Orar es aspirar a la conciencia
De: LUNA200620 (Mensaje original) Enviado: 27/07/2006 9:30
Para orar no se necesitan frases hermosas, ni nutridos discursos, tampoco se necesita oratoria y menos aún composición literaria. Para orar se necesita mucha fe, mucho anhelo, y sobre todo una actitud hacia la corrección de aquello que en nosotros no anda bien:
Ningún poder maléfico tiene tanto poder sobre nosotros sino el que le proporcionan nuestra propia fragilidad, debilidad, o peor aún acciones que nos someten a la esclavitud de la irreflexión, el egoísmo, los defectos en general.
Para orar se precisa autocrítica, autocorrección, autojuicio, anhelo de autoperfeccionamiento. Porque al orar debemos reconocer que estamos equivocados y que estamos en la mayor parte de los casos pagando o sufriendo consecuencias de actos deliberados no reflexionados o que resultaron de la selección equivocada o del mal uso de la libertad.
Orar es aspirar a la conciencia. Porque reconocemos una realidad que nos tiene en problemas sobre todo en aquellos aspectos que violetan o irrespetan el derecho o los sentimientos de los que nos rodean o de quienes conviven con nosotros siempre. No cabe duda que orar significa hablar con DIOS, en la intimidad del hijo con el Padre, en el corazón del Padre que escucha al hijo que vuelve sus pasos para reflexionar y reconocer que ha cometido errores o que piensa de nuevo en enmendar su actuar.
Orar en todo momento, aún en tiempo de paz es aún mejor, porque oramos simplemente porque estamos agradecidos, tranquilos o sinceramente recibiendo bendición, cuando no hay momentos duros o difíciles de prueba y de sufrimiento.
Cuando oramos en tiempos de prueba, estamos envueltos en la tristeza, en el apremio de la pena de la crisis de sentirnos abandonados. Cuando oramos en todo tiempo, aún los momentos duros podemos manejar porque hemos estado en conversación constante con Dios que siempre nos escucha.
Para nuestra bendición , encontramos un momento grato, cuando oramos en tiempos en que no precisamos más que estar agradecidos por la bendición de tener lo necesario, con solo tener a nuestra familia con bien. Para los momentos de prueba, no hay oración más triste que la del que pide casi sin aliento en momentos tristes en que todo pareciera estar en contra. Por ello estar en permanente oración nos hace fuertes y más estables en esos momentos de dureza.
Orar es anhelar la concienca. Es evocar la voz del Padre en el silencio de la meditacion y la reflexión. No importa que tengamos pocos momentos, pero debemos cultivar ese hermoso espacio.
Orar en amistad , en unión con la Divinidad en esta época tan dura y tan difícil nos ayuda a fortalecernos y a permanecer más atentos en la fidelidad y en el amor de Dios como Padre y como consejero . La fortaleza que nos viene de Dios es maravillosa cuando sabemos cultivar el contacto contínuo con El en la meditación.
¡¡¡ Que la Luz y el Amor de Dios iluminen tu vida hoy y siempre !!!