Los indigenas esos humanoides

La parte central de este artículo esta referida a la polémica dentro del marco del proceso de discusión en las Naciones Unidas -ONU-, en el Grupo de Trabajo de la Comisión de Derechos Humanos sobre la Declaración de Derechos Indígenas, y tiene como objetivo clarificar y presentar en forma ordenada y sistemática los conceptos de derecho indígena contenidos en un borrador ya trabajado por el otro ‘grupo de trabajo sobre pueblos indígenas’; ambos ‘grupos de trabajo’ se reúnen en Ginebra-Suiza anualmente. Las sesiones son entre representantes de los Estados y de algunas organizaciones indígenas de todo el mundo. Esta vez el Grupo de Trabajo terminó con una huelga de hambre de los indígenas hartos de tanta postergación.

La libre determinación y la igualdad de los derechos son los dos conceptos básicos o pilares fundamentales de los pueblos del mundo. Estos, están -digámoslo clara y fuertemente- siendo conculcados, o en el mejor de los casos ‘regateados’ para los Pueblos Indígenas, puesto que se habla de ‘una negociación’ entre los ‘estados independientes’ y pueblos ‘derrotados’, o en ‘estado de domesticación’ (Ver el Informe final del Experto Alfonso Martínez, sobre Tratados entre Pueblos Indígenas y Estados), cuyos territorios han sido usurpados por el ‘hecho consumado’ de la colonización europea.

Es necesario pues, exponer, los términos de la discusión desde el punto de vista indígena, o si se quiere, desde el punto de vista de algunos indígenas resistentes, que somos fieles a la libertad y a la justicia histórica, desde la visión de los indígenas que no hemos traicionado la causa de nuestros pueblos y que nunca podremos olvidar el pasado de exterminio y el presente de ‘domesticación’ forzada.

Acá en la patria peruana, mientras algún patriota peruano prosiga la lucha por la auténtica independencia, jamás estará terminado ‘el hecho consumado’ de la ocupación colonialista, ni mucho menos se podrá aceptar en ningún foro internacional y menos en la ONU, la tesis genocida y fascista de la ‘muerte presunta’ de nuestras grandes y eternas naciones indígenas peruanas y americanas.

El objetivo inmediato de este documento, es impulsar a nuestros pueblos originarios a ejercer desde ya una libre determinacion indígena activa, en todos los campos, niveles e instituciones. No debemos esperar a que nos reconozcan la libre determinación, pues la libertad en los individuos o en los pueblos, no se reconoce, sino que ‘se ejerce’, por ‘las buenas o por las malas’, que para el caso es lo mismo.

El concepto de libertad individual o colectiva tiene que ver con la forma como se relacionan los seres humanos entre sí y con la naturaleza. Cualquier concepto sobre la libre determinación tiene que ver necesariamente con esta premisa. Esto es útil recordarlo sobre todo cuando vayamos a analizar conceptos en donde el relativismo cultural tiene mucho que ver. Ya veremos después este tipo de problemas cuando hablemos de ‘propiedad’ indígena y propiedad occidental. Y ya sabemos para qué han usado la ‘libertad’ los colonialistas Occidentales: Para liberarse ‘del Otro’, por la vía del exterminio físico o del sometimiento total. Es por esto que Bus dice que ‘disemina libertad’, sembrando bombas en Afganistán y en Irak.

Es muy común tomar como idénticos ‘mundo libre’ y mundo occidental, sin embargo cuando hablamos de libertad individual o libre determinación colectiva no debemos referirla necesariamente al estilo de vida occidental, aunque necesariamente deberemos involucrar en el proceso de análisis conceptos que tienen que ver con el estilo de vida occidental, ya que no se puede generalizar para todas las culturas un mismo concepto de libertad o libre determinación.

El problema se suscita en el siglo XV donde las naciones del Occidente europeo, en concierto inician un proceso de guerra de ocupación del resto de la tierra. Este proceso por sus consecuencias nefastas para la humanidad entera, hoy se condena como uno de los capítulos mas sangrientos y oscuros de la humanidad. Es el fenómeno colonialista, en el cual muchos pueblos y naciones fueron literalmente desaparecidos del planeta, otros pueblos quedaron despojados de sus territorios y sus Estados fueron destruidos, algunos sometidos al dominio externo. El resultado neto es la muerte por mano directa o ‘indirecta’ del colonialismo, de 70 millones de seres humanos, solo en América, en un mundo donde habían solo 400 millones de habitantes. Posteriormente, la mayoría de los pueblos colonizados se ‘independizan’, no sin antes desarrollar cruentos procesos de liberación nacional. Pero en este proceso de descolonización, se debe destacar que muchos territorios de naciones ocupados colonialmente, en especial en la llamada ‘América Latina’ fueron embusteramente ‘descolonizados’ por fuerzas criollas ilegítimas, que en todos los casos eran -y son- los mismos colonialistas, pero disfrazados o encubiertos por una falsa legitimidad, que ha devenido en auto titularse como: ‘países independientes’.

Para seguir dando ‘soporte’ a este embuste o mentira histórica a luces vista como un vulgar engaño, se desata la controversia o polémica en el seno de la ONU, sobre la Libre Determinación de los Pueblos Indígenas -LDPI- . Y allí no se enfrentan los Estados contra los pueblos indígenas, NO, sino mas bien son algunos auténticos Estados democráticos que están por la Libre Determinación para todos los pueblos dentro de sus límites territoriales como países soberanos, y en el lado contrario, y cada vez menos, algunos pocos Estados ‘independientes’ que controlados por una étnia, (y generalmente una pequeña oligarquía política) excluyen del poder a los otros (mayoritarios o minoritarios) pueblos o etnias que habitan al interior de determinado país. Estos, los últimos países ‘blancos’, excluyentes, discriminadores y embusteros ‘libérrimos demócratas’ postulan una ‘Libre Determinación’ exclusiva y excluyente, solamente para ‘su’ pueblo dentro de ‘su’ Estado -toda libertad para ellos y nada para los ‘Otros’- y cualquier reclamo de esos ‘otros’ pueblos que habitan ese territorio (que generalmente son los despojados de ese territorio) es ‘subversión’, ‘separatismo’, ‘secesión’ o ‘rebelión’. Creemos que esta sin razón e injusticia discriminatoria, nos da la facilidad para evidenciar muchos de los temas de conflicto entre los países del planeta y dentro de cada uno de ellos.

Esta posición ‘dura’ o ‘fría’ de algunos países contra los derechos y el reconocimiento de los indígenas como seres humanos, en la ONU es ciertamente débil en el mediano y largo plazo, pero no por ello, en el corto plazo están derrotados. Ellos juegan a alargar los plazos, saben que los indígenas seguiremos usando nuestras tradicionales estrategias ‘atemporales’ (porque usamos el ‘tiempo indígena’, que es colectivo o ‘generacional’) es decir los indígenas en la ONU -y en todo sitio- aparecemos sin estrategia, con puras tácticas, por eso, ellos, nuestros contrarios, saben que aun el ‘tiempo de los indígenas’ es funcional a los mecanismos de dominación colonialista y confían que así será por muchos siglos más.

La estrategia colectiva de la resistencia de los pueblos indígenas de América al colonialismo, ha demorado 500 años en expresarse, pero es indudable que ya surgió continentalmente en 1992, y se viene profundizando en algunas regiones de América y seguirá ocupando posiciones por algún tiempo más. Sin embargo es necesario apurar las cosas en la ONU; pues en muchos países, cierto ‘fundamentalismo’ indígena no se deja esperar.

Lo mas cierto es que la discusión o ‘controversia’ sobre la Libre Determinación para los Pueblos Indígenas en la ONU, en realidad encubre una discusión en donde lo que menos importa es la Libre Determinación de los Pueblos indígenas. Son mas bien, en el fondo, temas irresueltos de la comunidad de naciones, temas sumamente importantes no solo para los Pueblos Indígenas, sino para la humanidad entera, temas como son: 1. El carácter de las democracias mono-nacionales o singulares y su confrontación y evolución con un tipo de estado mas avanzado, como son los estados plurinacionales; 2. Las relaciones de producción y reproducción, estas últimas que son las relaciones ‘al interior de la familia’ y de las familias con el Estado; (tema que denominamos: Las tecnologías de organización de la fuerza de trabajo, como base misma de las culturas y sociedades humanas; que es un tema que se le viene reduciendo absurdamente a ‘la problemática de género’, pero que tiene que ver mas con lo que se ha denominado contradicciones entre civilizaciones; (y un tercero y no menos importante tema de) 3. Relaciones, que se dan entre el hombre y la naturaleza, que lejos de llamarlas ‘ecológicas’, podríamos denominarlas: de restablecimiento de los ‘vínculos hombre-naturaleza’ o de la ‘vincularidad’ del ser humano y el ser natural. Tema este último que nos llevará a revisar la ‘ontología’ misma del ‘ser humano’.

El porqué la ‘Libre Determinación de los Pueblos Indígenas’, trae a colación estos temas enumerados antes, tiene que ver con el hecho de que somos los pueblos indígenas el último tramo de la humanidad que no ha conseguido el reconocimiento pleno como ‘seres humanos’ al estilo o de ‘tipo occidental’, o lo que es lo mismo, visto desde nuestro angulo: el hombre occidental no nos quieren reconocer nuestros derechos porque no hemos roto y no queremos romper los vínculos que es esa ‘nuestra relación estrecha’ con nuestra madre naturaleza. Que es lo que constituye nuestra diferencia. Cambiar nuestros vínculos con la madre natura por ‘el título’ o ‘diploma’ de seres humanos occidentales, condición para ser ‘individuos libredeterminados’, es como querer ‘cambiar nuestra primogenitura por un plato de lentejas’.

Es de suma importancia la libre determinación, (LD) porque es la única garantía para el desarrollo pleno de los pueblos, como premisa fundamental, dota a los pueblos diversos de la responsabilidad y voluntad propia y autónoma para poder movilizarse y organizarse para resolver por ellos mismos sus problemas, cualquiera sea su naturaleza.

Creemos que es por esto que la LD es un principio que ha merecido ser considerado como el primer artículo de los pactos que consagran los derechos humanos de segunda y tercera generación (los Derechos Civiles y Políticos y los Económicos, Sociales y Culturales).

La negativa de algunos Estados a reconocer el derecho a la libre Determinación de los Pueblos Indígenas es el último bastión donde se refugian el colonialismo (y hasta los principios básicos del esclavismo), que iniciaron algunos pueblos de Europa en los siglos XV y XVI. Son los PI Los últimos pueblos sometidos aun al pillaje de sus territorios, al esclavismo encubierto (o nuevas formas de esclavismo) y a la represión internacional institucionalizada y sistemática para impedir la reconstrucción de sus organizaciones estatales nacionales propias (llámense, Repúblicas, Confederaciones, Estado Autonómicos, Regiones Autónomas, Descentralismos (verdaderos), etc.

Sin embargo, es innegable la supervivencia resistente de las otrora grandes y nobles naciones indígenas. Y más innegable aún es su existencia pre-colombina.

El hecho es que en la actualidad, la discusión o debate en torno a este tema, esta entrampado en la imputación directa y desvergonzada del criterio jurídico de ‘muerte presunta’ para todas o para la mayoría de las naciones indígenas del mundo.

Es lo que se ha venido denominando en la ONU: ‘proceso de domesticación’ de los Pueblos Indígenas en la historia mundial. Es decir el proceso a través del cual, se quiere persuadir a los PI a aceptar, admitir y consentir el fenómeno jurídico de la ‘muerte presunta’ para nuestras naciones. Y por tanto la ilegitimidad de querer recuperar o reconstruir (que para el caso es lo mismo) nuestros Estados.

Esto puede notarse claramente cuando algunos Estados argumentan que declarar la LDPI, es poner en grave riesgo la unidad e integridad de los Estados y Territorios ‘nacionales’, o lo que es lo mismo, que esto daría margen y legitimaría la secesión. Puesto que la única forma de negar la libertad de los pueblos a su autodeterminación, es negando su capacidad o potencialidad estatal, y la única forma para que esto suceda es que estas naciones estén desaparecidas, ya no existan, estén muertas. esta es la figura jurídica de la ‘muerte presunta’ para nuestros pueblos.

Para los PI, no debe importar si los Estados reconocen o no la Libre Determinación, puesto que no esta en debate si vamos a la secesión o a la integración de los estados actualmente existentes; sino mas bien, si los pueblos indígenas tenemos o no todos los derecho que les asisten a los demás seres humanos, o no. Lo que se debate hoy en la ONU es si somos reconocidos como seres humanos o no, esa es la cuestión.

Si los demás pueblos nos reconocen como pueblos a los indígenas del mundo, entonces tenemos derecho a reconstituir nuestros estados indígenas, si lo haremos solos o acompañados, ese es otro tema que tiene que ver con nuestra simple libertad de decidir. Es la única forma -con estados propios- como los pueblos o naciones de seres humanos pueden auto gobernarse, superar su pobreza, subdesarrollo y dotarse de un futuro de dignidad humana.

Otros levantan el argumento que ‘no se puede hacer un Estado dentro de otro Estado’, esta premisa bien entendida se expresa mas bien asi: ‘no se puede hacer un Estado junto a otro Estado excluyente o hegemonista’. No es un problema la constitución de Estados ‘unidos’, salvo cuando uno de los Estados niega o esclaviza al resto. La reconstitución NATURAL de los Estados o Confederaciones indígenas no provocarán unívocamente la cesesión.

El problema real es que existen Estados que quieren conservar sus estructuras feudales, exclusivistas, excluyentes y segregacionistas. Estos no solo negarán la LD de los Pueblos Indígenas sino la de todos los Pueblos a quien quieran someter. Estos Estados, aunque habría que analizar la naturaleza de cada uno, no admiten la posibilidad de una comunidad o diversidad de estados de pueblos diversos o diferentes que compartan un país plural.

Se trata entonces de Pueblos con Estados excluyentes, segregacionistas y discriminatorios que ocupan totalmente el ‘Espacio estatal’ de un cualquier país diverso en pueblos y culturas. Aquí se pretende matar la socio-diversidad y la diversidad-cultural, que son el a-b-c de la biodiversidad.

Los temas que surgen del debate sobre la Libre Determinación de los Pueblos Indígenas, debería estar vinculada mas bien a temas de perfeccionamiento de la democracia y la gobernabilidad, que son temas de actualidad en foros internacionales y que se discuten para modernizar a los Estados excluyentes o ‘feudales’, temas como: – Los procesos descentralistas o autonómicos o de fortalecimiento institucional o formal, al interior del país, como es el caso del proceso de los estados autonómicos de España; y de los procesos de integración regional o sub regional, hacia fuera, como por ejemplo el proceso de la Unión Europea. Así de simple para que lo entiendan bien esos trogloditas y piratas que aun caminan por la ONU.

El despertar de las lenguas indigenas

oy se vive el despertar de las lenguas indígenas
Por: PILAR MÁYNEZ

Son las lenguas los más completos sistemas de comunicación ideados por el hombre. Son complejos mecanismos mediante los cuales se realiza un proceso de categorización y abstracción de la realidad que nos rodea; a través de ellas se segmentan los componentes biológicos y culturales que cada sociedad destaca frente a otros; a través de ellas nos acercamos a ese universo que se tornaría inasible sin el acto de nominación, tan antiguo como el primer hombre, según lo consigna el libro del Génesis. Por medio de ellas pensamos y sentimos, interpretamos nuestras sensaciones y nos aproximamos a nuestros semejantes. Cada generación, como advierte una moderna teoría lingüística, comporta genéticamente la información heredada de sus padres y abuelos; cada generación está condicionada a ver lo que le imponen las palabras y las frases propias de sus particulares idiomas.

“México: pueblo del Sol” es uno de los capítulos del volumen que el maestro Natalio Hernández publicó, para fortuna nuestra, por Editorial Diana y el Fondo Editorial de Culturas Indígenas en el año 2002. La Leyenda de los Soles que explica el surgimiento y desarrollo de la humanidad es recreada desde tiempo inmemorial hasta nuestros días; la herencia biológica apuntalada arriba y la tradición oral que actualmente está siendo reivindicada por distintas disciplinas, permite que la escuchemos en algunos pueblos. Lenguas de diferente procedencia como el totonaco, perteneciente al tronco del mismo nombre y el tzotzil, al maya, retoman el relato que explica el origen de la gran estrella; pero el Sol está presente igualmente en las producciones de los escritores indígenas actuales. El profesor Natalio Hernández incorpora en este apartado de su libro El despertar de nuestras lenguas. Queman tlachixque totlahtolhuan, poemas de autores zapotecos, mayas y nahuas que aluden a lo que éste representa: el despertar de cada día, la constante renovación. El “Padre Sol” definido por Hernández como “resplandeciente, vigoroso, soberbio, tierno al nacer”, vaticina en los albores de la era sexta, la que nos corresponde, cambios propicios para el cultivo de las lenguas y culturas ancestrales.
Hoy, esa luz radiante posibilita el renacer de las expresiones vernáculas, por siglos confinadas al reducido ámbito familiar o comunitario. La voz de los escritores se eleva fuerte y clara; la flor y el canto se propagan gracias a un intenso movimiento que viene generándose desde hace ya varios lustros, el cual no se limita a estimular el uso de los idiomas patrimoniales propios de cada zona de México, sino al cultivo de sus formas artísticas más acabadas.

La lucha por el reconocimiento de la diversidad lingüística y cultural librada desde 1973 por la Organización de Profesionistas Indígenas Nahuas, Asociación Civil (OPINAC) y de manera más contundente con la Declaración de Pátzcuaro sobre el Derecho a las Lenguas, suscrita en 1980, comienza a dar importantes frutos, como destaca el autor del libro que nos convoca. Hoy se imparte en las diferentes comunidades una educación bilingüe e intercultural; la castellanización que el Estado impuso por largo tiempo en éstas, soslayando las expresiones vernáculas, emanada de las tesis incorporativistas que desde la Revolución venían imperando, ha cobrado un nuevo giro. La orientación ha variado sustancialmente y el proceso enseñanza-aprendizaje que se pretende brindar al mexicano en ciernes es el de un hombre integral que se desarrolla armónicamente, incorporando la herencia cultural indígena con la traída por los conquistadores hace más de 5 siglos. Se requiere formar seres que no imiten voces, ni adopten patrones extraños, que, acepten esa realidad que los hace poseedores del invaluable acervo de dos grandes civilizaciones.

Después de la lógica resistencia que por siglos opusieron los indígenas respecto al idioma español, en nuestros días, como declara Natalio Hernández en su libro, “sabemos que somos ricos porque tenemos muchas lenguas mexicanas y la lengua española que también es nuestra”. “…debemos regocijarnos porque el español ha trascendido a diferentes pueblos del mundo. De aquí en adelante debemos trabajar para que las lenguas de nuestros pueblos, para que las lenguas mexicanas, se desarrollen: para que trasciendan sus flores y sus cantos”.

Afortunadamente en la actualidad son más de 60 las lenguas indígenas que siguen vigentes, según datos del último censo e información del Instituto Nacional Indigenista. Unas, como el náhuatl, el maya y el zapoteco ostentan todavía un número significativo de hablantes; otras, como el cochimí, el kiliwa y el populoca irremediablemente están en peligro de extinción y, con ellas, un testimonio irrepetible de la humanidad, pues como advierte Miguel León-Portilla en el tan inspirado poema que incluye el maestro Hernández en el epílogo

Cuando muere una lengua,
entonces se cierra
a todos los pueblos del mundo
una ventana, una puerta,
un asomarse
de modo distinto a cuanto es ser y vida en la tierra.

El nuevo aliento dado al cultivo de las lenguas indígenas a través de un proyecto educativo emanado de la Secretaria de Educación Pública y del reclamo mismo de sus respectivos hablantes ha cobrado significativa importancia. Los niños nahuas, chinantecos, mixes, otomíes, y mixtecos, por ejemplo, estudian su educación básica en español, pero también conocen, gracias a los libros que han preparado para ellos en sus respectivos idiomas profesionales indígenas de la educación, su funcionamiento gramatical, sus posibilidades expresivas orales y escritas, contenidos históricos sobre sus culturas así como las propiedades de ciertas plantas propias de su entorno geográfico. Se planea así que el alumno de Primaria procedente de diversas comunidades estará capacitado, al cabo de esta preparación inicial, para integrarse lo mejor posible al mundo moderno altamente tecnificado sin olvidar el gran acervo heredado y, afortunadamente, palpable aún.
Pero los escritores indígenas que se han aventurado en el tan arduo campo de la creación tienen que sortear obstáculos adicionales a los que tendría que enfrentarse cualquier otro escritor; tienen que ver éstos con la errada percepción de que sus lenguas, que lo son tanto como el inglés, francés, alemán, chino, etc. pertenecen al subcategoría de “dialectos”, concepción desafortunadamente muy difundida y que nada tiene que ver con una estricta definición lingüística; asimismo, tienen que optar por una representación gráfica específica para realizar sus distintas composiciones, pues un mismo idioma puede contar con diferentes propuestas ortográficas.
.
De tono autobiográfico, intimista, es el tercer capítulo del libro de Hernández, como lo advierte su encabezado: “Escribo para no morir”. El maestro Natalio Hernández, acreedor a numerosos reconocimientos por su obra poética, nos confiesa lo que le ha representado el acto mismo de la creación. La experiencia literaria surgió en él como una necesidad interna de expresión; la lejanía de sus orígenes hizo que fuera la lengua náhuatl el medio de vinculación con aquel mundo que parecía irrecuperable. Al llegar a la gran ciudad sintió el deseo de rescatar lo propio, los saberes y tradiciones de su comunidad; sintió la necesidad de pensar a través de las palabras y frases que de modo singular se entrelazaban como fiel reflejo de su cultura milenaria. Fruto de ese primer quehacer literario fue su libro Xochicozcatl, collar de flores.

Conforme fue adentrándose en esta actividad artística, el poeta nahua comprendió que su lengua indígena podría entretejer flores y cantos, al igual que las más acabadas producciones en idiomas que gozaban de gran prestigio; pero para que su mensaje pudiera ser escuchado por un público más amplio, tendría que traducir sus composiciones al español. Los efectos rítmicos y las sugerentes imágenes logradas en la versión inicial, tendrían que ser reproducidas en ese otro idioma tan suyo como el indígena, con los consiguientes problemas que dicho transvase suponía.

El cultivo de la palabra le permitió mitigar la soledad y la angustia; con ella pudo atemperar el dolor y hacer germinar un nuevo hombre, pleno, seguro de sí mismo, orgulloso de sus orígenes, como lo manifiesta en este bello poema que aquí transcribimos.

Algunas veces siento que los
indios
esperamos la llegada de un
hombre
que todo lo puede, que todo
lo sabe, que nos puede ayudar
a resolver todos nuestros
problemas.
Pero ese hombre, que todo
lo puede y todo lo sabe
nunca llegará;
porque vive en nosotros
camina con nosotros
empieza a despertar;
Aún duerme.

Hoy ese hombre despertó ya y alza su voz para que se le escuche a través de la palabra escrita. Poetas mazatecos, como Juan Gregorio Regino, zapotecos como Andrés Henestrosa y más recientemente Víctor de la Cruz, mayas, como Briceida Cuevas Cob y Jorge Miguel Cocom Pech quien hoy dignamente preside las tareas de los Escritores en Lenguas Indígenas, Asociación Civil, nos brindan la posibilidad de escuchar sus preocupaciones existenciales, sus reclamos y su más profundo sentir. Ellos y muchos escritores más como María Luisa Góngora Pacheco, Marcos Matías Alonso y Fausto Guadarrama hacen posible con sus relatos la recreación mágica y artística de su universo.

Hoy se vive el despertar de las lenguas indígenas, iluminado, como pronostica la Leyenda de los Soles, por una luz intensa que promete no extinguirse para que germinen nuevamente las flores y los cantos.

______________________________

Natalio Hernández, El despertar de nuestras lenguas, Queman tlacixque totlahtolhuan, estudio introductorio y epílogo de Miguel León-Portilla, México, Ed. Diana y Fondo Editorial de Culturas Indígenas, 2002, pp.175

Chiapas alerta

De: sietevientos (Mensaje original) Enviado: 23/01/2004 02:15 p.m.
ESTO VA DIRIGIDO A TODOS AQUELLOS QUE NO CREEN EN LO QUE SE PUBLICA EN LOS PERIODICOS, A AQUELLOS QUE ODIAN LA INJUSTICIA Y A AQUELLOS QUE ESTAN DISPUESTOS A AYUDAR:
LA SELVA CHIAPANECA ( MONTES AZULES ) EN LA ACTUALIDAD ESTA SIENDO EXPUESTA A LA MAYOR PRESION ECOLOGICA EN MUCHO TIEMPO, ESTA SIENDO DEVASTADA POR INTERESES AJENOS AL PAIS. ESTAN TERMINANDO CON LA FLORA, FAUNA Y AMENAZAN CON DESALOJAR A SUS HABITANTES INDIGENAS. A ESTA HERMOSA SELVA LA HAN CONSIDERADO UN PUNTO
ESTRATEGICO PARA LA EXPANSION DE DOS GRANDES FIRMAS INTERNACIONALES COMO SON TOYOTA Y PULSAR; QUIENES JUNTO CON EL GOBIERNO FEDERAL ESTATAL MEXICANO Y ALGUNAS ONG’S BUSCAN EXPLOTAR LOS RECURSOS DE MANERA NO SUSTENTABLE, O SEA:
“QUIEREN CONSTRUIR UN COMPLEJO ECOTURISTICO DE PRIMER MUNDO JUSTO EN EL CORAZON DE ESTA MARAVILLOSA SELVA, QUE ALBERGA COMO TODOS SABEMOS A MILES DE ESPECIES DE FLORA Y FAUNA ( COMO POR EJEMPLO LOS CASI EXTINTOS QUETZAL Y JAGUAR MEXICANOS ). ALGUNAS DE LAS ACCIONES
QUE HAN TOMADO ESTAS FIRMAS, HAN IDO DESDE TRAZAR
SENDEROS DE DEPORTE EXTREMO, TALA DE MILES DE ARBOLES HASTA LA AGRESION FISICA Y MORAL EN CONTRA DE LOS HABITANTES DE MONTES AZULES.
ESTE ES UN LLAMADO DESESPERADO A TODOS AQUELLOS INTERESADOS EN LOS PUEBLOS INDIGENAS Y EL MEDIO AMBIENTE, NECESITAMOS INFORMAR SOBRE LA SITUACION. EN LOS MEDIOS DE COMUNICACION SE HA MANEJADO COMO “CONFLICTO ENTRE LACANDONES Y MONTES AZULES “, PÈRO LA
REALIDAD ES QUE LOS QUIEREN SACAR DE SUS TIERRAS PARA ENTONCEs COMENZAR LAS CONSTRUCCIONES DE HOTELES, RESTAURANTES E INSTALACIONES DE ECOTURISMO. ESTE SERA UNO DE LOS ECOCIDIOS MAS GRANDES DE TODOS LOS TIEMPOS, ESTAS PERSONAS BUSCAN SOLO INTERESES
ECONOMICOS Y NO ESTAN MIDIENDO LAS CONSECUENCIAS DEL IMPACTO AMBIENTAL, SOCIAL, Y CULTURAL QUE ESTO SIGNIFICA. POR SUPUESTO QUE NO SE NOS INFORMARA AL RESPECTO TAL Y COMO SON LAS COSAS PORQUE SI EL PAIS ESTUVIERA INFORMADO ANTES, SEGURO QUE NO LES SERIA TAN FACIL, VERDAD?.
LLEGARAN CON GRANDES CAMIONETAS A COMPACTAR EL SUELO, HACER ESCANDALO, MATAR ANIMALES, PLANTAS Y CONTAMINAR UN LUGAR AL QUE SOLO SE DEBERIA ACCESAR CAMINANDO PARA IMPACTAR LO MENOS POSIBLE,NO CREEN?
ELLOS ACABARAN CON LO QUE A LA NATURALEZA LE HA TOMADO MUCHO TIEMPO CREAR.
POR FAVOR, NECESITAMOS SU AYUDA URGENTEMENTE, ENVIEN ESTA INFORMACION A TODOS SUS CONOCIDOS, A TODOS AQUELLOS QUE LA PUEDAN DIFUNDIR.
NO LES PARECE QUE SI HAY TIEMPO PARA ENVIAR IMAGENES Y CHISTES A SUS AMIGOS TAMBIEN LO HAY PARA HACER UNA LABOR QUE A TODOS NOS CONCIERNE?
SOMOS MUY POCOS LOS QUE SABEMOS LA VERDAD Y ESTAMOS LUCHANDO POR LA CAUSA, PERO SI CADA UNO DE USTEDES PONE SU GRANITO DE ARENA ENTONCES TODO NOS SERA MAS FACIL O AL MENOS NO TAN DIFICIL. ES POSIBLE SALVAR A LA SELVA, CON SU GENTE, SUS ANIMALES Y TODA LA
VIDA QUE AHI EXISTE. NO PERMITAMOS QUE LA GENTE SIGA MURIENDO, NO PERMITAMOS QUE NUESTRAS ESPECIES ANIMALES SIGAN DESAPARECIENDO, NO DEJEMOS QUE NUESTRAS RAICES INDIGENAS SE DISPERSEN Y MUERAN. NO LES NEGUEMOS A NUESTROS HIJOS Y NIETOS LA OPORTUNIDAD DE MARAVILLARSE CON NUESTRAS BELLEZAS NATURALES Y DE VER CRIATURAS ASOMBROSAS PASEANDO POR LA SELVA.
POR FAVOR NO APOYES A LAS CONSTRUCCIONES DE CIUDADES HASTA EN LOS
RINCONES MAS VIRGENES DEL PLANETA.SI DESEAN MAS INFORMACION PUEDEN
ENTRAR A: www.uam.mx
POR FAVOR ENVIEN ESTE MAIL A LA MAYOR CANTIDAD DE GENTE POSIBLE.
” SI TODOS NOS UNIMOS Y GRITAMOS MUY FUERTE, ENTONCES MUY LEJOS
SEREMOS ESCUCHADOS”
Kin 38, Espejo Cristal Blanco

Pueblo de desesperados

    Ima enga erokuarhik´a jirierasku p´ikuaspixindi. Ka sanderu enga erokuarhikia ma iretpita iumu ekuatsi uéxurhini. Ka utaxiksï ima urhekutspiricha tiosïo ka juramutieri anapuecha intsikuni jarhani erokuarhikua, tamu ixi uandangani jarhanxi eska sesi jaxeska, indé indígena mitisti eska ima enga uandak´a eska uetarhinxinga erokuarhini jindesti ma k´uiripu enga iamindu ambé jatsikuarhika. Ima enga erokuarhika tsitakuarhu jimbokxi erokuarhti jimbó ima jatsi ambé jimbó erokuarhini, ixisti, enga ima jatsiaka , ka nani, ka nengoni, ka na jatini, ka na sesi. Joperu, jirierasku p´ikuarherakua p´amexindi enga kanikua ambé uetarhini jauaka.

Jirierasku p´ikuarherakua ojchakusïni sesi jaxi uandakua engaxi ima no t´irerpioka juchari uétarhinchakuani. Jirierasku p´ikuarherakua indígenecheri niraxati ekuani ekuantsipani uandakuechani jimbó enga petamuk´a juramuticha. Sanderu eiotspikua sanderu jurhaxindi jirierasku p´ikuarherakua.

    K´uiripu turhixecha ka “gobiernu” uandaxindixi jurhimuikua ambé ka noxi ixenchoni uadakua enga ionki uaxakatini jaka. Mapuru uandaxindi eiotspìkuani jingoni, ka tamt´u uandani nak´umindu ixi joperu no ixisïni.

    Ima “gobiernu” uandaxindi eska jiringaxaka uandotskuarhikua, tamtu no sesi niatani jarhani. Indé indígena pinaku jarhasti, no xarhataxindi no sesi p´ikuarhingakua. Januati ma ukua enga no sesi jaxioka no ima ambé no nema tsitioti. Uandaxindi ma jatspiri gobiernueri eska no jarhaska uarhiperata na imatsini no sesi kamakia 500 uéxurhini. Ka jima uerasti no sesi p´ikuarherakua. Enga chuxapoka jarhani k´arhimakua, ekuarhperakua juatecheri, mimixekuecheri, ka noxi uekuntani iretechani jimbo ima protestanticha peka no uaka jarhani uandotakuarhikua. Ka jima ueraxindi no sesi p´ikuarhingakua ka no taru jarhani erokuarhikua.

    Ixisti i uandakua nak´uxi maru k´uiripuecha no uek´i ixi exeni o iskuxi ixeni nak´u inde jurani jaki sesi jimbó.

     

El que espera desespera. Más si lleva esperando 500 años. Mientras gobiernos e iglesias venden y lucran con la esperanza, mientras esta es anunciada como regalía y consagrada como virtud, el indígena ha sabido y sabe por experiencia que el esperar lo pregona quien de todo goza. Y es que uno espera con paciencia mientras tiene con qué esperar, es decir, mientras tiene el con qué, el en dónde, el con quién, el cuándo y el cómo seguros. En cambio, la impaciencia abunda cuando la necesidad impera.

    La impaciencia nubla las razones si éstas no dan seguridad o alimentan. El derecho a la paciencia es la seguridad con que se cuenta. El derecho a la impaciencia es la carencia.

    La impaciencia étnica está yendo a la par con el verbalismo del discurso oficial. A más anuncios, más impaciencia. A mayores promesas se abraza mayor desesperanza. Tanto más confunde la realidad con los hechos el demagogo como cruda cae la realidad para el desposeído. Mientras la sociedad nacional y su gobierno basan su derecho y poder en la desmemoria, los pueblos indígenas basan la impaciencia de su derecho en la memoria de su historia. Lo que en el primero es demagogia, en los segundos es palabra encarnada, hecho real, acción potencial.

    El gobierno dice estar buscando el diálogo mientras actúa unilateralmente. El indígena disimula su impaciencia en el silencio. Al final vendrá, eso sí, la incontestabilidad de los hechos. Que no ha habido pleito porque el gobierno no ha querido, dice el Gobierno; pero si el pleito lleva ya 500 años acota la comunidad. De ahí su impaciencia. Ni el hambre, ni el despojo de tierras, ni el robo de bosques, ni la innovación cultural, ni el acoso de sectas pueden ser factores de diálogo y de paciencia. A ese tenor viene la desesperanza y el desesperado a todas va.

    Si bien las declaraciones de los cotos de poder están ahí para quien quiera verlas; también los hechos de un pueblo de desesperados no tardarán en verse, aunque no se quiera abrir los ojos.

Francisco martinez Gracian

Toda la sangre por una gota de libertad

En estos tiempos, cuando distintas disciplinas científicas vislumbran cada vez con mayor claridad las profundas raíces e implicaciones de las culturas indígenas en el origen cultural civilizada del mundo primigenia; al resto de la sociedad les produce pavor e incredulidad el observar cómo este pueblo, al que desean ver exterminado, fue durante muchos años el motor cultural de gran parte de lo que hoy son los estados de Michoacán, Jalisco, Colima, Guerrero, Guanajuato y San Luis Potosí. Quieren ver disuelta la sabiduría, que los “conquistadores” jamás pudieron llegar a acceder a la comprensión intelectual y vital de los orígenes del pueblo indígena de Michoacán.

    Los “vencedores” que escribieron parte de la historia del pueblo p’urhépecha prefieren apuntar sólo a la segunda parte de los acontecimientos, en la que a partir de las invasiones españolas a nuestro continente lingüístico y cultural fue brutalmente mutilado y reducido a esa mínima expresión que la intentaron llamarla malamente “Cultura Tarasca”. Minoración que continúa contra el pueblo cuyas reminiscencias apunta a las raíces del imperio Inca. Aquí en estas tierras este reinado se le conoció como P’urhépecha, palabra que traducido a la filosofía de los antiguos significa: viajeros de la eternidad.

    Como muchos otros pueblos indígenas de nuestro planeta, el p’urhépecha ha aprendido a ser extranjero en una tierra robada y gestionada por el invasor; ha aprendido, también, a refugiarse en el cosmos: zonas de refugio, reducto clandestino del pensamiento de los últimos supervivientes del masacrado Michoacán antiguo; ha tenido que asumir la explotación económica de un sistema que ha institucionalizado el robo como ley; en fin, se han acostumbrado a ser seres de segunda, con limitados derechos, han sido torturados, humillados y encarcelados por defender su mutilada identidad.

    Como otros pueblos indígenas, han aprendido también a luchar, inventando métodos originales de resistencia. Frente a la ocupación del territorio hemos trasladado la patria a la lengua (mucho más difícil de conquistar en términos de dominación material).

    Frente al analfabetismo impuesto a la población ha sido capaz de generar propios sistemas de aprendizaje. Frente a la alienación cultural han surgido redes autónomas de creación y comunicación cultural. Frente a la dominación económica, los p’urhépecha, pueblo comunitario, colectivista donde los haya, ha sido capaz de erigir un potente ejército de trabajo por seguir construyendo la culminación de ese viaje a la eternidad, y todo ello se realiza, según los adversarios, sobre una base que raya en la ilegalidad, ya que aquí la única legalidad es la del poder, a la que se adjudica además la categoría de única realidad. El mundo p’urhépecha, como ocurre con todas las culturas indígenas reprimidas por la soberbia y la avaricia del poder político, es, por tanto, un mundo clandestino, invisible, que “está pero no es”. Así los gobiernos, (federal, estatal y municipal), prefieren no vernos, y piensan que no existimos, resolviendo así su contradicción por la vía rápida del genocidio.

    Pues bien, el proyecto de Comunicación P’urhépecha Xiranhua (otra de las obras de ingeniería social de este pueblo singularmente creativo) es un órgano de expresión que de noviembre de 1996 a octubre de 1999, se convirtió en un “ser” real, es decir en una voz visible para el enemigo, ese mundo del pensamiento y del ser clandestino p’urépecha. Desde esta lengua milenaria, sencilla, diáfana y concisa, quizá con ecos del idioma sagrado de los Incas de Perú, que en la medida en que se habla, se escribe y se lee, desarma y alarma a nuestros enemigos, hasta las múltiples expresiones de creatividad de un mundo que se divierte, ama, lucha y trabaja, desde unas coordenadas radicalmente diferentes a las del poder dominante; todo ello se ha reflejado en este periódico y es por esto que podríamos definir a Xiranhua como el único periódico indígena de la República Mexicana, como lo dijo en su momento el premio novel de literatura Gabriel García Márquez, el periódico de un pueblo milenario, cansado de vivir en la clandestinidad y que exige el derecho a la existencia dentro de la realidad. La respuesta no ha podido ser más elocuente.

    Posee gran contenido semántico aquella famosa frase del tristemente celebre general Custer “el mejor indio, es el indio muerto”.  Profunda reflexión que confirma que les asustamos, que estamos más vivos, que somos más humanos y tenemos más futuro que su podrido sistema y su democrática violencia, y que nos necesitan, porque sin nosotros no pueden ser ellos, esfumándoseles ese sueño vaporoso que es ejercer el poder sobre México.

    Con nosotros los indígenas, sin embargo, no se puede transigir. Nuestra lucha no es sólo economista, el enfrentamiento es civilizado, no poseemos el mismo lenguaje ni la misma lógica que el poder soberbio, y por ello somos difícilmente controlables. O ellos o nosotros. Como dicen los hermanos del EZLN, “libertad o muerte”. No hay términos medios.

    Pues bien, Xiranhua ha sido vehículo de ese espíritu de la naturaleza viva, insurgente durante estos 3 años. Igual tiempo estuvo escondido, encerrado, refugiado en la selva urbana, pero el movimiento y pensamiento de los “mayores” o de los “viejos” reaccionó, se construyó nuevos proyectos, e incluso mejorando los anteriores. Y es que no pueden entender que los pueblos indígenas poseemos dos materias primas básicas que, inteligentemente explotadas, nos hacen invulnerables: el tiempo y la solidaridad intercomunitaria. ¡Xiranhua vive!

Comentarios y sugerencias a : xiranhua@hotmail.com

Ejemplo para el mundo, verguenza para nuestro pueblo

Jiskakata juata anapu p’ukutapu

mijpandika jungapikua ka pinandikua

imajkuxi kurhakuarhit’i pirekua t’arhenkucheri

ka k’uimukua xarhiandikua pukuriri

enga manatamka tarhiata.

Auandarhu kuaunchixamti jurhiateri t’intskua

xumu urapitiecha, uirhimukuesti,

irekuesti acha Kuerajperiri.

Auanda.

P’ukutapurhu inchakuti,

kuajtsikua ukata mamaru jaxi chikurhiri,

suasuandasamti tarhiata ima puntsumikua…

Ji p’ikuxapka nurhiti ka terekua

jucheti uarhiti pakupiringa;

ma turhixi p’ urhépecha jángarhi

minkuarhini ima “jimbani minkuarhekua”

chutantasptirini juchari echeru p’uhépechio.

Echeri enga xani pukutapuka,

enga tata k’eriechaxi patsaka no mitikata

ka engaxi irekaka tatá diosiecha,

iaxi jindesti euakuarhperakua tsapkucheri

enga euajperanxi jaka iamindu ambé xipiari…

Ireta no ambaketi,

¡eranguekuesti ma parhakpeni iretecharhu,

k’uratsikuesti paru juchari

tatá k’eri tuá anapuecha…!

  Recóndito lugar del bosque

donde el verde y tupido silencio

sólo era roto por un trinar de pájaros

y las ramas de los pinos mecidas por

el viento venteaban su melodía.

El manto azul acentuado por el sol:

nubes blancas, bóveda celeste,

morada del Creador.

El cielo.

En el follaje,

encaje hecho de plantas silvestres,

inundaba el viento con aromas…

Cortaba nurhite* y hongos

para mi mujer;

un turhixi** con rostro p’ urhépecha

reclamó los linderos de “su nuevo reino”

echándome de mi tierra p’uhé.

Tierra de bosques,

donde los abuelos guardaron misterios

y los dioses viven,

hoy es botín de buitres

peleando la carroña…

Comunidad malsana,

¡ejemplo para el mundo,

vergüenza para nuestros

antepasados…!

* hojas de té de campo

** hombre de alma negra

Por Pedro Victoriano Cruz

derecho de los jovenes y niños inidigenas

Plan de acción
Para asegurar los derechos sagrados de nacimiento de los niños y la juventud indígena
Tlahtokan Aztlan, Encuentro Tradicional del Pueblos Indígenas

Adoptado unánimemente por Tlahtokan Aztlan, Encuentro Tradicional Indígena

Territorios de la Nación Tohono O’Odham (hoy conocido como Phoenix, Arizona, Estados Unidos de América), Marzo 7-9, 2003.

Respetuosamente presentado al Foro Permanente de Cuestiones Indígenas, Naciones Unidas Mayo 12-23, 2003.

Preámbulo:

Nosotros, los cien cincuenta y cinco líderes indígenas y representantes de comunidades indígenas de más de treinta y cinco naciones indígenas distintas sobre el continente norteamericano reunidos en discurso pacífico, enfocándose en los derechos y las preocupaciones de los Pueblos Indígenas, en particular los de los niños y juventud indígena y las relaciones aún no nacidas:

Subrayando que es una parte integral de los derechos de nacimiento de los niños y la juventud indígena poder vivir en un ambiente saludable y seguro; de ser salvaguardado de discriminación y intolerancia racial y en otras formas; de tener oportunidades igual a los de los niños y la juventud no- indígena; de mantener y disfrutar su propia identidad, lengua, cultura, valores, y espiritualidad indígena; de desarrollar su personalidad, talentos, y habilidades mentales y físicas hasta su mayor potencia; y para disfrutar el derecho a la educación consistente con todos estos elementos;

Honrando la sabiduría, experiencia e innovación de nuestros ancestros y sus instrucciones de que nosotros tenemos la responsabilidad de estimar y transmitir ésta herencia colectiva para las futuras generaciones para que puedan ellos realizar su potencia;

Recordando la Cumbre Mundial para los Niños, 1990, la Sesión Especial sobre Niños de la Asamblea General de la ONU, 2002; el trabajo del Seminario Experto sobre Niños Indígenas organizado por el Centro de Investigación Innocenti de la UNICEF, 5-7 de Marzo 2003 el Florencia, Italia; y el trabajo del Grupo Inter- Agencia de Apoyo para el Foro Permanente de la ONU, incluyendo el de la UNICEF hacia el reconocimiento y cumplimiento de los derechos de los niños y la juventud indígena;

Notando las contribuciones hechos por otras conferencias, talleres, y seminarios para el reconocimiento y protección de los derechos del niño incluyendo los de Niños Indígenas, especialmente los derechos colectivos de Niños Indígenas hacia sus tierras, territorios, y recursos;

Reconociendo la importancia de la Convención sobre los Derechos del Niño y la necesidad para su ratificación e implementación completa por los Estados;

Expresando preocupación profunda sobre el impacto negativo aumentando diariamente de los esfuerzos de globalización incluyendo libre comercio, industrias grandes extractivas como la minería, proyectos grandes de infraestructura como presas hidroeléctricas, deforestación desenfrenado y comercio ilegal de madera, turismo insostenible, militarización y otras fuerzas impactando los Pueblos Indígenas incluyendo los niños y la juventud indígena, sus tierras, territorios y recursos;

Reafirmando que los lugares de veneración son integrales para venerar, que lugares de ceremonia tradicional indígenas son Lugares Sagrados, y que muchos de nuestros lugares sagrados no son construidos por el hombre, sino es el trabajo del Creador;

Reafirmando aún mas que lugares sagrados son parte de la herencia cultural de los niños y la juventud indígena, y que la profanación y destrucción de nuestros lugares sagrados son actos de genocidio cultural;

Reconociendo la importancia de la protección de nuestras naciones, comunidades, y familias indígenas para la crianza y desarrollo de los niños y la juventud indígena;

Notando con preocupación grave la degradación continua del medio ambiente y la Madre Tierra, y expresando la necesidad de aumentar medidas para restaurar y proteger el medio ambiente y la Madre Tierra para la supervivencia y desarrollo de diversidad cultural y la biodiversidad;

Reafirmando la importancia de los propósitos y principios del Carta de la ONU e los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes;

Reafirmando aún mas la importancia de los instrumentos internacionales de derechos humanos de pertenencia para los Pueblos Indígenas como la Convención sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización Internacional de Trabajo, 1989, la Convención sobre la Eliminación de Todas Formas de Discriminación Racial, y la Convención sobre Diversidad Biológica; y la necesidad para su ratificación y la implementación plena por los Estados;

Reconociendo el valor de la reciente Declaración Universal sobre Diversidad Cultural de la UNESCO;

Reconociendo aún mas la importancia del borrador de la Declaración sobre los Derechos de Los Pueblos Indígenas de la ONU, y la adaptación de su corriente texto seria un paso mayor hacia avanzando y protegiendo los derechos indígenas, incluyendo el derecho a la Libre Determinación;

Subrayando la importancia fundamental de la Libre Determinación como derecho humano y como prerrequisito para el disfruto de todos otros derechos y libertades;

Expresando preocupación profunda que la Década Internacional del Pueblo Indígena de la ONU (1995-2004) esta llegando a su cierre y que uno de sus objetivos mayores, la adaptación por parte de la Asamblea General de la ONU del borrador de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas no se ha logrado;

Notando que el Relator Especial de la ONU sobre la Situación de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales de los Pueblos Indígenas esta invitado a poner atención especial a violaciones de derechos humanos y libertades fundamentales de los niños indígenas;

Dándole la bienvenida a las contribuciones hechas por conferencias mundiales recientes para la realización de las metas de la Década incluyendo la Cumbre del Milenio de la ONU, 2000, la Conferencia Mundial Contra el Racismo, 2001, y la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Social, 2002;

Expresando preocupación que el impacto de la discriminación en contra de los Pueblos Indígenas no se esta completamente considerando en las estrategias internacionales, incluyendo estrategias para la reducción de la pobreza, para logras metas fundamentales;

Dándole la bienvenida a la creación del Grupo de Apoyo Inter- Agencia de la ONU., el Fondo Voluntario y la Secretaría para el Foro Permanente de Cuestiones Indígenas;

Dándole la bienvenida a la segunda sesión del Foro Permanente, 12-23 de mayo 2003, y su tema “Niños y Juventud Indígena”.

Incitamos fuertemente el Foro Permanente de Cuestiones Indígenas:

1. Continuar avanzando su trabajo a favor de los niños y la juventud indígena.

2. Impulsar a los estados ratificar e implementar la Convención sobre los Derechos del Niño.

3. Impulsar a los estados ratificar y implementar la Convención sobre Pueblos Indígenas y Tribales, 1989 (No. 169) y otros instrumentos internacionales de derechos humanos de pertinencia a Pueblos Indígenas.

4. Recomendar que la ECOSOC solicite al Secretario- General de la ONU que invite a cuerpos pertinentes de la ONU incluyendo a la Asamblea-General de la ONU de tomar todos los pasos necesarios para adoptar el borrador de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU con completa y efectiva participación del los Pueblos Indígenas, antes del fin de la Década.

5. Comisionar un estudio comprensivo sobre el derecho indígena a la Libre Determinación, con vista para identificar métodos diversos en que su placer y ejercicio sea esencial para la salud y bienestar de los niños y jóvenes indígenas.

6. Recomendar que la ECOSOC solicite que el término “Pueblo” como usado en el borrador de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU sea usado en todos los documentos de la ONU perteneciendo a los Pueblos Indígenas sin discriminación, particularmente sin cualquier texto modificante con respeto al uso del término y sus implicaciones en relación a derechos bajo la ley internacional.

7. Continuar dirigiéndose hacia el impacto de conflictos armados sobre los Pueblos Indígenas, sus tierras, territorios y recursos, enfocándose en particular en las mujeres y los niños.

8. Recomendar que la ECOSOC solicite al Secretario- General de la ONU para llamar la convocación de una Cumbre Mundial de los Pueblos Indígenas dentro de los próximos dos años con fin de evaluar la Década y que la Cumbre sea guiada por el liderazgo del Foro Permanente.

9. Recomendar que la ECOSOC solicite a la Asamblea- General de la ONU para proclamar una segunda Década Internacional Mundial del Pueblo Indígena, 2005-2014, y que un objetivo mayor de la segunda Década sea la elaboración de una Convención sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas escrito por el Grupo de Trabajado sobre Poblaciones Indígenas.

10. Solicitar una extensión del plazo del Relator Especial de la ONU sobre la Situación de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales de los Pueblos Indígenas.

11. Recomendar que la ECOSOC promueve el apoyo para la continuación del Grupo de Trabajado Sobre Poblaciones Indígenas.

12. Llamar a Agencias de Desarrollo para incluir en sus estrategias de Desarrollo Orientadas en Metas Milenarias los derechos y preocupaciones de los Pueblos Indígenas, incluyendo el derecho a la participación completa y efectiva en el desarrollo y evaluación de estas estrategias mientras tomando en cuenta el principio del consentimiento libre, previo, e informado de los pueblos involucrados.

13. Recomendar que la ECOSOC solicite a la Asamblea General de la ONU para:

(a) llamar a los Estados que honren y ejecuten los tratados donde existan con Naciones Indígenas incluyendo esos tratados y otros arreglos con Pueblos Indígenas cuales naciones son disecadas por fronteras internacionales modernas; y

(b) establecer un grupo de trabajado para dirigirse a violaciones de tratados y efectos sobre Pueblos Indígenas, naciones, tierras, territorios y recursos.

14. Invitar a la Organización de Alimentos y Agricultura y de el Programa Medioambiental de la ONU, y otras agencias de la ONU pertinentes para avanzar el trabajo con respeto al derecho de Pueblos Indígenas hacia alimentos saludables y adecuados, seguridad de alimentos y soberanía alimentaría enfocándose particularmente en:

(a) esas áreas donde Pueblos Indígenas enfrentan muerte de hambre;

(b) esas áreas donde Pueblos Indígenas, especialmente mujeres, niños, y los ancianos están amenazados por la muerte de hambre y desnutrición;

(c) los efectos de biotecnología en la salud de comunidades indígenas, sistemas y recursos de alimentación incluyendo especias de plantas sagradas, espigas, semillas, animales, aves, y pescados;

(d) los factores principales debilitando sistemas agrícolas indígenas y actividades agro-relacionadas incluyendo intercambio tradicional por medio de trueque y rutas de comercio tradicionales – factores como:

– falta de acceso a tierra y recursos incluyendo agua saludable y adecuada

– la energía y cambio climático

– agro-industrias de escala grande y invasivas.

– contaminación y destruccion de la tierra, fuentes de agua y alimentos por pesticidas y substancias y químicos tóxicos

– proyectos de infraestructura de escala grande

– militarización

(e) medidas inmediatas para corregir la situación, con participación completa y efectiva de los Pueblos Indígenas, por medio de iniciativas que incluye el reconocimiento y protección de los derechos de Pueblos Indígenas a sus tierras, territorios y recursos, la restoración, refuerza y la protección de alimentos y sistemas agrícolas indígenas, su conocimiento tradicional, innovaciones y prácticas agrícolas, sus actividades agro-relacionadas, y sus rutas y costumbres de comercio;

15. Solicitar la Organización Mundial de Salud y otras agencias y cuerpos pertinentes de la ONU para avanzar el trabajo relacionado con la salud, incluyendo salud mental, de los Pueblos Indígenas dando atención especial a:

(a) mujeres, niños, y los ancianos

(b) la filosofía indígena hacia la salud incluyendo su conocimiento tradicional de salud, sus rituales y ceremonias;

(c) los efectos del HIV/SIDA en comunidades indígenas, y

(d) los efectos de turismo insostenible.

16. Llamar a agencias de desarrollo para incluir en sus estrategias datos desagregados sobre la situación de los Pueblos Indígenas, especialmente mujeres, niños y juventud en las áreas de salud, incluyendo salud mental, educación y otras áreas de desarrollo y que estos datos sean evaluados, en conjunto con los Pueblos Indígenas, en fin de

(a) determinar la extensión en que el Pueblo Indígena debería estar a salvaguardado de varios aspectos del desarrollo y

(b) para medir progreso hacia lograr las Metas del Desarrollo Milenaria.

17. Solicitar al UNESCO para organizar un taller en protegiendo los lugares sagrados y sitios ceremoniales de los Pueblos Indígenas con una vista para identificar mecanismos protectores y dirigiéndose a la restauración y la reparación.

18. Invitar a la Organización Mundial sobre Propiedad Intelectual con asistencia del FAO y UNEP para finalizar su trabajo con respeto a la protección de derechos de propiedad intelectual de ellos quien cargan conocimiento tradicional incluyendo los Pueblos Indígenas, y que el trabajo refleje la índole colectiva de la herencia cultural y intelectual de los Pueblos Indígenas incluyendo su derecho colectivo a esta herencia y para compartir en los beneficios resultando de el uso de esta herencia.

19. Animar al UNEP, FAO, y otras agencias y cuerpos pertinentes de la ONU como el Foro sobre Bosques de la ONU. (UNFF) para acelerar el trabajo de mantenimiento forestal sostenible, la conservación, restauración y el desarrollo, poniendo atención especial para

(a) participación completa y colectiva de los Pueblos Indígenas en esas iniciativas mientras tomando en cuenta sus valores culturales y espirituales de relación con la tierra, los bosques y el agua, conocimiento tradicional relacionado con bosques y leyes de costumbre;

(b) sus derechos colectivos a sus tierras, territorios, bosques y otros recursos;

(c) el impacto aumentado, a veces negativo, de pólizas sectoriales transversas como esas preocupadas por derechos relacionados con la tierra y agua, turismo, agricultura especialmente de aserrar y hacienda de escala grande, pólizas de comercio, y desarrollo de infraestructura en bosques y comunidades indígenas forestales;

(d) la participación completa y efectiva del Pueblo Indígena, especialmente mujeres, en iniciativas para la conservación y mantenimiento sostenible del agua, poniendo atención en particular a la relación espiritual y cultural de los Pueblos Indígenas con el agua como viviente y sagrada y que no debería ser mercancía o privatizada.

20. Solicitar a la Oficina del Alto Comisario de Derechos Humanos para convocar una conferencia con el fin de integrar plenamente los derechos de los Pueblos Indígenas dentro del sistema de la ONU y en los niveles regionales y nacionales.

21. Apoyar y recomendar fuertemente la participación completa y efectiva de los Pueblos Indígenas, por medio de sus representantes, en todas las iniciativas propuestas en este Plan de Acción.

Respetuosamente presentado por:

Tlahtokan Aztlan, Encuentro Tradicional del Pueblos Indígenas

Fondo Séptima Generación

American Indian Law Alliance

http://alainet.org/active/show_text.php3?key=3761

carta de una mujer indigena

Carta de una mujer indígena

Fuente: Chelita – Sudamérica. Revista “Yo Indio”, Nº 4

Soy una mujer indígena, hija de la tierra y el sol,
pertenezco a una raza con una cultura milenaria que hoy conservo como
un tesoro…
Convivo con lo que me rodea, con la lluvia, el viento, la montaña, el cielo…
Soy feliz en estas soledades…
tengo tiempo para contar las estrellas,
tiempo para poner mis sueños al día,
para danzar con los pájaros sintiendo el aire fresco del amanecer
y hablar en silencio con los animales, con las plantas, con los espíritus…
Sé sembrar con la Luna los frutos del alimento,
teñir la lana para hacer el tejido,
hacer medicina como me enseñó mi abuela,
cantar al nuevo día.
Sé amasar sencillamente con fidelidad y con ternura…
Soy mujer indígena, mujer como la Madre tierra,
fértil, callada, protectora y fuerte.
Yo no sé de economía, ni de bancos, ni de política ni subvenciones.
Pero si sé cuando mi mundo está en peligro
y sé cuándo las cosas son buenas o no.
No entiendo de muchas cosas,
a la gente del gobierno que vienen con muchas promesas, palabras de aire cuando hay
elecciones y después nada,
a los que vienen a querer cambiar mi mundo, mis vestidos, mi espiritualidad…
los que roban, los que experimentan con mis hijos,
o les sacan sus órganos para los winkas ricos,
los que mienten, los que me sacan las tierras, los que me explotan,
los que intercambian mi arte y mis tejidos por comida o alcohol
y me pagan una miseria por el trabajo de meses
para venderlos en las ciudades lejanas de Europa,
no entiendo a los que se hacen mis amigos para sacarme conocimientos,
los que vienen con grandes máquinas para talar el bosque,
los que agujerean la tierra para sacarle su sangre,
los que esconden en la comunidad basura en bidones para contaminarnos,
los que nos ponen vacunas, los que experimentan con mi sangre,
los que tienen buena fe y creen que vienen a ayudarme a integrarme poniéndome cables de luz
y trayendo la “caja boba” para confundirme,
los que me ponen zapatos,
los que quieren cambiar mis costumbres ancestrales,
los que me miran como un bicho raro y me sacan fotos,
los que quieren que baile por dinero,
los que vienen con muchas palabras bonitas a hacer iglesias
en nuestros lugares sagrados,
los que intentan esclavizarme con dependencias ajenas a mi cultura,
los que entran armados en nuestras tierras para echarnos,
a los extranjeros que vienen de vacaciones de
guerrilla a enfrentarme con los militares y luego
se van protegidos a sus lejanas tierras…
a veces las cosas se ponen peor para nuestra gente, nos apresan, nos matan…
Tampoco entiendo a los que me desprecian,
los que me ignoran,
los que no les importo nada y me roban todo, hasta mi dignidad…
Soy mujer indígena y sé lo que quiero…
cambiar cosas, esas cosas
que duelen dentro y se van agrandando como la impotencia,
el desamparo, la destrucción, las palabras incumplidas, el desamor
y ese sentimiento de estar siendo violada constantemente.
Quiero gritar
¡Déjenme en paz!… Quiero seguir viviendo así
simplemente, con la tierra y mi gente, la que ríe, la que crea,
la que vibra la vida así como es, sin alterar las cosas,
la que comparte, la que acaricia,
la que no tiene prisa y ama sin esperar nada,
la que no se aburre…
Quiero que me respeten,
soy mujer de la tierra, fuerte como el árbol
que resiste al viento como el junco en la corriente,
firme como la montaña más alta, frágil como el colibrí y dulce
como los atardeceres.
Soy mujer indígena, hija de la tierra y el sol
y aunque no entienda muchas cosas,
se lo que quiero, tengo esperanza y sé que las cosas
van a cambiar.

Chiapas y sus mujeres indigenas

Márgara Millán

Chiapas y sus mujeres indígenas.
De su diversidad y resistencia*

Poco sabemos de las mujeres indígenas, de su manera de concebir el mundo y ubicarse dentro de él. De su palabra y su consciencia, sus deseos de transformación y de permanencia. Una de las virtudes del libro de la joven periodista catalana Guiomar Rovira es justamente permitirnos el acceso a las realidades diversas de las indígenas chiapanecas y hacerlo con un material tan vasto de información y experiencia que permite comprender la complejidad de sus procesos, sus distintas dimensiones contradictorias, los puntos de tensión donde gana la represión del estado, de la comunidad, de los varones o de las mismas mujeres por sobre el ímpetu de emancipación femenil, pero también, los puntos de fuga donde se acrecienta el poder de las mujeres.

Conjugando lo mejor de un estilo ligero de crónica con ciertas descripciones etnológicas y las reflexiones de la autora tomando distancia, este texto nos presenta el mosaico que es este estado del suroeste, mostrando una vez más los motivos por los cuáles podemos afirmar que Chiapas es hoy el corazón del mundo. Compartiendo su sorpresa, enojo o tristeza, Guiomar Rovira va descubriéndonos a las mujeres “reales”, las que habitan fuera de los discursos (políticos, antropológicos, incluso feministas). Las mujeres marcadas por sus diferencias (de etnia, de educación, de consciencia política, de vocación y preferencias) construyendo, sin embargo, puentes unitarios de género, de visión de mundo, de imaginario, de futuro.

El zapatismo del primero de enero de 1994: punta del iceberg

Al acercarnos a las mujeres indígenas en Chiapas, zapatistas o no, empieza a predominar la idea de que existe una historia que va a contrapelo, que se abre paso en los cambios cotidianos de la vida de todos los días, que no se constituye en grandes acontecimientos ni noticia de primera plana. La historia como viejo topo, roedor y constructor al mismo tiempo. Cuando el mundo conoce de la insurgencia zapatista y Marcos se vuelve famoso, es de ésta otra historia ya desbordada en fenómeno público, acontecimiento nacional y hasta internacional, de la que está conociendo. Se trata de una urdimbre silenciosa que por largo tiempo ha estado en movimiento. ¿Los implicados? Familias y comunidades enteras. Tanto las que se convierten en zapatistas como las que no lo hacen, guardan el secreto, es el secreto de su propia historia, aquella que decidieron tomar en sus manos, construir todos los días, destruir también todos los días, su propia historia. Para poder re-contarla de nuevo, como lo empiezan a hacer hoy las mujeres indígenas que nos hablan a través de Guiomar. Para que el iceberg se haya dejado ver, muchas cosas han tenido que pasar. El entorno de organización combativa del zapatismo, la historia de lucha civil y pacífica de los y las indígenas campesinos de Chiapas, es un primer nivel dentro de este relato. Las mujeres estaban ahí desde siempre, algunas ya organizadas en proyectos productivos, en cooperativas textiles, en la panadería, en una tienda de la comunidad; otras se enrolaban para ser promotoras de salud, o decir la palabra de dios. Esas mujeres fueron creando espacios. Las comunidades las impulsaban pero también las criticaban. No era claro. Está bien que la mujer participe, pero causa desconfianza que lo haga. De todas formas, algunas siguen participando.

De repente se expande la noticia. Hay un grupo armado. Un grupo que se prepara para cambiar las reglas del juego del cinismo y del abandono, de la prepotencia y la ilegalidad. Algunas mujeres se enteran, siempre porque algún familiar les dice, en muchos casos el padre. De repente, se empieza a construir una opción de vida para las jóvenes indígenas. Es una opción comunitaria, y sólo por eso, una opción personal. Es comunitaria porque las familias y las comunidades la avalan: está bien el zapatismo porque es luchar por que la comunidad exista en el futuro. Muchos testimonios afirman que las opciones para las niñas-adolescentes de 12 a 15 años en los empobrecidos parajes de los altos o de la selva es irse a trabajar a las ciudades cercanas, emplearse como trabajadoras domésticas. Trabajar de zapatista es trabajar por el futuro de toda la comunidad; los otros trabajos son soluciones inmediatas a una situación de precariedad, medio de subsistencia personal y algún apoyo para la familia. Ocurre un desplazamiento en el horizonte de las comunidades, que va de las estrategias de sobrevivencia inmediata a las estrategias para “crear futuro” para todos. Para algunas comunidades indígenas, el zapatismo, así como los trabajos colectivos y el vestido tradicional empezó a significar hacer comunidad , a formar parte de la reciprocidad. Fue asumido como tarea comunitaria, y las hijas e hijos se fueron yendo al ejército zapatista. El resto empezó a trabajar para ellos. Se inicia así el amplio tejido que hoy conocemos como zapatismo y que lejos de ser un proceso aislado de opción por la vía armada, sólo podemos comprender cabalmente si consideramos su carácter comunitario y familiar. 1983 es la fecha con que los insurgentes marcan el comienzo de sus trabajos. Ana María, Mayora Insurgente encargada de la toma de San Cristóbal, ha dicho que en aquél entonces sólo había como dos mujeres en el pequeño grupo de nueve o diez insurgentes. Hoy la tercera parte de la fuerza insurgente son mujeres. Muchas tienen altos cargos y están al mando de importantes destacamentos militares.

Pero el entorno combativo y de organización femenil en Chiapas ocurría no sólo por parte de las indígenas que se volvían insurgentes, y las indígenas que se organizaban en proyectos comunitarios, sino también en la sociedad civil y mestiza que se organizaba para apoyar a las mujeres indígenas y sobre todo, para ayudarlas a encontrar sus propias inquietudes y demandas. Las figuras y grupos no gubernamentales resaltados por Guiomar, como la abogada Martha Figueroa, la periodista Concepción Villafuerte, Yolanda, la asesora de la cooperativa J’pas Joloviletik, el Grupo de Mujeres de San Cristóbal, son muestra de ese entorno. Después del 1 de enero de 1994, muchas otras mujeres del país y fuera de él, se organizan de distintas maneras para apoyar al zapatismo y a las mujeres indígenas en particular. Conpaz, en San Cristóbal, coordina las acciones de organismos no gubernamentales por la paz. Se inicia otra tarea de capacitación urgente a la población, ahora en situación de guerra declarada: la de los derechos humanos. La sensibilidad de la autora es tan amplia como para mostrarnos también los desencuentros entre las mujeres mestizas y las/los indígenas. En ningún caso se idealiza el mundo indígena sino que se le expone con todas sus contradicciones. Ello no desvaloriza la lucha que hoy llevan adelante.

Las mujeres indígenas. Sus propias diversidades, sus formas de resistencia

Delinear las diferencias entre una mujer tojolabal, como la Comandanta Trini, con una indígena tzotzil, como Maruch, fotógrafa chamula o la Comandanta Ramona, y las mujeres tzeltales, como las de Prado Pacayal o la joven comandanta Leticia, para después ir también desestructurando estas identidas étnicas en las experiencias de cada cañada, de la fundación de los poblados en la selva y también en los poblados zapatistas, como Guadalupe Tepeyac, es uno de los mejores aciertos del libro Mujeres de Maíz. Es en este retrato de las diferencias y los contrastes donde la autora nos deja ver lo complicado del proceso de cambio de relaciones de género y de visión del mundo que, pese a todo, se ha desatado en esa región del país.

Sabemos de la explotación de las/los indígenas por el sistema capitalista, de su exterminio físico y cultural, de la prepotencia e ilegalidad que forman su contexto cotidiano, compartido en diferente grado por las mayorías del país. El aislamiento, la ineficacia de la educación y de las políticas sociales de desarrollo. También es conocido el hecho de que son las mujeres las más explotadas dentro de esta escala de miserias, depositarias de la explotación de clase, etnia y género. Las más desnutridas, las más monolingües, las más analfabetas, como resultado de varios poderes: el poder del capitalismo, del estado mexicano y de la estructura de género.

El poder del racismo de la sociedad mexicana que las ha fijado como buenas nanas y sirvientas, incapaces de elaboraciones teóricas y de pensamientos políticos, guardianas de la sabiduría indígena, esa que se parece mucho al pasado que, aunque rico y profundo, pertenece al museo.

El poder del capitalismo que todo lo avasalla, “libera” y homogeniza para venderse en el mercado, destruyendo toda lógica opuesta por “precapitalista”, por ejemplo aquella que dice “queremos seguir siendo indígenas pero dominar nuestros recursos”, para decir, “lo que quiero es mano de obra barata y sin ningún recurso”.

El poder del estado mexicano que no las toma en cuenta, ni en la representación ni en la legislación, un estado que está fincando cada vez más en el Ejército y su capacidad intimidatoria cuando no francamente represora, su principal “centro de servicio a la comunidad”.

Y también, el poder comunitario y sus leyes, las que les impide escoger marido y heredar la tierra, las deja en el hogar, sin opción de aprender otros conocimientos, con responsabilidades en el trabajo pero sin participación en las decisiones, estructura del poder machista que se afirma en algunos lugares más que en otros. Este poder no sólo radica en los varones, sino también en las mujeres en contra de otras mujeres, el poder de la presión social y comunitaria, donde la indígena que se vuelve promotora, o se organiza en cooperativa, es mal vista y mal hablada.

Todos estos poderes son confluyentes en su acción, estructuran no sólo la posición de las mujeres y de los hombres en las comunidades sino también su historia y sus expectativas de futuro. Lo interesante del libro de Guiomar es que muestra como, en una situación tan aparentemente omnipotente y monolítica, existen muchas mujeres y algunos hombres que resisten con niveles y prácticas muy diversas, trabajando, como el viejo topo, en contrasentido de la sujeción femenina.

Guiomar organiza un retrato con bajorrelieves, donde aparecen tanto las indígenas no zapatistas comprometidas en la organización productiva de sus cooperativas, como las mujeres zapatistas de las comunidades que integran las llamadas “bases de apoyo”, las hermanas, madres, tías, amigas o conocidas de alguna o algún insurgente que cumplen tareas de apoyo específicas, las jóvenes insurgentes que se han ido a las montañas y que por años no han regresado a su comunidad ni visto a sus familias, las mujeres con cargo, las capitanas y las mayoras que tienen mando y han realizado acciones militares, las comandantas, indígenas miembros del CCRI. El retrato de todas estas mujeres nos da cuenta de la multiplicidad de lugares y de tareas que conforman la beligerancia femenil. Se ha ido componiendo un amplio repertorio de mujeres con autoridad, moral, política, militar, donde unas figuras apoyan a otras y abren caminos nuevos para todas. Cuando las indígenas, en uno de los encuentros posteriores al alzamiento que se realizó en San Cristóbal, afirman: ¡Qué bueno que salió Ramona! Ella creo que nos quiere, por eso salió a caminar, ella como que nos está jalando. Nos muestra el camino de lo que podemos hacer. Ella es una persona grande, mayor (p. 199), está presente el impacto que causa el movimiento sobre sí mismo y que hace que más mujeres se decidan a participar y a hablar.

Esto es muy importante, porque contribuye a la restauración y creación de una genealogía del poder femenil. Figuras con autoridad, figuras ejemplares, que inspiran respeto y reconocimiento, y que empiezan a reproducirse hasta diseminar la idea-sensación de que a todas nos toca una parte de la lucha por la dignidad. Genealogía arrebatada a las mujeres y más aún a las indígenas. Las imágenes de mujeres sabias, depositarias de un poder (la ilol o curandera, la partera, las ancianas de las comunidades) se amplían con estas otras, la insurgenta, la comandanta, las que se organizan y participan en los talleres y las reuniones. Mujeres indígenas que aprenden dos y más lenguas, que hablan castellano, que hablan en público. El imaginario estalla. Y ahora ellas nos interpelan en nuestro sentido de mundo, en nuestra responsabilidad común, en nuestro ser mujeres y tener palabra.

La historia no va nunca en un sólo sentido y siempre es un campo de batalla

El último atributo que quisiera remarcar de Mujeres de Maíz, es la idea presente a lo largo de todo el texto, de que las mujeres indígenas hoy en Chiapas están en medio al tiempo que produciendo, son producto al tiempo que actoras, de un proceso contradictorio y complejo, en el que sin duda se han fortalecido pero que de ninguna manera es un proceso que tenga un solo sentido. A los “compañeros que ya entienden” hay que agregar a los muchos que todavía no lo hacen, o que aunque entiendan, les gana un momento de desconfianza, de celos, de maledicencia, para cometer actos brutales contra sus propias compañeras. A las mujeres indígenas, zapatistas y no, les toca aquí también un trabajo más: imponerse frente a los varones que no aceptan sus procesos emancipatorios. No es terreno ganado, es terreno en lucha incluso entre los zapatistas. La Ley Revolucionaria de las Mujeres no es el marco jurídico que representa una nueva realidad, sino un deseo de una socialidad otra, el deseo de la eliminación del maltrato hacia las mujeres y de su justo castigo por parte de las comunidades; el deseo del reconocimiento de las mujeres indígenas como sujetos de pleno derecho. Pero también, la ley que por momentos y en territorio “liberado” sí funciona para castigar a los padres y a los maridos que siguen actuando conforme a costumbres que las mujeres han decidido transformar y de esa manera ejercer una nueva legalidad.

Mujeres de Maíz destruye la idea de las indígenas como sólo víctimas: de la historia, de la explotación, de la guerra y de la política. Para develarnos otra parte de su historia y de sus vidas, la del acrecentamiento de sus potencias, su “empoderamiento” como lo definen algunas feministas, sobre todo, su potencia para reivindicarse como sujeto, y más específicamente, como una diversidad de sujetos, capaces de autorrepresentarse. Con esto quiero decir, sujetos femeninos diversos con historias concretas, que elaboran sus propios horizontes de transformación, hasta ahora irrepresentables por el discurso político y por el discurso feminista en tanto teorías generales y universales. Estas mujeres indígenas se afirman como sujetos plenos, con derechos políticos, económicos, sociales y de género frente al estado mexicano y su ley, pero frente a sus comunidades y su ley. Afirman su pertenencia a la vida comunitaria al tiempo que exigen una redefinición de ésta donde su voz sea tomada en cuenta. Son totalmente congruentes con el discurso zapatista, llevándolo en muchos casos más allá de sus propias posibilidades prácticas, porque el “parejo” referido a las mujeres altera y modifica a la familia y la comunidad en un “más”. La transformación del sujeto-mujer indígena es algo que ocurre obligadamente en referencia a su pertenencia comunitaria y no como una “realización personal”. En muchas ocasiones es la propia comunidad la que elige e impulsa a alguna de sus integrantes a asistir a las reuniones, a caminar los caminos, a salir. La comunidad, después de promover la transformación participativa de sus mujeres, tiene también que transformarse. A veces puede, a veces no. Pero algo cambia.

En Chiapas las mujeres enfrentan tanto la violencia ejercida por el estado como por el esposo, como bien afirma Hernández Castillo,1 y el zapatismo como movimiento indígena, con todo y su impulso igualitario y justiciero encuentra en la situación de la mujer un continuo desafío. Queda claro que lo que no demanden y defiendan ellas mismas quedará sin ser demandado ni defendido.

Zapatismo como utopía feminista

Durante trece meses existió un territorio en México autodenominado territorio zapatista. Algunos testimonios describen sus normas y maneras: a las jóvenes indígenas insurgentes se les veía mejor comidas, es decir, menos desnutridas que sus hermanas de las comunidades. Aunque llevaban uniforme y se cubrían el rostro, se les podía observar unos pasadores (los prensa-pelo) acomodando el peinado, la larga trenza brillosa, detenida por algo colorido y los aretes, accesorios de todos los días, al igual que el arma o la linterna, y por supuesto, el pasamontañas o el paliacate amarrado al rostro. Usaban anticonceptivos y condones, porque no querían embarazarse aunque sí gozar de su sexualidad, aún en guerra. Los matrimonios se anunciaban al mando, como un “pedir permiso” a una familia extensa. Si los interesados estaban de acuerdo, no había impedimento. Los divorcios se daban sin trámite, simplemente se separaban las parejas y se decía que ya no eran. Las tareas se repartían. Los hombres aprendieron a hacer todo lo que hacen las mujeres, y las mujeres hicieron lo que generalmente hacen los hombres. Dicen que a ellos les costó más trabajo, pero había voluntad y lo lograron. Cualquier cosa era pretexto para la fiesta, pero ni en la fiesta había bebida. Las mujeres estaban muy contentas por esa prohibición, los varones, no sabemos. Pero sí sabemos que las alzadas usaban toallas sanitarias y les parecía más cómodo que andar manchando la ropa.

Los cuerpos de esos hombres y mujeres fueron cambiando, sin tantos hijos, sin tanto trago, un poco de más comida y mucho ejercicio, sus figuras esbeltas se hicieron más fuertes. Resplandeció la belleza. Venían de esas comunidades donde permanecían sus padres y madres, pero también venían de otros lados más atrás y más delante. Sufrieron mutaciones irreversibles, transformaciones profundas, “revolución de las costumbres”, ampliación de los posibles. Y por momentos se vivió la energía lúdica de la naturaleza, tal vez por estar tan cerca de ella, una especie de armonía, que paradójicamente, hacía la paz dentro de la guerra. Burbuja expuesta al aire de los tiempos, estalló para quedar en la memoria como utopía.

Pero ahí están las palabras y los deseos. Las mujeres indígenas han hablado ya sobre sus propios cuerpos, han modificado la manera en que las entendíamos, y sobre todo, la manera en que se entienden a sí mismas. Para el futuro de todas ellas el deseo de la comandanta Susana2  es: “que estén libres, que lo piensen ellas, que sean libres, muy libres. Que puedan hacer lo que pidan, lo que quieran hacer. Que va a ir allá o que quiere estudiar algo y sí puede. Antes no se podía para nada, ni ir a la escuela ni nada. Yo hasta ahorita no sé leer ni escribir, porque mi papá no me dejaba ir a la escuela, pensaba que es malo, no le gustaba. Ya cambió mucho, ahorita ya toda mi familia, todas sus hijas van a la escuela, ya estudian, es muy diferente que antes (p.212).

Mujeres de Maíz es en sí mismo una artesanía que la autora ha hecho con detalle y paciencia, un tejido de hilos coloridos que se van entrecruzando hasta darnos un panorama mucho más real, por más cercano, de las mujeres indígenas chiapanecas.

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