Buscando a Dios

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 24/07/2006 7:51

El hombre llegó extenuado al monasterio:

    – Llevo mucho tiempo buscando a Dios – dijo. – Quizás usted pueda enseñarme la manera correcta de encontrarlo.

    – Entra y mira nuestro convento – dijo el padre, tomándole de la mano y conduciéndole hasta la capilla. -Aquí están las obras de arte más bellas del siglo XVI, que retratan la vida del Señor y Su Gloria entre los hombres.

    El hombre aguardó, mientras el padre explicaba cada una de las hermosas pinturas y esculturas que adornaban la capilla. Al final, repitió la pregunta:

    – Es muy hermoso todo lo que he visto. Pero me gustaría aprender la manera más correcta de encontrar a Dios.

    – ¡Dios! – respondió el padre. – Lo has dicho muy bien: ¡Dios!

    Y llevó al hombre hasta el refectorio, donde estaba siendo preparada la cena de los monjes.

    – Mira a tu alrededor: dentro de poco será servida la cena, y estás convidado a comer con nosotros. Podrás oír la lectura de las Escrituras al tiempo que sacias tu hambre

    – No tengo hambre, y ya leí todas las Escrituras -insistió el hombre. Quiero aprender. Vine hasta aquí para encontrar a Dios.

    El padre tomó nuevamente al extraño de la mano y comenzaron a caminar por el claustro, que rodeaba a un hermoso jardín.

    – Pido a mis monjes que mantengan el césped siempre bien cortado y que retiren las hojas secas del agua de la fuente que está allí en medio. Pienso que este es el monasterio más limpio de toda la región.

    El extraño caminó un poco con el padre, y después se despidió diciendo que tenía que irse.

    -¿No te quedarás aquí para la cena? – preguntó el padre.

    Mientras montaba en su caballo, el extraño comentó:

    – Felicitaciones por su bella iglesia, por el refectorio tan acogedor y por el patio tan impecablemente limpio. Sin embargo, yo he viajado muchas leguas exclusivamente para aprender a encontrar a Dios, y no para deslumbrarme ante muestras de eficiencia, comodidades y disciplina.

    Un relámpago cayó del cielo, el caballo relinchó fuerte y la tierra sufrió una sacudida. De repente, el extraño se arrancó el disfraz y el padre vio que estaba delante de Jesús.

    -Dios está donde lo dejan entrar – dijo Jesús.- Pero vosotros habeis cerrado para él la puerta de este monasterio, usando reglas, orgullo, riqueza y ostentación. La próxima vez que un extraño se aproxime pidiendo para encontrar a Dios, no le muestres lo que habeis conseguido en Su nombre: escucha la pregunta e intenta responderla con amor, caridad y sencillez.

    Y dicho esto, desapareció.       

(Paulo Coehlo)

El caracol

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 21/07/2006 14:25
El caracol

Érase una vez un caracol que decidió subir a lo alto de un cerezo para darse un banquete de tan maravillosa fruta.

El caracol empezó su ascensión y cuando estaba a cincuenta centímetros del suelo, unos gorriones burlones comenzaron a reírse de él desde un árbol cercano.

– Oye, tu, estúpido, no te das cuenta de que estamos en enero y en enero no hay cerezas en el árbol.

El caracol se quedó pensativo y contestó sin detenerse:

– No importa que no haya cerezas ahora, ya las habrá cuando llegue arriba.

Botiquin de Primeros Auxilios

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 20/07/2006 8:07

Lo que es necesario tener en el Botiquin de Primeros Auxilios: palillo, liga, curita, lapiz, borrador, chicle, un chocolate kiss y una bolsa de te instantaneo.

¿Para qué? veamos:

Palillo para acordarte de “escarbar” en los demas todas las cualidades que tienen.

Liga para acordarte de ser flexible, ya que las cosas y las personas no siempre son de la manera como tu quieres que lo sean.

Curita para ayudarte a curar aquellos sentimientos heridos, ya sean tuyos o de los demas.

Lapiz para que anotes diariamente todas tus bendiciones.

Borrador para acordarte que todos cometemos errores y no pasa nada.

Chicle para acordarte de “pegarte” a todo aquello que puedes sacar adelante con tu esfuerzo.

Un chocolate Kiss para que te acuerdes que todo mundo necesita un beso o un abrazo diariamente

Y finalmente la bolsa de te: ¿Para qué? .- Para tomarte un tiempo, relajarte y hacer una lista de todo lo que tienes y tus bendiciones diarias.

Tal vez para el mundo, solo seas “alguien”,…pero para “alguien”, tal vez seas todo su mundo…. El Evangelio de Mateo ha dejado la huella de la invitación de Jesús a estar cerca de él:

“Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy mano y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mt 11,28-30).

Y la gente, particularmente los enfermos, acudían a Jesús en gran número, pues seguramente habían descubierto en Jesús a un hombre que traía su botiquín de primeros auxilios, porque se daban cuenta de que El podía sanarlos, y se lo pedían con sencillez.

Todos nosotros, estamos invitados a llevar con nosotros también un botiquín de primeros auxilios, para ayudar a todos los enfermos que encontramos en nuestro camino… No lo dejes nunca en tu casa. Llévalo contigo siempre, pues en nuestras relaciones humanas, siempre encontraremos a muchos hermanos que necesitan de nuestro auxilio, y qué mejor, que estemos preparados.

Este botiquín sirve para nuestras relaciones personales. No lo olvides. Solo cuando estamos capacitados para el amor, para relaciones humanas basadas en la caridad, podremos también nosotros vivir felizmente, sin dolencias y enfemedades.

El sonámbulo

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 19/07/2006 10:08

El sonámbulo

Cierto día nació un niño inmaculado y puro, pero era sonámbulo. Cuando se dormía, se levantaba, caminaba sobre el alero de las casas y se introducía en las habitaciones de los durmientes.

    Sus padres, viendo la incapacidad del muchacho, decidieron internarlo en un prestigioso centro que había en la ciudad. El joven recibía con interés y admiración los consejos de sus cuidadores, impresionado ante su sabiduría e integridad.

    Pero una noche, el muchacho se levantó, salió de su dormitorio y entró en la alcoba del responsable del centro. Allí tropezó con una prostituta y se despertó. Quedó confundido, porque la vida del profesor no coincidía con sus enseñanzas. Unos días después, volvió a levantarse; esta vez cayó al suelo tras resbalar con una botella de alcohol bebida por otro profesor. El muchacho se despertó, y regresó llorando a su lecho.

    Esto se repitió varias veces, hasta que el joven enloqueció. Sus padres, ante semejante desdicha, lo internaron en un manicomio.

    Una vez allí, como era su costumbre, el muchacho se levantaba de cuando en cuando para introducirse en las estancias de los locos. Pero ellos dormían plácidamente con el rostro sonriente y pacífico. Entonces se alegró de vivir en el manicomio, donde podía soñar sin que nadie alterase su despertar.

El sufrimiento y la felicidad

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 18/07/2006 7:47

El sufrimiento y la felicidad

Cierto día, Buda, sentado sobre la flor del loto, enseñaba la necesidad de suprimir el sufrimiento para alcanzar la felicidad. El dolor, al oírlo, se quedó muy triste, porque ya nadie lo querría.

Poco después pasó por allí un joven lleno de caridad, y viendo llorar al dolor se le enterneció el corazón, lo tomó de la mano y lo convirtió en su amigo inseparable. Ese joven se llamaba Jesús.

Cuando Jesús comenzó a predicar, los oyentes se contagiaron de su felicidad. Por primera vez en la historia, el dolor se alegraba viendo que él también podía dar algún fruto, pues Jesús decía que no habría felicidad sin cruz. Incluso murió en ella abrazado a su amigo el dolor, pero con el corazón inmerso en la alegría.

Buda se asombró al constatar que Jesús y él buscaban lo mismo: la felicidad. Sin embargo, mientras él eliminaba el sufrimiento por la vía de la renuncia y de la meditación, Jesús lo asumía para sanar el pecado y traer la salvación.

Al final, ni uno ni otro erradicaron el dolor del mundo. Buda no pudo; Jesús no quiso.

Hoy, la felicidad toma la mano del sufrimiento para que no se encuentre solo; por eso los místicos son felices, pase lo que pase.

Construimos la crisis

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 17/07/2006 8:56

Un hombre vivia en la orilla de un camino y vendia perros calientes. El no tenia radio, ni television, ni leia los Periodicos, pero hacia y vendia buenos perros calientes.
El se preocupaba por la divulgacion de su negocio y colocaba carteles de propaganda por el camino, ofrecia su producto en voz alta y el pueblo le compraba.

Las ventas fueron aumentando cada vez mas, el compraba el mejor pan y la mejor salchicha. Tambien fue necesario comprar un carrito mas grande, para atender a la creciente clientela y el negocio prosperaba.
Su perro caliente era el mejor de la region.

Venciendo su situacion economica inicial, el pudo pagar una buena educacion a su hijo, quien fue creciendo y fue a estudiar Economia en la mejor Universidad del pais. Finalmente, su hijo ya graduado con honores, volvio a casa y noto que el papa continuaba con la misma vida de siempre y tuvo una seria conversacion con el… ¿Papa, usted no escucha la radio? ¿Usted no ve la television? ¿Usted no lee los periodicos? Hay una gran crisis en el mundo!!! Y la situacion de nuestro pais es critica!!!
Todo esta grave y el pais va a quebrar… despues de escuchar las consideraciones de su hijo estudiado, el padre penso… bien, si mi hijo Economista, lee periodicos, ve television, entonces solo puede tener la razon… y con miedo de la crisis, el viejo busco el pan mas barato (mas malo) y comenzo a comprar la salchicha mas barata (la peor) y para economizar dejo de hacer sus carteles de propaganda.

Abatido por la noticia de la crisis ya no ofrecia su producto en voz alta, ni atendia con entusiasmo a sus clientes.

Tomadas todas esas precauciones, las ventas comenzaron a caer y fueron cayendo y cayendo y llegaron a niveles insoportables y el negocio de perros calientes del viejo que antes generaba recursos para que el hijo estudiara Economia, finalmente quebro.

Entonces el padre, muy triste, le dijo al hijo: hijo, tenias razon, estamos en el medio de una gran crisis y le comento orgullosamente a sus amigos: bendita la hora en que envie a mi hijo a estudiar Economia, el me aviso de la crisis…

Moraleja:

Nuestros actos diarios son los que deciden nuestras situaciones.
Las acciones y decisiones que tomaste en el paso son las que han hecho que hoy estes en tu estado actual.
Las decisiones y acciones que tomes de hoy en adelante son las que te decidirán tu Fururo.
Trabaja cada dia un poco mejor, un poco mas profesionalmente y con un poco mas de ilusión.
Medita sobre tus errores y felicitate por tus exitos.
No importa como esten las circustancias, siempre hay una salida, de hecho siempre hay un numero infinito de salidas y gran parte de ellas correctas, solo es necesario llegar a identificar la idonea y tomarla cada vez.
Tus resultados personales son la consecuencia directa de la calidad y la cantidad de tu trabajo.
Mejora cada dia un Poco mas la calidad de tu trabajo y trabaja un poquito mas de lo necesario y veras como tu exito mejora cada dia mas.

El cristalero

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 16/07/2006 8:54
El cristalero

Era un invierno tan frio y helado, que cuando los cristales de las casas del pueblo comenzaron a romperse y los suministros de cristales nuevos, con las carreteras cortadas, empezaron a fallar, el cristalero del pueblo no tuvo más remedio que cubrir los huecos de las ventanas con placas de hielo que iba cortando en el estanque vecino.

Los cristales de hielo, más duros que los de vidrio, aguantaban bien el invierno. Cuanto más frío hacía, más fuertes eran los cristales. Pero los lugareños se negaron a pagarle al cristalero, aduciendo que en realidad no eran cristales de verdad, sino unas simples láminas de agua helada sin valor. Cualquiera puede ir al estanque y recortarlas. El cristalero se entristeció y cuando llegó la primavera y los tímidos rayos del sol empezaron a calentar, los cristales de hielo se derritieron. Y el cristalero comprendió que las cosas tienen valor en la medida en que los demás no son capaces de hacerlas.

Llegó el verano y pasó el otoño. Cuando el nuevo invierno se dejó notar y la nieve cubrió aquella tierra y el viento helado invadió hasta el último rincón y los cristales empezaron a romperse y los caminos estaban intransitables y los repuestos de cristales no podian llegar, los vecinos del pueblo empezaron a recortar láminas de hielo del estanque, tal como habían visto hacer con soltura al cristalero el año anterior. Pero a unos se les rompían al cortarlas, a otros al colocarlas en las ventanas. Ninguno consiguió cubrir sus ventanas con el hielo. Primero fue un vecino. Después, poco a poco, todos acudieron al cristalero. El cristalero sonrió. Aquel verano había sido previsor. Su almacén estaba abarrotado de cristales de vidrio. Y los iba a vender a precio de oro.

El cocodrilo y el sabio

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 15/07/2006 10:56

El cocodrilo y el sabio
(Enrique Arias Valencia)

Este cuento forma parte de la tradición inmortal. Aquí lo presentamos con una variante de la lógica filosófica.
Ningún cocodrilo es sabio, y por lo tanto ningún sabio es cocodrilo. Sin embargo, voy a contar una historia que contradice esta afirmación.

Había una vez un cocodrilo que se propuso hacer como penitencia tan sólo una comida al día. Después de comer, iba a nadar al río. Aquel cocodrilo hizo esta penitencia día tras día durante un año completo.

Un día un sabio llegó donde el cocodrilo y le preguntó en son de burla: “¿Por qué eres tan metódico, cocodrilo tonto?” Y el saurio contestó: “Soy tan sólo un reptil, pero deseo liberar mi alma”. El sabio replicó con presteza: “Pero tu penitencia no tendrá efecto alguno, porque para poder gozar del beneficio de la liberación del alma deberás esperar a encarnarte como hombre, porque en tu actual estado, no conseguirás nada”.

El cocodrilo abrió sus enormes fauces y afirmó: “Eres un tonto. Pareces un sabio, pero no sabes nada de los asuntos básicos. El mismo Dios que te creó también me creó a mí. Y si me propongo hacer una penitencia, también tengo la oportunidad de obtener el resultado de tal sacrificio. Pero si tú eres un sabio inoportuno, no tendrás ninguna ocasión para liberarte, porque tu siguiente encarnación será como un cocodrilo muy necio”.

De pronto el sabio se convirtió en cocodrilo ahí mismo, por lo que en aquella ribera había entonces dos cocodrilos, posados uno al lado del otro. El primer cocodrilo volteó y preguntó a su compañero:

“Ahora, ¿cómo te sientes?” El sabio sólo acertó a contestar con otra pregunta: “¿Qué más podía hacer? ¿Y cómo sabías lo que iba a pasar?”

Y el cocodrilo penitente contestó:

“Porque soy un cocodrilo-sabio, en tanto que tú sólo eres un sabio-cocodrilo”.

El hortelano

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 14/07/2006 12:23
El hortelano

Un hortelano tenía tres preciosas hijas a las que amaba como sólo un padre puede hacerlo. Se levantaba por las mañanas y con su azada cavaba grandes caballones de tierra en los que plantaba cebollas, tomates, frijoles, lechugas, puerros, calabacines….

Desde un río cercano traía agua abundante por un canal y regaba su huerta con esmero….. Sus productos eran los mejores del mercado, los más maduros, los más sabrosos, los más tiernos. Pero el hortelano estaba deseando acabar su trabajo para poder llegar a casa y jugar con sus hijas, bañarlas, darles de cenar y contarles un cuento antes de dormir. Cuando se quedaba a solas con su mujer, él le hablaba sobre su trabajo en la huerta y ella le ponía al corriente de todas las ocurrencias y anécdotas que habían tenido las niñas durante el día. Nuestro hortelano era feliz.

Tenía tanto éxito con su huerta que vendía todos los productos en cuanto los ponía en el mercado. Así, poco a poco fue haciendo dinero y comprando otras huertas cercanas. Pronto tuvo que contratar mano de obra. Dos, tres, cuatro peones le ayudaban en su cometido. También los beneficios aumentaron. Y tuvo la posibilidad de comprar más tierras y más huertas.

Cuando llegaba a casa por la noche, cansado, rendido, cenaba rápidamente y sólo tenía tiempo de meterse en la cama y quedarse dormido hasta el día siguiente. Cuando el hortelano se levantaba por las mañanas, las niñas estaban todavía en la cama dormidas y cuando volvía por la noche las niñas ya estaban dormidas de nuevo. Cada día el hortelano sólo tenía tiempo para mirarlas dormidas en sus camas y cada día se decía a sí mismo que todo su sacrificio merecía la pena por el futuro de sus hijas.

Fueron pasando los años y el hortelano, no sólo cultivaba los productos de su huerta, sino que también comenzó a comercializar los productos de otros hortelanos, que trabajaban para él. “Todo para mis hijas” pensaba cuando completamente exhausto se metía en la cama por las noches.

Un día, un amigo le preguntó “¿qué tal están tus hijas?, ya deben ser mayores…” Y el hortelano, en ese momento, se dio cuenta de que no sabía la edad de sus hijas y, lo peor, que se había perdido su infancia.

Los pavos no vuelan

De: Alias de MSNLUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 13/07/2006 9:40
LOS PAVOS NO VUELAN

Un paisano encontró en Catamarca un huevo muy grande.
Nunca había visto nada igual. Y decidió llevarlo a su casa.
-¿Será de un avestruz? -preguntó a su mujer.
-No. Es demasiado abultado -dijo el abuelo.
-¿Y si lo rompemos? -propuso el ahijado.
-Es una lástima. Perderíamos una hermosa curiosidad
-respondió cuidadosa la abuela.
-Ante la duda, lo voy a colocar debajo de la pava que
está empollando huevos.  Tal vez con el tiempo nazca
algo- afirmó el paisano, y así lo hizo.

Cuenta la historia que a los quince días nació un
pavito oscuro, grande, nervioso, que con mucha avidez
comió todo el alimento que encontró a su alrededor.
Luego miró a la madre con vivacidad y le dijo
entusiasta:
-Bueno, ahora vamos a volar.

La pava se sorprendió muchísimo de la proposición de
su flamante cría y le explicó:
-Mira, los pavos no vuelan. Te sienta mal comer
deprisa. Entonces trataron de que el pequeño comiera
más despacio, el mejor alimento y en la medida justa.
El pavito terminaba su almuerzo o cena, su desayuno o
merienda y les decía a sus hermanos:
-Vamos, muchachos ¡a volar!
Todos los pavos le explicaban entonces otra vez:
-Los pavos no vuelan. A ti te sienta mal la comida.
El pavito empezó a hablar más de comer y menos de
volar. Y creció y murió en la pavada general: ¡pero
era un cóndor! Había nacido para volar hasta los 7,000
metros. ¡Pero nadie volaba..!
El riesgo de morir en la pavada general es muy grande.

¡Como nadie vuela!

Muchas puertas están abiertas porque nadie las cierra y otras están cerradas porque nadie las abre.

El miedo al hondazo es terrible. La verdadera
protección está en las alturas.

Especialmente cuando
hay hambre de elevación y buenas alas .

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