Science, Spirits, and Core Shamanism – Ciencia Espíritus y Chamanismo Nuclear

Science, Spirits, and Core Shamanism – Ciencia Espíritus y Chamanismo Nuclear
Por Michael Harner – Traducción: Marianne Muñoz

Una version anterior de este artículo fue presentada a la reunion anual de la Sociedad Norteamericana de Antropología el 4 de diciembre de 1998 en Filadelfia
Los chamanes siempre han actuado sobre el principio de que los humanos son parte integral de la naturaleza, relacionados a otras formas biológicas y no superiors a ellas. Este principio “pagano” fue una de las muchas razones por las cuales la Inquisición persiguió a los chamanes europeos y por el que los misioneros occidentales condenaron a los chamanes indígenas en todo el resto del mundo. Estos misioneros consideraban el punto de vista chamánico contrario a las enseñanzas bíblicas sobre el origen del hombre y la mujer. Realmente, sólo una vez que Darwin hubo publicado “El Origen de la especies”1 y “La ascendencia del hombre” 2 fue que los occidentals comenzaron, en su mayoría a regañadientes, a volver a un reconocimiento general del parentesco del hombre con otros seres vivientes. Dicho de otra manera, el Occidente, por intermedio de la ciencia finalmente adoptó una posición, la misma por la cual había perseguido y ridiculizado a los chamanes por largo tiempo.

Otro principio básico implícito en el chamanismo es que existen dos realidades y que la percepción de cada una de ellas depende del estado de conciencia del individuo. Por lo tanto, aquellos que se encuentran en un “estado de conciencia ordinario” (ECO) perciben sólo la “realidad ordinaria” (RO). Aquellos que se encuentran en el “estado de conciencia chamánica” (ECC) son capaces de entrar y percibir la “realidad no ordinaria” (RNO). Se les llama realidades a ambas porque la experiencia de cada una es empírica. Se reconoce que cada una de ellas tiene sus propias formas de conocimiento y relevancia para la existencia humana. 3

La RNO no es una realidad consensual e indudablemente, si lo fuera, los chamanes no tendrían función alguna, ya que su responsabilidad es alterar su estado de conciencia y percibir lo que otros no pueden percibir. Una de las caracerísticas que distingue al chamán es la capacidad de moverse a gusto entre ambas realidades con disciplina y propósito para sanar y ayudar a los demás.

Un principio corolario es que las formas individuales que se encuentran en la realidad no ordinaria son reales en sí. Se les llama “espíritus” y el practicante chamánico los considera reales porque interactúa con ellos. Esta interacción implica percepción directa con todos los sentidos. En otras palabras, para el practicante chamánico la existencia de los espíritus no es una creencia ni una hipótesis, sino un hecho empírico (ver también Turner) 4. En RNO los chamanes ven, tocan, huelen y oyen a los espíritus; para ellos son tan reales como los seres humanos con quienes interactúan en la RO. A medida que desarrolla su trabajo, el chamán va descubriendo cuáles de los entes que ha encontrado son de ayuda personal o espíritus tutelares que ofrecen ayuda milagrosa para sanar y predecir.

Otro principio chamánico característico es el que dice que los miembros de todas las especies vivientes, incluído el hombre, tienen almas o espíritus personales que les acompañan toda la vida. Estoy definiendo el alma como la esencia espiritual de un individuo, necesaria para la vida de ese individuo. Así, está presente desde el momento de la concepción o el nacimiento, hasta la muerte; el grado en que esté presente puede variar. Cuando el individuo muere, el alma sigue existiendo, tal como existía antes del nacimiento pero varía el tempo que existe así como una entidad identificable. Para los practicantes chamánicos las almas son entidades identificables ya que tienen contacto directo con ellas en la realidad no ordinaria, lo mismo que con otros espíritus.
Por mucho tiempo la posición chamánica en cuanto a la realidad de los espíritus ha sido inaceptable para la ciencia occidental. Pese a que un espíritu, Dios, puede ser invocado ocasionalmente, como Einsten lo hacía frecuentemente, los “espíritus” o “almas” son anatema e inaceptables como parte del paradigma. Los orígenes históricos de esta actitud se encuentran en los ataques de la iglesia contra científicos pioneros como Galileo y Copérnico durante el Renacimiento y la Reforma. En reacción, durante la Iluminación la ciencia y la medicina occidental decretaron que las almas y los espíritus no existen y por lo tanto eran irrelevantes para el estudio científico y la práctica médica. Es posible entender esta posición, en su contexto histórico, sin embargo, su perpetuación hoy en día limita los parámetros científicos decretando a priori que cierto fenómeno no puede existir.

El resultado de esta infortunada situación es que el avance del conocimiento en el Occidente está limitado por una ciencia truncada cuyo talón de Aquiles es que se basa parcialmente en una creencia que no ha sido comprobada: la creencia que ni los espíritus ni las almas puedan existir. En términos reales, por supuesto que la ciencia jamás ha demostrado que los espíritus no existen. Y reprobar una teoría o falsedad es lo fundamental del método científico (cf Popper)5 Mientras la teoría de la existencia de los espíritus no sea falsa, por lógica no puede ser ignorada por la ciencia. En otras palabras, la posición de la ciencia en esta material es poco científica e, irónicamente, se basa en fe. En la ausencia de la ciencia, la investigación experimental sobre la existencia y propiedades de los espíritus ha quedado en su mayoría en manos de los chamanes. En miles de años y miles de culturas diferentes, independientemente en cinco continents los chames han realizado innumerables experimentos de sanación con sus clients, a menudo en situaciones de vida a muerte, con resultados que consistentemente apoyan la teoría de la realidad de los espíritus. Por esta razón, lo básico de la práctica chamánica indígena es extraordinariamente consistente en todo el mundo.

Mi trabajo personal del estudio de los espíritus comenzó en 1961. Entoces y luego en 1964 y 1973 me entrenaron chamanes de dos tribus diferentes del Alto Amazonas; también me dediqué a la investigación exhaustiva sobre el chamanismo a través del mundo para descubrir sus principios y prácticas básicas a través de las culturas. A estos fundamentos los llamé “chamanismo nuclear”.

Además de mi práctica privada de chamanismo y sanación chamánica, a comienzos de los años 70 empecé a enseñar el “chamanismo nuclear” a otros occidentals, para aplicación práctica en sus vidas y las de otros. En la última década, aproximadamente, he sido asistido en esta docencia por colegas de la Facultad Internacional para la Fundación de Estudios Chamánicos, un organismo sin afán de lucro fundado para estudiar, restaurar y enseñar el chamanismo y la sanación chamánica por todo el mundo.

La enseñanza y el uso de los principios básicos y prácticas del “chamanismo nuclear” han precipitado el rápido resurgimiento de las prácticas de sanación chamánica en el Occidente y en todas partes. Porque no imitamos ninguna tradición cultural específica sino que enseñamos los principios comunes que cruzan todas las culturas, el “chamanismo nuclear” se presta especialmente para ser usado por un occidental que quiera un sistema relativamente libre de toda cultura que pueda adoptar e integrar a su vida actual. Hoy, el “chamanismo nuclear” es la modalidad práctica dominante del chamanismo en casi todo el Occidente.

En mi libro, “The Way of the Shaman” (“El camino del Chamán) 6 se puede encontrar una pequeña introducción a algunos de los principios y prácticas del “chamanismo nuclear”. Sin embargo, la enseñanza práctica más importante en chamanismo, sea nuclear o indígena, no se encuentra en la literatura. Más bien es el resultado de la instrucción práctica de persona a persona, por ejemplo, por comunicación directa con los espíritus y por experimentación personal y práctica. Más aún, mucho de este aprendizaje práctico es inefable y por ende no se ha podido comunicar a los observadores y entrevistadores occidentals no participantes.

El desarrollo del chamanismo nuclear se ha basado en una combinación de trabajo en terreno e investigación a través de diferentes culturas, en experimentación continua con antiguas técnicas chamánicas para sanar, predecir y otras, y la práctica de estos métodos con clientes. Una y otra vez hemos encontrado que la existencia de los espíritus es una explicación consistente parsimoniosa de nuestros éxitos en el uso de métodos chamánicos.

Para asistir a otros que deseen continuar la investigación chamánica quiero ahora delinear brevemente la estrategia de investigación que yo desarrollé en los últimos treintaiocho años de práctica chamánica personal, investigación y docencia. Esta estrategia no es solo mía, pertenece también a la Fundación de Estudios Chamánicos. Fundamental a esta estrategia es el respeto por el conocimiento espiritual acumulado de las culturas chamánicas. Así los indígenas se consideran maestros, no objetos. Si sus enseñanzas resultan extrañas o incomprensibles, ese es problema nuestro, no de ellos y evidencia nuestra necesidad de aprender más, en sus términos.No importa cuán imposible sus palabras o afirmaciones puedan parecer a primera vista, nuestra premisa de entrada es que ellos saben de lo que están hablando. No debemos reducir sus puntos de vista por la aplicación prematura de actuales paradigmas explicatorios occidentales. Para que se entienda, son inocentes hasta que se compruebe la culpabilidad y generalmente hemos encontrado que nosotros somos culpables si es que no los probamos inocentes a ellos.

Para entender mejor el chamanismo y la sanación chamánica es preciso buscar experiencia personal activamente dondequiera y cuando quiera. Así, otro aspecto básico de mi estrategia es observación participante seria o “participación radical” en términos antropológicos contemporáneos, porque no basta simplemente ser espectador y entrevistador. Ejemplos tempranos de participación radical, antes de que se acuñase el término, incluyen al etnólogo Frank Cushing (quien participó en las prácticas espirituales de los Zuni) y James Mooney (participó en la Danza de los Espíritus de la Llanura y también ayudó a fundar al Iglesia Nativa Norteamericana). Ellos traspasaron los límites tradicionales de observación participante que se manejaba en trabajo antropológico en terreno, entrando en dominios más allá de las tareas domesticas diarias de las personas con quienes estudiaban.

Los estudios comparativos de reportes etnográficos son también parte importante de la estrategia para descubrir regularidades de práctica, que lleva a resultados, los que, por los estándares científicos normales del Occidente serían consideradon imposiblen. Esos pueden incluir viajes chamánicos a otros mundos, desmembramiento, posesión y desposesión, comunicación con los muertos, servir de medium, trabajo detallado de predicción para desconocidos y sanación milagrosa.

A continuación en la estrategia viene el empleo experimental de prácticas para determinar si son replicables. La replicación de los resultados depende del descubrimiento, a través de dicha experimentación, de los principios fundamentals que están operando. Uno de esos es que existen espíritus tutelares (que ayudan) compasivos dispuestos a asistir al chamán para que alivie el sufrimiento, el dolor y la ignorancia espiritual. La aplicación de esos principios posibilita que terceros repliquen los resultados.

En esta estrategia experimental la inducción y la deducción juegan roles interdependientes siendo especialmente importante la inducción en las etapas primarias de las líneas de investigación. A medida que se avanza, se descubren los principios deductivos y se empiezan a emplear para lograr resultados predecibles. Cuando se emplean estos principios, incluyendo el de la realidad de los espíritus, los resultados son tan replicables que es posible enseñar cursos orientados experimentalmente a muchos alumnos con resultados confiables para sus propios experimentos. En otras palabras, la Fundación para Estudios Chamánicos es un laboratorio de chamanismo pionero en la ciencia de los espíritus y sus alumnos aprenden a emplear su conocimiento de los espíritus para obtener éxito en su práctica chamánica personal.

Usando los principios chamánicos nucleares, incluyendo el de la existencia de los espíritus, los estudiantes avanzados, con la ayuda de sus espíritus tutelares, son capaces de realizar no solo sorprendentes actos de sanación sino también rituales chamánicos clásicos como los del chamán atado o “la carpa que se sacude” conocido de una u otra forma por los indígenas de Norteamérica y el Ártico. Si hubieran sido sólo espectadores, en sus mentes habría quedado la duda de si esos rituales eran solo ilusorios o falsos. Pero por el hecho de participar como practicantes, ellos saben por conducto directo que no hay falsedad, como sucede cuando están atados firmemente con cordeles y de repente las ataduras se caen. 7

Este fenómeno se puede explicar de acuerdo a los principios científicos de parsimonia y la explicación parsimoniosa es que los espíritus son reales. Esto no sugiere que uno evite buscar explicaciones no espirituales para el fenómeno chamánico. Hasta ahora, sin embargo, ninguna explicación no espiritual del fenómeno chamánico ha sido tan efectiva como el principio de la realidad de los espíritus, lo que no es sorprendente ya que se ha examinado y lo apoyan en contexto chamánico a través de las culturas por miles de años.. El hecho de que las personas que lo han probado sean analfabetas y no lleven delantales blancos no hace sus experimentos, con pacientes y en situaciones de vida o muerte, menos dignos de respeto.

No pretendo aquí tratar de persuadir a nadie de estos puntos de vista sólo por medio de palabras; eso significaría pedirle al lector que tuviera fe en que yo no estuviera equivocado. Este tipo de persuasion de la realidad ordinaria no es la estrategia del chamanismo ni de la sanación chamánica. El chamanismo es un camino de conocimiento, no de fe y ese conocimiento no puede venir de mi ni de otra persona en esta realidad. Para adquirir este conocimiento, incluyendo el de la realidad de los espíritus, es preciso cruzar el umbral de las puertas del chamán y adquirir evidencia empírica.

El camino está abierto y el primer paso necesita sólo, como lo haría para un verdadero científico, curiosidad honrada, una mente abierta y un poco de valor. Una vez cruzado el umbral, las preconcepciones son reemplazadas por experiencia personal y uno mismo puede examinar la validez de los principios de la realidad de los espíritus. Un pequeño aviso, sin embargo, a aquellos que llegan recién a la práctica: tú y tu perspectiva de la realidad jamás volverán a ser las mismas porque al cruzar ese umbral sera el comienzo de un cambio tremendo en el paradigma, no solo para ti pero finalmente para los parámetros de la ciencia y la ciencia por fin no estará truncada por una suposición etnocéntrica y cognocéntrica a priori de lo que es imposible.

* Una version previa de este artículo fue presentada a la reunion anual de la Sociedad Norteamericana de Antropología el 4 de diciembre de 1998 en Filadelfia