ven y sigueme (parte tres) Osho

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 19/03/2005 10:28

CAPÍTULO 6

EL LUJO DE DIOS

¿Para qué es necesario el secreto en las relaciones Maestro discípulo y en las relaciones humanas corrientes?
El ser tiene dos lados, el exterior y el interior. El exterior puede ser público, pero el interior no puede serlo. Si el interior se vuelve público, perderás tu alma, perderás tu rostro original. Entonces vivirás como si no tuvieras ser interior. La vida se volverá monótona, fútil. Esto le ocurre a la gente que lleva una vida pública: políticos, actores de cine. Se vuelven públicos, pierden su ser interior completamente, no saben quiénes son, excepto por lo que el público dice de ellos. Dependen de la opinión de los demás, no tienen un sentido de su propio ser.
Una de las actrices más famosas, Marilyn Monroe, se suicidó, y los sicoanalistas han estado cavilando acerca del motivo que tuvo para hacerlo. Fue una de las mujeres más bellas que nunca han existido, una de las que más éxito tuvo. Hasta el Presidente de Estados Unidos, Kennedy, estaba enamorado de ella, y tuvo otros miles de amantes. Uno no puede imaginar qué más se puede tener. Ella lo tenía todo.
Pero ella era pública, y lo sabía. Hasta en su cámara de amor, cuando el Presidente Kennedy estaba allí, ella solía llamarle Señor Presidente como si no estuviera haciendo el amor a un hombre, sino que a una institución.
Ella era una institución. Poco a poco se dio cuenta de que no tenía nada privado. Una vez alguien le preguntó ella recién había posado desnuda para un calendario, y alguien le preguntó: “¿Tenías algo puesto mientras posabas para el calendario?”.
Ella contestó: “Sí, tenía algo puesto. La radio”.
Expuesta, desnuda, sin un yo privado. Mí sensación es que se suicid6 porque éste era el único acto que podía hacer en privado. Todo era público, aquello fue lo único que pudo hacer por sí misma, sola; algo absolutamente intimo y secreto. Las figuras públicas siempre se sienten atraídas hacia el suicidio, porque sólo a través del suicidio pueden vislumbrar quiénes son.
Todo lo que es hermoso es interior, e interior significa privacidad. ¿Has observado cómo las mujeres hacen el amor? Siempre cierran los ojos. Ellas saben algo. Un hombre hace el amor con los ojos abiertos, es también un observador. No está completamente involucrado en el acto, no está totalmente en él. Actúa como un mirón, como si otra persona estuviera haciendo el amor y él estuviera observando, como si el acto amoroso estuviera ocurriendo en la TV o en una película. Pero una mujer es más sabia, porque está en una sintonía más delicada con lo interior. Ella siempre cierra los ojos. Entonces, el amor tiene una fragancia totalmente diferente.
Haz esto alguna vez: haz correr el agua del baño, y entonces enciende y apaga la luz. Cuando esté oscuro, oirás más claramente el sonido del agua al caer, el sonido será agudo. Cuando la luz esté encendida, el sonido no será tan agudo. ¿Qué es lo que sucede en la oscuridad?
En la oscuridad, todo lo demás desaparece, porque no puedes ver. Estás solo con el sonido. Por ese motivo, en todos los buenos restaurantes se evita la luz, se evita la luz intensa. Hay luz de velas. Cuando un restaurante está iluminado con velas, el sabor es más profundo, comes bien y saboreas más. La fragancia te rodea. Si la luz es muy brillante, el sabor se escapa. Los ojos hacen que todo se vuelva público.
En la primera frase de su Metafísica, Aristóteles afirma que la vista es el más alto sentido del hombre. No lo es. De hecho, la vista se ha convertido en algo demasiado dominante. Ha monopolizado todo el yo, y ha destruido a todos los otros sentidos. Su Maestro el Maestro de Aristóteles, Platón afirma que hay una jerarquía en los sentidos: la vista al principio, el tacto al final. Está absolutamente equivocado. No hay jerarquía. Todos los sentidos están al mismo nivel, y no debería haber ninguna jerarquía. Pero vives a través de los ojos: el ochenta por ciento de tu vida está orientada a los ojos. No debería ser así; hay que restablecer un equilibrio. También deberías tocar, porque el tacto tiene algo que los ojos no pueden dar. Pero inténtalo: intenta tocar a la mujer que amas o al hombre que amas con luz brillante, y después tócalo en la oscuridad. En la oscuridad, el cuerpo se revela; en la luz brillante, se esconde.
¿Has visto los cuadros de cuerpos femeninos de Renoir? Tienen algo milagroso en ellos. Muchos pintores han pintado el cuerpo femenino, pero no hay comparación con Renoir. ¿Cuál es la diferencia? Todos los demás pintores han pintado el cuerpo femenino tal como aparece a los ojos. Renoir lo ha pintado como lo sienten las manos; por lo tanto, el cuadro tiene calor, cercanía y vida.
Cuando tocas, algo muy cercano sucede. Cuando ves, algo está muy lejos. En la oscuridad, en secreto, en privado, se revela algo que no puede ser revelado abiertamente en el mercado. Otros están viendo y observando; algo en tu profundidad se encoge, no puede florecer. Es tal como si pusieras las semillas sobre la tierra, para que todo el mundo las mire. Nunca brotarán. Necesitan ser colocadas profundamente dentro del útero de la tierra, en profunda oscuridad, donde nadie pueda verlas. Ahí empiezan a brotar, y nace un gran árbol.
Tal como las semillas necesitan oscuridad y privacidad dentro de la tierra, todas las relaciones que son profundas e íntimas permanecen en el interior. Necesitan privacidad, necesitan un sitio donde sólo ellos dos existen. Entonces llega un momento en que incluso esos dos se disuelven, y sólo uno existe.
Dos amantes profundamente compenetrados el uno con el otro, se disuelven. Sólo uno existe. Respiran juntos, están juntos; existe una unión. Esto no sería posible si hubiera observadores. Nunca serían capaces de dejarse ir si otros estuvieran mirando. Los mismos ojos de los demás crearían la barrera. Por lo tanto, todo lo que es bello, todo lo que es profundo, sucede en la oscuridad.
En las relaciones humanas corrientes, la privacidad es necesaria. Y cuando preguntas acerca de la relación entre un Maestro y su discípulo, es necesaria aún más privacidad, porque es una transmisión de la más alta energía posible al hombre. Es la más alta cima de amor, donde un hombre se vierte a sí mismo en otro, y el. otro se transforma en un útero receptivo. Incluso una ligera alteración alguien mirando bastará para transformarse en obstáculo.
El secreto tiene su propia razón de existir. Recuerda eso, y recuerda siempre que te comportarás muy estúpidamente en la vida si llegas a ser completamente público. Será como si alguien volviera sus bolsillos al revés. Esa será tu forma como bolsillos vueltos al revés. No hay nada malo en ir hacia afuera; pero recuerda que ésa sólo es una parte de la vida. No debería llegar a convertirse en la totalidad.
No estoy hablando de moverse en la oscuridad para siempre. La luz tiene su propia belleza y su propia razón. Si la semilla permanece en la oscuridad para siempre, y nunca sale a recibir el sol de la mañana, morirá. Tiene que ir a la oscuridad para brotar, para reunir fuerzas, para vitalizarse, para renacer, y después tiene que salir y enfrentarse al mundo y a la luz, las tormentas y las lluvias. Tiene que aceptar el desafío del exterior.
Pero ese desafío sólo puede ser aceptado si estás profundamente enraizado en tu interior. No estoy diciendo que se vuelvan escapistas, no estoy diciendo que cierren los ojos, que se vuelquen hacia adentro y nunca salgan. Estoy simplemente diciendo: ve hacia adentro, para que puedas salir con energía, con amor, con compasión. Ve hacia adentro, para que cuando salgas no seas un mendigo, sino un rey; ve hacia adentro, de modo que cuando salgas tengas algo que compartir: las flores, las hojas.
Ve a tu interior, para que tu salida se vuelva más rica, y no se empobrezca. Y recuerda siempre que cuando te sientas exhausto, la fuente de energía está adentro. Cierra tus ojos y sumérgete en tu interior.
Establece relaciones externas; y establece también relaciones internas. Naturalmente que siempre habrán relaciones externas te mueves en el mundo, habrá relaciones de negocios pero eso no debería ser todo. Tienen que tener su parte, pero debe haber algo absolutamente secreto y privado, algo que puedas llamar tuyo.
Eso es lo que le faltó a Marilyn Monroe. Ella fue una figura pública exitosa; y, sin embargo, un total fracaso. Cuando estaba en la cumbre de su éxito y fama, se suicidó. El por qué se suicidó sigue siendo un enigma. Tenía todos los motivos para vivir; no puedes imaginar más fama, más éxito, más carisma, más belleza, más salud. Todo estaba ahí, nada podía ser mejorado, y aún así, algo faltaba. El interior, lo interno, estaba vacío. El suicidio es, entonces, el único camino.
Puede que no tengas el valor suficiente como para suicidarte como Marilyn Monroe. Puedes ser muy cobarde y suicidarte en forma muy lenta puedes demorarte setenta años en llevarlo a cabo. Pero aún así será un suicidio. A menos que tengas algo en tu interior que no dependa en nada de lo externo, que sea sólo tuyo un mundo, un espacio propio donde puedas cerrar los ojos y moverte, donde puedas olvidar que todo lo demás existe te estarás suicidando.
La vida surge de esa fuente interior y se extiende al cielo exterior. Tiene que haber un equilibrio –yo siempre estoy por el equilibrio. Así que no diré, como Mahatma Gandhi, que tu vida debería ser un libro abierto no. Algunos capítulos abiertos, de acuerdo. Y algunos capítulos completamente cerrados, en total misterio. Sí sólo eres un libro abierto, serás una prostituta, estarás de pie en la plaza del mercado, desnudo, sólo con la radio puesta. No, no es así como debe ser.
Si el libro entero está abierto, serás sólo el día sin la noche , sólo el verano sin el invierno . Entonces, ¿dónde descansarás y dónde te centrarás y adónde te refugiarás? ¿Dónde irás cuando el mundo sea demasiado para ti? ¿Dónde irás a orar y a meditar? No, mitad y mitad es perfecto. Deja la mitad de tu libro abierto abierto a todo el mundo, al alcance de todo el mundo y deja que la otra mitad de tu libro sea tan secreto que sólo a invitados especiales se les permita entrar.
Sólo rara vez se le permite a alguien entrar en tu templo. Así es como debería ser. Si la multitud está entrando y saliendo, el templo deja de ser un templo. Puede ser la sala de espera de un aeropuerto, pero no puede ser un templo. Sólo rara vez, muy rara vez, permites a alguien que entre en tu yo. Eso es el amor.
A veces me pregunto qué es lo que estoy haciendo aquí, sentado frente a ti. Y entonces, de repente eres demasiado para mí, demasiada luz y amor. Sin embargo, quiero dejarte. ¿Me puedes explicar esto?
Sí. Esta pregunta le sucederá a todos, un día u otro.
¿Qué estás haciendo aquí? La pregunta surge porque yo no enfatizo la acción; te estoy enseñando la no acci6n. La pregunta es relevante. Si estuviera enseñándote a hacer algo, la pregunta no surgiría, porque estarías ocupado. Si vas a ver a otra persona hay mil y un ashrams en el mundo, en donde te enseñarán a hacer algo. No te dejarán desocupado en absoluto, porque piensan que una mente desocupada es el taller del diablo.
Mi comprensión es total y diametralmente opuesta.

Cuando estás absolutamente vacío, Dios te llena. Cuando estás desocupado, sólo entonces eres. Tus actos ocurren sólo en la periferia. Todos los actos están en la periferia; buenos y malos, todos. Si eres un pecador, estás en la periferia; si eres un santo, también estás en la periferia. Para hacer el mal tienes que salirte de ti mismo; para hacer el bien también tienes que salirte de ti mismo.
La acción es externa, la no acción es interna. La no acción es tu yo privado, la acción es tu yo público. No les estoy enseñando a ser santos; de ser así, habría sido muy fácil: no hagas esto, no hagas aquello; modifica sólo la periferia, modifica tus actos.
Estoy intentando algo totalmente diferente, una mutación no un cambio de una parte de la periferia a otra parte de la periferia, sino una transmutación desde la periferia hacia el centro. El centro está vacío, absolutamente vacío. Ahí, tu eres. Hay ser, no hacer.
Esto necesariamente te pasará a veces: sentado ante mí, te preguntarás qué es lo que estás haciendo aquí. Nada; no estás haciendo nada aquí. Estás aprendiendo a sólo ser, no a hacer cómo no hacer nada: sin acción, sin movimiento … como si todo se detuviera, como si el tiempo se detuviera. Y en ese instante de no movimiento estás en sintonía con el presente, estás en sintonía con Dios.
Los actos se convierten en parte del pasado. Los actos pueden ocurrir en el futuro, pueden ocurrir en el pasado; pero Dios está siempre en el presente. Dios no tiene pasado ni futuro. Y Dios no ha hecho nada; cuando piensas que El ha creado el mundo, estás creando su imagen según tu propio criterio. No puedes quedarte sin hacer nada te vuelves demasiado inquieto, esto te hace sentir demasiado incómodo así que también has concebido a Dios como un creador.
No sólo como un creador: los Cristianos dicen que durante seis días El creó, y que al séptimo día descansó: unas vacaciones. La Biblia dice que Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza. La verdad parece ser exactamente la opuesta: el hombre ha creado a Dios a su imagen y semejanza. Dado que no puedes permanecer desocupado, piensas. ¿qué haría Dios si no estuviese creando al mundo? Y debido a que te cansas haciendo cosas, piensas que Dios también debe haberse cansado después de seis días así que al séptimo día, El descansó.
Esto es sólo antropomórfico. Estás concibiendo a Dios tal como te imaginas a ti mismo. No, Dios no ha creado el mundo; el mundo surge de su no actividad, el mundo surge de su no acción. El mundo es un florecimiento de Dios, tal como un árbol lo es.
¿Crees que un árbol está creando las flores esforzándose mucho, haciendo ejercicios, planeando, interrogando a los expertos? El árbol no está haciendo nada en lo absoluto. El árbol está ahí, absolutamente desocupado. En ese estado de desocupación, la flor florece por sí sola. Y recuerda, si algún día los árboles se vuelven locos tan locos como lo es el hombre y empiezan a tratar de producir las flores, las flores dejarán de brotar. No surgirán, porque siempre surgen sin esfuerzo.
Observa a una flor: ¿puedes ver algo de esfuerzo en ella? El ser mismo de una flor es tan carente de esfuerzo; simplemente se abre. Pero no podemos concebirlo. Los pájaros cantando por la mañana; ¿crees que van a aprender con Ravi Shankar? ¿Crees que están haciendo algo cuando en la mañana empiezan a cantar? No, nada de eso. Sale el sol, y la canción surge de su vaciedad. El milagro más grandioso en el mundo es que Dios ha creado sin hacer absolutamente nada. Es algo que sale de la nada.
He estado leyendo acerca de Wagner, un compositor y gran músico alemán. Alguien le preguntó a Wagner: “¿Puedes revelar el motivo por el cual creaste tan bella música y cómo lo hiciste?”.
Wagner contestó: “Porque era desgraciado”. Dijo: “Si hubiese sido feliz, no hubiera escrito ni siquiera una nota”. Y agregó: “La gente, desgraciada tiene que llenar su vida con imaginación, porque a su realidad le falta algo”. Y tiene razón, en muchos sentidos. Gente que nunca ha amado escribe poesía acerca del amor. Es un sustituto. Si el amor se ha presentado de verdad en la vida, ¿quién va a molestarse en escribir poesía acerca de él? Uno mismo sería el poema; no sería necesario escribirlo.
Wagner dijo: “Los poetas escriben acerca del amor porque el amor se les ha escapado”. Y después formuló una declaración tremendamente significativa. Dijo: “Y creo que Dios creó al mundo porque era desgraciado”. Una gran comprensión pero este descubrimiento viene al caso para el hombre, no para Dios.
Si me preguntas a mí, Dios creó al mundo en primer lugar, El no es un creador, sino creatividad; pero para usar la vieja expresión Dios creó al mundo, no porque El fuera infeliz, sino porque era tan feliz que su abundancia desbordó; El tenía demasiado.
El árbol no está floreciendo en el jardín porque sea desgraciado. La flor sale solamente cuando el árbol tiene demasiado que compartir y no sabe qué hacer con ello. La flor es un desborde. Cuando el árbol no está bien alimentado, sin suficiente agua, cuando no ha recibido la cuota correcta de luz del sol, de cuidados y amor, no florece, porque el florecimiento es un lujo. Sólo sucede cuando tienes demasiado, más de lo que necesitas. Cuando sea que tienes demasiado, ¿qué es lo que haces? Se transformará en un peso, será una carga; tienes que dejarla ir. El árbol brota y florece; su momento de lujo ha llegado.
El mundo es el lujo de Dios: un florecimiento. El tiene tanto; ¿qué hacer con ello? Lo comparte, lo tira, comienza a expandirse, comienza a crear.
Pero recuerda siempre: El no es un creador de la misma forma que el pintor que pinta. El pintor está separado de la pintura. Si el pintor muere, la pintura seguirá viviendo. Dios es un creador como un bailarín lo es: el baile y el que baila son uno solo. Si el bailarín se detiene, la danza se detiene.
No puedes separar el baile del bailarín, no puedes decirle al bailarín: “Dame tu danza para llevármela a casa. Estoy dispuesto a adquirirla”. La danza no puede ser adquirida. Es una de las cosas más espirituales del mundo, porque no puede ser comprada. No puedes irte con ella, no puedes transformarla en una mercancía. Cuando el bailarín está bailando, está allí; cuando el bailarín se ha detenido, desaparece como si nunca hubiera existido .
Dios es creatividad. No es que El creara algo en el pasado y después se detuviera y descansara. ¿Y qué ha estado haciendo desde entonces? No; El está creando continuamente. Dios no es un acontecimiento, es un proceso.
No es que El creara en una ocasión y después se detuviera. En ese caso, el mundo estaría muerto. Está creando continuamente, tal como los pájaros cantan y los árboles florecen y las nubes se mueven en el cielo. El está creando y no necesita tomarse ningún descanso, pues la creatividad no es un acto; no puedes cansarte. Surge de Su nada.
A esto nos referimos en el Oriente cuando decimos que Dios es vacío. Sólo la nada puede ser infinita; cualquier objeto será, necesariamente, finito. Só1o de la nada es posible una infinita expansión de vida, de existencia de ninguna otra cosa. Dios no es alguien; El es nadie, O, más correctamente, una nadiedad. Dios no es algo; El es nada, o, aún más correctamente, ninguna cosa, ningún objeto. El es un vacío creativo lo que Buda ha llamado sunya. El es un vacío creativo.
¿Qué es lo que les estoy enseñando? Les estoy enseñando lo mismo: llegar a ser vacíos creativos, no activos, que se deleiten sólo siendo. Por ese motivo, la pregunta aparecerá necesariamente en la mente de todo el mundo, tarde o temprano. Preguntas: “A veces me pregunto qué es lo que estoy haciendo aquí”. Tu duda es correcta: aquí no estás haciendo nada. Tu mente puede entregar respuestas, pero no les prestes atención. Escucha mi respuesta. Aquí no estás haciendo nada; no te estoy enseñando a hacer algo. Tu mente puede decir que estás aprendiendo a meditar: estás haciendo meditación, yoga, esto y aquello; o estás tratando de obtener la iluminación, el satori, el samadhi puras tonterías.
Esta es tu mente proporcionando respuestas, porque la mente es un ejecutor, la mente no puede permanecer inactiva. La mente crea una actividad tras otra. Obtener dinero; si has acabado con eso, entonces obtener meditación pero obtener. Obtener algo, hacer algo.
Te asustas cuando no estás haciendo nada, porque entonces te encuentras de improviso con el vacío creativo. Ese es el rostro de Dios. Estás en un caos, estás cayendo en un abismo infinito y no puedes ver el fondo. No hay un fondo.
Sentado ante mí, ¿qué es lo que estás haciendo? Sólo estar sentado. Eso es lo que zazen significa. En Zen, a la meditación la llaman “zazen”. Zazen significa sólo sentarse, sin, hacer nada. Si sólo puedes estar sentado cerca de mí, eso es suficiente, más que suficiente; nada más es necesario. Si sólo puedes estar sentado sin hacer nada ni siquiera fabricar pensamientos o sueños si sólo puedes estar sentado cerca de mí, eso lo hará todo.
“De repente eres demasiado para mí”, dices. Sí; si sólo te sientas, seré demasiado porque si sólo estás sentado, estaré repentinamente fluyendo dentro de ti. Si sólo estás sentado, inmediatamente tomarás consciencia de la luz y del; amor, y entonces dirás: “Quiero dejarte”, porque temes al amor y a la luz.
Te has convertido en un habitante de la oscuridad. Has vivido en la oscuridad durante tanto tiempo que tus ojos tienen miedo. No importa lo que digas que te gustaría vivir en la luz tus hábitos profundamente enraizados se encogen y dicen: “¿Dónde vas?”. Tienes una gran inversión en la oscuridad.
Todo tu conocimiento está relacionado con la oscuridad. En la luz, serás absolutamente ignorante. Toda tu sabiduría y experiencia surgen de la oscuridad; en la luz te encontrarás desnudo. Todo lo que sabes pertenece a la oscuridad; en la luz, estarás como un bebé inocente, como un niño pequeño, sin saber nada.
Han vivido en la esclavitud y ahora temen ser libres. Hablan acerca de la libertad y de moksha la libertad absoluta , pero si te observas a ti mismo, te darás cuenta de que siempre que la libertad se cruza en tu camino, huyes. Te asustas. Quizás hablas de la libertad sólo para engañarte a ti mismo; quizás es un sustituto, el sustituto del que habla Wagner.
Estás esclavizado; nunca has conocido la libertad. Hablas de la libertad, cantas canciones de libertad, y a través de esas canciones obtienes una engañosa satisfacción como si hubieras llegado a ser libre. Es como si hubiera libertad. Pero conmigo no va a ser como si, va a ser una realidad. La realidad te asusta.
Pides y pides amor, pero cuando éste llega, huyes, porque el amor es peligroso. Una de las cosas más peligrosas de la vida es el amor. La mente puede consolidarse con el matrimonio, pero no con el amor.
La mente siempre quiere ley, no amor. La mente siempre ama el orden, no el caos que el amor supone. La mente quiere permanecer segura, y el amor es la inseguridad más grande con la que puedas cruzarte. Siempre que el amor llega, te asustas hasta tus mismas raíces, te agitas y tiemblas, porque ese amor, si le permites entrar dentro de ti, destruirá tu mente. La mente dice: ” ¡Huye! Huye de inmediato!”. La mente está tratando de salvarse.
Has vivido en un contacto demasiado profundo con la mente, y te has apegado demasiado a ella. Crees que todo lo que dice la mente es correcto; confías en que todo lo que para la mente es seguridad, es seguridad para ti. Ahí está todo el malentendido. La muerte de la mente será vida para ti, y la vida de la mente no es otra cosa que la muerte para ti.
La identidad tiene que romperse. Tienes que llegar a darte cuenta de que no eres la mente. Sólo entonces puedes estar cerca de mí, sólo entonces desaparecerán los esfuerzos por marcharte y escapar. De lo contrario, puedes encontrar razones para marcharte, pero todas esas razones serán falsas. La verdadera razón será ésta: que no fuiste capaz de dejar entrar la luz, que no fuiste capaz de dejar que el amor entrara y destruyera tu mente, destruyera tu ego y te diera un renacer.
Tu enseñanza parece ser: ser absolutamente uno mismo. Esto me sobrepasa. ¿Cómo puede uno ser uno mismo si uno no es uno mismo?
Déjame formularte otra pregunta: ¿Cómo puedes no ser tú mismo? Puedes creerlo, pero no puedes ser otro que tú mismo. Puedes creer que eres otra persona, puedes imaginar que eres otro, pero todo el tiempo eres sólo tú mismo, nadie más.
Por lo tanto, el que creas o no que eres tú mismo no tiene importancia. Todo el tiempo sigues siendo tú mismo. Puedes seguir corriendo y cazando sombras, pero un día u otro tendrás que darte cuenta de que sólo has estado haciendo algo absurdo.
¿Cómo puedes ser otro que tú mismo? ¿Cómo? Me preguntas: “¿Cómo puede uno ser uno mismo?”
Yo te pregunto, ¿cómo puede uno ser otro que uno mismo? y en mi pregunta está la respuesta. Nadie ha sido nunca otro que el que es; nadie puede ser otra cosa que el que es. Ser uno mismo es la única manera de ser; nada se puede hacer al respecto.
Puedes creer … es tal como si durmieras en la noche en Poona y soñaras que estás en Filadelfia. Eso no supone ningún cambio en la realidad. Sigues estando en Poona aquí, en alguna parte de Mobo’s. Permaneces en Poona; Filadelfia sigue siendo un sueño. Por la mañana no despertarás en Filadelfia, recuérdalo. Despertarás en Mobo’s, en Poona. ¡Por triste que sea, pero así será! Nada se puede hacer al respecto; a lo más puedes soñar de nuevo con Filadelfia.
Ustedes son dioses. Esa es su realidad. Pueden creer … han creído muchas cosas. A veces creyeron que eran un árbol muchos árboles todavía creen eso. A veces creíste que eras un animal: un tigre, un león. Hay algunas personas que pertenecen al Club de Leones: León Bhabhutmal Sanghvi. No les basta ser hombres: ¡leones! A veces creíste que eras un león, y entonces fuiste un león: un sueño. A veces creíste que eras una roca, y fuiste una roca: un sueño. Has estado cambiando tus sueños.
Ahora, el momento ha llegado. ¡Despierta! Recuerda esto: no te estoy dando otro sueño. Ansías eso, te gustaría que te proporcionara otro sueno, pero no te voy a dar otro sueño. Por eso, estar conmigo es arduo y difícil: porque insisto en que despiertes. Ya es suficiente. Has soñado muchísimo; desde la eternidad has estado soñando. Sólo has estado cambiando los sueños. Cuando te cansas de un sueño, empiezas a cambiarlo; sueñas otro sueño. Me esfuerzo en sacudirte, en sobresaltarte…en despertarte.

No se trata de lograr algo nuevo. Ya es tu ser. Sólo abrir los ojos, sólo tirar los sueños a un lado, sólo tirar a un lado las nubes y la visión. Es cuestión de claridad y comprensión, eso es todo. Entre tu ser y el de Jesús, entre tu ser y el mío, entre tu ser y el de Buda, no hay diferencia ninguna. Eres exactamente igual. La diferencia, a lo sumo, consiste en que tú estás dormido y Jesús no lo está, eso es todo.
Por lo tanto, no me preguntes cómo ser uno mismo; no puedes ser de otra manera. Sólo pregúntame como estar despierto. ¡Eres tú mismo todo el tiempo! Sólo debes estar un poco más alerta, tan sólo trae una nueva cualidad de consciencia despierta sólo observa. No trates de ser nada, porque con eso tendrás otro sueño. Sólo observa: quien quiera que seas, donde quiera que estés, sólo observa, y sé … y permite que ocurra. Entonces sucede, sucede de improviso, puede suceder en cualquier momento. Los cielos pueden abrirse y el espíritu de Dios, a modo de paloma, puede entrar en ti.
En realidad, ésta es sólo una forma de decir algo que no puede decirse. También puede expresarse al revés. Déjame decirlo: que cuando Juan el Bautista inició, bautizó a Jesús Jesús se abrió y el espíritu de Dios, a modo de paloma, salió de él y voló hacia el cielo infinito. Esa es exactamente la misma verdad. Es sólo una manera de expresarlo desde dos extremos.
Son dioses, y nunca han sido otra cosa. Por eso, no me preocupo si quieren dormir un poco más. No importa; la elección es tuya. Puedes dormir un poco más, darte la vuelta y dormir un poco más; roncar un poco más no pasa nada malo. Pero no trates de mejorar, no trates de obtener nada. No trates de llegar a ser nada, porque ¡ya eres lo que puedes llegar a ser! El ser es tu única realización, llevas tu destino dentro de ti mismo. Relájate … y sé.

Ven y sigueme (parte cuatro) Osho

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 19/03/2005 10:38

CAPÍTULO 8

DIOS: LA SINTESIS SUPREMA

¿Cómo puede alguien establecer un puente entre la duda y la confianza si ha sido entrenado toda su vida para analizar, cuestionar y dudar?
La duda es hermosa en sí misma. El problema surge cuando te quedas estancado en ella. Entonces, la duda se convierte en muerte. El análisis es perfecto si te mantienes separado y apartado de él. El problema surge si te identificas con él. Entonces, el análisis se convierte en parálisis.
No te sientas desgraciado si sientes que has sido entrenado para analizar, cuestionar y dudar. Duda, analiza, cuestiona, pero permanece separado. Tú no eres la duda, Usala como una metodología, como un método.
Si el análisis es un método, entonces la síntesis también es un método. El análisis, en sí, es la mitad. A menos que se complemente con la síntesis, nunca será la totalidad. Y tú no eres ni análisis ni síntesis eres sólo una consciencia trascendental.
Preguntar es bueno; pero una pregunta es, obviamente, sólo la mitad: la respuesta será la otra mitad. La duda es buena, pero es sólo una parte; la confianza es la otra parte.
Permanece separado. Cuando digo “permanece separado”, quiero decir: permanece separado, no sólo de la duda, sino también de la confianza. Esta también es un método; uno tiene que usarla. No deberías permitir que ella te use es así que surge una tiranía.
Puede haber tiranía de la duda o de la confianza. La tiranía de la duda te dejará inválido; nunca te será posible dar un solo paso, porque la duda estará en todas partes. ¿Cómo puedes hacer algo mientras la duda esté ahí? Te dejará paralizado. Y si la confianza se transforma en una tiranía …
Y puede llegar a eso: para millones se ha transformado en una tiranía. Las iglesias, los templos, las mezquitas, están llenas de aquellos para los cuales la confianza se ha transformado en una tirana. Entonces no te da ojos: te ciega. Es así que la religión se convierte en una superstición.
Si la confianza no es un método y estás identificado con ella, la religión se convierte en superstición y la ciencia en tecnología. Entonces la pureza de la ciencia se pierde y la pureza de la religión también se pierde. Recuerda esto: la duda y la confianza son como dos alas. Usa ambas. Sin embargo, tú no eres ninguna de las dos.
Un hombre con discernimiento, un hombre sabio, usará la duda si su búsqueda guarda relación con la materia. Si su búsqueda guarda relación con lo exterior, con el otro, usará la duda como un método.. Si su búsqueda se dirige hacia lo interno, hacia sí mismo, entonces usará la confianza. La ciencia y la religión son dos alas.
En la India hemos cometido una tontería. Ahora el Occidente está cometiendo otra. En la India, hemos tratado de vivir sólo con la confianza: de ahí la pobreza, el hambre, la miseria. El país entero es como una herida, sufriendo continuamente. Y el sufrimiento se ha prolongado tanto que la gente hasta se ha acostumbrado a él, lo han aceptado tan profundamente que han llegado a no sentirlo. Están casi muertos; van a la deriva, no están vivos.
Esto ha sucedido debido a la tiranía de la confianza. ¿Cómo puede un pájaro volar sólo con un ala?
En Occidente, está ahora ocurriendo otra tiranía: la tiranía de la duda. Funciona perfectamente bien en lo que concierne a la investigación objetiva; piensas acerca de la materia, la duda es necesaria: es un método científico. Pero cuando empiezas a entrar hacia lo interno, simplemente no funciona; no encaja. Ahí, la confianza es necesaria.
El hombre perfecto es un hombre que mantiene profunda armonía entre la duda y la confianza. Un hombre perfecto te parecerá inconsistente, pero no es inconsistente. Es simplemente armonioso las contradicciones se disuelven en él. Usa todo.
Si tienes dudas, úsalas para la investigación científica. Y observa a los grandes científicos: cuando llega el momento en que alcanzan la edad de la comprensión y la sabiduría, cuando llega el momento en que el entusiasmo juvenil ya no existe y la sabiduría se instala, siempre tienen una profunda confianza. Eddington, Einstein, Lodge no estoy hablando de científicos mediocres, éstos no son científicos en absoluto pero todos los grandes pináculos de la ciencia son muy religiosos. Ellos confían porque han conocido la duda, han usado la duda, y han llegado a comprender que ésta tiene sus limitaciones.
Es tal como: mis ojos pueden ver y mis oídos pueden oír. Si trato de oír con mis ojos, va a resultar imposible, y si trato de ver por mis oídos, resultará imposible. El ojo tiene sus propias limitaciones, el oído tiene sus propias limitaciones. Son expertos, y todo experto tiene sus limitaciones.
El ojo puede ver y es bueno que sólo pueda ver, porque si el ojo pudiera hacer muchas cosas, no seria tan eficiente para ver. En el ojo, toda la energía se convierte en vista, y toda la energía del oído se vuelca en la audición.
La duda es un experto. Funciona si estás investigando respecto al mundo. Pero si empiezas a preguntarte acerca de Dios a través del mismo método estarás usando un método equivocado. El método es perfectamente adecuado para el mundo, para el mundo de la ley; pero no es adecuado para el mundo del amor. Para el mundo del amor, la confianza es necesaria.
No hay nada malo en la duda: no te preocupes por eso. Usala bien, úsala de manera correcta. Si la usas correctamente y bien, llegarás a comprender algo: llegarás a dudar de la duda misma. Verás: llegarás a dudar de la duda. Verás dónde funciona y dónde no funciona. Cuando alcanzas esa comprensión, se abre la puerta de la confianza.
Si estás entrenado para el análisis bien. Pero no te quedes preso de él, no permitas que esto se convierta en una esclavitud. Permanece libre para poder sintetizar también, porque si sigues y sigues analizando y nunca sintetizas, llegarás a lo más minúsculo, pero nunca alcanzarás lo absoluto.
Dios es la síntesis suprema; el átomo, el análisis supremo. La ciencia llega al átomo; sigue analizando, dividiendo, hasta que finalmente llega a la parte más minúscula, que ya no puede ser dividida. Y la religión llega a Dios: va añadiendo, sintetizando. Dios es la síntesis suprema; no se le puede añadir nada más. Es ya lo absoluto. Nada existe más allá. La ciencia es atómica; la religión es absoluta. Usa ambas.
Siempre estoy a favor de que uses todo lo que tienes. Incluso si tienes algún veneno, diré: “Guárdalo, no lo tires”. En alguna circunstancia puede servir de medicina depende de ti. Puedes suicidarte con el mismo veneno, y con el mismo veneno puedes ser salvado de la muerte. El veneno es el mismo; el uso adecuado produce la diferencia.
Todo depende del uso adecuado. Por lo tanto, cuando vayas al laboratorio, utiliza la duda; cuando vengas al templo, utiliza la confianza. Permanece flexible y libre, de modo que cuando vayas del laboratorio al templo, no te lleves el laboratorio contigo. Entonces, podrás entrar en el templo totalmente libre del laboratorio: puedes orar, danzar, cantar. Y cuando vuelvas al laboratorio, deja atrás el templo, porque bailar en el laboratorio será muy absurdo: puedes destruir cosas.
No será apropiado que lleves al templo la cara seria que usas en el laboratorio. Un templo es una celebración ; un laboratorio es una investigación. La investigación tiene que ser seria; la celebración es un juego. Te deleitas en ella, te conviertes nuevamente en un niño. Un templo es un sitio para convertirse en niño nuevamente, una y otra vez, de modo que nunca pierdas contacto con tu fuente original. En el laboratorio, eres un adulto; en el templo, eres un niño. Y Jesús dice: “El reino de Dios es para aquellos que son como niños”.
Recuerda siempre no negar nada de lo que Dios te ha dado ni siquiera la duda. Debe ser El quien te la ha dado, y debe haber una razón detrás, porque nada se da sin motivo. Debe haber un uso destinado para ella.
No deseches ninguna piedra, porque muchas veces ha sucedido que la piedra que fue desechada por los constructores llegó a ser, finalmente, la piedra angular del edificio.

La Biblia emplea la palabra “arrepentíos”. A veces, tú la traduces como retorno”, otras como “responde” y otras veces la dejas como “arrepiéntete”. ¿Cambias el significado según tu necesidad?
No estoy hablando de la Biblia, en absoluto. Estoy hablando acerca de mí. No estoy limitado por la Biblia; no soy esclavo de ninguna escritura. Soy totalmente libre, y me conduzco como un hombre libre.
Amo la Biblia, su poesía, pero no soy un Cristiano. Ni tampoco soy un Hindú, ni un Jain. Soy simplemente yo. Amo la poesía, pero la canto a mi manera. Yo y no la Biblia soy quien finalmente decide dónde debo enfatizar qué cosa.
Amo su espíritu, no su letra. Y la palabra que traduzco a veces como “arrepiéntete”, otras como “retorna”, y otras como “responde”, significa las tres cosas. Esa es la belleza que tienen las viejas lenguas. Sánscrito, Hebreo, Árabe: todas las viejas lenguas son poéticas. Cuando utilizas una lengua poética, ésta significará muchas cosas. Dice más de lo que las palabras contienen, y puede ser interpretada de muchas maneras. Tiene muchos niveles de significado.
A veces la palabra significa “arrepentirse”. Cuando estoy hablando acerca del pecado y uso la palabra “arrepentirse”, quiere decir “arrepentirse”. Cuando digo que Dios te está llamando, la palabra “arrepentirse” significa “responde”, significa “responsabilidad”. Dios ha preguntado tú respondes. Y cuando digo que el reino está a tu alcance, la palabra significa “retorna”.
Los tres significados están ahí. La palabra no tiene una dimensión: tiene tres dimensiones. Todas las viejas lenguas son tridimensionales. Las lenguas modernas son unidimensionales, porque nuestro énfasis no está en la poesía, sino en la prosa.
Nuestro énfasis no está en los significados múltiples, sino en la exactitud. La palabra debe ser exacta: debiera significar sólo una cosa, para que no haya confusión. Y eso es bueno. Si estás escribiendo respecto a la ciencia, el lenguaje tiene que ser exacto; de lo contrario, la confusión es posible.
Sucedió en la Segunda Guerra Mundial: el general americano escribió una carta al Emperador del Japón antes de Hiroshima y Nagasaki. La carta estaba en inglés; fue entonces traducida al japonés, que es más poético, más florido y una palabra quiere decir muchas cosas.
Cierta palabra fue traducida de cierta manera. También podía haberse traducido de otra manera; dependía del traductor. Ahora han estado investigando el asunto, y han llegado a la conclusión de que si hubiesen optado por traducirla mediante la otra alternativa posible, no habría habido Hiroshima ni Nagasaki.
El general americano quiso decir otra cosa; pero, tal como fue traducido, parecía un insulto. El Emperador del Japón simplemente se negó a responder; era demasiado insultante. Y así sucedieron Nagasaki e Hiroshima: la bomba atómica tuvo que ser arrojada.
Si el Emperador hubiera respondido la carta, Hiroshima y Nagasaki no habrían sido necesarias. Sólo una palabra traducida de manera diferente y cien mil personas murieron en unos minutos, en unos segundos. Muy costoso: sólo por una palabra. Las palabras pueden ser peligrosas.
En política, en ciencia, en economía, en historia, las palabras debieran ser lineales, unidimensionales. Pero si todo el lenguaje se vuelve unidimensional, la religión se resentirá mucho, la poesía se resentirá mucho, el romance se resentirá mucho. En poesía, la palabra debiera ser multidimensional, debiera significar muchas cosas, de modo que la poesía tenga profundidad y puedas seguir y seguir y seguir.
Esa es la belleza de los viejos libros. Puedes leer el Gita todos los días, puedes leer los evangelios todos los días, y cada vez puedes encontrarte con un significado nuevo y fresco. Puede que hayas leído el mismo párrafo mil veces, y nunca antes se te había ocurrido que éste podía ser el significado. Pero esta mañana ocurrió, estabas en un estado de ánimo diferente. Estabas contento, fluido: surgió un nuevo significado. En otra ocasión, no estás tan contento ni tan fluido, y el significado cambia. El sentido cambia dependiendo de ti, según tu estado de ánimo y clima.
Llevas un clima interno que varía constantemente, tal como el clima externo. ¿Lo has observado? A veces estás triste y miras a la luna y la luna parece triste, muy triste. Estás triste, y una fragancia te llega desde el jardín, y parece muy triste. Miras las flores: más que hacerte feliz, te ponen melancólico.
Y entonces, en otro momento, estás feliz, vivo, fluido, sonriente: la misma fragancia llega y te rodea, baila a tu alrededor y te hace tremendamente feliz. La misma flor… y cuando la ves abrirse, algo también se abre en ti. La misma luna, y no puedes creer cuánto silencio y cuánta belleza desciende sobre ti.
Hay una profunda participación: se transforman en compañeros en un profundo misterio. Pero depende de ti. La luna es la misma, la flor es la misma: depende de ti.
Las viejas lenguas son muy fluidas. En Sánscrito hay palabras… una palabra puede tener doce significados. Puedes jugar con ella., y te revelará muchas cosas. Cambiará junto contigo, siempre se ajustará a ti. Es por ese motivo que las grandes obras de la literatura clásica son eternas. Nunca se agotan.
Pero el periódico de hoy no tendrá valor mañana, porque su significado no tiene vitalidad. Simplemente, dice lo que dice; no hay nada más en él. Parecerás un tonto si lo lees mañana. Es prosa común; te da información, pero no tiene profundidad, es plana.
Dos mil años han pasado desde que habló Jesús, y sus palabras están tan vivas y frescas como nunca. Nunca van a envejecer. No envejecen, permanecen frescas y jóvenes. ¿Cuál es su secreto?
El secreto consiste en que significan tantas cosas que siempre puedes encontrar una nueva puerta en ellas. No es un departamento de un solo cuarto. Jesús dice: “La casa de mi Dios tiene muchas mansiones”. Hay muchas puertas, y siempre hay nuevos tesoros por ser revelados, por ser descubiertos. Nunca te encuentras de nuevo con el mismo paisaje. Tiene una cierta infinidad.
Por eso, siempre estoy cambiando. Sí, cambio el significado cuando quiero. Pero ésa es la forma en que el mismo Jesús lo ha hecho.
Es mucho lo que se ha perdido al traducir la Biblia del Hebreo al inglés. Al traducir el Gita a las lenguas modernas, es mucho lo que se ha perdido. Al traducir el Corán, toda la belleza se ha perdido, porque el Corán es poesía. Es algo que deberías cantar, es algo con lo cual deberías bailar. No es prosa. La prosa no es el estilo de la religión; la poesía lo es.
Recuerda esto siempre, y no te limites. Jesús es vasto, y la Biblia inglesa es muy pequeña. Puedo entender lo reacios que son algunos viejos autores respecto a que sus libros se traduzcan. Esto tiene una profunda significación.
Puedes traducir prosa; no hay problema. Puede que resulte difícil traducir a cualquier lengua un libro sobre la teoría de la relatividad, pero la dificultad no es la misma que existe con la Biblia, el Gita o el Corán. Puede ser traducido, nada se perderá; no tiene poesía.
Pero cuando traduces poesía, es mucho lo que se pierde, porque cada lengua tiene su propio ritmo, cada lengua tiene sus propias formas de expresión. Cada lengua tiene su propio compás y música; no puede ser traducida a otra lengua. Se perderá esa música, se perderá ese ritmo. Tendrás que reemplazarlas por otro ritmo y otra música.
Por lo tanto, es posible: la poesía corriente se puede traducir. Pero cuando la poesía es realmente extraordinaria, de otro mundo… cuanto más grande y profunda es, más difícil resulta casi imposible.
Yo trato a Jesús como a un poeta. Y lo es. Van Gogh ha dicho respecto a él que es el artista más grandioso que haya pisado la tierra. Y lo es. Habla con parábolas y con poesía, y quiere decir muchas más cosas de lo que sus palabras pueden expresar. Permíteme que te transmita la sensación de esa infinidad de significados.
La poesía no es tan clara no puede serlo. Es un misterio. Es muy temprano por la mañana; por todas partes ves una bruma fresca, acaba de nacer. Pero hay nubes, no puedes ver muy lejos. No hay necesidad; la poesía no es para lo lejano. Te da una percepción para mirar lo cercano, lo próximo y lo íntimo.
La ciencia investiga e investiga lo lejano; la poesía sigue revelando, de una nueva manera, lo íntimo, lo cercano, aquello que siempre has conocido, aquello que es familiar: el mismo sendero que has estado pisando toda tu vida. La poesía revela el mismo sendero pero con un nuevo matiz, un nuevo color, una nueva luz. Eres repentinamente transportado a un nuevo plano.
Trato a Jesús como a un poeta. Y esto ha sido muy malinterpretado. La gente le sigue tratando como a un científico. Están locos si le tratan como a un científico. Entonces parecerá absurdo; todo el asunto parecerá milagroso. Si en esas condiciones quieres creer en él, tienes que ser muy supersticioso. O tienes que deshacerte de él completamente: el bebé junto con el agua del baño.
El es tan absurdo. Puedes creer en él, pero tienes que creer muy ciegamente. Esa creencia no puede ser natural, espontánea. Tienes que forzarla. Tienes que creer por creer, y tienes que forzarte a ti mismo. O bien, tienes que alejarte completamente. Ambas actitudes son erróneas. Debieras amar a Jesús, no creer en él. No hay necesidad de pensar en pro o en contra de él.
¿Has observado? nunca piensas en pro o en contra de Shakespeare. ¿Por qué? Nunca piensas en pro o en contra de Kalidas. ¿Por qué? Nunca piensas en pro o en contra de Rabindranath. ¿Por qué? Porque sabes que son poetas. Disfrutas con ellos, no estás ni en pro ni en contra.
Pero con Jesús, Krishna, Buda, piensas en pro o en contra, porque crees que están polemizando. Déjame decirte esto: no están argumentando. No tienen tesis que probar, no tienen dogma. Son grandes poetas: más grandes que Rabindranath, más grandes que Shakespeare, más grandes que Kalidas, porque lo que les ha ocurrido a Rabindranath, Kalidas y Shakespeare es sólo un vislumbre. Lo que les ha pasado a Jesús, a Krishna, a Buda, es una comprensión.
Lo que para un poeta es un vislumbre, para un místico es una realidad. Ellos han visto. No sólo visto -han tocado. No sólo tocado han vivido. Es una experiencia vivida.
Siempre considéralos como grandes artistas. Un pintor simplemente pinta un cuadro; un poeta simplemente escribe un poema… un Jesús crea un ser humano. Un poeta cambia un lienzo: era llano, corriente, pero su toque lo hace precioso. Pero, ¿no puedes acaso ver que Jesús toca a gente muy corriente un pescador, Simón llamado Pedro él le toca, y por su mero contacto este hombre es transformado en un gran apóstol, un gran ser humano? Surge una cima, se abre una profundidad. Este hombre ya no es corriente. Era sólo un pescador que arrojaba su red al mar; y hubiera hecho esto toda su vida quizás por muchas vidas y nunca hubiera pensado, imaginado, soñado, lo que Jesús transformó en realidad.
En la India, tenemos un mito acerca de una piedra llamada paras. La piedra paras es alquímica. Tocas hierro con la paras y se convierte en oro. Jesús es un paras. Toca metal corriente, e inmediatamente el metal es transformado: se convierte en oro. Transforma seres humanos corrientes en deidades, y no ves el arte en ello. No es posible concebir arte más grande.
Para mí, los evangelios son poéticos. Si hablo de nuevo acerca del mismo evangelio, no diré lo mismo, recuerda. No sé en qué estado de ánimo, en qué clima, estaré entonces. No sé por qué puerta entraré entonces. Y la casa de mi Dios tiene muchas mansiones. No es finita.

Ayer, después del discurso, me acerqué al pequeño Siddhartha en la fuente. Habiendo leído lo que habías dicho acerca de él que es uno de los antiguos me incliné, le miré a los ojos y le dije: “Bhagawn me dijo quién eres ” El sonrió, me miró profundamente a los ojos, y dos veces me tiró agua sobre la cabeza. Entonces me golpeó suavemente en la cabeza y me dijo en voz baja: “Cállate”. Hubo un silencio. Fue algo muy hermoso.

Debió serlo. Te bautizó con el agua. Fue un bautismo. Y é! es muy inocente; más que Juan el Bautista. Su inocencia es muy espontánea.
Deberías inclinarte ante él con más frecuencia. Y deberías permitirle que te tirara agua y te golpeara más.
Y cuando él diga: “Cállate”, cállate y permanece en silencio.
Es un niño tremendamente hermoso.
Cuando reflexiono acerca de la persecución de Cristo hace dos mil años, siento que en el intertanto no ha cambiado mucho la actitud de la gente hacia un Mesías vivo que se encuentre entre ellos. La sospecha, el cinismo y la desconfianza parecen predominar, al igual que entonces. ¿Puede acaso ocurrir que algún día tú también seas perseguido por el sistema? Mirando al auditorio, me imagino que puedo señalar a Tomás el dubitativo, a Simón, Pedro, a María Magdalena, incluso a Judas y al resto de la pandilla. ¿Podría ser ésta una representación en vivo?

El libro del patio amarillo

EL LIBRO DEL PATIO AMARILLO

Cl?sico tao?sta de los siglos IV-V
( trad. del chino : Patrick Carré versi?n al castellano de Montse Bofill )

LIBRO EXTERNO

1

Tranquilamente sentado, el Viejo Maestro
compuso estos hept?metros
En los que explica el cuerpo
y los dioses.
En lo alto est? el patio amarillo
abajo, el principio de los pasos ;
Detr?s se levantan las sombr?as torres ;
delante, las puertas del destino.
Respirad la vacuidad :
entraréis en el campo de cinabrio.
Que el agua pura del estanque de jade
riegue la ra?z m?gica.
El muchachito en quien los reales se juntan
traga la saliva del embri?n.
Si os ejercit?is en ello verdaderamente,
podréis existir durante largo tiempo.

2

El ser verdadero del Patio Amarillo
est? vestido de vermell?n.
Al principio de los pasos, la varilla macho
del cerrojo conjunta los dos batientes.
Entre las sombr?as torres trepando
a alturas vertiginosas,
Esencia y aliento son sutiles
en el campo de cinabrio.
La tierra fertiliza con agua pura
del estanque de jade.
Ra?z m?gica firme y dura :
vejez sin decrepitud.

3

El estanque central alberga un gentilhombre
vestido de rojo y vermell?n.
Tres pulgadas por debajo del campo
son lugares habitados por dioses.
Cerrad herméticamente el espacio
que separa el dentro del fuera :
En la choza de los dioses,
trabajad para reformaros.
El misterioso pecho y el canal del aliento
acojen el talism?n de la esencia.
Apresuraos a refozar vuestra simiente
si queréis preservaros.

4

En el coraz?n del palacio est? un gentilhombre
siempre vestido de carmes?.
Si consegu?s verlo,
venceréis la enfermedad.
De través, Largo-de Un-Pie
ci?e el est?mago.
Si consegu?s guardarlo,
dejaréis atr?s el sufrimiento.
Respirad en la choza :
saldaréis cuentas con vosotros mismos.
Protegedla en su integridad y su firmeza :
recibiréis sus bendiciones.
En el coraz?n de vuestra pulgada cuadrada
escondedlo con cuidado y veneraci?n.
Con la vuelta de la esencia y del esp?ritu,
rejuveneceréis al envejecer.
La obra de las sombr?as torres
es derrame y fin.
Alimentad vuestro ?rbol de jade
y tallad de él un bast?n para la vejez.

5

La v?a suprema no es dif?cil
pero ignora las aproximaciones.
La terraza m?gica se hunde en el cielo
y se inclina sobre el erial central.
En el centro de la pulgada cuadrada,
se llega bajo las torres gemelas.
En la habitaci?n de jade
se abre la puerta de los dioses.
Todas estas cosas me han sido ense?adas
por el Pr?ncipe de los Dioses.

6

La sala de las luces llega a los cuatro horizontes
a la manera de la fuente de los mares.
El hombre real Cinabrio Hijo
est? delante de m?.
En el coraz?n de los tres pasos,
esencia y aliento son profundos.
Vosotros, los que aspir?is a la Inmortalidad,
cultivad el Monte-Caos.

7

Al templo carmes?
por los doce niveles del pabell?n doble.
En la habitaci?n de rub?,
los cinco colores se re?nen.
El hijo del dios rojo
se levanta en el estanque central.
Bajo él : la larga muralla,
el valle misterioso y la ciudad.
Los secretos de la longevidad se reducen
a los ardores de la alcoba.

8

Renunciad al deseo l?brico
concentrando vuestra esencia.
En el campo de una pulgada, el palacio de un pie,
es posible regular la propia vida.
Atad vuestros largos chorreos,
el coraz?n apacible y sereno.
Contemplad vuestro pensamiento, y vuestro esp?ritu
jugar? con las tres maravillas m?gicas.
Paz supema del coraz?n
en el colmo de la ociosidad.

9

Continuad en la habitaci?n de jade :
la divina claridad la invadir?.
A cada instante, evocad el granero supremo
y no tendréis m?s hambre ni sed.
Llamad a las Seis Ding,
que se acerquen las j?venes diosas !
Cerrad las puertas de vuestra esencia
y viviréis mucho tiempo.

10

En la c?mara derecha
los dioses tienen su estancia.
Purificad vuestro coraz?n, controlaos
y no os manchéis en absoluto.
Tened una clara visi?n de vuestra cinco v?sceras :
conoceréis sus menstruaciones.
Restaurados, vuestros seis recept?culos
inmaculados parecen seda blanca.

Vacuidad y espontaneidad
son las causas de la V?a.

11

Entre las cosas, hay una espont?nea :
el Tao no es dif?cil.
Ofrenda de no-actuar sobre las palmas abiertas :
para la paz del cuerpo.
Un cuerpo vac?o donde no hay nada :
ocio natural del esp?ritu.
Estallido de calma y silencio
cuando la boca se calla.
Solo y uno mismo para reparar la armon?a :
palacio del hombre real.
Desapegado, sin deseos :
paseo por el jard?n de la virtud.
Puras, suaves, inmaculadas,
persisten las chicas de jade.
Cultivad la virtud : la claridad invadir?
las puertas de la V?a.

12

Para obrar en la V?a, disfrutad de la vida
en la soledad.
Sustentad lo natural y lo vital
preservando la vacuidad.
Desapegados, en pleno no-actuar,
cu?les ser?an vuestras preocupaciones ?
Cuando vuestras alas sean perfectas
ser?n espesas y vastas.
Viviréis mucho tiempo una eterna juventud,
después, levantaréis el vuelo.

13

Entremezcl?ndose, los cinco elementos
comparten ra?z y nudos.
Los tres cinco juntan su aliento :
lo esencial al uno fundamental.
Quién los acompa?a ? La Osa,
el Sol y la Luna.
Besad la perla, el jade perfecto :
la armon?a reina en vuestra habitaci?n.
Cuando pod?is guardar el uno,
todo asunto llegar? a su fin.
Vosotros est?is provistos de él de forma natural :
guardadlo sin perderlo.
Si queréis no morir,
escondedlo en la c?mara de oro.

14

Sale el Sol, entra la Luna :
he aqu? mi V?a.
El cielo, siete, la tierra, tres,
que guarde la inversi?n.
Sube, baja, avanza y retrocede :
el uno se une al nueve.
Dispersos guijarros de jade :
he aqu? mi tesoro.
Vosotros también sois ricos de ello :
por qué no lo protegéis ?
Habiendo comprendido la ra?z y la base,
el coraz?n nutre la espléndida floraci?n.
Obedeced al cielo y a la tierra
escondiéndolo en el océano de los alientos.
En siete d?as,
regreso cumplido : uni?n.
Sobre la esencia del Monte-Caos
no os confundiréis m?s.

15

La monta?a de las Nueve Fuentes
se alza tan alto !
All? vive un ser real
dispuesto a ejecutar vuestras ?rdenes.
Al abrigo del templo p?rpura,
en el piso de los muros cinabrinos ;
Entre el Sol y la Luna
parecen perlas fugaces.
Diez mil a?os de resplandeciente claridad :
aquellos tiempos ignoran los c?lculos.
Sobre la base exterior de los tres yang,
la cosa viene por s? misma.
Alimentad en vosotros los tres divinos
y viviréis mucho tiempo.
Las almas espirituales quieren subir al cielo
y las sensitivas sumergirse en el abismo.
Que estas almas inviertan sus alientos
siguiendo la via de la espontaneidad !
M?s de uno, entonces, concretando la perla,
consolidar? su ra?z m?gica.

16

Esfera armilar y perlas suspendidas
giran sin fin.
Cerradura de jade y llave de oro :
cuerpo intacto y fuerte.
Apoyados en la tierra, dad vueltas al cielo
cumpliendo una revoluci?n
A imagen de las cuatro estaciones,
y enrojeced como cinabrio.

Delante : elevado ; detr?s : bajo.
Cada uno su puerta.
Volved a acompa?ar al cinabrio volcado
y confiadlo a la fuente de los misterios.
Imitad a la tortuga al conducir vuestros alientos
hasta la ra?z m?gica.

17

En el centro est? un ser real
peinado con un turbante de oro.
Cubierto con una armadura, apretando un talism?n,
él abre las siete puertas.
He aqu? lo que no es en absoluto hoja o rama
sino, realmente, ra?z.
Pensad en ello noche y d?a,
y perduraréis.

18

Los Inmortales humanos y los adeptos del Tao
niegan la existencia de los dioses.
Acumulad vuestra esencia, amontonad vuestro aliento :
os convertiréis en reales.
Todos los hombres comen cereales
cediendo a los cinco sabores.
S?lo yo me alimento de los alientos
yin y yang de la armon?a suprema.
No podré morir jam?s,
como el cielo interminable.

19

Intentemos expicar las leyes
propias de cada v?scera.
El coraz?n es el due?o del reino,
el rey de las cinco v?sceras.
El pensamiento que se mueve y se para en él,
el aliento que le acompa?a.
La V?a : preservar naturalmente,
los rayos de mi divina claridad.
Yo he perforado mi esencia florida,
armonizo yin y yang.
Durante el d?a, cuantas luces !
En la noche, se conserva por s? solo.
Sedientos, tendréis bebida ;
hambrientos, seréis hartados.
Recorred los seis recept?culos
y escondeos en mao y you.
Desviad el yin del yang
y ocultadlo en el nueve.
Expertos en este arte,
ignoraréis el envejecer.

20

El aliento del h?gado resplandece,
largo y afilado.
Debidamente ordenadas, las cinco v?sceras
producen tres rayos de luz.
En lo alto, se unen al triple calentador ;
abajo, a la escarcha de jade.
Mi divino y mis almas
se encuentran en medio.
Fuente que brota, la saliva
disipa los perfumes y los miasmas.
Se levanta contra el tap?n invertido,
y la sala de las luces la contiene.
El fagor del trueno
reverbera en ecos.
A la izquierda mao y a la derecha you :
he aqu? mi tesoro.
Posternado a las puertas del misterio,
esperad la via del cielo.
Est? muy cercana. Solo queda
guardarla de forma natural.
A lo divino le gusta fijarse
en lo puro y en el no-actuar.
Esencia y dios suben y bajan :
claras son sus razones.
Libremente circulad sobre la via del cielo
– hierba de larga vida.
Recorred los siete orificios :
ignoraréis la vejez.
Volved a sentaros a las puertas del cielo
y esperad yin y yang.
Volved a bajar por la garganta
para entrar en la divina claridad.
Pasad bajo los doseles floridos,
donde se est? puro y fresco.
Arrojaos al abismo claro y fr?o :
veréis mi forma.
Si consegu?s volver al cinabrio
podréis vivir mucho tiempo.
Abajo est? el estanque florido
donde la esencia de los ri?ones se emite.
Se alza hasta la sala de las luces
y llega al campo de cinabrio.
Obrad de modo que los dioses
abran las puertas del destino.
Progresad en la v?a del cielo
hasta la ra?z m?gica.
Yin y yang desfilar?n
como estrellas fugaces.

21

El aliento de los pulmones
se eleva en el triple calentador.
Posternaos a las puertas del cielo
y esperad la antigua v?a.
Los licores puros de la fuente exquisita
impregnan los seis recept?culos.
Sube y baja por las narices.
las orejas lo saben.
Observad el cielo y la tierra :
preservad al muchachito.
El armonioso equilibrio de las esencias tornasoladas
inhibe los cabellos y la dentadura.
Tenéis un aspecto radiante
sin recorrer a ninguna droga.
Esto vuelve a descender por la garganta
en forma de gotitas de lluvia
Que los dioses reunidos
recogen juntos.
M?s abajo, en el templo carmes?,
un resplandor purp?reo se extiende.
Sumergios en el dosel florido
hasta la divina choza.
No guardéis m?s que el coraz?n o su dios :
se interpelar?n.
Contemplando mi divina claridad,
aparto a los demonios.
Encontrad al dios de vuestro bazo,
os habréis reunido con la gran familia.
Id después hasta el tubo del est?mago :
entrad en la vacuidad.
Escoded la ra?z m?gica y cultivadla
para que nunca se marchite.
Cerrad las puertas del destino
como las de la Capital de Jade.
Vuestra longevidad, durante decenas de miles
de a?os, no tendr? fin.

22

El principio divino del bazo
domina el centro.
Por la ma?ana, departe con los cinco dioses ;
armoniza las tres luminarias.
En lo alto, toca las puertas del cielo
y se recoge en la sala de las luces.
Impregna los seis recept?culos y los cuida
equilibrando los cinco elementos.
Metal, madera, agua y fuego
tienen por monarca la tierra.
Sol, luna y constelaciones :
manifiestan el yin y el yang.
Invadiendo las venas,
el sudor se hace elixir.
Defended las siete cavidades :
separad de ellas los malos augurios.
Dos dioses se abrazan :
ca?da de cimas antiguas.
Desde lo alto recibid el aliento primordial :
vuestros a?os siempre se alargar?n.

23

Se?or de las cinco v?sceras,
el ri??n es el venerable mayor.
Posternado ante el yin supremo,
esconde su realidad.
Entra por los dos orificios ; vuelve a salir de ellos :
uni?n en el Patio Amarillo.
Respiraci?n de vacuidad
manifiesta mi forma.
Consolida mis tendones y mis huesos ;
mis venas desbordan de sangre.
Mi coraz?n se ilumina y yo desaparezco
visitando lo puro y lo m?gico.
Sentado en la choza,
contemplo al muchachito.
Mantengo mi pensamiento en la respiraci?n interior :
resplandece la divina claridad.
Surgiendo de las puertas del cielo,
accedo a lo ininterrumpido.
Sin deseo y desligados de todo,
cultivad la ra?z florida.
Alimentaos del aliento oscuro
y viviréis largo tiempo.
De vuelta a las siete puertas,
bebed en el abismo supremo.
Atravesad el pecho misterioso :
recorreréis las magias de la pureza.
Sentados en la choza,
percibiréis al muchachito.
Os interroga sobre el Tao de la Inmortalidad,
os pregunta vuestras técnicas especiales.
He absorbido hierbas m?gicas,
el p?rpura de las cimas floridas.
Peinado con la m?s simple blancura,
tengo los talones en el campo de cinabrio.
Me ba?o en el estanque florido
para regar la ra?z m?gica.
El acuerdo de las cinco v?sceras
abre las puertas del destino.
Los cinco sabores alcanzan su perfecci?n :
es el regreso del aliento de bondad.
Practicad con el pelo suelto
y viviréis largo tiempo.

24

La gran V?a, es la inmensidad
que ning?n pensamiento puede complicar.
He aqu?, he dicho. No habléis de ello
vanamente.
Di?logos para el Tao Supremo para el mundo.

El shinto: la espiritualidad de Japon

EL SHINTO: LA ANCESTRAL ESPIRITUALIDAD DEL JAPÓN.                                      Por Nelly Naumann

PRESENTACIÓN

En nuestra modesta aventura de apertura a las riquezas de las culturas en este número 2 de Revista Kenos, ahora nos nutriremos con las brisas antiquísimas del Japón. En el viejo Imperio del Sol Naciente, se desarrolló el culto a los kamis. Antes de la llegada del budismo a la isla, los kamis ya eran venerados como entes espirituales imbuidos de un sutil y especial poder que podía socorrer al hombre en circunstancias apremiantes. La presencia invisible de los kamis puede latir en diversos lugares de la naturaleza y también en los templos.

De hecho, en el templo se halla la residencia del dios, el shintai o “el cuerpo del dios”. Los emblemáticos torii, como el que ilustra el inicio de este momento de Kenos, señala la proximidad de un templo sintoísta.  El sintoísmo no constituye propiamente una religión en un sentido formal. Carece de dogmas, y de textos que enuncien un claro contenido doctrinario. En el sintoísmo es también decisiva la búsqueda de la pureza. De ahí su apego a una forma de purificación llamada harae (“barrido”) que es indispensable antes de toda ceremonia religiosa. Detrás de la imagen del Japón hipertecnológico y occidentalizado, aún perdura el ancestral sintoísmo en las tierras niponas. Rituales y fiestas sintoístas todavía se celebran y los torii  y el Monte Fuji Yama continúan exudando sus auras de iconos sagrados.

  El texto que presentamos a continuación, que sólo aspira a trazar una inicial apertura al shinto, pertenece a la emblemática obra colectiva “Historia de las ideas y creencias religiosas” dirigida por Mircea Eliade.

Recomendamos también la página www.japonologia.com donde hallarán una sólida introducción al shinto en el Japón actual.

De entrada podríamos decir que la religión japonesa es un culto a los kami. En nuestras lenguas occidentales no existe un equivalente exacto de esta palabra. Como todas las voces japonesas, kami carece de género y número, pudiendo referirse a una o varias divinidades, femeninas o masculinas; se utiliza para designar al dios único de los cristianos como a seres a los que más bien daríamos el nombre de espíritus: silvestres, acuáticos, domésticos y otros muchos espíritus colectivos. La amplitud del concepto no nos permite precisarlo más. A lo sumo puede darse del mismo una definición negativa: los kami no son ni omniscientes ni todopoderosos, ni fundamentalmente buenos ni malos, y ni siquiera puede decirse que están siempre presentes. De hecho, el llamar a la divinidad al comienzo de un acto de culto y él despedirla al final de la celebración constituye una parte esencial del rito de los templos, prueba evidente de que la presencia de las divinidades es excepcional. El shintai (cuerpo del dios) que se conserva en los santuarios – espejo, espada, peine, piedra o cualquier otro objeto- es sólo un símbolo de la divinidad o el lugar donde ésta viene a instalarse durante el culto. A veces se colocan también arbolillos, postes, pértigas, etc., como asientos temporales de la divinidad, lo que permite suponer que los kami vienen de lo alto, es decir del cielo.

De todos modos, el que visita uno de esos templos se comporta allí como si la divinidad estuviera presente. Comienza por batir palmas para atraer su atención y luego se inclina respetuosamente ante ella. Esto corresponde mas bien a una nueva tendencia favorecida por la creciente afición de los japoneses a los viajes y sobre todo, desde hace dos siglos, a las peregrinaciones religiosas. Aquí, a decir verdad, suele pasarse por alto un importante factor del desarrollo de concepciones religiosas más recientes, a saber, la intensa compenetración entre las ideas autóctonas y el budismo. Los budistas tienen siempre sus ascetas o asesores a quienes uno puede acudir en busca de ayuda. ¿Por qué no habrían podido desempeñar ese mismo papel los kami, que, como se creyó durante siglos, no eran sino manifestaciones de los budistas y bodhisatvas, es decir, de los santos y auxiliares budistas?

También, pues, para el hombre sencillo de hoy los kami son ante todo auxiliares o intercesores, un poco como los santos católicos. Al templo de uno peregrinarán los estudiantes antes de sus exámenes, al de otro las futuras madres; éste curará las afecciones oculares o dentales, aquél ayudará al casadero o la casadera a encontrar el cónyuge ideal, etc.

Lo único que uno puede preguntarse es si los kami están o no siempre presentes en sus respectivos templos; para venerarlos en otro lugar tiene que efectuarse una “disociación” o transferencia, la cual es tan invisible como los propios kami. Ahora bien, esta invisibilidad de los kami no está reñida con la facultad que poseen de hacerse visibles, como seres de carne y hueso, o de manifestar su presencia en cualquier objeto.

En general, los dioses se imaginan antropomórficamente, si bien existen algunas excepciones. En la mitología y las creencias populares, ciertas divinidades se manifiestan también en forma de serpiente; las de las montañas suelen presentarse como animales de caza, y los animales que aparecen en algunas leyendas como mensajeros de los kami constituyen quizá un indicio de la forma original de estos últimos. En este mismo contexto conviene repetir que contemplar directamente a la divinidad lleva en definitiva al hombre a su perdición, por lo que debe evitarse a toda costa.

Hasta ahora hamos considerado a la palabra kami en su sentido más amplio. Si a partir de lo dicho quisiéramos definir con más precisión la esencia de los kami, podríamos decir que son entes espirituales dotados de especiales fuerzas que los hacen superiores al hombre y los capacitan para socorrer a éste en sus diversas necesidades.

Pese a esta característica común, debemos distinguir entre las divinidades con un nombre propio e individual y las divinidades o espíritus cuyo nombre se refiere meramente a la función que desempeñan. Esta división aparece ya sugerida en la mitología y no cuesta ningún trabajo mantenerla hasta hoy.

Los kami con nombre propio son los que en la mitología actúan como personas; son también los antepasados o dioses-antepasados de las diversas familias nobles que asumieron un papel importante en el antiguo Japón. A estos mismos kami se les sigue rindiendo culto actualmente en los templos sintoístas. Cierto que hay también otros muchos dioses que la mitología menciona ocasionalmente por su nombre, pero que no han dejado huella duradera y hoy están del todo olvidados.

Otra categoría de dioses con nombre propio, venerados por todas partes en los templos, la constituyen numerosos kami que en algún momento se han manifestado a los hombres en sus sueños o en oráculos. Ejemplos de esta clase se dan sobre todo en la antigua historia del Japón, pero también los encontramos en el pasado reciente, si echamos una ojeada a los relatos de la fundación de algunas “nuevas religiones”. El esquema de tales revelaciones suele ser más o menos el mismo. La divinidad, que se da a conocer en sueños o por boca de un médium, se presenta como causante de tal o cual desgracia: muerte repentina de un gran personaje, malas cosechas, epidemias, catástrofes naturales o incluso únicamente el estado patológico o desesperado del médium. La maldición cesará tan pronto como se elija allí mismo un templo, con sus correspondientes tierras y sacerdotes, y se le ofrezca sacrificios, o también, si la víctima es el médium, en cuanto este se le abandone enteramente y sin reservas. Semejantes manifestaciones pueden venir de divinidades conocidas o desconocidas, así como de espíritus vengativos de difuntos que guardan algún resentimiento contra los vivos. Aquí cobra la divinidad una nueva dimensión: se muestra colérica y sedienta de venganza, capaz de hacer daño a los hombres, pero a la vez dispuesta a reconciliarse con ellos si siguen sus instrucciones.

Muy distintos son los dioses colectivos, dioses o espíritus de las montañas y bosques, ríos y mares, campos, árboles, rocas, caminos, etc. De ellos la mitología nos dice solamente que fueron engendrados y nacieron como los demás seres de este mundo, sabemos también que eran indómitos y violentos, hasta que los dioses y los héroes del pueblo de Yamato acabaron por doblegarlos. Los dioses y los espíritus anónimos desempeñan – o hasta hace poco desempeñaban – en la vida ordinaria del hombre sencillo un papel mucho más importante que los dioses de los grandes templos. En efecto, con estos últimos se entraba pocas veces en contacto, por ejemplo al hacer una peregrinación, y por lo demás la gente se contentaba con adquirir al principio del año un amuleto de tal o cual templo, comprándoselo a cualquier vendedor ambulante, para colocarlo en el estante de las ofrendas adosado a la pared de su casa y olvidarse luego probablemente de él. En cambio, la devoción a los dioses y espíritus anónimos y la s modestas fiestas en su honor a lo largo del año y de la vida de cada individuo tenían una importancia primordial. Estas celebraciones no requerían ni templos ni sacerdotes. Por supuesto, los espíritus de montes y bosques residen en plena naturaleza y allí es siempre posible encontrarlos, sin tener que llamarlos expresamente. ¡mas bien sucede lo contrario! Están allí aunque uno no lo quiera y vigilan estrechamente la conducta del hombre que tiene algo que hacer en el bosque, por ejemplo, para castigarlos si infringe algún tabú. En cuanto a las ofrendas, las reciben en determinadas fechas, según la costumbre, y en los lugares que vienen utilizándose para ello hace generaciones. Ocurre también que el cazador que cobre una buena pieza o el leñador que derriba un árbol de especial hermosura den excepcionalmente gracias a la divinidad por ese regalo mediante un sacrificio. Otro tanto hace el pescador cuando la pesca tiene éxito y el campesino tras una buena cosecha. Para cada cosa hay un patrono o señor que vela por ella. El dios de los campos está presente hasta en le última gavilla; el dios del hogar recibe las ofrendas que el ama de casa le presenta en la etapa de la gran marmita; y al dios de los caminos, encargado de múltiples tareas, se le honra en un altarcillo de piedra erigido en los confines del poblado. Desde allí puede esta divinidad rechazar a los dioses causantes de las epidemias y proteger a los viajeros; por ser además un dios fálico, concede la fecundidad a quienes la desean. La vida entera de los hombres depende de la benevolencia d todos esos kami anónimos, y muchos de ellos pueden encolerizarse y causar desgracias si no se les rinde el culto como es debido y no se observan sus preceptos. Para esto no necesitan mediums ni sueños, pues las antiguas tradiciones y costumbres enseñan ya a los hombres el modo de comportarse con tales seres.

Culto y lugares de culto

  A pesar de cuanto acabamos de decir, la imagen de la divinidad en la religión autóctona del Japón sigue siendo vago. Por otra parte, en una religión sin dogmas ni preceptos claros no nos parece posible formular un contenido doctrinal. Lo que quizá podría considerarse la base de todo ello, a saber, la mitología, no guarda relación alguna con la práctica religiosa. Solo, pues, el culto y sus lugares nos brindan un terreno concreto de estudio. El templo es, según la creencia general, el hogar de la divinidad. En su parte íntima, el santuario, se conserva el shintai o cuerpo del dios. Delante se extienden dos grandes salas, una para las ofrendas y otra para la oración. A esto se añade todo una serie de edificaciones complementarias: templetes para divinidades de segundo orden, una tarima para danzar, un tesoro, un despacho, etc. Más recientemente suele erigirse también un pabellón para celebrar bodas según el rito sintoísta, sin duda por influjo de los usos cristianos, que en este punto gozan de gran aceptación. Una valla rodea todo el conjunto, a menudo situado en medio de un bosque de viejos árboles. En el exterior, más allá de la puerta, los típicos torii indican al viandante la proximidad de un templo sintoísta. Nadie conoce exactamente el significado de esos torii.

A la entrada misma del recinto del templo hay una fuentecilla o pozo; unos pequeños cuencos de madera que sirven para extraer el agua invitan a lavarse allí la boca y las manos, purificación necesaria antes de poner los pies en el santuario. La pureza en efecto, es una exigencia primordial del Shinto. No obstante, cuando uno ha visitado varios de esos santuarios, no tarde en descubrir el desface que existe entre exigencia y realidad. La mayoría de los visitantes pasan de largo sin acercarse a la fuente, y apenas si hay alguno que eche un poco de agua sobre la punta de los dedos, menos todavía que se humedezca la boca. Ya en el siglo VIII se expresaban las mismas quejas sobre la falta de limpieza corporal y espiritual de quienes acudían a los templos de los dioses, y desde entonces nunca han cesado. Sin embargo, esa negligencia queda compensada por las rigurosas purificaciones impuestas a todos aquellos, sacerdotes o no, que toman parte activa en un acto de culto.

¿Qué ha de entenderse por pureza en el contexto de la religiosidad japonesa? El lavarse manos y boca es, desde luego, una purificación simbólica, como también el baño que toman los sacerdotes y laicos que van a participar en el culto: ¡Práctica bien rigurosa, cuando ese baño se toma en el mar o bajo una cascada en pleno invierno! Este tipo de purificación por agua se designa por el nombre de misogi y tiene por objeto dejar al individuo limpio de toda mancha de cuerpo y espíritu.

Lo mismo se pretende con otra forma de purificación llamada harae (barrido), obligatoria antes de toda ceremonia religiosa. El sacerdote recita una oración agitando a la vez una especia de escobilla formada por una vara de la que cuelgan tiras de papel o tela; de esa manera “barre” todas las impurezas. En las ocasiones en que debe purificarse a sí mismo, se pasa suavemente por todo el cuerpo un muñeco de papel y luego lo arroja al agua, dejándolo flotar a la deriva. Este método de purificación individual no es sino un ejemplo entre otros mundos.

Para participar activamente en los actos de culto hay que observar todavía otras prescripciones que persiguen idéntico fin, desde la simple abstinencia de carne, alcohol, relaciones sexuales, etc., hasta el total aislamiento durante algún tiempo entregándose a la oración y a la meditación, purificándose con abluciones y no tomando más alimentos que los preparados por uno mismo, para asegurarse de que no hay en ellos “mancha” alguna. Aquí es donde se ve con mayor claridad que los conceptos japoneses de pureza e impureza no coinciden forzosamente con los nuestros. Los teólogos modernos del shinto afirman que la máxima exigencia de su religión se resume en la rectitud personal y un corazón limpio y que los ritos de purificación tienen por objeto restablecer el estado de inocencia necesario para poder unirse con la divinidad. No obstante, si nos fijamos en los testimonios de tiempos pasados y en muchas realidades que aún hoy mismo saltan a la vista – por ejemplo el proceder de las gentes del campo que siguen las antiguas costumbres – comprobaremos que esa noción de pureza es relativamente nueva y se debe en gran parte a la influencia de otras religiones. En efecto, los dioses mismos son los primeros en reclamar la pureza, lo cual significa que a nadie a quien haya manchado la muerte o la sangre le es lícito acercarse a ellos, o sea tomar parte en el culto. No se habla aquí de un corazón limpio, sino de la impureza contraída, por ejemplo a raíz de la muerte de un pariente o de haberse dejado acompañar por alguien que haya comido un alimento preparado en un fuego “impuro”. De la impureza indirecta era bastante fácil deshacerse, pero en caso de la muerte de la propia familia debía pasar no poco tiempo para que eso sucediera y verse de nuevo autorizado a participar en el culto o incluso entrar en el recinto del templo. Lo mismo ocurría con el nacimiento de un niño. Por supuesto, la mujer embarazada no podía visitar ningún templo, debía como mínimo guisar su comida en un fogón aparte, ya que el fuego además de atraer hacia sí toda impureza, extiende su acción a los alimentos en él preparados.

Siendo tan importante la impureza externa, no podemos ahora menos que preguntarnos por la interna, el pecado. Ya hemos dicho que de la religiosidad japonesa no se desprende ninguna ética. Esto se explica ante todo por la historia, pues ya antes que los modestos principios de la religión autóctona hubieran podido dar lugar a una doctrina moral, los mandamientos budistas y la ética confucianista vinieron a ocupar el vacío existente.

Tales principios, sin embargo no carecen de interés. Para nosotros el pecado es un acto voluntariamente malo, una transgresión consciente de preceptos divinos. Del pecado cometido nos liberamos por el arrepentimiento, haciendo tal o cual tipo de penitencia y esperando así el perdón. La moderna teología sintoísta, que por un lado no puede prescindir de las ideas y problemas actuales y por otro, debe partir de los antiguos textos que el shintó contemporáneo reivindica con insistencia, explica, en cambio que la causa de una mala acción no reside en el interior del hombre, sino en influjos exteriores. Por ello es posible “barrer” de uno mismo el mal con un simple harae. Ninguna acción puede ser de por sí buena o mala; su valor en este sentido depende enteramente de las circunstancias.

Ahora bien, ¿cómo parecen en realidad las nociones tradicionales? Los textos más antiguos conocen ya la palabra tsumi, que a menudo se traduce por “pecado”, pero no hay identidad entre ambos conceptos, aunque es cierto que tsumi ha llegado a cobrar ese significado en el lenguaje moderno, por influjo del budismo y del pensamiento actual. Etimológicamente tsumi es algo que s le achaca a alguien, a modo de una carga que estaría llevando. De esa carga personal el sujeto se libera por medio de un harae que es como una multa o compensación exigida por el propio interesado. El harae forma, pues, parte de una especie de orden jurídico y, como se ve por los ejemplos, la culpa, que representa una carga para el individuo, no está ligada a una moral.

A mediados del siglo VII, con el nuevo derecho inspirado en el modelo chino, se abolió el harae como práctica legal. Jurídicamente caduco, siguió empero utilizándose por varias décadas con un nuevo espíritu y en forma oficial. De todas partes debían llegar determinados dones expiatorios como si se tratara de un “impuesto”, y luego, al final del sexto y duodécimo mes, se celebraba la ceremonia de la gran purificación, a raíz de la cual quedaban colectivamente absueltos todos los tsumi del país. El sacerdote que presidía el acto agitaba en público un haz de fibras de cáñamo como representación visual del barrido.

(*) Fuente:  Nelly Naumann, Shinto y religión popular. La religiosidad japonesa en su contexto histórico, en Historia de las creencias  y de las ideas religiosas (obra colectiva dirigida por Mircea Eliade), Barcelona, Herder.

Cuatro formas de tolerancia

Cuatro formas de tolerancia.

Maestro Hsing Yun

La mayor fuerza de la humanidad no consiste en armas de fuego, puños, ni en un poderío militar, sino en la capacidad de tolerancia. Todo tipo de fuerza debe inclinarse delante de quien tolera.

Hay cuatro principios para la tolerancia:

1. No responder a las blasfemias

Cuando somos insultados, provocados o acusados injustamente debemos responder con el silencio. Si respondemos de la misma forma cuando somos víctimas de la blasfemia, nos igualamos con aquellos que nos insultan, rebajando nuestro nivel. Si nos mantenemos en silencio usándolo como arma contra las blasfemias, evocando la conciencia de quien las pronunció, esta fuerza es, naturalmente, mayor.

2. Mantenerse calmo frente a los infortunios

Cuando nos encontramos con personas que nos quieren incomodar derrumbar u oprimir, debemos enfrentarlas con calma, evitando cualquier confrontación. No responder con un puñetazo cuando se recibe uno, ni responder con un puntapié cuando se recibe otro, pues de esta confrontación nadie sale vencedor. Si la intención es buscar venganza de un odio momentáneo, no alcanzará el éxito de grandes hazañas.

3. Compasión frente a la envidia y el odio

Frente a la envidia y el odio de otros no debemos responder igualmente con odio y envidia, sino con corazón abierto y alma compasiva, ofrecer nuestra amistad y mostrarles nuestra intención pacífica, demostrando así, con educación, nuestra superioridad.

4. Gratitud frente a las difamaciones

Si alguien lo insulta y difama, no se enoje con quien lo provocó, sino acuérdese de los beneficios que esa persona le proporcionó en el pasado y sea agradecido por eso. Principalmente, no se olvide de que en el fango más inmundo crece la impecable flor de loto. Cuanto más oscuro es el lugar, mayor es la necesidad de mantener encendida la luz del alma. Por lo tanto, ante las difamaciones, aquellos que nos difaman deben ser influenciados con ética, compasión y misericordia; solamente así la superaremos, con moralidad y tolerancia.

El verdadero vencedor tiene la fuerza de la tolerancia y el coraje de asumirla frente a los insultos, opresiones.

El taoismo

El Tao Te Ching es sin duda uno de los libros más importantes y enigmáticos que ha producido el pensamiento oriental. La palabra Tao (1) significa vía, camino. Algunos traductores, siguiendo una interpretación china más tardía, describen camino celeste debido a una correspondencia simbólica con la vía láctea. Otros usan la palabra regla o regla celeste, lo que traduce en forma demasiado libre, en nuestro concepto, la idea de Tao, pudiéndose entender en un sentido normativo y dogmático, lo que no corresponde a la concepción metafísica de los taoístas. Mucho peor nos parece el uso del término razón, que se remonta, según creemos, a las versiones de los misioneros (2). Además de referirse al pensamiento lógico y discursivo -que nada tiene que ver con el Tao- no tiene en cuenta que el chino prefiere las implicaciones de la imagen a lo implícito del concepto.

Por otro lado, la fama consagrada por la larga historia de esta palabra constítuye una suficiente razón para no traducirla. La idea es la de un principio primordial, anterior a toda manifestación, más allá de todo nombre, origen de todo y al cual todo debe retornar. Se trata del camino por excelencia y no de un camino.

La palabra “Te” (teu, teh, tö, to, todos fonemas aproximados a la pronunciación clásica) significa eficacia, manera de conformarse a (Tao). Ha sido traducida por “virtud” (en el sentido del latín clásico “virtus” cuya raíz “vis”, fuerza, del sánscrito “var”, no tiene connotación moral) y también por “poder”, traducciones que hemos empleado en nuestra versión según los casos. Contrariamente al uso corriente de la escritura “King”, hemos preferido la transcripción “Ching”, de acuerdo con la pronunciación castellana, la que corresponde a la del chino clásico. Palabra que originariamente significaba “tejido”, “trama” (véase el sánscrito “sutra”) y que significa en el sentido común “libro” y, por excelencia, “libro sagrado”, “libro canónico” o clásico, aunque Confucio y sus escoliastas letrados no lo hayan -por evidentes razones- incluido en el canon, cuyo aprendizaje indispensable en la formación de los letrados y funcionarios era objeto de los famosos exámenes.

Las informaciones que ofreceremos al lector más adelante acerca de los problemas que enfrenta el traductor, debido a las características de la lengua china y a la extrema concisión de nuestro texto, permitirán una mejor comprensión de estas breves explicaciones complementadas por las notas.

El Taoísmo es esencialmente una doctrina iniciática, que implica realizaciones en el orden metafísico y no “místico”, como algunos intérpretes han traducido equivocadamente (3). Por esta razón -y sin que esto signifique negar la existencia histórica de Lao Tzu- la doctrina taoísta se dirige más hacia el mito y la cosmogonía que a la historia; por esto el simbolismo y las imágenes tienen mayor importancia que los hechos históricos en cuanto tales. La leyenda de Lao Tzu y del origen del Tao Te Ching se relaciona entonces muy estrechamente con la comprensión profunda de la doctrina taoísta. Por otro lado, los antropólogos y los historiadores de las religiones saben muy bien lo que significa un mito de origen que se remonta a un tiempo indeterminado (4). Es conocida la existencia de una leyenda de fundación o mito de origen en toda organización iniciática (5).

Un destacado sinólogo francés, L. Laloy, ha recogido la leyenda de fuentes taoístas y la presenta por extenso. En dicha leyenda Lao aparece en este mundo por nacimiento virginal. Su madre le dio a luz bajo la sombra de un ciruelo, después de haber tragado un huevo en forma de perla. El embarazo duró setenta y dos años (6). Lao nació como niño viejo, con cabello cano y rostro arrugado, y como tenía orejas más grandes de lo normal se le dio el nombre de Li-Ar (orejas de ciruelo); luego tuvo el nombre de Li-Tan (orejas largas), el que fue sustituido después por sus seguidores con el de Lao Tzu (el viejo sabio). La leyenda indica luego varios viajes a distintos países de oriente y su vuelta a la China donde ejerció un cargo de funcionario en el estado de Chu. Pero terminó bruscamente su carrera, cuando subió sobre un carro conducido por un buey azul, para alcanzar las fronteras del reino. Allí encontró a Yin-hi, oficial gobernador del paso de Han-ku, hombre virtuoso, que escondía su sabiduría. Yin-hi, que había tenido una premonición de que iba a encontrarse con un gran sabio, luego de haber conversado con Lao-Tzu, le suplicó que pusiera por escrito su enseñanza. Éste sería el origen del Tao Te Ching -según la leyenda- en la que el libro aparece como una especie de testamento espiritual dejado por el sabio antes de pasar la frontera del Tibet o de la India.

Entre las numerosas implicaciones que el simbolismo de la leyenda nos ofrece, tenemos que considerar de manera especial que la “frontera del imperio”, a la cual hay numerosas alusiones en nuestro texto, equivale a los límites o umbrales del mundo (entendiéndose el mundo como el mundo humano y civilizado). Otro elemento evidentemente legendario es la atribución a Lao Tzu de la paternidad del “Libro de la Ascensión hacia el Oeste”, de autor desconocido, que con el titulo de “Sermones a las Gentes de los Reinos Bárbaros”, contendría sus enseñanzas, luego de que Lao Tzu abandonó la China (7). La leyenda se relaciona también estrechamente con la doctrina del “alma embrionaria” cuyo desarrollo (a no ser que se trate de un Sabio, “Sheng Jen”) depende únicamente de cada ser humano y de su manera de vivir, siguiendo la voluntad del cielo, lo cual no implica ninguna revelación particular. Esta realización fue objeto de numerosas enseñanzas y prácticas taoístas. La idea del “alma embrión” está en evidente relación con la madre secreta y universal, que se halla en numerosos pasajes de nuestro texto (8). En cuanto al equilibrio necesario para el desarrollo del “alma-embrión”, éste depende de un cultivo armónico entre el cuerpo y las varias almas (vital, mental, espiritual). La doctrina de las almas múltiples se deriva de la antigua enseñanza china. No existe ninguna razón de peso para atribuirla a un supuesto chamanismo, puesto que es común a muchos pueblos y religiones antiguas (9).

Fuentes de la doctrina Taoista

Las remotas fuentes de la doctrina taoísta se hallan sin duda en los primeros desarrollos de la más antigua cultura china, que toma su denominación del río amarillo (“Hoang Ho”) y de la gran llanura fertilizada por este río. Antes de su expansión hacia el norte y el oeste, esta cultura de campesinos se manifestó con una asombrosa originalidad, y de ella salió la idea del Tao, al parecer concebida primero como principio del orden universal impersonal, que en sus sucesivas elaboraciones metafísicas, sociales, políticas y morales, debía dar vida a todo el pensamiento chino, sea al de Confucio como al de Lao Tzu.

La doctrina del Tao es entonces mucho más antigua que el Taoísmo propiamente dicho. La tabla publicada por Hsu-Ti-Shan y hasta hoy unánimemente aceptada indica cómo los “brujos” y los analistas que rodeaban al rey campesino contribuyeron, cada uno por su lado, a su formación arcaica, de acuerdo con sus investigaciones, las que tenían como denominador común las preocupaciones cósmicas, puesto que su asesoramiento se refería a la confección del calendario, para asegurar la correspondencia armónica entre el ciclo de las estaciones y el ciclo de la vida agrícola y social (10).

De estas dos “escuelas” habría nacido el “Yi Ching” (libro de los cambios) obra metafísica y cosmológica, que luego fue usada como oráculo imperial, a través de una serie de añadiduras y elaboraciones posteriores. Del “Yi Ching” provienen las doctrinas confucianas, taoístas y la del “Tao Te”. Aunque señalando influjos recíprocos, Hsu-Ti- Shan indica como antecedentes directos de la doctrina específicamente taoísta la doctrina de los “brujos”, y el Yi Ching, la “escuela de los números” (una especie de numerología o numerosofía parecida a la de los pitagóricos), luego la doctrina de las artes mágicas, de los adivinos, de los astrónomos (y astrólogos), la del “Tao Te” y las escuelas de Mo Tzu. Siguen la medicina, la higiene sexual, la escuela del calendario y la del Yin Yang, la doctrina de los cinco elementos y la de la inmortalidad. Todas estas doctrinas habrían confluido en la formación del Taoísmo.

Pero nos parece evidente que una línea más directa, por cuanto se refiere a Lao Tzu y al Taoísmo antiguo, puede señalarse a partir del Yi Ching, en las “escuelas” del Tao Te, la del Yin Yang y de la Inmortalidad. La idea de la armonía entre cielo y tierra y el hombre (por excelencia el rey) intermediario entre los dos, son principios comunes a toda la cultura china. Una definición del Tao que ofrece Hi-Tzu:

Yi Yin – un aspecto Ying

Yi Yang – un aspecto Yang

Che wei Tao – eso es el Tao

Se refiere naturalmente al “Tao que tiene nombre” de nuestro texto y que, unido al Tao impersonal y no manifestado, en la corriente engendrada por la polaridad de los dos principios, o sea el atractivo Yin (receptivo, femenino) y por el expansivo Yang (activo, masculino), es la “madre” (porque ha dado origen, ha cobijado en su seno) de los diez mil seres (todos los seres existentes) (11).

El registro de la historia (Shi-Chin) de Sse-Ma-Chien (145-82 antes de Cristo) es sin duda alguna la fuente escrita más importante para la historia del Taoísmo antiguo.

La doctrina del Yin Yang en el Tao te Ching

La doctrina del Yin Yang es uno de los productos más geniales de la metafísica china, pero no siempre ha sido bien entendida por los intérpretes occidentales.

Cuando comenzó a ser conocida en occidente (12) se señaló cierto paralelismo con la díada de los pitagóricos, teniéndose especialmente en cuenta los ejemplos que se encuentran en la “Metafísica” de Aristóteles. En efecto, en ambas doctrinas existe la coincidencia en atribuir a la dualidad y no a la unidad el principio de la multiplicidad (13).

La unidad es concebida como Tai Ki, la mónada, en ambos casos en el sentido metafísico y no matemático; quizá esto se explique por faltarles tanto a los chinos como a los griegos el cero, del cual la unidad metafísica toma, a veces, el lugar.

La díada de lo pitagóricos se asemeja algo al Yin Yang, pero no ha tenido ni la importancia ni las aplicaciones sucesivas a todas las ciencias que se han producido en la cultura china debido a que a Grecia le ha faltado un libro como el Yi Ching.

Se han registrado también analogías entre Lao y Heráclito, y éstas no pueden negarse por cierto en lo que se refiere al uso constante de la paradoja, a una dialéctica subordinada a la metafísica, la que lleva siempre implícita la idea de una unidad superior. En este sentido el Logos heraclíteo tiene cierto parecido con el Tao. Pero en cuanto se refiere a la explicación de la dinámica del mundo, “pólemos” y “eros” no pueden asimilarse al Yin Yang, puesto que se presentan como fuerzas opuestas de atracción y repulsión; mientras que el Yin y el Yang son principios polares complementarios, más bien que opuestos, y solamente el desequilibrio entre ellos determina la falta de armonía.

Marcel Granet, en sus obras sobre la cultura china, ha descrito muy bien el proceso de descubrimiento del ritmo del Yin y del Yang en esa antigua cultura. Como todos los pueblos dedicados a la agricultura, los chinos han atribuido una gran importancia a los ciclos astronómicos y a su influencia constante en la vida de la sociedad humana y de sus labores.

El período Yin, durante el año, corresponde al otoño y al invierno, y durante el ciclo diario, a la noche y a la luna. En este periodo no hay trabajo en el campo, la sociedad subsiste por las labores de las mujeres que tejen, que son activas en el hogar. Se ha notado también la relación entre el ciclo menstrual y las fases del mes lunar.

El período Yang, durante el año corresponde a la primavera y al verano, al día, al sol, al calor. Los hombres trabajan el campo con la fuerza de sus brazos. Yang corresponde al sexo fuerte.

Las antiguas canciones nupciales chinas, traducidas por Chavannes, celebran los “matrimonios” masivos que se efectuaban durante la primavera, cuando los jóvenes cruzaban a nado el río para unirse con las jóvenes y procrear. Esta era la unión del Yin Yang. La explicación de Granet, sin embargo, pretende atribuir el descubrimiento del Yin Yang a causas puramente sociológicas y concibe la naturaleza un poco a la manera del hombre moderno, como un conjunto de fenómenos, dentro de una cosmovisión “naturalista” algo desligada de la metafísica y no según el testimonio de toda la cultura china tradicional, de una visión global del mundo, de aquella visión que Henry Corbin ha definido como Hierocosmología.

Granet parece olvidar que el orden superior a lo humano estaba en poder del Augusto Cielo (“K’wang-t’ien”), llamado también el Señor de lo Alto (“Shang-ti”) que reside en la Osa Mayor. Y lo más grave es que -contra toda la tradición china, sin una sola excepción- concibe el Yin Yang como anterior al Tao. Para pensar en las fases de la luna, hay primero que pensar en la luna; de esta manera, primero hay la idea de un orden y luego de sus ritmos.

Así, el Yin y el Yang son a la vez principios metafísicos y, en forma subordinada, aspectos de la naturaleza del cosmos, de la especie humana, de los animales, de las plantas y hasta de las cosas, que no son concebidas como inanimadas, porque llevan fuerzas Yin y Yang. En la dinámica de la vida universal, aun en lo físico, pero debido a su naturaleza metafísica que depende del orden superior que es el Tao, hay un orden de prioridad que se expresa así:

Tao
Yin Yang

y no, Tao = Yin Yang.

Algo enigmática aparece la razón por la cual el Yin receptivo y oscuro, antecede tradicionalmente al Yang, expansivo y luminoso. Los sociólogos aducen una razón histórica y antropológica; la que el régimen matriarcal habría sido anterior al patriarcal en la China arcaica, y este hecho explicaría por qué la tradición pone el Yin antes que el Yang. Parece difícil creer que los pensadores chinos -y sobre todo aquellos de la “escuela del Yin Yang”- hayan mantenido por esta sola razón histórica y durante el patriarcado, este orden sin alterarlo, sin que haya intervenido otra razón.

Pensando en el alma-embrión, hay que tener en cuenta la anterioridad de la situación subterránea, oscura, de la semilla, del caos, del huevo, a la del árbol, del orden cósmico, de las aves y de los seres orgánicos. Hay que considerar la idea de lo embrionario, en cuanto tiene en sí, en principio, todas las virtualidades de sus desarrollos futuros. Es sabido cómo esta idea es de suma importancia en el Taoísmo y en su constante del retorno al caos primordial, que es una imagen de la unidad indistinta a partir de la cual se expandió el mundo mediante un movimiento en torbellino, que hizo que las cosas individuales (los diez mil seres) se desprendiesen en sus distintas combinaciones de Yin y de Yang.

Por otro lado, no hay lector perspicaz de nuestro texto que no vea la insistencia en los símbolos del Yin como particularmente significativa, en relación con el Te. Los textos sobre las ventajas del agua, de la humildad, de la receptividad, de la oscuridad, de la debilidad -todos ellos símbolos del aspecto Yin- contrapuestos a los correspondientes del aspecto Yang, parecen sugerir que el Te consiste en el elegir el Yin para realizar el Yang.

Los confucianos -que conciben el Yin Yang con menor profundidad- sitúan el Yang en absoluta superioridad y le confieren también un rasgo de superioridad moral.

Al producirse la decadencia del Taoísmo tardío, en la práctica de la magia, la doctrina del Yin Yang produjo una cantidad de prácticas extrañas, pero no cesó nunca de mantenerse en vigencia.

Es innegable que, aunque nuestro texto se inspira en una noble afirmación de sabiduría, hay en él algunos pasajes que pueden prestarse a esta clase de interpretaciones, quizá debido al influjo de lo que se ha propiamente denominado la “escuela del Yin Yang” (a la que se remonta la alquimia china), por lo menos en la época de la redacción de Wang Pi (siglo II D.C.).

Hacer-no-haciendo (Wey-Wu-Wey)

Lo que acabamos de decir a propósito de la mayor importancia de lo latente y oscuro, como “modo de proceder” (que por otro lado resulta conforme a la naturaleza iniciática) del Tao, nos obliga a ofrecer una explicación indispensable acerca de la expresión china “Wu-Wey”, “No-hacer”, muy usada en nuestro libro, y que muchos occidentales poco perspicaces han interpretado como quietismo y pasividad.

Aquí podríamos citar aquel fragmento de Heráclito que se refiere al poder del niño y que puede confrontarse con los numerosos pasajes que nuestro texto ofrece acerca del niño (14). En verdad, es muy difícil para un hombre occidental moderno -como para todo oriental “occidentalizado”- entender una doctrina de la acción como aquella del “Wey-Wu-Wey” (hacer-no-haciendo). La idea taoísta es la de un retorno a la acción espontánea, como la del niño que juega, únicamente por jugar, como la del viento que mueve los árboles, como la del riachuelo que corre.

La moderna psicología occidental atribuye a los juegos del niño una importancia muy notable en el desarrollo futuro de su personalidad. Los mismos psicólogos han notado en el hombre el prevalecer de la memoria de los hechos remotos y el remontarse a la niñez como a una “edad de oro”, lo que explica también la predilección de los viejos hacia los niños y su mayor comprensión de la mentalidad infantil; hechos cuya importancia no carece de significado si se piensa en la experiencia de vida que el anciano posee.

Los taoístas están aquí en oposición abierta y expresan su rechazo por los ideales confucianos y por la falacia de su manera de concebir la existencia humana, valorizando esencialmente la maduración racional y la experiencia como factores enteramente positivos. Rechazan además la imposición de las actitudes solemnes en el trato con los demás y con todos los convencionalismos fijados por el ritual, que el niño desconoce.

Esto nos aclara además las aparentes extravagancias y los modales de “niños traviesos” adoptados por los taoístas en los medios populares (15). La conciencia “difusa”, la visión abierta del niño, cuya mente no esta todavía esclavizada por los prejuicios y los hábitos, es comparable a la actividad natural y puede relacionarse con otros famosos textos taoístas como aquel que afirma que el sol no necesita conciencia de dar la luz y el calor (la vida) a la tierra para darla; que el cielo manda la lluvia sin “tener la intención” de beneficiar a la tierra, etc.

“El buen caminante no deja huellas”, dice nuestro texto. Se trata de la acción impersonal, espontánea, que actúa como los fenómenos naturales.

Mientras que en los medios confucianistas hasta los gestos y las palabras están rígidamente reglamentados, como la “piedad filial”, la “benevolencia” (“Jen”), nuestro texto afirma que el cielo no es “Jen” (benévolo, humano) y tampoco lo es el sabio (“Sheng Jen”) que procede de acuerdo con el Tao.

La conciencia del “yo” y la “referencia al yo” (en sánscrito “Ahamkara”) se adueña de la acción, la estropea y la malogra, porque la subordina -más o menos claramente- a sus propios fines. Se trata de una concepción que no es tan sólo taoísta pues la encontramos en toda la espiritualidad del oriente tradicional y que es propia también de los contemplativos occidentales. La aceptación receptiva (y no pasiva) de la voluntad del cielo es la que está representada repetidamente en nuestro texto, mediante el símbolo del “valle” y el “espíritu del valle” (“Ku Shen”); es la ley del sabio, y el actuar conforme a esta ley -sin tener en cuenta sus propios deseos o su voluntad propia- es el camino trazado por el cielo, es llegar al Tao, puesto que la ley de la tierra es el cielo, y la ley del cielo es el Tao (16). En la concepción de los taoístas, el hombre está rodeado de fuerzas que tienden a desvirtuar sus acciones y su conducta. No solamente el contacto con los hombres es contaminante, sino lo es también con los objetos, con las cosas que pueden servir de soporte a las “influencias errantes”, fuerzas invisibles que el hombre profano desconoce, pero que pueden determinarlo a asumir como propios, deseos y logros que provienen de estos influjos.

Asimismo, el Taoísmo condena la autosuficiencia, la ley que uno se da a sí mismo, arbitrariamente, puesto que se da en la ignorancia de sus causas ocultas. La “etiqueta” social, y los ritos civiles, como los concebía Confucio, de acuerdo con el “Li-Ki” (“Libro de los Ritos”) no representan una manera de estar en constante armonía con la ley del Cielo, a través de una complicada sintonización con los ritmos de la naturaleza. Para el taoísta todo esto se ha vuelto un artificio y una sofisticación de lo natural, lo que desvirtúa precisamente esa armonía.

Por eso, el verdadero sabio se presenta a los hombres como un mendigo, como un torpe (17), como un loco. Todo el convencionalismo social hace que el sabio tome esta actitud de contrapie y se presenta como envuelto en las fuerzas oscuras del Yin, templando la luz interior, como dice nuestro texto. Porque ésa no es “su luz” sino la luz, no es “su gloria” sino la gloria. Sólo así puede ser el “valle del mundo” o el “cauce del mundo”, sólo así puede “estar en el centro” que es la posición polar; ser el inmóvil señor del movimiento, que todo lo dirige sin dirigirlo.

Hay un texto que dice que el taoísta tiene que “llegar a ver la estrella polar desde el hemisferio austral”. Tiene que “ver sin los ojos”, “oír sin los oídos”, etc., como reza el “Pankoatu” (18), porque su posición polar está liberada de las limitaciones espaciales, es el “Eje del Mundo”, niño y viejo al mismo tiempo; porque se vuelve una personificación del espacio sagrado” como el Tao lo es del “tiempo sagrado” siempre reversible por su primordialidad.

Hacer-no-haciendo es “nutrirse en el seno de la madre” (cósmica) Como dice el texto, lo que constituye su gloria suprema. El Wu-Wey es entonces una doctrina de la acción. El Te que realiza este tipo de acción tiene su fundamentación en una ley que es aquella de las “acciones y reacciones concordantes”. Esta ley se halla indicada en nuestro texto y en particular en uno de los capítulos, pero con la indicación final que prohibe enseñarla a los profanos: “Las armas del reino no se muestran al extranjero”.

Por lo que sabemos de fuentes taoístas orales, se trataría de uno de los pilares de la tradición taoísta, y tiene una especial aplicación referida a la ley del movimiento. La escuela mágica del Yin Yang la tuvo en cuenta en sus desarrollos en el Taoísmo más tardío. Puesto que la ley del mundo, en cuanto a su dinámica, es Yin Yang, ésta se aplica a los dos tipos de movimientos cuyo alternarse caracteriza la vida biológica y natural. Al movimiento Yin = Contracción, sigue el Yang = expansión, y el “continuum” de la vida está constituido por esta discontinuidad en cuanto es rítmica (por ejemplo sístole y diástole en el corazón). Producir una contracción significa provocar una reacción expansiva. Según los taoístas, se trata de cosas que todo hombre profano sabe, pero a las que no se les da todo el alcance que tienen.

No podemos extendernos sobre las implicaciones cósmicas o psicológicas de esta doctrina. Por otro lado, en nuestro texto se encuentran muchas alusiones a ella, a través de ejemplos numerosos y variados. Solamente tenemos que aclarar que el “Te” está esencialmente fundamentado en ella, teniendo en cuenta que el criterio ético no tiene nada que ver con esta doctrina. “Que se quede el pez en la profundidad del agua”, dice Lao Tzu. Porque es demasiado evidente que esta ley puede ser aplicada (y seguramente lo ha sido en algunos medios y oportunidades) para conseguir fines no precisamente nobles.

La concepción del hombre en el Taoismo

El Taoísmo ha impreso un sello particular a la concepción general del hombre que es propia de la China tradicional, o sea a aquella que tiene su origen común en el pensamiento arcaico.

Entre las muchas tríadas que existen en la tradición china (19) una de ellas se refiere al hombre, situado entre el cielo (lo trascendente, lo espiritual) y la tierra (lo inmanente, lo material); siendo el hombre -como hijo del cielo y de la tierra- intermediario entre los dos, este rol es personificado por excelencia en el rey y luego por el emperador, “hijo del cielo”. Esto está en cierta correspondencia con otra tríada: cielo, tierra y centro (espacio intermediario, en chino “chung-ho”, que significa “centro”, “unión en el centro”) lo que corresponde a los “tres mundos” del cosmos religioso hindú (“bhu- bhuvarshar”) y también a los tres “pachas” de la religión incaica.

Ya hemos dicho que la unidad, “Tai-Ki”, no es considerada como primer número impar, por representar la unidad metafísica. Tres es el primer número impar, por representar el número del cielo (Yang) en cuanto a su naturaleza, como dos es el primer número par y representa la naturaleza de la tierra (Yin); pero en cuanto se refiere a la acción recíproca del cielo y de la tierra, la que no puede darse sino en el centro (“chung-ho”), y a su mesura y modo de manifestación, el cielo está representado por el número cinco (2 + 3) y la tierra por el número seis (2 x 3) (20).

La concepción del hombre se halla entonces relacionada con esta posición central; por eso, el emperador, al celebrar los grandes sacrificios, tenía que estar “situado” en este centro.

Si consideramos el Taoísmo como una religión, tendríamos, de acuerdo con el criterio de Von Glasenapp, que clasificarlo entre las religiones del orden eterno del mundo (que en este caso tiene el nombre de Tao) en contraposición con aquellas que se fundamentan en la revelación histórica de Dios (personal), como Israel, el Cristianismo y el Islam. Sería entonces una religión que pertenece al mismo grupo en el cual se sitúan el Hinduismo y el Budismo. El sentido de una revelación del orden eterno del universo procede por analogía de la naturaleza (esa “analogía universi” que tampoco era desconocida por la escolástica cristiana medieval) llevando a través de una “cosmología sagrada” a la metafísica. Pero aunque el Taoísmo debía tomar en un determinado momento la forma de una religión (con sus monjes, ritos, etc.), todos los autores reconocen que eso no proviene de su naturaleza propia, sino de un influjo posterior del Budismo, única religión que apareció al principio de nuestra era, en la China, proveniente de la India. Esto permitió al Taoísmo influir notablemente en el Budismo chino y especialmente en la escuela “Chan” (escuela de meditación, más conocida en occidente a través de su versión japonesa, el Budismo Zen).

El sutra del diamante

El Sutra del Diamante
-Vajracchedika Prajna Paramita-
Traducido desde el inglés por Fa Chuán
© de la traducción, 1998, Chuan Fa Shakya
http://www.geocities.com/vajrayoguini/textos.html

(1) Esto es lo que he oído. Una mañana, cuando el Buddha estaba cerca de Shravasti, en el bosque de Jeta, en el parque de Anathapindika, El y Su congregación de mil doscientos cincuenta monjes fueron a la ciudad para mendigar el desayuno; cuando regresaron y terminaron de comer, guardaron las túnicas y los cuencos y se lavaron los pies. Entonces el Buddha tomó Su asiento y los demás se sentaron ante él.

(2) De entre la asamblea se levantó el Venerable Subhuti. Se desnudó el hombro derecho, se arrodilló sobre su rodilla derecha, y juntando las palmas de las manos se inclinó ante el Buddha. “¡Señor! -dijo- ¡Tathagata! ¡Honorado-por-todo-el-mundo! ¡Que maravilloso es que seamos protegidos e instruidos por Su misericordia! Señor, cuando hombres y mujeres anuncian su deseo de seguir el Camino del Bodhisattva, y nos preguntan cómo deberían proceder, ¿qué deberíamos decirles?”

(3) “¡Bien Subhuti! -contestó el Buddha- cuando alguien dice, ‘¡Quiero seguir el Camino del Bodhisattva porque quiero salvar a todos los seres; sin importarme que sean criaturas que hayan sido formadas en un útero o incubadas en un huevo; que sus ciclos vitales sean tan observables como el de los gusanos, insectos o mariposas, o que aparezcan tan milagrosamente como las setas o los dioses; que sean capaces de pensamientos profundos, o de ningún tipo de pensamientos; hago el voto de conducir a cada uno de los seres al Nirvana; y hasta que no estén todos allí seguros, no recogeré mi recompensa y entraré en el Nirvana.!’ entonces, Subbhuti, debes recordar como uno-que-ha-tomado-los-votos, que incluso si tal incontable número de seres fueran liberados, en realidad ningún ser habría sido liberado. Un Bodhisattva no se aferra a la ilusión de una individualidad separada, una entidad egótica o una identificación personal. En realidad no hay “yo” que libere, ni “ellos” que sean liberados.

(4) “Además, Subhuti, un Bodhisattva debe estar liberado de todo deseo, ya sea de ver, oír, oler, tocar o gustar algo, o de conducir multitudes hacia la iluminación. Un Bodhisattva no alberga ambición. Su amor es infinito y no puede ser limitado por las ataduras personales o las ambiciones. Cuando el amor es infinito sus méritos son incalculables.

“Dime Subhuti, ¿puedes medir el cielo oriental?”
” No, Señor, no puedo.”
“¿ Puedes medir el espacio que se extiende hacia el sur, el oeste, el norte, o hacia arriba o abajo?”
” No, Señor, no puedo.”
” Tampoco puedes medir los méritos de un Bodhisattva que ama, trabaja y da sin deseo o ambición. Los Bodhisattvas deberían prestar una atención particular a esta enseñanza.”

(5) “Subhuti, ¿qué piensas? ¿Es posible describir al Tathagata? ¿Puede ser reconocido mediante características materiales?” “No, Señor, no es posible someter al Tathagata a diferenciaciones o comparaciones.” Entonces dijo el Señor, “Subhuti, en el fraude del Samsara todas las cosas son distintamente consideradas o atribuidas, pero en la verdad del Nirvana ninguna diferenciación es posible. No se puede describir al Tathagata.

“Aquel que comprende que todas las cualidades no son de hecho cualidades determinadas, percibe al Tathagata.”

(6) Subhuti le preguntó al Buddha, “Honorado-por-todo-el-mundo, ¿habrá siempre hombres que comprendan esta enseñanza?”

El Señor respondió, “Subhuti, ¡nunca lo dudes! Siempre habrá Bodhisattvas virtuosos y sabios; y en los eones que vienen, estos Bodhisattvas echarán su raíces de mérito bajo muchos árboles Bodhi. Recibirán esta enseñanza y responderán con fe serena, siempre habrá Buddhas que los inspiren. El Tathagata los verá y reconocerá con Su ojo-Búdico, ya que en estos Bodhisattvas no habrá obstrucciones, ni percepción de un yo individual, ni percepción de un ser separado, ni percepción de un alma, ni percepción de una persona. Y estos Bodhisattvas no considerarán las cosas como si fueran contenedores de cualidades intrínsecas, ni como si estuvieran desprovistas de cualidades intrínsecas. Tampoco discriminarán entre bien y mal. La discriminación entre conducta virtuosa y no virtuosa debe utilizarse al igual que una balsa. Una vez que lleva a uno-que-cruza-la-corriente hasta la otra orilla se abandona.

(7) “Dime Subhuti, ¿ha logrado el Tathagata la Iluminación Perfecta que Trasciende las Comparaciones? De ser así, ¿hay algo sobre ella que el Tathagata pueda enseñar?

Subhuti respondió, “Tal como entiendo la enseñanza, la Iluminación Perfecta que Trasciende las Comparaciones no puede ser alcanzada ni atrapada, como tampoco puede ser enseñada. ¿Por qué? Porque el Tathagata ha dicho que la Verdad no es una cosa que pueda ser diferenciada o contenida, y por lo tanto, la Verdad no puede ser atrapada ni expresada. La Verdad ni es ni no es.

(8) Entonces el Señor preguntó, “Si alguien llenara tres mil galaxias con los siete tesoros -oro, plata, lapislázuli, cristal, perlas rojas y cornalina- y lo diera todo como regalos de caridad, ¿obtendría mucho mérito?”

Subhuti respondió, “Señor, en efecto adquirirá gran mérito, aunque en verdad, no tiene una existencia separada a la que el mérito pueda acumularse.”

Entonces dijo el Buddha, “Suponte que alguien haya comprendido solamente cuatro líneas de nuestro Discurso, pero a pesar de eso se ve movido a explicárselas a otro; entonces, Subhuti, su mérito será mayor que el de aquel que practica la caridad. ¿Por qué? ¡Porque este Discurso puede producir Buddhas! ¡Este Discurso revela la Iluminación Perfecta que Transciende las Comparaciones!”

(9) “Dime, Subhuti, ¿un discípulo que comienza a cruzar la Corriente se dirá a sí mismo, ‘soy merecedor de los honores y recompensas de uno-que-entra-en-la-Corriente’?”

“No, Señor. Un verdadero uno-que-entra-en-la-Corriente no pensará en sí mismo como una entidad egótica separada que pueda ser digna de algo. Solo se puede decir que verdaderamente ha entrado en la Corriente aquel discípulo que no diferencia entre él mismo y los demás, que no toma en consideración nombre, forma, sonido, olor, gusto, tacto, o cualquier otra cualidad.”

“¿Un adepto que está sujeto a tan solo un renacimiento más se dirá a sí mismo, ‘soy merecedor de los honores y recompensas de uno-que-solo-va-a-renacer-una-vez’?”

“No, Señor. ‘Uno-que-solo-va-a-renacer-una-vez’ es tan solo un nombre. No hay dejar de existir, tampoco comenzar a ser. Solo se puede llamar adepto a alguien que haya comprendido esto.”

“¿Un Venerable que no volverá a renacer como mortal se dirá a sí mismo, ‘soy merecedor de los honores y recompensas de uno-que-no-va-a-volver.’?”

“No, Honorado-por-todo-el-mundo. ‘Uno-que-no-va-a-volver’ es tan solo un
nombre. No hay retorno ni no retorno.”

“Dime Subhuti, ¿se dirá un Buddha a sí mismo, ‘he alcanzado la Iluminación Perfecta.’?”

“No, Señor. No hay una Iluminación Perfecta que alcanzar. Señor, si un Buddha Perfectamente Iluminado se dijera, ‘así soy yo’, estaría admitiendo una identidad individual, un yo y una personalidad independientes, y en tal caso no sería un Buddha Perfectamente Iluminado.”

“¡Oh, Honorado-por-todo-el-mundo! Ha declarado que yo, Subhuti, sobresalgo entre Sus hombres santos en el conocimiento de la bienaventuranza del samadhi, en estar perfectamente contento en soledad, y en estar libre de pasiones. Pero no me digo, “así soy yo”, porque si alguna vez pensara en mí mismo de tal manera, no sería verdad que he escapado de la ilusión del ego. Sé que en realidad no existe Subhuti y que por lo tanto Subhuti no mora en ninguna parte, que ni conoce ni ignora la bienaventuranza, que ni es libre ni es esclavo de las pasiones.”

(10) Dijo el Buddha, “Subhuti, ¿qué piensas? En el pasado, cuando el Thatagata estuvo con Dipankara, el Completamente Iluminado, ¿aprendió alguna doctrina de él?”

“No, Señor. No existe una doctrina que pueda ser aprendida.”

“Subhuti, date cuenta también de que si un Bodhisattva dijera, “crearé un paraiso”, estaría hablando falsamente. ¿Y por qué? Porque un paraíso no puede ser creado ni no creado.

“Date cuenta entonces, Subhuti, que todos los Bodhisattvas, grandes o menores, experimentarán la mente pura que sigue a la extinción del ego. Una mente como esta no discrimina haciendo juicios sobre sonido, sabor, tacto, olor, o cualquier otra cualidad. Un Bodhisattva debería desarrollar una mente que no forme ataduras ni aversiones hacia nada.

“Suponte que un hombre estuviera dotado de un cuerpo grande, tan grande como el de Sumeru, rey de las montañas. ¿Sería grande su cuerpo?”

“Sí, Señor. Sería grande, pero ‘cuerpo’ es tan solo un nombre. En realidad, él ni existiría ni no existiría.”

(11) “Subhuti, si hubiese tantos ríos Ganges como granos de arena hay en el lecho del Ganges, ¿serían muchos los granos de arena de todos ellos?”

“Sí, muchos, Honorado-por-todo-el-mundo. ¡Sería imposible contar todos los ríos Ganges, y mucho más sus granos de arena!”

“Subhuti, te diré una gran verdad. Si alguien llenara tres mil galaxias con los siete tesoros por cada grano de arena de todos esos ríos Ganges, y las diera como caridad, ¿obtendría un gran mérito?”

“Realmente grande, Señor.”

Entonces el Buddha declaró, “Subhuti, si alguien estudia nuestro Discurso y comprende solamente cuatro líneas, pero se las explica a otro, el mérito conquistado será mucho más grande.”

(12) “Además, Subhuti, en cualquier lugar que sean pronunciadas estas cuatro líneas, ese lugar debería ser venerado como un Santuario del Buddha. ¡Y la veneración debería ser mayor cuanto mayor fuera el número de líneas explicadas!

“Alguien que comprenda y explique este Discurso en su totalidad alcanza la más alta y más maravillosa de todas las verdades. Y dondequiera que la explicación sea dada, allí, en ese lugar, deberías conducirte como si estuvieras en presencia del Buddha. En ese lugar deberías hacer reverencia y ofrecer flores e incienso.”

(13) Entonces Subhuti preguntó, “Honorado-por-todo-el-mundo, ¿cómo se debería llamar este Discurso?”

El Buddha respondió, “Este discurso deberá ser conocido como El Vajracchedika Prajna Paramita – El Diamante Cortador de Sabiduría Trascendental – porque la Enseñanza es fuerte y afilada como un diamante que corta a través de los malos enjuiciamientos y la ilusión.”

(14) En ese momento el impacto del Dharma provocó lágrimas en Subhuti. Entonces, mientras se limpiaba la cara, dijo, “¡Señor, qué precioso es que vos pronunciéis este profundo Discurso! Hace tiempo que se abrió mi ojo de la sabiduría por primera vez; pero desde entonces hasta ahora nunca había escuchado un explicación tan maravillosa sobre la naturaleza de la Realidad Fundamental.

“Señor, sé que en años venideros habrá muchos hombres y mujeres que, aprendiendo de nuestro Discurso, lo recibirán con fe y entendimiento. Serán liberados de la idea de una identidad egótica, liberados de la idea de un alma personal, liberados de la idea de un ser individual o una existencia separada. ¡Que memorable logró será esta libertad!”

(16) “Subhuti, aunque en este mundo ha habido millones y millones de Buddhas, y todos merecedores de gran mérito, el mérito más grande de todos le corresponderá al hombre o mujer que, al final de nuestra Época Búdica, en el último periodo de quinientos años, reciba este discurso, lo considere, ponga su fe en él, y entonces se lo explique a otro, salvando así nuestra Buena Doctrina del colapso final.”

(17) “Señor, ¿cómo deberíamos entonces instruir a aquellos que desean tomar los votos de Bodhisattva?”

“Decidles que si desean alcanzar la Iluminación Perfecta que Trasciende las Comparaciones deben ser resueltos en sus actitudes. Deben estar decididos a liberar a cada uno de los seres vivos, aunque en realidad comprendan que no hay seres individuales o separados.

“Subhuti, para ser llamado verdaderamente Bodhisattva, un Bodhisattva debe estar completamente desprovisto de cualquier concepción de un sí mismo.

(18) “Dime, Subhuti. ¿Posee el Tathagata el ojo humano?
” Sí, Señor, lo tiene.”
“¿ Posee el Tathagata el ojo divino?”
” Sí, Señor, lo tiene.”
“¿ Posee el Tathagata el ojo espiritual?”
” Sí, Honorado-por-todo-el-mundo.”
“¿ Y posee el ojo de la sabiduría trascendental?
” Sí, Señor.”
“¿ Y posee el Tathagata el ojo-Búdico de la omnisciencia?”
” Sí, Señor, lo tiene.”

“Subhuti, aunque hay incontables Tierras Búdicas, e incontables seres de formaciones mentales muy diferentes en esas Tierras Búdicas, el Tathagata los comprende a todos con su Mente que Todo lo Abarca. Pero en cuanto a sus formaciones mentales, simplemente se las llama “mentales”. Tales formaciones mentes no tienen existencia real. Subhuti, es imposible retener estados mentales pasados, imposible mantener estados mentales presentes, e imposible aprehender estados mentales futuros, ya que en ninguna de sus actividades tiene la mente sustancia o existencia.”

(32) “Y por último, Subhuti, date cuenta de nuevo de que si un hombre da todo lo que tiene -tesoro suficiente para llenar innumerables mundos- y otro hombre o mujer despierta al pensamiento puro de la Iluminación y toma solamente cuatro líneas de este Discurso, las recita, las considera, las comprende, y entonces, para el beneficio de los demás, da a conocer estas líneas y las explica, su mérito será el mayor de todos.

“Ahora, ¿cuáles deberían ser las formas de un Bodhisattva cuando explica estas líneas? Debería estar desprendido de las cosas fraudulentas del Samsara y debería morar en la verdad eterna de la Realidad. Debería saber que el ego es un fantasma y que tal engaño no tiene que seguir existiendo.

“Y así debería mirar el mundo temporal del ego-

“Como una estrella que cae, o Venus eclipsada por el alba,
Un burbuja en una corriente, un sueño,
La llama de una vela que chisporrotea y se va.”

Cuando el Buddha hubo terminado, el Venerable Subhuti y el resto de asamblea se llenó de gozo con Su enseñanza; y llevándola sinceramente en el corazón, emprendieron sus caminos.

* Una versión abreviada. Las secciones de la 19 a la 31 han sido omitidas debido a que repiten secciones previas. El capítulo 17 ha sido omitido por el traductor, Edward Conzen porque, según sus palabras: “En el capítulo 17 el sutra se repite. La pregunta del capítulo 2 se formula de nuevo, y lo mismo sucede con la respuesta del capítulo 3. 17-a-d considera sucesivamente tres etapas de la vida del Bodhisattva, tal como sucede en los capítulos del 3 al 5, y de nuevo en el 10. Con la ausencia de una entidad real como idea principal, el capítulo 27 vuelve una vez más sobre materia ya vista. 17a corresponde al 3; 17b al 10a; 17d al 7; 14g al final del 8; 17e al 10c; y 17g al 10b.”

Sutra de los Kalamas

El Sutra de los Kalamas
(Anguttara Nikaya III, 65)
Traducción al español por Samanera Thitapuñño
http://www.geocities.com/vajrayoguini/textos.html
(Los Kalamas de Kesaputta visitan al Buda)

1. Esto he escuchado. En una ocasión el Bendito, mientras merodeaba en el país de Kosala en compañía de una gran comunidad de monjes, entró en el pueblo de los Kalamas llamado Kesaputta. Los Kalamas que eran habitantes de Kesaputta exclamaron: “El reverendo Gotama, el monje, el hijo de los Sakiyas, mientras merodeaba en el país de Kosala, entró en Kesaputta. La buena reputación del reverendo Gotama se ha difundido de la siguiente forma: Efectivamente, el Bendito es consumado, totalmente iluminado, dotado de sabiduría y disciplina, sublime, conocedor de los planos de existencia, incomparable guía de hombres domables, maestro de seres humanos y divinos, a los cuales ha entendido claramente a través del conocimiento directo. Él ha expuesto el Dhamma, bueno en el inicio, bueno en la parte media, bueno en el final, dotado de forma y significado, y completo en todo aspecto; también proclama la vida santa que es perfectamente pura. El ver tales consumados es bueno en verdad.”

2. Entonces los Kalamas de Kesaputta fueron a donde se encontraba el Bendito. Al llegar ahí algunos le rindieron homenaje y después se sentaron a un lado; algunos intercambiaron saludos con él y después de concluir conversación cordial memorable, se sentaron a un lado; algunos anunciaron sus nombres y el de sus familias y se sentaron a un lado; algunos sin decir cosa alguna se sentaron a un lado.

(Los Kalamas de Kesaputta solicitan la guía de Buda)

3. Los Kalamas que eran habitantes de Kesaputta sentados a un lado dijeron al Bendito: “Venerable señor, hay algunos monjes y brahmanes que visitan Kesaputta. Ellos exponen y explican solamente sus doctrinas; desprecian, insultan y hacen pedazos las doctrinas de otros. Otros monjes y brahmanes también, venerable señor, vienen a Kesaputta. Ellos también exponen y explican solamente sus doctrinas; desprecian, insultan y hacen pedazos las doctrinas de otros. Venerable señor, en lo que concierne a ellos tenemos dudas e incertidumbre. ¿Cuál de estos reverendos monjes y brahmanes habló con falsedad y cuál con la verdad?

(El Criterio para el rechazo)

4. “¡Kalamas!, es propio para vosotros dudar y tener incertidumbre; la incertidumbre ha surgido en vosotros acerca de lo que es dudoso. ¡Kalamas! No atenerse a lo que ha sido adquirido mediante lo que se escucha repetidamente; o a lo que es tradición; o a lo que es rumor; o a lo que está en escrituras; o a lo que es conjetura; o a lo que es axiomático; o a lo que es un razonamiento engañoso; o a lo que es un prejuicio con respecto a una noción en la que se ha reflexionado; o a lo que aparenta ser la habilidad de otros; o a lo que es la consideración: ‘Este monje es nuestro maestro.’ ¡Kalamas!, cuando vosotros por vosotros mismos sepáis: ‘Estas cosas son malas; estas cosas son censurables; estas cosas son censuradas por los sabios; cuando se emprenden y se siguen, estas cosas conducen al daño y al infortunio,’ abandonadlas.”

(Codicia, odio e ignorancia)

5. “¿Qué pensáis, Kalamas? ¿La codicia aparece en un hombre para su beneficio o para su perjuicio?” “Para su perjuicio, venerable señor.”

“Kalamas, dado a la codicia, y estando mentalmente sumergido y vencido por la codicia, un hombre mata, roba, comete adulterio y dice mentiras; y así incita a otro a hacer lo mismo. ¿Por mucho tiempo será esto para su daño y su perjuicio?” “Sí, venerable señor.”

6. “¿Qué pensáis, Kalamas? ¿El odio aparece en un hombre para su beneficio o para su perjuicio?” “Para su perjuicio, venerable señor.”

“Kalamas, dado al odio, y estando mentalmente sumergido y vencido por el odio, un hombre mata, roba, comete adulterio y dice mentiras; y así incita a otro a hacer lo mismo. ¿Por mucho tiempo será esto para su daño y su perjuicio?” “Sí, venerable señor.”

7. “¿Qué pensáis, Kalamas? ¿El odio aparece en un hombre para su beneficio o para su perjuicio?” “Para su perjuicio, venerable señor.”

“Kalamas, dado a la ignorancia, y estando mentalmente sumergido y vencido por la ignorancia, un hombre mata, roba, comete adulterio y dice mentiras; y así incita a otro a hacer lo mismo. ¿Por mucho tiempo será esto para su daño y su perjuicio?” “Sí, venerable señor.”

8. “¿Qué pensáis, Kalamas? ¿Estas cosas son buenas o malas?” “Malas, venerable señor.”

“¿Censuradas o alabadas por los sabios?” “Censuradas, venerable señor.”

“Cuando estas cosas se emprenden y se siguen, ¿conducen al daño y al infortunio? ¿O como os parece?” “Cuando estas cosas se emprenden y se siguen conducen al daño y al infortunio. Así nos parece esto.”

9. “Por lo tanto, dijimos, Kalamas, lo que se dijo: ‘¡Kalamas! No atenerse a lo que ha sido adquirido mediante lo que se escucha repetidamente; o a lo que es tradición; o a lo que es rumor; o a lo que está en escrituras; o a lo que es conjetura; o a lo que es axiomático; o a lo que es un razonamiento engañoso; o a lo que es un prejuicio con respecto a una noción en la que se ha reflexionado; o a lo que aparenta ser la habilidad de otros; o a lo que es la consideración: ‘Este monje es nuestro maestro.’ ¡Kalamas!, cuando vosotros por vosotros mismos sepáis: ‘Estas cosas son malas; estas cosas son censurables; estas cosas son censuradas por los sabios; cuando se emprenden y se siguen, estas cosas conducen al daño y al infortunio,’ abandonadlas.”

(El Criterio de aceptación)

10. “¡Kalamas! No atenerse …, cuando vosotros por vosotros mismos sepáis: ‘Estas cosas son buenas, estas cosas no son censurables; estas cosas son alabadas por los sabios; cuando se emprenden y se siguen, estas cosas conducen al beneficio y la felicidad,’ entrad y permaneced en ellas.”

(Ausencia de codicia, odio e ignorancia)

11. “¿Qué pensáis, Kalamas? ¿La ausencia de codicia aparece en un hombre para su beneficio o para su perjuicio?” “Para su beneficio, venerable señor.”

“Kalamas, no dado a la codicia y no estando mentalmente sumergido y vencido por la codicia, un hombre no mata, no roba, no comete adulterio y no dice mentiras; y así incita a otro a hacer lo mismo. ¿Por mucho tiempo será esto para su beneficio y felicidad?” “Sí, venerable señor.”

12-13. “¿Qué pensáis, Kalamas? ¿La ausencia de odio … La ausencia de ignorancia …”

14. “¿Qué pensáis, Kalamas? ¿Estas cosas son buenas o malas?” “Buenas, venerable señor.”

“¿Censurables o no censurables?” “No censurables, venerable señor.”

“¿Censuradas o alabadas por los sabios?” “Alabadas, venerable señor.”

“Cuando estas cosas se emprenden y se siguen, ¿conducen al beneficio y la felicidad o no? ¿O cómo os parece?” “Cuando estas cosas se emprenden y se siguen conducen al beneficio y la felicidad. Así nos parece esto.”

15. Por lo tanto, dijimos, Kalamas, lo que se dijo: …. (como en 9.).

(Las Cuatro Moradas Exaltadas)

16. “El discípulo de los Nobles, Kalamas, que en esta forma está libre de codicia, libre de rencor (mala voluntad), libre de ignorancia, claramente comprendiendo y atento, permanece, habiendo difundido con el pensamiento de amistad un cuarto; de la misma manera el segundo; de la misma manera el tercero; de la misma manera el cuarto; así también arriba, abajo y en derredor; él permanece, habiendo difundido debido a la existencia en el [espacio] de todos lo seres vivientes, por doquier, el mundo entero, con el gran, exaltado, ilimitado pensamiento de amistad que está libre de malicia u odio.”

“Él vive, habiendo difundido, con el pensamiento de compasión …. con el pensamiento de gozo solidario … con el pensamiento de ecuanimidad …, ilimitado pensamiento de ecuanimidad que está libre de malicia u odio.”

(Los Cuatro Consuelos)

17. “El discípulo de los Nobles, Kalamas, que tiene tal mente libre de odio, tal mente libre de malicia, tal mente libre de mancha, tal mente purificada, es uno que encuentra cuatro consuelos aquí y ahora.”

“‘Suponed que hay un más allá y que hay fruto, resultado, de acciones buenas y malas. Entonces, es posible que en la disolución del cuerpo después de la muerte, apareceré en el mundo celestial, el cual posee el estado de gozo.’ Éste es el primer consuelo que encuentra.”

“‘Suponed que no hay más allá y que no hay fruto, resultado, de acciones buenas y malas. Sin embargo en este mundo, aquí y ahora, libre de odio, libre de malicia, seguro, saludable y contento me mantengo.’ Éste es el segundo consuelo que encuentra.”

“‘Suponed que resultados malos caen sobre un hombre que actúa mal. Yo, si embargo, pienso en no hacerle mal a nadie. ¿Entonces, cómo es posible que resultados malos me afecten si no hago malas obras?’ Éste es el tercer consuelo que encuentra.”

“‘Suponed que resultados malos no caen sobre un hombre que actúa mal. Entonces, de todos modos me veo purificado.’ Éste es el cuarto consuelo que encuentra.”

“El discípulo de los Nobles, Kalamas, que posee tal mente libre de odio, tal mente libre de malicia, tal mente sin mancha, tal mente purificada, es aquel para el cual, aquí y ahora, cuatro consuelos encuentra.”

“¡Maravilloso, venerable señor! ¡Maravilloso, venerable señor! Venerable señor, es como si una persona tornara boca arriba aquello que está boca abajo, o como si descubriera lo que está cubierto, o como si enseñara el camino a alguien que se encuentra perdido, o como si llevase un lámpara en la oscuridad pensando, ‘Aquellos que tengan ojos verán objetos visibles,’ así ha sido presentado el Dhamma en muchas formas por el Bendito. Venerable, señor, nosotros acudimos a tomar refugio en el Bendito, a tomar refugio en el Dhamma, y a tomar refugio en la comunidad de Bhikkhus. Venerable señor, permita el Bendito considerarnos como seguidores laicos que han tomado refugio por vida, a partir de hoy.”

Budismo

Las transformaciones sociales ocurridas en la India durante los siglos VII y VI a.C., posibilitaron el florecimiento de nuevas ideologias religiosas, entre las cuales se encuentra el budismo. Este, abandonando antiguos conceptos, hizo del propio ser humane, apartado de cualquier divinidad o ayuda exterior, la unica fuente de salvacion.

Budismo es el nombre dado por los occidentales al sistema religiose fundado en la India alrededor del siglo V a.C., por Sidharta Gautama, llamado el Buda (del sanscrito buddha, “despertado, iluminado”). En el Oriente se lo denomina Buddha-marga (camino de Buda), Buddha-dharma (ley de Buda) o Sad-dharma (ley correcta o perfecta). Tiene por fin la realizacion plena de la naturaleza humana y la creacion de una sociedad perfecta y pacifica.1

La tradicion budista admite que, ademas de Sidharta Gautama, cuyo nacimiento tuvo lugar por el ano 560 a.C., otros Budas han vivido sin darse a conocer. Todo aquel que busca la iluminacion,2 al igual que los que, despues de conseguirla, se dedican a salvar al projimo, se vuelven Bodhisattvas (Budas).
Resumen historico

El primer texto conocido de buda trata de su vida fue escrito 400 anos despues de su muerte, aunque existen inscripciones budistas anteriores, en estelas de piedra.

Los textos referentes al nacimiento de Buda casi siempre envuelven este acontecimiento en una atmosfera poetica y piadosa. Hijo del rey Shuddodana, Buda fue concebido en el vientre de la reina Maya durante el sueno por un pequeno elefante blanco. Sin causarle ningun sufrimiento a su madre, vino al mundo en un bosque tranquilo, cercado de flores, manantiales y arboles frutales. Nacio con cuarenta dientes y diciendo: “Soy el senor del mundo”. Conocia tambien al nacer 74 alfabetos, inclusive el chino, y tenia ochenta y tantas senales fisicas distintivas del futuro Buda. Esta es una de las leyendas sobre su nacimiento.

Por las informaciones mas comprobadas sabemos que Sidharta Gautama nacio por el ano 560 a.C. (556?) en Kapilavastu, capital de un pequeno reino proximo al Himalaya, en la actual frontera de Nepal. Paso su infancia y su juventud en la corte de su padre, el rey Shuddodana, rodeado de lujo principesco. Se caso, siendo todavia joven, con su prima Yassodhara, y tuvo un hijo a quien le dieron el nombre de Rahula.

Sidharta tuvo su crisis religiosa cerca de los treinta anos. Todo lo que se dice de su experiencia religiosa se basa en la leyenda de los cuatro encuentros
La leyenda de los cuatro encuentros

Le habia sido dicho al rey Shuddodana que si queria evitar que su hijo lo abandonase, tenia que aislarlo del mundo e impedirle ver el sufrimiento. Es un poco dificil imaginarse como habria conseguido hacer eso y educarlo para gobernar al mismo tiempo.

En todo caso, esas medidas no progresaron. Sidharta, acompañado de su escudero-cochero Xanna, dio cuatro paseos sucesivos. En el primero vio a un viejo arrugado, tremulo y apoyado en un baston.

— iQue es eso? — pregunto.

— Es la vida, mi senor — respondio su escudero. La misma cosa acontecio cuando Sidharta se encontro con un entierro y con un enfermo cubierto de llagas.

De esa forma Sidharta conocio el dolor, la muerte y el tiempo que todo le consume. Pero, en el cuarto paseo, se

contro con un hombre espantosamente flaco, desnudo, que sólo tenia un tazon para las limosnas y, con todo, tenia la

mirada serena de un vencedor. Era un monje asceta, un hombre que habia vencido el dolor, la muerte y la angustia en busca del Atman (yo) y lo habia puesto en contacto con el mar eterno del ser que fluye de las apariencias ilusorias.

Despues de la fiesta que celebro en palacio en honor del nacimiento de su hijo, a la manana siguiente, Sidharta beso a su mujer y a su hijo, que estaban durmiendo, y huyo conducido por su cochero. Mas adelante se cambio de ropa con un mendigo, se corto el pelo con una espada y, descalzo, se encamino al encuentro de los ascetas.

Rompio los vinculos de las ilusiones; buscaba ahora la certeza y el absoluta que le darian sentido a la vida.
La iluminacion

Por el año 532 a.C., Sidharta renuncio al ascetismo. Sus cinco discipulos lo abandonaron escandalizados por verlo tomar un baño en el rio y aceptar una merienda ofrecida por una joven. De acuerdo con la leyenda, Sidharta reconocio que no era la mortificacion personal lo que conducia a la liberacion.

Despues de alimentarse, se sintio mas dispuesto a buscar la iluminacion “Bhodi” y, tomando posicion de yoga, se coloco bajo una higuera y se puso a meditar. Alii comienza su vida propiamente dicha.

Terminada la meditacion de la higuera, Sidharta busco a sus cinco companeros y les comunico su descubrimiento: Es posible anular las nuevas encarnaciones — el samsara — y escapar a los sufrimientos del mundo. Su premisa basica era:

T J *

Todo vivir es sufrir. El hombre tenia que identificar los lazos que unen los sufrimientos a la vida y tratar de eliminarlos. De ahi proceden las Cuatro verdades nobles y el Camino de los ocho pasos, que veremos mas adelante. Buda fallecio cuando tenia ochenta anos. Despues de su muerte el budismo se corrompio, dando origen a diversas sectas budistas. Cada cual tiene su interpretation propia de las palabras de Buda. Algunas sectas lo divinizaron; otras alegan que el, habiendo llegado al Nirvana, ya dejo de existir. . .
Diseminacion del budismo

Los centros mas importantes del budismo son: Indochina, el Tibet, Nepal, China, Japon, Corea y Ceilan. En la India existen solo unos 200,000 budistas, pues el islamismo marco su fin en su pais de origen.

En Europa muchos se han adherido al budismo, mas por moda que por otra cosa. En los Estados Unidos se introdujo en forma mas seria a traves de la secta japonesa zen, y tiene ahora cerca de 300,000 adeptos.

Pero en otros paises asiaticos esta pasando por una fase de reavivamiento, asociandose muchas veces a movimientos nacionalistas. Ex-ponentes de la cultura hindu contemporanea, tales como Gandhi, Tagore, Nehru y Radh-krishnan, han demostrado gran simpatia por el budismo.

En Brasil, el primer grupo de budistas se formo en Rio de Janeiro, en la decada del 20. En 1955 fue reavivado con la introduccion del budismo zen. El movimiento tomo el nombre de Sociedad budista de Brasil. Tiene un templo en Rio de Janeiro y cuenta con adeptos y nucleos en San Pablo y en Brasilia. Los budistas japoneses inmigrantes tienen escuelas budistas, centralizadas en San Pablo bajo diversas denomina-ciones.

El numero de adeptos del budismo en todo el mundo sobre-pasan los trescientos millones.
La literatura budista

Cada una de las numerosas ramas del budismo tiene su proppia version de sus escrituras sagradas, junto con su vasto cuerpo de comentarios filosoficos y devocionales, inmersos muchas veces en el mito, la leyenda y el milagro. Presentan, por consiguiente, variaciones cualitativas.

Durante unos 400 años, las ensenanzas de Buda solamente fueron transmitidas en forma oral. Gran parte de la literatura de las diferentes ramas se ha perdido. Las ensenanzas budistas mas importantes, que son la base de casi todas las otras, son los siguientes “canones”:

Canon Theravada (Tipitaka — “Los tres cestos”) — Son textos escritos en la lengua pali y se hallan en Ceilan, conservados en su totalidad. Existen tambien dos colecciones de esos textos en las lenguas china y tibetana. Este canon se divide en tres partes:
1. Vinaya — “conducta”. Contiene reglas de disciplina.
2. Dharma — “doctrina”. Son discursos doctrinales atribui-dos a Buda.
3. Abhidharma — Es la elaboracion sistematica de las ideas expuestas en el Dharma.

Canon Mahayana — Esta escrito en sanscrito. Se divide en dos partes:
1. Mahavastu — La gran historia.
2. Lalita-vistara — Es un relato minucioso de la vida de Buda, desde su decision de nacer hasta su primer sermon. Dos canones que merecen ser citados son el chino-japones y el tibetano, habiendo sido traducido este ultimo a diversos idiomas. Existen mas textos disperses, escritos en sanscrito, en manchu, en mongol y en varies dialectos del Asia central, como el tangut.
Facciones del budismo

De entre las diversas facciones del budismo, las mas des-tacadas son:
— Hinayana (Pequeno camino): Sudoeste de Asia.
— Mahayana (Gran camino): Japon, China, Grecia y otros lugares.
— Vajrayana (Camino de diamante): China, Japon y otros lugares.
— Budismo zen: Estados Unidos y otros lugares.
— Lamaismo (Mezcla del budismo con la demonolatria tibetana): El Tibet.
— Tendai: Japon, Tailandia y Birmania.
— Zenmui: Ceilan y otros paises.
— Asoka: India, China, Ceilan y otros lugares.
— Theravada: Varios paises.
Doctrinas

Dios — En el budismo original no existe la idea de un dios supremo que opera sobre el mundo. La idea de la divinidad, para Buda, era semejante a la de los brahmanes,6 con la excepcion de no admitir un Dios creador7 (Ishvara).

El universe — El budismo difiere del hinduismo en cuanto a la concepcion del universe. Las creaciones periodicas de los sistemas cosmicos son regidas por una ley eterna, y el proceso nunca tuvo comienzo y nunca tendra fin.8

Brahma — “Mas, si un hombre. . . no deja olvidado a ente alguno del mundo que tenga forma y vida, y a todos los envuelve en sentimientos de amor, de piedad, de simpatia y de serenidad creciente, incesante y sin medida, entonces, en verdad, ese hombre conocera9 el camino que lleva a la union con Brahma.” (Buda)

Buda — Algunas sectas lo divinizaron; otras alegan que dejo de existir al llegar al Nirvana; otras afirman que sigue viniendo al mundo en diferentes y sublimes reencarnaciones. Mucha fantasia y mucho misticismo se unen a su persona. Los nombres que se le dan, muestran las distintas ideas acerca de Buda.
— Sidharta Gautama — Sidharta, nombre propio; Gautama, nombre de la familia.
— Shakyamuni — El sabio de la tribu de los Shakyas.
— Bhagavat — El bienaventurado.
— Tathdgata — El perfecto que vio y partio.
— Jina — El victorioso.
— Buda — El iluminado, el hombre que desperto.

Mara — Es el demonio de las ilusiones, padre de tres hijas: j Voluptuosidad, Codicia e Inquietud. Segun el budismo, Mara, lucha constantemente con el hombre, no permitiendo que este alcance el Nirvana.

Samsara — Es el circulo de los renacimientos sucesivos. Con la transmigracion del alma a otros cuerpos habia tambien una retribucion. El samsara para el budismo es infinite; hasta los dioses estan sujetos a esa ley. Solo llegando al Nirvana quedaria el hombre libre del samsara.

karma — En las reencarnaciones, lo que una persona nractica en una vida, se incorpora a la proxima. Si el individuo fue bueno, seguira siendolo a lo largo de las infinitas vidas; si fue malo, se ira degradando y acabara por nacer esclavo o insecto. Es la ley de “El que la hace, la paga”.

El hombre — La vision budista de la naturaleza humana ensena que el hombre en su existencia no es bueno ni malo, pudiendo volverse bueno o malo conforme a su conducta. Algunas escuelas creen que el hombre tiene tendencias innatas para el bien; otras realzan que a la naturaleza humana, con su egoismo, su ignorancia y otros factores negatives, le es dificil o imposible hacer que el hombre venza por sus propios esfuerzos.

El Nirvana — “El discipulo que haya renunciado al placer y al deseo, y el que es rico en sabiduria, ese alcanza en este mismo mundo, la liberacion de la muerte, el Nirvana, la morada eterna.” (Buda)

El Nirvana es la extincion del ser, una autoextincion en que toda la idea de personalidad individual cesa, deja de existir. No habiendo, por consiguiente, nada que pueda renacer, el alma se extingue en la nada, en la felicidad eterna, en el no ser.

Toda la doctrina budista tiene la mira de llevar al hombre a extinguirse a si mismo. Es el unico medio de escapar a los horrores del samsara. El hombre que consigue llegar a esa etapa, es libre. La felicidad no existe; es la liberacion del dolor. La liberacion del dolor termina en la NADA!

Seria asombroso: perder tanto tiempo en la tierra con es-peculaciones filosoficas, religiosidad y otras cosas mas, tan solo para llegar a la nada. . .

El sufrimiento — “Es muy dificil penetrar con la punta de un cabello quebrado unas cien veces en un pedazo de cabello igualmente quebrado. Es mas dificil aun comprender el hecho de que todo es sufrimiento. La universalidad del dolor solo se evidencia paulatinamente, a medida que el hombre adquie-re una experiencia de iluminacion espiritual, venciendo asi la causa del sufrimiento y del flujo transmigratorio, a saber, la ignorancia, la ilusion, el sueno en que yacen la mayoria de los hombres.” (Buda)

El suicidio — El budismo no admite el suicidio, que considera I inutil, ya que lleva al hombre a una nueva reencarnacion, de vuelta al mundo y a los dolores. En cambio, si el hombre ya alcanzo el nirvana, el suicidio es indiferente, porque ya no existe mas. En ese caso, creyendo hacer el bien, vemos monjes budistas que mueren carbonizados en protesta por alguna cosa que aflige a los hombres. Dejando de existir, reposara en la inconmensurable paz del nirvana; jen el no ser!14

Las tres marcas — Tradicionalmente el budismo se distingue de las otras religiones por las llamadas tres marcas: impermanencia, insubstancialidad y nirvana.

La idea de la impermanencia sostiene que no existe en el mundo nada que sea eterno y perenne. La de la insubstanciaJidad, que los fenomenos no tienen un nucleo estable que determine su naturaleza; son meras combinaciones. La idea del nirvana ya la hemos comentado en una exposicion anterior.

Las cuatro verdades nobles — Estas verdades componen, en la vision budista, la ley fundamental del universo. Son la doctrina base de todas las escuelas y sectas del budismo.

1. Sobre el doJor: El nacimiento es dolor, la vejez es dolor, la enfermedad es dolor, la muerte es dolor, el contacto con lo desagradable es dolor, la separacion de lo que es agradable es dolor, no realizar los deseos es dolor. En resumen, los componentes de la individualidad, a saber, el cuerpo, las sensaciones, las percepciones, las formaciones siquicas y la conciencia (conocimiento), son dolor.

2. Sobre eJ origen del dolor: El deseo de existir es el que conduce al renacimiento, el que trae el placer y la codicia, el que busca su satisfaccion; la sed de experiencia senso-rial, la sed de seguir viviendo.

3. Sobre la supresion del dolor: La extincion completa del deseo, a fin de que no haya pasion. Alejarlo de si, renunciar a el, librarse de el y no darle lugar alguno.

4. Sobre el camino que JJeva a la supresion del dolor: El sagrado camino de ocho pasos: visiones rectas, voluntad recta, lenguaje recto, conducta recta, medios rectos de subsistencia, esfuerzo recto, recto desvelo y concentration recta.15

El sutra sobre el Budha Amitayus

El sutra sobre el Budha Amitayus

El Sutra sobre el Buddha Amitayus
Traducido desde el inglés por el Reverendo Chuan Fa Shakya
© de la traducción, 1998, Chuan Fa Shakya
http://www.geocities.com/vajrayoguini/textos.html

Palabras del traductor
Este sutra (también conocido como ‘El Sutra Corto sobre Amitayus’) es uno de los tres pilares sobre los que se apoya el Budismo de la Tierra Pura, los otros dos son: ‘El Sutra sobre el Buddha de la Luz Infinita’ (también conocido como ‘El Sutra Largo sobre Amitayus’) y ‘El Sutra de la Contemplación de Amitayus’. A la hora de verter este sutra al español me he decidido por la versión de Kumarajiva. Puede resultar interesante para el lector el incluir una lista con los nombres que recibe el Buddha Amitayus en distintos lenguajes: en japonés se le conoce como Amida, en chino como Omito, y en sánscrito tanto como Amitabha (Luz Infinita) o Amitayus (Vida Infinita). Por último desear que la luz que emana de este sutra ilumine a innumerables seres.

Rev. Chuan Fa Shakya; diciembre de 1998; Oviedo; Asturias; España.
El Sutra sobre el Buddha Amitayus

(1) Esto he oído. Una vez el Buddha residía en el bosque de Jeta del jardín de Anathapindada en Shravasti, junto a una gran asamblea de mil doscientos cincuenta monjes, todos ellos bien conocidos grandes arhats. Entre ellos se encontraban grandes discípulos como los Ancianos Shariputra, Mahamaudgalyayana, Mahakashyapa, Mahakatyayana, Mahakaushthila, Revata, Shuddhipanthaka, Nanda, Ananda, Rahula, Gavampati, Pindola-Bharadvaja, Kalodayin, Mahakapphina, Vakkula y Aniruddha. También estaba acompañado por muchos bodhisattvas y mahasattvas como el Príncipe del Dharma, Manjushri, el Bodhisattva Ajita, el Bodhisattva Elefante de Dulce Olor, y el Bodhisattva Esfuerzo Constante, y por innumerables devas, incluyendo a Shakra, señor de los dioses.

(2) Entonces el Buddha le dijo al Anciano Shariputra: “Si desde aquí viajas al oeste, dejando atrás cien mil kotis de tierras búdicas, llegarás a la tierra conocida como ‘Gozo Supremo (Sukhavati)’, donde vive un Buddha llamado Amita(-ayus). Allí vive enseñando el Dharma.

(3) “Shariputra, ¿por qué se conoce a esta tierra como ‘Gozo Supremo’? Porque allí los seres no sufren dolor sino que gozan de diversos placeres. Además, Shariputra, en la Tierra del Gozo Supremo hay siete filas de barandillas, siete filas de redes decorativas, y siete filas de árboles. Todas ellas están hechas de cuatro clases de joyas y se extienden por toda la tierra, por ello se le llama ‘Gozo Supremo’. Además, Shariputra, en la Tierra del Gozo Supremo hay siete estanques enjoyados, llenos de agua de las ocho excelentes cualidades. Los lechos de los estanques son de polvo de oro, y desde los cuatro extremos de cada estanque nacen escaleras de oro, plata, lapislázuli y cristal. Sobre ellas se alzan pabellones adornados con oro, plata, lapislázuli, cristal, zafiro, perlas rojas, y cornelina. En los estanques hay lotos tan grandes como ruedas de carro — los azules irradian una luz azul, los amarillos una luz amarilla, los rojos una luz roja y los blancos una luz blanca. Son maravillosos y fantásticos, fragantes y puros. Shariputra, la Tierra del Gozo Supremo está colmada de tal excelencia y esplendor.

“Además, Shariputra, en esa tierra búdica suena constantemente música celestial. El suelo es de oro. Seis veces durante el día y la noche flores mandarava llueven del cielo. Todos los días, en la serenidad de la mañana temprana, la gente de esa tierra llena sus canastos con flores exquisitas y van a hacer ofrendas a cien mil kotis de Buddhas que moran en los mundos de otras direcciones. Después regresan para tomar el alimento de la mañana y gozan de un paseo. Shariputa, la Tierra del Gozo Supremo está colmada de tal excelencia y esplendor.

“Además, Shariputra, en esa tierra siempre hay muchas clases de pájaros raros y maravillosos de distintos colores — gansos, pavos reales, loros, sharis, kalavinkas y jivamjivakas. Seis veces al día los pájaros entonan melodiosos y delicados sonidos que proclaman enseñanzas como las cinco raíces de la bondad, los cinco poderes, las siete prácticas que conducen a la iluminación, y el Óctuple Noble Camino. Escuchándolas, la gente de esa tierra presta atención al Buddha, al Dharma y a la Sangha. Shariputra, no deberías pensar que estos pájaros nacen como tal debido a la retribución de su mal karma. La razón es que ninguno de los tres reinos malignos existen en esa tierra búdica. Shariputra, ni tan siquiera los nombres de los tres reinos malignos existen allí; siendo así, ¿cómo podrían existir los mismos reinos? Estos pájaros son manifestados por el Buddha Amitayus para que su canto pueda proclamar y extender el Dharma.

“En esa tierra búdica, Shariputra, cuando las suaves brisas corren a través de los árboles y las redes enjoyadas, producen sonidos armónicos. Es como si cien mil instrumentos musicales fueran tocados al mismo tiempo. Todo aquel que escucha los sonidos espontáneamente presta atención al Buddha, al Dharma y a la Sangha. Shariputra, esa tierra búdica está colmada de tal excelencia y esplendor.

(4) ¿Por qué razón crees, Shariputra, que al Buddha se le llama Amita(-abha)? Shariputra, la luz del Buddha brilla sin límites ni impedimentos en todos los mundos de las diez direcciones. Por esta razón es que se le llama Amita(-abha). Además, Shariputra, la vida del Buddha y de la gente de su tierra se extiende durante ilimitados e incalculables kalpas. Es por esta razón que al Buddha se le llama Amita(-ayus). Shariputra, han pasado diez kalpas desde que el Buddha Amitayus alcanzó la iluminación. Además, Shariputra, tiene un ilimitado e incalculable número de discípulos shravaka, todos ellos arahats, cuyo número no puede ser calculado por ningún medio. Su asamblea de bodhisattvas es igualmente vasta. Shariputra, esa tierra búdica está colmada con tan excelencia y esplendor.

(5) “Además, Shariputra, todos los seres sensibles que nacen en la Tierra del Gozo Supremo moran en el Estado de No-retorno. Muchos de ellos se encuentran en el Estado de Convertirse en Buddha tras Una Vida Más. Su número es tan grande que es imposible calcularlo, y puede solo describirse como innumerable, ilimitado e incalculable.

“Shariputra, aquellos seres sensibles que oigan hablar de esa tierra deberían aspirar a nacer allí, pues podrán encontrarse con tales sabios de virtud suprema. Shariputra, uno no puede alcanzar el nacimiento en esa tierra con pocas raíces de bondad o una pequeña cantidad de mérito. Shariputra, si un buen hombre o una buena mujer que escuche hablar del Buddha Amitayus mantiene en la mente firme su nombre, aunque sea durante uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis o siete días, de forma concentrada y firme, entonces, en la hora de la muerte, el Buddha Amitayus se aparecerá ante él junto con una multitud de santos. En consecuencia, cuando su vida llegue al final, la mente del aspirante no tendrá duda y por ello nacerá en la Tierra del Gozo Supremo del Buddha Amitayus. Shariputra, con esos beneficios en mente, digo: Todos los seres sensibles que escuchen esta enseñanza deberían aspirar a nacer en esa tierra.

(6) “Shariputra, tal como recito la inconcebible virtud del Buddha Amitayus, así lo hacen los Buddhas en la dirección este, tan numerosos como las arenas del Ganges, tales como el Buddha Akshobhya, el Buddha Meru-dhvaja, el Buddha Mahameru, el Buddha Meru-prabhasa, y el Buddha Manju-dhvaja. Mientras moran en sus propias tierras, extienden sus anchas y largas lenguas y, abarcando con ellas el universo de mil millones de mundos, pronuncian estas palabras verdaderas: Los seres sensibles deberían aceptar este Sutra, aprobado y protegido por todos los Buddhas, en el que se glorifican las inconcebibles excelencias del Buddha Amitayus.

(7) “Shariputra, hay en la dirección sur tantos Buddhas como arenas hay en el Ganges, tales como el Buddha Candra-surya-pradipa, el Buddha Yashah-prabha, el Buddha Maharci-skandha, el Buddha Meru-pradipa, y el Buddha Anata-virya. Mientras moran en sus propias tierras, extienden sus anchas y largas lenguas y, abarcando con ellas el universo de mil millones de mundos, pronuncian estas palabras verdaderas: Los seres sensibles deberían aceptar este Sutra, aprobado y protegido por todos los Buddhas, en el que se glorifican las inconcebibles excelencias del Buddha Amitayus.

(8) “Shariputra, hay en la dirección oeste tantos Buddhas como arenas hay en el Ganges, tales como el Buddha Amitayus, el Buddha Amita-ketu, el Buddha Amita-dhvaja, el Buddha Mahaprabha, el Buddha Mahaprabhasa, el Budha Ratna-ketu y el Buddha Shuddha-rashmi-prabha. Mientras moran en sus propias tierras, extienden sus anchas y largas lenguas y, abarcando con ellas el universo de mil millones de mundos, pronuncian estas palabras verdaderas: Los seres sensibles deberían aceptar este Sutra, aprobado y protegido por todos los Buddhas, en el que se glorifican las inconcebibles excelencias del Buddha Amitayus.

(9) “Shariputra, hay en la dirección norte tantos Buddhas como arenas hay en el Ganges, tales como el Buddha Arci-skandha, el Buddha Vaishvanara-nirghosa, el Buddha Dushpradharsha, el Buddha Aditya-sambhava y el Buddha Jalini-prabha. Mientras moran en sus propias tierras, extienden sus anchas y largas lenguas y, abarcando con ellas el universo de mil millones de mundos, pronuncian estas palabras verdaderas: Los seres sensibles deberían aceptar este Sutra, aprobado y protegido por todos los Buddhas, en el que se glorifican las inconcebibles excelencias del Buddha Amitayus.

(10) “Shariputra, hay en el nadir tantos Buddhas como arenas hay en el Ganges, tales como el Buddha Simha, el Buddha Yashas, el Buddha Yasah-prabhasa, el Buddha Dharma, el Buddha Dharma-dhvaja y el Buddha Dharma-dhara. Mientras moran en sus propias tierras, extienden sus anchas y largas lenguas y, abarcando con ellas el universo de mil millones de mundos, pronuncian estas palabras verdaderas: Los seres sensibles deberían aceptar este Sutra, aprobado y protegido por todos los Buddhas, en el que se glorifican las inconcebibles excelencias del Buddha Amitayus.

(11) “Shariputra, hay en el cenit tantos Buddhas como arenas hay en el Ganges, tales como el Buddha Brahma-ghosha, el Buddha Nakshatra-raja, el Buddha Gandhottama, el Buddha Gandha-prabhasa, el Buddha Maharci-skandha, el Buddha Ratna-kusuma-sampushpita-gatra, el Buddha Salendra-raja, el Buddha Ratnotpalashri, el Buddha Sarva-artha-darsha y el Buddha Sumeru-kalpa. Mientras moran en sus propias tierras, extienden sus anchas y largas lenguas y, abarcando con ellas el universo de mil millones de mundos, pronuncian estas palabras verdaderas: Los seres sensibles deberían aceptar este Sutra, aprobado y protegido por todos los Buddhas, en el que se glorifican las inconcebibles excelencias del Buddha Amitayus.

(12) “Shariputra, ¿por qué crees que esta enseñanza es llamada ‘el Sutra aprobado y protegido por todos los Buddhas’? Shariputra, todos los hombres buenos y todas las buenas mujeres que escuchan el nombre de Amitayus, o el nombre de este sutra que todos los Buddhas exponen, se encuentran protegidos por todos los Buddhas y moran en el Estado de No-retorno en el que realizarán la más alta y perfecta iluminación. Por esto es, Shariputra, que todos deberíais aceptar mis palabras y las enseñanzas de todos los Buddhas.

“Shariputra, todos los que han aspirado, aspiran o aspirarán en el futuro a nacer en la tierra del Buddha Amitayus, todos ellos moran en el Estado de No-retorno en el que alcanzarán la más alta y perfecta iluminación. Ellos ya han nacido, nacen, o nacerán en esa tierra. Por lo tanto, Shariputra, los buenos hombres y las buenas mujeres de fe deberían aspirar a nacer allí.

(13) “Shariputra, de igual forma que ahora alabo la inconcebible virtud de otros Buddhas, también ellos alaban mi inconcebible virtud diciendo: ‘Buddha Shakyamuni, tú has acometido una tarea sin precedente y extremadamente difícil. En este mundo Saha, en este periodo maligno de las cinco corrupciones — las del tiempo, los puntos de vista, las pasiones, los seres sensibles, y la vida — has alcanzado la más alta y perfecta iluminación y, por el bien de los seres sensibles, has entregado esta enseñanza, que es la más difícil de aceptar.’

“Shariputra, debes darte cuenta de que he realizado esta difícil tarea en el periodo de las cinco corrupciones. Es decir, habiendo alcanzado la más alta y perfecta iluminación, y por el bien de todo el mundo, he entregado esta enseñanza que es tan difícil de aceptar para ellos. Esta es, por supuesto, un tarea extremadamente complicada.”

(14) Cuando el Buddha hubo pronunciado este sutra, Shariputra y todos los monjes, junto con seres del mundo entero, incluyendo devas, humanos y asuras, se regocijaron con lo escuchado y reverentemente lo aceptaron. Después de rendirle homenaje partieron.

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