EL OJO DEL CORAZÓN

EL OJO DEL CORAZÓN

FRITHJOF SCHUON

1974

Los capítulos agrupados en este libro cubren un buen número de temas, a saber, por ejemplo, los principios fundamentales del simbolismo espiritual, las cuestiones escatológicas y numerosos comentarios sobre la integración de las actividades cotidianas en la vida espiritual. Un gran número de personas buscan, hoy en día, en la sabiduría tradicional, una perspectiva coherente que pueda refutar la fealdad sistemática del mundo moderno. Este libro no las decepcionará.

Conocido por su universalidad intelectual, Schuon es, entre los escritores, uno de los más inspirados en la presentación y la explicación de las doctrinas tradicionales, de sus formas y de sus métodos, siempre defendiendo la necesidad de un marco religioso que salvaguarde su eficacia. Como siempre, la “doctrina” en primer lugar, en toda su profundidad y toda su claridad: es el objeto de la primera parte. A continuación, distintos desarrollos relativos a las religiones particulares, por ejemplo, una comparación entre el budismo y el cristianismo, o el análisis de un aspecto central del esoterismo islámico. Finalmente, una última parte hace comprender a los lectores que la doctrina no es separable del “caminar en la vía”, y entonces viene la  exposición del “método”, en general y también en el marco de cada gran religión, en la que el autor habla sobre todo de las virtudes necesarias al alma para realizar, sin caída irremediable, la ascensión espiritual característica de toda vía.

Lista de los principales temas abordados en
El Ojo del Corazón
Frithjof Schuon

Prefacio

Primera Parte: Metafísica y cosmología

El ojo del corazón

Sobre el conocimiento

An-Nûr

Nirvâna

Sobre los estados póstumos

Segunda Parte: Formas del espíritu

Cristianismo y budismo

El misterio del Bodhisattva

Observaciones elementales sobre el enigma del Koan

Imân, Islâm, Ihsân

Intelectualidad y civilización

Tercera Parte: Vida espiritual

Sobre los modos de la realización espiritual

Microcosmo y símbolo

Sobre la oración y la integración de los elementos psíquicos

Transgresión y purificación

Sobre el sacrificio

El doble escollo

Sobre la meditación

Prefacio
Sobre el prejuicio racionalista
Cuestión de las pruebas doctrinales
Sobre el medio de expresión del conocimiento metafísico
El punto de partida de una doctrina debe ser definitivo, estático, dogmático si se quiere
El error del racionalismo
La Verdad quiere ser “vista” y no simplemente “pensada”

Primera Parte: Metafísica y cosmología
El ojo del corazón
Correspondencia particularmente adecuada del ojo con el intelecto
De la transposición simbólica del acto visual al plano intelectual
El ojo corporal y el Ojo del Corazón
De la dualidad del ojo corporal
Analogía entre el Ojo interno y el ojo frontal de Shiva

Sobre el conocimiento
Conocimiento y Realidad absoluta
Sobre el conocimiento del mundo comparado con el conocimiento de la Realidad divina
Aspecto igualmente subjetivo del mundo
Acción y conocimiento
El sentido y la razón suficiente del hombre es conocer
Sobre nuestra existencia como prueba de la existencia de Dios
Todo ser es en cierto modo una manifestación del Verbo
Sobre el aspecto de “sumisión” de la manifestación universal
Somos Verbo gracias a nuestra existencia
No se puede llegar a ser más que lo que se es

En-Nûr
Sobre el “Cálamo” creado de Luz
Ibn Abbâs y el Cálamo
Sobre la “Tabla guardada”
Sobre el Trono
Comentarios de Ibn Abî Hâtem
Al-Arsh, equivalente de Buddhi
Ar-Rûh y el Principio creador Brahmâ
Sobre los ángeles de luz
Sobre el ángel de la muerte
Comparación entre símbolos islámicos y expresiones advaitistas

Nirvâna
¿La extinción espiritual representa una nada?
Distinción entre el Ser y el Supra-Ser
Sobre la naturaleza de la realización espiritual en los santos liberados
“El Paraíso del creyente es la prisión del sabio”
El problema de la continuidad o discontinuidad entre lo relativo y lo Absoluto
¿Cómo la aparición sensible o la actividad sobre la tierra de un ser que posee la santidad suprema es compatible con su estado póstumo?
Sobre la naturaleza a la vez creada e increada de la Virgen María

Sobre los estados póstumos
El punto de vista de las religiones de origen semítico
¿Hay alguna medida común entre un acto, por malo que sea, y un castigo sin fin?
¿Qué significa la expresión hindú, “la condición humana es difícil de obtener”?
Digresión sobre la razón por la cual toda moral sagrada insiste sobre la importancia de la procreación en el matrimonio

Segunda Parte: Formas del espíritu
Cristianismo y Budismo
Analogías notables y sin embargo grandes diferencias entre las dos religiones
Rechazo de la religión precedente
Carácter íntegramente iniciático de las dos religiones
Función de universalización de una idea hasta entonces comprimida en una forma no susceptible de expansión
Ausencia de lengua sagrada propiamente dicha en las dos religiones
¿Cuáles son los cuatro dones divinos legados por el Buddha?

El misterio del Bodhisattva
Punto de partida humano del budismo: el sufrimiento
Distinción, por el budismo primitivo, entre un Samyaksam-Buddha y un Pratyeka-Buddha
Aspectos fundamentales del budismo
Sobre la autenticidad de los sutras mahayánicos
Sobre el ideal mahayánico del Bodhisattva
Peligro de egoísmo en el deseo de la liberación personal cuando se convierte en el único motivo de una tradición
Maravillosa síntesis entre la vía devocional y la sapiencial en la doctrina de Shinran
Distinción que hay que hacer entre el Bodhisattva personal y transmigrador y el Bodhisattva celestial o universal
Sobre la objeción de que la gnosis del Bodhisattva no es la del Buddha
Diferencia entre el Nirvâna y el Parinirvâna
¿Es que los Bodhisattvas sólo pueden ser arcángeles?
¿La iniciativa de la eclosión de un Bodhisattva viene del hombre o del Logos celestial?
Distinción de los tres Nirvânas, o tres grados de extinción
Sobre un elemento dudoso, en el Mahâyâna, relativo al ideal del Bodhisattva
Bodhisattva y Pratyeka-Buddha
Sobre la calidad de Arahant
La vacilación de Buddha en divulgar la Revelación
¿Tiene el mundo tiene un fin pero no comienzo en el budismo?
Papel del lenguaje en el budismo: desencadenar un “ser” más que un “pensar”

Observaciones elementales sobre el enigma del Koan
Definición del koan, formula intencionalmente absurda
¿Pero por qué un koan difiere de otro koan?
De hecho, el koan tiene un sentido
Algunas observaciones sobre las intenciones y los medios del zenismo en general
Permanencia e impermanencia

Imân, Islâm, Ihsân
Sobre los tres elementos fundamentales de la cualidad de muslim
Significados profundos del imân y del islâm
¿Por qué ha sido el término islâm y no imân el que ha servido de denominación a la religión musulmana?
Sobre el ihsân como realización consciente, activa e inmediata de las relaciones que existen entre el Principio y la manifestación

Intelectualidad y civilización
Intelectualidad verdadera y ciencia exacta
Sobre los valores relativos de los que vive -o más bien muere- esta civilización
No hay más que dos posibilidades: civilización integral, espiritual, que implica abusos y supersticiones, y civilización fragmentaria, materialista, progresista, que implica -muy provisionalmente- ciertas ventajas terrenales, pero que excluye lo que constituye la razón de suficiente y el fin último de toda existencia humana

Tercera Parte: Vida espiritual
Sobre los modos de la realización espiritual
La vía de la acción, su relación con el “temor”
Sobre la forma más directa de la acción desinteresada
Sobre la integración del trabajo en la espiritualidad y sobre las condiciones que ella implica
La vía de amor, aspecto doctrinal
El termino islámico de mahabbah no es, en todos los aspectos, sinónimo del de bhakti
La vía de conocimiento o del “poder” natural de contemplar las Realidades transcendentes
Diferencia con la vía de amor
Sobre la indiferencia que los santos, tanto orientales como occidentales, han parecido manifestar a veces hacia las miserias del mundo en el que vivían
Sobre el papel secundario del razonamiento en el conocimiento metafísico
Sobre la cualidades que son indispensables para la espiritualidad en general

Microcosmos y símbolo
Sobre la diferencia entre las perspectivas metafísica e iniciática o mística
Lo que debe ser todo esquema de realización espiritual
Sobre la cosmología de los antiguos
¿Qué es, exactamente, el Símbolo?
Relación entre el Símbolo y el microcosmo
Actividad y pasividad
Ser y Presencia

Sobre la oración y la integración de los elementos psíquicos
¿Punto de vista antropomórfico y sentimental de la oración?
El Intelecto, desde el momento que es de esencia universal, penetra necesariamente todo el ser
Sobre la integración necesaria de los elementos psíquicos
No hay espiritualidad sin grandeza y sin belleza
Sobre la transmutación del sentimiento y del deseo por la Idea
“Antes” de que formuláramos nuestras plegarias, las respuestas divinas “estaban” en la eternidad

Transgresión y purificación
Diversas maneras de presentar la transgresión según las doctrinas tradicionales
Hay diferencias incluso en las diversas teologías semíticas
¿Qué es la infracción en el pensamiento hindú?
¿La idea de transgresión o de pecado no es más que ilusión y sentimentalidad?
Participación en las tendencias cósmicas del acto (acción u omisión)
Sobre la idea cristiana del pecado original
Sobre la ignorancia “cardíaca” como condición fundamental de la transgresión
Significado esotérico del pecado original
Sobre la cuestión de la perfección -o imperfección- del Hombre-Dios
Sobre los ritos purificatorios
La ablución musulmana y la confesión cristiana
Sólo el Conocimiento puede liberar de los lazos de la acción

Sobre el sacrificio
El sacrificio como modo de purificación
El hombre es el único ser, en el mundo terrenal, que puede purificarse conscientemente de las manchas de su existencia
Sobre el sacrificio sangriento y su substitución
Sobre el sacrificio de un cordero en lugar del hijo de Abraham
Sobre la desviación del sacrificio humano del símbolo a la superstición
La forma suprema de sacrificio es la que se sitúa en el plano interior

El doble escollo
La pasión y el orgullo, doble tara de la naturaleza caída
La pasión es preferir el mundo a Dios, el orgullo es preferirse uno mismo a Dios
Sobre la mezcla posible de humildad y de orgullo
Cuál es la buena actitud frente a una humillación
Sobre la asimilación del orgullo a la necedad por parte de la opinión popular
Sobre la suficiencia y la pretensión
Pasión y belleza, inteligencia y orgullo
Cuando el misticismo volitivo y sentimental afirma que todo hombre es orgulloso…
La pasión y el orgullo, mezclados con las aspiraciones espirituales más altas, se vuelven abominación

Sobre la meditación
La meditación no posee por sí misma la virtud de provocar iluminaciones
Los tres grados de toda vía espiritual: purificación, expansión, unión
El pensamiento de la muerte ayuda al hombre a liberarse de los apegos terrestres
El temor de Dios estimula nuestra voluntad para abrirnos a la gracia
La contemplación de las Perfecciones divinas nos acerca a Dios
Calma y paz del alma, y fervor
Sobre el discernimiento entre lo Real y lo irreal
Sobre la concentración unitiva
Esta graduación de actitudes espirituales corresponde a la naturaleza de las cosas

SOBRE LA UNIDAD TRANSCENDENTE DE LAS RELIGIONES

SOBRE LA UNIDAD TRANSCENDENTE DE LAS RELIGIONES

FRITHJOF SCHUON

1948

“Las religiones son como lámparas de vidrio coloreado; ahora bien, una lámpara ilumina un lugar oscuro porque es luminosa y no porque sea roja o azul o amarilla o verde. Por una parte el color transmite la luz, pero por otra parte lafalsifica; si bien es cierto que sin determinadaloreada no se vería nada, también es cierto que la visibilidad no se identifica con ningún color. De esto todo esoterismo, por definición, debería tener conciencia, al menos en principio y en la medida en que su conocimiento de los hechos se lo permita” (Cristianismo/Islam, Visiones de Ecumenismo esotérico).

Este pasaje nos parece la mejor introducción a la primera gran obra de Frithjof Schuon, De la Unidad transcendente de las Religiones. No se trata de ninguna manera para el autor de crear una super-religión, por eso nos dice una y otra vez que “la unidad de las Religiones no es realizable en el plano de las formas y no debe de ser realizada”. La Sophia Perennis o Religio Perennis no es una religión formal. Cuando el autor dice unidad “transcendente”, eso significa que “esta unidad debe de ser realizada de una manera puramente interior y espiritual”. Ciertos grupos neoespiritualistas quisieran crear una Religión universal en nombre de esta “unidad transcendente de las religiones”. Nunca ha sido ese el pensamiento de Frithjof Schuon.

Este libro ocupa un lugar capital en la obra de Frithjof Schuon, en el sentido de que es uno de los primeros y de que expone principalmente lo que es el esoterismo puro con relación a las religiones exotéricas. Es también el libro que sin duda hay que leer en primer lugar puesto que presenta cierto número de apreciaciones capitales sobre las diferencias entre el esoterismo y el exoterismo que son necesarias para la comprensión de otros libros publicados ulteriormente.

Está claro que el autor tiene una comprensión totalmente excepcional de las religiones del mundo, comprensión que nunca ha sido expresada antes con tanta precisión y amplitud; y si el lector tiene la posibilidad de percibir cómo esta comprensión proviene rigurosamente de principios de metafísica pura, se le hace imposible admitir sin matices que no hay mas que una sola religión verdadera en toda la historia de nuestra humanidad; eso le permitirá también comprender en profundidad todas las religiones ortodoxas.

Lista de los principales temas abordados en
De la Unidad Transcendente de las Religiones
Frithjof Schuon

Prefacio

Dimensiones conceptuales

Limitación del exoterismo

Transcendencia y universalidad del esoterismo

La cuestión de las formas del arte

Sobre los límites de la expansión religiosa

El aspecto ternario del monoteísmo

Cristianismo e Islam

Naturaleza particular y universalidad de la tradición cristiana

Sobre la iniciacion crística

Prefacio
Distinción entre filosofía y metafísica
Definición de lo que es la metafísica integral
El conocimiento integral va más allá del razonamiento pero también de la fe en el sentido corriente del término
La religión traduce las verdades metafísicas en lenguaje dogmático
El modo racional no alcanza por sí mismo ninguna verdad transcendente
Ejemplo sacado de la idea de Dios visto por la razón, la religión y la metafísica
Las verdades transcendentes no pertenecen a ninguna escuela ni a ningún individuo
Sobre la noción psicológica de “genio” en el pensamiento moderno
La unidad de las Religiones no es realizable en el plano de las formas y no debe de ser realizada
Si decimos unidad “transcendente” esto significa que esta unidad debe ser realizada de una manera puramente interior y espiritual

Dimensiones conceptuales
El primer asentimiento de la inteligencia hacia una verdad no constituye una comprensión integral
Es eso lo que ignora sistemáticamente la filosofía moderna
Sobre el dogmatismo
Doctrina especulativa y dogmatismo

Limitación del exoterismo
Definición del punto de vista exotérico = el interés individual más elevado
Carácter perfectamente legítimo de la limitación “exterior” del dogma
Naturaleza providencial del aspecto exotérico de una tradición
Papel del núcleo esotérico en una civilización con carácter específicamente religioso
¿Es necesaria la metafísica para la salvación?
La salvación, al merecerse por la acción, lleva a algunos a despreciar la inteligencia
La vía esotérica no puede de ninguna manera ser objeto de elección para aquellos que la siguen
Todavía es más absurdo hablar de un “deseo” de la Realidad divina
La doctrina exotérica como tal no posee de ninguna manera la certeza absoluta
La exigencia absoluta de creer en tal religión y no en tal otra no puede justificarse más que por medios eminentemente relativos
Hay sin embargo pruebas irrefutables de la verdad de una tradición
Sobre la imposibilidad metafísica de que una forma tenga un valor único con la exclusión de otras formas
No existe un “hecho” único: solo la Unicidad es única
La misma idea presentada con argumentos de naturaleza más cosmológica
Lo mismo para los medios de gracia, tales como los sacramentos
¿Por qué los grandes Profetas han negado la validez de otras religiones?
Sobre la incompatibilidad relativa de las formas tradicionales
Una forma tradicional está hecha para una colectividad humana determinada
En el estado normal de la humanidad, ésta se compone de varios mundos distintos
A partir de la expansión de los occidentales por el resto del mundo, la incomprensión exotérica deja de ser indiferente
Sobre las relaciones entre el exoterismo y el esoterismo, entre la “forma” y el “espíritu”
Ilustración de esta idea por una larga cita del Tratado de la Unidad de Ibn Arabî

Transcendencia y universalidad del esoterismo
Sobre algunas aclaraciones sobre los modos más exteriores del esoterismo
Sobre los Pitagóricos y las organizaciones iniciáticas
Sobre la cuestión de la universalidad tradicional, sometida a toda clase de contingencias históricas y geográficas
El hecho de que San Bernardo predicara las cruzadas no disminuye en nada su conocimiento esotérico
¿Cuáles son las principales verdades que el exoterismo debe ignorar, sin por otra parte negarlas expresamente?
La doctrina de la gradación de la Realidad universal
Sobre la cuestión del panteísmo
Sobre la Impersonalidad divina o más bien la No-Personalidad
Sobre la distinción entre la Esencia infinita e impersonal y la Persona divina
Ejemplo extraído de las Escrituras para hacer esta idea más comprensible: David y Salomón
La perspectiva de las doctrinas esotéricas y sus maneras de considerar el problema del “mal”
Consecuencias para el iniciado de una concepción “no moral” pero no inmoral del “mal”
No se trata de ninguna manera de despreciar la moral, que es una institución divina
“Moral”, acción, mérito, gracia” = Exoterismo; “Simbolismo, concentración, conocimiento, identidad” = Esoterismo
Definición de cada uno de estos términos
Sobre el “problema” de la existencia del mal y la respuesta esotérica
Sobre el problema de la predestinación
Relación metafísica entre la predestinación y la libertad
El órgano del Conocimiento metafísico es él mismo de orden universal
Sobre la diferencia profunda entre la vía metafísica y la vía religiosa
Sobre la negación exotérica de la presencia, virtual o actualizada, del Intelecto increado en el ser creado
Sobre la santidad del Conocimiento: Larga cita del famoso pasaje del Libro de la Sabiduría, VII, 22-30

La cuestión de las formas del arte
Esta cuestión está muy lejos de ser secundaria
La forma sensible es lo que corresponde simbólicamente y más directamente al Intelecto
Sobre la cualidad intelectual de las formas
Cuanto más nos remontamos al origen de una tradición, menos estas formas artísticas aparecen en estado de expansión
Esta analogía entre formas e intelecciones permite comprender las iniciaciones artesanales
La “Belleza” de Dios corresponde a algo más profundo que su “Bondad”
¿Por qué los pueblos orientales carecen de discernimiento estético respecto a lo que les llega de Occidente?
Para comprender mejor las causas de la decadencia del arte en Occidente
Idealismo y realismo en arte
Principios del arte tradicional
Sobre las reglas a seguir dictadas por las leyes cósmicas y divinas
Sobre la Virgen bizantina
¿El arte sagrado está destinado sólo a una elite intelectual?
Los Padres del siglo VIII y las autoridades religiosas del Renacimiento
Sobre los errores del naturalismo

Sobre los límites de la expansión religiosa
A propósito de los juicios contradictorios sobre Cristo
¿Cuál es el “mundo” del que Cristo es el “sol” en el Nuevo Testamento?
Decadencia oriental, decaimiento occidental, Oriente y Occidente
Sobe la cuestión de los misioneros
Sobre la limitación del sentido “literal” de una Escritura
Una tal limitación geográfica del cristianismo al mundo romano no es particular de éste
Sobre la penetración del Islam en el suelo de la India: ¿es ésta una invasión tradicionalmente ilegítima?
Razón profunda de la presencia del Islam en la India
Sobre los “shûdras” y la “posibilidad brahmanica” en ellos
Sobre la dualidad de sentido inherente a los mandamientos divinos concernientes a las cosas humanas
Sobre el principio de delimitación tradicional, ejemplos en el cristianismo y en el Islam

El aspecto ternario del monoteísmo
Relaciones recíprocas de las tres grandes tradiciones llamadas “monoteístas”
Aplicación del mismo principio al interior del cristianismo y a sus tres “cismas”
Sobre la cuestión de la homogeneidad espiritual y cíclica de las religiones en su conjunto
Sobre el monoteísmo judaico, cristiano y musulmán
Sobre la abolición del mosaísmo por Cristo
Sobre el lugar del Islam y el equilibrio de los dos aspectos divinos de Rigor y de Clemencia
Toda tradición es forzosamente una adaptación, y quién dice adaptación, dice limitación

Cristianismo e Islam
¿Qué es un punto de vista en sí mismo?
¿Qué es un punto de vista espiritual o tradicional?
Imposibilidad para Occidente de deshacerse de su herencia cristiana
Sobre la manera correcta de tomar en consideración una tradición
Sobre el término “mahometano” aplicado a los musulmanes
Sobre la importancia dada por el Islam a la idea de la Unidad
Sobre los musulmanes que reprochan a los cristianos el no poseer un libro equivalente al Corán
El Islam es un bloque espiritual, religioso y social; el cristianismo es un centro, y no un bloque
Hay que evitar juzgar las formas religiosas sobre la base de comparaciones superficiales y arbitrarias
El Profeta y Cristo
Sobre las guerras en el Islam
La única cuestión que hay que plantearse: ¿Muhammad estaba o no estaba inspirado por Dios?
Si Muhammad hubiese sido un falso profeta…
Sobre la manera como el Islam considera la sexualidad
¿En que consiste en realidad la diferencia entre la manifestación crística y la muhammadiana?
Corán y Cristo-Eucaristía
La Virgen y el Profeta, encarnaciones de Prakriti
Situación central del Profeta en el Islam
“Quien me ha visto, ha visto a Dios”

Naturaleza particular y universalidad de la tradición cristiana
El exoterismo cristiano no es estrictamente análogo al exoterismo judaico y al musulmán
Sobre la relación entre la Nueva y la Antigua Alianza
Sobre la divergencia cristiano-musulmana a propósito de la muerte de Cristo
El carácter esencialmente iniciático del cristianismo todavía reconocible por ciertos indicios
“Hijo de Dios”, “Madre de Dios”
Sobre la calificación de “misterios” de los dogmas cristianos
“Y la Luz brilló en las tinieblas…”
Sobre la razón suficiente, por el lado humano, de determinada manifestación divina
El cristianismo, descubrimiento del espíritu oculto en la letra, pero Cristo “no les decía nada sin parábolas”
El único medio posible de efectuar el enderezamiento espiritual del que el mundo occidental  necesitaba
Pruebas de la existencia de un esoterismo cristiano, no solamente en el Nuevo Testamento, en la naturaleza de los ritos, sino también en los testimonios explícitos de los antiguos autores
San Basilio, Dionisio el Areopagita, (larga cita de un pasaje de Paul Vuilliaud en Études d’ésotérisme catholique y de F.T.B. Clavel en Histoire pittoresque de la Franc-Maçonnerie et des Sociétés secrètes anciennes et modernes)
Precisiones sobre la idea de que el cristianismo representa una “vía de Gracia” o de Amor
Fe y Amor, Fe y Gracia, Fe y Milagro
Esperanza
Caridad
Sobre el amor al prójimo
¿La Fe se opone al Conocimiento?

Sobe la iniciación crística
Sobre la cuestión de la iniciación crística y del hesicasmo
Sobre los templarios
Sobre las órdenes monásticas que no se explican más que por la existencia de una tradición iniciática
Sobre el misticismo bháktico
Sobre el hesicasmo
Sobre su método de realización espiritual semejante al del sufismo y al del Yoga
Sobre el corazón como centro principal de la vida espiritual
Sobre la “oración del corazón”
Sobre el alcance fundamental y universal de la invocación del Nombre divino
¿Es superflua la invocación del Nombre de Jesús dada la existencia de la Comunión?
Actitud pasiva o activa anate un medio de gracia santificante o deificante
Sobre las relaciones profundas existentes entre el modo eucarístico y el modo encantatorio
Sobre la relación entre la invocación del Nombre divino y el nacimiento de Cristo

UNA METAFISICA DE LA NATURALEZA VIRGEN

UNA METAFISICA DE LA NATURALEZA VIRGEN
FRITHJOF SCHUON

La tradición toda de los indios de América del Norte, exceptuados los del noroeste y de California y algunos del sudoeste, está contenida, desde el punto de vista del simbolismo geométrico, en la cruz inscrita en el círculo: el círculo corresponde al Cielo, mientras que la cruz indica las Cuatro Direcciones del Espacio y todos los demás cuaternarios del Universo; y también indica el temario vertical, Tierra, Hombre y Cielo, que sitúa en tres niveles el cuaternario horizontal. Podría decirse, además, que la sabiduría piel roja se basa, simbólicamente hablando, en los números “pitagóricos” cuatro y tres –el primero de los cuales es “horizontal”, mientras que el segundo es “vertical”– y en su combinación, el número doce. Para describir esta “duodecimidad”, podría decirse que está compuesta de tres cuaternarios horizontales situados uno sobre otro en un eje central o, más precisamente, de tres discos, en cada uno de los cuales hay la cruz horizontal de las cuatro direcciones. Estos tres grados se representan a veces en la forma de tres anillos pintados en el árbol de la Danza del Sol.(1)

En el simbolismo de la cruz y el círculo, el círculo espacial y estático de la tierra se combina con el círculo temporal y dinámico del día o del cielo: el círculo puede ser el horizonte con los cuatro puntos cardinales si incluye la cruz, o puede ser el curso del sol con el amanecer, el día, el atardecer y la noche, o el año con la primavera, el verano, el otoño y el invierno.

Y esto es importante: el hombre es el centro, tanto de las cuatro direcciones horizontales del espacio como del temario vertical de la jerarquía cósmica; en este último aspecto, se identifica con la Vida y es mediador entre la Tierra “bajo sus pies” y el Cielo “sobre su cabeza”;(2) o entre la inercia y la luz. En el primer aspecto es la Inteligencia, en la cual se reflejan y unen los cuatro cuartos, y se identifica entonces con el eje cósmico, el árbol del mundo. Es el calumet que une a todos los seres en una sola oración, a la vez que también es el Fuego central que señala el centro del mundo, y además (lo que viene a ser lo mismo) es en la pipa el ascua que transmuta en humo el tabaco o en Cielo la Tierra. El hombre, pues, se encuentra doblemente “en el centro”; en primer lugar en el plano horizontal, como Inteligencia y portavoz de todas las criaturas terrenas (que son fragmentarias respecto de él), y en segundo en el eje vertical, como mediador: él es el punto de encuentro de Tierra y Cielo, y en él están sintetizadas las posibilidades esenciales en este plano de existencia.

Si la cabeza humana corresponde al Cielo y los pies representan la Tierra, la zona umbilical o la matriz representa al Hombre. El hombre es espíritu encarnado;(3) si fuese sólo materia, se identificaría con los pies; si fuese sólo espíritu, sería la cabeza, es decir, el Cielo; sería el Gran Espíritu. Pero el objeto de su existencia es estar en el centro: es ir más allá de la materia mientras está situado en ella, y realizar la luz, el Cielo, partiendo de ese nivel intermedio. Cierto es que las otras criaturas participan también de la vida, pero el hombre las sintetiza: él lleva en sí toda vida y por ello se convierte en el portavoz de toda vida, el eje vertical en el que la vida se abre al espíritu y donde se convierte en espíritu. En todas las criaturas terrenas, la inercia fría de la materia se convierte en calor, pero sólo en el hombre el calor se convierte en luz.

Decíamos que las criaturas inferiores son fragmentarias, pero no tienen tan sólo ese aspecto “accidental” que permite al hombre matarlas y usarlas para su alimento; tienen también un aspecto “esencial” a causa de su simbolismo concreto por una parte y de su “anterioridad” por otra: creadas antes que el hombre, pueden manifestar algo del Origen Divino, y es ese aspecto lo que provoca a veces su veneración; en virtud de ese aspecto trascendente se manifiesta fácilmente el Gran Espíritu –en el mundo de los indios– a través de animales y plantas, e incluso a través de los grandes fenómenos de la Naturaleza, como el sol, la roca, el cielo o la tierra (4). La manifestación múltiple del Gran Espíritu, desde el punto de vista del simbolismo y de la acción celestial, equivale al Gran Espíritu; las cosas no son en sí mismas misterios, sino manifestaciones de misterios, y el Gran Espíritu, o el Gran Misterio,(5) las sintetiza en Su Unidad transcendente.

* * *

Una característica original deja tradición piel roja es que el elemento “profético”, que en otros lugares cristaliza en escasos avatâras , está esparcido, por decirlo así, por todos los miembros de las tribus, sin abolir por ello las diferencias de grado y las manifestaciones cruciales. En cierto sentido, por sorprendente que pueda parecer, cada hombre es su propio profeta, que ha recibido su propia revelación, aunque naturalmente dentro del marco de la tradición general, que regula estrictamente las modalidades exteriores e incluso interiores de ese profetismo colectivo. Pero, repitámoslo, eso nunca podría impedir la existencia de revelaciones mayores, válidas para una colectividad tribal particular , o para todas, como es el caso del Calumet o de la Danza del Sol. El aparente “individualismo” del indio se explica por el papel espiritual del hombre como tal, de la persona libre y cualitativa, de las hazañas y el carácter; y también viene inspirado por la relación entre el individuo y la tribu, por una reciprocidad de dones, de deberes, de generosidad. Pero lo esencial, en ese contexto social, es la fidelidad a sí mismo, a la visión que uno mismo ha recibido, al pacto que uno mismo ha efectuado con una teofanía particular o, en otros términos, con la propia “medicina” o el propio “tótem”.(6)

Otro elemento característico del indio, que parece contradecirse con el anterior, es su “polisintetismo”, es decir, su conciencia de la profunda homogeneidad del mundo creado y el sentido de la solidaridad universal que de ella resulta. Todas las criaturas, incluidas las plantas e incluso los minerales –y lo mismo cosas de la naturaleza como las estrellas o el viento– son hermanos; toda cosa está animada y cada cosa depende en cierto modo de todas las demás. El hombre, si bien es mediador en cierto aspecto, en otros aspectos no se opone al resto la creación. El indio, como toda la raza amarilla –porque el indio es mongoloide– vive en la naturaleza y nunca está separado de ella; psicológicamente, es como un samurai convertido en cazador o en nómada: su contemplatividad, en lo que tiene de más íntimo y exaltado, guarda sin duda relación con ese método intuitivo e inarticulado que es el Zen o, en otros aspectos, con la Naturaleza espiritualizada del Shinto. Entre las sabidurías del Viejo Mundo, acaso lo que más adecuadamente –y también más profundamente– exprese la actitud espiritual del “piel roja eterno” es el Bhagavad Gíta. El combate es un modus vivendi –querido por la naturaleza– al que se superpone una silenciosa e impasible contemplación en soledad virgen; en la enseñanza de Krishna hay una participación combativa, pero desapegada, en la corriente de las formas y, al propio tiempo, una contemplación que permanece en el centro con la incorruptibilidad de una roca.

No es que ésta sea la manera como han sido siempre de hecho los indios –ninguna civilización ha sido capaz de realizar íntegramente su “ideal”–, sino cómo los quiere su tradición, y cómo han sido si nos referimos a sus elegidos ya sus mejores momentos, si puede decirse así.

A la tradición piel roja se le suele hacer el reproche de que tiene una concepción inadecuada del otro mundo. Pero esa aparente laguna tiene aquí los mismos motivos que en el caso del Shintoísmo, que es parecido: en estas perspectivas no se hace sentir la necesidad de una escatología elaborada, porque el más allá lo garantiza la cualidad por decirlo así obligatoria e inevitable de esta vida; eso es lo que explica en ambas tradiciones su rigidez con respecto a la doctrina, las virtudes, el código dé honor y el sentido del deber. Tampoco debemos pasar por alto que, desde el punto de vista hindú y budista, la escatología de los semitas también es relativamente incompleta, pues parece aceptar, por un lado, la idea de un castigo casi absoluto para un acto, que es algo necesariamente relativo y, por otro, la idea de una eternidad que ha tenido comienzo. También aquí, como en el caso de la escatología piel roja y de la shintoísta, diremos que el Cielo no sólo tiene razones para hablar, sino que también puede tener razones para guardar silencio, según lo que requiera la naturaleza del receptáculo humano.

El indio tradicional fue uno de los hombres más libres que quepa imaginar y, al propio tiempo, uno de los más atados: le pertenecían la amplia pradera, los bosques y las montañas; hablando desde el punto de vista práctico, su espacio vital no conocía límites; pero en ningún momento podía salirse de su universo religioso ni del papel que éste le imponía. Por una parte estaba encerrado en un espacio que era estrictamente simbólico –como si su credo hubiese cristalizado espacialmente a su alrededor–, y por otra se identificaba con el curso implacable de esa gran prueba que es la vida; nunca, ni en el tiempo ni en el espacio, abandonaba el indio el símbolo visible, que él representaba y vivía; podría decirse que lo sufría y la realizaba simultáneamente. y de esta combinación de libertad heroica y coacción divina derivaba su fascinante originalidad y esa grandeza, en parte guerrera, en parte sacerdotal, que –junto con otros factores como el culto al silencio y la impasibilidad– lo vinculan al samurai zen del Japón antiguo.

NOTAS –––––––––––––––––––––––––––––––––––––––

1.- Joseph Epes Brown, conocido por su estudio sobre la pipa sagrada, nos escribía una vez, con respecto a un chamán de la tribu cuervo: «Me ha explicado con perfecta claridad la metafísica de la Danza del Sol diciéndome, entre otras cosas, que el recinto representa el Universo: el árbol de vida en el centro es el eje, cuyas ramas se extienden hacia lo alto, más allá del universo, hasta el Infinito. En el tronco hay pintados tres anillos que representan los tres mundos: cuerpo, alma y espíritu, o lo “denso”, lo “sutil” y lo “puro”. El eje se encuentra en todas partes y, en consecuencia, pasa a través de cada ser; el objetivo último de la danza es retirarse de la periferia y acercarse al centro para identificarse con él»

2.- Hartley Burr Alexander señala (en The World’s Rim Lincoln, Nebraska, University of Nebraska Press, 1953) que los indios dicen que el hombre, cuando se levanta al amanecer, mira instintivamente a la luz de la aurora que disipa la oscuridad, o sea hacia al este, y que esta dirección (en la que empiezan numerosos ritos indios ya la que se abren las tiendas y recintos) estará en consecuencia “frente” a él. El oeste se encontrará “detrás”, el sur “a la derecha” y el norte “a la izquierda”. Además, para un hombre de pie (y esa es la posición que lo distingue de los cuadrúpedos), el mundo sensible se divide en tres esferas, que igualmente se encuentran en la estructura del cuerpo humano: la tierra bajo sus pies, el cielo sobre su cabeza –o pies y cabeza– y el centro del cuerpo, el ombligo o zona de la matriz, símbolo de la vida.

3.- Recordemos aquí esta fórmula: Et benedictus fructus ventris tui. El hombre terrenal vive en la matriz del macrocosmo y no en la cabeza celestial de éste.

4.- El hijo del santo siux Alce Negro (cf. Black Elk Speaks, de John Neihardt, Nueva York, Washington Square Press, 1972 [trad. esp.: Alce Negro Habla, Ediciones de la Tradición Unánime, José J. de Olañeta, Editor, Barcelona-Palma de Mallorca, 1988, y La Pipa Sagrada, de Joseph Epes Brown, Taurus Ediciones, Madrid, 1980)] nos recalcó que los indios no daban culto a rocas, árboles ni animales; pero, como el hombre fue creado únicamente después de todas las demás criaturas, a través de ellas puede y debe acercarse a Dios. Las siguientes palabras de otro siux (pronunciadas mientras paseábamos con él al pie de las estribaciones de las Black Hills) son muestra de la misma veneración por la naturaleza: «Ese es el Desfiladero del Bisonte. Por esa puerta solían venir en tropel las manadas de bisontes. Lo mismo que el Gran Espíritu hizo una Puerta por la que el hombre puede llegar a Él, así hizo también una puerta por la que los bisontes viniesen al hombre». El bisonte no es sólo un don de Dios para el sustento del hombre, también es un símbolo de la Palabra Divina y un instrumento de la Revelación. La Pipa Sagrada la trajo la Mujer Bisonte Blanco, bisonte celestial transformado en mujer. «Nuestra tradición –nos dijo un anciano cheyenne– es la misma que la de la Biblia; Dios es invisible, es puro Espíritu. El sol y la tierra no son Dios, pero son para nosotros como el padre y la madre.»

5.- Hay lenguas indias en las que al Espíritu Divino se lo designa de manera completamente diferente, donde se habla, por ejemplo, del “Gran Poder Solar”, pero la doctrina fundamental sigue siendo la misma.

6.- Esta palabra. que se ha hecho convencional en el lenguaje de los blancos, se deriva del ojifbwey ototeman, “familia hermano-hermana de él”. El animal totémico no carece de analogía con nuestro “ángel custodio”; además, no olvidemos que, en los Evangelios, el Espíritu Santo no desdeña aparecer en forma de paloma, y que fue la aparición de un ciervo milagroso lo que convirtió a San Huberto.

( Extraído de: “El Sol Emplumado”, Frithjof Schuon, Olañeta editor, ISBN 84-7651-149-3 )

POEMAS -3808

POEMAS

FRITHJOF SCHUON

En realidad, cuando un ser humano ama a otro,
ama fundamentalmente a Dios, y no lo sabe;
o bien lo sabe.
Sagrado es el amor,
porque en él duerme la luz del Amor Divino

*

En todo lo que puedas amar, amas el Sí
que habita en ti;
en todo amor, amas el Bien
que reina en lo Alto.

Y es parte de la salvación de tu alma
el que lo sepas;
y que en todo amor tu corazón más profundo
glorifique al Altísimo

*

Allá afuera ente la puerta,
allá me agrada estar solo,
escuchar el canto de los pájaros
a la luz del atardecer.

Me he perdido a mí mismo,
ya no sé quien soy;
porque sólo el Gran Uno
llevo en mi pensamiento.

Sin embargo, tantas cosas hay,
que son dignas de amor;
Dios, a través de su imagen,
ha vuelto mi corazón hacia el Uno.

*

El corazón está hecho de Verdad
en su interior más profundo.
En él canta el Bien Supremo
en horas a Dios consagradas.

Que la Verdad sea la fragancia del alma,
y no la agitación del mundo.
Tu corazón es la firme fortaleza;
en él moran Luz y Amor.

*

Silencio en Dios. Sin fin podría alabarte
dentro de mí. así como la Belleza produce Amor,
así tú me traes la felicidad del amor,
aun cuando ninguna otra alegría me quedara.

Silencio en Dios, a mí te acercas siempre de nuevo;
y así mi corazón nunca se cansará de loarte;
tal como las gracias que Dios me ha otorgado
resuenan día tras día en mi alma.

*

Piensan en Dios y cuentan sus oraciones
junto a una trémula luz;
deslizan las perlas sagradas
con celo, hasta que el hilo se rompe.

Allá en lo alto canta una alondra
llena de alegría ante la Faz de Dios;
trina y se eleva hacia el cielo,
y no cuenta sus exclamaciones de júbilo.

San Bernardo dijo: el amor es,
porque es el amor.
Y dichoso aquel que al amar
se olvida de contar y se olvida de si mismo.

*

Tú, que rezas en la soledad, no pienses
que estás solo; también para otros,
a los que no conoces, tu oración es un bien,
una bendición y un deber.

El recuerdo de Dios lo debes al Altísimo;
después a ti mismo y también a tu prójimo.

El lugar donde os detenéis ante el Señor,
es como un polo alrededor del cual gira el mundo.

*

Habla con Dios. El te responderá,
o Su silencio te será una respuesta;
porque El está contigo; tu nunca estás solo.
Que en su quietud pueda tu corazón estremecerse
y escuchar lo que dice el Nombre divino.
Presientes cómo florecen los jardines celestiales;
oyes las profundas melodías del Ser,
el canto primordial de amor y de luz.

*

Porque Tu eres mi Dios, a Ti te llamo;
Tú nunca me abandonarás.
Tú eres el Refugio, el Bien Supremo.
¿Quién puede abarcar al Altísimo?

Y aunque el mundo se rompiera en pedazos,
Tu eres lo que me quedaría.
Yo no sé qué es el mundo, qué soy yo.
Sólo se que amo.

*

El principio del recuerdo de Dios es el silencio
del alma aguardando la plenitud divina;
y acaba en la melodía de la consolación.

¿Acaba? El amor de Dios nunca acaba.

*

¿Qué es el ego?, ¿quién ha tejido este sueño
que sólo a mí y no a otro pertenece
y que, sin embargo, a otro anhela,
en quien, amando, olvida sus miserias?

¿Soy yo el velo de los recuerdos,
el ser que quiere dispersarse sin sentido,
arrastrado sin amparo por el tiempo
y que nada quiere perder ni lamentar?

¿Soy yo un ser que desea perpetuarse
y no quiere comprender que todo es apariencia?

Sólo soy yo mismo en la Palabra de Dios,
que me permite despertar en el Puro Ser.

*

Uno quisiera que todo fuese armonioso
en nuestro ambiente y en nuestra propia vida.
Un deseo demasiado pequeño. No hay nada mejor
que elevarse espiritualmente por encima de todo ello.

*

¿Habéis visto cómo la pompa de jabón
tornasolada en delicados colores asciende y cae,
se eleva hacia lo alto y, después, se pierde en la hierba
y ya no es más? Así ocurre con el mundo
y con la vida. No con nuestro corazón
que ha visto a Dios. Así como en un santuario
las velas consagradas, en estática devoción,
permanecen ante Dios, así será también tu corazón.

*

Angustia, miedo a la vida: ésta es una locura
que han producido nuestros tiempos enfermos;
el miedo a la existencia no se conocía en tiempos de fe,
que protegía rigurosamente las almas
ya las hacía felices.

Con la herida de la duda
sucumbe nuestra alma,
perece nuestro mundo.

*

Si el hombre se vuelve hacia Dios,
el malvado enemigo se vuelve hacia el hombre,
acechándole para provocar el desasosiego.

La sabiduría y la oración
son una muralla de luz y amor alrededor de la paz del alma.

Las pruebas tienen que existir;
Dios no abandona a quien en El confía.
En vano el Infame busca el engaño y la contienda;
la perfidia del Maligno se convertirá en la victoria del Bien.

*

La amargura puede amenazar a todo hombre,
tal como la melancolía; ambas, queridas por el diablo,
son una derrota, contrarias a la salvación,
e incompatibles con la naturaleza del Espíritu.

Es como si el psiquismo lo fuera todo.
Acógete al refugio de la Doctrina divina:
la verdad y la humildad te liberarán.

*

A través de las cinco puertas de los sentidos,
todas las imágenes del mundo penetran en ti;
pero si cierras los ojos, también del alma,
te hallarás en el silencioso pabellón del Espíritu.

No te dejes seducir por ningún sueño
del exterior y de tu propia alma
que la Mâyâ terrena te quiera ofrecer.

El estruendo del mundo es ensordecedor;
el Espíritu es silencio.

*

El valor del hombre reside en su dignidad,
en su ser ante Dios, no en sus acciones;
el hombre de ciudad que habita en altos edificios
no debe burlarse de aquel que vive en cabañas.

El valor del hombre se halla en su actitud
frente al Absoluto, no en su «dónde» y «cómo»,
tanto si cultiva el arte o la ciencia,
como si caza bisontes en las praderas.

El mundo es símbolo, cualquiera que sea su apariencia;
sólo el Gran Uno es Realidad.

*

Mundo, velo de sueño, casi desgarras mi corazón;
en ti hay sabiduría, necedad, alegría y dolor,
o también la nada. ¿De qué nos sirven vanas preguntas?
Todos debemos soportar la carga de la vida.

La carga, la felicidad. Arroja lejos toda aflicción,
la primera bendición tiene la última palabra;
el comienzo y el fin se dan la mano.

¡Que pueda tu corazón, por encima del tiempo y el espacio,
encontrar el dorado contenido de la existencia!

*

Tiempo de la juventud -ya lejano, pasado-
cerrado como un libro de imágenes.
Toda alegría, todo sufrimiento
se han fundido en el ayer.

Tiempo de la vejez: tú lo llamas tiempo,
pero es un jardín silencioso
que exhala el perfume de la Eternidad;
una mirada hacia atrás, una espera

y un permanecer en Aquello que era,
es y será; eternamente.

*

En nuestra infancia imaginamos que el mundo
está en orden, que la vida es placentera;
pero en la edad avanzada vemos que el mundo está enfermo;
y que lo que puede ofrecer son uvas amargas.

Las Escrituras nos enseñan sobre la caída:
una maldición ensombrece todas las cosas terrenas
y nuestras almas. Sálvese el que pueda hacerlo;
y quiera Dios que nuestra obra tenga éxito.

Si en espíritu puedes transformar el plomo en oro,
entonces también el ángel del destino te será propicio.

*

Sólo un hombre se halla ante Dios y Le invoca,
y toda la humanidad está en él contenida;
todas las oraciones de este mundo terreno
puedes unirlas en la invocación de tu corazón.

Todo en uno: así también es el tiempo;
¿qué es un día, qué es la vida entera?
Si te mantienes ante Dios con toda tu fuerza,
entonces tu pobre presente es Eternidad.

*

Poesía, danza y canción, y tañido de laúd;
lenguaje del arte y lenguaje de la naturaleza.
No digas que sólo son placer de los mundanos:
todo ello da testimonio de profundidad y del más elevado fin.

La belleza y el amor están lejos del egoísmo,
y de los fríos pensamientos cerebrales del orgullo.
Dos sabios que han bebido de la copa de la belleza,
caminan por elevados senderos, estrella tras estrella.

Oh amor, que reconcilia toda oposición:
pensamiento y experiencia; sonidos de cuerdas,
y canción, que de la nostalgia sagrada canta.
¡Oh belleza, que coronas el afán de la Verdad!

Oh dulce melodía, sonido de violín de un ángel,
tú revelas aquello que las palabras ocultan.

*

Los hombres parecen estar huyendo
¿qué les inquieta, qué les hace huir?
No sólo huyen ante lo desconocido que les amenaza,
huyen de sí mismos, de sus miserias,
de su simple existencia. Hombre escucha:
tú estás en la linde del Ser, ¿a dónde vas?
¡Deténte!
Dios es el Centro y el Reposo.

*

Oración en la piedra: así es la elevada catedral,
su largo interior, solemne y lóbrego;
una vidriera, por donde la luz se hace multicolor;
y devoción, que se detiene ante imágenes doradas.

En la casa de oración del Islam, sencilla y sin imágenes,
el rostro de la piedad se dirige hacia la Meca;
de pie y rezando, los hombres alineados
en el perfume de la fe, de la sumisión a Dios.

Oh santuario de la naturaleza virgen:
ni piedra ni tapices, sólo bosques y praderas,
cumbres de montañas, sol y noche profunda;
Supremo Todopoderoso, que todo lo abarca.

Un santuario que Dios nos ha dado:
no está lejos, es la vida más cercana;
¿dónde están las alturas en las que reinan los dioses?
En el cuerpo del hombre la Divinidad desea habitar.

*

Me asombra que tantas personas sueñen
con palacios relucientes, ricas habitaciones,
todo adornado con oro y piedras preciosas;
¿dónde está la felicidad? Más bien se podría llorar.

Muchos viven en ciudades demasiado construidas,
en edificios como torres de Babel,
duros y fríos gigantes, como encadenado
se pasa la vida; el tiempo grisáceo se funde.

Y muchos no ven que lo hecho por Dios
es infinitamente mejor que lo artificial o inventado,
mundo de la razón, imaginado por el hombre;
la Gracia se encuentra en prados, campos y bosques,

en la naturaleza floreciente de Dios,
o cuando la nieve pura cubre la tierra.
El Altísimo nos ha dado nuestro hogar;
el hombre poco necesita para vivir en Dios.

*

Pensáis que la vida terrestre es una posesión;
no; la vida y el cuerpo no son más que un préstamo.
La existencia futura nos da infinitamente más
de lo que puede ofrecernos la vida terrestre.

Aquello que nos conduce al error y al sufrimiento,
disciérnelo y evítalo.
El sufrimiento no es más que ilusión, es pasajero;
el resto es alegría.

La felicidad no se halla en un simple vivir ciego,
yace en la oración; y en el noble don.

*

Sientes que este mundo terrenal es triste,
mas por esta tristeza no debes lamentarte;
no digas que el Universo es malo.

Porque cada sombra terrenal tiene un fin,
e infinita es la dicha escondida en las cosas;
la vida puede ser pesada, pero el alma tiene alas.

La doble naturaleza de este mundo contempla:
un lado es hierro, y el otro oro.
Tu bienaventurada naturaleza interior debes ver,
entonces sabrás: Dios la hizo pura y libre.

*

Dime por qué has amado la cima de la montaña,
su sereno silencio y su pureza,
y yo te diré que el reposo de nuestro espíritu
es la soledad con Dios; serenidad
por encima del estrépito de los pensamientos. Y dime por qué amas el secreto del bosque susurrante,
su santidad y su oscura seguridad,
y yo te diré que nuestro gozo perdurable
es unión, amor en nuestro corazón más profundo,
sumergiéndose en el Misterio de nuestro ser;
unión con lo que soy, y lo que eres.

Poemas extraídos en su mayor parte de:
AMOR Y VIDA poesías de FRITHJOF SCHUON

Pequeños libros de la Sabiduría – Olañeta editor

APROXIMACIÓNES AL FENÓMENO RELIGIOSO

APROXIMACIÓNES AL FENÓMENO RELIGIOSO

FRITHJOF SCHUON

1984

“Las catedrales tienen a menudo, y tal vez incluso siempre, irregularidades intencionales que significan que sólo Dios es perfecto y capaz de perfección; que las obras humanas, como el propio hombre, son necesariamente imperfectas. Y esto se aplica al universo entero, luego a todo cuanto no es Dios; “¿Por qué mellamas bueno?” dijo Cristo. No hay que asombrarse, por consiguiente, de que este principio englobe igualmente el ámbito de lo sagrado… y ante todo las religiones mismas. “Este libro se dirige a todo aquel que dese e comprender en profundidad lo que es una verdadera religión, sus aspectos positivos, a saber, su carácter sobrenatural, pero también sus limitaciones, ya que tal religión no es tal otra. El libro se divide en tres partes: I) Doctrina general, II) Cristianismo y III) Islamismo.

El primer capítulo, “La intuición decisiva”, recuerda los fundamentos metafísicos de toda religión revelada, fundamentos que le dan fuerza y legitimidad. Responde también por consiguiente a las objeciones clásicas de los no creyentes y de los racionalistas cuando critican las contradicciones de la imaginería religiosa y del dogmatismo; recuerda finalmente que la presencia, en la historia de esta humanidad, del arte sagrado y de los santos en todas las religiones debería ser una prueba suficiente, si se tiene el sentido de las proporciones, de la justificación de la fe y de las religiones.

El segundo capítulo, “Ambigüedad del exoterismo”, desarrolla desde nuevos puntos de vista un tema ya largamente explicado en otros libros, teniendo además la ventaja de analizar más sistemáticamente la noción de exoterismo en sí misma y los diversos planos a los que se puede aplicar: un capítulo sumamente útil para ayudar a resolverlas confusiones frecuentes que se dan en el uso de esta noción. Los dos problemas de la predestinación y del mal son tratados de tal manera que seve cómo la perspectiva metafísica permite, mejor que las teologías, resolver las dificultades que tales temas comportan. Un problema espinoso, el del infierno eterno, es igualmente estudiado en detalle. La teología de los exoterismos monoteístas es presentada bajo su verdadero aspecto y pero también con sus limitaciones, lo que prepara al lector para las dos otras partes del libro, que tratan de las dos grandes religiones, el cristianismo y el Islam.

Por lo que respecta al cristianismo, Schuon trata en primer lugar de la complejidad del dogmatismo en el catolicismo, la Ortodoxia y el protestantismo y pone esta noción en relación con lo que él llama la asistencia del Espíritu Santo. Este análisis desemboca en una distinción muy valiosa entre dogmas “informantes” (los que expresan directamente la verdad) y dogmas “funcionales” (los que tienen esencialmente como objetivo el de determinar actitudes morales ye spirituales y que pueden ser erróneos pero eficaces).

Viene a continuación un análisis de las divergencias entre las tres confesiones cristianas con observaciones que arrojan luz sobre las nociones de sucesión apostólica, de redención histórica, de salvación y de gracia, y también breves explicaciones sobre las divergencias rituales(la Cena luterana y la Eucaristía). Un capítulo remarcable sobre la Santísima Virgen (La Sede de la Sabiduría) expresa una dimensión muye special sobre la imcomparabilidad y la unicidad “avatárica” de la Virgen María. Es significativo señalar que este capítulo cierra la parte sobre el cristianismo e introduce de alguna manera la parte sobre el Islam, pues María es con todo derecho el lazo sagrado por excelencia entre las dos religiones.

La parte dedicada al Islam es dos veces más larga, siempre por la razón de que esta religión es mucho menos conocida y comprendida por los lectores occidentales en general, pero también porque proporciona ejemplos particularmente iluminadores de lo que es el fenómeno religioso. Tras haber recordado lo que, metafísicamente, caracteriza esencialmente al Islam y su sentido riguroso del Absoluto, Schuon consagra algunas páginas al antinomismo dialéctico cuyo prototipo, escribe, “nos lo proporciona, a fin de cuentas, la diversidad de religiones: aparentemente falsas una con respecto a otra, son verdaderas cada una en sí misma y además, esconden -y provocan-una verdad común y unitiva, que será del orden de la sabiduría primigenia y perenne”.

Todos los capítulos que siguen interesarán a los lectores que quieran acceder a una comprensión no sectaria y no confesional del fenómeno religioso, una comprensión que restituye sin embargo a este fenómeno todo su valor. Hay que destacar el último capítulo, muy revelador, si no “revelado”, sobre el Misterio de la Substancia Profética, que completa en profundidad el capítulo sobre el Profeta en Comprender el Islam.

Lista de los principales temas abordados en
Aproximaciones al Fenómeno Religioso
Frithjof Schuon

Prólogo

I. Doctrina general
La intuición decisiva
Ambigüedad del exoterismo
Los dos problemas
Tras las huellas de la noción de eternidad

II. Cristianismo
Complejidad del dogmatismo
Divergencias cristianas
Sedes Sapientiae

III. Islamismo
El Islam y la conciencia de lo Absoluto
Observaciones sobre el antinomismo dialéctico
Diversidad de las vías
Transcendencia e Inmanencia en la economía espiritual del Islam
El problema de las delimitaciones en la espiritualidad musulmana
El misterio de la substancia profética

Prólogo
¿Cómo aproximarse al fenómeno religioso?
Quien dice religión, dice encuentro entre lo celestial y lo terreno,lo divino y lo humano
La metafísica en nuestros días es reemplazada por la psicología
Saber lo que es el hombre, es saber lo que es Dios
Lenguaje simbolista y doctrina de fondo
La doble misión del hombre

I.Doctrina general
La intuición decisiva
El contenido y la razón de ser de las religiones
Legitimidad y relatividad de las religiones
Algunos aspectos positivos de la crítica racionalista a los dogmatismos
Contradicción en la imaginería y sin embargo coherencia en el fondo
¿Qué hay que entender por el término Dios?
¿Por qué existen contradicciones en las Revelaciones?
La inherencia de la Verdad en nuestro espíritu
La ausencia de intuición religiosa es función de un defecto de carácter, de orgullo sobre todo
Dos pruebas irrecusables de la religión, la santidad y el arte sagrado

Ambigüedad del exoterismo
Solo Dios es bueno, nada es absolutamente perfecto en la tierra
Los tres ordenes del exoterismo: un sistema de símbolos y de medios, una vía y una mentalidad
Es importante no confundir estos tres planos
Relación exo-esoterismo en el hinduismo
Dogmatización de las especulaciones teológicas en los exoterismos monoteístas
El exoterismo debe tener en cuenta la debilidad y la necedad de los hombres
Un ejemplo de humilitarismo sentimental e individualista
El símbolo del sol en el Islam
El principio de verdad “funcional”, no “informante”, de Asharî
¿Politeísmo e idolatría en el Islam?
El arte en el Islam
A propósito de ciertas vestimentas de la mujer musulmana
Reducción del hombre a un aspecto privativo o negativo en las religiones semíticas
Lo que ocurre cuando dos religiones se rozan
El esoterismo contiene las únicas cosas que el Cielo exige de una manera absoluta

Los dos problemas: la predestinación y el mal
La predestinación y al mal vistos por la piedad antropomorfista
La teología se detiene a mitad del camino
Absoluto e infinito
Solución metafísica del mal
Solución metafísica de la predestinación

Tras las huellas de la noción de eternidad
Definición de la eternidad: lo que está más allá de la duración y por consiguiente no tiene ni comienzo ni fin
¿El infierno eterno? ¿Quién se condena verdaderamente?
El ateísmo y el infierno eterno
A los descreídos les molesta el antropomorfismo escrituario
El hombre filosóficamente ingenuo y el hombre dotado de sentido crítico
La Eternidad, dimensión de lo Infinito
La divina Omnipresencia y la divina Eternidad vistas por el orgulloso
y por el hombre de bien

II. Cristianismo
Complejidad del dogmatismo
La garantía de la asistencia perpetua del Espíritu Santo
Grados de verdad en los dogmas y “upaya”
El dogma católico del purgatorio
Dogmas “informantes” y dogmas “funcionales”
La negación protestante del purgatorio
La idea de la reencarnación
La negación de la crucifixión de Cristo en el Corán
La historia bíblica de la Creación

Divergencias cristianas
Divergencias entre catolicismo y evangelismo
Los dos grandes principios de los fenómenos religiosos: la sucesión apostólica y el “mandato” del Cielo
La Reforma, función únicamente de principio “Mandato del Cielo”
Protestantes y amidistas
La idea de la Redención
El pesimismo antropológico de San Agustín
Obras meritorias y fe
Rechazo del ascetismo monástico en los reformadores
Divergencias rituales
La Cena luterana y la oración musulmana
Utilización abusiva de la misa en el catolicismo
Las tesis eucarísticas del catolicismo y de la Ortodoxia
Rechazo de la tradición por parte de la Reforma para basarse solamente en la
Escritura
Una cierta burocratización de lo sagrado en el catolicismo
La noción de Tradición en la Ortodoxia
El sentido de lo sagrado en el catolicismo
El vacío litúrgico provocado por la Reforma protestante
Destrucción de la basílica de Constantino en Roma por los papas
La falsa plenitud del arte del Renacimiento
¿Son los protestantes los únicos responsables de la desviación moderna?
Civilizacionismo e industrialismo
El argumento de Gamaliel
Intención paradójica de interiorización y de exteriorización en el
luteranismo
Potencialidad espiritual de la sexualidad redescubierta por la Reforma
¿Por qué el protestantismo no posee un método de oración jaculatoria?
“Cuando dos o tres se reúnen en mi Nombre, yo estoy en medio de ellos”

La sede de la Sabiduría
La Santa Virgen y el Loto
“Trono de la Sabiduría”
La Sapiencia de Salomón y la Sabiduría de la “divina María”
El número salomónico
Definición del espacio
El mensaje espiritual del número-principio seis
La Feminidad “in divinis”

III. Islamismo
El Islam y la consciencia de lo Absoluto
Ser necesario y Sumo Bien
El mal no puede ser absoluto
Está en la naturaleza del Bien el comunicarse
El velo de Mâyâ
La razón de ser del hombre es su relación con lo Absoluto
En esto se basa toda religión verdadera
Lugar del Islam desde este punto de vista
La certeza en el Islam
La reputación del musulmán de ser inconvertible
“Señor/siervo”, “Dueño/esclavo”
La noción de derecho implica la de deber
La ley está ahí para el hombre, el hombre no está ahí para la Ley
Fanatismo y fatalismo: exceso de la certeza y de la serenidad
Combatividad y resignación

Observaciones sobre el antinomismo dialéctico
Definición del antinomismo dialéctico
Su prototipo: la diversidad de las religiones
Su arquetipo: el fenómeno de la individualidad
Extremo temor, extrema confianza, temperamento espiritual del oriental
Explicación de pasaje coránico: “Dios perdona a quien Él quiere y castiga a quien Él quiere”
Resumen de la doctrina de la “Voluntad divina”
La insistencia islámica sobre el valor religioso de la sexualidad
Las ventajas del matrimonio según Ghâzalî
El gran enigma de la mentalidad sufí media
Fideísmo ciego, legalismo pedante
El caso del santo deseoso, por exceso de temor, de ser una brizna de paja más que un hombre
¿Hacer entrar a los hombres en el Paraíso a latigazos?
El hadîth que condena a los pintores y a los escultores al fondo del infierno
El temor de Dios
Lenguaje abstracto y lenguaje gráfico
Un aspecto desconcertante de la mentalidad demasiado simbolista: la omisión de las precisiones necesarias
Los dos tipos de pensamiento simbolista

Diversidad de las Vías (en el sufismo)
La vía de las “estaciones” (y la vía de “atracción”)
Larga nota sobre el esoterismo auténtico y las instituciones dinásticas
Recuerdo de Dios e idolatría de las causas segundas
Dios y el mal
Peligro del narcisismo espiritualista
El peligro de orgullo en la vía
Un cuento popular alemán: el héroe que parte a la aventura en su caballo blanco
Las dos taras mayores del alma humana: el olvido de Dios y el orgullo
La vía de atracción: ventajas e inconvenientes
El majdhûb

Transcendencia e Inmanencia en la economía espiritual del Islam
El Islam exotérico insiste en la Transcendencia, el esoterismo
en la Inmanencia
Problema de la exoterización del esoterismo
El ascetismo sufí, ascesis física, moral
La sinceridad: paso de lo cerebral a lo cardíaco
Una vez más el problema de los excesos
Hasan ash-Shâdhilî, indemne de estas extravagancias
La sobriedad y la embriaguez espirituales

El problema de las delimitaciones en la espiritualidad musulmana
El Islam como síntesis terminal
Temor, Amor y Conocimiento
Crítica del sufismo medio
Comparación entre las tres perspectivas, makhâfah, mahabbah y ma’rifah
¿El Islam religión del Amor?

El Misterio de la Substancia Profética
Diversidad de las relaciones entre Substancia y accidentes
La substancia espiritual del Profeta del Islam
Verdad y Corazón
Números impares y números pares
Los cuatro ríos del Paraíso, los cuatro puntos cardinales y las cualidades del Profeta
Serenidad, Recogimiento (la Paz), Fervor, Certeza
Fe e intelección
Otra manera de ver las cualidades del Profeta
La función sacramental del Corán
El arte y la artesanía de los musulmanes
“Las Mujeres, los Perfumes y la Oración”
La aparente incoherencia del Islam (ascesis y vida sexual del Profeta)
Dos aspectos de la feminidad, la mujer gloriosa y la mujer mártir
El amor a la oración
Los 201 nombres del Profeta
Contemplatividad y nobleza de carácter

RESUMEN DE METAFÍSICA INTEGRAL

RESUMEN DE METAFÍSICA INTEGRAL

FRITHJOF SCHUON

1985

Dar una visión de conjunto de la metafísica integral es, o trabajo de Hércules, o juego de niños… Después de todo… la razón de ser de una doctrina no es transmitir mediante palabras el conocimiento total, sino simplemente ofrecer puntos de referencia que puedan permitir acceder a ese conocimiento—con ayuda de Dios—o más bien a sus elementos esenciales” (p.7)

Este libro respondía a una necesidad, la de presentar de una manera global pero concisa, los aspectos principales de la metafísica integral. Nuevas ideas generales sobre la Creación como cualidad divina y sobre la relación entre la Divinidad y el mundo van seguidas de capítulos que ponen de relieve los caracteres irrefutables de la religión como tal, por contraste con ciertos fallos propios del exoterismo religioso.

En el plano de las aplicaciones más concretas de la metafísica, dos estudios sobre el papel de la emoción y sobre la impostura del psicologísmo contemporáneo introducen a los temas de los últimos capítulos, el enraizamiento divino de las virtudes y la naturaleza de la verdadera dicha.

Lista de los principales temas tratados en

Resumen de Metafísica Integral

Frithjof Schuon

Prólogo

Primera Parte: Mundo de los Principios

Resumen de metafísica integral

La creación como cualidad divina

La cadena ontocosmológica

Dimensiones de la Omnipotencia

Segunda Parte: Mundo de la Tradición

El misterio del Rostro hipostático

La religión irrefutable

Dos esoterismos

Fallos en el mundo de la fe

Tercera Parte: Mundo del alma

Ambigüedad del elemento emocional

La impostura psicologista

Anonimato de las virtudes

Pruebas y felicidad Prólogo

Razón de ser de una doctrina

¿Por qué un nuevo texto que repite cosas ya dichas?

¿Puede el lenguaje expresar adecuadamente realidades metafísicas?

Primera parte: Mundo de los Principios

Resumen de metafísica integral

Una visión de conjunto de la doctrina metafísica, Absoluto e Infinito

Relación entre elo Infinito y lo Absoluto

Esencialidad y potencialidad

El “Sumo Bien”

Fuente de la diversidad de los bienes manifestados en el mundo

Transcendencia e Inmanencia

¿Por qué existe la manifestación universal?

Manifestación universal (hinduismo) y creación (monoteísmo)

Dios y el mundo

El Cielo y la Tierra

El Logos, verdadero hombre y verdadero Dios

Los cuatro grados fundamentales del Universo total

Las tres gunas

La complementariedad entre función activa y pasiva

Consciencia-Poder-Amor

El ternario masónico “Sabiduría-Fuerza-Belleza”

Perfección y proyección

La creación como cualidad divina Doctrina del mundo de los hindúes y de los griegos
El mundo en los semitas monoteístas
Necesidad de la manifestación cósmica y coeterna
Determinado mundo y el mundo como tal

La creación del mundo “ex nihilo”
Interpretación esotérica de esta fórmula
Creatio per Verbum
Incomprensión del “demiurgo” platónico por parte de los teólogos

A propósito de la palabra “caos”
El Agua de los acadios-babilónicos, sobre Tales, el infinito de Anaximandro, el fuego de Heráclito
Los mitos de la mujer “pecadora”, prisionera de las potencias ctónicas (Eva, Eurídice, Sîtâ, Izanami)
La doctrina hindú como la expresión más completa del misterio cosmogónico
La doctrina de Mâyâ
Doctrina de los ciclos cósmicos, las cuatro edades
Las dos Mâyâ del Vedânta

Relatividad ascendente y Relatividad descendente
Exteriorización creadora e interiorización iniciática
El verdadero “realismo” en el arte La cadena ontocosmológica

Una cadena descendente de triángulos
Primer triángulo: el Sumo Bien
Segundo triángulo: el Ser creador y personal
Tercer triángulo: Purusha y Prakriti
A continuación viene el Logos manifestado, después el Intelecto universal y la Substancia universal, después la producción y finalmente el mundo Trinidad, dualidad, cuaternidad
Dimensiones de la Omnipotencia
Dios y el mal
Está en la naturaleza del Bien el comunicarse
La Infinitud como shakti de lo Absoluto
¿Se identifica Mâyâ con el mal?
Sobre el milagro, modalidad de la divina Omnipotencia

¿Por qué Dios, si es bueno, no elimina el mal?
Los diferentes grados o relaciones de la cualidad divina de Bondad
La victoria sobre un mal (San Pablo) presupone un mal que suprimir
El fenómeno psicológico de la costumbre y gratitud
Sobre las antinomías “verticales” y “horizontales”
¿Es Tamas el mal? Dios “ama” y “castiga” al mundo

Segunda parte: Mundo de la Tradición
El misterio del Rostro hipostático
Dios personal y Divinidad suprapersonal
Rostro “confesional” de Dios
Los ángeles
Cambiar de religión es cambiar de planeta
Idea-Fuerza de cada

Rostro divino, en el cristianismo, en el Islam
El cristianismo en cuanto upâya, el hombre = pecador pero también “hijo” de Dios
El Islam, el hombre = esclavo, pero también vicario
El arquetipo de la noción de amor a Dios
¿Un “Mensajero religioso” más perfecto que otro?
¿Por qué se encuentran excesos de opinión incluso entre esoteristas de primera línea?
Las dos circunstancias atenuantes de las opiniones excesivas en un medio confesional
La religión irrefutable
Confrontación entre cristianismo e Islam
La clave sobrenatural de la oración
La “fe que salva”

Mensaje y Mensajero en el Islam y en el cristianismo
El cristianismo y el misterio de la Inmanencia
El Islam y el misterio de la Transcendencia
¿Qué es la Salvación?

Dos esoterismos
Verdad coloreada, Verdad incolora
El esoterismo en sí y el esoterismo de determinada religión
Escrituras y formulaciones fundamentales de las religiones
Teofanías
El Advaita Vedanta, esoterismo intrínseco que se basta a sí mismo

La gnosis, enemigo número uno de los teólogos
La pseudognosis racionalista de nuestro tiempo
Característica de la mundanalidad de los occidentales
Fallos en el mundo de la fe
Opiniones y actitudes más o menos ininteligentes en medio religioso
¿A quién se dirige en primer lugar la religión?
La metafísica pura no puede ser para todos
Tendencia de las perspectivas confesionales
Importancia de la sentimentalidad en los confesionalistas
El prejuicio moralista
Paréntesis sobre la cuestión de las dos naturalezas de Cristo
Grados de gravedad de la piadosa miopía
Sobre la necedad
¿Debe la religión adaptarse al hombre de nuestro tiempo?
Las tres nociones que faltan en el “mundo de la fe”
Nocividad de la reacción racionalista a la perspectiva de la fe
La Belleza, encuentro del mundo de la gnosis y del mundo de la fe

Tercera parte: Mundo del Alma
Ambigüedad del elemento emocional
¿El hecho de no ser emocional es prueba de objetividad?
Sobre la Santa Cólera
Contra ciertos psicoanalistas
Derechos de la impasibilidad
La emoción del hombre espiritual y la emoción del hombre profano
Comprensión y admiración
Objetividad = adecuación al objeto
Contradicción del “objetivismo” antiemocional y artificialmente impasible
La impostura del psicologismo
Definición del término “psicologismo”
La doble impostura del psicoanálisis
La siniestra originalidad del psicoanálisis
Las cuestión de los complejos, los equilibrios a toda costa
Usurpación, por el psicoanálisis, de la religión y de la sabiduría

El europeo, excesivamente “cerebral”
Superioridad, en ciertos aspectos, de los hombres llamados “primitivos”
Estragos del psicoanálisis en el mundo de los “creyentes”
La desgracia del culto a la Santísima Virgen
Es necesario volver a la ciencia de las virtudes y los vicios
Anonimato de las virtudes
Sobre el orgullo
¿Tener consciencia de las propias virtudes, es orgullo?
¿”Inteligencia se identifica al orgullo”?
Disfrutar de una buena consciencia
¿Hay que “querer” adquirir una virtud?
Sobre el perfeccionismo
¿Cómo hay que amar las virtudes?

Comportamiento del orgulloso a quien se le reprocha un defecto
¿Qué hay que hacer para vencer un defecto?
Nuestro deseo individualista y perfeccionista de santidad no puede interesar al Cielo Sobre el deseo de no ser imperfecto

Pruebas y felicidad
Inevitabilidad del mal en el mundo y en el destino
¿Por qué se habla de pruebas?
La resignación a la voluntad de Dios, regla de oro de toda felicidad
Ayúdate y el Cielo te ayudará
La prueba como castigo o como gracia
Sobre la santa gratitud
Hay que evitar sucumbir a la hipnosis del mundo que nos rodea
Pruebas rituales e iniciáticas, la del agua y la del fuego
¿Cuál es la primera condición de la felicidad?
La espera profana del sentimiento de felicidad
Sobre la “vida de oración”
Sobre la esperanza “Amo porque amo”.
San Bernardo

TENER UN CENTRO

TENER UN CENTRO

FRITHJOF SCHUON

1988

Este libro extremadamente rico y original en el marco de la obra schuoniana aborda cuestiones muy diversas pero expresa siempre lamisma mirada de la Sophia Perennis, a saber, la del “discernimiento de los espíritus” hacia todo lo que es humano. Es dehecho la prueba por excelencia de que el único “humanismo” posible y auténtico es el de la Sophia Perennis.

Esta es la razón por la cual la mayor parte de la obra está consagrada a la exposición de una antropología integral. Ésta es un excelente modelo de aplicación metafísica a lo humano y opera, en el lector impregnado del aire de los tiempos, una verdadera “purificación” liberadora.

Lista de los principales temas mencionados en
Tener un Centro
Frithjof Schuon

Prólogo
I. Antropología integral
Tener un centro
Panorama general de antropología
Inteligencia y carácter
Primacía de la intelección
La gnosis no es cualquier cosa

II. Ontología y cosmología
Categorías unmiversales
A propósito de una ambigüedad ontocosmológica

III. Perspectivas espirituales
Grados y dimensiones del teísmo
“Padre Nuestro que estás en los Cielos”
David, Shankara, Hônen
Claves fundamentales

IV. Temas diversos
A propósito del arte de traducir
El mensaje de un arte indumentaria
A propósito de una cuestión de astronomía

  *Prefacio*
“Un libro que contiene lo que contiene…”
Temas muy desiguales en este libro, pero todo está relacionado en la espiritualidad
¿La sophia perennis es un humanismo? Sí y no

*I. Antropología integral*

/Tener un centro/
¿Qué es ser normal?
Sobre la antropología espiritual y social de la India
Sobre los tres tipos superiores de hombre
Sobre aquellos que tienen varios centros
Predominio psicológico
Hay una esperanza para el hombre sin centro
Sobre la mujer que busca su centro en el hombre, que no hay que confundir
Con los tipos sin centro
Sobre la mezcla entre dos razas demasiado diferentes
Vivimos en un mundo que tiende a quitarles a los hombres su centro
Sobre el culto al genio
Ejemplo del hombre que tiene dos herencias
El hombre genial y sin centro es a menudo psicópata
Sobre el genio profano como médium de un arquetipo
¿Qué es lo censurable en el genio exteriorizado y mundano?
Sobre el narcisismo humanista y su manía de la producción individualista e ilimitada
Sobre la contradicción inicial del humanismo
Voltaire y el “buen hombre”
Algunos ejemplos concretos sobre la cuestión del genio
Beethoven
Wagner
Rodin
Una de las causas determinantes de la eclosión del genio: el empobrecimiento del ambiente
Nietzsche
Goethe
El novelista, Balzac, Dickens, Tolstoi, Dostoievsky
Wilde
Lenau
Van Gogh y Gauguin
Bizet
Ibsen y Strindberg
Victor Hugo
Un sector problemático de la cultura humanista: la producción filosófica
Circunstancias atenuantes de la filosofía profana en el nivel de las doctrinas
El mayor reproche que se puede hacer a los filósofos: la falta de intuición de lo real y del sentido de las proporciones
Pequeñez de una parte de la cultura burguesa
Sobre la “inercia” cultural
La manía constante de cambio
Manifestación sucesiva, en Occidente, de sus modos culturales
Sobre una cierta feminización de la cultura occidental a partir de la Edad
Media
Contra el prejuicio de que todo hombre de genio es necesariamente inteligente, Einstein
Sobre una inteligencia “brillante” pero horizontal, sin relación con
la verdad metafísica
Montherlant
Sobre la representación del cuerpo humano entre los griegos y entre los hindúes y budistas
Sobre la manía de ver el genio allí donde no lo hay
Sobre la gran facilidad de ser original mediante un falso absoluto
Aspecto subversivo del “realismo” literario
Definición de la verdadera originalidad
Sobre el verdadero genio que se ignora: Lincoln, Gandhi
Sobre el argumento racista de que los blancos tienen más genio que las otras razas
Sobre las etnias sin escritura: genio guerrero y regio, genio oratorio y épico, y genio contemplativo
¿Falta de cultura en los pueblos sin escritura?
Todas las maravillas artísticas de Occidente no existían al comienzo del cristianismo, son como un canto del cisne de los mensajes celestiales
Humanismo = individualismo = narcisismo
Sobre las tres cosas que la cultura humanista olvida: lo que es
Dios, lo que es el hombre y lo que es el sentido de la vida
Sobre la mejor manera de tener genio: por la sabiduría, la virtud y la santidad

/Panorama general de antropología/
Sobre el hombre en cuanto se distingue del animal
Sobre los tres aspectos del valor individual del hombre: físico, psíquico, intelectual, o los tres a la vez
La inteligencia no tiene valor efectivo sin la existencia de un carácter virtuoso
Sobre los diversos aspectos del hombre además de la distinción cuerpo, alma, espíritu
El sexo y la edad
La “casta” (el color)
Sobre los ideales humanos: el sabio, el santo, el héroe, el hombre honrado, y el hombre que no busca más que los placeres
Genio, talento y karma
Los tipos humanos, raciales, subraciales y astrológicos
Las determinaciones astrales no lo son todo
Sobre la fisiognomonía
¿Son las circunstancias mayores las que crean al individuo o bien es la posibilidad individual la que determina las circunstancias?
Los tipos “escatológicos”: pneumático, hilico o somático, psíquico
¿Por qué no ofrecemos ninguna información sobre la “Historia natural” del hombre?
Sobre la teoría “comodín” del evolucionismo
Es hombre aquel que “sabe pensar”
Virtudes naturales y virtudes sobrenaturales
Sobre la deiformidad como definición del homo sapiens

/Inteligencia y carácter/
En espiritualidad, el carácter de una persona forma parte de su inteligencia
Es necesario conocerse a sí mismo, al propio ego
Necesidad de la nobleza de carácter
Saber distinguir lo esencial de lo accesorio, presentir los arquetipos en los fenómenos
El fundamento del darshan hindú: presentir las esencias en las cosas
Moralidad e inteligencia
El ideal del homo sapiens: una perfecta inteligencia con un perfecto carácter
El esoterismo quintaesencial es la religión de la inteligencia
La sophia perennis puede ser considerada como un bien total en relación con los exoterismos
Corruptio optimi pessima o sobre la inteligencia impía

/Primacía de la intelección/
¿La prueba de una afirmación corresponde a aquel que enuncia la tesis?
Sobre la mala interpretación de la prueba ontológica de San Anselmo
Sobre un argumento falaz
Punto de partida totalmente contra natura de la prueba del puro lógico
Sobre el argumento de Râmânuja contra la doctrina shankariana de
Brahma y Mâyâ
Pedir la prueba de la intelección, es probar que no se tiene acceso a ella
¿Qué ocurre cuando se quita a Dios del universo?
Argumentos pseudomísticos del racionalismo puro (Kant)
Y sin embargo es perfectamente posible determinar los límites de la razón, pero solamente a partir del puro Intelecto
No hay que despreciar la apuesta de Pascal

/La gnosis no es cualquier cosa/
Diferencia entre la verdadera gnosis y sus falsificaciones
La gnosis es esencialmente la vía del intelecto
El gnosticismo, en medio cristiano u otro, es un tejido de especulaciones más o menos delirantes
¿Papel de la iluminación en la gnosis?
Sobre un significado superior de la palabra “iluminación”
Presencia de la inteligencia en cada una de las facultades mentales como el éter en cada uno de los elementos
Cierto realismo de la moral sentimental y humilitarista
La gnosis no es un lujo
Mente falible que registra y elabora y corazón-intelecto que percibe y proyecta su visión infalible en el pensamiento

*II. Ontología y cosmología*

/Categorías universales/
Sobre las categorías según Aristóteles
¿Cuántas categorías hay?
Sobre el problema crucial del mal
El mal también tiene una tendencia a comunicarse: ¿por qué?
Sobre las categorías “sujeto” y “objeto”
¿Qué es la complementariedad “sujeto-objeto” en el plano del conocimiento?
Objeto físico y Objeto meta-físico
Lo absolutamente otro y lo absolutamente Sí mismo
El objeto cósmico, entre la transcendencia y la inmanencia
Teosofía positiva y teosofía negativa
El espacio y el tiempo
Sobre el punto y el círculo
Relación entre la materia, la energía, la forma, el número y el espacio, y el tiempo
Sobre los números pares y los números impares
Naturaleza casi divina de los cuatro primeros números
Sobre el simbolismo de la cruz
Cualidad, cantidad, simplicidad, complejidad
Sobre la noción de “grandeza”
Sobre lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño
Nada es pequeño o grande en sí
Formas perfectas y formas imperfectas
Sobre el ser y sobre la nada
Sobre la noción de “nada”
En los fenómenos, es la intención divina la que prevalece y no el mecanismo de la manifestación
Sobre una realidad de hecho y sobre una realidad de apariencia
Cada categoría es una imagen de Dios
Prefiguración del par “materia-energía” in divinis
Sobre el espacio-tiempo a nivel ontológico
Sobre el sol como imagen del Ser divino
Sobre la “cantidad” y sobre la ilimitación de las cualidades divinas
Sobre las categorías como hipóstasis o proyecciones “arcangélicas”

/A propósito de una ambigüedad ontocosmológica/
Cuando el intelecto ve la Realidad a partir de lo absoluto o a partir de la relatividad…
Sobre el problema de la causalidad divina
Principio-Esencia, Principio-Persona, Principio-Demiurgo
Satán, en el monoteísmo semítico
¿Por qué para los chamanismos no hay diablo?
Interpretación del mito de la caída de Lucifer
Sobre el simbolismo del sello de Salomón
Sobre el sentido profundo del dualismo zoroástrico

*III. Perspectivas espirituales*

/Grados y dimensiones del teísmo/
A propósito de las palabras asociadas con el término “teísmo”
Meta-teismo del Vedanta o del taoísmo
Sobre el panteísmo
Teísmos y latrías
A propósito del culto a los animales
Diversas formas de latría en el seno de un mismo teísmo, ejemplo del
Islam
Sobre la ginecolatría en el hinduismo
Fundamento de todo ginecoteísmo
El androteísmo y el shaktismo

/”Padre Nuestro que estás en los cielos”/
Solo Cristo ha llamado a Dios “mi Padre”
¿Qué hay que entender por ello?
Hay que distinguir entre “nuestro Padre” y “mi Padre” en boca de Cristo
Paréntesis sobre lo que el Evangelio dice de la Santísima Virgen
Sobre la noción cristiana de hijo de Dios
A propósito de las prescripciones alimentarias y de las prohibiciones concernientes al Sabbat
Judío y Cristiano
Análisis explicativo del “Padre Nuestro” cristiano
Transcendencia e Inmanencia, e interrelaciones
Sobre la idea de Padre concebido “horizontalmente” o “verticalmente”
¿La religión debe incluir la noción de “Supra-Ser”?

/David, Shankara, Hônen/
David, la gran personificación de la oración
David y Salomón, dos polos inseparables
Shankara, un profeta pero no un fundador de religión, la gran personificación del discernimiento metafísico
Sobre el “milagro shankariano”
¿Proviene el advaitismo del budismo mahayánico?
Shankara y Buddha
En el plano de la metafísica pura, Shankara fue una de las autoridades más eminentes que hayan existido nunca sobre la tierra
Hônen Shônin es como la encarnación de la Fe y de la Invocación
La idea fundamental de la vía de Amitâbha
Alternativa entre la “vía del mérito” y la “vía de la gracia”
Combinación posible de las tres vías: vía de Oración (David), vía de Discernimiento metafísico (Shankara) y vía de Confianza salvadora (Hônen)

/Claves fundamentales/
Meditación, concentración, oración
Recuerdo sobre lo que es el puro Absoluto
Sobre los cuatro grados del Universo total: Supra-Ser, Ser-Dios,
Cielo, Tierra
Sobre los modos del Universo total: dualidad, trinidad, cuaternidad
Sobre la concentración en sí
Sobre la conciencia corporal
Sobre la conciencia del yo
Sobre los contenidos-simbolos de la actividad mental, imaginación, símbolos sonoros, símbolos visuales, etc…
El hombre posee un alma, ahora bien, tener un alma es orar
Resignación a la Voluntad de Dios
Petición de auxilio
Gratitud
Generosidad y confianza en Dios

*IV. Temas diversos*

/A propósito del arte de traducir/
Sobre el arte de hablar, de escribir o de traducir
Dos sentidos diferentes de la noción de traducción
Una traducción siempre debe expresar el pensamiento de su autor
Sobre algunos problemas de traducción
Ejemplos
Palabras noblemente populares y palabras vulgares y plebeyas
Sobre la cuestión del “purismo”
No traducir libremente, no comentar, no parafrasear
Sobre los giros en francés y en ingles
Una traducción debe ser literal en la medida de lo posible
Frase larga y frase breve
Cada lengua es un alma (Aristóteles)
Lenguas paralelas: el francés y el italiano
Lenguas complementarias: el francés y el alemán (ejemplo del Maestro Eckhart)
Sobre las diferencias cualitativas de las lenguas
Sobre lenguas europeas
El lenguaje humano en sí es algo sagrado
Distinguir bien entre evolución y degeneración

/El mensaje de un arte vestimentaria/
El vestido es una de las prerrogativas del hombre
Los vestido principescos y lo que demuestran
Sobre la Virgen celestial que trajo el Calumet a los indios
Sobre el estilo vestimentario de los Indios de las Llanuras de
Norteamérica
Sobre el sol de plumas de águila
Sobre el tocado del jefe y su significado
Sobre los flecos del vestido indio
Sobre las dos dimensiones del arte pictórico: la figurativa y la decorativa
El arte en general es a la vez un medio de expresión y un medio de asimilación
Vestido indio y Naturaleza virgen
A muchas personas les gustan los indios pero no osan confesarlo
¿Cómo se explica el prestigio del que gozan los indios en los medios
y en los países más diversos?
Sobre el rito del Calumet y la Danza del Sol
Algunas reflexiones sobre el destino trágico de los indios de
Norteamérica
Civilizado/salvaje; ciudadano/nómada
El hombre rojo víctima del sistema democrático y de su mecanismo ciego
Un genocidio organizado no es una “fatalidad de la historia”

/A propósito de una cuestión de astronomía/
¿Qué hay que tener en cuenta cuando se confronta la astronomía de
Ptolomeo con la de Copérnico?
Sobre el sistema geocéntrico
¿Ser partidario del geocentrismo es oponerse a los hechos descubiertos por la ciencia profana?
Sobre la curiosidad científica
Un argumento a favor del geocentrismo
Es aberrante querer hacer del sistema de Ptolomeo una astronomía en el sentido de la ciencia física llamada exacta
Sobre los derechos de la ciencia “exacta” (diferente del cientificismo filosófico y ostentatorio)
Conclusión: hay esencialmente dos tipos de apariencias, a saber; la apariencia que corresponde a una substancia y que hace función de símbolo y la que corresponde a un accidente y que no es más que una ilusión sin ningún alcance.

RAÍCES DE LA CONDICIÓN HUMANA

RAÍCES DE LA CONDICIÓN HUMANA

FRITHJOF SCHUON

1990

Como lo indica el título de este libro, se trata aquí de los principios fundamentales de la metafísica universal y perenne y de su aplicación en la vida espiritual y moral. El libro está dividido en tres partes: la primera trata de metafísica y de epistemología, la segunda, del esoterismo y de su interpretación de las religiones, mientras que la tercera pone el acento en la vida espiritual y moral.

Todo comienza con la inteligencia como principio de discernimiento. Schuon la define, a la luz de la sabiduría tradicional, como una intuición de la Realidad, o como un discernimiento entre lo Real y lo ilusorio, que debe manifestarse en todos los niveles del ser. Su órgano principal no es la mente, que es la sede de la razón discursiva, sino el Corazón, que no es otra cosa que el centro intuitivo y existencial del hombre. La razón abandonada a sí misma es incapaz de levantar el “Velo de Isis ” o el Misterio de la Realidad porque ella es siempre exterior a su objeto. A este respecto, Schuon consagra un capítulo importante a las limitaciones de la ciencia moderna. Esta última esta condenada al fracaso porque procede por medio de una exploración indefinida de los fenómenos al tiempo que es inconsciente de la Identidad Suprema entre el Objeto y el Sujeto en la Unidad divina.

Visto su a priori epistemológico, la ciencia moderna no puede sino ser ciega a las “pruebas” subjetivas y objetivas de Dios. Las pruebas objetivas comprenden la existencia pura, la extensión indefinida del espacio y del tiempo, y las cualidades existenciales, que dan testimonio, respectivamente, de la Realidad Absoluta, Infinita y Perfecta del Uno. Del lado de las pruebas subjetivas, la paradoja de la pluralidad de los “yo” tiende en definitiva hacia la sola y única realidad del divino Sí. La inmanencia del divino Sí está también en el centro de la dimensión salvadora de lo Divino, que es examinada en dos capítulos esenciales consagrados a la divina Shakti -la energía celestial y cósmica que nos atrae hacia el interior- y a la complementariedad entre el karma y la gracia, el primero de los cuales expresa la necesidad de lo Absoluto, y  la segunda la libertad de lo Infinito.

El enfoque esotérico permite a Schuon proporcionar al lector una fenomenología magistral y luminosa de las religiones que le conduce al corazón metafísico y sapiencial de las diversas creencias religiosas. Dos capítulos asombrosamente sintéticos dedicados al cristianismo y al Islam desvelan la dimensión interior y la especificidad de cada una de estas religiones. Schuon propone definir el cristianismo parafraseando la formula patrística “Dios se ha hecho hombre para que el hombre se haga Dios”. La primera parte de esta formula es la clave de una comprensión más profunda de la Eucaristía, del Icono y del divino Nombre como vehículos de la Presencia divina. En cuanto al Islam, Schuon lo considera la forma religiosa que manifiesta la substancia de todas las religiones por su simplicidad, su primordialidad y su carácter final. El Islam de Schuon es esencial y universal, como lo prueba la manera en que refiere los cinco pilares de esta religión a su significado espiritual interior.

Como en las otras obras de Schuon, la metafísica y la religión comparada encuentran su complemento espiritual y moral necesario en la ciencia profunda de las virtudes. Para Schuon, la quintaesencia de las virtudes es la veracidad y la sinceridad, o la conformidad con la Verdad y con las consecuencias que ella implica. Un último capítulo dedicado al significado espiritual del amor muestra como los amores terrenos son fundamentalmente puertas abiertas al amor de Dios, que es su esencia.

En un mundo cada vez más preocupado por la periferia fenoménica de las cosas, este libro aporta un mensaje, ¡cuán necesario!, de vuelta a las raíces de nuestro ser, sin la cual nuestra vida no es más que una agitación frívola o una actividad insignificante de hormigas humanas.

Lista de los principales temas mencionados en
Raíces de la Condición Humana
Frithjof Schuon

Prefacio
I. Principios y Raíces
De la inteligencia
El Velo de Isis
Problemas del espacio-tiempo
Mahâshakti
El enigma de la subjetividad diversificada
Huellas del Ser, pruebas de Dios
Dimensiones salvadoras

II. Perspectivas fundamentales
El hombre frente al Sumo Bien
Esquema del mensaje crístico
Esquema del mensaje islámico
Pilares de la sabiduría
El doble discernimiento

III. Dimensiones morales y espirituales
Sombras cósmicas y serenidad
Virtud y vía
Del amor

*Prefacio*
Ningún empirismo en metafísica
Racionalismo, negación de la anamnesis platónica
La naturaleza del hombre

*I. Principios y Raíces*
/De la Inteligencia/
Definición general de la inteligencia como percepción de una realidad
Distinción entre funciones y aptitudes
Limitación del esfuerzo mental
El fenómeno ambiguo de la ingenuidad
La inteligencia prometeica
Inteligencia y sentimiento de superioridad
¿Tener inteligencia o un buen carácter?
¿Es Aristóteles el padre de la inteligencia madura y eficaz?
Algunas notas sobre la gnosis (y no el gnosticismo)
Satanismo gnóstico y satanismo antignóstico
Tres fuerzas adversas contra el esoterismo
Abuso de la inteligencia no es inteligencia
¿El género humano es efectivamente inteligente?

/El velo de Isis/
Aspectos perniciosos de la ciencia moderna
Conocimiento sensible, conocimiento intelectivo
“Nadie ha levantado nunca su velo” pero la diosa consiente en levantarlo
La creación del hombre a imagen de Dios
El mundo de los átomos y de las galaxias
Apariencia y mecanismo en las cosas creadas
¿Determinismo o carácter arbitrario del mecanismo del mundo?
La causa de un fenómeno no está siempre en el plano en el que se produce
Causas físicas y causas metafísicas
Desaparición total del “velo”
Las nociones de objetividad y de subjetividad

/Problemas del espacio-tiempo/
La física integral no puede prescindir de la metafísica
Principio de relatividad y principio de absolutidad
Una aplicación de lo relativamente absoluto
Enigmas del espacio y enigmas del tiempo
Origen del universo
Tiempo y espacio

/Mahâshakti/
Definición de la palabra shakti
Energía eficiente del Principio, energía celestial, aspecto de infinitud
Los dos polos de la energía: explosividad y atractividad
Los dos enigmas del movimiento de los cuerpos celestes
La Shakti terrible
Alcance universal del shaktismo
“Shakti” y tantrismo
El amoralismo tántrico o sháktico
Valor del método ascético
Poder del “mantra”
Kwan-Yin y Tara en el budismo del Norte
María y Fátima en el Islam
Rahmân y Rahîm
Sakînah y Barakah
Hiya y Hua
El amor del hombre por la mujer
La “Mujer Bisonte Blanco”
El rito del Calumet
El simbolismo del humo
Deva y Shakti en el hinduismo

/El enigma de la subjetividad diversificada/
Contradicción de hablar de una subjetividad múltiple
Un Sujeto Absoluto
Imperfección de la contingencia en la tradición islámica
Subjetividad terrena y subjetividad celestial
¿Es que todo es relativo en este mundo?
¿Cuál es entonces el significado de nuestra vida exterior?
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”
Aspecto positivo de la multiplicidad de sujetos
Paréntesis sobre el platonismo y el aristotelismo

/Huellas del Ser, pruebas de Dios/
Sacar conclusiones (teología) o percibir lo Real (metafísica)
¿Cómo es que los fenómenos “prueban” o “manifiestan” la Realidad divina?
La subjetividad que percibe es también una “prueba de Dios”
La gran contradicción del materialismo
La ilimitación cósmica, signo de Dios
El mundo como tejido de teofanías
Esencialización e interiorización
Sentido de las formas y de las propiedades en la contemplatividad
El mundo, manifestación del Principio y Principio manifestado

/Dimensiones salvadoras/
Determinismo y Gracia
Predestinación y libertad, buen y mal karma
Gnosis discriminativa y unitiva
Los partidarios de la acción meritoria
Justicia y Misericordia

*II. Perspectivas fundamentales*
/El hombre frente al Sumo Bien/
Definición del hombre en relación con el animal
Los tres puntos de vista desde los cuales el hombre puede abordar a Dios
Transcendencia e Inmanencia
Judaísmo, Islam y Cristianismo
El espacio ilimitado, el sol, el reflejo
Supra-Ser. Ser, Existencia

/Esquema del Mensaje crístico/
“Dios se ha hecho hombre para que el hombre se haga Dios”
Oposición entre la carne y el espíritu, entre el espíritu y la letra
que mata
El cristianismo con relación al judaísmo
Primacía de la oración sobre la comunión
Significado del pan y del vino en la eucaristía
El misterio del icono
“Dios hecho hombre”, misterio de Jesús pero también de María
“Al principio era el Verbo” representa la metafísica intrínsecamente cristiana

/Esquema del Mensaje islámico/
Mentalidad beduina y rasgos fundamentales del Islam
Expansión fulminante y estabilidad adamantina
El Testimonio de la Fe (Shahâdah), pilar del Islam
La Oración
La Limosna, el Ayuno, la Peregrinación y la Guerra Santa

/Pilares de la Sabiduría/
Diferencia entre exoterismo y esoterismo
Conocimiento de sí y conocimiento permanente de la Realidad
Exigencia moral del discernimiento metafísico
La objetividad como calificación para el conocimiento
Importancia de la perspectiva de interioridad, Fe y Unión
El vicio de exterioridad no es el hecho natural de vivir en el exterior
La exterioridad es un derecho, la interioridad un deber
Fundamentos del hermetismo alquímico, de la iniciación caballeresca
y de las iniciaciones artesanales
Existencia de un esoterismo “medio”
Los dos polos del alma humana: el yo empírico y el intelecto
Arte sagrado y esoterismo
Piadosa subjetividad (humildad sentimental) y objetividad
El sentimiento bien inspirado
Definición de la Sophia Perennis
Definición de la Belleza
Definición de la Bondad
El Rigor
Los dos adversarios del exoterismo: el diablo y las otras religiones

/El doble discernimiento/
El de los principios y el de los hechos
El ideal es un equilibrio entre los dos
Los santos excesos
Falta de disciplina de la inteligencia “sensorial” y estética en los medios tradicionales contemporáneos
Discernimiento fenoménico y “darshan” hindú
El espíritu simbolista y la interpretación de los hechos
La teoría guenoniana de la “realización descendente”

*III. Dimensiones morales y espirituales*
/Sombras cósmicas y serenidad/
“Dios hace lo que quiere” y la existencia del mal
El espinoso problema del mal
La oposición entre la materia y el espíritu
Predominio del psiquismo sobre la inteligencia
¿Qué es la serenidad?
Serenidad y dignidad

/Virtud y Vía/
Veracidad, sinceridad, autoanulación, generosidad
Equilibrio entre autoanulación y dignidad
La humildad para la piadosa sentimentalidad
El aspecto de belleza de toda virtud

/Del Amor/
Definición del amor
Amor, medio sacramental de volver a Dios
Amor y belleza, nobleza
Los dos diferentes puntos de partida del amor a Dios
Bhakti y jnâna
Tutti i miei pensier parlan d’amore

LAS PERLAS DEL PEREGRINO

LAS PERLAS DEL PEREGRINO

FRITHJOF SCHUON

1990

“Al escoger los fragmentos que constituyen el presente libro, el compilador se ha esforzado en incluir, entre otros, textos concernientes a la vida espiritual en sus aspectos simples y concretos, de modo que estas Perlas del Peregrino ofrecen por término medio un alimento del que nadie está excluido; es lo que expresa, en definitiva, el propio título de la antología, el cual sugiere una peregrinación espiritual que no se limita a la sola metafísica, sino que engloba en cierto modo “todo lo que es humano” (p. 8)  Las Perlas del Peregrino, la mayor parte inéditas, junto a otras extraídas de la veintena de obras que ha publicado, hacen brillar las múltiples facetas de la Verdad Una que ha expuesto, durante toda su vida, Frithjof Schuon. Este ha sido un eminente portavoz de la Sophia  Perennis la sabiduría eterna y universal presente en el corazón de todos los  grandes patrimonios espirituales que ha conocido la humanidad a través de los siglos.

Estas Perlas nos invitan a la preregrinación más secreta, a la que lleva hacia nuestro propio corazón, sede del Conocimiento inmanente.

PERLAS DE SABIDURÍA
FRITHJOF SCHUON

La función esencial de la inteligencia humana es el discernimiento entre lo Real y lo ilusorio, o entre lo Permanente y lo impermanente; y la función esencial de la voluntad es el apego a lo Permanente o a lo Real. Este discernimiento y este apego son la quintaesencia de toda espiritualidad; y llevados a su grado más elevado, o reducidos a su substancia más pura, constituyen, en todo gran patrimonio espiritual de la humanidad, la universalidad subyacente, o lo que podríamos denominar la /religio perennis/; es a ésta a la que se adhieren los sabios, al tiempo que se fundan necesariamente en elementos de institución divina. 

Una de las claves para la comprensión de nuestra verdadera naturaleza y de nuestro destino último es el hecho de que las cosas terrenas nunca están proporcionadas a la extensión real de nuestra inteligencia. Esta, o está hecha para lo Absoluto, o no es; sólo lo Absoluto permite a nuestra inteligencia poder enteramente lo que ella puede, y ser enteramente lo que es. Lo mismo para la voluntad, que, por lo demás, no es sino una prolongación, o un complemento, de la inteligencia: los objetos que ella se propone más de ordinario, o que la vida le impone, no alcanzan su envergadura “total”; sólo la “dimensión divina” puede satisfacer la sed de plenitud de nuestro querer o de nuestro amor. 

La Vía hacia Dios implica siempre una inversión: de la exterioridad hay que pasar a la interioridad, de la multiplicidad a la unidad, de la dispersión a la concentración, del egoísmo al desapego, de la pasión a la serenidad. 

Para ser feliz, el hombre debe tener un centro; ahora bien, este centro es ante todo la certeza del Uno. La mayor calamidad es la pérdida del centro y el abandono del alma a los caprichos de la periferia. Ser hombre es estar en el centro; es ser centro. 

El alma debe sustraerse a la dispersión del mundo; es la cualidad de interioridad. Después la voluntad debe vencer a la pasividad de la vida; es la cualidad de actualidad. Por último, el espíritu debe trascender la inconsciencia del ego; es la cualidad de simplicidad. Percibir intelectualmente la Substancia, más allá del estrépito de los accidentes, es realizar la simplicidad. Ser uno es ser simple; pues la simplicidad es al Uno lo que la interioridad es al centro y lo que la actualidad es al presente.

En lugar de amar el mundo hay que estar enamorado de lo interior, que está más allá de las cosas, más allá de lo múltiple, más allá de la existencia. Asimismo, hay que estar enamorado del puro Ser, que está más allá de la acción y más allá del pensamiento.

El amor de Dios es en primer lugar la adhesión de la inteligencia a la Verdad, después la adhesión de la voluntad al Bien, y por último la adhesión del alma a la Paz que dan el Verdad y el Bien.

La percepción de la belleza, que es una adecuación rigurosa y no una ilusión subjetiva, implica esencialmente, por una parte, una satisfacción de la inteligencia y, por otra, un sentimiento a la vez de seguridad, de infinidad y de amor. De seguridad: porque la belleza es unitiva y excluye, con una suerte de evidencia musical, las fisuras de la duda y de la inquietud; de infinidad: porque la belleza, por su propia musicalidad, hace que se fundan los endurecimientos y los límites y libera; así, al ama de sus estrecheces; de amor: porque la belleza llama al amor, es decir, invita a la unión y por lo tanto a la extinción unitiva.

La virtud es la conformidad del alma al Modelo divino y a la obra espiritual; conformidad o participación. La esencia de las virtudes es el vacío ante Dios, el cual permite a las Cualidades divinas entrar en el corazón e irradiar en el alma. La virtud es la exteriorización del corazón puro.

Esforzarse hacia la perfección: no porque queremos ser perfectos para nuestra gloria, sino porque la perfección es bella y la imperfección es fea; o porque la virtud es evidente, es decir, conforme a lo Real.

La virtud separada de Dios se convierte en orgullo, como la belleza separada de Dios se convierte en ídolo; y la virtud vinculada a Dios se convierte en santidad, como la belleza vinculada a Dios se convierte en sacramento.

Cuando Dios está ausente, el orgullo llena el vacío.

El fundamento de la ascensión espiritual es que Dios es puro Espíritu y que el hombre se le asemeja fundamentalmente por la inteligencia; el hombre va hacia Dios mediante lo que, en él, es más conforme a Dios, a saber, el intelecto, que es a la vez penetración y contemplación y cuyo contenido (sobrenaturalmente natural) es lo Absoluto, que ilumina y libera.

La consciencia del Ser, o de la divina Substancia, nos libera de la estrechez, de la agitación, del estrépito y de la mezquindad; es dilatación, calma, silencio y grandeza. Todo hombre ama en su fuero interno el puro Ser, la inviolable Substancia, pero este amor está oculto bajo una capa de hielo. Todo amor es en el fondo una tendencia del accidente hacia la Substancia y, por ello mismo, un deseo de extinción.

La función cósmica, y más particularmente terrestre, de la belleza es actualizar en la criatura inteligente el recuerdo de las esencias, y abrir así la vía hacia la noche luminosa de la Esencia una e infinita.

La belleza es un reflejo de la beatitud divina; y como Dios es verdad, el reflejo de su beatitud será esta mezcla de felicidad y verdad que encontramos en toda belleza.

La belleza de lo sagrado es un símbolo o una anticipación, y a veces un medio, del gozo que solo Dios procura.

El arte sagrado ayuda al hombre a encontrar su propio centro, ese núcleo que ama a Dios por naturaleza.

Lo sagrado es la presencia del centro en la periferia, de lo inmutable en el movimiento; la dignidad es esencialmente una expresión de ello, pues también en la dignidad el centro se manifiesta en el exterior; el corazón se trasparenta en los gestos. Lo sagrado introduce en las relatividades una cualidad de absoluto, confiere a cosas perecederas una textura de eternidad.

La razón suficiente de la inteligencia humana es aquello de lo que sólo ella es capaz, a saber: el conocimiento del Bien Supremo y, por consiguiente, de todo lo que se refiere a él directa o indirectamente. Así mismo, la razón suficiente de la voluntad humana es aquello de lo que sólo ella es capaz, a saber: la elección del Bien Supremo y, por consiguiente, la práctica de todo lo que lleva a él. Y también, la razón suficiente del amor humano es aquello de lo que sólo él es capaz, a saber: el amor del Bien Supremo y de todo lo que testimonia de él.

El hombre no puede sustraerse al deber de hacer el bien, incluso le es imposible, en las condiciones normales, no hacerlo; pero es importante que sepa que es Dios quien actúa. La obra meritoria es de Dios, pero nosotros participamos en ella; nuestras obras son buenas ?o mejores? en la medida en que estamos penetrados de esta consciencia.

El sueño habitual del hombre ordinario vive del pasado y del porvenir; el corazón está como suspendido en el pasado y al mismo tiempo es como arrastrado por el futuro, en vez de reposar en el Ser. Dios es Ser, en el sentido absoluto, El es inmutable y omnisciente; El ama lo que es conforme al Ser.

Todo está ya dicho, e incluso bien dicho; pero siempre es necesario recordarlo de nuevo, y al recordarlo, hacer lo que siempre se ha hecho: actualizar en el pensamiento las certidumbres contenidas, no en el ego pensante, sino en la substancia transpersonal de la inteligencia humana. Humana, la inteligencia es total, luego esencialmente capaz de absoluto y, por eso mismo, del sentido de lo relativo; concebir lo absoluto es también concebir lo relativo como tal, y es, a continuación, percibir en lo absoluto las raíces de lo relativo y, en éste, los reflejos de lo absoluto.

La vía es simple; es el hombre el que es complicado. Hay que combatir esta complicación del alma, o las dificultades que el alma experimenta o que ella crea, de tres maneras. En primer lugar, por la inteligencia: el hombre toma consciencia de la relatividad ?y, por lo tanto, de la nada? de las cosas en función de la absolutidad de Dios. En segundo lugar, por la voluntad: el hombre pone el recuerdo de Dios ?luego la consciencia de lo Real? en el lugar del mundo, o del ego, o de determinada dificultad del mundo o del ego. En tercer lugar, por la virtud: el hombre escapa al ego y a sus miserias retirándose en su Centro, en relación con el cual el ego es exterior como el mundo. Estas son las tres perfecciones o las tres normas. Perfección de la inteligencia; perfección de la voluntad; perfección del alma.

Cuando el alma ha reconocido que su ser verdadero está más allá de este núcleo fenoménico que es el ego empírico y se mantiene de buen grado en el Centro ?y ésta es la virtud principal, la pobreza, o la autoanulación, o la humildad?, el ego ordinario se le aparece como exterior a su propia prolongación; tanto más cuanto que se siente en todas partes en la Mano de Dios.

El fundamento de la vida espiritual, y por lo tanto la razón de ser de la vida sin más, es, por una parte, la verdad, o sea la certeza de lo Real supremo, que es el sumo Bien, y, por otra parte, la vía, o sea el deseo de la salvación, que es la felicidad suprema.

A estos dos imperativos se unen necesariamente dos cualidades o actitudes; la resignación a la voluntad de Dios y la confianza en la bondad de Dios. Estas cualidades, a su vez, implican otras dos virtudes: la gratitud y la generosidad. La gratitud hacia Dios es que apreciemos el valor de lo que Dios nos da, y de lo que nos ha dado desde que nacimos.

La gratitud hacia los hombres es que apreciemos el valor de lo que los demás nos dan, incluido lo que nos da la naturaleza que nos rodea; y estos dones coinciden en el fondo con los dones de Dios.
La generosidad hacia Dios ?si se puede decir así? es que nos demos a Dios, y la quintaesencia de este don es la oración sincera y perseverante.

La generosidad hacia los hombres es que nos demos a los demás, por la caridad en todas sus formas.

El deseo de vencer defectos porque soy “yo” quien los tiene es inoperante porque es del mismo orden que estos defectos. Todo defecto es, efectivamente, una forma de egoísmo, y hasta de orgullo.

Debemos tender hacia la perfección porque la comprendemos y, por consiguiente, la amamos, y no porque deseemos que nuestro “yo” sea perfecto. En otros términos: hay que amar y realizar un virtud porque es verdadera y bella, y no porque nos embellecería si la poseyéramos; y hay que detestar y combatir un defecto porque es falso y feo, y no porque es nuestro y nos afea. Es necesario que el cariz del esfuerzo esté determinado por el objeto del esfuerzo.

Hay que realizar las virtudes para que sean, y no para que sean “mías”.  Uno puede entristecerse porque desagrada a Dios, pero no porque no es santo mientras que otros lo son.

Comprender una virtud es saber como realizarla; comprender un defecto es saber como vencerlo. Entristecerse porque uno no sabe como vencer un defecto es no comprender la naturaleza de la virtud correspondiente y es aspirar a ella por egoísmo. Ahora bien, la verdad está por encima del interés.

Tener una virtud es ante todo no tener el defecto que le es contrario, pues Dios nos ha creado virtuosos. Nos ha creado a su imagen; los defectos son sobreañadidos. Por lo demás, no somos nosotros quienes poseemos la virtud, es la virtud la que nos posee.

La pobreza es no apegarse, en la existencia, ni al sujeto ni al objeto.

Se habla mucho de las ilusiones sutiles y de las seducciones que apartan al peregrino espiritual de la vía recta y provocan su caída. Pues bien, estas ilusiones no pueden seducir más que a aquel que desea algún provecho para sí mismo, tal como poderes o dignidades o gloria, o que desea goces interiores o visiones celestiales o voces, y así sucesivamente, o un conocimiento tangible de misterios divinos.

Pero aquel que en la oración no busca nada terrenal, de modo que le es indiferente el ser olvidado por el mundo, y que además no busca ninguna sensación, de modo que le indiferente no recibir nada sensible, aquél tiene la verdadera pobreza y no se le puede seducir.’

En la verdadera pobreza no queda más que la existencia pura y simple, y ésta es en su esencia Ser, Consciencia y Beatitud. En la pobreza no le queda al hombre más que lo que es, luego todo lo que es.

Son menos las mezquindades del mundo las que nos envenenan que el hecho de pensar demasiado en ellas. Nunca deberíamos perder consciencia de la luminosa y calma grandeza del Bien Supremo, la cual disuelve todos los nudos de este mundo.

El hecho de que determinado fenómeno que nos preocupa carezca de belleza no nos obliga a carecer de ella nosotros mismos; discernimiento no es mimetismo. Sin duda, debemos tomar nota de las disonancias de este mundo, pero debemos hacerlo teniendo en cuenta sus proporciones siempre relativas y sin perder contacto con la serenidad del Ser necesario. Esto, con toda evidencia, no tiene nada que ver con un falso desapego que descansa orgullosa e hipócritamente en errores e injusticias, olvidando que no hay derecho superior al de la verdad.

En espiritualidad, más que en cualquier otro terreno, es importante comprender que el carácter de una persona forma parte de su inteligencia: sin un buen carácter ?un carácter normal, y por consiguiente noble? la inteligencia, aun metafísica, es en gran parte ineficaz. El carácter es, en primer lugar, lo que queremos, y en segundo lugar, lo que amamos; la inteligencia es sí es lo que conocemos, o lo que somos capaces de conocer. Y el conocimiento de lo que está fuera de nosotros va acompañado del conocimiento de nosotros mismos.

Por eso una calificación espiritual implica una calificación moral; la voluntad y el sentimiento son prolongaciones de la inteligencia, que es esencialmente la facultad de adecuación. La voluntad, en el plano espiritual, es la tendencia a la realización; el sentimiento es ?en el mismo plano? la tendencia a amar lo que es objetivamente digno de amor: lo verdadero, lo santo, lo bello, lo noble.

Para unos, sólo el olvido de lo bello ?de la “carne” según ellos? nos acerca a Dios, lo que evidentemente es un punto de vista válido, en la práctica menos; según otros ?y esta perspectiva es más profunda? la belleza sensible también acerca a Dios, con la doble condición de una contemplatividad que presiente los arquetipos a través de las formas y de una actividad espiritual interiorizante que elimina las formas con miras a la Esencia. 

El sentido de la belleza actualizado por la percepción visual o auditiva de lo bello, o por la manifestación corporal, ya sea estática o dinámica, de la belleza, equivale a un “recuerdo de Dios” si se encuentra en equilibrio con el “recuerdo de Dios” propiamente dicho, el cual, por el contrario, exige la extinción de lo perceptible. A la percepción sensible de lo bello debe responder, pues, la retirada hacia la fuente suprasensible de la belleza; la percepción de la teofanía sensible exige la interiorización unitiva.

A nuestro alrededor está el mundo del estrépito y de la incertidumbre; y hay encuentros súbitos con lo sorprendente, lo incomprensible, lo absurdo, lo decepcionante. Pero estas cosas no tienen derecho a ser un problema para nosotros, aunque sólo fuera porque todo fenómeno tiene una causas, las conozcamos o no.

Sean cuales sean los fenómenos y sean cuales sean sus causas, siempre está Lo que es, y Lo que es se sitúa más allá del mundo del estrépito, de las contradicciones y de las decepciones. Esto no puede ser alterado ni disminuido por nada, y Esto es Verdad, Paz y Belleza. Nada lo puede empañar, y nadie puede quitárnoslo.

Sean cuales sean los ruidos del mundo o del alma, la Verdad será siempre la Verdad, la Paz será siempre la Paz y la Belleza será siempre la Belleza. Estas realidades son tangibles, están siempre a nuestro alcance inmediato; basta mirar hacia ellas y sumergirse en ellas. Son inherentes a la propia existencia; los accidentes pasan, la substancia permanece.

Deja al mundo ser lo que es y toma tu refugio en la Verdad, la Paz y la Belleza, en las cuales no hay ninguna duda ni ninguna tara.

El hombre tiene derecho a no aceptar una injusticia, importante o menor, de parte de los hombres, pero no tiene derecho a no aceptarla como una prueba de parte de Dios. Tiene derecho ?pues es humano? a sufrir por una injusticia en la medida en que no consiga situarse por encima de ella, pero tiene que hacer un esfuerzo para conseguirlo; en ningún caso tiene derecho a hundirse en un abismo de amargura, pues semejante actitud conduce al infierno.

El hombre no tiene interés en primer lugar en vencer una injusticia; tiene interés en primer lugar en salvar su alma y en ganar el Cielo. Por esto sería un mal negocio obtener justicia a costa de nuestros intereses últimos, ganar por el lado de lo temporal y perder por el lado de lo eterno; a lo que el hombre se arriesga gravemente cuando la preocupación por su derecho deteriora su carácter o refuerza sus defectos.

En caso de encuentro con el mal ?y debemos a Dios y a nosotros mismos el mantenernos en la paz? podemos utilizar los argumentos siguientes.

En primer lugar, ningún mal puede invalidar el Bien Supremo ni debe perturbar nuestra relación con Dios; nunca debemos perder de vista, en contacto con el absurdo, los valores absolutos.
En segundo lugar, debemos tener consciencia de la necesidad metafísica del mal.

En tercer lugar, no perdamos nunca de vista los límites del mal ni su relatividad ?/vincit omnia veritas?./

En cuarto lugar, hay que resignarse, con toda evidencia, a la voluntad de Dios, es decir, a nuestro destino; el destino, por definición, es aquello a lo que no podemos escapar.

En quinto lugar ?y esto resulta del argumento anterior?, Dios quiere probar nuestra fe, y por tanto también nuestra sinceridad, nuestra confianza y nuestra paciencia; por esto se habla de las “pruebas de la vida”.

En sexto lugar, Dios no nos pedirá cuentas por lo que hacen los demás, ni por lo que nos ocurre sin que seamos responsables de ello; sólo nos pedirá cuentas por lo que hacemos nosotros mismos.

En séptimo lugar, por último, la felicidad no es par esta vida, sino para la otra; la perfección no es de este mundo, y la última palabra la tiene la Beatitud.

Los dos grandes escollos de la vida terrestre son la exterioridad y la materia; o, más precisamente, la exterioridad desproporcionada y la materia corruptible. La exterioridad es la falta de equilibrio entre nuestra tendencia hacia las cosas exteriores y nuestra tendencia hacia lo interior; y la materia es la substancia inferior ?inferior con respecto a nuestra naturaleza espiritual? en la que estamos encerrados en la tierra (en el cielo nuestra materia será transubstanciada).

Lo que se impone no es rechazar lo exterior sin admitir más que lo interior, sino realizar una relación hacia lo interior ?una interioridad espiritual, precisamente? que prive a la exterioridad de su tiranía a la vez dispersante y compresiva y que, por el contrario, nos permita “ver a Dios en todas partes”; es decir, percibir en las cosas los símbolos y los arquetipos, integrar, en suma, lo exterior en lo interior y hacer de él un soporte de interioridad. La belleza, percibida por un alma espiritualmente interiorizada, es interiorizante.

En cuanto a la materia, lo que se impone no es negarla ?si ello fuera posible?, sino sustraerse a su tiranía seductora; distinguir en ella lo que es arquetípico y puro de lo que es accidental e impuro; tratarla con nobleza y sobriedad.

La vida no es, como creen los niños y los mundanos, una suerte de espacio lleno de posibilidades que se ofrecen a nuestro capricho; es un camino que se va estrechando desde el momento presente hasta la muerte. Al final de este camino está la muerte y el encuentro con Dios, y después la eternidad. Ahora bien, todas estas cualidades están ya presentes en la oración, en la actualidad intemporal de la Presencia divina.

Cada vez que el hombre se encuentra ante Dios con un corazón íntegro ?es decir, pobre y sin hinchazón?, se encuentra en el terreno de la absoluta certeza, la de su salvación condicional así como la de Dios. Y por esto Dios nos ha hecho don de esta clave sobrenatural que es la oración: a fin de que pudiéramos estar ante El, como en el estado primordial, y como siempre y en todas partes; o como en la eternidad.

Hay un hombre exterior y un hombre interior; el primero vive en el mundo y experimenta su influencia, mientras que el segundo mira hacia Dios y vive de la oración. Ahora bien, es necesario que el primero no se afirme en detrimento del segundo; es lo inverso lo que debe tener lugar. En vez de hinchar al hombre exterior y dejar morir al hombre interior, hay que dejar expandirse al hombre interior y confiar los cuidados del exterior a Dios.

Quien dice hombre exterior dice preocupaciones del mundo, o incluso mundanalidad; existe, en efecto, en todo hombre la tendencia a apegarse demasiado a tal o cual elemento de la vida pasajera, o de preocuparse demasiado por él, y el adversario se aprovecha de ello para causarnos perturbaciones. Existe también el deseo de ser más feliz de lo que se es, o el deseo de no sufrir injusticias incluso anodinas, o el deseo de comprenderlo todo siempre, o el deseo de no sufrir nunca una decepción; todo esto es mundanalidad sutil, a la que hay que responder con el desapego sereno, con la certidumbre /principial/ e inicial de Lo único que importa, y después con la paciencia y la confianza. Cuando no viene ninguna ayuda del Cielo es porque se trata de una dificultad que podemos y debemos resolver con los medios que el Cielo ha puesto a nuestra disposición. De una manera absoluta, hay que encontrar la felicidad en la oración, es decir, hay que encontrar en ella suficiente felicidad como para no dejarnos turbar en exceso por las cosas del mundo, tanto más cuanto que las disonancias no pueden dejar de ser, siendo el mundo lo que es.

Existe el deseo de no sufrir injusticias o incluso, simplemente, de no ser perjudicado. Ahora bien, una de dos: o bien las injusticias resultan de nuestras faltas pasadas, y entonces nuestras pruebas agotan esta masa causal; o bien las injusticias resultan de nuestro carácter, y entonces nuestras pruebas lo manifiestan; en ambos casos hay que dar gracias a Dios e invocarlo con tanto más fervor, sin preocuparnos de la paja mundana. Hay que decirse también que la gracia de la oración compensa infinitamente todas las disonancias de las que podemos sufrir y que, en comparación con esta gracia, la desigualdad de los favores terrenos es una pura nada. No olvidemos nunca que una gracia infinita nos obliga a una gratitud infinita, y que la primera etapa de la gratitud es el sentido de las proporciones.

Cada vez que el hombre se encuentra ante Dios con un corazón íntegro ?es decir, pobre y sin hinchazón?, se encuentra en el terreno de la absoluta certeza, la de su salvación condicional así como la de Dios. Y por esto Dios nos ha hecho don de esta clave sobrenatural que es la oración: a fin de que pudiéremos estar ante El, como en el estado primordial, y como siempre y en todas partes; o como en la eternidad.

La oración ?en el sentido más amplio? triunfa sobre los cuatro accidentes de nuestra existencia: el mundo, la vida, el cuerpo, el alma; podríamos decir también: el espacio, el tiempo, la materia, el deseo. Se sitúa en la existencia como un refugio, como un islote. Sólo en ella somos perfectamente nosotros mismos, porque nos pone en presencia de Dios. Es como un diamante que nada puede empañar y al que nada se resiste.

¿Qué es el mundo sino un flujo de formas, y qué es la vida sino una copa que, aparentemente, se vacía entre dos noches? ¿Y qué es la oración sino el único punto estable ?hecho de paz y de luz? en este universo de sueño, y la puerta estrecha hacia todo lo que el mundo y la vida han buscado en vano?

En la vida de un hombre estas cuatro certezas lo son todo: el momento presente, la muerte, el encuentro con Dios, la eternidad. La muerte es una salida, un mundo que se cierra; el encuentro con Dios es como una abertura hacia una infinitud fulgurante e inmutable; la eternidad es una plenitud de ser en la pura luz; y el momento presente es, en nuestra duración, un lugar casi inasible en el que somos ya eternos ?una gota de eternidad en el vaivén de las formas y las melodías?. La oración da al instante terrestre todo su peso de eternidad y su valor divino; es la santa barca que conduce, a través de la vida y de la muerte, hacia la otra orilla, hacia el silencio de luz, pero no es ella, en el fondo, quien atraviesa el tiempo repitiéndose, es el tiempo el que se detiene, por decirlo así, ante su unicidad ya celestial.

El hombre reza, y la oración forma al hombre. El santo se ha convertido él mismo en oración, lugar de encuentro entre la tierra y el Cielo; él contiene, por ello, el universo, y el universo reza con él. Está en todas partes donde reza la naturaleza, reza con ella y en ella: en las cimas que tocan el vacío y la eternidad, en una flor que se abre, o en el canto perdido de un pájaro. Quién vive en la oración no ha vivido en vano.

Estos son algunos fragmentos extraídos del libro LAS PERLAS DEL PEREGRINO, Frithjof Schuon, José J. de Olañeta, Editor (Apartado 296-07080 Palma de Mallorca) I.S.B.N. 84-85354-27-2   

EL JUEGO DE MASCARAS

EL JUEGO DE MASCARAS

FRITHJOF SCHUON

1992

“Ninguna iniciativa sin la Verdad”. A principios del siglo XX, casi nadie sabía que el mundo estaba enfermo -autores como René Guénon y Coomaraswamy predicaban en el desierto- mientras que hoy en día casi todo el mundo lo sabe; pero falta mucho para que todo el mundo conozca las raíces del mal y pueda discernir los remedios…”.

El título de este libro se refiere, en su sentido más general, a la vez a su tema metafísico y a su dialéctica. Expresa del modo más fundamental la multiplicidad de los aspectos de Mâyâ, la Relatividad universal, en la medida en que éstos ocultan -a la vez para velar y revelar- el Sujeto único y supremo, el Yo divino, Atmâ. Dialécticamente hablando, este título sugiere la variedad de vías en las cuales Schuon propone acercarse a la Realidad última y sus correlaciones espirituales. La diversidad de los enfoques está motivada por un deseo de claridad y de integralidad.

En esta obra, quizás más todavía que en otras, Schuon trata de la condición humana a la vez en la “proyección cosmogónica”, como manifestación de Atmâ a través de Mâyâ, y en relación con las puertas espiritualmente liberadoras -verdad, oración y belleza- que dan a la existencia humana su significado y sus prerrogativas. La transcendencia y la objetividad son las prerrogativas fundamentales de lo humano en los niveles de la inteligencia, de la voluntad y del amor.

Schuon comprende la objetividad como la conformidad integral a la naturaleza de las cosas, gracias a la cual el hombre alcanza su “posibilidad celestial”. Esta posibilidad ya está  comprendida en cierto sentido en el misterio de la Manifestación que ve a Atmâ hacerse Mâyâ de tal manera que Mâyâ se hace Atmâ: la Omniposibilidad divina exige ser conocida “desde el exterior”, a saber, por un ser que es “ilusoriamente” diferente de Dios sin por ello dejar de participar en el Intelecto divino. La facultad de inteligencia es el centro mismo del hombre y puede ser identificada como tal con “el hombre interior”, por oposición al “hombre exterior” que vive en la periferia del ser. En este sentido, “el hombre exterior” es la “máscara” del “hombre interior”. Sólo el Sabio es plenamente consciente de la relación entre estas dos dimensiones porque se identifica perfectamente con el “hombre interior”, lo que le permite objetivar su “máscara” humana.

El hombre debe ser un testigo del Ser necesario en el mundo de la contingencia, y lo hace, en primer lugar, acordándose del Absoluto -en la oración-, gracias al “paso liberador” de la Presencia divina, y en segundo lugar “devolviendo” los contenidos positivos de Mâyâ -la belleza interior y exterior- a sus raíces en Dios. Cuando el hombre es infiel a esta vocación, permanece
“exteriorizado” y “horizontal”. Estos dos vicios caracterizan y manifiestan la Caída, o el pecado original, al cual Schuon consagra un capítulo de los más iluminadores.

Tratando del clima espiritual y moral necesario para la vuelta del hombre a Dios en dos capítulos sobre la “intención” y sobre la “caridad”, Schuon disipa una serie de prejuicios modernos que eliminan o vician el significado espiritual de la veracidad y de la compasión reduciéndolas a categorías psicológicas o políticas.

El objeto de este libro es, una vez más, el de proporcionar a los buscadores espirituales de nuestra época unas claves fundamentales que puedan ayudarles a redescubrir su verdadera naturaleza: la toma de consciencia de la Realidad con toda su inteligencia, su voluntad y su alma.

Contenido detallado de los temas abordados
En El Juego de las Máscaras
Frithjof Schuon

Prerrogativas del estado humano
El hombre en la proyección cosmogónica
El juego de las máscaras
Ex nihilo, in Deo
Frente a la contingencia
Tras las huellas del pecado original
Sobre la intención
Observaciones sobre la caridad
Ninguna iniciativa sin la Verdad
Tener conciencia de lo Real
El paso liberador

*Prerrogativas del estado humano*
Inteligencia total, voluntad libre, sentimiento capaz de desinterés
Conocer lo Verdadero, querer el Bien, amar lo Bello
Inteligencia, Fuerza y Virtud
Aquello en que se convierte el ego en las experiencias estética y erótica
Sobre la piedad
Bellezas sensibles y virtudes
Sobre el valor, sobre la incorruptibilidad
Sobre los mayores vicios
Fundamentos de nuestra personalidad
Belleza física en una persona moralmente fea
Discernir lo real es también discernir lo irreal
Sobre el odio, sobre el desprecio
Inteligencia y sentimiento
Comparación entre el mensaje hindú y el mensaje islámico
Sobre la capacidad y el carácter del hombre
El lenguaje y la estación vertical en el hombre
Aspecto positivo de la razón
Animales y ángeles: zoolatría
Una prueba de inmortalidad
El hombre exterior y el hombre interior
Intelecto discriminativo e intelecto contemplativo
Nota sobre los falsos gurus de Oriente y de Occidente
Certeza y serenidad
Objetividad y transcendencia

*El hombre en la proyección cosmogónica*
La cuestión del porqué de la creación
Sucesión y simultaneidad en las producciones de la irradiación creadora
¿Cual es el resultado de la trayectoria manifestante? ¿la materia? ¿la cosa creada?
El accidente privativo
Sobre la reintegración cosmogónica – el corazón del hombre deificado
El modo avatárico, la encarnación, el “descendimiento divino”
Solo el hombre puede caer, no el animal
El “princeps hujus mundi”
La naturaleza del mal de insinuarse en todos los órdenes
Teofanía “sobrenaturalmente natural”: el cuerpo humano
Sobre el animal noble (el ciervo, el león, el águila, el cisne)
Toda virtud deriva de Dios
¿Qué quiere decir “Dios está más allá de la oposición entre el bien y el mal”?
Las dos fases de toda alquimia espiritual: la Doctrina y el Método

*El juego de las máscaras*
El hombre-centro y el hombre-periferia
Aislamiento del hombre-centro entre los demás hombres
Nota sobre Hamlet
Amoralidad e inmoralidad
Máscara por caridad y máscara por malicia
Diferencia de función entre el velo y la máscara
Mostrarse como los demás para esconder la propia superioridad
Carácter equívoco del placer en la música, por ejemplo
La belleza lleva a Dios
Jivâtmâ, la máscara-individuo
Dos tipos de sabios
Aspectos de la vida humana: limitación, fluctuación, desequilibrio,
impermanencia
Comentarios sobre “el justo peca siete veces al día”
Combinación de los caracteres fundamentales (buenos o malos)
Corpus y anima, dos máscaras superpuestas a spiritus
Nuestra identidad profunda y nuestra máscara

*Ex nihilo, in Deo*
Análisis de la expresión creatio ex nihilo
Sobre las dos limitaciones diferentes, pero complementarias, del
“espacio” Atmâ-Mâyâ
Lo celestial y lo terrenal
Limitación no es sinónimo de imperfección
“Padre-Nuestro…”
Krishna y “El motor inmóvil”
La circumambulación alrededor de la Kaaba

*Frente a la contingencia*
Lo que nos hace dichosos
Vivir, en la contingencia, de los reflejos del Absoluto
El drama de Hamlet
Discernimiento de las realidades formales
¿Por qué una cosa se considera bella?
Definición de la belleza
La materia, vehículo por excelencia de la contingencia
Comentario sobre la contradicción del materialismo
Sobre la contingencia, radios y centro
Ejemplo del sol y de la bóveda estelar
La contradicción del relativismo
Contra los cientificistas
Distinción entre la contingencia y la relatividad
Radios y círculos concéntricos, arquetipos y órdenes de contingencia
Sobre la certeza metafísica
Conciencia de Dios y ascetismo tendente a querer destruir el ego
Para un equilibrio entre los problemas temporales y los valores eternos
Sentido de la belleza y “recuerdo de Dios”

*Tras las huellas del pecado original*
Inconveniente de la interpretación habitual del pecado original, que sitúa el pecado en una acción más que en una tendencia a la exterioridad
Sobre el pecado y sobre la intención
Misterio de la “Inmaculada Concepción”
Pecado de omisión y pecado hereditario
Punto de vista hindú del pecado como nesciencia, ignorancia
¿Qué es ser “horizontal”, espiritualmente hablando?
Eva, Adán y la serpiente

*Sobre la intención*
Razón de la primacía de la intención
¿Pero hay que excusar una acción reprobable hecha con buena intención?
Intencionismo y sincerismo
Abuso de la palabra “comprender”
Intención y actitudes morales
¿Qué significa ser sincero?
Intención apropiada y capacidad de concentración en la vía contemplativa
A propósito de la noción de “traumatismo”
Traumatismo individual y colectivo
Sincerismo y odio al secreto
Sobre el hombre aristocrático
Legalismo excesivo y mística unitiva

*Observaciones sobre la caridad*
Definición de la palabra “caridad”
Caridad y modestia
Pobres y ricos
Sobre los abusos sentimentales en la caridad
¿Aliviar la miseria o ayudar a salir de la miseria?
La caridad es ayudar libremente, y realmente, a aquellos que tienen necesidad de ello y que lo merecen

*Ninguna iniciativa sin la Verdad*
¿Qué hacer para combatir el materialismo, la tecnocracia, el pseudoespiritualismo?
¿Por qué sustituir un error con otro?
Vuelta al simbolismo de las grandes tradiciones
¿Ha terminado hoy en día el papel de las religiones?
La pérdida de la intuición de lo sobrenatural y del sentido de lo sagrado
Sobre el humanismo espinozista, deísta, kantiano y franc-masónico
Las confesiones y las religiones se contradicen, ¿quiere esto decir que todas son falsas?
Sobre el deber de ser útil a la sociedad, pero ¿a qué sociedad?
Sobre el altruismo que se opone a la contemplación (sentimentalismo de un Vivekananda)
Cumplir con el propio deber sin preocuparse por saber si se tendrá éxito o no

*Tener consciencia de lo Real*
La consciencia del Absoluto, razón de ser de la inteligencia humana
Para comprender bien el argumento de San Anselmo
La parábola de la viuda perseverante y del juez harto
Papel espiritual de los ángeles
Necesidad de argumentos irrecusables
“Aceptar la voluntad de Dios”
La decisión de no soportar ninguna injusticia
Importancia capital de la gratitud
Consciencia de Dios y oración
Merecer la misericordia y ser misericordioso

*El paso liberador*
Discontinuidad y continuidad entre el Principio Divino y su
Manifestación
Forma-Esencia, accidente-Substancia
¿Qué es un símbolo sagrado?
Símbolos visuales, auditivos y actuados
Símbolo divino
El cuerpo humano como símbolo-sacramento
Sexualidad y animalidad
Divina Virilidad y divina Feminidad

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