Mi religion (Mahatma Gandhi)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 30/10/2005 0:37

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BUDISMO

He oído sostener innumerables veces -y también

lo he leído en libros que pretenden expresar el

espíritu del budismo- que Buda no creía en Dios.

En mi humilde opinión, semejante convencimiento

contradice el eje mismo de las enseñanzas del Buda…

La confusión se origina en su rechazo -justo

rechazo- a las cosas bajas que en su época se ocultaban

tras el nombre de Dios. Sin duda rechazaba la

noción de que un ser llamado Dios estuviera animado

de malas intenciones, se arrepintiera de Sus

actos y, como los reyes de la Tierra, fuera sensible a

las tentaciones y sobornos y tuviera personas favoritas.

Toda su alma se levantaba con potente indignación

contra la creencia de que un ser llamado

M I R E L I G I Ó N

59

Dios exigiera -que se le ofrendara, para satisfacerse,

la sangre de animales vivientes- animales que eran

Su propia creación. En consecuencia, Buda reinstaló

a Dios en su justo lugar y destronó al usurpador que

en ese momento parecía ocupar el Trono Blanco.

Puso énfasis en declarar repetidas veces que existía

eterna e inalterablemente un gobierno moral de este

universo. Y sin vacilaciones afirmó que la Ley era

Dios.

Las leyes de Dios son eternas e inalterables y no

pueden ser separadas del mismo Dios: son la condición

indispensable de Su perfección. Tal es la causa

de la gran confusión respecto de que Buda no creía

en Dios y creía simplemente en la ley moral. A causa

de esta confusión sobre Dios se produjo la confusión

sobre el correcto entendimiento de la gran

palabra nirvana. Sin duda nirvana no es la extinción

completa. Hasta lo que alcanzo a comprender el

hecho central de la vida de Buda, nirvana es la extinción

completa de lo que hay de bajo en nosotros,

de todo cuanto en nosotros es imperfecto, de

cuanto es corrupto y corruptible dentro de nosotros.

Nirvana no es la negra paz muerta de la sepultura

sino una paz viviente, la viva felicidad del

M A H A T M A G A N D H I

60

alma consciente de sí y consciente de haber encontrado

su morada en el corazón de lo Eterno.

Young India, 24-11-’27, p. 393

M I R E L I G I Ó N

61

13

ISLAMISMO

Considero que el islamismo es una religión de

paz. en el mismo sentido en que lo son el cristianismo,

el budismo y el hinduismo. Sin duda hay diferencias

de grado, pero el objetivo último de estas

religiones es la paz. En otro momento he declarado

que creo que los seguidores del Islam son demasiado

libres con la espada. Pero eso no se debe a las

enseñanzas del Corán. En mi opinión, se debe a las

circunstancias en que surgió el islamismo. El cristianismo

tiene en su contra un historial de sangre, no

porque Jesús lo hubiera querido sino porque el ambiente

que lo rodeó no era sensible a su excelsa enseñanza.

Young india, 20-1-’27, p. 21

M A H A T M A G A N D H I

62

14

TEOSOFÍA

Al preguntársele si había sido miembro de la Sociedad

Teosófica, Gandhiji se quejó de que ya había

aclarado que nunca había pertenecido a la Sociedad

pero que simpatizaba y había simpatizado con su

mensaje de Hermandad Universal y la tolerancia que

ello implicaba.

Gandhiji agregó: “Les debo mucho a los teósofos,

entre los cuales cuento con muchos amigos.

Sean cuales fueren. las críticas que puedan hacérsele

a Madame Blavatsky, al coronel Olcott o a la doctora

Besant, su contribución a la humanidad ocupará

siempre una posición muy alta. El obstáculo que me

impidió unirme a la sociedad es su lado secreto, su

ocultismo. Eso es algo que nunca me atrajo.”

This Was Bapu, por R. K. Prabhu, 1954, p. 13

M I R E L I G I Ó N

63

15

ESPIRITISMO

Nunca recibí comunicaciones del espíritu de los

muertos. No tengo ninguna prueba que justifique el

no creer en la posibilidad de tales comunicaciones.

No obstante, desapruebo enérgicamente la práctica

de mantener o intentar mantener comunicaciones

semejantes. A menudo son falaces: un mero producto

de la imaginación. En el caso que tales comunicaciones

sean posibles, su práctica es dañosa tanta

para el médium como para los espíritus. Atrae y liga

a la tierra al espíritu invocado, cuyo esfuerzo debiera

dirigirse a desprenderse de la tierra, elevándose más

cada vez. Un espíritu no es necesariamente puro por

estar desencarnado sino que carga consigo las debilidades

a que estaba sujeto en la tierra. Por consiguiente,

las: informaciones o los consejos que

M A H A T M A G A N D H I

64

suministren no han de ser por fuerza ciertos o sanos.

Que a los. espíritus les guste comunicarse con

quienes. están en la tierra no es razón para darles

ese placer. Por el contrario, debiera apartárselos de

ese apego ilegítimo, sobre todo por el daño que les

hace.

En cuanto a los médiums, sé positivamente por

experiencia que quienes mantienen -o piensan que

mantienen- ésas comunicaciones sufren desvaríos o

debilidad mental y quedan incapacitados para el trabajo

práctico. No puedo recordar ningún amigo

que, habiendo celebrado esas comunicaciones, haya

extraído de ello algún tipo de beneficio.

Young India, 12-9-’29, p. 302

M I R E L I G I Ó N

65

16

SUPERIORIDAD E INFERIORIDAD DE

LAS RELIGIONES

Dado que hay diferentes religiones, éstas necesitan

de algún símbolo distintivo exterior. Sin

embargo, es conveniente descartarlo cuando, ese

símbolo se convierte en fetiche o en instrumento

para provocar la superioridad de una religión sobre

las otras.

Autobiografía, 1948, p. 480

Dios ha creado las diferentes religiones al igual,

que los devotos para cada una de ellas. ¿Cómo es

posible abrigar, ni siquiera secretamente, el pensamiento

de que la creencia del prójimo es inferior a

la nuestra y que debiera abandonar su fe para abra-

M A H A T M A G A N D H I

66

zar la de nosotros? Como amigos leales y sinceros,

hemos de desear y rogar porque cada uno viva y se

desarrolle perfectamente dentro de su propia creencia.

En la casa de Dios hay muchos ámbitos y , todos

son sagrados.

Harijan, 20-4-’34, p. 73

Mi temor es que aunque mis amigos cristianos

de hoy no digan ni acepten que la religión hinduísta

es falsa, abriguen en su pecho la convicción de que

el hinduismo es un error y que el cristianismo en el

que creen es la única religión verdadera. Sin esto, no

es posible comprender y menos aún esclarecer la

exhortación de la Sociedad Misionera Cristiana7, de

la que días pasados reproduje algunos extractos reveladores

en estas mismas columnas. Es comprensible

el ataque a la intocabilidad y muchos otros

errores que se han deslizado en la vida hindú. Si nos

ayudara a desembarazarnos de los abusos admitidos

y a purificar nuestra religión, esa crítica sería una

labor valiosa y constructiva que debiéramos aceptar

con agradecimiento. Sin embargo, hasta donde alcanza

nuestra comprensión del esfuerzo realizado,

M I R E L I G I Ó N

67

se trata de arrancar al hinduismo de raíz para reemplazarlo

por otra religión. Es como el intento de

destruir una casa que a su morador le parece muy

decente y habitable, aunque necesita urgentemente

ser reparada. No es de extrañar que aquél reciba

calurosamente a quienes le enseñen cómo repararla,

más aún si el consejo viene acompañado del ofrecimiento

de efectuar las reparaciones. Pero se

opondrá decididamente a quienes pretendan destruir

esa casa que durante siglos les ha servido muy

bien a él y a sus antepasados, a menos que él -el

morador- esté convencido de que la casa ya no soporta

ninguna reparación y que se ha vuelto inhabitable.

Si el mundo cristiano sustenta esa opinión

sobre la casa hindú, el “Parlamento de las Religiones”

y la “Fraternidad Internacional” son frases vacías.

Ambos términos suponen condiciones

similares, una plataforma común; plataforma común

que no puede existir entre inferiores y superiores,’

es decir, entre el culto y el no-culto, el regenerado y

el irredento, el nacido en cuna alta y el de baja condición

social, el individuo que pertenece a una casta

y el paria. Mi comparación puede no ser correcta e

7 Se refiere a la exhortación publicada por la Sociedad Misionera Cristiana

de Inglaterra, de la cual fueron reproducidos algunos. extractos en la

M A H A T M A G A N D H I

68

incluso sonar ofensiva. Quizá mi razonamiento carezca

de solidez. Pero mi pro-puesta es firme.

Harijan, 13-3-’37, p. 38

El objetivo de la Fraternidad (de religiones) debiera

ser el ayudar al hinduísta a ser un hinduísta

mejor, al musulmán a transformarse en un musulmán

mejor y al cristiano a convertirse en un cristiano

mejor. La actitud de fomentar la tolerancia falsea

el espíritu de la Fraternidad Internacional. Si sospecho

que mi religión es más o menos verdadera y que

las otras son más o menos falsas en vez de ser más

o menos verdaderas, entonces, aunque aliente por

ellas cierta fraternidad, ésta será enteramente distinta

a la que necesitamos en la Fraternidad Internacional.

Nuestra plegaria por los otros NO debe ser

“Dios, dales la luz que Tú me has dado a mí” SINO

“Dales la luz y la verdad que necesitan para sus logros

más elevados.” Hay que rogar meramente porque

nuestros amigos se vuelvan hombres mejores,

cualquiera sea la religión a que pertenezcan.

A pesar de todo, y sin saber cómo, nuestra experiencia

puede convertirse en parte de la experiencia

de los demás.

edición de Harijan del 26-12-’36.

M I R E L I G I Ó N

69

Sabarmati (Informe del Primes Encuentro final de la

Federación de Fraternidades Internacionales) 1998, PP. 17-

19.

M A H A T M A G A N D H I

70

17

LA CONVERSIÓN

C. F. Andrews: ¿Qué le diría a un hombre que

después de pensar y rogar mucho afirma que no

puede salvarse ni tener paz, excepto convirtiéndose

al cristianismo?

Gandhiji: Diría que si un no-cristiano (digamos

un hinduista) le afirma tal cosa a un cristiano, éste

debería instarlo a que fuera un hinduista mejor antes

que poner el acento en el cambio de fe.

C.F.A.: No comparto eso enteramente, a pesar

de mi posición, que usted conoce. Hace mucho

tiempo que dejé de lado la seguridad. de que no hay

salvación posible, excepto a través del cristianismo.

Pero supongamos que el Movimiento del Grupo de

M I R E L I G I Ó N

71

Oxford le cambiará la vida a su hijo y que él sintiera

que lo han convertido, ¿qué diría usted?

Gandhiji: Diría que el Grupo de Oxford puede

cambiar la vida de cuantas personas quiera, pero no

su religión. Lo que sí pueden es hacerles prestar

atención a lo mejor de sus respectivas religiones,

cambiándoles la vida al pedirles que vivan de acuerdo

con eso. Una vez se presentó ante mí un hombre,

hijo de brahmanes, que afirmó que la lectura de

vuestro libro sagrado lo había llevado a abrazar el

cristianismo. Le pregunté si pensaba que la religión

de sus mayores estaba equivocada. Me respondió

que no. Entonces. le dije: “¿Acaso tiene algún problema

en aceptar la Biblia como uno de los más

grandes libros religiosos del mundo y a Cristo como

uno de los grandes maestros?” Continué diciéndole

que había leído mal vuestro libro, que en toda

vuestra literatura ustedes nunca instan a los hinduístas

a aceptar la Biblia y a abrazar el cristianismo

-a menos, por supuesto, que su posición sea semejante

a la del difunto M. Mahommed Ali, que sostenía

que “por mala que sea la vida de un musulmán

es mejor que la de un buen hindú.”

C.F.A.: No acepto en absoluto la posición de M.

Mahommed Ali. Lo que sostengo es que si una per-

M A H A T M A G A N D H I

72

sona necesita realmente cambiar sus creencias, no

seré yo quien le cierre el paso.

Gandhiji: ¿Pero acaso no comprende que no le

da la menor oportunidad? Ni siquiera lo interroga

seriamente. Supongamos que un cristiano se me

acerca y me dice que está cautivado por la lectura

del Bhagavad y que, por lo tanto, quiere declararse a

sí mismo hinduísta; yo le diría: “No. Lo que ofrece

el Bhagavad lo ofrece también la Biblia. Usted ni

siquiera intentó descubrir eso. Inténtelo y sea un

buen cristiano.”

C.F.A.: No sé. Si alguien dice seriamente que

quisiera ser un buen cristiano,, yo le diría, “Sí, puede

serlo”, aunque usted. sabe que a lo largo de mi vida

he disuadido enérgicamente ciertos ardientes entusiasmos

de gente que se me acercó. Les decía, “Sin

duda no será por mi consejo que haréis nada así.”

Pero la naturaleza humana requiere una fe concreta.

Gandhiji: Si una persona quiere creer en la Biblia,

dejemos que lo diga, pero ¿por qué habría de

desechar su religión? Esta proselitización no contribuirá

a la paz del mundo. La religión es un asunto

muy personal. Debemos compartir con los otros lo

mejor que tengamos, viviendo la vida de acuerdo

con nuestro leal saber y entender. De esta manera

M I R E L I G I Ó N

73

nos incorporaremos a la suma total del esfuerzo

humano por llegar a Dios.

“Considere”, prosiguió Gandhiji, “si va a

.aceptar la posición de mutua tolerancia o la de

igualdad de todas las religiones. Mi posición se basa

en que todas las grandes religiones son fundamentalmente

iguales. Debemos tener por las demás religiones

el mismo respeto que tenemos por la propia.

Recuerde, no mutua tolerancia sino respeto similar.”

Hafan, 28-11-’38, p. 330

La conciencia no es lo mismo para todos. Por lo

tanto, si bien et una buena guía para la conducta

individual, el imponerle esa conducta a los demás

sería una interferencia insufrible en la libertad de

conciencia de todo el inundo.

Young India, 33-8-’28, P. 334

M A H A T M A G A N D H I

74

8 comentarios

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301
    Enviado: 30/10/2005 0:38
    18

    EL MEJOR CAMINO

    La propagación de la verdad y la no-violencia

    puede hacerse mejor viviendo realmente esos principios

    que divulgándolos a través de los libros. La

    vida realmente vivida es más significativa que los

    libros.

    Harijan, 13W39, p. 122

    Después de largos estudios y mucha experiencia,

    he llegado a la conclusión de que (1) todas las religiones

    son verdaderas; (2) todas las religiones encierran

    algún error; (3) todas las religiones me son casi

    tan caras como mi hinduísmo, por cuanto todos los

    seres huma-nos me son tan queridos como mis pa-

    M I R E L I G I Ó N

    75

    rientes cercanos. Mi veneración por las creencias

    ajenas es la misma que siento por mi propia fe.

    Sabarmati, 1928 p. 17

    M A H A T M A G A N D H I

    76

    CUARTA PARTE

    MI FE EN DIOS

    19

    DIOS ES

    Si nosotros existimos, si nuestros padres y sus

    padres han existido, entonces es natural creer en el

    Padre de toda la creación. Si Él no existe, nosotros

    no existimos en parte alguna. Él es uno y, al mismo

    tiempo, es muchos. Es más pequeño que un átomo

    y más grande que el Himalaya. Lo contiene hasta

    una gota del océano y, sin embargo, ni los siete mares

    pueden encerrarlo. La razón es impotente para

    conocerlo. Él está más allá del alcance o la

    aprehensión racional. No es necesario que continúe

    M I R E L I G I Ó N

    77

    insistiendo sobre el tema. En esta cuestión lo esencial

    es la fe. Mi lógica puede hacer y deshacer innumerables

    hipótesis. Un ateo podría derrotarme en

    un debate; sin embargo, mi fe corre tanto más rápidamente

    que mi razón, por lo cual puedo desafiar al

    mundo entero y decir que “Dios es, fue y será siempre.”

    No obstante, aquellos que quieran negar su

    existencia, tienen la libertad de hacerlo. Dios es

    misericordioso y compasivo: no es un rey terrenal

    que necesita un ejército para hacernos aceptar su

    poder. Él nos concede la libertad y, sin embargo, Su

    compasión ordena obediencia a Su voluntad. Si alguien

    desdeña inclinarse ante Su voluntad, £1 dice:

    “Así sea; no por esto mi sol brillará menos para ti,

    ni tampoco mis nubes para ti han de llover menos.

    No necesito forzarte para que aceptes mi poder.”

    Dejemos, pues, al ignorante que discuta la existencia

    de semejante Dios. Yo soy uno de los millones de

    hombres sabios que creen en E y nunca me cansaré

    de inclinarme ante E1l ni de cantar Su gloria.

    Young India, 21-1-’28, pp. 30.31

    Existe un Poder indefinible y misterioso que todo

    lo penetra. Lo siento aunque no lo vea. Este Po-

    M A H A T M A G A N D H I

    78

    der oculto que se hace sentir desafía, sin embargo,

    todas las pruebas porque es completamente distinto

    a todo lo que percibo a través de mis sentidos. Es

    un Poder que trasciende los sentidos.

    No obstante es posible demostrar, hasta cierto

    punto, la existencia de Dios. Aun en los. asuntos

    cotidianos sabemos que la gente en general no sabe

    quién gobierna ni por qué y tampoco cómo gobierna.

    Sin embargo saben que, sin duda, hay un poder

    que gobierna.

    El año pasado, en mi viaje por Mysore, me encontré

    con muchos aldeanos pobres y pude descubrir,

    mediante las preguntas que les formulaba, que

    no sabían quién gobernaba Mysore. Decían simplemente

    que lo gobernaba algún dios. Si el conocimiento

    de esta pobre gente sobre su gobernante

    era tan limitado, a – mí, que soy infinitamente más

    pequeño que Dios -más pequeño que ellos respecto

    de su gobernante- no debiera causarme sorpresa el

    no haberme dado cuenta de la presencia de Dios, el

    rey de reyes.

    No obstante, yo también siento -como sentían

    los pobres aldeanos respecto de Mysore- que hay un

    orden en el universo, que existe una Ley inalterable

    que gobierna cada cosa y cada ser existente o vi-

    M I R E L I G I Ó N

    79

    viente. No es una ley ciega pues ninguna ley que se

    ciega puede gobernar la conducta de los seres vivientes;

    vida que, gracias a las maravillosas investigaciones

    de Sir J. C. Bose, ahora podemos probar

    que se extiende inclusive a la materia. Luego, esa

    Ley que gobierna toda vida es Dios. La Ley y el Legislador

    son uno. No puedo negar la Ley y tampoco

    al Legislador tan sólo porque sé muy poco sobre

    Ella o sobre El. Así como mi negación o ignorancia

    sobre la existencia de un poder terrenal no me servirá

    de nada, del mismo modo mi negación de Dios y

    de su Ley no me liberará de su acción. Al igual que

    una aceptación humilde y silenciosa de la autoridad

    divina torna más fácil el camino de la vida, la aceptación

    de un gobierno terrenal torna más fácil la

    vida que se somete a él.

    Al paso que percibo oscuramente que todo a mi

    alrededor cambia constantemente, muere constantemente,

    encuentro que por debajo de esos cambios

    hay un poder vital que es inmutable, que todo lo

    reúne, que crea, disuelve y recrea. Ese poder o espíritu

    que da toda forma es Dios. Y puesto que nada

    de lo que veo meramente a través de mis sentidos

    puede o podrá perdurar, solo Él es.

    M A H A T M A G A N D H I

    80

    Este poder ¿es benévolo o malévolo? Yo lo

    considero puramente benévolo. Ya que me es dado

    ver la perduración de la vida en medio de la muerte,

    la perduración de la verdad en medio de la mentira y

    la perduración de la luz en medio de la oscuridad,

    deduzco de ello que Dios es Vida, Verdad, Luz. É1

    es Amor. Es el Bien Supremo.

    No obstante, Él no es un Dios que simplemente

    satisface el intelecto, si es que alguna vez lo hace.

    Dios, para ser Dios, debe gobernar el corazón y

    transformarlo. Debe expresarse hasta en el más ínfimo

    acto de Su devoto. Esto sólo puede darse mediante

    una comprensión definitiva y mucho más real

    que la que jamás podrían producir cualesquiera de

    los cinco sentidos. Las percepciones de los sentidos

    pueden ser -y con frecuencia lo son- falsas e ilusorias,

    a pesar de que a nosotros nos puedan parecer

    muy reales. Pero cuando la comprensión no se produce

    con los sentidos, es infalible. Esto se ha comprobado,

    no por medio de una evidencia externa,

    sino por la transformación de la conducta y del carácter

    de aquellos que han sentido en su interior la

    presencia real de Dios.

    Semejante testimonio puede hallarse en la cadena

    ininterrumpida de profetas y sabios de todos los

    M I R E L I G I Ó N

    81

    países y todos los climas. Rechazar esta evidencia es

    negarse a sí mismo.

    Dicha comprensión está precedida por una fe

    inamovible. Aquel que quiera comprobar en sí

    mismo la presencia de Dios puede hacerlo mediante

    una fe viva. Y puesto que la fe no, puede ser, probada

    mediante una evidencia externa, el camino más

    seguro es creer en el gobierno moral del mundo y,

    en consecuencia,. en la supremacía de la ley moral,

    la ley de la Verdad y el Amor. El ejercicio de la fe

    será lo. más seguro allí donde haya una clara determinación

    de rechazar sumariamente todo lo que.

    sea contrario a la Verdad y el Amor.

    No puedo explicar la existencia del mal mediante

    ningún método racional. Querer hacerlo es

    sentirse igual a Dios. Por eso, soy lo suficientemente

    humilde como para aceptar el mal como lo

    que es. Y denomino a Dios paciente y sufriente por

    la precisa razón de que permite la existencia del mal

    en el mundo. Sé que no hay mal en Él aunque..

    existe el mal y Dios sea su autor, Él, permanece inmaculado.

    Asimismo, sé que nunca conoceré a Dios si no

    lucho con y contra el mal, aun cuando eso me

    cueste la vida. Mi experiencia humilde y limitada me

    M A H A T M A G A N D H I

    82

    ha fortalecido en la fe. A medida que trato de volverme

    más puro, me siento más cerca de Dios.

    ¿Cuánto más puro he de ser cuando mi fe ya no sea

    una mera apología como lo es hoy sino que se haya

    tornado tan inamovible como el Himalaya y tan

    blanca y brillante como la nieve de sus picos? Entretanto,

    invito al lector a rezar con Newman, que

    en sus ejercicios espirituales cantaba:

    Guíame, Luz bondadosa, a través del cerco

    de tinieblas,

    Enséñame el camino.

    La noche es oscura y estoy lejos del hogar,

    Enséñame el camino.

    Dirige mi andar: me basta solo un .paso,

    Yo no pido ver el paisaje lejano.

    Young India, 11-10-’28, pp. 340-41

    Los racionalistas son seres admirables, pero el

    racionalismo se vuelve un monstruo horrible cuando

    tiene pretensiones de omnipotencia. Atribuir

    omnipotencia a la razón es tan deplorable como

    adorar un ídolo de madera y piedra creyendo que es

    Dios. No abogo por la supresión de la razón sino

    M I R E L I G I Ó N

    83

    por un debido reconocimiento de aquello que está

    dentro de nosotros y que santifica a la razón misma.

    Young India, 14-10-’28, p. 359

    Es bastante fácil decir: “No creo en Dios”, pues

    Dios permite que impunemente se digan muchas

    cosas de P-1. F1 observa nuestros actos. Cualquier

    quebrantamiento de Su Ley lleva consigo su castigo,

    no vindicativo sino purificador y constrictivo.

    Young India, 23-9-’28, p. 333

    M A H A T M A G A N D H I

    84

    20

    LA NAO DE DIOS

    Yo no considero a Dios una persona. La Verdad es

    para mí Dios y la Ley de Dios y Dios no son cosas

    ni hechos diferentes -como podrían serlo un rey

    terrenal y su ley-, puesto que Dios es una Idea, la

    Ley misma. Por lo tanto,. es imposible concebir a

    Dios infringiendo la Ley; por esto, Él no rige las

    acciones y se aparta. Cuando decimos que El rige

    nuestras acciones, simplemente estamos usando un

    lenguaje humano que trata de limitar a Dios. Por el

    contrario, Él y Su Ley están en todas partes y gobiernan

    todo. En consecuencia, no creo que Él responda

    en detalle a cada una de nuestras preguntas,

    aunque no hay duda que gobierna nuestro obrar:

    creo con firmeza que ni una brizna de pasto crece o

    M I R E L I G I Ó N

    85

    se mueve independientemente de Su voluntad. El

    libre albedrío de que gozamos es menor que el de

    un pasajero en la cubierta atestada de gente de un

    barco.

    “¿Siente usted una sensación de libertad en: su

    comunidad con Dios?”

    -Sí, no siento la estrechez que sentiría en un

    bote repleto de pasajeros. Aunque sé que mi libertad

    es menor que la del pasajero, aprecio esa libertad

    puesto que me he empapado hasta los tuétanos

    de la enseñanza fundamental del Gita que dice que

    el hombre es el hacedor de su propio destino -en el

    sentido de que tiene libertad de elección y también

    por la forma en que usa dicha libertad. Sin embargo,

    él hombre no puede controlar los resultados: en el

    momento en que cree que puede, fracasa.

    Harijan, 23-3-’40, p. 55

    La perfección es el atributo del Todopoderoso

    y, sin embargo, ¡qué gran demócrata es Dios!

    Cuánto mal y cuánta farsa recibe de nosotros. Debe

    padecer hasta que nosotros -insignificantes criaturas

    Suyas- dudamos de Su existencia, a pesar de que Él

    está en cada átomo que se halla cerca de nosotros,

    alrededor de nosotros y dentro nuestro. No obs-

    M A H A T M A G A N D H I

    86

    tante, Se ha reservado el derecho a manifestarse a

    quien quiera que Él elija. Es un Ser sin manos, sin

    pies y sin órganos; empero, puede ser visto por

    quien Él ha elegido para autor revelarse.

    Harijan, 14-11-’36, p. 316

    En un sentido estrictamente científico, Dios es

    la causa tanto del bien como del mal. Él dirige la

    daga del asesino tanto como el bisturí del cirujano.

    Sin embargo, respecto de los fines humanos, el bien

    y el mal son distintos e incompatibles y simbolizan

    la luz y las tinieblas, Dios y Satán.

    Hariian, 20-2-’37, p. 9

    Las leyes de la naturaleza son inmutables e invariables

    y no ocurren milagros en cuanto a su infracción

    e interrupción. Sin embargo nosotros -seres

    limitados- imaginamos toda .clase de cosas y atribuimos

    a Dios nuestras limitaciones.

    Harijan, 14-4-’37, p. 87

    Dios es para mí Verdad y Amor. Dios es ética .y

    moral; Dios es intrepidez. Dios es la fuente de Luz

    y Vida y, sin embargo, está más allá de todo esto,

    Dios es conciencia; es, inclusive, el ateísmo del ateo,

    M I R E L I G I Ó N

    87

    porque en Su amor ilimitado Dios permite que el

    ateo viva. Él es quien busca en los corazones. Él

    trasciende todo lenguaje y razón. Él nos conoce y

    conoce nuestros corazones mejor que nosotros

    mismos. Él no se fía de nuestras palabras porque

    sabe que a menudo no hablamos seriamente –

    algunas veces a sabiendas y otras sin saberlo. Es un

    Dios personal para aquellos que necesitan Su presencia

    personal. Él se ha encarnado para quienes

    necesitan Su contacto. Él es la más pura esencia.

    Dios simplemente es para los que tienen fe; es todas

    las cosas para todos los hombres. Dios está en nosotros

    y, sin embargo, está por encima y más allá de

    nosotros. Se puede proscribir la palabra “Dios” del

    Congreso, pero nadie tiene el poder de desterrar la

    Cosa misma. Además la conciencia es, sin dudas,

    sólo una pobre y laboriosa paráfrasis de la simple

    combinación de cuatro letras que forman la palabra

    Dios. Él no puede dejar de ser solo porque en Su

    nombre se cometen horribles inmoralidades y brutalidades

    inhumanas. Él es resignación. Dios es paciente

    pero también es terrible. Es el personaje más

    exigente del mundo actual y del mundo por venir.

    Dios nos mide con la misma medida con que nosotros

    medimos a nuestros prójimos -ya sean hombres

    M A H A T M A G A N D H I

    88

    o bestias. La ignorancia no es excusa para Él y, al

    mismo tiempo, es todo misericordia, ya que siempre

    nos da la oportunidad de arrepentirnos. Es el demócrata

    más grande que el mundo haya conocido

    puesto que nos deja “libres” para que elijamos por

    nosotros mismos entre el bien y el mal. Es el tirano

    máximo que jamás se haya conocido porque a menudo

    aparta la copa de nuestros labios y nos deja un

    margen de libre albedrío totalmente desproporcionado,

    tan sólo para regocijarse a costa nuestra. Por

    eso, el mundo es lo que el hinduismo llama Su diversión:

    lila, o la ilusión, maya. Nosotros no existimos,

    sólo Él existe; y si queremos ser, debemos

    cantar eternamente. Su gloria y hacer Su voluntad.

    Bailemos al son de Su bansi -de su flauta- y todo

    estará bien.

    Young India, 5-3-’25, p. 81

    Me habéis preguntado por qué considero que

    Dios es la Verdad. En mi temprana juventud me

    enseñaron a repetir lo que en las escrituras hindúes

    se conoce como los mil nombres de Dios. Sin embargo,

    estos mil nombres de Dios no son, de ninguna

    manera, todos los posibles. Nosotros creemos

    -y personalmente pienso que es cierto- que Dios

    M I R E L I G I Ó N

    89

    tiene tantos nombres como criaturas haya y por esto

    también decimos que Dios es innombrable; dado

    que Dios tiene muchas formas, Lo consideramos

    sin forma y puesto que Él nos habla mediante numerosas

    lenguas, Lo consideramos carente de habla

    -y así sucesivamente. Luego, cuando comencé a estudiar

    el islamismo, descubrí que también allí tenían

    muchos nombres para Dios. Yo decía Dios es amor

    con aquellos que dicen Dios es Amor. Sin embargo,

    en lo profundo de mi ser solía decirme que Dios

    puede ser amor, pero que, por sobre todas las cosas,

    Dios es verdad. Así, llegué a la conclusión de, que si

    existe alguna posibilidad de que el lenguaje humano

    logre dar una descripción acabada de Dios, esa posibilidad

    era para mí decir que Dios es Verdad. Sin

    embargo, hace dos años di otro paso adelante y declaré

    que la Verdad es Dios. Vosotros habréis de

    ver la sutil diferencia entre ambas afirmaciones, a

    saber: Dios es Verdad y la Verdad es Dios. Arribé a

    esa conclusión después de una continua e implacables

    búsqueda de la Verdad que comenzó hace

    aproximadamente cincuenta años. Descubrí entonces

    que la forma de lograr el mayor acercamiento

    posible a la Verdad era a través del amor. Pero descubrí

    asimismo que el amor tiene diversas acepcio-

    M A H A T M A G A N D H I

    90

    nes -por lo menos en la lengua inglesa- y que el

    amor humano en el sentido de pasión puede volverse

    también algo degradante. Del mismo modo, descubrí

    que el amor en el sentido del ahimsa sólo tiene

    un número limitado de adeptos en el mundo. Sin

    embargo, jamás encontré un doble significado en

    relación con la verdad. Aún los ateos no han dudado

    de la necesidad ni del poder de la verdad, aunque

    en su apasionada búsqueda de la misma no hayan

    vacilado en negar hasta la existencia misma de Dios

    -lo cual, desde su punto de vista personal, es correcto.

    A causa precisamente de este razonamiento,

    me di cuenta de que era mejor decir la Verdad es

    Dios que decir Dios es la Verdad. Me viene a la

    memoria el nombre de Charles Bradlaugh, que se

    complacía en llamarse ateo: cuando se sabe algo de

    él -como me sucede a mí- nunca se lo consideraría

    ateo. Lo llamaría hombre temeroso de Dios, aunque

    sé que él rechazaría ese título. Si Yo le dijera: “Usted

    es un hombre temeroso de la verdad, Sr. Bradlaugh,

    y por lo tanto un hombre temoroso de Dios”, su

    rostro se cubriría de rubor. Yo desarmaría inmediatamente

    su crítica diciendo que la Verdad es Dios,

    tal como lo he hecho con las críticas de muchos

    jóvenes. Sumemos a lo anterior el gran obstáculo de

    M I R E L I G I Ó N

    91

    que millones de personas han tomado el nombre de

    Dios para cometer en Su nombre atrocidades sin

    cuento. Por supuesto que los científicos también

    han cometido a menudo crueldades en nombre de

    la verdad. Sé que cuando se practica la vivisección

    en animales, los hombres están perpetrando crueldades

    inhumanas en nombre de la verdad y la ciencia.

    Por lo tanto, no importa la manera en que

    describamos a Dios: en el camino tropezaremos

    siempre con una serie de dificultades. La mente

    humana es una cosa limitada; por ello, cuando pensamos

    en un ser o entidad que está más allá de

    nuestro humano poder de comprensión, lo hacemos

    sujetos necesariamente a nuestras limitaciones.

    Asimismo, hay algo más en la filosofía hindú, a

    saber: solo Dios es y no existe nada más. Esta misma

    verdad la encontramos enfatizada y ejemplificada

    en el kalma del islamismo. Allí encontramos

    claramente expuesto que solo Dios es y no existe

    nada más. En realidad, la palabra sánscrita para

    Verdad -sat- significa literalmente lo que existe. Por

    esto -y por diversas razones que podría darles- he

    llegado a la conclusión de que la definición “La

    Verdad es Dios” me resulta altamente satisfactoria.

    M A H A T M A G A N D H I

    92

    Cuando se quiere descubrir que la Verdad es

    Dios, el único medio inevitable es el amor, es decir,

    la no-violencia y como creo que los medios y el fin

    son en esencia términos convertibles, no vacilaría en

    decir que Dios es amor.

    “¿Qué es entonces la Verdad?”

    Es una pregunta difícil (respondió Gandhiji),

    pero personalmente la he resuelto diciéndome que

    es aquello que nos dice la voz interior. Vosotros os

    preguntaréis entonces cómo es que diferentes personas

    piensan en verdades distintas y contradictorias.

    Considerando que la mente humana trabaja en

    innumerables niveles y que la evolución de la mente

    humana no es la misma para todos, se desprende

    que lo que puede ser verdad para uno puede resultar

    falso para otro; por tal motivo, los que han realizado

    experiencias en ese sentido, han llegado a la conclusión

    de que para realizar dichas experiencias

    deben atenerse a ciertas condiciones. Al igual que

    para llevar a cabo experimentos científicos es indispensable

    seguir un curso de instrucción científica,

    para que una persona tenga la capacidad de realizar

    experimentos en el reino espiritual es necesario que

    observe una estricta disciplina preliminar. Por lo

    tanto, antes de hablar de nuestra voz interior debié-

    M I R E L I G I Ó N

    93

    ramos tener en cuenta nuestras limitaciones. Creemos,

    basándonos en la experiencia, que quienes

    realicen una búsqueda individual de la verdad como

    Dios, deberán efectuarla mediante votos diversos,

    como por ejemplo el voto de verdad, el voto de

    brahmacharya (pureza) -puesto que no se puede

    compartir el amor a la verdad y a Dios con ninguna

    otra cosa-, el voto de no-violencia, el , de pobreza y

    el de no-posesión. A menos que uno se imponga

    asimismo los cinco votos, será mejor no embarcarse

    en dicho experimento. Se prescriben también algunas

    condiciones más, pero no es necesario que las

    enumere a todas. Es suficiente decir que quienes

    han realizado estas experiencias saben que no es

    conveniente que todos pretendan oír la voz de la

    conciencia. Esta afirmación se debe a que en el

    momento presente todo el mundo reclama el derecho

    a hacer oír su conciencia sin seguir previamente’

    una disciplina, sea ésta cual fuere. Por otra parte, se

    le entrega tanta mentira a un mundo aturdido que

    todo lo que yo puedo decirles, con verdadera humildad,

    es que la verdad sólo será hallada por aquel

    que posea un gran sentido de la humildad. Si queremos

    nadar en el seno del océano de la verdad,

    M A H A T M A G A N D H I

    94

    debemos reducirnos acero. Desgraciadamente, no

    puedo seguir más allá por esta senda fascinante.

    Young India, 31-12-’31, pp. 427-28

    Existen innumerables definiciones de Dios porqué

    sus manifestaciones son innumerables. Estas

    manifestaciones me abruman de admiración y temor

    reverente y, por momentos, me pasman. Pero sólo

    adoro a Dios como verdad. Aún no he encontrado

    a Dios, pero sigo buscándolo. Estoy dispuesto a

    sacrificar las cosas que me son más queridas para

    proseguir con esa búsqueda. Espero estar preparado

    para dar hasta mi propia vida si se me exigiera ese

    sacrificio. Pero hasta tanto no haya comprendido

    esa Verdad Absoluta, tendré que atenerme a la verdad

    relativa tal como la he concebido. Esa verdad

    relativa deberá ser en el entretanto mi luz, mi amparo

    y mi escudo. A pesar de que este camino es riguroso,

    estrecho y cortante como el filo de una navaja,

    a mí me ha resultado el más rápido y el más fácil:

    Hasta mis. errores. grandes como el Himalaya, me

    han parecido insignificantes porque he seguido estrictamente

    dicho camino -sendero que he recorrido

    de acuerdo con mi propia luz y que. me ha salvado

    de fracasar. A medida que avanzaba he tenido a

    M I R E L I G I Ó N

    95

    menudo tenues vislumbres de la Verdad Absoluta y

    de Dios y día a día crece en mí la convicción de que

    sólo Él es real y que todo lo demás es irreal.

    Una nueva convicción se ha ido apoderando de

    mí: todo lo que me es posible, le es posible inclusive

    a un niño -y tengo buenas razones para decirlo. Los

    instrumentos para la búsqueda de la verdad son tan

    simples como dificultosos: pueden resultar imposibles

    para una persona arrogante y completamente

    posibles para un niño inocente. El que busca la

    Verdad tiene que ser más humilde que el polvo.

    Todo el mundo aplasta el polvo bajo sus pies, pero.

    el que busca la Verdad debe ser tan humilde como

    para que hasta el polvo pueda aplastarlo.

    Que cientos de personas como yo perezcan,,

    pero que reine la Verdad.

    De la Introducción a la Autobiografía, pp. 8-7

    M A H A T M A G A N D H I

    96

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301 Enviado: 30/10/2005 0:43
    21

    DIOS EN MI VIDA

    Estoy más seguro de su existencia que del hecho

    de que vosotros y yo estemos sentados en esta

    habitación. Puedo asegurar también que podría vivir

    sin aire y sin agua pero no sin Él. Pueden arrancarme

    los ojos que eso no lograrán matarme. Pueden

    troncharme la nariz, que eso no me Tratará. Sin

    embargo, si hacen saltar mi creencia en Dios, estoy

    muerto. Pueden decir que esto es una superstición

    confieso que abrazo es superstición del mismo modo

    que en mi niñez utilizaba .el nombre de Rama

    cuando había algún motivo de peligro o alarma.

    Harijan, 14-5-’38, p. 109

    M I R E L I G I Ó N

    97

    Aprendí a confiar conscientemente en Dios

    antes de los quince años.

    Harijan, 11-3-’39, p. 48

    Mi alma se expande en adoración al Creador

    cuando admiro la maravilla de una puesta del sol o

    la belleza de la luna. En todas estas creaciones procuro

    verlo a Él y a sus mercedes.

    Young India, 13-11-24, p. 378

    Lo que quiero lograr -lo que me he esforzado

    en lograr y lo que he anhelado durante estos últimos

    treinta años- es el auto conocimiento, el ver a Dios

    cara a cara y alcanzar así el moksha8. Vivo, me muevo

    y he puesto mi ser en la prosecución de esa meta.

    Todo lo que hago por medio de la palabra o el escrito

    -amén de mis aventuras en el campo político

    está dirigido hacia ese mismo fin.

    De la Introducción a la Autobiografía pp. 4-5

    Me resulta una tortura continua estar todavía

    tan lejos de Dios, puesto que sé cabalmente qué Él

    gobierna cada sopló de mi vida y que yo soy su

    8 Lit., liberarse del nacimiento y la muerte. El equivalente español que

    más se le aproxima es salvación.

    M A H A T M A G A N D H I

    98

    vástago. Sé que son las malas pasiones que llevo

    adentro las que me mantienen apartado de Él y, no

    obstante, no puedo librarme de ellas.

    De la Introducción ala Autobiografía, p. 8

    Debo marchar con’ Dios como única guía. Él es

    un Señor celoso. No admitiría que nadie compartiera

    Su autoridad. Por ello, tenemos que aparecer ante

    Él con toda nuestra debilidad, con las manos vacías

    y con un espíritu de sumisión absoluto. Entonces Él

    nos capacitará para enfrentarnos al mundo entero y

    nos protegerá de todo mal.

    Young India, 3-9-’31, p. 247

    No trato de prever el futuro. Lo que me importa

    es atender al presente, Dios no me ha dado

    ningún control sobre el momento siguiente.

    Young India, 26-12-’24, p. 427

    No os esforcéis por protegerme. El Altísimo

    siempre está allí para protegernos a todos. Podéis

    estar seguros que cuando me llegue la hora, nadie,

    ni siquiera la persona más famosa del mundo, podrá

    interferir. entre Él y yo.

    Young India, 2-4-’31, p. 54

    M I R E L I G I Ó N

    99

    Dios me pondrá a salvo mientras Él quiera que

    yo permanezca en este cuerpo. En el momento en

    que Sus deseos estén satisfechos, no valdrán precauciones

    de mi parte para salvarme.

    Cartas de Bapu a Mira, 1949, p. 91

    Dios es el capataz más duro que he conocido en

    esta tierra, pues Él nos prueba en todo. Pero cuando

    descubrimos que nuestra fe está fallando -o

    nuestro cuerpo nos está. fallando – y nos estamos

    hundiendo, viene a ayudarnos de uno u otro modo.

    Y nos prueba que no debemos perder nuestra fe y

    que Él está a disposición de nosotros -pero en sus

    términos, no en los nuestros.

    Discursos y escritos del Mahatma Gandhi, 4a edición, p.

    1069

    Esta persona (el partidario del Gita) toma nota

    de las cosas tal como suceden y reacciona naturalmente

    ante ellas, cumpliendo su parte como si lo

    impulsara el gran Mecanicista, del mismo modo que

    una pieza de máquina que funciona bien responde

    automáticamente a las instancias del mecanismo.

    Para un intelligent es algo muy difícil ser semejante a

    una máquina. Sin embargo, quien desea la perfec-

    M A H A T M A G A N D H I

    100

    ción precisamente debe convertirse en cero. La diferencia

    sustancial entre la máquina y el hombre es

    que la máquina es inerte y el hombre es vida plena,

    transformada, conscientemente en máquina en manos

    del Mecánico Maestro. Krishna dice repetidamente

    que Dios mueve a todos los seres como si

    fueran partes de un mecanismo.

    Carta de Bapu a Mira, 1949, pp. 238-39

    Yo he sido un esclavo voluntario del exigentísimo

    Maestro durante más de medio siglo. Con el

    correr de los años Su voz ha sido cada vez más audible.

    Jamás me ha abandonado, ni siquiera en mis

    peores momentos. Con frecuencia me ha salvado de

    mi mismo y me ha dejado sin el menor vestigio de

    independencia. Cuanto más me he sometido a Él,

    mayor ha sido mi gozo.

    Harijan, 6-5-’33, p. 4

    Dios nos considera y nos cuida como si É1 no

    tuviera ninguna preocupación. Cómo sucede esto,

    no lo sé. Lo que si sé es que ocurre. A quienes tienen

    fe se les alivia’ de los cuidados que pesan sobre

    sus hombros.

    Cartas de Bapu a Mira, 1949, p. 287

    M I R E L I G I Ó N

    101

    La derrota no puede descorazonarme: sólo sirve

    para purificarme. Sé que Dios me guiará.

    Young India, 3-7-’24, p. 218

    No hay momento en que no sienta la presencia

    de un Testigo cuyos ojos no dejan nada sin registrar;

    presencia con la que trato siempre de estar en armonía.

    No puedo recordar un momento de mi vida

    en que no haya sentido que Dios estaba a mi lado.

    Harijan, 24-12-’38, p. 395

    Veo a diario tanta miseria y frustración que si no

    sintiera dentro de mi la presencia de Dios; me convertiría

    en un maniático delirante cuyo destino seria

    el Hoogli.

    Young India, 8-8-’25, p. 275

    A medida que transcurren los días siento la Presencia

    Viviente en cada fibra de mi ser. Si no sintiera

    eso, me volvería loco. Tantas cosas están

    dispuestas para perturbar la paz de mi mente, ocurren

    hechos tales, que si no fuera consciente de esa

    Presencia, viviría conmovido hasta la médula. Pero

    esas cosas pasan dejándome prácticamente intocado.

    M A H A T M A G A N D H I

    102

    Carta de Bapu Mira 1949 p, 988

    Creo qué a todos los seres humanos les es posible

    lograr ese estado sin mácula, bendito e indescriptible,

    en que se siente dentro de uno la presencia

    de Dios, con exclusión de cualquier otra cosa.

    Young India 17-11-‘21p. 388

    M I R E L I G I Ó N

    103

    22

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301
    Enviado: 30/10/2005 0:44
    22

    LA VOZ INTERIOR

    Mi pretensión de oír la Voz de Dios no es nueva.

    Desafortunadamente no hay ningún medio -que

    yo sepa- de probar dicha pretensión, excepto a través

    de los resultados.

    Harijan, 6-5-’33,p.4

    Lo que ante todo me dejó perplejo fue la. cuestión

    de la-Voz de Dios. ¿Qué era? ¿Qué oía? : ¿Era

    la de una persona que podía ver? Si. no lo era, cómo

    me llegaba esa Voz? Estas preguntas son muy pertinentes.

    La Voz de Dios, de la Conciencia, de la Verdad,

    la Voz Interior -o la “suave y pequeña Voz”- son

    para mí una sola y la misma cosa. No veo ninguna

    M A H A T M A G A N D H I

    104

    forma ni tampoco he tratado de verla pues siempre

    he creído que Dios no tiene forma. Sin embargo, sí

    he oído como una Voz distante y, a la vez, muy cercana.

    Era tan inequívoca como una voz humana,

    irresistible, que indudablemente se dirigiera a mí.

    En el momento en que oí la Voz por primera

    vez yo no estaba soñando sino que antes de oírla se

    produjo en mi interior una tremenda lucha. De repente,

    la Voz cayó sobre mí, yo escuché, me cercioré

    de que era la Voz y la lucha cesó. Quedé en

    calina. Tomé una determinación acorde y fijé el día

    y la hora del ayuno. Sentí alegría. Esto ocurrió entre

    las 11 y las 12 de la noche. Me sentí renovado y

    comencé a escribir los apuntes que el lector quizá

    haya visto.

    ¿Acaso puedo ofrecer mayor evidencia de que

    realmente oí la Voz y no un eco de mi propia imaginación

    ardiente? No poseo otra prueba para convencer

    al escéptico. Este queda en libertad de decir

    que todo no fue más que un autoengaño o una alucinación.

    Bien podría haberlo sido. No puedo ofrecer

    una prueba en sentido contrario. Sin embargo,

    he de decir lo siguiente: ni siquiera el veredicto unánime

    del mundo entero en mi contra podría apar-

    M I R E L I G I Ó N

    105

    tarme de creer que eso que he oído es la verdadera

    Voz de Dios.

    No obstante, algunos piensan que Dios mismo

    es una creación de nuestra imaginación. Si esa opinión

    es cierta, entonces nada es real, todo es producto

    de nuestra imaginación. Suponiendo que así

    fuese, mientras mi imaginación me domine yo sólo

    podré obrar bajo su hechizo. Las cosas más reales lo

    son sólo relativamente; sin embargo, la Voz fue para

    mí algo más real que mi propia existencia. Nunca

    me ha fallado y tampoco lo ha hecho con ningún

    otro.

    Todo aquel que lo desee puede oír la Voz. Está

    dentro de cada uno, aunque -como todo- requiere

    una preparación previa y definida.

    Harijan, 8-7-’33, p. 4

    Voy a dejar de ser útil el días que se silencie en

    mí “la suave y pequeña Voz Interior”.

    Young India, 3-12-’25, p 422

    Que yo sepa, nadie ha cuestionado la posibilidad

    de que la Voz Interior le hable a alguien; incluso, es

    de provecho para el mundo que la persona que habla

    bajo la autoridad de la Voz Interior, fundamente

    M A H A T M A G A N D H I

    106

    realmente esa pretensión. Mucha gente puede jactarse

    de eso, pero no todos pueden fundamentar su

    aserto. No obstante, no puede ni debe ser suprimida

    envistas a evitar que haya falsos demandantes. No

    existe el menor peligro en que mucha gente represente

    con sinceridad la Voz Interior. Pero, desgraciadamente,

    no hay remedio contra la hipocresía. La

    virtud no debe ser suprimida porque muchos simulen

    poseerla. En todo el mundo siempre ha habido

    hombres que pretenden hablar en nombre de la

    Verdad Interior. Sin embargo, por ahora, sus efímeras

    actividades no han hecho daño al mundo. Es

    preciso atravesar un largo y muy severo entrenamiento

    antes de estar capacitado para escuchas esa

    Voz. Si verdaderamente es la Voz Interior la que

    habla, no puede confundirse. No se puede engañar

    alnado con buenos resultados durante largo tiempo.

    Por lo tanto, no. hay peligro de que sobrevenga la

    anarquía porque no se suprima a un hombre como

    yo, que se atreve a defender la autoridad de la Voz

    Interior cuando cree haberla oído.

    Harijan, 18-3-’33, p. 8

    El hombre es un ser falible, que nunca puede

    estar seguro del camino que sigue. Quizá lo que

    M I R E L I G I Ó N

    107

    considera una respuesta a sus plegarias sea únicamente

    un eco de su orgullo. Tener una conducta

    infalible supone gozar de un corazón perfectamente

    inocente, incapaz de hacer mal. En mi caso, no cabe

    sostener esa pretensión. La mía es un alma imperfecta

    que erra, lucha y se esfuerza.

    Young India, 25-9-’24, p.313

    Dado que he realizado un esfuerzo .incesante

    para alcanzar la autopurificación, he logrado desarrollar.

    cierta capacidad para oír en forma -clara y –

    correcta la “suave y pequeña Voz Interior.”

    The Epic Fast, por Pyarelal, 1933, p. 34

    Creo firmemente que Dios se revela diariamente

    a todos los seres humanos, pero que nosotros cerramos

    nuestros oídos a la “dulce y pequeña Voz.”

    Young India, 25-5-’21, p. 162

    M A H A T M A G A N D H I

    108

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301
    Enviado: 30/10/2005 0:44
    QUINTA PARTE

    MI RELIGION EN LA PRACTICA

    23

    LA RELIGIÓN DEL AMOR

    Allí donde hay amor, también está Dios.

    Satyagraha in South Africa, 1950, p. 380

    La no-violencia es una fuerza activa de la más

    alta clase: es la fuerza o poder de la Divinidad en

    nosotros. Nos volvemos semejantes a Dios en la

    medida en que nos tornamos no-violentos.

    Harijan, 12-11-‘ 38, p. 328.

    M I R E L I G I Ó N

    109

    Los científicos nos dicen que sin la presencia de

    una fuerza cohesiva entre los átomos que comprenden

    nuestro planeta, éste se desmoronaría y nosotros

    dejaríamos de existir. Así como hay una fuerza

    cohesiva en la materia muerta, del mismo modo la

    hay en todas las cosas animadas: el nombre de dicha

    fuerza cohesiva entre los seres animados es Amor.

    La observamos en la relación padre e hijo, hermano

    y hermana y amigo y amiga. Sin embargo, tenemos

    que aprender a .usar esa fuerza de todo lo viviente,

    ya que nuestro conocimiento de Dios dependerá del

    uso que de ella hagamos.

    Young India, 5-5-‘20 p. 7

    El empeño más alto del hombre consiste en

    tratar de encontrara Dios, dijo Gandhi. A Dios no

    puede hallárselo en los templos, los ídolos o los lugares

    de adoración construidos por manos humanas,

    y tampoco se habrá de llegar a Él por el camino

    de las abstinencias. Se puede hallar a Dios sólo mediante

    el amor, pero no el terrestre sino el divino.

    Harijan, 23-11-‘47, p. 40

    Sostengo que incluso ahora que la estructura social

    no está basada en la aceptación consciente de la

    M A H A T M A G A N D H I

    110

    no-violencia, en todo el mundo la humanidad vive y

    los hombres retienen sus posesiones por el consentimiento

    y la tácita aceptación mutua. Si así no fuera

    hubieran sobrevivido únicamente un número muy

    reducido de los más feroces. Pero ése no es el caso.

    Las familias están unidas por lazos de amor, como

    también lo están. esos grupos que se denominan

    naciones en la llamada sociedad civilizada. Sólo que

    no reconocen la supremacía de la ley de la noviolencia.

    En consecuencia, se deduce que no han

    investigado sus vastas posibilidades. Digamos que

    hasta ahora, excepto la total inercia, hemos dado

    por sentado que la no-violencia completa sólo es

    posible para los pocos que han formulado el voto

    de no-posesión y las abstinencias con él relacionadas.

    Si bien es cierto que únicamente quienes han

    formulado ese voto pueden ocuparse del trabajo de

    investigación, declarando de cuando en cuando

    cuáles son las nuevas posibilidades de la gran ley

    eterna que gobierna a los hombres, a todos les concierne

    su aplicación puesto que se trata de una ley.

    Los numerosos errores que vemos no-deben atribuírsele

    a la ley sino a sus seguidores muchos de los

    cuales ni siquiera saben que de grado o por fuerza

    se encuentran .bajo esa – ley: La madre que muere

    M I R E L I G I Ó N

    111

    por su hijo sin saberlo obedece esa ley. Durante los

    últimos cincuenta años he estado abogando por la

    aceptación consciente de esa ley y por su celosa

    práctica, a pesar de los fracasos. La labor de cincuenta

    años ha dado resultados maravillosos y ha

    contribuido a fortalecer mi fe.

    Harijan, 22-2-’42, p. 48

    He sugerido en estas columnas que la mujer es

    la encarnación del ahimsa. El ahimsa entraña un

    amor infinito, que a su vez implica una infinita capacidad

    de sufrimiento. ¿Quién sino la mujer, la

    madre del hombre, es capaz de demostrar esta capacidad

    en su más alta expresión? La demuestra

    cuando lleva en sí al niño y lo alimenta durante nueve

    meses, extrayendo alegría del sufrimiento que eso

    implica. ¿Qué puede sobrepasar al sufrimiento causado

    por los dolores del parto? Sin embargo la mujer

    los olvida en la alegría de la creación. ¿Quién, de

    nuevo, sufre cotidianamente para que el bebé crezca

    día a día? Hagamos que transfiera ese amor a la humanidad

    entera, hagamos que olvide que siempre

    fue y continúa siendo objeto de la lujuria del hombre,

    y ocupará un orgulloso lugar junto al varón

    como madre suya, su artífice y conductora silencio-

    M A H A T M A G A N D H I

    112

    sa. A ella se le ha dado el don de enseñar el arte de

    la paz a un mundo en guerra, sediento de ese néctar.

    Harijan, 24-2-’40, p. 13

    M I R E L I G I Ó N

    113

    24

    EL SERVIR ABNEGADO COMO FORMA

    DE EXPRESIÓN DEL AMORA. EL AMOR

    A. El Servir

    El único camino para encontrar a Dios es: verlo

    en Su creación y unirse a ella. Esto solo, puede hacerse

    sirviendo a todos. Yo soy una parte, una parcela

    de la totalidad y no puedo. encontrar a Dios

    separadamente del resto de la humanidad. Mis

    compatriotas son mis vecinos más cercanos. Ellos

    se hallan tan desamparados, tan desposeídos, tan

    inertes que debo concentrar todas mis fuerzas en

    servirlos. Si me persuadiera de que puedo encontrar

    a Dios en una caverna del Himalaya, marcharía allí

    inmediatamente, pero sé que no puedo hallarlo. fuera

    del género humano.

    M A H A T M A G A N D H I

    114

    Harijan, 29-8-’38, p. 228

    Dado que Dios me ha echado en suertes en medio

    del pueblo de la India, sería falso con :ni Hacedor

    si faltara en servir a mi gente. Si no se cómo

    servirlos, nunca sabré cómo servir a la humanidad.

    Young 18-8-’25, p. 211

    Estoy luchando por ponerme a la altura de los

    que están más bajo entre Sus criaturas porque sé

    que a Dios se lo encuentra con mayor: frecuencia

    entre ellos que entre los poderosos y los que están

    arriba. No podría hacer tal cosa sin su servicio. Ése

    es el motivo de mi pasión: por servir a las clases

    oprimidas. Y dado que no puedo realizar ese servicio

    sin entrar en política, en eso me hallo.

    Young India, 11-9-’24, p. 298

    Quisiera identificarme con la aflicción del último

    de los seres de la India; sí, si tuviera ese poder, por

    mínimo que fuese, me identificaría con los pecados

    de los muchachitos que están bajo mi cuidado. Tengo

    la esperanza de que, haciéndolo así., con toda

    humildad, podría llegar a ver cara a cara a Dios -la

    Verdad.

    M I R E L I G I Ó N

    115

    Young India, 3-12-’25. p. 44

    Te voy a dar un talismán. Siempre que te asalten

    dudas o cuando el yo te resulte demasiado pesado,

    adopta el método siguiente: Trata de recordar el

    rostro del hombre más pobre y desvalido que hayas

    conocido y pregúntate si lo que vas. a hacer le puede

    resultar útil a ese individuo. ¿Podrá sacar de eso

    algún provecho? ¿Le devolverá cierto control sobre

    su vida y su destino? En otras palabras, ¿lo que vas

    a hacer contribuirá al Swaraj o autonomía de los

    millones de compatriotas que mueren de hambre

    material y espiritual?

    Encontrarás así que tus dudas y tu yo se disipan.

    (De una carta dirigida a un amago).

    This Was Bapu, por R. K. Prabbu, 1954, p. 48

    Un joven misionero norteamericano, que se hallaba

    al servicio. del Mahatmaji, le preguntó qué religión

    profesaba y qué forma adoptaría la futura

    religión de la India.

    Su respuesta fue muy breve. Señalando a dos

    personas enfermas que se hallaban en la habitación,

    afirmó: “Servir es mi religión. El futuro no me

    preocupa.”

    M A H A T M A G A N D H I

    116

    This Was Bapu, por R. K. Prabhu, 1954, p. 4

    Religión es servir a los desamparados. Dios se

    manifiesta adoptando la forma de los desamparados

    y los humillados.

    Es cierto que he sostenido que la acción de hilar

    es superior a la práctica de las religiones sectarias.

    Pero eso no significa que estas últimas deban abandonarse.

    Lo que quiero decir es que hay un dharma

    que trasciende a los seguidores de cualquier religión

    y que éstos deben observar. Tal es la razón de que

    afirmara que un brahmán se torna un brahmán

    mejor, un musulmán en un musulmán mejor y un

    vaishnavaíta se convierte en un vaishnavaíta mejor

    si hacen girar la rueda (de hilar) con espíritu de servicio.

    Si me fuera posible hacer girar la rueda en mi lecho

    de enfermo y si creyera que me ayuda a concentrarme

    en Dios, sin duda dejaría de lado el

    rosario y haría girar la rueda. Si estuviera lo bastante

    fuerte como para girar la rueda y me dieran a elegir

    entre pasar las cuentas o girar la rueda, sin duda decidiría

    en favor de la rueda, convirtiéndola en mi

    rosario, dado que encuentro que la pobreza y el

    hambre asuelan la tierra. Confío en que llegue un

    M I R E L I G I Ó N

    117

    tiempo en que hasta sea un obstáculo repetir el

    nombre de Rama. Cuando llegue a tomar realmente

    conciencia de que Rama trasciende toda palabra, no

    tendré necesidad de repetir su nombre. La rueda de

    hilar, el rosario y el Ramanama tienen para mí idéntico

    valor. Los tres sirven al mismo fin: enseñarme

    la religión del servir. No puedo practicar el ahimsa

    sin practicar la religión de servir y no puedo hallar la

    verdad sin practicar la religión del ahimsa. Por lo

    demás, no existe otra religión que no sea la de la

    verdad.

    Young India, 14-8-’24, p. 287

    El hilar a mano no compite para desplazar a

    ningún tipo de industria existente y tampoco intenta

    hacerlo; asimismo, no se propone distraer a una sola

    persona físicamente capaz que pueda encontrar otra

    ocupación remunerativa en qué trabajar. La razón

    exclusiva propuesta en su favor es que se trata de lo

    único que ofrece una solución inmediata, practicable

    y permanente, a ese problema máximo con que

    se enfrenta la India, a saber: el ocio forzado, durante

    seis meses al año, de una abrumadora mayoría de la

    población hindú -ocio debido a la falta de una adecuada

    ocupación suplementaria de la agricultura,

    M A H A T M A G A N D H I

    118

    que se deriva en una hambruna crónica de las masas.

    Young India, 21-10-’28, p. 368

    Nos invade la vergüenza si descansamos o tomamos

    una comida completa, en tanto haya un solo

    hombre o una sola mujer físicamente capaces que

    estén sin trabajo o comida.

    Young India, 5-2-’25, p. 48

    Imaginad, entonces, qué calamidad debe ser tener

    300 millones de personas sin empleo; día a día

    algunos millones se van quedando debido a la falta

    de empleo, a la carencia de autorrespeto y a la ausencia

    de fe en Dios. Hablarles del mensaje de Dios

    a esos millones de hambrientos cuyos ojos están

    faltos de brillo y cuyo único Dios es su pan es como

    dirigirse a los perros. Puedo llevarles el mensaje de

    Dios sólo si les llevo el mensaje del trabajo sagrado.

    Está bien hablar de Dios sentados ante un buen

    desayuno y con la perspectiva de un almuerzo mejor.

    pero, ¿cómo voy a hablarles de Dios a esos millones

    (le personas que tienen que pasárselas sin las

    dos comidas diarias? Para elles, Mas puede aparecérsele

    solo cromo el pan y la Manteca.

    M I R E L I G I Ó N

    119

    Young India 15-10-’31, p. 310

    Sostengo que es imposible la autorrealización

    sin el servir al más pobre, identificándose con él.

    Young India, 21-10-’26, p. 364

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
    Enviado: 30/10/2005 0:30

    M I R E L I G I Ó N

    M A H A T M A G A N D H I

    Ediciones elaleph.com

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    elaleph.com

    ã 2000 – Copyright http://www.elaleph.com

    Todos los Derechos Reservados

    M I R E L I G I Ó N

    3

    NOTA DEL EDITOR

    Dado que la vida de Gandhiji consistió en nada

    menos que tratar de poner en práctica su religión

    utilizando para ello sus potencialidades al máximo,

    en este volumen se ha procurado presentar al lector

    extractos de los escritos y discursos de Gandhiji que

    configuran un cuadro bastante completo de la religión

    del Mahatma.

    La tarea no ha sido fácil. El hecho mismo de

    que la religión fue el móvil principal de las actividades

    de Gandhiji significa que todo cuanto hizo y

    dijo a lo largo de su carrera pública -no sólo en el

    dominio de la religión propiamente dicha sino también

    en las esferas de lo político, lo económico y la

    vida social -se torna pertinente respecto de esta

    obra. Según Gandhi, una religión que no se interese

    M A H A T M A G A N D H I

    4

    por todas las facetas de la vida no es en absoluto

    una religión. Siendo las cosas así, toda exposición de

    su cosmovisión religiosa resultaría incompleta si no

    presentara el conjunto de su filosofía de la conducta,

    tanto en la vida del individuo como en la vida

    social.

    En consecuencia, debíamos cubrir un campo

    muy vasto. Al mismo tiempo, la obra no tenía que

    ser muy extensa; de modo que tuvimos que hacer

    una selección muy cuidadosa, procurando que en el

    proceso de eliminación no quedara fuera nada de

    importancia.

    Gandhiji era hinduista por nacimiento. No

    obstante su hinduismo era algo exclusivamente suyo.

    Sus raíces se asían firmemente en el antiguo

    hinduismo, pero creció y se desarrolló a la luz del

    contacto con otras religiones, especialmente el cristianismo,

    como -se verá en la Segunda Parte de esta

    obra. Gandhi se esforzó por beber , en la fuente de

    todas las religiones, por lo cual se sentía partícipe de

    cada una de ellas. Sin embargo, si había que ponerle

    un rótulo, el rótulo que prefería y que era el suyo –

    no sólo por derecho de nacimiento sino también

    intrínsecamente- era el de miembro del hinduismo,

    la religión de sus antepasados.

    M I R E L I G I Ó N

    5

    El absorber los conocimientos que le brindaban

    las religiones con las que se ponía en contacto no

    significaba de ninguna manera que Gandhiji fuera

    injusto con el hinduismo o que se apartara de sus

    enseñanzas esenciales. A lo largo de su extensa historia

    el espíritu del hinduismo ha sido siempre el de

    asimilar y sintetizar los elementos nuevos con los

    que se encontraba. Por ello, al no estar atado a un

    dogma o a un fundador, el hinduismo ha podido

    aprender, crecer y desarrollarse libremente. Gandhiji

    es una viva ilustración de ese juvenil espíritu del

    hinduismo que se ha mantenido siempre fresco y

    viviente, en desarrollo siempre. En realidad, se puede

    decir sin temor a equivocarse que, en ese sentido,

    el. hinduismo ha encontrado en Gandhiji su propia

    alma.

    En el pasado el hinduismo, junto con el budismo

    -su descendiente- influyeron en todos los países

    del mundo civilizado de entonces, desde la India

    hasta China y Japón. Hoy en día el hinduismo, a

    través de Gandhiji, está experimentando un nuevo

    nacimiento: las naciones del mundo escuchan con

    respeto el mensaje de paz y no-violencia de la India.

    No cabe duda que si la religión de Gandhiji se esparciera

    a lo largo y a lo ancho de nuestro país, la

    M A H A T M A G A N D H I

    6

    India aún podría ser un factor poderoso para apartar

    al mundo del materialismo, la avaricia y las rivalidades

    que amenazan con llevar a la humanidad a

    su completa destrucción.

    Sin embargo, el mensaje de Gandhiji no está dirigido

    sólo a la India sino que es para el mundo entero.

    Él mismo afirma que no busca únicamente

    recuperar el espíritu del hinduismo sino que trata de

    encontrar el espíritu de todas las religiones que, según

    dice, es el amor a Dios expresándose en el

    amor a los semejantes. Por ello, su instancia no es

    que los demás practiquen el hinduismo sino que los

    cristianos, budistas, musulmanes, etc., vivan de conformidad

    con las enseñanzas de sus respectivas religiones.

    Esperaba que de ese modo. los hombres

    vivirían en paz con sus semejantes, colaborando

    para lograr el bienestar del prójimo. En consecuencia,

    tanto hinduístas como no hinduístas encontrarán

    en el estudio ,de este libro un desafío a la par

    que inspiración y guía para vivir una vida mejor.

    Debido a las limitaciones de espacio daremos

    sólo un bosquejo somero de los puntos de vista -de

    Gandhiji sobre las cuestiones sociales. Quienes estén

    interesados en conocer más detalles sobre ese

    tema pueden consultar otros libros del Mahatma,

    M I R E L I G I Ó N

    7

    tales como Sarvodaya, Towards Non-violent Socialism,

    Women and Social Injustice, Removal of Intouchability,

    For Pacifista e Hindu Dharma.

    El ordenamiento del material de este libro nos

    pertenece en su totalidad, como así también los títulos

    de los capítulos y los artículos. Se ha añadido

    un glosario de términos no españoles en beneficio

    de los lectores que no están familiarizados con esas

    palabras. Los escritos extraídos de Yung India y de

    Harijan, los .semanarios de Gandhiji, llevan la fecha

    de su publicación. Respecto de las citas de libros de

    Gandhiji puede ser interesante saber que Hind Swaraj

    fue escrito en 1908, From Yeravda Mandir en

    1930 y que Unto This Last: a para-phrase fue publicado

    por primera vez en forma de libro en gujarati,

    en 1908, dándose a conocer la versión en inglés en

    1951, en tanto que la Autobiografía se publicó en

    1927 y 1929. Los Speeches and Writings of Mahatma

    Gandhi fueron publicados por Natesan & Co.,

    Madrás, en 1917 y reeditados por cuarta vez en

    1933.

    BHARATAN KUMARAPPA

    M A H A T M A G A N D H I

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301 Enviado: 30/10/2005 0:31
    PRIMERA PARTE

    LO QUE ENTIENDO POR RELIGIÓN

    1

    DEFINICION DE LA RELIGIÓN

    Por religión no tiendo la religión formal o consuetudinaria

    sino la religión que es el basamento de todas

    las religiones, la que nos lleva a mirar frente a

    frente a nuestro Hacedor.

    M. K. Gandhi, por Joseh J. Doke, 1900, p. 7

    La religión debiera impregnar cada una de

    nuestras acciones. En este contexto, religión no significa

    sectarismo sino creer en un ordenado gobierno

    moral del universo. Ese orden no es menos real

    por ser invisible. Esta religión trasciende el hin-

    M I R E L I G I Ó N

    9

    duismo, el islamismo, el cristianismo, etc. Sin embargo,

    eso no quiere decir que los reemplace; por el

    contrario, los armoniza y les da realidad.

    Harijan, 10-2-40, p. 445

    Permitidme explicar lo que entiendo por religión.

    No se trata de la religión hinduista, a la que sin

    duda estimo por sobre todas las otras religiones,

    sino de la religión que trasciende al hinduismo: la

    que transforma nuestra naturaleza, la que nos une

    indisolublemente a la verdad cuya presencia y mediación

    purifican. Es el elemento permanente de la

    naturaleza humana, al que no resulta demasiado

    oneroso llevar a su expresión completa. Ese elemento

    mantendrá al alma enteramente desasosegada

    hasta el momento en que se encuentre a sí misma,

    conozca a su Hacedor y aprecie la, verdadera correspondencia

    que existe entre sí misma y el Hacedor.

    Young India, 12-5-’20, p. 2

    Ningún hombre puede vivir sin religión. Hay algunos

    que en el egotismo de su razón declaran que

    no tienen nada que ver con la religión. Esto es como

    si un hombre dijera que respira pero que no tie-

    M A H A T M A G A N D H I

    10

    ne nariz. Sea por la razón, por el instinto o por la

    superstición, los hombres establecen alguna – suerte

    de rela-ción con lo divino. Incluso el agnóstico o

    ateo más acabado admite la necesidad de un principio

    moral y asocia algo bueno al hecho de observarlo

    y algo malo con su no-observancia. Bradlaugh,

    cuyo ateismo es bien conocido, insistió siempre en

    proclamar sus convicciones más profundas. Tuvo

    que sufrir mucho por decir la verdad de ese modo,

    pero se deleitaba en ello, afirmando que la verdad

    lleva en sí su propia recompensa. Es evidente que

    Bradlaugh no era completamente insensible a la16

    alegría que se desprende de la observancia de la

    verdad. Sin embarga, esa alegría no es enteramente

    mundana sino que brota de la comunión con lo divino.

    Tal es la razón de que yo haya sostenido que

    aún el hombre que reniega de la religión no puede

    vivir -y, de hecho, no vive- sin religión.

    Young India, 23-1-‘30, p. 25

    M I R E L I G I Ó N

    11

    2

    EL LUGAR CENTRAL QUE OCUPA LA

    MORALIDAD

    Rechazo toda doctrina religiosa que no apele a

    la razón y que esté en conflicto con la moralidad.

    Tolero el sentimiento religioso no razonado siempre

    que no sea inmoral.

    Young India, 21-7-’20, p. 4

    Tan pronto como perdemos la base moral, cesamos

    de ser religiosos. No existe una cosa tal como

    que la religión pase por alto la moralidad. El hombre,

    por ejemplo, no puede ser falso, cruel e incontinente

    y pretender que Dios está junto a él.

    Young India, 24-11:21, p. 385

    M A H A T M A G A N D H I

    12

    La religión que no tiene en cuenta los asuntos

    prácticos y no ayuda a resolverlos, no es religión.

    Young India, 7-5-’25, p. 184

    Todas las actividades del hombre religioso han

    de derivarse de su religión, porque religión significa

    estar unido a Dios, es decir, que Dios rija cada hálito

    nuestro.

    Narijan, 2-3-’34. P. 23

    M I R E L I G I Ó N

    13

    SEGUNDA PARTE

    LAS FUENTES DE MI RELIGION

    3

    EN EL HOGAR

    Mi padre amaba a su grupo familiar, era honesto,

    valiente y generoso, pero irascible.

    Tenía muy pocos conocimientos religiosos pero

    gozaba de esa cultura que adquieren muchos hindúes

    mediante frecuentes visitas a los templos y audiciones

    de arengas religiosas. En sus últimos

    tiempos comenzó a leer el Gita a instancias de un

    brahmán muy culto, amigo de la familia, y se acostumbró

    a repetir diariamente algunos versos en voz

    alta en el momento de profesar el culto.

    M A H A T M A G A N D H I

    14

    La impresión más descollante que mi madre me

    ha dejado en la memoria es la de santidad. Era una

    persona profundamente religiosa. Ni siquiera podía

    imaginar el tomar sus comidas sin cumplir antes con

    sus plegarias cotidianas. Uno de sus deberes diarios

    era ir al Haveli, el templo vishnavaíta. Tan lejos como

    alcanza mi memoria, no recuerdo que haya pasado

    por alto ningún Chaturma1. Se comprometía a

    los votos más arduos y los observaba sin vacilaciones.

    La enfermedad no constituía una excusa para

    aflojar su observancia. Me acuerdo de una vez que

    cayó enferma mientras cumplía el voto de Chandrayana2:

    no permitió que la enfermedad interrumpiera

    :el cumplimiento de su. promesa. Realizar consecutivamente

    dos o tres ayunos para ella. no era nada.

    Vivir con una comida por día durante los Chaturmas

    le era habitual. No contenta con eso, durante

    uno de los Chaturmas ayunaba día por medio. Había

    prometido que, en otro de los Chaturmas, no

    tomaría ningún alimento sin antes ver el sol. Nosotros,

    que en aquella época éramos unos niños, nos

    1 Lit., un período de cuatro meses. Promesa de ayuno o semi ayuno durante los cuatro

    meses de las lluvias. Este período es una especie de Cuaresma larga.

    2 Una especie de ayuno en que se aumenta o disminuye la cantidad de

    comida que se ingiere de acuerdo con el creciente y menguante de la

    luna.

    M I R E L I G I Ó N

    15

    quedábamos mirando fijamente el cielo en espera de

    anunciarle a nuestra madre la salida del sol. Todo el

    mundo sabe que en el apogeo de la estación de las

    lluvias a menudo el sol no condesciende a mostrar

    su rostro. Recuerdo días en que ante su súbita aparición

    corríamos a anunciárselo a nuestra madre.

    Ésta se apresuraba a salir para verlo con sus propios

    ojos, pero en ese momento desaparecía el fugitivo

    sol, privándola de su alimento. “No importa”, decía

    alegremente, “Dios no quiso que hoy comiera”. Y

    volvía a emprender la rutina de sus obligaciones.

    Autobiografía, 1948, pp. 12-13

    M A H A T M A G A N D H I

    16

    4

    LA ÉPOCA ESCOLAR

    Desde los seis o siete años hasta los dieciséis

    estuve en la escuela, donde me enseñaban toda clase

    de cosas excepto religión. Debo decir que no logré

    que los maestros me transmitieran lo que hubieran

    podido darme sin ningún esfuerzo de su parte. A

    pesar de todo, seguí aprendiendo cosas aquí y allá

    en todo lo que me rodeaba. Utilizo el término “religión”

    en su sentido más amplio, entendiendo por

    religión la autorrealización o conocimiento del yo.

    Dado que había nacido en la fe vaishnava, a

    menudo tenía que ir al haveli; sin embargo, éste

    nunca me atrajo. No me gustaba su brillo y su

    pompa. Asimismo, había oído rumores de que allí

    cundía la inmoralidad, de modo que el lugar no me

    M I R E L I G I Ó N

    17

    ofrecía ningún interés. A partir de esta situación, no

    podía extraer ningún beneficio del haveli.

    No obstante, lo que no logré allí lo conseguí por

    mi niñera, una vieja criada de la familia, cuyo afecto

    por mí recuerdo todavía. He hecho alusión anteriormente

    a que en mí habitaba el temor a los fantasmas

    y los espíritus. Rambha -tal era su nombreme

    sugirió como remedio para ese mal que repitiera

    el Ramanama. Tenía más fe en ella que en su remedio

    pero de todos modos comencé a esa tierna edad

    a repetir el Ramanama para curar mi miedo a los

    fantasmas y los espíritus. Esto duró poco, pero la

    buena semilla esparcida en la infancia no fue sembrada

    en vano. Creo que se debe a la semilla sembrada

    por esa buena mujer que fue Rambha que hoy

    en día el Ramanama se haya constituido para mí en

    un remedio infalible.

    Sin embargo, lo que me dejó una profunda impresión

    fue la lectura del Ramayana que se le hacía a

    mi padre. Parte del tiempo que mi padre estuvo enfermo

    la pasó en Porbandar. Allí, todas las tardes

    acostumbraba escuchar el Ramayana. El lector era

    un gran devoto de Rama. Tenía una voz melodiosa.

    Cantaba los dohas (dísticos) y los chopais (cuartetos)

    y los explicaba, perdiéndose en las palabras y

    M A H A T M A G A N D H I

    18

    arrastrando consigo a sus escuchas. Por esa época

    yo debía tener trece años pero me acuerdo muy bien

    de haberme extasiado con sus lecturas. Esto fue lo

    que echó los cimientos de mi profunda devoción

    por el Ramayana. En la actualidad considero que el

    Ramayana de Tulsidas es el libro mayor de la literatura

    devota.

    Pocos meses después de esto nos fuimos a Rajkot.

    Allí no había quien leyera el Ramayana. Sin

    embargo, se solía leer el Bhagavad los días ekadashi3.

    Algunas veces yo me ocupaba de la lectura,

    pero el recitador carecía de inspiración. Hoy en día

    me doy cuenta que, el Bhagavad es un libro que

    puede provocar el fervor religioso. Lo he leído en

    gujarati con intenso interés. Cuando oí fragmentos

    del original leídos por el Pandit Madan Mohan Malaviya

    -esto ocurrió cuando ayuné, durante veintiún

    días- deseé haberlo oído leer así en mi infancia por

    un devoto como Malaviya para haberle cobrado afición

    a temprana edad. Las impresiones que se forman

    en esa época hunden profundas raíces en

    nuestra naturaleza.

    En Rajkot, sin embargo, adquirí la base esencial

    de la tolerancia para con todas las. ramas del hin-

    3 El undécimo día de la mitad oscura y la mitad brillante de un mes lunar.

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301 Enviado: 30/10/2005 0:33
    M I R E L I G I Ó N

    19

    duismo y también para con las religiones hermanas.

    Esto fue así porque mi padre y mi madre visitaban

    el haveli tanto como los templos de Shiva y Rama y

    nos llevaban o nos mandaban allí a los más jóvenes.

    Los monjes jainas también visitaban con frecuencia

    a mi padre y hasta se apartaban de su regla para

    aceptar los alimentos que nosotros -no jainas- les

    ofrecíamos. Asimismo, conversaban con mi padre

    sobre temas religiosos y mundanos.

    Mi padre tenía además amigos musulmanes y

    parsis que le hablaban de sus respectivas creencias y

    eran escuchados con respeto y, a menudo, con interés.

    Por tener a mi padre bajo mi cuidado, tenía frecuentemente

    oportunidad de estar presente en esas

    charlas. Esa multitud de cosas se combinó para inculcarme

    la tolerancia con todas las creencias.

    En esa época el cristianismo constituía la única

    excepción. Yo desarrollé por él una especie de antipatía.

    Esto tuvo un motivo. En aquellos días los

    misioneros cristianos acostum-braban pararse en

    una esquina cerca del colegio superior para arengar

    al público y arrojar denuestos contra los hinduistas y

    sus dioses. Yo no podía soportarlo. Me quedé a escucharlos

    una sola vez, pero fue suficiente para disuadirme

    de repetir la experiencia. Por esos días oí

    M A H A T M A G A N D H I

    20

    que un hinduista muy conocido se había convertido

    al cristianismo. Se convirtió en la comidilla de la

    ciudad el que al bautizarlo había tenido que comer

    carne y beber licor y que también tuvo que cambiar

    de vestimenta. Desde entonces había comenzado a

    pasearse en traje europeo, incluyendo un sombrero.

    Estas cosas me irritaron profundamente. No cabe

    duda -pensaba- que una religión que impulsa a comer

    carne, beber licor y cambiar de vestimenta no

    merece el nombre de religión. Asimismo, me enteré

    que el nuevo converso ya había comenzado a denostar

    la religión de sus antepasados, sus costumbres

    y su país. Todas estas cosas hicieron surgir en

    mí una gran antipatía por el cristianismo.

    Por otra parte, el hecho de haber aprendido a

    ser tolerante con las otras religiones no significaba

    que tuviera una viva fe en Dios.

    No obstante, algo había echado en mí raíces

    profundas: la convicción de que la moral es la base

    de las cosas y que la verdad es la esencia de toda

    moral. La verdad se convirtió en mi único objetivo.

    Su magnitud comenzó a crecer día a día y mi definición

    de verdad también se fue ensanchando constantemente.

    M I R E L I G I Ó N

    21

    Una estancia didáctica gujarati me conmovió el

    corazón y la mente. Su precepto -devolver bien por

    mal- se convirtió en mi guía primordial. Se me

    transformó en una pasión tal qué comencé a realizar

    numerosas experiencias de acuerdo con ese precepto.

    Transcribo a continuación sus (para mí) maravillosas

    líneas:

    Por un cuenco de agua, ofrece una comida

    abundante;

    Por un saludo amable inclínate con fervor;

    Por un simple penique devuelve oro;

    Si tu vida ha de ser redimida, a la vida no

    has de negar.

    Observa las palabras y acciones del sabio:

    Con diez veces su valor devuelve cada mínimo

    servicio.

    Los nobles verdaderos saben que todos los

    hombres son uno.

    Y con alegría al mal con el bien le pagan.

    Autobiografía, 1948, pp. 47-51

    M A H A T M A G A N D H I

    22

    5

    LA ÉPOCA DE ESTUDIANTE EN

    INGLATERRA

    Hacia el final de mi segundo año en Inglaterra

    me crucé con dos teósofos, hermanos y -solteros

    ambos. Me hablaron del Gita. Estaban leyendo la

    traducción de Sir Edwin Arnold -The Song Celestial

    (La Canción Celestial)- y me invitaron a leer el . oral

    con ellos. Me sentí. avergonzado puesto que no había

    leído el divino poema ni en sánscrito ni en gujarati.

    Me vi constreñido a decirles que no había leído

    el Gita pero que me sentiría muy contento de leerlo

    con ellos y que, aunque mi conocimiento del sánscrito

    era somero, esperaba sin embargo, comprender

    el original como para decir cuándo la traducción

    no lograba reflejar el sentido, verdadero. Comencé a

    M I R E L I G I Ó N

    23

    leer el Gita con ambos. Los versos del segundo capítulo:

    De las cavilaciones sobre los objetos de los;

    sentidos surge el apego a ellos; del apego nace

    el deseo y del deseo la pasión violenta

    La pasión violenta alimenta el error, el error origina

    la perturbación de la memoria y del dominio

    consciente de sí mismo; la pérdida del

    dominio propio destruye el entendimiento

    intuitivo y con el derrumbe del entendimiento

    viene la ruina del hombre mismo4

    hicieron en mi mente una profunda impresión y aún

    suenan en mis oídos. El libro me pareció de valor

    inapreciable. Tal impresión se ha ido incrementando

    con el tiempo, de resultas de lo cual hoy en día considero

    al Gita como el libro par excellence5 para el

    conocimiento de la Verdad. Me ha brindado una

    ayuda invalorable en mis momentos de melancolía y

    desconcierto.

    Los hermanos me recomendaron también The

    Light of Asia (La luz de Asia) de Sir Edwin Arnold,

    4 Bhagavad-Gita, Editorial Dédalo, Buenos Aires, 1976.

    5 En francés en el original.

    M A H A T M A G A N D H I

    24

    a quien hasta ese momento sólo conocía por ser el

    autor de La Canción Celestial. Leí ese libro incluso

    con más interés que el que había puesto en el Bhagavad-

    Gita. Una vez que lo hube empezado no pude

    dejarlo.

    Recuerdo haber leído, a instancias de los hermanos,

    la obra de Madame Blavatsky Key lo Theosophy

    (La clave de la Teosofía). Este trabajo me

    estimuló el deseo de leer libros sobre hinduismo,

    quitándome la falsa noción-nutrida por los misioneros-

    de que el hinduismo estaba lleno de supersticiones.

    Por la misma época conocí a un buen cristiano;

    de Manchester en una casa de huéspedes vegetariana.

    Me habló del cristianismo. Le conté mis recuerdos

    de Rajkot. Lo afligió el oírlos. Me dijo: “Soy

    vegetariano. No bebo. Sin duda muchos cristianos

    comen carne y beben pero ni el comer carne ni el

    beber están prescriptos por las Escrituras. Por favor,

    lea la Biblia.” Acepté su consejo y me dio un

    ejemplar.

    Leí el libro del Génesis pero los capítulos siguientes

    invariablemente me producían sueño. Pero

    aunque fuera para poder decir que lo había leído,

    me sumergí en los otros libros con mucha dificultad

    M I R E L I G I Ó N

    25

    y sin el menor interés o comprensión. Me desagradó

    la lectura del libro de los Números.

    El Nuevo Testamento me produjo una impresión

    diferente, en especial el Sermón de la Montaña

    que me tocó directamente el corazón. Lo comparé

    con el Gita. Los versos “Mas yo os digo: que no

    resistáis el mal; antes a cualquiera que te hiriere en la

    mejilla derecha, vuélvele también la otra. Y al que

    quisiera ponerte a pleito y tomarte tu ropa, déjale

    también la capa'”, me deleitaron más allá de toda

    medida, recordándome el “Por un cuenco de agua

    ofrece una comida abundante” del Shamal Bhatt. Mi

    mente joven trataba de unificar las enseñanzas del

    Gita, La Luz de Asia y el Sermón de la Montaña.

    El renunciamiento, que era la forma más elevada

    de religión, me atraía grandemente.

    Esa lectura me estimuló la sed de estudiar la vida

    de otros maestros religiosos. Un amigo me recomendó

    el libro de Carlyle “Los Héroes y el culto

    al héroe”. Leí el capítulo del Héroe como Profeta

    (Mahoma), extrayendo múltiples enseñanzas de la

    grandeza, la valentía y la austeridad de la vida del

    Profeta.

    Excepto ese acercamiento a la religión, por el

    momento no podía seguir con otros temas porque

    M A H A T M A G A N D H I

    26

    las lecturas para el examen me dejaban muy poco

    tiempo. Sin embargo; tomé nota mentalmente de

    que, debía leer más libros religiosos y familiarizarme

    con las principales religiones.

    ¿Y cómo podía dejar de saber algo sobre el

    ateísmo también? Todos los hindúes conocían el

    nombre de Bradlaugh y su así llamado ateísmo: Leí

    sobre el tema algunos libros, cuyo nombre no recuerdo.

    No me produjeron ningún efecto, puesto

    que ya había cruzado el Sahara del ateísmo.

    Autobiografía, 1948, pp. 90-93

    M I R E L I G I Ó N

    27

    6

    RAYCHANDBHAI

    Las transacciones comerciales de Raychandbhai

    ascendían a cientos de miles. Era un experto en

    perlas y diamantes. Ningún problema de negocios,

    por complicado que fuera, la resultaba demasiado

    difícil. Pero todas esas cosas no eran el centro alrededor

    del cual giraba su vida. Por el contrario, ese

    centro estaba constituido por la pasión de ver a

    Dios cara a cara. Entre las cosas que había sobre su

    mesa de trabajo, invariablemente se podía encontrar

    su diario y algunos libros religiosos. En el momento

    en que terminaba sus negocios abría un libro religioso

    o el diario. Muchos de los escritos suyos que

    se han publicado son reproducciones de ese diario.

    Un hombre que inmediatamente después de termi-

    M A H A T M A G A N D H I

    28

    nar sus conversaciones sobre importantes transacciones

    comerciales, comienza a escribir sobre las

    cosas ocultas del espíritu, evidentemente no puede

    ser en absoluto un hombre de negocios sino un

    buscador de la Verdad. Lo vi así, absorto en búsquedas

    piadosas en medio de los negocios, no una o

    dos veces sino muy a menudo. Nunca lo vi perder

    su estado de equilibrio. Ni los negocios ni ninguna

    otra ligazón egoísta lo ataba a mí y, sin embargo, yo

    gozaba de un estrecho acercamiento con él. Por

    entonces yo era un abogado sin clientes; no obstante,

    siempre que lo veía nos embarcábamos en

    conversaciones de naturaleza seriamente religiosa. Si

    bien en esa época me hallaba buscando en las tinieblas

    -por lo cual no podría afirmarse que tuviera un

    serio interés en las discusiones religiosas- su conversación

    me resultaba, empero, de absorbente interés.

    Posteriormente conocí a muchos conductores y

    maestros religiosos. He tratado de conocer a la

    gente principal de las diversas creencias, pero debo

    decir que nadie me hizo nunca la impresión que me

    causó Raychandbhai. Sus palabras me llegaban directamente

    a lo más hondo. Su intelecto me hacía

    brotar una estima tan grande como su seriedad moral

    y en lo profundo de mí yacía la convicción de

    M I R E L I G I Ó N

    29

    que Raychandbhai nunca me conduciría adrede por

    caminos equivocados y que siempre me confiaría

    sus últimos pensamientos. Por ello, en mis momentos

    de crisis espiritual, Raychandbhai era mi

    refugio.

    Sin embargo, a pesar de la estima que le tenía,

    no pude entronizarlo en mi corazón como guru

    mío. El trono ha permanecido vacante y mi búsqueda

    aún continúa.

    Tres personalidades modernas me han cautivado,

    dejando una huella profunda en mi vida: Raychandbhai

    por su trato personal, Tolstoy por su

    libro EL reino de Dios está dentro de nosotros y

    Ruskin por su obra Unto This Last.

    Autobiografía, 1948, pp. 112-14

    M A H A T M A G A N D H I

    30

    7

    EN ÁFRICA DEL SUR

    El señor Baker estaba preocupado por mi futuro.

    Me llevó a la Convención Wellington. Los cristianos

    protestantes organizan reuniones con una

    frecuencia determinada de años para facilitar el esclarecimiento

    religioso o, dicho de otra manera, para

    auto purificarse. Se podría llamar a esto

    renovación o renacimiento religioso. La Convención

    Wellington era de ese tipo. El señor Baker espetaba

    que la atmósfera de exaltación religiosa de la

    Convención y el entusiasmo y la seriedad del público

    asistente me conducirían a abrazar el cristianismo.

    La Convención era una asamblea de cristianos

    devotos. Me encantó la fe que sentían. Me di cuenta

    M I R E L I G I Ó N

    31

    que muchos oraban por mí. Me gustaron algunos de

    sus himnos: son muy dulces.

    La Convención duró tres días. Alcancé a comprender

    y apreciar la devoción de los concurrentes.

    Pero no encontré ningún motivo para cambiar mis

    creencias, mi religión. Me era imposible creer que

    podría ir al cielo o alcanzar la salvación solo con

    volverme cristiano. Se lo dije así francamente a algunos

    buenos amigos cristianos y éstos se sintieron

    impresionados. No obstante, en esto no cabía ninguna

    ayuda.

    Mis reparos eran profundos. Era más de lo que

    podía creer el que Jesús fuera el único hijo encarnado

    de Dios y que solo quien creyera en él tendría

    una vida perdurable. Si Dios podía tener hijos, todos

    nosotros éramos Sus hijos. Si Jesús era semejante

    a Dios -o Dios mismo- entonces todos los

    hombres eran semejantes a Dios y podían ser Dios

    mismo. Mi razón no estaba pronta a creer literalmente

    que Dios había redimido con su muerte y su

    sangre los pecados del mundo: quizá metafóricamente

    se encerrara allí alguna verdad. Además, de

    acuerdo con el cristianismo, solo los seres humanos

    tienen alma, de la que carecen los otros seres vivientes,

    por lo cual para éstos la muerte significaría

    M A H A T M A G A N D H I

    32

    la completa extinción. Mis creencias al respecto, en

    cambio, eran otras. Yo podía aceptar a Jesús en calidad

    de mártir, de encarnación del sacrificio, de

    maestro divino pero no como el hombre más perfecto

    que haya existido. Su muerte en la cruz fue un

    gran ejemplo para el mundo pero mi corazón, no

    podía aceptar que hubiera en ello ninguna virtud

    misteriosa o milagrosa. Las vidas piadosas de los

    cristianos no me brindaban nada que no me dieran

    las vidas de los hombres de otras creencias. En esas

    vidas había visto las mismas conversiones que había

    oído que ocurrían entre los cristianos. En los principios

    cristianos no había nada filosóficamente extraordinario.

    Desde el punto de vista de los

    sacrificios me parecía que los hindúes habían sobrepasado

    grandemente a los cristianos. Me resultaba

    imposible considerar al cristianismo como una religión

    perfecta o la más grande de todas las religiones.

    Siempre que se presentaba la oportunidad,

    compartía este batido mental con mis amigos cristianos,

    pero sus respuestas no llegaban a satisfacerme.

    Si bien no aceptaba que el cristianismo fuera la

    religión más grande o perfecta, tampoco estaba

    M I R E L I G I Ó N

    33

    convencido que lo fuera el hinduismo. Los defectos

    hinduístas se me estaban volviendo visibles apremiantemente.

    Si el dogma de la intocabilidad era

    una parte del hinduismo, solo podía ser una raíz

    podrida o una excrecencia. Me era difícil comprender

    la raison d’etre6 de multitud de sectas y castas.

    ¿Qué significaba decir que los Vedas eran la Palabra

    inspirada de Dios? Si habían sido inspirados por

    Dios, ¿porqué no también la Biblia y el Corán?

    Mis amigos cristianos intentaban convertirme y

    lo propio procuraban hacer mis amigos musulmanes.

    Abdullah Sheth insistía en inducirme a estudiar

    el Islam del que, por supuesto, siempre tenía algo

    que decir respecto de su belleza.

    En una carta a Raychandbhai le expuse mis reparos.

    Asimismo, envié misivas a otras autoridades

    religiosas de la India, de las que obtuve debida respuesta.

    La carta de Raychandbhai me tranquilizó un

    tanto. Me pedía ser paciente y estudiar con mayor

    profundidad el hinduismo. Una de sus frases iba en

    ese sentido: “Desde un punto de vista desapasionado,

    estoy convencido que ninguna religión tiene la

    sutileza y profundidad de pensamiento del hinduismo,

    su visión del alma, su piedad.”

    6 En francés en el original.

    M A H A T M A G A N D H I

    34

    Aunque seguí un camino que mis amigos cristianos

    no habían deseado para mí, he quedado

    siempre en deuda con ellos por la búsqueda religiosa

    que despertaron en mí. Siempre apreciaré el recuerdo

    del trato que tuve con ellos.

    Autobiografía 1948, pp. 160-72

    Había ido a África del Sur para viajar, para huir

    de las intrigas de Kathiawad y para ganarme mi

    propio sustento. Pero, como ya he dicho, acabé en

    la búsqueda de Dios y el deseo de autor realizarme.

    Mis amigos cristianos me habían estimulado la

    sed de conocimiento, que se había vuelto insaciable;

    aquellos no me dejaban en paz, aunque deseaba ser

    indiferente.

    Mi correspondencia religiosa continuó. Raychandbhai

    era por el momento mi guía. Leí con interés

    el libro de Max Müller “¿Qué puede enseñarnos

    la India?” y la traducción de los Upanishads

    publicada por la Sociedad Teosófica. Todo esto

    mejoró mi concepción del hinduismo y sus bellezas

    comenzaron a crecer en mi. Sin embargo, eso no se

    erigió en prejuicio contra las otras religiones. Leí la

    “Vida de Mahoma y sus sucesores” de Washington

    Irving y el panegírico de Cárlyle sobre el Profeta.

    M I R E L I G I Ó N

    35

    Estas obras aumentaren mi estima por Máhoma:

    También leí un libro titulado “Los dichos de Zaratustra”.

    De este modo adquirí mayores conocimientos

    de las diferentes religiones. El estudio estimulo mi

    auto introspección y alentó en mi el hábito de poner

    en práctica cuanto me atraía de los estudios. En

    consecuencia comencé algunas prácticas yóguicas,

    tal como las entendí por la lectura de los libros hinduistas.

    Sin embargo, no avancé demasiado, por lo

    cual, cuando volví a la India, decidí continuarlas con

    la ayuda de un experto. Este deseo nunca se realizó.

    Por otra parte, efectué un estudio intensivo de

    los libros de Tolstoy. “Síntesis de los Evangelios”,

    “¿Qué hacer?” y algunos otros de sus libros me causaron

    una profunda impresión. Comencé así a tomar

    más y más conciencia de las infinitas

    posibilidades del amor universal.

    Autobiografía, 1948, pp. 197-98

    En 1893, cuando me puse en estrecho contacto

    con amigos cristianos, yo era meramente un novicio.

    Ellos trataban bravamente de hacerme ver y

    aceptar el mensaje de Jesús, al par que yo me había

    convertido en un oyente humilde y respe-tuoso de

    M A H A T M A G A N D H I

    36

    mente abierta. En esa época yo estudiaba naturalmente

    el hinduismo con el máximo de mis capacidades

    y me esforzaba por comprender las demás

    religiones.

    En 1903 esa posición se modificó en parte. Mis

    amigos teósofos claramente pretendían introducirme

    en su sociedad por la perspectiva de conseguir

    de mí algo que yo podía darles por ser hinduista. La

    literatura teosófica rebosa de influencias hindúes,

    por lo cual estos amigos esperaban que yo les fuera

    de gran ayuda. Les expliqué que era mejor no hablar

    de mi estudio del sánscrito, que no había leído las

    escrituras hinduístas en el original y que incluso mi

    conocimiento de las traducciones no era muy bueno.

    Pero como creían en el samskara (las inclinaciones

    determinadas por los nacimientos anteriores) y

    en el punarjanma (el renacimiento) conjeturaban

    que podrá, prestarles alguna. ayuda. Todo esto hacía

    que me sintiera como un tritón entre peces pequeños.

    Comencé a. leer el Rajayoga de Swami Vivekananda

    con algunos de esos amigos y con otros el

    Rajayoga de M. N. Divedi. Tenía que leer los Yoga

    Sutras de Patanjali con un amigo y el Bhagavad Gita

    con otros cuantos. Formamos una especie de Club

    de Buscadores de la Verdad donde efectuábamos

    M I R E L I G I Ó N

    37

    lecturas regulares. Ya mi fe estaba puesta en el Gita,

    que ejercía sobre mí una gran fascinación, pero entonces

    me di cuenta de la necesidad de adentrarme

    más en él tenía una o dos traducciones, mediante las

    cuales traté de comprender el original sánscrito.

    Asimismo, decidí aprender de memoria uno o dos

    versos por día, para lo cual utilicé el tiempo de mis

    abluciones matinales. La operación me demandaba

    treinta y cinco minutos: quince minutos para cepillarme

    los dientes y veinte para el baño. Acostumbraba

    realizar lo primero parándome a la manera

    occidental. Por lo tanto, en la pared opuesta pegué

    tiras de papel en las que había escrito versos del

    Gita y me remitía a ellas de cuando en cuando para

    ayudarme a memorizar. Pensé que ese rato era suficiente

    para retener el fragmento del día y recordar

    los versos que ya había aprendido. Me acuerdo que

    así le confié a mi memoria trece capítulos.

    El efecto que esas lecturas del Gita tuvieron sobre

    mis amigos solo ellos pueden decirlo; en cuanto

    a mí, el Gita se convirtió en una infalible guía de

    conducta. Se transformó en mi diccionario de referencia

    diaria. Del mismo modo que consultaba el

    diccionario inglés para los significados de las palabras

    que no comprendía, consultaba este dicciona-

    M A H A T M A G A N D H I

    38

    rio de conducta en busca de una rápida solución

    para todos mis conflictos y problemas. Quedaba en

    palabras tales como aparigraha (no-posesión) y samabhava

    (ecuanimidad). La cuestión que se presentaba

    era cómo cultivar y preservar esa

    ecuanimidad. ¿Cómo podía hacerse para tratar de

    igual manera a los oficiales insultantes, insolentes y

    corruptos, a los colaboradores de ayer que se erigían

    -sin fundamento- en opositores y a los hombres que

    siempre habían sido buenos con uno? ¿Cómo se

    podía hacer par, despojarse de todas las posesiones?

    ¿El cuerpo mismo no era acaso una posesión? ¿No

    eran posesiones la mujer y los hijos? ¿Yo tenía que

    destruir todos los armarios de libros que tenía?

    ¿Debía renunciar a cuanto tenía para seguir a Dios?

    Al punto llegaba la respuesta: no podía seguir a

    Dios a menos que abandonara cuanto tenía. Mis

    estudios de las leyes inglesas me sirvieron de ayuda:

    acudieron a mi memoria los: razonamientos de Snell

    sobre las máximas de la Equidad. A la luz de las enseñanzas

    del Gita comprendí más claramente las

    implicancias de la palabra “depositario”. Esto aumentó

    mi estima por la jurisprudencia, puesto que

    descubrí su parte religiosa. Me di cuenta que la enseñanza

    del Gita sobre la no-posesión podía tradu-

    M I R E L I G I Ó N

    39

    cirse en que aquellos que desean la salvación deben

    actuar como el depositario que, controlando grandes

    posesiones, no considera propio ni un ápice de

    ellas. Se me hizo claro como la luz del día que la noposesión

    y la ecuanimidad presuponen un cambio

    de las emociones,. un cambio de actitud. Le escribí

    entonces a Revashankarbhai diciéndole que suspendiera

    la. póliza de seguros y recobrara lo que se pudiera

    o, de lo contrario, que diera por perdida la

    prima que se había pagado, porque estaba convencido

    que Dios, que había creado a mi mujer y a mis

    hijos de la misma manera que a mí, se preocuparía

    por ellos. A mi hermano, que había sido un padre

    para mí, le escribí informándole que había renunciado

    a lo que había ahorrado hasta ese momento y

    que desde ahí en adelante no esperara nada de mí

    porque los futuros ahorros -si los hubiera- serían

    utilizados en beneficio de la comunidad.

    Autobiografía, 1948. pp. 322-24

    Partí para Natal. El señor Polak, que se había

    vuelto mi confidente íntimo, vino a despedirme a la

    estación y me dejó un libro para leer durante el viaje,

    diciéndome que estaba seguro me gustaría. Era

    Unto This Last, de Ruskin. Una vez que lo hube

    M A H A T M A G A N D H I

    40

    empezado me fue imposible dejar de lado el libro.

    Me atrapó. El viaje de Johannesburgo a Durban

    dura veinticuatro horas. El tren llegó allí a la tarde.

    Esa noche no pude conciliar el sueño. Decidí cambiar

    mi vida de acuerdo con los ideales del libro.

    Más tarde lo traduje al gujarati dándole el título

    de Sarvodaya (El bienestar de todos).

    Creo que en este gran libro de Ruskin descubrí

    reflejadas algunas de mis convicciones más profundas:

    tal es la razón de que me cautivara de ese modo,

    transformándome la vida. Poeta es quien hace

    aflorar lo bueno latente en el corazón humano. Los

    poetas no influyen en todos de la misma manera

    porque todos no evolucionan en igual medida.

    Entiendo que éstas son las enseñanzas de Unto

    This Last:

    1. El bien del individuo está subsumido en el

    bien de todos.

    2. El trabajo de un abogado tiene el mismo valor

    que el de un peluquero, por cuanto todos tienen

    el mismo derecho a ganarse el sustento con su trabajo.

    3. La vida de trabajo, por ejemplo la de quien

    cultiva el suelo o la del artesano, es la vida que vale

    la pena de ser vivida.

    M I R E L I G I Ó N

    41

    Yo ya sabia el primer de estos puntos. El segundo

    lo había comprendido oscuramente. El tercero

    no se me había ocurrido nunca. Unto This Last

    hizo que me fuera claro como el día que el segundo

    y’ el tercero de los puntos estaban contenidos en el

    primero. Me levanté con el alba, decidido a poner

    en práctica estos principios.

    Autobiografía, 1948, pp. 364-65.

    M A H A T M A G A N D H I

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301 Enviado: 30/10/2005 0:34
    42

    TERCERA PARTE

    YO RESPETO TODAS LAS RELIGIONES

    8

    TODAS LAS RELIGIONES CONDENAN A

    DIOS

    Mi instinto hinduista me dice que todas las religiones

    son más o menos verdaderas. Todas proceden

    del mismo Dios pero todas son imperfectas

    porque han descendido hasta nosotros a través de la

    imperfecta mediación humana.

    Young India, 29-5-’24, p. 180

    Las religiones son caminos diferentes que convergen

    al mismo punto. ¿Qué importa que tomemos

    vías diversas en tanto lleguemos a la misma

    M I R E L I G I Ó N

    43

    meta? En realidad, hay tantas religiones como individuos.

    Hind Swaraj o Indian Home Rule, 1939, pp. 38 & 35

    En teoría, puesto que hay un Dios sólo puede

    haber una religión. No obstante, en la práctica no

    he conocido dos personas que tuvieran una concepción

    idéntica de Dios. Por ello, quizá siempre haya

    diversas religiones para responder a los diferentes

    temperamentos y condiciones climáticas.

    Harijan, 2-2-’34, p. 8

    No comparto la idea de que hay o habrá una

    sola religión en la tierra. Por ello, lucho por encontrar

    un factor común y también para inducir a la

    tolerancia mutua.

    Young India, 31-7-’24, p. 254

    No me gusta la palabra tolerancia pero no puedo

    pensar una mejor. La tolerancia podría implicar

    la pretensión gratuita de que las otras creencias son

    inferiores a la propia, al paso que el ahimsa nos enseña

    a tener por la fe religiosa de los demás el mismo

    respeto que le acordamos a la nuestra,

    admitiendo así la imperfección de esta última. El

    M A H A T M A G A N D H I

    44

    buscador de la Verdad, que sigue la ley del Amor,

    admitirá eso prontamente. Si logramos la visión total

    de la Verdad, ya no seremos meros buscadores

    de la Verdad sino que nos uniremos a Dios porque

    la Verdad es Dios. Pero como aún solo somos gente

    que ansía la Verdad debemos proseguir nuestra

    búsqueda, conscientes de nuestra imperfección. No

    hemos aprehendido la religión en su máxima perfección

    así como no hemos aprehendido a Dios. La

    religión que concebimos, al ser imperfecta, estará

    siempre sujeta a un proceso de evolución y reinterpretación.

    El progreso hacia la Verdad, hacia

    Dios, se hace posible sólo a través de esa evolución.

    Y si todas las creencias que los hombres delinean

    son imperfectas, no cabe el problema de los méritos

    com-parativos. Todas las creencias constituyen una

    revelación de la Verdad, pero todas son imperfectas

    y están sujetas a error. La reverencia que nos merecen

    las religiones no debe cegarnos a sus defectos.

    Asimismo, debemos ser agudamente sensibles a los

    errores de nuestra fe, no para dejarlos tal como están

    sino para tratar de superarlos. Observando las

    religiones con ojo imparcial no sólo no debemos

    vacilar en incorporar a nuestra fe los rasgos acepta-

    M I R E L I G I Ó N

    45

    bles de las otras creencias sino, por el contrario,

    pensar que ése es nuestro deber.

    Tal como un árbol tiene un sólo tronco y muchas

    ramas y hojas, existe una sola religión perfecta

    y verdadera que se multiplica en una diversidad al

    pasar a través de la mediación humana. Esa Religión

    única está más allá de las palabras. Hombres imperfectos

    la pusieron en el lenguaje que manejaban y

    sus palabras son interpretadas por otros hombres

    igualmente imperfectos. ¿Cuál de las interpretaciones

    habremos de sostener que es la correcta? Cala

    uno está en lo cierto desde su punto de vista pero

    no es imposible que todos estén equivocados. Tal es

    la razón de que sea necesaria la tolerancia, que no

    significa indiferencia por la propia religión sino un

    amor más puro e inteligente por ella. La tolerancia

    nos brinda la percepción espiritual que está tan lejos

    del fanatismo cama el polo norte lo está del sur. El

    conocimiento verdadero de la religión quiebra las

    barreras que se alzan entre las creencias.

    From Yeravda Mandir, 1945, pp. 38-40

    Me he dado cuenta que siempre estoy en lo

    cierto desde mi punto de vista y que a menudo estoy

    equivocado desde el punto de vista de mis críti-

    M A H A T M A G A N D H I

    46

    cos honestos. Sé que unos y otro estamos en lo

    cierto desde nuestros respectivos puntos de vista.

    Saber esto me salva de atribuirle razones a mis críticos

    u oponentes. Los siete ciegos que dieron siete

    descripciones diferentes del elefante, estaban en lo

    cierto desde sus puntos de vista respectivos, equivocados

    desde el punto de vista de los otros y en lo

    cierto y equivocados desde el punto de vista del

    hombre que sabía que era un elefante. Me gusta

    mucho esta doctrina de las múltiples normas de la

    realidad. Esta doctrina fue la que me enseñó a juzgar

    al musulmán desde su propio punto de vista y al

    cristiano desde el suyo. Antes, la ignorancia de mis

    oponentes me ofendía. En la actualidad, puedo

    amarlos porque estoy dotado con la mirada que me

    permite verme como veo a los demás y. viceversa.

    Quisiera estrechar al mundo, entero en el abrazo de

    mi amor.

    Young India, 21-1-’26, p. 30

    M I R E L I G I Ó N

    47

    9

    MI ACTITUD HACIA LAS ESCRITURAS DE

    LAS OTRAS RELIGIONES

    No me interesa criticar las escrituras de las religiones

    o señalar sus defectos. Sin embargo, es y seguirá

    siendo privilegio mío proclamar y practicar las

    verdades que pueda haber en ellas. Por ello, no critico

    ni condeno las cosas del Corán o de la vida del

    Profeta que no puedo comprender. Pero me congratulo

    ante cada oportunidad que se presenta de

    expresar mi admiración por los aspectos de su vida

    que he sido capaz de apreciar y comprender. En

    cuanto a las cosas que presentan dificultades, estoy

    contento de verlas a través de los ojos de mis amigos,

    los devotos musulmanes, en tanto trato de

    comprenderlas con la ayuda que me brindan los es-

    M A H A T M A G A N D H I

    48

    critos de los eminentes muslimes, intérpretes del

    islamismo. Solo mediante una aproximación respetuosa

    a creencias distintas a la mía, pues aprehender

    el principio de la igualdad de todas las religiones. Sin

    embargo, es a la vez mi derecho y mi deber señalar

    los defectos del hinduismo para purificarlo y mantenerlo

    puro. No obstante, cuando los críticos nohinduistas

    comienzan a criticar al hinduismo y a catalogar

    sus defectos, lo que hacen es proclamar su

    ignorancia del hinduismo y su incapacidad de verlo

    desde el punto de vista hinduista. Esto distorsiona

    su visión y vicia su juicio. De tal manera, mi experiencia

    frente a las críticas no-hinduístas del hinduísmo

    es que éstas me recuerdan mis limitaciones

    y me enseñan a ser cuidadoso antes de lanzarme a

    criticar al islamismo, al cristianismo n a quienes establecieron

    los fundamentos de esas religiones.

    Harijan, 13-3-’37, p. 34

    (En el ashram) efectuamos lecturas regulares del

    Bhagavad-Gita y ahora hemos llegado al punto de

    que al final de la semana terminamos el Gita habiendo

    leído todas las mañanas determinados capítulos.

    Además, recitamos himnos de diversos santos

    de la India y también agregamos algunos pertene-

    M I R E L I G I Ó N

    49

    cientes al libro de himnos cristiano. Dado que

    Khansaheb se halla entre nosotros, efectuamos asimismo

    lecturas del Corán. En cuanto a mí, obtengo

    gran consuelo con el Ramayana de Tulsidas. Logro

    igualmente mucho solaz con el Nuevo Testamento

    y el Corán. Mi manera de acercarme a estos libros

    carece de sentido crítico. Me resultan tan importantes

    como el Bhagavad-Gita, aunque no los considero

    atrayentes en su totalidad; por ejemplo, en las

    Epístolas de Pablo no me atrae todo y lo mismo me

    ocurre con el Tulsidas. En consecuencia, no se presenta

    un problema de selección.

    Con todas las escrituras, incluyendo el Gita,

    pongo en funcionamiento mi juicio crítico. No puedo

    permitir que el texto de las escrituras invalide mi

    razón. Aun cuando creo que los libros fundamentales

    son de inspiración divina, entiendo que están

    sometidos a una doble destilación. En primer lugar,

    nos llegan a través de un profeta humano y, en segundo

    término, mediante los comentarios de los

    intérpretes. Nada hay en ellas que venga directamente

    de Dios. Mateo da una versión de un texto y

    Juan da otra. No puedo hacer capitular a mi razón

    aun cuando acepte la revelación divina. Y, por sobre

    todas las cosas “la letra mata, el espíritu da vida”.

    M A H A T M A G A N D H I

    50

    Pero no debéis malinterpretar mi posición. También

    creo en la fe, en las cosas donde la razón no tiene

    cabida.

    Harijan, 5-12’38, pp. 339 y 345

    No soy una persona muy literal. En consecuencia,

    trato de comprender el espíritu de las distintas

    escrituras del mundo, interpretando las mediante la

    aplicación de la prueba de la Verdad y el Ahimsa

    formulada por esas mismas escrituras. Rechazo

    cuanto no sea coherente con esa prueba y aprecio lo

    que es coherente con ella.

    El conocimiento no puede ser prerrogativa de

    ninguna clase o sector. No obstante, comprendo la

    imposibilidad que tienen las gentes para asimilar las

    verdades más elevadas o sutiles, a menos que hayan

    realizado un entrenamiento previo, a semejanza de

    esas personas, que no han tenido una preparación

    preliminar y por lo tanto son completamente incapaces

    de respirar la atmósfera rarificada de las grandes

    elevaciones; o como quienes no pasaron por el

    entrenamiento preliminar de las matemáticas simples

    están incapacitados para .comprender o asimilar

    la geometría o el álgebra superior.

    Young India, 27-8-’25, p. 293

    M I R E L I G I Ó N

    51

    Sostengo que es deber de todo hombre o mujer

    cultos leer con simpatía las escrituras del mundo. Si

    respetáramos las religiones de los demás como quisiéramos

    que respetaran la nuestra, se impondría

    como un deber sagrado el estudio amistoso de las

    religiones del mundo. Mi estudio respetuoso de las

    religiones no ha disminuido mi reverencia por las

    escrituras hinduistas ni mi fe en ellas. En realidad las

    religiones dejaron una marca profunda en mi comprensión

    de las escrituras hindúes, ampliando mi

    concepción de la vida. Ese estudio me permitió

    comprender más claramente numerosos pasajes oscuros

    de las escrituras hinduistas.

    Voy a aclarar esto. Si puedo llamarme, digamos,

    cristiano o musulmán, con mi interpretación de la

    Biblia y el Corán no vacilaría en denominarme de

    ambas formas, porque entonces hinduista, cristiano

    y musulmán serían términos sinónimos. Creo que

    en el otro mundo no hay hinduistas, cristianos ni

    musulmanes. Todos son juzgados, no de acuerdo

    con sus rótulos o profesiones, sino de acuerdo con

    sus acciones, independientemente de la profesión

    que tengan. En nuestra existencia terrena siempre

    existirán esas diferenciaciones. Por consiguiente,

    prefiero retener el rótulo de mis antepasados en

    M A H A T M A G A N D H I

    52

    tanto no frene mi evolución ni me impida asimilar

    lo bueno allí donde lo encuentre.

    Young India, 2-9-’28, p. 308

    M I R E L I G I Ó N

    53

    10

    NUESTRA RELIGION.

    La analogía más adecuada, aunque muy incompleta,

    que encuentro para la religión es compararla

    con el matrimonio. Este es -o suele ser- un lazo indisoluble.

    En mayor grado lo es el lazo de la religión.

    Uno se mantiene fiel a la propia religión y

    halla pleno contento en esa adhesión de la misma

    manera que el marido se mantiene fiel a su mujer -o

    la mujer a su marido, no porque crean que el otro

    tiene alguna exclusiva superioridad sobre el resto de

    las personas pertenecientes a su mismo sexo, sino

    porque encuentran que tiene una atracción que es

    irresistible aunque no puedan definirla. Al igual que

    un marido fiel no necesita considerar a las otras

    mujeres inferiores a su esposa para mantener su fi-

    M A H A T M A G A N D H I

    54

    delidad, la persona que abraza una religión no tiene

    necesidad de considerar a las demás inferiores a la

    suya. Extendamos aún más la analogía: así como la

    fidelidad a la esposa no presupone ceguera ante sus

    defectos, la fidelidad a la propia religión no presupone

    ceguera ante los defectos de esa religión. En

    realidad, la fidelidad, no la ciega adhesión, exige una

    percepción aguda de los defectos y, por consiguiente,

    una conciencia aguda de cuál es el remedio

    apropiado para eliminarlos. Dada la concepción que

    tengo de la religión, me es innecesario analizar las

    bellezas del hinduismo. El lector puede estar seguro

    que no seguiría siendo hinduísta si no estuviera seguro

    de sus muchas bellezas. Sólo que, dentro de mi

    economía, no necesito que esas bellezas sean exclusivas.

    Por lo tanto, mi acercamiento a las demás religiones

    no es con una actitud de manía crítica sino

    con la del devoto que espera encontrar en las otras

    religiones parecidas bellezas y desea incorporar lo

    bueno que halle en esas creencias y que echa de

    menos en su propia religión.

    Harijan, 1-2-‘33, P. 4

    A pesar de ser un fiel hinduísta, encuentro en

    mi fe lugar para las enseñanzas cristianas, islámicas y

    M I R E L I G I Ó N

    55

    zoroastrianas; en consecuencia hay gente a quienes

    les parece que mi hinduismo es un conjunto de cosas

    diversas, en tanto otras me tildan de ecléctico.

    Ahora bien, llamar acléctica a una persona es decirle

    que no tiene fe cuando, por el contrario. la mía es

    una fe muy amplia que no se opone a los cristianos

    -incluso a los hermanos Plymouth- y tampoco al

    más fanático de los musulmanes. Es una fe basada

    en la más amplia tolerancia posible. Renuncio a denostar

    a un hombre por sus convicciones fanáticas

    puesto que trato de verlas desde su punto de vista.

    Esa amplia fe es lo que me mantiene. Sé que es una

    posición un tanto embarazosa, pero para los otros,

    no. para mí.

    Young india, 22.1-’27, p. 425

    M A H A T M A G A N D H I

    56

    11

    CRISTIANISMO

    El Nuevo Testamento me produjo un bienestar

    y un contento ilimitados que se sucedieron a la repulsión

    que me habían causado diversas partes del

    Viejo Testamento. Supongamos que se me privara

    del Gita y que me olvidara por completo de su

    contenido pero que me quedara un ejemplar. del

    Sermón (de la Montaña): hoy por hoy extraería de él

    el mismo júbilo que me produce el Gita.

    Young India, 22-12-’27, p. 248

    Jesús expresó como nadie el espíritu y la voluntad

    de Dios. Por este motivo, Lo veo y Lo reconozco

    como el Hijo de Dios. Dado que la vida de Jesús

    tiene el significado y la trascendencia que he men-

    M I R E L I G I Ó N

    57

    cionado, creo que Él pertenece no solamente al

    cristianismo sino al mundo entero, a todas las razas

    y gentes, sin que importe mucho bajo qué bandera,

    nombre o doctrina sirvan, profesen una fe o adoren

    al Dios heredado de sus antepasados.

    The Modern Review, octubre de 1941, p. 408

    En Roma, al ver una pintura del Cristo crucificado,

    Gandhiji observó: “¿Qué no hubiera dado por

    poder inclinarme ante la imagen viviente del Cristo

    crucificado del Vaticano? No fue sin grandes esfuerzos

    que pude arrancarme de la escena de la tragedia

    viviente. Allí comprendí súbitamente que las

    naciones, como los individuos, solo pueden construirse

    por la agonía de la Cruz y que no hay otro

    camino posible. La .alegría surge no de infligirle

    dolor a los demás sino del dolor voluntariamente

    admitido.

    This was Bapu, por R. K. Prabhu, 1954 p. 29

    M A H A T M A G A N D H I

    58