mexico surrealista: Lo que no sale de Coyoacan en los mapas turisticos

Coyoacán

Me compré una guía de México hecha en España (no, no viajé a España, pero el libro viene de allá). Busqué lo que decía acerca de Coyoacán, que es el lugar donde voy regularmente a tomar café y uno de los de más tradición en la Ciudad de México. Dice:

“Coyoacán es un barrio auténticamente antiguo, plácido, de calles empedradas y lleno de historia. Coyoacán quiere decir lugar de los coyotes, fue fundada por los toltecas (¿?) y posteriormente Hernán Cortés estableció aquí la sede de su gobierno colonial bla bla bla”

Si yo fuera español y leyera ésto, me daría flojera venir a Coyoacán.

No sé porqué en las guías de turismo siempre tratan de hablar del lado histórico de las cosas: está bien que Hernán Cortés haya hecho y deshecho aquí, pero eso fue hace más de 300 años. En cambio podrían hablar de lo bien que se la pasa la gente en ese lugar: exactamente lo que busca un turista en una guía.

Digamos que una descripción más actual de Coyoacán sería la siguiente:

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Ya con esto le paro, porque no me alcanzaría el espacio para hablar del señor que te lee la mano y que te grita “no le saque, no le saque” o a la señora que se te acerca a pedir dinero y que le regales una firma (¿para qué?). O al famoso Changoleón que se duerme afuera del acuario o al mimo que junta más gente que un mitin político. Tampoco mencioné a los que cantan música Brasileña o a los de Jazz. Eso lo dejo para otro día…

Mexico surrealista: Nacaciones

¡Nacaciones!*

Ya se acerca la Semana Santa, época de reflexión, ayuno y la celebración más fervorosa -religiosamente hablando- de nuestro país. Bueno, eso sería idealmente, pero para casi todos significa una semanita en la que no hay que ir a trabajar y que podemos aprovechar para salir de vacaciones. Es decir: avienta todo y vámonos a la playa.

Los nacos también vacacionan y para que no digan que sólo hablo de los del DF me sé dos historias buenísimas que sucedieron el año pasado. Una la leí en el periódico y la otra salió en la televisión, así que son del dominio público -y dudo que alguien se acuerde de ellas aunque a mí me marcaron- es como sigue:

Historia 1
Nacos aferrados

Una familia de León -lo recuerdo bien- decidió ir a la playa. Pudiendo escoger Veracruz, Vallarta o cualquier otra decidieron que Acapulco era la mejor opción (¡Nacapulco!) Así que todos se treparon a un camión de esos como para transportar verduras, le echaron algunas maletas y ¡a viajar! El caso es que no eran ni dos o tres ¡eran como 15 personas en la parte de atrás! Característica No. 1: Salir en bola. Todo iba bien hasta que se les ocurrió meterse a la Ciudad de México y se perdieron buscando la carretera libre a Acapulco: perdieron HORAS buscándola. El viaje duró como 16 horas aproximadamente ¿? pero ellos no flaquearon ni un momento hasta que llegaron a la arena.

Por supuesto que no llevaban mucho dinero así que sacaron las cazuelas de arroz, los huevos cocidos y a comer Característica No. 2: Comer lo que se pueda. No hubo dinero para hotel, así que durmieron en la playa y adentro del camión. Muchos no sabían nadar ni llevaban trajes de baño, pero aún así los niños se divirtieron, las mamás se asolearon y todos regresaron contentísimos después de 3 días. Eso se llama perseverancia.

Historia 2
Nacos Mcgiver

Tres amigos decidieron irse a Acapulco (de nuevo) como fuera. Juntaron algo de dinero que apenas si les alcanzó para tomar un camión de segunda categoría a Iguala. Característica 3: valemadrismo Ahí se bajaron y pidieron aventón en la carretera. Un señor se compadeció de ellos y los trepó para llevarlos a la playa: lo malo es que el tipo llevaba a su hija y los tres gandules trataron de ligársela ¿?. El señor los bajó a patadas y tuvieron que irse caminando durante horas.

Ya que llegaron a la playa se dieron cuenta que no tenían ropa adecuada, por lo que rompieron sus pantalones para convertirlos en bermudas y se quitaron las playeras. Como el hambre ya hacía estragos decidieron invertir sus últimos pesos en ¡una bolsita de jabón!. Buscaron unas botellas vacías, consiguieron agua y prepararon una solución jabonosa para ¡limpiar parabrisas! Característica 4: ingenio Así, juntaron suficiente dinero para comprar una bolsa de chicharrones de harina y cervezas. Se quedaron unos días en la playa, durmiendo en la calle y regresaron felices a su ciudad. Eso se llama espíritu de aventura.

Mexico surrealista: Los mexicanos no leen, pero si leen

Los mexicanos no leen

Una de las costumbres más aberrantes que conozco es la de leer sobre el hombro del vecino cuando vamos viajando en el transporte público. Eso de que dos o tres personas estén leyendo del mismo periódico podría parecer chistoso, pero a mí me parece detestable. Bueno, eso porque yo soy bastante sangrón con la lectura.

Sin embargo, mi racionamiento siguiente fue el de pensar que todos necesitamos ir leyendo algo para no aburrirnos. Así que derivado de eso, podríamos pensar que la gente QUIERE leer, que no hay más que ponerle un libro enfrente antes de subirse al transporte para que se llene de lectura ¿no es eso maravilloso?

Pues no. Eso es un error.

Hace poco en la ciudad de México hubo un proyecto así: la gente podía tomar libros a la entrada del Metro y dejarlos a la salida. Fracaso absoluto. A la gente no le gusta leer libros, y si lee periódicos es porque van viendo fotos. De hecho los periódicos más exitosos son lo que tienen poca información y muchas imágenes. ¿Qué es lo que pasa?

Yo digo que la mayoría de la gente no sabe leer. Es decir: saben hilar una palabra con otra, pero el seguir una historia larga requiere un esfuerzo mental mayor que no están dispuestos a hacer. Es fácil percatarse de eso: muchas personas van moviendo los labios cuando leen, como si necesitaran oír para entenderlo y es que nadie les explicó que leer (es decir, entender lo que se lee) es mucho más que ir describiendo una palabra tras otra.

La cosa es tristísima: en México 3 mil copias vendidas ya clasifican como Best-seller, hay una librería por cada 200 mil habitantes (¡una!) y en diez años cuatro de cada diez librerías han cerrado. Publicamos muchos menos títulos que Argentina y tenemos el triple de población. ¿Qué podemos hacer?

Por el momento nada: no se le puede obligar a un adulto (que nunca ha agarrado un libro) que se ponga a leer a Saramago. Es un caso perdido. Pero hay una solución a futuro: hay que leer mucho más, sobre todo en casa, para enseñar a los niños que hay muchas gratificaciones al leer. Y es que si los niños ven los libros guardados en el librero, y que nadie los saca, pensarán que son inamovibles.

Pero si un niño ve que tomamos un libro y que no lo soltamos en un buen rato, pensará que algo adentro debe ser muy bueno y por curiosidad (o imitando), lo hará también. El punto es la motivación, escoger una buena lectura que no lo aleje (no es lo mismo ponerlo a leer a Máximo Gorky que a José Agustín) y dejar los libros al alcance de su mano. Los autores del futuro lo agradecerán.

Mexico surrealista: El fenomeno jarrito

El fenómeno Jarrito

A la gente le gusta inventar dichos que no tienen sentido y que sin embargo, todos toman como ciertos. Ahí está el popular “Al que madruga, Dios lo ayuda” que discrimina a las personas que nos levantamos tarde, o el famoso “Perro que ladra no muerde”: créanme que por experiencia propia sé que eso no es cierto. Sin embargo el que odio con todas mis fuerzas es aquél que reza “Todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar”.

El resultado de éste último dicho es que una señora quiera meter una cacerola en su refrigerador que evidentemente -a menos que tuerza las leyes de la física- no va a caber. Entonces recurre al “todo cabe en un jarrito” y pone el jamón encima de los jitomates para que entre. Como de todas maneras no cabe se pone a escombrar, tira los envases de leche vacíos, se come las sobras que guardaba de guisado, prepara unos huevos fritos y -entonces sí- su cacerola entra medio apretada. Luego se levanta con aire triunfal y dice “¿ya ven? sabiéndolo acomodar”. Nadie le advierte que perdió el juicio.

Otro efecto del “fenómeno Jarrito” es tratar de meter 5 kilos de ropa y 2 pares de zapatos en una maleta pequeña. La gente sufre, saca la ropa, la vuelve a meter, se sienta encima de la maleta, saca los zapatos, los vuelve a meter y después de mucho jadeo decide dejar un par de zapatos en casa hasta que cierra su maleta, aunque al final dice “¡Todo cabe en un jarrito!”. Yo mismo he sufrido el fenómeno Jarrito, cuando en mis años de adolescente puberto y baboso nos metíamos al coche de algún amigo: como sólo había un vehículo para llevarnos a todos (por lo regular 9 tipos con granos) acabábamos uno encima de otro y dos más en la cajuela cual carro de los payasos de circo. Horrible.

Esto lo digo porque hace unos días modificaron los vagones del Metro de la Ciudad de México para que cupiera más gente. Así, donde antes cabían 7 personas, ahora caben 20 tipos aplastados unos contra otros, fomentando las relaciones entre pasajeros desconocidos. Yo me acuerdo haber visto fotografías del metro de Japón donde los policías desde afuera los meten a presión como si los cuerpos se encogieran al entrar al metro. Ya me los imagino pujando y pensando “¡Tolo cabe en un jalito sabiéndolo acomodal!”.

Pero el caso extremo son los microbuses que circulan por las calles de ésta Ciudad. Quien no se haya subido a uno de ellos en hora pico, no tiene ni idea de lo que hablo. En primer lugar los asientos van tan pegados que la barbilla de uno choca contra la nuca del de enfrente. En segundo lugar obligan a los pasajeros hacer dos y ¡hasta tres! filas en el pasillo central que mide 60 centímetros de ancho, y si no te acomodas el chofer te grita y no avanza. Cuando ya está todo lleno retacan de gente las escaleras donde bajas. El otro día yo llevaba tanta prisa que me tuve que ir con medio cuerpo de fuera y agarrándome del espejo lateral: de hecho lo único que había de mí dentro del microbús era mi pie izquierdo porque el otro iba volando (y todavía el chofer me gritaba que le pasara mi pasaje). Qué infamia.

Mexico surrealista: Quinceañera

Quinceañera

La fiesta de quince años es una de las tradiciones más arraigadas en México ¿Qué es lo que lleva a una adolescente a celebrar su cumpleaños número 15? Es decir: no es una fecha en la que se cambie de la niñez a la adolescencia ni de la adolescencia a la adultez. Más bien está como intermedia sin razón de ser, pero aún encierra todo un significado social (mi hija ya es una mujercita, dicen los papás en su discurso).

Los “XV años” (como se conoce generalmente) se preparan desde muchos meses atrás, pues es una fiesta a todo lo grande. Nunca son menos de 100 invitados, pues es la primera vez en la que la ahora mujercita (¿?) se presentará a la sociedad en todo su esplendor. Además es la fiesta cursi por excelencia pues todo debe de salir “bonito” (cosa que nunca ocurre, pues siempre pasan accidentes que echan a perder todo).

Podemos dividir la fiesta en tres partes:

Los invitados

Para ir a una fiesta de XV años hay que ponerse las mejores joyas y vestidos de gala. No importa que sea en un salón horrible y rascuache, hay que lucir como si fuéramos a la entrega de los Óscares o a recibir a la Reina de Inglaterra. Las mujeres lucen abrigos de imitación mink y los hombres van a rentar un frac o se ponen el mejor traje que tienen en su ropero. ¿Para qué tanto alarde de lujo y fastuosidad? Para criticarse unos a otros: ahí se verá qué familia es la más próspera (o por lo menos la que aparenta mejor).

Tanta elegancia se acabará después de tres horas -o para ser más exactos, en cuanto empiece el baile- pues todos sudarán como pollos bailando cumbias.

El vals

La quinceañera tiene que dar espectáculo y demostrar sus dotes dancísticas bailándole un bonito vals a los invitados. El Congreso del país debería de hacer una ley para que sólo baile una pieza ya que los invitados nos aburrimos rápidamente, pero hay chicas que bailan ¡hasta tres valses distintos! cada uno acompañado por su séquito de chambelanes. Uno de los valses se baila con todos sus familiares al ritmo de “ahora que pase el papá de la quinceañera” (y ahí va el papá) “ahora que pase el tío Chucho” (y ahí va el tío Chucho) “ahora que pase quien falte” (y todos se quedan sentados para no alargar el martirio).

Aparte del vals, la quinceañera tiene que bailar por lo menos dos piezas “movidas” que generalmente es un merengue y un rock o un salsa y quebradita. Esas piezas deben de tener un mayor grado de dificultad con piruetas en el aire o saltos acrobáticos que siempre acaban en un accidente: si la festejada no se rompe la cabeza, el escote la traiciona. Nunca falla.

La quinceañera.

La cumpleañera debería de disfrutar su fiesta, pero nunca lo hace: lleva un vestido incomodísimo y un peinado como de tres pisos de altura. Además del show que debe dar, se debe cambiar de ropa unas 4 veces en la noche, visitar cada mesa para ver que sus invitados se la estén pasando bien, repartir “recuerditos” de la fiesta, usar tacones (siendo que siempre usa tenis) y poner buena cara. Es su obligación lucir bien en las fotos y no mostrar signos de cansancio. Analizando todo ésto me sorprendo de que todavía muchas niñas tengan la ilusión de su fiesta. No saben lo que les espera.

Mexico surrealista: Amor de cumbia

Amor de cumbia

“¡Amor, quiero amor romántico, quiero amor sublime, quiero amor de cumbia!..”

Con ésta frase comienza una de las canciones más conocidas de Celso Piña, cantautor colombiano radicado en México. La cumbia como ritmo musical ha sido muy despreciada: algunos dicen que es música de nacos y otros más dicen que bailarla no tiene chiste alguno. Lo único cierto es que no hay fiesta en la que no pongan una cumbia tropicalona y es el ritmo que mueve más gente en México (y aparte de todo, bailar cumbia es de lo mejor para conseguir pareja, pero eso ya lo comentaré después).

La cumbia es un ritmo que nació en Colombia. Bueno, en realidad su origen primitivo está en África y llegó a Colombia por medio de los esclavos que traían al Caribe, con los ritmos del Cumbé o Bullarengue. Para tocarlo originalmente se usaban tres tambores, unas maracas y una flauta larga y luego se incorporó un acordeón o algún otro instrumento que la hacía más rica en sonido. De Colombia se extendió a toda América y en México se arraigó mucho, aunque nosotros le echamos de nuestra cosecha para hacerla un híbrido extraño.

Si uno ve bailar a la gente de Colombia y a un mexicano la misma cumbia, va a notar muchas diferencias: los mexicanos bailan cumbia como se baila el rock & roll, las mismas vueltas y pasos, aunque con el ritmo alentado. Es precisamente esa lentitud lo que hace que los pasos puedan ser más elaborados, ya que no es necesario andar jaloneándose como en el Rock.

La evolución de rock a cumbia dió como resultado el que la gente inventara sus propias vueltas “adornándolas” (eso dicen los maestros de baile). A veces las vueltas se cortan a medio giro para hacer un paso de reversa y algunos bailarines expertos pueden bailar con dos mujeres a la vez sin que se les tuerzan los brazos ni se les disloque el hombro -como seguramente me pasaría a mí-. Casi todas las canciones de cumbia llevan la misma base musical (el clásico “tuu tss tss tss tssss”) al ritmo de la cual se deben mover nuestras patas sin enredarse ni perder el ritmo.

La canción de cumbia en nuestro país tiene todas las variaciones posibles: unos usan instrumentos de origen andino y otros solamente un sintetizador. Trompetas, acordeones, guitarras, tuba y hasta guitara flamenca, todo depende de la creatividad y posibilidades del cumbianchero que en sí, es todo un personaje. Todos los cantantes de cumbia parecen cortados de la misma tijera: trajes brillantes y bigotito, acompañados de coristas que llevan vestido negro de falda cortísima. Un himno a la naquez.

Lo cierto es que la cumbia es el baile ideal para ligar: requiere mucho contacto físico y ahí uno se da cuenta si la chava con la que bailas tiene lonjas o si el tipo que te tocó de pareja tiene los hombros caídos o hace ejercicio. Además, siempre es útil saber si nuestro acompañante es diestro para moverse (¡!) o es tan torpe que se la pasa pisándole los callos a los demás. Por si fuera poco entre vuelta y vuelta puedes platicar un poco con tu acompañante a diferencia del ritmo dance, donde ambos están tan separados que no hay oportunidad de nada ¡que viva la cumbia por siempre por siempre!

Mexico surrealista: Agarra la onda guey

Agarra la onda

Mbaye, mi amigo de Senegal que se vino a radicar a la Ciudad de México, es una persona inteligentísima, que además tiene mucha facilidad para aprender idiomas (a los 3 meses ya estaba hablando como chilango). Yo lo conocí al poco tiempo que llegó, pues tomamos un curso juntos. Total que un día estábamos esperando a que empezara la clase cuando me dice:

– Memo ¿qué es onda?

Yo me le quedé viendo y le iba a contestar que onda es cuando alguien te saluda (¿qué onda? equivale a ¿como estás?) pero luego me puse a pensar que también podía tener muchos otros significados. Para no errar le pregunté que dónde la oyó: no me acuerdo qué me contestó, pero eso me pone a pensar en la gran variedad de situaciones en las que podemos usar la palabra “onda” (si alguien conoce otro más, que me lo diga para hacer otro texto):

“¿Qué onda?” significa -como ya dije- ¿cómo estás?

“¡Qué mala onda!” significa que todo ya se amoló. También sirve para lamentarse (ejemplo: “¡que mala onda que vomitaste!”)

“¡Qué buena onda!” equivale a decir ¡que bueno que ocurrió eso! (ejemplo: ¡que buena onda que no estás embarazada!)

“Agarra la onda” es igual a decir “comprende”. Por ejemplo en “Agarra la onda, dame dinero”

“En buena onda” es una advertencia. Es como la última llamada antes de que me enoje y te parta la cara (ejemplo: “En buena onda te digo que dejes de decirme así”)

“La onda es que” tiene un significado ambiguo. Digamos que es como decir “el asunto es” o “la explicación es” (ejemplo: “la onda es que tienes que darme dinero” o “la onda es que ella es lesbiana”)

“¿¿¿Qué onda???” Esta tiene que ver con la pronunciación. Hay que decirla como pregunta, pero exageradísima, ya que se usa cuando hay algo que no comprendemos o nos asombra mucho (como cuando te cae una maceta en la cabeza o se va la luz justo cuando estás acabando tu informe de trabajo y no lo guardaste, entonces dices ¿¿¿Qué ondaaa????)

“En buena onda, wey” frase característica de las niñas fresas mexicanas. Su pronunciación es como metiendo el labio en la letra “e” (trata de hacerlo) y no es una advertencia sino equivale a “por favor” (aunque no sé porqué no dicen “por favor”) Ejemplo: “límpiame mi zapato ¿no? en buena onda weeey”

“¿Queonda?” No, no me equivoqué: es “queonda” como si fuera una sola palabra, cortita. Cuando usas ésta pregunta estás suponiendo que tú ya sabes la respuesta y que esa persona sabe que tú ya la sabes, pero quieres asegurarte de que ella sabe que tu la sabes y no sólo que ella la sabes. Ejemplo “¿pos queonda? ¿cuando vamos a aquellito?”

“Sacado de onda”: Cuando alguien te hace algo que no comprendes o cuando te pasa algo que no esperabas (ejemplo: “me saca de onda que me corras de tu casa”)

“En la onda”: Sinónimo de estar In. La verdad es que esta frase sólo la usan los que se quedaron en los setentas, pero la pongo como curiosidad (ejemplo: “ese chavo sí está en la onda”)

¿Alguien se sabe más?

Mexico surrealista: El dia de la madre

El Día de la Madre

El Día de la Madre (que acaba de pasar) tiene un origen muy peculiar. Aunque en la antigüedad había festividades a la fertilidad y a la madre tierra (por ejemplo, los griegos tenían fiestas a Rhea o los ingleses tenían su día de “servir a la madre”), la fiesta 100% comercial que tenemos hoy en día tiene menos de 100 años de celebrarse.

Resulta que la mamá de una tipa llamada Ana Jarvis murió en 1905. Ella estaba desconsolada, pero se le ocurrió escribir a políticos, sacerdotes y a cuanta gente se le ocurriera para celebrar un día a todas las madres ¿la fecha? el segundo domingo de mayo, que era la fecha aproximada en la que murió su mamacita. Para 1910 ya era un día popular en todo Estados Unidos, y en 1914 el congreso y el presidente Woodrow Wilson lo declaraban fiesta nacional.

Como en esa época nuestro país pasaba por días de Revolución, la fiesta no tuvo el pegue necesario hasta la siguiente década, donde gracias a la radio se instituyó como día oficial: “celebremos a nuestras cabecitas blancas” decían los anuncios de la XEW. Claro que todo era patrocinado por los almacenes de muebles y ropa, así que más detrás de todo había un interés comercial (lo cual no es raro).

Tanto queremos los mexicanos a nuestra madre, que la palabra “madre” tiene más de 20 significados diferentes, casi todos ofensivos dependiendo del contexto. Veamos algunos:

Eso es una madrecita: es decir, que una cosa es muy pequeña
¡En la madre!: equivale a “¡que sorpresa!” o “¡no me esperaba éste resultado tan malo!
Ni madres: Que no. No hay manera. Negación total.
¡Madres!: Expresión para decir que alguien recibió un golpe (físico o moral, da igual, ambos duelen)
Me saludas a tu madre: Ofensa terrible
Cualquier madre: cualquier cosa
Te doy en la madre: No quiere decir que uno va a ir a buscar a la madre del susodicho, sino que lo amenaza con golpearlo hasta quedar desangrado o muera, lo que ocurra primero
¡Puras madres!: ¡Estás diciendo mentiras!

También hay variaciones, como la palabra madrazo, que equivale a golpe y otras más o menos vulgares. Claro que como ésta revista es muy fina (uy sí) no ampliaré sobre el tema ¿quién se sabe más variaciones?

renuncia irrevocable a ser adulto

Por medio de la presente presento mi renuncia irrevocable a ser adulto.

He decidido aceptar la responsabilidad de tener 6 años nuevamente.

* Quiero ir a McDonald\\\’s y pensar que es un restaurante 5 estrellas.
* Quiero navegar barquitos de papel en un estanque y hacer anillos tirando piedras al agua.
* Quiero pensar en que los dulces son mejores que el dinero, pues se pueden comer.
* Quiero tener un receso y pintar con acuarelas.
* Quiero salir cómodamente de mi casa sin preocuparme como luce mi cabello.
* Quiero tener alguien que me arregle y me planche la ropa.
* Quiero regresar a mi casa a una comida casera y que alguien corte mi carne.
* Quiero tomar largos baños y dormir 10 horas todas las noches.
* Quiero abrazar a mis padres todos los días y enjuagar mis lagrimas en sus hombros.
* Quiero regresar a los tiempos donde la vida era simple. Cuando todo lo que sabía eran colores, tablas de sumar y cuentos de hadas: y eso no me molestaba, porque no sabia que no sabia y no me preocupaba por no saber. Con todo lo que sabia era feliz, porque no sabia las cosas que preocupan y molestan.
* Quiero pensar que el mundo es justo. Que todas las personas son honestas y buenas.

Quiero pensar que todo es posible……!
En algún lugar de mi juventud maduré, y aprendí demasiado.

*
Aprendí de armas nucleares, guerras, prejuicio, hambre y de niños abusados.
*
Aprendí sobre mentiras, matrimonios infelices, del sufrimiento, enfermedad, dolor y la muerte.
*
Aprendí de un mundo en el que saben como matar y lo hacen.
*
¿Qué pasó con el tiempo en que pensaba que todo el mundo viviría para siempre, porque no entendía el concepto de la muerte, excepto cuando perdí a mi mascota?
*
Cuando pensaba que lo peor que pasaba era que alguien me quitara mi pelota de jugar o me escogiera de último para ser su compañero de equipo. – Cuando no necesitaba gafas para leer.
*
Quiero alejarme de las complejidades de la vida y emocionarme nuevamente con las pequeñas cosas una vez mas.
*
Quiero regresar a los días en que la música era limpia y sana.
*
Recuerdo cuando era inocente y pensaba que todo el mundo era feliz porque yo lo era.
*
Caminaría de nuevo en la playa pensando solo en la arena entre los dedos de mis pies, sin preocuparme por la erosión y la contaminación.
*
Pasaría mis tardes subiendo árboles y montando en mi bicicleta hasta llegar al parque, sin la preocupación de que me secuestren.
*
No me preocupaba por el tiempo, las deudas o de donde iba a sacar dinero para arreglar el coche.
*
Solo pensaba en lo que iba a ser cuando fuera grande, sin la preocupación de lograrlo o no.
*
Quiero vivir simple nuevamente. No quiero que mis días sean de ordenadores que se estropean, de la montaña de papeles en mi escritorio, de noticias deprimentes, ni de como sobrevivir unos días más al mes cuando! ya no queda dinero en la cuenta.
*
No quiero que mis días sean de facturas de médicos o medicinas.
*
No quiero que mis días sean de chismes, enfermedades y pérdida de seres queridos.
*
Quiero creer en el poder de la sonrisa, del abrazo, del apretón de manos, de la palabra dulce, de la verdad, de la justicia, de la paz, los sueños, de la imaginación.
* Quiero creer en la raza humana y quiero volver a dibujar muñecos (o muñecas )en la arena…

¡Quiero volver a mis 6 años!
Espero que cada uno de nosotros pueda vivir un poco de ese niño que llevamos dentro, y no nos dejemos arrastrar por la sociedad que nos rodea.
Si todos pensáramos y actuáramos un poquito como niños muchas cosas en el mundo podrían ser diferentes

Diferencias entre aventura, noviazgo y matrimonio

Diferencias entre aventura, noviazgo y matrimonio

Aventura: Cuando sus lenguas se encuentran en una sala llena.

Noviazgo: Cuando sus miradas se encuentran en una sala llena.

Matrimonio: Cuando sus niños se pierden en una sala llena.

Aventura: Cuando se habla de tener “una noche ardiente”.

Noviazgo: Cuando se habla de “hacer el amor”.

Matrimonio: ¿De qué estamos hablando?.

Aventura: Discuten sobre cuántas poses quieren hacer.

Noviazgo: Discuten sobre cuántos niños quieren tener.

Matrimonio: Discuten sobre dinero.

Aventura: Cuando comparten todo su cuerpo.

Noviazgo: Cuando comparten todo lo que tienen.

Matrimonio: Cuando se dividen todo lo que tienen.

Aventura: Todo se termina si uno de los dos llega al orgasmo.

Noviazgo: No importa que ninguno de los dos llegue al orgasmo.

Matrimonio: ¿Qué era eso?.

Aventura: Se llaman por teléfono para decidir el hotel de esta noche.

Noviazgo: Se llaman por teléfono para decirse cuánto se extrañan.

Matrimonio: Se llaman por teléfono para discutir sobre lo que falta en la casa

Aventura: Cuando uno le escribe su número de teléfono al otro.

Noviazgo: Cuando uno le escribe poemas de amor al otro.

Matrimonio: Cuando uno le escribe cheques de mensualidad al otro.

Aventura: Cada uno se preocupa por el cuerpo del otro.

Noviazgo: Cada uno se preocupa por los sentimientos del otro.

Matrimonio: Cada uno se preocupa por el programa de TV de esta noche.

Aventura: La despedida es: “misma hora, la semana que viene”.

Noviazgo: La despedida es: “Te amo querida”.

Matrimonio: La despedida es… un alivio mutuo.

Aventura: Cuando ambos quieren verse juntos y sin ropa.

Noviazgo: Cuando ambos se enorgullecen de ser vistos juntos.

Matrimonio: Cuando ambos nunca más quieren verse juntos.

Aventura: Cuando nadie más lo sabe.

Noviazgo: Cuando nadie más importa.

Matrimonio: Cuando a nadie más le importa.

Aventura: Se juran mantener el secreto.

Noviazgo: Se juran amor eterno.

Matrimonio: Se juran…¡venganza!.

NOTA: Cualquier parecido con tu propia existencia es pura coincidencia… ¿o me equivoco?

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