Chiriguanos: La relación con lo sobrenatural

El chamán es el “hombre elegido” que domina la técnica del éxtasis. Para concretar la cura, establece un duelo con la entidad demoníaca que ha producido el daño.
Esta vinculación con el mundo sobrenatural se consigue mediante la ingestión de alucinógenos, el canto, la danza, y el uso de ciertos elementos, como el silbato llamado juenchelile, o el imprescindible sonajero de calabaza, “objeto de poder” que no puede ser tocado por un extraño. Cuando el duelo finaliza, el éxtasis termina y el alma del Shamán regresa del mundo tenebroso donde cumplió su misión.
La concepción del universo reposa en la creencia de un ser supremo, creador del mundo, y en un desarrollado complejo animalístico y de héroes culturales. Ese primer complejo estaba presidido por la noción de “los dueños de los animales”, vinculados a su vez con la regulación del espacio, de la caza y pesca, con la iniciación y la práctica chamánica.
Con posterioridad, sobre todo este contexto sobrenatural originario se dio una superposición de concepciones andinas y selváticas, muy en especial en lo referente a la idea del tiempo, que comenzó a ser vivido desde entonces como períodos que finalizaban apocalípticamente.
Las prácticas funerarias ligadas a la típica cosmovisión cazadora presentan peculiaridades como el entierro secundario de los huesos, que eran así objetos de cuidadosos rituales.