Ocho Aspectos de la Fe Budista

Ocho Aspectos de la Fe Budista
(Enseñanzas de un Maestro Zen Japonés)
Hakuun Yasutani Roshi,
Traducción al español por John Tesshin Sanderson

Introducción de Yasutani Roshi

Mi maestro, Harada Roshi, dio a conocer ocho puntos importantes del estudio del budismo, a los cuales llamaba la Creencia Correcta en el Budismo. Son sencillos pero sin embargo, se refieren directamente a la esencia de la enseñanza. Si uno comprende con claridad estos ocho puntos puede decir que sabe lo que es el budismo. Los ocho puntos son:

La Naturaleza Búdica

El Concepto Erróneo acerca del “Yo” (Ego)

La Vida Eterna

La Ley de la Causalidad

La Existencia de Todos los Budas

La Atracción Mutua entre los Budas y los Seres Vivientes

No Dos, sino Uno

El Camino a la Budeidad

Por haber sido su discípulo durante unos 30 años, al menos logré abrir el ojo de mi Mente en cierto grado y es por esto por lo que le estoy muy agradecido.

Espero que mis pláticas te sirvan de ayuda en tu estudio sobre budismo.

Hakuun Yasutani (1966)

La Naturaleza Búdica

Primera Parte

Aunque he dicho que existen ocho puntos respecto al estudio del budismo, eso no quiere decir que hay ocho cosas diferentes que existen separadamente ante nosotros. Sólo hay una verdad pero para ayudarnos a entenderla intelectualmente podemos considerar ocho perspectivas diferentes. Cada una de éstas se relaciona no sólo con las demás, sino que también contiene dentro de sí misma las otras siete. Por lo tanto, si una persona puede entender una, naturalmente entiende las otras. En cambio, si una persona no puede entender alguna de estas perspectivas, aunque diga que comprende las demás, todavía no ha logrado una comprensión profunda. Esto se debe a que la esencia o la raíz de todos estos ocho puntos es la naturaleza búdica misma. En el Sutra del Nirvana Shakyamuni Buda dijo: “Todos los seres vivientes tienen naturaleza búdica”. “Todos los seres vivientes” no sólo se refiere a los seres humanos, sino también a los animales, las plantas e inclusive los objetos inanimados. De hecho la naturaleza búdica es el otro nombre de todas las existencias en este mundo. Ya que se dice que todos los seres vivientes contienen naturaleza búdica, por supuesto que no existe diferencia alguna entre un hombre blanco y un hombre negro, entre un hombre y una mujer; todos tienen naturaleza búdica. Cuando el futuro Sexto Patriarca conoció al Quinto Patriarca, éste último le preguntó si era verdad que la gente que habitaba al sur de la montaña carecía de naturaleza búdica. El Sexto Patriarca respondió diciendo que si bien existen norte y sur, en cuanto a naturaleza búdica se refiere ninguno de los dos existe, ni el norte ni el sur. Por esta respuesta él pudo convertirse en estudiante del Quinto Patriarca.

Dogen Zenji, el famoso maestro zen japonés del siglo XIII, interpretó el significado de esta cita del Sutra del Nirvana de la siguiente forma: Todos los seres vivientes son la naturaleza búdica misma y ninguna otra cosa. Por eso no se trata de si existe o no, lo que importa comprender es el hecho de que toda la existencia es la naturaleza búdica.

Sin embargo, aunque repita lo anterior muchas veces, si el contenido no está claro se vuelve meramente un juego de palabras. Así que empecemos por analizar y apreciar la naturaleza búdica.

Primero corregiré algunos conceptos erróneos acerca de la naturaleza búdica. Mucha gente cree que la naturaleza búdica es una alma espiritual que existe en alguna parte del cuerpo o dentro de todo y que está oculta hasta que uno se transforma en Buda. El siguiente relato se deriva de ese concepto erróneo tan típico.

El funcionario Chiku preguntó al maestro zen Chosha: “Cuando partimos en dos una lombriz, ambas mitades siguen retorciéndose. Entonces, ¿cuál de las dos mitades contiene la naturaleza búdica?”. El maestro le regañó diciendo: “¡No seas tonto!”. No obstante Chiku insistió: “¡Pero las dos mitades se mueven!”. Chosha le replicó: “¡Porque la lombriz todavía está viva!”.

A veces el notable maestro chino Joshu decía: “el perro tiene naturaleza búdica” y otras veces “el perro no tiene naturaleza búdica”. Obviamente su intención principal al decir a veces “sí” y a veces “no,” era simplemente hacernos comprender que la naturaleza búdica yace más allá de sí o no. No sólo toda la existencia es la naturaleza búdica misma, sino que todo el universo es naturaleza búdica. Hablar de esta naturaleza búdica es explicar las cosas multitudinarias del universo; hablar de esta naturaleza búdica es revelar la naturaleza real de nosotros mismos. Podría repetir esto sin cesar pero en vez de hacerlo señalaré una de las características fundamentales de la naturaleza búdica y trataré de aclararla. La llamamos ku (shunyata, vacío). Esta es la condición de no-entidad-fija y a pesar de cualquier ilusión egoísta contraria, es la condición esencial de todo el universo. El Dr. Junjiro Takakusu, uno de los filósofos budistas recientes más destacados, le llamó la teoría de la nada.

Ku es la esencia de toda la existencia. La expresión suprema más simple y más directa que confirma este hecho es la escrita por Nagarjuna: “Todos los dharmas (fenómenos) son el resultado de la causa: los llamo ku.”

Casi todas las religiones, a excepción del budismo, creen en un Creador separado de su creación y afirman que El hace todas las cosas. Si comprendo bien así sucede entre ciertos chinos, así como en el judaísmo, el cristianismo, el islamismo y el hinduismo. Sin embargo, el budismo enseña que todos los fenómenos son el resultado de la ley de la causalidad. Si la causa cambia también ocurre un cambio correspondiente en el efecto; si la causa desaparece por completo, el efecto naturalmente se esfuma. Por lo tanto ningún fenómeno cuenta con una entidad fija propia. Además, la causa y el efecto no son divisibles.

Si yo explicara esta enseñanza mediante ejemplos más concretos podría decir que un hombre bueno no tiene la entidad específica de `’lo bueno”, pues tal vez por las circunstancias se vuelva un hombre malo; un hombre malo tampoco tiene una entidad específica de “lo malo”, si la causa cambia posiblemente se convierta en un hombre bueno. Lo mismo puede decirse de la gente pobre y la gente rica, de la gente sana y enferma, burda y civilizada. También puede decirse de la felicidad y la infelicidad, de la paz y la guerra, del cielo y del infierno. Otro ejemplo es la interacción entre carbono y diamante; sometido a la presión suficiente, el carbono se transforma en un diamante. Por otra parte, bajo las circunstancias adecuadas, el diamante se reconvertirá en carbono. El punto principal de esto es que nada tiene una entidad fija propia. Cada cosa se encuentra en su estado inmediato en virtud de causas determinadas, en un estado temporal de no especificidad llamado ku.

Actualmente, los científicos atómicos más experimentados han empezado a explorar este campo, pero recordemos que Shakyamuni Buda descubrió este hecho del ku hace 2,500 años. Cuando empezó a predicar el budismo, lo usó como su enseñanza fundamental y a partir de entonces se ha trasmitido desde India a China y de ahí a Japón. Una de las finalidades primordiales del budismo es que experimentemos directamente el hecho de ku y que lo actualicemos en la vida diaria. Budismo es creer en la naturaleza búdica, comprender la naturaleza búdica, practicar a fin de poderla ver claramente y por último fusionarla con nuestra vida cotidiana.

Mi maestro, Harada Roshi, acostumbraba dibujar un círculo en el pizarrón al principio de cada plática y decía que el universo es Uno. El Tercer Patriarca Ganchi, en su obra Creyendo en la Mente, escribió lo siguiente: “Es perfecto, nada le falta, nada le sobra”; esta es una buena explicación de la naturaleza búdica.

Ahora explicaré la naturaleza búdica de un modo diferente. Todas las existencias son perfectas como son. Tal perfección se demuestra como un círculo. La pata de la garza es larga y es perfecta en su longitud, mientras la pata del pato es corta y es perfecta en su cortedad. Perfección no implica que debemos tratar de acortar la pata de la garza o alargar la pata del pato a fin de conseguir que cada ave se conforme a nuestra noción preconcebida de una apariencia más agradable. El verdadero significado de la perfección es que las cosas son perfectas como son. La persona alta es perfecta como alta, la persona baja es perfecta como baja. No es necesario que una persona baja use tacones altos. La persona negra es perfecta como es y la blanca también; el elefante es perfecto como es y la hormiga, aunque pequeña, también es perfecta. Claro que una hormiga no puede hacer las cosas que un elefante, pero tampoco un elefante hace las cosas que hace una hormiga. No hay motivo para que un hombre rico sea altanero por ser rico, ni hay tampoco motivo alguno para que una persona pobre se sienta inferior. Uno y otro son perfectos como son.

Un gran actor es capaz de representar a un mendigo y en otra ocasión, sobre el mismo escenario, caracterizar a un hombre rico, pero independientemente del tipo de personaje que interprete su valor personal esencial no cambia. Así, el círculo es perfecto y completo en sí mismo. Aunque algunos de los antiguos patriarcas expresaban su perfección sentándose a meditar, nosotros podemos expresar nuestra perfección también caminando, durmiendo e inclusive realizando todas nuestras acciones. Es por ello que la frase: “Todos los seres vivientes son originalmente Buda” expresa tal perfección. Cuando una persona comprende esto verdaderamente, nunca tendrá por qué quejarse o estar descontento, porque así, sin importarle la clase de situación en la que se encuentre, puede vivir en paz, agradecida por trabajar en bien de los demás. Esta devoción es la vida del Buda y practicar esto es la vida del budista. Aun así, nunca faltan personas que siempre están quejándose de su situación por lo que naturalmente no pueden apreciar su perfección. Siempre están pensando egoístamente y por eso nunca logran satisfacerse. A tales personas simplemente se les llama necias.

La Naturaleza Búdica

Segunda Parte

Ahora estudiemos la naturaleza búdica más a fondo. Es posible decir que la naturaleza búdica es otro nombre del instinto humano. Hace aproximadamente tres años, al dar una conferencia en una universidad americana, alguien me preguntó: “¿Acaso el budismo niega el deseo humano?”. Respondí que el budismo no niega el deseo humano pero sí enseña la manera correcta de canalizar todos los deseos. Insistente, mi interlocutor me preguntó si el budismo no era como el estoicismo. Me di cuenta que en occidente esta idea superficial acerca del budismo es bastante común, por lo tanto, explicaré el instinto humano desde la perspectiva budista.

Todas las cosas vivientes tienden naturalmente hacia la conservación de la vida. En los seres humanos esta tendencia puede considerarse como el instinto de conservar la vida y se puede decir que a partir de ese instinto se deriva todo lo que llamamos el deseo humano.

Los dos deseos más fuertes son el deseo de comer y el deseo sexual. Ambos son el resultado del instinto de conservación. Al enfermarnos perdemos temporalmente nuestro apetito, e incluso a veces no deseamos comer, pero el impulso de vivir no desaparece. En realidad de acuerdo con el instinto de conservación, el deseo de comer es controlado por la condición del organismo. El deseo sexual es fuerte cuando uno es joven y se tiene mucha energía. Queremos trasmitir nuestro instinto de conservación a la generación siguiente a fin de perpetuar la vida. Naturalmente, el deseo sexual desaparece cuando enfermamos de gravedad y disminuye cuando envejecemos, pero el instinto de conservar la vida siempre permanece. En ocasiones, el apego se debilita, pero el deseo de vivir todo el tiempo posible sigue igual durante toda la vida. Puede suceder que un anciano diga a un joven: “Ya soy muy viejo, no me importa morir.” Eso es tan solo un gesto y no su verdadero sentimiento. Si tú haces eco a sus palabras y le dices: “Adelante, muérete”, seguramente lo ofenderás. Yo cuento con 80 años de edad pero no quiero morirme sino que quiero vivir el mayor tiempo posible y trabajar lo más que pueda.

Alguna gente preguntará: “Entonces, ¿por qué hay tantos suicidios?”. Una persona se suicida no sólo porque quiere morir. Si lo hace por ese motivo sin duda está desquiciado. Quien no está desquiciado pero se quita la vida es alguien que no puede vivir como quisiera vivir. Un suicidio así es una expresión de resistencia y es otra forma del instinto del que hablo.

Por ejemplo, cuando uno se enferma y sufre mucho dolor puede pensar que es mejor morir y tal vez dirá: “Déjenme morir.”. Si pudiera liberarse de su dolor, sintiendo nuevamente alegría y paz, con certeza diría: “Qué bueno que no me morí, ahora quiero vivir todo el tiempo que pueda.” Aun así, puede haber quien pregunte por qué hay tantos suicidios en los países escandinavos, particularmente en Noruega y Suecia, donde la seguridad social está muy establecida y los ancianos pasan sus días cómodamente jubilados en asilos. De nuevo nos encontramos con el mismo instinto en otra forma. Estas personas sienten que no vale la pena seguir viviendo porque no encuentran significado en la vida, por lo que el suicidio es una rebelión contra una existencia insípida y tediosa.

El instinto humano de conservar la vida infunde en el hombre no sólo el deseo de prolongar su vida, sino también el deseo de enriquecerla lo más posible. Por eso, éste a veces busca la fama, la fortuna, el poder, la destreza intelectual, o bien, su deseo de expansión puede expresarse como la búsqueda de la alegría, la apreciación del arte, la invención de cosas nuevas, la adherencia a la moralidad, la creencia en la religión o hasta la práctica real de la religión. Nuestro impulso es buscar la vida interminable y la expansión sin fin. El budismo enseña la forma de satisfacer este impulso.

El budismo puede parecer semejante al estoicismo por tener también preceptos estrictos. El más importante es no matar.

Este precepto sobre no matar aparece en la tradición mahayana, por ejemplo, en los diez Siksapada para monjes y en los cinco preceptos para legos. Si no me equivoco, uno de los Diez Mandamientos de Moisés es: “No matarás”. Si Moisés quería decir que uno no debe matar ni a un hereje, ni a un enemigo, ni a un insecto, eso es exactamente lo mismo que el precepto budista. Uno no debe matar ninguna cosa viviente. Si todos los seres humanos siguieran este precepto, no habría guerras. El budismo enseña a buscar la paz. Durante toda la historia del budismo, los budistas no han propiciado guerras religiosas. Si un budista enfrenta la situación de “matar o ser matado”, será matado. Gandhi, si bien no fue budista, se vió muy influido por la tradición india de no matar y facilitó la independencia de su país por medio de la resistencia no-violenta. Los sacerdotes budistas en Vietnam del Sur se prendían fuego a fin de proteger el budismo. Ambos son buenos ejemplos del precepto de no matar.

Desde luego suicidarse es contrario al precepto budista. Los sacerdotes budistas se prendieron fuego ya que, dadas las circunstancias, ése era el único medio a su alcance para poder protestar contra la opresión del pueblo y salvar muchas vidas. Sabían que era un acto pecaminoso, pero daban sus vidas por el bien de los demás. Desde el punto de vista budista todo tiene vida, es decir, todo lo que existe no es otra cosa mas que la vida y llamamos a esa vida naturaleza búdica. Por eso se dice que todas las existencias son naturaleza búdica misma. En fin, mencionaré tres aspectos de la naturaleza búdica.

En japonés son llamados: shoin bussho, ryoin bussho y enin bussho. Shoin bussho es la naturaleza búdica misma, la realidad esencial de la que he hablado hasta ahora y significa literalmente causa fundamental.

Afortunadamente contamos con la capacidad de vivenciar este shoin bussho y esta capacidad se llama ryoin bussho. Ryo quiere decir darnos cuenta.

Aunque tenemos tanto shoin bussho como ryoin bussho, para poder llevar a cabo tal potencial es necesario que se dé alguna causa, alguna condición, pues nada sucede accidentalmente. Por ejemplo, llegar a conocer al maestro adecuado y recibir la orientación más apropiada es una causa buena. Esta se llama enin bussho y por fortuna también la tenemos. Enin significa causa cooperante y al decir enin generalmente pensamos en algo exterior a nosotros, pero después de todo, el yo y los otros no son dos entidades separadas. Si algo existe fuera de nosotros con toda seguridad existe también dentro de nosotros. Estos tres aspectos de la naturaleza búdica son tesoros pertenecientes a los seres humanos que hacen posible la vía del despertar.

Si ya sabemos con certeza que es difícil nacer como ser humano, no hay que perder la actual oportunidad que tenemos para cultivar la aspiración y determinación correctas de despertar a esta maravillosa naturaleza búdica. Esto es lo importante.

SHOBOGENZO

SHOBOGENZO

EXTRACTOS

( Dogen 1200 – 1253)

I. Textos del Shobogenzo

  [1] Bendowa (Acerca de la verdadera práctica de zazen)  La puerta auténtica para el disfrute del samadhi es la firme y erecta postura de zazen. Este Dharma está presente en abundancia en cada ser humano, pero si no lo practicamos no se hace manifiesto. Y si no lo experimentamos, no se puede realizar.  Cuando a ello nos entregamos, ya las manos han sido completamente colmadas: ¿cómo puede entonces el Dharma definirse como siendo uno o muchos? Cuando lo hablamos, nos llena la boca: carece de restricciones sin importar en qué dirección se hable. Puesto que los buddhas están constantemente habitando y manteniendo esta morada, no quedan rastros de reconocimiento ni de percepción alguna, a la manera en que se hace cuando se distingue y se separa. Y cuando los seres vivos se comportan eternamente de acuerdo con este estado, nada aparece ante ellos como reconocimiento y percepción de aspectos distintos y separados. El esfuerzo de aternerse a esta verdad que ahora os enseño conduce a experimentar realmente los miles de universos, y promueve la unicidad de lo real en el camino de la liberación. En el momento de romper las barreras y ganar la libertad, ¿qué relevancia puede tener aún este mismo párrafo que escribo?   

[4] Ikka-No-Myoyu (Una perla luminosa) ¿Cómo es posible que no amemos esta perla luminosa? Su luz y sus colores, tal como son, son interminables. Cada color y cada rayo de luz en cada momento y en cada situación es la virtud del universo entero en sus innombrables direcciones. ¿Quién querría robarse eso? Nadie tiraría un tesoro en la calle del mercado. No os preocupéis por caer o no caer en uno de los mundos condicionados. Después de todo, ellos son, de la cabeza hasta el rabo, originalmente el claro estar de lo que nunca deja de estar claro, y la perla luminosa son sus rasgos, y la perla luminosa son sus ojos. Aún así, ni yo sé, ni vosotros sabéis, lo que es o no es una perla luminosa. Cientos de pensamientos y cientos de negaciones de pensamientos se combinan para formar un único y claro pensamiento. [¼] Aún la pesadumbre y la preocupación en nada difieren de la perla luminosa. Ninguna acción y ningún pensamiento han sido causado por nada que no sea la perla luminosa. Por lo tanto, avanzando o volviendo atrás dentro de la cueva, en la negra montaña de algún demonio, aún eso no más que la perla luminosa. 

[6] Soku-shin-ze-butsu (La mente aquí y ahora es buddha) El universo aquí y ahora existe y no espera ser realizado, ni aguarda su destrucción. Los tres mundos, en exacta concreción, existen: ni retroceden ni se muestran, ni son simplemente la mente. La mente existe como existen las paredes y las cercas; nunca se enloda o se humedece, y nunca se construye artificialmente. Nos percatamos en la práctica de que la mente aquí y ahora es buddha, nos percatamos en la práctica de que la mente que es buddha es ésta, nos percatamos en la práctica de que buddha es justamente la mente, nos percatamos en la práctica de que mente y buddha aquí y ahora es lo correcto, nos percatamos en la práctica de que esta mente-buddha es aquí y ahora. 

Fukan-Zazengi (Guía universal para el método de zazen) Por lo general alargamos una delgada esterilla en el lugar donde nos sentamos, y colocamos un cojín redondo sobre ella. Podéis sentaros en posición de loto, o en medio loto. Para sentarse en la posición de loto, poned primero el pie derecho sobre el muslo izquierdo, y luego el pie izquierdo sobre el muslo derecho. Para sentarse en la posición de medio loto, no hay más que presionar el pie izquierdo sobre el muslo derecho. Acomodad bien el hábito (kaõàya). Entonces colocad la mano derecha sobre el pie izquierdo, y la mano izquierda sobre la palma de la mano derecha. Los pulgares se tocan ligeramente y se soportan el uno al otro. Enderezad bien el cuerpo y sentáos firmemente. No os inclinéis ni hacia la izquierda ni hacia la derecha, ni os tumbéis hacia el frente, ni os echéis hacia atrás. Las orejas deben estar en línea horizontal con los hombros, y la naríz en línea vertical con el ombligo. Sostened la lengua contra el paladar, mantened los dientes y los labios cerrados, mantened los ojos abiertos. Respirad suavemente por la naríz. Cuando la postura esté ya bien asentada, haced una exhalación completa y balancéaos a la izquierda y a la derecha. Sentáos inmóviles en el estado de quietud de la montaña. Pensad en no pensar. ¿Cómo se piensa en no pensar? No pensando (hishiryo) He ahí la esencia del zazen. 

[11] Cuando los budas-tathagatas, todos habiendo recibido la transmisión directa del maravilloso Dharma, experimentan el Despertar supremo (Anutarra samyak sambodhi), poseen un método sutil, absoluto y sin intención. Por esta razón este maravilloso Dharma se ha transmitido sólo de Buda en Buda, sin desviación, porque su estándar es (Jijuyu Zanmai [1] el Samadhi de recibir y usar el Yo. Para disfrutar libremente de este Samadhi, la práctica de zazen en la postura correcta es la puerta auténtica. Aunque este Dharma esté presente abundantemente en cada ser humano, no se manifiesta sin la práctica; y no lo experimentamos, no se puede realizar. Cuando soltamos, ya ha llenado las manos; ¿cómo podríamos definirlo en términos de poco o de mucho. Cuando hablamos, llena la boca; no está limitado en cualquier dirección. Cuando los Budas permanecen continuamente en este estado y lo mantienen, están inmersos en la realidad, sin separarse de ella mediante los conceptos y las sensaciones. Cuando los seres vivientes funcionan continuamente en este estado, la realidad no aparece ante ellos mediante los conceptos y las sensaciones. La práctica de la Vía sin reservas -Bendo- de la que estoy hablando nos permite experimentar por nosotros mismos la realidad de todas las cosas; nos abre los ojos a la unidad intrínseca de la realidad en el camino de la emancipación. En el momento de romper las barreras y de liberarse, hasta estas palabras carecen de sentido.

[14]Después de establecer la decisión de perseguir el Dharma, visité buenos consejeros en todos los rincones de nuestro país. Durante este tiempo encontré a Myosen en el templo de Kenninji. Nueve estaciones de heladas y flores pasaron rápidamente mientras practicaba con él y aprendía un poco de las tradiciones del linaje Rinzai. El maestro Myosen era un gran discípulo del Ancestro Eisai, del cual, fue el único que recibió la transmisión directa del supremo Dharma del Buda. Nadie puede ser comparado a Myozen. Luego viajé por el gran reino de los Sung, visitando a buenos consejeros al Este y al Oeste de Chekiang [2] y oí hablar de la tradición a través de las puertas de los cinco linajes [3]. Finalmente visité al Maestro Zen Nyojo en la montaña Dai-byaku Ho [4] y aquí fui capaz de completar la gran tarea de una vida de práctica. Después de eso, al principio de la era Shojo de la dinastía Sung [5], volví a mi país con la determinación de difundir el Dharma y de salvar a los seres vivientes -era como si una carga pesada hubiera sido puesta sobre mis hombros. No obstante, a la espera de circunstancias propicias bajo las cuales podría desarollarse mi misión, pensé pasar un tiempo solo, paseando como una nube o derivando aquí o allí como una hierba acuática, siguiendo el estilo de los antiguos sabios. Sin embargo, si hubiera algunos practicantes sinceros que daban prioridad al deseo de seguir la Vía, teniendo de forma natural indiferencia hacia la fama o el provecho, podrían verse engañados en vano por falsos instructores y podrían inútilmente echar un velo sobre la comprensión correcta. Podrían emborracharse inútilmente con sus propios errores y caer para siempre en el estado de confusión. ¿Cómo sería posible para ellos, entonces, hacer crecer la verdadera semilla de Prajna o tener la oportunidad de alcanzar la Verdad? Si yo ahora quedara absorto en ir a la deriva como una nube o como las hierbas acuáticas, que montañas o ríos podrían visitar? Sintiendo que sería una situación lamentable, decidí escribir una recopilación de las tradiciones y de las reglas que viví directamente en los monasterios zen del reino de los Sung en China, junto con un manual de la enseñanza profunda de un buen consejero que recibí y que he mantenido. Dejaré este manual a las personas que estudian en la práctica con sinceridad, así podrán conocer el Verdadero Dharma del linaje del Buda. Sería una gran misión.

[17][Los sutras] dicen: El Gran Maestro Shakyamuni transmitió el Dharma a Mahakashyapa durante la asamblea en el Pico de los Buitres. El Dharma fue auténticamente transmitido de patriarca a patriarca y llegó hasta el Venerable Bodhidharma. El Venerable en persona fue a China y transmitió el Dharma al Gran Maestro Eka. Fue la primera transmisión del Dharma del Buda en las Tierras del Este. Transmitido íntimamente, de “cara a cara”; de esta manera, de forma natural el Dharma llegó al Maestro Zen Daikan Eno, el Sexto patriarca. En aquella época, a medida que el verdadero Dharma se difundía en las tierras de China, se hizo claro que éste estaba más allá de la expresión literaria. El Sexto Patriarca tuvo dos excelentes discípulos: Ejo de Nangaku [6] y Gyoshi de Seigen [7]. Ambos, habiendo recibido y mantenido la postura de Buda, fueron instructores que guiaban por igual a los hombres y a los dioses. El Dharma fluyó y se expandió en estas dos corrientes y las cinco escuelas se establecieron: Hogen, Igyo, Soto, Unmon y Rinzai. En nuestros días solamente la escuela Rinzai sigue siendo influyente en China. Aunque hay diferencias entre las cinco tradiciones, la postura con el sello del espíritu del Buda (Butsu Shin In) es idéntica. A pesar de que en el gran reino de los Sung, desde la antigua dinastía Han [8] hacia adelante, se prodigaron textos filosóficos que tuvieron cierto impacto, nadie pudo decidir cuales eran inferiores o superiores. Cuando el Maestro Ancestral vino del Oeste, cortó directamente de raíz la fuente de toda confusión y transmitió el Dharma del Buda sin corrupción. Debemos esperar que lo mismo ocurra en nuestro país. Los sutras dicen que los patriarcas y los numerosos budas que permanecieron en el Dharma del Buda y lo mantuvieron, se basaron todos en la práctica de la postura sentada en el Samadhi de recibir y usar el yo (Jijuyu Zanmai) y estimaron que esta práctica es la verdadera vía para revelar el estado de la verdad (de la verdad del Despertar del Buda). Los seres humanos que alcanzaron la Verdad de Buda bajo los Cielos del Oeste o en las Tierras del Este siguieron todos esta práctica. Esta práctica depende de la transmisión auténtica y mística del método sutil entre maestro y discípulo, y en la recepción y mantenimiento por el discípulo de la verdadera esencia de la enseñanza.

[20]En la auténtica transmisión de [nuestra religión] se dice que el Dharma de Buda (zazen), que ha sido auténtica y directamente transmitido de cara a cara, es lo máximo. Después de un primer encuentro con un [buen] consejero ya no necesitamos más quemar incienso, ni hacer sampai, ni recitar los nombres del Buda, ni practicar la confesión ni leer los sutras. Sólo sentarse y entrar en el estado que está libre de cuerpo y de espíritu. Si un ser humano, aunque sea por un breve instante, manifiesta la postura de Buda en los tres comportamientos [9] cuando esa persona se sienta recto en el Samadhi, el mundo entero del Dharma asume la postura de Buda y el espacio entero se convierte en el estado de la realización (Bodhi). Así, la práctica hace crecer la felicidad del Dharma que es el estado original de los budas-tathagata, renovando el esplendor de su realización de la Verdad. Además, todo a lo largo del mundo del Dharma en las 10 direcciones, la gente de los tres o de los seis estados de existencia [10] todos, en el instante, se vuelven puros y claros de cuerpo y de mente; experimentan el estado de la gran emancipación (Dai Gedatsu Chi) y sus rasgos originales aparecen. Entonces todos los dharmas experimentan y comprenden la verdadera realización y todas las cosas ponen en práctica su cuerpo de Buda; en este instante van mas allá de los límites de la experiencia y de la comprensión; se sientan totalmente rectos como los reyes del árbol de la Bodhi; en un instante hacen girar la gran rueda de la Ley que se encuentra en el estado de equilibrio sin igual [11] ; y exponen el estado último de Prajna, profundo y sin adornos. Estos estados equilibrados y auténticos del Despertar funcionan también en la otra dirección (la de aquél que practica) siguiendo caminos de cooperación íntima y mística, de tal manera que esta persona que se sienta en zazen de forma constante, consigue la libertad del cuerpo y del espíritu, corta la raíz de los distintos puntos de vista impuros y de los pensamientos del pasado; y así experimenta y comprende el puro y sencillo Dharma del Buda.
Por todos los infinitesimales e innumerables asientos de la verdad de los budas-tathagatas, (el practicante de zazen) actualiza el trabajo de Buda y difunde su influencia por todas partes hacia los que están predispuesto a la práctica de la Vía, quienes a su vez se convierten en ejemplos vivos del estado verdadero, trascendental de Buda. En este instante, todas las cosas en el universo en las diez direcciones -el suelo, la tierra, la hierba y los árboles; las cercas, las paredes, las tejas y los cantos- realizan el trabajo de Buda. Las personas que reciben los beneficios producidos de esta forma por el viento y el agua, están todas místicamente ayudadas por la maravillosa e inimaginable influencia del Buda, y manifiestan inmediatamente el Despertar. Todas las personas que reciben y usan este agua y este fuego difunden la influencia del estado original de la experiencia de Buda, de manera que todos los que viven o hablan con ellos están dotados a su vez de la virtud ilimitada de Buda. Extendiendo y promoviendo su actividad por todas partes penetran en el interior y en el exterior del Universo entero con el ilimitado, eterno, inimaginable e incalculable Buda-Dharma. [El estado] no resulta mermado por las opiniones de estos mismos individuos, dado que el estado tranquilo, sin actividad intencional, se experimenta directamente. Si separamos la práctica y el Satori en dos etapas, como piensa la gente común, cada parte puede ser percibida y comprendida por separado. [Pero] si se mezclan la percepción y la comprensión, no es el estado normal de la experiencia, porque el estado normal de la experiencia está más allá de las emociones erróneas. Así, en la tranquilidad, la mente y el mundo exterior entran juntos en el estado de la experiencia y salen juntos del estado de la realización (del Satori) , [estos movimientos] son el estado de recibir y usar el ‘yo’ (del Samadhi de jijuyu zanmai). Por consiguiente,[los movimientos de la mente y el mundo exterior] ni mueven una sola molécula ni desplazan una sola forma, sino que cumplen el amplio y gran trabajo de Buda y su profunda y maravillosa influencia. Hierbas, arboles, suelo y tierra alcanzados por esta influencia que les guía irradian todos una luz radiante y su predicación del maravilloso Dharma es sin limites. Hierbas, arboles, cercas y paredes se vuelven capaces de enseñar a todas las personas, tanto a la gente común como a los santos; inversamente , todas las personas, tanto la gente común como los santos, enseñan a las hierbas, los arboles, las cercas y las paredes. El mundo de la conciencia personal y [el mundo] de la conciencia de los objetos exteriores, no carecen de nada –ya están dotados con la forma concreta de la experiencia directa. El estado normal de la experiencia directa, cuando está activado, no deja ningún momento sin utilidad. Zazen, incluso si es una única persona que se sienta un solo momento, entra directamente en una cooperación mística con todos los dharmas (fenómenos) y penetra totalmente todos los tiempos; de esta manera, lleva a cabo en el Universo sin limites el trabajo eterno de la influencia del Buda que guía en el pasado, el futuro y el presente. Para todos es exactamente la misma práctica y la misma experiencia. La práctica no se limita a los momentos cuando estamos sentados; golpea el espacio y resuena de la misma manera que continua el sonido de una campana antes y después del toque. ¿Cómo la práctica podría limitarse a este lugar?
Todas las cosas poseen la práctica original como característica innata; está más allá de la comprensión. Recuerde que incluso si los innumerables Budas en las diez direcciones, tan numerosos como los granos de arena del río Ganges, intentasen con todos sus poderes y toda su sabiduría de Buda calcular o comprender el mérito del Zazen de una sola persona, no podrían ni acercarse a una conclusión.

[26]Ahora hemos oído hasta qué punto es alto y grande el mérito de Zazen. [Pero] algunas personas estúpidas que siguen teniendo dudas pueden todavía preguntar: “Existen numerosas puertas para entrar en el Buda-Dharma. ¿Por qué recomienda usted únicamente la de sentarse en zazen?”
Digo: “Porque es la puerta autentica para el Buda-Dharma.”
[Alguien] pregunta: “ ¿Por qué lo ve usted como la única puerta autentica?”
Digo: “ El Gran Maestro Shakyamuni transmitió exactamente, como la tradición auténtica, este método sutil de asir el estado de la verdad y los tathagatas de los tres tiempos alcanzaron todos la verdad mediante Zazen. Entonces el hecho de que Zazen es la puerta auténtica ha sido transmitido y recibido. Además, los patriarcas de los Cielos del Oeste y de las Tierras del Este, todos alcanzaron la verdad mediante Zazen. Por consiguiente, yo ahora enseño [Zazen] a los seres humanos y a los dioses como la puerta auténtica.

[27][Alguien] pregunta: “Algo que depende de recibir la transmisión auténtica del método sutil de los tathagatas o de seguir las huellas de los maestros ancestrales, está seguramente más allá del intelecto de la gente corriente. Sin embargo, leer los sutras y recitar los nombres de los budas puede convertirse en causa y condición para la iluminación. Pero sentarse como un vago, sin hacer nada, ¿cómo podría eso ser un medio para alcanzar la iluminación?
Digo: Si usted piensa que el Samadhi de los budas, el supremo y gran Dharma, es sentarse como un vago sin hacer nada, es usted una persona que insulta al Budismo Mahayana. Una confusión así es tan grande que es como estar en el océano y decir que no hay agua. [En Zazen] estamos ya sentados, estables y llenos de agradecimiento, en el Samadhi de los budas, el Samadhi de recibir y usar el ‘yo’ (Jijuyu zanmai). ¿No constituye esto una amplia y gran virtud? Es lamentable que sus ojos todavía no estén abiertos y que su mente permanezca en un estupor alcohólico. En general el estado de los budas es inimaginable: la inteligencia no puede alcanzarlo. ¿Cómo podrían conocerlo la duda y la sabiduría inferior? Sólo es accesible para las personas que actúan correctamente y que tienen fe. Para la gente que duda, incluso si son enseñados, es difícil recibir la enseñanza – incluso en el Pico de los Buitres hubo personas [a propósito de las cuales el Buda dijo]: “No pasa nada si se retiran ” [12] Como regla general cuando la fe emerge en nuestra mente, debemos entrenarnos y aprender a través de la práctica. Si no, debemos descansar un rato. Lamenta este hecho si quiere, pero desde los tiempos antiguos el Dharma ha sido árido. Además, ¿conoce usted alguna virtud que se pueda conseguir con prácticas tales como leer los sutras o recitar los nombres de los budas? Es poco fiable pensar que sólo menear la lengua y levantar la voz tienen la virtud del trabajo de Buda. Cuando comparamos [tales prácticas] con el Buda-Dharma se pierden cada vez más en la distancia. Además, abrimos los sutras para aclarar los criterios que el Buda enseñó en relación con la práctica instantánea y gradual [13] y los que practican conforme a la enseñanza engendran inevitablemente el estado de la experiencia verdadera. Esto es completamente distinto a aspirar a la virtud de lograr la Bodhi agotando en vano el intelecto. Intentar llegar al estado de la verdad de Buda [sólo] a través de la acción de la boca, entonando cánticos estúpidamente miles y miles de veces, es idéntico a esperar llegar a [la provincia del sur de] Etsu, dirigiendo un carro hacia el norte. O es idéntico a intentar introducir un gancho cuadrado en un agujero redondo. Leer frases y quedarse sin saber cómo practicar [es como] un estudiante de medicina que olvida cómo elaborar medicamentos. ¿Qué utilidad tiene eso? Los que cantan sin fin son como las ranas en un arrozal de primavera, croando días y noches. Al final es inútil. Es todavía más difícil para la gente que está preocupada por la fama y la riqueza abandonar estas cosas. La mente que ansia la riqueza está muy en el fondo de nosotros, tanto que debió de estar presente en el pasado antiguo. ¿Cómo no podría estar presente en el mundo de ahora?. Es lamentable. Sólo recuerden, que cuando un practicante sigue directamente a un maestro que ha alcanzado la verdad y clarificado la mente, y cuando el practicante alcanza ese espíritu, lo experimenta y lo entiende, y entonces recibe la transmisión autentica del sutil Dharma de los Siete Budas [14], entonces la enseñanza exacta aparece de manera clara, y está recibida y mantenida. Esto está más allá de la comprensión de los profesores del Dharma que estudian las palabras. Entonces deje usted estas dudas y esta confusión, y siguiendo la enseñanza de un verdadero maestro, alcance mediante la experiencia el Samadhi de los budas de recibir y usar el ‘yo’ (Jijuyu zanmai) sentándose en Zazen y persiguiendo la verdad.

[32][Alguien] pregunta: “La Flor del Dharma [15] y la enseñanza del Sutra de la Guirnalda [16] que ahora han sido transmitidas en este país son ambas las máximas expresiones del Gran Vehículo. Además, en el caso de la escuela Shingon [17] [la transmisión] pasó directamente de Vairocana a Vajra-sattva, y por lo tanto [la transmisión de] maestro a discípulo no es fortuita. Citando los principios que se debaten, que “ el espíritu aquí y ahora es buda” y que “ este espíritu se hace buda” [la escuela Shingon] proclama que realizamos la verdadera realización de los cinco budas sentándonos una sóla vez, sin pasar por numerosos kalpas de entrenamiento Podemos decir que esto es el refinamiento último del Dharma del Buda. Entonces, ¿qué tiene de tan excelente la práctica que usted ahora recomienda en exclusiva, apartando las otras prácticas?.”
Digo: “Recuerde, entre los budistas no discutimos acerca de la superioridad o la inferioridad de las filosofías, ni elegimos entre la superficialidad o la profundidad en el Dharma; sólo necesitamos saber si la práctica es auténtica o artificial. Algunos han entrado en el corriente de la verdad del Buda invitados por las hierbas, las flores, las montañas y los ríos. Algunos han recibido y protegido el sello de Buda cogiendo un puñado de tierra, de piedras, de arena y de cantos. Además, la Palabra Grande y Amplia [18] es aun más abundante que las miríadas de fenómenos. Y el giro de la gran Rueda del Dharma está contenido en cada molécula. Siendo esto así, las palabras “El espíritu aquí y ahora es buda” son solamente la luna en el agua, y la idea “solamente sentarse es hacerse buda” es también un reflejo en un espejo. No debemos dejarnos atrapar por la habilidad de las palabras. Ahora, al recomendar la práctica donde la Bodhi (el Despertar) se experimenta directamente, espero demostrar la sutil verdad que los patriarcas budistas han transmitido cara a cara, y de esta manera convertirles a Vds en personas del verdadero estado de la verdad (personas de la Vía). Además, para la transmisión del dharma del Buda, debemos siempre tomar como profesor a una persona que ha experimentado el estado [de Buda]. Nunca es suficiente tomar como profesor a un erudito que cuenta las palabras; sería como el ciego que guía al ciego: En este linaje de la auténtica transmisión de los patriarcas budistas, todos veneramos a maestros sabios que han alcanzado la verdad y experimentado el estado, y hacemos que se establezcan en el Dharma del Buda y que lo mantengan. Es por eso que, cuando Shintoístas del [linaje del] yin y del yang [19] vienen a dedicarse a la práctica, y cuando Arhats que han experimentado el efecto [20] vienen a preguntar por el Dharma, les damos a cada uno, sin excepción, los medios para clarificar el estado mental. Es algo que nunca se ha visto en otros linajes. Los discípulos del Buda deben sólo estudiar el Dharma del Buda. Además, debemos recordar que desde el principio nunca hemos carecido del supremo estado de Bodhi, y que lo recibiremos y usaremos para siempre. Pero al mismo tiempo, porque no podemos percibirlo directamente [21] tenemos tendencia a generar ideas intelectuales aleatorias y, porque corremos detrás de ellas como si fuesen (cosas) reales, pasamos en vano por delante del gran estado de la verdad, sin verlo. A partir de estas ideas intelectuales emergen todo tipo de flores del espacio [22]:pensamos a propósito de las doce causas de la interdependencia y a propósito de las veinticinco esferas de la existencia, y son interminables las ideas sobre los tres vehículos y los cinco vehículos [23] o sobre si se tiene o no se tiene [la naturaleza de] Buda. No debemos pensar que el estudio de estas ideas intelectuales representa el verdadero camino de la práctica budista. Por otro lado, cuando únicamente nos sentamos en zazen, confiando ahora exactamente en la misma postura que Buda, y dejando pasar las miríadas de cosas, entonces es cuando vamos más allá del campo de la ilusión, de la realización, de la emoción y de la consideración y no nos preocupan las vías de lo común y de lo sagrado. En seguida nos estamos paseando fuera del marco intelectual, recibiendo y usando el gran estado de Bodhi. ¿Cómo podrían aquéllos que están atrapados en la trampa de las palabras compararse [con eso]?

[37][Alguien] pregunta : “ Dentro de los tres tipos de entrenamiento [24] existe el entrenamiento en el estado equilibrado y dentro de las seis Paramitas existe la Paramita de Dhyana [25] , ambos de los cuales son estudiados por todos los bodhisattvas desde el principio y ambos de los cuales son practicados por todos los bodhisattvas, sin tener en cuenta si son inteligentes o estúpidos. El zazen que Usted está exponiendo ahora es seguramente idéntico s uno de ellos. ¿Por qué dice usted que el verdadero Dharma del Tathagata está concentrado en esta [práctica de zazen]?”
Digo: “ La pregunta aparece porque este tesoro del ojo del verdadero Dharma, el supremo y gran método, que es el Gran Asunto [26] del Tathagata, ha sido llamado la ‘Secta Zen’. Recuerde que este titulo ‘Secta Zen’ fue establecido en China y en el este; no se escucha en la India. Cuando el Gran Maestro Bodhidharma permaneció al principio en el templo de Shaolin en las montañas de Sung Shan, y miró la pared durante nueve años, los monjes y los laicos eran todavía ignorantes del verdadero Dharma del Buda, entonces llamaron al Maestro Bodhidharma el Braman que hace una religión de Zazen. Después, todos los patriarcas de las generaciones sucesivas se dedicaron constantemente a Zazen. Viendo esto, la estúpida gente profana, sin conocer la realidad, habló de forma aleatoria de una Secta Zazen. En nuestros días, dejan caer la palabra ‘Za ’, y hablan sólo de la Secta Zen. Esta interpretación se ve claramente en los relatos de los patriarcas. [Zazen] no debe ser tratado como el estado equilibrado de Dhyana en las seis Paramitas o en los tres tipos de entrenamientos. Que este Dharma del Buda es la intención legitima de la transmisión cara a cara nunca ha sido ocultado a través de los tiempos. En la reunión del Pico de los Buitres en los tiempos antiguos, cuando el Tathagata dio el Dharma al Venerable Mahakashyapa, transmitiendo así el tesoro del ojo del verdadero Dharma y el maravilloso espíritu del Nirvana, el supremo y gran método, sólo a él, la ceremonia estuvo presenciada directamente por seres dentro de la multitud celestial quienes están presentes en el mundo arriba, por lo cual no se debe de poner en cuestión. Es una regla universal que estos seres celestiales guardan y protegen el Dharma del Buda eternamente; sus esfuerzos nunca han menguado. Sólo recuerde que esta [transmisión de Zazen] es la entera verdad del Dharma del Buda; nada se puede comparar con ella.

[40][Alguien] pregunta: “¿Por qué, cuando tratan de la entrada en el estado de la experiencia, los budistas nos recomiendan practicar el estado equilibrado de Dhyana, únicamente en la postura sentada, la cual es sólo una de las cuatro formas de comportamiento?”
Digo: “ Es difícil de determinar todas las vías que los budas han practicado sucesivamente desde los tiempos antiguos para entrar en el estado de la experiencia verdadera. Si queremos encontrar una razón, debemos recordar que lo que practican los budistas es la razón en si misma. No debemos buscar ninguna otra razón. Pero un maestro ancestral ha elogiado [el sentarse] diciendo: ‘Sentarse en zazen es la puerta tranquila y feliz del Dharma’ [27] . Entonces, en conclusión la razón puede ser que, de las cuatro formas de comportamiento, [el sentarse es la más] tranquila y feliz. Además [el sentarse] no es la vía practicada por uno o dos budas; todos los budas y todos los patriarcas poseen esta vía.”

[41]Alguien pregunta: “A propósito de esta práctica de zazen, una persona que todavía no ha experimentado y comprendido el Dharma del Buda puede adquirir esta experiencia persiguiendo la verdad en zazen. Pero, ¿qué puede esperar ganar de zazen una persona que ya ha clarificado el verdadero Dharma del Buda?”
Digo: “No contamos nuestros sueños delante de un loco, y es difícil poner remos entre las manos de un montañero; a pesar de ello tengo que otorgar la enseñanza. El pensamiento que la práctica y la experiencia (el Satori) no son una misma cosa es sólo la idea de los no-budistas. En el Dharma del Buda la práctica y la experiencia son exactamente la misma cosa. [La práctica] ahora es también la práctica en el estado de experiencia; por lo tanto, la búsqueda de la verdad por parte de un principiante es exactamente el cuerpo entero del estado original de la experiencia. Es por eso, que [los patriarcas budistas] enseñan en las advertencias prácticas que nos han transmitido, que no debemos esperar ninguna experiencia fuera de la práctica. Y la razón puede ser que [la práctica misma] es el acceso directo al estado original de la experiencia. Porque la práctica es el Satori, el Satori es sin fin; y porque el Satori es la práctica, la práctica no tiene principio. Es de esta forma que el Tathagata Shakyamuni y el Venerable Patriarca Mahakashyapa fueron acogidos y aprovechados por la práctica que existe en el Satori. El Gran Maestro Bodhidharma y el Patriarca fundador Daikan (Eno) fueron arrastrados y conducidos por la práctica que existe en el estado de experiencia. Los ejemplos de todos los que permanecieron y protegieron el Dharma del Buda son así. La práctica que nunca está separada del Satori ya existe: habiendo afortunadamente recibido la transmisión cara a cara de una parte de la sutil práctica, nosotros, que somos principiantes en practicar la Vía, poseemos directamente, en el estado sin intención (Mushotoku), una parte del Satori original. Recuerde, para impedir que contaminemos el Satori, que nunca está separado de la práctica, los patriarcas budistas nos han enseñado sin parar que no seamos negligentes en la práctica. Cuando soltamos la sutil práctica, ya el Satori ha llenado nuestras manos; cuando el cuerpo deja atrás el Satori, la práctica sutil opera a través del cuerpo entero. Además, tal como lo vi con mis propios ojos en la gran China, los monasterios zen de muchas provincias habían construido Dojos para quinientos o seis cientos monjes o incluso, mil o dos mil, en los cuales se animaba a los monjes a sentarse en zazen día y noche. El dirigente de una de estas Samghas era un verdadero maestro que había recibido el sello del espíritu del Buda. Cuando le pregunté a propósito de la gran intención del Dharma del Buda, he podido oír el principio que la práctica y el Satori nunca son dos etapas separadas. Por lo tanto, conforme con la enseñanza de los patriarcas budistas, y siguiendo la vía de un verdadero maestro, animaba [a cada uno] a perseguir la verdad (Vía) en Zazen; [animaba] no sólo a los practicantes de su Sangha, pero también a [todos] los amigos nobles que buscaban el Dharma, a toda la gente que esperaba encontrar la verdadera realidad en el Dharma del Buda, sin elegir entre principiantes y antiguos discípulos, sin distinción entre laicos y monjes. ¿No ha oído usted las palabras del Maestro ancestral (Nangaku) que decía: “No es que no haya práctica-y-experiencia, sino que no puede ser corrompido”? Otro [maestro] dijo: “Quien ve la Vía, practica la Vía” Recuerde que incluso en el estado de haber logrado la Vía debemos practicar.

[44][Alguien] pregunta : “Los maestros que difundieron la enseñanza a lo largo de nuestro país habían entrado todos a China y recibido la transmisión del Dharma. ¿Por qué, en aquel entonces, descuidaron este principio y transmitieron solamente la enseñanza filosófica? “

Digo: “La razón por la que los maestros pasados de los seres humanos no transmitieron este método era que el momento no había llegado.”

[45][Alguien] pregunta: “¿Comprendían este método los maestros de los tiempos anteriores?”

Digo: “Si lo hubiesen comprendido lo habrían dado a conocer a todos.”

[45][Alguien] pregunta: “Se ha dicho que no debemos lamentar nuestra vida y muerte [28] puesto que existe un camino muy rápido para liberarse de la vida y la muerte. Y es conocer la verdad que la esencia mental es eterna. En otras palabras, el cuerpo físico, habiendo nacido va necesariamente en dirección a la muerte; pero esta esencia mental nunca jamás muere. Una vez que hemos sido capaces de reconocer que existe en nuestro propio cuerpo la esencia mental, que no está tocada por el nacimiento ni por el decaimiento [29] vemos que esto es la esencia original. Por lo tanto el cuerpo es sólo una forma temporal; muere aquí y nace allí, nunca permaneciendo constante. [Pero] el espíritu es eterno; es invariable en el pasado, futuro o presente. Saber esto se llama ‘haberse liberado de la vida y de la muerte.’ Aquellos que conocen este principio paran para siempre el pasado [ciclo de] vida y muerte y, cuando el cuerpo fallece, entran en el mundo de la esencia [30]. Cuando se presentan en el mundo de la esencia, ganan virtudes maravillosas como las de los buda-tathagatas. Incluso si conocemos [este principio] ahora, [nuestro cuerpo] es todavía el cuerpo que ha sido modelado por el comportamiento erróneo del pasado, y por lo tanto no somos como los santos. Aquellos que no conocen este principio girarán para siempre en el ciclo de la vida y la muerte. Por lo consiguiente tenemos que darnos prisa para entender el principio que la esencia mental es eterna. Aun si pasáramos nuestra vida entera sentados como vagos, ¿qué podríamos esperar ganar? La doctrina que acabo de expresar está verdaderamente en acuerdo con la verdad de los budas y de los patriarcas, ¿no?”

Digo: “La opinión expresada ahora no es para nada el Dharma de Buda; es la opinión del no budista Senika. De acuerdo con esta opinión no budista, hay una inteligencia espiritual que existe dentro de nuestro cuerpo. Cuando esta inteligencia encuentra las condiciones, puede discriminar entre lo agradable y lo desagradable y discrimina entre lo justo y lo injusto, y puede conocer el dolor y la irritación y conoce el sufrimiento y el placer – todos [éstos] son capacidades de la inteligencia espiritual. Sin embargo, cuando este cuerpo muere, el espíritu se despoja de la piel y nace de nuevo al otro lado; entonces, aun si parece morir aquí, permanece allí. Por consiguiente lo llamamos inmortal y eterno. La opinión de este no budista es así. Pero si estudiamos esta opinión como si fuera el Dharma del Buda, somos aun más estúpidos que la persona que agarra una teja o un canto pensando que es un tesoro dorado; en comparación, la equivocación sería aun más vergonzosa. El maestro nacional Echu [31] de la gran China Tang advertía siempre contra [tal pensamiento]. Si comparamos esta opinión equivocada, es decir, que el espíritu es eterno pero las formas perecen, con el maravilloso Dharma de los budas, pensando que nos hemos liberado de la vida y la muerte cuando estamos promocionando la causa original de la vida y la muerte, ¿no estamos siendo estúpidos? Pensar así seria de lo más lamentable. Pero sabiendo que esta opinión equivocada es la opinión de los no budistas, no debemos tocarla con los oídos. Sin embargo, no puedo evitar querer salvarle de esta opinión equivocada y es sencillamente compasivo [de mi parte] intentarlo ahora. Entonces recuerde, en el Buda-Dharma, como el cuerpo y la mente son originalmente una sola realidad, el dicho que la esencia y las formas no son dos ha sido comprendido igualmente en los Cielos del Oeste que en las Tierras del Este, y nunca debemos atrevernos a ir en contra. Además, en los linajes que tratan de la existencia eterna, todas las miríadas de dharmas son existencia eterna: el cuerpo y la mente no están divididos. Y en los linajes que tratan de la extinción [32](Nirvana), todos los dharmas son extinción: esencia y forma no están divididas. ¿Cómo podríamos decir todo lo contrario, que el cuerpo es mortal y la mente eterna? ¿Esto no va en contra de la razón correcta? Por otra parte, debemos darnos cuenta de que la vida y la muerte es el mismo Nirvana; [los budistas] nunca han hablado del Nirvana fuera de la vida y de la muerte. Además, aunque imaginemos equivocadamente que la comprensión que la mente se vuelve eterna siendo liberada del cuerpo es idéntica a la sabiduría de Buda que está libre de vida y muerte, la mente que es consciente de esta comprensión sigue apareciendo y desapareciendo de momento en momento, por lo tanto no es eterna para nada. Entonces, ¿no es poco fiable [esta comprensión]? Debemos probar y reflexionar. En el Buda-Dharma se habla constantemente del principio de que el cuerpo y la mente son una única realidad. Entonces, ¿cómo podría ser todo lo contrario, que mientras este cuerpo aparece y desaparece, la mente de manera independiente deja el cuerpo y no aparece o desaparece? Si hay un momento cuando el cuerpo y la mente son una única realidad y otros momentos cuando no son una única realidad, entonces, lo que se debería concluir naturalmente es que la enseñanza del Buda ha sido falsa. Además, si pensamos que la vida y la muerte son algo de lo que hay que deshacerse, cometeremos la equivocación de odiar el Buda-Dharma. ¿Cómo no podríamos protegernos de eso? Recuerde, el linaje del Dharma que [afirma que] en el Buda-Dharma la naturaleza esencial del espíritu incluye universalmente todas las formas, describe la totalidad del gran mundo del Dharma de manera inclusiva, sin dividir esencia y forma, y sin mencionar aparición y desaparición. No hay ningún [estado]- ni siquiera el Satori o el Nirvana- que es distinto a la naturaleza esencial del espíritu. Todos los dharmas, las miríadas de fenómenos y de cosas acumuladas, son totalmente un único espíritu, sin exclusión o separación. Todos estos diversos linajes del dharma afirman que [las miríadas de cosas y fenómenos] son el espíritu constante, no dividido y equilibrado, sin el cual no hay nada; y es exactamente así que los budistas han comprendido la esencia del espíritu. Siendo así, ¿cómo podríamos dividir esta única realidad en cuerpo y mente, o en vida-y-muerte y Nirvana? Somos ya los discípulos de Buda. No toquemos con nuestros oídos esos ruidos que vienen de la boca de los locos que expresan opiniones no-budistas.

[51][Alguien] pregunta: “¿Debe una persona que se dedica a zazen siempre adherirse rigurosamente a los preceptos?”

Digo: El cumplir los preceptos, y el comportamiento puro, son la pauta de los linajes zen y la costumbre usual de los patriarcas budistas. [Pero] aquellos que todavía no han recibido los preceptos, o aquellos que han roto los preceptos, no son sin participación [en los beneficios de zazen].

[Alguien] pregunta: “ ¿Existe algo que impide a una persona que practica zazen que recite mantras y practique la observación [33 en la tranquilidad?

Digo: “Cuando estaba en China, he oído la verdadera esencia de las enseñanzas de un verdadero maestro; dijo que nunca había oído decir que los patriarcas que recibieron la auténtica transmisión del sello de Buda, realizasen tales prácticas adicionales, ni en los Cielos del Oeste y en las Tierras del Este, ni en el pasado o en el presente. Por supuesto, a menos que nos dediquemos a una sola cosa, no alcanzaremos la sabiduría completa.”

[52][Alguien] pregunta: “¿Pueden también practicar los laicos y las laicas o solamente las personas que han abandonado su hogar (monjes)?”

Digo: “Se ha oído decir a un maestro ancestral que, con respecto a la comprensión del Buda-Dharma, no debemos elegir entre hombres y mujeres, o entre (gente) elevada o común.”

[Alguien] pregunta: “Los que abandonan su hogar se libran en seguida de todo tipo de compromisos, entonces no tienen obstáculos para practicar zazen y perseguir la verdad (la Vía). ¿Cómo puede una persona laica que lleva una vida activa dedicarse plenamente a la práctica y volverse uno con el estado no intencional de la verdad budista?”

Digo: “En general, el Patriarca Budista [34] lleno de compasión, dejó abierta una puerta ancha y grande de compasión para que todos los seres vivos pudiesen experimentar y entrar en [el estado de la verdad]; ¿qué ser humano o qué dios no quisiera entrar? Entonces, cuando miramos al pasado y al presente, existen muchos casos de tales [experiencias y entradas]. Por ejemplo, Daiso (reino de 763-779) y Junso (reino de 805-806), como emperadores, estaban muy ocupados con los asuntos del estado, [pero] persiguieron la verdad sentándose en zazen y realizaron la gran verdad del Patriarca Budista. Tanto el ministro Lee como el ministro Bo, siendo tenientes [del emperador], fueron los brazos y las piernas de una nación entera, [pero] persiguieron la verdad sentándose en zazen y experimentaron y penetraron en la verdad del Patriarca Budista. Esta [práctica y experiencia] depende sólo de si la decisión está presente o no; no está relacionada con (el hecho de) si el cuerpo está en el hogar o si lo abandona. Además cualquier persona que discierne profundamente la superioridad o la inferioridad de las cosas tendrá fe de forma natural. Aun más, aquellos que piensan que los asuntos mundanos impiden el Buda-Dharma sólo saben que no hay Buda-Dharma en el mundo; lo que no saben es que no hay dharmas mundanos en el estado de Buda. Hace poco en la gran China había un [hombre] llamado Ministro Hyo, un funcionario de alto grado que estaba realizado en la verdad del Patriarca. En los años de su vejez hizo un poema donde se expresó de la siguiente manera:

Cuando los asuntos oficiales lo permiten, me gusta sentarme en Zazen.
Raramente he dormido tumbado en una cama.
A pesar de que he llegado ahora a ser primer ministro,
Mi fama de practicante veterano se ha difundido a través los cuatro océanos.

Era alguien sin tiempo libre fuera de los asuntos oficiales pero, porque su voluntad hacía la verdad de Buda era profunda, fue capaz de alcanzar la verdad. Debemos reflexionar sobre nosotros [en comparación] con el, y debemos reflexionar sobre los días actuales [en comparación] con esos días. En el gran reino de los Sung, la generación actual de los reyes y ministros, oficiales y plebeyos, hombres y mujeres, todos aplican su espíritu a la Verdad del Patriarca, sin excepción. Tanto las clases militares como las literarias están decididas a practicar [Za]zen y estudiar la verdad (Vía). Aquellos que lo deciden podrán sin duda, en muchos casos, clarificar el estado mental. Por consiguiente, se deduce de forma natural que los asuntos mundanos no dificultan el Buda-Dharma. Cuando el verdadero Buda-Dharma se expande a lo largo de una nación los budas y los dioses protegen [esta nación] sin parar, entonces el reino está en paz. Cuando el reino imperial está en paz, el Buda-Dharma se realiza. Además, cuando Shakyamuni estaba en el mundo, [incluso] gente con pecados graves y opiniones equivocadas fueron capaces de alcanzar la verdad, y en la Sangha de los maestros ancestrales, [incluso] cazadores y viejos leñadores entraban en el estado de la realización, por no decir nada de los demás. Necesitamos sólo estudiar la enseñanza y el estado de la verdad de un verdadero instructor.

[56][Alguien] pregunta: “¿Aun en el mundo actual, tan corrupto, de este último Dharma [35] , es posible todavía realizar el estado de la experiencia verdadera cuando llevamos a cabo esta práctica?”

Digo: “Los filósofos se han entretenido con semejantes conceptos y formas, pero en la verdadera enseñanza del Gran Vehículo, sin discriminar entre ‘Dharma correcto’, ‘Dharma imitativo’ y ‘Dharma último’, decimos que todos los que practican alcanzan el estado de la verdad. Además, en este Dharma correcto, transmitido directamente, tanto al entrar en el Dharma como al materializarlo en nuestro cuerpo, recibimos y utilizamos el tesoro que está dentro de nosotros. Aquellos que están practicando pueden saber de forma natural si han alcanzado el estado de la verdadera experiencia o no, al igual que las personas que utilizan el agua pueden decir por ellas mismas si el agua está fría o caliente.

[57][Alguien] pregunta: “Se dice que en el Buda-Dharma una vez que hemos claramente comprendido el principio que la mente aquí y ahora es buda, incluso si nuestra boca no recita los sutras y si nuestro cuerpo no practica la Vía del Buda, no carecemos en absoluto del Buda-Dharma. Sólo el saber que el Buda-Dharma reside desde siempre en cada uno de nosotros es haber alcanzado totalmente la verdad (Vía). No se necesita buscar nada más de otras personas. ¿Para qué preocuparnos entonces de perseguir la verdad en zazen?”

Digo: “Estas palabras son muy poco fiables. Si es como lo dice usted, ¿cómo podría cualquier persona inteligente no comprender este principio una vez que se le hubiese explicado? Recuerde, estudiamos el Buda-Dharma a partir del momento en que abandonamos las opiniones de sujeto y objeto. Si el saber que nosotros mismos somos sólo buda podría llamarse alcanzar la verdad, Shakyamuni no se habría preocupado de enseñar la vía de la moralidad en el pasado. Me gustaría ahora demostrar esto con el sutil ejemplo (criterio) de los antiguos patriarcas:

Hace mucho tiempo, había un monje llamado Prior Soku en la Sangha del maestro Zen Hogen [36]. (prior tiene el sentido de encargado de una responsabilidad importante en el templo. El maestro Hogen Bun-eki (885-958) sucesor de Rakan Keishin, suc. de Gensha Shibi, y fundador de la escuela Hogen.) El maestro Zen Hogen le pregunta:

“Prior Soku, ¿desde hace cuánto tiempo estás en mi Sangha?”

Soku dice: “Sirvo en la Sangha del maestro desde hace tres años ya.”

El maestro Zen dice: “Eres un miembro reciente de la Sangha. ¿Por qué no me has preguntado por el Buda-Dharma?”
Soku dice: “No quiero decepcionarle, Maestro. Antes, cuando estuve en la Sangha del maestro Seiho, realicé el estado de paz y felicidad en el Buda-Dharma.”

El maestro Zen dice: “¿Con qué palabras has podido entrar?”

Soku dice: “Una vez pregunté a Seiho: ¿Quién es el yo del estudiante? (¿Quién soy?). Seiho dijo: Los hijos del fuego vienen buscando el fuego.

Hogen dice: “Bonitas palabras. Pero me temo que no hayas comprendido.”

Soku dice: “Los hijos del fuego pertenecen al fuego. [Entonces] comprendí que ellos, al ser fuego que al mismo tiempo buscaba el fuego, me representaban a mi propio ser que me buscaba a mi mismo.

El maestro Zen dice: “Ahora sí que sé que no habías comprendido. Si el Buda-Dharma fuera así nunca se podría haber transmitido hasta ahora.”

Oyendo esto, Soku se volvió avergonzado y angustiado, y se levantó [para irse]. [Pero] en el camino pensó: “Este maestro zen es [respetado] a lo largo de todo el país [como] un buen consejero, y es un gran maestro que guía a quinientas personas. Seguramente debía tener algún valor su critica de mi equivocación.”

[Soku] vuelve al maestro Zen para disculparse y se prosterna. Luego pregunta: “¿ Qué es este estudiante que soy yo? (¿Quién soy?)”

El maestro Zen dice: “Los hijos del fuego vienen buscando el fuego.”

Bajo la influencia de estas palabras, Soku realiza el Buda-Dharma ampliamente.

Evidentemente, nunca se entiende el Buda-Dharma mediante la comprensión intelectual de que nosotros mismos somos sólo buda. Si la comprensión intelectual de que nosotros mismos somos sólo buda fuera el Buda-Dharma, el Maestro Zen no habría podido guiar [a Soku] utilizando las palabras anteriores, y no habría amonestado [a Soku] como lo hizo. Exclusiva y directamente, desde el primer encuentro con un buen consejero, debemos preguntar por las normas de la práctica, y debemos perseguir la verdad sentado en zazen, sin desviarnos, y sin permitir que no permanezcan en nuestra mente ni un solo reconocimiento ni la mitad de una comprensión. Entonces el sutil método del Buda-Dharma no se practicará en vano.”

[61][Alguien] pregunta: “ Cuando se oye hablar de la India o de China, sea en el pasado o en el presente, hay aquellos que realizaron el estado de la verdad oyendo la voz de un bambú, o que clarificaron la mente viendo los colores de las flores. Además, el Gran Instructor Shakyamuni experimentó la verdad cuando vio la estrella brillante (la estrella del alba), el Venerable Ananda realizó el Dharma cuando la bandera de un templo cayó, y no sólo eso: dentro de los cinco linajes después del sexto patriarca mucha gente han clarificado el estado mental bajo la influencia de una simple palabra o la mitad de un verso. ¿Todos sin excepción, persiguieron la verdad sentándose en zazen?”

Digo: Debemos saber que de estas personas del pasado y del presente que clarificaron la mente viendo formas o que realizaron la verdad oyendo sonidos, todos perseguían la verdad sin dudas intelectuales y exactamente en el momento del presente no había una segunda persona.

[62][Alguien] pregunta: “En la India y en China, la gente es, originariamente, sencilla y honrada. Estar en el centro del mundo civilizado los hace así. Por lo tanto, cuando se les enseña el Buda-Dharma comprenden y entran muy rápidamente. En nuestro país, desde los tiempos antiguos la gente ha tenido poca benevolencia y poca sabiduría, y es difícil para nosotros acumular las semillas del bien. Siendo los salvajes y los bárbaros [del sur y del este] nos hace así. ¿Cómo no lamentarse de eso? Además, la gente de este país que ha abandonado el hogar es inferior incluso a los laicos de las grandes naciones; toda nuestra sociedad es estúpida, y nuestras mentes son estrechas y pequeñas. Estamos profundamente atados a los resultados del esfuerzo intencional, y nos gusta la cualidad superficial. ¿Puede gente así esperar experimentar en seguida el Buda-Dharma, aunque se sienten en zazen?”

Digo: “Como usted dice, la gente de nuestro país no es todavía universalmente benevolente y sabia, y algunos son verdaderos estafadores. Aunque les enseñamos el verdadero y correcto Dharma, cambiarán el néctar en veneno. Tienden fácilmente hacía la fama y la ganancia, y es difícil para ellos disolver sus equivocaciones y apegos. Por otra parte, para experimentar y entrar en el Buda-Dharma, uno no necesita siempre utilizar la sabiduría mundana de los seres humanos y de los dioses como una nave para ir más allá del mundo. Cuando el Buda estaba en el mundo, [un monje anciano]experimentó el cuarto efecto (de alcanzar el estado de Arhat) [cuando le golpeó] una pelota, y [una prostituta] clarificó el gran estado de la verdad después de ponerse un kesa; ambos eran criaturas torpes, estúpidas y tontas. Pero ayudadas por la fe correcta, tenían los medios para librarse de sus equivocaciones. Otro caso es el de una mujer devota que reveló el estado de la realización mientras preparaba la comida al ver a un estúpido viejo Bhiksu sentado en tranquilidad. Esto no vino de su sabiduría, no vino de los libros, no dependía de las palabras, y no dependía de una charla; sólo fue ayudada por su fe correcta. Además, las enseñanzas de Shakyamuni se han estado difundiendo a través de los tres mil mundos durante unos dos mil años solamente. Hay muchos tipos de países; no todos son naciones de benevolencia y de sabiduría. Además, ¿cómo podría ser que todo el mundo poseyera sólo inteligencia y sabiduría, [oídos] agudos y claridad [de los ojos]? Pero el verdadero Dharma del Tathagata es originariamente provisto de una virtud y un poder inimaginablemente grandes, y entonces cuando llegue el momento, se expandirá a lo largo de esos países. Cuando la gente sólo practica con una fe correcta, tanto los listos como los estúpidos alcanzarán la verdad. Solamente porque nuestro país no sea una nación de benevolencia o de sabiduría y que la gente sea torpe, no piense usted que es imposible para nosotros asir el Buda-Dharma. Además, todos los seres humanos tienen en abundancia la semilla correcta de Prajna. Puede ser simplemente que pocos de nosotros hayamos experimentado el estado directamente, y por eso no somos maduros para recibirlo y utilizarlo.

[65]Las preguntas y respuestas arriba citadas han ido y venido, y la alternancia entre el público y el orador ha sido desordenada. ¿Cuántas veces he hecho brotar flores en el espacio donde no existen las flores? Por otra parte, el principio fundamental de perseguir la verdad (la Vía) sentado en zazen nunca ha sido transmitido en este país; aquellos que esperaban conocerlo habrían sido decepcionados. Es por eso que tengo la intención de reunir las pocas experiencias que he tenido en el extranjero, y recopilar los secretos de un instructor iluminado, para que puedan ser oídos por cualquier practicante que desee oírlos. Hay también normas y reglas para los monasterios y los templos, pero no hay tiempo suficiente para enseñarlos ahora, y no deben ser [enseñados] con precipitación.

[66]En general, fue una suerte para la gente de nuestro país, aun estando ubicados al este del mar del Dragón y separados por nubes y niebla, que el Buda-Dharma del oeste se expandiera hacía nosotros en el este durante la época de los reinos de Kinmei y Yomei (539-571, 585-487). Sin embargo, la confusión se ha multiplicado acerca de los conceptos y las formas, los sucesos y las circunstancias, perjudicando la orientación de la práctica. Ahora, porque nos conformamos con vestidos harapientos y cuencos reparados, atando la paja de los techos para poder sentarnos y entrenarnos cerca de los acantilados azules y las rocas blancas, la cuestión del estado ascendente de buda aparece en seguida, y completamos rápidamente el gran asunto de una vida de práctica. Es sólo el edicto de la montaña Ryuge [37] y la ley de la montaña Kukkutapada [38].Las formas y las normas para sentarse en zazen deben ser practicadas siguiendo el Fukanzazengi que recopilé durante la era Karoku (1227).

[68]Ahora, al difundir la enseñanza del Buda a lo largo de la nación, por una parte, deberíamos esperar el decreto del rey, pero por otra parte, cuando nos acordamos del legado del Pico de los Buitres, los reyes, nobles, ministros y generales manifestados ahora en cientos de miríadas de kotis de reinos todos han aceptado con agradecimientos la ley de Buda y, no olvidando la meta originaria de vidas anteriores de guardar y mantener la enseñanza del Buda, han nacido. [Dentro] de las fronteras de la extensión de esta enseñanza, ¿qué lugar no podría ser la tierra de Buda? Por lo tanto, cuando queremos transmitir la verdad de los patriarcas budistas, no es siempre necesario elegir un sitio [determinado] o esperar unas circunstancias favorables. ¿Por qué no tomamos hoy como punto de partida? Entonces he recopilado esto y lo dejaré para los maestros sabios que aspiran al Buda-Dharma y para la verdadera corriente de los practicantes que desean, tal como nubes errantes o hierbas acuáticas pasajeras, explorar el estado de la verdad.

El día de mediados de otoño, [en el tercer año de] Kanki [1231]
Escrito por el sramana Dogen, quien entró en Sung [China] y recibió la transmisión del Dharma.

NOTAS:

[1]Jijuyu Zanmai es el Samadhi en la felicidad, el Samadhi es el estado de concentración de zazen. Jijuyu es la libertad interior total que no viene de la lectura de los libros ni de los juicios de los demás. Jijuyu es recibir –ju- y usar –yu- el ‘yo’ –ji-, es la experiencia del aquí y ahora cuando el ‘yo’ se libera de la intención de adquirir algo, no tiene un objeto, sólo está en la concentración de zazen en paz y brilla por si mismo; entonces ocurre de forma natural la felicidad. Dogen utiliza distintos términos para expresar el Samadhi de zazen: Kai in Zanmai, el Samadhi tal como el océano. Hossho Zanmai, el Samadhi de la naturaleza de buda. Zanmai ho Zanmai: el Samadhi rey del Samadhi.
[2]Una provincia situada al borde de la mar del este en China
[3]Los cinco linajes: Soto, Rinzai, Hogen, Igyo y Unmon.
[4]La grande Cima Blanca donde se estableció el maestro Nyojo en 1224 y donde se quedó hasta su muerte.
[5]La era Shojo duró entre 1228 y 1233.,
[6]677-744
[7]Murió en 740, el séptimo maestro chino del linaje de Dogen.
[8]25-221.
[9]San Go: comportamiento del cuerpo, de la palabra y del espíritu.
[10]San Zu y Rokudo: infierno, animales, gaki + hombres, asuras y dioses,( los tres primeros son los tresmundos miserables y los seis juntos son los seis estados de conciencia.)
[11]Mu To Do: cfr.: Maka Hannya Haramita Shingyo y Sutra del Loto 3.270 = Anutarra Sanmyak Sambodai.
[12]Sutra del Loto: 1.86-88.
[13]Tonzen y Zengo: 1) la realización en el momento de la práctica y 2) el proceso continuo sobre una larga línea de momentos – como los puntos del Kesa.
[14]Los siete Budas: Vipasyn, Sikhin, Visyabhu, Krakucchanda, Kanakami, Kasyapa y Shakyamuni; más allá del Buda histórico el Dharma es eterno.
[15]Hokkeshu: nombre dado al Sutra del Loto por la secta Tendai, introducida en Japón al final del siglo ocho por el maestro Saicho (767-822).
[16]Kegon kyo: enseñanza de la escuela Kegon establecida en china y introducida en Japón en 736.
[17]La escuela Shingon está derivada del Budismo Vajrayana. En 806 el maestro Kukai lo transmitió de China al Japón. El Budismo Vajrayana reverá Vajra-sattva, el Buda Diamante que recibió la transmisión de Vairocana, el Buda Solar.
[18]Kodai: el Dharma no es sólo la acumulación de fenómenos sino que tiene también un significado.
[19]En relación con la escuela Shingon que intento conciliar su enseñanza del Budismo con las creencias antiguas japonesas Shinto, el culto de los ancestros de ‘la Vía de los Dioses’.
[20]Personas que han alcanzado el ultimo estado de liberación de las pasiones, el cuarto efecto.
[21]Literalmente: Joto Gatto estar golpeado directamente por la realidad.
[22]Cfr. Kuge ch.41 del Shobogenzo, flores del espacio, imágenes, adornos.
[23]Los cinco vehículos son: él de los Sravakas con la teoría de las cuatro filosofías, él de los Pratyekabudas con la teoría de las doce cadenas de causas y efectos, el de los Bodhisattvas en relación con las seis Paramitas, y los vehículos de los seres humanos y de los dioses.
[24]Sangaku: preceptos, estado equilibrado y sabiduría.
[25]Dhyana: la concentración.
[26]Sutra del Loto:. 1.88-90.
[27 Palabras del maestro Choro Sosaki, en el Zen en shingi –puras reglas de los monasterios zen- que utilizara el maestro Dogen en el Fukanzazengi y que están en relación con el capitulo 14 del Sutra del Loto. ‘Práctica tranquila y feliz.’
[28]Shoji: vida y muerte, o viviendo y moriendo cfr. cap.92 del Shobogenzo.
[29]Shometsu: sho = vida, nacimiento y apariencia aquí se puede traducir también por apariencia y desapariencía.
[30]Shokai: literalmente ’esencia-océano.
[31]675?- 775, un sucesor de Daikan Eno. Maestro nacional es un titulo dado por ser instructor del emperador.
[32]El primer linaje está en relación con las escuelas Sarvasti-vada, ‘Escuelas que enseñan le existencia de todas las cosas’ movimiento importante en India y estudiado en China y Japón. El segundo se relaciona con las escuelas de Sunyata, Ku, que niegan la existencia.
[33]Vipasana, prácticas utilizadas en el Budismo Tendai, método bastante similar a zazen, pero sin que sea el fundamento de la práctica
[34]Con ‘el’, referente a Shakyamuni o Bodhidharma. Sin ‘el’, son todos los demás patriarcas budistas.
[35]Las tres divisiones del tiempo de quinientos años de duración después de la muerte del Buda: Shobo Dharma correcto, Zoho Dharma imitativo Mappo último Dharma.
[36]( El maestro Hogen Bun-eki (885-958) sucesor de Rakan Keishin, sucesor de Gensha Shibi, y fundador de la escuela Hogen. Prior tiene el sentido de encargado de una responsabilidad importante en el templo.
[37]Nombre del sucesor de Tozan y de la montaña donde estaba construido su templo.
[38]Montaña donde murió Mahakashyapa

FUKANZAZENGI

FUKANZAZENGI

Guía universal por el método estándar del Zazen del Maestro Dogen (1200 – 1253)

La Vía es fundamentalmente perfecta. Penetra todo. ¿Cómo podría depender de la práctica y de la realización? El vehículo del dharma es libre y despejado de todas las trabas. ¿En qué es necesario aplicar el esfuerzo concentrado del hombre? En verdad el Gran Cuerpo está más allá del polvo del mundo. ¿Quién podría creer que existe un medio de desempolvarlo? No es nunca distinto de cualquiera que sea, siempre exactamente allí donde esté. ¿Para que sirve ir aquí o allí para practicar?

Sin embargo, si hay una fisura, por muy estrecha que sea, la Vía queda tan alejada como el cielo de la tierra. Si se manifiesta la menor preferencia o la menor antipatía, el espíritu se pierde en la confusión. Imaginad a quien se pavonea de comprender y que se hace ilusiones de su propio despertar, entreviendo la sabiduría que penetra todas las cosas, une la Vía y clarifica el Espíritu y hace nacer el deseo de escalar el cielo mismo. Esta persona ha emprendido la exploración inicial ilimitada de las zonas frontales pero está todavía de forma insuficiente sobre la Vía vital de la emancipación absoluta.

¿Tengo yo necesidad de hablar de Buda, que estaba en posesión del conocimiento innato? Se siente todavía la influencia de los seis años que él vivió, sentado en loto en una inmovilidad total. Y Bodhidharma, la transmisión hasta nuestros días del sello, ha conservado el recuerdo de sus nueve años de meditación delante de una pared. Si esto sucedía con los santos de la antigüedad, ¿como los hombres de hoy pueden quedar dispensados de negociar la Vía?

Debéis en consecuencia abandonar una práctica basada en la comprensión intelectual, corriendo detrás de las palabras y ateniéndoos al sentido literal. Debéis aprender el giro que dirige vuestra luz hacia el interior, para iluminar vuestra verdadera naturaleza. El cuerpo y el espíritu se borrarán por sí mismos, y aparecerá vuestro rostro original. Si queréis alcanzar el Despertar, debéis practicar el Despertar sin demora.

Para Zazen, conviene una habitación silenciosa. Comed y bebed sobriamente. Rechazad todo empeño y abandonad todos los asuntos. No pensad: “esto está bien, esto está mal”. No toméis partido ni a favor ni en contra. Parad todos los movimientos del espíritu consciente.

No juzguéis los pensamientos ni las perspectivas. No tengáis ningún deseo de convertiros en Buda. Zazen no tiene absolutamente nada que ver con la posición sentada o la posición tumbada.

En el sitio donde tenéis la costumbre de sentaros, extended una alfombrilla de paja y poned el zafu encima. Sentaos en loto o en medio loto. En la postura del loto, poned primero el pie derecho sobre el muslo izquierdo y el pie izquierdo sobre el muslo derecho.

Cuidad de aflojar vuestra ropa y vuestro cinturón, arreglándolos convenientemente.

Poned entonces la mano derecha sobre el pie izquierdo y la mano izquierda dirigida hacia arriba sobre la mano derecha; los extremos de los pulgares se tocan.

Sentáos bien rectos, en la actitud corporal correcta, ni basculada a la izquierda, ni basculada a la derecha, ni hacia delante, ni hacia atrás.

Tened cuidado de que las orejas estén en el mismo plano que los hombros y que la nariz esté en la misma línea vertical que el ombligo.

Poned la lengua pegada al paladar; la boca está cerrada; los dientes se tocan.

Los ojos deben quedar siempre abiertos, y debéis respirar suavemente por la nariz.

Cuando habéis conseguido la postura correcta, respirad profundamente una vez, inspirad y expirad. Basculad el cuerpo de derecha a izquierda e inmovilizaros en una posición sentada estable. Pensad en no pensar. ¿Cómo se piensa en no pensar? Más allá del pensamiento (Hishiryo). Esto es en sí mismo el arte esencial del Zazen.

El Zazen del cual hablo no es el aprendizaje de la meditación, no es otra cosa que el Dharma de paz y felicidad, la práctica-realización del Despertar perfecto. Zazen es la manifestación de la última realidad. Las trampas y las redes no pueden nunca alcanzarlo. Una vez que habéis asido su corazón, sois idénticos al dragón cuando entra del agua e idénticos al tigre cuando penetra en la montaña. Pues hay que saber que en este momento preciso – cuando se practica Zazen – el verdadero Dharma se manifiesta y que desde el principio hay que apartar la flojedad física y mental y la distracción.

Cuando os levantéis, moveros suavemente y sin prisa, calmada y deliberadamente. No os levantéis de manera súbita o brusca. Cuando se echa una mirada sobre el pasado, se percibe que la trascendencia de la iluminación o la no iluminación, que morir sentado o de pie, siempre ha dependido del vigor del Zazen.

Además, la apertura a la iluminación en una determinada ocasión dada por un dedo, una bandera, una aguja, un martillo, el cumplimiento de la realización gracias a un cazamoscas, un puño, un bastón, un grito, todo eso no puede ser asido totalmente por el pensamiento dualista del hombre. En verdad, tampoco puede ser mejor conocido mediante el ejercicio de los poderes naturales. Eso está más allá de lo que el hombre escucha y ve ¿acaso no es un principio anterior a los conocimientos y a las percepciones? .

Dicho esto, importa poco que seamos o no inteligentes. No hay diferencia entre el tonto y el listo. Cuando uno concentra su esfuerzo en un solo espíritu, eso en sí mismo es negociar la Vía. La práctica-realización es pura por naturaleza. Adelantar es un asunto de cotidianeidad.

En conjunto, este mundo y los otros, a la vez en India y en China, respetan el sello de Buda. La particularidad de esta escuela prevalece: simplemente devoción a la meditación sentada, sentarse inmóvil en un compromiso total. Aunque se dice que hay tantas almas como hombres, todos negocian la Vía de la misma manera, practicando zazen. ¿Por qué abandonar el asiento que os está reservado en la casa para errar en las tierras polvorientas de otros reinos? Un solo traspiés, y os escapáis de la Vía trazada toda recta delante de vosotros.

Habéis tenido la suerte única de tomar una forma humana. No perdáis vuestro tiempo. Lleváis vuestra contribución a la obra esencial de la Vía de Buda. ¿Quien tomaría un placer vano de la llama que surge del silex? Forma y sustancia son como el rocío en la hierba, el destino semejante a un relámpago – que se desvanece en un instante – .

Os lo ruego, honrados discípulos del Zen. Acostumbrados desde hace mucho tiempo a tantear al elefante en la oscuridad, no temáis al verdadero dragón. Concentrad vuestra energía en la Vía que indica el absoluto sin desvío. Respetad al hombre realizado, que se sitúa más allá de los actos de los hombres. Poneos en armonía con la iluminación de los Budas; suceded a la dinastía legítima del Satori de los Patriarcas. Conducíos siempre así y seréis como ellos son. Vuestra habitación del tesoro se abrirá por sì misma, y la utilizaréis como mejor os parezca.

GRANDES MAESTROS ZEN

GRANDES MAESTROS ZEN
De Carlos (Fa Neng)   
http://www.hsuyun.com/es/zengrandesmaestros.html

     

El Zen y los Grandes Maestros
La edad de oro del budismo Ch’an
La dinastia T’ang de China (618-906) fue el marco histórico en el que floreció la escuela budista que hoy conocemos como Zen. La tradición remonta el origen del Budismo Ch’an (su nombre original en chino) a la llegada desde la India a China del legendario monje Bodhidharma en el año 520; este personaje mítico está considerado como el Patriarca Fundador del Zen y es una figura muy venerada en la cultura popular tanto de la China como del Japón.
Sin embargo, eruditos y especialistas coinciden en señalar que el Zen tal y como propiamente se distingue no daría comienzo hasta un siglo y medio después, con el episodio que culminó con el nombramiento de Hui-neng (638-713) como Sexto (y último) Patriarca en sucesión directa desde Bodhidharma. Es a partir de entonces cuando da comienzo la doctrina de la Iluminación Abrupta (o Súbita) y el Budismo Ch’an adquiere su formulación y sabor tipicamente chinos (con clara influencia del taoismo filosófico), asumiendo el estilo característico con el que hoy se le identifica.
Este periodo se ha dado en llamar como “periodo-de-alta-actividad” o Edad de Oro del Zen; he aquí algunos de sus principales protagonistas.
1. Hui-neng ( [Eno]; 638-713)

Hui-neng es considerado unánimemente como el verdadero padre del Zen, y mucho se ha comentado sobre él y sobre su vida, destacando sobre todos el relato de como llegó a ser nombrado Sexto Patriarca del Ch’an, pues este episodio se considera muy ilustrativo del peculiar carácter chino, práctico y directo (en contraste con el del Budismo indio, más dado a la contemplación), que vino a dotar al Zen de su vigor y particular personalidad. Baste pues aquí señalar algunas importantes anécdotas y enseñanzas posteriores a este evento, estando Hui-neng ya en posesión del Manto de la Ley.
Tras serle otorgada por su maestro la legítima sucesión [hassu] y tener que huir a escondidas del monasterio (perseguido por sus rivales), Hui-neng pasó más de 15 años recluido en las montañas viviendo como ermitaño. Un día, juzgó que ya era momento de salir al mundo y fué a visitar el templo de Fa-hsing, donde aconteció lo siguiente:

Hui-neng llegó al monasterio de la provincia de Kuang y se encontró con cuatro monjes que discutían acaloradamente sobre el Dharma a propósito de una bandera que ondeaba sobre sus cabezas. Uno de ellos decía: “Esa bandera es un objeto inanimado y es el viento quien la hace ondear”, a lo que otro monje respondía: “Tanto el viento como la bandera son inanimados, por lo que el ondear es un imposible”. Otro añadió: “El ondear se debe sin duda a una condición de causa y efecto”, a lo que el cuarto monje replicó: “En el fondo, no hay bandera ondeando sino es el viento lo que ondea de por sí”.

Viendo esto, Hui-neng se acercó y les dijo: “Señores, ni viento ni bandera; en realidad, lo que yo veo ondeando aquí sin cesar son vuestras mentes”
El sacerdote abad del monasterio pidió entonces a Hui-neng que los aceptara como discípulos (a pesar de no tener éste ningún rango y ser un desconocido) y, para poder ser oficialmente su maestro, Hui-neng hubo primero de ordenarse a su vez como monje budista, cosa que hasta entonces aún no había hecho (recordemos que era un “laico iletrado” que trabajaba moliendo arroz en el monasterio de su maestro Hung-jen). Se dice que, a partir de entonces, Hui-neng llegó a tener miles de discípulos, aunque nunca anduvo predicando ni buscando seguidores. Tal fue su fama que el mismísimo Emperador envió a un funcionario para invitarle a enseñar en la Corte Imperial, invitación que Hui-neng rechazó prefiriendo quedarse en las montañas del sur, no sin antes aleccionar al susodicho emisario para que transmitiese su doctrina al Emperador Kao-tsung:

 
Hui-Neng, Sexto Patriarca
Su cuerpo momificado en el monasterio de Nan Hua (China)

“Es un error pensar que sentarse silenciosamente en contemplación sea esencial para la liberación. La verdad del Ch’an se abre por sí desde dentro y nada tiene que ver con la práctica del dhyana [meditación] (…) En el Ch’an [Zen], no hay nada que ganar, no hay nada que entender; ¿que haceis pasando el tiempo con las piernas cruzadas? (…) Algunos hablan de iluminar la oscuridad de la ignorancia, pero en el Zen no existe dualismo, no existen Iluminación e Ignorancia por separado, no hay bodhi [sabiduría] ni klesa [pasiones]. En el Mahayana toda forma posible de dualismo es condenada pues no expresa la verdad última. La Naturaleza Búdica no puede ser manchada por pasiones ni purificada por la iluminación. Está por encima de todas las categorías”

A lo largo de su vida, Hui-neng insistió en estos aspectos una y otra vez:

Un discípulo de la escuela del Norte o ‘gradual’ [creada por el antiguo rival de Hui-neng, el derrotado monje Shen-hsiu] acudió a ver al Sexto Patriarca en busca de consejo; éste le preguntó por la doctrina de aquella escuela, a lo que el susodicho discípulo respondió: “Nuestro maestro, Shen-hsiu, nos enseña a detener la actividad de nuestras mentes y sentarnos en silencio, meditando, durante largo tiempo, de un tirón, sin acostarnos ni descansar”

Ante esto, el Sexto Patriarca dijo: “Detener la actividad de la mente, sentarse en silencio a meditar… ¡todo eso es una enfermedad, eso no es Zen! Poner el cuerpo bajo control, obligándose a estar sentado durante varias horas… ¿que tiene eso que ver con el Dharma?”

También dijo, en otro momento:

“Dejar la mente en blanco, no pensando en nada, forzando el cese de los pensamientos… esto es una estupidez (…) Los pensamientos vienen y se van por su cuenta, pues a través del buen uso de la sabiduría no bloquemos nada, y este es el verdadero método de concentración a través de prajna [la sabiduría intuitiva], que es la liberación natural y espontánea. Así es como se lleva a cabo la práctica del wu-nien o práctica del no-pensamiento”

Anteriormente había resumido así el significado del Ch’an:

“No se trata en absoluto de practicar el dhyana [meditación] o de buscar el satori [la Iluminación]; se trata de mirar dentro de uno mismo, de ver dentro de nuestra propia Naturaleza (…) Cuando se entiende la Doctrina Abupta se comprende que no hay necesidad de disciplinarse en las cosas externas, tal es la certeza de quienes ven (conocen) por sí mismos”

En otra ocasión, Hui-neng tuvo de nuevo la oportunidad de corregir una mala interpretación del Camino rescribiendo los versos de un poema (tal y como hiciera antes de convertirse en Patriarca); así lo narra el siguiente mondo:

Un monje dijo a Hui-neng: “Maestro, he escuchado el siguiente gatha [canto] de un tal Wuo-lan:

    Yo, Wuo-lan, conozco un recurso
    mediante el cual suprimo todos mis pensamientos
    Las cosas del mundo no agitan más mi mente
    y así, mi Iluminación madura día a día

Ante esto, Hui-neng dijo: “Eso no lleva a iluminación alguna, sino a un estado de esclavitud”, y a continuación, recitó:

    Yo, Hui-neng, no tengo recurso alguno
    y mis pensamientos no son nunca reprimidos
    Las cosas del mundo agitan la mente siempre, y
    ¿de que sirve una Iluminación
    que madura con el paso del tiempo?

Muchas son las enseñanzas que podrían citarse de Hui-neng, el Sexto Patriarca, aunque tal vez sus instrucciones finales a sus discípulos son unas de las más célebres:

“Cuando alguien os pregunte sobre el Ser, contestadle con el No-ser; si os preguntan sobre el No-ser, contestad con el Ser. Si eres preguntado acerca del hombre corriente, responde en terminos del sabio, y si te preguntan por el sabio, habla en términos del hombre corriente. A cada pregunta, responded siempre en términos de su opuesto, pues a través de este método de opuestos complementarios surge la comprensión del Camino Medio”

Hui-neng falleció en 713, cuando la dinastía T’ang disfrutaba tiempos apacibles y la cultura china alcanzaba el punto más excelso de su historia. Murió sin dejar ningún sucesor oficial, siendo él el último Patriarca del Ch’an. Sin embargo, de entre todos sus discípulos se destacaron cinco que fueron los encargados de proseguir la andadura iniciada por su maestro, y a través de ellos surgieron todas las escuelas de lo que hoy se conoce como Budismo Zen.

2. Huai-jang ( [Ejo]; 677-744)

De los cinco grandes discípulos que tuvo Hui-neng, tal vez el principal fue Nan-yüeh Huai-jang [la trascripción japonesa, siempre entre corchetes, es Nangaku Ejo], pues justamente de Huai-jang surge el más inspirado linaje de maestros Ch’an de la época. Se cuenta que cuando el monje Huai-jang se encontró con el Patriarca Hui-neng, este le preguntó:

“¿De donde vienes?”

“De Nan-yüeh”, contestó Huai-jang

“¿Y como es así que vienes?”, replico Hui-neng

A Huai-juang le tomó 8 años poder dar una respuesta satisfactoria a su maestro y, cuando finalmente lo hizo, se convirtió en uno de sus más notables herederos, dando continuidad a la doctrina de Hui-neng tras la muerte de éste. Manteniéndose fiel al espíritu del Sexto Patriarca, Huai-jang sostenía la siguiente opinión sobre los métodos ‘graduales’ y la aproximación tradicional a la práctica:

“Insistir en entrenarse en la meditación sentada [za-zen] es lo mismo que asesinar al propio Buda. Has de saber que el Zen no tiene nada que ver con sentarse ni con tumbarse.
(…)
El Buda no tiene forma fija, no entiende de distinciones; el Dharma es ‘sin-morada’, no hay lugar en él para la discriminación (no hay una posición que sea correcta frente a otra que no lo sea).
(…)
Si te apegas a la postura sentada no lograrás la esencia del Zen”

Huai-jang transmitió a su vez la sucesión al célebre maestro Ma-tsu, y es bien conocido el mondo que narra el encuentro de ambos.

Ma-tsu vivía en el monasterio de Ch’uan-fa y estaba un dia en el monte, sumido en la práctica de tso-ch’an [za-zen], cuando Huai-jang acertó a pasar por allí, manteniéndose el siguiente dialogo:

“Hermano, ¿para que estás ahí sentado en meditación?”

“Para hacerme Buda [alcanzar la iluminación]”, repuso Ma-tsu

“Ah, ya veo”, dijo Huai-jang, y acto seguido agarró del suelo un trozo de teja y se puso a frotarla contra una piedra.
Ma-tsu le preguntó: “Maestro, ¿que estás haciendo?”

“La estoy puliendo para hacer de ella un espejo”, contestó Huai-jang

“¿Como se puede hacer un espejo de un trozo de teja?”, dijo Ma-tsu

“¿Como puede hacerse un Buda de sentarse-a-meditar?”, replicó Huai-jang

Otra versión de esta historia se cuenta así: “Por mucho que pulas un ladrillo no conseguirás un espejo”; a lo que Huai-jang replicó: “Por mucho que practiques tso-ch’an no conseguirás un Buda”. Ante esto, Ma-tsu preguntó: “Entonces ¿que he de hacer?”; Huai-jang contestó: “Es como guiar un carro; cuando éste se detiene, ¿has de azotar al carro o has de azotar al buey?”. Ma-tsu pasó a ser discípulo de Huai-jang y con el tiempo se convirtió en su único sucesor.

3. Ma-tsu ( [Baso]; 709-788)

Ma-tsu está considerado unánimemente como uno de los grandes maestros de todos los tiempos, siendo uno de los que más contribuyo a la reformulación típicamente china del Zen. De Ma-tsu se dice que “tenía mirada de tigre y andares de búfalo, podía alcanzar con la lengua hasta cubrirse la nariz y tenía marcas en forma de rueda-de-mil-rayos en las plantas de los pies”. Con él se consolida una particular forma de instrucción:

Un día, un monje fue a ver al maestro Ma-tsu en busca de iluminación:

“Maestro, ¿cual es el mensaje último de la doctrina de Buda?”

Ma-tsu se puso muy serio y dijo con solemnidad: “Te lo diré. Pero cuando se discute sobre estos temas tan profundos primero hay que hacerle una postración de reverencia al Buda”

El monje se aprestó a cumplir y adoptó la posición de postrarse, entonces el maestro le dio una gran patada en el culo. Esta inesperada patada llevó al monje a una risa incontrolada y disolvió por completo sus dudas; en ese instante alcanzó su satori. En los siguientes años, siempre decía: “Desde que recibí la patada de Ma-tsu, no he podido parar de reír”.

Ma-tsu sostenía que “el Tao nada tiene que ver con la disciplina” e instruía a sus discípulos por medio de gritos súbitos, golpes y empujones, gestos sin palabras y bruscas paradojas. Cuando no le quedaba más remedio que dar un sermón, decía:

“Apartarse de lo malo y apegarse a las cosas buenas y meditar sobre el vacío y entrar en estado de samadhi [concentración]: todo esto es ‘hacer algo’. Quienes ‘hacen algo’, corren en pos de un objeto externo y son los que más alejados están del Tao.
(…)
Estos ‘oyentes’ están extraviados, no llegan a percibir que la Mente, como es en sí, no conoce de etapas ni procesos ni imaginaciones… Se disciplinan y así alcanzan resultados; se quedan en samadhi durante muchísimos kalpas [eones], se sepultan en el vacío y no saben como salir de su quieta contemplación. Estos ‘oyentes’ no ven dentro de su propia naturaleza.
Desde el punto de vista del Bodhisattva, todo esto se parece a la tortura del infierno”

Tal y como vimos antes, Ma-tsu hablaba por propia experiencia (link a Huai-jang) , y mostraba un especial genio y fiereza en la transmisión directa su sabiduría:

Un día, Ma-tsu salió a pasear con su discípulo Pai-chang cuando vieron una bandada de patos salvajes volando :

“¿Que es eso?”, pregunto Ma-tsu

“Patos salvajes”, respondió Pai-chang

“¿Donde van?”

“Ya no están, se han alejado volando”

De repente Ma-tsu agarró la nariz de Pai-chang y la retorció hasta que éste gritó de dolor. “Entonces”, exclamó el maestro “¿como es posible que ya no estén?”

En ese momento Pai-chang alcanzó la Iluminación.

4. Nan-chuan ( [Nansen]; 748-835)

Tal vez se entienda mejor el anterior ejemplo de Ma-tsu a través del famoso mondo de uno de sus sucesores, el maestro Nan-chuan. Este maestro estudió durante años en distintas escuelas budistas chinas como la Hua-yen [Kegon] y otras; posteriormente, alcanzó la Iluminación con Ma-tsu y se retiró a una choza que se construyó él mismo en el monte, donde permaneció durante 30 años. Nan-chuan sólo se decidió a enseñar debido a la insistencia de varios monjes que se lo rogaron repetidamente. Se dice que entonces bajó del monte, se instaló en un monasterio y tuvo como discípulos a varios cientos. El mondo antes mencionado es el siguiente:

En el monasterio en el que Nan-chuan vivía, los monjes observaban los preceptos, estudiaban los sutras [escrituras] y, aplicándose al estudio del Dharma, se enfrascaban en discusiones sobre esto y lo otro. Un día en que surgió una de estas polémicas, Nan-chuan apareció en la sala acariciando a un gato, lo puso sobre el púlpito y dijo:

“A no ser que alguno de vosotros diga ‘algo-bueno-de-verdad’, ahora mismo parto a este gato por la mitad”, y dicho esto saco a relucir un cuchillo y se dispuso a cumplir con su amenaza.

Los monjes, mirándose unos a otros, no supieron que hacer y, ante su silencio, Nan-chuan partió de un tajo en dos al gato.

Por la tarde, el monje Chao-chou regresó de su paseo por el bosque y el maestro Nan-chuan le relató el incidente. Al punto, Chao-chou se puso las sandalias sobre la cabeza y salió sin más por la puerta, ante lo cual Nan-chuan exclamó: “¡Mira, si tú hubieras estado aquí, el gato se habría salvado!”

Este es un mondo impactante, pero sin duda, Nan-chuan es y será siempre uno de los maestros más mencionados de todo el Zen en función del clásico diálogo que mantuvo con su discipulo Chao-chou:
El monje Chao-chou preguntó a su maestro:

“¿Que es el Tao?”

“Tu mente de todos-los-dias [ordinaria, cotidiana, habitual] es el Tao”

“¿Y como puede uno volver a sintonizarse con ella?”

“Al tratar de sintonizarte es precisamente cuando te desvías”, replicó Nan-chuan.

Esta frase es tan venerada que se ha convertido en sí misma en un aforismo Zen, usándose para describir la esencia misma de éste: ‘el Camino de la Mente (o conciencia) Cotidiana [heijo-shin kore do]’.
Nan-chuan finalizó diciendo:

“El Camino no es cuestión de saber o no saber; ‘saber’ es falso entendimiento, y ‘no saber’ es ignorancia ciega. El verdadero Camino está más allá de toda duda, es vasto e ilimitado como el cielo vacío; ¿Cómo podría haber ahí lugar para correcto o incorrecto?”

A raíz de este diálogo, Chao-chou obtuvo su satori

5. Chao-chou ( [Joshu]; 778-897)

De este modo, Chao-chou alcanzó la Iluminación a la temprana edad de 18 años, tras lo cual pasó otros cuarenta años junto su maestro Nan-chuan hasta que, a la muerte de este, se convirtió en su sucesor.
Sin embargo, Chao-chou optó entonces por una vida de peregrinaje para profundizar en su experiencia contrastándola con otros maestros (práctica posteriromente conocida como ‘Combate [contienda, debate] del Dharma’ o ‘hossen’ ), y se dice que llegó a ir en busca de todos y cada uno de los sucesores y alumnos de Ma-tsu (su “abuelo-en-el-Dharma”). Sólo a la edad de 80 años se estableció finalmente en un monasterio y aceptó discípulos, llegando a vivir hasta la edad de 120 años.

Un monje le dijo a Chao-chou: “Maestro, por favor, enseñame lo que es el Zen”

Chao-chou dijo: “¿Has comido ya tus gachas de arroz?”

“Ya las he comido”

“Entonces lava tu tazón”

El estilo de instrucción de Chao-chou se llamó “Zen de la boca y de los labios”, pues en voz ronca y profunda emitía las palabras justas que se decía eran capaces de atravesar, como una espada cortante, los obstaculos en la mente de sus discípulos.

En una ocasión, un monje preguntó:

“Maestro, ¿cual es el significado último del origen del Zen?”

“El ciprés en el patio”

El monje replicó: “Maestro, veo lo que estás haciendo; contestas a mi pregunta con el método de opuestos complementarios (link a Hui-neng), usando terminos que me hagan volver al terreno de la realidad concreta”

“¡Yo no estoy haciendo todo eso!”, protestó Chao-chou

“Entonces dime, ¿cual es el significado último del origen del Zen?”

“El ciprés en el patio”

Muchos son los mondos que tienen a Chao-chou como protagonista. En otra ocasión, se le preguntó si un bebé, un niño de teta, se valía o no de sus seis sentidos, y si de este modo estaba también condicionado por ellos; la respuesta fué: “Él juega a la pelota que flota en el torrente de agua”. Años después, otro maestro Ch’an (T’ou-tzu) comentó sobre este mondo: “Es la mente, la conciencia, que no deja de fluir (adaptándose a la corriente como una pelota de corcho en un arroyo de montaña)”.
Igualmente, varios de sus mondos han sido y siguen siendo usados a modo de koan, y son varios los koanes célebres que se remontan a Chao-chou. De entre todos ellos, tal vez el más famoso, admirado y arduo de todos sea el siguiente:

Un monje dijo: “Maestro, ¿tiene un perro Naturaleza Búdica?

El maestro gritó: “¡Wu!” [¡Mu!]

Éste es un koan que ha hecho correr ríos de tinta, pues son muchos los maestros que han alcanzado la Iluminación gracias a él. (Baste aquí señalar que la exclamación “¡Wu!” [en japonés: ¡Mu!] es, entre otras cosas, una brusca interjección onomatopéyica, un término que designa “ausencia-de” (como en wu-nien: “no-pensamiento”) y que tiene función de adverbio similar a “sin” o “ningún” (wu-wei: “sin-interferir”, “ningún-manipular”) y una palabra o sonido que se pronuncia igual (aunque se escribe de manera distinta) que la acepción original en chino del término japonés satori [wu].)
Chao-chou ha pasado a la historia del Zen como uno de los maestros más venerados y se cuenta que, de sus 13 sucesores, pocos consiguieron igualarle y ninguno llegó a superarle, con lo que finalmente su línea se extinguió al cabo de pocas generaciones.

6. Pai-chang ( [Hyakujo]; 720-814)

Así pués, el linaje del viejo maestro Ma-tsu tuvo continuidad histórica a través de otro de sus discípulos; éste fué Pai-chang Huai-hai (también conocido como Po-Chang), quién después del famoso retortijón de nariz de su maestro (link a Ma-tsu) se convirtió en otro de sus sucesores (otra versión cuenta que Pai-chang obtuvo su satori al pegarle Ma-tsu tal grito en la oreja que se quedó sordo durante tres días).
A Pai-chang se le atribuye la fundación de la tradición monástica del Ch’an, pues es de resaltar que ninguno de los grandes maestros previos a él habían tenido a bien contar con monasterios propios, dejándose invitar como ‘huéspedes’ por otras escuelas budistas. Pai-chang llevó a cabo esta empresa dotándola de un característico sabor Zen:

Po-chang tenía tantos estudiantes que tuvo que abrir un segundo monasterio. A fín de nombrar a un maestro para que se encargase de éste, reunió a sus monjes y se presentó ante ellos con un jarrón, diciendo:

“Sin decir que es un jarrón, decidme ¿qué es esto?”

El monje principal exclamó: “¡No se puede decir que sea un trozo de madera!”

En ese momento el cocinero del monasterio apareció, derribó el jarrón con el pie y a continuación se fué. Po-chang puso el nuevo monasterio a cargo del cocinero .

Pai-chang formuló las reglas precisas para la vida en un monasterio Zen, código que se ha mantenido vigente hasta nuestros dias bajo el nombre de Pai-chang Ch’ing-kuei [Hyakujo Shingi]. Estas reglas acentúan la importancia de que tanto monjes como maestros combinen la practica meditativa con las tareas cotidianas y el trabajo manual (cortando leña, acarreando agua, etc…). Una muy famosa anecdota de Pai-chang al respecto dice así:

El maestro Pai-chang siempre decía: “Un día sin trabajo, un día sin comida”. Una vez, siendo él ya muy anciano, sus discipulos le vieron trabajando afanosamente en el jardín, a merced del clima, y decidieron esconderle las herramientas para proteger su salud.
El viejo maestro se negó a probar bocado si no le dejaban trabajar y al cabo de unos días, temiendo que Pai-chang ayunase hasta morir, los discipulos le tuvieron que devolver sus utensilios. Pai-chang pasó todo el dia trabajando en el jardín y solo entonces se avino a comer de nuevo, insistiendo:

“Un dia sin trabajo, un dia sin comida”

Pero Po-chang también es recordado por su profunda sabiduría y sus hábiles enseñanzas y definiciones del Camino:

Un monje preguntó a Pai-chang: “¿Como puedo seguir el Camino del Zen?”

La respuesta fué: “No te apegues, no busques”

Pai-chang decía que “buscar la Naturaleza Búdica es como ir a buscar un buey montado en un buey”, y su frase más famosa (que tal vez sea una de las mejores definiciones sobre el espíritu del Zen) se halla en el siguiente mondo:

Un discípulo preguntó: “Maestro, ¿cual es la esencia verdadera de la Iluminación?”

Pai-chang contestó: “Comer si hay hambre, dormir si hay sueño”

[Otra versión de este célebre mondo reza así: “Maestro, ¿qué es el Zen?”, Pai-chang: “Cuando tengas hambre, come; cuando tengas sueño, duerme”]

7. Huang-po ( [Obaku]; ?-850)

Pai-chang Huai-hai tuvo varios sucesores, pero tal ve el más importante fue Huang-po; éste se habia hecho monje siendo muy joven y un buen día decidió ponerse en camino para ver al gran maestro Ma-tsu y solicitar que lo acéptase como discípulo. Sin embargo, al llegar a su monasterio, se encontró con que Ma-tsu había fallecido. No obstante, su sucesor (el maestro Pai-chang) lo tomó bajo su dirección y con él estudió muchos años, heredando así la doctrina tal y como se transmitía desde Hui-neng:

Un día, Pai-chang preguntó a su discípulo Huang-po: “¿Donde has estado?”

Huang-po contestó: “Recogiendo setas al pie del monte”

“¿Has visto a algún tigre?”, dijo Pai-chang

Súbitamente, Huang-po rugió como un tigre, ante lo que Pai-chang agarró un hacha y se levantó, con ademán de ir a descargar un golpe. De inmediato, Huang-po le atizó una sonora bofetada; el maestro Pai-chang rompió a reir a carcajadas. De regreso al claustro, dijo a los demas monjes: “Tened cuidado: al pie del monte hay un tigre y habeis de saber que hoy me ha dado un mordisco”. De este modo, Pai-chang confirmó a Huang-po como su sucesor.

Se describe a Huang-po como un hombre de voz sonora, más de dos metros de estatura y personalidad sencilla y clara. Es muy venerada su célebre obra “Tratado sobre la Doctrina de la Mente” [Ch’uan-hsin-fa-yao] que recoge sus enseñanzas:

“Es precisamente por el hecho de buscar el hallazgo de la Naturáleza Búdica que uno produce el efecto contrario de no encontrarla; (…) no puede ser buscada ni solicitada, ni asimilada a través de la sabiduría o el conocimiento, ni explicada en palabras, ni puede hacérse tangible o alcanzarse a través de ningún tipo de acciones u obras meritorias; (…)

Si se cree que se puede usar la mente para buscar, se falla en comprender que aquello que busca y aquello que es buscado son en realidad lo mismo; (…) A los hombres les asusta el olvidar sus propias mentes, tienen miedo de caer a través del vacío sin nada a lo que poder agarrarse, no saben que el vacío no es en realidad sino el reino mismo del Dharma.

Temiendo que ninguno de vosotros comprendiese esto, los Budas usaron el término Tao, mas no se debe asociar ningún concepto a este nombre; se dice: “Cuando se atrapa el pez, se olvida la red”; cuando el cuerpo y la mente alcanzan la espontaneidad, el Tao es alcanzado y la mente universal es por fín comprendida; (…) En otros tiempos, las mentes de los hombres eran agudas; con sólo oir una frase, abandonaban el estudio y eran llamados “los sabios que, abandonando todo aprendizaje, reposan en la espontaneidad”. Hoy en día, la gente solo busca atiborrarse de conocimientos y deducciones, poniendo gran enfasis en las explicaciones escritas, y a esto lo llaman practicar.”

Esta obra es de gran importancia y en ella se deja ver la clara influencia de la filosofía Taoísta en el desarrollo del Zen. En el párrafo anterior Huang-po no sólo cita una célebre frase de Chuang-tzu sino que equipara la espontaneidad [tzu-jan] con la Naturaleza Búdica misma. Una y otra vez se enfatiza el mismo enfoque respecto al estudio y la práctica del Dharma:

En cierta ocasión, un grupo de monjes peregrinos visitaron a Huang-po en busca de instrucción. Éste apareció y les dijo:

“¡Vosotros, atajo de chupazurrapos! Si siempre andais peregrinando ¿dónde hallais el ahora? ¿Es que no sabeis en que todo el Imperio T’ang no hay ni un solo maestro de Zen?”

Un monje se adelantó temeroso y dijo: “Pero maestro, en todas partes se reciben discípulos y se cuenta que estos aprenden…”

Huang-po replicó: “Yo no he dicho que no haya Zen, sólo que no hay maestros”

Este mondo, al igual que el siguiente, muestra el estilo característico de los sermones de Huang-po:

Apareciendo en la sala pública, el maestro dijo:

“El tener muchas y variadas clases de conocimiento no puede compararse con dejar de buscar cosa alguna, que es lo mejor que puede hacerse… ¡No habiendo más que decir, se disuelve la asamblea!”, y al momento se fué por donde había venido.

Otros discípulos de Huang-po ni siquiera pudieron contar con tan escasas palabras de instrucción; Lin-chi (quien sin duda fue el principal de entre los sucesores de Huang-po y que se convirtió después en uno de los mas grandes maestros del Ch’an) solo acertó a recibir puñetazos en las costillas en cada una de sus entrevistas con el maestro Huang. Cuando posteriormente alcanzó la Iluminación, continuó largo tiempo instruyéndose junto a éste.
[Cabe reseñar aquí que, antes de establecerse, Huang-po había visitado a su vez al gran maestro Nan-chuan, pasando algún tiempo bajo su dirección y coincidiendo también sin duda con Chao-chou, ya por entonces maestro iluminado (quien a su vez es bien probable que devolviera la visita a Huang-po durante sus posteriores años de peregrinaje). Así, al estudiar con Nan-chuan (además de con Pai-chang), Huang-po tuvo la oportunidad de absorber por partida doble la doctrina del gran Ma-tsu, de quien ya era “nieto-en-el-Dharma” -y quien a su vez era “nieto” del mismísimo Hui-neng- pudiendo así transmitir a su sucesor Lin-chi la doctrina del Zen tal y como se habia mantenido evolucionando en linea directa desde el Sexto Patriarca a través de los más grandes maestros de la Edad de Oro.]

8. Lin-chi ( [Rinzai]; ?-866)

Lin-chi está considerado como uno de los más importantes personajes de la historia del Budismo Zen. Recibió, a través de Huang-po, toda la sabiduría y enseñanzas de los más grandes maestros de la época en linaje directo desde el Patriarca Hui-neng. La doctrina enunciada en la India por el Buda Sakyamuni había sido reformulada de un modo inconfudiblemente chino (práctico, directo, en gran medida Taoísta) y el Ch’an se encontraba ahora en el punto más álgido de su historia.
Lin-chi fue el fundador de la primera de de las cinco escuelas (o Cinco Casas) tradicionales del Zen en China, escuela que lleva su nombre y que durante los siguientes siglos no fue sólo la más influyente dentro del Ch’an sino también la de más vitalidad dentro del ámbito de todo el Budismo chino en general, llegando a absorber con el tiempo a todas las restantes líneas del Budismo Zen (con la única excepción de la Soto, que sobrevivió con independencia como escuela nipona al re-fundarse en Japón en el siglo XIII).
Son incontables los mondos y anecdotas que tienen a Lin-chi como protagonista, y sus dichos y enseñanzas se conservan en el Lin-chi-lu [Rinzai Roku], obra clásica del Zen. Baste aquí pues exponer algunos de los fragmentos más significativos de sus sermones:

“¿Porqué salgo aquí a hablar? Porque vosotros, entusiastas de la Vía, váis trotando de un lado a otro, buscando la Verdad [la mente], incapaces de deteneros; (…) Cuando veáis las cosas como yo las veo, aposentaréis vuestro culo en las cabezas de los Budas; los más grandes Bodhisattvas se arrastrarán como esbirros, los Santos e Iluminados apestarán como la mugre de una letrina y bodhi y nirvana serán como postes para atar burros.

¿Calvos, qué andáis buscando? Por todos lados váis diciendo que el Tao ha de practicarse y ponerse a prueba (comprobarse)…¡No seáis zoquetes! Si hay alguien que pueda practicar algo, lo que ese practica no es si no la acumulación de karma para varias reencarnaciones. Habláis de disciplinar a la perfección los seis sentidos, pero eso no es más que crear karma, ¡los Budas y Patriarcas no son tan superficiales! (…) Buscar el Dharma es crear karma, estudiar los sutras y comentarios es crear karma, buscar al Buda … ¡todo eso no es más que crear karma y más karma, que os llevará derechos de cabeza a los Infiernos!
Muy por el contrario, los antiguos vivían la vida con enorme despreocupación, actuando apropiadamente en función de cada circunstancia particular, según ésta surgiese y según viniese a cuento (sin directrices ni ideas preconcebidas); (…) No hay lugar en el Budismo para el esfuerzo, simplemente sed vosotros mismos, sin añadir nada especial. Haced caca, laváos el culo, ponéos la ropa y comed vuestra comida. Cuando estéis cansados, id a tumbaros. Los ignorantes se burlarán de esto, pero los sabios lo comprenderán.

Cuando sea hora de vestirse, ponte la ropa, cuando tengas que andar, anda, cuando tengas que sentarte, siéntate. No albergues ni un solo pensamiento en tu mente respecto a buscar la Budeidad. Un antiguo sabio dijo: ” Si uno busca al Buda, uno pierde al Buda”; (…) Al ir de un sitio a otro, si a cada sitio lo consideras tu propio hogar esto será auténticamente así, pues lo cierto es que, ante cualquier circunstancia que surja, uno nunca ha de intentar cambiarla (o manipularla). De este modo, tus acciones y sentimientos habituales, que normalmente crean karma suficiente para los Cinco Infiernos, se transformarán por si solos en el Gran Oceano de la Liberación.

 
El Maestro Lin Chi (Rinzai)

¿Queréis saber a quién se parecían los grandes maestros? No tenían nada que no tengáis vosotros. Si intuís esto, no hay diferencia entre vosotros y esos viejos maestros. Si deseáis pareceros a ellos, dejad de mirar hacia afuera. Sed vosotros mismos; (…) Todos tenemos la Naturaleza Búdica; el problema es que vosotros no teneis fe, no creeis lo bastante, carecéis de libertad e independencia, os perdéis en una persecución constante de cosas ajenas y lo único que conseguís es un mero conocimiento literario (intelectual, teórico) que se aleja por completo del Camino de la vida (…) Cuando ceséis de correr detrás de las cosas externas, entonces es cuando os pareceréis a los viejos maestros. Si por el contrario seguís corriendo tras ellas con apego, renaceréis en el vientre de una burra o de una vaca.

No cometais el grave error de buscar convulsivamente por todo vuestro vecindario (a vuestro alrededor) en vez de en vuestro interior. Os equivocais de lleno al tratar de dominar el Zen, de dominar el Dharma, de aprender palabras o frases, de ir en busca del Buda; limitaos a mirar dentro de vosotros mismos. El Buda relató la historia de Yajnadata, quien pensando haber perdido su cabeza, corría desesperadamente en pos de ella; en el momento en que se dio cuenta de que nunca la había perdido, halló la paz. No seais traviesos, detened por fín vuestras histéricas correrías.

Calvos, algunos de vosotros, necios y anticuados, estáis completamente perdidos. Continuamente andáis reconociendo y nombrando toda clase de cosas, véis espíritus y fantasmas, miráis en esta dirección y en la otra, decís: “esto es buen tiempo, esto es mal tiempo”, discriminando sin parar aquí y allá. ¡Pobres adeptos ciegos! Si seguís así, es bien seguro que algún día habréis de comparecer ante el mismo Rey de la Muerte, que os pedirá que pagueis vuestras deudas tragando bolas de hierro al rojo vivo.

Reverendos Señores, todos los maestros tuvieron su modo de ayudar a los demás; respecto a mi método, consiste en sacar a los demás de su tremendo engaño: sabed que no sóis dueños de vosotros mismos, y que esto es debido a que andáis continuamente persiguiendo cosas externas; (…) Los eruditos dicen: “El Triple Cuerpo es la Realidad Última de las cosas”; no obstante, según mi intuición, lo que yo me huelo es que esto del Triple Cuerpo no son más que palabras, meras palabras y nada más que palabras; (…) Amigos, no busquéis nada en la palabra escrita, los esfuerzos mentales os agotarán y no conseguireis cosa alguna; tal y como lo veo, en realidad no hace falta ninguna cosa en especial: ponéos vuestra ropa, coméos vuestro arroz y dejad pasar el tiempo, tranquilamente, sin hacer nada (dejando acontecer).

Cuando uno hace por cultivar el Tao, entonces el Tao no puede fluir, y por todos lados empiezan a surgir condiciones nocivas y perniciosas, compitiendo para ver cual de ellas resulta más dañina. Ahora bien; cuando, por el contrario, aparece la espada de Prajna [la sabiduria-más-allá-del-intelecto o sabiduria intuitiva], entonces no queda piedra sobre piedra (no queda nada), pues no hay ya cosa alguna que pueda quedar en pie.

Durante los siguientes siglos, el Ch’an siguió floreciendo en el Reino Medio, confirmándose como la más importante escuela budista del Lejano Oriente y pasando a ser la manifestación religiosa dominante en China durante la dinastía Sung. Posteriormente, diversos factores (las frecuentes persecuciones al Budismo, la afinidad y progresiva hibridación con la muy cercana escuela de la Tierra Pura, la invasión manchú) pusieron fín a esta característica y brillante etapa de la historia.
Mientras tanto, el Zen llegó a Japón durante el periodo Kamakura (1185-1359), encontrando una gran aceptación en relativamente poco tiempo. Allí la doctrina original del Ch’an se reformuló nuevamente de acuerdo a la personalidad nipona y dieron nacimiento las escuelas modernas Soto y Rinzai, tradiciones de explícito corte cultural japonés que han sobrevivido en perfecto estado hasta nuestros días.
Como tantas otras manifestaciones chinas, el Zen ha ejercido enorme influencia sobre el arte y la cultura japonesas, y si tenemos en cuenta que el Budismo de la Tierra Pura [Shin] es un pariente tan cercano del Ch’an que, en palabras del erudito Dr. D.T. Suzuki, “Zen es Tierra Pura y Tierra Pura es Zen”, ha de considerarse finalmente que ésta es la mayoritaria y principal forma de Budismo practicada en Japón y en China hoy en día.

“Estando sumidos en la confusión, ninguna doctrina ni nadie puede salvaros; pero cuando el destello genuino de Prajna rompa a brillar en vuestro interior, toda la confusión se desvanecerá al instante; esto hará que comprendáis la Verdad por vosotros mismos, conduciéndoos a la súbita realización del Despertar”

    – Hui-neng , Sutra de la Plataforma del Sexto Patriarca

Li chin

Lin-Chi

Lin-chi está considerado como uno de los más importantes personajes de la historia del Budismo Zen. Recibió, a través de Huang-po, toda la sabiduría y enseñanzas de los más grandes maestros de la época en linaje directo desde el Patriarca Hui-neng. La doctrina enunciada en la India por el Buda Sakyamuni había sido reformulada de un modo inconfudiblemente chino (práctico, directo, en gran medida Taoísta) y el Ch’an se encontraba ahora en el punto más álgido de su historia.

  Lin-chi fue el fundador de la primera de de las cinco escuelas (o Cinco Casas) tradicionales del Zen en China, escuela que lleva su nombre y que durante los siguientes siglos no fue sólo la más influyente dentro del Ch’an sino también la de más vitalidad dentro del ámbito de todo el Budismo chino en general, llegando a absorber con el tiempo a todas las restantes líneas del Budismo Zen (con la única excepción de la Soto, que sobrevivió con independencia como escuela nipona al re-fundarse en Japón en el siglo XIII).

  Son incontables los mondos y anécdotas que tienen a Lin-chi como protagonista, y sus dichos y enseñanzas se conservan en el Lin-chi-lu [Rinzai Roku], obra clásica del Zen. Baste aquí pues exponer algunos de los fragmentos más significativos de sus sermones:

“¿Porqué salgo aquí a hablar? Porque vosotros, entusiastas de la Vía, váis trotando de un lado a otro, buscando la Verdad [la mente], incapaces de deteneros; (…) Cuando veáis las cosas como yo las veo, aposentaréis vuestro trasero en las cabezas de los Budas; los más grandes Bodhisattvas se arrastrarán como esbirros, los Santos e Iluminados apestarán como la mugre de una letrina y bodhi y nirvana serán como postes para atar burros.

  ¿Calvos, qué andáis buscando? Por todos lados vais diciendo que el Tao ha de practicarse y ponerse a prueba (comprobarse)…¡No seáis zoquetes! Si hay alguien que pueda practicar algo, lo que ése practica no es si no la acumulación de karma para varias reencarnaciones. Habláis de disciplinar a la perfección los seis sentidos, pero eso no es más que crear karma, ¡los Budas y Patriarcas no son tan superficiales! (…) Buscar el Dharma es crear karma, estudiar los sutras y comentarios es crear karma, buscar al Buda … ¡todo eso no es más que crear karma y más karma, que os llevará derechos de cabeza a los Infiernos!

  Muy por el contrario, los antiguos vivían la vida con enorme despreocupación, actuando apropiadamente en función de cada circunstancia particular, según ésta surgiese y según viniese a cuento (sin directrices ni ideas preconcebidas); (…) No hay lugar en el Budismo para el esfuerzo, simplemente sed vosotros mismos, sin añadir nada especial. Haced caca, lavaos el trasero, poneos la ropa y comed vuestra comida. Cuando estéis cansados, id a tumbaros. Los ignorantes se burlarán de esto, pero los sabios lo comprenderán.

  Cuando sea hora de vestirse, ponte la ropa, cuando tengas que andar, anda, cuando tengas que sentarte, siéntate. No albergues ni un solo pensamiento en tu mente respecto a buscar la Budeidad. Un antiguo sabio dijo: ” Si uno busca al Buda, uno pierde al Buda”; (…) Al ir de un sitio a otro, si a cada sitio lo consideras tu propio hogar esto será auténticamente así, pues lo cierto es que, ante cualquier circunstancia que surja, uno nunca ha de intentar cambiarla (o manipularla). De este modo, tus acciones y sentimientos habituales, que normalmente crean karma suficiente para los Cinco Infiernos, se transformarán por si solos en el Gran Océano de la Liberación.

  ¿Queréis saber a quién se parecían los grandes maestros? No tenían nada que no tengáis vosotros. Si intuís esto, no hay diferencia entre vosotros y esos viejos maestros. Si deseáis pareceros a ellos, dejad de mirar hacia afuera. Sed vosotros mismos; (…) Todos tenemos la Naturaleza Búdica; el problema es que vosotros no tenéis fe, no creéis lo bastante, carecéis de libertad e independencia, os perdéis en una persecución constante de cosas ajenas y lo único que conseguís es un mero conocimiento literario (intelectual, teórico) que se aleja por completo del Camino de la vida (…) Cuando ceséis de correr detrás de las cosas externas, entonces es cuando os pareceréis a los viejos maestros. Si por el contrario seguís corriendo tras ellas con apego, renaceréis en el vientre de una burra o de una vaca.

  No cometáis el grave error de buscar convulsivamente por todo vuestro vecindario (a vuestro alrededor) en vez de en vuestro interior. Os equivocáis de lleno al tratar de dominar el Zen, de dominar el Dharma, de aprender palabras o frases, de ir en busca del Buda; limitaos a mirar dentro de vosotros mismos. El Buda relató la historia de Yajnadata, quien pensando haber perdido su cabeza, corría desesperadamente en pos de ella; en el momento en que se dio cuenta de que nunca la había perdido, halló la paz. No seáis traviesos, detened por fin vuestras histéricas correrías.

  Calvos, algunos de vosotros, necios y anticuados, estáis completamente perdidos. Continuamente andáis reconociendo y nombrando toda clase de cosas, veis espíritus y fantasmas, miráis en esta dirección y en la otra, decís: “esto es buen tiempo, esto es mal tiempo”, discriminando sin parar aquí y allá. ¡Pobres adeptos ciegos! Si seguís así, es bien seguro que algún día habréis de comparecer ante el mismo Rey de la Muerte, que os pedirá que paguéis vuestras deudas tragando bolas de hierro al rojo vivo.

  Reverendos Señores, todos los maestros tuvieron su modo de ayudar a los demás; respecto a mi método, consiste en sacar a los demás de su tremendo engaño: sabed que no sois dueños de vosotros mismos, y que esto es debido a que andáis continuamente persiguiendo cosas externas; (…) Los eruditos dicen: “El Triple Cuerpo es la Realidad Última de las cosas”; no obstante, según mi intuición, lo que yo me huelo es que esto del Triple Cuerpo no son más que palabras, meras palabras y nada más que palabras; (…) Amigos, no busquéis nada en la palabra escrita, los esfuerzos mentales os agotarán y no conseguiréis cosa alguna; tal y como lo veo, en realidad no hace falta ninguna cosa en especial: poneos vuestra ropa, comeos vuestro arroz y dejad pasar el tiempo, tranquilamente, sin hacer nada (dejando acontecer).

  Cuando uno hace por cultivar el Tao, entonces el Tao no puede fluir, y por todos lados empiezan a surgir condiciones nocivas y perniciosas, compitiendo para ver cual de ellas resulta más dañina. Ahora bien; cuando, por el contrario, aparece la espada de Prajna [la sabiduría-más-allá-del-intelecto o sabiduría intuitiva], entonces no queda piedra sobre piedra (no queda nada), pues no hay ya cosa alguna que pueda quedar en pie.

El sermon del despertar

Bodhidarma:

Sermón del despertar

La esencia del Camino es el desapego. Y la meta de aquellos que practican es liberarse de las apariencias. Se dice en los sutras: «El desapego es despertar porque niega las apariencias». La budeidad significa atención sutil. Aquellos mortales cuyas mentes tienen atención natural alcanzan el Camino del despertar y por ello son llamados Buddhas. Se dice en los sutras: «Aquellos que se liberan a sí mismos de toda apariencia son llamados Buddhas». El aspecto de la apariencia como no apariencia no puede apreciarse visualmente sino que únicamente puede conocerse mediante la sabiduría. Cualquiera que escuche y crea esta enseñanza se embarcará en el Gran Vehículo y abandonará los tres reinos.

Los tres reinos son codicia, aversión y confusión. Abandonar los tres reinos significa regresar desde la codicia, aversión y la confusión a la moralidad (el camino de la virtud natural sin culpabilidad), Contemplación (con amor benevolente)  y la sabiduría (inteligencia natural encontrada en las enseñanzas). Codicia, aversión, y confusión no tienen naturaleza propia (sus aparentes raíces, son las Identidades), son ilusorias y cualquiera capaz de reflexionar verá que la naturaleza de la codicia, aversión y confusión es la naturaleza búdica.

Más allá de codicia odio e ignorancia no hay otra naturaleza búdica. Se dice en los sutras: « Los budas sólo se han convertido en budas mientras vivían con los tres venenos y alimentándose del Dharma puro». Los tres venenos son codicia, odio e confusión.

El Gran Vehículo es el más grande de los vehículos. Es el transporte de los bodhisattvas, que lo usan todo sin usarlo y que viajan todo el día sin viajar. Así es el vehículo de los bodhisattvas. Se dice en los sutras: «El no vehículo es el vehículo de los Buddhas».

Cualquiera que comprenda que los seis sentidos no son reales, que los cinco agregados son ficciones, que ninguno de ellos puede ser localizado en parte alguna del cuerpo, comprende el lenguaje de los Buddhas. Se dice en los sutras: «La cueva de los cinco agregados es el vestíbulo del Chan. La apertura del ojo de la mente es la puerta del Gran Vehículo». No puede ser más claro.

No pensar en nada es Chan. Una vez que se sabe, caminar, estar de pie, sentarse o estirarse, todo lo que se haga, es Chan. Saber que la mente es vacío es ver al Buddha. Los Buddhas de las diez direcciones no tienen mente. Ver la no mente es ver al Buddha.

Renunciar a uno mismo sin pesar es la caridad más grande. Trascender movimiento e inmovilidad es la mayor de las meditaciones. Los mortales no dejan de moverse, y los arhats permanecen inmóviles. Pero la más elevada de las meditaciones trasciende tanto la de los mortales como la de los arhats. Aquellos que alcanzan dicha comprensión se liberan a sí mismos de todas las apariencias sin esfuerzo y curan cualquier enfermedad sin tratamiento. Tal es el poder del gran Chan.

Usar la mente para buscar la realidad es ignorancia. No usar la mente para buscar la realidad es conocimiento. Liberarse uno mismo de las palabras es liberación. Permanecer sin mácula de polvo de sensación es permanecer en el Dharma. Trascender vida y muerte es abandonar el hogar.

No sufrir otra existencia es alcanzar el Camino. No crear ignorancia es iluminación. No aferrarse a la ignorancia es sabiduría. La no aflicción es el nirvana. Y la no apariencia de la mente es la otra orilla.

 

Cuando eres ignorante, esta orilla existe. Pero cuando despiertas, deja de existir. Los mortales permanecen en esta orilla, pero aquellos que descubren el más grande de todos los vehículos no están ni en ésta ni en aquélla. Son capaces de vivir en ambas orillas. Aquellos que ven la otra orilla como diferenciada de ésta no comprenden el Chan.

La ignorancia significa mortalidad. Y el conocimiento significa budeidad. No son lo mismo y tampoco son diferentes. Pero la gente distingue entre ignorancia y conocimiento. Cuando somos ignorantes hay un mundo al que escapar. Cuando somos conscientes, no hay nada donde escapar.

A la luz del Dharma imparcial. los mortales no son diferentes de los sabios. En los sutras se dice que el Dharma imparcial es algo que los mortales no pueden penetrar ni los sabios practicar. El Dharma imparcial sólo es practicado por los grandes Buddhas y bodhisattvas. Ver la muerte como algo diferente de la vida o el movimiento como algo diferente de la inmovilidad es ser parcial. Ser imparcial significa ver el sufrimiento como algo no diferenciado del nirvana, porque la naturaleza de ambos es el vacío. Al imaginar que pondrán fin al sufrimiento y entrarán en el nirvana, los arhats acaban atrapados por el nirvana. Pero los bodhisattvas saben que el sufrimiento es esencialmente vacío y permaneciendo en el vacío permanecen en el nirvana. Nirvana significa no nacimiento y no muerte. Está más allá de nacimiento y muerte y más allá del nirvana.

Cuando la mente deja de moverse, penetra en el nirvana. Nirvana es una mente vacía. Cuando no existe la ignorancia, los Buddhas alcanzan el nirvana. Cuando no existen las aflicciones, los bodhisattvas entran en el lugar de la despertar.

Un lugar deshabitado es uno sin codicia, odio ni ignorancia. La codicia es el reino del deseo, el odio el reino de la forma y la ignorancia el reino sin forma.

Cuando da comienzo un pensamiento se penetra en los tres reinos. El principio o fin de los tres reinos, la existencia o no existencia de todo, depende de la mente. Esto es aplicable a todo, incluso a objetos inanimados como rocas y palos.

Cualquiera que sepa que la mente es una ficción y está vacía de cualquier cosa real, sabe que su propia mente ni existe ni no existe.

Los mortales siguen creando la mente, proclamando que existe.

Los arhats siguen negando la mente, proclamando que no existe.

Pero los bodhisattvas y los Buddhas ni crean ni niegan la mente.

( Sabe que NO HAY MENTE y NO HAY NO-MENTE)

Eso es lo que significa que la mente ni existe ni no existe. La mente que ni existe ni no existe es lo que se denomina el Camino Medio.

Si utilizas tu mente para estudiar la realidad, no entenderás ni tu mente ni la realidad. Si estudias la realidad sin utilizar la mente, entenderás ambas. Aquellos que no comprenden, no entienden el entendimiento. Y aquellos que comprenden, entienden el entendimiento. La gente capaz de verdadera visión  sabe que la mente es vacío, trascienden tanto comprensión como no comprensión.

La ausencia de comprensión y no comprensión es verdadera comprensión.

Vista con verdadera visión, la forma no es simplemente forma, porque la forma depende de la mente. Y la mente no es simplemente mente, porque la mente depende de la forma. Mente y forma crean y niegan una a la otra.

Lo que existe lo hace en relación con lo que no existe. Y lo que no existe no existe en relación a lo que existe. Esta es la verdadera visión. Mediante dicha visión nada es visto y nada es no visto. Dicha visión penetra en las diez direcciones sin ver: porque nada es visto; porque no es visto se ve; porque es visto no se ve. Lo que ven los mortales son ilusiones. La verdadera visión está desapegada del ver.

La mente y el mundo son opuestos, y la visión aparece donde se encuentran. Cuando la mente no se agita interiormente. el mundo no aparece exteriormente. La verdadera visión es cuando tanto el mundo como la mente son transparentes. Y esta comprensión es verdadera comprensión.

Ver nada es percibir el Camino, y comprender nada es conocer el Dharma, porque ver no es ver ni no ver y porque comprender no es comprender ni no comprender. Ver sin ver es verdadera visión. Comprender sin comprender es verdadera comprensión.

    La verdadera visión no es sólo ver viendo, también es ver sin ver. Y la verdadera comprensión no es sólo comprender comprendiendo, también es comprender no comprendiendo. Si lo comprendes todo entonces es que no comprendes. Sólo cuando comprendes nada es verdadera comprensión. Comprender es ni comprender ni no comprender

Se dice en los sutras: «No apartarse de la sabiduría es estupidez». Cuando la mente no existe, tanto comprender como no comprender son verdad. Cuando la mente existe, comprender y no comprender son falsos.

Cuando comprendes, la realidad depende de ti. Cuando no comprendes, eres tú quien depende de la realidad. Cuando la realidad depende de ti, lo que no es real se convierte en real. Cuando eres tú quien depende de la realidad, lo que es real se convierte en falso. Cuando dependes de la realidad, todo es falso.

Cuando la realidad depende de ti, todo es verdad. Así pues, el sabio no usa su mente para buscar la realidad, o la realidad para buscar su mente, o su mente para buscar la mente, o la realidad para buscar la realidad. Su mente no hace que aparezca la realidad. Y la realidad no hace que aparezca su mente. Y porque ambas, su mente y la realidad, son inmóviles, está siempre en samadhi»

Cuando aparece la mente mortal, desaparece la budeidad. Cuando desaparece la mente mortal, aparece la budeidad. Cuando la mente aparece, desaparece la realidad. Cuando la mente desaparece, aparece la realidad. Quien sepa que nada depende de nada habrá encontrado el Camino, Y quien sepa que la mente depende de nada siempre está en el lugar de la iluminación.

Cuando no comprendes estás equivocado. Cuando comprendes, no estás equivocado. Es así porque la naturaleza del error es el vacío. Cuando no comprendes, lo cierto parece equivocado. Cuando comprendes, lo equivocado no es equivocado porque lo equivocado no existe.

Se dice en los sutras:

«Nada cuenta con una naturaleza propia». Actúa. No cuestiones. Cuando cuestionas estás equivocado. La equivocación es el resultado del cuestionar.

Cuando alcanzas una comprensión así, los hechos equivocados de tus vidas pasadas quedan borrados.

Cuando vives en la ignorancia, los seis sentidos y las cinco sombras son los causantes del sufrimiento y la mortalidad.

Cuando despiertas, los seis sentidos y las cinco sombras son los causantes del nirvana y la inmortalidad.

Alguien que busca el Camino no busca más allá de sí mismo pues sabe que la mente es el Camino. Pero cuando busca la mente no encuentra nada. Y cuando encuentra el Camino no encuentra nada. Si crees que puedes utilizar la mente para encontrar el Camino es que vives en la ignorancia. Cuando se vive en la ignorancia existe la budeidad. Cuando eres consciente no existe tal cosa. Y es así porque la conciencia es la budeidad.

Si buscas el Camino, el Camino no aparecerá hasta que desaparezca tu cuerpo. Es como descortezar un árbol. Este cuerpo kármico experimenta continuo cambio. No cuenta con realidad fija. Practica de acuerdo con tus pensamientos. No odies vida y muerte ni ames vida y muerte. Mantén cada uno de tus pensamientos libre de ignorancia y en vida presenciarás el principio del nirvana» y en la muerte experimentarás la seguridad de no renacer.

Ver la forma sin ser corrompido por la forma o escuchan un sonido sin ser corrompido por el sonido es la liberación.

Los ojos que no se aferran a la forma son las Puertas del Chan. Los oídos que no se aferran al sonido son también las Puertas del Chan. En pocas palabras, aquellos que perciben la existencia y la naturaleza de los fenómenos y permanecen sin aferrarse son liberados. Aquellos que perciben la apariencia externa de los fenómenos están a su merced. Liberación significa no estar sujeto a la aflicción. No hay otra liberación. Cuando se sabe cómo mirar la forma, la forma no da paso a la aparición de la mente y la mente no da paso a la aparición de la forma. Ambas, forma y mente, son puras.

Cuando está ausente la ignorancia, la mente es la tierra de los Buddhas. Cuando la ignorancia está presente, la mente es el infierno. Los mortales crean ignorancia. Y utilizando la mente para crear la mente siempre se encuentran en el infierno.

Los bodhisattvas ven a través de la ignorancia y al no utilizar la mente para hacer aparecer la mente siempre se encuentran en la tierra de los Buddhas. Si no utilizas tu mente para crean mente, todos los estados mentales son vacío y cada pensamiento inmóvil; irás de una tierra búdica a otra. Si utilizas la mente para crear mente, todos los estados mentales son intranquilos y cada pensamiento está en movimiento: vas de un infierno al siguiente. Cuando aparece un pensamiento hay buen y mal karma, cielo e infierno. Cuando no aparecen pensamientos, no hay ni buen ni mal karma, ni cielo ni infierno.

El cuerpo ni existe ni no existe. Por ello la existencia como un mortal y la no existencia como un sabio son concepciones con las que un sabio nada tiene que ver. Su corazón está vacío y amplio como el cielo.

Lo que sigue es contemplado en el Camino. Es incomprensible para arhats y mortales.

Cuando la mente alcanza el nirvana, no se ve el nirvana, porque la mente es nirvana. Si ves el nirvana en algún sitio fuera de la mente, te engañas a ti mismo.

Cada sufrimiento es una semilla búdica, porque el sufrimiento impele a los mortales a buscar sabiduría. Pero sólo puede decirse que el sufrimiento da origen a la budeidad. No puede decirse que el sufrimiento sea la budeidad.

Tu cuerpo y tu mente son el campo, el sufrimiento es la semilla, la sabiduría el brote y la budeidad el grano.

El Buddha de la mente es como la fragancia de un árbol. El Buddha proviene de una mente libre de sufrimiento, al igual que la fragancia proviene de un árbol libre del deterioro. No hay fragancia sin el árbol ni Buddha sin la mente. Si hay fragancia sin un árbol, se trata de una fragancia diferente. Si hay un Buddha sin tu mente, se trata de un Buddha diferente. Cuando los tres venenos están presentes en tu mente, viven en una tierra de inmundicia. Cuando los tres venenos están ausentes de tu mente, vives en una tierra de pureza. Se dice en los sutras: «Si llenas una tierra de impureza e inmundicia, nunca aparecerá ningún Buddha». La impureza e inmundicia remiten a la ignorancia y a los otros venenos. Un Buddha remite a una mente pura y despierta.

No hay lenguaje que no sea el Dharma. Hablar todo el día sin decir nada es el Camino. Permanecer en silencio todo el día y decir algo no es el Camino. Por ello ni la palabra de un tathagata depende del silencio, ni su silencio depende de la palabra, ni su palabra existe separada de su silencio. Aquellos que entienden tanto el habla como el silencio permanecen en el samadhi. Si hablas cuando sabes, tu palabra es libre. Si permaneces en silencio cuando no sabes, tu silencio está encadenado.

Si la palabra no está apegada a las apariencias entonces es libre. Si el silencio está apegado a las apariencias, entonces está encadenado.

El lenguaje es esencialmente libre. No tiene nada que ver con el apego y el apego no tiene nada que ver con el lenguaje.

La realidad no tiene alto ni bajo. Si ves alto o bajo, entonces no es real. Una balsa no es real. Pero una balsa de pasajeros sí. Una persona que maneje una balsa de ese tipo podrá cruzar a través de lo que no es real. Por eso es real.

Según el mundo hay masculino y femenino, rico y pobre. Según el Camino no hay masculino e femenino, ni rico o pobre.

Cuando la diosa realizó el Camino, no cambió su sexo. Cuando el mozo de establo  desperté a la Verdad, no cambió su posición. Libres de sexo o posición, comparten la misma apariencia básica. La diosa buscó su feminidad durante doce años sin conseguirlo. Igualmente, buscar la propia masculinidad durante doce años resultará infructuoso. Los doce años se refieren a las doce entradas

Sin la mente no hay Buddha. Sin el Buddha no hay mente. De igual manera, sin el agua no hay hielo, y sin hielo no hay agua. Quien hable sin abandonar la mente no llegará muy lejos. No te aferres a las apariencias de la mente.

Se dice en los sutras:

«Cuando no veas apariencias verás al Buddha». Eso es lo que significa ser libre de las apariencias de la mente.

Sin la mente no hay Buddha quiere decir que el Buddha proviene de la mente. La mente es el origen del Buddha. Pero aunque el Buddha provenga de la mente, la mente no proviene del Buddha, al igual que un pez proviene del agua, pero el agua no proviene del pez. Y cualquiera que vea un pez ve antes el agua que el pez. Y cualquiera que quiera ver un Buddha verá la mente antes que al Buddha. Una vez que has visto el pez te olvidas del agua, y una vez que hayas visto al Buddha te olvidarás de la mente. Si no te olvidas de la mente, la mente te confundirá, al igual que te confundirá el agua si no te olvidas de ella.

Mortalidad y budeidad son como el agua y el hielo. Estar afligido por los tres venenos es la mortalidad. Estar purificado por las tres liberaciones7’ es la budeidad. Lo que en invierno se congela dando paso al hielo se deshace en agua en verano. Elimina el hielo y no habrá agua. Si te deshaces de la mortalidad no habrá budeidad. Está claro que la naturaleza del hielo es la naturaleza del agua y la naturaleza del agua es la naturaleza del hielo. Y la naturaleza de la mortalidad es la naturaleza de budeidad. Mortalidad y bu-deidad comparten la misma naturaleza. igual que wutou y futzu comparten la misma raíz pero no la misma estación. Es sólo a causa de la ilusión sobre diferencias por lo que tenemos las palabras mortalidad y budeidad.

Cuando una serpiente se convierte en dragón no cambia sus escamas. Y cuando un mortal se convierte en sabio no cambia su rostro. Conoce su mente mediante la sabiduría interna y cuida de su cuerpo mediante la disciplina externa.

Los mortales liberan Buddhas y los Buddhas liberan mortales. Eso es lo que significa imparcialidad. Los mortales liberan Buddhas porque la aflicción crea conocimiento y los Buddhas liberan mortales porque el conocimiento niega la aflicción. No hay otro remedio que la aflicción y no hay otro remedio excepto el conocimiento. Si no fuese por la aflicción no habría nada de lo que crear conocimiento. Y si no fuese por el conocimiento no habría nada para negar la aflicción. Cuando se vive en la ignorancia, los Buddhas liberan mortales. Cuando se vive en el conocimiento, los mortales liberan Buddhas. Los Buddhas no se convierten en Buddhas por sí mismos. Son liberados por mortales.

Los Buddhas ven la ignorancia como su padre y la codicia como su madre. Ignorancia y codicia son nombres diferentes de la mortalidad. Ignorancia y mortalidad son como la mano izquierda y la mano derecha. No existe otra diferencia.

Cuando se vive en la ignorancia se está en esta orilla. Cuando se está consciente se está en la otra orilla. Pero una vez que sabes que tu mente es vacío y no ves apariencias, estás más allá de ignorancia y conocimiento. Y una vez que se está más allá de ignorancia y conocimiento, no existe la otra orilla. El tathagata no está en esta orilla ni en la otra. Y tampoco está en mitad de la corriente. Los arhats están en mitad de la corriente y los mortales en esta orilla. En la otra orilla está la budeidad.

Los Buddhas tienen tres cuerpo de transformación, un cuerpo de recompensa y un cuerpo real. El cuerpo de transformación también es llamado cuerpo de encarnación.

El cuerpo de transformación aparece cuando los mortales realizan buenos actos, el cuerpo de recompensa cuando cultivan la sabiduría y el cuerpo real cuando se hacen conscientes de los sublime. El cuerpo de transformación es el que puede verse volar en todas direcciones rescatando a otros allí donde puede. El cuerpo de recompensa pone fin a las dudas. La Gran Iluminación sucedida en los Himalayas se convierte repentinamente en verdad. El cuerpo real no hace ni dice nada. Permanece perfectamente inmóvil. Pero en realidad, ni siquiera existe un cuerpo de Buddha, y mucho menos tres. Este hablar de los tres cuerpos está simplemente basado en la comprensión humana, que puede ser superficial, moderada o profunda.

La gente de comprensión superficial imagina que acumula méritos y confunde el cuerpo de transformación con el Buddha. La gente de comprensión moderada imagina que está poniendo fin al sufrimiento y confunde el cuerpo de recompensa con el Buddha. Y la gente de profunda comprensión imagina que experimenta la budeidad y confunde el cuerpo real con el Buddha. Pero la gente con la comprensión más profunda mira en su interior, sin ser distraída por nada. Como una mente clara es el Buddha, alcanzan la comprensión de un Buddha sin utilizar la mente. Los tres cuerpos, como todas las además cosas, son inalcanzables e indescriptibles. La mente sin estorbo alcanza el Camino. Se dice en los sutras: «Los Buddhas no predican el Dharma. No liberan mortales. Y no experimentan la budeidad». Eso es lo que quiero decir.

Los individuos crean karma; el karma no crea individuos. Crean karma en esta vida y reciben sus frutos en la siguiente. Nunca escapan a ello. Sólo alguien que es perfecto no crea karma en esta vida y no recibe frutos. Se dice en los sutras:

«Quien no crea karma obtiene el Dharma». Este es un dicho vacío. Se puede crear karma, pero no puedes crear una persona. Cuando creas karma, renaces junto con tu karma. Cuando no creas karma, desapareces junto con tu karma. Por ello, siendo el karma dependiente del individuo y el individuo dependiente del karma, si un individuo no crea karma, el karma nada puede con él. De la misma manera: «Una persona puede ensanchar el Camino. El Camino no puede ensanchar a una persona».

Los mortales no dejan de crear karma y equivocadamente insisten en que no hay retribución. ¿Pero acaso pueden negar el sufrimiento?

¿Pueden negar que lo que siembra el estado mental presente no es lo que recoge el siguiente estado mental?

¿Cómo pueden escapar?

Pero si en el presente estado mental no se siembra nada, nada se recogerá en el siguiente estado mental. No entendáis mal el karma.

Se dice en los sutras: «A pesar de creer en Buddhas, las personas que imaginan que los Buddhas practican austeridades no son budistas. Lo mismo vale para aquellos que imaginan que los Buddhas están sujetos a retribución de riqueza o pobreza. Son icchantikas, Son incapaces de creer».

Alguien que comprende las enseñanzas de los sabios es un sabio. Alguien que comprende la enseñanza de los mortales es un mortal. Un mortal que puede desprenderse de la enseñanza de los mortales y seguir la enseñanza de los sabios se convierte en un sabio. Pero ¡os locos de este mundo prefieren buscar sabios muy lejos. No creen que el sabio es la sabiduría de su propia mente. Se dice en los sutras: No prediquéis este sutra entre hombres sin comprensión». Pero la gente sin comprensión no cree en su propia mente ni que mediante la comprensión de esta enseñanza puede convertirse en sabia. Prefieren buscar un conocimiento lejano y anhelar cosas en el espacio, imágenes búdicas, luces, inciensos y colores. Caen presas de la falsedad y la locura.

Se dice en los sutras: «Cuando ves que todas las apariencias no son apariencias, entonces ves al tathagata». Las miríadas de puertas hacia la verdad provienen de la mente. Cuando las apariencias de la mente son tan transparentes como el espacio, desaparecen.

Nuestros sufrimientos ilimitados son las raíces de la enfermedad. Cuando los mortales están vivos se preocupan de la muerte. Cuando están saciados se preocupan del hambre. Suya es la Gran Incertidumbre.

Pero los sabios no consideran el pasado y no se preocupan acerca del futuro, tampoco se aferran al presente y siguen el Camino momento a momento. Si no has despertado a esta gran verdad lo mejor es que busques un maestro en la tierra o en los cielos. No agraves tu propia deficiencia.

Historias zen

Historias Zen

Desterrando a un fantasma
La esposa de un hombre estaba muy enferma. En su lecho de muerte le dice, “¡Te amo demasiado!, no quiero dejarte, y no quiero que me traiciones. Promete que no verás otras mujeres cuando yo muera o volveré para rondarte.
Durante varios meses después de su muerte el marido evitó a otras mujeres, pero conoció a alguien y se enamoró. En la noche que se comprometieron, el fantasma de su difunta esposa se le apareció. Ella lo acusó de no cumplir con la promesa, y volvió todas las noches para atormentarlo. El fantasma le recordaba todo lo que habían pasado él y su prometida ese día, hasta el punto de repetir, palabra por palabra, las conversaciones que habían tenido. Esto lo trastornó tanto que no pudo dormir nada.
Desesperado buscó el consejo de un maestro Zen que vivía cerca del pueblo.
“Este fantasma es muy listo”, dijo el maestro luego de oír la historia del hombre.
“¡Lo es!”, contestó el hombre. “Recuerda cada detalle de lo que dije e hice. ¡Lo sabe todo!”
El maestro sonrió. “Deberías admirar a un fantasma así, pero yo te diré que hacer la próxima vez que aparezca.”
Esa noche el fantasma regresó. El hombre hizo exactamente lo que le había dicho el maestro.
“Eres un fantasma muy sabio”, dijo, “Sabes que no te puedo esconder nada. Si puedes responderme una pregunta, romperé el compromiso y permaneceré soltero por el resto de mi vida”.
“Haz la pregunta”, contestó el fantasma. El hombre sacó un puñado de frijoles de una gran mochila que estaba en el piso, “Dime exactamente cuantos frijoles tengo en mi mano”.
En ese momento el fantasma desapareció y no volvió nunca más.

El Maestro campana
Un nuevo estudiante se aproximó al maestro Zen y le preguntó como podía prepararse para su aprendizaje. “Piensa que soy una campana”, explicó el maestro. “Dame un golpe suave y tendrás un pequeño sonido. Golpéame duro y recibirás un repique fuerte y resonante”.

Libros
Había un reconocido filósofo y docente que se dedicó al estudio del Zen durante muchos años. El día que finalmente consiguió la iluminación tomó todos sus libros, los llevó al patio y los quemó.

Buda cristiano
Uno de los monjes del maestro Gasan visitó la universidad en Tokio. Cuando regresó, le preguntó al maestro si alguna vez había leído la Biblia cristiana. “No”, respondió Gasan, “por favor léeme algo de ella”. El monje abrió la Biblia en el Sermón del Monte de San Matías, y empezó a leer. Después de leer las palabras de Cristo sobre los lirios en el campo, se detuvo. El maestro Gasan permaneció en silencio durante un largo tiempo. “Sí”, dijo finalmente, “quien haya pronunciado estas palabras es un ser iluminado. ¡Lo que acabas de leerme es la esencia de todo lo que he estado tratando de enseñarte aquí!”

Persiguiendo dos conejos
Un estudiante de artes marciales se aproximó el maestro con una pregunta. “Quisiera mejorar mi conocimiento de las artes marciales. Además de aprender contigo quisiera aprender con otro maestro para aprender otro estilo. ¿Que piensas de esta idea?” “El cazador que persigue dos conejos”, respondió el maestro, “no atrapa ninguno”.

Una situación tensa
Un día mientras caminaba a través de la selva un hombre se topó con un feroz tigre. Corrió pero pronto llegó al borde de un acantilado. Desesperado por salvarse, bajó por una parra y quedó colgando sobre el fatal precipicio. Mientras el estaba ahí colgado, dos ratones aparecieron por un agujero en al acantilado y empezaron a roer la parra. De pronto, vio un racimo de frutillas en la parra. Las arrancó y se las llevó a la boca. ¡Estaban increíblemente deliciosas!

Concentración
Después de ganar varios concursos de arquería, el joven y jactancioso campeón retó a un maestro Zen que era reconocido por su destreza como arquero. El joven demostró una notable técnica cuando le dió al ojo de un lejano toro en el primer intento, y luego partió esa flecha con el segundo tiro. “Ahí está”, le dijo el viejo, “¡a ver si puedes igualar eso!”. Inmutable, el maestro no desenfundo su arco, pero invitó al joven arquero a que lo siguiera hacia la montaña. Curioso sobre las intenciones del viejo, el campeón lo siguió hacia lo alto de la montaña hasta que llegaron a un profundo abismo atravesado por un frágil y tembloroso tronco. Parado con calma en el medio del inestable y ciertamente peligroso puente, el viejo eligió como blanco un lejano árbol, desenfundó su arco, y disparó un tiro limpio y directo. “Ahora es tu turno”, dijo mientras se paraba graciosamente en tierra firme. Contemplando con terror el abismo aparentemente sin fondo, el joven no pudo obligarse a subir al tronco, y menos a hacer el tiro. “Tienes mucha habilidad con el arco”, dijo el maestro, “pero tienes poca habilidad con la mente que te hace errar el tiro”.

Destino
Durante una batalla, un general japonés decidió atacar aún cuando su ejército era muy inferior en número. Estaba confiado que ganaría, pero sus hombres estaban llenos de duda. Camino a la batalla, se detuvieron en una capilla. Después de rezar con sus hombres, el general sacó una moneda y dijo, “Ahora tiraré esta moneda. Si es cara, ganaremos. Se es cruz, perderemos. El destino se revelará”. Tiró la moneda en el aire y todos miraron atentos como aterrizaba. Era cara. Los soldados estaban tan contentos y confiados que atacaron vigorosamente al enemigo y consiguieron la victoria. Después de la batalla, un teniente le dijo el general, “Nadie puede cambiar el destino”.”Es verdad”, contestó el general mientras mostraba la moneda al teniente, que tenía cara en ambos lados.

Soñando
El gran maestro Taoísta Chuang Tzu soñó una vez que era una mariposa revoloteando aquí y allá. En el sueño no tenía conciencia de su individualidad como persona. Era sólo una mariposa. De pronto, se despertó y se encontró ahí acostado, una persona otra vez. Pero entonces pensó para sí mismo, “¿Era antes un hombre que soñaba ser una mariposa, o soy ahora una mariposa que sueña ser un hombre?”

Egoísmo
El Primer Ministro de la Dinastía Tang fue un héroe nacional por su éxito como estadista y como líder militar. Pero a pesar de su fama, poder, y salud, se consideraba un humilde y devoto Budista. A veces visitaba a su maestro Zen favorito para estudiar con él, y parecía que se llevaban bien. El hecho de ser primer ministro parecía no afectar su relación, que parecía ser la de un venerado profesor y un respetuoso alumno. Un día, durante su visita usual, el Primer Ministro le preguntó al maestro, “¿Su Reverencia, qué es el egoísmo de acuerdo al Budismo?” La cara del maestro se volvió roja, y con una voz condescendiente e insultante, le respondió, “¿qué clase de pregunta estúpida es esa?” Esta respuesta inesperada impactó tanto al Primer Ministro que se quedó callado y furioso. El maestro Zen sonrió y dijo, “ESTO, Su Excelencia, es egoísmo”.

El ciego y la lámpar

    Cuando un ciego se despedía de su amigo, éste le dio una lámpara.
    “Yo no preciso de la lámpara, pues para mí, claridad u oscuridad no tienen diferencia” -dijo el ciego.
    “Conozco al respecto, pero si no la lleva, tal vez otras personas tropiecen con usted” -dijo su amigo.
    -“Está bien”
    Luego de caminar en la oscuridad tropezó con otra persona….
    -“¡Huy!”-dijo el ciego.
    -“¡Hay!” -dijo la persona chocada por el ciego en la oscuridad.
    -“¿Usted no vio esta lámpara?” -dijo enojado el ciego.
    -“¡Amigo! Su lámpara estaba apagada”

            El mudo y el papagayo

        Un novicio preguntó a Zu Shou: Digamos que un individuo se ilumina pero no consigue expresarse con palabras, ¿con qué puede ser comparado?
        -Con un mudo que prueba la miel.
        -Digamos que un individuo todavía no ha alcanzado la Iluminación, sin embargo se expresa (al respecto) con palabras floreadas, ¿con qué puede ser comparado?
        -Con un papagayo parlanchín

            El general y su reliquia

        Había un general que estaba en su casa apreciando su colección de antigüedades, cuando de repente casi se le cae un precioso jarrón.
        -¡Oh! ¡Qué susto!
        Pensó: “Ya he dirigido millares de soldados, enfrentando diversas situaciones de vida o muerte y jamás me atemoricé. ¿Por qué será que hoy por causa de una vasija me asusté de esa manera?”.
        Finalmente, él comprendió que el hecho de tener en su mente “deseo y rechazo” era la causa de su miedo. Entonces simplemente arrojó la valiosa vasija y la quebró.
                                                                                                                                                     

    Ni más ni menos

          Existía un hombre muy rico que a pesar de tener mucho dinero tenía una naturaleza mezquina. No soportaba el hecho de gastar ni siquiera un centavo de su dinero.
            Un hermoso día, el Maestro Ch`an (Zen) Mo (silencioso) Hsin (divino) fue a visitarlo.
            -El monje dijo: “Suponga que mi puño estuviera cerrado así para siempre, desde el nacimiento hasta la muerte, sin cambio; ¿cómo llamaría a esto?…”
            -“Una anormalidad (deformación).”
            -“Suponga que esta mano estuviera abierta así para siempre, desde el nacimiento hasta la muerte, sin cambio; ¿cómo llamaría a esto?…”
            -“Eso también sería una anormalidad.”
            -“Sólo es preciso que usted comprenda lo que acabamos de conversar, para que se convierta en una persona rica y feliz.
         

    La puerta del paraíso

        Un gran general preguntó al maestro:

            -¿Realmente existen el paraíso y el infierno?
            -¿Usted qué hace?
            -Soy un general.
            -¡Haa! ¿Qué general? ¡Mas bien parece un carnicero!
            -¡¿Qué?! -dijo furioso el general- ¡Lo voy a matar!
            -En este momento se abre la puerta del infierno.
            -Disculpe, perdí mi postura…
            -En este instante se abre la puerta del paraíso.
            na rica y feliz.”
             

    Si no hay trabajo, no hay comida

        Hyakujo, un maestro Ch’an (Zen) chino, acostumbraba trabajar con sus discípulos aún teniendo ochenta años; cortando el pasto del jardín, limpiando el suelo y podando los árboles. Los discípulos sentían pena al ver trabajar tan arduamente al anciano maestro, pero ellos sabían que él no escucharía sus consejos de dejar de hacerlo. Entonces resolvieron esconder sus herramientas. Aquél día el maestro no comió. Lo mismo ocurrió el día siguiente, y el otro.

            -El debe estar enojado porque hemos escondido sus herramientas. -pensaron los discípulos- Es mejor que las coloquemos nuevamente en su lugar.
            El día que ellos lo hicieron, el maestro trabajó y comió como antes.
            Por la noche simplemente los instruyó diciendo:
            -“Si no hay trabajo, no hay comida”.

    Verdadera riqueza

        Un hombre muy rico le pidió a Sengai que le escribiese algo para la continuidad de la prosperidad de su familia, de manera que ésta pudiese manterner su fortuna de generación en generación.
          Sengai tomó una larga hoja de papel de arroz y escribió: “El padre muere, el hijo muere, el nieto muere”.
          El hombre rico se indignó y ofendió: “¡Yo le pedí que escribiese algo para la felicidad de mi familia! ¿Por qué realizó una broma de este tipo?”.
          Sengai explicó tranquilamente: “No pretendí hacer bromas. Sí antes de su muerte su hijo muriera, esto lo heriría inmensamente. Sí su nieto se fuera antes que su hijo, tanto usted como él estarían destruidos. Pero si su familia, de generación en generación, muere en el orden que le describí, ése sería el curso más natural de la vida. Yo llamo a eso verdadera riqueza”.

    Cazando dos conejos

        Un estudiante de artes marciales se aproximó a su maestro con una pregunta:
        “Me gustaría aumentar mi conocimiento de las artes marciales. Además de lo que aprendí con usted, me gustaría estudiar con otro profesor para poder aprender otro estilo. ¿Qué piensa de mi idea?”.
          “El cazador que acecha dos conejos al mismo tiempo”, respondió el maestro, “corre el riesgo de no poder atrapar a ninguno.”

    El Ahora

        Un guerrero japonés fue capturado por sus enemigos y encarcelado. Aquella noche no podía dormir, porque sabía que al día siguiente  iba a ser interrogado, torturado y ejecutado. Entonces surgieron en su mente las palabras de su maestro Zen: “El mañana no es real. Es una ilusión. La única realidad es el Ahora. El verdadero sufrimiento es vivir ignorando este Dharma (enseñanza)”.
          En medio de su terror, súbitamente comprendió el sentido de estas palabras, se sintió en paz y durmió tranquilamente.
       

 

EL SAMADHI DEL GRANERO DE LA GRAN SABIDURIA

EL SAMADHI DEL GRANERO DE LA GRAN SABIDURIA

Ejo
Trad. José L. Hernández

Siento un profundo respeto, que nace desde lo más recóndito de mi compasión, por vosotros que continuáis la práctica de zazen en el estado de espíritu que voy a describir: sin intentar obtener nada, sin ninguna meta; sin dejaros influir por vuestra inteligencia personal; sin mostrar suficiencia por la experiencia que habéis adquirido en el doyo.

Con toda la energía de vuestro cuerpo y de vuestro espíritu, penetrad totalmente en komyozo, sin daros vuelta hacia atrás para mirar el tiempo. No busquéis el satori. No escuchéis los fenómenos ilusorios (mayoi):

No detestéis los pensamientos que aparecen, tampoco los améis, y, sobre todo, no los mantengáis. De todas maneras, sea lo que sea, debéis practicar la gran postura sentada aquí y ahora. Si no mantenéis los pensamientos, éstos no vendrán por sí mismos. Si os

abandonáis a la espiración y dejáis que la inspiración venga en un armonioso ir y venir, no hay más que un zafú bajo el cielo vacío, pesado como una llama. Si no esperáis nada de lo que hacéis, si no consideráis cosa alguna, podéis cortar con todo, solamente por zazen.

Aunque los ochenta y cuatro mil bonno (deseos, ilusiones) vayan y vengan, si no les dais importancia, si los abandonáis a sí mismos, en ese momento, de cada uno de ellos, de uno tras otro y de todos juntos, podrá surgir el maravilloso misterio del granero de la gran

sabiduría.No existe solamente el komyo del momento de zazen. También está aquel que, paso a paso, acto tras acto, os hacer ver progresivamente que cada fenómeno puede realizarse inmediata, automática, independientemente de vuestra inteligencia propia y de vuestros pensamientos personales. Tal es la verdadera y auténtica certificación que existe sin molestar la manifestación de komyo.

Es el poder espiritual del no actuar por la luz que se ilumina por sí misma. Este komyo es originariamente no sustancia, no existencia. Por ello, aunque muchos Budas lo realicen en este mundo, no son de este mundo. Y, estando en el nirvana, no están en el nirvana.

En el instante de vuestro nacimiento, komyo no existía. En el de vuestra muerte, no desaparecerá.

Desde el punto de vista de Buda, no aumenta. Desde el punto de vista de los sentidos, no disminuye.

Así como cuando tenéis ilusiones o dudas, no podéis hacer la pregunta correcta, cuando tenéis el satori no podéis expresarlo. En ningún momento consideréis nada con vuestra conciencia personal. Durante las veinticuatro horas del día, tened la calma y la gran tranquilidad de los muertos. No penséis en nada por vosotros mismos. Así, al practicar la espiración y la inspiración, vuestra naturaleza profunda y vuestra naturaleza sensitiva, inconsciente y naturalmente, serán no saber, no comprensión.

Entonces, todo podrá volverse naturalmente calmo, esplendor de komyo, en la unidad del espíritu y del cuerpo. Por eso, cuando lo llamamos, debería responder rápidamente. Un solo y mismo komyo armoniza en un todo a la gente del satori y la de las ilusiones.

Así, aunque os pongáis en movimiento, este último no debería perturbaros. Y el bosque, las flores, las briznas de hierba, los animales, los seres humanos, todos los fenómenos (ya sean largos, cortos, cuadrados o redondos) podrán realizarse inmediata, automática, independientemente de vuestra inteligencia propia y de la acción personal de vuestro pensamiento.

No estéis apegados ni a las ropas ni al alimento ni a la casa. No sucumbáis al deseo sensual o al apego del amor que son prácticas animales.Inútil interrogar a los demás sobre komyo, pues su komyo no tiene utilidad alguna para vosotros.

En el origen, este samadhi es el santo doyo, el océano de todos los Budas. Es entonces el más grande y el más santo de todos los asientos transmitidos directamente de Buda en Buda a través de la santa práctica universal. Puesto que ahora sois discípulos de Buda, debéis hacer zazen tranquilamente en su asiento.

No os sentéis en el zafú infernal, el zafú gaki, animal o asura, ni tampoco en el de los shomon o de los engaku. Practicad solamente shikantaza. No perdáis el tiempo. Es lo que se llama el auténtico espíritu del doyo, el verdadero komyo samadhi, el maravilloso y espléndido satori.

Este texto sólo debe ser leído por los verdaderos discípulos del Maestro Dogen, aquellos que están autorizados a entrar en su habitación.

Lo he escrito para mis compañeros de zazen, para que no haya puntos de vista erróneos, para perfeccionarme a mí mismo y para educar a los demás.

Escrito por Ejo, bajo el reinado del emperador Gouta. Con el más profundo respeto, en el templo Eihei-ji el 28 de agosto de 1278.

 

Textos zen

TEXTOS

Sesenta y seis veces
han contemplado estos ojos
la belleza del otoño…

No pidas más.
Limítate a escuchar el rumor de los pinos
cuando el viento está en calma

Una monja budista llamada Ryonen

El pasado quedó atrás,
el futuro aún no ha llegado,
el presente se nos escapa;
las cosas cambian continuamente, sin ningún fundamento firme;
tantos nombres y palabras confusamente creados por sí mismos,
¿cuál es la utilidad de la vida, que transcurre inútilmente día a día?
No retengas tus viejas ideas; no persigas tus nuevas fantasías;
sincera e incondicionalmente, indaga y reflexiona en tu interior;
indagar y reflexionar, reflexionar e indagar,
hasta que llega el momento en ya no son posibles más indagaciones;
ése es el momento en que podrás comprender
que durante todo tu pasado has estado en el error.

Ryokwan

¿De dónde viene mi vida?
¿Adónde va?
Me siento en soledad en mi cabaña
y medito en silencio;
con todo mi pensamiento, no sé de dónde
ni llego a ningún adónde;
así es con mi presente,
eternamente cambiante: ¡todo Vacuidad!
En esta Vacuidad está el ego por un tiempo,
con sus síes y sus noes;
no sé dónde establecerlos,
yo sigo mi karma en su movimiento, perfectamente contento.

Ryokwan

Somos arrastrados como nubes a través de nacimientos y muertes.
El camino de la ignorancia y el camino de la iluminación lo recorremos soñando.
Sólo una cosa permanece todavía en mi memoria, incluso después de despertar:
el sonido de la lluvia que escuchaba una noche en mi retiro de Fukakusa.

Dogen

He aquí la historia de Tokujo, el barquero, y de su discípulo Kassan. Durante veinte años Tokujo recibió educación del Maestro Tosen practicando za-zen con él. Antes de morir, Tosen le dio el shiho. Entonces Tokujo se hizo barquero y durante treinta años estuvo aguardando al verdadero discípulo. El poema dice:

      «Quería pescar un gran pez,
      pero ningún pez nadaba
      en aquellas aguas demasiado puras.»

Para hacerse sus cañas de pescar había cortado todos los bambúes de la selva y se disponía a replantarlos cuando, un día, un hombre llamado Kassan llegó a la orilla del río. Inmediatamente Tokujo comprendió que este hombre era «el» gran pez.

– ¿De dónde vienes?

– No vengo de ninguna parte

El discípulo parecía interesante.

– Así pues, ¿quién te ha educado?

– Za-zen me ha educado.

Un gran mondo tuvo lugar. Tokujo quería conocer a fondo al nuevo discípulo y, a guisa de respuesta a las palabras de Kassan, Tokujo le echaba cada vez al agua.

– Tus respuestas, aunque sean exactas, no son justas, es lo mismo que golpear a un asno.

Y de un puntapié, Tokujo echaba a Kassan al agua. Cuando Kassan abría la boca para responder, Tokujo gritaba:

– ¡No quiero discutir contigo!

Y plof… volvía a echarlo al agua. Kassan obtuvo un gran satori. Entonces Tokujo lo sacó del agua y, dulcemente, le tomó de la mano.

      «¡Hace treinta años que aguardo este momento!
      ¡Hoy un gran pez ha mordido el anzuelo!
      Mi pesca, pues, ha terminado.»

Tokujo transmitió el shiho a Kassan y le dio su kesa. Entonces, bruscamente, la chalana volcó y Tokujo murió. Las historias de la transmisión son siempre singulares. Kassan, el gran pez, llegó a ser un gran Maestro Zen

Taisen Deshimaru

Un día que estaba lloviendo, Kyosho el maestro dijo a un monje:

– ¿Qué es ese sonido que se oye ahí fuera?

– El sonido de la lluvia, maestro.

Era una respuesta sincera, y el maestro sabía desde el principio de qué se trataba. A continuación, sin embargo, añadió:

– Todos los seres están confundidos, están siempre persiguiendo los objetos externos, sin encontrar el yo real.

Seccho comenta:

Una sala vacía y el sonido de la lluvia;
en verdad, una pregunta difícil de responder incluso para un maestro experimentado.

Colección de la roca azul

En tiempos de la dinastía T’ang, un monje preguntó a Joshu:

– Se afirma que el camino perfecto no conoce dificultades; sólo que aborrece la discriminación. ¿Qué se quiere decir con ausencia de discriminación?

Joshu respondió:

– «Por encima de los cielos y por debajo de los cielos yo soy el Único Reverenciado»

– Todavía una discriminación…

– ¡Oh, inútil! ¿Dónde está la discriminación?

D. T. Suzuki

El Zen y la cultura japonesa

Dos seguidores del zen estaban un día discutiendo sobre la doctrina. Uno, llamado Chokei, decía:

– Incluso de un arhat plenamente iluminado puede decirse todavía que abriga algo de las tres pasiones que envenenan (avaricia, ira y locura), pero en cuanto a Buda, nunca hace una afirmación errónea. Cualquier cosa que afirme es la verdad absoluta. ¿Qué dices a esto?

Hofuku respondió:

– ¿Cuál es esa afirmación de Buda?

– El sordo no puede oír.

– Estás bajando a un nivel secundario.

– ¿Cuál es entonces, según tú, la afirmación de Buda?

– Toma una taza de té, hermano monje.

Transformación de la lámpara

Citado por D. T. Suzuki

El Zen y la cultura japonesa

Zazen Wasan

Zazen Wasan
(El Himno del Zazen)

Hakuin

Todos los seres son desde el principio Budas.
Es como el agua y el hielo;
sin agua no puede haber hielo.
No hay Budas si no es en los seres vivientes.
Al no saber que está aquí cerca, lo buscamos lejos. ¡Qué lástima!

Es como el que llora de sed estando en el agua;
es como el hijo de una casa noble extraviado entre los pobres.
La causa de nuestro deambular a través de los seis mundos
es que estamos perdidos en los oscuros caminos de la ignorancia;
y nos extraviamos cada vez más en la oscuridad.
¿Cuándo escaparemos de nacimiento y muerte?

La meditación Zen del Mahayana
excede toda alabanza.
La generosidad, la moralidad y las demás perfecciones;
invocar el nombre de Buda, el arrepentimiento, la disciplina,
y muchas otras correctas acciones;
se reencuentran todas en la práctica de la meditación.

Por el mérito de una sola sentada/meditación
él destruye sus inumerables pecados acumulados.
¿Cómo puede haber un falsos caminoa para él?
El paraíso de la Tierra Pura no está muy lejos.
Cuando, reverenciándola, esta verdad es escuchada aunque sea una sola vez,
el que la alaba y felizmente la acoge, obtiene infinitos méritos.
Entonces ¿cuántos más méritos obtendrá él que empieza a dirigirse hacia su propio interior
y confirma directamente su propia naturaleza -ésa naturaleza que es la no-naturaleza? –

Ése ha trascendido las vanas palabras.
La puerta se abre, y causa y efecto son uno.
El camino discurre en línea recta; no hay dos, ni tres.
Tomando como forma la forma de la no-forma,
yendo o viniendo él siempre está en casa.

Tomando como pensamiento el pensamiento del no-pensamiento,
cantando y danzando, todo es la voz de la Verdad.
Inmenso es el cielo del ilimitado Samadhi;
radiante la luna llena de la cuádruple sabiduría.
¿Qué queda para ser buscado? El Nirvana está clararamente ante él.
Aquí mismo es el paraíso del Loto,
Este cuerpo mismo es el cuerpo del Buda.

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