El indio culto

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 03/06/2005 0:13

El indio culto

El indio acude a la Gran Conferencia de Educación Mundial, y es
invitado al hotel Palace (5 estrellas) con todos los gastos pagados
como corresponde a un participante en tan solemne encuentro.
Tras la mirada de estupor por parte del conserje ante que semejante
pinta estrafalaria entre en tan distinguido establecimiento se le
ofrece el libro de registro para que firme.
El indio firma en el libro..”XX”.
El conserje se queda mirando la firma y no puede evitar preguntar:
– ¿Qué significa esto?
– La primera X -responde el indio – representa mi nombre, Toro
Sentado Jr.
El conserje parpadea estupefacto y comienza a pensar sobre cómo es
posible que dejen entrar a semejante individuo.
– ¿ Y la segunda? – pregunta impaciente.
– Es claro…doctor en filosofia.

Ya dentro de la Gran Conferencia se anuncia la importante
asistencia del Dr. Majiffko, eminennte autoridad psiquiátrica y
responsable de la coordinación de salud mental de todo el globo.
– Si entre ustedes hay algún deficiente mental le ruego que se
levante – comienza para iniciar su charla con una demostración.
Transcurrida una incomoda pausa se levanta el indio.
– ¿Se considera usted deficiente? – le pregunta el académico.
– No – contesta el indio- pero me dolía verle a usted sólo de pie.

La visión de Antonin Artaud

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 03/06/2005 0:12

La visión de Antonin Artaud

Eran rocas febriles y pálidas
rocas de cicatrices plúmbeas
como poemas revelados bajo
una luz de fósforo mineral;

rocas que hacían de mi senda,
no lo creado por un Dios
Si no…
el temor de lo no creado por los hombres,
lo no tocado por el tiempo;
huellas de pasos ya fosilizados,
animales pesados que se habían enfrentado
en estos cañones desérticos…
Animales furiosos de pieles húmedas
y garras poderosas.
Sabía que al llegar a la aldea Tarahumara
tostado por el sol y el viento despiadado
de la sierra mexicana,
una sonrisa de temida libertad,
júbilo de bestia armónica
cantaría como una cascada
fresca en mi espíritu.

Una niña de dulce mirada
recibió con ternura mi agotamiento y calmó
la ansiedad de ese largo viaje,
con un cuenco de agua en donde el cielo temblaba.

Hablé con el Chaman de la comunidad;
un anciano de frente cuarteada y ojos profundos
como un lago de montaña.
Durante las tardes paseamos por los
alrededores del pueblo
conversando en un rudimentario español
sobre mi preparatoria iniciática.
Respiré fuertemente
el cálido y puro aire de esos días
mientras fortalecía mi cuerpo
con ejercicios lunares y antiguos
como: golpear con las palmas de las manos
ciertos puntos de mi cuerpo,
durante horas enteras;
o permanecer con los brazos en la posición de
quien desea alcanzar una estrella.
Ejercicios que exigían todas mis fuerzas
en un empeño de conocimiento misterioso.

Después me sometí a un ayuno prolongado
y fui sintiendo una embriaguez de ave ligera,
águila sobrevolando un desierto de arcillas terracotas.
Llegado el esperado día
bebí de una fuente negra
y me embriagué en el sagrado zumo del cactus,
me retire solitario a una cueva
donde el Chaman me ordenó esperar
la presencia de Nathual;
allí yo era un coyote y la luna me enamoraría
con refinadas artes de doncella oriental.

Comía setas y bayas azules dispuestas sobre
escudillas de cerámica ritualizada;
y observaba criaturas de fuego que
danzaban con pies ligeros
sobre una hoguera donde crepitaba el oro.
El chaman me había advertido sobre los
peligros del “sendero”:
“Para procurar los “ayudas”,
es mejor no seducir a los elementales…
Dominarlos serenamente en su medio,
es tu objetivo.
El cactus peyote, te da sólo lo que vibra en ti
y por ti se manifiesta,
y es, ésta observación y lucha lo que te da la fuerza”.
**********
El tiempo fluía lento como un río
otras veces cual rítmico y pesado tambor
cuero de cabra al medio día…
Entendí que esta presencia se hacia piel de
tierra,
cuando en las paredes de la gruta
aparecieron símbolos rojos y negros
y las piedras comenzaron a destilar un
calor infernal.
Y apareció como una energía que no decaía,
que lo arrollaba todo con la fuerza de un torrente
lava-hirviente.
Aleteo de pájaros excitados en la noche,
una gran víscera de Dios olvidado,
herida de guerrero no cicatrizada;
oleada de bisontes rojos sobre la pradera;
puñal de ónix en mi garganta,
vegetal multicolor y venenoso
inundándome las venas, quemándome el cerebro.
Una deidad moraba obscura en mí
con su cara de lagarto pétreo
devoraba, una a una, mis palabras.
Y era él,

El demonio de la tribu.
La historia de su muerte y la sombra de su guerra,
entonces grité horrorizado
y mi lamento se extendió
sobre la nocturna sierra.

“EL CUERPO COMO INSTRUMENTO DE LA INICIACION SHAMÁNICA

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 03/06/2005 0:10

“EL CUERPO COMO INSTRUMENTO DE LA INICIACION SHAMÁNICA”

por Jacques M. Mabit

1. Introducción

Queremos dar a conocer brevemente unos elementos de los resultados de
una investigación que llevamos a cabo desde hace dos años en la Selva
Alta del Perú, en Tarapoto, Departamento de San Martín.

Quise acercarme a las prácticas de los curanderos de esta zona con el
ojo del médico y con la sensibilidad del hombre.

Para conocer desde adentro las prácticas curanderiles de los
curanderos mestizos de la zona y de los indígenas de los pueblos de
Lamas y Chazuta hemos escogido la investigación participante que
supone en este caso volverse aprendiz de un “maestro” y seguir las
pautas que nos indique éste para lograr introducirnos en el sistema
de representaciones mentales y en las prácticas curativas.

En toda la hoya amazónica, el verdadero shamán se inicia mediante
técnicas precisas y rigurosas en las cuales se compromete totalmente,
utilizando su propio cuerpo como receptor del macrocosmos y de las
fuerzas que lo animan y a la vez inductor de una auto-exploración de
sus bloqueos personales ligados a su historia personal, sus herencias
familiares, culturales, colectivas : en suma del microcosmos del cual
es portador.

El acercamiento puramente racionalista de la realidad shamánica deja
oculto el mundo llamado “mágico” demasiado rápidamente encasillado
bajo conceptos o sistematizaciones reduccionistas que no hacen más
que aplicar un discurso sobre una realidad que no encaja en la
estrechez del vocabulario convencional o del logos lineal causalista.

2. Qué propone el maestro?

La enseñanza del maestro no se hace a través de las palabras, del
discurso: el maestro habla muy poco y sólo controla las experiencias
para evitar al aprendiz perderse en los laberintos de su inconsciente
o del espacio-tiempo mítico en el cual recién se adentra su
discípulo.

Por lo tanto, la enseñanza es un auto-descubrimiento conseguido
mediante técnicas cuya finalidad es provocar modificaciones de
estados mentales que dan al alumno la capacidad de percibir
directamente, sin intermediario, los aspectos de la realidad que
generalmente escapan su conciencia ordinaria, cotidiana y “normal”,
especialmente cuando se trata de personas como yo, que viven en un
medio urbano, occidentalizado donde se han perdido los vínculos con
la naturaleza.

Se acrecientan las percepciones de los sentidos (5) habituales para
permitir ver, escuchar, oler, tocar y saborear más allá de la
realidad fenomenal (el mundo de las apariencias o maya de la
filosofía hindú) y descubrir tras de ella los otros aspectos de la
realidad invisible, ocultos, enmascarados solamente en la medida que
hemos apagado las funciones del cerebro derecho.

Para un médico formado en una universidad francesa, educado en un
medio formal, racionalista, positivista, el acceso a un nuevo
pensamiento exige una gimnasia mental muy exigente. El instrumento de
la lógica causalista no permite abarcar todo los aspectos del
universo mitológico que hace sumamente difícil la aventura de la
investigación en este campo obligando al abandono momentáneo de su
formación para ir hacia una verdadera “información” en el sentido
etimológico de la palabra que es “formación desde adentro”, donde
surge la “verdad” del conocimiento ancestral gravado en las
profundidades de nuestras células en el código genético, engramado en
las estructuras básicas de las zonas prehistóricas de nuestro cerebro
como el rinencéfalo, el paleo-cerebro, los núcleos grises y lo que se
considera clásicamente y en forma atrevida como vestigios atrofiados
de nuestro pasado biológico.

En la universidad, se nos enseña que lo mental tiene que ver con el
cerebro o el sistema nervioso y en base a ello ha estructurado
especialidades como la psiquiatría, la psicología, la psico-
farmacología, etc.

Sin embargo, lo que llama la atención es que el shamán nunca se
refiere a esta dualidad de cuerpo y mente sino que evoca únicamente
el cuerpo, como receptáculo a la vez de la materialidad como de la
psique. Agrega además una tercera dimensión, la del espíritu que
trasciende a ambas, constituye la esencia del ser humano y si bien
esta vinculado al soma, en otras palabras está encarnado, preexiste a
éste y no depende definitivamente de él. En otros términos el enfoque
sumamente pragmático del shamán considera que el cuerpo es el mental
localizado, que el pensamiento, los afectos, las emociones están
ubicados dentro del espacio-tiempo en la materialidad del cuerpo. Más
bien el espíritu es inmaterial, inalterable, trascendental y por lo
tanto permanece cuando desaparecen cuerpo y mente.

Ahí es sumamente importante distinguir mente y espíritu (o alma). El
espíritu no se deja perturbar o afectar por las emociones, los
sentimientos, no tiene localización en el espacio-tiempo de Euclides,
pertenece al tiempo-espacio mítico caracterizado por su infinidad, su
eternidad que en otros términos diríamos como a-temporal, carente de
la noción de distancia y de duración.

3. Métodos de enseñanza y trabajo

En su vida terrestre, el individuo tiene por única posesión su propio
cuerpo. Este constituye la materia prima que permite acceder a la
plena consciencia, al espíritu realizado e iluminado si es que se
utiliza en forma correcta.

En la zona amazónica, la iniciación shamánica “trabaja” sobre el
cuerpo mediante técnicas empíricas cuyo núcleo es el empleo de
sustancias psicotrópicas. La más importante es el Ayahuasca o
Banisteriopsis caapi, liana amarga que se prepara en una mezcla con
otras plantas cocinadas hasta conseguir un brebaje espeso y amargo
que se toma en sesiones nocturnas.

Esta preparación se llama comúnmente la “purga” porque produce una
intoxicación controlada permitiendo limpiar el “cuerpo-mente”.

La toma de Ayahuasca para fines curativos o iniciáticos supone una
serie de reglas muy estrictas, períodos de aislamiento en la selva,
ayunos, dietas, evitamiento del sol, de la lluvia, del contacto con
el fuego, la abstinencia sexual, el evitamiento de olores fuertes,
dieta sin sal…Todos esos métodos no son meramente simbólicos, no
constituyen una manera metafórica de concebir la vida, una simbología
con alcances culturales…sino expresan un conocimiento sumamente
fino y elaborado del manejo del cuerpo, un conocimiento también de
los riesgos, de los peligros de la intoxicación descontrolada para la
cual existe todo un cuerpo de técnicas preventivas y de emergencia.

La ingestión de estos brebajes inducen nuevos estados mentales sin
pérdida de la consciencia, sin desubicación en el espacio-tiempo, sin
desvanecimiento de la identidad de sí mismo, sino más bien una
amplificación de esa, una superación del ego freudiano al gran EGO
impersonal (ELLO) en el cual el mundo mítico presenta cualidades
siempre ambivalentes (y no ambiguas).

En otros términos, la solución de continuidad, la separación que
introduce la sistematización racionalista, desaparece y se
reconstruye una unidad del ser (borra la neurosis), una reintegración
de la persona al cosmos (borra aspectos disociativos psicoides). La
exploración de su micro-cosmos vuelve a ser a la vez una lectura
también del macro-cosmos, el ser humano siendo portador en su cuerpo-
mente de todas las fuerzas y estructuras del universo.

El conocimiento de si mismo es ante todo un conocimiento de su
propio “cuerpo” o como lo llaman las tradiciones de “sus cuerpos” (a
veces llamados cuerpo vital, astral, energético, espiritual…).

El restablecimiento de la continuidad con el macrocosmos permite
entonces comunicarse con las “energías, fuerzas, espíritus,
genios…” que animan la naturaleza, las plantas, los animales y el
mundo calificado en forma abusiva de inanimado.

Son entonces las plantas o mejor dicho el “espíritu” de las plantas,
sus “madre”, que enseña directamente al iniciado, que le reintroduce
en un estado de estrecha empatía en el cual el “lenguaje” de la
naturaleza se vuelve de nuevo comprensible.

De un punto de vista médico diríamos que es echa de nuevo un puente
entre los dos cerebros, el izquierdo y el derecho. El izquierdo es el
único utilizado y educado, adiestrado en la sociedad occidental
contemporánea. EL cerebro derecho, el cerebro de la intuición, del
arte, de la capacidad mediumnica, divinatoria, queda generalmente
atrofiado.

Las pócimas que caracterizamos peyorativamente de alucinógenas
permiten despertar y reeducar el cerebro derecho. Entonces, las
funciones latentes, el potencial dormido se anima de nuevo y nos da
acceso a un conocimiento complementario de la realidad.

El uso de las sustancias psicotrópicas en el marco ritual, con las
precauciones de la iniciación, no induce jamás una dependencia o una
adicción.

El ser moderno funciona de manera destabilizada, con un solo cerebro
hipertrofiado y otro atrofiado. Es un cojo mental como lo es
el “diablo” o satanás de la biblia o el “chullachaki” en la mitología
selvática.

Los sueños y la visiones inducidos por el ayahuasca son
representaciones de la realidad profunda que tienen un carácter
pedagógico para quién sabe manejarlas. Ese es el trabajo del maestro.
Sólo son accesibles con el enfoque del cerebro derecho. La
interpretación racionalista del cerebro izquierdo lo reduce a
conceptos “folklóricos”, poéticos… en fin lo traduce como un
conocimiento vano, inútil e ineficaz.

El shamán es un ser ante todo pragmático y realista, sumamente eficaz
y concreto cuando tuvo una seria iniciación y se comprometió con
ella. El trabajo sobre el cuerpo es de gran exigencia y el
crecimiento del poder se conquista, no se puede robar.

4. Uso del cuerpo

Su cuerpo siendo “preparado”, las energías circulan, el shamán las
consigue desde la naturaleza (los aliados). Luego utilizan su propio
cuerpo para curar, asimilando las energías desubicadas de su paciente
y equilibrando, armonizando la fuerza vital del paciente.

Su cuerpo se vuelve receptor o emisor de “energías”.

Las energías perturbadas provocan disturbios a la vez físicos y
mentales. Un disturbio mental necesita en primer lugar de un
cuidado “físico”. Nos encontramos al punto exactamente opuesto a las
técnicas convencionales de psicoterapia que se mantienen generalmente
a distancia del cuerpo (control de la transferencia y contra-
transferencia) y se focalizan en la mente, el discurso del paciente,
el logos, la palabra, el verbo.

Dichas energías pueden ser perturbadas también por elementos de la
naturaleza (cargas energética de sitios especiales, de ciertos
animales, de olores, de objetos…0 o voluntariamente es actos de
brujería que consisten a introducirse en forma sutil en el “cuerpo”
del enemigo para desestabilizarlo.

La curación del shamán considera entonces no solamente el cuerpo del
individuo pero también el lugar donde esta su casa, la limpieza de su
negocio…La mala suerte vuelve a ser un elemento constitutivo del
cuerpo de uno y se puede igualmente curar en base de un trabajo
físico.

5. Conclusiones

El entender las prácticas y representaciones del shamanismo pasa en
forma obligatoria por un trabajo su propio cuerpo, o sea por una auto-
experimentación.

Los conceptos de los shamanes pueden ser experimentados por
cualquiera y por lo tanto constituyen un cuerpo de conocimiento
asequible al estudio científico mediante la auto-experimentación
controlada.

Los discursos “simbólicos”, las explicaciones “socio-económicas” o la
interpretación metafórica del mundo shamánico no dan cuenta de la
realidad pragmática, realista, concreta, eficiente y coherente de la
práctica shamánica y tienden a reducirla a una poesía obsoleta, un
cuento cultural, una religiosidad primitiva cuyos alcances no
presentan mayor interés para nuestra sociedad “civilizada”.

Todo ello, lo formulamos luego de haber practicado con los
curanderos, experimentado sobre nuestro cuerpo, vivido íntimamente el
proceso iniciático y comprobado en carne y hueso los conceptos
expresados por los curanderos a través de su discurso mitológico,
poetizado…en fin sensible y bello.

Existe una necesidad de revisar los instrumentos conceptuales que
utilizamos tanto en medicina como en ciencias sociales para
comprender las medicinas tradicionales. Las nociones de “bio-
energía”, el cerebro holográfico de Karl Pribam, los Campos
morfogenéticos de Rupert Sheldrake, la Psicología Traspersonal…Por
ejemplo pueden constituir pistas a explorar para profundizar un campo
que nos queda ampliamente desconocido.”

Que son las palabras?

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 03/06/2005 0:05

¿Qué son las palabras?

Existe un lema bastante conocido…”el mapa no es el territorio”.
Bien sabemos que las palabras tan solo señalan (pues esa es su
función) a un objeto de experiencia.
Pero el hombre tiene palabra, y sigo impresionado por aquella
costumbre ancestral de los hombres reunidos en un círculo en que, al
compás, se dice: “Tiene la palabra…”.
Como si nuestras palabras finalmente fueran la fuerza del hombre,
su magia particular…Como si fuera un don que no sabemos utilizar,
pero que nos permite algo muy especial.
Palabras son las que aparecen en estas “cartas telematicas”, al
igual que hicieron los antiguos (cartas a espíritus afines). Palabras
que pueden iluminar o apagar, alentar o desanimar…Palabras.
El humano sensato afirma “yo guardo mis palabras, yo soy dueño de
ellas,no existe distinción entre mis palabras y mis actos”. Es la
honradez del alma…pues si mis palabras son el espejo de mi alma en
libertad, responsable soy de ellas.
Decía un gran jefe indio (Joseph): “mis palabras son como
estrellas”. Que así sea para todos nosotros.
Y cuando sintamos el desánimo, el sentimiento de la puerilidad del
lenguaje, de que las palabras del ser humano nada importan en un
mundo inamovible…recordemos que son nuestra libertad, ejercicio de
nuestra facultad, de la potencia natural de cuando eramos niños y
queriamos ser “magos”… “señores de la palabra”.

Diferencias entre medicinas tradicionales y occidentales> una entrevista

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 02/06/2005 23:59

Una entrevista interesante

Esta entrevista sale hoy en la prensa
(www.lavanguardia.es/lacontra/index.htm). Me ha parecido una visión
equilibrada de los contrastes entre la medicina tradicional africana
y la medicina occidental. Esta mujer no cae en fanatismo de ningún
tipo (ni occidentalistas ni indigenistas), dandose cuenta de que lo
más adecuado en muchos casos es un abrazo entre ambos mundos, y una
limpieza de los aspectos innecesarios.
Saludos

Marta
—————

TÒNIA CORTADELLAS, HA SIDO DOCTORA EN EL TERCER MUNDO 30 AÑOS

Presentación: Tengo 62 años: con cada cumpleaños me siento más rica
en vida. Nací en el Eixample barcelonés: éramos 12 hermanos y mi
padre era cirujano. Tengo dos hijos: una es ginecóloga y el otro
agrónomo. He aprendido mucho de mis pacientes, curanderos y colegas
del Tercer Mundo porque me han enseñado a vivir y a curar de otra
manera

Cuando acabé Medicina supe que no tendría bastante con ejercerla
aquí: sentía que tenía que dar y recibir más, que para mí no era
suficiente con dejar pasar los años en una consulta y me fui.

–¿Adónde?

Al hospital de Ngovayang, en Camerún. Llegué dispuesta a comerme el
mundo y a revolucionar la vida de aquella gente, pero, poco a poco,
me di cuenta de que ellos tenían también mucho que darme…

–¿Cómo?

Pedí consulta con un curandero local de gran prestigio, Papa
Étienne. Tuve que pagarle el equivalente a 1.000 pesetas y una
botella de vino tinto.

–¿Tenía alguna idea de medicina?

Pasé tres días con él y descubrí que poseía profundos conocimientos
de anatomía… ¡Ay, si a mi me hubiesen explicado anatomía como la
explicaba él! Sabía fitoterapia y muchísima medicina tradicional.

–Curioso.

Los buenos curanderos son muy buenos y yo aprendí con él cosas que
hoy pongo en práctica, pero tuve un disgusto muy grande.

–¿Por qué?

Un día un empleado del hospital se emborrachó y empezó a chillar que
Papa Étienne me había regalado sus poderes y que ya no tenía el don
de curar. Indagué y era cierto. Ya no recibía pacientes. Yo me sentí
fatal.

–Mujer, no era culpa suya.

Pero yo no quería interferir en su cultura. Así que fui a verle y le
pregunté cómo podíamos hacer que recuperara sus poderes.

–¿Los recuperó?

Sí, él me devolvió el dinero que le había pagado y así recuperó su
capacidad curativa.

–Buena lección.

Sí. También descubrí que era inútil curar caso a caso en el hospital
si no mejorábamos las condiciones de vida, del agua, de la
alimentación: allí la medicina tiene que empezar por ser social; si
no, te sientes inútil. Y la clave de toda mejora eran las mujeres.

–Eso dicen los expertos.

Volví a París a estudiar a la Sorbona, viajé a China para estudiar
medicina tradicional y me casé y fuimos a Afganistán enviados por la
Unicef: vivimos en un pueblo del norte del país. Íbamos a
planificar, pero acabamos haciendo de médicos porque nos venían a
buscar desde cientos de kilómetros.

–Supongo que se sentía muy útil.

Sí, el gran premio es sentirse útil. Tuvimos que salir de Afganistán
después del golpe prosoviético del 73: nos creían espías. Así que
volví a África, a Costa de Marfil.

–¿Más curanderos?

No. Trabajé en cooperación con las comadronas tradicionales
intentando reducir el tétanos neonatal.

–¿Cómo?

El parto era un momento mágico, secreto en el que yo no podía estar
presente porque protegían al niño de cualquier conjuro. Así que les
pedí que escenificaran con un mimo el momento del nacimiento. Lo
hicieron gesto por gesto… hasta que cortaban el cordón
umbilical… ¡y ahí estaba el problema!

–¿Dónde?

El cuchillo con el que cortaban el cordón era el machete que el
padre utilizaba para cosechar. Era un modo de poner al niño en
contacto con la fertilidad de la madre Tierra.

–Y de paso con sus virus.

Sí. Les intenté convencer de que cambiaran el machete por cuchillas.
No dio resultado. Así que les expliqué que la enfermedad se escondía
en el machete y que había que pillarla allí, quemarla. Convencí a
las comadronas tradicionales, y ellas a las mujeres, de que pusieran
el machete en el fuego al rojo vivo antes de cortar el cordón.

–Bien.

Erradicamos el tétanos neonatal en tres años. Luego me concentré en
su alimentación. El beriberi hacía estragos porque su dieta
consistía en arroz blanco día tras día. Les pasaba películas
didácticas, pero ellos suplicaban: “Es que está tan bueno…”

–¿Logró algo?

Poco a poco. También conseguimos evitar que el gobierno prohibiera
la actividad de las comadronas tradicionales en nombre de la salud
oficial “científica”. Y después volvimos a Francia a trabajar en un
proyecto pionero de salud en la Cévenne.

–¿Tan mal están allí?

¡Ja, ja! No. Investigábamos los hábitos de salud de los campesinos
tradicionales, de sus hijos que volvían a industrializar el campo y
de los neorrurales profesionales urbanos universitarios que decidían
abandonar la ciudad e irse a vivir al campo.

–¿Y…?

Curioso. Los campesinos tradicionales vivían justito con 50 ovejas,
las castañas y la miel. Sus hijos iban a estudiar Agronomía a la
ciudad y al volver montaban explotaciones semiindustriales de
cientos de ovejas…

–Aquí lo hacen con los cerdos: seis millones de cerdos, nadamos en
purines.

Allí la masificación ganadera causaba problemas medioambientales y
les convertía en esclavos de los bancos y mendigos de la subvención.
En cambio, los neorrurales de formación universitaria optaban por el
rebañito de ovejas tradicional y la apicultura artesanal y lo
complementaban con teletrabajo informático. Y les iba mucho mejor a
ellos que a los industrializadores del campo.

–Una historia que suena familiar.

Luego, Marruecos, Burkina, Guinea, Cabo Verde, Congo… Y por fin
decidimos regresar a Catalunya, compramos una casa en Matadepera y
estudié medicinas alternativas, que, con lo que he aprendido de Asia
y África, es la medicina que quiero ejercer ahora.

Cementerio Nº 1 de Iquique

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 16/05/2005 21:58

Cementerio Nº 1 de Iquique

Por Bernardo Guerrero

Antonio Gala, dijo que la mejor forma de conocer a la gente, era visitando los mercados y los cementerios. En esas dos formas de vidas que los pueblos se dan para testimoniarse, podemos encontrar más información que en los libros.

La vida y la muerte, viviendo bajo la formas de las frutas y de los mármoles, de las verduras y de las cruces, del marisco y de las bóvedas. Tanto en el Cementerio como en el Mercado, a su modo, transcurre la vida, silenciosa y a gritos.

En el Cementerio, la vida se manifiesta con un silencio especial. Sus avenidas y pasajes, sus vericuetos como el que tiene el Cementerio Nº1, parecen trasladarnos a un tiempo en que Iquique era de otro modo.

Si usted recorre el camposanto más antiguo de Iquque, hallará, en sus tumbas, el carácter cosmopolita que alguna vez tuvo esta ciudad, y que hoy la vuelve a tener. Lápidas en inglés, alemán, chino o en francés, dan testimonio de una ciudad global, pero sin televisión, que logró convocar a decenas de nacionalidades en la aventura de fundar en el desierto, una cultura tan especial como atrayente.

Los migrantes, que al atravesar el océano, jamás imaginaron que sus huesos iban a reposar en una tierra que nunca soñaron, pero que los acogió tanto en la vida como en la muerte, seduciendolos con la promesa de una vida mejor, no sólo en la tierra, sino que también más allá de ésta.

Pero, son muertes que parecen vivir su propia muerte. Lápidas ajadas por el tiempo y por el olvido, expuesta al sol de cada día, que lentamente, va destiñendo las palabras que el deudo escribió con el dolor de la ausencia. Cuesta leer el dolor escrito en la lápida. Cuesta descifrar la fotografía del muerto, que seguramente ya no tiene nada que ver con quien yace en el cajón.

El Cementerio Nº 1, fue creado en el 1890, en el sector norte de la ciudad. En 21 de mayo entre San Martín y Bolívar se alza una inmensa arquitectura en la que cada domingo familiares acuden a visitar a sus deudos.

Este recinto, puede ser visto como uno de los barrios más antiguos de la ciudad. Sus nichos y bóvedas representan buena parte de la historia de la ciudad. En sus lápidas es posible hallar los hechos más significativos que ha vivido la ciudad.

Eltum o elogum

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 16/05/2005 21:52

Septiembre 2002

Texto: Asociación de Profesores Mapuche

Eltun o Elugun

Para el Mapuche, la vida humana no sólo es un instante, un momento, sino un continuom entre el fenómeno de la existencia terrestre y la vida que continúa mas allá del tránsito de la muerte, el sitio que sirve de escenario cuando muere un mapuche se denomina en algunas zonas Eltun, Eltum y en otra Eluwün según diferencias dialectales, estos términos definen lo que en idioma winka significa cementerio.

Para esta última etapa de tránsito existencial en el lof- aillarehue se elegía un lugar en condiciones determinadas, apropiadas para el desarrollo del rito funerario, este cementerio es un puerto de paso a la otra etapa de la vida El pueblo Mapuche ancestral de tiempos inmemorables siente el más profundo respeto por la vida humana y todo lo que concierne a su entorno, la tierra y sus componentes, el espacio sideral y los astros son creaciones animadas de vida provenientes de una fuente común.

Esta estructura cognitiva concerniente a las etapas de vida en diferentes planos es un componente cultural vigente que hace del eltun (cementerio) un sitio de respeto, panteón en el cual cada mapuche independiente de su linaje o lugar social en el lof tiene un lugar digno desde el cual inicia la búsqueda del camino de viaje hacia el oriente o puel mapu.

El rito funerario según las circunstancias de tiempo de paz o de guerra eran diferentes, en tiempos de guerra un kona muerto se colocaba en una canoa representativa de la forma mas solemne de funeral, en el proceso de paso a la otra etapa de vida de un Lonko, Ülmen, Machi; eran enterrados con todas sus pertenencias es decir tantos como de sus prendas como de sus herramientas de trabajo, como es el “Tranan”(arado), el “Rali”(cultrun) el “toqui cura”(hacha de piedra), se enterraban a 4 metros de profundidad, las visitas del día siguiente también debían ser 4, las cuales debían realizarse antes de que apareciera el “Antü”(sol). El uso del Eltün en tiempos de paz, ancestralmente para el Lonko, Ülmen, Machi, Toqui, estaban reservados todos los homenajes que su rango le hacía merecer, se les acompañaba de diversos “purrun”(bailes), bebidas como el Mudai, Metahues con alimentos(cantaros), también se contaba con la presencia de la música y de diversos instrumentos, como la pifilka, trutruca y se comía en abundancia, El entierro de estas autoridades del pueblo Mapuche lo realizaban 4 ancianos, estos ingresaban al muerto en una canoa o cajón, luego de algunos días funerarios se le llevaba al “eltün”en “huando”(al hombro), subido por palos largos a esto se le precedía una serie de discursos haciendo referencia a la vida, a sus logros como también de sus fracasos previo a la solicitud de entrar al Eltün. Luego se realizaba el “Nguilalmahuen”, que es una oración al “Alhue-espíritu que se desprende del fallecidoa.

Estos procesos espirituales culturales del pueblo mapuche fueron demonizados y transformados por la política de evangelización aplicada por la Iglesia Católica, una característica de ello es la introducción de la cruz en los Eltün manifestada de diversas formas ya sea en los “che-mamul” o simplemente colocándola sobre el muerto costumbre que permanece en la actualidad.

El presente artículo es un extracto de la investigación realizada por el profesor Mapuche integrante de la Asociación de Profesores Mapuches Likan Mapu (RM) peñi Francisco Manquelipe R La fuente de datos corresponde a los Eltun de: Metrenco de Temuco, Roble Guacho, Cudihue de Carahue, Alpewe de Melipeuko, Milcahuin de Loncoche La Asociación de Profesores Mapuches Likan Mapu, agradece a los peñis informantes.

A la caza del peyote

A la caza del peyote

Los huicholes identifican al peyote con el venado y emprenden una auténtica cacería anual para obtener hikuri. Estas peregrinaciones culminan en Wirikuta, una región cercana a Real de Catorce en San Luis Potosí. En la geografía huichola Wirikuta es el centro del mundo, el lugar de los dioses antepasados, el sitio donde se origina la vida sagrada de la tribu. Hasta no hace mucho sus antepasados caminaban unos 300 kilómetros para llegar allí. Aunque actualmente buena parte del trayecto la hacen en vehículos, el viaje sigue siendo largo y pesado. En 1960 un grupo de antropólogos recibió autorización de los huicholes para acompañarlos en algunos de sus viajes. Gracias a ello sabemos que un experimentado mara’akame o chamán, que está en contacto con Tatewari (Nuestro Abuelo Fuego) es quien guía el viaje. Tatewari, conocido también como Hikuri, el dios peyote, es la deidad huichola de mayor antigüedad. Tatewari condujo la primera peregrinación del peyote a Wirikuta y los participantes siguen sus pasos a fin de “encontrar su vida”.

La preparación para emprender la cacería incluye la confesión y la purificación rituales. Al llegar ante las sagradas montañas de Wirikuta, los peregrinos reciben un baño ritual y realizan plegarias en favor de la fertilidad y la lluvia; posteriormente el chamán inicia una serie de prácticas ceremoniales, relata historias sobre la antigua tradición del peyote, invoca protección para lo que ha de venir y conduce a los participantes hasta los “umbrales cósmicos” donde sólo él puede ver las huellas del venado. Cuando localiza el peyote, lanza una flecha que va a dar al cacto. Entonces se lleva a cabo una ofrenda y todos buscan más peyote y llenan varias canastas para compartirlo con los que se quedaron en casa y para vendérselo a coras y tarahumaras que, aunque usan el peyote, no suelen ir en su búsqueda. Por la noche tiene lugar el rito a través del cual los cazadores del peyote entran en contacto con las Primeras Gentes. Se colocan cuatro flechas apuntando hacia los cuatro puntos cardinales y justo a la media noche se enciende una fogata. El chamán bendice tabaco tocándolo con plumas antes de distribuirlo entre los participantes. Después de fumar tabaco, cada uno ingieren entre 8 y 13 gajos de hikuri. Todos encienden velas y murmuran plegarias mientras el chamán se comunica con los elementos y maneja kupuri (fuerza de energía vital). Se inicia entonces “el peligroso tránsito hacia el otro mundo”. Este paso consta de dos etapas: “la primera es el puente hacia las nubes estruendosas y la segunda, la separación de las nubes. Esto no representa un lugar en la Tierra sino que pertenece a la “geografía de la mente”; para los participantes, pasar de una etapa a otra es un evento lleno de emoción… la cacería del peyote es un regreso a Wirikuta, al paraíso, al arquetípico principio y final de un pasado mitológico.” (2)

Un chamán huichol busca entrar en contacto con la divinidad a fin de obtener visiones del pasado que le permitan adquirir conocimiento para orientar su vida y ayudar a los demás. Su meta última es un clarísimo ejemplo de sabiduría: dejar de contactar a la divinidad a través del peyote, toda vez que aprenda a quedarse con él en su interior.

A sus más de ochenta años un renombrado chamán huichol, Don José Matsúwa, le confió a su aprendiz Prem Das: “El camino del mara’akame [chamán] nunca termina. Yo soy un viejo y sin embargo sigo siendo un nunutsi [bebé] frente al misterio del mundo.” Ramón Medina Silva, otro chamán huichol entrevistado por la antropóloga Barbara Myerhoff, dice: “Todos nuestros símbolos, el venado, el peyote, el maíz de cinco colores, todos los que has visto ahí en Wirikuta, cuando vamos a cazar el peyote, son bellos. Y son bellos porque son verdaderos.” (2)

Viaje a la Sierra Tarahumara

Entre los tarahumaras, la danza del peyote puede realizarse en cualquier época del año, por motivos de salud o prosperidad de la tribu. En ocasiones se incorpora a otras fiestas ya establecidas. La parte principal de la ceremonia consiste en una serie de bailes y rezos precedidos y seguidos por un día de ayuno. Se realiza en un área despejada donde se colocan leños de roble y pino orientados en dirección este-oeste para posteriormente encender una fogata. El guía es secundado por varias mujeres encargadas de moler el cacto fresco en metates. El guía se ubica al oeste del fuego, frente a él hay un pequeño hoyo en el que se coloca el peyote cubierto con una jícara que sirve como caja de resonancia de un raspador. El peyote está bajo la caja de resonancia “porque le gusta el sonido”. Las canciones que se entonan durante la ingestión alaban al peyote por la protección que brinda a la tribu.

Los rituales curativos son bastante distintos. El chamán tarahumara cura al amanecer. Después de haber ingerido peyote y bailado buena parte de la noche, termina la danza con tres golpes seco. Todos los asistentes que han estado haciendo lo mismo, se detienen. El chamán se yergue acompañado por un joven asistente y camina en círculo bendiciendo con agua la frente de todos los participantes. Entonces toca tres veces al enfermo con su bastón mientras golpea el suelo también tres veces. El polvo que se levanta es considerado un poderoso dador de vida y se recupera para uso medicinal. El rito culmina cuando el chamán envía al espíritu del peyote de vuelta a su lugar, para ello abre sus brazos al incipiente sol y golpea tres veces el suelo con sus pies: “Una vez que el espíritu del peyote ha concedido sus bendiciones, se convierte en una bola y vuela de regreso a su refugio.” (1)

Tras algún tiempo en contacto con su cultura y sus tradiciones, el poeta francés Antonin Artaud consiguió ser invitado sus ceremonias. Tiempo después consignaría sus experiencias en Viaje al país de los tarahumaras. Allí relata que antes de probar el peyote en medio de un ritual de sanación bastante elaborado, escuchó en boca de uno de sus anfitriones esta sencilla y magnífica recomendación: “El que verdaderamente ha bebido ciguri, HOMBRE y no FANTASMA indeterminado, sabe cómo están hechas las cosas y no puede ya perder la razón porque es Dios el que está en sus nervios y desde allí lo conduce. Pero beber ciguri es justamente no exceder la dosis porque ciguri es lo infinito, y el misterio de la acción terapéutica de los remedios está ligado a la proporción que nuestro organismo absorbe.” (1)

Fuentes de consulta:

1. Artaud, Antonin: México y Viaje al país de los tarahumaras, FCE, México, 1995.

2. Schultes, Richard E. y Hofmann, Albert: Plantas de los dioses. Orígenes del uso de los alucinógenos, FCE, México, 1993.

Chamanes y su entrenamiento

Chamanes y su entrenamiento
07-10-2004, 6:25 pm
Como fue dicho por Igjugarjuk

(Caribou Eskimo)

Cuando me iba a hacer chamán, elegí pasar por dos cosas que son las más peligrosas para nosotros los humanos, pasar hambre y pasar frío… Mi instructor fue el padre de mi esposa, Perqanaq. Cuando iba a ser presentado a Pinga y Hila [deidades], él me llevó a una celda no muy grande, pues sólo podía permanecer sentado; él me llevó a lo lejos, más allá del otro lado del Hikoligjuaq… Esto tuvo lugar en una noche de luna nueva, era invierno; uno sólo podía ver los primeros destellos de la luna que acababa de aparecer en el cielo. Nadie vendría por mi hasta que la próxima luna alcanzara el mismo tamaño. Perqanaq construyó una pequeña choza de nieve, no muy grande, sólo para que pudiera permanecer sentado y protegido. No me fue dado un cobertor de piel para protegerme contra el frío, sólo una pequeña pieza de piel caribou para sentarme en ella. Ahí permanecí en silencio. La puerta fue cerrada con un bloque, y no arrojó nieve suave sobre la choza para hacerla cálida. Cuando estuve ahí cinco días, Perqanaq vino a mi con agua tibia, cubierta en piel caribou, una bolsa de piel caribou impermeable. Y no fue sino hasta quince días después que volvió y me ofreció lo mismo, tomándose sólo el tiempo para entregármela, y después se fue de nuevo, porque ni aun el viejo chamán debía interrumpir mi soledad… Tan pronto como me quede sólo, Perqanaq se me unió a pensar en lo único por lo que todo el tiempo estuve ahí, para desear una sola cosa, y eso era llamar la atención de Pinga al echo de que yo permanecía en el deseo ser un chamán. Entonces Pinga me poseyó. Mi noviciado tuvo lugar en el más frío invierno, y yo no tuve nada para calentarme, y sin poder moverme, estaba congelado. Era muy agotador estar ahí sentado sin el valor de dejarme caer, algunas veces era como si yo muriera un poco. Sólo al final de los treinta días tuve el auxilio de un hermoso y amoroso espíritu que vino a mi auxilio, jamás había pensado en él, era una mujer blanca, ella vino a mi cuando me encontraba colapsado, exhausto, y dormitaba. Aun así la vi como si estuviera viva, cubriéndome, y desde ese día no puedo cerrar mis ojos o soñar sin verla. Hay algo importante sobre el espíritu que me auxilia, nunca la he visto cuando estoy despierto, sólo en sueños. Ella vino a mi desde Pinga y fue una señal de que Pinga me anunciaba y me daba los poderes que me harían un chamán.
Cuando la luna nueva estaba iluminada, y tenía el mismo tamaño de aquella que brilló para nosotros cuando dejamos la Villa, Perqanaq vino de nuevo con su pequeño trineo y… me llevó de regreso de la misma manera en la que me había llevado a Kingarjuit.
Por todo un año no pude acostarme con mi esposa, que de cualquier manera, tuvo que hacerme de comer. Por todo un año tuve mi propia vasija para cocinar y mi propio plato de carne; a ningún otro le estaba permitido comer de lo que había sido cocinado para mi.
Después, cuando pude volver a ser un poco como antes, entendí que me había convertido en el chamán de mi Villa, y eso hizo que mis vecinos o personas de lugares muy lejanos me llamaran para curar a una persona enferma, o para inspeccionar el camino, si es que ellos iban a viajar. Cuando esto ocurrió la gente de mi Villa fue reunida y les fue dicho lo que yo debía hacer. Entonces dejé la tienda o la casa de nieve y salí a la soledad; lejos de las huellas del hombre, pero aquellos que fueron dejados atrás debían cantar continuamente, para mantenerse felices y vivaces. Si alguna dificultad era encontrada, mi soledad se extendería tres días y dos noches, o tres noches y dos días. En todo ese tiempo tuve que vagar sin descanso, y sólo sentarme cuando cayera una tormenta o una ventisca. Cuando había estado mucho tiempo fuera y estaba cansado, pude por fin dormitar y soñar, y encontrar por lo que había salido fuera, en lo que había pensado todo este tiempo. Cada mañana, de cualquier modo, pude volver a casa y reportar que tan lejos había podido llegar, pero tan pronto como lo hablaba debía regresar de nuevo, fuera, a lo abierto, fuera, en los lugares en que pudiera estar solo. Cuando uno está fuera, buscando, uno suele comer muy poco, no mucho. Si un chamán estando fuera, en los secretos de la soledad, encuentra que una persona enferma morirá, puede volver a casa y permanecer ahí sin antes haber pasado fuera el tiempo usual. Sólo en el caso de una posible cura se debe permanecer fuera todo el tiempo.
Nosotros los chamanes, en lo interior, no tenemos un lenguaje espiritual especial y creemos que los angatkut reales no lo necesitan. En mis viajes, algunas veces, he estado presente en los orígenes del mar, donde el agua salada habita. Los angatkut nunca parecen confiar en mi. Siempre se me figuran como agua salada, los angatukut juntos son muy pesados, con trucos para atontar a la audiencia, así cuando ellos saltan sobre el suelo escupen una especie de absurdo lenguaje espiritual; para mi todo esto parece sólo una distracción, algo que pudiera impresionar al ignorante. Un chamán real no salta sobre el suelo y hace trucos, no busca con la ayuda de la oscuridad, al sacar fuera las lámparas, intranquilizar las mentes de sus vecinos. Yo no creo que sepa mucho, pero no pienso que la sabiduría o el conocimiento sobre las cosas que están ocultas puedan ser buscados de esa manera. La verdadera sabiduría sólo puede ser encontrada fuera de la gente, fuera, en la gran soledad, y no es encontrada en la diversión sino solo en el sufrimiento. Soledad y sufrimiento abren la mente humana, y después un chamán debe encontrar su sabiduría ahí.

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