Danza del sol

Publicado (ojala) originalmente en eListas en chamanismo esencial como respuesta a varios correos electronicos originados a mis respuestas sobre una acusacion en contra de la Danza del Sol en Mexico.

Como solo es posible escribir un mensaje por dia escribo en uno solo varias cosas.

El comentario que hace Eva es crucial en varios modos. ¿Porque el prejuicio a cosas autenticas y el ataque a estas cuando se supone se deben de divulgar?.

Precisamente porque son autenticas son atacadas y no es conveniente que sean conocidas sobretodo para aquellos que pretenden ofrecer espiritualidad con puertas faciles: pague ahora y sus pecados seran limpiados como una nueva actualizacion de las bulas que vendia la iglesia hace siglos. Por que lo autentico se convierte en una mentada materna viviente ante aquello que no lo es (citando un poco mal a Alfonso Orozco).

Una de las situaciones por las cuales se omite hablar de la danza del sol es por la persecucion religiosa que se puede dar. Los concheros, es la tradicion “indigena” oficial que permite la iglesia catolica en Mexico. Es un sincretismo de catolico con pagano que es permitido porque permite creer quie eso nos puede devolver a nuestras raices. En cambio los danzantes del sol (y no solo ellos) no buscan tener el beneplacito de las autoridades oficiales o religiosas, ni presentarse en foros culturales o espirituales. Buscan lo basico, la naturaleza, la libertad, el servir a la tierra y el buscar otros modos de vida mas humanos, sensibles y en donde haya la opcion de elegir. Eso solo para nombrar una parte. La danza del sol es danzar por las 4 razas, no solo la roja. Es danzar a la Madre Tierra y al Padre Cielo y ofrendarse a si mismo (al no tener realmente nadie una propiedad mas que su propio cuerpo) para devolver lo que la Tierra nos ha dado. esa ofrenda, el ofrendar el cuerpo es lo que aparentemente nos margina de las culturas prehispanicas permitidas, aun cuando ironicamente la iglesia catolica en Mexico se basa en la filosofia de la teologia de la cruz (el dolor) para mantener en control a otros. Si, hay dolor en la danza. Hay sangre tambien. Pero es la sangre que toma un significado mas alla del masoquismo espiritual o fisico, cobra el sentido de devolver a la Tierra el dolor que le ha costado parirnos, mantenernos y el hecho de que sigamos humillandola. Cobra significado la ofrenda en el momento en que nos damos cuenta en ese momento que no ofrendamos en su totalidad para nosotros, sino tambien para los demas, y que la ofrenda significa que eres libre hasta el momento en que la humanidad te necesita (citando a Orson Scoott Card). Pero a su vez esa ofrenda es malinterpretada como actos masoquistas, al igual que en el pasado hace siglos las perforaciones con puntas de maguey fueron consideradas por los Conquistadores como ofrendas sangrientas. Otro mundo, otra cultura, pero una cultura mal comprendida.

Por eso es perseguida la danza. Por que es otra opcion. Es la subcultura atras de la “cultura prehispanica” oficializada o permitida. Es el intento de la busqueda de los origenes. Por eso, cuando el danzante defiende lo autentico, al hombre y a lo que nos hace humanos se convierte en una mentada materna viviente para aquellos que representan lo contrario.

Pero el danzante no solo se dedica a lidiar con los vendecursos de espiritualidad por correspondencia (o en medios electronicos) o el pretendido ciberchamanismo que algunos quieren instaurar. varios danzantes fundan asociaciones civiles de trabajo con jovenes marginados, rehabilitacion de adicciones, chavos bandas; otros entran a trabajar en ocasiones con el opresor (la policia) para lidiar con venta de drogas, narcosatanicos, etc. Algunos vuelcan sus intereses en ayudar estudiando medicina tradicional o alopata. Dirigiendose a aquellos que no tengan opciones economicas.

Si bien tambien hay danzantes que no dignifican la danza, que al igual que muchos beben alcohol de forma inmoderada o hacen actos impropios con “extranjeras” que actuan a veces como “grupies” de la espiritualidad (van en busqueda de lideres espirituales prehispanicos o indigenas para pasarselos por las armas), ellos no representan al resto de los danzantes.

Esto es lo que puedo decir con respecto a la Danza del Sol. En la ciudad donde vivo (Queretaro), el danzante mas cercano me queda a 300 km de distancia. Aunque eso no significa que estoy solo. Hay personas de otras “subculturas” espirituales cercanos con los cuales me he reunido.

Es extraño un ataque de ese tipo hacia la danza del sol cuando es conocida
en varios Calpullis aunque hay pocos practicantes debido a que no es nada
facil pasar las ceremonias ni es “comercial” o chamanismo “ligth”.

Supongo que es porque esta por ejemplo entre otras cosas la declaracion de
guerra lakota y varios de sus practicantes en vez de “reclutar” o promocionar
“tradiciones prehispanicas” han decidido mas bien servir como una muralla
para que lo sagrado no se convierta en articulo de comercio. La danza del
sol no depende de un reconocimiento externo de otros grupos pues se sostiene
por si misma, sobretodo considerando el esfuerzo que implica mantenerla aqui en
Mexico. Si se ha optado por el silencio es para evitar literalmente
linchamientos. Ahora si bien no hay un representante “virtual” en medios
electronicos de la danza del sol, lo que cuestiono es que si es falsa segun
este mensaje, entonces porque sus practicantes son aceptados en las Naciones
Pueblo de Norteamerica a danzar con ellos.

La danza del sol fue traida a Mexico precisamente por lideres espirituales de
Naciones Pueblo y por un pequeño grupo de mexicanos.

Suspiro.

lgo que resulta ironico es que este mensaje mas que perjudicar a la danza del
sol la beneficia.

La danza del sol nunca ha buscado ser algo popular. Ni mucho menos algo para
comercializar. El mensaje permite que aquellos que pretendan comercializar algo
real no puedan justificarlo como articulo de venta. Lo mas ironico es que en el
mismo mensaje se dice que las tradiciones reales deben de mantenerse en los
pueblos y con los ancianos, publicandose en redanahuak o foros de Ricardo
Ocampo donde se publicitan cursos.

=?

No es personal pero me sono un poco ironico.

Pd:
La danza del sol en Mexico lleva mas de 15 años. Datos imprecisos.

Que es un temazcal?

Bueno, el Temazcal es una ceremonia de purificación, de
reencuentro consigo mismo, de introspección , de renovación
espiritual y fisica, que invita a la reflexión de nuestro origen
místico, cultural, espiritual y hasta fisico.

El temazcal es una casa de vapor, en la que por medios totalmente
naturales ( agua, piedras calientes, y fuego) , los elementos de la
naturaleza nos brindan su conocimiento. Es una herencia ancestral de
los abuelos que poblaron estas tierras. Tiene muchas simbologías de
caracter ritual y significados variados, pero todos enfocados a un
mismo fin: la purificación para estar listos a llevar a cabo una
acción determinada.

Es una representacion directa de un regreso a nuestro origen, el
seno de la madre tierra, de nuestra misma madre terrenal también,
de nuevo estar en ese calor lleno de amor que nos prepara para
Renacer e iniciar el camino que dentro de él meditamos y vemos.

Es un lugar pequeño, pero espacioso de forma similar a los iglues
de los hermanos esquimales, hecho a veces a base de varas, y
recubrimiento de hojas y lodo, o en su version moderna y mas
resistente con cemento y block. su origen es como ya lo dijimos
ancestral y su uso no es exclusivo de mesoamerica sino de gran parte
del continente, variando en formas, procedimiento de la ceremonia
asi como en cantidad de personas o hasta el genero de las mismas.

En el caso de la linea que llevamos en sexto sol, la de la
mexicayotl ceremonial, nuestro trabajo en el temazcal es llevado a
cabo como preparación para ceremonias importantes, o por
purificación comunitaria para estar equilibrados en la vida diaria.

En el caso de este sabado el temazcal servira para preparar a un
hermanito que va a recibir su mobre nahuatl el dia domingo. Ese
temazcal será dedicado a él. Por lo tanto la gente eu asiste tiene
el privilegio de compartir con él y su familia dicho temazcal y asi
desearle buenas cosas en su nueva vida, ya que al adquirir ese
nombre adquiere un compromiso consigo mismo, para portarlo
dignamente.

El temazcal por lo tanto es tambien una acción de convivencia, de
compartir con los demas la energia enfocada a un fin, un buen
deseo, una intención. es una fiesta espiritual de mucha entrega y
de mucho sentimiento.

Cantos, palabras de reflexión, ideas, propuestas surgen dentro de
él. tambien momentos de desahogo y llanto, de mucha energía. todas
las formas de purificación se manifiestan. Es un acercamiento
fuerte a lo que nos forma , al agua, al viento al fuego, a la
tierra. sintiendola de forma casi extrema la madre tierra nos
recuerda nuestro origen y que tan pequeños podemos ser a veces ante
ella para de esta forma recordar la humildad y el respeto que
debemos tener con ella y con los demas hermanos que la poblamos.

Como en todo en lo de la mexicayotl cabe destacar que para que
esto pueda sentirse asi es necesario tambien mucha voluntad de cada
uno de nosotros. Es decir, para poder obtener dicho comocimiento es
necesaria la experimentacion, las ganas de sentir, y der observar.
Nada es Mágico por si solo, nosotros ponemos esa magia y los
elementos la enseñanza. No podemos esperar un lenguaje claro de los
elementos si nosotros nio tenemos ganas de oirlos. es importante
dejar de lado esas “mañas” que hemos adquirido de sentirnos mas y
perder humildad ante ellos. No debemos luchar con ellos debemos
saberlos sentir, creo que esta es basicamnete una de las enseñanzas
mas fuertes del temazcal.

La sensibilidad es por lo tanto una de las recompensas que el
temazcal te da y te acerca mas a la trascendencia que buscas, pero
que claro es constante e interminable.

El temazcal te da , si tu quieres, la claridad de mente para
empredner proyectos nuevos. para poder estar de la mejor forma en
todos los aspectos, para iniciar un camino o para simplemente
reflexionar.

Abre tu percepción de las cosas y te ayuda a valorar el agua, el
calor. se levanta por encima de lo descomunal de tu ego y quiebra
todo intento de soberbia ante la madre tierra.

esto te sirve por lo tanto para poder entender mas a tus hermanos
en la vida diaria… respetarlos, asi como a los elementos. te das
cuenta de muchas cosas que antes no veias, de muchos procesos que
tus ojos se negaban a ver.

esto es lo poco que por ahora puedo aportar, mas sin embargo lo
importante vendrá cuando tengan la oportunidad de presenciarlo,
sentirlo, experimentarlo. esta descripcion no es mas que un intento
muy leve de dar a entender el universo que van a conocer ahi

La danza-798

La Danza
_______________________________________

por Oriah Mountain Dreamer
Traducción de Cheryl Harleston

Te he enviado mi invitación,
la nota inscrita en la palma de mi mano por el fuego de la vida.
No saltes y grites, “¡Sí, esto es lo que quiero! ¡Hagámoslo!”
Simplemente ponte de pie en silencio y baila conmigo.

Enséñame cómo sigues a tus deseos más profundos,
descendiendo en espiral hacia la aflicción dentro de la aflicción,
y yo te mostraré cómo me estiro hacia adentro y me abro hacia afuera
para sentir el beso del Misterio, dulces labios sobre los míos, cada día.

No me digas que quieres guardar al mundo entero en tu corazón.
Muéstrame cómo te niegas a hacerle daño a otro
sin abandonarte a ti mismo cuando estás lastimado y temeroso de no ser amado.

Cuéntame una historia acerca de quien eres,
y mira quien soy en las historias que estoy viviendo.
Y juntos recordaremos que cada uno de nosotros siempre tiene una opción.

No me digas cuán maravillosas serán las cosas . . . algún día.
Muéstrame que puedes arriesgarte a estar completamente en paz,
verdaderamente bien con la manera en que son las cosas ahora,
en este justo momento,
y de nuevo en el siguiente y en el siguiente y en el siguiente . . .

He escuchado suficientes historias de guerreros con audacia heróica.
Dime cómo te desmoronas cuando golpeas contra el muro,
ese lugar que no puedes atravesar con la fuerza de tu propia voluntad.
¿Qué es lo que te lleva al otro lado de ese muro,
hacia la frágil belleza de tu propia humanidad?

Y después de habernos mostrado cómo hemos establecido y mantenido
los límites claros y saludables que nos ayudan a vivir uno al lado del otro,
arriesguémonos a recordar que nunca dejamos de amar silenciosamente
a aquellos que una vez amamos en voz alta.

Llévame a los lugares de la Tierra que te enseñan a bailar,
los lugares donde puedes arriesgarte a dejar que el mundo te rompa el corazón.
Y yo te llevaré a los lugares donde la tierra bajo mis pies
y las estrellas en lo alto vuelven entero a mi corazón una y otra vez.

Muéstrame cómo te haces cargo de los negocios
sin permitir que los negocios determinen quien eres.
Cuando los niños hayan sido alimentados,
pero aún las voces dentro y alrededor de nosotros griten
que los deseos del alma tiene un precio demasiado alto,
permitámonos recordarnos uno al otro que los asuntos nunca tratan de dinero.

Muéstrame cómo ofreces a tu gente y al mundo
las historias y canciones que deseas que los hijos de nuestros hijos recuerden,
y yo te mostrare cómo lucho por no cambiar al mundo, sino amarlo.

Siéntate junto a mí en largos momentos de soledad compartida,
conociendo tanto nuestra soledad absoluta como nuestra pertenencia innegable.
Baila conmigo en el silencio y en el sonido de las pequeñas palabras cotidianas,
sin abrigar ninguna de ellas en mi contra al final del día.

Y cuando el sonido de todas las declaraciones
de nuestras más sinceras intenciones se haya desvanecido en el viento,
baila conmigo en la pausa infinita antes de la siguiente gran inhalación
del aliento que nos respira a todos hacia el ser,
sin llenar el vacío ni desde afuera ni desde adentro.

No digas “¡Sí!”
Sólo toma mi mano y baila conmigo.

la experiencia chamanica

La experiencia chamánica
Hugo Basile

Vamos, a través de este teórico, a introducirnos en el mundo del pensamiento arcaico.
Porqué en un teórico de Psicología Social vamos a ver al chamanismo_?.
Básicamente, la respuesta es que vamos a darnos cuenta de algunas de las utilidades que tienen las herramientas que vemos en esta carrera, herramientas que no solo sirven para estudiar a grupos actuales, sino que además nos sirven para analizar otros tipos de aspectos, de culturas similares a la nuestra y de culturas muy distintas de las nuestras también y ver que son herramientas de uso universal.
No podemos diagnósticar, obviamente, a aquello que es diferente a nosotros con nuestra estructura de pensamiento, pero si podemos utilizar algunas de éstas herramientas para tratar de comprender, y sobre todo para ver que también podemos aprender de lo diferente.

Qué es el chamanismo ?

Supuestamente, o al menos por lo que conocemos, el término Chamán , al que se nombra Shamán, deriva de un nombre originario los tungúes,tribu indígena de Siberia. Este nombre era Samán, según se lo nombró más tarde en sánscrito y Samana en Pali.
Samana deriva de maná, palabra de origen polinesio, al igual que el chamanismo en sí mismo, que significa “el campo de fuerza personal de aquellas personas que tienen relación con lo sagrado o determinadas ánimas, divinidades o espíritus” (1) , por lo tanto el Shamán era el hombre que estaba en contacto con el campo de fuerza o energía, el hombre que buscaba la energía, aunque más tarde, ésta acepción pasó a significar, hombre que se contacta con los espíritus. Por lo tanto, el nombre antropológico, que es el que recién nombramos, nos deja dicho al mismo tiempo la función, que originariamente era de neto corte espiritual.

Vamos a dar una definición un tanto más amplia de lo que significa maná para las diferentes culturas, dado que precisamente es éste término el que lo liga a lo espiritual, al mismo tiempo que conecta al chamanismo con otros tantos credos como por ejemplo el taoísmo.
Se considera en las distintas creencias y religiones, que el maná (2) “es una fuerza ,diferente del espíritu, que se encuentra en todo el universo. Este maná se puede encontrar en todos los seres vivos y atravesando todo el universo, fundamentalmente en el sol y en los alimentos”

Otra definición un tanto más amplia nos dice que “… es una fuerza, una influencia de orden inmaterial, y, en cierto sentido, sobrenatural. Pero se les revela por la fuerza física, o bien por toda especie de poder o superioridad que el hombre posee. El maná no se encuentra fijo sobre un objeto determinado; puede estar en todo objeto…” (3)

Para cerrar esta serie de datos sobre algo primordial con respecto al chamanismo, como lo es la fuerza que maneja, esto es, el maná, vamos a agregar esta definición que va un poco más allá:

¨Todos los primitivos han explicado o intentado explicar, las actividades del universo por un concepto dinámico al que se puede denominar fuerza mágica. Esta fuerza es bastante difícil de definir. Es de naturaleza material, aunque invisible e impalpable, y se la puede comparar a una llama oscura o a un soplo inasible; es además, de una naturaleza inteligente y, sin ser un espíritu, participa de la naturaleza espiritual. Puede definírsela como una especie de fluido material despropósito de inteligencia personal, pero susceptible de recibir, de incorporarse y de repercutir la impresión de todas las ideas y de todos los espíritus…El hechicero o el mago es quien está particularmente dotado de maná; de éste extrae sus fuerzas; los nombres de los especialistas en magia están casi todos dotados de ésta palabra: peinmana, gismana,mane hisu, étc. Se lo ha comparado con el éter; con más exactitud, debe comparárselo con una especie de espíritu impersonal y sin ideas propias, en el cual las intenciones de los hombres y de los espíritus se incorporarían para lograr precisamente su objetivo.” (4)

En cierta forma, todas estas definiciones dejan implícito que los chamanes manejaban o aspiraban a manejar esta fuerza a la que podría denominarse de carácter arquetípico, dado que es una fuerza autónoma que puede incorporarse o manejarse en diversas formas. Esto es un poco lo que determinaba también Geoge Frazer al hacer una clasificación de los diversos tipos de magia que encontraba en los pueblos primitivos. Es justo decir que en el caso de Frazer, que definió éstos tipos de magia, y que la antropología (en general) y la sicología (“Tótem y Tabú”) tomaron como ciertos -aunque algunos, como en el caso de Freud con más respeto (5) – lo hizo precisamente con el criterio de desacreditar estas formas como pensamiento para el primitivas (6) , sin embargo, hoy la física cuántica lograría que Frazer abandonara éstos postulados cosa que, también es justo decirlo, no tendría ningún empacho en hacer.
Frazer sostenía que había dos principios fundamentales en los cuales se fundaba la magia: el primero, que lo semejante atrae a lo semejante, y el segundo, que las cosas que una vez estuvieron en contacto se actúan recíprocamente a distancia, aun después de haber sido cortado todo contacto físico.
El primero de éstos principios se llama Ley de Semejanza o magia homeopática y el segundo Ley de Contagio o magia contaminante ambas forman parte de lo que daba en llamar Magia Simpatética.
Los chamanes, como veremos más adelante, convocaban para fines determinados a la fuerza a la que hicimos referencia, a través de sus danzas y rituales y de todas las técnicas de éxtasis

Sin embargo, la función que cumplía o cumple todo chamán, para la cual adquiría el maná, es doble, pero podría unificarse en una sola acción, dado que el chamán cura a través del espíritu, por tanto, es sacerdote y médico. Sin embargo, no damos a éste tipo de sacerdote la característica del sacerdote convencional, tal cual lo conocemos, que al decir de Joseph Campbel, establece una diferencia con el chamán:

“La diferencia entre un sacerdote y un chamán, es que un sacerdote es un funcionario, en tanto que un chamán es alguien que ha recorrido una experiencia. En nuestra tradición, es el monje que busca la experiencia, mientras que el sacerdote es el que ha estudiado para servir a la comunidad”.(7)

Lo que hace que a través de lo chamánico encontremos la esencia del hombre, lo sagrado, es el hecho de que el chamanismo es un sistema establecido en todo el mundo, pues todas las tribus originarias de cada continente, han tenido y tienen grupos o comunidades que practicaban y practican el chamanismo. Cada tribu tiene a su sacerdote y a su médico, en algunas de ellas, esta función era cumplida por separado, es decir, por dos personas, sin embargo, cada una de ellas tenía la misma preparación. Vale agregar que si bien el chamán cumplía ambas funciones, esto no significaba que cualquier hombre-medicina o cualquier sacerdote, fuera chamán.
Mircea Elíade marca esto con especial claridad al decir que “el chamanismo es la técnica del éxtasis”, determinando que si el sacerdote o el médico no dominaban éstas técnicas, no eran chamanes.

La elección

Es curioso observar que el lugar del chamán, no era habitualmente, escogido por la persona que iba a ocuparlo, sino que era determinado por herencia , o por elección del pueblo por las características específicas de determinadas personas.
Podría decirse que en la mayoría de los pueblos que practican el chamanismo, se dan dos tipos de elección llegando a determinar hasta un tercero, Elíade los nombra de ésta manera:

1. Por transmisión hereditaria
2. Por vocación espontánea (llamamiento o elección)
3. Se da el caso de individuos que se convierten en chamanes por propia voluntad, pero son considerados más débiles que los que han heredado ésta profesión o han seguido el “llamamiento de los dioses o de los espíritus”.
4. Cabe aclarar que “en ninguno de éstos casos es reconocido como chamán sino hasta después de haber recibido una doble instrucción” que veremos luego.

En el primer caso, es decir, transmisión hereditaria, el aspirante a chamán en realidad acepta un cargo que le es transmitido, generalmente por vía materna. Esto podría encuadrarse un poco en los Freud y Frazer nombra como rasgos característicos de la formación de clanes primitivos.
El chamán recibe el cargo, no solamente decidido por sus padres, sino también por toda la comunidad. Habitualmente, este cargo es aceptado, sin embargo, ha habido casos en los que el elegido se resistía a aceptar éstos cargos, sobre todo en las comunidades actuales en las que la “civilización” ha entrado, y en las que el elegido piensa, en algunos casos, en que su propia comunidad practica éstos ritos por ignorancia. Curiosamente, llegada determinada edad, los elegidos que no han aceptado el cargo, enferman gravemente, estén donde estén, y terminan por aceptar su encargo.
Un ejemplo conocido es el de un chamán que abandonó a su clan pues pensaba que la ciencia era la panacea, y que a través de ésta, el podría curar a los de su clan. Pasado el tiempo, ingresó en academias de medicina y llegó a profesionalizarse. Sin embargo, ya como médico, veía que con su medicina, el porcentaje de los que el curaba era muy inferior al del que curaba su padre “con humitos, plantitas y oraciones”.
Más allá de la doble lectura que pueda hacerse de éste ejemplo (sentimientos de culpa, étc.), lo cierto es que todos los casos de rechazo del cargo terminan indefectiblemente con la aceptación de éste, por enfermedad o por decisión.
En el segundo de los ítems, por vocación espontánea, el futuro chamán no pertenece a linaje alguno, sin embargo, desde niño logra demostrar cualidades para tomar el cargo y recibir la iniciación.
Es interesante detenernos en éste punto, que es el que la mayoría de los científicos toman para determinar que el chamanismo, más que una postura espiritual, religión, o vocación frente a la vida, es una patología.
La mayor parte de los aspirantes a chamanes, por herencia o vocación, tienen cualidades que generalmente se manifiestan, según se ha observado en diversas tribus, sobre todo en las zonas de muy bajas temperaturas, sufren de trastornos de tipo epileptoides, y en algunos casos de cierta aparente debilidad mental. Esto hizo que los psiquiatras y psicólogos tomaran un tanto a risa la elección de los chamanes como depositarios de la enfermedad de la tribu al mismo tiempo que como un símbolo de lo que para ellos era lo espiritual.
Sin embargo Mircea Elíade hecha por tierra esta teoría y estas apreciaciones, al decir que si bien son ciertos dichos síntomas en los aspirantes a chamanes, también es cierto que a partir de su iniciación como tales, dichos síntomas desaparecen.

“Y es preciso también tener en cuenta el hecho de que la iniciación propiamente dicha no exige únicamente una experiencia extática, sino que, como vamos a verlo, lleva aparejada también una instrucción teórica y práctica demasiado complicada para ser accesible a un neurótico. Que estén o que no estén sujetos a ataques reales de epilepsia o de histeria, los chamanes, los hechiceros, los hombres – médicos en general, no pueden ser considerados como simples enfermos, porque su experiencia psicopática tiene un contenido teórico. Si se curan a sí mismos y saben curar a los demás, es, entre otras cosas, porque conocen el mecanismos – o mejor aún, la teoría- de la enfermedad”.{8}

Además, la desaparición de los síntomas, más que por causas mágicas, también se debe a la resolución de una crisis, como el mismo Elíade la define:

“La vocación chamánica, al igual que cualquier otra vocación religiosa, se manifiesta por una crisis, por una ruptura provisional del equilibrio psíquico del futuro chamán”.

Podemos encontrar un punto de contacto entre lo que dice también Alfredo Moffatt: “… no sólo por imaginar se está loco. Es necesario además que se cumpla otra condición: que quien imagina lo haga solo, quede fuera de todo grupo y descodifique el caos de la realidad de acuerdo con un código subjetivo que nadie comparte, y éste código será su delirio o neurosis…”(9)

Este es un dato a tener en cuenta: los chamanes nunca se autonombraron chamanes. Tampoco ningún chamán dice o sabe que lo es, dado que actualmente, esta denominación es dada desde afuera, sin embargo ser chamán es cumplir con una función ganada a través de la experiencia, experiencia de corte transpersonal, que determina la capacidad en particular del chamán para serlo. Las pruebas de todo aquel que esta nombrado para cumplir con la función de chamán, son tan rigurosas que quien no las supera es porque primero encontró a la muerte o a la locura.

Chamanismo y éxtasis

En el punto tres de los criterios de elección de un chamán, decíamos que aun los chamanes voluntarios deberían someterse a un período de instrucción antes de poder se denominados como tales.
Mircea Elíade nos habla de dos instancias o categorías en la instrucción de un chamán, según como fuera visto en todos los pueblos que practican éste sistema.
La primera categoría de instrucción se denomina De orden extático, que es la que los chamanes adquieren a través de los sueños, trances, etc.
Esta categoría pertenece a un mundo o a un orden que queda fuera de nuestro alcance desde la lógica formal.
Los chamanes provocan éstos trances para acceder, supuestamente, a recibir la instrucción de sus ancestros y participar de todos los conocimientos que configuran la formación de un chamán.
Entre ellas podemos nombrar las, como una de las principales, principales al “vuelo del chamán”, a su encuentro con los espíritus, que generalmente son la esencia de las enfermedades que más tarde va a poder curar; el descenso a los infiernos, el descuartizamiento y la nueva reintegración del chamán, ya con los poderes de los cuales va a disponer el resto de su vida.
Vamos a describir detalladamente cada una de éstas instancias por las que el chamán, en mayor o menor medida, atraviesa.
Antes vamos a aclarar que precisamente es éste uno de los puntos que colocan al chamanismo fuera de las patologías, porque en las diversas tribus, a lo largo del mundo y de las diferentes épocas, la composición de estas iniciaciones es exactamente la misma. Entonces más que hablar de una patología, deberíamos hablar de algo cultural, de una costumbre.
Cabría mencionar algo muy interesante, que es la descripción que hace Jung sobre la base de los mitos, al decir que …

“los mitos son, ante todo, las manifestaciones psíquicas que reflejan la naturaleza del alma..”
“…El hombre primitivo es de una subjetividad tan impresionante, que en realidad la primera presunción hubiera debido ser que existe una relación entre el mito y lo psíquico. Su conocimiento de la naturaleza es esencialmente lenguaje y revestimiento exterior del proceso psíquico inconsciente. Precisamente el hecho de ser inconsciente es lo que hizo que para explicar el mito se pensara en cualquier otra cosa antes que en el alma. Pues no se sabía que el alma contenía todas las imágenes de que han surgido los mitos, y que nuestro inconsciente es un sujeto actuante y paciente, cuyo drama el hombre primitivo vuelve a encontrar en todos los grandes y pequeños procesos naturales.”(10)
Por tanto, ¿puede ser el conocimiento de los contenidos arquetípicos del alma?, ¿ puede acceder a este conocimiento a través del éxtasis?.
Podríamos aclarar aquí, si se quiere, que estas expresiones nos llevan a pensar dos cosas: la primera es que el salvaje, más allá de serlo, tenía una sensibilidad exquisita con respecto a los subjetivo, y la segunda, es que el primitivo (aborrezco llamarlo salvaje) conforma las primeras capas evolutivas de la psiquis tal cual la conocemos hoy.
Cabría volver a citar a Freud con la cita que mencionáramos antes:

“Advertimos perfectamente que con éstas tentativas de explicación nos exponemos al reproche de atribuir al salvaje actual una sutileza psíquica que traspasa los límites de los verosímil. Pienso, sin embargo, que con la psicología de los pueblos que han permanecido en la fase animista podría sucedernos lo que con la vida anímica infantil, cuya riqueza y sutileza no han sido justamente estimadas, durante mucho tiempo, por la falta de comprensión de los adultos.”

Volviendo a las categorías de instrucción, decíamos que hay una serie de iniciaciones que forman parte de éstas experiencias extáticas que determinarán precisamente, la capacidad de los chamanes de entrar en éxtasis ( sobre algunas de ellas volveremos en otras partes del libro al hacer referencia a modernos sistemas filosóficos que coinciden con los procedimiento, o los objetivos de éstos como finalidad).

“…los escasos documentos de los que disponemos acerca de los sueños chamánicos, nos muestran a las claras que se produce así una iniciación cuya estructura es ampliamente conocida en la historia de las religiones, que no se trata en ningún caso de alucinaciones anárquicas ni de una afabulación estrictamente individual; estas alucinaciones y afabulaciones se atienen a modelos tradicionales coherentes, bien articulados, y de un contenido teórico asombrosamente rico…”

Según Elíade: “el contenido de las experiencias extáticas iniciales, admite casi siempre uno o varios de los temas siguientes:
1. Descuartizamiento del cuerpo
2. Seguido de una renovación de los órganos internos y de las vísceras
3. Ascensión al cielo y diálogos con los dioses o los espíritus
4. Descenso a los infiernos y conversación con los espíritus y las almas de chamanes muertos
5. Diversas relaciones de orden religioso y chamánico.

En los dos primeros puntos podemos encontrar dos ritos de carácter sacrificial, en los que el chamán, siempre en estado de éxtasis o trance, vivirá y generalmente observará, el descuartizamiento de su propio cuerpo, como forma de purificación y entrega, al tiempo que cada órgano de su cuerpo será vuelto a colocar en su sitio, luego de haber sido purificado o revestido de cualidades especiales que le conferirán el poder chamánico.
El tercer punto determina la adquisición de los secretos y fórmulas que ayudarán al chamán a cumplir con su misión, y que también determinará, en cierta forma, la aceptación o no de los dioses con los cuales se encuentren.
El cuarto punto permitirá que el chamán conozca a fondo a los males y demonios con los cuales lidiará y se reencontrará ante cada curación que realice.
El chamán precisamente, cumple la función de contactar al enfermo con el espíritu de la enfermedad, al que padece con lo que padece que en cierta manera, es cumplir la función de hacer tomar contacto al enfermo con la situación que hizo que ésta enfermedad lo ataque, esto es, conocer a fondo la causa de la enfermedad.
El quinto punto llevará al chamán a conocer su propio origen , a que responde y a qué se enfrenta.
Durante el éxtasis en sí, el aspirante a chamán suele tener una serie de encuentros con viejos chamanes (ancianos), espíritus, o bien animales que son considerados como animales de poder.
Desde la psicología se ha dicho habitualmente, que la condición de persona especial (o enferma) en el aspirante a chamán, más las supuestas “alucinaciones” que el aspirante encuentra en el estado de éxtasis, transforman al aspirante en un alienado.
Sin embargo, podemos tomar dentro del campo de la psicología a la voz de Jung, que nos abre un poco el horizonte con respecto al tema.
Jung dice que:

“…no hemos tomado en consideración que el espíritu, gracias a su original autonomía que, desde el punto de vista psicológico también es innegable, está absolutamente en condiciones de revelarse así mismo…”

También dice que:

“…La manifestación psíquica del espíritu demuestra que tiene una naturaleza arquetípica, es decir, que el fenómeno que denominamos espíritu, se funda en la existencia de una imagen original, autónoma, que en forma preconciente existe en la disposición de la psiquis humana de manera universal…””…El arquetipo es un contenido autónomo del inconsciente…”(11)

El espíritu, como arquetipo, se revela a sí mismo al hombre

Por tanto, no sería en absoluto descabellado plantearnos que el éxtasis permite al chamán tomar contacto con su propia alma o espíritu y disolverla para volver a reconstruirla con la nueva información obtenida de sí mismo, de su propio aspecto mitológico, tomando al mito como conocimiento del alma.
Aquí podemos ver un aspecto que es universal, y que puede trasladarse de lo individual a lo grupal. Siempre, para cualquier tipo de aprendizaje debe producirse un cambio, y este cambio no sería tal si no pudiésemos modificar cosas nuestras, por tanto, todo cambio, toda crisis requiere de una desestructuración para dejar lo viejo, incorporar lo nuevo y volver a estructurarse con los nuevos elementos adquiridos. Este esquema se repite en los grupos operativos, donde cada uno incorpora cosas del otro, juega con su opuesto, y sale transformado por el mismo grupo, de la misma manera que nuestras cosas interiores, nuestro esquema, queda plasmado en los otros.
Desde lo individual, es el ECRO el que debe modificarse para adoptar las nuevas pautas aprendidas, por tanto podemos decir que es ese el descuartizamiento que, en su interior, vive el iniciado antes de comprender el mundo desde una nueva óptica.
La requisición de tener éste acceso a lo extático en la instrucción chamánica, también tiene una finalidad de compromiso y entrega absolutos a esta función, aunque normalmente, el chamán no esté “trabajando de chamán” todo el tiempo, sino que, por el contrario, todo chamán, habitualmente tiene otras dedicaciones diarias de las cuales vive, para dedicarse solo por unas horas (probablemente por el consumo de energía que esto le demanda) , a la función de curador o sanador espiritual. Por otra parte:

“el hombre primitivo, como en todo ser humano, el deseo de relacionarse con lo sagrado contrarresta el terror de verse obligado a renunciar de su condición simplemente humana y a convertirse en un instrumento más o menos maleable de una manifestación cualquiera de lo sagrado (dioses, espíritus, antepasados, étc.)”.

Debemos tener en cuenta como miedo al vacío, a la disolución por parte del hombre común: miedo a la disolución como individuo, pero ese miedo se produce porque esta cultura marca la exhacerbación de la individualidad como modelo.
En las sociedades en las que el hombre forma parte de un todo, no se teme a la disolución del yo porque no hay vacío.

El acceso al conocimiento

Nombrábamos anteriormente a una segunda categoría en la iniciación chamánica, a la que habitualmente se le llama De orden Tradicional, constituida por técnicas, nombres y funciones de los espíritus, mitología y genealogía del don, lenguaje secreto, étc.
Estos elementos que nombramos, sobre todo la mitología, genealogía, al igual que la transmisión hereditaria por vía materna, forman parte de la constitución del clan totémico al que pertenecen.).

“…De los aspectos anteriormente nombrados, debemos tener en cuenta que “la instrucción”, cumple un papel importante, pero solo interviene después de efectuada la primera experiencia extática…”

En ésta primer experiencia extática, el aspirante demuestra no solo su cualidad para el dominio de las técnicas del éxtasis, sino que además, sufrirá durante esta primer visión, encuentros con ancianos, animales y espíritus de enfermedades, la iniciación que antes hemos mencionado. Cuando retorne de esta primer experiencia extática, ya no será el mismo.
En las formas de instrucción podemos ver que las de orden extático son técnicas para alterar a la conciencia, por tanto, como veremos más adelante, en el chamanismo de Castaneda podremos encontrarlas dentro de lo que también el llama categorías de instrucción, y éstas pertenecerían a las que da en llamar enseñanzas para el lado izquierdo, realizadas en un estado de conciencia acrecentada.
Por su parte, las de orden tradicional, figurarían dentro de las enseñanzas para la conciencia común, sin embargo podemos encontrar a la mitología bajo la forma de relatos de poder, o también canciones. Ambas tienen una influencia sobre la conciencia acrecentada, es decir, que por sí mismas pueden provocar estados de éxtasis o trance.
Lo que veremos como elementos del chamanismo -danza, tambores, plantas sagradas- podemos incorporarlas como parte de las instrucciones de orden extático, pues todas sirven como técnicas de éxtasis o de inducción al trance.
El trance ubica al chamán fuera del tiempo y del espacio, introduciéndolo en el tiempo sagrado:

“…Los antiguos chamanes no necesitaban nunca la ayuda de la datura para entrar en trance. Que los Yita.a Lhavos o Nivaklé de la selva, aprendieron el método de los Lengua, llamados por ellos Ilhái. Tiyayam, uno de los más afamados chamanes de la selva, también afirma lo mismo. Y agrega que los Lengua compusieron las canciones que se cantan para relacionarse con los espíritus de las daturas…”(12) .

Los relatos o historias de poder, tienen la cualidad de poner al chamán fuera de su estado normal de conciencia

, “… Estas historias deben su poder al hecho de ser únicas e individuales, y por consiguiente, distintas de los yoes sociales y de las expectativas colectivas de la realidad cotidiana. Además, son distintas por poseer un poder de unicidad que emana del acercamiento al centro creativo del individuo…
“…Al igual que con la lectura de un poema, su significado se revela con el transcurso del tiempo, conforme el individuo sigue viviendo y desarrollando otras perspectivas…”(13) .

Elementos de uso chamánico

Al igual que en todas las religiones existentes en la tierra, los chamanes se valen de ciertos elementos que les sirven de ayuda no solamente para sus rituales sino para entrar en la experiencia extática.
Casi todos los elementos que utiliza como aportes, son elementos no solo altamente significativos, sino que además están imbuidos de poder por si mismos. Algunos de los elementos que podemos nombrar, darán el ejemplo de lo que queremos significar, sin embargo, para ésto debemos estar abiertos para tratar de comprender, en la misma manera que el chamán comprende, lo que estos elementos aportan.
Decíamos al comienzo de este apunte que el camino del chamán es el camino de la búsqueda del poder, de un poder que es distinto y que pertenece a un mundo que nosotros consideramos sobrenatural.
Este poder es el maná, o imunú la energía que está presente en todas las cosas, y por lo tanto, cada elemento que utiliza el chamán tiene la finalidad de aportarle una cuota, a veces pequeña, otras no, de esta energía, energía que al mismo tiempo, el elemento posee porque lo ha ganado por sus propios medios.

“… Todos los seres existentes tienen dobles. Las ropas, los utensilios, las armas, todas las cosas. Las plantas, los animales y los hombres también. Este doble que hay en todo lo real, se presenta ante los ojos del hombre como sombra, reflejo o imagen.
…Esta sombra, que traducen en espíritu, y también es alma, no sólo es idéntica a su portador, en la apariencia, sino en las cualidades. Por ello no todas las cosas proporcionan espíritus que posean algún valor chamánico. Solamente aquellas que tengan alguna virtud o efecto, real o supuesto, darán al chamán, töye’ej, un espíritu auxiliar, vatavtö, que actuará de acuerdo a las cualidades del ser del cual fue extraído, y en concordancia con los deseos e intereses de dicho chamán…”.

Recordemos el respeto del indígena hacia todo lo que lo rodea, porque todo está imbuído de un a misma esencia, pero al mismo tiempo, esta misma esencia puede ser buena o mala según quién la posea.
Algunos de los elementos que vamos a ver son:
Plantas de poder
Tambores
Vestimenta
Animales de poder
Piedras
Y un elemento que el chamán utiliza que es la danza como elemento ritual, como veremos, el poder por si mismo que adquiere la danza, esta directamente ligado a lo sagrado que ella posea, y a lo que esta danza esté tratando de representar.

Recapitulando

Hemos visto hasta ahora las pautas clásicas que definen a un chamán, su visión del mundo, y la estructura de su sistema, que en apariencia pertenecen a una visión primitiva de la religión, o como dijera Freud, a una etapa animista de la humanidad, etapa que es incluso anterior a la magia. Sin embargo, a medida que el tiempo avanza, se va viendo al mundo de los chamanes con otros ojos, dado que el avance del ser humano, sus nuevos descubrimientos y teorías, nos colocan en un lugar en el que nos damos cuenta que -a diferencias de fines del siglo pasado y principios de éste en el que la ciencia creía que la mecánica definía al mundo-, en realidad no estamos en condiciones de afirmar nada, y que en cierta forma, permanecemos en una ignorancia que, más allá de lo tecnológico, es bastante apabullante.
Cabría hacernos la misma pregunta que Jung cuando plantea que habiendo un mundo material y otro inmaterial, porqué habría de ser éste el mundo real.
Mientras que el hombre civilizado optó por la materia para encontrar a la energía, el chamán optó por la energía para encontrar el poder del espíritu.
Vuelvo a repetir que tampoco debemos ser necios y pensar que el indigenismo es la panacea universal, sin embargo, debemos tener en cuenta que es mucho más fácil para un ser básico llegar a la sabiduría de la existencia, porque más allá de las ciencias y su complejidad, parecería ser que el funcionamiento del universo es bastante simple, o cuanto menos, los primitivos sabían explicarlo más fácilmente.
Otro aspecto importante del chamanismo o del indigenismo, es el hecho de que conocer al mundo desde la búsqueda del espíritu, lo ha hecho ser mucho más respetuoso y mas conciente de su relación y a la vez dependencia de la naturaleza, cosa que el hombre civilizado ha maltratado hasta poner en peligro a la misma existencia humana.

El enfermo curado o el curador herido

El enfermo curado o el curador herido

Respecto a los últimos comentarios sobre el tema de la enfermedad
como criterio no hay que olvidar una de las características
singulares del chamanismo (que le distinguen de cualquier otra
psicoterapia): el médico, el chaman, ha pasado antes por la
enfermedad. Es lo que se llama la “enfermedad iniciatica” y que es
signo de identidad del chamán: él ha vuelto de las “tinieblas”, de
la “perdida del alma”, de la “lucha con los demonios”…conoce el
camino de ida a la enfermedad (la muerte, el caos, la regresión) y el
camino de retorno. Es un veterano, de ahí que el chamanismo sea un
conocimiento empírico, de primera mano ( a diferencia de otros
enfoques metodológicos que propugnan la distancia con el objeto de
conocimiento: en este caso la enfermedad).
Dado que el chamanismo es la base de toda la tradición iniciática (
con su muerte y renacimiento) no cabe duda que la fase de Nigreo
alquímica , de “muerte del ego” y otros términos obedecen a este
proceso.
Ahora bien, el chamanismo no es algo tan simple.El futuro chaman se
resiste a su elección precisamente por el temor a la “perdida”, a
la “caida en la locura”. Se experimenta como sufrimiento, y ese
conocimiento directo del sufrimiento es lo que ha hecho que el
chamán, el hombre-medicina ancestral, tenga una visión del trato del
enfermo muy distinto al modelo mecanicista actual.
Por otro lado también hay que recordar su criterio científico
fundamental: antes de recetar algo lo pruebo el propio médico. Es
decir, sus recetas de “plantas mágicas” son fruto de una
investigación concienzuda en su propia realidad. No ofrece
medicamentos “antipsicóticos” sin saber qué producen, sino que
(insisto mucho en esto) su conocimiento surge de la propia
experiencia empírica.
Si funciona, si da “fuerza” se recomienda..en caso contrario se
retira del consumo. Y lo mismo ocurre en la titulación de “chaman”:
si está curado puede ejercer, si no simplemente tendrá que seguir
luchando por conseguir encontrar la “vía de sanación” personal.
Por ello pienso, sin lugar a duda, que el conocimiento tradicional
indígena (en todos los pueblos y arropados por el termino chamanismo)
es más científico que esta nueva filosofía de la psicología (pues no
es más que eso) en la que se arropan los presuntos “científicos de la
salud”.
El chamanismo, estoy cada vez más convencido, exige tanto del
sujeto que no crea que pueda ser aplicado realmente a esta sociedad
de plastico y papanatas. Pienso que puede ayudar al desarrollo de
esta psicología mediocre que genera Occidente, pero en realidad en la
practica social el hombre civilizado va a respetar más mi título de
psicólogo que mi propia experiencia chamánica.
P.D.: La medicina de aquí postula que la psicosis (la enfermedad
mental) es incurable. La medicina de allá (y digo “allá” como lo otro
del mundo profano) no sólo postula que es curable sino que exige al
futuro medico que sufra en sí mismo eso tan temido en esta sociedad.
Unos postulan que curar la esquizofrenia es mediante la lobotomia
química, otros mediante una tremenda ampliación de conciencia y la
confianza en el Espíritu que todo anima.
Lo que sí comienzo a pensar con claridad es de lo que no hay cura
es para la neurosis insidiosa del hombre moderno. La gente mientras
se sienta dentro de lo “normal” no sentirá la necesidad de alterar su
mentalidad.
Y lo que es “normal” para una cultura, para la otra es simplemente
miseria humana.

El portador del fuego

El portador del fuego

Por Joseph Campbell

Un día, dice un cuento norteamericano, mientras Viejo paseaba por el bosque se encontró con algo muy extraño. Había un pájaro sentado sobre la rama de un árbol haciendo un ruido extraño, y cada vez que hacía este ruido, sus ojos se salían de las órbitas y se sujetaban al árbol. Entonces el pájaro hacía otro tipo de sonido y los ojos volvían a su lugar.

«Pequeño Hermano», dijo Viejo. «Enséñame cómo haces eso.»

«Si te lo enseño», contestó el pájaro, «no debes permitir que tus ojos salgan de las órbitas más de tres veces al día. Te arrepentirás si lo haces.»

«Pequeño Hermano, haré lo que digas, el truco es tuyo y escucharé.»

El pájaro le enseñó cómo hacerlo, y Viejo estaba tan contento que lo hizo tres veces seguidas. Luego paró. Pero pronto deseó intensamente hacerlo de nuevo, y dudó un poco, pero como continuaba deseando hacerlo, se dijo: «¿Por qué me dijo que sólo lo hiciera tres veces? Ese pájaro es tonto. Lo haré una vez más.» E hizo que sus ojos salieran una cuarta vez pero ahora no volvían. Entonces llamó al pájaro «Oh, Pequeño Hermano, ven y ayúdame a recuperar mis ojos.» Pero el pájaro no respondió, había volado. Viejo tanteó el árbol con las manos, pero no pudo encontrar sus ojos, y vagabundeó durante mucho tiempo llorando y llamando a los animales para que le ayudaran.

Un lobo, al darse cuenta de que Viejo estaba ciego, empezó a gastarle bromas y a reírse de él. El lobo había encontrado un búfalo muerto y, cogiendo un trozo de carne que ya había empezado a pudrirse y a oler mal, se lo acercó a Viejo. «Huelo algo muerto», dijo Viejo. «Me gustaría encontrarlo, estoy casi muerto de hambre.» Y tanteaba alrededor buscando la carne, y el lobo la retiraba. Pero una vez, cuando el lobo le estaba gastando su broma, Viejo lo agarró y sacándole un ojo se lo colocó en su órbita. Y entonces pudo ver, y recuperó sus ojos. Pero nunca más pudo hacer el truco que le había enseñado el pajarito.

Otro día, cuando Viejo iba por la pradera, escuchó un canto muy extraño. Nunca antes había escuchado algo parecido y miró alrededor para ver de dónde procedía. Por fin, vio un círculo de liebres cantando y haciendo hechizos. Habían encendido un fuego y como tenían muchas cenizas calientes, se tumbaban sobre ellas y cantaban, mientras uno de ellos los cubría con las cenizas. Al rato los descubría y todos saltaban. Al parecer, esto les divertía mucho.

«Pequeños Hermanos», dijo Viejo, «es maravilloso cómo os tumbáis sobre esas cenizas calientes y carbones sin quemaros. Desearía que me enseñarais cómo hacerlo.»

«Ven, Viejo», dijeron las liebres. «Te mostraremos cómo. Debes cantar nuestra canción y permanecer en las cenizas sólo un poquito.»

Así que Viejo empezó a cantar, se tumbó y le cubrieron con carbones y cenizas, y el carbón no le quemó en absoluto.

«Esto es muy agradable», dijo. «Es un hechizo muy potente. Ahora deseo conocerlo todo, así que tumbaros y dejad que os cubra.»

Las liebres se tumbaron sobre las cenizas y él las tapó con el fuego. Sólo se escapó una liebre, y cuando Viejo estaba a punto de volverla a tumbar, ella dijo: «Ten piedad de mí, mis niños están a punto de nacer.» «Muy bien», contestó. «Te dejaré para que continúe habiendo liebres, pero asaré a estos otros y tendré un festín.»

Puso más leña en el fuego, y cuando las liebres estaban cocinadas cortó algunas ramas de sauce rojo y colocó las liebres encima para enfriarlas. La grasa impregnó las ramas, de forma que incluso hoy, si colocas un sauce rojo sobre un fuego, verás la grasa sobre la corteza. Y también puedes comprobar que desde entonces las liebres tienen una quemadura en el lomo, donde quedó señalada la que escapó.

Un día, el tramposo, en forma de coyote, mató a un búfalo y mientras su brazo derecho le quitaba la piel con un cuchillo, de pronto, el izquierdo aferró al animal. «Devuélvemelo», gritó el brazo derecho, es mío.» El brazo izquierdo lo cogió de nuevo y el derecho se lo quitó con el cuchillo. El izquierdo lo volvió a coger y la discusión se convirtió en una lucha terrible. Y cuando el brazo izquierdo estaba Heno de cortes y sangrando, Tramposo exclamó: «¡Oh! ¿Por qué hice esto? ¿Por qué dejé que ocurriera? ¡Cómo sufro! ».

Otro día, cogió el hígado de un alce e hizo una vagina con él, con los riñones del alce hizo pechos. Se puso un vestido de mujer que era demasiado estrecho para él y se transformó en una mujer muy hermosa. Permitió que el zorro tuviera relaciones con él y le dejara preñado. Luego el arrendajo, y por último la liebre. Después se dirigió a una aldea. Se casó con el hijo del jefe y tuvo cuatro hijos muy hermosos.

Un día vagabundeaba a la aventura cuando oyó que alguien decía: «Cualquiera que me mastique defecará, defecará.» «Bien», dijo Tramposo, «¿por qué hablará así?» Se dirigió hacia el lugar de donde procedía la voz y la escuchó de nuevo. Miró alrededor y vio un bulbo sobre un matorral. «Sé muy bien»,? se dijo, «que si mastico esto no defecaré.» Así que lo cogió, se lo metió en la boca, lo masticó, lo tragó y continuó.

«Bien», dijo, «¿dónde está el bulbo que hablaba tanto? ¿Cómo pudo un objeto semejante influirme lo más mínimo? Cuando tenga necesidad de defecar, lo haré, y no antes.» Pero mientras hablaba así empezó a tirarse pedos. «Bien», pensó, «supongo que esto es lo que quería decir. Sin embargo, dijo que defecaría y sólo estoy expulsando un poco de aire. En cualquier caso, soy un gran hombre aunque expulse un poco de gas.» Entonces ocurrió de nuevo y esta vez fue realmente fuerte. «En verdad, qué tonto fui. Quizá por esto me llaman el Tonto.» Ocurrió otra vez, muy ruidoso, y ahora su recto empezó a escocerle. La siguiente vez se encontró lanzado hacia adelante. «Bien, bien», pensó desafiante, «puede empujarme un poco, pero nunca me hará defecar». Ocurrió de nuevo, y esta vez la parte posterior de su cuerpo se elevó en el aire y aterrizó sobre rodillas y manos. «Bien, adelante, ¡hazlo de nuevo!», exclamó. «¡Hazlo de nuevo!» Lo hizo y se elevó mucho en el aire, aterrizando sobre el estómago. Empezó a tomarse el asunto en serio. Cogió un tronco, y tanto él como el tronco fueron enviados al aire. Al volver, el tronco cayó sobre él y casi lo mata. Entonces cogió un chopo. Este lo sujetó, pero sus pies se elevaron en el aire y casi se rompe la espalda. A continuación arrancó el árbol junto con las raíces. Cogió un roble grande, éste se mantuvo firme, pero de nuevo sus pies se elevaron en el aire. Tramposo corrió a la aldea y se le ocurrió que amontonaran sobre él todos los troncos, junto con las personas, perros y todo lo demás. Su explosión desperdigó el campamento en todas las direcciones, y la gente, al volver, se gritaron furiosamente unos a otros, mientras los perros aullaban. Tramposo se rió de ellos hasta que sus intestinos se inflamaron. Y entonces empezó a defecar. Al principio sólo fue un poco, pero después gran cantidad, y por último era tanto que tuvo que trepar a un árbol para mantenerse por encima de su excremento. Subió más y más alto y alcanzó la copa, donde se durmió, se cayó y salió del fondo del montón cubierto y cegado por su propia inmundicia.

Cualquiera acostumbrado al concepto de Dios el Creador, tal y como se muestra esa imagen en las mitologías y religiones desarrolladas de las civilizaciones con base agrícola, seguramente se sorprenderá al saber que esta figura del Tramposo fue el creador del hombre y de todos los animales.

Otro de sus cuentos —uno de los muchos que se cuentan de sus curiosas aventuras— habla de su llegada al país de los pies negros desde el sur, viajando hacia el norte y creando a los pájaros y a los animales a medida que pasaba. Primero hizo las montañas, las praderas, los árboles y los arbustos, poniendo ríos aquí y allí, y cataratas sobre ellos, poniendo pintura roja sobre el suelo en diferentes lugares, organizando el mundo como lo vemos hoy. Y cubrió las llanuras con hierba, de forma que proporcionara comida a los animales. Sobre el suelo puso los árboles y todo tipo de animales. Y cuando hizo al carnero con su gran cabeza y cuernos, lo soltó en la pradera. No parecía que anduviera con facilidad por la pradera, así que lo cogió por un cuerno y lo soltó en las montañas. Y se movió entre las rocas y subió tranquilamente a lugares que daban miedo. Así que dijo: «Este es el lugar que te conviene, para esto estás hecho.» Y mientras estaba en las montañas, hizo al antílope con desperdicios, y lo soltó para ver cómo se las arreglaba. Pero corrió a tanta velocidad que cayó sobre las rocas y se dañó. Viendo que esto no funcionaría, llevó al antílope a la pradera y lo dejó suelto. Corrió elegantemente y dijo: «Para esto estás hecho.»

Un día decidió que haría una mujer y un niño, y los hizo a ambos de barro. Una vez que hubo moldeado el barro en forma humana, le dijo: «Tú serás gente.» Entonces lo cubrió y se fue. Al volver a la mañana siguiente, retiró la cubierta y vio que las formas de barro habían cambiado un poco. A la segunda mañana habían cambiado más y a la tercera aún más. A la cuarta mañana retiró la cubierta, miró las imágenes y les dijo que se levantaran y anduvieran, y éstas lo hicieron. Fueron hasta el río con su hacedor y él les dijo que su nombre era Viejo.

Mientras permanecían de pie a la orilla del río, la mujer le preguntó a Viejo: «¿Cómo es esto? ¿Viviremos siempre y no habrá final?» Y él contestó: «Nunca lo he pensado, debemos decidirlo. Cogeré este pedacito de excremento seco de búfalo y lo arrojaré al río. Si flota, la gente morirá, pero a los cuatro días volverán a vivir de nuevo; morirán sólo cuatro días. Pero si se hunde, tendrán fin.» Arrojó el pedacito al río y flotó. La mujer se volvió, cogió una piedra y dijo: «No, no va a ser así. Tiraré esta piedra al río y si flota viviremos siempre, pero si se hunde, la gente debe morir, de forma que tengan piedad unos de otros y sientan lástima unos de otros.» La mujer arrojó la piedra al agua y se hundió. «Así sea», dijo Viejo. «Habéis elegido. Y así es como ocurrirá.»

Los primeros hombres eran pobres, estaban desnudos y no sabían cómo vivir, pero Viejo les mostró las raíces y las bayas y les enseñó cómo comerlas, y les dijo que en cierto mes del año podían pelar la corteza de ciertos árboles y comerla y que estaría buena. Les dijo que los animales debían ser su alimento. Hizo todos los pájaros que vuelan y le dijo a la gente que su carne podía comerse. Y de cierta planta decía: «La raíz de esta planta, si sé recolecta en cierto mes del año, es buena para cierta enfermedad.» Y así aprendieron los poderes de todas las hierbas.

Viejo enseñó a la gente cómo hacer armas de caza, y a matar y a carnear el búfalo, y como no es saludable comer la carne cruda, recogió madera blanda, seca y podrida e hizo yesca con ella, después cogió un trozo de madera dura y, agujereándolo con la punta de una flecha, les enseñó cómo hacer fuego con astillas y a cocinar la carne de los animales y comerla.

Después les dijo: «Ahora, sí estáis cansados, podéis dormir y obtener poder. Algo llegará a vosotros durante el sueño y os ayudará. Lo que os digan que hagáis los animales que se os aparezcan en el sueño, hacedlo. Debéis obedecerlos. Dejaros guiar por ellos. Si necesitáis ayuda, estáis solos y viajando. Si gritáis pidiendo ayuda, vuestra plegaria será contestada, quizás por las águilas o por el búfalo, o por los osos. Debéis escuchar a cualquier animal que conteste a vuestra plegaria.» Y así fue cómo los primeros hombres se hicieron con el mundo por el poder de sus sueños.

Cuando Tramposo abandonó la tierra al final de sus vagabundeos, hizo una tetera y un plato de piedra, cocinó una comida y dijo: «Ahora, por última vez tomaré una comida sobre la tierra.» Se sentó sobre una roca y su huella se puede ver hasta hoy día. Puedes ver las huellas de sus nalgas, las huellas de sus testículos, las huellas de la tetera y el plato. La roca no está lejos de donde el Missouri entra en el Mississippi. Luego se marchó, entrando primero al océano y luego a los cielos. Ahora está bajo tierra, a cargo del más inferior de los cuatro mundos. Charlatán está a cargo del segundo, Tortuga del tercero y Liebre del mundo en el que vivimos.

Esta ambigua figura, tan fascinante, del tramposo parece que ha sido el personaje mitológico principal de las historias del mundo paleolítico. Un tonto, un cruel, un tramposo lujurioso, un epítome del principio del desorden, sin embargo, también es un portador de cultura. Y aparece bajo muchos disfraces, tanto animales como humanos. Entre los indios de las Ranuras norteamericanas, su forma usual era Coyote. Entre las tribus de los bosques del norte y el este, era la Gran Liebre, el Maestro Conejo, algunos de cuyos hechos fueron equiparados por los negros de América con un conejo tramposo africano al que conocemos en los cuentos populares como Conejo Br’er. Las tribus de la costa noroeste lo conocían como Cuervo. El Arrendajo Azul es otra de sus formas. En Europa es conocido como Reynard el Zorro; pero también, en un plano mucho más serio, aparece como el demonio.

El cuento pertenece a los yakuts de Siberia:

Satán era el hermano mayor de Cristo, pero malvado, mientras que Cristo era bueno. Y cuando Dios deseó crear la tierra, le dijo a Satán: «Presumes de ser capaz de hacerlo todo y dices que eres más grande que yo. Bien, entonces trae un poco de tierra del fondo del océano.» Satán se zambulló, pero cuando volvió a la superficie vio que el agua se había llevado la tierra de su mano. Se zambulló otras dos veces sin éxito, pero a la cuarta se convirtió en una golondrina y volvió con un poco de fango en el pico. Cristo bendijo este trozo y se convirtió en la tierra. Y la tierra era agradable y plana y lisa. Pero Satán, planeando crear un mundo propio, había escondido un poco de barro en su garganta. Cristo entendió la vileza y le golpeó en la nuca. Y escupió el barro que se convirtió en las montañas, mientras que originalmente todo había sido tan liso como un plato.

En las costumbres de carnaval de Europa, esta figura sobrevive en los numerosos payasos, bufones, demonios, polichinelas y diablillos que interpretan exactamente los papeles de los payasos en los ritos de los indios pueblo, y dan a la fiesta un carácter de día de desorden. Representan, según el punto de vista de los maestros del decoro, el principio del caos, el principio del desorden, la fuerza a la que no le importan los tabúes y romper las ataduras. Pero desde el punto de vista de las esferas más profundas del ser, de donde surgen en última instancia las energías de la vida, este principio no debe ser despreciado. En verdad, de la forma más asombrosa, en el período de la construcción de las catedrales de la Alta Edad Media —como nos ha recordado el doctor Jung en su artículo, «Sobre la psicología de la figura del Tramposo»— había algunas costumbres eclesiásticas extrañas, que reflejaban la mueca de este maestro del caos: especialmente el lestum asinorum, que Nietzsche parodió en su capítulo sobre el «Festival del Asno» en Así habló Zaratustra. Esta caprichosa fiesta celebraba la huida de la Santa Familia a Egipto, y en la catedral de Beauvais la muchacha que interpretaba el papel de María subía hasta el altar junto con el asno y se colocaba en el lado del Evangelio, y a la terminación de cada parte de la misa pontifical que se celebraba a continuación, toda la congregación rebuznaba. Un códice del siglo XI dice que «Al final de la misa, en lugar de las palabras Ite missa est («Id, la misa ha terminado»), el sacerdote debe rebuznar tres veces, y en lugar de las palabras Deo gratias («Demos gracias a Dios»), la congregación debe rebuznar tres veces».

Jung opina que «el tramposo es una sombra colectiva, un epítome de todas las huellas inferiores del carácter de los individuos». Sin embargo, este punto de vista se ofrece desde nuestro posterior estilo de pensamiento «atado». En la esfera paleolítica, de donde procede esta figura, era el arquetipo del héroe. El dador de todos los grandes favores, el portador del fuego y el maestro de la humanidad.

Los buriats en la zona del lago Baikal hablan del Gran Espíritu, Sombol?Burkhan, quien cuando se movía sobre las aguas vio un ave acuática nadando con sus doce crías. «Pájaro acuático», dijo, «zambúllete y tráeme tierra, tierra negra en tu pico y barro rojo en tus pies.» El pájaro se zambulló, y Sombol?Burkhan esparció primero barro rojo sobre el agua y sobre éste la tierra negra, y después le dio las gracias al pájaro. «Por siempre vivirás», dijo, «y te zambullirás en el agua».

Esta versión del tema del buceador terrestre es más primitiva que la del cuento de los yalcut cristianizados. Liberado del dualismo ético del bien y del mal, muestra la fuerza creativa en su inocencia primaria. Pero los ostyaks de la zona del río Yenisei pintan al creador de forma aún más simple, como un chamán. El Gran Chamán Doh —dicen— revoloteaba sobre las aguas con un grupo de cisnes, somormujos y otras aves acuáticas sin encontrar ningún sitio en el que posarse y descansar, cuando pidió a uno de sus pájaros buceadores que se zambullera y cogiera un poco de tierra del fondo. El pájaro se zambulló dos veces antes de traer ni un solo grano. Sin embargo, el Gran Chamán Doh pudo hacer una isla en el mar con este trocito de barro.

Las tribus cazadoras de Norteamérica atribuyen el mismo hecho chamánico de la creación del mundo a su héroe?tramposo paleolítico. En el momento del gran diluvio encontramos esta ambigua figura, flotando sobre una balsa llena de animales, pidiéndoles que se zambullan y suban algo de tierra. Tres lo hacen pero vuelven exhaustos; entonces, un nadador extraordinariamente resistente desciende —un somormujo, una rata almizclera o una tortuga— y pasado mucho tiempo (en algunos cuentos incluso días) vuelve a la superficie con el vientre hacia arriba, prácticamente muerto, pero con un pedacito a su pata. Y entonces, Viejo, Coyote, Cuervo o Gran Liebre, —cualquiera que sea el personaje que representa al tramposo— coge el pedacito de barro y recitando un encantamiento lo coloca sobre la superficie del agua. La partícula aumenta, y en cuatro días crece hasta alcanzar el tamaño de la tierra. Los animales van a la tierra y todo empieza de nuevo.

No parece muy apropiado llamar a una figura así un dios, o incluso pensar de él que es sobrenatural. Es un superchamán. Y encontramos sus equivalentes en los mitos y leyendas de todas las partes del mundo, en cualquier sitio que el chamanismo ha dejado su marca: en Oceanía y África, así como en Siberia y Europa. En Polinesia, Maui es el tramposo. Ya hemos sido testigos de un par de sus hazañas. El conejo Br’er nos ha mostrado algo de su forma Africana, donde también es Anansi, la serpiente. Entre los griegos era Hermes (Mercurio) el que cambiaba de forma y el maestro del camino a la tierra de los muertos, así como Prometeo, el que roba el fuego y se lo entrega a la humanidad. En el mito germánico aparece como el hacedor del mal Loki, cuyo carácter era el fuego y quien, en la época de Ragnarbic, el Crepúsculo de los Dioses, será el que dirija las huestes de Hel.

Podemos imaginar a este héroe?tramposo en su carácter de Coyote, un tarde de pie sobre la cumbre de una montaña, mirando hacia el sur. Y a lo lejos creyó ver una luz. No sabiendo al principio lo que era, supo por adivinación que había visto fuego, decidió que debía conseguir esta maravilla para la humanidad y reunió a un grupo de compañeros: Zorro, Lobo, Antílope, todos los buenos corredores. Y después de viajar durante mucho tiempo alcanzaron la casa de la Gente Fuego, a los que dijeron: «Hemos venido a visitaros, a bailar, a jugar y a tocar.» Y así, en su honor, se hicieron los preparativos para un baile que tendría lugar por la noche. Coyote se preparó un tocado hecho con virutas resinosas de madera de pino, con largas tiras de corteza de cedro que llegaban hasta el suelo. Primero bailó la Gente Fuego, y el fuego estaba muy bajo. Luego Coyote y su gente empezaron a bailar alrededor de la llama y se quejaron de que no veían. La Gente Fuego hizo uno más grande, pero Coyote se quejó cuatro veces, hasta que por último ardió muy fuerte. Entonces, la gente de Coyote simuló que hacía mucho calor y salieron para refrescarse, se prepararon para huir y sólo Coyote permaneció dentro. Hizo salvajes cabriolas hasta que su tocado se prendió, y entonces, simulando que tenía miedo, pidió a la Gente Fuego que lo apagara. Le advirtieron que no bailara tan cerca de las llamas. Pero cuando se acercó a la puerta, balanceó sobre el fuego las largas tiras de su tocado y corrió. La Gente Fuego lo persiguió, pero él le dio el tocado a Antílope, que corrió y se lo pasó al siguiente corredor, y así continuó adelante. La Gente Fuego cogió a los animales uno a uno y los mató, hasta que sólo quedó Coyote, y casi lo cogieron también, pero corrió tras un árbol y le prendió fuego. Desde entonces los hombres hacen fuego con la madera de los árboles.

Esta versión del gran hecho procede de los indios del río Thompson en la Columbia Británica. Los indios creek de Georgia y Alabama, a unas tres mil millas de distancia, presentan a su tramposo Conejo en exactamente la misma aventura, baile incluido, el tocado ardiendo y la carrera de relevos de los animales, mientras que entre los chilcotin, que están mucho más al norte de las tribus Thompson, el héroe de la misma aventura es Cuervo, de nuevo con el tocado ardiendo, el baile y la carrera de animales.

Sin embargo, aún más al norte, entre los kaska, una primitiva tribu athapascana, que mora en las laderas árticas de las Rocosas en el extremo más alejado de la Columbia Británica, el mito tiene otra variante.

Hace mucho tiempo, el fuego, dice esta gente, estaba en poder de un Oso que tenía una piedra de chispa, con la cual podía obtener fuego cada vez que quería. Pero la gente no tenía fuego porque Oso guardaba la piedra de chispa celosamente, manteniéndola siempre sujeta a su cinturón.

Un día estaba tumbado tranquilamente al lado del fuego en su madriguera cuando un pajarito entró y se le acercó. Oso dijo bruscamente: «¿Qué quieres?»

El pajarito contestó: «Estoy casi congelado. He venido a calentarme.»

«Muy bien», dijo Oso, «entra, pero mientras te calientas ven aquí y despiójame».

El invitado asintió. Empezó a saltar por encima de Oso cogiendo los piojos, y

mientras lo hacía, picoteaba de cuando en cuando la cuerda que sujetaba la piedra de chispa al cinturón de Oso. Cuando la cuerda estuvo cortada, de pronto el pajarito cogió la piedra y voló.

Todos los animales esperaban fuera, porque habían preparado este robo del fuego. Y estaban todos en fila, uno tras otro. Oso persiguió al pájaro y lo’ alcanzó justo cuando llegaba al primer animal de la fila, a quien ya le había pasado la piedra de chispa. Y Oso cogió a este animal justo cuando le pasaba la piedra de chispa al siguiente. Y así fue pasando por toda la fila hasta que por fin le llegó a Zorro, quien a toda velocidad escaló a lo alto de una montaña. Pero el oso ya estaba tan cansado que no pudo correr más. Y en la cumbre de la montaña Zorro rompió la piedra de chispa y arrojó un fragmento a cada tribu. Así es como las diferentes tribus de toda la tierra consiguieron el fuego. Y por eso el fuego existe ahora en todas partes, en las rocas y en los bosques.

Una mirada a los mitos de los andamaneses, una raza extremadamente primitiva de negritos pigmeos que moran en unas islas remotas en la bahía de Bengala, nos proporcionará una serie de versiones de la misma leyenda. Una de las más extendidas asigna el hecho al martín pescador. Cuenta cómo el fuego estaba en poder de la figura más poderosa e importante del panteón local, Biliku —una personificación femenina temperamental del poder del monzón del nordeste, maligna y benigna alternativamente, a quien se le atribuye la formación de la tierra. Y los antepasados decidieron robarle el fuego en un momento en que se sabía que estaba dormida. Una noche, el martín pescador voló silenciosamente a su choza y lo cogió. Pero ella se despertó justo cuando él salía y le arrojó una concha que le cortó las alas y la cola. El martín se zambulló en el mar y nadó a un lugar llamado Bet?‘ra?kudu, donde le dio el fuego a uno de los animales, éste se lo pasó a una paloma de alas de bronce y la paloma se lo entregó a los demás. Sin embargo, el martín pescador se convirtió en un hombre a consecuencia de su accidente, mientras que Biliku, airada, abandono su residencia en la tierra y desde entonces ha vivido en algún lugar en el cielo.

El joven Nietzsche, en El nacimiento de la tragedia, comparó desfavorablemente el mito bíblico de la Caída en el Jardín, con el mito trágico y heroico de Prometeo, que él consideraba típicamente griego. Toda la mitología de la Caída con su concepto de desobediencia a un poder superior, las mentiras engañosas de la serpiente, su seducción, codicia y concupiscencia —para resumir, su constelación de lo que él llamó «afectos femeninos»— representaba para Nietzsche una interpretación de valores humanos que sólo podían llamarse despreciables y viles. Mientras que en la cruel impiedad del Titán griego —representando la valiente conquista por el hombre de su propia talla cultural y espiritual, desafiando a los celosos dioses— vio un valor esencialmente masculino.

Desde los días de Nietzsche hemos aprendido que el robo del fuego no es un motivo específicamente indoeuropeo; ni la idea de la caída específicamente bíblica. Sin embargo, continúa siendo verdad que representan los polos de la herencia mitológica del mundo occidental. El Titán griego, una sublimación de la imagen del tramposo chamánico, autoconfiado, que frecuentemente termina mal al final de una aventura, ni es condenado por su intransigente desafío a Zeus ni ridiculizado como un tonto por el teatro griego, sino más bien ofrecido como una norma trágica de las relaciones del hombre con los poderes gobernantes del universo natural. Mientras que la Biblia, con su espíritu de piedad sacerdotal, reconociendo igualmente la tensión entre Dios y el hombre, se coloca del lado de Dios y quebranta no sólo el albedrío del hombre, sino también el de la serpiente.

Prometeo sabe lo que ha hecho por la humanidad y se lo grita a Dios en la cara. Los hombres, antes de que él les enseñara, no conocían las artes, sino que se amadrigaban en la oscura tierra y vivían en cuevas como hormigas. No tenían calendario hasta que él les enseñó a conocer la salida y la puesta de las estrellas. Les dio los números, las artes de la escritura y la agricultura, y les enseñó a poner guarniciones al caballo, la metalurgia, la medicina, la adivinación; e incluso el arte de hacer sacrificios a Zeus. En la atrevida obra de Esquilo Prometeo Encadenado oímos la resonancia del insolente desafío del gran Titán:

Con una frase rotunda, odio a cualquier dios

que me dañe a mí que nunca le dañé.

No creas que para obtener una sonrisa de Jove,

extenderé sobre mi alma una suavidad de doncella,

e importunaré al enemigo que más odio

con femenino alzamiento de manos.

Sin embargo, no admiramos menos la orgullosa, aunque humilde, piedad de Job, quien, cuando se le mostró la maravilla del poder que le había tratado injustamente, y que, sin embargo, había hecho el mundo, extendió cenizas sobre su cabeza. «Te conocía de oídas, más ahora te han visto mis ojos», confesó Job ante su Dios, «por eso me retracto y me arrepiento entre polvo y ceniza».

Estas dos tradiciones están mezcladas en la herencia no sólo de Occidente, sino de todas las civilizaciones, y representan los polos de tensión espiritual del hombre: el de la representación sacerdotal del poder que formó el universo como una fuerza más allá de la crítica humana o del desafío, el poder que hizo el sol y la luna, los mares, Leviatán, Behemoth y las montañas, ante quien la actitud adecuada del hombre es el temor reverencial, y, por otra parte, el de la intransigencia del mago autosuficiente, el poder titánico del chamán, el constructor de Babel, a quien no le importa la ira de Dios, el que sabe que es más viejo, más grande y más fuerte que los dioses. Porque en verdad, es el hombre quien ha creado a los dioses, mientras que el poder que creó el universo no es otro que la voluntad que opera en el hombre mismo y sólo en el hombre ha alcanzado la conciencia de su reino, poder y gloria.

Quizá recordemos que Zeus se ofendió cuando Prometeo le engañó en el momento de la ofrenda de un sacrificio. El Titán, habiendo troceado un toro, llenó el estómago de la bestia con carne para él y su gente y envolvió los huesos en sabrosa grasa de forma engañosa y tractiva, y cuando presentó estos dos trozos envueltos al rey de los dioses pidiéndole que eligiera el que deseara, Zeus, engañado, cogió el trozo envuelto en grasa. Al abrirlo y no encontrar nada excepto huesos, Zeus se convirtió en un dios de la ira, y hasta un extremo tan absurdo que quitó a la humanidad el precioso re galo del fuego. Después, Prometeo, el salvador del hombre, lo robó, según una versión, del taller del dios cojo del fuego y de los herreros, Hefesto; pero según otra versión, del hogar del mismo Zeus, en la cumbre del Olimpo. Prometeo llevó una rama hueca de hinojo que se prendió con las llamas del fuego, y después, moviendo el palo para mantenerlo ardiendo, volvió corriendo. Otra versión cuenta que Prometeo cogió el fuego del sol. En cualquier caso, Zeus se vengó de una forma feroz. Porque hizo que Hefesto encadenara al portador del regalo en la cumbre más alta del Cáucaso, colocó un pilar en el centro como si de una estaca se tratara y envió un águila para que le royera el hígado. Lo que roía durante el día volvía a crecer durante la noche, de forma que la tortura era continua. Pero el castigo terminó, porque Prometeo conocía una profecía de que un día sus cadenas caerían por sí mismas y el mundo?eón de Zeus se disolvería.

La profecía es la misma del Crepúsculo de los Dioses édico, cuando Loki conducirá a las valerosas huestes de Hel:

Entonces ocurrirá lo que parecen grandes noticias: el lobo se tragará al sol y esto parecerá a los hombres un gran mal. El otro lobo alcanzará la luna y él también traerá grandes males, las estrellas desaparecerán de los cielos. Después también ocurrirán estos hechos: toda la tierra temblará, los árboles serán arrancados de la tierra y los peñascos se harán añicos, y todas las trabas y ataduras serán rotas y rasgadas… y Fenris?Lobo avanzará con la boca abierta y su quijada inferior tocará la tierra, pero la superior el cielo; la abriría aún más sí hubiera sitio; sus ojos y nariz llamean. La Serpiente Midgard escupirá tanto veneno que llenará todo el aire y el agua, y él es muy terrible, y estará a un lado del Lobo… Entonces el fresno de Yggdrasil temblará y no quedará nada Ún temor ni en el cielo ni en la tierra. El constreñimiento de los chamanes por los Hactcin, por ,los dioses y sus sacerdotes, que empezó con la victoria del neolítico sobre la forma de vida del paleolítico, quizá pueda estar llegando a su fin —hoy— en este período de transiciones irreversibles de la sociedad desde una base agrícola a una industrial, cuando lo que sustenta la promesa de los beneficios del futuro no es la piedad del plantador, inclinándose humilde?mente ante la voluntad del calendario y de los dioses de la lluvia y el sol, sino la magia del laboratorio, las naves espaciales donde los dioses se sentaron una vez. «¿Es posible? ¡Este viejo santo del bosque no ha oído que Dios está muerto!»

Las palabras de Nietzsche fueron el primer pronunciamiento del Titán prometeico que ahora rompe sus ligaduras en nuestro interior, para la siguiente edad del mundo. Y los sacerdotes de las cadenas de Zeus hacen bien al temblar, porque las ligaduras se están desintegrando solas.

* De Las máscaras de Dios, mitología primitiva— ed. Alianza 1991, pp.305-321

El sacerdote y el chaman por Joseph Campbell

Entre los indios de Norteamérica aparecen dos mitologías contrapuestas, según sean las tribus cazadoras o plantadoras. Los que son fundamentalmente cazadores, ponen el énfasis de su vida religiosa en el ayuno individual para la obtención de visiones. El niño de doce o trece años es abandonado por su padre en algún lugar solitario, con un pequeño fuego que mantenga alejadas a las bestias, y allí ayuna y reza cuatro días o más, hasta que algún visitante espiritual llega durante el sueño en forma humana o animal para hablarle y darle poder. Su vida posterior estará determinada por esta visión, porque su familiar puede conferirle el poder de curar como chamán, el poder de atraer y matar animales o la habilidad de convertirse en guerrero. Y si los beneficios obtenidos no son suficientes para la ambición del joven, puede ayunar otra vez, con tanta frecuencia como lo desee. Un indio cuervo viejo llamado Abalorio Azul, dijo de este ayuno. «Cuando niño, era pobre. Veía a los grupos guerreros volver en procesión con los jefes al frente. Les envidiaba y decidí ayunar y convertirme en uno de ellos. Cuando obtuve la visión conseguí lo que había deseado… maté ocho enemigos.» (1) Si un hombre tiene mala suerte, sabe que su don de poder sobrenatural es insuficiente, mientras que, por otra parte, los grandes chamanes y jefes guerreros han adquirido poder en abundancia en sus ayunos visionarios. Quizá se han cortado las falanges de los dedos y las han ofrecido. Tales ofrendas eran comunes entre los indios de las llanuras. En las viejas manos de algunos sólo quedaban dedos y falanges suficientes para apuntar la flecha y tirar del arco.

Entre las tribus plantadoras —los hopi, zufli y otros indios pueblo— la vida está organizada alrededor de las ricas y complejas ceremonias de sus dioses enmascarados. Estos ritos son complicados y toda la comunidad participa en ellos, están organizados según un calendario religioso y los dirigen sacerdotes diestros. Como observa Ruth Benedict en su Patterns of Culture: «Ningún campo de la actividad es más importante que el ritual. Posiblemente, la mayoría de los hombres adultos de los pueblos del oeste le dedican la mayor parte de su vida. Supone memorizar al pie de la letra una cantidad tal de ritual que nuestras mentes menos adiestradas lo encuentran asombroso, y la representación de ceremonias primorosamente ensambladas, trazadas por el calendario, que entrelazan complejamente todos los otros cultos y la legislación en interminables procedimientos formales.» (2) En una sociedad así hay poco lugar para el juego individual. Existe una relación rígida no sólo del individuo con sus semejantes sino también de la vida de la aldea con el ciclo del calendario, porque los plantadores son perfectamente conscientes de su dependencia de los dioses de los elementos. Un período de demasiadas lluvias o de lluvias escasas en el momento crítico, y todo el trabajo de un año se convierte en escasez. Mientras que la suerte del cazador es algo muy distinto.

Ya hemos visto un relato típico de la búsqueda de un indio americano de esta visión en la leyenda del origen del maíz. La tribu ojibway, de la que se derivó esa versión de la leyenda tan extendida, tenía cuando Schoolcraft vivió entre ellos un nivel cultural equivalente aproximadamente al de los natufienses del Oriente Próximo arcaico, alrededor del año 6000 a.C. Eran un pueblo cazador y luchador de la estirpe de! los algonquinos, y el cuerpo principal de sus mitos y cuentos era de tradición cazadora y no plantadora. Sin embargo, recientemente habían adquirido de los pueblos agricultores del mucho más desarrollado sur las técnicas de la siembra, recogida y preparación del maíz, que ahora utilizaban para complementar lo que obtenían con la caza. Y junto con el maíz llegó el viejo mito de la maravillosa planta?Dema, que ya encontramos entre los caníbales de Indonesia y vimos cómo cruzó el Pacífico junto con el cocotero. En Suramérica lo han aplicado cientos de tribus a las distintas plantas alimenticias de ese continente de tantas frutas, y en Norteamérica, lo hemos encontrado de nuevo acomodado no sólo a la verde, alta y emplumada cresta del maíz sino también a una forma ajena de pensamiento mitológico, el de la visión. No oímos hablar en este cuento de un gran grupo de «gente» de la edad mitológica sino de un solo joven, uno como cualquier otro, en su búsqueda visionaria en aquella gran soledad, de la que nuestro chamán esquimal Igjugarjuk ya dijo que «puede abrir la mente de un hombre a todo lo que está oculto a otros».

El contraste entre las dos visiones del mundo se hace más evidente si comparamos al sacerdote y al chamán. El sacerdote es un miembro iniciado socialmente, instalado ceremonialmente, de una organización religiosa reconocida en la que ocupa un cierto rango y actúa como usufructuario de un cargo que ostentaron otros antes que él, mientras que el chamán es uno que, como consecuencia de una crisis psicológica personal, ha obtenido ciertos poderes propios. Los visitantes espirituales que se le presentaron en la visión nunca antes habían sido vistos por ningún otro; eran sus familiares personales y protectores. Por otra parte, los dioses enmascarados de los pueblo, los dioses del maíz y los dioses de las nubes, servidos por sociedades de sacerdotes estrictamente organizados y muy disciplinados, son los patronos bien conocidos de toda la aldea y se les ha rezado y han sido representados en las danzas ceremoniales desde tiempo inmemorial.

En la leyenda de origen de los indios apache jicarilla, de Nuevo México, hay un ejemplo excelente del abandono por una tribu cazadora de la forma de religiosidad representada por el chamanismo ante la fuerza mayor de un complejo cultural plantador más estable, organizado socialmente y mantenido por sacerdotes. Los apache, como sus primos los navajo, eran una tribu cazadora que entró en la zona de los pueblo, cultivadores de maíz, en el siglo XIV d.C. y asimilaron con adaptaciones peculiares, gran parte de la tradición ceremonial neolítica local (3). El mito en cuestión es esencial para su concepto actual de la naturaleza e historia del universo, y claramente proviene del sur, asociado con los ritos y orden social de una cultura plantadora, y —como veremos— más preocupado por integrar al individuo en un contexto comunal firmemente organizado y bien establecido que por liberarle para los vuelos de su propio genio salvaje, dondequiera que éstos puedan llevarle.

«Al principio», se nos dice, «aquí, donde el mundo está ahora, no había nada: no había tierra, nada excepto Oscuridad, Agua y Ciclón. No había gente viviendo. Sólo existían los Hactcin. Era un lugar solitario. No había peces, no había cosas vivientes. Pero todos los Hactcin estaban aquí desde el principio. Tenían el material del cual se creó todo. Primero hicieron el mundo, la tierra, el mundo subterráneo, y después hicieron el ciclo. Hicieron la Tierra con forma de mujer viviente y la llamaron Madre. Hicieron el Cielo con forma de hombre y lo llamaron Padre. El mira hacia abajo y la mujer hacia arriba. El es nuestro padre y la mujer nuestra madre.» (4)

Los Hactcin son los equivalentes apache de los dioses enmascarados de las aldeas pueblo: personificaciones de los poderes que sostienen el espectáculo de la naturaleza. El más poderoso, Hactcin Negro —continúa el mito— hizo un animal de barro y luego le dijo: «Déjame ver cómo vas a andar con esas cuatro patas.» Y empezó a andar. «Eso está muy bien», dijo el Hactcin, «Puedo utilizarte.» Y luego dijo, «Pero estás solo. Haré otros de tu cuerpo.» Y toda clase de animales salieron de aquel único cuerpo, porque Hactcin Negro tenía poder: podía hacer cualquier cosa. En aquel tiempo todos aquellos animales podían hablar, y hablaban la lengua apache jicarilla.

El creador del mundo, Hactcin Negro, extendió la mano, y una gota de lluvia cayó en la palma. La mezcló con tierra y se convirtió en barro. Después modeló un pájaro con el barro. «Déjame ver cómo vas a utilizar esas alas para volar.» El barro se convirtió en un pájaro y empezó a volar. «Bien, eso está muy bien», dijo Hactcin Negro, que disfrutaba viendo las diferencias entre este animal y los de cuatro patas. «Pero», dijo, «creo que necesitas compañeros». Entonces cogió al pájaro y lo hizo girar con rapidez en la dirección de las agujas del reloj. El pájaro se mareó y, como ocurre cuando nos mareamos, vio muchas imágenes girando a su alrededor. Vio toda clase de pájaros, águilas, halcones y también pájaros pequeños, y cuando recobró sus sentidos, allí estaban todos aquellos pájaros, realmente allí. Y los pájaros aman el aire, viven alto y rara vez se posan en el suelo porque la gota de agua que se convirtió en el barro del que se hizo el primer pájaro cayó del cielo.

La imagen giratoria en la dirección de las agujas del reloj de la que fueron hechos los pájaros sugiere los dibujos de la primera cerámica de Samarra del neolítico superior en Mesopotamia (alrededor del 4500?3500 a.C.) donde las formas de animales y pájaros surgen de una esvástica giratoria, y seguramente no es por simple accidente o desarrollo paralelo que dibujos similares —como las figuras siguientes— aparecen entre los restos de los prehistóricos constructores de túmulos de Norteamérica, o que en la vida ritual y el simbolismo de los indios actuales del suroeste —los pueblo, navajo y apache— la esvástica juegue un papel importante. Esto puede proporcionarnos no sólo pruebas adicionales de una amplia difusión cultural sino también un indicio del sentido de la esvástica en el más temprano arte neolítico y en el culto, tanto en el Viejo Mundo como en el Nuevo.

El creador hizo girar al pájaro en la dirección de las agujas del reloj y el resultado fue una emanación de formas parecidas al sueño. Pero las esvásticas que van en dirección contraria a la de las agujas del reloj aparecen en muchas imágenes chinas del Buda meditando, y el Buda, como sabemos, está separando su conciencia precisamente de este campo de formas creadas, parecidas al sueño, uniéndola a través del ejercicio del yoga con aquel abismo primordial o «vacío» del cual surge todo.

Estrellas, oscuridad, una lámpara, un fantasma,
rocío, una burbuja,
un sueño, un relámpago o una nube:
así debemos mirar el mundo.

Esto se lee en el célebre texto budista Sutra del lapidario de diamantes, que ha ejercido una gran influencia sobre el pensamiento oriental.

No voy a sugerir que la mitología apache tiene influencias budistas. No las tiene. Sin embargo, el profundo pensamiento que Calderón, el gran dramaturgo español, expresó en su obra La vida es sueño, y que su contemporáneo, Shakespeare, volvió a exponer cuando escribió:

Somos de esa sustancia
de la que están hechos los sueños, y nuestra corta vida
termina con un sueño, (6)

fue un tema fundamental de los filósofos hindúes en la primera época de su tradición. Y a juzgar por las figurillas en postura de yoga del 2000 a. C. que se han encontrado en los antiguas ruinas del valle del Indo, este ejercicio inductor de trance ya debía estar desarrollado en las primeras ciudades estado hieráticas hindúes. Una de las formas más conocidas de la deidad hindú Vishnu lo muestra durmiendo sobre los anillos de la serpiente cósmica, flotando en el mar cósmico y soñando con el loto del universo, del cual todos somos parte. Por tanto, lo que sugiero es que esta leyenda apache de la creación del pájaro es remotamente afín a las formas hindúes, que deben proceder del mismo tronco neolítico. Y que en ambos casos el símbolo de la esvástica representa un proceso de transformación: la aparición (en el caso del Hactcin) o conjuración (en el caso del Buda) de un universo que por la naturaleza fugaz de sus formas puede ciertamente compararse a un espejismo, o a un sueño.

Los pájaros fueron a su creador, Hactcin Negro, y preguntaron: «¿Qué vamos a comer?» El levantó la mano en cada una de las cuatro direcciones, y como tenía tanto poder, en su mano cayeron toda clase de semillas, y las esparció. Los pájaros fueron a cogerlas, pero las semillas se convirtieron en insectos, gusanos y saltamontes, y se movieron y saltaron de un lado a otro, de forma que, al principio, los pájaros no pudieron cogerlos. El Hactcin estaba tomándoles el pelo. Dijo: «¡Oh sí! es difícil coger a esas moscas y saltamontes, pero podéis hacerlo.» Así que se pusieron a perseguir a los saltamontes y a los otros insectos, y eso es lo que continúan haciendo.

Después los pájaros y los demás animales fueron a Hactcin Negro y le dijeron que querían compañía, querían un hombre. «No estarás siempre con nosotros», dijeron. Y él contestó: «Creo que es cierto. Algún día quizá me vaya a un lugar donde nadie me verá.» Y les dijo que recogieran objetos por todas partes. Le llevaron polen de todo tipo de plantas, y añadieron ocre rojo, barro blanco, piedra blanca, azabache, turquesa, piedra roja, ópalo, abullón y piedras preciosas variadas. Y cuando hubieron dejado esto ante Hactcín Negro, éste les dijo que se retiraran a una cierta distancia. Permaneció de pie mirando al este, luego al sur, después al oeste y por último al norte. Cogió polen y trazó en el suelo el esbozo de una figura; un esbozo igual que un cuerpo. Después colocó las piedras preciosas y los otros objetos dentro de este esbozo, y se convirtieron en carne y huesos. Las venas eran de turquesa, la sangre de ocre rojo, la piel de coral los huesos de piedra blanca, las uñas de los dedos de ópalo mejicano, la pupila del ojo de azabache, el blanco de los ojos de abullón, la médula de los huesos de barro blanco y los dientes también eran de ópalo. Cogió una nube oscura y con ella hizo el pelo. Se convierte en una nube blanca cuando eres viejo.

El Hactcin sopló sobre la forma que había hecho y la animó. Las espirales de las yemas de los dedos indican la dirección del viento en el momento de la creación. Y con la muerte, el viento abandona el cuerpo por las plantas de los pies, y las espirales de la planta del pie representan la dirección del viento al salir. El hombre estaba tumbado boca abajo, con los brazos extendidos, y los pájaros querían verle, pero Hactcin Negro les prohibió hacerlo. Porque el hombre estaba naciendo a la vida. El hombre se apoyó en los brazos. «¡No míréis!» dijo Hactein a los pájaros que estaban muy excitados. Y la gente es tan curiosa hoy día debido a la excitación de los pájaros y los animales, y tú estás ansioso por oír el resto de esta historia. «¡Siéntate!» dijo Hactcin al hombre. Y entonces le enseñó a hablar, a reír, a gritar, a andar, a correr, Y cuando los pájaros vieron lo que había hecho empezaron a cantar, como hacen por la mañana temprano.

Pero los animales pensaron que este hombre debía tener un compañero, y Hactcin Negro le hizo dormir, y cuando cerró los ojos empezó a soñar. Soñaba que alguien, una muchacha, estaba sentada a su lado. Y al despertar encontró a una mujer. Le habló y ella respondió. El rió y ella rió. «Levantémonos», y se levantaron, «Paseemos», dijo él, y la condujo en sus primeros cuatro pasos: derecha, izquierda, derecha, izquierda. «Corre», dijo, y ambos corrieron. Y una vez más los pájaros empezaron a cantar, para que tuvieran música agradable y no se sintieran solitarios.

Todo esto tuvo lugar no en el nivel de la tierra donde ahora vivimos, sino más abajo, en el útero de la tierra, y estaba oscuro. En aquella época no había ni sol ni luna. Hactcin Blanco y Hactcin Negro juntos sacaron de sus bolsas un pequeño sol y una pequefia luna, los hicieron crecer y los enviaron al aire, donde se movieron de norte a sur, arrojando luz a todo su alrededor. Esto causó una gran excitación entre los animales, los pájaros y la gente. Pero en aquel tiempo había muchos chamanes entre la gente, hombres y mujeres que pretendían tener poder de todo tipo de cosas. Vieron al sol ir de norte a sur y empezaron a hablar.

Uno dijo, «Yo hice el sol.» Otro, «No, lo hice yo.» Empezaron a pelearse y Hactcin les ordenó que no hablaran así, pero ellos continuaron afirmando y peleando. Uno dijo, «Creo que haré que el sol se pare sobre nuestras cabezas, para que no haya noche. Pero no, creo que lo dejaré ir. Necesitamos tiempo para descansar y dormir.» Otro dijo, «Quizá quite la luna. No necesitamos luz por la noche.» Pero al día siguiente salió el sol y los pájaros y los animales eran felices. Al otro día ocurrió lo mismo, pero cuando llegó el mediodía del cuarto día, y los chamanes, a pesar de lo que Hactcin les había dicho, continuaban hablando, hubo un eclipse de sol. El sol se introdujo directamente por un agujero que había encima suyo y la luna lo siguió, y ésta es la razón por la que tenemos eclipses.

Uno de los Hactein dijo a los fanfarrones chamanes: «Muy bien, vosotros decís que tenéis poder. Haced que vuelva el sol.»

Y todos se pusieron en líneas. En una línea estaban los chamanes y en la otra todos los pájaros y animales. Los chamanes empezaron a actuar, cantando y haciendo ceremonias. Hicieron todo lo que sabían. Algunos se sentaban cantando y desaparecían en la tierra, dejando fuera sólo los ojos, y después volvían. Pero esto no trajo el sol. Era sólo para demostrar que tenían poder. Algunos tragaban flechas que luego salían por el estómago. Otros tragaban plumas, otros piceas enteras y después las escupían de nuevo. Pero continuaban sin sol y sin luna.

Entonces, Hactcin Blanco dijo: «Todos vosotros lo estáis haciendo bastante bien, pero no creo que consigáis que vuelva el sol. Vuestro tiempo ha terminado.» Se volvió a los pájaros y a los animales. «Muy bien», dijo, «ahora os toca a vosotros».. Empezaron a hablar unos con otros educadamente, como: si fueran cuñados, pero Hactcin dijo: «Debéis hacer algo más; que hablar unos con otros de esa forma tan educada. Levan?, táos, haced algo con vuestro poder y haced que el sol vuelva. »

El saltamontes fue el primero en intentarlo. Extendió sus cuatro patas en las cuatro direcciones, y cuando las recogió sujetaba pan. El ciervo adelantó su pata en las cuatro direcciones, y cuando la recogió, sujetaba yuca. El oso, cerezas, y la marmota, bayas; la ardilla, fresas; el pavo, maíz, y así todos. Pero aunque los Haccin estaban contentos con estos regalos, la gente continuaba sin sol y sin luna.

Por tanto, los Hactcin empezaron a hacer algo. Enviaron a, buscar rayos de cuatro colores, de las cuatro direcciones, y los rayos trajeron nubes de cuatro colores, de las que cayó lluvia. Después enviaron a buscar el arco iris para hacerla hermosa; mientras se sembraban las semillas que la gente había producido los Hactcin hicieron un cuadro de arena con cuatro túmulos pequeños coloreados colocados en hilera en los que pusieron las semillas. Los pájaros y los animales cantaron, y los pequeños túmulos empezaron a crecer, las semillas empezaron a florecer y los cuatro túmulos de tierra coloreada se unieron y se convirtieron en una montaña que continuó creciendo.

Entonces los Hactcin seleccionaron a doce chamanes que habían sido especialmente espectaculares en sus representaciones mágicas, pintaron a seis de ellos de azul para representar la estación del verano y a seis de blanco para representar el invierno, y los llamaron Tsanati, y éste fue el origen de la sociedad de danza de los Tsanati de los apache jicarilla. Después los Hactcin hicieron seis payasos, los pintaron de blanco con cuatro rayas horizontales negras, una en la cara, otra en el pecho, una sobre el muslo y otra en la pierna. Los Tsanati y los payasos se unieron a la gente en su baile, para hacer que la montaña creciera. (7)

Sería difícil encontrar un ejemplo más claro del proceso por el que los individualistas chamanes y su práctica mágica paleolítica fueron desacreditados por los guardianes de las comunidades sembradoras de semillas y cultivadoras de alimentos, comparativamente más complejas y orientadas hacia el grupo. Puestos en línea, de uniforme, se les concedía un lugar en una estructura litúrgica de un todo más amplio. El episodio representa la victoria de un sacerdocio bendecido por la sociedad sobre las fuerzas impredecibles y muy peligrosas de los dones individuales. Y el mismo narrador de la historia apache jicarilla explicó la necesidad de incorporar a los chamanes al sistema ceremonial. «Esta gente», dijo, «tenían ceremonias propias que provenían de diferentes fuentes, de animales, del fuego, del pavo, de las ranas y de otras cosas. No se les podía dejar fuera. Tenían poder y también tenían que ayudar.» (8)

No conozco ningún otro mito que exponga más claramente que ésto la,

El traumatismo de la conquista

El traumatismo de la conquista

Por Nathan Wachtel

En nuestra memoria colectiva, la aventura de los conquistadores evoca imágenes de triunfo, de riqueza y de gloria, y aparece como una epopeya. La historiografía occidental asocia el «descubrimiento de América» a los conceptos de «Renacimiento» y de «tiempos modernos»; la expedición de Colón coincide con la imagen de una nueva era. Pero se trata de una nueva era para Europa. Desde la perspectiva de los indios vencidos, la Conquista significa un final: la ruina de sus civilizaciones. Para «descubrir» realmente América, el historiador nacido en la sociedad de los vencedores debe despojarse de sus hábitos mentales y, en cierto modo, salirse de sí mismo. Preguntemos directamente entonces a las fuentes indígenas.

Derrotados, el choque psicológico sufrido por los indios no se reduce a la irrupción de lo desconocido; lo extraño de los españoles se manifiesta de acuerdo con una modalidad particular: la violencia. La derrota significa en todas partes la ruina de las antiguas tradiciones. Incluso los indios que prestaron su ayuda a los españoles con el fin de utilizarlos como instrumento al servicio de sus intereses políticos, vieron cómo en última instancia sus aliados se volvían contra ellos y les imponían la ley cristiana. Por tanto, los dioses mueren en todas partes. El traumatismo de la Conquista se define por una especie de «desposesión», un hundimiento del universo tradicional.

1. La violencia

Saqueos, masacres, incendios, es la experiencia del fin de un mundo. Pero se trata de un fin sangriento, de un mundo asesinado. Ningún comentario sabría expresar mejor el asombro de los indios que los propios textos indígenas. Escuchemos este canto nahuatl que con una asombrosa intensidad dramática evoca la caída de México.

En los caminos yacen dardos rotos,

los cabellos están esparcidos.

Destechadas están las casas,

Enrojecidos tienen sus muros.

Gusanos pululan por calles y plazas,

y en las paredes están salpicados los sesos.

Rojas están las aguas, están como teñidas,

y cuando las bebimos,

es como si bebiéramos agua de salitre.

La obsesión de la muerte, presente a lo largo de todo este canto, se profundiza a través del sentimiento de que un hecho irremediable ha herido a los indios en su destino colectivo; es su civilización lo que desaparece entre las lágrimas y la humareda:

El llanto se extiende, las lágrimas gotean allí en Tlatelolco

… ¿A dónde vamos?, ¡oh amigos! Luego ¿fue verdad?

Ya abandonan la ciudad de México:

el humo se está levantando; la niebla se está extendiendo…

Llorad, amigos míos,

tened entendido que con estos hechos

hemos perdido la nación mexicana.

2. La muerte de los dioses

En efecto, la derrota posee un alcance religioso y cósmico para los vencidos; significa que los dioses antiguos perdieron su potencia sobrenatural. Los aztecas se consideraban como el pueblo elegido de Huizilopochtli, dios solar de la guerra; tenían por destino someter a su ley a todos los pueblos que rodeaban México en las cuatro direcciones. En consecuencia, la caída de la ciudad implica algo infinitamente más grave que una derrota militar; con ella se cierra el reino del Sol. A partir de entonces la vida terrestre pierde todo sentido, y ya que los dioses están muertos, sólo les resta a los indios morir también:

¡Déjennos pues ya morir,

déjennos ya perecer,

puesto que ya nuestros dioses han muerto!

La evidencia de la muerte de los dioses aparece confirmada, después de la derrota, por la enseñanza que imparten los españoles. Estos pretenden llevar consigo el conocimiento del verdadero dios, destruyen impunemente templos y estatuas y revelan a los vencidos que hasta entonces se han limitado a adorar falsos ídolos. Toda la cultura azteca se encuentra repentinamente aniquilada. De ahí un sentimiento de confusión y como un grito de incredulidad:

Dijisteis

que no eran verdaderos nuestros dioses.

Nueva palabra es ésta,

la que habláis,

por ella estamos perturbados,

por ella estamos molestos.

Porque nuestros progenitores,

los que han sido, los que han vivido sobre la tierra,

no solían hablar así…

Y ahora, nosotros

¿destruiremos

la antigua regla de vida?…

No podemos estar tranquilos,

y ciertamente no creemos aún,

no lo tomamos por verdad,

(aun cuando) os ofendamos.

Los mayas conocen el mismo hundimiento del universo tradicional. El Chilam Balam, aunque caracterizado por fuertes influencias cristianas, afirma, sin embargo, que los antiguos dioses han existido realmente. Pero añade que eran mortales. Los antepasados los adoraron, pero la revelación de la verdadera fe ha puesto fin a su reino:

Aunque los antiguos dioses fuesen perecederos, eran dioses. Ha caducado ya el tiempo de su adoración. Han sido disipados por la bendición del señor del cielo, cuando se cumplió la redención del mundo, cuando resucitó el verdadero Dios, cuando bendijo los cielos y la tierra.

¡Vuestros dioses se han derrumbado, hombres mayas! ¡Los habéis adorado sin esperanza!.

El reino de los dioses se encuentra, por tanto, limitado en la duración. Los mayas elaboran una notable racionalización de la Conquista, fundada sobre la representación cíclica del tiempo. Es bien conocido el grado de exactitud del calendario maya. Las crónicas de la Conquista ejemplifican el mismo cuidado por la precisión temporal y anotan meticulosamente la fecha exacta de los acontecimientos. La llegada de los blancos marca el fin de un ciclo, mientras que por el mismo movimiento se abre un ciclo nuevo: destino ineluctable, inscrito en la sucesión de los Katun. En el mismo instante se confunden la muerte de los dioses antiguos y el nacimiento del Dios cristiano. El Chilam Balam asocia en una misma profecía el tema del comienzo y el del crepúsculo:

Onze Abau, primera fundación de la tierra por los blancos. El onze Ahau es el comienzo de la cuenta de los katuns…

¡Será para nosotros el crepúsculo cuando llegue!…

Amenazador es el aspecto del rostro de su Dios. Todo cuanto enseña, todo cuanto dice, es: «Vais a morir!».

La Conquista, «carga del Katun», aparece así grabada en el tiempo, contenida de alguna manera en el curso de los siglos. Ahora bien, esta interpretación temporal se duplica con imágenes espaciales, cuya figura nuclear resulta encarnada por el sol, divinidad esencial de la religión maya. La teoría de la Conquista se amplifica en una visión dramática que engloba el destino del universo:

Este es el rostro del katun, del trece Ahau. La faz del sol se romperá. Caerá desintegrándose sobre los dioses de ahora. El sol será mordido cinco días y esto será visto. He aquí la representación del trece Ahau.

Un signo que da Dios es el de que sucederá que muera el rey de este país.

Esto está en el origen de la Silla del segundo tiempo, del reino del segundo tiempo. Y es también la causa de nuestra muerte…

…¡Castrar al Sol! Esto es lo que han venido a hacer los extranjeros.

Imágenes de la caída y de la rotura del sol, fuente de toda la vida; temas de la agresión y de la castración; pruebas de la muerte, de los dioses y de los indios: la «revolución» del tiempo es vivida como una catástrofe absoluta. En este sentido, podemos decir que la Conquista provoca un verdadero traumatismo colectivo.

Sólo sobrevive el recuerdo de la civilización perdida; el traumatismo se prolonga después de la Conquista, en la nostalgia referida a las costumbres abandonadas. Esta nostalgia se experimenta cotidianamente al nivel elemental, tan importante entre los mayas, de la medida del tiempo. Es sorprendente observar cómo el Chilam Balam o el Memorial de Sololá insisten en conservar la antigua cronología de los katun, mientras la crónica de Chak Xulub Chen adopta el calendario cristiano; pero precisamente este último texto evoca con tristeza la tradición ya muerta, aquella que ordenaba erigir una estela cada veinte años para determinar el comienzo de cada katun:

Este año se terminó de nevar el katun; a saber, se terminó de poner en Pie la piedra pública que por cada veinte tunes que venían, se ponía en pie la Piedra pública antes de que llegaran los señores extranjeros, los españoles aquí, a la comarca. Desde que vinieron los españoles fue que no se hizo nunca más.

Con los katun desaparecen los puntos de referencia tanto materiales como espirituales, las representaciones espaciales y temporales. Hundimiento de una visión del mundo que llega incluso a sus categorías mentales más íntimas.

El Perú ejemplifica hechos análogos: la derrota se experimenta como una catástrofe de amplitud igualmente cósmica, pero con un matiz particular: aquí el choque coincide con la muerte del hijo del Sol, el Inca. Este asegura la mediación entre los dioses y los hombres, y es adorado como un dios: representa de alguna manera el centro carnal del universo, cuya armonía garantiza. Una vez asesinado este centro, desaparece el punto de referencia viviente del mundo, y es ese orden universal lo que resulta brutalmente destruido. He ahí la causa de que la elegía por la muerte de Atahualpa cante la participación de la naturaleza en el drama de la Conquista; la tierra se niega a devorar el cadáver del Inca, los precipicios y las rocas tiemblan y entonan cantos fúnebres; las lágrimas se reúnen en torrentes; el sol se oscurece; la luna, enferma, se encoge, y el tiempo mismo se reduce a un parpadeo.

Y todo y todos se esconden, desaparecen padeciendo.

Lo que la elegía describe es, entonces, el nacimiento de una especie de caos. Los elementos se rebelan y lloran; el mundo se retuerce sobre sí mismo; la duración se constriñe en un instante casi nulo; la noche se extiende, y una ausencia infinita envuelve a todas las cosas. Es como un vacío que se hace más profundo cada vez, como una nada que se abre y donde el universo se sume. Sólo resta el dolor.

3. Duelo y locura

Después de la muerte de los dioses, los españoles imponen su dominación a los indios. ¿Cómo interpretan éstos la nueva era que así comienza?

Los incas viven la dominación española —la ausencia del emperador— a la vez como martirio y como soledad. La elegía a la. muerte de Atahualpa los describe llorando y delirando, sin saber hada qué volverse. Porque la sombra que les protegía ha muerto se ven abrumados por el sentimiento de una falta que ninguna cosa puede colmar. Privados del padre que los guiaba, llevan ahora una :vida errante y dispersa, pisoteados por los extranjeros. Literalmente, ahora son sólo huérfanos oprimidos. De ahí el estado de duelo y frustración:

Con el martirio de la separación infinita el corazón se rompe.

Los indios suplican al Inca muerto que abra nuevamente sus ojos, que extienda nuevamente hacia ellos sus «manos magnánimas», a fin de restablecer entre ellos y el mundo la armonía perdida.

Entre los mayas, el recuerdo transmuta la época de la antigua civilización en una verdadera Edad de Oro, mientras que la dominación española se concibe como desencadenamiento de todos los males; el tiempo de los blancos es la inversión simétrica del tiempo de los antepasados. Este tiempo representaba el orden y la medida; una vez destruido, el presente sólo puede ser «tiempo loco».

Cuando pensamos en el papel fundamental del calendario en la cultura maya, el tema de la locura del tiempo reviste una fuerza asombrosa y no puede designar sino un caos absoluto. Por lo mismo, el Dios cristiano, aunque «verdadero», debe ser negado, pues enseña la mentira y el pecado; los españoles oprimen a los indios bajo el peso del tributo y los reducen a esclavitud; es la era del sufrimiento y la miseria, de la discordia y la guerra, de la enfermedad y de la muerte. En términos generales, no se trata tanto de una falta o de una ausencia —como entre los incas—, sino de una acumulación de elementos negativos. En la descripción de este mundo absurdo, los conceptos se encadenan con arreglo a parejas antinómicas, de manera que la oposición tiempo de la locura/tiempo de los antepasados recubre fisuras en todos los niveles: intelectuales, morales, sociales y biológicos.

Con todo, escapa a este análisis (como sucede con toda abstracción) la cualidad particular e insustituible de la historicidad concreta; hay un estilo original, una singularidad de lo vivido, que ninguna formulación puede explicitar completamente. Comprender la visión de los vencidos exige que nos impregnemos de toda la poesía y también de toda la violencia de los testimonios indígenas. Dejemos, pues, que los documentos sigan hablando; escuchemos la voz emocionante del Chilam Balam:

Entonces todo era bueno, y ellos (los dioses) fueron abatidos.

Había sabiduría en ellos… no había pecado entonces… había una santa devoción en ellos. Sanos vivían. No había enfermedad entonces; no había dolores de huesos, no había fiebres, no había viruela, no había ardor de pecho, no había dolor de vientre, no había enflaquecimiento. Sus cuerpos estaban entonces rectamente erguidos.

No es esto lo que han hecho los señores blancos cuando llegaron aquí. Han enseñado el miedo y han venido a mancillar las flores. Para que viviese su flor, han hundido y agotado la flor de los otros.

…Mancillada está la vida, y muere el corazón de las flores … falsos son Sus reyes, tiranos sobre sus tronos, avaros de sus flores… ¡Asaltantes de los días, ofensores de la noche, verdugos del mundo!…

No hay verdad en la palabra de los extranjeros.

Es solamente por causa del tiempo loco y por causa de los sacerdotes locos que la tristeza ha entrado en nosotros, que ha entrado en nosotros el cristianismo. Porque los muy cristianos han venido aquí con el dios verdadero; pero fue el comienzo de nuestra miseria, el comienzo del tributo, el comienzo del ayuno, la causa de la miseria de la cual ha surgido la discordia oculta, el comienzo de la expoliación, el comienzo de la esclavitud por deudas, el comienzo de las deudas colgadas a las espaldas, el comienzo de la disputa continua, el comienzo del sufrimiento.

Hemos descrito el traumatismo sufrido por los indios a través de los textos, es decir, de un modo bastante empírico. Sin duda, ese traumatismo podría ser definido en términos más rigurosamente psicoanalíticos. Los temas de la castración del Sol, del abandono por el padre, del duelo y la soledad nos llevan por esa vía. Sin embargo, no podemos aventurarnos a seguirla, al menos en este estadio del trabajo, por dos razones. Por una parte, la aplicación de los métodos psicoanalíticos a la historia, a pesar de las investigaciones actuales, se encuentra en un estadio embrionario, cuyos resultados son poco seguros. Por otra parte, una empresa semejante exigiría un análisis más detallado de las estructuras mentales propias de cada sociedad, cuando nosotros nos hemos limitado a sobrevolar la literatura indígena relativa a la Conquista en áreas culturales muy alejadas, desde México al Perú. Por tanto, en este capítulo nos proponíamos solamente una especie de toma de contacto con el problema, un descentramiento mental indispensable para comprender la visión de los vencidos. Nos bastará, pues, por el momento, haber evidenciado el hecho mismo del traumatismo, así como sus consecuencias. Los indios tienen la sensación de que su cultura ha muerto y experimentan una frustración particular, que corresponde a una verdadera «desposesión del mundo». Este traumatismo se perpetúa durante el período colonial, y hasta nuestros días, en la medida en que los indios continúan viviendo la dominación española como un estado inferior de sentimiento y humillación.

* Los vencidos: los indios del Perú frente a la conquista española,
Alianza editorial pp. 54-61.

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