Carta de los 20 Sabios cordobeses a Don Enrique de Villena

Al Muy alto y muy poderoso de la insigne y gloriosa prosapia real el señor D. Enrique, biblioteca ciencial no conocida por los Reyes de la tierra.

Muy excelente y poderoso señor:

En las maravillas de natura, que no sin causa todos los que trabajan en las transmutaciones debían de andar con la lumbre de vuestro consejo, os significamos nos los obrantes en la noble ciudad de Córdoba del mercurio vulgar, por razón de hacer de aquel solífico, y lunífico, todos veinte en concordia según vos nos elegisteis cuando de aquí partisteis , procedimos conformándonos cuanto podemos a la común opinión de los antiguos, y por todo eso no dejando de acaecernos grandes honores, no sabiendo las operaciones por la manera que los libros cuentan, tanto que los lazos de turbación nos inducen a desistir; de la otra parte algunas evidencias y señales confortan la esperanza al deseado vengamos fin creemos, pero sin mayor calor de saber y serenidad de más vivo consejo no podamos tantos debelar contrarios pensamientos

. Donde así turbados, ocurrimos que invocásemos subvención, sabiendo por cierta experiencia habéis alcanzado en los grados del saber y en los secretos escondidos más que algunos en el presente tiempo en los partidos de España. Recordándonos bien cuando ante nosotros hicisteis descender las palomas que pasaban por el aire volando, y las tomábamos a nuestro placer las que queríamos, dejando las otras por virtud de palabras, e hicisteis embermejecer el sol, así como si fuese eclipsado, con la piedra heliótropa, y nos contasteis cosas por venir, que después habemos visto, con la piedra chelonites, y vos escondisteis de nuestra vista con la hierba andronemo, y congelasteis y fijasteis el mercurio con la salsedumbre de las aguas agudas que habíais separado, e hicisteis tronar y llover dentro en la cámara con el bajillo de arambre y forma de calentador, y condesasteis y congelasteis el aire en forma de esfera lucia con el zumo de la hierba y el opio esparcido

. Y oímos de vuestra boca secretos que nunca pensamos alcanzar y agudezas no acostumbradas, en cada una de las ciencias. Y sin duda presumimos que mayores cosas están escondidas en el vuestro entendimiento. Por lo cual con cuanta humildad y reverencia podemos e imploramos por vuestra carta responsiva seamos desnubilados de las dudas que hace vacilar nuestro entendimiento y nos pongáis algunas prácticas por vos ejercitadas; a la fina los materiales necesarios por inteligibles destarar palabras

. Confiamos en la suprema inteligencia fulcidos de vuestra dirección permitirá vuestra diligencia la final intención alcancemos, ya que tan luengo tiempo en esta occidental parte buscamos la ciencia alquímica ilustre, desparcida a los practicantes. Concluyendo alabamos continuando todos los de la nuestra orden a Dios, sin el cual ninguna cosa es hecha. A quien plega tenernos en su guarda y hacer por los ignorantes vuestro saber sea conocido, ofreciéndonos todavía a vuestro mandato y servicio

. Vale. Los vuestros indignos servidores, humildes y discípulos, los XX de la compañía, no para nombrarnos ante la alteza de vuestro saber

. Respuesta abreviada cuyo principio y fin se pone entero Ad Verbum
1. A los hijos del saber ayuntados en nuestras congregaciones buscantes las vías por donde artificiosamente a las obras que natura hace podáis llegar, escudriñando e interpretando los dichos filosóficos, así por teóricas como prácticamente, salud con muchedumbre de bienes.
Muy amados: Quiere Dios, y querámoslo nos, pues a él place, porque los saberes no se pierdan, sea manifiesto a vosotros que después de luengas vigilias continuadas y laboriosas experiencias ejercitadas, una noche yaciendo en nuestra cama pensando en los grandes secretos que los grandes antiguos alcanzaron y trataron en los sus libros, especialmente en las transmutaciones de los metales por manera alquímica, afirmósenos una tal opinión que cuanto en esto dijeron fuese decepción, y no alguna cosa cuanto a perfección, y aunque dijesen verdad en algunas coloraciones o aleaciones y ligas de metales, ésta no es la que vosotros buscáis.

Y así fatigado de tal pensamiento, venciónos el sueño hasta hora del alba. Y adormeciónos en un sueño muy suave, y pareciónos ver un mancebo de edad de XXV años, de hermoso gesto y catadura muy aguda, y cabellos rubios, de apuesta manera vestido de vestiduras de muchas colores, con zapatos picados. Y cabalgando en un pavón traía en su mano derecha una péñola muy blanca, en la otra una tabla enyesada. De la una parte estaban escritos caracteres de Aritmética, y de la otra figuras de Geometría, y traía en su cinta una llave muy hermosa.

Cuenta luego como éste le llamó y le llevó por una floresta hasta un palacio de mármol, muy labrado, cuya puerta estaba cerrada, y encima tenía unas letras de oro que decían: Ars imitatur naturam. Entraron dentro y toparon con una cerca cerrada y llamando no querían abrir. Entre tanto que abrían preguntó don Enrique al mancebo quién era: respondió que era Hermes escribano del Sol y vecino de la Luna, amigo de muchas colores, y por eso traía el pavón. La pluma significa ser suya la Aritmética y Geometría; Virgo y Géminis son sus casas; y mostróle lo que se hacía en el primer cerco, que unos hacían jabón, otros cal, otros bermellón azul acinjar, carmín; otros soldaban hierro, y lo hacían muelle; otros labraban plata y la acendraban, y cementaban y doraban; otros tornaban el hierro acero por depuraciones y templamientos; otros adobaban el cobre y lo disipaban; otros mezclaban el estaño con plomo, y otros cimentaban oro y hacían de él doradura; otros teñían cueros y sedas y paños de muchos colores; otros hacían colores para teñir huesos y palos; otros aguas para dorar, para las cuales cosas había innúmeras herramientas y vasos; y porque estos secretos son ya vulgares por el mundo, se abrió presto la primer puerta.

2. La cerca segunda era más hermosa que la primera. Al fin abrió un hombre mal arropado con gesto hermoso, y Hermes en entrando se transfiguró en vestido blanco y lució y tomó alas y una vara en la mano, dejando todo lo que traía antes, salvo la llave. Lo cual hizo por cinco razones. La primera, porque el color blanco es más pareciente que los otros colores, y porque se tratan aquí cosas más sutiles. La 2ª por significar su velocidad, para esto tomó alas, y porque no lo puedan prender los de aquel cerco huye por los aires donde es su morada. La 3ª por mostrar cómo castiga a los que no le traten como es razón, que los castiga con la vara. La 4ª porque aquí se trata de transmutaciones fue menester transformarse. La 5ª por significar claro su natura, que es transmutarse siempre y no estar firme hasta que le hacen los debidos beneficios.

3. El hombre mal vestido significa que en manos de pobres son estos haberes y por sus manos se abre mejor esta entrada, que no por mano de los que fingen saber y no lo tienen.

Aquí bebió triaca para contra las ponzoñas y sierpes de que las gentes de este cerco usan. Aquí había hombres que trataban maneras de metales y sales y arsénicos y otras cosas que so la tierra se hacen. Allí mezclaban diversos metales y hacían obras sofísticas. Otros teñían en los metales otros colores que los naturales y les añadían peso, y hacían de los duros muelles y al contrario. hacían transmutaciones de los vegetales y de los animales otros tornaban de las especies cuerpos, y al revés, por disoluciones, por disenciones y ebulliciones. Otros en hornos de reberberación, de extrañas maneras labrados, reducían queriendo tirar la sulfuridad a los cuerpos. Otros por encendimiento y amatamiento y muchedumbre de fundición querían haber perfecta purgación. Otros destilaban por fieltros y alambiques y hacían aguas agudas y óleos para disolver los espíritus o los cuerpos, cuidándolos tornar por aquí a la primera materia. Otros disolvían aljófar menudo para hacerlo grueso y hacían diversas piedras preciosas. Otras tinturas para cabellos y afeites para mujeres; y otras cosas muchas vieron, y hornos y vasos, hedores, olores y muchos aparejos; pero de todo se burlaba Hermes, por que aunque algo de aquello era verdadero, en el tiempo que aquello se hacía se podían hacer cosas buenas y a menos costo y fatiga, y así quedan castigados con la vara de muchas colores, es a saber: unos pierden la vista saltando algún vaso o material; otros pierden el habla gustando lo que no deberían; otros el olfato por abominables hedores; otros tiemblan en todo el cuerpo o en parte; otros mueren; y al fin todos gastan sus haciendas y menoscaban su honra, porque mienten a muchos.

4. Llegaron a la tercera, cuyas puertas eran la mitad de oro y la mitad de plata, y las otras no tenían color cierto aun que diversos. La causa era por que en las otras se labraban diversas cosas: aquí no tenían por hábito sino oro y plata. Tardaron en responderles XXIII horas. Abrió un hombre de honestas vestiduras que traía las cejas socarradas, y flaco y cuidadoso. Hermes aquí dejó las alas y se vistió de cristalina vestidura quedándole la vara y la llave. Allí había gente de todas naciones y estados. Unos trabajando por hacer corruptibles los humanos cuerpos, otros por embebición y destilación y separación de elementos querían componer cuerpos lapídeos; otros, del estiércol humano hacían extraños líos y aguas; toros, de espermas humanas por multiplicadas alteraciones el hijo filosófico cuidaban recrear; otros, de sangre fuera de sus venas por destilaciones y separación de elementos al deseado fin no desesperaban llegar; de otra parte, las mismas convertían en sal y por disoluciones y podrimientos afirmaban inmortalidad hacer; otros, de todo cuerpo por quemamiento querían hacer sal, que traída por sus alteraciones viniese al dicho fin. Había quien de la cera de la orejas y legañas y sudor lo mismo hacían; y tortugas o galápagos afirmaban perfeccionar, y otras muchas maravillas que allí se cuentan. A éstos castiga Hermes transformando a unos en pavones, por el orgullo que tienen, y después mirando los pies deshacen la rueda; a otros en canes, por el can hiede y es furioso, y por melancolía viene a rabiar; a otros en puercos, porque comen viandas sucias y duermen en cenagales y nadando se degüellan: a otros en sagitarios porque éstos parecen tener razón de hombre y acaban en bestias; a otros en basiliscos y otros en sirenas.

5. La cuarta cerca no estaba acabada ni tenía almenas como todas las pasadas por dar a entender que cada día sa acrecientan más artes. Tenía las puertas de cristal, escritas con letras bermejas y blancas estas palabras: Sine eo factum est nihil. El que abría no oía bien y traía una pella de cera en las manos, la cual continuadamente masticaba. Aquí se volvió Hermes en figura de agua que no moja y subióse por la tierra. Luego vinieron gentes que lo buscaban y sacaban y traían de mano en mano, haciendo cosas maravillosas juntándole con otros materiales. El agua era lúcida, como espejo temblante a guisa de metal, y corrió a lo más bajo hacia unas grandes cuevas, y luego subióse por la tierra, y los que vinieron con extraños artificios cavaron en pocos hondos y hallaron la piedra del lucífico. Unos sacaban agua, otros cavaban, otros aparejaban grandes fuegos en que la piedra fuese cocida, y de allí la sacaban y la mundificaban. Unos la volvían con azufre, y por el cocimiento hacían cinabrio. Otros con baños de estaño y plomo la congelaban. otros con zumos la mortificaban. Otros con óleos y lechos y gomas por asamientos la fijaban. Otros por sublimación lo tornaban en polvo. Otros por esa misma vía de guisa cristalina. Otros lo purificaban por encarcelamiento y formas de saber. Otros la disolvían en láminas de hierro. Otros de piedra. Otros de vidrio. Otros lo sublimaban en amoníaco, hasta que era pasible. Otros con estaño lo amalgamaban, y dende con sublimación lo solvían para lo traer a solución. Otros lo traían a natura de sal para muchedumbre de beneficios. Otros lo envolvían con el arsénico, o con el azufre, o con el amoníaco, a veces con uno de ellos, y hacían medicinas. Otros espumaban con él los cuerpos, por que viniese a molimiento. Otros con espíritus y cuerpos lo envolvían y hacían sus confecciones. Otros desde suelto lo mezclaban con fermento de oro y de plata, y deducían por sus regimientos Otros lo deducían en aguas fuertes y, aquellas vaporadas, hinchaban polvo bermejo del que afirmaban que se habían de hacer las obras. Otros con tajadas de rábanos le querían dar solución y fijación en uno. Otros con agua ardiente usaban de él, y otras cosas muchas.

En esto tornó Hermes a demostrarse en forma de nube columnal y dijo cómo en este cerco había más claridad de sus secretos, y las puertas de cristal significan la puridad de entendimiento por donde han de pasar los que aquí entrare. Las letras blancas y bermejas significan los dos elegires clipires que sin mi hacer no se pueden.

El que nos abrió era medio sordo y traía cera en las manos porque los que aquí obran conmigo pierden el oír y por la cera se desvían del temblamiento de manos; pero todos estos yerran en muchas cosas, que cuando piensan que están más cerca del efecto están más lejos, y al contrario.

6. Partieron de allí por una suave y olorosa floresta, y Hermes echó columna de nube; y comenzó a parecer un tabernáculo todo de oro fino de ocho cuadras, cada una con su puerta de diversas historias, en cada una pintada muy a la larga una de las siete ciencias liberales con sus inventores y doctores, y a la postre y más alta la filosofía. Entraron por la primera puerta que se ofreció para dar a entender que no se ha de esperar tiempo para saber altos secretos. Dentro estaba todo muy espacioso y de pedrería preciosa labrado, y esparcióse la columna en forma de nube por toda la casa y estaban en sillas sentados en torno muchos estados de gentes de diversos hábitos. unos tenían coronas y cetros, otros mitras, tiaras, diademas, y otros ornamentos. En medio de la casa fue una silla redonda con gradas en torno muy labradas, y encima de la silla estaba una dueña con vestiduras tan blancas y rutilantes que hacían perder la vista.

Habló de la nube Hermes y dijo: Llega con la debida reverencia a esta señor y pídele que satisfaga tus deseos. El autor llegó por medio aquellos sabios delante de la señor y, aunque turbado, hace un razonamiento en que pide el premio de sus grandes trabajos, pidiendo asimismo a los circunstantes le fuesen intercesores con la dueña. Ella respondió esto: Esperanza te movió y perseverancia te trajo al culmen de nuestros palacios de tan miríficas labores como has visto, por mano de estos mis hijos fabricados, y fuéronte demostrados por Hermes sus significaciones. El don que me pides es grande; pero por intercesión de los que me lo ruegan y por tus grandes trabajos hágase lo que pides. Y sacó de la cinta cuatro llaves muy hermosamente labradas. La primera era de muchas colores, la segunda blanca, la tercera negra, la cuarta muy resplandeciente. Y de la otra parte sacó una arqueta maravillosamente labrada en que eran cuatro cerraduras, y fue abierta con aquella cuatro llaves, y salió donde maravilloso olor, y de un cendal que ayer era sacó una piedra que su lugar parecía tan grande como de sol, y era engastada en oro, en que era escrito: CUERPO, ANIMA, ESPIRITU. En el pie de ayuso eran escritos siete nombres. Rubificación. Putrificación. Disolución. Aumentación. Congelación. Purgación. Formación. Y díjonos: éste es el don que demandas, uy ésta es la gracia que tanto ahíncas, y calló. El autor hallóse confuso del enigma y tornó a hacer otra oración por que le fuese esto declarado. Ella sonriéndose dijo: sepas que las mis llaves son deducciones por do toda transmutación pasa. A una dicen alteración, y es de muchos colores a significar sucesión en se alterar mudando de un color en otro; a la otra llaman digestión y es blanca, a manera…… Aquí reducen las cosas alteradas en el cuerpo humano.

La otra llaman corrupción, y es de color negro, porque en aquel color tornan las cosas cuando se corrompen. La última nombré generación y es espléndida, que significa introducción de forma nueva. Abrí el arca que estaba cerrada, por declarar que las cosas que son en potencia son cerradas y ábrense cuando vienen en acto. La piedra que saqué es el nuevo entendimiento que se procrea, el que tu demandas, y es lucido como el sol a significar su incorrupción y nobleza, es engastado en oro, porque debe ser engastado y secretizado en poder de hombre sabio, que es como oro. En el engase está escrito Cuerpo, Anima, Espíritu, a demostrar que estas tres cosas se juntan en su composición; en el pie son siete nombres, que dije Rubificación, y lo que sigue, seis operaciones, son por principalidad distinguidas en que las otra particularidades se contienen, las cuales cumplidas, sale de ellas esta piedra.

La primera, que dicen Rubificación, demuestra que debes tomar al que te guió, y por lentura de fuego en torno de saber, y vaso competente, con circunstancias dale este beneficio en tan poco tiempo cuanto el sol tarda del comienzo de Aries hasta el comienzo de Géminis. La segunda operación, sacarlo dende y encarcelarlo en Atanot [sic] del magisterio, por lentura de fuego, y en tanto tiempo como la luna busca todos los signos reciba aquel beneficio. La tercera operación sacarlo dende y ponerlo en partes en sus lenturas ingeniosamente hasta su materia reducido. La cuarta operación, por baños y humos sea cumplida con sus rectificación, hasta que agua de fuente orienta parezca y dende a la operación quinta, por remiso calor que parezca sol de mayo se de cumplimiento; la séptima, juntándolo con su materia primera, será cumplida y será hecha esta piedra. Y de la guía que guiares lo blanco guiarás lo bermejo, salvo que por mayoridad de fuego antes de la proyección lo rubificarás y así harás cumplimiento de lo que deseas sin volvimiento de cosas extrañas, y no trates secretos que has oído.

El primero, que los que cuidan rubificar el mercurio no lo pueden hacer si esto no saben. Lo segundo, que todas las cosas fuera de Hermes, aunque de él descendiesen, le son ajenas y extrañas, y así como hijo procreado del padre que es hecho otro contra la opinión de los que el sol y la luna ponen por fermento no haciéndolos por extraños. Lo tercero, que reducción en primera materia no es como los que cuida disolver los cuerpos en agua fuerte, ni según otros dicen que más agudamente cuida hablar, tornándolos en azogue; mas es disolviéndolos por sí sin el mezclamiento de otro alguno, ca torna en el licor que el azogue y el azufre fueron cuando se mezclaron en las venas de la tierra por fundición de que ellos se congelaron, pues en esto se cumplen todos los dichos de los filósofos. Y decir los pesos de sobre cuánto cae esta piedra en los cuerpos sería gran descubrimiento, pero la experiencia te lo mostrará. Y guarda esto que te he dicho, no lo descubras a personas poderosas ni a necios, mas a los hijos de ciencia donde entiendas que no vendrá daño.