Transmutaion mental

From: MINERO16  (Original Message) Sent: 30/11/2003 03:31
«La mente, así como todos los metales y demás elementos, pueden ser transmutados, de estado en estado, de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración. La verdadera transmutación hermética es una práctica, un método, un arte mental.»

EL KYBALION

Como indicamos anteriormente, los hermetistas fueron los verdaderos creadores de la alquimia, de la astrología y de la psicología, habiendo sido Hermes el fundador de esas escuelas de pensamiento. De la astrología ha derivado la astronomía moderna; de la alquimia ha surgido la química, y de la psicología mística la psicología moderna. Mas no debe suponerse que los antiguos fueran unos ignorantes respecto a lo que las escuelas modernas creen de su exclusiva propiedad. Las inscripciones grabadas en las piedras y monumentos de Egipto prueban concluyentemente que los antiguos poseían el más perfecto conocimiento acerca de la astronomía, mostrando la construcción de las mismas pirámides una relación estrechísima entre sus designios y su conocimiento de la ciencia astronómica. 

Tampoco debe suponerse que ignoran la química, pues los fragmentos de antiguas escrituras descubiertas muestran que estaban muy familiarizados con las propiedades químicas de los cuerpos.  En una palabra, sus teorías respecto a la física han sido posteriormente verificadas y confirmadas por los últimos descubrimientos de la ciencia moderna, sobre todo en lo que se refiere a la constitución de la materia. 

Lejos de ignorar los llamados modernos descubrimientos psicológicos, los egipcio estaban muy al corriente de todo ello, especialmente en cierta ramas que ignoran completamente las escuelas modernas, y sobre lodo en «ciencia psíquica», que tanto está confundiendo a los psicólogos de hoy en día, y haciéndoles confesar al fin que  «después de todo, bien puede haber algo de cierto en ello».  Lo cierto es que, además de la química, astronomía y psicología (esto es, la psicología en su aspecto de función cerebral), Los antiguos poseían un conocimiento trascendental de la astronomía que se llamó alquimia y de psicología trascendental titulada psicología mística. Y no solamente poseían este conocimiento interno  sino también el externo, siendo este último el único que conocen los hombres de ciencia modernos. Entre los muchos aspectos tópicos de conocimientos secretos de los hermetistas se encuentra lo que se conoce como «transmutación mental», de la que vamos a tratar en este capítulo. 

«Transmutación» es el término generalmente empleado para designar el antiguo arte de transmutar los metales, especialmente los de poco valor, en oro. La palabra  «transmutar» significa  «cambiar de naturaleza, de substancia, y de forma, convirtiéndose en otra; transformarse en otra cosa» (Webster). 

Y de acuerdo con esa definición, «transmutación mental» significa arte de transformar o cambiar los estados, cualidades, forma condiciones mentales, etc., en otros. Así que podéis ver que transmutación mental no es otra cosa que una especie de química  mental; y si preferís el término, una forma especial práctica psicología mística. 

Mas esto tiene un significado muchísimo mayor de lo que parece a simple vista. La transmutación alquímica en el plano mental es tan importante en sus efectos que de ser conocida sería uno de los estudios más importantes para el hombre. Y esto no es más que el principio. Veamos por qué. 

El primero de los siete principios herméticos es el de mentalismo, que afirma que «el TODO es mente, que el universo es mental», lo que significa que la única realidad que se oculta tras todo cuanto existe es mente; y el universo en si mismo es una creación mental, esto es, existe en la mente del TODO. Consideraremos este principio en las sucesivas lecciones, pues ahora vamos a estudiar sus efectos, suponiendo que dicho principio fuera cierto. 

Si el universo es de naturaleza mental, entonces la transmutación mental debe ser el arte de cambiar o transformar las condiciones del universo, trátese de la materia, de la energía o de la mente. Así que esa transmutación no es otra cosa que la magia, de la que tanto han hablado los escritores antiguos en sus obras místicas, pero acerca de la cual daban tan pocas instrucciones prácticas. Si todo es mental, entonces la posesión del medio que permita transmutar las condiciones mentales debe hacer del Maestro el dirigente y controlador de las condiciones materiales, así como de las operaciones llamadas mentales. 

Es muy cierto que nadie, excepto los alquimistas mentalistas más avanzados, han alcanzado el grado de poder necesario para dominar las condiciones físicas más densas, tales como los elementos de la naturaleza, la producción y cesación de las tempestades, la producción y cesación de terremotos u otros fenómenos físicos de cualquier clase, pero que tales hombres existieron y que existen es una cosa que no duda ningún ocultista, sea de la escuela que sea. Los mejores instructores aseguran a sus estudiantes que los Maestros existen, habiendo aquéllos tenido algunas experiencias personales que justificaban su creencia. 

Estos Maestros no hacen exhibición pública de sus poderes, sino que, por el contrario, permanecen solitarios para poder así actuar y trabajar mejor en el sendero de la realización. Mencionamos aquí su existencia, meramente para llamar vuestra atención acerca de que sus poderes son enteramente mentales y que operan en el sentido de la más elevada transmutación mental, según el principio del mentalismo de «El Kybalion», que dice: «El Universo es una creación mental». 

Mas los estudiantes y hermetistas de los grados inferiores al de MaestroÑlos iniciados e instructoresÑpueden también actuar y obrar libremente en el plano mental. Todo cuanto llamamos «fenómenos psíquicos», «influencia mental», «mentalismo», etc., son transmutación mental, pues existe un principio único, y nada importa el nombre que se dé a los fenómenos que se produzcan. 

El que practica la transmutación mental trabaja en ese plano, transformando condiciones y estados mentales en otros, de acuerdo con fórmulas más o menos eficaces. Los varios «tratamientos», «afirmaciones», «autosugestiones», etc., de las escuelas mentalistas no son más que esas mismas fórmulas (muy a menudo imperfectas y empíricas) del arte hermético. La mayoría de los que las practican son unos ignorantes comparados con los antiguos Maestros, porque no poseen el conocimiento fundamental sobre el cual está basada esa operación.

No solamente los estados mentales de uno mismo pueden ser transmutados según los métodos herméticos, sino que también puede hacerse esto con la mentalidad de los demás y, efectivamente, todos sufrimos transformaciones mentales de cualquier índole, inconscientemente, por lo general, pero a veces conscientemente, cuando comprendemos algo acerca de las leyes y los principios que los rigen, y sobre todo cuando los demás ignoran los medios de protegerse a si mismos.

Muchos estudiosos del mentalismo saben que las condiciones, materiales dependen de las mentes de los demás, y pueden ser transmutadas y cambiadas de acuerdo con los deseos de la persona que quiere modificar sus condiciones de vida. Se ha hecho esto tan público hoy en día, que no creemos necesario mencionarlo en detalle, siendo nuestro propósito únicamente mostrar la acción de este principio hermético que se oculta tras todas esas varias formas de operar, buenas o malas, porque la fuerza puede ser empleada en ambas direcciones, de acuerdo con el principio hermético de polaridad.

En esta obra indicaremos los principios básicos en que se funda la transmutación mental, de tal manera que todos los que la estudien puedan comprender las leyes a que obedecen, y poseyendo así la clave maestra sean capaces de abrir las muchas puertas del principio de polaridad.

Procederemos a considerar el primero de los siete principios herméticos, el de mentalismo, en el que se explica y desarrolla el axioma de que el TODO es mental, de que el Universo es una creación mental, según las palabras de «El Kybalion».

Ese principio debe estudiarse cuidadosamente, porque él es, en realidad, la base de toda la Filosofía Hermética y del arte hermético de transmutación mental.

Ley del Karma

From: MINERO16  (Original Message) Sent: 30/11/2003 03:33
Una de las cuestiones que más han preocupado al género humano es la de la justicia divina, y el por qué de las desigualdades en la vida.
¿Como es posible, y bajo que punto de vista de igualdad y justicia, que algunas personas gocen de todo aquello que es bueno en la vida mientras que otras carecen de lo más necesario?
¿Como es posible que para algunas personas todo sea felicidad mientras que para otras solo existe el sufrimiento?
¿Cual es la razón de ser del gozo, y cual la del pesar?
¿Por qué hay quien vive una vida larga, independientemente de que esta sea fructífera o no, mientras que hay niños que solo viven unos pocos minutos o unas pocas horas?
Estas y muchas otras son las preguntas que, a menudo, nos hacemos cuando queremos desentrañar el misterio de la vida, martillean nuestra mente para encontrar una explicación que satisfaga nuestro deseo natural de saber.
A lo largo de la historia de la humanidad, y muy especialmente entre las religiones occidentales, se han desarrollado una serie de teorías que tratan de explicar el tema de la justicia divina, y el por qué de las desigualdades entre los seres humanos.
Repasemos algunas de esa teorías para ver si nos pueden aportar luz, o solamente son un intento humano de explicar una realidad cósmica que, lejos de explicar, lo que hacen es confundir y dar la sensación de que el Cosmos no está hecho de una manera equilibrada, y armoniosa, y que su Creador es un Ser caprichoso e injusto.
La primera teoría, muy extendida entre las religiones de origen semítico, como el cristianismo, nos dice que «Dios es el que decide, por su propia voluntad, nuestra felicidad o nuestro dolor, lo largo de nuestra vida, y las circunstancias en las que vivimos»
Esta teoría, o dogma, nos presenta a un dios caprichoso que da a los hombres según le place.
Esta teoría ha dado como resultado muchas prácticas supersticiosas que tratan de aplacar las iras y caprichos de ese dios. Entre estas prácticas están los sacrificios, más o menos incruentos que sirven, según quienes los hacen, para agradar al Creador.
Es muy curioso constatar que, entre los seguidores de este dogma, existe la creencia de que se puede negociar con Dios sus favores, e incluso que se le puede chantajear. Por ejemplo: cuando una persona que necesita ayuda, o algo, dice: «Dios mío, si me concedes tal o cual cosa haré esto a aquello». Este cambalache ridículo diría poco en favor del poder y de la misericordia de Dios.
Otra teoría, que en cierto modo tiene puntos de conexión con la anterior, dice que hay una lucha constante entre los poderes del bien – Dios – y los del mal – Su antagonista, llámese Satanás, Arrimanes, Set, Plutón, o como lo hayan denominado diferentes civilizaciones – y en este dogma se nos indica, presentando a un Dios débil que debe enfrentarse a una potencia equivalente a la suya, que el mal, encarnado por cualquiera de los anteriores personajes, puede casarnos dolor y desgracia sumergiéndonos en el mundo de las tinieblas.
Lo mismo que en el dogma anterior, pensar en algo que pueda enfrentarse al poder de Dios que es todo bondad, justicia, equidad, amor, etc. es tan ridículo que no merece la pena ser considerado por un auténtico pensador.
Hay otro tipo de teorías, sobre todo de carácter científico, que nos dicen que el origen y causa de nuestra felicidad y nuestro infortunio es la herencia genética y fruto, en muchos casos, de la casualidad.
Si observamos el equilibrio y armonía creadora del Universo, en el que todo está relacionado y todo obedece a leyes y causas determinadas, no podemos admitir que el resultado de nuestra vida sea fruto de la casualidad, o la improvisación cósmica.
Al observar la vida, y sus efectos sobre nosotros, no podemos contemplar al Ser Humano como un cuerpo solamente que se manifiesta porque si. El Ser Humano es un ser consciente, que piensa y que actúa movido por sus pensamientos, por sus emociones, y por impulsos más sutiles de índole espiritual.
Esa es la clave que nos puede conducir al conocimiento de una Ley «oculta» que nos conduzca a la explicación de nuestra vida y a la comprensión de la aparente injusticia de la vida, haciéndonos comprender que, lejos de ello, todo obedece a Leyes justas y ordenadas puestas en acción, al principio, por la mente del Creador.
Antes que nada debemos llegar a la comprensión de que la vida, lo mismo que todo lo que existe en el Universo, es eterna, y que por medio de ella el Hombre llega a tomar consciencia del medio en el que se desenvuelve, de sí mismo, y de la Realidad Absoluta -el mundo espiritual y sus leyes- y del mismo Creador.
Pero la vida, lo mismo que todo lo demás, tiene una doble manifestación; tiene un periodo de actividad y otro de descanso, lo mismo que se manifiesta en la naturaleza como día y noche, positivo y negativo, ciclos naturales etc.
Esos periodos de actividad los hemos venido en llamar, indebidamente, vida y muerte.
Si partimos de la base de la eternidad de la vida, el periodo llamado muerte no es otra cosa que un periodo en el que la vida no se manifiesta en el plano terrenal, pero no por ello está perdida, sino solo ausente de la manifestación física.
De la misma manera en que a la noche le sucede el día, para volver a la noche y luego de nuevo el día, el Hombre nace y muere para volver de nuevo a nacer y manifestarse continuamente.
Nos referimos, naturalmente, a lo que se denomina la reencarnación – tema del que nos ocuparemos más extensamente en otro mensaje – que no es, en modo alguno, ninguna de las teorías, más o menos peregrinas, que se han divulgado, en muchos casos, con ánimo de ocultar su verdadero significado.
Esta es la única teoría que puede explicar la justicia divina; la oportunidad que se nos concede de vivir muchas vidas nos permite gustar de todas las sensaciones, vivencias, sentimientos, y situaciones en un plano de igualdad con todos los demás.
Pero la reencarnación, cuyo propósito es el de poder vivir todas la experiencias posibles en el plano material, tiene sus propias Leyes que se ajustan a todas las otras leyes divinas.
Hay, fundamentalmente, una Ley que equilibra, ajusta y compensa; que tiene una gran influencia sobre el Hombre, y sobre todo el Universo, y sobre la que influye el Hombre con sus pensamientos y acciones.
La ley a la cual nos referimos se denomina la ley del Karma, y se utiliza ese nombre porque su etimología de origen sánscrito, la define perfectamente.
La palabra Karma deriva de dos palabras del idioma sánscrito, o samskrta, que juntas se pronuncian KARMAN.
La raíz KAR venía a significar, en la antigüedad, la aplicación del poder creador por el hombre. La raíz MAN significa «pensador».
Si unimos dichas raíces para formar la palabra KARMAN, o KARMA que es como se pronuncia en español, el significado que encontraremos es el de «La acción y reacción de la voluntad humana sobre el pensador – o el Hombre – mismo.
En muchas ocasiones, sobre todo en la actualidad en que el esoterismo se ha vulgarizado, escuchamos muchos significados y teorías particulares, la mayor parte peregrinas y excéntricas, aunque sorprendentemente admitidas, sobre la ley del Karma.
Es curioso constatar que, en la mayor parte de esas explicaciones se hace referencia al Karma como una ley de premio y castigo, particularmente de castigo, y en varias ocasiones hemos tenido la ocasión de oír frases como: «Le va a caer un Karma encima» o «Padece un gran Karma».
La ley del Karma no es una ley personalista de premio o castigo; pensarlo así es caer en las mismas teorías ridículas que habíamos analizado antes, si no una ley IMPERSONAL de equilibrio y justicia.
La ley del Karma es una ley por medio de la cual, por la compensación adecuada de nuestros actos, pensamientos, e intenciones, podemos tomar consciencia de la armonía universal.
Cuando el Ser Humano se encuentra en armonía con el Cósmico, el resultado es equilibrio, salud, paz, armonía, etc. Si sale de ese equilibrio el resultado será infelicidad, enfermedad, etc.
Al sentir los efectos de la Ley del Karma, o de compensación, sobre nosotros, tenemos la oportunidad de ajustar perfectamente con la armonía cósmica. Cuando acertamos sentiremos su compensación positiva y, en consecuencia, sabremos como debemos proceder o pensar para permanecer en ella. Cuando nos equivocamos sea por ignorancia, mala intención, u otra circunstancia, sentiremos sus efectos negativos en nosotros por lo que podremos determinar aquello que no debemos hacer.
Ténganse en cuenta que la Ley del Karma exige una compensación justa y completa de todas nuestras vidas pasadas, la presente, y las que podamos vivir. El tiempo en el que se producirá la compensación será el más adecuado, en esta o en otras vidas, para que podamos aprender la lección que nos depara el efecto kármico (lo cual es otra muestra de justicia y de misericordia divina).
Pero tengamos en cuenta que de la misma manera que podemos producir un efecto que generará una compensación kármica, si dicho efecto es negativo lo podemos neutralizar, cuando tenemos consciencia de ello, por medio de actos de naturaleza positiva que puedan compensar adecuadamente las causas que generaron esa manifestación.
Una cosa que tenemos que tener presente es que la valoración de nuestros actos, pensamientos, e intenciones, es muy diferente bajo el punto de vista cósmico que bajo el humano.
Por ejemplo: Desde el punto de vista cósmico tiene más valor el pequeño donativo que, a una institución benéfica, hace una persona a quien le cuesta un enorme esfuerzo porque su economía es humilde, que el gran donativo que hace una persona a quien le sobran los millones y para quien nada significa desprenderse de una pequeña parte de su capital, aunque los dos sean positivos.
También el Karma tiene efecto por acción y por omisión, es decir: el bien que pudiendo hacerse se hace produce un karma de acción, pero el bien que pudiendo hacerse no se hace provoca un efecto kármico por omisión. Lo mismo puede decirse de los actos de naturaleza negativa.

Meditando

From: MINERO16  (Original Message) Sent: 30/11/2003 03:37
¿Qué método, de qué sistema nos ha dotado la divinidad para realizar esos estados trascendentales, para avanzar hacia nuestro propio centro y alcanzar en nosotros mismos y por nosotros mismos ese núcleo en el que se contiene y está todo?. Pues bien, a mi juicio estamos hablando de la meditación entendida en el sentido que a continuación ~os a exponer, y desechando, para los fines que aquí nos ocupan, otras significaciones o metas de la misma por muy loables y fructíferas que sean.

En efecto, hay personas para las que meditación viene a ser sinónimo de relajación, de forma cine al meditar se adormecen los sentidos y se llega a un estado de relajación física y mental, por supuesto muy agradable y beneficioso. La meditación seria, de esta forma, una técnica que operaría sobre los elementos externos del centro de nuestro verdadero ser (cuerpo e incluso mente), para serenarlos y permitirles enfrentarse con ecuanimidad y sosiego a los avatares de la vida diaria.

Para otras personas meditar viene a ser sinónimo de reflexionar sopesar, argumentar en pro y en contra de determinados aspectos que o bien les preocupan o bien constituyen temas trascendentales a los que les gustaría encontrar una explicación plausible. En este caso, la meditación como método viene a utilizar la razón, la lógica, el instrumento útil de la palabra sí no expresada verbalmente sí pensada o representada en el intelecto- En definitiva, se trata de utilizar los medios de los que nos valemos a diario en nuestra vida cotidiana, con la particularidad de hacerlo en la intimidad y la soledad de uno mismo.

Sin embargo, la meditación a la que quisiera referirme, la cual vengo humildemente practicando desde hace algún tiempo, y a la cual entusiastamente animo a todo sincero buscador, es aquella que, pasando por el estado de relajación (paso previo y necesario), trasciende el mismo para ir más allá, para penetrar en lo que hay detrás de él, y que para hacerlo se desprende de la palabra, el pensamiento, el raciocinio y la lógica, es decir, ignora todos los instrumentos que la mente humana pone a su alcance y que para este viaje no solamente no son útiles sino que vienen a perturbar.

Efectivamente, la mente sirve para lo que sirve, y correlativamente no sirve para lo que no sirve. Parece una obviedad, pero entiendo que en las obviedades más simples está la verdad. Un teléfono es muy útil, pero si queremos escribir tendremos que utilizar un lápiz, porque el teléfono vale para lo que vale, no para lo demás, y no por eso hay que menospreciarlo o ridiculizarlo. Pues bien, el lugar al que vamos a través de la meditación trasciende la mente y por eso no puede ser aprehendido o asido con ella. Es por eso que, para avanzar en meditación, es inútil obligarse a ello y proponérselo con los medios de razonamiento que habitualmente utilizamos.

¿Y cuál es ese lugar al que vamos?. ¿En qué consiste ese espacio al que místicos, sabios, buscadores y videntes de todas las tradiciones han querido ir a lo largo de los siglos?. Ese lugar, ese espacio, es el espacio interior, es esa zona de vacío en la que aparentemente no hay nada, no ocurre nada, pero que realmente lo contiene todo. Creemos que no hay nada, pero lo creemos con nuestro razonamiento externo y superficial. Cuando nos desprendemos del mismo, cuando abandonarnos todo aquello que creemos ser lo único que tenemos (nuestras técnicas, nuestros métodos) y basta lo único que creemos ser, llegamos a lo que realmente somos, a nuestra verdadera esencia, al centro de todos los centros, que no es otra cosa que el espacio interior en el que la divinidad ha puesto su semilla en el hombre, ese espacio en el que reside el alma humana, el espíritu del Creador vivo en el hombre. Ese espacio también puede ser identificado con la conciencia pura, de hecho es pura conciencia. Es la conciencia fisica y universal, todo penetrante, omnipresente y eterna, existente desde el comienzo de los tiempos y nunca perecedera, es la que conciencia que todo lo penetra y que todo lo abarca, la conciencia que pertenece (y que es) todos los seres vivos e inertes de todos los planetas y mundos imaginables y por imaginar, existentes, que existieron antes y que existirán en el futuro. Esa conciencia es inabarcable porque es el mismo infinito. Esa conciencia, por más esfuerzo que hagamos, no puede ser definida ni abarcada con palabras, porque es la conciencia la que crea la palabra, es la conciencia de la que surge la palabra, luego la palabra no puede comprender a aquello de lo que surge, y que ha sido su creador.

Y se dice que todo aquello que no puede ser dicho, expresado o verbalizado tiene que ser experimentado, y es lo que sucede con la aventura de la meditación. Hay que ir allí, hay que intentar llegar allí para saber lo que es. ¿Cómo explicaríamos a alguien que nunca lo hubiera hecho en qué consiste soñar por poner un ejemplo?. Hagamos el intento en este instante. No podemos, nos faltan las palabras (¿o nos sobran?). Lo mismo ocurre con la meditación: no podemos explicar qué hacemos, cómo lo hacemos y donde vamos. Simplemente hay que hacerlo. En definitiva, ese esfuerzo, esa disponibilidad es el precio que tiene que pagar el buscador para acceder a los lugares más recónditos e interiores de la naturaleza humana (y de todo), aquellos en los que verá la esencia de la existencia misma con el ojo interior y donde todo le será revelado. Lo que allí hay no es secreto, todo el mundo puede acceder a ello, sólo tiene que desearlo sincera y firmemente, tanto corno para hacer el esfuerzo requerido y sentarse en completo silencio horas y días hasta vislumbrar lo que le espera.

No es nada dificil, Dios nos provee sin que sepamos cómo de todos los medios necesarios para llegar a donde debemos. Sólo hace falta un corazón limpio, una voluntad firme un deseo sincero de hallar la verdad y una disposición carente de prejuicios, dispuesta a sombrarse con el misterio del Infinito que le espera al otro lado.

Porque en definitiva vamos al otro lado, cruzamos el charco, pasamos del mundo cotidiano, previsible y razonable, al mundo interior sólo accesible mediante las facultades interiores, aunque en realidad, corno se dice en nuestras lecciones rosacruces, no hay línea divisoria, no hay dos conciencias, no hay dos mundos, exterior e exterior. Solo hay un mundo, una conciencia, un Dios, una Divinidad. Solo hay una energía universal que sustenta el universo entero, con independencia de que vibre y se consolide en diferentes niveles Ese es el único lugar que hay, el único al que hay que llegar (con la paradoja de que es en el que estamos).

No voy a sugerirles técnica ni método alguno para este viaje. Simplemente siéntense de la manera más cómoda y reposen en silencio, dirijan la mirada al interior y les aseguro que Dios (o cualquier medio a través de los que nos habla) vendrá en su ayuda. Ningún sincero buscador se queda sin saborear el fruto de su búsqueda. Y he dicho que no voy a sugerir técnica o método en primer lugar porque no estoy lo suficientemente cualificado (solamente soy un humilde buscador, al igual que el resto), y en segundo lugar porque cada persona es un mundo y debe hallar por sí misma las recetas que mejor le sirvan. Además, Dios habla a cada uno con el lenguaje que esa persona entiende, y en definitiva esta es una aventura personal, íntima e intransferible. Cada uno debe hacer su viaje. Es el viaje interior. En realidad ES EL VIAJE. Muy pocos otros merecen la pena, Aunque creo, intuyo, que todos se confunden en éste.

donde esta la felicidad?

From: MINERO16  (Original Message) Sent: 29/11/2003 00:58
¿DONDE ESTA LA FELICIDAD?
 
¿Tienes la ilusión de que hallarás felicidad cuando te ganes el premio de
una lotería?
Muchos recibieron capitales en rifas o por herencias, descarriaron sus
conductas y ahora su vida es una miseria moral.
En medio del bienestar material que un día soñaron, sufren un hondo malestar
interior.
Como sueñas en la felicidad, has de entender que para ser verdaderamente
feliz es necesario que trabajes con ahínco por la felicidad de tus
semejantes, que seas solidario con los necesitados y les prestes ayuda,
oportunamente, y que lo hagas con todo cariño.
 
“La fe en acción es amor; y el amor en acción es servicio”. 

Saber que ignoramos- ignorar que sabemos

From: MINERO16  (Original Message) Sent: 30/11/2003 16:10
Saber de nuestras propias sombras e ignorar de nuestra propia luz: éste es el sendero del buscador.

Para empezar a crecer en el sendero de la sabiduría, el paso primero y más importante es saber que no se sabe. Asumir la sombra para poder emerger, o para poder florecer hacia la luz.

El proceso de aprender es el de reconocer que la ignorancia mayor es, más que la ausencia de conocimiento, la ausencia de sensibilidad a la luz. La insensibilidad nos conduce a una oscuridad más profunda, a la tibieza de una ignorancia que no puede comprometerse con nada. El camino del aprendiz pasa por la caída al fondo oscuro de la propia sombra, el reconocimiento doloroso de la propia ignorancia. Sólo en la aceptación de nuestra vulnerabilidad podemos recuperar la sensibilidad a la propia luz; y descubrimos que era luz, lo que la oscuridad tan temida, guardaba.

Más allá del conocimiento, la sensibilidad permite un reconocimiento interior: permite convertir el saber en un verdadero sabor que podemos degustar. Saber que no se sabe es el primer paso en el camino de la sabiduría, pues todo el tiempo en que ignoremos que ignoramos es un tiempo perdido para la evolución. En ese tiempo estamos condenados a repetir los mismos errores sin despertar a sus lecciones.

El primer indicio del despertar es el reconocimiento de la propia oscuridad, cuando se experimenta una sed infinita de la luz. Entonces se cultiva la lectura espiritual, una capacidad de leer más allá de las apariencias, el lenguaje de los símbolos en la naturaleza.

Sabe cultivar aquel que aprende, en vivo y en directo, que hay arquetipos de la vida en cada semilla; el que ya, cuando siembra, siente el sabor de la cosecha. Es sabio, aunque casi de nada conozca, el humilde campesino que ha encarnado en sí mismo el sol, la tierra y las semillas, y que sencillamente danza en su trabajo y su vida los ritmos, sagrados de la naturaleza.

El que sabe que conoce, y lleva a todas partes su conocimiento como un estandarte, ignora la sabiduría sencilla del alma y termina convirtiéndose en el mayor ignorante; es el camino del orgullo, el separatismo, la gran herejía; es el sendero de la ciencia autosuficiente y dogmática que pretende convertirse en la medida del arte, la religión y la filosofía. En esa docta ignorancia pretendemos reemplazar la sabiduría del Creador inmersa en la naturaleza con nuestra pequeña inteligencia.
Pretendemos construir una imagen de Dios a nuestra imagen y semejanza. Sabemos que sabemos para poder ignorado y fluir por los ríos del conocimiento hacia el mar de la sabiduría, sabiendo que el conocimiento que pasa a través de nosotros, no nos puede pertenecer porque es patrimonio del Ser. En el sentir que se es uno con todos los seres está la clave de la sabiduría. Si primero podemos ver a los otros, sabiendo que, tras sus apariencias, hay un orden perfecto, único e irrepetible, no podremos menos que mirarlos con reverencia; y más allá de la reverencia, del respeto y la tolerancia, los podremos sentir con amor.

Es amor el estímulo esencial para que la vida germine. La semilla requiere para germinar un grado adecuado de calor y humedad, que en términos humanos es amor y ternura. En ese ambiente la madre permite que el hijo -la semilla- pueda brotar.
¿Cómo vemos las cosas? Si las miramos con amor, estamos dándole a la creación el calor que necesita para germinar. Todos somos sembradores: en cada mirada, en cada actitud, en cada abrazo, en cada silencio, en cada acompañamiento, estamos sembrando la semilla en el surco de nuestra tierra para que germine.

Estamos muriendo a una cosa cuando estamos naciendo a otra; todos los días, semillas nuevas están germinando en nosotros. Así que no es tan cierto que yo sólo germino cuando nazco, o cuando me amamantan, o cuando termino en la universidad, ¡no!, germino hasta la muerte, en la muerte, y después de la muerte, porque la consciencia es una semilla de infinitas variedades que está germinando en cada momento.

Es la consciencia de la ignorancia, o de la sombra, la que nos lleva a buscar la luz; esa es la primera consciencia de la consciencia. En ella aprendemos que somos responsables de nosotros y del mundo en que vivimos; y cuando vivimos el mundo estamos ayudando en la creación, siempre y cuando lo miremos con amor y seamos sensibles a él, porque de lo contrario, aunque lo conozcamos, aunque seamos eruditos en los fundamentos del universo, no estaremos participando del proceso de la creación.

De lo que se trata para florecer, es de Ser; y, ¿qué es Ser? Es participar del proceso de la creación. Ser, en términos humanos, es ser creador, es ser partícipe de la creación, es hacer parte del Creador; es dejar de ser sólo criatura o sólo la danza del Creador, para ser el creador. Ser creador parte del sentir, de la sensibilidad que puede expresar el amor; podemos nutrir el mundo en cada uno de sus momentos, con cada una de nuestras palabras, con cada mirada, con cada silencio, con cada actitud; si esa actitud está envuelta en el amor, es sabia. El amor se expresa en una corriente de sabiduría que se convierte en servicio. Es decir, el amor no es sólo un potencial, es también una corriente de acción que puede emerger de nuestro corazón a cada instante.

En la consciencia de la consciencia surgimos al Amor-Sabiduría, un florecer de la creación en el plano humano. Estamos aquí para expresar ese amor, que también es inteligencia. Como el fuego que da luz y calor, así el Amor-Sabiduría es un sentimiento que llena de luz la vida, dando dirección, propósito y sentido a esas poderosas fuerzas emocionales que cuando no están canalizadas se vuelven contra nosotros mismos.

acuerdate

From: MINERO16  (Original Message) Sent: 29/11/2003 00:35
Cuando el cielo esté gris: acuérdate cuando lo viste
profundamente azul.
Cuando sientas frio: piensa en el sol radiante que ya
te ha calentado.
Cuando sufras una derrota temporal: acuérdate de tus
triunfos y de tus logros.
Cuando necesites amor: revive tus experiencias de
afecto y ternura.
Acuérdate de lo que has vivido y de lo que has dado con
alegria.
Recuerda los regalos que te han hecho, los abrazos y
besos que te handado,
los paisajes que has disfrutado y las risas que de ti
brotaron.
Si esto has tenido; lo puedes volver a tener y lo que
has logrado, lo puedes volver a ganar.
Alegrate por lo bueno que tienes y por lo bueno de los
demas, aceptalos tal
cual son; desecha los recuerdos tristes y dolorosos, y
sobre todo no tengas ningun rencor,no te lastimes mas.
Piensa en lo bueno, en lo amable, en lo bello y en la
verdad.
Recorre tu vida y detente en donde haya bellos
recuerdos y emociones sanas
y vivelas otra vez.
Visualiza aquel atardecer que te emociono. Revive esa
caricia espontanea que se te dio.
Disfruta nuevamente de la paz que ya has conocido,
piensa y vive el bien.
Alli en tu mente estan guardadas todas las imagenes;
¡Y solo tu decides cuales vas a volver a mirar!

Cultivando una actitud mental

From: MINERO16  (Original Message) Sent: 03/12/2003 00:33
1o. Llenemos nuestra mente de pensamientos de paz, de alegría, de optimismo, de esperanza en buenos resultados para el futuro, y de recuerdos amables de la vida pasada. No olvidemos que nuestra vida y nuestro comportamiento son la obra y el fruto de nuestros pensamientos. Como sean nuestros pensamientos así será nuestro modo de obrar.

2o. No tratemos nunca de pagarles a nuestro enemigos con la misma moneda con la que ellos nos han tratado. Eso nos hace daño a nosotros mismos. Quién se esfuerza por no vengarse se libra de muchas tristezas, pero quien no perdona y no olvida, se está castigando con ello a sí mismo. No perdamos ni un minuto recordando los males que nos han hecho.

3o. En lugar de preocuparnos por la ingratitud de la gente, considerémosla como algo totalmente común, habitual y corriente. Si a Jesús, de diez leprosos curados, sólo uno volvió a darle gracias, ¿vamos a esperar que la gente sea más agradecida con nosotros de lo que fue con el Salvador? 4o. Recordemos que “es mejor y produce más felicidad el dar que el recibir”. Por eso en vez de esperar gratitudes, dediquémonos a prodigar favores y amabilidad y buen trato.

5o. No olvidemos que la gratitud es una cualidad que hay que cultivar y hacer crecer. Por eso enseñemos a nuestros jóvenes y a las personas con las cuales tenemos influencia, a demostrar gratitud y agradecimientos siempre y en todas partes.

6o. Haga la lista de los bienes que ha recibido, y de las cosas buenas que le suceden cada día.

Pero no se dedique a hacer la lista de sus males y de las cosas desagradables que la van llegando, porque eso le amarga y no le hace ningún bien.

7o. No nos dediquemos de tratar de imitar a los demás.

Seamos nosotros mismos. Querer ser lo que es el otro es tratar de repetir inútilmente lo que ya existe. En cambio cada uno de nosotros somos una persona irrepetible y esa es nuestra riqueza y originalidad.

8o.

Cuando la vida diaria nos lance a la cara un limón amargo, tratemos de convertirlo en una agradable limonada.

9o. Olvidemos nuestra propia infelicidad tratando de darle un poco de felicidad a otros. Cuando nos proponemos a hacer felices a los demás, con ello estamos aumentando también nuestra propia felicidad.

18 maneras de se mas feliz cada di

From: MINERO16  (Original Message) Sent: 03/12/2003 01:48
Todos los días…

Intercambia una palabra amable con un amigo.

Regala una sonrisa.

Revela un secreto.

Escucha lo que alguien trata de decir.

Escucha de corazón lo que alguien no puede expresar.

Intenta algo nuevo.

Perdona a alguien que te haya herido.

Perdónate tus errores pasados.

Date cuenta de tus imperfecciones.

Descubre tus posibilidades.

Haz un nuevo amigo.

Acepta la responsabilidad de todo lo que haces.

Rechaza la responsabilidad de las acciones de los demás.

Sueña un sueño.

Contempla la puesta de sol.

Valora lo que tienes.

Valora lo que eres.

Ama tu vida.

10 puntos importantes

From: MINERO16  (Original Message) Sent: 03/12/2003 17:14
1. La Actitud 
La  Felicidad es una elección que puedo hacer en cualquier momento y en cualquier lugar.  Mis pensamientos son los que me hacen sentir  feliz o desgraciado, no mis circunstancias. Sé capaz de cambiarte a ti mismo y el mundo cambiará contigo…  Recuerda que lo único que puedes controlar en  el  mundo son tus pensamientos.

2. El Cuerpo

Mis  sentimientos son influenciados por mi postura. Una postura adecuada genera una disposición feliz. Es  importante  que también hagas ejercicio; éste nos libera del estrés y genera la secreción de endorfinas, que hacen que nos sintamos bien. Mira siempre hacia arriba y sólo podrás reír, pues no conozco a nadie que haya podido llorar en esa postura.

3. El Momento

La  felicidad  no esta en los años, meses, en las semanas, ni siquiera en los días. Sólo se la puede encontrar en los momentos. “Hoy es el mañana de ayer”…  además, la vida siempre tiene derecho a sorprendernos, así que, aprende a vivir el presente sin ningún trauma del pasado ni las expectativas del futuro. Recuerda que la Felicidad no es una meta, sino un trayecto. Disfruta de cada momento como si en él se combinaran tu pasado, tu presente y tu futuro.

4. Nuestra Propia Imagen

Debo  aprender a amarme a mí mismo como soy. Creer en uno mismo da resultados.  Cuanto más te conozcas, mayor será tu ventaja con respecto a los demás. Dag Hammarshold decía: “El camino más difícil es el camino al interior”… pero, al menos una vez en la vida, debemos recorrerlo.

5. Las Metas

¿Sabes cuál es la diferencia entre un sueño y una meta?. Una meta es un sueño con una fecha para convertirse en realidad. Un sueño es solamente  un  sueño. Algo que está fuera de la realidad… así que, atrévete a soñar.  Pero, atrévete también a lograr que esos sueños se hagan realidad. “Apunta  hacia  la  Luna,  pues  aunque  te  equivoques, llegarás a las estrellas…”  Y cuando te pongas una meta difícil o creas que tienes un sueño imposible, recuerda que el éxito es sólo la recompensa pues lo que vale es el esfuerzo.

6. El Humor

La sonrisa  es  muy  importante  para  mejorar  la  autoestima. Cuando sonreímos, aunque no sintamos nada, nuestro cerebro lo entiende como una señal  que  todo  va bien y manda un mensaje al nervioso central para que libere una sustancia  llamada  beta-endorfina,  que  da  a la mente una respuesta  positiva.  Dicen que  “Una  sonrisa  cuesta  menos  que la electricidad, pero que da más luz”. Además, con cada sonrisa siembras una esperanza.

7. El Perdón

Mientras tengas resentimientos y odios, será imposible ser feliz. Lo maravilloso del perdón no es que libera al otro de su eventual culpa, sino que te libera a ti de un sufrimiento.

8. Dar

Uno  de  los  verdaderos  secretos  para ser feliz es aprender a dar, sin esperar  nada a cambio. Las leyes de la energía te devolverán con creces lo que  des,  si  das  odio, recibirás odio, pero si das amor, recibirás invariablemente amor.  Sólo aquel que aprende a dar está en camino descubrir la  verdadera felicidad.

9. Las Relaciones

La sinergía es unir fuerzas y caminar juntos para conseguir cosas. Siempre  que  dos o más personas se unen en un espíritu de colaboración y respeto,  la sinergía  se manifiesta en forma natural. Entiende a las personas  que te rodean,  quiere a tus amigos como son, sin intentar cambiarlos,  porque cuando te sientas mal, el verdadero amigo estará allí para  apoyarte y brindarte todo su amor. Así que cultiva tus amistades, ¡ellas  son  gratis!  La  amistad, al igual que la mayoría  de los sentimientos, debe fluir de manera  natural.  Por ello, la verdadera amistad no puede basarse en condiciones.

10. La Fe

La  fe  crea  confianza, nos da paz mental y libera al alma de sus dudas, las preocupaciones, la ansiedad y el miedo. Pero no te asustes cuando dudes, pues bien decía Miguel de Unamuno: “Fe que no duda es fe muerta.”

1 11 12 13 14 15 16