Mensajes de la niña murcielago

Desde tiempos inmemoriables (bueno, bueno… desde la prepa, pues) mi pantalón de elección fue Levis, porque eran los que mejor me han quedado y porque pueden durar años sin importar la tortura a que los sometas. Siempre aguantan. En aquellos tiempos, mi talla fue la 7. Hubo un tiempo en que subí de peso y después de ponerme a dieta me quedé en 9. Así he estado desde hace unos años. Mi cuerpo no ha cambiado casi nada, sigue siendo el de una rumbera sesentera: caderona y muslona. Intento aceptarlo, pero la “moda” no me deja. Desde un tiempo para acá, ciertos pantalones de no sé qué número y modelo ya no me quedan a pesar de ser talla 9. Cuando me los pruebo se me atoran a medio muslo y no suben más, lo que me hace concluir que los condenados pantalones han cambiado el corte para acomodar a las niñas de tallas -5 a 0 que carecen de caderas y de carne en general, y que a parte se alimentan con una dieta de cigarro y café. ¿En dónde quedaron los modelitos para las mujeres normales como yo? No todas sobrevivimos con café y cigarro, no señor.
A mí me gusta comerme una hamburguesa de vez en vez, me gusta comerme un helado cuando hace calor, me gusta comerme una dona cuando se me antoja y no por eso me puedo considerar pasada de peso. De no ser por la proliferación de niñas raquíticas como las de la foto de arriba, nadie, ni siquiera mi doctora, me estaría reclamando mi “sobrepeso” (confieso, ahora con el Guadalupe-Reyes y el invierno, subí uno o dos kilos sin por ello rebasar mi peso “ideal”). Hace 30 años, el cuerpo de Marilyn Monroe era considerado ideal, ¿ahora cuál? ¿El de Paris Hilton? I DON’T THINK SO!!
Hoy no me quedó otra que comprarme unos jeans talla 11 (y estoy segurísima que equivalen a los antiguos 9; lo bueno es que estaban en rebaja y no estaban rotos como el otro 90% de la tienda) y me pregunto, la próxima vez la 13 será la 9, la 11 la 7, la 9 la 5, etc; o de plano alguien se atreverá a regresar a las tallas tradicionales… ah, viejos tiempos aquellos. ¿A dónde se fueron?

La Niña Murciélago enterró los colmillos el 4 Ene 2006 a las 5:06 pm y lo guardó en De la Niña.
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Fuente :AP

La ceremonia se llevó a cabo esta semana en los Arrecifes Delfín, en el puerto israelí de Eilat, al sur del país.

JERUSALEN.— Fue amor a primera vista, pero a Sharon Tendler le tomó 15 años “lanzarse al agua”. Finalmente, se convirtió en la primera persona en casarse con un delfín.
La ceremonia se llevó a cabo esta semana en los Arrecifes Delfín, en el puerto israelí de Eilat, al sur del país.
Vestida de blanco, con un velo y flores rosadas en la cabeza, la británica de 41 años se arrodilló y le dio un beso a Cindy para sellar el compromiso. Y un pedazo de pescado.
“No es ninguna perversión. Yo realmente quiero a este delfín. Es el amor de mi vida”, dijo la mujer el sábado al regresar a Londres, donde importa ropa y le hace promoción a bandas de rock.
Antes de la boda, Tendler había viajado en varias ocasiones a Israel desde que conoció al delfín. Y cada vez que le preguntaban si tenía novio, sólo decía: “No, voy a terminar con Cindy”.
El miércoles oficializó el asunto. Dijo que sabía que la boda no tiene ningún significado en términos legales, pero que reflejaba sus sentimientos por el delfín de 35 años.
“No es nada malo. Se trata simplemente de un amor puro que le tengo a este animal”, dijo.
Por ahora no se opone totalmente a la idea de casarse con un ser humano y dijo que tampoco es celosa.
“Todavía se va y juega con las otras”, dijo sobre su acuerdo prenupcial con Cindy. “Espero que tenga muchos bebés con otras. Mientras más delfines mejor”.

Nota de la Niña Murciélago: Y luego la gente se escandaliza con las bodas entre gays.