Vivir en estos tiempos

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 21/04/2006 11:16
Vivir en estos tiempos

Qué difícil es vivir en éstas épocas! Quizás no somos conscientes de la hostilidad espiritual de estos tiempos, pero vivimos en un mundo que nos propone desviarnos en casi todo momento.

En los siglos pasados se vivía una vida, en promedio, mucho menos expuesta al pecado. Las noches, por ejemplo, empezaban temprano: la oscuridad reunía a las familias en sus hogares y las unía en un clima que propiciaba la paz espiritual, el diálogo familiar y la reflexión.

La inexistencia de tecnología permitía un nivel de diálogo mucho más frecuente y sereno, ya que la falta del bombardeo de noticias que vivimos hoy en día centraba a las personas en su entorno inmediato, en su vida cotidiana.

En el presente tenemos una conciencia de lo que ocurre en casi todo el mundo, mientras en el pasado sólo se sabía lo que acontecía en la ciudad o aldea propia, o a lo sumo lo que ocurría en el país, después de algunos meses de ocurridos los hechos.

La mayoría de la información que recibimos actualmente no nos aporta nada, salvo turbación y angustia, y sin embargo ocupa un espacio tan grande que no nos deja lugar para meditar sobre lo esencial de nuestra vida, nos absorbe.

Qué difícil es encontrar a Dios cuando todo lo que recibimos carece de referencias a la vida espiritual. Se nota una tendencia muy fuerte a interpretar todo lo que ocurre desde un ángulo humano, desprovisto de Dios, haciendo del hombre el centro de todo lo que ocurre.

Es como una fuerza de gravedad poderosa que atrae todo hacia sí, donde hablar de Dios o sentir a Dios es ir contra la corriente. Los niños y jóvenes en colegios y universidades, hombres y mujeres en sus ocupaciones cotidianas, todo tiende hacia una vida vacía de contenido.

Se divulga la necesidad de vivir socialmente y “divertirse”, casi como un sello de felicidad, apartándonos de la búsqueda verdadera del crecimiento espiritual.

Por ello es importante tener una gran fortaleza de espíritu, saber que no debe una dejarse atraer o engañar por esa propuesta tan generalizada y aceptada mansamente por la mayoría de la gente.

En medio de tanta oscuridad, pequeños ejemplos de luz que luchan en contra de la corriente general son como faros que guían hacia la salida. Nunca sabremos en quienes produce efecto una palabra, un gesto, que muchas veces es mal entendido porque va en contra de lo que “el mundo” dice o propone.

Pero no importa: lo debemos hacer igual, no hay que ser impaciente, hay que saber esperar, orar, obrar y callar. Si los resultados son visibles o invisibles a nosotros, si producen efecto o no, no somos nosotros quienes deben verlo. Dios todo lo sabe y todo lo ve, porque sabe lo que hay en los corazones.

El juicio humano está casi siempre errado, salvo cuando se realiza desde un punto de vista superior, espiritual. Por ese motivo no hay que juzgar a los demás, sólo obrar con una intención recta y orar por justos motivos, pidiendo en todo momento que se haga la Voluntad de Dios, y no la nuestra.

Vivamos en este mundo, sabiendo que no somos de este mundo. Nuestro destino es de realeza, de Reino, de un Reino que no es de aquí, ya que estamos destinados al Reino de Cristo.

Oremos por nuestra entrada a esa plenitud, esa beatitud que borra todo pensamiento o actitud vana. Seamos dignos miembros de la Iglesia de Cristo, humildes integrantes de un todo que está destinado a triunfar y reinar.

¡¡¡  Que la Luz y el Amor de DIOS te envuelvan  !!!

Dejar de sentirnos culpables

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 22/04/2006 11:21

Dejar de sentirnos culpables

Es sorprendente ver cómo la vida de algunas personas se ve afectada y paralizada por un sentimiento de culpa. Y es que cuando nos sentimos culpables, no podemos experimentar la plenitud ni la felicidad, porque casi todos nuestros pensamientos están dirigidos a recordarnos que no podemos ser merecedores del bienestar, del éxito, de la satisfacción del logro, de la felicidad… porque todavía tenemos pendientes sin asumir, asuntos sin resolver. La culpa es un sentimiento negativo que nos agobia y perturba, ensombreciendo y marchitando cualquier momento de satisfacción que tengamos en nuestra vida.

La culpa se infiltra poco a poco en nuestra vida, vamos creciendo con ella y, sin darnos cuenta, influye en la manera en la que vemos el mundo. El sentimiento de culpa nos conecta siempre con un miedo a ser rechazados, castigados, abandonados, juzgados o criticados… Por eso la culpa concentra tanto poder y los demás nos manipulan tan fácilmente con ella.

La culpa hace que nos sintamos emocionalmente pequeños e indefensos, como cuando nos llamaban la atención y nos regañaban por algo, nos sentíamos inseguros y rechazados por nuestro comportamiento.

La culpa ha sido usada como un instrumento de manipulación y control, por algunos padres para educar a los hijos, por los hijos para manipular a sus padres, en algunas relaciones cotidianas a través del chantaje emocional.

El terreno más fértil para que crezca el sentimiento de culpa es un hogar crítico, autoritario y donde haya poco contacto afectivo, en el que la persona se sienta constantemente vigilada, criticada, denigrada o juzgada, donde se le exija, todo el tiempo, actuar de acuerdo con las expectativas de los demás, en especial con las de sus seres queridos. Muchas veces la necesidad de sentirse querido hace que una persona quiera complacer a los demás casi todo el tiempo y si no lo logra, se sienta culpable por ello.

Una baja estima hará que nos sintamos poco merecedores del cariño y la compañía de algunas personas, por lo tanto seremos en algún momento un blanco fácil de la manipulación por parte de éstas.

A muchas víctimas de maltrato, por ejemplo, les cuesta reconocer la situación que están viviendo porque en el fondo se sienten culpables y merecedoras de su situación dolorosa. En estos casos, la culpa y el temor pueden anular a una persona y su capacidad para decidir y pensar por sí misma, haciendo que se sientan víctimas encerradas en un círculo vicioso que busca la aprobación, el perdón y la aceptación de los demás para reivindicarse algún día.

Sin embargo, a menudo la culpa actúa de manera más sutil, amarrando a las personas en una especie de dependencia mutua. Los reclamos, los cambios de humor inesperados, algunos comentarios al aire, ciertas actitudes… son utilizados como un instrumento de poder para conseguir que el otro obedezca o haga lo que uno desea.

No es fácil desprenderse de la culpa, pues suele estar profundamente arraigada en la forma de pensar y en las propias emociones. ¿Hasta dónde y hasta cuándo?

Cómo desprenderse de la culpa

Reconoce el sentimiento de culpabilidad. El primer paso consiste en analizar con mucha sinceridad, cuáles son nuestros sentimientos de culpa y en qué situaciones aparecen. Algunos de estos sentimientos están ligados a tabúes sociales, otros a dependencias emocionales… Es importante que podamos reconocerlos y aceptarlos en nosotros para ver de qué manera nos afectan y cómo podemos sanarlos.

Expresa tus sentimientos. Una vez que identifiques lo que te hace sentir culpable, compártelo con una persona que te dé confianza, pues esto te ayudará a ver con mayor claridad si la culpa tiene una base real o no. Muchas veces otra persona nos permite analizar objetivamente la situación para descubrir que no era tan grave como pensamos.

Reconoce tus limitaciones. Muchas veces el sentimiento de culpa se genera porque eres muy exigente contigo mismo y con lo que quieres darle a los demás; al no poder cumplir con tus expectativas te sientes frustrado y culpable de fracasar. Aceptar que no puedes hacer todo, puede ser muy difícil pero en ciertos casos es necesario.

No te dejes manipular. No permitas que alguno de tus seres queridos te manipule haciéndote sentir culpable. Enfréntalo y conversa con él de la situación. Si sientes que eres inocente, exprésalo abiertamente y siéntete seguro y confiado de tu actuación.

Perdónate y date otra oportunidad. Todos cometemos errores, pero tenemos la oportunidad y el derecho de enmendarlos, lo importante es no volver a repetirlos. Asume tu responsabilidad y el compromiso de hacer cuanto sea necesario para corregirlos, perdónate y date otra oportunidad.

Es importante superar la culpa, sacarla de nuestra vida. Implica analizar cada situación en la que la sentimos, para asumir nuestra responsabilidad parcial, así como nuestros errores, tomar la decisión de aprender de ellos para no volver a cometerlos y quedar libre de la culpa para siempre, al darnos otra oportunidad.

¡Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa, todo va a estar bien!

Los sentimientos encapsulados

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 23/04/2006 10:57

LOS SENTIMIENTOS ENCAPSULADOS
Una de las facultades fundamentales que tenemos los seres humanos es nuestra capacidad para exteriorizar sentimientos.

Sin embargo, con el transcurrir de los años esa capacidad se va coartando merced a la educación, la cultura o las normas y convencionalismos sociales, de tal manera que a medida que nos hacemos adultos se generaliza la idea de que mostrar los sentimientos nos hace vulnerables y nos convierte en marionetas en manos de los demás.

Uno de los frenos principales a la hora de mostrar cómo nos sentimos son las dificultades de comunicación.

Las barreras psicológicas que el miedo hace crecer en las relaciones interpersonales tienen muchas variantes pero todas ellas presididas por el miedo: miedo a no ser comprendido, a ser condenado sin juicio o a no ser valorados nuestros sentimientos; en definitiva, miedo al ridículo.
Estas actitudes generan bloqueos que se manifiestan en forma de agresividad, tozudez, silencio, obcecación…

Cada uno espera que el otro se acerque, le comprenda y le integre en su vida cuando el único camino realmente efectivo de acercamiento sería dar el primer paso para integrarse e integrar al otro sin reservas.

Y es mediante la comunicación -sea ésta verbal o física- como los seres humanos podemos mostrar cómo somos, cuáles son nuestros deseos y nuestras inquietudes, nuestras expectativas y nuestros sentimientos.

Cualquier omisión o desvirtuación en la comunicación lleva aparejada la separación, la incomprensión y, finalmente, la soledad.

En lo referente a la expresión de los sentimientos, la evolución consiste, sobre todo, en equilibrar su forma de manifestación y para ello es imprescindible conocer su origen y analizar la trayectoria que hemos seguido para averiguar en qué momentos se produjeron los bloqueos y cuál fue la causa que los hizo aparecer.

Porque cuando los sentimientos no encuentran un canal adecuado de expresión se quedan encapsulados, es decir, quedan reprimidos y se entra en un círculo vicioso donde no tardan en aparecer la culpabilidad, la recriminación, el recelo o la venganza.

Las discrepancias personales son también un ejemplo típico de sentimientos encapsulados o reprimidos. Cuando existe un encastillamiento de posturas se crean “quistes emocionales” que sólo se extirpan con catarsis.

Entonces uno piensa que lo mejor es dejar pasar el tiempo porque eso permitirá que se asienten los sentimientos pero en estos temas el tiempo juega en contra porque entre las posiciones enfrentadas se crea una distancia cada vez mayor y con el paso de los días sólo se consigue aumentar la brecha y dificultar el acercamiento.

Un encapsulamiento de sentimientos es un conflicto de doble dirección; es decir, el bloqueo afecta a ambas partes.

Y sólo se solucionará cuando una de ellas dé los pasos necesarios para conseguir la ruptura de su propia rigidez favoreciendo con ello el desbloqueo de la otra persona.

Sabemos que si tenemos sujeta una goma por los extremos y soltamos uno de ellos inmediatamente desaparece la tensión. Bien, pues en el caso que nos ocupa sucede lo mismo.

Los malentendidos, los sobreentendidos, los prejuicios o las verdades a medias no favorecen la ruptura de las posturas intransigentes sino que las endurecen aún más.

Cada uno se afianza en su planteamiento y cualquier argumento del exterior es interpretado como favorable a su idea.

La persona con sentimientos encapsulados es alguien en proceso de aclaración personal, alguien que con su nivel de consciencia actúa lo mejor que sabe y puede, alguien que ante su necesidad de seguridad afectiva ve fantasmas y enemigos que le llevan a desconfiar de los demás y que, como mecanismo de defensa, intenta cerrar su círculo afectivo para evitar lo que entiende como agresión, como animadversión.

En suma, alguien que cierra sus canales de comunicación con los demás como medida de protección.
Hay que tener en cuenta que los sentimientos encapsulados proveen a la persona de un filtro que le impide ver la realidad objetiva coloreándola con matices que sólo ella sabe apreciar.

Una buena vía de acercamiento sería saltar por encima de los argumentos que dicta la lógica y centrarse en lo que dice el corazón. Porque cuando se deja hablar al corazón surgen caminos alternativos que desde el razonamiento no pueden ser vistos.

Estos caminos permitirán ir transformando la postura, cambiar los procesos negativos en neutros y, más tarde, en positivos.

No podemos olvidar que dentro de cada uno de nosotros está la capacidad de generar amor y transformar cuanto nos rodea.

Y que el amor es una energía capaz de alterar las estructuras mentales de los demás ya que tiene una frecuencia vibratoria mucho más elevada que cualquier postura mental y, por tanto, puede romper la inercia o rigidez que sólo sirven para dificultar la expresión de la verdadera personalidad interna.

¡¡¡  Te deseo un hermoso dia  !!!

¿Es Ud. “un pobre de mi “?

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 24/04/2006 10:45
¿ES USTED UN “POBRE DE MI”?

En los últimos años este término se ha popularizado en buena medida gracias a la novela de James Redfield Las nueve revelaciones en la que nos hablaba de distintas farsas de control o roles que puede manifestar la personalidad del individuo.

En realidad el “pobre de mí” es un modelo muy bien identificado por la Psicología y que corresponde al indefenso, al desvalido, al sufridor, al arquetipo del huérfano, alguien que aparenta una gran debilidad, unas veces física y otras psicológica, pero que generalmente esconde una personalidad mucho más fuerte.

Hay personas que han desarrollado mecanismos de defensa para relacionarse con los demás y que basándose en su experiencia han ido adquiriendo unos patrones mentales que en algún momento les reportaron beneficios.

Cuando se dan las circunstancias adecuadas vuelven a reproducir el mismo esquema mental buscando el resultado que obtuvieron en el pasado. Los actos repetitivos crean el hábito y éste, al cabo de un tiempo, conforma un rasgo definitivo de la personalidad.

Aparentemente son personas que buscan la protección y el apoyo de cuantos les rodean, que empezaron mostrando debilidad para llamar la atención, pidiendo ayuda para conseguir el favor ajeno, esgrimiendo su incapacidad para que los demás actuasen por ellos, amparándose en su debilidad para obtener la protección y la seguridad de los otros.

Realmente esta actitud provoca un círculo vicioso del que resulta complicado salir pues parece que las circunstancias les dan la razón.

Las dificultades se van encadenando, los problemas se suceden, la “mala suerte” parece cebarse en ellos, nada fluye en su vida sino que parece que todo tienen que conseguirlo mediante la lucha y el enfrentamiento.

Muchas veces estas personas parecen estar rodeadas de un “halo misterioso de infortunio” que utilizan para seguir representando su papel de “pobre de mí”.

Pues bien, buscando en la raíz de esta actitud volvemos a encontrarnos con una emoción primordial:

el miedo.

La persona que se nos presenta como desvalida física o psicológica en realidad oculta miedo a asumir responsabilidades, a afrontar por sí misma las riendas de su vida, miedo a crecer, a alejarse del mundo de la infancia para incorporarse al mundo de los adultos.

Prefieren ser como el pollito encerrado dentro del cascarón.

De hecho, muchas veces se refugian en posturas de ingenuidad e infantilismo porque saben que a los niños se les protege, se les cuida y no se les exige.

Otra de las características que presentan es que culpan al exterior -ya sea a las circunstancias o a las personas que les rodean- de todos sus males.

En este sentido, es fundamental desdramatizar el proceso que están viviendo y entender que a lo largo de la vida siempre hay periodos de crisis y de bonanza, de tensión y de relax, de lucha o de quietud; en suma, es bueno recordar que en la naturaleza también hay montañas y valles y que sin las unas no podríamos apreciar los otros.

Así pues, es importante vivir esos momentos como fases del proceso de la vida y ser consciente de que aunque a veces no pueda cambiar las circunstancias o los condicionantes sí tiene la facultad de elegir cómo eso le va a afectar, cómo quiere vivirlo, la actitud que va a mantener.

Se trataría de recuperar la confianza en que dentro del ser humano reside la fuerza interior necesaria para superar cualquier situación, que tiene la oportunidad de enfrentarse a los temores que le impiden vivir y gozar de todo lo bueno que le sucede.

Si para superar cualquier dificultad la persona recurre siempre a los demás llegará un momento en que su autoestima bajará, la imagen que tiene de sí misma se verá perjudicada y como consecuencia aumentará su sensación de debilidad e indefensión cayendo en el pesimismo y más tarde en la depresión.

Es importante reconocer los valores personales, saber cuáles son los puntos fuertes de nuestra personalidad y apoyarnos en ellos para superar los momentos difíciles.

En este sentido, resulta curioso comprobar cómo en los juegos o tests que se hacen en los seminarios y talleres de crecimiento personal o de autoayuda las personas tienen siempre más dificultad para identificar sus cinco virtudes principales que para hacer lo propio con sus cinco defectos más sobresalientes.

Provocar la implicación ajena mediante la lástima hará que la persona vaya perdiendo fe en sus posibilidades y desarrolle dependencias psicológicas con respecto a los demás. Y así, la comodidad del principio se puede transformar en costumbre , de dejar en manos de los demás las riendas de su vida.

Y es que lo mismo que sucede con el cuerpo, que cuando no se ejercita un órgano se atrofia, ocurre también con las capacidades innatas del ser humano para cuidar de sí mismo y poder afrontar y resolver las problemáticas que la vida ponga en su camino con una actitud de confianza y optimismo: sí no se ejercitan se van perdiendo.

Hay que tener en cuenta que el “pobre de mí” puede llegar a convertirse en un gran manipulador de las personas de su entorno, algo que terminará volviéndose contra él y que probablemente le llevará a la soledad que tanto teme.

Conocer y desarrollar nuestras capacidades para experimentar en la pista de pruebas que es la vida nos hará ir ganando en confianza y seguridad. En suma, ir evolucionando a través de la ampliación de la consciencia.

¡¡¡  Bendiciones  !!!

La amistad y el juicio

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 25/04/2006 10:56
LA AMISTAD Y EL JUICIO

Hoy y cada día mas, trato de llevar adelante un proceso de meditación conciente, de las circunstancias que de una y otra forma se presentan en la vida de cada uno de nosotros, es por ello que a partir de que la “causalidad” me ha llevado a transitar en el ultimo tiempo por la AMISTAD, y la escribo en mayúscula, por que la verdad es que merece un lugar especial en la vida de los seres humanos, escribo estas reflexiones.

Sobre este sentimiento, se ha escrito mucho, cosas hermosas y experiencias, que la verdad nos dejan atónitos ante la capacidad de amor y solidaridad que puede generar esta relación. Pero así como hay un millones de seres humanos, también hay un millones de formas de concebir la amistad, cada quien sobre la base de su propia experiencia, formación, programación, mitos, culturas y pare de contar, pero en donde hago mi reflexión es cuando basamos el AMOR DE LA AMISTAD en EL JUICIO.

El Juicio, es un sentimiento que nuestro ego, maneja con mucha frecuencia y de forma muy hábil, a través de él nos sentimos capaces de valorar las conductas, decisiones y pensamientos de los otros seres humanos, los juicios que emitimos están basados única y exclusivamente en nuestra propia perspectiva de la vida del otro, y sin menospreciar a nadie todos sufrimos de una gran miopía, somos extraordinarios juzgando la conducta de un amigo, del vecino, de nuestro hermano, marido, hijo, etc., no mostramos benevolencia, compasión,  a veces y con mucha frecuencia se nos olvida ponernos en los zapatos del otro y tratar de entender, en ves de ENJUICIAR, que lo llevo a hacer esto o aquello, estamos al asecho de la conducta de los demás y nos olvidamos de mirar dentro de nosotros, somos eruditos de todos los temas y si se trata de la vida ajena ni se diga, pero nos olvidamos de mirar nuestra propia vida, y de aplicar las palabras lindas que decimos a otros, y de insertar en nuestras conductas las observaciones y criticas que hacemos a otros.

La AMISTAD, esta palabra  que en ocasiones, creemos que nos permite ser mas duros y mas cortantes en nuestros juicios; con el escudo de la amistad aprovechamos para decir cualquier cosa, y la “verdad sea dicha el problema no es lo que se dice sino como se dice” nos llenamos la boca diciendo mi amigo del alma, cuanto te quiero, soy capaz de jugármela por ti, pero son realmente pocos quien lo llevan a la practica, nuestro SEÑOR JESÚS bien decía, en la enfermedad, en la cárcel, en la desventura… allí es donde están los amigos, y cada día me convenzo mas de ello, este mundo lleno de desconfianza, de materialismo, de cuanto tienes cuanto vales…. nos ha llevado a salvaguardar nuestros bienes de tal forma, que al primer nubarrón de un amigo, avistamos su necesidad y si esta no implica comprometernos mucho, salimos a emitir el juicio… sobre esta o aquella conducta o decisión, que lo llevo según la opinión de cada uno al problema que tiene, a partir de allí construimos una cantidad de soluciones teóricas, eso si!! que no pasen mucho por mi compromiso… yo solo puedo apoyar con palabras lindas… yo me pregunto ¿ que hubiera sucedido si el compromiso de JESÚS hubiera llegado solo hasta las lindas palabras, o el de la MADRE TERESA DE CALCUTA… o la de cualquier otro ser que día a día deja su tiempo, su amor, y todo en el proceso de comprometerse con una causa?… esos son los amigos… no preguntan por que te metiste en el lió…. no te juzgan por nada…. solo tienden la mano y en la medida de sus posibilidades salen adelante entre todos.

En el camino de la vida, nos hemos topado con muchas personas que cuando estamos en nuestros mejores tiempos, son nuestros AMIGOS, allí están con nosotros, comparten los cumpleaños, las bodas, los ratos de buena comida, las risas, pero cuando estamos en los momentos de tormenta…. la mitad se desaparece y nos torean, ¡hay amigo no tengo tiempo, estoy tan ocupado últimamente etc etc.!.

La otra mitad nos dan su comprensión, sus palabras de aliento y eso vale oro, pero si la situación se pone precaria…. si dejas de tener lo que tenias… o se vislumbra que la situación es muy comprometedora el 70% saldrá también por la puerta trasera, para evitar comprometerse…. y digo, seremos afortunados si nos queda ese 30% que se la jugaran por ti.

En estas circunstancia adversas, en la que particularmente me he visto mas de una vez, es donde DOY GRACIAS A DIOS por los AMIGOS que son capaces de quedarse a mi lado y además sin emitir JUICIOS, estas son las épocas, donde en mi opinión, el Universo Conspira para que reconozcas a tus compañeros de viaje, cuando entre todos tomamos la cuerda y jalamos al que ha caído en desventura, por que nadie esta exento de que la vida lo lleve a ese mismo lugar.

Es allí. en un acto de AMOR y FE hacia el hermano en circunstancias difíciles, donde DIOS nos muestra su cara en la cara del hermano, y esta en nosotros tener el valor de mirarle a la cara y tender nuestra mano sin reservas, sin juicios, sin reproches……. solo tiende la mano, ya llegará el momento de la reflexión y de la evaluación de las decisiones que no fueron “adecuadas”, por que también pienso que nada es por nada, cada situación trae una enseñanza para uno mismo y para quienes nos acompañan en la aventura de crecer.

ESPERA LA COMPENSACIÓN DE TU ACTO DE AMISTAD CON AMOR Y NO CON ARREPENTIMIENTO O CON MIEDO DE NO SER COMPENSADO, eso solo a traerá a ti el abandono y la amargura de haber perdido o comprometido algo material en el intento….. todo regresa a nosotros, TODO, aunque a veces no regresa por la misma vía en que lo enviamos al Universo, ni en el tiempo en que esperamos, pero tengo la firme convicción que TODO REGRESA por que DIOS es un Padre amoroso que compensa a sus hijos siempre.

Como última reflexión dejo sobre el tapete esta historia o mejor ejemplo para entender la diferencia entre lo que significa COMPROMETERSE e INVOLUCRARSE…

En un exquisito desayuno de huevos con jamón, hay dos animalitos que participan: el cerdo y la gallina….

¿me podrían decir quien se involucra y quien se compromete?

……………………………….

……………………………….

Bueno EL CERDO se COMPROMETE por que da la vida para crear el plato

LA GALLINA  PARTICIPA por que aporta el huevo sin que signifique sacrificio para ella.

Preguntémonos… ¿ Como somos en nuestras vidas? ¿ Nos Comprometemos o solo Participamos?

Cuando lo conocemos

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 26/04/2006 9:41

Cuando conocemos a una persona tenemos una primera impresión, que a veces llamamos ‘de piel’, a partir de la cual percibimos algo que es difícil de explicar con palabras…

Si nos cae bien solemos decir: “Fulano tiene buena onda”. Nos pasa lo mismo con los lugares a los que vamos….

Podemos percibir la ‘onda’ que hay en el ambiente, y cuando está muy denso decimos que ‘se puede cortar con cuchillo’….

Esta onda que captamos es verdaderamente una onda producida por una vibración….

Todo lo que existe vibra, se mueve, emite una frecuencia de vibración y genera una onda vibracional que inunda todo a su alrededor…

La materia sólida parece estar quieta, inmóvil, y sin embargo los átomos que la conforman están en permanente movimiento….

El movimiento orbital de los electrones, en su oscilación alrededor del núcleo del átomo, genera una onda vibracional, cuya frecuencia está determinada por la velocidad de los electrones…..

Esta vibración produce un sonido o armonía, un color y una forma que distinguen a un tipo particular de materia…..

Los seres humanos tenemos un cuerpo físico, tenemos sentimientos y pensamientos, y todo el movimiento físico, emocional y mental produce una vibración, generando un color, un sonido y una forma….

Esta es la cualidad de nuestro ser que irradiamos hacia afuera inundándolo todo a nuestro alrededor…

De la misma manera, todo lo que existe irradia una vibración….

Las vibraciones similares se atraen….

Cuando estamos con alguien que ‘vibra’ como nosotros, nos sentimos atraídos…

Nos atraen ciertos colores, sonidos, armonías, ambientes, elementos, actividades y personas….

Podemos percibir que hay ciertas actividades, profesiones u oficios que están en armonía con nuestra vibración, por eso ‘nos gustan’….

Así como todo está en permanente movimiento, en constante cambio, nosotros también estamos sujetos al cambio….

Con la variación en el movimiento varía también nuestra vibración….

Por consiguiente, es probable que con el tiempo cambien nuestros gustos en relación con nuestra profesión, actividad u oficio….

Por eso no es necesario, y hasta podría ser perjudicial, que dediquemos toda nuestra vida a una sola actividad….

Es necesario que estemos muy alertas a los cambios que con el tiempo van teniendo lugar en nuestras vidas y en el mundo en el que vivimos….

Si somos capaces de captar las vibraciones, tanto internas como externas, vamos a poder asociarnos a los lugares, a las personas, a las actividades y a las cosas que nos hagan sentir bien, que vibren como nosotros…..

Calidad humana

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 27/04/2006 12:15

CALIDAD HUMANA

Muy poca gente habla de calidad humana. 

En esta época todos hablan de calidad de  productos, de calidad de procesos, calidad de servicios, calidad de sistemas … 

Muy poca gente habla de calidad humana, calidad de vida…  sin ella, todo lo demás es apariencia sin fundamento.

Hablar de calidad humana es cuidar nuestros vínculos con los demás. Necesitamos rehacer nuestros vínculos humanos. De nada sirve trabajar de sol a sol en un lugar donde no tenemos amigos y llegar cansados a un hogar en el que nadie se interesa en saber cómo nos fue.

¿Para qué trabajar tanto si nos sentimos solos?
Es triste leer un libro y no tener alguien con quien comentarlo; es doloroso sentirse preocupado y no contar con una persona a quién abrirle el corazón.

De nada vale estar al frente de una cancha de tenis, de fútbol o frente a un juego de salón; si no tenemos con quién jugar, ni con quien disfrutar ese momento. 

¿Para qué tener lo que no se puede compartir?

Ni las cosas, ni el dinero poseen valor intrínseco. El valor de lo material está en su aplicación,  en el servicio a alguien más o la convivencia con alguien más. 

La belleza de tener, está en compartir. 

La magia de luchar por una prosperidad económica, estriba ni más ni menos, en poder ver sonreír a alguien a quien le damos el privilegio de disfrutar lo que ganamos. 

Eso es parte de la naturaleza humana:  dar, convivir, amar, servir … ayudar …

En muchas ocasiones estamos asustados, asustados de lo que tal vez no podemos hacer; asustados de lo que pensará la gente.

Permitimos que nuestros miedos se interpongan en nuestros sueños. Decimos no, cuando queremos decir sí.
Murmuramos, cuando queremos gritar, después … después gritamos a quien no teníamos que hacerlo: ¿por qué?

Después de todo, cruzamos por esta vida una sola vez; no hay tiempo para tener  miedo. 

Así que intenta… intenta aquello que no has hecho, arriésgate, participa en el maratón, escribe aquella carta, enfréntate como ganador a las cosas cotidianas.

El tiempo no regresa. No tienes nada que perder,  y todo… 

¡¡¡Todo que ganar !!!

Cumplir una mision

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 28/04/2006 12:11

Todos tenemos una misión de Amor que cumplir en este plano….

No hay atajos que lo pueda evitar..

Todo lo que nosotros sabemos, lo sabe el Universo ….

En consecuencia lo saben nuestras Células…

Nuestra Vida debe ser en Equilibrio en la verdad….

Se nos ha permitido venir a Cumplir una Misión ….

Cada uno tiene la suya propia,  muchos de nosotros tratamos  de no verla, porque lo relacionamos  con conflictos, con pérdidas ….

Eso es precisamente lo que debemos  asumir para liberarnos  del egoísmo que nos ha alejado de nuestro  logro de Vida…

Nuestros ángeles están enviando sus señales, una y otra vez…

Intentan que los escuchemos, para que cambiemos ese atajo por el camino real…

Ese que nos brinde la Serenidad que tanto necesitamos….

Somos canales maravillosos de Luz, podemos sanar y sanarnos.
..
Sin embargo, muchos de nosotros  hemos elegido el malestar, esa excusa que nos distrae de ir al fondo de nuestras responsabilidades …

Preferimos  y nos  mantenemos  enfermos, preocupados, tensos, todo eso para no ir a lo profundo de nuestras  verdades…

Cada uno sabe que debe hacer ….

Las molestias son señales que el cuerpo manifiesta:

El dolor del silencio

El dolor del egoísmo

Esas son las verdades escondidas en el Alma que lentamente van destruyendo nuestra Confianza …

Aumentando los Miedos…

Aumentando la Inestabilidad…

Sentimos más Angustia …

Más Temores …

Buscando armar un Conflicto …

Para tener el motivo ” El Enojo ”

Al sentirnos  molestos, nos desviamos  de esos caminos,  de asumir, de aceptar esas verdades y vivirlas como algo que nos enseña a ser nosotros mismos….

Así sólo nos alejamos, para no ver lo que realmente debemos  asumir…

Y sabemos, somos  concientes del atajo que hemos  tomado  varios…

A mayor atajos más enfermedad, más conflictos, más oscuridad interior, más soledad, menos respeto por nosotros mismos….

Eso es lo que debemos asumir dulcemente en Nuestra Vida…

Sólo tratemos  de reconocer lo que nos sucede y que eso lo podemos  modificar cada día….

Nosotros  somos  maravillosos  seres de Luz, y nuestra  esencia está reclamando vivir de otra manera….

Si seguimos  negando nuestra  propia Verdad, siguiremos sumergidos en la oscuridad, en el miedo, en el dolor ….

Eso es lo que nos enferma, porque de esa manera tomamos el atajo para lamentarnos y no asumir la vida de otra manera…

De la manera que debemos aprender con más confianza, con más respetos hacia nosotros mismos….

Sin tomar atajos, sin evitar vivir  esa esencia de Luz que Dios que nos ha cedido para saber que somos Amor y el alejarnos de esa Luz Interior, nos hará sufrir, hasta que comprendamos que somos parte de Nuestro Creador….

Las energías nos desafìan…

Por eso debemos ser más flexibles
debemos reconocer que somos capaces, que debemos sentirnos dignos de Vivir en la Verdad…

Esa Verdad es la que Nos Abrirá
la Puerta de la Abundancia del Universo…

Eso nos dará el Camino de Luz que tanto buscamos y cada uno puede permitirse brindar sin temor….

Sólo disfrutando el aprendizaje, como todo lo que hoy estamos viviendo se multiplica, también se multiplicará el dolor, el miedo, las  enfermedades, si ahora, hoy les resulta difícil manterse lejos de la verdad, imaginen por un momento,  que pasará cuanto esto que viven hoy ya esté multiplicado…

Cuando suelten el egoísmos de sus vidas, ésta cambiará automáticamente..

La Bendición es que nosotros  podemos hacer que todo lo que hoy nos angustia, todo lo que hoy les atormenta,  todo lo que hoy los aleja de ser felices, puedan hacer el giro de 180 grados…

Pero somos nosotros  los que debemos hacer lo que nos lleve al camino de la abundancia, de ser el reflejo de Nuestro Creador cuando se nos permita Vivir en su propia Luz ….

Justo ahí comenzaremos a sentir la serenidad y la armonía de estar haciendo lo correcto por nosotros  mismos…

Esa Luz nos guiará a cambiar
todo lo que nosotros nos  habíamos negado…

Como conectar con la ” suerte “

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 29/04/2006 11:13

Se dice que la suerte es “la sonrisa de lo desconocido”, y muchas veces necesitamos que el universo nos regale una, sobre todo en los instantes en que la suerte parece darnos de lado, cuando estemos a punto de tirar la toalla es importante pararse y no dejarse llevar por la desesperanza, el convencimiento de que nunca tenemos suerte es la manera de bloquearnos, definitivamente nos olvidamos de que la vida es un constante aprendizaje y tomárselo con espíritu deportivo es la mejor manera de superar los tropiezos, a la suerte hay que llamarla, pero hay que poner de nuestra parte para que aparezca.
        Dale a los demás si puedes, lo que esperan y hazlo con gusto, dar es la mejor forma de recibir, no cortes a quien te este diciendo un halago merecido, arriésgate, a mayor riesgo mayores logros, a veces no conseguir lo que quieres es un golpe de suerte.

        Para conectar con las corrientes positivas de la suerte, hay que liberarse de los tópicos, la verdadera suerte no tiene que ver con las supersticiones, ni con las creencias que fuerzan o aumentan las ataduras mentales, nada de limitaciones que nos hacen depender de las cosas que puede rozar el absurdo.

        La suerte es una fuerza que actúa bajo leyes desconocidas, para empezar a establecer una buena conexión con ella lo primero, es darse cuenta de que una actitud positiva atrae circunstancias del mismo tipo, el sentirte afortunado depende de uno más de lo que crees, porque tiene que ver con el tipo de pensamientos que habitualmente mantienes, el mundo interior está muy relacionado con el exterior, es importante mantener la actitud interior adecuada sobre todo cuando necesitas un golpe de suerte.

        Calificar a la suerte de buena o mala depende como vivimos los acontecimientos, la suerte es una corriente dúctil y tiene muchas variantes para familiarizarse con sus reglas, ten en cuenta que, si piensas que no tienes suerte seleccionaras todos los hechos que confirmen está creencia, dejando fuera las cosas que se oponen a tu convicción, entonces pasará de largo.

        Huye de la culpabilidad, esto hace estar a la defensiva  y de deja de quejarte y sentirte culpable, la queja es otra forma de autosabotaje, no saques conclusiones apresuradas porque supone bloquearla, la suerte también se disfraza de trampa envuelta en papel de regalo, para tener suerte primero hay que habérsela ganado.

        Hay un curioso proceso, y es la obtención de algo mucho más positivo de lo que originalmente se pretendía, ocurre de forma inesperada y casi nunca se conocen las razones de porque sucede, se le atribuye al azar, a la casualidad o a la suerte, este proceso, es uno de los aspectos más especiales con lo que la suerte se manifiesta, el sentido del humor y la curiosidad son excelentes aliados para conjurarlo, implica muchos pequeños cambios de actitud, por ejemplo tomarse la vida con filosofía, poner a mal tiempo buena cara, ello suele dar excelentes resultados, y recordar que este proceso suele aparecer cuando se ha hecho una buena siembra de tesón y trabajo.

        También hay que estar muy atentos a las casualidades y a las coincidencias, se dice que la casualidad no existe y que detrás de toda coincidencia hay un determinado mensaje, toques de atención sutiles, guiños de complicidad ante los que merece la pena estar atentos, el proceso puede producirse en cualquier momento y desencadenar un gran cambio, hay que estar abiertos a que se produzca y se cruce en el momento adecuado.

La cazadora divina

De: LUNA200620  (Mensaje original) Enviado: 29/04/2006 19:34
La cazadora divina

En la mitología griega existe una historia sobre Artemisa, la cazadora divina. Artemisa era la cazadora suprema porque podía cazar sin tener que esforzarse demasiado. Satisfacía sus necesidades con gran facilidad y vivía en perfecta armonía con el bosque. Era amada por todos los animales, y ser cazado por ella se consideraba un honor. Nunca daba la impresión de estar cazando; todo lo que necesitaba se le acercaba y eso es lo que la convertía en la mejor cazadora, pero, a la vez, también, en la presa más difícil. Su forma animal era la de un ciervo mágico al que resultaba casi imposible cazar.

Y así vivió Artemisa en perfecta armonía con el bosque, hasta que, un día, el rey le dio una orden a Hércules, el hijo de Zeus, que iba en busca de su propia trascendencia. Le ordenó que cazara al ciervo mágico de Artemisa. Hércules, invicto hijo de Zeus, no se negó, y se adentró en el bosque para cumplir su misión. El ciervo, cuando vio a Hércules, no se asustó, e incluso le permitió acercarse. Sin embargo, al ver que éste se disponía a capturarlo, se alejó corriendo, poniendo claramente de manifiesto que a menos que sus dotes de cazador fuesen mejores que las de Artemisa, jamás podría cazarlo.

Ante esta situación, Hércules recurrió a Hermes, el mensajero de los dioses por ser el más rápido, para que le prestase sus alas, lo que le permitió ser más rápido que Hermes, y cazar la presa más valiosa. Ya te puedes imaginar la reacción de Artemisa. Había sido cazada por Hércules, y por supuesto, quiso vengarse. No obstante, aunque hizo todo lo que pudo para capturar a Hércules, éste se había convertido en la presa más difícil. Hércules gozaba de plena libertad y, aunque Artemisa no cejó en su intento, no fue capaz de conseguir atraparlo.

A todo esto, Artemisa no necesitaba a Hércules para nada. Sentía una imperiosa necesidad de capturarlo, pero no se trataba de nada más que de una ilusión. Creía que estaba enamorada de él y lo quería para ella sola, de manera que lo único que tenía en la mente era conseguirlo, y esto llegó a convertirse en una obsesión que la llevó a perder la felicidad. Empezó a cambiar. Dejó de estar en armonía con el bosque, y se puso a cazar sólo por el placer de conseguir una presa. Y así rompió sus propias reglas y se convirtió en una predadora. Ahora los animales le tenían miedo y el bosque empezó a rechazarla; sin embargo, a ella no le importó. No era capaz de ver la verdad; Hércules era lo único que ocupaba su mente.

Había muchos trabajos que requerían la atención de Hércules, pero aun así, en ocasiones iba al bosque a fin de visitar a Artemisa. Y cada vez que acudía, ella hacía todo lo que estaba en sus manos para cazarlo. Cuando estaba con Hércules, se sentía desbordada de felicidad por estar a su lado, aunque sabía que él se marcharía, lo que la hacía sentirse celosa y posesiva. Cada vez que Hércules se marchaba, ella sufría y lloraba.

Lo odiaba y lo amaba al mismo tiempo. Hércules no tenía la menor idea de lo que estaba ocurriendo en la mente de Artemisa; no advirtió que pretendía cazarlo. En su mente, él no se consideró nunca una presa. Amaba y respetaba a Artemisa, pero no era eso lo que ella deseaba. Quería poseerlo; quería cazarlo y ser su predadora. Por supuesto, en el bosque todos advirtieron el cambio que había experimentado Artemisa, excepto ella. En su mente seguía considerándose la cazadora divina. No había cobrado conciencia de que había fallado. No era consciente de que el bosque, que antes había sido el cielo, ahora se había convertido en un infierno, porque, tras su caída, el resto de los cazadores cayeron con ella y todos se convirtieron en predadores.

Un día, Hermes adoptó una forma animal, y en el mismo instante en que ella se disponía a destrozarlo, se convirtió en un Dios, lo que le permitió descubrir de nuevo la sabiduría que había perdido. Hermes le explicó que había fallado, y con esta nueva conciencia, Artemisa se acercó a Hércules y solicitó su perdón. Lo que había provocado su caída no había sido nada más que su importancia personal. Al hablar con Hércules comprendió que no había llegado a ofenderlo nunca porque él desconocía lo que había estado sucediendo en su mente. Entonces, contempló el bosque y vio lo que le había hecho. Pidió disculpas a cada flor y a cada animal hasta que recobró el amor, y así se convirtió, de nuevo, en la cazadora divina.

Te explico esta historia para que sepas que todos somos cazadores y todos somos presas. Todo lo que existe es, a la vez, cazador y presa. ¿Por qué cazamos? Cazamos a fin de satisfacer nuestras necesidades. He hablado de las necesidades del cuerpo en oposición a las necesidades de la mente. Cuando esta cree que es el cuerpo, las necesidades no son más que ilusiones y por eso es imposible satisfacerlas. Cuando intentamos cazar esas necesidades irreales de la mente, nos convertimos en predadores: intentamos atrapar algo que no necesitamos.

Los seres humanos persiguen el amor. Sentimos que necesitamos ese amor porque creemos que no tenemos amor, y eso nos pasa porque no nos amamos a nosotros mismos. Vamos en busca del amor en otros seres humanos como nosotros y esperamos recibirlo de ellos cuando, de hecho, esos seres humanos se encuentran en la misma situación que nosotros. Tampoco se aman a sí mismos, de modo que, ¿cuánto amor podemos recibir de ellos? Por lo tanto, lo único que hacemos es crear una mayor necesidad que no es real; seguimos buscando afanosamente, pero en el lugar equivocado, porque los demás seres humanos no tienen el amor que nosotros necesitamos.

Cuando Artemisa fue consciente de su caída, volvió a ser quien había sido porque todo lo que necesitaba estaba en su interior. Y lo mismo vale para todos nosotros, ya que todos somos como Artemisa tras su caída y antes de su redención. Buscamos afanosamente el amor. Perseguimos la justicia y la felicidad. Perseguimos a Dios, pero Dios está en nuestro interior.

La caza del ciervo mágico te enseña que tienes que buscar en tu interior. Es una gran historia que merece la pena recordar. Si no te olvidas de Artemisa, siempre encontrarás amor en tu interior. Los seres humanos que se persiguen afanosamente unos a otros en busca de amor nunca se sentirán satisfechos; nunca encontrarán el amor que necesitan en otros seres humanos. La mente siente la necesidad, pero no es posible satisfacerla porque no está ahí. Nunca está ahí.

El amor que necesitamos buscar es el que reside en nuestro interior, pero ese amor es difícil de apresar. Resulta muy difícil acechar en tu interior y conseguir el amor que hay en ti. Tienes que ser muy rápido, tan rápido como Hermes, porque cualquier cosa puede distraerte y apartarte de tu objetivo. Cualquier cosa que capte tu atención te distraerá y obstaculizará la consecución de tu objetivo, que es conseguir la presa que reside en tu interior: el amor. Si eres capaz de capturar la presa, verás que el amor crecerá con fuerza en tu interior y que satisfará tus necesidades. Esto es de vital importancia para tu felicidad.

Por lo general, los seres humanos inician una relación como si fuesen a cazar. Buscan lo que creen que necesitan y esperan encontrarlo en otra persona, para después descubrir que no está ahí. Por eso, cuando se inicia una relación sin esta necesidad, es otro asunto.

¿Cómo cazar en tu interior? Para capturar el amor que está en tu interior tienes que entregarte a ti mismo como el cazador y su presa. Dentro de tu mente existe un cazador y también una presa. ¿Quién es el cazador y quién es la presa? En la gente corriente, el cazador es el Parásito. El Parásito lo sabe todo de ti y lo que quiere son las emociones que provienen del miedo. El Parásito es un comedor de basura. Adora el miedo y la desdicha; adora el enfado, los celos y la envidia; adora cualquier emoción capaz de hacerte sufrir. El Parásito quiere desquitarse y quiere tener el control.

El método que adopta el Parásito para que te maltrates a ti mismo es el acoso continuo durante veinticuatro horas al día; te persigue constantemente. De este modo nos convertimos en la presa del Parásito, una presa muy fácil. El Parásito es quien te maltrata. Es más que un cazador; es un predador y te está comiendo vivo. La presa, el cuerpo emocional, es esa parte de nosotros que sufre y sufre sin cesar; es la parte de nosotros que quiere ser redimida.

En la mitología griega, también encontramos la historia de Prometeo que, encadenado a una roca, contemplaba día tras día cómo un águila le devoraba las entrañas. Pero ¿cuál es el significado de esta historia? Cuando Prometeo está despierto, tiene un cuerpo físico y emocional. El águila es el Parásito que se come sus entrañas. Por la noche, no tiene cuerpo emocional y se recupera. Vuelve a nacer para convertirse en el alimento del águila hasta que Hércules llega para liberarlo. Hércules, al igual que Cristo, Buda o Moisés, rompe la cadena del sufrimiento y le concede la libertad.

A fin de buscar en tu interior es necesario que empieces a acechar todas las reacciones que tienes. Cambia un hábito de una vez. Es una guerra para liberarte del sueño que controla tu vida. Es una guerra entre el predador y tú, en la que la verdad está situada entre los dos. En todas las tradiciones del oeste, desde Canadá hasta Argentina, nos denominamos guerreros porque el guerrero es el cazador que se acecha a sí mismo. Se trata de una gran guerra, porque es una guerra contra el Parásito. Que seas un guerrero no significa que ganes la guerra, pero al menos te rebelas y dejas de aceptar que el Parásito te devore vivo.

Convertirte en cazador es el primer paso. Cuando Hércules acudió al bosque en busca de Artemisa, vio que no tenía posibilidades de capturar al ciervo. Entonces se fue a ver a Hermes, el supremo maestro, y aprendió a ser un cazador más hábil. Necesitaba ser mejor que Artemisa a fin de darle caza. Para cazarte a ti mismo también necesitas ser mejor cazador que el Parásito.

Si el Parásito trabaja veinticuatro horas al día, tú también tienes que trabajar veinticuatro horas al día. Pero el Parásito tiene una ventaja: te conoce muy bien. Te resulta imposible esconderte de él. El Parásito es la presa más difícil. Es la parte de ti que intenta justificar tu conducta delante de los demás, pero cuando estás solo, se convierte en el peor juez. Siempre está juzgando, culpando y haciéndote sentir culpable.

En una relación normal en el infierno, el Parásito de tu pareja se alía con tu Parásito en contra de tu verdadero yo. Tienes en tu contra no sólo a tu propio Parásito, sino también al Parásito de tu pareja, que se une al tuyo para hacer que el sufrimiento sea eterno. Ahora bien, si eres consciente de esto, podrás establecer un cambio. Podrás tener una mayor compasión hacia tu pareja y permitirle enfrentarse a su propio Parásito. Te sentirás feliz cada vez que ella dé un nuevo paso hacia la libertad, y serás consciente de que, cuando esté disgustada, entristecida o celosa, no estás tratando con la persona que amas sino con el Parásito que está poseyéndola en ese momento.

Cuando sabes que el Parásito está ahí y comprendes qué es lo que le está sucediendo a tu pareja, eres capaz de ofrecerle el espacio necesario para que se enfrente a él. Y dado que tú sólo eres responsable de tu mitad de la relación, le permitirás a ella que se ocupe de su propio sueño personal. De ese modo te resultará más fácil no tomarte como algo personal lo que tu pareja haga. Esto será de gran ayuda para la relación, porque no te tomarás a mal nada de lo que haga tu pareja. Ella estará despachando su propia basura, y si tú no te lo tomas como un asunto personal, te resultará muy fácil mantener una relación maravillosa con ella.

¡¡¡  Dios les bendiga y les cuide siempre  !!!

1 177 178 179 180 181 421