El extasis chamanico

El extasis chamanico

Texto cortesia de: club.telepolis.com/meugenia1

Michael Harner fué el primero en definir al chamán como una persona que entra en un estado alterado de conciencia para conectar con una realidad que normalmente escapa a la razón, y usarla con el fin de obtener sabiduría y poder ayudar a otras personas. El estudio de este tema avanzó con la publicación del libro de Mircea Eliade “Shamanism: Archaic Techniques of Ecstasy”, publicado en Princeton en 1974 y el estudio de U. Marazzi “Testi delo schiamanesimo siberiano e centroasiatico”, aparecido en Turín en 1984. Mircea Eliade en su libro “Chamanismo y las Técnicas Arcaicas del Éxtasis”, concluyó que el chamanismo es anterior a las otras tradiciones espirituales en el planeta y que lo que es más distintivo en el chamanismo -pero no lo único- es el viaje a otros mundos en un estado alterado de conciencia.

Michael Harner fué el primero en definir al chamán como una persona que entra en un estado alterado de conciencia para conectar con una realidad que normalmente escapa a la razón, y usarla con el fin de obtener sabiduría y poder ayudar a otras personas. El estudio de este tema avanzó con la publicación del libro de Mircea Eliade “Shamanism: Archaic Techniques of Ecstasy”, publicado en Princeton en 1974 y el estudio de U. Marazzi “Testi delo schiamanesimo siberiano e centroasiatico”, aparecido en Turín en 1984. Mircea Eliade en su libro “Chamanismo y las Técnicas Arcaicas del Éxtasis”, concluyó que el chamanismo es anterior a las otras tradiciones espirituales en el planeta y que lo que es más distintivo en el chamanismo -pero no lo único- es el viaje a otros mundos en un estado alterado de conciencia.

Mircea Eliade dice en “Historia de las creencias y las ideas religiosas” que “los chamanes desempeñan un papel esencial en la defensa de la integridad psíquica de la comunidad. Son los campeones antidemoníacos por excelencia y luchan tanto contra los demonios y las enfermedades como contra la magia negra. Los elementos guerreros, que tanta importancia tienen en ciertos tipos de chamanismo asiático (coraza. lanza. arco. espada. etc.), se explican por la necesidad de luchar contra los demonios, verdaderos enemigos de la humanidad. De manera general se puede decir que el chamán defiende la vida, la salud, la fecundidad, el mundo de la «luz» contra la muerte, las enfermedades, la esterilidad, la desgracia y el mundo de las «tinieblas»”. También dice Eliade que el chamán, cuya vocación es señalada por alguna circunstancia extraña (un sueño, una enfermedad, un rayo) inicia su difícil aprendizaje, que puede durar muchos años y que se caracteriza por la experiencia iniciática de sufrimiento, muerte y resurrección ritual, vivida particularmente a través de rigores como el ayuno, dietas estrictas, veladas interminables, abstinencia sexual, dominio de la caza, la pesca y las artes cotidianas, conocimiento de las plantas medicinales y consumo de plantas psicotrópicas. En este tiempo, el iniciado aprende cantos, bailes, rezos, mitos y, en general, la cosmogonía y la historia de su pueblo.

Josep Mª Fericgla dice que el chamanismo no es una religión sino un conjunto de métodos extáticos ordenados a obtener el contacto con el universo paralelo, aunque invisible, de los espíritus y el apoyo de éstos en la gestión de los asuntos humanos, como pueda ser las curaciones de los enfermos. La cuna del chamanismo se situa en Siberia, desde donde pasaría al Nuevo Mundo durante las migraciones que poblaron el continente americano. Es muy probable que los cultos a Dionisos sean la evolución ya institucionalizada de tales prácticas chamánicas. Para otros autores como Hoppal (1997): “el chamanismo no es solamente una técnica arcaica de éxtasis, no sólo una fase evolutiva temprana de la religión y no sólo una manifestación psicomental, sino un complejo sistema religioso”.

“Las aventuras del chamán en el otro mundo, las pruebas a que es sometido durante sus descensos extático s a los infiernos y en sus ascensiones celestes recuerdan las aventuras de los personajes de los cuentos populares y de los héroes que pueblan la literatura épica. Es muy probable que muchos «temas», motivos, personajes, imágenes y estereotipos de la literatura épica sean, en última instancia, de origen extático, en el sentido de que se tomaron en préstamo de los chamanes cuando éstos narraban sus viajes y aventuras en los mundos sobrehumanos”. Estas palabras obtenidas de Mircea Eliade en “Historia de las creencias y las ideas religiosas” de buen seguro que debieron inspirar los trabajos de Carlo Ginzburg y, por otra parte, constituyen uno de los temas de estudio que más me apasionan.

Definición de la palabra chamán. Historia

La palabra “chamán” es de origen manchú-tungu y llegó al vocabulario etnológico a través del ruso. La palabra tungu original de saman (xaman) se deriva del verbo scha-, “saber”, por lo que chamán significa por tanto alguien que sabe, sabedor, que es un sabio. Algunas investigaciones etimológicas explican que la palabra proviene del sánscrito por mediación chino-budista al manchú-tungu. También he encontrado una definición de chamán en la que afirman que es una palabra siberiana, tungús, que viene a querer decir “el que trabaja con el calor o el fuego”, según del doctor Andrés Rodriguez Alarcón.

A mediados del siglo XVI Peucer describe la salida del estado cataléptico de los chamanes lapones de la siguiente manera: “trascurridos veinticuatro horas, al volver el espíritu… el cuerpo exánime se despierta con un gemido”. En comunidades de pastores nómadas los chamanes caen en éxtasis para obtener renos. Sus colegas de las comunidades agrícolas hacen lo mismo para obtener cebada, trigo o uvas. La similitud se rompe en un punto crucial. La catalepsia de los chamanes euroasiáticos es pública, pero la de Europa de los benandanti, por ejemplo, es privada. En ocasiones los asisten las mujeres, más raramente los maridos a ellas. Los chamanes en sus catalepsias públicas combaten en duelo aislado, mientras que en las catalepsias privadas participan en verdaderas batallas campales. En algunos lugares de Liberia se llega a chaman por vía hereditaria, pero lo normal es que el futuro chaman sea predestinado por una marca de nacimiento. La vocación coincide con la madurez sexual. Se manifiesta con frecuencia seguida de trastornos psicológicos, lo que los observadores europeos denominaron la “histeria ártica”. La muerte temporal, es decir, el éxtasis y la catalepsia, van seguidas de metamorfosis y cabalgatas a lomos de animales. Este tema vuelve a aparecer en los procesos de brujería, en cambio, el tema de las batallas por la fertilidad desaparece.

David Lewis-Williams trabajó sobre el arte de los San, un arte chamánico, y propuso interpretar el arte paleolítico de las cuevas europeas de manera semejante. Jean Clottes, un especialista sobre el arte prehistórico europeo, quedó seducido por esta hipótesis.

En los siglos pasados los viajeros europeos tenían una gran confianza en la verdad de sus propias creencias, por eso consideraban las de los demás pueblos como degeneradas y satánicas. En diferentes continentes los exploradores europeos encontraron individuos que alcanzaban el éxtasis de diferentes maneras. Estos exploradores calificaron esta conducta como repugnante y primitiva, olvidando que el judeo-cristianismo tuvo mucho que ver en sus orígenes con revelaciones y visiones de tipo extático. Nicolás Witsen, diplomático holandés en la corte del zar, dibujó en 1705 un chamán tocado con cuernos de ciervo y golpeando un tambor, se trataba de un chamán tungús. Estos personajes eran especialistas en entrar en trance con el fin de curar a los enfermos, causar cambios climáticos, predecir el futuro, controlar los desplazamientos de los animales y conversar con los espíritus y los animales-espíritu.

También los sacerdotes católicos describieron prácticas de este tipo en América Central y del Sur, contando que los chamanes eran personajes que después de consumir bebidas tóxicas, afirmaban que abandonaban sus cuerpos y viajaban hacia mundos espirituales donde desafiaban a espíritus y monstruos espantosos. Los sacerdotes buscaron como explicación la posesión de estos individuos por el diablo. Lo mismo afirmaron en 1630 los sacerdotes franceses sobre los iroqueses de América del Norte.

La aparición de los chamanes se remonta a la Prehistoria, relacionada con la aparición del ser humano. En todos los periodos y lugares, la humanidad ha conocido estados de conciencia alterada estática o frenética, además de las alucinaciones. La capacidad de pasar, voluntariamente o no, de un estado de conciencia a otra de conciencia alterada, es una característica universal del sistema nervioso.

Estados de conciencia alterado

Estamos en “plena consciencia” cuando somos capaces de reaccionar a nuestro entorno de un modo racional, sin embargo, en esta etapa pasamos por estadios de extrema lucidez a otros más introspectivos, estados de reflexión que nos permiten dar un primer paso hacia el largo “continuum”. Este estadio, conocido vulgarmente como “estar en la luna”, puede hacernos olvidar aquello que nos rodea. Un estadio más allá en este “continuum” es el sueño, que algunos consideran como la etapa en la que se pueden tener percepciones furtivas, laicas, de un mundo que los “especialistas religiosos” visitan plenamente durante el trance profundo. Entre la vela y el sueño existe un estado intermedio, llamado sueño lúcido, en la que se pueden llegar a controlar las imágenes del sueño.

Me han parecido interesantes las palabras de Ana Iribas Rudín, investigadora de arte en la Universidad Complutense de Madrid: “Si entendemos que el estado ordinario de conciencia (el estado “normal” de nuestra vigila, el dominio del yo o ego) se encuentra en los niveles personales del continuum evolutivo de la conciencia , entrar en un estado alterado de conciencia (por ejemplo, soñar)— puede ponernos temporalmente en contacto con otros niveles de conciencia, diferentes —superiores o inferiores— al nivel en que nos encontramos habitualmente, y puede permitirnos acceder a los modos cognitivos propios de esos niveles (en el sueño puede darse un pensamiento mágico, o puede haber una revelación mística). En otras palabras: el conocimiento de diversos estados alterados de conciencia resulta en una ampliación de la conciencia”.

Durante el trance profundo se experimentan cosas que no están ahí, es decir, se tienen alucinaciones que pueden ser felices o terroríficas. No son simplemente visiones, porque los sentidos participan de ellas sintiendo olores, sonidos y gustos.

Hay diferentes causas que pueden ocasionar el trance. Unas son de carácter patológico, como la epilepsia del lóbulo temporal, la migraña y la esquizofrenia que producen alucinaciones. Algunos antropólogos creen que la mayoría de los chamanes eran personas con enfermedades mentales que supieron sacar beneficio de su problema. Pero también se puede inducir el trance en personas sanas, gracias a medios diversos, como el consumo de drogas psicotrópicas, las privaciones sensoriales (ausencia de luz, ruidos…), el aislamiento social prolongado, el dolor intenso, las danzas extenuantes, los sonidos insistentes y rítmicos, los cantos salmodiados…

Etapas del trance

Las investigaciones neuropsicológicas señalan tres etapas, que se pueden superponer entre ellas, no siendo necesario que cada individuo pase por todas ellas.

– En el primer estadio se ven formas geométricas, como puntos, zigzags, parrillas, conjuntos de líneas o de curvas paralelos entre sí, meandros… Los colores son centelleantes; las formas se mueve, se alargan y contraen y se entremezclan. Con los ojos abiertos adquieren un aspecto luminoso y se proyectan sobre cualquier superficie, como un proyector de diapositivas.

– En el segundo estadio se intenta racionalizar el significado de las percepciones geométricas. Inmediatamente entramos en el torbellino de un túnel, un estadio intermedio que nos conduce al tercer estadio. Al final de túnel se ve una luz viva, en los laterales del torbellino aparece un enrejado derivado de las imágenes geométricas del estadio primero, en forma de animales o personas. A la salida del túnel todas las cosas parecen intensamente reales.

– En las alucinaciones del estadio tres las representaciones aparecen proyectadas sobre las superficies que rodean a los chamanes, los cuales permanecen con los ojos abiertos. Al mismo tiempo, las superficies se animan, los relieves son vistos en tres dimensiones con unos colores más fuertes, y acaban moviéndose y transformándose en algo vivo. El individuo siente que puede volar y se transforma en pájaro o en otro animal, también en formas geométricas. Los significados atribuidos a las formas geométricas, a los objetos y las alucinaciones están condicionados por la cultura recibida por cada chamán. Las sensaciones físicas experimentadas durante el trance comprenden picores y temblores; otros siente que su cuerpo se cubre de pelos; muchos experimentan la proximidad o creen poseer un poder sobrenatural invisible.

Luc de Heusch (1973) -etnógrafo y cineasta belga- distingue el chamanismo de la posesión como dos modos distintos de acercarse a lo sagrado. En el primero el chamán conserva la integridad de su personalidad psíquica, adquiere poderes con los que mueve su alma a voluntad en busca de las que están perdidas o enfermas. La posesión sería entonces, como una especie de inversión, el descenso de divinidades o espíritus y su encarnación en alguien que pierde, ante eso, su voluntad. Los estados profundos de la conciencia alterada pueden ser interpretados como una posesión espiritual o como una pérdida del alma. La posesión se da en las sociedades agrícolas y el enteógeno utilizado es una bebida alcohólica, del tipo vino o cerveza, que produce una desinhibición de la conciencia, una embriaguez de tipo orgiástica, en el sentido etimológico de orgía (confusión), en la que parece que un espíritu exterior -bueno o malo- penetra en el interior de nuestro cuerpo, del que se apodera. El estado de trance con posesión está presente en todas las culturas, tanto en África como en América, en Asia o Europa y Australia. Mientras se produce, la persona deja de ser propiamente ella misma. Queda alienada, convertida en alguien ajeno. En tales estados se da una disminución de la capacidad de autocontrol por parte del sujeto. Al mismo tiempo, está disminuida su capacidad de darse cuenta de lo externo. Como ejemplo, en los estados de trance del vudú caribeño. El otro tipo de éxtasis, el abandono del alma, se da en las sociedades de cazadores-recolectores, con utilización de hongos como enteógenos, en los que la experiencia extática se asemeja a un vuelo, a una elevación del espíritu del chamán que llega a contemplar desde lejos el propio cuerpo, como si lo hubiera abandonado el alma. Como estudiaremos en otro apartado, Antonio Escohotado afirma que cada tipo de experiencia extática tiene como reflejo unos ritos religiosos diferentes: a la posesión y consumo de bebidas alcohólicas -sociedad de agricultores y ganaderos- corresponderían los ritos de sacrificios humanos destinados a aplacar a unos dioses coléricos, mientras que el abandono del alma es más propio de los chamanes, en los que se practican ritos de comunión en los que se consume el cuerpo y la sangre de los dioses.

Los chamanes del todo el mundo afirman que vuelan hasta lugares lejanos o a otros mundos habitados por espíritus y monstruos. Los relatos de vuelos y viajes entre las brujas medievales se deben a la entrada en trance de las brujas. Algunos dicen que se conseguía el éxtasis mediante la utilización de ungüentos mágicos preparados con belladona, beleño y mandrágora (Harner, “Alucinógenos y chamanismo”).

La sensación de elevarse se expresa en las historias de chamanes que ascienden al cielo mediante una escalera, un árbol o un poste. Yo diría que también en las historias de descenso al fondo de un pozo, sima, mar… es decir, lo opuesto al vuelo, como el descenso bajo tierra. El descenso bajo tierra se explica por las sensaciones del torbellino que producen oscuridad, aturdimiento y dificultades para respirar. La entrada en una cueva no hace más que reproducir ese torbellino; el aislamiento social, la privación sensorial y el frío inducen al trance. Sólo falta dibujar figuras en las paredes para afirmar que ya tenemos la representación perfecta del trance.

El cosmos chamánico se compone de tres niveles: el de la vida cotidiana, un mundo superior y otro inferior, localizados topográficamente en arriba, en la tierra y bajo tierra.

Características del chamán

Jean Clottes y David Lewis-Williams en “Los chamanes de la prehistoria” (Colección Ariel Prehistoria) restringen la aplicación del término chamán a quienes, en las sociedades de cazadores-recolectores, practican los ritos para alcanzar el éxtasis, con el objetivo de curar a los enfermos, predecir el futuro, encontrarse con los espíritus animales y controlar los animales reales mediante medios sobrenaturales.

Jean Clottes en una Ponencia defendida ante el 40 Congreso de Filósofos Jóvenes (Sevilla 2003) destaca entre los múltiples componentes del chamanismo señalados por Hultkranz en 1987 y Vitebsky en 1995, en primer lugar, la creencia en un cosmos complejo en el cual coexisten varios mundos, paralelos o dispuestos en niveles, que interactúan entre sí haciendo que la mayor parte de nuestros acontecimientos estén causados por el otro(s) mundo(s). En segundo, algunas personas se consideran capacitadas para entrar en contacto deliberadamente con el otro(s) mundo(s) para conseguir fines beneficiosos: sanar la enfermedad, mantener buenas relaciones con los seres sobrenaturales o restaurar la armonía quebrada, imprecar la lluvia en periodos de sequía, asegurar una buena caza o dirigirse al «Señor de las Animales» para que la caza pueda ser posible, predecir el futuro o maleficiar a un enemigo. Y en tercero, el contacto puede tener lugar cuando los espíritus favorables acuden, a menudo con formas animales, al chamán o al buscador de visiones. El chamán se identificará con su espíritu favorable. Puede también enviar su alma al otro mundo para encontrarse con los espíritus y obtener su ayuda. Todo esto tendrá lugar a través del trance. Finalmente, el chamanismo está ampliamente extendido entre los pueblos cazadores y la recolectores. Hasta hace poco, estaba presente en una enorme área que incluía el Ártico, desde Siberia a Canadá, Escandinavia, toda la América del norte y bajaba hasta el norte de la América del sur. Teniendo en cuenta que el hecho religioso se mantiene durante largos periodos de tiempo, incluso en sociedades dinámicas, y, también, el muy antiguo poblamiento de América en el Paleolítico Superior, en buena lógica deberíamos considerar como hipótesis previa la existencia de un fuerte entramado chamánico en las religiones paleolíticas.

Los chamanes prehistóricos no son los dobles de los chamanes siberianos, pero a nosotros no nos interesan las diferencias, sino el estudio de las similitudes, el constatar el extraordinario parecido que existe entre los chamanes de las diferentes partes del mundo, las cuales provienen de la manera en que el sistema nervioso humano reacciona en estado de conciencia alterada. El antropólogo catalán Josep María Fericgla autor de “Los chamanismos a revisión”, asegura que no se puede hablar de chamanes, sino de chamanismos, ya que los distintos chamanes difieren de la imagen clásica en función de su origen, su inclinación y sus objetivos; sin embargo, a mi me interesa lo que tienen en común y pienso que las diferencias son pocas y ocupación de coleccionistas de rarezas.

¿Convertirse en chamán o nacer?

La mayoría de chamanes se convierten en ello de manera voluntaria, aunque hay quien dice que lo es involuntariamente, porque ha sido poseído por un espíritu. Muchos de los que dicen serlo involuntariamente sufren enfermedades mentales. De hecho, una de las formas de acceder al chamanismo, según Mircea Eliade es haber superado una enfermedad; a continuación señala como otro factor determinante, el pertenecer a una familia de chamanes; junto a las anteriores, deben incluirse también otro tipo de llamadas, que se atribuyen genéricamente a los “espíritus”. Son señales, con valor profundo para un individuo concreto. Muchas veces esta llamada es sentida viniendo “desde arriba”. Esta llamada puede percibirse a través de los sueños, de sucesos extraordinarios o en medio de problemas individuales o grupales que precisan una solución radical. En el mundo del chamán los cielos y las montañas representan al mundo superior, más intelectual y espiritual. Lo que hay bajo el agua o bajo la tierra representa al mundo inferior, más físico. La montaña representa un lugar especial. En ella por analogía en contacto con lo superior en su estado mas original, allí se pueden alcanzar visiones, conectar con realidades benéficas, conocerse mejor a sí mismo o encontrar remedios para distintos problemas.

El joven indio americano que aspira a ser chamán escogerá un lugar aislado para retirarse, generalmente al borde de un precipicio o el interior de una cueva. Allí ayunará, meditará y se inflingirá dolores por medio de flagelaciones. Finalmente, el hambre, el dolor, la concentración intensa y el aislamiento social se combinarán para hacerlo entrar en trance. Entonces se le aparecerá un animal-espíritu, normalmente el que su sociedad le ha alentado a buscar, el cual se convertirá en su acompañante a lo largo de toda su vida, invistiéndole de su poder sobrenatural. Los trances siguientes serán más fáciles de alcanzar.

Entre los inuit (esquimales) es el chamán quien escoge a cinco o seis jóvenes entre 6 y 8 años en los que ve aptitudes. El viejo chamán busca un lugar alejado y secreto donde enseñar a sus discípulos. Después aísla a los niños en lugares alejados, cercad de una tumba o de un lago, y allí frota dos piedras una contra otra, sin cesar. Las privaciones prolongadas, el aislamiento y el movimiento rítmico de las piedras provocan el trance en el niño, al que se le aparece el gran oso-espíritu.

Muchos buscan en el nacimiento del niño un signo que delata su predestinación como chamán, el signum diavoli como se llamaba en la Edad Media, puede ser muy diverso y no necesariamente patológico, sino algo que haga distinto al individuo de los demás del grupo. El chamán puede ser por nacimiento, congénito, por vocación, por revelación, por posesión de un espíritu, por herencia. Para ser chamán congénito, por nacimiento, la tribu o los especialistas del grupo que atienden el parto, encuentran en el niño o niña desde que nace, algo distinto, algo que les diferencia de los demás, puede nacer con un icterus neonatorum, o con un naevus pigmentario, o las membranas secundinas sobre la cara, la “camisa” o saco amniótico, o nace de pie, o da un grito intrauterino (barrito). El que nace con algunos de estos signos es considerado chamán de nacimiento, porque trae señales de su poder. Es un chamán de nacimiento pero no basta aunque tenga la fuerza, el poder infuso. Hay que entrenarlos desde su infancia a las órdenes de otro chamán adulto y experto, para que llegue a desempeñar el puesto a que por nacimiento ha venido al mundo, entrenamiento que es duro y va acompañado de múltiples rituales y ceremonias hasta que es confirmado en su cargo y se le acepta como tal chamán, reconocido por el grupo.

Hay personas, como Michael Harner , que sostienen la creencia en que el chamán realiza el viaje con el fin de conocer en qué lugar determinado puede hallarse el remedio apropiado a un mal. Ellos argumentan contra la opinión científica que da como opción a tal sabiduría el resultado de generaciones de ensayo y error en la aplicación de remedios, que es imposible en el tiempo que generaciones de pueblos indígenas, de no más de una veintena de individuos, hubiesen tenido suficiente tiempo para experimentar los remedios, y que seguramente se hubiesen extinguido sino fuera porque el chamán, con la información obtenida en sus viajes en los que temporalmente se pone en contacto con otros niveles de conciencia, diferentes —superiores o inferiores— al nivel en que nos encontramos habitualmente, y puede permitirnos acceder a los modos cognitivos propio de un nivel superior, el cual nos facilita información sobre las propiedades medicinales de las plantas. La opción de ensayo y error ya habría terminado con la posibilidad de vida de ellos. Es este conocimiento superior el que puede justificar el fenómeno de que pueblos “primitivos” tengan conocimientos de cientos de remedios, y que incluso muchos de ellos no se empleen sino después de una elaboración que en algunos casos llega a más de diez pasos intermedios antes de administrar una droga ¿es que los indios conocen las propiedades de reacción química para poder hacer que algo que es venenoso se convierta en un potente medicamento? Estos fieles del chamanismo no creen que ello haya podido ocurrir sólo por la ley del ensayo y error, y piensan que la vida tiene muchos misterios. Efectivamente, pero hay que estudiarlos científicamente y resolverlos.

El acceso al mundo interior se produce -según los adeptos modernos- como consecuencia de la conciencia del chamán de cumplir una misión específica e intenciones serias. Tiene una tarea que cumplir. Sueña y controla el sueño. Recupera información valiosa sobre el sentido de su propia vida y muerte y del lugar que ocupa. Usará de sus animales guardianes o aliados de poder para recuperar la salud de una persona u obtener el conocimiento necesario. Terminado el viaje, regresa con todo el conocimiento que le permitirá ayudar a los demás. Actúa de canalizador de la energía espiritual o el poder que comparte con sus aliados personales en el mundo espiritual. El chamán suele trabajar en penumbra para poder ver claramente y no ser distraído por la realidad normal. Para entrar en el viaje chamánico, se ayuda de sonidos e instrumentos como las maracas, la flauta o el tambor, o el baile o la voz; o hace uso de plantas rituales o enteógenas. Hay muchas clases de viajes, el más típico es el viaje al mundo inferior. Los chamanes no realizan grandes viajes astrales, el chamán trabaja en el plano de la Tierra. Para llevarlo a cabo se sirve de un agujero o conexión entre los planos (real y no normal). Pueden ser cuevas, agujeros en troncos de árboles, charcas o arroyos, grietas entre las rocas o montañas, troncos huecos, rocas agujereadas, agujeros hechos ex-profeso para ello, máscaras, mandalas…). Todo lo expuesto en este párrafo es lo que creen los practicantes actuales del chamanismo, como ya habíamos advertido.

Neochamanismo

En su ensayo “Neochamanismo y el movimiento místico moderno” aparecido en la compilación de Gary Doore “El viaje del chamán, curación, poder y crecimiento personal”, Joan Townsend segura que el neochamanismo está ejerciendo una gran influencia en la mísitica moderna. Sitúa los orígenes del neochamanismo en la década de los sesenta del siglo pasado, cuando el movimiento hippie impulsó la idea de buscar el contacto directo con lo trascendente y cuando se produjo la conversión de algunos antropólogos que estudiaron con chamanes indígenas, en un intento por asimilar de primera mano los sistemas chamánicos, alejándose del punto de vista teórico y científico. Entre ellos destacaría a Michael Harner con los chamanes sudamericanos, Peter Furst y Barbara Myerhoff sobre el chamanismo huichol en el norte de México y los polémicos estudios de Carlos Castaneda, sobre su aprendizaje con el chamán-brujo yaqui llamado don Juan, también en el norte de México. Karina Malpica “incluiría también los estudios de Josep Maria Fericgla, aprendíz de los shuar (jíbaros) ecuatorianos; los de Jacobo Grinberg-Zimmerman, seguidor de Pachita y otros chamanes mexicanos; y los estudios de por lo menos dos de los destacados discípulos de la mítica oaxaqueña María Sabina, que son los doctores Salvador Roquet y Richard Yensen”.

En la actualidad el movimiento neochamánico plantea que al ser, en definitiva, el chamanismo un estado alterado de conciencia, un viaje a una realidad aparte, una forma de percepción extrasensorial, creado por la escenificación y el sonido de instrumentos como el tambor, ésta puede ser alcanzada a través de la reproducción y la recreación del ambiente e instrumentos que rodean al chamán. Así vemos un curso de capacitación chamánica (elaborado, por cierto, por un antropólogo) denominado “Harner Method”, “sistema diseñado para permitirles a los sujetos emprender sus propios viajes chamánicos de adivinación a la realidad no cotidiana, donde obtienen personalmente sabiduría y orientación espiritual directa, en respuesta a las cuestiones más importantes de su vida” (Harner, 1989: 247) que utiliza la tecnología electrónica en sustitución de los instrumentos musicales en vivo porque el sonido del tambor, escuchado por unos auriculares…tiene la ventaja adicional de no crear las molestias potenciales de los tambores en directo, en las estridentes condiciones urbanas.

En el terreno de la psicología y psiquiatría, una larga experiencia de más de dos décadas en el estudio de estados alterados de conciencia inducidos por drogas como el LSD se recupera en la denominada terapia holotrópica u holonómica, técnica desarrollada en los últimos diez años, que llega a los mismos resultados prescindiendo de sustancias psicotrópicas y utilizando métodos como la respiración controlada, la música evocativa, el trabajo corporal, los dibujos de mandalas y otros enfoques procedentes del chamanismo y de tradiciones no occidentales. El objetivo perseguido en estas técnicas es el de “facilitar la autocuración del paciente, ayudándole a adquirir conciencia y a reintegrar los elementos fragmentados del complejo mente-cuerpo” (Groff, 1989: 223) a través de un viaje mental de muerte y renacimiento que tiene bastante semejanza con los procesos rituales e iniciáticos chamánicos. En esta gente se nota una aversión hacia la utilización de sustancias enteógenas, que coincide con el creciente puritanismo que invade la sociedad occidental, el rechazo al LSD y al movimiento hippy y todo tipo de movimientos libertarios. Josep María Fericgla dice que en la actualidad se ha desvirtuado su función ancestral y hay toda una serie de impostores respondiendo a las demandas del mercado “new age”.

Otro de los nuevos caminos por los que van los neochamanes es el que expone Juan Ruiz Naupari, un chamán y psicólogo transpersonal peruano que coincide con la visión de Fericgla acerca de los chamanismos. Para él la verdadera esencia del chamanismo en sus orígenes fue el autodescubrimiento y no la brujería (para el autor, algo demoníaco, sin duda, como para Pierre de Lancre en el siglo XVII) o la simple sanación de síntomas físicos, asegura que el chamanismo original coincidía completamente con las enseñanzas de Buda, Krishna, Jesucristo y que su tarea consistía en regresar a la divinidad mediante el camino espiritual de conocerse a uno mismo. En principio, sería al revés, dado el origen remoto del chamanismo, es más fácil pensar que el budismo y el cristianismo son religiones de origen chamánico, pero resulta dificil admitir la veracidad de esta hipótesis, que sin duda nace más de la fé personal de Juan Ruiz, igual que Mircea Eliade tachaba de corruptos a los chamanes que utilizaban enteógenos para conseguir sus éxtasis. Toda una declaración de fervor religioso integrista a medio camino del espiritismo.

Las tres zonas cósmicas y el pilar del mundo

El animismo concibe todo lo creado como estructurado en tres zonas -cielo, tierra e infierno-, unidos o atravesados por un pilar que se ha simbolizado en las distintas culturas bien por un árbol, bien por una montaña o una columna. Pero estas tres zonas no tienen por qué tener una estricta realidad física: también el propio mundo interior tiene la misma estructura y en el “Árbol Cósmico de Yggdrasil” de las antiguas culturas del Norte de Europa el nivel celestial corresponde al mundo de lo superior (de lo supraconsciente), mientras que la tierra, el mundo intermedio, es la zona de la conciencia del yo y el infierno pertenece a lo inconsciente o subconsciente.

Curación chamánica

El doctor Andrés Rodriguez Alarcón afirma, basándose en Kenneth Meadows “Iniciación chamánica” Ed. Martínez Roca, que casi todos los ritos chamánicos comienzan con una purificación del oficiante, del paciente y de sus acompañantes. Puede hacerse a través de una fumigación con hierbas sagradas, por un baño ritual o por el antiguo sistema del vapor que ha dado origen a las saunas finlandesas o a los baños turcos. Después el brujo efectúa su diagnóstico -en estado de relajación- mediante el sonajero o el péndulo. Cuando percibe un cambio en el sonido se esfuerza en ver -a través de su visión interior- la alteración producida en esa parte del cuerpo del enfermo. Con el péndulo, la técnica es bastante parecida y se usa para confirmar la existencia de áreas con bloqueo de energía. El chamán cura a base de consejos de régimen de vida que entienda pueden armonizar al paciente con el mundo que le rodea. Utiliza las hierbas, los regímenes de alimentación y la relajación, la presión o la aplicación de cristales al modo védico. Pero en muchas ocasiones puede entrar en un estado alterado de conciencia para acometer una curación directa intentando equilibrar “desde dentro” las alteraciones que advierte en su cliente.

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La teogonia en la antigua america

. Introducción

Este pequeño trabajo presentamos un esbozo de lo que son los “dioses” algunas culturas americanas: de los Aztecas, Mayas, Aymaras y Quichuas.
Para lo cual se ha tomado en cuenta siguientes aspectos:


Los dioses principales.
Los ritos de adoración.
Los sacrificios.

En cada una de estas culturas se ve, cómo intentan explicar el misterio de la vida, los mitos surgen a raíz de las cosas que no se pueden explicar. Los dioses como el QUETZALCUATL en el caso de los Azteca y Mayas; y en el caso de los Aymaras y Quichuas, Viracocha, tienen un origen sobrenatural, a quienes le rinden culto con ofrendas y sacrificios.
Así pues, en estas cuantas páginas se ha intentado de explicar el culto a los dioses de cada una de las culturas mencionadas.
Se espera que sea de su agrado, buen lector.

2. Teogonía

El término teogonía significa el origen y la genealogía de los dioses. Esto no solamente en la cultura americanas, sino, en las culturas griegas, es decir en todas las culturas.
Cada cultura ha buscado explicar el origen del mundo. Para esto, se piensa que tiene que haber algún ser sobrenatural, esto son los dioses; de ellos provienen: la lluvia, rayos, el sol, le viento, etc.
En otras palabras, es una explicación de algo inexplicable, como es el origen del mundo. Y más todavía para las culturas más antiguas, ahora sabemos por qué llueve, para ellos había un dios de la lluvia.

3. Los principales dioses de los: aztecas, mayas, aymaras y quichuas.

En este apartado se explicará los dioses de las culturas mencionadas.
Los Aztecas
Practicaban la religión de los sacrificios humanos.
La religión era quizá la mejor expresión de la síntesis azteca, rasgos de crueldad y barbarie, propios de la época primitiva del pueblo nómada, un culto agrario centralizado en el dios de la lluvia mesoamericano TLALOC, chamanismo(forma de práctica religiosa en la que el chamán o brujo, alcanzado en trance místico, toma contacto con los espíritus) y culto a la naturaleza, héroes culturales, como el QUETZALCÓATL TOLTECA, Fetichismo con algunos animales, como el viejo jaguar olmeca, todo esto había sido barajado y ordenado hasta donde era posible por una casta sacerdotal para darle cierta coherencia y sobre todo para dotarlo de un ritual espectacular con el que tenía dominado y sobrecogido al pueblo.
Dentro de sus dioses, tenían para todo, ninguno era más poderoso que otro, pero había cuatro que compartían el CENIT de todo el panteón:
QUETZALCÓATL o el dios de la guerra.
TEZCATLIPOCA; o el espejo humeante( juez de los pecadores y humillador de los orgullosos)
QUETZALCÓATL; o la serpiente emplumada ( dios del viento y del aire)
TLALOC; dios de la lluvia.
El culto corría a cargo de una casta sacerdotal preparada en los calmecac, o escuelas de los templos donde estudiaban por lo común los hijos de los nobles. Lo normal es que los jóvenes abandonaran dicha la escuela al llegar a la edad militar y marchaban a cumplir sus destinos, pero quienes manifestaban vocación religiosa seguían allí, perfeccionándose en conocimientos calendáricos, escrituras sagradas, prácticas ascéticas y cántico y ritual.
Dentro del clero había una jerarquía compleja y dos pontífices máximos dedicados al servicio de HUITZILOPOCHTLI, y Tlaloc, estos aconsejaban a TLATOANI en cuestiones como la guerra o la política general, también había sacerdotisas y una especie de conventos de monjas (no podían casarse) pero las mujeres no podían pasar de la categoría de auxiliares de los hombres en las ceremonias.
Función sustancial de los sacerdotes era averiguar lo que iba a ocurrir, para lo cual recurrían a la manipulación de los calendarios, que manejaban con destreza combinando los signos de los 13 días de cada mes con los de los 20 del calendario sagrado auguraban el destino de los recién nacidos y con ello el nombre que se les imponía, de los matrimonios, de las guerras.
La cosmogonía azteca suponía que el mundo había tenido ya cinco eras o soles, cada una de las cuales había terminado con una catástrofe, ellos vivían en la era del cuarto terremoto, cuyo fin iba a ser un inmenso seísmo que lo destruiría todo.
Todo el orden cósmico y natural, incluida la lluvia dependía de la fuerza de sus dioses para mantenerlo. Para ello era necesario hacerles ofrendas para tenerlos contentos, la ofrenda más importante era la sangre, fluido vital, que los mantenía siempre jóvenes y vigorosos, de aquí derivaron los sacrificios de seres humanos que se hacían en los templos. Las victimas eran
colocadas sobre una piedra ceremonial y se les extraía luego el corazón con un cuchillo de obsidiana, la víscera aún palpitante, era ofrecida a los dioses mientras que el cuerpo era arrojado por las escaleras del templo ante una impresionada multitud que asistía a la ceremonia. Nadie sabe el número de los sacrificios se afirma que para la inauguración del templo mayor de TENOSCHTITLÁN, a finales del siglo XV se sacrificaron entre 20.000 y 40.000 victimas. Cortés aseguró que en dicho templo había una colección de 136.000 cráneos humanos de inmolados a los dioses.
Los prisioneros de la guerra eran los principales candidatos a ocupar la piedra de los sacrificios que coronaba el templo mayor, cuya sangre corría en cascada por las escaleras del templo los días en que se celebraban los sacrificio.

Los Mayas
La religión maya surgió para dar respuesta a los grandes enigmas de la vida y la muerte pero se fue volviendo extremadamente compleja, y pasó a ser patrimonio de una élite que la utilizó para dominar al pueblo y defender una desigualdad social que le favorecía. Los reyes fueron divinizados y considerados parte del sostenimiento de ése orden cósmico.
La religión gobernaba el tiempo y el espacio, el tiempo era un fluido continuo en el que periódicamente se producían creaciones y destrucciones del mundo y de sus habitantes y cabía esperar otra destrucción en el futuro, para evitarla o mejor para aplazarla, había que obedecer en todo a los sacerdotes.
En cuanto al espacio, era concebido como una serie de cielos por encima de la tierra, y unos infra- mundos por debajo, en cada uno de cuales moraba un señor o dios. Los puntos cardinales estaban bajo la protección de una divinidad.
Sus dioses más importantes eran:


IRZAMNÁ; o el señor del cielo.
CHAC, O EL DIOS DE LA LLUVIA;
AH PUCH; o dios de la muerte.
KINCH AHAU o dios del sol
IXCHEL o diosa de la luna
YUM KAX dios del maíz

La existencia de una vida sobrenatural dio lugar a un culto mortuorio que alcanzó expresiones monumentales en los enterramientos de los grandes personajes.
El culto implicaba sacrificios a los dioses para obtener sus favores, sacrificios que realizaban los sacerdotes, los sacrificios eran elementos valiosos, como comida u objetos de valor, raramente seres humanos, los sacerdotes se comunican con los dioses, realizando grandes ayunos, auto mutilándose, tomando alucinógenos.
Además de esta divinidad principal Itzan Na, habían otros seres relacionados con el sol, con la guerra, la muerte, los números, los meses. En sus diversos aspectos ascendente y descendente, con la luna o con venus, con fenómenos atmosféricos como la lluvia, la sequía o el viento; con actividades o productos alimenticios, como la caza, el maíz con los diversos oficios incluso con la vida o la muerte.

Los Aymaras
Los Aymaras son profundamente religiosos. Son politeístas. Todo cuanto les rodea, desde su nacimiento hasta su muerte, tiene un sentido mágico – religioso. Para ellos todo, hasta las piedras, son moradas de los dioses. Por ello, se está en armonía con la naturaleza, los dioses pueden ayudar o proteger al hombre, como pueden ocasionar grandes calamidades.
Su dios supremo era el Viracocha, creador del universo y de toda la tierra. Pachamama, la diosa de la fertilidad de la tierra.
Sin embargo los principales ad vocativos de Viracocha son:


TIKSI. Rayo.
Illapa. Relámpago.
Khon. Trueno.
Khuno. Nieve.

La cosmovisión Aymaras se basa en espacios, ocupados por distintos dioses.
El “Janajpacha” o “alakpacha” en el que moran los entes espirutuales, poseedores de la esencia de la vida.
El “Aca pacha”, naturaleza y morada de los seres vivientes, denominado con el nombre de Pachamama. En Aymara Pacha quiere decir TODO, Y mama, madre.
En “Manqhapacha”, submundo de las profundidades de la tierra, habitados por dioses tan dadivosos mezquinos como ser: “Supaja” dueño de las riquezas minerales del mundo.
Los Aymaras se esfuerzan por agradar a las divinidades, por que de esta manera esperan que se les retribuya. Sus rituales son solemnes, en ellos hacen ofrendas de diversos tipos: uno de los sacrificios de mayor importancia es la que se hace a la “Pachamama” (Madre tierra), ofreciéndole una o varias llamas. Éstas son escogidas entre todos que posee la comunidad. Una vez hecha la elección, la llama es objeto de múltiples y variadas atenciones por parte de los miembros de la comunidad. Por ejemplo, los Aymaras que habitan a las orillas del lago Titicaca, suben al animal a una embarcación de totora y le dan un paseo para que el Cota uma (madre laguna), dé su aprobación. Muchachas jóvenes son seleccionas para guiar a los camélidos hasta el lugar propicio para el sacrificio, por lo tanto, ellas deber ser cuidadosamente ataviadas.
Una vez preparada, se prosigue con el sacrificio, conocido más propiamente como la Wilancha, se sacrifica a la llama para el arado de la Pachamama ( madre tierra). El acto se produce en presencia de toda la comunidad y la lleva a cabo el Yatiri o sabio de la comunidad, quien rocía la sangre del animal en la tierra como una señal de la ofrenda.
Su dios principal era TIKSI VIRACOCHA o simplemente VIRACOCHA.
TUNUPA es el dios maoyor, es decir el enviado de “Viracoha”.
También adoraban a ILLAPA el dios del rayo y del trueno.
PACHAMAMA (madre tierra), es una de las importantes deidades para la cultura Ayamara, por eso le rinden culto y adoran.
Los Quichuas
Los Quichuas eran sumamente religiosos. Destinaban un tercio de su producción al culto.
Su dios supremo era el Konti – ticci o Viracocha, dios creador de otros dioses y de los hombres. Pero el dios más popular era el Inti, el sol, a quien posteriormente se le rinde un culto muy especia.
Tenían sacerdote máximo para adorar al Inti, llamado “Willac – Uma” que residía en Cuzco y organizaba las fiestas y el culto en honor al dios Inti.
Junto la templo había una casa donde residían jóvenes consagradas a dios, llamadas Ñustas. Los sacerdotes y las ñustas rendían culto al sol con el sacrificio de llamas, vicuñas y otros animales según el mandato del dios sol.
Los incas se destacaron en muchos aspectos intelectuales, tales como un sistema de contabilidad decimal que introdujo pachacutec o la utilización de un calendario lunar, sus astrónomos podían medir con precisión los solsticios y equinoccios. En medicina dominaron la técnica de trepanación craneana, que habían aprendido de las culturas clásicas de la costa. Aunque no emplearon la escritura registraban sus tradiciones mediante pinturas y desarrollaron un tipo de contabilidad nemotécnica basado en el Quipu.
Aspecto muy importante fue la religión, que el estado impuso a todos los pueblos vencidos como parte de su incaisación, como en el caso de los aztecas, se trataba de una amalgama donde proliferaban creencias animistas, fetichistas, totémicas, etc.

Los dioses principales eran:
INTI o “El Sol”; QUILLA o “La Luna” e ILLAPA o “El Trueno” creían también en un Dios creador llamado Viracocha, al que rendían escaso culto, salvo grupo de sacerdotes cultivados. Otras divinidades eran el mar y la tierra. La casta sacerdotal se componía de personas seleccionadas (pertenecían a la clase aristocrática o a gentes en cuyas vidas había sucedido algo tenido por sobrenatural) y estaba rígidamente jerarquizada, su pontífice máximo era el Uillac Umu, que era el tío o hermano del Inca, residía en el gran templo del sol en Cuzco y llevaba una vida repleta de restricciones o prohibiciones por lo que era muy venerado. La función de los sacerdotes era predecir el futuro y conservar el orden presente. Para lo primero hacían ayunos y tomaban alucígenos y estimulantes, con objeto de entrar en un transe que les permitía ver lo invisible. Había algunos oráculos famosos como los de Rimac y Pachacamac. En cuando al orden presente se mantenía mediante sacrificios a los dioses sobre todo al sol, que era de quien dependía la madurez de las cosechas, la lluvia y la multiplicación de los rebaños. Se sacrificaban toda clase de elemento valiosos como plumas, piedras preciosas, conejillos de indias, maíz, chicha. El sacrificio mayor era por lo común de llamas, en cuanto a los humanos eran poco frecuentes y sólo se recurría a ellos en casos críticos, como en guerras, terremotos, enfermedades, en tales casos las víctimas solían ser niños, considerados como lo mas valioso que podía ofrendarse. El culto oficial implicaba una serie de ceremonias a lo largo del año solar, la más importante era del Inti Raimi que correspondía al solsticio de invierno y se celebraba en Junio, para ella acudían al Cuzco todas las personalidades de todas las provincias del imperio, que se congregaban al amanecer en la gran plaza que había delante del templo del sol, al salir los primeros rayos de luz se postraban y saludaban al sol naciente, se levantaban luego, primero el emperador, quien ofrecía licor en un vaso de oro, derramándolo en un conducto que llegaba hasta la imagen solar. A continuación el emperador bebía de un segundo vaso y pasaba al templo, donde se depositaban a los pies del ídolo presente de oro y plata. Un sacerdote sacrificaba una llama negra y leía los presagios en sus pulmones, si eran favorables se sacrificaban otros dos animales y luego infinidad de ellos, con cuya carne se celebraba un gran banquete, si era desfavorable se retiraban todos apesadumbrados.

4. Conclusión

Después de un estudio sobre los dioses de las culturas americanas: Aztecas, Mayas, Aymaras y Quichuas. Concluimos que cada una de estas culturas han tratado de explicar el origen de las cosas, de la creación, del hombre. Porque todo hombre es un ser trascendental. Siempre busca algo sobrenatural y necesita de ello.
Como se pude ver en las culturas estudiadas, cada una de ellas tiene una forma de manifestar su religiosidad. En ellas se atribuyen las cosas que no logran explicarse, como ser: el origen del hombre, de los astros, de la naturaleza y toda la creación. Cada uno de ellos tiene una fuerza sobrenatural, ellos tienen poder sobre las cosas, ellos ayudan o protegen al hombre, como también puede causar grandes calamidades por no acatar las normas de los dioses. Por ello, como muestra de agradecimiento, de los bienes recibos, rinden culto, realizan sacrificios.

Por Pastor Quenallata

EL ESPÍRITU Y EL ALMA : de LOS BRUJOS HABLAN

EL ESPÍRITU Y EL ALMA : de LOS BRUJOS HABLAN
por John Baines

Existe una gran confusión con respecto a lo que es alma y espíritu. Generalmente se les identifica. Veamos lo que dice la filosofía rosacruz al respecto.

El hombre es un espíritu que habita en un cuerpo y que tiene un alma. Espíritu se es, alma se tiene. El espíritu es la parte divina, inmortal y eterna, la chispa divina o emanación de Dios que portamos en lo más profundo de nuestro ser. Ésta es la fuerza de Dios, la luz eterna e inextinguible que nos ilumina en los momentos cruciales de nuestra vida. Podríamos comparar a Dios con una gran masa de agua, que al girar vertiginosamente hubiera desprendido millones de chispas o gotas de agua. Cada una de estas gotas equivale al espíritu de un hombre. Por lo tanto el hombre es un espíritu encarnado en un cuerpo.

El alma es la parte animal inteligente, o sea, lo que llamamos personalidad, que se forma gradualmente como producto de la unión espíritu-cuerpo. Cuando un sujeto tiene pena o sufre un estado de profunda tristeza, generalmente es el alma la que está sintiendo esto. En cambio, cuando alguien dice: “yo soy el que soy” es el espíritu el que se está manifestando.

La meta máxima consiste en realizar el maridaje entre alma y espíritu, para lo cual es necesario cultivar el alma dándole conciencia e inteligencia. Es como un animalito o niño pequeño al cual debemos imponer nuestra voluntad para enseñarle a obedecernos en todo momento, y no ser nosotros los que obedezcamos a la parte animal.

Cuando el alma adquiere conciencia e inteligencia podemos actuar a voluntad con las fuerzas de la naturaleza.
La ley de correspondencia dice: “como es arriba es abajo, como es abajo es arriba”. Aplicándola a este caso particular, podemos afirmar que todo lo que está dentro de nosotros está también fuera y, por lo tanto, aquél que conquiste su naturaleza interna alcanzará también el dominio de la externa.
La alquimia, arte tradicional del ocultismo, enseña a transmutar los metales viles en oro. En el aspecto espiritual esto simboliza la transmutación de las bajas pasiones en virtudes. El alma que se desprende de la escoria de los sentimientos y pasiones desenfrenadas es cual refulgente escudo de oro que acoraza al individuo en contra del mal y la miseria humana.

Como una manifestación del alma podemos apreciar el sello característico que el alma colectiva familiar imprime en todos sus integrantes. Sus facciones no solamente llevan un parecido físico, sino que también algo que llamamos “aire de familia”, algo que se siente en el ambiente al tratar a alguno de ellos. Esta alma colectiva puede convertirse en algunos casos en un verdadero tirano egoísta y pasional que trae desgracia y miseria a los integrantes de este núcleo. Si existe armonía y perfecta unión puede brindarles prosperidad, protección, riqueza y felicidad.

En el aspecto colectivo es interesante observar el alma de un país. Todos sus habitantes tienen una idiosincrasia similar, una manera de ser especial que no nace de la vida conjunta. Todos los extranjeros que llega son rápidamente tomados por esta fuerza colectiva y adoptan con presteza el aire regional hasta llegar a simular nativos. En esta alma colectiva gravitan todas las emociones, instintos, pensamientos y pasiones del pueblo, y es a causa de esto que para poder triunfar en cualquier sentido, para superar la mediocridad, es necesario elevarse por sobre la vibración de esta alma colectiva, sometiéndose a una férrea disciplina personal.

Así como el ser humano tiene alma, también la tienen los animales, las plantas y aun los minerales, ya que la vida está en todo. Tal como afirma el principio hermético de vibración “nada está inmóvil, todo vibra”.

Al hablar del alma debemos considerar el corazón, centro de la vida anímica y emocional. Grandes loas se han elevado en su homenaje y se considera algo muy acertado actuar según sus dictados. La verdad es que el corazón, mientras no ha sido educado debidamente, es el gran enemigo del ser humano ya que lo empuja constantemente a cometer errores. El corazón es como el alma de un niño, capta inmediatamente cualquier vibración o fuerza que tenga la virtud de impresionarlo e impulsa al individuo a cometer actos de los cuales tendrá que arrepentirse posteriormente.

El mundo invisible que nos rodea es un receptáculo donde vibran buenos y malos sentimientos que son captados y tomados como propios por el corazón en momentos de expansión. Posteriormente la mente sufre grave perturbación a causa de estos estados emocionales. Podemos así observar que tanto el amor como el odio son ciegos. Un hombre enamorado lo perderá y sacrificará todo por la mujer a quien ama. El que odia lleva en sí el germen de su propia destrucción.

El amor debe ser guiado en todo momento por la razón, a fin de que sea una fuerza positiva para el individuo. De lo contrario es una fuerza tan ciega como el odio. Desde luego, es infinitamente mejor un hombre que ame a otro, que odie, pero es necesario saber amar. Amar impersonalmente sin egoísmo. ¡Qué pocos conocen el verdadero amor! Una mujer se enamora y cree con esto que ella ama. Generalmente el supuesto amor es un engaño del corazón. Es una embriaguez de magnetismo psíquico que produce una especial euforia a la cual han llamado amor. Cuando se satisface el deseo de posesión y pasa la embriaguez se termina este falso amor. Ésta es la causa común de los fracasos matrimoniales. Una pareja se casa muy enamorada y descubre después de un tiempo que sólo los une el hábito y un contrato civil. Esto es muy natural ya que las pasiones humanas son como el viento que primero sopla y después se calma. Solamente al amor que nace de una perfecta unión entre corazón y cerebro lo podemos llamar verdadero. Este amor es inmortal y eterno porque está dentro del campo vibratorio del espíritu, y todo lo espiritual es sagrado, divino, eterno e inmortal.

La clave de muchos secretos se encuentra oculta entre líneas en lo que hasta aquí se ha expuesto. El que sepa leer y comprender podrá utilizarlas. La sabiduría es incomunicable, solamente se pueden dar las bases para estudiar y realizar.

LA MENTE
La mente es la varita milagrosa del hombre. Es el juguete maravilloso con el que se puede llegar en milésimas de segundo al más lejano planeta, ya que la distancia y el tiempo no existen para la mente. Es una especie de fantástico sombrero de mago de donde podemos extraerlo todo.
Uno de los principios herméticos dice: “todo es mente, el universo es mental”.
Al comprender que todo lo que existe en estado material es solamente energía-mente que bajó su onda vibratoria hasta solidificarse, podemos darnos cuenta de la importancia del estudio y educación de la mente.
El cerebro es similar a un radiotransmisor que estuviera constantemente emitiendo y captando ondas de radio. Por supuesto las ondas del pensamiento son muchísimo más sutiles y poderosas. Todo pensamiento es energía electromagnética de alta vibración. El cerebro es un poderoso generador de energía, cuya onda vibratoria depende del grado de cultura y desarrollo intelectual del individuo. A causa de esto es muy difícil que un hombre de onda mental larga comprenda a otro de onda mental corta. A veces se originan interminables discusiones entre dos personas que sostienen lo mismo, pero que no se entienden por tener diferente vibración.

En la mente tenemos la puerta de entrada a lo que conocemos con el nombre de cuarta dimensión o plano de la energía. Todo lo que puede ser imaginado por el hombre es una realidad en el plano de la energía y por lo tanto puede llegar a realizarse en el campo material. Al pensar se produce una emisión de energía electromagnética que da origen a un ser poseedor de cierto grado de conciencia que vivirá en el plano energético. Este ser tendrá una conciencia en relación al estado mental y anímico del individuo en el momento en que lo generó, y pasará a constituir un verdadero hijo. Todos nuestros pensamientos habituales son nuestros hijos mentales, que como todo hijo tienen que alimentarse de sus padres.

De acuerdo con esto podemos comprender la verdad de aquel aforismo que dice: “según lo que un hombre piensa así es él”.

Estos hijos mentales son los que decidirán el destino futuro del individuo, como asimismo los que le traerán “buena o mala suerte” de acuerdo con su calidad vibratoria. Hay veces en que al encontrarnos con una persona experimentamos una gran tristeza o estado depresivo y esto se debe a que captamos su conjunto vibratorio de hijos mentales, que en este caso particular es de carácter negativo. Ante otras personas nos sentimos alegres y confiados y se nos levanta el ánimo. Es de vital importancia seleccionar cuidadosamente nuestras amistades, evitando en todo momento a los que poseen una irradiación negativa de carácter pesimista o fatalista, ya que en todo encuentro o conversación se produce un intercambio de magnetismo y de materia mental. En el plano de la mente todo pensamiento es algo material, tan concreto como puede serlo una piedra o una silla en el mundo físico.

Si pudiéramos ver en el plano mental percibiríamos a cada individuo rodeado de formas mentales acordes a su vibración particular o dominante. En un sujeto pasional o fuertemente instintivo veremos tigres, toros, hienas, etc. Un hombre lleno de amor hacia los demás emitirá constantemente pensamientos en forma de hermosas flores y plantas. Un avaro en cambio semejará un pulpo con gran número de tentáculos. Otro cerrado a toda idea nueva tendrá la forma de un cubo.

Si una persona pudiera en un momento dado concentrar todas sus energías mentales en un solo propósito podría lograr milagros. En la práctica vemos que nuestra mente pasa vertiginosamente durante el día de uno a otro pensamiento, y que no descansa ni siquiera en la noche durante el sueño. Este continuo vagar produce un fantástico despilfarro de energías al producirse en el sujeto un estado de dispersión energética. A fin de formarnos una vida mejor debemos alcanzar dominio sobre la imaginación para no crearnos un destino duro y negativo, ya que todo pensamiento tiende a materializarse. El que imagina que es perseguido por la mala suerte, por ejemplo, se coloca en un estado de negativismo que le acarreará desgracia y miseria. El que se tiene a sí mismo en poca estima, traspasará este sentimiento a los demás, quienes íntimamente lo despreciarán.

Uno de los hábitos mentales más nocivos es aquél de reclinarse en un sillón a soñar, dejando vagar libremente el pensamiento. Esta costumbre equivale a abrir la puerta de la mente al océano de las vibraciones mentales desde donde puede llegar un estado depresivo o de cólera. En el éter que circunda la tierra vibran al igual que las ondas de radio los pensamientos de todos los habitantes del planeta. Nunca puede saber un hombre si lo que piensa se gestó en su propio cerebro o fue captado desde el exterior. Es necesario educar la imaginación para que dé cabida solamente a pensamientos bellos, positivos, y optimistas; a pensamientos de éxito, paz, y prosperidad. De este modo nos pondremos “en onda” con todo lo bueno y positivo cerrándonos a la influencia del mal.

Quien sea capaz de mantener un cuadro mental fijo en la imaginación sin que sea borrado por otros pensamientos logrará maravillas, ya que mente es materia y materia es mente, es decir energía y materia son diferentes manifestaciones de mente.

En el campo energético la mente es como un ovoide que circunda la cabeza, ovoide cuyo tamaño estará en relación al campo conceptual del individuo. Este ovoide es igual a un campo cerrado de energía electromagnética que se abre en una determinada dirección al pensar intensamente.

Todas las enfermedades y trastornos de la función mental tienen su origen en la invasión de este ovoide por fuerzas malignas o negativas, extrañas al sujeto, verdaderos demonios que se han originado por vicios, malos deseos, malos pensamientos y malas acciones. A fin de aclarar esto debemos examinar someramente lo que ocurre después de la muerte.

Al separarse el espíritu del cuerpo sin vida, se produce también la separación del cuerpo de los principios animales inferiores del hombre, es decir el conjunto de sus pasiones inferiores y malas acciones. A este ser lo llamaremos el “cascarón astral”, ya que es como una corteza que recubre el cuerpo astral. Normalmente este “cascarón” se desintegra en cierto lapso de tiempo por falta de energía. Sin embargo cuando este “cascarón” es de gran fortaleza, lucha por sobrevivir y busca sujetos en los cuales pueda introducirse a fin de continuar su existencia en el plano de la materia. Cuando uno de estos entes logra entrar en el ovoide mental de un hombre se produce en éste un marcado cambio de carácter, ya que toma la personalidad inferior e instintiva del difunto a quien pertenecía esta entidad.

Toda clase de obsesiones se producen por esta causa, y si el cascarón es suficientemente poderoso puede llegar a desalojar completamente al espíritu, produciéndose entonces la locura. En otros casos más graves son varias las entidades usurpadoras que se disputan el cuerpo produciéndose locura furiosa. En un elevado porcentaje la insanía es provocada por esta causa.
En algunos casos es posible proceder a la expulsión de estos entes ya que temen al individuo puro, bien posesionado de sí mismo, de fuerte voluntad y carácter magnético o solar.

Las sesiones de espiritismo son el lugar donde se manifiestan los cascarones para alimentarse de las energías del médium y de los que forman la cadena de invocación. Es a causa de esto que los mediums sufren de agotamiento nervioso y consunción, ya que están entregando sus energías a estos vampiros del invisible que se burlan de ellos simulando ser espíritus desencarnados. Los grandes engañados y perjudicados son los que asisten a estas sesiones creyendo sinceramente que se materializan los espíritus de los difuntos. Sin darse cuenta están haciendo un gran daño al mantener con vida a estas entidades que al absorber parte de la conciencia de los asistentes quedan capacitadas para actuar conscientemente haciendo el mal.

Cuando la ciencia compruebe la existencia de estos seres, se habrá dado un gran paso en el tratamiento de la locura, obsesiones, y enfermedades nerviosas y mentales.

Todas las enfermedades se originan en la mente y sólo después de cierto período llegan a manifestarse en el cuerpo físico.

Mujeres que Corren con los Lobos

Mujeres que Corren con los Lobos
Extracto del libro de Clarissa Pinkola Estés
Capítulo 1
El Aullido: La Resurrección de la Mujer Salvaje

La Loba, la vieja, La Que Sabe, está dentro de nosotros. Florece en el más profundo psique del alma de las mujeres, la antigua y vital Mujer Salvaje. Ella describe su hogar como ese lugar en el tiempo donde el espíritu de las mujeres y el espíritu de los lobos hacen contacto -el lugar donde su mente y sus instintos se mezclan, donde la vida profunda de una mujer consolida su vida mundana. Es el punto donde el Yo y el Tú se besan, el lugar donde las mujeres corren con los lobos.

La Madre Creación es siempre la Madre Muerte y viceversa. Debido a esta doble naturaleza o doble labor, el gran trabajo frente a nosotros es aprender a entender qué cosas a nuestro alrededor, acerca de nosotros y dentro de nosotros deben vivir, y cuáles deben morir. Nuestro trabajo es entender el momento de ambos sucesos; permitir que muera lo que tiene que morir, y que viva lo que tiene que vivir.

Puedes mellar el alma y doblegarla. Puedes herirla y dejarle cicatrices. Puedes dejar las marcas de la enfermedad en ella, y las marcas ardientes del miedo. Pero el alma no muere, pues La Loba la protege en el mundo subterráneo. Ella es a la vez la que encuentra los huesos y la que los incuba.

Las personas practican la meditación para encontrar alineación psíquica. Por eso las personas practican la psicoterapia y el análisis. Por eso analizan sus sueños y crean arte. Por eso muchos leen el Tarot, el I Ching, bailan, tocan el tambor, hacen teatro, husmean en la poesía, y encienden el fuego de la oración. Por eso hacemos todas las cosas que hacemos. Es la labor de juntar todos los huesos. Luego tenemos que sentarnos junto al fuego y pensar qué canción usaremos para cantar sobre los huesos, qué himno de creación, qué himno de re-creación. Y las verdades que digamos harán la canción.

Hay algunas preguntas buenas que hacerse mientras uno decide la canción, la verdadera canción propia:

” ¿Qué le ha sucedido a la voz de mi alma?
” ¿Cuáles son lo huesos enterrados de mi vida?
” ¿En qué condiciones está mi relación con el Yo instintivo?
” ¿Cuándo fue la última vez que corrí libre?
” ¿Cómo hago para que la vida cobre vida de nuevo?
” ¿A dónde ha ido La Loba?

Regresa y párate bajo esa única flor roja y camina de frente esa última milla, la más difícil. Acércate y golpea en esa puerta vieja y curtida por la intemperie. Sube hasta la cueva. Arrástrate a través de la ventana de un sueño. Escudriña el desierto para ver qué puedes encontrar. Es el único trabajo que tenemos que hacer.

¿Deseas consejo psicoanalítico?
Ve a juntar huesos.

Otra perspectiva, aunque hay cosas que no se hacen actualmente en lo que llaman

Otra perspectiva, aunque hay cosas que no se hacen actualmente en lo que llaman chamanismo urbano y el clasico.

CHAMANISMO MODERNO
por Serge Kahili King 2002

“Usted se ve más moderno de lo que pensé que sería,” dijo el visitante mientras nos sentábamos en mi confortable living, con vista al océano que rodea la isla de Kaua’i.

Él dió un vistazo a mi televisor de pantalla grande, al videograbador, y a un cuadro en la pared de Roy Tabora, en el que hay una pintura del mar de Hawai en el que se refleja la luna. Claramente yo no encajaba en su modelo de lo que se supone debe parecer un chamán.

Su comentario fue el típico de muchos visitantes que tienen la expectativa -quizás incluso la esperanza- de verme vistiendo algún tipo de túnica o sarong y viviendo en primitiva simplicidad en una cueva o un bosque, alejado de las amenidades de la civilización. La idea general es que ese tipo de escena me haría de algún modo más auténtico.

Hasta he considerado encontrar semejante lugar y hacerme confeccionar una falda y una capa de hojas de ti, y darles a todos mis visitantes un buen show, que encajaría cómodamente con sus preconceptos. El chamanismo, sin embargo, no se limita a un lugar en particular, a un estilo de vestimenta o al ambiente cultural. Es una manera de pensar y actuar que desafía las fronteras y limitaciones de todo tipo, y que sin embargo las usa cuando son convenientes para algún propósito.

En los antiguos y remotos días el chamán -que era un sanador de mente, cuerpo y circunstancias- vivía justo en medio de la villa o de la vida tribal. El o ella también podían ser sacerdotes/sacerdotisas o jefes/jefas si no había nadie más que pudiera cumplir esos roles, pero su rol principal siempre fue el de sanador. El chamán tomaba parte en el trabajo, el juego y las actividades culturales del pueblo y a menudo las usaba para propósitos curativos, especialmente las actividades culturales artísticas, canción, baile y ritual. En algunas culturas el chamán vestía ropajes distintivos y sólo participaba de ciertas actividades, mientras que en otras era imposible reconocerlo/a del resto, salvo que uno fuera familiar, amigo o conocido.

Cuando se requerían los servicios del chamán siempre había una compensación apropiada en bienes o servicios de algún tipo, según la estructura económica local. Antiguamente en Hawai, por ejemplo, aquellos que hacían uso de las habilidades sanadoras del chamán podían darle frutas y verduras a cambio, ganado, herramientas, mantas y/o vestimenta. O bien podían ofrecerle sus servicios de pesca, agricultura, artesanía o limpieza durante un cierto período. El punto importante es que el chamán formaba parte de la comunidad y compartía su vida y esperanzas, sus sueños y proximidad. El aislamiento del chamán de la comunidad ocurrió sólo en tiempos de represión religiosa o política, e incluso entonces, hubo siempre conexión con algunos miembros de la comunidad.

Ahora el chamanismo está experimentando un resurgimiento de interés y libertad. Ahora el chamán está regresando a la comunidad adonde el/ella pertenecen de una manera viable, vital, visible. Hoy en día no es necesariamente más fácil, pero es sumamente importante que los nuevos chamanes, que están recordando y reviviendo las antiguas habilidades, formen parte totalmente de la sociedad actual, que lleguen a ser chamanes modernos en todo el sentido de la palabra.

Un chamán moderno (o chamán “urbano”, como yo suelo decir) usa el conocimiento antiguo en el contexto presente de nuestro ambiente social y cultural. Yo frecuentemente les digo a mis aprendices que cualquiera puede ser un chamán en los bosques (en donde no hay ninguna persona que se interponga en el camino); la tarea dura es ser un chamán en la ciudad. Y sin embargo el chamán pertenece allí donde las personas están. Eso no significa que el chamán moderno deba vivir en el centro de la ciudad o en un barrio atestado, o en un suburbio cuya población esté en rápido crecimiento, pero sí significa que él o ella se integren con y sean accesible a aquellos que son los que serán ayudados. La dura tarea de ser un chamán moderno se hace más dura por el hecho de que el chamanismo ha empezado a resurgir sólo recientemente, y no tiene una base fuerte de apoyo en la cultura de hoy.

En ausencia de tal apoyo, los chamanes necesitan ayudarse unos a otros. El éxito de los chamanes modernos, dependerá entonces, de la adaptabilidad, integración, y cooperación.
El conocimiento del chamán tiene que ver con la conciencia de, y la habilidad para dirigir los poderes de la mente y las fuerzas de la naturaleza. Adaptar la sabiduría antigua a la sociedad moderna es un proceso bastante simple porque los seres humanos todavía tienen los mismos deseos de salud, prosperidad y felicidad, y las mismas emociones de amor, enojo y miedo. Y la Naturaleza todavía tiene los mismos elementos básicos de (para usar la versión Hawaiana) Fuego, Agua, Viento y Piedra. El trabajo de sanación del chamán todavía es, como siempre ha sido, el de cambiar las creencias y expectativas, para cambiar la experiencia. La sabiduría y su aplicación son las mismas, sólo el contexto es diferente.

Un chamán antiguo en la profundidad del bosque de una isla volcánica, que usa sus manos para sanar una herida de jabalí salvaje y un chamán moderno en un alto edificio de departamentos, que usa sus manos para sanar una herida de un gato doméstico usan la misma sabiduría. Un chamán antiguo que desvía un flujo de lava para salvar un pueblo y un chamán moderno que calma el viento para impedir que un incendio de bosque queme un suburbio, usan la misma sabiduría. Las habilidades del chamán, telepatía, liberar energía, manifestar, cambiar de forma, bendecir, cambiar de creencias y viajar a la interioridad, no son afectadas por el tiempo. Todo lo que hay que hacer es adaptarlas a las circunstancias actuales.

La integración es más difícil en la sociedad de hoy debido a su variedad y complejidad. La mayoría de los chamanes antiguos sólo tenían que vérselas con uno o con unos pocos sistemas socio-culturales, y por consiguiente trabajaban con un número limitado de creencias. Hoy, sin embargo, como hay una mezcla tan vasta de sistemas radicalmente diferentes, sociales, culturales, religiosos y filosóficos, los chamanes modernos deben expandir constantemente sus conocimientos y mantener una conciencia excepcional respecto de las creencias que prevalecen en su comunidad y sus individuos, a través del desarrollo elevado de sus facultades intuitivas, como así también a través de estar muy atento a la información proporcionada por los medios de comunicación.

Más que nunca, los chamanes modernos necesitan de la cooperación para mantener y extender la sabiduría, para darse apoyo moral y práctico (aún los chamanes necesitan amigos y ayudadores), y para ampliar la aplicación del chamanismo a los problemas modernos. Mi solución ha sido formar Aloha Internacional, una red mundial de personas que estudian y practican la tradición chamánica Hawaiana, pero también es necesaria la cooperación entre los chamanes de diferentes tradiciones.

En verdad es cooperación lo que se necesita, porque el chamanismo es verdaderamente una filosofía no-jerárquica, democrática. Se requiere de una tremenda cantidad de trabajo de sanación, tanto en nosotros mismos como en el mundo en general. Hagámoslo juntos en el espíritu del verdadero Aloha.

hablando negativamente

HABLANDO NEGATIVAMENTE
por Graeme Kapono Urlich Ó 1998 Aloha International – Traducido por: Lic. Eugenia Lerner
Como parte de mi entrenamiento y desarrollo como Chamán Aventurero, he tenido que estar muy alerta a mi uso del idioma, tanto consciente como inconscientemente. Como resultado de esto, también me he dado cuenta vívidamente de cuán negativos somos aún cuando describimos las cosas más positivas, el resultado de esto es la programación de patrones inconscientes negativos y destructivos. Cuándo alguien te pregunta ¿cómo te sientes?, contestas ¿”genial”, “muy bien, gracias” o, “no tan mal”, “más o menos”, “no tan bien?”. Cuando has terminado de comer una comida realmente buena y alguien te pregunta si la has disfrutado, ¿tu respuesta es la comida estuvo “realmente muy buena”, “excelente”, “deliciosa la comida” o, “no estuvo mal?” Cuando has hecho un buen trabajo o has logrado algo que realmente te agrada, ¿prefieres oír “excelente ese esfuerzo”,” trabajo muy bueno”, “estoy muy conforme” o, “no fue malo ese esfuerzo?”.

La mente subconsciente trabaja con pura lógica cuando usamos el lenguaje y no sabe nada respecto del contexto. A menos que prestemos una atención particular consciente al contexto, el subconsciente a menudo escogerá palabras clave en una frase y las usará para generar experiencias o sentimientos. Si la mayoría de las palabras son negativas, o tienen asociaciones negativas para su subconsciente, entonces, la mayoría de las experiencias y sentimientos tenderán hacia lo negativo. A través de la utilización de técnicas de retroalimentación biológica, como el test muscular, es posible demostrar que los efectos que los dos modelos de lenguaje tienen sobre nuestros niveles de energía y emociones, son dramáticamente diferentes.

Cuando hablas con alguien y discrepas con lo que te está diciendo, dices “yo no creo eso”, “eso es basura” o, “yo creo otra cosa”, “yo tengo una opinión diferente” Cuando te sientes insatisfactoriamente, dices “no me siento bien”, “yo no me estoy sintiendo bien” o, “yo me estoy sintiendo un poco descolorido en este momento?” La mente conciente interpreta a estas declaraciones similares, dándoles el mismo significado, pero para el subconsciente son bastante diferentes. Para ayudar al proceso de sanación podrías decir, “estoy sintiéndome mucho mejor ahora.” Aún cuando eso no sea verdad, la mente subconsciente empezará a provocarlo. Al usar la expresión negativa permanecemos sintiéndonos mal durante más tiempo.

Otro aspecto de esto es cómo hemos aprendido a pedir las cosas. Es mucho más común que la gente se queje de que algo está mal, que el hecho de que la gente sugiera una solución. Yo me he entrenado para pedir el resultado deseado, en lugar de quejarme de algo y esperar que los demás reconozcan que eso es un pedido, y sentirme enfadado posiblemente porque no fue reconocido. Yo les enseño a mis hijos a pedir una bebida en lugar de quejarse de que tienen sed, a pedir ayuda respecto de algo en lugar de declarar que no pueden hacerlo por sí mismos.

Esta reformulación aparentemente insignificante de descripciones y pedidos puede tener un efecto tremendo en la manera en que experimentamos la vida. Nosotros llegamos a ser más positivos en nuestra perspectiva y las personas que nos rodean empiezan a respondernos de manera más positivas. Las cosas tienden a comenzar a funcionar más porque estamos eligiendo las maneras para que funcionen en lugar de esperar que así sea. A las personas les gusta saber lo que usted quiere de ellas, en lugar de escuchar lo que ellas hacen mal. Nuestro propio subconsciente responde de la misma manera, si se sugiere una solución nuestro subconsciente se moverá para generar esto rápidamente. Si nosotros simplemente declaramos que hay un problema, entonces nuestro subconsciente no tendrá ninguna opción clara respecto de hacia dónde moverse y seguramente elegirá una solución poco deseable y creará un nuevo problema.

Me ha llevado algún tiempo darme cuenta de este proceso y recordar este cambio. Todavía me olvido bastante a menudo, pero gradualmente, más y más cosas en mi vida están funcionando mejor y mejor. El esfuerzo del cambio ha valido la pena para mí y estoy seguro de que tu tendrás los mismos beneficios en tu propia vida, si asumes el desafío y te mantienes en él.

Science, Spirits, and Core Shamanism – Ciencia Espíritus y Chamanismo Nuclear

Science, Spirits, and Core Shamanism – Ciencia Espíritus y Chamanismo Nuclear
Por Michael Harner – Traducción: Marianne Muñoz

Una version anterior de este artículo fue presentada a la reunion anual de la Sociedad Norteamericana de Antropología el 4 de diciembre de 1998 en Filadelfia
Los chamanes siempre han actuado sobre el principio de que los humanos son parte integral de la naturaleza, relacionados a otras formas biológicas y no superiors a ellas. Este principio “pagano” fue una de las muchas razones por las cuales la Inquisición persiguió a los chamanes europeos y por el que los misioneros occidentales condenaron a los chamanes indígenas en todo el resto del mundo. Estos misioneros consideraban el punto de vista chamánico contrario a las enseñanzas bíblicas sobre el origen del hombre y la mujer. Realmente, sólo una vez que Darwin hubo publicado “El Origen de la especies”1 y “La ascendencia del hombre” 2 fue que los occidentals comenzaron, en su mayoría a regañadientes, a volver a un reconocimiento general del parentesco del hombre con otros seres vivientes. Dicho de otra manera, el Occidente, por intermedio de la ciencia finalmente adoptó una posición, la misma por la cual había perseguido y ridiculizado a los chamanes por largo tiempo.

Otro principio básico implícito en el chamanismo es que existen dos realidades y que la percepción de cada una de ellas depende del estado de conciencia del individuo. Por lo tanto, aquellos que se encuentran en un “estado de conciencia ordinario” (ECO) perciben sólo la “realidad ordinaria” (RO). Aquellos que se encuentran en el “estado de conciencia chamánica” (ECC) son capaces de entrar y percibir la “realidad no ordinaria” (RNO). Se les llama realidades a ambas porque la experiencia de cada una es empírica. Se reconoce que cada una de ellas tiene sus propias formas de conocimiento y relevancia para la existencia humana. 3

La RNO no es una realidad consensual e indudablemente, si lo fuera, los chamanes no tendrían función alguna, ya que su responsabilidad es alterar su estado de conciencia y percibir lo que otros no pueden percibir. Una de las caracerísticas que distingue al chamán es la capacidad de moverse a gusto entre ambas realidades con disciplina y propósito para sanar y ayudar a los demás.

Un principio corolario es que las formas individuales que se encuentran en la realidad no ordinaria son reales en sí. Se les llama “espíritus” y el practicante chamánico los considera reales porque interactúa con ellos. Esta interacción implica percepción directa con todos los sentidos. En otras palabras, para el practicante chamánico la existencia de los espíritus no es una creencia ni una hipótesis, sino un hecho empírico (ver también Turner) 4. En RNO los chamanes ven, tocan, huelen y oyen a los espíritus; para ellos son tan reales como los seres humanos con quienes interactúan en la RO. A medida que desarrolla su trabajo, el chamán va descubriendo cuáles de los entes que ha encontrado son de ayuda personal o espíritus tutelares que ofrecen ayuda milagrosa para sanar y predecir.

Otro principio chamánico característico es el que dice que los miembros de todas las especies vivientes, incluído el hombre, tienen almas o espíritus personales que les acompañan toda la vida. Estoy definiendo el alma como la esencia espiritual de un individuo, necesaria para la vida de ese individuo. Así, está presente desde el momento de la concepción o el nacimiento, hasta la muerte; el grado en que esté presente puede variar. Cuando el individuo muere, el alma sigue existiendo, tal como existía antes del nacimiento pero varía el tempo que existe así como una entidad identificable. Para los practicantes chamánicos las almas son entidades identificables ya que tienen contacto directo con ellas en la realidad no ordinaria, lo mismo que con otros espíritus.
Por mucho tiempo la posición chamánica en cuanto a la realidad de los espíritus ha sido inaceptable para la ciencia occidental. Pese a que un espíritu, Dios, puede ser invocado ocasionalmente, como Einsten lo hacía frecuentemente, los “espíritus” o “almas” son anatema e inaceptables como parte del paradigma. Los orígenes históricos de esta actitud se encuentran en los ataques de la iglesia contra científicos pioneros como Galileo y Copérnico durante el Renacimiento y la Reforma. En reacción, durante la Iluminación la ciencia y la medicina occidental decretaron que las almas y los espíritus no existen y por lo tanto eran irrelevantes para el estudio científico y la práctica médica. Es posible entender esta posición, en su contexto histórico, sin embargo, su perpetuación hoy en día limita los parámetros científicos decretando a priori que cierto fenómeno no puede existir.

El resultado de esta infortunada situación es que el avance del conocimiento en el Occidente está limitado por una ciencia truncada cuyo talón de Aquiles es que se basa parcialmente en una creencia que no ha sido comprobada: la creencia que ni los espíritus ni las almas puedan existir. En términos reales, por supuesto que la ciencia jamás ha demostrado que los espíritus no existen. Y reprobar una teoría o falsedad es lo fundamental del método científico (cf Popper)5 Mientras la teoría de la existencia de los espíritus no sea falsa, por lógica no puede ser ignorada por la ciencia. En otras palabras, la posición de la ciencia en esta material es poco científica e, irónicamente, se basa en fe. En la ausencia de la ciencia, la investigación experimental sobre la existencia y propiedades de los espíritus ha quedado en su mayoría en manos de los chamanes. En miles de años y miles de culturas diferentes, independientemente en cinco continents los chames han realizado innumerables experimentos de sanación con sus clients, a menudo en situaciones de vida a muerte, con resultados que consistentemente apoyan la teoría de la realidad de los espíritus. Por esta razón, lo básico de la práctica chamánica indígena es extraordinariamente consistente en todo el mundo.

Mi trabajo personal del estudio de los espíritus comenzó en 1961. Entoces y luego en 1964 y 1973 me entrenaron chamanes de dos tribus diferentes del Alto Amazonas; también me dediqué a la investigación exhaustiva sobre el chamanismo a través del mundo para descubrir sus principios y prácticas básicas a través de las culturas. A estos fundamentos los llamé “chamanismo nuclear”.

Además de mi práctica privada de chamanismo y sanación chamánica, a comienzos de los años 70 empecé a enseñar el “chamanismo nuclear” a otros occidentals, para aplicación práctica en sus vidas y las de otros. En la última década, aproximadamente, he sido asistido en esta docencia por colegas de la Facultad Internacional para la Fundación de Estudios Chamánicos, un organismo sin afán de lucro fundado para estudiar, restaurar y enseñar el chamanismo y la sanación chamánica por todo el mundo.

La enseñanza y el uso de los principios básicos y prácticas del “chamanismo nuclear” han precipitado el rápido resurgimiento de las prácticas de sanación chamánica en el Occidente y en todas partes. Porque no imitamos ninguna tradición cultural específica sino que enseñamos los principios comunes que cruzan todas las culturas, el “chamanismo nuclear” se presta especialmente para ser usado por un occidental que quiera un sistema relativamente libre de toda cultura que pueda adoptar e integrar a su vida actual. Hoy, el “chamanismo nuclear” es la modalidad práctica dominante del chamanismo en casi todo el Occidente.

En mi libro, “The Way of the Shaman” (“El camino del Chamán) 6 se puede encontrar una pequeña introducción a algunos de los principios y prácticas del “chamanismo nuclear”. Sin embargo, la enseñanza práctica más importante en chamanismo, sea nuclear o indígena, no se encuentra en la literatura. Más bien es el resultado de la instrucción práctica de persona a persona, por ejemplo, por comunicación directa con los espíritus y por experimentación personal y práctica. Más aún, mucho de este aprendizaje práctico es inefable y por ende no se ha podido comunicar a los observadores y entrevistadores occidentals no participantes.

El desarrollo del chamanismo nuclear se ha basado en una combinación de trabajo en terreno e investigación a través de diferentes culturas, en experimentación continua con antiguas técnicas chamánicas para sanar, predecir y otras, y la práctica de estos métodos con clientes. Una y otra vez hemos encontrado que la existencia de los espíritus es una explicación consistente parsimoniosa de nuestros éxitos en el uso de métodos chamánicos.

Para asistir a otros que deseen continuar la investigación chamánica quiero ahora delinear brevemente la estrategia de investigación que yo desarrollé en los últimos treintaiocho años de práctica chamánica personal, investigación y docencia. Esta estrategia no es solo mía, pertenece también a la Fundación de Estudios Chamánicos. Fundamental a esta estrategia es el respeto por el conocimiento espiritual acumulado de las culturas chamánicas. Así los indígenas se consideran maestros, no objetos. Si sus enseñanzas resultan extrañas o incomprensibles, ese es problema nuestro, no de ellos y evidencia nuestra necesidad de aprender más, en sus términos.No importa cuán imposible sus palabras o afirmaciones puedan parecer a primera vista, nuestra premisa de entrada es que ellos saben de lo que están hablando. No debemos reducir sus puntos de vista por la aplicación prematura de actuales paradigmas explicatorios occidentales. Para que se entienda, son inocentes hasta que se compruebe la culpabilidad y generalmente hemos encontrado que nosotros somos culpables si es que no los probamos inocentes a ellos.

Para entender mejor el chamanismo y la sanación chamánica es preciso buscar experiencia personal activamente dondequiera y cuando quiera. Así, otro aspecto básico de mi estrategia es observación participante seria o “participación radical” en términos antropológicos contemporáneos, porque no basta simplemente ser espectador y entrevistador. Ejemplos tempranos de participación radical, antes de que se acuñase el término, incluyen al etnólogo Frank Cushing (quien participó en las prácticas espirituales de los Zuni) y James Mooney (participó en la Danza de los Espíritus de la Llanura y también ayudó a fundar al Iglesia Nativa Norteamericana). Ellos traspasaron los límites tradicionales de observación participante que se manejaba en trabajo antropológico en terreno, entrando en dominios más allá de las tareas domesticas diarias de las personas con quienes estudiaban.

Los estudios comparativos de reportes etnográficos son también parte importante de la estrategia para descubrir regularidades de práctica, que lleva a resultados, los que, por los estándares científicos normales del Occidente serían consideradon imposiblen. Esos pueden incluir viajes chamánicos a otros mundos, desmembramiento, posesión y desposesión, comunicación con los muertos, servir de medium, trabajo detallado de predicción para desconocidos y sanación milagrosa.

A continuación en la estrategia viene el empleo experimental de prácticas para determinar si son replicables. La replicación de los resultados depende del descubrimiento, a través de dicha experimentación, de los principios fundamentals que están operando. Uno de esos es que existen espíritus tutelares (que ayudan) compasivos dispuestos a asistir al chamán para que alivie el sufrimiento, el dolor y la ignorancia espiritual. La aplicación de esos principios posibilita que terceros repliquen los resultados.

En esta estrategia experimental la inducción y la deducción juegan roles interdependientes siendo especialmente importante la inducción en las etapas primarias de las líneas de investigación. A medida que se avanza, se descubren los principios deductivos y se empiezan a emplear para lograr resultados predecibles. Cuando se emplean estos principios, incluyendo el de la realidad de los espíritus, los resultados son tan replicables que es posible enseñar cursos orientados experimentalmente a muchos alumnos con resultados confiables para sus propios experimentos. En otras palabras, la Fundación para Estudios Chamánicos es un laboratorio de chamanismo pionero en la ciencia de los espíritus y sus alumnos aprenden a emplear su conocimiento de los espíritus para obtener éxito en su práctica chamánica personal.

Usando los principios chamánicos nucleares, incluyendo el de la existencia de los espíritus, los estudiantes avanzados, con la ayuda de sus espíritus tutelares, son capaces de realizar no solo sorprendentes actos de sanación sino también rituales chamánicos clásicos como los del chamán atado o “la carpa que se sacude” conocido de una u otra forma por los indígenas de Norteamérica y el Ártico. Si hubieran sido sólo espectadores, en sus mentes habría quedado la duda de si esos rituales eran solo ilusorios o falsos. Pero por el hecho de participar como practicantes, ellos saben por conducto directo que no hay falsedad, como sucede cuando están atados firmemente con cordeles y de repente las ataduras se caen. 7

Este fenómeno se puede explicar de acuerdo a los principios científicos de parsimonia y la explicación parsimoniosa es que los espíritus son reales. Esto no sugiere que uno evite buscar explicaciones no espirituales para el fenómeno chamánico. Hasta ahora, sin embargo, ninguna explicación no espiritual del fenómeno chamánico ha sido tan efectiva como el principio de la realidad de los espíritus, lo que no es sorprendente ya que se ha examinado y lo apoyan en contexto chamánico a través de las culturas por miles de años.. El hecho de que las personas que lo han probado sean analfabetas y no lleven delantales blancos no hace sus experimentos, con pacientes y en situaciones de vida o muerte, menos dignos de respeto.

No pretendo aquí tratar de persuadir a nadie de estos puntos de vista sólo por medio de palabras; eso significaría pedirle al lector que tuviera fe en que yo no estuviera equivocado. Este tipo de persuasion de la realidad ordinaria no es la estrategia del chamanismo ni de la sanación chamánica. El chamanismo es un camino de conocimiento, no de fe y ese conocimiento no puede venir de mi ni de otra persona en esta realidad. Para adquirir este conocimiento, incluyendo el de la realidad de los espíritus, es preciso cruzar el umbral de las puertas del chamán y adquirir evidencia empírica.

El camino está abierto y el primer paso necesita sólo, como lo haría para un verdadero científico, curiosidad honrada, una mente abierta y un poco de valor. Una vez cruzado el umbral, las preconcepciones son reemplazadas por experiencia personal y uno mismo puede examinar la validez de los principios de la realidad de los espíritus. Un pequeño aviso, sin embargo, a aquellos que llegan recién a la práctica: tú y tu perspectiva de la realidad jamás volverán a ser las mismas porque al cruzar ese umbral sera el comienzo de un cambio tremendo en el paradigma, no solo para ti pero finalmente para los parámetros de la ciencia y la ciencia por fin no estará truncada por una suposición etnocéntrica y cognocéntrica a priori de lo que es imposible.

* Una version previa de este artículo fue presentada a la reunion anual de la Sociedad Norteamericana de Antropología el 4 de diciembre de 1998 en Filadelfia

Pachita fue una de las más grandes chamanas de México. De pequeña fue

Pachita fue una de las más grandes chamanas de México. De pequeña fue
abandonada por sus padres y adoptada por un negro africano llamado
Charles. Durante 14 años Charles cuidó de Pachita y la enseñó a ver las
estrellas y a curar. Después, Bárbara Guerrero, “Pachita”, luchó al lado
del general Francisco Villa durante la revolución Mexicana, fue
cabaretera, venderoda de billetes de lotería y cantante en camiones de
paso… Tantas experiencais la conectaron con lo que trascendía de todas
ellas. De alguna manera, Pachita había logrado dejar atrás muchas
ilusiones y eso la colocaba en un punto de contacto íntimo con la
Realidad, desde donde ella actuaba.

En su libro “Pachita”, el desaparecido investigador mexicano Jacobo
Grinberg-Zylberbaum describe las experiencias que tuvo la oportunidad de
vivir al lado de esta extraordinaria mujer cuyo único motivo para vivir
era ayudar a su prójimo. Pachita poseía un control extraordinario sobre
la materia y la energía. Era capaz de realizar operaciones quirúrgicas
tales como transplantes de órganos en las cuales objetos y órganos
biológicos se materializaban y desmaterializaban aparentemente de la
nada.

Pachita decía que el Hermano Cuahutémoc, el espíritu del último emperador
azteca, actuaba a través de su cuerpo realizando su trabajo cuando ella
entraba en trance transformando su personalidad y efectuando las
prodigiosas operaciones que se describen con lujo de detalles en el
mencionado libro. 

Jacobo Grinberg-Zylberbaum estudió personalmente con diversos chamanes
mexicanos, además de la famosa Pachita y a raíz de este contacto
escribió una serie de seis libros llamada Los Chamanes de México, y
publicó también diversos libros teóricos acerca del estudio de la
conciencia en los que fue desarrollando la Teoría Sintérgica como un
intento para explicar científicamente el poder y la actuación de los
chamanes. En el libro dedicado a Pachita, este prolífico y enigmático
autor (de quien se dice que “desapareció” del plano físico hace algunos
años), presenta el siguiente apartado teórico a manera de introducción:

LA TEORÍA SINTÉRGICA

Fundamentos teóricos de Jacobo Grinberg-Zylberbaum
en torno al fenómeno del chamanismo

LA LATTICE DEL ESPACIO TIEMPO

La mecánica cuántica actual ha desarrollado una concepción acerca de la
estructura del espacio que nos va a servir de punto de partida para
intentar explicar el trabajo de Pachita.

El concepto de la lattice consider que la estructura fundamental del
espacio es una red o matriz energética hipercompleja de absoluta
coherencia y total simetría. A esta red se le denomina lattice y se
considera que en su estado fundamental contribuye al espacio mismo
omniabarcante y penetrado de todo lo conocido.

La lattice permanece totalmente invisible hasta que alguna de sus porciones
(por cualquier causa) altera su estado de coherencia. Una
partícula elemental es precisamente una desorganización elemental de la
lattice en cualquiera de sus localizaciones. Cualquier átomo o compuesto
químico es una particular conformación estructural de la lattice con
respecto a su estado fundamental de máxima coherencia.

La concepción de lattice surgió de los estudios de cristolografía, porque
la estructura de cualquier cristal es una lattice de alta coherencia que
se asemeja a la lattice del espacio.

A partir de Eisntein, el concepto de espacio ha sido inseparable del
tiempo, por lo que la consideración de la lattice del espacio tiempo se
refiere a ambos unificándolos. Si la lattice desapareciera, el espaio y
el tiempo harían lo mismo.

Cualquier objeto “material” es en realidad una organización irrepetible
de la estructura de la lattice. En su estado fundamental de total
coherencia, fuera de la misma lattice no existen ni objetos ni
alteraciones temporales. Es únicamente cuando la lattice cambia su
estructura fundamental que el tiempo transcurre y los objetos aparecen.

 

EL CAMPO NEURONAL

El cerebro humano es la conformación más compleja conocida de la
estructura de la lattice (exceptuando la estructura fundamental de la
lattice misma). Cada una de las doce mil millones de neuronas del
cerebro humano junto con todas sus conexiones anatómicas son otras
tantas alteraciones de la estructura fundamental de la lattice. Cada vez
que una neurona se activa y su membrana celular cambia su potencial de
reposo produciendo cambios eléctricos de superficie, la lattice cambia
su conformación. El conjunto de las modificaciones de la estructura de
la lattice que resultan de toda la actividad del cerebro crea una
alteración colosalmente compleja de la lattice.

Esta alteración ocurre en todas las dimensiones del espacio y se le
denomina campo neuronal. El campo neuronal de un cerebro vivo
contínuamente interactúa con la lattice produciendo en ella
confirmaciones energéticas a las que denominamos imágenes visuales.

En realidad, el campo neuronal y la lattice firman una unidad y es la
misma lattice la que sirve de fundamento al campo neuronal. Sin embargo,
por razones didácticas, hablaré de interacción entre el campo neuronal y
la lattice cuando haga referencia al efecto que el cerebro tiene sobre
la estructura de la lattice.

El mundo que conocemos resulta de la interacción entre el campo neuronal
y la lattice. Todos vemos un mundo similar porque la estructura de
nuestros cerebros es muy parecida y por lo tanto, los campos neuronales
que producimos son semejantes aunque irrepetibles y únicos en cada
momento.

Existen, sin embargo, diferentes niveles de interacción y prácticamente
un infinito número de conformaciones que el campo neuronal puede adoptar.

Las estructuras cerebrales que más se han utilizado durante la evolución
son las más fijas estructural y energéticamente hablando. Esto explica
la relativa fijeza de nuestra percepción visual. Al mismo tiempo, las
estructuras cerebrales más nuevas, evolutivamente hablando, no tienen
tal fijeza ni producen campos neuronales tan parecidos. Por ello las
creaciones intelectuales y el pensamiento son tan variables y con tante
capacidad de originalidad aunque ambos, el mundo visual y el mundo del
pensamiento tienen el mismo origen en la interacción del campo neuronal
y la lattice.

De acuerdo a los estudios de la conciencia que indican que ésta posee
valores discretos dando lugar a niveles cualitativamente diferentes de
la experiencia, es posible suponer que la interacción entre el campo
neuronal y la lattice posee una congruencia solamente con ciertas bandas
o niveles mientras que otras no. Por ello existen mundos auditivos
diferentes de los visuales u olfativos y niveles particulares que la
conciencia mística oriental conoce tan bien.

Algunos niveles de interacción solamente son accesiobles después de un
entrenamiento riguroso mientras que otros son más cotidianos y comunes.
En todos los niveles, sin emabrgo, el cerebro afecta la estructura de la
lattice.

 

EL TRABAJO DE PACHITA

Tal como el lector podrá constatar a través de la lectura de este libro,
el nivel de conciencia de Pachita era extraordinariamente diferenciado.
Durante las operaciones que realizaba ella era capaz de materializar y
desmaterializar objetos, órganos y tejidos. El manejo de las estructuras
orgánicas, le permitía realizar transplantes de órganos a voluntad,
curaciones de todo tipo y diagnósticos a distancia con un poder y
exactitud colosales.

Estar junto a Pachita era una experiencia única en la cual se
experimentaba el poder de su mente capaz de conocer los conenidos del
pensamiento, ñas intenciones y las experiencias más íntimas de sus
colaboradores y pacientes como sifueran un libro abierto. Además Pachita
lograba penetrar en el tiempo prediciendo eventos futuros como si su
campo neuronal en interacción con la lattice del espacio tiempo
decodificara y modificara la estructura temporal de la realidad.

Todos estos portentos pueden ser explicados si se acepta la posibilidad
de que las modificaciones de la lattice producidas por el campo neuronal
de Pachita eran capaces de modificar sustancialmente aquélla produciendo
conformaciones similares a la de los objetos (en caso de las
materializaciones) o retornos a la estructura de la lattice de los
objetos (en el caso de las desmaterializaciones).

Pachita poseía un control único sobre su campo neuronal transformánsolo
y modificando con él a la estructura de la lattice. Aunque sus efectos
parecían ser milagrosos se basan, de acuerdo con esta hipótesis, en el
mismo mecanismo que todos utilizamos para crear nuestras imágenes o
nuestros pensamientos.

 

LOS ÓRBITALES DE LA CONCIENCIA

La existencia antes mencionada, de niveles discretos congruentes en la
interacción del campo neuronal y la lattice explica que el Hermano
Cuahutémoc… De acuerdo a la hipótesis que he presentado, el campo
neuronal de Pachita era capaz de interactuar en forma congruente con una
banda de la lattice que ella denominaba Cuahutémoc. A estas bandas la
teoría sintérgica las denomina orbtales de conciencia. La teoría
sintérgica sostiene que la experiencia es la interacción del campo
neuronal con la lattice.

 

LA CONCIENCIA DE UNIDAD

El campo neuronal es capaz de mimetizar la estructura fundamental de la
lattice. Esto se logra encrementando la coherencia ínter y
transhemisférica. Cuando la coherencia cerebral es así incrementada, el
campo neuronal deja de modificar la estructura fundamental de la lattice
y la conciencia se vuelve de Unidad. en este estado de Unidad total
desaparece el ego y el sujeto de la experiencia se vuelve una especie de
“rey de la creación” capaz de modificar la realidad desde sus orígenes.

No puedo expliocar la existencia de Pachita y sus efectos a menos que
acepte que ella había logrado llegar a la conciencia de Unidad. Esto me
explicaría su capacidad de reconocer cualquiera de las mentes que se le
aproximaba y su habilidad de hacer aparecer su conciencia en diferentes
localizaciones del Universo. Pachita decía ser capaz desalirse de su
cuerpo y hacer aparecer su experiencia en localizaciones extracorpóreas.
Esta capacidad implicaba entre otras la de poder focalizar su atención
total en diferentes porciones de la lattice.

 

EL FACTOR DE DIRECCIONALIDAD Y EL PROCESADOR CENTRAL

Normalmente hacemos algo similar con nuestra atención; la focalizamos en
diferentes regiones de la interacción entre el campo neuronal y la
lattice. La capacidad atentiva de Pachita era, sin embargo,
extraordinariamente acrecentada. En ambos casos; la de la atención
normal y la de la acrecentada, se requiere de un factor explicativo
además de la interacción entre campo neuronal y lattice. A este factor
la teoría sintérgica lo denomina factor de direccionalidad.

El factor de direccionalidad hace aparecer la experiencia consciente en
diferentes regiones de la lattice y requiere de la existencia de un
controlador del mismo al que la teoría sintérgica denomina procesador
central. Acerca de éste último poco se sabe y solamente se puede
conjeturar que pertenece al Observador independientemente de la lattice
y el campo neuronal.

Este Observador en diferentes tradiciones se ha denominado Ser, Purusha
o Atman. La existencia del Observador se encuentra en la forntera del
conocimiento científico precisamente por la necesidad de considerarlo
independiente de la lattice. La aceptación del Observador como
independiente del mundo físico no ha sido aceptada por la ciencia aunque
para Pachita era una realidad incuestionable.

 

EL HIPERCAMPO

Una consecuencia de todo lo que antecede es la idea de que sumada a la
organización propia de la lattice y a su interacción con el campo
neuronal, sea necesario considerar a las interacciones entre todos los
campos neuronales existentes en el seno de la lattice. A esta lattice
que incorpora todos los campos neuronales se le denomina hipercampo.

Pachita parecía poseer la capacidad de decodificar el hipercampo
conociendo, de esta forma, el estado de la conciencia planetaria. Esta
capacidad de decodificación no era pasiva puesto que ella afirmaba que,
a través del Hermano Cuahutémoc se realizaban misiones planetarias de
direccionalidad y modificación del hipercampo.

Cualquier alteración del hipercampo afecta a todos los campos neuronales
y por lo tanto determina cambios en la conciencia individual y colectiva.

Una de las fascetas más extraordinarias de Pachita era precisamente si
trabajo en el hipercampo y su ideal de transformación para el bien de la
humanidad.

 

Jacobo Grinberg-Zylberbaum

Ciudad Universitaria, 19 de mayo de 1987.

 

Los textos sobre chamanismo de Jacobo Grinberg-Zylberbaum: 

Los chamanes de México I Psicología Autóctona Mexicana, Alpa Corral, México,
1987.

Los chamanes de México II Misticismo indígena, Alpa Corral, México, 1987.

Los chamanes de México III Pachita, IMPAC, México, 1988.

Los chamanes de México IV, La Cosmovisión de los Chamanes, INPEC, México, 1988.

Los chamanes de México V, El Cerebro y los Chamanes, INPEC, México, 1989.

Los chamanes de México VI, La Voz del ver, INPEC, México, 1989. 

Otros textos teóricos del mismo autor:

El Cerebro conciente, Trillas, México, 1979.

El espacio y la conciencia, Trillas, México, 1981.

El significado de enfermedad y curación en el chamanismo y en la

El significado de enfermedad y curación en el chamanismo y en la
medicina moderna 
Jean Achterberg

La palabra curar, así como todos sus derivados, son términos vagamente
pérfidos en la medicina moderna, en la que curandero es sinónimo de
matasanos o de «evangelista untuoso y charlatán». En realidad, desde el
punto de vista de la ciencia contemporánea, incluso la capacidad natural
de un individuo para curar prácticamente todo trauma mental, corporal y
espiritual recibe escaso reconocimiento en términos de investigación,
así como tampoco se suele otorgar crédito alguno a su propia capacidad
de recuperación. La remisión espontánea de una dolencia se tilda de
anomalía, el efecto placebo supone un fastidio para la investigación y
toda enfermedad que no se ajuste a las estadísticas es groseramente
calificada de diagnóstico erróneo, remisión temporal, o simplemente
histeria. Claramente, la curación no goza de popularidad.

En cualquier caso, ¿qué significa curar o ser curado? Las «claves» que
uno acepte como representativas de la curación varían enormemente y son
distintas para cada cultura. En las culturas chamánicas tradicionales,
la curación guarda escasa relación con la remisión de los síntomas
físicos. Se refiere más bien a formar un todo o a armonizar con la
comunidad, con el planeta y ciertamente con las circunstancias privadas
de uno mismo. Esto puede ir, o no, acompañado de la curación física, e
incluso cabe que el paciente fallezca, lo que inspira una enorme
desconfianza, evidentemente, entre los observadores ajenos a dicha
tradición. Después de todo, ¿qué clase de curanderos son esos chamanes,
si sus pacientes se mueren? Sin embargo, desde el punto de vista del
chamán, el curso de la vida y la muerte carece de importancia, ya que no
son más que distintas experiencias a lo largo del continuo de la
existencia.

Evidentemente, la actitud chamánica sugiere una definición bastante
diferente de curación que aquella con la que la civilización occidental
está primordialmente familiarizada, es decir la de «regresar a la
normalidad», normalidad que se define culturalmente de acuerdo con unos
niveles creados por los miembros de dicha sociedad. Es oportuno
mencionar aquí el siguiente comentario de un curandero indio: «Con la
medicina del hombre blanco, uno sólo vuelve a ser como antes; con la
medicina india, uno puede llegar a ser incluso mejor».

No obstante, cabe destacar que el espíritu humano emerge frecuentemente
victorioso, incluso del más atroz de los tratamientos médicos. En esta
cultura, la gente supera creativamente las enfermedades, aprende de
ellas y las trasciende. Y para el terapeuta, la posibilidad de
participar en este viaje con pacientes muy excepcionales y a menudo
gravemente enfermos, supone un gran don y una fuente de sabiduría. Claro
que no todo el mundo es capaz o está dispuesto a hacerlo, y se suele
precisar mucho apoyo para realizar el esfuerzo necesario.

El viaje de autotransformación

Existe un claro paralelismo entre el viaje de crecimiento personal que
emprenden los que atraviesan una enfermedad de suma gravedad y el viaje
de iniciación del curandero. Ahora estoy convencida de que, para el
curandero, dicho viaje significa un progreso más o menos constante en su
labor simultáneamente alegre y dolorosa de autoconcienciamiento y
autodesarrollo, además de un compromiso con su misión de servicio. En
las sociedades chamánicas tradicionales, se consideraba dicha
transformación como parte imprescindible de la formación del curandero
para el correcto ejercicio de su vocación, mientras que en la medicina
moderna ha sido prácticamente olvidada. No obstante, la senda
tradicional de autodescubrimiento emprendido por los curanderos
indígenas durante su proceso de iniciación, cuenta con un prototipo
moderno que adquiere cada día mayor popularidad. Dicho viaje
transformador no sólo es compatible con la medicina moderna, sino
esencial para ella. La sabiduría de la curación sólo podrá progresar si
se combinan inteligentemente los mejores aspectos de todos los sistemas.

Utilizando mi experiencia como ejemplo, diré que el viaje de iniciación
no tuvo lugar en preparación para mi trabajo sino a causa del mismo.
Además, no fue una elección consciente, ni siquiera fue el deseo lo que
impulsó el proceso. Existe un proverbio latino que dice «quien vaya por
su propia voluntad, será guiado por los Hados; quien vaya contra su
voluntad, será arrastrado por ellos». La segunda parte es la que mejor
describe mi participación.

Ni los reconocidos métodos de la ciencia médica ni los principios de la
religión moderna me fueron de gran ayuda para guiar mis pensamientos, mi
investigación, o mi trabajo clínico con pacientes gravemente enfermos.
La confusión, la incertidumbre, el enojo y la frustración provocaron la
necesidad de aprender otras tradiciones culturales como el chamanismo, e
incluso de identificarme con las mismas, ya que sólo éstas parecían
capaces de inyectar cierta sabiduría en áreas de la medicina
esterilizadas por la objetividad.

En primer lugar parecía que, en interés de la tecnología y del dogma, la
medicina pasaba por alto la esencia de lo que significa ser humano.  Los
que padecen enfermedades crónicas y los moribundos, ambos fuera del
alcance de la medicina tal como se conceptualiza en la actualidad, han
sido los que más dolorosamente han sentido dicho olvido.

En mis primeros años de investigación, yo también presencié sucesos
totalmente inexplicables según los conocimientos que poseemos sobre el
cuerpo humano, o de lo que cabe esperar del tratamiento médico.2 Por
ejemplo, algunos pacientes con cierto tipo de personalidad tenían
mayores probabilidades de vivir más tiempo, después de un diagnóstico de
enfermedad «terminal». Los análisis de sangre de dichos pacientes
revelaban una asombrosa correlación entre los cambios hematológicos y
los resultados de pruebas psicológicas. Era posible predecir
estadísticamente la longevidad, basándose en la visión que tenían dichos
pacientes cancerosos de su propia enfermedad, sus defensas y el
tratamiento.3 Muchos fallecieron cuando no lo preveían las teorías
vigentes. A menudo eran demasiado jóvenes o estaban excesivamente sanos,
o su enfermedad, según los libros de texto, no era lo suficientemente
grave como para causarles un deterioro tan rápido. El «curso biológico
de la enfermedad», frase con la que se intenta describir el progreso
independiente de la misma según su propia naturaleza, pasó a tener muy
poco sentido.

Por otra parte, comprobé que algunos pacientes a quienes se había
administrado los últimos sacramentos se recuperaban, reincorporándose a
una vida satisfactoria y productiva, También he sido testigo del milagro
de vidas gratificantes bajo las más traumáticas limitaciones físicas y
del milagro de aquellos que avanzan hacia la etapa final de esta vida
con toda conciencia y claridad. En todos los casos, estas curaciones
aparentemente milagrosas podían ser atribuidas a recursos internos
mentales y espirituales. Estos sucesos son excepcionales, pero el hecho
de que ocurran merece estudio y consideración.

El significado de enfermedad en el chamanismo y en la medicina moderna

Toda enfermedad, esté clasificada por el sistema occidental como mental
o como física, está dotada de unas características verdaderamente
extrañas. Por ejemplo, uno raramente se encuentra con ningún caso
«clásico». Los diagnósticos se realizan de acuerdo con un conjunto de
síntomas semejantes los manifestados por otros individuos y a los que se
ha otorgado un nombre. Dichos diagnósticos son frecuentemente
arbitrarios, pero parecen contentar a la gente. El doctor se alegra de
haber identificado algo y el paciente de que lo que padece sea «real» y
tenga un nombre.

Sin embargo, la verdad es que cada cuerpo/mente/espíritu parece
responder de un modo único a la vida interior y exterior, estrechándose
o ampliándose por aquí o por allá. Sugiero que, además del sistema
típicamente occidental, existen otras formas de ver la enfermedad, más
adecuadas para la identificación de sus causas. El énfasis chamánico en
los conceptos clave de discordancia, miedo y pérdida del alma es una de
esas formas.

Por ejemplo, los chamanes hace tiempo que reconocieron que la enfermedad
es inevitable si la vida pierde significado y uno olvida la sensación de
pertenencia y de conexión (discordancia). Asimismo, una sensación
crónica de miedo hace que el individuo pierda el amor, la alegría y la
confianza, cimientos básicos de la salud, sin los cuales la propia
fuerza de la vida parece comenzar a retirarse del cuerpo. Las
inferencias de estos diagnósticos chamánicos aparecen desparramadas a lo
largo de este capítulo. Ambas, a su vez, se manifiestan en las
enfermedades identificables en la medicina occidental. Así pues, los
síntomas que, a nuestro entender, representan la enfermedad, puede que
sean simplemente los epifenómenos de problemas mucho más básicos.

La pérdida del alma, por otra parte, se considera como el diagnóstico
más grave en la nomenclatura chamánica, ya que se cree la causa
principal de la enfermedad y de la muerte. Sin embargo, no se menciona
en absoluto en los libros de medicina occidental moderna. No obstante,
cada día está más claro que lo que los chamanes denominan pérdida del
alma, es decir una lesión en el centro inviolable que es la esencia de
la persona, se manifiesta como desolación, deterioro inmunológico,
cáncer y muchas otras enfermedades de suma gravedad. Esto parece ocurrir
después de algún grave fracaso sentimental, profesional, o algún otro
tipo de ruptura significativa.

El curador herido y la imaginación

Existe un vínculo invisible de poder entre el curador herido y el curado. Dicho
vínculo constituye la esencia del trabajo del curador. Todo lo demás,
los rituales, instrumentos, las maniobras médicas del cuerpo y
manipulaciones de la mente, son meros recuerdos del proceso divino. Los
chamanes lo saben perfectamente y refuerzan el vínculo con su ritual.
Hay quien lo denomina amor. Emana del deseo de convertir y convertirse
en sano o completo.

Como seres humanos que avanzamos a trompicones por la senda de la
perfección, hemos invertido nuestra fe en lo que nuestros sentidos nos
indican que es real. En nuestra sociedad es real la cirugía, los
medicamentos y, hasta cierto punto, las vitaminas y la acupuntura. Para
las culturas chamánicas, por otra parte, lo real son los tambores, la
succión de objetos y los cristales. Todo ello tiene cierta energía, a
menudo bastante sutil, que es percibida por los sentidos y, por
consiguiente, determina cierto cambio físico. Sin embargo, además del
poder de los sentidos, los chamanes reconocen el poder de la imaginación.

El curador herido, aquel hombre o mujer conocedor del paisaje del reino
espiritual, facilita el momento de la unión entre el curador y el curado,
alcanzando las dimensiones interiores del espíritu con su propia
imaginación. De este modo, mostrándole el camino, el curador ayuda al
curado a recordar lo olvidado.

El chamán que viaja por el mundo del espíritu, conoce a fondo el mundo
de la imaginación, la imaginación genera el más atroz de los dolores,
paraliza y mata con la certeza de un despiadado asesino. Son incontables
los casos de gente que fallece, no a causa de su enfermedad, sino del
miedo. Buscan apoyo, respuestas que les orienten en su viaje a través de
la enfermedad, pero con demasiada frecuencia no las encuentran.

La imaginación es también el mayor recurso curativo. No hay nada escrito en
la historia de la medicina, ni en los descubrimientos de la ciencia
moderna, que lo contradiga. La información que poseemos sobre la salud y
la enfermedad se debe en mayor grado a los sueños, las visiones y otros
productos de la imaginación, que a cualquier otro fenómeno.’

La asociación íntima, y en realidad inseparable, que existe entre la mente y
el cuerpo, no sólo permite que se realice un diagnóstico exquisito, sino
que se ejerza un control fisiológico. Ningún pensamiento deja de marcar
corporalmente; ninguna señal neuroquímica tiene lugar sin ser registrada
por la mente.

Los instrumentos destinados a utilizar la imaginación con propósitos curativos
y diagnósticos reciben muchos nombres distintos. Pueden ser conocidos
como hipnosis, trance, meditación, viajes, imaginería, u oración. Sea
cual fuere su nombre, lo que se precisa es modificar el concienciamiento,
para poder oír de un modo intuitivo los mensajes procedentes del propio
complejo cuerpo/mente/espíritu. El cambio permite una comunicación con
una mente universal, un poder superior, un inconsciente colectivo, o con
lo que yazca en el interior: aquello que da sentido, substancia y
orientación a la vida.

La investigación procedente de numerosos campos perfectamente verosímiles
sugiere que la imaginación puede influir en la actividad de los procesos
corporales, o incluso dirigirla. Puede que esto sólo ocurra con gran
esfuerzo y mucha práctica, y cuando el mensaje es transmitido
repetidamente con suma precisión. Parece ser de una importancia
relativamente insignificante que las imágenes correspondan, según los
libros de texto, a la realidad común. Lo necesario es la precisión de la
dinámica en un sentido sano. Esto exige cierta apreciación de la
realidad biológica y fisiológica, aunque la forma del mensaje dirigido
al cuerpo sea eminentemente simbólica.

Existe, todavía, otra forma en la que cura la imaginación, consistente
en entrar en un momento en el que se sienta la verdad extática de ser
absoluta y totalmente inseparable de todos los demás aspectos de la
creación. Dicho momento en sí constituye la definición y el propósito de
la curación. En algunos casos desaparecen los problemas físicos y en
otros el paciente fallece. De un modo u otro, en el instante de conexión,
de unión, tiene lugar la curación.

El poder de los símbolos

El poder curativo de los símbolos externos, ya sean de origen chamánico
o alopático occidental, crece y decrece. Existe un viejo chiste en la
profesión médica, según el cual los medicamentos y las técnicas
quirúrgicas deberían usarse con frecuencia cuando son nuevos, porque
después de cierto tiempo en el mercado pierden su eficacia; es cierto.
Por consiguiente, a nadie deberían asombrarle los espectaculares
descubrimientos que constantemente se dan a conocer como remedios contra
el SIDA y el cáncer, con resultados decepcionantes después de las
primeras pruebas clínicas, la correspondiente turbación de los
investigadores y la frustración del público.

Después de años de observación de quienes reciben tratamientos
convencionales de medicina occidental y quienes han elegido tratamientos
alternativos, parece factible llegar a la conclusión de que todo puede
curar o no hacerlo. He visto pacientes que se han recuperado después de
ser sometidos a quimioterapia contra el cáncer, que ha estado a punto de
costarles la vida, otros que lo han hecho después de «abrir y cerrar»
(es decir, cirugía exploratoria que ha revelado un estado excesivamente
avanzado de la enfermedad para justificar una extirpación), y a otros
que lo han logrado después de estar a punto de morir de hambre,
siguiendo algún extraño régimen difícilmente tolerable.

La esposa de un doctor a quien conocí, recibía la mejor atención médica
para un cáncer óseo que la deterioraba progresivamente, hasta que su
oncólogo le sugirió que probara cualquier cosa, porque él ya no podía
ayudarla. Así lo hizo, acudiendo incluso a un vidente, y volvió sin
rastro alguno de la enfermedad. ¡El oncólogo estaba furioso!

Por otra parte, una mujer que acudió a mí para que la ayudara con
técnicas de imaginería contra el cáncer, se había negado a tomar un
medicamento reductor de estrógeno que le habían recetado para sus
tumores, que se «alimentaban» de estrógeno. En su lugar, había adoptado
un tratamiento que incluía un régimen alimenticio macrobiótico,
meditación profunda y estudios con un gurú, que curaba con colores,
además de un adivino que colgaba un péndulo sobre sus muestras de sangre.
Sus tumores se siguieron desarrollando hasta que por fin se sometió a la
medicina moderna, cuando empezaron a decrecer. Una vez más, todo o nada
se cura, según el poder invertido en el símbolo. Ha llegado sobradamente
el momento de investigar este misterio y con toda probabilidad, el SIDA
y el cáncer nos conducirán penosamente a la verdad.

El papel del curador herido en la actualidad

Si, como lo he venido sugiriendo, la curación es una decisión personal
por parte del paciente y el poder procede enteramente del interior,
¿cuál es la función del curador y cómo puede éste evaluar su propio
éxito?

Supongo que con cierta tristeza y sin falsa modestia, debo afirmar que
soy incapaz de forzar una curación. Ni siquiera puedo acceder
consistentemente a mis propios mecanismos curativos. Todos tenemos mucho
que aprender. A fin de cuentas, el «milagro» de la curación, la solución
de los complejos problemas de la enfermedad, tanto física como mental,
tal como los conocemos, así como el punto de la trascendencia, es algo
que debemos definir, buscar y alcanzar individualmente.

Podemos aprender muchísimo del chamanismo, especialmente respecto a la
más difícil de las lecciones para los que nos dedicamos profesionalmente
a ayudar a los demás: aprender a respetar la singularidad de la senda de
cada individuo. Cabe la posibilidad de que no existan dos enfermedades,
ni su propósito en la vida del paciente, que sean exactamente iguales.
No obstante, emergen ciertas líneas generales. En primer lugar, existen
técnicas respetables y eficaces en todo sistema curativo, tanto el del
chamán como el del médico occidental, trazadas para aliviar el
sufrimiento y facilitar el proceso natural de curación. Pero sea cual
fuere el método de tratamiento, debe utilizarse con compasión y buen
juicio profesional.

Así pues, en el papel curativo moderno, con todas sus limitaciones, nada
le impide a uno tocar, rezar y facilitar las transiciones. Podemos
compartir el conocimiento que recibimos de nuestros pacientes, de
nuestros colegas y de nuestras mentes inquietas y torturadas, a fin de
facilitar el viaje de autotransformación que hemos emprendido, y en el
que debe basarse nuestra práctica curativa.

En mis estudios, tanto del paradigma chamánico como del occidental,
coincido con la curandera senneca, Twylah Nitsch, que sugiere que en
dicho viaje existen cuatro orientaciones a las que el curador debe
aspirar: 1) ¿Soy feliz en lo que hago? 2) ¿En qué contribuyo a la
confusión? 3) ¿Qué estoy haciendo en pos de la paz y de la satisfacción?
4) ¿Cómo se me recordará, en la ausencia y en la muerte?

La primera pregunta hace referencia a lo básicamente apropiado o
inapropiado de la vocación o «llamada» personal del curador: ¿satisface
su profesión las necesidades más profundas de su alma? Sin dicha
satisfacción, como lo han reconocido los chamanes, se sentirán
carcomidos por una sensación de frustración que absorberá
ineludiblemente su energía, conduciéndoles finalmente al fracaso y
posiblemente al desastre. De ahí su importancia primordial.

Las preguntas segunda y tercera hacen referencia a la capacidad y
eficacia del individuo: ¿puedo ayudar realmente al paciente a alcanzar
una mayor claridad de concienciamiento que le permita aprender las
lecciones necesarias de su enfermedad para lograr paz y plenitud? O, por
otra parte, ¿estoy simplemente aumentando la confusión y el sufrimiento
del paciente? Evidentemente, la respuesta a esta pregunta es también de
suma importancia.

La cuarta cuestión concierne al juicio de la comunidad: ¿estoy
realizando una contribución lo suficientemente significativa como para
que se me recuerde cuando ya no esté presente? No olvidemos que es el
interés de la comunidad en su conjunto, además del de cada uno de sus
miembros, el que el chamán se compromete a servir. Por consiguiente, es
importante tener en cuenta el juicio de los demás. Además, sin su apoyo,
reconocimiento y aliento, su trabajo como curador carecerá de una
importante fuente de poder.

————

Citas:

1. J. De Angulo, Indian Overalls, en B. Calahan (ed.) A jaime de Angulo
Reader (Berkeley, Turtle Island, 1979). Las observaciones de primera
mano de De Angulo sobre la actividad chamánica en diversas tribus indias
son de especial inter´s para estos materiales.

2. J. Achtenmebr, Imaginery in Healing, Boston, Shambala, 1985). La
investigación a la que se refiere brevemente en este capítulo es objeto
de un análisis detallado en el libro mencionado.

3. J. Achtenberg y G. F. Lawlis, Imaginery asn disease: A Diagnistic
Tool (Champaign, Ill., Institute for Personality and Ability Testing,
1985).

4. R. Grossinger, Planet Medicine (Boulder, Shambala, 1984).

Espiritus y Curacion Chamánica entrevista a MICHAEL HARNER

Espíritus y Curación Chamánica
Entrevista a MICHAEL HARNER

Entrevista de Bonnie Horrigan
para Alternative Therapies Magazine.

Traducción: Alicia Luengas Gates
Michael Harner es antropólogo en la Fundación para Estudios Chamánicos, una organización internacional sin ánimo de lucro dedicada a preservar el conocimiento chamánico para que sobreviva en el planeta y a la enseñanza de los principios básicos de este conocimiento para su aplicación práctica en el mundo contemporáneo.

Harner ha practicado la curación chamánica desde 1961. Obtuvo su doctorado en la Universidad de California-Berkeley. Ha sido profesor y consejero del departamento de antropología de la Facultad para Graduados de la Nueva Escuela para Investigación Social en Nueva York y ha enseñando en Columbia, Yale, y UC Berkeley. Ha sido director de antropología en la Academia de Ciencias de Nueva York. Autor de libros como “The Jivaro”, “Hallucinogens and Shamanism” (“Alucinógenos y Chamanismo”), y el clásico libro “The Way of the Shaman” (“La senda del Chamán”).

Durante sus estudios académicos de chamanismo, Harner vivió y trabajó con indígenas del Alto Amazonas, México, Perú, en el Ártico de Canadá, Samiland, y la costa oeste de Norte América.

Harner afirma con rotundidad que “no estamos solos” y que en curación chamánica “hay un flujo de poder de la realidad no ordinaria a la realidad ordinaria… Es así como sucede la curación”.

Pregunta: ¿Qué es el chamanismo?
Respuesta: La palabra “Chamán” tiene su origen en el lenguaje Tungus y hace referencia a una persona que hace viajes a la “realidad no-ordinaria en un estado alterado de consciencia”. A pesar de que el término viene de Siberia, la práctica del chamanismo ha estado presente en todos los continentes habitados.

Después de años de extensa investigación, Mircea Eliade en su libro “Chamanismo y las Técnicas Arcaicas del Éxtasis”, concluyó que el chamanismo es anterior a las otras tradiciones espirituales en el planeta y que lo que es más distintivo en el chamanismo -pero no lo único- es el viaje a otros mundos en un estado alterado de conciencia.

Los Chamanes han sido llamados “los que ven”, o “la gente que sabe”, en el lenguaje de las tribus, porque están involucrados en un sistema de conocimientos basados en experiencias de primera mano. El chamanismo no es un sistema de creencias, está basado en experiencias personales que llevan a obtener información, curación u otras cosas. El hecho es que, si los chamanes no obtuviesen resultados, no serían consultados por la tribu. La gente me pregunta: “¿Cómo se sabe que alguien es un Chamán?” Yo contesto: ” Es muy simple. Está viajando a otros mundos. Y está haciendo milagros.

P.- ¿Es el chamanismo una religión?
R.- La práctica del chamanismo es un método, no una religión. Puede coexistir con las religiones establecidas en muchas culturas. En Siberia ustedes encontrarán chamanismo coexistiendo con Budismo y Lamaísmo y en Japón con Budismo. Es cierto que los chamanes vivieron en culturas animistas (animismo significa que la gente cree que hay espíritus). En las culturas chamánicas, donde los chamanes interactúan con los espíritus para obtener resultados en las curaciones, no es sorprendente que la gente crea en espíritus, pero los chamanes no creen en espíritus, los chamanes hablan, interactúan con ellos. No “creen” que haya espíritus, para ellos son tan reales como tener una casa donde vivir o tener una familia. Esto es muy importante, porque el chamanismo no es un sistema de fe.

P.- Entiendo que hay dos aspectos de la curación chamánica: una medicinal y otra espiritual.
R.- Los chamanes hablan con las plantas y los animales; con toda la naturaleza. Esto no es sólo una metáfora. Lo hacen en un estado alterado de conciencia. Recientemente, nuestros estudiantes han descubierto que al hablar con las plantas pueden descubrir cómo utilizarlas para hacer remedios. Los chamanes han hecho esto desde tiempos ancestrales. Tradicionalmente saben mucho acerca de las plantas, pero no es esencial para la práctica del chamán. Por ejemplo, los chamanes esquimales no tienen acceso a muchas plantas, así que trabajan con otras cosas. Un estudiante nuestro en Estados Unidos desarrolló todo un sistema de utilización de plantas con fines curativos basándose en el aprendizaje directo de la planta, y encontró que sus descubrimientos eran muy cercanos a la ancestral y clásica farmacología china sobre cómo utilizar las plantas para curar.
Esto llama nuestra atención sobre el tema de cómo todo lo que se ha sabido a través del tiempo y todo lo que puede ser conocido está a disposición del chamán durante el sueño, o sea, en el viaje chamánico. De ahí que los chamanes puedan ser profetas; es por esto que pueden ir hacia atrás y ver el pasado. Con disciplina, entrenamiento y ayuda de los espíritus podemos tener acceso a esta fuente de conocimiento.

P.- ¿Qué pasa cuando una persona enferma le pide curación al chamán?
R.- Por ejemplo, el chamán puede hacer un viaje con el propósito de diagnosticar o de obtener información acerca de los problemas que tiene la persona, desde un punto de vista espiritual. No importa tanto cuál es el diagnóstico desde un punto de vista real. No hay una simple concordancia entre la enfermedad espiritual y la enfermedad en la realidad ordinaria. Así, el chamán con frecuencia hará un viaje para encontrar cuál es la causa espiritual de la enfermedad del paciente.
Desde la perspectiva chamánica, la gente que no está llena de poder espiritual tiene tendencia a enfermar, a tener accidentes o a la mala suerte. Esto va más allá de la definición normal de enfermedad. El chamán restaura la conexión de la persona con su poder espiritual. Este poder espiritual es algo análogo al sistema inmunológico, en el plano espiritual. El poder espiritual hace que uno sea resistente a la enfermedad. Si alguien está enfermo con frecuencia, está claro que necesita una reconexión con el poder espiritual. Una persona sana, que no está enferma, puede ir “en busca de una visión” para conectarse con el poder espiritual. Uno de los trabajos del chamán es ayudar a la gente que no está en condiciones de hacer esto por ellos mismos.
Hoy en día se habla mucho de la conexión mente-cuerpo, pero el hecho de que la mente esté conectada con el cuerpo no es algo nuevo, se ha sabido durante miles de años. Lo más importante del chamanismo, en mi opinión, es que el chamán sabe que no estamos solos. Con esto quiero decir que, cuando un ser humano trabaja con compasión para aliviar el dolor y el sufrimiento de otro ser humano, los espíritus se muestran interesados y vienen en su ayuda, se involucran. Cuando alguien que no conocemos, no un familiar, se interesa y ayuda a otro a aliviar la enfermedad y el dolor con generosidad y compasión, entonces es cuando suceden los milagros. Así, la novedad es que el chamanismo no sólo enseña que la cabeza está conectada al resto del cuerpo, sino que no estamos solos.

P.- ¿Qué es la recuperación del alma?
R.- Cualquier persona que haya tenido un trauma, desde la perspectiva chamánica, puede que haya sufrido una perdida de alma. Por alma entendemos la esencia espiritual necesaria en nuestra vida, que está con nosotros desde nuestra concepción hasta nuestra muerte. El método de sanación para curar la pérdida de alma se llama “recuperación de alma”, uno de los clásicos métodos chámanicos donde el chamán va en busca de las partes del alma para traerlas de nuevo al paciente.
De hecho, si se pregunta a un grupo de gente: “¿Cuántos de ustedes sienten que han perdido parte de su alma?”, es típico que casi todos alcen la mano. A un nivel profundo hay una consciencia de este problema. Aun en traumas menores puede haber pérdida de alma y puede ser tratado.
Otra importante técnica de curación chamánica es la extracción. La extracción incluye eliminar una intrusión espiritual. Así como hay infecciones en el cuerpo real (físico), puede haber intrusiones espirituales. No estamos hablando de intrusión de un espíritu sino de intrusiones espirituales. Así como hay termitas en una casa de madera, algo que no le pertenece y necesitamos quitar, del mismo modo el chamán trabaja para eliminar las intrusiones, cosas que no pertenecen y que interfieren con la buena salud de la persona. Si hay alguna intrusión espiritual, la extrae. Esto no se hace a través del viaje chamánico, se trabaja en el “mundo de en medio” en un estado alterado de conciencia.

P.- ¿Cómo se obtiene el estado alterado de conciencia?
R.- Un 90% de los estados alterados de conciencia que se usan en chamanismo se obtienen a través de un cambio de conciencia que utiliza técnicas de percusión de sonidos monótonos, hechas típicamente con un tambor, pero también con maracas y otros instrumentos. Tal vez en un 10% de las culturas los chamanes usan drogas psicodélicas para cambiar su estado de conciencia.

En 1961 fui introducido en el trabajo chamánico con los Indios Conibo del este de Perú con la ayuda de psicodélicos propios de la región. Cuando regresé a Estados Unidos no podía obtener Ayahuasca, y experimenté con el tambor, quedando sorprendido de lo bien que funcionaba. No debería haberme sorprendido, ya que los tambores, a través del tiempo, han sido utilizados por los chamanes de casi todo el mundo. Casi todo lo que se hace en chamanismo se hace porque funciona. Durante miles de años, los chamanes han desarrollado el sistema más probado a través de los tiempos usando espíritu, mente y corazón para curar, junto con los remedios hechos de plantas. Con el tiempo, el sistema ha demostrado ser efectivo, y como el 90% de los chamanes usan el método del tambor, nosotros le prestamos atención, y desde luego que funcionó.

Regresando a la técnica de extracción, ésta incluye un estado alterado de conciencia que permite ver dentro del cuerpo del paciente. El chamán aprende a ver el cuerpo con una visión de rayos-X. Ve la enfermedad y su localización y, con la ayuda de los espíritus, la extrae.

Los chamanes también hacen otro tipo de curación, ayudan a los muertos al igual que a los vivos. A estos chamanes se les llama “psicopompos” (conductor de las almas). Cuando una persona está en estado de coma (que desde el punto de vista chamánico significa que está casi muerto), el chamán se comunica con el espíritu para saber si la persona quiere regresar o seguir adelante. El chamanismo no es un sistema que intenta que la gente se quede en nuestra realidad, porque el chamán sabe que ésta no es necesariamente la mejor realidad. Así es que, el chamán, viaja hasta la persona que está en estado de coma para averiguar qué es lo que desea. Si desea regresar, el trabajo del chamán es traerlo de regreso. Pero si desea seguir adelante, pasar, entonces el trabajo del chamán es llevarlo al lugar donde estará contento, y no dejarlo aquí, en el mundo de en medio.

P.- En relación con la curación de extracción, desde la perspectiva chamánica, ¿de dónde viene la enfermedad que necesita ser extraída?

R.- Desde la perspectiva chamánica toda la gente tiene un aspecto espiritual, lo reconozca o no. Cuando la gente se enfada, está celosa, tiene una actitud hostil y lo expresa, puede causar, no sólo abuso físico, sino también abuso espiritual sin saberlo. En otras palabras, si alguien desconoce los principios chamánicos, puede hacer daño a otra personal en un nivel espiritual sin saberlo.

Esto no significa que una persona no pueda enfadarse con otra, lo que significa es que necesitamos disciplina y saber que hay límites, de modo que, aunque alguien se enfade con otro y lo exprese, tenga control sobre su lado espiritual y sea consciente de no perjudicar al otro.

P.- ¿Puede hablar de la diferencia entre ” realidad ordinaria” y “realidad no ordinaria”?
R.- Los términos “realidad ordinaria” y “realidad no ordinaria” vienen de Carlos Castaneda. La realidad ordinaria es la realidad que todos percibimos, es la realidad con la que todos podemos estar de acuerdo (hay un reloj en la pared). La realidad no ordinaria, es la realidad asociada con el estado de conciencia alterado, es decir, cuando eres capaz de ver lo que normalmente no ves en un estado ordinario de conciencia.
La realidad ordinaria es algo en lo que virtualmente todo el mundo puede estar de acuerdo. La realidad no ordinaria es muy específica de cada persona. La información obtenida de la realidad no ordinaria está hecha a medida del individuo. Puede ser que otras personas no la perciban en absoluto, al contrario que la información obtenida en la realidad ordinaria, de la cual todos obtienen la misma información.
P.- ¿Qué pasa una vez que el chamán contacta a los espíritus?
R.- Hay un cruce de poder entre la realidad no ordinaria y realidad ordinaria.

El chamán es capaz de mover el poder de una realidad a la otra. Cuando esto se hace con éxito es cuando tiene lugar la curación y hablamos de milagros. Cuando usted comience a viajar como los chamanes, si es la clase de persona por la que los espíritus sienten compasión y quieren ayudar, verá que va a recibir muchas enseñanzas que nunca pidió ni esperó, porque una vez que pasa por esas puertas, los espíritus le enseñarán de acuerdo a su preparación, y su vida cambiará. Un solo viaje puede transformar su vida.

Fuente Original:

Revista Natural en Verano 2001

http://www.revistanatural.com/

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