El agua sagrada

Mbe, Mbe ma Yeye
Existe, existe siempre, Madre
Invocación yoruba a Oshún

Para Fernanda,
Ojo, corazón, espada
Para las hijas de Yemayá y Ochún

En el momento que entre Berlín y la Ciudad de México se da una manifestación artística conjunta en torno al agua en Agua-Wasser, el mismísimo Banco Mundial da a conocer datos y cifras espeluznantes: para el año 2025 una tercera parte de la humanidad no tendrá en absoluto acceso a ninguna clase de agua. Otra tercera parte podrá obtener agua pero sin potabilizar y solo el resto de la humanidad será privilegiada con agua potable, limpia y clara. Según las Naciones Unidas, ya ahorita hay más de un billón de gente sin acceso a agua fresca. Sólo Estados Unidos y Canadá tienen el 40 por ciento de agua pura en su territorio, principalmente en forma de hielo, y el Amazonas y las cuencas hidrológicas de América del Sur el 25 por ciento. La mitad del agua está contaminada. Los ríos burbujean con los agentes limpiadores que por supuesto no los limpian de los deshechos químicos y orgánicos y la falta de bosques provocan el asolve de lagos cuya desaparición se acelera.

Por supuesto que esto se sabe, no es nada nuevo. Tan se sabe que el Banco mundial ha adoptado una política de privatización del agua que elevará su costo a tal grado que una buena parte de los habitantes de esta tierra, ubicados en el llamado tercer mundo o gayola, no podrán pagarla. Las multinacionales buscan apropiarse de las fuentes y los sistemas acuíferos y en este mundo de agua privatizada ésta llegará a nuestras privilegiadas casas solo unas horas al día, con un costo de 10 a 100 veces más que en los noventas. El derecho divino de beber agua fresca directamente de un manantial en la montaña cambia radicalmente por el de pagar al único dios válido por beber de los manantiales de la Enron, de los pozos de Monsanto, o de los acueductos de la Bechtel. De hecho la Monsanto sabe que tendrá ganancias de unos 420 millones de dólares y un ingreso neto de 63 millones para el 2008 solo de sus negocios de agua en la India…… y en México. Monsanto sabe que el mercado del agua será un negocio multibillonario.

Las contradicciones humanas y el fuerte sentido de autodestrucción nos han puesto en este punto crítico en el que difícilmente podremos dar marcha atrás, aunque nuestro deber es intentarlo. La inconciencia nos ha hecho olvidar nuestra dependencia natural en el agua y su sacralidad y ritualización. ¿La reverenciamos acaso como lo que sostiene todas las formas de vida? o es algo que simplemente utilizamos para mantener la vida humana, the human way of life. Sólo nos importa en la medida de los fines humanos inmediatos. Las necesidades de irrigación y de poder hidroeléctrico que llevan a desviar los causes y represarla han hecho que –un solo ejemplo- el Río Amarillo se esté secando, y aunque nos han dicho hasta la saciedad que esta tierra se tornará desierto y que lo único que podremos beber estará embotellado, nos sigue importando muy poco, como lo demuestra cada acto que involucra al (lugar común mas verdadero) preciado líquido en nuestra civilizada vida, al igual que el resto de los elementos vitales. Y aunque todavía –al menos los que leen y escriben en este periódico- al abrir la llave recibimos agua limpia, este hecho simple hace que lo creamos parte indisoluble de la vida cotidiana y nos cuesta utilizar la imaginación para considerar la gran importancia de aquellos que deben caminar kilómetros para obtenerla hoy día y la reverencia ancestral de esos lugares de donde un agua límpida y pura surgía mágicamente de las profundidades de la tierra.

Ahora escucha a las cuatro raíces de todo lo que es:

La alentadora Hera, Hades, el brillante Zeus
y Nestis, que humedece las fuentes de los mortales
con lágrimas
Hera rige a la fructífera tierra
Hades al fuego central
Zeus el aire luminiscente
Y Nestis el agua mitigante.

Ver al agua como fuente de la vida, no solo como recurso, es el reto de una nueva síntesis de la ciencia y las religiones. El agua es elemento primordial que subyace en los mitos e historias de la creación, así como en los ritos sagrados y el folklore (literalmente sabiduría popular) en todo el mundo, especialmente en las tierras áridas donde el agua es lo más preciado. El mito egipcio solar de la creación da cuenta de cómo Ra reposaba en el océano primigenio (Nun). Para los asirio babilónicos, primero los dioses y luego todos los seres vivientes surgieron de la fusión del agua salada (Tiamat) y el agua dulce (Apsu). Los libros sagrados hindúes explican como todos los seres emergieron del mar primordial. Al inicio de la historia judeo-cristiana el espíritu de Dios se mueve sobre las aguas y líneas después crea un firmamento para dividirlas (Génesis 1:1-6). El Corán dice hemos creado todo ser viviente del agua.

Muchas culturas la asocian con la mujer: con la Diosa, o varias Diosas o variedades de espíritus femeninos de la Naturaleza. Los Bushmen Kung de Botswana atribuyen el origen del agua a las mujeres, cosa que les da poder especial sobre ella. La Madre de Todo, en un mito aborigen del norte de Australia, llegó del mar en forma de arcoiris serpentina con sus hijos (los Ancestros) dentro de ella. Fue La Madre de Todo quien hizo el agua para los Ancestros, que la orinaron sobre la tierra creando lagos, ríos y ojos de agua que calmarían su sed. Los templos de Ishtar en Babilonia estaban situados en sitios que poseían ojos de agua y los pozos irlandeses están todos consagrados a Brigit.

…antes que nada existiera, Yemayá estaba tendida cuan larga era y de repente dijo:
Ibi bayán odu mi: me duele el vientre,
y de ella salieron los ríos, los orishas y todo lo que alienta y vive sobre la tierra.
De Los Orishas en Cuba, de Natalia Bolívar

En la cultura yoruba afroamericana – originaria de Nigeria y la zona África occidental- Yemayá es la Madre de Todo, el principio de todo lo vivo, la Madre del Mar y de todos los orishas. Ella fue la primera célula en el mar primigenio, el manantial de nuestro comienzo, y como Madre de Todo es una guerrera impecable que hace lo que sea necesario para que sus criaturas estén bien cuidadas. Es la Virgen de Regla para los cubanos, la Inmaculada Concepción para Brasil. Su hermana es Ochún, la orisha del agua dulce, de los ríos y manantiales, y por lo tanto madre primordial de los hijos del Universo. Ella puede hacer que un río se seque o que se desborde. Hace que el vientre de las mujeres se llene de agua nutricia para sus hijos. Es la dama del cobre y el oro, así como de la miel y el juego. Es líder de las brujas, Iyami Oshoroga, y la encontrarás donde sea que esté el amor. Ochún es la Madre de Cuba, sincretizada en la Virgen de la Caridad del Cobre. Los yorubas tienen también una deidad andrógina para el océano profundo –que es terrible y a quien todo el mundo teme-: Olokun, nacido también de Yemayá.

El agua viva o corriente de los manantiales y fuentes naturales de Oshún es asociada con la mujer, la fertilidad y el parto en todas las demás culturas. Para los griegos eran hogar de las Naiades, ninfas de agua dulce ( el significado original de la palabra griega para manantial es doncella nubil). Algunos de ellos eran sagrados para Hera o Afrodita y tenían fama de milagrosos. Hera, por ejemplo, volvía a ser virgen cada año al sumergirse en la fuente de Kanathos. En los mitos nórdicos, Odin busca la sabiduría de la fuente de Mimir y sacrifica uno de sus ojos a cambio de algunos preciosos tragos de su agua. Para los celtas, el salmón del conocimiento nada en las aguas sagradas de una poza y se alimenta de las avellanas que caen en ella, ya que contienen toda la sabiduría del mundo.

Aún dentro de la tradición judeo-cristiana, que generalmente evita la veneración de los fenómenos naturales, hay numerosos ejemplos de manantiales, pozos y ríos que, en la mayoría de los casos, adquieren su sacralidad por estar relacionados con algún milagro. El agua del Jordán es sagrada porque ahí fue bautizado Jesús por Juan el Bautista. El manantial de Lourdes es sagrado por sus propiedades curativas, que se dieron por la aparición de la Virgen María a Bernardette. En algunos casos, los aún sagrados pozos de Chartres o de Glastonbury lo son desde los tiempos paganos.

Sagrados por derecho propio, los manantiales extienden su sacralidad al agua que de ellos brota, recordando a los cristianos, por ejemplo, que el agua es símbolo de gracia y purificación. También es uno de los cuatro elementos que poseen características fundamentales. En el Cántico del Sol, San Francisco de Asís ruega a Dios por agua: Alabado seas, Señor, por la hermana agua, que es muy útil, humilde, preciosa y casta. De una manera un tanto distinta, Séneca declara que donde nace un manantial o fluye el agua, ahí deberíamos construir altares y ofrecer sacrificios. Toda agua corriente, para los antiguos celtas por lo pronto, era puerta hacia el mundo de las hadas y cruzarla sin conocimiento al amanecer o cuando el sol se pone, podría hacer que te encontraras en su reino. Los menhires y círculos de piedra, los altares en los bosques, generalmente se erigieron cerca de una fuente acuífera, ya sea un pozo o agua corriente , atestiguando su importancia en los ritos paganos. El ritual del baño ha sido parte de varias religiones desde sus inicios. Los sacerdotes egipcios se bañaban dos veces en el día y dos en la noche. Lavar el cuerpo y acompañar el baño con ciertos cantos y oraciones es parte de las prácticas de chamanes tanto siberianos como americanos. Los Ghats hindúes son sitios públicos para baños rituales, siendo el Ganges el más sagrado. En las costumbres judías, se deben lavar las manos antes de orar y antes de comer cualquier cosa. En las mezquitas islámicas se ofrece agua a los fieles para lavarse antes de cada una de las cinco oraciones diarias. El bautismo cristiano, de acuerdo con San Pablo, es un ritual de muerte y renacimiento que simula la muerte y resurrección de Cristo. Y de acuerdo con el mitólogo Mircea Eliade, la inmersión en agua significa una disolución de las formas, una reintegración hacia la no forma de la pre existencia, y el emerger del agua es una repetición del acto de la creación en el cual la forma se expresa primero.

Cuando del subsuelo brotan burbujeantes aguas minerales o calientes su significado curativo y sagrado era especial. A una temperatura que fluctúa entre los 40 y 50 grados centígrados, los baños termales se utilizan desde siempre. En México abundan los ejemplos y el comprobado poder curativo. En Europa lugares como Bath, en Inglaterra, Aquae Sulis para los romanos, donde las diosas Sulis y Minerva eran honradas, tienen un uso comprobado de unos 7000 años. En Alemania, las aguas de Aquae Aureliae se convirtieron en Baden-Baden, y en ambos sitios existe una construcción de baños romanos. En 218, las topas de Aníbal descansaron en las aguas de Perrier, al sur de Francia, después de vencer al imperio romano En Suiza Evians-le-Bains, en Italia San Pellegrino, los tres precursores de las aguas embotelladas

A veces los pozos o arroyos eran oraculares. Pausanias reporta de un arroyo sagrado frente al santuario de Démeter en Patras que servía para una adivinación infalible utilizando un espejo. Las Camenae son las ninfas romanas dotadas del don profético y en Roma existía un manantial sagrado de donde las vestales se surtían para sus ritos. El Pozo del Cáliz en Avalon era utilizado también para la visión y la profecía. La práctica de veneración de estos pozos y fuentes sigue hasta ahora en la forma subconsciente de los pozos de deseos, como la Fuente de Trevi en Roma. La idea de regeneración del agua ha resonado en una gran cantidad de historias sobre la Fuente de la Juventud e incluso el conquistador Ponce de León, en 1513, se lanzó en su búsqueda al llegar a tierras americanas, aventura que culminó con el descubrimiento de Florida . En China, el beber las aguas de la fuente de Pon Lai confería mil vidas, reputación que compartía con los manantiales del monte Lao Shan.

Si por los cambios climatológicos ,efectuados en miles de años, los polos se deshielaron para producir las grandes inundaciones que todas las religiones tienen registradas, el efecto invernadero es ya una realidad de hoy. No es nada improbable que así como el agua fue la primordial gota de vida, sea la fuerza destructiva de las inundaciones –o diluvios- la que termine de nuevo con ella y nuestra madre Yemayá difícilmente podría hacer mucho por sus hijos. Aunque la historia de Noé es la más conocida en occidente, no es ni la única ni la más antigua, ya que tanto en el Medio Oriente como en China, India, Australia, el sur de Asia, las islas del Pacífico, Europa, África y las Américas, o sea, en todo el mundo, manifestado en los mitos Arikarasm, Arándas Aymarás, Cheyennes, Yuricaras, Wapangwas, Mayas, Ipurinas, Shawnees, Ziusudras, Utnapishmtims, Mandes, Chiricahuas, Apaches, Eskimales, Nahuas, Navajos, Netsilik, Pimas, Pomos, Wyoys, Yanas, Kotos, Yumas, Muiscas…. la leyenda del diluvio nos enfrenta ahora no al pasado sino al futuro.

Es tal el valor que le hemos damos al agua en los últimos 150 años -en un planeta constituido por el famoso 75 por ciento de un elemento al que no se le tiene el mínimo respeto-, y dado nuestro poco apego a la vida, la de nuestros hijos y de todos los seres vivientes, sintientes o no, ( valga aquí la líquida expresión), parece que no nos quedan mas que dos sopas: morir ahogados o morir de sed.

El agua brillante que se mueve en los arroyos y ríos no es solo agua, sino la sangre de nuestros ancestros. Cada reflejo fantasmal del agua clara de los lagos nos cuenta de sucesos y memorias de la vida de mi gente. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre. Los ríos son nuestros hermanos. Alivian nuestra sed.

Llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Debemos ser tan amables con los ríos como con nuestros hermanos. Esto lo sabemos.

La Tierra no pertenece al hombre, el hombre pertenece a la Tierra.

Jefe Seattle, del pueblo Suquamish, 1855.