Diversidad cultural del sur de la Amazonia colombiana-6

Ángeles grandes y Santos, Dios os envía para protegernos y ayudarnos!

Os conjuramos, en el nombre de Dios Uno en Tres Personas. Volad en nuestro socorro!

Os conjuramos en nombre de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Volad en nuestro socorro!

Os conjuramos, en el nombre todopoderoso de Jesús. Volad en nuestro socorro!

Os conjuramos por todas las heridas de Nuestro Señor Jesucristo. Volad en nuestro socorro!

Os conjuramos por todas las torturas de Nuestro Señor Jesucristo. Volad en nuestro socorro!

Os conjuramos por la santa palabra de Dios. Volad en nuestro socorro!

Os conjuramos por el Corazón de Nuestro Señor Jesucristo. Volad en nuestro socorro!

Os conjuramos en nombre del amor de Dios por nosotros tan pobres. Volad en nuestro socorro!

Os conjuramos en nombre de la fidelidad de Dios para con nosotros tan pobres. Volad en nuestro socorro!

Os conjuramos en nombre de la misericordia de Dios para con nosotros tan pobres. Volad en nuestro socorro!

Os conjuramos en nombre de María Reina del Cielo y de la tierra. Volad en nuestro socorro!

Os conjuramos en nombre de María vuestra Reina y Soberana. Volad en nuestro socorro!

Os conjuramos en nombre de María, Madre de Dios y Madre nuestra. Volad en nuestro socorro!

Os conjuramos por vuestra propia felicidad. Volad en nuestro socorro!

Os conjuramos por vuestra propia fidelidad. Volad en nuestro socorro!

Os conjuramos por vuestra fuerza combativa por el Reino de Dios. Volad en nuestro socorro!

Os conjuramos, a cubrirnos con vuestro escudo!

Os conjuramos, a protegernos con vuestra espada!

Os conjuramos, a iluminarnos con vuestra luz!

Os conjuramos, a abrigarnos bajo el manto de María.

Os conjuramos, a encerrarnos en el Corazón de María!

Os conjuramos, a depositarnos en las manos de María!

Os conjuramos, a mostrarnos el camino hacia la puerta de la vida: el Corazón abierto de Nuestro Señor!

Os conjuramos, a conducirnos seguros hacia la casa del Padre Celestial!

Todos los Coros de los Espíritus bienaventurados. Volad en nuestro socorro!

Ángeles de la vida, Volad en nuestro socorro!

Ángeles de la fuerza de la palabra de Dios. Volad en nuestro socorro!

Ángeles de la caridad. Volad en nuestro socorro!

Ángeles que Dios nos atribuye especialmente, como compañeros.

Volad en nuestro socorro!

Volad en nuestro socorro, os conjuramos!

Porque hemos recibido en herencia la Sangre de Nuestro Señor y Rey.

Volad en nuestro socorro, os conjuramos!

Porque hemos recibido en herencia el Corazón de Nuestro Señor y Rey.

Volad en nuestro socorro, os conjuramos!

Porque hemos recibido en herencia el Corazón Inmaculado de María la Virgen Purísima y vuestra Reina.

Volad en nuestro socorro, os conjuramos!

TÚ eres el Príncipe de las milicias celestiales, el vencedor del dragón infernal, has recibido de Dios la fuerza y el poder para aniquilar por medio de la humildad el orgullo de los poderes de las tinieblas. Te conjuramos, suscita en nosotros la auténtica humildad del corazón, la fidelidad inquebrantable, para cumplir siempre la voluntad de Dios, la fortaleza en el sufrimiento y las necesidades, ¡ayúdanos a subsistir delante del tribunal de Dios!

Tu eres el Ángel de la Encarnación, el mensajero fiel de Dios, abre nuestros oídos para captar los más pequeños signos y llamamientos del Corazón amante de Nuestro Señor; Permanece siempre delante de nuestros ojos, te conjuramos, para que comprendamos correctamente la palabra de Dios y la sigamos y obedezcamos y para cumplir aquello que Dios quiere de nosotros. ¡Haznos vigilantes en la espera del Señor para que no nos encuentre dormidos cuando llegue!

Tú eres el mensajero del amor de Dios! Te conjuramos, hiere nuestro corazón con un amor ardiente por Dios y no dejes que esta herida se cierre jamás, para que permanezcamos sobre el camino del amor en la vida diaria y venzamos todos los obstáculos por la fuerza de este amor.

Ayúdanos hermanos grandes y santos, servidores como nosotros delante de Dios! Protégenos contra nosotros mismos, contra nuestra cobardía y tibieza, contra nuestro egoísmo y nuestra avaricia, contra nuestra envidia y desconfianza, contra nuestra suficiencia y comodidad, contra nuestro deseo de ser apreciados! Deslíganos de los lazos del pecado y de toda atadura al mundo! Desata la venda que nosotros mismos hemos anudado sobre nuestros ojos, para dispensarnos de ver la miseria que nos rodea, y poder mirar nuestro propio yo, sin incomodarnos y con conmiseración.

Clava en nuestro corazón el aguijón de la Santa Inquietud de Dios, para que no cesemos jamás de buscarlo con pasión, contrición y amor!

Busca en nosotros la Sangre de Nuestro Señor que se derramó por nosotros!

Busca en nosotros las lágrimas de vuestra Reina vertidas por nuestra causa!

Busca en nosotros la imagen de Dios destrozada, desteñida, deteriorada, imagen a la cual Dios quiso crearnos por amor.

Ayúdanos a reconocer a Dios, a adorarlo, amarlo y servirlo!

Ayúdanos en la lucha contra los poderes de las tinieblas que nos rodean y nos oprimen solapadamente.

Ayúdanos para que ninguno de nosotros se pierda, y para que un día, gozosos, podamos reunirnos en la felicidad eterna!

Durante la novena que es un asalto que dura nueve días, conjuramos a los Santos Ángeles por la mañana y durante el día los invocamos con frecuencia de esta manera:

San Miguel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!

San Rafael, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!

San Gabriel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!