Mi religion (3 parte)
De: The_dark_crow_v301 (Mensaje original)
Enviado: 30/10/2005 0:46
B. EL SACRIFICIO
El cuerpo humano está hecho únicamente para
servir, nunca para la lenidad. El secreto de la vida
feliz estriba en la renunciación. La renunciación es
vida. La4enidad apunta a la muerte. Por consiguiente,
todos tienen derecho y pueden desear vivir
125 años en tanto cumplan con servir sin cuidarse
de los resultados. Cada vida debe estar única y enteramente
dedicada a servir. El renunciamiento hecho
en pro de servir es una alegría inefable de la que
nadie puede privarnos, porque ese néctar brota desde
adentro y sustenta la vida: Si se tiene esa alegría
no caben los lamentos y la impaciencia; sin ella, es
imposible tener una vida larga, pero aun cuando
fuese posible, no valdría la pena de ser vivida.
Harijan 24-2-46, p. 19
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Por ello, este cuerpo nos fue dado solo para que
con él podamos servir a toda la creación.
Al igual que el esclavo recibe comida, ropas,
etc., del amo a quien sirve, así debemos aceptar
agradecidamente los dones que nos han sido, otorgados
por el Señor del universo. Debemos llamar
don a cuanto recibamos, ya que como deudores no
estamos autorizados a ninguna consideración especial
que nos libre de nuestras obligaciones. Por ello,
no debemos inculpar al Amo si no logramos alcanzarlo.
Nuestro cuerpo es algo Suyo que ha de ser
estimado o desechado de acuerdo con Su voluntad.
No se trata de que nos quejemos ni tampoco de que
nos compadezcamos; por el contrario, llegar a realizar
nuestro verdadero lugar, .en el esquema de Dios
es un estado natural e incluso agradable y deseable.
Necesitamos realmente una fuerte fe si queremos
experimentar esa felicidad suprema. . “No os preocupéis
en absoluto por vosotros mismos, dejadle a
Dios todo cuidado”, parece ser un mandamiento
común a. todas las religiones.
Esta necesidad no debe asustar a nadie Quién se
dedique a servir con clara conciencia día a día comprenderá
mejor esa necedad y continuamente aumentará
la riqueza de su fe. El camino del servicio
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difícilmente será hollado por quien no esté preparado
a renunciar a sus: propios intereses y a reconocer
las condiciones de su nacimiento. Todos, consciente
o inconscientemente le prestamos servicios a nuestro
prójimo. Si cultivamos el hábito de servir deliberadamente,
nuestro deseo de servir se irá haciendo
progresivamente más fuerte, elaborando no sólo
nuestra felicidad sino la del mundo entero.
Por otra parte, no sólo los buenos sino todos
nosotros estamos constreñidos a poner nuestros
recursos a disposición de la humanidad. Y si ésa es
la ley -como evidentemente lo es- la lenidad cesa de
ocupar un lugar en la – vida, dando lugar al renunciamiento.
El someterse al renunciamiento es lo que
diferencia al género humano de las bestias.
Algunos objetan que la vida así entendida se
torna opaca y carente de arte y que no deja lugar
para ocuparse del gobierno de la casa. Pero en este
contexto renunciamiento no quiere decir abandono
del mundo y retiro a un bosque. El espíritu de renunciamiento
es lo que debe reglar las actividades
de la vida. El jefe. de familia no deja de serlo por
considerar que la vida es un deber antes que una
gratificación. .El comerciante que opere con espíritu
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de sacrificio tendrá fortunas en sus manos pero, al
seguir la ley, utilizará sus habilidades para servir.
En consecuencia, no engañará ni especulará, llevará
una vida simple, no insultará a ningún alma
viviente y perderá millones antes de dañar a alguien.
No dejemos que nadie afirme que este tipo de comerciante
existe solo en mi imaginación. Afortunadamente
para el mundo, esta clase de personas
existen en Occidente tanto como en Oriente. Es
cierto que tales comerciantes se cuentan con los
dedos de una mano, pero deja de ser imaginario tan
pronto como se encuentre un espécimen viviente
que responda a esas características. Sin duda, el trabajo
es lo que les da su medio de vida a estas personas;
pero la subsistencia no es la meta de su vida
sino un subproducto de su vocación. Una vida de
sacrificio es el pináculo del arte, revestido de verdadera
alegría.
Quien pasa su vida sirviendo no se gasta en pensar
en su bienestar, que deja al cuidado o al descuido-
de su Amo que está en las alturas. Por ello,
nada de lo que le caiga en suerte habrá de afectarlo:
tomará lo que estrictamente necesite y hará a un
lado el resto. Permanecerá calmo, libre de la ira y el
enojo aunque no se encuentre a gusto consigo mis-
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mo. Servir, como la virtud, lleva en sí su propia recompensa,
por lo cual se contentará con ello.
El servir voluntariamente a los demás exige’ lo
mejor de lo que uno es capaz y debe ser prioritario
del servir al propio yo. En efecto, el devoto puro ha
de consagrarse a servir a la humanidad sin ninguna
clase de reservas.
From Yeravda Mandir, 1945, pp. 54-60
Los sacrificios pueden ser de muchas clases.
Uno de ellos bien puede ser trabajar por el pan. Si
todos trabajaran por su sustento y nada más, habría
alimento y ocio suficientes para todos. No se elevaría
entonces ningún lamento por la superpoblación
y no veríamos a nuestro alrededor tanta enfermedad
y tanta miseria. Trabajar así sería la forma de sacrificio
más elevado. Sin duda los hombres hacen muchas
cosas con su cuerpo y su mente, pero todo eso
podrían ser labores de amor en pro del bien común.
No habría entonces ni ricos ni pobres, ni superiores
ni inferiores, ni tocables ni intocables.
Quizá éste sea un ideal inasequible; pero ésa no
es razón para dejar de luchar.
Aun cuando no cumplamos enteramente la ley
del sacrificio, es decir, la ley de nuestro ser, si reali-
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zamos el trabajo físico que se necesita para obtener
nuestro pan cotidiano, habremos adelantado un largo
trecho hacia ese ideal.
De hacerlo así, se reducirán nuestros deseos,
nuestra comida se volverá muy simple. Entonces,
comeremos para vivir, no viviremos para comer. A
quien dude de la exactitud de esta proposición, dejémoslo
que sude por su pan: encontrará que el
producto de su labor tiene el mejor de los sabores,
su salud mejorará y descubrirá que muchas cosas
que consideraba imprescindibles eran en realidad
superfluas.
¿Los hombres no pueden ganarse el pan con su
trabajo intelectual? No. Las necesidades del cuerpo
debe proveerlas el cuerpo. Quizá en esto se aplique
bien aquello de “Al César lo que es del César.”
El trabajo mental, esto es, intelectual, se relaciona
con el alma y sus propias satisfacciones. Nunca
debiera exigirse que sea pagada. En el estado ideal
los médicos, los abogados, y otras personas semejantes
debieran trabajar únicamente en beneficio de
la sociedad, no para sí mismos. La obediencia a la
ley de trabajar por el pan dará lugar a una revolución
silenciosa en la estructura de la sociedad. El
triunfo del hombre consistirá en sustituir la lucha
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por la existencia por el servicio mutuo. La ley del
bruto será reemplazada por la ley del hombre.
Harijan, 29-6-35, p. 156
En India existe un tipo de hombre muy peculiar
que se complace en tener las menores necesidades
posibles. Sólo lleva consigo un poco de harina, una
pizca de sal y ajíes atados en un trapo. Cuenta con
una escudilla y una cuerda para sacar agua de los
pozos. No necesita nada más. Anda a pie, cubriendo
10 a 12 millas diarias. La masa que come la hace
sobre el trapo, luego junta unas ramitas para hacer
fuego y la cocina sobre el rescoldo. Eso se llama
batí. El sabor que le encuentra no proviene del
gusto que tiene sino del apetito que da la faena honesta
y el contento de la mente. Ese hombre tiene a
Dios por amigo y se siente más rico que cualquier
rey o emperador. Dios no es amigo de quiénes codician
interiormente las riquezas de los otros. Todos
pueden imitar este ejemplo y gozar de una paz y una
felicidad inefables, radiándolas a los demás. Por otra
parte, si uno ansía riquezas, tiene que hacer uso de
la explotación, sea cual fuere .el nombre con que se
la llame. Pero aún así, los tesoros no hacen millona-
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rios. La verdadera felicidad se produce sólo en el
contento y la camaradería de Dios.
Harijan, 21-7-’48, p. 232
La verdadera connotación de la humildad es
autodisolución. La autodisolución es moksha (la
salvación). El servir sin humildad es egoísmo y
egolatría.
Autobiografía, 1948, p. 483
El hombre cesa de desarrollarse cuando la autosatisfacción
se apodera de él; en consecuencia, se
vuelve inepto para la libertad. Quien ofrece un pequeño
sacrificio con espíritu humilde y religioso,
pronto se da cuenta de la pequeñez de lo que ofreció.
El camino del servir nos hace encontrar la medida
de nuestro egoísmo; por ello, continuamente
debemos desear dar más sin darnos por satisfechos
hasta que haya una entrega completa.
Young India, 29-9-’21, p. 306
No es antes que nos hayamos reducido a la nada
que podremos dominar el mal que hay en nosotros.
Dios exige nada menos que la entrega completa
como precio de la única libertad real que vale la pe-
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na tener. Entonces, cuando el hombre se pierde a sí
mismo, inmediatamente se vuelve a encontrar en el
servir a todo Io viviente y esto se vuelve su gozo y
su holganza. Se torna un hombre nuevo que nunca
se cansará de emplearse en el servir a la creación de
Dios.
Young India, 20-12-’28; p. 420
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De: The_dark_crow_v301 Enviado: 30/10/2005 0:47
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EL AMOR OPUESTO A LO FALSO
A. LA LEY DEL AMOR CONTRA EL ODIO
He dejado de lado la espada, de modo que a
quienes me combaten no tengo nada que ofrecerles,
excepto la copa del amor. Al ofrecerles esa copa
espero atraerlos junto a mí.
Young India, 2-4-’31, p. 54
Es bastante fácil ser servicial con los amigos. Pera
favorecer a quien se considera nuestro enemigo
es la quintaesencia de la religión.
Harijan, 11-5-’47, p. 146
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No es verdadera la no-violencia si amamos meramente
a quienes nos aman. Es realmente noviólencía
cuando amamos a quienes nos odian.
(De una carta personal, fechada el 31-2’34)
En su forma positiva, ahimsa es el amor más
grande, la más amplia caridad. Si tengo al ahimsa
por gavia, mi obligación es amar a mis enemigos. Mi
deber es aplicarle al extraño o al enemigo que hace
urda maldad la misma regla que le aplicarla a la maldad
que hace mi padre o mi hijo.
Discursos y escritos del Mahatma Gandhi, G. A. Natesan,
Madráar 1933, p. 346
La exhortación que os hago es que purifiquéis
vuestros corazones y que tengáis caridad. Haced
que vuestros corazones sean tan amplios como el
océano… No juzguéis para no ser juzgados. Existe
un Juez supremo que os podría ahorcar pero que os
deja con vida. Hay muchos enemigos dentro de vosotros
y a vuestro alrededor, pero Él nos protege y
vigila con mirada bondadosa.
Young India, 1-1-25, p. 8
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Se dice “después de todo los medios son medios”.
Yo diría “los medios lo son todo”. Tal corno
es el medio así es el fin. No hay un muro divisorio
entre el medio y el fin. Es cierto que el Creador nos
ha dado control (por lo demás muy limitado) sobre
los medios, pero carecemos de control sobre el fin.
La realización de la meta está en relación exacta con
los medios. Y esta propuesta no admite ninguna
excepción.
Young India, 17-7-’24, p. 236
Por lo tanto, me he preocupado principalmente
de los medios y de su uso progresivo. Sé que si cuidamos
de ellos queda asegurado el logro de la meta.
Pienso también que nuestro avance hacia la meta ha
de estar en relación exacta con la pureza de los medios
que empleemos.
Puede parecer qué este método es largo, quizá
demasiado largo, pero estoy convencido que es el
más corto.
The Amrit Bazar Patrika, 17-9-’33
No hay que temer que el método de la noviolencia
sea un proceso lento y prolongado. Es el
más rápido del mundo porque es el más seguro.
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Young India, 30-4-’25, p. 153
(La resistencia con amor) es una fuerza que
pueden usarla los individuos tanto como las comunidades.
Se puede utilizar tanto, en los asuntos políticos
como en los domésticos: su aplicación
universal es la demostración de su permanencia e
invensibilidad. Pueden usarla tanto los hombres
como las mujeres y los niños. Es completamente
falso asegurar que es una fuerza apta para que la
utilicen sólo los débiles puesto que son incapaces de
oponer la violencia a la violencia… Esta fuerza representa
frente a la violencia -y, por consiguiente,
frente a toda tiranía, a, toda injusticia- lo que la luz
es respecto de las tinieblas.
Young India, 3-11-27, p. 369
Al aplicar el método de la no-violencia hay que
estar convencido de la posibilidad de que cualquier
persona, por degradada que esté, es susceptible de
enmienda mediante un tratamiento práctico y humano.
Harijan, 22-2.’42, p. 49
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132
Va contra mis convicciones castigar, incluso a
un asesino, un ladrón o un estafador.
Young India, 2-4-’31, p. 55
Si se dice que una persona es no-violenta, se espera
que no se enoje con quien la ha injuriado: no
ha de desearle ningún daño; ha de querer su bien;
no ha de insultarla ni le causará ningún mal físico.
Debe soportar las injurias a que lo somete el perverso.
De este modo, la no-violencia es la inocencia
completa. La no-violencia completa es la completa
ausencia de mala voluntad contra cualquier cosa
viva. Por lo tanto, abarca también la vida subhumana,
sin excluir los insectos y las bestias nocivas, que
río han sido creadas para alimentar nuestras propensiones
destructivas. Si conociéramos los pensamientos
del Creador, sabríamos el lugar que aquéllas
ocupan en Su creación. Por consiguiente, la noviolencia
en su forma activa es buena voluntad hacia
todo lo vivo. Es puro amor. Lo he leído en las escrituras
hindúes, en la Biblia y el Corán.
La no-violencia es un estado perfecto. Es una
meta hacia la que se dirige la humanidad de manera
natural pero inconsciente. El hombre no se vuelve
divino por personificar la inocencia: solo entonces
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se convierte realmente en hombre. En nuestro estado
presente somos en parte hombres y en parte
bestias; en nuestra ignorancia, que llega incluso a la
soberbia, afirmamos que cumplimos acabadamente
el fin de nuestra especie cuando devolvemos golpe
por golpe y desarrollamos la ira que ese propósito
requiere. Pretendemos que la represalia es la ley de
nuestro ser, siendo que en ninguna escritura encontramos
que la venganza es obligatoria sino que solo
es permisible. Lo obligatorio es la restricción. La
represalia es una lenidad que requiere una regulación
elaborada. La sujeción es la ley de nuestro ser,
dado que la perfección más elevada es inalcanzable
sin el más grande freno. El sufrimiento es, entonces,
lo distintivo del grupo humano. La meta se aleja
siempre de nosotros. Cuanto más se avanza, más
reconocemos nuestra indignidad. La satisfacción
reside en el esfuerzo, no en el logro. El esfuerzo
acabado es la victoria completa.
Young India, 9-3-’22, p. 141
Si paseamos la mirada por la historia -desde que
comenzó a documentarse hasta nuestros días- veremos
que los hombres tienden progresivamente al
ahimsa. Nuestros antepasados remotos eran caní-
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bales. Luego llegó un :tiempo en que se hartaron del
canibalismo y comenzaron a vivir de la caza. Posteriormente,
sobrevino el estadio en que el hombre se
avergonzó de llevar una vida de cazador errante.
Más tarde se dedicó a la agricultura, . dependiendo
principalmente de la madre tierra para su
subsistencia. Así, de nómade pasó a asentarse en
una vida civilizada y estable; fundó pueblos y ciudades
y de miembro de una familia se transformó en
miembro de una comunidad y una nación. Todos
éstos son signos de aumento del ahimsa y de disminución
del himsa. Si las cosas hubieran ocurrido de
otro modo, hoy en día la especie humana estaría
extinguida, del mismo modo que desaparecieron
muchas especies inferiores.
Los profetas y los avatares también enseñaron
de alguna manera la lección del ahimsa. Ninguno ha
declarado que enseñaba el himsa ¿Cómo podría haber
sido de otro modo? El himsa no necesita que se
lo enseñe. El hombre, en tanto animal, es violento
pero en tanto Espíritu es, no-violento. En el momento
de despertar al Espíritu que lleva dentro, cesa
de ser violento. El hombre evoluciona hacia el
ahimsa o se precipita hacia su ruina. Tal es la razón
de que los profetas y los avatares hayan enseñado la
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lección de la verdad, la armonía, la hermandad, la
justicia, etc., todos atributos del ahimsa.
Sin embargo, pareciera que la violencia persiste,
al extremo que gente pensante como nuestro corresponsal
la considera la última arma.
Pero, como lo he demostrado, la historia y la
experiencia están contra esa convicción.
Si creemos realmente que la humanidad progresa
firmemente hacia el ahimsa, se deduce que aún
tiene que progresar mucho más. Nada en este mundo
es estático: todo es cinético. Si no hay progreso,
entonces inevitablemente se produce el retroceso.
Nadie puede escapar del ciclo eterno, a menos que
sea Dios mismo.
Harijan, 11-8-40, p. 245
He descubierto que la vida perdura aún en medio
de la destrucción; en consecuencia, debe haber
una ley más elevada que la ley de la destrucción.
Solamente bajo esa ley resulta inteligible una sociedad
bien ordenada y la vida digna de ser vivida. Por
lo tanto, si ésa es la ley de la vida, por ella tenemos
que trabajar en lo cotidiano. Allí donde haya peleas,
allí donde nos enfrentemos con un contrincante,
hemos de conquistarlos mediante el amor -le esta
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simple manera he actuado a lo largo de mi vida. Eso
no quiere decir que se hayan resuelto todas mis dificultades,
sino solo que he descubierto que esta ley
del amor respondía como nunca lo ha hecho la ley
de la destrucción. . . Cuanto más me ocupo de esa
ley, más siento el deleite de la vida, el deleite del
plan de este universo. Esto me da paz y también un
sentido de los misterios de la naturaleza que me es
imposible describir.
Young India, 1-10.’31, pp. 288-87
Sé lo difícil que es seguir esta gran ley de la vida.
¿Pero acaso las cosas grandes y buenas. no son difíciles
de hacer? La más difícil es sentir amor por el
que odia. Sin embargo, con la gracia de Dios, aun
esto tan difícil se vuelve fácil de realizar si queremos
hacerlo.
(De una carta personal, fechada el 31-12′-34)
En esta edad de maravillas nadie puede decir
que una cosa o una idea no tiene valor porque es
nueva. Afirmar algo semejante es imposible por la
dificultad que entraña y porque además no está en
consonancia con el espíritu de la época. Cosas en las
que no se soñaba se ven cotidianamente: lo imposi-
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ble es cada vez más posible. Estos días vamos de
asombro en asombro ante los pasmosos descubrimientos
que se realizan en el campo de la violencia.
No obstante afirmo que en el campo de la noviolencia
habrán- de hacerse descubrimientos en los
que tanto menos se pensó y que en la actualidad
parecen imposibles.
Harijan, 25-&’40, p. 260
Soy un optimista incorregible. Mi optimismo se
basa en que creo en las infinitas posibilidades del
individuo para desarrollar la no-violencia. Cuanto
más se la desarrolle en el propio ser, más contagiosa
se volverá llegando incluso a cubrir el entorno.
Pronto, si se la deja, sobrevolará el mundo entero.
Harijan, 25-8-40, p. 260
B. LA ACCIÓN DIRECTA
No pasividad
Nunca se ha hecho nada en la tierra sin la acción
directa. Rechazo la denominación de “resistencia
pasiva” debido a que es insuficiente -y porque puede
interpretársela como un arma de los débiles.
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138
Young India, 12-5-’20, p. 3
Mi meta es la amistad con el mundo entere pero
puedo combinar el amor más grande con la mayor
oposición a lo falso.
Young India, 10-3-’20, p. 5
La no-violencia no es “la renuncia a toda lucha
real contra la maldad”. Por el contrario, la noviolencia
que concibo es una lucha más real y activa
contra la maldad que la represalia, que por naturaleza
incrementa el mal. Lo que pretendo es una oposición
mental, y por la tanto moral, a las
inmoralidades. Lo que procuro con todo afán es
mellar el filo de la espada del tirano, no levantando
contra ella un arma más afilada, sino defraudando
su expectativa de que voy a ofrecerle resistencia física.
La resistencia del alma que voy a ofrecerle ha de
esquivar la espada del tirano. Al principio eso lo
ofuscará pero en definitiva lo ha de constreñir al
reconocimiento, reconocimiento que no lo Humillará
sino que ha de elevarlo.
Young India, 8-10-’25, p. 348
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De: The_dark_crow_v301
Enviado: 30/10/2005 0:48
139
La condición dinámica de la no-violencia implica
sufrimiento consciente: No significa la dócil sumisión
a la voluntad del perverso sino el sublevarse
del alma entera contra la voluntad del tirano. Si un
individuo sirve a esta ley de nuestro ser, le será posible
enfrentarse solo -con el poder total de un imperio
injusto para salvar su honor, su religión, su
alma, y echar los cimientos que llevarán a ese imperio
a su caída o regeneración.
No hay lugar apara la cobardía mi credo de la
no-violencia es una fuerza extremadamente activa.
En él no hay lugar para la cobardía ni tampoco para
la debilidad. Hay esperanzas de que el hombre violento
sea algún día no-violento, pero no hay ninguna
esperanza para el cobarde. Por ello, más de una
vez he dicho en estas páginas que si no sabemos
cómo defender a nuestra propia persona, a nuestras
mujeres y nuestros lugares de trabajo por la fuerza
del sufrimiento, esto es, la no-violencia, debemos
estar dispuestos a defenderlos, si somos hombres,
mediante la lucha.
Young India, 18-8-’27, p. 196
La no-violencia y la cobardía marchan mal juntas.
En cambio, sí puedo imaginarme a un hombre
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140
completamente armado que en el fondo sea un cobarde.
El poseer armas implica un elemento de temor,
si no de cobardía. Pero la verdadera noviolencia
es imposible si no se posee una intrepidez
inalterable.
Harijan, 15-7-’39, p. 201
La fuerza no proviene de la capacidad física;
proviene de una voluntad indomable.
Young India, 11-8-20, p. 3
Un pequeño cuerpo de espíritus decidido animados
por una fe inextinguible en su misión puede
alterar el curso de la historia.
Harijan, 19-11-38, p. 343
El devoto de la no-violencia tiene que cultivar
en el más alto grado la capacidad de sacrificio para
poder liberarse del miedo. No debe intimarse ante la
idea de perder su tierra, su riqueza, su vida. Quien
no haya superado el miedo no puede practicar el
ahimsa a la perfección. El devoto del ahimsa alimenta
solo un miedo: el temor a Dios.
Harijan 1-9-’40, p. 268
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141
Donde existe el miedo no hay religión.
Young India, 2-9-’28, p. 308
Nada en este mundo .es nuestro: incluso nosotros
Le pertenecemos a Dios. ¿Por qué, entonces,
hemos de abrigar ningún miedo?
Young India, 11-9-’20, p. 2
Temamos a Dios y dejaremos de temer a los
hómbres.
Discursos y escritos del Mahatma Gandhi, G. A. Natesan,
Madras, p. 330
La espiritualidad no es conocer las escrituras y
trabarse en discusiones filosóficas:. es cultivar el
corazón, es tener una fuerza inconmensurable. La
intrepidez es el primer requisito de la espiritualidad.
Los cobardes no son nunca morales.
Young India, 13-10-’21, p. 323
El satyagrahi le dice adiós al miedo. Por lo tanto,
no teme confiar en el oponente. Aun cuando el
oponente haya demostrado veinte veces su falsedad,
el satyagrahi estará pronto a confiar en él por vigé-
M A H A T M A G A N D H I
142
sima primera vez, porque una confianza ciega en la
naturaleza humana es la esencia misma de su credo.
Satyagraha in South Africa, 1950, p. 246
Hagamos que nuestro primer acto matinal sea
repetir este propósito para el resto del día: “No temeré
a nadie en la tierra, solo he de temer a Dios.
No alimentaré mala voluntad para con nadie; no me
someteré a las injusticias de persona alguna. Dominaré
lo falso con la verdad y para oponerme a lo
falso aguantaré cualquier sufrimiento.”
Satyagraha Leaflet, 4-5-’19, P. 14
Atreverse a estar solo
Algo en mí que nunca me engaña me dice ahora:
“Tienes que resistir contra el mundo entero aunque
tengas que quedarte solo. Has de mirar al mundo a
la cara aunque el mundo te mire con ojos inyectados
en sangre. No te-mas. Confía en ese algo que mora
en tu corazón y dice: Abandona amigos, esposa,
todo, pero da testimonio de aquello por lo que has
vivido y por lo que has de morir.”
M I R E L I G I Ó N
143
The Bombay Chronicle, 9-8-’42
La fuerza del número place a los tímidos. El valiente
de espíritu se jacta de luchar solo.
Young India, 17-8-’26, p. 217
Los hombres más grandes del mundo siempre
han estado solos. Tenemos el caso de los grandes
profetas, Zoroastro, Buda, Jesús, Mahoma: estuvieron
solos como muchos otros que podría nombrar.
Pero sentían una fe viva en sí mismos y en su Dios
y al creer, como creían, que Dios estaba a su lado
nunca se sentían en soledad.
Young India, 10-10-’29, p. 330
La confianza en Dios
La no-violencia tiene éxito solo cuando tenemos
una fe viva en Dios.
Harijan, 28-1-’39, p. 443
En una lucha justa, Dios mismo planea campañas
y conduce batallas. Una darmayuddha se puede
emprender sólo en nombre de Dios. No obstante,
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144
Dios acudirá en rescate del satyagrahi recién cuando
éste se vea completamente desvalido y esté en apariencia
acabado en medio de la oscuridad que lo
rodea.
Satyagraha in South Africa, 1950, p. 5
He aprendido esta lección: lo que es imposible
para el hombre es juego de niños para Dios. No me
caben dudas que todas las cosas son posibles si tenemos
fe en la Divinidad que rige el destino de
hasta 1o más humilde de Su creación. Con esa esperanza
última, paso el tiempo y me esfuerzo por
obedecer Su voluntad.
Young India, 19-11-’31, p. 361
Conozco el sendero. Es estrecho y oscuro. Es
como el filo de una espada. Me regocijo de caminar
por él. Me lamento cuando erro su senda. La palabra
de Dios dice: “El que lucha nunca perece”.
Tengo fe ciega en esa promesa. Por ello, aunque a
causa de mi debilidad he fallado cientos de ,veces,
no pierdo la fe.
Young India, 17-6-’26, p. 215
M I R E L I G I Ó N
145
(El satyagrahi) sabe que la ayuda llega cuando
casi no hay esperanzas. Tal es el camino de esa Deidad
cruel que insiste en poner a prueba a Sus devotos
en un horno ardiente y se deleita148 ten
hacerles bajar la cerviz hasta morder el polvo.
Young India, 4-8-’25, p. 189
El amor nunca reclama sufrimiento.
El amor nunca reclama, siempre da. El amor
siempre sufre; nunca se venga.
Young India, 9-7-17, p. 240
He llegado a la conclusión fundamental de que
sí uno quiere que se realice algo realmente importante
hay que conmover al corazón y no satisfacer
meramente a la razón. El estímulo de la razón se
relaciona más con la cabeza, pero el penetrar el corazón
proviene del sufrimiento. Éste abre la comprensión
interior del hombre.
Young India, 5-11-31, p. 341
Se ha ido desarrollando en mí la convicción de
que las cosas de importancia fundamental para la
M A H A T M A G A N D H I
146
gente no se consiguen únicamente mediante la razón
sino que hay que adquirirlas con el sufrimiento.
El sufrimiento es la ley de los seres humanos, la
guerra es la ley de la selva. Pero el sufrimiento es
infinitamente más poderoso que la ley de la selva
para convertir al oponente y abrirle los oídos -de
otra manera cerrados- a la voz de la razón.
Young India, 5-11- 31, p. 341
La religión del ahimsa consiste en brindarles a
los demás el máximo de comodidad con el máximo
de incomodidad para nosotros, aún a riesgo de
nuestra vida.
Young India, 2-12-’28, p. 422
El corazón más duro y la ignorancia más densa
desaparecen sin ira y sin malicia ante el sol naciente
del sufrimiento.
Young India, 19-2-’25, p. 81
El objetivo es convertir al oponente
A menudo se olvida que la intención del satyagrahi
no es nunca la de poner en aprietos al malva-
M I R E L I G I Ó N
147
do. Jamás apela a su miedo, por el contrario, su
exhortación siempre está dirigida al corazón -y así
debe ser. La meta del satyagrahi es convertir, no
coercionar a quien obra mal.
Harijan, 18-3-’39, p. 53
El satyagrahi trata de convertir a su oponente
por la pura fuerza del carácter y el sufrimiento.
Cuanto más puro sea y más sufra, tanto más rápido
evolucionará.
Young India, 18-9-’24, p. 306
El objetivo del servidor no-violento ha de ser
siempre el convertir a los otros. Sin embargo, no
puede esperar infinitamente. Al llegar al limite debe
arriesgarse y concebir planes de un satyagraba activo,
lo cual puede implicar la desobediencia civil y
cosas por el estilo.
Young India, 8-2-’30, p. 44
M A H A T M A G A N D H I
148
El satyagraha9
Dado que el satyagraha es uno de los métodos
más poderosos de acción directa, el satyagrahi debe
agotar los demás medios antes de recurrir al satyagraha.
Por ello, constante y continuamente ha de
hacer propuestas a la autoridad constituida: asimismo,
interesará a la opinión pública suministrándole
las informaciones necesarias y también expondrá su
caso calma y fríamente ante quien quiera escucharlo.
Recién después de haber agotado estas vías recurrirá
al satyagraha. Una vez que haya oído dentro de sí el
imperioso llamado de la Voz Interior y se haya lanzado
al satyagraha, no habrá retroceso posible porque
sus naves estarán quemadas.
Young India, 20-10-’37, p. 353
La alegría reside en la lucha y el esfuerzo y en el
sufrimiento que entrañan, no en la victoria misma.
Harijan, 23-12-’39; p. 386
9 El satyagraha o acción no-violenta directa tomaba, en el caso de Gandhiji,
las formas del ayuno, la no-cooperación y la desobediencia civil, que
un poco más adelante aparecen tratadas brevemente. (N. del E.)
M I R E L I G I Ó N
149
No es porque aprecio poco la existencia que
apruebo con alegría a los miles de personas que
pierden voluntariamente la vida en el satyagraha,
sino porque sé que, a la larga, redunda en una pérdida
menor de vida. Otra cosa muy importante es
que este sacrificio ennoblece a quienes pierden la
vida, a la par que enriquece moralmente al mundo.
Young India, 8-10-’25, p. 385
Mis ayunos
Debo decir que fue en 1913 que comencé con
mis experiencias de ayuno en gran escala coma instrumento
de reforma. Anteriormente había hecho
ayunos bastante a menudo pero no de la manera
que los realicé en 1913. Mi opinión última al respecto
es que el resultado general de mis numerosos
ayunos fue sin duda provechoso. Los ayunos invariablemente
agudizaron la conciencia de la gente
predeterminada sobre la que se empeñaba a influir.
No estoy enterado de que esos ayunos hayan dado
lugar a que se sufriera ninguna injusticia. De todas
maneras, nunca se tuvo la idea de ser coercitivo con
nadie mediante ese método. En realidad, creo que la
palabra coerción es una mala manera de llamar a la
M A H A T M A G A N D H I
150
influencia ejercida por los ayunos efectuados con
sentido crítico. La coerción supone una fuerza dañina
usada contra una persona de quien se espera
que haga algo que desea el que detenta la fuerza. En
los ayunos en cuestión, la fuerza fue usada contra
mi mismo. Por cierto que la fuerza del autosufrimiento
no puede ponerse en la misma categoría que
la fuerza del sufrimiento causado a otro sobre quien
se aspira a influir. Si ayuno paro despertar la conciencia
de un amigo equivocado, cuyo error es indiscutible,
no estoy coercionándolo en el sentido
común del término.
El hecho es que los ayunos espirituales siempre
influyen sobre aquellos a los que alcanza su zona de
influencia. Tal es la razón de que se describa como
tapas al ayuno espiritual. Y todo tapas ejerce invariablemente
una influencia purificadora sobre aquellos
en pro de los cuales se aborda.
Por supuesto que no es posible negar que los
ayunos pueden ser realmente coercitivos. De esa
clase son los ayunos emprendidos para lograr un
objetivo egoísta. El ayuno realizada para sacarle dinero
a una persona -o para lograr un fin personal
similar- conducirá al ejercicio de la coerción o influencia
indebida. Sin vacilar propugnaría que se
M I R E L I G I Ó N
151
resistiera a esa influencia indebida. Yo mismo me he
resistid con éxito a los ayunos con los que se me
amenazaba o que efectivamente se realizaron contra
mí.’ A quien arguyera que la línea divisoria entre un
fin egoísta y otro que no es a menuda muy delgada,
le respondería que la persona que considera que el
propósito de un ayuno es egoísta o que tiene una
base espuria, debiera decididamente rehusarse a
consentir en sus demandas, aun cuando la negativa
produjera la muerte de la persona que ayuna. Si la
gente cultivara el hábito de hacer caso omiso de los
ayunos que, en su opinión tienen fines egoístas, se
les quitaría a los ayunos la mácula de coerción e influencia
indebida que ostentan. Al igual que todas
las instituciones humanas, el ayuno puede ser usado
tanto legítima como ilegítimamente. En consecuencia,
dado que es un arma importante en el arsenal
del satyagraha, no conviene dejársela de lado por el
abuso probable que. de ella se haga. Se ha concebido
al satyagraha como un substituto efectivo de la
violencia. Este método está en sus albores y, per lo
tanto, todavía no ha sido perfeccionado. Sin embargo,
como autor del satyagraha moderno, no puedo
desahuciar ninguno de sus múltiples métodos sin
M A H A T M A G A N D H I
152
perder mi derecho a usarlo en el espíritu de un humilde
buscador
De: The_dark_crow_v301 Enviado: 30/10/2005 0:49
C. EN LUGAR DE LA GUERRA
No usar la espada para defenderse
No soy un visionario: pretendo ser un idealista
práctico. La religión de la no-violencia no está destinada
meramente a los rishis y los san-, tos, también
se adecua a la gente común. La no-violencia es
la ley de nuestra especie, como la violencia es la ley
de las bestias. En el bruto, el espíritu yace dormido,
de modo que aquél no conoce otra ley que la del
poder físico. La dignidad del hombre requiere la
obediencia a una ley más elevada: a la fuerza del espíritu.
Por ello, me aventuré a proponerle a la India la
antigua ley del autosacrificio. Porque el satyaghaha y
sus derivados, la no-cooperación y la resistencia civil
no son otra cosa que nombres nuevos para la ley
del sufrimiento. Los rishis que descubrieron la ley
de la no-violencia en medio de la violencia fueron
M A H A T M A G A N D H I
156
genios más grandes que Newton y guerreros más
grandes que Wellington. Sabiendo el valor de las
armas, se dieron cuenta de su inutilidad v le enseñaron
a un mundo cansado que su salvación se ocultaba
en la no-violencia, no en la violencia.
En consecuencia, no abogo porque la India
practique la no-violencia porque es un país débil.
Quiero que practique la no-violencia teniendo conciencia
de que es fuerte poderoso. No se requiere
que domine las armas para que :se dé cuenta de su
fuerza. Pareciera que necesitamos eso porque parece
que pensamos que somos un montón de carne.
Quiero que la India reconozca que tiene un alma
que no puede perecer y que es capaz de elevarse
triunfalmente por sobre toda debilidad física, desafiando
la unión física del mundo entero. ¿Cuál es el
significado de Rama, un mero ser humano, que con
su corte de monos se debatió contra la insolente
fuerza de Ravana el de las diez cabezas, al que circundaba
la supuesta seguridad de las airadas aguas
del Lanka? ¿No significa acaso el sometimiento del
poder físico por la fuerza espiritual? Si la India
adopta la doctrina de la espada, puede obtener urea
victoria momentánea. Pero entonces cesará de ser el
orgullo de mi corazón. Estoy aferrado a la India
M I R E L I G I Ó N
157
porque le debo todo. Creo sin ninguna duda que
tiene una misión en el mundo, que no es la de imitar
a Europa ciegamente. El momento en que la India
acepte la espada será mi hora de prueba. Espero no
fallar. Mi religión no tiene límites geográficos. Si
alimento una fe viva, ésta tiene que trascender incluso
mi amor por la India. Mi vida está dedicada a
servir a la India mediante la religión de la noviolencia,
que creo constituye la raíz del hinduismo.
Young India, 11-8-20, pp. 3, 4
La participación en la guerra
Dado que mi resistencia a la guerra es confesa,
nunca me he dedicado a entrenarme en el uso de
las armas destructivas, a pesar de haber tenido muchas
oportunidades. Quizá fue por eso que me escapé
a la destrucción directa de la vida humana. Sin
embargo, puesto que vivo bajo un sistema de gobierno
basado en la fuerza y que participo voluntariamente
de las muchas facilidades y privilegios que
eso me reporta, estoy obligado a ayudar al gobierno
con el máximo de mis capacidades si aquél se halla
en guerra -a menos que no coopere con el gobierno
M A H A T M A G A N D H I
158
y que renuncie en todo lo posible a los privilegios
que me ofrece.
Voy a dar un ejemplo. Soy miembro de una:
institución que posee unos pocos acres de tierra, La
producción que se obtiene de esa tierra corre inminente
peligro a causa de los monos. Creo que toda
vida es sagrada y, por ende, considero que cualquier
daño que se le haga a los monos es urja violación
del ahimsa. No obstante, no vacilaría en provocar y
dirigir un ataque a los monos para salvar la cosecha.
Quisiera evitar ese mal. Puedo evitarlo dejando o
disolviendo la institución. No actuaré así porque no
creo que sea posible encontrar una sociedad donde
no exista la agricultura y, por lo tanto,, no haya que
destruir alguna forma de vida. Con temor y temblor,
con humildad y contrición, participaré entonces en
el daño que se les. inflija, a los monos, esperando
encontrar una salida en algún momento.
Por esas mismas razones, participé en tres actos
de guerra. No podía cortar la conexión con la sociedad
a la que pertenezco porque hubiera sido una
locura. En esas tres ocasiones no se me ocurrió nocooperar
con el gobierno británico. Hoy en día mi
posición respecto del gobierno es totalmente distinta,
por lo cual no deseo participar voluntaria-
M I R E L I G I Ó N
159
mente en sus guerras: no me importaría correr el
riesgo de prisión e incluso de muerte si se me obligara
a empuñar las armas o a tomar parte en sus –
operaciones militares.
Sin embargo, eso no soluciona el rompecabezas.
En el caso de que hubiera un gobierno nacional, yo
no tomaría una parte directa en la guerra, pero se
me ocurre que podrían presentarse ocasiones en que
tendría la obligación de votar por el entrenamiento
militar de aquellos que quisieran tomar las armas,
pues bien sé que no todos los miembros de la sociedad
creen en la no-violencia al extremo que me
sucede a mí. Está claro que no es posible que una
persona o una sociedad sean transformadas en noviolentas
por compulsión.
La no-violencia obra de una manera muy misteriosa.
A menudo las acciones de los hombres desafían
el análisis en términos de no-violencia; también
con frecuencia las acciones de una persona pueden
adoptar una apariencia violenta, aun cuando el individuo
esté regido por la más absoluta no-violencia,
en el sentido más elevado del término y, subsiguientemente,
se sepa que lo es. Por lo tanto, todo
lo que puedo decir en favor de mi conducta es, que
en el caso citado, tuvo por fin los intereses de la no-
M A H A T M A G A N D H I
160
violencia: no me movieron sórdidos intereses nacionales
ni de otro orden.
Young India, 13-9-’28, p. 308
El desarme
Al comenzar el desarme general en Europa –
como algún día tendrá que ocurrir, a menos que
Europa quiera suicidarse- algunas naciones tendrán
que atreverse a deponer las armas antes que otras
con peligro de correr grandes riesgos. Si afortunadamente
eso ocurre, el nivel de no-violencia de- la
nación que se decida a hacerlo primero se habrá
elevado naturalmente tan alto como para imponer
un respeto universal. Sus juicios tendrán que ser
certeros, sus decisiones firmes; su capacidad para el
heroico autosacrificio ha de ser grande como su deseo
de vivir para las demás naciones igual que para
si misma.
Young India, 8-10-’25, p. 345
Tal como sucede con la producción de opio, es
necesario restringir la fabricación mundial de armas.
M I R E L I G I Ó N
161
Es probable que las armas sean más responsables
que el opio de la miseria que hay en el mundo.
Young India, 19-11-25, p. 397
No habría ocasión para el armamentismo si en
el mundo no se alimentara la codicia.
Harijan, 12-11-38, p. 328161
La paz mundial
Se podría lograr una paz permanente si los conductores
reconocidos de la humanidad, que controlan
las maquinarias de destrucción, renunciaran por
completo a utilizarlas, sabiendo plenamente lo que
eso implica. Estoy convencido que la raíz del mal
reside en la carencia di una fe viva en un Dios viviente.
Es una tragedia humana de primer orden el
que los pueblos de la tierra que afirman creer en el
mensaje de Jesucristo -a quien pintan como el príncipe
de la paz- demuestren muy poco esa creencia
en la práctica real. Es penoso ver que sacerdotes
cristianos sinceros limitan el alcance del mensaje de
Jesús a individuos selectos.
M A H A T M A G A N D H I
162
En la infancia me enseñaron una verdad que
después comprobé por experiencia: las virtudes
primarias de la humanidad son susceptibles de ser
cultivadas hasta por el más humilde componente de
la especie humana. Es precisamente esta indubitable
posibilidad universal lo que distingue a los humanos
del resto de la creación de Dios. Si aunque más no
fuera una nación realizara incondicionalmente el
supremo acto de la renuncia, muchos de nosotros
veríamos en vida que una paz manifiesta se establece
sobre la tierra.
Harijan, 18-8-’38, p. 153
Reitero mi convicción de que no habrá paz para
los aliados ni para el mundo a menos que dejen de
lado su certidumbre sobre la eficacia de la guerra y
su terrible correlato de impostura y fraude y se decidan
a trabajar por una paz real basada en la libertad
y la igualdad de todas las razas y naciones.
The Bombay Chronicle, 18-4-’45
M I R E L I G I Ó N
163
26
EL AMOR EN RELACIÓN CON EL
MUNDO ANIMAL
A. EL NO-MATAR A L0S ANIMALES
El ahimsa es un principio muy amplio. Nosotros
somos mortales desvalidos atrapados en la conflagración
del himsa. El, refrán de que la vida vive de
la vida cobra entonces un profundo significado. Los
hombres no pueden vivir un instante sin perpetrar
consciente o inconscientemente un himsa menor. El
mero hecho de vivir -comer, beber, moverse- implica
necesariamente un cierto grado de himsa, de
destrucción de vida, aunque ésta sea muy pequeña.
Por ello, un devoto del ahimsa permanecerá fiel a su
fe si la compasión es la fuente de la que brotan sus
M A H A T M A G A N D H I
164
acciones, si evita con todas sus fuerzas la destrucción
de las criaturas, incluso de las más diminutas, y
trata siempre de salvarlas, luchando incesantemente
para liberarse de la espiral mortífera del himsa. Empero,
aun cuando aumenten sus autorrestricciones y
su compasión, nunca llegará a verse enteramente
libre del himsa menor.
Por otra parte, dado que el ahimsa subyacente es
la unidad de la vida, el error de uno no puede sino
afectar a todos; en consecuencia, el hombre no
puede liberarse enteramente del himsa. En tanto sea
un ser social, el devoto no puede dejar de participar
en el himsa que entraña la existencia misma de la
sociedad.
Autobtografia, 1948, pp. 427-29.
Apoderarse de la vida puede ser un deber. Consideremos
esta posición.
Destruimos tanta vida como creemos que es necesario
para que el cuerpo subsista. Así, para comer
nos apoderamos de vida vegetal y de otras clases- y
en bien de nuestra salud destruimos mosquitos e
insectos semejantes mediante, el uso de insecticidas,
pero al obrar de este modo no nos sentimos culpables
de irreligión.
M I R E L I G I Ó N
165
Esto en cuanto al propio yo. En relación con el
bien de los demás, es decir, en beneficio de la especie,
matamos a las. bestias carnívoras. Los habitantes
de un lugar consideran que es su deber matar o
hacer matar a los tigres y leones que asuelan su pueblo.
En algunos casos, hasta se torna necesario el
homicidio. Supongamos que un hombre ataca ciegamente:
empuña con furia una espada y mata a
cuantos se topan con él. Nadie se atreve a capturarlo
vivo. Quienquiera que concluya188 con este
lunático se ganará la gratitud de la comunidad, que
lo considerará un hombre bueno.
Desde el punto de vista del ahimsa simplemente
es un deber matar a un hombre semejante. En realidad,
existe una excepción, si puede llamársela así.
Es la del yoguin que puede someter la furia de una
persona tan peligrosa, sin matarla. Pero no estamos
hablando de seres que casi han llegado a la perfección:
tratamos de cuál es el deber de una sociedad
de seres humanos comunes sujetos a error.
Quizá haya diferencia de opiniones respecto de
la propiedad de mis ejemplos. Pero si no son muy
adecuados, se pueden imaginar otros ejemplos mejores.
Lo que están encaminados a demostrar es que
M A H A T M A G A N D H I
166
la abstención de apoderarse de la vida en determinadas
circunstancias no es un deber absoluto.
El hecho es que el ahimsa no significa simplemente
no-matar. Himsa es causar dolor o matar a
cualquier forma de vida por ira o propositos egoístas
o con la intención de dañar. Abstenerse de ello
es ahimsa.
El médico que receta remedios amargos causa
dolor, pero no obra con himsa. Si dejara de prescribir
medicinas amargas cuando es necesario, no
cumpliría con su deber de ahimsa. El cirujano que
por miedo a causar dolor a su paciente vacilara en
amputar un miembro gangrenado, sería culpable de
himsa. Quien se abstuviera de matar a un asesino
que está por matar a su guardia (y no pudiera, impedirlo
de otra manera) no ganaría en mérito sino
que cometería un pecado; su práctica no sería la del
ahimsa sino la de un himsa, resultante de un necio
sentido del ahimsa.
Analicemos ahora la raíz del ahimsa: el desprendimiento
extremo. El desprendimiento implica la
carencia total de miramientos respecto del propio
cuerpo. Un sabio observó que el hombre mata innúmeras
criaturas, grandes y pequeñas y que lo único
que estima es su propio cuerpo, y se sintió
M I R E L I G I Ó N
167
impresionado por su ignorancia. Se compadeció de
quien así olvida su alma inmortal -encerrada en su
cuerpo perecedero- por pensar en un efímero placer
físico antes que en la felicidad eterna del espíritu.
Dedujo de esto que el deber era la autoaniquilación
completa. Comprendió que si el hombre desea realizarse,
es decir, realizar la Verdad, puede hacerlo
únicamente si se desprende completamente de su
cuerpo, esto es, si hace que los demás seres se sientan
a salvo de él. Tal es el camino del ahimsa. .
Aprehender esta verdad es comprender que el
pecado de himsa no consiste meramente en apoderarse
de la vida sino en apoderarse de la vida en beneficio
de nuestro cuerpo perecedero. Por ello, la
destrucción que implica el proceso de comer, beber,
etc., es egoísta y, en consecuencia; es himsa. No
obstante, el hombre lo considera inevitable y se
conforma. Pero la destrucción de los cuerpos de las
criaturas torturadas en pro de su paz no puede considerarse
himsa y tampoco puede ser considerada
himsa la destrucción causada con el propósito de
proteger a quienes nos defienden.
Esta línea de razonamiento es propensa a que se
la use de la manera más torcida. Pero eso no se debe
a que el razonamiento es defectuoso sino a la
M A H A T M A G A N D H I
168
flaqueza humana por aferrarse a cualquier pretexto
que le sirva para engañarse a sí misma y satisfacer su
amor propio y su egoísmo. Pero ese peligro no debe
dispensarnos de definir la verdadera naturaleza del
ahimsa. Así, lo precedente nos lleva a los siguientes
resultados:
(1) Es imposible mantener el propio cuerpo sin
destruir en cierta medida a otros cuerpos.
(2) Todas tienen :que destruir en parte la vida
(a) para mantener su propio
cuerpo;
(b) para proteger a quienes
se encuentren
bajo su cuidado; o
(c) algunas veces en bien de
aquéllos
mismos a quienes se les
quita la vida.
(3) El (a) y el (b) del punto (2) implican himsa
en mayor o menor grado. El (c) no implica himsa y
por lo tanto es ahimsa. En el (a) y el (b) el himsa es
inevitable.
M I R E L I G I Ó N
169
(4) . Un ahimsaismo progresivo se someterá al
himsa contenido en los apartados (a) y (b)en la menor
medida posible y solo cuando sea inevitable, es
decir, tras reflexionar plena y maduramente y cuando
ya estén agotados todos los recursos para evitarlos.
Young India, 4-11-’28, pp. 384-85
Himsa es causar dolor, desear el mal o apoderarse
de la vida de cualquier ser viviente por ira o , con
fines egoístas. Por otro lado, si después de un claro
y calmo juicio se decide matar o causar dolor a un
ser viviente en vistas a su bien físico y espiritual y
con intención pura y desinteresada, esto puede convertirse
en la forma más pura de ahimsa. Cada caso
debe juzgarse individualmente. y por sí mismo. La
prueba final de su violencia o su no-violencia ha de
encontrarse : finalmente en la intención sobre la que
descansa el acto.
Young India, 4-10’28, p. 331
Aun cuando sea cierto que la actitud mental es
la prueba definitiva del ahimsa, no es la única prueba
que existe. Matar a un ser o a una cosa viviente,
excepto si se lo hace en su propio interés, es himsa,
M A H A T M A G A N D H I
170
aunque el motivo sea noble en extremo. Por lo demás,
el hombre que abriga mala voluntad hacia su
prójimo no es menos culpable de himsa porque el
miedo a la sociedad o la falta de oportunidades lo
incapaciten para trasladar a la acción su mala voluntad.
Por tal razón, es necesario tener en cuenta
tanto la intención como el acto para decidir170 finalmente
si un acto o abstención dados pueden ser
clasificados de ahimsa.
Young India, 18-10-’28, p. 352
Soy dolorosamente consciente del hecho de que
mi deseo de continuar viviendo en el cuerpo me
compromete a un himsa constante; por ello, me
estoy volviendo progresivamente indiferente a éste,
mi cuerpo físico. Por ejemplo, sé que en el acto de
respirar destruyo innumerables gérmenes invisibles
que flotan en el aire. No obstante, no dejo de respirar.
El consumo de vegetales implica himsa, pero
me doy cuenta que no puedo prescindir de ellos.
Del mismo modo, hay himsa en el uso de antisépticos
y, sin embargo, no puedo resolverme a descartar
el uso de desinfectantes como el querosén, etc., para
librarme de las molestias de los mosquitos e insectos
semejantes. Soporto bien que en el ashram haya
M I R E L I G I Ó N
171
que matar a las serpientes cuando es imposible atraparlas
y sacarlas de en medio para que no dañen.
Incluso tolero el uso de la picana para manejar al
buey del ashram. Por lo tanto, hay un sin fin de actos
de himsa que llevo a cabo directa o indirectamente.
Ahora me enfrento con el problema de los
monos. Le aseguro al lector que no me corre prisa
por tomar la decisión extrema de matarlos. En realidad,
no estoy en absoluto seguro . de que finalmente
pueda resolverme a matarlos. De momento,
los amigos me ayudan brindándome útiles sugerencias,
cuya puesta en práctica soluciona el problema,
al menos temporariamente, de manera tal que no
nos vemos en la obligación inmediata de exterminarlos.
Sin embargo, no puedo prometer que nunca
voy a matar a los monos, aunque destruyan todas
las cosechas del ashram. Si de resultas de esta humilde
confesión mía, los amigos deciden darme por
perdido, lo sentiré mucho, pero nada me inducirá a
tratar de ocultar mis imperfecciones en la práctica
del ahimsa. Todo lo que digo es que trato sin cesar
de comprender las implicancias de los grandes
ideales como el ahimsa y de practicarlos en pensamiento,
palabra y acto, -creo incluso que con bas-
M A H A T M A G A N D H I
172
tante éxito. Pero también sé que me queda un largo
trecho que recorrer hasta llegar a esos ideales.
Young India, 1-11-’28, p. 381
La regla de no matar reptiles venenosos ha sido
practicada casi enteramente en Fénix10, la Granja
Tolstoy11 y Sabarmati12. En cada uno de estos lugares
tuvimos que . establecernos en tierras baldías.
Sin embargo, no hubo pérdidas de vidas ocasionadas
por picaduras de víbora. Veo, con los ojos de la
fe, que en esta circunstancia ha intervenido la mano
del Dios de la Piedad. No dejemos que nadie sutilice
sobre esto diciendo que Dios nunca es parcial y
que no tiene tiempo de intervenir en los aburridos
asuntos humanos. No tengo otro lenguaje para expresar
el meollo del asunto que describir esta rotunda
experiencia mía. La lengua humana es imperfecta
para describir los caminos de Dios. Percibo claramente
el hecho de que sean indescriptibles e inescrutables.
Pero si el hombre se toma el atrevimiento
de describirlos, no tiene mejor medio para hacerlo
que su propia voz inarticulada. Aunque sea una superstición,
suscribo el creer que la inmunidad a todo
10 Ashrams fundados por Gandiji en Africa de Sur.
11 Idem.
M I R E L I G I Ó N
173
perjuicio por veinticinco años -no obstante la práctica
medianamente regular del no-matar no es un
accidente fortuito sino una gracia de Dios.
Autobiografía, 1948, pp. 524-25.
Mi ahimsa es algo propio. No puedo aceptar en
su totalidad la doctrina de no-matar a los animales.
No siento que tenga que salvar la` vida de esos animales
que devoran o dañan al hombre. Considero
equivocado ayudar al aumento de su progenie. Por
lo tanto, no voy a alimentar a las hormigas, monos
o perros. Nunca he de sacrificar la vida de un hombre
para salvar la de esos animales.
A1 pensar sobre esto, he llegado a la conclusión
de que es perdonable suprimir a los monos cuando
se convierten en una amenaza para el bienestar del
hombre. Matarlos se vuelve un deber. Se puede argumentar
que esta regla también puede aplicarse a
los seres humanos. No se puede hacerlo, por malos
que sean, porque son similares a nosotros. A diferencia
del animal,. Dios le ha dado al hombre la facultad
de razonar.
Harijan, 5-5-46, p. 123
12 Un ashram fundado por Gandhijien Gujarat, India.
M A H A T M A G A N D H I
174
De: The_dark_crow_v301
Enviado: 30/10/2005 0:50
B. EL VEGETARIANLSMO
A mi entender, la vida de un cordero no es menos
preciosa que la de un ser humano. Me encuentro
mal dispuesto a quitarle la vida a un cordero.
para sustentar el cuerpo humano. Afirmo que
cuanto más. desvalida es una criatura, tanto más
debe ser protegida por el hombre de la crueldad del
hombre.
Autobiografía, 1948, p. 290
Equivocado o no, forma parte de mis convicciones
religiosas el que los hombres no coman carne,
huevos y cosas por el estilo. Debiera existir un
limite a los medios que se utilizan para mantenernos
vivos. No pueden hacerse ciertas cosas, ni siquiera
por la vida misma.
Autobiografía, 1948, pp. 302-03
No considero que el alimentarnos de carne nos
sea necesario en ninguna época y bajo ningún clima
en que de ordinario les es posible vivir a los seres
humanos. Sostengo qué alimentarse de carne es
inapropiado para nuestra especie. Es un error imitar
el mundo de los animales inferiores si somos supe-
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riores a ellos. La experiencia nos enseña que la comida
animal no es adecuada para quienes buscan
refrenar sus pasiones.
Sin embargo, también es erróneo sobreestimar
la importancia de la comida en la formación del carácter
o en el sometimiento de la carne. La dieta es
un factor poderoso que no hay que descuidar; pero
resumir la religión en términos de Régimen -como a
menudo se hace en la India- es tan erróneo como
dar rienda suelta al apetito, desconociendo todo límite
respecto de la dieta. El vegetarianismo es uno
de los dones inapreciables del hinduismo que no
debe ser abandonado a la ligera. Entonces, hay que
corregir el error de que el vegetarianismo nos debilita
la mente y el cuerpo y nos vuelve pasivos e
inertes en la acción. Los reformadores hindúes más
grandes -que practicaban el vegetarianismo- eran los
seres más activos de su época. ¿Quién mostró en
sus tiempos una actividad mayor que, digamos,
Shankara o Dayananda?
La elección de una dieta no debe basarse en la
fe. Es un asunto de cada uno razonar por si mismo.
En los países occidentales en especial ha surgido
una cantidad de literatura sobre el vegetarianismo
que nadie que busque realmente la verdad puede
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176
estudiar con provecho. Muchos médicos eminentes
contribuyeron a engrosar esa literatura. Aquí, en la
India, nunca hemos necesitado ningún estimulo para
el vegetarianismo, puesto que hasta ahora lo hemos
aceptado como una cosa muy deseable y muy
respetable.
Young India, 7-10-’28, p. 347
Debemos recordar que el mero jivadaya (la
bondad con los animales) no nos permite derrotar a
los “seis enemigos mortales” que llevamos dentro,
es decir, la lujuria, la ira, la codicia, la infatuación, el
orgullo y la falsedad. Mostradme al individuo que se
gobierne totalmente a sí mismo, que esté lleno de
buena voluntad y de amor hacia todos y que se maneje
con la ley del amor en cada una de sus acciones
y yo le ofreceré mi respetuoso homenaje, aunque se
alimente de carne. Por otra parte, el jivadaya de una
persona que se deja llevar por la ira y la lujuria pero
que alimenta diariamente a las hormigas y los insectos,
absteniéndose de matarlos, no tiene casi nada
de elogiable. Es una actuación mecánica, carente
de valor espiritual. Incluso puede ser algo peor: una
pantalla de hipocresía que oculta la corrupción que
hay adentro.
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177
C. LA LECHE
“No puedo restablecer su cuerpo, a menos que
usted tome leche. Si además toma hierro y se da
inyecciones de arsénico, le garantizo la recuperación
completa de su organismo.”
“Puede darme inyecciones” le respondí, “pero la
leche es un asunto muy diferente: he hecho votos
de no probarla.”
“¿Cuál es el alcance exacto de su voto?” .me
preguntó el médico.
Le conté toda la historia y las razones en que se
asentaba mi voto: al enterarme de que la vaca y el
búfalo estaban sujetos al proceso del phooka se
produjo en mí una fuerte sensación de desagrado
por la leche. Por otra parte, siempre había considerado
que la leche no era la dieta natural del hombre;
por lo tanto, había renunciado a usarla por completo.
Kasturba estaba de pie, cerca de mi cama,
siguiendo atentamente la conversación.
“Entonces no tiene ninguna objeción contra la
leche de cabra”, acotó.
El médico tomó también ese rumbo. “Me conformaría
con que tomara leche de cabra”, me aseguró.
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178
Me rendí. Mi profundo anhelo de emprender la
lucha del satyagraha había creado en mí un fuerte
deseo de vivir, por lo cual me contenté con adherirme
solo a la letra de mi voto, sacrificando su espíritu.
Si bien solo había tenido presente la leche de
vaca y la de búfalo cuando formulé mi voto, la inferencia
natural de éste cubría la leche de todos los
animales. Además, en la medida en que sostenía que
la leche no era la dieta natural del hombre, no era
correcto que consumiera ninguna clase de leche. No
obstante, a pesar de saber todo esto, consentí en
tomar leche de cabra. La voluntad de vivir demostró
ser más fuerte que la devoción a la verdad y por una
vez el devoto de la verdad comprometió su sagrado
ideal por su anhelo de emprender la lucha del satyagraha.
Aún ahora el recuerdo de esta acción se encona
en mi pecho, llenándome de remordimientos,
mientras continúo pensando cómo hacer para dejar
la leche de cabra. Por desgracia todavía no puedo
librarme de la más sutil de las tentaciones, el deseo
de servir, que es lo que aún me mantiene.
Las experiencias dietéticas cuentan para mi como
una parte de mis búsquedas del ahimsa. Estas
búsquedas me brindan solaz y alegría. Sin embargo,
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179
el beber leche de cabra me preocupa actualmente
no tanto desde el punto de vista .de la dietética . del
ahimsa como respecto de la verdad, ya que es nada
menos que un quebrantamiento a la promesa que
realicé. Me parece que comprendo mejor el ideal de
la verdad que el del ahimsa y mi experiencia me dice
que si dejo que se desvanezca la verdad que comprendí,
nunca podré resolver el enigma del ahimsa.
El ideal dé la verdad exige que los votos formulados
sean cumplidos en el espíritu tanto como en la letra.
En el caso presente asesiné el espíritu –el alma del
voto- al seguir estrictamente su forma exterior, y
eso me irrita profundamente. No obstante, no alcanzo
a ver cuál es el camino correcto, a pesar de
tener todo muy claro. En otras palabras, quizá no
tengo el coraje de seguir la vía recta. En el fondo
ambos planteos son iguales y significan lo mismo,
porque la duda es invariablemente el resultado de la
falta de fe o de su debilitamiento. Por ello, mi plegaria
constante es: “Señor, dadme fe.”
Autobiografía, 1948, pp. 556-58
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180
D. LA VIVISECCIÓN
Aborrezco la vivisección con toda el alma. Detesto
la matanza imperdonable de vida inocente en
nombre de las llamadas ciencia y humanidad. Pongo
en la cuenta de lo que carece de significación a todos
los descubrimientos científicos que estén manchados
con sangre inocente. El género humano
bien podía haber prescindido de la teoría de la circulación
dé la sangre, dado que para descubrirla era
necesaria la vivisección. Veo apuntar claramente el
día en que los científicos honestos de occidente
pongan límites a los métodos actuales de dar caza al
conocimiento. Las medidas futuras tendrán en
cuenta a todo cuanto vive y no meramente a la familia
humana. Así como lenta pero seguramente
estamos descubriendo que es un error suponer que
los hindúes pueden medrar a costa de un quinto de
la población, o que los pueblos occidentales pueden
elevarse y vivir merced a la explotación y degradación
de las naciones orientales y africanas, cuando
sea el tiempo preciso descubriremos que nuestra
supremacía sobre los órdenes inferiores de la creación
no debe servirnos para exterminarlos sino para
utilizarla en su beneficio, que tenemos que conside-
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rar tanto como el nuestro, por que estoy seguro que
esos seres están dotados de alma como yo lo estoy.
Al inclinarnos con reverencia a la Tierra aprendemos
-o tenemos que aprender- a ser humildes
como es humilde la Tierra. La Tierra soporta a los
seres que la hollan; por ello, es con toda justicia la
consorte de Vishnú. Esta concepción, a mi entender,
no violenta la verdad. Por el contrario, es hermosa
y resulta coherente con la idea de que Dios
está en todas partes. Para Él, no hay nada inanimado.
Somos terrestres que a la Tierra pertenecen: si la
Tierra no existiera, nosotros no existiríamos. Me
siento más cerca de Dios sintiéndolo a través de la
Tierra. AL inclinarme a la Tierra me doy cuenta de
mi deuda con Él y también de que, si soy digno de
esa Morada, debo reducirme a polvo y regocijarme
de establecer lazos no sólo con los seres humanos
más inferiores sino también con las formas más bajas
de la creación cuyo sino -ser reducidas a polvodebo
compartir. La forma más baja de la creación es
tan imperecedera como lo es mi alma.
Cartas de Bapu a Mira, 1949, pp. 147-48
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182
GLOSARIO DE TERMINOS
Agiari: templo zoroastriano; lugar donde los parsis
adoran el fuego.
Ahimsa: no-violencia; amor.
Alá: término, con que los musulmanes designan a
Dios.
Ashram: lugar de retiro espiritual; la colonia de trabaja-
dores de Candhiji.
Avatar: encarnación.
Bati: un pan grueso.
Bhatti: un pequeño hornillo abierto.
Bhagavad-Gita: escritura hindú considerada a menudo
como el Nuevo Testamento del hinduismo.
Brahmachari: el que profesa el voto de castidad; estudíante.
Brahmacharya: castidad; continencia.
Brahman: Dios, el Ser supremo.
Brahmana: la casta hindú más elevada; está compuesta
por los sacerdotes.
Dharma: deber religioso.
Dharmayuddha: la guerra correcta.
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183
Gita: véase Bhagavad-Gita.
Himsa: violencia.
Kalma: fórmula de adoración musulmana.
Koran: libro sagrado de los musulmanes.
Lota: una pequeña vasija para agua.
Mahabharata: poema épico hindú.
Mandir: templo hindú.
Moksha: salvación; liberación.
Nirvana: lit., extinción; extinción de los deseos; concepción
budista de la salvación.
Paria: entre los tamiles del sur de la India, un desclasado.
Phooka: proceso consistente en introducir una varilla
o tubo en los órganos reproductores de la vaca para
insuflarle aire, de modo que la vaca dé hasta la última
gota de leche.
Quran: véase Xoran.
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184
Rama: encamaciónhindú de Dios; Dios.
Ramanarna: término para designar a Rama o Dios.
Rishi: vidente.
Satyagraha: lit., apegarse a la Verdad; resistencia novio-
lentamente a la no-verdad.
Satyagrahi: el que resiste no-violentamente a la noverdad
Sudra: la cuarta de las castas hindúes y la
más inferior, está compuesta por los trabajadores
manuales.
Smriti: los antiguos libros que contienen el cuerpo
de la ley y la tradición hindúes.
Swaraj: autonomía.
Tapas, tapasya: austeridades.
Upanishads: antiguos tratados filosóficos del hinduismo.
Vedas: escrituras hindúes primitivas.
Vishnú: dios hindú.
Yoguin: el que practica el yoga..
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185
Zerid-Avesta: las escrituras de los parsis zoroastrianoa.