Mi religion (3 parte)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 30/10/2005 0:46

B. EL SACRIFICIO

El cuerpo humano está hecho únicamente para

servir, nunca para la lenidad. El secreto de la vida

feliz estriba en la renunciación. La renunciación es

vida. La4enidad apunta a la muerte. Por consiguiente,

todos tienen derecho y pueden desear vivir

125 años en tanto cumplan con servir sin cuidarse

de los resultados. Cada vida debe estar única y enteramente

dedicada a servir. El renunciamiento hecho

en pro de servir es una alegría inefable de la que

nadie puede privarnos, porque ese néctar brota desde

adentro y sustenta la vida: Si se tiene esa alegría

no caben los lamentos y la impaciencia; sin ella, es

imposible tener una vida larga, pero aun cuando

fuese posible, no valdría la pena de ser vivida.

Harijan 24-2-’46, p. 19

M A H A T M A G A N D H I

120

Por ello, este cuerpo nos fue dado solo para que

con él podamos servir a toda la creación.

Al igual que el esclavo recibe comida, ropas,

etc., del amo a quien sirve, así debemos aceptar

agradecidamente los dones que nos han sido, otorgados

por el Señor del universo. Debemos llamar

don a cuanto recibamos, ya que como deudores no

estamos autorizados a ninguna consideración especial

que nos libre de nuestras obligaciones. Por ello,

no debemos inculpar al Amo si no logramos alcanzarlo.

Nuestro cuerpo es algo Suyo que ha de ser

estimado o desechado de acuerdo con Su voluntad.

No se trata de que nos quejemos ni tampoco de que

nos compadezcamos; por el contrario, llegar a realizar

nuestro verdadero lugar, .en el esquema de Dios

es un estado natural e incluso agradable y deseable.

Necesitamos realmente una fuerte fe si queremos

experimentar esa felicidad suprema. . “No os preocupéis

en absoluto por vosotros mismos, dejadle a

Dios todo cuidado”, parece ser un mandamiento

común a. todas las religiones.

Esta necesidad no debe asustar a nadie Quién se

dedique a servir con clara conciencia día a día comprenderá

mejor esa necedad y continuamente aumentará

la riqueza de su fe. El camino del servicio

M I R E L I G I Ó N

121

difícilmente será hollado por quien no esté preparado

a renunciar a sus: propios intereses y a reconocer

las condiciones de su nacimiento. Todos, consciente

o inconscientemente le prestamos servicios a nuestro

prójimo. Si cultivamos el hábito de servir deliberadamente,

nuestro deseo de servir se irá haciendo

progresivamente más fuerte, elaborando no sólo

nuestra felicidad sino la del mundo entero.

Por otra parte, no sólo los buenos sino todos

nosotros estamos constreñidos a poner nuestros

recursos a disposición de la humanidad. Y si ésa es

la ley -como evidentemente lo es- la lenidad cesa de

ocupar un lugar en la – vida, dando lugar al renunciamiento.

El someterse al renunciamiento es lo que

diferencia al género humano de las bestias.

Algunos objetan que la vida así entendida se

torna opaca y carente de arte y que no deja lugar

para ocuparse del gobierno de la casa. Pero en este

contexto renunciamiento no quiere decir abandono

del mundo y retiro a un bosque. El espíritu de renunciamiento

es lo que debe reglar las actividades

de la vida. El jefe. de familia no deja de serlo por

considerar que la vida es un deber antes que una

gratificación. .El comerciante que opere con espíritu

M A H A T M A G A N D H I

122

de sacrificio tendrá fortunas en sus manos pero, al

seguir la ley, utilizará sus habilidades para servir.

En consecuencia, no engañará ni especulará, llevará

una vida simple, no insultará a ningún alma

viviente y perderá millones antes de dañar a alguien.

No dejemos que nadie afirme que este tipo de comerciante

existe solo en mi imaginación. Afortunadamente

para el mundo, esta clase de personas

existen en Occidente tanto como en Oriente. Es

cierto que tales comerciantes se cuentan con los

dedos de una mano, pero deja de ser imaginario tan

pronto como se encuentre un espécimen viviente

que responda a esas características. Sin duda, el trabajo

es lo que les da su medio de vida a estas personas;

pero la subsistencia no es la meta de su vida

sino un subproducto de su vocación. Una vida de

sacrificio es el pináculo del arte, revestido de verdadera

alegría.

Quien pasa su vida sirviendo no se gasta en pensar

en su bienestar, que deja al cuidado –o al descuido-

de su Amo que está en las alturas. Por ello,

nada de lo que le caiga en suerte habrá de afectarlo:

tomará lo que estrictamente necesite y hará a un

lado el resto. Permanecerá calmo, libre de la ira y el

enojo aunque no se encuentre a gusto consigo mis-

M I R E L I G I Ó N

123

mo. Servir, como la virtud, lleva en sí su propia recompensa,

por lo cual se contentará con ello.

El servir voluntariamente a los demás exige’ lo

mejor de lo que uno es capaz y debe ser prioritario

del servir al propio yo. En efecto, el devoto puro ha

de consagrarse a servir a la humanidad sin ninguna

clase de reservas.

From Yeravda Mandir, 1945, pp. 54-60

Los sacrificios pueden ser de muchas clases.

Uno de ellos bien puede ser trabajar por el pan. Si

todos trabajaran por su sustento y nada más, habría

alimento y ocio suficientes para todos. No se elevaría

entonces ningún lamento por la superpoblación

y no veríamos a nuestro alrededor tanta enfermedad

y tanta miseria. Trabajar así sería la forma de sacrificio

más elevado. Sin duda los hombres hacen muchas

cosas con su cuerpo y su mente, pero todo eso

podrían ser labores de amor en pro del bien común.

No habría entonces ni ricos ni pobres, ni superiores

ni inferiores, ni tocables ni intocables.

Quizá éste sea un ideal inasequible; pero ésa no

es razón para dejar de luchar.

Aun cuando no cumplamos enteramente la ley

del sacrificio, es decir, la ley de nuestro ser, si reali-

M A H A T M A G A N D H I

124

zamos el trabajo físico que se necesita para obtener

nuestro pan cotidiano, habremos adelantado un largo

trecho hacia ese ideal.

De hacerlo así, se reducirán nuestros deseos,

nuestra comida se volverá muy simple. Entonces,

comeremos para vivir, no viviremos para comer. A

quien dude de la exactitud de esta proposición, dejémoslo

que sude por su pan: encontrará que el

producto de su labor tiene el mejor de los sabores,

su salud mejorará y descubrirá que muchas cosas

que consideraba imprescindibles eran en realidad

superfluas.

¿Los hombres no pueden ganarse el pan con su

trabajo intelectual? No. Las necesidades del cuerpo

debe proveerlas el cuerpo. Quizá en esto se aplique

bien aquello de “Al César lo que es del César.”

El trabajo mental, esto es, intelectual, se relaciona

con el alma y sus propias satisfacciones. Nunca

debiera exigirse que sea pagada. En el estado ideal

los médicos, los abogados, y otras personas semejantes

debieran trabajar únicamente en beneficio de

la sociedad, no para sí mismos. La obediencia a la

ley de trabajar por el pan dará lugar a una revolución

silenciosa en la estructura de la sociedad. El

triunfo del hombre consistirá en sustituir la lucha

M I R E L I G I Ó N

125

por la existencia por el servicio mutuo. La ley del

bruto será reemplazada por la ley del hombre.

Harijan, 29-6-’35, p. 156

En India existe un tipo de hombre muy peculiar

que se complace en tener las menores necesidades

posibles. Sólo lleva consigo un poco de harina, una

pizca de sal y ajíes atados en un trapo. Cuenta con

una escudilla y una cuerda para sacar agua de los

pozos. No necesita nada más. Anda a pie, cubriendo

10 a 12 millas diarias. La masa que come la hace

sobre el trapo, luego junta unas ramitas para hacer

fuego y la cocina sobre el rescoldo. Eso se llama

batí. El sabor que le encuentra no proviene del

gusto que tiene sino del apetito que da la faena honesta

y el contento de la mente. Ese hombre tiene a

Dios por amigo y se siente más rico que cualquier

rey o emperador. Dios no es amigo de quiénes codician

interiormente las riquezas de los otros. Todos

pueden imitar este ejemplo y gozar de una paz y una

felicidad inefables, radiándolas a los demás. Por otra

parte, si uno ansía riquezas, tiene que hacer uso de

la explotación, sea cual fuere .el nombre con que se

la llame. Pero aún así, los tesoros no hacen millona-

M A H A T M A G A N D H I

126

rios. La verdadera felicidad se produce sólo en el

contento y la camaradería de Dios.

Harijan, 21-7-’48, p. 232

La verdadera connotación de la humildad es

autodisolución. La autodisolución es moksha (la

salvación). El servir sin humildad es egoísmo y

egolatría.

Autobiografía, 1948, p. 483

El hombre cesa de desarrollarse cuando la autosatisfacción

se apodera de él; en consecuencia, se

vuelve inepto para la libertad. Quien ofrece un pequeño

sacrificio con espíritu humilde y religioso,

pronto se da cuenta de la pequeñez de lo que ofreció.

El camino del servir nos hace encontrar la medida

de nuestro egoísmo; por ello, continuamente

debemos desear dar más sin darnos por satisfechos

hasta que haya una entrega completa.

Young India, 29-9-’21, p. 306

No es antes que nos hayamos reducido a la nada

que podremos dominar el mal que hay en nosotros.

Dios exige nada menos que la entrega completa

como precio de la única libertad real que vale la pe-

M I R E L I G I Ó N

127

na tener. Entonces, cuando el hombre se pierde a sí

mismo, inmediatamente se vuelve a encontrar en el

servir a todo Io viviente y esto se vuelve su gozo y

su holganza. Se torna un hombre nuevo que nunca

se cansará de emplearse en el servir a la creación de

Dios.

Young India, 20-12-’28; p. 420

M A H A T M A G A N D H I

128

4 comentarios

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301 Enviado: 30/10/2005 0:47
    25

    EL AMOR OPUESTO A LO FALSO

    A. LA LEY DEL AMOR CONTRA EL ODIO

    He dejado de lado la espada, de modo que a

    quienes me combaten no tengo nada que ofrecerles,

    excepto la copa del amor. Al ofrecerles esa copa

    espero atraerlos junto a mí.

    Young India, 2-4-’31, p. 54

    Es bastante fácil ser servicial con los amigos. Pera

    favorecer a quien se considera nuestro enemigo

    es la quintaesencia de la religión.

    Harijan, 11-5-’47, p. 146

    M I R E L I G I Ó N

    129

    No es verdadera la no-violencia si amamos meramente

    a quienes nos aman. Es realmente noviólencía

    cuando amamos a quienes nos odian.

    (De una carta personal, fechada el 31-2’34)

    En su forma positiva, ahimsa es el amor más

    grande, la más amplia caridad. Si tengo al ahimsa

    por gavia, mi obligación es amar a mis enemigos. Mi

    deber es aplicarle al extraño o al enemigo que hace

    urda maldad la misma regla que le aplicarla a la maldad

    que hace mi padre o mi hijo.

    Discursos y escritos del Mahatma Gandhi, G. A. Natesan,

    Madráar 1933, p. 346

    La exhortación que os hago es que purifiquéis

    vuestros corazones y que tengáis caridad. Haced

    que vuestros corazones sean tan amplios como el

    océano… No juzguéis para no ser juzgados. Existe

    un Juez supremo que os podría ahorcar pero que os

    deja con vida. Hay muchos enemigos dentro de vosotros

    y a vuestro alrededor, pero Él nos protege y

    vigila con mirada bondadosa.

    Young India, 1-1-‘25, p. 8

    M A H A T M A G A N D H I

    130

    Se dice “después de todo los medios son medios”.

    Yo diría “los medios lo son todo”. Tal corno

    es el medio así es el fin. No hay un muro divisorio

    entre el medio y el fin. Es cierto que el Creador nos

    ha dado control (por lo demás muy limitado) sobre

    los medios, pero carecemos de control sobre el fin.

    La realización de la meta está en relación exacta con

    los medios. Y esta propuesta no admite ninguna

    excepción.

    Young India, 17-7-’24, p. 236

    Por lo tanto, me he preocupado principalmente

    de los medios y de su uso progresivo. Sé que si cuidamos

    de ellos queda asegurado el logro de la meta.

    Pienso también que nuestro avance hacia la meta ha

    de estar en relación exacta con la pureza de los medios

    que empleemos.

    Puede parecer qué este método es largo, quizá

    demasiado largo, pero estoy convencido que es el

    más corto.

    The Amrit Bazar Patrika, 17-9-’33

    No hay que temer que el método de la noviolencia

    sea un proceso lento y prolongado. Es el

    más rápido del mundo porque es el más seguro.

    M I R E L I G I Ó N

    131

    Young India, 30-4-’25, p. 153

    (La resistencia con amor) es una fuerza que

    pueden usarla los individuos tanto como las comunidades.

    Se puede utilizar tanto, en los asuntos políticos

    como en los domésticos: su aplicación

    universal es la demostración de su permanencia e

    invensibilidad. Pueden usarla tanto los hombres

    como las mujeres y los niños. Es completamente

    falso asegurar que es una fuerza apta para que la

    utilicen sólo los débiles puesto que son incapaces de

    oponer la violencia a la violencia… Esta fuerza representa

    frente a la violencia -y, por consiguiente,

    frente a toda tiranía, a, toda injusticia- lo que la luz

    es respecto de las tinieblas.

    Young India, 3-11-‘27, p. 369

    Al aplicar el método de la no-violencia hay que

    estar convencido de la posibilidad de que cualquier

    persona, por degradada que esté, es susceptible de

    enmienda mediante un tratamiento práctico y humano.

    Harijan, 22-2.’42, p. 49

    M A H A T M A G A N D H I

    132

    Va contra mis convicciones castigar, incluso a

    un asesino, un ladrón o un estafador.

    Young India, 2-4-’31, p. 55

    Si se dice que una persona es no-violenta, se espera

    que no se enoje con quien la ha injuriado: no

    ha de desearle ningún daño; ha de querer su bien;

    no ha de insultarla ni le causará ningún mal físico.

    Debe soportar las injurias a que lo somete el perverso.

    De este modo, la no-violencia es la inocencia

    completa. La no-violencia completa es la completa

    ausencia de mala voluntad contra cualquier cosa

    viva. Por lo tanto, abarca también la vida subhumana,

    sin excluir los insectos y las bestias nocivas, que

    río han sido creadas para alimentar nuestras propensiones

    destructivas. Si conociéramos los pensamientos

    del Creador, sabríamos el lugar que aquéllas

    ocupan en Su creación. Por consiguiente, la noviolencia

    en su forma activa es buena voluntad hacia

    todo lo vivo. Es puro amor. Lo he leído en las escrituras

    hindúes, en la Biblia y el Corán.

    La no-violencia es un estado perfecto. Es una

    meta hacia la que se dirige la humanidad de manera

    natural pero inconsciente. El hombre no se vuelve

    divino por personificar la inocencia: solo entonces

    M I R E L I G I Ó N

    133

    se convierte realmente en hombre. En nuestro estado

    presente somos en parte hombres y en parte

    bestias; en nuestra ignorancia, que llega incluso a la

    soberbia, afirmamos que cumplimos acabadamente

    el fin de nuestra especie cuando devolvemos golpe

    por golpe y desarrollamos la ira que ese propósito

    requiere. Pretendemos que la represalia es la ley de

    nuestro ser, siendo que en ninguna escritura encontramos

    que la venganza es obligatoria sino que solo

    es permisible. Lo obligatorio es la restricción. La

    represalia es una lenidad que requiere una regulación

    elaborada. La sujeción es la ley de nuestro ser,

    dado que la perfección más elevada es inalcanzable

    sin el más grande freno. El sufrimiento es, entonces,

    lo distintivo del grupo humano. La meta se aleja

    siempre de nosotros. Cuanto más se avanza, más

    reconocemos nuestra indignidad. La satisfacción

    reside en el esfuerzo, no en el logro. El esfuerzo

    acabado es la victoria completa.

    Young India, 9-3-’22, p. 141

    Si paseamos la mirada por la historia -desde que

    comenzó a documentarse hasta nuestros días- veremos

    que los hombres tienden progresivamente al

    ahimsa. Nuestros antepasados remotos eran caní-

    M A H A T M A G A N D H I

    134

    bales. Luego llegó un :tiempo en que se hartaron del

    canibalismo y comenzaron a vivir de la caza. Posteriormente,

    sobrevino el estadio en que el hombre se

    avergonzó de llevar una vida de cazador errante.

    Más tarde se dedicó a la agricultura, . dependiendo

    principalmente de la madre tierra para su

    subsistencia. Así, de nómade pasó a asentarse en

    una vida civilizada y estable; fundó pueblos y ciudades

    y de miembro de una familia se transformó en

    miembro de una comunidad y una nación. Todos

    éstos son signos de aumento del ahimsa y de disminución

    del himsa. Si las cosas hubieran ocurrido de

    otro modo, hoy en día la especie humana estaría

    extinguida, del mismo modo que desaparecieron

    muchas especies inferiores.

    Los profetas y los avatares también enseñaron

    de alguna manera la lección del ahimsa. Ninguno ha

    declarado que enseñaba el himsa ¿Cómo podría haber

    sido de otro modo? El himsa no necesita que se

    lo enseñe. El hombre, en tanto animal, es violento

    pero en tanto Espíritu es, no-violento. En el momento

    de despertar al Espíritu que lleva dentro, cesa

    de ser violento. El hombre evoluciona hacia el

    ahimsa o se precipita hacia su ruina. Tal es la razón

    de que los profetas y los avatares hayan enseñado la

    M I R E L I G I Ó N

    135

    lección de la verdad, la armonía, la hermandad, la

    justicia, etc., todos atributos del ahimsa.

    Sin embargo, pareciera que la violencia persiste,

    al extremo que gente pensante como nuestro corresponsal

    la considera la última arma.

    Pero, como lo he demostrado, la historia y la

    experiencia están contra esa convicción.

    Si creemos realmente que la humanidad progresa

    firmemente hacia el ahimsa, se deduce que aún

    tiene que progresar mucho más. Nada en este mundo

    es estático: todo es cinético. Si no hay progreso,

    entonces inevitablemente se produce el retroceso.

    Nadie puede escapar del ciclo eterno, a menos que

    sea Dios mismo.

    Harijan, 11-8-’40, p. 245

    He descubierto que la vida perdura aún en medio

    de la destrucción; en consecuencia, debe haber

    una ley más elevada que la ley de la destrucción.

    Solamente bajo esa ley resulta inteligible una sociedad

    bien ordenada y la vida digna de ser vivida. Por

    lo tanto, si ésa es la ley de la vida, por ella tenemos

    que trabajar en lo cotidiano. Allí donde haya peleas,

    allí donde nos enfrentemos con un contrincante,

    hemos de conquistarlos mediante el amor -le esta

    M A H A T M A G A N D H I

    136

    simple manera he actuado a lo largo de mi vida. Eso

    no quiere decir que se hayan resuelto todas mis dificultades,

    sino solo que he descubierto que esta ley

    del amor respondía como nunca lo ha hecho la ley

    de la destrucción. . . Cuanto más me ocupo de esa

    ley, más siento el deleite de la vida, el deleite del

    plan de este universo. Esto me da paz y también un

    sentido de los misterios de la naturaleza que me es

    imposible describir.

    Young India, 1-10.’31, pp. 288-87

    Sé lo difícil que es seguir esta gran ley de la vida.

    ¿Pero acaso las cosas grandes y buenas. no son difíciles

    de hacer? La más difícil es sentir amor por el

    que odia. Sin embargo, con la gracia de Dios, aun

    esto tan difícil se vuelve fácil de realizar si queremos

    hacerlo.

    (De una carta personal, fechada el 31-12′-34)

    En esta edad de maravillas nadie puede decir

    que una cosa o una idea no tiene valor porque es

    nueva. Afirmar algo semejante es imposible por la

    dificultad que entraña y porque además no está en

    consonancia con el espíritu de la época. Cosas en las

    que no se soñaba se ven cotidianamente: lo imposi-

    M I R E L I G I Ó N

    137

    ble es cada vez más posible. Estos días vamos de

    asombro en asombro ante los pasmosos descubrimientos

    que se realizan en el campo de la violencia.

    No obstante afirmo que en el campo de la noviolencia

    habrán- de hacerse descubrimientos en los

    que tanto menos se pensó y que en la actualidad

    parecen imposibles.

    Harijan, 25-&’40, p. 260

    Soy un optimista incorregible. Mi optimismo se

    basa en que creo en las infinitas posibilidades del

    individuo para desarrollar la no-violencia. Cuanto

    más se la desarrolle en el propio ser, más contagiosa

    se volverá llegando incluso a cubrir el entorno.

    Pronto, si se la deja, sobrevolará el mundo entero.

    Harijan, 25-8-’40, p. 260

    B. LA ACCIÓN DIRECTA

    No pasividad

    Nunca se ha hecho nada en la tierra sin la acción

    directa. Rechazo la denominación de “resistencia

    pasiva” debido a que es insuficiente -y porque puede

    interpretársela como un arma de los débiles.

    M A H A T M A G A N D H I

    138

    Young India, 12-5-’20, p. 3

    Mi meta es la amistad con el mundo entere pero

    puedo combinar el amor más grande con la mayor

    oposición a lo falso.

    Young India, 10-3-’20, p. 5

    La no-violencia no es “la renuncia a toda lucha

    real contra la maldad”. Por el contrario, la noviolencia

    que concibo es una lucha más real y activa

    contra la maldad que la represalia, que por naturaleza

    incrementa el mal. Lo que pretendo es una oposición

    mental, y por la tanto moral, a las

    inmoralidades. Lo que procuro con todo afán es

    mellar el filo de la espada del tirano, no levantando

    contra ella un arma más afilada, sino defraudando

    su expectativa de que voy a ofrecerle resistencia física.

    La resistencia del alma que voy a ofrecerle ha de

    esquivar la espada del tirano. Al principio eso lo

    ofuscará pero en definitiva lo ha de constreñir al

    reconocimiento, reconocimiento que no lo Humillará

    sino que ha de elevarlo.

    Young India, 8-10-’25, p. 348

    M I R E L I G I Ó N

    139

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301
    Enviado: 30/10/2005 0:48

    139

    La condición dinámica de la no-violencia implica

    sufrimiento consciente: No significa la dócil sumisión

    a la voluntad del perverso sino el sublevarse

    del alma entera contra la voluntad del tirano. Si un

    individuo sirve a esta ley de nuestro ser, le será posible

    enfrentarse solo -con el poder total de un imperio

    injusto para salvar su honor, su religión, su

    alma, y echar los cimientos que llevarán a ese imperio

    a su caída o regeneración.

    No hay lugar apara la cobardía mi credo de la

    no-violencia es una fuerza extremadamente activa.

    En él no hay lugar para la cobardía ni tampoco para

    la debilidad. Hay esperanzas de que el hombre violento

    sea algún día no-violento, pero no hay ninguna

    esperanza para el cobarde. Por ello, más de una

    vez he dicho en estas páginas que si no sabemos

    cómo defender a nuestra propia persona, a nuestras

    mujeres y nuestros lugares de trabajo por la fuerza

    del sufrimiento, esto es, la no-violencia, debemos

    estar dispuestos a defenderlos, si somos hombres,

    mediante la lucha.

    Young India, 18-8-’27, p. 196

    La no-violencia y la cobardía marchan mal juntas.

    En cambio, sí puedo imaginarme a un hombre

    M A H A T M A G A N D H I

    140

    completamente armado que en el fondo sea un cobarde.

    El poseer armas implica un elemento de temor,

    si no de cobardía. Pero la verdadera noviolencia

    es imposible si no se posee una intrepidez

    inalterable.

    Harijan, 15-7-’39, p. 201

    La fuerza no proviene de la capacidad física;

    proviene de una voluntad indomable.

    Young India, 11-8-‘20, p. 3

    Un pequeño cuerpo de espíritus decidido animados

    por una fe inextinguible en su misión puede

    alterar el curso de la historia.

    Harijan, 19-11-‘38, p. 343

    El devoto de la no-violencia tiene que cultivar

    en el más alto grado la capacidad de sacrificio para

    poder liberarse del miedo. No debe intimarse ante la

    idea de perder su tierra, su riqueza, su vida. Quien

    no haya superado el miedo no puede practicar el

    ahimsa a la perfección. El devoto del ahimsa alimenta

    solo un miedo: el temor a Dios.

    Harijan 1-9-’40, p. 268

    M I R E L I G I Ó N

    141

    Donde existe el miedo no hay religión.

    Young India, 2-9-’28, p. 308

    Nada en este mundo .es nuestro: incluso nosotros

    Le pertenecemos a Dios. ¿Por qué, entonces,

    hemos de abrigar ningún miedo?

    Young India, 11-9-’20, p. 2

    Temamos a Dios y dejaremos de temer a los

    hómbres.

    Discursos y escritos del Mahatma Gandhi, G. A. Natesan,

    Madras, p. 330

    La espiritualidad no es conocer las escrituras y

    trabarse en discusiones filosóficas:. es cultivar el

    corazón, es tener una fuerza inconmensurable. La

    intrepidez es el primer requisito de la espiritualidad.

    Los cobardes no son nunca morales.

    Young India, 13-10-’21, p. 323

    El satyagrahi le dice adiós al miedo. Por lo tanto,

    no teme confiar en el oponente. Aun cuando el

    oponente haya demostrado veinte veces su falsedad,

    el satyagrahi estará pronto a confiar en él por vigé-

    M A H A T M A G A N D H I

    142

    sima primera vez, porque una confianza ciega en la

    naturaleza humana es la esencia misma de su credo.

    Satyagraha in South Africa, 1950, p. 246

    Hagamos que nuestro primer acto matinal sea

    repetir este propósito para el resto del día: “No temeré

    a nadie en la tierra, solo he de temer a Dios.

    No alimentaré mala voluntad para con nadie; no me

    someteré a las injusticias de persona alguna. Dominaré

    lo falso con la verdad y para oponerme a lo

    falso aguantaré cualquier sufrimiento.”

    Satyagraha Leaflet, 4-5-’19, P. 14

    Atreverse a estar solo

    Algo en mí que nunca me engaña me dice ahora:

    “Tienes que resistir contra el mundo entero aunque

    tengas que quedarte solo. Has de mirar al mundo a

    la cara aunque el mundo te mire con ojos inyectados

    en sangre. No te-mas. Confía en ese algo que mora

    en tu corazón y dice: Abandona amigos, esposa,

    todo, pero da testimonio de aquello por lo que has

    vivido y por lo que has de morir.”

    M I R E L I G I Ó N

    143

    The Bombay Chronicle, 9-8-’42

    La fuerza del número place a los tímidos. El valiente

    de espíritu se jacta de luchar solo.

    Young India, 17-8-’26, p. 217

    Los hombres más grandes del mundo siempre

    han estado solos. Tenemos el caso de los grandes

    profetas, Zoroastro, Buda, Jesús, Mahoma: estuvieron

    solos como muchos otros que podría nombrar.

    Pero sentían una fe viva en sí mismos y en su Dios

    y al creer, como creían, que Dios estaba a su lado

    nunca se sentían en soledad.

    Young India, 10-10-’29, p. 330

    La confianza en Dios

    La no-violencia tiene éxito solo cuando tenemos

    una fe viva en Dios.

    Harijan, 28-1-’39, p. 443

    En una lucha justa, Dios mismo planea campañas

    y conduce batallas. Una darmayuddha se puede

    emprender sólo en nombre de Dios. No obstante,

    M A H A T M A G A N D H I

    144

    Dios acudirá en rescate del satyagrahi recién cuando

    éste se vea completamente desvalido y esté en apariencia

    acabado en medio de la oscuridad que lo

    rodea.

    Satyagraha in South Africa, 1950, p. 5

    He aprendido esta lección: lo que es imposible

    para el hombre es juego de niños para Dios. No me

    caben dudas que todas las cosas son posibles si tenemos

    fe en la Divinidad que rige el destino de

    hasta 1o más humilde de Su creación. Con esa esperanza

    última, paso el tiempo y me esfuerzo por

    obedecer Su voluntad.

    Young India, 19-11-’31, p. 361

    Conozco el sendero. Es estrecho y oscuro. Es

    como el filo de una espada. Me regocijo de caminar

    por él. Me lamento cuando erro su senda. La palabra

    de Dios dice: “El que lucha nunca perece”.

    Tengo fe ciega en esa promesa. Por ello, aunque a

    causa de mi debilidad he fallado cientos de ,veces,

    no pierdo la fe.

    Young India, 17-6-’26, p. 215

    M I R E L I G I Ó N

    145

    (El satyagrahi) sabe que la ayuda llega cuando

    casi no hay esperanzas. Tal es el camino de esa Deidad

    cruel que insiste en poner a prueba a Sus devotos

    en un horno ardiente y se deleita148 ten

    hacerles bajar la cerviz hasta morder el polvo.

    Young India, 4-8-’25, p. 189

    El amor nunca reclama sufrimiento.

    El amor nunca reclama, siempre da. El amor

    siempre sufre; nunca se venga.

    Young India, 9-7-17, p. 240

    He llegado a la conclusión fundamental de que

    sí uno quiere que se realice algo realmente importante

    hay que conmover al corazón y no satisfacer

    meramente a la razón. El estímulo de la razón se

    relaciona más con la cabeza, pero el penetrar el corazón

    proviene del sufrimiento. Éste abre la comprensión

    interior del hombre.

    Young India, 5-11-‘31, p. 341

    Se ha ido desarrollando en mí la convicción de

    que las cosas de importancia fundamental para la

    M A H A T M A G A N D H I

    146

    gente no se consiguen únicamente mediante la razón

    sino que hay que adquirirlas con el sufrimiento.

    El sufrimiento es la ley de los seres humanos, la

    guerra es la ley de la selva. Pero el sufrimiento es

    infinitamente más poderoso que la ley de la selva

    para convertir al oponente y abrirle los oídos -de

    otra manera cerrados- a la voz de la razón.

    Young India, 5-11- 31, p. 341

    La religión del ahimsa consiste en brindarles a

    los demás el máximo de comodidad con el máximo

    de incomodidad para nosotros, aún a riesgo de

    nuestra vida.

    Young India, 2-12-’28, p. 422

    El corazón más duro y la ignorancia más densa

    desaparecen sin ira y sin malicia ante el sol naciente

    del sufrimiento.

    Young India, 19-2-’25, p. 81

    El objetivo es convertir al oponente

    A menudo se olvida que la intención del satyagrahi

    no es nunca la de poner en aprietos al malva-

    M I R E L I G I Ó N

    147

    do. Jamás apela a su miedo, por el contrario, su

    exhortación siempre está dirigida al corazón -y así

    debe ser. La meta del satyagrahi es convertir, no

    coercionar a quien obra mal.

    Harijan, 18-3-’39, p. 53

    El satyagrahi trata de convertir a su oponente

    por la pura fuerza del carácter y el sufrimiento.

    Cuanto más puro sea y más sufra, tanto más rápido

    evolucionará.

    Young India, 18-9-’24, p. 306

    El objetivo del servidor no-violento ha de ser

    siempre el convertir a los otros. Sin embargo, no

    puede esperar infinitamente. Al llegar al limite debe

    arriesgarse y concebir planes de un satyagraba activo,

    lo cual puede implicar la desobediencia civil y

    cosas por el estilo.

    Young India, 8-2-’30, p. 44

    M A H A T M A G A N D H I

    148

    El satyagraha9

    Dado que el satyagraha es uno de los métodos

    más poderosos de acción directa, el satyagrahi debe

    agotar los demás medios antes de recurrir al satyagraha.

    Por ello, constante y continuamente ha de

    hacer propuestas a la autoridad constituida: asimismo,

    interesará a la opinión pública suministrándole

    las informaciones necesarias y también expondrá su

    caso calma y fríamente ante quien quiera escucharlo.

    Recién después de haber agotado estas vías recurrirá

    al satyagraha. Una vez que haya oído dentro de sí el

    imperioso llamado de la Voz Interior y se haya lanzado

    al satyagraha, no habrá retroceso posible porque

    sus naves estarán quemadas.

    Young India, 20-10-’37, p. 353

    La alegría reside en la lucha y el esfuerzo y en el

    sufrimiento que entrañan, no en la victoria misma.

    Harijan, 23-12-’39; p. 386

    9 El satyagraha o acción no-violenta directa tomaba, en el caso de Gandhiji,

    las formas del ayuno, la no-cooperación y la desobediencia civil, que

    un poco más adelante aparecen tratadas brevemente. (N. del E.)

    M I R E L I G I Ó N

    149

    No es porque aprecio poco la existencia que

    apruebo con alegría a los miles de personas que

    pierden voluntariamente la vida en el satyagraha,

    sino porque sé que, a la larga, redunda en una pérdida

    menor de vida. Otra cosa muy importante es

    que este sacrificio ennoblece a quienes pierden la

    vida, a la par que enriquece moralmente al mundo.

    Young India, 8-10-’25, p. 385

    Mis ayunos

    Debo decir que fue en 1913 que comencé con

    mis experiencias de ayuno en gran escala coma instrumento

    de reforma. Anteriormente había hecho

    ayunos bastante a menudo pero no de la manera

    que los realicé en 1913. Mi opinión última al respecto

    es que el resultado general de mis numerosos

    ayunos fue sin duda provechoso. Los ayunos invariablemente

    agudizaron la conciencia de la gente

    predeterminada sobre la que se empeñaba a influir.

    No estoy enterado de que esos ayunos hayan dado

    lugar a que se sufriera ninguna injusticia. De todas

    maneras, nunca se tuvo la idea de ser coercitivo con

    nadie mediante ese método. En realidad, creo que la

    palabra coerción es una mala manera de llamar a la

    M A H A T M A G A N D H I

    150

    influencia ejercida por los ayunos efectuados con

    sentido crítico. La coerción supone una fuerza dañina

    usada contra una persona de quien se espera

    que haga algo que desea el que detenta la fuerza. En

    los ayunos en cuestión, la fuerza fue usada contra

    mi mismo. Por cierto que la fuerza del autosufrimiento

    no puede ponerse en la misma categoría que

    la fuerza del sufrimiento causado a otro sobre quien

    se aspira a influir. Si ayuno paro despertar la conciencia

    de un amigo equivocado, cuyo error es indiscutible,

    no estoy coercionándolo en el sentido

    común del término.

    El hecho es que los ayunos espirituales siempre

    influyen sobre aquellos a los que alcanza su zona de

    influencia. Tal es la razón de que se describa como

    tapas al ayuno espiritual. Y todo tapas ejerce invariablemente

    una influencia purificadora sobre aquellos

    en pro de los cuales se aborda.

    Por supuesto que no es posible negar que los

    ayunos pueden ser realmente coercitivos. De esa

    clase son los ayunos emprendidos para lograr un

    objetivo egoísta. El ayuno realizada para sacarle dinero

    a una persona -o para lograr un fin personal

    similar- conducirá al ejercicio de la coerción o influencia

    indebida. Sin vacilar propugnaría que se

    M I R E L I G I Ó N

    151

    resistiera a esa influencia indebida. Yo mismo me he

    resistid con éxito a los ayunos con los que se me

    amenazaba o que efectivamente se realizaron contra

    mí.’ A quien arguyera que la línea divisoria entre un

    fin egoísta y otro que no es a menuda muy delgada,

    le respondería que la persona que considera que el

    propósito de un ayuno es egoísta o que tiene una

    base espuria, debiera decididamente rehusarse a

    consentir en sus demandas, aun cuando la negativa

    produjera la muerte de la persona que ayuna. Si la

    gente cultivara el hábito de hacer caso omiso de los

    ayunos que, en su opinión tienen fines egoístas, se

    les quitaría a los ayunos la mácula de coerción e influencia

    indebida que ostentan. Al igual que todas

    las instituciones humanas, el ayuno puede ser usado

    tanto legítima como ilegítimamente. En consecuencia,

    dado que es un arma importante en el arsenal

    del satyagraha, no conviene dejársela de lado por el

    abuso probable que. de ella se haga. Se ha concebido

    al satyagraha como un substituto efectivo de la

    violencia. Este método está en sus albores y, per lo

    tanto, todavía no ha sido perfeccionado. Sin embargo,

    como autor del satyagraha moderno, no puedo

    desahuciar ninguno de sus múltiples métodos sin

    M A H A T M A G A N D H I

    152

    perder mi derecho a usarlo en el espíritu de un humilde

    buscador

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301 Enviado: 30/10/2005 0:49
    C. EN LUGAR DE LA GUERRA

    No usar la espada para defenderse

    No soy un visionario: pretendo ser un idealista

    práctico. La religión de la no-violencia no está destinada

    meramente a los rishis y los san-, tos, también

    se adecua a la gente común. La no-violencia es

    la ley de nuestra especie, como la violencia es la ley

    de las bestias. En el bruto, el espíritu yace dormido,

    de modo que aquél no conoce otra ley que la del

    poder físico. La dignidad del hombre requiere la

    obediencia a una ley más elevada: a la fuerza del espíritu.

    Por ello, me aventuré a proponerle a la India la

    antigua ley del autosacrificio. Porque el satyaghaha y

    sus derivados, la no-cooperación y la resistencia civil

    no son otra cosa que nombres nuevos para la ley

    del sufrimiento. Los rishis que descubrieron la ley

    de la no-violencia en medio de la violencia fueron

    M A H A T M A G A N D H I

    156

    genios más grandes que Newton y guerreros más

    grandes que Wellington. Sabiendo el valor de las

    armas, se dieron cuenta de su inutilidad v le enseñaron

    a un mundo cansado que su salvación se ocultaba

    en la no-violencia, no en la violencia.

    En consecuencia, no abogo porque la India

    practique la no-violencia porque es un país débil.

    Quiero que practique la no-violencia teniendo conciencia

    de que es fuerte poderoso. No se requiere

    que domine las armas para que :se dé cuenta de su

    fuerza. Pareciera que necesitamos eso porque parece

    que pensamos que somos un montón de carne.

    Quiero que la India reconozca que tiene un alma

    que no puede perecer y que es capaz de elevarse

    triunfalmente por sobre toda debilidad física, desafiando

    la unión física del mundo entero. ¿Cuál es el

    significado de Rama, un mero ser humano, que con

    su corte de monos se debatió contra la insolente

    fuerza de Ravana el de las diez cabezas, al que circundaba

    la supuesta seguridad de las airadas aguas

    del Lanka? ¿No significa acaso el sometimiento del

    poder físico por la fuerza espiritual? Si la India

    adopta la doctrina de la espada, puede obtener urea

    victoria momentánea. Pero entonces cesará de ser el

    orgullo de mi corazón. Estoy aferrado a la India

    M I R E L I G I Ó N

    157

    porque le debo todo. Creo sin ninguna duda que

    tiene una misión en el mundo, que no es la de imitar

    a Europa ciegamente. El momento en que la India

    acepte la espada será mi hora de prueba. Espero no

    fallar. Mi religión no tiene límites geográficos. Si

    alimento una fe viva, ésta tiene que trascender incluso

    mi amor por la India. Mi vida está dedicada a

    servir a la India mediante la religión de la noviolencia,

    que creo constituye la raíz del hinduismo.

    Young India, 11-8-’20, pp. 3, 4

    La participación en la guerra

    Dado que mi resistencia a la guerra es confesa,

    nunca me he dedicado a entrenarme en el uso de

    las armas destructivas, a pesar de haber tenido muchas

    oportunidades. Quizá fue por eso que me escapé

    a la destrucción directa de la vida humana. Sin

    embargo, puesto que vivo bajo un sistema de gobierno

    basado en la fuerza y que participo voluntariamente

    de las muchas facilidades y privilegios que

    eso me reporta, estoy obligado a ayudar al gobierno

    con el máximo de mis capacidades si aquél se halla

    en guerra -a menos que no coopere con el gobierno

    M A H A T M A G A N D H I

    158

    y que renuncie en todo lo posible a los privilegios

    que me ofrece.

    Voy a dar un ejemplo. Soy miembro de una:

    institución que posee unos pocos acres de tierra, La

    producción que se obtiene de esa tierra corre inminente

    peligro a causa de los monos. Creo que toda

    vida es sagrada y, por ende, considero que cualquier

    daño que se le haga a los monos es urja violación

    del ahimsa. No obstante, no vacilaría en provocar y

    dirigir un ataque a los monos para salvar la cosecha.

    Quisiera evitar ese mal. Puedo evitarlo dejando o

    disolviendo la institución. No actuaré así porque no

    creo que sea posible encontrar una sociedad donde

    no exista la agricultura y, por lo tanto,, no haya que

    destruir alguna forma de vida. Con temor y temblor,

    con humildad y contrición, participaré entonces en

    el daño que se les. inflija, a los monos, esperando

    encontrar una salida en algún momento.

    Por esas mismas razones, participé en tres actos

    de guerra. No podía cortar la conexión con la sociedad

    a la que pertenezco porque hubiera sido una

    locura. En esas tres ocasiones no se me ocurrió nocooperar

    con el gobierno británico. Hoy en día mi

    posición respecto del gobierno es totalmente distinta,

    por lo cual no deseo participar voluntaria-

    M I R E L I G I Ó N

    159

    mente en sus guerras: no me importaría correr el

    riesgo de prisión e incluso de muerte si se me obligara

    a empuñar las armas o a tomar parte en sus –

    operaciones militares.

    Sin embargo, eso no soluciona el rompecabezas.

    En el caso de que hubiera un gobierno nacional, yo

    no tomaría una parte directa en la guerra, pero se

    me ocurre que podrían presentarse ocasiones en que

    tendría la obligación de votar por el entrenamiento

    militar de aquellos que quisieran tomar las armas,

    pues bien sé que no todos los miembros de la sociedad

    creen en la no-violencia al extremo que me

    sucede a mí. Está claro que no es posible que una

    persona o una sociedad sean transformadas en noviolentas

    por compulsión.

    La no-violencia obra de una manera muy misteriosa.

    A menudo las acciones de los hombres desafían

    el análisis en términos de no-violencia; también

    con frecuencia las acciones de una persona pueden

    adoptar una apariencia violenta, aun cuando el individuo

    esté regido por la más absoluta no-violencia,

    en el sentido más elevado del término y, subsiguientemente,

    se sepa que lo es. Por lo tanto, todo

    lo que puedo decir en favor de mi conducta es, que

    en el caso citado, tuvo por fin los intereses de la no-

    M A H A T M A G A N D H I

    160

    violencia: no me movieron sórdidos intereses nacionales

    ni de otro orden.

    Young India, 13-9-’28, p. 308

    El desarme

    Al comenzar el desarme general en Europa –

    como algún día tendrá que ocurrir, a menos que

    Europa quiera suicidarse- algunas naciones tendrán

    que atreverse a deponer las armas antes que otras

    con peligro de correr grandes riesgos. Si afortunadamente

    eso ocurre, el nivel de no-violencia de- la

    nación que se decida a hacerlo primero se habrá

    elevado naturalmente tan alto como para imponer

    un respeto universal. Sus juicios tendrán que ser

    certeros, sus decisiones firmes; su capacidad para el

    heroico autosacrificio ha de ser grande como su deseo

    de vivir para las demás naciones igual que para

    si misma.

    Young India, 8-10-’25, p. 345

    Tal como sucede con la producción de opio, es

    necesario restringir la fabricación mundial de armas.

    M I R E L I G I Ó N

    161

    Es probable que las armas sean más responsables

    que el opio de la miseria que hay en el mundo.

    Young India, 19-11-‘25, p. 397

    No habría ocasión para el armamentismo si en

    el mundo no se alimentara la codicia.

    Harijan, 12-11-‘38, p. 328161

    La paz mundial

    Se podría lograr una paz permanente si los conductores

    reconocidos de la humanidad, que controlan

    las maquinarias de destrucción, renunciaran por

    completo a utilizarlas, sabiendo plenamente lo que

    eso implica. Estoy convencido que la raíz del mal

    reside en la carencia di una fe viva en un Dios viviente.

    Es una tragedia humana de primer orden el

    que los pueblos de la tierra que afirman creer en el

    mensaje de Jesucristo -a quien pintan como el príncipe

    de la paz- demuestren muy poco esa creencia

    en la práctica real. Es penoso ver que sacerdotes

    cristianos sinceros limitan el alcance del mensaje de

    Jesús a individuos selectos.

    M A H A T M A G A N D H I

    162

    En la infancia me enseñaron una verdad que

    después comprobé por experiencia: las virtudes

    primarias de la humanidad son susceptibles de ser

    cultivadas hasta por el más humilde componente de

    la especie humana. Es precisamente esta indubitable

    posibilidad universal lo que distingue a los humanos

    del resto de la creación de Dios. Si aunque más no

    fuera una nación realizara incondicionalmente el

    supremo acto de la renuncia, muchos de nosotros

    veríamos en vida que una paz manifiesta se establece

    sobre la tierra.

    Harijan, 18-8-’38, p. 153

    Reitero mi convicción de que no habrá paz para

    los aliados ni para el mundo a menos que dejen de

    lado su certidumbre sobre la eficacia de la guerra y

    su terrible correlato de impostura y fraude y se decidan

    a trabajar por una paz real basada en la libertad

    y la igualdad de todas las razas y naciones.

    The Bombay Chronicle, 18-4-’45

    M I R E L I G I Ó N

    163

    26

    EL AMOR EN RELACIÓN CON EL

    MUNDO ANIMAL

    A. EL NO-MATAR A L0S ANIMALES

    El ahimsa es un principio muy amplio. Nosotros

    somos mortales desvalidos atrapados en la conflagración

    del himsa. El, refrán de que la vida vive de

    la vida cobra entonces un profundo significado. Los

    hombres no pueden vivir un instante sin perpetrar

    consciente o inconscientemente un himsa menor. El

    mero hecho de vivir -comer, beber, moverse- implica

    necesariamente un cierto grado de himsa, de

    destrucción de vida, aunque ésta sea muy pequeña.

    Por ello, un devoto del ahimsa permanecerá fiel a su

    fe si la compasión es la fuente de la que brotan sus

    M A H A T M A G A N D H I

    164

    acciones, si evita con todas sus fuerzas la destrucción

    de las criaturas, incluso de las más diminutas, y

    trata siempre de salvarlas, luchando incesantemente

    para liberarse de la espiral mortífera del himsa. Empero,

    aun cuando aumenten sus autorrestricciones y

    su compasión, nunca llegará a verse enteramente

    libre del himsa menor.

    Por otra parte, dado que el ahimsa subyacente es

    la unidad de la vida, el error de uno no puede sino

    afectar a todos; en consecuencia, el hombre no

    puede liberarse enteramente del himsa. En tanto sea

    un ser social, el devoto no puede dejar de participar

    en el himsa que entraña la existencia misma de la

    sociedad.

    Autobtografia, 1948, pp. 427-29.

    Apoderarse de la vida puede ser un deber. Consideremos

    esta posición.

    Destruimos tanta vida como creemos que es necesario

    para que el cuerpo subsista. Así, para comer

    nos apoderamos de vida vegetal y de otras clases- y

    en bien de nuestra salud destruimos mosquitos e

    insectos semejantes mediante, el uso de insecticidas,

    pero al obrar de este modo no nos sentimos culpables

    de irreligión.

    M I R E L I G I Ó N

    165

    Esto en cuanto al propio yo. En relación con el

    bien de los demás, es decir, en beneficio de la especie,

    matamos a las. bestias carnívoras. Los habitantes

    de un lugar consideran que es su deber matar o

    hacer matar a los tigres y leones que asuelan su pueblo.

    En algunos casos, hasta se torna necesario el

    homicidio. Supongamos que un hombre ataca ciegamente:

    empuña con furia una espada y mata a

    cuantos se topan con él. Nadie se atreve a capturarlo

    vivo. Quienquiera que concluya188 con este

    lunático se ganará la gratitud de la comunidad, que

    lo considerará un hombre bueno.

    Desde el punto de vista del ahimsa simplemente

    es un deber matar a un hombre semejante. En realidad,

    existe una excepción, si puede llamársela así.

    Es la del yoguin que puede someter la furia de una

    persona tan peligrosa, sin matarla. Pero no estamos

    hablando de seres que casi han llegado a la perfección:

    tratamos de cuál es el deber de una sociedad

    de seres humanos comunes sujetos a error.

    Quizá haya diferencia de opiniones respecto de

    la propiedad de mis ejemplos. Pero si no son muy

    adecuados, se pueden imaginar otros ejemplos mejores.

    Lo que están encaminados a demostrar es que

    M A H A T M A G A N D H I

    166

    la abstención de apoderarse de la vida en determinadas

    circunstancias no es un deber absoluto.

    El hecho es que el ahimsa no significa simplemente

    no-matar. Himsa es causar dolor o matar a

    cualquier forma de vida por ira o propositos egoístas

    o con la intención de dañar. Abstenerse de ello

    es ahimsa.

    El médico que receta remedios amargos causa

    dolor, pero no obra con himsa. Si dejara de prescribir

    medicinas amargas cuando es necesario, no

    cumpliría con su deber de ahimsa. El cirujano que

    por miedo a causar dolor a su paciente vacilara en

    amputar un miembro gangrenado, sería culpable de

    himsa. Quien se abstuviera de matar a un asesino

    que está por matar a su guardia (y no pudiera, impedirlo

    de otra manera) no ganaría en mérito sino

    que cometería un pecado; su práctica no sería la del

    ahimsa sino la de un himsa, resultante de un necio

    sentido del ahimsa.

    Analicemos ahora la raíz del ahimsa: el desprendimiento

    extremo. El desprendimiento implica la

    carencia total de miramientos respecto del propio

    cuerpo. Un sabio observó que el hombre mata innúmeras

    criaturas, grandes y pequeñas y que lo único

    que estima es su propio cuerpo, y se sintió

    M I R E L I G I Ó N

    167

    impresionado por su ignorancia. Se compadeció de

    quien así olvida su alma inmortal -encerrada en su

    cuerpo perecedero- por pensar en un efímero placer

    físico antes que en la felicidad eterna del espíritu.

    Dedujo de esto que el deber era la autoaniquilación

    completa. Comprendió que si el hombre desea realizarse,

    es decir, realizar la Verdad, puede hacerlo

    únicamente si se desprende completamente de su

    cuerpo, esto es, si hace que los demás seres se sientan

    a salvo de él. Tal es el camino del ahimsa. .

    Aprehender esta verdad es comprender que el

    pecado de himsa no consiste meramente en apoderarse

    de la vida sino en apoderarse de la vida en beneficio

    de nuestro cuerpo perecedero. Por ello, la

    destrucción que implica el proceso de comer, beber,

    etc., es egoísta y, en consecuencia; es himsa. No

    obstante, el hombre lo considera inevitable y se

    conforma. Pero la destrucción de los cuerpos de las

    criaturas torturadas en pro de su paz no puede considerarse

    himsa y tampoco puede ser considerada

    himsa la destrucción causada con el propósito de

    proteger a quienes nos defienden.

    Esta línea de razonamiento es propensa a que se

    la use de la manera más torcida. Pero eso no se debe

    a que el razonamiento es defectuoso sino a la

    M A H A T M A G A N D H I

    168

    flaqueza humana por aferrarse a cualquier pretexto

    que le sirva para engañarse a sí misma y satisfacer su

    amor propio y su egoísmo. Pero ese peligro no debe

    dispensarnos de definir la verdadera naturaleza del

    ahimsa. Así, lo precedente nos lleva a los siguientes

    resultados:

    (1) Es imposible mantener el propio cuerpo sin

    destruir en cierta medida a otros cuerpos.

    (2) Todas tienen :que destruir en parte la vida

    (a) para mantener su propio

    cuerpo;

    (b) para proteger a quienes

    se encuentren

    bajo su cuidado; o

    (c) algunas veces en bien de

    aquéllos

    mismos a quienes se les

    quita la vida.

    (3) El (a) y el (b) del punto (2) implican himsa

    en mayor o menor grado. El (c) no implica himsa y

    por lo tanto es ahimsa. En el (a) y el (b) el himsa es

    inevitable.

    M I R E L I G I Ó N

    169

    (4) . Un ahimsaismo progresivo se someterá al

    himsa contenido en los apartados (a) y (b)en la menor

    medida posible y solo cuando sea inevitable, es

    decir, tras reflexionar plena y maduramente y cuando

    ya estén agotados todos los recursos para evitarlos.

    Young India, 4-11-’28, pp. 384-85

    Himsa es causar dolor, desear el mal o apoderarse

    de la vida de cualquier ser viviente por ira o , con

    fines egoístas. Por otro lado, si después de un claro

    y calmo juicio se decide matar o causar dolor a un

    ser viviente en vistas a su bien físico y espiritual y

    con intención pura y desinteresada, esto puede convertirse

    en la forma más pura de ahimsa. Cada caso

    debe juzgarse individualmente. y por sí mismo. La

    prueba final de su violencia o su no-violencia ha de

    encontrarse : finalmente en la intención sobre la que

    descansa el acto.

    Young India, 4-10’28, p. 331

    Aun cuando sea cierto que la actitud mental es

    la prueba definitiva del ahimsa, no es la única prueba

    que existe. Matar a un ser o a una cosa viviente,

    excepto si se lo hace en su propio interés, es himsa,

    M A H A T M A G A N D H I

    170

    aunque el motivo sea noble en extremo. Por lo demás,

    el hombre que abriga mala voluntad hacia su

    prójimo no es menos culpable de himsa porque el

    miedo a la sociedad o la falta de oportunidades lo

    incapaciten para trasladar a la acción su mala voluntad.

    Por tal razón, es necesario tener en cuenta

    tanto la intención como el acto para decidir170 finalmente

    si un acto o abstención dados pueden ser

    clasificados de ahimsa.

    Young India, 18-10-’28, p. 352

    Soy dolorosamente consciente del hecho de que

    mi deseo de continuar viviendo en el cuerpo me

    compromete a un himsa constante; por ello, me

    estoy volviendo progresivamente indiferente a éste,

    mi cuerpo físico. Por ejemplo, sé que en el acto de

    respirar destruyo innumerables gérmenes invisibles

    que flotan en el aire. No obstante, no dejo de respirar.

    El consumo de vegetales implica himsa, pero

    me doy cuenta que no puedo prescindir de ellos.

    Del mismo modo, hay himsa en el uso de antisépticos

    y, sin embargo, no puedo resolverme a descartar

    el uso de desinfectantes como el querosén, etc., para

    librarme de las molestias de los mosquitos e insectos

    semejantes. Soporto bien que en el ashram haya

    M I R E L I G I Ó N

    171

    que matar a las serpientes cuando es imposible atraparlas

    y sacarlas de en medio para que no dañen.

    Incluso tolero el uso de la picana para manejar al

    buey del ashram. Por lo tanto, hay un sin fin de actos

    de himsa que llevo a cabo directa o indirectamente.

    Ahora me enfrento con el problema de los

    monos. Le aseguro al lector que no me corre prisa

    por tomar la decisión extrema de matarlos. En realidad,

    no estoy en absoluto seguro . de que finalmente

    pueda resolverme a matarlos. De momento,

    los amigos me ayudan brindándome útiles sugerencias,

    cuya puesta en práctica soluciona el problema,

    al menos temporariamente, de manera tal que no

    nos vemos en la obligación inmediata de exterminarlos.

    Sin embargo, no puedo prometer que nunca

    voy a matar a los monos, aunque destruyan todas

    las cosechas del ashram. Si de resultas de esta humilde

    confesión mía, los amigos deciden darme por

    perdido, lo sentiré mucho, pero nada me inducirá a

    tratar de ocultar mis imperfecciones en la práctica

    del ahimsa. Todo lo que digo es que trato sin cesar

    de comprender las implicancias de los grandes

    ideales como el ahimsa y de practicarlos en pensamiento,

    palabra y acto, -creo incluso que con bas-

    M A H A T M A G A N D H I

    172

    tante éxito. Pero también sé que me queda un largo

    trecho que recorrer hasta llegar a esos ideales.

    Young India, 1-11-’28, p. 381

    La regla de no matar reptiles venenosos ha sido

    practicada casi enteramente en Fénix10, la Granja

    Tolstoy11 y Sabarmati12. En cada uno de estos lugares

    tuvimos que . establecernos en tierras baldías.

    Sin embargo, no hubo pérdidas de vidas ocasionadas

    por picaduras de víbora. Veo, con los ojos de la

    fe, que en esta circunstancia ha intervenido la mano

    del Dios de la Piedad. No dejemos que nadie sutilice

    sobre esto diciendo que Dios nunca es parcial y

    que no tiene tiempo de intervenir en los aburridos

    asuntos humanos. No tengo otro lenguaje para expresar

    el meollo del asunto que describir esta rotunda

    experiencia mía. La lengua humana es imperfecta

    para describir los caminos de Dios. Percibo claramente

    el hecho de que sean indescriptibles e inescrutables.

    Pero si el hombre se toma el atrevimiento

    de describirlos, no tiene mejor medio para hacerlo

    que su propia voz inarticulada. Aunque sea una superstición,

    suscribo el creer que la inmunidad a todo

    10 Ashrams fundados por Gandiji en Africa de Sur.

    11 Idem.

    M I R E L I G I Ó N

    173

    perjuicio por veinticinco años -no obstante la práctica

    medianamente regular del no-matar no es un

    accidente fortuito sino una gracia de Dios.

    Autobiografía, 1948, pp. 524-25.

    Mi ahimsa es algo propio. No puedo aceptar en

    su totalidad la doctrina de no-matar a los animales.

    No siento que tenga que salvar la` vida de esos animales

    que devoran o dañan al hombre. Considero

    equivocado ayudar al aumento de su progenie. Por

    lo tanto, no voy a alimentar a las hormigas, monos

    o perros. Nunca he de sacrificar la vida de un hombre

    para salvar la de esos animales.

    A1 pensar sobre esto, he llegado a la conclusión

    de que es perdonable suprimir a los monos cuando

    se convierten en una amenaza para el bienestar del

    hombre. Matarlos se vuelve un deber. Se puede argumentar

    que esta regla también puede aplicarse a

    los seres humanos. No se puede hacerlo, por malos

    que sean, porque son similares a nosotros. A diferencia

    del animal,. Dios le ha dado al hombre la facultad

    de razonar.

    Harijan, 5-5-’46, p. 123

    12 Un ashram fundado por Gandhijien Gujarat, India.

    M A H A T M A G A N D H I

    174

  • ArjunaV

    De: The_dark_crow_v301
    Enviado: 30/10/2005 0:50

    B. EL VEGETARIANLSMO

    A mi entender, la vida de un cordero no es menos

    preciosa que la de un ser humano. Me encuentro

    mal dispuesto a quitarle la vida a un cordero.

    para sustentar el cuerpo humano. Afirmo que

    cuanto más. desvalida es una criatura, tanto más

    debe ser protegida por el hombre de la crueldad del

    hombre.

    Autobiografía, 1948, p. 290

    Equivocado o no, forma parte de mis convicciones

    religiosas el que los hombres no coman carne,

    huevos y cosas por el estilo. Debiera existir un

    limite a los medios que se utilizan para mantenernos

    vivos. No pueden hacerse ciertas cosas, ni siquiera

    por la vida misma.

    Autobiografía, 1948, pp. 302-03

    No considero que el alimentarnos de carne nos

    sea necesario en ninguna época y bajo ningún clima

    en que de ordinario les es posible vivir a los seres

    humanos. Sostengo qué alimentarse de carne es

    inapropiado para nuestra especie. Es un error imitar

    el mundo de los animales inferiores si somos supe-

    M I R E L I G I Ó N

    175

    riores a ellos. La experiencia nos enseña que la comida

    animal no es adecuada para quienes buscan

    refrenar sus pasiones.

    Sin embargo, también es erróneo sobreestimar

    la importancia de la comida en la formación del carácter

    o en el sometimiento de la carne. La dieta es

    un factor poderoso que no hay que descuidar; pero

    resumir la religión en términos de Régimen -como a

    menudo se hace en la India- es tan erróneo como

    dar rienda suelta al apetito, desconociendo todo límite

    respecto de la dieta. El vegetarianismo es uno

    de los dones inapreciables del hinduismo que no

    debe ser abandonado a la ligera. Entonces, hay que

    corregir el error de que el vegetarianismo nos debilita

    la mente y el cuerpo y nos vuelve pasivos e

    inertes en la acción. Los reformadores hindúes más

    grandes -que practicaban el vegetarianismo- eran los

    seres más activos de su época. ¿Quién mostró en

    sus tiempos una actividad mayor que, digamos,

    Shankara o Dayananda?

    La elección de una dieta no debe basarse en la

    fe. Es un asunto de cada uno razonar por si mismo.

    En los países occidentales en especial ha surgido

    una cantidad de literatura sobre el vegetarianismo

    que nadie que busque realmente la verdad puede

    M A H A T M A G A N D H I

    176

    estudiar con provecho. Muchos médicos eminentes

    contribuyeron a engrosar esa literatura. Aquí, en la

    India, nunca hemos necesitado ningún estimulo para

    el vegetarianismo, puesto que hasta ahora lo hemos

    aceptado como una cosa muy deseable y muy

    respetable.

    Young India, 7-10-’28, p. 347

    Debemos recordar que el mero jivadaya (la

    bondad con los animales) no nos permite derrotar a

    los “seis enemigos mortales” que llevamos dentro,

    es decir, la lujuria, la ira, la codicia, la infatuación, el

    orgullo y la falsedad. Mostradme al individuo que se

    gobierne totalmente a sí mismo, que esté lleno de

    buena voluntad y de amor hacia todos y que se maneje

    con la ley del amor en cada una de sus acciones

    y yo le ofreceré mi respetuoso homenaje, aunque se

    alimente de carne. Por otra parte, el jivadaya de una

    persona que se deja llevar por la ira y la lujuria pero

    que alimenta diariamente a las hormigas y los insectos,

    absteniéndose de matarlos, no tiene casi nada

    de elogiable. Es una actuación mecánica, carente

    de valor espiritual. Incluso puede ser algo peor: una

    pantalla de hipocresía que oculta la corrupción que

    hay adentro.

    M I R E L I G I Ó N

    177

    C. LA LECHE

    “No puedo restablecer su cuerpo, a menos que

    usted tome leche. Si además toma hierro y se da

    inyecciones de arsénico, le garantizo la recuperación

    completa de su organismo.”

    “Puede darme inyecciones” le respondí, “pero la

    leche es un asunto muy diferente: he hecho votos

    de no probarla.”

    “¿Cuál es el alcance exacto de su voto?” .me

    preguntó el médico.

    Le conté toda la historia y las razones en que se

    asentaba mi voto: al enterarme de que la vaca y el

    búfalo estaban sujetos al proceso del phooka se

    produjo en mí una fuerte sensación de desagrado

    por la leche. Por otra parte, siempre había considerado

    que la leche no era la dieta natural del hombre;

    por lo tanto, había renunciado a usarla por completo.

    Kasturba estaba de pie, cerca de mi cama,

    siguiendo atentamente la conversación.

    “Entonces no tiene ninguna objeción contra la

    leche de cabra”, acotó.

    El médico tomó también ese rumbo. “Me conformaría

    con que tomara leche de cabra”, me aseguró.

    M A H A T M A G A N D H I

    178

    Me rendí. Mi profundo anhelo de emprender la

    lucha del satyagraha había creado en mí un fuerte

    deseo de vivir, por lo cual me contenté con adherirme

    solo a la letra de mi voto, sacrificando su espíritu.

    Si bien solo había tenido presente la leche de

    vaca y la de búfalo cuando formulé mi voto, la inferencia

    natural de éste cubría la leche de todos los

    animales. Además, en la medida en que sostenía que

    la leche no era la dieta natural del hombre, no era

    correcto que consumiera ninguna clase de leche. No

    obstante, a pesar de saber todo esto, consentí en

    tomar leche de cabra. La voluntad de vivir demostró

    ser más fuerte que la devoción a la verdad y por una

    vez el devoto de la verdad comprometió su sagrado

    ideal por su anhelo de emprender la lucha del satyagraha.

    Aún ahora el recuerdo de esta acción se encona

    en mi pecho, llenándome de remordimientos,

    mientras continúo pensando cómo hacer para dejar

    la leche de cabra. Por desgracia todavía no puedo

    librarme de la más sutil de las tentaciones, el deseo

    de servir, que es lo que aún me mantiene.

    Las experiencias dietéticas cuentan para mi como

    una parte de mis búsquedas del ahimsa. Estas

    búsquedas me brindan solaz y alegría. Sin embargo,

    M I R E L I G I Ó N

    179

    el beber leche de cabra me preocupa actualmente

    no tanto desde el punto de vista .de la dietética . del

    ahimsa como respecto de la verdad, ya que es nada

    menos que un quebrantamiento a la promesa que

    realicé. Me parece que comprendo mejor el ideal de

    la verdad que el del ahimsa y mi experiencia me dice

    que si dejo que se desvanezca la verdad que comprendí,

    nunca podré resolver el enigma del ahimsa.

    El ideal dé la verdad exige que los votos formulados

    sean cumplidos en el espíritu tanto como en la letra.

    En el caso presente asesiné el espíritu –el alma del

    voto- al seguir estrictamente su forma exterior, y

    eso me irrita profundamente. No obstante, no alcanzo

    a ver cuál es el camino correcto, a pesar de

    tener todo muy claro. En otras palabras, quizá no

    tengo el coraje de seguir la vía recta. En el fondo

    ambos planteos son iguales y significan lo mismo,

    porque la duda es invariablemente el resultado de la

    falta de fe o de su debilitamiento. Por ello, mi plegaria

    constante es: “Señor, dadme fe.”

    Autobiografía, 1948, pp. 556-58

    M A H A T M A G A N D H I

    180

    D. LA VIVISECCIÓN

    Aborrezco la vivisección con toda el alma. Detesto

    la matanza imperdonable de vida inocente en

    nombre de las llamadas ciencia y humanidad. Pongo

    en la cuenta de lo que carece de significación a todos

    los descubrimientos científicos que estén manchados

    con sangre inocente. El género humano

    bien podía haber prescindido de la teoría de la circulación

    dé la sangre, dado que para descubrirla era

    necesaria la vivisección. Veo apuntar claramente el

    día en que los científicos honestos de occidente

    pongan límites a los métodos actuales de dar caza al

    conocimiento. Las medidas futuras tendrán en

    cuenta a todo cuanto vive y no meramente a la familia

    humana. Así como lenta pero seguramente

    estamos descubriendo que es un error suponer que

    los hindúes pueden medrar a costa de un quinto de

    la población, o que los pueblos occidentales pueden

    elevarse y vivir merced a la explotación y degradación

    de las naciones orientales y africanas, cuando

    sea el tiempo preciso descubriremos que nuestra

    supremacía sobre los órdenes inferiores de la creación

    no debe servirnos para exterminarlos sino para

    utilizarla en su beneficio, que tenemos que conside-

    M I R E L I G I Ó N

    181

    rar tanto como el nuestro, por que estoy seguro que

    esos seres están dotados de alma como yo lo estoy.

    Al inclinarnos con reverencia a la Tierra aprendemos

    -o tenemos que aprender- a ser humildes

    como es humilde la Tierra. La Tierra soporta a los

    seres que la hollan; por ello, es con toda justicia la

    consorte de Vishnú. Esta concepción, a mi entender,

    no violenta la verdad. Por el contrario, es hermosa

    y resulta coherente con la idea de que Dios

    está en todas partes. Para Él, no hay nada inanimado.

    Somos terrestres que a la Tierra pertenecen: si la

    Tierra no existiera, nosotros no existiríamos. Me

    siento más cerca de Dios sintiéndolo a través de la

    Tierra. AL inclinarme a la Tierra me doy cuenta de

    mi deuda con Él y también de que, si soy digno de

    esa Morada, debo reducirme a polvo y regocijarme

    de establecer lazos no sólo con los seres humanos

    más inferiores sino también con las formas más bajas

    de la creación cuyo sino -ser reducidas a polvodebo

    compartir. La forma más baja de la creación es

    tan imperecedera como lo es mi alma.

    Cartas de Bapu a Mira, 1949, pp. 147-48

    M A H A T M A G A N D H I

    182

    GLOSARIO DE TERMINOS

    Agiari: templo zoroastriano; lugar donde los parsis

    adoran el fuego.

    Ahimsa: no-violencia; amor.

    Alá: término, con que los musulmanes designan a

    Dios.

    Ashram: lugar de retiro espiritual; la colonia de trabaja-

    dores de Candhiji.

    Avatar: encarnación.

    Bati: un pan grueso.

    Bhatti: un pequeño hornillo abierto.

    Bhagavad-Gita: escritura hindú considerada a menudo

    como el Nuevo Testamento del hinduismo.

    Brahmachari: el que profesa el voto de castidad; estudíante.

    Brahmacharya: castidad; continencia.

    Brahman: Dios, el Ser supremo.

    Brahmana: la casta hindú más elevada; está compuesta

    por los sacerdotes.

    Dharma: deber religioso.

    Dharmayuddha: la guerra correcta.

    M I R E L I G I Ó N

    183

    Gita: véase Bhagavad-Gita.

    Himsa: violencia.

    Kalma: fórmula de adoración musulmana.

    Koran: libro sagrado de los musulmanes.

    Lota: una pequeña vasija para agua.

    Mahabharata: poema épico hindú.

    Mandir: templo hindú.

    Moksha: salvación; liberación.

    Nirvana: lit., extinción; extinción de los deseos; concepción

    budista de la salvación.

    Paria: entre los tamiles del sur de la India, un desclasado.

    Phooka: proceso consistente en introducir una varilla

    o tubo en los órganos reproductores de la vaca para

    insuflarle aire, de modo que la vaca dé hasta la última

    gota de leche.

    Quran: véase Xoran.

    M A H A T M A G A N D H I

    184

    Rama: encamaciónhindú de Dios; Dios.

    Ramanarna: término para designar a Rama o Dios.

    Rishi: vidente.

    Satyagraha: lit., apegarse a la Verdad; resistencia novio-

    lentamente a la no-verdad.

    Satyagrahi: el que resiste no-violentamente a la noverdad

    Sudra: la cuarta de las castas hindúes y la

    más inferior, está compuesta por los trabajadores

    manuales.

    Smriti: los antiguos libros que contienen el cuerpo

    de la ley y la tradición hindúes.

    Swaraj: autonomía.

    Tapas, tapasya: austeridades.

    Upanishads: antiguos tratados filosóficos del hinduismo.

    Vedas: escrituras hindúes primitivas.

    Vishnú: dios hindú.

    Yoguin: el que practica el yoga..

    M I R E L I G I Ó N

    185

    Zerid-Avesta: las escrituras de los parsis zoroastrianoa.