LA COMPASION INFINITA DEL BODHISATTVA

LA COMPASION INFINITA DEL BODHISATTVA
Shikshasamuccaya, 280-282 [Vajradhvaha-sutra]. Ext. de E. Conze, “Buddhist Texts through the Ages” (Oxford, 1954).
Un Bodhisattva resuelve: Tomo sobre mí el peso de todo sufrimiento. Estoy resuelto a hacerlo así. Lo soportaré. No me volveré, ni me echaré atrás, ni temblaré, ni me asustaré, ni temeré, ni volveré la espalda, ni desistiré.
¿Y por qué? A cualquier precio habré de llevar las cargas de todos los seres. Con ello no sigo mis propias inclinaciones. He hecho el voto de salvar a todos los seres. He de liberar a todos los seres. He de redimir a todo el mundo de los seres vivos de los terrores del nacer, el envejecer, el enfermar, de la muerte y el renacimiento, de todas las formas de la culpa moral, de todos los estados desgraciados, de todo el ciclo del nacer y el morir, de la maraña de las opiniones falsas, de la pérdida de los dharmas benéficos, de las secuelas de la ignorancia. De todos estos terrores he de redimir a todos los seres… Me comportaré de tal modo que se edifique para todos los seres el reino del conocimiento insuperable. Mis esfuerzos no se encaminan meramente a mi propia liberación. Porque con la ayuda de la barca del pleno conocimiento salvaré a estos seres de la corriente de Samsara, tan difícil de cruzar, los apartaré del gran precipicio, los liberaré de toda calamidad, los llevaré a través de la corriente de Samsara. Lucharé con la masa de los dolores de todos los seres. Hasta los límites de capacidad de sufrimiento experimentaré todas las situaciones calamitosas que puedan darse en cualquier sistema cósmico, todas las moradas del dolor. Y no negaré a ninguno de los seres mi reserva de méritos, pues tengo resuelto vivir cada uno de los estados calamitosos por innumerables eones. De este modo ayudaré a todos los seres a liberarse, en todos los estados calamitosos que puedan darse en todos los sistemas cósmicos.
¿Y por qué? Porque ciertamente vale más que sufra yo solo y no que todos estos seres caigan en situaciones calamitosas. Por eso tengo que entregarme como prenda de redención para todo el mundo, para que sea redimido de los terrores de los infiernos, del nacimiento como animales, del mundo de Yama, y con mi propio cuerpo tengo que experimentar, para bien de todos los seres, la masa toda de los sentimientos penosos. Para bien y para seguridad de todos los seres lo hago, y hablo con sinceridad y con verdad, y no me vuelvo atrás de mi palabra. No abandonaré a todos los seres.
¿Y por qué? Porque en mí ha brotado la decisión de alcanzar todo conocimiento, con todos los seres como su objeto, es decir, para liberar a todo el mundo de los seres. Y no me propongo alcanzar la iluminación suprema por deseo de gozar sus delicias, ni porque espere gustar las calidades de los cinco sentidos, ni porque desee entregarme a los placeres de los sentidos. No emprendo el camino de un Bodhisattva a fin de lograr el cúmulo de delicias que puede hallarse en los diversos mundos del deseo sensual.
¿Y por qué? Porque no hay placer en todos los placeres del mundo. Porque entregarse a los placeres de los sentidos es cosa que entra en la esfera de Mara.

Credo tibetano del morir y del renacer

Padma Sambava
Credo tibetano del nacer y del morir

Editado por Miguel Grinberg

ÍNDICE

I. Vida y obra de Padma Sambava, el Segundo Buda

II. Meditación visualizadora del Maestro de los Tres Cuerpos

III. La liberación natural mediante la visión desnuda, que identifica la inteligencia

IV. Credo Tibetano del Morir y del Renacer

V. Invocaciones y plegarias

VI. Padma Sambava se despide del Tibet

VII. Testamento de Padma Sambava al pueblo tibetano; de las generaciones futuras

Simbología de la bandera del Tibet.

I
Vida y obra de Padma Sambava, el Segundo Buda

No crean nada, oh monjes, simplemente porque se lo dieron… o porque es tradicional, o porque lo imaginaron. No crean lo que su maestro les dice, simplemente por respeto al maestro. Pero luego de la indagación y el análisis, en razón de todo lo que descubran como conductor hacia el bien, el beneficio y el bienestar de todos los se res, crean en esa doctrina, adhiéranse a ella, y tómenla como su guía. Sidarta Gautama

Una siembra luminosa
Entre los imponderables tesoros espirituales que el budismo tibetano guarda en su tradición, se debe al maestro Padma Sambava un vasto y revelador tratado titulado La Liberación Natural Mediante la Contemplación de los Budas Iracundos y Apacibles. A él se le reconoce la introducción de las enseñanzas de Buda al Tibet durante el siglo VIII de la era presente.
Según las crónicas de la época, antaño en ese país regían cultos religiosos bárbaros ante los cuales, un emperador esclarecido llamado Trisong Detsen (755-797) decidió encaminar el destino tibetano en dirección de las enseñanzas budistas, cuya trayectoria en la India ya llevaba doce siglos de fértil implantación. En ese sentido, su obra de esclarecimiento fue facilitada por la visión de otro emperador que lo precedió, Songtzen Gambo (627-749), quien en la culminación de una época de alta beligerancia nacional apuntada a neutralizar tendencias militaristas feudales, decidió abrir su país a la cultura de la India, después de explorar el acervo espiritual del Asia.
Gambo, con la intención de proporcionarle al Tibet el lenguaje escrito que no poseía, envió a los eruditos más dotados de su reino a aprender sánscrito en centros religiosos indios, como paso previo para la traducción de los máximos textos budistas. Creía firmemente que un clima nacional de “sacralidad” podría orientar a su nación hacia la cohesión social y la grandeza moral.
El budismo es una de las más refinadas filosofías antiguas y hace 2.500 años que constituye una reveladora corriente religiosa. Iniciada en la India por el príncipe Sidarta Gautama, posee como elementos primordiales una bondad amorosa universal, el culto de la no-violencia, un impulso de paz e indulgencia, Asimismo, estimula a los seres conscientes a que se basen en sólidos principios éticos y a que durante su existencia terrena se enfoquen hacia la búsqueda de la verdad y el significado de la vida. Sus enseñanzas contienen una profunda comprensión de la mente humana y proponen múltiples disciplinas meditativas. Esto último se encuentra tan arraigado en las tradiciones budistas, que es tomado como obvio. De allí que se dé por sobreentendida la práctica de la meditación, y que se enfatice su aprendizaje bajo la guía de maestros idóneos.
La práctica de la meditación, especialmente dentro del budismo tibetano, apunta a que el discípulo descubra en sí mismo las zonas de conflicto, que comprenda la naturaleza de su ser y que desarrolle al máximo el potencial de su mente. El objetivo predominante es que la vida se colme de significados y de realizaciones, no simplemente para el bienestar personal, sino para el beneficio de todo el mundo.
En la esfera devocional, a Padma Sambava. (que en sánscrito significa nacido de un loto), se lo considera como el Segundo Buda, porque cuando Sidarta estaba a punto de fundirse en el parinirvana, le dijo a sus seguidores: Esta vida mundana es transitoria, y la separación resulta inevitable. Pero en el centro de un lago inmaculado situado en las tierras de Udíyana, aparecerá alguien que será más sabio y poderoso que yo. Nacerá en el centro de una flor de loto, será conocido como Padma Sambava, y revelará enseñanzas de los Mantras Secretos que liberarán a todos los seres de la precariedad material.
El término sánscrito parinirvana define la meta suprema de las aspiraciones budistas: la paz total, el reposo eterno. Sobreviene tras la muerte del cuerpo físico, una vez alcanzadas la plena purificación moral, la sabiduría suprema y el nirvana. Es un estado inefable e indescriptible. Implica el cese absoluto de la existencia mundana, la decadencia corporal, la muerte, el nacimiento y la repetición de los cielos encarnados.
El nirvana es un estado de liberación suprema del sufrimiento y constituye el objetivo de todas las prácticas budistas. Es la finalización del samsara o cielo infinito de la existencia: el budismo sostiene que todos los seres no realizados transmigran continuamente de una vida a otra, que los cuerpos mueren pero las mentes son eternas y están atadas a tal ciclo por la ignorancia, los deseos y las ilusiones. El nirvana está al alcance de todos porque es la verdad implícita de la condición humana y los maestros afirman que para una mente iluminada y despierta nirvana y samsara no son más que dos caras de la misma moneda. Algunas escuelas budistas lo sitúan más allá de este mundo, pero la línea universalista del budismo tibetano (y de otras latitudes del Asia) lo asumen como parte de la vida corriente donde se producen los fenómenos sensoriales. De modo que quien alcanza el nirvana transforma los sucesos relativos cotidianos en una dimensión perfecta, extraordinaria, llamada estado de Buda o Budidad.
Impresionado por las doctrinas budistas enseñadas en la universidad de Nalanda de la India, el rey tibetano Detsen le pidió apoyo a su rector, el maestro indio Khenpo Shantarakshita, para construir un primer monasterio en Samye. El sabio verificó que sus poderes eran insuficientes para enfrentar la reacción mágica y demoníaca de los chamanes adeptos a la antigua religión Bon, y convocó a Padma Sambava para concretar el difícil emprendimiento. Lo ligaban lazos de familia, pues el Segundo Buda tenía como consorte y discípula a la princesa Mandarava, hermana de Shantarakshita.
Considerado como una emanación del habla de Buda Avalokitesvara (señor de la Compasión Universal), de la mente de Buda Amitaba (señor de la Luz Inconmensurable) y del cuerpo de Buda Sakyamuni (Gautama, el fundador, sabio del clan Sakya), las biografías de Padma Sambava exceden los matices de cualquier personaje histórico pues, a la par de sus acciones físicas entre los seres vivos, ostentaba los poderes de ocho apariencias distintas de carácter sobrenatural.
La doctrina explica que todos los Budas de las Diez- Direcciones (cenit y nadir, norte, sur, este, oeste, noreste y noroeste, sudeste y sudoeste) y de los Tres Tiempos (pasado, presente y futuro) son en esencia idénticos y se unificaron en la figura de Padma Sambava, conocido también en la India como Gurú Padma y en el Tibet como Gurú Rinpoche. Las enseñanzas esenciales de Buda son siempre iguales para todos, pero según sea el estado de la evolución espiritual de los involucrados, pueden interpretarse de manera diferente. De allí las innumerables variaciones y corrientes del budismo. Padma Sambava se presentaba de modos disímiles, adecuados a la receptividad de los buscadores de la iluminación y de la consiguiente liberación del sufrimiento.
Creció, igual que Buda, en un contexto palaciego como hijo adoptivo de Indrabodi, rey de Odiyana, quien lo visualizaba como su heredero y se negaba a permitirle una vida de peregrinaje iniciático y de exploración religiosa. Para librarse de tal designio, Padma Sambava quebró la ley del reino: durante una ceremonia real se sumergió en una danza alucinada y clavó de modo letal un tridente en el pecho del hijo de un ministro. Se lo condenó al exilio en lo que se consideraba el peor lugar del reino: los crematorios. Pero allí se reunían los adeptos al Tantra (en el budismo, disciplina contemplativa vivencial ajena a la abstracción filosófica) y se vinculó con infinidad de dakinís (emanaciones femeninas de la sabiduría búdica, angelicales o feroces según las circunstancias, eventualmente eróticas). Desde ese momento, sus conexiones con múltiples divinidades fueron espontáneas y constantes. Distintos maestros lo fueron iniciando en matices sutiles de la epopeya espiritual, en tanto perfeccionaba ceremonialmente el tantrismo con su consorte Mandarava. A cierta altura, desentrañó los secretos de la longevidad, trascendió los márgenes de la vida y de la muerte y, por consiguiente, se volvió inmortal.
Cuando regresó a Odiyana disfrazado de mendigo, fue descubierto y el ministro cuyo hijo había muerto lo condenó a sucumbir en una gran pira, situación de la que Padma Sambava y Mandarava salieron totalmente ilesos. Hay otras versiones del incidente, y una de ellas narra que Mandarava era abadesa de un convento con 500 monjas, e hija del rey de lo que hoy es Mandi. El maestro entró al convento y la tomó como consorte, violando la ley. Ese monarca ordenó quemarlo pero las llamas se transformaron en un lago.
En consecuencia, y deslumbrado, el rey de Odiyana se convirtió en discípulo de su hijo. Dondequiera éste aparecía, revertía radicalmente mediante la fe situaciones de odio y violencia. Viajaba de modo incesante y así llegó a ser un máximo maestro tántrico en Nalanda.
El Tantra es un método meditativo apuntado a lograr la experiencia iniciática que precede a la iluminación. Abarca cuatro dinámicas esenciales: el mandala (cosmograma gráfico que permite captar la realidad cósmica inductora de la realización espiritual del practicante), las asanas (posturas correctas para la meditación), el mudra (gesto de carácter ritual consumado con las manos y los brazos) y el mantra (invocación mental edificante ligada al acto meditativo).
Padma Sambava diluyó de modo avasallador todas las fuerzas demoníacas que se mancomunaron para impedir que introdujera el budismo en el Tibet, y las crónicas señalan que trasmutaba sin cesar cuanta manifestación de negatividad aparecía en su área de influencia. No bien lo acometían los poderes imperantes basados en creencias míticas primitivas, Padma Sambava no cedía ante las fuerzas naturales hostiles desatadas en su contra, ni resultaba vulnerable a los designios mágicos destructivos.
Sin cesar, cuando era enfrentado con el entendimiento antiguo, proporcionaba nuevas explicaciones y exponía -con obstinación hábil y transparente- las facetas místicas y luminosas de la existencia humana. Sabía de los ritos primitivos de los tibetanos que procuraba iniciar en el budismo hoy conocido como Escuela Vajrayana (diamantina, joya de la sabiduría que expresa la realidad suprema y que manifiesta una compasión universal). El budismo afirma que las deidades celestiales (budas apacibles) o las formas demoníacas (budas iracundos) son expresiones de la mente humana. Por lo tanto, la neutralización de tales potencialidades requiere que se domen las, propias emociones.
No bien se consolidó una situación favorable al budismo en el Tibet, Shantarakshita asumió como abad del flamante monasterio de Samye, y comenzó la traducción sistemática al idioma tibetano de todas las enseñanzas del Buda preservadas en sánscrito. Muchos tibetanos fueron a estudiar a Nalanda, y numerosos maestros indios se radicaron en el Tibet.
No hay acuerdo entre los cronistas sobre el tiempo que Padma Saraava permaneció entre los tibetanos, y así como algunos lo miden en meses, otros lo establecen en décadas. En un documento histórico llamado ‘Declaración de Ba” se resuelve la discordancia mediante esta explicación: parecía que el maestro abandonaba el Tibet pero lo que en verdad partía eran proyecciones creadas por Padma Sambava, que se recluía en cavernas distantes, o continuaba su labor misionera en Nepal y Bhután, para la transmisión colectiva del Darma (la Enseñanza o Verdad). Sostenía siempre que el conocimiento espiritual debe personalizarse y convertirse en testimonio individual, pues si se mantiene en mera teoría no cumple función provechosa alguna.
Dados sus poderes magnos, suele explicarse, concretaba grandes realizaciones que supuestamente demandarían mucho tiempo, cosa que en la práctica se volvía relativo. Hacía mucho en un instante, y cada instante equivalía a la eternidad. Y su leyenda afirma que Padma Sambava continúa viviendo como maestro en esté mundo, para beneficiar con su luz a todos los seres sensibles como gran regente del Vajrasatva (cúspide de los budas apacibles, custodios de los misterios sublimes) y para garantizar con su presencia que la genuina esencia del Darma permanezca para siempre en la tierra.
El tratado La Liberación Natural Mediante la Contemplación de los Budas Iracundos y Apacibles detalla con profundidad e intensidad las cúspides del credo tibetano sobre el arte de morir y renacer, corno forma de superar progresivamente los obstáculos que traban el desarrollo espiritual. Su recopilación inicial se debe a la princesa Yeshe Togyel, consorte y discípula tibetana principal del maestro Padma Sambava, quien no sólo transcribió sus enseñanzas orales – en un lenguaje codificado que hoy se denominan escrituras de dakini- sino que Togyel los ocultó en cavernas y otros lugares secretos e inaccesibles cuando el maestro vaticinó que vendría una época muy adversa para las enseñanzas del Buda en la región, cosa que efectivamente ocurrió a partir del siglo IX.
Los llamados termas (tesoros o reminiscencias de la Visión Pura), no sólo quedaron guardados en lugares conocidos apenas por sus discípulos más cercanos, que en encarnaciones posteriores los localizaron como reveladores de tesoros o tertones, sino que al mismo tiempo algunos quedaron como sembrados en la mente de otros iniciados, que los corporizaron en el futuro cuando las condiciones fueron mejores, En la práctica, el terma es inmaterial y permanece protegido en profundos niveles mentales, hasta que súbitamente lo devela uno de sus herederos espirituales. Hay siete tipos: algunos fueron escondidos en el seno de rocas, tierra o agua; otros quedaron como reminiscencias latentes; y otros fueron transmitidos de mente a mente (de maestro a discípulo).
Uno de los tertones más famoso fue Karma Lingpa, quien localizó esta enseñanza en una cueva montañosa de la zona tibetana central, en el siglo XIV. Época luminosa, que el tibetólogo Robert Thurman describe así: “Todos aquellos lamas eran eruditos, santos, científicos y exploradores psiconáuticos (navegantes de la mente). Se cree que una gran cantidad de ellos había conquistado la capacidad que llamamos ‘muerte lúcida’. Habían practicado a la perfección los yogas esenciales que se alcanzan durante una vida de enfoque total en la iluminación… Esos lamas eran los científicos más avanzados, santos hombres y mujeres carismáticos al extremo, respetados líderes sociales, y los más amados miembros de la sociedad tíbetana “. Cabe señalar que se llama lama a todo maestro espiritual, sea o no un monje.
Siglos después de su recuperación en aquellos tiempos más propicios, una fracción funeraria de los mismos (el Bardo Thodol, que significa “liberación mediante el escuchar en el plano posmortem”) fue traducido al inglés y publicado en Europa en 1927 bajo el título arbitrario de Libro Tíbetano de los Muertos.
La tarea básica fue realizada por el lama Kazi Dawa Samdup, que el profesor británico W. Y. Evans-Wentz, del Jesus College de Oxford, compiló y publicó firmando el resultado con su nombre. Recién al publicarse la tercera edición en 1955, en
Estados Unidos un oportuno prefacio del lama Anagarika Govinda colocaba a Padma Sambava en su justo lugar corno autor original del trabajo. Evans-Wentz, que por cierto había querido emular al Libro Egipcio de los Muertos (otro título arbitrario con el que algunos egiptólogos del siglo XIX bautizaron a un papiro en verdad titulado Libro de la Salida al Día), puso algunas cosas en su lugar en 1954 con la edición de otra fracción de las enseñanzas de Padma Sambava, bajo el título Libro Tíbetano de la Gran Revelación incluyó algunas secciones d la biografía del Gurú Rinpoche escrita por la dakini Yeshe Togyel. Pero en general, la sobrecarga de interpretaciones intelectuales que elaboró este divulgador europeo de formación cristiana, tornó bastante indigeribles sus dos aportes divulgatorios.
Para corregir ese fárrago retórico que en vez de esclarecer en Occidente las avanzadas enseñanzas del sabio Padma Sambava las oscurecía, el segmento de las ceremonias mortuorias de su prédica fue traducido de nuevo al inglés en 1975 por el lama Chógyam Trungpa y la investigadora Francesca Fremantle. La psicointerpretación del erudito lama contemporáneo resultó más extensa que el texto básico comentado: aclaró muchas zonas puestas en penumbra por Evans-Wentz, pero planteaba un problema nuevo. En vez de ir al “alma” del texto, se esmeraba en enumerar eruditamente en sánscrito el nombre de infinitas deidades totalmente desconocidas por lectores occidentales no budistas que sólo saben que el Tibet existe gracias a la prédica infatigable del Dalai Lama. Que no tienen la menor intención de adherir al ascetismo budista y que no saben qué pensar cuando Trungpa les expresa que “Ahora, los principios de los cinco Tagháta se transforman en los Héruka y sus consortes… Vajrapaní se manifestó como Hayagriva, la roja figura colérica con cabeza de caballo, y emitió tres relinchos para proclamar su presencia en el reino de Rudra, Luego penetró en el cuerpo de Rudra por el ano, y Rudra quedó humillado en extremo…
Por fortuna, en 1994, Robert Thurman tradujo, con mayor amplitud temática la obra original y recuperó una gran cantidad de plegarias y visiones de Padma Sambava desechadas por las dos versiones precedentes. Allí reside su mérito: no dejó afuera la poesía espiritual del Nacido de un Loto, quien dijo: ‘Vine como lluvia que cae por el mundo en formas innumerables para quienes estén listos para recibirme. Las acciones de los Iluminados son incomprensibles. ¿Quién puede definirlas o medirlas?’

El Libro Tibetano de los Muertos
Uno de los preceptos centrales de la religión tibetana se basa en el concepto de reencarnación, lo cual incorpora a la muerte no como el fin de todas las cosas, sino como una etapa esencial de la evolución humana. Las traducciones más divulgadas del Bardo Thodol (a las que pueden agregarse otras tres: la de Giovanni Tucci, la de Eva K. Dargyay y la mancomunada de Stephen Hodge y Martin Boord) ponen en primer plano rituales a ser practicados con los difuntos, en especial una serie de recitados que tienen por finalidad guiar al fallecido hacia la consumación del nirvana en otras órbitas. Caso contrario, volverá a encarnar en este mundo de los seres pasibles de sufrimiento.
En tibetano, bardo significa entre dos, estado intermedio o zona de transición. En el contexto más estricto, se asume como el interludio entre el acto de morir y la asunción de la vida siguiente.
Las enseñanzas de Padma Sambava se inscriben en una de las tres grandes corrientes budistas, la Vajrayana (budismo Tántrico o Esotérico). Llamada también “vehículo de diamante”, recurre a conjuros, rituales altamente sofisticados, símbolos y la adquisición de poderes sobrenaturales, a fin de alcanzar el estado de Iluminación. Todas estas técnicas psicofísicas se transmiten oralmente del maestro al discípulo, no hay manuales integrales al respecto. Los existentes son insuficientes sin la enseñanza oral. El practicante se identifica con Buda y puede alcanzar la Iluminación en una sola vida. Las prácticas tántricas se caracterizan por la inclusión de la vida sexual (shakti). Thurman propone que etimológicamente, Tantra significa red y establece una concordancia entre el mundo exterior y el interior, entre las deidades y los seres comunes. Las doctrinas tántricas detallan prácticas rituales en pos de realidades supremas. Así mismo, en tibetano el Tantra se conoce como rgyud, que significa continuidad.
Las otras dos corrientes son el budismo Hinayana (o Theravada), denominado “pequeño vehículo”, que enfatiza la austera vida individual en el seno de un monasterio como manera de emular a Buda (quien desechó el ascetismo extremo), conquistar la santidad mediante la práctica meditativa y extinguir el deseo y los residuos kármicos al final de la vida. El karma es una ley de la causa y el efecto: todas las acciones positivas o negativas pesan sobre cada individuo y lo condicionan a sufrir sus consecuencias durante una o varias existencias. El objetivo espiritual consiste en librarse del cielo de las existencias.
En cambio, el budismo Mahayana o “gran vehículo” no admite la liberación personal como objetivo exclusivo y se aboca con la compasión como herramienta altruista principal a avanzar hacia la Iluminación junto a los semejantes, todas las vidas que haga falta.
En las prácticas Vajrayana se identifican seis bardos: 1. el proceso del fallecimiento (intervalo desde el instante en que el individuo comienza a morir hasta que tiene lugar la separación de la mente y el cuerpo) y la eventual percepción de la Luz Clara (naturaleza búdica); 2. las visiones apacibles e iracundas (proyecciones de la mente humana que toman características de deidades del cielo o del infierno, semejantes a los estados psicodélicos); 3. período de devenir o renacimiento (donde la conciencia desciende y la mente -por la fuerza del karma- asume un nuevo cuerpo donde nacer: el budismo no postula la continuidad de una entidad que se reencarna sino que habla del renacimiento de un flujo de conciencia o emanación en un nuevo cuerpo); 4. la transición entre el nacimiento y la muerte (la conciencia común, despierta en la vida corriente); 5. el estado de sueño (lo que se experimenta cuando se duerme); y 6. la concentración meditativa (estabilidad durante los ejercicios de introspección).
Lo singular del Bardo Thodol en su versión integral (con los votos y plegarias) es que deja de ser un manual funerario y se vuelve una guía para el acto de vivir. En todo momento de su crecimiento y evolución como ser humano, cada individuo muere en relación a su pasado, deja atrás facetas de su ego antiguo, y si no lo hace le resultará imposible encontrar su lugar en la nueva vida espiritual que le cabe como iniciado.
Por eso el lama Govinda resalta que todos los que están ilustrados sobre la filosofía budista reconocen que el nacimiento y la muerte no son fenómenos que ocurren una sola vez en la vida; se producen ininterrumpidamente. En cada instante algo muere en nosotros y algo renace. Por lo tanto, los diferentes bardos representan distintos estados de conciencia en nuestra vida. El estar despierto con la conciencia normal de haber nacido en el mundo humano, el estado de inmersión en el sueño, el trance durante la. meditación profunda, la experiencia de morir, la experiencia de la realidad, la experiencia de renacer. Hay mucho para hacer en esta vida, que no se trata de una misa por los muertos, cosa a la cual se redujo al Bardo Thodol en los últimos tiempos. La obra se dirige no sólo a quienes ven que se aproxima el final de su vida, o que están cerca de la muerte, sino a quienes todavía tienen muchos años de vida encarnada, y que, por primera vez, advierten el significado de su vida como seres humanos. Nacer como ser humano es un privilegio, según la enseñanza de Buda, porque ello ofrece una rara oportunidad de: liberación a través del propio esfuerzo decisivo, a través de un darse vuelta en el profundísimo asiento de la conciencia.
William Hart, en su obra sobre la meditación Vipassana, dice que el universo existe para cada uno tan sólo cuando lo experimentamos con el cuerpo o con la mente. No está en parte alguna, está siempre en el aquí y el ahora. Y la exploración de nuestro aquí y ahora es la única forma en la que podemos explorar el mundo, porque a menos que exploremos nuestro mundo interno, nunca podremos conocer la realidad. En la antigua lengua pali de la India, Vipassana significa visión cabal. Constituye la esencia de la enseñanza del Buda la experimentación real de las verdades que enunció. Sus palabras son la expresión de su experiencia meditativa y también instrucciones detalladas de la forma en que debe practicarse para alcanzar la meta que él alcanzó: la experiencia de la verdad. Muy por encima de los cultos tanatológicos imperantes en estos tiempos degenerados, las enseñanzas de Padma Sambava revelan los secretos de la vida. Lo cual les otorga un inmenso valor espiritual a la vez que las reviste de una infinita proyección universal.
En cualquier aprendizaje general, un discípulo se da vuelta, se revierte: escucha, reflexiona y medita. Pero aquí se trata de algo distinto al escuchar en el contexto de la escucha, la reflexión y la meditación. Equivale a cierto tipo de enseñanza del Vajrayana que tiene la capacidad de provocar la liberación. Esta liberación “mediante el escuchar” no alude al acto físico, al uso del sentido del oído, por parte de alguna persona que escucha la lectura de la enseñanza de alguien llamado Buda. Más bien se trata de una experiencia de alguien que acepta la enseñanza con su corazón, se apropia de ella, y con ella se embebe, se empapa y se embriaga.
Escuchar, en este caso, es abrirse con total permeabilidad. Es dejar que el corazón vibre y se colme infinitamente, con fe, sinceridad, devoción y entrega.
Lo que tal vez comienza de modo intuitivo, va transformándose en entendimiento: el sentimiento se fusiona con el pensamiento. El corazón y la mente accionan de modo unísono. Por fin, la captación intuitiva y el discernimiento mental pasan a accionar en la experiencia directa del individuo, que convierte la enseñanza en una realidad viva, expansiva, ilimitada. Y es aquí que resuena expandida la premisa de Padma Sambava: “el conocimiento espiritual debe personalizarse y convertirse en testimonio individual, pues si se mantiene en mera teoría no cumple función provechosa alguna”. O como expresa el Lama Govinda: “así, la convicción intelectual crece y se vuelve certeza espiritual, en un conocimiento donde el conocedor se vuelve uno con lo conocido”.
La liberación natural consiste en identificarse con lo que es, tal cual es, porque por encima de lo ilusorio de la vida y la muerte, el secreto consiste en librarse de la ignorancia. El Darma budista, clave de eternidad, de llama inagotable, de luz infinita, disipa las nubes del temor, abre camino a la llegada de un sol que trasmuta las fibras del ser. La muerte es algo ilusorio porque uno se ha identificado con una forma transitoria, temporal. Desde el momento de nacer comienza la hora de morir. Hecho inapelable que llega cuando y como sea, sin dar posibilidad de fuga. Es cuando las fantasías físicas, mentales o emocionales del individuo dejan paso a las vibraciones de unificación con el universo. Que en el budismo se denomina bodichita: una conciencia del despertar del espíritu suprapersonal que lo abarca todo, y que reside en todo ser vivo en estado potencial.
Morimos y nacemos ininterrumpidamente. En la enseñanza tántrica que se produce es la muerte simbólica del “iniciado”, que se abre a otras formas de percepción. Lo que llamamos iluminarse es darse a luz, conscientemente. No una vez sino infinitas veces, lejos de toda instancia de cristalización.
La “liberación”, dice por fin el Bardo Thodol, es un acto mental basado en reconocer claramente, que no hay otras ataduras que las que tejemos nosotros mismos a nuestro alrededor. Que los cielos, los infiernos, los dioses y los demonios -y también esta misma vida- no son sino fabricaciones de nuestra imaginación.
Todos los textos de Padma Sambava incluidos en esta selección, fueron concebidos para ser recitados. Para el que quiera escucharlos y para que los escuche quien los recite. No una vez: muchas veces. Porque en última instancia, sólo de la confluencia de la sabiduría y la compasión surge el destello inconmensurable del Buda Amitaba, señor del Paraíso de Occidente (un estado de conciencia denominado también de la Tierra Pura). Igualmente conocido como Amitayus: el Buda de la longevidad inconmensurable.
Morir, renacer.. en el devenir de la vida infinita no hay principio ni fin. En el budismo, mente y alma o espíritu son sinónimos. Y constituyen itinerarios intemporales que una luz clara y compasiva nutre como una madre celestial, eterna.

Miguel Grinberg

II
Meditación visualizadora del Maestro de los Tres Cuerpos
La inconcebible realidad de Buda se resume en tres luminosidades o cuerpos que confluyen en la Iluminación: la realidad suprema, la beatitud personal y la emanación creativa en beneficio de todos los seres. Al mismo tiempo que el budismo tibetano remarca el valor de un Mentor (O maestro) personal, indica que existen tres venenos (la codicia, el odio y la ilusión) que fuerzan ciclos de vida carentes de luminosidad y encadenados al sufrimiento. La Iluminación liberadora se produce solamente cuando se los elimina de manera integral, como modo de acceder a la transformación inmediata del ser con base a las enseñanzas budistas sobre la Gran Perfección. He aquí la plegaria propuesta por el Maestro Padma Sambava en pos de tal visualización, prerrequisito de toda consumación.

¡OM!
Al Mentor del Cuerpo de la Verdad, no nacido,
no desarrollado,
en el palacio del perfecto Reino de la Verdad que
todo lo impregna,
con reverente devoción, dedico mi fervorosa plegaria.
Libre por mi cuenta, todavía asido a la ilusión de
p
las ideas falsas,
acepto libremente la bendición del perfecto
Cuerpo de la Verdad,
como sabiduría primordial, sin esfuerzo, sin artificios.

Al Mentor del Cuerpo Beatífico, inmortal, embeleso supremo,
en el palacio de 1a resplandeciente beatitud universal, sabiduría pura,
con reverente devoción, dedico mi fervorosa plegaria.
Libre por mi cuenta, todavía dominado por
deseos y apegos,
acepto libremente la bendición sin esfuerzo del Cuerpo Beatífico,
como liberación natural de la sabiduría interna de la beatitud universal.

Al Mentor del Cuerpo Emanador, inefable, creado por sí mismo,
en el palacio del loto perfecto e inmaculado,
con reverente devoción, dedico mi fervorosa plegaria.
Libre por mi cuenta, todavía impregnado de odio
y de prejuicios,
acepto libremente la bendición sin esfuerzo del Cuerpo Emanador.
como prueba neta de la sabiduría introspectivo
de la autoiluminación.

A la imparcial beatitud grandiosa del Mentor del Triple Cuerpo,
en el palacio de la genuina Luz Clara de la introspección,
con reverente devoción, dedico mi fervorosa plegaria.
Libre por mi cuenta, sin abandonar el dualismo entre sujeto y objeto,
acepto libremente la bendición del éxtasis del Triple Cuerpo,
como espontaneidad de la sabiduría original del Triple Cuerpo.

Oh, compasión para estos seres conscientes que sufren,
que vagan por los cielos de la vida, enceguecidos
por ilusiones,
sin saber que sus propias mentes son el infinito
Cuerpo de la Verdad:
¡que todos ellos logren el Cuerpo de la Verdad!
Oh, compasión para estos seres conscientes,
confundidos por deseos,
que vagan por los cielos de la vida identificados con deseos y apegos,
sin saber que su conciencia aloja el gran deleite del Cuerpo Beatífico:
¡que todos ellos logren el Cuerpo de la Beatitud!

Oh, compasión para estos seres equivocados,
que vagan por los cielos de la vida con la mente
dualista del odio,
sin saber que sus propias mentes son el Cuerpo Emanador nacido libre:
¡que todos ellos logren el Cuerpo Emanador!

Oh, compasión por todos los seres que todavía no son Budas,
prisioneros del hábito finito de velos adictivos a los objetos,
sin saber que sus propias mentes son los Tres Cuerpos indivisibles:
¡que todos ellos alcancen los Tres Cuerpos del estado de Budidad!

III

La liberación natural mediante la visión desnuda, que identifica la inteligencia

¡Homenaje a la Deidad Tricorpórea (1), claridad natural de la inteligencia!

Esto enseña la Liberación Natural mediante la Visión Desnuda que Identifica la Inteligencia, desde la Enseñanza Profunda de la Liberación Natural mediante la Contemplación de las Deidades Búdicas Apacibles y Feroces. Así, al identificar tu propia inteligencia, contémplala bien. ¡Oh hijo afortunado!

¡ema hoh!
(expresión de portento y gozo)
La mente única que impregna toda la vida y la liberación,
aunque constituye la naturaleza primordial, no es reconocida.
Aunque su reluciente inteligencia no sufre interrupción, no es asumida.
Aunque surge sin cesar en todo lugar, no es acatada.
Para dar a conocer su naturaleza objetiva,
los tres veces dos (2) Victoriosos proclamaron las
inconcebibles
ochenta y cuatro mil Enseñanzas del Darma (3),
que no enseñan otra cosa que esta realización.
Aunque las Escrituras son inconmensurables
como el cielo,
su sentido son pocas palabras que identifican la
inteligencia.
Ésta es la introducción directa a la intención de
los Victoriosos:
Sólo ella constituye el acceso a la liberación de las
vidas progresivas.
ikyai ho!
(Proclama de alerta)
¡Hijos afortunados! ¡Presten atención!
La “mente” – aunque tanto se conoce esta gran
palabra-
es algo que la gente desconoce, conoce mal o sólo
en partes;
y al no conocer su realidad con precisión,
plantea inconcebibles proclamas filosóficas.
El individuo común y alienado, al no advertirlo,
al no entender por sí mismo su propia naturaleza,
sufre mientras vaga por seis formas (4) de vida en
tres reinos,
tal es la falla de no advertir esta realidad de la mente.

Discípulos y Budas ermitaños (5) proclaman la realización
de un no egoísmo parcial, pero no lo conocen con
precisión.
Amarrados a las demandas de sus tratados y sus
teorías,
no contemplan la transparencia de la luz pura.
Discípulos y ermitaños se excluyen por aferrarse al sujeto y al objeto,
el extremismo sobre esas dos realidades aísla a
los centristas;
los Tantristas del rito y la ceremonia,
por extremismos en el servicio y la práctica,
y los Tantristas Magnos y Penetrantes (6),
al aferrarse a la dualidad del ámbito y la inteligencia,
se equivocan por permanecer dualistas en la no
dualidad,
y desconectados de la no dualidad, no despiertan.
Con toda la vida y la liberación inseparables de
sus mentes, deambulan por el ciclo vital en vehículos de
abandono y discriminación,
En consecuencia, ¡absorbe todo lo creado en tu
libre inacción,
realiza la enorme liberación natural de todo
basándote en esta enseñanza
de la liberación natural mediante la
contemplación desnuda de tu propia inteligencia!
¡Así, en la Inmensa Perfección, todo es perfecto!

¡samaya gya gya gya!
(voto de protección angelical)

La “mente”, este brillante proceso de inteligencia,
en un sentido existe y en otro sentido no existe.
Origina el placer y el dolor del vivir y liberarse.
Se acepta como esencial, en los once Vehículos (7) de la liberación.
Sus nombres son incontables en varios contextos.
Algunos llaman a esta mente “la mente-realidad”.
Algunos esencialistas la mencionan como “ego”.
Algunos discípulos la llaman “ausencia de ego”.
Los idealistas le dan el nombre de “mente”.
Algunos la llaman “sabiduría trascendente”.
Algunos la denominan “naturaleza de Buda”.
Otros la llaman “el Gran Sello”.
Algunos la denominan “Goteo del Alma’.
Algunos la llaman “el Reino de la Verdad”.
Algunos la consideran como “el Cimiento”.
Otros la llaman ‘lo Ordinario”.
Para presentar el ingresó por tres puntos (8) o esto mismo:
asumamos la conciencia pasada como algo sin
huella, claro y vacío,
la percepción futura como no producida
y nueva,
y la conciencia presente como algo en estado
natural, no plasmado.

De este modo, al conocer el tiempo en su modo común,
cuando te contemplas en plena desnudez,
tu aspecto es transparente, no hay nada para ver,
es la inteligencia desnuda, inmediata, clara.

Es una vacuidad clara sin nada establecido,
pureza de una no dualidad de claridad-vacío;
impermanente, libre de toda entidad intrínseca,
no aniquilada, brillante y diferenciada,
no una unidad, sino claridad multidiscernida,
sin pluralidad, indivisible, de único sabor,
no derivada, consciente de sí misma, en su
realidad genuina.

Esta identificación objetiva de la realidad de las cosas
contiene completo en uno los indivisibles Tres
Cuerpos.
El Cuerpo Verdad: vacío exento de entidad intrínseca.
El Cuerpo Beatífico: que brilla con la energía natural de la libertad.
El Cuerpo Emanación: que surge sin cesar en todas partes.
Su realidad proviene de los tres en uno.

Para presentar el método potente de acceso a esta genuina realidad,
¡ ahora mismo tu propia conciencia es sólo esto!
Esto que consiste apenas en una claridad natural
no tramada.
¿Por qué dices “no entiendo la naturaleza de la mente”,
si aquí, en esta clara inteligencia sin fisuras, no hay nada sobre lo cual meditar?
¿Por qué dices “no veo la realidad de la mente”,
dado que el pensador en la mente es sólo esto?
¿Por qué dices “hasta cuando la busco no la
encuentro”,
si aquí no hay nada para hacer?
¿Por qué dices ‘haga lo que haga, no funciona”,
si basta quedarse quieto sin tramar nada?
¿Por qué dices “no puedo quedarme quieto”,
si es correcto contentarse con la inacción?
¿Por qué dices “soy incapaz de hacerlo”,
si la claridad, lo consciente y el vacío son
automáticamente indivisibles?
¿Por qué dices “la práctica no resulta eficaz”,
si es algo natural, espontáneo, libre de causa y
estipulación?
¿Por qué dices “se busca, pero no se encuentra”,
si el pensamiento y la liberación natural son
simultáneos?
¿Por qué dices “los remedios son ineficaces”?
Si tu propia inteligencia es apenas esto,
¿por qué dices “esto no lo conozco”?

Ten certeza de que la naturaleza de la mente es una
vacuidad sin bases;
tu mente es insustancial como, un espacio vacío…
¡Te guste o no, observa tu propia mente!
No te ciñas al panorama de la vacuidad
aniquiladora.
Ten certeza de que la sabiduría espontánea fue
siempre clara:
es espontánea en sí misma como la esencia del sol…
Asegúrate de que no se interrumpa la sabiduría
Inteligente,
que sea como la corriente continua de un río…
¡Te guste o no, observa tu propia mente!

Ten la seguridad de que no la conocerás
pensando razones diversas,
su movimiento es insustancial como las brisas en
el cielo…
¡Te guste o no, observa tu propia mente!
Asegúrate de que lo que aparece es tu pronta
percepción.
Lo que aparece es percepción natural, como un
reflejo en el espejo…
¡Te guste o no, observa tu propia mente!
Asegúrate de que todos los signos se liberen en el
instante,
autooriginados, autopronunciados, como nubes
en el cielo…
¡Te guste o no, observa tu propia mente!
No hay nada que no esté incluido en la mente.
¿Dónde se produce la meditación sino en la mente?
No hay nada que no esté incluido en la mente.
No existe otra enseñanza para practicar salvo la
práctica de la mente.
No hay nada que no esté incluido en la mente.
No existen compromisos que mantener fuera de la mente.
No hay nada que no esté incluido en la mente.
No existe meta que alcanzar fuera de la mente.
¡Observa otra vez! ¡Observa otra vez! ¡Observa
tu propia mente!
Si buscas afuera en el ámbito del espacio,
de la mente no emanarán sus reflexiones.
Cuando buscas aquí dentro de tu propia mente,
no hay emanador de las emanaciones de la mente.
Tu mente es claridad sin alucinaciones.
Es el Cuerpo-Verdad, consciente de sí mismo,
vacuidad de luz clara,
sin nubes y translúcido como el amanecer
en el cielo,
no restringido por las formas, es distinguido
claramente en todas partes.
Que adviertas o no este punto, establece
una enorme diferencia.

Luz clara, espontánea, de primordialidad no fabricada,
¡asombra que esta hija de la conciencia no tenga padres!
Esta sabiduría espontánea, ¡asombra que nadie la haya hecho!
Como no conoció el nacimiento, ¡asombra que nunca vaya a morir!
Obviamente clara, ¡asombra que carezca de alguien que la vea!
Al deambular por el cielo, ¡asombra que no sea
un mal real!
Al sustentar la naturaleza de Buda, ¡asombra que
no sea un bien real!
Al estar en todas partes, ¡asombra que no
conozca la realidad!
Más allá de esto, ¡asombra que anhele otros frutos!
Puesto que tú eres ella, ¡asombra que la busques
en otras partes!

¡Ema!

Esta no-cosa brillante, conciencia de! ahora:
¡he aquí el pináculo de todas las visiones!
Esta libertad total, no-perceptora, universal:
¡he aquí el pináculo de toda meditación
Este relajado abordaje de la vida, no planeado,
¡he aquí el pináculo de toda conducta!
Este logro sin esfuerzo, primordial, no buscado,
¡he aquí el pináculo de todos los logros!

Cuatro puntos inequívocos de la enseñanza del
Vehículo Universal:
La visión de este gran vehículo no sufre error,
como ocurre con esta brillante conciencia del ahora,
llamada “vehículo” pues es clara e inequívoca.
Este gran vehículo es inequívoco en la
meditación,
como ocurre con esta brillante conciencia del ahora,
llamada “vehículo” pues es clara e inequívoca.
Este gran vehículo es inequívoco en la conducta,
como ocurre con esta brillante conciencia del ahora,
llamada “vehículo” pues es clara e inequívoca.
Este gran vehículo es inequívoco en el gozo,
como ocurre con esta brillante conciencia del ahora,
llamada “vehículo” pues es clara e inequívoca.

Enseñanza de los cuatro grandes designios de la
inmutabilidad:
Este gran designio de la visión inmutable
es justo esta brillante percepción consciente del
ahora,
llamada “designio” por su firmeza en los tres tiempos.
Este gran designio de la meditación inmutable
es justo esta brillante percepción consciente del
ahora,
llamada “designio” por su firmeza en los tres tiempos.
Este gran designio de la conducta inmutable
es justo esta brillante percepción consciente del
ahora,
llamada “designio” por su firmeza en los tres tiempos.
Este gran designio del gozo inmutable
es justo esta brillante percepción consciente del
ahora,
llamada “designio” por su firmeza en los tres tiempos.
Instrucción que enseña la unicidad de los tres
tiempos:
abandona la noción “pasado” no siguiendo las
sendas antiguas;
corta las conexiones mentales, no siguiendo
planes futuros;
no te aferres al ahora, quédate en la experiencia
del espacio.
Libre de la meditación, no medites en absoluto,
básate en la mente despierta, no distraído por la
distracción,
libre de la concentración y la distracción, contempla en desnudez.
Brillantez autoconsciente, que se conoce a sí
misma, con claridad propia,
pues eso que emerge es “espíritu iluminado”,
inmeditable, más allá de los objetos del
conocimiento,
imposible de distraer, claridad brillante y natural.
La visión de la vacuidad de la liberación natural
es el brillante y vacío Cuerpo de la Verdad.
La realización de la Budidad no se logra
mediante caminos:
el Buda Purificador puede verse ahora mismo.

Instrucción para acabar con los seis extremos:
aunque existe gran cantidad de consideraciones
discordantes,
en esta mente autoconsciente, en esta sabiduría
de originalidad propia,
no hay dualidad entre la visión y lo visto.
Busca al que ve en el ver y el no ver.
Cuando se busca al que ve no se lo encuentra,
entonces se alcanza el final de los vislumbres.
¡El impacto de lo visto desemboca justo en eso!
En la total ausencia de algo para ver,
no te alucines con el falso vacío de la nada
absoluta
es el claro destello de la conciencia del ahora, del
autodespertar.
¡Es así como se ve la Gran Perfección!
Aquí no existe la dualidad del darse cuenta y del
no darse cuenta.

Aunque en el sendero ascendente de la conciencia
común consciente de sí misma,
existe una gran cantidad de meditaciones
discordantes,
no hay dualidad entre la meditación y lo
meditado.
Al procurar el vehículo del meditar y no meditar,
cuando buscas al meditador y no lo encuentras,
entonces se alcanza el final de las meditaciones.
¡El impacto de la meditación desemboca justo
en eso!
En la total ausencia de la meditación y lo meditado,
no sucumbas a la salvaje tenebrosidad de la
desilusión.

En el claro brillo no planeado de la conciencia del ahora,
aquí, no hay dualismo permanente-impermanente.
Aunque existe un enorme número de éticas
discordantes,
en la exclusiva gota de la sabiduría consciente de
sí misma
no hay dualidad entre el actor y lo actuado.
Al buscar al agente de la actuación y la no actuación,
la procura del propio actor no da resultado,
entonces alcanzas el final de las acciones éticas.
¡La esencia de la ética desemboca justo en eso!
En la absoluta ausencia de la acción y lo actuado,
no sucumbas a los errores del instinto impulsivo.
En el claro brillo no planeado de la conciencia
del ahora,
sin elegir ni ser decepcionado por el artilugio,
en eso consiste la perfecta acción ética.
Libre del dualismo de lo perfecto y lo imperfecto.

Aunque haya una gran cantidad de goces discordantes,
en la mente despierta, en sí los Tres Cuerpos sin esfuerzo,
no existe dualidad entre el logro y lo logrado.
¡Busca a quien disfruta el goce!
Cuando se busca al que disfruta, no se lo encuentra.

Así se alcanza el fin de los goces proyectados.
La esencia del goce es justamente eso.
En la absoluta ausencia del logro del goce,
no sucumbas a la preocupación sobre el
abandono y el empeño.
Este claro brillo no planeado de la conciencia del
ahora,
es en sí mismo la realización de los Tres Cuerpos
manifiestos.
Es en sí mismo el goce de la Budidad primordial.

Este conocimiento, libre de ocho extremos (9) como
el ser y la nada,
es llamado el centro, no colapsa en extremo alguno;
es llamado inteligencia despierta, lucidez no
interrumpida.
Como contiene la esencia del vacío y la lucidez,
es llamado “esencia de los Señores Beatíficos”.
Cuando conoces este significado, lo trasciendes todo.
De allí que se llame Sabiduría Trascendente.
¡Como sobrepasa la mente, libre de límites y
origen,
es llamado el Gran Sello!

Así, realizarlo o no realizarlo es la base
de la liberación o de la vida apegada, de la
felicidad o del sufrimiento:
por eso se lo llama base universal.
Dado que no se sujeta a algo especial,
este espacio interno de lo normal,
esta brillante y diferenciada conciencia de sí
mismo,
recibe el nombre de conciencia normal.
Sea. cual fuere el acertado nombre poético que se le
asigne,
de hecho, no es más que conciencia despierta del
ahora:
¿quién podría anhelar más que eso?
Es como si trataras de buscar sus huellas cuando
un elefante pisotea el mundo entero: es imposible
hallarlas.
Salvo con la mente, es imposible hallar la
Budidad.
Si no reconoces esto, si buscas la mente afuera.
En pos de cualquier cosa, ¿cómo podrá hallarse a
sí misma?
Es como un tonto que divaga entre una multitud,
olvidándose a sí mismo en su seno,
sin reconocerse, buscándose,
confundiéndose, viéndose en los demás.
Si no percibes la realidad básica de las cosas,
si no distingues tus percepciones como tu propia
mente,
te sumerges en el cielo de lo viviente.
Al no distinguir tu mente como Buda, oscureces
el nirvana.
Vida y liberación, al conocer y no conocer,
en un instante se esfuma la distinción entre ellas.
Ver la propia mente en otro lugar es un error;
pero divagar y no divagar son en verdad lo
mismo.
Un ser no posee una segunda continuidad de la
mente;
al dejar la mente en si misma, se la libera.
Si no distingues al propio error como mente,
jamás advertirás el impacto de la realidad:
surgido de sí mismo, creado por sí mismo,
el ser observa al ser.
¿De dónde emergieron primero estas visiones?
¿Dónde permanecen entretanto?
Finalmente, ¿hacia dónde van?
Es como el reflejo de un cuervo en un lago;
se aleja volando, pero el reflejo no se va.
Así manan las percepciones desde la mente;
al alzarse desde la mente, se liberan en la mente.

La mente en sí, este claro vacío que todo lo conoce,
consciente de todo, es como el cielo:
una claridad-vacío primordial, indivisible.
En la claridad de la sabiduría intuitiva original,
justamente esa determinación es la realidad.
La razón es que toda apariencia y toda existencia
se conoce como tu propia mente, y la mente en sí
se realiza, de modo espacial, en su inteligencia y su
claridad.
Aunque el ejemplo del espacio se refiere a la realidad,
es sólo un símbolo que lo hace más bien
parcialmente.
En sí misma, la mente es universalmente clara,
vacía e inteligente.
Y el espacio es un vacío ininteligible, libre de
objetos sólidos.
Por ello, el espacio no puede ilustrar plenamente
la eclosión de la mente:
no vaciles, sólo enfócate en la realidad actual de
la mente.

Toda esta apariencia superficial
es exclusivamente un estado ajeno a la verdad,
como el miedo.
Por ejemplo, toda apariencia y existencia, la vida y
la liberación,
se asumen únicamente como tu mente natural.
Entonces, sólo transformando el proceso de tu
mente
puedes percibir tu transformación en el mundo
externo.
Por lo tanto, todo es la percepción de la mente,
cada una de las seis migraciones (10) tiene
percepciones específicas,
y los fundamentalistas externos tienen sus
absolutismos y nihilismos.
Cada uno de los nueve vehículos (11) tiene sus
vislumbres individuales.
Advierten la variedad, distinguen la variedad,
yerran al sostener dicotomías y al aferrarse a las
distinciones.
Al entender todas las apariencias como mente,
al verlo todo sin aferrarse a nada, uno despierta.

Uno no yerra cuando percibe, yerra cuando se
aferra;
pero al saber que el aferrarse es mente, se libera.
Todo lo que percibes es la percepción de la mente.
Los objetos aparentemente inanimados del
entorno son mente.
Los seis tipos aparentes de seres animados son mente.
La aparente felicidad de los humanos elevados y
los dioses es mente.
Los aparentes sufrimientos espeluznantes son mente.
Los aparentes cinco venenos (12) adictivos que
confunden son mente.
La aparente inteligencia sabia original es mente.
La aparente realización de la bondad y la
liberación es mente.
Las aparentes obstrucciones de demonios y
fantasmas son mente.
La aparente bondad de las deidades y los logros
son mente.
Las aparentes variadas purezas son mente.
El aparente enfoque enfático y no conceptual es
mente.
Los aparentes signos y colores de las cosas son
mente.
La aparente no elaboración sin significados es
mente.
La aparente no dualidad de uno y muchos es mente.
La aparente ausencia del ser y el estado de nada
son mente.

Fuera de la mente, nada es aparente.
La realidad de la mente brota incesantemente
como apariencia.
Al emerger, sin dualidad como el agua y las olas
de los océanos,
queda libre en la realidad experiencias de la mente.
Aunque sin cesar se designen nombres como
referentes,
objetivamente nada existe fuera de la unidad de
la mente.
Esa unidad es libre: carece de suelo y de raíces.
No puede verse en una visión ni en alguna
dirección.
No puede verse como algo, pues no posee estado
alguno.
No puede verse como vacío, pues brilla como
claridad inteligente.
Y no puede verse separada, pues no hay dualidad
entre vacío y claridad.
Ahora: tu propia conciencia es clara y distinta:
aunque actúa de tal modo, su agente es
desconocido.
Si bien no posee realidad intrínseca, las
experiencias se perciben.
Si practicas esto, serás plenamente liberado.
Te realizarás pese a la agudeza de tus facultades.
Si bien tanto el sésamo como la leche producen
aceite o manteca,
eso no sucederá sin presionar o sin batir.
Aunque todos los seres son la esencia real de la Budidad,
no despertarán si no efectúan prácticas.
Sin la práctica, despertará hasta un boyero,
pero no podrá explicarlo, apenas lo determinará
directamente.
Cuando pruebas el azúcar en tu boca,
no necesitas que los otros te lo expliquen.
Si ellos no entienden esta realidad, hasta los más
expertos se equivocarán.
Aunque sean hábiles en explicar los nueve vehículos,
será como describir con rumores un lugar donde
nunca estuvieron:
no estuvieron cerca de la Budidad ni por un instante.

Si percibes esta realidad, quedarás libre de la
virtud y del vicio.
Si no lo haces, todas tus virtudes y vicios
obtendrán vida en cielos o infiernos.
Al realizar tu mente como un vacío de sabiduría intuitiva,
la virtud y el vicio no pueden imponer sus efectos.
Así como una fuente no puede manar desde un
cielo hueco,
así en la vacuidad la virtud y el vicio dejan de ser objetos.

Por lo tanto, para ver intuitivamente tu propia
inteligencia desnuda,
esta Liberación Natural Mediante la Visión
Desnuda es extremadamente profunda.
Así que explora esta realidad de tu propia
inteligencia.
¡Profunda! ¡Sellada!
¡Ema!

Oh Maravilla,
Inteligencia Identificadora,
la Liberación Natural Mediante la Visión Desnuda,
es para el beneficio de las últimas generaciones
de todos mis Tantras (13), Escrituras e
Instrucciones,
si bien pocas y breves, con ellas en la mente.
Aunque las alcanzo recién ahora, las oculté como
Tesoros:
¡que aquellos con una buena evolución las descubran¡
¡samaya gya gya gya!

¡Que este tratado que identifica con claridad la inteligencia, llamado La Liberación Natural mediante la Visión Desnuda, compuesto por el Mentor de Odiyana, Padma Sambava, jamás se pierda hasta que acabe el ciclo de la vida!
IV
Credo Tibetano del Morir y del Renacer
Introducción
El Bardo Thodol tibetano es un texto religioso sagrado que en general forma parte de un rito funerario. El oficiante (un lama o maestro, que puede o no ser un monje) lo recita durante 49 días, y en etapas, al difunto, en presencia o ausencia. Describe una serie de visiones que se producen en la conciencia del fallecido durante ese período, para ayudarlo a ubicarse en el proceso de la transición (o estado intermedio). Si su vida ha sido ejemplar, puede salir del cielo de los nacimientos en sucesivas encarnaciones. Caso contrario, el recitado apunta a que descubra su verdadera naturaleza y que así enfocado asuma una transformación purificadora entre su cuerpo pasado y su cuerpo futuro.
Cada bardo (o plano existencias) que atraviese el difunto le exigirá la aceptación de un nuevo plano luminoso: en cada uno de ellos el viajero por la luz será abordado por el Buda de ese plano. La visión de la deidad pertinente puede ser benévola y amorosa, pero también puede resultar tremenda e intimidante. La recomendación central consiste en no dejarse abrumar por la visión, ni permitir que la misma lo absorba. Se resalta que todas las imágenes no provienen de otro lugar que la propia mente de¡ protagonista de los bardos, o sea, son proyecciones de su memoria en marcha hacia la llamada Luz Clara.
La travesía por los diversos planos se extiende hasta que el viajero alcanza una visión cuyo potencial de atracción, casi magnética, lo absorbe. Se sostiene que para el puro de corazón la meta será como una portentosa mansión universal y eterna. En cambio, si su existencia estuvo cargada de negatividades, puede brindársela un reingreso a la vida en un nuevo cuerpo, con los potenciales necesarios para una existencia compasiva.
El ciclo de morir y el renacer implícito en el Bardo Thodol es un viaje por la propia conciencia. Los maestros señalan qué “el viaje por la Luz se basa en la capacidad de saber que las transiciones o bardos son la única dinámica posible. Se viaja sin cesar por la propia percepción. Al perder el cuerpo físico cuando fallecemos, ello nos fuerza a encarar nuestros valores espirituales. Y regresamos a una vida física para descubrir el modo de existir honrando tales valores. Ése es el bardo del ciclo de los renacimientos. Nuestro anhelo mantiene activa la rueda de la vida. Nuestra identificación nos impulsa hacía delante como sí se tratara de una especie de imán del alma. Impulsamos nuestra realidad al tiempo presente porque aspiramos a colmar una lección implícita. La libertad reside en aceptarla, aprenderla y ejecutarla”.
Independientemente de que se admita o no el cielo mencionado, más allá de las convicciones religiosas que se tengan en lo referido a las cuestiones del morir y el renacer, se crea o no en la posibilidad de emanar hacia un nuevo cuerpo, este Credo también puede ser recitado en vida por quien quiera hacerlo. En todo caso, permite abrir una reflexión constante sobre el sentido de la vida y, dado que todos deberemos morir en algún momento, nos prepara para una despedida armónica. Toda vida bien vivida es un pasaporte hacia la Luz Clara, que ilumina y libera.

Recitado tradicional
Oye, hijo dilecto. Es la hora de que busques tu camino. Cuando tu respiración se detenga, vislumbrará la luz radiante de la primera transición, tal como te la describió tu maestro en vida. Tu respiración externa se detiene y experimentas la realidad en sí, vacía y sin adornos como el espacio: es tu inmaculado conciencia desnuda, tu mente despojada de eje y de horizonte. Pura vacuidad luminosa. En ese instante, reconócela como quien eres, permanece en ese estado. Cuando suceda, te ayudaré a asumirlo.
El espejismo que enfrentas es como si la tierra se disolviera en el agua. El humo indica que el agua se disuelve en el fuego. Las luciérnagas son la señal del fuego diluyéndose en el aire. La llama de la vela parpadea como signos del viento que se diluye en la conciencia. El ciclo iluminado por la luna señala que la conciencia se disuelve en lo luminiscente (lo aparente). El cielo iluminado por el sol indica que la luminosidad se diluye en lo radiante (lo agregado). El cielo oscuro es señal de que lo radiante se disuelve en lo inminente (el logro). La nochecita que precede al amanecer indica que lo inminente se disuelve en la Luz Clara.
Ahora que alcanzas la llamada “muerte”, debes conducirte de acuerdo con tu concepción del espíritu de la iluminación. Piensa así: “Llegué al momento de morir. Desde aquí, confiaré en esta experiencia y desarrollaré mi espíritu sólo mediante la contemplación del espíritu de la iluminación por el amor y la compasión. Por el bien del gran espacio colmado de seres, procuraré la Budidad perfecta.
En especial, debes pensar concentrado en lo siguiente: “Ahora, por el bien de todos los seres, reconoceré a la radiante Luz Clara de la muerte como el Cuerpo de la Verdad. Dentro de este estado, procuraré la realización suprema del Gran Sello (la estructura espiritual del ser) para colmar los propósitos de todos los seres. Sí no lo consiguiese, entonces asumiré apenas que estoy en la etapa intermedia. Y manifestaré que el Gran Sello de la Integración o estructura espiritual del ser es indisoluble ante la muerte. Entonces procederé en beneficio de todos los seres del espacio ¡limitado manifestándome con la forma más adecuada para cumplir ese propósito. Sin permitir que se pierda la voluntad de esta concepción espiritual, debes recordar la experiencia de todas las instrucciones que hayas practicado previamente.
Oh, hijo dilecto. La pura Luz Clara de la realidad amanece para ti. ¡Reconócela! Esta conciencia actual, pura e incorruptible, percepción natural del vacío puro, carente de toda sustancia, color o atributo, es la realidad Madre, Buda de todas las Benevolencias. Y esta conciencia tuya de la vacuidad natural incorruptible no debe sucumbir ante la falsa vacuidad aniquiladora, pues es incesante, brillante, distinta y vibrante, Esta conciencia es el Padre, mente primordial, iluminación, Buda de todas las Benevolencias. Esta presencia de la indivisible vacuidad naturalmente insustancial de tu percepción y de la vibrante presencia brillante de tu conciencia despierta: ¡tal es el Cuerpo de la Verdad del Buda! Tu conciencia perdura así en esta vasta masa de luz, claridad-vacío indivisible, no sujeta al nacimiento ni a la muerte: ¡tal es el Buda de la Luz Inmutable! Resulta suficiente saber esto. Reconocer este aspecto puro de tu conciencia como el Buda sin que pierdas tu naturaleza, es habitar en la realización suprema de todos los Budas.
Oh, hijo dilecto. ¡Medítalo centrado en tu deidad arquetipo! No te distraigas. Apunta toda tu voluntad hacia ella. Medítalo como algo aparente aunque inconsistente como el reflejo de la luna en el agua. ¡No lo medites como algo material!
¡Medita en el Señor de la Gran Compasión!
Escucha, hijo dilecto, con intensa concentración. Hay seis tipos de transiciones: la vida natural, el sueño, la contemplación, el momento de la muerte, la realidad intermedia, y la existencia emergente.
Escucha con mucha atención. Despuntarán sobre ti tres transiciones: la de la muerte, la de la realidad y la de la nueva existencia. Ayer no reconociste, la luminosidad radiante de la muerte, y por eso desembocaste aquí. No te distraigas ante lo que voy a describir. Luego despuntarán para ti la realidad intermedia y la transición hacia la existencia.
Oh, hijo dilecto. Ahora experimentas la llamada “muerte”. Vas desde este mundo hacia el más allá. Pero no estás solo: le ocurre a todos los seres. Que no te tienten el apego y la insistencia sobre esta vida. Aunque te atraiga y persistas en el anhelo, no tienes el poder para permanecer aquí, no podrás interrumpir tu migración por el cielo de la vida.¡ No anheles! ¡No te aferres! Ten presentes las Tres Joyas: el Buda, la Enseñanza, la Comunidad.
Oh, niño querido. Por más terroríficas que sean las visiones de la realidad intermedia que caigan sobre ti, no olvides las palabras que siguen. Evoca en tu mente su significado sin cesar. En ellas está la clave del reconocimiento.
“Ahora que ingreso a la realidad intermedia, abandonar las alucinaciones del terror instintivo, reconoceré que todos los objetos que surgen ante mí son un vislumbre de mi propia mente, y lo entenderé como, una etapa de la transición. Ahora, en el momento más crítico, más crucial, donde todo cesa, no temeré mis propias visiones de las deidades apacibles y furiosa

El camino de la doctrina

DHAMMAPADA
(EL CAMINO DE LA DOCTRINA)

Capítulo I: Versos Gemelos

1. Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente. Si uno habla o actúa con un pensamiento impuro, entonces el sufrimiento le sigue de la misma manera que la rueda sigue la pezuña del buey…
2. Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente. Si uno habla o actúa con un pensamiento puro, entonces la felicidad le sigue como una sombra que jamás le abandona.
3. “Me maltrató, me golpeó, me derrotó, me robó”. El odio de aquellos que almacenan tales pensamientos jamás se extingue.
4. “Me maltrató, me golpeó, me derrotó, me robó”. Quienes no albergan tales pensamientos se liberan del odio.
5. El odio nunca se extingue por el odio en este mundo; solamente se apaga a través del amor. Tal es una antigua ley eterna.
6. Muchos desconocen que al disputar, perecemos; pero aquellos que lo comprenden, refrenan por completo sus disputas.
7. Al que vive apegado al placer, con los sentidos irrefrenados, sin moderación en la comida, indolente, inactivo, a ese Mara lo derriba, como el viento derriba a un árbol débil.
8. Al que vive consciente de las impurezas, con los sentidos refrenados, moderado en la comida, lleno de fe, lleno de sustentadora energía, a ese Mara no lo derribará, como el viento no derribará a la montaña.
9. Quienquiera que sea que carezca de autocontrol y no permanezca en la verdad, aunque se vista con la túnica amarilla, no es merecedor de ella.
1O. El que se ha liberado de toda mancilla, está establecido en la moralidad y se curte en el autocontrol y la verdad, tal es merecedor de la túnica amarilla.
11. Los que imaginan lo no esencial como esencial y lo esencial como no esencial, debido a tan equivocado juicio nunca llegan a lo Esencial (Nibbana, el supremo refugio más allá de las ataduras).
12. Pero aquellos que ven lo esencial en lo esencial y lo inesencial en lo inesencial, debido a su correcta visión, perciben la esencia.
13. Así como la lluvia penetra en una casa mal techada, la avidez penetra en una mente no desarrollada.
14. Así como el agua no penetra en una casa bien techada, la avidez no penetra en una mente bien desarrollada.
15. El malhechor se lamenta ahora y se lamenta después. Se lamenta tanto aquí como allí. Siempre se lamenta y sufre percibiendo la impureza de sus propios actos.
16. El bienhechor se regocija ahora y se regocija después. Tanto aquí como allí se regocija. Se regocija; se regocija enormemente, percibiendo la pureza de sus propios actos.
17. Sufre ahora y sufre después. Sufre en ambos estados. “He actuado mal”, se dice sufriendo. Además, sufre abocándose a un estado más doloroso. Así el que mal obra.
18. Goza ahora y goza después. En ambos estados es verdaderamente feliz. “He actuado bien, se dice feliz. Además, abocándose a un apacible estado es feliz. Así el que bien obra.
19. Aunque uno recite muy a menudo las escrituras, si es negligente y no actúa en consecuencia, es como el vaquero que cuenta las vacas de los otros. No obtiene los frutos de la Vida Santa.
20. Aunque uno recite poco las escrituras, si se conduce según la Enseñanza, abandonando el deseo, el odio v la ilusión, provisto con una mente bien liberada y no apegándose a nada ni aquí ni después, obtiene los frutos de la Vida Santa.

Capítulo II: La Atención

21. La atención es el camino hacia la inmortalidad; la inatención es el sendero hacia la muerte. Los que están atentos no mueren; los inatentos son como si ya hubieran muerto.
22. Distinguiendo esto claramente, los sabios se establecen en la atención y se deleitan con la atención, disfrutando del terreno de los Nobles.
23. Aquel que medita constantemente y persevera, se libera de las ataduras y obtiene el supremo Nibbana.
24. Gloria para aquel que se esfuerza, permanece vigilante, es puro en conducta, considerado, autocontrolado, recto en su forma de vida y capaz de permanecer en creciente atención.
25. A través del esfuerzo, la diligencia, la disciplina y el autocontrol, que el hombre sabio haga de sí mismo una isla que ninguna inundación pueda anegar.
26. El ignorante es indulgente con la in atención; el hombre sabio custodia la atención como el mayor tesoro.
27. No os recreéis en la negligencia. No intiméis con los placeres sensoriales. El hombre que medita con diligencia, verdaderamente alcanza mucha felicidad.
28. Cuando un sabio supera la inatención cultivando la atención, libre de tribulaciones, asciende al palacio de la sabiduría y observa a la gente sufriente como el sabio montañero contempla a los ignorantes que están abajo.
29. Atento entre los inatentos, plenamente despierto entre los dormidos, el sabio avanza como un corcel de carreras se adelanta sobre un jamelgo decrépito.
30. Por permanecer alerta, Indra se impuso a los dieses. Así, la atención es elogiada y la negligencia subestimada.
31. El monje que se deleita en la atención y observa con temor la inatención, avanza como el fuego, superando todo escollo grande o pequeño.
32. El monje que se deleita en la atención y observa con temor la inatención, no es tendente a la caída. Está en presencia del Nibbana.

Capítulo III: La Mente

33. Esta mente voluble e inestable, tan difícil de gobernar, la endereza el sabio como el arquero la flecha.
34. Esta mente tiembla como un pez cuando lo sacas del agua y lo dejas caer sobre la arena. Por ello, hay que abandonar el campo de las pasiones.
35. Es bueno controlar la mente: difícil de dominar, voluble y tendente a posarse allí donde le place. Una mente controlada conduce a la felicidad.
36. La mente es muy difícil de percibir, extremadamente sutil, y vuela tras sus fantasías. El sabio la controla. Una mente controlada lleva a la felicidad.
37. Dispersa, vagando sola, incorpórea, oculta en una cueva, es la mente. Aquellos que la someten se liberan de las cadenas de Mara.
38. Aquel cuya mente es inestable, no conoce la enseñanza sublime, y aquel cuya confianza vacila, su sabiduría no alcanzará la plenitud.
39. Aquel cuya mente no está sometida a la avidez ni es afectada por el odio, habiendo trascendido tanto lo bueno como lo malo, permanece vigilante y sin miedo.
40. Percibiendo que este cuerpo es frágil como una vasija, y convirtiendo su mente tan fuerte como una ciudad fortificada vencerá a Mara con el cuchillo de la sabiduría. Velará por su conquista y vivirá sin apego.
41. Antes de que pase mucho tiempo, este cuerpo, desprovisto de la consciencia, yacerá arrojado sobre la tierra, siendo de tan poco valor como un leño.
42. Cualquier daño que un enemigo puede hacer a su enemigo, o uno que odia a uno que es odiado, mayor daño puede ocasionar una mente mal dirigida.
43. El bien que ni la madre, ni el padre, ni cualquier otro pariente pueda hacer a un hombre, se lo proporciona una mente bien dirigida, ennobleciéndolo de este modo.
41. Antes de que pase mucho tiempo, este cuerpo, desprovisto de la consciencia, yacerá arrojado sobre la tierra, siendo de tan poco valor como un leño.
42. Cualquier daño que un enemigo puede hacer a su enemigo, o uno que odia a uno que es odiado, mayor daño puede ocasionar una mente mal dirigida.
43. El bien que ni la madre, ni el padre, ni cualquier otro pariente pueda hacer a un hombre, se lo proporciona una mente bien dirigida, ennobleciéndolo de este modo.

Capítulo IV: Flores

44. ¿Quién comprenderá esta tierra y el terreno de Yama y este mundo de los devas? ¿Quién investigará el bendito Camino de la Virtud como el experto que selecciona las mejores flores?
45. El discípulo que se ejercita, comprenderá esta tierra y el terreno de Yama y el mundo de los devas. El discípulo que se ejercita, investigará el bendito Camino de la Virtud, como el experto que selecciona las mejores flores.
46. Percibiendo este cuerpo como la espuma y comprendiendo que es como un espejismo, aniquilará las espinas de las pasiones sensuales y burlará la vigilancia del rey de la muerte.
47. Al que recoge tan sólo las flores (de los placeres sensoriales)y cuya mente se distrae (en los objetos de los sentidos), la muerte le arrastra como una enorme inundación arrasa a un pueblo entero mientras duerme.
48. Al hombre que toma las flores (de los placeres sensoriales)y cuya mente se distrae, insaciable en sus deseos, el Destructor lo pone bajo su dominio.
49. Así como la abeja liba en la flor, sin dañar su color y esencia, y luego se aleja, llevándose únicamente la miel, así el sabio pasa por esta existencia.
50. No deberíamos considerar los fallos de los demás, ni lo que los otros han hecho o dejado de hacer, sino nuestros propios actos cometidos u omitidos.
51. Igual que una flor bella y de brillante color, pero sin perfume, así son de estériles las buenas palabras de quien no las pone en práctica.
52. Igual que una flor bella y de brillante color, y asimismo rebosante de perfume, son de fructíferas las buenas palabras de quien las pone en práctica.
53. De la misma manera que un montón de flores hacen muchas guirnaldas, así muchos actos buenos deben ser efectuados por aquel que nace como ser humane.
54. El perfume de las flores no se propaga contra el viento, como tampoco la fragancia de la madera del sándalo, del rododendro o del jazmín, pero la fragancia del virtuoso se esparce contra el viento. La del hombre virtuoso se expande en todas las direcciones.
55. Madera de sándalo, rododendro, loto, jazmín: muy superior a todas estas clases de fragancia es la de la virtud.
56. De pequeño alcance es la fragancia del rododendro o del sándalo, pero la de la virtud es suprema y se esparce incluso entre los dioses.
57. Mara no encuentra el sendero hacia aquellos que son perfectos en la virtud, viviendo vigilantes y libres de mancillas, a través de la perfecta realización (de las Verdades).
58-59. Del mismo modo que puede germinar y florecer un aromático loto en un estercolero, así, entre los ofuscados, deslumbra en sabiduría el discípulo que sigue al Perfecto Iluminado (el Buda).

Capítulo V: Necios

60. Larga es la noche para aquel que está despierto. Largo es el camino para el viajero cansado. Larga es la existencia repetida para los necios que no conocen la Enseñanza sublime.
61. Si un hombre busca y no puede encontrar alguien que es mejor o igual que él, que prosiga reciamente la senda de la vida. No puede haber amistad con un necio.
62. “Tengo hijos, tengo riqueza”, así contabiliza el necio en su mente. Pero él mismo no se pertenece. ¡Cuánto menos los hijos y la riqueza!
63. Un necio consciente de su necedad es por tal razón un hombre sabio, pero el necio que piensa que es un sabio es verdaderamente un necio.
64. Aun si toda su vida un necio se asocia con un sabio, no comprenderá la Enseñanza, igual que la cuchara nunca captará el saber de la sopa.
65. Si un hombre inteligente se asocia con uno sabio, aunque sólo sea por un momento, rápidamente comprenderá la Enseñanza, como la lengua capta el saber de la sopa.
66. Necios, hombres de inteligencia inferior, se comportan como sus propios enemigos, cometiendo males actos que producen frutos amargos.
67. No está bien hecho aquel acto que causa remordimiento después de llevado a cabo, y cuyo resultado uno experimenta lamentándolo con lágrimas en la cara.
68. Bien hecho es aquel acto que no causa arrepentimiento y cuyo resultado uno experimenta con la mente llena de gran deleite y felicidad.
69. Mientras un mal acto cometido no da su fruto, durante ese tiempo el necio lo cree tan dulce como la miel, pero cuando el mal acto madura, el necio se enfrenta al dolor.
70. Aunque mes tras mes un necio sólo pudiera comer como mucho alimento un pellizco de hierba kusa, aun eso no sería la sexta parte.
71. Un acto malo ejecutado no da su fruto inmediatamente, igual que la leche no se vuelve agria enseguida. Tal como el fuego cubierto de cenizas arde, así el mal acto persigue al necio quemándolo.
72. Para su ruina, por supuesto, consigue el necio conocimiento y fama, que oscurecen su destine y ofuscan su mente.
73. Ese necio desea reputación y prioridad entre los monjes, autoridad en los monasterios y honores entre otras familias.
74. Deja que laicos y monjes piensen que él es el que ejecuta cada trabajo, grande o pequeño, dejando que se refieran a él. Así es la ambición de este necio, aumentando sus deseos y su orgullo.
75. Mas, ciertamente, uno es el sendero que conduce a las conquistas mundanas y otro el que lleva al Nibbana. Comprendiéndolo así el monje, no se regocija con los favores mundanos, sino que cultiva el desapego.

Capítulo VI: El Sabio

76. Si uno encuentra un hombre sabio, quien como un descubridor de tesoros te señala tus defectos y te llama la atención sobre los mismos, debe asociarse con tal persona. Uno irá bien y no mal en la compañía de esta persona.
77. Dejadle que os aconseje y exhorte y os disuada del error. Esta persona es valiosa para los nobles, pero desagradable para los mezquinos.
78. No os asociéis con amigos mezquinos; no mantengáis la compañía de hombres innobles. Asociaos con amigos nobles; conservad la compañía de los mejores entre los hombres.
79. Aquel que bebe en la fuente de la Enseñanza vive felizmente con una mente serena. El hombre sabio siempre goza en la Enseñanza proclamada por los nobles iluminados.
80. Los que riegan, canalizan el agua; los arqueros enderezan la flecha; los carpinteros tallan la madera; los sabios se disciplinan.
81. Como una sólida roca no se mueve con el viento, así el sabio permanece imperturbado ante la calumnia y el halago.
82. Como un lago profundo es transparente y tranquilo, así se vuelven los sabios al escuchar la Enseñanza.
83. El santo se desapega de todo y no se implica en la avidez sensual. Cuando le alcanza la felicidad o el sufrimiento, con sabiduría no se deja afectar ni por la euforia ni por el abatimiento.
84. Ni para sí mismo ni para otros desea hijos, riquezas o reinos; ni con equívocos busca su propio éxito. Una persona así es, por supuesto, virtuosa, sabia y recta.
85. Pocos entre los seres humanos son los que cruzan a la otra orilla. La mayoría solamente suben y bajan por la misma orilla.
86. Pero aquellos que obran rectamente de acuerdo con la Enseñanza, que está bien establecida, cruzan más allá de las pasiones y alcanzan el Nibbana.
87-88. Viniendo desde el hogar al estado sin hogar, que el hombre sabio abandone los estados de ofuscación y cultive la lucidez. Por difícil que resulte, que busque el deleitamiento y el disfrute en el desapego. Superando los placeres sensuales, sin impedimentos, el sabio se libra a si mismo de las impurezas de la mente.
89. Aquellos que perfeccionan sus mentes en los Factores de Iluminación, sin ataduras, deleitándose en el abandono de la avidez, esos, libres de corrupción, esclarecidos, alcanzan el Nibbana incluso en este mundo.

Capítulo VII: El Honesto

90. Para aquellos cuyo viaje está concluido, libres de dolor, plenamente liberados de todo y que han puesto fin a todas las ataduras, se extinguió el fuego (de las pasiones).
91. Se esfuerzan por permanecer atentos. A ningún lugar se apegan. Como cisnes que dejan su lago, abandonan lugar tras lugar y marchan.
92. Para ellos no hay acumulación, y su alimento no es otro que la Liberación, que es Vacío e Indefinible: tal es su objeto. Su curse es como el de los pájaros en el aire: no deja huella.
93. Uno tal ha eliminado las corrupciones, no está apegado al alimento; tiene como objeto la liberación, que es Vacía e Indefinible. Su andar, como el de los pájaros en el aire, no deja huella.
94. Aquel que controla firmemente sus sentidos, como el auriga sus caballos; aquel que está purificado del orgullo y desprovisto de las pasiones, a ese tal hasta los dioses envidian.
95. Como la tierra, una persona ecuánime y bien disciplinada no se resiente. Es comparable a una columna. Es como un lago cristalino. Alguien de tal ecuanimidad escapa a nuevos nacimientos.
96. Su mente es tranquila, tranquila es su palabra y tranquilos sus actos para quien está liberado a través del conocimiento perfecto, residiendo firme y en paz.
97. El hombre que no es crédulo, que ha comprendido lo Increado, que ha cortado las cadenas, ha puesto fin a la ocasión (del bien y del mal) y ha erradicado los deseos, ese hombre es el hombre supremo.
98. Verdaderamente delicioso es aquel lugar donde los iluminados moran: sea en el pueblo o en el bosque, sea en la espesura o en el claro.
99. Deliciosos son los bosques donde las personas comunes no encuentran placer. Allí disfrutan los que han quemado sus pasiones. Pues éstos no son buscadores de los placeres sensoriales.

Capítulo VIII: Miles

100. Mejor que mil disertaciones, mejor que un mero revoltijo de palabras sin significado, es una frase sensata, al escuchar la cual uno se calma.
101. Mejor que mil versos de palabras inútiles, es uno con una simple y beneficiosa línea que al escucharla uno se serene.
102. Mejor es una simple palabra de la Doctrina [que pacifica al que la oye] que cien versos de innumerables palabras.
103. Más grande que la conquista en batalla de mil veces mil hombres es la conquista de uno mismo.
104-105. Mejor conquistarse a uno mismo que conquistar a los demás. Ni un dios ni un semidiós, ni Mara ni Brahma, pueden deshacer la victoria de aquel que se ha amaestrado a sí mismo y se conduce siempre con moderación.
106. Aunque mes tras mes, hasta mil, uno hiciera ofrendas durante cien años, pero otro honrase a un iluminado solamente por un momento, esta reverencia es mejor que el sacrificio de cien años.
107. Aunque durante un siglo un hombre hiciera el rito del fuego en el bosque, si por un solo momento honrase a un iluminado, esta reverencia es mejor que el sacrificio del fuego durante un siglo.
108. Lo que uno ofrezca en este mundo durante un año, o los regales que efectúe para alcanzar mérito, es una nimiedad al lado de lo que representa honrar a aquel santo que es excelente.
109. Para el que cultiva el hábito de reverenciar constantemente a los mayores y respetarlos, cuatro bendiciones van en aumento: edad, belleza, bendición y fuerza.
110. Un solo día de la vida de una persona virtuosa y meditativa vale más que los cien anos de la vida de una persona inmoral y descontrolada.
111. Un solo día de la vida de una persona que se esfuerza con firme resolución vale más que cien años de la vida de una persona perezosa e indolente.
112. Un solo día de la vida de una persona que hace un intenso esfuerzo vale más que cien años en la vida de uno que es perezoso e inactivo.
113. Un solo día de la vida de una persona que comprenda cómo todas las cosas surgen y se desvanecen, vale más que cien años de la vida de una persona que no comprende cómo las cosas surgen y se desvanecen.
114. Un solo día de la vida de una persona que vea el Estado Inmortal vale más que cien días de la vida de una persona sin la visión del Estado Inmortal.
115. Un solo día de la vida de una persona que perciba la Sublime Verdad vale más que cien años de la vida de una persona que no perciba la Sublime Verdad.

Capítulo IX: El Mal

116. Apresuraos en hacer el bien; refrenad vuestra mente hacia el mal, ya que quienquiera que es lento en hacer el bien, se recrea en el mal.
117. Si un hombre obra mal, que no lo haga una y otra vez, que no se recree en ello. Dolorosa es la acumulación del mal.
118. Si un hombre obra bien, que lo haga una y otra vez, que se recree en ello. Feliz es la acumulación del bien.
119. El malhechor todo lo ve bien hasta que su mala acción da fruto, pero cuando madura la fruta, entonces ve sus desafortunados efectos.
120. Incluso una buena persona puede experimentar dolor al obrar bien, pero en cuanto el fruto se produce, entonces experimenta los buenos resultados.
121. No penséis con ligereza sobre el mal diciéndoos “no vendrá a mí”. Igual que un cántaro se llena gota a gota, del mismo modo el necio, acumulándolo poco a poco, se llena de maldad.
122. No penséis con ligereza sobre el bien diciéndoos “no vendrá a mí”. Igual que un cántaro se llena gota a gota, del mismo modo el sabio, acumulándolo poco a poco, se llena de bondad.
123. Igual que un comerciante con una pequeña caravana transportando mucha riqueza evitaría un camino peligroso, y así como un hombre que ama la vida evitaría el veneno, así uno debería evitar el mal.
124. Del mismo modo que el veneno no puede dañar la mano que lo transporta, pues el veneno no afecta si no hay herida, así no sufre daño quien no está equivocado.
125. Quienquiera que hiere a un hombre inocente, puro y sin falta, aquel mal se vuelve contra ese necio, así como el polvo que se ha lanzado contra el viento.
126. Algunos nacen de matriz; los malévolos nacen en estados desgraciados; los autodominados van a estados benditos; los iluminados obtienen el Nibbana.
127. Ni en los cielos ni en medio del océano, ni en una gruta en las montañas se halla un lugar donde uno pueda permanecer a salve de las consecuencias de sus males actos.
128. Ni en los cielos ni en medio del océano, ni en una gruta en las montañas se halla un lugar donde uno pueda permanecer a salve de la muerte.

Capítulo X: Castigo

129. Todos tiemblan ante el castigo. Todos temen la muerte. Si comparamos a los otros con uno mismo, ni mataremos ni provocaremos muerte.
130. Todos temen el castigo; todos aman la vida. Comparándose con los demás, uno no debe matar ni provocar la muerte.
131. Quienquiera que buscando su propia felicidad daña a los que igual que él la buscan, no la obtendrá después de la muerte.
132. Quienquiera que busca su propia felicidad y no daña a los que igual que él la buscan, la hallará después de la muerte.
133. No habléis agresivamente con nadie, porque los que atacáis podrán replicaros de igual manera. Las discusiones crean dolor y podréis recibir golpe por golpe.
134. Si permaneces en silencio, como un inservible gong, alcanzarás el Nibbana; hallarás la paz.
135. Igual que un vaquero con un palo conduce las vacas a la pradera, así la vejez y la muerte conducen la vida de los seres a su conclusión.
136. Cuando un necio obra mal, por sus propios hechos este estúpido hombre estará atormentando, como uno abrasado por el fuego.
137-138-139-140. Aquel que hiere con sus armas a los que son inocentes e inofensivos, pronto se precipitará en uno de estos estados: mucho dolor, heridas corporales o grave enfermedad, pérdida de la mente u opresión por un monarca, o graves acusaciones, o pérdida de familiares, o ruina, o un incendio que incluso arrase su hogar. Y tras la disolución del cuerpo nacerá en el infierno.
141. No es ir desnudo, ni tener el cabello enmarañado, ni permanecer sucio o ayunar, ni yacer en el suelo, ni embadurnarse el cuerpo con cenizas, ni caminar sin ponerse erguido, lo que puede purificar al mortal que no se ha liberado de sus dudas.
142. Aunque vista correctamente, si vive en paz, sometidas las pasiones y controlados los sentidos, es puro y a nadie hiere, él es un Brahman, un asceta, un monje.
143. Es difícil hallar en este mundo alguien que, refrenado por la modestia, evite todo reproche, como el corcel evita el látigo.
144. Esforzaos y sed rigurosos, como lo es el corcel cuando siente el látigo. Por la confianza, la virtud, el esfuerzo, la concentración, la investigación de la Verdad, el recto conocimiento y conducta, la atención mental, superaréis el gran sufrimiento.
145. Los que riegan, canalizan las aguas. Los fabricantes de flechas, las enderezan. Los carpinteros trabajan la madera. Los virtuosos se autocontrolan.

Capítulo XI: Vejez

146. ¿Qué risa, qué gozo puede haber cuando siempre se está ardiendo (en las pasiones)? Si estuvierais envueltos en la oscuridad, ¿no buscaríais la luz?
147. Contemplad este bello cuerpo, masa de dolores, montón de grumos, trastornado, en el que nada dura, nada persiste.
148. Decadencia para este cuerpo, nido de enfermedades, perecedero. Esta putrescible masa se destruye. Verdaderamente, la vida acaba en la muerte.
149. Como vacías calabazas en otoño son estos resecos huesos. ¿Qué placer hay en mirarlos?
150. Este cuerpo es una ciudadela hecha de huesos cubiertos de carne y sangre en donde se almacenan el envejecimiento y la muerte, el orgullo y el engaño.
151. Incluso los fastuosos carruajes reales envejecen. También el cuerpo envejece. Pero la Enseñanza de los Buenos nunca envejece. Así, lo Bueno permanece entre los Buenos.
152. Aquel que aprende poco, crece como un buey; crece en carne, pero no en sabiduría.
153. A través de muchas vidas he errado en el samsara buscando, pero no encontrando, al constructor de la casa. Sufrimiento total en este volver y volver a nacer.
154. ¡Oh, constructor de la casa! Ahora te he percibido. No volverás a construir esta casa. Todas las vigas han sido quebradas. Se ha aniquilado el soporte central. Mi mente ha alcanzado lo incondicionado. Habiéndolo alcanzado, representa el fin del apego.
155. Al no haber vivido la noble vida, al no haber adquirido tal riqueza en su juventud, tales hombres desfallecen como viejas garzas en un estanque sin peces.
156. Aquellos que no han observado la Vida Santa, que en su juventud no han adquirido tesoros, se tornan como inútiles arcos, mirando hacia el pasado.

Capítulo XII: Autocontrol

157. Si uno se aprecia a sí mismo, deberá protegerse bien. El hombre sabio permanece atento en cada una de las tres vigilias.
158. Establézcase primero uno mismo en lo que es apropiado antes de aconsejar a los demás. Actuando de esta manera, el hombre sabio no caerá en desgracia.
159. Según aconseja a los demás, debe él mismo actuar. Bien controlado él mismo, puede guiar a los otros. Verdaderamente es difícil controlarse a uno mismo.
160. Uno mismo es su propio refugio. ¡Qué otro refugio podría haber! Habiéndose controlado a uno mismo, se obtiene un refugio difícil de conseguir.
161. Por uno mismo es hecho el mal; en uno mismo nace y uno mismo lo causa. El mal muele al necio como el diamante muele la dura gema.
162. La corrupción que sobrepasa al hombre es como la enredadera maluva estrangulando al árbol sala y lo convierte en aquello que para él desearía su propio enemigo.
163. De fácil ejecución son las cosas nocivas y dañinas. Lo bueno y beneficioso es verdaderamente difícil de hacer.
164. El hombre estúpido que, por su falsa visión, desprecia las enseñanzas de los Iluminados, los Nobles y los Rectos, cultiva frutos que, como le sucede al kashta, producen su propia destrucción.
165. Por uno mismo se hace el mal y uno mismo se contamina. Por uno mismo se deja de hacer el mal y uno mismo se purifica. La pureza y la impureza dependen de uno mismo. Nadie puede purificar a otro.
166. Por buscar el logro (espiritual) de los otros, no obstante, no debe uno ser negligente en la búsqueda del propio logro. Percibiendo claramente la propia meta, permita que otro intente su propio resultado.

Capítulo XIII: El Mundo

167. ¡No persigáis cosas mezquinas! ¡No viváis en la negligencia! ¡No abracéis falsos puntos de vista! ¡No apoyéis el mundo! (Al prolongar el ciclo de la existencia y la continuidad: samsara).
168. ¡Despertaos! Nunca seáis negligentes. Seguid la ley de la virtud. El que practica la virtud vive felizmente en este mundo y en el próximo.
169. Seguid el sendero de la virtud y no el del mal. El que practica la virtud vive felizmente en este mundo y en el próximo.
170. Si uno percibe el mundo como una burbuja de espuma y como un espejismo, a ese no lo ve el Dios de la Muerte.
171. ¡Venid, contemplad este mundo adornado como un carro real donde los necios están inmersos! Pero para los sabios no existe ningún apego hacia aquél.
172. Pero el que antes era necio y después no, ese tal es como cuando la luna ilumina la tierra liberándose de las nubes.
173. Aquel cuyas buenas acciones superan las malas, ilumina este mundo como la luna emergiendo de las nubes.
174. Este mundo está ciego. Solamente unos pocos aquí pueden ver con claridad. Tan solo unos pocos van a un reino divino, como pájaros liberados de las redes.
175. Volando, los cisnes siguen el sendero del sol. Los hombres surcan el aire por poderes psíquicos. Los sabios se apartan de este mundo, habiendo conquistado a Mara y sus huestes.
176. No hay mal que no pueda hacer un mentiroso que haya transgredido la única Ley y que se muestra indiferente al mundo de más allá.
177. Verdaderamente los míseros no irán al reino celestial. Los necios no alcanzarán, por supuesto, la liberación. Los hombres sabios se regocijan en la generosidad y van a un reino más feliz.
178. Mejor que el poder sobre todo lo terreno, mejor que habitar en los cielos, mejor que el dominio sobre los vastos mundos, es el fruto del Vencedor de lo Ilusorio.

Capítulo XIV: El Buda

179. Quien conquista la pasión, no vuelve a ser derrotado; ¿qué podría perturbar al Buda omnisciente, libre de cualquier pasión y cuyo camino conduce a él?
180. Él, en quien no hay enredo, liberado de la avidez que hace renacer, ¿qué podría perturbar al Buda omnisciente y cuyo camino conduce a él?
181. Los sabios se adiestran en la meditación y se deleitan en la paz de la renuncia; tales Budas de mente perfecta incluso por los dioses son muy queridos.
182. Raro es el nacimiento como un ser humano. Difícil es la vida de los mortales. Extraño es escuchar la Sublime Enseñanza. Rara es la aparición de los Budas.
183. El abandono del mal, el cultivo del bien y la purificación de la mente: tal es la enseñanza de los Budas.
184. La paciencia y la tolerancia son la más alta ascesis. Los Budas proclaman que el Nibbana es el supremo. No es un renunciante ni un asceta el que agrede a los otros.
185. No reprochar, no hacer ningún daño, practicar la moderación según los preceptos fundamentales, ser moderado en la alimentación, residir en la soledad, aplicarse uno mismo a la concentración mental elevada, tal es la enseñanza de los Budas.
186-187. Ni un torrente de monedas de oro hace la felicidad levantando placeres sensuales. De pequeñas dulzuras y penas son los placeres sensuales. Conociendo esto, el hombre sabio no encuentra felicidad ni siquiera en placeres celestiales. El discípulo del Todo Iluminado se deleita en la aniquilación del apego.
188-189. Conducidos por el miedo, los hombres acuden a muchos refugios, a montañas, bosques, grutas, árboles y temples. Tales, empero, no son refugios seguros. Acudiendo a estos refugios, uno no se libera del dolor.
190-191-192. Pero aquel que toma refugio en el Buda, la Enseñanza y la Orden y ve con recta comprensión las Cuatro Nobles Verdades; tal es en realidad el refugio seguro; ése es en verdad el refugio supremo. Recurriendo a este refugio, uno se libera de todo sufrimiento.
193. Difícil es hallar al hombre de gran sabiduría: tal hombre no nace en cualquier parte. Cuando nace un hombre así, que la familia se sienta muy dichosa.
194. Feliz es el nacimiento de los Budas; feliz es la Enseñanza de la Doctrina sublime; feliz es la unidad de la Orden; feliz es la vida austera de los unidos.
195-196. Qué valiosa es la reverencia de aquel que reverencia al Buda y sus discípulos; éstos han superado los impedimentos y se han liberado de la pena y la lamentación. El mérito de quien reverencia a tales hombres pacíficos y sin miedo por nadie ni nada puede ser medido.

Capítulo XV: Felicidad

197. Verdaderamente felices vivimos sin odio entre los que odian. Entre seres que odian, vivamos sin odio.
198. Felices vivimos con buena salud entre los que están enfermos. Entre los que están enfermos, vivamos con buena salud.
199. Vivimos felices sin ansia entre aquellos que ansían. Entre aquellos que ansían, vivamos sin ansiar.
200. Felices vivimos porque no tenemos impedimentos. Llenémonos de gozo como dioses en la Esfera Radiante.
201. La victoria engendra enemistad. Los vencidos viven en la infelicidad. Renunciando tanto a la victoria como a la derrota, los pacíficos viven felices.
202. No hay fuego como el deseo; no hay mal como el odio; no hay nada más enfermo que el cuerpo; no hay mayor felicidad que la paz del Nibbana .
203. El hambre es la mayor aflicción; los agregados (cuerpo-mente) representan la mayor enfermedad. Percibiendo esta realidad, se alcanza el Nibbana, la dicha suprema.
204. La salud es la más alta posesión. El contento es el mayor tesoro. Un amigo de confianza es el mejor pariente. Nibbana es la más alta bendición.
205. Habiendo experimentado el saber de la soledad y de la quietud, libre de angustia y de atadura, se absorbe en el saber del gozo de la Doctrina.
206. Saludable es la visión de los Nobles; su compañía siempre resulta dichosa. No viendo a necios, uno permanecería siempre feliz.
207. Verdaderamente, quien permanece en compañía de necios se atribula durante mucho tiempo. La asociación con necios es incluso tan penosa como con un enemigo. Feliz es la compañía con un sabio, incluso tanto como el encuentro con un pariente.
208. Si hallas un hombre inteligente, sabio, con conocimiento, consistente, responsable y noble, con un hombre tal, virtuoso e inteligente, debe uno asociarse, como sigue la luna el sendero de las estrellas.

Capítulo XVI: Apego

209. Aquel que se aplica a lo que debe ser evitado y no se aplica a lo que debe ser obtenido y abandona su búsqueda, abocándose a los placeres, envidiará al que ha procedido de modo contrario.
210. No identificarse con lo que es agradable ni identificarse con lo que es desagradable; no mirar a lo que es placentero ni a lo que es displacentero, porque en ambos lados hay dolor.
211. Evita la identificación con lo querido, porque la separación de ello representa dolor; las ataduras no existen para aquel que no hace diferencias entre querido y no querido.
212. Del placer nace el sufrimiento; del placer nace el miedo. Para aquel totalmente libre de placer no hay dolor, y mucho menos miedo.
213. Del deseo surge el dolor; del deseo surge el miedo. Para aquel que está libre de deseo ni hay dolor ni mucho menos miedo.
214. Del apego surge el sufrimiento; del apego surge el miedo. Para aquel que está libre de apego ni hay dolor ni mucho menos miedo.
215. De la avidez surge el sufrimiento; de la avidez surge el miedo. Para aquel que está libre de avidez ni hay dolor ni mucho menos miedo.
216. Del aferramiento surge el sufrimiento; del aferramiento surge el miedo. Para aquel que esta libre de aferramiento ni hay dolor ni mucho menos miedo.
217. El que es perfecto en virtud y Visión Cabal está establecido en la Doctrina, dice la verdad y cumple su deber y es venerado por la gente.
218. El que ha desarrollado el anhelo por lo Incondicionado tiene la mente motivada y no condicionada por los placeres materiales, es denominado uno que No-retorna.
219. Un hombre ausente por largo tiempo y que vuelve estando a salve, recibe la mejor bienvenida de sus parientes y amigos.
220. Del mismo modo, los buenos actos que se efectúan en esta existencia recibirán la mejor bienvenida en la próxima, como el vecino recibe al ser querido que vuelve.

Capítulo XVII: Ira

221. Uno debe liberarse del odio. Uno debe abandonar el orgullo. Uno debe despojarse de todas las ataduras. El sufrimiento no toma al que controla la mente, el cuerpo y sus pasiones.
222. A aquel que refrena el enfado que surge, de la misma manera que el que controla una cuadriga tambaleante, a ése llamo yo conductor. Los demás aguantan meramente las riendas.
223. Conquista al hombre airado mediante el amor; conquista al hombre de mala voluntad mediante la bondad; conquista al avaro mediante la generosidad; conquista al mentiroso mediante la verdad.
224. Uno debe decir la verdad y no ceder a la ira; si nos piden, hay que dar, aunque se posea poco; por medio de estas tres cosas, uno se hace merecedor de ir a la presencia de los dieses.
225. Aquellos sabios que son inofensivos y siempre se controlan corporalmente van a un estado sin muerte, donde residen sin ningún sufrimiento.
226. Se destruyen todas las contaminaciones de aquellos que siempre están vigilantes, que se autodisciplinan día y noche y que se esfuerzan totalmente en alcanzar el Nibbana.
227. El que sigue es un hecho de siempre, Atula: culpan al que permanece en silencio, culpan al que habla mucho y culpan al que habla moderadamente. No dejan a nadie en el mundo sin culpar.
228. No hubo nunca, ni habrá, ni hay ahora nadie, que pueda encontrarse en este mundo que deje de culpar o elogiar a otros.
229. La sabiduría brota en aquel que se examina día a día, cuya vida es intachable, inteligente, arropado con el conocimiento y la virtud.
230. ¿Quién podría culpar al que es como una pieza de refinado oro? Incluso los dioses lo elogian; aun Brahma lo elogia.
231. Uno debe refrenar la mala conducta del cuerpo y controlarlo. Abandonando la mala conducta del cuerpo, uno debe adiestrarse en su buena conducta.
232. Uno debe refrenar la mala conducta del habla y controlarla. Abandonando la mala conducta del habla, uno debe adiestrarse en su buena conducta.
233. Uno debe refrenar la mala conducta de la mente y controlarla. Abandonando la mala conducta de la mente, uno debe adiestrarse en su buena conducta.
234. Los sabios se controlan en actos, en palabras y en pensamientos. Verdaderamente se controlan bien.

Capítulo XVIII: Impurezas

235. Como una amarillenta hoja eres tú ahora. Los mensajeros de la muerte te esperan. Te hallas en el umbral de la decadencia. ¿Dispones de provisiones?
236. Haz una isla de ti mismo. Esfuérzate enseguida; conviértete en sabio. Purificado de contaminaciones y sin pasiones, penetrarás en el celestial estado de los Nobles.
237. Tu vida puede acabarse ahora. La presencia de la muerte está aquí. No hay lugar para detenerse en el camino. ¿Dispones de provisiones?
238. Haz una isla de ti mismo. Esfuérzate sin demora; conviértete en sabio. Purificado de impurezas y sin pasión, te liberarás del próximo nacimiento de la ancianidad.
239. Gradualmente, poco a poco, de uno a otro instante, el sabio elimina sus propias impurezas como un fundidor elimina la escoria de la plata.
240. Al igual que el óxido surgido del hierro acaba comiéndose a sí mismo, así los actos conducen al malhechor a un estado lamentable.
241. La no-recitación es el óxido de los encantamientos; la falta de reparación es el óxido en las casas, como la falta de cuidado lo es de la belleza y la negligencia de la vigilancia.
242. T • conducta inadecuada es la falta de la mujer. La ruindad es la falta en el donante. Las acciones incorrectas son la falta tanto en este mundo como en el próximo.
243. Mas la peor de las faltas es la ignorancia; es la más grande. Abandonando las faltas, permanece sin mancilla, oh monje.
244. Fácil es la vida de un sinvergüenza que, con la osadía de un cuervo, es calumniador, impertinente, arrogante e impuro.
245. Difícil es la vida de un hombre modesto que siempre busca la pureza, que es desapegado, humilde, cuya manera de vivir es limpia y reflexiva.
246-247. Cualquiera que destruya la vida, diga mentiras, hurte, vaya en búsqueda de las mujeres de los otros, y sea adicto a los licores y tóxicos, en esta misma vida arrancará su propia raíz (felicidad).
248. Sepa entonces, ¡oh, buen hombre!, “no de fácil control son las cosas perniciosas”. No dejes que el deseo y el odio te arrastren por el camino del sufrimiento durante largo tiempo.
249. La gente da de acuerdo con su bondad y como le place. Si uno está envidioso de comida o de bebida de los otros, no podrá hallar la paz ni de noche ni de día.
250. Pero el que supera este sentimiento por complete, lo somete y lo destruye, obtiene paz de día y de noche.
251. No hay fuego como el deseo; no hay atadura como el odio; no hay red como la ilusión; no hay río como la avidez.
252. Fácil es ver los fallos de los demás, pero los propios fallos son difíciles de ver. Uno aventa, como la paja, los fallos de los demás, pero esconde los propios como el cazador se esconde a sí mismo.
253. Fácilmente, las personas ven las faltas en los otros, pero difícilmente en sí mismas. Como paja diseminada al viento, difunde uno las faltas de los otros, mientras esconde las propias como camufla sus dados el hábil jugador.
254. El que ve las faltas de los otros y se irrita, en ese crecen las mancillas. Está lejos de poder destruir esas mancillas.
255. No hay senda en el cielo. Debe el Santo hallar la suya. La Humanidad se recrea en los impedimentos (obstáculos)* Los Budas están libres de impedimentos.

Capítulo XIX: El justo

256. Aquel que decide un caso con parcialidad no es justo. El sabio debe investigar imparcialmente tanto lo correcto como lo incorrecto.
257. Está establecido verdaderamente en la buena ley aquel sabio que, guiado por ella, decide lo justo y lo injusto con imparcialidad.
258. No se vuelve uno sabio tan sólo con hablar mucho. Aquel que es apacible, libre de odio y miedo (y no causa miedo), es llamado un hombre sabio.
259. No está uno versado en la Doctrina por hablar mucho. Aquel que habiendo escuchado la Doctrina no la ignora y la observa, ese tal es uno versado en la Doctrina.
260. No se es un Thera (venerable) únicamente porque se tenga el cabello canoso. Ese tal puede ser sólo maduro en edad, y de él se dirá que “es un hombre que ha envejecido en balde”.
261. En aquel que hay verdad, perfecto comportamiento, no violencia, abstinencia y autocontrol, ese sabio que ha descartado las impurezas, sí es llamado un venerable.
262. Si un hombre es celoso, avaro y mentiroso, no es a través de las meras palabras, el aspecto y la belleza como se volverá un hombre de buena voluntad.
263. Pero el que ha superado y eliminado esas contaminaciones y se ha convertido en un hombre sabio, liberado de odio, ése, por supuesto, es un hombre de buena voluntad.
264. No por afeitarse la cabeza, un hombre indisciplinado y mentiroso se vuelve un asceta. ¿Cómo podría ser un asceta si está lleno de anhelo y deseo?
265. El que logra sojuzgar todo mal, pequeño o grande, ése es un monje, porque ha superado todo mal.
266. No es meramente un monje el que vive de la caridad de los otros, sino aquel que observa el código de conducta y por ello se hace merecedor de tal condición.
267. El que ha trascendido tanto el mérito como el demérito, que sigue la noble vida pura y vive con comprensión en este mundo, a ése verdaderamente se le denomina monje.
268. Observando (voto de) silencio, el hombre no educado y necio no se vuelve un sabio. Pero el hombre sabio que, como si sostuviera una báscula, escoge lo que es bueno y descarta lo malo, es un verdadero sabio.
269. Por esta misma razón es un sabio. El que comprende el mundo (su naturaleza) por dentro y por fuera, es llamado un sabio.
270. No es un hombre noble, un santo, si daña seres sintientes. El que cultiva el amor benevolente hacia todos los seres es llamado noble.
271-272. No es sólo por la mera moralidad y la austeridad, ni por la erudición, ni por el desarrollo mental de la concentración, ni viviendo en retire, ni pensando “gozo de la bendición de la renuncia negada a las personas mundanas”, como uno debe sentirse satisfecho, sino que el monje debe conseguir la extinción de todas las contaminaciones.

Capítulo XX: La Senda

273. De los Senderos, el Octuple Sendero es el mejor. De las Verdades, las Cuatro Nobles Verdades. El Desapego es el mejor de los estados mentales, Y de los hombres, el hombre de visión clara.
274. Únicamente, éste es el Sendero. No hay otro para la purificación de la visión. Seguid este Sendero y confundiréis a Mara.
275. Siguiendo este Sendero, pondréis fin al sufrimiento. Habiendo yo aprendido el proceso de arrancar la flecha del deseo, proclamo este Sendero.
276. Vosotros mismos tenéis que esforzaros. Budas sólo son los que indican el camino. Aquellos que entran en el Sendero y cultivan la meditación se liberan de las garras de Mara.
277. “Todos los fenómenos condicionados son impermanentes.” Cuando uno comprende esto con sabiduría, entonces uno se hastía de tal insatisfactoriedad. Éste es el Sendero de la purificación.
278. “Todos los fenómenos condicionados están sujetos al sufrimiento.” Cuando uno comprende esto con sabiduría, se hastía de tal insatisfactoriedad. Este es el Sendero de la purificación.
279. “Todos los fenómenos condicionados son impersonales.” Cuando uno comprende esto con sabiduría, entonces uno se hastía de tal insatisfactoriedad. Éste es el Sendero de la purificación.
280. El que no se esfuerza cuando es el memento de esforzarse; el que, aún joven y fuerte, es indolente; el que es bajo en mente y pensamiento, y perezoso, ese vago jamás encuentra el Sendero hacia la sabiduría.
281. Vigilante del habla y bien controlado en mente, que no haga mal con el cuerpo; que purifique esas tres vías de acción y alcance el sendero mostrado por los Sabios.
282. Verdaderamente, de la meditación brota la sabiduría. Sin meditación, la sabiduría mengua. Conociendo el doble camino de la ganancia y la pérdida, debe conducirse uno mismo de manera tal que pueda aumentar la sabiduría.
283. Devasta el bosque de las pasiones. Desde el bosque de las pasiones emerge el miedo. Devastando el bosque y la maleza de las pasiones, permaneced, oh monjes, libres de éstas.
284. Aun el mínimo deseo del hombre hacia la mujer, si no es aniquilado, atará mucho tiempo su mente, como el becerro a su madre la vaca.
285. Elimina tu arrogancia como se arranca la lila en otoño. Cultiva el Sendero de la paz. El Nibbana ha sido mostrado por el Iluminado.
286. Aquí viviré en la estación de las lluvias; aquí viviré en el otoño y en el invierno: así proyecta el necio. No se da cuenta del peligro de muerte.
287. La muerte alcanza y se lleva a aquel cuya mente está anclada en sus hijos y rebaños, como un gran río anega a un pueblo mientras duerme.
288. Los hijos no ofrecen ninguna protección, ni el padre, ni los parientes. Para aquel que está agarrado por la muerte, no puede haber refugio en ningún pariente.
289. Comprendiendo este hecho, que el hombre sabio, refrenado por la moralidad, aclare rápidamente el Sendero que conduce al Nibbana.

Capítulo XXI: Miscelánea

290. Si al renunciar a una pequeña felicidad se vislumbra una felicidad mayor, entonces que el hombre sabio renuncie a la felicidad más pequeña en vista de la felicidad mayor.
291. Aquel que desea su propia felicidad causando sufrimiento a los otros, no está liberado del odio, puesto que él mismo está apresado en las redes del odio.
292. Lo que debería hacerse, no se hace. Lo que no debería hacerse, se hace: las impurezas, los impulses contaminantes de tales personas, arrogantes y negligentes, crecen.
293. Aquellos que siempre persisten en la práctica de “la atención sobre el cuerpo”, y no hacen lo que no debe hacerse, y constantemente hacen lo que debe hacerse, esos atentos y reflexivos ponen términos a las corrupciones.
294. Habiendo eliminado a la madre (avidez)y al padre (orgullo)y a los dos reyes (infinitismo y nihilismo), y habiendo destruido a un reino y sus habitantes (apego), uno se convierte en un iluminado.
295. Habiendo eliminado a la madre y al padre y a los dos reyes, y habiendo destruido el peligroso sendero (de los deseos sensoriales), se marcha sin dolor hacia el estado de iluminado.
296. Bien alertas se mantienen los discípulos del Buda, y tanto de día como de noche siempre recuerdan al Buda.
297. Bien alertas se mantienen los discípulos del Buda, y tanto de día como de noche siempre recuerdan la Doctrina.
298. Bien alertas y atentos se mantienen los discípulos del Buda, y tanto de día como de noche siempre recuerdan la Orden.
299. Bien alertas y atentos se mantienen los discípulos del Buda, y tanto de día como de noche siempre están vigilantes a las sensaciones del cuerpo.
300. Bien alertas y atentos se mantienen los discípulos del Buda, y tanto de día como de noche se deleitan en no hacer daño.
301. Bien alertas y atentos se mantienen los discípulos del Buda, y tanto de día como de noche se deleitan en la meditación.
302. Difícil es renunciar; difícil es gozar. Difícil y penosa es la vida familiar. Penosa es la asociación con los que nos son incompatibles. Penosa es la larga ruta del samsara. Para evitarla, no persigas el mal.
303. El que está lleno de confianza y virtud, posee gloria y riqueza y es honrado dondequiera que esté o dondequiera que vaya.
304. Incluso desde un lugar tan lejano como las montañas del Himalaya, los buenos relucen. Pero los malevolentes, aunque cercanos, son invisibles, como las flechas lanzadas en la noche.
305. Aquel que se sienta solo, descansa solo, pasea solo, se autocontrola en soledad, hallará dicha en el bosque.

Capítulo XXII: La Desgracia

306. El que no dice la verdad, va a un estado totalmente desgraciado, y también el que habiendo hecho algo dice que no lo hizo. Ambos, por igual, después de la muerte pagarán sus acciones en otro mundo.
307. Muchos que visten la túnica amarilla son de mala disposición y descontrolados. Debido a la suma de sus perversas acciones, nacerán en un estado desgraciado.
308. Más valdría que el perverso se tragase una bola de acero candente como una llama de fuego, que ser inmoral y descontrolada persona tomando las limosnas que le ofrecen las gentes.
309. Cuatro calamidades se precipitan sobre el hombre negligente que se asocia con mujeres de otros: la adquisición de deméritos, pérdida de sueño, sentimiento de culpa y un estado de lamentación.
310. Hay adquisición de deméritos lo mismo que hay un buen y un mal destino. Breve es la alegría del hombre y la mujer asustados. El Rey impone un grave castigo. Ningún hombre debe frecuentar a la mujer de otro.
311. De la misma manera que una brizna de hierba kusa mal cogida con la mano la corta, así la vida de un asceta mal enfocada le conduce a un estado de desgracia.
312. Cuando lo que debe ser hecho no es hecho, hay práctica corrupta y la vida santa es dudosa, no sobreviene ningún fruto.
313. Si algo debe ser hecho, uno debe hacerlo. Uno debe ir ascendiendo con firmeza, liberándose de los extremes.
314. Es mejor evitar hacer la mala acción, porque ésta es seguida por el remordimiento; mejor hacer la buena acción, tras la cual no se produce ningún estado de lamentación.
315. Como una ciudad fronteriza, bien custodiada por dentro y por fuera, guárdese uno a sí mismo. Que no descuide la oportunidad; para aquellos que descuidan la oportunidad, habrá nacimiento en un doloroso estado.
316. Aquellos que se avergüenzan cuando no deberían avergonzarse y que no se avergüenzan cuando deberían hacerlo, están condicionados por equivocados puntos de vista y se conducen hacia un estado de dolor.
317. Aquellos que temen lo que no debe ser temido y no temen lo que debe ser temido, están condicionados por equivocados puntos de vista y se conducen hacia un estado de dolor.
318. Imaginan como equivocado lo que no es equivocado y como no equivocado lo que sí lo es: seres que mantienen tales falsos puntos de vista se desploman en un estado de dolor.
319. Conociendo lo equivocado como equivocado y lo acertado como acertado: esos seres, adoptando la visión correcta, alcanzan un estado de felicidad.

Capítulo XXIII: El Elefante

320. De la misma manera que un elefante en el campo de batalla soporta la flecha que se le lanza desde un arco, así uno debe soportar las abusivas palabras que se le dirijan. Verdaderamente, la mayoría de los hombres poseen una naturaleza enferma.
321. Llevan a una asamblea elefantes entrenados. El rey monta el animal entrenado. Los mejores entrenados entre los hombres son los que resisten el abuse.
322. Excelentes son las mulas entrenadas, así como los briosos corceles del Sind y los nobles y sólidos elefantes; pero mucho mejor es el que se ha ejercitado a sí mismo.
323. Seguramente, jamás con tales vehículos se alcanzará el Nibbana, sino controlándose a través del sometimiento y el autoentrenamiento.
324. El incontrolable elefante Dhanapalaka, cuando está en cautiverio, no come, porque recuerda al elefante del bosque.
325. El estúpido, cuando es torpe, glotón, perezoso y se enfanga como un cerdo en la pocilga, renacerá una y otra vez.
326. Previamente, esta mente vagaba donde le placía, como a ella se le antojaba. Hoy, con sabiduría, yo la controlaré como el conductor controla el elefante en ruta.
327. Gozar de la atención pura, vigilad vuestras mentes, salid del fango de las pasiones como lo conseguiría un elefante hundido en el fango.
328. Si encontráis un amigo inteligente (quien es apropiado) para acompañaros, de buena conducta y prudente, en tal caso vivid con él felizmente y vigilantes, venciendo todos los obstáculos.
329. Si no encontráis un amigo inteligente para acompañaros, de buena conducta y sagaz, entonces vivid solos como el rey que ha renunciado al país conquistado, o como un elefante que se pasea a voluntad por el bosque.
330. Es mejor vivir solo; no hay amistad con un necio. Que uno viva solo, evitando todo mal, estando libre de preocupaciones, como un elefante paseándose solo por el bosque.
331. Es deseable tener amigos cuando surge una necesidad; feliz aquel que está contento con cualquier cosa que haya; el mérito obtenido es agradable (consolador) cuando el fin de la vida se avecina; feliz es el abandono de todos los sufrimientos.
332. En este mundo proporciona felicidad atender a la madre; felicidad atender al padre; felicidad atender a los ascetas, y felicidad, también, atender a los Nobles,
333. Feliz es la virtud milenaria; feliz es la confianza bien establecida; feliz es la adquisición de la sabiduría; feliz es la abstención del mal.

Capítulo XXIV: Avidez

334. Los deseos de un hombre negligente crecen como la enredadera maluva. El corre de aquí para allá (de una a otra vida) como un mono en el bosque buscando la fruta.
335. Quienquiera que en este mundo es vencido por el vasto deseo, el apego, sus penas crecerán como la hierba birana después de haber llovido.
336. Pero quienquiera que en este mundo vence el vasto deseo, tan difícil de doblegar, sus penas le abandonarán como el agua se desliza por la hoja del loto.
337. Yo declaro esto: ¡Afortunados los que os habéis reunido aquí! Cortad las raíces de la avidez como el que corta la dulce raíz de la birana. No seáis como el junco, al que Mara arrasa una y otra vez.
338. De la misma forma que un árbol cortado crece de nuevo si sus raíces están firmes e intactas, de igual modo, cuando permanecen las raíces del deseo sin haber sido destruidas, el sufrimiento surge una y otra vez.
339. Las treinta y seis corrientes del deseo que arrastran hacia el placer vigorosamente, encadenan a la persona de mente ofuscada, llevándola tras el torrencial apego.
340. Las corrientes (del deseo) fluyen por todas partes. Sus raíces retoñan y se desarrollan. Contemplando cómo retoñan, hay que cortar esas raíces con la sabiduría.
341. En los seres surgen los placeres y son saturados por la avidez. Inclinados hacia la felicidad, buscan la felicidad. Verdaderamente, tales hombres nacerán y decaerán.
342. Acorralados por la avidez, están aterrados como liebres cautivas. Encadenados por grilletes, hallarán sufrimiento una y otra vez por mucho tiempo.
343. Los seres humanos atrapados en el deseo sienten el mismo terror que una liebre atrapada en el cepo. Por ello, que abandone el deseo aquel monje que desea el desapego.
344. Quienquiera que, liberado del deseo, encuentra disfrute en el bosque, pero más adelante es tentado por el deseo y vuelve a casa, tal hombre, ¡cotempladlo!, era libre y ha vuelto a la esclavitud.
345, Aquello que es fuerte no es la atadura hecha de hierro, madera o cuerda, sino el apego a piedras preciosas y adornos, el anhelo de mujer e hijos, tal es la gran atadura.
346. La atadura es fuerte, dicen los sabios. Pero incluso esta atadura que amarra a los seres [que se afloja, pero tan difícil es de cortar totalmente], los sabios acaban cortándola definitivamente y, abandonando los placeres de los sentidos, libres de anhelos, renuncian.
347. Aquellos que están infatuados con la codicia penetran en una corriente que les atrapa como la tela que la araña ha tejido de sí misma. Por esta razón, el sabio corta con todo ello y se aleja abandonando toda tribulación.
348. Abandonad el apego al pasado; abandonad el apego al futuro; abandonad el apego al presente. Cruzando a la otra orilla del devenir, la mente, liberada por todas partes, no retornaréis al nacimiento y el envejecimiento.
349. El que se perturba con perversos pensamientos, que es excesivamente ávido, que se recrea en pensamientos de apego y aumenta más y más la avidez, hace cada vez más sólidos los grilletes de Mara.
350. El que se recrea en someter los males pensamientos, medita en las impurezas del cuerpo, permanece muy atento y se esfuerza por superar la avidez, él se libera de los grilletes de Mara.
351. El que ha alcanzado la meta, sin miedo, permanece sin avidez, desapasionado, ha eliminado las espinas de la vida. Este es su último renacimiento.
352. El que permanece sin avidez ni aferramiento, y es sagaz en la etimología y los términos, y conoce los grupos de letras y sus secuencias, está llamado a vivir su último renacimiento, siendo un gran hombre de profunda sabiduría.
353. Yo todo lo he dominado, todo lo conozco. De todo me he desapegado. A todo he renunciado. He destruido totalmente toda avidez. Habiendo comprendido todo por mí mismo, ¿a quién llamaré mi maestro?
354. El regale de la Verdad es más excelso que cualquier otro regale. El saber de la Verdad es más excelso que cualquier otro saber. El placer de la Verdad es más excelso que cualquier otro placer. El que ha destruido la avidez, ha superado todo sufrimiento.
355. La riqueza arruina al necio, que no busca el Nibbana. Por culpa del aferramiento a las riquezas, los hombres ignorantes se arruinan a sí mismos y a los otros.
356. La cizaña daña los campos como la avidez a la humanidad. Por lo tanto, cuando se produce sin avidez, los frutos son abundantes.
357. La cizaña daña los campos como el odio daña a la humanidad. El que se desembaraza del odio, produce abundantes frutos.
358. La cizaña daña los campos como la ignorancia a la humanidad. Por lo tanto, el que se desembaraza de la ignorancia, produce abundantes frutos.
359. La cizaña daña los campos como la codicia daña a la humanidad. Por lo tanto, el que se desembaraza de la codicia, produce abundantes frutos.

Capítulo XXV: El Monje

360. Refrenar el ojo es bueno. Refrenar el oído es bueno. Refrenar la nariz es bueno. Refrenar la lengua es bueno.
361. Refrenar el cuerpo es bueno. Refrenar la palabra es bueno. Refrenar la mente es bueno. El control general es bueno. El monje que se controla completamente es liberado de todo dolor.
362. Aquel que se controla en mano, en pie y en habla, poseyendo el más alto control, gozando interiormente, dominado, solo, contento, ése es llamado monje.
363. Dulces son las palabras del monje que ha amaestrado su lengua, que se expresa con sabiduría, que no es petulante y que expone el significado del texto.
364. Que el monje more en la Doctrina, que se deleite en la Doctrina, que medite en la Doctrina, que recuerde bien la Doctrina, que no se extravíe de la sublime Doctrina.
365. Uno no debe despreciar lo que uno ha recibido, no debe envidiar lo de los otros. El monje que envidia a los otros no alcanza la calma mental.
366. Aunque reciba muy poco, el monje no lo desprecia, e incluso los dieses veneran a ese de vida pura y esforzada.
367. El que no piensa “yo” y “mío” con respecto a su mente y a su cuerpo, y que no se tribula por lo que es o no es, ése, por supuesto, es denominado un monje.
368. El monje que permanece en el amor benevolente, que goza en la Doctrina, alcanza el Nibbana, que es la superación de todos los fenómenos condicionados.
369. Vacía, oh monje, esta barca (de la vida). Vaciada por ti, se moverá con celeridad. Eliminando la avidez y las pasiones, viajarás hacia el Nibbana.
370. Libérate de cinco cosas, rechaza cinco cosas, cultiva cinco cosas. El monje que va más allá de las cinco ataduras es denominado “El que cruza de la corriente”.
371. Medita, oh monje. No seas inatento. No dejes que tu mente se disperse con placeres sensuales. No permanezcas inatento y te dejes consumir como una bola de acero. Abrasándote, no tendrás que gritar: “Esto es sufrimiento.”
372. No hay concentración para el que no tiene sabiduría; no hay sabiduría para el que no se concentra. En aquel que hay concentración y sabiduría, ése verdaderamente está próximo al Nibbana .
373. Aquel monje que ha entrado en un lugar vacío, la mente calmada y capaz de ver con Visión Cabal la Doctrina, consigue la dicha suprema que trasciende la de los hombres.
374. Al contemplar el surgir y desvanecerse de los Agregados” (mente-cuerpo), experimenta dicha y felicidad. El que tal percibe, llega al Nibbana.
375. Esto es lo que llega a ser lo principal para un monje: control sensorial, contento, observancia estricta del Código de Conducta, asociación con benévolos y energéticos amigos que viven con total pureza.
376. Sea cordial en sus maneras y refinado en su conducta; saturado de gran júbilo, logrará poner fin a todo sufrimiento.
377. Como palidecen y caen las flores del jazmín, arrojad fuera y totalmente la avidez y la malevolencia.
378. El monje que es calmo en cuerpo, calmo en la palabra, calmo en la mente, bien dispuesto y que se ha despojado de las cosas mundanas, es verdaderamente denominado “uno en plena paz”.
379. ¡Oh, monje!, mírate a ti mismo con ojos críticos; examínate a ti mismo. Cuidando de ti mismo y vigilante, ¡oh, monje!, vivirás felizmente.
380. Uno mismo es su propio protector; uno mismo es su propio refugio. Por lo tanto, que uno mismo se cuide de la misma forma que el vendedor de caballos cuidará al buen caballo.
381. Lleno de alegría, lleno de confianza en la Enseñanza del Buda, el monje obtendrá el Estado de Paz, no afectado ante los fenómenos condicionados, jubiloso.
382. El monje que mientras es joven se aplica a la Enseñanza del Buda, ilumina este mundo como la luna libre de nubes.

Capítulo XXVI: El Noble

383. Esforzado y resistente, cruza la corriente. Descarta, oh noble, los deseos sensoriales. Conociendo la aniquilación de los fenómenos condicionados, sé, oh noble, un conocedor del Nibbana.
384. Mediante la meditación y la Visión Cabal, el noble alcanza la más alta Sabiduría y, liberándose de toda atadura del que sabe, se extingue.
385. Aquel para el que no existe ni esto ni aquello, ni “yo” ni “mío”, está alerta y liberado de las pasiones, a ése llamo yo un noble.
386. Al que es meditativo, puro y tranquilo, que ha llevado a cabo su deber y está libre de corrupciones, habiendo alcanzado la más Alta Meta, a ése llamo yo noble.
387. El sol brilla de día; la luna brilla de noche; en su armadura brilla el rey guerrero; en la meditación brilla el noble. Pero todo el día y toda la noche brilla el Buda en su esplendor.
388. Porque ha descartado el mal, es llamado noble; porque vive en paz, es llamado monje; porque ha abandonado las impurezas, es llamado recluso.
389. Nunca debe dañarse a un noble, ni deberá el noble devolver el daño al que se lo ha provocado. Se avergüence aquel que lastime a un noble. Más se avergüence el noble que quiera vengarse.
390. No es pequeña la recompensa del noble que no toma represalias. Cuando la mente es apartada del placer y ces

Las cuatro nobles verdades y otras enseñanzas budistas

DIALOGO

Emperador: Maestro, he construido muchos templos, he mandado copiar muchos Sutras, he permitido que muchos se ordenaran monjes y monjas para la búsqueda de la salvación. ¿Qué méritos he conseguido?
Bodhidharma: Ninguno.
Emperador: ¿Nada de nada?
Bodhidharma: Lo único que logran estos actos son méritos para una futura reencarnación en el ámbito de los Devas o los hombres, donde podrá gozar de felicidad; una vez que esta felicidad termine, volverá a estar sometido al proceso de reencarnación. Este proceso es como la sombra de un cuerpo sólido: tiene forma pero no tiene sustancia.
Emperador: Entonces, ¿cuál es el verdadero mérito?
Bodhidharma: El poder milagroso de la pura sabiduría, el ser que ha llegado al Nirvana y cuyo mérito no se puede obtener desde afuera.
Emperador: ¿Cuál es pues el supremo y sagrado dogma?
Bodhidharma: infinitamente vasto, nada sagrado!
Emperador. ¿Quién es el que está delante de mí ahora?
Bodhidharma: No lo sé.
Diálogo entre Bodhidharma, primer patriarca del Zen en China y el emperador Wu de Wei.
………………….

El problema con alguna gente es que cuando no están borrachos están sobrios.
William Butler Yeats
…………………
El verdadero Buda no es un cuerpo humano. Es la lluminación.
Buda Shakyamuni

I. INTRODUCCIÓN

BUDISMO, ORIENTE Y OCCIDENTE
Una de las cosas que más me impresionó de mi primer maestro — el señor Mizutani Jiro, sensei (profesor) de Sumie — al verlo pintar, fue su actitud de niño aprendiendo a hacerlo. La expresión de su cara, la atención que prestaba al hecho de cargar y usar el pincel, eran las de un niño en su clase de pintura; ponía buen cuidado en dejar que el pincel, la tinta y el papel produjeran el cuadro sin que él interfiriera. Con cada golpe del pincel aparecían manchas muy precisas en el vacío del papel, y el cuadro se formaba pincelada tras pincelada. La expresión en el rostro de sensei era de una satisfacción inocente por no haber interferido con la obra, como si su corazón fuera la lente de una cámara fotográfica que retratara el espíritu de lo que pintaba. En todo esto había una emoción muy serenamente intensa, comparable a contemplar el vasto Océano Atlántico con sus acantilados y playas en un día de otoño, brillante y calmo, haciéndose uno con la inmensidad del paisaje, más allá de cualquier contradicción.
Acababa de recibir mi primera lección de Budismo, completamente de acuerdo con el poema que describe al Zen como una transmisión:

Fuera de la enseñanza, aparte de la tradición,
No se apoya en palabras ni en letras,
Apunta directamente al corazón del hombre,
Mira dentro de la propia naturaleza
y alcanza el estado de Buda.
Si la transmisión es de corazón a corazón, más allá de las palabras y el silencio, si “el Buda nunca dijo una sola palabra”, ¿por qué hay una enorme literatura budista? ¿Por qué los 80.000 tomos del Tripitaka? ¿Por qué este librito? Tal vez sólo para ayudar a mantener fresca la memoria del practicante y guiar al principiante.
Aproximarse al Budismo requiere cierta precaución. Surgido en la India 600 años antes de Cristo, se expandió rápidamente al resto de Asia y Asia Menor. En el año 300 a.C. ya había llegado a Grecia y dejado una marca indeleble en Afganistán. Hacia el Este se asentó en el sudeste asiático, China, Corea y Japón. En cada país en el que se estableció, debido al pensamiento no dogmático que lo caracteriza, se adaptó a las costumbres del lugar, incorporando generalmente elementos de las filosofías o religiones locales. En China, por ejemplo, al tomar ideas de la filosofía Taoísta, surgió la escuela Ch’an (o Zen, en japonés). Todo esto — contrariamente a lo que supondría el pensamiento dogmático occidental — no produjo un deterioro en el Budismo sino, por el contrario, un enriquecimiento.
Por otro lado, no es menos cierto que al incorporarse elementos locales, lo hicieron también algunos que en realidad son bastante contrarios a las enseñanzas y propósitos del Budismo, tales como complicados rituales originados en ceremonias mágicas —cuando no en brujería— fórmulas para pedir poderes sobrenaturales y ¡hasta riqueza y posesiones materiales! Aunque esto último, por otro lado, parece ser común a todas las religiones.
En este siglo, el Budismo se ha establecido definitivamente en Occidente. El proceso de asentamiento llevará el tiempo necesario para que se produzca la misma adaptación que experimentó en Asia, o como la que experimentó el Cristianismo cuando, llegado a Europa desde Medio Oriente, incorporó a su culto, por ejemplo, ciertas festividades y lugares sagrados Druídicos que fueron “Cristianizados”.
Por otro lado, las características altamente dogmáticas y sectarias de las religiones del Occidente moderno – que a lo largo de la historia las llevaron hasta la misma violencia física con enormes derramamientos de sangre — crean en nosotros una tendencia nada sana a rechazar todo o aceptarlo todo. Aún más, creemos que se puede tener sólo una religión. En consecuencia, nuestro condicionamiento cultural eventualmente puede llevamos a pensar que, si crecimos como cristianos, practicar meditación budista y hacer reverencias delante de la figura de un Buda, significaría renegar de Cristo. Un esquema religioso tan cerrado equivaldría a pensar, dentro de un contexto Cristiano, que si le rezo a San Patricio, reverenciar a Santa Brígida sería renegar del “viejo Paddy”. Más aún porque Santa Brígida es la protectora de los Celtas, lo que después de todo podría tener ciertas implicaciones paganas…
Hay un dicho japonés: “Si un hombre tiene dos ojos para ver, también puede tener dos religiones”. En China, en cambio, se suelen unir tres: el Confucionismo, el Budismo y el Taoísmo, si bien nadie desprecia a un Cristiano. El hecho de que a una determinada religión se la crea verdadera no significa que la otra sea falsa, y un punto de vista más amplio puede enriquecer la perspectiva de nuestra vida espiritual. De cualquier modo, volviendo a Occidente, el hecho de que tantos padres Católicos Romanos, incluyendo jesuitas, viajen a monasterios de Japón para aprender la práctica del Zen, significa que la lógica comienza a prevalecer.
En un libro tan pequeño como este, no es posible detenerse a analizar los elementos contradictorios respecto de la idea central del Budismo que se incorporaron a lo largo del tiempo. Tampoco es la intención del autor hacerlo, sino concentrarse justamente en la idea central: el despertar a la Verdadera Naturaleza de la Mente, a su aspecto esclarecido o “iluminado”. No para adquirir poderes mágicos, sino para vivir esta vida.
¿Cuál es pues el supremo y sagrado dogma?
“¡Infinitamente vasto, nada sagrado!”

II. HISTORIA

I. EL BUDISMO ANTES DEL BUDISMO.
LA INVASlON A LA INDIA

Cuando el subcontinente indio fue invadido por tribus bárbaras del norte, de raza aria, la India tenía hasta entonces su propia cultura y religiones. Entre estas corrientes religiosas, estaba la de los Sramanas, término que significa secreto. Con la invasión, las tribus guerreras arias impusieron su cultura y religión: la religión de los Vedas, con sus dioses, de quienes los hombres dependían totalmente, según esta. A estos dioses, se les ofrecían sacrificios, — incluyendo sacrificios animales — a manera de soborno, para obtener bienestar y prosperidad. La Religión Védica inventó también el sistema de castas: grupos sociales cerrados, que prohibían absolutamente que un hombre o una mujer pasara de una casta a otra. Más aún, el casamiento entre miembros de castas diferentes estaba terminantemente prohibido. De estas cuatro castas — Sacerdotes, Guerreros, Agricultores y Parias — las dos más altas, las castas gobernantes, fueron constituidas exclusivamente por los arios invasores. Los antiguos habitantes del subcontinente indio quedaron relegados a las dos castas inferiores. La prohibición del casamiento entre castas, sin duda tuvo como finalidad evitar que los invasores arios pudieran ser amalgamados y, eventualmente, aniquilados por las enormes masas de los nativos invadidos.
Más allá de cualquier justificación más o menos metafísica, el sistema de castas es un simple appartheid. El Hinduismo, impuesto por las tribus arias invasoras, tenía más fines políticos y sociales que religiosos. El Budismo representó un duro golpe a este sistema. La prescripción de no matar a ningún ser vivo, a la vez descalifica a la casta guerrera gobernante (de la que por otro lado el mismo Buda Shakyamuni era miembro) y los sacrificios animales a los dioses, con sus posibles justificaciones metafísicas. Incluso, la afirmación de que la Naturaleza de Buda es la Verdadera Naturaleza de todos los seres, niega radicalmente el sistema de castas y pone a todos en una situación de igualdad. Siendo la Naturaleza de Buda inherente a todos los seres, hasta un paria tiene la Naturaleza del Honrado por el Mundo. Todo esto, con el tiempo, representó una amenaza tan grande al sistema político de la India, que el Budismo fue finalmente erradicado del subcontinente, y halló una bienvenida en el Sudeste Asiático y en China.

2. Los Sramanas

Grandes estudiosos del siglo pasado, como Max Müller, Oldemberg, etc:, creían que la Cultura Védica fue el origen del pensamiento y religión de la India. Para ellos el Budismo era una simple reforma del Brahmanismo, así como el Protestantismo lo fue del Catolicismo Romano, o el Cristianismo del Judaísmo. Sin embargo, excavaciones realizadas hace relativamente pocos años — especialmente el descubrimiento de Mohenjodaro y Harappa — demostraron claramente que la cultura de los Sramanas existió en la India desde tiempo inmemorial.

Los Sramanas eran maestros religiosos, que viajaban de un lugar al otro del subcontinente indio, y representaban el exponente más alto de libertad tanto física como espiritual. El mismo Buda Shakyamuni se llamaba a sí mismo el gran Sramana, y sus contemporáneos lo reconocían como tal. También a Boddidharma, el Primer Patriarca del Zen en China, se lo considera un Sramana.
La religión de los Sramanas no hacía distinciones de castas. Incluso más, mientras que para la Religión Védica los hombres dependían totalmente de sus dioses, para los Sramanas, esto no era así. Según ellos, cada hombre construye su propio destino en forma de Karma. Karma, en sánscrito significa acción, y los Sramanas observaban que cada acción produce un cierto efecto o entretejido de efectos, de manera tal que nuestra vida está construida por acciones, como un edificio por ladrillos. La calidad de nuestra vida depende de la calidad de nuestras acciones. El concepto de Karma fue conservado en el Budismo.
En la India Védica, el movimiento de los Siddhas intentó restablecer el ideal Sramánico. El término Siddha viene de Siddhi, perfección, y se llama así a quienes han logrado diferentes tipos de perfección espiritual. El nombre del Buda Shakyamuni era Siddhartha Gautama. Siddhartha significa: que obtuvo el Siddhi (perfección) de Artha (prosperidad, bienestar).
Siddhartha Gautama, que después llegó a ser un Buda, es el Buda Shakyamuni, el Maestro Fundador Buda Shakyamuni. Para quienes no están familiarizados con el Budismo es simplemente “el Buda”. No reparamos en que es el Buda Shakyamuni, y que hay muchos otros Budas —es decir, hombres iluminados— que vivieron antes, algunos muchísimo antes que Shakyamuni. En el Sutra del Diamante, por ejemplo (Vajrachedikka Prajna—paramita Sutra), Shakyamuni afirma:

“Subhuti, recuerdo que en el pasado, durante ilimitados e incalculables Kalpas anteriores al Buda de la Lámpara Encendida, encontré ochenta y cuatro mil millones de billones de Budas, y les hice ofrendas a todos, y les serví a todos sin excepción…” (Cap. 16)

Estos Budas enseñaron antes de que el Budismo se conociera como una religión establecida —con reglas monásticas (Vinaya) monjes, laicos y monasterios — desde tiempo inmemorial. Las reglas monásticas, monasterios y demás, se establecieron durante la aparición del Buda histórico Shakyamuni, y por esto se lo llama Maestro Fundador.

3. Buda Shakyamuni.
La Iluminación y el Método

El príncipe Siddhartha Gautama nació en al año 600 a. de C. en el reino de Kapilavasthu, ubicado en el actual Nepal. En cuanto nació, caminó siete pasos y, señalando con una mano hacia el cielo y con la otra la tierra, habló y dijo “Arriba en los Cielos, y abajo en la Tierra, soy el Más Honrado”. Como poco después de su nacimiento, un gran Sramana predijo la posibilidad de que el recién nacido, al crecer abandonara el palacio y llegara a ser un Buda, su padre lo mantuvo encerrado en la residencia real y lo rodeó de lujos y placeres. Siddhartha se casó y tuvo un hijo. Finalmente, en cuatro salidas fuera del palacio, descubrió que existen el dolor, la vejez, la enfermedad y la muerte. La impresión causada por la toma de conciencia de esto fue tan fuerte que Siddharta abandonó el palacio y tomó la decisión de no cejar hasta tanto hallase un remedio para el dolor, la enfermedad, la vejez y la muerte. Visitó a todos los filósofos, pero ninguna de sus enseñanzas le ofrecía una verdadera solución. Se dedicó al ascetismo hasta el punto de sufrir un desvanecimiento. Al recobrarse, advirtió la inutilidad de las disciplinas extremas y la importancia del Camino del Medio. Pero más importante aún fue que alcanzó la Insuperable Iluminación Completa, y al hacerlo penetró en un instante, todo el tiempo y el espacio y halló el remedio para el dolor, la vejez, la enfermedad y la muerte.
El punto central del Budismo es la Iluminación, el Despertar. La palabra Buda significa Despierto, Iluminado. Siddharta Gautama dejó de ser un príncipe para ser el Buda Shakyamuni, es decir, el Sabio lluminado del clan de los Shakya.
¿En qué consistió la iluminación del Buda? Al penetrar mediante su “visión interior” en el corazón de todos los seres sensibles, el Buda percibió que el dolor (sufrimiento) está presente en todos ellos. Yendo aún más profundo, advirtió cuál es la raíz misma del dolor, cuál es su origen y causa principal. Al encontrar la raíz del sufrimiento, advirtió cómo extinguirlo. Todos los seres pueden liberarse del sufrimiento.
La raíz del sufrimiento, la causa del “efecto dominó” que produce el resto del proceso del dolor es la ignorancia: ignorar que nuestro ego es una ilusión. Este ego se toma a sí mismo como real, tiene anhelos y deseos de posesión. Esta es justamente la raíz del sufrimiento, ya que todo lo que tiene existencia material está sujeto a la impermanencia. Pero el ego cree ser permanente, y toma todas las cosas como permanentes.
¿Cómo hacemos para despertar y volvemos conscientes de la irrealidad del ego? Veremos más adelante que no hace falta hacer. Sin embargo, hay un método para deshacerse de la ilusión y advertir la Realidad, para despertar a lo que verdaderamente somos, a nuestra Verdadera Naturaleza o Naturaleza de Buda, de Despierto. En la corriente Zen del Budismo esto se llama: “Ver nuestro verdadero rostro antes de que nuestros padres nos concibieran”.
Al alcanzar la Iluminación, el Buda advirtió esto, y halló un método para poner fin al sufrimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte. Tal método lo transmitió como las Cuatro Nobles Verdades, de las cuales la cuarta es el Óctuple Noble Sendero, es decir, el método que lleva a la Liberación Última, al Despertar.

Las Cuatro Nobles Verdades son:

Primera Noble Verdad: Existen el sufrimiento y el dolor. El nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte son dolorosos.
Segunda Noble Verdad: La causa del dolor es el anhelo, el deseo y la búsqueda del placer.
Tercera Noble Verdad: El sufrimiento y el dolor se pueden extinguir mediante el no apego.

Cuarta Noble Verdad: Es el Octuple Noble Sendero, que son los ocho caminos que conducen al Despertar. Estos son:
1.— Comprensión o pensamiento correcto.
2.— Aspiración o intención correcta.
3.— Lenguaje o habla correcto.
4.— Acción o conducta correcta.
5.— Medio de vida correcto.
6.— Esfuerzo correcto.
7.— Atención correcta.
8.— Concentración — Meditación correcta.

En “Las Enseñanzas”, trataremos cómo el Buda explicó las Cuatro Nobles Verdades en el Sermón de Benarés.

4. LA FUNDACIÓN
DEL BUDISMO

Antes de morir, el Buda reunió a todos sus discípulos en la montaña del Espíritu del Buitre, hizo girar una flor entre sus dedos y la sostuvo delante de la audiencia. Todos quedaron en silencio. Sólo Maha—Kashapa sonrió ante esta revelación, aunque trató de controlar las líneas de su rostro. El Buda dijo: “Tengo el ojo del verdadero Dharma, el corazón maravilloso del Nirvana, el verdadero aspecto de la no forma, y el paso inefable del Dharma. No se lo expresa con palabras, sino que se lo transmite especialmente, más allá de la enseñanza. Esta enseñanza se la he dado a Maha—Kashapa”.
Más tarde, el maestro Zen Wu Men escribió:

Al girar de una flor
Su disfraz quedó expuesto.
Nadie en el cielo o la tierra puede sobrepasar
El rostro arrugado de Maha—Kashapa.
Así fue hecha la transmisión. Maha—Kashapa fue el primer Patriarca de la corriente Ch’an (Zen), y se fundaron las diferentes líneas del Budismo. Más allá de las diferencias entre las corrientes, quedaron establecidas las llamadas “Tres Joyas”: el Buda, el Dharma (su enseñanza) y la Sangha. Esta última es la comunidad de monjes, y en un sentido más extenso, todos los practicantes budistas.
El Budismo se estableció en dos corrientes principales: el Therávada, literalmente: Las Enseñanzas de los Antiguos, a la que se conoce comúnmente como Hinayana o Pequeño Vehículo, y el Mahayana o Gran Vehículo. Mientras el practicante del Hinayana, el theravaddhin apunta a salvarse sólo a sí mismo y a transformarse en un Arhat, el practicante Mahayana (el Gran Vehículo) aspira al ideal de Bodhisattva (Ser de Iluminación), quien renuncia a su propia liberación, hasta tanto haya ayudado a todos los seres a entrar al Nirvana, dejando para él el último lugar. Este tema será tratado en el tercer punto de “Las Enseñanzas”.
III. LAS ENSEÑANZAS

1. LAS CUATRO NOBLES VERDADES
(del Sermón de Benarés)

Luego de la Iluminación, el Buda se dirigió a la ciudad de Benarés, donde expuso las Cuatro Nobles Verdades y el Óctuple Noble Sendero, de esta manera:

1.— Ahora, monjes, esta es la noble verdad del dolor: el nacimiento es doloroso, la vejez es dolorosa, la enfermedad es dolorosa, la muerte es dolorosa, la congoja, la lamentación, el rechazo y la desesperación son dolorosos. El contacto con cosas displacenteras es doloroso, no conseguir lo que uno quiere es doloroso. En síntesis, los cinco grupos de posesión son dolorosos (se refiere a los cinco skandhas o agregados de la conciencia).
2.— Ahora, monjes, esta es la noble verdad de la causa del dolor: el anhelo, que conduce al renacimiento, combinado con el placer y el deseo sensual, el hallar placer aquí y allá, es decir, el anhelo de la pasión, el anhelo de la existencia, el anhelo de la no existencia.
3.— Ahora, monjes, esta es la noble verdad de la cesación del dolor, la cesación sin un resto de anhelo mediante el abandonar, el dejar, el soltar, mediante el no apego.
4.— Ahora, monjes, esta es la noble verdad del camino que lleva a la cesación del dolor, este es el Óctuple Noble Sendero; es decir:
1.— Comprensión o pensamiento correcto.
2.— Aspiración o intención correcta.
3.— Lenguaje o habla correcto.
4.— Acción o conducta correcta.
5.— Medio de vida correcto.
6.— Esfuerzo correcto.
7.— Atención correcta.
8.— Concentración — Meditación correcta.
“…Y cuando, monjes, en estas cuatro verdades mi conocimiento y mi visión interior …fueron purificados, entonces monjes … alcancé la más alta y completa iluminación. El conocimiento surgió en mí, surgió la visión interior de que la liberación de mi mente es inamovible: esta es mi última existencia; ahora no hay renacimiento”.
Los ocho senderos dejan bien claro que el Despertar depende de nosotros mismos y no de un dios, ni tampoco de sobornado mediante ofrendas. Se hacen ofrendas en el Budismo, pero cuando se hacen no hay que tener idea de que hay alguien que da y alguien que recibe. Esta noción está profundizada en el Sutra del Diamante.
“Más aún Subhuti, un Bodhisattva no debe estar apegado al Dharma cuando practica el Dar (la caridad). No debería apegarse a ninguna forma cuando practica el Dar: no debería apegarse a sonidos, olores, gustos, objetos tangibles o dharmas cuando practica el Dar. Subhuti, un Bodhisattva debería dar así: no debería morar en figuras cuando da, así sus bendiciones y virtudes son inconmensurables.”

“Subhuti, ¿puede medirse el espacio hacia el Sur, el Oeste, el Norte y el Este, o en las direcciones intermedias, o hacia arriba o hacia abajo?”
“No, Honrado por el Mundo”.
“Subhuti, las bendiciones y virtudes del Bodhisattva que no habita en figuras cuando practica el Dar son así de inconmensurables. Subhuti, un Bodhisattva sólo debería habitar en lo que le es enseñado así”. (Sutra del Diamante, Cap. 4)
Podría decirse que quien da, a la vez da y recibe, y que quien recibe, a la vez recibe y da. No hay que dejar de tener presente que, cuando alguien sigue este Método, está recorriendo el mismo camino que el Buda histórico, llega a la misma Insuperable lluminación Completa del Buda y advierte las mismas verdades porque recorre el mismo camino. Él mismo es un Buda. No sería correcto decir que se vuelve un Buda. La razón — si la hubiera — por la que puede llegar a ser un Buda es porque siempre lo ha sido. Al practicar, simplemente lo hace manifiesto. Pero siempre es un Buda. El dicho Zen: “¡Si encuentras al Buda mata al Buda!” no hace más que recordarnos que la práctica budista, tal como el Buda la transmitió, no consiste en “adorar al Buda”. No como alguien externo a nosotros. El despertar del Buda no es sino nuestro propio despertar. Cuando hacemos reverencias, es el Buda quien saluda al Buda. Todos los seres tienen Naturaleza de Buda. O dicho por Dogen Zenji, el fundador de la Escuela Soto Zen: “Todo es Naturaleza de Buda”.
Como la palabra “Buda” no significa nada en nuestro idioma, tal vez sería mejor reemplazarla por la palabra ‘¿Despierto”, o “lluminado”, tal como en China, por ejemplo, se la reemplazó por la palabra china “Fuo”; o en Tibet por el tibetano “Sangye”.
Esto nos serviría para recordar que no estamos hablando de un ser divino o sobrenatural sino, por el contrario, de un simple ser humano que despierta a la realidad de la plena capacidad de su Ser. Despierta a la
realidad de que no es sólo un “pedazo de carne con ojos” sino que es el maravilloso universo mismo manifestándose en la forma transitoria de un ser humano.
Si bien es cierto que algunas palabras no tienen traducción, siempre es un poco peligroso usar algunos términos que pueden crear cierta mistificación que no sólo es innecesaria, sino además perniciosa. Aun palabras como “lluminado”, o “Despierto”, pueden dar la imagen de esos misteriosos “Maestros” sobrecargados de poderes sobrenaturales — creada por cierto tipo de esoterismo occidental de principios del siglo XX — de difícil acceso, salvo para ciertos iniciados, y esto en el más estricto secreto. Todo eso es lo opuesto a las enseñanzas originales del Budismo, que están dirigidas a todos los seres en su vida cotidiana, en forma simple y sin ningún tipo de mistificación. El mismo Buda Shakyamuni no consideraba su Iluminación como un gran logro, tal como lo transmite en el Sutra del Diamante:

Subhuti le dijo al Buda: “Honrado por el Mundo, ¿es que el Tathágata, al lograr la Insuperable lluminación Completa, no logró nada?”

El Buda dijo: “Así es, así es, Subhuti. En cuanto a la Insuperable Iluminación Completa, no hay ni el más mínimo dharma de Insuperable
lluminación Completa que yo pueda alcanzar, por lo tanto se la llama Insuperable lluminación Completa”. (Cap. 22)

Más aún, Subhuti, este dharma es nivelado e igual, sin altos ni bajos. Por lo tanto se lo llama Insuperable Iluminación Completa. Cultivar todos los buenos dharmas sin forma de un ego, ni ego de los otros ni de seres vivientes ni de una vida, es lograr la Insuperable Iluminación Completa. Subhuti, el Tathágata habla de los buenos dharmas como no buenos dharmas. Por lo tanto se los llama buenos dharmas”. (Cap. 23)

La simpleza y pureza de la Iluminación en la vida cotidiana está bellamente expresada en un poema de P’ang Yün, practicante laico que vivió en China a comienzos del siglo IX de esta era. P’ang Yün llevó una vida simple de “caballero campesino” con su esposa e hija. Todos ellos alcanzaron un nivel muy alto en la comprensión del Ch’an (Zen) y de hecho, eran consultados por maestros de toda China. El poema en cuestión fue compuesto espontáneamente en forma instantánea para el famoso maestro Shih—T’ou, cuando este le preguntó qué es lo que hacía con su tiempo:

La actividad cotidiana no es otra cosa que la armonía interior.
Cuando cada cosa que hago la hago sin tomar o rechazar,
No hay contradicción en ninguna parte.
¿Para quién es la majestad de las ropas rojas y púrpura?
La cúspide del ser interior nunca ha sido manchada por el polvo del mundo.
El poder sobrenatural y la capacidad de realizar milagros
Están en el acarrear agua y juntar leña.

Cuando P’ang Yün hace cada cosa “sin tomar o rechazar” lo hace porque “no hay ni “altos ni bajos” , y el dharma de quien ha despertado “no es ni verdadero ni falso”. Ya no hacen falta las ropas ceremoniales porque advirtió “la cúspide del ser interior”, o, usando la terminología Zen, “vio el rostro que tenía antes de nacer” es decir, su verdadero rostro, o su Verdadera Naturaleza. Cuando esto sucede, se tiene una idea clara de ser uno con el universo, y se advierte al universo entero en cada pequeña cosa particular. William Blake, el poeta inglés, expresó una idea idéntica en un famoso poema:

Ver un mundo en un grano de arena
Y un Cielo en una flor silvestre.
Tener el infinito en la palma de tu mano
Y la Eternidad en una hora.
Para quien camina por el Sendero indicado por el Buda tal como el Buda lo enunció, ya no es necesario buscar poderes, ni milagros ni magia de ningún tipo, ni usar terminologías complicadas. Se torna completamente consciente de todas las actividades, y hasta las más simples, tales como acarrear agua y juntar leña, son advertidas como poderes sobrenaturales y la capacidad de hacer milagros. No es que se los tome como tales, sino que, al darse cuenta conscientemente de lo universal en lo particular, se es consciente también de que todo lo que nos rodea es un milagro, desde el pequeño grano de arena al lado del mar y la luna brillante entre los pinos, hasta la incomparable música de los astros en el cielo nocturno. El universo entero expresa, a cada instante, la Naturaleza de Buda.

2. Palabras finales del Buda
(del Mahaparanirvana Sutra)

Buda Shakyamuni enseñó hasta su muerte, a la edad de ochenta años. Antes de su entrada al Paranirvana se despidió de sus discípulos.

“Mis discípulos, mi último momento ha llegado, pero no olviden que mi muerte es sólo el desvanecimiento del cuerpo físico. El cuerpo nació de los padres y fue nutrido con comida; igualmente inevitables son la enfermedad y la muerte”.
“Pero el verdadero Buda no es un cuerpo humano. Es la Iluminación. Un cuerpo humano debe desvanecerse, pero la Sabiduría de la Iluminación existirá para siempre en la verdad del Dharma (La Ley, La enseñanza del Buda), y en la práctica del Dharma. Quien meramente ve mi cuerpo no me ve verdaderamente. Sólo quien acepta mi enseñanza me ve verdaderamente.

“Después de mi muerte, el Dharma será el maestro de ustedes. Sigan el Dharma y serán fieles a mí”.
“Durante los últimos cuarenta y cinco años de mi vida, no he retenido nada de mi enseñanza. No hay enseñanza secreta, no hay un significado oculto; todo ha sido enseñado abierta y claramente. Mis queridos discípulos, este es el final. En un momento, estaré pasando al Nirvana. Esta es mi instrucción”. (Mahaparanirvana Sutra)

Es importante advertir la declaración del Buda: “…no he retenido nada de mi enseñanza. No hay enseñanza secreta, no hay un significado oculto; todo ha sido enseñado abierta y claramente”. En otras palabras, la enseñanza fue transmitida en forma abierta tal como es, y no hay que “buscarle la quinta pata al gato”. Ya que el secreto y la transmisión oculta une a quienes lo comparten, pero también los separa de quienes no, esto limitaría la transmisión, y en consecuencia la posibilidad de que sea accesible a todos. También crearía una división entre los “iniciados” y los “no iniciados”, promovería la “colección de iniciaciones” y el eventual apego a ciertos individuos y objetos de culto, en lugar de, mediante el desapego, despertar a la Verdadera Naturaleza y lograr terminar con el sufrimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte. Aún más, puede llevar en casos extremos, a un tipo de appartheid esotérico como el que se ha dado recientemente en Buthan, una monarquía teocrática budista esotérica. Todos aquellos que no pudieron demostrar una gran cantidad de generaciones nacidas en el lugar fueron expulsados del territorio, y en la actualidad viven menos que precariamente en campos de refugiados en países fronterizos. Sin duda, esto suena bastante opuesto a una enseñanza y un método destinados a que todos los seres sin excepción — no sólo los humanos — puedan liberarse del sufrimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte y entrar al Nirvana Final.

3. El Ideal del Bodhisattva
según el Lankavatara Sutra
y el Sutra del Diamante

El ideal del Budismo Theravada es lograr el estado de Arhat, literalmente “El Digno”. Extinguidas todas sus pasiones, el Arha, entra en Nirvana y termina con la moda de nacimiento y muerte.
El ideal del Mahayana no termina con la salvación del practicante. Una vez alcanzada la Iluminación, este renuncia al Nirvana Final para ayudar a que todos los seres puedan lograrlo, y él no lo hace hasta haber salvado a todos los seres. Este ideal del Bodhisattva está expuesto en el Lankavatara Sutra:

“Mahamati, cuando los Bodhisattvas encaran y perciben la felicidad del Samadhi de la perfecta tranquilización, son movidos con el sentimiento de amor y simpatía que deben a sus votos originales… hechos para todos los seres, diciendo: “En tanto no alcancen el Nirvana yo tampoco lo alcanzaré”. Así es como se mantienen apartados del Nirvana. Pero el hecho es que ya están en el Nirvana porque en ellos ya no surge la discriminación … ya reconocen que no hay nada en el mundo más que lo que se ve de la Mente misma… a causa de su logro de la visión interior que pertenece al estado de Tathágata, lo que quiera que hagan todo surge de su conocimiento trascendental…
El Sutra del Diamante profundiza aún más la idea, ya que toca el punto esencial de la inexistencia del ego, un aspecto fundamental del Budismo:

El Buda le dijo a Subhuti: “Todos los Bodhisattvas, Mahasattvas, deberían dominar su corazón con el voto: Debo hacer que todos los seres vivos — los nacidos de huevos, los nacidos de vientres, los nacidos de la humedad, nacidos por transformación; aquellos con forma, aquellos sin forma, aquellos con pensamiento, aquellos sin pensamiento, aquellos no totalmente con pensamiento, aquellos no totalmente sin pensamiento — entren al Nirvana sin ningún residuo y que sean llevados a la cesación. Sin embargo, de los inconmensurables, ilimitados seres vivos así llevados a la cesación, en realidad no hay ningún ser vivo que sea llevado a la cesación. ¿Por qué? Subhuti, si un Bodhisattva tiene una forma de un ego, del ego de otros, de un ser vivo o de una vida, no es un Bodhisattva”.

Un Arhat logra romper con el apego a sí mismo pero no con el apego al Dharma. No tiene suficiente valor como para descender al mundo para salvar a todos los seres, porque quiere proteger lo que ha obtenido. Aunque puede salir del círculo de nacimiento y muerte (Samsara) en realidad está prisionero dentro de su propio logro. No advierte que Nirvana y Samsara son términos relativos, que no existen el uno sin el otro ya que están dentro del terreno de la dualidad. Existe tal cosa como Nirvana porque existe Samsara. Si no hay Samsara, tampoco hay Nirvana, ya que justamente son opuestos complementarios, como alto es el opuesto complementario de bajo, bueno de malo, etc.: dependen el uno del otro para existir.
Temeroso de Samsara, el Arhat queda prisionero del Nirvana. El

Bodhisattva, al ser consciente de que la división entre yo y los otros no es más que una ilusión, también lo es de que no puede salvarse verdaderamente, a menos que se salven todos los seres. De hecho, ya es un Buda que con su visión interior penetró en el corazón de todos los seres, y allí encontró sufrimiento y el método para eliminarlo. Al haberse deshecho de la ilusión de la separación de su ego con el ego de los otros, siente el sufrimiento de los otros como propio. Como ya logró salir del círculo de nacimiento y muerte y conoce la “salida del laberinto”, no puede más que conducir a la salvación a todos los seres. Es justamente esta ausencia de idea de un ego y el ego de otros lo que lo hace un Bodhisattva, y libre tanto de Samsara como de Nirvana.
“Subhuti, si un Bodhisattva tiene una forma de un ego, del ego de otros, de un ser vivo o de una vida, no es un Bodhisattva. (Sutra del Diamante, Cap. 3).

En la vida cotidiana, los maestros budistas tienen un gran sentido de la compasión del Bodhisattva, como lo muestra el siguiente diálogo —registrado en La Transmisión de la Lámpara — entre un monje y Chao—chou Ts’ung—shen (778—897), un gran maestro Ch’an que enseñó hasta el momento de su muerte, a la edad de 120 años: “¿Usted también irá al infierno, Maestro?”. El Maestro respondió: “Yo voy a ser el primero en ir al infierno”. El monje preguntó: “¿Por qué un gran sabio como usted debería ir al infierno?” El Maestro respondió: “Si yo no voy, ¿quién va a estar allí para enseñarte?”

4. Compasíón y Sabiduría,
Los pilares de la iluminación

Mientras casi todas las religiones ponen énfasis en el amor y la compasión, el Budismo tiene otro enfoque, y afirma que la compasión sin sabiduría puede producir efectos tan nefastos como la sabiduría sin compasión. Por esa razón, en los altares budistas la figura del Buda siempre se encuentra flanqueada por dos Bodhisattvas: uno de sabiduría, y otro de compasión. Estos Bodhisattvas cambian de acuerdo con cuál sea el Buda que se halle en el altar, y también con la línea budista particular de la que se trate. En términos generales, Buda Shakyamuni está acompañado por Manjusri como Bodhisattva de Sabiduría, y Samantabhadra como Bodhisattva de compasión. Buda Amitabha se halla flanqueado por Avalokitesvara (Guan Yin en chino, Kannon en japonés) como Bodhisattva de Compasión y Sthamaprapta como Bodhisattva de Sabiduría. En los altares budistas chinos, en cambio, Shakyamuni está asistido por Guan Yin (Avalokitesvara) y por Ksitigarba.
En cualquiera de los casos, la esencia de esta noción es la necesidad de unir la compasión con la sabiduría: uniendo estas dos, es posible lograr el Despertar.

4a.— Compasíón: Las Palabras de
Bondad del Buda (Meta Sutra)

Esto es lo que debería ser hecho
Por quien es diestro en bondad
Y conoce el camino de la paz:
Que sea capaz y correcto,
Sincero y de habla amable.
Humilde y no engreído,
Contento y satisfecho fácilmente,
No sobrecargado con deberes y frugal en sus modales.
Pacífico y calmado, y sabio y hábil,
De naturaleza ni orgullosa ni exigente.
Que no haga ni la más mínima cosa
Que luego los sabios reprueben.
Deseando: Que todos los seres puedan tener bienestar en felicidad y seguridad.
Cualesquiera de los seres sensibles que fuere;
Ya sean débiles o fuertes, sin omitir ninguno,
El grande o el poderoso, mediano, bajito o pequeño,
Los visibles y los invisibles.
Aquellos que viven cerca y lejos,
Los nacidos y los por nacer,
¡Que todos los seres tengan bienestar[
Que ninguno engañe a otro,
Ni que desprecie a ningún ser de cualquier estado.
Que ninguno a causa de la ira o de la mala voluntad
Desee daño a ningún otro.
Así como una madre protege con su vida
A su hijo, a su único hijo,

Así con un corazón ilimitado
Uno debería abrigar a todos los seres vivos:
Irradiando bondad sobre el mundo entero,
Esparciéndola hacia arriba a los cielos,
Y hacia abajo hasta las profundidades;
Hacia afuera e ilimitadamente,
Libre de ira y de mala voluntad.
Ya sea de pie o caminando, sentado o echado,
Libre de somnolencia,
Uno debería recordar esto sostenidamente.
Se dice que esta es la morada sublime.
Al no adherirse a puntos de vista fijos,
El de corazón puro, poseyendo claridad de visión,
Estando liberado de todos los deseos de los sentidos,
No nace otra vez en este mundo.

4b.— Sabíduría: Prajna—paramíta
(La sabiduría que lleva a la otra orilla)

La Sabiduría se halla vinculada en forma directa con el primero de los senderos, el Pensamiento Correcto. El hecho de que este sea el primero de los senderos que conducen al Despertar se debe a que es, literalmente, fundamental. El pensamiento es el fundamento de todas y cada una de nuestras acciones. Todo lo que hacemos, de una u otra forma, aunque sea por un microsegundo, primero lo hemos pensado. Esto hace del pensamiento la raíz del árbol de las acciones que forman nuestra vida, y así, no es exagerado decir que nuestra vida está hecha de pensamientos. La pregunta inicial del Sutra del Diamante es justamente:

“Honrado por el Mundo, si un buen hombre, o una buena mujer, establece su corazón en la Insuperable Iluminación Completa, ¿cómo morará, como controlará los pensamientos de su corazón?”

Hay que tener en cuenta que cuando se habla de corazón, significa “corazón—mente”, es decir aquello que piensa, percibe y siente. La literatura budista es enormemente extensa y sería imposible rever aquí todo lo que atañe al pensamiento. Sólo tocaremos la dialéctica relacionada con el Prajna—paramita por ser la que apunta en forma más directa a la esencia del Budismo, aunque en el comienzo requiera un pequeño esfuerzo intelectual para captarla.
Prajna significa sabiduría de percepción directa. No la sabiduría que se obtiene mediante el estudio y la erudición sino la que nos permite percibir la Realidad Última en una visión directa de las cosas tal como son. Paramita significa: “la otra orilla alcanzada”, y alude a salir de la orilla del Samsara y alcanzar la orilla del Nirvana Final, el Nirvana más allá del Nirvana. La razón y las trampas de la mente hacen que veamos todo como a través de filtros de colores. Lo que percibimos queda impregnado del color del filtro. Prajna es la percepción de la realidad sin filtros de ningún tipo. De hecho, Prajna es la Realidad Última, más allá de las dualidades y conceptualizaciones.
La naturaleza de la mente concreta hace que nuestro pensamiento analice

constantemente el mundo que nos rodea, por medio de la razón, el limitado pensamiento lineal de la mente concreta. Por ejemplo, un pan untado con manteca es una unidad, pero por las características del lenguaje y el pensamiento lineal, tengo que decir “pan y manteca”, o eventualmente “manteca y pan”, pero estoy obligado a nombrar a uno primero y al otro después, aunque esto no coincide con la realidad del trozo de pan untado con manteca. Más aún, “pan y manteca” son palabras y, de acuerdo con el dicho Zen: “Las tortas dibujadas no satisfacen el hambre”.
En el tema más delicado de la Realidad, la mente suele caer en las “trampas de las cuatro alternativas”. Estas consisten en concebir la Realidad como (1) existencia, (2) no existencia, (3) ambos existencia y no existencia y (4)ni existencia ni no existencia. Cuando la mente es existencia o no existencia cae en la trampa de la afirmación. Cuando es ni existencia ni no existencia cae en la trampa de la negación. Pero la Realidad está por encima de cualquier límite de descripción. Cuando en el Sutra del Diamante el Buda afirma:
“Subhuti, en realidad no hay un dharma de Insuperable Iluminación Completa que logre el Tathágata, en cuanto a que no es ni verdadero ni falso”. (Cap. 17)
Está explicando precisamente que la Realidad Última, la Iluminación, está más allá de todas las dualidades tales como verdadero y falso, bueno y malo, joven y viejo, lindo y feo etc., mediante las cuales la mente concreta percibe el mundo en su intento de entenderlo analíticamente, pero que son sólo una parte de la realidad. Ve el árbol pero no advierte el bosque, por no mencionar su perfume o el sonido del viento entre los pinos.
La serie de negaciones común a la literatura del Prajna—paramita, conocida como “negación de la negación”, tiene como finalidad llevar a la razón por sus caminos habituales, hasta el punto en que ella misma reconoce sus límites y se detiene. Cuando esto sucede, deja lugar a la percepción directa o prajna; no hay más sujeto y objeto, observador y observado y aparece el aspecto final de la Realidad Última: el Vacío Absoluto.
Volviendo al ejemplo simplista del pan con manteca, si decimos que son dos, nos apartamos de la realidad del pan y manteca como un conjunto único, así es que tenemos que negar que sean dos; negación. Pero si decimos que son uno, no reconocemos el hecho de que hay dos componentes: pan y manteca, de manera que negamos que sean uno; negación de la negación. Entonces, si se nos preguntara: “¿Qué es el pan con manteca?”, una respuesta silenciosa y adecuada sería: ¡agregarle miel y comerlo!
El Sufra del Corazón, cuyo nombre completo es Corazón del Sutra del Prajna paramita, resume en pocas líneas toda esta enseñanza, negación tras negación, hasta terminar con todo atisbo de dualidad y llegar a la Realidad Última:
“…Shariputra, la forma no difiere del vacío, el vacío no difiere de la forma. La forma es el vacío, el vacío es la forma. Así son también las sensaciones, concepciones, voliciones y conciencias. Shariputra, las características de vacuidad de los dharmas no surgen ni cesan. No son impuras ni puras; no aumentan ni disminuyen. Por lo tanto en el vacío no hay forma, ni sensaciones, concepciones, voliciones ni conciencias… No hay ignorancia ni tampoco final de la ignorancia hasta que llegamos a la ausencia de vejez y muerte y de final de la vejez y muerte. No hay verdad del sufrimiento y del camino. No hay sabiduría y no hay ningún tipo de logro porque no hay nada que lograr. Un Bodhisattva que se atiene al Prajna—paramita no tiene obstrucciones en su mente. Porque no hay obstrucción no tiene miedo y pasa mucho más allá de todas las confusiones, imaginación y finalmente alcanza el Nirvana Final. Los Budas

del pasado, del presente y del futuro también ateniéndose al Prajna—paramita han alcanzado la Insuperable Iluminación Completa… (Corazón del Sutra del Prajna—paramita).
La idea del Vacío es tan importante en el Budismo, que vale la pena detenerse un poco en esto.

5. El Vacío y la Forma

La idea del Vacío es un eje central del Budismo un poco difícil de comprender para el principiante occidental, debido a nuestro condicionamiento cultural. La idea occidental del vacío es la horrible ausencia de todo, la temible nada; cuando los artistas occidentales se paran frente al lienzo antes de pintar, hablan del “horror al vacío”.
La idea budista de Sunyata (Vacío), no es exactamente la de la “nada” tal como la pensamos en Occidente, sino, por el contrario, la de la Realidad Última. Esta Realidad Última no es una “cosa”, y no puede ser concebida en términos dualistas de pequeño y grande, finito e infinito, verdadero y falso, real e imaginario. Está más allá de la dualidad y también más allá de la Unidad, ya que esta última contrasta con la dualidad: Unidad y Dualidad son opuestos complementarios. No tiene límites en el tiempo y en el espacio, y no se la puede describir fácilmente. Sin embargo, pueden intentarse algunos métodos analíticos que tal vez ayuden.

5a.— Por Desintegración

Tomemos una linterna. Ahora le quitamos las pilas; las pilas son pilas, no la linterna. También le quitamos la lamparita. La lamparita es una lamparita, no es la linterna. Quitamos el resorte de atrás, que es sólo un resorte. Nos queda entonces la carcasa con un par de botones. Pero la linterna, ¿dónde está? La linterna es Sunyata, Vacío. Lo mismo podemos hacer con la lamparita, que es vidrio, latón y alambre, y así sucesivamente.
Este método lo podemos aplicar a cualquier otra cosa, y también al ser humano. Todo es Sunyata.

5b.— Por Integración

Volvamos a nuestra linterna amiga. La carcasa es de aluminio. Ahora tomamos una olla de aluminio y también una estatuita. Todos son de aluminio. Podemos fundirlos juntos, y hacer un solo lingote de aluminio. La carcasa, la olla y la estatuita son cosas cambiantes e impermanentes, y las hemos integrado en un lingote de aluminio. Con cualquier otro material sucedería lo mismo. Los sólidos se funden o se reducen a pequeñas partículas, los líquidos carecen de forma fija, al igual que los gases, etc, y son Sunyata. Pero volvamos al aluminio. ¿Qué pasa con el aluminio? Lo tenemos bajo la forma de una carcasa, una olla, una estatua, un lingote, pero el aluminio, ¿dónde está? Si no hubiera lingote, olla, etc. ¿dónde estaría? El aluminio también es cambiante e impermanente. Es Sunyata.
Cuando nuestros científicos en Occidente dicen que en el universo todo

puede reducirse a materia y energía, y cuando Einstein demostró que la materia es una forma de energía, se acercan a !o que el Buda advirtió en su tiempo, sin el instrumental y la tecnología que poseemos hoy.

5c.— Por Penetración
Dejemos descansar a la linterna amiga y supongamos que pudiéramos, como en el caso de un superhéroe de historietas, alternar la capacidad común de la vista con la de rayos X, infrarrojo, microscopio y percepción atómica. Ahora miremos a un hombre o una mujer. Cuando miramos con nuestra vista normal, vemos a nuestra chica. Si la miramos con la visión de rayos X, su carne desaparece y vemos sólo la estructura ósea.
Al mirar con la visión infrarroja, la vemos básicamente con los colores rojo, amarillo y verde. Por último, al usar nuestra poderosa visión de penetración atómica, lo que vemos es: ¡Un espacio vacío!
Sin embargo, no estamos mirando a diferentes personas, ni lo que vemos está en diferentes lugares ni tiempos. Es siempre la misma persona, en el mismo lugar y el mismo tiempo. Cuando podemos penetrar hasta su estructura atómica, se trate de una persona o de una “cosa”, lo que tenemos es Sunyata.

El término “Vacío” (Sunyata en sánscrito, Kung en chino, Ku en japonés) se usa casi por conveniencia. La Realidad Última está “vacía” de todo lo que pueda caer en cualquier tipo de conceptualización dualista.
Cuando la mente queda vacía de este tipo de percepción y conceptos, advierte la Realidad tal como es, desaparece la distinción entre sujeto y objeto, yo y los otros, y despierta del sueño de las percepciones ilusorias. Según un ermitaño Taoísta, cuando esto sucede: “¡Te das cuenta de que estuviste buscando algo que nunca se perdió, y al advertirlo te dan ganas de cantar y bailar!”

Mientras que la literatura Prajna—paramita es increíblemente directa y sintética, los Sutras del Therávada utilizan el largo método analítico. Por ejemplo, en el Samyutta Nikaya se analiza el tema de la inexistencia del ego y la transitoriedad:

“Todo lo formado es transitorio; todo lo formado está sujeto al sufrimiento; todas las cosas carecen de ego. La forma es transitoria, el sentimiento es transitorio, la percepción es transitoria, las formaciones mentales son transitorias, la conciencia es transitoria”.

“Supongamos que un hombre que puede ver, mirara las muchas burbujas del Ganges cuando pasan. Y que las mirara y las examinara cuidadosamente. Después de examinarlas con cuidado le parecerían vacías, irreales e insustanciales.
De manera exactamente igual, el monje observa todas las formas corpóreas, los sentimientos, las percepciones, las formaciones y los estados de conciencia, ya sean del pasado, del presente o del futuro, lejanos o cercanos. Los observa y examina cuidadosamente, y luego de examinarlos cuidadosamente le aparecen como vacíos, huecos y carentes de ego”.

El mismo tema, en cuanto a la forma corpórea del Tathágata (el Buda) es analizado en el Sufra del Diamante, de acuerdo con el pensamiento característico de la literatura del prajna—paramita:

“Subhuti, ¿qué piensas? ¿Es posible ver la figura corpórea del Tathágata?” Subhuti contestó: “No, Honrado por el Mundo, no es posible ver la figura corpórea del Tathágata. ¿Y por que? Porque el Tathágata ha dicho: “La figura del cuerpo no es la figura del cuerpo”.
El Buda le dijo a Subhuti: Todo lo que es figura es vacío e ilusión. Cuando vemos que toda figura es no figura, entonces vemos al Tathágata. (Cap. 5)

Si alguien me ve en las formas,
Si alguien me busca en los sonidos,
Transita un camino desviado,
Y no puede ver al Tathágata.
(Cap. 26).

6. El Sutra del Diamante

El Sutra del Diamante (Vajra—chedika Prajna—paramita Sutra) es uno de los más importantes, ya que todos los puntos esenciales del Budismo son tratados desde la dialéctica del prajna—paramita, haciendo hincapié en la inexistencia del ego, el ego de los otros, los seres y la vida. El examen es tan exhaustivo que no se deja de lado ni siquiera la Iluminación del Buda, los Arhats, Bodhisattvas, la Paciencia (Humildad), etc.
“Subhuti, ¿qué piensas? ¿Ha alcanzado el Tathágata la Insuperable Iluminación Completa? ¿El Tathágata ha hablado de algún dharma?”
Subhuti dijo: “Tal como comprendo lo que ha dicho el Buda, no hay un dharma concreto llamado Insuperable Iluminación Completa, y no hay un dharma concreto del que haya hablado el Tathágata. ¿Y por qué? Los dharmas de los que habla el Tathágata no se pueden aprehender y no se los puede hablar. No son ni dharmas ni no dharmas. ¿Y por qué? Los dharmas no condicionados son los que distinguen a los sabios dignos”. (Cap. 7)

“Subhuti, ¿qué piensas? ¿Puede un Arhat tener este pensamiento: “He obtenido el estado de Arhat?”
Subhuti dijo: “No, Honrado por el Mundo. ¿Y por qué? En realidad no hay un dharma que se llame Arhat. Honrado por el Mundo, si un Arhat tuviera el pensamiento “he obtenido el estado de Arhat”, estaría apegado al ego, al ego de otros, a seres vivientes y a la vida. Honrado por el Mundo, el Buda dice que en mi logro del Samadhi de No Esfuerzo soy el primero entre los hombres, y que soy el principal Arhat libre de deseos. Honrado por el Mundo, no tengo el pensamiento: ‘He obtenido el estado de Arhat, y entonces el Honrado por el Mundo no puede decir : ‘Subhuti es el principal de aquellos que se dedican a la práctica del Arana’. A causa de que Subhuti en realidad no tiene una práctica, se lo llama ‘Subhuti, el que se deleita en practicar Arana'”. (Cap. 9)

“Subhuti, ¿qué piensas? ¿Un Bodhisattva adorna las Tierras del Buda?”

“No, Honrado por el Mundo. ¿Y por qué? El adorno de las Tierras del Buda es un no adorno, por lo tanto se lo llama adorno”.
“Por lo tanto, Subhuti, el Bodhisattva, Mahasattva, debería producir un corazón puro de esta manera. Debería producir un corazón puro sin habitar en formas. Debería producir ese corazón sin habitar en sonidos, olores, gustos, objetos tangibles o dharmas. Debería producir ese corazón sin habitar en lugar alguno”. (Cap.1O)

El Buda le dijo a Subhuti: “El nombre de este Sutra es Vajra Prajna—Paramita. Deberían respetarlo y tenerlo con ese nombre. ¿Y por qué? Subhuti, el Buda habla del Prajna Paramita como no Prajna—Paramita, por lo tanto se lo llama Prajna—Paramita”.
“Subhuti, ¿qué piensas? ¿Hay algún dharma del que hable el Tathágata?”
Subhuti le dijo al Buda: “Honrado por el Mundo, nada ha sido hablado por el Tathágatha”.
“Subhuti, el Tathágata habla del Paramita de paciencia como que no es el Paramita de paciencia. Por lo tanto, se lo llama el Paramita de paciencia. ¿Y por qué? Subhuti, es tal como en el pasado cuando el rey de Kalinga desmembró mi cuerpo. En ese momento no tuve forma de ego ni forma de otros ni forma de seres vivos ni forma de una vida. ¿Y por qué? Cuando fui cortado miembro tras miembro, si hubiera tenido una forma de ego, forma de otros, forma de seres vivos o forma de vida, me habría enfurecido.
“Subhuti, recuerdo aún más: en el pasado, durante quinientas vidas, fui el Inmortal Paciente. Durante todas esas vidas no tuve forma de ego ni forma de otros ni forma de seres vivientes ni forma de vida. Por esa razón, Subhuti, un Bodhisattva debería, abandonando todas las figuras, producir el corazón de la Insuperable lluminación Completa. Debería producir ese corazón sin morar en formas. Debería producir ese corazón sin morar en sonidos, olores, gustos, objetos tangibles ni dharmas. Debería producir el corazón que no mora en ningún lado. Cualquier morada del corazón es no morada. Por lo tanto el Buda dice: “El corazón del Bodhisattva no debería morar en formas cuando da.
“Subhuti, un Bodhisattva, para beneficiar a todos los seres, debería dar así. El Tathágata dice que todas las figuras son no figuras, y dice que todos los seres vivientes son no seres vivientes. Subhuti, el Tathágata es alguien que habla la verdad, que dice lo real, que habla de lo que es así, que no habla de lo que es falso, que no habla de lo que no es así.
“Subhuti, el dharma obtenido por el Tathágata no es ni verdadero ni falso.
“Subhuti, un Bodhisattva cuyo corazón mora en dharmas, cuando da es como un hombre que entra en la oscuridad, que no puede ver nada. Un Bodhisattva cuyo corazón no mora en ningún dharma, cuando da es como un hombre en la brillante luz del sol que puede ver todo tipo de formas”. (Cap. 13)

“Subhuti, ¿qué piensas? Cuando el Tathágata estaba con el Buda de la Lámpara Encendida ¿hubo logro de algún dharma de la Insuperable Iluminación Completa?”

“No, Honrado por el Mundo. Tal como comprendo lo que ha dicho el Buda, mientras estaba con el Buda de la Lámpara Encendida no hubo logro de la Insuperable lluminación Completa”.

El Buda dijo: “Así es, así es, Subhuti. En realidad no hubo dharma de Insuperable Iluminación Completa que haya logrado el Tathágata. Subhuti, si hubiera habido un dharma de Insuperable Iluminación Completa logrado por el Tathágata, entonces el Buda de la Lámpara Encendida no me habría dado la predicción: ‘En el futuro alcanzarás el estado de Buda y serás llamado Shakyamuni’. Ya que en realidad no hubo un dharma de Insuperable Iluminación Completa alcanzado, el Buda de la Lámpara Encendida me dio la predicción…

“¿Y por qué? ‘Tathágata’ significa la ‘talidad’ de todos los dharmas. Si alguien dijera que el Tathágata alcanza la Insuperable Iluminación Completa, Subhuti, en realidad no hay un dharma de Insuperable Iluminación Completa que logre el Tathágata, en cuanto a que no es ni verdadero ni falso. Por esa razón, el Tathágata habla de todos los dharmas como Budadharmas. Subhuti, se dice que todos los dharmas son no dharmas. Por lo tanto se los llama dharmas”.
“Subhuti, un Bodhisattva también es así. Si dijera: ‘Yo debería llevar inconmensurables seres a lo largo hasta la extinción’, entonces no se lo llamaría un Bodhisattva. ¿Y por qué? Subhuti, en realidad no hay un dharma llamado Bodhisattva. Por esa razón, el Buda habla de todos los dharmas como carentes de ego, carente de los otros, carentes de seres vivientes y carentes de una vida”.
“Subhuti, si un Bodhisattva dijera: ‘Adornaré todas las Tierras de Budas’, no se lo llamaría un Bodhisattva. ¿Y por qué? El Tathágata habla del adorno de las “Tierras de Budas como no adorno. Por lo tanto se lo llama adorno. Subhuti, si un Bodhisattva comprende que todos los dharmas son carentes de ego, el Tathágata lo llama un verdadero Bodhisattva”.
“Subhuti, no digas que el Tathágata tiene este pensamiento: ‘He hablado el dharma’. No pienses así. ¿Y por qué? Si alguien dice que el Tathágata ha hablado el dharma, mata al Buda debido a su incapacidad para comprender lo que digo. Subhuti, en el dharma hablado no hay dharma del que se pueda hablar, por lo tanto se lo llama dharma hablado”. (Cap. 17)

Subhuti le dijo al Buda: “Honrado por el Mundo, ¿es que el Tathágata, al lograr la Insuperable Iluminación Completa, no logró nada?”

El Buda dijo: “Así es, así es, Subhuti. En cuanto a la Insuperable Iluminación Completa, no hay ni el más mínimo dharma de Insuperable lluminación Completa que yo pueda alcanzar, por lo tanto, se la llama Insuperable lluminación Completa”. (Cap. 22)
Más aún, Subhuti, este dharma es nivelado e igual, sin altos ni bajos. Por lo tanto se lo llama Insuperable Iluminación Completa. Cultivar todos los buenos dharmas sin ego, ni ego de los otros ni de seres vivientes y sin una vida es lograr la Insuperable Iluminación Completa. Subhuti, el Tathágata habla de los buenos dharmas como no buenos dharmas. Por lo tanto se los llama buenos dharmas”. (Cap. 23)
“Subhuti, si alguien dijera que el Buda habla acerca de la visión del ego, de los otros, de los seres vivientes y de la visión de la vida, ¿qué piensas? ¿Esa persona comprende el significado de mi enseñanza?”

“No, Honrado por el Mundo, esa persona no comprende el significado de la enseñanza del Tathágata. ¿Y por qué? El Honrado por el Mundo habla de la visión del ego, de los otros, de los seres vivientes y de la visión de

la vida como no visión del ego, de los otros, de los seres vivientes y visión de la vida. Por lo tanto se los llama visión del ego, de los otros, de los seres vivientes y visión de la vida”. (Cap. 31)
¿Cómo se debe explicar esto…?
Todos los dharmas condicionados
son como sueños, ilusiones, burbujas, sombras,
como gotas de rocío y el destello de un relámpago:
contémplalos así. (Cap. 32)

Ni el Bodhisattva ni el Buda ni siquiera el Arhat lo son porque decidan que lo van a ser. Ya que la Realidad está más allá de las dualidades, en cuanto aparece el más mínimo asomo de sujeto y objeto caemos en la trampa de la ilusión.
Practicar con la actitud correcta — simplemente concentrándose en la práctica — es el estado en sí. Hacerlo para obtener algo — aun el llegar a ser un Bodhisattva o un Buda — nos aparta de eso tanto como podamos imaginar y mucho más. En las palabras del gran maestro Lin—chi I—hsüan (m. 866):
“Ustedes hablan de estar perfectamente disciplinados en sus seis sentidos y en las diez mil formas de conducta, pero tal como yo lo veo, todo eso es crear karma. Buscar al Buda y buscar el Dharma es precisamente crear karma para los infiernos”.

Ya que:

“Sólo cuando no tienes cosas en tu mente ni tu mente en las cosas estás vacante y espiritual, vacío y maravilloso. (Te—shan Hsüan—chih, 780—865).

IV. PRÁCTICA

1. EL SATIPATHANA SUTRA:
LOS FUNDAMENTOS DE LA ATENCIÓN
SOSTENIDA Y LOS SIETE FACTORES
DEL DESPERTAR

No hay una sola de todas las escuelas budistas, desde el Therávada hasta el Zen, que no ponga gran énfasis en la atención sostenida, ya que esta práctica se puede llevar a cabo en cualquier momento y en cualquier lugar.
Hay un dicho: La Iluminacíón ocurre en el instante entre dos respiraciones. Por esto, para desarrollar la atención sostenida se comienza poniendo atención a la propia respiración, a la inhalación y la exhalación, y después se lleva la atención hacia diferentes objetivos. De la respiración se lleva el foco de la atención a las sensaciones—sentímientos, y así hacia cada cosa que se hace en las actividades cotidianas durante lapsos establecidos. Lavar la ropa, cocinar, cortar el césped, cepillarse los dientes, etc. se vuelve parte de la práctica de la atención sostenida. Por un lado, esto lo vuelve a uno muy consciente de lo que hace y dice, y por otro lado, ayuda a detener el flujo del pensamiento.
El Satipatthana Sutra, del Canon Pali (Therávada) trata los fundamentos de la atención sostenida, la respiración, y menciona siete factores del despertar:

la.— Los fundamentos de la Atención Sostenida
¿Y de qué forma el monje desarrolla y practica frecuentemente la atención sostenida de la inhalación y la exhalación de manera que los cuatro fundamentos de la atención sostenida lleguen a completarse?
En cualquier ocasión en la que un monje discierne que está inhalando profundo, discierne que está inhalando profundo; o inhalando poco profundo discierne que está inhalando poco profundo, o exhalando poco profundo discierne que está exhalando poco profundo; se entrena para inhalar y… exhalar, sensible a todo el cuerpo; se entrena para inhalar… y exhalar… calmando todo el proceso corporal. En esa ocasión, el monje permanece enfocado en el cuerpo dentro y fuera del mismo — ardiente, dándose cuenta y con atención sostenida — dominando la codicia y el dolor en referencia al mundo. Les digo, monjes, que esto — la inhalación y la exhalación — se clasifica como el cuerpo entre los cuerpos, es por lo cual el monje en tal ocasión permanece enfocado en el cuerpo dentro y fuera del mismo — ardiente, dándose cuenta y con atención sostenida— dominando la codicia y el dolor con referencia al mundo.

En toda ocasión un monje se entrena a sí mismo para inhalar… y exhalar sensible al arrobamiento; se entrena para inhalar.., y exhalar sensible al placer; se entrena para inhalar… y exhalar sensible al proceso mental; se entrena para inhalar… y exhalar sensible a los
procesos mentales; se entrena para inhalar… y exhalar calmando los procesos mentales. En tal ocasión el monje permanece enfocado en los sentimientos—sensaciones dentro y fuera de ellos mismos — ardiente, dándose cuenta y con atención sostenida — dominando la codicia y la angustia en referencia al mundo. Les digo, monjes, que esto — la atención cuidadosa al inhalar y al exhalar — se clasifica como el sentimiento entre los sentimientos, y es por lo que el monje en tal ocasión permanece enfocado en los sentimientos—sensaciones dentro y fuera de ellos mismos —ardiente, dándose cuenta y con atención sostenida — dominando la codicia y el dolor en referencia al mundo.

El Satipatthana Sutra también menciona la práctica de la atención sostenida en las actividades cotidianas:
Más aún, cuando camina, el monje discierne que está caminando. Cuando está de pie, discierne que está de pie. Cuando se sienta, discierne que está sentado…
Más aún, cuando va y viene, se pone completamente alerta… cuando come, bebe, mastica, saborea.., cuando orina, defeca… cuando camina, se detiene, cae dormido, se despierta, habla, permanece callado, se pone plenamente alerta.

1b.— Los Siete Factores del Despertar

¿Y de qué forma el monje desarrolla y practica frecuentemente los cuatro fundamentos de la atención sostenida, de manera que los siete factores

Budismo fundamental explicado

BUDISMO FUNDAMENTAL EXPLICAD0

La explicación explícita del Budismo, está basada en el Canon Pali, reconocido por los escolares budistas como el documento escrito más antiguo que ha sobrevivido de lo que Buda efectivamente dijo y enseñó.
Beneficios
Terminación de la angustia, la desesperación, el sufrimiento y el dolor. Paz Mental. La realización propia de la Verdad Última.
Para una comprensión más efectiva, nosotros sugerimos que se lea despacio y en alta voz.
Nuestra organización promueve el budismo fundamental a aquellos que buscan la Sabiduría Perfecta y el escape permanente de toda angustia a través de la realización de la Realidad Verdadera y Última, el Nirvana, lograda a través del esfuerzo interno y la dedicación, aquí y ahora en este estado, inclusive antes de la muerte. Nosotros hacemos esto proveyendo estos diálogos escritos, completamente gratis, a las personas que están buscando por LA VERDAD ÚLTIMA, los cuales en la meditación y la concentración profunda reflejarán, examinarán, analizarán y pesarán lo que ellos han leído.
Nota: El Ministerio de Instrucción Budista pone este sumario SOLAMENTE a la disposición de las personas QUE LO DESEEN. SI USTED NO LO PIDIÓ, sino que erróneamente alguien se lo envió o nos dio su nombre y dirección; si usted no está interesado en este sumario, simplemente descártelo botándolo.
El Budismo es una de las grandes religiones del mundo. Esta religión está basada en las enseñanzas de Sidarta Gautama, comúnmente llamado “El Buda”, quien vivió aproximadamente desde el año 557 al 477 antes de Jesucristo. La palabra “Buda” significa El Supremamente Iluminado o Completamente Despierto (también un Tatagata) quien ha ganado la realización de la Realidad Absoluta de la Verdad Permanente, LA VERDAD FUNDAMENTAL O ÚLTIMA.
El Budismo fundamental que nosotros promovemos está basado en nuestro estudio prolongado y en interpretación de las traducciones al inglés de los discursos de Buda, casi 5,000 páginas, traducidos en 16 volúmenes por la Sociedad de Textos de Pali. Ellos son parte de la Colección de Cánones de Pali (Tipitaka), con un total de 12,800 páginas. Estas traducciones de la Sociedad de Textos de Pali están disponibles a través de la compra directa a dicha Sociedad. Estos discursos fueron compilados casi inmediatamente después de la muerte de Buda por los miles de monjes que Buda estableció durante sus 45 años de ministerio. Ellos estuvieron dedicados y consagrados a escribirlos en el año 29 antes de Jesucristo. Ellos contienen el corazón o el núcleo de las enseñanzas Budistas y están reconocidos por todos los eruditos Budistas como los más antiguos en existencia.
Para obtener su propia copia del Canon Pali, pida por correo regular o electrónico (e-mail) la LISTA DE LIBROS de la Sociedad de Textos Pali. Busque al final de este sumario la dirección regular o electrónica (e-mail).
Para una comprensión definitiva de lo que Buda realmente enseñó, no hay un sustituto para estos reconocidos antiguos documentos escritos de lo que Buda actualmente dijo. Los primeros 3 volúmenes que nosotros recomendamos de todo corazón para su estudio son los Máximas de Mediana Longitud (Majjhima-Nikaya, Majjhima Nikaaya y los Diálogos Adicionales de Buda), Volúmenes 1, 2 y 3. Estos tres volúmenes contienen la mayoría de las claves esenciales para el entendimiento fundamental del Budismo, para un entendimiento completo de la forma que las cosas realmente son, y para conocer el curso de regreso a la Realidad Fundamental Verdadera.
Los siguientes volúmenes de discursos son: Las Máximas Ancestrales (Sanyutta-Nikaya, Sa.myutta-Nikaaya, El Libro de las Máximas Ancestrales) Volúmenes 1 al 5, entonces las Máximas Graduales (Anguttare-Nikaya, A”nguttara-Nikaaya, El Libro de las Máximas Graduales) Volúmenes del 1 al 5, seguida por los diálogos de Buda (Digha-Nikaya, Diligha-Nikaaya, Diálogos del Buda) Volúmenes 1, 2 y 3.
Estos discursos pronunciados por el Buda, que tratan de la realización de la Realidad Permanente Verdadera, SON UN MAESTRO EFECTIVO para aquellos que buscan la Iluminación, para aquellos que buscan el Nirvana (Nibbana), para aquellos que buscan el escape de todas las angustias y sufrimientos, para aquellos que buscan la Verdad Fundamental o Última.
Sidarta Gautama nació príncipe en un reinado por donde ahora es el área del límite entre la India y Nepal. A la edad de 29 años, deseando conocer el camino que guía al final de toda la inestabilidad (impermanencia) y angustia, para asegurar su bienestar permanente, él renunció al mundo llegando a ser un vagabundo ascético, haciendo el voto solemne de encontrar la Realidad Última Verdadera. El fue un Bohdisattva, que es uno que va a través de un período intenso de desarrollo y práctica para obtener la realización de la Sabiduría Perfecta, la Iluminación Suprema Total y para llegar a ser un Buda.
A la edad de 35 años, por el enfoque total, en una sola meta, él completó su propósito y obtuvo la realización de la Sabiduría Perfecta. Él encontró la respuesta que guía a la completa cesación de toda la inestabilidad (impermanencia) y angustia, que guía a alcanzar la otra orilla, la cual es la Realidad Verdadera Permanente, el Nirvana. Él entonces comenzó a enseñar, instruir y guiar a otros que similarmente estaban buscando la Sabiduría y la Iluminación. Es la enseñanza del Buda la que es la base o fundamento del Budismo.
En el Budismo Fundamental, el énfasis está en la búsqueda de la Verdad, en conocerla y en entenderla. El énfasis NO está puesto en una fe CIEGA. La enseñanza del Budismo está basada en “ven y observa” y nunca en, ven y cree. El Budismo es racional y requiere el esfuerzo personal, declarando que sólo por el esfuerzo de uno mismo puede realizarse la Sabiduría Perfecta. Cada individuo es responsable por su propia emancipación de la angustia y el sufrimiento.
El Budismo permite a cada individuo estudiar y observar la Verdad internamente y no exige ni necesita ninguna fe ciega antes de aceptarlo. El Budismo no aboga por dogmas, ni credos, ni ritos, no ceremonias, ni sacrificios, ni penitencias, todos los cuales deben usualmente ser aceptados por una fe ciega. El Budismo no es un sistema de fe y culto sino más bien es meramente un Pasaje a la Iluminación Suprema. El Buda aludió o se refirió a sus enseñanzas como simples o como una balsa que nos saque de esta orilla de sufrimiento e impermanencia y nos lleve a la otra orilla de bienaventuranza y seguridad, la Realidad Permanente Verdadera, el Nirvana. Posteriormente a la realización del Nirvana, la balsa ya no es necesaria.
El Buda se refirió a sus enseñanzas como el Camino Medio, llamado así porque él evita los extremos de ambos, la indulgencia propia en el mundo y la mortificación propia de un ascetismo estricto. El pasaje o camino que él enseñó incorpora a ambos, el progreso intelectual más el progreso espiritual con la práctica que refleja la compasión, la moralidad, la sabiduría y la concentración mientras al mismo tiempo el ver y entender el mundo de la existencia como realmente es.
Deberá ser notado que en este diálogo, el cual se esfuerza por esbozar o delinear lo que el Budismo realmente es, ni la coacción ni las persecuciones ni el fanatismo desempeñan ninguna parte en el Budismo.

El Budismo es el PASAJE O CAMINO DE ESCAPE para aquellos que buscan el final permanente, aquí y ahora, de toda angustia. Y ¿qué exactamente es angustia? Angustia es el nacimiento, el sufrimiento, el dolor, la tristeza, la enfermedad, la vejez, la muerte, la aflicción, la desesperación, la pobreza, la maldad, las lamentaciones, las calamidades, las tribulaciones, los infortunios, la guerra, la locura, el hambre, los deseos no logrados, las necesidades insatisfechas, la asociación con lo indeseado, la separación de lo querido, y es lo que es inestable e incontrolable.
El Budismo es para aquellos que han llegado a comprender que lo que ha sido CREADO es IMPERMANENTE; y que lo que sea que es impermanente es inherentemente enfermizo y dañino. Ningún deleite o felicidad permanente se encontrará en lo que es impermanente, sólo dolor y peligro.
La meta de conducirse por el camino de la doctrina del Budismo es zambullirse en el Nirvana. Él tiene el Nirvana como su objetivo. El Nirvana es su fin. La Realidad Verdadera realizada. El Noble Camino Óctuple del Budismo es el medio para este fin. Ocho actividades – un curso de acciones muy específicas – que deben desarrollarse simultáneamente para realizar la meta, el Nirvana.
1.La primera parte del Noble Camino Óctuple es VISIÓN CORRECTA o COMPRENSIÓN CORRECTA. Esto quiere decir el conocer las Cuatro Nobles Verdades.
La Primera Noble Verdad es el conocimiento de que TODO lo que ha sido CREADO es IMPERMANENTE. Y cualquier cosa que sea impermanente es inherentemente enfermizo y dañino. Y lo que es impermanente, enfermizo y dañino NO ES EL YO.
La Segunda Noble Verdad es el conocimiento de que la llegada de la enfermedad está basada en la ignorancia y que se perpetúa por el antojo y la embriaguez por la sensualidad y las sensaciones, por el llegar a ser una y otra vez y por las concepciones falsas o ilusiones y la ignorancia.
La Tercera Noble Verdad es el conocimiento de que la EXTINCIÓN O EL CESE de todo lo enfermizo y dañino que ha surgido y que surgirá en el futuro, es el Nirvana. La Realidad Verdadera realizada, libre de todo lo enfermizo y dañino.
Y la Cuarta Noble Verdad es el conocimiento de El Noble Camino Óctuple que guía a la extinción y cesación de lo enfermizo y a ganar la meta: el Nirvana. El Estado Permanente Verdadero del Yo, la Realidad MISMA, Absoluta, Constante, Duradera, Estable, la Semejanza, la Sabiduría Perfecta.
2. La Segunda Parte del Noble Camino Óctuple es PENSAMIENTO CORRECTO o PROPÓSITO CORRECTO. Esto significa aspirar a obtener la realización de la Sabiduría Perfecta, la Realidad Permanente Verdadera y Última. Abstenerse de todo acto y pensamiento malévolo. Lograr la destrucción total de todos los deseos vehementes. Renunciar a todo lo manifestado, todas las construcciones y todo lo que es “creado” inventado.
Desarrollar el “desapasionamiento” o imparcialidad u objetividad, el total desapego, la absoluta renunciación, el rendimiento propio. Lograr la cesación de todas las realidades “creadas”. Realizar uno mismo el Despertar Incomparable del Ser o el Yo. Ganar la libertad de la Mente, la libertad a través de la Sabiduría Intuitiva Perfecta, la emancipación lúcida, racional e inmune de la Voluntad.
3. La Tercera Parte del Noble Camino Óctuple es HABLAR CORRECTO. Abstenerse de hablar mentiras, de hablar con prejuicios, de hablar maliciosamente y de hablar frívolamente. Participar en discusiones que se ocupen y nos guíen al Nirvana, lo que es genuinamente PERMANENTE y REAL.
4. La Cuarta Parte del Noble Camino Óctuple es ACCIÓN CORRECTA. Abstenerse del todo a matar a cualquier criatura de ninguna forma. Abstenerse del todo de robar en cualquier forma. Abstenerse de cualquier conducta impropia sensual o sexual. Abstenerse de todo acto malévolo; abstenerse de todas las formas de embriaguez.
5. La Quinta Parte del Noble Camino Óctuple es VIVIR CORRECTO. Abstenerse de todas las formas de vivir malévolas; abstenerse de todo método de vida malévolo.
6. La Sexta Parte del Noble Camino Óctuple es ESFUERZO CORRECTO. Destrozar todos los estados mentales malévolos que ya han llegado; prevenir cualquier estado mental malévolo de surgir; mantener y crecer los ESTADOS MENTALES BUENOS que ya han llegado; y hacer crecer NUEVOS estados mentales que no han llegado todavía, tales como bondad amorosa por TODOS los Seres, compasión y misericordia por todas las criaturas, piedad y ecuanimidad.
7. La Séptima Parte del Camino Óctuple es ATENCIÓN CORRECTA. Contemplar como impermanente, enfermizo y que no pertenece a uno: Cuerpo, Sentimientos, Percepciones, Mente, Consciencia, Pensamiento, Estados Mentales, Objetos Mentales, Actividad Mental. Crecer la repulsión por el mundo, mirándolo como la creación en deterioro y corrupta que es y crecer en objetividad y desapasionamiento, desapego total, calma, tranquilidad, mirando que todo es Inexistente, el No Ser. Ignorar todo lo que es percibido, permanecer distante y apartado de ambos, tanto los placeres como los dolores que surgen de la creación de los sentidos y la sensualidad.
La Octava Parte del Camino Óctuple es CONCENTRACIÓN CORRECTA. Apartarse del mundo, apartarse de los estados diabólicos o malévolos, apartarse de todas las sensaciones de los sentidos, viviendo en soledad, retirado, entusiasta, diligente, firme y determinado, desarrollando penetración y astucia de Mente a través de meditación intensa y reflexión.
Para entrar, Y ENTONCES TRANSCENDER, ocho estados superiores de consciencia que guían a incrementar la Sabiduría Intuitiva, la Visión Interna y el Conocimiento Superior Directo, y a destruir los hábitos compulsivos o adiciones y los deseos vehementes, y a realizar la Realidad Verdadera, taladrando eficazmente la coraza de la ignorancia, el error, la ilusión y la decepción. A medida que uno obtiene los estados de Mente y Consciencia superiores, la verdadera naturaleza de como las cosas realmente son, puede ser vista claramente, ambas, intuitivamente y con el esfuerzo supremo, por el Conocimiento Superior Directo. La Realidad Verdadera desdoblándose, la Iluminación Propia del Ser (yo) por el Ser (Yo).
El desarrollo de los eslabones o vínculos del Noble Camino Óctuple son como sigue: (1) la Pureza de Hábitos Morales es un requisito al igual que la Pureza de Mente; (2) la Pureza de Mente es un requisito al igual que la Pureza de Visión; (3) la Pureza de Visión es un requisito al igual que la Pureza Para Traspasar la Duda; (4) la Pureza Para Traspasar la Duda es un requisito al igual que la Pureza de Conocimiento y Visión Interna o Penetración en el Camino y lo que NO es el Camino hacia la Realidad Verdadera; (5) la Pureza de Conocimiento y Visión Interna o Penetración en el Camino y lo que NO es el Camino hacia la Realidad Verdadera es un requisito al igual que la Pureza de Conocimiento y Visión Interna o Penetración en el Curso del Progreso a través del Camino; (6) la Pureza de Conocimiento y Visión en el Curso del Progreso a través del Camino es un requisito al igual que la Pureza surgiendo y levantándose del Conocimiento y la Visión Interna o Penetración; (7) la Pureza surgiendo y levantándose del Conocimiento y la Visión Interna o Penetración es un requisito al igual que realizar el Nirvana, sin ningún remanente de apego para lo que fue creado, impermanente, enfermizo y sin esencia, el No Ser, lo Inexistente.
Los siete vínculos o eslabones que se deben cultivar para llegar a la Iluminación comienzan con la (1) COMPLETA ATENCIÓN, contemplando el cuerpo y los sentimientos, la mente y los estados mentales, el pensamiento, las ideas y las aspiraciones, claramente consciente de ellas, prestándoles una completa atención de manera de controlar la codicia y el abatimiento común en el mundo; siguiendo con la (2) INVESTIGACIÓN del Dharma, aprendiendo y recordando o memorizando la doctrina que guía a la Realidad Verdadera, lo No Creado; continuando la (3) ENERGÍA del esfuerzo; seguido por el (4) DELEITE; entonces la (5) TRANQUILIDAD; más adelante la (6) CONCENTRACIÓN; y finalmente la (7) EQUANIMIDAD.
Los Cinco Factores de Control son: (1) El Poder de la Fe, (2) El Poder de la Energía, (3) El Poder de la Atención Completa, (4) El Poder de la Concentración, y (5) el Poder de la Vista Interna o Penetración.
Los componentes de las Bases de los Poderes Psíquicos son el Deseo, la Energía, el Pensamiento y la Investigación, junto con los factores asociados de la Concentración y la Lucha con el enfoque de la voluntad: “Yo Ganaré, lograré, realizaré y permaneceré y habitaré en el Nirvana, la Inmortalidad, lo No Nacido, La Realidad Absoluta Permanente Realizada, aquí y ahora mismo.” Y la práctica que guía al cultivo de los Poderes Psíquicos para ganar la meta, es el Noble Camino Óctuple.
Las Tres Facultades de Control son: (1) La Consciencia que dice, Yo conoceré lo incognoscible, lo No Nacido, lo No Creado, TODO lo que debe de ser conocido, El Estado Permanente Verdadero de la Realidad; (2) seguido por la Consciencia del Conocimiento y entonces (3) por la Consciencia del Uno que TIENE el conocimiento.
Y el “Conocimiento” por la Sabiduría Intuitiva, la Visión Interna o Penetración y el Conocimiento Directo es este:
El Estado Permanente Verdadero de la Realidad es el Nirvana, ESE que No Es Nacido, Sin Hacer, No Manifestado, No Hecho, el que No tiene Condiciones, La Verdad, el Nunca Creado, el No Construido, el No Creado, el Sutil, el Estable, el que No se Deteriora, el que No Envejece, el que No Muere, el Inmortal, el Pulcro, la Paz, la Bienaventuranza, la Pureza, el Excelente, la Perfección y Grandeza de la Sabiduría, el estado Libre de Enfermedades, la Exoneración y Liberación de la Enfermedad, el Sin Nombre, la Serenidad y la Pureza de la MISMA Realidad Incambiable Absoluta, la Norma, el Maravilloso, la Meta, lo Real.
En pocas palabras, EL FINAL – lo que siempre fue, no compuesto, permanente y ESTÁ con TODO lo que ha sido CREADO, compuesto, impermanente, fugaz y efímero y CESANDO DE SER. La Existencia con todos sus reinos o dominios de los sentidos, de las formas, de las sin formas, el universo físico con todos sus dominios desde los infiernos hasta los cielos SON TODOS CONSTRUCCIONES.
Realidades fabricadas artificialmente, con el Ser, ESO QUE ES LA REALIDAD ABSOLUTA PERMANENTE MISMA, experimentando los sentidos, las sensaciones y las experiencias de los sentidos “ vicariamente”, a través de creaciones incalculables manifestadas del cuerpo y la mente – “Seres” – en variedades incalculables de mundos creados y manifestados de ambos dominios, materiales e inmateriales – inferiores, medios y superiores – alcanzando desde los cielos hasta los infiernos.
Pero TODO lo que es creado es impermanente, sujeto a la decadencia y el final, y aunque inherentemente un estado enfermizo del ser, y por lo tanto, el No Ser, porque la Verdadera Naturaleza de la Realidad Absoluta Misma no es realmente una parte de estas manifestaciones, de estos juegos de “castillos de arena” – ni de este vasto espectáculo de ficción inventada de marionetas, ni de esta ilusión ayudada por el estado de la Propia Ignorancia.
De acuerdo con el Budismo, cualquier “Ser” que no resuelve lograr la Iluminación propia y la Realidad Verdadera, continuará reformando esas realidades fabricadas y construidas de los deseos de los sentidos, formas y no formas. Tendrán renacimientos futuros continuos y cada “vida” será buena o mala, feliz e infeliz, placentera o dolorosa, o una combinación de las dos, todo de acuerdo con las PASADAS acciones buenas o malas que han hecho, hablado o pensado, con el ser MENTAL a la vanguardia como el predecesor de todas las manifestaciones de entidades individuales de realidades construidas, creadas y fabricadas y en tal forma condicionadas que son hechas estados de existencia.

En pocas palabras, el péndulo del renacimiento, yendo de un lado a otro, de atrás hacia delante y viceversa continuamente entre los infiernos, los cielos y el universo físico, HASTA que el YO/SER de cada “Ser” decide poner fin a toda manifestación, y terminar de vivir vicariamente a través de las construcciones de realidades artificiales, para ESCAPAR de lo que ha sido creado, de lo que ha llegado a ser una masa confusa en deterioro y desintegración, una masa podrida y manifestada de sufrimientos, dolores y angustias perpetuadas por los deseos vehementes, el odio, la lujuria, la fantasía, el error y la ignorancia.
Esta evidencia de continuos renacimientos perpetuados y reformados, con “vidas” futuras determinadas de acuerdo con las acciones hechas en las VIDAS PASADAS, puede ser vista fácilmente en la gran diversidad de Seres nacidos en este mundo, que inmediatamente al nacer tienen una gran fortuna o un destino adverso, AUNQUE ACCIONES DE NINGUNA CLASE HAN SIDO HECHAS EN SU NUEVA VIDA! Piensen sobre esto y entonces comparen su vida “presente” con las vidas de los otros cinco billones de seres “humanos” en este mundo, y definitivamente para la vida de TODOS los diferentes tipos de Seres del mundo.
La meta del Budismo es el escape de esta ENFERMIZA REPETICIÓN que ha surgido, estos renacimientos repetidos y reformados, a través de la vía de la destrucción de los “deseos” por el sentir y las sensaciones de los sentidos, por llegar a ser esto o aquello, por la fantasía y por la ignorancia.
Y si usted piensa que el mundo NO está realmente lleno de desesperación, sufrimiento, dolor y angustia, USTED NECESITA EXAMINAR DE CERCA la naturaleza del mundo en que usted vive sin los cristales color rosa de sus espejuelos.
Solamente porque en esta vida SU sufrimiento y SU angustia no son “muy malos” usted todavía puede que no sea inmune a los renacimientos donde su próxima vida es tan horrible como la que cientos de millones de seres humanos viven AHORA en este mismo día en todo este mundo.
Piensen de la “vida” y TODO LO QUE HA SIDO CREADO como una alucinación o fantasía repetitiva y adictiva – muy pero muy antigua, incalculable en edad, corrompida por mucho tiempo, pervertida, devastada y llegando a teñirse por la descomposición.
Para despertar de esa fantasía, el primer paso es que el YO investigue, analice, reflexione y medite en lo que realmente está pasando a nuestro alrededor y consecuentemente en lo que vemos, que TODO ES IMPERMANENTE, y entonces ver y saber que lo que es impermanente, efímero y sujeto al cambio es inherentemente SUFRIMIENTO, ANGUSTIA E INFELICIDAD.
Entonces, con la Perfecta Sabiduría Intuitiva, SABER, que lo que sea que es impermanente, sujeto al cambio, y por lo tanto al sufrimiento no puede ser el YO EN SU NATURALEZA VERDADERA. El Yo ENTONCES debe comenzar a observar por un medio de escape de esta fantasía y sueño adictivo, esta realidad artificial que ha surgido, que es una pesadilla y que ES dolor, angustia y sufrimiento.
No se le ha ocurrido a usted pensar: ¿POR QUÉ estoy sujeto al nacimiento, a la enfermedad, a la angustia, a la decadencia, a la vejez y a la muerte, que también es impermanente?
¿No sería para la seguridad de mi bienestar permanente que yo, aunque sujeto al nacimiento por el yo, a la enfermedad, la angustia, la decadencia, la vejez y la muerte, habiendo visto lo perecedero de todo eso que conlleva el nacimiento, debería preferiblemente de la misma forma buscar el Nirvana, la REALIDAD ABSOLUTA PERMANENTE Y VERDADERA, la seguridad permanente de esta masa CREADA y manifestada de dolor, angustia y sufrimiento?
La forma material, los sentimientos, la percepción la actividades y la conciencia/mente son atracciones y tentaciones adictivas para perpetuar las realidades falsas en esos dominios de existencia fabricados, esos condicionados, hechos, artificiales, temporales, transitorios, estados ficticios de existencia. Por último, los deseos por esas construcciones DEBEN ser alejados para que la bienaventuranza permanente de la Realidad Verdadera sea realizada.
Y ¿qué es el YO, la Realidad Absoluta Permanente Verdadera? Desde la perspectiva de una creación construida, en un mundo construido, en una realidad fabricada, una mente “Sin YO” nunca podría saber la naturaleza de lo que No Se Ha Creado. La Verdadera Realidad del YO es incomprensible, inconcebible, inmutable, inescrutable, profunda, sin límites, inmensurable, sin marca, sin signos, indefinida, imposible de entender. Solamente el YO, Supremamente Despierto, puede saberlo EL MISMO, y el Yo de un “Ser” manifestado y creado que está COMPLETAMENTE despierto, y que llamamos un BUDA.
Ahora lo que se ve, se oye, se siente, se sabe, se obtiene, se busca y se expresa por la mente es impermanente. Las Percepciones o Interpretaciones perfectas “CORRECTAS” no pueden ser creadas de algo creado, una construcción Sin Yo. Sólo la Realidad Absoluta Permanente Verdadera, a través de SU Propia Realización, Sabiduría Intuitiva y COMPLETO Despertar e Iluminación puede SABER.
La Realidad Absoluta Verdadera ES el YO. Pero dado que la REALIDAD ABSOLUTA VERDADERA es incomprensible, no es la creencia entonces que “eso” – un SER manifestado después de morir, Yo, como esta personalidad, esta individualidad – llegará a ser permanente, eternamente durable, no sujeto al cambio, YO permaneceré actuando en lo eterno, ¿no es esto completamente absurdo dado que TODO lo que es creado e impermanente es esencialmente una fantasía, un espectáculo de marionetas mentales? Esta es la razón por la cual los Budistas eliminan todas las creencias falsas y los caprichos vanos de que EN lo que es CREADO e IMPERMANENTE no hay “nada permanente” que realmente pueda decir, “YO SOY, MIO, YO SERÉ y YO SOY EL HACEDOR.”
Pero… “a través de lo que es manifestado, lo siguiente se puede decir:
El cuerpo, los sentimientos, la percepción y la mente/consciencia no son el Yo. El Yo no tienen cuerpo, ni sentimientos, ni percepción, ni actividades, ni mente/consciencia. Esas cosas construidas en realidades fabricadas fantasiosamente, de acuerdo con el Ser que sigue el Budismo Fundamental, son observadas y juzgadas como, “Estas cosas CREADAS no son mías, estas cosas no soy Yo, estas cosas no son el Yo mío, y no son el Yo de todos los Seres en todas las realidades fabricadas.”
Los Diez Eslabones que “encadenan” los Seres para perpetuarse ellos mismos en realidades artificiales, manufacturadas, ficticias son:
1. Las creencias e impulsos de una personalidad individual permanente, alma o yo.
2. El apego a interpretaciones o percepciones, ritos, rituales, dogmas y supersticiones erróneas.
3. Las dudas y la confusión.
4. Los vínculos, los apegos, las pasiones, los deseos de los sentidos, la lujuria y las ambiciones.
5. La antipatía, las aversiones, el odio, la malicia, el deseo enfermizo, la malevolencia y el despecho.
La lujuria y los deseos por perpetuar las formas de Materia en buen estado de aquí en adelante.
La lujuria y los deseos por perpetuar las no formas y el más allá de lo que no es la Materia, de aquí en adelante.
Los Puntos de Vista incorrectos de las ideas y conceptos más el orgullo y la arrogancia, declarando, “Yo soy el hacedor”.
La excitación por las construcciones y el perpetuar las realidades artificiales, la Desilusión e Ilusión Propia.
10. La adición al fingimiento propio y al estado completo de Ignorancia Propia, necesario para la ILUSIÓN de realidades artificiales e individualidades que parecen reales y también necesario para no ver la impermanencia y la enfermedad por lo que son, y el dolor y lo perecedero asociados con estas adiciones, concebidos enfermizamente y condicionados, estados efímeros de la existencia ficticia fabricada.
Esto comprende “la maquinaria” que impulsa la continuación de la repetición por cada Punto de Vista del Yo.
La meta es el destruir la adiciones, los deseos, que perpetúan la manifestación de las realidades construidas donde hay la experiencia VICARIA de los sentidos, las sensaciones y los sentimientos en los mundos construidos, en los dominios fabricados, todos ellos que son impermanentes, enfermizos y ausente del Yo. Esta terminación de todos los deseos, adiciones y manifestaciones iguala al Nirvana, el Estado de Realidad Verdadero y Permanente, la LIBERTAD de lo que ha surgido.
El Budismo y el Dharma (Dhamma) o doctrina es el Pasaje o Camino que finaliza las adiciones, los deseos vehementes, el llegar a ser una y otra vez de los estados de existencia falsos construidos; y así obtener la meta, EL ESTADO VERDADERO DE LA REALIDAD PERMANENTE. Y con la realización del estado verdadero de la realidad permanente, el final de todo sufrimiento y angustia, el final de todo renacimiento, el final de todo lo que es creado, impermanente, enfermizo y sin YO.
Todos los deseos, todas las adiciones, todos los impedimentos DEBEN por ultimo ser renunciados, destruidos, terminados, desechados y abandonados para poder finalizar todos los renacimientos, para terminar toda la renovación de las realidades falsas manufacturadas, y ganar el Nirvana, la Inmortalidad, el estado permanente verdadero ESO DE HECHO ES LA ÚNICA REALIDAD VERDADERA.
Todos los estados falsos de existencia construida y todas las creaciones construidas de todos los elementos de ambos, material e inmaterial, la figura material, el cuerpo, los órganos de los sentidos, los campos de los sentidos internos y externos, las sensaciones, los sentimientos, las experiencias, la percepción, las actividades, la mente, la consciencia, los estados mentales y de pensamiento, son impermanentes, enfermizos y sin Yo propio. Todas las construcciones desde la perspectiva Budista son observadas como, “No son mías, esas creaciones no son YO, esas no son el YO para mi, o el YO mío. La verdadera naturaleza del Yo, la que no es DE o está EN esas cosas, es No Nacida, No Creada, Inmortal, ESO que es inconcebible.
“Lo que sea y donde quiera, cualquier cosa que ha llegado a ser, que ha llegado a manifestarse; que es compuesta y construida; que es pensado e influenciado o cambiado y creado mentalmente; es dependiente en algo o en cualquier cosa, es IMPERMANENTE. Lo que es impermanente eso es inherentemente infeliz, angustioso, enfermizo. Lo que es impermanente, la infelicidad, la angustia y la enfermedad no es mía, ni de mi, eso no soy Yo, eso no es el Yo mío.”
El YO es; pero este, o lo otro, no es. Lo que es permanente es real. Lo que es impermanente es lo que no es real.
Todo “esto” – todo – es creado, pensado y afectado o cambiado, fugaz, impermanente, y sólo es una fantasía del No Yo, una intelección o razonamiento gastado, una creencia u opinión, una imaginación, un estado de desilusión, TODO hecho de pensamiento, que inherentemente debe de terminar en disolución. Todo es el círculo vicioso de una invención ficticia. Y para uno que ha dejado de tener apegos o deseos por lo que no existe en verdad, ya no hay más angustia mental o renacimiento.
Las cosas creadas, son inherentemente sujetas a la decadencia, y entonces finalmente ellas son disueltas otra vez.
Por mucho, mucho tiempo, cada Mente, cada “punto de vista” del Yo en su círculo o ronda de invención, ha sido adulterado o contaminado por el deseo, por la lujuria, por el odio, por las opiniones falsas y las ilusiones. Y por la Mente contaminada y el punto de vista del Yo, los “Seres” son contaminados o adulterados. Por la Pureza de Mente, y el punto de vista del YO, los Seres se hacen puros. La Mente y cada punto de vista del Yo han sido enredados y atrapados en la fantasía, dados habitualmente a la ilusión, deseando los placeres de los conceptos de las seis esferas de los sentidos; deseando individualidad y continuos renacimientos en esto y aquello; deseando falsos puntos de vista que ayuden a las alucinaciones y fantasías; y deseando la ignorancia para continuar lo que ha sido creado, y que ha surgido.
Considere lo siguiente: si los deseos e impedimentos de un Ser dado – un punto de vista de un Yo – han sido destruidos en la “expresión” previa de una realidad construida, no habría vuelto a ser otra vez, NINGÚN OTRO renacimiento nuevo, ninguna reforma de un cuerpo, ninguna mente y ninguna continuación del punto de vista. Y por lo tanto, no habría ninguna lucha nueva, ni sufrimiento nuevo, ni dolor, ni angustia, ni pena, ni tristeza, ni lamentaciones, ni desesperación, ni aflicción, ni enfermedad, ni vejez, ni decadencia ni muerte. Cada Ser, cada punto de vista del Yo, debe resolver, tarde o temprano, que ESO NO SERÁ OTRA VEZ, Y EL MÍO NO SERÁ. Este punto de vista ha llegado a su conclusión – el Nirvana.
Pero hasta que “un punto de vista del Yo” despierte, ponga fin a los deseos por los sentidos, las sensaciones y los placeres de los sentidos; por el perpetuar la individualidad continua, por el llegar a ser una y otra vez un punto de vista en esas manifestaciones; por la fantasía y los falsos puntos de vista; y por la ignorancia; esas realidades “creadas” artificiales continuarán y el dolor, la angustia y el sufrimiento de ellos. Y mientras esas existencias artificiales fabricadas continúen, está el PELIGRO CONTINUO de el dolor futuro, la angustia y el sufrimiento de futuros renacimientos, manifestándose OTRA VEZ en mundos INFERIORES fabricados de angustia incrementada por las actividades MALÉVOLAS pasadas de pensamiento, palabra y acción.
Hasta que un “Ser” creado alcance el Nirvana y llegue a la terminación, ganando la Inmortalidad, consecuentemente para ese Ser lo que ha sido creado continuará, cada Ser andará entre los mundos y los dominios construidos – superiores, medios e inferiores.

Habrán logros de pensamientos, palabras y acciones BUENAS; y también habrán logros de pensamientos, palabras y acciones MALÉVOLAS.
Habrá MÉRITO en acciones dadivosas, sacrificios, ofrendas de amor, gentileza y compasión en pensamiento palabra y acciones hacia otros Seres (de todo tipo); y habrá DEMÉRITO en tales acciones como la mentira, la difamación, el chisme, la palabra ofensiva, el matar, el robar, la conducta impropia sensual y sexual, los pensamientos malévolos y los puntos de vista erróneos, la palabra y las acciones dirigidas hacia otros Seres (de todo tipo).
Los Seres son los descendientes de sus acciones. Las acciones determinan el karma y el karma determina los futuros nacimientos y los futuros sucesos. Así es como las cosas trabajan. Eso es lo que determina los diferentes “libretos” para cada Ser en cada vida.
Y también como este mundo es, y el mundo más allá es. Y en este mundo hay “Seres” que han viajado o pasado propiamente EL CAMINO CORRECTO PARA ESCAPAR HACIA EL NIRVANA, quienes han ganado LA META, quienes han completado “la gran peregrinación” hacia la última verdad. Ellos han destruido las adiciones, los deseos, las fantasías y las ilusiones, y ellos han alcanzado la Perfección, quienes, por ellos mismos por el Conocimiento Supernormal, han completamente realizado este mundo, el mundo más allá, y QUIENES VEN LAS COSAS COMO VERDADERAMENTE SON, y las proclaman.
En conclusión, piense del Budismo como un medio correcto de ESCAPE de este estado de imaginación creativa. Y un escape de la satisfacción y el peligro de los sentidos. Puede ser pensado de esta forma: Es como un ser en la OSCURIDAD de un teatro, disfrutando vicariamente de la “experiencia imaginada” de una existencia fabricada de una película en una realidad fabricada. Pero el teatro es muy viejo, decadente y putrefacto, en fuego y ahora, el origen de los dolores. El dharma del Budismo es el SIGNO DE SALIDA. Si usted quiere escapar permanentemente del dolor, la angustia y los sufrimientos, las continuas rondas de renacimientos, la lucha, la angustia, la decadencia, del morir y de la muerte, y todos los dolores futuros y peligros que van con eso, usted sigue el signo de salida.
El Budismo ES el signo que dice: ESTE ES EL CAMINO A LA SEGURIDAD, ESTE ES EL CAMINO FUERA DE LA ANGUSTIA. La elección de cuando escapar está en la decisión de cada Ser.
Si usted quiere explorar y practicar esta religión, usted debe reflexionar en lo que ha leído – investigar, analizar, examinar y pesar el significado por usted mismo. Usted debería comprar los discursos traducidos de la Sociedad de Textos de Pali, comenzando con Los Aforismos/Máximas/Proverbios Medianamente Largas, para un estudio más detallado; y usted debería comenzar el Noble Camino Óctuple, un curso que lo guía a la práctica y la concentración donde el Conocimiento, la Sabiduría Intuitiva, el Discernimiento y la VOLUNTAD surgen dentro del YO de Usted a medida que usted progresa en el Camino Noble, para mantenerlo hasta que usted gane la Meta, el Nirvana, La Realidad Verdadera Auto Realizada, libre de enfermedad, libre de todo lo que ha llegado a ser, libre de todo lo que es creado, libre de todo lo que ha surgido o se ha levantado, libre del estado de fantasía propia, libre de esta ronda de ficticia imaginación.
Así concluye nuestra creencia de lo que trata el Budismo Fundamental. Para más enseñanza, usted necesita invertir para obtener los libros recomendados, y además reflexionar, estudiar, investigar, meditar y concentrarse.
Ministerio de Instrucción Budista, 1999.
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Tao Te King

TAO TE KING, LAO TSE

I
El Tao que puede ser expresado
no es el verdadero Tao.
El nombre que se le puede dar
no es su verdadero nombre.
Sin nombre es el principio del universo;
y con nombre, es la madre de todas las cosas.
Desde el no-ser comprendemos su esencia;
y desde el ser, sólo vemos su apariencia.
Ambas cosas, ser y no-ser, tienen el mismo
origen, aunque distinto nombre.
Su identidad es el misterio.
Y en este misterio
se halla la puerta de toda maravilla.
————————————————————————

II
Todo el mundo toma lo bello lo bello,
y por eso conocen qué es lo feo.
Todo el mundo toma el bien por el bien,
y por eso conocen qué es el mal.
Porque, el ser y el no-ser se engendran mutuamente.
Lo fácil y lo difícil se complementan.
Lo largo y lo corto se forman el uno de otro.
Lo alto y lo bajo se aproximan.
El sonido y el tono armonizan entre sí.
El antes y el después se suceden recíprocamente.
Por eso, el sabio adopta la actitud de no-obrar
y practica una en sin palabras.
Todas las cosas aparecen sin su intervención.
Nada usurpa ni nada rehúsa.
Ni espera recompensa de sus obras,
ni se atribuye la obra acabada,
y por eso, su obra permanece con él.
————————————————————————

III
No ensalzar los talentos
para que el pueblo no compita.
No estimar lo que es difícil de adquirir
para que el pueblo no se haga ladrón.
No mostrar lo codiciable
para que su corazón no se ofusque.
El sabio gobierna de modo que
vacía el corazón,
llena el vientre,
debilita la ambición,
y fortalece los huesos.
Así evita que el pueblo tenga saber
ni deseos,
para que los más astutos
no busquen su triunfo.
Quien practica el no-obrar todo
lo gobierna.
————————————————————————

IV
El Tao es vacío,
imposible de colmar,
y por eso, inagotable en su acción.
En su profundidad reside el origen
de todas las cosas.
Suaviza sus asperezas,
disuelve la confusión,
atempera su esplendor,
y se identifica con el polvo.
Por su profundidad parece ser eterno.
No sé quién lo concibió,
pero es más antiguo que los dioses.
————————————————————————

V
El universo no tiene sentimientos;
todas las cosas son para él como perros de paja.
El sabio no tiene sentimientos;
el pueblo es para él como un perro de paja.
El universo es como un fuelle,
vacío, pero nunca agotado.
Cuanto más se mueve,
más produce.
Quien más habla
menos le comprende.
Es mejor incluirse en él.
————————————————————————

VI
El espíritu del valle no muere.
Es la hembra misteriosa.
La puerta de lo misterioso femenino
es la raíz del universo.
Ininterrumpidamente, prosigue
su obra sin fatiga.
————————————————————————

VII
El cielo es eterno y la tierra permanece.
El cielo y la tierra deben su eterna duración
a que no hacen de sí mismos
la razón de su existencia.
Por ello son eternos.
El sabio se mantiene rezagado
y así es antepuesto.
Excluye su persona
y su persona se conserva.
Porque es desinteresado
obtiene su propio bien.
————————————————————————

VIII
La suprema bondad es como el agua.
El agua todo lo favorece y a nada combate.
Se mantiene en los lugares
que más desprecia el hombre
y,.así, está muy cerca del Tao.
Por esto, la suprema bondad es tal que,
su lugar es adecuado.
Su corazón es profundo.
Su espíritu es generoso.
Su palabra es veraz.
Su gobierno es justo.
Su trabajo es perfecto.
Su acción es oportuna.
Y no combatiendo con nadie,
nada se le reprocha.
————————————————————————

IX
Más vale renunciar antes que sostener
en la mano un vaso lleno
sin derramarlo.
La espada que usamos y afilamos
continuamente
no conservará mucho tiempo su hoja.
Una sala llena de oro y jade
nadie la puede guardar.
Quien se enorgullece de sus riquezas
atrae su propia desgracia.
Retirarse de la obra acabada,
del renombre conseguido,
esa es la ley del cielo.
————————————————————————

X
Unir cuerpo y alma en un conjunto
del que no puedan disociarse.
Dominar la respiración hasta hacerla
tan flexible como la de un recién nacido.
Purificar las visiones hasta
dejarlas limpias.
Querer al pueblo y gobernar el Estado
practicando el no-hacer.
Abrir y cerrar las puertas del cielo
siendo como la mujer.
Conocer y comprenderlo todo
usar la inteligencia.
Engendrar y criar,
engendrar sin apropiarse,
obrar sin pedir nada,
guiar sin dominar,
esta es la gran virtud.
————————————————————————

XI
Treinta radios convergen en el centro
de una rueda,
pero es su vacío
lo que hace útil al carro.
Se moldea la arcilla para hacer la vasija,
pero de su vacío
depende el uso de la vasija.
Se abren puertas y ventanas
en los muros de una casa,
y es el vacío
lo que permite habitaría.
En el ser centramos nuestro interés,
pero del no-ser depende la utilidad.
————————————————————————

XII
Los cinco colores ciegan al hombre.
Los cinco sonidos ensordecen al hombre.
Los cinco sabores embotan al hombre.
La carrera y la caza ofuscan al hombre.
Los tesoros corrompen al hombre.
Por eso, el sabio atiende al vientre
y no al ojo.
Por eso, rechaza esto y prefiere aquello.
————————————————————————

XIII

El favor y la desgracia inquietan por igual.
La fortuna es un gran dolor como nuestro cuerpo.
¿Qué quiere decir: favor y desgracia inquietan por
igual ?
El favor eleva y la desgracia abate.
Conseguir el favor es la inquietud.
Perderlo es la inquietud.
Este es el sentido de «favor y desgracia inquietan por
igual»
¿Qué quiere decir: la fortuna es un gran dolor como
nuestro cuerpo?
La causa por la que padezco dolor es mi propio cuerpo.
Si no lo tuviese,
¿qué dolor podría sentir?
Por esto, quien estime al mundo igual a la fortuna de
su propio cuerpo,
puede gobernar el mundo.
Quien ame al mundo como a su propio cuerpo,
se le puede confiar el mundo.
————————————————————————

XIV
Se le llama invisible porque mirándole
no se le ve.
Se le llama inaudible porque escuchándole
no se le oye.
Se le llama impalpable porque tocándole
no se le siente.
Estos tres estados son inescrutables
y se confunden en uno solo.
En lo alto no es luminoso,
en lo bajo no es oscuro.
Es eterno y no puede ser nombrado,
retorna al no-ser de las cosas.
Es la forma sin forma
y la imagen sin imagen.
Es lo confuso e inasible.
De frente no ves su rostro,
por detrás no ves su espalda.
Quien es fiel al Tao antiguo
domina la existencia actual.
Quien conoce el primitivo origen
posee la esencia del Tao.
————————————————————————

XV
Los sabios perfectos de la antigüedad
eran tan sutiles, agudos y profundos
que no podían ser conocidos.
Puesto que no podían ser conocidos,
sólo se puede intentar describirlos:
Eran prudentes, como quien cruza un arroyo en in-
vierno;
cautos, como quien teme a sus vecinos por todos lados;
reservados, como un huésped;
inconstantes, como el hielo que se funde;
compactos, como un tronco de madera;
amplios, como un valle;
confusos, como el agua turbia.
¿Quién puede, en la quietud, pasar lentamente de lo
turbio a la claridad?
¿Quién puede, en el movimiento, pasar lentamente
de la calma a la acción?
Quien sigue este Tao
no desea ser pleno.
No siendo pleno
puede quedar en lo viejo
sin renovarse.

XVI
Alcanza la total vacuidad
para conservar la paz.
De la aparición bulliciosa de todas las cosas,
contempla su retorno.
Todos los seres crecen agitadamente,
pero luego, cada una vuelve a su raíz.
Volver a su raíz es hallar el reposo.
Reposar es volver a su destino.
Volver a su destino es conocer la eternidad.
Conocer la eternidad es ser iluminado.
Quien no conoce la eternidad
camina ciegamente a su desgracia.
Quien conoce la eternidad
da cabida a todos.
Quien da cabida a todos es grandioso.
Quien es grandioso es celestial.
Quien es celestial es como Tao
Quien es como el Tao es perdurable.
Aunque su vida se extinga, no perece.
————————————————————————

XVII
El gran gobernante pasa inadvertido por el pueblo.
A éste sucede el que es amado y elogiado por el pueblo.
Después, el que es temido.
Y finalmente, el despreciado.
Si no hay una confianza total,
se obtiene la desconfianza.
El gran gobernante practica el no-hacer
y así, a la obra acabada sigue el éxito.
Entonces, el pueblo cree vivir según su propia ley.
————————————————————————

XVIII
Cuando se abandona el Tao
aparecen la bondad y la justicia.
Con la inteligencia y la astucia
surgen los grandes hipócritas.
Cuando no existe armonía entre los seis parientes,
se necesita la piedad filial y el amor paternal.
Cuando hay revueltas en el reino,
se inventa la fidelidad del buen súbdito.
————————————————————————

XIX
Rechaza la sabiduría y el conocimiento,
y aprovechará cien veces más al pueblo.
Rechaza la benevolencia y desecha la justicia,
y el pueblo volverá a la piedad y el amor.
Rechaza la habilidad y su provecho,
y no habrá más bandidos ni ladrones.
Pero estas tres normas no bastan.
Por esto, atiende a lo sencillo. y genuino, reduce tu
egoísmo, y restringe los deseos.
————————————————————————

XX
Suprime el estudio y no habrá preocupaciones.
¿Qué diferencia hay entre el sí y el no?
¿Qué diferencia hay entre el bien y el mal?
No es posible dejar de temer
lo que los hombres temen.
No es posible abarcar todo el saber.
Todo el mundo se enardece y disfruta,
como cuando se presencia un gran sacrificio,
o como cuando se sube a una torre en primavera.
Sólo yo quedo impasible,
como el recién nacido que aún no sabe sonreír.
Como quien no sabe adónde dirigirse,
como quien no tiene hogar.
Todo el mundo vive en la abundancia,
sólo yo parezco desprovisto.
Mi espíritu está turbado
como el de un ignorante.
Todo el mundo está esclarecido,
sólo yo estoy en tinieblas.
Todo el mundo resulta penetrante,
sólo yo soy torpe.
Como quien deriva en alta mar.
Todo el mundo tiene algo que hacer,
sólo yo soy un inútil.
Sólo yo soy diferente a todos los demás
porque aprecio a la Madre que me nutre.
————————————————————————

XXI
La grandeza de toda virtud
reside en su fidelidad al Tao.
El Tao es algo confuso e intangible.
Es confuso e intangible, pero tiene formas.
Es confuso pero brillante porque abarca muchas cosas.
Es profundo y oscuro pero contiene una esencia.
Esta esencia es verdadera.
Desde los tiempos más remotos conserva invariable su nombre.
Es el origen de todos los seres.
¿Cómo conocer el origen de todos los seres?
Por esto mismo.
————————————————————————

XXII
Lo humillado será engrandecido.
Lo inclinado será enderezado.
Lo vacío será lleno.
Lo envejecido será renovado.
Lo sencillo y puro será alcanzado,
pero lo complicado y extenso causará confusión.
Por esto, el sabio abraza la unidad
y es el modelo del mundo.
Destaca porque no se exhíbe.
Brilla porque no se guarda.
Merece honores, porque no se ensalza.
Posee el mando, porque no se impone.
Nadie le combate porque él a nadie hace la guerra.
¿Son acaso vanas las palabras del antiguo proverbio:
«lo humillado será engrandecido»?
Por esto mismo, el sabio preservará su grandeza.
————————————————————————

XXIII
Hablar poco es lo natural.
Un huracán no dura toda la mañana.
Un aguacero no dura todo el día.
¿Quién hace estas cosas?
El cielo y la tierra.
Sí las cosas del cielo y la tierra
no pueden durar eternamente,
¿cómo las cosas del hombre?
Así, quien sigue el Tao
se une al Tao.
Quien sigue la virtud,
se une a la virtud.
Quien sigue el defecto,
se une al defecto.
Quien se identifica con una de estas cosas,
por ella es acogido.
Pero a esto no se da suficiente crédito.
————————————————————————

XXIV
Quien se sostiene de puntillas no permanece mucho
tiempo en pie.
Quien da largos pasos no puede ir muy lejos.
Quien se exhibe carece de luz.
Quien se alaba no brilla.
Quien se ensalza no merece honores.
Quien se glorifica no llega.
Para Tao, estos excesos,
son como excrecencias y restos de comida que a todos
repugnan.
Por eso, quien posee el Tao
no se detiene en ellos.
————————————————————————

XXV
Antes aún que el cielo y la tierra
ya existía un ser inexpresable.
Es un ser vacío y silencioso, libre,
inmutable y solitario.
Se encuentra en todas partes
y es inagotable.
Puede que sea la Madre del universo.
No sé su nombre,
pero lo llamo Tao.
Si me esfuerzo en nombrarlo
lo llamo «grande».
Es grande porque se extiende.
Su expansión le lleva lejos.
La lejanía le hace retornar.
El Tao, pues, es grande y el cielo es grande.
La tierra es grande y también lo es el hombre.
En el universo hay cuatro cosas grandes,
y el hombre del reino es una de ellas.
El hombre sigue la ley de la tierra.
La tierra sigue la ley del cielo.
El cielo sigue la ley del Tao.
El Tao sigue su propia ley.
————————————————————————

XXVI
Lo pesado es la raíz de lo ligero.
La calma somete a lo agitado.
Así, el sabio cuando viaja
no se aleja de la caravana.
Aunque pueda disfrutar de las cosas más excelsas,
conserva su paz y se hace superior.
¿Cómo el dueño de diez mil carros
puede obrar con ligereza en el imperio?
Quien se comporta ligeramente
pierde la raíz de su poder.
Quien se ofusca,
se pierde a sí mismo.
————————————————————————

XXVII
Un buen caminante no deja huellas.
Un buen orador no se equivoca ni ofende.
Un buen contable no necesita útiles de cálculo.
Un buen cerrajero no usa barrotes ni cerrojos,
y nadie puede abrir lo que ha cerrado.
Quien ata bien no utiliza cuerdas ni nudos,
y nadie puede desatar lo que ha atado.
Así, el sabio que siempre ayuda a los hombres,
no los rechaza.
El sabio que siempre conserva las cosas,
no las abandona.
De él se dice que está deslumbrado por la luz.
Por esto, el hombre bueno no se considera maestro
de los hombres;
y el hombre que no es bueno estima como buenas las
cosas de los hombres.
No amar el magisterio ni la materia de los hombres,
y aparentar ignorancia, siendo iluminado,
éste es el secreto de toda maravilla.
————————————————————————

XXVIII
Quien conoce su esencia masculina,
y se mantiene en el principio femenino,
es como el arroyo del mundo.
Mientras sea como el arroyo del mundo
la virtud eterna no lo abandonará,
y retornará a la infancia.
Quien conoce su propia blancura,
y se mantiene en la oscuridad,
es como ser el modelo del mundo.
Mientras sea como el modelo del mundo,
la virtud eterno no se alterará en él,
y retornará a lo absoluto.
Quien conoce su gloria,
y se mantiene en la desgracia,
es como el valle del mundo.
Mientras sea como el valle del mundo
la virtud eterna le colmará
y retornará a la sencillez.
Lo sencillo, cuando se divide,
modela todos los útiles.
El sabio, cuando gobierna
rige a todos los ministros
y así conserva la unidad.
————————————————————————

XXIX
Quien pretende el gobierno del mundo
y transformar éste,
se encamina al fracaso.
El mundo es. un vaso espiritual que no se puede ma-
nipular.
Quien lo manipula lo empeora,
quien lo tiene lo pierde.
Porque, en las cosas,
unas van por delante, otras detrás.
Unas soplan suavemente, otras con fuerza.
Unas son vigorosas, otras débiles.
Unas permanecen, otras caen.
Por esto, el sabio rechaza todo exceso,
evita lo pródigo
y rebaja toda exhuberancia.
————————————————————————

XXX
Quien gobierna ateniéndose a Tao
no acosa al mundo con las armas
porque es un uso que tiende a retomar.
Donde acamparon las tropas
sólo pueden nacer espinas y zarzas,
y tras los ejércitos, vienen los años de miseria.
Así, el hombre bueno se conforma con lo obtenido
sin usar la violencia.
Y todo lo toma sin enorgullecerse,
sin jactancia,
sin obstinación,
sin enriquecerse.
Porque, las cosas, cuando han llegado a su madurez
empiezan a envejecer.
Esto ocurre a todo lo opuesto a Tao.

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XXXI
Las armas son instrumentos nefastos.
El hombre de Tao nunca se sirve de ellas.
El hombre de bien considera la izquierda como sitio
de honor,
pero permanece a la derecha cuando porta armas.
Las armas son instrumentos nefastos,
no adecuados para el hombre de bien.
Sólo las usa en caso de necesidad,
y lo hace comedidamente,
sin alegría en la victoria.
El que se alegra de vencer
es el que goza con la muerte de los hombres.
Y quien se complace en matar hombres
no puede prevalecer en el mundo.
Para los grandes acontecimientos
el sitio de honor es la izquierda,
y la derecha para los hechos luctuosos.
El segundo jefe se coloca a la izquierda,
y el primer jefe a la derecha, que es el lugar reservado
en los ritos fúnebres.
Quien haya matado
debe llorar con dolor y tristeza.
La victoria en la guerra
debe seguir el rito funerario.
————————————————————————

XXXII
El Tao, en su eternidad, carece de nombre.
Aunque mínimo en su unidad,
el mundo no puede contenerla.
Si los príncipes y los reyes
pudieran permanecer en el Tao
todos los seres se les someterían.
El cielo y la tierra
se unirían para llover dulce rocío
El pueblo, sin gobierno
por sí mismo se ordenaría con equidad.
Cuando en el principio se dividió, dando formas a
a todas las cosas,
tuvo nombres.
Con los nombres supo contenerse,
y así, no corre peligro.
El Tao es al universo
como los riachuelos y los valles son respecto a los
ríos y al mar.
————————————————————————

XXXIII
El que conoce a los demás es inteligente.
El que se conoce a sí mismo es iluminado.
El que vence a los demás es fuerte.
El que se vence a sí mismo es la fuerza.
El que se contenta es rico.
El que se esfuerza sin cesar es voluntarioso.
El que permanece en su puesto, vive largamente
El que muere y no perece, es eterno.
————————————————————————

XXIV
El gran Tao es como río que fluye en todas las direc-
ciones.
Todos los seres le deben la existencia
y él a ninguno se la niega.
Cuando realiza su obra, no se la apropia.
Cuida y alimenta a todos los seres sin adueñarse de
ellos.
Carece de ambiciones,
por eso puede ser llamado pequeño.
Todos los seres retornan a él sin que los reclame,
y por eso puede ser llamado grande.
De la misma forma, el sabio nunca se considera grande,
y así, perpetúa su grandeza.
————————————————————————

XXXV
El que guarda la Gran Forma
es el modelo del mundo.
El mundo no sufre mal alguno
y queda en paz, prosperidad y equilibrio.
La música y los manjares
detienen al caminante,
pero lo que exhala el Tao
no tiene sabor.
Se mira el Tao y no complace a la vista.
Se escucha el Tao y no complace al oído.
Se bebe del Tao y es inagotable.
————————————————————————

XXXVI
Quien quiera contraer
algo, antes debe extenderlo.
Quien quiera debilitar algo,
antes debe fortalecerle.
Quien quiera destruir algo,
antes debe levantarlo.
Quien quiera obtener algo,
antes debe haberlo dado.
Así es el misterio profundo.
Lo tierno y lo débil
vencen lo duro y fuerte.
No debe salir el pez de ‘a profundidad de las aguas.
Ni deben exhibirse los objetos más valiosos del reino.
————————————————————————

XXXVII
El Tao, por su naturaleza, no actúa,
pero nada hay que no sea hecho por él.
Si los príncipes y los reyes
pudieran adherírsele,
todos los seres evolucionarían por sí mismos.
Si al evolucionar
apareciera el deseo de obrar,
yo lo mantendría en la simplicidad sin nombre.
En la simplicidad sin nombre no existe el deseo.
Sin deseos es posible la paz
y el mundo se ordena por sí mismo.
————————————————————————

XXXVIII
La virtud superior no se precia de virtuosa,
esa es su virtud.
La virtud inferior aprecia su propia virtud,
por eso no tiene virtud.
La virtud superior no actúa
ni tiene objetivos que alcanzar.
La virtud inferior actúa
y tiene objetivos que alcanzar.
La bondad superior actúa
y no tiene objetivos.
La justicia superior actúa
y tiene objetivos.
El rito superior actúa
y, si no halla respuesta, la fuerza.
Así, perdido el Tao, queda la virtud.
Perdida la virtud, queda la bondad.
Perdida la bondad, queda la justicia.
Perdida la justicia, queda el rito.
El rito es sólo apariencia de fidelidad
y origen de todo desorden.
El conocimiento es sólo flor del Tao
y origen de la necedad
Así, el hombre grande
observa lo profundo y no lo superficial.
Se atiene al fruto y no a la flor,
rechaza esto y prefiere aquello.
————————————————————————

XXXIX
Lo que antiguamente llegó a la unidad:
El cielo, en su unidad, obtiene la claridad.
La tierra, en su unidad, se torna quieta.
Los espíritus, en su unidad, se hacen poderosos.
El valle, en su unidad, se vuelve lleno.
Todos los seres, en su unidad, se reproducen.
Los príncipes y los soberanos, en su unidad, pueden
gobernar el mundo.
Si el cielo no fuera claro, se descompondría.
Si la tierra no fuera estable, se derrumbaría.
Si los espíritus no fueran poderosos, perecerían.
Si el valle no fuera pleno, desaparecería
Si los seres no se procrearan, se extinguirían.
Si los príncipes y reyes no destacasen, perderían el
gobierno.
Así, la nobleza tiene su raíz en la vileza.
Lo alto tiene por fundamento lo bajo.
Por esto los soberanos se llaman a sí mismos
«el huérfano», «el indigno», «el pobre».
¿No es esto considerar al humilde como su raíz?
El honor máximo es de aquel que no lo pretende.
No se debe preferir ser como el jade,
sino como el más vulgar guijarro.
————————————————————————

XL
El retorno es el movimiento del Tao.
La debilidad es la manifestación del Tao.
Todos los seres han nacido del Ser
y el Ser ha nacido del no-ser.
————————————————————————
XLI
El espíritu superior que oye hablar del Tao,
lo practica con diligencia.
El espíritu mediocre que oye hablar del Tao,
tanto lo conserva como lo pierde.
El espíritu inferior que oye hablar del Tao,
ríe ruidosamente.
Y, por esta risa, se conoce la grandeza del Tao.
Lo dice el proverbio:
Iluminar con el Tao es como oscurecer.
Progresar con el Tao es como retroceder.
Engrandecer con el Tao es como vulgarizar.
La virtud superior es semejante a un valle en su
oquedad.
El supremo candor es semejante a la ignominia.
La vasta virtud es insuficiente.
La virtud ya fundada es indolente.
La virtud más pura es como un adulterio.
El Tao es como un gran cuadrado que no tiene ángulos,
como una gran vasija que se elabora lentamente,
como un gran sonido de escasa tonalidad,
como un gran cuerpo sin forma.
El Tao es oculto y sin nombre.
Pero el Tao es generoso y realiza todos los seres.
————————————————————————

XLII
El Tao engendra el Uno,
el Uno engendra el dos,
el dos engendra el tres.
El tres engendra todos los seres.
Todos los seres llevan la sombra a sus espaldas
y la luz en los brazos.
Y el aliento de la nada resuelve la armonía.
Aquello que el hombre aborrece,
la soledad, la pobreza, la indignidad,
es el título requerido por los soberanos.
Porque lo que se disminuye crece
y lo que se engrandece es disminuido.
Yo enseño lo que otros han enseñado:
«el hombre violento no tendrá una muerte natural».
Esta es la guía de mi enseñanza.
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XLIII
Lo más blando del mundo
vence a lo más duro.
La nada penetra donde no hay resquicio.
Por esto conozco la utilidad de la no-acción.
Enseñanza sin palabras.
Eficacia en la no-acción.
Pocos en el mundo llegan a comprenderlo.
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XLIV
¿Qué es más íntimo a nuestra naturaleza,
la fama o el propio cuerpo?
¿Qué es más apreciable, la salud o la riqueza?
¿Qué nos duele más,
ganar una cosa o perder la otra?
Quien mucho estima su nombre, despilfarra su amor.
Quien mucho acapara, mucho pierde.
Quien se contenta con poco nunca es agraviado.
Quien se contiene no sufre peligros y vivirá largamente.

XLV
La mayor perfección es de apariencia imperfecta,
pero su acción es inagotable.
La mayor plenitud es de apariencia vacía,
pero su acción es inagotable.
La mayor rectitud es en apariencia retorcida.
La mayor habilidad es en apariencia torpe.
La mayor elocuencia es en apariencia incongruente.
El movimiento vence al frío.
La quietud vence al calor.
La quietud absoluta es la norma del mundo.
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XLVI
Cuando el Tao reina en el mundo
los caballos de guerra acarrean estiércol.
Cuando no hay Tao en el mundo
los caballos de guerra abundan en los arrabales.
No hay mayor error que consentir los deseos.
No hay mayor desgracia que ser insaciable.
No hay mayor vicio que ser codicioso.
Quien sabe contentarse
siempre está saciado.
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XLVII
Sin salir de la puerta
se conoce el mundo.
Sin mirar por la ventana
se ve el camino del cielo.
Cuanto más lejos se va,
menos se aprende.
Así, el sabio,
no da un paso y llega,
no mira y conoce,
no actúa y cumple.
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XLVIII
Por el estudio se acumula día a día.
Por el Tao se disminuye día a día.
Disminuyendo cada vez más
se llega a la no-acción.
Por la no-acción
nada se deja sin hacer.
El mundo siempre se ha ganado sin acción.
La acción no es suficiente para ganar el mundo.
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XLIX
El sabio no tiene un espíritu constante.
Hace suyo el espíritu del pueblo.
Ama a los buenos
y también a los que no son buenos,
y así consigue la bondad.
Confía en el sincero
y también en los que no son sinceros,
y así consigue la fidelidad.
El sabio vive en el respeto de todos.
A todos reúne en su espíritu.
El pueblo vuelve hacia él sus ojos y acerca sus oídos,
y el sabio los trata como a niños.
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L
Vivir es llegar y morir es volver.
Tres hombres de cada diez caminan hacia la vida.
Tres hombres de cada diez caminan hacia la muerte.
Tres hombres de cada diez mueren en el ansia de vivir.
¿Cómo puede sobrevivir el décimo hombre?
He oído decir que quien sabe cuidarse
viaja sin temor al rinoceronte
ni al tigre,
y va desarmado al combate.
El rinoceronte no encuentra donde hincarle el cuerno,
ni el tigre donde clavarle su garra,
ni el arma donde hundir su filo.
¿Por qué?
Porque en él nada puede morir.
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LI
El Tao engendra.
La virtud nutre.
La materia conforma.
La energía perfecciona.
Por esto, de todos los seres
no hay ninguno
que no venere al Tao
y estime la virtud.
Esta veneración al Tao
y la estima de la virtud
no es impuesta sino
una eterna inclinación espontánea.
Porque el Tao los engendra,
la virtud los nutre,
los hace crecer, los perfecciona,
los conserva, los madura
y los protege.
Engendrar y criar,
engendrar sin apropiarse,
obrar sin pedir nada,
guiar sin dominar,
esta es la gran virtud.
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LII
Todo cuanto existe tuvo un origen,
la madre del mundo.
Quien conoce a la madre
conoce a los hijos.
Quien conoce a los hijos
preserva a la madre
y su vida no correrá peligro.
Tapa los orificios,
cierra las puertas,
y vivirás sin fatiga.
Abre los orificios,
aumenta los trabajos,
y estarás indefenso toda la vida.
Ver lo pequeño
es clarividencia.
Conservarse débil
es fortaleza.
Usar la luz
para volver a la claridad,
y proteger el cuerpo de todo daño,
es vestirse de eternidad.
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LIII
Quisiera poseer la sabiduría
para poder marchar por el gran camino
sin temor a desviarme.
El gran camino es llano
pero la gente ama los senderos.
La corte de todo tiene abundancia
pero los campos están llenos de malas hierbas
y los graneros vacíos.
Vestirse ropas lujosas,
ceñir afiladas espadas,
hartarse de bebida y de manjares,
retener grandes riquezas,
es como el robo;
no es Tao.
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LIV
Lo que está bien plantado no será arrancado.
Lo que está bien abrazado no será soltado.
A los antepasados ofrecerán siempre sacrificios los
hijos y los nietos
Si la cultiva en sí mismo
su virtud será verdadera.
Si la cultiva en su familia
su virtud será abundante.
Si la cultiva en su pueblo
su virtud será grande.
Si la cultiva en el Estado
su virtud será poderosa.
Si la cultiva en el mundo
su virtud será universal
Por esto, conoce a otros por sí mismo;
conoce las familias por la virtud de su familia;
conoce los pueblos por la virtud de su pueblo;
conoce los estados por la virtud de su estado;
conoce el mundo por la virtud del mundo.
¿Cómo saber que así se conoce el mundo?
Por esto mismo.
no sele puede despreciar
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LV
Quien alcanza la mayor virtud
es como un recién nacido.
Los reptiles venenosos no le pican.
Las fieras salvajes no le atacan.
Las aves rapaces no le arrebatan.
Tiene blandos los huesos
y débiles los tendones,
pero agarra firmemente.
Ignora la unión de los sexos,
pero posee la íntegra plenitud de su esperma.
Grita todo el día,
pero no enronquecer;
es la perfecta armonía.
Conocer la armonía es eternidad.
Conocer la eternidad es ser iluminado.
Intensificar la vida es nefasto.
Controlar el aliento es fortaleza.
Los seres, cuando han llegado a su madurez,
empiezan a envejecer.
Esto ocurre a todo lo opuesto a Tao.
Y lo puesto a Tao pronto acaba.
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LVI
Quien le conoce no habla
y quien habla no le conoce.
Tapa los orificios,
cierra las puertas,
suaviza las asperezas,
disuelve la confusión
atenúa los resplandores,
se identifica con el polvo,
esta es la unidad misteriosa.
No se le puede atraer;
no se le puede rechazar;
no se le puede beneficiar;
no sele puede perjudicar;
no sele puede honrar;
Por esto, es lo más valioso del mundo.
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LVII
Con rectitud se gobierna el Estado.
Con sagacidad se lucha en la guerra.
Con la no-acción se conquista el mundo.
Cómo lo sé?
Por esto:
Cuantas más limitaciones y prohibiciones haya,
más pobre será el pueblo.
Cuantas más armas,
mas desorden habrá en el reino.
Cuanta más astucia,
mas hechos extraños ocurren.
Cuantas más leyes y decretos,
más ladrones aparecen.
Por esto el sabio dice:
Yo nada hago
y el pueblo por sí mismo progresa.
Yo quedo en la quietud
y el pueblo por sí mismo mejora.
Yo no negocio
y el pueblo por sí mismo se enriquece.
Yo nada deseo
y el pueblo por sí mismo vuelve a la sencillez.
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LVIII
Cuando el gobierno es inactivo,
el pueblo es diligente.
Cuando el gobierno es activo,
el pueblo es indolente.
La desgracia reposa en la dicha,
y la dicha reposa en la desgracia.
¿Quién conoce el punto medio?
No hay una norma.
La rectitud degenera en extravagancia
y la bondad en monstruosidad.
Mucho tiempo hace que el hombre se engaña por esto.
Así, el sabio es recto pero no tajante,
anguloso pero no hiriente,
firme pero no insolente,
claro pero no deslumbra
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LIX
En el gobierno de los hombres y al servicio del cielo,
lo mejor es la moderación.
La moderación todo lo somete.
Quien consigue pronto el sometimiento,
acumula mucha virtud.
Con la virtud acumulada,
vencerá en todo.
Venciendo en todo,
llegará a límites insospechados.
Puede incluso apoderarse del reino.
Poseyendo a la Madre del reino,
puede durar mucho tiempo.
Es el camino de la profunda raíz de la sólida base,
del largo vivir y vista duradera.
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LX
Se gobierna un gran Estado
con el cuidado conque se fríen los pececillos.
Si se gobierna el mundo con Tao,
los manes de los muertos no usarán su poder.
No porque los manes no se hagan espíritus,
sino porque éstos no dañarán a los hombres.
Los espíritus no dañarán a los hombres,
y tampoco el sabio los daña.
Si no se perjudican mutuamente,
la virtud reúne a ambos.
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LXI
Un gran reino es un cauce profundo
hacia el que todo fluye.
Es la hembra del mundo.
La hembra, por su quietud, vence al macho y perma-
nece abajo.
Un gran reino se humilla ante el pequeño,
y así lo posee.
Un reino pequeño se humilla ante el grande,
y así se engrandece.
Uno vence humillándose
y el otro quedando abajo.
El gran reino desea reunir y criar.
El pequeño reino desea servir.
Para provecho de ambos y el logro de sus deseos,
el más grande debe mantenerse abajo.
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LXII
El Tao es lo más profundo de todos los seres.
Es el tesoro del hombre bueno,
y el amparo del que no es bueno.
Las bellas palabras ganan honores,
los bellos actos elevan al hombre.
Así, al coronarse un emperador, y nombrar a sus tres
ministros,
mejor que llevar jade en las manos,
y presentar la cuadriga,
vale más cumplir con Tao.
Los antiguos estimaban a Tao porque quien busca su
posesión, aleja la culpa.
Pero esto, es lo más valioso del mundo.
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LXIII
Actuar y no actuar,
realizar y no realizar,
sabroso e insípido,
grande y pequeño,
mucho y poco,
en todo rige la virtud.
Acomete la dificultad por su lado más fácil.
Ejecuta lo grande comenzando por lo más pequeño.
Las cosas más difíciles se hacen siempre abordándolas
en lo que es más fácil,
y las cosas grandes en lo que es más pequeño.
El sabio no emprende grandes cosas,
y en ello está su propia grandeza.
El que promete a la ligera
merece poco crédito.
El que todo lo encuentra fácil
difícil le será todo.
Por esto, el sabio en todo considera la dificultad,
y en nada la halla.
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LXIV
Lo que está en reposo es fácil de retener.
Lo que no ha sucedido es fácil de resolver.
Lo que es frágil es fácil de romper.
Lo que es menudo es fácil de dispersar.
Prevenir antes de que suceda,
y ordenar antes de la confusión.
El árbol que casi no puede rodearse con los brazos,
brotó de un germen minúsculo.
La torre de nueve pisos,
comenzó por un montón de tierra. El viaje de mil [ li ],
empezó con un paso.
Quien actúa, fracasa.
Quien tiene, pierde,
Por esto, el sabio nada hace y no fracasa;
nada posee, y nada pierde.
El hombre suele malograr la obra cuando va a con-
cluirla.
Cuidando del final como del principio,
ninguna obra se perdería.
Por esto, el sabio aspira a no desear nada
y a despreciar lo valioso.
Aprende a no aprender,
regresa por el camino que los demás ya han recorrido,
y así, sin atreverse a obrar,
favorece la evolución natural de todos los seres.
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LXV
Los antiguos que seguían el Tao
no esclarecían con ello al pueblo;
lo conservaban, por el contrario, en su sencillez.
Si un pueblo es difícil de gobernar,
es culpa de los avispados.
Quien gobierna con la inteligencia
arruina el Estado.
Quien gobierna sin servirse de la astucia
enriquece el Estado.
Conocer estas dos cosas
es conocer la verdadera norma.
Conocer esta norma
es poseer la misteriosa virtud.
La misteriosa virtud es profunda y extensa;
es lo inverso a todas las cosas,
pero por ella todo se armoniza.
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LXVI
Los ríos y los mares son los reyes de los Cien Valles
porque se mantienen abajo.
Por esto, pueden ser reyes de todos los valles.
Así, el sabio que quiere ser superior al hombre
se rebaja en sus palabras.
Para ser la cabeza del pueblo,
se queda atrás.
Así, el sabio permanece arriba
y el pueblo no siente su peso.
Conserva el primer puesto
y no molesta al pueblo.
Todo el mundo lo alza con entusiasmo sin cansarse
de él.
Como a nadie combate
nadie le ataca.
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LXVII
En el mundo todos dicen que soy grande
y no lo parezco.
Porque soy grande
no lo parezco.
Si lo pareciera hubiera dejado de serio,
y hace mucho tiempo que sería pequeño.
Poseo tres tesoros que guardo:
el primero es amor,
el segundo es moderación,
el tercero es humildad.
Por el amor puedo ser valeroso.
Por la moderación puedo ser generoso.
Por la humildad puedo ser el primero.
Pero sin amor no se puede ser valeroso,
sin moderación no se puede ser generoso,
sin humildad no se puede ser el primero.
De otro modo se camina a la muerte.
Quien ataca con amor, vence.
Quien se defiende con amor, es firme.
Quien por el cielo es salvado, le protege el amor.

LXVIII
El buen militar no es belicioso
El buen guerrero no es irascible.
El buen vencedor evita la guerra
El buen conductor de hombres,
se supedita a ellos.
Esta es la virtud de no-combatir
para poder conducir a los hombres.
Este es el modo más perfecto
de unirse a la norma del cielo.
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LXIX
Dice un viejo proverbio militar:
«Es preferible ser huésped que anfitrión.
Es preferible retroceder un pie
que avanzar una pulgada».
A esto se llama
progresar sin avanzar,
rechazar sin usar los brazos,
replicar sin herir,
y vencer sin armas.
No hay peligro mayor
que desestimar al enemigo.
Así se arriesga el tesoro.
Por esto, el ejército más afligido por la guerra,
alcanza la victoria.
————————————————————————

LXX
Mis palabras son fáciles de comprender
y fáciles de practicar.
Pero nadie en el mundo las comprende,
nadie las practica.
Mis palabras tienen su fundamento
y los actos tienen su dueño.
Pero nadie los conoce y nadie me conoce a mí.
Raros son los que siguen
y éste es el máximo valor.
El sabio oculta bajo pobres vestidos
piedras preciosas en su pecho.
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LXXI
Conocer y no saberlo, ésta es la perfección.
No conocer y estimarse sabio,
éste es el mal.
Conocer el propio mal
es liberarse de mal.
El sabio no tiene mal;
porque lo reconoce no lo padece.
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LXXII
Si el pueblo no teme el peligro,
le amenaza el peor peligro.
No padezcas por tu casa estrecha,
no padezcas por tu vida pobre.
No permitas la pena y no la sufrirás.
El sabio se, conoce
y no se exhibe.
Se ama a sí mismo
pero no se a recia.
Deja esto y sigue aquello.
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LXXIII
El valor del osado le conduce a la muerte.
El valor del prudente le conserva la vida.
Uno es el perjudicado
y el otro el beneficiado.
Del que resulta dañado,
¿quién sabe los motivos del cielo?
Esta es la duda del sabio.
El camino del cielo
es saber vencer sin combatir,
responder sin hablar,
atraer sin llamar,
y actuar sin agitarse.
Amplia es la red del cielo
y de anchas mallas,
pero nada se le escapa.
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LXXIV
Sí el pueblo no teme la muerte,
¿Cómo atemorizarlo con la muerte?
Pero si teme la muerte,
lo que siempre teme,
y el que viola la ley puede ser apresado y matado,
¿quién se atreverá a hacer este mal?
La muerte s6lo es propia de un verdugo.
Quien mata en su lugar
es como sustituir al carpintero en el uso de su herra-
mienta,
raro es que no se hiera la mano.
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LXXV
El pueblo tiene hambre
porque los monarcas exigen muchos impuestos,
Por esto tiene hambre.
El pueblo se rebela
porque el monarca actúa demasiado.
Por esto se rebela.
El pueblo no teme la muerte
porque vive con dificultad.
Por esto no teme la muerte.
Quien vive con mucha dificultad
no puede estimar la vida.
————————————————————————

LXXVI
El hombre al nacer es blando y flexible,
y al morir queda rígido y duro.
Las plantas al nacer son tiernas y flexibles
y al morir quedan duras y secas.
Lo duro y lo rígido
son propiedades de la muerte.
Lo flexible y blando
son propiedades de la vida.
Por esto, la fortaleza de las armas
es la causa de su derrota,
y el árbol robusto es abatido.
Lo duro y fuerte es inferior
y lo blando y frágil es superior
————————————————————————

LXXVII
El camino del cielo
semeja a quien tensa el arco.
Humilla lo alto y alza lo bajo.
Rebaja lo que sobra y completa lo que falta.
El camino del cielo
es quitar al que le sobra
y dar al que le falta.
El camino del hombre,
sin embargo, es muy distinto:
quita al que le falta
y añade al que le sobra.
¿Quién ofrece al mundo todo lo que le sobra?
Sólo quien tiene el Tao.
El sabio hace y no retiene,
nada exige por su obra
y oculta su sabiduría.
————————————————————————

LXXVIII
Nada hay en el mundo tan blando como el agua.
Pero nada hay que la supere contra lo duro.
Lo blando vence a lo duro,
lo débil vence a lo fuerte.
Nadie desconoce esta verdad
pero nadie la practica.
Por esto el sabio dice:
Aquel que asume todas las corrupciones de un reino,
merece ser su soberano.
Aquel que soporta todos los males de un reino,
puede ser soberano del imperio.
Las palabras de la Verdad parecen paradójicas.
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LXXIX
Aunque la paz se haga entre grandes enemigos,
persiste entre ambos el rencor.
¿Es esto un bien?
El sabio prefiere la peor parte de un contrato,
y no se querella con los demás.
El virtuoso se atiene a lo acordado.
El que no tiene virtud persigue su ganancia.
El camino del cielo a nadie favorece,
pero siempre beneficia al hombre bueno.
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LXXX
Un reino pequeño, de poca población,
no emplearía todas sus cosas.
Los habitantes temerían la muerte
y no se alejarían en largas expediciones.
Aunque tuvieran bancos y carros,
no los utilizarían.
Aunque tuvieran armas y corazas,
no las mostrarían.
El pueblo volvería a ocuparse
de anudar cuerdas.
Y encontraría sabrosa su comida,
buenas sus ropas,
tranquilas sus casas,
alegres sus costumbres.
En dos reinos vecinos,
tan cercanos que mutuamente se oirían sus perros y
gallos,
las gentes morirían muy viejas
sin haberse visitado jamás.
————————————————————————

LXXXI
Las palabras veraces no son agradables,
y las agradables no son veraces.
El hombre bueno no gusta de discutir,
y el que discute no es hombre bueno.
El sabio no es erudito
y el erudito no es sabio.
El sabio no atesora,
y ofreciendo a los demás,
se hace rico.
El camino del cielo beneficia y no perjudica.
La norma del sabio es obrar sin combatir.

FIN

Credo de un Guerrero

CREDO DE UN GUERRERO

Carezco de Padres:

Mis padres serán la Tierra y el Cielo.

Carezco de Hogar:

La Conciencia será mi hogar.

Carezco de Vida y de Muerte:

El Ritmo de mi Respiración será mi vida y muerte.

Carezco de Poder Divino:

La Honestidad será mi poder divino.

Carezco de Medios:

La Comprensión, la Docilidad serán mis medios.

Carezco de Secretos Mágicos:

El Carácter…mi Personalidad será mi secreto mágico.

Carezco de Cuerpo:

La Resistencia…el Estoicismo será mi cuerpo.

Carezco de Ojos:

El Resplandor del rayo será mis ojos.

Carezco de Oídos:

La Sensibilidad será mis oídos.

Carezco de Miembros:

La Presteza…la Rapidez será mis miembros.

Carezco de Estrategia:

Lo “No oscurecido” por el pensamiento será mi estrategia.

Carezco de Proyectos de Ideas:

“Tomar la Ocasión al Vuelo” será mi proyecto.

Carezco de Milagros:

La Acción Correcta será mi milagro.

Carezco de Principios:

La Capacidad de Adaptación a todas las Circunstancias será mi
principio.

Carezco de Táctica:

El Vacio y la Plenitud serán mis tácticas.

Carezco de Leyes:

Hago de mi Auto_Defensa mis leyes.

Carezco de Talentos:

La Agudeza será mi talento.

Carezco de Amigos:

Mi Mente será mi amiga.

Carezco de Enemigos:

El Descuido será mi enemigo.

Carezco de Armadura:

La Benevolencia y la Virtud serán mi armadura.

Carezco de Castillo:

La Mente Inamovible será mi castillo.

Carezco de Espada:

La Ausencia de Yo será mi espada

No busco premios:

La mirada orgullosa de mis hijos seran mi recompensa

Samurai anónimo, siglo XIV

Las nueve virtudes del guerrero

Ku Biten Musha. Las 9 virtudes del guerrero.

Las 9 virtudes son en parte basadas del Bushido, éstas deben ser expresadas en la vida cotidiana, siendo su uso algo de imprescindible importancia en la práctica de las Artes Marciales.   

Todo Artista Marcial debe hacer conocimiento y práctica de ellas, mostrando un corazón limpio y valeroso.     
1. Auto-dominio: El control sobre nuestras pasiones y emociones ante las circunstancias y adversidades del destino es una virtud que solo grandes hombres pueden poseer, la templanza debe ser la sombra del guerrero en todo momento, expresando un rostro y acción imperturbable; aquel que no tiene control sobre si mismo caerá sobre su propio peso. El primer paso para ser invencible es el de conocerse y controlarse a sí mismo.   

2. Rectitud: Ser un hombre honesto y franco. Nuestro camino será en todo momento el correcto y justo, al igual que nuestro comportamiento y nuestras acciones, incluso en los momentos más difíciles y críticos debemos de tener la entereza de seguir defendiendo lo que es verdadero y está de parte de la razón; sólo los cobardes usaran las mentiras y las calumnias, por ello, el hombre recto es también un hombre de valor.   
3. Lealtad: Un hombre fiel es algo que merece toda la confianza y respeto del mundo. La lealtad consiste en ser fiel a todo compromiso, idea, cargo o persona en agradecimiento por la confianza y el respeto de la otra persona. La lealtad es digna de un verdadero hombre, ésta rebasa cualquier obstáculo que se interponga, su compromiso es su deber y su responsabilidad; su promesa es su huella y deberá seguirla hasta el final.   
4. Valor: Todo el mundo siente el miedo en su cuerpo, pero sólo las personas con un corazón valeroso son las que afrontan éste sentimiento con coraje y valentía. Un hombre de valor no se deja influenciar por las circunstancias, se mantiene sereno y toma las decisiones con buen juicio. El valor no consiste en afrontar obstáculos sin sentido, estúpidos o que no llevan a ningún objetivo que merezca la pena, el valor nacerá de un sentido correcto y adecuado a la situación, siendo modesto en cualquier acto heroico que realicemos.   

5. Honor: Es la virtud que lleva a la persona a seguir un código moral o ético sin quebrantarlo; el honor es algo que perdura mas que la vida, por ello un hombre de honor es un hombre digno que contribuye a ser honesto y puro, realizando actos intachables.   

6. Cortesía: Los actos, gestos y palabras corteses son una virtud que expresan el respeto hacia los demás y tu valor ético y personal, mucho se consigue con ella y poco cuesta usarla; la cortesía y educación deben estar presente siempre, incluso para las personas que no saben apreciarla; trata a los demás como tu quisieras que te trataran.   

7. Benevolencia: No por ser un guerrero se es un salvaje sin escrúpulos; el guerrero debe de ser humilde, compasivo y bondadoso con todos los seres, perdonando a todos, incluso al peor enemigo.   

8. Voluntad: Si no hay voluntad en el corazón nada lograremos, si no hay constancia nada perdurará; un hombre con voluntad es un hombre que puede conseguir cualquier cosa, para todas las cosas es importante tener un espíritu persistente y que no se eche atrás en nada que merezca la pena. Todo se consigue y todo tiene su premio, la voluntad lo busca, la perseverancia lo encuentra.   

9. Sabiduría: No todo es cuestión de sustancia y conocimientos, también es necesario saber utilizar cada cosa en su momento y de la forma adecuada, ahí es donde está la inteligencia, pues la sabiduría es inteligencia y conocimiento, saber manejar nuestros conocimientos y adaptarlos a las circunstancias de la mejor forma. 
 

Guerrero de la Sombra

Guerrero de la Sombra
por Shawn Carman 

Traducido por Mori Saiseki 

 
Ver a los enemigos llenaba el corazón de Yogo Itoju de un frío miedo, distinto a cualquier cosa que antes hubiese sentido. En el lejano horizonte, podía ver las indudables formas de los oni, y otra forma que no podía distinguir a está distancia. Aún desde aquí, podía oírles rugir y sentir su asqueroso poder. 

Itoju miró a sus fuerzas que estaban alrededor suyo. Eran pocos, pero eran Escorpión. Fuerzas más grandes habían caído antes ante el clan de los secretos, y hoy volvería a pasar. No fallaría a su señor Yojiro, no en esta tarea. Itoju era un miembro de los kuroiban, la guardia negra. Su ancestro, también llamado Itoju, había sido uno de los primeros kuroiban. Durante generaciones su familia se había enfrentado a las Tierras Sombrías. Su reputación casi había sido destruida por el traidor Junzo, pero quizás, ahora era la oportunidad para la redención. 

En medio del valle había una entrada a una olvidada mina de jade. El precioso material había incrementado de valor desde la derrota de Fu Leng, y ahora era muy escaso por todo el Imperio. Los Cangrejos lo necesitaban desesperadamente, por supuesto, y los demás clanes también lo deseaban. Donde había deseo, los Escorpiones prosperaban. 

• 

Hacia solo unos pocos días, Itoju había sido convocado a una audiencia con Bayushi Paneki, el Legionario Escorpión nombrado Defensor del Imperio por Toturi el Primero. La convocatoria había cogido a Itoju desprevenido, ya que nadie del escalón superior del clan había prestado atención a su vigilancia contra la oscuridad. La verdad es que no sabía lo que esperar del encuentro. Pero, cualquier cosa que se había imaginado, no había sido tan extraño como la realidad. 

“Itoju-san,” había empezado Paneki, “¿conoces los problemas que afligen a los campesinos en nuestras posesiones que están más al sur?” El delgado guerrero no había levantado la vista desde la carta que estaba escribiendo, su máscara haciendo imposible leer sus emociones. 

“He oído que ha habido alegaciones de espíritus malignos entre las aldeas de por ahí. Pero la verdad es que ese tipo de informes no son inusuales entre los campesinos, especialmente en nuestras posesiones del sur. Están seguros que las Tierras Sombrías van a explotar y consumirles en cualquier momento,” contestó Itoju. 

“Desde luego.” Paneki nunca paró su caligrafía. “Pero en este caso, ha habido mucha gente que ha desaparecido. De hecho, el magistrado local cogió a varios de sus yoriki y se fue a investigar.” Finalmente dejó a un lado su pincel y miró a los ojos de Itoju. “El único superviviente del grupo llegó ayer por la mañana para informarnos del ogro que vive en nuestras tierras.” 

Horrorizado, Itoju tartamudeó “¡Mi señor, no tengo excusa para esa grave dejación de mis deberes! Gustosamente mataré a esta criatura por vos y luego haré los tres cortes si ese es su deseo.” La mano del Shugenja se acercó a la empuñadura de su wakizashi. 

Un gesto de disgusto cruzó la cara de Paneki. “Itoju,” dijo secamente, “si no puedes mantener la compostura ante la adversidad, entonces, nunca avanzarás de rango.” La mirada de desdeño se esfumó, y el semblante amistoso volvió. “Pero tal y como está, está es una excelente oportunidad para que lo consigas, siempre que tengas ganas, y seas capaz.” 

“Hai, Paneki-sama.” 

“Excelente.” Paneki se dio la vuelta para coger un pergamino de su mesa. “Esta carta te autoriza a que tomes el mando de las tropas necesarias de la guarnición que hay aquí, para que te ocupes del problema.” 

“Desde luego, Paneki-sama.” Itoju cogió el pergamino. “¿Cree que una fuerza armada será necesaria? He tratado personalmente con ogros antes.” 

Paneki asintió. “Lo se. Pero, ha habido informes de criaturas más grandes al sur de nuestras tierras. Es posible que te encuentres con más resistencia de la que crees.” 

“Oni.” La cara de Itoju se retorció, para convertirse en una máscara de odio. 

“Quizás,” asintió Paneki. “En cualquier caso, coge las tropas. Estoy seguro que cumplirás con tu deber.” 

“Ahora mismo, Paneki-sama.” Itoju se dio la vuelta y caminó hacia la puerta. Su mente ya corría con las maneras posibles de eliminar ambos problemas de un solo golpe. Sería difícil, seguro, pero era posible. Casi había llegado a la puerta cuando Paneki le detuvo. 

“O, otro pequeño inconveniente, Itoju-san.” Paneki sacó otro pergamino y se lo dio al shugenja mientras retornaba a su caligrafía. “El yoriki que escapó de la guarida del ogro volvió con esto. Lo encontró entre los ropajes de las anteriores victimas de la bestia.” 

Itoju cogió el pergamino y lo desenrolló. Paneki continuo en un tono desinteresado. “Es un plano de una mina de jade que está en un remoto valle entre nuestras tierras y las tierras Cangrejo.” 

“Jade.” Itoju consideró la información cuidadosamente. “Ahora, el valor del jade es considerable.” 

“O, desde luego que es considerable.” Paneki no levantó la vista de su papel. “Y la carta que venía con el mapa indica que esta mina en particular se usó para esconder la Armadura del Guerrero de la Sombra.” 

La cabeza de Itoju se levantó de repente. “¿La armadura de Kisada?” 

“Si. Parece ser que cuando los Naga se llevaron el cuerpo de Yakamo, la armadura de su padre se la apropiaron algunos Nezumi de la Tribu de la Garra Codiciosa. Escondieron la armadura e hicieron un mapa de su localización, con la intención de venderla a uno de sus agentes en Ryoko Owari. Parece ser que el ogro llegó antes a nuestros aliados Ratling, y ahora el plano, la armadura, y el jade, están perdidos. Trae esos tres premios al Escorpión, Itoju, y tendrás la recompensa que te mereces.” 

“Como ordenes, Paneki-sama.” 

• 

Y ahora, la batalla empezaría muy pronto. El ogro había sido sencillo. Itoju había cogido el control de la bestia con un hechizo que había aprendido hacía muchos años. La enorme criatura luchó para liberarse, pero no pudo superar su voluntad. Cuando empezase la lucha, el ogro moriría primero, preferiblemente llevándose un oni con él y salvando las vidas de los soldados Escorpión. 

“Humo,” ordenó Itoju con un movimiento de su mano. Docenas de soldados Escorpión lanzaron pequeñas pero potentes bombas de humo, arrojadas desde la punta de largos palos. Chocaron contra el suelo y soltaron una espesa nube de humo gris que oscureció completamente al enemigo de la vista. Era una jugada arriesgada, pero necesaria para que el ejército fuese escudado de la asquerosa maho oni. 

Una llamada mental de Itoju hizo que el inmenso ogro se tambaleara hasta las primeras filas, mientas los Escorpiones se apartaban. Un poderoso hechizo de aire hizo que la nube de humo se moviese lentamente hacia delante, cubriendo el avance Escorpión. Un segundo hechizo creó un gigantesco garrote de aire para que lo usara el ogro. El ogro se tambaleó hacia delante. Con un gesto, Itoju ordenó al ejército que también marchara. Las filas empezaron a andar casi en silencio. 

“Por la victoria,” susurró Itoju. 

• 

Sobre él, el campo de batalla apestaba a sangre y a carne quemada. Cuerpos Escorpión estaban desparramados por doquier, la mayoría tan rotos que apenas parecían seres humanos. El propio Itoju se arrastraba despacio por el túnel de la mina, cada centímetro una nueva agonía. Su cuerpo estaba destrozado. Costillas sobresalían de su pecho para rasgar agujeros en su kimono mientras se movía. Arrastró sus machacadas e inútiles piernas tras él. Un ojo estaba totalmente perdido, el otro ciego por la sangre y el picor. Una mano le arrastraba hasta la entrada de la mina, los dedos ensangrentados y desgarrados hasta los huesos. La otra mano agarraba con fuerza una gran pieza de una vieja y usada armadura. 

“Siiii, tráemelo, pequeño,” susurraba una aceitosa voz en su mente. “Tráeme el precioso juguete.” Itoju luchó con todas sus fuerzas resistir a la voz, para sencillamente parar donde estaba y sucumbir a la muerte. No podía. No podía desobedecer, igual que el ogro sin mente, que había obligado a ceder a sus deseos esa misma tarde. 

“Excelente,” la voz burbujeó desde el montículo gelatinoso que era Tsuburu no Oni, girando de gusto mientras el último trozo de la armadura de Hida Kisada cayó en un montón, a sus hinchados pies. “Ahora, únete a nosotros, pequeño,” ronroneó Tsuburu. “Podrás tener un gran poder con la Horda. Nos alegra tener a los de tu linaje entre nosotros.” 

A pesar del dolor que destrozaba su cuerpo, Itoju apretó sus dientes contra la voz. “Nunca,” susurró a través de labios ensangrentados. “Nunca. Ningún castigo que puedas jamás imaginar hará que me una a vosotros, abominación.” 

“Bueno, ya veremos,” rió Tsuburu no Oni. “Conozco los secretos de la persuasión. Te los enseñaré.” La gran y blanda mano de la criatura cogió al destrozado Escorpión del suelo, abriendo una docena nueva de heridas. Itoju se giró para ver la increíble boca sin dientes del oni abrirse del todo, acercándose. Su resolución de no gritar se rompió cuando vio las caras que se apretaban contra la piel del oni desde dentro, almas gritando ser liberadas de sus condenas. 

• 

 
Yoritomo Aramasu miró el misterioso velero con interés y recelo. Sus hombres habían informado sobre el barco abandonado que flotaba cerca de la orilla esta mañana. Una precipitada investigación había descubierto un gran cesto dentro, aparentemente mágicamente protegida, que tenía un solo kanji sobre ella: Escorpión. 

Claramente, esto era algún tipo de mensaje. A quién estaba claro: el Clan Escorpión aún consideraba a Aramasu un Bayushi y un traidor. Quién lo había mandado era una cuestión más complicada. Los Escorpiones raramente eran tan obvios, pero de alguna manera notaba su mano en esto. Cualquiera que fuese el misterio, estaba seguro que le implicaba. 

Aramasu se volvió a una shugenja Moshi y asintió. “Ábrelo.” 

La joven mujer asintió y cerró sus ojos. Un suave canto se escapó de entre sus labios mientras intentaba que desapareciera el encantamiento que mantenía sellado el misterioso paquete. De repente, sus ojos se abrieron, su boca también. “¡Mi señor!” exclamó. “¡Es una trampa!” 

Aramasu dio un salto hacia atrás justo cuando explotó el cesto, haciendo que cayera un bushi Mantis a la arenosa playa, salpicado de esquirlas de madera. Una solitaria figura emergió del nocivo montón de porquería parecida al barro que llenaba el cesto. Era un hombre, pero uno que había muerto hacía mucho tiempo. Su cuerpo estaba torcido en una terrible burla de una postura humana, y su piel estaba hinchada y descolorida como la carne en adobo. Estaba vestido de cabeza a pies con una negra armadura que parecía ser una con la propia noche. 

“¡Traidor!” Gritó la cosa. “¡Traidor al Escorpión! ¡Pronto pagarás tu precio! ¡Nadie escapa!” Se abalanzó sobre Aramasu, pero le hizo caer un guerrero Mantis que cargó sobre la criatura desde un lado, salvando a su Campeón de su ataque. Los dos se enzarzaron en un combate. El gran yelmo negro de la criatura salió rodando por la arena. La criatura ignoró los golpes del sai del guerrero, que hubiesen matado a un hombre vivo. Se giró con un movimiento rápido y desgarró el cuello del hombre con sus dientes. El Mantis cayó a un lado con un asqueroso gorgoteo. Escupiendo un trozo de carne masticada, la criatura se puso en pie y rió. Miró hacia arriba, sus ojos rojos buscando a su presa. 

Encontró a Aramasu, quien de un hábil movimiento separó la tapa del cráneo de la criatura de oreja a oreja. Su cráneo cayó al suelo con un golpe húmedo, los ojos brillando con ira. La otra mitad se quedó en el cuerpo de la criatura, su boca moviéndose en silencio. Con una exhalación, la cosa cayó al suelo, se agitó, y se quedó quieta. 

“Por las Fortunas,” dijo ahogadamente un soldado Mantis. “El hedor… he olido antes a los no-muertos, pero esa cosa… es casi inaguantable.” 

“Cortarle la cabeza antes de que se vuelva a levantar. Cura las heridas de los otros cuando hayas acabado,” Aramasu ordenó a la Moshi, gesticulando hacia los dos guerreros que estaban en el suelo. Mientras que se obedecían sus órdenes, el Campeón miró hacía su enemigo con una mirada de odio y asco. “Un Yogo. Itoju, creo.” Pero cuando miró a la ennegrecida armadura, llena de porquería que llevaba la criatura, su expresión cambió a una de sobresalto. 

“¿Le conoce?” Preguntó un sorprendido bushi. 

“Tengo el hábito de conocer a mis enemigos,” dijo suavemente Aramasu. “Traer a mas shugenja. Ahora. Es posible que tengamos que purificar la zona.” Aramasu se arrodilló y quitó el fango de la armadura con un trozo del cesto roto. La cresta era inequívoca. Aramasu se sobresaltó. “Esta es la Armadura del Guerrero de la Sombra, llevada por el Gran Oso, Hida Kisada. Hida Yakamo murió con esta armadura.” Los labios de Aramasu se apretaron con una furia silenciosa. “Ha sido manchada por el roce con esta asquerosa abominación.” Se giró hacia la Moshi, que estaba curando al guerrero herido. “Cuando lleguen los otros, que lleven esta armadura a mi palacio. Debe ser purificada, a cualquier coste. Ningún coste es demasiado grande.” Se giró hacia otro soldado Mantis. “Ve a los muelles. Preparar mi barco.” 

El Campeón Mantis puso su mano sobre sus armas. “Iré a Otosan Uchi, y preguntaré a los Escorpiones que hay allí. Encontraré a los responsables de esta blasfemia. Y les mataré.” 

Frases sobre la senda del guerrero

Frases sobre la senda del guerrero

* “El verdadero blanco que el arquero debe apuntar es su corazón” (Máxima del Kyudo)
* “El libro del estratega dice: No provoques la lucha, acéptala; es mejor retroceder un metro que avanzar un centímetro.” (Lao Tze)
* “Uno no puede ser golpeado si no puede ser tocado” (Bruce Lee)
* “El que desea sacar la espada es un principiante. El que puede sacar la espada es un experto. El que es la espada misma es un maestro” (Risuke Otake)
* “Ganar primero, combatir después, lo que dicho en dos palabras es ganar antes” (Y. Yamamoto)
* “No provoques una acción que no estés seguro de dominar” (I Ching)
* “Pese a que eres mi enemigo, tómate otra copa” (Proverbio oriental)
* “El buen guerrero no es irascible. El buen vencedor evita la guerra” (Tao)
* “El valor de una cosa depende de la forma en que se aborda mentalmente y no de la cosa en sí misma” (Jigoro K.)
* “La perfección del que imparte órdenes es ser pacífico; del que combate, carecer de cólera; del que quiere vencer, no luchar; del que se sirve de los hombres, ponerse por debajo de ellos” (Lao Tse)
* “La mayor conquista en el carácter de un guerrero es su propio temple” (Huang Ta Chung)
* “El hombre que se enoja se derrotará a sí mismo en el combate, lo mismo que en la vida” (Máxima samurai)
* “El mejor militar no es marcial. El mejor guerrero no es violento” (Lao Tse)
* “No desprecies ni a un rey pequeño ni a una corriente floja” (Aforismo tibetano)
* “El valor del osado le conduce a la muerte. El valor del prudente le conserva la vida” (Lao Tse)
* “La via del budo es hacer del corazón del universo nuestro propio corazón” (M. Ueshiba)
* “Puedo derrotarte físicamente con o sin razón, pero sólo puedo derrotar tu mente con algún razonamiento” (Yin Lao)
* “Cien amigos es poco; un enemigo, demasiado” (Cita tibetana)
* “Amenazar es peor que golpear” (Refrán oriental)
* “Si peleas en un dia infortunado, reconciliate en un uno afortunado” (Aforismo tibetano)
* “Saber y actuar son uno y lo mismo” (Máxima samurai)
* “No engañes a tu corazón con inútiles palabras que solo demostrarían la escasez de tu inteligencia” (Confucio)

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