Hipótesis del Trauma Natal:

Introducción necesaria: el siguiente artículo del reconocido investigador Willy Smith, radicado en EUA, es en realidad, como se observará a poco de leerlo, una réplica a otro trabajo inserto en un número anterior de esta desaparecida revista apoyando las teorías que tratan de explicar los casos de “abducciones” como recuerdos perinatales, una concepción que ha venido a instalarse de manera firme en la creencia de los escépticos. Creemos oportuno desempolvar este artículo, pues las reflexiones de Smith no han perdido vigencia y desmitifican seriamente una hipótesis que se quedó, precisamente, sólo en eso… en mera hipótesis.

Hipótesis del Trauma Natal:
ciencia o… cortina de humo

Escribe Dr. Willy Smith

    He leído con desconcierto el trabajo de Luis R. González (1) en respuesta a mis críticas sobre la llamada “hipótesis del trauma natal”, que el doctor Alvin H. Lawson, catedrático de inglés en la Universidad del Estado de California, en Long Beach, ha estado proclamando como la “solución final” del problema de los OVNI, desde hace ya varios años (2) y (3).

    La verdad es que no deseo polemizar sobre el tema, por dos razones: 1) porque la hipótesis carece de todo valor científico; y 2) porque una larga reflexión sobre el asunto me ha llevado al inquietante pensamiento de que el propósito de introducir tal hipótesis dentro de la comunidad ufológica pudiera ser nada más que una cortina de humo, para que los ufólogos del mundo, especialmente aquellos no muy versados en los cánones de la ciencia, pierdan el tiempo en inútil debate.

    Después de leer lo que Luis González ha escrito, he tenido curiosidad de ver si en realidad yo había dicho esas cosas, y he vuelto a releer mi propio trabajo. Yo creo que el Lic. González no me ha hecho justicia, y que su análisis de mis argumentos, más que destruírlos, los confirma. Por ejemplo, en el trillado tema de los diversos tipos de entidades (humanos, humanoides, animales, robots, exóticos y aparicionales) no se trata de si aparecen o no en los secuestros imaginarios, pero sí de la diferencia de sus incidencias, punto en el que el mismo González pone de manifiesto en su excelente artículo sobre “Los Casos Negativos de Humanoides Ibéricos” (4). Como se trata de fraudes, la comparación con los secuestros imaginarios (otro fraude) es totalmente permisible, y así vemos que en los pseudo-secuestros de la península ibérica, como pone de manifiesto González, el porcentaje de humanoides y formas humanas es 78 %. Muy por el contrario, en el estudio del amigo Lawson y sobre una base de 8 sujetos (¡qué magníficas estadísticas!) las seis categorías aparecen prácticamente con la misma frecuencia. Así, este punto y nada más es suficiente para rechazar la idea básica de Lawson, que era demostrar que la IDENTIDAD de resultados entre sus sujetos imaginando secuestros, y los obtenidos al hipnotizar los testigos de un caso real, demuestra la inutilidad de aplicar las técnicas de hipnosis a la investigación de los OVNI.

    Como ya he dicho, no quiero polemizar, ni es necesario hacerlo, pues la así llamada “hipótesis del trauma natal” (para abreviar: HTN) no satisface las condiciones básicas para ser aceptable. En este punto quizás deberíamos establecer claramente la diferencia entre una hipótesis y una teoría. La primera se refiere a situaciones en que la evidencia experimental es insuficiente, y en consecuencia tiene un carácter tentativo, mientras que una teoría implica un rango más amplio de evidencia y, por consiguiente, una probabilidad mayor de ser correcta. En el caso de las ciencias establecidas, la existencia de un paradigma (usando la palabra de acuerdo a Thomas Khun (5)) determina la dirección necesaria para el avance de la disciplina, pero en el caso de la Ufología, aún en pañales, un paradigma no existe y en este vacío sólo hipótesis, no teorías, pueden ser generadas. Para ser justo con Lawson, él ha calificado sus ideas como hipótesis, y me temo que el ascenso a la categoría de teoría se lo debemos, en el caso que nos ocupa, a Luis González.

    Considerando ahora el método científico, para que una hipótesis sea aceptable tiene que satisfacer varias condiciones, entre otras (6):

a) Explicar, si no toda, la mayoría de la evidencia acumulada experimentalmente.
b) Ser capaz de predecir lo que ha de suceder en ciertas circunstancias. Estas predicciones deberán ser lo suficientemente restringidas como para no incluir todos los casos posibles (v.gr.; en una hipótesis sobre terremotos, digamos, no es suficiente predecir que habrá un terremoto en el estado de California, es necesario además establecer cuándo y dónde).
c) De acuerdo con las ideas de Popper (7) debe ser refutable (“falsifiable”) es decir será posible planear un experimento que demuestre la falsedad de la hipótesis.

    Volviendo ahora a la HTN, es obvio que no satisface en absoluto la condición (a). El fenómeno OVNI es extremadamente complejo, e incluye aspectos físicos y psicológicos. Tiene sus leyes y características, establecidas a través de estudios estadísticos y, a pesar de su elusividad, en algunas oportunidades se ha dejado atrapar por la cámara y el radar. A veces, deja inconfundibles marcas a su paso, como por ejemplo los efectos electromagnéticos (EM) en automóviles, de los que no cabe la menor duda. Todo lo que antecede es ignorado por la HTN, que a lo sumo considera los CE III y CE IV (aclaración: CE es “close encounters” o “encuentros cercanos”).

    En cuanto a (b), por su propia naturaleza la HTN no puede predecir resultados: no nos dice cuándo y cómo un CE IV ha de tener lugar, ni quiénes han de ser sus víctimas.

    Finalmente, con respecto a (c), ni siquiera es necesario planear un experimento, pues tal experimento se ha realizado ya automáticamente. Está bien claro que todos hemos pasado por el trauma natal y, si tal fuera el estímulo inicial para una experiencia de abducción más tarde en la vida, una inmensa mayoría de la población la hubiera tenido. Claramente ese no es el caso, y no he sido capaz de calcular el porcentaje casi infinitesimal de casos de encuentros cercanos de cuarta clase en relación con la población mundial. Más aún, de ser la hipótesis correcta, los resultados serían independientes de la época histórica, y como bien sabemos, el fenómeno OVNI está predominantemente localizado en la segunda mitad del siglo XX. Por lo tanto, la HTN no es propiamente una hipótesis y no merece más atención.

Q.E.P.D.

    Como he dicho al principio, he reflexionado mucho sobre este asunto, principalmente considerando las reacciones producidas, que me sospecho han sido, en el caso de la comunidad ufológica, más emocionales que académicas. Dentro del ámbito de la ciencia establecida, que aún no está dispuesta a aceptar la Ufología como una disciplina respetable, desde luego las reacciones han sido mínimas, excepto, quizás, para puntualizar que el feto no es consciente de su ambiente, y no tiene un espejo para ver su imagen y recordarla en el futuro.

    Pero lo que me sorprende es la manera ciega y entusiasta con que algunos ufólogos se han lanzado a la defensa de algo que, intelectualmente, es indefendible. Quizás tenga algo que ver con ese furor el hecho de que muchos de esos investigadores pertenecen a las llamadas pseudo-ciencias (tales como psicología, sociología y muchas otras), que careciendo de un paradigma no tienen más remedio que adoptar el ropaje de la ciencia, usando estadísticas y matemáticas como herramientas para prestigiar los resultados obtenidos. Lo que no está claro, y que es en realidad lo que me perturba, es el motivo detrás de la introducción de tal hipótesis, los entretelones que no vemos, pero que podemos sospechar, y los resultados, que son evidentes: la pérdida del tiempo y esfuerzo intelectual de todos esos investigadores de buena fe que podría invertirse más eficazmente en procura de un objetivo común, es decir, la solución del problema planteado por el fenómeno de los OVNI. Entonces, la pregunta final es obvia: ¿quién, al amparo de esa cortina de humo, tiene interés en encaminar la investigación OVNI en direcciones estériles?.

Referencias:

1) González, Luis R.: SMITH Vs. LAWSON, en UFOPRESS, nro 19, enero-marzo de 1984
2) Lawson, Alvin H. HYPNOTIC REGRESSIONS OF ALLEGED CE III ENCOUNTERS. AMBIGUITIES ON THE ROAD TO UFO- Proceedings of the 1976 CUFOS conference.
3) Lawson, Alvin H. SECUESTRO UFOLOGICO Y TRAUMA NATAL, en UFOPRESS, nro 19, enero-marzo 1984
4) González, Luis R. LOS CASOS NEGATIVOS DE HUMANOIDES IBERICOS, comunicación privada, 1984
5) Kuhn, Thomas S. THE STRUCTURE OF THE SCIENTIFIC REVOLUTIONS, the University of Chicago Press, segunda edición, 1970.
6) Davies, J.T.: THE SCIENTIFIC APPROACH, Academic Press, 1965.
7) Popper, sir Karl R. THE LOGIC OF SCIENTIFIC DISCOVERY, hutchkinson, london, 1959 (publicado originariamente en viena en 1935).