o doscientos años y no pasará nada. Lo que ocurre no es debido a la técnica; la técnica está muerta. Todo ocurre a través del amor que sientes por mí, que yo siento por ti. La técnica es sólo un pretexto. No es lo más importante; lo más importante es tu amor, tu confianza. En esa confianza, la técnica trabaja y funciona, adquiere vida, se enraíza en tu corazón.
Tarde o temprano, todo es organizado: oración. meditación, todo, Y entonces la gloria se pierde. Entonces puedes seguir practicándola puede que llegues a ser absolutamente perfecto, diestro; puede que también te dé algún tipo de consuelo pero la mutación habrá desaparecido. Seguirás siendo el mismo, una continuidad. No será un bautismo; no habrá muerte y resurrección.
Por eso insisto en que busquen a un Maestro vivo. Las escrituras están ahí: alguna vez esos ríos fluyeron., pero ahora están helados. Se han perdido en la tierra desierta de las iglesias, los templos y las organizaciones. La poesía ya no palpita en ellos; son dogmas y argumentos muertos, el amor ha desaparecido.
Recuerda esto siempre: si puedes encontrar a un Maestro vivo, olvídate de las escrituras. El Maestro vivo es la única escritura viva. Lee su corazón y permite que tu corazón sea leído por él. Ten una comunión ésa es la única manera.
Jesús trabajó de la misma manera en que tú sientes que yo estoy trabajando; pero entretanto, han pasado veinte siglos. Los primeros discípulos que se acercaron a él arriesgaron sus vidas; dejaron todo lo que tenían, se fueron con este hombre, se lo jugaron todo. Valió la pena. Este hombre era un tesoro del mundo desconocido. Nada era demasiado. Hicieron todo lo que se les pidió. Y tuvieron la oportunidad de caminar con un dios sobre la tierra, de estar en cercana afinidad con la divinidad.
Otros decían: “Este hombre está equivocado”; pero los que estaban cerca de él sabían que este hombre era el único que tenía razón y que si este hombre no la tenia, entonces no existía la verdad, entonces “lo correcto” no existía. Crucificaron a este hombre, pero aquellos que se hallaban cerca de él sabían que no le puedes crucificar. Este hombre ya había entrado en la inmortalidad, este hombre ya se había vuelto parte de sus almas inmortales. Puedes matar el cuerpo, pero no el espíritu.
Habían vivido, caminado y respirado en el ser de este hombre. Fueron transformados. No es cuestión de técnica. Rezaron con este hombre, pero lo realmente Importante no era la oración; lo realmente Importante era estar en la presencia de este hombre. Este hombre tenía una presencia.
¿Has observado? Muy poca gente tiene lo que llaman “presencia”. Rara vez te cruzas con una persona que tiene presencia algo indefinible en él, algo que repentinamente sientes pero no puedes indicar, algo que te llena pero es inefable, algo muy misterioso y desconocido. No puedes negarlo, no puedes probarlo. No es el cuerpo, porque cualquiera tiene un cuerpo; no es la mente, porque cualquiera tiene una mente. A veces puede haber allí un cuerpo muy bello, tremendamente hermoso, pero no sientes una presencia; otras veces está allí una mente genial, pero la presencia no está; y en ocasiones te cruzas con un mendigo y te sientes lleno, tocado, perturbado una presencia.
Aquellos que estaban en presencia de Jesús, aquellos que estaban en su satsang aquellos que vivieron cerca, aquellos que vivieron en su medio le respiraron. Si me permites decirlo, aquellos que le bebieron y que le comieron, aquellos que le permitieron entrar en su capilla más interna … Eso transformó, no la oración; la oración era sólo un pretexto para estar con él. Incluso sin oración hubiera ocurrido, pero sin la oración podrían no haber encontrado un pretexto para estar con él.
Estás aquí conmigo. Invento e invento meditaciones para ti. Son sólo excusas para que puedas estar aquí un poco más tiempo, un rato más, para que puedas rezagarte cerca de mí porque nadie sabe cuándo te tocará mi presencia. Nada puede decirse al respecto; esto no puede manipularse. Ocurre cuando ocurre; nada puede hacerse en forma directa. Sólo estar aquí. Incluso sin meditaciones, la cosa sucederá; pero si no hay meditaciones, no tendrás ningún pretexto para estar aquí.
Sigo y sigo hablándote. Incluso sin hablar puede suceder, sucederá; pero si no hablo, poco a poco te irás, porque no tendrás un pretexto. ¿Qué estás haciendo aquí? Tengo que darte algo que hacer para que puedas estar aquí. Tengo que comprometerte y ocuparte, de modo que no te sientas inquieto. La cosa va a suceder desde otra dimensión; pero esa dimensión permanece abierta cuando estás ocupado. Sin nada que hacer, te pones demasiado inquieto.
Todas las meditaciones, todas las oraciones y todos los métodos son juguetes inventados para entretener a los niños: pero eso es útil, muy importante. Sí estás ocupado, tu capilla más interna está abierta para mí. No estás inquieto estás meditando y entonces puedo realizar mi trabajo. No es correcto decir que hago mi trabajo entonces, empieza a suceder.
Tienes razón, puede que hayan sido infructuosos esos veinte años de enseñanza Cristiana, escuchando las historias del Nuevo Testamento pero no porque estas historias sean Infructuosas. Como historias, son magníficas. La poesía del Nuevo Testamento, la poesía de toda la Biblia, es algo que no es de este mundo. Hay grandes poetas Shakespeare, Milton y Dante pero nadie puede superar a la Biblia. La poesía es tremendamente simple, pero tiene una cualidad que no puede tener la poesía corriente. Infunde temor reverente y ésta es la cualidad de la religión.
Has observado a veces? Ves una hermosa flor. Puedes apreciarla, tiene una cualidad estética. La aprecias y sigues adelante. Puedes ver un hermoso rostro incluso el rostro de Cleopatra: las líneas, la proporción, el cuerpo marmóreo pero eso también es estético. Y otras veces, te cruzas con unas pocas cosas y unos pocos seres que inspiran no sólo una apreciación estética, sino temor reverente. ¿Qué es el temor reverente?
Enfrentado a un objeto o un ser determinados, el pensamiento se detiene. Tu mente no puede dar abasto. Puedes arreglártelas con una Cleopatra, puedes incluso arreglártelas con un Einstein por muy oscuro, abstracto y difícil que sea, puedes arreglártelas. Sólo puede que necesites un poco más de entrenamiento de la mente. Pero cuando te cruzas con un Jesús o un Buda, la mente se va de bruces, se empantana. Hay algo que es demasiado para ella, No puedes pensar en nada, estás como en un profundo shock y aún así el shock es extático. Eso es el temor reverente.
Hay temor reverente en la Biblia detiene tu mente por completo pero tendrás que alcanzar eso en forma directa El misionero, el sacerdote, el obispo, destruyen porque empiezan a interpretar. Ponen sus mentes en ello, y sus mentes son mediocres. Es como si miraras una cosa tremendamente bella con la mente de un hombre muy estúpido. O miras en un espejo roto, destrozado está mohoso y nada puede verse bien y miras el espejo y ves la luna. Distorsionada. Es así como ha estado pasando.
La Biblia es uno de los más grandes acontecimientos en el mundo muy pura, más pura que el Bhagavad Gita. Porque el Bhagavad Gita es muy refinado. La gente que lo creó era muy refinada y educada y, culturalmente, cuando una cosa es muy refinada, se vuelve etérea, irreal. La Biblia tiene raíces en la tierra.
Todos los profetas de la Biblia son gente de la tierra. Incluso Jesús es de la tierra; es hijo de un carpintero, no tiene educación, no sabe nada de estética, de poesía nada. Si habla poesía, es porque él es un poeta, sin conocerla en absoluto. Su poesía es cruda y salvaje. Jesús tiene algo del campesino: la sabiduría sin conocimientos. No es un hombre de conocimientos; ninguna universidad estaría dispuesta a otorgarle un título honorario, no. No encajaría en Oxford o Cambridge; se vería ridículo con sus togas y las capas de payaso. se vería ridículo; no encajaría. El pertenece a la tierra, al Pueblo, a la gente corriente y sencilla.
Precisamente la otra noche estaba leyendo una pequeña historia, una historia árabe, Un hombre murió. Tenía diecisiete Camellos y tres hijos, y dejó un testarnento. Cuando éste fue abierto y leído, decía que la mitad de los camellos deberían ir al primer hijo, un tercio al segundo y una novena parte al tercero.
Los hijos estaban perplejos ¿qué hacer Diecisiete camellos; una mitad para el primer hijo ¿hay que cortar un camello en dos? Y eso tampoco resolvería el problema, porque un tercio debe ir al segundo. Y tampoco eso resolvería gran cosa: una novena parte tiene que ir al tercero. Habría que matar a casi todos los camellos.
Naturalmente, acudieron al hombre más sabio de la ciudad: el Mulla el experto, el erudito, el matemático.
Este reflexionó mucho, se esforzó mucho, pero no pudo encontrar ninguna solución, porque las matemáticas son las matemáticas. Dijo: “Nunca he dividido camellos en mi vida, todo este asunto parece una estupidez. Pero tendrán que cortarlos. Si esa voluntad debe respetarse al pie de la letra, los camellos deberán ser cortados, tendrán que dividirlos”.
Los hijos no estaban dispuestos a cortar los camellos. Y entonces, ¿qué hacer? Pero alguien sugirió: “Es mejor que vayan a ver a alguien que sepa algo acerca de camellos, y no de matemáticas”. Así que fueron a ver al jeque de la ciudad, que era un viejo sin educación pero sabio a través de la experiencia. Le contaron su problema.
El viejo se rió y dijo: “No se preocupen. Es muy simple”. Les prestó uno de sus camellos ahora había dieciocho y entonces comenzó a dividir. Al primer hijo lo fueron entregados nueve camellos, y quedó conforme, muy satisfecho. Seis camellos un tercio le fueron dados al segundo, y también quedó totalmente satisfecho. Y dos camellos una novena parte le fueron dados al tercero; también quedó satisfecho. Quedó un camello. Ese era prestado. Recuperó su camello y dijo, “Pueden irse”.
La sabiduría es práctica; el conocimiento no lo es. El conocimiento es abstracto, la sabiduría es terrenal; el conocimiento es sólo palabras, la sabiduría es experiencia.
La Biblia es muy simple. Que su simplicidad no te engañe. Esta simplicidad contiene la sabiduría de siglos.
Es muy poética; nunca me he encontrado con nada más poético que la Biblia. Uno puede seguir y seguir saboreándola, uno puede seguir y seguir repitiendo las palabras de Jesús. Provienen del corazón y se dirigen al corazón. Pero no aceptes un mediador. Esos mediadores son mediocres, destruyen todo el asunto. He visto muchos comentarios acerca de la Biblia, pero nunca me he cruzado con un comentario inteligente. Todos destruyen. Nunca he visto un solo comentario de ningún teólogo que haya añadido algo a la Biblia; que haya, de alguna manera, destacado más su gloria. La empañan.
Y así es como ocurre siempre. Sólo un hombre de la calidad de Jesús puede revelar su verdad, sólo un hombre de la calidad de Jesús puede engrandecer su belleza. La gente que vive en los oscuros valles y la gente que vive en las asoleadas cimas del Himalaya no se entienden entre sí. Cuando el hombre de la cima habla y el hombre del valle interpreta, todo va mal. Sí, tienes razón puede que hayas desperdiciado esos veinte años. Pero cometerás un grave error si crees que Jesús no es para ti. Jesús es para todos; no es ése el problema. Pero acércate a la Biblia directamente; vuélvete más meditativo, vuélvete más devoto, y ve directamente. Y olvida todo lo que te han dicho acerca de la Biblia; la Biblia es suficiente.
Si quieres entender a los Upanishads puede que te resulte difícil entenderlos directamente, porque son muy refinados. Los que hablan en los Upanishads eran grandes filósofos; necesitan comentarios. Pero Jesús es llano, su verdad es llana. El es un aldeano muy corriente; ningún comentario es necesario. El es su propia luz.. Y si no puedes entender a Jesús, ¿a quién serás capaz de entender? Deshazte de todos los comentarios estúpidos. Anda directamente. Jesús es tan simple que puedes tener un contacto directo.
No estoy comentando a Jesús; simplemente, estoy respondiendo. No soy un comentarista. Ser un comentarista es hacer un trabajo muy feo. ¿Por qué debería comentar acerca de Jesús? es sencillo, es absolutamente simple. Al igual que dos más dos son cuatro él es así de simple. Tal como por la mañana sale el sol y todo el mundo sabe que la mañana está allí. Así es él de simple.
No estoy comentándole, estoy respondiendo. Leo sus palabras; algo hace eco en mí. Eso no es un comentario. Mi corazón palpita con él, algo similar hace eco en mí, y les cuento lo que es.
Por lo tanto, no tomes mis palabras como comentarios. No estoy tratando de explicarte a Jesús no hay necesidad. Simplemente, estoy haciendo un reflejo. Te estoy revelando mi corazón. Lo que a mí me sucede cuando estoy escuchando a Jesús; eso te estoy revelando.

Durante la charla, encuentro con frecuencia que una parte de mí está esperando tu mirada. Cuando finalmente me miras, algo en mi huye. La sensación es la de estar en un desierto, esperando durante siglos por un poco de agua, y cuando finalmente llueve. la boca
se cierra. ¿Por qué es esto?
Esto es de Krishna Radha. No es necesario pensar que esto encierra un gran secreto; es sólo la mujer dentro de ti. Ese es el estilo de la mujer. Espera algo, atrae algo, invita algo; y cuando ese algo llega, le da miedo y escapa. Es el estilo de todas las mujeres. Y a menos que lo entiendas y te deshagas de ello, sufrirás toda tu vida.
Primero atraes, y cuando la cosa que has invitado se te acerca, tienes miedo y escapas. El juego del escondite sigue. Esta ha sido mi observación: que la mente femenina pide algo, pero cuando esto llega, nunca está ahí para recibirlo. La mente femenina se convierte entonces en una espera larga y sin fin. En cada instante, la satisfacción fue posible; pero siempre que ésta se acerca, la mujer tiene miedo.
La mujer pide amor y también tiene miedo del amor, pues cuando éste llega, trae la muerte consigo. El amor tiene que traer la muerte, porque sólo entonces puedes renacer. No hay otra manera.
Leeré la pregunta de nuevo: Durante la charla, encuentro con frecuencia que una parte de mí está esperando tu mirada. Cuando finalmente me miras, algo en mí huye”.
Esperas mi mirada. Un profundo amor surge en ti, una espera. Pero cuando mi mirada llega, también trae la muerte. Entonces te asustas, huyes, porque estabas esperando amor y la mirada también trae muerte. También trae amor, pero el amor y la muerte son dos aspectos de la misma mirada. Si realmente te amo, también tengo que representar la muerte para ti. No hay otra manera; el amor no puede suceder de ninguna otra manera. Y cuando la mirada te penetra, algo se encoge, escapa; algo se aleja, se asusta. Entonces mi mirada se moviliza a otra parte. Y entonces, estás nuevamente tranquila, esperándome.
No hay otro secreto en ello: es sólo la mujer. Y cuando digo “la mujer” no debes mal interpretarme. Muchos hombres se conducen como una mujer.
En el amor, todo el mundo se conduce como una mujer. le gustaría saltar a lo desconocido, pero no quieres renunciar a lo conocido. Te quieres mover en dos botes al mismo tiempo, y éstos se están moviendo en diferentes dimensiones, diametralmente opuestas. Quieres ser tú mismo y al mismo tiempo te gustaría tener una nueva vida. Pides lo imposible. Quieres aferrarte a lo que sea que tienes y también te gustaría crecer y el mismo aferrarte te está impidiendo crecer. No es posible tener las dos cosas al mismo tiempo.
Cuando esperas mi mirada esperas tal como eres, pero cuando llego y llamo a tu puerta, he venido a destruirte tal como eres, porque sé que sólo entonces será liberado lo que en ti está escondido. Entonces te asustas.
A la gente le gusta la libertad, pero también tienen miedo. Cuando no tienen libertad piensan en ella, sueñan con ella, fantasean; pero cuando la libertad llega tienen miedo, porque la libertad trae consigo muchas más cosas de lo que imaginaron. La libertad trae inseguridad. La libertad trae aventura, pero también inseguridad. La libertad trae un ciclo más grande, te da alas, pero un cielo más grande también puede ser peligroso. La libertad es muy peligrosa. Vivir en libertad es vivir peligrosamente,
Vienes a mí, buscas la libertad, pero para tus adentros veo que también estás diciendo: “No nos hagas libres, por favor no nos empujes hacia la libertad. Déjanos aferrarnos a ti, déjanos depender de ti”. Y sigues pidiendo y rezando: “Danos libertad”. Con una mano pides, con la otra mano rechazas; una parte de ti dice sí, otra parte de ti sigue diciendo no.
¿Has observado tu mente? Dices si / no al mismo tiempo. Quizás dices uno de los dos con más fuerza y el otro con menos énfasis; quizás eres muy astuto y no escuchas a uno cuando dices el otro, pero obsérvalo con más detenimiento. Cuando dices sí, a su lado se pasea el no. Te encuentras entonces en constante conflicto.
Te gustaría que fuera a tu puerta; pero entonces, cierras la puerta porque llegaré tal como soy, no como tú esperas que yo venga. Llegaré como soy, y no como me ves en tus sueños.
Recuerda siempre encontrar pequeñas causas por las cosas que te suceden y pasan a tu alrededor. A veces empiezas a pedir profundas y grandes razones que no existen particularmente en Occidente, debido a los doscientos años de sicología y al entrenamiento en sicología y psiquiatría. El conocimiento de la sicología ha llegado a formar parte del conocimiento común: todo el mundo sabe de ello acerca de pequeñas cosas sin importancia, simples hechos. La gente sigue escarbando profundo, sigue sacando cosas que no están en absoluto conectadas.
Esta mañana, precisamente, estaba leyendo una anécdota. Un sicoanalista y un amigo estaban parados al lado de una ventana, mirando el cielo y discutiendo algo. El sicoanalista dijo: ” ¡Extraordinario! ¡Mira!”. Se estaba haciendo un trabajo. Un edificio iba a ser demolido y algunos obreros estaban trabajando con carretillas. Dijo: “Mira, doce personas están trabajando con carretillas once las empujan frente a ellos y uno está tirando de ella. Once empujando y uno tirando tiene que haber una explicación a esto. Ese hombre debe tener una profunda inhibición. O bien, algo pasó en su infancia con sus padres, algo que guarda relación con su niñez. Debe haber algún problema profundamente enraizado en el asunto. Debemos ira preguntar”. Así que bajaron.
Detuvieron al obrero que estaba tirando la carretilla detrás de él, y el sicoanalista preguntó: “Por favor, ayúdenos a descubrir algo que usted tiene profundamente enraizado en su interior. Once personas están empujando sus carretillas frente a ellos; sólo usted tira de ella. Esto debe tener alguna explicación. Algo tremendamente traumático debe haber sucedido en su niñez, una profunda represión, obsesión, compulsión algún complejo. Por favor, díganos algo acerca de ello. ¿Qué es lo. que siente?”. El trabajador les miró y dijo: “¡Caramba! Sólo odio la vista de esa cosa, eso es todo. Por eso la llevo detrás de mi`. ¡Sólo odia la vista de esa cosa!
Krishna Radha, no hay nada en ello, sólo eres una mujer. Trasciende eso. El hombre tiene que trascender su masculinidad y la mujer debe trascender su femineidad. Y cuando no seas ni hombre ni mujer, te será posible permitir que mi mirada alcance el centro más profundo de tu ser. Entonces te será posible abrir tus puertas. Entonces mi llamada no quedará sin respuesta.
Seguramente lo que sucede en el instante de la muerte por ahogamiento es la verdadera explicación del bautismo de Jesús a manos de Juan. ¿No fue acaso la destreza y fortaleza requeridas del Bautista para llevar a un hombre a ese punto, y la preparación anterior de que hablaste, empleadas de modo que un hombre fuera transformado por la experiencia más que aterrorizado por ella?
Sí, exactamente así. El bautismo sólo es posible cuando estás dispuesto a morir. Ese es el significado simbólico: que Juan el Bautista solía llevar a sus discípulos al río cuando estaban preparados para morir, cuando estaban dispuestos a dejarse ir, cuando estaban dispuestos a fluir con el río. Cuando la resistencia se había roto, cuando ya no estaban luchando, cuando toda la lucha para sobrevivir había desaparecido sólo entonces les llevaría al río. Ellos estaban dispuestos a que él les ahogara, a que él les asesinara.
Me gustaría contarles una historia acerca de un místico Sufi el Sheikh Farid. Un día, se dirigía hacia el río a tomar su baño matutino. Un buscador le siguió y le preguntó: “Por favor, espera un minuto. Pareces tan lleno de lo divino; pero yo ni siquiera siento un deseo por ello. Pareces tan loco, y observándote he sentido que debe haber algo en ello. Eres tan feliz y extático y yo soy tan desgraciado; pero aún así no aparece el deseo de buscar lo divino. Entonces, ¿qué hacer? ¿Cómo crear el deseo?”.
Farid miró al hombre y dijo: “Ven conmigo. Voy a tomar mi baño matutino. Báñate conmigo en el río y quizás la respuesta pueda ser dada mientras te bañas. De otra forma, veremos después del baño. Ven conmigo”.
El hombre se quedó un poco intrigado. Este Sheik Farid parecía un poco loco; ¿cómo iba a responderle mientras se bañaba? Pero nadie sabe cómo actúan los místicos, así que le siguió.
Ambos se metieron en el río, y cuando el hombre se estaba sumergiendo, Farid saltó sobre él y le hundió bajo la superficie del agua. El hombre empezó a inquietarse. ¿Qué clase de respuesta era ésta? Al principio pensó que Farid estaba bromeando, pero después la cosa se puso seria. ¡No lo iba a soltar! Se puso a luchar con él.
Farid era un hombre muy pesado y fuerte y el buscador era muy delgado como son los buscadores. Pero cuando tu vida está en peligro … Hasta ese hombre tan delgado arrojó a Farid a un lado, saltó sobre él y dijo: “¿Eres un asesino? ¿Qué estás haciendo? Soy un pobre hombre. Sólo he venido a preguntarte cómo puede surgir en el corazón el deseo de buscar lo divino, ¡y tú ibas a matarme!”.
Farid le dijo: “Espera. Primero unas preguntas. Cuando te empujaba hacia abajo y te estabas asfixiando, ¿cuántos pensamientos había en tu mente?”.
El hombre contestó, “¿Cuántos? Sólo uno cómo salir afuera a respirar”.
Farid preguntó, “¿Cuánto tiempo se prolongó ese pensamiento?”.
El hombre respondió, “Tampoco eso permaneció allí durante mucho tiempo, porque mi vida estaba en peligro. Puedes permitirte el pensar cuando no arriesgas nada. Mi vida estaba en peligro hasta ese pensamiento desapareció. Entonces, el salir fuera del agua no era un pensamiento: era todo mi ser”.
Farid le dijo: “Lo has comprendido. Esta es la respuesta. Si te sientes asfixiado en este mundo, presionado por todos lados, y si sientes que nada va a pasar en este mundo excepto la muerte entonces, el deseo de buscar la verdad, o Dios, o como quieras llamarlo, surgirá. Y eso tampoco durará mucho. Poco a poco ese deseo deja de ser un deseo, se convierte en tu ser. La sed misma se transforma en tu ser. Te he mostrado el camino”, dijo Farid. “Ahora puedes irte”.
Sólo trata de entender la situación total en el mundo. Si ya te está destruyendo, salta fuera de él. En realidad, no se trata de cómo buscar a Dios; de lo que se trata es de entender que donde crees que hay vida, no hay vida, sino sólo muerte.
Juan el Bautista o cualquiera que alguna vez haya bautizado a alguien, que alguna vez haya iniciado a alguien, que haya llevado a alguien al mundo de la verdad desde el mundo de los sueños tiene que prepararte para la muerte. Sí, ése es el significado. Por bautismo, él se refería a: “El río se ha llevado tu viejo yo; ya no eres el mismo. Ha surgido una nueva identidad, ahora tienes un nuevo núcleo. Funciones a través de él, y no funciona a través del pasado”.
Lo mismo se ha hecho mediante la iniciación por fuego. En la India, se ha usado tradicionalmente la iniciación por fuego, no por agua. Ha habido algunas tendencias laterales que han usado también el bautismo de agua, pero la principal corriente en la India ha usado el bautismo por fuego. Así, en la casa de cada Maestro lo que suelen llamar gurukul, la familia del Maestro- había un fuego constantemente encendido en el medio de la casa, un fuego constantemente encendido, veinticuatro horas al día. Todas las enseñanzas eran entregadas cerca del fuego. Poco a poco, el símbolo del fuego llegó a estar profundamente enraizado en los discípulos.
Hay una hermosa historia en los viejos Upanishads acerca del tiempo en que un discípulo, un discípulo muy famoso, Svetketu, estaba con su Maestro. El Maestro esperó durante doce años, y no le iniciaba en los misterios. El discípulo le servía y le servía, cuidando el fuego en la casa durante veinticuatro horas el fuego tenía que mantenerse vivo. Se dice que el mismo fuego llegó a estar muy preocupado por Svetketu. Durante doce años había estado sirviendo, cuidando el fuego, trayendo leña del bosque.
La historia es hermosa. Dice que el fuego llegó a preocuparse. Incluso el fuego empezó a sentir que el Maestro era demasiado duro, un poco injusto. El fuego sintió compasión por Svetketu.
El fuego habló a la esposa del Maestro cuando éste estaba fuera, y le dijo: “Esto ha ido demasiado lejos. Este Svetketu ha servido tan silenciosamente durante doce años. Ya se lo ha ganado; el secreto le debe ser revelado. Convence a tu marido”.
La esposa dijo: Pero no me hará caso. Si digo algo, hasta puede llegar a ser más duro. No es un hombre que pueda ser convencido. Hay que esperar. El sabe cómo trabajar y cómo no trabajar, qué es lo que hay que hacer y qué es lo que no hay que hacer, y yo no puedo decir nada”.
Se dice que el fuego llegó a preocuparse tanto que él mismo reveló el secreto a Svetketu. Y cuando el secreto fue revelado, el Maestro bailó. Este dijo: “Svetketu, estaba esperando. Porque cuando el fuego se revela a sí mismo, ¡eso es algo de peso! Estaba forzando al fuego a que revelara el secreto, porque la compasión surgiría, la existencia es compasiva. Podía haberte entregado el secreto cualquier día, pero no hubiese sido tan vital. Hubiera venido de mí. Pero ahora la existencia misma te ha abierto sus puertas. Ahora estás en comunión con el fuego mismo has sido iniciado por fuego”.
¿Qué secreto te puede dar el fuego? El secreto de la muerte. En la India hemos estado quemando los cuerpos muertos, de modo que el fuego llegue a estar relacionado con la muerte. Incluso aquellos que no son buscadores saben que el fuego es el símbolo de la muerte uno muere en él. Pero aquellos que saben y buscan en el camino también saben que uno resucita a través de él; uno muere y renace.
En ambos casos, ya sea mediante el agua o el fuego, la muerte es la cuestión. Uno tiene que morir para obtener la vida en abundancia, uno tiene que llevar su propia cruz. Nadie más te puede iniciar, sólo la muerte. La muerte es el Maestro. O bien, el Maestro es la muerte.
Si estás dispuesto a morir, nadie podrá impedir tu resurrección. Pero esta muerte no debería ser suicida. Mucha gente se suicida. Ellos no resucitan. Una muerte suicida no es una muerte a través de la comprensión; una muerte por suicidio es una muerte a través del malentendido. Mueres confundido, en agonía. Mueres obsesionado por el mundo, mueres ligado al mundo. Mueres como una queja.
Observa a la gente que piensa en suicidarse. No están en contra de la vida. De hecho, al contrario: están tan apegados a la vida que ésta no les puede satisfacer. Toman venganza, se quejan. Asesinan, se asesinan a sí mismos, sólo para albergar una queja contra toda la existencia que no fue una realización. Están descontentos, están diciendo, La vida no vale la pena”.
Pero, ¿por qué la vida no merece vivirse? Porque esperaban demasiado; por eso no valía la pena. Pidieron demasiado; nunca se lo ganaron. Pidieron demasiado y no les fue entregado. Están frustrados.
Uno que está dispuesto a morir sin frustración … viendo la verdad de la vida, viendo que, en verdad, la vida es sólo un sueño … que no puede llenar nada y que tampoco puede frustrar. Colmar, frustrar; ambas son partes de la ilusión de que la vida es real. Uno que ve que la vida es irreal, tal como un sueño, se despega. Surge una renuncia.
Los Upanishads tienen un dicho muy vital: “Ten tykten bhunjitha … aquéllos que se han entregado a todos los placeres de la vida siempre han renunciado”. Es muy revolucionaria; la implicancia es tremenda. Dice: aquellos que se han entregado a los placeres de la vida están destinados a renunciar, porque han visto la verdad que la vida es falsa. La han mirado y no han encontrado nada. No es que estén frustrados; porque si lo estás, eso sólo demuestra que aún esperas algo. La frustración demuestra la existencia de profundas expectativas.
Aquél que ha llegado a darse cuenta de que la vida sólo puede prometer pero nunca puede dar ¡es un sueño! ni se frustra ni se realiza en la vida. Entonces llega la renuncia. La renuncia no significa dejar la vida; la renuncia es ver la vida tal cual es. Entonces uno está dispuesto a morir, porque en la vida no hay nada.
Esa disposición a morir es el punto hacia el cual Juan el Bautista estaba llevando a sus discípulos”. Cuando estaban dispuestos, los llevaba al río Jordán y procedía al ritual, al último toque. El ego, la vieja personalidad, se iba junto con el agua que caía sobre tu cabeza y luego al río. La esencia pura había nacido bañado en una nueva sensación de ser, con un nuevo misterio en el estar vivo, con una nueva sensación de la existencia.

4 comentarios

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301
    Enviado: 19/03/2005 10:21

    Naturalmente, la muerte puede ser una experiencia terrorífica o algo tremendamente hermoso. Depende de la actitud. Si te sientes aterrorizado por la muerte, morirás pero no resucitarás. Si la muerte se transforma en una experiencia hermosa, estarás muriendo y al mismo tiempo resucitando. Generalmente, la muerte es terror; por eso le temes tanto a la muerte. En la vida no sucede nada hermoso hasta que mueres; pero aún así, estás aterrorizado.
    Un Maestro tiene que convencerte, poco a poco, de la belleza de la muerte. Tiene que cantar las glorias de la muerte. Tiene, poco a poco, que convencerte y crear una confianza en la muerte, de modo que puedas dejarte ir. Una vez que te dejas ir nada muere, sólo el ego. Tú permaneces para siempre.
    Eres eternidad, no puedes morir el miedo es absolutamente vano y sin fundamento pero el ego tiene que morir. El ego es un fenómeno creado. No estaba ahí cuando naciste, lo creó la sociedad. La sociedad te ha dado el ego y ese ego puede ser quitado por la sociedad … y ese ego se lo va a llevar, con toda seguridad, la muerte. Te irás tal como viniste: llegaste con las manos vacías, con las manos vacías te vas el ego es sólo una ilusión que vives en el entreacto.
    Ese ego le teme a la muerte. Una vez que comprendes que no vas a morir sólo el ego, sólo la enfermedad morirá estás dispuesto. Estás listo para el bautismo.
    Dices que la seriedad es una enfermedad. Cuando me recuerdo a mí mismo me pongo serio. ¿Qué debería hacer?
    No te pongas serio por eso. Deja que sea así y ríete. Si puedes reírte de ti mismo, todo estará bien. La gente se ríe de los demás, pero nunca de sí mismos. Deben aprender a hacerlo. Si puedes reírte de ti mismo, la seriedad ya se ha ido. Si eres capaz de reírte de ti mismo, la seriedad no podrá morar dentro de ti.
    En los monasterios Zen, cada monje tiene que reír. Lo primero que hay que hacer por la mañana es reír, lo primero. En el momento en que el monje se da cuenta de que ya no está dormido, tiene que saltar de la cama, pararse en actitud de bufón, como un payaso de circo, y empezar a reír, a reírse de sí mismo. El día no puede comenzar en mejor forma.
    Reírse de uno mismo mata el ego; y, cuando te mueves en el mundo, te vuelves más transparente, más ligero. Y si te has reído de ti mismo, no te molestará que los demás se rían de ti. De hecho, están simplemente cooperando, están haciendo lo mismo que tú estabas haciendo. Te sentirás contento.
    Reírse de los demás es egoísta; reírse de uno mismo es muy humilde. Aprende a reírte de ti mismo de tu seriedad y cosas así. Puedes ponerte serio respecto a la seriedad: entonces, en vez de una enfermedad, has creado dos.
    Entonces te puedes poner serio también por eso, y esto puede seguir y seguir. Y en esto no hay fin; puede seguir ad nauseam.
    Por lo tanto, toma las riendas desde el principio. En el momento en que te sientas serio, ríete de ello y observa de dónde proviene la seriedad. Ríete, deja que surja una buena carcajada, cierra los ojos y observa de dónde viene. No la encontrarás. Solamente existe en un ser que no puede reír.
    No se puede imaginar una situación menos afortunada, no puede concebirse a un ser más pobre que aquél que no puede reírse de sí mismo. Así que comienza la mañana riéndote de ti mismo, y cuando encuentres un momento en el día en que no tienes nada que hacer, suelta una buena carcajada. Sin ningún motivo en particular sólo porque el mundo entero es tan absurdo, sólo porque la manera en que eres es tan absurda. No es necesario encontrar ninguna razón especial. Todo el asunto es tan absurdo que uno se tiene que reír.
    Deja que la risa provenga del vientre, no de la cabeza. La risa puede venir de la cabeza; entonces está muerta. Todo lo que viene de la cabeza está muerto; la cabeza es absolutamente mecánica. Puedes reír desde tu cabeza; y entonces, tu cabeza creará la risa, pero ésta no irá a lo profundo del vientre, al hara. No se extenderá a los dedos de los pies, no se extenderá a todo tu cuerpo. Una verdadera risa es tal como la risa de un niño. Observa su vientre sacudirse, todo su cuerpo late con él: quiere revolcarse en el suelo. Es cuestión de compromiso total. Ríe tanto que empieza a llorar; ríe tan profundamente que la risa se convierte en lagrimas, las lágrimas brotan de él. La risa debiera ser profunda y total. Esta es la medicina que yo prescribo para la seriedad.
    Te gustaría que te diera alguna medicina seria. Eso no ayuda. Tienes que ser un poco tonto. De hecho, el más alto pináculo de la sabiduría siempre lleva consigo un poco de necedad; los hombres más sabios del mundo fueron también los tontos más grandes.
    Puede ser difícil entenderlo. No puedes imaginarte que puedan ser tontos, porque tu mente siempre divide: un sabio nunca puede ser un tonto y un tonto nunca puede ser un sabio. Ambas actitudes están equivocadas. Ha habido grandes necios que fueron muy sabios.
    Antiguamente, en la corte de cada rey, había un gran tonto: el bufón de la corte. El bufón producía el equilibrio, porque demasiada sabiduría puede resultar absurda, demasiado de cualquier cosa puede resultar absurdo. Se requería a alguien que pudiera traer las cosas nuevamente a la tierra. En la corte de los reyes, era necesario un tonto que les ayudara a reír; de lo contrario, la gente sabia tiende a ponerse seria, y la seriedad es una enfermedad.
    Con la seriedad pierdes las proporciones, pierdes la perspectiva. Así que en la corte de cada rey había un bufón, un gran tonto, que decía cosas y hacía cosas y bajaba todo a la tierra.
    He oído una historia. Un emperador tenía un bufón. Un día, el emperador se estaba mirando en el espejo. El bufón llegó, saltó, y le golpeó con los pies en la espalda. El emperador cayó contra el espejo. Naturalmente, estaba muy furioso, y dijo: ” A menos que para tu estúpido acto des un motivo que sea aún más criminal que el acto mismo, serás sentenciado a muerte”.
    El bufón dijo: “Mi Señor, nunca pensé que estuvieras aquí.
    Creí que la reina era la que estaba aquí”.
    Tuvo que ser perdonado, porque dio una razón que era aún más estúpida. Pero para encontrar una razón así el bufón debió haber sido muy sabio. Cada gran sabio LaoTzu, Jesús tiene una cierta cualidad de sublime necedad. Esto tiene que ser así, porque de otra manera, un sabio será un hombre sin sal, tendrá un sabor horrible. También tiene que ser un poco tonto. Entonces las cosas se equilibran. Mira a Jesús, cabalgando sobre un burro y diciéndole a la gente, ” ¡Soy el hijo de Dios!”. ¡Observa eso! Debió de haber sido ambos. La gente debió reírse: “¿Qué estás diciendo? Declarando estas cosas y comportándote de esa manera…”
    Pero sé que así es como la perfecta sabiduría aparece. Lao Tzu dice: “Todo el mundo es sabio excepto yo. Yo parezco ser un bobo. Todo el mundo tiene la mente clara; sólo la mía parece ser oscura y embrollada. Todo el mundo sabe qué hacer y qué no hacer; sólo yo estoy confuso”. ¿Qué quiere decir? Está diciendo que, “En mí, se unen la sabiduría y la tontería”. Y cuando la sabiduría y la tontería se encuentran, hay una trascendencia.
    Así que no te pongas serio respecto a la seriedad. Ríete de ella, sé un poco bobo. No condenes la tontería; tiene sus propios encantos. Si puedes ser ambas, tendrás algo de la trascendencia en tu interior.
    El mundo se ha puesto más y más serio. De ahí que haya tanto cáncer, tanta enfermedad del corazón, tanta presión sanguínea alta, tanta locura. El mundo ha sido demasiado llevado, forzado, hacia un extremo. Sé también un poco tonto. Ríete un poco, sé como un niño.
    Diviértete un poco, no lleves una cara seria a todas partes, y de repente encontrarás que surge en ti una salud más profunda aparecen fuentes más profundas de tu salud.
    ¿Has oído alguna vez de algún tonto que se haya vuelto loco? Nunca ha sucedido. Siempre he buscado un caso de algún tonto que ,, haya vuelto loco, Nunca me he encontrado con ninguno. Naturalmente, un tonto no se puede volver loco, porque para estar loco necesitas ser muy serio.
    También he investigado para ver si los tontos están de alguna manera más propensos a ser sanos que los mal llamados sabios. Y así es: los tontos son más sanos que los que llaman sabios. Viven en el momento y saben que son tontos; por lo tanto, no se preocupan de lo que los demás puedan decir de ellos. Esa preocupación se transforma en un fenómeno canceroso en la mente y el cuerpo. Ellos viven más y son los últimos en reírse.
    Recuerda que la vida debería estar profundamente equilibrada, en un profundo equilibrio. Entonces, tú escapas justo por el medio. La energía sube en una oleada, te empiezas a mover hacia arriba. Y esto debería ser así con todos los opuestos. No seas un hombre y no seas una mujer: sé ambos, de modo de no ser ninguno. No seas sabio, no seas un tonto: sé ambos, y así trascenderás.
    Por favor explica por qué no sentimos lo divino que está aquí /ahora, dentro / fuera, que eres tú, yo y todos.
    Esto es de Swami Yoga Chinmaya. Porque eres demasiado, y estás demasiado lleno de ti mismo.
    Puesto que no puedes reír, lo divino está escondido. Puesto que estás demasiado tenso, estás cerrado. Y estas cosas que piensas que lo divino está aquí/ahora, dentro/fuera, tú/yo son sólo cosas de la cabeza, no son tus sentimientos. Son pensamientos, no comprensiones. Y si sigues pensando estas frases, nunca llegarán a convertirse en experiencias. Puedes convencerte a ti mismo de que es así con mil y un argumentos, pero estas ideas nunca se convertirán en tu experiencia. Seguirás errando el punto. No es cuestión de argumento, filosofía, pensamiento, contemplación no. Es cuestión de ahogarte profundamente en la sensación del fenómeno. Uno tiene que sentirlo, no pensar en ello. Y para sentirlo, uno tiene que desaparecer.
    Estás intentando algo absolutamente imposible: estás tratando de alcanzar a Dios mediante el pensamiento. Seguirá siendo una filosofía, nunca se convertirá en tu experiencia. Y a menos que sea una experiencia, no es liberadora. Se convertirá en una atadura; morirás en el cautiverio de las palabras.
    Eres demasiado. La cabeza de Yoga Chinmaya tiene que ser cortada, totalmente cortada. Eres demasiado en la cabeza, y hay demasiado de ti mismo. Dios ya no es importante; tú eres más importante. Tú quieres conocer a Dios; el énfasis no está en Dios, el énfasis está en ti. Tú quieres alcanzar a Dios; no es que Dios sea importante, tú eres el importante. ¿Y cómo puedes vivir sin alcanzar a Dios? Dios tiene que ser poseído, pero el énfasis está en ti. Es debido a eso que sigues errando el camino.
    Abandona el “tú”. Y entonces no hay necesidad de preocuparse por Dios El mismo viene. Una vez que no eres, El llega. Una vez que dejas de estar presente, se siente Su presencia. Cuando estás vacío, El corre hacia ti. Abandona todas las filosofías y todo lo que has aprendido, todo lo que has tomado prestado, todo lo que te llena la cabeza. ¡Abandónalo! Límpiate de todo eso; está podrido.
    Una vez que estás limpio, en esa misma limpieza empiezas a sentir que algo surge. En esa inocencia está la virginidad. Dios está siempre a tu alcance.
    ¿Cómo es posible que la mente pueda estar produciendo pensamientos todo el tiempo, y cómo podemos detener lo que no hemos iniciado?
    No puedes detener lo que no has iniciado. No lo intentes: de lo contrario, simplemente estarás perdiendo tiempo, energía, vida. No puedes detener la mente, porque no la has puesto a funcionar. Puedes simplemente observar, y al observarla se detiene. No es que tú la detengas: al observarla, se detiene. La detención es una función de observar, es una consecuencia de observar.
    No es que tú la detengas; no hay manera de detener la mente. Si tratas de detenerla, irá más de prisa; si tratas de pararla, luchará contra ti y te creará mil y un problemas. Nunca trates de detenerla.
    Esta es la verdad: tú no la has puesto a funcionar; por lo tanto, ¿quién eres tú para detenerla? Ha llegado a través de tu inconsciencia; se irá a través de tu consciencia.

    No tienes que hacer nada para detenerla, excepto volverte más y más alerta. Incluso el querer detener la mente será una barrera, porque dices: “De acuerdo; ahora trataré de estar consciente, y así podré detenerla”. Entonces yerras el punto. Entonces, ni siquiera tu consciencia será de mucha ayuda, porque la misma idea está nuevamente presente: cómo pararla. Después de unos días de esfuerzo vano vano porque la idea está allí, de modo que no ocurrirá vendrás a mí y dirás: “He estado tratando de estar consciente, pero la mente no se detiene”.
    No puede ser detenida; no existe método para hacerlo. ¡Pero se detiene! No es que tú la detengas; se detiene por sí sola. Tú simplemente observa. Observando, retiras la energía que la ayuda a correr. Observando, la energía se invierte en la observación, y el pensamiento se debilita automáticamente más y más. Los pensamientos están ahí pero se vuelven impotentes, porque la energía no está para ellos. Girarán a tu alrededor, medio muertos, pero poco a poco irá llegando más y más energía a la consciencia. De repente, un día, la energía ya no va a los pensamientos. Estos han desaparecido. No pueden existir sin tu energía. Así que por favor olvídate de pararlos. Eso no es asunto tuyo.

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301
    Enviado: 19/03/2005 10:22

    Y la segunda cosa que preguntas: “¿Cómo es posible que la mente pueda estar produciendo pensamientos todo el tiempo?” Es sólo un proceso natural. Tal como tu corazón late constantemente, tu mente está pensando constantemente; tal como tu cuerpo está respirando constantemente, tu mente está pensando constantemente; tal como tu sangre está circulando constantemente y tu estómago digiere continuamente, la mente piensa todo el tiempo. No hay problema en ello; es simple. Pero no estás identificado con la circulación de la sangre; no piensas que tú estás circulando. De hecho, ni siquiera estás consciente de que la sangre circula; sigue circulando, no tienes nada que ver en ello. El corazón sigue latiendo; no piensas que tú estás latiendo.
    Con la mente, el problema surge porque piensas que tú estás pensando; la mente se ha transformado en el foco de la identidad. Simplemente, esa identidad debe romperse. No es que cuando la mente se ha detenido, no volverá a pensar nunca más no. Pensará solamente cuando sea necesario; y no pensará cuando no sea necesario. El pensamiento estará ahí, pero ahora será natural: una respuesta, una actividad espontánea, no una obsesión.
    Por ejemplo, comes cuando tienes hambre. Pero te puedes obsesionar y puedes estar comiendo el día entero. Y entonces te volverás loco; te estarás suicidando. Caminas cuando quieres caminar. Cuando quieres ir a alguna parte, mueves tus piernas. Pero si sigues moviendo tus piernas cuando estás sentado en una silla, la gente pensará que estás loco y que algo hay que hacer para detenerte. Si preguntas cómo hacer que tus piernas dejen de moverse y alguien te dice: “Detenlas agarrándolas con tus manos. ¡Fuérzalas!”, tu problema será aún más grave. Las piernas se están moviendo y ahora las manos también están ocupadas, y todos tus esfuerzos están invertidos en detenerlas. Tu energía está luchando contra sí misma.
    Te has identificado con la mente, eso es todo. Es natural, porque la mente está muy cerca de ti y es mucho lo que tienes que usarla. Uno está constantemente en la mente. La situación es similar a la de un conductor que ha estado conduciendo un coche continuamente durante años, y nunca ha salido fuera del coche. Ha olvidado que puede salir fuera, que es un conductor. Lo ha olvidado completamente; piensa que el mismo es un coche. No puede salir, porque ¿quién está ahí para hacerlo? Ha olvidado cómo abrir la puerta; o bien, la puerta está completamente bloqueada por años de desuso. Se ha oxidado, no puede abrirse con facilidad. El conductor ha estado en el coche tanto tiempo que ha llegado a ser el coche, eso es todo. Ha surgido un malentendido. Ahora él no puede parar el coche, porque ¿cómo va a detenerlo? ¿Quién va a pararlo?
    Tú sólo eres el conductor de la mente. Es un mecanismo a tu alrededor, tu conciencia la utiliza. Pero nunca has salido fuera de tu cabeza. Por eso, insisto: sal un poco fuera de la cabeza, ve al corazón. Desde el corazón tendrás una mejor perspectiva de que el coche está separado de ti.
    O bien, trata de salir del cuerpo. Eso también es posible. Fuera del cuerpo estarás totalmente fuera del coche. Te será posible ver que no eres ni el cuerpo ni el corazón ni la mente; tú estás separado.
    Ahora mismo, sigue recordando sólo una cosa: que estás separado. De todo lo que te rodea, estás separado. El que conoce no es lo conocido. Sigue sintiéndolo más y más, de modo que llegue a ser una cristalización sustancial dentro de ti el saber que el que conoce no es lo conocido. Tú conoces el pensamiento, ves el pensamiento ¿cómo puedes ser el pensamiento? Tú conoces la mente, ¿cómo puedes ser la mente? Sólo aléjate; necesitas un poco de distancia. Un día, cuando estés realmente alejado, el pensamiento cesa. Cuando el conductor está fuera, el coche se detiene porque ahora no hay nadie que lo conduzca. Entonces te reirás de corazón, al ver que todo ha sido un malentendido. Ahora podrás pensar cuando quiera que necesites hacerlo.
    Tú me formulas una pregunta: yo respondo. La mente funciona. Debo hablarte a través de la mente; no hay otra manera de hablar. Pero cuando estoy solo, la mente no funciona.
    La mente no ha perdido su capacidad de funcionar. Y en realidad, ahora su capacidad para funcionar y para hacerlo adecuadamente es mayor. Dado que no está funcionando constantemente, acumula energía; se vuelve mas clara. Por lo tanto, “cuando la mente se detiene” no quiere decir que no te sea posible volver a pensar. En realidad, sólo después de eso te será posible pensar por primera vez. El estar comprometido a propósito en pensamientos irrelevantes no es pensar. Es una cosa insana. Estar claro, limpio, inocente, es estar en el sendero adecuado para pensar.
    Entonces, cuando un problema surge, no estás confuso; no miras el problema a través de prejuicios. Lo miras directamente, y en esa mirada directa el problema empieza a derretirse. Si el problema es un problema, se disolverá y desaparecerá. Si el problema no es un problema sino que es un misterio se disolverá y profundizará. Entonces te será posible ver en qué consiste un problema.
    Un problema es algo que se puede resolver con la mente; un misterio es algo que no se puede resolver con la mente. Un misterio tiene que ser vivido; un problema debe ser resuelto. Pero cuando estás demasiado involucrado en tus pensamientos, no puedes distinguir entre un misterio y un problema. A veces confundes un misterio con un problema. Entonces luchas toda tu vida, y éste nunca se resuelve. Y otras veces confundes un problema con un misterio y esperas tontamente: podría haberse resuelto.
    Es necesaria una claridad, una perspectiva. Cuando el pensamiento esta constante charla interior se detiene, y llegas a estar alerta y consciente te es posible ver las cosas como son, te es posible encontrar soluciones también serás capaz de saber qué es un misterio. Y cuando llegas a sentir que algo es un misterio, sientes reverencia, sientes temor reverente.
    Esa es la cualidad religiosa del ser. Sentir reverencia es ser religioso; sentir temor reverente es ser religioso. Estar tan profundamente maravillado que eres nuevamente un niño es entrar en el reino de Dios.

    CAPÍTULO 5

    QUINTO DISCURSO
    25 DE OCTUBRE DE 1975
    MATEO 4

    17 Desde entonces, comenzó Jesús a predicar y a decir: Arrepentíos, pues está cerca el reino de los cielos.
    18 Y Jesús, caminando por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos: Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano, echando la red al mar, pues eran pescadores.
    19 Y les dijo: Seguidme, y os haré pescadores de hombres.
    20 Y al instante, ellos abandonaron sus redes y le siguieron.
    23 Y recorría Jesús toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando el evangelio del reino, y curando toda forma de enfermedad y toda forma de dolencia en la gente.
    24 Y su renombre se extendió por toda Siria; y le trajeron a todos los enfermos que estuviesen aquejados de diferentes males y tormentos, y los que estaban endemoniados, y los que eran lunáticos y los que eran paralíticos; y los curó.
    25 Y le seguían grandes muchedumbres de gentes de Galilea de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de allende el Jordán.
    Y LES DIJO: SEGUIDME

    A un rabino se le pidió en cierta ocasión que resumiera brevemente todo el mensaje de la Biblia. El contestó que todo el mensaje de la Biblia era muy simple y corto. Es Dios gritándole al hombre: ” ¡Entróname!”.
    Esto es lo que pasó aquella mañana en el río Jordán. Jesús, desapareció y Dios fue entronado. Jesús abandonó la casa, y Dios entró. O tú eres o Dios es; ambos no pueden existir al mismo tiempo. Si insistes en existir, entonces abandona la búsqueda de Dios; no va a completarse. Así es imposible, absolutamente imposible. Si estás ahí, Dios no puede estar; tu mismo ser, tu misma presencia son el obstáculo. Desapareces y Dios es. Siempre ha estado ahí.
    El hombre puede vivir como una parte, separado de lo absoluto. El hombre puede crear a su alrededor ideas, sueños, ego, personalidad, y puede concebirse a sí mismo como una isla, desconectado de lo absoluto, sin relación alguna con la totalidad. ¿Te has sentido alguna vez relacionado con los árboles? ¿Has visto alguna vez una relación entre tú y las rocas, has visto alguna relación entre tú y el mar? Si no ves la relación, nunca podrás llegar a conocer lo que Dios es. Dios no es otra cosa que lo absoluto, lo total, el único. Si existes como una parte separada, existes innecesariamente como un mendigo. Podrías haber sido lo absoluto. Y aún cuando creas que estás separado, no lo estás ése es sólo un pensamiento es sólo una barrera para que tus ojos se abran.
    Aquella mañana en el río Jordán en que Juan el Bautista inició a Jesús, lo mató completamente: Jesús desapareció. Y en ese instante de nada, un Buda lo que Buda llama sunyata, vaciedad … los cielos se abrieron y el espíritu de Dios, a manera de paloma, descendió sobre Jesús, se posó sobre él.
    Esto es sólo simbólico. Jesús murió, Dios fue entronizado. Esto es lo que en Zen llaman una transmisión especial, fuera de las escrituras. Juan el Bautista no le entregó ningún conocimiento a Jesús, ninguna escritura fue transmitida, no se pronunció ni una sola palabra. No hubo dependencia de palabras o cartas, sólo se apuntó directamente al alma del hombre: ver la propia naturaleza el alcanzar el estado del Buda.
    Esto es lo que pasó aquel día. Los Cristianos han pasado por alto ese detalle; lo que fue transferido de Juan el Bautista a Jesús no fue conocimiento, fue una visión. No fue verbal, fue existencial. Era más bien un saber que un conocimiento. Juan el Bautista le dio ojos a Jesús, una nueva manera de ver el mundo y estar en el, mundo. Una transmisión especial, fuera de las escrituras.
    Por eso Jesús inmediatamente se sintió uno con Dios, pero desconectado de los judíos. Los judíos “son la gente del libro”. La Biblia no significa otra cosa: simplemente, significa “el libro”. Los Judíos son la gente del libro los que han creído tremendamente en las escrituras, los que han amado y confiado en las escrituras durante siglos.
    Jesús llegó a ser uno con Dios, pero de inmediato se desconectó de su propia tradición. Entonces intentó permanecer como parte de la comunidad de mil y una maneras, pero fue imposible. No pudo ser parte de las Escrituras, no pudo ser parte de la tradición. Algo del más allá penetró en él; y cuando Dios penetra, todas las escrituras se vuelven inútiles. Cuando tú mismo has llegado a saber, todo el conocimiento es una porquería.
    Esa fue la lucha entre Jesús y los rabinos. Ellos tenían conocimiento, Jesús sabía y los dos nunca se encontraron. El hombre que sabe es rebelde, el hombre que sabe tiene sus propios ojos; dice todo lo que ve. El hombre de conocimiento está ciego; lleva las escrituras, nunca mira a su alrededor; sólo sigue repitiendo las escrituras. El hombre de conocimiento es mecánico, no tiene contacto personal con la realidad.
    Hace sólo unos días, estaba leyendo acerca de un psiquiatra neoyorquino muy importante. Estaba hablando con uno de sus nuevos pacientes: “Estoy muy ocupado; de hecho, demasiado ocupado. sería bueno si usted pudiese ayudarme. La primera entrevista siempre es de sólo una de las partes: me dirá todo lo que quiera decirme. Si puedo estudiar y mirar eso más tarde, en el momento en que me convenga, será de gran ayuda. Así que aquí hay una grabadora. Dejaré la grabadora póngala en marcha y háblele. Lo que sea que tenga que decir … diga todo lo que le gustaría decirme y más tarde lo escucharé”. El siquiatra le preguntó, “Le parece bien eso?”.
    El cliente contestó, Desde luego. Todo está perfecto.
    La grabadora empezó a funcionar y el siquiatra salió del cuarto; al cabo de dos minutos vio al hombre salir de la oficina. Corrió detrás de él, le detuvo y le dijo: “¿Tan pronto? No puede haber hablado mucho en la grabadora”.
    El hombre dijo: “Escuche, yo también soy un hombre muy ocupado. En realidad, más ocupado que usted. Y no es el primer siquiatra que he consultado. Vuelva a la sala de consulta y verá, sentado al lado de la grabadora, mi pequeño dictáfono hablándole a la grabadora”.
    El conocimiento es así. Nadie está presente: dictáfonos hablando a grabadoras. Tu mente es sólo una grabadora y las escrituras son viejos dictáfonos un medio antiguo, pero es lo mismo de todas maneras. Alguien ha dicho algo; se graba allí. Después lo lees y queda registrado en tu propia grabadora, pero no hay nada personal.
    El saber es personal, el conocimiento es mecánico. Nunca podrás llegar a descubrir la realidad, la verdad, a través de una aproximación mecánica. Va a ser una cosa muerta. Obtendrás mucha información, pero nunca tendrás una transformación. Puede que llegues a saber muchas cosas, pero nunca llegarás a saber lo que necesitas saber: el ser que eres y el ser que te rodea y lo que te rodea es lo mismo que tienes en tu interior.
    Es necesario un contacto personal profundo. Aquella mañana, en el río Jordán, Jesús entabló contacto personal con lo divino. Juan el Bautista le inició en ser una nada.
    Cuando vienes a mí, no vienes a un hombre que sepa mucho. Vienes a un hombre que tiene un montón de nada en su interior. Puedo compartir esa nada contigo. El día en que estés dispuesto a compartir mí nada, estarás iniciado.
    Puedes estar aquí de dos maneras. Puedes ser un estudiante. Entonces te relacionarás conmigo de una manera mecánica, recolectarás información y nunca ha sido ése mi propósito. Empezarás a saber muchas cosas. Eso es un enviciamiento. Puede que el ego se sienta más fuerte, pero el alma se empobrecerá más y más.
    O bien, puedes ser un discípulo, y no un estudiante. Entonces compartes mi nada. Y poco a poco desaparecerás completamente. Cuando eso ocurra, no habrá nadie dentro, de ti que sepa y ese ” no ser nadie ” es la única manera de saber. En esa nada tu corazón está abierto, en esa nada la isla desaparece y te conviertes en el continente. En esa nada la separación desaparece: te transformas en lo absoluto. Y entonces lo absoluto existe a través de ti.
    Tenía razón el rabino que dijo, “Dios gritándole al hombre: “¡entróname!”. Jesús, Kríshna, Cristo, Mahoma, Lao Tzu todos son gritos de Dios al hombre: ” ¡Entróname!

    Desde entonces, comenzó Jesús a predicar …
    Inmediatamente: el conocimiento necesita tiempo, el saber es inmediato. Si quiero compartir mis conocimientos contigo tomará tiempo; pero si quiero compartir mi nada contigo, el tiempo no es necesario. Es posible de inmediato, aquí y ahora. Sólo tu disposición es necesaria. El tiempo no es en absoluto un requisito: puede suceder en una fracción de segundo.
    Siempre que leo este evangelio lo que de inmediato más me llama la atención es: en el momento en que Jesús fue bautizado, y los cielos se abrieron y el espíritu de Dios descendió como una paloma, salió del río, fue hacia la orilla una multitud se había reunido y empezó a predicar. Antes de eso, nunca había pronunciado una sola palabra, antes de eso no le había enseñado nada a nadie.
    Así es como debería ser. Un profesor puede enseñar sin saber, pero no un Maestro. Profesores hay muchos; Maestros, pocos. Un Maestro es alguien que enseña a través de su saber y un profesor es alguien que lo hace a través de su conocimiento.
    Un profesor se prepara durante años: entonces puede enseñar. Pero un Maestro en un solo momento de coraje, en un solo momento de audacia, en un solo instante de muerte, en un solo momento en que salta a lo desconocido se vuelve capaz de enseñar. Una vez que sabes, ese saber quiere ser compartido; una vez que estás extático, ese mismo éxtasis empieza a fluir, empieza a buscar al corazón, Una vez que eres, estás ya en camino de ser compartido por muchos.
    Jesús salió del río;
    Desde entonces, comenzó Jesús a predicar,
    y a decir:
    Arrepentíos, pues está cerca el reino de los cielos.
    Juan el Bautista estaba diciendo lo mismo. Jesús podía haber dicho lo mismo con sólo oír a Juan el Bautista. El era un predicador muy conocido, grandes multitudes solían visitarle, grandes multitudes solían esperar y escucharle. Todo el mundo sabía que su mensaje era éste: Arrepentíos, pues está cerca el reino de los cielos.. Jesús debe haberlo sabido, pero nunca pronunció esas palabras antes.
    Pronunciar grandes palabras sin saber es sacrílego, es una traición. Nunca pronuncies tan grandes palabras a menos que te conozcas a ti mismo, porque puedes destruir las mentes de los demás. Puedes llenar sus mentes con tu desperdicio. Si no sabes y vas diciendo cosas a la gente … tal como ha pasado en todas partes del mundo.
    Ve y mira a los sacerdotes en las iglesias, los templos y las mezquitas enseñan y predican sin tener idea de lo que están diciendo. No están en absoluto conscientes de lo que hacen ¡dictáfonos! Han aprendido, pero no saben. Han estudiado, pero no tienen ojos propios; sus propios corazones están tan muertos como los de aquellos a quienes les predican. Sus mentes pueden ser más cultivadas, pero sus corazones están tan enfermos como los de cualquiera.
    Jesús nunca pronunció esas palabras antes. Nadie conocía a este Jesús. Estuvo en el taller de su padre; trabajó, ayudó a su padre. De pronto, nació una nueva calidad de hombre, fresco un hombre totalmente nuevo. El bautismo es un nacimiento.
    Desde ese mismo instante comenzó a predicar, y a decir: Arrepentíos porque ahora podía pronunciar esas palabras con autoridad. Ahora ya no estaba repitiendo las palabras de Juan el Bautista, sino que las suyas propias. El se ha arrepentido y ahora sabe lo que significan, Ahora no son palabras fútiles, de loro; están preñadas, vivas. El ha tocado la realidad de esas palabras, ha visto su misterio.
    La verdadera palabra en Hebreo es teshuvah: arrepiéntete. Teshuvah significa “retorno”, y también quiere decir “respuesta”. Ambos significados son hermosos.
    Retornar a Dios es una respuesta para El. Esta es una de las cosas más hermosas del judaísmo, una de las grandes contribuciones del judaísmo al mundo. Tiene que ser comprendido, porque sin ello nunca te será posible entender a Jesús.
    El judaísmo es la única religión en el mundo que afirma que no sólo el hombre busca a Dios, sino que Dios también busca al hombre. Nadie más cree eso. Hay Hindúes, Mahometanos y otras religiones: todas creen que el hombre está buscando a Dios. El judaísmo cree que Dios también busca al hombre. Y esto debería ser así si El es un padre. Debería ser así. El es lo absoluto, y si una parte se ha descarriado, lo absoluto en Su compasión debe buscar a esa parte.
    El judaísmo tiene una belleza propia. El hombre en busca de Dios equivale a andar tropezando en la oscuridad. A menos que Dios también esté buscándote, no parece ser probable que se produzca el encuentro. ¿Cómo vas a buscarle si es desconocido? ¿Dónde Le buscarás? No conoces la dirección ¿adónde dirigirás tu oración? ¿Adónde te moverás, dónde irás, que liarás? Sólo puedes tropezar, llorar y lamentarte; las lágrimas serán tu única oración. Un profundo deseo ¿cómo satisfacerlo? Puedes arder de deseo, pero ¿cómo llegar? El judaísmo dice: el hombre puede buscar, pero no podrá encontrar a menos que ésa sea la voluntad de Dios.
    Dios está a tu alcance, pero no puedes agarrarle. Puedes extender tus manos El está a tu alcance, pero no puedes agarrarle. El deja que le agarres porque El también te está buscando. El puede buscarte en forma inmediata y directa. Sabe exactamente dónde estás. Pero no puede buscarte a menos que tú estés en su busca. Sólo puede buscarte cuando. tú estás buscando, cuando estás haciendo todo lo que es posible hacer, cuando no te estás guardando nada, cuando tu búsqueda es total. Cuando tu búsqueda es total, los cielos se abren de inmediato y el espíritu de Dios desciende sobre ti. El está esperando, esperando con profundo apremio por encontrarte.
    Esto debería ser así, porque la existencia es una historia de amor. Es un juego del escondite un juego. La madre está jugando al escondite con el niño. La madre está esperando; y si el niño no viene, la madre comenzará a buscarle. Pero Dios te da libertad total: si no quieres buscar, El no se entrometerá; no será un intruso. Sólo llamará a tu puerta si tu deseas buscarle.
    Si tú has invitado, sólo entonces acude el visitante. Este puede estar esperando sólo una seña de tu parte para llamar a la puerta; sólo tu invitación es necesaria. De otro modo, El puede esperar durante toda la eternidad; no hay prisa. Dios no tiene prisa.

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301
    Enviado: 19/03/2005 10:24

    Arrepentíos, pues está cerca el reino de los cielos. Todo hubiese sido absolutamente diferente si la palabra no hubiese sido traducida como “arrepentirse”, sí se hubiera dejado la original: “retorno”. Eso es lo que dice Patanjali en sus sutras de yoga que pratyahar es “retornar a uno mismo”. A eso se refiere Mahavir cuando habla de moverse hacia dentro: pratikraman, ir hacia adentro.
    La palabra teshuvah significa algo totalmente distinto de arrepentirse. En el momento en que dices “arrepentíos”, el hombre aparece como un pecador: surge una profunda condenación. Pero si dices “retorna”, se desaparece la idea del pecado, no surge condenación.
    Simplemente, dice que te has ido lejos, que has estado jugando demasiado tiempo por favor vuelve. El niño ha estado jugando afuera y está cayendo la noche. El sol se está poniendo y la madre llama: “Por favor vuelve”. Un sentido totalmente diferente, una connotación totalmente diferente. No hay condenación en ella, sólo una llamada de profundo amor: “¡Regresa!”.
    Sólo escucha la frase si la digo así: “Regresa, pues está cerca el reino de los cielos”. Toda la condenación, todo el pecado y todo el disparate que ha creado culpa en el hombre, desaparecen con sólo traducir una palabra en forma adecuada. Una sola palabra puede ser significativa, pero la cristiandad entera desaparecerá si traduces arrepentimiento como “retorno”. Todas las iglesias, el Vaticano todo desaparecerá, porque dependen del arrepentimiento.
    Si se trata de un retorno y no eres condenado y no has cometido ningún pecado la culpa desaparece. Y sin culpa no puede haber iglesias, sin culpa el sacerdote no puede vivir. El explota la culpa, te hace sentirte culpable ése es su secreto profesional. Una vez que se las arregla para que te sientas culpable, tienes que buscar su ayuda porque pedirá perdón para ti, rezará para ti; él sabe la forma de rezar. El se encuentra en una relación más profunda con Dios: te defenderá, conseguirá que Dios te perdone y te mostrará cómo dejar de ser un pecador, cómo ser virtuoso. Te dará los mandamientos: haz esto, no hagas aquello.
    El fundamento de todas las iglesias del mundo es la palabra “arrepentimiento”. Si es sólo cuestión de retorno, el sacerdote no será necesario; puedes regresar a casa. No es cuestión de condenación: no necesitas a nadie para que te purifique, nunca has sido malo. Sí, te alejaste demasiado, pero no hay nada malo en ello. De hecho, no podrías haberte alejado tanto si no hubiese sido ésa la voluntad de Dios. Debe haber algo en ello: ese alejarse debe ser una manera de regresar, porque cuando vuelves a casa después de haberte alejado mucho, te das cuenta por primera vez de lo que es el hogar.
    Se dice que los que viajan a países extranjeros se dan cuenta por primera vez como ustedes deben estar dándose cuenta en Poona de lo hermoso que es el hogar. Es difícil darse cuenta de eso cuando estás en casa; todo se da por sentado. Pero cuando te vas lejos, todo se vuelve difícil. Ya no estás en casa, no puedes dar nada por sentado. Hay mil y un inconvenientes, incomodidades y no hay nadie que te cuide, tú mismo tienes que cuidarte. A nadie le importas; te mueves en un mundo extraño, eres extranjero.
    En contraste con eso, de pronto surge por primera vez el hogar, el significado del hogar. Antes era sólo una casa para vivir; ahora es un hogar. Ahora sabes que las casas son diferentes de los hogares. Una casa es sólo una casa; un hogar no es sólo una casa, es algo más. Ese algo más es el amor. Quizás sea necesario que el hombre se descarríe un poco fuera del camino, en la intemperie de modo que, por contraste, el volver al hogar pueda resultar significativo, lleno de sentido.
    Digo “retorna”, no digo “arrepiéntete”. Jesús nunca dijo “arrepentíos”. Se reiría de la palabra, porque todo el sentido está corrompido por la palabra. Las iglesias saben ahora muy bien que la palabra es una traducción errónea, pero aún así insisten en ella, porque se ha convertido en su fundamento. “Retornar” es tan simple: depende de ti y de tu Dios; no necesitas a ningún mediador, no necesitas a ningún agente. Desde entonces, comenzó Jesús a predicar y a decir: Regresen, pues está cerca el reino de los cielos.
    Otro significado de la palabra Hebrea teshuvah es “respuesta”. Tu retorno es tu respuesta. ¿Respuesta a qué? Respuesta al grito: ” ¡Entronízame!”, respuesta a lo que Dios te ha estado pidiendo: “Vuelve a casa”.
    Esta es, nuevamente, una hermosa contribución del judaísmo. Cada religión ha contribuido con algo original. El judaísmo dice, “Dios formula la pregunta, el hombre responde”. Otras religiones afirman que el hombre formula la pregunta y que Dios responde. El judaísmo dice, “No; Dios formula la pregunta y el hombre responde”.
    El momento en que respondes es el retorno. En el momento en que el niño dice: “Sí, ya voy”, ya ha emprendido el regreso. ¿Has oído la pregunta? Si aún no la has oído, ¿cómo vas a poder contestarla?
    La gente viene a mi y me pregunta: “¿Dónde está Dios?”.
    Yo les digo: “Olvídense de Dios ¿han oído la pregunta?”.
    Ellos dicen: “¿Qué? pregunta?”.
    ” ¡La pregunta que hace Dios! “.
    Si no has oído la pregunta, no puedes saber dónde está Dios. Apenas oyes la pregunta, la dirección está clara apenas oyes la pregunta que surge en lo profundo, de tu ser, en el centro más profundo, ésta se transforma en una obsesión constante en tu corazón: ¿quién eres, por qué estás aquí, por qué existes? ¿Para qué?
    Si la pregunta ha surgido en el corazón, sabrás que Dios es, porque ¿quién está formulando la pregunta? Tú no puedes preguntarla. Tú eres inconsciencia, un profundo sueño no puedes preguntar. En algún lugar en lo más profundo de ti Dios está preguntando, ”¿Quién eres?”. Si has oído la pregunta, sabes la dirección. Y la respuesta sólo puede ser:”Regresa. Sigue esa dirección, vuelve”.
    Pero tus preguntas son falsas. No las has oído; alguien te las ha enseñado. Tus preguntas son falsas, y tus respuestas son entonces, también falsas. Aprendes la pregunta de otros, aprendes la respuesta de otros y permaneces falso,
    La palabra “falso” proviene de “teléfono” (*)
    ¿Has observado alguna vez que escuchar a un hombre directamente escuchar a tu esposa o marido o amigo directamente, cara a cara es una realidad porque hay contacto personal; pero que al escucharle por teléfono todo se vuelve falso? Uno nunca sabe quién está ahí si realmente la persona está ahí o si es una cinta grabada, un dictáfono. Nadie lo sabe. Y el sonido parece no venir del corazón, sino que del mecanismo.
    ¿Has observado a veces a la gente … ? He observado a algunas personas, conozco a algunos que se ponen los anteojos siempre que hablan por teléfono. Yo me preocupo: `¿Qué es lo que pasa? La persona no está ahí; ¿a quién estás tratando de ver?”. Es sólo un profundo apremio por ver a la persona. Un profundo apremio de lo contrario, todo parece falso. Pero así es como la mente se ha corrompido.
    (*) En el inglés original: “La palabra ‘phoney’ proviene de ‘telephone’ “. (Nota del Traductor)
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    En una ocasión, fui con un amigo a visitar el Taj Mahal. El es un buen fotógrafo y no tenia tiempo de ver el Taj Mahal, lo estaba viendo a través de la cámara. Yo le dije, “Hemos venido aquí para ver el Taj Mahal”.
    El respondió, “Olvídalo. ¡Es tan hermoso que tomaré las fotos y las veré en casa!”. Pero esas fotos existen en todas partes ¿qué necesidad hay de venir al Taj Mahal? La visión directa se pierde.
    Cuando nació el primer hijo de Mulla Nasrudín, fui a verle. El Mulla estaba sentado con el niño, un niño pequeño hermoso. Yo le dije, ¡Qué hermoso!
    El me respondió, “Esto no es nada; ¡deberías ver las fotografías! “.
    Falso … todo se vuelve más y más indirecto. Entonces pierde el contacto con la realidad, lo concreto, la claridad. Y entonces se va muy, muy lejos.
    La respuesta puede ser verdadera sólo si la pregunta ha sido realmente oída. Cada día me cruzo con alguien que dice: “Quiero meditar, quiero buscar, pero no pasa nada”. Se está quejando, como si la existencia no hubiese sido justa con él “No pasa nada”. Pero yo le miro a los ojos: su deseo es falso. En primer lugar, él nunca quiso meditar: ha venido formando parte de una muchedumbre. Alguien venía, un amigo, y le siguió. O bien, estaba de vacaciones y pensó, “Voy a ir a ver”. Y ahora no está pasando nada.
    Nada puede pasar, porque la meditación, Dios y la oración no son cuestiones de técnica. Puedes aprender la técnica, pero nada pasará a menos que primero oigas la pregunta, a menos que ésta se transforme en un deseo profundo en tu interior, por el cual puedas arriesgar tu vida amenos que llegue a ser cuestión de vida o muerte, a menos que te penetre hasta el mismo centro de tu ser, a menos que se transforme en una espina en tu corazón, a menos que se vuelva una profunda angustia y dolor. Si la pregunta es oída, entonces la respuesta …
    Podemos traducir esta frase de dos maneras: Desde entonces, comenzó Jesús a predicar y a decir: arrepentíos, pues está cerca el reino de los cielos. O bien, podemos traducirla: “Regresa, pues está cerca el reino de los cielos”; o bien, “Responde, pues está cerca el reino de los cielos”.
    Y el reino de los cielos siempre está cerca, ésa es su naturaleza. No tiene nada que ver con la época de Jesús; eso es verdad ahora mismo, tal como fue entonces. Fue verdad antes de Jesús y lo será siempre.
    El reino de Dios siempre está cerca sólo búscalo. Su mano siempre te ha estado buscando, pero tu mano no está buscando. Responde, regresa, y El está a tu alcance. Todo lo que necesitas está a tu alcance; es sólo que tú no estás dispuesto a moverte hacia ello. Tienes miedo de perder algo que no tienes, y debido a ese miedo no puedes alcanzar aquello que siempre ha sido tuyo.

    Y Jesús, caminando por la ribera del mar de Galilea,
    vio a dos hermanos:
    Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano,
    echando la red al mar, pues eran pescadores
    Y les dijo:
    Seguidme, y os haré pescadores de hombres.
    Y al instante, ellos abandonaron sus redes
    y le siguieron.
    Esto ocurrirá muchas veces en la vida de Jesús. Te sorprendería el tipo de gente hacia quien y con quien Jesús se movía. Gente simple: granjeros, pueblerinos, pescadores, carpinteros; pero esa gente era real, no falsa.
    La gente que vive con la naturaleza es real, porque con la naturaleza tienes que serlo; de lo contrario, ella no te admitirá. Con la naturaleza tienes que estar vivo; de lo contrario, no podrás arreglártelas con ella. Cuanto más rodeado estés de cosas que no son naturales, menos natural te vuelves. Si vives rodeado por mecanismos, tú mismo te transformarás en un mecanismo.
    Se dice que a un hombre se le conoce por su compañía. Yo te digo: un hombre está hecho por su compañía. Si vives rodeado por elementos mecánicos como está viviendo el hombre moderno poco a poco te vuelves irreal. Si vives con la naturaleza con los árboles, las rocas, el mar, las estrellas, las nubes y el sol no puedes ser irreal, no puedes ser falso. Tienes que ser real, porque cuando te encuentras con la naturaleza, ésta crea algo dentro de ti que es natural. Respondiendo continuamente a la naturaleza, llegas a ser natural.
    Un hombre que vive con la naturaleza siempre es confiado. Un granjero que siembra semillas tiene que confiar. Si dudara, nunca sembraría semillas, porque hay mil y una posibilidades de duda: sí este año la tierra va a hacer lo mismo que hizo el año pasado o no. ¿Y quién sabe? la tierra puede haber cambiado de idea. ¿Quién sabe sí va a llover o no? ¿Quién sabe respecto al sol si saldrá mañana por la mañana o no? Sentado en tu cómoda silla rodeado de tus libros puedes dudar, no arriesgas nada; pero si un granjero que trabaja en el campo con la tierra duda, está perdido; si un pescador duda, está perdido.
    Al vivir con la naturaleza, surge la confianza. La confianza es natural al hombre, tal como la salud es natural; la duda no es natural, tal como la enfermedad no lo es. Un niño nace confiado. No estoy hablando acerca del niño moderno quizás el niño moderno no nace confiado, porque nace en un clima de escepticismo.
    Un día estaba leyendo una historia: una madre le contaba una historia a su hija la hija estaba inquieta, se estaba haciendo tarde, y la madre le estaba contando un cuento para que se durmiera . La madre dijo: “Había una princesa encantadora, muy bella … y muy sabia, muy cariñosa. Toda la corte del rey la quería y respetaba. Era muy dulce, particularmente con los animales.
    Un día se encontró con una rana en el jardín. Temió que alguien pudiera pisarla, así que se la llevó a su dormitorio. Y por la mañana tuvo una sorpresa: ¡la rana se había convertido en un apuesto príncipe! Y el príncipe pidió su mano en matrimonio .
    En este punto del relato, la Madre miró a la hija y vio que ésta estaba totalmente escéptica. Sus ojos, su expresión, su rostro todo estaba diciendo, No, no lo puedo creer”. Había incredulidad total en su rostro. Así que la madre dijo: “Qué ¿no lo crees?”.
    La muchacha contestó, No …. ¡y apuesto a que la madre de la princesa tampoco!”.
    El clima de hoy es de escepticismo. Hasta un niño es receloso duda, es escéptico. Antiguamente, hasta los viejos eran confiados; toda la atmósfera era de confianza, de fe. Era gente sana.
    Obsérvate a ti mismo: cuando dudas, algo se encoge dentro de ti: te vuelves pequeño, diminuto. Te pones duro, muerto, y ya no fluyes te quedas helado. Cuando surge la confianza, fluyes nuevamente. Los bloqueos se derriten y te expandes, te vuelves amplio. Cuando confías, alcanzas un clímax de estar vivo; y cuando dudas, caes hacia la muerte.
    Es debido a que el hombre moderno carece de confianza que las drogas han empezado a tener tanto atractivo para él. No parece haber otra manera de sentir al ser y a la consciencia expandidos. Las drogas son métodos químicos para sentir, por unos momentos o por unas horas, una expansión de la consciencia. La confianza te da eso en forma fácil y gratuita. La confianza te lo da no por unos pocos momentos se convierte en una cualidad eterna en ti. ¡Y la confianza no tiene efectos secundarios!
    Si me preguntas, te lo diré: si quieres expansión de consciencia, la confianza es la única droga segura y aquellos que nunca han conocido lo que es la expansión de la consciencia, aún no han vivido. La consciencia puede seguir y seguir expandiéndose, olas de felicidad yendo hacia los rincones mismos de la existencia, expandiéndose con la infinidad de la existencia. Cuando te expandes, te transformas en parte de lo absoluto; cuando te encoges, te conviertes en una isla.
    Esas gentes eran realmente simples, confiadas:
    Y Jesús, caminando por la ribera del mar de Galilea,
    vio a dos hermanos:
    Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano,
    echando la red al mar, pues eran pescadores.
    Y les dijo:
    Seguidme, y os haré pescadores de hombres.
    No hay nada extraño en que dijera esto. Lo extraño es:
    Y al instante, ellos abandonaron sus redes
    y te siguieron.
    Tan profunda confianza. No dudaron ni siquiera por un instante, ni siquiera por un instante dijeron: “¿Qué quieres decir con pescadores de hombres?”. Ni siquiera por un instante se les ocurrió preguntar: “¿Quién eres?, ¿Con qué autoridad hablas?”. No. no era necesario, porque eran simples pescadores. Deben de haber mirado a Jesús; su sola presencia fue la autoridad.
    Si tienes ojos de confianza, nadie te puede engañar. Te engañan debido a tu duda: y entonces crees que necesitas dudar más de lo contrario, la gente te va a engañar aún más . Y entonces te engañan más, y se crea un círculo vicioso. Dudas para no ser engañado, pero eres engañado debido a tu duda.
    Si confías, nadie te puede engañar. ¿Qué quiero decir cuando digo: si confías, nadie puede engañarte? ¿Acaso tu confianza va a evitar que alguien te engañe?

    No; pero cuando confías, tienes ojos para ver: el engañador se revelará inmediatamente, quedará al descubierto.
    Me gustaría que recordaras esto como un criterio: que un hombre que confía no puede ser engañado. Si es engañado, debe de tener dudas en su interior, porque sólo no puedes ver cuando los ojos están llenos de nubes de dudas. Cuando puedes ver y tu visión es clara, la sola presencia de la persona dice sí engaña o no.
    Deben haberle mirado. El sol debe haber estado elevándose sobre el mar, estaban a punto de arrojar sus redes al mar. Debieron de volverse hacia este hombre: “¿Qué clase de hombre es este Jesús?”.
    En aquella mañana silenciosa debieron sentir la presencia de este hombre llamado Jesús. La presencia era la convicción; la presencia era la prueba. Se deshicieron de sus redes, siguieron a este hombre de inmediato. En un solo momento sus vidas se pusieron totalmente patas arriba. En un solo momento de visión fueron convertidos.
    Jesús dice: “Vengan y síganme, y les haré pescadores de hombres. ¿Por cuánto tiempo seguirán arrojando las redes al mar? ¿Por cuánto tiempo seguirán pescando solamente peces? Les haré pescadores de hombres”. Y así lo hizo.
    Era casi increíble en aquellos días es casi increíble ahora cómo Jesús transformó a gente corriente en gente extraordinaria. Buda transformó a Mahakashyap, Sariputta, Modgalayan, Ananda; pero el mérito es más de Mahakashyap, Sariputta, Modgalayan y Ananda que de Buda, porque ellos eran seres extraordinarios. Si Mahavir transformó a Gautam y Sudharana, el mérito es más de los discípulos, pues eran seres extraordinarios.
    Pero Jesús es tremendamente poderoso. Pedro un pescador, ineducado o Andrés o Mateo o Tomás o Juan: todos pobres, gente ineducada que se habría perdido en cualquier multitud y no habrías sido capaz de encontrarles. Eran sólo piedras, vulgares guijarros en el camino, y Jesús les transformó en Koh i noors.
    Mahakashyap fue, en sí, un ser extraordinario; hay muchas posibilidades de que aún sin Buda se hubiera convertido en un Buda. Hubiera tomado un poco más de tiempo, se habría demorado un poco más, pero parece casi seguro que hubiera llegado a ser un Buda, aún sin la ayuda de Buda. Pero piensa en Simón, llamado Pedro, o en su hermano Andrés. Nadie puede concebir que sin Jesús hubieran llegado a convertirse en algo.
    No sólo prometió: hizo el milagro. Seguidme, y os haré pescadores de hombres y por cierto que son más los hombres que han sido cogidos en la red que Jesús ha tirado al mar de la humanidad que los cogidos por ninguna otra red. La mitad del mundo está cogida en la red. Todos los apóstoles, los doce apóstoles, eran gente muy corriente, ineducada, ordinaria, y sobre ellos él construyó toda la estructura.
    Pedro, Simón llamado Pedro: Jesús le transformó en la roca misma sobre la cual se sostiene toda la Cristiandad. La palabra “Pedro” significa “roca”. Sobre la roca de Pedro está apoyado todo el Cristianismo, y él le sostiene. Sí, Jesús les hizo pescadores de hombres y no sólo pescadores de hombres. Les dio más que lo que les prometió: les hizo pescadores de Dios. Y al instante, ellos abandonaron sus redes y le siguieron.
    Cuando Mahakashyap llegó ante Buda, discutió. Cuando Mahakashyap llegó ante Buda, tenía cinco mil de sus propios discípulos, era un gran profesor por sí mismo. Cuando Sariputta llegó, tenía miles de discípulos propios, era un gran erudito. Durante años esperó y discutió. No eran hombres que confiaran, eran hombres de duda y escepticismo con mentes muy educadas, mentes muy cultivadas; de alguna manera, genios.
    Pero Jesús trabajó con barro corriente y lo transformó en oro. No puedes encontrar un alquimista más grande que Jesús. Y al instante, ellos abandonaron sus redes y le siguieron éste es el milagro.
    La gente fue ante Mahavir y discutió, la gente fue ante Buda y discutió, porque todo el continente de la India ha estado discutiendo durante milenios. Aquí la gente se ha entrenado; han nacido con filosofías. La gente viene a mí, gente muy corriente, pero nunca bajan del nivel de Brahma, lo supremo. Hablan del Brahma; ha llegado a ser parte de su sangre.
    Pero Jesús trabajó con gente muy simple. Su sola presencia era la prueba. En la religión, la presencia es lo primero, la prueba es lo segundo. En la filosofía, la prueba es lo primero, la presencia es lo segundo. Saríputta abriría los ojos ante Buda solamente cuando Buda se hubiera probado a sí mismo, argumentando a su favor, cuando hubiera derrotado a Sariputta y a su mente totalmente. Entonces abriría los ojos. La prueba era lo primero, la presencia lo segundo.
    Pero con Jesús y la gente con la que él trabajó … ellos no eran teólogos, no eran filósofos, ni “argumentistas”, no. Eran gente simple, gente corriente de la naturaleza, tal como los árboles y las rocas y los ríos. Para ellos, la presencia es lo primero, la prueba viene más tarde. De hecho, la presencia es la prueba. Se enamoraron es la única manera de expresarlo correctamente. Miraron a Jesús y se enamoraron. Cuando te enamoras, vas detrás. Entonces no hay cuestionamiento; simplemente sigues, porque tu corazón sabe más que lo que tu mente puede probar. Tu corazón ha sentido algo, algo del misterio, algo de Dios. Tu corazón ha sentido la presencia, algo que no es de esta tierra. Eso es suficiente. Has probado algo … simplemente, vas detrás. Y al instante, ellos abandonaron sus redes y le siguieron.
    Y recorría Jesús toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas, . y predicando el evangelio del reino, y curando toda forma de enfermedad y toda forma de dolencia en la gente.
    Esto tiene que ser entendido con una luz totalmente nueva no de la manera en que los Cristianos lo han intentado, sino que con una luz totalmente nueva, la nueva luz que la ciencia moderna ha arrojado sobre el fenómeno de la enfermedad.
    Una enfermedad, cualquier enfermedad, surge primero en lo profundo de la mente y después se moviliza hacia el cuerpo. Puede tomar largo tiempo el llegar al cuerpo, es una distancia larga. No estás consciente de ella cuando está en la mente; tomas consciencia de ella sólo cuando te golpea fuertemente las raíces del cuerpo. Siempre sientes la enfermedad en el cuerpo, pero siempre se origina en la mente.
    Entonces no estás consciente de ella; por lo tanto, nada puedes hacer al respecto. Pero cuando llega al cuerpo … naturalmente, empiezas a buscar un médico, alguna ayuda. El médico, viéndola en el cuerpo, comienza a tratarla en el cuerpo, Puede ser tratada en el cuerpo pero entonces surgirá alguna otra enfermedad, porque el tratamiento no ha ido a la fuente misma. Has estado cambiando el efecto, pero no la causa.
    Si puede ser modificada en la mente, la enfermedad desaparecerá del cuerpo de inmediato. Así es como la investigación moderna sobre hipnosis prueba que cada enfermedad por lo menos al principio puede ser transformada, cambiada, puede hacerse desaparecer, si la mente es modificada. Y viceversa también es verdad: la enfermedad también podrá crearse si la mente es convencida mediante hipnosis.
    Hace sólo dos o tres días, alguien me envió un articulo profundamente significativo. Un hombre un médico, un doctor de California ha tratado a muchos pacientes de cáncer sólo mediante la imaginación. Esta es la primera pista para abrir la puerta … y no un solo paciente: muchos.
    Lo que hace es simplemente decirles que se lo imaginen si tienen cáncer de garganta, les dice que se relajen y que se imaginen que toda la energía del cuerpo se mueve hacia la garganta, y que la glándula es atacada por su energía. Como flechas provenientes de todas partes moviéndose hacia la garganta y atacando la enfermedad. En tres, cuatro o cinco semanas, la glándula simplemente desaparece sin dejar rastro. ¡Y se cree que el cáncer es incurable!
    El cáncer es una enfermedad moderna, ha llegado debido al stress, la tensión y la ansiedad de la vida. De hecho, hasta ahora no ha habido cura para ello a través del cuerpo. Si el cáncer puede ser tratado a través de la mente, significa que todo puede ser tratado a través de la mente.
    Los milagros de Jesús sucedieron porque la gente era muy confiada. Una vez ocurrió que él pasaba, y una mujer una mujer muy pobre, temerosa y tímida, que no sabía si Jesús la iba a tratar o no, porque él siempre estaba rodeado por tanta gente pensó para sus adentros: “Sólo toca la túnica de Jesús por detrás”. Ella lo hizo así, y fue curada.
    Jesús se volvió, y la mujer empezó a darle las gracias. Se postró a sus pies, muy agradecida. El dijo: “No me lo agradezcas, agradéceselo a Dios. Tu fe te ha curado, no yo”.
    El mundo tenia profunda confianza; la gente estaba enraizada en la fe. Entonces, sólo la idea: “Si Jesús toca mis ojos, éstos se curarán” la sola idea se transforma en el motivo básico de la curación. No es que Jesús cure; si eres escéptico, Jesús no podrá ayudarte, no le será posible curarte.
    Estaba leyendo una historia. Un día, Jesús estaba escapando de una ciudad. Un granjero que trabajaba en los campos le vio correr y le preguntó: “¿Qué te pasa? ¿ Dónde vas?”.
    Pero estaba tan apurado que no le respondió. Así que el granjero le siguió, le detuvo después de un rato y le dijo, “Por favor dime, estoy lleno de curiosidad. Si no me dices el motivo por el que corres,. me obsesionaré más y más. ¿Dónde vas? ¿De quién huyes?”. Jesús contestó, “De un tonto”.
    El granjero comenzó a reír y dijo: “¿Qué estás diciendo? Sé muy bien que has curado a ciegos, que has curado a gente que estaba casi muerta. ¡He oído que has curado a gente ya muerta! ¿No puedes curar a un tonto?.

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301 Enviado: 19/03/2005 10:25
    Jesús dijo: “No. Lo intenté sin éxito, porque es un tonto y no cree. He curado toda clase de enfermedades y nunca he fracasado, pero con este tonto he fallado. Me sigue y me dice: “Cúrame”; pero he probado todas las maneras que conozco y todas fallan. Por eso huyo de esta ciudad!”.
    Un tonto no puede ser curado … y un tonto no puede ser hipnotizado. Corrientemente, entre la gente común, prevalece la idea de que la gente muy inteligente no puede ser hipnotizada. Esto es absolutamente falso. Únicamente los tontos no pueden ser hipnotizados, los idiotas no pueden ser hipnotizados, la gente loca no puede ser hipnotizada. Cuanto mayor sea la inteligencia, más posibilidades habrán de que la hipnosis tenga un efecto profundo porque con la hipnosis tu confianza es necesaria: el primer requisito es tu confianza. El primer requisito es tu cooperación; y un idiota, un loco, no puede cooperar y no puede confiar.
    Jesús podía hacer milagros. Esos milagros eran simples; sucedieron porque la gente era confiada. Si puedes confiar, la mente empieza a funcionar desde adentro, se extiende al cuerpo y cambia todo. Pero si no puedes confiar, nada podrá ayudarte.
    Incluso la medicina ordinaria te ayuda porque confías en ella. Se ha observado que siempre que se inventa una nueva medicina, ésta funciona muy bien durante seis meses a dos años la gente es afectada por ella pero después de seis meses, ocho meses, diez meses, no funciona tan bien. Los médicos se han preocupado ¿qué ocurre?
    Cuando una nueva medicina es inventada, crees en ella más que en la vieja medicina. Ahora sabes que la panacea está ahí, ” y me curaré con ella”. ¡Y te curas! La confianza en una nueva medicina, un nuevo descubrimiento, ayuda. Hablan de ella en la televisión, en la radio, en los periódicos, y existe un clima de confianza y esperanza. Pero después de pocos meses, cuando mucha gente la ha tomado y algunos tontos también la han tomado, lo que no puede evitarse entonces surge una sospecha, porque este hombre ha tomado la medicina y no le ha hecho nada. Estos tontos crean entonces una atmósfera contraria, y después de un tiempo la medicina pierde su efecto.
    Aún más que la medicina, el médico ayuda si confías en él. ¿Has observado que cuando estás enfermo y viene el médico … si confías en él, te sentirás aliviado sólo porque vino? Hasta ese momento, no te ha dado ninguna medicina. Sólo ha estado examinando tu cuerpo la presión sanguínea, esto y aquello y ya sientes que el cincuenta por ciento de la enfermedad ha desaparecido. Ha aparecido un hombre en quien puedes confiar. Ahora ya no es necesario que tú mismo lleves el peso. Puedes dárselo a él, y él sabrá qué hacer. Pero si no confías en el médico, él no puede hacer nada.
    En medicina, llaman “placebo” a una medicina falsa. Es sólo agua o algo que no tiene nada que ver con la enfermedad pero si te es dada por un médico en quien confías, te ayudará tanto como la medicina real; no habrá diferencia. La mente es más poderosa que la materia; la mente es mas poderosa que el cuerpo.
    Y recorría Jesús toda la Galilea,
    enseñando en sus sinagogas
    y predicando el evangelio del reino,
    y curando toda forma de enfermedad
    y toda forma de dolencia en la gente.
    Y su renombre se extendió por toda Siria
    y le trajeron a todos los enfermos
    que estuviesen aquejados
    de diferentes males y tormentos,
    y los que estaban endemoniados,
    y los que eran lunáticos
    y los que eran paralíticos:
    y los curó.
    Y le seguían grandes muchedumbres de gentes
    de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea
    y de allende el Jordán.
    Jesús era más un curador que un profesor. Un curador no sólo del cuerpo, no sólo de la mente, sino también del alma . El era un médico, un médico del alma. Eso es lo que todo Maestro tiene que ser.
    En tu interior, estás dividido, estás fragmentado, no estás entero. Sí te completas estarás curado. Si las tensiones por el futuro y las tensiones acumuladas del pasado desaparecen de tu interior, estarás curado, tus heridas desaparecerán. Si puedes estar en el presente, estarás entero, completamente vivo, absolutamente vivo, y un profundo deleite te inundará.
    Jesús no es un filósofo que enseñe algún dogma a la gente. El es un médico, no un filósofo. Está tratando de enseñar confianza, y si la confianza sucede, todo llega a ser posible. El dice una y otra vez: “Si tienes fe, la fe puede mover montañas”. Puede que no se trate de las montañas que existen fuera, sino que de las montañas de la ignorancia, las montañas de la fealdad, las montañas de la inconsciencia que existen en tu interior. El no tiene un credo, un dogma. Más bien, está liberando a través de sí una fuerza curativa. Todo su esfuerzo consiste en ayudarte a retornar a Dios. Por eso dijo: “No me lo agradezcas a mí. Agradéceselo a Dios”.
    Y entonces, también dice: “Tu fe te ha curado”. Ni siquiera Dios puede curarte sólo tu fe. Su insistencia está en la fe. Y recuerda la distinción entre creencia y fe: la creencia es en una idea, la fe está en la realidad total, la fe es una reverencia por lo absoluto. La creencia es de la mente; la fe es de tu totalidad.
    Cuando crees en Dios, crees en el Dios de los filósofos. Cuando crees en Dios, Dios se vuelve una idea, una doctrina. Puede ser probado o refutado, y eso no te transformará. Pero si tienes fe, ésta ya te ha transformado. No diré que te transformará. Si tienes fe, ésta ya te ha transformado.
    La fe no conoce el futuro, es efectiva de inmediato. Pero la fe no es de la cabeza. Cuando tienes fe, la tienes en tu sangre, en tus huesos, en tu médula, en tu corazón. En todo tu ser tienes fe. Un hombre de fe es un hombre de Dios.
    Todo el esfuerzo de Jesús está en cómo traerte de vuelta a casa. Sí, Dios está gritando a través de él: ” ¡ Entróname! “. Si tienes fe, te abrirás: y Dios será entronado en ti. Esa es la única manera de ser extático. A menos que Dios sea entronizado en ti, seguirás siendo un mendigo, seguirás siendo pobre, seguirás enfermo. Nunca estarás completo y sano, y nunca conocerás el éxtasis de la existencia. Nunca te será posible bailar, reír y cantar, y sólo ser.
    Sólo si Dios es entronado en ti eso quiere decir: si tú eres destronado y Dios es entronado. Así que está ésta elección, la más grande elección con que nunca se encuentra el hombre: continuar tú mismo ocupando el trono … o destronarte a ti mismo y permitir que Dios entre.