¿Es importante tener algun tipo de actitud ante la vida?

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 05/09/2004 1:36

¿Es importante tener algún tipo de actitud ante la vida?

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Osho:

La mejor forma de perder la vida es tener una cierta actitud ante ella. Las actitudes tienen su origen en la mente, y la vida supera la mente. Las actitudes son nuestras creaciones, son nuestros prejuicios, nuestras invenciones. La vida no es creada por nosotros; al contrario, nosotros somos sólo ondas en el lago de la vida.

¿Qué clase de actitud puede tener una ola con respecto al océano? ¿Qué clase de actitud puede tener una hoja de hierba respecto a la Tierra, a la Luna, al Sol o a las estrellas? Todas las actitudes son egoístas, todas las actitudes son estúpidas.

La vida no es una filosofía, no es un problema; es un misterio. Tienes que vivirla, no de acuerdo a cierto patrón de conducta, no de acuerdo a un condicionamiento, sino de acuerdo con lo que te han contado sobre ella. Tienes que empezar de nuevo, desde cero.

Cada individuo debe pensar como si él fuese el primero en la tierra; es Adán o Eva. Entonces es posible abrirse; puedes abrirte a infinitas posibilidades.

Entonces serás vulnerable, accesible, y cuanto más vulnerable seas, más accesible, tendrás mayores posibilidades de vida.

Tus actitudes funcionan como barreras; entonces la vida nunca llega a ti como es, tiene que encajar en tu filosofía, en tu religión, en tu ideología y en esa misma adaptación, algo muere. Lo que sacas de ella es un cadáver. Puede parecer vida, pero no lo es.

Eso es lo que la gente ha estado haciendo a través de los siglos. Los hindúes viven de acuerdo con la actitud hindú, los musulmanes viven de acuerdo con la actitud musulmana y los comunistas viven de acuerdo con la actitud comunista. Pero recuerda una verdad básica y fundamental: la actitud no te permite entrar en contacto con la vida tal como es. Distorsiona, interpreta.

Hay una antigua historia griega:

Un fanático rey tenía una preciosa cama de oro, muy valiosa, adornada con miles de diamantes y siempre que había invitados en palacio él les ofrecía la cama. Pero existía una condición: el invitado tenía que encajar en la cama. Si el invitado era un poco más largo, el rey lo hacía cortar al tamaño adecuado. Por supuesto que como la cama era tan valiosa no podía ser modificada, pero el invitado podía ser cortado de acuerdo al tamaño de la cama, ¡cómo si la cama no existiera para el invitado, sino el invitado para la cama!

Y es muy raro, casi imposible, encontrar a un hombre que encaje perfectamente en una cama ya hecha. El hombre medio no existe, recuérdalo; el hombre medio es una ficción y la cama estaba hecha para un hombre medio. El rey era un matemático, había hecho un gran cálculo. Había medido la altura de todos los ciudadanos de su capital y luego había dividido esta cifra entre el número de ciudadanos; así obtuvo un promedio fijo. Ahora bien, en la capital había niños pequeños, gente joven, gente vieja, pigmeos y gigantes, pero el “hombre promedio” era un fenómeno totalmente diferente. No había ni una sola persona en toda su capital que fuese realmente promedio. Yo nunca me encontré con una persona promedio, la persona promedio es una ficción.

Así, quienquiera que fuese el invitado, tenía un problema. Si era más corto que la cama, el rey tenía profesionales que le estiraban hasta dar la talla. Ese debe de haber sido el principio del Rolfing; Ida Rolf lo debe de haber aprendido de ese rey. Por supuesto que el invitado moría, pero el rey no tenía la culpa, él lo hacía todo con la mejor intención del mundo.

Cuando tienes una cierta actitud hacia la vida, pierdes la vida misma. La vida es vasta, ninguna actitud puede contenerla; es imposible encasillarla en una cierta definición. Sí, tu actitud puede cubrir un cierto aspecto, pero sólo será un aspecto. Y la tendencia de la mente es a proclamar su aspecto como si fuera el todo y en el momento en que se pretende que el aspecto sea el todo, has perdido la conexión misma con la vida. Entonces vives rodeado de tu actitud en una especie de capullo, encapsulado y eres infeliz. Entonces tus mal llamadas religiones estarán muy contentas porque eso es lo que te han estado diciendo: que la vida es un valle de lágrimas. Buda dice que el nacimiento es sufrimiento, que la juventud es sufrimiento, que la vejez es sufrimiento y que la muerte es sufrimiento; toda la vida no es más que una larga, larguísima tragedia. Si empiezas con condiciones descubrirás que Buda estaba en lo cierto; tú serás la prueba.

Pero yo quiero decirte que la vida no es infelicidad y no estoy en absoluto de acuerdo con Buda. La vida se convierte en miseria, pero eso se debe a ti; de otra manera la vida es eterno gozo. Pero para conocer ese gozo eterno tendrás que venir con tu corazón abierto, con tus manos abiertas.

No te acerques a la vida con los puños cerrados, apretados. Abre tus manos.

Entra en la vida con inmensa inocencia. Las actitudes son astutas; has decidido de antemano sin haber saboreado, sin haber experimentado, sin haber vivido. Has llegado a ciertas conclusiones, y obviamente, si estas conclusiones ya están en ti, a priori, la vida de las irá confirmando. No es que la vida las confirme, sino que toda tu mente tratará de encontrar los medios y las formas, los argumentos y los datos que las apoyen.

Te enseño una vida sin actitud alguna. Este es uno de los fundamentos de mi experiencia. Si realmente quieres conocer lo que es, deja de lado toda filosofía, todos los “ismos”. Camina entonces con las manos abiertas y totalmente desnudo al sol, para ver lo que es.

Se pensaba en el pasado que nuestros sentidos eran puertas por las que la realidad entraba en lo más profundo de nuestro ser. Ahora, las últimas investigaciones demuestran otra cosa: nuestros sentidos no sólo son puertas, también son guardianes. Sólo permiten pasar el dos por ciento de la información, el noventa y ocho por ciento queda excluida. Cualquier cosa que vaya en contra de tu idea de la vida es excluida y sólo el dos por ciento logra filtrarse y entrar.

Ahora bien, vivir una vida de sólo un dos por ciento, no es en absoluto vivir.

Cuando uno puede vivir al ciento por ciento, ¿por qué decidir vivir sólo al dos por cien?

Me preguntas: ¿Es importante tener algún tipo de actitud ante la vida?

No sólo no es importante, sino que es peligroso tener cualquier actitud respecto a la vida. ¿Por qué no permitir que la vida baile su danza, cante su canción, sin ninguna expectativa? ¿Por qué no podemos vivir sin expectativas? ¿Por qué no podemos ver la vida tal como es en su pureza? ¿Por qué tenemos que imponernos a ella? Y nadie saldrá perdiendo. Si tratas de imponerte a la vida, sólo tú serás el perdedor.

Es mejor no ponerle etiquetas a la vida, es mejor no darle una estructura, es mejor dejarla abierta sin final, es mejor no clasificarla, no etiquetarla. Tendrás una experiencia mucho más bella de las cosas, tendrás una experiencia más cósmica de las cosas, porque las cosas no están realmente divididas. La Existencia es un todo orgásmico, es una unidad orgánica. La hoja más pequeña de hierba, la más pequeña de las hojas de un pobre árbol, es tan importante como la más grande de las estrellas.

Lo más pequeño es también lo más grande, porque todo es una unidad, es un continuo. En el momento en que empiezas a dividir, estás creando líneas arbitrarias, definiciones y es así como uno va perdiéndose la vida y su misterio.

Todos tenemos actitudes; ésa es nuestra angustia. Todos encaramos la vida desde un cierto punto de vista, de ahí que nuestra vida se vuelva pobre; porque cada aspecto puede ser como mucho, una sola dimensión, y la vida es multidimensional. Tienes que ser más líquido, más capaz de disolverte y fundirte; no tienes que ser un espectador. No hay nada que resolver. No tomes la vida como un problema, es un misterio tremendamente hermoso. ¡Bébela, es puro vino! ¡ Embriágate con ella!

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Osho: Vida, amor, risa

Los cuatro pasos hacia el amor

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 05/09/2004 1:41

LOS CUATRO PASOS HACIA EL AMOR

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Osho:

El amor es la unión, el encuentro orgásmico de la muerte y la vida. Si no has conocido el amor, te lo has perdido. Naciste, viviste y moriste, pero perdiste la oportunidad. Te has equivocado tremendamente, totalmente, absolutamente, has perdido el intervalo entre las dos notas. Ese intervalo es el pináculo más alto, la experiencia suprema.

Para alcanzarlo, hay cuatro pasos que debes recordar.

El primero: estar aquí y ahora, porque el amor sólo es posible en el “aquí-ahora”. No puedes amar en el pasado. Muchas personas viven simplemente de recuerdos, amaron en el pasado. Y hay otros que aman en el futuro; eso tampoco se puede hacer. Estas son formas de evitar al amor. El pasado y el futuro son las formas de evitar al amor.

De modo que amas en el pasado o amas en el futuro y el amor es sólo posible en el presente porque sólo en este momento la vida y la muerte se encuentran… en el oscuro intervalo que está dentro de ti. Ese intervalo oscuro está siempre en el presente, siempre en el presente, siempre en el presente. Nunca es pasado y nunca es futuro. Si piensas demasiado—y pensar es siempre o del pasado, o del futuro—tus energías se separarán de tus sentimientos. Sentir es estar aquí-ahora. Si tus energías se mueven en función del pensar, entonces no tendrás suficientes energías para adentrarte en los sentimientos y el amor no será posible.

Así que el primer paso es estar aquí-ahora. El futuro y el pasado traen pensamientos y el pensar destruye el sentir. Y una persona obsesionada con el pensar, poco a poco se olvida completamente de que también tiene un corazón.

Un hombre que piensa demasiado, avanza de tal manera que, poco a poco, deja de expresar lo que siente. No prestándole atención al sentir, empieza a alejarse de él. Hay millones de personas en este estado sin saber qué significa el corazón. Creen que es sólo un mecanismo. Se concentran exclusivamente en la mente. La mente es un extremo, es necesaria, es un buen instrumento, pero debe usarse como un esclavo. No debe ser el amo. Una vez que la mente se convierta en el amo y dejes en segundo término al corazón, vivirás, morirás, pero no sabrás qué es Dios, porque no sabrás qué es el amor.

Al contactar con él por primera vez ,ese intervalo oscuro parece ser amor y cuando te pierdes en él, se convierte en Dios. Dios comienza con el amor, o Dios es la última cúspide del amor.

El segundo paso hacia el amor es: aprende a transformar tus venenos en miel…

Mucha gente ama, pero su amor está muy contaminado con venenos, con odio, celos, furia, posesividad. Mil y un venenos asedian tu amor. El amor es algo delicado. Detente a pensar en la ira, en el odio, en la posesividad, en los celos. ¿Cómo puede el amor sobrevivir?

En primer lugar las personas utilizan demasiado la cabeza y olvidan el corazón. Son la mayoría. Una minoría, todavía vive un poco en el corazón, pero esa minoría también está equivocada, su pequeña luz de amor está rodeada por celos, odio, ira y mil y un venenos. Así, todo el viaje se vuelve amargo. El amor es la escalera entre el cielo y el infierno, pero la escalera siempre tiene dos caminos: puedes subir o bajar. Si existen venenos, la escalera te llevará hacia abajo. Entrarás en el infierno y no en el cielo. Y en vez de alcanzar una melodía tu vida será un estruendo nauseabundo, contradictorio, como el ruido del tráfico. Un ruido enloquecedor, una multitud ruidosa, sin armonía. Permanecerás al borde de la locura.

Por lo tanto lo segundo a recordar es: aprende a transformar tus venenos en miel.

¿Cómo serán transformados? Hay un proceso simple. De hecho no es correcto llamarlo transformación porque no tienes que hacer nada, sólo necesitas paciencia. Te estoy revelando uno de los mayores secretos. Inténtalo: cuando sientas rabia, no hagas nada, sólo siéntate en silencio y observa. No estés ni a favor, ni en contra. No cooperes con ella, no la reprimas. Sólo obsérvala, ten paciencia, mira lo que sucede… déjala surgir.

Recuerda una cosa: nunca hagas nada cuando el veneno se apodere de tu estado de ánimo, simplemente espera. Cuando el veneno empiece a cambiar…

Esta es una de las leyes básicas de la vida: todo cambia continuamente. Como te había dicho, el hombre se vuelve mujer y la mujer se vuelve hombre, porque periódicamente ocurren cambios en ti. El hombre bueno se vuelve malo y el malo bueno; el santo tiene momentos de pecador y el pecador, de santo… uno sólo tiene que esperar.

No actúes cuando la furia está en su punto más álgido, si no te arrepentirás y entrarás en una reacción en cadena y crearás karma. Es así como entras en el karma. Haz algo cuando estés en un momento negativo y formarás parte de una cadena interminable. Cuando estás negativo y actúas, el otro se vuelve negativo, el otro está dispuesto a hacer algo. La negatividad genera más negatividad. La negatividad provoca más negatividad, la furia crea más furia, la hostilidad crea más hostilidad y las cosas siguen y siguen y siguen. La gente ha estado luchando entre sí, durante vidas enteras. ¡Y aún continúan!

Espera. Cuando estás furioso, éste es el momento de meditar; no desperdicies ese momento. La ira está creando tanta energía en ti… que puede destruirlo todo. Pero la energía es neutral; la misma energía que puede destruir, puede ser creativa. Detente. La misma energía que puede destrozarlo todo, puede ser una lluvia de vida.

Sólo espera. Si esperas y haces las cosas sin prisa, un día te sorprenderás al ver el cambio interno. Estabas lleno de ira y la ira iba aumentando y aumentando hasta que llegaste a un clímax… y entonces el curso de las cosas empezó a cambiar. Y puedes ver que está cambiando y la furia va desapareciendo y la energía liberándose. Entonces estarás en un estado de ánimo positivo: el ánimo creativo. Ahora puedes hacer algo. Hazlo ahora. Espera siempre el momento positivo.

Y no estoy hablando de represión, no estoy diciendo que suprimas lo negativo. Lo que digo es que observes lo negativo. Recuerda la diferencia, existe una tremenda diferencia. No digo que te estanques en lo negativo, que te olvides de lo negativo, que hagas algo en contra de ello, no. No estoy diciendo eso. No digo que sonrías cuando estás furioso, no. Esa sonrisa será falsa, fea, fingida. No sonrías cuando estés furioso. Enciérrate en tu cuarto, coloca un espejo frente a ti y mira tu rostro lleno de rabia. No hay necesidad de mostrárselo a nadie. Es cosa tuya, es tu energía, tu vida y debes esperar el momento oportuno. Sigue mirándote al espejo, mira tu cara enrojecida, los ojos rojos, al asesino en ti. ¿Has pensado alguna vez que cada uno lleva un homicida en su interior? Tú también llevas uno. No creas que el asesino está en otra parte, ni creas que el que comete el asesinato es otro. No, todos tienen la posibilidad de asesinar. Llevas el instinto suicida en ti.

Mírate en el espejo; esos son tus diferentes estados, debes familiarizarte con ellos. Conocerse a uno mismo forma parte del crecimiento.

Desde Sócrates hasta nuestras días se ha oído: “Conócete a ti mismo”. Pero ésta es la manera de conocerse a uno mismo. “Conocerte a ti mismo”, no significa sentarse silenciosamente y repetir: “Soy Brahma, soy una alma, soy Dios, soy esto…” no tiene sentido. Conocerse a uno mismo quiere decir conocer todos los estados, todas las posibilidades: el asesino, el pecador, el criminal, el santo, lo sagrado dentro de ti, la virtud, el Dios, el Diablo. Conoce todos los estados, toda su gama; conociéndolos descubrirás secretos, llaves.

Verás que la ira no permanecerá para siempre, o ¿sí podrá? No lo has intentado; ¡Inténtalo! No puede permanecer para siempre. Si no haces nada, ¿qué sucederá? ¿Podría la ira quedar suspendida por siempre y para siempre? Nada permanece para siempre. La felicidad viene y se va, la infelicidad viene y se va. ¿Entiendes esta simple ley? Todo cambia, nada permanece. Así que, ¿por qué tener prisa? La rabia ha llegado. Se irá. Sólo espera, ten un poco de paciencia. Mira en el espejo y espera. Déjala correr, deja que tu rostro se vuelva feo y homicida, pero espera y observa.

No reprimas la rabia y no actúes bajo su influencia y pronto verás que tu rostro se suavizará, tus ojos se calmarán; la energía cambia, lo masculino se convierte en femenino… y pronto estarás radiante. La misma rojez que era rabia ahora ha adquirido un cierto resplandor, una belleza en tu rostro, en tus ojos. Ahora puedes salir, el momento de actuar ha llegado. Actúa cuando estés positivo. No fuerces a la positividad, deja que llegue a su tiempo. Este es el secreto. Cuando digo: “Aprende a transformar tus venenos en miel” , eso es lo que quiero decir.

Y tercero: comparte. Cuando tengas algo negativo, guárdalo para ti. Cuando tengas algo positivo, compártelo. La gente, comúnmente, comparte sus negatividades, no comparte sus experiencias positivas. La Humanidad es simplemente estúpida. Cuando están contentos no comparten, son avaros. Cuando se sienten infelices, son muy pródigos. Entonces están mucho más dispuestos a compartir. Cuando la gente sonríe, sonríe muy moderadamente, sin llegar muy lejos, pero cuando están furiosos, lo están totalmente. El tercer paso es compartir la positividad. Esto hará que tu amor fluya como un río y hará que surja de tu corazón. El dilema de tu corazón empezará a cambiar cuando compartas.

He oído un dicho muy extraño de Jorge Luis Borges. Escúchalo:

“Dale aquello que es sagrado a los perros.

Arroja las perlas a los puercos

porque lo que importa es dar”.

Has oído lo contrario que dice así: “No arrojes nada a los perros y no des perlas a los puercos, porque no entenderán”.

Lo que importa no es lo que estás dando: perlas, santidad y amor, ni a quién se lo estás dando. Eso no es importante. Lo importante es que estés dando. Da cuanto tengas. Gurdjieff solía decir: “Todo lo que acumulé, lo perdí y todo lo que di, es mío. Todo aquello que di aún lo tengo, y todo lo que acumulé se perdió, se fue.” Cierto; tienes sólo aquello que has compartido. El amor no es una propiedad para ser guardada; es un resplandor, es una fragancia para ser compartida. Cuanto más compartas, más tendrás; cuanto menos compartas, menos tendrás.

Cuanto más compartas, más surgirá de tu interior. Es infinito; más brotará. Saca agua del pozo y más agua fresca fluirá hacia él. Deja de sacar agua, cierra el pozo, sé un miserable y cesará de manar. Poco a poco las fuentes morirán, se bloquearán y el agua que está en el pozo se corromperá, se volverá rancia y sucia. El agua que corre es fresca… el amor que fluye es fresco.

Así que el tercer paso hacia el amor es compartir tus cosas positivas, compartir tu vida, compartir todo lo que tengas. Todo lo bello que tengas, no lo escondas.

Comparte tu sabiduría, comparte tu oración, tu amor, tu felicidad, tu gozo; comparte. Sí, si no encuentras a nadie, comparte con los perros, pero comparte. Con las rocas, pero comparte. Cuando tengas perlas, espárcelas. No te preocupes si las das a los puercos o a los santos. Lo que importa es dar.

El almacenamiento envenena el corazón. Toda acumulación es venenosa. Si compartes, tu sistema estará libre de venenos. Y cuando des, no te preocupes por si serás correspondido o no, no esperes ni tan siquiera las gracias. Siéntete agradecido a la persona que te permitió compartir algo con ella. No esperes en el fondo de tu corazón que él tenga que sentirse agradecido porque compartiste algo con él. No, siéntete agradecido porque él estuvo dispuesto a escucharte, a compartir un poco de energía contigo, porque estuvo dispuesto a escuchar tu canción, dispuesto a ver tu danza, porque cuando fuiste hacia él a darle no te rechazó… pudo haberlo hecho.

El compartir es una de las virtudes más espirituales, una de las más grandes.

Y la cuarta: no seas “alguien”. Una vez que comienzas a pensar que eres alguien, te estancas. Entonces el amor no fluye. El amor sólo fluye de alguien que no es nadie. El amor mora sólo en la nada.

Cuando estás vacío, hay amor.

Cuando estás lleno de ego, el amor desaparece.

El amor y el ego no pueden converger.

El amor puede existir con Dios y no con el ego, porque el amor y Dios son sinónimos. Es imposible que el amor y el ego estén juntos. Así que, sé la nada. El “no ser” es la fuente de todo, el “no ser” no ser es la fuente del infinito… “no ser” es Dios. Ser “la nada” significa nirvana.

Sé “la nada” y al serlo, habrás alcanzado el Todo. Siendo “algo” te perderás; al ser “la nada”, llegarás a casa.

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Vida, amor, risa

¿Como hallar la luz?

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 05/09/2004 1:43

¿Cómo hallar la Luz?

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El estar constantemente centrado

en la Iluminación interior

y en el infinito néctar interno

es el baño preparatorio para la adoración.

Por lo tanto, ¿cuál es la manera de entrar en ella y cómo mantenerse centrado? ¿Cómo alcanzarla? ¿Cómo hallar esa luz?

Dos o tres cosas. Una, siempre que afirmas que existe la luz, ¿qué quieres decir? Yo digo, «La habitación está iluminada» ¿Qué quiero decir con ello? Quiero decir que puedo ver. Nunca se ve la luz, sólo se ve lo iluminado. Puedes ver las paredes, no la luz; puedes verme a mí, no la luz. Se ve lo que se ilumina, nunca a la luz en sí misma, porque la luz es tan sutil que no se puede ver. No es un fenómeno evidente. Por eso inferimos que la luz existe. Es una inferencia, no un conocimiento del hecho. ¡Es sólo una deducción! Debido a que soy capaz de verte, deduzco, asumo, que existe la luz. ¿Cómo voy a verte sin luz?

¡Nadie ha visto la luz ! ¡Nadie! Y nadie la verá nunca. Pero empleamos las palabras «Veo luz» y con ello significamos que «Veo cosas que no podrían ser vistas sin luz». Cuando dices que hay oscuridad, que no hay luz, ¿qué quieres decir? Tan sólo que «Ahora no puedo ver las cosas». Cuando no puedes ver los objetos, deduces que no hay luz. Cuando puedes ver los objetos deduces que hay luz. De modo que la luz es una inferencia incluso en el mundo exterior, externo. Por esto, cuando uno tiene que entrar, cuando uno está listo para ir hacia adentro, ¿qué queremos decir con luz?

Si puedes percibirte a ti mismo, si puedes verte a ti mismo, eso significa que ahí hay luz. Es extraño pero nunca pensamos en ello. Toda la habitación está a oscuras, no puedes afirmar que haya algo en ella, pero si puedes afirmar una cosa: «Yo existo». ¿Por qué? Tampoco te ves a ti mismo. La habitación está totalmente a oscuras, nada se puede ver, pero sobre una cosa estás seguro y es de tu propio ser. No hay necesidad de pruebas, no hay necesidad de luz. Sabes que existes, sientes que existes. Ahí debe de haber una sutil claridad. Puede que no seamos conscientes de ella, podemos ser inconscientes o muy escasamente conscientes, pero está ahí.

De modo que dirige tu mirada hacia adentro. Cierra todos tus sentidos de modo que no exista una percepción de ninguna luz exterior. Penetra en la oscuridad, cierra tus ojos e intenta ahora entrar, ver en ella. En primer lugar puede que percibas sencilla-mente oscuridad; es debido a que no estás acostumbrado a ella. Sigue penetrando. Intenta mirar en la oscuridad en que estás metido. Penétrala y poco a poco irás percibiendo muchas cosas dentro. Una iluminación interior comienza a funcionar. Puede ser tenue al comienzo. Comenzarás a ver tus pensamientos porque los pensamientos son objetos interiores. ¡Son cosas! Comenzarás a tropezar con los muebles de tu mente.

Allí hay muchos muebles, muchas memorias, muchos deseos, muchas pasiones insatisfechas, muchas frustraciones, muchos pensamientos, muchos pensamientos-simiente, muchas cosas . Cuando empiezas a percibirlas, intenta primero penetrar la oscuridad. Entonces una lucecita comenzará a manifestarse y te volverás consciente de muchas cosas. Es como cuando entras repentinamente en una habitación a oscuras: no eres capaz de distinguir nada. Pero quédate ahí. Acomódate a la oscuridad, deja que tus ojos se acomoden a la oscuridad. Los ojos han de adaptarse, y eso lleva tiempo. Cuando vienes del exterior, de un jardín iluminado por el sol a tu habitación, tus ojos han de reajustarse a sí mismos. A tus ojos les llevará un poco de tiempo, pero se adaptarán.

Si uno emplea constantemente sus ojos para ver las cosas que tiene cerca, por ejemplo si uno lee sin cesar, se vuelve corto de vista porque un exceso de visión de cerca fija el mecanismo de los ojos. Por eso cuando quiere ver una estrella lejana, no puede verla porque el mecanismo se ha encasquillado. No es flexible. Lo mismo ocurre en el interior: debido a que hemos estado mirando al exterior continuamente, durante vidas, el mecanismo se ha quedado fijo y no podemos mirar hacia adentro.

Pero inténtalo, haz un esfuerzo, mira en la oscuridad. No tengas prisa, porque el mecanismo ha sido fijado durante muchas vidas. Los ojos han olvidado completamente el mirar hacia adentro. Nunca los has empleado para este propósito. Mira pues dentro de la oscuridad, observa la oscuridad y no te impacientes. Penetra la oscuridad, continúa penetrándola y al cabo de tres meses serás capaz de ver en su interior muchas cosas que nunca hubieras pensado que estuvieran allí. Y ahora, por primera vez, tomas consciencia de que los pensamientos son sólo objetos. Y cuando te vuelves consciente, puedes colocar un pensamiento donde tú quieras. Si quieres expulsarlo, puedes expulsarlo.

Pero ahora no eres capaz de expulsarlo. Ahora no eres capaz de eliminar ningún pensamiento porque no eres capaz de agarrarlo. Desconoces incluso que sea un objeto que puede ser cogido y puede ser expulsado. No sabes en dónde están localizados; no sabes de dónde vienen. Todo el mundo dice, «No quiero tener miedo; no quiero enojarme». Pero no pueden hacer nada por evitarlo porque desconocen de dónde proviene esa ira, cuál es su raíz, dónde tiene esa ira su reserva, dónde se acumula esa ira. Desconoces sus raíces.

Todo pensamiento es un objeto. Tiene una reserva acumulada. Por eso, cuando un pensamiento llega, es sólo como una hoja de un gran árbol. No puedes cortarla y tirarla pues otra hoja brotará. Las raíces están ahí; el árbol está ahí. Cuando te vuelvas consciente, incluso sólo un poquito, de que los pensamientos están ahí, de que los deseos están ahí – la ira, la pasión, la lujuria – de que todo está ahí, no empieces a combatirlo. Tan sólo obsérvalos, porque con el observar te volverás más consciente, y con el luchar nunca te volverás consciente. No luches, ¡observa! «Observar» es la palabra, el mantra. Observa sin descanso, y cuanto más observes, más empezarás a sentir que la luz está ahí. La luz está ahí, sólo que tus ojos han de adaptarse.

¡Observa! Con el observar, los ojos se acomodarán. Y cuando haya más luz y todo se vuelva claro, cuando no haya un rincón oscuro, te volverás el amo de tu mente. Podrás excluir lo que quieras, podrás reordenar como quieras. Y una vez te vuelvas el amo de tu mente, te volverás consciente de dónde es que proviene la luz, de dónde está su origen. El sol no está ahí, está afuera. No has ni tan siquiera encendido una vela, y todo se ha iluminado. ¿De dónde proviene esa luz? Primero te darás cuenta de las cosas que son iluminadas, luego te volverás el amo de los objetos de tu mente y luego empezarás a ser consciente de dónde proviene esa luz, de cuál es su fuente. Empezarás a ser consciente de una flor floreciendo. Luego empezarás a ser consciente de dónde proviene esa luz. Entonces podrás conocer el sol.

Tendrás que proceder únicamente de un modo indirecto, desde un objeto iluminado hacia la fuente de la luz. De nuevo la luz no es lo que se ve; de nuevo verás al sol. Empieza primero por percibir los contenidos de la mente. Luego, más y más, la mente se irá aclarando. Luego tomarás consciencia de dónde procede esa luz. Justo en el centro de la mente está su origen. ¡Entonces entra en el origen! Ahora podrás olvidarte de la mente, tú eres el amo. Podrás decir a la mente: «¡Detente!» y la mente se detendrá.

La consciencia es necesaria para ser el amo. Nunca intentes lo contrario: primero ser el amo y luego ser consciente. Nunca funciona, nunca puede funcionar así. Eso no es posible. Sé consciente, y el convertirte en el amo llegará. Te vuelves el amo. Entonces acude al origen, entra en el origen de dónde procede esa luz. ¡Ve! ¡Entra en la Iluminación! Esa entrada en la Iluminación es el «baño». Te has vuelto el amo de tu mente. Ahora puedes convertirte en el amo de la vida misma; ahora puedes convertirte en el amo de la consciencia misma. Y una vez bañado en esa Ilu-minación, en esa fuente de luz, serás capaz de contemplarte a ti mismo en tu eternidad. En este instante, todo el pasado y el futuro estarán ahí. Este instante es eterno. Eres tan puro que el tiempo en su totalidad se junta en ti. El pasado purificado crea un futuro purificado, y este momento se vuelve eterno.

Observa, sé consciente, observa en profundidad los conte-nidos de la mente. Entonces te harás consciente del origen; luego entra en el origen. Es pavoroso, porque todo lo que has conocido como ti mismo, morirá. Este baño es una muerte, una perso-nalidad, todo morirá, porque la personalidad, la identidad, el ego, todos están en el polvo, en el polvo acumulado alrededor de tu ser. Sólo el ser permanecerá sin nombre ni forma. Y este sutra dice que este es el baño preparatorio. Sólo ahora eres capaz de entrar, y sólo hasta aquí tienes que esforzarte. En el instante en que eres purificado, en el instante en el que has atravesado este baño, en el instante en que los karmas se han disuelto, no necesitas ya hacer ningún esfuerzo.

Desde ese punto, Dios se convierte un campo gravitacional. Has entrado ahora en el Campo de la Gracia. Es lo mismo que la gravitación en la Tierra, pero has de entrar en el campo. Para las naves espaciales tenemos que hacer un arreglo fundamental: deben desprenderse de la atracción de la Tierra, salirse del campo de gravedad. Trescientos veinte kilómetros alrededor de la Tierra, envolviéndola, está el campo. Si estás bajo la acción del campo serás traído de regreso. Si traspasas los trescientos veinte kilómetros, la Tierra deja de poder influenciarte.

Lo Divino no puede tirar de ti al menos que estés totalmente puro, a menos que te vuelvas luz. Entonces, con igual velocidad, entras en lo Divino. De modo que esta entrada en la luz es el último esfuerzo. Una vez has sido purificado comienzas a gravitar. No necesitas moverte, eres atraído. Esta gravedad se conoce como Gracia: la fuerza de gravedad de lo Divino es la Gracia. La Gracia no es realmente una ayuda, ¡no! Es sólo una ley. Dios no otorga la Gracia solamente a algunos, no es así. No es parcial. La Tierra no es gravitacional únicamente para algunos. En el instante en que entras en el campo, la ley empieza a hacer su trabajo.

No digas pues que Dios otorga la Gracia, no digas que Dios es generoso, no digas que tiene compasión. No es cierto. Dios significa «La Ley de la Gracia». La ley comienza a operar. Una vez entras en su campo, la ley comienza a operar. Una vez te conviertes tú mismo en la luz, la ley comienza a trabajar y tú comienzas a gravitar.

Dije que la luz es la base de la vida. Incluso la ciencia coincide en esta frase. La ciencia acaba en este punto, no hay más allá para la ciencia. La religión tiene un más allá porque la religión dice que incluso más allá de la luz se halla la Existencia.

Otra cosa: la luz existe, por eso la luz posee dos cualidades: que es luz y que es existencia. Aun la luz no es lo supremo, pues posee dos cualidades: luz y existencia. La religión dice que la existencia puede darse sin luz, pero que la luz no puede darse sin existencia. Así que hay un paso más: la religión dice, «Dios es pura Existencia». Por eso, para la gente realmente religiosa, esta palabra o esta frase de «Dios es», es una falacia porque «Dios» y «es» significan lo mismo.

Una mesa «es», pero decir «Dios es» no es correcto. El hombre «es» porque puede «no ser», así que el hombre y «ser» son dos cosas concatenadas. Pero pueden ser separadas. Pero «Dios es» no es correcto porque Dios quiere decir «ser». O sea, es tautológico, repetitivo. Decir «Dios es» es tan absurdo como decir «Es es» o «Dios Dios». «Dios es» significa lo mismo que «Dios Dios» o «Es es». No tienen sentido, son absurdas. El «ser» es Dios. Por eso la religión lo reduce aún más y dice que cuando entras en la luz, entras en el «Ser», en la Existencia, en Eso. De modo que la luz es el aura de Eso. Cuando entras en la luz, entras en el aura. Pero en el instante en que entres en el aura serás succionado sin dilación. ¡Sin dilación!

Y ahora otra cosa. Dije que la luz se mueve a la más alta velocidad posible: 300.000 km por segundo. ¡Cuánto avanza la luz en un sólo segundo, en un minuto, en una hora, en un año! La unidad con la que los físicos miden su movimiento es el año luz. Un año luz significa la distancia que recorre la luz en un año a esta velocidad. Todavía esto es un movimiento en el tiempo. Es muy rápido, pero aún así a la luz le toma tiempo el desplazarse. Como dije, la luz no requiere de medio alguno, no necesita ningún vehículo, no necesita energía prestada, pero aún así la luz requiere de tiempo. Así para la religión, la luz necesita de algo sin lo cual es incapaz de desplazarse. Por eso la luz aún depende del tiempo.

La religión dice que debemos ahondar aún más para encontrar algo que no requiera ni siquiera de esa dependencia del tiempo. Para nosotros eso no tiene sentido. ¿Cómo se va a mover la luz sin medio alguno? Pero la ciencia afirma que se mueve. Y es así. La religión dice, «No te alteres. ¿Cómo puede existir Dios sin tiempo?» El «es», y Dios se mueve sin tiempo; la consciencia se mueve sin tiempo.

La luz posee la velocidad más elevada según las mediciones de la ciencia, pero en cierto modo es la más alta debido a que no puede decirse que la Existencia posea una mayor velocidad. En realidad la Existencia se mueve sin depender del tiempo. No es cuestión de velocidad. No podemos decir cuanto se mueve en un segundo. El movimiento es absolutamente absoluto. No hay intervalo. Por eso cuando uno penetra en esta Iluminación, es succionado. Incluso la palabra «succionado» requiere de cierto tiempo para ser pronunciada, pero el mismo fenómeno de ser succionado es intemporal.

Cuando digo «succionado», conlleva un tiempo, se pierde un tiempo. Pero, en realidad, cuando alguien entra en la Iluminación, no se requiere ni ese tiempo. No hay un intervalo. Eres succio-nado y más allá de esa luz está Dios, el templo. Esta luz únicamente te baña, te purifica, como un fuego. Te purificas. Y en el instante en que eres purificado: la entrada, la explosión.

Con la luz te vuelves inmortal, pero todavía percibes. Percibes que has penetrado en la inmortalidad. Pero al entrar en Eso, en el «ser», no percibes ni tan siquiera la inmortalidad. La vida y la muerte carecen ahora de sentido, sólo existe el «ser». Tú «eres», sin condiciones. Esa condición de «ser» es lo Supremo para la religión.

La luz es el campo, la mente está alrededor del campo y nosotros estamos alrededor de la mente, vivimos fuera de la mente. Por eso uno ha de entrar en la mente, luego en la luz y luego en lo Divino. No obstante nos mantenemos vagando alrededor, fuera de la mente. Este estado de estar siempre fuera de casa se ha vuelto un hábito fijo. Nos hemos olvidado de que vivimos en la terraza. Es cómodo, la terraza es un sitio cómodo para estar afuera. Por eso es por lo que nos hemos quedado ahí: es cómodo. Podemos desplazarnos por el exterior siempre y, puesto que nuestros deseos y nuestra mente están siempre en el exterior, vivimos en la terraza. De modo que en cualquier momento, a cualquier oportunidad de irnos, nos vamos. Hemos olvidado el que hay un hogar y que este salir afuera es convertirse en un mendigo. Entrar en la casa significa que has de girar la vista ciento ochenta grados y que has de utilizar tus ojos de una nueva manera, y que tendrás que atravesar una noche oscura. Tan sólo debido a un hábito fijo.

Los místicos cristianos han hablado mucho sobre «la noche oscura del alma». Esta es la noche oscura, debido a que nuestros ojos están fijos. Como dije, uno se vuelve miope, otro se vuelve hipermétrope. Y si continúa mirando a lo lejos, se vuelve incapaz de ver de cerca. Y si continúa mirando cerca, se vuelve incapaz de ver a lo lejos. Los ojos se vuelven fijos. Se vuelven mecánicos, pierden flexibilidad. Así como unos se han vuelto mío-pes y otros hipermétro-pes, nos hemos vuelto «externo-pes». Hemos de desarrollar la «interiorización» (*).

Puede que conozcas la palabra «interiorizar», pero puede que nunca hayas oído la palabra «externo-pe». Sabes que es «interio-rizar», pero carece de sentido a menos que entiendas que significa «externo-pe». Nos hemos vuelto «externo-pes», fijos en lo externo; hemos de desarrollar el «interno-pe», la interiorización. Siempre que tengas tiempo, cierra tus ojos, cierra tu mente al exterior y trata de penetrar en ella. Al comienzo te hallarás en una noche oscura. No habrá nada más que oscuridad. No seas impaciente. Espera y observa y poco a poco la oscuridad se irá disipando y serás capaz de percibir muchos fenómenos internos. Y únicamente cuando te vuelvas consciente del mundo interno, sólo entonces podrás darte cuenta dónde está el origen de donde procede esta luz. Entonces entra en el origen. A esto los Upanishads le llaman «el baño».

¡Cuán estúpida es la mente humana! Lo ritualizamos todo y se pierde el significado. Sólo permanecen entonces los estúpidos rituales. Así nos bañamos antes de acudir al templo. Y no hay ni templo ni baño. El templo está adentro y el baño también. Y este baño, dicen los Upanishads, es el baño en la Iluminación interna.

La luz es en realidad el puente entre lo Divino y el mundo. Lo Divino crea al mundo al crear la luz. La luz es la primera creación, y luego la luz se condensa y sobreviene la materia; luego la luz crece; digo que la luz crece, y luego aparece la vida; entonces la vida crece y aparece el amor.

Luz, vida, amor, esas son las tres capas. No te quedes en la segunda. O retrocede a las raíces o asciende hasta la semilla otra vez, a las flores. Desciende hasta la luz o asciende hasta las flores. Y hay dos caminos. Uno es el camino del conocimiento. «Conoci-

miento» significa descender hasta la luz. Con «Gyana Yoga» el verdadero secreto que se oculta es éste: descender hasta la luz. Y luego está el «Bakti Yoga», el camino de la devoción, que significa

ascender hasta el amor.

* N. del T.- Juego de palabras en inglés entre: short-sight=mirar de cerca =miope; far-sight = mirar de lejos = hipermétrope; out sight = mirar hacia afuera, sin equivalente en castellano; e insight= mirar hacia adentro = interiorizar.

Un Buda desciende, una Meera asciende. Un Mahavira baja, un Chaitanya sube. Hablan lenguajes muy contradictorios. Ha de ser así porque uno habla de ir hacia las raíces, hasta la fuente, y el otro habla de ir hacia las flores, hacia el final, hacia el clímax, hasta la cima. Por una parte están Buda, Mahavira, Patanjali; su lenguaje es árido. Tiene que ser así porque están regresando al origen. No hay poesía, no puede haberla porque no se están dirigiendo hacia las flores. Hablan de un modo científico. Un Patanjali habla como un científico: de leyes. Un Buda siempre dice, «Haz esto, y esto sucederá. Al hacer esto, sucede esto otro. Esta es la causa y éste es el efecto».

Hablan en términos muy científicos, hablan en términos de matemáticas, muy áridos. Hablan en prosa, nunca hablan en poesía. No pueden, ¿cómo va ha hablar en poesía un científico? Está escarbando en la fuente. No se preocupa en absoluto de las flores. Está escarbando en profundidad en busca de las raíces. ¿Cómo va a hablar poéticamente? Chaitanya, Meera, hablan un lenguaje distinto. Bailan, cantan porque están ascendiendo hasta las flores. Y la floración no puede suceder sin bailar y cantar, sin celebrar la vida misma. Por eso es por lo que Buda y Mahavira aparecen como anti-vida, porque van hacia las raíces. Y Chaitanya y Meera aparecen como muy afirmativos. Aman la vida porque ascienden.

Ambos caminos alcanzan la misma meta. El tomar uno u otro depende de ti. Si tienes una mente muy científica, matemática, sin poesía es mejor que sigas el que desciende hasta la luz. Si posees una mente orientada a la prosa, entonces baja. Pero si tienes una actitud estética, poética, si eres capaz de bailar y cantar y celebrar, no te dirijas entonces hacia las raíces. Dirígete hacia las flores. Llegarás a lo mismo, porque una vez llegues a las flores alcanzarás la semilla. La flor es de nuevo la futura semilla.

Si bajas a las raíces, te desplazas. Desde la vida, te desplazas. La vida es sólo un puente. Es una fonda, no una meta. Ve a una u otra orilla, pero la vida no ha de ser estática. Debe ser un movimiento más allá de sí misma. A una orilla o a otra, esto o eso.

Básicamente éstas son las dos dimensiones del movimiento. ¡Escoge una! El quid no es cuál es la mejor. Depende de ti, de la que sea mejor para ti. Las dos son iguales. Pero para ti no pueden ser equivalentes. Para ti, una debe de ser preferencial. Depende de ti. Explora cuál es la tuya.

La que denomino poética es ilógica, sensitiva, de la clase emocional que es capaz de amar totalmente, profundamente. La del conocimiento no es emocional, no es del tipo sensitivo. Es lógica hasta la médula. Así algunas personas son lógicas, intelec-tuales, orientadas hacia el conocimiento. Siente la diferencia. Si eres del tipo cognitivo, tu elección es el conocimiento. Si eres del tipo emocional, orientado al corazón, tu búsqueda no es en pos del saber, tu búsqueda es en pos del sentir, del ser. Y ambos son distintos en su comienzo. Al final son lo mismo, pero al comienzo son diferentes. Si acudes a Meera y le dices que éste es el camino para conocer la Verdad, Meera te dirá. «¿Y qué voy a conseguir con conocer la Verdad? ¿Qué ganaré con ello? Quiero amar la Verdad».

Pero, ¿cómo amar la Verdad? Por eso es porque los baktas nunca hablan de la Verdad. Hablan del Amado, hablan del Amigo. ¡Hablan en términos del sentimiento! El decir «Dios es la Verdad» les parece algo matemático. Vinoba dice que Dios debe de ser un matemático. No es que Dios lo sea, sino que la mente de Vinoba es matemática. Su propio amor hacia las matemáticas convierte Dios en un matemático. Para un Pitágoras, Dios es un matemático. Depende de ti. Si sientes a Dios como a un amado, como un amigo, como un amante, si no puedes imaginarte a Dios como la Verdad, entonces asciende, sube en vertical hacia el florecimiento. Así tu meditación será más creativa. Crea poesía, crea pintura, crea danza, crea cantos, y mediante todos ellos alcanzarás la Iluminación.

Pero si tu inclinación es hacia el conocimiento, el llamar a Dios el Amado es un absurdo. ¡Que quieres decir con ello? ¿Cómo va a ser la Verdad un amante? Llamar a Dios, padre, es un sinsentido. ¡Cómo va a ser Dios un padre? Debe ser la Verdad. Por eso si tu clase pertenece a la cognoscitiva, muévete en vertical: desciende. Sumérgete en las profundidades, no en las alturas. Ve hacia las raíces, hacia la fuente. Cuando alcances tu conocimiento y cuando un bakta alcance lo que siente, llegaréis al mismo centro. Pero un bakta asciende y un gyani desciende.

Este sutra es para aquellos cuya búsqueda es en pos del conocimiento porque los Upanishads pertenecen a la clase que busca el conocimiento. No son para devotos. Pero menciono esto únicamente para que te des cuenta pues, de que a veces, algo puede que te atraiga en gran medida pero puede que no pertenezca a tu tipo. No te dejes engañar. La atracción no significa nada. La atracción no significa nada a menos que se de una sintonía interior. Puede que te sientas atraído, pero no funcionará. Debes de empezar a percibir que «Esta es mi inclinación; así es como soy». Entonces no escuches a nadie. Nos creamos mucha confusión unos a otros porque nadie sabe de lo que está hablando.

Si eres una persona inclinada hacia el corazón, no escuches al intelecto, no escuches los argumentos, no discutas. Di tan sólo, «Soy una persona que se inclina hacia el corazón. No me importan para nada las explicaciones». No escuches los razonamientos porque te confundirán. Y puede que a veces te sientas atraído porque el opuesto tiene una atracción sexual. Sucede que una persona emocional puede ser influenciada en gran medida por una intelectual, pues carece de esa dimensión, y uno comienza a percibir que aquello de lo que carece es importante. Y tú no podrás convencer a un intelectual, pero él si te convencerá a ti. No puedes argumentar por ti mismo, pero el sí puede por él mismo. Por eso tu ego se siente herido y empiezas a imitar. Dejas de lado tu tipo y puede que, durante muchas vidas, no seas capaz de reencontrarlo porque cuando un proceso comienza es muy difícil el volver atrás.

Y nunca confundas a nadie. Si percibes que alguien es del tipo emocional, no discutas con él aunque esto no te satisfaga. No discutas, no argumentes, no digas nada. Déjalo que se sumerja en sí mismo.

Somos tan violentos que nadie permite a nadie que perma-nezca consigo mismo. Todo el mundo anda en busca del otro, todo el mundo trata de convertir al otro a su propio modo de ser sin saber que puede estar destruyendo una gran posibilidad. Insiste en ser tú mismo. No hay ninguna arrogancia en ello. Es una sencilla ley el decir, «déjame que sea yo mismo». Pero cuando empiezas a hablar utilizando los términos del otro, antes o des-pués terminarás por ser succionado por ellos. Por eso si eres del tipo emocional di directamente, «No me importan para nada la lógica u otro tipo de argumentaciones». No discutas, no emplees los mismos términos o el mismo lenguaje. Tan sólo di, «Soy irracional. Tengo fe sin tener una sola prueba, pero la fe me funciona y no necesito más».

Algo fatal le ha sucedido a la mente humana y es que los intelectuales se han declarado a sí mismos como la única clase posible. Han obligado a todo el mundo a aceptar el punto de vista de que son el único tipo correcto y que todos los demás están errados. La educación les pertenece, las escuelas les pertenecen, las universidades les pertenecen. Crean literatura, crean razonamientos, crean pruebas, contra-pruebas, crean filosofías. Se han vuelto excesivamente dominantes y el tipo emocional se está sintiendo inferior: siente que está de más. En realidad, no hay educación emocional, sólo educación intelectual. Esta no conoce el lenguaje de la emoción, no conoce los argumentos de la emoción, no conoce la lógica del corazón. No conoce nada y por tanto se siente culpable. Si tiene fe, si se desarrolla en amor hacia lo Divino, se siente culpable, siente que está equivocada. Nunca te sientas así. Percibe siempre tu propio pulso, lo que eres, lo que es tu naturaleza; y luego decide. O más bien, deja que tu naturaleza decida.

Esos son pues los dos caminos: o bien ser bañado en la luz interior o ser bañado en el amor interno. Y entonces estarás en el umbral, en los límites dónde la gracia empieza a ejercer su acción. Entra, y halla la fuente, o sal, y descubre al amado.

Recuerda esto también: si has de encontrar la fuente, entra. Si has de encontrar al amado, sal. Para buscar las cosas, has de salir; para buscar al amado, también has de salir. La actitud es distinta, pero el movimiento es el mismo. Encontrar al amado quiere decir descubrir Eso en todo lo que te encuentras. Sal y sigue indagando y llegará un momento en que nada queda excepto tu amado. Entonces eres bañado en amor, y éste será el resultado.

O, entra. Si te desplazas hacia adentro puedes descartar hasta la palabra Dios. En los viejos textos de yoga, no se menciona a Dios en absoluto. E incluso en los textos más modernos, se menciona a Dios sólo como medio. Para alcanzar Eso, Dios es mencionado como medio. Y puedes descartarlo; es prescindible.

Por eso un Buda puede culminar sin ningún concepto de Dios, un Mahavira puede llegar sin ningún concepto de Dios, pero una Meera no puede llegar sin concepto de Dios. Un Chaitanya no puede llegar, porque Dios no es algo prescindible si tu camino es el del amor, porque entonces ¿dónde encontrarás al amado?

Pero, ¡muévete! No permanezcas estático en la vida. ¡Ve hacia la luz o hacia el amor!

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La Alquimia suprema vol1

proposito divino

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 10/11/2004 17:57

“Tú eres Dios”. La única estructura que necesitas
es la que está adentro de ti, está toda allí para que
tú vayas descubriéndola. En otra època hubo un plan
diferente y en él la regla de la existencia se basaba
en el temor y en un eventual castigo. Hoy es reemplazada
por el despertar de tu auto-responsabilidad. Vas a
vivir en el gozo que deviene del ejercicio de la
responsabilidad; el cual expande tu sabiduría y que crea
en ti la moral desde adentro. El reemplazo del temor al
castigo por el gozo de crear el propósito Divino es la fuerza
que dará sentido a tus pasos en el planeta y harás de la
tuya una existencia llena de gozo y auto estima.
Honra al Dios dentro de ti y proclama que la misma esencia
de Dios está disponible allí para todos. Desde ahora no
existen más los “debo” y “no debo” ya que toda la fuerza
espiritual está adentro dándote a ti, y a cada humano,
el potencial de un sacerdote.

Buscate un amante

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 10/11/2004 18:13

Búscate un amante

“Muchas personas tienen un amante y otras quisieran tenerlo. Y también están las que no lo tienen, o las que lo tenían y lo perdieron. Y son generalmente estas dos últimas, las que vienen a mi consultorio para decirme que están tristes o que tienen distintos síntomas como insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o los más diversos dolores.

Me cuentan que sus vidas transcurren de manera monótona y sin expectativas, que trabajan únicamente para subsistir y que no saben en qué ocupar su tiempo libre. En fin, palabras más, palabras menos, están verdaderamente desesperanzadas.

Antes de contarme esto, ya habían visitado otros consultorios en los que recibieron la condolencia de un diagnóstico seguro: “depresión”, y la infaltable receta del antidepresivo de turno. Entonces, después que las escucho atentamente les digo que no necesitan un antidepresivo, que lo que realmente necesitan es UN AMANTE.

Es increíble ver la expresión de sus ojos cuando reciben mi veredicto. Están las que piensan: ¿Cómo es posible que un profesional recomiende alegremente una sugerencia tan poco científica? Y también están las que escandalizadas, se despiden y no vuelven jamás.

A las que deciden quedarse y no salen espantadas por el consejo, les doy la siguiente definición: Amante es: “Lo que nos apasiona”. Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y es también, quien a veces no nos deja dormir.

Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido. A veces nuestro amante lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en alguien que no es nuestra pareja. También solemos hallarlo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en la política, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el placer de un hobby. En fin, es “alguien” o “algo” que nos pone de “novios con la vida” y nos aparta del triste destino de durar.

¿Y qué es durar? Durar es tener miedo a vivir. Es dedicarse a espiar cómo viven los demás, es tomarse la presión, deambular en consultorios médicos, tomar remedios multicolores, alejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia. Durar es postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizás podamos hacerlo mañana.

Por favor no te empeñes en durar, búscate un amante y sé tú también un amante y un protagonista de la vida. Piensa que lo trágico no es morir; al fin y al cabo la muerte tiene buena memoria y no se olvidó nunca de nadie. Lo trágico, es no animarse a vivir mientras tanto. Sin dudar, búscate un amante, porque para estar contento, activo y sentirse feliz, hay que estar de novio con la vida.”

El anterior texto pertenece al médico argentino Jorge Bucay, especialista en enfermedades mentales y psicoterapeuta gestáltico.

Si

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 13/11/2004 17:45


Si puedes conservar tu cabeza,
cuando a tu alrededor todos la pierden
y te cubren de reproches,
Si puedes tener fe en ti mismo
cuando duden de ti los demás,
y comprender su duda,
si puedes esperar y esperar,
y no sentirte cansado con la espera.

Si puedes siendo blanco de falsedades,
no caer en las mentiras,
y si eres odiada, no devolver el odio,
sin que te creas por eso,
ni demasiado bueno ni demasiado cuerdo.

Si puedes soñar sin que los sueños
imperiosamente ,te dominen,
si puedes esperar,
sin que los pensamientos sean tu unico objetivo.

Si puedes encararte con el triunfo y con el desastre
y tratar de la misma manera
a esos dos impostores,
si puedes aguantar que a la verdad por ti expuesta
la veas retorcida por los picaros
para convertirla en lazo de los tontos
o contemplar que las cosas a que diste tu vida
se han deshecho,
y agacharte y construirlas de nuevo,
aunque sea con gastados instrumentos.

Si eres capaz de juntar,en un solo haz,
todos tus triunfos y tus ganancias
y arriesgarlos a cara o cruz,en una sola vuelta
y si perdieras,empezar otra vez
como cuando empezaste,
y nunca más exhalar una palabra
sobre la perdida sufrida.
Si puedes obligar a tu corazón,
a tus fibras y a tus nervios
a que te obedezcan aun despues de haber desfallecido,
y que así se mantengan,
hasta que en ti no haya otra cosa
que la voluntad gritando: persiste.
Si puedes hablar con multitudes
y conservar tu virtud,
o alternar con reyes y no perder tus comunes rasgos,
si nadie,ni enemigos ni amantes amigos
pueden causarte daño.
Si todos pueden contar contigo,
si eres capaz de llenar el eterno minuto
con el valor de los sesenta segundos que lo componen
tuya será la tierra, y cuanto ella contenga
Si eres capaz de todo eso,
entonces serás lo que más vale.
Serás PERSONA.

Rudyard Kipling

El Libro naranja (Osho)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 03/01/2005 7:27
LIBRO NARANJA

OSHO

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MA GYAN DARSHANA

Todas las mañanas, a las 7,
Ma Amrit Saravasti,
discípula de Osho
Y antes su madre,
reverencia a su Maestro
con un largo Namasté
y se sienta en silencio.

Dedicamos esta publicación
a “ese momento”

…una flor de eternidad…

INDICE

INTRODUCCIÓN

EL ÚNICO CAMINO

AMANECER: RISA, MOVIMIENTO Y CATARSIS

MAÑANA: CELEBRACIÓN, TRABAJO Y JUEGO

TÉCNICAS PARA LA VIDA COTIDIANA

EN LA TARDE: SENTARSE, MIRAR Y ESCUCHAR

ATARDECER: SACUDIRSE, BAILAR Y CANTAR

NOCHE: FANTASÍA, ORACIÓN Y AMOR

ACERCA DE OSHO

GLOSARIO

PROLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN

Estoy sentada bajo un árbol…en el bosque Zen del Maestro.
Aquí y ahora, siento que mis relaciones son bellas y santas,
es uno de estos momentos transparentes en que el universo
y yo somos amigos.
Me siento bendecida por el Altísimo. Todo es liviano y
delicado… una claridad tornándose mi alma. Estoy en
la Gloria.
En este momento puro “veo” el Sueño de Osho desple-
gándose. Personas de todas partes del Mundo, de to-
das las edades y diferentes condiciones, cobijadas en sus
búsquedas en el Sueño del Maestro: este maravilloso
campo búdico, que nos contiene y autoriza a la sagra-
da responsabilidad de participar en el plan divino.
Y todos nosotros aquí…sin atajos ni tácticas, cada
Uno atravesando el camino que lo lleva al reencuentro
Con su rostro original de alegría y libertad.
Recuerdo a René Char y su poesía: “Somos parecidos
a esos sapos que en la austera noche de los pantanos,
se llaman sin verse, doblegando con su grito de
Amor toda la fatalidad del Universo”.
Este llamado del Maestro donde todos resonamos y
somos absorbidos por su éxtasis…espejos de la luz.
Ese grito de Amor de Osho que nos reúne para neu-
tralizar esta “construcción del mundo” cada vez más
fatal…
Sigo en el bosque Zen, pasa Ma Gramya+, se sienta
junto a mí y pasamos rato mirando a dúo la ge-
nerosidad de una hermosa florcita que está justo
frente a nosotras, abriéndose. Tres presencias, el co-
razón que se derrite y una pregunta necesaria e in-
contestable:
-¿Cómo puedo agradecerle al Maestro todo lo que
recibo?
Gramya me mira… y por nuestros ojos “algo” se junta
Y comienza a brillar.
-¿Cómo puedo agradecerle al Maestro todo lo que
recibo?
-Iluminándote-me contesta.
Nuestros brazos se abren…los cuerpos son dos co-
pas…Nos reímos brindando con alegría y así abraza-
das, recorremos el jardín del Maestro…

…Vuelvo a Buenos Aires y me digo: Bueno, mientras
tanto…hagamos la segunda edición del Libro Naranja
que, frente al estupor de los representantes del ne-
gocio del libro, se ha agotado en tiempo récord…y
con Ma Deva Kishori* Juntamos nuestras manos y
nos ponemos a trabajar.

MA PREM NALINI ° (GRACIELA COHEN)

+Mujer inocente
*Mujer de Divina Juventud
°Mujer de Amor de Loto

PROLOGO

Falta muy poco para entrar en el próximo milenio… desde hace más de treinta años algunas conciencias están impregnadas de una proyección esperanzada de ese nuevo horizonte.
Indudablemente, el corazón de las personas que anhelan florecer está habitado por el sueño de un mundo más humano y civilizado.
Los que tenemos la dicha de seguir creciendo en compañía de Osho…de su inteligencia y amor, sabemos que su trabajo es una pieza insustituible en la creación de ese horizonte posible.
Hay sueños que no dejan huella en nuestra alma; son los sueños que nos compensan de tanta vida no vivida.
Hay otros sueños que atraviesas la barrera de lo personal y nos comunican con el alma de la especie…y hay seres excepcionales que viven para realizar estos sueños.
La calidad del trabajo de Osho se mueve en ese espacio, juntando como un hilo subterráneo el alma peregrina de los hombres y mujeres que buscan ese amanecer.
Al no pertenecer a la legalidad de un sistema temporal, su visión es una invitación a habitar un estado de ser que sigue las huellas de un despliegue eterno.
Palabras como: inocencia, responsabilidad, intensidad, amor o libertad salen de su letargo vivencial y recobran luminosidad.
El nos provoca con su palabra silenciosa y sus meditaciones…transforma, como el amor o la lluvia, todo lo que toca.
Con su guía, mi tarea como terapeuta ha ganado hondura y coraje, fortaleciendo un sentimiento de hermandad con mis seres queridos he ganado en valentía para entregarme a las permanentes despedidas y reencuentros que hilvanan la relaciones… enraizándome en un sentimiento de aceptación.
En relación a mí misma he crecido en autocompasión y en contacto con la existencia en dicha y en una espontaneidad celebrativa.
Como ciudadana planetaria, mi corazón está marcado por el impacto de haber testimoninado la presencia de Su trabajo en buscadores de todo el mundo.
Desde la cordillera de los Andes hasta la ciudad santa de Vrindavan en Mathura, desde Honolulu hasta Amsterdam. Sus enseñanzas y visión, están acompañando y potenciando a través de sus discípulos el trabajo de todos los Maestros que he encontrado, cuyas enseñanzas están vivas. Osho es el más grande jardinero de almas de este tiempo.
Hay un solo romance que no sabe de lejanía ni de separación, y es el que se produce cuando se llega al encuentro con un Amado del Alma, de esta calidad es mi conexión con Él.
Por todo esto, reeditar este libro ha sido por puro amor y agradecimiento.
Los trucos meditativos aquí publicados están extraídos de sus indicaciones como respuestas a preguntas realizadas en India durante la década del ’70 en campos meditativos, con participación de hindúes, europeos y americanos. No son dogmas ni se basan en verdades generales, se ofrecen como flores nuevas para que experimentes su particular perfume en tu original existencia. Son producto de una íntima conexión basada en el amor, la libertad y el humor con la intencionalidad de liberar tu esplendor.
La primera edición del Libro Naranja fue en inglés en 1981. En este nuevo trabajo cambiamos algunas cosas de lugar y expresamos en una puntuación libre nuestra particular comprensión de Osho y su comunicación no verbal.
Hemos actualizado su biografía bajo la influencia de otras versiones, básicamente de discípulos japoneses, norteamericanos y alemanes.
Todos los que trabajamos en esta reedición nos hemos sentido reunidos por la dicha y el crecimiento, ése ha sido nuestro pago y ése es nuestro privilegio.
El trabajo de Osho es para todos aquellos que han participado de muchos banquetes y esto les da coraje para seguir reconociendo su hambre…hambre alimentado por la incansable sospecha de que sólo “somos esplendor aprisionado”.

MA PREM NALINI (GRACIELA COHEN)

EL ÚNICO CAMINO

Es imposible encontrar un hombre que no tenga un sueño de utopía…de un mundo que sea mejor…más humano…más hermoso…más amoroso; un mundo sin conflictos, guerras, discriminaciones…un mundo sensible…compasivo…comprensivo.
Todo ser humano lleva el sueño en un rincón de su conciencia. Y esto no es un fenómeno nuevo.
Desde el principio el sueño ha estado presente en la humanidad, y se han fallado, no por una dificultad intrínseca sino por el vasto mundo que te rodea. Tus sueños no están en sintonía con los intereses creados del mundo, y estos son muy poderosos…inmensamente poderosos.
El soñador es muy delicado…muy frágil, igual que su sueño….
Es mejor continuar soñando con una humanidad mejor que instalarse en la tristeza y el pesimismo…
Tenemos que hacer todos los esfuerzos para cambiar el significado de la palabra utopía.
El significado de la palabra utopía es aquello que nunca sucede, y estamos decididos a cambiar su significado. Estamos comprometidos con la idea de que la utopía es aquello que puede suceder.
Debe cambiar totalmente la antigua definición.
La utopía es el verdadero corazón de los seres humanos.
Un hombre que no sueñe con un mundo mejor no es un hombre, es un desierto…
No estamos interesados en ir al paraíso; estamos interesados en hacer que el paraíso venga acá.
Todo depende de nuestro amor…de nuestro silencio…de nuestra paz…de nuestra meditación y de estar despiertos y alertas para no caer en la trampa de los intereses creados.
No estoy a favor de postergarlo, ni siquiera para mañana…
Lo que se pueda hacer, hay que hacerlo ahora.

No traiciones la tierra…no traiciones el presente.
No traiciones tu sueño…tu sueño es tu alma…
Sé claro en tu visión…sé consciente en tus esfuerzos.
El sueño está teniendo raíces y espero que pronto veamos las flores: no están lejos.

NO HAY ATAJOS

Hay algo que debe recordarse respecto a la meditación: es un camino largo y no hay atajos.
Es un viaje largo, porque el cambio es muy profundo y se le alcanza después de muchas vidas, muchas vidas de hábitos rutinarios…pensando…deseando…
Y la estructura de la mente: debes tirarla mediante la meditación. De hecho es casi imposible, pero sucede. Un hombre convirtiéndose en un meditador: es la responsabilidad más grande del mundo, no es fácil.
Esto no puede ser algo instantáneo.
De manera que desde el principio no comiences a esperar demasiado, y nunca te sentirás frustrado. Siempre estarás contento, por las cosas crecerán muy despacio.
La meditación no es una flor de estación que aparece en un plazo de seis semanas.
Es un árbol muy, muy grande…necesita tiempo para extender sus raíces.
Cuando la meditación florece, simplemente no hay nadie que tome nota de esto, nadie que reconozca este estado, nadie que diga: “Sí, esto ha ocurrido”. Apenas dices: “Sí, esto ha ocurrido”, ya se ha perdido.
Cuando la meditación está realmente ahí…un silencio te invade…sin ningún sonido…una gracia palpita…
Hay armonía. Pero no hay nadie para tomar nota de esto.

OBSERVA LOS OJOS DE LOS NIÑOS

Meditación es un estado de no-mente. Meditación es un estado de conciencia pura, sin contenido.
Por lo regular, tu conciencia está demasiado llena de basura, igual que un espejo cubierto de polvo.
La mente es un tráfico constante: los pensamientos se están moviendo…los deseos se mueven…los recuerdos se mueven…las ambiciones de mueven. ¡Es un tráfico constante…! Día tras día.
Aun cuando duermes sigue inmersa en los pensamientos, aún sigue inmersa en preocupaciones y ansiedades.
Se está preparado para el día siguiente: está ocurriendo una preparación subterránea.
Este es el estado de no-meditación.
Justo lo opuesto de lo que es la meditación: cuando no hay tráfico y el pensamiento se ha detenido…los pensamientos no se mueven…los deseos no se agitan y te encuentras en completo silencio.
Ese silencio es meditación. Y es en ese silencio que la verdad es conocida…nunca de otra manera.
La meditación es un estado de no-mente…no puedes encontrar la meditación a través de la mente, porque la mente se va a perpetuar a sí misma.
Sólo te será posible encontrar la meditación si colocas la mente a un lado…permaneciendo sereno…indiferente, sin identificarte con la mente; viendo la mente pasar, pero no identificándote con ella, no pensando que “Yo soy ella”.
Meditación es la conciencia de que: “Yo no soy la mente”.
Cuando esta conciencia entra más y más profundo en ti…lentamente, aparecen unos pocos momentos…momentos de silencio…momentos de espacio puro…momentos de transparencia…momentos en los que nada se agita en ti y todo está quieto…en estos momentos de quietud sabrás quién eres…y conocerás el misterio de esta existencia.
Llega un día ¡un día de grandes bendiciones! En el que la meditación se convierte en tu estado natural.
La mente es algo antinatural; nunca se transforma en tu estado natural. Pero la meditación es un estado natural, que has perdido. Es un paraíso perdido, pero el paraíso puede ser recuperado.
Observa los ojos de los niños…mira y encontrarás tremendo silencio e inocencia…
Cada niño viene en estado meditativo, pero debe ser entrenado en la forma de funcionar de la sociedad. Debe aprender cómo pensar, cómo calcular, cómo razonar, cómo discutir; debe aprender palabras, lenguaje, conceptos…y lenta…lentamente, pierde contacto con su propia inocencia.
La sociedad lo contamina, lo corrompe…se transforma en un mecanismo eficiente; deja de ser un hombre.
Todo lo que necesita es recuperar ese espacio una vez más.
Lo has conocido antes; así que cuando conozcas la meditación por primera vez te sorprenderás, pues surgirá en ti una clara sensación de haberla conocido antes. Y esa sensación es real: la has conocido antes…la has olvidado.
El diamante está perdido entre montones de basura…pero si puedes removerla, encontrarás el diamante nuevamente: es tuyo. En realidad, no se puede perder, sólo puede ser olvidado.
Nosotros nacemos como meditadores, y después aprendemos las formas de obrar de la mente…pero nuestra naturaleza real permanece escondida en algún lugar, en lo profundo como una corriente subterránea.
Cualquier día, una pequeña excavación y vas a encontrar la fuente fluyendo…la fuente de aguas frescas. ¡Y la alegría más grande en la vida es encontrarla!

El libro naranja (Osho 2 parte)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 03/01/2005 7:34

COMIENZAN A HACER VIPASSANA

En Vipassana, puede suceder alguna vez que uno se sienta muy sensual, dado que estás tan silente y la energía no es disipada.
Comúnmente se disipa mucho la energía, y tú estás exhausto.
Cuando sólo te sientas, sin hacer nada, te conviertes en un estanque silente de energía. Y el estanque crece más y más y más. Casi llega a un punto en que se está desbordando… y entonces te sientes muy sensual.
Sientes una nueva sensibilidad… sensualidad… aun sexualidad… como si todos los sentidos se hubiesen refrescado… rejuvenecido… vitalizado; como si el polvo que tenías encima se hubiese caído y te hubieras dado un baño, y estuvieses siendo lavado por una ducha. Eso sucede.
De ahí que la gente, especialmente los monjes Budistas que han estado haciendo Vipassana durante siglos, no comen mucho. No lo necesitan.
Comen una vez, y es una comida muy escasa, muy frugal, a lo más lo puedes llamar un desayuno… y una ve al día. No duermen mucho, pero están llenos de energía. Y no son escapistas, trabajan duro. No es que no estén trabajando. Cortarán madera y trabajarán en el jardín, en el campo, en la finca; trabajarán todo el día.
Pero algo les ha sucedido, y ahora su energía no está siendo disipada.
Y la postura que asumen al sentarse conserva muchísimo la energía.
La posición de loto en la que los budistas se sientan es tal que todas las extremidades del cuerpo están unidas: pie sobre pie, mano sobre mano.
Estos son los puntos desde donde la energía se mueve y fluye hacia fuera.
Para que la energía fluya hacia fuera, se necesita algo puntiagudo. De allí que el órgano sexual masculino sea puntiagudo, porque debe despedir mucha energía. Es casi una válvula de seguridad.
Cuando tienes demasiada energía adentro y no puedes hacer nada, la liberas sexualmente.
En el acto sexual, una mujer nunca libera ninguna energía. Así, una mujer puede hacer el amor con muchas personas en una noche, pero no así un hombre. Una mujer puede inclusive conservar energía si sabe cómo hacerlo; incluso puede obtener energía de ese modo.
Tu cabeza no libera energía alguna hacia fuera. La naturaleza le ha dado una forma redonda. Así, el cerebro nunca pierde energía alguna, la conserva.
Porque eso es lo más importante: es el control central de tu cuerpo. Tiene que ser protegido, y el cráneo redondo lo protege.
La energía no puede escaparse de algo redondo. Es por eso que todos los planetas, Tierra y Sol y Luna y estrellas, son redondos. De otra manera, liberarían energía y morirían.
Cuando te sientas, te haces redondeado; las manos se tocan entre sí. Así, si una mano libera energía, esta entra en la otra mano. Los pies tocan los pies… y la forma en que te sientas se transforma casi en un círculo.
La energía se mueve dentro de ti. No va hacia fuera. Uno la conserva, uno se transforma poco a poco en un estanque.
Poco a poco, sentirás casi una saciedad en tu estómago. Puede que estés vacío, puede que no hayas comido, pero sentirás una cierta plenitud. Y entonces… la arremetida de la sensualidad.
Pero esto es una buena señal, una muy, muy buena señal. Así que disfrútala.

Tarde o temprano uno debe llegar a un
acuerdo con la propia sensación
melancólica de sentirse solo. Una vez
que la enfrentas, esta sensación
modifica su color, su cualidad, su sabor
se vuelve totalmente difícil. Se
transforma en soledad. Entonces deja de
ser aislamiento: es soledad. El
aislamiento conlleva sufrimiento;
la soledad contiene un espacio de dicha.

CONVIRTIENDOTE EN ASTRONAUTA
DEL ESPACIO INTERNO

M
uchas veces, en profunda meditación, de pronto sentirás como si la gravitación hubiera desaparecido. Como si nada te retuviera a la tierra; como si ahora te tocara a ti decidir si quieres volar o no… ahora depende de ti: si quieres, puedes simplemente volar hacia el cielo.
Todo el cielo es tuyo… pero cuando abres los ojos, de pronto el cuerpo está ahí, la tierra está ahí, la gravitación está ahí.
Cuando estabas meditando con los ojos cerrados, olvidaste el cuerpo, te moviste a una dimensión diferente: la dimensión de la Gracia.
Disfrútalo, permítelo, porque una vez que comiences a pensar que es una locura, lo detendrás y esa interrupción alterará tu meditación.
Disfrútala, como si volaras en un sueño.
Cierra los ojos. En la meditación, ve donde quieras, elévate más y más en el cielo. Y pronto muchas más cosas estarán a tu alcance. Y no te asustes: esta es la mayor aventura, más grande que ir a la Luna.
Convertirte en un astronauta del espacio interno es la aventura más grandiosa.

OSHO SUGIERE ESTA HERMOSA TÉCNICA
PARA AQUELLOS QUE SE VEN
PERTURBADOS POR SENSACIONES
DE INESTABILIDAD FÍSICA Y VUELO

Siéntate en tu cama por cinco o diez minutos, y visualiza con ojos cerrados…
Siente que tu cuerpo se está volviendo más, más, más y más grande. Hazlo tan grande como sea posible, tan grande que casi comience a tocar las paredes del cuarto.
Comenzarás a sentir que no puedes mover tus manos, es difícil… tu cabeza está tocando el cielo raso.
Primero, durante dos o tres días, limítate a sentir esto.
Entonces, comienza a expandirte fuera del cuarto.
Llena la casa completa, y sentirás que el cuarto está dentro de ti. Entonces, expándete fuera de la casa: llena todo el vecindario, y siente todo el vecindario en tu interior. Y entonces llena el cielo dentro de ti.
Haces esto durante diez, doce días. Poco a poco, lentamente, llena el cielo completo.
El día que hayas llenado todo el cielo,
Comienza el proceso inverso.
Durante dos días, hazte pequeño nuevamente. En el proceso inverso, siéntate y comienza a imaginar que te estás volviendo muy pequeño. Simplemente, ve en el otro sentido.
Tu cuerpo no es tan grande como parece: ahora tiene 35 centímetros de alto.
Eres como un pequeño juguete, y lo sentirás así.
Si puedes imaginarte la enormidad, puedes imaginar la pequeñez. Entonces… aún más pequeño, tan pequeño que podrás sostenerte en tu mano.
Entonces, más y más pequeño… y aún más pequeño.
Y dentro de doce días, llega al punto en que no te puedes encontrar a ti mismo. Te has vuelto tan atómicamente pequeño que es imposible descubrir dónde estás.
Vuélvete tan vasto como el espacio entero, y entonces hazte tan pequeño como un átomo invisible: doce días uno, y doce días el otro.
Te sentirás tan hermoso,
tan contento, tan centrado
que no puedes imaginártelo.

UNO

P
rimer paso: relájate en una silla, haz que todo el cuerpo esté confortable.
Segundo paso: cierra los ojos.
Tercer paso: relaja la respiración. Hazla tan natural como sea posible.
Con cada exhalación, di: ¡Uno! Al exhalar, di: ¡Uno! Inhala y no digas nada. De manera que con cada exhalación dices “Uno…uno…uno…”
No te limites a decir, sino que también siente que la existencia entera es una… que es una unidad… no repitas eso, sólo ten esa sensación, y el decir “Uno” será útil.
Haz esto todos los días durante veinte minutos. Hazlo de forma que nadie te interrumpa mientras estás haciendo esto.
Puedes abrir los ojos y mirar al reloj, pero no pongas la alarma.
Cualquier cosa que te dé un sobresalto será malo, de manera que no tengas el teléfono en el cuarto en que lo estás haciendo, y nadie debe golpear la puerta.
Durante estos veinte minutos debes estar absolutamente relajado. Si hay mucho ruido a tu alrededor, usa tapones para los oídos.
El decir “Uno” con cada exacción te pondrá tan calmado, quieto y centrado que no puedes imaginártelo. Haz esto durante el día, nunca de noche. De otra forma tu sueño se verá alterado, pues esto será tan relajante que no te sentirás soñoliento. Te sentirás fresco. La mejor hora es la mañana, o bien en la tarde; pero nunca de noche.

LA SONRISA INTERNA

C
uando quiera que estés sentado y no tengas nada que hacer, simplemente relaja tu mandíbula inferior y abre ligeramente la boca.
Comienza a respirar con la boca… pero no profundamente.
Sólo permite que el cuerpo respire, de modo que sea poco profundo y sea más y más superficial. Y cuando sientas que la respiración se ha vuelto muy superficial y la boca está abierta y tu mandíbula está relajada, tu cuerpo entero se sentirá muy relajado.
En ese momento, comienza a sentir una sonrisa, no en el rostro, sino sobre todo tu ser interno… y te será posible sentirla. No es una sonrisa que venga a tus labios… es una sonrisa existencial que se expande sólo en tu interior.
Inténtalo y sabrás qué es… porque no puede ser explicado. No hay necesidad de sonreír con los labios en el rostro, sino que es como si estuvieras sonriendo desde el vientre: el vientre está sonriendo… y es una sonrisa, no una risa; así que es muy, muy suave… delicada, frágil… como una pequeña rosa que se está abriendo en el vientre, y la fragancia se está expandiendo por todo el cuerpo.
Una vez que has conocido lo que es esta sonrisa, puedes permanecer alegre durante veinticuatro horas. Y en cualquier momento en que sientas que echas de menos esa felicidad, sólo cierra los ojos y encuentra nuevamente esa sonrisa, y estará allí.
Durante el día, puedes buscarla y encontrarla cuantas veces quieras. Está siempre allí.

OSHO

Con cada exhalación, di simplemente: “Osho” en tu interior; en voz no muy alta, sólo un susurro; hacia adentro, de manera que tú puedas oírlo.
Cuando el aire entre, limítate a esperar.
Cuando exhalas, tú llamas; y cuando el aire entre. Permíteme entrar.
No hagas nada, simplemente espera; así entonces, tú sólo trabajas cuando exhalas.
Cuando exhales, sal hacia el universo.
La exhalación es casi como dejar caer un cubo de agua dentro de un pozo… Y cuando el aliento entra, es como si sacaras un cubo de agua del pozo.
Esto es sólo durante veinte minutos.
Entonces, cuatro o cinco minutos para entrar en esto, y luego veinte minutos para permanecer en ello. Así que, como máximo, veinticinco minutos en total.
Puedes hacerlo en cualquier momento. Puedes hacerlo durante el día, durante la noche…

EL OTOÑO DE FREDDY LA HOJA

De: minero  (Mensaje original) Enviado: 08/05/2005 10:42

Había pasado la primavera, y también el verano.

Freddy, la hoja, había crecido. Su parte central era amplia y fuerte, y sus cinco extensiones eran firmes y puntiagudas.

Se había asomado por primera vez en la primavera; entonces era un pequeño brote de una rama bastante grande, cerca de la cima de un alto árbol.

Freddy estaba rodeado por cientos de hojas iguales a él, o así lo parecían. Pronto descubrió que ninguna hoja era igual a otra, aún cuando estuvieran en el mismo árbol. Alfred era la hoja que estaba  a su lado. Ben era la hoja de su derecha y Clara era la hermosa hoja de arriba.

Todas habían crecido juntas.

Habían aprendido a bailar en las brisas de la primavera, a calentarse bajo el sol del verano y a lavarse en las lluvias refrescantes.

Pero el mejor amigo de Freddy era Daniel. Era la hoja más grande de la rama y daba la impresión de haber estado allí antes que todos los demás. A Freddy le parecía que Daniel era el más sabio.

Fue Daniel el que les contó que eran parte de un árbol, y les explicó que crecían en un parque público. Fue Daniel el que les dijo que el árbol tenía raíces fuertes que estaban ocultas en la tierra, allá abajo. Les habló de los pájaros que iban a posarse en esa rama y cantaban canciones matinales. Les habló del sol, la luna, las estrellas y las estaciones.

A Freddy le gustaba mucho ser una hoja. Le gustaba su rama, le gustaban las leves hojas que eran sus amigos, su lugar cerca del cielo, el viento que lo empujaba de aquí para allá, los rayos del sol que le daban calor, las nubes que los cubrían con grandes sombras blancas.

El verano había sido especialmente agradable. Los grandes días de calor eran placenteros, y las noches cálidas, apacibles y ensoñadoras.

Ese verano hubo mucha gente en el parque. Con frecuencia iban a sentarse bajo el sol de Freddy.

Daniel les dijo que el dar sombra era parte de su finalidad.

-¿Qué es una finalidad?-había preguntado Freddy.

-Una razón para existir- había respondido Daniel.

-Hacer las cosas más agradables para los otros es una razón para existir. Dar sombra  a los ancianos que vienen para escapar del calor de sus casas; ofrecer un lugar fresco para que los niños vengan a jugar; abanicar con nuestras hojas a los que vienen a hacer picnic y comen sobre manteles a cuadros. Todas éstas son razones para existir.

A Freddy le gustaba en particular la gente mayor. Se sentaban tranquilos sobre el pasto fresco y casi nunca se movían. Conversaban en susurros de los tiempos idos.

Los chicos también eran entretenidos, aunque a veces hacían agujeros en el tronco del árbol o tallaban sus nombres en él. Aún así, era divertido verlos moverse tan rápido y reírse tanto.

Pero el verano de Freddy pasó pronto.

Se esfumó en una noche. Freddy nunca había tenido tanto frío. Todas las hojas tiritaban. Estaban cubiertas con una delgada capa de blanco que se derritió rápidamente y las dejó empapadas de rocío, resplandecientes bajo el sol de la mañana.

Otra vez fue Daniel el que les explicó que habían vivido su primera helada, la señal de que ya era otoño y pronto llegaría el invierno.

Casi enseguida, todo el árbol, en realidad todo el parque, se transformó en una llamarada de color. Apenas quedó alguna hoja verde… Alfred se había vuelto de un color amarillo profundo. Ben de un naranja brillante. Clara se había vuelto roja como una llama; Daniel, púrpura profundo, y Freddy estaba rojo y dorado y azul. Qué hermosos estaban todos. Freddy y sus amigos habían convertido el árbol en un arco iris.

-¿Por qué nos ponemos de diferentes colores- preguntó Freddy-, si estamos en el mismo árbol?

  -Cada uno de nosotros es diferente del otro. Hemos tenido experiencias diferentes del otro. Hemos mirado al sol, y hemos dado sombra de maneras diferentes. ¿Por qué no habríamos de tener distintos colores?- dijo Daniel, realista. Daniel le dijo a Freddy que esa estación maravillosa se llamaba otoño.

Un día sucedió algo muy extraño.

Las mismas brisas que antes los habían hecho bailar, comenzaron a empujarlos y a tirar de sus tallos, casi como si estuvieran enojadas.

Esto fue la causa de que algunas de las hojas se quebraran y cayeran de sus ramas y fueran levantadas por el viento, sacudidas de un lado a otro, hasta posarse blandamente sobre el suelo.

Todas las hojas se asustaron.

  -¿Qué esta sucediendo?- se preguntaban unas a otras en susurros.

-Lo que sucede en el otoño- les dijo Daniel-. Ha llegado el momento de que las hojas cambien de hogar. Algunas personas lo llaman “morir”.

-¿Todas nosotras moriremos?- preguntó Freddy.

-Sí- respondió Daniel-. Todo muere, sea grande o pequeño, débil o fuerte. Primero cumplimos nuestra tarea. Sentimos el sol y la luna, el viento y la lluvia. Aprendemos a bailar y a reír. Luego morimos.

-¡Yo no voy a morir!- dijo Freddy con determinación-. ¿Tú vas a morir, Daniel?

-Sí- respondió Daniel-, cuando llegue mi hora.

-¿Cuándo será?- pregunto Freddy.

-Nadie lo sabe con certeza- respondió Daniel.

Freddy observó que las otras hojas continuaban cayendo, y pensó:

“Debe de haber llegado su hora”.

Vio que algunas de las hojas resistían a los golpes del viento antes de caer, y que otras simplemente se dejaban ir y caían mansamente.

Pronto el árbol quedó casi desnudo.

-Tengo miedo de morir- le dijo Freddy a Daniel—No sé qué es lo que hay allá abajo.

-Todos tememos a lo que no conocemos, Freddy. Es natural- lo tranquilizó Daniel-. Sin embargo, no tuviste miedo cuando la primavera se convirtió en verano. No tuviste miedo cuando el verano se transformó en otoño. Eran cambios naturales. ¿Por qué tendrías que temer a la estación de la muerte?

-¿El árbol también muere?- preguntó Freddy.

-Algún día. Pero hay algo más fuerte que el árbol: “la Vida”.  La vida es eterna, y todos somos parte de ella.

-¿Adónde iremos cuando muramos?

-Nadie lo sabe. ¡Ese es el gran misterio!

-¿Regresaremos en la primavera?

-Nosotros no, pero la vida sí.

-¿Entonces cuál ha sido la razón de todo esto?- siguió preguntando Freddy-. ¿Por qué estamos aquí? ¿Sólo para caer y morir?

Daniel respondió a su manera objetiva:

-¿Por qué? Por el sol y la luna; por los momentos felices que hemos pasado juntos; por la sombra y los ancianos y los niños; por los colores del otoño; por las estaciones. ¿No son razones suficientes?

  Esa tarde, en la luz dorada del crepúsculo, Daniel se desprendió de la rama. Cayó sin esfuerzo. Y mientras caía parecía sonreír apaciblemente.

-Hasta pronto, Freddy – dijo.

Después, Freddy quedó solo. Era la única hoja que permanecía en su rama.

La primera nieva cayó a la mañana siguiente. Era blanda, blanca y suave; pero era dolorosamente fría.

Casi no hubo sol ese día, que fue muy corto. Freddy notó que perdía el color y se ponía quebradizo. No dejaba de hacer frío, y la nieve pesaba mucho sobre él.

Al amanecer llegó el viento que separó a Freddy de su rama. No le dolió nada. Se sintió flotar suave, delicada, serenamente hacia abajo.

Al caer, vio el árbol entero por primera vez. ¡Qué fuerte y firme era! Estaba seguro de que viviría mucho tiempo, y el saber que había sido parte de esa vida lo llenó de orgullo.

Freddy fue a parar sobre un montículo de nieve. Era bastante blanda, y hasta cálida. En esta nueva posición, Freddy estaba más cómodo que nunca. Cerró los ojos y se quedó dormido. No sabía que después del invierno llegaría la primavera y la nieve se derretiría y se transformaría en agua. No sabía que su ser aparentemente seco e inútil, se uniría al agua y serviría para que el árbol se hiciera más fuerte. Y, sobre todo, no sabía que allí, dormidos en el árbol y en la tierra, ya había proyectos de nuevas hojas que nacerían en la primavera

krisnamurti

De: Alias de MSNThe_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 01/05/2005 12:27
De: MINERO16 (Mensaje original) Enviado: 23/02/2004 19:50
“usted ve a alguien a que usted considera feliz o como siendo observado, y él hace ciertas cosas; usted, deseando esa felicidad, lo imita. ¿Esta imitación se llama disciplina, no es? Imitamos para recibir lo que tienen otros; copiamos para ser felices, a que usted piensa que él es.
¿La felicidad se encuentra con disciplina? ¿Practicando cierta regla, practicando cierta disciplina, un modo de la conducta, es usted free?… es siempre usted libremente formando su mente de una manera particular que usted llame disciplina? Usted no está obviamente. Usted es simplemente una máquina repetidora, oponiéndose según cierta conclusión, según cierto modo de la conducta. La libertad no puede venir con disciplina. La libertad puede venir solamente en estar con inteligencia; y se despierta esa inteligencia, o usted tiene esa inteligencia, el momento que usted ve que cualquier forma de obligación niega la libertad, interno o exterior.”

“nuestra dificultad es que la mayoría de nosotros han leído tanto, la mayoría de nosotros ha seguido superficial tan muchas disciplinas – levantándose cada mañana en cierta hora, sentándose en cierta postura, intentando llevar a cabo nuestras mentes de cierta manera – usted sabe, practica, practica, disciplina, porque le han dicho que si usted hace estas cosas por un número de años usted tendrá dios en el extremo de él. Puedo ponerla crudo, pero ésa es la base de nuestro pensamiento. ¿El dios no viene seguramente tan fácilmente como todo el eso? El dios no es una cosa comercial mera: Hago esto y usted me da eso.

La mayoría de nosotros son así que condicionado por influencias externas, por las doctrinas religiosas, creencia, y por nuestros el propios demanda interna para llegar algo, ganar algo, que es muy difícil que pensemos en este problema de nuevo sin el pensamiento en términos de la disciplina. Primero debemos ver muy claramente las implicaciones de la disciplina, cómo enangosta la mente, los límites la mente, obligamos la mente a una acción particular, con nuestro deseo, con influencia y todo el resto de él; una mente condicionada, no obstante ‘ virtuoso eso que condiciona, no puede posiblemente estar libre y por lo tanto no puede entender realidad. No importa el dios, la realidad o qué usted – el nombre – puede venir en ser solamente cuando allí es libertad, y no hay libertad donde hay obligación, positivo o negativo, con miedo.

No hay libertad si usted está buscando un extremo, porque le atan a tal efecto.”

“… con práctica, con hábito, con la cultivación de un patrón, la mente alcanza solamente lo que tiene en la visión. Por lo tanto no está libre… Para estar enterado de ese proceso entero – porqué usted se está disciplinando constantemente a la opinión pública; a ciertos santos; el negocio entero de conformarse con la opinión, si de un santo o de un vecino, es todo el igual – a estar enterado de esta conformidad entera con práctica, con maneras sutiles de someterse, de negar, afirmando, el suprimir, sublimando, toda la conformidad de implicación a un patrón: éste es ya el principio de la libertad… ”

“usted puede obligar a un niño que haga algo, puesto le en una esquina, y él puede ser reservado; pero interno él seething probablemente, mirando fuera de la ventana, haciendo algo conseguir lejos. Eso es lo que todavía estamos haciendo.”

“… cuanto más usted disciplina la mente, entrena a la mente, el mayor sus limitaciones.”

Libertad Total

la “disciplina es la cultivación de la resistencia, y donde hay resistencia allí no es comprensión.”

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