Sueño interpretado segun la tradición Inca

Sueño interpretado segun la tradición Inca

“- Anoche tuve un sueño, un sueño muy raro… No sé, siento la
necesidad de contártelo. ¿Te parece bien?
-¡Por supuesto! Los sueños son muy importantes para los incas. En
realidad, son maestros de la interpretación de sueños. Sí, vamos,
adelante.
-De acuerdo. -Avergonzada, respiré hondo y me lancé:

Soñé que estaba en un gimnasio en el que para poder hacer ejercicios
uno debía cortarse una pierna y dejarla en la taquilla del vestuario.
Sabía que mientras estuviera haciendo ejercicio, alguno de los
encargados del gimnasio iba a acortarla, lo cual formaba parte de los
servicios rutinarios y normales que ofrecían. En fin, ya había dejado
mi pierna en la taquilla y estaba en otra parte del gimnasio cuando
me encontré con una ex compañera de la universidad. Le expliqué mis
dudas sobre esa extraña práctica de recortar las piernas y ella me
dijo:
-Bueno, simplemente ve allí y diles que no quieres que te la
acorten. No es ninguna obligación, ¿sabes?.
Alentada por sus palabras, volví al vestuario y vi que el encargado
ya tenía mi pierna encima de la mesa y se disponía a cortarla. Me
acerqué a él y le exigí que me devolviera la pierna. El masculló algo
pero me la entregó.
-Como quiera, señora -me dijo- Nosotros ofrecemos este servicio
gratis, y si algunas personas no son lo bastante inteligentes para
aprovecharlo, bueno, qué le vamos a hacer.

Tomé la pierna y la miré… Bueno en realidad miré mi cadera a la
altura donde se suponía que debía colocarme la pierna. Esperaba ver
una masa sanguinolenta, pero sólo vi los músculos, los tejidos y los
ligamentos muy bien ordenados y limpios, rodeados por siete capas
perfectas de epidermis y, en el centro, el hueso con su hermosa
médula. Parecía una flor. Su vista me trajo a la memoria que en
cierta ocasión, cuando estaba en la universidad, observé unas plantas
por el microscopio y vi la perfección con que estaban ordenadas sus
estructuras celulares, aunque al mirar las plantas en el jardín, no
parecían tener ninguna estructura ni orden. En fin, mi pierna me
recordó a aquellas plantas. Distinguí todos los detalles de sus
estructuras físicas, muy ordenadas, y de pronto la encontré hermosa,
natural, con todas las partes organizadas con perfección artística.

-¿Qué pierna era? -me preguntó Juan.
Me sorprendió la pregunta y tuve que pensar un momento para
recordarlo.
-La derecha.
-¡Ya!
-¿Ya?
-Sí, tal como lo suponía.
De pronto, sin vacilar m un instante, inició un interesante y
profundo análisis de mi sueño.

-En primer lugar -comentó, con el placer de un pintor que saca sus
cuadros favoritos-, la pierna derecha representa el lado derecho del
camino, del que te has librado deliberadamente porque crees que te
estorba para realizar tu ejercicio; el lado derecho del camino tiene
que ver con la estructura. En segundo lugar, tu intervención para
impedir que te acortaran la pierna y tu ex-compañera, representan la
capacidad de discernimiento que has desarrollado para saber lo que
deseas a pesar de las «normas» o imposiciones de la sociedad. Y
finalmente, el hecho de que hayas entregado tu pierna y después la
hayas recuperado indica que estás pasando por un proceso de renuncia
y recuperación del lado derecho de tu naturaleza. Primero debes
renunciar a él para ver su belleza. El hecho de que al final del
sueño hayas visto tu parte derecha como una «flor» es muy importante.
El sueño sugiere que ahora eres capaz de ver que el lado derecho
también es natural y sagrado, es decir, que puedes distinguir el
aspecto racional, estructurado, ordenado, de tu humanidad. No es un
enemigo ni un obstáculo en tu camino espiritual, sino una parte que
debes aceptar y reintegrar si quieres avanzar en tu camino. Esto
apunta al poder místico de la mente crítica.

Su interpretación del sueño me dejó sin aliento, ya que había
acertado plenamente. Tuve que pedirle que volviera a explicármelo
otras dos veces, para poder asimilarlo.

-Los norteamericanos tendéis a pensar que la mente crítica es el
enemigo, que lo único que tenéis que hacer es abrir la intuición para
que todo vaya de maravilla. Eso es una tontería. Es cierto que en
Occidente se ha exagerado la importancia del pensamiento racional en
detrimento de otros tipos de conocimiento, por ejemplo la conexión
con la naturaleza tormentosa y más caótica del lado izquierdo del
camino. Pero ¿por qué ir de un extremo al otro?

Aunque yo no era una entusiasta de los teóricos que localizaban la
conciencia en los hemisferios cerebrales, por la explicación de Juan,
me pareció ver una relación entre el lado derecho del camino con lo
que por lo general se consideraban «funciones o actividades del
hemisferio cerebral izquierdo», y entre el lado izquierdo del camino
con el «hemisferio derecho», más creativo. Sin duda los andinos se
centraban más en el cuerpo que en el cerebro. Juan continuó con su
fascinante elucidación:
-Para subir de nivel tienes que desarrollar los poderes de los lados
izquierdo y derecho. Debes tener discernimiento. Cuando acudiste a mí
y nos conocimos, pertenecías totalmente al lado izquierdo, lo cual es
peligroso porque eso deja abierto al gran problema del delirio
místico.
-¿El delirio místico?
-Sí, el delirio místico, el peligro de identificarse con las energías
arquetípicas que uno va descubriendo. Cuando el ego comienza a
expandirse para contener la identidad espiritual más grande, pasa por
un intenso período de contracción y expansión. Primero piensas que no
eres nada; después que lo eres todo. Eso está bien, siempre y cuando
el iniciado reconozca el proceso y no se tome demasiado en serio
ninguno de los dos extremos, ni actúe a partir de ahí. Por desgracia,
llegados a esta fase, muchos iniciados empiezan a creer que han
descubierto una verdad absoluta simplemente porque han conectado con
un poder más grande que su yo individual. Pero ese poder continúa
filtrándose por el ego. De pronto surgen muchos maestros inspirados,
pero se consumen rápidamente como una estrella fugaz. No son capaces
de contener ni retener ese poder. Ésa es una fase muy peligrosa, en
la que el iniciado es tentado por los poderes que en las tradiciones
orientales llaman siddhis. Aquí lo llamamos «delirio místico».
El poder de la mente crítica es exactamente el contrapunto que se
necesita para mantener el equilibrio en esta fase que podría ser
desastrosa. Tu sueño es un signo excelente. Indica un progreso, por
así decirlo.
Me hizo un guiño, mirándome como un padre orgulloso de su hija.

-Además -agregó-, en nuestra tradición, y en particular respecto a la
interpretación de los sueños, vemos el cuerpo como un oráculo. ¿Sabes
cómo se inicia tradicionalmente una persona en este camino?
Recordé las historias que había oído en la mesa de Ricardo.
-Me han dicho que la golpea un rayo; que es elegida por la propia
naturaleza.
-Sí, eso es correcto. Pero ¿sabías que tiene que ser golpeada tres
veces por un rayo? Verás, el primer rayo mata al iniciado, el segundo
le desmiembra el cuerpo, y el tercero vuelve a unirlo, pero con una
configuración diferente. Si contemplamos esta antiquísima experiencia
iniciática desde el punto de vista metafórico, vemos que el ego
muere, se desintegra y finalmente adopta una forma más apropiada que
sea capaz de contener más energía.
Los maestros andinos también aseguran que si se mueve el cuerpo antes
de que haya sido sacudido tres veces por un rayo, la persona muere.
(…) Si consideramos esto en un sentido metafórico, el mensaje es
que mientras se está pasando por un proceso de iniciación hay que
permanecer inmóvil, es decir, no hacer ningún cambio importante en la
vida, no tomar ninguna decisión vital hasta que acabe el proceso.”

(Extraido del libro “Iniciación en el corazón de los Andes”.
Elizabeth Jenkins

la new age redescrubre la espiritualidad de los indios y su existencia

“Marc Vallée y su hermana, Martine, son editores canadienses de los
libros de Kryon (*libros Nueva Era) en idioma francés para todo el
mundo… Los comunicados de Kryon conmovieron a Marc profundamente, y
como resultado de esa experiencia él ha fundado la Convergence
Foundation. Esta es una organización… dedicada a construir una red
de gente con conciencia y propósitos elevados… con el deseo de
proporcionar una masa crítica que dejará efectos positivos y
permanentes en la política, la economía y la ecología de la tierra.

…Para empezar, el plan es ponerse en contacto y relacionarse con la
gente más sabia del planeta…Esta gente sabia puede encontrarse
entre los ANCIANOS de los pueblos INDIGENAS de toda la Tierra… Se
trata de adquirir sabiduría de aquellos quienes jamás se han separado
de la naturaleza. Hay un dicho que expresa que a medida que el hombre
se separa de la naturaleza, también se separa de sí mismo.
…Más o menos al mismo tiempo que Marc, pero en forma independiente,
Woody y Catie Vaspra de Colorado decidieron…crear una fundación sin
fines de lucro, el WORLD COUNCIL OF ELDERS (WCOE) [El Concejo Mundial
de Ancianos], que ayudaría a la misma misión a la que Marc apuntaba;
una masa crítica de conciencia elevada que surja de aquellos que
nunca lo perdieron. Dejaron sus trabajos y se pusieron a la tarea de
intentar entrar en contacto con los ancianos de las diversas tribus.

(…) Marc, Woody y Catie informan que cuando exponen sus ideas a
estos ancianos, ellos les responden: “los estábamos esperando”. Sin
importar si es en Canadá, los Estados Unidos, Perú, la Costa del
Marfil de África, o los círculos interiores de los pueblos indígenas
de las Islas Hawai, la respuesta ha sido: “los estábamos esperando”.
Entre los verdaderos ancianos, ha desaparecido casi todo el odio que
sienten por lo que les hicimos, y lo que les quitamos…

Dice Woody Vaspra, tras su encuentro con un anciano Hopi:
(…)Hay un despertar en todo el planeta, tanto en la sociedad
moderna con en los pueblos indígenas. Ellos están sintiendo los
cambios principales en los desplazamientos de energía que están
sucediendo, no sólo en este planeta sino en todo el universo. Los
Ancianos Espirituales de los pueblos indígenas están sintiendo esta
transformación intensamente, pero también están listos para entrar en
acción. Cuando visitábamos a los Ancianos, muchos decían
enfáticamente: “éste es el momento para que se unan los Ancianos,
para que se unifiquen todos los pueblos y sanar la Madre Tierra”…
Ahora hay muchas actividades simultáneas entre los Ancianos
Espirituales indígenas en varios continentes. Muchas religiones se
están uniendo para resolver las diferencias y comenzar a trabajar
juntas por el bien de la humanidad.
(…) Los pueblos indígenas saben que todos somos uno con el Creador,
y que nosotros mismos somos poderosos creadores. Los Ancianos pueden
ayudarnos a recordar quienes somos realmente y cual es el papel de la
humanidad en la Tierra. … Este es el tiempo de reencontrarse con la
familia. “Mitakuye Oyasin”, “estamos todos conectados”.

(…) Los pueblos indígenas han estado en el planeta durante cientos
de años y saben como conectarse y vivir en armonía con la Madre
Tierra y mantener abierto el canal hacia el Espíritu. El mundo
occidental ha perdido esta conexión, pero mucha gente está tomando
conciencia de que esto no puede seguir por mucho tiempo. Debemos
entrar en acción, ya que la respuesta está en el planeta.
Muchos pueblos indígenas han tenido profecías y visiones a través del
tiempo que nos dicen que este es el momento para la reunificación de
todos los pueblos en sabiduría y armonía con la Madre Tierra y entre
ellos mismos. (…)
Ellos han sido fieles guardianes de la sabiduría… De hecho, nos
hemos enterado de que los Ancianos de pueblos indígenas se han estado
reuniendo en pequeños grupos de cuando en cuando y han creado redes
de trabajo para este mismo propósito. (…)
El Consejo Mundial de ancianos (WCOE) es un grupo en desarrollo de
los Ancianos indígenas o nativos de todo el mundo; que se unen para
aconsejar y educar a la humanidad acerca de la paz mundial.

(…) Los Ancianos comparten típicamente una conciencia y
conocimiento espiritual profundos, conexión con la Madre Tierra,
simplicidad, humildad, dignidad, y por supuesto, sentido del
humor :). También comparten el deslumbrante conocimiento común de
quiénes somos, de dónde venimos, y a dónde tenemos el potencial de ir
cuando escuchamos a nuestros corazones y seguimos a nuestro
propio “saber interior”….
Diariamente, ellos siempre buscaron el consejo del gran Espíritu y la
Madre Tierra para que los ayudaran a comprender los principios de la
vida en el planeta. De estas enseñanzas, los Ancianos entendieron las
energías y vibraciones del planeta y su conexión con el universo.
Este conocimiento ayudó a los pueblos indígenas a vivir en estrecha
relación con los elementos de la Tierra. Mantuvieron la vida sencilla
y básica. Históricamente, cada vez que una sociedad se hizo demasiado
compleja y perdió su conexión con el gran Espíritu y la Madre Tierra,
se autodestruyó o eventualmente desapareció.
La actual, continua devastación de la Madre Tierra, y el
comportamiento atroz de los humanos entre ellos mismos ponen muy de
manifiesto que la vida tal como existe en este planeta se encuentra
en un equilibrio muy precario. Los pueblos indígenas del planeta han
experimentado estos dolorosos cambios y siente que AHORA se debe
hacer algo (…)

En nuestro trabajo vamos descubriendo que hay dos tipos de Ancianos.
El primer tipo son los Ancianos viejos, generalmente tienen entre 70
y 120 años. Han adquirido la sabiduría de sus ancestros a través de
lecciones y experiencias. Muchos de ellos fueron elegidos a temprana
edad para ser quienes son. Sienten una conexión muy fuerte con la
Madre Tierra a través de la tierra, el agua, el cielo, y el fuego, y
vivencian su espiritualidad todos y cada uno de los minutos de sus
días. Se relacionan a las energías que emanan de los ambientes
locales. Es por eso que estos Ancianos se muestran tan firmes en la
preservación de sus tierras sagradas. Para mantener el equilibrio con
la Madre Tierra es muy importante conocer estas energías y cómo
relacionarse con ellas. Es un lazo muy fuerte que les resulta difícil
romper, aunque se trate de dejar sus hogares temporalmente.

Muchos de estos Ancianos portan las antiguas profecías de sus
ancestros. Saben que es el momento de dar a conocer estas profecías a
los pueblos del planeta, y muchas hablan de este tiempo específico.
Algunas de estas profecías son funestas para el planeta, y a veces
parecen acertadas si miramos como éste es profanado al extremo.
Muchos de los recursos de la Madre Tierra están siendo extraídos sin
la reparación para crear un equilibrio. Los Ancianos llaman a esta
reparación pago. El mundo occidental actual no está realizando el
pago suficiente para compensar lo que se está utilizando como
combustible de esta sociedad moderna. De hecho, la mayoría de los
occidentales están aparentemente desconectados de quiénes son y de
cómo funcionan las cosas, y desconocen los desequilibrios que están
creando.
(…) Muchos de estos Ancianos han vivido el tiempo suficiente como
para experimentar las extremas dificultades que sus pueblos han
padecido. La pérdida de sus tierras sagradas y el odio hacia aquellos
que las tomaron mora todavía en sus corazones. Sin embargo, muchos
están encabezando la forma de perdonar lo que se ha hecho a todo el
planeta. Sienten que hay un trabajo más importante por hacer: crear
equilibrio y armonía con la Madre Tierra, y unidad y paz entre las
personas. Más importante es la estrecha conexión con el Gran Creador.
Muchos de los Ancianos hablan de la libertad que existe en el perdón.
Este dejar pasar la vieja energía y abrir los corazones permite que
fluyan libremente el amor y la guía del Espíritu que nos une a todos

El otro tipo de Ancianos es más joven, tienen entre 40 y 70 años.
Muchos de ellos se encuentran todavía en el proceso de aprender y
experimentar. Son los que fueron enviados a escuelas para que fueran
educados bajo las normas occidentales. Muchos de estos Ancianos
modernos intentaron con éxito vivir en esta sociedad moderna, pero
enseguida sintieron el vacío y la separación del Espíritu y la Madre
Tierra. Eventualmente retornaron a sus hogares para volver a sus
raíces, porque es en la tierra que ellos se sienten plenos y vivos.
Al regresar a sus tierras comenzaron el proceso de aprender la
sabiduría antigua y la espiritualidad de los Ancianos mayores.
Algunos se convirtieron en los portadores de las profecías antiguas.
Pueden hablar varios idiomas, y saben como manejarse en el mundo
moderno.
Sin embargo, durante el proceso de aprendizaje, los Ancianos más
jóvenes rápidamente descubrieron que los métodos y conocimientos
antiguos tenían tanta validez como la tecnología moderna.(…)
Gran cantidad de estos Ancianos jóvenes también han asumido la
responsabilidad de compartir su sabiduría espiritual con el mundo.
Están compartiendo entre ellos sus ceremonias para crear un fuerte
lazo de energía para sanar al planeta y la humanidad, y también
sienten que es tiempo de que todas las personas compartan el
conocimiento y ayuden a otros a recuperar los poderes individuales
que les fueron quitados, o a los que alguna vez renunciaron.

Todos los humanos pueden recobrar la sabiduría y espiritualidad
interiores. Algunos de los Ancianos que hemos visitado se llaman a sí
mismos “PUENTES”. Pueden relacionarse con los dos mundos y han
aceptado la responsabilidad de ayudar al nuevo mundo a regresar a la
paz, armonía y amor. Estos Ancianos, como muchos de los individuos
que están ahora en el despertar, sienten que son puentes entre la
sabiduría antigua y el tiempo “ahora” de integración.

(…) Hay muchas maneras para saber si un individuo es un Anciano. Lo
más común es que sea reconocido/a por su propia gente…. Hay que
tener cuidado con el Anciano auto proclamado que permite al ego que
se interponga en el camino. Un Anciano jamás exige respeto; lo recibe
tranquilamente. Se puede sentir al Anciano. Los niños están siempre
alrededor de ellos, porque saben instintivamente que hay sabiduría
que emana de esas personas.

(…) Apenas se expresó la intención de coordinar un Concejo Mundial
de Ancianos, ocurrió la sincronicidad de todas las formas posibles, y
sigue ocurriendo. En julio de 1999, se llevó a cabo una presentación
formal en la conferencia de Kryon de verano en Santa Fe, Nuevo
Méjico. La respuesta fue emocionante, para sorpresa mía. Muchas de
las personas indígenas que asistieron resonaron con lo que se estaba
presentando. Se derramaron lágrimas porque este trabajo viene del
corazón, y ese día todos lo sintieron.
Enseguida después de la conferencia Catie y yo nos fuimos a Hawai
para asistir a la Conferencia Mundial de los Pueblos Indígenas sobre
Educación en Hilo. Conocimos a muchos Ancianos de varios lugares de
Pacific Rim. Nuevamente, todos reconocieron que era tiempo de que
comenzará un trabajo de este estilo. En muchas ocasiones al acercarme
a los Ancianos, ellos ya sabían de qué les iba a hablar. Hablábamos
de corazón a corazón aún antes que me reuniera con ellos. Cuando
finalmente yo abría la boca para hablar, me detenían y decían: “ya
sabemos que es el tiempo de un Concejo Planetario de Ancianos”.
Después del viaje a Hawai, visitamos a los Hopi (…)

A mediados de septiembre de 1999, nuestro próximo encuentro ocurrió
en Boulder, Colorado, lugar donde vivíamos Catie y yo en ese momento.
Otra vez por medio de la sincronicidad, nos enteramos de que un
chamán de los Andes del Ecuador visitaría una universidad local para
compartir una profecía que su pueblo había conservado durante cientos
de años. Supimos que la profecía que el chamán estaba revelando era
muy similar a la de los Hopi: “Los del Centro harán que el Águila del
Norte y el Cóndor del Sur se unan. Nos encontraremos con nuestros
familiares ya que todos somos Uno”.

Establecimos el contacto con este chamán andino y le explicamos el
trabajo del WCOE. Comprendió inmediatamente lo que sucedía y nos
invitó a que lo visitáramos a él y los otros Ancianos de su región.
Sin embargo, para nuestro asombro, el cumplimiento de la profecía
sucedería en cuestión de meses. (*Estas ceremonias ya se han
realizado y se siguen realizando todavía).

(…) En febrero del 2000, se llevó a cabo una reunión decisiva de
Ancianos de América del Norte, Central y del Sur, en varios lugares
sagrados Mayas… Los Ancianos se reunieron para celebrar el Año
Nuevo Maya, celebrar la última fase del calendario sagrado maya, que
concluye en el 2012, y realizar ceremonias para tener el vuelo del
Cóndor con el del Águila.
Además de esas celebraciones, se llevaron a cabo ceremonias entre los
Ancianos de América para posibilitar la profecía de América del Norte
y del Sur de unificar al CONDOR con el ÁGUILA. De acuerdo con la
profecía maya, ellos serán los facilitadores del encuentro de los
Americanos del sur con los del Norte.

Las dos aves mencionadas en las profecías tienen diversas
particularidades. El Águila es agresiva y busca a su presa. También
representa a la energía del Norte, que tiende a tener una naturaleza
más mental, mientras que el Cóndor es paciente y espera para
completar el ciclo de la vida. Este representa también la energía del
Sur, que tiende a tener una orientación del corazón. Cuando ambas
aves se encuentren y vuelen juntas en armonía, crearan un equilibrio.
La unificación de estas energías es necesaria para lograr un
equilibrio en la Madre Tierra y entre su gente.
También otros grupos de Ancianos se están reuniendo para ayudar a la
realización de la profecía…
Los encuentros de los Ancianos se realizaron con ceremonias. De esto
resultó una pequeña lista de prioridades:

1. Los Ancianos sintieron que la SANACION de la MADRE TIERRA era una
prioridad inmediata. Ella está sufriendo y lo refleja en muchas
partes del mundo….

2. Otra prioridad expresada por los Ancianos es la preservación de
lugares sagrados. Muchas de estas tierras son sagradas, ya que
sostienen la energía de la Madre Tierra. Si estos lugares no son
cuidados apropiadamente y se les agotan los recursos naturales, los
cambios que ocurren en las energía de esas regiones crean
desequilibrio, que afectará a todo el planeta…Los Ancianos que
están conectados con estás tierras saben cómo sanarlas, y nos pueden
enseñar a vivir en armonía con la nuestra Madre Tierra cuando estemos
preparados para escuchar.

3. La tercera prioridad de importancia es la sanación de los puntos
de entrada donde las sociedades dominantes vinieron a los continentes
del Hemisferio Occidental. Los Ancianos creen que todos debemos sanar
y perdonar. Es tiempo de que todas las personas se unan y concilien
las diferencias….

Todos debemos trabajar juntos para sanar a la Madre Tierra y preparar
el período espiritual que ha sido predicho por muchas personas en el
planeta. Los Ancianos creen fervientemente en estas prioridades. Se
está realizando más trabajo de unificación, pero estas tres
prioridades son fundamentales para que el planeta y todos sus
habitantes de estos tiempos sobrevivan.
Los Ancianos creen que es esencial sanar las heridas de la Madre
Tierra y equilibrar las energías primero, en preparación del nuevo
tiempo que se está aproximando tan rápido. Los Ancianos saben que una
vez que el trabajo de sanación se encuentre lo suficientemente
encaminado, las energías estarán en su lugar y ocurrirán las
sincronicidades para apoyar el trabajo que vendrá como resultado
natural.
(…) Ellos también están particularmente interesados en la educación
de los niños, especialmente aquellos niños que están llegando en
estos tiempos con creatividad, receptividad y otras capacidades
incrementadas para integrar la sabiduría antigua con la tecnología
moderna (…)

MONTSERRAT , LA MONTAÑA INDIA”

REPORTAJE
” MONTSERRAT , LA MONTAÑA INDIA”

(Àngels Gallardo, Barcelona)

Los 12 máximos representantes espirituales de las naciones indígenas
originarias de América celebraron la pasada madrugada en la montaña
de Montserrat la primera ceremonia ritual que mantienen fuera del
continente americano. Todo lo que gestualizaron, dijeron o cantaron
estos hombres-medicina u hombres-puente, que en su apelativo
jerárquico se denominan ANCIANOS, forma parte de un secreto que no
admitió preguntas.
Sus espíritus guía les transmitieron la visión de que tenían que
celebrar su encuentro anual del 2002 fuera de América, en una noche
que dura lo mismo que el día siguiente, la del equinoccio del 20 de
marzo, y en una montaña sagrada en la que existe una virgen negra. En
Montserrat. Más de 500 personas, llegadas de toda España, asistieron
al acto.
(Los ancianos) vienen de Alaska, Canadá, EEUU, México, Bolivia, Perú,
Ecuador, Brasil y Argentina, y constituyen la cabeza espiritual de
más de un centenar de naciones nativas de América, unos pueblos de
nombres sonoros que mantienen la cosmovisión milenaria de los
primeros habitantes de aquel continente. Están aquí, explicaron, para
promover una coalición mundial que frene la destrucción de la
naturaleza.
“Traemos la sabiduría ancestral de un pueblo milenario que ha sido
ignorado, pero no queremos lamentar la invasión que ocurrió en
nuestro país hace 509 años porque lamentando no vamos a ninguna
parte –afirmó Valentín Mejillones, anciano mayor de Bolivia, máximo
líder de las naciones originarias de América–. No somos una
organización política, somos guerreros espirituales que hablan un
idioma en el que no existe la palabra raza. Yo represento a la nación
aymara, y conmigo vienen quechuas, guarapos e indígenas de
Norteamérica hijos de una misma madre: la Tierra”.

A su lado, en efecto, se sentaron Cloud Eagle (Águila Nublada),
representante de los indios norteamericanos; Rufino Asqui, quechua de
Perú, y Mariano Pachaguaya, aymara boliviano, que, al igual que
Valentín Mejillones, vestían las túnicas y símbolos originarios de
sus naciones. El colectivo indígena, que ha sido invitado por el
departamento de Asuntos Religiosos de la Generalitat y la concejalía
de Derechos Civiles del Ayuntamiento de Barcelona, tiene previsto
realizar ceremonias rituales y conferencias en Manresa hasta el
próximo domingo.
Su misión, explicaron, está descrita en antiguas profecías. “El
tiempo de las advertencias, la resistencia pasiva y el conformismo ya
ha pasado –afirmó el anciano mayor–. Todos los pueblos del mundo
nos enfrentamos a un reto trascendental: la supervivencia. La
humanidad se encuentra en la encrucijada más importante de su
historia”.
En la tradición de los pueblos indígenas de América, la Tierra es el
elemento que provee la vida y está por encima de todos los seres
vivos, entre los que se incluyen los humanos, los peces, los
mamíferos, las plantas, las montañas y el agua. Todos están dotados
de un espíritu y su vida no tiene principio ni fin. “La vida siempre
ha existido y existirá –explicó Mejillones–. La muerte no existe.
Si el cuerpo descansa, el espíritu vive”.

Los ancianos originarios del continente americano están aquí,
añadieron, porque tienen la responsabilidad de ayudar a que la Tierra
sea respetada. “Es urgente ejercer esa responsabilidad, para que se
recuperen las leyes de la naturaleza”, insistió Mejillones.
Cloud Eagle aludió a la obligación de los indígenas de preservar la
Tierra para los niños. “Es importante que los gobiernos entiendan lo
que queremos decir –afirmó–. Si seguimos atacando al planeta, no
quedará nada para los niños”.

Una de sus misiones, añadió, es tomar contacto con los “guerreros de
colores” que viven aquí. “Son –dijo– como el arco iris, personas de
muchos colores y culturas que, unidas, forman el blanco. Si miras a
la humanidad desde el espacio, hay un solo color. Ésa es la imagen
que queremos transmitir”.

LOS RARAMURIS O TARAHUMARAS

LOS RARAMURIS O TARAHUMARAS

Según la leyenda de los antiguos pobladores de la sierra, el mundo fué
creado por Rayénari -dios sol- y Metzaka -diosa luna-. En su honor, hoy en
día bailan, sacrifican animales y beben tesgüino.
Ahí donde la Sierra Madre Occidental se torna más agreste y accidentada
viven los tarahumaras o tarahumares, que se llaman a sí mismo rarámuri.
Hace unos 300 años los tarahumaras se disgregaron de un grupo nómada que
viajaba por la costa oocidental de México rumbo al sur. Conforme el grupo
avanzaba, se iba dispersando. A los que llegaron al sur de la sierra se les
conoció como huicholes y coras, y los que se establecieron en Sonora y
Sinaloa formaron más tarde los grupos yaqui y mayo. Se cree que otro grupo
viajó río arriba, por profundas barrancas, atravesó la Sierra Madre
Occidental y habitó las planicies cercanas a la actual ciudad de Chihuahua.
Con la llegada de los españoles, los tarahumaras se refugieron en las
montañas y barrancas de la sierra. Se trata de un pueblo muy resistente a
las adversidades, que vive en pequeños núcleos.
La mayoría cultiva máiz y frijol, y cuenta con un poco de ganado. Debido a
lo precario de su economía algunos buscan trabajo en los aserraderos. La
vida de este grupo ha cambiado; el antiguo rarámuri tenía una dieta bien
balanceada, pues además de consumir los productos agrícolas de la región,
comía carne de animales silvestres que él mismo cazaba; en la actualidad han
incorporado a su alimentación productos industrializados, que la más de las
veces no son lo suficientemente nutriticvos. Actualmente los tarahumaras
constituyen el grupo indígena más numeroso del estado de Chihuahua.
Héroe de la sierra, con fuerza de hierro, voluntad indomable y la palabra de
poeta. Levantó a sus hermanos e incendió la sierra con su oratoria. Hizo
renacer el alma indígena en el coraje y orgullo de su casta. El alma fuerte
y misteriosa de los raramuri sigue viva después de siglos, como la voz del
guerrero poeta Teporaca, que aún resuena en las montañas.
En la Sierra Madre Occidental, han vivido por cientos de años los rarámuri
(“los de los pies ligeros”) o tarahumaras. Durante la Colonia los misioneros
jesuitas lograron llegar hasta lo alto de la sierra a enseñar a los indios
la religión y costumbres cristianas. Sin embargo, hoy en día los tarahumaras
viven y dominan esa sierra magnífica manteniendo una mezcla de creencias
entre su religión y la que antaño predicaron los msioneros. Los hombres son
esbeltos, con músculos fuertes, han sido reconocidos como los mejores
corredores de resistencia. Las mujeres son más bajitas, su faz es ovalada,
de ojos negros y oblicuos y nariz recta. Ambos tienen una negrísima
cabellera, lacia y pesada. El hombre lleva un taparrabo sujeto a la cintura
con un triángulo largo de tela hacia atrás, camisa suelta, huaraches y la
frente ceñida con una tira “kowera”.
Las mujeres usan falda ampona y blusa suelta, casi siempre cubren su cabeza
con una pañoleta, llevan una faja de lana tejida, “pukara”, alrededor de la
cintura. Su lengua es dulce y predominan los vocablos referentes a sus
costumbres y su entorno, con palabras corteses como “te saludo, como la
paloma gorjea, te deseo salud y felicidad con los tuyos”.
El clima les marca su lugar de habitación: durante primavera, verano y
principios de otoño, viven en los altos valles, sembrando y cosechando; al
llegar el frío invierno bajan la sierra hasta llegar a sus aldeas, a casitas
de madera o a sus amplias cuevas. Cada casa tiene su fogón y en las cazuelas
que fabrican cocinan los granos de maíz y frinol que cosecharon en la
temporada. Entre los tarahumaras todo pertenece a todos, no existe la
propiedad privada, así comparten techo y comida. Entre todos eligen un
gobernador -un hombre que destaca por sus servicios e inteligencia-, que a
su vez elige gobernadorcillos: sacerdotes, curanderos y sabios. Estos
recorren las aldeas que les corresponde cuidar predicando el orgullo de ser
rarámuri, las costumbres y moral que deben tener, fungen como jueces en
problemas y se encargan de los rezos. Para preparar su bebida ritual: “el
tesgüino”, usan ollas de barro donde se fermenta el maíz con que se elabora.
Para almacenar agua utilizan medias calabazas, y para efectuar sus largos
recorridos cargan pinole -polvo de maíz endulzado- en sus guajes. Fabrican
violines y grandes tambores para tocar en sus ceremonias. De sus tradiciones
culinarias todavía conservan un platillo que se prepara en distintos sitios
del estado: “chacales”, delicioso caldo preparado con máiz quebrado y
cocido.
Ritos Raramuris
Rayénari, tu eres el padre, te reverenciamos cuando apareces en el
horizonte, con todo tu poder, luz y calor, llenas de brillo el mundo. Ya se
ha ido a descansar, nuestra madre, la luma Metzaka. que es blanca y pura.
Por eso sacrificamos borregas blancas, gallos blancos y chivos blancos.
“Los tarahumaras le rinden culto a un principio trascendente de la
naturaleza, que es macho y hembra, y dicho principio lo llevan sobre sus
cabezas, en una cinta con dos puntas, eso indica que son una raza unida a
las fuerzas originales, macho y hembra, con las cuales trabajó la
naturaleza”. Así describió el fundamento religioso de los rarámuri Antonin
Artaud -gran poeta francés-, que vivió en 1936 una temporada en la sierra
tarahumara. El “yumari” es uno de los bailes más importantes para los
rarámuri, durante toda una noche se ayuda al Padre Sol y a la Madre Luna a
producir lluvia. En la danza se imitan los movimientos de los venados, que
fueron los que enseñaron a los hombres el yumari. Las mujeres forman un
círculo alrededor de una fogata, se hincan y pegan la frente al suelo y
cantan el coro “el yumari”. Al ritmo de los tambores bailan, dibujan con sus
pies al sol, la luna y las estrellas. Para todas sus ceremonias preparan
tesgüino, una bebida muy importante para ellos, hecha de maíz molido y
fermentado; durante las ceremonias lo beben en jícaras. Por eso son llamadas
por los “chabochis” -hombres blancos-, “tesgüinadas”.
El Peyote
El peyote, “jículi”, es para los tarahumaras un cacto protector, guardian
contra ciertas enfermedades y peligros. Además es motivo de una de las
fiestas mas importantes que se llevan a cabo en su honor por medio del baile
jículi. Para esta ceremonia preparan “tonari”, comida ritual que es un
cocido de res, papas y calabazas, sazonado con especies recolectadas en la
sierra. También se bebe tesgüino de hecho, antes de comer el peyote, éste
mismo se rocía con la bebida ceremonial. El baile se hace alrededor de una
fogata y una cruz, el sacerdote escoge dos mujeres que se encargan de moler
el peyote en un metate, el jugo -que es espeso y de color pardo- se vierte
en una jícara, y de ésta beben los participantes en el baile. La ceremonia
dura toda la noche, y en distintos intervalos, se bebe, se baila y se come.
Además del tonari, las mujeres han cocido gorditas, atole, tamales y
mazorcas cocidas, todo condimentado con especies y frutos silvestres. Al
salir el sol, almuerzan tranquilos para reponer fuerzas y luego regresan a
sus casas.
Semana Santa
Desde una semana antes del jueves santo, vuelcan toda su energía y trabajo
conjunto para la celebración, durante tres largo días, de la Semana Santa.
Los jóvenes regresan del bosque cercano con pequeños pinos con los que se
construiran arcos hasta de cuatro metros de alto, para colocarse frente y
alrededor de la iglesia. Estos arcos, coronados con grandes flores de yuca,
sirven durante el ritual de Semana Santa como estaciones, en donde un grupo
de hombres y mujeres -previamente designado- bailan y rezan. Estos arcos
también se instalan frente a la casa donde se prepara y se sirve el
tesgüino.
Durante tres días no dejan de sonar los tambores. Flautas y violines hacen
recordar música de antaño. Hay mucha actividad en el pueblo; los ancianos
van y vienen, mientras los niños juegan entre las mujeres que muelen el maíz
para el tesgüino. Justo antes del anochecer, uno de los chamanes entra al
atrio de la iglesia seguido por tres hombres que portan pequeñas vasijas
llenas de esta bebida. El chamán sostiene sobre su cabeza olotes ardiendo y
un cuchillo, los cuales utiliza para señalar, frente a la cruz de madera,
los cuatro puntos cardinales. Los tres hombres que lo acompañan rocían el
piso con el líquido de sus vasijas, el rito se repite tres veces.
El jueves santo, a media noche, la muchedumbre se dispersa, y cerca de la
una de la mañana sólo el misterioso sonido de los tambores se escucha en la
oscuridad.
La mañana del viernes santo, los soldados y fariseos, representados por dos
grupos de hombres pintados con cal y ocre, “los pintos” danzan durante
treinta y seis horas. Donde quiera que ellos realizan su representación, se
sirve tesgüino. Los danzantes llevan dos figuras de paja -una femenina y
otra masculina- representando a Judas. El viernes es el único día que
participan las mujeres en la procesión, cantando y echando incienso
alrededor de la iglesia.
Para entonces, el atrio se encuentra atestado de bailarines y músicos
tocando sus tambores, violines y flautas; los ancianos también están
presentes. Esa noche es cuando los tarahumaras realmente gozan de la fiesta:
beben, bailan, ríen y chismean; despúes más baile y saltos, acompañados
siempre del agudo sonido de los tambores. El sábado en la mañana los grupos
de soldados y fariseos danzan en los cerros. Al mediodía los grupos de
danzantes llevan a cabo su representación en el atrio del templo. Son los
“matachines” que se mueven rítmicamente al compás del violín y la guitarra.
En la tarde, el maestro de ceremonias destruye todos los arcos que están al
frente de la iglesia, mientras los artistas y espectadores se retiran
lentamente hacia el campo. Allí son quemados los Judas.
Olimpiadas en la Tarahumara
Se organiza entre varias aldeas una competencia deportiva. Los hombres hacen
carrera de bolas y las mujeres lanzamiento de aro. Los recorridos de la
carrera llegan a ser de hasta 200 km, y duran dos o más días. La noche
anterior cada grupo hace una ceremonia preparatoria, practican abstinencias
y se masajean los músculos con grasa de borrego. Un jugador de cada equipo
arranca pateando una bola hecha con madera de encino, y corre seguido de sus
partidarios, turnándose la pelota hasta llegar a la meta; la ruta se traza
de antemano por los vericuetos de las montañas. Las apuestas se hacen con
costales de maíz, ropas y animales de granja,. Los atletas son muy
reconocidos en las comunidades. Las mujeres empujan un aro de ramas tejidas
con un palo curvo, su trayecto es más corto que el de los hombres. También
hay dos bandos y apuestas. Al terminar las justas, hay banquete y
tesgüinada.

Entrevista: Espiritu Mapuche

Entrevista: Espiritu Mapuche
BENEDICTO MELIN, COFUNDADOR DEL PARLAMENTO MAPUCHE
“Ser organizados nos salvó del genocidio”
No cuento mis años: cuando muera volveré a la tierra Mapu a través de los árboles y los ríos y viviré mientras vivan. Ganamos la guerra a España. El Estado chileno quiso exterminarnos y nos tachó de vagos, maleantes y borrachos, pero nuestro modo de organizarnos y luchar nos hizo sobrevivir. Hoy somos ciudadanos de la nación mapuche
LLUÍS AMIGUET – 28/07/2004

-Ni un solo soldado español consiguió cruzar el río Biobío. Los mapuches los frenamos allí durante más de dos siglos.

–Ustedes no tenían armaduras ni pólvora ni caballos.

–No, pero estábamos organizados. Ser organizados nos salvó del genocidio.

–Recuerdo La Araucana: Caupolicán… ¡y después llegó el gran Lautaro!

–Tuvimos toquis, generales que agruparon a los más de dos millones de mapuches que ocupaban lo que hoy es el sur de Argentina y Chile, pero nuestra fuerza no estaba en el caudillaje. Si hubiera sido así, con matar al general, los españoles hubieran ganado.

–Es lo que solían hacer.

–Los españoles concebían el mundo desde Dios hacia abajo y sólo creían en estructuras verticales de poder. En cambio, para nosotros la energía estaba en todas partes. Cada mapuche era general y soldado. Las crónicas explican cómo los españoles arrasaban los poblados, mataban a los guerreros y daban suplicio a los toquis, y al día siguiente había otro general y otro ejército mapuche presentándoles batalla.

–Inaccesibles al desaliento.

–No éramos inmortales. Lo que sucede es que teníamos una estructura horizontal y reticular de la organización militar y los mandos eran rápidamente sustituidos por otros guerreros con inteligencia sistémica y comunitaria. Por eso pudimos resistir a un ejército como el español, tecnológicamente muy superior, armado con pólvora, armaduras y caballos, pero organizativamente muy arcaico.

–¿Y cómo acabó la guerra?

–Con un pacto. Los españoles reconocieron nuestra existencia como pueblo y nuestros derechos en 1652 en el tratado de Quillín: nos cedieron 10 millones de hectáreas.

–¿Y lo respetaron?

–Se lo hicimos respetar más o menos hasta las independencias argentina y chilena. El Estado criollo nos considera enemigos naturales que deben eliminarse físicamente. Inician una política genocida. El general argentino Roca asesina con engaños y trampas a las familias mapuches: cientos de miles de personas son masacradas mientras duermen en degollinas salvajes. Quienes no huyen, mueren.

–¿Y en Chile?

–Primero nos utilizan como carne de cañón para su guerra del Pacífico contra Bolivia y Perú: 800.000 soldados mapuches defienden las fronteras chilenas y las ganan. A su regreso, son desarmados y asesinados en masa por otro salvaje genocida, el coronel Saavedra. Muchos huyen del valle central a refugiarse a las cordilleras o al sur. Desde allí mantienen una continua guerrilla que se prolonga contra los colonos.

–Historia terrible.

–Morimos luchando. Todos los fuertes chilenos son atacados y arrasados por los mapuches al menos en alguna ocasión excepto el de Temuco. El gobierno racista envía un emisario a Europa en los años veinte a ofrecer nuestra tierra a colonos y llegan alemanes, italianos… Los alemanes traen perros adiestrados para sacar a los indios de las nuevas haciendas. El genocidio prosigue.

–Pero ustedes resisten.

–Aguantamos y luchamos contra los paramilitares y el ejército regular. Pero poco a poco también surge un mestizaje y algunos mapuches llegan a ocupar cargos en la administración y el Parlamento chilenos. La Iglesia actúa desde los años veinte como una organización paraguas de los mapuches. Sobre todo algunos curas vascos que entendieron lo que era ser un pueblo perseguido.

–¿No se cristianizan ustedes?

–Muchos sí. Nosotros no. Para nosotros el mar, la tierra, el río o los árboles y todo cuanto les rodea son las conexiones con la energía universal y las pasarelas por las que volveremos a la vida cuando muramos y pasemos por el más allá: si esas pasarelas se dañan, no podremos volver.

–La ecología es ya no sólo la supervivencia, sino también la eternidad del individuo.

–Por eso luchamos. En los años sesenta, el Chile de Allende nos abre una nueva vía de esperanza con la reforma agraria y convierte a muchos mapuches en parcelistas.

–Pinochet se encargará de retroceder.

–Salvajemente. Nos devuelve al gueto de lo indeseable junto al cliché del indio borracho, vago, polígamo, pendenciero que debe morir para que nazca el nuevo chileno. En fin, todas las dictaduras son la misma dictadura sangrante contra el género humano.

–¿Y después de Pinochet?

–Con la democracia, el presidente Alwyn firma el tratado de Nueva Imperial y abre otro camino, pero las oligarquías responden con un poderoso lobby que denigra nuestra imagen y reduce el censo de más de un millón de mapuches en 1992 a medio millón en el 2002. ¡Es un genocidio estadístico!

–El imperio contraataca.

–Con astucia. Logran que muchos mapuches se avergüencen de su condición de indígenas asociada a todas las lacras imaginables y la ocultan al censarse, porque es más respetable ser chileno sin más. ¡Es el momento de luchar y organizarse por el orgullo mapuche!

–Sólo las raíces permiten elevarse.

–Reunimos el Congreso Mapuche en octubre del año pasado y nos constituimos en pueblo soberano y renunciamos a la violencia.

–Una renuncia muy inteligente.

–Y apostamos por la prosperidad. Podemos crear negocios; tenemos la tierra y las estructuras comunitarias para crear y repartir riqueza. Cuando la consigamos, el Estado acabará por reconocernos plenamente. Y ahora viajamos por el mundo, como aquí a Barcelona, donde visitamos su Parlament.

Carta del Dr. Ryke Geerd Hamer al Sr. Jefe de los rabinos

Carta

Carta del Dr. Ryke Geerd Hamer al Sr. Jefe de los rabinos

22 de Junio de1986

Sr. Jefe de los rabinos
Dr. med. Menahem Mendel Schneerson
770 Eastern Parkway Brooklyn
New York 11213

Estimado Sr. Jefe de los rabinos,

Usted es la cabeza de todos los rabinos de este mundo, como me dijo el
rabino Denoun. Asimismo es también el jefe espiritual de todos los
masones que trabajan “para el Templo de Zion”. Usted es médico y
comprende bien el alemán. Por esto mi carta está dirigida a la persona
correcta.

En la misma medida en que me alegré cuando conocí que usted había
leído y evidentemente comprendido mi libro en alemán “Cáncer,
enfermedad del alma, cortocircuito en el cerebro, el ordenador del
organismo” y supe que usted dio la orden de emplear este nuevo
conocimiento con los pacientes judíos; En esa misma medida me
desilusioné al saber que usted aparentemente todavía no dio la orden a
sus logias de levantar el boicot en relación con la utilización de la
LEY DE HIERRO DEL CÁNCER en beneficio de los pacientes No-Judíos. Por
favor no me diga: “No fuimos nosotros” porque estoy bien informado de
todo.

Sus masones, con sus logias, mediante este boicot llevan cometiendo
desde hace cinco años el crimen más cruel de toda la historia de la
humanidad. Para cientos de millones de desgraciados seres humanos esto
significó una angustiosa muerte. Los masones e Israel, para cuyo
“Templo de Zion” estos trabajan, deben asumir su culpa colectiva y su
responsabilidad en el más horrible crimen de toda la historia de la
humanidad. Mi esposa es también una de las víctimas de este
boicot-terrorismo. Asimismo a mi familia y a mí han intentado
sistemáticamente aterrorizarnos desde hace años; de hecho yo he
sufrido cuatro intentos de asesinato.

Estimado señor superrabino, usted es el ser humano mejor informado de
todo el mundo, yo creo. Y sabe que todo esto es cierto. El Templo de
Zion, para el cual trabajan sus hermanos de logia, se ha convertido
desde hace cinco años en el Auschwitz de Israel. El propio Israel ha
creado esta situación. Las dimensiones de este crimen sobrepasan la
imaginación de cualquier cerebro humano, opino.

Aún cuando los hermanos de logia actúan según esta “doble moral” del
Talmud, nunca me hubiera podido imaginar que algunos seres humanos
fueran capaces de cometer un crimen de tales dimensiones.

Señor superrabino, sea lo que sea lo que usted quiera reconocer o no,
por estos hechos va a juzgarlo la historia. El crimen es cada día más
y más grande. Después de esta carta usted no va a poder seguir
ocultando los hechos pues no va a pasar inadvertida.

Yo pido para mis pacientes que por fin dé la orden a sus logias de
levantar sin condiciones el boicot contra el descubrimiento del
funcionamiento (de las causas) del cáncer. Todos los rabinos desde
Koblenz hasta New York van a cumplir sus órdenes, especialmente porque
usted como médico ha comprobado la exactitud de la LEY DE HIERRO DEL
CÁNCER.

Diariamente vienen rabinos y maestros de logia para negociar las
condiciones del levantamiento del boicot. Pero no pueden existir
condiciones cuando se ha torturado hasta la muerte a seres humanos.

Estimado señor superrabino, si el precio para que el sionismo siga
existiendo es continuar con el más horrible crimen de la historia de
la humanidad, entonces este es una vergüenza para todos los seres
humanos. Abandone su Talmud con esa doble moral.

Pido de rodillas para mis pacientes que están muriendo: ¡Tenga
compasión humana con la tortura de nuestros pacientes, tanto judíos
como no judíos! Sólo esa compasión puede atenuar este grandísimo crimen.

¡Por favor, dé inmediatamente la orden de levantar el boicot y permita
que los pacientes que están muriendo puedan ser salvados!

En la esperanza de que usted se haga consciente de su responsabilidad
y de todas las consecuencias y tome la decisión correcta, le saludo
atentamente.

Dr. med. Mag. theol. Ryke Geerd Hamer

El Camino Campestre según Heidegger

El Camino Campestre según Heidegger

Aunque prefiero “silvestre” pongamos una obrita de un aleman gurú del
hombre occidental para que se vea que en el fondo todos anhelamos lo
mismo.

EL CAMINO CAMPESTRE


Del portal del jardín se extiende hacia el Ehnried. Los añosos tilos
del jardín del castillo por encima del muro le ven alejarse, tanto en
Pascua, cuando relucen los brotes del sembrado y despiertan los
prados, cuanto en Navidad, mientras bajo la nevisca desaparece tras
del cerro más próximo. A la altura de la Cruz-cubierta gira hacia el
bosque. Al pasar por los lindes, saluda a un viejo roble cabe el cual
hay un banco de madera desbastada.

Encima del banco de vez en cuando se encontraba algún que otro escrito
de los grandes pensadores que una joven torpeza intentaba descifrar.
Cuando los enigmas se agolpaban y no se veía salida, ahí estaba
siempre el camino campestre. Silencioso dirige el paso por la senda
serpenteante a través del vasto y árido campo.

Una y otra vez el pensamiento retorna siempre a los mismos escritos, o
a veces a tentativas más propias, en el sendero que por entre los
cultivos traza el camino. Éste permanece tan próximo al andar del
pensador como del paso del campesino que de amanecida anda a la siega.

A menudo y con los años el roble del camino desvía los recuerdos hacia
los juegos infantiles y a las primeras decisiones. Cuando a veces un
roble, en la espesura del bosque, caía a hachazos, el padre,
enseguida, rastreaba el bosque y los claros soleados en busca del
trozo adecuado para su taller. Allí se entretenía pausadamente durante
los descansos de su servicio en la torre del reloj y en las campanas
que, una y otras, mantenían su propia relación con el tiempo y lo
temporal.

Con la corteza del roble, los muchachos construían sus barquichuelos
que, dotados de un banco de remeros y de un timón, flotaban en el
estanque de Metten o en la fuente de la escuela. Los viajes por el
mundo de aquellos juegos todavía alcanzaban sencillamente su destino y
siempre lograban regresar a la orilla. Lo ilusionante de estos viajes
permanecía oculto en el entonces apenas visible resplandor que
reposaba sobre todas las cosas. Ojo y mano maternas delimitaban su
reino. Como si su preocupación no contada protegiese a todas las
criaturas. Aquellos viajes de juego desconocían todavía los paseos que
dejan atrás toda orilla. Mientras tanto la resistencia y el olor de
madera de roble empezaron a hablar más claramente de la lentitud y de
la constancia con que el árbol crece. El propio roble decía que sólo
en un crecimiento tal se fundamenta cuanto perdura y da frutos; pues
crecer es abrirse al amplio cielo y al mismo tiempo enraizarse en la
oscuridad de la tierra; que todo cuanto es genuino sólo prospera si el
hombre es a la vez ambas cosas: dispuesto a la exigencias del cielo
altísimo y amparado en el seno de la tierra nutricia.

Todavía el roble sigue diciéndoselo al camino campestre que,
convencido de su senda, pasa a su lado. El camino congrega todo cuanto
a su alrededor existe y a quien por él transita le anuncia que aquello
es suyo. Los mismos campos y la ladera de los prados acompañan al
camino a cada estación del año con una proximidad siempre diferente.
Sea que, por encima del bosque, los Alpes se hundan en el atardecer,
sea que de buena mañana en el estío la alondra emprenda el vuelo, allí
donde el camino campestre supera la falda del cerro, sea que el viento
del este llega rugiendo desde las tierras donde se halla el pueblo
natal de la madre, sea que al anochecer un leñador arrastra su hatillo
de leña al hogar, sea que la segadora contorneándose regrese a casa
por el camino campestre, sea que los niños hagan ramos a la vera del
prado con las primeras flores de primavera, sea que la niebla avance
durante días por los campos, cubriéndoles con sus sombras y su
obscuridad, siempre y por todas partes envuelve al camino campestre el
aliento de lo mismo.

Lo sencillo encierra el enigma de cuanto permanece y es grande. Entra
de improviso en el hombre y precisa de una larga maduración. En lo
imperceptible de cuanto es siempre lo mismo se oculta su bendición. La
grandeza de todo cuanto ha crecido y habita los alrededores del
camino, dispensa mundo. Sólo en lo no-dicho de su lenguaje, tal cual
dice el maestro, de lecturas y de vida, Eckhart, es Dios
verdaderamente Dios.

Pero el aliento del camino campestre sólo habla en tanto que existan
hombres que, nacidos en su aire, puedan oírle. Se hallan vinculados a
su origen pero no siervos de sus asechanzas. El hombre inútilmente
planifica e intenta imponer un orden a la tierra, cuando no se somete
al aliento del camino campestre. Amenaza el peligro de que los hombres
de hogaño permanezcan sordos a su lenguaje. A sus oídos sólo alcanza
el ruido de las máquinas que ellos casi toman por la voz de Dios. Así
el hombre se confunde y pierde su camino. A los confusos, la sencillez
les parece monótona, y lo monótono les hastía. Los amargados
encuentran sólo lo indistinto. Lo sencillo se ha evadido. Su callada
fuerza se ha agotado.

Por cierto que disminuye el número de quienes reconocen lo sencillo
como un bien propio, consquistado. Pero en todas partes serán esos
pocos quienes permanecerán. Un día, gracias al poder tranquilo del
camino campestre, perdurarán más allá de las fuerzas titánicas de la
energía atómica que fue urdida por el cálculo humano y convertida en
yugo de su propio obrar.

El aliento del camino campestre despierta un sentido que ama lo libre
y que, en el lugar propicio, todavía logra salvar la aflicción hacia
una última serenidad. Se revela contra la simpleza del puro trabajar
que, ejercido por sí solo, fomenta únicamente lo vano.

En el aire del camino campestre, que muda según las estaciones, madura
la sabia serenidad con un mohín que parece melancólico a menudo. Ese
saber sereno es la “ironía compasiva” [ist das “Kuinzige”]. Quien no
la tiene no la obtiene. Quienes la tienen, del camino campestre la
obtuvieron. En su senda se encuentran la tempestad invernal y el día
de la siega, coinciden lo vivaz y lo excitante de la primavera con lo
reposado y adormecido del otoño, se hallan frente a frente el juego de
la juventud y la sabiduría de la vejez. Pero todo a una rebosa
serenidad, una serenidad cuyo eco lleva calladamente de aquí para allá
el camino campestre.

La sabia serenidad es un portal de lo eterno. Su puerta se abre sobre
los goznes antaño forjados por un hábil herrero con los interrogantes
de la presencia en el mundo.

Desde el Ehnried el camino regresa al portal del jardín del castillo.
Por sobre de la última colina con su angosta cima conduce, por una
quebrada, a la muralla de la ciudad. A la luz de las estrellas su
brillo es tenue. Tras del castillo se alza el campanario de la iglesia
de San Martín. Lentamente y como si dudasen, se pierden en la noche
las once campanadas. La vieja campana, en cuyas cuerdas más de un
muchacho se destrozó las manos, vibra bajo los martillazos de las
horas de las horas cuyo aspecto medio sombrío y medio grotesco nadie
olvida.

Con el último toque el silencio se hace más callado. Su poder llega
hasta aquellos que antes de tiempo fueron sacrificados por dos guerras
mundiales. Lo sencillo se ha vuelto todavía más sencillo. Lo que es
siempre lo mismo alejaa y libera. Ahora el aliento del camino
campestre es muy nítido. ¿Habla el alma? ¿Habla el mundo? ¿Habla Dios?

Todo habla de la renuncia en la identidad [in das Selbe]. La renuncia
no quita. La renuncia da. Da la inagotable fuerza de lo sencillo. El
aliento hace morar en un largo origen. “

cantar nahuatl

¿Acaso de verdad se vive en la tierra?
No para siempre en la tierra: sólo un poco aquí.
Aunque sea jade se quiebra,
aunque sea oro se rompe,
aunque sea plumaje de Quetzal se desgarra,
no para siempre en la tierra: sólo un poco aquí.
¿Acaso hablamos algo verdadero aquí, Dador de la vida?
Sólo soñamos, sólo nos levantamos del sueño.
Sólo es como un sueño…
Nadie habla aquí la verdad…
(cantares del mundo náhuatl)

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