Un Estudio sobre el Folklore e Historia Nativa de América 5 de Enero de 1894
NAGUALISMO:
Un Estudio sobre el Folklore e Historia Nativa de América
Por Daniel O. Brinton, A.M., M.D., L.L.D., D.SC.
Profesor de la Universidad de Arqueología y Linguística Americana de Pensylvannia.
PHILADELPHIA, MACCALLA & COMPANY, PH~TBRS, 237-9 DOCK STKBET.
Leído ante la Sociedad Filosófica Americana el 5 de Enero de 1894
Reimpreso el 23 de Febrero de 1894. FRON PROC. AMER. PHILOS. SOC., VOL. XXXlII.
CONTENIDO (Voy en página 9)
1. Las palabras Nagual, Nagualismo, Nagualista.
2. Las primeras referencias al Nagualismo.
3. El Naualli de los Aztecas, sus clases y supuestos poderes.
4. Los Tóxicos Sagrados: Peyotl, Ololiuhqui, Teopatli, Yax Ha, etc.
5. Clarividencia y Telepatía durante la intoxicación
6. El Naualli del México Moderno.
7. El Tonal y el Tonalpouhque: el sistema de natalidades de los nahuas.
8. La fraternidad azteca de los “Magos Maestros”
9. El espíritu guardián personal.
10. Folklore de los Indios Mixes.
11. Adivinación Astrológica de los Zapotecas
12. Artes similares de los Mixtecas
13. El Nagualismo en Chiapas, segun lo descrito por el Obispo Nuñez de la Vega
14. Nagualismo entre los Quiches, Cakchiqueles y Pokonchis de Guatemala
15. La Metamorfosis de Gukumatz.
16. Brujería Moderna en Yucatán y CentroAmérica: los zahoríes y los padrinos.
17. Principios fundamentales del Nagualismo: El odio a los Blancos y al Cristianismo.
18. Su Extensión y Organización, su Sacerdocio.
19. Su Influencia en las Revueltas Nativas contra el poderío español
20. Posición de la Mujer en el Nagualismo
21. Un sobreviviente de los Tiempos Antiguos
22. La “Juana de Arco” nativa
23. Modernas Reinas del Nagualismo
24. Los templos-caverna y los dioses de las cavernas: Oztoteotl, Tepeyollotl, Votan.
25. Los números sagrados: 3 y 7.
26. Adoración del Fuego por los Nagualistas.
27. Derechos de Fuego en conexión con el Pulque.
28. Ceremonias del Fuego entre los Modernos Mayas.
29. Significado Secreto de la Adoración del Fuego
30. Las Chalchiuitas, o Piedras Verdes Sagradas.
31. El Árbol Sagrado y el Árbol de la Vida.
32. La Cruz y su Significado Simbólico
33. Los Ritos Lascivos de los Nagualistas.
34. Su relación con los Símbolos de la Serpiente y el Falo.
35. Confusión de las ideas religiosas cristiana y nativa. Feligreses y Sacerdotes Naguales: Su lenguaje simbólico.
36. La Inquisición y el Nagualismo.
37. Etimología de la palabra Nagual.
38. La raíz na, en Zapoteca y en Nahuatl.
39. La Doctrina de la Transformación Animal en el Viejo Mundo
40. La Doctrina de los Espíritus Personales en el Viejo Mundo.
41. Explicaciones científicas de la Magia Nagual.
42. Conclusión.
1. Las palabras Nagual, Nagualismo, Nagualista.
Las palabras “nagual”, “nagualismo”, “nagualista”, han sido corrientes en la prosa inglesa por más de setenta años; se las puede encontrar en toda una variedad de libros publicados en Inglaterra y en los Estados Unidos*, no obstante aún no las encontrarán en ningún diccionario de lengua inglesa, ni tampoco tiene lugar el “Nagualismo” en ninguna de las numerosas enciclopedias o lexicones, sea en inglés, francés, alemán ni español.
Esto no se debe a su falta de importancia, dado que en los últimos doscientos años, como demostraré, ha sido reconocido como un culto tan poderoso como misterioso, que unió a muchas y diversas tribus de México y Centroamérica en una oposición organizada contra el gobierno y la religión que fuera introducida desde Europa, culto cuyos miembros habían adquirido y utilizaban extrañas facultades y un conocimiento ocultista que los emparejaba con los más afamados taumaturgos y teodidactas del Viejo Mundo, y que preservó hasta nuestros días el pensamiento y la forma de un ritual largamente suprimido.
En varias publicaciones previas me he referido brevemente a esta secreta fraternidad** y a sus objetivos; y ahora creo que vale la pena ordenar mis notas y presentar lo que he encontrado de valor acerca del Origen, Objetivos y Significado de este Misterio Eléusico de América. Trazaré su extensión geográfica y procuraré descubrir cuál fue, y es, su secreta influencia.
* Estas palabras aparecen varias veces en la traducción inglesa de la obra del Dr. Paul, “Teatro Crítico Americano de Felix Cabrera”, publicada en 1822 en Londres. Se ha adoptado la forma “nagual” en vez de “nahual”, “naual” o “nawal”.
** Por ejemplo, en “Los Nombres de los Dioses en el Mito Kiche”, pp.21, 22, en “Procedimientos de la Sociedad Filosófica Americana”, 1681; “Anales de los Cakchiqueles”, Introducción, p46; “Ensayos de un Americanista”, p.170, etc.
2. Las primeras referencias al Nagualismo.
La más antigua descripción que encontré sobre sus ritos particulares es la del historiador Herrera, quien los halló en 1530 en la provincia de Cerquin, en la parte montañosa de Honduras, y es la que sigue:
“El Diablo acostumbraba a engañar a estos nativos apareciéndoseles en forma de león, tigre, coyote, lagartija, serpiente, pájaro o cualquier otro animal. A estas apariciones ellos le dan el nombre de Naguales, que es algo así como decir guardianes o compañeros; y cuando ese animal muere, también muere el Indio al que estaba asignado. La manera en que se formaba esta alianza era así:
El indio se dirigía a un sitio muy retirado, y allí apelaba a los arroyos, montañas y árboles a su alrededor, y llorando imploraba para sí mismo los favores conferidos a sus ancestros. Luego sacrificaba un perro o un gallo, y con la sangre se mojaba la lengua, las orejas u otras partes de su cuerpo, y se echaba a dormir. Estando dormido o semidormido, podía ver a uno de estos animales mencionados, quien le decía: “Tal día ve de cacería, y el primer animal o ave que veas será mi forma, y permaneceré contigo como tu compañero y Nagual, para siempre”. Así su amistad quedaba sellada con tanta fuerza que si uno moría, también el otro; y sin un Nagual, los nativos pensaban que nadie podía volverse rico o poderoso.” *
La provincia de Cerquin parece haber estado poblada por una tribu perteneciente a la gran etnia de los Mayas, semejante a aquellas que ocupaban la mayor parte del área de lo que hoy es Yucatán, Tabasco, Chiapas y Guatemala.**
Más adelante diré algo acerca de la legendaria hechicera que sus tradiciones reconocen como la Maestra de sus ancestros y Fundadora de su nación.
Llamaré la atención ahora sobre el hecho de que en ninguno de los dialectos específicamente mexicanos o aztecas encontramos la palabra “nagual” en el sentido en que se emplea en el extracto anterior, y esto es una fuerte evidencia de que el origen del Nagualismo no debe ser buscado en esas lenguas.
* Historia de las lndias Occidentales, Dec. iv, Lib. viii, cap. 4.
** Específicamente es el territorio del dialecto Chortí, hablado hasta nuestros días en los alrededores de la famosa y antigua ciudad de Copán, Honduras. Cerquin se encuentra en las montañas al este de esta conocida ciudad. Acerca del Chortí, ver Stall: Zur Ethmgraphie der Republik Guatemala, PP. IO&Y.
3. El Naualli de los Aztecas, sus clases y Supuestos Poderes
Encontramos, sin embargo, en la lengua nahuatl -que es el nombre adecuado de los Aztecas-, una cantidad de derivativos de la misma raíz, na; entre ellas la misma palabra nahuatl, todo ello conteniendo la idea de “sabiduría” o “conocimiento”.
Los primeros misioneros de Nueva España a menudo hablan del naualli (plural, nanahualtin), maestros del conocimiento místico, practicantes de artes negras, magos o hechiceros. No siempre eran personas malignas, aunque parecen haber sido generalmente temidos. La fuente más antigua de información sobre ellos es la del Padre Sahagún, quien en su invaluable Historia nos da el siguiente párrafo:
“El naualli, o mago, es aquel que asusta a los hombres y succiona la sangre de los niños durante la noche. Es muy hábil en la práctica de estas artes, conoce todas las artes de la hechicería (nauallotl) y las emplea con astucia y habilidad, pero sólo para beneficio de los hombres, nunca para dañarlos.
Aquellos que recurren a tales artes con intereses malignos, hieren el cuerpo de sus víctimas, los hacen perder la razón y los asfixian. Estos son hombres malvados, necromantes.* ”
Al examinar los posteriores trabajos de los clérigos Romanos en Mexico, resulta evidente que la Iglesia no veía con ojo tan indulgente el ejercicio posiblemente inofensivo, o incluso beneficioso, de tales dispositivos mágicos.
Encontramos una explicación posterior de lo que fueron, preservada en un trabajo de instrucción para confesores, publicado por el Padre Juan Bautista, en Mexico, en el año 1600.
“Hay magos que se llaman a sí mismos teciuhtlazque**, y también por el término nanahualtin, que conjuran las nubes cuando hay peligro de sequía, para que las cosechas no resulten dañadas. También pueden hacer que un clavo parezca una serpiente, o que una alfombrita parezca un ciempiés, o que una piedra parezca un escorpión, y trucos similares. Algunos de estos nanahualtin se transforman a sí mismos tomando toda clase de apariencias, como un tigre, un perro o una comadreja. Otros cambian sucesivamente de apariencia, como un búho, un gallo o una comadreja, y cuando uno se prepara para atraparlos, otra vez cambian la forma, apareciendo como un gallo, un búho, y otra vez una comadreja. Estos se llaman a sí mismos nanahualtin ***”
En este confuso párrafo hay un intento evidente de distinguir entre la transformación real y la que sólo aparece ante el observador.
En un trabajo de características similares, publicado en México unos años después, el “Camino Del Cielo” del Padre Nicolás de León, encontramos una serie de preguntas que un confesor debe hacer a cualquiera de sus feligreses sospechoso de practicar estas artes necrománticas. Éstas revelan bastante claramente qué era lo que se creía que hacían estos practicantes del ocultismo. El pasaje que sigue relata las palabras en boca del sacerdote:
“¿Eres un adivino? ¿Predices eventos leyendo signos, o interpretando sueños, o a través del agua, dibujando círculos y figuras en su superficie? ¿Limpias y adornas con guirnaldas de flores los lugares donde se preservan los ídolos? ¿Conoces ciertas palabras para conjurar el éxito en la cacería, o para atraer la lluvia? ¿Succionas la sangre de otros, o vagas en la noche invocando al Demonio? ¿Has tomado peyote, o se lo has hecho tomar a otros, a fin de averiguar sus secretos, o para descubrir dónde habia cosas robadas o perdidas? ¿Sabes cómo hablarle a las serpientes para que te obedezcan?**** ”
* Bernardino de Sahagún, Historia de la Nueva España, Lib. x, cap. 9.
** Derivado de teciuhtlaza, conjura contra el granizo (teciuh, granizo). Alonso de
Molina, Vocabulario Mexicano, sub voce.
*** Bautista, Advertencias para Los Confesores, fol. 112 (México, 1600).
**** Nicolás de León, Camino del Cielo, fol. 111 (México, 1611).
4. Los Tóxicos Sagrados: Peyotl, Ololiuhqui, Teopatli, Yax Da, etc.
Este interesante pasaje aclara considerablemente las capacidades y prácticas de los nagualistas. No es lo menos importante el uso del tóxico peyotl, una decocción que parece haber tenido un papel predominante en sus ceremonias.
Peyotl es el nombre nahuatl de cierta planta con una raíz blanca tuberosa, que es la porción que se emplea. Se la encuentra como “pellote” o “peyote” en la Farmacopea Mexicana como remedio popular, pero no figura su nombre científico.
Según Del Paso y Troncoso, es una de las Compositae, una especie del género Cacalia*. El Padre Sahagún la menciona en varios párrafos, diciendo que crece en el Sur de México y que los aztecas heredaron el conocimiento de esta planta de los antiguos Chichimecas. Era utilizada como tóxico.
“Aquellos que comen o beben de este peyote tienen visiones, a veces aterrorizantes y a veces lúdicas. La intoxicación que causa dura varios días. Los Chichimecas creían que les daba coraje en tiempos de peligro, y que disminuía los espasmos del hambre y de la sed”.**
Su uso continuó hasta mucho después, y muy probablemente no ha muerto aún.
Su composición y método de preparación se informan en una lista de bebidas prohibidas por las autoridades españolas, en 1784, como sigue:
Peyote: Especie de vinagrilla, de más o menos del tamaño de una bola de billar, que crece en suelo seco y estéril. Los nativos la mastican y la arrojan en un mortero de madera, donde se la deja fermentar; se le agrega hojas de tabaco para darle acritud. La consumen de esta forma, a veces con tajaditas del peyote mismo, en sus festividades más solemnes, aunque da pesadez al intelecto e induce visiones extravagantes y terribles (sombras muy funestas).***
* Paso y Troncoso, Anales del Museo Nacional de México, Tom. III, p. 180.
** Sahagún, Historia de la Nueva España, Lib. X, cap. 29, y Lib. XI, cap. 7.
*** Diccionario Universal, Appendice, Tom. i, p. 360 (Mexico, 1856).
El peyotl no era la única hierba preciada como medio de poner el alma en condición de unión hipostática con la divinidad. Tenemos abundante evidencia de que mucho después de la conquista, las semillas de una planta llamada Ololiuhqui eran tenidas en alta estima para ese propósito. En el Confesionario, del Padre Bartolomé de Alva, el sacerdote supone que debe inquirir como sigue:
“Pregunta: ¿Has amado a Dios sobre todas las cosas? ¿Has amado cualquier cosa creada, adorándola como si fuera Dios?
Respuesta: He amado a Dios con todo mi corazón, pero a veces he creído en sueños, y también en las hierbas sagradas peyote y ololiuhqui, y en otras cosas similares (onicneltocac in temictli, in xiuhtzintli, in peyotl, in ololiuhqui, yhuan in occequitlamantli)* ”
Las semillas de ololiuhqui parecen haber sido empleadas externamente.
Eran el elemento activo en el misterioso ungüento conocido como “El Remedio Divino” (teopatli), acerca del que encontramos alguna información en los trabajos del Padre Agustín de Vetancurt, quien vivió en México a mediados del siglo XVII.
Él escribe:
“Los sacerdotes paganos hacían uso de un unguento compuesto de insectos como arañas, escorpiones, cienpiés y otros por el estilo, que preparaban los neófitos en sus templos. Quemaban estos insectos en un cuenco, recogían las cenizas y las mezclaban con hojas de tabaco verde, hormigas vivas e insectos, y la semilla hecha polvo de una planta llamada ololiuhqui, que tenía el poder de inducir visiones, y cuyo efecto era el de destrozar el raciocinio.
Bajo la influencia de este unguento conversaban con el Diablo, y él practicaba su influencia sobre ellos. Creían asimismo que que éste los protegía, y por esto no temían entrar en el monte o la selva durante la noche.
También era empleado como remedio en diversas enfermedades, y la acidez de la influencia del tabaco y el ololiuhqui ellos lo atribuían a la intervención divina. Hay algunos en nuestros días que usan en secreto este unguento para hechicería, perdiendo la razón bajo su influencia; especialmente algunos viejos y viejas, que están preparados para ser presa fácil del Diablo.” **
El botánico Hernández observa que otro nombre de esta planta es coaxihuitl, “planta serpiente”, y agrega que su semilla contiene un veneno narcótico asociado al género Solanum, del cual la mortal Sombra Nocturna es una especie familiar.
Habla de su uso en rituales sagrados en estos términos: Indorum sacrifici, cum videri volebant versari cum superis, ac responsa accipere ab eis, ea vescehantur planta, ut desiperent, milleque phantasmata et demonum observatium effigies circumspectarent. ***
* Confessionario Mayor y Menor en lengua Mexicana, fol. 8, verso(Mexico, 1634).
** Vetancurt, Teatro Mexicano, Trat. iii, cap. 9.
*** Hemández, Historia Plantarum Nova: Hispanis, Tom. iii, p. 32.
De las dos plantas mencionadas, el ololiuhqui y el peyotl, la primera era considerada la más potente en virtudes espirituales.
“La veneran tanto como si fuera Dios”, dice un teólogo del Siglo XVII *, “El que ingería de estas hierbas era llamado payni (del verbo pay, ingerir medicina), y más especificamente tlachixqui, vidente, refiriéndose a la mística “segunda vista”, o sea un adivino o profeta (del verbo tlachia, ver).
El Tabaco también tenía un lugar prominente en estos ritos, aunque no tan importante. Se lo empleaba en dos formas: en hojas secas (picietl), las que para usos sagrados debía ser quebrada y molida siete o nueve veces; y la hoja verde mezclada con lima, y a esto lo llamaban tenextlecietl (de tenextli, lima).
Asociada al efecto de éstas, hay un tóxico en uso en el Sur de Mexico y en Yucatán, preparado con la corteza de un árbol al que los Mayas llamaban baal-che. Los blancos llaman a esta bebida “pitarilla”. Es bastante popular entre los nativos, y aún hoy le atribuyen un carácter sagrado, llamándola “yax ha”, la primer agua, el fluido primigenio. Dicen que este fue el primer liquido creado por Dios, y cuando El volvió a su hogar en el cielo, dejó esta bebida y su producción a cargo de los dioses de la lluvia, los cuatro Señores Pah-Ahtuns.**
* Dr. Jacinto de la Sema, Manual de Ministros de India para el Conocimiento de sus Idolatrias y Extirpacion de Ellas, p. 163. Este interesante trabajo fue realizado a mitad del siglo diecisiete por un Rector de la Universidad de Mexico, y fue impreso por primera vez en Madrid, en 1892, con comentarios del Dr. N. Leon, bajo la editorial del
Marques de la Fuensanta del Valle.
** MSS. de la Licentiate Zetiua, e Inforrme del Padre Baeza en Registro Yucateco,
Tom.I.
5. Clarividencia y Telepatía durante la intoxicación
La intoxicación de alguna clase era parte esencial de muchos de estos ritos secretos. Se la consideraba como un método de arrojar al individuo fuera de sí mismo y en relación con los poderes supremos. Lo que el viejo historiador Padre Joseph de Acosta nos dice acerca de los clarividentes y telépatas aborigenes, bien merece una descripción de sus modernos representantes:
“Algunos de estos hechiceros toman cualquier forma que deseen, y vuelan por el aire con increible velocidad y atravesando grandes distancias. Nos dicen lo que está sucediendo en localidades remotas mucho antes de que que las noticias alcancen a llegar. Los espaniardos los han oido reportar motines, batallas, revueltas y muertes que sucedían a doscientas o trescientas leguas, en el mismo día en que estaban sucediendo, o al dia siguiente.”
“Para practicar este arte, los hechiceros, usualmente mujeres viejas, se encierran en una casa y se intoxican hasta el grado de perder la razón. Al día siguiente están listas para responder las preguntas.” *
Las plantas con poderes similares para excitar vívidas visiones y distorsionar la imaginación, y que, por lo tanto, eran usadas en ritos mágicos, eran el thiuimeezque, en Michoacan, y el chacuaco, en Baja California. **
6. El Naualli del Mexico Moderno.
A pesar de todo el esfuerzo, esta clase de practicantes de la maravilla continuaron prosperando en Mexico. Encontramos un libro de sermones publicado por el Jesuita Padre Ignacio de Paredes, en lengua nahuatl, de 1757, en el que denodadamente previene a sus oyentes sobre no invocar, consultar ni tratar a estos “diabólicos hechiceros, los nagualistas, ni a aquellos que conjuran mediante humo”. ***
Todavía no han perdido su poder; tenemos evidencia suficiente de que muchos niños de una vasta zona de esta tierra aún escuchan con respeto las historias de las misteriosas facultades atribuidas a los nanahualtin. Un observador viajero alemán, Carlos Von Gagern, nos informa que se los cree capaces de causar enfermedades y otros daños, que deben ser contrahechizados por el exorcismo apropiado, entre los cuales la lectura en alta voz de ciertos pasajes bíblicos es considerado uno de los más potentes. ****
El historiador Orozco y Berra habla de los poderes atribuidos actualmente al nahual en Mexico entre las clases más bajas, en estas palabras:
“El nahual es generalmente un Indio viejo con ojos rojos, quien sabe cómo transformarse en un perro negro, lanudo y horrible. La mujer bruja puede convertirse en una bola de fuego; tiene el poder de volar, y durante la noche entra por las ventanas y succiona la sangre de los niños pequeños. Estos hechiceros hacen pequeñas figuras de harapos o arcilla, les insertan una espina de maguey y las esconden en algun lugar secreto; y puedes estar seguro de que la persona contra la cual se hizo el conjuro sentirá dolor en la parte donde se insertó la espina. Todavía existen entre ellos los “hombres medicina”, que tratan al enfermo por medio de extrañas contorsiones, invocan a los espíritus, pronuncian encantamientos mágicos, soplan sobre la parte donde hay dolor, y sacan del paciente espinas, hormigas, o piedrecitas. Saben cómo preparar bebidas que provoquen enfermedades; y cuando los pacientes son curados por otros, los convalescientes deben despojarse de algo de su propiedad, como un broche del cabello, o alguna ropa. Aquellos que poseen el ojo diabólico pueden, por el sólo hecho de mirar a los niños, privarlos de belleza y de salud, y aún causarles la muerte.” *****
* Acosta, De la Historia Moral de Indias, Lib. v, cap. 26.
** Acerca del thiuimeezque, dice Hernandez : Aiunt radicis cortice unius unciae pondere tuso, atque devorato, multa ante oculos observare phantasmata, multiplices imagines ac monstrificas rerun figuras, detegique furem, si quidpiam rei familiaris subreptum sit. Hist. Plant. Nov. ICslmn., Tom. iii, p. 272. El chaczcaco y sus efectos son descriptos por el Padre Venegas en su Historia de Califormia, etc.
*** In Mictlan Tetlachihuique, in Nanahualtin, in Tlahuipuchtin. Paredes, Promptuario Manual Mexicano, p.128 (Mexico, 1767): Los tlahuipuchtin, “aquellos que trabajan con humo, eran, probablemente, adivinadores que predecian el futuro a partir de las formas que tomaba el humo al elevarse en el aire. Esta clase de augurios tambien se hallaban en Peru, donde se los llamó Uirapircos (Balboa, Hist. du Perou, p. 28-30).
**** Von Gagern, Charakteristik der lndianischer Bevölkerung Mexikos, S. 125.
***** I-listoria Antigua de Mexico, Tom.ii, p. 25. Francisco Pimentel, en su concienzudo trabajo Memoria sobre las Causas que han originado la Situacion Actual de la Rama Indigena de Mexico (Mexico, 1861), reconoce cuán casi imposible es extirpar la fe de los indígenas en este nagualismo: Conservan los agueros y supersticiones de la antigüedad, siendo cosa de fe para ellos, los nahuales,” etc., p. 200, and comp. p.145.
7. El Tonal y el Tonalpouhque: el sistema de natalidades de los nahuas.
Como ya he dicho, en ningun registro del Nagualismo puramente Mexicano, o sea, Azteca, encontramos la palabra nagual empleada en el sentido que se le da en el pasaje de Herrera, de que es un espíritu guardian persona, o un genio tutelar.
Estas tribus tenian, por cierto, una creencia en tales poderes protectores, y sostenían que estaban conectados con el día de nacimiento de una persona. Lo llamaban el tonalli de la persona, una palabra que traducida significa “que le es inherente”, que hace a su individualidad, su Ello.
La raíz de la que deriva es tona, calentar, o ser cálido, de la cual también deriva tonatiuh, el Sol. Tonalli, en cuya composición se pierde la última sílaba, es de alguna manera la palabra para calor, verano, alma, espíritu y día, y también para compartir la porción que es de uno. Así to-tonal es espíritu, o alma en general; no-tonal, mi espíritu; no-tonal en “ipan no-tlacat” es “el signo bajo el cual nací”, por ejemplo, el signo astrológico de ese día.
De aquí viene el verbo tonalpoa, contar o estimar los signos, es decir, hacer el horóscopo de una persona; y tonalpouhque, los adivinadores cuya tarea era practicar este arte. *
Estos tonalpouhque son largamente descriptos por el Padre Sahagun. **
El los diferencia del naualli, aunque es claro que se corresponden en funciones a los sacerdotes nagualisticos de las tribus sureñas. Por el número y nombre del día de nacimiento, ellos predicen el destino del niño, y establecen el poder o la influencia espiritual que governará su carrera.
El tonal no era de ninguna manera una posesión segura. Era una especie de “mascota” independiente: en tanto permaneciera con la persona, esa persona disfrutaría de salud y prosperidad, pero podía marcharse o extraviarse, y entonces sobrevenían la desgracia y la enfermedad. Esto es lo que sugieren en lengua nahuatl los verbos tonalcaualtia, “parar o suspender el tonal”, o sea, “shockear o asustar”; y tonalitlacoa, lastimar o dañar al tonal, es decir, encantar o hechizar a alguien.
Esto explica el propósito real de los conjuros y encantamientos que llevaba a cabo el doctor nativo cuando visitaba al enfermo. Era para convocar al tonal, forzarlo o persuadirlo de que vuelva: y por lo tanto, la ceremonia llevaba el nombre de “restitución del tonal”, y estaba, más que ninguna otra, profundamente imbuida de las supersticiones del Nagualismo.
El principal oficiante era llamado tetonaltiani, “aquel que se entiende con el tonal”.
Más adelante mostraré la fórmula que se recitaba en tales ocasiones.
* Sobre estos términos, consultar el extensivo Dictionnaire de la Langue Nahuatl, por Remi Simeon, publicado en Paris, 1885. No es imposible que tona sea en sí misma una raíz compuesta, que incluya el radical monosilábico na, que es la base de nagual.
** Sahagun, Historia de Nueva España, Lib. iv, passim, y Lib. x, cap. 9.
8. La fraternidad azteca de los “Magos Maestros”
Hay una vaga mención en los registros aztecas de una orden semi-sacerdotal, a los que llamaban naualteteuctin, que se podría traducir como “Magos Maestros”. También se los conocía como teotlauice, “compañeros sagrados de armas”. Como en el caso de la mayoria de los teteuctin, o nobles, la entrada a la orden era una severa y prolongada ceremonia de iniciación, cuyo objeto no era meramente testear la resistencia al dolor y los poderes de auto-negación, sino, especialmente, arrojar la mente a ese estado subjetivo en el cual se entra en contacto con lo divino, en el cual se puede “tener visiones y ensoñar”.
La orden declaraba como su patrón y fundador a Quetzalcoatl, “la serpiente emplumada”, quien, como se vera más adelante, también era el patron de los nagualistas tardíos. *
La palabra naualli tambien se encuentra entre los antiguos Nahuas en composición como parte de nombres, siempre con el significado de “mago”, como en “Naualcuauhtla”, un jefe de los Chalcos, que significa “Bastón de Brujo”, refiriendose probablemente al bastón o vara empleada por los brujos en el hechizo**; o también en Naualac, el “Agua del Brujo”, un lago artificial no lejos de Ciudad de Mexico, rodeada de templos en ruinas, descripta por M. Charnay. ***
* Ver Ch. de Labarthe, Revue Americaine, Serie ii, Tom. ii, pp. 222-226. Su traducción de naualteteuctin por Seigneurs du geuie debe ser rechazada, pues no existe ninguna autoridad para asignar este significado a naualli.
** Anales de Cuauhtitlan. p. 31. El traductor lo llama palo brujo.
*** Les Anciennes Villes du Nouveau Monde, pp. lJ6-145, descripto en p. 150. Sobre su significado, comparar Hamy, Decades Americanz, pp. 74-81.
9. El espíritu guardián personal.
La creencia en un espiritu guardián personal era una de las doctrinas fundamentales del Nagualismo, pero esta creencia de ninguna manera connota el significado completo del término (como erroneamente declaró Mr H. H. Bancroft)
El sistema de calendario de Mexico y Centroamérica, que como he mostrado era sustancialmente el mismo a través de las muchas diversidades linguisticas*, tenía como uno de sus principales objetivos la adivinación astrológica. Consultándolo, se descubría y asignaba el nagual correspondiente, y esto era ciertamente una función prominente en el culto nativo, y nunca ha sido abandonada.
En Mexico hoy en dia, además de este especial guardián personal, el nativo a menudo elige otro por un lapso determinado o para un propósito en particular, y esto es bastante consistente con la forma de Cristianismo que se le ha enseñado.
Por ejemplo, segun nos cuenta un viajero observador, en Año Nuevo, o al momento de sembrar maíz, el jefe de familia va a la parroquia y elige entre los santos que allí se muestran, uno que será su guardián por ese año. A ese santo dirigirá sus ruegos por lluvia y sol, por una cosecha abundante, por salud y prosperidad, y no dejará de apoyar estas súplicas con regalos. Si los tiempos son buenos y la cosecha abundante, el Santo será recompensado con más regalos, y se recurrirá a él por un nuevo periodo; pero si ha habido mala suerte, el Indio se dirigirá a la iglesia al finalizar el año, le endilgará a su Santo Patrono una sonora maldición, lo llamará por los peores nombres en que pueda pensar, y ya no tendrá más tratos con él. **
* Calendario Nativo de Centroamerica y Mexico (Philadelphia, I S93).
** Eduard Mühlenpfordt, Mexico, Bd. i, s. 265.
10. Folklore de los Indios Mixe.
Andres Iglesias**, un escritor mexicano que disfrutó de oportunidades fuera de lo común de estudiar estas prácticas tal como existen en la generación actual, los describe según los vio en el pueblo de Soteapan, una aldea remota en el estado de Veracruz, cuya población habla la lengua Mixe. Esta no está relacionada con la lengua nahuatl, pero los términos de sus rituales mágicos son derivados de palabras nahuatl, mostrando así su origen. Toda persona, en su nacimiento, queda asociada un genio bueno y un genio malo, el primero lo socorre para su beneficio, el último lo lleva a su daño.
El “genio bueno” es conocido por el término nahuatl “tonale”, y es representado por el primer pájaro o animal de cualquier clase que se vea adentro o alrededor de la casa inmediatamente después de nacido el niño.
La persona más poderosa del pueblo es el alto sacerdote del culto nativo. Hubo uno que murió alrededor de 1850; fue llamado “El Rayo” y dondequiera que se dirigiese era precedido por un grupo de discípulos escogidos, llamados por el nombre nahuatl “tlaloques” (voceros, abogados).* Su sucesor, conocido como “El Trueno Más Grande”, no mantuvo este estado, pero sin embargo declaraba ser capaz de controlar el flujo de estaciones, y de enviar o mitigar destructivas tormentas -declaraciones que, tristemente, lo llevaron al cepo, pero no interfirió con el tributo regular que le pagaban los pobladores. Era tambien un “hombre medicina” y maestro de ceremonias en ciertas ” escandalosas orgias! en las que sin ninguna modestia se mostraba sin velo alguno”.
* La palabra deriva de tlaloa, hablar por otro, y su traducción usual era “jefe”, porque era el jefe quien hablaba por y en nombre de la tribu
** El interesante relato de Iglesias está impreso en el Apendice del Diccionario Universal de Geografía e Historia (Mexico, X56). Otros escritores atestiguan la tenacidad con la que los Mixes sostienen sus antiguas creencias.
Señor Moro cuenta que siguen siendo “notorios idólatras”, y dice que “su religión actual es una mezcla absurda de sus viejas supersticiones con doctrinas cristianas”
(Orozco y Berm, Geografia de las Lenguas de Mexico, p. 156).
11. Adivinación Astrológica de los Zapotecas
Con relación a la vecina provincia de Oaxaca y sus habitantes, somos instruidos en el uso astrológico del calendario de los Zapotecas por el Padre Juan de Cordova, cuyo “Arte” de esta lengua fue publicado en Mexico en 1578. Según dice, el principal, sino único propósito, era astrológico. Cada cerámica tenía su número y representaba a algún animal: serpiente, venado, conejo, etc. Todo niño, fuera varon o mujer, recibia como apellido el nombre y número del día; siendo su nombre personal tomado de una serie fija, que difería en género masculino y femenino, y que parece haber derivado de los nombres de los dedos.
Segun esto, parece que entre los Zapotecas el espiritu personal o nagual era fijado por la fecha de nacimiento y no por ceremonias posteriores, aunque esto último es lo que declaran algunos escritores, quienes, sin embargo, parecen haber, sin mucho conocimiento, endilgado a los zapotecas los ritos de los Nahuas y otras tribus de los alrededores. *
Siguiendo en importancia a la asignación de los nombres, de acuerdo al Padre Cordova, estaba el uso del calendario para decidir la conveniencia de los matrimonios. Como el objetivo reconocido del matrimonio era engendrar hijos, la pareja apelaba al augur profesional para decidir esta cuestión antes de que se fijara el matrimonio. El seleccionaba tantos granos como la suma de los nombres de los contrayentes, y contándolos de a pares, si sobraba uno, significaba un hijo; luego los contaba de a tres, y el remanente tambien representaba un hijo. Al contar grupos de cuatro, el remanente significaba hijos o hijas; de a cinco y de a seis, lo mismo, y si no habia remanente por ninguna de estas divisiones, el resultado sería ningún hijo y así el matrimonio quedaba prohibido.
Es obvio que este método de adivinacion era más bien auspicioso para los amantes; ya que dudo que haya alguna combinación de dos números debajo de 14 que sea divisible por dos, tres, cuatro, cinco y seis y que no dé un resto en alguno de los casos.
Los zapotecas fueron una de las naciones que voluntariamente se sometieron a los espaniardos, no por amor a los europeos sino por odio a los aztecas, que los habían conquistado en el siglo anterior. Su rey, Coyopy, y su corte, aceptaron el Cristianismo y generalmente fueron bautizados, pero esto era meramente una formalidad, y años después, Coyopy fue hallado conduciendo secretamente el ritual pagano de sus ancestros con toda la pompa,.Fue arrestado y enviado a Ciudad de Mexico, y, privado de su poder y riquezas, pronto murió… según se supone caritativamente, “por causas naturales”. Indudablemente dejó sucesores en el oficio de pontífice máximo, quienes continuaron con las ceremonias religiosas nativas.
* Por ejejmplo, , S. B. Carriedo, en su Estudios Historicos del Estado Oaxaqueño (Oaxaca, 1%9), p. 15, dice que el nahualt era una ceremonia llevada a cabo por el sacerdote nativo, en la cual al infante se le hacía un sangrado detrás de la oreja, se le asignaba un nombre que era el de determinado día, y un ángel guardián o tona. Estas palabras son nahuatl puro, y Carriedo, que no da su autoría, probablemente no tenía nada que relacionara estos ritos con los zapotecas.
** Juan de Cordon, Arte en Lengua Zapoteca, pp. N, 202, 203, 2l3, 216.
12. Artes similares de los Mixtecas
Las escasas noticias que tenemos de la astrología de los Mixtecas, vecinos y casi parientes de los zapotecas, revelan ritos íntimamente similares.
El nombre de su rey, quien se opuso a Montezuma unos sesenta años antes de la llegada de Cortez, prueba que usaban un calendario similar, sino igual, para asignar los nombres. A este rey se le dio el nombre de “Tres Micos”, o sea 3Mono.
Desafortunadamente, hasta donde sabemos, no ha sido publicada o tal vez ni siquiera existe una copia auténtica del calendario Mixteca. No obstante, se redujo a escribírselo en lengua nativa luego de la conquista, y una copia del mismo fue vista por el historiador Burgoa en la ciudad mixteca de Yanhuitlan *.
Cada día llevaba el nombre de un árbol, planta o animal, y de ellos recibía su nombre el individuo, como “Cuatro Leones, “Cinco Rosas”, etc, según los ejemplos dados por Herrera. Este escritor agrega que el nombre era asignado por los sacerdotes cuando el niño tenia siete años de edad (como entre los tzentzales), siendo parte del rito conducirlo al templo y perforar sus orejas. Tambien se refiere a los augurios respecto del matrimonio **. Estos parecen haber sido distintos al de los zapotecas. Era necesario que el joven tuviera un nombre con un número más alto que el de la novia, y tambien “que estuvieran emparentados”. Probablemente esto aplicaba a ciertos matrimonios formales de los soberanos, que estaban obligados a seguir el gen.
* Extraído de Carriedo, ubi supra, p. 17.
** Hist. de las lndias Oc., Dec. iii, Lib. iii, cap. 12.