La madre tierra pachamama

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 11/09/2005 13:59

La Madre Tierra es la que da vida al hombre, es la divinidad excelsa en nuestro mundo. La Pachamama nos enseñó a amar a todo incondicionalmente, nos mostró el trabajo como una altísima virtud, porque amando todo y construyendo con el trabajo nos tornamos sabios.

La Pachamama nos dio estas enseñanzas de vida para nuestro crecimiento, nos dio el MUNAY, el YANKAY y el YACHAY. El hombre no necesita de otras leyes o mandamientos; porque el AMOR (MUNAY) nos hace conscientes del “SERVICIO”, que debe ser siempre el SERVICIO DEL SER”, ya que el Servicio es la conciencia de la reciprocidad o TRABAJO… estén seguros que el AMOR y el TRABAJO (YANKAY) nos llevarán a la conciencia superior del SABER o CONOCER (YANCHAY).

El invasor que pisó nuestras tierras nos creó leyes y preceptos de vida que eran totalmente contradictorios con los más altos principios de comunidad y respeto por la tierra en la cual vivía el hombre andino. Pusieron en nuestra historia estas leyes: “Ama Sua”, “Ama Llulla”, “Ama Quella” = “No seas Ladrón, no seas Mentiroso, no seas Ocioso”. Una ley, mandamiento o precepto se crea para que un grupo social erradique un mal, para que sean controlados los desmanes de una población, etc. etc. A un pueblo que se disputa con su hermano y vecino hay que enseñarle a amar aunque sea ¡a su propio dios!; a un pueblo que vive en esclavitud, eterno conflicto, temor y condena hay que enseñarle a no matar y a no desear el mal ajeno… así podemos seguir enumerando las leyes necesarias para una sociedad que vive eternamente en individualismo y conflicto donde su mayor inestabilidad comienza con el rechazo y poco respeto por la tierra que los engendró.

Qué razón tendríamos que buscar para enseñar a una alta sociedad como la andina a “NO ROBAR”, si esta sociedad sabe que todo le pertenece a la Pachamama, si esta sociedad vive en el principio comunitario de que TODOS PARA UNO Y UNO PARA TODOS, si esta sociedad vive en el principio del Servicio de HOY POR TI, MAÑANA POR MI; qué necesidad de robar hay en una sociedad donde el principio comunitario establece que el niño que nace tendrá su propia tierra de trabajo; qué necesidad de robar hay en una sociedad donde el mismo morir de hambre no era posible ni permisible ya que la distribución y preservación de alimentos alcanzaba una organización insospechada. ¡QUÉ NECESIDAD HAY DE ROBAR!, ¿QUÉ NECESIDAD HAY DE ROBAR?

Por qué en una alta sociedad hay que MENTIR y DESCONFIAR. Pueblos en donde en muchas casas ni siquiera había puerta estable, ni mucho menos sistemas de alta seguridad; ¿por qué hay que mentir?, si esta acción no nos engrandece espiritualmente.

A una sociedad que construyó toda esta grandeza de piedra sobre piedra, a esta sociedad que sabe que por el trabajo podrá sobrevivir y ser grande… díganme cómo podemos decirles: ¡NO SEAN OCIOSOS!

Pero había que legitimizar todos los ROBOS, MENTIRAS y OCIOSIDAD que el conquistador hizo y engendró en estas tierras.

Sabemos que la Pachamama es Madre de la purificación, de la limpieza y tal vez del perdón. Hemos comenzado una nueva era y en esta era de luz todos los hermanos y hermanas son bienvenidos; dejemos que Wiracocha toque nuestro Sol interior y aflore el amor con conciencia para llegar a ser el hombre del nuevo tiempo.

Nota: (Extracto de: EL DESPERTAR DEL PUMA – Camino Iniciático – Evidencias astronómicas en los Andes – por: James Arévalo Merejildo – Mallku.)

Octavio Paz y su vision del mundo prehispanico

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 11/09/2005 13:58

“Don Juan
Nunca se cansaba de repetir que ya sea como eruditos
o como legos somos miembros y herederos de la tradición
de Occidente, lo cual significa que, independientemente de nuestro
nivel de educación y sofisticación, somos prisioneros de esa tradición
y su manera de interpretar la realidad”.
Florinda Donner.

México es un país con dos realidades en luchan permanentemente, a veces de manera estridente y sangrienta, otras veces, silenciosa y subterránea, pero siempre manteniendo estados de tensión dinámica.

Dos visiones del mundo diferentes, dos posiciones irrenunciables, dos maneras de entender el mundo y la vida. Una que viene desde el inicio de la civilización Madre, miles de años antes de la era cristiana y la otra que llegó con los europeos.

A lo largo de más de siete mil quinientos años los pueblos originarios crearon sus culturas, que en conjunto forman parte de la civilización del Anáhuac. Esta civilización, que es una de las seis más antiguas y con origen autónomo de la humanidad, creó a lo largo de milenios sus propias -instituciones, leyes y autoridades-, que le permitieron impulsar, organizar y regular su Desarrollo Humano.

Sin embargo, a partir del 13 de Agosto de 1521 los europeos condenaron a la destrucción y a la negación a la civilización vencida. Desde la misma destrucción de la México-Tenochtitán que en su momento era la ciudad más grande del mundo, pasando por la destrucción de sus instituciones, la proscripción de sus leyes y la deposición de sus autoridades; la negación de sus sistemas: alimentario, de salud, educativo y de organización, hasta llegar al mismo genocidio.

A partir de 1521 los europeos no tomarán en cuenta a la civilización vencida, pero usaran y explotaran exhaustivamente todos sus conocimientos y recursos. Durante los tres siguientes siglos la única preocupación de los españoles es cristianizar a los naturales y en los siguientes doscientos años, los criollos trataran sucesivamente de civilizarlos, integrarlos y modernizarlos en medio de su explotación. Siempre serán una carga, un lastre pesado para alcanzar su proyecto civilizatorio que permanentemente ha excluido a los vencidos.

De este modo en México desde 1521, la CULTURA, ha sido la Occidental y la de los vencidos, sólo ha sido “folclor”. La LENGUA ha sido el Español de los colonizadores, los “dialectos”, la de los vencidos. El ARTE ha sido de Occidente y la “artesanía” de los invadidos. La MEDICINA del europeo y la “brujería” del indígena. La HISTORIA ha sido la de Europa y los “mitos de origen”, la memoria de los pueblos originarios. Y así, en todos los campos del conocimiento humano. Se dijo en la época colonial y se mantiene hasta la actualidad que, “los indios no son de razón”. El movimiento insurgente de los indios mayas de Chiapas, es un claro ejemplo de cómo la cultura dominante no acepta que exista “una inteligencia indígena” y para ellos el Subcomandante Marcos dirige y utiliza a los indios.

A diferencia de los colonizadores ingleses en Norteamérica, que desde un principio quisieron liberarse de Europa y crear “un nuevo mundo”, rompiendo con los caducos moldes de ultramar. Los colonizadores españoles pretendieron crear una extensión de España en México y asumir supuesta “nobleza” a pesar de la dudosa honestidad de su riqueza. El colonizador español nunca hizo de México su casa definitiva, sino siempre fue un trampolín temporal para regresar a España cargado de oro, después de haber hecho “la América”. De modo que siempre importó las ideas y los conocimientos de España, generalmente de manera torpe y tardía.

Desde el inicio del periodo colonial, las ideas políticas, sociales, artísticas, científicas, literarias, educativas, venían de España. En el periodo independiente, los criollos ilustrados que desplazaron a los peninsulares en el poder, pusieron sus ojos, su cerebro y su corazón en Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Jamás vieron hacia adentro, ni intentaron revalorar a la civilización que les servia de base para construir su realidad.

En el caso especial de los artistas e intelectuales en México, el modelo generalmente siempre ha sido Europa. La mayoría de ellos, “malitos y regulares”, no han hecho más que copiar e imitar el arte y el pensamiento europeo y hacer “variaciones sobre el mismo tema”. Con sus grandes excepciones de aquellos artistas nuestros considerados “universales”, la mayoría copia y hace variaciones sobre las tendencias y búsquedas europeas. Tratamos de ser “europeos” en México copiando mal y tardíamente las modas y las corrientes “de vanguardia”. Pintamos, escribimos, componemos, como europeos. Con sus temas, escuelas y corrientes. Queremos “crear” como europeos y lo que producimos en consecuencia es una mala copia. Acaso una “variante tropical interesante”, pero nunca una original.

Es de observar que nuestros artistas e intelectuales han querido llegar a los “espacios universales del arte”, por medio de las manifestaciones de la cultura europea. Misión por cierto literalmente imposible y suicida, pues jamás podremos llegar a ser mejor que ellos mismos. No compondremos mejor que Mozart, ni pintaremos mejor que Van Gogh o escribiremos mejor que Cervantes, Goethe, Dante, o Shakespare. Como ningún mariachi sudamericano tocará mejor que una jalisciense o un bailarín profesional bailara mejor la Danza del Vendado que un indio yaqui o una orquesta sinfónica europea toque mejor La Sinfonía India de Chávez, que la Orquesta Sinfónica Nacional.

El caso del poeta Octavio Paz, Premio Nóbel de literatura, que podríamos considerar el más ilustre de nuestros artistas e intelectuales, que ha sido reconocido en el ámbito internacional, bien puede ejemplificar lo que estamos tratando de argumentar. Hombre que creció en el mundo de “las bellas artes europeas”, que vivió en Francia y en Estados Unidos años muy importantes de su formación intelectual y que es “heredero” del acervo cultural de Europa. Poeta y escritor “culto” que escribió ensayos sobre el “ser” del mexicano y de “lo mexicano”, siempre con los “ojos de un extranjero” para ver hacia adentro de su identidad. Su visión del México antiguo es muy superficial aunque enciclopédica, porque debemos de reconocer que Paz era un hombre con gran capacidad.

A lo largo de la obra de Paz se nota un profundo conocimiento de la cultura Occidental. Sólidas bases de su pensamiento están inspiradas en la cultura grecolatina, francesa, italiana, alemana, inglesa, norteamericana. En sus ensayos es común encontrar las citas en la lengua de autores referidos. Su visión de las culturas -no Occidentales- es muy eurocéntrica, comenzando con la de México. Me permito citar algunos puntos medulares de su ensayo “VISLUMBRES DE LA INDIA” que el autor publicó en el año de 1995, ya en la punta de su brillante carrera, con todos los reconocimientos y después de haber recibido el Premio Nóbel de Literatura en 1990. Este ensayo lo escribió de los recuerdos y apuntes que tenia de su estancia en la India, donde fue Embajador del Gobierno de México de 1962 hasta 1968.

En “Vislumbres de la India”, Octavio Paz hace comparaciones sobre la India y México para explicar la realidad de aquel lejano país, sin embargo, desde nuestro punto de vista, denota una lamentable ignorancia sobre los cimientos filosóficos y culturales de una civilización que Paz no conoció. Da la impresión, retomando a Guillermo Bonfil Batalla, que Paz sólo conoció al México imaginario y que el México profundo fue algo más lejano e indescifrable para él, que la misma India.

“Los pueblos mexicanos no experimentaron nada semejante a la penetración del budismo en Ceilán, China, Corea, Japón y el Sudeste asiático…. Las culturas mexicanas vivieron en una inmensa soledad histórica; jamás conocieron la experiencia cardinal y repetida de las sociedades del Viejo Mundo: la presencia del otro, la intrusión de civilizaciones extrañas, con sus dioses, con sus técnicas y sus visiones del mundo y del trasmundo.

Frente a la vertiginosa diversidad del Viejo Mundo, la homogeneidad de las culturas mexicanas es impresionante. La imagen que presenta la historia mesoamericana, desde sus orígenes hasta el siglo XVI, a la llegada de los españoles, es la del círculo. Una y otra vez esos pueblos, durante dos milenios, comenzaron y recomenzaron, con las mismas ideas, creencias y técnicas, la misma historia. No la inmovilidad sino un girar en que cada nueva etapa, simultáneamente, fin y recomienzo. A Mesoamérica le faltó el contacto con gentes, ideas e instituciones extrañas. Mesoamérica se movía sin cambiar: perpetuo regreso al punto de partida…. Los antiguos mexicanos vieron a los españoles como seres sobrenaturales llegados de otro mundo porque no tenían categorías mentales para identificarlos.” [pág. 107]

Apreciamos en el texto una visión muy pobre y simplista del pensamiento cosmogónico de los antiguos mexicanos. Analiza con la premisa del colonizador, “lo que no es parecido a lo europeo, es imperfecto, carente, insuficiente”. Paz menciona al “Viejo Continente” cuando sabemos que es un solo continente llamado con propiedad Euroasiáticoafricano, porque están unidos y por lo mismo las emigraciones, invasiones e intercambio de los pueblos que han vivido en esa formidable masa de tierra. Sin embargo, Paz no ve el formidable intercambio intercultural que existió en Mesoamérica, donde durante miles de años los pueblos compartieron una misma estructura filosófica-civilizatoria y a pesar del prodigo intercambio cultural, las culturas mantenían sus diferencias. Caso actual de esta premisa lo representa el estado de Oaxaca que actualmente cuenta con 16 culturas y cada una de ellas tiene su propio idioma, y aunque viven en estrecha colindancia, no toman prestamos lingüísticos.

Paz presupone como negativo que los antiguos mexicanos apreciaran el tiempo [y el desarrollo] de manera cíclica y circular. El hecho de que no apreciaran el tiempo de manera lineal como Occidente, no los hace menos, primitivos o deficitarios. Las nuevas y más adelantadas concepciones científicas nos hablan de una percepción del tiempo y del espacio, más cercana a la de los antiguos mexicanos, que a la de los europeos modernos. El más preclaro filósofo moderno de Occidente, Federico Nietzche, nos habla del “eterno retorno”. Finalmente diremos que el intercambio cultural entre todos los pueblos originarios del continente Americano, fue una realidad que no se ha querido ver. Bástenos ver el discurso icnográfico en todos sus diseños, especialmente la cruz que la investigadora Laurret Séjurne ha llamado “el quincunce”, que aparece sistemática y permanentemente en todos los pueblos indígenas del pasado y del presente, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego. Que no seamos iguales al “otro”, nos tiene que hacer por fuerza colonizadora menos, parece apreciarse en el texto citado de Octavio Paz.

Más adelante el autor de “Vislumbres de la India” hace la siguiente afirmación simplista y colonizada en torno a la conquista en México.

“El ejemplo contrario y complementario es el de los pueblos americanos, que no pudieron resistir a los conquistadores europeos: sus culturas desaparecieron, a la inversa de lo que ocurrió con los hindúes, musulmanes y chinos ante el imperialismo europeo. El Choque entre los españoles y los mesoamericanos fue un violento encuentro entre civilizaciones que se resolvió por la derrota de la mentalidad mágica y la cultura ritualista. La inferioridad científica, filosófica, técnica y política de los mesoamericanos no explica enteramente a la conquista.”[pág. 114]

Estos conceptos vertidos por el más insigne de los intelectuales de México a cinco años de terminar el siglo XX, nos demuestran como la “cultura dominante” sigue negando cualquier valor de la civilización mesoamericana y que menos se “identifica” con ella.

Paz dice que los mesoamericanos no pudieron resistir a los conquistadores europeos. Quien conoce en verdad el proceso de la conquista, entiende que fue producto de la trasgresión filosófica-religiosa que hicieron los aztecas de la Toltecáyotl y el odio que habían logrado inspirar en su contra por los pueblos sometidos por su sangriento imperialismo. La conquista se llevó a cabo gracias a la participación de cientos de miles de guerreros tlaxcaltecas, texcocanos, xochimilcas y demás pueblos que enviaron sus guerreros a pelear del lado del “enviado” de Quetzalcóatl, como sé hacia pasar Cortés.

Además, no se puede comparar el momento histórico y las condiciones en que los pueblos asiáticos se encontraban cuando los europeos iniciaron el contacto. Las culturas de Asia eran muy superiores tecnológica, naval y militarmente que las europeas. Los europeos no fueron a “invadir y conquistar”, llegaron en cambio, mansamente a comerciar y a importar tecnología que, posteriormente, utilizaron para la invasión de todo el mundo. En China encontraron la pólvora y la brújula, copiando mejoras tecnológicas para sus naves, que posteriormente las convertirán en potentes naves de guerra. La invasión militar de Europa a Asia se dio hasta el siglo XIX, cuando ya habían logrado asimilar y refuncionalizar la tecnología asiática. Es lamentable que Paz, al igual que los ideólogos del siglo XVI como Juan Ginés de Sepúlveda, defiendan la tesis de que un pueblo guerrero e invasor sea superior al vencido.

“Las personas y bienes de los que hayan sido vencidos en justa guerra pasan a los vencedores. Los vencidos en justa quedan siervos de los vencedores, no solamente porque el que vence en alguna virtud excede al vencido, como los filósofos enseñan, y porque es justo en derecho natural que lo imperfecto obedezca a lo más perfecto…”(1)

Sorprende que Paz diga que “el encuentro entre civilizaciones se resolvió por la derrota de la mentalidad mágica y la cultura ritualista”, pues la cultura de los españoles de 1521 era tan mágica y ritualista como la de los antiguos mexicanos. El propio Bernal Díaz del Castillo describe como Cortés llevaba entre sus hombres a un “brujo” y al que acudieron en varias ocasiones para salir airosos de sus lances. Los rituales de las Cortes Medioevales, como las supercherías de los pueblos europeos eran propios de la Edad Media, la época de mayor oscurantismo de Occidente.

No entendemos como Octavio Paz puede hablar de una inferioridad científica de los antiguos mexicanos, cuando ya se reconoce que el maíz es un hijo de la ingeniería biogenética en el sexto milenio antes de Cristo nacido en el Valle de Tehuacan y que los mayas inventaron el cero matemático o que el conocimiento de la mecánica celeste era literalmente perfecto y que el calendario Gregoriano que usa actualmente Occidente, fue producto de la modificación que se le hizo al antiguo calendario Juliano, gracias a los conocimientos que llegaron al Vaticano de México.

No entendemos como Paz asegura que los antiguos mexicanos tenían una inferioridad filosófica y técnica, si Occidente no ha reconocido hasta nuestros días que existiera una filosofía mesoamericana, que fuera capaz de estructurar y articular un impresionante desarrollo humano que tuvo un recorrido inalterable, por lo menos de tres milanos consecutivos. ¿Dónde está plasmado el pensamiento filosófico en la historia y la filosofía oficial mexicana?. Lamentablemente no existe en los libros de texto oficiales, y sí no existe, ¿cómo es posible que Paz diga que ésta era inferior? La Toltecáyotl sigue viva, presente y vigente en el México contemporáneo, pero es más evidente en el “México profundo”, razón por la cual no la “ven” nuestros preclaros intelectuales accidentalizados.

Finalmente Paz asegura que existe una supuesta inferioridad técnica de los antiguos mexicanos frente a los invasores europeos. Como ya dijimos, los europeos fueron a Asia a apropiarse de las tecnologías y les dieron un uso guerrero e invasiva. Hasta la fecha, Occidente avanza tecnológicamente a partir de la investigación militar y las guerras. Pero si la técnica y el conocimiento mesoamericano no estaban enfocados a los aspectos militares, no necesariamente implicó esto, una “inferioridad” técnica, científica y cultural.

Un buen ejemplo para hacer una, ya de por sí, difícil comparación entre Mesoamérica y Europa, es que en el siglo XVI, los españoles encontraron en México-Tenochtitlán, la ciudad más grande del mundo con aproximadamente un millón de habitantes, mientras Paris, que era la urbe más grande de Europa en esos momentos apenas contaba con 62 mil habitantes. Tenochtitlán en el periodo Postclásico decadente, contaba con la cuadricula que hoy usan las ciudades modernas en el trazo de sus avenidas y calles, que Europa no tuvo de manera regular hasta el siglo XIX.

La ciudad de México tenía agua potable, calzadas, canales, calles. Edificios públicos como: bibliotecas, zoológicos, mercados, bodegas generales, escuelas, baños públicos. La medicina y la higiene era muy adelantada y conocían toda la herbolaria para tener una buena salud, además de las famosas trepanaciones que Europa en ese momento no hacia. Técnicamente los antiguos mexicanos vivan con una mayor calidad de vida, tanto en alimentación, higiene y salud, educación y deporte; que los europeos. Aunque ciertamente no disponían de su tecnología militar, pero esto, insistimos, no es suficiente razón para suponer una inferioridad técnica, que solo existe en las mentes eurocéntricas y colonialistas.

Octavio Paz trata de explicar lo que sucedió en la India en el aspecto religioso, comparando el violento choque religioso que vivieron los antiguos mexicanos. Paz afirma que los indígenas abrazaron la religión cristiana de manera “voluntaria”.

“Voluntaria porque la nueva religión ofrecía a los pueblos mesoamericanos una liberación de la terrible opresión de los antiguos cultos, fundamentados en dos instituciones sangrientas: la guerra perpetua y el sacrificio”. [pág. 115]

Paz no se puede ver más colonizador y desconocedor de la historia y la cultura de su propio pueblo. Ante esta afirmación, debemos suponer que para el autor los antiguos mexicanos se sintieron “liberados” por sus conquistadores y que estuvieron oprimidos por antiguos cultos sanguinarios. Por supuesto que nadie avala los sacrificios humanos, pero lo cierto es que los aztecas vivían un periodo de decadencia filosófica y religiosa [por la cuál pudo ser posible la conquista], sin embargo, tendríamos que tomar en cuenta que en la transgredida ideología azteca, la muerte en sacrificio era una “gracia” y una liberación para el espíritu, que llegaba a la vida verdadera por este medio. Algo verdaderamente aberrante pero exactamente igual al que tenían los misioneros españoles que crían que sí morían sacrificados en la difusión de su credo, llegarían al reino de los cielos. Muchos misioneros vivían obsesionados en el sacrifico, que iba desde la autoflagelación hasta la inmolación con infieles, para lograr la gracia celestial. Tanto los indígenas como los misioneros que morían en tal condición, pensaban que era un privilegio. Sin dejar de mencionar la opresión que durante toda la colonia significo la misma institución de la iglesia y la Santa Inquisición; tanto para indígenas como para los propios españoles.

Para Octavio Paz, como para muchos intelectuales mexicanos occidentalizados. La presencia de los invasores europeos fue una epopeya por “civilizar” al mundo primitivo y salvaje, que no tuvo ni ha tenido valor y cabida en su proyecto colonizador, más que de ser la materia prima, la mano de obra barata y sin derechos humanos con la cual construir un “nuevo mundo” para los colonizadores. Los pueblos agredidos, invadidos, saqueados, explotados, violados y escarnecidos, para la mentalidad colonizadora, “salieron ganado” de este proceso histórico.

“No todo fue horror: sobre las ruinas del mundo precolombino los españoles y los portugueses levantaron una construcción histórica grandiosa que, en sus grandes trazos, todavía esta en pie. Unieron a muchos pueblos que hablaban lenguas diferentes, adoraban dioses distintos, guerreaban entre ellos o se desconocían. Los unieron a través de leyes e instituciones jurídicas y políticas pero, sobre todo, por la lengua, la cultura y la religión. Sí las pérdidas fueron enormes, las ganancias han sido inmensas.

Para juzgar con equidad la obra de los españoles en México hay que subrayar que sin ellos –quiero decir: sin la religión católica y la cultura que implantaron en nuestro país- no seríamos lo que somos. Seriamos, probablemente, un conjunto de pueblos divididos por creencias, lenguas y culturas distintas.” [pág. 116]

Creo que no puede haber mayor comentario a este ultimo párrafo, es dramáticamente explicito. Es claro que para algunos intelectuales y artistas mexicanos, que se supone, deberían de ser las “antenas” y los visionarios de su pueblo, en el caso de un país colonizado como México, han estado y están de parte de los colonizadores-explotadores. Mientras nuestros intelectuales y artistas no se descolonicen ideológicamente. Mientras no aprendan a ver su pasado y su Cultura Madre con otros ojos. Mientras no encuentren inspiración en los valores y principios de la milenaria sabiduría de nuestros Viejos Abuelos. Mientras no analicen de manera objetiva el deshumanizado e injusto sistema colonial en el que hemos vivido desde 1521 los mexicanos. Seguirán sirviendo para mantener y perpetuar el sistema y el pueblo no podrá contar con ellos para su descolonización.

Nota: (Guillermo Marin Ruiz: Licenciado en Administración de Empresas, U.N.A.M. México. 1971. Curso de Historia de América, Universidad Complutense de Madrid. España. 1978. Diplomado en Desarrollo Cultural. Centro Latinoamericano y del Caribe para el Desarrollo Cultural. UNESCO, Venezuela. 1991.

1.“Historia verdadera del México profundo”. Guillermo Marín. 1997 Méx.

Texto cedido pelo autor.)

Profecias de los chamanes incas

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 11/09/2005 13:57

La luz del idealismo brillaba en los ojos del Dr. Alberto Villoldo al describir cómo un terremoto en 1949 debajo de un monasterio cerca de Cuzco, Perú, había partido la tierra en dos, sacando a la luz un antiguo templo inca de oro. Esto era la señal de que las profecías de Mosoq, el “tiempo que ha de venir”, tenían que ser compartidas con el mundo moderno. El Dr. Villoldo, psicólogo y antropólogo médico, ha vivido y aprendido entre los chamanes Q’ero, y ha desempeñado un papel fundamental a la hora de acercar sus rituales y profecías a la conciencia del mundo moderno.

Los Q’ero son los últimos incas – una tribu de 600 personas que buscaron refugio en alturas superiores a los 4.200 metros con el fin de escapar de los conquistadores. Durante 500 años los jefes de la tribu Q’ero han conservado una profecía sagrada sobre un gran cambio, o pachacuti, en el que el mundo daría la vuelta, y en el que la armonía y el orden se restablecerían, poniendo fin al caos y el desorden.

Los Q’ero habían vivido en sus aldeas a lo alto de los Andes, prácticamente aislados del mundo, hasta su “descubrimiento” en 1949. Ese mismo año un antropólogo, Oscar Nuñez del Prado, se encontraba en un festival en Paucartambo, un valle en las laderas este de los Andes, al sur de Perú, cuando conoció a dos indios que hablaban un fluido quechua, la lengua de los incas. La primera expedición occidental a las aldeas Q’ero tuvo lugar en 1955.

Cuatro años después, en la fiesta anual del Regreso de las Pléyades, que tiene lugar en los Andes, la congregación de 70.000 peregrinos procedentes de Sudamérica (muchos de ellos chamanes) se quedaron asombrados y la multitud se apartó para dejar que los Q’ero, sin avisar y vestidos con el emblema inca del sol, se dirigieran hacia la cumbre de la montaña para dar a conocer que el tiempo de las profecías estaba cerca. Fueron bienvenidos por los asistentes que les dijeron: “Os hemos estado esperando durante 500 años”.

Recientemente, los ancianos Q’ero viajaron a Norteamérica como cumplimiento de sus profecías. En noviembre de 1996 un pequeño grupo de Q’eros, incluyendo al líder de la tribu y el jefe chamán, visitó varias ciudades de Estados Unidos, entre ellas Nueva York, donde celebraron una ceremonia privada en la Catedral de St. Juan el Divino.

El ritual chamánico no se había celebrado desde hacía 500 años. Pero en el mismo hogar de aquellos que simbolizaban los antiguos conquistadores de sus antepasados incas compartieron sus rituales y conocimiento, no sólo con los occidentales interesados en aprender sus costumbres, sino también con el deán de la gran catedral, uniendo así simbólica y espiritualmente a los dos continentes de América del Norte y del Sur.

Según una antigua profecía, este es el momento del gran encuentro llamado mastay, y la reintegración de los pueblos de los cuatro puntos cardinales. Los Q’ero están ofreciendo sus enseñanzas a Occidente, como preparación para el día en que el Aguila del Norte y el Cóndor del Sur (las Américas) vuelen juntos otra vez.

Ellos creen que munay, amor y compasión, será la fuerza guiadora de esta gran unión de los pueblos.

“Los nuevos guardianes de la tierra vendrán de occidente, y aquellos que han causado un mayor impacto en la Madre Tierra tienen ahora la responsabilidad moral de rehacer su relación con Ella, después de rehacerse a sí mismos”, dijo Don Antonio Morales, un maestro chamán Q’ero. La profecía sostiene que Norteamérica proporcionará la fortaleza física, o cuerpo; Europa proporcionará el aspecto mental, o cabeza; y el corazón lo proporcionará Sudamérica.
Señales cumplidas

Cuando los españoles conquistaron a los incas hace 500 años, el último pachacuti, o gran cambio, tuvo lugar. Los Q’ero han esperado desde entonces a que ocurriera el siguiente pachacuti, cuando las cosas que quedaron al revés volvieran a su sitio y emergiera el orden del caos. Durante los últimos cinco siglos conservaron su conocimiento sagrado, y al final, en estos últimos años, se cumplieron las señales de que el gran momento del cambio estaba cerca: las lagunas de las altas montañas se han secado, el cóndor casi está extinguido y se ha descubierto el Templo Dorado, siguiendo al terremoto de 1949 que representó la ira del sol.

Las profecías son optimistas. Estas se refieren al final de los tiempos tal como nosotros lo entendemos – la muerte de una forma de pensar y de ser, el fin de una forma de relacionarse con la naturaleza y la tierra. En los próximos años, los incas esperan que emerjamos en una era dorada, un milenio dorado de paz. Las profecías también aluden a unos cambios tumultuosos en la tierra, y en nuestra psique, volviendo a definir nuestras relaciones y espiritualidad.

El próximo pachacuti, o gran cambio, ya ha empezado, y promete el emerger de un nuevo ser humano después de este período de confusión. El caos y turbación característicos de este período durarán cuatro años más, según los Q’ero. El paradigma de la civilización europea continuará desplomándose y los procederes de los pueblos de la Tierra volverán. Más importante aún, los jefes chamanes hablan de un desgarro en el mismísimo tejido del tiempo. Esto nos ofrece una oportunidad para describirnos no como lo que hemos sido en el pasado, tanto personal como colectivamente, sino como lo que estamos deviniendo.

Pachacuti también se refiere a un gran jefe inca que vivió a finales del siglo XIV. Se dice que él construyó Machu Picchu, y que fue el arquitecto de un imperio de igual tamaño que los Estados Unidos. Para los incas, Pachacuti es un prototipo espiritual – un Maestro, un luminoso fuera del tiempo. El era un Mesías, pero no en el sentido cristiano de ser el único hijo de Dios, fuera del alcance de la humanidad. Más bien se considera como un símbolo y promesa de lo que podemos llegar a convertirnos. El personifica la esencia de las profecías del pachacuti, ya que Pacha significa ‘tierra’, o ‘ tiempo’, y cuti significa “poner las cosas en su sitio”. Su nombre también significa “transformador de la tierra”.

Las profecías del pachacuti son conocidas en los Andes. Hay aquellos que creen que las profecías se refieren al regreso del jefe Pachacuti para derrotar a los que usurparon la tierra de los incas. Pero según el Dr. Villoldi, el regreso de Pachacuti está teniendo lugar a nivel colectivo. “No es el regreso de un solo individuo que personifica en lo que nosotros nos estamos convirtiendo, sino un proceso de emerger que incumbe a todos los pueblos.

Los Ritos de la Estrella

Los Q’ero han servido como guardianes de los ritos y profecías de sus antepasados incas. Las profecías no sirven de nada a menos que uno disponga de las claves, los ritos del tránsito. Los Ritos de la Estrella, o Mosoq Karpay (Los Ritos del Tiempo que ha de Venir), son cruciales para el crecimiento práctico descrito en las profecías.

Siguiendo los despachos (ofrendas rituales de mesa, o manojos de plantas medicinales) en la reciente ceremonia de Nueva York, y después de una limpieza medicinal por las esposas de los chamanes, los chamanes administraron el Mosoq Karpay al público presente, transmitiendo las energías que se originan con los antepasados de su linaje.

La transmisión del Mosoq Karpay es la ceremonia que representa el fin de la relación que se tiene con el tiempo. Es un proceso del corazón. Este proceso de Devenir se considera más importante que las profecías mismas. Los Karpay (ritos) plantan la semilla del conocimiento, la semilla del Pachacuti, en el cuerpo luminoso del recipiente que la contiene. Depende de cada persona regarla y cuidar de la semilla para que esta crezca y florezca.

Los ritos son una transmisión del potencial; uno debe luego abrirse al destino. Los Karpays conectan a la persona con un antiguo linaje de conocimiento y poder al que no puede acceder el individuo – sólo puede ser convocado por una tribu.

En último lugar, este poder puede proporcionar el impulso para que uno haga un salto al cuerpo de un Inca, un Luminoso. (En este sentido, el Inca al cual se hace referencia es el hombre auto-realizado). Esa persona está directamente relacionada con las estrellas, el Sol Inca de la cosmología.

Recobrar nuestra naturaleza luminosa

Según el Dr. Villoldo, los incas creen que debemos morir ante los viejos modelos de espiritualidad y pasar por los ritos de auto-renovación, convertiéndonos en comadronas de una nueva forma de pensar.

“Estas sendas, senderos del chamán, la persona que camina con belleza y gracia en el mundo, están actualmente a disposición de todos nosotros. Necesitamos desmitificarlos y aprender a honrar y respetar nuestra Madre, la tierra, y a nuestro Padre, el sol, y los cielos – y aprender de todo y todos a nuestro alrededor, aprovechando estos ejemplos de poder para que podamos hacer un salto cuántico hacia aquello en lo que nos estamos convirtiendo, todos nosotros juntos.”

“Los Q’ero creen que las puertas entre los mundos se están abriendo otra vez – agujeros en el tiempo que podemos atravesar e ir más lejos, donde podemos explorar nuestras capacidades humanas. Recobrar nuestra naturaleza luminosa es hoy una posibilidad para todos aquellos que se atrevan a dar el salto.”

Los chamanes andinos no tienen un Buddha o un Cristo a quien seguir. Más bien dicen: “Sigue tus propias huellas. Aprende de los ríos, árboles y rocas. Honra al Cristo, el Buddha, a tus hermanos y hermanas. Honra a la Madre Tierra y al Gran Espíritu. Hónrate a ti mismo y a toda la creación.”

Nota: (Fonte: www.ddnet.es/share_ediciones/qero.htm)

La rueda del arcoiris, unidad, conciencia y totalidad

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 11/09/2005 13:55

“Rueda del Arco Iris, dadora de vida
Con sus lluvias purificadoras
Uniendo todas las colores, lo Hijos de la Tierra
Volverán a andar en Paz
Rueda del Arco Iris, anuncias que tus Guerreros ya están en pie.
Las hermanas y hermanos en armonía con tu luz en sus ojos.
Rueda del Arco Iris toca los nuestros corazones, y por cierto volaremos.
No solos o separados, nuestros colores rodó piando en el cielo.”

Entre los Navajos y los Hopis la Diosa de la Rueda del Arco Iris, es la portadora de las lluvias amigas que alimentan las Tres Hermanas – Maíz, Calabaza y Fríjol – durante el verano, para que el Pueblo también pueda ser alimentado. Vemos muchas veces una imagen de la Rueda del Arco Iris servir como tema para pintura en la arena, una antigua Arte de Cura Sagrada empleada pelos Clan de Curación (sanar) de estas Naciones.

La Diosa de la Rueda del Arco Iris llega de todas las Cuatro Direcciones y gira como una swástica, de manera a cubrir todas las direcciones. El lado de fuera del Circulo Sagrado es protegido por otra Diosa de la Rueda del Arco Iris, que se inclina en el Espacio, creando con su propio cuerpo un cáliz que recoge la lluvia y protege todo el círculo. Sen las bendiciones de la Lluvia, las tres hermanas morirían y el Pueblo no podría mas continuar a ser alimentado.

La Rueda del Arco Iris representa la promesa de la Paz entre todas las Naciones y entre todos los Pueblos. La Raza del Arco Iris vienes reforzar la igualdad entre las naciones y se opone a la idea de una raza superior que controlaría o conquistaría otras razas. La Raza del Arco Iris viene para traer Paz, a través de la conciencia de que todas las razas constituyen en la verdad una raza sola. El Arco Iris encarna la idea de la Unidad de todos los colores y la idea de que todos los credos deben trabajar juntos, visando el bien común. Cuando todos los Caminos que conducen a Totalidad fueren respectados por todos los pueblos, la profecía del Arco Iris estará siendo cumplida.

En el tiempo en que viví en el México y trabaje con las Abuelas, junto a la sociedad del Búfalo de la Dimensión de los Sueños, o con la Fraternidad Femenina, descubrí que muchas profecías derivadas de Videntes e Soñadores habían se conservado a través de los Tiempos. La profecía de la Rueda del Arco Iris, como ejemplo, es bastante clara.

Cuando el Tiempo del Búfalo estuviera para llegar, la tercera generación de niños de los ojos blancos dejará crecer sus pelos, y comenzará a hablar del Amor que iba traer la cura, sanar, para todos los hijos de la Tierra. Estos niños buscarán nuevas maneras de comprender a si propias y a los otros. Usaran penas, colares de cuentas, y pintarán su faz. Buscarán los Ancianos de nuestra Raza roja para beber de la fuente de su Sabiduría. Estos niños de ojos blancos servirán como señal de que nuestros ancestros están retornando en cuerpos blancos por fuera, pero rojos hacia adentro. Ellos aprenderán caminar en equilibrio en la superficie de la Madre Tierra, y sabrán llevar nuevas ideas a los jefes blancos. Estos niños también tendrán que pasar por pruebas, como ocurría cuando eran Ancestros rojos. Serán usadas substancias poco comunes, como Agua de Fuego, como ejemplo, para observar se continuarán a caminar firmemente adentro del Camino Sagrado.

La generación de los hijos de la Flor atravesó esta parte de la profecía y algunos de ellos conseguirán permanecer adentro del Camino Sagrado. Otros se perderán por alguno tiempo y ahora están retornando al camino de forma más armoniosa. Algunos se des iludirán y olvidarán los altos ideales que los alimentarán cuando su corazón era joven, enguanto otros están despertando, apresando-se para retornar al Camino de la Sabiduría.

La abuela Cisi miraba-me con sus ojos espejados, sus palabras me calaban fondo; ella hablaba de la Profecía del Arco Iris y yo sentía mi corazón por veces apretado, por veces llenando-se de Amor y de Esperanza. Ella hablaba-me de la vuelta del Búfalo a la Isla de Tortuga (América), y de cómo los nuestros rebaños volverían a ser numerosos.

Después el Retorno del Búfalo, la generación que se seguiría a de los hijos de la Flor viviría el Amanecer del Quinto Mundo da la Paz. Esto Quinto Mundo es llamado pelos indios de pônei vacilante (nt. Pônei = caballo pequeño) que luego al nacer tentaría se firmar en sus patas. Ella declaró que esto movimiento vacilante seria sentido por la Madre Tierra, e que ocurrirían cambios en el solo y en las aguas. Esto movimiento provocaría un nuevo tipo de emociones y de sentimientos entre los hijos de la Tierra, o que apresaría los cambios. Muchos sueños coloridos serían trazados para el Tiempo-de-Dormir y para el Tiempo-de-Sueño de estos nuevos Guerreros del Arco Iris, y ellos aprenderían de nuevo a Caminar en Equilibrio. Los cambios ocurridos en nuestra Madre Tierra traerá miedo a las sus niños, pero mas temprano conducirían la Conciencia de la Unidad, en el seno de un-solo-Mundo, un-solo-Pueblo.

Abuela Berta divertía-se toda vez que llegábamos a esta parte de la Profecía, porque mis ojos se arreglaban como se fueran faroles y yo no conseguía quedar-me parada un solo momento. Entonces Abuela Berta pedía que Abuela Cissi parase de contar la historia por aquello día e dejaba-me en expectativa até lo otro día. Ella hacia solo para mejer conmigo. Finalmente Abuela Cissi recomenzaba y dando-me tapas en la rodilla, para hacer que yo prestaba más atención al ritmo de la Profecía. Ella sentía que mi miente giraba en torno de mis propias proyecciones. ¡Yo quería mismo era hacer un monte de preguntas sobre como, cuando, donde y por qué! Yo quería saber todos los detalles. Tenia 22 años en la época y era mucho impaciente, mas conseguí me controlar para que ella pudiese continuar.

La Rueda del Arco Iris surgirá en la forma de un ‘Perro del Sol’ hacia todos aquellos que estuvieren listos para ve-la. El Perro del Sol forma un Círculo del Arco Iris completo en torno del sol y poseí blancas luces brillantes apuntando hacia las Cuatro Direcciones. El Perro del Sol es un fenómeno natural raro y fue bautizado así por los Nativos Americanos. El nombre, ahora, es usado por los científicos del mundo entero. Muchos Perros del Sol serán vistos cuando aproximar-se el Tiempo del Búfalo Blanco. Está será la lenguaje que el Cielo usará para nos hablar que ya llegó el momento de partilla los Enseñamientos Secretos y Sagrados entre todas las razas. Muchos hijos de la Tierra despertarán hacia asumir la responsabilidad de los enseñamientos y lo proceso de Cura Planetaria comenzará a tener nuevo impulso.

Abuela Berta sonría con una mirada distante, sabiendo que ya estará en la Estrada Azul del Espirito cuando llegase el Tiempo del Búfalo Blanco, Abuela Cissi también ya estaría en el Acampamento del Otro Lado, pero las dos me prometerán que, así que sonase la hora cierta para divulgar estos enseñamientos, estarían a mi lado, me ayudando.

Las Abuelas también hablaran-me de los cambios que los hijos de la Tierra sufrirán durante esto movimiento vacilante – o Proceso de Cura – en el momento en que las Ruedas del Arco iris girasen en sus sueños. Ellas declararán:

“Muchos Hijos de la Tierra pararán a recordar de los objetivos de esta Caminada por la Tierra y aprenderán a desenvolver sus dones para poder auxiliar la humanidad. La Verdad disolverá los nodos de la separación y la Bondad prevalecerá. Algunos detalles acerca de los cambios que ocurrirán en la Tierra vendrán en Sueños. Algunas personas recibirán señales indicando que deberán mudar-se para hogares mas seguros. Otras serán informadas que su ayuda será necesaria en determinados hogares en que ocurrirán los cambios. Todos deberán confiar en su visión personal y deberán ser capaces de utilizar sus dones alegremente, y sabrán cual es su papel específico adentro de esto grande Argolla Universal. Los otros enseñamientos de la Profecía de la Rueda del Arco Iris solo serán transmitidos, cuando más personas ya estuvieran despertado para su potencial interno.”

En nuestra tradición Séneca fue Abuela Twylah quien me enseñó los diversos usos del Circulo de lo Arco Iris da Paz. Cuando estamos enfrentando alguna dificultad, pudimos lanzar mano de la Rueda del Arco Iris de la Paz, visualizando-o en torno de la aquella situación, de las personas envolvías y de lo motivo de la desarmoniza. Después, parpadeamos (nt: abrir y cerrar) los ojos alegremente, haciendo con que toda aquella imagen sea envolvía por la Paz Interna. Pudimos aún usar esta técnica junto con otros ritos, colocando nuestros objetivos adentro de la Rueda del Arco Iris de la Paz.

Los nuestros objetivos son inspirados en la Tradición de la Confederación de la Paz Iroquesa, que utiliza los Doce Ciclos de la Verdad para que la Paz se manifesté. Los Doce Ciclos de la Verdad son: Aprender la Verdad, Honrar la Verdad, Organizar la Verdad, Presentar la Verdad, Amar la Verdad, Servir la Verdad, Vivir la Verdad, Trabajar la Verdad, Caminar con la Verdad, Ser Grato por la Verdad. Cuando invitamos la Verdad total para penetrar en nuestro Espacio Sagrado, estirazamos los grilletes de la separación y de la ilusión, que constituyen la base de la desarmonía.

La Rueda del Arco Iris da Paz destruí las mentiras que hicieran los Hijos de la Tierra desconfiaren unos de los otros y substituí la ilusión de la separación pela afirmación de la Totalidad. Cuando la Diosa de la Rueda de lo Arco Iris de los Navajos e de los Hopi venir bendecir la Madre Tierra con las lluvias de la purificación y de la regeneración, sus hijos también serán sanados y purificados. Así que lo Arco Iris de la Paz de los Sénecas conseguir envolver el Espacio Sagrado de cada persona, todos pasarán a Caminar en Verdad, respetando lo Espacio Sagrado de los otros individuos, y la Armonía volverá a reinar en nuestro Planeta. Estos Sistemas de Sabiduría son fundamentados en los enseñamientos de los Guerreros del Arco Iris – la hermanas y hermanos que trabajan por la Unión del Quinto Mundo y pelean por la victoria de la Paz en el Planeta.

Nota: (Fuente: Las Cartas del Camino Sagrado – Jaime Sans – Ed Rocco
Traducción libre: »k«)

Los tiranos y la importancia personal

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 11/09/2005 13:54

La vía chamánica de Don Juan-Castaneda
Los pinches tiranos y la importancia personal

Carlos Velasco Montes – 13/11/2004

Tuve noticias del trabajo del antropólogo don Carlos Castaneda en el año 1974 cuando el buque en que yo navegaba, el Mount Eden, arribó al puerto de Nueva Orleans. Entré en una de las mejores librerías de esa histórica ciudad y le hablé al dependiente de mis inquietudes, quien me ofreció el libro Las enseñanzas de don Juan, era el primer libro de antropología de campo de Castaneda. Después de este libro, escribiría otros cuantos más.

La obra de Castaneda apareció en España en los años setenta, fue muy bien recibida. Sigue teniendo un buen puñado de seguidores.

El chamanismo mesoamericano que practicaba don Juan Matus, recogido por Carlos Castaneda, es un sistema de prácticas que facilitan el acceso a una realidad aparte. Algunos de los elementos de esta vía del guerrero son: la figura del chamán o guía, las realidades ordinaria y aparte, el tonal y el nagual. El trabajo con el ego, los pinches tiranos, la importancia personal, la cháchara mental, el desapego. Los niveles de atención, la voluntad del guerrero, los no-haceres, la impecabilidad, el arte del acecho, la intención, el punto de encaje, el ensueño. Las emanaciones del Águila y los campos energéticos, etc.

Trabajar con los pinches tiranos es el refinamiento del arte del acecho.

Los pinches tiranos son aquellas personas que nos aguijonean en nuestra importancia personal. Es un torturador, alguien que le hace la vida imposible al guerrero, también tiene el poder de acabar con él. Cualquiera puede ser un pinche tirano para nosotros. Don Juan dice que el guerrero que se encuentra con un pinche tirano es afortunado, y si no lo encuentra, tiene que ir a buscarlo.

Cada uno tiene su particular pinche tirano, bien sea persona o situación adversa contraria a la propia voluntad, especialmente aquellas en las que el ego se siente afectado y amenazado. Situaciones de maltrato, ofensa, humillación, etc.

El pinche tirano nos hace de espejo de nuestra importancia personal, podemos ver todo aquello que nos hace daño, pero no queremos desapegarnos de ello. El pinche tirano nos hace de resonador de los elementos negativos de uno mismo. Proyectamos nuestros problemas sobre los pinches, los cuales reflejan nuestros propios conflictos.

El problema está en uno, y tiene que ver con la importancia personal, cuando ésta es muy grande y no tenemos estrategias para manejar las acciones del pinche tirano, sucumbimos ante él. Pero si nos enfrentamos a los pinches tiranos desde una posición de poder, entonces templaran nuestro espíritu de guerrero, y adquirimos la sobriedad y la serenidad necesarias para enfrentarnos con el mundo de lo desconocido.

Hacer un buen uso de un pinche tirano y no morir en el intento, asegura la eliminación de la importancia personal y prepara a los guerreros a la comprensión de que la impecabilidad es lo más importante en el camino del conocimiento. Por el contrario, si la persona sucumbe ante un pinche tirano, quedará derrotada, sucediendo que, o bien se agrupa y vuelve a la pelea con más tino, o abandona el camino del guerrero y se convierte en un pinche tirano.

El defecto fatal es tomar demasiado en serio los sentimientos propios, así como las acciones de los pinches tiranos. Los guerreros tienen una buena estrategia bien pensada y están libres de su importancia personal, comprenden que la realidad no es más que una interpretación personal que hacemos de la misma.

Don Juan comenta la siguiente experiencia con un pinche tirano. Apenas tenía veinte años de edad cuando consiguió un empleo como jornalero en un molino de azúcar. Había un capataz que durante varios años le hizo la vida totalmente imposible sometiéndole a trabajos forzados y a todo tipo de vejaciones. Un buen día intentó huir, pero el capataz lo alcanzó y le pegó un tiro en el pecho, dándole por muerto. Su benefactor lo encontró y le dijo: “ese capataz es un verdadero tesoro, es algo demasiado raro para ser desperdiciado. Algún día tienes que volver a esa casa”. Y así fué. Volvió al cabo de tres años, pero con una buena estrategia utilizando los cuatro atributos del ser guerrero: control y disciplina, impecabilidad, refrenamiento y la habilidad para escoger el momento oportuno . Don Juan volvió al molino sin ser reconocido por el capataz. Gracias a su estrategia, no sintió ni pizca de orgullo cuando era pisoteado en su importancia personal, afinando su espíritu y teniendo un control en cada situación. Ejerció el arte del acecho y exploró el carácter y las debilidades del capataz, pues así conocía mejor a su enemigo. Don Juan se libró de su pinche tirano haciéndole sucumbir ante las propias pasiones de éste. Había pasado seis meses en el molino y durante ese tiempo ejerció los cuatro atributos del ser guerrero, logrando el triunfo. Nunca sintió compasión por sí mismo, ni lloró de impotencia.

Clasificación de los pinches tiranos:

– Los pinches tiranos tienen el poder de acabar con la vida de sus víctimas a capricho.
– Los pinches tiranitos hostigan e infringen injurias sin llegar a causar la muerte de sus víctimas.
– Los repinches tiranitos (o pinches tiranitos chiquititos), producen molestias y exasperación sin fin.

División de los pinches tiranitos, cuatro categorías:

– Los que atormentan con brutalidad y violencia.
– Los que atormentan creando aprensión.
– Los que oprimen generando tristeza.
– Los que atormentan haciendo enfurecer.

La importancia personal es el núcleo de todo lo que tiene valor en nosotros, siendo al mismo tiempo, el núcleo de toda nuestra podredumbre. Es el modo en que cada uno construye y maneja la realidad tratando de autoafirmarse y convencerse de que es real, cuando en realidad es una ilusión. La importancia personal es nuestro mayor enemigo, por culpa de ella consumimos gran parte de nuestras vidas sintiendo dolor por las ofensas de los demás. Es un terrible estorbo, por su culpa nos hacemos vulnerables.

Para erradicar la importancia personal de la vida de los guerreros hay que seguir las cinco estrategias para alcanzar la invulnerabilidad.

Cinco estrategias o atributos fundamentales del ser guerrero para erradicar la importancia personal: control y disciplina, impecabilidad, refrenamiento, la habilidad para escoger el momento oportuno y el intento. Estos cinco elementos pertenecen al mundo privado del guerrero. Los primeros cuatro elementos pertenecen al mundo de lo conocido. El quinto elemento, el intento se reserva para la última confrontación, porque pertenece al mundo de lo desconocido. El sexto elemento es el pinche tirano y pertenece al mundo exterior del guerrero.

El control y la disciplina se logra cuando las personas comunes dan el paso para convertirse en aprendices, esto supone un cambio de ideas con respecto a sí mismos y al mundo, es entonces cuando se convierten en guerreros. Este proceso les hace capaces del máximo de disciplina y control sobre sí mismos. Ejercer el control es afinar el espíritu cuando alguien nos pisotea.

La impecabilidad es el uso adecuado de la energía. Los guerreros hacen inventarios estratégicos para enfrentarse a sus enemigos y hacen listas de sus actividades y sus intereses. Después de esto deciden cuáles pueden cambiarse considerando un mínimo del consumo de la energía y un máximo rendimiento. El inventario estratégico sólo concierne a patrones de comportamiento que no son esenciales para nuestra supervivencia y, por consiguiente, hay que eliminar.

El refrenamiento y la habilidad para escoger el momento oportuno es esperar con paciencia, sin prisas y sin angustia el momento oportuno para “clavarle la espada” al pinche tirano. Gracias a estos atributos, los guerreros se convierten en hombres de conocimiento, aprenden a ver, haciéndose videntes.

Nota: (Carlos Velasco Montes: Psicólogo colegiado de Madrid, España. Desde hace años viene dando talleres sobre chamanismo, especialmente con el tema de los pinches tiranos. Autor de Las Enseñanzas del Caballero de la Armadura Oxidada. 7ª edición. Obelisco. Publicado con autorización del autor.)

Maria sabina y articulos relacionados

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 03/09/2005 1:53

“LOS BEATLES”, “ROLING STONES” Y LOS HONGOS ALUCINOGENOS

El siguiente articulo fue tomado del diario LA PRENSA del 9 de noviembre de 1999, escrito por Julio Villarreal Arreola.

Las tibias y elevadas montañas oaxaqueñas donde nació, le entregaron un tesoro síquico ( los hongos alucinógenos ) pero la publicidad desbordada convirtió a María Sabina en una especie de pila de agua bendita, de donde muchos tomaron el sagrado líquido, pero dejaron enorme cauda de amargura y dolor en el corazón de la noble mazateca.

Ella se quejaba de las promesas incumplidas de Margarita López Portillo, Gutierre Tibón, Alvaro Estrada, Gordo Wasson, Salvador Roquet, Salvador Salmerón Solano, Sósimo Ramos y otros que le robaron el alma y sus anhelos de mejoria económicosocial.

La Indígena Oaxaqueña a quien visitaron “Los Beatles”, “Rolling Stones”, “Bob” Dylan, Irma Serrano, Rosa Gloria Chagoyan y otros artistas, murió en medio de la miseria y creyendo que los esfuerzos de toda su vida fueron aprovechados por gente ajena para “enriquecerse”.

Tal vez no le faltaba razón: unos grabaron sus cantos sagrados, otros su pausada voz en dialecto mazateco, los más le pidieron hongos alucinógenos “para ayudar a estudiantes en las Universidades”; Margarita López Portillo – hermana de un Presidente de la República Mexicana – ordeno la filmación de una película “especial” sobre María Sabina, Mujer Espiritu; Alvaro Estrada habia cobrado las regalias del filme y escrito un libro para la editorial Siglo XXI… el psiquiatra Salvador Roquet habria cobrado fama a raiz de un libro sobre los experimentos con hongos; y muchos se fotografiaron a su lado, sin dejarle un centavo para comprar maíz o frijol para alimentarse.

Todo comenzó aproximadamente al iniciarse la decada de los 60’s, cuando comezó a correrse la voz de que “en las altas montañas de Oaxaca, frente al Nudo Mixteco, habia una curandera que podia facilitar viajes especiales al mundo de las alucinaciones”.

Obviamente, la señora no sabia cobrar por sus servicios, simplemente los consideraba “utiles” en el combate de diferentes enfermedades físicas.

Pero no resultaba sencillo llegar a sus dominios, siempre cubiertos por la neblina y donde cada año, el Sol se asomaba un par de meses en promedio; en los demás dias llovia o lloviznaba y la humedad formaba pequeñas pero espectaculares “cascadas” de agua potable.

El ferrocarril comenzó a tener gran cantidad de pasaje “hippie” – se decía que cultivaban la paz y el amor – que descendía en Teotitlan del Camino, donde existía una terminal ferroviaria amplia y acogedora.

MARÍA SABINA, SACERDOTISA DE LOS FAMOSOS “HONGOS MÁGICOS”

Allí descendían los jovenes a su arribo al “imperio” de María Sabina, sabia indígena que habi aprendido desde su infancia a dominar los secretos de los hongos alucinógenos.

Por cierto, muchos “hippies” pagaron con su vida el desden que demostraban por las orientaciones de María Sabina, ya que consideraban sencillo el seleccionar los hongos.

Entonces sobrevenia en algunos sitios una especie de locura para quien ingeria aquellas plantas talofitas sin controlar – mediante aplicación de fuego – su potencial alucinógeno y hubo caso de personas que se arrojaron desde la azotea de sus lugares de alojamiento.

Esos “suicidios” llevaban notas macabras a la zona oaxaqueña donde moraba María Sabina y, al mismo tiempo, atraian a más jóvenes deseosos de experimentar sensaciones diferentes.

Para llegar al “jacal” de María Sabina, había que subir la montaña en un camino difícil y resbaloso, en espiral.

La señora no residia precisamente en la ciudad , sino en las afueras, en un lugar que denominaba El Fortín.

Los visitantes se hospedaban, a veces, en la ciudad y la mayoria de las ocasiones, integraban colonias en la llanura, donde guardaban cuidadosamente la ropa escasa que llevaban y andaban desnudos, propalando su adicción a la vida tranquila, “amor y paz”.

Las mujeres hacian lo mismo y, por las noches, vistaban las “cabañas” de sus mejores amigos, para hacer el amor con una condición: que nadie se sintiera “dueño” de otra persona del sexo opuesto.

Extraño pero cierto: a pesar de la promiscuidad existente, y de que los turistas procedian de diferentes lugares del planeta, no habia escandalos que propiciaran la intervención de la policia.

Al contrario, el turismo “honguero” llevaba cierta prosperidad a los indígenas de Huautla de Jiménez queines podian vender alimentos a los “hippies”.

Obviamente, de vez en cuando, algun alucinado invadia desnudo la ciudad – hombre o mujer – y ni asi era agredido sino rechazado con firmeza para que “no anduviera enseñando sus credenciales”. Los “topiles” – policias municipales – jamas extorsionaban a los “adanes” o “evas” y, que se sepa, jamás hubo quejas de violación contra los guardianes de las ley.Se afirma que la “colonia hippie” más famosa fue la de “Puente de Fierro”, un lugar donde funcionó aquel paso durante años y luego fue abandonado por su nulo mantenimiento.

Se trataba de una sabana más o menos extensa, donde proliferaban, como “hongos”, las casuchas que los jóvenes levantaban con ramaje y pedazos de tela vieja, no tanto para protegerse del frio, si no para protejerse de las miradas indiscretas a la hora del “amor y de la paz”.

Desenas de casos se registraron en que multillonarios de todas partes del mundo, llegaron a Oaxaca para buscar a sus hijos.

En la mayoria de las ocaciones los acaudalados progenitores se fueron, sin lograr que su vastago retornara con ellos “a la civilización”.

Otras veces, era dramática la reconciliación de padres e hijos, quines habian buscado el consejo de María Sabina, para “encontrar una razón de vivir”.

Y se veian helicópteros y aviones ( fletados por los millonarios ) retirarse para siempre de Oaxaca, con los jóvenes arrepentidos a bordo. Pero nunca faltarón las naves que retornaban con padres dolidos por el rechazo de sus herederos.

Esos jóvenes si tenian dinero para pagar durante meses sus alimentos en la cierra mazateca; otros no llevaban más que su ropa ( que guardaban para el retorno a sus lugares de origen ), pero los demás les proporcionaban viveres y afecto sobre todo. El platillo favorito de los “hippies” eran las empanadas de “amarillo” o “verde” ( moles ), el mole negro y el sabroso arroz, además de las “tlayudas”, tortillas que, dicen, se mantienen blandas durante mucho tiempo, a diferencia de las de puro maíz, que se endurecen en menos de 24 horas.

Muchos de los “hippies” no solo encontraron paz y amor en la cierra oaxaqueña, si no que aprendieron a respetar la Naturaleza: rios imponentes y limpios, rocas enormes, desfiladeros impresionantes, valles fértiles…

Esa “prosperidad” en la región atrajo turistas, pero tambien denuncio a muchos envidiosos entre los indígenas locales, quienes creian que “Maria Sabina era multimillonaria” y no queria compartir sus riquezas con sus paisanos.

Poco a poco le fueron perdiendo el respeto a la curandera, cuando que años atrás le rogaban que curara a los parientes.

Los beneficiados con los hongos alucinógenos enviaban muchas cosas a Maria Sabina, pero, como en todo régimen burocrtatico que se respete, las mercancías “debian pasar por la aduana” y los envoltorios eran saqueados verdaderamente antes de avisar a Maria Sabina que podian recoger “algunas cositas” que le habian legado de México, Distrito Federal.

Unos resatauranteros se apropiaron de nombre de “María Sabina” para colocarlo en un hotel y engañaron a la curandera – haciendola “firmar” con su hela digital – diciéndole que la iban a enriquecer con las utilidades, ya que al turienmo iban a informarle que “la dueña del hotel era la sacerdotisa de los hongos alucinogennos”.

Unos cuantos billetes le fueron obsequiados en principio y nunca más le dieron parte de “las utilidades”, aunque probablemte sigan explotando la fama de María Sabina, en el hotel ubicado en Carretera Benito Juárez y Cale Carreteras y Escuelas, Teotitlán de Flores Magón, Oaxaca.

A consecuencia del engaño, Maria Sabina contrato los ervicios del defensor de Gregorio Cardenas Hernández, licenciado Salvador Salmerón Solano.

Pero las gestiones fracasaron por la lejania de los sitios donde debia litigar Salmerón Solano, quien, según el joven Juan Garcia Carrera – traductor de confianza de Maria Sabina – “el defensor solo es un parasito de la publicodad” quein le habria dicho que “donde quiera que fuera, debian mensionarse los apellidos Salmerón Solano ante los periodistas, por que se trataba de presionar por medio de la prensa en general”.

En otra ocación, la reportera Clementina Herreros, de LA PRENSA, y Wilbert Torre, del mismo diario, preguntaron a Salmerón Solano el porque abusaba de María Sabina, “solo por publicidad gratuita”. El abogado, según su acusador, Juan Garcia Carrera, queria que los periodistas mencionaran la denuncia que se promovia en Oaxaca, pero ninguno publicó dato al respecto.

Luego, Salmerpon Solano anunció que “preparaba otra denuncia formal, contra funcionarios de la Secretaria de Turismo y del gobierno de Oaxaca”. O sea, otra demanda cuando no solucionaba la primera, “mil veces vil, el desdichado licenciado que en buena gana habiamos localizado”, escribió Juan Garcia Carrera.

En junio de 1986, Garcia escribió un libro que se tituló: “La Otra Vida de María Sabina”, en el que se preguntaba como olvidar las largas charlas que se deshilaban – tras de cinco años de haber convivido con la sacerdotisa o curandera numero uno de la sierra mazateca, más conocida en el mundo con el nombre de Maria Sabina Magdalena García. Largos minutos en que se deshilaba toda una cadena de injusticias, explotación, manipulación, engaño, hasta caer en el sueño profundo de la resignación o seguir urgando en la aun fiel memoria, toda una infamia que se esconde en La Otra Vida que la sabiduría y la fama pueden acarrear, en una noble pero indefensa mujer que ya no era dueña ni de su propio mundo.

MARÍA SABINA

Relata el joven Juan García Carrera que María Sabina fue sietemesina, muy pequeñita y delgada, nacida en medio de una tempestad que no permitia a la gente salir a la calle, “allá por Río Santiago”.

Y que una mañana cuando María cuidaba chivos, “descubrió unos honguitos, a manera de flores duras”.

La niña decidió echarlos a la boca, “para salir de dudas”. Tenia como siete años cuando “ ya sabia lo que eran los hongos”.

Las labores fueron haciendose más pesadas, pero Maria Sabina “ se sentia bien, ya que tenia a su alcance los hongos alucinantes, los que le hacían ver las cosas con más calma”.

Ella comprendia que no por ser pobre se es infeliz, “porque después de tomar los honguitos recordaba muchas cosas que todavía no vivia, y que sin embargo ya sabia como eran”.

Su madre le enseño a recorrer los, ranchos cercanos ( con facilidad iban hacia el Estado de Veracruz, porque, para ir a la ciudad de Oaxaca, tenian que rodear muchísimo, a causa del área montañosa y falta de transporte y vías de comunicación) con la finalidad de vender algo, o comprarlo y volverlo a rematar.

Los hongos, bien manejados, eran capaces de “hacer ver el futuro”. El abuelo de María le dijo una vez: “Me voy, creo que es hora de descansar; quiero esperar la muerte en mi casa, es malo morir en hogar ajeno”. La madre de María Sabina le pregunto como sabia que el final estaba cerca. Los hongos se lo habian “dicho”. El viejo murió tres días después, en su jacal.

Serapio Martines fue el premier esposo de María Sabina. Ella tenia 14 años de edad. El se fue con otra mujer. El matrimonio duro cuatro años. Luego vivió muchos años con Marcial, aquien dejarpon un dia tendido en un puente cerca de la casa. ¿Qué otro fin podia tener un hombre borracho, provocativo y flojo? se preguntaba María Sabina.

En no pocas ocaciones María fue arriera, revendedora de mercancía o cortadora de café; tambien hacie trueques con pollos y frijoles, según su biógrafo preferido, Juan García Carrera.

Cuando rebasó los 50 años de edad, pretendió “curar” a un anciano y falló estrepitosamente. En nada le habian ayudado las “herramientas” de su ex esposo Marcial; plumas de guacamaya, huevos, cacao y yervas diferentes.

Seguia tomando hongos alucinogenos y veia con frecuencia a un caballo blanco, que no se dejaba atrapar. Durante una curación a su hermana Ana, tomó 30 pares de hongos y le “dijeron” que Dios le habia enviado un libro, en el que se intercalaban cantos con instrucciones para curar enfermedades físicas.

María Sabina pregunto en una ocación a su biógrafo, si era malo decir que habia tenido un amante. Fue hermano del viejo Cayetano García, vivia en el Plan de la Salida y tuvo relaciones con el, aunque nadie lo supo por que la visitaba en ocaciones, luego de la muerte del segundo esposo. No sabia por que, pero cayó en la tentación. Del viejo Aurelio García tuvo a un hijo, Lazaro.

Luego empezaron a llegar enfermos de diferentes partes y de todas las edades; los hijos de Marpia Sabina se convirtieron en arrieros y la señora se dedicaba a curar un dia a la semana.

En aquellos días – relatava María Sabina – habia hongos en grandes cantidades. Hasta canastas llenaba ella y sus hijos. Donde los comio por primera vez habia una laguna que, antes de 1980, desapareció. En cualquier parte brotaba agua y hongos. Hoy, decia, “ya no hay”. Se fueron extinguiendo. “Los hongos me enseñaron los nombres de los ríos y de las montañas. No se diga de los enfermos, que logre curar. Pero los visitantes llegaron a preguntar: ¿donde están?. Después que di hongos a Gordon Wasson, noté que su fuerza habia disminuido. Y antes nadie hablaba en voz alta de estas cosas, en la actualidad cualquiera tiene en su casa y ni los gringos suben con nuestra gente. Ya estan totalmente comercializados”.

Se quejaba María Sabina de que sus hijas no podian curar como ella, por que querian hacerlo por dinero.

– Yo curaba con mucha fe, llegue al reino de la muerte y solo me daba risa cuando veia comer a los muertos. No es mi momento, les deicia, solo vengo a visitarlos. Cuando muera, he dicho, quiero que me entierren debajo de mi casa, deseo dormir tranquila, sin ruidos. A nadie le voy a heredar mi sabiduría, nadie es digno de ello; no hay quien se haya sacrificado como yo lo hice. Mis hijas estan manchadas de cuerpo y de espiritu. Tienen arido. Cuando muera, me voy llevar a la tumba mis secretos. Gordon Wasson me prometió ayuda y no me la envoi. Aunque Margarita López Portillo me mintió, o fue su gente, no le guardo rencor. Recuerdo que juntas comimos y cenamos. Se compara con Wasson por que los dos se comprometieron y ninguno cumplió.

“Como ya te dije, después de que Wasson tomo los hongos, las cosas empezaron a ir mal.. Se murieron mis hijos, mi marido; me quemaron mis terrenos, mi tienda, mi casita. Desde 1957 en que grabo mis cantos, no duermo, aunque yo lo quisiera”.

Los del ILV la llevaron a la ciudad de México y “ en una como escuela les cantaba La Flor de Naranjo. Pedian que la repitiera para que se grabara bien”.

“Bob Dylan”, “Los Beatles”, los “Rolling Stones” y otros grandes rocanroleros se presentaron en Oaxaca, junto con decenas de periodistas. El moviemiento estudiantil mundial destaba en 1968. En el centro de la doctrina de “amor y paz” estuvo Huautla con sus hongos, “Derrumbes”, “San Isidro” y “Pajaritos” a los que habia que quemar para restarles potencia.

En alguna época fue necesaria la intervención del Ejercito y policia del estado de Oaxaca, para controlar a quienes llevaban drogas violencia y mariguana. Pero violencia entre turistas deseosos de “hacer un viaje” a lo desconocido.

La sacerdotisa era llamada para la televisión. Jacobo Sabludovsky, Raúl Velazco y otyros conductores la entrevistaron mediante traductores. La ayudo el Instituto Nacional Indigenista, el IMSS y el “presidente” de la Asociación Civil Albert Schweitzer, Salvador Roquet encabezó una denominada “Operación Mazateca” y designo al presidente municipal de huautla, Isauro Nava García, como “asesor especial” en aspectoe teológicos y se le concedería “merecido credito como coautor de todas las actividades que se realizaran”. (?)

María Sabina caso por tercera ocación, ahora con Perfecto Gómez, como de 80 años de edad, pero solo para que ella pudiera entrar en el cielo a la hora de su extinción. A los dos años se fue para siempre de la región el esposo de la curandera.

SE DICE QUE TUVO TRES MATRIMONIOS UN “AMIGO” Y VARIOS HIJOS

Cabe mencionar que un dia de mayo de 1962 María tomó hongos especiales y soñó que Erasto Pineda corria peligro. No habian transcurrido ocho dias cuando le avisaron que cuando tomaba un baño de regadera mataron violentamente a Erasto. Era 3 de junio.

En cuanto a los fraudes que siempre sufrió la señora, destaca el de octubre de 1983, cuando María fue a Monterrey, Nuevo León, a dar una conferencia sobre los hongos alucinogenos.

Al terminar la ceremonia, le fueron entregados 40,000 pesos en efectivo a dos acompañantes de la curandera… quein jamás recibió un solo peso como fruto de aquel trabajo.

Un periodico denominada “Oaxaca Gráfico” pareció a liarse a los restauranteros defraudadores que habian impuesto el nombre de María Sabina a un hotel y la sabia indígena trató de entrevistar depuse con Margarita López Portillo.

El joven Juan García Carrera relata en su libro que el 14 de junio de 1985, ingreso María Sabina al IMSS de Oaxaca, tan luego se enteró el jefe de prensa llamo de inmediato a periodostas de radio y televisión. Por las noches, la curandera lloraba por su situación, tenia dolores cardiacos. No podia respirar, se sentia sin fuerza. Estaba anemica. Los medicos le salvaron la vida.

El 22 de julio cumplio 96 años de existencia. En noviembre fue hospitalizada otra vez. El sacerdote Eugenio Cuevas, de la Iglesia de las Nieves, la bendijo. La confeso luego y María Sabina le dijo: “Llévame contigo, por favor, vamos a tu iglesia, ya no quiero estar aquí”. A las 3:45 horas del 22 de noviembre de 1985, varios gallos cantaron inesperadamente. Sesenta minutos antes habia muerto María Sabina en el hospital; “cuando muera un gallo cantarᔠhabia dicho

El biógrafo principal concluyo que las autoridades cooperaron económicamente y entregaron un féretro. El canal 6 de Televisión empezo a filmar dizque para la historia de Huautla. La muerte de Marpia Sabina era noticia internacional.

El sabado 23 de noviembre de 1985, muchos esperaban, con flores en la mano, el cuerpo de María. Después de rezar por el eterno descanso de la sacerdotisa, se descabezo a un gallo para que éste anunciara el viaje que emprenderia la “chamana” a la otra vida. Ruta que, según dijo muchas veces, ya conocia, por que los hongos se lo habian mostrado.

Siete semillas de calabaza; siente especies de botoncitos de madera de carbon; un vaso, una taza, un plato; agua y comida, para que la sed y el hambre no la hagobiaran en el camino fueron los unicos objetos que se colocaron aun lado, en el féretro. Nada más. Luego se tomo café de olla y se repartio aguardiente como es constumbre entre los mazatecos.

Las autoridades negaron la última voluntad de Maria Sabina; ser sepultada debajo de su casa. Fue inhumada en el Panteón Municipal. Previamente, los vecinos cargaron el ataud e hicieron siete paradas, la mayoria en las casas de las personas que explotaron en vida a la curandera.

Dicen los mazatecos que el alma que viaja a la otra vida, descansa hasta los cuarenta días. El novenarpia se realizo un sabado. Tambén se tomó atole agrio, cuyo maiz se prepara con tres días de anticipación. Sus conduimentos son el picante y los frijoles. Esta bebida, que es costumbre, se vuelve a tomar a los 20 y 40 dias. En esas fechas los paisanos llevan flores, veladoras y una limosna. De ahí se saca para cubrir los gastos. Además, se toma café caliente y pan; se juega tercillos, pares y otra cosa. Se toma aguardiente y se fuma cigarro.

María Sabina cumplió los 40 días de luto oficial el 31 de diciembre. Se fue junto con el año. Nació un 22 de julio y murió un 22 de noviembre. Fue sepultada el domingo 24 de ese mes. El mismo dia que Dios descansó. “Por mi parte, yo Juan Garcia Carrera, creo que en Huautla nada cambiará conla muerte de María Sabina. Ella, que tanto sufrió, quizás decida, desde su nueva morada, hacerse justicia y cobrarse el desprecio de los ingratos. La sacerdotista voló, emprendió el viaje sin retorno. Descanse en paz, María Sabina, la sabia de los hongos”.

Una exposicion de medicina magico religiosa

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 03/09/2005 1:46

“Una Historia de la
Medicina Mágico Religiosa
y del Curanderismo en Colombia”
VI Exposición Temporal

* Coordinador de la Comisión de Museo.
Académico Ricardo Rueda González*

La Comisión Permanente de Museo escogió el tema “Una Historia de la Medicina Mágico Religiosa y del Curanderismo en Colombia”, como la Sexta Exposición Temporal del Museo de Historia de la Medicina de la Academia Nacional de Medicina por las siguientes razones:

1) Porque el chamanismo fue durante miles de años nuestro único sistema médico.

2) Porque en nuestra historia reciente han coexistido con la medicina moderna, el chamanismo, las prácticas mágicas vinculadas al cristianismo católico y el curanderismo.

3) Porque el viejo chamanismo indígena busca cada vez más un espacio propio en la grandes ciudades colombianas.

4) Porque la asistencia a cultos y misas de sanación y a la ceremonias de limpieza y curación chamánica son un práctica cada vez más frecuentes en la actualidad.

5) Porque dentro de nuestra Constitución de 1991 el Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana.

6) Porque entendemos que el fenómeno de la mundialización no sólo se da hacia el exterior sino también hacia el interior de cada uno de los pueblos del mundo actual.

7) Porque la globalización cada vez demuestra más que las medicinas no “occidentales”, las que no participan del paradigma biomédico, son de gran aceptación.

8) Porque hoy las neurociencias explican mejor la unidad material “cuerpo alma”.

9) Porque sabemos que la medicina al tener como objeto de su acción a las personas y no sólo a sus moléculas, células, órganos, aparatos y sistemas, ella logra mejor sus objetivos de consuelo, alivio y curación, si tiene en cuenta los valores y creencias de las personas al tiempo que utiliza los mejores recursos científico-tecnológicos del momento.

Los paradigmas son representaciones de una visión social determinada.

El paradigma médico de las sociedades tribales prehispánicas colombianas estuvo basado en el chamanismo; el impuesto por los españoles con la evangelización y el dominio colonial, fue el propio de las sociedades teocéntricas en que Dios era principio y fin de toda explicación y en el que concebían la enfermedad y explicaban lo patológico como producto del designio divino.

Sin embargo con la llegada de los españoles no sólo se entronizó este paradigma sino que también y como corolario de los grandes cambios que estaba generando la revolución científica de los siglos XVI, XVII y XVIII en otros países europeos, llegó la visión mecánica del mundo: la medicina se orientó a las concepciones mecanicistas del cuerpo humano.

A partir de principios del siglo XIX el propósito de los clínicos fue transformar la medicina en un tipo de ciencia objetiva. Se estructuraron en forma sucesiva las mentalidades anatomoclínica, la fisiopatológica y la etiopatológica. Entrado el siglo XX, apareció la visión antropopatológica de la enfermedad humana (que intenta objetivar lo subjetivo, al construir una medicina humanística que centre su interés en una patología formalmente personal). El subparadigma antropopatológico apela a las diferentes causas que inciden sobre la personalidad y la determinan.

El periodo actual, que comienza a partir de la segunda mitad del siglo XX, centra su visión en el individualismo, el arte, la ciencia y la tecnología. En la actualidad predominan las teorías biomédicas (que dirige su estudio a la patología molecular). La sociedad de la información y el aprendizaje, debido al reconocimiento de los múltiples factores que inciden sobre la salud, advierte la complejidad del fenómeno de la salud y establece una multicausalidad en condiciones ecológicas.

En los albores del siglo XXI contamos con dos corrientes importantes en la medicina: el mecanicismo y la biología molecular. El primero es el antecedente de todas las concepciones mecánicas, que culminan con la robótica en medicina; el segundo es la base científica del modelo biomédico y la genética.

En Colombia de hoy, los modelos mágico religiosos coexisten al lado de los científico-técnicos. Al tiempo que se ven grandes multitudes asistiendo a templos cristianos, en ciudades como Bogotá se notan cada vez muy importantes reuniones espirituales de curación alrededor del yajé dirigidas por taitas indígenas y mestizos.

Todas las sociedades humanas tienen sistemas médicos, entendidos como organizaciones coherentes de conocimientos y prácticas conducentes a la preservación y conservación de la salud. Por eso, la medicina es un universal de la cultura, tal como la economía, la educación, el parentesco, la religión, etc.

Así mismo, los sistemas médicos tienen la posibilidad de ser flexibles, unos más, otros menos, dada su condición de cambiar, sobre todo en el mundo contemporáneo.

Unos entran en contacto con otros, o surgen nuevos sistemas que son híbridos o síntesis parciales de cada una de sus fuentes, las cuales han sido transformadas ya sea en las formas o en los significados.

Los sistemas médicos además, son muy complejos: no solamente se dedican a curar, sino que integran nociones sobre el cuerpo humano, su funcionamiento, relaciones con el medio físico y el entorno social, prácticas preventivas y de diagnóstico de las enfermedades, aunque a primera vista, un observador de la sociedad industrial piense que esa amplia gama de conocimientos y actitudes solo es propia de la medicina científica o alopatía. Esa complejidad también se expresa en orientaciones diversas. Nuestro sistema médico, por ejemplo, ha desarrollado conceptos y aplicaciones de mucha sofisticación y adelanto respecto al conocimiento genético, o en cuanto al avance en las tecnologías de diagnóstico y tratamientos. Así mismo muestra un alto grado de especialización de los saberes y de sus portadores o agentes.

Otros sistemas, como el chamanismo, han dirigido su complejidad más bien en torno al simbolismo del cuerpo y de la enfermedad, y en la relación entre ambos con el mundo natural y la organización social, mientras nuestra medicina insiste en el individuo como objeto primordial de atención.

Esta diferencia en el énfasis, personal o integral, es producto de condiciones históricas, sociales y ecológicas diversas que le otorgan sentido, validez y explicación a cada orientación haciéndola válida para las poblaciones que la practican.

Prometeo de Pie

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 01/09/2005 1:31

Prometeo de pie. Alternativas étnicas y éticas a la apropiación del conocimiento[1].

Oscar Calavia Sáez

Departamento de Antropologia UFSC Florianópolis SC Brasil
e-mail occs@terra.com.br

Resumen

Introducción

Sobre los saberes tradicionales.

El paradigma de la producción y el paradigma del don.

Dudas en el horizonte.

Ensayos de propiedad intelectual.

Conclusiones

Bibliografía

Resumen

El debate sobre los derechos asociados al conocimiento tradicional es largo, pero nunca ha dado suficiente atención a su principal premisa. Nuestro concepto de conocimiento tradicional no pasa de un negativo de nuestro propio modelo de saber: es tradicional, colectivo e integrado porque nuestra ciencia es innovadora, individualista y reduccionista. Una etnografía de los saberes tradicionales, de su elaboración y transmisión, pode cuestionar ese presupuesto, y mostrar las incipientes consecuencias que el propio debate, antes de la aplicación efectiva de leyes y políticas, provoca en los sistemas de conocimiento tradicional y, en términos generales, en la vida de los pueblos que los mantienen. El estudio de los saberes tradicionales nos muestra no tanto otro modo de conocer, como otra ética asociada al conocimiento, ligada no a la producción sino al intercambio, no a la propiedad sino a la comunicación. La reivindicación del saber tradicional debe asociarse a esa ética si no quiere convertirse en un argumento más para la privatización de la naturaleza y de la cultura.

Introducción

Al tratar de los derechos intelectuales de los pueblos indígenas – en particular, de los referidos a su conocimiento del medio ambiente, con sus potencialidades farmacológicas o agrícolas[2] – pasamos a todo momento de cuestiones meridianamente claras a dilemas irresolubles.

Así, no se discute que los pueblos indígenas detentan una tradición milenaria de conocimientos del medio natural en que habitan; que, en la medida en que ese conocimiento es susceptible de transformarse en mercancía valiosa, ellos deberían obtener compensaciones adecuadas; que ese saber tradicional está siendo repetidamente saqueado por científicos free-lancers o a sueldo de grandes compañías; que esos abusos deben ser cohibidos y que no hay mejor modo de hacerlo que definir instrumentos legales capaces de proteger el conocimiento indígena con patentes – o con cualquier otro tipo de registro más compatible con el carácter comunitario de ese saber.

En este punto acaba el consenso – entiéndase, el consenso entre los que comparten una preocupación ética con esa cuestión, infelizmente no tantos – y se despliegan las complicaciones.

El concepto de saber tradicional no se inserta fácilmente en la legislación sobre derechos intelectuales. Estos se aplican a invenciones – no a descubrimientos. Son derechos individuales, aunque puedan ser vendidos o delegados por su autor a otras personas físicas o jurídicas, y vienen acompañados por un límite temporal, definido en función de la fecha de registro, o de la vida de su autor. En general los conocimientos tradicionales se refieren a las propiedades de animales o plantas – elementos naturales, no creaciones humanas – y no tienen un titular individual. No está clara cuál sería la limitación temporal apropiada para saberes que corresponden a una comunidad (o sea, sin límites biográficos) y que ya se presentan como milenarios.

Los movimientos favorables al registro y reconocimiento de los saberes tradicionales apuestan por la ampliación de los criterios y conceptos de la legislación vigente. No parece demasiado difícil transformar un derecho individual en derecho comunitario, siguiendo el ejemplo de los derechos sobre territorios tradicionales. No es difícil diferenciar el uso de una planta de la planta en sí, reconociendo éste como una invención que pasa así a ser objeto de derecho. En cuanto a los plazos, las alternativas propuestas señalan la posibilidad de mantener registros de saberes sobre los cuales la comunidad tendría una custodia permanente, y que eventualmente daría lugar a negociaciones sobre patentes, estas sí de plazo limitado; cabría en este modelo alguna retroactividad para recursos ya abiertamente explotados, que significase algo así como una compensación por la transferencia de biodiversidad en dirección a la metrópolis.

Pero continuemos. Hasta aquí, la protección del conocimiento es un justo intento de corregir una disimetría histórica en la relación entre un patrimonio – el de la ciencia y la técnica del “norte” – que siempre se presentó armado de autoría, patentes y marcas de propiedad, y otro – el de la naturaleza y las culturas del “sur” – que siempre carecieron de tales garantías; puede ser una reivindicación conjunta del Tercer Mundo guardián de la biodiversidad. De la identidad de estos antagonistas obtienen tales propuestas su poder de convicción y su fuerza moral. Superar los obstáculos sugeridos o rendirse a ellos es una cuestión de voluntad política.

Pero el obstáculo más grave tiene que ver también con la identidad de los sujetos. Los saberes tradicionales han sido durante siglos objeto de difusión e intercambio, de modo que será más una excepción que una regla la existencia de una relación exclusiva entre un conocimiento y un pueblo. Los “pueblos indígenas” no forman un bloque unitario ni homogéneo. No disponemos de una persona jurídica que represente satisfactoriamente al conjunto de los pueblos indígenas. De hecho, las organizaciones del movimiento indígena tienden a reproducir en Brasil la fragmentación de las sociedades indígenas[3]. ¿Quién definiría la comunidad titular de un conocimiento compartido? Dada la obvia falta de datos a este respecto, el eventual registro de los conocimientos tradicionales compartidos se haría a favor de los grupos capaces de un mejor desempeño simbólico y político, una solución que desplazaría el agravio y abriría la posibilidad de interminables disputas entre grupos. Parece difícil resolver la cuestión a no ser que se recurra a algún tipo de mediador que administre un fondo común a las diversas etnias, y también que ese mediador no acabe siendo el propio estado nacional, al que comúnmente acusamos de oprimir minorías y representar intereses externos. Aún absolviéndolo de estas acusaciones, restaría resolver diferencias entre estados nacionales, probablemente muy comunes dada la concentración de pueblos indígenas en áreas de frontera.

Habrá quien considere estas dificultades como aporías de etnólogo más interesado en desenterrar problemas que en solucionar los que están a la vista – y que no intimidan a otros agentes del proceso. De hecho, poca novedad hay en lo dicho hasta aquí: la discusión ha proseguido sin responder a esas objeciones, muy obvias y muchas veces formuladas por los especialistas.
Sobre los saberes tradicionales.

Tal vez – ¿será un consuelo? – tanta complejidad no sea más que una ilusión creada por la falaz simplicidad de las premisas. Me estoy refiriendo al propio concepto de “conocimiento tradicional”, que más que de las descripciones de los etnógrafos depende de una proyección en negativo de nuestro propio modelo de saber: es tradicional, colectivo e integrado porque nuestra ciencia es innovadora, individualista y fragmentaria. Los activistas de los derechos intelectuales indígenas hacen un esfuerzo paradójico por acomodar en los moldes de la legalidad un fenómeno de cuyo propio molde sólo se tienen ideas muy vagas y probablemente inadecuadas.

El primer grupo de ideas que cabe discutir tiene que ver como el tenor epistemológico de esos saberes “tradicionales”, que es común imaginar como relativamente estables, y transmitidos de generación en generación desde una fecha considerablemente antigua. Sin que esa idea llegue a ser explicitada, parece que el saber indígena tendría una base empírica – cuando no fortuita – posibilitada por la convivencia secular con el medio natural[4]. Esa visión no es muy halagüeña para la creatividad del pensamiento indígena, pero parece aceptable porque, por contraste, realza un estereotipo políticamente útil – el de la vinculación del indígena a la naturaleza y al territorio. Pero los datos etnológicos y arqueológicos difícilmente la apoyan. Es poca la probabilidad de conocer por casualidad las virtudes de una planta, y debemos recordar que en muchos casos – pensemos en el curare o en la ayahuasca – encontramos procesos sofisticados de combinación y preparación de substancias, impensables sin una actividad consciente de escrutinio[5]. El “empirismo” indígena se desarrolla en el seno de algo que solo podemos llamar teoría y que sólo podemos llamar método: basta admitir que sistemas de pensamiento y acción tan ajenos a nuestro patrón epistemológico como las cosmologías y los “viajes” chamánicos son, sin embargo, capaces de llevar a conocimientos positivos[6]. Debemos comprender también que la gran difusión de estos saberes no resulta de una especie de crecimiento vegetativo, en que los desplazamientos de la población o las relaciones de alianza serían el único vehículo de transmisión, sino de una práctica consciente de intercambio, enseñanza más o menos formal y eventualmente algún tipo de espionaje profesional[7]. Los saberes indígenas están lejos de ser “locales” en un sentido restrictivo, y de ser “primitivos” en sentido estricto. Los artículos de Lévi-Strauss sobre el uso de plantas salvajes y de C. Sauer sobre el uso de plantas cultivadas (incluidos en Steward 1948 y republicados por Ribeiro 1986) muestran que fármacos y cultivares, lejos de confinarse en la autoctonía, se extiende por grandes áreas y cambian con alguna rapidez. Substancias como la datura o la savia de samaúma han dejado de ser usadas en función de modificaciones en la práctica chamánica ocurridas en décadas, y substituidas por una ayahuasca cada vez más ecuménica[8]. El saber indígena tiene su historia, y tiene su historia contemporánea. La ausencia de autor y fecha es menos intrínseca al saber tradicional de lo que parece.

Otra cuestión discutible es el carácter comunitário del saber indígena. Al igual que otras versiones del comunismo primitivo – el económico y el sexual, pero también esa especie de comunismo intelectual inyectado en las representaciones colectivas de la escuela durkheimiana – ese fenómeno resulta difícil de encontrar en campo. La distribución del conocimiento dentro de un grupo no suele ser homogénea. Criterios de edad y género pueden separar niveles (lo que parece obvio) y variedades (lo que no parece tan obvio) de conocimientos, aún dentro del campo de los conocimientos que podríamos llamar de dominio público[9].

Más allá, se extiende el territorio de los especialistas: yerberos, curadores, chamanes, etc. Es grande la diversidad de prácticas, modos de reclutamiento y de iniciación de tales especialistas, que van de una democrática apertura a una extrema restricción, de la transmisión dentro de las líneas de parentesco al pago del entrenamiento, pasando por situaciones en que un accidente biográfico – una enfermedad, un encuentro peligroso en la selva, un rayo – marcan el inicio efectivo del aprendizaje. Aún allí donde las fronteras entre el especialista y el no especialista son vagas, la distancia entre los que saben mucho y los que no saben casi nada es pronunciada, y se construye a duras penas: el saber “tradicional”, no menos que el saber de la ciencia occidental, requiere tiempo y una cierta exclusión de otras actividades. Lo que no debería ser una revelación, ya que no ocurre naturalmente, no se adquiere por algún tipo de ósmosis con el medio ambiente ni se lleva en la sangre ni – lo que viene a ser lo mismo – se adquiere por la convivencia cotidiana.

Por todo ello, el saber tradicional tampoco es una propiedad común. En cierto sentido las sociedades indígenas prestan más atención que la nuestra a la apropiación del conocimiento. Si en nuestro caso los derechos intelectuales se han transformado en una extensión del derecho de propiedad sobre las cosas, en esas sociedades indígenas en que la propiedad sobre las cosas tiene poco campo para aplicarse el derecho intelectual es la propiedad por excelencia, la única que marca una clara distinción entre los que tienen (saben) mucho y los que tienen (saben) poco. La diferencia de saber no es un resultado contingente, sino un motor esencial de la estructura de poder de sociedades que nos parecen igualitarias en buena medida porque sus desigualdades son más sutiles que las nuestras.

La elaboración y transmisión del saber indígena, que no es natural ni automática, tampoco es éticamente neutra. El saber indígena no siempre tiene ese carácter idílico de la medicina de las abuelas, cuyo prestigio reside en parte en la garantía de no hacer mal, incluso cuando no hacen bien. Muy por el contrario, su estudio nos acerca frecuentemente a los aspectos más conflictivos de la vida indígena. Las más altas expresiones del saber aparecen asociadas muchas veces a la actividad bélica, y la decadencia de los saberes antiguos, o la interrupción de su transmisión a las nuevas generaciones, se entiende a veces como una exigencia histórica. Es común oir de informantes Yaminawa que algún hechicero del pasado, capaz por ejemplo de matar a sus enemigos haciendo quemar un polvo tóxico en su fuego de cocina, dejó que sus conocimientos se perdiesen para que su pueblo no continuase matándose con ellos. Aquí, dígase de paso, la ciencia indígena demuestra una capacidad y una autonomía que difícilmente se encuentra en la nuestra.

Resumiendo los párrafos anteriores, es un error, no por común menos considerable, confundir el saber indígena con un saber folclórico, por definición subalterno y anónimo en relación a instituciones “eruditas” y autorales. El saber indígena, muy por el contrario, se desarrolla en sociedades en buena medida autónomas, con su propia erudición y con un importante papel político reservado a ésta.

No está de más advertir también que toda esta ciencia indígena se sitúa en un contexto cultural diferente, que incluye concepciones de cuerpo, enfermedad y cura diferentes de las de la biomedicina. Repitiendo un ejemplo muy usado en la popularización del debate, la busca de un hipotético fármaco indígena para el cáncer o el SIDA tropieza para empezar con la probable inexistencia de esas categorías de enfermedad en la concepción indígena. El investigador tendría que recurrir a categorías comunes a ambos sistemas médicos (para el caso Yaminawa, cosas como tumores, fiebres o manchas en la piel). Caso obtuviese resultados, aún faltaría establecer qué es lo que la medicina indígena considera eficiencia terapéutica – que no es necesariamente la que médicos y pacientes occidentales esperan de un fármaco. En su conjunto, para dar un ejemplo, la medicina Yaminawa podría definirse como una especie de “medicina heroica” bastante apartada del gusto del hombre blanco, e incluso del gusto medio de los Yaminawa actuales, seducidos por los “suaves” remedios de la farmacia industrial: consiste largamente en dietas rigurosas, prácticas de endurecimiento corporal, absorción de tóxicos y aplicación de substancias cáusticas. Aunque en su conjunto esa terapia pueda haber sido muy útil para los drásticos guerreros del pasado, parece claro que poco de ese acervo podría ser utilizado en el mercado externo sin una larga investigación que lo ubicase dentro de los criterios occidentales de enfermedad y cura. Muchas veces, el apoyo que el saber tradicional presta a la investigación farmacológica puede no pasar de una indicación inespecífica de la actividad de tal o cual vegetal. Ello no menoscaba el reconocimiento debido a la ciencia indígena, pero aconseja una mayor prudencia a la hora de evaluar su potencial económico, o la posibilidad de su explotación directa por parte de las comunidades[10].

Hay que decir, también que ese reconocimiento, para ser justo, no puede limitarse al acervo de conocimientos elaborado y transmitido. La investigación etnocientífica se beneficia también de un manejo del medio ambiente que ha preservado o concentrado la diversidad en lugar de anularla en pro de una explotación intensiva; los derechos intelectuales indígenas no pueden ser claramente separados de derechos más difusos en relación a la biodiversidad presente en sus territorios.[11]
El paradigma de la producción y el paradigma del don.

Resumiendo los párrafos anteriores, necesariamente superficiales, podríamos sugerir que el saber indígena es un saber socialmente diferenciado, que sostiene una estructura de legitimidad, autoridad y riqueza, que está sujeto a una innovación frecuente y a una cierta imposición de paradigmas a gran escala. Es también un saber del cual hay mucho que temer si escapa al control. Es verdad que esta descripción del saber indígena puede ser parcial y tendenciosa, y que no se parece en mucho a la que las organizaciones indígenas hacen cuando se manifiestan sobre el tema; pero también es verdad que el discurso sobre la ciencia occidental es muy diferente en una ceremonia de entrega del Nobel, en un manual escolar o en un texto de Bourdieu ou Latour sobre el campo científico o la vida de laboratorio. El capítulo anterior sirve para mostrar que hay otro lado de la moneda, y que considerando ambos lados el saber indígena no es un saber radicalmente diferente del nuestro, no es un saber otro, sino otro lado, habitualmente en la sombra, de nuestro propio saber.

Todo el debate se ha organizado sobre la idea de un saber sui generis, susceptible de ser protegido por un régimen sui generis, pero hay un cierto fraude en dar por sentada una diversidad de origen entre nuestra ciencia y la ciencia de ellos. Porque la verdadera alteridad de ese saber – y la que constituye el centro de este debate – no se encuentra en su estructura sino en lo que en sentido amplio podríamos llamar su ética; y no hay modo de delimitar una ética sui géneris para el caso.

Esquematizando, y dejando lugar para todas las mediaciones posibles, podemos pensar en dos modelos opuestos. Uno de ellos – vamos a llamarlo “primitivo” – se basa en el paradigma del don, y en última instancia, del intercambio. El conocimiento se obtiene siempre de alguien. Se transmite o cambia de manos. El trueque puede ser voluntario o forzoso, positivo o negativo, dádiva o robo. De hecho, el robo es la marca de los saberes realmente valiosos. Así, hay un mito muy extendido en la Alta Amazonia en que los héroes (antepasados de los actuales hombre y de los actuales animales) roban las plantas cultivadas de un personaje mezquino que las monopolizaba, y sacan también de la única hoguera – propiedad suya, también – la brasa necesaria para iniciar el fuego fundador de la cocina y de la agricultura de chacra. Muchos mitos del Brasil Central cuentan como el fuego de cocina es obtenido del jaguar; en muchos otros, los más diversos saberes se obtienen de los animales (y en general se retribuyen de modo muy ingrato)[12].

Ese paradigma del don, muy consciente de la dimensión relacional de todo saber, tiene su punto ciego: la producción. Se sabe muy poco de los procesos por los cuales los pueblos sin escritura efectúan sus investigaciones y elaboran sus conocimientos. Vimos que ello no se debe a una falta esencial de autoría o de historia, sino a un ocultamiento categórico. Un chamán innovador remitirá sus invenciones a un espíritu generoso o a un preceptor ancestral, porque es en la dignidad de la transmisión, y no en la originalidad del saber, donde reside su valor.

El segundo paradigma – llamémoslo “moderno” – es el de la producción. El saber es creado desde cero, o desde un punto cero definido ad hoc, por el trabajo individual de un científico, o por el trabajo de un equipo de científicos, o, en fin, por la voluntad de los inversores que financian el trabajo de ese equipo y compran sus carísimos instrumentos. Si no hubiese tal trabajo, no habría conocimiento. El punto ciego de esta concepción es, naturalmente, el don. La deuda con otros se esconde o se relativiza, en aras de una insaciable necesidad de puntos cero. La invención condena a la sombra toda la cadena anterior de informaciones: las recientes disputas sobre la autoría de los descubrimientos sobre el genoma humano son un buen ejemplo reciente, la invisibilidad de los “informantes” indígenas en la historia heroica del naturalismo europeo de los siglos XVI-XIX es un buen ejemplo antiguo.

Parece consensual que eso que estoy llamando “paradigma de la producción” es un modelo idiosincrático cuyas pretensiones de universalidad sólo se deben a la expansión burguesa del occidente. Él proclama que el origen de todo conocimiento es la creatividad individual, y su motor es el interés individual. Toda la legislación sobre derechos intelectuales tiene su justificación en el propósito de mantener viva esa actividad garantizando su recompensa. Y el genio creador del individuo, y su espíritu emprendedor encuentran su tótem ancestral en la figura de Prometeo: una resignificación irónica que pone el mito de cabeza abajo, ya que el Prometeo griego es un ladrón que, como sus alter-ego amazónicos, roba el fuego a una divinidad tacaña y lo difunde entre los humanos.

EL CAMINO DEL CHAMÁN

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 01/09/2005 1:26

EL CAMINO DEL CHAMÁN

Por: Gabriel Sanjurjo ( Químico e Investigador )

La palabra chamán nos hace pensar en un brujo de los antiguos pueblos primitivos, pero ¿existen aún hoy los chamanes?. Indudablemente la respuesta es afirmativa. Quizá mucha gente no lo sabe, pero todavía hoy sobreviven algunos de estos personajes. Un chamán es un ser humano que tiene el privilegio de modificar a voluntad su conciencia para proporcionar algún servicio a su tribu o comunidad, ya sea por medio de sanaciones o viendo el futuro de su pueblo. Imagínese poder curar a sus semejantes o adivinar el futuro, simplemente entrando en un estado alterado de conciencia pasajero. Sí, porque una vez logrado el objetivo, el chamán vuelve a ser una persona como las demás. Es su capacidad para entrar en ese estado alterado de conciencia lo que le diferencia de los demás. Los tambores son un instrumento muy común que permite alcanzar y mantener el estado alterado. Otro son los cantos o ícaros del chamán.

¿Cómo consigue entrar en ese estado? Hay muchas maneras de hacerlo, pero todas ellas siguen un patrón común. Una de las formas más habituales es la ingestión de sustancias mal llamadas alucinógenos. Mal llamadas, porque los alucinógenos nos transportan a un mundo de sueño, pero un mundo que nos creemos y actuamos en consecuencia. Una persona bajo los efectos de un alucinógeno puede ver un dragón, real para él, y para escapar del monstruo puede tirarse por la ventana. Ese es el peligro de los alucinógenos, que nos creemos lo que vemos. Por el contrario, las sustancias que emplean los chamanes habitualmente no son de este tipo. Es cierto que producen alucinaciones, pero son tales que no nos las creemos. Sabemos que estamos bajo los efectos de tal sustancias, y somos conscientes de que lo que vemos no puede hacernos daño. Tales sustancias se llaman enteógenos, palabra que significa “experiencia de Dios dentro de uno mismo”. Porque el efecto que producen es el de conectar con un ser divido, sentirse uno con el universo; en definitiva, sentir a Dios dentro de ti. Dentro de los enteógenos podemos destacar, por su importancia cultural en las actuales sociedades indígenas, el peyote, el San Pedro, el teonanácatl y la ayahuasca. Hay muchas más sustancias enteógenas, pero aquí vamos a describir brevemente éstas.

El peyote y el San Pedro son dos cactus, sí, como el que pueden tener en su casa. El peyote es un pequeño cactus redondo, sin espinas, que crece en el desierto del Potosí, en México. Su principio activo, es decir la sustancia propiamente enteógena, es la mescalina. Este cactus es empleado por los indios huicholes ena sus sesiones chamánicas. El San Pedro es otro cactus, pero éste mucho más grande que el peyote. Tiene espinas como cualquier cactus. Es típico de Perú. Existen muchas especies emparentadas con el San Pedro. El que se denomina propiamente San Pedro es la especie conocida como Trichocereus Pachanoi. Otra variedad importante es el Trichocereus Peruvianus, que parece tener más contenido en mescalina que el Pachanoi. Para más información puede consultar la fenomenal obra de Jonathan Ott Pharmacotheon.

El teonanácatl, que significa “carne de Dios”, es el nombre que le dan los indios Mazatecos a los hongos mágicos, hongos enteógenos cuyo principio activo es la psilocibina. Mis experiencias con esta sustancia me han convencido de que realmente son sagradas. Producen un estado de ensoñación consciente, el espacio pierde su significado habitual para convertirse en una danza mágica cerca-lejos, mientras que el tiempo se detiene en un instante infinito. El lado racional del ser humano deja paso a uno más emotivo e instintivo. Volvemos a la niñez. No en vano se habla de un proceso muerte-renacimiento, metafóricamente hablando. Es algo difícil de describir, si no imposible. Hay que experimentarlo.

Finalmente la ayahuasca, es en realidad una mezcla de dos plantas: una proporciona betacarbonilos, como la banisteriopsis caapi o la peganum harmala, que son IMAOS (inhibidoras de la monoaminooxidasa) y la otra proporciona triptaminas, como la Mimosa Hostilis o la Acacia Madeneii. Un ejemplo de triptamina bastante conocido es la DMT. Estas últimas, las triptaminas, son las sustancias enteógenas, pero necesitan de los betacarbonilos para desarrollar su función. La palabra Ayahuasca significa la liana de los muertos, porque es una enredadera o liana que se supone te lleva a donde están los muertos. Es común entre los chamanes del amazonas.

Todas estas sustancias, los enteógenos, son consideradas sagradas para los chamanes. Algunos consideran que sonAyahuasca verdaderos dioses. Hay razones para ello, como puede comprobar cualquiera que los haya probado. Los enteógenos no están exentos de peligros, pero el mayor de ellos no reside en su poder adictivo, más bien bajo cuando no escaso, sino en la posibilidad de desatar cuadros psicóticos en pacientes potenciales. No obstante, siguiendo unas normas básicas y lógicas de seguridad, es difícil que nos hagan daño. El peor daño que pueden hacernos es tener un mal viaje, es decir perder el control de lo que estamos experimentando y sentir pánico; de todas formas, este malestar suele desaparecer pronto. Si decidimos probar alguna de estas sustancias, es aconsejable hacerlo acompañados de algún amigo de confianza que nos ayude a pasar los peores momentos de la experiencia.

Algunos autores como Michael Harner, antropólogo americano especialista en chamanismo, consideran que puede alcanzarse el estado chamánico de conciencia sin el empleo de enteógenos, mediante unas técnicas corporales y de visualización. Personalmente no he experimentado tales técnicas, por lo que no puedo juzgar la veracidad de tales afirmaciones. Yo pienso que los enteógenos son fundamentales, por lo menos al comienzo del aprendizaje. Una vez alcanzado cierto conocimiento de estos estados de conciencia, quizás podamos prescindir del uso de enteógenos. Las drogas son un medio, no un fin en sí mismas. Terence McKenna tiene la teoría de que el desarrollo del ser humano a partir de los homínidos fue posible gracias al descubrimiento y posterior consumo de estas sustancias. Ellas serían las catalizadoras del desarrollo cognitivo y espiritual del ser humano.

En resumen, podemos decir que el chamanismo es un fenómeno que aún se da en la actualidad en diferentes regiones del mundo ( en especial en Centroamérica) y que constituye uno de las grandes misterios del mundo y del hombre. En la actualidad se están realizando grandes avances en el estudio de dicho fenómeno y estamos asistiendo a un redescubrimiento de este conocimiento milenario, que puede ayudarnos a encontrarnos a nosotros mismos o al menos enseñarnos a vivir en armonía con nuestro mundo.

Bibliografía:

* Chamanismo, el arte natural de curar. Jose María Poveda.
* La senda del Chamán. Michael Harner.
* Pharmacotheon. Drogas enteogénicas, sus fuentes naturales y su historia. Jonathan Ott.
* Al trasluz de la ayahuasca. Josep Maria Fericgla.
* La búsqueda de Perséfone. Los enteógenos y los orígenes de la religión. Robert G. Wasson.
* El hongo maravilloso: Teonanácatl. Robert G. Wasson.

Maestro curandero de la tradición amazónica peruana

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 01/09/2005 1:23

Maestro curandero de la tradición amazónica peruana
Don Alejandro Salas

El maestro Alejandro Salas Tuanama es un médico curandero de la tradición amazónica peruana. Nació hace 47 años dentro del grupo cultural Lamista ubicado en Tarapoto en la selva central del Perú. Su abuelo y su padre fueron curanderos y desde muy niño aprendió con ellos las primeras nociones de su arte y sus primeros conocimientos de las plantas.

En nuestro país las poblaciones nativas amazónicas, quechuas y aymaras domestican las plantas desde hace 6000 años. Durante este tiempo todas ellas han desarrollado una aguda observación del ambiente que las rodea, han experimentado sus usos rituales, medicinales y alimenticios y sobreviven hasta la fecha con este conocimiento. Esto les permite ser poseedoras y guardianas de una importante sabiduría vivencial en el uso de ellas.

La formación del maestro Alejandro en el arte de la curación se inicia en su casa con su abuelo y su padre. Sin embargo emprende su labor de médico curandero luego de una enfermedad grave por la que pasa de la que el mismo se tiene que curar. Inicia entonces su periodo de estudio intensivo de la medicina tradicional. En este periodo de aprendizaje dieta durante tres años en los que cada día toma plantas. Durante esta época los espíritus de las plantas conversan con el y le enseñan sus propiedades, los cantos y distintos métodos de curación. También recibe estas enseñanzas a través de sueños. Esta dieta incluye ingestión de plantas diariamente, ayuno de medio día y alimento sin sal, azúcar, no chancho ni bebidas alcohólicas ni contacto con pareja.

De las plantas amazónicas, Don Alejandro considera al Ayahuasca como la madre de todas. El considera al Ayahuasca como la madre de todas. El Ayahuasca es una liana que se desarrolla en forma natural en los bosque amazónicos y su preparación se realiza bajo la vigilancia de un maestro o maestra curandera, según ellos para otorgarle su fuerza para la curación. Una vez ingerida, según la dosificación del maestro, produce una expansión de nuestra conciencia interior que se manifiesta en una especie de mareación. En este estado el paciente no pierde nunca la conciencia y es guiado por el canto y las artes del maestro para producir la curación, así como las r espuestas a sus preguntas. El proceso de comunicación del paciente con el Ayahuasca varia con cada persona, en unos es inmediata y en otros tarda varias sesiones, esto no indica que no esté curándose progresivamente. Como paciente y testigo en numerosas tomas de Ayahuasca, he apreciado lo invalorable que es esta experiencia para la curación en un sentido que involucra no sólo el cuerpo sino la mente, las emociones y la reconexión con el espíritu.

Don Alejandro viene curando desde hace 30 años, en su ciudad natal y en Pucallpa su lugar de residencia actual. Cura distinto tipo de males físicos, ayuda en la solución de problemas emocionales, afectivos y preocupaciones diversas por las que atraviesan los distintos tipos de pacientes que se acercan a él.

Para curar el maestro ha desarrollado su propio método de curación. Examina al paciente concentrándose en su nombre, apellido y lugar de residencia. Con la información así obtenida da inicio a la cura con la toma de plantas, esto permite al curandero y paciente visionar con claridad la enfermedad o el problema por el que atraviesa así como el tipo de tratamiento o cura a implementar.

Un concepto esencial expresado por él para entender el estado de salud o enfermedad en el cuerpo de todo paciente es el del frío y el calor. El frío tiene que ver con la desarmonía, con el mal. El mal puede ser un mal físico, de carácter emocional o una construcción mental que se localiza en el cuerpo y que el maestro extrae de él. El calor tiene que ver con la salud, con una buena circulación de la sangre, con el restablecimiento de la energía potencial del ser humano, con la armonía corporal, emocional y mental.

Para el tratamiento del paciente y el restablecimiento de su salud el maestro usa distintas técnicas tales como:

1) Los masajes corporales: Estos buscan, mediante el toque del maestro, activar la energía del cuerpo produciendo el desbloqueo de las zonas donde esta obstruida; asimismo extraen el dolor superficial o profundo localizado en el cuerpo ya sea este de golpes físicos o de tensiones emocionales y nerviosas. El masaje también extrae el frío del cuerpo y restablece el calor. El masaje lo realiza usando preparados en base a aceites y plantas naturales.

2) Los baños y ligadas: Son baños calientes con distinta intensidad en la frotación del cuerpo preparados en base a plantas. En su elaboración usa pedazos de cortezas, raíces, hojas o flores, según sea el caso. Ellos brindan al paciente activación de la circulación de la sangre y extraen el dolor y el frío del cuerpo. Si el paciente no puede dormir bien, después de su aplicación restablece normalmente el sueño.

3) Toma de plantas: El maestro trata a sus pacientes principalmente con toma de Ayahuasca, para su preparación maestro hierve la planta por largas horas en las que el cuidado del maestro es esencial para la fuerza que después tiene el “vegetal” en la curación –como dice Don Alejandro- y luego la da a sus pacientes en sus sesiones curativas. En relación a los problemas físicos trata problemas bronquiales, del estómago, de los intestinos, de los riñones, del aparato reproductor, enfermedades a los huesos, reumatismo entre otras. Asimismo limpia el cuerpo de problemas que atañen a la relación de pareja, a dificultades, al stress. A tensiones por el trabajo, al estudio, etc. Del mismo modo elabora distintos tipos de preparados con una gran variedad de plantas de acuerdo a las enfermedades de los pacientes. Estos preparados los hace al agua o al alcohol. En el primer caso mediante el hervido de las plantas y en el segundo caso mediante la maceración de las plantas en bebidas alcohólicas que luego son tomadas por los pacientes durante periodos –determinados por el maestro- para completar la curación.

4) Uso de resinas: Aplica resinas extraídas de distintos tipos de árboles las mismas que son usadas como emplastos mediante una tela. Estos se adhieren al cuerpo con la fuerza de una ventosa y se quedan allí durante aproximadamente siete días después de los cuales se salen. Su función es extraer del cuerpo el mal, el dolor así como soldar los huesos.

5) Uso de perfumes: En base a los perfumes usados por los pacientes el maestro los prepara para que al ser aplicados aporten una fuerza especial propiciatoria que atrae la salud, el bienestar, la claridad mental, la buena suerte en las personas que se están curando.

Después del tratamiento cuya duración mínima es de un mes. Don Alejandro aplica al paciente una dieta por un mes más. La dieta incluye la toma de algunos preparados de plantas que le ayuden a terminar con éxito su curación. La dieta para los pacientes es en base a comida baja en azúcar, no ingestión de alimentos helados, no carne de chancho y no relación marital. En el caso de las mujeres no se hace curación durante la regla sino hasta que ella pasa.

Una planta esencial en el trabajo de Don Alejandro además del Ayahuasca, es el tabaco. El tabaco es la planta propiciatoria de la curación. Es la que produce el vínculo entre el maestro, el paciente y los espíritus de las plantas que intervienen en la curación. Sin el no sería posible la curación. Sirve en el decir de Don Alejandro “para ponerle fuerza al cuerpo del médico para curar como para acelerar la purga o extracción del mal del estómago del paciente”.

En la vida cotidiana el maestro tiene un sistema de vida disciplinado que va desde los alimentos que ingiere. Estos no deben cargar su estómago ni ser ingeridos en exceso para estar siempre listo para curar. Incluye también dietas en el bosque una vez al año mediante las que restablece las fuerzas para curar. Asimismo ejercicio físico diario preferiblemente cercano a un lugar natural que le permite activar el cuerpo y dejarlo listo para las sesiones de curación como para los desvelos nocturnos producto de “los sueños” en los que recibe de los espíritus de la naturaleza indicaciones para la cura.

La mesa de medicina:

Todo maestro curandero tiene un espacio ritual en donde se propicia la cura de todo paciente. Allí el médico se concentra solo en la sanación de sus pacientes.

En el caso de Don Alejandro esta mesa esta compuesta por: encantos, diversas variedades de pipas para fumar el tabaco, frascos con perfumes y otros con preparados de vegetales.

Los encantos son imágenes, piedras, pequeñas esculturas de metal –artes que todo curandero va reuniendo sea porque los encuentra o se los dan- y constituyen las artes de la curación. Estos encantos según dice el maestro funcionan como guardaespaldas en la mesa de curación y dan fuerza y valor al médico.

Icaros y oraciones:

El médico curandero usa para sus sesiones de sanación cantos o icaros y oraciones mediante las cuales cura los dolores, las enfermedades y da fuerza a los pacientes para su sanación.

Los cantos o icaros son enseñados al maestro por los espíritus de las plantas. Recibe de ellos cientos de cantos que usa para distintos tipos de curaciones, para limpiar la visión y para abrir la mente y el espíritu. Sin embargo el médico tiene su canto principal, el más fuerte, el más importante, con el que cura a sus pacientes.

En el Perú más del 50% de la población urbana y rural se cura con plantas y para ello recurre a distintas prácticas de medicina tradicional. Conocimientos del uso de las variadas familias de plantas como los del maestro Alejandro hacen posible la cura integral de numerosos pacientes.

Debemos agradecer a Don Alejandro y a todos los médicos indígenas que como el han conservado en la práctica los métodos y terapias, experimentados por miles de años por sus ancestros que nos hacen visionar la integración total que tienen con la naturaleza ya que ellos no se sienten separados de ella, sino que son uno con ella. Desde su punto de vista todo tiene espíritu. De allí que toda cura que propician es integral: del cuerpo, de la mente y la reconexión con el espíritu.

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