la voz interior Jakob Lorber

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 09/06/2006 18:29
¿Quién fue Jakob Lorber?

(Por Kurt Eggenstein, El Profeta Lorber)
La voz Interior

Ocurrió en Graz (Austria) el día 15 de marzo de 1840, cuando Jakob Lorber experimentó algo que casi le sacó de quicio. A primera hora de la mañana de aquel día, Lorber escuchó una voz que sentía en lo profundo de su corazón. Claramente percibió la orden:
«¡Toma tu pluma y escribe!».
Esta llamada cambió radicalmente su vida. Justamente este mismo día él iba a aceptar el puesto de segundo maestro de orquesta del Teatro de Trieste, puesto que él había considerado para toda la vida. Pero después de haber apuntado cuanto iba escuchando durante el día, vió claramente que su extraordinaria misión venida de lo Alto no le dejaría cumplir sus deberes con el Teatro de Trieste. Por esto Lorber renunció al empleo en el que había puesto tantas esperanzas y al mismo tiempo renunció al matrimonio. Para ganarse el sustento —siempre ocupó solamente una simple habitación— se empleó como profesor de música, percibiendo unos ingresos muy escasos. Pasó por la vida casi desapercibido por todos.

Desde el citado día, escribió todo lo que la Voz le iba dictando, diariamente y durante varias horas durante 24 años, sus manuscritos se acumularon. Después de su muerte, cuando se editaron, sumaron más de 10,0000 páginas impresas. En los últimos tiempos de su vida, Lorber estuvo enfermo y tuvo que dictar a amigos lo que iba escuchando. Estos manuscritos extensos no contienen cambio alguno. No necesitaban correcciones ni añadidos por su mano, porque lo que él había anotado no era producto de su mente. Quien lea las anotaciones acerca de los átomos y de las partículas elementales o acerca de los hechos paleontológicos, tratando del pro-hombre y del primer hombre, comprende que lo que Lorber manifiesta no puede haber salido de su cerebro. Nadie en aquella época tenía los suficientes conocimientos para dar datos tan precisos en detalles científicos, acerca de descubrimientos que no se produjeron hasta los años cincuenta o sesenta de nuestro siglo. Quien considera sin prejuicios las comunicaciones de contenido cientifico, llega a la conclusión de que aqui se trata de una verdadera profecía. Rechazar estos testimonios es rechazar cualquier testimonio humano.
¿Sólo una obra más?

Por lo tanto, sigue siendo válido el dicho del Evangelio:
«…no se dejarán convencer ni siquiera si alguien volviese de los muertos»
(San Lucas 16, 31). Para los escépticos no se dictó este mensaje de salvación a Jakob Lorber, ni se editó este libro.
«A través del razonamiento no se puede encontrar el camino que comienza en el pesebre, pasa por la cruz y lleva a la resurrección.»
Para aquellos, sin embargo, que seriamente buscan la verdad, este mensaje les da un enorme impulso. Por esto vale:
«Comprobadlo todo y quedaos con lo bueno».
(1 Tesa. 5, 21). Los manuscritos originales del conjunto de la obra llamada «La Nueva Revelación» están depositados en la Editorial Lorber en Bietigheim (Alemania), donde pueden ser leídos por los interesados. También se encuentran alli los libros impresos en el siglo pasado de la primera edición de las anotaciones de Lorber. En aquellos tiempos las especificaciones que Lorber da sobre los átomos, las particulas elementales, etc., eran completamente desconocidas por la ciencia.

Cabe preguntarse por qué dentro de las explicaciones extensas del mensaje de Salvación de Jesús, es decir, de las explicaciones y suplementos al Evangelio, que componen la mayor parte de la Nueva Revelación, también se encuentran comunicaciones proféticas de orden cientifico. La explicación es fácil. En la obra profética se anuncia que el hombre moderno habrá perdido la fe. Gran parte de la humanidad, sobre todo los cientificos, rechaza todo lo que no puede ser demostrado cientificamente. Ya que la fe cristiana tiene una dimensión trascendental, esta posición materialista lleva a la negación de todo lo sobrenatural, por no ser una ciencia exacta, y si sólo espiritual.

El llamado «positivismo» que viene extendiéndose más y más en los últimos dos siglos, corresponde totalmente al espiritu del tiempo de hoy dia. Hacen falta pruebas convincentes, tal como Jakob Lorber lo exponía hace más de cien años, para que la humanidad acepte la Nueva Revelación. Del contenido de sus escritos, los cientificos de su tiempo no tenian suficientes conocimientos, pero hoy la ciencia moderna confirma estas comunicaciones hasta en los detalles más sutiles. No se puede ignorar este hecho perfectamente demostrado. Consecuentemente se puede dar por seguro que las demás afirmaciones de Lorber, que contienen valiosas explicaciones y suplementos para la comprensión del Evangelio, son una auténtica revelación divina dada a los hombres de los últimos tiempos. La impresión que el pastor evangélico Hermann Luger sacó de la lectura de la Nueva Revelación, será compartida por muchos lectores de estos escritos: «Tanto la Nueva como la Antigua Profecia (o sea el Evangelio, nota del autor), tienen su origen en el mismo plano divino. De los escritos de Lorber emana un espíritu sobrenatural». Acerca de la persona de Jakob Lorber
¿Fue Lorber famoso?

No hay grandes cosas que contar acerca de la persona de Jakob Lorber. Profetas y enviados de Dios suelen ser personas simples. Dice el místico Jakob Böhme: «Para excluir desde el principio cualquier aspiración a un mérito propio, Dios se sirve a veces de los hombres más insignificantes para revelar sus secretos; de este modo demuestra claramente que todo sale de Su mano». Böhme: «Yo no hubiera podido escribir si no me hubiese limitado a transcribir lo que el Espiritu me inspiraba».

Lo que Böhme dice de si mismo, también se puede aplicar a Jakob Lorber. Como puede deducirse de la biografia escueta de Lorber, escrito por el noble von Leitner, Lorber era un hombre simple, modesto y sin malevolencia alguna. Venia de una familia campesina que vivia en el pequeño pueblo de Kanischa, en la región vinícola de la Drawe, cerca de la ciudad de Marburg de la Baja Estiria, hoy llamada Maribo en Yugoslavia. Allí nació el dia 22 de julio de 1800. Después de haber cursado estudios en Magisterio, trabajó como maestro en varios pueblos. Pero más tarde dejó este empleo para continuar cinco años de estudios en el Instituto de Bachillerato de Marburg, para, finalmente, participar en un curso para maestros de Enseñanza Superior. Aunque terminó sus estudios con un buen examen final, no consiguió un empleo como maestro de Enseñanza Superior, enseguida. Probablemente esto fue lo que le llevó a cambiar su profesión y valerse de su talento musical. Después de unos estudios participó como solista en conciertos y por otra parte escribia crónicas musicales sobre óperas y conciertos en periódicos de provincia. Conocia al famosisimo virtuoso del violín Paganini, que incluso le daba lecciones para perfeccionar sus conocimientos. Parece que esta relación le elevó en la consideración de la gente y llegó a dar un concierto de violín en la famosa Escala de Milán. Hasta el fin de su vida le unia una estrecha amistad al director de la asociación musical de Steiermark, el compositor Anselm Hüttenbrenner y al hermano de éste, el alcalde de Graz, Andrés Hüttenbrenner.
Los amigos

Anselm Hüttenbrenner por su parte mantenia amistad con Franz Schubert. Su prestigio y relaciones deben haber llevado a la oferta del Teatro de Trieste de aceptar a Jakob Lorber como director de orquesta, en 1840. Como ya dijimos, él rehusó esta oferta, porque una Voz le dio un encargo el dia 15 de marzo de 1840, cuyo cumplimiento él creia incompatible con aquel empleo. Se decidió a llevar una vida independiente y retirada que le dejaba pocas posibilidades de éxitos materiales. Limitábase a dar clases de piano a niños de Graz. La única diversión de Lorber consistía en reunirse con sus amigos al atardecer para tomar un vaso de vino. El noble von Leitner relata en su biografia, que Lorber pese a su pobreza, era generoso dentro de sus límites. En sus últimos años su decaimiento corporal era cada vez mayor y su situación económica empeoró de tal manera, que sus amigos tenian que ayudarle para que no pereciese de hambre. Durante 24 años escribió más de diez mil páginas impresas, sin esperanza de recibir recompensa alguna por este trabajo. Por la Palabra Interior, Lorber supo que en tiempos posteriores, todo lo que él iba apuntando seria impreso y dado a conocer a los hombres. Durante su vida se imprimieron solamente algunas páginas de sus escritos sin mencionar su nombre. Aunque mucho de lo que le fue comunicado él no pudo comprenderlo, y en aquellos tiempos nadie le podia haber dado explicaciones sobre los átomos, las particulas elementales, etc., él tenia plena confianza, que todo debía tener sentido y que las generaciones posteriores lo comprenderían y se sorprenderían.

Jakob Lorber se mantenia retirado mientras escribía durante algo más que dos décadas una obra monumental que nos da una profunda comprensión del plan creador de Dios, y además nos ofrece de manera más explicita el Evangelio. Se confirma aqui la palabra de Joaquin de Fiore, que todo lo grande nace en la soledad. Parece que sólo una vez, algo de su trabajo de escritor salió al mundo exterior, porque él recibió un aviso de que la policia le haría una visita domiciliaria. Entonces sus amigos retiraron sus manuscritos y los guardaron en sitio seguro. Pero la esperada visita policial no tuvo efecto y hasta su muerte, ya nadie le molestó. Durante décadas —aún después de su fallecimiento— las hojas llenas con sus palabras se guardaron en un sitio secreto hasta el dia de su impresión. Resultó imposible editar los escritos en Austria en aquel tiempo. Más tarde se editaron en Alemania. En el año 1877, todos los libros —con la excepción de dos— estuvieron finalmente impresos.

Muy pronto, después de haber recibido los primeros dictados, Lorber comunicó a sus amigos que él escuchaba una voz con profecias desde el mundo sobrenatural y que él debia escribir lo que oía. Al enterarse sus amigos se intranquilizaron y creyeron en una incipiente perturbación mental. Pero no vieron otras manifestaciones extraordinarias al observar a Lorber. El noble von Leitner se ofreció en visitar a Lorber diariamente; le observaba durante varias horas en su trabajo de transcribir lo que percibia. También otros amigos suyos le observaban a menudo y de vez en cuando se hacían leer lo que él escuchaba. Para ellos todo fue aún más inexplicable, al darse cuenta que lo que él les leía no pudo ser producto del saber de Lorber. La mujer de un amigo suyo creyó poder aclarar el enigma. Para ella resultaba un caso claro de que Lorbe lo sacaba todo de otros libros, lo memorizaba y luego lo transcribia en presencia de sus amigos, alegando que escuchaba la Voz. No escondió su menosprecio, dejando entrever que los amigos debían haber llegado a esta conclusión, tan fácil mucho antes. Durante la próxima visita que aquéllos hicieron a la casa de Lorber, ella también se presentó en su habitación. Cuando éste tuvo que salir de la misma por un momento, ella se abalanzó sobre los armarlos roperos para buscar los libros cientificos que creia escondidos alli. Pero para su sorpresa encontró un solo libro: la Biblia.
El dictado de la Voz interior

El noble von Leitner, el biógrafo de Lorber, relata que según sus observaciones, Lorber escribía de la siguiente manera: «Lorber inició su tarea de escribir, siendo esto el objetivo principal de su existencia, muchos dias a temprana hora, incluso antes de desayunar, olvidándose a menudo de tomar algún alimento. Se sentaba delante de una mesita, tocado con un gorro, durante el invierno, acercándose a la estufa, y comenzaba a escribir de un modo fluido, concentrado sobre si mismo, sin parar para pensar, pero sin demostrar prisa, jamás repasando o borrando algo ya escrito, igual a alguien que toma un dictado». Repetidas veces —al hablar de ello— manifestó, que él escribía al dictado de la Voz, al mismo tiempo veía lo que escuchaba. Pero como él mismo confirmó aún le resultaba más fácil explicar lo que iba percibiendo a un tercero. De hecho, él dictó algunos capítulos e incluso obras de varios centenares de páginas a sus amigos, siempre atento a la Voz. En este caso se quedaba sentado al lado del escribiente, mirando tranquilamente hacia delante y dictando sin titubeos y sin necesidad de modificar ninguna frase o siquiera una expresión.

Es de notar que Lorber llamó la Voz interior, La Voz del Señor, diciendo que la escuchaba dentro de su corazón, mientras que las voces de otros espíritus creía oírlas en la parte posterior de su cabeza. Aunque Lorber llegó a llenar miles de páginas, no se le puede llamar un medium escribiente, propiamente dicho, o sea un medium cuya mano es llevada mecánicamente por una inteligencia extraña. Por el contrario él escribía espontáneamente e independientemente, lo que iba escuchando dentro de sí.

En el año 1858 Lorber escribió a un amigo, explicando en su carta que la fuente espiritual que habla dentro de él, él la percibe como la Voz de Jesucristo, la Palabra Viva. «Respecto a a la Voz Interior, sólo puedo decir hablando de mi experiencia, que percibo la palabra Santa del Señor dentro de mi corazón como un pensamiento clarisimo, puro y diáfano, al igual que palabras expresadas verbalmente. Nadie, aún estando muy cerca de mí, puede oir algo de aquella Voz. Para mi esta voz de misericordia es más clara que ningún sonido material. Y esto es todo lo que puedo decir de mis experiencias.» Si en el texto dictado a Lorber salieron palabras extranjeras que él desconocía, éstas no le fueron deletreadas. Sus amigos le explicaron estas palabras o debían recurrir a un diccionario. Con Jakob Lorber se repitió lo que otros hombres habían asegurado cuando recibían revelaciones. Santa Catalina de Siena (muerta en 1347) no dejó lugar a duda sobre el hecho que lo que ella anunciaba venía revelado por Dios. Por esto el titulo de su escrito dice: «Dictado por Dios».

Swedenborg aseguró en la hora de su muerte, que todas sus revelaciones eran verdaderas y venían del Señor. Para Lorber esta tarea de servir de profeta le era una carga y muy a menudo rogó a Dios de relevarle, sintiéndose incapaz de cumplir. Pero el dictado prosiguió y probablemente Lorber se acordaría del profeta Jeremías, quien dijo que siempre había tenido que ceder a la voluntad suprema. (Jer. XX 7-11).
El fin de los tiempos

No hay duda, que la lucha fundamental entre el cristianismo y el ateismo, entre Dios y el adversario, está entrando en una fase definitiva. «La fuerza bruta», escribe Albert Schweitzer, «está sentada en el trono del mundo, revestida de mentiras». La decadencia de los modales, la fuerza bruta y la gula incontenible para «tener más», aumenta al igual que la envidia y el odio.

En la Nueva Revelación se dice claramente que la humanidad está en el camino hacia la catástrofe
«Ahora se acerca el momento culminante de aberraciones y desviaciones de Mis intentos creadores, por esto Mis comunicaciones directas manan copiosamente en los últimos tiempos y Yo os doy tanto pan del cielo como nunca antes ocurrió desde el tiempo de Mi existencia terrenal »
(Pr 163)
«Mis palabras son simples y claras, pero no deben entreponerse los intérpretes que buscan su mérito propio ni los exegetas falsos.»
(Pr. 164). En la Nueva Revelación hay numerosos avisos acerca de las grandes catástrofes que ocurrirán
«cerca de 2.000 años más tarde»
después del paso por la tierra, de Jesús. En el último capitulo de este libro se hablará más extensamente sobre estos presagios.

Libros acerca de la Nueva Revelación

Para dar a conocer a circulos más amplios las informaciones religiosas y los avisos de las catástrofes que sobrevendrán a la humanidad ai los tiempos finales, en el año 1973 se editó un pequeño extracto titulado «El desconocido profeta Jakob Lorber – Una profecía y un aviso para el próximo futuro». Con objeto de llenar la necesidad de una información más extensa sobre las revelaciones de Lorber, en especial, en lo que se refiere a las explicaciones y comentarios suplementarios del Evangelio, se editó el libro que el lector tiene entre manos.

Revelaciones que abarcan mucho, se dan contadas veces; suelen darse con anterioridad a un cambio de tiempo. Hay que considerarlas como una ocasión especial Muchas veces tiene que pasar bastante tiempo hasta que su significado y los avisos contenidos en las revelaciones lleguen a la conciencia de los hombres. Muchos rechazan estos avisos —al igual como en el tiempo de Jesucristo, su mensaje fue rechazado.

Pero hay quienes opinan, que todavia existen muchas personas con una profunda sustancia religiosa. La salida silenciosa de la Iglesia establecida no demuestra lo contrario. Seguramente dentro de muchos hombres existe el anhelo de una religión auténtica, liberada de la carga de la Edad Media. Intuitivamente sienten que nos encontramos hoy dia en una condicion de amenaza y de incertidumbre, habiendo perdido el camino y estando en peligro de sucumbir ante fuazas oscuras.
¿Existen todavía profetas en nuestro tiempo?

Es sorprendente, que tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, Dios raramente se sirve del alto o bajo clero para sus revelaciones, sino que escoge personas laicas. Según la opinión de Jakob Böhme, con esto se demuestra «más claramente que vienen de la mano de Dios». El teólogo católico Jean Guitton dice: «En nuestros días parece que el oficio de profeta pasa a depender más y más de los laicos». Y otro teólogo católico, el profesor H. Fries, debe haber encontrado una razón cuando manifiesta: «El mensaje cristiano se ha hecho extraño a los hombres porque ha sido comunicado de forma poco convincente».

Es comprensible que las grandes revelaciones de nuestro tiempo hayan sido comunicadas sólo a hombres fuera del alcance del poder de la jerarquía, ya que se ha demostrado que numerosas revelaciones, como por ejemplo los escritos de santa Hildegard de Bingen, de san Juan de la Cruz y de santa Teresa de Lisieux, han sido alteradas o modificadas por personas de la Iglesia. Lo que no entra dentro del esquema establecido es rechazado, reinando, no el espiritu de Dios, sino la razón humana y el sistema. En la Nueva Revelación viene expresado muy claramente:
«Algunos se enojarán por la luz poderosa de esta Revelación, porque alumbrará el edificio mantenido en la oscuridad durante largo tiempo. Sin embargo, la luz debe prevalecer».
(Pr. 288). Además se asegura, que esta Revelación será divulgada sin alteraciones, a pesar
«de los zorros buscando hacer daño, llevados por el pensamiento de la destrucción».
(Pr. 108 y 288). Jakob Lorber no fue un medium escribiente, al cual un ser sobrenatural le guía la mano. Nunca cayó en trance ni en éxtasis. Escribió diariamente durante varias horas en estado despierto, anotando lo que le decía la Voz interior. El impulso espiritual tuvo que recorrer toda el alma de Lorber, sólo entonces llegó a formular en su propio idioma lo que habia escuchado. Se debe a esta circunstancia, que los escritos lleven el estilo propio del escritor, que utilizaba las expresiones usuales en aquel tiempo. (En algunos casos expresiones típicas del tiempo y de la región, empleadas por Lorber tuvieron que ser cambiadas por sinónimos en la edición germana, para ser comprensibles hoy dia en Alemania.)

Friedrich Christoph Oetinger comentó acerca de la transferencia de la inspiración verbal a la expresión escrita: «El grano de la Revelación divina siempre crece en la espiga de la visión humana». El vidente Swedenborg se manifestó acerca de este procedimiento: aCuando un ángel inspira palabras del Señor a una persona, ésta debe transformar el pensamiento recibido en una expresión normal humana. Estas expresiones se ajustan al estilo del hombre que recibe el influjo, a su comprensión y su forma de vida». (Adversia III 6865-6966). El experto del tema, Viktor Mohr, se ocupa detalladamente de este hecho en la revista La palabra N° 8/1972 y escribe: «Una manera especial de capacidad de actuar como medium, representa la aceptación de emanaciones espirituales por la Palabra Interior, por la cual Dios Mismo, la Eterna Palabra, habla al hombre y dentro del hombre. Esta inspiración divina dentro del corazón humano, es una onda espiritual sumamente útil, imposible de definir humanamente; es la impregnación con Luz divina a través de Cristo unido eternamente al Espíritu Paterno, compenetrando las almas dispuestas. Este verdadero Yo, no perecedero, es la parte divina del hombre, la cual muchas veces se manifiesta en forma del Yo, entendiéndose como parte del eterno «YO SOY»

No hemos de suponer que el Espíritu Paterno utiliza las mismas palabras, que luego pronuncia o escribe el medium. Para expresar aquella impregnación espiritual, de manera comprensible en el lenguaje humano, debe traspasar primeramente todo el ámbito espiritual del inspirado. Esta es la razón de que tales revelaciones divinas posean la particularidad idiomática del medium. Debemos abstenernos de juzgar las manifestaciones por su envolvimiento en palabras humanas. Hay que buscar su contenido de autenticidad espiritual. Los intentos de explicar las profecías de Jakob Lorber como alucinaciones fallaron completamente. La psiquiatría sabe que las alucinaciones con expresiones verbales son seguidas por la destrucción del Yo. Nadie puede sufrir, año tras año, alucinaciones de oído sin llegar a un decaimiento fisico y psiquico. Pero Lorber siempre fue un hombre equilibrado, sobrio y psiquicamente sano, hasta su muerte. La psicologia del profundo (psicoanálisis) tampoco acierta en aclarar la personalidad de Lorber. Las manifestaciones cientificas, que varias veces dieron detalles muy precisos acerca de la vida de las partículas elementales y otros descubrimientos de la astronomia que no se conocieron en aquella época, excluyen definitivamente la posibilidad de una perturbación mental.

El teólogo y escritor Hellmuth von Schweinitz, ya muerto, dijo al respecto: «Pasar el fenómeno Jakob Lorber al ámbito de la psicologia del profundo no es convincente». Lo que sus escritos revelan no son conocimientos que puedan salir de la mente humana limitada. Para poseer estos conocimientos no bastaria una vida entera, ni siquiera en una persona con enorme fantasía creadora. «La psicologia del profundo es un camino insuficiente para la comprensión de un hecho que no se puede aclarar con argumentaciones psicoanaliticas. Tampoco puede explicarse la obra de Jakob Lorber con especulaciones filosóficas 0 teológicas Tanto en él, como en todos los demás fenómenos proféticos, queda un resto inexplicable que o se acepta o se niega.»

Comparando las cartas aún existentes, que Lorber escribió a sus amigos con sus apuntes escritos al dictado de la Voz, se nota el mismo estilo. Su manera de escribir, al igual que su carácter, eran simples y escuetos. No tiene nada de las exposiciones frias y abstractas comunes en escritos teológicos. En sus anotaciones no hay malabarismos dialécticos ni frases complicadas y difíciles de entender. Sus revelaciones irradian calor. Si se comparan los escritos de Lorber con otros escritos de la literatura teológica, se comprende porqué el pueblo no gusta de leerlos-. «Es que, como dijo el cardenal Newman, a Dios no le plació salvar a su pueblo con dialéctica.»

Por lo que respecta a las manifestaciones de tipo cientifico y técnico, Lorber utiliza parafrases queriendo explicar sus visiones del futuro, como es común en todo tipo de revelaciones proféticas. Si Lorber dice por ejemplo, que los hombres del siglo xx se comunicarán a través de los mares utilizando «el relámpago», indica con esto la telegrafía. Si en el contexto de la astronomia habla de enormes «ojos artificiales» sabemos que con esto se deben entender los radiotelescopios y telescopio óptico.

A la muerte de Jakob Lorber, la obra no estaba concluida. Pocos años más tarde, en Trieste, Gottfried Mayerhofer (1807-1877) también escuchó la Voz Interior y añadió algunos tomos suplementarios Mayerhofer era un oficial alemán Cuando el principe bávaro Otto subió al trono de Grecia Mayerhofa le siguió en su séquito como comandante. También Mayerhofer convence como profeta elegido por la visión de hechos cientificos sorprendentes. Asi, por ejemplo, menciona que la luz tiene carácter corpuscular al igual que las ondas. Explica las razones del origen de la luz blanca, violeta y roja, en un tiempo cuando se estaba aún lejos de tales conocimientos Se presiente la divulgación amplia de la Nueva Revelación en los tiempos finales actuales. La Sociedad Lorber, Bietigheim-Württemberg (Alemania) , se ha encargado de divulgar en amplios circulos la Nueva Revelación en los tiempos finales —de las cuales se habla claramente en la Nueva Revelación. Muy especialmente se subraya allí, que
«serán millones de hombres llevados a la verdadera puerta de la luz»
(Pr 132) Se habla de celo necesario de los obreros (para la divulgación de la profecía) en la tarde (Pr. 66).

EL REBELDE ESPIRITUAL Osho

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 09/06/2006 18:42
EL REBELDE ESPIRITUAL

OSHO

1 – Sólo unos pocos rebeldes despiertos alrededor del mundo… y temblarán todos los tronos de poder.

2 – Si eres capaz de dormir, eres capaz de despertar.

3 – Hay que convertirse en un ser absolutamente desligado del pasado.

4 – El rebelde espiritual no tendrá ningún pasado ni ninguna historia. Solamente tendrá el presente y un vasto futuro abierto, no dominado por el pasado muerto.

5 – Lo único que será preciso es un poco de “meditatividad”, un poco de silencio, un poco de amor…

6 – Nunca ha habido ninguna seguridad.

7 – La vida puede desaparecer en un momento.

8 – El rebelde comprende que no hay seguridad -por lo tanto no la pidas. Vive en la inseguridad, porque ese es un hecho real de la vida. No puedes evitarlo, no puedes prevenirlo, así que no hay necesidad de preocuparse al respecto. No pierdas tiempo innecesariamente.

9 – Más vale que te apures o te quedarás sin planeta.

10 – ¿Cuál es la diferencia entre el rebelde y el revolucionario? El revolucionario pregona que cambiando la estructura social es suficiente para cambiar al hombre. El rebelde es un fenómeno espiritual. Su actitud es absolutamente individual. Su visión es que si queremos cambiar la sociedad, tenemos que cambiar al individuo.

11 – El rebelde trae al mundo un cambio de consciencia.

12 – La familia es una de las más grandes trampas que la sociedad ha usado por milenios para mantener al hombre esclavo.

13 – El rebelde es aún una dimensión no experimentada.

14 – El tiempo no sólo está maduro… si no te apuras, el tiempo ha llegado a su fin.

15 – La violencia es la violación de la vida y de la consciencia.

16 – Sólo se pueden lograr fines justos a través de medios correctos.

17 – A través de la violencia no se puede lograr una humanidad pacífica.

18 – El pasado, como un todo, tiene que ser negado.

19 – El rebelde no puede ser a medias.

20 – La justicia social es la venganza social.

21 – La vieja humanidad no está interesada en eliminar el crimen completamente. Sólo está interesada en castigar al desobediente –al inadaptado- a los que desean seguir su propio camino.

22 – Es fundamental recordar que la paz no es una meta. Paz es nuestra naturaleza intrínseca.

23 – Sea lo que fuere que te esté impidiendo tu crecimiento natural, eso ha de ser desechado: cólera, celos, envidia, avaricia, deseo. No es una renuncia, es simplemente comprensión. ¡Deséchalas!

24 – El único templo es la existencia.

25 – En el momento que renuncias a tus responsabilidades, renuncias también a la libertad.

26 – La responsabilidad no es el deber social: hacia tus mayores, tu esposa, etc. Es un deber mecánico.

27 – Sigue tu conciencia.

28 – No, el rebelde no puede renunciar al mundo y a la sociedad, pero ciertamente puede renunciar a muchas otras cosas. Puede renunciar a la mal llamada moralidad impuesta sobre él por la sociedad, puede renunciar al conocimiento dado por la sociedad. No renuncia a la sociedad como tal, pero renuncia a todo lo que le ha dado la sociedad. Esta es la verdadera renuncia.

29 – Puede aceptar la crucifixión, pero no aceptará ninguna esclavitud espiritual.

30 – La ignorancia no puede ser apoyada bajo ningún punto de vista.

31 – El rebelde amará al mundo porque el mundo -la existencia- es nuestra fuente de vida.

32 El nuevo rebelde declara la dignidad del hombre y la muerte de Dios y la muerte de todos los salvadores, profetas y mensajeros.

33 – El nuevo rebelde es una declaración de ser nadie, sólo un ser humano -simple, sincero, alerta y consciente” conociéndose a si mismo, y sabiendo que los demás son tan divinos como él.

34 – El nuevo rebelde es un ser iluminado – está realizado y profundamente contento.

Se encuentra distante y solo. Vive en la claridad.

La verdad es su religión, la libertad su ruta. Y ser él mismo, totalmente él mismo, es su objetivo.

35 – Los antiguos sabios condenaron la naturaleza humana, los instintos humanos. Todos éramos pecadores. Dios estaba en las alturas.

36 – El rebelde reta al mundo: tienes que crear tu propio Dios dentro de tu propio ser, tienes que ser un Dios. Y este Dios no va a estar contra la humanidad; al contrario, va a ser su absoluta realización, su germinación, su florecimiento, su madurez.

37 – El nuevo rebelde no va a aceptar ninguna culpa, porque todo lo que es natural está bien. Debe ser purificado, vivido – no reprimido, ni ocultado en el inconsciente, sino traído a la luz de la consciencia.
38 – En el pasado Dios era el creador. En el futuro Dios será la creación de la consciencia humana. Será el pico más elevado de la celebración humana, de la luz y el resplandor humano.

39 – Rebelión ahora o nunca.

40 – La única luz aceptada para tí, es la tuya.

41 – Tu único interés es el futuro crecimiento de tu ser.

42 – Ser un rebelde es vivir de acuerdo a su propia luz, aunque sea pequeña y encontrar su ruta en el futuro desconocido.

43 – El pasado es un peso y si te apegas no podrás moverte ni un centímetro.

44 – El rebelde no pertenece a ninguna ideología, a ninguna filosofía ni teología.

45 – La única idea significativa es la que surge de ti, crece en ti, florece en ti.

46 – El rebelde no tiene camino a seguir. El mismo espíritu de la rebelión es que no necesita guía. Es una luz en sí mismo.

47 – Los que no pueden rebelarse piden consejo, quieren ser seguidores. Su psicología es que al seguir a otros se relevan de toda responsabilidad. El guía, el maestro, el líder, el mesías, se hace responsable de todo. Lo único que se le pide del seguidor es que tenga fe. El rebelde está tremendamente enamorado de la libertad – libertad total, nada menos que eso.

48 – El rebelde no tiene salvador, ni mensajero de Dios, ni mesías, ni guía. Se mueve según su propia naturaleza. No sigue a nadie, ni imita a nadie. Ciertamente ha elegido el más peligroso modo de vida, lleno de responsabilidad, pero de tremenda dicha y libertad. Cae a menudo, comete errores, pero no se arrepiente de nada, pues aprende un profundo secreto de la vida: cometiendo errores te vuelve sabio. No hay otra manera de volverse sabio.

49 – Ser dichoso y alegre es correcto. Ser miserable y serio es erróneo.

50 – El peregrinaje del rebelde está lleno de sorpresas. No tiene ni mapas ni guía, así que en cada momento llega a un nuevo espacio, a una nueva experiencia – a su propia experiencia, a su propia verdad, a su propia dicha, a su propio amor.

51 – El rebelde no tiene camino como tal. Camina y hace su camino al andar.

52 – La vida es un puente, no hagas tu casa en él – es un lugar de paso.

53 – En una vida tan transitoria uno es absolutamente libre de vivir sin compromiso alguno y cuando la muerte es una certeza, no hay en realidad necesidad de compromisos.

54 – El rebelde es casi como un pájaro volando en el cielo. ¿Qué camino sigue? No hay autopistas en el cielo, no hay huellas de pájaros antiguos, ni grandes pájaros, ni Budas, ni Cristos. Ningún pájaro deja huellas en el cielo, por eso el cielo está siempre abierto.

55 – Encuentra la dirección que te produce regocijo, Dirígete hacia la estrella que hace repicar campanas en tu corazón.

Eres tú el factor decisivo. ¡Nadie más!

56″ Tu camino no será el de ningún otro.

57 – Es más, ¿qué necesidad hay de un camino? Ya estás aquí – existes, estás consciente. “Soy todo lo que necesito y mi hogar es la existencia”.

58 – Libertad total: menos que eso. No.

NO LO LLAMES INSEGURIDAD, LLÁMALO LIBERTAD (Osho)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 20/03/2006 16:24

NO LO LLAMES INCERTIDUMBRE, LLÁMALO PRODIGIO
NO LO LLAMES INSEGURIDAD, LLÁMALO LIBERTAD

NO ESTOY aquí para darte un dogma. Un dogma te da seguridad. No estoy aquí para hacerte una promesa para el futuro, cualquier promesa para el futuro te da seguridad. Simplemente estoy aquí para que estés despierto y seas consciente, es decir, para que estés aquí y ahora con toda la inseguridad que tiene la vida, con toda la incertidumbre que tiene la vida, con todo el peligro que tiene la vida.
Sé que has venido aquí buscando certidumbres, credos, algún «ismo», algún sitio al que pertenecer, alguien en quien confiar. Vienes aquí a consecuencia de tu miedo. Estás buscando una especie de hermosa prisión para poder vivir sin conciencia.
Me gustaría darte más inseguridad, más incertidumbre, porque la vida es así, Dios es así. La única forma de responder cuando hay más inseguridad y peligro es con conciencia.
Hay dos posibilidades. O cierras los ojos y te vuelves dogmático: católico, hinduista o musulmán… entonces, te conviertes en un avestruz. Eso no cambia tu vida, simplemente te tapa los ojos. Te vuelve estúpido, te vuelve poco inteligente. Con tu poca inteligencia te sientes seguro; todos los idiotas se sienten seguros. De hecho, sólo los idiotas se sienten seguros. Un hombre realmente vivo siempre se sentirá inseguro. ¿Qué seguridad puede tener?
La vida no es un proceso mecánico, no puede ser segura. Es un misterio impredecible. Nadie sabe qué va a pasar en el momento siguiente. Ni siquiera Dios, que supones que está por ahí en el Séptimo Cielo, ni siquiera él si es que está por ahí , ¡ni siquiera él sabe lo que va a pasar!… Porque si supiera lo que va a pasar la vida sería falsa, todo estaría escrito de antemano, y todo estaría determinado de antemano. Si el futuro no está determinado, cómo puede saber lo que va a ocurrir a continuación? Si Dios supiese lo que iba a ocurrir en el momento siguiente, la vida sólo sería un proceso mecánico, inerte. No habría libertad, ¿y cómo puede existir la vida sin libertad? No habría ninguna posibilidad de crecer, ni de no crecer. Si todo está predestinado de antemano, no habrá gloria ni grandeza. Entonces sólo seréis robots.
No, no hay nada seguro. Éste es mi mensaje. No puede haber nada seguro porque una vida segura es peor que la muerte. No hay nada seguro. La vida está llena de incertidumbres, llena de sorpresas, ¡ésa es su belleza! Nunca llegas a un punto en el que puedas decir: «Ahora, estoy seguro.» Cuando dices que estás seguro estás proclamando tu muerte; te has suicidado.
La vida continúa con mil y una incertidumbres. Eso es libertad. No lo llames inseguridad.
Puedo entender por qué la mente llama «inseguridad» a la libertad… ¿Has estado alguna vez en la cárcel durante unos meses o unos años? Si un prisionero está unos cuantos años en la cárcel, cuando llega el día de su libertad, empieza a sentirse inseguro acerca del futuro. En la cárcel todo estaba garantizado; todo era una rutina sin vida. Le servían la comida, le daban protección; no tenía miedo de pasar hambre al día siguiente y que no hubiera comida; nada de eso, todo estaba garantizado. Ahora, de repente, después de tantos años, cuando llega el carcelero y le dice: «Ahora serás puesto en libertad», empieza a temblar. Al salir de los muros de la prisión volverá a tener incertidumbres; tendrá que volver a buscar y rebuscar; tendrá que volver a vivir en libertad.
La libertad da mi Ido. La gente habla de la libertad, pero tiene miedo. Y un ser humano no será un ser humano mientras siga teniendo miedo a la libertad. Os doy libertad, no os doy seguridad. Os doy comprensión, no os doy conocimiento. El conocimiento te dará seguridad. Si te doy una fórmula, una fórmula determinada: que hay un Dios, un Espíritu Santo y su único hijo, Jesús; que hay un Cielo y un Infierno, que estas acciones están bien y ésas están mal; si cometes un pecado iras al Infierno, si haces lo que llamo buenas acciones irás al Cielo ¡y se acabó! entonces, estarás seguro. Por eso hay tantas personas que han decidido ser cristianos, musulmanes o jainistas, porque no quieren ser libres, quieren una fórmula fija.

De repente, se estaba muriendo un hombre tras un accidente de coche. Nadie sabía que era judío, de modo que llamaron a un sacerdote católico. El sacerdote se reclinó junto al hombre el hombre se estaba muriendo, eran los últimos estertores de la muerte y el sacerdote dijo: ¿Crees en la Santa Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo?
El hombre abrió los ojos y dijo: Estoy aquí a punto de morirme… y ¡él está jugando a los acertijos!

Cuando la muerte llama a tu puerta, todas tus convicciones no serán más que absurdos acertijos. No te aferres a ninguna convicción. La vida es incierta, la misma naturaleza de la vida es la incertidumbre. Y la persona inteligente siempre está insegura.
La propia disposición de mantenerse en la incertidumbre es valentía. Esta disposición de estar en la incertidumbre es confianza. Una persona inteligente es aquella que permanece alerta en cualquier situación, que responde a las situaciones con todo su corazón. No es que sepa lo que va a ocurrir; no es que sepa, «si haces esto sucederá aquello». La vida no es una ciencia; no es una cadena de causa y efecto. Cuando calientas agua hasta los 100 ‘C, se evapora, eso está garantizado. Pero en la vida real, no hay nada tan seguro como eso.
Cada individuo es una libertad, una libertad desconocida. Es imposible predecirlo, imposible imaginárselo. Hay que vivir estando despiertos y con comprensión.
Vienes a verme en busca de conocimiento, quieres fórmulas fijas para poder aferrarte a ellas. Yo no te las doy. En realidad, si tienes alguna, ¡te la quito! Poco a poco, voy destruyendo tus convicciones y, poco a poco, te voy volviendo cada vez más indeciso; poco a poco te voy volviendo más inseguro. Eso es lo único que hay que hacer. ¡Esto es lo único que tiene que hacer un maestro! Dejarte completamente libre. Totalmente libre, con todas las posibilidades abiertas, sin nada fijo… tendrás que estar despierto, no puedes hacer nada más.
Esto es lo que llamo comprensión. Si comprendes, la inseguridad es una parte intrínseca a la vida, y está bien que sea así, porque transforma la vida en libertad, la convierte en una sorpresa constante. Nunca se sabe lo que va a suceder. Te mantiene permanentemente maravillado. No lo llames incertidumbre, llámalo prodigio. No lo llames inseguridad, llámalo libertad.

Ver la vida como un sueño (osho)

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 20/03/2006 16:17
Ver la vida como un sueño

A
MADOS:
Se han formulado algunas preguntas sobre la charla de anoche. Un amigo ha preguntado:
Podemos morir plenamente conscientes, pero ¿cómo podemos tener una conciencia plena al nacer?

E
N REALIDAD LA MUERTE el nacimiento no son dos sucesos: son dos lados de un mismo fenómeno, como las dos caras de una moneda. Si un hombre tiene en la mano una cara de una moneda, también tendrá automáticamente la otra. No puedo tener en la mano una cara de una moneda y preguntarme dónde puedo encontrar la otra: dispongo de la otra automáticamente.
La muerte y el nacimiento son dos caras de un mismo fenómeno. Si la muerte se produce en un estado consciente, la muerte tiene lugar inevitablemente en un estado consciente. Si la muerte se produce en un estado inconsciente, el nacimiento se produce también en estado de inconsciencia. Si la persona muere plenamente consciente en el momento de su muerte, también estará llena de conciencia en el momento de su nacimiento siguiente.
Como todos morimos en estado de inconsciencia y nacemos en estado de inconsciencia, no recordamos nada de nuestras vidas anteriores. Pero el recuerdo de nuestras vidas anteriores siempre queda presente en algún rincón de nuestras mentes, y podemos revivir este recuerdo si lo deseamos.
No podemos hacer nada directamente en relación con el nacimiento: todo lo que podamos hacer estará relacionado únicamente con la muerte. No podemos hacer nada después de la muerte: todo lo que podamos hacer debemos hacerlo antes de la muerte. La persona que muera en estado inconsciente no podrá hacer nada hasta que vuelva a nacer. No hay remedio: seguirá inconsciente. Así pues, si vosotros habéis muerto en estado inconsciente, tendréis que nacer de nuevo en estado inconsciente. Lo que haya que hacer tendrá que hacerse antes de la muerte, pues disponemos de muchas oportunidades antes de la muerte: la oportunidad de toda una vida. Con esta oportunidad podemos hacer un esfuerzo por despertar. Sería, pues, un gran error esperar hasta el momento de la muerte para despertar. No podemos despertar en el momento de la muerte. El sadhana, el viaje hacia el despertar, tendrá que empezar mucho antes de la muerte: habrá que prepararse para ella. Si no os preparáis, es seguro que quedaréis inconscientes en la muerte. Aunque este estado inconsciente es bueno para vosotros, en cierto modo, si todavía no estáis preparados para nacer en estado consciente.
Hacia 1915, el rey de Casi fue operado del abdomen. Fue la primera operación de este tipo que se realizó en el mundo sin anestesia. Estaban presentes tres médicos británicos, que se negaban a realizar la operación sin administrar anestesia, pues decían que era imposible abrir el estómago a una persona durante una hora y media o dos horas para realizar una operación importante sin que el paciente estuviera inconsciente. Era peligroso, pues el paciente podía gritar, moverse, saltar o caerse a causa del dolor insoportable. Podía suceder cualquier cosa. Por ello, los médicos no estaban dispuestos a realizar la operación.
Pero el rey insistió en que no había de qué preocuparse, siempre que él estuviera en estado de meditación, y afirmaba que era capaz de pasar de una hora y media a dos horas en estado de meditación sin dificultad. No estaba dispuesto a tomar anestesia; decía que quería que lo operasen estando consciente. Pero los médicos desconfiaban: creían que era peligroso hacer sufrir tal dolor a una persona consciente. Por fin, como no encontraban otra alternativa, los médicos le pidieron en primer lugar, a modo de experimento, que entrase en estado de meditación. Cuando él estuvo en ese estado, le hicieron un corte en la mano. Él ni siquiera tembló. Sólo dos horas más tarde se quejó de que le dolía la mano. Más tarde, realizaron la operación.
Fue la primera vez en el mundo que unos médicos abrieron el estómago de un paciente durante una hora y media sin administrarle anestesia. Y el rey permaneció plenamente consciente durante toda la operación. Para alcanzar tal estado de conciencia es preciso practicar una meditación profunda. La meditación tiene que ser tan profunda que uno conozca plenamente, sin sombra de duda, que el yo y el cuerpo son independientes. La más mínima identificación con el cuerpo puede ser peligrosa.
La muerte es la mayor operación quirúrgica de todas. Ningún médico ha realizado una operación tan grande. Pues en la muerte existe un mecanismo que trasplanta toda la energía vital, el prana, de un cuerpo físico a otro cuerpo físico. Nadie ha realizado una operación tan espectacular, ni nadie la realizará jamás. Podemos amputar una parte del cuerpo u otra, o trasplantar una parte en otra, pero en el caso de la muerte hay que tomar toda la energía vital de un cuerpo e introducirla en otro.
La naturaleza ha procurado bondadosamente que nos quedemos plenamente inconscientes cuando se produce este fenómeno. Es por nuestro propio bien: quizás no fuésemos capaces de soportar tanto dolor. Es posible que el motivo por el que nos quedamos inconscientes es que el dolor de la muerte es insoportable. Nos interesa quedarnos inconscientes; la naturaleza no nos permite recordar el paso por la muerte.
En todas las vidas repetimos casi los mismos errores que hemos repetido en nuestras vidas anteriores. Si fuésemos capaces de recordar lo que hicimos en las vidas anteriores, quizás no tropezaríamos con las mismas piedras. Y si fuésemos capaces de recordar lo que hicimos en nuestras vidas anteriores, ya no seríamos como somos ahora. Es imposible que siguiésemos siendo los mismos, pues hemos amontonado riquezas una y otra vez y en todas las ocasiones la muerte ha despojado de sentido a esas riquezas. Si fuéramos capaces de recordarlo, quizás no llevaríamos dentro la misma manía por el dinero que hemos llevado hasta ahora. Nos hemos enamorado mil veces, y hemos visto una y otra vez que, a la larga, no tenía sentido. Si fuéramos capaces de recordarlo, desaparecería nuestra manía de enamorarnos y de procurar que se enamoren de nosotros. Hemos sido miles y miles de veces ambiciosos, egoístas; hemos alcanzado el éxito, el alto nivel social, y al final todo ha resultado inútil, todo ha quedado reducido a polvo. Si fuéramos capaces de recordarlo, es posible que nuestra ambición perdiera fuerza, y entonces no seríamos los mismos que somos ahora.
Como no recordamos nuestras vidas anteriores, seguimos moviéndonos casi por un mismo círculo. El hombre no se da cuenta de que ya ha recorrido el mismo círculo muchas veces ni de que lo está volviendo a recorrer con la misma esperanza que lo ha impulsado antes. Después, la muerte frustra todas las esperanzas y vuelve a comenzar el círculo. El hombre se mueve en círculo, como el buey en una noria.
Podemos salvarnos de este daño, pero necesitamos un gran nivel de conciencia y debemos experimentar continuamente. No podemos ponernos a esperar la muerte directamente, porque no es posible hacernos conscientes de pronto, en el transcurso de una operación tan importante, de un trauma tan grande. Tendremos que hacer experimentos poco a poco, con desgracias pequeñas, para descubrir cómo podemos ser conscientes mientras las pasamos.
Por ejemplo, tenemos un dolor de cabeza. Al mismo tiempo nos volvemos conscientes y empezamos a sentir que tenemos un dolor de cabeza, no que la cabeza tiene un dolor. De modo que tendremos que experimentar con el pequeño dolor de cabeza y tendremos que aprender a sentir que “el dolor está en la cabeza y yo soy consciente de él”.
Cuando el Swami Ram visitó América, a la gente le costaba mucho entenderlo al principio. Cuando el presidente de los Estados Unidos le hizo una visita, también se sintió confuso. Preguntó: “¿Qué lengua es ésa?”; porque Ram solía hablar en tercera persona. No decía “Tengo hambre”, sino que decía: “Ram tiene hambre.” No decía: “Me duele la cabeza”, sino “A Ram le duele mucho la cabeza.”
Al principio, a la gente le costaba mucho entenderlo. Por ejemplo, una vez dijo: “Anoche, Ram se estaba helando.” Cuando le preguntaron de quién hablaba, respondió que hablaba de Ram. Cuando le preguntaron: “¿De qué Ram?”, dijo, señalándose a sí mismo: “De éste Ram: el pobre se estaba helando de frío anoche. Nos reíamos y le preguntábamos: “¿Cómo va el frío, Ram?”
Decía: “Ram estaba paseando por la calle y algunas personas se pusieron a insultarlo. Nos reímos a carcajadas y dijimos: “¿Qué te parecen los insultos, Ram? Si buscas honra, es fácil que te encuentres con insultos”. Cuando le preguntaban: “¿De quién habla? ¿Quién es ese Ram?”, se señalaba a sí mismo.
Tendréis que empezar por hacer experimentos con desgracias de tipo menor. Os las encontraréis todos los días de la vida; están presentes todos los días. No sólo las desgracias: tendréis que incluir también la felicidad en el experimento, porque es más difícil ser conscientes en la felicidad que en la desgracia. No es tan difícil conocer que nuestra cabeza y el dolor que hay en ella son dos cosas independientes, pero es más difícil conocer que ”el cuerpo es independiente, y la alegría de estar sano también es independiente de mí; yo tampoco soy eso”. Es difícil mantener este distanciamiento cuando estamos sanos, pues en los momentos de felicidad nos gusta estar próximos a ésta. En los momentos de desgracia es evidente que nos gusta sentirnos independientes, apartados de ella. Si llegase a quedar claro que el dolor es independiente de nosotros, querríamos que siguiera así para estar liberados del dolor.
Tendréis que experimentar el modo de manteneros conscientes tanto en la desgracia como en la felicidad. El que realiza tales experimentos suele provocarse desgracias para vivirlas. Éste es, en esencia, el secreto de todo ascetismo: es un experimento en el cual se sufre un dolor voluntario. Por ejemplo, una persona realiza un ayuno. A base de pasar hambre, intenta descubrir el efecto del hambre sobre su conciencia. En general, la persona que realiza un ayuno no tiene la menor idea de lo que hace: lo único que sabe es que tiene hambre, y espera con avidez su comida del día siguiente.
El propósito fundamental del ayuno es sentir que “el hambre está aquí, pero está lejos de mí. El cuerpo tiene hambre, yo no.” Así pues, induciendo voluntariamente el hambre, uno intenta saber, desde dentro, si el hambre está allí. “Ram tiene hambre; yo no tengo hambre. Sé que el hambre está allí, y éste deberá ser un conocimiento continuado hasta que yo llegue a un punto en que se produzca un distanciamiento entre el hambre y yo, en el que yo ya no tenga hambre: aun dentro del hambre yo ya no tengo hambre. Sólo el cuerpo sigue teniendo hambre, y yo lo sé. Yo ya no soy más que uno que lo sabe.” Entonces, el significado del ayuno se vuelve muy profundo; por tanto, ya no significa simplemente pasar hambre.
Normalmente, el que emprende un ayuno se repite las veinticuatro horas del día que tiene hambre, que no ha comido nada aquel día. Su mente no deja de albergar fantasías y planes sobre lo que comerá al día siguiente. Los ayunos de este tipo no tienen sentido. Por consiguiente, no son más que abstenerse de comer. La diferencia entre abstenerse de comer y practicar el ayuno, el upavas, es la siguiente: el ayuno significa residir cada vez más cerca. ¿Más cerca de qué? Significa acercarse al yo produciendo un distanciamiento del cuerpo.
La palabra “upavas” no significa abstenerse de comer. “Upavas” significa residir cada vez más cerca. ¿Más cerca de qué? Significa residir más cerca del yo, residir más cerca del yo y más lejos del cuerpo. También es posible que una persona coma pero se mantenga en el estado de ayuno. Si, mientras come, sabe dentro de sí que el acto de comer tiene lugar en otra parte y que la conciencia es totalmente independiente del acto, entonces es upavas. Y también es posible que una persona no esté ayunando de verdad. Aunque se haya privado de la comida; pues puede suceder que esté demasiado consciente de tener hambre, que se esté muriendo de hambre. Upavas es una conciencia psicológica de la separación del yo y el estado físico del hambre.
También se pueden provocar voluntariamente otros dolores similares, pero la provocación de estos dolores es un experimento muy profundo. Un hombre puede tumbarse sobre un lecho de espinos sólo para sentir que los espinos sólo pinchan el cuerpo, y no su yo. Así, es posible provocar una desgracia para sentir la disociación de la conciencia con respecto al plano físico.
Pero en el mundo ya aparecen bastantes desgracias sin que las provoquemos: no hace falta que provoquemos ninguna más. Ya disponemos de muchas desgracias: debemos empezar a experimentar con ellas. Las desgracias aparecen sin ser provocadas, en todo caso. Si podemos mantener la conciencia de que “soy independiente de mi dolor” durante la desgracia que viene sin ser provocada, entonces el sufrimiento se convierte en un sadhana, en una disciplina espiritual.
Tendremos que seguir practicando este sadhana aun con la felicidad que se ha presentado por sí misma. Con el sufrimiento, es posible que consigamos engañarnos a nosotros mismos, porque nos gustaría creer que “yo no soy el dolor”. Peri, por lo que respecta a la felicidad, el hombre quiere identificarse con ella, porque ya cree que “soy feliz”. Por eso, el sadhana es más difícil todavía de practicar con la felicidad.
En realidad, nada es más difícil que sentir que somos independientes de nuestra felicidad. En la práctica, al hombre le gusta sumergirse por completo en la felicidad y olvidarse que es independiente de ella. La felicidad nos inunda; la desgracia nos desconecta y nos separa del yo. Llegamos a creer, de algún modo, que nuestra identificación con el sufrimiento se debe únicamente a que no nos queda ninguna otra elección, pero damos la bienvenida a la felicidad con todo nuestro ser.
Sed conscientes en el dolor que os llegue; sed conscientes en la realidad que os llegue; y, de vez en cuando, a modo de experimento, sed conscientes también en el dolor provocado, porque en él las cosas son un poco diferentes. Nunca podemos identificarnos plenamente con nada que nos provoquemos voluntariamente. El conocimiento mismo de que es algo provocado genera un distanciamiento. El huésped que se presenta en vuestra casa no es de la casa: es un huésped. Del mismo modo, cuando provocamos el sufrimiento como huésped, ya es algo que está distanciado de nosotros.
Caminando descalzos, y el dolor nos clava una espina en el pie. Es un accidente, y el dolor será abrumador. Este accidente desgraciado es diferente del que se produce cuando tomamos voluntariamente una espina y nos la clavamos en el pie, sabiendo en cada momento que nos estamos atravesando el pie con la espina y que estamos observando el dolor. No os digo que hagáis tal cosa, que os torturéis a vosotros mismos: ya existen bastantes sufrimientos. Lo que quiero decir es lo siguiente: en primer lugar, estad atentos, tanto en el sufrimiento como en la felicidad; más tarde, algún día, provocaos alguna desgracia y ved cuanto podéis distanciar de ella vuestra conciencia.
Recordadlo: el experimento de provocar la desgracia es muy significativo, porque todo el mundo quiere provocar la felicidad, pero nadie quiere provocar la desgracia. Y lo interesante es que la desgracia que no deseamos viene por sí misma, y que la felicidad que buscamos no llega nunca. Aun cuando llega por casualidad, se queda fuera de nuestra puerta. La felicidad a la que llamamos no llega nunca, mientras que la felicidad que no pedimos nunca entra en casa por sí sola. Cuando una persona hace acopio de la fuerza suficiente para provocarse la desgracia, eso quiere decir que es tan feliz que puede provocarse una desgracia. Es tan bienaventurado que no le resulta difícil provocarse una desgracia. Ahora puede pedir a la desgracia que venga y que se quede.
Pero éste no es un experimento muy profundo. Mientras no estemos preparados para emprender tal experimento, debemos intentar ser conscientes de todo sufrimiento que nos llegue por sí mismo. Si nos hacemos más y más conscientes cada vez que nos crucemos con la desgracia, haremos acopio de la capacidad suficiente para mantenernos conscientes incluso cuando nos llegue la muerte. En ese momento la naturaleza nos permitirá que permanezcamos despiertos también en la muerte. La naturaleza sabe que si el hombre es capaz de permanecer consciente en el dolor, también puede mantenerse consciente en la muerte. Nadie es capaz de mantenerse consciente en la muerte sin preparación, sin haber vivido una experiencia previa de ese tipo.
Hace algunos años murió un hombre llamado P.D. Ouspensky. Era un gran matemático ruso. Es la única persona que ha realizado en este siglo una amplia serie de experimentos relacionados con la muerte. Tres meses antes de morir cayó gravemente enfermo. Los médicos le recomendaron que guardase cama, pero, a pesar de ello, realizó un trabajo tan increíble que resulta inimaginable. No dormía por las noches, viajaba, caminaba, corría, siempre estaba moviéndose. Los médicos estaban escandalizados: le decían que necesitaba descanso absoluto. Ouspensky reunió a su lado a todos sus amigos íntimos, pero no les dijo nada.
Los amigos que convivieron con él en sus tres últimos meses de vida, dijeron más tarde que habían visto por primera vez, ante sus propios ojos, a un hombre que aceptaba la muerte en estado consciente. Le preguntaron por qué no seguía los consejos de los médicos. Ouspensky respondió: “Quiero conocer el dolor de todo tipo, no sea que el dolor de la muerte sea tan grande que me deje inconsciente. Quiero pasar por todos los dolores antes de la muerte, para adquirir una resistencia que me permita estar completamente consciente cuando llegue la muerte.” De modo que, durante tres meses, realizó un esfuerzo ejemplar por pasar todo tipo de dolores.
Sus amigos han dejado escrito que cuando los más sanos y fuertes se cansaban, Ouspensky seguía en actividad. Los médicos insistían en que necesitaba reposo absoluto, pues de lo contrario podía sufrir grandes daños, pero él no hacía caso. La noche en que murió Ouspensky, no dejaba de pasearse por su habitación. Los médicos que lo examinaron anunciaron que sus piernas ya no tenían la fuerza necesaria para andar; pero él siguió caminando toda la noche.
Decía: “Quiero morir caminando, pues si muero sentado puedo quedarme inconsciente, o si muero dormido puedo quedarme inconsciente.” Mientras caminaba, decía a sus amigos: “Un poco más: diez pasos más, y todo habrá terminado. Me estoy hundiendo, pero seguiré caminando hasta que haya dado mi último paso. Quiero seguir haciendo algo hasta el final; de lo contrario, la muerte podrá encontrarme desprevenido. Podría relajarle y quedarme dormido, y no quiero que me pase esto en el momento de la muerte.”
Ouspensky murió mientras daba su último paso. Muy pocas personas en el mundo han muerto así, andando. Cayó andando, es decir, que sólo cayó al suelo cuando se produjo su muerte. Mientras daba su último paso, decía: “Esto es: éste es mi último paso. Ahora estoy a punto de caer. Pero antes de marcharme quiero deciros que he soltado mi cuerpo hace mucho tiempo. Ahora veréis la liberación de mi cuerpo, pero yo he visto hace mucho tiempo que el cuerpo ha caído y yo sigo existiendo. Ahora sólo caerá el cuerpo: yo no puedo caer de ninguna manera.”
En el momento de su muerte, sus amigos vieron una especie de luz en sus ojos. Se hizo visible una paz, una alegría y un resplandor que se dejan ver cuando alguien está en el umbral del otro mundo. Pero uno debe prepararse para esto, debe practicar una preparación continua. Cuando una persona se prepara plenamente, la muerte se convierte en una experiencia maravillosa. No existe otro fenómeno tan valioso como éste, pues lo que se revela en el momento de la muerte no se puede conocer de ninguna otra manera. Entonces, la muerte parece una amiga, pues sólo cuando acontece la muerte, y no antes, podemos conocer que somos un organismo vivo.
Recordadlo: cuanto más oscura es la noche, más brillan las estrellas. Cuando las nubes son oscuras, el rayo destaca sobre ellas como un hilo de plata. Del mismo modo, el centro mismo de la vida se manifiesta con toda su gloria cuando la muerte en su plenitud nos rodea por todas partes, y no antes. La muerte nos rodea como la oscuridad, y dentro de ella, el centro mismo de la vida, al que podemos llamar atman, el alma, brilla con su esplendor pleno; la oscuridad que lo rodea lo hace luminoso. Pero en ese momento nos quedamos inconscientes. En el momento mismo de la muerte, que podía ser de otro modo el momento en que conociésemos nuestro ser, nos quedamos inconscientes. Por eso, tendremos que prepararnos para elevar nuestra conciencia. La meditación es esa preparación.
La meditación es un experimento sobre el modo en que uno alcanza una muerte gradual, voluntaria. Es un experimento sobre el modo en que uno se traslada a su interior y abandona después el cuerpo. Si una persona practica la meditación a lo largo de la vida, alcanzará la meditación total en el momento de la muerte.
Cuando se produce la muerte en estado pleno de conciencia, el alma de la persona realiza su nacimiento siguiente en estado pleno de conciencia. Por tanto, el primer día de su nueva vida no es un día de ignorancia, sino de conocimiento pleno. Incluso en el vientre de su madre está plenamente consciente. El que ha muerto en estado de conciencia sólo puede nacer una vez más, porque el que ha conocido lo que es el nacimiento, lo que es la muerte y lo que es la vida, alcanza la libración.
Al que ha nacido en estado de conciencia lo hemos llamado avatara, tirthankara, Buda, Jesús, Krishna. Y lo que distingue a éstos del resto de nosotros es la conciencia. Ellos están despiertos y nosotros estamos dormidos. Por haber nacido conscientemente, éste se convierte en su último viaje sobre la tierra. Tienen algo que nosotros no tenemos; tienen algo que ellos procuran incansablemente traernos a nosotros. La diferencia entre los despiertos y nosotros es, sencillamente, la siguiente: su última muerte y el nacimiento posterior tuvo lugar en un estado de conciencia: por eso viven toda su vida en estado de conciencia.
Las gentes del Tíbet practican un pequeño experimento llamado “el Bardo.” Es un experimento muy valioso que sólo se realiza en el momento de la muerte. Cuando alguien está a punto de morir, sus conocidos se reúnen a su alrededor y le hacen practicar el Bardo. Pero sólo al que ha practicado la meditación durante toda su vida se le puede hacer seguir el Bardo; de lo contrario, es imposible. En el experimento del Bardo, en cuanto muere la persona, se le indica desde el exterior que debe mantenerse plenamente despierta. Se le dice que siga observando lo que pasa a continuación, pues muchas veces pasan en ese estado cosas que la persona que está muriendo no es capaz de comprender. No es fácil entender a primera vista los fenómenos nuevos.
Si una persona es capaz de mantenerse consciente tras la muerte, durante cierto tiempo no sabrá que está muerta. Sólo llegará a saber con seguridad que está muerta cuando los demás se lleven su cadáver y se dispongan a incinerarlo en la pira funeraria; pues, en realidad, nada muere dentro: sólo se produce un distanciamiento. Este distanciamiento no se ha conocido nunca en vida. La experiencia es tan nueva que no es posible comprenderla por una definición convencional. La persona siente, simplemente, que algo se ha separado. Pero ha muerto algo, y eso sólo lo comprende cuando todos los que la rodean se ponen a llorar y a lamentarse, se inclinan sobre su cadáver llenos de dolor y se disponen a llevarse el cadáver para incinerarlo.
Si incineramos el cadáver tan pronto, es por un motivo. Quemamos o incineramos el cadáver en cuanto podemos para asegurarnos de que el cuerpo está muerto, de que se reduce a cenizas. Pero la persona sólo puede saberlo si ha muerto en estado consciente; la persona que muere en estado inconsciente no puede saberlo. Así pues, para que la persona que practica el Bardo vea quemarse su cuerpo, se le indica: “Mira bien cómo arde tu cuerpo. No huyas ni te apartes apresuradamente. Cuando la gente se lleve tu cuerpo para incinerarlo, no dejes de acompañarlos y de estar allí presente. Contempla con perfecta atención la cremación de tu cuerpo, para que la próxima vez no te apegues al cuerpo físico.”
Cuando vemos que algo se quema y se reduce a cenizas, nuestro apego hacia ello desaparece. Naturalmente, los demás verán la cremación de vuestro cuerpo, pero si vosotros la veis también, perderéis todo apego hacia él. Normalmente, en novecientos noventa y nueve casos de cada mil, la persona está inconsciente en el momento de la muerte: no tiene ningún conocimiento de ella. En el caso restante, de cada mil en el que está consciente, evita ver cómo se quema su cuerpo; huye del lugar de la cremación. Por eso, en el Bardo se le dice: “Mira: no te pierdas la oportunidad. Observa la cremación de tu cuerpo; contémplala de una vez por todas. Mira cómo se destruye por completo aquello con lo que has estado identificado tu yo. Mira cómo se reduce completamente a cenizas, para que en tu próximo nacimiento recuerdes quién eres.”
En cuanto la persona muere, entra en un mundo nuevo del que no sabemos nada. Ese mundo puede parecernos temible y terrorífico porque no es semejante ni distinto de ninguna de nuestras vivencias. En realidad, no tiene relación alguna con la vida en la Tierra. Enfrentarse a este mundo nuevo es más temible que lo que tendría que pasar un hombre que se encontrase en un país desconocido, donde no conociera a nadie, ni entendiera la lengua ni las costumbres. Evidentemente, se sentirá muy perturbado y confuso.
El mundo en el que vivimos es un mundo de cuerpos físicos. Cuando dejamos este mundo comienza el mundo incorpóreo, un mundo que no hemos conocido nunca. Y este mundo puede darnos miedo, porque es diferente de cualquiera de nuestras vivencias. En nuestro mundo, por extraño que sea el lugar donde estemos, por diferentes que sean de nosotros los habitantes y sus modos de vida, siempre existirá un vínculo entre ellos y nosotros: es un mundo de seres humanos. Entrar en el mundo de los espíritus incorpóreos puede ser una experiencia increíblemente terrorífica.
Normalmente, la pasamos en un estado inconsciente, por lo cual no la advertimos. Pero el que pasa por ella en estado consciente sufre grandes dificultades. Por eso, en el Bardo se intenta explicar a la persona qué tipo de mundo será, qué pasará allí, con qué seres se encontrará. Sólo los que han practicado la meditación profunda pueden ser guiados a lo largo de este experimento; de otro modo, es imposible.
Últimamente he tenido frecuentemente la impresión de que podemos realizar el experimento del Bardo, en una manera u otra, con nuestros amigos que practican la meditación. Pero esto sólo es posible cuando han entrado en la meditación profunda; de lo contrario, ni siquiera serían capaces de oír lo que se les dice. No serían capaces de oír lo que se les dice en el momento de la muerte, ni de seguir lo que se les explica. Para seguir lo que se dice se necesita una mente muy silenciosa y muy vacía. Cuando la conciencia empieza a desvanecerse y a desaparecer, y cuando empiezan a desatarse todos los vínculos terrenales, sólo una mente muy silenciosa es capaz de oír los mensajes que se transmiten desde este mundo; si no es muy silenciosa, no será capaz de oírlos.
Recordarlo: esto sólo se puede hacer con respecto a la muerte; nada puede hacerse con respecto al nacimiento. Pero cualquier cosa que hagamos con respecto a la muerte afectará también, en consecuencia, a nuestro nacimiento. Nacemos en el mismo estado en que morimos.
El que ha despertado elige libremente un vientre. Esto demuestra que nunca elige nada ciega e inconscientemente. Elige a sus padres, del mismo modo que el hombre rico elige la casa donde vive. El pobre no puede elegir casa a su gusto. Necesitamos de cierta capacidad para poder elegir. Necesitamos de cierta capacidad para comprar una casa. El pobre nunca elige su casa. Podríamos decir; en realidad, que la casa elige al pobre: una casa pobre elige a un inquilino pobre. El millonario decide dónde quiere residir, cómo ha de ser el jardín, dónde han de estar situadas las puertas las ventanas, si la luz del sol ha de entrar por el este o por el oeste, cómo debe estar dispuesta la ventilación, qué amplitud ha de tener la casa… lo decide todo.
El que ha despertado elige un vientre para sí mismo: ésa es su decisión. Los personajes como Mahavira o Buda no nacen en cualquier parte ni en cualquier momento. Nacen después de considerar todas las posibilidades: cómo será el cuerpo y qué padres lo concebirán; cómo será la energía y qué poder tendrá ésta; de qué facilidades dispondrá. Nacen después de estudiar todo esto. Tienen claro lo que han de elegir, dónde deben ir. Desde el día en que nacen viven la vida que han elegido.
La alegría de vivir una vida elegida por uno mismo es completamente diferente, pues la libertad comienza por tener una vida elegida por nosotros mismos. No puede haber una alegría del mismo tipo en una vida que se nos entrega, pues entonces se convierte en servidumbre. En estos casos, simplemente somos empujados a la vida, y entonces lo que suceda, sucede: la persona no influye para nada al respecto.
Si se hace posible tal despertar, entonces se puede hacer, decididamente, esa elección. Si el nacimiento mismo sucede por elección nuestra, entonces podemos vivir el resto de nuestras vidas a nuestra elección. Así pues, podemos vivir como un jivan-mukta. El que muere en estado despierto nace en estado despierto, y entonces vive su vida en estado de liberación.
Oímos con frecuencia la palabra “jivan-mukta”, aunque quizás no sepamos lo que quiere decir: “Jivan-mukta” es el que nace en estado despierto: sólo esa persona puede ser un jivan-mukta. La persona que no lo es puede trabajar toda su vida por conseguir la liberación, pero sólo puede alcanzar la liberación en su vida siguiente: no será libre en esta vida. Para ser jivan-mukta en esta vida, la persona debe disponer de la libertad de elegir desde el día mismo de su nacimiento. Y esto sólo es posible cuando la persona ha alcanzado la conciencia plena en el momento de la muerte al final de su vida anterior.

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De: The_dark_crow_v301 Enviado: 20/03/2006 16:18
Pero esto no es lo que nos ocupa de momento. La vida está aquí; todavía no ha llegado la muerte, de momento. Ha de llegar con seguridad: nada es más seguro que la muerte. Podemos dudar de otras cosas, pero no cabe duda alguna con respecto a la muerte. Algunas personas dudan de Dios; otras dudan del alma, pero jamás habréis conocido a nadie que dude de la muerte. Es inevitable; ha de venir con toda seguridad; ya está en camino. Se aproxima más y más a cada instante. Podemos aprovechar los momentos que nos quedan antes de la muerte para despertar. La meditación es una técnica que conduce a ese fin. En estos tres días intentaré ayudaros a comprender que la meditación es la técnica que conduce a ese mismo despertar.

Un amigo ha preguntado: ¿Qué relación hay entre la meditación y el jati-smaran, el recuerdo de las vidas anteriores?

“J
ATI-SMARAN” SIGNIFICA: “El método para recordar las vidas anteriores.” Es una manera de recordar nuestras existencias pasadas. Es una forma de meditación. Es una aplicación concreta de la meditación. Por ejemplo, alguien podría preguntarnos: “¿En qué se diferencia un río de un canal?” Le responderíamos que el canal es una aplicación concreta del río: bien planeado, controlado y sistematizado. El río es caótico, incontrolado. También llegará a alguna parte, pero su destino es incierto. El destino del canal está garantizado.
La meditación es como un río grande; llegará al mar; es seguro que ha de llegar al mar. La meditación con toda seguridad os llevará hasta Dios. Pero también existen otras aplicaciones intermedias de la meditación. Estas aplicaciones intermedias pueden llevarse, como pequeños afluentes, a los canales de la meditación. El jati-smaran es uno de estos métodos auxiliares de meditación. También podemos canalizar el poder de la meditación hacia nuestras vidas anteriores; la meditación no es más que centrar la atención. Pueden existir aplicaciones en las que uno centra su atención sobre un objeto dado, y una de estas aplicaciones es el jati-smaran: centrarse en los recuerdos, en estado latente, de las vidas anteriores.
Recordadlo: los recuerdos no se borran jamás; un recuerdo siempre se queda en estado latente, o sale a la luz. Pero el recuerdo en estado latente parece borrado. Si yo os pregunto qué hicisteis el 1° de enero del año 1950, no seréis capaces de responderme. Eso no quiere decir que no hayáis hecho nada en ese día. Pero, de pronto, el día primero de enero de 1950 parece un vacío total. No pudo estar vacío: estuvo lleno de actividad. Pero hoy parece un vacío. Del mismo modo, el día de hoy se convertirá también en un vacío mañana. Dentro de diez años no quedará ningún rastro del día de hoy.
Así pues, no es que el día primero de enero de 1950 no haya existido, ni que vosotros no existierais aquel día: lo que quiero dar a entender es que, dado que sois incapaces de recordar aquel día, ¿cómo podéis creer que existió verdaderamente? Pero sí existió, y hay una manera de saberlo. La meditación también puede centrarse en esa dirección. Descubriréis con sorpresa que en cuanto la luz de la meditación recaiga sobre ese día, éste os parecerá más vivo que nunca.
Imaginad, por ejemplo, que una persona está en un cuarto oscuro dirigiendo de un lado a otro la luz de un foco. Cuando dirige la luz hacia la izquierda, la parte derecha se queda a oscuras, pero no desaparece nada a la derecha. Cuando dirige la luz hacia la derecha, la parte derecha cobra vida de nuevo, pero la parte izquierda queda oculta en la oscuridad.
La meditación tiene un centro de enfoque, y si queremos canalizarla en una dirección concreta debemos utilizarla como un foco. Pero si queremos dirigir la meditación hacia lo divino, entonces debemos aplicar la meditación como una lámpara. Procurad entender bien esto.
La lámpara no tiene centro de enfoque propio: no está enfocada. La lámpara se limita a arrojar una luz que se difunde a su alrededor. A la lámpara no le interesa iluminar en una dirección o en otra: todo lo que caiga dentro del radio de su luz se ilumina. Pero un foco es como una lámpara enfocada.
Con el foco disponemos de toda la luz para dirigirla en una dirección determinada. Así pues, es posible que con una lámpara los objetos se hagan visibles pero difusos, y que para verlos claramente tengamos que concentrar toda la luz en un solo punto; se convierte en un foco. Entonces el objeto se vuelve claramente visible, pero los demás objetos se pierden de vista. En la práctica, si una persona quiere ver claramente un objeto, tendrá que enfocar su meditación total en una sola dirección y dejar a oscuras el resto.
El que quiera conocer directamente la verdad de la vida desarrollará su meditación como una lámpara: ése será su propósito único. Y, en realidad, el único propósito de la lámpara es verse a uno mismo; basta con que brille lo bastante para esto, y no hace falta nada más. Pero si debemos dar una aplicación especial a la lámpara, tal como recordar las vidas pasadas, entonces será preciso canalizar la meditación en una dirección determinada.
Voy a compartir con vosotros dos o tres indicaciones sobre el modo de canalizar la meditación en esa dirección. No os daré todas las indicaciones porque lo más probable es que a muy pocos de vosotros os interese aplicarlas, y si a alguno le interesa puede hablar personalmente conmigo. Citaré, pues, dos o tres indicaciones que en realidad no os permitirán experimentar con el recuerdo de las vidas anteriores, pero que os darán ciertas nociones. No lo expondré todo porque no es recomendable para todos experimentar con esta idea. Por otra parte, este experimento puede poneros en peligro en muchos casos.
Voy a contaros un incidente para que os quede claro lo que os digo. Una profesora estuvo practicando la meditación conmigo durante dos o tres años. Ella insistía mucho en experimentar con el jati-smaran, en conocer su vida anterior. Yo la ayudé a realizar el experimento; pero también le advertí de que sería mejor que no lo realizase hasta que no hubiera desarrollado plenamente su meditación, de lo contrario podía ser peligroso.
Los recuerdos de una sola vida ya son difíciles de soportar por sí solos. Si los recuerdos de las tres o cuatro vidas anteriores salvan la barrera e inundan a la persona, ésta puede volverse loca. Por eso, la naturaleza ha dispuesto las cosas de tal manera que siempre olvidamos el pasado. La naturaleza nos ha provisto de la capacidad de olvidar más de lo que recordamos, para que nuestra mente no tenga una carga mayor de la que puede soportar. La carga mayor sólo se puede soportar cuando ha aumentado la capacidad de nuestra mente, y si el peso de estos recuerdos recae sobre nosotros antes de haber aumentado esta capacidad, entonces empiezan los problemas. Pero ella insistía. No tenía en cuenta mis consejos y emprendió el experimento.
Cuando la invadió por fin la inundación de los recuerdos de su vida anterior, vino corriendo a verme hacia las dos de la madrugada. Estaba hecha un lío; estaba muy angustiada. Me dijo: “Esto tiene que parar de alguna manera. No quiero ver nunca ese aspecto de las cosas.” Pero no es tan fácil detener la marea de los recuerdos cuando se ha desbordado. En muy difícil cerrar la puerta cuando la han tirado abajo: la puerta no sólo se abre, sino que se rompe. Aquello duró unos quince días: sólo al cabo de ese tiempo cesó la oleada de recuerdos. ¿Cuál era el problema?
Aquella señora solía afirmar que era muy piadosa, que era una mujer de virtud impecable. Cuando se encontró con el recuerdo de su vida anterior, en la que había sido una prostituta, y cuando empezaron a salir a la luz las escenas de su prostitución, todo su ser se estremeció. Toda su moralidad sobre su vida presente se trastornó.
En las revelaciones de este tipo, no es como si las visiones pertenecieran a otro: la misma mujer que pasaba por casta se veía a sí misma como una prostituta. Suele suceder que las personas que se han prostituido en una vida anterior se vuelven profundamente virtuosas en la vida siguiente: es una reacción ante el sufrimiento de la vida anterior. Es el recuerdo del dolor y del daño de la vida anterior lo que la convierte en una mujer muy casta.
Suele suceder que las personas que fueron pecadoras en vidas anteriores se vuelven religiosas en esta vida. Por eso, existe una relación bastante profunda entre los pecadores y los religiosos. Suele producirse una reacción de este tipo, y ello se debe a que lo que llegamos a conocer nos hace daño y, por ello, nos pasamos al extremo opuesto.
El péndulo de nuestra mente no deja de moverse hacia el lado opuesto. En cuanto el péndulo llega a la izquierda oscila de nuevo hacia la derecha. Apenas ha tocado la derecha cuando vuelve a oscilar hacia la izquierda. Cuando veáis que el péndulo de un reloj se mueve hacia la izquierda, no dudéis de que está acopiando la energía suficiente para volver a dirigirse hacia la derecha: llegará a desplazarse hacia la derecha tanto como se desplazó hacia la izquierda. Del mismo modo suele suceder en la vida: la persona virtuosa se convierte en pecadora, y el pecador se vuelve virtuoso.
Esto es muy corriente: estás oscilaciones se producen en las vidas de todos. No creáis que es regla general que el que ha llegado a la santidad en esta vida ha debido de ser también un santo en su vida anterior. No necesariamente es así. Lo que se cumple necesariamente es exactamente lo contrario: está cargado del dolor de lo que tuvo que pasar en su vida anterior y ha girado en el sentido opuesto.
He oído contar lo siguiente:

U
NA VEZ VIVÍA UN RELIGIOSO ante la casa de una prostituta. Ambos murieron el mismo día. Pero el alma de la prostituta había de subir al cielo, y la del religioso había de bajar al infierno. Los emisarios que habían llegado para llevárselos estaban muy desconcertados. No dejaban de preguntarse: “¿Qué ha pasado? ¿Es un error? ¿Por qué debemos llevar al religioso al infierno? ¿No era un religioso?
El más sabio de ellos dijo: “Era un religioso, en efecto, pero envidiaba a la prostituta. Siempre pensaba en las fiestas que organizaba en su casa y en los placeres que se disfrutaban allí. Las notas de la música que llegaban hasta su casa lo afectaban en lo más hondo. Ningún admirador de la prostituta que la contemplase sentado ante ella se conmovía tanto como él, que escuchaba los sonidos que salían de la casa de ella, las notas de los cascabeles que ella se ponía en los tobillos para bailar. Toda su atención estaba centrada en aquel lugar. Aun cuando adoraba a Dios, tenía atentos los oídos a los sonidos que salían de casa de ella.
“¿Y la prostituta? Mientras languidecía en el pozo de la desgracia, siempre se preguntaba por las bienaventuranzas desconocidas en que vivía el religioso. Cuando lo veía cargado de flores para el culto de la mañana, ella se preguntaba: “¿Cuándo seré digna de llevar flores para el culto del templo? Soy tan impura que apenas tengo valor para entrar siquiera en el templo.” El humo del incienso, el brillo de las lámparas, los sonidos del culto, arrebataban a la prostituta y la hacían caer en una especie de meditación, de lo que no era capaz el religioso. La prostituta siempre soñaba con la vida del religioso, y el religioso siempre anhelaba los placeres de la prostituta.”

El recuerdo de la vida anterior dará la vuelta por completo a nuestra vida actual, porque ya no seréis capaces de vivir como vivisteis en vuestra vida anterior. En vuestra vida anterior tenías la opinión (e incluso ahora persiste esa opinión) de que el éxito y la felicidad grande se conseguían a base de labrar una fortuna. Lo que veréis primero en vuestra vida anterior será vuestro estado de infelicidad, antes de que veáis cómo ganasteis esa fortuna. Así veréis claramente que el hecho de ganar una fortuna, en lugar de ser una fuente de felicidad, os condujo en realidad a la infelicidad; y veréis que la amistad os condujo a la enemistad; que lo que tomabais por amor se convirtió en odio, y que lo que creías que era una unión se convirtió en separación. Entonces veréis por primera vez las cosas en su perspectiva correcta, con su trascendencia completa. Y estas consecuencias cambiarán vuestra vida, cambiarán por completo el modo en que vivís ahora. Será una situación completamente diferente.

H
E OÍDO CONTAR QUE UN HOMBRE fue a visitar a un monje y le dijo:
-Le agradecería mucho que me aceptase como discípulo.
El monje se negó. El hombre le preguntó por qué no quería tomarlo como discípulo. El monje respondió:
-En mi nacimiento anterior tuve discípulos que se convirtieron más tarde en enemigos míos. Lo he visto todo, y ahora sé que tener discípulos es ganarse enemigo, que hacer amigos es sembrar las simientes de la enemistad. Ahora no quiero ganarme enemigos, para lo cual no tengo ningún amigo. Sé que basta con estar solo. Acercarnos a una persona equivale, en cierto modo, a alejarla de nosotros.

E
L BUDA HA DICHO QUE EL ENCUENTRO con lo que nos agrada produce alegría, y que la despedida de lo que no nos agrada también produce alegría; que la despedida del ser querido que amamos nos produce dolor; y que el encuentro con el ser no querido también nos produce dolor. Así se creía y así se entendía. Pero más tarde llegamos a comprender que aquel al que llamamos el ser querido puede convertirse en el ser no querido, y que aquel al que considerábamos el ser no querido puede convertirse en el ser querido. Así, con la evocación de los recuerdos pasados, las situaciones existentes cambiarán radicalmente; se verán desde un punto de vista completamente diferente.
Estas evocaciones son posibles, aunque no son ni necesarias ni inevitables; y en algunas ocasiones estos recuerdos también pueden aparecer de improviso cuando practicamos la meditación. Si los recuerdos de las vidas pasadas llegan a presentarse de pronto (sin estar practicando ningún experimento; simplemente, en vuestra meditación normal), no os intereséis demasiado por ellos. Limitaos a mirarlos, a ser testigo de ellos; pues, normalmente, la mente es incapaz de soportar de pronto una turbulencia tan grande. Si uno intenta aguantarla, corre el claro peligro de volverse loco.
Una vez me trajeron a una niña que tenía unos once años y que, inesperadamente, había recordado tres de sus vidas anteriores. No había experimentado con nada: pero a veces se producen errores. Éste fue un error por parte de la naturaleza, y no una bendición que ésta otorgase a la niña: de algún modo, la naturaleza se había equivocado en su caso. Es como si alguien tuviera tres ojos o cuatro brazos: es un error. Cuatro brazos serían mucho más débiles que dos brazos; cuatro brazos no podrían funcionar tan bien como dos. El cuerpo con cuatro brazos sería más débil, no más fuerte.
De modo que la niña, de once años, recordaba tres vidas anteriores, y su caso se estudió mucho. En su última vida anterior había vivido a unos ciento treinta kilómetros de donde yo vivo ahora, y en aquella vida había muerto a los sesenta años de edad. Las personas con las que vivió entonces viven ahora en mi ciudad, y ella los reconocía a todos. Entre una multitud de millares de personas fue capaz de reconocer a sus antiguos parientes: a su propio hermano, a sus hijas, a sus nietos, a sus hijas y a sus yernos. Fue capaz de reconocer a sus parientes lejanos y a contar muchas cosas de ellos que ellos mismos habían olvidado.
Su hermano mayor vive todavía. Tiene en la frente la cicatriz de una herida pequeña. Yo pregunté a la niña si sabía algo acerca de aquella cicatriz. La niña se rió y dijo: “Ni siquiera mi hermano lo sabe. Que él te diga cuándo y cómo se hizo aquella herida.” El hermano no era capaz de recordar cuándo se había hecho la herida. Dijo que no tenía la menor idea.
La niña dijo: “El día de su boda, mi hermano se cayó del caballo del cortejo nupcial. Tenía entonces diez años.” Los ancianos del pueblo confirmaron el relato, pues recordaban que, en efecto, el hermano se había caído del caballo. Y el hombre no recordaba aquel suceso. La niña mostró también un tesoro que había enterrado en la casa en la que había vivido en su vida anterior.
En aquella vida anterior había muerto a los sesenta años de edad, y en la vida anterior a aquella había nacido en un pueblo de la región de Assam. En aquella vida había muerto a los siete años. No sabía el nombre del pueblo ni su dirección, pero conocía la lengua de Assam, tal como la podía hablar una niña de siete años. También sabía bailar y cantar como una niña de siete años. Se hicieron muchas pesquisas, pero no fue posible localizar a la que fue su familia en aquella vida.
La niña tiene una experiencia vital de un total de sesenta y siete años, además de sus once años en esta vida. Tiene los ojos de una mujer de sesenta y cinco a setenta y ocho años, aunque en realidad sólo tiene once años. No puede jugar con las niñas de su edad, porque se siente demasiado vieja. Lleva consigo los recuerdos de setenta y ocho años; se ve a sí misma como una mujer de setenta y ocho años. No puede ir a la escuela porque, a pesar de que tiene once años, le parece que el maestro podría ser su hijo. Así pues, aunque su cuerpo sólo tiene once años, su mente y su personalidad son los de una mujer de setenta y ocho años. No es capaz de jugar ni de divertirse como hacen las niñas; sólo le interesan las cosas serias de las que suelen hablar las ancianas. Sufre mucho; está llena de tensión. Su cuerpo y su mente no están en armonía. Se halla en una situación muy triste y dolorosa.
Yo recomendé a sus padres que me trajeran a la niña y que me permitiesen ayudarla a olvidad los recuerdos de sus vidas anteriores. Así como existe un método para recuperar los recuerdos, también existe una manera de olvidarlos. ¡Pero todo aquel asunto encantaba a sus padres! Acudían multitudes a ver a la niña; empezaban a venerarla. A los padres no les interesaba que ella se olvidase del pasado. Les advertí que la niña se volvería loca, pero ellos no hicieron caso. Hoy está al borde de la locura, pues no es capaz de soportar la carga de tantos recuerdos. Otro problema es que no hay manera de casarla. Le resulta difícil pensar en casarse cuando, en realidad, se siente como una anciana de setenta y ocho años. En ella no hay armonía de ninguna clase: su cuerpo es joven, pero su mente es vieja. Es una situación muy difícil.
Pero esto fue un accidente. También vosotros podéis atravesar esta frontera con un experimento. Pero no es necesario viajar en esta dirección, aunque los que lo deseen pueden experimentar. Pero antes de pasar al experimento es esencial que practiquen la meditación profunda para que sus mentes puedan volverse tan silenciosas y tan fuertes que, cuando las inunde la marea de los recuerdos, puedan aceptarlos como simples testigos. Cuando una persona es capaz de presenciar las cosas como un simple testigo, sus vidas anteriores no le parecen más que sueños. Entonces no lo atormentan los recuerdos: no significan para él nada más que los sueños.
Cuando uno consigue evocar las vidas anteriores y le empiezan a parecer como sueños, también su vida actual comienza a parecerle inmediatamente un sueño. Los que han llamado maya a este mundo no lo han hecho simplemente para defender una doctrina filosófica. Detrás de ello se encuentra el jati-smaran, el recuerdo de las vidas anteriores. Para el que ha recordado sus vidas anteriores, todo se ha convertido de pronto en un sueño, en una ilusión. ¿Dónde están sus amigos de las vidas anteriores? ¿Dónde están sus parientes, su mujer y sus hijos, las casas en las que vivió? ¿Dónde está aquel mundo? ¿Dónde está todo lo que le parecía tan real? ¿Dónde están aquellas preocupaciones que le quitaban el sueño? ¿Dónde están aquellos dolores y sufrimientos que le parecían tan insuperables, que llevaba como un peso a las espaldas? Y ¿qué fue de la felicidad que anhelaba? ¿Qué fue de todo aquello por lo que trabajó y por lo que se esforzó? Si sois capaces de recordar vuestra vida anterior, y si vivisteis setenta años, lo que vierais en esos setenta años ¿os parecería un sueño, o una realidad? En verdad, os parecería un sueño que vino y se marchitó.
He oído contar lo siguiente:

U
NA VEZ EL HIJO DE UN REY yacía en su lecho de muerte. Llevaba ocho días en coma: no podían salvarlo, pero la muerte tampoco venía a llevárselo. El rey rezaba pidiendo por su vida, por una parte, pero era consciente, al mismo tiempo, de que todo está lleno de dolor y de sufrimiento y advertía la futilidad de la vida. El rey pasó ocho noches sin dormir, pero en la novena noche, hacia las cuatro de la madrugada, lo venció el sueño y empezó a soñar.
Solemos soñar con las cosas que no hemos conseguido en la vida; por eso, el rey, sentado junto a su único hijo, que se moría, soñó que tenía doce hijos fuertes y hermosos. Se vio como emperador de u gran reino, como rey de toda la Tierra, dueño de palacios grandes y bellos. Y se vio enormemente feliz. Y, mientras soñaba todo eso…
El tiempo transcurre más deprisa en los sueños; el tiempo de los sueños es completamente diferente del tiempo de nuestra vida diaria. En un sueño se puede saltar en un momento un intervalo de muchos años, y cuando nos despertamos nos parece difícil entender cómo hemos cubierto tantos años en un sueño que sólo ha durado unos momentos. En realidad, el tiempo transcurre muy deprisa en los sueños; podemos cubrir muchos años en un momento.
Así pues, mientras el rey soñaba con sus doce hijos y con las lindas esposas de éstos, con sus palacios y con su gran reino, el príncipe enfermo, que tenía doce años, murió. La reina dio un grito, y el sueño del rey quedó interrumpido bruscamente.
El rey se despertó, asustado. La reina, entristecida, le preguntó:
-¿Por qué pareces tan asustado? ¿Por qué no tienes lágrimas en los ojos? ¿Por qué no dices nada?
El rey respondió:
-No, no estoy asustado: estoy confuso. Me enfrento a un gran dilema. Me pregunto a quién debo llorar. ¿Debo llorar a los doce hijos que tenía hace un momento, o a este hijo que acabo de perder? Lo que me inquieta es que no sé quien ha muerto. Y lo más extraño es que, cuando yo estaba con aquellos doce hijos, no sabía nada de este hijo. No estaba en ninguna parte: no había rastro de él, ni de ti. Ahora que he salido del sueño, este palacio está aquí, tú estás aquí, mi hijo está aquí; pero aquellos palacios y aquellos hijos han desaparecido. ¿Qué es lo verdadero? ¿Es verdadero esto, o lo era aquello? No soy capaz de determinarlo.

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De: The_dark_crow_v301 Enviado: 20/03/2006 16:19

S
US INTERESES Y SUS ACTITUDES, tan diferente, tan opuestos entre sí, habían cambiado por completo. Esto suele suceder; y estos hechos siguen ciertas leyes.
Así pues, cuando a aquella profesora le llegó el recuerdo de su vida anterior, le dolió mucho. Le dolió porque le destrozó su amor propio. Lo que supo de su vida anterior la estremeció, y después quería olvidarlo. Yo ya le había advertido de antemano que no debía recordar su vida anterior sin prepararse a fondo.
Como me lo habéis preguntado, os daré algunas nociones básicas para que podáis comprender el significado del jati-smaran. Pero no os servirán para experimentar con ello. Los que quieran experimentar tendrán que estudiarlo por su cuenta.
La primera noción es que el propósito del jati-smaran es, simplemente, conocer la vida anterior de uno; para ello, debemos apartar nuestra mente del futuro. Nuestra mente está orientada al futuro y no al pasado. Normalmente, nuestra mente está centrada en el futuro; se desplaza hacia el futuro. La corriente de nuestros pensamientos está orientada hacia el futuro, y si nuestra mente está orientada hacia el futuro y no hacia el pasado es por el bien de la vida. ¿Por qué preocuparse del pasado? Se fue; se acabó; y lo que nos interesa es lo que ha de venir. Por eso preguntamos constantemente a los astrólogos lo que nos reserva el porvenir. Nos interesa descubrir lo que va a pasar en el futuro. El que quiere recordar el pasado tiene que renunciar, por completo, a todo interés por el futuro. Pues en cuanto el foco de la mente se centra en el futuro, en cuanto la corriente de los pensamientos ha empezado a dirigirse hacia el futuro, ya no es posible hacerla volver hacia el pasado.
Así pues, lo primero que hay que hacer es romper por completo con el futuro durante algunos meses, durante un periodo de tiempo determinado. La persona tiene que decidirse a no pensar en el futuro durante seis meses. Si se le presenta un pensamiento relacionado con el futuro, se limitará a saludarlo y a soltarlo; no se identificará con ninguna idea de futuro ni se dejará llevar por ella. Lo primero es, pues, pensar durante seis meses que no hay futuro y fluir hacia el pasado. Y así, en cuanto se suelta el futuro, la corriente de los pensamientos fluye hacia el pasado.
Para comenzar tenéis que retroceder en esta vida; no es posible regresar en seguida a una vida anterior. Y existen técnicas para retroceder en esta vida. Por ejemplo, como dije antes, no recordáis lo que hicisteis el día 1° de enero de 1950.
Existe una técnica para descubrirlo. Si entráis en la meditación que os he indicado, al cabo de diez minutos (cuando la meditación se haya hecho más profunda, cuando el cuerpo esté relajado, la respiración esté relajada, la mente esté tranquila), entonces dejad que lo único que os quede en la mente sea la pregunta: “¿Qué pasó el 1° de enero de 1950?” Dejad que toda vuestra mente se centre en eso. Si ésa es la única nota que resuena en vuestra mente, al cabo de varios días veréis de pronto que se levanta un telón: aparece el día primero de enero, y empezáis a vivir de nuevo todos y cada uno de los hechos de aquel día, desde la salida del sol hasta la noche. Y veréis el primero de enero con mucho más detalle del que pudisteis ver realmente en aquel día concreto, porque aquel día quizás no estabais tan conscientes. De modo que debéis empezar por hacer experimentos de regresión en esta vida actual.
Es muy fácil hacer regresiones hasta la edad de cinco años; se vuelve muy difícil llegar antes de esta edad. Y, en general, no podemos recordar lo que sucedió antes de los cinco años de edad; es el límite máximo que podemos alcanzar. Algunas personas pueden recordar hasta su tercer año de vida. Pero más allá se vuelve extremadamente difícil: se levanta como una barrera ante la entrada y todo se bloquea. La persona que adquiere la capacidad de evocar será capaz de despertar plenamente el recuerdo de cualquier día a partir de sus cinco años de edad. El recuerdo empieza a revivir por completo.
Después, hay que ponerlo a prueba. Por ejemplo, anotad en un papel los hechos de hoy y guardadlo bajo llave. Os años más tarde, recordad el día; leed la nota y comparad con ella vuestro recuerdo. Descubriréis con asombro que habéis sido capaces de evocar más cosas de las que habías anotado en el papel. Los sucesos volverán a vuestra memoria con toda seguridad.
El Buda ha llamado a esto alaya-vigyan. Hay un rincón de nuestras mentes al que el Buda ha llamado alaya-vigyan. “Alaya-vigyan” significa “el almacén de la conciencia”. Así como nosotros guardamos todos nuestros trastos en el sótano de la casa, existe un almacén de la conciencia donde se recogen los recuerdos. Todo se guarda en él, nacimiento tras nacimiento. Nada se retira nunca de allí, porque el hombre no sabe nunca cuándo puede necesitar esas cosas. El cuerpo físico cambia, pero en nuestra existencia continuada ese almacén sigue existiendo, sigue con nosotros. Nunca sabemos cuándo podemos necesitarlo. Y sea lo que sea lo que hayamos hecho en nuestras vidas, lo que hayamos visto, conocido, vivido, todo ello se almacena allí.
Él que es capaz de recordar hasta la edad de cinco años puede llegar más allá de tal edad: no es demasiado difícil. La naturaleza del experimento será la misma. Más allá de los cinco años hay otra puerta que os conducirá hasta el punto de vuestro nacimiento, hasta el momento en que aparecisteis sobre la Tierra. Entonces nos encontramos con otra dificultad, porque los recuerdos de nuestra estancia en el vientre materno tampoco desaparecen nunca. Podemos introducirnos también en estos recuerdos, llegando hasta el instante de la concepción, hasta el momento en que se unen los genes de la madre y del padre y entra el alma. El hombre sólo puede entrar en sus vidas anteriores después de haber llegado a este punto; no es capaz de entrar en ellas directamente. Debemos realizar todo este viaje de regreso: sólo entonces es posible pasar también a la vida anterior.
Después de haber entrado en la vida anterior, el primer recuerdo que nos llegue será del último suceso que tuvo lugar en aquella vida. Recordad, no obstante, que esto provocará ciertas dificultades y que no tendrá mucho sentido. Es como si proyectamos una película marcha atrás o como si leemos una novela empezando por la última página: nos sentimos perdidos. Nuestra primera entrada en nuestra vida anterior, nos confundirá, porque la secuencia de los hechos estará en orden inverso.
Cuando volváis a vuestra vida anterior, os encontraréis en primer lugar con la muerte; después, con la vejes, con la juventud, con la infancia, y, por último, con el nacimiento. Estará en orden inverso, y en ese orden os resultará muy difícil entender las cosas. Así pues, cuando salga a la luz el recuerdo por primera vez os sentiréis tremendamente inquietos y agitados, porque es difícil entender las cosas; es como si vieseis una película o como si leyeseis una novela al revés. Quizás sólo seáis capaces de desentrañar un hecho después de reordenarlo varias veces. De modo que el mayor esfuerzo que hay que realizar al volver a los recuerdos de nuestra vida anterior es el de ver en orden inverso unos hechos que normalmente transcurren en orden normal. Pero, al fin y al cabo, ¿cuál es el orden normal, y cuál es el inverso? Es simplemente una cuestión de cómo entramos en el mundo y de cómo salimos de él.
Al principio sembramos una semilla, y la flor aparece al final. Pero si observamos este fenómeno al revés vendría en primer lugar la flor, seguida del capullo, de la planta, de las hojas y del brote, y lo último sería la semilla. Como no tenemos un conocimiento previo de este orden inverso, necesitamos mucho tiempo para reordenar coherentemente los recuerdos y para determinar claramente la naturaleza de los hechos. Lo más extraño es que vendrá en primer lugar la muerte, seguida de la vejez y de la enfermedad, y después vendrá la juventud: las cosas sucederán en orden inverso. O bien, si os casasteis y os divorciasteis, cuando repaséis el baúl de los recuerdos veréis en primer lugar el divorcio, seguido del amor y, después, del matrimonio.
Será extremadamente difícil seguir los sucesos de esta manera regresiva, porque normalmente comprendemos las cosas de una manera unidimensional. Nuestras mentes son unidimensionales. Es muy difícil ver las cosas en el orden contrario: no estamos acostumbrados a tal experiencia; estamos acostumbrados a movernos de manera lineal. Haciendo un esfuerzo, no obstante, podemos comprender los sucesos de una vida pasada siguiendo, secuencialmente, el orden inverso. Sin duda, será una experiencia increíble.
Repasar los recuerdos siguiendo este orden inverso será una experiencia sorprendente, porque al ver en primer lugar el divorcio, después el amor y después el matrimonio quedará claro inmediatamente que el divorcio era inevitable: el divorcio era inherente al tipo de amor que se produjo: el divorcio era el único resultado posible del matrimonio que tuvo lugar. Pero en el momento de aquel matrimonio de la vida anterior no teníamos la menor idea de que acabaría en divorcio; y el divorcio fue consecuencia de ese matrimonio. Si viésemos todo esto en su integridad, entonces el enamoramiento de hoy sería algo completamente diferente, porque ahora podríamos ver de antemano el divorcio que tenía aparejado; ahora podríamos ver la enemistad que se avecina, antes incluso de establecer la amistad.

C
UANDO RECORDÉIS VUESTRAS VIDAS anteriores, os resultará difícil determinar si lo que veis en esta vida es verdadero o no. Os daréis cuenta de que ya habéis visto las mismas cosas muchas veces y de que nada ha durado para siempre: todo se ha perdido. Entonces os preguntaréis: “¿Es lo que veo ahora tan verdadero como lo que vi antes? Porque también esto pasará y se desvanecerá, como todos los sueños anteriores.”
Cuando vemos una película, nos parece verdad. Cuando termina la película, tardamos algunos momentos en volver a nuestra realidad, en reconocer que lo que vimos en el cine no era más que una ilusión. En concreto, muchas personas que suelen ser incapaces de manifestar sus sentimientos llegan a llorar cuando ven una película. Se sienten muy aliviadas, porque de lo contrario tendrían que buscar algún otro pretexto para liberar sus sentimientos. Se permiten llorar o reír en el cine. Cuando salimos de ver la película, lo primero que se nos ocurre es lo mucho que nos hemos identificado con lo que sucedía en la pantalla. Si vemos la misma película cada día, la ilusión se desvanece poco a poco. Pero también se nos olvida lo que nos pasó en la última película. Y cuando vamos a ver una película nueva, empezamos de nuevo a creernos lo que pasa en ella.
Si pudiéramos recuperar los recuerdos de nuestras vidas anteriores, nuestra vida actual también empezaría a parecernos un sueño. ¡Cuántas veces han soplado estos vientos! ¡Cuántas veces han pasado estas nubes por el cielo! Aparecieron y desaparecieron, y lo mismo pasará a estas que están aquí: ¡ya están desapareciendo! Si llegamos a darnos

EL ARTE DE NO ENFERMARSE-2202

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original) Enviado: 24/03/2006 6:11
EL ARTE DE NO ENFERMARSE
Dr. Dráuzio Varella

Si no se quiere enfermar; hable de sus sentimientos. Las emociones y sentimientos que están escondidos y reprimidos, terminan en enfermedades como: gastritis, úlcera, dolores lumbares, dolor en la columna. Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera hasta el cáncer. Entonces, vamos a sincerar, confidenciar, compartir nuestra intimidad, nuestros secretos, y nuestros errores. El diálogo, el hablar, la palabra, es un poderoso remedio y una excelente terapia.

Si no se quiere enfermar; tome decisiones. La persona indecisa permanece en duda, en la ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula problemas, preocupaciones, agresiones. La historia humana es hecha de decisiones. Para decidir es preciso saber renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar otros. Las personas indecisas son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y problemas de la piel.

Si no se quiere enfermar; busque soluciones. Las personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren la lamentación, la murmuración, y el pesimismo. Es mejor encender un fósforo que lamentar la oscuridad. Una abeja es pequeña, pero produce lo más dulce que existe. Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.

Si no se quiere enfermar; no viva de apariencias. Quien esconde la realidad, finge, hace poses, quiere siempre dar la impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto, bonachón, etc., pero está acumulando toneladas de peso. Una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Son personas con mucho barniz y poca raíz. Su destino es la farmacia, el hospital, y el dolor.

Si no se quiere enfermar; acéptese. El rechazo de sí mismo, la ausencia de autoestima, hace que nos volvamos ajenos de nosotros mismos. Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable. Quienes no se aceptan a sí mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, aceptar ser aceptado, aceptar las críticas, es sabiduría, buen sentido y terapia.

Si no se quiere enfermar; confíe. Quien no confía, no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas. Sin confianza, no hay relacionamiento. La desconfianza es falta de fe en sí, en los otros y en Dios.

Si no se quiere enfermar; no viva siempre triste. El bueno humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive. “El buen humor nos salva de las manos del doctor”. La alegría es salud y terapia.

Recuerde que nuestro cuerpo físico es reflejo de nuestra salud mental y emocional por lo que la salud empieza en su cabeza y en su corazón.

Osho nos habla de la envidia.

De: The_dark_crow_v301  (Mensaje original)
Enviado: 25/03/2006 6:02

Osho nos habla de la envidia.

La envidia

Pregunta:
¿Qué es la envidia y por qué duele tanto?

Osho:

Envidiar es comparar. Y hemos sido enseñados a comparar, hemos sido
condicionados para comparar, siempre comparar. Alguien tiene una mejor
casa, alguien tiene un mejor cuerpo, alguien tiene más dinero, alguien tiene
una personalidad carismática. Comparar, sigue comparándote a ti mismo con
todos los que pasan y la envidia aparecerá; es el acondicionamiento de la
comparación por el producto.

Por otra parte, si dejas de comparar, la envidia desaparece, entonces tu
simplemente, sabes que tú eres tú y nadie más y no existe la necesidad. Es
bueno que no te compares con los árboles, si no, vas a sentir mucha envidia—
¿por qué no fuiste verde? ¿Y por qué Dios es duro contigo y no con las
flores? Es mejor que tú no te compares con los pájaros, los ríos, las
montañas porque sufrirás. Sólo te comparas con seres humanos porque has
sido condicionado para compararte con otros seres humanos; no te comparas
con pavos reales o loros. Ahí si que estarías celoso cada vez más: estarías
tan celoso que simplemente no podrías vivir.

La comparación es una actitud muy tonta, pues cada persona es única e
incomparable. Una vez que comprendes eso, la envidia desaparece. Cada ser es
único, incomparable. Tú eres sólo tú: nadie ha sido jamás como tú, y nadie
jamás lo será. Y no necesitas ser como otro.

Dios sólo crea originales; no crea copias.

Un grupo de pollos y gallinas estaba en el patio cuando una pelota de fútbol
voló sobre la cerca y cayó en el centro. Un gallo observó, balanceándose la
estudió y luego dijo “ No me estoy quejando chicas, pero miren el resultado
del trabajo de los vecinos”
En casa de los vecinos, grandes cosas suceden: el pasto es más verde, las
rosas son más rosadas. Todos parecen tan felices –excepto tú. Siempre
comparándote. Y el caso es el mismo con los otros, se están comparando
también. Quizás están pensando que el pasto es más verde en tu
césped –siempre parece más verde a la distancia– que tu esposa es más
bonita, … Tú estás cansado, no puedes entender como te permites a ti
mismo estar atrapado con esta mujer, no sabes como deshacerte de ella— ¡y
el vecino tiene envidia de ti por tener una esposa tan linda! Y tal vez tú
estás celoso de él…

Todos sienten envidia de los demás y por eso creamos un infierno y nos
convertimos en malas personas

Un viejo granjero estaba enojado mirando los daños de la inundación. “Hiram”
gritó el vecino” todos tus cerdos se desbarrancaron por el arroyo”.
“¿ y los cerdos de Thompson?” preguntó el granjero.
“También se fueron”.
“¿y los de Larsen?”
“Sí”.
“¡Mmn! Soltó el granjero, contento “no es tan malo como pensé”

Si en todas partes hay miseria, se siente mejor; si todos están perdiendo,
se siente bien. Si todos están felices y exitosos, hay un dejo de amargura.

Pero ¿por qué la idea de los otros entra en tu cabeza, en primer lugar?
Nuevamente déjenme recordarles que es: porque no dejan que sus propios
juicios fluyan; no dejan que su propia felicidad crezca, no han permitido a
su propio proceder. Por eso se sienten vacíos y miran a todos y cada uno
afuera, porque sólo pueden ver lo de afuera

Tú conoces tu interior y así conoces a los demás; exteriormente, eso genera
envidia. Ellos te conocen exteriormente y saben cuál es su propio interior—
eso genera envidia. Nadie más conoce tu interior. Entonces tú sabes que no
eres nada, que no vales nada. Y los otros, afuera, se ven sonrientes. Sus
miradas pueden ser falsas, pero, ¿cómo sabes que son falsas? Quizá sus
corazones están muy sonrientes. Sabes que tu sonrisa es falsa porque tu
corazón no sonríe del todo, talvez está llorando y sollozando.

Tú conoces tu interior y sólo tú lo conoces, nadie más. Y conoces el
exterior de todo el mundo y en el exterior la gente lo hace bonito. El
exterior son sólo piezas de un espectáculo y es decepcionante.

Hay una antigua historia sufí.

Un hombre estaba muy agobiado con su sufrimiento. El rezaba cada día a Dios
“¿Por qué yo? Todos parecen tan felices, por qué soy el único que sufre.”
Un día fuera de sí por la desesperación, rezó a Dios, “Puedes darme el
sufrimiento de cualquiera y lo aceptaré, pero toma el mío, ya no lo soporto
más”

Esa noche tuvo un hermoso sueño –hermoso y muy revelador. Soñó que Dios se
le aparecía en el cielo y les dijo a todos: “pongan todos sus sufrimientos
dentro del templo” Todos estaban cansados de su sufrimiento. De hecho todos
han rezado alguna vez “Puedo aceptar el sufrimiento de cualquier persona,
pero llévate el mío; esto es demasiado, es insoportable”.

Así, todos juntaron sus sufrimientos en una bolsa y llegaron al templo, se
veían felices; el día había llegado, sus plegarias habían sido escuchadas.
Y este hombre también se apresuró al templo.

Y Dios dijo “pongan sus bolsas en las murallas” y eso hicieron y entonces
Dios declaró. “Ahora puede cada uno escoger tomar cualquier bolsa”.

Y lo más sorprendente fue esto: que el hombre que había rezando siempre
¡corrió hacia su bolsa para que nadie la tomara! Pero él tuvo una sorpresa
porque cada uno tomó su propia bolsa y todos estaban contentos de elegir de
nuevo ¿Qué pasó? Por primera vez cada uno vio las miserias ajenas — ¡sus
sufrimientos eran iguales o más grandes!

El segundo problema era que uno se acostumbra a los sufrimientos propios.
Ahora, elegir los de otro –¿quién sabe que sufrimientos habría en otra
bolsa, por lo menos uno está familiarizado con sus propios sufrimientos, se
ha acostumbrado a ellos –¿para qué elegir uno desconocido?.

Y todos se fueron a casa felices. Nada había cambiado, estaban devolviéndose
con el mismo sufrimiento, pero todos estaban contentos, sonrientes y alegres
porque pudieron llevarse su propia bolsa devuelta.

En la mañana él rezó a Dios y dijo:” Gracias por el sueño, nunca te pediré
eso de nuevo. Lo que sea que me hayas dado, es bueno para mí; por eso me lo
has dado”.

Por los celos están en constante sufrimiento; se han vuelto malvados con los
otros. Y por los celos tú comienzas a ser falso, porque comienzas a
pretender, comienzas a simular cosas que no son, empiezas a pretender cosas
que no puedes, que no son naturales para ti. Llegas a ser más y más
artificial. Imitando a otros, compitiendo con otros ¿qué más puede hacerse?
Si alguien tiene algo que tu no tienes y no tienes la posibilidad natural de
tenerlo, la única forma es tener un sustituto barato.

Escuché que Jim y Nancy Smith tuvieron una gran temporada en Europa este
verano. Es tan bueno cuando una pareja tiene la oportunidad de vivir la
vida. Ellos fueron a todas partes e hicieron todo. Paris, Roma…
nómbralo, ellos lo vieron e hicieron todo.
Pero fue tan molesto cuando al regresar a casa, pasaron por la Aduana, Uds.
saben como los oficiales de Aduana escudriñan las pertenencias. Abrieron
una bolsa y sacaron tres pelucas, ropa íntima de seda, perfume, tintura para
el pelo… realmente molesto. ¡Y era sólo la maleta de Jim!

Sólo mira dentro de tu valija y encontrarás muchas cosas artificiales y
falsas ¿para qué? ¿por qué no puedes ser natural y espontáneo? Por los
celos.

El celoso vive en un infierno. Elimina la comparación y los celos
desaparecerán, la maldad desaparecerá, la falsedad desaparecerá. Pero sólo
los puedes eliminar si empiezas a hacer crecer tus tesoros internos; no hay
otra forma.

Madura, conviértete en un individuo más y más auténtico. Ámate y respétate
de la forma que Dios te hizo e inmediatamente las puertas del cielo se
abrirán para ti. Estuvieron siempre abiertas, simplemente no te habías
fijado.

~ ~ ~

“El odio es un cuchillo con doble hoja ,
que hiere mucho mas al que lo esgrime,
que a aquel por el que se siente el odio”

Recursos del Feng Shui

De:LUNA200620
Enviado: 24/06/2006 16:38

LOS ESPEJOS, LUCES, OBRAS DE ARTE, MAGNIFICOS RECURSOS DEL FENG SHUI

Los espejos, dentro del Feng Shui, se consideran como verdaderas “aspirinas” ya que calman muchos problemas espaciales. Por ejemplo, colocados estratégicamente añaden luz natural a un espacio oscuro, descubren entradas y crean la sensación de más amplitud. Los espejos pueden reflejar la luz y el paisaje exterior dentro de un local que de otra manera estaría mustio. Asimismo, el nivel de iluminación es indispensble para poder armonizar el ambiente: luces claras y brillantes, similares a la luz solar en los sitios como la cocina o dondequiera que trabajamos y leemos.

Luces más suaves y discretas en las salas y locales donde socializamos, más intimas en la recámara. Muchas veces los espejos y las luces cambian totalmente el propósito de un espacio. Un closet grande si se ilumina adecuadamente y se le coloca algún espejo estratégicamente situado y unas plantas se puede convertir en un fantástico estudio.

Analice la forma en que la iluminación afecta su estado de ánimo y según se sienta cambie, la intensidad luminosa y hasta el color de los focos. No olvide que el Feng Shui procede de la naturaleza, y cuando nos armonizamos con el ambiente escuchando nuestra intuición casi siempre obtenemos los mejores resultados. De la misma manera, colocar obras de arte en lugares claves ayuda a establecer el flujo de energía chi necesario para que haya armonía.

Un paisaje natural, una obra de arte, ya bien sea una pintura o escultura puede actuar como una invitación a “entrar” en algún lugar determinado. Inclusive, los conocedores del Feng Shui indican como se debe ir condicionando los cuadros, esculturas, plantas, espejos y luces para lograr que al penetrar a un edificio sigamos las tendencias naturales que nos estimulen a fortalecer el propósito de la visita.

Aproveche estas ideas y trate de aplicarlas en la medida de lo posible… quizás mucho de los problemas que puede estar afrontando se resuelvan simplemente moviendo un mueble, colocando una planta en un lugar clave o pintando la sala de un color diferente.

La presencia de agua en el Feng Shui

De: LUNA200620
Enviado: 29/05/2006 13:24

La presencia de agua es una solución muy importante en Feng Shui, por la energía Chi que provoca. Siempre se trata de que el “chi” o el Aliento del Dragón pueda fluir libremente, para equilibrar el ying y el yang del ambiente.

El agua atrae “chi” y se traduce en ” abundancia, de todo tipo: financiera, amistades, salud, esto solo ocurre si el agua fluye libremente, no si se desperdicia, por eso se dice que una gotera o una perdida de agua supone perdidas financieras.

El agua es un conductor de gran energía, por lo tanto es de gran ayuda para mantener y acrecentar un flujo activo de la energía “chi”.

En la teoría creativa de cinco elementos de Feng Shui, es importante obtener un equilibrio de todos los elementos creativos, el elemento agua se puede ver representado por: fuentes, peceras, imágenes marítimas.

La colocación de objetos con agua depende de muchos factores pero la intención es hacer que active el “chi” en un área que se vera beneficiada del elemento agua, puede ser tanto en el interior como exterior de la casa.

El agua siempre debe estar limpia y fresca.

Si utiliza un acuario o pecera, coloque caracoles y piedras verdaderas dentro de ella, no decoraciones falsas.

Si coloca un elemento de agua cerca de una ventana de manera que le de el sol, este dará más energía al agua.

No importa que tipo de decoración utilice: peceras, fuentes, etc., solo asegúrese que se mantenga limpia y no contaminada para que la energía no se convierta en negativa.
Lo ideal es colocar la decoración de agua en el este o sudeste de la casa, para fomentar la confianza, comunicación, creatividad y nuevos proyectos.

Tips básicos

De: LUNA200620 
Enviado: 29/05/2006 13:23

Elegir una vivienda

– Es recomendable que el nivel de suelo de una casa esté igual al de la calle.
– Es recomendable tener la casa limpia, ordenada, luminosa y una buena circulación de aire fresco
– Evite formas irregulares en el plano de la casa
– Evite aristas, tejados de otras casas, ángulo de dos paredes o una esquina apuntando hacia nuestra vivienda
– Evite caminos o carreteras con tráfico en dirección a la vivienda o lugar de trabajo
– Evite situar la casa en el lado de exterior de una curva. Tiene el mismo efecto nega ti vo que el punto anterior

Puerta de entrada

– Evite aristas, tejados de otras casas, ángulo de dos paredes o una esquina apuntando hacia nosotros
– Evite a caminos o carreteras con tráfico en dirección a la entrada
– Evite color negro, o color oscuro. Es recomendable un color claro.
– Evite columnas, árboles, escaleras, espejos y la puerta del cuarto de baño justo enfrente de la puerta de entrada

Jardines

– Es recomendable tenerlos limpios y arreglados.
– Evite piedras con formas irregulares o raras. Es recomendable decorar con piedras redondas
– Evite jardines pequeños llenos de árboles demasiados grandes

La sala de Cocina

– Evite ubicarla encima de una fosa séptica o desagüe
– Evite ubicarla justo en el centro de la vivienda

La cocina en sí

– Evite ubicarla debajo de una viga, una ventana o calentadores de agua .
– Evite ubicarla enfrente de la puerta de la cocina, la puerta del cuarto de baño, puerta de habitación, heladera, depósito de agua y escaleras.
– Evite ubicarla al lado de cuarto de baño
– Evite ubicarla de espalda cuando estas cocinando

Cuarto de baño

– Evite ubicarla en el centro de la vivienda
– Evite que la puerta del cuarto de baño esté enfrente de la puerta de entrada, de la habitación, o de una mesa de escritorio.

Habitaciones/Dormitorios

– Evite que estén debajo o encima de cuarto de baño
– Evite que estén enfrente de caminos o carreteras con tráfico en dirección a nosotros.
– Evite espejos enfrente de la entrada de habitación
– Evite colores fuertes, oscuros o de la gama roja, y cuadros o dibujos de animales, de imágenes fuerte como cascada, etc.

Cama

– Evite que esté enfrente de la puerta de entrada de la habitación, de espejos, de cuarto de baño, de esquinas de muebles, ángulos de dos paredes, etc.
– Evite que esté debajo de una viga, estantería, etc.
– Evite tener la pared justo al lado derecho de la cama
– Orientada hacia la dirección que la que pueda ver la entrada de la habitación desde la cama

Habitaciones de niños

– Además de lo expuesto anteriormente
– Evite tener la mesa de escritorio enfrente de la puerta de la entrada de habitación
– Evite tener la mesa justo enfrente de una pared
– Es recomendable tener la espalda protegida por la pared cuando se siente a la mesa del escritorio. Es decir, tener la espalda lo más cerca posible a la pared
-Evite tener la pared al lado derecho de la mesa.

Cálculo del número KUA

De:LUNA200620
Enviado: 29/05/2006 13:18

Según la Escuela de la brújula del Feng Shui, cada uno de nosotros tenemos un número correspondiente al año en que nacemos (Kua), y por eso nos corresponde un elemento (madera, tierra, metal, fuego, agua) aunque a veces durante nuestra existencia podemos absorber energías y características de otros elementos.

El elemento que nos corresponde también se identifica por ciertas características de nuestra personalidad.

Con ese número además podremos conocer las direcciones beneficiosas para nosotros, y podemos analizar la influencia de los otros elementos sobre nosotros.

Por lo tanto de acuerdo a nuestro elemento y a la acción de cada uno de ellos veremos como usarlos para nuestro provecho.

Existen algunos software gratuitos en Internet para calcular el número, pero en realidad es un cálculo muy fácil, tomamos los dos úl ti mos dígitos del año de nuestro nacimiento, los sumamos, si el resultado es un número de dos dígitos, lo volvemos a sumar para reducirlo a un digito (ver ejemplo).

Luego si usted es hombre reste el número que te ha dado al 10. El número resultante es tu número Kua, si usted es mujer sume al número que te ha dado un 5. El número resultante es tu número Kua .

Existe una excepción en este caso. Si tu número Kua es el 5, deberás usar el 8.

Ejemplo: Si un hombre nació en 1977, la cuenta será: 7+7=14, 1+4=5, 10 5 =5, su numero Kua será: 5

Ejemplo: Si una mujer nació en 1973, la cuenta será: 7+3=10, 1 + 5=6, su numero Kua será: 6.

Cuando una persona nació en enero o en los primeros días de febrero, conviene consultar las tablas de los libros o a algún experto ya que el año chino comienza en febrero y pueden cometer un error

Las personas nacidas luego del año 2000, cambiaran las fórmulas:

Los niños en lugar de restar el resultado de 10, lo restaran a 9 y, las niñas en vez de sumar 5 le sumaran 6

En la siguiente tabla vemos la correspondencia con los elementos de cada número kua

1 agua:
Grupo: Oriental
Direcciones Favorables: Este, Sudeste, Norte y Sur

2 tierra:
Grupo: Occidental
Direcciones Favorables:Oeste, Sudoeste, Noroeste, Nordeste

3 madera:
Grupo: Oriental
Direcciones Favorables: Este, Sudeste, Norte y Sur

4 madera:
Grupo: Oriental
Direcciones Favorables: Este, Sudeste, Norte y Sur

5 tierra:
Grupo: Occidental
Direcciones Favorables:Oeste, Sudoeste, Noroeste, Nordeste

6 metal:
Grupo: Occidental
Direcciones Favorables: Oeste, Sudoeste, Noroeste, Nordeste
7 metal:
Grupo: Occidental
Direcciones Favorables:Oeste, Sudoeste, Noroeste, Nordeste

8 tierra:
Grupo: Occidental
Direcciones Favorables: Oeste, Sudoeste, Noroeste, Nordeste
9 fuego:
Grupo: Oriental
Direcciones Favorables:Este, Sudeste, Sur y Norte

La determinación de los grupos: Oriental y Occidental, se realiza para establecer las direcciones y sectores de la casa favorables para el desarrollo personal, éxito, salud, etc.

Aspectos a tener en cuenta, con las direcciones favorables:

Orienta tu escritorio hacia una de tus orientaciones propicias
Duerme con tu cabeza hacia una de esas orientaciones
Evita sentarte orientado hacia alguna de las direcciones no propicias en reuniones laborales.

Una vez establecido el numero Kua, podemos seguir investigando acerca del efecto de los distintos elementos sobre nuestra vida.

1 219 220 221 222 223 421