Deidades, Dios/Diosa

Cuando en la Wicca hablamos de deidades tenemos que empezar por mencionar a dos entidades principales: El Dios y La Diosa.

EL DIOS

Está representado por el Sol y por ende conlleva todas sus cualidades en sí: la fortaleza, el día, la luz, el hombre, la seguridad, la voluntad, la razón, la actuación, el fuego. Tradicionalmente al Sol se le representa como una deidad fuerte y viril, siempre ha recibido los mejores atributos, pero en la Wicca se suele reverenciar mayormente a la Diosa que al Dios, debido a que ella cumple la mayor parte de la fecundación.

LA DIOSA

La diosa está representada por la Luna y tiene como atributos la noche, la oscuridad, la mujer, el instinto, lo voluble, la pasividad, el agua, etcétera. La Diosa es importante desde el punto de vista de la sobrevivencia del clan. Si no hay abundancia de alimento, de nacimientos, tanto humanos como animales, si no hay abundancia en las cosechas, en las lluvias, etcétera, la comunidad corre peligro, por ello es tan importante la Luna como la representación de la Madre por excelencia, de la oscuridad del útero.

La Diosa se representa como una tríada:

LA DONCELLA: representa la edad joven de una mujer, en ocasiones se la representa como una niña, pero se la reconoce más a menudo, por ser una bella joven llena de vitalidad y asombro. Es la Joven Diosa de la Primavera, la Diosa del Amanecer, la frescura y el potencial. La Doncella es la Diosa de la creatividad, y la expresión, de la belleza, inteligencia y las habilidades. Se la asocia con el amanecer, la primavera,la pasión y el arcoiris, algunos ejemplos son Brigid, Flora, Kore, Minerva y Sesheta.

En algunas culturas se la representa virgen y casta como es el caso de Atenea y Vesta, mientras que en otras se la asocia con el placer y la sexualidad, ejemplos de ello son Hathor, Ezili o Venus. Es también deidad tutelar de algunas artes importantes como la escritura en Egipto (Sesheta).

Se identifica con tres diferentes actividades: La Artista (Diosa de las artes y oficios: Xochiquetzal), La Guardiana (como guerrera y protectora, patrona de las gestas y aventuras, defensora de los que lo necesitan: Durga) y, La Amante (Diosa del Amor, la Belleza y la Sexualidad).

Su fase lunar es la Luna Creciente y su estación la Primavera.

LA MADRE: La madre es la Diosa en su aspecto maternal, de nodriza y providencia. El Universo es su hijo y ella cuida de él, dándole recursos en abundancia. Su amor es infinito hacia aquellos que respetan su creación y a sí mismos. Como Creadora del Universo, ella también lo gobierna, solo que de la misma forma que se gobierna a un hijo: con amor y deseos de que crezca sano y seguro. La Madre es la unión entre el Mundo Material (el Dios) y el Mundo Espiritual (la Diosa).

Todas las cosas que existen son hechas por ella y se generaron desde su amor infinito, solemos decir que la tierra es su cuerpo, pero también lo es todo el universo, en un sentido más amplio.

Ella es la unión, el plasma que unifica toda la creación, desde los organismos unicelulares, hasta las grandes ballenas, desde el agua a la atmósfera, desde la más pequeña roca hasta el sol más grande, todo está relacionado. Somos una gran red interdependiente, todo lo que hagamos como unidad se refleja en lo colectivo, por ello es tan importante entender la ley fundamental de la Wicca: Haz lo que quieras, a nadie dañes.

Algunos nombres por los que se la reconoce en diferentes culturas son: Demeter, Gaia, Coatlicue, Tonantzin, Laksmi, Mati Suira Zemlyac o Yemaya.

Su fase lunar es la Luna Llena, gobierna la estación del Verano y la dirección Sur.

LA ANCIANA: La Mujer, la Bruja, la Matriarca. La Anciana es la Diosa de la Muerte y la Sabiduría infinita, de las videncias y la guía. Su poder se demuestra en la muerte y la destrucción de lo antiguo para dar paso a lo nuevo, es la regeneración y el cambio. Su fase lunar es la Luna Menguante.

NOTA:

Aquí hay que aclarar un concepto. Consideramos una religión a la Wicca porque tiene un conjunto de principios en los cuáles nos basamos para guiar nuestra práctica, sin embargo, a diferencia de otras religiones, no tenemos entidades humanas a las cuáles adorar, todos nuestros dioses y espíritus se encuentran inmersos dentro de la naturaleza y el universo.

El que nosotros veamos al Sol y a la Luna como deidades principales de nuestro camino espiritual, no significa que no entendamos que son entidades astronómicas que tienen propiedades físicas, químicas y que son susceptibles de mediciones y observaciones científicas. De hecho, la mayoría de nosotros somos científicos o astrónomos aficionados, nos gusta contemplar las estrellas y los astros con un telescopio, del mismo modo que respetamos el mar, las criaturas que contiene, los bosques, y todo lo que tiene que ver con nuestro planeta, además algunos de nosotros también estudiamos ciencias como Biología, Química o ciencias relacionadas con el estudio de los fenómenos naturales.

Como conclusión, sabemos que los astros a los que respetamos son materia y como tal tienen sus propiedades, sin embargo, reconocemos en ellos atributos espirituales antiquísimos; son para nosotros símbolos de ciertos comportamientos y patrones de conducta reconocibles en lo humano. Al igual que sucede en la Astrología, asociamos ideas con materia para que sea más fácil manejar conceptos abstractos.

Un comentario

  • Crow

    El Dios y la Diosa son los aspectos divinos de los principios masculino y femenino, escénica de toda vida. En la antigüedad las personas vivían en más estrecho contacto con la naturaleza y, de forma instintiva, relacionaban a sus dioses con los elementos de la naturaleza.
    En muchas culturas los símbolos de la Diosa eran la tierra y la luna, en tanto que los de su consorte eran el cielo y el sol. Ella es el misterio oculto; él es la energía desatada. Cuando ambos se encuentran tiene lugar la creación. Como la Diosa es la personificación de la tierra, se la hace equivaler a la madre, que nos alimenta y provee para nuestras necesidades.
    Las civilizaciones antiguas construyeron templos y santuarios como tributo a su poder y a su fuerza; se celebraban grandes festividades en su honor. Ella era el objeto último de toda la adoración religiosa en el mundo antiguo, ya que sin la protección de la pródiga y divina madre, el hambre asolaría la tierra. Como gran proveedora que era, estaba intrínsecamente vinculada con el destino de la humanidad.
    Participar en un acto que apaciguaba y complacía tanto a los seres mortales e inmortales era considerado como la más excelsa forma de devoción.
    Como el mundo contemporáneo parece aquejado de problemas insuperables, las persona comienzan a poner sus ojos en la antigua mitología de la Diosa para encontrar sus propias soluciones. Por esta razón, hemos de permitir vivir de nuevo a la Diosa; la hemos de incorporar de nuevo a nuestras vida porque necesitamos sentir nuestro orgullo interior.
    La Diosa es la inspiración divina de la humanidad. No es sólo la reina de los cielos y de la tierra, es además Diosa del amor sexual. A través de la unión con ella la humanidad puede retornar a su suprema gloria espiritual. No obstante si se quieren alcanzar sus aspectos más fructíferos la unión ha de ser un acto de profunda y desesperada devoción.
    Según los textos y escrituras antiguos , los humanos estamos hechos a imagen de Dios. Esto significa que todas las mujeres en la faz de la tierra encarnan el principio femenino, y que todos los hombres personifican el principio masculino.
    Es hora ya de que mutuamente se reconozcan su mérito y potencial. Ello no se puede conseguir con un espíritu de competición y rivalidad. Requiere, por el contrario, un mutuo respeto fundamentado en la necesidad natural que los unos tenemos de los otros, una necesidad que sólo un ser opuesto puede satisfacer.

    Susan Bowes

    LA TRIPLE DIOSA

    La Diosa, a la vez que representa el carácter femenino de la creación, también representa los estados de la vida como la Triple Diosa. Esta se compone de La Doncella, La Madre y La Anciana. Cada una de ellas representa un carácter de la vida humana, como también estas son representadas con los estados de la luna.
    Esta imagen que se reverencia en Wicca está basada en las imágenes más antiguas de la Diosa.
    Cada uno de estos aspectos de la Diosa tiene sus características particulares:

    LA DONCELLA
    Es el aspecto más joven de la Diosa, es ingenua y a la vez seductora, enamorada y curiosa, representa la niñez y juventud del ser humano. Su estación regente es la primavera, donde se reinicia el ciclo dando lugar al renacimiento de la vida.
    Su estado lunar es la luna creciente.
    Se le invoca para la belleza, el romance y la juventud.

    LA MADRE
    Es el aspecto maduro de la Diosa, es maternal y compasiva, pero a la vez protectora de sus hijos. Representa la madurez del ser humano. Su estación regente es el verano y el inicio del otoño, cuando es época de cosecha, cuando la tierra da sus frutos.
    Su estado lunar es la luna llena.
    Se la invoca para la protección, la fertilidad, la madurez y las relaciones estables.

    LA ANCIANA
    Es el aspecto de la vejez de la Diosa, es sabia y experimentada, nos orienta y aconseja. Representa la vejez del ser humano. Su estación regente es el final del otoño y el invierno, cuando las hojas caen y el frío inunda la tierra.
    Su estado lunar es la luna menguante.
    Se le invoca para la sabiduría, la vejez y la muerte.