ven y sigueme (parte tres) Osho

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 19/03/2005 10:28

CAPÍTULO 6

EL LUJO DE DIOS

¿Para qué es necesario el secreto en las relaciones Maestro discípulo y en las relaciones humanas corrientes?
El ser tiene dos lados, el exterior y el interior. El exterior puede ser público, pero el interior no puede serlo. Si el interior se vuelve público, perderás tu alma, perderás tu rostro original. Entonces vivirás como si no tuvieras ser interior. La vida se volverá monótona, fútil. Esto le ocurre a la gente que lleva una vida pública: políticos, actores de cine. Se vuelven públicos, pierden su ser interior completamente, no saben quiénes son, excepto por lo que el público dice de ellos. Dependen de la opinión de los demás, no tienen un sentido de su propio ser.
Una de las actrices más famosas, Marilyn Monroe, se suicidó, y los sicoanalistas han estado cavilando acerca del motivo que tuvo para hacerlo. Fue una de las mujeres más bellas que nunca han existido, una de las que más éxito tuvo. Hasta el Presidente de Estados Unidos, Kennedy, estaba enamorado de ella, y tuvo otros miles de amantes. Uno no puede imaginar qué más se puede tener. Ella lo tenía todo.
Pero ella era pública, y lo sabía. Hasta en su cámara de amor, cuando el Presidente Kennedy estaba allí, ella solía llamarle Señor Presidente como si no estuviera haciendo el amor a un hombre, sino que a una institución.
Ella era una institución. Poco a poco se dio cuenta de que no tenía nada privado. Una vez alguien le preguntó ella recién había posado desnuda para un calendario, y alguien le preguntó: “¿Tenías algo puesto mientras posabas para el calendario?”.
Ella contestó: “Sí, tenía algo puesto. La radio”.
Expuesta, desnuda, sin un yo privado. Mí sensación es que se suicid6 porque éste era el único acto que podía hacer en privado. Todo era público, aquello fue lo único que pudo hacer por sí misma, sola; algo absolutamente intimo y secreto. Las figuras públicas siempre se sienten atraídas hacia el suicidio, porque sólo a través del suicidio pueden vislumbrar quiénes son.
Todo lo que es hermoso es interior, e interior significa privacidad. ¿Has observado cómo las mujeres hacen el amor? Siempre cierran los ojos. Ellas saben algo. Un hombre hace el amor con los ojos abiertos, es también un observador. No está completamente involucrado en el acto, no está totalmente en él. Actúa como un mirón, como si otra persona estuviera haciendo el amor y él estuviera observando, como si el acto amoroso estuviera ocurriendo en la TV o en una película. Pero una mujer es más sabia, porque está en una sintonía más delicada con lo interior. Ella siempre cierra los ojos. Entonces, el amor tiene una fragancia totalmente diferente.
Haz esto alguna vez: haz correr el agua del baño, y entonces enciende y apaga la luz. Cuando esté oscuro, oirás más claramente el sonido del agua al caer, el sonido será agudo. Cuando la luz esté encendida, el sonido no será tan agudo. ¿Qué es lo que sucede en la oscuridad?
En la oscuridad, todo lo demás desaparece, porque no puedes ver. Estás solo con el sonido. Por ese motivo, en todos los buenos restaurantes se evita la luz, se evita la luz intensa. Hay luz de velas. Cuando un restaurante está iluminado con velas, el sabor es más profundo, comes bien y saboreas más. La fragancia te rodea. Si la luz es muy brillante, el sabor se escapa. Los ojos hacen que todo se vuelva público.
En la primera frase de su Metafísica, Aristóteles afirma que la vista es el más alto sentido del hombre. No lo es. De hecho, la vista se ha convertido en algo demasiado dominante. Ha monopolizado todo el yo, y ha destruido a todos los otros sentidos. Su Maestro el Maestro de Aristóteles, Platón afirma que hay una jerarquía en los sentidos: la vista al principio, el tacto al final. Está absolutamente equivocado. No hay jerarquía. Todos los sentidos están al mismo nivel, y no debería haber ninguna jerarquía. Pero vives a través de los ojos: el ochenta por ciento de tu vida está orientada a los ojos. No debería ser así; hay que restablecer un equilibrio. También deberías tocar, porque el tacto tiene algo que los ojos no pueden dar. Pero inténtalo: intenta tocar a la mujer que amas o al hombre que amas con luz brillante, y después tócalo en la oscuridad. En la oscuridad, el cuerpo se revela; en la luz brillante, se esconde.
¿Has visto los cuadros de cuerpos femeninos de Renoir? Tienen algo milagroso en ellos. Muchos pintores han pintado el cuerpo femenino, pero no hay comparación con Renoir. ¿Cuál es la diferencia? Todos los demás pintores han pintado el cuerpo femenino tal como aparece a los ojos. Renoir lo ha pintado como lo sienten las manos; por lo tanto, el cuadro tiene calor, cercanía y vida.
Cuando tocas, algo muy cercano sucede. Cuando ves, algo está muy lejos. En la oscuridad, en secreto, en privado, se revela algo que no puede ser revelado abiertamente en el mercado. Otros están viendo y observando; algo en tu profundidad se encoge, no puede florecer. Es tal como si pusieras las semillas sobre la tierra, para que todo el mundo las mire. Nunca brotarán. Necesitan ser colocadas profundamente dentro del útero de la tierra, en profunda oscuridad, donde nadie pueda verlas. Ahí empiezan a brotar, y nace un gran árbol.
Tal como las semillas necesitan oscuridad y privacidad dentro de la tierra, todas las relaciones que son profundas e íntimas permanecen en el interior. Necesitan privacidad, necesitan un sitio donde sólo ellos dos existen. Entonces llega un momento en que incluso esos dos se disuelven, y sólo uno existe.
Dos amantes profundamente compenetrados el uno con el otro, se disuelven. Sólo uno existe. Respiran juntos, están juntos; existe una unión. Esto no sería posible si hubiera observadores. Nunca serían capaces de dejarse ir si otros estuvieran mirando. Los mismos ojos de los demás crearían la barrera. Por lo tanto, todo lo que es bello, todo lo que es profundo, sucede en la oscuridad.
En las relaciones humanas corrientes, la privacidad es necesaria. Y cuando preguntas acerca de la relación entre un Maestro y su discípulo, es necesaria aún más privacidad, porque es una transmisión de la más alta energía posible al hombre. Es la más alta cima de amor, donde un hombre se vierte a sí mismo en otro, y el. otro se transforma en un útero receptivo. Incluso una ligera alteración alguien mirando bastará para transformarse en obstáculo.
El secreto tiene su propia razón de existir. Recuerda eso, y recuerda siempre que te comportarás muy estúpidamente en la vida si llegas a ser completamente público. Será como si alguien volviera sus bolsillos al revés. Esa será tu forma como bolsillos vueltos al revés. No hay nada malo en ir hacia afuera; pero recuerda que ésa sólo es una parte de la vida. No debería llegar a convertirse en la totalidad.
No estoy hablando de moverse en la oscuridad para siempre. La luz tiene su propia belleza y su propia razón. Si la semilla permanece en la oscuridad para siempre, y nunca sale a recibir el sol de la mañana, morirá. Tiene que ir a la oscuridad para brotar, para reunir fuerzas, para vitalizarse, para renacer, y después tiene que salir y enfrentarse al mundo y a la luz, las tormentas y las lluvias. Tiene que aceptar el desafío del exterior.
Pero ese desafío sólo puede ser aceptado si estás profundamente enraizado en tu interior. No estoy diciendo que se vuelvan escapistas, no estoy diciendo que cierren los ojos, que se vuelquen hacia adentro y nunca salgan. Estoy simplemente diciendo: ve hacia adentro, para que puedas salir con energía, con amor, con compasión. Ve hacia adentro, para que cuando salgas no seas un mendigo, sino un rey; ve hacia adentro, de modo que cuando salgas tengas algo que compartir: las flores, las hojas.
Ve a tu interior, para que tu salida se vuelva más rica, y no se empobrezca. Y recuerda siempre que cuando te sientas exhausto, la fuente de energía está adentro. Cierra tus ojos y sumérgete en tu interior.
Establece relaciones externas; y establece también relaciones internas. Naturalmente que siempre habrán relaciones externas te mueves en el mundo, habrá relaciones de negocios pero eso no debería ser todo. Tienen que tener su parte, pero debe haber algo absolutamente secreto y privado, algo que puedas llamar tuyo.
Eso es lo que le faltó a Marilyn Monroe. Ella fue una figura pública exitosa; y, sin embargo, un total fracaso. Cuando estaba en la cumbre de su éxito y fama, se suicidó. El por qué se suicidó sigue siendo un enigma. Tenía todos los motivos para vivir; no puedes imaginar más fama, más éxito, más carisma, más belleza, más salud. Todo estaba ahí, nada podía ser mejorado, y aún así, algo faltaba. El interior, lo interno, estaba vacío. El suicidio es, entonces, el único camino.
Puede que no tengas el valor suficiente como para suicidarte como Marilyn Monroe. Puedes ser muy cobarde y suicidarte en forma muy lenta puedes demorarte setenta años en llevarlo a cabo. Pero aún así será un suicidio. A menos que tengas algo en tu interior que no dependa en nada de lo externo, que sea sólo tuyo un mundo, un espacio propio donde puedas cerrar los ojos y moverte, donde puedas olvidar que todo lo demás existe te estarás suicidando.
La vida surge de esa fuente interior y se extiende al cielo exterior. Tiene que haber un equilibrio –yo siempre estoy por el equilibrio. Así que no diré, como Mahatma Gandhi, que tu vida debería ser un libro abierto no. Algunos capítulos abiertos, de acuerdo. Y algunos capítulos completamente cerrados, en total misterio. Sí sólo eres un libro abierto, serás una prostituta, estarás de pie en la plaza del mercado, desnudo, sólo con la radio puesta. No, no es así como debe ser.
Si el libro entero está abierto, serás sólo el día sin la noche , sólo el verano sin el invierno . Entonces, ¿dónde descansarás y dónde te centrarás y adónde te refugiarás? ¿Dónde irás cuando el mundo sea demasiado para ti? ¿Dónde irás a orar y a meditar? No, mitad y mitad es perfecto. Deja la mitad de tu libro abierto abierto a todo el mundo, al alcance de todo el mundo y deja que la otra mitad de tu libro sea tan secreto que sólo a invitados especiales se les permita entrar.
Sólo rara vez se le permite a alguien entrar en tu templo. Así es como debería ser. Si la multitud está entrando y saliendo, el templo deja de ser un templo. Puede ser la sala de espera de un aeropuerto, pero no puede ser un templo. Sólo rara vez, muy rara vez, permites a alguien que entre en tu yo. Eso es el amor.
A veces me pregunto qué es lo que estoy haciendo aquí, sentado frente a ti. Y entonces, de repente eres demasiado para mí, demasiada luz y amor. Sin embargo, quiero dejarte. ¿Me puedes explicar esto?
Sí. Esta pregunta le sucederá a todos, un día u otro.
¿Qué estás haciendo aquí? La pregunta surge porque yo no enfatizo la acción; te estoy enseñando la no acci6n. La pregunta es relevante. Si estuviera enseñándote a hacer algo, la pregunta no surgiría, porque estarías ocupado. Si vas a ver a otra persona hay mil y un ashrams en el mundo, en donde te enseñarán a hacer algo. No te dejarán desocupado en absoluto, porque piensan que una mente desocupada es el taller del diablo.
Mi comprensión es total y diametralmente opuesta.

Cuando estás absolutamente vacío, Dios te llena. Cuando estás desocupado, sólo entonces eres. Tus actos ocurren sólo en la periferia. Todos los actos están en la periferia; buenos y malos, todos. Si eres un pecador, estás en la periferia; si eres un santo, también estás en la periferia. Para hacer el mal tienes que salirte de ti mismo; para hacer el bien también tienes que salirte de ti mismo.
La acción es externa, la no acción es interna. La no acción es tu yo privado, la acción es tu yo público. No les estoy enseñando a ser santos; de ser así, habría sido muy fácil: no hagas esto, no hagas aquello; modifica sólo la periferia, modifica tus actos.
Estoy intentando algo totalmente diferente, una mutación no un cambio de una parte de la periferia a otra parte de la periferia, sino una transmutación desde la periferia hacia el centro. El centro está vacío, absolutamente vacío. Ahí, tu eres. Hay ser, no hacer.
Esto necesariamente te pasará a veces: sentado ante mí, te preguntarás qué es lo que estás haciendo aquí. Nada; no estás haciendo nada aquí. Estás aprendiendo a sólo ser, no a hacer cómo no hacer nada: sin acción, sin movimiento … como si todo se detuviera, como si el tiempo se detuviera. Y en ese instante de no movimiento estás en sintonía con el presente, estás en sintonía con Dios.
Los actos se convierten en parte del pasado. Los actos pueden ocurrir en el futuro, pueden ocurrir en el pasado; pero Dios está siempre en el presente. Dios no tiene pasado ni futuro. Y Dios no ha hecho nada; cuando piensas que El ha creado el mundo, estás creando su imagen según tu propio criterio. No puedes quedarte sin hacer nada te vuelves demasiado inquieto, esto te hace sentir demasiado incómodo así que también has concebido a Dios como un creador.
No sólo como un creador: los Cristianos dicen que durante seis días El creó, y que al séptimo día descansó: unas vacaciones. La Biblia dice que Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza. La verdad parece ser exactamente la opuesta: el hombre ha creado a Dios a su imagen y semejanza. Dado que no puedes permanecer desocupado, piensas. ¿qué haría Dios si no estuviese creando al mundo? Y debido a que te cansas haciendo cosas, piensas que Dios también debe haberse cansado después de seis días así que al séptimo día, El descansó.
Esto es sólo antropomórfico. Estás concibiendo a Dios tal como te imaginas a ti mismo. No, Dios no ha creado el mundo; el mundo surge de su no actividad, el mundo surge de su no acción. El mundo es un florecimiento de Dios, tal como un árbol lo es.
¿Crees que un árbol está creando las flores esforzándose mucho, haciendo ejercicios, planeando, interrogando a los expertos? El árbol no está haciendo nada en lo absoluto. El árbol está ahí, absolutamente desocupado. En ese estado de desocupación, la flor florece por sí sola. Y recuerda, si algún día los árboles se vuelven locos tan locos como lo es el hombre y empiezan a tratar de producir las flores, las flores dejarán de brotar. No surgirán, porque siempre surgen sin esfuerzo.
Observa a una flor: ¿puedes ver algo de esfuerzo en ella? El ser mismo de una flor es tan carente de esfuerzo; simplemente se abre. Pero no podemos concebirlo. Los pájaros cantando por la mañana; ¿crees que van a aprender con Ravi Shankar? ¿Crees que están haciendo algo cuando en la mañana empiezan a cantar? No, nada de eso. Sale el sol, y la canción surge de su vaciedad. El milagro más grandioso en el mundo es que Dios ha creado sin hacer absolutamente nada. Es algo que sale de la nada.
He estado leyendo acerca de Wagner, un compositor y gran músico alemán. Alguien le preguntó a Wagner: “¿Puedes revelar el motivo por el cual creaste tan bella música y cómo lo hiciste?”.
Wagner contestó: “Porque era desgraciado”. Dijo: “Si hubiese sido feliz, no hubiera escrito ni siquiera una nota”. Y agregó: “La gente, desgraciada tiene que llenar su vida con imaginación, porque a su realidad le falta algo”. Y tiene razón, en muchos sentidos. Gente que nunca ha amado escribe poesía acerca del amor. Es un sustituto. Si el amor se ha presentado de verdad en la vida, ¿quién va a molestarse en escribir poesía acerca de él? Uno mismo sería el poema; no sería necesario escribirlo.
Wagner dijo: “Los poetas escriben acerca del amor porque el amor se les ha escapado”. Y después formuló una declaración tremendamente significativa. Dijo: “Y creo que Dios creó al mundo porque era desgraciado”. Una gran comprensión pero este descubrimiento viene al caso para el hombre, no para Dios.
Si me preguntas a mí, Dios creó al mundo en primer lugar, El no es un creador, sino creatividad; pero para usar la vieja expresión Dios creó al mundo, no porque El fuera infeliz, sino porque era tan feliz que su abundancia desbordó; El tenía demasiado.
El árbol no está floreciendo en el jardín porque sea desgraciado. La flor sale solamente cuando el árbol tiene demasiado que compartir y no sabe qué hacer con ello. La flor es un desborde. Cuando el árbol no está bien alimentado, sin suficiente agua, cuando no ha recibido la cuota correcta de luz del sol, de cuidados y amor, no florece, porque el florecimiento es un lujo. Sólo sucede cuando tienes demasiado, más de lo que necesitas. Cuando sea que tienes demasiado, ¿qué es lo que haces? Se transformará en un peso, será una carga; tienes que dejarla ir. El árbol brota y florece; su momento de lujo ha llegado.
El mundo es el lujo de Dios: un florecimiento. El tiene tanto; ¿qué hacer con ello? Lo comparte, lo tira, comienza a expandirse, comienza a crear.
Pero recuerda siempre: El no es un creador de la misma forma que el pintor que pinta. El pintor está separado de la pintura. Si el pintor muere, la pintura seguirá viviendo. Dios es un creador como un bailarín lo es: el baile y el que baila son uno solo. Si el bailarín se detiene, la danza se detiene.
No puedes separar el baile del bailarín, no puedes decirle al bailarín: “Dame tu danza para llevármela a casa. Estoy dispuesto a adquirirla”. La danza no puede ser adquirida. Es una de las cosas más espirituales del mundo, porque no puede ser comprada. No puedes irte con ella, no puedes transformarla en una mercancía. Cuando el bailarín está bailando, está allí; cuando el bailarín se ha detenido, desaparece como si nunca hubiera existido .
Dios es creatividad. No es que El creara algo en el pasado y después se detuviera y descansara. ¿Y qué ha estado haciendo desde entonces? No; El está creando continuamente. Dios no es un acontecimiento, es un proceso.
No es que El creara en una ocasión y después se detuviera. En ese caso, el mundo estaría muerto. Está creando continuamente, tal como los pájaros cantan y los árboles florecen y las nubes se mueven en el cielo. El está creando y no necesita tomarse ningún descanso, pues la creatividad no es un acto; no puedes cansarte. Surge de Su nada.
A esto nos referimos en el Oriente cuando decimos que Dios es vacío. Sólo la nada puede ser infinita; cualquier objeto será, necesariamente, finito. Só1o de la nada es posible una infinita expansión de vida, de existencia de ninguna otra cosa. Dios no es alguien; El es nadie, O, más correctamente, una nadiedad. Dios no es algo; El es nada, o, aún más correctamente, ninguna cosa, ningún objeto. El es un vacío creativo lo que Buda ha llamado sunya. El es un vacío creativo.
¿Qué es lo que les estoy enseñando? Les estoy enseñando lo mismo: llegar a ser vacíos creativos, no activos, que se deleiten sólo siendo. Por ese motivo, la pregunta aparecerá necesariamente en la mente de todo el mundo, tarde o temprano. Preguntas: “A veces me pregunto qué es lo que estoy haciendo aquí”. Tu duda es correcta: aquí no estás haciendo nada. Tu mente puede entregar respuestas, pero no les prestes atención. Escucha mi respuesta. Aquí no estás haciendo nada; no te estoy enseñando a hacer algo. Tu mente puede decir que estás aprendiendo a meditar: estás haciendo meditación, yoga, esto y aquello; o estás tratando de obtener la iluminación, el satori, el samadhi puras tonterías.
Esta es tu mente proporcionando respuestas, porque la mente es un ejecutor, la mente no puede permanecer inactiva. La mente crea una actividad tras otra. Obtener dinero; si has acabado con eso, entonces obtener meditación pero obtener. Obtener algo, hacer algo.
Te asustas cuando no estás haciendo nada, porque entonces te encuentras de improviso con el vacío creativo. Ese es el rostro de Dios. Estás en un caos, estás cayendo en un abismo infinito y no puedes ver el fondo. No hay un fondo.
Sentado ante mí, ¿qué es lo que estás haciendo? Sólo estar sentado. Eso es lo que zazen significa. En Zen, a la meditación la llaman “zazen”. Zazen significa sólo sentarse, sin, hacer nada. Si sólo puedes estar sentado cerca de mí, eso es suficiente, más que suficiente; nada más es necesario. Si sólo puedes estar sentado sin hacer nada ni siquiera fabricar pensamientos o sueños si sólo puedes estar sentado cerca de mí, eso lo hará todo.
“De repente eres demasiado para mí”, dices. Sí; si sólo te sientas, seré demasiado porque si sólo estás sentado, estaré repentinamente fluyendo dentro de ti. Si sólo estás sentado, inmediatamente tomarás consciencia de la luz y del; amor, y entonces dirás: “Quiero dejarte”, porque temes al amor y a la luz.
Te has convertido en un habitante de la oscuridad. Has vivido en la oscuridad durante tanto tiempo que tus ojos tienen miedo. No importa lo que digas que te gustaría vivir en la luz tus hábitos profundamente enraizados se encogen y dicen: “¿Dónde vas?”. Tienes una gran inversión en la oscuridad.
Todo tu conocimiento está relacionado con la oscuridad. En la luz, serás absolutamente ignorante. Toda tu sabiduría y experiencia surgen de la oscuridad; en la luz te encontrarás desnudo. Todo lo que sabes pertenece a la oscuridad; en la luz, estarás como un bebé inocente, como un niño pequeño, sin saber nada.
Han vivido en la esclavitud y ahora temen ser libres. Hablan acerca de la libertad y de moksha la libertad absoluta , pero si te observas a ti mismo, te darás cuenta de que siempre que la libertad se cruza en tu camino, huyes. Te asustas. Quizás hablas de la libertad sólo para engañarte a ti mismo; quizás es un sustituto, el sustituto del que habla Wagner.
Estás esclavizado; nunca has conocido la libertad. Hablas de la libertad, cantas canciones de libertad, y a través de esas canciones obtienes una engañosa satisfacción como si hubieras llegado a ser libre. Es como si hubiera libertad. Pero conmigo no va a ser como si, va a ser una realidad. La realidad te asusta.
Pides y pides amor, pero cuando éste llega, huyes, porque el amor es peligroso. Una de las cosas más peligrosas de la vida es el amor. La mente puede consolidarse con el matrimonio, pero no con el amor.
La mente siempre quiere ley, no amor. La mente siempre ama el orden, no el caos que el amor supone. La mente quiere permanecer segura, y el amor es la inseguridad más grande con la que puedas cruzarte. Siempre que el amor llega, te asustas hasta tus mismas raíces, te agitas y tiemblas, porque ese amor, si le permites entrar dentro de ti, destruirá tu mente. La mente dice: ” ¡Huye! Huye de inmediato!”. La mente está tratando de salvarse.
Has vivido en un contacto demasiado profundo con la mente, y te has apegado demasiado a ella. Crees que todo lo que dice la mente es correcto; confías en que todo lo que para la mente es seguridad, es seguridad para ti. Ahí está todo el malentendido. La muerte de la mente será vida para ti, y la vida de la mente no es otra cosa que la muerte para ti.
La identidad tiene que romperse. Tienes que llegar a darte cuenta de que no eres la mente. Sólo entonces puedes estar cerca de mí, sólo entonces desaparecerán los esfuerzos por marcharte y escapar. De lo contrario, puedes encontrar razones para marcharte, pero todas esas razones serán falsas. La verdadera razón será ésta: que no fuiste capaz de dejar entrar la luz, que no fuiste capaz de dejar que el amor entrara y destruyera tu mente, destruyera tu ego y te diera un renacer.
Tu enseñanza parece ser: ser absolutamente uno mismo. Esto me sobrepasa. ¿Cómo puede uno ser uno mismo si uno no es uno mismo?
Déjame formularte otra pregunta: ¿Cómo puedes no ser tú mismo? Puedes creerlo, pero no puedes ser otro que tú mismo. Puedes creer que eres otra persona, puedes imaginar que eres otro, pero todo el tiempo eres sólo tú mismo, nadie más.
Por lo tanto, el que creas o no que eres tú mismo no tiene importancia. Todo el tiempo sigues siendo tú mismo. Puedes seguir corriendo y cazando sombras, pero un día u otro tendrás que darte cuenta de que sólo has estado haciendo algo absurdo.
¿Cómo puedes ser otro que tú mismo? ¿Cómo? Me preguntas: “¿Cómo puede uno ser uno mismo?”
Yo te pregunto, ¿cómo puede uno ser otro que uno mismo? y en mi pregunta está la respuesta. Nadie ha sido nunca otro que el que es; nadie puede ser otra cosa que el que es. Ser uno mismo es la única manera de ser; nada se puede hacer al respecto.
Puedes creer … es tal como si durmieras en la noche en Poona y soñaras que estás en Filadelfia. Eso no supone ningún cambio en la realidad. Sigues estando en Poona aquí, en alguna parte de Mobo’s. Permaneces en Poona; Filadelfia sigue siendo un sueño. Por la mañana no despertarás en Filadelfia, recuérdalo. Despertarás en Mobo’s, en Poona. ¡Por triste que sea, pero así será! Nada se puede hacer al respecto; a lo más puedes soñar de nuevo con Filadelfia.
Ustedes son dioses. Esa es su realidad. Pueden creer … han creído muchas cosas. A veces creyeron que eran un árbol muchos árboles todavía creen eso. A veces creíste que eras un animal: un tigre, un león. Hay algunas personas que pertenecen al Club de Leones: León Bhabhutmal Sanghvi. No les basta ser hombres: ¡leones! A veces creíste que eras un león, y entonces fuiste un león: un sueño. A veces creíste que eras una roca, y fuiste una roca: un sueño. Has estado cambiando tus sueños.
Ahora, el momento ha llegado. ¡Despierta! Recuerda esto: no te estoy dando otro sueño. Ansías eso, te gustaría que te proporcionara otro sueno, pero no te voy a dar otro sueño. Por eso, estar conmigo es arduo y difícil: porque insisto en que despiertes. Ya es suficiente. Has soñado muchísimo; desde la eternidad has estado soñando. Sólo has estado cambiando los sueños. Cuando te cansas de un sueño, empiezas a cambiarlo; sueñas otro sueño. Me esfuerzo en sacudirte, en sobresaltarte…en despertarte.

No se trata de lograr algo nuevo. Ya es tu ser. Sólo abrir los ojos, sólo tirar los sueños a un lado, sólo tirar a un lado las nubes y la visión. Es cuestión de claridad y comprensión, eso es todo. Entre tu ser y el de Jesús, entre tu ser y el mío, entre tu ser y el de Buda, no hay diferencia ninguna. Eres exactamente igual. La diferencia, a lo sumo, consiste en que tú estás dormido y Jesús no lo está, eso es todo.
Por lo tanto, no me preguntes cómo ser uno mismo; no puedes ser de otra manera. Sólo pregúntame como estar despierto. ¡Eres tú mismo todo el tiempo! Sólo debes estar un poco más alerta, tan sólo trae una nueva cualidad de consciencia despierta sólo observa. No trates de ser nada, porque con eso tendrás otro sueño. Sólo observa: quien quiera que seas, donde quiera que estés, sólo observa, y sé … y permite que ocurra. Entonces sucede, sucede de improviso, puede suceder en cualquier momento. Los cielos pueden abrirse y el espíritu de Dios, a modo de paloma, puede entrar en ti.
En realidad, ésta es sólo una forma de decir algo que no puede decirse. También puede expresarse al revés. Déjame decirlo: que cuando Juan el Bautista inició, bautizó a Jesús Jesús se abrió y el espíritu de Dios, a modo de paloma, salió de él y voló hacia el cielo infinito. Esa es exactamente la misma verdad. Es sólo una manera de expresarlo desde dos extremos.
Son dioses, y nunca han sido otra cosa. Por eso, no me preocupo si quieren dormir un poco más. No importa; la elección es tuya. Puedes dormir un poco más, darte la vuelta y dormir un poco más; roncar un poco más no pasa nada malo. Pero no trates de mejorar, no trates de obtener nada. No trates de llegar a ser nada, porque ¡ya eres lo que puedes llegar a ser! El ser es tu única realización, llevas tu destino dentro de ti mismo. Relájate … y sé.

4 comentarios

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301
    Enviado: 19/03/2005 10:29

    ¿ Tú también estás aún aprendiendo?
    Sí, porque si el aprendizaje se detiene, estás muerto. El aprendizaje es vida. Me puedes preguntar: “¿Estás aún vivo?” ésa sería la misma pregunta.
    El ego es un perfeccionista, y el ego cree que cuando has arribado, cuando te has iluminado, deja de haber aprendizaje; ya lo sabes todo. Pero si sabes todo, ese “todo” será finito. justamente, por ser conocido, se ha convertido en finito.
    No puedes conocer lo infinito. Lo infinito simplemente significa que puedes seguir aprendiendo, aprendiendo y aprendiendo y el final nunca llega, es un viaje eterno. Empieza pero nunca termina.
    Pero entonces el ego piensa: en ese caso, ¿cuál es la diferencia, si nosotros también estamos aprendiendo? La diferencia es que estás aprendiendo en un estado de profundo sueño, inconsciencia, y un hombre que está iluminado aprende conscientemente. Tu aprendizaje no es saber; tu aprendizaje es conocimiento, información muerta. Un hombre despierto su aprendizaje no es como el conocimiento: su aprendizaje es, simplemente, saber.
    El es como un espejo. El espejo refleja. Un pájaro vuela ante el espejo y el espejo lo refleja. ¿Hay acaso un punto en que puedas decir: “Ahora el espejo es perfecto. No refleja nada”? Cuando el espejo es perfecto, reflejará perfectamente, eso es todo.
    Cuando has despertado, aprendes en forma perfecta. No es que dejes de aprender, no es que hayas alcanzado la perfección y que ahora no quede nada más por saber precisamente lo contrario. Cuanto más sabes, más queda por saber; cuanto más abres tus ojos, más te rodea el infinito. Es un viaje al infinito.
    Aún estoy aprendiendo. Y estoy contento así, no me gustaría que fuera de otra manera. No me gustaría llegar a un punto en el que pudiera decir: “He conocido todo”, porque eso sería la muerte. Y entonces, ¿qué? el río estaría helado, ya no fluiría. No, un río perfecto sigue fluyendo; nunca se congela. Seguiré aprendiendo; Buda y Jesús aún están aprendiendo. Es así como debe ser.
    Mahavir todavía está aprendiendo, sin importar lo que digan los Jainas. Ellos dicen que él ha conocido todo, que lo sabe todo porque su ego está comprometido. Su Maestro: ¿cómo puede estar aún aprendiendo? Eso quiere decir que todavía no es perfecto. Así que los Jainas dicen que Mahavir lo ha conocido todo, que ha llegado a ser un sarpagya que lo sabe todo, omnisciente. Este es su ego, no Mahavir.
    Si les dices a los Cristianos que Jesús aún está aprendiendo, se pondrán furiosos. El hijo de Dios, el único hijo engendrado por Dios ¿cómo puede estar aún aprendiendo? ¡El lo sabe todo! Pero yo te digo: todavía está aprendiendo, porque todavía está vivo, vivo con lo infinito aprendiendo infinitamente; pero, por supuesto, aprendiendo en forma perfecta.
    Es muy difícil comprender esto, porque el ego siempre busca metas; y si el aprendizaje continúa para siempre, desaparece la meta. Pero te digo, así es la vida. La vida no tiene metas, es un río que siempre está fluyendo; siempre avanzando, pero nunca llegando; siempre llegando pero cada llegada se convierte en una nueva partida.
    Anda a los Himalayas. Caminas fatigosamente, te mueves, vas a lo alto de la cima. Durante todo el tiempo en que estabas escalando, no veías ninguna cima más allá. Pero cuando alcanzas la cima, descubres muchas más cimas. Sigues y sigues y sigues; es un proceso interminable.
    Dios es el proceso. Hasta Dios está aprendiendo. Tiene que ser así; de lo contrario, El sería un estúpido. No es estúpido, está aprendiendo. Está evolucionando y eso es hermoso. Nada es estático, todo es dinámico. Eso es lo que quiero decir cuando digo: no digas que “Dios es”, di siempre “Dios está sucediendo”. No uses un término estático, no uses un sustantivo para El usa un verbo. Di: “El está sucediendo”; di: “El está aprendiendo”; di: “El está evolucionando”; di: “El es un proceso, El es un río”, y te habrás topado con la verdad.
    Sí, estoy aprendiendo constantemente. En cada instante, la vida es tan tremendamente bella y tan tremendamente vasta, tan tremendamente infinita y tan tremendamente misteriosa. Afirmar que lo has conocido todo será sacrílego.
    ¿Por qué Jesús habló constantemente en oscuras parábolas, que confundieron incluso a sus discípulos la mayoría de las veces, ~ ¿Era ésta una técnica deliberada? ¿Por qué no pudo ser más directo, como tú por ejemplo?
    ¿Quién te dijo que yo soy directo? Mientras me escuchas puede que tengas esa impresión. Piensa y medítalo más tarde; me hallarás más desconcertante que Jesús. ¡Al menos él es consistente!
    Y nunca hagas tales preguntas, porque estas preguntas muestran que te encuentras en posición de juez. ¿Por qué Jesús hizo esto o aquello? Si no dejas de juzgar ni siquiera a Jesús, ¿cómo te será posible dejar de juzgar a los demás? ¿Por qué no puedes aceptar las cosas como son? “¿Por qué esta flor es blanca o roja?” ¿no es acaso una pregunta estúpida? Esta flor es roja, aquella flor es blanca ¿por qué?
    Un niñito caminaba con D.H. Lawrence por un jardín, y el niño preguntó: “Por qué los árboles son verdes?”.
    D.H. Lawrence miró al niño y le respondió, “¡Son verdes porque son verdes!”.
    Jesús es Jesús, yo soy yo. No se trata de que Jesús sea como yo, ni que yo sea como él. Y es bueno que todo el mundo sea único; de lo contrario, la vida sería un hastío, sería monótona. Pero la gente es tonta siguen viniendo a preguntarme: “¿Por qué Buda dijo esto, por qué Mahavir nunca dijo esto?”. Pero Mahavir es Mahavir y Buda es Buda. El Ganges fluye hacia el Este y el Narmada sigue fluyendo hacia el Oeste ¿qué hacer? Si todos los ríos fluyeran hacia el Este, ¿piensas que el mundo sería mejor? Tan sólo imagina un mundo con cuatro mil millones de Budas ¿puedes imaginar algo más aburrido? Comenzarían a suicidarse: dondequiera que fueras te encontrarías con tu réplica, dondequiera que miraras tendrías la sensación de estarte mirando en el espejo sólo encontrarías gente exactamente igual a ti.
    No, es bueno que todo el mundo sea único. ¿Por qué deseas este tipo de cosas? Jesús es hermoso con sus parábolas; sin parábolas no sería hermoso, sin parábolas algo faltaría. El es uno de los más hermosos narradores de historias.
    Y, naturalmente, la belleza de una parábola es que confunde la razón. Pero eres infantil: piensas que una historia es perfecta cuando te da la conclusión, la máxima. Son igual que escolares, que no están satisfechos a menos que la historia llegue a una conclusión, a menos que incluya una conclusión matemática exacta. Entonces están satisfechos, pero entonces la historia está muerta. Una historia perfectamente concluida está muerta.
    Una parábola trata de mostrar algo, no de decirlo. Indica en forma indirecta; la conclusión tienes que ponerla tú. Deja un intervalo, deja un espacio para que descubras la conclusión. Una parábola es creativa. Cuando una historia está absolutamente completa como dos y dos son cuatro , no le da espacio a tu imaginación ni espacio a tu meditación. Entonces es simple matemática. Ya no es poética; está muerta.
    Te gustaría que la gente dijera en forma absoluta, exacta, lo que quiere decir; pero el supremo significado no te puede ser mostrado. El supremo significado siempre va a ser indirecto, indicado dicho, y sin embargo, no dicho. Sientes algo vago, pero nunca es algo concreto.
    Si se vuelve concreto, es de este mundo. Si permanece vago, y lo sigues y tratas de encontrar la clave, en el esfuerzo mismo por descubrir la clave te elevas por encima de ella y ya has entrado en otro mundo.
    Una parábola no es una historia común: es simbólica, es creativa. Si la escuchas, sí tratas de entenderla, tu comprensión llegará a ser mayor de lo que era antes de oírla. Una historia ordinaria permanece por debajo de tu comprensión: puedes entenderla perfectamente, porque no hay nada más allá. Las parábolas son del más allá: un paso dentro de tu mente, un paso fuera un paso más allá. Es una persuasión.
    Jesús habla constantemente en parábolas. Realmente quiere confundirte, porque está hablando de algo inefable, escurridizo arcano. Está hablando de lo misterioso. Debe dejar intervalos para que tú los rellenes. Las parábolas deben ser como acertijos que te desafíen y, a través de este desafío, tú creces.
    Y nunca compares: ¿por qué Jesús es así? Los árboles son verdes porque son verdes. Jesús sólo es como Jesús, y no es como nadie más.
    Es en eso que he estado continuamente insistiendo, también para ti: que sólo seas tú mismo, nunca nadie más. Nunca seas un Cristiano, nunca seas un Hindú, nunca seas un Jaina; porque de ser así estarás siguiendo un patrón y pasarás por alto tu alma. El alma es tuya individual, única y el patrón es público, colectivo, social. Nunca trates de ser otra persona. Sólo trata de descubrir quién eres y permítelo, acéptalo, dale la bienvenida, deléitate en ello, saboréalo, de modo que sea alimentado, de modo que crezca. A través de ti, Dios está intentando algo totalmente nuevo: ser alguien que El nunca ha sido antes.

    Dios no es repetitivo: Su creatividad es infinita. Nunca conduce el mismo modelo por segunda vez no es un Henry Ford. Es absolutamente inventivo; cada día prueba lo nuevo, lo fresco. Nunca se molesta en repetir nuevamente un modelo, siempre va mejorando. Es un gran innovador. Eso es la creatividad. Por lo tanto, no trates de convertirte en un Jesús porque entonces Dios no te recibirá.
    Un Hassid se estaba muriendo. Su nombre era Josiah. Alguien le preguntó: “¿Has rezado a Dios, has hecho la paz con Dios? ¿Estás seguro de que Moisés será un testigo para ti?”.
    Josiah miró al que preguntaba y le dijo: “Moisés no me preocupa, porque cuando me encuentre frente a Dios, sé perfectamente bien que El no me preguntará: Josiah, ¿por qué no fuiste un Moisés?. El me preguntará: Josiah, ¿por qué no fuiste un Josiah?’. Por lo tanto, me estoy preocupando por mí mismo. ¡Deja de decir tonterías! Moisés ¿qué tengo yo que ver con Moisés? He desperdiciado toda mi vida en eso. Ahora me estoy muriendo, y me enfrento con la verdadera pregunta que El me formulará: ¿Fuiste Josiah o no? Te hice para que fueras alguien especial, alguien único. ¿Alcanzaste esa cima o no? ¿Has perdido la oportunidad?”.
    Dios ciertamente te preguntará: “¿Fuiste capaz de llegar a ser tú mismo?”. Ninguna otra pregunta puede ser formulada,
    No hagas estas preguntas: “¿Por qué Jesús habló constantemente en oscuras parábolas?” ¡Le gusta hacerlo así! Y una parábola tiene que ser oscura, tenue, a la luz de una vela. La luz demasiado brillante mata una parábola; demasiado análisis mata. Es poesía.
    “¿Era ésta una técnica deliberada?”. Nunca puedes ir más allá de la técnica, estás demasiado obsesionado con la técnica. Para ti, todo se convierte en una técnica. Esta es la manera en que Jesús es, no es cuestión de técnica. El no está siguiendo una técnica determinada no es un seguidor de Dale Carnegie, nunca ha leído el libro Cómo tener amigos e influir en la gente. No está siguiendo una técnica, no era un americano.
    En América, todo se ha convertido en una técnica. Incluso si quieres hacer el amor, vas y aprendes la técnica. ¿Puedes imaginar un día más desgraciado para la humanidad? Ni siquiera los animales preguntan. Saben perfectamente bien cómo hacer el amor, no van a ninguna escuela a aprender la técnica. Pero en América, todo se ha convertido en una técnica. Cómo ser amistoso hasta eso hay que aprenderlo. ¿Está el hombre tan absolutamente perdido que hasta la amistad tiene que ser aprendida?
    La gente viene a mí, y yo les digo una y otra vez:
    i Rían!”. Me preguntan cómo reírse. ¿Cómo reír? ¡aprendan de Swarni Sardar Gurudayal, es un maestro perfecto! Pero me ha llegado el rumor de que la gente no le deja reír. Dicen: “interrumpe nuestra meditación”
    ¿La risa interrumpe su meditación? Entonces su meditación no vale nada.
    Deben aprenderlo todo. Creo que tarde o temprano tendrán que aprender a respirar. Es posible, porque hacen muchas cosas de la misma manera. Tienen que preguntar cómo dormir, cómo relajarse. Un día, éstas fueron cosas naturales, tal como respirar. Ve y pregunta a un primitivo; simplemente se reirá si le preguntas: ¿Cómo duermes tan profundamente?”.
    Te contestará: ¡Qué pregunta tan tonta! Simplemente apoyo la cabeza y me duermo. No hay un cómo hacerlo”.
    Pero tú dirás: “Aún así debe haber un truco, porque me esfuerzo mucho y no pasa nada. Debes conocer un secreto que escondes”.
    No está escondiendo nada; así es como sucede. Simplemente apoya su cabeza y se duerme. No hay intervalo entre estos dos estados.
    Un día u otro, el hombre va a preguntar cómo respirar; y entonces, si dices: “Sólo respira; no hay un cómo hacerlo”, no te creerá. Cómo amar, cómo vivir, cómo reír, como ser feliz todas éstas son cosas simples, y no necesitas ningún cómo. Estas son cosas naturales, no son técnicas.
    Así es Jesús. Ama la forma en que dice sus parábolas. ¡La ama! Sabe que tiene una habilidad intrínseca para decir parábolas.
    Una parábola no es aritmética. No debe ser demasiado clara; de lo contrario, se pierde el propósito. Debiera ser una persuasión, no un anuncio. No debe razonar, porque entonces se pierde el propósito entonces, ¿por qué no discutir, para qué decir una parábola? No debe dar pruebas, debe sólo dar indicios; y eso también, no completamente. Sólo unos pocos indicios para desafiar a tu ser, para que te pongas alerta.
    Conozco una historia acerca de ChuangTzu: estaba hablando a sus discípulos, y muchos de ellos estaban profundamente dormidos como lo están los discípulos. Debió de haber sido tarde en la noche y estaban cansados, y Chuang Tzu estaba diciendo cosas difíciles que estaban más allá de su comprensión. Cuando algo te sobrepasa, es mejor descansar y dormir que molestarse con ello.
    De repente, Chuang Tzu se dio cuenta de que muchos de sus discípulos estaban profundamente dormidos, y que todo era inútil. Estaban incluso roncando, y sus ronquidos le interrumpían. Así que contó una parábola. Dijo: “Sucedió una vez que un hombre tenía un burro, y estaba viajando en peregrinaje hacia algún sitio sagrado. Pero era muy pobre, y llegó el momento en que tuvo hambre. No le quedaba dinero, así que vendió el burro sobre el cual estaba cabalgando a otro viajero que era rico. Pero a la tarde siguiente, cuando el sol calentaba mucho, el primer dueño descansó a la sombra del burro.
    El segundo dueño dijo: ‘Esto no está bien. Tú has vendido el burro’.
    El primer dueño respondió: ‘He vendido el burro, pero no la sombra`.
    Todo el mundo se puso alerta nadie estaba dormido, nadie estaba roncando. ¡Cuando hablas acerca de burros, los burros lo oyen inmediatamente! Chuang Tzu dijo: “He terminado la historia. Ahora voy al punto”.
    Pero todos dijeron: ” ¡Espera! Por favor, termina la historia”.
    Chuang Tzu respondió: “Era una parábola, no una historia. Están más interesados en los burros que en mí”.
    Ahora todo el mundo vibraba de excitación: «¿Qué pasó? ¿Y qué sucedió después?” pero Chuang Tzu lo dejó ahí, nunca lo terminó. Nunca fue su intención terminarla; fue sólo una indicación de que la mente humana está más interesada en estupideces que en más altos valores y cosas más elevadas, está más interesada en boberías.
    Pero me encanta. Fue hermoso de su parte. Acercó a todas las estúpidas mentes a un cierto punto a una indicación, aun indicio.
    Jesús habla en parábolas por muchas razones. Pero esas razones no son técnicas. Puedes pensar en ellas, pero no son técnicas. Simplemente, a él esto le sucedía en forma natural, era un buen narrador.
    Pero puedes pensar acerca de los motivos por los que habló en parábolas. El primero: se pueden decir grandes cosas si creas un drama a su alrededor. Si las dices sin drama, quedan planas. Es por ese motivo que las historias tienden a permanecer, a vivir para siempre. Los Vedas pueden desaparecer, pero Ramayana, la historia de Ram, no desaparecerá. Es una historia; será conservada. Los Upanishads pueden desaparecer, pero las parábolas de Jesús permanecerán. Se quedan cerca de ti, se convierten en un clima.
    Nunca olvidas una hermosa historia. Es tal como si cantas una hermosa canción, la recordarás mejor que si fuese prosa. Si es poesía, se recuerda mejor. De algún modo, encaja con la cualidad más profunda de tu mente, Si es una parábola, si hay un drama en ella, tiende a adherirse a ti. Vendrá una y otra y otra vez; se convertirá en un clima interno.
    Los principios desnudos pronto se olvidan. Y en los días de Jesús no se escribían libros. Todo lo que dijo Jesús fue registrado muchos, muchos años después. Durante esos muchos, muchos años, sólo estaba en el recuerdo de la gente que le había oído.
    Una parábola puede ser bien recordada. Olvidarán lo que yo digo; pero nunca olvidarán las parábolas, las anécdotas, los chistes. Puedes olvidar a Mahavir y a Moisés, pero nunca olvidarás a Mullá Nasrudín. Mahavir está demasiado lejano; el Mullá es tu vecino. Mahavir puede estar en alguna parte del moksha, el Mullá está dentro de ti. Tú eres él; puedes reconocerte a ti mismo en él.
    Por lo tanto, pueden haber razones, pero no te molestes por ellas. Es el estilo de Jesús, y está bien que nunca probara el estilo de ninguna otra persona.
    En el judaísmo hubo profetas, grandes profetas: Jeremías, Ezequiel … ellos tenían su propio estilo. Ni siquiera Juan el Bautista usó nunca ninguna parábola.
    Esto tiene que ser entendido. Los profetas son algo especial en el judaísmo. No existen en ningún otro sitio. Los místicos están en todas partes: Buda es un místico, no un profeta; Mahavir es un místico, no un profeta. Un místico es aquél que ha alcanzado a Dios; un profeta es aquél a quien Dios se ha acercado. Sólo existe en el Judaísmo el concepto de profetas porque solamente en el Judaísmo es Dios el que busca al hombre. En todas las otras religiones, el hombre busca a Dios.
    Cuando el hombre busca a Dios y Le encuentra, es un místico. Cuando Dios busca al hombre y le encuentra, éste es un profeta. Cuando el hombre se acerca a Dios, es un místico; cuando Dios se acerca al hombre, es un profeta. Cuando la gota cae en el océano, es un místico. Cuando el océano cae en la gota, entonces es un profeta.
    Un profeta es un hombre muy frenético y enardecido. Naturalmente, tiene que serlo; un océano ha llegado a él. Jeremías, Ezequiel, Juan el Bautista todos son profetas, gente frenética, gente enloquecida con Dios. Hablan fuego, no hablan en parábolas. Sus frases son ácidas: te quemarán.
    No pueden aliviarte. Buda alivia mucho; Krishna es como una canción de cuna que te envuelve, te calma, te consuela, te cura. Un profeta simplemente te quema con un deseo desconocido, te vuelve loco.
    Jesús es ambos: profeta y místico, uno que ha llegado a Dios y también uno a quien Dios ha venido. A veces habla como Juan el Bautista y otras lo hace como Kríshna. A veces calma y otras hiere. Es un fenómeno profundamente equilibrado: un profeta y un místico, ambos. Por eso, encontrarás en él una síntesis. Encontrarás en él todo lo que hay en el judaísmo todo lo que es hermoso y grande y encontrarás en él todo lo que es hermoso en Krishna, Buda, Mahavir, Jainismo, Hinduismo, Budismo.
    Jesús es un punto culminante, como si todas las religiones del mundo se encontraran en él y alcanzaran un crescendo, A veces habla como un profeta: invoca, provoca te llama. Pero ésa no es su única cualidad. Te calma, cuenta parábolas, consuela, te canta una canción de cuna. Te despierta y te ayuda a dormir. Pero ésa es su forma de ser. Todas las explicaciones son explicaciones después del hecho, recuerda. Lo fundamental es que ésta es la forma como él es, y para él no es posible otra manera.
    Sócrates fue envenenado. El tribunal decidió que debía ser asesinado, pero la gente le amaba mucho hasta en el tribunal: casi la mitad de ellos estaban a su favor. Así que le dieron una oportunidad. Le dijeron: “Si dejas de hablar de la verdad, si te quedas callado, puedes ser perdonado y tu muerte podrá evitarse”.
    Sócrates respondió: “Eso será imposible. Eso será más mortal que la misma muerte, porque hablar de la verdad es la única forma de ser que conozco. Será peor que la muerte. Por lo tanto, por favor mátenme, pues si me liberan diciéndome que permanezca en silencio … esto será imposible. Yo no soy así”.
    “Hablar acerca de la verdad es la única ocupación que conozco la única ocupación que conozco. Es mi única forma de ser. No puedo prometer que deje de hablar de la verdad, porque aunque dejara de hacerlo, aún en mí silencio sólo la verdad sería pronunciada. Por lo tanto, no puedo prometer eso. Es mejor que me maten”. y así lo hicieron.
    Esto es muy significativo. Un Sócrates es un Sócrates. Un Sócrates es un Sócrates, y no puede ser de otra manera. Todas las explicaciones son explicaciones posteriores al hecho. Pero no te preocupes de ellas. Ama si puedes y si no puedes amar a Jesús, olvídate de él y encuentra a alguien a quien puedas amar. No te preocupes con explicaciones, razonamientos y pruebas.
    Sólo el amor te ayudará a entender, nada más. Cuando amas a una persona quien quiera que sea: Jesús o Krishna cuando amas a una persona, inmediatamente comprendes que ésa es su manera de ser. Entonces ya no quieres que sea de otra manera. El amor nunca quiere cambiar a nadie. El amor acepta y comprende.
    ¿Hay algún misterio detrás de tu respuesta cuando también mencionas el nombre del que pregunta? Por favor explícalo pero no digas mí nombre porque a veces resulta demasiado intenso .
    Esto viene de una sannyasin … No diré el nombre, porque en el fondo ella quiere que se mencione su nombre. No es la primera vez que ha formulado la pregunta; he estado evitando esta pregunta muchas veces.
    En el fondo quiere que se mencione su nombre, para así llegar a formar parte de la historia, de un registro. Este es ahora su último esfuerzo. Está intentando una jugarreta al decir: “Por favor no digas mi nombre”, y así provocarme.
    Pero no me puedes provocar …

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301
    Enviado: 19/03/2005 10:31

    CAPÍTULO 7

    MATEO 9

    9 Y habiendo partido de allí, vio Jesús a su paso a un hombre llamado Mateo sentado en el recibo de impuestos, y le dijo: Sígueme. Y él, levantándose, le siguió.
    10 Y he aquí que, estando Jesús a la mesa en la casa, muchos publicanos (*) y pecadores vinieron y se sentaron a la mesa con él y sus discípulos.
    11 Y cuando los Fariseos vieron esto, les dijeron a sus discípulos: ¿Cómo es que vuestro Maestro come con publicanos y pecadores?
    12 Pero Jesús, oyéndoles, les dijo: No tienen los sanos necesidad de médico, sino los que están enfermos.
    13 Id, pues, y aprended lo que eso significa; más estimo la misericordia que el sacrificio. Pues no he venido a llamar a los virtuosos al arrepentimiento, sino a los pecadores.

    LUCAS 9
    23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo y tome cada día su cruz a cuestas, y sígame.
    24 Pues quien quisiera poner a salvo su vida. la perderá; mas quien perdiera su vida por mí, la salvará.
    25 Pues ¿qué provecho saca el hombre obteniendo el mundo entero, si se pierde o perjudica a sí mismo?
    (*) Cobradores de impuestos de los Romanos (N. M T.)

    NO HE VENIDO A LLAMAR
    A LOS VIRTUOSOS

    La religión es, básicamente, esencialmente, una rebelión. No es conformidad, no guarda relación con la pertenencia a ninguna organización, sociedad, iglesia; porque toda pertenencia proviene del miedo y la religión es libertad. El estar solo produce temor. A uno le gusta pertenecer a una nación, a una iglesia, a una sociedad porque cuando perteneces a una multitud te olvidas de tu soledad. Esta no desaparece, pero te olvidas de ella. Te engañas a ti mismo, creas un sueño a tu alrededor, como si no estuvieras solo. Permaneces solo de todas maneras; esto es sólo un intoxicante.
    La religión no es un intoxicante. No te da inconsciencia, te da consciencia. Y la consciencia es rebelde. Cuando llegas a estar consciente, no puedes pertenecer a ninguna sociedad, a ninguna nación, a ninguna iglesia, porque cuando te vuelves consciente, también te das cuenta de la austera belleza de la soledad. Percibes por primera vez la música que está continuamente ocurriendo dentro de tu alma … pero nunca te habías permitido el estar solo para oírla, estar en consonancia con ella, estar unido a ella.
    La religión no es conformidad, porque toda conformidad es mecánica. Haces ciertas cosas porque se supone que las hagas. Las haces porque tienes que vivir con la gente y tienes que seguir sus reglas; las haces porque has sido condicionado a hacerlas. Vas a la iglesia, vas al templo, rezas, sigues ciertos rituales, pero todo eso está vacío. A menos que tu corazón esté en ello, todo es muerto y mecánico. Puede que hagas todo tal como está prescrito, sin ningún error puede ser perfecto pero aún así estará muerto.
    He oído que el Presidente Kennedy tenía que firmar tantas cartas, autógrafos y retratos personales que inventaron un pequeño mecanismo para él. La máquina firmaba por él, y la firma era tan perfecta que ningún experto era capaz de distinguir la mecánica de la verdadera ni siquiera el mismo Presidente Kennedy era capaz de distinguir la falsa de la verdadera. Malcolm Muggeridge afirma que cuando Kennedy fue asesinado, olvidaron desconectar la máquina, y ésta siguió funcionando. El Presidente siguió firmando cartas personalizadas aún después de muerto. Un mecanismo es un mecanismo.
    Te conviertes en un Cristiano: te transformas entonces en un mecanismo. Te comportas como si realmente amaras a Cristo, pero ese “como si” debe recordarse. Te haces Budista: te comportas como si siguieras a Buda, pero no debieras olvidar ese “como si”. Tu firma puede ser perfecta, pero surge de un mecanismo muerto.
    La religión no es conformidad. La conformidad ocurre entre el individuo y el pasado, y la religión es algo entre el individuo y el presente la poesía es algo entre el individuo y el futuro . La conformidad significa conformarte con aquellos que ya no son, los muertos conformarte con Moisés, con Mahavir. Conformarte ahora con Jesús es una cosa muerta; te estás conformando con el pasado. Si te relacionas con el presente, es totalmente diferente. Te revoluciona; te hace renacer.
    La conformidad es algo que ocurre entre el individuo y la sociedad. La religión es algo que sucede entre el individuo y la existencia misma. La sociedad es nuestra creación: Dios creó a Adán no a la humanidad; Dios creó a Eva no a la humanidad. Dios crea individuos; la humanidad es nuestra invención.
    Pero la ficción puede apoderarse de ti; puedes olvidar lo real y aferrarte a la ficción. Conozco personas que quieren amar a la humanidad, y no pueden amar a otro ser humano. ¿Dónde está la humanidad, y cómo vas a amar a la humanidad? Sólo puedes hacer gestos vacíos en el aire.
    La humanidad no está en ninguna parte. Donde sea que te la cruces, te cruzarás con seres humanos reales y concretos. La humanidad es una abstracción, una mera palabra. No tiene realidad en sí una pompa de jabón, nada más. Sólo puedes cruzarte con seres humanos reales. Amar a un ser humano real es muy difícil, pero amar a la humanidad es muy fácil. Es casi igual que no amar a nadie. Amar a la humanidad es igual, equivalente, a no amar a nadie. Entonces no hay problema, no hay dificultad alguna.
    La religión es algo que sucede entre la existencia concreta y tú. No tiene nada que ver con ficciones. Y la religión no es tradición. La tradición pertenece al tiempo, la religión pertenece a la eternidad. Para incursionar en la religión, tienes que moverte en el ahora eterno. La religión no tiene historia. En esto, Occidente tiene que aprender algo del Oriente.
    En Oriente, nunca nos hemos preocupado por la historia. La razón … la razón es simple. Toda la historia se refiere al tiempo: lo que sucede en el tiempo es registrado en la Historia. La historia es un libro muerto. Nunca nos hemos interesado por la historia, porque la religión pertenece a la eternidad; no puedes registrarla como un acontecimiento, es un proceso eterno. Sólo puedes registrar su hecho esencial, su verdad esencial; no las ondulaciones que ocurren en el río del tiempo.
    Por eso, si vas a un templo Jaina y ves los veinticuatro teerthankaras, estarás confundido, no sabrás quién es quién. Todos se parecen. No le encontrarás ningún sentido ¿por qué los veinticuatro teerthankaras de los Janas se parecen? No pueden parecerse existieron en diferentes épocas, eran diferentes individuos pero no nos hemos preocupado acerca de los acontecimientos que ocurrieron en el tiempo.
    “El cuerpo” es un acontecimiento en el tiempo. La diferencia entre los cuerpos es historia pasada, pero el ser más interno, que está en la eternidad, es el mismo dentro de mí, dentro de ti, dentro de todo el mundo. La forma difiere, pero el centro más interno es el mismo. Aquellos veinticuatro teerthankaras de los templos Jainas dicen algo acerca del ser más interno. Es por ese motivo que fueron esculpidos en forma idéntica. Mira a Buda. También se parece a Mahavir; no hay diferencia. No son hechos, son verdades.
    A la religión no le interesan los hechos, le interesa la verdad. Los hechos pueden ser aprendidos en los libros la verdad nunca lo será. Si te llegas a interesar demasiado por los hechos, tus ojos se nublarán y confundirán, y no podrás conocer la verdad. ¡Cuidado con los hechos! te pueden hacer equivocar el camino. Escoge la verdad. Trata siempre de encontrar la verdad; no te molestes demasiado con los hechos. Los hechos son irrelevantes.
    Lo que cambia es el hecho, y lo que permanece siempre igual es la verdad. Tu cuerpo es un hecho: un día fuiste un niño, ahora eres un joven o un viejo; un día naciste, un día morirás el cuerpo cambia. pero el tú que habita en el cuerpo, que lo ha convertido en su morada temporal ese tú es eterno, ésa es la verdad. No tiene forma, no tiene cualidades. Es inmortal; es eternidad.
    La religión no es una tradición; por lo tanto, no la puedes pedir prestada. Tendrás que arriesgarte tú mismo; tendrás que ganártela. Tendrás que jugarte la vida por ella , ésa es la única forma que hay. No puedes llevártela a un precio barato. Si la quieres barata, te llevarás una imitación.
    La religión no es una consolación. Es, por el contrario, un desafío: Dios desafía al hombre, Dios ronda al hombre, Dios grita una y otra vez: “¡Retorna! ¡Entronízame!”. No te dejará tranquilo. Seguirá tocando a tus puertas; seguirá creando tormentas en tu ser, en tu espíritu; te seguirá agitando. No dejará que te conformes con menos. A menos que obtengas lo supremo, no se te permitirá descansar. La religión es un desafío, es una gran tormenta. Es como la muerte; no es una consolación.
    Las mal llamadas religiones, las religiones organizadas, son consuelos. Te consuelan, esconden tus heridas. No te agitan, no te llaman y no te invocan. No te piden que seas aventurero, no te piden que seas atrevido, no te atraen hacia una vida peligrosa. Son como lubricantes.
    En una sociedad tan numerosa necesitas lubricantes a tu alrededor, para que no se produzca tanto conflicto. Te puedes mover fácilmente, el movimiento no es demasiado difícil, y no te rozas con el vecino. No surge conflicto el lubricante fluye a tu alrededor.
    Vas a la iglesia como un lubricante. Ayuda, ayuda en una forma social; es una formalidad. Si satisfaces esa formalidad, te vuelves respetable. Es como hacerse miembro del Rotary Club es respetable, ayuda. Te haces miembro de una iglesia y eso también ayuda. Te haces miembro de una religión y eso también ayuda. La gente piensa que eres religioso.
    Cuando la gente cree que eres religioso, puedes engañarles más fácilmente. Teniendo a tu alrededor una vestidura de religiosidad, tienes un arma potencial a tu disposición. Tu religión es un consuelo para ti mismo, y también representa respetabilidad. De hecho, es política, diplomacia parte de la lucha por la supervivencia, parte de tu ambición, parte de toda la política del ego. Es el juego político por conseguir el poder.
    Estas cosas deben recordarse cuando trates de entender a Jesús. La religión tampoco equivale a moralidad. La moralidad, nuevamente, es sólo las reglas del juego. Aquellos que quieran jugar el juego social, tienen que seguir sus reglas tal como cuando juegas a las cartas, tienes que respetar ciertas reglas. No es que esas reglas sean nada supremo, no es que provengan de Dios. Tú creas el juego; tú creas las reglas y sigues esas reglas. Pero si deseas jugar, tienes que seguir las reglas.
    La moralidad no tiene nada supremo. Por ese motivo, cada sociedad tiene su propia moralidad, cada cultura tiene su propia moralidad. Algo puede ser moral en la India e inmoral en América; otra cosa puede ser moral en América e inmoral en la India. Sí la moralidad fuera verdaderamente real, no podría haber diferencias.
    En la India, divorciarse de un hombre o de una mujer es inmoral. Es mal visto. Una vez que estás casado, tienes que vivir con tu compañero. Pero en América, el hecho de vivir con una mujer que no quieres es considerado inmoral. Si no la amas, es inmoral dormir con esa mujer. Sólo el amor, solamente un profundo amor, te autoriza a estar con esa mujer. De lo contrario, abandónala. No la engañes; no desperdicies su vida.
    La moralidad es un juego; cambia, varía. De una sociedad a otra, de una edad a otra, de un período a otro, va variando. Depende, no hay nada de lo supremo en ella.
    Pero la religión es suprema. No tiene nada que ver con América o la India. Guarda relación con una nueva consciencia dentro del individuo. Es un amanecer en el individuo, es un nuevo ser que surge y se expande dentro del individuo. A través de ella, adquieres una nueva forma de mirar, adquieres nuevos ojos. Puedes ver los viejos problemas, pero éstos desaparecen. No es que éstos se hayan solucionado simplemente desaparecen, se disuelven. Con nuevos ojos, no pueden permanecer allí por más tiempo. Tienes una nueva visión, una nueva dimensión.
    Estas cosas deben recordarse, porque cuando llega un Jesús un hombre como Jesús estas cosas se convierten en un problema.
    He oído un proverbio árabe que dice: “Muéstrale a un hombre demasiados huesos de camello, o bien muéstraselos con demasiada frecuencia, y no será capaz de reconocer a un camello cuando se cruce con uno vivo”.
    “Muéstrale a un hombre huesos de camello demasiadas veces, o bien con demasiada frecuencia, y” dice el proverbio árabe “ese hombre no será capaz de reconocer a un camello cuando se cruce con uno vivo”. Esto sucede cuando un Jesús viene al mundo. Has visto a tantos falsos sacerdotes, has visto a tantos predicadores estilo “abracadabra”, has visto a tantos eruditos que no saben nada pero crean mucho jaleo que cuando un Jesús llega, no puedes reconocerle. Cuando un Jesús o un Buda llega, resulta casi imposible reconocerle. Para la mayoría, es casi imposible. Sólo unos seres especiales que tienen algún potencial o que están un poco alertas sólo ellos pueden tener algunos vislumbres.
    Reconocer a un Jesús es un gran logro, porque eso quiere decir que tienes una cierta consciencia que puede relacionarse con Jesús. Tienes cierta cualidad que puede relacionarse con Jesús: tú ya estás en vías de transformarte en un Jesús. Sólo puedes reconocer lo que ya tienes dentro de ti abierto, floreciente. Puede que sólo sea un capullo, pero puedes reconocer, al menos vagamente; tus ojos no están completamente cerrados.
    Hay sacerdotes que son unos hipócritas. Para ellos, la religión es un oficio. Es un medio de subsistencia, no su vida. Para Jesús, la religión es la vida; para los rabinos, los sacerdotes, es un medio de subsistencia. También están los eruditos, que hablan y hablan de nada y es tanto lo que pueden hablar, hablan en forma tan clara, que nunca te será posible darte cuenta de que, en el fondo, están vacíos.
    He oído acerca de un concurso internacional. Un concurso fue preparado, y se enviaron invitaciones a muchos países a participar con un ensayo. El tema de la competencia era “El Elefante”. El inglés se dirigió de inmediato a Sudáfrica con cámaras y un grupo de seguidores, e investigó todo el asunto. Volvió al cabo de seis meses y escribió un libro una impresión de buena calidad, ilustrada. El título del libro fue La caza del Elefante en Sudáfrica.
    El francés nunca fue a ninguna parte. Simplemente acudió todos los días a visitar la jaula del elefante en el zoológico de París. Después de dos o tres semanas, empezó a escribir un libro en una edición muy descuidada, ni siquiera de cubierta dura: sólo un libro de bolsillo. El título del libro fue: La vida amorosa del Elefante.
    El indio que fue elegido por el Gobierno de la India nunca había visto a un elefante, porque siempre había vivido en los Himalayas. Era un gran yogi, poeta y erudito en Sánscrito. Ni siquiera fue nunca al zoológico. Escribió un gran libro, un gran tratado. El título fue El Divino Elefante. Estaba escrito en forma de poesía, y citaba grandes libros en Sánscrito, desde los Vedas a Shree Aurobindo. Cualquiera que leyese el libro tenía la impresión de que este hombre nunca había visto un elefante. Era un poeta; puede que hubiera visto uno en sus sueños. Habló del elefante que había visto la madre de Buda antes de que él fuera concebido mitología, un elefante blanco.
    Y finalmente, los alemanes. Designaron seis profesores de filosofía para escribir el libro. Viajaron por todo el mundo, a todos los museos y bibliotecas, a estudiar todo lo que se había escrito acerca del elefante. Nunca fueron a ver a ningún elefante, ni fueron a ningún zoológico sólo museos y bibliotecas. Buscaron por todas partes: les tomó casi seis años, y luego escribieron un libro doce volúmenes, casi una Enciclopedia Británica. ¡El título del libro fue: Breve Introducción al Estudio del Elefante! Profesores de filosofía ¿qué tienen que ver ellos con los elefantes? Y aún así, una breve introducción un prólogo. Ni siquiera se refería al elefante. Era sólo una introducción al estudio del elefante.

    Cuando llega un Jesús, ya estás repleto de conocimientos. Has leído los libros, has escuchado a los eruditos, has escuchado a los sacerdotes. Estás demasiado lleno de ideas; y cuando Jesús o un hombre como Jesús viene, simplemente no puedes reconocerle. El animal vivo está ahí, pero te has aficionado demasiado a los huesos muertos. Reconocer a Jesús implica tener que tirar a un lado todo lo que ya sabes.
    Jesús no fue asesinado por gente mala, no fue asesinado por criminales: fue asesinado por rabinos muy respetables. En realidad, la gente religiosa le mató. La gente irreligiosa nunca pone en peligro a la religión, porque ellos no están interesados. La religión siempre peligra debido a la mal llamada gente religiosa, porque su vida entera está en peligro. Si Jesús tiene la razón, significa que todos los rabinos están equivocados. Si Jesús está en lo correcto, toda la tradición está equivocada. Si Jesús está en lo correcto, la Iglesia entera está equivocada.
    Todo el mundo se opone a Jesús. Jesús está siempre solo, muy solo. No puedes comprender su soledad. Todo lo que tú sabes acerca de la soledad sólo se refiere a la soledad física. A veces no hay nadie en la casa, la casa está oscura y estás solo. También la electricidad se ha descompuesto, y no puedes prender la luz, no puedes prender la radio o la TV. De improviso has sido arrojado a la soledad. Pero ésta es una sensación física de soledad; no sabes lo que Jesús siente.
    El está espiritualmente solo, entre extraños donde es tan difícil encontrar a un amigo que te reconozca. El mira a todos y cada uno de los que encuentra en el camino, mirando profundamente, penetrando los ojos del otro. Nadie le reconoce, nadie le entiende. Más bien, la gente le malinterpreta. Están listos para saltar hacia la mal interpretación, pero nadie está dispuesto en forma alguna a comprenderle.
    Siempre que hay un ser religioso, la llamada gente religiosa se vuelve en masa en su contra. Les gustaría matarle de inmediato, para así evitar el peligro y poner nuevamente a salvo su propia seguridad.
    Recuerda: ¡él fue asesinado por muy buena gente! Vayan .. aún es lo mismo. Vayan a pasearse por Poona y pregunten a la que llaman gente buena: siempre les encontrarás en mi contra. Tienen que estarlo. Todo su estilo de vida está en peligro. Tienen miedo hasta de escucharme, porque, ¿quién sabe? una verdad puede entrar en ellos. No se acercarán a mí, no leerán mis libros; no pueden arriesgarse tanto. Tienen siempre sus propias opiniones.
    Un día presencié una hermosa escena. Un hombre estaba hablando con Mullá Nasrudín. El hombre dijo: “¿Por qué eres tan miserable y tan tacaño con tu mujer?”.
    El Mullá respondió: “Debes haber oído algo equivocado acerca de mí, porque hasta donde yo sé, normalmente soy un hombre muy generoso”.
    El hombre se puso furioso, porque siempre que desafías la opinión de los demás, se ponen furiosos. Se puso furioso y dijo: “Deja de defenderte. Todo el mundo en la ciudad sabe que eres demasiado duro con tu esposa. Hasta para los gastos del día tiene que rogarte como un mendigo. Y deja de defenderte. ¡Todo el mundo lo sabe! “.
    Nasrudín respondió: “De acuerdo; si te enojas tanto, no me defenderé. Pero, ¿puedo decir una cosa, sólo una cosa? “.
    El hombre dijo en voz muy alta: “¡¿Qué?!”.
    Nasrudín dijo: “Que no estoy casado”.
    Desde ese día, ese hombre está en contra de Nasrudín. Una vez me encontré con él y le dije que, puesto que Mullá Nasrudín no está casado, todo el asunto es absurdo. “Todo su argumento no tiene base. ¿Por qué está furioso?”.
    El respondió: “No hace diferencia; es sólo cuestión de tiempo. Espere, tarde o temprano se casará y entonces, ¡yo tendré razón! Aún estoy diciendo la verdad. Es sólo cuestión de tiempo. Espere, mi opinión no puede estar errada”.
    La gente se aferra a sus opiniones. No tienen base, pero aún así se aferran a ellas. Cuanto menos base tenga su opinión, más apego le tienen. Si se basa en fundamentos reales, no es necesario aferrarse: es verdad en sí misma. Es cuando no tiene fundamento que necesitas aferrarte a ella, porque sólo tu aferrarte puede convertirse en la base. Recuerda siempre: nunca te enojas si alguien contradice algo que tú sabes que es verdad. Te pones furioso en la misma proporción en que sabes que no es verdad. La ira demuestra que tienes sólo una mera opinión, no el saber.
    La gente estaba muy en contra de Jesús, porque él estaba arruinando todos sus edificios. Creían que sus casas estaban construidas sobre rocas, y la mera presencia de Jesús les mostró que estaban construidas sobre arena, que ya se estaban cayendo. Saltaron sobre él, le mataron. No fue asesinado por el poder político; fue asesinado por los poderes seudo -religiosos, por los sacerdotes.
    Así es como yo lo entiendo: si la religión se halla desaparecida en el mundo hoy en día, no es debido a la ciencia no. No es debido a los ateos no. No es a causa de los racionalistas tampoco. Es debido a la seudo religi6n. Hay demasiada seudo religi6n, y es tan artificial, tan falsa, que sólo la gente falsa puede estar interesada en la religión. La gente que tiene un ápice de realidad irá en contra de ella: se rebelarán.
    La gente auténtica siempre ha sido rebelde, porque la realidad quiere defender su ser, expresar su libertad. La gente auténtica no se transforma en esclava. Recuerda esto, y luego entraremos en los sutras.
    Y habiendo partido de allí, vio Jesús a su paso
    a un hombre llamado Mateo
    sentado en el recibo de impuestos,
    y le dijo: Sígueme.
    Y él, levantándose, le siguió.
    Todo el asunto parece un poco irreal. Es mucho lo que el mundo ha cambiado. Parece teatro más que vida real. Jesús llega y le dice a un hombre que está sentado en el recibo de impuestos, trabajando allí quizá un escribiente o algo así ; simplemente le mira y le dice: sígueme. Y él, levantándose, le siguió. Parece teatro, no realidad, pues la realidad que conocemos hoy es absolutamente diferente. El mundo ha cambiado, la mente humana ha cambiado.
    Durante tres siglos, la mente humana ha sido entrenada para dudar. Antes de Jesús, la mente humana vivió durante siglos con confianza, vivió con la simplicidad del corazón. Los ojos de la gente eran claros. Este Mateo un hombre corriente debió de mirar los ojos de Jesús, su manera de caminar, la presencia que traía consigo, la penetrante mirada que agitaba el corazón. Todo esto le llegó profundamente.
    Esto ocurre rara vez en nuestros días. Me cruzo con mucha gente, pero rara vez veo a una persona tan abierta que cualquier cosa que yo diga simplemente le llegue al corazón y se convierta inmediatamente, sin pérdida de tiempo, en una semilla. De otra forma, la gente se protege.

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301
    Enviado: 19/03/2005 10:33

    Vienen a mí y afirman que les gustaría entregarse, que les gustaría seguirme; pero veo que una gran armadura les rodea muy sutil, pero se están protegiendo por todos 1ados. No permitirán que exista ninguna brecha por donde pueda entrar en ellos. Si me esfuerzo demasiado, empiezan a protegerse mucho más. Siguen diciendo una y otra vez que les gustaría relajarse y dejarse ir; sus bocas dicen una cosa, sus cuerpos muestran otra. Sus pensamientos son una cosa; su realidad es precisamente la opuesta.
    La gente era simple en la época de Jesús. Sólo debieron mirarle, y cuando Jesús dijo: “Seguidme”, simplemente le siguieron. Era natural. Cuando estos evangelios fueron escritos, los que los estaban escribiendo no se dieron cuenta de que algún día estas cosas parecerían ficticias. Era tan natural en aquellos días, que los escritores del evangelio no pudieron imaginar que algún día este asunto parecería falso, que no sonaría real.
    Esto está ocurriendo ahora en todas partes del mundo.
    Entra en la atmósfera de Buda: una cualidad diferente de humanidad le rodea.
    Prasanjit, un rey, fue a ver a Buda. Era amigo del padre de Buda ambos eran reyes y cuando llegó a sus oídos que el hijo de su amigo había renunciado al mundo, se quedó muy preocupado. Cuando Buda llegó a su ciudad capital, fue a verle y a convencerle. Le dijo a Buda: “¿Qué es lo que has hecho? Si no eres feliz con tu padre, ven y quédate en mi palacio. Cásate con mi hija sólo tengo una hija y este reino será tuyo. Pero no andes como un mendigo: es doloroso. Eres el único hijo de tu padre ¿qué estás haciendo? Estos dos reinos serán tuyos. Ven a mi casa”.
    Buda miró a los ojos de Prasanjit y le dijo: “Sólo una pregunta. ¿Has logrado alguna felicidad a través de tu reino? Sólo di sí o no. Si dices sí, te sigo. Si dices no, entonces tú tendrás que seguirme”.
    Pransanjit cayó a los pies de Buda y dijo: “No. Renuncio; iníciame. Dejo todo esto” un tipo muy diferente de inmediación.
    La misma cosa me sucedió, la misma. Uno de los amigos de mi padre era un abogado, un abogado muy astuto. Cuando volví de la universidad a casa, mis padres naturalmente estaban preocupados. Querían que me casara y me estableciera, pero no querían decírmelo directamente. Sabían que decirlo en forma directa sería una interferencia en mi vida, y no son nada agresivos más bien silenciosos, simples. Así que pensaron en su amigo y le pidieron que viniera.
    Vino con todos sus argumentos a la mano ¡era un abogado! Me dijo: “Si te convenzo de que debes casarte, ¿te casarás?”.
    Yo le contesté: “Naturalmente. Pero si no puedes, ¿estarás entonces dispuesto a dejar a tu esposa y a tus hijos? “. ¡El hombre no había pensado en eso! Me dijo: “En ese caso, tendré que pensarlo”.
    Nunca regresó. La cualidad de la mente ha cambiado de lo contrario, había una oportunidad para él, una abertura en el cielo. Esperé y esperé, pero nunca volvió. Se asustó, porque todos saben que la vida, tal corno la has vivido, no te ha dado nada. Pero uno necesita valor para reconocerlo, porque junto con decir esto, ocurre una profunda renunciación. Una vez que te das cuenta de que la vida, tal como la has vivido, ha sido fútil, infructuosa, irrelevante, ya has entrado en otro sendero.
    Y Jesús le dijo: Sígueme. Y él, levantándose, le siguió. ¡Qué mundo tan maravilloso, qué consciencia tan hermosa! Tú puedes tener esa consciencia; y, a través de ella, todo se vuelve posible: hasta lo imposible se vuelve posible.
    Prueba. Tira las dudas, porque siempre que dudas eres destructivo. La duda es destructiva; la confianza es creativa. La duda mata, la duda es un veneno. La confianza te da vida, vida en abundancia, vida infinita porque cuando confías te relajas.
    Con la confianza no hay miedo, con la confianza no hay necesidad de defenderse, con la confianza no hay lucha. Te dejas ir, fluyes con el río. Ni siquiera nadas: el río te lleva al océano. Ya se dirige hacia el océano. Luchas innecesariamente; y, a través de la lucha, destruyes tu energía. Cuando luchas, te frustras, cuando luchas, pierdes la oportunidad en que podrías haber bailado, en que podrías haber celebrado. La misma energía se convierte en lucha. La misma energía puede transformarse en entrega.
    Y he aquí que, estando Jesús a la mesa en la casa, muchos publicanos y pecadores vinieron y se sentaron a la mesa con él y sus discípulos.
    Esto debe ser entendido. Es un punto muy delicado: cuando un hombre como Jesús está en la tierra, los pecadores le reconocen antes que la mal llamada gente de bien porque los pecadores no tienen nada que perder, excepto sus pecados. Los pecadores no tienen mentes obstinadas; no tienen teologías y escrituras. Los pecadores tienen la sensación de que sus vidas han sido fútiles, los pecadores sienten una urgencia por arrepentirse y retornar.
    Pero la mal llamada gente respetable guardianes de templos e iglesias, alcaldes, políticos, dirigentes, sabihondos, eruditos tienen mucho que perder y ninguna urgencia de ser, ningún apremio por transformarse a sí mismos ningún deseo, en realidad. Están embotados y muertos. Los pecadores están más vivos que los mal llamados santos, y los pecadores son más valientes que los mal llamados santos. Necesitas valor para acercarte, para aproximarte a Jesús.
    ¿Has observado que los mal llamados santos no son en verdad religiosos, sino simplemente gente temerosa? Miedo del infierno, miedo del castigo de Dios… o codiciosos, codiciosos y ambiciosos por obtener el cielo: los premios y bendiciones de Dios. Pero no son realmente religiosos. Cuando eres de verdad religioso, no te interesa el cielo y el infierno, no te molestas por nada. En este mismo instante estás tan totalmente sumergido en el paraíso, que ¿a quién le importa el paraíso que vendrá después de la muerte?
    Los pecadores tienen más valor, se arriesgan. Y he aquí que, muchos publicanos y pecadores vinieron y se sentaron a la mesa con él y sus discípulos.
    Y cuando los Fariseos vieron esto la gente respetable, la gente buena
    les dijeron a sus discípulos:
    ¿Cómo es que vuestro Maestro
    come con publican os y pecadores?
    Sus mentes siempre están pendientes de esas tonterías: con quién estás comiendo, con quién estás sentado. No miran directamente a Jesús: están más interesados en los que están sentados con él. Está sentado con pecadores: ése es el problema que tienen en este momento. Jesús no les produce absolutamente nada, pero los pecadores les producen ansiedad. ¿Cómo pueden llegar y sentarse con este Maestro?
    Los pecadores están ahí. Los condenados para los cuales ellos han inventado el infierno están ahí sentados. Tus mal llamados santos no permitirán a esos pecadores estar tan cerca nunca. No les gustaría en absoluto estar en su compañía. ¿Por qué? ¿Por qué tus santos temen tanto a los pecadores?
    Temen su propio miedo interior, temen que al estar con pecadores, la posibilidad de que los pecadores les conviertan a ellos sea más probable que la de que ellos conviertan a los pecadores. Tienen miedo. Tienen miedo de los pecadores que tienen en su interior. De ahí surge el miedo al pecador allí afuera. Recuerda siempre que cualquier cosa que digas, a fin de cuentas se refiere a ti, a nada más. Si temes ir a un sitio donde se reúnen borrachos, eso simplemente muestra que tienes cierta tendencia hacia el alcohol, hacia los intoxicantes, y que tienes miedo. De lo contrario, ¿por qué temer? – puedes estar tranquilo allí. Nadie te puede corromper, excepto tú mismo.
    Les dijeron a sus discípulos … Esto también debe recordarse; no se lo dijeron a él. Conozco a esos Fariseos que andan por ahí. Te lo dirán a ti, no vendrán a decírmelo a mí. Se lo dicen a los discípulos porque incluso acercarse a Jesús a decírselo es peligroso. El puede hipnotizarte, es arriesgado habla sólo con los discípulos. Y es gente tan impotente la que ha llegado a ser importante; poseen todos los puestos clave en el mundo, poseen todo el poder y son absolutamente impotentes. Ni siquiera están dispuestos a acercarse y a enfrentar a Jesús.
    ¿Cómo es que vuestro Maestro come con publicanos y pecadores? como si los pecadores no fueran seres humanos. Como si ellos mismos no fueran pecadores. ¿Quién puede decir: “No soy un pecador”? Estar aquí en este mundo es estar de una manera u otra envuelto en el pecado. Nadie puede proclamar lo contrario.
    Cuando toda la humanidad está envuelta en el pecado.
    219
    ¿cómo puedes tú permanecer ajeno a él? Tienes parte en ello. Si el pecado ocurre en algún sitio, soy parte de él, porque soy parte de la humanidad. Produzco el clima quizá una parte muy pequeña de él, pero aún así, también creo el clima. Ocurre un Vietnam: soy parte de él, soy un pecador. ¿Cómo puedo imaginarme fuera de ello? Todo lo que cualquier ser humano esté haciendo en algún sitio: él es parte de mí y yo soy parte de él. Unos formamos parte de los otros.
    Un verdadero santo siempre se siente humilde, porque sabe que también es un pecador. Sólo un santo falso se siente orgulloso y piensa que está por encima. Nadie está por encima. Si existe un Dios, El también debe ser parte de tu pecado. Y El lo sabe, porque El está involucrado contigo. El late en tu corazón, respira en ti; y si cometes un pecado, El es parte de él. Sólo los mal llamados santos los falsos, los de mentira pueden pensar lo contrario y sentirse orgullosos.

    Pero Jesús, oyéndoles, les dijo:
    No tienen los sanos necesidad de médico,
    sino los que están enfermos
    El simplemente dijo: “Son aquellos que están enfermos los que necesitan al médico. Yo soy el médico; por lo tanto, los enfermos se han acercado a mí”. Este debería ser el indicador: alrededor de un santo se reunirán los pecadores. Este debería ser el criterio. Si ves a un santo rodeado sólo de gente respetable, querrá decir que no es un santo en absoluto. El médico es falso, porque cuando un gran médico viene al mundo, los enfermos siempre corren hacia él. Siempre se aglomeran a su alrededor, porque ahí se encuentra su necesidad. Quieren sanar y curarse, y el médico ha llegado.

    No tienen los sanos necesidad de médico, sino los que están enfermos.
    Pero lo contrario no es cierto, recuérdalo. Un pecador necesita a un santo, pero si piensas que tú no necesitas a ese santo, no significa que no seas un pecador. Un hombre enfermo busca a un médico y no es necesario que lo busque un hombre sano; pero si tú no lo buscas, no te engañes creyendo que estás sano. Recuerda que lo contrario no es cierto. Por ese motivo, en el siguiente sutra Jesús dice:
    Id, pues, y aprended lo que eso significa.
    El dijo: “Esta es la verdad: los pecadores necesariamente me buscarán y la gente enferma necesariamente vendrá a mí. Soy el médico de sus almas. No soy para aquellos que están sanos; ellos no necesitan venir. Id, pues, y aprended lo que eso significa: no es simple. Ve y medítalo. Puede que tú también estés enfermo y me necesites, puede que sólo hayas estado pensando que no lo estás”.
    La mayor enfermedad que puede sufrir un hombre es estar enfermo y creer que no lo está. Entonces nadie le puede curar, ninguna medicina le puede ayudar. El médico puede vivir en la casa contigua, pero el hombre morirá sin curarse. Esta es la mayor desgracia que pueda ocurrirle a un hombre: estar enfermo y creer que está sano.
    Id, pues, y aprended lo que eso significa; más estimo la misericordia que el sacrificio.
    Este es uno de los dichos más significativos que Jesús nunca haya pronunciado. Este es todo su secreto: más estimo la misericordia que el sacrificio. Mahavir no es tan misericordioso, ni Mahoma, ni siquiera el compasivo Buda es tan misericordioso como Jesús, porque todos ellos dicen que tendrás que sacrificarte, tendrás que cambiar de forma de actuar y tendrás que dar cuenta de tus karmas pasados.
    En la India hemos hablado de compasión durante mucho tiempo, pero hemos hablado continuamente acerca del karma. Uno debe arreglar cuentas, y todas las malas acciones que hayas hecho tendrás que contrarrestarlas con buenas acciones. Tendrás que llegar a un equilibrio; sólo entonces puedes saldar cuentas. A esto se refiere Jesús con “sacrificio”.
    El dice: más estimo la misericordia. Esta es su llave secreta. ¿Qué quiere decir cuando dice: más estimo la misericordia? Quiere decir que te será casi imposible anular todos los malos karmas que has cometido, porque la totalidad es inmensa, gigantesca. Durante millones de vidas has estado haciendo cosas, y todo lo que has hecho ha sido malo: tiene que serlo, porque has estado inconsciente. ¿Cómo puedes hacer algo bueno estando inconsciente? Has hecho millones de cosas, pero todas malas.
    Mientras uno está dormido no puede hacer nada bueno. La virtud es imposible en la inconsciencia; sólo el pecado es posible. La inconsciencia es la fuente del pecado. Has cometido tantos pecados que la tarea parece casi imposible. ¿Cómo saldrás de esto? el esfuerzo mismo no parece probable, el esfuerzo mismo parece inútil. Jesús dice: “La misericordia lo hará. Sólo entrégate a mí”. Jesús dice: “Y yo tendré misericordia”. ¿Qué es lo que quiere decir? Simplemente quiere decir que: “Si puedes confiar en mí y confías en que has sido perdonado, eres perdonado” porque has cometido todos esos karmas mientras estabas en un sueño inconsciente. No eres responsable de ellos.
    Este es el mensaje clave de Jesús: que el hombre no es responsable, a menos que esté alerta. Es igual que si un niño cometiese un pecado. Ningún tribunal castigará al niño, porque dirán que el niño no sabe, que lo ha hecho en forma inconsciente. No tenía intención de hacerlo: simplemente ha ocurrido. El no es responsable. O bien, un loco que comete un crimen, que asesina a alguien. Una vez que se ha probado que el hombre está loco, el tribunal tiene que perdonarle, porque un loco no es responsable. O un borracho que ha hecho algo, y se prueba que estaba bebido, absolutamente borracho. A lo más, puedes castigarle por beber. No puedes castigarle por su acto.
    Jesús dice: “He venido. Tendré misericordia”. No quiere decir que dependa de Jesús el perdonarte, recuérdalo. Esa ha sido una equivocación. Los Cristianos han creído que, puesto que Jesús es el único hijo engendrado por Dios y que él es misericordioso, no hay necesidad de hacer nada. Sólo rezarle, confesar tus pecados. El es misericordioso, te perdonará.
    De hecho, Jesús es sólo un pretexto. El dice: si llegas a estar alerta, y llegas a darte cuenta de que todo lo que has hecho hasta ahora, lo has hecho en inconsciencia esta sola consciencia de que eras inconsciente, la sola comprensión, perdona, se convierte en perdón. No es que Jesús esté haciendo nada.
    Es tal como cuando te prometo que si te entregas a mí, te transformaré. No hay promesa y yo no voy a hacer nada. Te entregas, eso es todo y la transformación ocurre. Pero será difícil para ti entregarte si no hay nadie a quien entregarse. Entonces dirías: “¿A quién me entrego?”. Será casi imposible, absurdo. ¿Sólo entregarse, sin tener a nadie a quien entregarse? Te sentirás ridículo: ¿qué estás haciendo? se necesita a alguien a quien entregarse. Ese alguien es sólo una excusa para la entrega.
    Cuando digo: “Te prometo que te transformaré”, no quiero decir que vaya a hacer nada, porque nadie puede transformarte. Pero si te entregas, en el mismo esfuerzo … Cuando te entregas, el ego se entrega y surge la transformación porque el ego es la única barrera. Es debido al ego que no cambias; es debido al ego que tu corazón está cargado de rocas y no late bien. Una vez que quitas la roca …
    Has desarrollado tal adicción a esa roca que dices: “A menos que encuentre unos pies de loto dorado, no voy a entregar esta roca”.
    Por lo tanto, digo: “De acuerdo, deja que mis pies sean la excusa”. Te has vuelto tan adicto a la roca que crees que a menos que encuentres unos pies de loto, unos pies dorados, a menos que halles a un dios, no te vas a entregar, porque la roca es muy valiosa. Es debido a tu necedad que tengo que jugar el rol de dios. Así que digo: “De acuerdo: yo seré un dios. Pero por favor, entrega tu roca, para que tu corazón comience a latir bien, para que empieces a sentir, a amar, a ser”.
    Cuando Jesús dice: más estimo la misericordia, está diciendo lo mismo. Está diciendo: Estoy aquí para perdonarte. Tú sólo entrégate. Ven y sígueme, y más estimo la misericordia que el sacrificio. Pues no he venido a llamar a los virtuosos al arrepentimiento, sino a los pecadores. Esto es tremendamente hermoso. Cada vez que sucede un Jesús, un Buda o un Krishna: es a esto que vienen.
    Pues no he venido a llamar a los virtuosos…
    En primer lugar, ellos nunca escuchan la llamada. Los virtuosos son gente muerta; están sordos, están demasiado llenos de su propio ruido. Y están tan seguros respecto a sus virtudes. No tienen tierra en la cual pararse más que la de sus creencias y la de su imaginación; creen estar parados en un terreno muy seguro. No tienen base alguna su edificio es tal como uno de naipes hecho por un niño: una brisa y la casa se habrá ido. Pero ellos creen en ella. La casa existe sólo en su imaginación.
    En primer lugar, ellos no escucharán la llamada. En segundo lugar, si insistes demasiado, se pondrán furiosos. En tercer lugar, si eres obstinado como lo era Jesús te matarán. Y en cuarto lugar, cuando estés muerto, te venerarán. Así se dan las cosas.
    Pues no he venido a llamar a los virtuosos al arrepentimiento, sino a los pecadores.
    De hecho, darte cuenta de que eres un pecador es ya una transformación. Apenas reconoces que eres un pecador, te has arrepentido. No hay otro arrepentimiento.
    Míralo de esta manera. Por la noche estás profundamente dormido, soñando. Si te das cuenta de que estás soñando, ¿qué significa? Significa que ya no estás durmiendo. Una vez que te das cuenta de que estás soñando, estás despierto. Una vez que te das cuenta de que estás dormido, ya no lo estás terminado. El sueño ya te ha abandonado.
    Para seguir siendo un pecador, necesitas creer que no eres un pecador, sino que un hombre virtuoso. Para esconder el pecado, necesitas la seguridad de que eres virtuoso, no un pecador. A veces la gente que se llama a sí misma virtuosa piensa que, aunque pequen algunas veces, es sólo para proteger su virtud, para proteger su rectitud.
    Sucedió: India y Pakistán estaban en guerra, y todo el mundo estaba en ánimo guerrero. Hasta los santos Jains estaban en ánimo de guerra. Por lo menos ellos no deberían haberlo estado han predicado la no violencia durante siglos. Pero me encontré con la noticia de que Acharya Tulsi, uno de los más grandes munis Jains, había dado sus bendiciones a la guerra. ¿Qué fue lo que él dijo?
    Dijo que era para proteger “al país de la no violencia. Si hay que usar la violencia, hay que usarla, para proteger al país de Buda, Mahavir, Gandhi”. ¿Te das cuenta del truco? La no violencia tiene que ser protegida por medio de la violencia. Uno tiene que ir a la guerra para que reine la paz. Tengo que matarte porque te quiero; lo estoy haciendo por tu bien.
    Un hombre que cree que es un pecador ya se ha entregado. Se da cuenta: “Soy un pecador y no he hecho otra cosa que pecar y pecar. No es que a veces haya cometido un pecado. Más bien, lo contrario: soy un pecador. No es cuestión de actos: es una continuidad de inconsciencia. Soy un pecador, y no importa si he hecho algo malo o no. A veces no hago nada malo, pero aún así soy un pecador”.
    Ser un pecador es una cualidad de la inconsciencia. No guarda relación con los actos. Puede que no hayas hecho nada malo durante veinticuatro horas puede que te hayas quedado en casa, ayunando, sentado en silencio, meditando; no has hecho nada malo pero aún así, sigues siendo un pecador. Si estás inconsciente, eres un pecador.
    El que seas un pecador no es consecuencia de los pecados que has cometido. El ser un pecador es simplemente el estado de inconsciencia. No es porque cometas pecados que eres un pecador. Cometes pecados porque eres un pecador. Es una continuidad de inconsciencia un continuo, sin intervalo alguno. Una vez que te das cuenta de esto, el mismo darte cuenta es un despertar. La mañana ha llegado, ha llamado a tu puerta: has despertado. La consciencia aún es muy frágil, muy delicada puedes adormecerte otra vez, sí, existe la posibilidad pero aún así, estás consciente. Puedes utilizar este momento y salir de la cama.
    Pues no he venido a llamar a los virtuosos
    al arrepentimiento,
    sino a los pecadores.
    Y decía a todos:
    Si alguno quiere venir en pos de mí,
    niéguese a sí mismo
    y tome cada día su cruz a cuestas,
    y sígame.
    Si alguno quiere venir en pos de mí.. Si has decidido venir en pos de mí, entonces esto es lo que tienes que hacer. Esta es la disciplina, la única disciplina que Jesús jamás dijo: niéguese así mismo.
    Cuando llegas ante un hombre como Jesús, tienes que tirar tus propias ideas y tu ego. Tienes que abandonar totalmente tus propias decisiones, porque solamente si tiras tus ideas, tus decisiones, tu ego, puede Jesús penetrar dentro de ti. Al poco tiempo, no necesitarás a Jesús una vez que has tirado tu ego, las cosas empezarán a pasarte por sí solas pero como primer paso: niéguese a sí mismo.

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301 Enviado: 19/03/2005 10:35

    Mira … puedes venir a mi y entregarte. Pero es posible que esa entrega sea tu idea. Entonces deja de ser una entrega. La entrega es entrega cuando es idea mía no tuya.. entonces no es entrega estás siguiendo tu propia idea.
    Sucede todos los días. Alguien llega y le pregunto: “¿Te gustaría iniciarte en sannyas?”.
    El me contesta: “Espera, tengo que pensarlo”.
    Yo le digo: “Si lo piensas, entonces será tu sannyas, no el mío “.
    Entonces lo piensas y llegas a una conclusión, pero es tu ego el que piensa y llega a una conclusión. Y luego te haces sannyasin, pero has perdido la oportunidad. Cuando te lo pregunté, la oportunidad estaba ahí para dar el salto. Si hubieras saltado sin pensarlo, hubiera sido un arrepentimiento, un vuelco, una conversión. Si piensas que está bien, pero simplemente que está bien y nada más, entonces has entrado, pero es tu idea la que estás siguiendo. No hay entrega en ello.
    Niégate a ti mismo. Y la segunda cosa: Y tome cada día su cruz a cuestas. Una vida con Jesús es una vida momento a momento. No es un planeamiento del futuro. No hay plan; es algo espontáneo. Uno tiene que vivir momento a momento y tomar cada día su cruz a cuestas.
    ¿Y por qué una cruz? porque entregarse equivale a morir. ¿Y por qué una cruz? porque entregarse es dolor. ¿Por qué una cruz? porque entregarse es sufrimiento. Todo tu ego sufrirá y arderá. Tus ideas, tu pasado, tu personalidad, estarán ardiendo continuamente. De ahí la cruz. La cruz es un símbolo de muerte y hasta que mueras, nada es posible; antes de que mueras, la resurrección no será posible.
    Niéguese a sí mismo, y tome cada día su cruz a cuestas. Esto tiene que hacerse cada mañana, diariamente. No puedes pensar que: “Sí, me he entregado una vez. Ya se acabó”. No es tan fácil. Tendrás que entregarte un millón de veces. Tendrás que entregarte a cada momento, porque la mente es muy astuta. Tratará de recuperarte. Si piensas que te has entregado una vez y que con ello has liquidado el asunto, la mente te envolverá de nuevo. Tiene que hacerse a cada momento hasta que estés totalmente muerto y una nueva entidad haya surgido, hasta que un nuevo hombre haya nacido en tu interior, hasta que no tengas continuidad con el pasado: cuando haya ocurrido una ruptura.
    Lo sabrás, porque no te reconocerás a ti mismo. ¿Quién eres? No te será posible ver en qué forma estabas conectado con el pasado. Reconocerás sólo una cosa: que ha surgido un repentino intervalo. La línea se ha roto, el pasado ha desaparecido, y algo nuevo que no tiene nada que ver con el pasado, que no está conectado con él en absoluto ha entrado en ti. El hombre religioso no es un hombre modificado, el hombre religioso no es un hombre con un nuevo decorado. El hombre religioso no guarda ninguna relación con el pasado. Es absolutamente nuevo.
    Pues quien quisiera poner a salvo su vida,
    la perderá; no te aferres al ego …
    Pues quien quisiera poner a salvo su vida,
    la perderá;
    mas quien perdiera su vida por mí,
    la salvará.
    Piérdela y la tendrás; aférrate a ella y la perderás. Parece paradójico, pero es una simple verdad. La semilla muere en la tierra, y se transforma en un gran árbol. Pero la semilla puede aferrarse a su propio ser, protegerse y defenderse a sí misma, porque para la semilla lo que viene aparece como la muerte. A la semilla nunca le será posible ver la planta; por lo tanto, es una muerte.
    Nunca podrás ver al hombre del que estoy hablando; por lo tanto, es una muerte perfecta. Ni siquiera te puedes imaginar a ese hombre, porque si te lo imaginas, éste será un continuo de lo que eres ahora. No puedes tener esperanzas respecto a ese hombre, porque si son tus esperanzas, entonces tus esperanzas serán el puente . No, estás en total oscuridad respecto a ese nuevo hombre: por eso, la confianza es necesaria.
    No puedo probártelo, no puedo discutir respecto a eso, porque mientras más discuta acerca de eso y trate de probarlo, más imposible te resultará. Si llegas a estar convencido, la barrera será perfecta, porque tu convicción será tu convicción y lo nuevo llegará solamente cuando tú te hayas ido totalmente. Todas tus convicciones, ideologías, argumentos, pruebas, se han ido en liquidación y sólo se ha quedado la ausencia. Y en esa ausencia, los cielos se abren y el espíritu de Dios desciende como una paloma y se posa sobre ti.
    Mas quien perdiera su vida por mí, la salvará.
    ¿Por qué Jesús insiste en: por mí? Mira bien el problema: si vas a morir completamente y un nuevo hombre va a surgir sólo cuando tú ya no estés … ¿quién será el puente entre lo que eres ahora y lo que vendrá? ¿Quién será el puente? Tú no puedes ser el puente; de lo contrario, el nuevo no será nuevo: será sólo una modificación de lo viejo.
    El Maestro se transforma en el puente. El dice: “Muere silenciosamente. Estoy aquí para cuidar de ti. Entra en la muerte; me ocuparé de que lo nuevo pueda surgir. No te preocupes, relájate … por mi.
    Es por ese motivo que la religión nunca se convertirá en filosofía, nunca se transformará en una teología. Nunca estará basada en argumentos; no puede estarlo. Su misma naturaleza lo prohíbe. Seguirá siendo una confianza. Si confías en mí, puedes morir fácilmente, sin miedo. Sabes que estoy ahí. Me amas y sabes que te amo; por lo tanto, ¿de qué tener miedo?
    Sucedió una vez: un joven, recién casado, estaba pasando su luna de miel. Era un Samurai, un guerrero japonés. Se dirigían hacia una isla en un bote, cuando de repente vino una tormenta. El bote era pequeño y la tormenta tremendamente violenta, así que era muy probable que se ahogaran.
    La esposa se asustó muchísimo. Empezó a temblar. Miró al samurai, su marido, pero éste estaba sentado en silencio. Era como si nada estuviera pasando. ¡Y estaban al borde de la muerte! En cualquier momento el barco se hundiría.
    La mujer dijo: “¿Qué estás haciendo? ¿Por qué estás sentado como una estatua?”.
    El samurai desenvainó su espada la esposa no lo podía creer: ¿qué es lo que estaba haciendo? y puso la espada desnuda cerca de la garganta de su mujer. Ella empezó a reír, y él dijo: “¿Por qué te ríes? La espada está tan cerca de tu garganta … sólo un pequeño movimiento y tu cabeza caerá”.
    La mujer le dijo: Pero está en tus manos; por lo tanto, no hay problema. La espada es peligrosa, pero está en tus manos”.
    El samurai volvió a poner la espada en su sitio y dijo: “La tormenta está en las manos de mi Dios. La tormenta es peligrosa, pero está en manos de alguien que amo y que me ama. Por ese motivo, no tengo miedo”.
    Cuando la espada está en las manos de tu Maestro y él va a matarte … sólo si confías en él morirás en paz, con amor, lleno de gracia. Y de esa gracia … y de esa paz … y de ese amor … crearás la posibilidad de que lo nuevo pueda llegar. Si mueres con miedo, lo nuevo no llegará. Simplemente morirás. Por eso, Jesús dice: por mí deja que yo sea el puente.
    Pues ¿qué provecho saca el hombre obteniendo el mundo entero, si se pierde o perjudica a sí mismo?
    Y recuerda, puedes adueñarte del mundo entero y perderte a ti mismo, tal como la gente lo está haciendo en todo el mundo, a través de los tiempos: obteniendo el mundo y perdiéndose a sí mismos. Entonces, un día, repentinamente descubren que todo lo que han ganado no es suyo. Vienen con las manos vacías; con las manos vacías se van. Nada les pertenece. Entonces la angustia se posesiona de ellos.
    Pues ¿qué provecho saca el hombre obteniendo el mundo entero, si se pierde o perjudica a sí mismo?
    La única manera de ser realmente inteligente en el mundo es ganarse primero a sí mismo. Aunque vayas a perder el mundo entero, vale la pena. Si obtienes tu propio ser, tu propia alma, tu centro más interno, y pierdes el mundo entero, vale la pena.
    Para obtener ese centro más interno, no sólo tendrás que perder el mundo. Tendrás que perder el concepto de ti mismo porque ésa es la barrera más interna: el ego. El ego es una falsa identidad. Sin saber quién eres, sigues pensando que eres alguien. Ese alguien la falsa identidad es el ego. Y a menos que lo falso se vaya, lo verdadero no puede entrar.
    Deja que lo falso se vaya y lo verdadero estará cerca. Arrepiéntete, retorna, responde; el reino de Dios está a tu alcance.