El enfermo curado o el curador herido
El enfermo curado o el curador herido
Respecto a los últimos comentarios sobre el tema de la enfermedad
como criterio no hay que olvidar una de las características
singulares del chamanismo (que le distinguen de cualquier otra
psicoterapia): el médico, el chaman, ha pasado antes por la
enfermedad. Es lo que se llama la “enfermedad iniciatica” y que es
signo de identidad del chamán: él ha vuelto de las “tinieblas”, de
la “perdida del alma”, de la “lucha con los demonios”…conoce el
camino de ida a la enfermedad (la muerte, el caos, la regresión) y el
camino de retorno. Es un veterano, de ahí que el chamanismo sea un
conocimiento empírico, de primera mano ( a diferencia de otros
enfoques metodológicos que propugnan la distancia con el objeto de
conocimiento: en este caso la enfermedad).
Dado que el chamanismo es la base de toda la tradición iniciática (
con su muerte y renacimiento) no cabe duda que la fase de Nigreo
alquímica , de “muerte del ego” y otros términos obedecen a este
proceso.
Ahora bien, el chamanismo no es algo tan simple.El futuro chaman se
resiste a su elección precisamente por el temor a la “perdida”, a
la “caida en la locura”. Se experimenta como sufrimiento, y ese
conocimiento directo del sufrimiento es lo que ha hecho que el
chamán, el hombre-medicina ancestral, tenga una visión del trato del
enfermo muy distinto al modelo mecanicista actual.
Por otro lado también hay que recordar su criterio científico
fundamental: antes de recetar algo lo pruebo el propio médico. Es
decir, sus recetas de “plantas mágicas” son fruto de una
investigación concienzuda en su propia realidad. No ofrece
medicamentos “antipsicóticos” sin saber qué producen, sino que
(insisto mucho en esto) su conocimiento surge de la propia
experiencia empírica.
Si funciona, si da “fuerza” se recomienda..en caso contrario se
retira del consumo. Y lo mismo ocurre en la titulación de “chaman”:
si está curado puede ejercer, si no simplemente tendrá que seguir
luchando por conseguir encontrar la “vía de sanación” personal.
Por ello pienso, sin lugar a duda, que el conocimiento tradicional
indígena (en todos los pueblos y arropados por el termino chamanismo)
es más científico que esta nueva filosofía de la psicología (pues no
es más que eso) en la que se arropan los presuntos “científicos de la
salud”.
El chamanismo, estoy cada vez más convencido, exige tanto del
sujeto que no crea que pueda ser aplicado realmente a esta sociedad
de plastico y papanatas. Pienso que puede ayudar al desarrollo de
esta psicología mediocre que genera Occidente, pero en realidad en la
practica social el hombre civilizado va a respetar más mi título de
psicólogo que mi propia experiencia chamánica.
P.D.: La medicina de aquí postula que la psicosis (la enfermedad
mental) es incurable. La medicina de allá (y digo “allá” como lo otro
del mundo profano) no sólo postula que es curable sino que exige al
futuro medico que sufra en sí mismo eso tan temido en esta sociedad.
Unos postulan que curar la esquizofrenia es mediante la lobotomia
química, otros mediante una tremenda ampliación de conciencia y la
confianza en el Espíritu que todo anima.
Lo que sí comienzo a pensar con claridad es de lo que no hay cura
es para la neurosis insidiosa del hombre moderno. La gente mientras
se sienta dentro de lo “normal” no sentirá la necesidad de alterar su
mentalidad.
Y lo que es “normal” para una cultura, para la otra es simplemente
miseria humana.