Orar es aspirar a la conciencia

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 27/07/2006 9:30

Para orar no se necesitan frases hermosas, ni nutridos discursos, tampoco se necesita oratoria y menos aún composición literaria. Para orar se necesita mucha fe, mucho anhelo, y sobre todo una actitud hacia la corrección de aquello que en nosotros no anda bien:

Ningún poder maléfico tiene tanto poder sobre nosotros sino el que le proporcionan nuestra propia fragilidad, debilidad, o peor aún acciones que nos someten a la esclavitud de la irreflexión, el egoísmo, los defectos en general.

Para orar se precisa autocrítica, autocorrección, autojuicio, anhelo de autoperfeccionamiento. Porque al orar debemos reconocer que estamos equivocados y que estamos en la mayor parte de los casos pagando o sufriendo consecuencias de actos deliberados no reflexionados o que resultaron de la selección equivocada o del mal uso de la libertad.

Orar es aspirar a la conciencia. Porque reconocemos una realidad que nos tiene en problemas sobre todo en aquellos aspectos que violetan o irrespetan el derecho o los sentimientos de los que nos rodean o de quienes conviven con nosotros siempre. No cabe duda que orar significa hablar con DIOS, en la intimidad del hijo con el Padre, en el corazón del Padre que escucha al hijo que vuelve sus pasos para reflexionar y reconocer que ha cometido errores o que piensa de nuevo en enmendar su actuar.

Orar en todo momento, aún en tiempo de paz es aún mejor, porque oramos simplemente porque estamos agradecidos, tranquilos o sinceramente recibiendo bendición, cuando no hay momentos duros o difíciles de prueba y de sufrimiento.

Cuando oramos en tiempos de prueba, estamos envueltos en la tristeza, en el apremio de la pena de la crisis de sentirnos abandonados. Cuando oramos en todo tiempo, aún los momentos duros podemos manejar porque hemos estado en conversación constante con Dios que siempre nos escucha.

Para nuestra bendición , encontramos un momento grato, cuando oramos en tiempos en que no precisamos más que estar agradecidos por la bendición de tener lo necesario, con solo tener a nuestra familia con bien. Para los momentos de prueba, no hay oración más triste que la del que pide casi sin aliento en momentos tristes en que todo pareciera estar en contra. Por ello estar en permanente oración nos hace fuertes y más estables en esos momentos de dureza.

Orar es anhelar la concienca. Es evocar la voz del Padre en el silencio de la meditacion y la reflexión. No importa que tengamos pocos momentos, pero debemos cultivar ese hermoso espacio.

Orar en amistad , en unión con la Divinidad en esta época tan dura y tan difícil nos ayuda a fortalecernos y a permanecer más atentos en la fidelidad y en el amor de Dios como Padre y como consejero .  La fortaleza que nos viene de Dios es maravillosa cuando sabemos cultivar el contacto contínuo con El en la meditación.

¡¡¡  Que la Luz y el Amor de Dios iluminen tu vida hoy y siempre  !!!

Autocastigo

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 28/07/2006 10:29

Autocastigo

Hay en todos nosotros una vocecita que constantemente
nos está riñendo.
Los psicologos y los psiquiatras han dado a esa voz varios nombres, entre ellos los de “voz critica”, “critica interna”, “la parlanchina”, “el gusanillo de la conciencia”…
Le llamemos como le llamemos lo cierto es que todos la tenemos.
A veces suena como la voz de un padre o una madre, o la de un antiguo profesor. A veces suena como una parte de nosotros creada por nosotros solos y que no se parece a nadie más.
Esta voz no nos permite salirnos con la nuestra en nada. Hagamos lo que hagamos, siempre hay algo que le parece criticable.
Siembra la duda, incluso en cosas que creemos correctas.
Cuestiona, critica, riñe.

Nos dice cosas como éstas:

Eres un desastre
Eres demasiado dependiente
Eres un/a fracasado/a

Emplea muchas expresiones con los
“deberias” o “tendrias que…”

Deberias haber sido más…
Nunca deberias haber dicho…
Deberias haber sido menos exigente…
Ya no tendrias que sentirte asi…
Ya deberias haberlo superado…
Deberias ser más amable…
y etcetera, etcetera, etcetera,
ad infinitum….

Es terrible la manera como nos reñimos a nosotros mismos.
¿Es asi como tratariamos a nuestra/o mejor amiga/o?
¿A un niño? ¿A alguien a quien queremos?
Esa voz interior puede domesticarse.
Podemos optar por no hacerle caso. Y, sin duda
se trata de una elección deliberada.
Si tu critico interior fuera una persona,
seguramente le cerrarias la puerta en las narices.
Normalmente, no escogerias pasar todos tus ratos libres con ella.
Con la voz interior sucede lo mismo, echémosla de nuestra mente.

(Adaptación de un texto de Wendy Bristow)

***Cómo nos maltratamos, y sin embargo no lo hacemos con los demás. ¿Por qué autocastigarnos? ¿Para qué?
Toda esa desaprobación, esa critica ataca nuestra autoestima de manera continua y asi vamos luego por la vida sintiendonos menos que otros, poco importantes, poco valiosos. Perdemos el amor a la vida, porque si no nos sentimos importantes o no nos damos cuenta de nuestro verdadero valor solo vivimos por vivir. Dejemos que esa voz hable pero no para criticarnos, para ofendernos, intentemos cambiar ese casette, esa cinta…

Nuestro mejor amigo/a vive en cada uno de nosotros, dejemos que nos ayude y no permitamos nunca más que nos lastime.

¿ Porque nos enamoramos ?

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 19/04/2006 12:45
 
¿Porque nos enamoramos ?

La persona “victima del amor”, busca un alma complementaria que llene todas sus carencias emocionales y con la que pueda sentirse totalmente completo, cuando se está enamorado la realidad solo importa si el objeto de amor se encuentra cerca de la persona amada, no es comparable, ni reemplazable por ninguna otra, se crea un proceso de fusión mental con ella, produciéndose una experiencia subjetiva, muy particular.

Los Enamorados

        El enamoramiento, ha existido siempre y responde a la necesidad psicológica de encontrar un alma complementaria , alguien con quien fundirnos, otro que nos haga volver a ese estado donde alucinábamos creyendo que todo lo que queríamos estaba al alcance de nuestra mano, estar enamorado es estar necesitado de la otra persona, depender totalmente de ella y gozar con ella, el goce es alto, ya que el enamorado vive un éxtasis que le hace olvidar las dificultades de la vida cotidiana.

        Hay ciertas personas que tienen cierta facilidad para enamorarse, otras sin embargo aseguran no conseguirlo aunque le gustaría, el amor podemos intentar entenderlo pero no lo denominaremos jamás, pues está hecho del mismo material que las pasiones, pertenecen al mundo emocional, al irracional, a esa parte que el ser humano nunca ha logrado controlar.

        A la pregunta de porque nos enamoramos, hay repuestas distintas, según FREUD explica el estado de enamoramiento comparándolo con la hipnosis y asegura que en el instinto de ternura, es decir aquel que ya no persigue la satisfacción sexual directa, es lo que mide el grado de enamoramiento, también afirma que los objetos amorosos que elegimos se apoyan en algunos rasgos de nuestras primeras relaciones y que en esta situación se produce una superestimación de la persona amada, la cual queda excluida de toda critica, se la idealiza, solo se ven sus cualidades, y esto se produce porque tenemos la convicción de que con esa persona ya nada nos va a faltar, vamos a conseguir ser completos, tu lo eres todo para mi, es la frase típica del enamorado, el otro ha ocupado el lugar que en nuestro inconsciente ocupa el ideal que el YO tiene para sentirse pleno, ya nunca se va a encontrar limitado, solo se trata de una ilusión mental pero tiene una eficacia psicológica considerable.

        El psicólogo italiano ALBERONI cuyos libros sobre la teoría del enamoramiento y el amor ha conseguido una gran aceptación, se opone a la teoría de FREUD, porque no está de acuerdo en que se trate de algo que se apoya en el pasado para ALBERONI, enamorarse es dar un paso hacia adelante, se trataría de un proceso de maduración que aparece al encontrarnos con alguien que nos ayuda a crecer, solo si estamos preparados para un cambio radical.

        Ese alguien camina en la misma dirección que nosotros para satisfacer las exigencias internas que sentimos, pero todo esto no se contrapone a lo que dice FREUD, ¿como podríamos reconocer a esta persona que nos ayudaría a crecer, si no se enlazara con algo del pasado para hacernos creer que con él, podemos realizar el futuro?, alguno de nuestros sueños para enamorarnos según ALBERONI; se necesita un malestar presente, la lenta acumulación de una tensión, mucha energía vital y un estimulo adecuado en el trayecto que el hombre hace para construir su identidad, así pierde a una mujer que quedo en el inconsciente y sueña con reencontrarla.

        Cuando se enamora la niña, ha perdido a un príncipe que quedo sumergido en las historias de su infancia y que ahora reaparece en el hombre de sus sueños, en la pasión amorosa hay un reencuentro con lo que hemos perdido, el hombre al igual que la mujer encuentra en el amado aquélla parte suya que le complementa.

        Frases del tipo, “este es el hombre que siempre espere”, o también “es la mujer de mi vida”, parecen hablar de un “conocimiento previo al deseo encuentro” (Karma), estar enamorado es la única locura permitida,  pero de esta locura, se puede salir por dos puertas:

Una conduce directamente al amor, y la otra conduce directamente al infierno, estas diferencias corresponden a motivaciones inconscientes que responda la pareja que hemos elegido.

        Del “amor al odio” solo hay un paso, las llamas de una pasión pueden acabar abrasando a los protagonistas de la historia y DOSTOIEWSKY afirmaba, “que enamorarse no es amar”, puede uno enamorarse y odiar, porque algunos amantes transforman su relación en un infierno, porque “la fusión que se da con el amado favorece la proyección de lo que no se soporta en uno mismo”, en la pasión amorosa puede producirse una dependencia extrema del amado, nos hace ir en su busca por un lado y rechazarlo por otro, debido al sentimiento de agresividad que todo sometimiento exagerado nos provoca, odiamos al otro porque lo necesitamos, más que “elegir somos prisioneros de una necesidad” que confiere poder al cónyuge, la relación amorosa se convierte en una relación de poder, la maduración personal evitaría un enganche patológico.

        El hecho de que nuestro pasado “de esta vida o de otra anterior”, sea la base en las que se apoyan nuestras pasiones amorosas, explicarían los fracasos de algunas personas, si nuestra historia emocional nos dejo un mal modelo de la relación afectiva, es posible que en la elección actual de la persona amada se intente romper ese modelo, a veces se consigue pero también es posible que una relación cuyo comienzo fue maravilloso se convierta en un infierno, por la incapacidad para no repetir aquellos modelos.

        Cuantos idilios terminan en los tribunales, la intolerancia a que el otro no cubra todas nuestras expectativas y la decepción porque no se ajuste a lo que esperábamos, demuestra que nuestro mundo emocional tiene demasiadas heridas que curar y que por esta razón somos demasiado exigentes, demasiado vulnerables.

        Si se han dado cuenta hemos hablado del “amor”, pero no del “AMOR “, el amor visto desde un proceso más abstracto, es la necesidad mental y física, provocada por un proceso Kármico, de cumplir un aprendizaje a través de la otra persona, es un crecimiento del espíritu, es un estado inicial que llena de pronto una serie de necesidades que no están satisfechas, este influjo eléctrico o magnético, se puede definir muy bien astrológicamente y del porque existe esa atracción hacia esa persona en ese momento determinado.

        Hoy día es muy difícil mantener una relación, en primer lugar, porque la relación no está basada en el  AMOR, en el proceso de “dar y recibir”, sino solamente en el de “recibir”, y al estar basada la relación en el “amor”, el proceso químico que unen los cuerpos, al estar condicionados astrológicamente sufren para su aprendizaje en los diferentes movimientos planetarios situaciones de crisis que necesitan solucionarse a través del  AMOR pero esto no ocurre así, las personas buscan fuera lo que tienen que solucionar dentro (Salvo que sea un proceso kármico).

      ¡¡¡ Si las personas supieran lo que es AMAR el mundo no estaría como está !!!

¿Nos atrevemos a afrontar nuestra dimension espiritual?

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 20/04/2006 11:15
 
¿NOS ATREVEMOS A AFRONTAR NUESTRA DIMENSIÓN ESPIRITUAL?
    No hace aún mucho tiempo, cuando alguien decía que estaba inmerso en el proceso de “despertar a la espiritualidad” tenía que cuidar muy bien sus palabras si no quería ser objeto de las bromas y burlas de cuantos le escucharan.

Se veía obligado a disimular ese proceso de reencuentro con su ser esencial bajo términos psicológicos, mejor aceptados por el entorno laboral, social e, incluso, familiar y de amistad.

El crecimiento personal era sólo algo que empezaba a estar de moda, que nos colocaba dentro del círculo de los más “progres” al igual que en la década anterior eso lo representaban los que defendían las ideologías “de izquierdas”.

Las nuevas ideas en Psicología venían de Estados Unidos y la costa de California se convirtió en la cuna a donde acudían las mentes más atrevidas del planeta para formarse y expandir luego desde allí sus experiencias y descubrimientos al resto del mundo.

Un mundo que estaba abierto y receptivo pues se sentía encorsetado por los viejos conceptos morales, éticos e, incluso, religiosos que le impedían moverse libremente. Estaba claro que el acceso a la cultura y a los nuevos descubrimientos requería nuevos postulados filosóficos que formaran un nuevo marco de referencia donde la persona pudiera desarrollarse en todas sus facetas: físicas, energéticas, psicológicas y emocionales.

Sería así cómo surgiría en nuestra vida ese libro insólito, esa conferencia singular, ese encuentro inesperado, esa crisis afectiva o económica, ese cambio laboral no buscado, esa pérdida de alguien significativo para nosotros, a veces la enfermedad propia o de alguien cercano… Circunstancias todas que nos obligaron a mirar un poco más allá de las apariencias buscando respuestas diferentes o intentando descubrir nuevos horizontes.

Y nos lanzamos hacia delante con el objetivo claro de saciar la necesidad de aprender, de crecer, de afrontar retos y asumir cambios…
Lo primero a lo que nos enfrentamos en tales casos es a un replanteamiento de los esquemas mentales -o patrones de comportamiento- que han regido nuestra vida hasta ese momento y empezamos a trabajar con el ego y a pulir nuestra personalidad en un intento de integrar la sombra con la luz, de cambiar la inconsciencia por consciencia.

Un proceso durante el cual es bastante común pasar por alguna terapia psicológica que nos ayude a llevar luz a las zonas más oscuras, a reforzar nuestra voluntad o nuestra autoestima, a desarrollar nuestra capacidad de tomar decisiones…

Y cuando pasa el tiempo oímos cómo los que están más cerca nos dicen: “¡Hay que ver lo que has cambiado!” Y nosotros, al mirar hacia atrás, no podemos dejar de sentir un cierto sentimiento de orgullo porque reconocemos que es verdad, que en ese camino incierto que un día emprendimos hemos conseguido superar algunos límites, afrontar desafíos… y es hermoso reconocer que hemos crecido en la comprensión de nosotros mismos y del mundo en que vivimos.

Entonces uno cree que ha llegado a la meta, que aquella paz interior que buscaba ya la tiene entre las manos, que el equilibrio que ansiaba formará ya parte de su vida como un territorio conquistado, que el orden en que ha colocado las cosas le preservará del caos de alrededor.

En suma, en esa ensoñación momentánea nos olvidamos de que la superación de una crisis es el comienzo de otra, de que la vida es sinónimo de cambio, de evolución constante, de que vivir no es salir de la corriente del río y agarrarse con fuerza a la orilla sino seguir por el cauce experimentando en cada accidente del terreno, en cada trozo recorrido, en todo lo que necesitamos para seguir ampliando nuestra consciencia.

Y volvemos a encontrarnos al comienzo de un nuevo renglón de la página de nuestra vida, un renglón al que llegamos, eso sí, con el bagaje de experiencias acumulado hasta ese momento y que nos posibilita dar una mejor respuesta a los retos que nos esperan para, cuando lleguemos al final de esa línea, volver a saltar al renglón siguiente y empezar de nuevo.

Pero, ¿qué sucede cuando uno agota todas las posibilidades? ¿Qué ocurre cuando la personalidad o el ego fracasan en su intento por resolver un conflicto? ¿Dónde o a quién recurrir cuando la voluntad -factor fundamental- no es suficiente para producir los cambios? ¿Quién no ha sentido la frustración y la impotencia por no conseguir sus propósitos? ¿No nos da la impresión muchas veces de que no avanzamos y de que repetimos los errores?

Es entonces cuando hay que comprender que el crecimiento personal no termina cuando conseguimos sacar a la luz las partes inconscientes de nuestra personalidad, ni cuando somos capaces de establecer relaciones armónicas con el entorno, ni cuando tenemos claro de dónde provienen nuestras reacciones más instintivas, ni cuando aprendemos técnicas mentales que nos enseñan a planificar nuestro futuro. Porque llega un momento en que eso no es suficiente y hay que dar un paso más: afrontar nuestra dimensión espiritual.

Ya que, aunque creamos que hemos llegado a la meta, en realidad seguimos recorriendo el camino. El proceso no se ha completado con la limpieza psicológica sino que es entonces cuando hay que encontrar el sentido profundo de lo que hacemos y de por qué lo hacemos. Claro que eso sólo se logra incorporando la dimensión espiritual.

Desde esa perspectiva, las metas dejan de ser fundamentales y es el proceso de la vida el que se convierte en el verdadero protagonista.

Cada paso que hemos dado hasta ahora ha sido impulsado por esa energía superior que compartimos en nuestra parte más esencial con todo el universo y, al igual que nuestro cuerpo físico es hoy el resultado de múltiples adaptaciones al medio, una vez conquistado el territorio del lenguaje, la habilidad de andar erguido y la capacidad de soñar hemos tenido que seguir depurando el instrumento físico, y después el emocional y el mental, para ser capaces un día de reproducir la música que vibra en todas las partículas del universo manifestado.

No somos la música, ni tampoco la partitura, ni el director de la orquesta aunque en el proceso de aprendizaje nos identifiquemos con ellos: somos el intérprete, único e irrepetible. Y es ese intérprete -dormido en muchos momentos dentro de nosotros- el que nos ha impulsado a arriesgarnos, a dejar la comodidad, a vencer los miedos para seguir aprendiendo.

Reconocer esa energía espiritual, ese impulso sutil e inmanente en nosotros, no es crearse dependencias de un Dios exterior, no es buscar la guía de alguien superior para eliminar la posibilidad de equivocarnos, no es reclamar la protección de las iglesias… sino tomar conciencia de que lo espiritual siempre estuvo presente en nuestra vida y de que nuestra mente lo disfrazó de una u otra forma dependiendo de lo que necesitáramos en cada momento.

Colocarse en esa octava mayor de vibración es sentir la plenitud de la independencia y reconocer en nosotros la energía del amor, la misma de la que participa cada partícula de este universo.

Es entonces cuando el sentimiento de entrega tiene una lectura muy diferente y ese sentimiento del que nos hablan los místicos de todos los tiempos, esos estados de éxtasis de los que gozaron, ese encontrarse frente al “rostro de Dios”, ese “diálogo” que establecieron con Él… no son sino formas de explicar un estado del ser que es inefable en sí mismo y que sólo bajándolo de vibración podríamos reconocer como un sentimiento.

Cuando se vive ese chispazo de conciencia espiritual y uno regresa de su viaje interior diciendo “Hágase tu voluntad”, cuando se siente la renuncia, la entrega profunda a ese algo superior, simplemente estamos queriendo explicar algo que es inexplicable: sentirse parte y Todo a la vez. Adquirir la conciencia de estar en el proceso pero ser, en ese mismo instante, el origen y el destino.

Vivir en estos tiempos

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 21/04/2006 11:16
Vivir en estos tiempos

Qué difícil es vivir en éstas épocas! Quizás no somos conscientes de la hostilidad espiritual de estos tiempos, pero vivimos en un mundo que nos propone desviarnos en casi todo momento.

En los siglos pasados se vivía una vida, en promedio, mucho menos expuesta al pecado. Las noches, por ejemplo, empezaban temprano: la oscuridad reunía a las familias en sus hogares y las unía en un clima que propiciaba la paz espiritual, el diálogo familiar y la reflexión.

La inexistencia de tecnología permitía un nivel de diálogo mucho más frecuente y sereno, ya que la falta del bombardeo de noticias que vivimos hoy en día centraba a las personas en su entorno inmediato, en su vida cotidiana.

En el presente tenemos una conciencia de lo que ocurre en casi todo el mundo, mientras en el pasado sólo se sabía lo que acontecía en la ciudad o aldea propia, o a lo sumo lo que ocurría en el país, después de algunos meses de ocurridos los hechos.

La mayoría de la información que recibimos actualmente no nos aporta nada, salvo turbación y angustia, y sin embargo ocupa un espacio tan grande que no nos deja lugar para meditar sobre lo esencial de nuestra vida, nos absorbe.

Qué difícil es encontrar a Dios cuando todo lo que recibimos carece de referencias a la vida espiritual. Se nota una tendencia muy fuerte a interpretar todo lo que ocurre desde un ángulo humano, desprovisto de Dios, haciendo del hombre el centro de todo lo que ocurre.

Es como una fuerza de gravedad poderosa que atrae todo hacia sí, donde hablar de Dios o sentir a Dios es ir contra la corriente. Los niños y jóvenes en colegios y universidades, hombres y mujeres en sus ocupaciones cotidianas, todo tiende hacia una vida vacía de contenido.

Se divulga la necesidad de vivir socialmente y “divertirse”, casi como un sello de felicidad, apartándonos de la búsqueda verdadera del crecimiento espiritual.

Por ello es importante tener una gran fortaleza de espíritu, saber que no debe una dejarse atraer o engañar por esa propuesta tan generalizada y aceptada mansamente por la mayoría de la gente.

En medio de tanta oscuridad, pequeños ejemplos de luz que luchan en contra de la corriente general son como faros que guían hacia la salida. Nunca sabremos en quienes produce efecto una palabra, un gesto, que muchas veces es mal entendido porque va en contra de lo que “el mundo” dice o propone.

Pero no importa: lo debemos hacer igual, no hay que ser impaciente, hay que saber esperar, orar, obrar y callar. Si los resultados son visibles o invisibles a nosotros, si producen efecto o no, no somos nosotros quienes deben verlo. Dios todo lo sabe y todo lo ve, porque sabe lo que hay en los corazones.

El juicio humano está casi siempre errado, salvo cuando se realiza desde un punto de vista superior, espiritual. Por ese motivo no hay que juzgar a los demás, sólo obrar con una intención recta y orar por justos motivos, pidiendo en todo momento que se haga la Voluntad de Dios, y no la nuestra.

Vivamos en este mundo, sabiendo que no somos de este mundo. Nuestro destino es de realeza, de Reino, de un Reino que no es de aquí, ya que estamos destinados al Reino de Cristo.

Oremos por nuestra entrada a esa plenitud, esa beatitud que borra todo pensamiento o actitud vana. Seamos dignos miembros de la Iglesia de Cristo, humildes integrantes de un todo que está destinado a triunfar y reinar.

¡¡¡  Que la Luz y el Amor de DIOS te envuelvan  !!!

Dejar de sentirnos culpables

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 22/04/2006 11:21

Dejar de sentirnos culpables

Es sorprendente ver cómo la vida de algunas personas se ve afectada y paralizada por un sentimiento de culpa. Y es que cuando nos sentimos culpables, no podemos experimentar la plenitud ni la felicidad, porque casi todos nuestros pensamientos están dirigidos a recordarnos que no podemos ser merecedores del bienestar, del éxito, de la satisfacción del logro, de la felicidad… porque todavía tenemos pendientes sin asumir, asuntos sin resolver. La culpa es un sentimiento negativo que nos agobia y perturba, ensombreciendo y marchitando cualquier momento de satisfacción que tengamos en nuestra vida.

La culpa se infiltra poco a poco en nuestra vida, vamos creciendo con ella y, sin darnos cuenta, influye en la manera en la que vemos el mundo. El sentimiento de culpa nos conecta siempre con un miedo a ser rechazados, castigados, abandonados, juzgados o criticados… Por eso la culpa concentra tanto poder y los demás nos manipulan tan fácilmente con ella.

La culpa hace que nos sintamos emocionalmente pequeños e indefensos, como cuando nos llamaban la atención y nos regañaban por algo, nos sentíamos inseguros y rechazados por nuestro comportamiento.

La culpa ha sido usada como un instrumento de manipulación y control, por algunos padres para educar a los hijos, por los hijos para manipular a sus padres, en algunas relaciones cotidianas a través del chantaje emocional.

El terreno más fértil para que crezca el sentimiento de culpa es un hogar crítico, autoritario y donde haya poco contacto afectivo, en el que la persona se sienta constantemente vigilada, criticada, denigrada o juzgada, donde se le exija, todo el tiempo, actuar de acuerdo con las expectativas de los demás, en especial con las de sus seres queridos. Muchas veces la necesidad de sentirse querido hace que una persona quiera complacer a los demás casi todo el tiempo y si no lo logra, se sienta culpable por ello.

Una baja estima hará que nos sintamos poco merecedores del cariño y la compañía de algunas personas, por lo tanto seremos en algún momento un blanco fácil de la manipulación por parte de éstas.

A muchas víctimas de maltrato, por ejemplo, les cuesta reconocer la situación que están viviendo porque en el fondo se sienten culpables y merecedoras de su situación dolorosa. En estos casos, la culpa y el temor pueden anular a una persona y su capacidad para decidir y pensar por sí misma, haciendo que se sientan víctimas encerradas en un círculo vicioso que busca la aprobación, el perdón y la aceptación de los demás para reivindicarse algún día.

Sin embargo, a menudo la culpa actúa de manera más sutil, amarrando a las personas en una especie de dependencia mutua. Los reclamos, los cambios de humor inesperados, algunos comentarios al aire, ciertas actitudes… son utilizados como un instrumento de poder para conseguir que el otro obedezca o haga lo que uno desea.

No es fácil desprenderse de la culpa, pues suele estar profundamente arraigada en la forma de pensar y en las propias emociones. ¿Hasta dónde y hasta cuándo?

Cómo desprenderse de la culpa

Reconoce el sentimiento de culpabilidad. El primer paso consiste en analizar con mucha sinceridad, cuáles son nuestros sentimientos de culpa y en qué situaciones aparecen. Algunos de estos sentimientos están ligados a tabúes sociales, otros a dependencias emocionales… Es importante que podamos reconocerlos y aceptarlos en nosotros para ver de qué manera nos afectan y cómo podemos sanarlos.

Expresa tus sentimientos. Una vez que identifiques lo que te hace sentir culpable, compártelo con una persona que te dé confianza, pues esto te ayudará a ver con mayor claridad si la culpa tiene una base real o no. Muchas veces otra persona nos permite analizar objetivamente la situación para descubrir que no era tan grave como pensamos.

Reconoce tus limitaciones. Muchas veces el sentimiento de culpa se genera porque eres muy exigente contigo mismo y con lo que quieres darle a los demás; al no poder cumplir con tus expectativas te sientes frustrado y culpable de fracasar. Aceptar que no puedes hacer todo, puede ser muy difícil pero en ciertos casos es necesario.

No te dejes manipular. No permitas que alguno de tus seres queridos te manipule haciéndote sentir culpable. Enfréntalo y conversa con él de la situación. Si sientes que eres inocente, exprésalo abiertamente y siéntete seguro y confiado de tu actuación.

Perdónate y date otra oportunidad. Todos cometemos errores, pero tenemos la oportunidad y el derecho de enmendarlos, lo importante es no volver a repetirlos. Asume tu responsabilidad y el compromiso de hacer cuanto sea necesario para corregirlos, perdónate y date otra oportunidad.

Es importante superar la culpa, sacarla de nuestra vida. Implica analizar cada situación en la que la sentimos, para asumir nuestra responsabilidad parcial, así como nuestros errores, tomar la decisión de aprender de ellos para no volver a cometerlos y quedar libre de la culpa para siempre, al darnos otra oportunidad.

¡Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa, todo va a estar bien!

Los sentimientos encapsulados

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 23/04/2006 10:57

LOS SENTIMIENTOS ENCAPSULADOS
Una de las facultades fundamentales que tenemos los seres humanos es nuestra capacidad para exteriorizar sentimientos.

Sin embargo, con el transcurrir de los años esa capacidad se va coartando merced a la educación, la cultura o las normas y convencionalismos sociales, de tal manera que a medida que nos hacemos adultos se generaliza la idea de que mostrar los sentimientos nos hace vulnerables y nos convierte en marionetas en manos de los demás.

Uno de los frenos principales a la hora de mostrar cómo nos sentimos son las dificultades de comunicación.

Las barreras psicológicas que el miedo hace crecer en las relaciones interpersonales tienen muchas variantes pero todas ellas presididas por el miedo: miedo a no ser comprendido, a ser condenado sin juicio o a no ser valorados nuestros sentimientos; en definitiva, miedo al ridículo.
Estas actitudes generan bloqueos que se manifiestan en forma de agresividad, tozudez, silencio, obcecación…

Cada uno espera que el otro se acerque, le comprenda y le integre en su vida cuando el único camino realmente efectivo de acercamiento sería dar el primer paso para integrarse e integrar al otro sin reservas.

Y es mediante la comunicación -sea ésta verbal o física- como los seres humanos podemos mostrar cómo somos, cuáles son nuestros deseos y nuestras inquietudes, nuestras expectativas y nuestros sentimientos.

Cualquier omisión o desvirtuación en la comunicación lleva aparejada la separación, la incomprensión y, finalmente, la soledad.

En lo referente a la expresión de los sentimientos, la evolución consiste, sobre todo, en equilibrar su forma de manifestación y para ello es imprescindible conocer su origen y analizar la trayectoria que hemos seguido para averiguar en qué momentos se produjeron los bloqueos y cuál fue la causa que los hizo aparecer.

Porque cuando los sentimientos no encuentran un canal adecuado de expresión se quedan encapsulados, es decir, quedan reprimidos y se entra en un círculo vicioso donde no tardan en aparecer la culpabilidad, la recriminación, el recelo o la venganza.

Las discrepancias personales son también un ejemplo típico de sentimientos encapsulados o reprimidos. Cuando existe un encastillamiento de posturas se crean “quistes emocionales” que sólo se extirpan con catarsis.

Entonces uno piensa que lo mejor es dejar pasar el tiempo porque eso permitirá que se asienten los sentimientos pero en estos temas el tiempo juega en contra porque entre las posiciones enfrentadas se crea una distancia cada vez mayor y con el paso de los días sólo se consigue aumentar la brecha y dificultar el acercamiento.

Un encapsulamiento de sentimientos es un conflicto de doble dirección; es decir, el bloqueo afecta a ambas partes.

Y sólo se solucionará cuando una de ellas dé los pasos necesarios para conseguir la ruptura de su propia rigidez favoreciendo con ello el desbloqueo de la otra persona.

Sabemos que si tenemos sujeta una goma por los extremos y soltamos uno de ellos inmediatamente desaparece la tensión. Bien, pues en el caso que nos ocupa sucede lo mismo.

Los malentendidos, los sobreentendidos, los prejuicios o las verdades a medias no favorecen la ruptura de las posturas intransigentes sino que las endurecen aún más.

Cada uno se afianza en su planteamiento y cualquier argumento del exterior es interpretado como favorable a su idea.

La persona con sentimientos encapsulados es alguien en proceso de aclaración personal, alguien que con su nivel de consciencia actúa lo mejor que sabe y puede, alguien que ante su necesidad de seguridad afectiva ve fantasmas y enemigos que le llevan a desconfiar de los demás y que, como mecanismo de defensa, intenta cerrar su círculo afectivo para evitar lo que entiende como agresión, como animadversión.

En suma, alguien que cierra sus canales de comunicación con los demás como medida de protección.
Hay que tener en cuenta que los sentimientos encapsulados proveen a la persona de un filtro que le impide ver la realidad objetiva coloreándola con matices que sólo ella sabe apreciar.

Una buena vía de acercamiento sería saltar por encima de los argumentos que dicta la lógica y centrarse en lo que dice el corazón. Porque cuando se deja hablar al corazón surgen caminos alternativos que desde el razonamiento no pueden ser vistos.

Estos caminos permitirán ir transformando la postura, cambiar los procesos negativos en neutros y, más tarde, en positivos.

No podemos olvidar que dentro de cada uno de nosotros está la capacidad de generar amor y transformar cuanto nos rodea.

Y que el amor es una energía capaz de alterar las estructuras mentales de los demás ya que tiene una frecuencia vibratoria mucho más elevada que cualquier postura mental y, por tanto, puede romper la inercia o rigidez que sólo sirven para dificultar la expresión de la verdadera personalidad interna.

¡¡¡  Te deseo un hermoso dia  !!!

¿Es Ud. “un pobre de mi “?

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 24/04/2006 10:45
¿ES USTED UN “POBRE DE MI”?

En los últimos años este término se ha popularizado en buena medida gracias a la novela de James Redfield Las nueve revelaciones en la que nos hablaba de distintas farsas de control o roles que puede manifestar la personalidad del individuo.

En realidad el “pobre de mí” es un modelo muy bien identificado por la Psicología y que corresponde al indefenso, al desvalido, al sufridor, al arquetipo del huérfano, alguien que aparenta una gran debilidad, unas veces física y otras psicológica, pero que generalmente esconde una personalidad mucho más fuerte.

Hay personas que han desarrollado mecanismos de defensa para relacionarse con los demás y que basándose en su experiencia han ido adquiriendo unos patrones mentales que en algún momento les reportaron beneficios.

Cuando se dan las circunstancias adecuadas vuelven a reproducir el mismo esquema mental buscando el resultado que obtuvieron en el pasado. Los actos repetitivos crean el hábito y éste, al cabo de un tiempo, conforma un rasgo definitivo de la personalidad.

Aparentemente son personas que buscan la protección y el apoyo de cuantos les rodean, que empezaron mostrando debilidad para llamar la atención, pidiendo ayuda para conseguir el favor ajeno, esgrimiendo su incapacidad para que los demás actuasen por ellos, amparándose en su debilidad para obtener la protección y la seguridad de los otros.

Realmente esta actitud provoca un círculo vicioso del que resulta complicado salir pues parece que las circunstancias les dan la razón.

Las dificultades se van encadenando, los problemas se suceden, la “mala suerte” parece cebarse en ellos, nada fluye en su vida sino que parece que todo tienen que conseguirlo mediante la lucha y el enfrentamiento.

Muchas veces estas personas parecen estar rodeadas de un “halo misterioso de infortunio” que utilizan para seguir representando su papel de “pobre de mí”.

Pues bien, buscando en la raíz de esta actitud volvemos a encontrarnos con una emoción primordial:

el miedo.

La persona que se nos presenta como desvalida física o psicológica en realidad oculta miedo a asumir responsabilidades, a afrontar por sí misma las riendas de su vida, miedo a crecer, a alejarse del mundo de la infancia para incorporarse al mundo de los adultos.

Prefieren ser como el pollito encerrado dentro del cascarón.

De hecho, muchas veces se refugian en posturas de ingenuidad e infantilismo porque saben que a los niños se les protege, se les cuida y no se les exige.

Otra de las características que presentan es que culpan al exterior -ya sea a las circunstancias o a las personas que les rodean- de todos sus males.

En este sentido, es fundamental desdramatizar el proceso que están viviendo y entender que a lo largo de la vida siempre hay periodos de crisis y de bonanza, de tensión y de relax, de lucha o de quietud; en suma, es bueno recordar que en la naturaleza también hay montañas y valles y que sin las unas no podríamos apreciar los otros.

Así pues, es importante vivir esos momentos como fases del proceso de la vida y ser consciente de que aunque a veces no pueda cambiar las circunstancias o los condicionantes sí tiene la facultad de elegir cómo eso le va a afectar, cómo quiere vivirlo, la actitud que va a mantener.

Se trataría de recuperar la confianza en que dentro del ser humano reside la fuerza interior necesaria para superar cualquier situación, que tiene la oportunidad de enfrentarse a los temores que le impiden vivir y gozar de todo lo bueno que le sucede.

Si para superar cualquier dificultad la persona recurre siempre a los demás llegará un momento en que su autoestima bajará, la imagen que tiene de sí misma se verá perjudicada y como consecuencia aumentará su sensación de debilidad e indefensión cayendo en el pesimismo y más tarde en la depresión.

Es importante reconocer los valores personales, saber cuáles son los puntos fuertes de nuestra personalidad y apoyarnos en ellos para superar los momentos difíciles.

En este sentido, resulta curioso comprobar cómo en los juegos o tests que se hacen en los seminarios y talleres de crecimiento personal o de autoayuda las personas tienen siempre más dificultad para identificar sus cinco virtudes principales que para hacer lo propio con sus cinco defectos más sobresalientes.

Provocar la implicación ajena mediante la lástima hará que la persona vaya perdiendo fe en sus posibilidades y desarrolle dependencias psicológicas con respecto a los demás. Y así, la comodidad del principio se puede transformar en costumbre , de dejar en manos de los demás las riendas de su vida.

Y es que lo mismo que sucede con el cuerpo, que cuando no se ejercita un órgano se atrofia, ocurre también con las capacidades innatas del ser humano para cuidar de sí mismo y poder afrontar y resolver las problemáticas que la vida ponga en su camino con una actitud de confianza y optimismo: sí no se ejercitan se van perdiendo.

Hay que tener en cuenta que el “pobre de mí” puede llegar a convertirse en un gran manipulador de las personas de su entorno, algo que terminará volviéndose contra él y que probablemente le llevará a la soledad que tanto teme.

Conocer y desarrollar nuestras capacidades para experimentar en la pista de pruebas que es la vida nos hará ir ganando en confianza y seguridad. En suma, ir evolucionando a través de la ampliación de la consciencia.

¡¡¡  Bendiciones  !!!

La amistad y el juicio

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 25/04/2006 10:56
LA AMISTAD Y EL JUICIO

Hoy y cada día mas, trato de llevar adelante un proceso de meditación conciente, de las circunstancias que de una y otra forma se presentan en la vida de cada uno de nosotros, es por ello que a partir de que la “causalidad” me ha llevado a transitar en el ultimo tiempo por la AMISTAD, y la escribo en mayúscula, por que la verdad es que merece un lugar especial en la vida de los seres humanos, escribo estas reflexiones.

Sobre este sentimiento, se ha escrito mucho, cosas hermosas y experiencias, que la verdad nos dejan atónitos ante la capacidad de amor y solidaridad que puede generar esta relación. Pero así como hay un millones de seres humanos, también hay un millones de formas de concebir la amistad, cada quien sobre la base de su propia experiencia, formación, programación, mitos, culturas y pare de contar, pero en donde hago mi reflexión es cuando basamos el AMOR DE LA AMISTAD en EL JUICIO.

El Juicio, es un sentimiento que nuestro ego, maneja con mucha frecuencia y de forma muy hábil, a través de él nos sentimos capaces de valorar las conductas, decisiones y pensamientos de los otros seres humanos, los juicios que emitimos están basados única y exclusivamente en nuestra propia perspectiva de la vida del otro, y sin menospreciar a nadie todos sufrimos de una gran miopía, somos extraordinarios juzgando la conducta de un amigo, del vecino, de nuestro hermano, marido, hijo, etc., no mostramos benevolencia, compasión,  a veces y con mucha frecuencia se nos olvida ponernos en los zapatos del otro y tratar de entender, en ves de ENJUICIAR, que lo llevo a hacer esto o aquello, estamos al asecho de la conducta de los demás y nos olvidamos de mirar dentro de nosotros, somos eruditos de todos los temas y si se trata de la vida ajena ni se diga, pero nos olvidamos de mirar nuestra propia vida, y de aplicar las palabras lindas que decimos a otros, y de insertar en nuestras conductas las observaciones y criticas que hacemos a otros.

La AMISTAD, esta palabra  que en ocasiones, creemos que nos permite ser mas duros y mas cortantes en nuestros juicios; con el escudo de la amistad aprovechamos para decir cualquier cosa, y la “verdad sea dicha el problema no es lo que se dice sino como se dice” nos llenamos la boca diciendo mi amigo del alma, cuanto te quiero, soy capaz de jugármela por ti, pero son realmente pocos quien lo llevan a la practica, nuestro SEÑOR JESÚS bien decía, en la enfermedad, en la cárcel, en la desventura… allí es donde están los amigos, y cada día me convenzo mas de ello, este mundo lleno de desconfianza, de materialismo, de cuanto tienes cuanto vales…. nos ha llevado a salvaguardar nuestros bienes de tal forma, que al primer nubarrón de un amigo, avistamos su necesidad y si esta no implica comprometernos mucho, salimos a emitir el juicio… sobre esta o aquella conducta o decisión, que lo llevo según la opinión de cada uno al problema que tiene, a partir de allí construimos una cantidad de soluciones teóricas, eso si!! que no pasen mucho por mi compromiso… yo solo puedo apoyar con palabras lindas… yo me pregunto ¿ que hubiera sucedido si el compromiso de JESÚS hubiera llegado solo hasta las lindas palabras, o el de la MADRE TERESA DE CALCUTA… o la de cualquier otro ser que día a día deja su tiempo, su amor, y todo en el proceso de comprometerse con una causa?… esos son los amigos… no preguntan por que te metiste en el lió…. no te juzgan por nada…. solo tienden la mano y en la medida de sus posibilidades salen adelante entre todos.

En el camino de la vida, nos hemos topado con muchas personas que cuando estamos en nuestros mejores tiempos, son nuestros AMIGOS, allí están con nosotros, comparten los cumpleaños, las bodas, los ratos de buena comida, las risas, pero cuando estamos en los momentos de tormenta…. la mitad se desaparece y nos torean, ¡hay amigo no tengo tiempo, estoy tan ocupado últimamente etc etc.!.

La otra mitad nos dan su comprensión, sus palabras de aliento y eso vale oro, pero si la situación se pone precaria…. si dejas de tener lo que tenias… o se vislumbra que la situación es muy comprometedora el 70% saldrá también por la puerta trasera, para evitar comprometerse…. y digo, seremos afortunados si nos queda ese 30% que se la jugaran por ti.

En estas circunstancia adversas, en la que particularmente me he visto mas de una vez, es donde DOY GRACIAS A DIOS por los AMIGOS que son capaces de quedarse a mi lado y además sin emitir JUICIOS, estas son las épocas, donde en mi opinión, el Universo Conspira para que reconozcas a tus compañeros de viaje, cuando entre todos tomamos la cuerda y jalamos al que ha caído en desventura, por que nadie esta exento de que la vida lo lleve a ese mismo lugar.

Es allí. en un acto de AMOR y FE hacia el hermano en circunstancias difíciles, donde DIOS nos muestra su cara en la cara del hermano, y esta en nosotros tener el valor de mirarle a la cara y tender nuestra mano sin reservas, sin juicios, sin reproches……. solo tiende la mano, ya llegará el momento de la reflexión y de la evaluación de las decisiones que no fueron “adecuadas”, por que también pienso que nada es por nada, cada situación trae una enseñanza para uno mismo y para quienes nos acompañan en la aventura de crecer.

ESPERA LA COMPENSACIÓN DE TU ACTO DE AMISTAD CON AMOR Y NO CON ARREPENTIMIENTO O CON MIEDO DE NO SER COMPENSADO, eso solo a traerá a ti el abandono y la amargura de haber perdido o comprometido algo material en el intento….. todo regresa a nosotros, TODO, aunque a veces no regresa por la misma vía en que lo enviamos al Universo, ni en el tiempo en que esperamos, pero tengo la firme convicción que TODO REGRESA por que DIOS es un Padre amoroso que compensa a sus hijos siempre.

Como última reflexión dejo sobre el tapete esta historia o mejor ejemplo para entender la diferencia entre lo que significa COMPROMETERSE e INVOLUCRARSE…

En un exquisito desayuno de huevos con jamón, hay dos animalitos que participan: el cerdo y la gallina….

¿me podrían decir quien se involucra y quien se compromete?

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Bueno EL CERDO se COMPROMETE por que da la vida para crear el plato

LA GALLINA  PARTICIPA por que aporta el huevo sin que signifique sacrificio para ella.

Preguntémonos… ¿ Como somos en nuestras vidas? ¿ Nos Comprometemos o solo Participamos?

Cuando lo conocemos

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 26/04/2006 9:41

Cuando conocemos a una persona tenemos una primera impresión, que a veces llamamos ‘de piel’, a partir de la cual percibimos algo que es difícil de explicar con palabras…

Si nos cae bien solemos decir: “Fulano tiene buena onda”. Nos pasa lo mismo con los lugares a los que vamos….

Podemos percibir la ‘onda’ que hay en el ambiente, y cuando está muy denso decimos que ‘se puede cortar con cuchillo’….

Esta onda que captamos es verdaderamente una onda producida por una vibración….

Todo lo que existe vibra, se mueve, emite una frecuencia de vibración y genera una onda vibracional que inunda todo a su alrededor…

La materia sólida parece estar quieta, inmóvil, y sin embargo los átomos que la conforman están en permanente movimiento….

El movimiento orbital de los electrones, en su oscilación alrededor del núcleo del átomo, genera una onda vibracional, cuya frecuencia está determinada por la velocidad de los electrones…..

Esta vibración produce un sonido o armonía, un color y una forma que distinguen a un tipo particular de materia…..

Los seres humanos tenemos un cuerpo físico, tenemos sentimientos y pensamientos, y todo el movimiento físico, emocional y mental produce una vibración, generando un color, un sonido y una forma….

Esta es la cualidad de nuestro ser que irradiamos hacia afuera inundándolo todo a nuestro alrededor…

De la misma manera, todo lo que existe irradia una vibración….

Las vibraciones similares se atraen….

Cuando estamos con alguien que ‘vibra’ como nosotros, nos sentimos atraídos…

Nos atraen ciertos colores, sonidos, armonías, ambientes, elementos, actividades y personas….

Podemos percibir que hay ciertas actividades, profesiones u oficios que están en armonía con nuestra vibración, por eso ‘nos gustan’….

Así como todo está en permanente movimiento, en constante cambio, nosotros también estamos sujetos al cambio….

Con la variación en el movimiento varía también nuestra vibración….

Por consiguiente, es probable que con el tiempo cambien nuestros gustos en relación con nuestra profesión, actividad u oficio….

Por eso no es necesario, y hasta podría ser perjudicial, que dediquemos toda nuestra vida a una sola actividad….

Es necesario que estemos muy alertas a los cambios que con el tiempo van teniendo lugar en nuestras vidas y en el mundo en el que vivimos….

Si somos capaces de captar las vibraciones, tanto internas como externas, vamos a poder asociarnos a los lugares, a las personas, a las actividades y a las cosas que nos hagan sentir bien, que vibren como nosotros…..

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