De: The_dark_crow_v301 (Mensaje original)
Enviado: 30/10/2005 0:37
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BUDISMO
He oído sostener innumerables veces -y también
lo he leído en libros que pretenden expresar el
espíritu del budismo- que Buda no creía en Dios.
En mi humilde opinión, semejante convencimiento
contradice el eje mismo de las enseñanzas del Buda…
La confusión se origina en su rechazo -justo
rechazo- a las cosas bajas que en su época se ocultaban
tras el nombre de Dios. Sin duda rechazaba la
noción de que un ser llamado Dios estuviera animado
de malas intenciones, se arrepintiera de Sus
actos y, como los reyes de la Tierra, fuera sensible a
las tentaciones y sobornos y tuviera personas favoritas.
Toda su alma se levantaba con potente indignación
contra la creencia de que un ser llamado
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Dios exigiera -que se le ofrendara, para satisfacerse,
la sangre de animales vivientes- animales que eran
Su propia creación. En consecuencia, Buda reinstaló
a Dios en su justo lugar y destronó al usurpador que
en ese momento parecía ocupar el Trono Blanco.
Puso énfasis en declarar repetidas veces que existía
eterna e inalterablemente un gobierno moral de este
universo. Y sin vacilaciones afirmó que la Ley era
Dios.
Las leyes de Dios son eternas e inalterables y no
pueden ser separadas del mismo Dios: son la condición
indispensable de Su perfección. Tal es la causa
de la gran confusión respecto de que Buda no creía
en Dios y creía simplemente en la ley moral. A causa
de esta confusión sobre Dios se produjo la confusión
sobre el correcto entendimiento de la gran
palabra nirvana. Sin duda nirvana no es la extinción
completa. Hasta lo que alcanzo a comprender el
hecho central de la vida de Buda, nirvana es la extinción
completa de lo que hay de bajo en nosotros,
de todo cuanto en nosotros es imperfecto, de
cuanto es corrupto y corruptible dentro de nosotros.
Nirvana no es la negra paz muerta de la sepultura
sino una paz viviente, la viva felicidad del
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alma consciente de sí y consciente de haber encontrado
su morada en el corazón de lo Eterno.
Young India, 24-11-’27, p. 393
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ISLAMISMO
Considero que el islamismo es una religión de
paz. en el mismo sentido en que lo son el cristianismo,
el budismo y el hinduismo. Sin duda hay diferencias
de grado, pero el objetivo último de estas
religiones es la paz. En otro momento he declarado
que creo que los seguidores del Islam son demasiado
libres con la espada. Pero eso no se debe a las
enseñanzas del Corán. En mi opinión, se debe a las
circunstancias en que surgió el islamismo. El cristianismo
tiene en su contra un historial de sangre, no
porque Jesús lo hubiera querido sino porque el ambiente
que lo rodeó no era sensible a su excelsa enseñanza.
Young india, 20-1-’27, p. 21
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TEOSOFÍA
Al preguntársele si había sido miembro de la Sociedad
Teosófica, Gandhiji se quejó de que ya había
aclarado que nunca había pertenecido a la Sociedad
pero que simpatizaba y había simpatizado con su
mensaje de Hermandad Universal y la tolerancia que
ello implicaba.
Gandhiji agregó: “Les debo mucho a los teósofos,
entre los cuales cuento con muchos amigos.
Sean cuales fueren. las críticas que puedan hacérsele
a Madame Blavatsky, al coronel Olcott o a la doctora
Besant, su contribución a la humanidad ocupará
siempre una posición muy alta. El obstáculo que me
impidió unirme a la sociedad es su lado secreto, su
ocultismo. Eso es algo que nunca me atrajo.”
This Was Bapu, por R. K. Prabhu, 1954, p. 13
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ESPIRITISMO
Nunca recibí comunicaciones del espíritu de los
muertos. No tengo ninguna prueba que justifique el
no creer en la posibilidad de tales comunicaciones.
No obstante, desapruebo enérgicamente la práctica
de mantener o intentar mantener comunicaciones
semejantes. A menudo son falaces: un mero producto
de la imaginación. En el caso que tales comunicaciones
sean posibles, su práctica es dañosa tanta
para el médium como para los espíritus. Atrae y liga
a la tierra al espíritu invocado, cuyo esfuerzo debiera
dirigirse a desprenderse de la tierra, elevándose más
cada vez. Un espíritu no es necesariamente puro por
estar desencarnado sino que carga consigo las debilidades
a que estaba sujeto en la tierra. Por consiguiente,
las: informaciones o los consejos que
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suministren no han de ser por fuerza ciertos o sanos.
Que a los. espíritus les guste comunicarse con
quienes. están en la tierra no es razón para darles
ese placer. Por el contrario, debiera apartárselos de
ese apego ilegítimo, sobre todo por el daño que les
hace.
En cuanto a los médiums, sé positivamente por
experiencia que quienes mantienen -o piensan que
mantienen- ésas comunicaciones sufren desvaríos o
debilidad mental y quedan incapacitados para el trabajo
práctico. No puedo recordar ningún amigo
que, habiendo celebrado esas comunicaciones, haya
extraído de ello algún tipo de beneficio.
Young India, 12-9-’29, p. 302
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SUPERIORIDAD E INFERIORIDAD DE
LAS RELIGIONES
Dado que hay diferentes religiones, éstas necesitan
de algún símbolo distintivo exterior. Sin
embargo, es conveniente descartarlo cuando, ese
símbolo se convierte en fetiche o en instrumento
para provocar la superioridad de una religión sobre
las otras.
Autobiografía, 1948, p. 480
Dios ha creado las diferentes religiones al igual,
que los devotos para cada una de ellas. ¿Cómo es
posible abrigar, ni siquiera secretamente, el pensamiento
de que la creencia del prójimo es inferior a
la nuestra y que debiera abandonar su fe para abra-
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zar la de nosotros? Como amigos leales y sinceros,
hemos de desear y rogar porque cada uno viva y se
desarrolle perfectamente dentro de su propia creencia.
En la casa de Dios hay muchos ámbitos y , todos
son sagrados.
Harijan, 20-4-’34, p. 73
Mi temor es que aunque mis amigos cristianos
de hoy no digan ni acepten que la religión hinduísta
es falsa, abriguen en su pecho la convicción de que
el hinduismo es un error y que el cristianismo en el
que creen es la única religión verdadera. Sin esto, no
es posible comprender y menos aún esclarecer la
exhortación de la Sociedad Misionera Cristiana7, de
la que días pasados reproduje algunos extractos reveladores
en estas mismas columnas. Es comprensible
el ataque a la intocabilidad y muchos otros
errores que se han deslizado en la vida hindú. Si nos
ayudara a desembarazarnos de los abusos admitidos
y a purificar nuestra religión, esa crítica sería una
labor valiosa y constructiva que debiéramos aceptar
con agradecimiento. Sin embargo, hasta donde alcanza
nuestra comprensión del esfuerzo realizado,
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se trata de arrancar al hinduismo de raíz para reemplazarlo
por otra religión. Es como el intento de
destruir una casa que a su morador le parece muy
decente y habitable, aunque necesita urgentemente
ser reparada. No es de extrañar que aquél reciba
calurosamente a quienes le enseñen cómo repararla,
más aún si el consejo viene acompañado del ofrecimiento
de efectuar las reparaciones. Pero se
opondrá decididamente a quienes pretendan destruir
esa casa que durante siglos les ha servido muy
bien a él y a sus antepasados, a menos que él -el
morador- esté convencido de que la casa ya no soporta
ninguna reparación y que se ha vuelto inhabitable.
Si el mundo cristiano sustenta esa opinión
sobre la casa hindú, el “Parlamento de las Religiones”
y la “Fraternidad Internacional” son frases vacías.
Ambos términos suponen condiciones
similares, una plataforma común; plataforma común
que no puede existir entre inferiores y superiores,’
es decir, entre el culto y el no-culto, el regenerado y
el irredento, el nacido en cuna alta y el de baja condición
social, el individuo que pertenece a una casta
y el paria. Mi comparación puede no ser correcta e
7 Se refiere a la exhortación publicada por la Sociedad Misionera Cristiana
de Inglaterra, de la cual fueron reproducidos algunos. extractos en la
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incluso sonar ofensiva. Quizá mi razonamiento carezca
de solidez. Pero mi pro-puesta es firme.
Harijan, 13-3-’37, p. 38
El objetivo de la Fraternidad (de religiones) debiera
ser el ayudar al hinduísta a ser un hinduísta
mejor, al musulmán a transformarse en un musulmán
mejor y al cristiano a convertirse en un cristiano
mejor. La actitud de fomentar la tolerancia falsea
el espíritu de la Fraternidad Internacional. Si sospecho
que mi religión es más o menos verdadera y que
las otras son más o menos falsas en vez de ser más
o menos verdaderas, entonces, aunque aliente por
ellas cierta fraternidad, ésta será enteramente distinta
a la que necesitamos en la Fraternidad Internacional.
Nuestra plegaria por los otros NO debe ser
“Dios, dales la luz que Tú me has dado a mí” SINO
“Dales la luz y la verdad que necesitan para sus logros
más elevados.” Hay que rogar meramente porque
nuestros amigos se vuelvan hombres mejores,
cualquiera sea la religión a que pertenezcan.
A pesar de todo, y sin saber cómo, nuestra experiencia
puede convertirse en parte de la experiencia
de los demás.
edición de Harijan del 26-12-’36.
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Sabarmati (Informe del Primes Encuentro final de la
Federación de Fraternidades Internacionales) 1998, PP. 17-
19.
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LA CONVERSIÓN
C. F. Andrews: ¿Qué le diría a un hombre que
después de pensar y rogar mucho afirma que no
puede salvarse ni tener paz, excepto convirtiéndose
al cristianismo?
Gandhiji: Diría que si un no-cristiano (digamos
un hinduista) le afirma tal cosa a un cristiano, éste
debería instarlo a que fuera un hinduista mejor antes
que poner el acento en el cambio de fe.
C.F.A.: No comparto eso enteramente, a pesar
de mi posición, que usted conoce. Hace mucho
tiempo que dejé de lado la seguridad. de que no hay
salvación posible, excepto a través del cristianismo.
Pero supongamos que el Movimiento del Grupo de
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Oxford le cambiará la vida a su hijo y que él sintiera
que lo han convertido, ¿qué diría usted?
Gandhiji: Diría que el Grupo de Oxford puede
cambiar la vida de cuantas personas quiera, pero no
su religión. Lo que sí pueden es hacerles prestar
atención a lo mejor de sus respectivas religiones,
cambiándoles la vida al pedirles que vivan de acuerdo
con eso. Una vez se presentó ante mí un hombre,
hijo de brahmanes, que afirmó que la lectura de
vuestro libro sagrado lo había llevado a abrazar el
cristianismo. Le pregunté si pensaba que la religión
de sus mayores estaba equivocada. Me respondió
que no. Entonces. le dije: “¿Acaso tiene algún problema
en aceptar la Biblia como uno de los más
grandes libros religiosos del mundo y a Cristo como
uno de los grandes maestros?” Continué diciéndole
que había leído mal vuestro libro, que en toda
vuestra literatura ustedes nunca instan a los hinduístas
a aceptar la Biblia y a abrazar el cristianismo
-a menos, por supuesto, que su posición sea semejante
a la del difunto M. Mahommed Ali, que sostenía
que “por mala que sea la vida de un musulmán
es mejor que la de un buen hindú.”
C.F.A.: No acepto en absoluto la posición de M.
Mahommed Ali. Lo que sostengo es que si una per-
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sona necesita realmente cambiar sus creencias, no
seré yo quien le cierre el paso.
Gandhiji: ¿Pero acaso no comprende que no le
da la menor oportunidad? Ni siquiera lo interroga
seriamente. Supongamos que un cristiano se me
acerca y me dice que está cautivado por la lectura
del Bhagavad y que, por lo tanto, quiere declararse a
sí mismo hinduísta; yo le diría: “No. Lo que ofrece
el Bhagavad lo ofrece también la Biblia. Usted ni
siquiera intentó descubrir eso. Inténtelo y sea un
buen cristiano.”
C.F.A.: No sé. Si alguien dice seriamente que
quisiera ser un buen cristiano,, yo le diría, “Sí, puede
serlo”, aunque usted. sabe que a lo largo de mi vida
he disuadido enérgicamente ciertos ardientes entusiasmos
de gente que se me acercó. Les decía, “Sin
duda no será por mi consejo que haréis nada así.”
Pero la naturaleza humana requiere una fe concreta.
Gandhiji: Si una persona quiere creer en la Biblia,
dejemos que lo diga, pero ¿por qué habría de
desechar su religión? Esta proselitización no contribuirá
a la paz del mundo. La religión es un asunto
muy personal. Debemos compartir con los otros lo
mejor que tengamos, viviendo la vida de acuerdo
con nuestro leal saber y entender. De esta manera
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nos incorporaremos a la suma total del esfuerzo
humano por llegar a Dios.
“Considere”, prosiguió Gandhiji, “si va a
.aceptar la posición de mutua tolerancia o la de
igualdad de todas las religiones. Mi posición se basa
en que todas las grandes religiones son fundamentalmente
iguales. Debemos tener por las demás religiones
el mismo respeto que tenemos por la propia.
Recuerde, no mutua tolerancia sino respeto similar.”
Hafan, 28-11-’38, p. 330
La conciencia no es lo mismo para todos. Por lo
tanto, si bien et una buena guía para la conducta
individual, el imponerle esa conducta a los demás
sería una interferencia insufrible en la libertad de
conciencia de todo el inundo.
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