Los cuentos de los curas y los zorros

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 08/09/2005 7:13
“Los cuentos del zorro y del cura son muy semejantes” me dijo una señora refiriéndose a un chiste popular sobre los curas en el pueblo de Laraos, Yauyos, en septiembre 1985. “Los dos siempre pierden”. Y es |efectivamente cierto. El zorro y el cura son los más fuertes pero es siempre el conejo, más astuto, o el muchacho del pueblo, |más malicioso, quienes vencen. Posiblemente ambas series de cuentos representan una especie de compensación psicológica en relación con la realidad: en la cual, es casi siempre el zorro-matón o el cura -representante de un poder establecido injusto y corrompido quienes ganan.

El zorro sustituto del lobo, de los cuentos europeos, fuerte pero ingenuo se deja engañar por el conejo o, a veces, por su versión andina: los cuyes o huachuas (variedad de ganso de las alturas). La causa de su derrota es casi siempre su insaciable gula. |1 . La venganza de la huachua puede parecer excesiva al lector occidental y, en uno de los cuentos de la serie, la matanza de la cría del zorro, provoca el repudio de lo que parece ser la crueldad de la sicología indígena |2 . Sin embargo, es necesario tomar en consideración que son dos mundos que se oponen. Los zorritos, al crecer, serán, ellos también, los enemigos de la casta palmípeda de la misma manera que la progenie de los explotadores mestizos y gamonales lo eran para los indígenas. En el cuento, que transcribimos aquí, es el descubrimiento por parte de la huachua de los pájaros presos por el zorro lo que provoca su cólera y su solidaridad de pájaro con las víctimas de su ‘compadre’ |3 . Y, efectivamente, la relación de compadrazgo entre el zorro y la huachua no oculta la oposición de sus intereses.

En el caso del cura, se representa una especie de autoridad, que es también el intercesor entre el indígena y un poder sobrenatural, que raramente actúa en favor de los intereses de los débiles. El cura andino, a menudo de origen humilde, mestizo de cultura y de prejuicios, iba de pueblo en pueblo en la época de las fiestas patronales, celebraba misas, bautizaba, casaba y cobraba caro cada servicio. Representaba durante la época colonial el poder oficial. Su apoyo total en favor de las clases dominantes y su cinismo en negociar los favores divinos lo convertían en un personaje ambiguo: era el tayta cura, el que sabía rezar y que organizaba el culto de los santos patrones del pueblo. Pero no era el dueño de estos santos. Los diversos taytas: San Antonio, San Pedro, San Juan y Máma Asunta habían asimilado ya desde hace mucho la calidad de abogados del pueblo indígena que correspondía a las huacas antiguas y su culto se había asociado a las prácticas relacionadas con el calendario agrícola. Para el tayta cura, las costumbres y las tradiciones de los indígenas eran diabólicas y, al mismo tiempo, ridículas. Las condenaba pero también aprovechaba los aspectos de estas supersticiones que favorecían su lucro personal. Por eso, se le temía (por ser el intercesor para con las autoridades temporales y sagradas)y lo ridiculizaban (por su codicia y su ignorancia de la cultura local). En los cuentos del cura, éste se pierde tanto por su desconocimiento de los matices semánticos del lenguaje como por su lujuria y su gula. En uno de los cuentos, al llegar el cura a un pueblo de las alturas, el sacristán le ofrece una ‘soltera’ para la noche. El cura acepta con alegría y, toda la noche, durante espera a la ‘soltera’. Al día siguiente, regaña al sacristán . por no haber cumplido con su promesa. Este le responde sorprendido: “Pero cómo, ¿el tayta cura no sabía que nosotros llamamos ‘soltera’ a la cama para una persona?”.

No debemos pensar que estos cuentos muestran el sentimiento anticlerical de la actualidad. Corresponden a la descripción de una situación cultural y económica típica de una época en la que cada capa de la jerarquía social era al mismo tiempo “explotada” y “explotadora” hasta llegar, para arriba, a los que controlaban el sistema y, para abajo, a la casta de los indígenas que soportaba el peso de toda la injusticia del orden colonial y de sus reliquias republicanas. La fuerza del indígena y lo que le permitió sobrevivir, fue la armonía de su cultura con su medio-ambiente y la posibilidad de adaptar lo ajeno a una cosmovisión que, verdad, se modificaba según las nuevas realidades que tenía que enfrentar pero que, sin embargo, era suficientemente fuerte para encontrar soluciones nuevas. Se puede considerar que el cuento del cura, que transcribimos aquí, pertenece a aquella clase de relatos que, en todas las sociedades dominadas, permite a la gente, vengarse de sus explotadores ridiculizándolos.

| EL CUENTO DEL ZORRO Y DE LA HUACHUA

Este es el cuento del zorro y de la huachua.

Una vez, el zorro iba a dar una fiesta en su casa.

Habló con su mujer. “¿Cuál carne vamos a cocinar? “le preguntó. “Nuestros compadres, nuestros hermanos y hermanas van a venir todos”.

Entonces el zorro dijo: “Voy a buscar carne” y, tomando un costal, se puso en camino.

Durante un día entero capturó pájaros en cantidad.

No pudiendo cargárselos hasta su casa, llamó a su comadre, la huachua. “Voy a dejar mí costal contigo, comadre huachua”le gritó.

Su comadre aceptó: “Dejálo aquí mismo, compadre” le dijo.

Cuando el compadre se fue, la “sabionda “comadre huachua se preguntó: “¿Con qué lo habrá llenado? “y desató el costal. Entonces los pájaros echaron vuelo.

“Ahora qué voy a hacer? “dijo y llenó el costal con una gran cantidad de espinas de waraqu.

Ahí mismo |4 , lo amarró.

Su compadre, el zorro, regresó. “Comadre”, le dijo, “voy a llevarme el costal”,

“Llévatelo, llévatelo, compadre” le respondió.

Cargándose el costal, el compadre se puso en camino.

Entonces las espinas le pinchaban la espalda.

“Acachau, acachau” dijo. “Deben ser las patas de los pájaros; deben ser éstas que me están pinchando”: Así llegó a su casa.

Cuando estuvo en su casa, les dijo a sus hijos y a su mujer que pusieran cuidado con los pájaros para que no se escaparan.

Así al intentar coger los pájaros con las manos, todos fueron heridos por las espinas.

El zorro, encolerizado, regresó donde su comadre.

“¿Por qué hiciste volar a mis pájaros? Ahora vas a morir” le dijo a su comadre que estaba en medio de la laguna.

Su comadre le gritó: “Bueno, ¡cógeme!’: El zorro empezó a beber el agua. “Voy a secar esta laguna para cogerte “le dijo. Entonces el agua empezó a salir por el ano del zorro.

Para que el agua no saliera, se tapó el ano con una tusa de maíz. [Finalmente,] su barriga estalló.

Fue así cómo murió el zorro maligno.

| WACHAWAWAN ATOQPI KWENTUN

wachwawan atoqpi kwentunmi kay huk kutipi atoqqa wasincaw fyestata ruranan karqa

“ima aychawanci kanan mikuyta rurasun yanukusun; kumpadrinchik wawgenchik paninchik ilapan hamunqa” nirsi warminwansi parlan

chaymantaqa atoqqa ninsi: “aycha ashiqci risaq” nir kustalta hapirqur puriyta gallakuykun

chaymantaqa tukuy muyunsi achka pishquta hapisqa

man a wasinman washtayta pwedir kumadrin wachwawan “kayniyta sagipusqayki, komadre wachwa” nirsi qayan

Komadreñataq “ari, kayllacaw saqiyá, kumpadre” nirsi nin

Kompadrin rikuptinqa sabida kumadre wachwaq “imacá kaycaw winarachka” |5 nirsi kustaltaqa paskirqosqa

chaymantas pishqokuna pawapakorqusqa

“imanasagci kanan” nir achka waruqukashata kustalman winarqusga chaymanta pachallantaq wataykurgon atuq kumpadreqa kutirqamusqa “Kumadre, kustal”llayta apasaq” nirmi mañan

“apay apay. kumpadre” ninsi Kumpadrenqa washtakurqur puriyta gallakuykun

chaymantaqa washanta kashakunaga tuqsichkarqa

payñataq nin: “akacháw akacháw, pishqop shillinci chay; chayci tugsiwachkan” nirsi rimastin wasinkama cayan

wasincaw kachkar wambrankunata warmintapis “allintam kwidaranki gishpipasunkiman ima” nin

pishqokunata makinwan charayta munar kashawan tuqsikarqachin ilapan atoqqa piñaymanta kimadrinman kutin “imapaqmi pishgoykunata pawachirgánki; kananmi wañunki” nirsi riman kumadrinta qocacawpicaw kachkaptin kumadreqa “ma charaway” nirsi qayan atuqqa yakuta upyayta qallakuykun “kay kucataga chakichisaqmi qamta chararqunaypaq”

chaymanta yakoqa atoqpi sikinmanta yarquyta qallaykun

mana yaku yarqunampaq sarap quruntawan sikinta taparqusqa wiksan pacyanankama

chaynawsi atoq malinoqa wañun

| EL CUENTO DEL CURA

Este el cuento del cura.

Dizque, en los tiempos antiguos, tayta cura iba de pueblo en pueblo celebrando misa, bautizando y casando.

Una vez, después de haberse quedado dos o tres días en un pueblo, quiso ir a otra parte.

Entonces pidió a las autoridades que le dieran a un muchacho que le sirviera de guía.

Cuando llegaron a medio camino, el cura habló con el muchacho.

“¿Cuál fiambre te dieron?” le preguntó.

El otro le respondió: “Estoy llevando capón-gallo “.

Desde ese momento, tayta cura no podía pensar en otra cosa. “¿En cuál lugar lo vamos a comer?” [se preguntaba].

Cuando llegó la hora de la merienda, descansaron.

Tayta cura dispuso su fiambre de torta, queso y carne seca en el suelo.

El muchacho hizo lo mismo; sólo había habas hervidas.

Con mucha solicitud, tayta cura invitó al muchacho para que comiera su fiambre. `¿Cuando va a sacar su capóngallo?”estaba pensando.

Pero el muchacho no sacó más nada. Tayta cura le preguntó al muchacho: “¿Cuándo vas a sacar tu capóngallo?

“Aquí esta” le respondió el muchacho, “nosotros llamamos a esto “capón-gallo ” y, removiendo las habas hervidas, las indicó.

El cura se enojó mucho.

Entonces, levantándose se pusieron en camino.

El muchacho adelantándose dejó al cura lejos por atrás.

¿Qué estaba tramando ese muchacho? Entró en una quebrada y cagó.

Tapó el excremento con su gorra y le llamó al cura. “Tayta cura, capturé un pájaro. Ayúdeme a agarrarlo’:

Se alegró el cura. Aceptó y fue a ayudarlo.

“Usted agarre el pájaro” le dijo el muchacho.

El cura introdujo su mano por debajo de la gorra para agarrar el pájaro.

No había ningún pájaro. Agarró el excremento caliente. Entonces, con gran cólera, el cura sacudió la mano.

Como el excremento no salió, la lamió con su lengua.

El muchacho, riéndose, escapó a lo lejos.

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| KURAP KEWENTUN

kurap kwentunmi kay

ñawpaq tyempupi tayta kura llaqta llaqtampi puriqsi karga misata ruranam paq, bawtisanampaq, kasara-chinampaq

huk kutipeqa ishkay kimsa muyunhut llagtacaw kachkar huklawman pasaytan munarqa

chaymantaqa awtoridadkunata hut walashta mañasqa pusanampaq cawpi kaminocaw tayta kura chq walashwan parlansi

“imamyá fyambrïyki” nirsi walashtap tapunsi

chaymantaqa payñataq: “kapungalluta apachkani” nirsi willan

chay oramantas tayta kuraga “maylla cawci mikusun” nursi yuyachkarga merenda oram cayamuptin

samapakun tayta kuraqa fyambrinta mashtarqun, tortanta kesunta charkikunata

wlashqa pushpullanta mashtan tayta kuraqa waleshtaqa munay munay fyambrinta mikurqachir

“ima orac kapungalluta horqunqa” nirmi yuyachkan walashca mana ña imitapis

horqon tayta kuraqa “ima oram kapunqalluy. kita horkunki”

nirsi walashtaqa tapun walash ñataq “kaymá; kapungallu kay.

tam ninchik” nir pushpunta wikman kay. min tikrachin

kuraqa ancham piñakurqon chaymanta sayaripakur puriyta gallakuykun

walashñataq ñawparqur kurata karupis sagirqon

imatac yuyarqa chay walash huk wayqoman yawkur akakusqa

chaymanta chukuwan akanta tapar kurataga “tayta kura, pishqotam

chapar qoni: charayta yanapaway” nirsi qayan kuraqa kushikusqa

“ari” nir yanapaq rin

“qammi pishqota charanki” walashga nin

kurañataq makinta chukup ukunman yawkuchin |6 pishgota hapinampaq

mana pishqo kasqachu

qoñeq akanta chaplarqachin chaymanta kuraga ancham piñasqa makinta tapsin

mana aka yarquptin qallunwansi llaqwan

walashga asipastin karuman qeshpikunsi

Estos dos cuentos fueron contados por don Efraín Gallardo Flores en el pueblo de Laraos de la provincia de Yauyos, departamento de Lima, Perú. El quechua de Laraos es un dialecto ‘mixto’ (combina rasgos de los dos grupos: Quechua 1 (Q1) y Quechua 11 (Q11) |7 . Se puede notar un substrato aru |8 en varios aspectos de su léxico. Estos son probablemente los primeros textos publicados en este dialecto. Por ser un idioma desconocido por los jóvenes y empleado actualmente sólo en conversaciones entre las pocas personas ancianas que no hablan el castellano, ha sido influido por los dialectos vecinos de mayor extensión (el “huancá” y el “huancavelicano” que se han hecho “generales en las minas de la región). Se podría clasificarlo con los dialectos Q11 por expresar la primera persona sujeto-objeto con los morfemas -ni y -warespectívamente. Sin embargo, se indica el gerundío sin cambio de actor por -r y el locativo por -caw característicos del Q1. Tiene el empleo exclusivo del morfema -pi (‘locativo’ en los dialectos Q11) para expresar el ‘genitivo’. En lo fonético es particularmente conservador y si */s/ y */s/ han fusionado en lo que parece ser su sistema fonológico de base, conserva */s/ en palabras en las que, en otros dialectos, ha habido un pasaje a /h/, por ejemplo satari -‘levantarse’. Hay, sin embargo, una notable excepción, hamu-‘venir’ (I< */samu-/) que muestra, sin duda, la contaminación de dialectos sureños. |1 Puede ser también la envidia la que provoca su pérdida: desea tener una voz hermosa como el huaychau. 0 también su ambición desmesurada: se cree capaz de resistir al frío igual que el cóndor. |2 Así, distinguidos antropólogos han llegado a conclusiones severas sobre la mentalidad de los aymaras. Es necesario acordarsedeque latradición europea no es más benigna a este respecto. Basta pensar en Pulgarcito y los hijos del ogro, duelo que refleja también una lucha de 'castas'. |3 Quizá eso no se note muy bien en el contexto del cuento donde parece ser sólo la curiosidad de la huachua la que permite a los pájaros escaparse. En el comentario del narrador, se esclareció esta motivación. |4 Traducción del informante |5 Forma insólita, quizá una metátesis de |winachkara lo estaba llenando' |6 Se habría esperado la forma |yawkachin, lo estaba llenando. |7 Para la difinición de los grupos dislectales quechuas, véase el artículo de A. Torero "Los dialectos quechuas", |Anales cintíficos de la Universidad Nacional Agraria, Lima, 1964. |8 'Aru' es el nombre dado por el torero a la familia lingüística compuesta por las diversas variedades de aymara, el kawki y el haqaru.

El tlacuache

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 08/09/2005 7:06
Memoria y tradición indígenas

La tradición oral es una de las vías a través de las que se conserva viva la memoria de las comunidades humanas. En México la riqueza cultural indígena se preserva en buena medida en los relatos que, transmitidos de generación en generación, exponen asuntos y personajes que hablan de la vida y creencias características de la cosmovisión indígena mesoamericana. Uno de los aspectos importantes de la cultura tradicional indígena es el que trata los mitos de animales. En muchos relatos indígenas los animales juegan un papel fundamental porque asumen actitudes humanas y habilidades sobrenaturales que los emparentan con el mundo de la divinidad.

En varios casos, los animales sirven como intermediarios entre los hombres y los dioses. Entre la diversidad de animales que participan de los mitos y cuentos tradicionales indígenas, el tlacuache tiene un papel protagónico. En la actualidad, este animal es un personaje popular en los cuentos y relatos indígenas y lo ha sido por siglos. Desde los remotos tiempos del pasado prehispánico, el tlacuache ha vivido cerca del ser humano y sus características y costumbres reales o imaginarias lo convirtieron en héroe mitológico de prácticamente todas las culturas mesoamericanas.

¿Qué son los tlacuaches?

Los tlacuaches, también conocidos como churchas, zarigüeyas, cuicas, catitas, zorras mochileras, llacas, coyopollines, comadrejas overas y mucuras, entre otros nombres, son marsupiales americanos cuyos más lejanos antepasados quedaron aislados en América del Sur cuando ésta, separada de África, formó una inmensa isla. Así los tlacuaches se extendieron desde la Pampa argentina hasta Norteamérica. El tlacuache es un animalito de pelo corto color gris que llega a medir hasta 45 centímetros de largo sin considerar la cola. Tiene el hocico puntiagudo, las orejas cortas y redondas, las patas cortas en relación con el cuerpo y una cola larga que le sirve para colgarse y para coger cosas y transportarlas.
Una de las peculiaridades de estos animales es que fingen estar muertos (se quedan inmóviles con los ojos vidriosos y la lengua de fuera) como estrategia de subsistencia frente a los enemigos. Y cuando están asustados emanan un penetrante olor a ajo para ahuyentar a sus perseguidores. Los tlacuaches comen casi de todo: pequeños mamíferos, aves, huevos, anfibios, culebras, frutos, tubérculos. Son hábiles trepadores y burladores de obstáculos, y cuando habitan cerca del ser humano roban a éste los granos que tiene almacenados en sementeras y trojes. También se beben el jugo azucarado del aguamiel de los magueyes abiertos por los campesinos y se comen a las aves domésticas, por lo que es considerado una plaga cuando habita cerca de los gallineros.

El tlacuache, héroe de la mitología indígena antigua

El vestigio más antiguo que se ha encontrado de la representación de un tlacuache es la de una pequeña figurilla de barro encontrada en Tlapacoya, Estado de México, que se calcula que fue hecha hacia el año 1000 a. de N. E. Según se aprecia en las fuentes indígenas del pasado, la figura del tlacuache fue cargándose de símbolos muy variados. Sus imágenes en códices mesoamericanos lo vinculan al juego de pelota, al cruce de caminos, a la decapitación, a las ceremonias de año nuevo, a la Luna y al pulque.
En las imágenes que lo muestran luce mantos multicolores, tocados ricos, bastones de sonajas y se sienta en taburetes cubiertos con la piel del jaguar. Tampoco falta la representación del tlacuache entre las joyas mixtecas de oro encontradas en la Tumba 7 de Monte Albán. En los textos mayas, como el Popol vuh o el Chilam Balam de Tizimín, aparece el tlacuache como señor del crepúsculo matutino o como representación de los dioses que sostienen el cielo. Es un hecho verificable que para el periodo Clásico mesoamericano (600 – 900 d. de N.E.) este animalito había sido divinizado.

Este animalito fue un personaje importante en diversas tradiciones indígenas del pasado. El mito más importante y extendido del tlacuache, es el que relata las proezas del marsupial cuando robó el fuego a los seres celestes o a los habitantes del inframundo para dárselo a la humanidad. Según este relato, el tlacuache se acercó a una hoguera y encendió su cola, que a partir de entonces quedó pelada, o bien escondió la brasa en su bolsa de marsupial. De cualquier modo, en prácticamente todas las mitologías indígenas mexicanas se le presenta como un gran benefactor para los hombres.

El tlacuache, personaje vivo en la tradición indígena contemporánea

Actualmente, el tlacuache como personaje mitológico sigue vigente. Por ejemplo, una de las 18 veintenas o “meses” que dividen el año de los indígenas tzotiles recibe su nombre. Asimismo, los mayas creen que la basura algodonosa de las madrigueras de los tlacuaches puede mezclarse con pólvora para matar un venado fabuloso, que es de “puro aire” y que pertenece a San Jorge. En diversas comunidades puede encontrarse su efigie colgada en templos y hogares.

Además, en muchos cuentos y mitos indígenas tiene un lugar privilegiado. En éstos se le muestra como el jefe del mundo, el resistente a los golpes, el despedazado que resucita, el astuto que enfrenta el poder de los jaguares, el jefe de los ancianos consejeros, el civilizador y benefactor, el abuelo respetable y sabio. En la tradición popular el tlacuache es astuto, ladrón, borracho, fiestero, parrandero y lascivo. El mito de este animal también ha confluido con la tradición cristiana y algunas versiones lo ligan al nacimiento de Jesús: en este caso se dice que la Virgen y el Niño padecían frío, y el tlacuache robó el fuego para calentarlos.

En diversos cuentos populares, el tlacuache y el jaguar son los equivalentes regionales de la famosa pareja del conejo y el coyote. En estas narraciones el personaje débil pero astuto (tlacuache), burla la fuerza de su adversario, poderoso y cruel (jaguar). Uno de estos cuentos, en donde el célebre animal se libra de la amenaza de ser comido por un jaguar, es una de las narraciones tradicionales de la comunidad indígena Chamula, en el estado de Chiapas. A continuación te presentamos este relato, ¿cómo se sale con la suya nuestro pequeño personaje?

Cuento Chamula
El cuento tradicional del tlacuache y el tigre

Por Filoberto Guzmán Arcos

Había una vez en medio de la selva un tlacuache. Estaba encaramado en una mata de coconabe comiendo la fruta, cuando en un momento dado andaba paseando por ahí un tigre.
Al escuchar un ruidito alzó la vista y logró ver al tlacuache, y le hizo una pregunta:
—¿Qué andas haciendo en esa mata de coconabe?

El otro le respondió que estaba comiendo fruta.

El tigre volvió a preguntar:
—¿Qué es esa fruta?

A lo que le respondió:
—Son los coyoles

Entonces el tigre decidió comer uno también para saber si es sabroso el fruto.

Le pidió al tlacuache que aventara uno para que lo probara. Entonces como el tigre llevaba mucha hambre lo quiso tragar entero, pero no pudo, quedó trabado en su garganta, de allí se quedó privado hasta que se sacó la fruta. Cuando se recuperó empezó a perseguir al tlacuache para comérselo. Pero como el tlacuache andaba deteniendo una piedra para construir su casa, cuando llegó el tigre, éste le preguntó qué estaba haciendo. Entonces el tlacuache le pidió ayuda al tigre para que él pudiera ir a buscar unos palos. Pero de allí ya nunca volvió, entonces el tigre decidió soltar la piedra, pero como le había dicho que no fuera a soltarla porque se quedaría aplastado, no lo hizo, pero se había cansado, entonces la soltó y pegó un brinco pero la piedra siguió en su lugar.

Entonces el tigre se enfureció y persiguió al tlacuache hasta encontrarlo. Al fin el tigre encontró una galera en medio de un cañaveral, y allí estaba el tlacuache cruzado de piernas, tocando guitarra porque allí iba a realizarse una fiesta de boda. Entonces el tlacuache dijo al tigre que si quería tocar la guitarra, porque él iba a alcanzar al padre y a los que iban a contraer matrimonio. Pero le dijo que no dejara de tocarla y que no fuera a voltear la vista hasta que escuchara el primer cuetazo, y así lo hizo, cuando escuchó ese ruido volteó la vista, pero estaba rodeado de fuego, entonces dejó tirada la guitarra y se echó a correr saliendo todo chamuscado y muy molesto, iba con mucha decisión de encontrar al tlacuache y comerlo, por lo que se dedicó a perseguirlo.

Por fin llegó a una lagunita y casi en medio de ella se encontraba un árbol, entonces el tigre quiso tomar un poco de agua, cuando de pronto se dio cuenta que el tlacuache estaba allí, debajo del agua, entonces el tigre se puso a beber toda el agua, pero no pudo terminarla, se llenó mucho de tanta agua. Se acostó boca arriba, y se dio cuenta que arriba del árbol estaba trepado el tlacuache. Entonces el tigre le dijo que bajara de allí, pero el tlacuache no quiso. Entonces el tlacuache dijo que sí, pero que el tigre se lo tragara entero, y así lo hizo el tigre, se lo tragó vivo y entero. Al rato el tigre fue a arrojar, y ahí quedó tirado el tlacuache por un momento, y después le dijo al tigre:

—Te gané de nuevo.

Al volver la vista el tigre, vio cómo salió corriendo el tlacuache.

Fuente:
González Casasnova Henríquez, Pablo (compilador): Historias, Leyendas y cuentos de las comunidades de Chiapas.
México, UNAM / Universidad Autónoma de Chiapas, 1998.

López Austin, Alfredo: Los mitos del tlacuache. Caminos de la mitología mesoamericana.
México, Alianza Editorial Mexicana,1990 (Alianza estudios Antropología).

Muerte: La mayor ficcion

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 29/08/2004 13:12

MUERTE :
LA MAYOR FICCION

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El padre de mi madre cayó enfermo de repente. No era su hora de morir. No tendría más de cincuenta años, quizá menos, incluso puede que más joven de lo que yo soy ahora. Mi abuela tenía justo 50 años, estaba en la cúspide de su juventud y belleza.

Le pregunté: «El ha muerto. Lo amaste. ¿Por qué no estás llorando?»

Ella respondió: «Por ti. No quiero llorar ante un niño» -era una gran mujer – «y no quiero consolarte. Si empiezo a llorar, naturalmente tu llorarás; entonces ¿quién consolará a quién?»

Debo describir esta situación: íbamos en una carreta de bueyes desde el pueblo de mi abuelo al de mi padre, pues el único hospital estaba allí. Mi abuelo estaba seriamente enfermo; no sólo enfermo, sino también inconsciente, casi en coma. Ella y yo éramos las únicas personas en la carreta. Puedo comprender su compasión por mí. Ella no lloró en el momento de la muerte de su amado esposo, sólo por mí; pues yo era el único allí y no había nadie más para consolarme

Dije: «No te preocupes. Si puedes permanecer sin llorar, yo también lo puedo hacer». Y, lo creáis o no, aquel niño de siete años no lloró.

Incluso ella estaba confundida; dijo, «¿No estás llorando?»

Le respondí: «No, quiero consolarte».

Había un extraño grupo de gente en esa carreta de bueyes. Bhoora estaba conduciendo. Sabía que su amo estaba muerto, pero no miraría hacia el interior de la carreta, ni aun pudiendo, pues era sólo un sirviente y no era su derecho interferir en asuntos privados. Esto es lo que me dijo: «La muerte es un asunto privado; ¿Cómo puedo mirar? Lo oí todo desde el asiento del conductor. Quería llorar; lo amé tanto. Me sentía como un huérfano; pero no pude mirar dentro de la carreta, de otra forma él nunca me lo hubiera perdonado».

Una extraña compañía, y Nana (*) estaba en mi regazo. Fui un niño de siete años al lado de la muerte, no sólo por unos pocos segundos, sino continuamente durante veinticuatro horas. No había carretera y era difícil llegar a la ciudad de mi padre. El avance era muy lento. Permanecimos con el cadáver durante veinticuatro horas… y él murió lentamente, poco a poco. Sentí como le llegaba la muerte y pude contemplar su gran silencio.

Tuve también suerte de que mi Nani (*) estuviera presente. Sin ella quizás no hubiese podido conocer la belleza de la muerte, porque el amor y la muerte son muy similares; tal vez lo mismo. Ella me amaba. Derramaba su amor sobre mí y la muerte estaba allí, llegando lentamente.

La carreta de bueyes… todavía escucho su sonido, el traqueteo de las ruedas sobre las piedras, Bhoora continuamente gritando a los bueyes, el sonido del látigo golpeándoles… Todavía puedo oírlo. Está tan profundamente enraizado en mi experiencia que ni aún mi muerte creo que lo borrará. Incluso cuando muera puede que oiga nuevamente el sonido de esa carreta.

Sabía de la muerte de otras personas, pero sólo de oídas. No las había visto, e incluso si las había visto, no habían tenido sentido para mí. A menos que ames a alguien y dicha persona muera, no puedes realmente enfrentarte a la muerte.

Que quede claro: La muerte sólo puede ser encarada cuando un ser amado muere.

Cuando te rodean el amor y la muerte, hay una transformación, una inmensa mutación, como si naciera un nuevo ser. No eres nunca el mismo otra vez. Pero la gente no ama y , al no amar, no puede experimentar la muerte de la manera en que yo la experimenté. Sin amor, la muerte no te da las llaves de la existencia. Con amor te entrega la llave de todo lo que existe.

Mi primera experiencia con la muerte no fue un simple encuentro . Fue complejo en muchos aspectos. El hombre que amaba se estaba muriendo. Lo conocía como un padre. Me crió con absoluta libertad, sin inhibiciones, sin represiones y sin órdenes. Nunca me dijo: «No hagas esto» o «No hagas aquello». Sólo ahora me doy cuenta de la belleza de ese hombre.

Amé a ese hombre porque él amó mi libertad. Sólo puedo amar si mi libertad es respetada. Si tengo que negociar y obtener amor

(*) N. del T.- «Nana» y «Nani» son los nombres con los que Osho se refiere a su abuelo y a su abuela.

pagando con mi libertad, entonces ese amor no es para mí. Entonces es para mortales de segunda fila, no es para los que saben.

«Mi Señor, esta vida que tú me has dado, te la entrego de nuevo con mi agradecimiento». Estas fueron las palabras finales de mi abuelo, aunque nunca creyó en Dios y no era hindú.

Antes de morir, entre otras cosas, repitió una cosa una y otra vez: «Detén la rueda»… Mi abuelo se estaba muriendo y nos pedía que detuviéramos la rueda. ¡Qué tontería! ¿Cómo puedo detener la rueda? Teníamos que llegar al hospital y sin la rueda nos hubiéramos perdido en el bosque.

Mi abuelo dijo: «Detén la rueda. ¿Rajah, puedes oírme? Si puedo oír la risa de tu abuela, tú debes ser capaz de oírme».

Le dije «No te preocupes por su risa. La conozco. No se está riendo de lo que dices; es algo entre nosotros, un chiste que le conté».

El respondió: «De acuerdo. Si es un chiste que le contaste entonces está perfectamente bien que ella ría. Pero, ¿qué pasa con el chakra, la rueda?»

Ahora lo sé, pero en ese momento no conocía en absoluto esa terminología. La rueda representa toda la obsesión hindú sobre la rueda de la vida y la muerte. Durante miles de años, millones de personas han estado haciendo sólo una cosa: tratando de detener la rueda. El no estaba hablando sobre la rueda de la carreta, esa era muy fácil de detener, de hecho lo difícil era mantenerla en movimiento.

No pude comprender en ese momento porqué mi Nana era tan insistente. Quizás la carreta de bueyes -porque no había camino- estaba haciendo demasiado ruido. Todo traqueteaba y él estaba agonizando, así que naturalmente quería detener la rueda. Pero mi abuela rió. Ahora sé porqué rió. El estaba hablando sobre la obsesión hindú acerca de la vida y la muerte la llamada rueda de la vida y la muerte- en pocas palabras, la rueda- la que continúa y continúa…

Por eso mi abuelo decía, «Detén la rueda». Si yo hubiera podido detener la rueda, la hubiese detenido, no sólo por él, sino por todos los demás en el mundo. No sólo la hubiese detenido, la hubiese destruido para siempre, para que nadie hubiera podido hacerla girar otra vez. Pero no está en mis manos.

Pero ¿por qué esta obsesión? En el momento de su muerte me di cuenta de muchas cosas que han ido determinando toda mi vida.

Le pregunté al oído: «Nana, ¿tienes algo que decirme antes de partir? ¿Unas últimas palabras? ¿O quieres darme algo para recordarte siempre?»

Se quitó su anillo y lo colocó en mi mano. Ese anillo fue siempre un misterio. En toda su vida no permitió a nadie ver que había en él, sin embargo una y otra vez acostumbraba a mirar dentro de él. Ese anillo tenía una ventana de cristal a ambos lados por la que se podía mirar a través. La parte superior era un diamante, a cada uno de los lados había una ventana de cristal. No permitía que nadie viera lo que él acostumbraba mirar a través de la ventana. En el interior, había una imagen de Mahavira, el tirthankara jaino; una imagen realmente hermosa y muy pequeña. Debía de haber una pintura muy pequeña de Mahavira en el interior y estas dos ventanas eran cristales de aumento. La ampliaba y se veía realmente inmensa.

Con lágrimas en los ojos dijo: «No tengo nada más para darte pues todo lo que tengo también a ti te será quitado, del mismo modo como me lo han arrebatado a mí. Sólo puedo darte mi amor por aquél que se ha conocido a sí mismo».

Aunque no conservé su anillo, cumplí su deseo. He conocido a «aquél» y lo he conocido en mí mismo. Un anillo, ¿qué importa? Pero el pobre anciano, amaba a su Maestro, Mahavira y me entregó su amor. Respeto su amor por el Maestro y por mí. Las últimas palabras en sus labios fueron: «No te preocupes, pues no me estoy muriendo».

Todos esperamos que dijera algo más, pero eso fue todo. Sus ojos se cerraron y murió.

Mi Nani sostenía mi mano y yo estaba completamente aturdido, no entendía lo que estaba sucediendo inmerso por completo en ese momento. La cabeza de mi abuelo estaba en mi regazo. Apoyé mis manos sobre su pecho y lenta, lentamente, la respiración desapareció. Cuando sentí que ya no respiraba más, le dije a mi abuela: «Lo siento, Nani, pero parece que ya no respira».

Ella dijo «Es normal. No tienes que preocuparte. Ha vivido suficiente, no hay necesidad de pedir más».

También me dijo: «Recuerda, porque estos son los momentos que no deben olvidarse; nunca pidas más. Lo que hay, es suficiente».

Todavía recuerdo ese silencio. La carreta pasaba a través del lecho de un río. Recuerdo exactamente cada detalle. No dije nada, pues no quería molestar a mi abuela. Ella no dijo nada. Pasaron unos instantes, entonces me preocupé por ella y le dije: «Di algo; no estés tan quieta, es inaguantable».

Puedes creerlo. ¡Cantó una canción! Así es como aprendí que la muerte debe celebrarse. Cantó la misma canción que había cantado cuando se enamoró de mi abuelo por primera vez.

La separación tiene su propia belleza, así como el encuentro. La separación tiene su propia poesía; sólo hay que aprender su lenguaje y vivirla en su profundidad. Entonces, de la tristeza misma surge una nueva dicha; lo que parece casi imposible, pero sucede, yo lo he conocido.

Glimpses of a Golden Childhood, 1981

Recuerdos de una Infancia Dorada

Cuando el zapato es comodo te olvidas del pie

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 29/08/2004 13:13

CUANDO EL ZAPATO ES COMODO

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Capítulo 1
Cuando el zapato es cómodo

Chu’i el delineante trazaba circunferencias
Más perfectas a pulso que con la ayuda de un compás.
Sus dedos creaban formas espontáneas salidas de la nada.
Mientras tanto, su mente permanecía libre y
Despreocupada por lo que hacía.
No necesitaba aplicarse,
Su mente era perfectamente simple y no conocía obstáculos.
Por ello, cuando el calzado es cómodo, se olvida uno del pie;
Cuando el cinturón es cómodo, se olvida uno de la cintura;
Y cuando el corazón está apaciguado, se olvida uno
De “a favor” y “en contra”.

Si no hay impulsos, compulsiones, necesidades ni atracciones,
Entonces tus asuntos están bajo control.
Entonces eres un hombre libre.
Lo sencillo es lo adecuado.
Empieza bien será fácil.
Continúa con sencillez y lo estarás haciendo bien.
El camino adecuado para ir de una manera sencilla
Es olvidar que el camino es adecuado
Y olvidar que se hace con facilidad.

Chuang Tzu es una de las flores más raras, incluso más que el Buda y Jesús, porque estos insistieron en el esfuerzo y Chuang Tzu lo hizo en la ausencia de esfuerzo. Mediante el esfuerzo se puede hacer mucho, pero todavía es más lo que puede hacerse a través de la ausencia de esfuerzo. Mediante la voluntad se puede conseguir mucho, pero todavía es más lo que puede lograrse a través de la ausencia de voluntad.
Y sea lo que fuere lo que se logra mediante la voluntad, siempre será una carga, siempre será un conflicto, una tensión interna, y podrás llegar a perderlo en cualquier momento. Hay que mantenerlo y ocuparse de ello continuamente, y para eso hace falta energía, y por ello, el mantenerlo te disipa.
Solo aquello que se obtiene a través de la ausencia de esfuerzo no representará nunca una carga, y solo aquello que no es una carga puede ser eterno. Solo aquello que no es antinatural puede permanecer contigo para siempre.
Chuang Tzu dice que lo real, lo divino, lo existencial, hay que alcanzarlo perdiéndose completamente en ello. Incluso el esfuerzo de alcanzarlo se convierte en una barrera, por lo tanto no puedes abandonarte a ello. El esfuerzo por abandonarte también se convierte en una barrera.
¿Cómo es posible hacer un esfuerzo para abandonarse? Todo esfuerzo nace del ego, y el ego se refuerza a través del esfuerzo. El ego es la enfermedad. Así que hay que abandonar todo esfuerzo por completo, no hay nada que haya que hacer; hay que abandonarse por completo a lo existencial. Uno tiene que convertirse de nuevo de un niño pequeño, en un recién nacido, sin saber lo que es correcto ni equivocado, sin saber de distinciones. Una vez que aparecen las distinciones, una vez que se sabe que esto es correcto y eso es erróneo, ya estás enfermo, y cada vez te alejas más de la realidad.
Un niño vive de manera natural: es total. No hace ningún esfuerzo, porque realizar un esfuerzo significa luchar contra uno mismo. Una parte de ti está a favor y otra parte en contra: de ahí proviene el esfuerzo.
En este mundo se puede conseguir mucho a través del esfuerzo porque el esfuerzo es agresión, el esfuerzo es violencia, el esfuerzo es competición. Pero en el otro mundo no se puede lograr nada a través del esfuerzo, y quienes empiezan mediante el esfuerzo acaban también por dejarlo.
El Buda se esforzó durante seis años, meditando continuamente, y concentrándose se convirtió en un asceta. Hizo todo lo que un ser humano podía hacer, no dejó una piedra sin remover, ni un palmo de su ser sin examinar. Pero se trataba de un esfuerzo, el ego estaba presente; fracasó.
Nada fracasa tanto como el ego en lo esencial; nada triunfa tanto como el ego en este mundo. En el mundo de la materia nada triunfa tanto como el ego; en el mundo de la conciencia nada fracasa tanto como el ego. Es justo lo opuesto, y tiene que ser así porque la dimensión es justo la opuesta.
El Buda fracasó de manera absoluta. Al cabo de seis años estaba totalmente frustrado, y cuando digo totalmente, quiero decir completamente. No le quedaba ni un pequeño fragmento de esperanza; se desesperanzó. Y en esa desesperanza abandonó todo esfuerzo. Ya había abandonado el mundo, ya había abandonado su reino; todo eso pertenece al mundo visible que había abandonado, al que había renunciado.
Y ahora, al cabo de seis años de un esfuerzo agotador, también abandonaba todo lo que pertenece al otro mundo. Se hallaba en un vacío completo: vacío. Esa noche se sueño fue de una naturaleza diferente porque no había ego; surgió un silencio de una naturaleza diferente porque no había esfuerzo; esa noche tuvo lugar en él una naturaleza de ser diferente porque no había ensoñación….

El libro de la Nada : Osho.

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 29/08/2004 13:15
EL LIBRO DE LA NADA (1)

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Capítulo 3 NO SE PUEDE BUSCAR LA VERDAD
23 de Octubre de 1974

LA REALIDAD está justo ahí siempre esperando cerca de tu corazón, cerca de tus ojos, cerca de tus manos. Puedes tocarla, puedes sentirla, puedes vivirla; pero no puedes pensarla. Se puede ver, se puede sentir, se puede tocar; pero no se puede pensar.
Intenta entender la naturaleza del pensamiento. El pensamiento siempre es acerca de, nunca es directo. Puedes ver la realidad, pero si piensas en ella tendrá que ser acerca de y ese «acerca de» es la trampa, porque cuando piensas acerca de algo ya te has alejado de ello. «Acerca de» quiere decir indirectamente. «Acerca de» quiere decir que no verás la flor aquí y ahora, que pensarás acerca de ella, y ese «acerca de» se convertirá en una barrera. A través de este «acerca de» nunca llegarás a esta flor.
Ver es algo directo, tocar es algo directo; pero pensar es algo indirecto. Es por eso que el pensar no toca la realidad. Un amante puede conocer la realidad, hasta un bailarín puede conocerla, un cantante puede sentirla, pero un pensador, sigue sin tocarla.

He oído acerca de un filósofo judío. Él era un campesino ordinario pero muy filosófico. Se llamaba Yossel. Pensaba acerca de todo, como suelen hacer los filósofos. Le era muy difícil hacer nada porque el pensar llenaba todo su tiempo, y cuando por fin estaba listo ya había pasado la oportunidad.
Una vez fue al mercado de una aldea cercana, para vender su trigo. Le dijo a su esposa: «En cuanto haya vendido el trigo, te mandaré un telegrama».
Vendió el trigo obteniendo una gran ganancia, y luego fue a mandar el telegrama; fue a la oficina de correos, relleno el impreso de envío, y empezó a pensar en que poner.
Escribió: «Trigo vendido provechosamente. Llego mañana. Amor y besos, Yossel».
Entonces empezó a pensar, y pensó: «Mi esposa se va a creer que me he vuelto loco. ¿Por qué “provechosamente”? ¿Acaso vendería el trigo con pérdidas?». Así que tachó la palabra “provechosamente”. Entonces se preocupó más aún, porque si había cometido un error con una palabra, puede que hubiera cometido otros errores. Así que volvió a leerlo parándose a pensar en cada palabra. Y pensó: «¿Por qué poner: “llego mañana”?. ¿Acaso voy a regresar el mes que viene? ¿El año que viene? Ella ya sabe que voy a regresar tan pronto como haya vendido el trigo». Así que tachó las palabras “llego mañana”.
Más tarde pensó: «Mi esposa también sabe que he venido a vender el trigo, ¿entonces para que escribir: “Trigo vendido”? Y también tachó eso.
Entonces se echó a reír y dijo: «Le estoy escribiendo a mi propia esposa, ¿para qué le voy a poner “amor y besos”? ¿Acaso le estoy escribiendo a la esposa de otro? ¿Acaso es su cumpleaños o algo por estilo?». Y también tachó eso.
Ya sólo quedaba su nombre: Yossel. Y se dijo a sí mismo: «¿Yossel, te has vuelto loco? Tu mujer ya sabe tu nombre». Así que rompió el telegrama, contento de haberse ahorrado un dinerillo y algunas palabras sin sentido.

Pero así es como son las cosas: si vas pensando «acerca de», te pierdes la vida entera; poco a poco vas tachándolo todo. Y al final hasta tú acabas tachado; no solamente quedan tachadas las palabras, si no que al final hasta tú quedas tachado. El pensar se convierte en humo; todo se vuelve humo y se acaba.
Hacer algo se vuelve imposible; ni siquiera puedes mandar un telegrama. La acción se vuelve imposible porque es algo directo y el pensar es algo indirecto. Nunca se encuentran.
Este es el problema en el mundo. La gente que piensa, nunca actúa; y los que no piensan, actúan. El mundo es un caos. Los estúpidos continúan actuando porque nunca piensan, se meten de cabeza en todo. Los Hitlers, los Napoleones, los Maos, siempre están haciendo cosas, y la gente sabia, los llamados pensadores; Aristóteles, o Kant, o Hegel; siempre están pensando, y nunca hacen nada.
El problema para un hombre que busca la realidad es como parar el circulo vicioso del pensar, y aún así ser consciente. Porque los estúpidos tampoco piensan, pero no son conscientes. Sé consciente; la energía que va al pensar tiene que volverse consciencia. La consciencia que se mueve en un círculo vicioso al pensar tiene que conservarse, tiene que purificarse. El pensar tiene que parar, el girar de la consciencia tiene que parar, pero la consciencia no. La consciencia tiene que cristalizarse y la acción tiene que permanecer, la acción no debe parar.
Al unir la consciencia y la acción inmediatamente alcanzas la realidad. Y no sólo tú; sino que crearás una situación en la que otros también podrán encontrar la realidad. Te convertirás en el ambiente, en el clima alrededor del cual las cosas empezarán a ocurrir. Esto es lo que ocurrió con Budha, con Sosan, con Chuang Tzu.
Recuerda: la acción es buena; el pensar es un círculo vicioso, nunca te lleva a ninguna parte. Así que hay que dejar de pensar pero no de actuar. Hay gente que continuará pensando; dejará de hacer. Eso es lo que ocurre cuando una persona renuncia a la vida, se va al bosque, a los Himalayas. Renuncia a la acción, no al pensar. Renuncia al mundo en el que se necesita la acción. Renuncia a la propia realidad, porque es a través de la acción que te pones en contacto con la realidad. Ver es una acción, moverse es una acción, danzar es una acción, pintar es una acción. Cuando haces cualquier cosa, sea lo que sea, te pones en contacto con la realidad.
Tienes que volverte cada vez más sensible en tu hacer. No hay que renunciar a la acción; la acción tiene que estar totalmente presente, porque ese es el puente a través del cual tú te mueves en la realidad y la realidad se mueve en ti. Intenta comprenderlo, porque esto es algo muy básico; básico para mí: renuncia al pensar, no renuncies a la acción.
Hay gente que piensa y piensa, hay gente que renuncia a actuar. ¿Pero qué van a hacer en los Himalayas? Allí toda la energía, al no ser usada en la acción, se irá al pensamiento. Se harán grandes filósofos. Pero la filosofía es una tierra de tontos; se vive en palabras, no en realidades. El amor desaparece, sólo queda la palabra «amor». Dios desaparece, él estaba en los campos, en el mercado, en el mundo, y ahora tan sólo queda la palabra «Dios». Las acciones desaparecen y sólo quedan los conceptos. Tu cabeza se convierte en todo tu ser.
Evítalo. Nunca renuncies a la acción, renuncia solamente al pensar. Pero si renuncias al pensar cabe la posibilidad de que te vuelvas inconsciente o de que te conviertas en un estúpido. Puede que empieces a hacer cualquier cosa, puesto que ahora no sabes que hacer, y tampoco piensas. Puedes volverte loco. Uno tiene que renunciar a pensar, pero no tiene que hacerse menos consciente, más inconsciente. Al contrario, tienes que hacerte más consciente.
En esto consiste todo el arte de la meditación: en cómo estar totalmente en la acción, cómo renunciar al pensar, cómo convertir la energía que se iba en pensar en consciencia.
Va a ser algo muy delicado y sutil, porque si das un sólo paso en falso caerás en la ignorancia infinita.

ES FÁCIL dejar de pensar, pero entonces te dormirás. Esto es lo que ocurre cada día en los momentos de sueño profundo: renuncias, dejas de pensar; pero entonces dejas de estar presente, abandonas la consciencia. Tu consciencia se ha identificado enormemente con el pensar, así que, siempre que dejas de pensar, caes en coma.
Y ese es el problema. Uno tiene que dejar de pensar y al mismo tiempo no caer en coma, porque el coma no te llevará a la realidad. Al volverte inconsciente no vas a la realidad, simplemente te duermes: el consciente se ha disuelto en el inconsciente. Y tiene que ocurrir justo lo contrario: el inconsciente tiene que disolverse en el consciente. Si el consciente cae en el inconsciente, tú caes en un coma, y si el inconsciente penetra en el consciente y se convierte en el propio consciente, te iluminas, te conviertes en un Budha, en un Sosan.
Y es muy fácil ayudar a la consciencia a que caiga en la inconsciencia, porque la consciencia es una parte muy pequeña. Una décima parte de tu ser es consciente, y las nueve partes restantes son inconscientes. Sólo una pequeña parte se ha vuelto consciente, y hasta esa parte está siempre oscilando. Puede caer en cualquier momento, es muy fácil.
Así es como ocurre cuando te intoxicas: tomas alcohol, y la consciencia cae en la inconsciencia. De ahí la atracción hacia el alcohol a través de todos los tiempos y en toda clase de climas y países. Esto es lo que ocurre cuando tomas cualquier droga: la consciencia cae en la inconsciencia.
Es hermoso porque se deja de pensar. Dormir es hermoso, tienes muchos sueños. Y si eres un buen soñador entonces la droga te dará hermosos sueños; fantásticos, más coloridos que cualquier otro sueño, más luminosos. Te vas al paraíso, al mundo de los sueños, pero no vas a la realidad.
El LSD, la marihuana, la mezcalina o cualquier otra droga, solamente te producen un buen dormir, y al dormir bien, sueñas. Esos sueños están llenos de color, y tu vida es tan pobre y está tan llena de sufrimiento que prefieres vivir esos sueños a vivir en esta miserable vida. Preferirías (si esta fuera la única elección) vivir en un hermoso sueño antes que vivir en esta vida miserable. Esta vida es como una pesadilla. Aunque lo único que te de la droga sea un sueño luminoso, lleno de color, tridimensional, ¿por qué no tomarla? Porque ¿qué hay en esta vida? Y como la vida es tal caos prefieres los sueños.
Las drogas, el alcohol, o cualquier otra clase de intoxicantes, han sido usados siempre por la gente religiosa. Pero a través de ellos nunca se alcanza la realidad. A través de ellos caes en un estupor, en un coma. Y en este coma puedes soñar.
Y si has estado pensando mucho en Dios, puedes ver a Dios, porque puedes proyectar tus propios sueños. Los sueños se pueden guiar, dirigir. Si has estado pensando mucho en Cristo, entonces bajo la influencia de la droga se te aparecerá Cristo. Es tu propia mente jugando contigo. Si has estado muy apegado a Krishna entonces ahí estará él, de pie, con la flauta en sus labios, bailando y cantando. Si un hindú, un devoto de Krishna, toma LSD, verá a Krishna, y un cristiano verá a Jesús, y un budista a Budha; pero eso tan sólo son proyecciones de la mente.
La realidad es miserable pero no persigas sueños, porque si eso es lo que quieres sólo hay una manera de hacerlo: ayudar a la consciencia a volverse inconsciente de nuevo.
Una pequeña parte ha salido de la inconsciencia, y esa es la belleza del ser humano. La agonía y el éxtasis de haberse convertido en una isla en medio de la inmensidad de la inconsciencia, pero esta es su belleza. Esta isla tiene que crecer más y más hasta convertirse en un continente. A través de las drogas se sumergirá de nuevo bajo el agua, vivirás de nuevo como los animales, o como los árboles; hermosos en sí mismos, pero no digno de ti, porque de esta forma pierdes mucho. Y podrías haber alcanzado la realidad; esta isla podría haberse convertido en un continente.
Pero esto no ocurre solamente con las drogas; existen también otros medios sutiles para hacer que el consciente se vuelva inconsciente. Por ejemplo a través de la música, a través de cánticos. Si repites un mantra continuamente te dormirás, porque cualquier cosa monótona te llevará al coma.
Existen medios sutiles, aparentemente diferentes a las drogas. Se usan en todos los templos, en todas las iglesias; y en los templos y en las iglesias están en contra de las drogas, sin darse cuentas de lo que están haciendo. También allí se está usando una droga muy sutil, no tan burda como el LSD o la marihuana, pero aún así es una droga; porque al repetir una cierta palabra continuamente, te produce sueño, no puede darte otra cosa.
Te relajas. El mismo canturreo te produce un profundo aburrimiento. Al repetir la misma palabra (ram, ram, ram) una y otra vez… ¿Que otra cosa podría ocurrir? Porque la mente solamente permanece atenta si ocurre algo nuevo, si no la mente se va a dormir. Si está ocurriendo algo nuevo, la mente está alerta. Si no ocurre nada nuevo, sólo ram, ram, ram, un canturreo, y tú sabes que va a seguir así, infinitamente, la mente empieza a dormirse.
Todas las madres lo saben. Cuando el niño no se duerme le repiten algún estribillo, muy simple, de dos o tres palabras, y lo repiten una y otra vez; una canción de cuna. Se convierte en un mantra y el niño se duerme. A la mente le ocurre lo mismo (no importa que seas un niño o un anciano) a la mente se la pone a dormir con canciones de cuna, pero el proceso es el mismo.
Hay que parar el pensar, pero no volviéndose inconsciente. Hay que parar el pensar haciéndose más consciente, más alerta, más atento, dándose uno más cuenta, para que la energía que se pone en el pensar se mueva hacia ser consciente, y surja en ti un testigo. Así que recuerda, no hay que parar el pensar a través de cánticos, sino convirtiéndose en un testigo del proceso del pensar; mirándolo, observándolo, siendo un observador en la distancia, siendo alguien que observa desde lo alto, desde la colina, mirando, viendo…
Si miras y penetras profundamente en las palabras, empezarán a desaparecer. Se formará un lapso, un intervalo. Las nubes desaparecerán y se verá el cielo azul. Entonces estarás alerta, sensible; no en coma. Se disolverá más inconsciencia en la consciencia; tu llama crecerá, más alta, más viva, y podrás ver más, tocar más, oler más. Y tus acciones desarrollarán una nueva cualidad, la cualidad de la divinidad.
Cuando un Budha te toca, su forma de tocar es diferente. Tú también tocas, también tú sientes algunas veces la diferencia. Tocas a un hombre de una forma casual, le das la mano pero él no está presente. Sientes que su mano está muerta, cerrada; te saluda con una mano muerta. Puedes sentir que te han dado la mano pero que no te la han dado. Que ha sido algo diplomático. La mano no estaba viva, no tenía calor, no se encontraba y se fundía con la tuya. En cambio otras veces te dan la mano con amor, y entonces hay una fusión, la energía fluye a través de esa mano, es una apertura. A través de la mano el ser viene a encontrarse contigo. Es cálida, está viva, confía en ti.
Cuando un Budha te toca, es absolutamente distinto, la cualidad ha cambiado. Porque siempre que la consciencia es total, absoluta, todas las acciones se vuelven totales. Cuando él toca, todo su ser se convierte en tacto. No es ninguna otra cosa. Todo su ser está en el tacto, todo su ser fluye en él. No está en ningún otro lugar más que en el tacto.
En ese momento él no es ni ojos ni oídos; en ese momento todo su ser se transforma en tacto. Se vuelve todo tacto, y tú te sentirás iluminado a través de su tacto; una energía se ha movido en ti. Si no estás preparado para ello puede que hasta te disturbe. Si estás preparado, entonces lo disfrutarás, te maravillará.
Cuando un Budha te mira todo su ser se convierte en ojos. No puede ser de otra manera, porque él no está dividido en su interior. Cuando tú miras, tu miras y a la vez haces muchas otras cosas. El pensar prosigue, y por eso tú estás dividido. Tus ojos no son totales.
Cuando un Budha te mira sus ojos son totales. Son como un sol brillante. Te penetran, hacen un agujero en tu ser, van directamente a tu corazón. Si le dejas, nunca serás el mismo otra vez. O por el contrario, puedes permanecer cerrado y él no podrá penetrarte. Aunque te toque, tocará un cadáver; puedes quedarte cerrado.
Cuando la consciencia está presente, y hay acción, la consciencia y la acción se vuelven una totalidad.

Ahora intenta comprender estas palabras, son muy hermosas.

Sobre los derechos humanos

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 29/08/2004 13:18

SOBRE LOS DERECHOS HUMANOS

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Amado Osho,

Es extraño que los que establecen las normas en el mundo entero, los que se ocupan de poner todos sus recursos y esfuerzos en asegurarse, por todos los medios posibles, de que el hombre no sea hombre, nos pidan que celebremos el «Día de los Derechos Humanos». ¡Pero bueno! ¿Qué es lo que está sucediendo? Amado Maestro, ¿podrías explicárnoslo?

Una de las cosas más fundamentales que hay que recordar siempre, es que estamos viviendo en una sociedad hipócrita.
Una vez le preguntaron a un gran filósofo: «¿Qué piensas de la civilización?»
El filósofo contestó: «Es una buena idea, pero alguien tiene que transformar la idea en realidad. La «Civilización» todavía no ha ocurrido. Es un sueño del futuro».
La gente que está en el poder -político, religioso, social-, lo está porque la «Civilización» no ha ocurrido. Un mundo civilizado, un hombre maduro, no necesita naciones -todas esas fronteras son falsas. No necesita religiones, porque todas las teologías son sencillamente ficciones.
Los que han estado durante miles de años en el poder -sacerdotes, políticos, super ricos- tienen todo el poder para impedir la evolución humana. Pero el mejor modo de impedirla es convencer al hombre de que «Ya estás civilizado». Convencerlo de que «Ya eres un ser humano. No necesitas una transformación; es innecesario».
Y la debilidad del hombre consiste en que sabiendo perfectamente que no existe lo que denominamos «Civilización», que no existe lo que denominamos sensibilidad humana, aún cree en todas las mentiras que los políticos le han estado contando, que los sacerdotes le han estado predicando, que los educadores le han estado enseñando, porque parece más sencillo simplemente creer; no necesitas hacer nada más.
Reconocer el hecho de que todavía no eres hombre, crea miedo. La tierra desaparece bajo tus pies.
La verdad te desnuda totalmente, te desnuda de todas las mentiras, te desnuda de todas las hipocresías. Por eso nadie la desea, todos creen poseerla ya.
¿Puedes ver la estrategia psicológica? Si no le quieres dar algo a alguien, convéncelo, hipnotízalo, repítele una y otra vez: «Ya lo tienes». Y cuando miles de personas a tu alrededor -tus padres, tus maestros, tus sacerdotes, tus líderes- creen en ello, es casi imposible para los recién llegados a este mundo -niños pequeños- no dejarse convencer por esta vieja idea milenaria. Millones de personas vivieron y murieron creyendo que la «Civilización» estaba aquí.
Así que lo primero que quiero que entiendas es que todavía somos bárbaros. Sólo los bárbaros pueden hacer cosas como las que hemos estado haciendo durante miles de años. No seres humanos. En tres mil años, cinco mil guerras… ¿Y llamas al hombre civilizado?
En el siglo veinte, exactamente a la mitad, puede surgir un Adolf Hitler, un Joseph Stalin, un Benito Mussolini y puede surgir un Mao Tse-Tung. ¿Y todavía crees que el hombre es civilizado?
Adolf Hitler, él solo, mató a seis millones de seres humanos; y muy sofisticadamente. Ciencia y tecnología fueron utilizadas. Un millón de judíos; simplemente quemados en cámaras de gas. En unos segundos, miles de personas no son más que humo saliendo por las chimeneas.
Asesinó a tanta gente que era imposible darle a cada persona un entierro convencional.
El hombre no ha sido nunca tan pobre. Hasta los mendigos tienen tumbas, pero él mató a tanta gente, que hacer tumbas para todos ellos… toda Alemania se hubiera transformado en un cementerio. Así que tenía profundas fosas preparadas y la gente simplemente era arrojada a ellas y enterrada. E incluso antes de arrojar sus cuerpos a las fosas, destruía la dignidad de estas personas muertas. Eran despojadas de sus ropas; les afeitaban la cabeza, barba y bigotes, de tal modo que era imposible reconocer la cara de la persona. Les cortaban la cabeza; aquí encontrabas la cabeza, allí una mano, más allá una pierna,… en otro lado, el resto del cuerpo. Y entre miles de personas… Era imposible encontrar a quien buscabas.
¿Por qué lo hizo? Para que nadie pudiese ser reconocido. Aún si encontrabas a alguien muerto, no podías identificarlo, ni siquiera tenías su cuerpo completo.
¿Y dices que el hombre es civilizado?
Y éste no es el fin de la historia. Viendo la Segunda Guerra Mundial, uno puede pensar que se necesita muy poca inteligencia para darse cuenta de que debería ser la última – ¡sólo con ver lo que el hombre se ha hecho a sí mismo…! Pero no, nos estamos preparando para la Tercera Guerra Mundial… y la última.
A Albert Einstein le preguntaron: «¿Puede decirnos algo acerca de lo que va a suceder en la Tercera Guerra Mundial?»
Y Einstein contestó: «Perdóne, no puedo decir nada sobre la Tercera, pero sí sobre la Cuarta». Su interlocutor no lo podía creer; le dijo: «¡No puede decir nada acerca de la Tercera; ¡tan complicado es…! Pero sí puede decir algo sobre la Cuarta, lo cual es aún más complicado!»
Albert Einstein dijo entonces: «Ud. no me comprende. Sobre la Cuarta puedo decir algo definitivo, categórico. Y es que la Cuarta nunca sucederá, porque la Tercera destruirá toda la vida; no sólo a los seres humanos; también a las rosas. Todo lo que viva desaparecerá de la Tierra».
¿Y dices que la Humanidad se ha civilizado?
No, te han engañado. Y esta Declaración Universal de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos, es la misma hipocresía.
George Gurdieff solía contar una sencilla historia, aunque se refiere a la Humanidad. En la historia había un mago que vivía internado en bosques y montañas y tenía miles de ovejas. Pero el problema era que las ovejas le temían, porque cada día veían que una de ellas era matada para su desayuno y otra para su cena, así que acostumbraban a escaparse, y era difícil encontrarlas en un bosque tan vasto.
Como era mago, usó su magia. Hipnotizó a todas las ovejas, y les habló… A una le dijo: «Tú eres un hombre, no tienes que tener miedo. Sólo las ovejas serán matadas y comidas, tú no. Tú eres un hombre, como yo». A otra le dijo: «Tú eres un león, preferirías morir antes que huir. Tú no eres parte de ellas, así que cuando las matan, no es tu problema. Son para ser matadas, pero tú eres mi amigo más querido en este bosque».
De este modo, le contó a cada oveja una historia diferente, y a partir del segundo día dejaron de escaparse de la casa. Seguían viendo que otra oveja moría, que era sacrificada, pero eso no les preocupaba. Una era un león, otra era un tigre, otra era un hombre, otra era… Ninguna era una oveja, excepto la que era matada.
De este modo, sin ayuda de guardianes, mantenía miles de ovejas. Iban al bosque a por comida, a por agua, y volvían a casa creyendo siempre que: es alguna oveja la que va a morir, no tú. Tú no perteneces a esa plebe. Tú eres un león, respetado, honrado; un amigo del gran mago.
Los problemas del mago estaban resueltos.
Te estoy contando esta historia porque es literalmente verdad acerca de ti. Te han contado cosas, que has aceptado sin ni siquiera mirar alrededor para ver si coincidían o no con la realidad.
Lo primero… mi primera objeción a la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU, es que los derechos existen únicamente cuando hay deberes. Los deberes son las raíces; los derechos, las flores: No puedes tener derechos sin deberes. Y celebrar un día al año por los Derechos Humanos… Sin embargo, no se celebra un día por los Deberes Humanos, que es lo primero.
¿Por qué no hablan sobre los deberes? Porque no quieren darte tus derechos humanos. Sin deberes, tan sólo puedes hablar de derechos, pero no los tendrás en tus manos.
Y los políticos que han hecho esta declaración no tienen la menor noción sobre deberes. Te daré algunos ejemplos.
Ellos dicen que todos los seres humanos son iguales. Y, por supuesto, esto satisface el ego de cada ser humano; nadie pone objeciones. Es una de las mentiras más peligrosas que se le han contado al hombre. Y yo te digo, la igualdad es un mito. No hay ni siquiera dos seres humanos iguales, de ningún modo, en ninguna dimensión. No digo que sean desiguales; digo que son únicos, incomparables, así que la cuestión de igualdad o desigualdad no aparece. ¿Eres igual a las columnas de este recinto? Las columnas pueden ser hermosas, pero tú no eres igual a ellas. ¿Significa esto que tú eres inferior a las columnas? Significa simplemente que tú no eres una columna; las columnas, son columnas; tú eres tú.
Cada ser humano es una categoría en sí mismo. Y a menos que reconozcamos el «ser único» de cada individuo, no habrá derechos humanos, ni habrá un mundo civilizado, humano, amoroso, gozoso.
En la Declaración, una y otra vez enfatizan el hecho de que debes amar a todos los seres humanos; sois todos hermanos. ¿Pero has visto alguna vez hermanos que se amen? ¿Hermanos que sean amigos? Nadie pelea como pelean los hermanos. Y el hecho de decir: «Sois todos hermanos», no lo convierte en realidad.
La gente que proclama estos Derechos Humanos, ¿qué autoridad tiene? ¿Quiénes son? Políticos… Ellos son la causa de todas las guerras, ellos son la causa de toda clase de violencias que suceden en el mundo. Son los que mantuvieron a casi la mitad de la Humanidad -la mujer- en estado de esclavitud. Pero leyendo la Declaración, realmente disfruté mucho… Porque no habla de hermanas, sino sólo de hermanos; las hermanas no cuentan, a pesar de ser la mitad de la Humanidad. Ni siquiera son mencionadas.
Estos políticos se expresan muy bien, son inteligentes, astutos… casi todos provienen de profesiones liberales. Dicen que no debería haber discriminación entre el hombre y la mujer, entre negros y blancos, entre razas, religiones, ideologías políticas. ¿Y quién crea esta discriminación? La misma gente que hace la Declaración.
Esclavizaron a la mujer durante siglos, y todavía no están dispuestos a darle su libertad, que, según su propia declaración, es un derecho humano básico.
Los negros son tratados como animales. Hasta fines del siglo pasado, eran vendidos, subastados en los mercados como mercancías. Y aún hoy, no son respetados como lo son los blancos.
Y son los blancos -todos estos políticos son blancos- quienes han llevado a la Humanidad al estado de esclavitud durante trescientos años. Todos tenían sus imperios. Inglaterra poseía el mayor; se decía que el sol nunca se ponía en ese Imperio. En algún lugar del Imperio el sol siempre brillaba y siempre era de día.
Pero otros blancos no se quedaban atrás: franceses, portugueses, españoles, tenían grandes imperios, explotando toda la Tierra. Han sido los parásitos. Y es gracioso que todos estos parásitos estén ahora proclamando los derechos humanos.
Pero yo sé que todos estos derechos sólo son hipocresía. Y lo sé por experiencia propia.
Uno de los derechos enumerados en esta Declaración dice que nadie puede ser arrestado sin una orden de arresto. Exactamente así fui arrestado en América, sin orden de arresto ni registro. Ni siquiera me pudieron decir verbalmente qué crimen había cometido. Cuando les pregunté: «¿Qué crimen he cometido? Por lo menos debo saberlo.» La respuesta fueron armas cargadas. Doce armas cargadas cercando mi avión.
Cuando la respuesta son las armas, puedes estar seguro de que la civilización está todavía lejos.
Fueron muy astutos; no sólo me arrestaron sin tener la orden, sino que lo hicieron deliberadamente a una hora que implicaba permanecer encarcelado por lo menos dos días. El Tribunal no abriría hasta el lunes y sólo entonces podría conseguir la fianza.
Estaban seguros de que la obtendría, pues no había ninguna prueba o evidencia en contra mía. Eligieron el momento en que el Tribunal estaba cerrado por dos días, para poder tener la satisfacción de torturarme durante ese tiempo. No me sorprendí cuando al tercer día, el Tribunal me negó la salida bajo fianza.
El magistrado, una mujer, ni siquiera permitió a mis abogados cuestionar el hecho de que fui arrestado sin una orden en un país democrático que se precia de ser el más democrático del mundo. El Tribunal no me permitió ni siquiera discutirlo, porque discutirlo les expondría. Estaba fuera de lugar concederme la fianza. En primer lugar fui arrestado sin ninguna orden; aún después de tres días no la tenían. La cuestión de la fianza ni se planteó.
La fianza no fue concedida.
En el segundo Tribunal, el Tribunal Supremo Federal, tampoco fue discutido el tema. «¿Qué pasa con mi arresto?», ésta es la pregunta básica; lo demás es secundario. Arrestas a alguien sin decirle siquiera por qué le estás arrestando…
Y en estos Derechos Humanos, estos mismos políticos, mantienen en América que nadie puede ser arrestado sin una orden oficial; éste es un derecho fundamental.
Si yo no hubiese sido arrestado, quizás no hubiera llegado a saberlo.
Dicen que nadie debe interferir en la filosofía, en la religión, en la ideología política de otro, pues ése es el derecho inherente a todo individuo. Pero mi comunidad en América fue destruida porque era el único lugar sin discriminación de ninguna clase. …el cristianismo, que yo no sea blanco, que mi comuna sea universal… Había negros, gente de todas clases, de todas las partes del mundo… Destruyeron una comunidad donde se respetaban los derechos humanos en todos sus detalles.
Superficialmente el hombre se ha civilizado, pero en las oscuras profundidades del inconsciente, sigue siendo un bárbaro.
En la introducción de esta declaración se dice: «Estamos decididos a eliminar toda forma de intolerancia o discriminación basada en la religión o creencia». Esto no es cierto en ningún país. Las religiones luchan constantemente y si el gobierno está compuesto de fanáticos religiosos, la minoría es aplastada y destruida por todos los medios posibles. Es un buen deseo, pero la gente que lo desea está completamente equivocada.
En la convención en la cual la ONU proclamó estos Derechos Fundamentales, la Unión Soviética estaba ausente, así como otros ocho países comunistas. EEUU estaba presente. La Declaración fue adoptada por unanimidad -todos a favor, nadie en contra-. Lo menciono porque el hacer esta declaración fue básicamente una iniciativa de EEUU. Y éste es el primer país que va en contra de cada derecho humano.
Ahora mismo, EEUU acaba de dar doscientos millones de dólares a los terroristas en Nicaragua, para destruir a un pequeño país que, como Cuba, se ha hecho comunista. América lo ha inundado de terroristas; millones de dólares son vertidos continuamente, para apoyar a los terroristas con armas y con todo. Y esta Declaración dice que todos los países son soberanos y ninguno debería interferir en la vida de otro, en su religión -eso es asunto suyo-, en cómo quieren vivir, en qué quieren creer o no creer. No es asunto de nadie más. Si en algún pequeño país la gente ha aceptado como estilo de vida y estructura social el comunismo, ¿quiénes son los EEUU? ¿Y qué derecho tienen?
Nicaragua apeló al Tribunal Mundial; y el Tribunal Mundial aunque lleno de jueces americanos, le dijo a EEUU: «Vuestra acción está en contra de la Declaración de los Derechos Humanos. Es criminal». Ronald Reagan simplemente lo ignoró. Dijo: «No nos importa el Tribunal Mundial, ni sus decisiones».
Ahora bien, ésta es la gente que hizo la Declaración. Crearon este Tribunal para decidir en situaciones en las que surgiera algún conflicto, pero esta gente no está dispuesta a escuchar. ¿Ves a los políticos detrás de todo esto? El Tribunal Mundial, la Declaración, todo son fachadas para esconder las cosas. Si algún país pequeño hiciera lo mismo, se le daría la razón al Tribunal, y EEUU actuaría a su favor para destruir a ese país por estar cometiendo un acto criminal. Pero al ser EEUU quien comete esa acción criminal, puede simplemente decir: «No nos importa el Tribunal Mundial».
¿Y qué puede hacer este Tribunal? No tiene ejércitos, no tiene poder. Tiene todo el poder que le ha sido dado a los políticos; pero si los mismos políticos ignoran la ley que ellos han hecho, ¿qué puede hacer el Tribunal?
Y la ONU guarda silencio. Su Tribunal ha sido insultado. Si la gente de la ONU tuviese alguna dignidad, debería disolverla y disolver el Tribunal Mundial, porque, ¿qué sentido tiene? Hoy lo hace EEUU; otros países lo harán mañana.
La Unión Soviética es mucho mejor y tiene razón, porque nunca participó en esta declaración. No es parte de esta Declaración. Ningún gobierno comunista lo hizo. Así que, por lo menos, mostraron desde el principio que todas estas cosas son falsas. ¿A quién están tratando de engañar?
De alguna manera, esta Declaración no es muy racional. Por ejemplo, en esta larga lista falta el derecho a dejar el cuerpo cuando uno ha vivido lo suficiente y ya está débil, enfermo, viejo, es una carga, y no sirve para nada… está sufriendo innecesariamente y esperando la muerte. ¿Por qué esperar? ¿Por qué torturar innecesariamente a este hombre?
La sociedad es responsable de miles de personas que viven siendo torturadas en los hospitales, en casas o en clínicas. No tienen ninguna posibilidad de volver a tener una vida sana, creativa, de alguna utilidad. Pero siguen vegetando; y la medicina está suficientemente desarrollada… Los puedes mantener en hospitales durante años. Respiración artificial… quizás el hombre ya esté muerto, pero a causa de la respiración te engañas.
En esta larga lista, uno de los derechos humanos más importante no está incluido. Y ese derecho, es el derecho a dejar el mundo, a devolver el billete, a decir: «Quiero volver a casa, ¿quién eres tú para impedírmelo, a mí o a cualquier otro?»
Este derecho es muy significativo hoy en día. En los países avanzados el promedio de vida se ha alargado tanto que cada vez más gente estará en una situación en la cual sus hijos e hijas son ya viejos -ochenta, noventa años…-, la cuarta, quinta o sexta generación ha llegado ya y no puede tener ninguna conexión con un hombre de ciento veinte años de edad, vegetando en un hospital. Esos recién llegados no tienen ninguna relación con ellos, no les guardan ningún respeto.
Los meses pasan y esa gente mayor está por ahí, en los hospitales, esperando a que tal vez alguien venga -un amigo, un niño, un viejo conocido- a encontrarse con ellos. Nadie viene. La gente los evita. Te aburren, naturalmente; es casi como leer un periódico de hace cincuenta, sesenta años. Si vas a verlos te hablarán únicamente de aquellos días dorados, cuando eran jóvenes y la vida, una aventura. No puedes conectar con ellos, y sencillamente te aburres. Todo ha cambiado tanto en cincuenta años que esa gente ni siquiera se da cuenta de qué es lo que ha cambiado.
Pero ningún gobierno del mundo acepta el derecho a morir, la eutanasia. En esta larga Declaración la eutanasia no está incluida.
Los políticos son muy, muy astutos. No quieren controversia; sólo dicen cosas que te gustan y que les vayan a gustar a todos.
No se preocupan por la situación actual y los cambios que necesita. Su único esfuerzo es tratar de hacerte feliz mediante falsas palabras. En ninguna parte del mundo se aplica ninguno de los derechos básicos.

el despertar de la conciencia-1916

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 29/08/2004 13:24
JIDDU KRISHNAMURTI

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El circo de la contienda humana
El despertar de la inteligencia.
Conversación con Alain Naudé.
© KRISHNAMURTI.COM.AR

Naudé: Sí. Una vez visto que el desorden – que es el dolor, el sufrimiento – significa desorden en esta conciencia indivisible, la pregunta siguiente es: ¿Qué ha de hacer uno al respecto?

K: Sí.

Naudé: Y como no existe una entidad que pueda hacer algo…

K: Espere, no salte a eso inmediatamente.

Naudé: Porque hemos visto que el desorden es la entidad.

K: ¿Comprendemos eso? No. ¿Comprendemos que el pensador es parte de esta conciencia y no una entidad separada exterior a esta conciencia? ¿Comprendemos que el observador, viendo el contenido, examinándolo, analizándolo, estudiándolo todo, es el contenido mismo? ¿Qué el observador es el contenido?

Naudé: Sí.

K: Formular una verdad es una cosa, pero comprenderla es otra.

Naudé: Eso es cierto. Pienso que no comprendemos totalmente el hecho de que no existe entidad separada de esta cosa que tratamos de cambiar.

K: Cuando hablamos de cambio ello parece sugerir que, dentro de la conciencia, existe una entidad separada capaz de producir una transformación.

Naudé: Pensamos que de algún modo podemos apartarnos de la confusión, mirarla y manipularla desde afuera. Siempre nos decimos: “Bueno, pese a todo, estoy aquí para hacer algo al respecto”. Y así escamoteamos más y más.

K: Creando más desorden, más confusión.

Naudé: Cambiamos de decorado y las cosas empeoran.

K: La conciencia del mundo es mi conciencia. En esa conciencia está contenida toda la conducta del hombre, la miseria humana, la crueldad, el daño; todas nuestras actividades están dentro de esa conciencia. Dentro de ella el hombre ha engendrado esta entidad que dice: “Yo estoy separado de mi conciencia”, el observador que dice: “Yo soy diferente de la cosa observada”. Y el pensador que dice: “Mis pensamientos son diferentes de mí”. En primer lugar, ¿es así?

Naudé: Todos creemos que las dos entidades son diferentes. Nos decimos “no debo estar irritado, no debo sufrir, debo mejorar, debo cambiarme a mí mismo”. Decimos esto tácita o concientemente todo el tiempo.

K: Porque pensamos que ambas entidades están separadas. Nosotros estamos intentando señalar que no lo están, que son una sola cosa, porque si no hay pensamiento no hay pensador.

Naudé: Eso es cierto.

K: Si no hay cosa observada, no hay observador.

Naudé: Hay cien observadores y cien pensadores en el curso del día.

K: Y yo pregunto, ¿es así? Observo a ese halcón de cola roja que va volando. Lo veo. Cuando observo ese pájaro, ¿estoy observando con la imagen que tengo de él, o simplemente observo? ¿Existe solo la pura observación? Si existe una imagen, lo cual significa palabras, recuerdos y todo lo demás, entonces hay un observador mirando pasar el pájaro. Si solo existe la observación, entonces no hay observador.

Naudé: ¿Quisiera usted explicar por qué hay un observador cuando miro al pájaro con una imagen?

K: Porque el observador es el pasado. El observador es el censor, el conocimiento acumulado, la experiencia, la memoria; ese es el observador; con eso él observa el mundo. El conocimiento que él acumuló es diferente del que acumuló otro observador.

Naudé: ¿Dice usted que la totalidad de esta conciencia – que constituye el problema – no es diferente del observador que la encara? Esto parecería llevarnos a un callejón sin salida, ya que la cosa que procuramos cambiar es la persona misma que procura cambiarla. La pregunta es, ¿entonces qué?

K: Justamente de eso se trata. Si el observador es lo observado, ¿cuál es la naturaleza del cambio en la conciencia? Es lo que intentamos descubrir. Comprendemos que debe haber una revolución radical en la conciencia. ¿Cómo ha de ocurrir esto? ¿Se hará por intermedio del observador? Cuando el observador está separado de aquello que observa, el cambio es entonces un mero truco de escamoteo con los diversos contenidos de la conciencia.

Naudé: Eso es verdad.

K: Ahora vayamos despacio. Uno se da cuenta de que el observador es lo observado, de que el pensador es el pensamiento; esto es un hecho. Detengámonos ahí por un instante.

Naudé: ¿Dice usted que el pensador es el conjunto de todos estos pensamientos que producen la confusión?

K: El pensador es el pensamiento, sea este uno solo o muchos.

Naudé: Pero hay una diferencia, porque el pensador piensa acerca de sí mismo como en una especie de entidad concreta y cristalizada. Aún en medio de esta discusión, el pensador se ve a sí mismo como la entidad concreta a la cual pertenecen todos estos pensamientos, toda esta confusión.

K: Esa entidad concreta, como usted dice, es el resultado del pensamiento.

Naudé: Esa entidad concreta es…

K: … Construida por el pensamiento.

Naudé: Construida por sus pensamientos.

K: Por el pensamiento, no “sus” pensamientos, por el pensamiento.

Naudé: Sí.

K: Y el pensamiento ve que debe haber un cambio. Esta entidad concreta, que es el resultado del pensamiento, espera cambiar el contenido.

Naudé: Que es ella misma.

K: Y así hay una batalla entre el observador y lo observado. La batalla consiste en tratar de controlar, cambiar, adaptar, reprimir, dar una nueva forma, todo eso: esa es la batalla que tiene lugar continuamente en nuestra vida. Pero cuando la mente comprende la verdad de que el observador, el experimentador, el pensador son el pensamiento, la experiencia, lo observado, ¿qué ocurre entonces, sabiendo uno que debe haber un cambio radical?

Naudé: Eso es un hecho.

K: ¿Y cuando el observador que desea cambiar se da cuenta de que él es parte de lo que ha de ser cambiado?

Naudé: Que él es, en realidad, un ladrón que pretende ser policía para atraparse a sí mismo.

K: Muy bien. ¿Entonces que ocurre?

Naudé: Usted ve, señor, que la gente no opina así; dice: “Ejercitando la voluntad he dejado de fumar, ejercitando la voluntad me levanté más temprano, bajé de peso y aprendí idiomas”; dice: “Yo soy el dueño de mi destino, yo puedo cambiar” Todos creen realmente esto. Cada cual cree que es capaz de ejercer la voluntad y actuar sobre su propia vida, sobre su conducta y sobre su pensar.

K: Lo cual quiere decir que uno ha de comprender el significado del esfuerzo, comprender qué es el esfuerzo y por qué existe en absoluto. ¿Es ese el modo de producir una transformación en la conciencia, por medio del esfuerzo, de la voluntad?

Naudé: Sí.

K: ¿Eso qué significa? Cambiar por medio del conflicto. Cuando opera la voluntad, ello es una forma de resistencia: vencer, reprimir, negar, escapar. Todo lo cual es voluntad en acción. Eso significa entonces que la vida es una constante batalla.

Naudé: ¿Quiere usted decir que todo se reduce a que un elemento en esta conciencia domina a otro?

K: Es obvio. Un fragmente domina a otro fragmento.

Naudé: Y por eso mismo el conflicto y el desorden continúan. Sí, esto es claro.

K: De modo que subsiste el hecho central: ha de haber una transformación radical de la conciencia y en la conciencia. Ahora bien, ¿cómo ha de producirse esto? Esa es la verdadera cuestión.

Naudé: Sí.

K: Lo hemos enfocado pensando que un fragmento es superior a los demás, a los otros fragmentos que están dentro del campo de la conciencia.

Naudé: Sí, así lo hemos pensado.

K: De modo que ese fragmento al que llamamos lo superior, la inteligencia, el intelecto, la razón, la lógica, etc., es el producto de los mucho otros fragmentos. Un fragmento ha asumido la autoridad sobre los otros. Pero sigue siendo un fragmento y, por lo tanto, hay una batalla entre él y los otros múltiples fragmentos. ¿Es posible entonces ver que esta fragmentación no resuelve nuestros problemas?

Naudé: Porque ella produce la división y el conflicto, lo cual era nuestro problema desde el principio.

K: Es decir, que cuando existe división entre hombre y mujer hay conflicto. Cuando existe división entre Alemania e Inglaterra o Rusia hay conflicto.

Naudé: Y todo eso es la división dentro de la conciencia misma. También el ejercicio de la voluntad sobre la conciencia es, asimismo, una división dentro de la conciencia.

K: Uno ha de estar libre, pues, de la idea de que por medio de la voluntad es posible cambiar el contenido. Es muy importante que eso se comprenda.

Naudé: Sí, que el ejercicio de la voluntad es meramente la tiranía de un fragmento sobre otro.

K: Eso es simple. Uno también se da cuenta de que estar libre del dominio de la voluntad, es estar libre de esta fragmentación.

Naudé: Pero las religiones del mundo han apelado siempre a la voluntad para llegar a algo o para hacer algo.

K: Sí. Pero nosotros estamos negando eso en su totalidad.

Naudé: Sí.

K: Entonces, ¿qué ha de hacer o no hacer la mente cuando ve que la voluntad no es el camino, que un fragmento imponiéndose a otro sigue siendo fragmentación y, en consecuencia, conflicto, y está por ello aún dentro del campo de la desdicha? ¿Qué ha de hacer una mente en esas condiciones?

Naudé: Sí, esta es realmente la pregunta.

K: Ahora bien, ¿hay algo que una mente así pueda hacer?

Naudé: Cuando usted dice eso, uno piensa: “Si nada hay por hacer, entonces el circo continúa”.

K: No, señor. ¡Mire! El circo continúa sólo cuando hay ejercicio de la voluntad.

Naudé: ¿Quiere usted significar que el circo acerca del cual hemos estado discutiendo y al cuál tratamos de cambiar es, de hecho, un producto de la voluntad?

K: Mi voluntad contra su voluntad, etc.

Naudé: Mi voluntad contra otra parte de mí mismo.

K: Y así sucesivamente.

Naudé: Mi deseo de fumar…

K: Exacto. Una mente que empieza diciendo: “Yo debo cambiar”, se da cuenta de que un fragmento afirmando que él debe cambiar, está en conflicto con otro fragmento, lo cual es parte de la conciencia. Se da cuenta de eso. Por lo tanto, también comprende que la voluntad, a la que el hombre se ha acostumbrado y que supone ser el único modo de producir un cambio…

Naudé: … No es el factor del cambio.

K: No es el factor del cambio. Por lo tanto, una mente así ha llegado a un nivel por completo diferente.

Naudé: Se ha desembarazado de muchos estorbos.

K: De una gran cantidad de desperdicios.

Naudé: Ha eliminado la división entre lo externo y lo interno, entre la conciencia y su contenido, entre la entidad conciente y la conciencia que le pertenece a ella y a los varios fragmentos. Y ha eliminado también la división entre los diferentes fragmentos dentro de esta conciencia.

K: ¿Qué ha ocurrido entonces? ¿Qué le ha ocurrido a la mente que ha visto todo esto? Y que lo ha visto no de un modo teórico, sino que realmente lo ha sentido y dice: “No más voluntad en mi vida”. Lo cual significa no más resistencia en mi vida.

Naudé: ¡Esto es extraordinario! Es como encontrarse un día con el cielo a sus pies. Un cambio como este es tan grande que resulta difícil predecir cual puede ser su alcance.

K: De eso se trata, ese es el punto. ¡Tal cambio ya ha ocurrido!

Naudé: Lo que usted dice es que no hay más dominio de la voluntad, no más esfuerzo, no más división entre lo interno y lo externo…

K: No más fragmentación dentro de la conciencia.

Naudé: No más fragmentación.

K: Es muy importante que se comprenda eso, señor.

Naudé: No más observador separado de lo que observa.

K: Lo cual quiere decir no más fragmentación en la conciencia. Y esto significa que la conciencia solo existe cuando hay conflicto entre fragmentos.

Naudé: No estoy seguro de haber comprendido eso. ¿La conciencia es sus fragmentos?

K: La conciencia es sus fragmentos y la conciencia es la batalla entre los fragmentos.

Naudé: ¿Quiere usted decir que los fragmentos existen solamente porque están en conflicto, en lucha? Cuando no luchan entre ellos, no son fragmentos, porque no actúan como partes. Cesa la acción de una parte sobre otra. Cuando usted dice fragmentación, eso es lo que quiere significar. Esa es la fragmentación.

K: Vea lo que ha ocurrido.

Naudé: Los fragmentos desaparecen cuando no actúan los unos contra los otros.

K: Naturalmente. Cuando Pakistán y la India…

Naudé: … No pelean más, no hay tal cosa como Pakistán y la India.

K: Naturalmente.

Naudé: ¿Dice usted que ese es el cambio?

K: Espere, todavía no lo sé. Vamos a investigarlo. Una mente humana ha comprendido que “yo” soy el mundo y que el mundo es lo que yo soy, que mi conciencia es la conciencia del mundo y que la conciencia del mundo soy yo mismo. Que el contenido de la conciencia con todas sus miserias, etc., es la conciencia misma, y que dentro de esa conciencia hay un millar de fragmentaciones. Que un fragmento de esos muchos fragmentos se convierte en la autoridad, el censor, el observador, el examinador, el pensador.

Naudé: El amo.

K: El amo. Y así él mantiene la fragmentación. ¡Vea la importancia de esto! En el momento que el asume la autoridad, él debe mantener la fragmentación.

Naudé: Sí, evidentemente, porque él es una parte de la conciencia actuando sobre el resto de la conciencia.

K: Por lo tanto él debe mantener el conflicto. Y el conflicto es la conciencia.

Naudé: Usted dijo que los fragmentos son la conciencia ¿y ahora dice usted que los fragmentos son en realidad el contenido?

K: Por supuesto.

Naudé: Los fragmentos son el conflicto. ¿No hay fragmento sin conflicto?

K: ¿Cuándo está activa la conciencia?

Naudé: Cuando está en conflicto.

K: Evidentemente. De otro modo hay libertad, libertad para observar. De manera que la revolución radical de la conciencia y en la conciencia tiene lugar cuando no existe conflicto en absoluto.

Malibú, California, 27 de Marzo de 1971.

la verdad y el sufrimiento

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 29/08/2004 13:26

JIDDU KRISHNAMURTI

EXTRACTOS 1

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Verdad y libertad
” La verdad es una tierra sin senderos. El hombre no puede acercarse a ella a través de ninguna organización, de ninguna secta, dogma, sacerdote o ritual, ni a través de algún conocimiento filosófico o técnica psicológica. Tiene que encontrarla a través del espejo de las relaciones, a través de los contenidos de su propia mente, de la observación y no a través del análisis intelectual o la disección introspectiva. El hombre ha construido en sí mismo imágenes como una valla de seguridad–religiosas, políticas, personales. Estas se manifiestan en forma de símbolos, ideas, creencias. La carga de estas imágenes domina el pensamiento del hombre, sus relaciones y su vida diaria. Estas imágenes son la causa de nuestros problemas ya que dividen a los hombres. Su percepción de la vida esta moldeada por conceptos ya establecidos en su mente. El contenido de su consciencia es su entera existencia. Este contenido es común en toda la humanidad. La individualidad es el nombre, la forma, la cultura superficial que él adquiere a través de la tradición y el ambiente. La unicidad del hombre no reside en lo superficial sino en la libertad absoluta del contenido de su consciencia, la cuál es común en todos los seres humanos. Así el no es un individuo.
“La libertad no es una reacción; no es una elección. Es la pretensión del hombre creer que por tener elección es libre. La libertad es pura observación sin dirección, sin miedo al castigo, sin recompensas. La libertad existe sin motivo; la libertad no está al final de la evolución del hombre sino que reside en el primer paso de su existencia. Al observar, uno comienza a descubrir la falta de libertad. La libertad se encuentra en una consciencia no escogida en nuestra existencia y actividad diaria. El pensamiento es tiempo.
“El pensamiento nace de la experiencia y el conocimiento, los cuales son inseparables del tiempo y el pasado. El tiempo es el enemigo psicológico del hombre. Nuestra acción se basa en el conocimiento y por tanto en el tiempo, así el hombre siempre es un esclavo del pasado. El pensamiento es siempre limitado, así que vivimos en constante conflicto y lucha. No hay evolución psicológica.
“Cuando el hombre se vuelva consciente del movimiento de sus propios pensamientos, verá la división entre el pensador y el pensamiento, el observador y lo observado, el experimentador y lo experimentado. Descubrirá que esa división es una ilusión. Sólo entonces hay pura observación en la que no existe sombra del pasado ni el tiempo. Este eterno “insight” trae consigo una profunda y radical mutación en la mente. “La negación total es la esencia de lo positivo. Cuando hay negación de todas esas cosas que el pensamiento ha ocasionado psicológicamente, solo entonces hay amor, que es compasióne e inteligencia.”
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Inteligencia y dignidad
“Pude que seáis capaces de leer las piezas de Bernard Shaw, de citar a Shakespeare, a Voltaire o algún nuevo filosofo. Pero si vosotras mismas no sois inteligentes, si no sois creadoras, ¿para qué sirve la educación? ¿No resulta importante, pues, que tanto los maestros como vosotros, estudiantes, averigüen, descubran, cómo se es inteligente?
Es obvio que la inteligencia os viene cuando no estáis atemorizados, cuando en vosotros no hay miedo. ¿Sabéis que es el miedo? El miedo surge cuando pensáis en lo que la gente pueda decir de vosotros, o en lo que puedan decir vuestros padres; cuando os critican, cuando se os castiga, cuando fracasáis en un examen, cuando no tenéis popularidad en vuestro medio. Gradualmente el miedo os invade, ¿verdad?

Es obvio, pues que el miedo es una de las barreras para la inteligencia, ¿no es cierto? ¿Y no es la esencia de la educación el libertar al estudiante –es decir, a vosotros y a mí– del miedo, y hacer que él se dé cuenta de las causas del miedo para que pueda vivir libre de temor? ¿No es acaso uno de los fines esenciales de la educación, desde la infancia hasta que os lanzáis al mundo, el de ayudarnos a ser libres para que podáis comprender el miedo y las causas del miedo?

Si uno tiene miedo carece de iniciativa. ¿Sabéis que es la iniciativa? ¿Resulta tan difícil describirlo? Tener iniciativa es hacer algo original de un modo espontaneo, natural, sin que a uno lo guíen, lo fuercen, lo controlen; hacer algo que amáis (…) Bien veis que si tenéis miedo, todo eso queda excluido, desaparece de vuestra vida. Si tenéis miedo, habréis por fuerza de seguir la tradición, a alguna persona, a algún “gurú” (guía espiritual). Cuando seguís la tradición, cuando seguís al marido o la esposa, vosotros –como individuos, como seres humanos– perdéis vuestra dignidad.”

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El miedo
“Vivir es encontrar por sí mismo lo que es verdad, y usted puede hacerlo sólo cuando hay libertad, cuando hay una continua revolución dentro de usted mismo… Sólo cuando usted está constantemente preguntando, constantemente observando aprendiendo es que se encuentra la verdad, Dios o el amor; y usted no puede preguntarse, observar, aprender; no puede estar profundamente atento, si tiene miedo. Así es que la función de la educación, ciertamente es erradicar interior y exteriormente ese miedo que destruye el pensamiento humano, la relación humana y el amor.”

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Verdad y sufrimiento
“En breve voy a explicar que la verdad puede ser entendida instantáneamente. No es cuestión de tiempo; no es cuestión de desarrollo ni de habito. La verdad sólo puede comprenderse directamente de inmediato, ahora, en el presente, no en el futuro; y ella puede ser comprendida, sentida, realizada, cuando existe la capacidad de escuchar directamente, de un modo abierto y con el corazón abierto.
Hay sufrimiento: político, social, religioso. Todo nuestro ser psicológico esta confuso, y todos los dirigentes, políticos, religiosos, nos han fallado. Todos los libros han perdido su significación. Podéis consultar el Bhagavad Gita o la Biblia, o el último tratado sobre política o psicología, y encontraréis que ellos han perdido ese sonido típico, esa cualidad de la verdad; se han vuelto meras palabras. Vosotros mismos, sois los repetidores de esas palabras, estáis confusos e inciertos, la simple repetición de palabras nada sugiere. Las palabras y los libros, por consiguiente, han perdido su valor. Es decir si citáis la Biblia, o a Marx, o el Bhagavad Gita, vuestra repetición se convierte en una mentira porque vosotros mismos estáis inciertos, confusos.

El conocimiento propio no puede realizarse mientras no haya meditación. Porque la meditación es un proceso de constante revelación de todo pensamiento y todo sentimiento; no es la fijación en determinada imagen o idea, sino una constante percepción, una constante comprensión, de todo pensamiento y sentimiento a medida que surge. (…) Mientras no haya conocimiento propio, la multiplicación y reproducción de nuestros problemas continuará. Por eso es que el individuo tiene enorme significación. Porque él es el único transformador; sólo él puede revolucionar su vida de relación, y por consiguiente causar una revolución en el mundo, en el mundo de su relación.” 

¿Como es posible relajarse con la certeza de la muerte?

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 05/09/2004 1:32

¿Cómo es posible relajarse con la certeza de la muerte?

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Pregunta: ¿Cómo es posible relajarse con la certeza de la muerte ?
Osho:

Primero, es posible relajarse sólo cuando la muerte es una certeza. Relajarse es difícil cuando las cosas son inciertas. Si sabes que morirás hoy, todo el miedo a la muerte desaparecerá. ¿Cuál es la razón de perder el tiempo? Tienes que vivir un día; vive tan intensamente como te sea posible. Vive tan totalmente como te sea posible.

Sucedió realmente que a un hombre le dijo su doctor: «Tienes sólo seis meses más de vida, ni un sólo día más, así que si quieres terminar todo, termínalo. Si has querido hacer algo, hazlo».

El hombre era muy rico y siempre había tenido la idea de recorrer el mundo y visitar todos los lugares hermosos, pero siempre surgían problemas y esto hacía que siempre lo estuviera posponiendo. Ahora no tenía tiempo para postergarlo. Ordenó que le hicieran bonitos vestidos. La gente no sabía que fuese tan extravagante. Comía la mejor comida, compró la mejor casa de la ciudad, cerró todos sus negocios ¿Qué necesidad había de mantenerlos? Durante seis meses tuvo más de lo que deseaba; pudo vivir como un rey.

Fue alrededor del mundo visitando todos los sitios bonitos, toda la gente hermosa del mundo. De hecho, simplemente se olvidó de morir. En el momento en que regresó a su casa, habían pasado seis meses hacía ya mucho tiempo. Fue al doctor a agradecérselo.

El doctor le dijo: «¿Todavía estás vivo? ¿Cómo lo lograste? Porque la enfermedad era tan grave que tenías que morir en seis meses».

El hombre le dijo: «Una vez que tuve la seguridad de que iba a morir, la muerte ya no fue un problema sino una certeza. Tenía seis meses para vivir, así que quería vivir tan multidimensionalmente como fuese posible y por vivir tan totalmente y tan intensamente, quizás me olvidé de morir en el momento adecuado». El doctor lo examinó. Su enfermedad había desaparecido. ¡Esos seis meses habían sido de tal relajación, profundidad y de una alegría tan festiva.

que la enfermedad desapareció!

La certeza de la muerte es una de las cosas más afortunadas. Y la muerte nunca ha sido tan segura; tan segura para toda la Humanidad. De hecho, la gente debe dejar de crear materiales de guerra. En lugar de pelear con sus vecinos, deben comenzar a cantar y bailar con ellos. El tiempo es tan corto que no puedes hacer frente a la lucha. La gente debe olvidar todas sus diferencias de religión y comunismo, socialismo y fascismo. Todas esas diferencias son buenas cuando tienes suficiente tiempo, pero el tiempo es muy corto. No puedes afrontar todas esas diferencias de ser cristiano, hindú o musulmán.

Sólo la falta de tiempo y la certeza de una muerte global puede traer una transformación. Quizás te encuentres en la misma situación que este hombre, que el mundo no se divida más en naciones, que no se divida más en religiones, luchando continuamente, y comencemos por primera vez a disfrutar juntos de este hermoso planeta.

Puede que la muerte no llegue, la muerte no puede llegar a la gente que vive muy intensamente y muy profundamente. Y aún, si llega, estas personas que han vivido totalmente le dan la bienvenida, porque es un gran alivio. Están cansadas de vivir, han vivido tan totalmente, tan intensamente, que la muerte llega como un amigo. Así como la noche llega después de todo un día de intenso trabajo como una gran relajación, como un hermoso sueño, igual lo hace la muerte. La muerte no tiene nada de feo; no puedes encontrar nada más limpio.

Si el miedo a la muerte aparece, quiere decir que hay unas pocas aberturas que no se han llenado con el vivir. Así que todos esos miedos a la muerte son muy indicativos y de mucha ayuda; te muestran que tu danza tiene que ir un poco más rápida, que tienes que quemar la antorcha de tu vida por ambos lados a la vez.

Danza más rápido de modo que el bailarín desaparezca y sólo la danza permanezca.

Entonces no hay posibilidad de que ningún miedo a la muerte te visite. Si estás totalmente en el aquí-ahora, ¿quién se preocupa por el mañana? El mañana se cuidará a sí mismo. Jesús estaba en lo cierto cuando rezaba a Dios: «Señor, dame el pan de cada día». No estaba ni siquiera preguntando por el mañana, simplemente el hoy es suficiente en sí mismo. Y tienes que aprender que cada momento tiene una consumación.

El miedo de tener que dejarlo todo viene sólo porque no estás viviendo completamente el momento; de otra forma no hay tiempo y no hay muerte y no hay espacio.

De hecho, mi continuo énfasis en que existe una posibilidad de que todo este mundo se destruya es para ayudarte a vivir intensamente, ahora mismo, porque puede que no exista ningún mañana.

Estás en una situación muy especial de la historia de la Humanidad. La gente siempre tenía tiempo para posponer; tú no lo tienes. Tu situación es única. Usala; no para preocuparte, porque esto no apartará al mundo de su final. Usa todo el tiempo que te queda para vivir tan profundamente que diez años equivalgan casi a cien.

Una vez se le preguntó a un mercader: «¿Cuántos años tienes?» Y él dijo: «Trescientos sesenta años».

El hombre no lo podía creer. Le dijo: «Por favor, repítelo. Quizás no lo haya oído muy bien».

El mercader gritó y dijo: «Trescientos sesenta años».

El hombre le respondió: «Perdóname, pero no lo puedo creer. ¡No aparentas más de sesenta!».

El mercader dijo: «Tienes razón. En lo que concierne al calendario, tengo sesenta años. Pero en lo que concierne a mi vida, he vivido seis veces más que ningún otro. En sesenta años, he procurado vivir trescientos sesenta años».

Depende de la intensidad.

Existen dos maneras de vivir. Una es como el búfalo; vive horizontalmente, en una sola línea. La otra forma es la de un Buda. Vive verticalmente, en altura y en profundidad. Entonces, cada momento puede volverse una eternidad. Y, a menos que aprendas el arte de transformar cada momento en una eternidad, no has estado conmigo; te lo has perdido.

El mundo puede terminar, puede que no termine, esto no me importa. Pero sigo insistiendo en que finalizará por una sencilla razón: para despertarte. Y no pierdas tu tiempo en trivialidades, pero vive, canta, baila, ama tan totalmente y tan rebosante como seas capaz; y ningún miedo interferirá y no te preocupará lo que vaya a pasar mañana. El hoy es suficiente en sí mismo. Vívelo, es tan amplio; no deja espacio para pensar en nada más. Si no lo vives, surgen las preocupaciones, surgen los miedos.

No soy solamente yo el que está enfatizando el hecho de que el mundo está llegando a su fin. Es sólo una coincidencia que junto con mi insistencia, la situación del mundo es la prueba de lo que estoy

estoy diciendo. Pero Jesucristo, hace dos mil años, dijo lo mismo; Gautama el Buda, hace veinticinco siglos, dijo lo mismo.

Es un viejo ardid para despertarte. A menos que sepas que tu casa se está quemando, no saldrás de ella corriendo. Y Jesús y Gautama el Buda lo usaron como un ardid sin ninguna realidad correspondiente.

También lo estoy usando como un ardid, pero no es sólo un ardid. Por primera vez, el mundo está realmente en posición de cometer un suicidio global.

Tú sencillamente vive, ama y haz de cada momento un profundo éxtasis.

Todos los miedos desaparecerán. Y si toda la Humanidad me escucha, quizás el mundo no se acabe, quizás podamos continuar. El viejo hombre puede morir y un hombre totalmente nuevo, con nuevos valoress, puede surgir para reemplazarlo.

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Osho: El Futuro de Oro, 24 de Mayo de 1987, por la mañana

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